02-un paso adelante otro atras

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  • 7/27/2019 02-Un Paso Adelante Otro Atras

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    Formateado: Clula Floresmilo RomeroCPG.

    Traduccin tomada desde ediciones en lenguas extranjeras de Pekin. 1

    V. I. LENIN

    UN PASO

    ADELANTE,

    DOS PASOSATRAS

    (UNA CRISIS EN NUESTRO PARTIDO)

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    I N D I C E

    PROLOGO 3

    a) PREPARACION DEL CONGRESO 5

    b) SIGNIFICACION DE LOS AGRUPAMIENTOS

    EN EL CONGRESO

    6

    c) COMIENZA EL CONGRESO. INCIDENTE CONEL COMITEDE ORGANlZACION 7

    d) DISOLUCION DEL GRUPO "IUZHNI RABOCHI" 12

    e) EL INCIDENTE DE LA IGUALDAD DEDERECHOS DE LAS LENGUAS 13

    f) EL PROGRAMA AGRARIO 17

    g) LOS ESTATUTOS DEL PARTIDO. PROYECTODEL CAMARADA MARTOV 21

    h)DISCUSION SOBRE EL CENTRALISMOANTESDE LA ESCISION ENTRE LOSISKRISTAS

    25

    i) ARTICULO PRIMERO DE LOS ESTATUTOS 26

    j) VICTIMAS INOCENTES DE UNA FALSAACUSACION DE OPORTUNISMO 38

    k) CONTINUA LA DISCUSION SOBRE LOSESTATUTOS.COMPOSICION DEL CONSEJO 43

    l)TERMINA LA DISCUSION SOBRE LOSESTATUTOS LA COOPTACION PARA LOS

    ORGANISMOS CENTRALES.SE RETIRAN LOS DELEGADOS DE"RABOCHEIE DIELO"

    46

    ll) LAS ELECCIONES. FINAL DEL CONGRESO 53

    m) CUADRO GENERAL DE LA LUCHA EN ELCONGRESO EL ALA REVOLUCIONARIA Y ELALA OPORTUNISTA DEL PARTIDO 66

    n)DESPUES DEL CONGRESO. DOS METODOSDE LUCHA

    73

    ) PEQUEOS DISGUSTOS NO DEBEN EMPAZAR

    UN GRAN PLACER 82o) LA NUEVAISKRA.EL OPORTUNISMO EN LAS

    CUESTIONES DE ORGANIZACION 87

    p)ALGO SOBRE LA DIALECTICA. DOSREVOLUCIONES

    102

    ANEXO.EL INCIDENTE DEL CAMARADAGUSIEV CON EL CAMARADA DEICH 105

    NOTAS 110

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    PROLOGO

    En toda lucha larga, tenaz y apasionada, comienzan a disearse generalmente, al cabo de cierto tiempo, lospuntos de divergencia centrales, bsicos, de cuya solucin depende el desenlace definitivo de la campaa y, encomparacin con los cuales, pasan cada vez ms a segundo plano todos y toda clase de pequeos y mezquinosepisodios de la lucha.

    Esto es lo que sucede tambin con la lucha que se desarrolla en el seno de nuestro Partido y que hace ya seismeses tiene concentrada sobre s la atencin de todos los miembros del Partido. Y precisamente porque en elesbozo de toda la lucha que ofrezco al lector he tenido que referirme a muchas pequeeces, que tienen uninters insignificante, a muchas querellas que, en el fondo, no tienen inters alguno, precisamente por elloquisiera, desde el comienzo mismo, llamar la atencin del lector sobre dos puntos verdaderamente centrales ybsicos que presentan un inters enorme, que tienen indudable valor histrico y constituyen las cuestionespolticas ms urgentes en el orden del da de nuestro Partido.

    La primera de estas cuestiones es la de la significacin poltica de la divisin de nuestro Partido en "mayora"y "minora", divisin que ha tomado forma en el II Congreso del Partido y que ha dejado muy atrs todas lasanteriores divisiones de los socialdemcratas rusos.

    La segunda cuestin es la del valor de principio de la posicin de la nueva Iskra en las cuestiones deorganizacin, en tanto en cuanto esta posicin es efectivamente de principios.

    La primera cuestin es la del punto inicial de nuestra lucha en el Partido, la cuestin acerca de su origen, desus causas, de su carcter poltico fundamental. La segunda cuestin es la de los resultados finales de esa lucha,la cuestin acerca de su trmino, del total que, en el terreno de los principios, resulta si se suma todo lo que serefiere a la esfera de los principios y se resta todo lo que se refiere a la esfera de las querellas. La primeracuestin se resuelve analizando la lucha que ha tenido lugar en el Congreso del Partido; la segunda, analizandoel nuevo contenido de principio de la nuevaIskra.Uno y otro anlisis, contenido de las nueve dcimas partes demi folleto, llevan a la conclusin de que la "mayora" es el ala revolucionaria de nuestro Partido, y la "minora"es su ala oportunista. Las discrepancias que separan a un ala de la otra en el presente, se reducen,principalmente, no a cuestiones de programa y de tctica, sino slo a cuestiones de organizacin; el nuevo

    sistema de concepciones que se dibuja en la nuevaIskracon tanta mayor claridad cuanto ms procura ahondarsu posicin y cuanto ms limpia va quedando dicha posicin de querellas por la cooptacin, es el oportunismoen las cuestiones de organizacin.

    El principal defecto de la literatura con que ahora contamos sobre la crisis de nuestro Partido, en el terrenodel estudio e ilustracin de los hechos, es la falta casi total de un anlisis de las actas del Congreso del Partido,y, en el terreno del esclarecimiento de los principios fundamentales del problema de organizacin, la falta de unanlisis del nexo que indudablemente existe entre el error fundamental cometido por el camarada Mrtov y elcamarada Axelrod al formular el artculo primero de los estatutos y al defender esta frmula, por una parte, ytodo el "sistema" (si es que puede hablarse en este caso de sistema) de las concepciones de principio que ahoratiene Iskra sobre el problema de organizacin. La actual redaccin de Iskrani siquiera advierte, por lo vistoeste nexo, aun cuando en las publicaciones de la "mayora" se ha sealado ya muchisimas veces la importanciade las discusiones sobre el artculo primero. En el fondo, el camarada Axelrod y el camarada Mrtov no hacenahora sino ahondar, desarrollar y extender el error inicial respecto al artculo primero. En el fondo, ya en lasdiscusiones habidas con respecto al artculo primero comenz a despuntar toda la posicin de los oportunistasen el problema de organizacin: su defensa de una organizacin del Partido difusa y no fuertemente cimentada,su hostilidad a la idea (a la idea "burocrtica") de estructurar el Partido de arriba abajo, a base del Congreso delPartido y de los organismos por l creados; su tendencia a ir de abajo arriba, permitiendo considerarse comomiembros del Partido a cualquier profesor, a cualquier estudiante de bachillerato y a "todo huelguista"; suhostilidad al "formalismo" que exija a un miembro del Partido la pertenencia a una de las organizacionesreconocidas por ste; su propensin a la psicologa de intelectual burgus, dispuesto tan slo a "reconocerplatnicamente las relaciones de organizacin"; la facilidad con que se entregan a elucubraciones oportunistas y

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    a frases anrquicas; su tendencia al autonomismo en contra del centralismo; en unapalabra, todo lo que florece ahora exuberantemente en la nueva Iskra, contribuyendo cadavez ms a una palmaria y completa aclaracin del error cometido en un principio.

    Por lo que se refiere a las actas del Congreso del Partido, la verdaderamente inmerecida falta de atencin deque son objeto, slo puede explicarse-por las querellas que encizaan nuestras discusiones y adems,probablemente, por el exceso de verdades demasiado amargas que contienen esas actas. Las actas del Congreso

    del Partido brindan un cuadro nico en su gnero, insustituible por lo exacto, lo pleno, lo polifactico, lo rico ylo autntico, un cuadro de la verdadera situacin de nuestro Partido, un cuadro de los puntos de vista, de losestados de nimo y de los planes trazados por los mismos hombres que participan en el movimiento, un cuadrode los matices polticos existentes en nuestro Partido, que permite ver su fuerza correlativa, sus relacionesmutuas y su lucha. Precisamente las actas del Congreso del Partido, y slo ellas, son las que nos permiten verhasta qu punto hemos conseguido barrer realmente todos los restos de las viejas relaciones, puramente decrculos, y sustituirlas por una grande y nica conexin del Partido. Todo miembro del Partido que quieraparticipar conscientemente en los asuntos de su Partido est obligado a estudiar de manera minuciosa nuestroCongreso, y repito: a estudiar, porque la mera lectura del montn de materiales en crudo, como son las actas, nobastan para dar el cuadro del Congreso. Slo por un estudio minucioso y personal puede conseguirse (y debeconseguirse) que los breves resmenes de los discursos, notas escuetas sobre las discusiones, pequeas

    escaramuzas por pequeas (pequeas al parecer) cuestiones se fundan en algo que sea un todo, para que losmiembros del Partido vean surgir como viva la~figura de cada orador destacado y quede clara toda la fisonomapoltica de cada grupo de delegados del Congreso. El que escribe estas lneas no ha trabajado en vano siconsigue aunque sea impulsar hacia un estudio amplio y personal de las actas del Congreso del Partido.

    Unas palabras ms, para los adversarios de la socialdemocracia. Con muecas de alegra maligna siguennuestras discusiones; procurarn, naturalmente, entresacar para sus fines algunos pasajes aislados de mi folletoconsagrado a los defectos y deficiencias de nuestro Partido. Los socialdemcratas rusos estn ya lo bastantefogueados en el combate para no dejarse turbar por semejantes alfilerazos y para continuar, pese a ellos, sulabor de autocrtica, poniendo despiadadamente al descubierto sus propias deficiencias, que de un modonecesario e inevitable sern enmendadas por el desarrollo del movimiento obrero. Y que ensayen los seoresadversarios a describirnos un cuadro de la situacin efectiva de sus "partidos" que se parezca aunque sea delejos al que brindan las actas de nuestro II Congreso!

    N. Lenin

    Mayo de 1904

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    a) PREPARACION DEL CONGRESO

    Se dice que, en un plazo de veinticuatro horas, todo el mundo tiene el derecho de maldecir a sus jueces. ElCongreso de nuestra Partido, como todo congreso de cualquier otro partido, ha sido tambin juez de algunaspersonas que aspiraban al puesto de dirigentes y han sufrido un fracaso. Y ahora estos representantes de la"minora", con una candidez enternecedora, "maldicen a sus jueces" y tratan por todos los medios dedesacreditar el Congreso, de aminorar su importancia y su autoridad. Con especial relieve se ha manifestadoesta tendencia en un artculo de Prctico[2] en el nm. 57 de Iskra, en el que se indigna ante la idea de lasoberana "divinidad" del Congreso. Vemos aqu un rasgo tan caracterstico de la nueva Iskra, que no es posiblepasarlo en silencio. La redaccin, compuesta en su mayora por personas rechazadaspor el Congreso, continapor una parte, titulndose redaccin "del Partido" y, por otra, abre sus brazos a aquellos que dicen que eCongreso no es una divinidad. Muy bonito, verdad? S, seores, el Congreso, desde luego, no es una divinidad;pero qu debemos pensar de quienes empiezan a "denigrar" el Congreso despusde haber sufrido en l unaderrota?

