zoonosis emergentes

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Z Z o o o o n n o o s s i i s s 62 ELÍAS F. RODRÍGUEZ FERRI Departamento de Sanidad Animal Facultad de Veterinaria. Universidad de León E l origen del término ‘zoonosis’ reside en las raí- ces griegas ‘zoon’ que significa animal y ‘noses’ que refiere el estado de enfermedad. Por ello, el significado del término sería, estrictamente, ‘una enfermedad de los animales’. El primero en utilizar el término zoonosis fue el médico alemán R. Virchow (1821-1902) en su obra ‘Handbuch der Speziellen Pat- hologie und Therapie’, publicada en 1855, quien había realizado estudios sobre la relación del cerdo con la triquinosis humana 1 . El comité mixto FAO/OMS de expertos en zoono- sis definió y ratificó después, las zoonosis, en el pri- mer y segundo informe, respectivamente (1951 y 1959) 2 , como ‘aquellas enfermedades e infecciones que se transmiten de forma natural entre los anima- les vertebrados y el hombre y viceversa’. No tratan por tanto las zoonosis, de enfermedades de los ani- males, sino de procesos compartidos, comunes, a ambos tipos de especies (hombre y animales). Se ha sugerido también la conveniencia de utili- zar, según sea el origen (animales o el hombre), los términos ‘zooantroponosis’ (animales_hombre) o antropozoonosis’ (hombre_animales), sin embargo ni uno ni otro han calado suficientemente entre la opi- nión de profesionales y científicos y sigue prevalecien- do el término zoonosis que, aunque incorrecto, da cabida a este tipo de procesos 3 , 4 . También han sido definidas las zoonosis como ‘enfermedades, primaria- mente de los animales, que pueden ser transmitidas al hombre como resultado directo o indirecto, del contacto con el animal enfermo’. Debe quedar claro, en cualquier caso, que el término zoonosis solo incluye infecciones comunes de los vertebrados y el hombre, esto es, excluye los procesos originados por toxinas, por ejemplo de peces u ofi- dios, las alergias humanas a verte- brados, las enfermedades en las que un alimento o producto de origen animal se contamina y sirve como vehículo para un agente patógeno humano, como sucede en el caso de la hepatitis A, y las enfermedades de transmisión experimental. El conocimiento, siquiera empí- rico, de este tipo de procesos, es muy antiguo. En la Biblia, pueden encontrarse recomenda- ciones o prohibiciones que, sin duda, son fruto de la experiencia negativa entre el consumo de animales enfermos y la adquisición de enfermedades. En el Anti- guo Testamento 5 , el Deuteronomio, es particularmen- te abundante en citas que previenen de la relación con animales ‘inmundos”. Tal sucede, por ejemplo, en el 14,7 que prohibe el consumo de algunos animales: ‘…no comas de ningún animal abominable…, ni came- llo, ni liebre, ni tejón, porque aunque rumian, no tie- nen la pezuña hendida. Los tendrás por animales impu- ros’, o en el 14, 8 en el que se refiere al cerdo ‘…el cerdo es también impuro porque, aunque tiene la pezu- ña hendida, no rumia. No podrás comer su carne ni tocar su cadáver’, o en el 14, 21 cuando dice ‘…no comas nada que encuentres ya muerto. Podrás dárse- lo al extranjero que viva en cualquiera de tus ciuda- des, pero tú eres un pueblo consagrado al Señor, tú Dios’. En el mismo libro (Deuteronomio) 28,27 se iden- tifica la leishmaniosis cutánea y la peste (20,21) y en el Levítico (26,17) y Deuteronomio (28,22) se identi- fica la tuberculosis (Cordero, 2002). La aparición de las zoonosis probablemente corre curso paralelo al de la evolución humana. En la prime- ra transición, desde el paleolítico al neolítico (desde 2,5 millones de años hasta hace aproximadamente diez mil años) se produce un nuevo orden social en la vida del hombre sobre la Tierra, con el nacimiento de la Agricul- tura y la domesticación animal. Este es probablemente el comienzo de este tipo de procesos, fruto del primer contacto duradero de unos y otros y, seguramente, apa- recen ya las primeras epidemias. La historia no ofrece demasiados detalles sobre las zoonosis antes de la era cristiana, y aún en ésta, al margen de las referencias que pueden encontrarse en los libros sagrados. En el papiro Kahun (2230 - 1800 a.C.) se trata de las enfermeda- des del ganado y peces, y en el Papi- ro de Ebers (1500 a.C.) se refieren enfermedades humanas, aunque no hay en ninguno indicios de que ambos pudieran compartirlas (Cordero, 2002). Herodoto, Hipócrates, Aristó- teles y Galeno (s. V a II a.C. y s. I d.C.) incluyen referencias a la peste y car- bunco. La rabia es, de entre las zoono- sis, un riquísimo referente que pone de manifiesto el origen común de la enfermedad entre hombre y perro; en el código de Eshnunna, por ejem- plo (1900 a.C.) se establecen las indemnizaciones que corresponden por mordedura de perro rabioso, ZOONOSIS EMERGENTES “Se estima que existen alrededor de 1.415 microorganismos patógenos para el hombre y, de ellos, entre el 61-65% son de origen animal, esto es, son agentes de zoonosis”

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Autor:Elias F. Rodriguez Ferri.- Departamento de Sanidad AnimalFacultad de Veterinaria. Universidad de León

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Page 1: Zoonosis Emergentes

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ELÍAS F. RODRÍGUEZ FERRIDepartamento de Sanidad AnimalFacultad de Veterinaria. Universidad de León

El origen del término ‘zoonosis’ reside en las raí-ces griegas ‘zoon’ que significa animal y ‘noses’que refiere el estado de enfermedad. Por ello, el

significado del término sería, estrictamente, ‘unaenfermedad de los animales’. El primero en utilizar eltérmino zoonosis fue el médico alemán R. Virchow(1821-1902) en su obra ‘Handbuch der Speziellen Pat-hologie und Therapie’, publicada en 1855, quien habíarealizado estudios sobre la relación del cerdo con latriquinosis humana1.

El comité mixto FAO/OMS de expertos en zoono-sis definió y ratificó después, las zoonosis, en el pri-mer y segundo informe, respectivamente (1951 y1959)2, como ‘aquellas enfermedades e infeccionesque se transmiten de forma natural entre los anima-les vertebrados y el hombre y viceversa’. No tratanpor tanto las zoonosis, de enfermedades de los ani-males, sino de procesos compartidos, comunes, aambos tipos de especies (hombre y animales).

Se ha sugerido también la conveniencia de utili-zar, según sea el origen (animales o el hombre), lostérminos ‘zooantroponosis’ (animales_hombre) o‘antropozoonosis’ (hombre_animales), sin embargo niuno ni otro han calado suficientemente entre la opi-nión de profesionales y científicos y sigue prevalecien-do el término zoonosis que, aunque incorrecto, dacabida a este tipo de procesos3,4. También han sidodefinidas las zoonosis como ‘enfermedades, primaria-mente de los animales, que puedenser transmitidas al hombre comoresultado directo o indirecto, delcontacto con el animal enfermo’.

Debe quedar claro, en cualquiercaso, que el término zoonosis soloincluye infecciones comunes de losvertebrados y el hombre, esto es,excluye los procesos originados portoxinas, por ejemplo de peces u ofi-dios, las alergias humanas a verte-brados, las enfermedades en las queun alimento o producto de origenanimal se contamina y sirve comovehículo para un agente patógenohumano, como sucede en el caso dela hepatitis A, y las enfermedades detransmisión experimental.

El conocimiento, siquiera empí-rico, de este tipo de procesos, es muy

antiguo. En la Biblia, pueden encontrarse recomenda-ciones o prohibiciones que, sin duda, son fruto de laexperiencia negativa entre el consumo de animalesenfermos y la adquisición de enfermedades. En el Anti-guo Testamento5, el Deuteronomio, es particularmen-te abundante en citas que previenen de la relación conanimales ‘inmundos”. Tal sucede, por ejemplo, en el14,7 que prohibe el consumo de algunos animales:‘…no comas de ningún animal abominable…,ni came-llo, ni liebre, ni tejón, porque aunque rumian, no tie-nen la pezuña hendida. Los tendrás por animales impu-ros’, o en el 14, 8 en el que se refiere al cerdo ‘…elcerdo es también impuro porque,aunque tiene la pezu-ña hendida, no rumia. No podrás comer su carne nitocar su cadáver’, o en el 14, 21 cuando dice ‘…nocomas nada que encuentres ya muerto. Podrás dárse-lo al extranjero que viva en cualquiera de tus ciuda-des, pero tú eres un pueblo consagrado al Señor, túDios’. En el mismo libro (Deuteronomio) 28,27 se iden-tifica la leishmaniosis cutánea y la peste (20,21) y enel Levítico (26,17) y Deuteronomio (28,22) se identi-fica la tuberculosis (Cordero, 2002).

La aparición de las zoonosis probablemente correcurso paralelo al de la evolución humana. En la prime-ra transición, desde el paleolítico al neolítico (desde 2,5millones de años hasta hace aproximadamente diez milaños) se produce un nuevo orden social en la vida delhombre sobre la Tierra, con el nacimiento de la Agricul-tura y la domesticación animal. Este es probablementeel comienzo de este tipo de procesos, fruto del primercontacto duradero de unos y otros y, seguramente, apa-recen ya las primeras epidemias. La historia no ofrecedemasiados detalles sobre las zoonosis antes de la eracristiana, y aún en ésta, al margen de las referencias que

pueden encontrarse en los librossagrados. En el papiro Kahun (2230 -1800 a.C.) se trata de las enfermeda-des del ganado y peces, y en el Papi-ro de Ebers (1500 a.C.) se refierenenfermedades humanas, aunque nohay en ninguno indicios de que ambospudieran compartirlas (Cordero,2002). Herodoto, Hipócrates, Aristó-teles y Galeno (s. V a II a.C. y s. I d.C.)incluyen referencias a la peste y car-bunco.

La rabia es, de entre las zoono-sis, un riquísimo referente que ponede manifiesto el origen común de laenfermedad entre hombre y perro;en el código de Eshnunna, por ejem-plo (1900 a.C.) se establecen lasindemnizaciones que correspondenpor mordedura de perro rabioso,

ZOONOSIS EMERGENTES

“Se estima queexisten alrededor de

1.415microorganismospatógenos para elhombre y, de ellos,entre el 61-65% sonde origen animal,

esto es, son agentesde zoonosis”

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con claras diferencias entre esclavos y hombres libres.Se cree que Homero (s. VIII. a.C.) se refería a la rabiacuando menciona a Siro, la estrella perro del Orión,que ejerce una influencia maligna sobre la humani-dad y que se asociaba con perros rabiosos en toda lacultura mediterránea. Demócrito (460-370 a.C.) y Aris-tóteles (s. IV a.C.) describieron la rabia en el perro yCelsus (25 a.C. – 50 d.C.) recomendaba baños, y eltratamiento con cáusticos y la cauterización de lasheridas producidas por la mordedura de un perro‘rabioso’. Por último, el término Lyssavirus, donde seencuadra en la actualidad el virus rábico, tiene su ori-gen en la denominación que los griegos utilizabanpara designar la rabia, indistintamente como ‘lisa’ o‘lita’. Girolamo Fracastoro (1483-1553) describió larabia en el hombre y Zinke (1804) realizó estudios detransmisión de la enfermedad inoculando saliva deperros enfermos en otros sanos6.

