Verdes estaban los trigosVerdes estaban los trigos

en los balcones del albaen los balcones del alba

cuando María tomócuando María tomó

la senda de la montaña.la senda de la montaña.

Feliz por ser agraciada

con un hijo en las entrañas,

allí vivía Isabel

con su esposo, en Ain Karén.

Avanzaba el mes de abril,

cuando cantan los jilgueros

y se estremece el jardín

en azahar de limoneros.

Con gran cariño se abrazan

las dos benditas mujeres

regocijadas sus almas

entre un rumor de claveles.

¡Bendita porque has creído!,

fue el saludo de Isabel,

y se alzó un clamor festivo

en la tierra de Israel.

¡Bendita porque has creído!,

dice de nuevo y Isabel,

y María ha respondido

cantando al Dios de Israel.

En la tierra de IsraelEn la tierra de Israel

Verdes estaban los trigosVerdes estaban los trigosen los balcones del albaen los balcones del albacuando María tomócuando María tomóla senda de la montaña.la senda de la montaña.

Feliz por ser agraciadaFeliz por ser agraciadacon un hijo en las entrañas,con un hijo en las entrañas,allí vivía Isabelallí vivía Isabelcon su esposo, en Ain Karén.con su esposo, en Ain Karén.

Avanzaba el mes de abril, Avanzaba el mes de abril, cuando cantan los jilgueros cuando cantan los jilgueros y se estremece el jardíny se estremece el jardínen azahar de limoneros.en azahar de limoneros.

Con gran cariño se abrazanCon gran cariño se abrazanlas dos benditas mujereslas dos benditas mujeresregocijadas sus almasregocijadas sus almasentre un rumor de claveles.entre un rumor de claveles. Juan Manuel del R

ío

¡Bendita porque has creído!,¡Bendita porque has creído!,fue el saludo de Isabel,fue el saludo de Isabel,y se alzó un clamor festivoy se alzó un clamor festivoen la tierra de Israel.en la tierra de Israel.

¡Bendita porque has creído!, dice de nuevo y Isabel,y María ha respondidocantando al Dios de Israel.