redalyc.cafeticulura e historia social de la oncocercosis

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Salud Pública de México ISSN: 0036-3634 [email protected] Instituto Nacional de Salud Pública México Vázquez, José Luis Cafeticulura e historia social de la oncocercosis en el Soconusco, Estado de Chiapas, México Salud Pública de México, vol. 33, núm. 2, marzo-abril, 1991, pp. 124-135 Instituto Nacional de Salud Pública Cuernavaca, México Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=10633204 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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Salud Pública de México

ISSN: 0036-3634

[email protected]

Instituto Nacional de Salud Pública

México

Vázquez, José Luis

Cafeticulura e historia social de la oncocercosis en el Soconusco, Estado de Chiapas, México

Salud Pública de México, vol. 33, núm. 2, marzo-abril, 1991, pp. 124-135

Instituto Nacional de Salud Pública

Cuernavaca, México

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=10633204

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Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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CAFETICULTURA E HISTORIA SOCIAL DE

JosÉ Lurs VÁZQUEZ C ~ L A N O S , M.C., M.%., EPID.(')

Vlzquez-Cas(clianos JL Cafeücultura e hisioria social de lp omocercosis

en el Soconusco, csíado de Chispas, México. Salud Publica Mex 1991;33:124-135.

RESUMEN:

La economía cafetalerq establecida en la región del Soconusco, Chiapas, &S& jhales del siglo pasado, ha sido determinante en la dinámica de la oncocercosis debido a los cambios sociales y ecológicos a que ha dado lugar. Las condiciones ecológicas óptimas para el cre- .

cimiento del cafeto coinciden con las del vector & la enfermedd la movilización de trabajadores migratorios para el cultivo, la recolección del grano y la transforma- ción del ambiente, elementos que explican la distribución de la enfermedad en las dktintas regiones. Se discute el origen & la enfermedad en Chiapas a través & la migración & trabajadores & fincas cafetaleras de G w - ternala en busca & tierras para la colonización. A partir del reparto agrario los cambios sociales condicionaron en algunos lugares una intensificación y tecnificacidn &l cultivo, lo que afectó & manera desfavorable el &sa- rrollo del vector que, junto con uMmejoría en los niveles de vida y en las acciones de control & la enfermedad explican el por qué en esas regiones el problema ha disminuido considerablemente. El inicio & la terapia con ivermectina augura un mejor C0nb.0l de la enfermedaden el futuro; sin embargo en las pequerias localidades & campesinos medios y pobres, donde el cultivo del café se

Vázquez-C~s(clianos JL Coííee lree growlh and social hklory of onchocerciask in Soconusco, Chiapas, Mexko. Salud Publica Mex 1991;33:124-135.

ABSTRACT:

Due to the social and ecological changes that have taken place in the region of Soconusco, Chiapas, Mexico, the coffee tree growth economy (established in the latter part of the last century) has been an irnportant factor in the transmission of onchocerciasis. The optimum ecological conditions for the growth of the coffee tree coincide with

,

those of the disease 'sgrowth rate vector; the mobilization of migrant workers for the cultivation and gathering of coffee beans, plus changes in the natural environment, are elernents which explain the disease's distribution in the different regions. The origin of the disease in Chiapas may be &e to the migration of coffeeplantation workers from Guatemala in search of land in which to settle. Social changes occurring afier the Agrarian Distriburion (land distributions that occurred in 1918 and 1940) caused an intensif~ation and nlodernization in the areas of cultivation which in turn caused a decline in the disease's growth rate vector. This, together with standard of living improvements and control nieasures against the disease, explain why the problem in these regions has decreased considerably. The use of iverrnectin as a new therapy paves the way for better disease control in the future. Nevertheless, in the srnaller locarions occupied by

(1) Jefe del Departamento de Epidemiologh, Laboratorio Nacional de Salud Pliblica, Secretaría de Salud. Fecha de recibido: 28 de junio de 1988 Fecha de aprobado: 19 de febrero de 1991

SALUD P ~ B L I C A DE MÉXICO

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L v~ZQUEZ CASTELLANOS 1

realiza de manera incipiente y en forma rudimentaria, la '

oncocercosis junto con otras enfermedades sigue siendo un importante problema de salud

middle andpoor class farmers, where coffee bean cultiva- tion is just commenchg and still in a rudimentary form, onchocerciasis and other diseases continue to present serious health problems.

Palabrar claw: epidemiologia, oncocercosis, medicina tropical, cafeti- I Key words: epidemiology, onchocerciasis, tropical medicine, coffe tne cultura growth

Solicitud de sobretiros: Dr. José Luis Vizquez Castellanos. Puerto Altata 385, Fraccionamiento Monumental, CP 44320, Guadalajara, Jalisco.