Como en otros ordenes de la ciencia, durante larevolución industrial desde mediados del siglo XIXhasta prácticamente el último tercio del siglo XX, seproduce el mayor acopio de información en el terre-no de las enfermedades infecciosas. Disminuye espec-tacularmente la mortalidad, aparecen los antibióticosy surgen las denominadas ‘enfermedades de la civili-zación’, además de los problemas medioambientalesy las enfermedades crónicas.

Estos últimos años nos están dejando un panora-ma diferente, con la aparición de las denominadasenfermedades emergentes (enfermedades infecciosasemergentes, zoonosis emergentes, etc.) y reemergen-tes, al lado de otros problemas de no menor impor-tancia en el ámbito de la Salud Pública, como el delas resistencias antibióticas y, siempre, con un inte-rés especial por los factores que condicionan unos yotras surgidos entre otros orígenes, de la actividadhumana (factores antropogénicos)7,8 .

El interés actual por este tipo de procesos es prin-cipal, entre las enfermedades infecciosas. No debeolvidarse que, pese a todos los avances, todavía estetipo de procesos son causa de más de diez millonesde fallecimientos anuales (15 millones en 2001) debi-dos de forma particular a un reducido grupo de enfer-

medades que incluye las infecciones respiratorias, elSIDA, diarreas, tuberculosis, malaria, tosferina,sarampión, tétanos, meningitis y sífilis. Si se conside-ra de forma simultánea el carácter de emergente, elresultado puede ser muy grave y preocupante. Comoha señalado L.J. King (2004)9, la interdependencia dehumanos y animales y los numerosos factores quecontrolan esta interrelación han convergido paracrear un ambiente que propicia la emergencia de lospatógenos zoonóticos.

El fenómeno de la Emergencia

El término emergente se aplica a la aparición deuna enfermedad nueva que surge con gravedad y sedifunde rápidamente.

Históricamente las enfermedades emergentes seasocian, en el caso del hombre, a plagas, epidemiaso pandemias cuyo recuerdo se relaciona inevitable-mente con muerte y desolación, como sucedió en elcaso de la peste negra en la Edad Media; entre los ani-males existen ejemplos similares como la peste bovi-na, la fiebre aftosa o la encefalopatía espongiformebovina. Con un sentido práctico, la OMS no solo con-sidera ‘emergentes’ a las enfermedades graves que sedescriben por primera vez, sino que da la misma con-sideración a aquellas otras que incrementan su pre-sencia y aparecen en zonas nuevas o en hospedado-res nuevos, las que incrementan su gravedad o las quemanifiestan nuevos tipos de transmisión (en especialsi se implican alimentos), cuando se reconoce por pri-mera vez el carácter infeccioso o si se describen difi-cultades añadidas en su lucha (aparición de resisten-cias frente a los antibióticos)10.

Las enfermedades reemergentes se refieren adesórdenes que en el pasado constituyeron proble-mas de sanidad principales, bien de forma global oen un determinado territorio, pero que después redu-jeron su incidencia (y consecuentemente, su preocu-pación por ellas) de forma espectacular, hasta casi laeliminación. Por distintas razones estas enfermeda-des vuelven a estar de actualidad por aumentar supresencia, muchas veces asociada a otros problemas

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Virus AndesAustalian Bat Lyssavirus (ABL)Virus BagazaVirus BannaVirus de la Selva de BarmahVirus de la encefalitis de CaliforniaHerpesvirus tipo 1 de los CercopitecosVirus ChikungunyaVirus de la fiebre hemorrágica Cri-

men-CongoVirus DengueVirus de la encefalitis equina del EsteVirus de la encefalitis transmitida por

garrapatasVirus GuamaVirus GuanaritoVirus HantaanVirus HendraVirus dela hepatitis AVirus dela hepatitis BVirus dela hepatitis CVirus dela hepatitis EVirus de la hepatitis GAstrovirus humanosEnterovirus B humanoHerpesvirus humano tipo 1Herpesvirus humano tipo 2Herpesvirus humano tipo 3 Herpesvirus humano tipo 5Herpesvirus humano tipo 8Virus dela inmunodeficiencia humana

tipo 1 (HIV-1)Virus de la inmunodeficiencia humana

tipo 2 (HIV-2)Papilomavirus humano Virus T-linfotropico humano tipo 1 Virus influenza AVirus de la encefalitis japonesaVirus JuninVirus de la enfermedad de la selva de

KyasanurVirus de Laguna NegraVirus de la fiebre de LassaVirus MachupoVirus de la enfermedad de MarburgoVirus MayaroVirus del sarampiónVirus MenangleVirus de la viruela del monoVirus de la encefalitis del valle MurriaVirus NipahVirus NorwalkVirus O’nyong-nyongVirus OropuchePicobirnavirusPoliovirusVirus PumalaVirus de la rabiaVirus Ebola REstonVirus de la fiebre del valle del RiftVirus del rio RossRotavirus ARotavirus BRotavirus C

Virus SabioVirsu SalehabadVirus de la fiebre por moscas de la

arena de NápolesCoronavirus SARSVirus SeoulVirus Sin NombreVirus SindbisVirus de la encefalitis de San LuisVirus de la encefalitis equina venezo-

lanaVirus dela encefalitis de WesselsbronVirus del Nilo OccidentalVirus de la encefalitis equina del

OesteVirus de la fiebre amarillaVirus Ebola ZaireVirus ZikaAgente de la EEB

Aeromonas caviaeAeromonas hydrophilaAeromonas veroniiBacillus anthracisBordetella pertussisBorrelia burgdorferiBrucella melitensisCampylobacter fetusCampylobacter jejuniChlamydia trachomatisClostridium botulinumClostridium difficileCorynebacterium diphteriaeEhrlichia chaffeensisEhrlichia equiEhrlichia ewingiiEnterococcus faecalisEnterococcus faeciumEscherichia coliFrancisella tularensisHaemophilus ducreyiHaemophilus influenzaeKlebsiella pneumoniaeLegionella pneumophilaLepospira interrogansListeria monocytogenesMycobacterium aviumMycobacterium bovisMycobacterium fortuitumMycobacterium haemophilumMycobacterium lepraeMycobacterium marinumMycobacterium tuberculosisMycobacterium ulceransNeisseria gonorrhoeaeNeisseria meningitidisPseudomonas aeruginosaRickettsia prowazekiiSalmonella enteritidisSalmonella typhiSalmonella typhimuriumSerratia marcescensShigella dysenteriaeStaphylococcus aureus

Staphylococcus epidermidisStreptococcus pneumoniaeStreptococcus pyogenesVibrio choleraeVibrio parahaemolyticusVibrio vulnificusYersinia enterocoliticaYersinia pestis

Aspergillus fumigatus (grupo)Blastomyces dermatitidisCandida albicansCandida glabrataCandida kruseiCoccidioides immitisCryptococcus neoformansFusarium moniliformisFusarium oxysporumFusarium solaniHistoplasma capsulatumMalassezia pachydermatisPenicillium marneffeiPneumocystis cariniiScedosporium prolificansTrichosporum beigeliiEncephalitozoon cuniculiEncephalitozoon hellemEncephalitozoon in testinalisEnterocytozoon bieneusiNosema connoriTrachipleistopora hominis

Anisakis simplexEchinococcus granulosusLoa loaMetorchis conjunctusOnchocerca volvulusSchistosoma mansoniStrongyloides stercolarisTaenia soliumTrichinella spiralisWuchereria bancrofti

Babesia microtiCryptosporidium parvumCyclospora cayetanensisGiardia duodenalisIsospora belliLeishmania donovaniLeishmania infantumPlasmodium falciparumPlasmodium vivaxToxoplasma gondiiTrichomonas vaginalisTrypanosoma bruceiTrypanosoma cruzi

Resumen: 43,6% virus; 23,4% bacterias; 20,4% protozoos más helmintos; 12,6% hongos

Cuadro 1. Relación de 174 patógenos emergentes en los últimos años (Taylor et al., 2001)

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que facilitan su aparición y difusión. Es el caso, entreotros, de la brucelosis o la tuberculosis animal.

Como ha sido señalado por Woolhouse11, la emer-gencia y reemergencia de patógenos representa en laactualidad un enorme desafío para la medicina huma-na y la veterinaria. Igualmente representan un impac-to extraordinario en la salud y economía globales12

y la clave de la defensa reside en la vigilancia quenecesita de la actuación integrada sobre las poblacio-nes humanas y de animales domésticos y salvajes.

Zoonosis emergentes

Tienen esta consideración las zoonosis causadas,por agentes nuevos o por microorganismos conoci-dos, pero descritas en lugares o en especies en las quela enfermedad era desconocida antes13(RodríguezFerri, 2006) Debe precisarse, en cualquier caso, quela emergencia de zoonosis no excluye ninguna espe-cie animal, ni ningún tipo de agente infeccioso. Tam-poco se vinculan a una determinada región, pudien-do aparecer en cualquiera14.

Los patógenos emergentes son sin duda alguna com-pañeros peligrosos del hombre y los animales. Se esti-ma que existen alrededor de 1.415 microorganismospatógenos para el hombre y, de ellos, entre el 61-65%son de origen animal, esto es, son agentes de zoono-sis15,16 y más del 12% de éstos son emergentes17;solo en los últimos años se ha descrito la emergenciade más de 70 y recientemente se han recopilado nadamenos que 335 entre 1940 y 2004. (Tabla 1). Por otraparte, el Cuadro 2 resume fechas de emergencia dealgunos de los patógenos principales, desde 1973(WHO, CDC, ProMed)

Si se considera el punto de vista contrario, los ani-males, se admite que el 80% de todos los patógenosanimales, son agentes de zoonosis (algunos llegan aafirmar que, en las debidas condiciones, pueden serlotodos) y que el 75% de los patógenos emergentes ani-males son zoonóticos; de hecho, se considera queestos últimos tienen el doble de tendencia a asociar-se con procesos emergentes que los no zoonóticos(Taylor et al., 2001).

En relación con el origen de los patógenos emer-gentes, en general suelen conside-rarse, tres fuentes principales; porun lado, la propia población hospe-dadora, es el caso del hombre en latuberculosis; por otro, el ambienteexterior, como sucede en el caso dela legionelosis y, finalmente, hospe-dadores diferentes, lo que implicaun ‘salto’ en la barrera de especie’,como sucede por ejemplo en laencefalopatía espongiforme bovina,la encefalitis por lisavirus o el pro-pio SIDA. En cualquier caso, la emer-gencia resulta de impactos en cual-quier eslabón de la cadenaepidemiológica, a su vez resultadode la convergencia de numerososfactores de distinto origen.

Factores de emergenciaLa participación coincidente de distintos factores

da como resultado la emergencia de patógenos yenfermedades, incluidas las zoonosis. Desde un puntode vista general es preciso considerar los que se refie-ren al propio agente, al hospedador y población hos-pedadora (hombre y animales) y al ambiente.