    Recordemos, en efecto, los principales hechos de la historia de la preparacin del Congreso.

    Desde el primer momento, en su anuncio de Igoo, que precedi a la salida del peridico, Iskradeclar queantes de unificarnos, haca falta deslindar nuestros campos.Iskraprocur convertir la Conferencia de 1902[3]enuna reunin privada y no en un Congreso del Partido[*].Iskraprocedi con extraordinario cuidado en el veranoy otoo de 1902, al renovar el Comit de Organizacin elegido por aquella Conferencia. Por fin, termin lalabor de deslindamiento, y termin con forme todos nosotros reconocimos. El Comit de Organizacin seconstituyo a fines de 1902.Iskracelebr su afianzamiento y declar -- en el artculo de fondodel nm. 32 -- quela convocatoria de un Congreso del Partido era la necesidad ms imperiosay urgente[**]. De modo que lo quemenos se nos puede reprochar es precipitacin en la convocatoria del II Congreso. Precisamente nos atuvimos ala regla: mdelo siete veces y crtalo una; tenamos pleno derecho moral a esperar de los camaradas que,despus de cortar, no seran ellos los que se lamentaran y volvieran a medir.

    El Comit de Organizacin elabor para el II Congreso unos estatutos extraordinariamente minuciosos(formalistas y burocrticos, diran ahora los que encubren con estas palabrejas su falta de carcter en materia

    poltica), hizo que fuesen adoptados por todos los comits y, por ltimo, los aprob, disponiendo, entre otrascosas, en el artculo 18: "Todas las resoluciones del Congreso y todas las elecciones que en l tienen lugar sondecisiones del Partido, obligatorias para todas sus organizaciones. Nadie, bajo pretexto alguno, puede protestarcontra ellas, y slo el siguiente Congreso del Partido puede anularlas o modificarlas" [***]. En verdad que soninocentes en s mismas estas palabras, tcitamente aceptadas entonces, como algo que se sobreentiende, y queahora tiene un sonido tan extrao, como una sentencia pronunciada contra la "minora"! Con qu objeto seescribi este artculo? Por pura frmula? Claro que no. Esa disposicin pareca imprescindible, y era, enefecto, imprescindible, porque el Partido se compona de una serie de grupos dispersos y autnomos, de los quepoda esperarse que no reconocieran el Congreso. Esa disposicin expresaba precisamente la buena voluntaddetodos los revolucionarios (de la que con tanta frecuencia y tan poca oportunidad se habla ahora, calificando debueno, con un eufemismo, lo que ms bien mereca el epteto de caprichoso). Equivala a una palabra de honor

    recproca que empeaban todos los socialdemcratas rusos. Deba garantizar que no seran vanos losgigantescos esfuerzos, los peligros y gastos relacionados con el Congreso, que ste no se convertira en unacomedia Calificaba de antemano de falta de lealtadtodo acto que signifique no reconocer las decisiones y laseleccionesdel Congreso.

    De quin se re, pues, la nueva Iskra, al hacer el nuevo descubrimiento de que el Congreso no es unadivinidad y sus decisiones no son sagradas? Contiene este descubrimiento "un nuevo punto de vista sobre losproblemas de organizacin" o tan slo nuevos intentos de borrar viejas huellas?

    * Vase las actas del II Congreso.** Vase V. I. Lenin, Obras Completas, t. VI.*** Vase las actas del II Congreso.

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    b) SIGNIFICACION DE LOS AGRUPAMIENTOS

    EN EL CONGRESO

    Por tanto, el Congreso fue convocado despus de la preparacin ms minuciosa, teniendo como base elprincipio de plena representacin en su forma superior. El presidente, despus de constituido el Congreso (pg54 de las actas), declar tambin que todos reconocan que el Congreso tena una composicin justa y sus

    decisiones eran absolutamenteobligatorias.Cul era, pues, la principal tarea del Congreso? Crear un partido efectivo, sobre las bases de principio y de

    organizacin propuestas y elaboradas porIskra.Tres aos de actividad deIskra, aprobada por la mayora de loscomits, haban decidido de antemano que aqulla deba ser precisamente la direccin en que deba trabajar elCongreso. El programa y la orientacin de Iskradeban convertirse en el programa y la orientacin del Partidolos planes de organizacin deIskradeban quedar afianzados en los estatutos de organizacin del Partido. Perode suyo se comprende que semejante resultado no poda conseguirse sin lucha: la plenitud de representacin enel Congreso aseguraba la presencia en l tambin de organizaciones que sostenan contra Iskra una luchadecidida (Bund y "Rabcheie Dielo"), y de otras que, reconociendo de palabra a Iskracomo rgano directivoperseguan en la prctica sus planes especiales y se distinguan por su falta de firmeza en el terreno de losprincipios (el grupo "Iuzhni Rabochi" y los delegados de algunos comits adheridos a l-). En semejantes

    condiciones, el Congreso no poda menos de convertirse en campo de lucha por la victoria de la orientaciniskrista. Todo el que lea con un poco de atencin las actas del Congreso, ver en seguida que, efectivamente,fue campo de esta lucha. Y nuestra misin ahora consiste en estudiar detalladamente los agrupamientosprincipales que, con motivo de diversas cuestiones, se han sealado en el Congreso, y reconstruir, con los datosexactos de las actas, la fisonoma poltica de cada uno de los grupos fundamentales del Congreso. Qu eranrealmente los grupos, tendencias y matices que deban fundirse en el Congreso, bajo la direccin de Iskra, en unpartido nico? Esto es lo que debemos demostrar, analizando los debates y las votaciones. La aclaracin de estepunto es tambin de cardinal importancia para estudiar lo que son en realidad nuestros socialdemcratas, ascomo para comprender las causas de la divergencia. Por esto es por lo que tanto en mi discurso ante el Congresode la Liga, como en mi carta a la redaccin de la nuevaIskra, pona precisamente en primer plano el anlisis delos diversos agrupamientos. Mis adversarios de la "minora" (con Mrtov al frente) no comprendieron en

    absoluto el fondo del problema. En el Congreso de la Liga se limitaron a enmiendas parciales, "justificndose"de la acusacin de viraje hacia el oportunismo de que se les haba hecho objeto, sin intentar siquiera trazar, encontraposicin al mo, un cuadro algo distintode los agrupamientos en el Congreso. Ahora, en Iskra (n. 56)Mrtov trata de presentar como simple "politiquera de crculos" todos los intentos de delimitar exactamente losdiversos grupos polticos del Congreso. Son palabras muy fuertes, camarada Mrtov! Pero las palabras fuertesde la nueva Iskra tienen una propiedad original: basta reproducir exactamente todas las peripecias de ladivergencia, empezando por el Congreso, y veremos que todas esas palabras fuertes se vuelven, plenamente ysobre todo, contra la redaccin actual. Miraos a vosotros mismos, seores que os llamis redactores delPartido, y que planteis la cuestin de la politiquera de crculos!

    Todo lo acontecido durante nuestra lucha en el Congreso molesta ahora tanto a Mrtov, que procura velarlopor completo. "Iskrista -- dice -- es quien, en el Congreso del Partido y antes de l, ha declarado que sesolidariza plenamente conIskra, ha defendido su programa y sus puntos de vista en materia de organizacin yha apoyado su poltica en este terreno. En el Congreso hubo ms de cuarenta iskristas de este tipo y se fue elnmero de votos favorables al programa de Iskray por la resolucin reconociendo a Iskrargano central delPartido." Hojead las actas del Congreso y veris que el programa fue aceptado por todos(pg. 233), menos porAkmov, que se abstuvo. Con esas palabras, el camarada Mrtov quiere asegurarnos que tanto los bundistas,como Brker y Martnov, han demostradosu "plena solidaridad" con Iskray defendido sus puntos de vista enmateria de organizacin! Esto es ridculo. El hecho de que, despusdel Congreso, todoslos que en l tomaronparte se hayan convertido en miembros del Partido, con iguales derechos (y an no todos, porque los bundistasse retiraron), se confunde aqu con aquellos grupos que provocaron la lucha en el Congreso. En lugar de

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    estudiar cules fueren los elementosque despus del Congreso formaron la "mayora" y la"minora", se hace una frase oficial: han aceptado el programa!

    Ved la votacin para reconocer a Iskra como rgano central. Veris que Martnov, a quien el camaradaMrtov, con valor digno de mejor causa, atribuye ahora la defensa de los puntos de vista y de la poltica deIskraen materia de organizacin, es quien precisamente insiste en que se distingan dos partes en la resolucin:el mero reconocimiento de Iskracmo rgano central y el reconocimiento de sus mritos. Cuando se vota la

    primera parte de la resolucin (en que se reconoce los mritos de Iskra, y se expresa la solidaridadcon ella)hay slo 35 votosen favor, dos en contra (Akmov y Brker) y once abstenciones (Martnov, los cinco bundistasy los cinco votos de la Redaccin, los dos mos, los dos de Mrtov y el de Plejnov). Por consiguiente, el grupode antiiskristas (cinco bundistas y tres de "Rabcheie Dielo") se destaca con toda claridad tambin aqu, en esteejemplo, el ms favorable para el punto de vista actual de Mrtov, ejemplo que l mismo ha elegido. Ved lavotacin de la segunda parte de la resolucin, por la que se reconoce a Iskra como rgano central, sin darmotivo alguno y sin expresar solidaridad (pg. 147 de las actas): 44 votos en favor, que el actual Mrtovclasifica como iskristas. En total hubo 51 votos; restan do las cinco abstenciones de los redactores, quedan 46;hubo dos votos en contra(Akmov y Brker); todos los cinco bundistasentran, por tanto, en el nmero de los44 restantes. De modo que los bundistas, en el Congreso, "expresaron su completa solidaridad con Iskra". Asse escribe la historia oficial por la Iskraoficial! Adelantndonos al relato, explicaremos al lector los verdderos

    motivos de esta verdad oficial: la actual redaccin de Iskrapodra ser y sera, en realidad, redaccin del Partido(y 40 seudo-redaccin del Partido, como ahora), si no se hubieran retirado del Congreso los bundistas y losrabcheiedielistas ". Por esta razn hubo que convertir en "iskristas" a estos fieles guardianes de la actualredaccin, sedicente redaccin del Partido. Pero ya hablaremos detalladamente de esto ms adelante.