L A ONCOCERCOSE HUMANA es una parasitosis causada por un nemátodo del grupo de las fi- larias, el Onchocerca volvulus y se trasmite por

moscos del genero Shulidum; la especie trasmisora más importante en Mkxico y Guatemala es el Shulidum ochraceurn. Este vector se cría en los miles de pequeños arroyos que existen en las regiones cafetaleras de ambos países. En las zonas endemicas el hombre es picado por estos dípteros durante eldia, sobre todo cuando realiza las tareas de cultivo y cosecha del caf6. Con la picadura, los moscos infectados trasmiten microfilarias que en el cuer- po humano alcanzarán el estadio adulto. Los gusanos adultos producen miles de microfilarias que se localizan en el tejido subdCrmico y en los ojos.

La enfermedad se desarrolla con lentitud provocando lesiones cutáneas y oculares cuya gravedad depende del tiempo de exposición, carga de microfilarias y estado nutricional del huesped.

Se cree que la enfermedad es originaria del continente africano, en donde se descubrió por primera vez a finales del siglo pasado y donde actualmente existen grandes Areas afectadas por la enfermedad.'g2

En America, los focos endemicos se encuentran en Brasil, Colombia, Ecuador, Venezuela, Guatemala y MCxico, en donde afectan aproximadamente a 103 526 per~onas.~.~

En Mexico, la enfermedad se presenta en tres focos, uno ubicado en el estado de Oaxaca y dos en Chiapas; de estos, el foco sur de Chiapas o del Soconusco, es el mas importante y se extiende en un área de 12 992 km2 incluyendo 19 municipios con 783 localidades y una población aproximada de 465 543 habitantes, de los cuales se consideran afectados por la endemia cerca de

15 m-' (figura 1). En las laderas montañosas de esta zona se ubica la zona cafetalera más importante del país.

En este trabajo se plantea que la economía cafetalera ha jugado un papel determinante en la dinámica de la oncocercosis, en razón de que llevó a la colonización de una región favorable a la trasmisión y provocó importan- tes movimientos migratorios que, junto con las bajas condiciones de vida de la población, contribuyeron al establecimiento y desarrollo de la endemia.

ECONOM~A CAFETALERA Y ONCOCERCOSE

Desde los arios treinta la relación entre el cultivo del caf6 y la enfermedad llamó la atención de algunos investiga-

FIGURA 1. Focos de oncoccrwsis en Méxiw y Guatemala, 1990

MARZO-ABRIL DE 1991, VOL. 33, NO. 2

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CAFETICULTURA E 1 USTORiA SOCIAL DE LA ONCOCERCOSIS EN EL SOCONUSCO, CIUAPAS

dores, los cuales explicaban esta asociación mediante diversos argumentos; por ejemplo, se pensaba que la descomposición de la pulpa del cafe en tiempos de cosecha podría explicar las altas densidades de moscos en esa epoca del TambiCn se había observado que la enfermedad afectaba principalmente a las personas que trabajaban durante todo el año en las labores de cultivo y cosecha del cafetal.1° Se hicieron diversas observaciones entre la altitud, densidades del vector y prevalencia de,la enfermeoad, notando que las densidades más altas ocu- rrían entre los 800 y 1 000 metros sobre el nivel del mar y sobre todo aumentaban en los periodos de cosecha del grano, cuando se movilizan más trabajadores."

Actualmente, con base en los adelantos en el estudio de la bionomía de los vectores en cuanto a sus hábitos de reproducción, reposo, alimentación, etdtera, puede hacerse un mejor planteamiento de cómo la tecnología cafetalera tiene repercusiones sobre el número de los mismos.I2 Los simúlidos prefieren como criaderos las co- rrientes rápidas de aguas limpias, frescas y de pco cau- dal, parcialmente sombreadas. La vegetación que juega un papel importante en la bionomía de los simúlidos durante su vida larvaria, es la de las márgenes de los arroyos, vegetación emergente, escombros (hojas y tron- cos en los arroyos), musgos y algas. Las hojas y tallos de banana, caña de azúcar, maíz y otras muchas clases de árboles, sirven como excelentes sustratos para los estados inmaduros de las especies tanto antropofilicas como zoofílicas de los simúlidos.13

Las actividades cafetaleras, al modificar el hábitat na- tural delvector, modifican las densidades del mismo. Me- didas como el entubam iento de arroyos, modificación de comentes de agua, desombre y poda del cafetal, desmon- te de la vegetación, uso de insecticidas y herbicidas, etcétera, pueden estar afectando la bionomía de los vec- tores en cuanto a longevidad y lugares de reproducción y reposo, por lo que en éstos se estarían llevando a cabo acciones antivector de manera inconsciente y dictadas más por razones económicas que por razones sanitarias.

