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I Ut-.1VERSlDAD MILITAR "N"UEVA GRANADA" ISSN 0120-9949 íNVESTIGACION y DESARROLLO SOCIAL -t.N (,. Investigación Bogotá Vo.I1 No. ¡ pp.60 Enero-Abril ISSN .. rrollo Social Colombia 1991 0120-9949 ------- - ../

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I

Ut-.1VERSlDAD MILITAR "N"UEVA GRANADA" ISSN 0120-9949

íNVESTIGACION y DESARROLLO

SOCIAL

-t.N (,. Investigación Bogotá Vo.I1 No. ¡ pp.60

Enero-Abril ISSN .. rrollo Social Colombia 1991 0120-9949

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UNIVERSIDAD MILITAR "NUEVA GRANADA"

SERVIR A LA PATRIA A TRA VES DE LA CIENCIA, LA TECNOLOGIA y LA CULTURA

INVESTIGACION y DESARROLLO

SOCIAL

Bogotá, O.E., Colombia

INVESTIGACION y DESARROLLO SOCIAL

Organo de Divulgación Científica de la Universidad Militar Nueva Granada

Dirección y Redacción: Carreta 11 No. 101-80, Bogotá, D.E. Tel. 21 S 1 S 11 Ex t. 248 - 251

ENERO - ABRIL 1991, Vo. 11, No. 1

Autoridades Universitarias

Rector Vicerrector General Vicerrector Académico Vicerrector Administrativo

Director de la Revilita

Consejo de Redacción:

Asesor Investigaciones CienHficas

Director Centro de Investigaciones Facultad de Ciencias Económicas

Director Centro de Investigaciones Facultad de Derecho

Director Centro de Investigaciones Facultad de Ingeniería

Director Centro de Investigaciones Facultad de Medicina

Bibliotecóloga

General Jesús Armando Arias Cabrales co. Augusto Pradilla Giralda CN (r) Arturo Piedrahita Manriqúe CO (r) Ramiro Valencia Aristizábal

Or. Pedro Pablo Pelia Matra Asesor de InvestígacionesCientífic3!i

Dr. Gustavo Guerreru

Eco. Jaime Mora M.

Dc Alvaro Mendoza Palomino

Lic. Alicia Torres Muñoz

Dr. Alfredo Ardila

Lic. Nelly Acevcdo González

Diagramación e Impresión: Editorial KimprelS Ltda.

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IN DICE

Editorial. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 5

Ciencia y Filosofía. Martln Carlos Morales Flórez

1. El concepto clásico de Ciencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 7 ') ..... El concepto moderno de Ciencia ................................... 9

3. Ciencia de la Ciencia y Mctateoría de la Ciencia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 11 4. Ciencia de la Ciencia y Teor(a del Conocimiento ....................... 15 5. Ciencia y Reflexión Filosófica ......... '. ......................... 18

Heurística, Descubrimiento e Invención. Fernando Suárez T.

l. Sohre la enseñanza de la Heurística ............... . ............... 21

2. Heurística y Creatividad .......................................... 22

Etica del Gobernante. Pedro Pablo Peña Molta

1. Etica del Gobernante, según Maquiavelo ............................. 26

2. El Gohernante moderno, según la recta moral ......................... 31

L1 Tecnolog(a Espacial Francesa, al servicio de Colombia.

l. Programas de tecnología de punta .................................. 33

2. Un ángel que llega del espacio ..................................... 33

Altos estudios de Historia y Geoestrategia. General Hernando Currea Cubides

l. El s. XX, época de vértigo .................. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 35

2. Permanente evolución 36 3. Preparación de hombres ......................................... , 36

El Estudio a Distancia y la formación de profesionales idóneos. Miguel Reyes G.

1. Prejuicios de una educación que no es "de segunda" .................... 38 2. Antecedentes .................................................. 39

3. Conceptos ................................. , ................... 42

Los conflictos económicos en el Sector Público. Claudia P. Cruz M.

l. Mejoramiento de salarios ......................................... 44

2. Unificación dd tratamiento sindical ................................ , 47

3. Incompatibilidad de los miembros de las Juntas Directivas de los Sindicatos ................................................. , 49

4. Creación de una Legislación especial del Derecho Colectivo de los empleados públicos .......................................... , 50

Reseñas de Trabajos de Investigación ................................. " 53

El Rector de la Universidad, Genera/JESUS ARMANDO ARIAS CABRA­LES, hace entrega del escudo de la Universidad al c;entffico francés Geheral YVES SALKIN, quien colaboró con el Centro de EstudiOs Histqricos y Geoestratégicos de la Universidad en el perfeccionamiento del plan ciJrrici/­lar para el postgrado en Geopolítica.

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Editorial

"INVESTIGACION y DESARROLLO SOCIAL ", órgano de divulgación cientifi­ca de la Universidad Militar Nueva Granada, con la edición del presente número abre sus páginas al volumen 1/.

La Dirección de la revista reitera y reafirma las aspiraciones y propósitos formula­dos en su editorial, cuando por vez primera apareció en público, en mayo de 1988: "Servir de est(mulo a los investigadores para difundir el resultado de su trabajo, llevar la información del avaizce cient(f'ico y tecnológico a los docentes y estudian­tes de la Universidad. alianzar su carácter de interdisciplinariedad para publicar lodo aquello que prodUzcan los Centros de In)!estigación de las Facultades de Ciencias Económicas, Derecho. Ingenierla Ci)!il )' Escuela Militar de Medicina e impulsar la elUilsüín elel conocimiento nacional e internacional con espz'ritu cienti­fico",

En cumplimiento de este objetivo la repista dispone de una nuc)!a sección para dar cahida a las reseñas de trahajos de ül)Iestigación o informes de los respectivo,l' apan­ces investigativos sobre el desarrollo de proyectos que adelanten las respectivas Facultades. Este número publica seis resCflas de im'estígaciones realizadas en la Facultad de Ingenierla Civil y las conclusiones de un trabajo de jfll!estigación de la facultad de Derecho.

SigUiendo las Directrices generales para el desarrollo de la Institución durante los años J 991-1993. la revista propenderá por a/lanzar la identidad de la Univasidad en el personal académico yen el aluml/ado, teniendo en cuenta la rnisión de la Institución [rellte a las Fuerzas Armadas y al pals, incrementando una actitud cienl/l1ca y una práctica ifll'estigativa para j(Jrtalecer un esplritu cient(f'ico en el proceso de formaci6n profesiollal, haciendo particular énfasis en las polfticas de in I'estigación: . .

J. Estimular un ambiente de investigación ciellt/fica, teniendo en cuenta los do­centes como prinCipales impulsadores y los estudiantes como principales ejecutores.

i 2. Ejecutar la investigacióncomo UJIQ de las funciones centrales de la Uni)!ersidad, generalldo el desarrollo académico, tanto en programas de pregrado como de postgrado. y soporte de los ser)Jicios de extensión a la comunidad.

3. Las Facultades deben ser impulsoras, plallificadoras y ejecutoras de la investi­gación el! sus disciplinas respectivas, dentro del Ministerio de Defensa y en sus áreas de illf7uCllcía Cl1 colaboración COII instituciones de excelencia académica e investigatim, nacionales e internaciol1ales,

4. t.'5Iab/ccer.\' desarrollar cOIlJ!enios de cooperación con instituciones de exce-Icncia académica e investigativa naciol/ales e intemacionales.

CO/lseCuel1!fs COIl la misión 'de la UlliJ'ersidad, servir a la Patria a través de la cien­cia. la tecnología y la cultura. larevista ofrece sus pdginas primordialmente a docen­tes, i/lvestigadores cíel1tificos y tecnólogos de la Institución para que l'iertan en

f ella sus COf/ocirnientos y objetil!icell su saber y su cultura.

Investi~¡ldón y D.:sarrollo Sodal. Bogotá (Co1.) Vo. 11 No, 1 Enero· Abril- 1991 5

CIENCIA Y FILOSOFIA *

Anunciábamos en nuestro articulo anterior, un pos­terior estudio acerca de cómo lIe ronlideran hoy día tal! relaciones entre Ciencia y FUollOfia; empezando por precisar un poco más el concepto moderno y contemporáneo de Ciencia, que aDí IlOr.tnente esbo­zábamos.

Martín CarlOlt Morales Flórez, FSC**

Tampoco aquí pretendemos ser pro­piamente originales, ni presentar una teoría personal respecto al problema, sino solamente sintetizar -casi que es­tractar, con fines didácticos- algunas de las insospechadas y complejas ideas que

hoy se debaten sobre el tema, en el mun­do filosófico y científico. Tomaremos para ello, como hilo conductor, la pre­sentación que hace del tema el muy eru­dito y profundo filósofo católico alemán, Hans Michacl Baumgartner, en el Tomo I

6

... El lector encuentra la primera parte de este estudio científico, bajo el titulo Ciencia y Fílosofz"a, en Investigación y Desarrollo Social, Vol. 1. No. 5, Mayo-Agosto 1990, p. 296 Y ss.

** Fundador de la Universidad de La Salle, Bogotá; Decano de Filosofía y Profesor Eméri­to de la misma. Licenciado en Letras y Doctorado en Filosofía, Universidad Católica de LlLLE (Francia). Autor de varias obras, entre las cuales figuran: Curso de Historia de Colombia; Curso de lógica para bachillerato; Introducción a una filosofla de la educa-ción; La pobreza en Colombia: y en preparación, cuatro volúmenes de una obra sobre la ... " Introducción al pensamiento de Maurice Blonde!. •

Investigación y Desarrollo Social, Bogotá (Col.) Vo. IJ lila. J Enero - Abrjl· 1991

f

de la Obra "Conceptos Fundamentales de Filosofía", publicado en traducción española por la Editorial Herder.

Hay que anotar que de la copiosa y valiosísima bibliografía que allí se ofrece sobre el tema, la casi totalidad de las obras han sido escritas en alemán y que, para infortunio nuestro (consecuencia acaso de nuestro subdesarrollo cultura!), son poquísimas hasta ahora las que han sido traducidas al español. Yo mismo he querido -para orientar tal vez a algu· nos lectores- traducir al menos los titu­los de las obras que presentan un interés muy especial.

1. EL CONCEPTO CLASICO DE CIENCIA

La noción de saber científico en una perspectiva histórica -dice Baumgart­ner- es producto y resultado del pensa­miento filosófico que intenta su propia definición. Por ser de igual origen que el concepto de filosofía, el concepto de . "ciencia" pertenece a las nociones funda­mentales de la reflexión filosófica. El concepto de ciencia brota de la intención de dilucidar qué es filosofía y lograr un deslinde respecto al mundo de 10 viviente que se proyecta en el mito.

Desde sus comienzos la filosofía se entendió como epistéme (ciencia). Pero a la vez, ya en su primera fase, se deslindó, frente a la ciencia, como algo subordina­do a ella, Sin embargo, la ciencia sigue siendo un concepto fundamental de la filosofía, en cuanto aquella, como "conocimiento a partir de principios" (cognitio ex principiis), posibilita el desa· rrollo necesario de lo conocido en la intuición filosófica. Tal subordinación, que implica un primer distanciamiento y diferenciación, pone en marcha un pro­ceso de separación y emancipación de la ciencia. el cual tiene como consecuencia la transformación de su identidad origi-

naria en una diferencia radical en tre la ·filosofía y la ciencia.

El término de este proceso se presen· ta a la vez, como el final del carácter científico de la filosofía misma. Por eso cabe preguntar si hoy la ciencia puede considerarse todavía como un concepto fundamental filosófico, o bien, en la perspectiva de la ciencia moderna, la filosofía ha de verse precisamente como reliquia de aquella forma de saber en que la filosofía se fundamentó originariamen­te con la noción episteme; como resto del mito, de la fe, o de cualquier espeCie de concepción del mundo.

Parece que la ciencia ya no es un concepto fundamental de la propia retle­xión y definición de la filosoffa, sino que, por el contrario, la filosofía es un estadio previo, históricamente condicio­nado, de la ciencia; e~tadio qUl' está superado y abandonado tiempo ha por el hecho de haberse hecho autónoma la ciencia moderna .

La pretensión de la fílosofía de ser a la vez fundamento y lugar lógico de la reflexión científica, parece de todos mo­dos que en principio se ve cuestionada por la autointeligencia de las ciencias que se ha desarrollado en la edad moderna.

Por eso la pregunta, nunca esclareci­da, por la relación problemática entre filosofía y ciencia, ha de cerciorarse de una noción de ciencia que sea adecuada al estado actual del problema. Tal cercio­ramiento incluye un estudio del origen histórico del concepto de ciencia y del cambio de su significación histórica; así como un análisis de las discusiones actua­les y de sus posibilidades de construir un concepto cientlfico de ciencia.

La posición de una ciencia de la ciencia, en cuanto se ha introducido en el lugar de una reflexión filosófica del

Investigación y Desarrollo Social. Bogotá (Col.) Vo. 11 No. I Enero· Abril· J 99J 7

saber científico, consuma así, en el terre­no teórico, el proceso de emancipación de la ciencia respecto de la filosofía. En lugar de la pregunta topológica por el lugar de la ciencia en el campo total del saber filosófico, aparece el problema de si la reflexi6n filosófica en general puede tener todavía un lugar en la autointelí­gencia actual de la ciencia. La respuesta dependerá de si el concepto general de ciencia desarrollado por la ciencia de la investigación contiene ya en sí mismo o no, una reflexión filosófica y de qué manera.

En la perspectiva histórica d e las ideas, el proceso por el que las ciencias emigran de la filosofía puede describirse, en forma ideal tfpica, como un proceso de transformación de la concepción clási­ca de la ciencia, fundada por Aristóteles, en la idea moderna de ciencia como un sistema hipotético-deductivo de enuncia­dos. Alwin Diemer (en su obra "El concepto de ciencia en el contexto histó­rico y sistemático", aSí como en "La teoría de la ciencia entre la concepción clásica y la moderna") intentó esbozar los múltiples aspectos del cambio de significación con las expresiones "positi­vación, desmetafisicación, autonomía, operacionalización, problematización, condicionalización, hipotetización, pro­posicionalización, intersubjetivización y teoretización abstracta".

En su ENea a Nieómaeo, Aristóteles había desarrollado un frondoso sistema de actitudes espirituales e intelectuales, en el cual, fren te a la imagen de los sectores lineales descrita por Platón, en la República, el comportamiento teoré· tico de la episteme (ciencia) queda subordinado a las formas de comporta­miento intelectual del nous (intelecto) y de la soffa (sabiduría). Mientras que el intelecto y la sabiduría, como saber su­premo, representan una intuición inme~ diata de lo absoluto, de los axiomas o

principios de todo saber, la episteme o ciencia es definida como "el hábito de demostrar lo universal 'Y lo necesario".

Esta idea de ciencia se mantiene has~ ta el tiempo del idealismo 'alemán, para el que todavía el conocimiento científico es conocimiento por principios. De todos modos,. por ejemplQ; para Fiohte, tanto el "conocimiento de los principios!' co­mo el "conocimiento a partir de princi­pios" era un mismo conocimiento cientí­fico y a la vez filosófico. Más clara era la relación jerárquica entre filosofía y ciencia en la tradición medieval (por ejemplo, en Santo Tomás), que distingue más estrictamente la seienlia como cono­cimiento a partir de principios ( cogllitio ex principiis) o como "razón discursiva"; y el intelleetus o sapien tia , entendidos como conocimiento de los principios (eognitio prineipiorum). Por eso, en opo~ sición a la filosofía en sentido estricto, la ciencia tiene siempre un -carácter media~ to y no de evidencia inmediata. Además, la ciencia de tipo clásico, orientada hacia lo general y necesario, no tiene como objeto lo particular y perecedero, dado en la percepción, en la experiencia y:en la historia: "lo singular no es ciencia", decía, con muchos otros, Dunsio Escoto.

Pero, cuando en la tradición nomina­lista y empírica de la doctrina de la cien­cia -en virtud del esta tus cambiado de lo universal- . la percepción, la experiencia y después también la historia se convier­ten en un momento constitutivo del saber científico, con ello también cambia decisivamente la idea de la ciencia misma. La diferencia entre ciencia, por una parte, y percepción, experiencia, historia, por otra, determina pues. esencialmente la concepción clásica del saber. Frente a esto) la propia distinción de episteme, frente' a doxa (opinión,· conjetura, creencia) y a pistis (fe), caracteriza la diferencia entre ciencia, opinión y fe; y permanece como una invariante a tra-

8 Investigación y Desarrollo Social, Bogotá (Col.) Vo.lI No. ) Enero· Abril· 1991

t

vés de todas las posibles concepciones de la ciencia. Pero, en lo referente a esta relación, la idea clásica de la ciencia se distingue de la moderna en que aquella pretende para la ciencia algo absoluta­mente seguro (la certeza), frente al más o menos de certeza y probabilidad en la parte de la opinión y la fe.

La ciencia en sentido clásico se refie­re, en principio, a estructuras inmutables y eternas, a axiomas y principios inme­diatamente evidentes, a una esencia uni­versal, que se explica claramente por la intución de la razón y la comprensión racional, y en que se basa la verdad de todos los enunciados deducidos. La ciencia se presenta así como un conjunto de verdades fundamentales por princi­pios últimos, como un sistema categóri­co-deductivo cuya verdad y validez se fundan en la evidencia inmediata de los principios y en la evidencia lógica de la deducción a partir de esos principios.

En su formulación consumada -por ejemplo en la "Crítica de la Razón Pura" de Kant--- la ciencia clásica es un todo de conocimientos conexos, articulado siste­mática y arquitectónicamente, los cuales pueden deducirse con evidencia de prinCIpiOS inmediatamente evidentes. Aunque en e]]a no se conocen los princi­pios mismos como tales, sin embargo, la base de la verdad ex plicada por la ciencia es el principio puro, dado como quiera que sea a priori, y no la experiencia a posteriori.

2. EL CONCEPTO MODERNO DE CIENCIA

Esa noción clásica de la ciencia cam­bia en el proceso de transformación espi. ritual y social que se da en el tránsito de la edad media a la edad moderna. Se tra· ta de un proceso cuya complejidad ha sido puesta claramente de manifiesto por el trabajo de investigaciÓn de Hans Blumenberg, que invalida la ingenua

interpretación de la edad moderna hasta hoy vigente. Blumenberg ha hecho ese estudio especialmentee en dos obras famosas: "El giro copernicano" y "La legitimidad de la época moderna".

Esta complejidad del ingreso en la época moderna se caracteriza fundamen· talmente por: la crítica nominalista del conocimiento, la autoafirmación del hombre ante el absolutismo teológico, la curiosidad teórica, el interés por el domi· nio práctico de la naturaleza y la disputa cosmológica con respecto a la imagen del mundo aristotélico· medieval.