    Luego cabe-preguntar: si el Congreso era una lucha de elementos iskristas y antiiskristas, no habraelementos intermedios, vacilantes, que oscilaran entre unos y otros? Todo el que conozca algo nuestro Partido yla fisonoma habitual de todos los congresos se inclinar, ya a priori, a contestar a esta preguntaafirmativamente. El camarada Mrtov no siente ahora el menor deseo d acordarse de estos elementosvacilantes y describe el grupo de "Iuzhni Rabochi", con los delegados que tienden hacia l, como iskristastpicos, presentando las discrepancias que nos separan de ellos como insignificantes y sin importanciaFelizmente, tenemos ahora ante nosotros el texto completo de-las actas, y podemos resolver este problema -- eproblema de los hechos, claro est -- a base de datos documentales, Lo que hemos dicho ms arriba, sobre eagrupamiento general en el Congreso, no pretende, naturalmente, resolver este problema, sino slo plantearlo deun modo acertado.

    Sin analizar los agrupamientos polticos, sin trazar un cuadro del Congreso como lucha de determinadosmatices, nuestras divergencias son totalmente incomprensibles. Cuando Mrtov intenta escamotear lasdiferencias de matiz, incluyendo hasta a los bundistas entre los iskristas, no hace ms que esquivar la cuestin.Ya a priori, a base de la historia de la socialdemocracia rusa antes del Congreso, se observan (para su ulteriorestudio y detallada comprobacin) tres grupos principales: iskristas, andiskristas y elementos inconstantesvacilantes, inestables.

    c) COMIENZA EL CONGRESO. INCIDENTE

    CON EL COMITE DE ORGANIZACION

    Como mejor se har el anlisis de los debates y votaciones del Congreso ser siguiendo el orden de lassesiones del mismo, a fin de ir consignando consecutivamente los matices polticos que en l se iban sealandocada vez ms. Slo cuando sea absolutamente necesario nos apartaremos del orden cronolgico para examinaren conjunto problemas que guarden estrecha relacin entre s o agrupamientos homogneos. En aras de laimparcialidad, trataremos de sealar todas las votaciones ms importantes, dejando de lado, naturalmentenumerosos casos en que se votaron menudencias, que se llevaron en nuestro Congreso una cantidad exorbitantede tiempo (parte, por nuestra inexperiencia y porque no supimos distribuir el material entre las reuniones decomisiones y las sesiones plenarias, y parte, por dilaciones rayanas en la obstruccin).

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    La primera cuestin que suscit debates en que empezaron a marcarse los diferentesmatices, fue, si deba figurar en primer lugar, (en el "orden del da" del Congreso) la delpunto siguiente: "situacin del Bund en el Partido" (pgs. 29-33 de las actas). Desde el punto de vista iskristaque defendamos Plejnov, Mrtov, Trotski y yo, no poda haber ningn gnero de dudas a este respecto. Lasalida del Bund del Partido demostr palpablemente la justeza de nuestras consideraciones: si el Bund no querair con nosotros ni reconocer los principios de organizacin que conIskracomparta la mayora del Partido, era

    intil y absurdo "hacer como si" furamos juntos y prolongar slo el Congreso (como lo prolongaban losbundistas). La cuestin estaba ya plenamente aclarada en las publicaciones, y para todo miembro del Partidoque reflexionara algo era evidente que slo caba plantear francamente la cuestin y elegir de una maneradirecta y honrada entre la autonoma (vamos juntos) y la federacin (nos separamos).

    Con toda su poltica de evasivas, tambin aqu quisieron los bundistas eludir el problema, aplazndolo. Se lesuni el camarada Akmov, que en seguida, por lo visto en nombre de todos los partidarios de "RabcheieDielo", plante las discrepancias conIskraen materia de organizacin (pg. 31 de las actas). Al lado del Bund yde "Rabcheie Dielo" se coloca Mjov (dos votos del Comit de Nikoliev, que haca poco haba expresado susolidaridad con Iskrar! ). El camarada Mjov no comprende nada del problema; l considera tambin "puntoflaco" "la cuestin del rgimen democrtico o, por el contrario [fijaos en esto!], del centralismo", lo mismo quela mayora de nuestra actual redaccin "del Partido", que no ha visto todava en el Congreso este "punto flaco"!

    De modo que contra los iskristas estn: El Bund, "Rabcheie Dielo" y el camarada Mjov, que tienen juntosprecisamente los diez votos que hubo contra nosotros (pg. 33). En favor nuestro hubo trenta votos, cifraalrededor de la cual, como veremos ms adelante, oscilan con frecuencia los votos de los iskristas. Hubo 11abstenciones de los que, por lo visto, no se inclinaban por ninguno de los dos "partidos" en lucha. Es interesanteobservar que, cuando votamos el artculo 2 de los estatutos del Bund (artculo que, al ser rechazado, provoc lasalida del Bund del Partido), los votos a favor del artculo 2 y las abstenciones sumaron tambin diez (pg. 289de las actas), abstenindose precisamente los tres de "Rabcheie Dielo" (Brker, Martnov y Akmov) y elcamarada Mjov. Es evidente que la votacin sobre el lugarque corresponda al problema del Bund haba dadoun agrupamiento que no era casual.Es evidente que todos estos camaradas disentan de Iskra, no slo en unacuestin tcnica, en ei orden de examen de las cuestiones, sino tambin en el fondo. Por lo que se refiere a"Rabcheie Dielo", todo el mundo ve claramente la divergencia de fondo, y el camarada Mjov defini de unmodo magistral su actitud en el discurso que pronunci con motivo de la retirada del Bund, (pgs. 289-290 delas actas). Vale la pena detenerse en este discurso. El camarada Mjov dice que, despus de la resolucin querechaz la federacin, "la situacin del Bund en el P.O.S.D.R., de problema de principio, se ha convertido paral en problema de la poltica real con respecto a una organizacin nacional histricamente constituida; aqu, --contina el orador --, no hubiera podido dejar de tener en cuenta todas las consecuencias que pudieran resultarde nuestra votacin y por ello hubiera votado por el punto dos en su totalidad". El camarada Mjov ha asimiladoperfectamente el espritu de la "poltica real": en principio ha rechazado ya la federacin y por eso, en laprctica, hubiera votadoun punto de los estatutos que sera una aplicacin de esta misma federacin! Y estecamarada "prctico" explica su posicin, basada en profundos principios, con las palabras siguientes: "Pero [elfamoso "pero" de Schedrn] como cualquier votacin ma slo tena un carcter de principio [!] y no podatener carcter prctico, debido a la casi completa unanimidad de los dems miembros del Congreso, preferabstenerme para sealar una diferencia de principios". . .[lbrenos Dios de semejante apego a los principios!]. .. "entre mi posicin en este caso y la posicin que propugnaban los delegados del Bund que votaron a favor delpunto. Por el contrario, hubiera votado a favor de ese punto si los delegados del Bund se hubieran abstenido devotar, cosa en la que insistan anteriormente". Entindalo quien pueda! Un hombre de principios se abstiene dedecir bien alto que s, porque ello es prcticamente intil cuando todos dicen que no.

    Despus de votar el lugar que corresponda al problema del Bund, surgi en el Congreso la cuestin delgrupo "Borb" que produjo tambin un agrupamiento extraordinariamente interesante y estaba estrechamenterelacionada con el problema ms "agudo" del Congreso, el de la composicin de los organismos centrales. Lacomisin encargada de determinar la composicin del Congreso, opina que no debe invitarse al grupo "Borb"

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    segn la decisin reiteradadel Comit de Organizacin (v. pgs. 383 y 375 de las actas) yel informe de sus representantes en la comisin(pg. 35).

    El camarada Iegrov, miembro del Comit de Organizacin, declara que "el problema del grupo 'Borb[observad que dice del grupo "Borb", y no de tal o cual miembro] es para l cosa nueva", y pide que sesuspenda la sesin. Es un misterio cmo es posible que un problema sobre el que han recado dos decisiones delComit de Organizacin pueda ser cosa nueva para uno de sus miembros. Se suspende la sesin y se rene el

    Comit de Organizacin (pg 40 de las actas), asistiendo aquellos de sus miembros que por casualidad seencuentran en el Congreso (estaban ausentes unos cuantos miembros del Comit de Organizacin, de los viejosmiembros de la organizacin de Iskra)[*]. Comienzan los de bates sobre "Borb". Estn en favor losrabcheiedielistas (Martnov, Akmov y Brker, pgs. 36-38); en contra, los iskristas (Pavlvich, Sorokin,Langue[5], Trotski, Mrtov y otros). Nuevamente se establece en el Congreso la divisin en grupos que yaconocemos. Con motivo de "Borb" se empea una lucha obstinada, y el camarada Mrtov pronuncia undiscurso particularmente detallado (pg. 38) y "combativo", en el que alude con razn a la "desigualdad derepresentacin" de los grupos rusos y del extranjero, habla de que no estara del todo "bien" conceder a ungrupo del extranjero un "privilegio" (palabras de oro, especialmente instructivas, ahora, desde el punto de vistade lo que ha sucedido despus del Congreso!), que no deba fomentarse "en el Partido el caos de organizacin,manifestacin caracterstica del cual era una fragmentacin no originada por ninguna consideracin de

    principio" (tiro directo. . . a la "minora" del Congreso de nuestro Partido!). Nadie, fuera de los partidarios de"Rabcheie Dielo", se puso franca y razonadamente al lado del grupo "Borb" hasta el momento de cerrarse lahoja de inscripcin de oradores (pg. 40): hay que hacer justicia al camarada Akmov y a sus amigos, porqueellos, por lo menos, no anduvieron con ambages y rodeos, sino que siguieron abiertamente su lnea y dijeronfrancamente lo que queran.

    Despus de cerrada la lista de oradores, cuando sobre el fondo de la cuestin ya no se puede hablar, elcamarada Iegrov "insiste en que se escuche la resolucin que acaba de tomar el Comit de Organizacin". Noes de extraar que los miembros del Congreso se muestren indignados ante semejante proceder, y el camaradaPlejnov, como presidente, expresa su "asombro ante el hecho de que el camarada Iegrov insista en suexigencia". Porque una de dos: o haba que hablar franca y precisamente sobre el fondo de la cuestin ante todoel Congreso, o no haba que hablar en absoluto. Pero dejar que se cerrara la lista de oradores y despus, como"palabras de resumen", presentar al Congreso una nuevaresolucin del Comit de Organizacin, precisamentesobre el problema de que se trataba, era un golpe a traicin!

    La sesin se reanuda despus del almuerzo, y el Bur, que sigue asombrado, decide dejarse de "formalidades"y echar mano del ltimo recurso, que slo en casos extremos se utiliza en los Congresos, "la explicacin entrecamaradas". Un representante del Comit de Organizacin, Popov, comunica el acuerdo del Comit aprobadopor todos sus miembros contra uno, Pavlvich (pg. 43), y por el que se propone al Congreso que invite aRiasnov.