• Factores de emergencia derivados del agentepatógeno.- Por parte del agente patógeno la fuenteprincipal de posibilidades de emergencia surge de laconstante generación de cambios heredables en losque se apoya su adaptación a situaciones nuevas. Aligual que otras formas de vida, los microorganismosevolucionan continuamente, respondiendo a situacio-nes que a menudo comprometen su supervivencia. Sucapacidad de respuesta en forma de adaptación es elinstrumento clave que confiere ventajas y con ellasposibilidades de supervivencia. Los cambios hereda-bles reciben el nombre de mutaciones y su tasa esinversamente proporcional al tamaño y simplicidaddel agente, de tal modo que las bacterias mutan conmayor frecuencia que los protozoos y los virus lohacen con mayor frecuencia que las bacterias. Entrelos virus, los que poseen ARN, especialmente segmen-tado, son los más proclives a sufrir cambios. Ademásde las mutaciones, que suponen errores en el proce-so de reproducción o replicación del material gené-tico, también se producen cambios heredables comoconsecuencia de la incorporación de material gené-tico extraño, en el caso las bacterias (mediante trans-formación, conjugación o transducción y posteriorrecombinación) o mediante un reordenamiento (reas-sortment) o intercambio de genes, en el caso de losvirus ARN de genoma segmentado, como ocurre conlos virus influenza, tan de moda en la actualidad. Losvalores de riesgo relativo de emergencia (RR) son supe-riores a 4 en el caso de los virus y de menos de 0,025en el caso de los helmintos, siendo intermedios en lasotras formas de agentes patógenos (bacterias, hongosy protozoos), tanto en el caso del hombre como de losanimales.

Nos hemos referido antes a que entre un 61 y un65% de los patógenos humanos se consideran zoo-nóticos. De forma relativa, por grupos de patógenos,

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estos porcentajes varían considerablemente; en elcaso de las rickettsias, el 100% de las mismas seríanzoonóticas, seguidas de los helmintos, con el 97%,los virus ARN, con el 84%, las bacterias, con el 48%,los hongos con el 38% y los virus ADN con solamen-te el 36%. En el estudio recientemente publicado porJones et al (2008), sin embargo, en el que se analizan335 eventos de las enfermedades emergentes, las bac-terias fueron los agentes más comunes, representan-do el 54,3% incluyendo resistencias antimicrobianas,a las que se concede una importancia muy especial,por delante de virus y priones, que representaban el25,4% de los agentes.

En la consideración del carácter zoonótico de lospatógenos humanos, debe tenerse en cuenta también,que la ruta de transmisión utilizada influye igualmen-te en este carácter, pues afecta de modo directo a lasoportunidades y beneficios de un rango múltiple dehospedadores frente a los que mantienen un espectroreducido. Así visto, los patógenos que se transmitenpor contacto directo son siempre menos zoonóticosque los que lo hacen mediante un procedimiento indi-recto, más o menos complejo, que les ofrece mayornúmero de oportunidades, como ocurre con los pató-genos que se transmiten mediante vectores, a los quetradicionalmente se considera que son los más zoo-nóticos.

En definitiva pues, acumulando los rasgos señala-dos hasta ahora, el perfil patrón de un patógeno emer-gente zoonótico podría resumirse sobre las siguien-tes características principales:

- un virus ARN, mejor de genoma segmentado- con amplio rango de hospedadores-reservorios- transmitido por vectores, especialmente por mos-

quitos o garrapatas- que utiliza receptores celulares

muy conservados, en células dedistintas especies

- potencialmente capaz de trans-mitirse entre humanos deforma horizontal, aunque éstesea, en la práctica, un sucesopoco frecuente

- emergencia en áreas geográfi-cas con cambios ecológicos,demográficos o sociales.

• Factores relacionados con elhospedador y la población hospeda-dora. La influencia antropogénica.-Consideramos aquí cuanto se refie-re a la influencia humana, por unlado, desde el punto de vista de suinfluencia relativa como hospedadorde agentes de enfermedades infec-ciosas y, por otro, la que se refiere alhombre como generador de pertur-baciones que, en último término,favorecen la aparición de zoonosisemergentes.

Desde antiguo se ha observadoque las especies animales reaccio-

nan de distinto modo frente a un patógeno en particu-lar y, en cada una, sus razas lo hacen también y, aundentro de ellas, cada individuo lo hace de forma dife-rente. En la malaria, por ejemplo, se ha podido defi-nir un cierto mecanismo genético de la susceptibili-dad, al comprobar que las poblaciones heterocigotasa un gen que causa la sustitución de la valina por elácido glutámico en la hemoglobina, proporciona resis-tencia a las formas graves de la enfermedad. Esta con-dición es hereditaria y puede observarse en regionesendémicas originando individuos resistentes.

El MHC (Complejo Principal o Mayor de Histo-compatibilidad) es, seguramente, la agrupación degenes más pleomórfica del genoma de los animales.En la actualidad se ha aclarado el papel que represen-tan los antígenos de clase I y II en el reconocimientoy presentación de los agentes patógenos al sistemainmune, pero quedan por resolver otras muchas cues-tiones.

Las dos principales hipótesis propuestas para expli-car el modo en que los microorganismos patógenospueden dirigir la diversidad del MHC son, por un lado,la que supone la ventaja del heterocigoto (o selecciónsobredominante) y, por otro, la que supone la ventajade los alelos raros. Doherty y Zinkernagel (1979)18

postularon que en una población expuesta a un ordende patógenos podría tener ventaja para un individuoel tener la condición de heterocigoto en el loci MHC,ya que tal condición podría ser capaz de originar unarespuesta inmune más fuerte que en el caso del homo-cigoto. Así pues, el extremo polimorfismo genéticoobservado en el MHC de los vertebrados superiorespuede reflejar la presión evolutiva ejercida por sumecanismo de vigilancia inmunológica. La otra hipó-

tesis (ventaja de los alelos raros, tam-bién conocida como seleccióndependiente de la frecuencia) pro-pone que los individuos con alelosMHC raros responden mejor a lasnuevas variantes de patógenos quese han organizado para evadir losalelos comunes del MHC. Es posibleque ambos mecanismos operensimultáneamente.

También son importantes otrosfactores como el TNF (Factor deNecrosis Tumoral), igualmente poli-mórfico. El TNF-aa es producido porlos macrófagos y células T y desem-peña múltiples funciones en la res-puesta inmune, mientras que el TNF-bb (linfotoxina) es secretado por lascélulas T CD4+ inflamatorias y poseeactividad citotóxica directa.

Otras circunstancias que condi-cionan la susceptibilidad o resisten-cia a las infecciones incluyen la pre-sencia de receptores específicos enla superficie de las células hospeda-doras, que están determinados gené-ticamente y que permiten la aproxi-m a c i ó n d e l p a t ó g e n o y l a

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“Entre lasconsecuencias del

crecimiento humanosobre la emergencia

de patógenos yenfermedades serelacionan, por

ejemplo unincremento del

potencial de difusiónde enfermedades de

forma directa y através del

incremento deviajeros, etc. “

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colonización superficial o la invasión del interior celu-lar, según casos. Un aspecto de interés particular, enrelación con la susceptibilidad o resistencia a las infec-ciones tiene que ver con el modo en que los agentespatógenos (las bacterias) resuelven el abastecimientode hierro, un elemento clave en la fisiología y meta-bolismo microbianos, que debido a su escasez cons-tituye un factor limitante, que condiciona el éxito oel fracaso de la infección. Aunque el hierro solo serequiere en pequeñísimas concentraciones para el cre-cimiento microbiano, de entre 10-8 y 10-10 M, en losambientes del hospedador la mayoría de este elemen-to está asociado a proteínas transportadoras y solo unaproporción muy pequeña (10-18 M) está en forma dehierro libre. En consecuencia, pues, el hospedador seopone a la infección reduciendo la cantidad de hie-rro libre y formando complejos de este elemento conproteínas orgánicas del suero (transferrina sérica) oleche (lactoferrina), aunque también pueden encon-trarse en cantidades menores, en otras secreciones ycompuestos (hemina, hemoglobina y ferritina). En lacompetencia por el hierro, las bacterias han desarro-llado distinto tipo de sistemas capaces de captar talescomplejos y separar de ellos el hierro que necesitan.Los sideróforos19 son compuestos de bajo peso mole-cular y elevada afinidad por el Fe3+ que adquiereneste elemento a partir de los complejos o de los com-puestos orgánicos o inorgánicos. Los complejos Fe3+-sideróforo se captan por receptores específicos de lamembrana externa que necesitan de la asistencia delcomplejo TonB (TonB-ExbB-ExbD) que permite sutransporte activo hacia el citoplasma bacteriano, dis-poniendo de la colaboración de un complejo de trans-

portadores de la familia ABC (ATP Binding Casette)para transpasar la membrana interna. Una vez en elcitoplasma, el Fe3+se libera mediante la reducción aFe2+ y se dirige a su destino, mientras que el sideró-foro libre se almacena o se reexporta al exterior, reci-clándose. Otros microorganismos han evolucionadohacia la expresión de procedimientos más sofistica-dos, que incluyen sistemas de proteínas de la mem-brana externa conocidas como “Proteínas receptorasde transferrina” o Tbp (Transferrin bindind protein),bien conocidas en algunos patógenos humanos y ani-males, como por ejemplo en Neisseria meningitidis,Haemophilus influenzae o Actinobacillus pleuropneu-moniae (entre otros), cuyo estudio ha centrado en losúltimos años gran cantidad de investigaciones, puessu interés en la patogénesis no es menor que el quedespiertan desde el punto de vista diagnóstico e inmu-ne (Rodríguez Ferri, 2006).

Condiciones externas, como la malnutrición, pose-en un efecto negativo sobre la resistencia; de modoparticular, las deficiencias en proteínas repercuten deforma directa en la respuesta inmune de base celular,que se une a niveles reducidos de producción de C3(del complemento), disminución de la producción deIgA secretora y reducción de la tasa bactericida delos PMN, todo lo cual origina en conjunto un incre-mento en la susceptibilidad. Las hormonas, la edad oel sexo también se relacionan con la susceptibilidada las infecciones; de modo particular, la tirosina, losesteroides y los estrógenos se han relacionado con laresistencia. Los corticosteroides son criticos; dosisbajas estimulan la respuesta inmune, mientras quedosis altas (igual que sucede en el caso de la testos-

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Año Patógeno emergente Año Patógeno emergente Año Patógeno emergente

1973 Rotavirus 1984 Capnocytophaga canimorsus 1993 Simkania negevensis1975 Parvovirus humano 1985 Rhodococcus equi 1993 Trophyrema whippelii1975 Tanapoxvirus 1985 HIV-2 1993 Ehrlichiosis granulocitica humana1975 Virus de la f de Lassa 1985 Birnavirus 1994 Virus Sbia1976 Virus viruela del mono 1985 Vibrio vulnificus 1994 Virus Hendra1976 Calicivirus 1986 Chalmydophila pneumoniae 1995 Virus hepatitis G1976 Cryptosporidium parvum 1986 Strongyloides fullebornii 1995 Herpesvirus huma tipo 81977 Clostridium difficile 1986 Cyclospora cayetanensis 1996 Virus Arroyo Agua blanca1977 Virus Ebola 1988 Herpesvirus huma tipo 6 1996 ABL1977 Virus Flexal 1989 Ehrlichia chaffeensis 1996 vCJD1977 Legionella pneumophila 1989 Virus de la hepatitis C 1996 Virus Tula1977 Virus hepatitis D 1989 Pestivirus humanos 1997 Virus Laguna Negra1977 Campylobacter jejuni 1990 Herpesvirus hum tipo 7 1997 Virus Andes1980 E.coli enteropatógeno 1990 Virus hepatitis E 1997 Virus Menangle1980 Astrovirus 1991 Virus Guanarito 1997 TTV1980 HTLV-1 1992 Vibrio cholerae 0139 1998 Enterovirus 71/ quimera Coxsackie1980 Haemophilus ducreyi 1992 Rickettsia felis 1998 Virus Nipah1982 E. coli 0157:H7 1992 E. coli enteroagregativo 1998 Torovirus humanos1982 HTLV-2 1992 Enterocytozoon bieneusii 1999 Virus SEN1982 Borrelia burgdorferi 1992 Campylobacter upsaliensis 2001 Metapneumovirus humanos1983 HIV-1 1992 Bartonella henselae 2002 Virus Bermejo1983 Mobiluncus spp 1993 Virus Sin Nombre 2002 Burkholderia anthina1983 Helicobacter pylori 1993 Neisseria weaveri 2002 Inquilinus limosus1983 Adenovirus 40/41 1993 Baylisascaris procyonis 2003 Coronaviarus SARS

Cuadro 2. Cronología de emergencias principales 1973-2003

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terona o la progesterona), son inmunosupresoras.Cuando aumenta la producción, por ejemplo, comoconsecuencia del estrés, se produce inmunosupresiónque facilita la aparición de diverso tipo de problemasrelacionados con bacterias o virus. Las diferencias enla susceptibilidad relacionadas con la edad se atribu-yen a diferencias físicas y fisiológicas.