Por lo tanto, aparece como importante no sólo lo que se cultiva sino cómo se realiza; es decir, el nivel de adelanto tknico con que se enfrenta a la naturaleza, el cual está relacionado con el desarrollo de cada región y las características socioeconómicas de los grupos in- volucrados.

Se ha observado que en las fincas que utilizan un alto grado de tecnología, el número de vectores es menor y las estadísticas muestran un menor número de enfermos

entre los habitantes permanentes de esos lugares. Asi- mismo, en los ejidos donde el cultivodel cafetal se realiza de manera intensiva, los pobladores notan una dis- minución en la cantidad de "mosquitos". Además, el riesgo de picaduras por los simúlidos es mayor entre las personas que se dedican al trabajo directo en el cafetal o en las parcelas de maíz.

Lo anterior se ha corroborado por estudios multidisci- plinarios realizados en el Soconusco por el Centro de Investigaciones Ecológicas del Sureste (cm), los cuales mostraron que la dinámica de la enfermedad se relacio- naba no sólo con las características bioecológicas, sino con las características socioeconómicas y el desarrollo tecnológico de las unidades de producción. Con base en dichos estudios sobresalieron cinco elementos:I4.l5

1. Las condiciones ecológicas óptimas para el desarrollo del vector de la oncocercosis coinciden con las del cafeto, ya que ambos necesitan de lugares sombreados con una topografía de pendientes inclinadas, abundan- tes corrientes de agua, temperatura ambiente y hume- dad relativa constantes, condiciones que reúnen las laderas montañosas del Soconusco.

2. El cultivo del cafC, por su naturaleza, ocupa una gran cantidad de mano de obra durante todo el año, sobre todo durante la cosecha, que coincide con la epoca del año en que las densidades de simúlidos son más altas. lo que facilita el contacto hombre-vector.

3. A medida que hay una transformación del medio natural y una mayor tecnificación en el cultivo del grano, se dan cambios ecológicos desfavorables para el vector; es decir, las labores de poda, desombre, des- yerbe, canalización de arroyos, uso de insecticidas, etcétera, disminuyen los criaderos y lugares de reposo del vector, lo cual es medido por las densidades de picadura hora-hombre y por el potencial anual de tras- misión en localidades con diferentes grados de tec- nificación.

4. El trabajo directo en el cafetal o en la parcela es el factor de riesgo más importante para enfermar, ya que ahí se da el contacto con el vector. Es en ese lugar y durante las horas laborables cuando la actividad del vector es más importante.

5. Existe una diferencial entre el riesgo a contraer la en- fermedad, de acuerdo con las diferentes labores que desempeñan los individuos involucrados en la cafeti- cultura. Las personas que se ocupan durante todo el año en el cafetal están más tiempo en contacto con el

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VAZQUEZ CASTELLANOS J

vector, en tanto que los jornaleros que s610 se emplean dos o tres meses tienen menos riesgo.

Con base en lo anterior se consideró que existe una serie de factores sociales y económicos que históricamente han conformado el foco endémico.

HISTORIA DE LA CAVETICULTURA Y DE LA ONCOCERCOSIC

El cafese cultivaba a pequeña escala en las Antillas desde el siglo m 4 pero hasta el siglo XIX se inició su cultivo a gran escala. El cultivo de productos agrícolas destinados al mercado internacional generaba la necesidad de un gran número de trabajadores agrícolas. Para resolver el problema de mano de obra para la caña de azúcar y cafd, el gobierno español expidió cédulas concediendo liber- tad para el comercio de negros destinados a las plan- taciones.16

Los disturbios en las colonias antillanas, a raíz de los movimientos independentistas y del aumento en el costo de la fuerza de trabajo debido a la abolición de la escla- vitud, motivaron que los cafetaleros buscaran nuevos lugares para el cultivo del grano. Uno de estos lugares fue Brasil; posteriormente, otros países de América Cen- tral y del Sur donde existían las condiciones físico-natu- rales y sociales favorables para la producción del cafe, iniciarían su cultivo estimulados por los grandes incre- mentos en el precio internacional. La mayoría de la fuer~a de trabajo para las primeras plantaciones venía de las regiones oncocercosas de Afnca, y pasando por las Antil- las llegaría a los lugares donde hoy existen focos endémi- cos de la enfermedad. En los siglos m11 y XIX, los principales centros de abastecimiento de negros en Africa fueron Sierra Leona, Costa de Oro y el Congo, de donde probablemente vino la oncocercosis a AmCrica en escla- vos traídos de contrabando." Según Calderón,'* los pri- meros casos de oncocercosis en Guatemala se observaron despues de la llegada de negros de Jamaica y de otras islas de las Antillas, donde fueron contratados para trabajar en las fincas cafetaleras. Es probable que personas infec- tadas con 0. volvulus llegaran de manera continua a las colonias antillanas, pcro al no reunirse las condiciones adecuadas para la formación de un foco endCmico, la enfermedad no se trasmitía. Cuando el hombre buscó las laderas montañosas y húmedas aptas para el cultivo del cafe en algunos lugares de Guatemala y México, se produjo el encuentro con el vector ya que es en ese hábitat donde proliferan las moscas del gCnero Sunulidum.