    Pavlvich declara que l haba negado y segua negando legitimidad a la reunin del Comit deOrganizacin, y que el nuevo acuerdo del citado Comit "est en pugna con el anterior". Esta declaracinproduce una verdadera tempestad. El camarada Iegrov, tambin miembro del Comit de Organizacin y del

    grupo "Iuzhni Rabochi", elude en su respuesta el fondo de la cuestin y quiere trasladar el centro de gravedad ala cuestin de disciplina. Como si el camarada Pavlvich quebrantara la disciplina del Partido (!), porque elComit de Organizacin, despus de examinar la protesta de aqul, haba acordado "no poner en conocimientodel Congreso la opinin particular de Pavlvich". Se pasa a discutir el problema de la disciplina del Partido yPlejnov explica en forma didctica al camarada Iegrov, entre ruidosos aplausos del Congreso, que "nosotrosno tenemos mandatos imperativos " (pg. 42. Cfr. pg. 379, reglamento del Congreso, artculo 7: "Losdelegados no tendrn limitados sus poderes por mandatos imperativos. Sern plenamente libres eindependientes en el ejercicio de sus poderes"). "El Congreso es la instancia suprema del Partido" y, por tanto,

    * Vase sobre esta reunin la "Carta" de Pavlvich[4], miembro del Comit de Organizacin, que, adems, haba sido elegidopor unanimidad, antes del Congreso,

    representante autorizado de la redaccin, de la que era sptimo miembro (actas de la Liga, pg. 44).

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    falta a la disciplina del Partido y al reglamento del Congreso precisamente todo el que encualquier forma ponga obstculos a que cualquiera de los delegados apele, directamenteante el Congreso, sobre todas las cuestiones de la vida del Partido, sin excepcin alguna. El problema endiscusin se reduce de este modo a un dilema: el espritu de corrillo o el espritu de Partido? O se limitan losderechos de los delegados del Congreso, en virtud de imaginarios derechos o estatutos de toda suerte decomisiones y corrillos, o se disuelven totalmenteantes del Congreso, y no slo de palabra, sino de hecho, todas

    las instancias inferiores y los viejos grupitos, hasta que se creen verdaderas instituciones funcionales delPartido. Ya por esto puede ver el lector qu enorme importancia de principio tena esta discusin al comienzomismo (tercera sesin) de un congreso que se planteaba como finalidad restaurar de hecho el Partido. En estadiscusin se concentraba, por decirlo as, el conflicto entre los antiguos corrillos y grupitos (como "IuzhniRabochi") y el Partido que renaca. Y los grupos antiiskristas salen en seguida a la superficie: tanto el bundistaAbramson, como el camarada Martnov, ardiente partidario de la actual redaccin de Iskra, y el camaradaMjov, a quien tambin conocemos, todos ellos se declaran a favor de Iegrov y del grupo de "Iuzhni Rabochi",en contra de Pavlvich. El camarada Martnov, que ahora, a porfa con Mrtov y Axelrod, hace gala de"democratismo" en materia de organizacin, recuerda hasta. . . el ejrcito, donde slo se puede apelar a lainstancia superior por mediacin de la inferior!! Todo el que asista al Congreso o haba seguido atentamente lahistoria interna de nuestro Partido antes de su celebracin, comprenda claramente el verdadero sentido de esta

    "compacta" oposicin antiiskrista. La tarea de la oposicin (quiz todos sus representantes no siempre sepercataran de ello, y a veces lo sostuvieran por inercia) consista en salvaguardar la independencia, elparticularismo, los intereses de capilla de los pequeos grupos, para que no se los tragara un partido amplio, quese vena estructurando a base de los principios iskristas.

    Tal es precisamente el punto de vista que, respecto a esta cuestin, adopt tambin el camarada Mrtov, quepor entonces an no se haba unido a Martnov. El camarada Mrtov se alza decididamente, y se alza con razncontra aquellos cuya "idea de la disciplina de partido no va ms all de las obligaciones de un revolucionariorespecto al grupo de orden inferiordel que forma parte". "En el seno de un partido nico no es admisible ningnagrupamiento forzoso " (subrayado por Mrtov), explica Mrtov a los defensores de los corrillos, sin prevercmo fustigan estas palabras su propia conducta poltica en las ltimas sesiones del Congreso y despus de l. . .El agrupamiento forzoso no es admisible para el Comit de Organizacin, pero es plenamente admisible para la

    redaccin. Mrtov condena el agrupamiento forzoso mientras lo mira desde el organismo central, pero lodefiende en cuanto deja de satisfacerle la composicin de este organismo central. . .

    Es interesante observar el hecho de que en su discurso, adems del "enorme error" del camarada Iegrov,subraya el camarada Mrtov especialmente la inestabilidad poltica de que ha dado prueba el Comit deOrganizacin. "En nombre del Comit de Organizacin -- se indigna Mrtov con razn --, se ha hecho unaproposicin que contradice al informe de la comisin [fundado, aadmoslo nosotros, en el informe de losmiembros del Comit de Organizacin: pg. 43, palabras de Koltzov] y a las proposiciones anteriores delComit de Organizacin " (subrayado por m). Como veis, Mrtov comprenda perfectamente entonces, antesde su "viraje", que el sustituir el grupo "Borb" por Riasnov nada quita de la completa contradiccin y falta defirmeza de la actuacin del Comit de Organizacin (por las actas del Congreso de la Liga, pg. 57, podrn verlos miembros del Partido el punto de vista de Mrtov despus de su viraje). No se limit entonces Mrtov aexaminar el problema de la disciplina, sino que pregunt, adems, directamente al Comit de Organizacin:"qu ha sucedido para que sea necesaria esa refundicin?" (subrayado por m). Porque, en efecto, el Comit deOrganizacin, al hacer su proposicin, no tuvo ni siquiera el suficiente valor de defender francamente suopinin, como la defendieron Akmov y otros. Mrtov niega esto (actas de la Liga, pg. 56), pero quien lea lasactas del Congreso ver que Mrtov se equivoca. Popov, al hacer la proposicin en nombre del Comit deOrganizacin, no dice ni una palabra de razones (pg. 41 de las actas del Congreso del Partido). Iegrovtraslada la discusin al punto sobre la disciplina, pero, sobre el fondo de la cuestin, slo dice "El Comit deOrganizacin poda tener nuevas consideraciones" . . . [pero no se sabe si las tena, ni de qu consideraciones setrata] . . . "ha podido olvidarse de inscribir a alguien, etc.". [Este "etc." es la nica salvacin del orador, porqueel Comit de Organizacin no pudo olvidarsede la cuestin del grupo "Barb", que haba examinado dos veces

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    antes del Congreso y una vez ante la comisin]. "El Comit de Organizacin no haaprobado este acuerdo porque haya cambiado de actitud respecto al grupo 'Barb', sinoporque quiere quitar piedras sobrantes del camino de la futura organizacin central del Partido, en los primerospasos de su actuacin". Esto no es dar razones, sino eludirlas. Todo socialdemcrata sincero (y nosotros noponemos ni aun en duda la sinceridad de ninguno de los participantes en el Congreso) se preocupa de apartartodo lo que l consideraescollo, de apartarlo por los procedimientosque l reconoceadecuados. Dar razones

    significa explicar y decir exactamente la opinin de uno sobre las cosas y no salir del paso con unaperogrullada. Y no se hubieran podidodar razones sin "cambiar de actitud respecto al grupo 'Barb'", porque lasanteriores decisiones contradictorias del Comit de Organizacin trataban tambin de apartar escollos, perovean estos "escollos" precisamente en lo contrario. El camarada Mrtov ataca precisamente con extraordinariadureza y con muchsima razn este argumento, calificndolo de "ftil " y debido al deseo de "excusarse " yaconsejando al Comit de Organizacin que "no tema al qu dirn. Con estas palabras defina el camaradaMrtov perfectamente el fondo y el sentido de un matiz poltico que ha desempeado en el Congreso un papelimportantsimo y que se distingue precisamente por la falta de independencia, la mezquindad, la falta de lneapropia,el temor al qu dirn, la eterna vacilacin entre las dos partes determinadas, el temor a exponerabiertamente su credo ; en una palabra, por todas las caractersticas de la "charca" [*].

    Esta falta de carcter, en poltica, de un grupo inconstante condujo, entre otras cosas, a que nadiea excepcin

    del bundista Iudin (pg. 53), presentara al Congreso una resolucin para invitar a uno de los miembros delgrupo "Barb". La resolucin de Iudin obtuvo cinco votos a favor, pot lo visto, de todos los bundistas: loselementos vacilantes volvan a dar otro bandazol El contingente aproximado de votos del grupo del centro sevio en las votaciones de las resoluciones de Koltzov y de Iudin sobre este punto: la resolucin del iskristaobtuvo 32 votos (pg. 47) y la del bundista I6, es decir, adems de los ocho votos antiiskristas, tuvieron los dosvotos del camarada Mjov (pg. 46), los cuatro votos de los miembros del grupo "Iuzhni Rabochi" y otros dosvotos ms. En seguida demostraremos que en ningn modo puede considerarse esta distribucin de votoscasual, pero primero expondremos brevemente lo que ahoraopina Mrtov sobre este incidente con el Comit deOrganizacin. Mrtov ha dicho en la Liga que "Pavlvich y otros atizaron las pasiones". Basta ver las actas delCongreso para convencerse de que fue el mismo Mrtov quien pronunci los discursos ms detallados, ardientesy duros contra el grupo "Barb" y el Comit de Organizacin. Al tratar de descargar la "culpa" sobre Pavlvich

    lo nico que hace es demostrar su falta de firmeza: antes del Congreso eligi precisamente a Pavlvich sptimomiembro de la redaccin y en el Congreso se solidariz por entero con l (pg. 44) contra Iegrov. Despus, sinembargo, cuando ha sido derrotado por Pavlvich, le acusa de "atizar las pasiones". Esto no pasa de ser ridculo.

    En Iskra (nm. 56) Mrtov habla con irona de la importancia que se da a invitar a fulano o zutano. Estairona se vuelve de nuevo contra Mrtov, porque precisamente el incidente con el Comit de Organizacin dioorigen a una discusin sobre problema tan "importante" como el invitar a fulano o zutano a formar parte delComit Central o del rgano Central. No est bien eso de medir con dos varas distintas, segn se trate delpropio "grupo de orden inferior" (respecto al Partido), o de un grupo ajeno. Esto es psicologa filistea y decrculos, y no la actitud que el Partido exige ante una cuestin. Lo demuestra suficientemente el simple cotejodel discurso de Mrtov en la Liga (pg. 57) con su discurso en el Congreso (pg. 44). "No comprendo -- dijoMrtov, entre otras cosas, en la Liga -- cmo se las arregla la gente para llamarse a toda costa iskristas y almismo tiempo avergonzarse de serlo". Extraa incomprensin de la diferencia que hay entre "llamarse" y "ser"entre el dicho y el hecho. El mismo Mrtov se dijoen el Congreso adversario de los agrupamientos forzosos ydespus del Congreso fue partidario de ellos.

    * Tenemos ahora en el Partido gentes que, al oir esta palabra, se horrorizan y se lamentan a gritos de una polmica impropia de camaradas. Extraa deformaci

    del sentido comn bajo la influencia de la correccin oficial. . . cuando se aplica indebidamente! Casi no hay partido poltico con lucha interna que prescinda de este

    trmino, que sirve siempre para designar a los elementos inconstantes que vacilan entre los que luchan. Tampoco los alemanes, que saben mantener la lucha interna

    en un marco de exquisita correccin, se ofenden por la palabra "versumpft [encharcado -- N. de la Red.] Y no se horrorizan ni manifiestan ridcula "pruderie

    [gazmoera -- N. de la Red.] oficial.