Iniciada y motivada por la aparición de las ciencias experimentales, orientadas instrumental y matemáticamente, se pro­duce una "mecanización de la imagen del mundo", que persigue el interés de la autonomía del hombre y por su parte desarrolla' y garantiza progresivamente esa autonomía. En la pe'rspectiva de una historia de la idea de la ciencia, este proceso puede describirse como una sin· guIar reorientación en lo que se refiere tanto a la base del saber científico como a su ámbito de validez. Preludios de esta reorientación se hallan sobre todo en el terreno de la práctica pedagógica y de sus estructuras que, en virtud de la insti· tucionalización del saber científico, en escuelas superiores y universidades, con· ducen a una exteriorización y objetiva­ción progresiva del saber científico, a la doctrinalización y operacioilalización. La ciencia que se presenta a alumnos como materia de aprendizaje, pasa cada vez más, de la erudición del maestro, al fondo objetivo de libro y bibliotecas.

Una vez que la crítica nominalista a los conceptos generales y al concepto de principio había destruído, en teoría del conocimiento, el concepto clásico de ciencia -con excepción de los principios lógicos, formalmente válidos-, la expe­riencia pasó a ser la base que dio el con­tenido del saber científico. A este respec·

Investigación y Desarrollo Social, Bogotá (CoL) Vo. II No. J Enero - Abril-] 99J 9

to cambió el carácter de validez de los enunciados generales científicos, cuya verdad ya no pudo demostrarse y garan­tizarse por deducción lógica •• a partir de principios; sino que, como enunciados con mera pretensión de verdad, queda­ron sometidos a la verificación en la ex­periencia. Con la reorientación de la base, cambia también la idea de la deduc­ción lógica a partir de conceptos genera­les; convirtiéndose en la idea de la expli­cación científica de lo especial, a partir de generalizaciones hipotéticas logradas a partir de la experiencia.

Esta reorientación de la idea de cien­cia fundamenta también el cambio de la "república de eruditos" -cerrada en sí hasta ahora- para dejar paso a la publici­dad científica de la investigación; y true­ca el esta tus del erudito en el del investi­gador. Con ello surge, al mismo tiempo, un ámbito cultural au tónomo de la ciencia, junto al arte, la religión y el esta­do, así como una diferenciación de las ciencias entre sí, ante la posible multipli­cidad de intereses de investigación y ante el enorme horizonte de temas investiga­bles que abre la experiencia.

La curiosidad teorética y el interés de autoafirmación del hombre funda­mentan y consuman, de esa manera, una nueva idea del saber científico; el cual, en su autointeligencia como ciencia experimental autónoma, manifiesta la autonomía del hombre, que se impone con éxito en la teoría del conocimiento, en la cosmología, en la sociedad y en la cultura.

Por eso, la moderna idea de la ciencia puede caracterizarse desde tres puntos de vista:

1. En la perspectiva antropológica. la ciencia moderna se presenta como

una actitud fundamental humana, que está fijada por los postulados de: la distancia neutral, la carencia de prejui-

cios, la libertad valorativa, la seriedad científica, la apertura para la crítica y la intersubjetividad.

2. Bajo la perspectiva formal-teorética, se establece la ciencia como un

"condicional sistema hipotético-deducti­va de enunciados ", cuya estructura de orden satisface al principio lógico de la deducción y cuya base está referida a la experiencia intersubjetivamente compro­bable (datos de los sentidos, enunciados protocolares ... ). La posible verdad de estos enunciados del sistema descansa en la verificación empírica y en la justifica­ción lógica; y su carácter de validez ya no es absoluto, sino solamente hipotéti­co.

3. En la perspectiva socio-cultural y material. la ciencia moderna se reali­

za como un ámbito autónomo de cultura multiformemente desplegada, como un denominador común de múltiples proce­sos de investigación, como una red de in­teracción de las instituciones sociales, como el conjunto de un tráfico de la ciencia entrelazado de múltiples maneras y con una multitud de disciplinas autó­nomas, cuyo aspecto común, en el mejor de los casos, se debe a la identidad de la estructura formal, y no ya a la unidad de un principio material.

Esos rasgos se prepararon por las circunstancias descritas, pero sólo se pu­sieron en obra de manera universal como consecuencia de la revolución industrial, guiada por la idea del dominio del hom­bre sobre la naturaleza; y a través de esa revolución, las ciencias y el saber técnica­mente aprovechable producido por ellas se han convertido tendencialmente en fuerzas de producción del crecimiento y progreso sociales. Los rasgos fundamen­tales mencionados, a partir del siglo XIX, determinan, casi en exclusiva, la autoin­teligencia del saber científico.

lO Investigación y Desarrollo Social. Bogotá (Col.) Vo. JI No. 1 Enero· Abril· J 991

Como consecuencia de su propia estructura, la ciencia moderna reclama para sí la pregunta por lo que ella es -por su esencia- como un problema que debe resolverse exclusivamente con sus propios medios científicos. La ciencia de la ciencia misma, que todavía en Fichte -bajo el título de "Doctrina de la Cien­cia"- sólo podía entenderse como filosofía trascendental del saber, es ahora exclusivamente tema de un proceso autó­nomo y complejo de investigación, es objeto de una disciplina propia: la cien­cia de la investigación o la ciencia de la ciencia.

3. CIENCIA DE LA CIENCIA Y METATEORIA DE LA CIENCIA

La pregunta por la relación entre filosofía y ciencia debe plantearse y abordarse, pues, como una pregunta por las posibilidades y los límites de una ciencia de la ciencia. ¿Cómo puede describirse el complejo proceso de inves­tigación de la ciencia de la ciencia o de la ciencia de la investigación? ¿Cómo se concibe más de cerca la ciencia como el objeto de ese proceso de investigación? ¿ Qué lugar corresponde a la reflexión fi­losófica, tanto en la ciencia misma, como en el ámbito de investigación de la cien­cia de la ciencia?

Hilo conductor de una respuesta a esa pregunta es la discusión actual sobre el tema de la ciencia, y sobre el posible cuestionamiento de una ciencia de la ciencia; cuyo contenido y explisividad están determinados por el hecho de que, a partir de la segunda guerra mundial, tanto la sobrevivencia política como la biológica de las sociedades industriales desarrolladas dependen, en medida creciente, del estado de la investigación científica, y ésta, como la fuerza decisi­va de producción, se ha hecho tema central de la planificación orientada políticamente.

Presupuesto más o menos explícito de todas estas reflexiones y preguntas es la tesis -compartida por la mayoría de los te6ricos- de que "los sujetos de la historia futura se constituirán, en gran parte, por su política en torno a la ciencia". Bajo este presupuesto no es de admirar que, no sólo la relación de inves­tigación de la ciencia y la filosofía, sino también -y sobre todo- la función de la filosofía en la sociedad, sean objeto de reflexión, bajo la perspectiva de la políti­ca de la ciencia, independientemente de su función especial respecto de las cien­cias. Estos aspectos los ha estudiado muy especialmente el Doctor Hermann Lubbe, en sus obras: "Aspectos políticos y científicos de la filosofía", "Característi­cas de la política alemana de la ciencia", y también en "Papel de la filosofía desde una perspectiva política de la ciencia".

El Doctor Spiegel-R6sing, en su libro "Desarrollo y orientacióh de la ciencia, Introducción y materiales para una inves­tigación de la ciencia", ha analizado la situación actual de la ciencia de la cien­cia, bajo el punto de vista de pregun tas de política de la ciencia y, a tal respecto, no s610 ha reunido la bibliografía corres­pondiente, sino que la ha discutido también, en su significación para el desa­rrollo y los enfoques de problemas de la investigación de la ciencia. En el prólogo fonnula el Doctor Peter Weingart el hilo conductor de esta investigación: "El principio fundamental de la investigación del saber debe ser el de resumir las diver­sas "competencias" de las ciencias parti­culares, de la filosofía, sociología y eco­nomía, así como de las ciencias políticas y organizatorias, y el de combinar en su análisis, la ciencia como un sistema lógi­co de enunciados en desarrollo, como un sistema social especial de la producción y reproducción del saber. y como un siste­ma parcial de la sociedad.

El desarrollo de la ciencia está deter­minado:

Investigación y Desarrollo Social, Bogotá (Col.) Vo. n No. 1 Enero - Abril- ] 99] ] ]

1. Por la lógica inmanente de evolución de las teorías, los métodos y los

resultados científicos;

2. Por las características de los hombres de ciencia, que son los que elaboran

teorías, métodos y resultados científicos;

3. Por la estructura y manera de funcio-namiento de la Comunidad Cientz1i­

ca ("Scientific Community") como grupo más estrecho de interacción y refe­rencia social, constituído por los científi­cos;

4. Por los diversos procesos de direc-ción de la ciencia, que tienen lugar

a diversos niveles, desde la dirección de un laboratorio de investigación, hasta la política nacional e internacional de la ciencia ... ; y

5. Por las condiciones sociales del contorno más amplio en que se desa­

rrolla la ciencia. Todo esto lo estudia el Doctor Spiegel-Rosing en la obra citada.

Bajo la perspectiva de una pregunta orientada hacia la política de la ciencia, la cual, naturalmente, ha de estar intere­sada por problemas de desarrollo y direc­ción de la ciencia,' resulta un concepto de ciencia que define.a ésta, simultánea­mente, como sistema de enunciados sometidos a una evolución inmanente; como tejido de interacción de una mul­tiplicidad de formas de actividad, y a la vez, como sistema en evolución de la so­ciedad, dirigido lo mismo interna que externamente. Por eso, Una pregunta orientada por la teoría del sistema comprueba la ramificación de la teoría de la ciencia enfocada hacia las discipli­nas tradicionales (filosofía de la ciencia, psicología de la ciencia, sociología de la ciencia, historia de la ciencia ... ), sin que en principio haya de descuidar los puntos de vista específicos mostrados por estas disciplinas. El actual interés

politico-cientffico por la dirección de la ciencia y sus condiciones, fundamenta el marco teorético de la actual ciencia de la ciencia, y determina la ciencia COll10

tema de artálisis teorico del sistema; la ciencia misma aparece aquí, ~te todo, como un complejo siStema total de diver­sos sistemas parciales. que se influyen rec{procamenfe.

Por eso, con el título de una meta~ ciencia, Gerard Radnitzky ha esbozado un modelo estructural de. procesos científicos de investigación, en el que se unen entre sí los siguientes momentos es­tructurales, a manera de un cibernético sistema circular de reglas, a saber: un grupo de investigadores. una·. estrategia de investigación, una investigación pro­piamente tal, un ámbito dcinvestigación, un sistema del saber élilborado, unas instancias de la mediación del saber, y unos grupos de la sociedad· que se intere­san por este saber o lo otilizan. El concepto de ciencia que aquí late es el de un sistema que produce sáber y que lo transmite y mejora, es decir, un sisten1a que está referido esencialmente al desa­rrollo del saber.

La mÚaciencia se entiende. en este contexto, como aquella investigación científica que reflexiona sobre las estruc­turas fundamentales del sistema de la ciencia, que refiere entre sí las múltiples y polifacéticas perspectivas contenidas en él (the many ways ollooking at scic1'l­ce) y así conti-ibuye al desarrollo y efectividad de los procesos ckl'ltí'ficos de investigación y de los sistemas del saber.

Con relación a la filosofía en general, la metaciencia ternatiza el influjo mutuo entre resultados científicos y esbozos de imágenes del mundo. Su relación con una filosofía de la ciencia, en conexión con las ciencias y la metaciencia, no sólo construye imágenes de la ciencia, que representan en forma simplificada el

12 Investigación y Desarrollo Social, Bogotá (Col.) Vo .. nNo. } Enero· Abril- 1991

respectivo estatus fáctico, sino que produce también esbozos ideales de la ciencia (tal como debe ser). Pero si la mdaciencia misma es una disciplina científica, que guiada por imágenes o ideales de ciencia, acumula saber sobre empresas científicas, comprueba sistemá­ticamente este saber, lo organiza y lo usa para la complementación o la corrección de las imágenes, consecuentemente está en estrecha relación de influjo mutuo con la filosofía de la ciencia; y se pone así de manifiesto que la metaciencia y la filosoffa tampoco en este caso concurren entre sí, sino que se da una referencia y una interrrelación entre ellas de múlti­ples maneras.

La rnetaciencia se presenta en este contexto como una empresa autónoma de investigación, que no sólo analiza todos los sistemas posibles del saber y los procesos de investigación, según su estructura de sistema, sino que a la vez fundamenta una topología de todos los posibles y razonables planteamientos de cuestiones a la ciencia, bajo la perspecti­va de Ul1 crecimiento de esta misma ciencia.

En el concepto de Radnitzky sobre una metaciencia se tiene suficientemente en cuenta la importancia de los teoremas filosóficos, en lo relativo a su función para el crecimiento de todo tipo de saber: científico; sin embargo, la ¡deade una relación mutua entre filosofía, meta­ciencia y ciencia permanece más o menos externa, de cara a la relacióo de funda­mentación entre ciencia y filosofía.

Mario Bunge, en su obra "Investiga­ción Científica", distingue entre external sciences e intemal sciences. con 10 cual el campo de trabajo de la teoría de la cien­cia comprende en conjunto seis discipli­nas, a saber: tres ciencias de ciencias empíricas de hechos Oa psicología de la ciencia. la sociología de la ciencia y la historia de las ciencias), y tres metaCÍen-

cias de ciencias (la lógica de la ciencia, la metodología de la ciencia y la filosofía de las ciencias). Mientras que las mencio­nadas ciencias de hechos presuponen , como dados y no problemáticos el senti­do, la validez y los métodos de las cien­cias y los procesos de investigación exis­tentes, las metaciencias reflexionan sobre la estructura interna del saber científico mismo.

La lógica de la ciencia, la metodolo­gía de la ciencia y la filosofía de la cien­cia son las tres disciplinas fundamentales -que se hallan en una relación reciproca de constitución- ds una teoría general de la cien da, la cual comprende a la vez el procedimien to analítico de investiga­ción (lógico-metodológico, sintáctico­semántico) y el no analítico (hermenéu­tico y teorético-cognoscitivo). La fun­dón de la teoría general de la ciencia consiste en desarrollar métodos para comprobilr, de cara a su' "cientificidad", complejos de enunciados que se propo­nen con pretensión de ciencia. Según esto, pctterte'Ce a suStareas tanto el desa­rrollo de un concepto de ciencia univer­salmente aceptado. como la comproba­ción de los métodos aplicados en todas las ciencias o en varias de ellas, mirando a su posibilidad de fundamentación, fia­bilidad y no contradicción lógica; y así mismo la determinación de los Ifmites de su utilización legítima. Así aparece más claramente. que la relación entre ciencia y filosofía debe tratarse, en el marco de una compleja teoría general de la ciencia, como problema de una investigación me­tacientifica de la estructura de la cienCia misma.

La breve mirada de conjunto a la dis­cusión actual de la inteligencia de la ciencia, en la ciencia de la ciencia políti­camente interesada, en la metaciencia teorética del sistema y en la metateorÍa orientada filosóficamente (metaciencia de la ciencia), ha mostrado claramente

Investigación y Desarrollo Sodal, Bogotá (Co!.) Vo. 11 No. 1 Enero - Abril - J 991 13

que, contra lo esperado y sin duda en oposición al descrito proceso de disolu­ción de las ciencias por lo menos de hecho se atribuye todavía a 1ft." reflexión filosófica una importancia central para la definición del concepto de ciencia, 10 mismo que para el desarrollo de los procesos científicos de investigación. La exposición ulterior de la relación entre filosofía y ciencia se mueve ante todo en el nivel de una metateoría, y escoge su punto de apoyo en el análisis lógico de la significación de la ciencia como un siste­ma de enunciados que están sometidos a determinados postulados.

Como análisis hasta ahora acabado de la significación del concepto de cien­cia puede considerarse el estudio de Rudolf Wohlgennant (especialmente su estudio" ¿Qué es Ciencia?", integrado en la obra "Teoría de la Ciencia, Ciencia y Filosoffa"). La representación de la ciencia que él tiene como base es univer­sal, por lo menos según la intención, en el sentido de que comprende tanto cien­cias especializadas, ideales y reales, disci­plinas filosóficas fundamentales y secun­darias, como también la teoría misma de la ciencia.

En la conclusión a que llega establece como criterios o postulados de la ciencia los siguientes: la corrección deductiva y la no contradicción; la exactitud e inteli­gibilidad intersubjetiva; y la posibilidad de fijar el valor de verdad, es decir, la verificabilidad intersubjetiva.

En particular los postulados que determinan suficiente y necesariamente el uso de la palabra ciencia pueden for­mularse en esta forma:

l. La ciencia es un conjunto de formas de enunciados, definiciones y reglas

(reglas de definición, de formación de enunciados, de transformación de enun­ciados, es decir, reglas de deducción);

2. Las configuraciones correspondientes en la ciencia están sometidas a las

reglas correspondientes;

3. Los enlaces lógicos están determina­dos por las reglas de transformación

de enunciados;

4. La ciencia está exenta de contradic­ción, de modo que no puede haber

allí dos formas de enunciados que se contradigan manifiestamente;

5. Si en la ciencia se trata de UJla cien-cia fáctica o real u objetiva. entre

sus fórmulas de enunciados se en~uen­tran también por lo menos un enunciado singular y por lo menos uno general fáctico, de cualquier grado de generali­dad, los cuales están t.'nlazados entre sí lógicamente o clasificatoriamente;

6. Finalmente, en la ciencia todos los enunciados fácticos son comproba­

bles intcrsubjetivamente, por lo menos de un modo indirecto. es decir, ~onfir­mablcs o refutables,

Estos postulados tienen en cuenta la diferencia entre ciencia formales o idea­les y ciencias reales, y encuentran aplica­ción en las investigaciones filosóficas () tcoré tieo-cient meas.

Los problemas que se plantean a pro-. pósito del concepto de ciencia ponen de manifiesto que la tcor(a de la ciencia como metateorfa del saber cient(fico incluye, a partir del mundo inmanente de la ciencia. preguntas que hacen visible la dependencia del concepto de ciencia con respecto a la reflexión filosófJca, en lo tocante a su normatividad y a su posi~ ble carácter reflexivamente completo, y que son apropiadas para .acreditat la filosofía ~aunque en forma cambiada~ como "conocimiento de los principios", frente al conocimiento científico carac­terizado como "conocimiento a partir de principios".

14 Investigación y Desarrollo Social, Bogotá (Col.) Vo. II No. 1 Enero· Abril- 1991

..

