La voluntad de sentido

Viktor E. Frankl

Desarrollo de la Voluntad

Maestra: Begoña Lizarraga

Participantes:

Gabriela Villanueva N.

Bricia J. Mendoza L.

José Oscar Márquez

Luis E. Pedrotti M.

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ÍNDICE

Introducción................................................................. 3

Biografía...................................................................... 3

La voluntad de sentido................................................ 4

Tiempo y responsabilidad…………………...……..….....7

Logos y existencia......................................................11

El pluralismo de las ciencias y la unidad del hombre. .17

Determinismo y humanismo…………………………… 26

Sobre logoterapia……………………………………….. 32

Conclusiones……………………………………………. 33

Bibliografía……………………………………………… 34

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Introducción

El presente ensayo es un resumen del libro “La voluntad de sentido”, el cual fue conformado por las conferencias que ofreció Viktor E. Frankl a diferentes auditorios en el período de 1946 a 1980, las cuales clasificó él mismo en seis diferentes temas; también incluimos la biografía del autor, así como la propuesta de su método terapéutico: la logoterapia.

Biografía

Viktor Emil Frankl, nació en Viena, Austria el 26 de marzo de 1905 y murió en la misma ciudad el 2 de septiembre de 1997. Fue un neurólogo y psiquiatra austriaco, de origen judío, fundador de la Logoterapia. Sobrevivió desde 1942 hasta 1945 en varios campos de concentración nazis, incluidos Auschwitz y Dachau. A partir de esa experiencia, escribió el libro “El hombre en busca de sentido”.

Estudió medicina en la Universidad de Viena y se especializó en neurología y psiquiatría.

1933 - 1937 trabajó en el Hospital General de Viena.

1937 - 1940 practicó la psiquiatría de forma privada.

1940 - 1942 dirigió el departamento de neurología del Hospital Rothschild.

1941 – Diciembre contrajo matrimonio con Tilly Grosser.

1942 – Fue deportado al campo de concentración de Theresienstadt, junto con su esposa y sus padres.

1944 - Fue trasladado a Auschwitz y posteriormente a Kaufering y Türkheim, dos campo de concentración dependientes del de Dachau.

1945 - 27 de abril fue liberado por el ejército norteamericano, regresó a Viena donde escribió su famoso libro “El hombre en busca del sentido”, donde describe la vida del prisionero de un campo de concentración desde la perspectiva de un psiquiatra. En esta obra expone que, incluso en las condiciones más extremas de deshumanización y sufrimiento, el hombre puede encontrar una razón para vivir, basada en su dimensión espiritual. Esta reflexión le sirvió para confirmar y terminar de desarrollar la Logoterapia, considerada la Tercera Escuela Vienesa de Psicología, después del Psicoanálisis de Freud y de la Psicología individual de Adler.

1949 - Recibió el doctorado en Filosofía, dirigió la policlínica neurológica de Viena hasta 1971.

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1955 - Fue nombrado profesor de la Universidad de Viena.

1961 - A partir de este año mantuvo cinco puestos como profesor en los Estados Unidos en la Universidad de Harvard y de Stanford, así como en la de Dallas, Pittsburg y San Diego.

Ganó el premio Oskar Pfister de la Sociedad Americana de Psiquiatría, así como otras distinciones de diferentes países europeos.

Frankl enseñó en la Universidad de Viena hasta los 85 años de edad de forma regular y fue siempre un gran escalador de montañas. Anteriormente, a los 67 años, había conseguido la licencia de piloto de aviación.

Publicó más de 30 libros, traducidos a numerosos idiomas, impartió cursos y conferencias por todo el mundo, y recibió 29 doctorados Honoris Causa por distintas universidades, entre ellos, uno de la Universidad Francisco Marroquín, institución que también le honró con la clínica de psicología que lleva su nombre.

1997- 2 de septiembre falleció en Viena.

La voluntad de sentido

El sentimiento de la falta del sentido, vacío existencial falta de contenido de vida.

El vacío existencial traspasa, sin permiso, los límites del orden social, tanto capitalista como socialista, como me explico que se puede llegar a ese estado de vacío existencial.El hombre no es una cosa entre otras cosas, NIHILISMO.

La alarmante influencia que un adoctrinamiento, en el sentido del reduccionismo, tiene sobre la generación joven no debe subestimarse. Tendencia, pero, lamentablemente, no en todos los casos. A esta cita se remite paradójicamente, otro trabajo en cuyo marco se define al hombre como “un sistema de control adaptable” y a los valores como “inhibiciones homeostáticas en un proceso de estimulo-respuesta.Yo diría ningún motivo se toma en serio, nada se considera genuino, todo se interpreta como resultado y expresión de una psicodinámica inconsciente. Desenmascarar es absolutamente legitimo, pero debe suspenderse allí donde el “psicólogo desenmascarante” da con algo genuino, algo verdaderamente humano en el hombre, algo que no puede desenmascararse, porque ya no hay nada que desenmascarar. Si aun allí no se detiene, desenmascarara una sola cosa, es decir: su propia motivación inconsciente, su propia necesidad inconsciente de rebajar y denigrar lo humano en el hombre.La tendencia exagerada a la autointerpretación puede a su vez interpretarse como una relación al sentimiento de falta de sentido. Así como el bumerang

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vuelve únicamente al cazador que lo arroga cuando no alcanzo su objetivo, así el hombre se vuelca hacia si mismo, se ocupa de su propia interpretación, cuando a fracasado en su intento inicial, cuando se ha frustrado en su búsqueda del sentido.Lo que el hombre es, lo es debido a aquello que convierte en suyo. Las personas que buscan la autorrealización directamente, separada de una misión en la vida, de hecho no la logran.A este aspecto de la autotrascendencia de hecho fundamental de que el hombre apunte más allá de si mismo hacia un sentido que primeramente debe descubrir y cuya plenitud debe lograr, suelo describirlo con el concepto de teoría de la motivación como una voluntad de sentido.

Una voluntad básica de sentido debe ser admitida como un importante valor-motivo. Los individuos aspiran a una realización de valores, al logro de una vida llena de sentido.

La voluntad de sentido es realmente una necesidad específica no reductible a otras necesidades, y esta presente en todos los seres humanos en mayor o menor grado.Dice que la voluntad de sentido es un termómetro fiable de la normalidad psíquica. El principio del placer, aparecen propiamente cuando se frustra la voluntad de sentido.

La búsqueda de placer como fin no se opone solamente a la autotrascendencia sino que obstruye el camino a la propia consecución del placer. Cuanto más busca el hombre de placer tanto mas se le diluye. Cuanto más persigue la felicidad, la hecha de su lado. Para comprender esto, solo debemos superar el prejuicio de que el hombre busca fundamentalmente la felicidad; lo que quiere, en realidad, es encontrar una razón para ello. Y cuando encuentra esa razón, el sentimiento de felicidad se presenta por si solo.

La dicha debe ser una consecuencia y no se puede lograr a voluntad. La verdadera sexualidad humana siempre es algo más que mera sexualidad. La gente que no sabe amar, no obtiene del sexo la misma calidad de emoción, que la gente que puede amar.Freud introdujo la diferenciación entre meta motivadora y objeto motivador. En la etapa inmadura de la sexualidad humana solo se persigue la meta, que es la descarga del aumento de tensión sin reparar el modo por el cual se llega a la misma. La masturbación también lo logra. Si seguimos a Freud se llega a la etapa de la madurez cuando el móvil final es el comercio sexual, con lo cual el objeto motivador esta incluido. A esto respondemos que un ser humano que utiliza a otro solo con el fin de descargar la excitación y la tensión, realmente transforma el comercio sexual en un acto de masturbación. Se llega a la etapa de la madurez solo cuando la relación no significa un medio para un fin, es decir, cuando el otro ya no se considera como objeto sino como un sujeto. En la etapa de la madurez la relación se ha llevado al nivel humano: es un encuentro en cuyo marco cada uno de los miembros de la pareja es

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comprendido en toda su humanidad por el otro. Pero se lo vivencia no solo en toda su humanidad, sino que también en su individualidad y unicidad. Entonces el encuentro se convierte en relación de amor. El que no llega a ala etapa, madura de sexualidad humana no podrá contemplar en su pareja un sujeto individual y único. En una palabra, una persona.

Los pacientes se quejan de vacío y tedio. A menudo no saben quienes son o que deberían hacer.El sentido en si esta a salvo del derrumbe de las tradiciones. El sentido siempre es algo único e inigualable, algo que siempre había que descubrir, mientras que los valores son universales del sentid, ya que no pertenecen a situaciones únicas e inigualables, si no a situaciones típicas que se repiten es decir, que corresponden a la condición humana. De cualquier modo, la vida puede permanecer plena de sentido aunque las tradiciones del mundo desaparecieran y no quedara ni un solo valor valido para todos.En la vida no se trata de dar sentido, si no de encontrar sentido. En la búsqueda de sentido el hombre es guiado por su conciencia. En una palabra: la conciencia es un órgano del sentido. Se podría definir como la capacidad de percibir totalidades llenas de sentido en situaciones concretas de vida.Pero la conciencia puede también extraviar al hombre. Ni siquiera en nuestro lecho de muerte sabremos si el órgano del sentido, nuestra conciencia no ha sido victima de un espejismo; significa también que no se puede saber si la conciencia del otro puede haber tenido razón.

Vivimos en una época de sentimiento de falta de sentido que se difunde rápidamente. Y en nuestra época, la educación debería ocuparse no solamente de trasmitir conocimientos, si no también de refinar la conciencia para el hombre, sea capaz de escuchar en cada situación la experiencia que contiene.Una conciencia alerta lo hace capas de resistir de manera que no se entregue fácilmente al conformismo ni se doblegue tampoco al totalitarismo.