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    d) DISOLUCION DEL GRUPO "IUZHNI

    RABOCHI"

    Quiz pueda parecer obra de la casualidad la forma en que se dividieron los delegados en el problema delComit de Organizacin. Pero tal opinin sera errnea, y para eliminarla, nos apartaremos del ordencronolgico y examinaremos en seguida un incidente que, aun cuando tuvo lugar al finalizar el Congreso, est

    ntimamente relacionado con el que acabamos de exponer. Se trata de la disolucin del grupo "Iuzhni Rabochi"En contra de las tendencias de Iskraen materia de organizacin -- plena cohesin de las fuerzas del Partido yeliminacin del caos que las fragmentaba -- se levantaron en este caso los intereses de uno de los grupos, cuyotrabajo era til mientras faltaba un verdadero partido, pero se hizo superfluo al organizarse el trabajo de unmodo centralizado. En aras de los intereses de un crculo, el grupo "Iuzhni Rabochi", con no menos derecho quela vieja Iskra, poda pretender que se mantuviera la "continuidad" y su inviolabilidad. En aras de los interesesdel Partido, este grupo deba someterse al traslado de sus fuerzas "a las correspondientes organizaciones delPartido" (pg. 313, final de la resolucin adoptada por el Congreso). Desde el punto de vista de los intereses decrculo y de la mentalidad pequeoburguesa, no poda menos de parecer "quisquillosa" (expresin del camaradaRsov y del camarada Deich) la disolucin de un grupo til, que tena tan pocas ganas de disolverse como lavieja redaccin de Iskra.Desde el punto de vista de los intereses del Partido, era imprescindible la disolucin

    "la dilucin" (expresin de Gsiev) en el Partido. El grupo "Iuzhni Rabochi" declar francamente que "noconsideraba necesario" declararse disuelto y exiga que "el Congreso expresara su opinin en forma categrica",y adems, "inmediatamente: s o no". El grupo "Iuzhni Rabochi" invocaba la misma "continuidad" a la quehaba apelado la vieja redaccin de Iskra . . .despus de su disolucin! "Aunque todos nosotros, tomados cadauno individualmente, constituimos un partido nico -- dijo el camarada Iegrov --, este Partido se compone, sinembargo, de toda una serie de organizaciones que es menester tener en cuenta como magnitudes histricas. . .Suna de estas organizaciones no perjudica al Partido, no hay motivo para disolverla ".

    De este modo, se planteaba en forma completamente definida una importante cuestin de principio, y todoslos iskristas -- mientras no salieron a primer plano los intereses de sus propios crculos -- se levantarondecididos contra los elementos vacilantes (los bundistas y dos de "Rabcheie Dielo" no estaban ya entonces enel Congreso; indudablemente, se hubieran declarado decididos partidarios de "tener en cuenta las magnitudes

    histricas"). La votacin dio 31 votos a favor, cinco en contra y cinco abstenciones (cuatro miembros del grupo"Iuzhni Rabochi" y probablemente Bielov, a juzgar por sus anteriores declaraciones, pg. 308). El grupo de diezvotos, tajantemente opuesto al plan de organizacin consecuente propugnado por Iskra y partidarios de loscrculos contra el espritu de partido, se dibuja con toda precisin. En los debates, los iskristas plantean estacuestin precisamente desde el punto de vista de los principios (vase el discurso de Langue, pg. 315),declarndose en contra de los mtodos primitivos de trabajo y de la dispersin, negndose a tener en cuenta las"simpatias" de algunas organizaciones y diciendo francamente que "se hubiera conseguido antes la unificacindel Partido y el triunfo de los principios programticos que aqu hemos sancionado, si los camaradas del grupo'Iuzhni Rabochi' se hubieran atenido antes, hace uno o dos aos, a un punto de vista ms en consonancia con losprincipios". En el mismo sentido hablan Orlov, Gsiev, Lidov, Muraviov, Rsov, Pavlvich, Glibov y GorinNo slo no se alzaron los iskristas de la "minora" contra estas alusiones concretas, que repetidamente se

    hicieron en el Congreso, a la poltica y la "linea" del grupo "Iuzhni Rabochi", de Mjov y otros, carente deprincipios, no slo no hicieron reserva alguna a este respecto, sino que, por el contrario, por boca de Deich, seunieron decididamente a ellos, censurando el "caos" y aplaudiendo el que "planteara francamente la cuestin"(pg. 315) el mismo camarada Rsov, que en aquella misma sesintuvo -- qu horror! -- la osadia de "plantearfrancamente tambin" el problema de la vieja redaccin en el terreno puramente de partido (pg. 325).

    En el grupo "Iuzhni Rabochi" el asunto de su disolucin produjo una indignacin terrible, de la queencontramos huellas tambin en las actas (no debe olvidarse que las actas no dan ms que un plido reflejo delos debates, pues en lugar de discursos completos no contienen ms que extractos y resmenes muy abreviados)El camarada Iegrov calific incluso de "mentira" la simple mencin del grupo "Rabchaia Misl"[6]junto con egrupo "Iuzhni Rabochi", ejemplo caracterstico de la actitud que predominaba en el Congreso respecto al

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    economismo consecuente. Incluso mucho despus, en la 37 sesin, Iegrov habla de ladisolucin de "Iuzhni Rabochi" con profunda irritacin (pg. 356), pidiendo que se hagaconstar en el acta que, cuando se trat de este grupo, no se pregunt a sus miembros acerca de los medios paralas ediciones, ni sobre el control del rgano Central y del Comit Central. Durante la discusin sobre el grupo"Iuzhni Rabochi", el camarada Popov alude a la compacta mayora que pareci decidir de antemano la cuestinacerca de dicho grupo. "Ahora-- dice (pg. 316) --, despus de los discursos de los camaradas Gsiev y Orlov

    todo est claro ". El sentido de estas palabras es indudable: ahora, despus de que los iskristas han expresado suopinin y han propuesto una resolucin, todo est claro, es decir, est claro que el grupo "Iuzhni Rabochi" serdisuelto contra su voluntad. El mismo representante del grupo "Iuzhni Rabochi" separa aqu a los iskristas (y,adems, a tales como Gsiev y Orlov) de sus partidarios, considerando que representan "lneas" distintas depoltica de organizacin. Y cuando la actual Iskra presenta al grupo "Iuzhni Rabochi" (y tambinprobablemente a Mjov?) como "iskristas tpicos", esto no hace sino probar en forma patente un olvido de losacontecimientos ms importantes (desde el punto de vista de este grupo) sucedidos en el Congreso y, por partede la nueva redaccin, un deseo de borrar las huellas para que no se vea con qu clase de elementos se form lallamada "minora".

    Es de lamentar que no se haya planteado en el Congreso el problema de un rgano popular. Todos losiskristas trataron con extraordinario inters de este problema tanto antes del Congreso, como durante el mismo,

    fuera de las sesiones, coincidiendo en que no sera nada razonable iniciar la edicin de semejante rgano o dareste carcter a uno de los ya existentes en el momento actual de la vida de nuestro Partido. Los antiiskristas, enel Congreso, se manifestaron en sentido contrario, lo mismo que el grupo "Iuzhni Rabochi" en su informe, yslo la casualidad o el no haber querido plantear una cuestin "desesperanzada" pueden explicar que no sepresentara la correspondiente resolucin con diez firmas al pie.

    e) EL INCIDENTE DE LA IGUALDAD DE

    DERECHOS DE LAS LENGUAS

    Volvamos al orden de sesiones del Congreso.

    Hemos podido persuadirnos de que, an antes de que se pasara a examinar el fondo de las cuestiones, se

    haba manifestado ya con claridad en el Congreso, no slo un grupo perfectamente definido de antiiskristas (8votos), sino tambin un grupo de elementos intermedios, inestables, dispuestos a apoyar a estos ocho y aaumentar su nmero hasta unos 16 18 votos.

    La cuestin del lugar que en el Partido corresponda al Bund, cuestin que se examin en el Congreso de unmodo extraordinaria y excepcionalmente detallado, se redujo a resolver una tesis de principio, posponindose lasolucin prctica hasta tanto se tratara de las relaciones de organizacin. Como ya antes del Congreso se habaconsagrado bastante espacio en las publicaciones a explicar temas referentes a este punto, los debates delCongreso dieron poco que fuese relativamente nuevo. Sin embargo, no se puede menos de observar que lospartidarios de "Rabcheie Dielo" (Martnov, Akmov y Brker), declarndose conformes con la resolucin deMrtov, hicieron la reserva de que la consideraban insuficiente y disentan de ella en las conclusiones (pgs. 6973, 83, 86).

    Despus de la cuestin acerca del lugar que corresponda al Bund, pas el Congreso a tratar del programa. Eneste punto, la mayor parte de la discusin gir en torno a enmiendas particulares que presentaban escaso inters.En principio, la oposicin de los antiiskristas se manifest nicamente en el enfoque del camarada Martnovcontra el clebre planteamiento de la cuestin acerca de la espontaneidad y la conciencia. En favor de Martnovse mostraron plenamente de acuerdo, como es natural, los bundistas y los de "Rabcheie Dielo". Mrtov yPlejnov, entre otros, demostraron lo infundado de las objeciones de Martnov. Como cosa curiosa es deobservar que ahora la redaccin de Iskra (tras de reflexionar un poco, por lo visto) se ha pasado al lado deMartnov y dice lo contrario de lo que dijo en el Congreso! Probablemente, esto corresponde al clebreprincipio de la "continuidad". . . Nos queda ahora esperar a que la redaccin acabe de orientarse y nos expliquehasta qu punto est de acuerdo con Martnov, en qu y exactamente desde cundo. Entre tanto, nos limitaremos

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    a preguntar si se ha visto alguna vez un rgano del Partido, cuya redaccin diga despusde un congreso precisamente lo contrario de lo que ha dicho en l.

