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David Hume

INVESTIGACIN SOBRE LOS PRINCIPIOS DE LA MORAL

APNDICE 1 SOBRE EL SENTIMIENTO MORAL

_______________________________________________________

[1] Si se admite la hiptesis anterior nos tiene que resultar ahora sencillo determinar la cuestin inicialmente establecida sobre los principios generales de la moral, cuya decisin habamos pospuesto, ya que nos habra introducido en especulaciones complicadas, las cuales son inadecuadas para las opiniones morales, por lo que podemos resumirlas ahora y examinar hasta donde alcanzan la razn o el sentimiento en las decisiones de alabanza o censura.

[2] Se supone que uno de los fundamentos del bien (la albanza) moral reside en el beneficio de cualquiera de sus propiedades o resultados, por lo que parece evidente que sea la razn quien participe de modo considerable en todas las decisiones de este tipo, pues nada sino esta facultad (la razn) puede informarnos sobre las tendencias de sus caractersticas y resultados, a la vez que indicarnos sobre sus beneficiosas consecuencias tanto para la sociedad como para quien las posea. (No obstante) es este un asunto que frecuentemente se halla envuelto en grandes controversias: surgen las dudas por doquier, aparecern intereses contrarios, a la vez que hay que inclinarse a favor de una de las partes (enfrentadas) tanto con buenos argumentos como ofreciendo una pequea evaluacin de su utilidad (beneficio). Todo esto ocurre notoriamente en esos asuntos que competen a la justicia, como ciertamente es natural suponer por el tipo de utilidad (beneficio) que de ella se obtiene. Si cualquier acto de la justicia fuera til a la sociedad, como ocurre con la benevolencia, el asunto sera ms sencillo y raramente estara sometido a controversias. Ocurre, no obstante, que, por lo que respecta, a la justicia hay casos que con frecuencia son perniciosos en su primera e inmediata manifestacin y puesto que la ventaja social (de la justicia) resulta nicamente de la observancia (comn) de la regla general, a la vez que la concurrencia y participacin de varias personas en la misma conducta equitativa, el asunto se hace aqu ms intrincado y confuso. Efectivamente, los diversos avatares de la sociedad, las variadas consecuencias de cualquier accin, los diferentes intereses que pueden ser propuestos, son, en muchas ocasiones, dudosos (susceptibles de dudosa interpretacin), a la vez que sometidos a indagacin y anlisis. El objeto de las leyes (civiles) es determinar todos los asuntos con respecto a la justicia; (as hay que entender) los debates civiles, las reflexiones de los polticos, los antecedentes histricos y los recordatorios pblicos, puesto que todos ellos estn dirigidos al mismo propsito (que la justicia sea equitativa e igual para todos). Adems de que (en este asunto) se exige una muy ajustada razn o juicio con el fin de dar una precisa decisin en medio de tan intrincadas dudas que surgen de los oscuros beneficios (utilidades) contrapuestos de las partes enfrentadas.

[3] Pero aunque la razn, si es que est completamente asistida y funcionando incluso de la mejor manera posible, sea suficiente para instruirnos sobre las perniciosas o beneficiosas tendencias de los actos y sus consecuencias, no es por s misma suficiente para producir una culpa moral o una aprobacin. La utilidad (el beneficio) slo es una tendencia hacia un determinado fin, por lo que si ese fin nos es completamente indiferente, la misma indiferencia tendremos que sentir hacia los medios para conseguirlo. Se requiere de un sentimiento que se presente por s mismo al objeto de dar prioridad a las tendencias beneficiosas sobre las perniciosas. Este sentimiento no puede ser otro que el de inclinarse a favor de la felicidad de la humanidad, a la vez que sentir un rechazo generalizado por sus desgracias, ya que stos son los fines que la virtud y el vicio tienden a promover. Aqu, por lo tanto, la razn slo nos instruye de las diversas tendencias de las acciones mientras que el sentimiento humanitario se inclina a favor de aquellas que son tiles y beneficiosas.

[4] Esta particin (divisin) entre las facultades del entendimiento (del conocimiento) y del sentimiento en todas las decisiones morales parece estar claramente derivada de la hiptesis precedente. Ahora bien, supngase que esa hiptesis es falsa, entonces se hace necesario encontrar alguna otra teora que resulte satisfactoria, aunque yo (Hume) apuesto que nunca ninguna otra (teora) se encontrar, mientras se mantenga que la sola razn sea la nica fuente de la moralidad. Para probar esto ltimo (que la razn es suficiente por s misma para determinar la moralidad humana) es conveniente sospesar las siguientes cinco consideraciones.