.,

4. CIENCIA DE LA CIENCIA Y TEORIA DEL CONOCIMIENTO

Según la distinción de Wolfang Steg­müller (especialmente en su obra "Pro­blemas y Resultados de la Teoría de la Ciencia y de la Filosof(a Analítica"), según la distinción que él establece entre la teoría dc la ciencia y la teoría del conocimiento, esta última no incluye ninguna suposición de existencia, respec­to de un saber científico válido de hecho que se dé en alguna ciencia. Ello tiene como consecuencia que la teoría del conocimiento suspende en principio la validez de las ciencias previamente dadas y toma en consideración -como posibili­dad seria- una respuesta negativa a la pregunta de la validez (respecto de algu­nas o de todas las disciplinas). En cambio la teoría de la ciencia no pone en tela de juicio las ciencias existentes; más bien intenta llevar a cabo su reconstrucción, bajo el presupuesto de que es posible una r('construcción racional.

Para la pregunta por el lugar de la filosofía en el marco de la teoría de la ciencia es importante observar que las preguntas Illctateoréticas desembocan en otras cuestiones filosóficas de teoría del conocimiento, precisamente cuando los conceptos fundamentales de teoría dc la ciencia se someten a reflexión en general; y esto no sólo de cara a una determinada ciencia o a un determinado tipo de cien­cia. Cuando se discute, por ejemplo, la pregunta por la validez de la lógica: o la pregunta por la justificación de una teoría de la ciencia que procede lógico­analíticamente; o el problema del presu­puesto implícito que aparece cuando se pregunta si es posible, en general, una reconstrucción racional de las ciencias.

En particular la transición de una teoría de la ciencia a una teoría filosófi­ca del conocimiento puede esbozarse en tres círculos de problemas, referidos inmanentemente entre sí.

El primer Círculo de problemas se refiere al concepto de experiencia, que se exige en abstracto como posible instan­cia de comprobación intersubjetiva de enunciados científicos, pero que no está fijado en concreto. Para todas las cien­cias experimentales se plantea el proble­ma de qué tipo de experiencia puede o debe pensarse como base para la validez de enunciados. ¿Es la percepción interna o la externa, o la intuición, o el com­prender? ¿Tendremos que aceptar como base del conocimiento científico la experiencia hermenéutica, o la expericn­cia fenomenológica de la esencia, o la pura intuición, o el puro pensamiento, o incluso la intuición intelectual?

En cuanto la teoría de la ciencia parte de sistemas de enunciados que exis­ten previamente y pretenden carácter científico -a pesar de su idea de la re­construcción racional, que en gran parte se identifica con análisis y precisiOn lógi­cos de conceptos- no tiene ninguna posibilidad de adoptar o de excluir de antemano el uno o el otro concepto de experiencia. Cuando como teoría de la ciencia se fija en un tipo específico de experiencia, está defendiendo ya una posición filosófica que -si en general es posible de algún modo- sólo podría justificarse al nivel de la teoría del conocimiento.

En una posición de teoría de la ciencia y metodología, el concepto de experiencia de la percepción ex terna -que es directivo para las ciencias natu­rales- de ningún modo puede trasladarse a las ciencias históricas o sociales, en cuya inteligencia de sí mismas late una idea de objetividad distinta de la de la objetividad de la naturaleza y, con ello, una base distinta de experiencia. Sólo una teoría del conocimiento podría decidir sobre la validez exclusiva de una inteligencia de la experiencia, o sobre la posibilidad de diversos ámbitos de obje­tos.

Investigación y Desarrollo Social, Bogotá (CoL) Vo. 1I No. J Enero· Abril· J 991 1 S

El segundo círculo de problemas se refiere al análisis de la relación entre teoría y experiencia en todas las ciencias. En este contexto sería mejOl' remitirnos a las amplias y ramificadas exposiciones de Wolfgang StegmüIler (en la obra cita­da). Se tratan en ella problemas de la fonnación científica de conceptos y teorías, y también el problema de la relación entre el lenguaje científico y teórico y el lenguaje de la observación; o la problemática del criterio de Carnap, de la significancia empírica para enuncia­dos y términos teóricos. Esas investigacio­nes afectan a la pregunta acerca de la validez de teorías, y en ellas se comprue­ba el fracaso de la idea de la significancia (de Carnap), y se demuestra que el lenguaje teorético no puede reducirse al lenguaje de la observación.

Pero si las teorías científicas no salen del estadio de generalizaciones in­ductivas, a partir de observaciones, y si por otra parte las teorías, en el mejor de los casos, son interpretables parcial e indirectamente, entonces hay que con­tar en ellas con un momento de cons­trucción.

Si en teoría de la ciencia el análisis lógico de la relación entre teoría y expe­riencia, entre el lenguaje de la ciencia y el lenguaje de la observación, conduce a la visión de que no pueden fundamentar­se criterios estrictos de significancia, falsación y confirmación, entonces sólo parece tener éxito el camino propuesto por Elizabeth Stroker (en su "Introduc­ción a la Teoría de la Ciencia"), de una reflexión teorético-cognoscitiva sobre la percepción sensible -en gran parte neu­tral frente a la convención y a la cons­trucción-, así como sobre el lenguaje natural, que de algún modo es resisten­te al cambio.

Por otra parte, la inclusión de mo­mentos convencionales en la teoría y en la base del saber científico remite al

tercer círculo de problemas, que es el de la historicidad de la ciencia. Aquí' tam­bién puede mostrarse la transición inma­nente de un análisis de teoría de la ciencia a una teoría filosófica del conoci­miento.

En virtud de la diferencia puesta de manifiesto entre teoría y experiencia, puede pensarse la posibilidad de que sobre un determinado ámbito de objetos se formulen varias teorías concurrentes. cuya validez no puede depender de una experiencia -impregnada a su vez de teoría- sino que descansa primariamente en el reconocimiento del marco teorético. por parte de la comunidad cientzY,ca ("scientific community"): en convencio­nes que incluyen un ,consenso sobre esti­pulaciones casi apriorísticas. Por eso el estudio de la historia adquiere una im­portancia fundamental para la teoría misma de la ciencia.

En este sentido Kurt Hübner asume la teoría historicista de la ciencia de Pierre Duhem, y destaca cinco grupos principales de estipulaciones contingen­tes, por las que en todo caso están deter­minadas de manera especial: metódica­mente, la física moderna, que usa instru­mentos de medición; y objetivamente, la imagen de la naturaleza desarrollada' por dicha física. Entre tales estipulaciones -fundadas históricamente y que prece­den a la construcción y al enjuiciamiento de las teorías- las cuales no son vincu­lantes ni lógica ni trascendentalmente, Hübiler menciona: las estipulaciones instrumentales, las funcionales, las axio­máticas, las judiciales y las nonnativas. Por dichas estipulaciones entiende los presupuestos teoréticos, en virtud de los cuales se hace por primera vez posible un determinado conocimiento empírico, y gracias a los cuales, con una actitud histórica, puede escribirse e interpretarse la historia de la física.

16 Investigaci6n y Desarrollo Social, Bogotá (Col.) Vo.U No. 1 Enero - Abril- J 991

Estas estipulaciones contingentes son categorías de la teoría de la ciencia, que fijan el marco de la investigación física. Como por otra parte, dichas estipulacio~ nes pueden depender de ámbitos que se hallan fuera de la física -por ejemplo, de la teolog(a, de la metafísica, de la políti­ca, de la economía y de toda la situación espiritual--, la ciencia de la naturaleza determinada por ellas resultará depen­diente de la historia, como también lo estará la correspondiente teoría de la ciencia referida a dichas ciencias de la naturaleza.

Como las ciencias de la naturaleza no están en condiciones de penetrar en una idea de la naturaleza como esencia sub­sistente e inmutable, por idénticas razo­nes, tampoco el progreso del desarrollo de la ciencia es un proceso lineal y acu­mulativo de acercamiento a un conoci­miento definitivamente verdadero.

El concepto de Hübner de una teoría de la ciencia que se orienta hacia Duhem, pero que a la vez se dirige contra su con­cepción de la evolución y se distancia de ella, ostenta rasgos parecidos con la con­cepción de la evolución de la ciencia que ha desarrollado Thomas S. Kuhn, en su libro titulado '"La Estructura de las Revoluciones Científicas". Aunque su concepto del paradigma. que él introdujo para caracterizar aportaciones que fun­dan tradiciones de la ciencia o fijaciones de marco que de ahí se. siguen, sólo en forma modificada puede man tenerse en disputa con sus críticos, sin embargo, Kuhn no se ha visto obligado a desechar su idea fundamental, de un crecimiento de la ciencia no cumulativo y no conti­nuo. Su oposición a la concepción evolu­tiva del progreso congnoscitivo defen­dido en la escuda de Popper, ha quedado ciertamente suavizada, pero no suprimi­da por la aceptación de criterios indepen­dientes del paradigma, como d de la lógi­ca y el de la racionalidad; pues esos crite­rios sirven exclusivamente como repre-

sentaciones generales de valor, y no como reglas de transición de un estadio de ciencia normal a otro.

De todos modos, también en esta perspectiva la historicidad del saber científico y, con ello, del relativo a la teoría de la ciencia, parece poner en tela de jUicio el modelo estático de un análi­sis teorético cognoscitivo de sistemas de conceptos que proceda lógico-analítica­mente.

Con la correspondiente supresión de la diferencia cualitativa entre contexto de nacimiento ("context of discovery") y contexto de justificación ("context of justification"), de nuevo la teoría de la ciencia se entremezcla con preguntas de historia de la ciencia. La ciencia no sólo tiene una validez hipotética en cuanto al contenido, en lo relativo a los conoci­mientos particulares producidos por ella, sino que también en lti validez de sus estructuras vuelve a estar relativizada históricamente.

Con el problema de las estructuras invariantes de la ciencia, presupuestas en la metateoría, y con la pregunta por el presupuesto normativo de la racionali~ dad, que está como base en el análisis de la teoría de la ciencia, momentos ambos que se presentan como estipula­ciones contingentes y con ello mutables, se plantean las preguntas decisivas por el valor de la lógica y del análisis lógico, así como el problema de la validez -o fun­damentación de la validez- del saber científico, y no en último término, la problcmá tica de una justificación del postulado de la fundamentación.

Esos problemas y preguntas promue~ ven la crítica del criticismo racional o del racionalismo crítico, al modelo clásico de la racionalidad; así como, en oposi­ción a ello, los intentos constructivistas·y pragmá tico-trascenden tales, de una fun­damentación normativa del saber cientí-

Investigación y Desarrollo Social, Bogotá (Col.) Yo. 11 No. 1 Enero - Abril- 1991 17

fico. En todo caso se trata, metódica y objetivamente, de planteamientos inma­nentes al concepto de ciencia, que se dan a conocer corno preguntas genuinamente filosóficas y teorético-cognoscitivas, y no corno cuestiones pertenecientes a la moderna tradición filosófica de Descar­tes hasta Fichte.

De esta manera, persiguiendo ternas de teoría de la ciencia, en la lógica meta­teorética de la ciencia y la metodología de la ciencia, se hace actual un ámbito genuino de problemática filosófica, que convierte de nuevo la configuración de la ciencia en un concepto fundamental del interés y de la reflexión filosóficos.

5. CIENCIA Y REFLEXION FILOSO­FICA

La dis.:usión actual en torno a la posibilidad y determinación de un funda­mento normativo de la ciencia, se mueve alrededor de puntos de apoyo criticistas, constructivistas y trascendental-pragmá­ticos. Partiendo de los intentos -que se inician con la crisis de las ciencias natura­les y de la matemática- de una última fundamentación práctica de la lógica; y en dispusta con el programa de Lorenzen acerca de una interpretación operativa de constantes lógicas y de leyes lógicas por reglas de diálogo, Hans Albert -siguien­do el criticismo racional fundamentado por Popper- ha podido mostrar que una fundamentación última a la manera del racionalismo clásico está condenada al fracaso. Esa demostración la ha realizado Hans Albert, especialmente en sus obras "Tratado sobre la Razón Crítica" y "Construcción y Crítica. Un Ensayo sobre la Filosofía del Racionalismo Críti­co".

Pero -como lo observa Hans Michael Baumgartner en su obra "Humanidad y Ciencia. Acerca del significado y la pro­blemática de una Filosofía Crítica de la Ciencia"- con la exclusión del postulado

clásico de la fundamentación, no puede rechazarse a la vez toda clase de justifica~ ción racional. El intento de justificación de la idea misma de la comprobación crítica, incluye una~imensión de racio~ nalidad y normatividad, que ciertamente puede designarse por el principio de la comprobación crítica, pero que no pue­de comprenderse explícitamente.

Paul Lorenzen y Oswald Schwemmer, en su obra "Lógica Constructiva, Etica y Teoría de la Ciencia", y Jürgen Mittels .. trass en "El Fundamento Práctico de la Ciencia y la Tarea de la Filosofía", fundamentan la determinación del fin y el procedimiento de las ciencias, en forma operativa o constructivista, desde la praxis del hablar o de la acción racio" nal. De acuerdo con este punto de parti­da, la filosofía aparece como una ciencia normativa, que se desarrolla en la lógica y la ética, y que está bn condiciones de fijar los fundamentos del pensamiento y de la acCión humanos, incluidas las cien­cias. "La filosofía -dice Lorenzen en otra de sus obras "La Unidad de las Ciencias" - la filosofía proporciona un fundamental ortolenguaje para todas las ciencias y lo fundamenta en el contexto de nuestra vida".

Por eso parece plausible formular de nuevo y seguir desarrollando la pregunta (a pesar de todo necesaria) por, el con­cepto y el procedimiento de una posible fundamentación \1ltima de las estructuras normativas del hablar humano, como una pregunta trascendental por las condi­ciones de posibilidad de la comul1icación y discusión racionales.

En esta dirección van tanto las reflexiones de Jürgen Habermas,orienta­das al análisis de la competencia comuni­cativa de socios ideales de diálogo; como también los análisis de ''un a priori de la comunidad de comunicación", de Karl Otto Apel, que siguen la intención de una filosofía trascendental, con un giro pragmático.

18 Investigaci6n y Desarrollo Social, Bogotá (Col.) Vo. 11 No. 1 Encro· Abril· J 991 '

td. ,

Parece esencial en este contexto destacar que los análisis pragmático-tras­cendentales, bien sea bajo el concepto de la "situación ideal de diálogo", bien bajo el de un "juego linguístico trascendental de la comunidad trascendental de comu­nicación", quieren expresar un funda­mento de inteligencia linguistica que es demostrable por reflexión trascendental y no puede rechazarse, al cual cabe atribuir la función de una real fundamen­tación Iiltima -pero no deductiva sino reflexiva __ o, en el sentido de una partici­pación (de la comunidad ideal de comu­nicación), que a la vez es operante en concreto.

El concepto -central en este contex­to- de una fundamentación última racional, que sin embargo, lógicamente no es ni deductiva ni operativa, presupo­ne el esclarecimiento del concepto de una reflexión trascendental. La posibili­dad de decidir el problema de una autofundamentación última, dependerá esencialmente de que se logre explicar en su sentido la reflexión, como una deter­minación fundamental del saber humano; fundarla como método específicamente filosófico, y mostrarla y explicarla con­sistentcmente, como presupuesto de sistemas lingu(sticos lo mismo sintácticos que semánticos. Las teorías anteriores I<lS presenta J ürgen Habermas en sus obras "Observaciones preparatorias a una Teoría de la Competencia Comunicati­va", "Teorías de la Verdad" y también en "Conodmiento e Interés". Y Karl Otto Apel en el Segundo Tomo de su obra 'Transformación de la Filosofía. El Apriori de la Comunidad de Comuni­cación".

La perspectiva contenida en la pro­blemática filosófica esbozada. dc la auto­fundamentación o del fundamento nor­ma tivo de la cicncia, tiene importancia para la rclación entre filosofía y ciencia. El intento de determinar el concepto de Ciencia. con exactitud progresiva, ha

mostrado que no sólo la ciencia de la ciencia y la metateoría del saber científi­co conducen a preguntas genuinamente filosóficas de fundamentación y justifica­ción para el saber científico en conjunto, sino además, que la filosofía, contra lo esperado, a través de la teoría de la ciencia, topa con problemas que se hallan, ya antes de la fundamentación especial de la ciencia, en el ámbito del pensamiento y de la acción racionales en general, es decir, en el campo de la praxis de vida del hombre en general.

Con ello se hace visible una sorpren­dente inversión de la relación entre filosofía y ciencia, en comparación con la tradición clásica. El saber cientl'fico ya no es la explicación de una estructura de principios a la vez formales .l' materiales, previamente dados por la filosofz'a: más bien, la filosofi'a se lIe obligada a explicar y resolller los problemas estructurales de la ciencia moderna. .

En este sentido, la filosofía aparece como postulado necesario de la ciencia que se hace consciente de su definición formal y de sus límites. Pero, precisa­mente por ello, la filosofía es todavía, aunq ue en forma modificada, "conoci­miento de los principios" (cognitio principiorum), es decir conocimiento y reflexión de los principios formales, que de manera no refleja se presuponen en las ciencias.

De todos modos, como disciplina que funda normativamente -aunque sobrepasando en la lógica y la ética el ámbito de las ciencias- la filosofía no sólo compete para la consistencia del concepto de ciencia sino, a la vez, para la posible donación de sentido al saber científico: para la relación de la ciencia con la vida humana en conjunto.

Por su cometido general de interpre­tar y reconstruir racionalmente la acción

Investigación y Desarrollo Social, Bogotá (Col.) Yo. 11 No. 1 Enero - Abril - 1991 19

científica, la reflexión filosófica es, a la vez, teorz'a de las ciencias y filosof{a práctica. Se hace responsable de la vali­dez y del sentido del saber cjentífico y, al mismo tiempo, de la libertad del hom­bre para la ciencia y frente a la ciencia. Por eso, aparte del influjo indiscutible -concedido en la metaciencia teorética del sistema- de las teorías filosóficas sobre el proceso de la investigación cien­tífica; y más allá de una importancia

heurística para la formación científica de hipótesis, hay que afirmar una, necesa­ria relación recíproca, inmanente a la estructura del saber científico, entre ciencia y reflexión filosófico-práctica. Precisamente, "la, intención humana", que desde el principio determinó el proceso en que la ciencia se emancipaba de la filosofia, erigiéndose en autónQma, no es sostenible -cosa paradógica"t"" ni por la ciencia misma.

20 Investigación y Desarrollo Social, Bogotá (Col.) VO,II No.] Enero - Abril- 1991

HEURISTICA, DESCUBRIMIENTO E INVENCION

l. SOBRE LA ENSE¡;;¡-ANZA OE LA HEURISTICA

La enseñanza de la heurística ha sido practicada en todos los tiempos. A pro­pósito de ella, citaremos el libro del Doctor George Polya, titulado "How to Solve ir", donde se discute e ilustra am-

Fernando Suárez Tarach*

pliamente la enseñanza activa de la mate­mática. En este libro se habla de la heurística que se propone "estudiar los métodos y las reglas del descubrimiento y la invención".

Podríamos decir al referirnos a la heurística, como la inventiva o el arte de

'" Matemático de la Universidad Nacional de Colombia. Profesor Asociado de la Universi­dad Militar, Facultad Ciencias Económicas, Profesor Asociado de la Universidad' de La Salle.

l. G.C., Lichtemberg, Aforismos, citado por POL y A, George, en Mathematical Discobery , Ed. John Wiley & Sons, New York, 1981, p. 99.