    Pasando por alto las discusiones sobre el reconocimiento de Iskra como rgano central (ya nos hemosreferido a esto ms arriba) y el comienzo de los debates sobre los estatutos (de los que ser ms cmodo tratarcuando los examinemos en conjunto), pasemos a los matices de principio que se sealaron cuando se trat delprograma. Notemos, en primer lugar, un detalle extraordinariamente caracterstico: los debates sobre la cuestin

    de la representacin proporcional. El camarada Iegrov, del "Iuzhni Rabochi", abogaba por que se incluyera enel programa, y defendi este punto de vista de tal modo que provoc una observacin acertada de Posadovski(iskrista de la minora) sobre la existencia de una "seria discrepancia". "Es indudable -- dijo el camaradaPosadovski -- que disentimos en la cuestin fundamental siguiente: es preciso someter nuestra poltica futuraa unos u otros principios democrticos fundamentales, reconocindoles un valor absoluto, o bien deben quedartodos los principios democrticos sometidos exclusivamente a los intereses de nuestro Partido? Yo me declarodecididamente partidario de este ltimo". Plejnov "se adhiere plenamente" a Posadovski, expresndose anms concreta y enrgicamente contra "el valor absoluto de los principios democrticos", contra "el modoabstracto" de interpretarlos. "Es concebible en hiptesis un caso -- dice -- en el que nosotros, socialdemcratasnos declaremos en contra del sufragio universal. Hubo pocas en que la burguesa de las repblicas italianasprivaba de derechos polticos a los individuos pertenecientes a la nobleza. El proletariado revolucionario podra

    limitar los derechos polticos de las clases altas, lo mismo que stas hicieron antes respecto al proletariado". Eldiscurso de Plejnov es acogido con aplausos ysiseos, y cuando Plejnov protesta contra el Zwischenruf * "nohay que sisear" y ruega a los camaradas que no se cohban, se levanta el camarada Iegrov y dice: "Cuandosemejantes discursos provocan aplausos, no tengo ms remedio que sisear". Juntamente con el camaradaGoldblat (delegado del Bund), el camarada Iegrov se declara en contra de las opiniones de Posadovski yPlejnov. Es de lamentar que se cerrara la discusin y el asunto que surgi en relacin con ella desaparecieseinmediatamente de la escena. Pero en vano procura ahora el camarada Mrtov aminorar e incluso anular susignificacin, diciendo en el Congreso de la Liga: "Estas palabras [de Plejnov] provocaron la indignacin deuna parte de los delegados, indignacin que hubiera sido fcil de evitar de haber aadido el camarada Plejnovque, naturalmente, no puede imaginarse una situacin tan trgica, que el proletariado, para afianzar su victoria,tenga que violar derechos polticos como la libertad de prensa. . . (Plejnov: "merci")" (pg. 58 de las actas de la

    Liga). Esta interpretacin est en pugna directacon lo que, en forma absolutamente categrica, dijo el camaradaPosadovski en el Congresoacerca de una "seria discrepancia" y una disensin sobre el "problema fundamental"Respecto a este problema fundamental, todos los iskristas se declararon en el Congreso contra losrepresentantes de la "derecha" antiiskrista (Goldblat) y del "centro" del Congreso (Iegrov). Esto es un hecho ypodemos garantizar sin temor que si el "centro" (espero que esta palabra chocar menos que ninguna otra a lospartidarios "oficiales" de la suavidad. . .), si el "centro" (representado por el camarada Iegrov o Mjov) hubieratenido que expresar "libremente " su opinin sobre esta o anlogas cuestiones, hubieran aparecido en seguidaserias discrepancias.

    Esta discrepancia se puso de manifiesto con mayor relieve an en la cuestin de la "igualdad de derechos delas lenguas" (pg. 171 y siguientes de las actas). En cuanto a este punto, no son tan elocuentes los debates comolas votaciones: sumndolos, llegamos a la increble cifra de diecisis!Por qu? Por si no basta sealar en elprograma la igualdad de derechos de todos los ciudadanos, independientemente de su sexo, etc.y de su lenguao si es preciso decir: "libertad de lengua" o "igualdad de derechos de las lenguas". El camarada Mrtov hadefinido con bastante acierto en el Congreso de la Liga este episodio, diciendo que "una discusin insignificantesobre la redaccin de un punto del programa adquiri significacin de principio, porque la mitad del Congresose mostraba dispuesta a derrocar la comisin de programa".

    * Observacin desde un escao durante un discurso. (N. de la Red.)

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    Precisamente as[*]. El motivo del choque fue, en efecto, insignificante, y, sin embargo,ste adquiri en verdad carcter de principio y, por lo mismo, formas terriblementeencarnizadas, llegndose al intento de "derrocar " la comisin de programa, a sospechar que deseaba "jugar unamala pasada al Congreso " (sospecha que Iegrov expres respecto de Mrtov!), llegndose a cambiaralusiones personales del carcter ms. . . injurioso (pg. 178). Incluso el camarada Popov "lament que, conmotivo de naderas, se creara una tal atmsfera " (subrayado por m, pg. 182), atmsfera que rein durante tres

    sesiones (16,17 y 18).Todas estas expresiones confirmaban definida y categricamente el hecho importantsimo de que la

    atmsfera de "sospechas" y de las ms encarnizadas formas de lucha ("derrocar") -- despus, en el Congreso dela Liga, se acus a la mayora de los iskristas de haberla creado! -- haba sido creada, en realidad, mucho antesde que nos escindiramos en mayora y minora. Repito que es un hecho de enorme importancia, un hechofundamental, y el no comprenderlo conduce a muchsima gente a las opiniones ms ligeras sobre el carcterartificial de la mayora a la terminacin del Congreso. Desde el punto de vista actual del camarada Mrtovquien afirma que haba en el Congreso 9/10 de iskristas, es absolutamente inexplicable y absurdo el hecho deque, por "naderas", por un motivo "insignificante", pudiera producirse una colisin que adquiri "carcter deprincipios" y estuvo a punto de echar abajo a la comisin del Congreso. Sera ridculo tratar de deshacerse deeste hecho con gimoteos y lamentaciones sobre el "dao" que han hecho ciertas ocurrencias. El carcter de

    principiode la colisin no pudo resultar de ninguna aspereza: slo pudo nacer del carcter de los agrupamientospolticos en el Congreso. No fueron las asperezas ni los chistes los que promovieron el conflicto: eran slo unsntomade que en el mismo agrupamiento poltico del Congreso exista una "contradiccin", existan todos losantecedentes de un conflicto, exista una falta de homogeneidad interna que prorrumpa con fuerza inmanentecon cualquier motivo, incluso insignificante.

    Por el contrario, desde el punto de vista que yo tengo sobre el Congreso y que considero mi deber defendercomo una determinada interpretacin poltica de los acontecimientos, aunque semejante interpretacin puedaofender a alguien, era plenamente explicable e inevitable el conflicto ms agudo de carcter de principiopor unmotivo "insignificante". Puesto que en nuestro Congreso hubo constantemente lucha entre iskristas yantiiskristas, puesto que entre stos y aqullos estaban los elementos vacilantes y puesto que estos ltimosjuntamente con los antiiskristas, constituan 1/3 de los votos (8 + 10 = 18 de 51, segn mis clculosnaturalmente, aproximados), resulta muy comprensible y natural que siempre que se apartaba de los iskristasaunque fuera una pequea minora de ellos, eso creaba una posibilidad de victoria de la tendencia antiiskrista yprovocaba, por ello mismo, una lucha "furiosa". Esto no es resultado de salidas de tono y ataques de inadecuadadureza, sino resultado de una combinacin poltica. No eran las asperezas las que daban origen a un conflictopoltico, sino que la existencia de un conflicto poltico en el mismo agrupamiento del Congreso originabaasperezas y ataques: esta contraposicin encierra la divergencia fundamental de principio entre Mrtov ynosotros en la apreciacin de la importancia poltica del Congreso y de sus resultados.

    En el transcurso de todo el Congreso se produjeron tres casos especialmente notables de separacin de ungrupo in significante de iskristas de su mayora -- la igualdad de derechos de las lenguas, el artculo primero delos estatutos y las elecciones --, y en los tres casos se produjo una lucha encarnizada que, al fin y al cabo, ha

    trado como consecuencia la grave crisis que atraviesa actualmente el Partido. Para comprender el sentidopoltico de esta crisis y de esta lucha, no debemos limitarnos a frases sobre chistes inadmisibles, sino examinarlos agrupamientos polticos de los matices que se enfrentaron en el Congreso. El incidente de la "igualdad dederechos de las lenguas" presenta, por esto, un doble inters desde el punto de vista del esclarecimiento de las * Mrtov aade: "En este caso nos hizo mucho dao el chiste de Plejnov a propsito de los burros" (cuando se hablaba de la libertad de lengua, alguien, creo que un

    bundista, record entre las instituciones la de la cra caballar, y Plejnov dijo para s: "Los caballos no hablan, pero s lo hacen algunas veces los burros"). Claro que yono puedo ver en este chiste una suavidad especial, espritu de concesin, prudencia ni flexibilidad. Pero me extraa, sin embargo, que Mrtov, despus de reconocer ecarcter de principiode la discusin, no se detenga en absoluto a examinar en qu consiste este carcter de principio ni qu matices tiene, limitndose a una indicacinde lo "perjudiciales" que son los chistes. Esto s que es ya un punto de vista autnticamente burocrtico y formalista! Los chistes pesados, en efecto, "hicieron muchodao en el Congreso", y no slo los referentes a los bundistas, sino otros que iban dirigidos contra personas a quienes stos algunas veces apoyaron e incluso salvaronde la derrota. Pero, una vez reconocido el valor de principio del incidente, no puede uno salir del paso limitndose a decir que son "inadmisibles" ciertos chistes (pg. 5de las actas de la Liga).

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    causas de la divergencia, porque en ese problema Mrtov era (an era!) iskrista ycombati quiz ms que nadie contra los antiiskristas y el "centro".

    Comienza la guerra por una discusin entre el camarada Mrtov y el lder de los bundistas, camarada Lber(pgs. 171-172). Mrtov demuestra que es suficiente exigir "la igualdad de derechos de los ciudadanos". Serechaza la "libertad de lengua", pero inmediatamente se propone "la igualdad de derechos de las lenguas" y conLber se lanza al combate el camarada Iegrov. Mrtov declara que es fetichismo"el que los oradores insistan

    en la igualdad de derechos de las nacionalidades y transfieran la desigualdad de derechos al dominio lingsticoSin embargo, esta cuestin debe examinarse desde el ngulo opuesto: existe una desigualdad de derechos entrelas nacionalidades, y esta desigualdad se expresa, entre otras cosas, tambin en el hecho de que las personas quepertenecen a una nacionalidad determinada se ven privadas del derecho a hacer uso de su lengua materna" (pg172). Mrtov tena entonces completa razn. En efecto, algo de fetichismo tena el intento de Lber y deIegrov, que careca absolutamente de sentido, de defender lo acertado de sus frmulas y considerar quenosotros no queramos o no sabamos aplicar el principio de igualdad de derechos de las nacionalidades. Larealidad es que, como "fetichistas", defendan precisamente una palabra, y no un principio, no procedanguiados por el temor a algn error de principio, sino por temor al qu dirn. Justamente esta psicologa vacilante(y si "los dems" nos echan esto en cara?), que sealamos en el incidente con el Comit de Organizacin, es laque mostr aqu con plena claridad todo nuestro "centro". Otro representante del mismo, Lvov, delegado de una

    regin minera, prximo al grupo "Iuzhni Rabochi", "considera muy serio el problema sobre la opresin de laslenguas, planteado por la periferia. Importa que nosotros, despus de haber incluido un punto referente a lalengua en nuestro programa, alejemos toda sospecha de rusificacin, que podra suscitarse contra lossocialdemcratas". He aqu una magnfica motivacin de la "seriedad" del problema. El problema es muy serioporquees preciso evitar las posibles sospechas de la periferia! El orador no dice nada, en el fondo, no contesta alas acusaciones de fetichismo, sino que las confirma plenamente, dando pruebas de una completa falta deargumentos y saliendo del paso con una alusin a lo que dir la periferia. Se le advierte: todo lo que puedandecir esfalso.Pero, en lugar de poner en claro si es exacto o no lo es, contesta: "pueden sospechar ".