La educación es educación para la responsabilidad

El sentimiento no se puede dar sino que se debe encontrar: dar el sentido equivaldría a moralizar.La moral en sentido tradicional pronto no tendrá vigencia en absoluto logizaremos a la moral. Lo bueno o lo malo ya no serán definidos en el sentido de algo que debemos o no debemos hacer, si no que nos parecerá bueno aquello que fomenta el cumplimiento del sentido que exige en impone la existencia y consideraremos malo todo lo que no permita colmar el sentido.

No podemos enseñar valores, debemos vivir valores. No podemos dar un sentido a la vida del los demás: lo que podemos brindarles en su camino por la vida es, mas bien y únicamente un ejemplo: el ejemplo de lo que somos.La condición humana podrá recuperase solo en la medida en que se la entienda como responsabilidad frente a un deber, frente al cumplimiento del sentido. Si promovemos este sentido de responsabilidad por un sentido en el hombre, por su sentido, entonces hemos dado un paso decisivo hacia la superación de vacío existencial.

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Hombre sencillo, de la calle

El hombre por la fuerza de su voluntad de sentido no solo busca un sentido, sino que también lo encuentra por tres caminos. Ante todo, encuentra un sentido en hacer y producir algo. Mas allá, encuentra un sentido en vivenciar algo, amar a alguien. Pero a un en una situación sin salida.Lo que importa es la actitud y la firmeza con la cual se enfrenta al destino inevitable y fatal. La firmeza y la actitud les permite dar testimonio de algo de lo que solamente el hombre es capaz: convertir un sufrimiento en un logro. Para el, la vida es un encadenamiento d situaciones en las que se allá ubicado y que debe manejar según sea y como sea. Por que siempre tiene algún sentido bien determinado que únicamente a el le importa y lo reclama. Es esa auto comprensión que le viene de origen el dice que debe emplear todos sus recursos para descubrir ese sentido. La fenomenología traduce esta auto comprensión no juzga valores referentes a los hechos si no que comprueba hechos sobre la vivencia de valores del hombre de la calle.Existen tres categorías de valores que son: valores creativos, valores vivenciales, y valores de actitud.Quien siente su vida vacía de sentido, no solamente es desgraciado si no apena capaz de sobrevivir, dijo una vez Albert Stein. Este es un hecho: el hombre solo puede sobrevivir cuando da una orientación a su vida, y en mi opinión esto es valido, no solo respecto a la supervivencia del individuo sino respecto a la supervivencia de la humanidad entera.Solamente sobrevivir no puede constituir el máximo valor. Ser hombre significa estar preparado y orientado asía algo que no es el mismo. En cuanto una vida humana ya no trasciende más allá de si mismo, no tiene sentido permanecer con vida.

TIEMPO Y RESPONSABILIDAD

La pregunta sobre el sentido de la existencia

Si debiera definir rápidamente, el término psicologismo, propondría la siguiente aclaración provisoria: el psicologismo trata de extraer del origen anímico de un acto el significado de su contenido espiritual. Pues en cuanto el observador renuncia al contenido espiritual y capta solo la acción psicológica, es decir el acto, pero se niega a considerar el aspecto trascendente al que este acto responde, reiterarnos en cuanto procede de ese modo, no descubrirán jamás si se trata concretamente de un logro cultural o bien de un síntoma neurótico.Es inútil tratar de razonar con un enfermo psicótico. Mientras el paciente se encuentra inmerso en su psicosis en este caso su melancolía, no hay esperanza de corregir sus ideas.La logoterapia trata no con medicamentos atentos a funciones orgánicas, no con la ayuda de transferencias afectivas atentas a la dinámica emocional del

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paciente si no con armas espirituales sobre la lucha espiritual que ocurre dentro del paciente.La salida de este dilema consiste, pues, en educar al paciente asta lograr su auto responsabilidad.Nada necesita el hombre, especialmente el neurótico, más urgentemente que la más alta conciencia de su propia responsabilidad. Por eso todo psicoterapia, y muy especialmente lo logoterapia, debe acentuar al máximo la importancia de la responsabilidad humana respecto de su libertad.En lo que respecta al mundo interior, acerca del cual el hombre suele justificarse con pretendidos momentos de fatalidad, no se trata de las circunstancias si no de ciertos estados anímicos, inclinaciones o bien tendencias de origen biológicos a los que el hombre especialmente el enfermo psíquico, recurre con frecuencia.Nuestra libertad. La libertad humana justamente consiste en que puede disponer, que goza del derecho de disponer. Y todo estado de libertad humana consiste finalmente en un poder disponer.Y así como la libertad real del hombre significa-en contraposición con la fatalidad del ser así- las disposiciones internas, una capacidad del poder disponer del destino, así también significan igualmente enfocado desde una posición mas elevada- lo positivo, un posee de responsabilidad. La importancia del análisis existencial en conexión con el tema, destacaremos las etapas mas importantes de ese camino: primeramente, el análisis existencial de un giro dialéctico al problema de la existencia; explica que no es el hombre quien debería buscar la respuesta, si no que paradójicamente es la vida que presenta los interrogantes al hombre. Luego, nos señala que el interrogante que la vida nos presenta puede ser contestado únicamente, si asumimos nuestra vida con responsabilidad. Nuestra respuesta, pues, es activa. Solo puede concretarse, puede lograrse únicamente si asimismo nuestra vida, nuestra existencia, de aquí y ahora. El asumir nuestra responsabilidad es el sentido de nuestra existencia humana.

La transitoriedad de la existencia

El futuro no es (todavía), el pasado tampoco es (ya no es); lo que realmente es, es solo el presente. El futuro no es nada y el pasado igualmente no es nada. Y el hombre esta allí como un ser que viene de la nada y va hacia la nada, nacido de la nada, arrogado a la existencia amenazado por la nada.Lo que tenemos ante es la posición inicial de la filosofía existencial.El tiempo es, de acuerdo a esta concepción, solo una apariencia; el transcurrir y la muerte, la división en futuro, presente y pasado es solo un espejismo de nuestra conciencia.El análisis existencial en vista de la indudable transitoriedad de toda existencia a firma entonces lo siguiente: transitorias son solamente las posibilidades, las oportunidades de realizar valores, las ocasiones que tenemos de obrar, o vivenciar, o sufrir (no nos referimos al verdadero dolor, al dolor sobrellevado sin doblegarse, el dolor de lo realmente inamovible, genuinamente fatal). En cuanto hemos concretado estas posibilidades ya no son transitorias, mas bien han pasado, son pasadas y eso quiere decir, justamente, por estar pasadas

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están conservadas. Entonces, precisamente, en su pasado se hallan conservadas y nada las puede afectar, nada absolutamente puede eliminar algo que ya ha sucedido; una vez pasado permanece en el pasado por toda la eternidad.

El pasado del hombre constituye propiamente el futuro que debe actualizar.El hombre común no comprende bien la muerte. Cuando suena el despertador y nos arranca del sueño, vivimos todavía en sueños, la irritación del despertados como una tremenda irrupción en el mundo del sueño, y no comprendemos que el despertados nos despierta al mundo cotidiano a nuestra verdadera existencia. ¿No le sucede algo parecido al moribundo? ¿No nos asustamos también nosotros, los mortales, ante la muerte? ¿No malentendemos nosotros de que modo la muerte nos despierta a la genuina verdad realidad dentro de nosotros?También a la muerte, que nos quita la vida, la sentimos como algo terrible que nos sucede, y apenas sospechamos cuan buena es su intención para con nosotros…El hombre se inclina a ver en las cosas pasadas únicamente las que ya no están a su lado; pero no ve los depósitos en los que están acumuladas. El dice entonces han pasado porque son transitorias, pero debería decir. Son pasados pues, una vez temporalizadas, quedan para siempre eternizadas. La responsabilidad, como la base más profunda del ser humano.

Se funda precisamente en el pasado. Se funda así como hemos vistos en aquel activismo del futuro, que surgió del optimismo del pasado: del saber que el pasado existe.

¿Es analizable la existencia?

Cuando enfocamos el existir humano, por decir así, excéntricamente, fuera del foco de la exacta ciencia natural, solo entonces captaremos, no solamente el ser así humano si no también el existir humano, es decir, la esencia del hombre.El conductismo: el consiguió reducir totalmente a la persona humana- intrínsecamente constituida por una actitud libre (espiritual)- a una condición corporal o psíquica a una mera condición de objeto. Pero la persona humana posee su arma y se prepara a defenderse del intento de una completa concreción, cosificación, objetivación, como también contra la desvalorización que se le acarrearía con ello, contra la degradación humana. Y esta arma es la vergüenza. Con ella, el hombre se defiende de ser convertido en objeto de la total exposición o abandono de su interioridad mas profunda a la visión objetivante de la ciencia natural.El análisis existencial, si hace del hombre un objeto a caso de una psicoterapia de ningún modo puede ignorar su carácter de sujeto. Al contrario ella consiste en una cooperación con el sujeto. Debe aprender al hombre- ya por definición- como un ser existencial, y, por su carácter de sujeto, debe permitir a su ser la libertad y la responsabilidad; si, mucho más que eso: debe comenzar por procurarle la libertad y la responsabilidad. Pues entonces, y no antes, podrá apelar a su responsabilidad. Para esto, pues esta.

