y donde aprendimos

Jardín de InfantesFábrica de Líderes

Seguro que un buen comienzo nos ayuda a

construir un mejor futuro …

Por esto se me ocurrió :“.. Y donde aprendimos…”

Jardín de Infantes | Fábrica de Líderes

¿Por qué no preguntarnos dónde comienza nuestra

formación como personas, honestas, sencillas,

emprendedoras, cooperativas, carismáticas.

etc?…


¿Dónde aprendimos a relacionarnos con los otros, a conocer bien a los de nuestro equipo?

Y sí… fue en el arenero del jardín. Allí empezamos a armar a nuestro grupo de

amigos, allí empezamos a conocer qué le gustaba al otro, que podíamos compartir, qué teníamos

que hacer para que el otro nos prestara atención...


¿Dónde aprendimos a motivar a la gente?



Y sí… ¿se acuerdan de ese juego que consistía en una escalera horizontal puesta en altura?

Había que cruzarla utilizando solo los brazos… qué tremendo desafío! Allí le decíamos a nuestros

compañeritos, especialmente al más chiquito, “Dale… vos podés… anímate, no te preocupes que si

te soltás yo voy a estar para sostenerte”.

¿Dónde aprendimos de

nuestros errores?



Y sí… fue en el jardín. Algunos dibujos los hacíamos tres, cuatro o hasta cinco veces, y cada vez aprendíamos del dibujo

anterior. Tratábamos de no cometer el mismo error, no manchar todo con las acuarelas, pegar bien las

pegatinas del algodón en las nubes… Tal vez en el quinto dibujo ya nos salía como

nosotros queríamos.


¿Dónde aprendimos a trabajar en

equipo?


Y si... claro que en jardín. Ya en los recreos de jardín de cinco armábamos los equipos para patear la pelotita de tenis que llevábamos…

¿Y quién no quería tener en su equipo al mejor?

¿Dónde aprendimos que el orden y la limpieza eran pilares del crecimiento?



Y sí… en el jardín. Todos teníamos

nuestra bolsita donde llevábamos el

mantelito, el platito, el vasito. Así como lo

acomodábamos para merendar, aprendimos

a lavar todo y guardarlo en su lugar.


Y si quieren les sigo contando dónde aprendimos

a enojarnos,

a perdonar,

a sentir el fracaso cuando algo nos salía mal,

a compartir nuestros juguetes aunque no nos gustara,

Y un montón de cosas más…

a sentirnos orgullosos cuando nos felicitaba la seño…


Por todo esto, pongamos figurativamente en nuestras empresas un arenero, una escalera horizontal, un arco de fútbol,

una casa de muñecas, una bolsita para la merienda y más…


Todo el tiempo debemos tomar decisiones, pero, por más simples que sean o aunque algunos las consideren como inútiles o poco productivas, no olvidemos que las mismas pueden permitir que se desarrolle una persona solidaria, emprendedora, honesta, ordenada y colaborativa.


Quizás las cosas sonmás simples

de lo que pensamos…O podemos hacerlas más simples

de lo que nos imaginamos.

Marcelo Donato

y donde aprendimos

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