2. I. Kant, Crítica de la Razón Pura, citado por POLYA, George, ob. cit. p. 99. 3. G.W. Von Leibnitz, Escritos Matemáticos, Ed. Gerhart, Vol. VII, citado por POLYA,

George, ob. dt. p. 99.

Investigación y Desarrollo Social, Bogotá (Col.) Yo. 11 No. ) Enero - Abril· 1991 21

resolver problemas. La palabra "HEU­RISTICA" procede del griego HEURIS­KIN que significa "SERVIR PARA DESCUBRIR" .. Algunas trazas de este estudio se encuentran en Platón, en los comentaris,tas de Euclides. Un pasaje de Pappo (citado por Polya) es particular­mente interesante al respecto: se trata de "analnómenos", que podemos traducir como "tesoro del análisis, donde se des­cribe y constata los métodos del razona­miento llamados de análisis y síntesis". Se deben a Descartes y a Leibnitz las tenta­tivas más famosas para edificar un siste­ma de heurística. Un párrafo de Leibnitz afirma: "Nada es más importante que describir las fuentes de la invención que, en mi opinión, son más valiosas que las invenciones mismas".

Es muy conocida la obra de Descar­tes y se sabe que su Discurso del Método y sus Reglas pafa la Dirección del Espíri­tu contienen recomendaciones muy valiosas. Sobre dos de éstas me referiré enseguida:

La regla V aconseja descomponer toda dificultad en otras menores para que, venciendo cada una de ellas en el orden conveniente y agrupándolas de nuevo, se logre vencer reconstruida la dificultad propuesta. Aplicada a la ense­ñanza de las Ciencias, esta regla aconseja separar y jerarquizar las dificultades, procediendo de la menor a la mayor, lo que se aplica por igual al programa de enseftanza en general como a cada uno de los temas particulares que lo fonnan.

y la regla IX expresa: "Conviene dirigir toda la fuerza del espíritu a las cosas más sencillas y fáciles de entender, y detener­se en ellas largo tiempo, hasta acostum­brarse a intuir la verdad con claridad y distinción ".

Estas dos reglas enuncian normas pedagógicas importantes que a menudo se olvidan. En Ciencias, como en cual-

quier otra actividad, lo más importante es la invención, cuyas fuentes principales son:

a) El espíritu de observación.

b) La intuición (arte de presentir o adivinar lo que se busca, cuyo meea· nismo desconocemos: ¿Irte de ver con los ojos de la mente, como diría Platón).

e) El raciocinio (hábitos mentales COI1-

firmados por la experiencia. espec,ie de empirismo secundario cuya justifi­cación puede hacerse por medio de la lógica).

Un computador diseñado para ello puede hacer e), pero difícilmente hace a) y menos aún b).

El estudiante de Ciencias debe poner en juego lo mejor de sus recursos menta­les, su espíritu de observación, su imagi­nación, su inventiva, todo lo cual funcio­na mejor bajo la vigilancia de un profesor competente.

El espíritu de observación es indis­pensable en toda actividad científica; también la experimentación, que consis­te en ensayar de uno u otro modo hasta dar con la solución del problema pro­puesto.

El estudio de los clásicos nos ayuda a comprender el origen de muchos descu­brimientos. Pero hay algo más importan­te: los clásicos nos ensef'ían cómo han nacido y evolucionado las grandes ideas en la ciencia actual. Casi todo lo impor­tante en Ciencias pertenece a los clásicos o tiene en ellos hondas raíces.

2. HEURISTICA y CREA nVIDAD

Los elementos para mejorar la capa­cidad heurística son los siguientes:

1) Identificación del problema.

22 Investigación y Desarrollo Social, Bogotá (Col.) Vo. 11 No. 1 Enero· Abril· J 991

.. 1

2) Definición y representación del problema.

3) Explicación de posibles estrategias. 4) Actuación fundada en una estrategia. 5) Logros. Observación y evaluación de

los efectos de nuestras actividades.

Cada uno de los componentes anteriores afecta de manera importante en la medida en que pueden ser resueItos los problemas.

Los tanteos y ensayos requieren recorrer varias veces los pasos anteriores.

Fijémonos en el problema de com­prender un párrafo, supongamos que un lector experto esté leyendo un texto y se encuentre el enunciado "las notas salie­ron ásperas porque la costura se reventó". La persona aten ta descubre inmediata­mente una dificultad (es decir, detectará la existencia de un problema). Además, esta persona considera que el acto de identificar problemas no es malo, sino bueno. Una vez identificado el problema, hace falta definirlo con más precisión, por ejemplo, un lector puede suponer que la frase es incomprensible debido a que falta información.

El lector puede suponer también que L,ió anteriormente una falla de aten­ción, y que por ello se perdió información pertinente. Esta definición del problema (es decir, esta hipótesis) eonducirá a la exploración de posibles soluciones, y en este caso, una trivial: retroceder y releer el texto precedente. El estudiante debe entonces actuar fundándose en esta idea, releyendo realmente el texto, debe des­pués observar qué se ha logrado con esa actividad, eS decir, debe valorar si le ha facilitado la comprensión de lo que la frase significa.

Supongamos que la relectura del texto no resuleva el problema de com­prensión de nuestro estudiante. En la

medida en que éste se apercibe de ello, ha vuelto nuevamente a identificar un problema. Debe entonces definirlo, explorar posibles estrategias. En resumen ha comenzado el ciclo de los cinco pasos para resolver un problema y permanecerá en ellos hasta que el problema sea resuel­to o el estudiante se dé por vencido.

Los diferentes modos de recomenzar el ciclo mencionado anteriormente puede prOducir estrategias imaginativas, en contraste con otras menos originales. Las personas imaginativas al iniciar el ci­clo, probarán muchas veces a redefinir el problema y consiguientemente a utilizar estrategias considerablemente diferentes de las utilizadas antes, por ejemplo, una de tales personas podría reformu lar el problema de ininteligibilidad del texto como "el autor ha omitido información relevante". La nueva definición del pro­blema sugiere una nueya estrategia. En lugar de releer el texto, la estrategia óptima sería generar un contexto que dé sentido a la frase (si se encontrase usted tratando de descubrir tal contexto, la palabra gaita pudiera ayudarle).

En su libro New Think, De Bono, distingue entre pensamiento vertical (que consiste en proceder sistemáticamente a partir de una única noción o definición) y el pensamiento lateral (que consiste en buscar alternativas a la definición de un problema). Dice De Bono: "El instru­mento para cavar hoyos mayores y más profundos es la lógica que los hace tam­bién más perfectos y completos. Pero si el hoyo ha sido excavado en mal lugar por mucho que lo perfeccionemos no quedará situado en el lugar debido. Por muy evidente que éste puede serIes a los excavadores, sigue siendo más fácil conti­nuar cavando en el mismo lugar que volver a empezar en otro. El pensamien­to vertical consiste en hacer más profun­do un mismo hoyo; el pensamiento lateral, tantear otra vez en otro sitio".

Investigación y Desarrollo Social, Bogotá (Col.) Vo. II No. J Enero· Abril- 1991 23

Tales comentarios hacen pensar que un aspecto importante de la resolución creativa de problemas consiste en pre~ guntarnos a nesotros mismos ·si no esta~

mos cayendo en presunciones tá<citas acerca de la naturaleza de los problemas que coarten nuestra capacidad de hallar soluciones.

BIBLlOGRAFIA

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24 Investigación y Desarrollo Social. Bogotá (Col.) Vo. 11 No. ) Enero - Abril- 1991

ETICA DEL GOBERNANTE

Próximam~nte, en los meses de mayo y junio, se celebrarán dos aniversarios de Nicolás de Maquiavelo: el 3 de mayo, su nacimiento en Florencia, del matrimonio d~ messer Bernardo de Maquiavelo. <yoctor en leyes y hábil jurista, con doila Bartolomea de Nelli. dama culta de la so­ciedad florentina y compositora de rimas; el 21 de junio, su muerte, acaecida en su misma ciudad natal, en 1527.

Pedro Pablo Peña Motta*

Maquiavelo siempre será una figura actual. no tanto porque sus ideas políticas encuentren un eco contemporáneo para novedosas experiencias, cuanto por las circunstancias de que ellas continúan prestándose a múltiples y contrarias opiniones. Los principios y consejos que dio al Príncipe no los inventó, sino que los sistematizó de las cualidades y ten­dencias propias de la naturaleza humana:

* Doctor en Derecho y Cien das Políticas. Autor de varias obras de Derecho, entre otras: Maquiavelo y la Doctrina de El Principe, proyección en Hegel y los Fascismos. Maquia­velo y el Estado Moderno. Catedrático de Derecho Constitucional y de Cultura y Filoso­H~ uel Si5tema Democrático. Miembro de la División de Investigadones Científicas de la

Universidad Militar.

. ' ICO\~ 'Jo. U No. 1 Enero - Abril-1991 ., .•• T"\~o", .. n\\n ~m\. Bo~oth .

'2.5

ambición, egoísmo, violencia, sed de do­minio, poder, etc. Esta razón ha conduci­do a muchos analistas políticos a pensar que el maquiavelismo] es áhtétior a Ma­quiavelo y que a él sólo se le acredita el hecho de haber elevado a nivel de doctri­na política lo que antes era sólo un método de gobierno. Por consiguiente, según la teoría de estos analistas, el maquiavelismo "no es de hoy ni de ayer, no es siquiera un invento de Maquiavelo, al que no debe sino el nombre, pues su raíz está en la naturaleza humana"2.

El Florentino será siempre un hondo problema de interpretación y de análisis crítico, pues, en sus obras: Los Discursos sobre la Primera Década de Tito Livio, La Mandrágora, Historias Florentinas, Castruccio Castracani, El Arte de la Gue­rra, pero especialmente en el PRINCIPE, dejó la impronta del pensador y escritor político más agudo del Renacimiento, capaz de estructurar una de las doctrinas políticas de mayor trascendencia y pro­yección' en el mundo occidental, consti­tuyéndose un hito en la historia de la política: punto de arribo de la política antigua, punto obligatorio de partida de la política moderna y padre del Estado Moderno. Por esto la historia lo recuerda con los nombres de famoso, grande y ge­nio. En su lápida de mármol, en Santa Cruz de Florencia, el escultor grabó la síntesis del sentimiento italiano en el brevísimo epitafio que exalta su grande­za: Tanto Nomini Nullum Par Elogium.

1. ETIeA DEL GOBERNANTE, SE­GUN MAQUIA VELO

La ética, en general y la del gobernan­te en particular, ha sido el tema más dis­cutido en toda la obra de Bernardo de Maquiavelo. Apenas El Príncipe fue conocido en los diversos círculos de la sociedad europea3 , despertó polémicas seculares y su autor fue llevado al Tri­bunal de la Historia condenado, absuel-

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to, execrado, exaltado y h~$:ta alabado: unos, -como el hugonote Inocencio Gentillet, en 1576, con· su famoso Discurso, llamado Antimaqulavelo, abrió la brecha de ataque; en 1592, el jesuita An tonio Possevino; tres años después el Padre Rivadeneyré, a quienes siguieron un sinnúmero de escritores católicos y protestantes atacantes-, porque lo consi­deraron corruptor, revolucionario, conse­jero fraudulento, preparador de la Refor~ ma, etc. Otros, lo vieron como el inl1ova~ dor necesario para su tiempo, ideal para todo gobernante que quiera reconquistar, ampliar y conservar el poder. Y no falta­ron admiradores que lo consideraron demOcrata sutil.

La lucha contra Maquiavelo se proyectó hasta la toma de conciencia histórica del siglo XIX cuando la ima­gen satánica d·el Florentino se convirtió en mito y se proyectó en figura histórica singular, incomparable y única, nacida

l. MAQUIAVELISMO, doctriria atribu(9a a Maquiavelo que aconseja el empleo de la mala fe cuando sea necesario, con tal de sostener la política del Estado o de alcan­zar un fin propuesto, sin consideraciones éticas de los medios utilizados. Maquiaveli­zar, hacer uso del maquiavelismo. MaqUia­vélico, seguidor de las máximas y principios de Maquiavelo. Quien se comporta de manera siniestra, de mala fe.

2. Cfr. CONDE, Francisco Javier, El saber po/(tico de Maquiavelo, Biblioteca de ·la Revista de Occidente, No. 18. p. 18 Y ss.

3. En 1531, cuatro años después de la muerte de Maquiavelo, el Papa Clemente VII, florentino, de la familia de los Médicis, me­diante el Breve del 23 de agosto, autorizó al librero Antonio DIado, imprimir El Prín­cipe, Los Discursos de la Primera Década de Tito Livio y la Historia de Florencia.

4. La obra de Rivadeneyra se intitula Contra lo que Nicolás Maquiallelo r los PO/¡'tico3

de. tite tiempo enseñon. Es una pieza lite­rana vehemente, donde el Florentino es llamado "ministro de satanás" ,

Investigación y Desarrollo So ¡Al n_ I elm. 1f()f111~. l/'i , • •

..

de ciertos supuestos. Ante el ojo del his­toriador se abre el panorama desgarrador del Renacimiento: Maquiavelo, hijo de la trágica realidad del Cinquecento italiano, escindida en facciones y banderías. Desde entonces se descubre una nueva vía de acceso al misterio del Prtncipe5 .

Se atribuye a Herder, con sus escritos, el rescate de la nueva interpretación de Maquiavclo y su proyección hacia el estudio y análisis de una angulación del Estado Nacional, hecho político decisivo en la posterior afirmación del Estado moderno soberano. A Herder le siguieron grar:Jes personajes, como Fichte y Hegel. Fiel.te, lo considera "noble florentino", mal comprendido, injustamente difama­do y peor tratado por sus mismos defen­sores; atribuye que la flojedad de la moral maquiavélica no es obra de su autor sino producto de su época.

En el horizonte que perfila la grande­za de Maquiavelo aparece Guillermo Federico Hegel, el Sócrates moderno, quien afirma que el autor del Prlncipe es el espiritu que con serena y fría reflexión, en una época de miseria, de odio y des­composición de la 1 talia del Renacimien~ to, ve como única vía salvadora la unión de todos los italianos en un Estado. Hegel toma la identificación del Estado con el Príncipe, justifica a Maquiavelo, porque tras su obra ve aparecer la con­cepción magna y verdadera de un senti­miento político auténtico del más grande y noble sentid06 .

La lista de grandes y notables defen­sores de Maquiavelo emerge de escritores políticos de Europa y América: entre sus compatriotas descollaron Alfieri, Hugo Fósco!o, Benito Mussolini, quienes le confirieron lauros de dignidad de héroe y paladín de la unión nacional.

Para hablar objetivamente sobre el tema de la ética del gobernante, es con­veniente analizar a Maquiavelo, ubicán~

dolo en su época -ocaso del Medio Evo y nacimiento de la Edad Moderna­puesto que lo consideramos fruto de su tiempo, de su ambiente y de su historia. Como atento observador, el Secretario Florentino, comprobó una serie de cam· bios en las instituciones, en las formas de Estado y en la misma religión católica. El lujo, el juego, la lujuria y la sodomía invadieron la sociedad floren tina, la despojaron del pudor y afectaron tre· mendamente su religiosidad en seglares, sacerdotes y religiosos. El pontificadO de Alejandro VI, la reacción y sacrificio, en la hoguera, del gran religioso Savonarola, ciertamente influyeron en la actitud y en el pensamiento de Maquiavelo, quien ob­sesionado por el Estado, sólo le preocu~ pó su exaltación absolu ta; porq ue en la ruptura de la Cristiandad (Res Publica Christianorum), vió en el Estado la única institución capaz de poner orden dentro de ese inmenso caos, y hasta llegó a con­siderarlo como único creador del orden moral y máximo regulador de la activi­dad humana.

Evidentemente, Maquiavelo se com­portó, en sus reflexiones y máximas, como un perfecto pagano, si bien hubie~ se nacido en un hogar cristiano y en el momento de su muerte se hubiese encon­trado asistido por un ministro católico 7 •

5. Cfr. CONDE, Francisco Javier, op. cit. p. 18.

6. Cfr. CONDE, Francisco Javier, op. cit. p. 19.

7. En el Archivo de la Obra de Santa María de las Flores (Florencia), en el Libro de Bau­tismos de la época, se encuentra el siguien­te dato: "El día 4 de dicho (mayo de 1469) Nicolás Pedro Miguel de m. Bernar­do Maquiavelo, p. de Santa Trinidad, nació el día 3 a las 4 horas, y fue bautizado el día 4".

En sus últimos días de enfermedad estuvo asistido por Fray Mateo, hasta el postrer instante. Nicolás Maquiavelo murió el día 21 de junio de 1527 y el 22 fue sepultado en la Santa Cruz.

Investigación y Desarrollo Social, Bogotá (Co[.) Vo. lINo. 1 Enero - Abril· 1991 27

La ética de Maquiavelo causó impac­to desde los primeros afias del s. XVI, y sus efectos se han ido proyectando a lo largo de los siglos, hasta nu~tros días.

Es prec¡so anotar, para disponer de más elementos de juicio, los conceptos que sobre valores éticos circulaban en la época en que se escribió El Príncipe. Para el cristianismo, el objetivo principal era el alma y su salvación; para el huma­nismo, el alma y su grandeza; para el cristianismo y el humanismo, el objetivo era el individuo y por fin su destino eterno; para Maquiavelo, desde el punto de vista ético, no le interesó el individuo como tal, ni su propio destino, sólo una cosa Ir consideró de capital importancia: el Estado, al que se debe servir, obedecer y de q~ien sólo se debe depender8 .

El individuo, para MaquiavcJo, ya sea ciudadano o soldado o lo que fuere, tie­ne su razón de ser en cuanto vive y actúa por, para y con el Estado. La obediencia es el único vínculo inscindible entre el individuo y el Estado, pero éste se reser­va el derecho de privar o limitar las liber­tades del individuo para que, en aras del Estado mismo, pueda y deba sacrificar, cuando las circunstancias se lo pidan, renuncia y abdicación, en virtud de que el Estado ejerce un imperio que sobrepa­sa los límites del bien y del mal, hasta llegar al sacrificio del súbdito, si es preci­so. En consecuencia, la persona situada frente a una ley moral, que la siente imperiosa en su conciencia, y frente a la obediencia ciega al Estado, deberá esco­ger la segunda, puesto que no hay más ética que la de quien detenta el poder y representa al Estado.