Iniciado el cultivo del café en Guatemala y con los estímulos derivados de los altos precios del producto, así como la fijación definitiva de los límites fronterizos entre México y Guatemala, el capital alemán llegó al Soconus- co a partir de 1870. Aunque ya en 1860 existían en la re- gión pequeñas plantaciones cafetaleras muy cerca de la línea fronteriza - e n Tuxtla Chico, Cacahoatán y Ta- pachula- es sólo hasta la introducción del capital ex- tranjero cuando comienza la producción a gran escala. Para entonces, el cultivo del añil y la producción de gra- na, que eran los productos tradicionales de exportación, estaban en franca decadencia.

De acuerdo a Pholenz,19 se periodizará el desarrollo de la economía cafetalera en el Soconusco, observando los cambios ocurridos en la dinámica de la endemia.

Primera etapa: formación y expansión. Del estableci- miento de las primeras grandes plantaciones cafetaleras (1880), a la Reforma Agraria (1940). El porfiriato brindó grandes estímulos a la colonización e inversión de capital extranjero para lo cual se emitieron las leyes de coloni- zación, nacionalización de extranjeros y de enajenación de terrenos baldíos. De estas, la más importante para la conformación de la región fue la Ley de Colonización, mediante la cual se permitió a las compañías deslindado- ras la medición y deslinde de terrenos cedidndoles la tercera parte de los mismos, así como facilidades para la compra del resto a precios muy bajos.

Como la mayor parte del Soconusco estaba deshabi- tado, unas cuantas compañías acapararon las tierras.20 Pero el Soconusco, con todo su potencial agrícola, siem- pre estuvo carente de mano de obra por lo que utilizaron una serie de mecanismos tanto de tipo económico como extra-económico, con el fin de asegurar la fuerza de trabajo para las plantaciones. Los despojos de tierras comunales y los impuestos en moneda, fueron mecanis- mos para obligar a la población indígena a asalanarse. El acasillamiento (peones permanentes que viven dentro de las plantaciones) y el baldiaje (peones con derecho a tierra), fueron formas de relación semiservil para man- tener atada la fuerza de trabajo mediante el endeuda- miento. Además, se ida3 un mecanismo (que aún se utiliza) de "enganche" de mano de obra, mediante el cual un "habilitador" contrataba gente dándole un anticipo, con lo que quedaban obligados a trabajar en las fincas por un periodo no menor de tres mescs.

MARZO-ABRIL DE 1991. VOL. 33, No. 2

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CAFoIICULTüRA E HISTORIA SOCIAL DE LA ONCOCERCOSIS EN EL SOCONUSCO, CHIAPAS

En los primeros años de la cafeticultura las fincas estaban rodeadas de grandes extensiones de selva virgen, algunos manchones de potreros, maizales y algunas hec- táreas de café, 10 que daba un aprovechamiento del 15 al 20 por ciento de la superficie para el cultivo del grano. La6 informes más cercanos a ese periodo son del geógrafo alemán WaibeP1 quien apuntaba que para 1926, en 18 fincas visitadas se daba un grado de aprovechamiento del terreno como sigue: cafetal 20 por ciento, maizal 30 por ciento, potrero 5 por ciento y montaña (selva) 45 por ciento. Las mismas se manejaban con muy poca tecnifi- ación (extensivamente), manteniendo relaciones de producción muy atrasadas como el peonaje y el baldiaje (figura 2). Hasta finales de este periodo se observó la incipiente formación de un proletariado agrícola.

Lo anterior indica una forma muy atrasada de explo- tación tanto de la fuem de trabajo como de la naturaleza y, por lo tanto, una mínima transformación del entorno ecológico. La escasa transformación del ambiente era un elemento que facilitaba las condiciones ecológicas para una mayor proliferación del vector y, por lo tanto, de la trasmisión y la formación de un foco endemico. Esto

Temnos Nacionales /

abierta al cultivo

Océano Pacifiw

Chiapas

FIGURA 2. Zona cafetalera del Soconusco, Chiapas, 1925

resulta sumamente importante, ya que la tecnificación del cafetal tiene un gran impacto en la dinámica de trasmisión de la oncocercosis, porque modifica el hábitat de manera desfavorable para el vector. Se presume que en este pe- riodo se dieron las condiciones ideales para la formación del foco oncocercoso, aunque hay poca información al respecto.