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Aquí se impone una cosa: primero aprender, luego enseñar.Hemos oído que la responsabilidad significa una responsabilidad para llevar a la realización las posibilidades en si transitorias de realizar valores y, con ello depositar algo de valor en el pasado, es decir en el verdadero existir.Ahora también existen, como siempre los hubo, hombres que no viven su existencia como un mero deber si no como una misión. Como una misión que dios les ha encomendado. En otras palabras, vivencian a quien les ha encomendado el saber. Y es, sin duda, asunto correspondiente al análisis existencial, ocuparse de la vivencia de esta clase de hombres de su modo religioso de vivenciar.

Análisis existencial del homo religiosus

La investigación analítica existencial debería comprobar, primero, que aquel que encomienda la misión al hombre religioso y es vivenciado por este junto con el deber de su vida, a de ser vivenciado como persona, como persona divina, y de ningún modo como instancia con carácter de cosa.Las llamadas pruebas de la existencia de dios no son quizás otra cosa que blasfemia, profanaciones de dios. Por que, preguntémonos: ¿Qué es lo que se puede probar? Solamente algo ontico, es decir: perteneciente al mundo; cosas de algún modo perteneciente al ceno de la naturaleza.Solamente el entendimiento puede sacar conclusiones. El entendimiento, sin embargo, y sus conclusiones necesarias fracasan ate todo lo que no sea de este mundo. Pero no solo fracasan frente a lo metafísico, si no también ante lo micro físico.La realidad metafísica como una realidad trascendente.De cualquier modo, es una posibilidad imaginarse todo lo valioso de tal manera que converja en un valor supremo, en una persona de valor (Max Scheler), de modo que quizás, toda verdad pensada hasta sus últimas consecuencias signifique a dios. Y toda belleza amada asta el final, contemple a dios y todo saludo bien entendido, salude a Dios.

El religioso convencido, por eso, no se sorprenderá si no encuentra argumentos comprobantes si no, en todo caso, algunas señales que le dicen bien poco a su intelecto, pero tanto mas a su corazón y a la necesidad metafísica de su corazón y esa es también la situación respecto a sus razones sobre el sentido de su existencia y acerca de aquella razones que le mueven a creer en un sentido de la vida.La existencia no tiene fondo. Y todos nuestros interrogantes sobre el ultimo confín del ser, y precisamente sobre el, no encuentran eco en el infinito océano del ser.

Existe solo una única verdad, la gran verdad de la fe: la sinceridad de la fe, la sinceridad con que se profesa una fe, con la que la fe se vive. El existir es, en su último y mas profundo significado, ser responsable. Pero, al asumir una responsabilidad, el hombre se somete- libremente- a una ley. Responsabilidad significa siempre una ligazón de la libertad, un estar ligado a un orden

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(superior) en el sentido de ley. Un estar ligado, en este sentido, significa ni más ni menos en traducción literal: re-ligio.

Para el medico como tal, el paciente religioso así como el que no lo es deben estar equiparados. Y, precisamente, no por razones de principio ni tampoco por razones coyunturales.Tenemos más bien el deber de preguntarnos: ¿Qué podrás suceder con estos hombres no creyentes que han venido de facto a la consulta para que les prescribamos?

LOGOS Y EXISTENCIA

Prefacio

Tres conferencias presentadas en diferentes foros en los años de 1946, 1949 y 1950 que intentan dar una visión general tanto de la Logoterapia como tratamiento terapéutico y el análisis existencial como orientación investigadora antropológica. Estos dos poseen una conexión interna que se exigen mutuamente, pues se habla en el existencialismo de que el hombre es libre, ¿Para qué lo es? Para asumir su responsabilidad de cumplir y realizar el sentido y los valores; este es el correlato objetivo de toda decisión y libertad: un mundo espiritual objetivo del sentido y los valores: el logo; y a la vez, se necesita un esfuerzo subjetivo espiritual para encontrar la verdad, es el correlato subjetivo del conocimiento. Volitivo, en la voluntad de decisión, de responsabilidad y libertad. Cognitivo, en la revelación de nuestro sentido, de la manifestación de la verdad.

El análisis existencial y los problemas de la época (1946)

La era moderna trajo el desarrollo de las ciencias naturales (naturalismo); y a la técnica, que llegó a una posición utilitarista; entonces el hombre se comprendió como un ser de la naturaleza (solo biológico) y al mundo nada más como un medio para un fin (posición técnico-utilitarista). Así se llego a la paradoja de que el hombre, al “naturalizarse” se desnaturaliza, pues hace a un lado su genuina naturaleza, su propio ser; y a la degradación del mundo al nivel de medio exclusivamente técnico y no como objetivo final y necesario. El presente análisis existencial se basa en volver a tomar conciencia del propio ser y a volver a encontrar el verdadero sentido de la técnica que es la conciencia de la razón.

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En la época más degradante de la condición humana como lo es la guerra, en sus diferentes frentes, tanto en los campos de concentración como en los refugios antiaéreos, se le despojó al hombre de todo lo que tenía y sólo quedó lo que es; esa época llevó al descubrimiento de lo humano. ¿Qué es el hombre? Es el ser que siempre decide: lo que es y lo que será en el momento próximo; tiene la capacidad de ser ángel o demonio. Si el hombre es un ser que decide sobre sí mismo, entonces el hombre comienza allí donde el naturalista dice que termina, pues no es cierto que el hombre sólo es lo que su tipo de raza, tipo social o económico define, pues él tiene la capacidad de ser “atípico”; entonces, no existen los tipos que determinan al hombre a comportarse de cierta manera. Así como se ha llegado al monoteísmo, como la fe en un solo Dios; se puede llegar al monantropismo, como creer en una sola humanidad.

Si se ha comprobado que todo depende del hombre, se debe agregar: que todo depende de cada individuo, de su decisión de lucha, de su voluntad personal de sacrifico en aras de un bien mayor, como un acto de la voluntad de trascenderse a sí mismo. De esta manera no se teme a morir o a sufrir, al contrario, la falta de sentido en la sobrevivencia, es una vida que no es digna de ser vivida, así se revela una plenitud de sentido que incluye el sentido de sufrir el sacrificio y la muerte.

La mera supervivencia no puede ser el valor supremo. Ser hombre significa estar orientado y ordenado a algo que no es uno mismo. La existencia humana se caracteriza por su auto trascendencia. Cuando la existencia humana no apunta más allá de sí misma, la permanencia en la vida deja de tener sentido, es imposible.

Aludiendo a que todo depende del individuo, a las decisiones que éste tome, entonces, escapa de toda organización, sin embargo hay puentes que llevan de uno a otro; y estos puentes son los que reúnen a los hombres y los llevan a “politizarse” `, lo degradante de la política es que se ha “partidizado” aferrándose a su programa partidario y a su táctica de lucha sucumbiendo totalmente al utilitarismo, es decir, al punto de vista de que el fin justifica los medios. La otra política, en cambio, sabe muy bien que hay medios que no pueden justificar ni el más sacrosanto de los fines.

Es evidente que todo esto desemboca en último extremo en la cuestión de valores. ¿Qué es el fin? Si se trata de un valor ¿Hay valores reconocidos por todos los grupos? ¿Y hay denominadores comunes sobre aquello que hace la vida digna de vivirse?

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Al hablar de esta libertad natural humana y se confronta a su opuesto lógico, sería: lo signado por el destino, que es lo que se opone a la propia libertad, en el sentido externo como interno. En el sentido externo, se refiere a lo material, a lo económico; esto es el problema del materialismo histórico que determina que la conciencia y el carácter los determina su situación social o su puesto dentro de la sociedad, marcándolo, dependiendo y aún siendo dominado por su entorno. Sea cual sea el destino que alcanza al hombre, la libertad de actitud que adopta frente al destino no se pierde, pues esta libertad interna, aún enfrentada a extremas influencias ambientales, la posee el hombre hasta su último suspiro.

El marxismo asevera que el hombre depende totalmente de las estructuras socioeconómicas, y que por lo tanto, debe someterse a una “educación para conciencia de clase”, así se contradice, pues, hablar de educación es presuponer libertad de cambiar y de tomar nuestro destino en nuestras manos y aún el destino social o histórico. El hombre no está sometido ni preso por su comunidad, sino que se decide siempre por la comunidad y esta decisión está en la libertad humana y así podemos ver que entre la libertad del hombre y la comunidad humana existe una relación consolidante.

Comunidad es la contiene una libre adhesión a ella. Colectivo es una comunidad totalitaria. La relación dialéctica (relaciones que se mantienen unas a otras) entre individuo y comunidad es cuando sólo la comunidad brinda el sentido de individualidad de los individuos pero también, opuestamente, sólo la reconocida individualidad de los individuos brinda el sentido de la comunidad. Esta es la diferencia entre una comunidad de algo simplemente colectivo o aun de masa. En el colectivo se deja de ser individuo y humano y se llega ser elemento productivo que cuando deja de producir se considera “sin valor” y se deja a un lado o se destruye; mientras que ya no se aprecia lo que trasciende su productividad como los valores realmente humanos y que le hace valioso y le da dignidad humana su existencia.

El sentido interno se halla representado por aquello que llamamos tendencia. El biologismo asevera que toda tendencia en el hombre es del destino y eso escapa directamente a su libertad y a su responsabilidad, pero en sí son neutrales en cuanto a los valores. Los valores son sólo posibilidades cuya materialización se realiza después de una decisión personal, dentro y a través

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del individuo y esto último anula su neutralidad dándole valor (virtud) o todo lo contrario (de vicio). Así se generan las culpas colectivas, son tres:

1.- Compromiso colectivo: Cuando puede comprometerse a los miembros en su totalidad como un ente colectivo, por las consecuencias de algo cometido por dicho ente como tal. Ejemplo: KKK.