• Patógenos específicos y de multihospedadores.Uno de los problemas que más llaman la atención delos expertos es la fidelidad o restricción de hospeda-dor en el caso de algunos patógenos, mientras quecon otros se producen, ocasionalmente, saltos o des-viaciones desde la especie hospedadora tradicional aotra distinta, dando lugar a procesos clínicos graves,una de las características que define la emergencia.Se pueden poner numerosos ejemplos sobre el parti-cular, desde la propia encefalopatía espongiformebovina, al virus SIDA o el moquillo canino en leonesdel Serengueti, los virus Hendra y Nipah o los virus dela influenza aviar o porcina, etc.

Nos hemos referido antes a que del 61-65% de lospatógenos humanos son agentes de zoonosis (Cleave-land et al. 2001), esto es, comparten otros hospeda-dores o dicho de otro modo, son de multihospedado-res. En el caso de los patógenos animales, la cifra sesupera con claridad, pues si se trata de animalesdomésticos la proporción de multihospedadores llegaal 77,3% y en el caso particular de los carnívorosdomésticos, la cifra llega al 90%. En relación con elcarácter de multihospedadores, existen casos tan lla-mativos como los de los virus influenza o de la rabiaque no solo son capaces de infectar distintas especiessino que lo hacen sobre diferentes órdenes o clases.Muchos de estos patógenos también pueden ser trans-mitidos por ellos. Se habla de agentes inespecíficos ogeneralistas, frente a los agentes especializados (oespecialistas), que solo producen enfermedad en unaespecie. Los cambios relacionados con el cambio osustitución de un hospedador constituyen un fenóme-no de adaptación que puede implicar sustituciones de

un pequeño número de nucleótidos o cambios gené-ticos más importantes como ocurre en la reordenacióno intercambio que tiene lugar en los virus influenza A.Por tanto, la capacidad de un patógeno para realizarun ‘salto interespecífico’ es fruto de la adaptación ycomo tal supone para él una ventaja que cuenta favo-rablemente en su supervivencia.

Tradicionalmente se ha señalado que la evoluciónfavorece la especialización, por lo que todavía no secomprende las ventajas que para el patógeno suponesu falta, es decir, la disponibilidad de varios o muchoshospedadores (Woolhouse et al., 2005)20 igual queun amplio número de mamíferos (y algunas aves) serelacionan con nuevos patógenos humanos (Woolhou-se y Gaunt, 2007)21.

La adaptación de hospedador está unida y limita-da por la variabilidad genética del patógeno que faci-lita la evasión de la respuesta inmune, la inmunidaddel rebaño y la evolución de la resistencia del hospe-dador. Los patógenos con tasas de mutación más altasdeberían producir más variantes genéticas y ser másgeneralistas. De este modo entre los patógenos queinfectan al hombre, los virus ARN son más zoonóti-cos que los virus ADN (en la práctica, un 67% fren-te a un 36% de los virus ADN).

La vía de transmisión también se relaciona con lainfección a múltiples hospedadores. La transmisiónindirecta que implica una alta contaminación delambiente, proporciona muchas oportunidades. En lospatógenos que se transmiten por vectores, es el pro-pio vector el que determina si existen o no oportuni-dades para la transmisión interespecífica, pues mien-tras que muchos artrópodos picadores son generalistasen hospedadores sobre los que se alimentan, otrosestán especializados en una especie hospedadoraúnica.

• El salto de la barrera de especie. Se correspon-de con el traslado y adaptación de un patógeno desdeun hospedador a otro nuevo, que de ordinario seacompaña de graves consecuencias desde el punto de

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Agente patógeno Hospedador original Hospedador nuevo Año de la descripciónVirus de la peste bovina Bovino eurasiático Rumiantes africanos Finales siglo XIXVirus de la mixomatosis Conejo de cola de algodón/ conejo de Brasil Conejo europeoAños 1950Virus Ebola desconocido hombre 1977Virus de la panleucopenia felina/parvovirus canino (FPLV/CPV) gatos perros 1978Virus inmunodef. humana HIV-1 primates Hombre 1983Virus inmunodef. humana HIV-2 Primates hombre 1986Virus del moquillo canino / focas cánidos focas 1988Virus Hendra murciélagos Caballos y hombre 1994Lyssavirus de Australia (ABL) murciélagos hombre 1996Virus influenza aviar H5N1 aves hombre 1997Virus Nipah murciélagos Cerdos y hombre 1999Coronavirus SARS Murciélagos y civetas hombre 2003Virus de la viruela del mono Perrillos de las praderas hombre 2003Escherichia coli 0157:H7 bovinos hombre 1982Borrelia burgdorferi ciervos Hombre, perro 1982

Tabla 1. Saltos de la barrera de especie reconocida en algunos patógenos

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vista clínico (alta mortalidad, rápida difusión, etc.).Esta fórmula se considera un procedimiento importan-te en la emergencia de enfermedades y ha sido repe-tidamente acreditada como responsable de la emer-gencia de muchas enfermedades infecciosas, incluidaszoonosis, como se recoge en la Tabla 1 (Woolhouseet al., 2005).

En el denominado ‘salto de la barrera de especie’tienen mucho que ver circunstancias relativas a ladosis, vía de exposición y duración de la misma, noes raro que se produzcan efectos muy graves, en oca-siones devastadores, como ha ocurrido por ejemploen los casos de SIDA por HIV, de la mixomatosis entrelas poblaciones de conejo europeo, la peste bovinade los rumiantes africanos en el siglo XIX, o los bro-tes producidos por el virus del moquillo en las pobla-ciones de focas del mar del Norte. Otros ejemplos,sin embargo, han tenido consecuencias mucho menosespectaculares en términos de difusión y mortalidad,como ocurre en el caso de la EEB/vCJD o la fiebrehemorrágica por el virus Ébola, pongamos por caso.Según se ha señalado, también, muchas de las princi-pales enfermedades infecciosas humanas (sarampión,tuberculosis, gripe o viruela) han emergido precisa-mente por este mecanismo desde los animales domés-ticos al hombre a lo largo de los últimos diez mil años.

El proceso que finaliza en la infección de espe-cies nuevas ha sido dividido en 3 fases de interven-ción progresiva. La primera se produce cuando tienelugar la exposición del nuevo hospedador al patóge-no. La tasa de exposición (esto es la dosis) necesariapara que el proceso puedan continuar depende de laecología y comportamiento de las dos especies hos-pedadoras, así como de la biología de la transmisióndel patógeno. En la segunda etapa se produce la infec-ción del hospedador nuevo; a este respecto, algunosfactores como la presencia de receptores celularesconservados, resulta crítico y al final, es esta circuns-tancia la que permite ampliar el rango de hospeda-dores susceptibles, como sucede con la presencia dereceptores tipo integrina para la vitronectina, quepermiten la infección por el virus de la fiebre aftosa,o el receptor de acetilcolina en el caso del virus dela rabia. Como hemos señalado antes, dosis altas o

muy altas y exposiciones mantenidas, así como deter-minadas vías de infección, pueden facilitar el salto aespecies nuevas. La tercera etapa se refiere a la capa-cidad de transmisión dentro de la nueva especie, loque facilita su rápida difusión y los efectos corres-pondientes (Woolhouse et al., 2005). Muy interesan-te, también, resulta la evolución que conduce a laadaptación específica en el hombre a partir de unpatógeno animal, igualmente específico, que tambiénha sido descrita a lo largo de cinco fases (Wolfe etal., 2007)22: 1) simplemente un patógeno presenteen los animales pero que no ha sido detectado en elhombre de forma natural, como ocurre en el caso dela malaria por la mayoría de plasmodios; 2) en estaetapa el patógeno animal se transmite de forma natu-ral al hombre (infección primaria) pero no se trans-mite entre humanos (infección secundaria) comoocurre en el carbunco bacteridiano, tularemia, infec-ciones por virus Nipah, rabia o virus del Nilo occi-dental; 3) en este caso el patógeno animal puede desa-rrollarse solamente en unos pocos ciclos detransmisión secundaria entre humanos, ocasional-mente, como ocurre en el caso del virus Ebola, virue-la del mono, Marburgo o influenza H5N1; 4) supo-ne una enfermedad que esta presente en los animalesy que posee un ciclo natural (selvático) de infecciónhumana por transmisión primaria desde el hospeda-dor animal, como ocurre con la enfermedad de Cha-gas, o que mantiene la posibilidad de transmisión enciclo selvático y transmisión directa, como ocurrecon el dengue, e incluso que se difunda de modoimportante entre el hombre, como ocurre con lainfluenza, cólera, tifus y otras; 5) la última etapa con-templa al patógeno específica y únicamente adapta-do al hombre, como ocurre con la malaria, saram-pión, rubéola, viruela minor o sífilis. Estos patógenospodrían haberse adaptado al hombre mediante variosmecanismos, bien por la existencia de un patógenoancestral (en el ancestro de los chimpancés y huma-nos), que podrían haberse co-especializado a lo largode muchos años, divergiendo después (hace 5 millo-nes de años) o bien porque el patógeno animal pudie-ra haber colonizado el hombre mucho más reciente-mente y haberse transformado en un patógeno

humano especializado.

• Factores poblacionales de ori-gen humano. Cambios demográficosy en el comportamiento. El creci-miento de la población. La pobla-ción humana de la Tierra se estimaen alrededor de 6,7 mil millones deseres, cifra que supone 3 veces lapoblación que existía hace tan solo65 años, con un ritmo de aumentoanual del orden de 80 a 100 millo-nes. Las previsiones que se hacenpara dentro de 50 años calculan entre9 y 11,2 mil millones de seres. Esteexplosivo crecimiento, que se ilustraen la Fig. 1, ha tenido lugar, funda-mentalmente a lo largo del siglo XX

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Fig. 1 El crecimiento de la población humana (ONU23)

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y, muy particularmente, en los últi-mos 50 años. Debe tenerse en cuen-ta que a comienzos del siglo pasadola población mundial era de aproxi-madamente 1.500 millones, que enlos años 60 se había duplicado, hastallegar a la cifra dada a finales de siglo,que supone multiplicar por 4 lapoblación en solo cien años y unatasa de crecimiento anual del 1,2%,equivalente a las cifras dadas antes(80-100 millones de aumento cadaaño), con la particularidad de que tansolo 6 países (India, China, Pakistan, Nigeria, Bangla-desh e Indonesia) acaparan ya la mitad de este creci-miento. (Ver Fig. 1)

Entre las consecuencias del crecimiento humanosobre la emergencia de patógenos y enfermedades serelacionan, por ejemplo un incremento del potencialde difusión de enfermedades de forma directa y a tra-vés del incremento de viajeros, etc.