En cuanto al origen de la endemia, algunos autores la consideran autóctona de Améri~a,22~ mientras otros han

, planteado la posibilidad de que haya sido introducida por el ejército f r a n d ~ . ~ ~ Sin pretender entrar a la vieja polemica sobre el origen africano o americano de la en- demia, se piensa que liegó a Guatemala procedente de las Antillas con la población negra ilevada a trabajar a las plantaciones de ese país. Con la implantación de la ca- feticultura durante dicho periodo, personas infectadas llegarían a lugares donde abundaba el vector, estable- ciendose así las condiciones ideales para la trasmisión. Es decir, la endemia se inició cuando se implantó la econo- mía cafetalera en la zona, y se invadieron las regiones ecol6gicamente favorables al v e ~ t o r ? ~ La enfermedad pasaría de Guatemala a Chiapas siguiendo las rutas de la expansión cafetalera.*

Existen varios elementos que apoyan lo anterior. Du- rante la Colonia, los lugares aledaños al Soconusco eran explotados para sacar algodón, caña de azúcar, cacao, cochinilla, cueros y añil que se exportaban por Tabasco; tuvo que existir una emigración de negros que trabajaban en Guatemala o Mtxico en dichas plantacio- nes, que al resultar más costeable el cultivo del cafe fueron llevados a trabajar a las primeras plantaciones de Guatemala y ChiapasF6 Por otra parte, el cultivo de cafk se había iniciado con anterioridad en Guatemala, de he- cho, los plantíos de Chiapas tuvieron su origen en semillas traídas de ese .país. Muchos jornaleros guatemaltecos pasaron al lado mexicano siguiendo las primeras fincas que establecieron los alemanes, quienes ya explotaban exitosamente el cafe en Guatemala y preveían la nece- ." sidad de expandir las plantaciones, dado lo provechoso que en ese tiempo resultaba el cultivo del grano.

El foco endkmico del estado de Oaxaca, ubicado tambikn en una zona cafetalera, es posiblemente de origen independiente del chiapaneco, pero se carece de datos suficientes pan dar una opinión mas firme al respecto.

SALUD PÚBLICA DE MÉXICO

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En Montecristo de Guerrero, población donde se descubrieron los primeros casos de la enfermedad en el Soconusco, la mayoría de los habitantes provenían de Guatemala. Al respecto y por su interés, se transmbe íntegro lo que dice el doctor Lorenzana sobre e l origen de la endemia:

Los focos primitivos de Chiapas corresponden a ciertas aldeas pobladas casi exclusivamente por guatemaltecos: El Triunfo, Providencia,Coronado, Montecristo, etc. Fue en las aldeas citadas donde cdonizaron muchos guatemal- t e c a salidos de su país huyendo .de las tiranías políticas o en busca de mejoría económica donde pudieron observarse los casos más antiguos y graves, las fincas y rancherías que rodean a estos focos fueron el segundo paso en el avance del padecimiento; más tarde la vida nómada de los trabajadores de las fincas cafeteras en busca de mejores salarios o tierras hizo el resto, disper- sando la enfermedad como una mancha de aceite.27

Con la introducción del ferrocarril en 1908, muchas regiones aisladas fueron abiertas al cultivo integrándose así a la floreciente cafeticultura. En esta época el drea cafetalera se extendió hacia el oeste y se establecieron las primeras fincas en el declive atlántico de la sierra, en lo que hoy es elmunicipio de Jaltenango. En tanto, continuó la colonización y el establecimiento de nuevas plan- taciones. Durante este l a p o tuvieron lugar importantes cambios sociales generados por el movimiento revolu- cionario de México (1910-1917). Esto dio lugar a movi- mientos poblacionales, salida de peones acasillados de las haciendas y plantaciones, formación de nuevos po- blados alrededor de las fincas, etdtera.*

La salida de los acasillados de las fincas junto con la concentración de los antiguos mozos baldíos en las recien creadas colonias ejidales, fueron un elemento muy im- portante para una mayor expansión de la endemia. Se dis- persaba el hombre y con él sus enfermedades, ya que las condiciones sociales y ecológicas para favorecer la trans- misibilidad estaban dadas. Las bajas condiciones de vida, alimentación, hacinamiento y la falta de protecci6n con- tra el mosco, pero sobre todo un elemento económico que

En Chiapas, la mayor parte de los ejidos surgieron de la coucentraci6u de antiguos mozos baldios y peones acasillados de las haciendas.

consistía en el uso amplio e intenso de la fuerza de trabajo familiar en las labores agrícolas, fueron elementos claves para que la endemia siguiera afectando a la población cada vez con mayor gravedad.