2.- Culpa por ingreso en un ente colectivo: Si me asocio a un ente colectivo, ejem. un partido, soy personalmente corresponsable de algún delito cometido como programa de este partido. Ejemplo: cuando un sindicato cierra una calle para protestar, me hago corresponsable del delito de obstrucción a las vías de comunicación.

3.- Responsabilidad colectiva: Cada individuo es responsable del prójimo “uno para todos y todos para uno”.Rechacemos la violencia no perpetuemos “el ojo por ojo y diente por diente”.

El hombre es responsable en razón de la libertad natural del mismo; y la relación entre la libertad y la responsabilidad manifiesta que la libertad no es solamente “libertad de”, sino también “libertad para” y que asumir la responsabilidad significa aquello para lo cual el hombre es libre.

La libertad como base de la responsabilidad natural humana siempre es vista y destacada por el análisis existencial, es libertad integral aún en las maneras de existir neuróticas, pues soy yo el que se deja arrastrar. Renunciar a la libertad y a su uso es también un acto de libre.

El psicologismo se caracteriza por proyectar los fenómenos espirituales de su “dimensión” espiritual hacia abajo, a la llanura de lo solamente psicológico.

Sólo frente a la finitud temporal de nuestra existencia es posible apelar a la responsabilidad humana en toda su plenitud, pues lo que es transitorio son las oportunidades de realizar valores; pero al realizarlos, los salvamos para la realidad, en la realidad del pasado; y el pasado es quizá la forma más segura de existir, ya que lo pasado no se puede quitar del mundo y ¿No le cabe acaso a nuestra responsabilidad depositarlo en el mundo?

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Diez tesis sobre la persona (1949)

1.- La persona es un individuo: algo que no admite partición, no se puede subdividir porque es una unidad.

2.- La persona tampoco se puede agregar ya que es una totalidad. Tampoco puede propagarse por sí misma: el organismo a partir del organismo de los padres; pero la persona, la mente personal, la existencia espiritual, no puede ser propagada por el hombre.

3.- Cada persona es un ser absolutamente nuevo, que cuando viene al mundo se le trae a la realidad, pues la existencia espiritual no puede pasarse de padres a hijos.

4.- La persona es espiritual pero necesita de su organismo para actuar y expresarse. El cuerpo como instrumento que es en este sentido, constituye un medio para un fin, y como tal, tiene un valor utilitario, correspondiéndole su opuesto, la dignidad, que posee la persona independientemente de la utilidad social o vital. Realmente no existen enfermos del espíritu, la persona espiritual misma no puede enfermarse y permanece allí, detrás de la psicosis, aún cuando la mirada del psiquiatra apenas la puede distinguir. Una psicología sin espíritu es ciega para la dignidad de la persona y también para los valores, para el mundo de los sentidos y para el logos.

5.- La persona es existencial: ser hombre es ante todo ser profunda y finalmente responsables, significando esto, que es más que libre, puesto que en la responsabilidad se incluye el para qué de la libertad humana. El análisis existencial ve a la existencia humana como gobernada por una voluntad de sentido, la cual hace el esfuerzo por encontrar el sentido de la existencia ayudándose de la psicoterapia que es la medicina de la persona. Resulta entonces, que la psicoterapia se trata de un cambio de actitud existencial.

6.- La persona es yoica, es decir, no responde al “ello”, es también inconsciente y es ahí donde se origina lo espiritual. A este inconsciente espiritual le concierne la fe inconsciente y a menudo reprimida del hombre con la trascendencia.

7.- La persona brinda unidad y totalidad: ella presenta la unidad físico-psíquico-espiritual y la totalidad representada por la criatura “hombre”, es un punto de interacción, un cruce de tres niveles de existencia, aunque dentro de esta totalidad lo espiritual del hombre se contrapone con lo físico y lo psíquico.

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8.- La persona es dinámica, ya que por su capacidad de distanciarse y apartarse de lo psicofísico es que se manifiesta lo espiritual, que logra cuando entabla un diálogo consigo mismo.

9.- El animal no es persona puesto que no es capaz de trascenderse y enfrentarse a sí mismo. Del mismo modo que un animal desde su entorno no puede entender el mundo del humano, el hombre tampoco puede aprender el mundo superior, excepto por un intento de alcanzarlo, de presentirlo por la fe.

10.- La persona no se comprende a sí misma sino desde el punto de vista de la trascendencia y es en esta medida en que la trascendencia lo hace persona: esta llamada lo recibe de la conciencia.

Sobre psicoterapia (1950)

El psicologismo despacha algo lógico derivándolo de lo psicológico, para el psicologista sólo existe lo psíquico pero nada espiritual, no como un ámbito independiente, propio y que tiene sus propias leyes.

En lo que respecta a la psicología profunda, ella es también abiertamente psicologística porque ve en el ser humano sólo el afán de placer y la determinación instintiva, pero no el afán de valores y la orientación hacia el sentido; es decir, el psicoanálisis ve al neurótico sólo de un lado, como dominado por el principio del placer, o sea, la voluntad orientada al placer, y la psicología individual como determinado por el afán de prestigio, o sea, la voluntad de poder, mientras que la nueva psicoterapia (logoterapia) ve también la voluntad orientada al sentido.

En vista de que se han dejado de lado las categorías de los valores y del sentido, es muy comprensible que la psicoterapia nueva se haya inclinado decisivamente a ellos y que el estudio de las neurosis no pueda dejar de considerarlas, pues aunque el hombre es una unidad físico psíquica, esto sólo es una parte de él, la verdadera totalidad la constituye lo espiritual pues esta instituye, funda y garantiza dicha totalidad.

El análisis existencial sólo quiere completar hasta lograr la imagen verdadera del hombre total, pero no quiere suplantar las psicoterapias anteriores, sólo quiere llegar más alto ocupándose de la trascendencia del ser humano, es decir, de su disposición para la trascendencia.

Para la psicoterapia se necesita aptitud y una buena formación, ya que todo psicoterapeuta es capaz de atender al paciente con cualquier método pero no cualquier método es bueno para cualquier tipo de paciente. Frankl considera

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indispensable una formación médica con preparación en clínica general y, en especial, neurológico-psiquiátrica (su propia experiencia). De cualquier manera, actualmente, se necesita de una psicoterapia que ve más que el organismo, que ve también la existencia espiritual del hombre, la persona del ser humano.

La logoterapia se ocupa de la disposición del hombre para la trascendencia.

Así como la sexualidad en el hombre se manifiesta de manera inconsciente o reprimida, de igual forma la espiritualidad se manifiesta en él; esta religiosidad no es del “ello” sino del “yo”. No es psíquica sino espiritual, no es orgánica sino personal. Se reconocen neurosis noógenas en personas en quienes una crisis de maduración existencial toma curso de “aparente cuadro clínico de neurosis”, siendo esta una necesidad espiritual o un conflicto de conciencia que presenta síntomas físicos: como no poder dormir, transpirar mucho, etc. Para fines terapéuticos la enseñanza del sufrimiento a “hombres dolientes” es esencial el aprender que éste tiene la posibilidad, en su sentido más elevado como un logro. El concepto del “homo patiens” como hombre sufriente pleno de sentido. La psicoterapia no sólo debe capacitar para gozar o trabajar, sino que debe capacitar a quienes les falta coraje para sufrir: la realidad, la necesidad y la posibilidad de darle sentido al sufrimiento.

Otto Eichhorn dijo: “Toda época tiene su neurosis y requiere su psicoterapia propia”. Quizás el hecho de haber sobrevivido a la segunda guerra mundial nos obliga a reconocer la personalidad espiritual del hombre, pues esta nueva psicoterapia y la imagen humana que la fundamenta, se formó en la experiencia viva de tales horrores. Esta psicoterapia (logoterapia) ve más lejos que la factibilidad psicofísica del hombre, ve también su existencia espiritual y presupone un respeto sin límites por la unicidad y singularidad de toda existencia humana.

EL PLURALISMO DE LAS CIENCIAS Y LA UNIDAD DEL HOMBRE

En una época, cuyo estilo de investigación se caracteriza por el trabajo de equipo, menos que nunca podemos prescindir de los especialistas. Pero el peligro no reside en la especialización como tal, no tanto en la falta de universalidad como más bien en la apariencia de totalidad del conocimiento que tantos científicos asumen a su pretensión de “conocimiento total.” En el momento en que esto sucede, la ciencia ya se convierte en ideología. En lo que concierne especialmente a las ciencias del hombre, se transforma en este momento, de biología a biologismo, de psicología a psicologismo. Como

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vemos, el peligro no reside en que los investigadores se especialicen, sino en que los especialistas generalicen.

El reduccionismo puede definirse como un subhumanismo. Los fenómenos específicamente humanos se convierten en meros epifenómenos.

Al nihilismo intelectual, así como se manifiesta en el reduccionismo, se le contrapone el nihilismo vivido que podría interpretarse como el vacío existencial.

El instinto no le dice al hombre lo que debe hacer, como sucede con el animal, ni las tradiciones le informan, hoy en día lo que tiene que hacer, y es de temer que algún día ya no sepa ni siquiera lo que quiere. Tanto más preferirá lo que hacen los demás o hacer lo que quieren los demás. En otras palabras, caerá en el conformismo, o será presa del totalitarismo.