Los alimentos y la industria alimentaria en laemergencia de infecciones y zoonosis.

Un capítulo de gran importancia en el contextogeneral de las zoonosis, son sin duda los alimentos deorigen animal y, no solo, porque todo tipo de alimen-tos, incluyendo los vegetales, también pueden servirde vehículos indirectos de agentes de zoonosis. Desdeeste punto de vista, por tanto, ha de considerarse: 1)que los alimentos son vía principal de emergencia dezoonosis; 2) que todos los tipos de alimentos puedenestar implicados, aunque naturalmente los de origenanimal poseen especial importancia e interés; 3) quetodos los tipos de agentes son competentes en estepropósito; 4) que la industria alimentaria relaciona-da, desde la producción al consumo, posee interésdesde el punto de vista de la emergencia de enferme-dades y zoonosis.

La industria alimentaria. Desde la producción alconsumo (de la granja a la mesa).- Los grandes avan-ces industriales del siglo XX han permitido mayor bie-nestar y de forma indirecta mayor grado de salud enla población humana. Conseguir alimentos para todosha sido y sigue siendo un objetivo de todos los paísesy de forma especial de agencias de las Naciones Uni-das como la FAO. En la mejora de los métodos de pro-ducción, procesado y transforma-ción se han realizado avancesespectaculares que han permitidoabaratar la producción de alimentosbásicos y de primera necesidad sumi-nistrando proteínas de alto valor bio-lógico al ser humano. Tales cambioshan propiciado también interrelacio-nes con la emergencia de enferme-dades. Analizaremos algunos de loscasos más significativos.

Producción Animal. Se puedenproducir cambios en la tecnología delos centros de producción de alimen-

tos, que influyen directamente sobreeste tipo de agentes.

En la propia explotación, los nue-vos métodos de producción intensi-va de mamíferos y aves, con suscorrespondientes y modernos siste-mas de manejo, facilitan la apariciónde patógenos respiratorios y entéri-cos; la selección de razas de alta pro-ducción implica además contrapar-tidas importantes en el aspectosanitario por su mayor susceptibili-dad a los agentes de infección. El

destete precoz, las ajustadas dietas pensadas especí-ficamente desde un punto de vista costo/beneficio yotras prácticas, originan con frecuencia no pocos pro-blemas de salud en relación con algunas enfermeda-des infecciosas o parasitarias. Por si fuera poco, lossistemas de integración ya habituales de muchas explo-taciones animales configuran un sistema de trabajoque cuando aparece un brote de una enfermedad emer-gente, facilita su expansión; en estos sistemas se utili-zan sistemas de abastecimiento, manejo, tecnología eintercomunicación que establece a modo de red inter-na de trabajo que, en condiciones de bioseguridaddeficientes, como ha ocurrido por ejemplo con los bro-tes de influenza aviar en el sudeste asiático, facilita eltraslado de los agentes patógenos.

Mycobacterium bovis, el agente de la tuberculosisbovina, es un viejo conocido de las administracionessanitarias de medio mundo frente al que se han eje-cutado costosas campañas de erradicación, que enmuchos lugares han hecho descender o han elimina-do la enfermedad en el ganado bovino. Los cérvidosson animales muy susceptibles a la infección y cuan-do se mantienen en cautividad en espacios cerrados,incluso durante los tiempos invernales en los que sefacilita artificialmente su alimentación en parques uotros espacios, desarrollan con facilidad tuberculosis,proceso que se difunde con extrema rapidez, definién-dose, por tanto, como un problema emergente de loscérvidos en cautividad.

La aparición de la encefalopatía espongiformebovina (EEB), descrita por primera vez en el ReinoUnido en 1987 como un síndrome del ganado leche-ro adulto caracterizado por ataxia progresiva y cam-bios en el comportamiento, tiene que ver también concambios en la alimentación del ganado. La enferme-

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“En el caso de losvirus, las zoonosisalimentarias están

adquiriendo cada vezmás protagonismo

e interés”

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dad estaba relacionada con elconsumo de suplementos pro-teicos (harinas de carne y hue-sos) elaborados con desechos dematadero procedentes ovinoscon scrapie o tembladera. Sesuperpuso, además, un cambioen el sistema de preparación deestos suplementos, en el que untratamiento combinado físico yquímico fue sustituido por otromás simple, motivado por elincremento de los precios dederivados del petróleo.

Los residuos de las explota-ciones animales, purines y aguasresiduales, asimilan gran canti-dad de nitrógeno y fósforo, quepueden contribuir al desplaza-miento del oxígeno (anoxia), ala eutrofización y a la apariciónde algas tóxicas. Tales condicio-nes se han asociado con brotesde enfermedad en peces debi-dos a patógenos como Pfiesteriapiscicida24 o simplemente pro-ducir mortalidad por reducciónde los niveles de oxígeno en elagua de ríos, lagos o lagunas.Muchos microorganismos pató-genos, presentes en los residuosde las explotaciones animales(purines y otros tipos de resi-duos) también representan unpeligro desde el punto de vistade la seguridad alimentaria cuando se utilizan para elriego por aspersión o por inundación, de pastos o dehuertas donde se producen vegetales de consumohumano en fresco, como se ha acreditado repetidasveces en el caso de Cryptosporidium, Coccidioides,Giardia, Escherichia coli, Salmonella, Campylobacter,Listeria o Brucella, todos los cuales tienen la condi-ción de agentes de zoonosis. De igual modo estosagentes y otros, han sido implicados en la contami-nación de agua de abastecimiento humano o animal.

El uso de antibióticos en la alimentación animalconstituye un ejemplo de la presión ambiental a laque están sometidos muchos microorganismos a lolargo del tiempo que, entre otras consecuencias, pro-duce un aumento importante en el número de resis-tencias, cuando no cambios genéticos. Aunque lalegislación de los países desarrollados ha evoluciona-do, prohibiendo el uso de estas sustancias en la ali-mentación animal, algunos lugares permanecen aúnsin controles claros de restricción o éstos son míni-mos. Cuando esto sucede muchos alimentos de origenanimal (carne, leche o huevos, fundamentalmente) sonportadores de residuos de antibióticos que causan pro-blemas de alergias y difunden resistencias antimicro-bianas, que han sido calificadas como uno de los pro-blemas emergentes de mayor entidad en la actualidad.La lista de resistencias descrita es numerosa y la impor-

tancia grande. A título de ejemplo solamente, cabereseñar la descripción de resistencias a tetraciclina enE. coli procedentes de pollos de carne o en coliformesfecales aislados de cerdos. En el caso de E. coli0157:H7, hasta el 6% de las cepas son multirresisten-tes. También se han descrito resistencias en el caso deS. enterica Typhimurium a ampicilina , cloramfenicol,estreptomicina y tetraciclina y, finalmente, en el casode Campylobacter jejuni, procedente de aves, se handescrito resistencias a ciprofloxacina, fluoroquinolo-na y otras.

Acuicultura. La acuicultura es uno de los sectoresde producción de alimentos con destino al hombreque más se ha desarrollado en los últimos años, esen-cialmente porque la pesca convencional ha alcanza-do en muchos lugares el límite de su compatibilidadcon la supervivencia de muchas especies de peces ensu medio natural. A medida que se progresa en estetipo de producción intensiva, se manifiestan tambiénprocesos hasta ahora desconocidos, como las infec-ciones por Aeromonas hydrophila y otras oportunistas,que condicionan su intervención a la coincidencia consituaciones de inmunodepresión. La modificación delas condiciones naturales de vida de estos animales,como consecuencia de la propia densidad, de su ali-mentación artificial, con condiciones artificiales decultivo (temperatura, tratamientos del agua, etc.) pro-

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Cuadro 3. Resumen de patógenos emergentes transmitidos por alimentos

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mueve el desarrollo de estos micro-organismos y la expresión de facto-res de virulencia hasta ahora desco-nocidos. Además, puesto que el aguade los cultivos marinos o continen-tales revierte a los cursos naturales,se mantiene la posibilidad residualde transmisión de estos procesosdesde las especies en cultivo a lassalvajes, cuestión que ha sido com-probada en la práctica en diversasocasiones en el salmón (forunculo-sis) o en la trucha (saprolegniosis).

Cambios en el tamaño de lasexplotaciones y uso de la tierra.Existe una tendencia creciente aldesarrollo de explotaciones de grantamaño que exigen redefinicionesdel uso de la tierra. El incrementode tamaño se consolida después,con el incremento de la densidad dela población animal y, como consecuencia, se gene-ran problemas indirectos, como los que tienen quever con la enorme cantidad de residuos generados,que facilitan la sobrepoblación de roedores, el incre-mento de la carga de patógenos eliminados por lasheces y orina, etc.

La deforestación y la reforestación, que promue-ven cambios en el uso de la tierra son buenos ejem-plos de impacto sobre el medio ambiente y permitenel acceso de reservorios animales, en particular ani-males silvestres, insectos, etc., al hombre o animalesdomésticos a los que trasladan agentes patógenos nue-vos para ellos. En 1989 se identificó en Venezuela unaenfermedad hemorrágica después de la transformaciónde bosques con destino a su uso agrario, lo que per-mitió que el ratón Zygodontomys brevicaudata, el pro-bable reservorio del agente, entrara en contacto conel hombre transmitiéndoselo. Otros ejemplos incluyenel incremento de la malaria después de la deforesta-ción, en Malasia, con el fin de recuperar tierras parael cultivo del árbol del caucho o el incremento deesquistosomosis, malaria y otras enfermedades des-pués del proyecto del río Volta, en África, o el incre-mento de un variado tipo de enfermedades transmiti-das por vectores en la construcción de la carreteratransamazónica, en Brasil, o la emergencia de la enfer-medad de Lyme, en los Estados Unidos, después de lareforestación de tierras de labor abandonadas en elnoreste. Precisamente la enfermedad de Lyme es unbuen ejemplo de un riesgo microbiano influenciadopor determinantes medioambientales múltiples. Elvector principal son garrapatas del género Ixodes (I.scapularis) que deben tomar sangre para sobrevivir.Los roedores salvajes, especialmente Peromyscus spp.sirven como reservorios de Borrelia burgdorferi, elagente de la enfermedad de Lyme, aunque los hospe-dadores definitivos de las garrapatas adultas son losciervos de cola blanca. La emergencia de la enferme-dad se ha relacionado con la reforestación de tierrasde labor, en principio abandonadas, lo que condujoa un incremento espectacular en la distribución y

abundancia de los ciervos. Antes dela reforestación de esas zonas, laenfermedad de Lyme era, práctica-mente, desconocida.