En esta etapa ya se puede hablar de un extenso foco endémico en continua expansión, siguiendo las rutas de la cafeticultura.

La enfermedad fue descubierta inicialmente ea 1915 por el doctor Robles en Guatemala, precisamente en un paciente que procedía de una finca cafetalera. En 1923, Fulleborn, del Instituto de Medicina Tropical de Ham- burgo, publicó una nota sobre el caso de un nifio que era hijo del administrador de una plantacidn cafetalera de Chiapas ubicada en la región de Montecristo (Finca Prusia). En 1925, se hace un reconocimiento en la zona encontrando numerosos enfermos.28 Ese mismo año se descubrió un segundo foco de oncocercosis ubicado en una región cafetalera del estado de O a x a ~ a ? ~

Para 1925 se describieron los primeros casos de on- cocercosis en el poblado de Montecristo de Guerrero y se realizaron los primeros reconocimientos epidemiol6gi- cosen la zona para calcular la extensión del foco. En 1927 en Mapastepec, se estableció un dispensario médico para atender enfermos de oncocercosis. En 1929, se cre6 la Campaiia contra el Mal del Pinto y la Oncocercosis. Es en este periodo cuando se reconoció a la oncocerosis como un grave problema de salud pública y se tomaron las primeras medidas para su control.

Segunda etapq &sarrollo e intensi@wcidn (1 940-1989). La implementación de la reforma Agraria en 1938, las dotaciones de tierras ejidales y en general la moderni- zación de las relaciones de producción, imprimieron en esta etapa una nueva dinámica a la endemia. Además se dio en mayor medida la afectación y fraccionamiento de las fincas para la creación de ejidos y continuó la coloni- zación de terrenos nacionales por antiguos trabajadores de las fincas provenientes de Guatemala, Altos de Chis- pas y Tierra Fría de Motozintla y Siltepec, lo que con- tribuyó al desarrollo de la endemia.

Continuó la expansi6n de la cafeticultura, la forma- ción de nuevos poblados y con elio la dispersión de la oncocercosis hacia el occidente en tierras vírgenes de los municipios de Escuintla, Acacoyahua, Mapastepec y Pijijiapan. En los años cuarenta se formó un nuevo foco oncocerooso en la zona norte del Estado debido a la mi- gración de indígenas tzotziles que trabajaban en las fin- cas del Soconusco, quienes recibieron dotaciones de

MARZO-ABRIL DE 1991, VOL. 33, NO. 2

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CAFEnCULTURA E HISTORIA SOCIAL DE LA ONCOCERCOSIS EN EL SOCONUSCO, CHAPAS

tierras donde iniciaron el cultivo del café, llegando a tener cerca de 4 000 enfermos en una población de 22 000 personas.

En la actualidad, gracias a las acciones de control iniciadas en las primeras etapas de aparición del foco, sólo afecta a cuatro municipios con 27 enfermos, aproxi- madamente.

Por otra parte, se consolidaron las unidades de produc- ción de tipo campesino en el declive atlántico de la sierra y en otros lugares como Chicomuselo, Frontera Comala- pa, Beíiavista y Siltepec. El rasgo más importante en este periodo fue la aparición de un proceso de diferencia- ción social cada vez más acentuado que influyó en el riesgo de contraer la enfermedad, como son: el uso de la fuerza de trabajo familiar en las labores de cultivo y cosecha del café y maíz, el grado de tecnificación, asala- ramiento, et&tera.l4J5

Los repartos agrarios significaron un paliativo para la creciente proletarización del campesinado, el cual se inició en el cultivo del café en las recién formadas colonias ejidales, que además servían a las fincas como reserva de mano de obra, ya que los campesinos con- tinuaban por mucho tiempo como trabajadores de las plantaciones mientras lograban formar un cafetal que les diera ingresos.

Las grandes fincas cafetaleras que tendian a la mo- dernización conocían las ventajas de una libre movilidad de la fuerza de trabajo, por lo cual fueron disminuyendo el número de trabajadores permanentes (acasillados) para utiiizar principalmente jornaleros temporales. Otras, con menor capacidad económica o en peligro de sufrir afec- taciones en sus predios, siguieron manejando extensiva- mente sus plantaciones. La intensificación en el cultivo provocó cambios en el uso de la tierra, como la dismi- nución del terreno dedicado a potreros, maíz y montaña para aumentar cada vez más la superficie de cafetal. Esto tendría repercusiones en la "microecología" de las plan- taciones afectando con elio las densidades del vector, al reducir los lugares de reposo y la cantidad y extensión de los criaderos.