En una invitación a un debate sobre dimensiones de los valores en la enseñanza le plantearon la pregunta ¿Si ustedes los profesores en el marco de la organización universitaria, les transmitieran valores a los alumnos y como le harían, y si les podrían dar algo así como un sentido de vida? Y él responde: que los valores no pueden ser enseñados, los valores debemos de vivirlos. No podemos dar un sentido de vida, lo que podernos darles, brindarles para su camino, es un ejemplo y nada más. El ejemplo de la entrega a la misión de la investigación.

Luego el otro invitado al debate, el profesor Smith, quería saber si no podría ofrecerse a los estudiantes a partir del contenido y el tema, algunos sentidos y valores, es decir no solo por medio del como de la exposición sino por medio del que del tema. Y Frankl opino que hoy día ya tenemos que darnos por satisfechos, si la selección del tema no está mal calculada para destruir la natural tendencia y capacidad del joven hacia el sentido y los valores.

Luego el profesor Smith comenzó a hablar sobre aquella apatía que según Edward D. Eddy, realmente constituye un estigma del estudiantado norteamericano y requirió su opinión acerca de las causas de esa apatía. Frankl Primeramente definía como apatía la falta de iniciativa y falta de interés. Luego devolvió la pregunta a su interlocutor al adquirir de donde podría el estudiante medio derivar iniciativa, si se la adoctrinaba en el sentido del pandeterminismo, si aprende a entenderse e interpretarse como el juguete de las energías instintivas, como un campo de batalla para el yo, el ello, y el súper yo, como resultado de diversos condicionamientos, ya sean de naturaleza biológica, psicológica, o sociológica. Pues el hombre no es libre de condicionamientos. El no es libre de lago, sino libre para algo. Es libre para adoptar una actitud o una posición, sea como sea, frente a los

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condicionamientos y para la actitud que elige hacia ellos, no solo es libre sino responsable.

Nicolai Hartmann con su ontología y Max Scheler con su antropología estaban esforzándose como pocos por salvar lo humano en vista de las aspiraciones reduccionistas de una ciencia pluralista. Ellos distinguían distintos niveles o planos, como son el físico, el psíquico, y el espiritual. A cada uno de ellos corresponde una ciencia: a lo físico la biología; a lo psíquico, la psicología, etc. Pero de la distinción entre los distintos niveles surge el pluralismo de las ciencias. Nos dice que la psicología profunda o psicología desenmascaradora constituyo un adelanto, un avance a la región de las motivaciones inconscientes. Pero el desenmascarar tiene límites y debe detenerse allí donde se encuentren con aquello que es genuino y donde ya no puede quitarse mascara alguna.

La característica de la existencia humana es la coexistencia entre la unidad antropológica y las diferentes ontológicas, entre el modo de ser humano único y las variadas maneras de ser de las que participa. En pocas palabras la existencia humana es unitas múltiplex. Como lo nombro Santo Tomas.

Ser hombre significa desde siempre estar preparado y ordenado hacia algo o alguien, entregado a una obra a la se dedique, a un ser que ama, o a un dios a quien sirve. Tal auto trascendencia echa abajo el marco de todas las imágenes humanas que, en el sentido del monadologismo, muestran al hombre como un ser que no trasciende hacia el sentido y los valores y los orienta hacia el mundo, sino que esta exclusivamente interesado en sí mismo, porque le interesa conservar, o sea, establecer la homeostasis. El hecho de que los sistemas de reflejos fisiológicos y reacciones psicológicas no estén cerrados a la luz de la ontología dimensional no está en contradicción con la humanidad del hombre.

La ciencia no solo tiene el derecho sino el deber de colocar la multidimensionalidad de la realidad entre paréntesis, de amenguar el brillo de la realidad y extraer, filtrado, del espectro de la realidad, una frecuencia determinada. El científico debe mantener la ficción como si estuviera ocupado de una realidad unidimensional. Pero debe tener en cuenta puntos donde pueden surgir errores y los que debe sortear al dirigir su investigación.

Toda patología necesita primero un diagnostico, una perspectiva, una mirada al logos que permanece detrás del pathos, al sentido que tiene el sufrimiento. Toda sintomatología necesita primero del diagnostico, tiene que tomar en cuenta la etiología y, en medida en que la etiología es multidimensional, la sintomatología resulta polivalente.

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Tomemos la angustia. ¿Para cuantas cosas puede la angustia ser sintomática? ¿Cuántas cosas pueden estar fundamentando una neurosis de angustia? Frankl pudo probar no solo que existen neurosis de angustia psicógenas sino también somatógenas. Podría describir casos como de agorafobia, claustrofobias tetanoides. Pero también existen angustias neuróticas noógenas como igualmente pudo demostrar.

Se entiende de por sí que la multidimensionalidad de la patología humana debe ser vigilada no solo desde el punto de vista del diagnostico sino también del terapéutico.

Lo que importa no es la técnica sino el espíritu con que se maneja la técnica, y son dos cosas distintas, si utilizo un aparato o si considero al paciente como un aparato o mecanismo.

Pero no solo debemos permanecer conscientes de la unidad del hombre sino también tomar conciencia de la unidad de la raza humana. Creo que ha sonado la hora de dar un paso más y completar el monoteísmo con un monantropismo; completar la fe en un dios con el conocimiento de la humanidad, al lado de cuya unidad palidecen los colores de los partidos y los coloridos de la piel.

DETERMINISMO Y HUMANISMO

Este tema nos dice que está convencido de que los dos grandes problemas. El problema del cuerpo alma y el problema del libre albedrío, son insolubles. Lo único que se puede lograr es determinar la razón por la cual no se pueden resolver.

Ciertamente las distintas ciencias retratan la realidad en forma tan diferente que esas imágenes se contradicen entre sí. Y él nos afirma que estas contradicciones no niegan a la realidad humana y para ilustrar su afirmación solo se necesita darnos cuenta de que cada ciencia se puede considerar como un corte transversal muy determinado, a través de la realidad.

Y otra vez nos preguntamos ¿Dónde en vista de tanta multiplicidad existe unidad? Y de nuevo se da que la unidad se encuentra solo en dimensión que se ubica mas allá de los planos de incisión biológico o psicológico, o sea, en la dimensión humana, el espacio de lo humano, en la dimensión del fenómeno específicamente humano. Allí se encuentra la uñitas múltiplex, como define al hombre Santo Tomas. Así que no se trata de en realidad de una unidad en la multiplicidad, sino más bien una unidad a pesar de la multiplicidad.

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El ser humano se proyecta mas allá de sí mismo, se dirige a algo que no es el mismo. Hacia algo o alguien, a un sentido que hay que cumplir o a otro ser humano a quien encontramos. A una cosa a la que servimos o a una persona que amamos. Y la facultad de ser del hombre se encuentra trastornada en la medida en que la auto trascendencia no se materializa y no se vive.

Esta autotrascendencia de la existencia, esta apertura del ser humano, es lo que lo ubica en el plano de uno de los cortes científicos, mientras que el otro corte lo soslaya. Sin embargo aquí, también, apertura y hermetismo son compatibles. Analógicamente puede considerarse la oposición entre determinismo y libertad. Existe determinismo dentro de la dimensión psicológica y existe libertad dentro de la dimensión noologica, que se puede definir como la dimensión de fenómenos específicamente humanos. Y cuando en referencia al problema soma psique se da una unidad a pesar de la multiplicidad, se destaca, en conexión con el problema de libre albedrío, algo que podría formularse como una libertada pesar de toda determinación.

La libertad humana es libertad finita. El hombre no es libre de condicionamientos, sino que es libre solamente respecto a la actitud como ha de asumirlos. Pero el hombre no está determinado inequívocamente. Pues finalmente, le incumbe a él decidir si se deja vencer, si se somete a condicionamientos. Existe un espacio dentro del cual el hombre puede trascenderlos con lo cual el solo cobraría el impulso para alcanzar la verdadera dimensión humana.

Finalmente, la conducta del hombre no es dictada por las condiciones que encuentra sino por las decisiones que toma. Si lo sabe o no, él decide si resiste a las condiciones o se somete. Por tal razón hay que asentir lo que expresa Magda B. Arnold cuando opina que: todas las decisiones tienen causa, pero están causadas por aquel que las toma. Y lo que principalmente roza el problema del libre albedrío nos salva, por un lado, de una negación de los aspectos determinantes y mecanicistas de la existencia humana y, por el otro, también, nos salva de negar la libertad que permita al hombre elevarse por sobre todos estos aspectos. En realidad, el determinismo no niega la libertad; lo hace el pandeterminismo.

En verdad, la alternativa no es entonces indeterminismo o determinismo sino determinismo pandeterminismo. La libertad del hombre incluye la libertad de tomar posición frente a sí mismo.

La libertad de escoger una actitud frente a nuestro estado psicológico, se puede comprobar aun en casos patológicos.

El hombre con poder de decisión es capaz de resistir al aparente determinante de su actitud. La promesa de que la verdad nos hará libres seguramente no

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debe interpretarse en el sentido de que la religiosidad genuina sea una garantía para librarnos de la neurosis. Contrariamente, tampoco debemos acariciar la ilusión de que el liberarnos de la neurosis nos garantice automáticamente una vida genuinamente religiosa.

El pandeterminismo, de parte del psiquiatra, solo sirve para fortalecer al paciente en aquel fatalismo que, ya de por sí, es característico y sintomático de la neurosis. Lo que vale para la psiquiatría también es válida para la sociatría.

Al criminal el pandeterminismo le brinda una coartada: ahora son los mecanismos quienes pueden exonerarnos de la responsabilidad. Si el inculpado argumenta que no es libre y por eso no es responsable del hecho cometido, entonces el juez puede ubicarse en la misma posición para una sentencia severa, que pronuncia impertérrito rechazando toda responsabilidad.