    Semejantemodo de plantear el problema, con pretensiones de seriedad e importancia, adquiere ya, en efecto,carcter de principio, pero ni mucho menos el que queran ver en l los Lber, los Iegrov, los Lvov. El quetiene carcter de principio es el problema de si debemos facultar a las organizaciones y a los miembros delPartido para aplicar los principios generales y fundamentales del programa, aplicndolos a circunstanciasconcretas y desarrollndolos en el sentido de semejante aplicacin, o si, por simple temor a las sospechas,debemos llenar el programa de detalles ftiles, de indicaciones particulares, de repeticiones, de casustica. Loque adquiere carcter de principio es la cuestin de cmo pueden los socialdemcratas, en la lucha contra lacasustica, ver ("sospechar") intentos de limitar los derechos y libertades democrticas elementales. Cundopor fin, dejaremos este culto fetichista a la casustica? Este es el pensamiento que pasaba por nuestra mentecuando asistimos a la lucha por las "lenguas".

    El agrupamiento de los delegados en esta lucha es especialmente claro, merced a la abundancia de votacionesnominales. Estas votaciones fueron tres. Contra el ncleo iskrista estn unnime y constantemente todos losantiiskristas (8 votos) y, con muy ligeras vacilaciones, todo el centro (Mjov, Lvov, Iegrov, Popov,

    Medvidiev, Ivanov, Tsariov, Bielov; tan slo los dos ltimos vacilaron al principio, abstenindose unas vecesvotando otras con nosotros, y slo tomaron una actitud definitiva en la tercera votacin). De los iskristas sesepara una parte, sobre todo los caucasianos (tres, con seis votos), y debido a esto obtiene el predominio, al fin yal cabo, la tendencia del "fetichismo". Cuando se vot por tercera vez, cuando los partidarios de ambastendencias pusieron ms en claro sus posiciones, tres caucasianos, con seis votos, se apartaron de los iskristas dela mayora, adhirindose al grupo contrario. De los iskristas de la minora se apartaron dos con dos votos:Posadovski y Kstich. En las dos primeras votaciones se pasaron al grupo opuesto o se abstuvieron: LenskiStepnov y Gorski, de la mayora iskrista, y Deich de la minora. El hecho de que se apartaran ocho votosiskristas(del total de 33) inclin la balanza a favor de la coalicin de antiiskristas y elementos vacilantes. Estees precisamente el hecho fundamentalde la divisin en grupos que tuvo lugar en el Congreso, hecho que volvia repetirse (separndose tan slo otrosiskristas) con motivo de la votacin del artculo primero de los estatutos

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    y con motivo de las elecciones. No es de extraar, pues, que quien ha salido en laselecciones derrotado cierre ahora empeadamente los ojos ante las causas polticasde esaderrota, ante el punto de partida de la lucha de matices, que pona cada vez ms de manifiesto ydesenmascaraba cada vez ms despiadadamente ante el Partido a los elementos poco firmes y faltos de carcteren poltica. El incidente de la igualdad de derechos de las lenguas nos muestra esta lucha con tanto mayorrelieve cuanto que entonces el mismo camarada Mrtov no haba an merecido los elogios y la aprobacin de

    Akmov y Mjov.f) EL PROGRAMA AGRARIO

    La falta de firmeza de antiiskristas y "centro" en el terreno de los principios se puso tambin de relieve en lasdiscusiones habidas en torno al programa agrario, que quitaron al Congreso no poco tiempo (v. pgs. 190-226de las actas) y plantearon numerosas cuestiones de extraordinario inters. Como era de esperar, es el camaradaMartnov quien promueve la ofensiva contra el programa (despus de unas pequeas observaciones de loscamaradas Lber y Iegrov). Utiliza el viejo argumento de que corrigiendo "precisamente esta injusticiahistrica", "consagramos", segn ellos, de un modo indirecto, "otras injusticias histricas", etc. A su lado secoloca el camarada Iegrov, que incluso "no ve claramente cul es el sentido de este programa: si es unprograma para nosotros, es decir, si formula las reivindicaciones que nos otros planteamos, o si es que queremos

    hacerlo popular" (!?!?). El camarada Lber "quisiera hacer las mismas indicaciones que el camarada Iegrov".El camarada Mjov habla, con la decisin que le es propia, declarando que "la mayora [?] de los oradores nocomprende en absoluto qu es el programa propuesto ni los fines que persigue". Segn dice, "es difcilconsiderar el programa propuesto como programa agrario socialdemcrata"; este programa. . . "huele un poco ajuego de correccin de injusticias histricas", tiene "un matiz de demagogia y de aventurerismo". Laconfirmacin terica de estas elucubraciones es la habitual exageracin y simplificacin del marxismo vulgarse pretende que los iskristas "quieren operar con los campesinos como con algo homogneo; y como loscampesinos estn ya hace tiempo [?] divididos en clases, el proponer un programa nico conduceinevitablemente a convertir este programa en su conjunto en demaggico, y su aplicacin se transformar enuna aventura" (202). El camarada Mjov "suelta" aqu la verdadera causa de la actitud negativa que ante nuestroprograma agrario adoptan muchos socialdemcratas, dispuestos a "reconocer" aIskra(como la ha reconocido el

    mismo Mjov), pero sin haber reflexionado ni poco ni mucho sobre su orientacin, sobre su posicin terica ytctica. Precisamente la vulgarizacin del marxismo aplicada a un fenmeno tan complejo y polifactico comoes el rgimen actual de la economa campesina rusa, y no la divergencia sobre algunas particularidades, es loque ha producido y sigue produciendo la incomprensin de dicho programa. Y sobre este punto de vista de unmarxismo vulgar se pusieron rpidamente de acuerdo los lderes de los elementos antiiskristas (Lber yMartnov) y los del "centro", Iegrov y Mjov. El camarada Iegrov expres tambin francamente uno de losrasgos caractersticos del grupo "Iuzhni Rabochi" y de los grupos y crculos que tienden hacia l, a saber: laincomprensin de la importancia del movimiento campesino, la incomprensin de que el lado dbil de nuestrossocialdemcratas, durante las primeras y clebres insurrecciones campesinas, no consisti en sobreestimar, sinoms bien, por el contrario, en subestimar esa importancia (y en no tener fuerzas suficientes para utilizar elmovimiento). "Estoy lejos del entusiasmo que la redaccin siente por el movimiento campesino -- dijo el

    camarada Iegrov --, del entusiasmo que despus de las revueltas campesinas se apoder de muchossocialdemcratas". Pero, desgraciadamente, el camarada Iegrov no se tom la molestia de informar con algunaexactitud al Congreso en qu consiste ese entusiasmo de la redaccin, ni se tom la molestia de darindicaciones concretas sobre el material bibliogrfico proporcionado porIskra.Adems, olvid queIskrahabadesarrollado todos los puntos fundamentales de nuestro programa agrario ya en su tercer nmero[*], es decirmucho tiempo antesde las revueltas campesinas. No estara de ms que quien "ha reconocido" a Iskrano slode palabra, dedicara algo ms de atencin a sus principios tericos y tcticos!

    "No, no podemos hacer mucho entre los campesinos!", exclama el camarada Iegrov, y luego explica estaexclamacin, no como protesta contra tal o cual "apasionamiento" aislado, sino como repudio de toda nuestra

    * Vase V. I. Lenin: Obras Completas, t. IV.

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    posicin: "y eso significa precisamente que nuestra consigna no puede hacer competenciaa una consigna de aventureros". Frmula ultra caracterstica de una actitud falta deprincipios ante la causa, de una actitud que todo lo reduce a una "competencia" de consignas de distintospartidos! Y esto lo dice el orador despus de haberse declarado "satisfecho" por las explicaciones tericas en lasque se deca que nosotros aspiramos a un xito firme en la agitacin, sin que nos asusten los reveses pasajeros yque un xito firme (a pesar del ruidoso gritero de los "competidores". . . de un minuto), es imposible sin una

    firme base terica en el programa (pg. 196). Qu confusin trasluce esa afirmacin de sentirse "satisfecho",seguida in mediatamente de la repeticin de las tesis vulgares heredadas del viejo economismo, para el cual la"competencia de consignas" decida en todas las cuestiones, no slo del programa agrario, sino de todo elprograma y de toda la tctica de la lucha econmica y poltica. "No podis obligar a un jornalero -- deca ecamarada Iegrov -- a luchar al lado del campesino rico por los recortes, que ya estn en buena parte en manosde ese campesino rico".

    Nos encontramos de nuevo ante la misma simplificacin, indudablemente emparentada con nuestroeconomismo oportunista, que insista en que era imposible "obligar" al proletariado a luchar por lo que en granparte est en manos de la burguesa y por lo que en proporcin an ms considerable ir a parar a sus manos enel futuro. Una vez ms la misma vulgarizacin, que olvida las particularidades rusas de las relacionescapitalistas generales entre el jornalero y el campesino rico. Los recortes oprimen ahora, oprimen en realidad

    tambinal jornalero, a quien no hay que "obligar" a luchar por librarse de la sujecin a que est sometido. Encambio, hay que "obligar" a algunos intelectuales: obligarles a tener una visin ms amplia de sus tareas,obligarles a que renuncien a las frmulas estereotipadas cuando traten problemas concretos, obligarles a teneren cuenta la coyuntura histrica, que complica y modifica nuestros objetivos. Precisamente slo el prejuicio deque el mujik es tonto -- prejuicio que, como observa en justicia el camarada Mrtov (pg. 202), se trasluce enlos discursos del camarada Mjov y de otros adversarios del programa agrario --, slo un prejuicio explica elque estos adversarios olviden las condiciones reales de la vida de nuestros jornaleros.

    Despus de haber simplificado el problema reducindolo a una mera contraposicin: obrero y capitalista, losrepresentantes de nuestro "centro", como de costumbre, trataron de descargar su estrechez mental sobre elmujik. "Precisamente porque considero -- deca el camarada Mjov -- que el mujik es inteligente en la medidade su estrecho punto de vista de clase, supongo que ser partidario del ideal pequeoburgus de la toma y elreparto de la tierra". En estas palabras se mezclan claramente dos cosas: una caracterstica del punto de vista declase del mujik, como pequeoburgus, y una restriccin de este punto de vista, la reduccin de ste a una"medida estrecha". Precisamente en esta reduccin es donde est el error de los Iegrov y Mjov (lo mismo queel error de los Martnov y Akmov consista en reducir a una "medida estrecha" el punto de vista del proletario).Sin embargo, tanto la lgica como la historia ensean que el punto de vista pequeoburgus de clase puede serms o menos estrecho, ms o menos progresivo, precisamente por la doble posicin del pequeoburgus. Ynuestra tarea no puede consistir en modo alguno en desalentarnos ante la estrechez ("tontera") del mujik o anteel hecho de que le dominen "prejuicios", sino, por el contrario, en ensanchar constantemente su punto de vista,en contribuir a la victoria de su juicio sobre sus prejuicios.