Considerado lo anterior, ¿cuáles son, pues, los principios de la ética de Maquia­velo? Explícitamente no los menciona, pero presenta al Estado como un hecho y como persona garante de la vida en so­ciedad. Por lo tanto, el gobernante tiene el imperioso deber de conservarlo, y en

consecuencia, dispone d.e todos, los me';' dios, así tenga que pasar ,por encima de otras normas o leyes humanas. ,"El indi~ viduo, es, ante todo, soldado y dudada .. no: el Estado es primero militar y luego político. Donde falta la buena organiza­ción del ejército no hay buenas leyes; no hay buena organización del ejercito don­de no hay buenas leyes. Las demás formas de actividad humana deben quedar subordinadas a la política y defensa del Estado por las armas ( ... ). Los deberes del Estado y del gobierno hacia el individuo se ordenan según la misma ética de defensa y fuerza. Maquia­velo los reduce a poca cosa. Sólo pide para el individuo el mínimo de libertad y de seguridad, sin las cuales el hombre, moral y físicamente disminuido, pierde, además del gusto por el trabajo y :Ia acción, la aptitud para el servicio .. 9 .

1.1 La historia, suprema guía del obrar humano

Maquiavelo, en la Mandrágora. ,El Prz'ncipe y Los Discursos, reiteradamente postula el principio nue.vo' O f1n que con­sidera la historia como única guia de nuestras acciones y de nuestro obrar; jus­tifica este principio con la exposición que presenta en el capítulo XVIII de El Príncipe, evocando personajes antiguos y dándoles razón, porque después de sus acciones, intrínsecamente malas, obtu­vieron éxitos ventajosos. Igual razona­miento expone en los capítulos 1, 1Il, 'IX, XII, en los que se excusa Rómulo que mata a su hermano y al gobernante que, . en vista del bien comlln, no cede ante consideraciones de justo o de injusto, de

8. Cfr. RENAUDET, Agustín. Maquiavelo. recnos, Madrid, 1895, p. 338.

9 RENAUDET, Agustín, op. cit., p. 34()';441.

10. BRUCCULERI, A., S.J. L'Ettca NuoVr'l del Machtavelli, en Civiltá Cattoliéa, Vol. IV, 1951,p.383.

28 Investigación y DesarrolIo Social, Bogotá (Col.) Vo. U No. I Enero - Abril- J 99)

piadoso o cruel, de doble o ignominioso. Lo expuesto en estos casos son ensefian­zas tomadas de la historia, pero bajo ningún aspecto los podemos tomar como criterios rectores de una coducta humana y política, porque están en abierta pugna contra los principios más elementales de la ética y de los derechos humanos.

Ciertamente, debemos considerar la historia como maestra de la vida, pero la falla de Maquiavelo estriba en absoluti­zarla, en considerarla única y suprema rectora, sin tener presente que es apenas una gula subsidiaria de la acción huma­na, pues antes que la historia hay una guía primaria que no puede subordinarse a otra, la moral, los principios de la recta ética.

1.2 ¿Maquiavelo niega o admite la moral cristiana?

En ninguna parte de sus escritos, desde el punto de vista teórico, afirma que la moral cristiana sea verdadera o fal­sa; pero desde el punto de vista práctico está aludiendo que es nociva! ] , y que, por lo tanto, debe rechazarse, porque el hombre "sabio" no puede atenerse a los parámetros de conducta sugeridos o im­puestos por una moral de tal género. Además, manifiesta que la religión resta temple y valor para la lucha, la reduce a simple instrumento de gobierno y aboga por un Estado que absorba en si y total­mente el destino del hombre.

En Los Discursos, obra de ponderado talento político, donde pretende fundar una nueva ciencia del Estado, con un régimen constitucional, civilmente gober­nado, habla de un pacto entre gobernan­tes y nación, pacto que garantiza el equi­librio y la estabilidad, idea que posterior-' mente plasmó el Barón de Montesquieu en el Esplritu de las Leyes. Además, opina que el pacto constitucional debe apoyarse en la religión. pues ella es garantt:' de su validez y de su cumpli-

miento. Por lo tanto, el Estado no puede hacer caso omiso de las creencias~1igio­sas de un pueblo; y corrobora esta ase ve- . ración evocando la memoria de Moisés y de Numa Pompilio, genios legisladores religiosos, de Israel y Roma, quienes con la religión fueron capaces de conducir y liderar pueblos de dura cerviz. Maquiave­lo es consciente que la religión es una fuerza potente que sirve para frenar los malos instintos de los hombres y para mantener el orden. Aconseja al buen político, a fin de lograr y conservar el éxito, no entrometerse en detalles de dogmas, pues, es campo de los teólogos y sacerdotes; le recomienda respetar la religión, así no crea en ella, pues solo a través de la misma podrá alcanzar que los hombres lleguen al sacrificio y se amolden a una determinada disciplina.

De lo expuesto anteriormente, Ma­quiavclo sólo concibe una religión de Estado, un medio de' gobierno, que exista en el coraz6n de los pueblos, como un instrumentum regni, que dependa del Estado] 2.

1.3 ¿Criterios o principios de moral?

Algunos escritores han estimado oportuno afirmar que las divergencias entre los criterios de Maquiavelo y la de algunos moralistas retrógrados solamen te son cuestión de términos, en cuanto hace relación a la distinción y evaluación en tre los criterios de acción para Maquia­velo y principios de moral para los mora­lizantes. Pero, en honor a la verdad, debemos afirmar que la divergencia y po­lémica no estriban en matices de semán­tica, sino en principios de fondo. Para el caso, principios o criterio es lo mismo;

11. MAQUIAVELO considera que la ética cris­tiana habitúa a la religión y que mengua en el individuo el temple para la lucha.

12. Cfr. BRUCCULERI, A., SJ., op. cit., p. 385

lnvestigadon y Desarrollo Social, BO¡.lotá (Col.) Vo. II No. ) Enero - Abril-) 99) 29

pero, lo que no es lo mismo es aceptar que los criterios que estructuran la polí­tica del gobernante y que Maquiavelo sugiere y ensefia, como maestro, sean éticos. Tampoco podemos aceptar de sana planta la simulación del gobernante, el engafio, la prepotencia, la doblez con respecto a los súbditos que, en buena fe, depositan en sus manos los destinos del Estadol 3.

En el capftulo XVII de El Prlncipe, Maquiavelo expresa que si la ley impone una moralidad, el gobernante está por encima de la moralidad. Obviamente, el autor, con estos principios justifica la perfidia, la crueldad, el asesinato y todo tipo de aberraciones y maldades que aten­tan contra la dignidad del hombre y los derechos humanos. Este modo de pensar, indudablemente, cautivó su admiración por César Borgia, quien a pesar de sus crueldades, instauró la Romafia con un gobierno superior al de los barones ante­riores a quienes desplazó y destruyó. Por eso, Maquiavelo sostiene que vale más al gobernante ser temido por sus súbditos que ser amado.

Cabe destacar que, aquello que Maquiavelo expone, no es una mera descripción histórica ni un tratado de ciencias especulativas, sino un sistema pedagógico, o sea, un conjunto de prin­cipios e indicaciones destinados no sólo a decir lo que es sino lo que debe ser; es decir, los principios fundamentales que deben guiar la actividad concreta del hombre político, del hombre gobernante.

1.4 ¿Dos éticas para el hombre de gobierno?

No pocos escritores, y sobre todo políticos, han visto en Maquiavelo el abanderado de una nueva ética que, consideran buena y apropiada para el hombre de gobierno, la así llamada ética civil o del hombre público. Esta nueva

ética, dicen, es distinta de la religiosa)' a ella debe atenerse el gobernante.

Ante todo, debemos tener presente que la moral es única e inscindible Lógicamente no podemos admitir que en la persona del gobernante se presente una doble de moraJidad, o sea, que en su vida privada se comporte de una manera y en su vida pública aparente otra. Tampoco le podemos aceptar que, por el hecho de ser hombre de gobierno, le debamos excusar toda clase de abetra­ciones que choquen contra los deberes que le son propios o contra los derechos humanos. En nuestros tiempos. estos do­bles de conducta en hombres de gobier­no son muy frecuentes, pero su frecuen­cia y práxis no es causal de excusa, por ningtln motivo. La persona que así actúa estaría respondiendo, si es que re;sponde de sus actos, ante Dios y ante los hom­bres, olvidando que la responsabilidad frente a los hombres es la misma t;espol1-sabilidad frente a Dios.

1.5 ¿El fin bueno justifica el medio necesario?

En ninguno de sus escritos encontra­mos el principio con que se suele identi­ficar a Maquiavelo: "el fin justifica los medios", Esto es cierto, pero también es cierto que su razonamiento conduce inexorablemente a esta conclusión y asu justificación; pues claramente postula que el criterio directivo de la acción es el resultado, o sea, el fin que se persigue. Naturalmente es razonable y prudente que quien se propone un cometido deter­mina qué medios idóneos debe emplear. y aquí es donde estriba la eticidad de la acción, máxime cuando está de por me­dio la persona humana, con todo el com­plejo de derechos y obligaciones. Es aquí donde juega papel importante el sano discernimiento del individuo, pues es

13. BRUCCULERI, A., SJ .,Op. cit., p. 388-390

30 Investigación y Desarrollo Social, Bogotá (Co!.) Yo. U No. J EllerQ' Abril- J 991

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bien sabido que existen medios indife­rentes o intrínsecamente malos que nunca dejarán de ser tales ... En conse­cuencia, el fin bueno no justifica el medio malo, por más necesario que aquél sea] 4.

2. EL GOBERNANTE MODERNO, SE­GUN LA RECTA MORAL

2.1 Bases de la recta moral

Consideramos como recta moral aquella que enseña al hombre a obrar como ser inteligente, conforme a las normas intrínsecas de la naturaleza humana, a vivir en conformidad con la razón, como conviene a seres racionales, a respetar la libertad propia y ajena, y a ser responsable de sus actos, an te los hombres y ante Dios. Estos principios son vl1lidos tanto para gobernantes como para súbditos, a fin de que, tanto los unos como los otros, puedan cumplir su misión, realizar todo su valor espiritual y conseguir el fin último.

La recta moral sienta bases en la razón del hombre inteligente, racional y espiritual, en el respeto por la persona, su dignidad y su libertad; distingue el concepto de autoridad en cabeza del gov bernan te a quien le confiere derechos y obligaciones; y en el súbdito crea la con­ciencia de respeto, obediencia y respeto por la au toridad legalmente constituida.

El gobernante está revestido de digni­dad y noble.za, puesto que actúa no por sf mismo sino por delegación de la Auto­ridad Suprema que se le transmite a tra­vés dd pueblo. "Quienquiera que sea la pasona en cuyas manos se encuentre el poder, él. es siempre el "ministro de Dios". En consecuencia, en la medida en que lo exigen el fin y la naturaleza de la sociedad humana, hay que obedecer al poder Iegftimo que manda cosas justas como si fuese la autoridad misma de Dios que lo gobierna todo; y no hay

nada más contrario a la verdad que soste­ner que depende del pueblo negarse a esta obediencia cuando le plazca"] s.

2.2 Responsabilidad del bien común

Sobre el gobernante pesa la responsa­bilidad del bien común de la sociedad, la estabilidad del Estado, y en el ejercicio de sus funciones posee plena libertad de acción para la solución de los problemas de orden técnico y político que sean de su competencia sin perjuicio de las reglas de la moral, teniendo presente que la libertad del gobernante no consiste en el hecho de gobernar al azar y caprichosa­mente, sino en orden a la Constitución y a las normas preestablecidas que garanti­cen un mandato justo y que nunca la au toridad pública se ejerza en beneficio de un determinado grupo o élíte social, sino que, en todo y sobre todo, prima el bien común del grupo soeial.

Cualquiera que sea la forma de gobierno, el gobernante debe considerar­se depositario de la autoridad; respetar los derechos humanos y la dignidad de la persona; no favoreca intereses particula­res en detrimento del bien común; preocuparse de los menos fav?recid,os, no exigir obediencia a los súbditos, S1110

solamente en virtud de aquellas órdenes que sean legales; respetar la libertad de culto; educar al pueblo permitiéndole incrementar su personalidad J 6.

De otra parte, la ética exige a los ciudadanos respeto, obediencia y venera-

14, BRUCCULERI, A., S.J., op. cit. p. 388.

15. LEQN XIII. Ene. Humanum genus, 20 abril de 1884.

16. DELMASURE, A., Les Catholiques et la Politique, en la versión española de Almu­nia J .L., Los Católicos y La Polz'tica, ed. Paulinas, Bogotá, 1963, p. 206-298.

Inve-stigadól1 y Desarrollo Social, Bogotá (Col.) Yo. 11 No. J Enero· Abril- 1991 31

ción por el poder público. Los súbditos se sentirán obligados a obedecer a los gobernantes y a sus leyes, obediencia que va hasta cuando la ley sea manifiesta­mente injusta o que viole ostensiblemen­te la ley natural o los derechos de la persona humana o cuando el gobernante se exceda en el ejercicio del poder.

"No existe más que una sola razón válida para negarse a la obediencia, es el

caso en que manifiestamente se prescriba algo contrario al derecho natural o divi­no, ya que en este caso se trata de infrino. gir la ley natural o la ley divina; la orden y la ejecución serán igualmente culpa­bles"] 7.

1 7. LEON XIII, Carta Epistulam tuam, enero 3 de 1881.

32 Investigación y Desarrollo Social, Bogotá (Co!.) Vo. n No. 1 Enero - Abril· 1991

'j-

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LA TECNOLOGIA ESPACIAL FRANCESA AL SERVICIO DE COLOMBIA

1. PROGRAMAS DE TECNOLOGIA DE PUNTA

La Tecllo[og(a de Punta se ha conver­tido en el tesoro más preciado para todos. La Tecnología dd Futuro implica un desarrollo endógeno, un nivel de capaci­tación y transferencia que permitan estructurar una mentalidad y una compe­tividad que cumpla con los requerimien­tos y las necesidades del Tercer Milenio.

Desde 1986, Francia viene impulsan­do en nuestro país el desarrollo de Pro­gramas de TECNOLOGIA EN PUNTA.

La 1 Jornada Colombo-Francesa de Estudios y Aplicaciones Espaciales, tuvo lugar en aquel aüo y permitió poner en contacto a destacados Científicos France-

ses con sus homólogos nacionales. Poste­riormente, comisiones del Centro Nacio­nal de Estudios Espaciales -C.N.E.S.­(Organismo Francés equivalente a. la NASA) visitaron en varias ocasiones nuestro país y recientemente especialis­tas en Sensores Remotos del Programa SPOT (Sa télite Francés para la observa­ción de los recursos de la tierra) nos han visitado para orientar en conjunCión con técnicos nacionales la mejor aplicación de este Programa en el campo de la Agronomía y muy especialmente de la Planificación de Cultivos de Caña a través del Satélite.

2. UN ANGEL QUE LLEGA DEL ESPACIO

Los siniestros o percances aéreos y marítimos así como el control de la con-

Invrstig¡¡dón y Desarrollo Social. Bogotá (CoL) Yo. 11 No. 1 Enero· Abril- ] 991 33

taminación de ríos, cuencas y mares son dos importantes Programas de esta TECNOLOGIA DE PUNTA que se viene transfiriendo a- nuestro país.

Ante los múltiples accidentes y desa­pariciones 'de aeronaves, Francia, innovó y desarrolló Localizadores de Emergen­cias o Balizas en 406 Megahertz, los que permiten una rápida y eficaz detección haciendo posible el rescate de sobrevi­vientes y evitando arriesgar innecesaria­mente la Vida Humana de los grupos de rescate. Este Sist~ma conocido ,como COSPAS-SARSAT es un servicio público mundial en el que el aporte de la electró­nica de Vanguardia Francesa ha brindado beneficios ex traordinarios como:

Identificación de la aeronave desapa­recida.

Localización con una precisión de 500 metros.

Establece la hora del percance.

Identifica la naturaleza del accidente.

Frente a la contaminación de ríos, cuencas y mares, la que propicia peligro-

sas enfermedades que pueden tener repercusiones mortales sobre les habitan­tes de zonas aledañas, as(.comorepercu­tir ulteriormente de manera negativa so­bre la produeei<m,~ Francia ha puesto al servicio de to~bia, Programas de, Control y Manejo d,~ los Recursos Natu­rales como el ARGiS y el ME TEOSA T, los que permiten cualificar y cuantificar el estado de conservación de nuestros recursbs utilizando satélites específicos para este propósito.

Con este ,ulotivo se IJevó a cabo, el pasado 1 de,Pl~zo, una importante pre­sentación sobre los alcances y la aplica­ción de la Tecnologfa Espadal Francesa en nuestro país. Etacto tuvo lugar e~la Universidad Nueva Granada, entidad docente altamente preocupada por estos tópicos, que' contó con la intervención y exposición de los seHores Jack Khobzi, Jean Claude Vichct y Hernando GilanJi P., quienes expusieron los beneficios de los diferentes Programas de aplicación y desarrollo nacional, de cara al presente y en especial al Tercer Milenio.

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34 Investigación y Desarrollo Social, Bogotá (Col.) Vo. U No. J I.::ncro· Abril· ) 991

ALTOS ESTUDIOS DE HISTORIA Y GEOESTRATEGIA*

l. EL SIGLO XX, EPOCA DE VER TI­GO

La humanidad cruza en la segunda mitad del Siglo XX, especialmente a partir de la iniciación de las dos últimas décadas, una lIpoca de vértigo, de apuros, de grandes velocidades en los desplaza­mientos humanos, en los movimientos de las máquinas, en el cambio de las ideas, en la mutación de sistemas. de los princi­pios, en el pasmoso avance de la Ciencia y la Tecnología, en la rapidez desconcer­tante de las comunicaciones.

El mundo se ha empequeñecido; las distancias se han reducido hasta el punto

General Hernando Currea Cubides"

de aparecer como inexistentes; todo se acumula y congestiona; se sohrepasan las barreras físicas, se modifica la intluencia de los factores geográficos sobre los fenómenos humanos, políticos, econó­micos y sociales; en la organización y manejo de los Estados. La Historia se acelera, casi se desboca: los hechos polí­ticos aparecen con frecuencia en forma sorpresiva: ocurre lo inesperado y angus­tia la posibilidad de lo impensable.

Todavía, en el Siglo XX, a pesar del avance y asombrosa modernización de los medios. aún en los países desarrolla­dos, se desconoce la historia, la geogra­fía, la problemática de los pueblos

'" Programa, para postgrado en Geopolítica, diseiíado con la asesoría de expertos científi­cos nacionales e internacionales, pr6ximo a inaugurarse en la Universidad Militar.

.. Rector de la Universidad Militar, de 1981 a 1985. Coordinador del Programa de Historia y Geaestrategia.

II1Y\)stigaciól1 y Des,mollo Social, Bogotá (Col.) Vo. 11 No. 1 Enero - Abril - 1991 35

vecinos: sus angustias, sus necesidades, sus peligros, sus capacidades y potenciali­dades. Hasta esos mismos pueblos poderosos se desconocen a M. mismos. Sus políticas son inestables y a veces incoheren tes.