La tecnificación en el cultivo del café no ha sido homogénea, sino que se ha dado principalmente en zonas como Tapachula y Motozintla donde predominan las grandes plantaciones. Muchas de las fincas y casi todas las parcelas ejidales siguen utilizando métodos exten- sivos de producción, e incluso hay lugares donde aún se mantienen relaciones de producción muy atrasadas como el peonaje. Sin embargo, la tendencia es hacia una mayor

tecnificación, dado que para compensar la baja en los precios del grano se tiene que aumentar la productividad.

Durante este periodo se cuenta con más información sobre la distribución de la enfermedad, observandose que las zonas de mayor endemicidad correspondían a las de mayor atraso tecnológico en el manejo del cafetal, invo- lucradas las zonas recién abiertas al cultivo o bien lugares recientemente colonizados por campesinos pobres que se iniciaban en el cultivo del café. En cambio, los lugares de menor endemicidad se ubicaban en áreas donde predo- minaban las grandes fincas cafetaleras que cultivaban de manera intensiva el cafeta130 (cuadro 1).

En la actualidad pueden ubicarse seis subregiones de diferente endemicidad que presentan distinta evolu- ción en cuanto al desarrollo de la economía cafetalera (figuras 3-5).

Región I: Tapachula: incluye los municipios de Ta- pachula y Tuzantán. Esta zona siempre ha tenido un bajo porcentaje de oncocercosis (en promedio del 5 % en 1946) esto se explica por varios motivos, entre ellos:

1. La topografía presenta una pendiente menos inclinada, lo que probablemente limita el número de criaderos de

Subregiones 1946 1980 1989

1. Tapachula 5.0 4.0 2.9 11. 1-Iuixtla-Motozintla 62.0 21.6 17.9

111. Siltepec 42.5 23.3 12.1 IV. Jaltenango-Concordia 20.0 17.3 9.0 V. Escuintla-Acacoyahua 2.5 31.5 26.0

VI. Tierra Fría 7.8 7.2 3.7

1 Total 23.3 17.5 11.9

Fuente: Elaborado con base en datos del Programa de Control de la Oncocercosis, SSA

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CAFETICüLTURA, E HISTORIA SOCIAL DE LA ONCOCERCOSIS EN EL SOCONUSCO, CHIAPAS

w de la 0"-rmis, SSA. Tuxtla ~ u i i 6 r r & ~ h i a ~ a s , 1989

FIGURA 5. Subregiones oncocercosas del Soconusco, Chia- pas, 1989. Porcentaje de habitantes afectados

das por colonias ejidales de pequeños agricultores tec- nológicamente atrasados, que contrastan con las moder- nas fincas intensivas. Esto explica de alguna manera por qué en las colonias ejidales de esta zona se observan por- centajes altos de oncocercosis mientras que en las fincas son bajos. Para 1946 esta zona informaba una endemi- cidad del 20 por ciento. En 1980 era del 17 por ciento y actualmente se registra un 9 por ciento de oncocercosos.

Región V. Escuintla-Acacoyahua: localidades cafeta- leras de Escuintla, Acacoyahua, Mapastepec, Pijijiapan y P. Nuevo Comaltitlán. Esta región es la que se ha inte- grado más tardíamente a la cafeticultura (1950-1%0) y en elia predominan colonias ejidales formadas años después de la Reforma Agraria en terrenos nacionales desha- bitados.

Es una de las regiones más incomunicadas y donde se ubica gran cantidad de poblados dispersos, habitados por campesinos pobres que cultivan una extensión muy re- ducida de cafetal en condiciones muy atrasadas. Existen unas cuantas fincas no muy extensas. Para 1946 en esta

zona se reportaba una endemicidad muy baja (OS%), debido a que en ese tiempo era una región prácticamente despoblada. Sin embargo, en 1980 ya se reportaba un porcentaje de oncocercosis de1 31 por ciento y en la ac- tualidad es donde se registran las cifras más altas (26%).

Región VI. Tierra Frh: formada por localidades ubi- cadas en tierras altas de los municipios de Motozintla, Mazapa de Madero, Amatenango de la Frontera, El Por- venir, La Grandeza, Bejucal de.Ocampo, Berriozabal, Siltepec y Belia Vista. ES una zona expulsora de fuerza de trabajo y existe una interdependencia con la zona cafe- talera debido a las migraciones de jornaleros que se trasla- dan de manera temporal a las fincas y ejidos cafetaleros, así como porque de esta zona proviene gran parte de las personas que han formado las colonias ejidales. En esta región se observan pocentajes bajos de oncocercosis: 7.8 por ciento para 1980 y 3.7 por ciento para 1989, que se ex- plican por dos razones:

1. En esta zona no se dan las condiciones ecológicas para la trasmisión.

2. Es una población mayoritaria de jornaleros agrícolas temporales que se trasladan solamente de dos a tres mes& a la zona endémica, por lo que están menos expuestos a contraer la infección en comparación con los que habitan permanentemente en la zona.