    El punto de vista del "marxismo" vulgar sobre el problema agrario ruso ha tenido su expresin culminante en

    las palabras finales del profundo discurso del camarada Mjov, fiel defensor de la vieja redaccin de Iskra.Noen vano fue ron acogidas estas palabras con aplausos. . . , es verdad que irnicos. "Desde luego, yo no s a qullamar desgracia -- dice el camarada Mjov, indignado porque Plejnov haba dado a entender que elmovimiento en favor del reparto negro no nos asustaba en absoluto y que no seramos nosotros los quepondramos trabas a ese movimiento progresivo (progresivo-burgus) --. Pero esa revolucin, si es que puededrsele este nombre, no ser revolucionaria. Yo dira ms exactamente que no ser ya revolucin, sino reaccin(risas ), una revolucin parecida a un motn. . . Semejante revolucin nos har retroceder y exigir cierto tiempopara volver nuevamente a la situacin en que ahora nos encontramos. Porque ahora tenemos mucho ms que enlos tiempos de la revolucin francesa (aplausos irnicos ), tenemos un partido socialdemcrata (risas ). . ." Sun partido socialdemcrata que razonara a lo Mjov, o tuviera instituciones centrales apoyadas en personascomo Mjov, no merecera, en efecto, ms que risas. . .

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    Por tanto, vemos que tambin en problemas puramente de principios, suscitados por elprograma agrario, se puso de manifiesto inmediatamente el agrupamiento que yaconocemos. Los antiiskristas (8 votos) emprenden una cruzada en nombre del marxismo vulgar; tras ellos searrastran los jefes del "centro", los Iegrov y Mjov, errando y desvindose siempre al mismo punto de vistaestrecho. Por ello, es muy natural que en algunos puntos del programa agrario, la votacin arroje 30 y 35 votosa favor (pgs. 225 y 226), es decir, precisamente el nmero aproximado que ya hemos visto cuando se discuta

    el momento en que haba de tratarse la cuestin del Bund, cuando se produjo el incidente con el Comit deOrganizacin y cuando se trat de la disolucin del grupo "Iuzhni Rabochi". En cuanto surga una cuestin quese saliera algo del marco del lugar comn, ya establecido y habitual, una cuestin que exigiera una ciertaaplicacin independiente de la teora de Marx a relaciones econmico-sociales de un carcter peculiar y nuevo(nuevo para los alemanes), no resultaban ms que 3/5de los votos de iskristas que supieran ponerse a la alturade la tarea, todo el "centro" se colocaba inmediatamente tras los Lber y Martnov. Y el camarada Mrtov seesfuerza an por velar este hecho evidente, sorteando temeroso las votaciones en que se ponan claramente demanifiesto los matices!

    La discusin del programa agrario muestra bien claramente la lucha de los iskristas contra las dos quintaspartes bien contadas del Congreso. Los delegados caucasianos ocuparon en este punto una posicin totalmenteacertada, debido en gran parte, probablemente, al hecho de que, conociendo de cerca las formas locales de

    numerosos restos del rgimen de servidumbre, estaban a salvo de las meras contraposiciones, de un carcterabstracto y escolar, que satisfacan a los Mjov. Contra Martnov y Lber, contra Mjov y Tegrov se alzarontanto Plejnov como Gsiev (quien confirm que "una concepcin tan pesimista de nuestra labor en el campo" . . como era la del camarada Iegrov. . . "la haba encontrado bastantes veces entre los camaradas que actuabanen Rusia"), as como Kostrov[7], Karski y Trotski. Este ltimo indica con razn que los "consejos benevolentes"de los crticos del programa agrario "huelen demasiado a filistesmo ", Respecto al estudio de los agrupamientospolticos que se produjeron en el Congreso, slo hay que observar que, en este punto de su discurso (pg. 208)quiz no se cite con razn al camarada Langue junto a Iegrov y Mjov. Quien lea con atencin las actas verque la posicin de Langue y Gorin es totalmente distinta de la de Iegrov y Mjov. A Langue y Gorin no lesgusta la formulacin del punto referente a los recortes, comprenden plenamente la idea de nuestro programaagrario, tratando de ponerla en prctica de otro modo, trabajando de un modo positivo para buscar una

    formulacin ms impecable, desde su punto de vista, presentando proyectos de resoluciones para convencer alos autores del programa o para ponerse a su lado contra todos los no iskristas. Basta comparar, por ejemplo, laproposicin de Mjov de que se rechace todo nuestro programa agrario (pg. 212, nuevea favor, 38 en contra) ysus diversos puntos (pgs. 216 y otras) con la posicin de Langue, que proponeuna redaccin propia del puntoreferente a los recortes (pg. 225), para convencer se de la diferencia radical que los separa[*].

    Hablando ms adelante de los argumentos que huelen a "filistesmo", el camarada Trotski sealaba que "en elpero do revolucionario que se avecina debemos ligarnos a los campesinos". . . "Y ante semejante tarea elescepticismo y la 'perspicacia' poltica de Mjov y Iegrov son ms dainos que cualquer miopa". El camaradaKstich, otro iskrista de la minora, sealaba muy certeramente la "falta de seguridad en si mismo y en sufirmeza de principios" que se observa en el camarada Mjov, caracterstica que da justamente en el blanco en loque se refiere a nuestro "centro". "En su pesimismo coincide el camarada Mjov con el camarada Iegrov,aunque hay entre ellos matices -- continuaba el camarada Kstich --. Olvida que, en el momento actual, lossocialdemcratas trabajan ya entre los campesinos y dirigen ya su movimiento, en la medida de lo posible. Ycon este pesimismo reducen la envergadura de nuestro trabajo" (pg. 210).

    Para terminar con la cuestin de las discusiones sobre el programa en el Congreso, vale la pena sealartodava los breves debates sobre el apoyo a tendencias oposicionistas. En nuestro programa se dice claramenteque el partido socialdemcrata apoya "todo movimiento de oposicin y revolucionario, dirigido contra ergimen social y poltico existente en Rusia "[8]. Parece que esta ltima reserva indica con suficiente precisinqutendencias oposicionistas son las queprecisamenteapoyamos. Sin embargo, los diferentes matices que yahace tiempo se han dado en nuestro Partido han aparecido en seguida tambin en este punto;por difcil que * V. el discurso de Gorin.

    http://c/Documents%20and%20Settings/V_Medina/Mis%20documentos/2010/vicente/VILEN/OSF04s.htm%23en7http://c/Documents%20and%20Settings/V_Medina/Mis%20documentos/2010/vicente/VILEN/OSF04s.htm%23en7http://c/Documents%20and%20Settings/V_Medina/Mis%20documentos/2010/vicente/VILEN/OSF04s.htm%23en7http://c/Documents%20and%20Settings/V_Medina/Mis%20documentos/2010/vicente/VILEN/OSF04s.htm%23en7
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    imaginarse que an eran posibles "confusiones e incomprensiones" en un asunto tantrillado! Se trataba, de modo evidente, no de incomprensiones, sino precisamente dematices. Mjov, Lber y Martnov tocaron en seguida a rebato y volvieron a encontrarse en tan "compacta"minora, que, tambin en este punto, el camarada Mrtov hubiera tenido que tratar de atribuir esto a las intrigaslos manejos, la diplomacia y otras cosas por el estilo (v. su discurso en el Congreso de la Liga) a las querecurren las personas incapaces de reflexionar sobre las causas polticas que llevan a la formacin de grupos

    "compactos" tanto de la mayora como de la minora.Mjov vuelve a empezar por una simplificacin vulgar del marxismo. "No tenemos ms clase revolucionaria

    que el proletariado -- dice; pero de este principio justo deduce en seguida una consecuencia equivocada --: lasdems son algo de poca monta, como un pegote ( risa general ). . . S, como un pegote, y lo nico que quieren esaprovecharse. Yo estoy en contra de que se les apoye" (pg. 226). La formulacin inimitable que el camaradaMjov dio a su posicin confundi a muchos (de sus partidarios), pero en realidad coincidieron con l tantoLber como Martnov, proponiendo que se eliminara la palabra "de oposicin" o se la limitara aadiendo"democrtico de oposicin". Plejnov se alz con razn contra esta enmienda de Martnov. "Nosotros debemoscriticar a los liberales -- deca --, descubrir su posicin ambigua. Esto es verdad. . . Pero, al poner de manifiestola estrechez y limitacin de todos los dems movimientos, a excepcin del socialdemcrata, estamos obligadosa explicar al proletariado que, comparada con el absolutismo, incluso una Constitucin que no conceda el

    sufragio universal es un paso adelante y que, por ello, el proletariado no debe preferir el rgimen actual asemejante Constitucin". Los camaradas Martnov, Lber y Mjov se muestran disconformes con esto ymantienen su posicin, contra la cual dirigen sus ataques Axelrod, Starovier, Trotski y nuevamente Plejnov.Por lo dems, el camarada Mjov se ha derrotado una vez ms a s mismo. Al principio dijo que las demsclases (fuera del proletariado) son "de poca monta" y que "l est en contra de que se les apoye". Despus secompadeci y reconoci que, "siendo en el fondo reaccionaria, la burguesa es muchas veces revolucionaria, porejemplo, cuando se trata de luchar contra el feudalismo y sus vestigios". "Pero hay grupos -- continu, yendoms de mal en peor -- que son siempre [?] reaccionarios, como son los artesanos". A semejantes perlas llevaronsu palabrera en el terreno de los principios los mismos lderes de nuestro "centro", que despus defendan conespuma en los labios a la vieja redaccin! Precisamente los artesanos, incluso en la Europa occidental, donde laorganizacin gremial era tan fuerte, lo mismo que otros pequeos burgueses en las ciudades, dieron pruebas de

    extraordinario espritu revolucionario en la poca de la cada del absolutismo. Precisamente para elsocialdemcrata ruso es sobre todo absurdo repetir sin reflexionar lo que dicen sus camaradas de Occidente,sobre los artesanos de ahora, en una poca separada por uno o medio siglo de la cada del absolutismo. EnRusia, decir que los artesanos son reaccionarios en comparacin con la burguesa en el terreno de las cuestionespolticas, no es ms que una estereotipia, una frase aprendida.

    Es de lamentar que las actas no hayan conservado indicacin alguna sobre el nmero de votos que lograronreunir las enmiendas sobre esta cuestin presentadas por Martnov, Mjov y Lber y que fueron rechazadas.Slo podemos decir que los lderes de los elementos antiiskristas y uno de los lderes del "centro"* se unierontambin en este punto para formar el agrupamiento que ya conocemos contra los iskristas. Resumiendo todaladiscusin sobre el programa, no