Cuarto Domingo de Adviento Ciclo A

Este cuarto domingo de Adviento nos presenta como figura principal a San José. Esposo prometido de la virgen María, el cual va a tener la misión de ofrecer un hogar al hijo de Dios. Si hay algo que este hombre nos regala con su ejemplo es su fe, capaz de obedecer y su humildad, sin la cual no se puede entrar en esta voluntad de Dios. José, recordemos, según el texto de San Mateo, había discernido abandonar a María, no denunciarla públicamente, como lo señalaba la Ley de Moisés. Lo increíble es que el propio José hizo un discernimiento entre la Ley la vida y dignidad y respeto de una mujer y, junto con esto, puso por encima de todo lo anterior la elección que Dios mismo había hecho de quién era su prometida. José había aceptado, quizás no de la mejor manera que Dios había elegido a su prometida para una misión sublime. Lo anterior lo afirmamos por la expresión que se señala en el evangelio de este domingo, "abandonarla en secreto", que fue la resolución que había tomado en su corazón y que creemos sin temor a equivocarnos que entraña varios principios que muestran el noble corazón de José: en primer lugar, José, libremente se había comprometido con su futura mujer, siguiendo los ritos propios la ley de Israel. En segundo lugar, antes que se concretar el matrimonio, propiamente tal, María quedó embarazada y por obra del Espíritu Santo, por tanto, esto significaba que Dios mismo había elegido a María para

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José se nos presenta en este cuarto Domingo actuando de manera increíble, como verdadero ejemplo de Fe.

... y le pondrás por nombre Emmanuel...

Un nombre con una misión señalada desde el cielo. La cual sólo podrá ser cumplida en la humildad.

Cuarto Domingo de Adviento Ciclo A

ser la Madre del Mesías. Ante esta tremenda noticia, José se da cuanta que tiene dos situaciones complejas delante de él: por un lado, la elección que ha hecho Dios de su propia mujer, y además que ella (María) ya se encuentra en estado de gravidez y que lo único que resta para que se cumpla lo que Dios quiere hacer es que él no la denuncie públicamente. Las consecuencias de una decisión contraria traería consigo no sólo la muerte de su prometida, sino que frustraría completamente el plan de Dios. Por eso José entra en un discernimiento, y, según su criterio, abandonarla en secreto, sería entonces, la mejor opción. Con esta temeraria acción salvaría la vida de la madre y del niño, y pondría esta obra en manos de Dios. Ya que si Dios era el que estaba iniciando esta acción Él mismo la llevaría a plenitud. Es en este contexto donde interviene el Padre Celestial, pero en esta oportunidad para implicarlo a él (José) en esta misión y obra del cielo. Y es así como el Ángel de Dios le revelará en sueños el nombre que debe poner él mismo a este niño, invitándolo de esta manera a experimentar la más grande experiencia de paternidad concebida en todos los tiempos. De esta forma, el ángel le señala claramente a José que Dios no viene a competir con él por María, con ella, juntos (José, María y la ayuda de Dios) formarán una familia santa y excepcional, que servirá de modelo de respeto, de amor, de entrega generosa, de trabajo en conjunto, y de una paternidad que será plena porque se pondrá al servicio de la voluntad de Dios y para bien de toda la humanidad en el mejor contexto: la familia.

En consecuencia, este relato nos abre a la importancia que le da Dios mismo a l ámbito familiar. No por nada, la liturgia de la Iglesia en el tiempo de Navidad, nos regalará como una de las fiestas que acompañan este misterio la de la Sagrada Familia. La cual viene con un mensaje explícito: la familia es el mejor contexto para vivir en la voluntad de Dios.

Las lecturas que complementan este cuarto domingo de adviento

Isaías nos deja claro que es Dios el que toma la iniciativa de regalarnos un hijo, mesías y salvador. Y San Pablo en la carta a los romanos, nos señala como testigo fiel del evangelio de Jesús, que los que viven en Cristo y las promesas del Padre son servidores fieles a la obra de Dios.

Para terminar. Se nos anuncia este domingo la génesis de cómo se gestó la sagrada familia de Nazaret. En base a la fe en las promesas del Padre, en base a la obediencia y el discernimiento, en base a la colaboración al plan de Dios. Esto es una buena noticia: pensar nuestra fe en un contexto de familia nos ayuda a entender que cada uno de nosotros tiene un papel importante. Nadie se excluya de la Obra de Dios. Todos y todas importamos para la Obra de Dios.

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C o n t e m p l a r c ó m o J o s é comprendió construir una familia según el querer de Dios, es un milagro de amor y de vida.