2. PERMANENTE EVOLUCION

A diario todo evoluciona. El hombre y los pueblos son los grandes actores. Las tendencias, con frecuencia, son encontra­das. Unos Estados buscan la integración de sus esfuerzos con sus vecinos mientras ellos mismos se desintegran en su interior, destrozados por causas varias; pueblos que ayer se repudiaban hoy se agrupan en actitud bélica y solidaria contra infracotres del derecho internacional, mientras claman por la paz.

Europa tendrá otra cara. Nuevos paí­ses surgirán; viejas fronteras desaparece­rá n o se modificarán; se constituirán nue­vas agrupaciones regionales, viejas alian­zas se acabarán o ampliarán.

El cambio será una realidad y será promisorio o peligroso. Todo dependerá de la sabiduría, de la visión, de la calidad de los estadistas, gobernantes y dirigen­tes así como de la capacidad de sus asesores.

A los azotes de los jinetes apocalípti­cos se suma la presión de las dificultades económicas que impide o limita la solu­ción de los flagelos sociales.

El mundo se miniaturiza con la reducción de los tiempos de recorrido pero crecen los problemas: la pobreza y el marginamiento de la gran mayoría de los habitantes del globo terrestre. La revolución informática agita a los pueblos al verificar los grandes contrastes. Los gobernantes, los dirigentes de los secto­res pUblicas y privados se enfrentan a complejos asuntos y a difíciles situacio­nes.

3. PREP ARACION DE HOMBRES

Todo este panorama real, complica­do, sin ser sombrío, requiere la presencia, la disponibilidad, la preparación de hom­bres bien estructurados, de condiciones y perfiles especiales, para responder con eficiencia ante los acontecimientos. Será esta una tarea dura, larga y difícil. Unos países, sin duda, lo harán mejor que otros, pero en la batalla del tiempo es urgente empezar de inmediato. A pesar de los grandiosos avances de la Ciencia y la Tecnología, serán los seres humanos quienes con sus sentimientos, su inteli­gencia, sus virtudes y dinamismo resuel­van los problemas del desarrollo, creci­miento y bienestar de los pueblos.

La historia registra las calamidades de la humanidad a. través de las distintas épocas, pero también destaca la presen­cia y la acción de hombres de visión, de lucidez; de líderes y conductores. que vencieron obstáculos y salvaron a sus pueblos. En la larga lista pasan, allá en la India, el Emperador ASOKA; PERI­eLES en la angitua Grecia; CONSTAN .. TINO EL GRANDE en Roma; CESAR en las Galias; ISABEL I en Inglaterra; MOL TKE, DE GAULE, CHURCHILL.­NIXON y tantos otros, cuyo paso por el mundo dejó rastro imborrable y una demostración clara de la existencia de gentes "alertas", cuidadosas y vigilantes; seres conocedores de las incidencias de la vida y de la política, auténticos "exper­tos en actualidad" y en la previsión de situaciones que se derivan de fenómenos políticos sociales y económicos.

La época actual eXige, obliga a la preparación de hombres previsivos, saga­ces y actualizados, para que en consuno, en esfuerzo conjunto con otros, estén capacitados para investigar, estudiar, identificar y analizar prOblemas que acosan a los conjuntos humanos dentro de su ambiente y, posteriormente, elabo­rar y sugerir oportunas soluciones que

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faciliten la acción de los gobernantes en su propósito de lograr el bienestar nacio­nal.

HISTORIA

"La Historia nos da a conocer hom­bres y pueblos de otros tiempos, nos dice cómo vivieron, cómo crearon sus institu­ciones y su arte, cómo fueron sus ideas y sus costumbres, y nos dan un cuadro completo de la vida de cada país y época, mostrándonos a la vez las múltiples rela­ciones entre unos y otros. Toda época es heredada de la anterior o anteriores a ella" .

Un pueblo que desconozca su histo­ria es tan anómalo y tan anormal como un hombre sin memoria, que no guarda el menor recuerdo de su vida pasada. "Ella es testigo de lo pasado, ejemplo y aviso de lo presente y advertencia de lo por venir" (Cervantes)) .

GEOPOLlTICA

"La Geopolítica es la ciencia geográ­fica del Estado. Ella proporciona la materia prima con que el hombre de estado, de espíritu creador, obtiene su obra de arte" (Carl Haushofer).

* * * *

Son estos hombres, con estas caracte­rísticas, los que pretende iniciar en su formación el programa de Historia y Geoestrategia.

"Fue Rudolf Kjellen, un sueco, el primero en emplear el término Geopoli­ttca para designar las relaciones mutuas, aparentemente misteriosas, entre un espacio y el grupo humano que lo ocupa. El descubrimiento de esta palabra produ­jo la codificación de los diversos concep­tos sobre el tema. Más tarde el estratego Carl Haushofer, profesor de la Universi­dad de Munich, llevó a límites insospe­chados el estudio de la Geopolítica: vio el mundo desde un nuevo aspecto; halló los puntos débiles y los puntos fuertes del globo terrestre y arrebatado por su temperamento prusiano transfor­mó la geopolítica en estrategia y puso sus trabajos y sus capacidades al servicio exclusivo de Adolfo Hitler. Sobre estos trabajos basó el dictador alemán su plan de dominio del mundo; ésta fue, durante mucho tiempo, la linterna sorda de su intuición"2.

l. ASIAN PEÑA, José. Panorama Histórico de la Humanidad. 2a. Ed. Bosch, Barcelona, 1951. Pp. 2-8.

2. General LONDOÑO, Julio. Geopolítica de Colombia. 2a. Ed. Imprenta del Ministerio de Guerra. Bogotá, 1949, p. 5 .

Investigación y Desarrollo Social, Bogotá (Col.) Vo.U No.) Enero - Abril-1991 37

EL ESTUDIO A DISTANCIA Y LA FORMACION DE PROFESIONALES IDONEOS

1. PREJUICIOS SOBRE UNA EDUCA· CION QUE NO ES DE "SEGUNDA CLASE"

Existe la creencia en el ambiente estudiantil universitario, entre docentes de enseñanza secundaria y superior,

así como de aspirantes a disciplinas universitarias, que el Estudio a Distancia ~·UNIVERSIDAD A DISTANCIA-· es el hecho de estudiar solamente por corres. pondencia programas que ofrecen entida~ des nacionales y extranjeras. Ante esta imagen, los sectores mencionados pien~

• Profesor de la Facultad de Ciencias Económicas y Coordinador del Programa de Gesti6n Industrial a Distancia de la Universidad Militar Nueva Granada.

1. HOLMBERG, Borge, Educación a Distancia. Edit. Kapelusz, Buenos Aires, 1985, p. 81.

2. JeFES, Metod%gz'as y Estrategias de la Educación Superior Abierta y a Distancia.

p.29. •

38 Investigación y Desarrollo Social, Bogotá (Ca!.) Vo.U No. 1 Enero- Abril· 1991

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san que se trata de una "educación de segunda clase" a la que concurren aspi­rantes frustrados que no alcanzaron el puntaje óptimo del Examen de Estado, exigido por las universidades para el ingreso regular. La realidad es bien distinta. Es cierto que el primer eslabón del Estudio a Distancia lo estructuró la enseñanza por correspondencia, según experiencias que más adelante esbozare~ mos.

De otra parte, también hay opiniones de quienes afirman que la Educación a Distancia es para gente mayor, que por diversas razones no se someten a la disci­plina de la clase presencial o tienen difi­cultades económicas o para quienes despertaron al darse cuenta que el futuro no se improvisa.

Las variadas y encontradas opiniones hacen pensar que se tiene desconoci­miento sobre la verdad, exigencias y cali­dad de la Educación a Distancia. A conti­nuación presentamos, en forma suscinta, su origen, su evolución y desarrollo en el mundo y en nuestro medio.

2. ANTECEDENTES

Fuen tes ciertas y serias demuestran que el Estudio a Distancia tiene una ex tensa trayectoria en paises como Ale­mania, Inglaterra, Africa, Unión Soviéti­ca. España. América del Norte, Centro y Sur América. En esos países se han fun­dado centros de formación secundaria. técnica profesional y universitaria. que se han proyectado con éxito sorprenden­te. Los datos que a continuación presen­tamos dan una visión de lo que se ha pretendido y los logros alcanzado.;, con el Estudio a Distancia. en el desarrollo económico. en el sentido de preparar mano de obra calificada y elevar el nivel de vida de las personas. La ensei'ianza así impartida ha propendido por un benefi­cio $ocial. En seguida. brevemente expondremos las experiencias de países

donde se ha implantado el Estudio a Distancia.

ALEMANIA

La República Federal Alemana ha realizado por largos años experiencias con enseñanza superior a distancia. "Las más valiosas experiencias han sido realizadas por el Frankfurt Radio-College y el Instituto Germano de Estudios por correspondencia, bajo la jurisdicción de la Universidad de Tubingia. Imparte enseñanza desde 1968 para profesores de Inglés, Matemáticas, Biología, Ciencias Políticas y de Educación" 3.

UNJON SOVIETICA

Hasta 1963 funcionaban 23X Centros de Enseñanza por correspondencia en Institutos de formación para profesores; al término del año y 19<>4 se registró una población estudiantil de 515.400 alum­nos. En la ae! ualidad, ad cmás, t ¡ene pro­gramas de enseñanza técnico-profesional.

FRANCIA

La ensei'ianza universitaria por correspondencia se desarrolló en progra­mas de Literatura, Derecho, Filosofía, Idiomas, Historia y Música. Desde 1940 funciona el Centro Nacional de Te1e­ensei'ianza, que contaba en 1969 con 135.000 estudian tes.

AFRICA

Estabkció ensei'ianza por correspon­dencia para Escuelas de Secundaria. Uno de los centros de importancia es el de Botswania. República de Tanzania, que prepara profesores para Escuelas de Primaria. En 1970 se fundó el Centro Nacional de Enseñanza por Correspon-

3. SARRAMONA, J. Educación a Distancia, p. 34 Y ss.

Investigación y Desarrollo Social, Bogotá (Col.) Vo. liNo. 1 Enero - Abril - 1991 39

dencia, con el propósito de contribuir a la educación masiva de adultos.

ESPA~A

Inicia la creación de la Universidad Nacional a Distancia (UNED) con el Decreto 110'6 de Mayo de 1971, y en agosto de 1972 seaonsolida definitiva­mente la Universidad a Distancia. El Decreto formuló los objetivos y demás aspectos pertinentes a la enseñanza superior a distancia. La iniciativa desper­tó tanto entusiasmo en la población es­tudiantil, joven y adulta, que en 1973 se registró la suma de más de 6312 alumnos matriculados en las Facultades de Dere­cho, Filología, Filosofía, Ciencias de la Educación e Ingeniería Industrial 4 .

INGLATERRA

En 1963 se fundó la Open University (Universidad Abierta) con el fin de resol­ver problemas urgentes de la Universidad Clásica. El calificativo de "Abierta" responde al objetivo del proyecto: asumir la formación de todas las personas que no habían tenido la oportunidad de ingresar a la Universidad y deseaban cursar estudios superiores 5 .

ESTADOS UNIDOS

Este país fue el pionero de la ense­ñanza universitaria por correspondencia, desde 1850'. La primera institución que ofreció los novedosos programas fue la de l11inois Welesyan University, Su ejem­plo fue seguido por un gran número de centros de educación superior, con un creciente número de inscripciones y matriculas; en 1965 se registraban, en universidades y colegios, más de 242.000 alumnos.

En el año 1941 se crearon organis­mos de enseñanza por correspondencia para el Ejército, la Fuerza Aérea, la

Infantería de Marina y la Marina. En 1942 se ofrecieron 64 cursos técnicos y otros a nivel universitario. En 1967, a través del ExtensiQIl Course Jnstitute (E.CJ.), la Fuerza Aérea ofreció 180 cursos. Los alumnos eran cerca de 60'0'.0'006.

COSTA RICA

En 1977 se creó la UNED, Universi­dad Estatal a Distancia, con el propósito de brindar educación a la mayoría de la población adulta y rural, que por diver­sas dificultades no tenían la oportunidad de matricularse al sistema tradicional. Esta instituci,ón ha desarrollado tres tipos de programas:

a) A nivel técnico, en Ciencias de la Educación, Administración, Salud, Agricultura y Servicios Sociales.

b) De Extensión Universitaria. con pro­gramas de Geografía y Educación Ambiental.

e) De Estudios Libres, dirigidos a orien­tar al aspirante a una carrera especffi­ca.

VENEZUELA

La Universidad Nacional Abierta (UNA) fue creada por Decreto Presiden­cial en 1977, con el fin de contribuir al desarrollo autónomo del país. Este cen­tro educativo impartióenseña,nza supe­rior en áreas prioritarias de Administra­ción, Contaduría, Ingenierfa, Matemáti­cas y Educación. Es el primer programa y tiene otro de extensión en áreas de Educación Ambiental, Contabilidad,

4. SARRAMONA, J., oJ). cit. pp. 40 Y 80.

s. Ibidem pp, 103 Y ss.

6. Ibídem pp. 76 Y 78.

40 Investigación y Desarrollo Sodal, Bogotá (Co\.) Vo, 11 No. J Enero - Abrll- ) 991

Lenguaje y Comunicación. La población estudiantil matriculada era aproximada­mente de 15.000 en 19867 •

COLOMBIA

Antes de establecerse la Educación a Distancia operaban en el país una buena cantidad de organizaciones que ofrecían, y aún hoy lo hacen, programas de ense­fianza técnica como Mecánica Automo­triz, Electricidad, Radio y T.V., Disefio de Modas, Idiomas, Soldadura, Relojería, etc. La enscfianza era por corresponden­cia mediante la cual el alumno recibía un material de estudio. Al terminar una uni­dad presentaba por correspondencia la evaluación y al cabo de un año le otorga­ban su diploma.

La Educación a Distancia se estable­ció en el territorio nacional mediante el Decreto 2412 de 1982, el cual determinó las estrategias, los obje tivos, la estructura administrativa y académica, así como los programas que se ofrecían.

Los aspectos más importantes del DecretoS, son:

Estra tegias :

1) Ampliar el acceso a la educación superior permitiendo cada· vez un mayor ingreso a este nivel educativo.

2) biversificar la oferta de programas educativos mediante la creación de programas y carreras que satisfagan necesidades concretas del desarrollo del país.

3) Desconcentrar la oferta educativa de tal manera que a ella puedan acceder estudiantes, hoy marginados de reci­bir educación.

4) Mejorar el rendimiento interno de la educación superior aumentando sus niveles de retención.

5) Ofrecer programas que se distingan por su seriedad y calidad.

Objetivos:

1) Generar nuevas oportunidades profe­sionales para lograr una sociedad más justa.

2) Propender por una igualdad de oportunidades para el ingreso a los programas de educación superior.

3) Atender sectores de la población que por razones geográficas, de trabajo o de cualquier otra índole no tienen oportunidad para asistir a los Centros de Educación Superior convenciona­les.

4) Innovar los métodos de enseñanza, mediante la utilización de estrategias múltiples, buscando que cada estu­diante sea el autor de su propio aprendizaje y desarrolle su capacidad de auto aprender y auto evaluarse.

5) Preparar y formar profesionales en las áreas que el desarrollo nacional requiere con urgencia y en el lugar que los necesite.

6) Estimular la creatividad y la investi· gaci6n científica.

Organización del Programa

La organización del programa de Educación Superior Abierta y a Distan­cia, conforme lo determinó el Decreto 2412/81,se estructuró as!:

Coordinación General:

7. VILLAREAL, Armando, Aspectos operati­vos en Universidades a Distancia, Edit. Kapelusz Venezolana, 1987, pp.63-64.

8. Decreto 2412 de 1982.

Investigación y Desarrollo Social, Bogotá (CoL) Yo. Il No. ) Enero - Abril- ) 991 4]

Está a cargo de la Presidencia de la República y el Ministerio de Educación Nacional.

Nivel Consultivo:

Consejo Nacional de Educación Su­perior Abierta y a Distancia.

Este organismo formula políticas, organiza y financia programas.

Nivel estratégico:

Corresponde al ICFES operacionali­zar las políticas en programas estratégi­cos concretos y a partir de estos promo­ver, coordinar, asesorar, capacitar personal y realizar la investigación evaluativa de estos programas.

Al ICFES, además le corresponde la aprobación y evaluación de los progra­mas que se ofrezcan dentro de esta modalidad.

Nivel Operativo:

El modelo colombiano se diseñó de tal manera que la planeación, promoción, capacitación, evaluación y ejecución de cada programa corresponde a las institu­ciones de Educación Superior que decidan integrarse al programa de Universidad Abierta y a Distancia.

El modelo colombiano se diseñó de modo diferente al referencial de Inglate­rra, pues este país inició actividades en 1963 con el objeto de "dar/formación a todas las personas que no podían ir a la universidad y deseaban cursar estudios superiores 9 .

La Open University inglesa se creó como organización au tónoma que fun­ciona con programas propios, rector, decanos, profesores, sede central y centros regionales.

Colombia no optó 'por seguir el modelo inglés de crear Universidad Abierta y a DistanCia, 'sino que formuló un sistema que pudiera integrar todas las instituciones de educación postsécunda­ria que en lo sucesivo se formaran.

El modelo colombiano posee una serie de ventajas que no son objeto de explicarlas de momento. La flexibilidad con que se elaboró permite la producw

ción de tantos modelos en las institucio­nes de educación superior con programas propios que respondan a necesidades de desarrollo nacional o regional.

El Gobierno Nacional fundó a UNISUR, Unidad Universitaria dd Sur, por Ley 52 de 1981, como eje del, Sist<.~­ma Nacional de Educación Abierta y a Distancia, y como experiencia piloto. Este establecimiento público, adscrito al Ministerio de Educación Nacional, tiene funciones concretas en el ámbito dc esta modalidad y ofrece varios progralilas a nivel profesional y tecnológico. Es hoy una de las instituciones relevantes en el país que se oeupa de formar, servir de centro de innovaciones educativas, cienw

tíficas y tecnológicas en la Educación Abierta y a Distancia. Sirve como Agen­cia Coordinadora para el intercambio de programas universitarios, de Centro de Capacitación de Recursos Humanos y de producción de materiales propios para este tipo de ensei'ianza.

Los anteriores antecedentes induccn a preguntarse ¿qué es el Estudio a Distancia?, interrogante que a continua­ción se explica.

3. CONCEPTOS

El concepto de estudio a distancia lo define Holmberg BOrge así: "Es un aprenw

9. SARRAMONA, J., op. cit., p. 103 ..

42 Investigación y Desarrollo Social, Bogotá (Col.) Vo. 11 No. J Enero· Abril- 1991

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dizaje sustentado en métodos en los que, debido a la separación física de los estu~ diantes y los profesores, la fase interacti~ va, así como la preactiva de la enseñanza se realiza mediante elementos impresos, mecánicos o electrónicos "10.