¿Cómo sucede en realidad? A los criminales no les gustaría figurar como meras victimas de mecanismos psicodinámicos o simples procesos condicionantes.

Scheler llamo la atención una vez a cerca del hecho de que el hombre tiene el derecho de ser encontrado culpable y de ser castigado. Si vemos en él solo a la victima de las circunstancias, lo despojamos junto con la culpa, de su dignidad. Pues es parte de la naturaleza humana poder ser culpable. A la naturaleza no le corresponde solo la libertad de ser culpable sino también la responsabilidad de sobrellevar esa culpa. Frankl dijo que la posibilidad de cambiar esta dentro de mí.

Carl R. Rogers se preocupo una vez por “una definición empírica” del libre albedrío y lo hizo basándose en investigaciones de W. L. Kell, quien examino 151 casos de delincuentes adolescentes. El resultado fue que su conducta no podía preverse por el clima familiar, ni por la educación, ambiente, situación social, influencias culturales, herencia o enfermedades pasadas. Más bien, únicamente, el grado de auto comprensión permitía anticipar la posibilidad de recaídas ya que en cierto modo se correlacionaba más que las otras instancias con la conducta futura.

¿Qué resultaría si volviéramos el determinismo contra el pandeterminismo, aplicando uno al otro? Para este fin, tendremos que averiguar primero que es lo que causa el pandeterminismo. Bien, lo que fundamentalmente lo origina es una diferenciación no suficientemente exacta que hace que se confundan por un lado causas con razones y, por la otra causalidad con condicionamiento. ¿Cuál es, ahora, la deferencia entre causas y razones? Cuando alguien corta cebollas, llora. Sus lágrimas tienen una causa. Pero no tiene razón para llorar.

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Por cuanto “ser hombre significa ser en el mundo”, “el mundo” incluye un mundo de sentidos y valores. Sentidos y valores son “razones” que mueven a los hombres a actuar de un modo u otro. Es precisamente este mundo de sentidos y valores, como motivadores posibles del hombre, lo que se excluye, lo que desaparece ante nuestra vista en cuanto interpretamos al hombre de acuerdo a un sistema cerrado. Pues entonces ya no existen, de entrada, razones ni motivos. Lo que queda son más bien causas y efectos. Los efectos serán interpretados después ya sea como reacciones a estímulos o como reflejos condicionados, mientras que las causas serán representadas por los proceso condicionantes, los instintos, o los “mecanismos de liberación congénitos” (ósea lo que condiciona los reflejos condicionados, los “condicionantes” por decir así).

Una psicología para la que no existe auto trascendencia podrá muy bien degenerar en una monadología. Esta autotrascendencia se refleja especialmente en la intencionalidad de los fenómenos humanos como lo expusieron Franz Brentano y Edmund Husserl. Ciertamente los fenómenos humanos siempre están ordenados y dirigidos hacia un objeto intencional; y sentido y valores son objetos intencionales de esa clase. Sentido y valores son los logos hacia el que la misma psique se auto trasciende.

Dijimos que las causas no solo se confunden con razones sino también con condicionamientos. En un sentido determinado, también las causas constituyen condiciones y, precisamente, suficientes, en contraste con las condiciones en un sentido más estrecho que no son suficientes, sino solo condiciones necesarias. Pero por sobre esas condiciones necesarias parece que también hay condiciones posibles, como quisiera llamarlas. Me refiero a condiciones que no son ni suficientes para causar un hecho ni necesario para mover la causa que origina al hecho. Más bien, bajo condiciones posibles entiendo factores que sólo poseen el rol de detonantes.

Una condición suficiente basta para originar o producir un fenómeno. No determina el fenómeno únicamente en su esencia, sino también en su existencia. Otra cosa es una condición necesaria, de por si no es suficiente, ni de lejos, para traer el fenómeno al mundo.

Hemos llegado allí donde el pandeterminismo se vuelve reduccionismo. Esa deducción de fenómenos subhumanos trasforma también a los fenómenos humanos, en una palabra; los deshumaniza.

El reduccionismo es el nihilismo de hoy. Digo esto en oposición a la muy difundida opinión de que es el existencialismo el que ocupa ese lugar. En el existencialismo el hombre no es una cosa entre las cosas. Las cosas se condicionan entre sí. El hombre sin embargo es incondicionado en cuanto es capaz de autodeterminación. El mismo decide si se va a dejar determinar por

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las cosas o no. Mientras el nihilismo de ayer se traicionaba por hablar de la nada, el nihilismo de hoy lo hace por el giro “nada más que”. Al hombre se le presenta como “nada más que” una computadora. Pero entre esas regiones existen también diferencias dimensionales y a estas diferencias el reduccionismo no las toma en cuenta. Pensemos en la conciencia: una teoría reduccionista contempla este fenómeno específicamente humano como el simple resultado de procesos condicionantes. Un perro que ensucia dentro de la casa y se esconde muestra su conducta que puede sin más considerarse el resultado de procesos condicionantes.

La conciencia humana no tiene nada que ver con los miedos. Mientras la conciencia humana está regida por el temor al castigo, la esperanza de recompensa o el deseo de agradar al superior, la verdadera consciencia no ha pronunciado palabra.

Los reduccionistas se expresan de otro modo. Para ellos no existe diferencia entre conducta animal o humana. Fenómenos específicamente humanos no existen para ellos. Para los reduccionistas es inconcebible admitir que algo que se pueda comprobar en el hombre, no pueda comprobarse en el animal.

Hemos trazado los límites entre causas y razones y condiciones, pero no hemos contra puesto la causa, en el sentido de una causa necesaria, a la causa final. Para el pandeterminismo no existe de entrada teleología alguna. Para el no existen razones como tampoco existe un sentido.

Lo que vale para el sentido, vale tanto más para un sentido final. Cuanto más abarcante es un sentido, tanto menos se le puede aprehender.

El hombre de la calle nos puede enseñar que ser hombre quiere decir hallarse continuamente confrontado con situaciones, de las cuales cada una es al mismo tiempo un don y un deber. Lo que el deber nos “encomienda” es el cumplimiento de un sentido. Y lo que nos da al mismo tiempo, es la posibilidad de realizarnos por medio de tal cumplimiento del sentido. Cada situación es una llamada a la que escuchamos, a la que debemos escuchar.

Hemos partido del determinismo como de una limitación de la libertad. Al terminar, hablemos del humanismo como expansión de la libertad. En verdad, la libertad es media verdad. Ser libre es el aspecto negativo de un fenómeno cuyo aspecto positivo se llama “ser responsable”. La libertad se torna arbitrariedad, si no se la vive en el sentido de la responsabilidad

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SOBRE LOGOTERAPIA

Nos dice que el logro del psicoanálisis respecto a Sigmund Freud, consistió en el desenmascaramiento de los neuróticos, donde se demostró que sus motivos conscientes se interpretaron como motivos inconscientes.

También se demostró que cada interpretación se llevaba a cabo (de manera inconsciente) según la ideología propia del analista; como por ejemplo: los freudianos soñaban con el “complejo de Edipo”; los Adlerianos, complejos de poder y los Jungianos con arquetipos; o sea que según el analista que los orientara, eran sus sueños.

Por eso Carl Rogers se empeñaba en desarrollar un método y una técnica, se renunciaba a cualquier interpretación y se evitaba todo tipo de cosas para no influir en el paciente.

En 1960 Eysenick (uno de sus propulsores) se enfrenta a la opinión de que después de que un corto o largo tiempo la llamada psicoterapia sintomática tendría que ser seguida por otros síntomas ya que la neurosis misma no esta curada.

Benedikt hace una comparación entre Logoterapia y la Terapia Conductista diciendo: es sabido que se puede interpretar la Neurosis en cierto sentido y con cierta razón también como Mecanismo de Reflejo Condicionado, es decir: la situación interna y externa de la primera manifestación de un síntoma neurótico.

Sin embargo, nosotros tenemos otra opinión de la verdadera neurosis—la manifiesta, ya fijada—no es causada solo por condiciones primarias sino por su canalización (Secundaria)

Lo que se canaliza es el reflejo condicionado por medio del círculo vicioso de la angustia de expectación. Si queremos descanalizar un reflejo muy arraigado, hay que eliminar siempre la angustia de expectación de la manera indicada: con la Terapia Conductista o Logoterapia, la Psicoterapia derriba los mecanismos de retroalimentación

La Logoterapia de Frankl ha humanizado la terapia mecanicista de los reflejos condicionados.

En Europa, el 20% de las neurosis son Noogenas; el origen de la mayoría son de Vacío Existencial.

A Albert Gorres le debemos la siguiente advertencia: “En la Neurosis las malas interpretaciones del sentido de la existencia pueden constituir una condición de la enfermedad y la corrección de esta mal interpretación, una condición de la Curación. (Aunque no se refiere a todas las neurosis, es importante tomarla en

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cuenta). Ej.: recuerdo que de niña, mi abuelita tenia sus preferidas y yo me sentía muy libre de no ser yo la consentida; en cambio otra hermana ( que tampoco era una de las consentidas), sufría porque se sentía relegada. o sea, la misma situación, causaba un impacto diferente.

La acción del psicoterapeuta es como la de un maestro, un esclarecedor, anunciador de un concepto mejor y más nuevo del mundo; aun así no debemos de sobrevalorar la labor del psicoterapeuta. Su Omnisciencia es un mito. Su omnipotencia una superstición. Solo su omnipresencia es un hecho.