Cambios en la tecnología del pro-cesado de los alimentos: El procesa-do de alimentos, previo a la distribu-ción y su preparación para elconsumo supone, a menudo (pero nosiempre) un estrés que condiciona lasupervivencia de patógenos de trans-misión alimentaria; en ocasiones, sinembargo, pueden aparecer patóge-nos emergentes con capacidad desupervivencia a las condiciones delprocesado. Cuando esto ocurre, elriesgo de contagio e infección puedesorprender a la población y causarbrotes explosivos. Es muy conocidoel uso de películas o envoltorios deplástico en la comercialización de

vegetales, setas crudas u otros alimentos como embu-tidos, salazones, etc. El ambiente anaeróbico interiorfavorece la germinación de endosporos de Clostridiumbotulinum. Otros sucesos parecidos han ocurrido comoconsecuencia de la conservación de setas en salmue-ra, dentro de bolsas, condiciones en las que se selec-ciona Staphylococcus aureus. También influyen en laemergencia de enfermedades transmitidas por alimen-tos otros aspectos como la centralización de las insta-laciones, la distribución internacional múltiple porparte de grandes compañías multinacionales y, en elcaso particular de frutas y verduras, las consecuenciasde las mínimas operaciones de procesado a las que sesometen estos alimentos de consumo en fresco.

Cambios en los hábitos de consumo: Los nuevoshábitos alimentarios derivados tanto de los intereseseconómico-comerciales de las empresas del sector,como del traslado de costumbres alimentarias desdelos lugares de origen de los emigrantes a sus destinosson factores que también influyen en la emergenciade enfermedades. En este campo resulta de especialimportancia cuanto se refiere a dos conceptos hoyincorporados a nuestra filosofía de vida; por un ladolas comidas colectivas, consecuencia de la incorpora-ción de la mujer al mercado del trabajo y la escolari-dad lejana, que obliga a la dependencia de centros derestauración colectivos y, por otro, las comidas rápi-das, muy del gusto actual en las que la forma y pre-sentación desplazan a menudo la importancia delfondo (calidad de las materias primas) al que se super-pone la ausencia de un lento cocinado que garanticela inocuidad de los alimentos.

Agentes nuevos o reemergentes en las zoonosis detransmisión alimentaria. A la lista de agentes patóge-nos habituales transmitidos por alimentos, entre losque se incluyen Campylobacter jejuni y C. coli, Sal-monella enterica (Enteritidis y Typhimurium, funda-mentalmente), Escherichia coli 0157:H7, Listeriamonocytogenes, y algunos otros, se suman actualmen-te otros patógenos que se están descubriendo comopotenciales agentes de zoonosis emergentes de trans-

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“El comercio serelaciona

directamente con losviajes y es otro

punto de gran interésen la difusión de los

agentes deenfermedades

emergentes y, de lasenfermedades en sí

mismas”

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misión alimentaria, incluyendo bacterias, hongos yvirus. Un resumen de los más importantes se recogeen el Cuadro 3.

Además de los anteriores, otros microorganismos,sospechosos de su relación con enfermedades de trans-misión alimentaria, están siendo sometidos en la actua-lidad a vigilancia permanente. Se incluyen, por ejem-plo, Laribacter hongkongensis, Plesiomonasshigelloides, que se relaciona con la posible presen-cia de una toxina preformada en huevos y pescados,Streptococcus zooepidemicus, implicado en un brotede enfermedad en el que se identificó el consumo deleche contaminada de la que se aisló el agente, Strep-tococcus suis, de los que se contabilizan ya un cen-tenar largo de casos en los que se ha implicado elserotipo 2, incluso con mortalidad, Campylobacterconcisus, Hafnia alvei, Escherichia alberti, Helicobac-ter canadensis y algunos más.

Los hongos no son ajenos a este problema, comosucede en el caso de Penicillium nordicum, aislado decarnes curadas y del que se han descrito variantescapaces de producir ochratoxina A (Bogs et al.,2006)25 o de Saccharomyces cerevisiae (S. boulardii)asociado a preparaciones de probioticos de composi-ción no definida, con capacidad invasiva (Enache-Angoulvant, 2005)26.

En el caso de los virus, las zoonosis alimentariasestán adquiriendo cada vez más protagonismo e inte-rés. En general, el patrón de virus de origen animaly zoonótico, transmisible por alimentos, es un virusde tropismo entérico que infecta el epitelio intesti-nal y se elimina por heces y vómito en grandes can-tidades (hasta 1011 por gramo en el caso de los rota-virus), con una dosis infecciosa baja. Suele tratarsede virus muy estables en el medio ambiente y resis-tentes a los ácidos débiles. Entre los primeros des-critos figura, la transmisión del virus de la polio porconsumo de leche contaminada. En el cuadro

siguiente, se resumen algunos virus de interés actual,asociados a problemas emergentes

Cuadro 4

La influencia de la globalización. El comercio. Lapotencialidad en la diseminación de los patógenos ysus vectores y animales reservorios a través de todo elmundo se ha incrementado enormemente como con-secuencia de la expansión global de los mercados y elincremento de los viajes, especialmente de los viajesinternacionales. Los viajes siempre implican trasladodesde un lugar de origen a otro distinto, en ocasionesmuy alejado del primero, y ello referido tanto de sereshumanos como de los animales vivos y consecuente-mente con ambos, el de microorganismos. Éste es unfactor que contribuye al carácter emergente de las infec-ciones, pero además, el viajero susceptible puedeadquirir otros agentes en el curso de su viaje, con loque después regresa a su punto de origen y se transfor-ma en un foco de infección nuevo. Por otra parte, enel traslado, la novedad del microorganismo, su trans-misibilidad y la existencia de un ambiente convenien-te para su mantenimiento, resultan igualmente funda-mentales en la emergencia, aunque en este punto esimportante diferenciar entre entradas transitorias depatógenos extraños, que se dan con cierta frecuenciay el establecimiento y propagación de un nuevo pató-geno, que se da con menos.

El comercio se relaciona directamente con los via-jes y es otro punto de gran interés en la difusión de losagentes de enfermedades emergentes y, de las enfer-medades en sí mismas. Como uno de los aspectos másimportante de la denominada ‘Globalización’, elcomercio internacional de animales y alimentos se haincrementado de una forma espectacular en los últi-mos años. En la actualidad se pueden adquirir alimen-tos frescos de cualquier tipo y en cualquier época delaño, pues todo tipo de ellos viajan miles de kilómetros

para llegar a mercados situados, sihace falta, al otro lado del pla-neta. Hasta el 70% de frutas yvegetales que se consumen enalgunos países occidentales pro-ceden de países distintos, parti-cularmente de regiones en desa-r ro l l o , d u ra n t e a l g u n a sestaciones del año. La lista delcomercio internacional de ali-mentos está encabezada por elmercado de frutas y vegetales queen los últimos años ha llegado aalcanzar un valor superior a los160.000 millones de dólares,seguida del mercado de la carney derivados (cien mil millones dedólares), el de los productoslecheros y huevos (70.000 millo-nes de dólares) y, finalmente, elmercado de animales vivos, entorno a los 20.000 millones dedólares.

El transporte internacional

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Cuadro 4. Resumen de virus emergentes y sus reservorios animales

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de mercancías, incluyendo alimen-tos para el consumo humano, ha sidola causa acreditada de la difusiónhistórica de un gran número de pató-genos; por ejemplo, un gran brotede infección por Shigella sonnei quetuvo lugar en Gran Bretaña, Norue-ga y Suecia en 1994, fue debido alconsumo de lechugas contaminadasprocedentes del sur de Europa, o elcaso de Vibrio cholerae, que fueintroducido en las aguas costeras delsur de los Estados Unidos cuando unbarco descargó un cargamento deagua contaminada en 1991 y, porextensión, se piensa que un meca-nismo similar debió introducir elcólera por primera vez en este sigloen América del Sur. Patógenos y pará-sitos de peces y pequeños crustáceos han sido intro-ducidos en algunos países a través de stocks de mate-rial infectado para acuicultura. De forma paralela, losembalajes y containers son vehículos potenciales parapequeños caracoles, babosas, todo tipo de moluscos,escarabajos y los más diversos microorganismos; ellastre de agua que es eliminada de los barcos comocarga, puede estar contaminada con varios tipos deespecies acuáticas destructivas.

Las materias primas para alimentos de animales,las harinas por ejemplo, han sido una causa impor-tante que ha contribuido indirectamente a la emer-gencia de un buen número de enfermedades, aunquemuchas veces no son las propias mercancías las res-ponsables en sí mismas del problema sino más bien,los animales portadores de los agentes patógenos, resi-dentes en las bodegas de barcos de transporte, los quecontaminan el producto o los suministros de agua,con las mismas consecuencias. En estas condicionesy como ya ha sido comentado, un potencial patóge-no puede viajar en el plazo de muy pocas horas, a tra-vés de todo el mundo.

No puede olvidarse el comercio internacional deanimales vivos que pueden ser portadores de enfer-medades difundiéndolas de una región determinadaa un área nueva, con consecuencias desastrosas. Lanovedad de las mascotas, sobre todo cuando se tratade animales exóticos, resulta particularmente peligro-sa, como sucede con los reptiles, monos, tortugas, etc.con la particularidad de que muchas veces su origenes clandestino, con lo que el problema sanitario puedeser grave al desconocer las condiciones epidemioló-gicas de la zona geográfica de procedencia. En elsiguiente capítulo, referido a la importancia de los ani-males en la emergencia de zoonosis, volveremos aocuparnos de este interesante aspecto.

Factores próximos al consumo relacionados con laexplosión de brotes y casos de enfermedades de trans-misión alimentaria, incluídas las zoonosis. Han sidoreiteradamente puestos de manifiesto por distintos auto-res y agencias internacionales, como la OMS, EFSA,etc., o nacionales (AESAN, etc) y se refieren a medidasde fácil aplicación que reducen o minimizan el riesgo

o, todo lo contrario, cuando se apli-can mal o no se aplican, incremen-tan sustancialmente las posibilidadesde contagio por consumo de alimen-tos contaminados. Se incluyen, porejemplo, el enfriamiento inadecua-do de los alimentos o lo que es lomismo, su mantenimiento a tempe-raturas que facilitan la multiplica-ción de algunos agentes (temperatu-ra ambiental, mal funcionamientodel frigorífico, etc.) como sucede enlos casos de alimentos contaminadoscon salmonelas o listerias. En segun-do lugar, un cocinado inadecuadoque no garantice un tratamiento tér-mico suficiente para inactivar la posi-ble presencia de agentes patógenoso un tiempo excesivo entre la prepa-

ración y el consumo, especialmente si las condicionesde mantenimiento no son adecuadas. Es crítico, igual-mente, el uso de alimentos crudos sospechosos de estarcontaminados o de procedencia sin garantías sanita-rias debidas (alimentos de origen animal no certifica-dos por inspección veterinaria) que, además, puedenservir como fuente de contaminación para otros ali-mentos sanos, o los que ya han sido previamente pre-parados para el consumo.

Los animales como factor condicionante de laemergencia de zoonosis.

Resulta obvio, cuando se trata de zoonosis, el aná-lisis que se refiere a la participación de los animalesen la emergencia de estas enfermedades. Ya nos hemosreferido, más atrás, al alto porcentaje de patógenoshumanos que tienen su origen en los animales y quepuede estimarse cercano al 65% (Cleaveland et al.,2001) y el importante papel que representaban los car-nívoros. Si alguna conclusión puede extraerse de aque-llos datos es que entre los patógenos zoonóticos exis-te una considerable promiscuidad.