B6rge caracteriza el estudio a distan­cia as!:

1) La comunicación no es directa, porque el alumno se encuentra fuera del aula en la mayor parte del tiempo que dura el proceso.

2) El estudio se hace por medio de materiales impresos, audiovisuales, radio o T.V.

3) Hay comunicación de doble vía que se realiza entre los estudiantes y una organización de apoya, es decir, entre la universidad con sus instruc~ tares.

4) La educación a distancia tiene en cuenta el estudio individual. Interesa el aprendizaje del alumno quien es responsable de su formación.

5) Emplea fácilmente un gran número dc alumnos y con menor costo que la universidad presencial. Por tanto, hay también una comunicación masi­va.

El objetivo del sistema de estudio a distancia es el de desarrollar habilidades, destrezas. actitudes y valores que produ­cen un profesional o tecnólogo para la sociedad a la cllal está involucrado el alumno.

El ICFES. como autoridad e.kcutora de las políticas estatales en materia de Educación Abierta y a Distancia, ha pro-

puesto este concepto: "Es un proceso que permite al hombre desarrollar sus posibles potencialidades intelectuales, actitudinales, psicomotoras, mediante la recuperación consciente de la experien· da personal y colectiva lograda en el desarrollo cultural, científico y tecnoló­gico del hombre, con el propósito de modificar las condiciones sociales e históricas"I) .

Analizando el anterior concepto, se explican varios de sus elementos:

1) Proceso: La educación en general es un proceso que se da en etapas y actividades en el tiempo.

2) Desarrolla potencialidades... .. El hombre es un ser integral y siempre está en proceso de autoconstrucción.

3) Mediante la recuperación ... : El hombre tiene una capacidad creadora, produce conocimientos con ayuda de la educación que le proporciona mé­todos e instrumentos para aprender.

4) Para modificar condiciones. " : La educación como proyecto de vida, parte del contexto en el cual actúa el hombre; considera su realidad y lo desarrolla con una visión de cambio.

Los elementos descritos señalan que la educación, bien sea presencial o a distancia, es un proceso en el que el indi­viduo es su principal responsable.

JO. HOLMBERG, Borge, op. cit., p. 81.

JI. IeFES, Metodologlo y estrategias de la Educación Superior Abierta y a Distancia, p.29 .

Investigación y DesarroIlo Social, Bogotá (Col.) Vo. nNo. 1 Enero - Abril-] 991 43

LOS CONFLICTOS ECONOMICOS EN EL SECTOR PUBLICO*

Conclusiones y recomendaeiones que plantea la autora, .. al término de la inve.tigación,ett·materia lillfarial y sin-dical, en el ámbito del empleado C)fJCial.

l. MEJORAMIENTO DE SALARIOS Y BENEFICIOS EN PROPORCION A LA UTILIDAD

He podido evaluar las dramáticas cir­cunstancias en que viven decenas de miles de personas que habitan nuestro suelo patrio, a raíz del bajo ingreso como contraprestación a la fuerza de trabajo invertida; bajo ingreso, producto del desequilibrio, propiciado por las clases poderosas, en detrimento de la fuerza laboral.

aaudia Patricia Cruz Martlnez··

Si en Colombia los empleados priva­dos y los oficiales, con sus familias, se han acostumbrado a convivir en condi­ciones de pobreza, no podemos pensar que el Estado permanezca indiferente ante esa realidad; por 10 tanto, debemos intentar un tratamiento distinto, pues, la búsqueda del bienestar depende en mayor grado de las políticas económicas, marginando tangencialmente las políticas sociales, porque aquellas. las contienen y su advenimiento es el resultado de la eficacia.

... Trabajo de investigación dirigida, sustentado ante Jurado en la Facultad de Derecho de la Universidad Militar. Director de la investigación: Dr. Javier González Loaiza.

"'* Egresada de la Universidad Militar, Facultad de Derecho.

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N@ podemos olvidar que los benefi­dos generados por las políticas económi­cas han estado estrechamente asociados con la capacidad primaria de captación en la cual los propietarios, con una decisiva ventaja sobre la distribución de la utilidad, impiden el mejoramiento del ingreso per cápita para los grupos de po­Jlación que aportan la fuerza de trabajo.

Otro aspecto que merece considera­ción es el atinente al proceso de indus­trialización que fue diseñado bajo circunstancias muy distintas de las actua­les, por cuanto el sustituirlo por el siste­ma de importaciones ha llevado a defor­mar el aparato productivo, introducién­dole ineficiencias muy notorias, particu­larmente en el aprovechamiento de los recursos propios, orientando la fuerza del mercado y la producción hacia la satisfacción de los consumos de los estratos de altos ingresos, dejando a las empresas dedicadas a los bienes básicos de consumo masivo sin acceso a los recursos de capital, determinando la pugna entre trabajadores y patrones, éstos resistiéndose a otorgar mayores ingresos impedidos de satisfacerlos por la falta de capital de trabajo y aquellos luchando porque cada día las penurias en la familia sean menores. En esto el Estado debe necesariamente establecer una legislación laboral más consecuente.

La pobreza reinante en la fuerza de trabajo en Colombia, no debe considerar­se como una característica individual, sino como un estado propio de las familias, que eonstituycn la célula primaria del Estado. Esto exige equili­brar los poderes en favor de la justicia, mediante la implemen tación de una legislación tendiente a una adecuada redistribución de la u tilidad generada, preciS4lmCll te por la unión del capital y la fuerza de trabajo.

Con estas políticas se podrá avanzar también procurando servicios a los

trabajadores y a sus familias, como los de la seguridad social, que hasta ahora han tenido un desarrollo restringido en nuestro país. Restricción que de una normatividad arcaica y producto desde luego de la falta de conciencia de quienes desde las jerarquías estatales han tenido bajo su cuidado la orientación, la crea­ción y la promulgación de programas en favor de la clase asalariada.

Nos encon tramos an te una sociedad gravemente enferma de un "mal" que no tiene curas instantáneas, de tipo quirúr­gico, que no reacciona a los medicamen­tos fabricados en el ex tranjero; como se advirtió en precedencia; esto es un mal que no se cura con la importación de alimentos o productos de consumo para contrarrestar una huelga, evitando con­secuencialmen te un mayor incremen to en los salarios y prestaciones y en otras ocasiones acudiendo a lá fuerza mediante la utilización de los medios de defensa con que cuenta el Estado.

El tratamiento es más complejo y más lento; exige no pocos sacrificios y muchos esfuerzos colectivos e individua­les, porque la recuperación de las funcio­nes normales del órgano social no depen­de solamente de una de las partes en "conflicto", sino que surge de la eficacia conque actúe el Estado frente a la necesi­dad de conciliar los beneficios con la remuneración adecuada a los trabajado­res, entregando una parte de la utilidad, lo cual se torna en beneficio del mismo Estado, por cuanto se crea un incentivo de la fuerza laboral para que se mantenga en funcionamiento.

Para mejorar los ingresos de los trabajadores es necesario introducir mo­dificaciones en la distribución de la riqueza. Para ello se han presentado pro­puestas, pero el Estado ha actuado de manera indiferente.

Investigación y Desarrollo Social. Bogotá (Col.) Yo. II No. J Enero - Abril - J 991 45

No debemos olvidar que el empleo bien remunerado es la forma más acelera­da para mejorar el ingreso de las clases bajas. Sin embargo, para que-se presen­ten nuevas ofertas de trabajo deben mejorarse las condiciones de los compra­dores potenciales, que son los mismos trabajadores y sus familias, pero éstas reciben el dinero de quien trabaja, inclu­so de todos aquellos a quienes se les llama "trabajadores informales".

Este proceso ya se ha iniciado y los mejores ingresos de algunos sectores de la población, se han dirigido a la adquisi­ción de bienes y servicios cuya produc­ción está reativadando en forma sostenida la economía, pero este círculo no es suficiente, se requiere de una política más acorde con las circunstancias, esto es, que ese experimento se traduzca en realidad nacional y no solamente que se permita en las grandes empresas del Estado -Ecopetrol, Colpuertos-, ejemplos de esa situación; porque se favorece apenas un restringido número de familias; y la legislación debe abrirse de manera equi­tativa a todos los sectores y en ello el Estado debe tener mano dura.

De otra parte, la falta de ingresos suficientes se convierte en causas de violencia en el hogar, puesto que la lucha por la supervivencia debilita los lazos sentimentales que mantiene unidas a las familias; los nifios, los ancianos y los minusválidos son los primeros afectados por la expulsión del hogar que le hacen los demás miembros a raíz de la imposi­bilidad de brindarles comida, vestido, medicamentos y techo por los bajos ingresos provenientes de su fuerza laboral. y esta realidad social no puede permane­cer ajena al Gobierno. El Estado está en la obligación de implementar los sistemas adecuados mediante legislaciones eficaces que procuren un equilibrio social consecuente con la vida en comunidad.

La magnitud del cambio propuesto puede parecer a los ojos del observador desprevenido una meta utópica, o por: lo menos, de proporciones demasiado ambi­ciosas, porque no podría el país seguir aplicando las mismas estrategias de ingre­sos, seguridad social y salud hasta ahora vigentes, cuando los resultados son la constante pugna entre la clase gobernan­te y la fuerza de trabajo, representada ésta en el sector más pobre y numeroso en Colombia. Y si partimos de la base. de que la canasta familiar está muy por encima del salario mínimo legal, esa si es una verdadera utopía. pues se pretende subsistir con tan exiguos ingresos.

Los conflictos de intereses entre el Estado y sus trabajadores, se convierten en las sociedades urbanizadas en "enfren~ tamientos" organizados. Estamos fami­liarizados con las luchas sindicales. las de los campesinos sin tierra. pero ahora asis­timos a la agudización del "conflicto" por la presencia de armas de gran poder destructivo que han provocado rcaccio~ nes cada vez más v.iolentas; justamente porque el Estado no ha intervenido con reformas salariales y sociales adecuadas a las necesidades de los trabajadores y ,sus familias, (sino que por el contrario, todo su interés lo ha consignado en su favor) lo cual se trad.uce en el mantenimiento de salarios y prerrogativas en condiciones paupérrimas.

Estas circunstancias inevitablemente conducen a las huelgas, por la renuencia del Estado a cumplir con las obligaciones contraídas en desarrollo de las negocia-, . ciones de los trabajadores, o de los acuer­dos pactados panl evitar la suspensión en las actividades PQf desacuerdo en las peticiones económ\cas de los trabajado­res." ,

Para nadie es d\esconocido que una legislación laboral a \medias y sin garan­tías, tanto para empfesarios como para trabajadores, constit~ye uno de los

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\ Investigación y Desarrollo Social, Bogotá (Col.) Vo. 11 N~. J Enero· Abril - 1991

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mayores problemas que enfrenta nuestro país para lograr un desarrollo armónico, por cuanto se dilapida el capital humano, se impide el bienestar colectivo, generan­do inestabilidad social, a raíz de los redu­cidos ingresos, en un alto porcentaje de la población.

Para equilibrar el problema salarial, se requiere actuar en forma decidida sobre los factores internos y externos que inci­den sobre la magnitud y características de las con troversias laborales; siendo necesaria la reorientación de las políticas mediante los esfuerzos sistemáticos y sostenidos encaminados a ampliar y transformar las estructuras de produc­ción, distribución, consumo y servicios con el objeto de aumentar la eficiencia social.

Las estrategias requieren, en materia laboral, esfuerzos especiales en cuanto se impone reinvertir las utilidades en un porcentaje considerable entre la pobla­ción laboral; incrementar la producción y los servicios mediante la utilización de recursos ociosos, regular los costos sun­tuosos en la producción y, por lo tanto, estimular un mayor rendimiento en la mano de obra; pero, para ello es necesa­rio la modificación de las estructuras estatales, la distribución del ingreso y el mejoramiento de los servicios públicos, para de terminar en la comunidad consu­midora un aliciente para el pago de los impuestos y rentas establecidas por el Estado.

El Ejecutivo, a nivel nacional, a cuenta gotas y por medio del salario mí­nimo, ha pretendido brindar a la dase trabajadora un ingreso compatible con el costo de la canasta familiar; pero al in'tentarlo, por regla general, surgen las contra propuestas y las reclamaciones sobre las inminentes quiebras de los empresarios; pero no se ha tomado con­ciencia en cuanto a que el aumento de 4 o 5 puntos más en el porcentaje del sala-

rio mínimo no es la causa en que fundan algunos ministros del despacho y los patrones particulares la necesidad de mantener salarios de hambre.

Las prerrogativas alcanzadas con la firma de una convención presentan un espectro más amplio, de mayores inci­dencias para el bienestar de los trabaja­dores, que aquellos ingresos ínfimos y pasajeros, producto de un pacto colecti­vo, en el cual normalmente los logros al­canzados apenas sí reportan beneficio para quienes al margen de la "lucha" obrero-patronal, venden su fuerza de trabajo y que en el argot popular se les denomina "esquiroles".

2. UNIFICACION DEL TRATAMIEN­TO SINDICAL

Necesario es procurar un replantea­miento de la organización sindical en el seetor público de nuestro país, para erradicar de una vez por todas las odiosas diferencias, que generan no pocos problemas. Resulta inconsecuente que, siendo un solo patrono, que como desa­rrollo de esa actividad, se presenten en su seno diversas formas de organización sindical, esto en cuanto a la forma de negociar los pliegos de peticiones, donde tendrán mayores prerrogativas los traba­jadores oficiales, que los empleados públicos.

Desde épocas remotas, siempre se ha propendido por reducir la diferencia entre la clase empresarial y la clase traba­jadora. Desde luego, cada tiempo ha dejado sus propias consecuencias para unos y otros; igualmente se han emplea­do métodos diferentes, pero que a la postre conllevan la misma premisa, esto es obtener por parte de los trabajadores mayores ingresos salariales.

No obstante el alcance obtenido por los trabajadores y luego de superar las adversidades propias de la organización

Investigación y Desarrollo Social, Bogotá (Col.) Vo. 11 No. 1 Enero· Abrí!- J 991 4"/

sindical, se. ha podido llegar a una meta más o menos consecuente con las aspira­ciones de quienes suministran la mano de obra, en la~ diferentes eS13ecialidades y 'dentro de las diferentes entidades del orden nacional, departamental, intenden­cial, comisarial, municipal y con una marcada incidencia para la economía en la empresa privada y que, desafortunada­mente, por falta de políticas acordes con las circunstancias, el Estado ha ido perdiendo terreno en el liderazgo de la producción, cediéndola a los particulares, quienes han sabido aprovechar esa cober­tura y que compiten con mayores prerrogativas en el mercado nacional y extranjero.

La situación reinante en los sindica­tos de las Empresas del Estado, sin mirar el orden a que pertenezcan, ha contri­buído necesariamente a la divergencia entre la clase sindical, entre los sindica­tos y los patronos y entre la clase traba­jadora y los patronos.

Esas discrepancias evidentemente llevan a la necesaria configuración de una política más acorde y consecuente con los avances tecnológicos propios de la época y la celeridad a la que asistimos en el ocaso del siglo XX; por cuanto de be el Estado acercarse más a sus traba­jadores, hacer cada día más corta la distancia para otorgar mayores beneficios yesos beneficios deben ser similares para los trabajadores oficiales, como para los empleados públicos, porque unos y otros derivan su sustento del mismo Estado y prestan su fuerza laboral al mismo Esta­do.

Resulta inconsecuente mantener dos puntos divergentes en el tratamiento sindical por parte del mismo patrono, por el simple hecho de catalogarse a unos servidores como empleados públicos y a otros como trabajadores oficiales y con base en esa doble connotación de sus empleados, permitirles la presentación y discusión de pliegos con medios diferen-

tes, cuando lo acertado es que. se presen­ten unidos los trabajadores ,e igualmente sus propuestas sean las mi$mas y por ende el resulto el mismo~

Pero sucede que por las odiosas dife­rencias en la categoría de la fuerza de trabajo a Empleados de algunas Entida­des del Estado se les ha permitido utilizar medios diferentes para conquis­tar ingresos salariales que a veces van más allá de cualquier cálculo Y por ende representan un desajuste en la política salarial y prestacional del mismo Estado.

Ante esta realidad, el Estado no puede permanecer estático, sino que su actividad debe orientarse necl.15ariamcntc a procurar dar el mismo tratamiento para todos sus trabajadores, y en la consecución de esa meta, no es que se pretenda abolir conquistas laborales, lo que debe procurarse es ajustar las nonnas existentes y ponerlas al servicio de todos los trabajadores, pues debe primar la condición de seres humanos y que ala postre le prestan Wl servicio' al Estado.

En esa actividad el Estado debe pro­ceder con rigor, pero jurídicamente, se repite ajustando las disposiciones vigen­tes y ejerciendo mano dura a aquellas organizaciones sindicales que preválidas de la potestad de poder deciden acudir a la huelga y por ese medio presionar al empleador para ceder en muchos casos ante exigencias que rebasan porcentajes justos, para evitar la parálisis en ·la productividad, pudiendo citar casos como los de Ecopetrol, Puertos de Colombia, Ministerio de Hacienda,etc.

Los empleados pllblicos solo pued~n solicitar peticiones respetuosas, pero da ley no señala cuál es el procedimiento para tal efecto cuando el Estado homo­genice la forma de negociar convenciones con las organizaciones sindicales de sus trabajadores. Podrá obtener. mejores

48 Investigación y Desarrollo Social, Bogotá (Ca!.) Vo. II No. I Enero' Abril· t ~J

resultados en la actividad a desarrollar, por cuanto desde ese momento no se crea un bloque de presión en contra del Estado, pues, antes por el contrario la satisfacción de la clase trabajadora permite una mayor integración entre sí, conllevando un mayor incremento en la producción de bienes y servicios.

3. INCOMPATIBILIDAD DE LOS' MIEMBROS DE LAS JUNTAS DI· RECTlV AS DE LOS SINDICATOS

La misión de las organizaciones sindi­cales, es la de propender por un mejores­tar de sus afiliados, y se constituyó a tra­vés de las luchas obrero-patronales, la premisa sobre la cual se aglutinaba a !os trabajadores. Esa misión, asl concebIda representó y aún representa la esen~i~ de aquellos que, conscientes de la actt~Idad sindical, se inmolaron en aras de bnndar conquistas salariales más acordes con las necesidades tanto de los trabajadores como de sus familias.

La lucha sindical, como instrumento de los trabajadores, como una conse­cuencia de la unión, con ideales precisos y concebidos únicamente para proteger sus intereses frente a Jos patronos, tráte­se de Estado o de particulares, pero cuando los fines trascienden al campo personal, se desdibuja por completo la razón de ser, se pierde la finalidad y se incursiona en otros campos, en otras actividades que por su naturaleza y trascendencia le está reservada a otro grupo de personas, pero en modo alguno a los líderes sindicales.