En Neurosis Noógena esta indicada la Logoterapia; no para darle un sentido a la vida del paciente, ese debe encontrarlo el paciente por si solo y debe germinar sin imposición pero para que surja, debe ofrecerse un objeto.

La voluntad de sentido es mas bien un acto intencional que no permite una autoimposición.

PSICOTERAPIA

Para el psicologista sólo existe lo psíquico pero nada espiritual, no como un ámbito independiente, propio y que tiene sus propias leyes.

En lo que respecta a la psicología profunda, ella es también abiertamente psicologística porque ve en el ser humano sólo el afán de placer y la determinación instintiva, pero no el afán de valores y la orientación hacia el sentido.

En vista de que se han dejado de lado las categorías de los valores y del sentido, es muy comprensible que la psicoterapia nueva se haya inclinado decisivamente a ellos y que el estudio de la neurosis no pueda dejar de considerarlas. Mientras que el psicoanálisis ve al neurótico sólo de un lado, como dominado por el principio del placer, o sea, la voluntad orientada al placer, y la psicología individual como determinado por el afán de prestigio, o sea, la voluntad de poder, la nueva psicoterapia ve también la voluntad orientada al sentido. El análisis existencial sólo quiere completar hasta lograr la imagen verdadera del hombre total, pero no quiere suplantar las psicoterapias anteriores, solo quiere llegar más alto, ocupándose de la trascendentalidad del ser humano, es decir, de su disposición para la trascendencia.

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Para la psicoterapia se necesita aptitud y una buena formación, ya que todo psicoterapeuta es capaz de atender al paciente con cualquier método pero no cualquier método es bueno para cualquier tipo de paciente. De cualquier manera, actualmente, se necesita de una psicoterapia que ve más que el organismo, que ve también la existencia espiritual del hombre, la persona del ser humano.

Trabajando con Logoterapia

En la segunda clasificación de los instintos realizada por Freud, éste establece la existencia de dos cualidades en la psique: una, autodestructiva, el "instinto de muerte" (que puede volverse contra el mundo y transformarse en un instinto de destrucción) y otra, el "instinto de vida" que persigue la búsqueda de objeto, y está empeñada en lograr unidades cada vez más elevadas.

Esta clasificación tiene dos bases: una especulativa y otra clínica.

La base especulativa es el carácter conservador de los instintos, en cuanto estos se caracterizan por el principio de constancia, es decir, que los instintos tienden a la eliminación de las tensiones. Pero hay también un fenómeno que parece actuar en sentido opuesto al del principio de la constancia, a saber, un hambre de estímulos que se observa con máxima claridad en los instintos sexuales.

La base clínica es la existencia de la agresión. Las tendencias agresivas de toda índole representan una parte considerable de las pulsiones humanas. Manifiestan en parte un carácter reactivo, constituyen la respuesta a las frustraciones y tienen como objetivo la superación de las frustraciones.

La discusión sobre la agresividad ilustra bien la diferencia del punto de vista entre la mayoría de los socio antropólogos y los psicoanalistas. Para éstos últimos, la agresión es un instinto primario, unido al terreno biológico y que lo expresa.

Es fácil comprender que la agresividad está habitualmente canalizada, desviada o reprimida.

Canalizada: es la utilización habitual que los grupos proponen: trabajo, ambición, etc. En ejemplo de la sublimación de la agresividad es el deseo de curar, raíz frecuente de la vocación médica. Desviada como en los comportamientos proyectivos: constitución de un enemigo o de una cabeza de turco. O también en forma de ritos o de mitos, como la creencia en los espíritus malos, en la vuelta de los muertos o en malos objetos encargados de incorporar el mal.

Reprimida: múltiples conductas se encargan de reprimir la agresividad, como las conductas de lucha contra el prestigio, contra el espíritu de competición o

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de dominación. Se le pueden aproximar los comportamientos de lucha contra el espíritu de propiedad. Muchas conductas sociales generalizadas, que van de la institución jurídica o de la ritualización religiosa hasta las costumbres de la "buena educación" no son otra cosa que precauciones tomadas por los grupos contra la agresividad individual, desaprobada, temida y reprimida: papel social de la piedad, de la cortesía, de la "bondad", o también de la actividad, de la curiosidad, inquietud por la eficacia. Así se revela la capacidad cultural de la agresividad dirigida contra los otros. (Interpretación propia de los culturistas con influencia del psicoanálisis).

Todo individuo se desenvuelve, pues, con una reserva de agresión, un trasfondo de hostilidad, cuyas frustraciones orales nos aporta la imagen más global, en forma de agresividad más directa. Los estadios ulteriores del desarrollo modelan las tendencias agresivas más elaboradas, más precisas y más complicadas. Toda cultura debe enfrentarse con este problema. Debe debilitar la agresión y utilizarla.

Todos sabemos que los niños deben ser introducidos en la cultura y para ello los adultos debemos desarrollar mecanismo psicológicos importantes que ayuden a dominar las pulsiones instintivas básicas. Los padres maltratadores también persiguen esta meta, pero con exagerados ataques punitivos que expresan demasiado temprano en la vida del niño.

La falta o el debilitamiento de la identidad en los padres deja en el desarrollo de los hijos una experiencia de vacío existencial: ¿quién soy? ¿Qué esperan de mí? ¿Me aman? ¿Me ignoran? ¿Molesto? ¿Soy una carga? ¿Por mi culpa están tan mal y tan preocupados? ¿Cuándo tengo que hablar....callar...huir? ¿Quién es mi padre? ¿Quién es mi madre?

Éste vacío de valores, de límites, de respuestas, favorece el descontrol. "La autoridad parental que funciona como continente y organizador de ansiedades e inseguridades de las personas en crecimiento y que evita los desbordes" (Dra. Barbieri) está reemplazada por despotismo o amiguismos. Los hijos experimentan el vacío del orden necesario para "la tranquilidad en el orden" (Paz; San Agustín).

"La gran enfermedad de nuestra época es la falta de rumbo, el hastío y la falta de sentido y finalidad" (Frankl, Viktor)

La familia necesita ayuda.- Los padres transmiten valores, la sana y necesaria tensión de sus propios proyectos de vida condicionados por influencias sociales graves y amenazantes: la seducción de "la evasión" como modo de estar más cómodo en medio de los problemas cotidianos (desempleo, miseria, obstáculos graves para acceder a una educación y capacitación imprescindibles, éxito de los deshonestos, humillación de quienes intentan practicar la virtud, manipulación de la conciencia por medios ilegítimos como recursos subliminales en los medios de comunicación, falta de vivienda, hacinamiento, promiscuidad, contenidos pedagógicos que sustentan la doble moral, confusión de valores).

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¿Qué sucede con el aumento de los problemas que acucian a las familias y el debilitamiento de éstas para soportar los embates? Tal vez también un debilitamiento en la continuidad de las iniciativas para acudir en su auxilio. Tal vez hoy sea una oportunidad nueva para responder al Llamado, Buscar soluciones y favorecer sin desánimo, integrando aportes varios, el Encuentro en cada hogar, anticipo motivados para el ENCUENTRO en el atardecer de la vida, cuando seamos examinados en el auténtico amor.

La diferencia más interesante, por lo que se refiere a ¿cómo llega el hombre, el hombre medio de hoy, que se caracteriza -por no decir que está marcado- por los síntomas neuróticos de la humanidad actual, a caer en un modo de pensar colectivista? Esto se debe, sobre todo, a que le tiene miedo a la responsabilidad, y ésta es siempre muy personal. Ha sido de nuevo en la guerra, en las tropas, donde el hombre ha aprendido, ha tenido que aprender a dejarse llevar, a dejarse arrastrar, tal como suelen expresarse tales personas. En estas situaciones lo que importa es no llamar la atención por nada, pasar desapercibido cueste lo que cueste, integrarse en la masa. Hoy se mantiene todavía esta actitud. Pero ¿qué se hace realmente? No se introduce uno en la masa, sino que se hunde en ella, se renuncia a sí mismo como persona.

Porque -y esto no debemos olvidarlo nunca- la masa es impersonal. Y solo las personas tienen libertad y responsabilidad. Por ello, solo las personas, debido a sus decisiones libres a sus actos responsables, pueden ser culpables o tener méritos. Un grupo impersonal nunca pude ser culpable, y no existe, por tanto, nada parecido a la culpabilidad colectiva. Quien juzga de forma global, colectiva, o quien condena a una colectividad, solo busca su comodidad, e intenta, sobre todo, eximirse a sí mismo de la responsabilidad que va unida a todos los juicios o condenas.

Einstein acertó a decir :"El problema es el corazón del hombre".

Preguntémonos ahora cuánto se han propagado estos síntomas de la neurosis colectiva. Yo propuse en cierta ocasión a mis colaboradores realizar a tal efecto una prueba con personas que no eran neuróticas en el estricto sentido clínico de la palabra, para lo que se utilizaron los tests más modernos. La pregunta relacionada con el primer síntoma, es decir, con la actitud provisional ante la existencia, era : "¿Cree usted que no hay que organizar el futuro porque va a estallar la bomba atómica y nada tiene entonces sentido?" La pregunta sobre el segundo síntoma, esto es, la actitud fatalista ante la vida, decía: "¿Piensa usted que el hombre no es al fin y al cabo nada más que un juguete a merced de las fuerzas y poderes exteriores e interiores?" En relación con el síntoma del pensamiento colectivista les preguntamos: "¿Cree usted que lo más importante es no llamar la atención?" Y por último, esta pregunta capciosa -tengo que admitirlo- sobre el fanatismo: "¿Cree usted que una persona que quiere lo mejor está autorizada a utilizar cualquier medio que le parezca adecuado?" A

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través de este test se pudo comprobar que entre las personas examinadas solo una estaba libre de los cuatro síntomas de la neurosis colectiva, mientras que más de la mitad presentaban al menos tres de los cuatro síntomas.