Parece oportuno señalar que la relación entre elhombre y los animales y la presencia de enfermeda-des comunes es tan antigua que posiblemente seremonta al principio de la domesticación. En la actua-lidad ambos están vitalmente interconectados y altiempo que crece la población humana crece la delganado que proporciona abastecimiento de proteínaanimal de calidad. En consideración a las necesida-des humanas se ha afirmado que en 2020 la cifracorrespondiente a la producción animal mundialhabrá de multiplicarse por dos (en la actualidad elcenso asciende a 21.000 millones de animales pro-ductores de alimentos) para atender a un incremen-to de la demanda de más del 50% respecto de laactual. La consecuencia lógica de tales incrementosproducirá, cuanto menos, mayor número de oportu-nidades de contacto entre animales y humanos, conla correspondiente de sus patógenos respectivos.

Ya nos hemos referido en otro lugar a las conse-cuencias negativas de la producción intensiva, pero

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“Las materias primaspara alimentos de

animales, las harinaspor ejemplo, han sidouna causa importante

que ha contribuidoindirectamente a laemergencia de unbuen número deenfermedades”

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aún habría que añadir que la concentración (en oca-siones hacinamiento), globalización de mercados deanimales y materias primas, explotación de razasseleccionadas más vulnerables a los agentes patóge-nos y el aumento de la nómina de explotaciones cali-ficadas ‘de alto estatus sanitario’, producen dificulta-des de equilibrio y la emergencia de nuevos patógenos,hecho perfectamente conocido, por ejemplo en elcaso del cerdo y también en las aves.

Una lista de zoonosis en animales de producción,clásicas y emergentes, exigiría un tratado exclusivo,pero simplemente a título de inventario de las másllamativas recordemos, por ejemplo, en el ganadobovino: brucelosis, viruela bovina, colibacilosis por E.coli 0157:H7, encefalitis transmitida por garrapatas,leptospirosis, tuberculosis, seudoviruela bovina, fie-bre Q, rabia, encefalopatía espongiforme bovina, etc.En el ovino también brucelosis, chlamidiosis, criptos-poridiosis, encefalitis transmitida por garrapatas, tula-remia, leptospirosis, louping ill, fiebre Q,…En el por-cino, brucelosis, mal rojo, estreptococias (S. suis),infecciones por P. multocida, influenza porcina(H1N1, H3N2), leptospirosis, sarna, infecciones porvirus Hendra y por virus Nipah, hepatitis E, triquino-sis, sarcosporidiosis, teniosis, salmonelosis, infeccio-nes por rotavirus, idem por retrovirus endógenos, etc.En el caso de los caballos, infecciones por morbillivi-rus equino, muermo, leptospirosis, encefalitis equinasdel Este, Oeste y Venezolana, encefalitis del Nilo Occi-dental, etc., En los conejos, tularemia, peste bubóni-ca, fiebre Q, dermatofitos (Trichophyton menta-grophytes), etc.. Finalmente, en las aves, salmonelosis,campilobacteriosis, influenza aviar (H5N1), psitaco-sis, encefalitis del Nilo Occidental, criptococosis, mie-linopatía vaculolar aviar, etc.

En el caso de los animales de compañía se plan-tea, por un lado los considerados clásicos, esto esperro, gato y otras especies menores, en los que lalista de zoonosis es también larga, con leptospirosis,enfermedad de Lyme, erlichiosis granulocitica, tiñas,rabia, hidatidosis, criptosporidiosis, dipilidiosis, larvamigrans, cenurosis, etc., enfermedad por arañazos delgato (Bartonella henselae), campilobacteriosis, der-matofitosis, rabia, larva migrans, dipilidiosis, toxoplas-mosis, etc.,

Los animales exóticos, como mascotas, representanen general un factor de riesgo indudable (como yahemos señalado) y, desde el punto de vista económicoconstituyen un sector de una gran importancia. A títu-

lo de ejemplo se ha de señalar que mientras que elcomercio ‘legal’ moviliza en conjunto más de 159.000millones de dólares y año en todo el mundo (4 millo-nes de aves, 640.000 tipos distintos de reptiles y másde 40.000 tipos distintos de primates), el tráfico ilegales muy difícil, sino imposible, calcular su significadoaunque algunas estimaciones superan los 6.000 millo-nes de dólares y año. La difusión de tularemia, virueladel mono, peste y otras zoonosis, incluso se sospechade su participación en la difusión de gripe aviar porH5N1, no son ajenas a este movimiento internacional.Especial riesgo plantean los zoológicos, en particularen relación con las colecciones de animales exóticos,en los que un patógeno cualquiera puede pasar sin difi-cultad de una especie a otra y comenzar un brote infec-cioso. Se contabilizan en este grupo, en la actualidad,según la Wildlife Conservation Society, casi 2 millonesde animales en 586 instituciones, de todo tipo (parques,acuarios, etc.) en un total de 72 países. En definitiva, unsin fin de oportunidades para los agentes de zoonosis ysu emergencia y/o reemergencia.

El papel de los animales salvajes en relación conlas zoonosis está siendo reivindicado por algunos auto-res en los últimos años. Los animales salvajes son con-siderados un ‘pool zoonótico que continuamente per-mite la emergencia de patógenos nuevos o,aparentemente nuevos cuando se produce un ‘saltode la barrera de especie’. Los ejemplos son numero-sos. Es el caso de los virus influenza H5N1 desde laaves migratorias a las domésticas y al hombre, de losvirus SIDA 1 y 2, desde los primates no humanos alhombre, de los Lyssavirus ABL, EBL, los virus Hendra,Menangle y Nipah o el virus del SARS, desde los mur-ciélagos al hombre, a través de otras especies, o direc-tamente27.

Figura 2La transmisión al hombre de diverso tipo de agen-

tes puede producirse tanto de forma directa comoindirectamente a través de oportunidades de contac-to con animales domésticos. En el primer punto, unaspecto de actualidad es el que se refiere al consumocreciente de carne de animales salvajes, simplemen-te por esnobismo o como consecuencia de pretendi-dos efectos sobre la salud. Solamente en África Cen-tral se consumen al año entre 1 y 4 millones detoneladas de carne de este origen y, en Indonesia, secita la exportación semanal de 25 Tm de tortugas. Enla misma línea, en Perú, se sacrifican anualmente alre-dedor de 30.000 primates para consumir su carne. Los

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Fig. 2. Los animales salvajes representan un pool desde el que emergen patógenos que alcanzan el hombre o losanimales domésticos

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resultados de todo ello, sonimpredecibles a medioplazo.

Por otra parte, la inva-sión de patógenos en ani-males salvajes mediada porel hombre (polución depatógenos), atenta contrala Biodiversidad global y escausa rápida de despobla-ción (incluso extinción) deespecies o razas.

En el caso de la luchacontra las zoonosis en losanimales salvajes la situa-ción es muy particular. Exis-ten pocas leyes y, en conse-cuencia, pocos sistemas devigilancia en vigor. Lasmedidas ordinarias utiliza-das en el caso de las enfer-medades humanas o de ani-males domésticos soninadecuadas para la identi-ficación de riesgos proce-dentes de animales salvajes,razón por la que se propo-ne la incorporación deestrategias futuras como laadaptación de técnicas enuso para enfermedadeshumanas o animales: imá-genes por satélite en las pre-dicciones de epidemias decólera o fiebre del valle delRift (en relación con ElNiño) o la formación de gru-pos de Internet (Redes) parala distribución rápida deinformación de calidad. Encualquier caso existe lanecesidad de colaboracióninternacional, de la que yason una realidad los grupos especiales en OIE, pero enla que todavía falta mucho camino por recorrer, enparticular la promulgación de un tipo de legislaciónespecial, con la aceptación y compromiso por partede los gobiernos.

Vectores y zoonosis emergentes.

Tienen esta consideración cualquier especie ani-mal capaz de transmitir el agente etiológico de unaenfermedad infecciosa. Los vectores incluyen tantoespecies de vertebrados como invertebrados. Entre losprimeros se incluyen principalmente roedores, aves sil-vestres y murciélagos, mientras que entre los segun-dos se incluyen insectos (mosquitos, moscas, tábanos)y arácnidos (garrapatas).

Los vectores insectos transmiten virus, bacterias,protozoos e incluso helmintos, en definitiva, todo tipode agentes patógenos. Especialmente importantes son

los virus, entre los que se incluyen numerosos ejem-plos, como los virus de la fiebre amarilla, del valle delRift, de la fiebre hemorrágica Crimea-Congo, de lasencefalitis equinas, de la encefalitis del Nilo occiden-tal, etc.; otros virus como los hantavirus son transmi-tidos por roedores. En el Cuadro 5 se resumen los prin-cipales grupos de virus transmitidos por vectores.

En relación con los vectores y las enfermedadestransmitidas por ellos, es preciso señalar por su actua-lidad, la influencia que sobre los primeros ejerce elclima y los cambios que se suceden en el mismo (cam-bio climático), especialmente cuando los principalesparámetros que condicionan su supervivencia y dis-tribución (temperatura y humedad), les son favora-bles. En este sentido, ejemplos como el dengue, laencefalitis del Nilo occidental, son suficientementedemostrativos. Como señala P. Reiter (2001), ‘la his-toria natural de las enfermedades infecciosas trans-mitidas por mosquitos es compleja y resultado de la

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Cuadro 5. Tipos principales de virus transmitidos por vectores invertebrados

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interacción entre clima, ecología,biología de los vectores, así como deotros muchos factores que desafíancualquier análisis simple’28

Emergencia y distribucióngeográfica.

La emergencia de enfermedadesinfecciosas, incluidas las zoonosis,parece que guarda relación condeterminadas regiones geográficasde la Tierra. Al menos, así se despren-de de un exhaustivo estudio llevadoa cabo recientemente (Jones et al.2008) en el que se han recogido yrelacionado desde 1940 hasta 2004,más de 335 eventos emergentes, lamayoría producidos por bacterias(182), seguidos por virus (85), pro-tozoos (36), hongos (21) y helmintos(11). En general, la mayoría de lasdenuncias sobre enfermedadesemergentes han comenzado en paí-ses desarrollados. Solamente en losEE.UU., se han recogido más de cien de estos eventos,aunque muchas veces se refiere a la descripción delpatógeno nuevo, aunque este posea una distribuciónmucho mayor, incluso global. Nuevamente, en este tra-bajo, las zoonosis suponían la mayoría (60,3%) de loseventos y su asociación con la fauna salvaje resultabaparticularmente importante (el 71,8% de estos, Clea-veland et al., 2001). El estudio pone de manifiesto queexisten potenciales ‘zonas calientes’ para la emergen-cia de patógenos y enfermedades nuevas, particular-mente en América Centreal, Africa Tropical y el Sur deAsia (Woolhouse et al., 2008)

Control de las Zoonosis Emergentes

El control y la lucha frente a las zoonosis emer-gentes, sobre las enfermedades infecciosas emergen-tes, asienta en unos pocos principios fundamentales,entre los que se incluyen: 1) el desarrollo y disponi-bilidad de herramientas diagnósticas adecuadas; 2) lamejora en la declaración-notificación, con incentivosapropiados; 3) el diseño de estrategias e intervencio-nes globales; 4) la creación y dotación de centros deZoonosis y Enfermedades Infecciosas Emergentes; 5)la disponibilidad de sistemas de vigilancia bien dise-ñados; 6) la disponibilidad de una infraestructura ade-cuada, igual que de recursos humanos suficientes y7) en una coordinación eficaz a todos los niveles(regional, nacional y mundial).