[5] I. Le resulta fcil a cualquier hiptesis falsa mantener una cierta apariencia de verosimilitud mientras se mantenga ntegramente en generalidades, haga uso de trminos indefinidos y emplee comparaciones (analogas) en vez de ejemplos (reales). Esto es particularmente notorio en esa filosofa que otorga a la sola razn, sin la concurrencia del sentimiento, el discernimiento de todas las distinciones morales. Resulta imposible que, ceida a un caso concreto, esta hiptesis sea inteligible ya que slo hace comentarios oscuros dentro de discursos y declaraciones generalistas. Examnese, por ejemplo, la falta moral de la ingratitud, la cual tiene lugar siempre que se observa que por un lado hay buena voluntad, expresada y manifiesta, adems de la consecucin (obtencin/logros) de buenos resultados, y que, por otra parte, existe una contrapartida de mala voluntad o indiferencia, con malos resultados o negligencia; descompnganse todas estas circunstancias y examnese nicamente por la razn en qu consiste aqu el demrito o la culpa. Nunca se llegar a resultado o conclusin alguna.

[6] La razn se ocupa de juzgar las cuestiones de hecho o las relaciones (de ideas). Por eso, pregntese aqu, en primer lugar, dnde se encuentra la cuestin de hecho que nosotros convenimos en llamar falta moral; selese tambin y determnese adems el momento de su aparicin (existencia); descrbase su esencia o naturaleza; expliqese tambin el sentido o facultad con la cual se la descubre. Todas esas circunstancias residen (nicamente) en la mente de la persona carente de los sentimientos de agradecimiento. Debe esa persona, por lo tanto, sentirlo (en su interior) y ser consciente de ello. Nada hay, por lo visto, en sus sentimientos que no sea una inclinacin (pasin) por la mala voluntad o por la absoluta indiferencia. Pero eso no nos permite afirmar que sean faltas morales en cualquier circunstancia. No, nicamente hay que considerarlas como faltas morales cuando estn dirigidos hacia personas que con anterioridad han manifestado hacia nosotros actos de buena voluntad. Consecuentemente, se puede inferir que la ingratitud (el ser desagradecido) no es un simple hecho aislado, sino que aparece por un complejo conjunto de circunstancias, las cuales, al ser presentadas ante un observador (independiente), excitan los sentimientos de la culpa a travs de la especial conformacin y organizacin de la mente humana.

[7] Ahora bien, si se me dice que esta representacin es falsa y que la falta moral, en realidad, no consiste en un hecho concreto de cuya realidad estamos seguros por medio de la razn, sino que consiste en determinadas relaciones morales descubiertas por la razn de la misma manera como descubrimos por la razn las verdades de la geometra o del lgebra. Pregunto yo: Cules son esas relaciones de las cuales se me habla aqu? En el caso expuesto anteriormente, yo observo primero una buena voluntad y unas buenas acciones de una persona (hacia otra); acto seguido observo una mala voluntad y unas malas acciones en la otra (persona). Entre sos dos acontecimientos hay una relacin de contrariedad. Consiste la falta moral en esa relacin? Supngase que alguien manifiesta mala voluntad contra m o que emplea malas artes en mi contra y que, como respuesta, yo permanezca indiferente o, incluso, le respondo (le pago) con acciones que le benefician. Aqu existe la misma relacin de contrariedad, sin embargo aqu mi conducta sera muy loable y apreciada. Dse a este asunto tantas vueltas como se quiera pero nunca se lograr hacer que la moralidad descanse en una relacin (de ideas); para ello (es decir, para conocer su valoracin moral) tendremos que recurrir a las decisiones del sentimiento.

[8] Cuando se afirma que dos y tres son la mitad de diez entiendo perfectamente esta relacin de igualdad. Concibo que si diez se divide en dos partes (iguales) iguales, cada una de ellas tiene tantas unidades como la otra; y si una de esas dos partes se compara con "dos" aadido a "tres", contiene tantas unidades como este nmero compuesto ("2+3"). Pero si desde aqu se intenta establecer una comparacin con las relaciones morales, me veo incapaz de entender. Una accin moral, una falta moral tal como la ingratitud, es un objeto complejo. Consiste la moralidad en la relacin que mantienen sus partes entre s? Cmo? De qu manera? Especifquese esa relacin: hay que ser ms concreto y explcito en las proposiciones y se ver fcilmente (donde est) su falsedad.

[9] No, se me contesta, la moralidad consiste en la relacin de los actos con respecto a la legalidad, y se las califica de buenas o malas segn estn de acuerdo o en desacuerdo con ella. Qu es, entonces, esta legalidad? En qu consiste? Cmo se la determina? Por la razn, se me dice, que es quien examina las relaciones morales de las acciones. De este modo, las relaciones morales se determinan al comparar cada accin con respecto a la legalidad. Y esa legalidad se establece al considerar la relacin moral de los objetos. Ser, por un casual, ste un razonamiento preciso y exacto?

[10] Todo esto es metafsica, clamis. Con esto ya tengo bastante y no se necesita de nada ms para tener una fuerte presuncin de falsedad. Efectivamente, respondo yo, aqu con toda seguridad hay metafsica, pero t