En este último periodo y durante las dos décadas pos- teriores a la Reforma Agraria (1940-1950), se incremen- taron las medidas de controlde la enfermedad. En 1942 se inició el Servicio Rural por Cooperación de Higiene y Medicina Rural, con un presupuesto que aportaban por partes iguales la Federación y los ejidos cafetaleros. En ese mismo año se inauguró el Centro para la Investigación de la Oncocercosis, ubicado en Huixtla.

La campaña contra la oncocercosis creada desde 1930, se reorganizó, fortaleci6 y aplicó nuevos métodos de control. Es en las primeras décadas de este periodo donde podemos ubicar lo que llamaríamos la "época de oro" de las investigaciones sobre la oncocercosis. Nu- merosos e importantes estudios sobre diferentes aspectos ' de la enfermedad fueron realizados por notables investi- gad0res.3~

En la figura 6 se muestra de que manera ha evolu- cionado la oncocercosis de 1946 a 1989 en el Estado, en relación con la expansión de la cafeticultura. En los últimos años se observa una tendencia hacia una dis- minución en la prevalencia de la enfermedad en la re-

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T L

- + - - Cafetal

--fi.--- Oncocercosis H

A - -

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- -

-

- -

I I I r I I 1

FIGURA 6. Oncocercosis y expansión cafetalera. Región del Soconusco, Chiapas, 1940-1989

gión, lo que puede deberse a la intensificación de la campaña a partir de 1980 cuando se aumentó el número de ciclos anuales de tratamiento, hasta llegar a seis a par- tir del año de 1986. Así mismo ha sido evidente la modi- ficación del entorno en cuanto a una mayor tecnificación del cultivo del cafd y un aumento relativo de las condi- ciones de vida de muchos lugares que anteriormente de- pendían únicamente del maíz y ahora son comunidades básicamente cafetaleras, lo que les asegura un ingreso económico.

A partir de 1989 se inició la administración de iver- mectina en lugar de la tradicional terapia a base de die- tilcarbamazina (DEC). Se ha demostrado que la ivermec- tina es mucho mejor tolerada que el DEC y que a largo plazo tiene un mayor efecto sobre las microfilarias en

Esto seguramente tendrá un impacto importante en el futuro control de la endemia y puede ser el comienzo de pna nueva etapa en la historia de la misma. Pero quizá un elemento que pudiera explicar en mayor medida el fenó- meno sería el aumento del nivel de vida en los lugares donde ha mejorado la producción cafetalera. GamioZO en 1946 ya consideraba que la solución a la pobreza, y por ende a la enfermedad en la zona oncocercosa, era la intensificación y extensión del cultivo del café con los

"medios más modernos de cultivo como en general lo es en las grandes fincas cafetaleras ..."30

A pesar de los esfuerzos realizados, la oncocercosis siguesiendo un importante problema de salud pública que podrá resolverse cuando, además de las acciones médi- cas, se modifiquen las condiciones socioeconómica que le dieron origen; por tanto, cuando se logre una mayor racionalidad y tecnificación en el cultivo del caf6 y, por ende, mayores ingresos y mejores condiciones de vida para los habitantes de esa zona.

AGRADECIMIENTOS

La investigación en la que se basó este artículo forma parte de un estudio más amplio sobre Economía Cafeta- lera y Oncocercosis, llevado a cabo en el Centro de Investigaciones Ecológicas del Sureste (cm), de San Cristobal de las Casas, Chiapas, y en el cual el autor participó dentro del proyecto: Oncocercosis Estudio Inte- gral, el cual fue parcialmente financiado por el Special Programme for Research and Training in Tropical Dis- cases, WIIO, World Bank. Asimismo, el autor contó con una beca tesis por parte del CONACYT para la realización del trabajo. El estudio completo se presentó como Tesis

MARZO-ABRIL DE 1991, VOL. 33, NO. 2

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CAFETICULTURA E HISMRIA SOCIAL DE LA ONCOCERCOSIS EN EL SOCONUSCO, CHIAPAS

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para obtener el Grado de Maestro en Ciencias (Medicina Social) por la Universidad Autónoma Metropolitana- Xochimilco.

Se agradece al director del CIES, doctor Fernando Beltrán, y al director del proyecto, biólogo Mauricio

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Ortega, e l apoyo brindado para la realización del trabajo. Se agradece además a la Dirección General de Medi-

cina Preventiva, y en especial a la doctora Maria Eugenia Orozco, las facilidades prestadas para la actualizaci6n de la información epidemiológica.

SALUD P~BLICA DE M ~ C I C O

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