De especial importancia resulta en la vigilancia delas enfermedades infecciosas emergentes (zoonosisemergentes) la colaboración sanitaria internacionalcon implicación de todas las profesiones sanitarias yrelacionadas, en la que todas juegan un papel impor-tante, con la decisiva aportación en la coordinacióny responsabilidad de médicos y veterinarios. Desdeeste punto de vista ha supuesto un avance extraordi-

nario la creación de las Redes Inter-nacionales y Sistemas de Alerta quese apoyan en análisis sistemáticos depoblaciones de riesgo y centinelas.Centros internacionalmente conoci-dos y referencia en el campo del con-trol y prevención de EnfermedadesInfecciosas, son el CDC (Centro parael Control de Enfermedades Trans-misibles) de los EE.UU., o su homó-logo en Europa, el ECDC (CentroEuropeo para el Control de Enferme-dades, sito en Suecia, en el campusde Karolinska y entre sus cometidosse incluyen la vigilancia epidemio-lógica y la configuración de una redde laboratorios con el propósito deestablecer un sistema de alerta y res-puesta temprana. Además, emiteopiniones científicas de apoyo ycomunicación técnica, todo ello conel fin de organizar una respuestarápida y efectiva en situaciones decrisis), a los que se suman organiza-ciones internacionales como la OIE

(Organización Mundial de la Sanidad Animal, funda-da en 1924 en Paris y que en la actualidad consta de172 miembros y que funciona como un sistema deinformación global, que recoge de sus asociados infor-mes de emergencia y vigilancia, informes mensualesy anuales y los distribuye. Además, dispone de labo-ratorios de referencia y centros colaboradores y pro-duce recomendaciones que son muy consideradas portodos los países en materia de Sanidad Animal), laOMS (Organización Mundial de la Salud)29 o la FAO(Organización de las Naciones Unidas, para la Ali-mentación). Otras instituciones y centros incluyen, enUSA, los NHIC (Centros Nacionales de Informaciónpara la Salud), HAN (la Red de Alerta de la Salud) yen Europa, la Alianza de Telemedicina (TMA) o el RKI(Instituto Roland Koch), entre otros.

El sistema de Redes representa hoy el procedimien-to de vigilancia frente a las enfermedades infecciosas,más efectivo. En Europa, el BSN (Basic Surveillance Net-work) es una base de datos europea para la vigilanciade las enfermedades infecciosas30. Al BSN se sumanotros numerosos sistemas de alerta en Red, entre losque se incluyen EuroCJD (para la vigilancia de la enfer-medad de Creutzfeld-Jakob), Divine-net, DIP-net, EISS,Eucast, Enternet, EARSS, EUVACNET, EUGLINet, EU-Ibis, ESSTI, ESAC, ENIVD, Euro-HIV, IPSE, EuroTB, etc.

Comentario especial merece la Red Med-Vet-Net,una red europea de excelencia que integra científicosmédicos y veterinarios de toda Europa. Su objetivoprincipal es desarrollar una red de excelencia para laintegración de las ciencias médicas, veterinarias y delos alimentos, a nivel europeo, con el propósito demejorar la investigación sobre la prevención y con-trol de las zoonosis, incluyendo las enfermedades detransmisión alimentaria. Med-Vet-Net, que fue cons-tituida en septiembre de 2004, incluye 8 institutos vete-rinarios y 7 de salud pública de 10 países europeos,

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“La emergencia deenfermedades

infecciosas, incluidaslas zoonosis, pareceque guarda relacióncon determinadas

regiones geográficasde la Tierra. En

general, la mayoríade las denuncias

sobre enfermedadesemergentes han

comenzado en paísesdesarrollados”

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todos los cuales son laboratorios de referencia y pose-en responsabilidades basadas en la prevención y con-trol de las zoonosis. Por parte española integra comosocios a la Universidad Complutense de Madrid y elInstituto de Salud Carlos III.

Las Redes de Vigilancia de las enfermedades detransmisión alimentaria constituyen un instrumentode importancia capital en la vigilancia y lucha contralas mismas. El propósito principal de su trabajo es lanormalización de métodos para el aislamiento y tipi-ficación, canalizando información de laboratorios yalertas. Se incluyen Enternet (antes Salmnet) para sal-monelas y E. coli VT, Campynet, para campilobactery Eurochinoreg, para equinococosis alveolar.

Enternet fue fundada en 1994 por la direccióngeneral XII de la UE como una red de acción concer-tada para estandarizar la tipificación (por ejemplo,ahora se utiliza el mismo esquema para la fagotipiade S. e. Enteritidis y S. e. Typhimurium) y recogida dedatos. Los tres primeros años se concentró en la vigi-lancia de Salmonella (Salm-net) y desde 1997 inclu-ye también E. coli VTEC, además de resistencias anti-microbianas y tipificación molecular. Desde 2000 ladirección general hizo de la vigilancia el núcleo de larespuesta de la UE a las enfermedades de transmisiónalimentaria, constituyendo el banco de datos másimportantes y conectada con la red Foodnet de USA.En España, el centro responsable de la coordinación,recogida y procesado de datos es el Instituto de SaludCarlos III (Centro Nacional de Microbiología y Cen-tro Nacional de Epidemiología)

En lo que se refiere a España bajoel punto de vista del control de zoo-nosis y otras enfermedades emergen-tes, las redes de alerta dependen,según el caso, de los Ministerios deMedio Ambiente y Medio Rural yMarino o del Ministerio de Sanidady Politica Social. En el primer caso ysobre la base del Real Decreto1440/2001, se creó el Sistema deAlerta Sanitaria Veterinaria integra-do por el Comité Nacional del Siste-ma de Alerta Sanitaria Veterinaria,que coordina las actuaciones entrelas distintas Administraciones enmateria de Sanidad Animal, el Servi-cio de Intervención Rápida (SIR),constituido por personal veterinariocon conocimientos científicos y téc-nicos precisos para atender situacio-nes de emergencia en caso de peli-gro grave de extensión de epizootiaso zoonosis, y la Red de Alerta Sani-taria Veterinaria (RASVE), una redinformática que integra las bases dedatos sanitarias. Desde enero de2004 se dispone del denominado‘Plan coordinado de Alerta SanitariaVeterinaria’, actualmente depen-diente de la Dirección General deRecursos Agrícolas y Ganaderos

(Subdirección General de Sanidad Animal), justificado‘ante el riesgo de aparición en nuestro país de algunade las enfermedades de los animales, que por su grandifusibilidad y patogenicidad, están incluidas en la ListaA de la OIE y en la lista A de enfermedades de decla-ración obligatoria de la UE’ de tal modo que permitaestablecer protocolos de organización y actuación deforma previa a la aparición de alguna de estas epizoo-tias. La Red de Alerta Sanitaria Veterinaria (Rasve31)cuya normativa de base la constituyen las Decisiones2002-677 CE, de 22 de agosto, 2003-886 CE, de 10 dediciembre y 2007-782 CE, de 30 de noviembre, refe-ridas fundamentalmente a la información y programasnacionales anuales y plurianuales para la erradicación,control y vigilancia de determinadas enfermedadesanimales y zoonosis, incluye desde 2004 diversos pro-gramas nacionales de erradicación de enfermedadesanimales. En el caso de las zoonosis se incluyen losprogramas nacionales de erradicación de brucelosisbovina, brucelosis ovina y caprina y tuberculosis bovi-na, EEB, salmonelas en aves ponedoras y pollos decarne, así como planes de vigilancia de influenza aviary encefalitis del Nilo occidental. Como se ha señala-do, las CC.AA., con competencias transferidas en mate-ria de Sanidad Animal, han organizado igualmenteRedes de Alerta Sanitaria que están coordinadas conla estatal.

En lo que se refiere al Ministerio de Sanidad y Polí-tica Social, el denominado Plan de Calidad para el Sis-tema Nacional de Salud plantea dos estrategias princi-

pales. Por un lado proteger la salud delos ciudadanos, para lo cual trabaja en3 objetivos diferenciados, por un ladofortalecer los servicios de sanidadexterior, reforzar la vigilancia epide-miológica estableciendo con lasCC.AA. acuerdos de participación enla mejora de los sistemas de informa-ción de salud pública y de vigilanciade la salud y, finalmente, llevar a cabola gestión de riesgos ambientales parala salud. Por RD 2210/95, de 28 dediciembre, del Ministerio de Sanidady Consumo, se creó la Red Nacionalde Vigilancia Epidemiológica, defini-da en su artículo 1 ‘para permitir larecogida y análisis de la informaciónepidemiológica con el fin de poderdetectar problemas, valorar los cam-bios en el tiempo y en el espacio, con-tribuir a la aplicación de medidas decontrol individual y colectivo de losproblemas que supongan un riesgopara la salud de incidencia e interésnacional o internacional y difundir lainformación a sus niveles operativoscompetentes’. El R.D. establece en suanexo I una lista de enfermedades dedeclaración obligatoria entre las quese encuentran algunas zoonosis. Es elcaso de la brucelosis, rabia o triquino-sis.

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78“De especial

importancia resultaen la vigilancia delas enfermedades

infecciosasemergentes la

colaboraciónsanitaria

internacional conimplicación de todas

las profesionessanitarias y

relacionadas, con ladecisiva aportaciónen la coordinación yresponsabilidad de

médicos yveterinarios”

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Notas

1 Cordero del Campillo, M. Comentarios sobre la historia delas zoonosis. En ‘Zoonosis. II Curso sobre EnfermedadesTransmisibles entre los Animales y el Hombre’ M. Álva-rez y E. Rodríguez Ferri (Directores). Servicio de Publica-ciones. Universidad de León, 2002. págs 9-28.

2 Comité Mixto FAO/OMS de Expertos en Zoonosis. Primerinforme, Serie de Informes Técnicos núm. 40, 1951; Comi-té Mixto FAO/OMS de Expertos en Zoonosis. SegundoInforme. Serie de Informes Técnicos núm. 169, 1959.

3 Saiz Moreno, L. Las zoonosis. Biblioteca Veterinaria Aedos.Edit. Aedos. Barcelona, 1976

4 Van der Heden, J. (Edit.). Zoonoses. Elsevier Pub. Co., Áms-terdam, 1976.

5 Antiguo Testamento. Versión Nácar-Colunga. www.biblio-teca-tercer-milenio.com/LaBiblia

6 Rodríguez Ferri, E.F. Estado Actual de la Rabia Animal conespecial referencia a España. Ministerio de Sanidad y Con-sumo. Servicio de Publicaciones. Colec. Vet. De SaludPública, IV.3ª edic. Madrid, 1987.

7 Rodríguez Ferri, E.F. Enfermedades Emergentes. ZoonosisEmergentes. En ‘‘Zoonosis. II Curso sobre EnfermedadesTransmisibles entre los Animales y el Hombre’ M. Álva-rez y E. Rodríguez Ferri (Directores). Servicio de Publica-ciones. Universidad de León, 2002. págs 29-47

8 Rodríguez Ferri, E.F. Lo que Vd. debe saber sobre ‘Infec-ciones Emergentes y Enfermedades Nuevas. De la gripedel pollo a la tuberculosis. Colección de Cartillas de Divul-gación nº 18. 2ª edic. CajaEspaña. León, 2006

9 King, L.J. 2004. Zoonosis y patógenos emergentes de impor-tancia para la salud pública Rev Sci Tech. 2004 Aug;23(2)429-433

10 http://www.who.int/topics/emerging_diseases/es/11 Woolhouse ME. Population biology of emerging and re-

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