Sabemos que no solo un conflicto psíquico, sino también uno espiritual, por ejemplo, un conflicto de conciencia, puede provocar una neurosis. Se comprende así que la persona que es capaz de tener un conflicto de conciencia está inmunizada contra el fanatismo, contra la neurosis colectiva. Y, a la inversa, si alguien que sufre una neurosis colectiva, por ejemplo, un político fanático, es capaz de escuchar la voz de su conciencia y de dejarse influir por ella, entonces puede superar también su neurosis colectiva.

 Estas reflexiones parten de una experiencia personal: el conocimiento de un enfermo alcohólico y la recuperación del mismo, con un ingreso de la comunidad de los AA y a su programa.

Lo llamaremos Mario, de edad cercana a los 50 años, profesional, separado de su esposa y de su hija desde los 10 años anteriores, con una historia de alcoholismo que comienza alrededor de los 18 años y continua hasta esa edad.

Los intentos por dejar el alcohol fueron en vano; ni médicos, si psicoterapia, ni internaciones pudieron con el flagelo.

El alcohol le gano todas las batallas. Mario perdió su familia, amigos posibilidades de realizarse profesionalmente, perdió su dignidad como persona. Fue lentamente, refugiándose en sus propios pensamientos racionalizándose. Sobre la vida y las personas; se sentó con una botella, en la platea del escenario de la vida a mirar como otros crecían, creaban, amaban, lloraban, eran protagonistas.

Su fuerte orgullo lo auto justificaba en el sentirse diferente al resto, en no ser comprendido. No encontraba su lugar.

El alcohol lo anestesiaba y le creaba un remedio ilusorio, alejado de la realidad. El se sentía diferente, se sentía superior.

Hasta que el alcohol lo tumbo y se hizo la luz luego de las tinieblas Mario ingreso a A.A. Inicio con terapia grupal.

Con asombro, Mario dejo de beber el 1er día, hasta la fecha. Han pasado ya casi 10 años. El sigue concurriendo a la comunidad y recuperándose.

¿Qué opero al cambiar?

El programa a través del grupo, le propuso la aceptación de la derrota frente al alcohol.

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Los compañeros compartieron con el que el alcoholismo es una enfermedad (ya aceptado por la OMS) que causa con una obsesión mental, que el alcohólico cuando ingiere el 1er vaso de alcohol no puede parar.

Le dijeron que hay además una dependencia física (ellos la llaman alergia, o factor por como ahora se descifra a los últimos estudios celulares realizados en varios pacientes del mundo) que es una enfermedad del alma y que detrás de la copa, hay graves trastornos de conducta que son los que un alcohólico tiene que revisar y encarar para poder recuperarse y mantenerse sobrio.

También le dijeron, que es una enfermedad progresiva, que lleva graves trastornos físicos y mentales, la locura y la muerte.

Le mostraron la debilidad extrema de sus actuales circunstancias, el estar desnudo ante la existencia y también le propusieron que le pida a su Poder Superior que le ayude.

En el grupo le dijeron que él no era culpable de tener una enfermedad pero si responsable de su recuperación.

Compartieron que también ellos llegaron un día al grupo llenos de temores, dudas, sufrimiento, que lo comprendían y que estaban dispuestos a ayudarlo, si él quería, que la decisión era de él.

Solo hacía falta su "Buena VOLUNTAD " si le hubieran dicho que su fuerza de voluntad era necesaria dice Mario que se hubiera ido. Ya había probado con fuerza de voluntad. No podía. El alcohol podía más.

Mario dejo de luchar contra el alcohol. Mario dejo de sufrir inútilmente. En la aceptación de la derrota, estaba su victoria. V de actitud.

En esta 1ª etapa el comenta que lo más importante fue aprender a escuchar a sus iguales las experiencias, como lo habían logrado. Pudo, poco a poco descubrir que los otros no eran sus enemigos, eran sus iguales que le transmitían la sabiduría del camino recorrido. Y se lo daban gratuitamente.

Con el tiempo, el comenzó a hacer lo mismo con compañeros recién llegados.

Mario comenzó a valorar al otro a través del grupo.

Empezó a ser protagonista de su vida y su vida se lleno de sentido.

El grupo le insistió mucho con los cambios, cambios de actitud, revisión de aspectos de carácter.

Descubrió que debajo de su alcoholismo estaba una filosofía de vida basada en la fuerza de Voluntad y la autosuficiencia. No había ese Poder Superior en sus planes.

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Que su egocentrismo y su soberbia eran lo que lo distanciaban del mundo y de los otros., que su orgullo intentaba autojustificar con racionalizaciones las dificultades personales, y adjudicarles la responsabilidad a otros que estaban enfermos de sus sentimientos y su alma.

El programa le propuso accionar. Volver a trabajar, ayudar a los compañeros, estar en actitud de servicio ante la vida. Y a partir del grupo, el salió a la vida. Sigue ante la vida. Buscando nuevas respuestas, tratando de seguir moderando sus defectos de carácter. Profundizando la religiosidad que ha ido descubriendo en si mismo, aceptando al otro como único e irrepetible, aprendiendo del sufrimiento. Ahora sabe, que fue necesario para él, la noche oscura, para poder comenzar a ver la luz y porque es un programa logoterapéutico.

1) Para producir el cambio, el alcohólico tiene que aceptar la incurabilidad de su enfermedad. Aceptar lo que no puede cambiar. Valores de actitud. Tomar conciencia responsable ante la vida. Su decisión es única.

2) Ponerse en acción: trabajo, estudio, actividad física, familia, amigos.

3) Recibir la experiencia de otros. Descubrir el asombro ante la vida y ante el otro aprender a escuchar, respetar y agradecer en el orden y la ley.

Ubicarse en la sociedad y en el mundo como uno más que aprende de otro y a través de este, se re-conoce y re-evalúa, resolver la capacidad del pensamiento y la voluntad para encajar sus tendencias mas desajustadas. el orgullo, la soberbia, la lujuria, la pereza, la ira, etc.

A través de la dinámica grupal, mostrar los impulsos, aprender a esperar. Encontrar a partir 1º de los otros, respuestas más adecuadas frente a las dificultades. Practicar y ejercitar las virtudes.

3) Descubrir su parte espiritual: saber que la vida de cada ser humano es un servicio y una misión, que el sufrimiento vivido lo enaltece y lo capacita para razonar con otros. No es una condena, ni un capricho del destino. Aceptarlo y asumirlo como propio, y como parte del plan de vida para conocerlo. Reforzar los valores del espíritu, iluminarse con los valores del espíritu en lugar de los valores del ego.

El último paso del programa de AA postula para el alcohólico que lo transita una vida útil y feliz.

 

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CONCLUSIONES

Para Viktor Frankl era muy importante tomar en cuenta el aspecto espiritual para que el hombre pueda trascender, no es que tenga tanto que ver con Dios o no Dios, sino más bien en ese sentido de conciencia, de valores por los que se rige el ser humano y el reconocer que hay un poder superior que es el que nos guía y que nos ha proporcionado todo lo que somos, lo que poseemos y que hacia allá vamos a volver al enfrentar la muerte, que como él dice, es así solamente que el hombre está acabado, en la muerte.

Como psicoterapeutas, nos tocará acompañar a nuestros pacientes a que descubran el sentido de su existencia, respetándolo en los tres planos: físico, psíquico y espiritual, enseñándole que es su responsabilidad cualquier cosa que haga o deje de hacer, que cualquiera que sea la decisión que tome (acción o inacción) todo tiene sus consecuencias, y en este sentido de responsabilidad es como debe aprender a usar su libertad para luego observar como trasciende.

Cuando tenemos claro el sentido que debemos darle a nuestras vidas, podemos precisar metas, éstas consolidarán nuestro sentido de vida dando a su vez un sentido al vivir; ahora bien, es la voluntad quien orientará directamente la capacidad de decisión interior para perseverar por las metas a alcanzar, ya que será la que nos convenza intrínsecamente de gastarnos por lograr nuestro objetivo.

El hecho de proponernos metas, nos responsabiliza, motiva e impulsa a cumplirlas y al momento de decidir hacerlo, estamos poniendo en práctica el sentido más puro de la razón puesto que para decidir, debemos analizar y buscar en lo más profundo de nuestro ser para ejercer la acción y perseverar para que ésta no termine en fracaso, por esto, el hecho de trascender, aparte de comenzar a conocer lo desconocido, también nos induce a ir más allá, a insistir y razonar con detenimiento el logro que se quiere obtener.

Esta nueva visión, aclara enfáticamente que el hombre se realiza así mismo cuando trasciende su personalidad y se entrega a una meta que está por encima de él. Así pues el hombre no puede no buscar el sentido de su vida; y de aquí se origina la voluntad de sentido que es la que nos lleva a buscar y vivir plenamente la vida; si encontramos ese sentido, somos capaces de dar la vida por él y entonces llegamos a ser felices.

Así pues, que debemos ser objetivos al momento de actuar, tomando en cuenta nuestros valores, la conciencia, nuestra inclinación hacia la felicidad y lo correcto, para que dentro de nuestra libertad podamos escoger el sentido de nuestra vida, y poder decir con propiedad que cada individuo tiene la capacidad de forjar y escoger su libertad de sentido. VIDEO

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BIBLIOGRAFIA:

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