Así las cosas, se pretende, y con ello volvemos a la verdadera razón de ser de los sindicatos, que sus directivos cum p

plan la verdadera misión de represent~ a los trabajadores desde el punto de vlsta evidentemente socio-laboral y no tras­cender al campo de la política, campo en el cual desaparece el interés por "luchar"

en aras de la reivindicación para lo cual han sido creados.

Los directivos de las organizaciones sindicales, surgen del seno de los trabaja­dores, y han sido designados, en Asam­blea General, para representar sus intere­ses, buscar mejores garantías a través del cumplimiento de las convenciones firma­das con lbs patronos, hacer cumplir las normas vigentes sobre protección de Jos trabajadores, propender porque el Estado no se coloque al margen de las leyes que orientan la actividad obrero­patrono en nuestro país, procurando en ese orden de ideas que sus representados soporten una carga menos pesada en el devenir de su actividad y en el de las familias.

Si los directivos de los sindicatos pertenecen a tina empresa del Orden Na­cional, Departamental, Comisarial, Inten­dencia] Municipal o Particular, no resulta' consecuente, y es una práctica que está haciendo carrera en ~l med~o, que primero se conviertan en hderes S1l1-

dicales, luego hagan parte de la Ju~ta Directiva, para posteriormente incurslo­nar en el campo de la política para poder ocupar escaños en los cuerpos colegiados tales como senado, cámara, asambleas, concejos, etc.

Otro aspecto que merece considera­ción fundamental, en el advenimiento de directivos sindicales en la política parti­dista, es lo atinente a que con ello se pierde la esencia de las organizaciones sindicales, pues al fin y al cabo estando en estas condiciones se debe prestar servicio a estamentos cuyas orientaciones y tendencias son en cierto modo diver­gentes, por cuanto no puede olvidarse que no resulta consecuente la lucha sindical con la lucha política.

A medida que los directivos sindica­les incursionan en el campo de la política,

Investigación y Desarrollo Social, Bogotá (Col.) Vo. 11 No. J Enero· Abril- 1991 49

se nota la desorientación Y obviamente se refleja en la clase trabajadora la conse­cuente merma en sus conquistas. De esta apreciación no son ajenos ni-los trabaja­dores, ni los empresarios, ni los propios directivos sindicales, quienes a pesar de darse cuenta de su error, nada hacen por orientar su actividad al campo que les corresponde, pues por el contrario sacri­fican el esfuerzo de los trabajadores, a cambio de las satisfacciones personales que les depara la política.

Esta situación y comportamiento de los líderes sindicales ha permitido que estas organizaciones se encuen tren ancla­das en el pasado. Al respecto, y por ser vital para la recomendación de que cada quien oficie en aquello para lo cual fue nombrado, cito un aparte del Editorial del Diario El Tiempo del día lo. de mayo de 1989:

"El ala radical del sindicalismo colombiano (que además es la más fuerte) está politizada y ha hecho que todo el movimien to pierda fuerza y credibilidad entre la clase trabajadora, ya que menos del 120/0 de la fuerza laboral se encuen­tra sindicalizada. Pero al propio tiempo esta misma ala ha logrado infiltrar y con­trolar -o descontrolar- empresas claves del país. En algunos casos, se han eviden­ciado sospechosos nexos con la subvers­sión armada. No por coincidencia son particularmente fuertes en los servicios públicos, en la industria bananera y petrolera y en la educación.

Bien harían estos sindicatos en reva­luar sus posiciones. No quiero decir que tengan que renunciar al sagrado derecho ~que además es su deber- de velar por el bienestar de la clase obrera y defender­la de cualquier abuso empresarial. Pero bien harían en acoplarse a los nuevos tiempos cuando la mano de obra está

,siendo desplazada por las máquinas y los robots. En lugar de salir a las calles a vocear la jerga revolucionaria, tan pasada

de moda, les hartan mucho más bien a sus afiliados si exigieran que las empresas los capaciten para cooptar y aprovech~r (en lugar de frenar) el increíble dE1sarro­l10 tecnológico' que se viene encima.

A la democracia le conviene tener sindicatos' fuertes. Pero no de los que buscan destruir los medios de produc-

ción sino de los que SU",n,lII!'I~""~ , para defender los "lI-(Io\.\t'utll¡t""

los verdaderos intereses!1:! res . En lugar de la e nt mucho mejor para todOS. hl "

Otro tópico de fundamental incid;crt-cia para la vida de las organizaciones sin­dicales es la atinente a la incompatibili-dad de los directivos pam desempeftar cargos a nivel ejecutivo en las entidades públicas de] orden nacional, departamen-tal, comisarial, intendencial o municipal.

Aspecto éste de trascendencia, en razón a que de acceder a un puesto de esa naturaleza se presenta la ambibalcn­cia de intf'reses motivados de una parte por la lealtad que se debe al Ejecutivo que lo designó para orientar un ente que por su importancia representa una parte del gobierno y de la otra los compromi­sos contraídos con sus electores, esto es la clase trabajadora que deposita en él la confianza para ser defendido en su lucha para obtener una más adecuada re,,",ne­ración por su fuerza de trabajo. así corno también para hacer respetar las conquis­tas que a base de sacrificio ha logrado a través de varios afios y de no Pocas djscrepancias con ,los empresarios.

4. CREACION DE UNA LEGISLA­CION ESPECIAL DEL DERECHO COLECTIVO DE LOS EMPLEADOS OFICIALES

En el desenvolvimiento y desarrollo del derecho, se observa un proceso de especialidad, para separarlas legislacio­nes segOn la naturaleza e identidad pro-

so Investigación y Desarrollo Social. BoIotá (Col.) Vo. 11 No. J Enero· Abril· J99]

, <¡~\~llilli:

pia de los hechos sociales, culturales y polítiCos que la van generando, para ha­cerla operante y realmente ajustada a esas circunstancias sociales; por ello, se requiere que los empleados oficiales tengan su propia normatividad sobre el derecho colectivo del trabcijo, cijeno al de los trabajadores particulares, como quiera que con pocas excepciones las diferencias son absolutamente marcadas; luego no es lógico equipararlos para legislar en materia sindical, por cuanto en virtud de las funciones de los emplea­dos oficiales en ejercicio de los deberes del Estado, en nada se ajustan al esque­ma establecido para los trabajadores de las empresas particulares.

La legislación propuesta debe estar estructurada en sus principales aspectos, por los siguientes tópicos:

a) Ideología de la Organización Sindical

Dada la naturaleza y poder de presión que en determinado momento puede llegar a ejercer un sindicato de empleados oficiales en detrimento de la estabilidad de las instituciones democráticas del país; es obligante enmarcar con sentido positivo los requerimientos de la organización sindical.

b) Ambito de Aplicación

La legislación propuesta debe permi­tir la asociación en sindicatos a todos los empleados oficiales del nivel na­cional, departamental, comisarial, in­tendencial y municipal, pero la asociación debe ser a nivel de cada Institución y en modo alguno del conjunto de empleados del respecti­vo sector.

Se exceptúa del derecho de asocia­ción a los empleados que presten servicios en el ramo de Defensa Na­cional, Departamento Administrativo

de Seguridad y Procuraduría General de la Nación; por cuanto deben considerarse empleados que no les está permitido la deliberación desde el punto de vista sindical, dada la función primordial y específica que cumplen al servicio del Estado.

e) Organización

Número mínimo de afiliados. El sindicato debe surgir a la vida jurídica con la asociación de un por­centcije superior al 85010 de los tra­bajadores públicos de la respectiva entidad a la cual prestan sus servicios; no quedando incluidos en ese por­centaje quienes ejercen funciones de dirección, administración y manejo. No obstante, en ningün caso podrá crearse sindicatos con un número in­ferior de quince socios.

Con esta expresa consagración de porcentaje elevado para la asociación de sindicatos de los empleados oficia­les se erradica la práctica de negociar pactos colectivos, por parte de las minorías cuando se está negociando convenciones, que tanto mal causan a los trabajadores como a las entida­des.

d) Facultades y Funciones Sindicales

Dentro de este capítulo deben tener­se en cuenta, además de las funciones establecidas hoy en la legislación sin­dical de las entidades particulares, aquellas que se ajusten a la naturale­za de este tipo de asociación sindical, eliminando la diferencia en la nego­ciación de pliegos y convenciones entre trabajadores oficiales y los empleados públicos.

e) Fuero Sindical

Dada la estabilidad que representa la carrera administrativa, resulta in con-

Investigación y Desarrollo Social, Bogotá (Col.) Vo. 11 No. ) Enero· Abril· 1991 SI

secuente mantener el mismo esque~ ma del fuero sindical operante en la actualidad para los directivos sindica~

. les, tanto -de empresasl"articulares como del Estado en sus diferentes niveles;. consagrándose esta prerroga­tiva durante el tiempo de negociación de pliegos o convenciones, para todos los afiliados al sindicato.

Este derecho es independiente de las investigaciones disciplinarias de con­formidad con las disposiciones vigen­tes, siempre y cuando la causa no se genere en una activdad propia de la disciplina sindical.

f) Permisos a Directivos del Sindicato

Teniendo en cuenta la tergiversación del sentido y alcance de este derecho, se hace imperativo limitar la conce· sión de permisos a los directivos sin­dicales, a aq uellas actividades ten­dientes a desarrollarla función dentro del ámbito de la Institución.

Esta prerroga tiva únicamen te podrá disfrutarsc por un período no mayor de cinco días hábiles por mes, utilizables entre uno o varios miem­bros de la Junta Directiva de la respectiva organización sindical.

g) Huelgas

En la estructura de la legislación propuesta debe necesariamente, y por el tipo de actividad desarrollada por los trabajadores al servicio del Estado, eliminarse la huelga, como medio de presión para negociar plie-

.. gos de ,petic¡:j,PrteiS o hacer cu.n.! ....

, convencio~v.igctltes.i .. , !;~irr,;

Las organizacione~5indicales pod • presionar las. negociaciones y /Qcum­plimiento de las ctmvenciones vigen­tes ~on cese de ílttividades de manera escalonada, sin ql¡l~ la duración de cada uno de el Jos supere una hora diaria y sin que esta situación se prolongue más allá de quin<:c días.

Igualmente, quedan terminantemen­te prohibidas\ la$ 9per~io-nes "tortu­ga", que tantos l1'ut:testlares cauS¡an a la . comunidad y a los usuarios- en general de la prestación del .servicio que ofrece el Estado a través de sus empleados.

h) Tribunales de Arbitramento

Este organismo será el encargado de solucionar los conflictos surgidos del no avenimiento del Estado eOIl sus trabajadores en desarrollo de la nego· ciación de pliegos de peticiones ° cumplimiento de las convenci~nes vigentes.

Con esta propuesta y sin restringir derechos adquiridos, se da un paso de vital incidencia en el campo de la solución de conflictos ya través, d~1 cual no se expone a la sociedad a que afronte la intransigencia' de patro"os y trabajadores., co la bIcha por obtener año tras afio mejores prerro­gativas, conciliando de esta forma el in terés general con el' particular de esta clase de empleados.

52 Investigación y Desarrollo Social, Bogotá (Col.) Va. n No. ] Enero· Abril· ) ~9J

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RESEÑAS DE

INVESTIGACIONES CIENTIFICAS

LA INVESTIGACION CIENTIFICA ALMA DE LA UNIVERSIDAD

La investigación científica es de la esencia de la Universidad. No podemos concebir Universidad ni enseñanza universitaria sin investigación científica. porque ésta es el eje en torno al cual gira la Universidad. Entre Universidad e investigación existe una estrecha relación en la adquisición del conocimiento y en la búsqueda de la verdad al servicio de un mejor "status" de la sociedad. Estas razones nos conducen a pensar que la Universidad nunca podrá vivir al margen o a espaldas de la sociedad, porque una de sus principales funciones es la de percibir y detectar los problemas sociales para estudiarlos, diagnosticarlos y presentar alternativas de soluciÓn a través de la investigación.

La investigación científica, no. es ni será un virtuosismo individual, ni un pasa­tiempos, ni una actividad esotérica reservada a unas pocas mentes privilegiadas; es ante todo una necesidad y representa un patrimonio para la Universidad. Para docentes y discentes constituye una de las actividades más nobles, porque expresa la pasión que el hombre de todos los tiempos ha tenido y tiene por la búsqueda del conocimiento y la verdad, porque su proyección genera desarollo en la socie­dad y porque no permanece únicamente en la mente del investigador) .

1. Cfr. Investigación y Desarrollo Social, La investigación cient{fica. vida de la universidad y

.. ~

garantía de la sociedad. V. I. No. 3 Mayo - Diciembre, 1989, pp. 203,-204. iI

54 Investigación y Desarrollo Social, Bogotá (CoL) Vo. U No. ] Enero· Abril· ] 991

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1. DUQUE GARCIA, HECTOR AUGUSTO; QUINTERO QUINTERO, GUSTA­VO. METODOLOGIA PARA DISE1'IIAR y CALCULAR LOS ELEMEN­TOS DE SOPORTE EN TUNELES (TESIS) FACULTAD DE INGENIERIA CIVIL, U.M.N.G., BOGOTA: 1990, 292p. Director: Ing. Jorge E. Puerto .

El trabajo hace referencia a los métodos utilizados para el cálculo de soporte en túneles, utilizando gran variedad de parámetros geomecánicos para los diferen­tes tipos de terreno.

Se plantean los métodos empíricos más usados para clasificar el macizo en 5 tipos, así como recomendaciones de soporte a utilizar en cada uno de ellos, según el método utilizado.

Se describen los parámetros geomecánicos que se utilizan en los métodos ana­líticios, así como la forma de obtenerlos y los rangos según el tipo de terreno. También describe las principales características del concreto.

Se plantean los principales métodos analíticos de cálculo de soporte, desarro­llando gráficos para diferentes tipos de terrenos.

Se presentan aplicaciones de los métodos analíticos a los diferentes tipos de terreno y para cada método, utilizando el programa de computador propuesto para hallar el soporte requerido.

Finalmente, se hallan tablas de recomendación de soporte como resultado del análisis y combinación de los diferentes métodos analíticos, y se hace una descrip­ción de la estructura y forma como fue concebido el programa de computador u tilizado en el cálculo de soporte en túneles .

También se describe el funcionamiento del programa y se hace una relación de variables utilizadas en los diferentes subprogramas, como ellístado de cada uno de ellos.

Por último, se presentan conclusiones y recomendaciones.

Investigación y Desarrollo Social, Bogotá (Col.) Vo. 11 No. 1 Enero - Abril- 1991 55

2. BOHORQUEZ SUAREZ, URIEL ALFREDO; ECHEVERRY ARCINIEGAS, CARLOS ALBERTO. MONTEROS EPOXICOS (TESIS) FACULTAD DE INGENIERIA CIVIL, U.M.N.G., BOGOTA: 1987, 249p. Director: Ing. Alejandro Sandino Pardo.

El trabajo tuvo como objetivo encontrar una grunulometría y una dosis que cumplieran las mejores condiciones en cuanto a manejabilidad, resistenciaS' qu(mi­ca y mecánica, además un bajo costo, para ser utilizadas en juntas de pisos antiáci­dos propios de las Industrias de Cervecería, Lácteos, Licoreras, Carnes y en general todas aquellas industrias que trabajen con sustancias que puedan deteriorar fácil­mente un piso de concreto de cemento.

Para lograr los objetivos antes mencionados fue necesario recopilarinfonnación acerca de los ingredientes de un Mortero Epóxico como 10 son la Resina Ep6xica Sikaguard 63 y la arena; además de una buena gama de ensayos de laboratorio, los cuales están descritos paso a paso en dicho trabajo.

En una primera etapa de ensayos que incluyó granulomeiiia, lavado sobre tamiz 0,075 mm., densidad y absorción, masa unitaria apisonada, resistencia a la compresión y módulo elástico con las granolumetrías ASTM-fina, ASTM-gruesa, Fuller 2,4 mm. y Europea 2,4 mm. (P=::JO/9) (I 00 d/D) 1/3-10) con las proporcio­nes en volúmen 1: 2 y 1: 3 (resina: arena), se llegó a la conClusión que la granulo­metría Fuller 2,4 mm. resultó ser la óptima.

En una segunda etapa de ensayos que incluyó mllnejabilidad, detenninación del módulo elástico, resistencia a la compresión, tensión indirecta,ataque quími­co, con las proporciones 1:2, 1:3, 1:4y l:5, se determinó que la dosis 1:3 ofrece el mejor comportamiento en cuanto a sus propiedades y costos.

3. ESCOBAR SERRANO, ALVARO ENRIQUE; ROJAS PIRAGUA; JOSUE FERNANDO. APLICACION DEL METODO DEL PORTIeO EQUIVA­LENTE PARA EL DISE1'ijO DE PLACAS EN DOS DIRECCIONES. ANA­LISIS COMPARATIVO (TESIS). FACULTAD DE INGENIERIA CIVIL. U.M.N.G .• BOGOTA: 1990, 380h. Director:lng. Ivio Melgarejo.

El trabajo tiene por objeto aplicar el método del pórtico equivalente para el diseño de placas en dos direcciones, para luego ser comparado con el método directo de disefio. Comprende los siguientes aspectos:

Descripción de los métodos del pórtico eqUivalente y directo de diseño, utili­zados en el cálculo de placas en dos direcciones y selección de la placa tipo.

S6 (nvestigacíón y Desarrollo Socíal, Bogotá (Col.) Vo. U No. ] Enero - Abril· J 991

Cálculos preliminares para el disefio de una estructura de cuatro niveles, en la cual inicialmente se predimensiona la placa y las columnas, continuando con el análisis sísmico de acuerdo con las normas exigídas por el C.C.C.S.R.

Análisis de las diferentes alternativas para la obtención de los elementos adjun­tos sometidos a torsión; la viga-placa y los momentos de fijación, con el fin de adoptar los valores más confiables y la sección más eficiente.

Aplicación del método del pórtico equivalente, considerando las alternativas encontradas; también se presentan los cálculos necesarios para el diseño de la placa seleccionada y se efectúa el cálculo de esta placa por el método directo de

• diseño, para la posterior comparación de los dos métodos.

I

Análisis de los resultados obtt:nidos a través de la investigación y las conclusio­nes respectivas.

4. BUSTOS NUÑEZ, ALCIDES; GARCIA MONZON. ALEJANDRO. MANUAL DE PLANEACION, PROGRAMACION y CONTROL DE PROYECTOS DE CONSTRUCCION DE VIVIENDA (TESIS). FACULTAD DE INGE· NIERIA CIVIL, U.M.N.G., BOGOTA: 1989, 2v. Director: Ing. WilJiam Carrillo R.

Este Manual reane los fundamentos básicos de estas tres t:tapas de la adminis­tración de una obra, definiendo la metodología, los modelos y aplicando los programas de microcomputador con los cuales se conforma una herramienta para el ingeniero civil o el estudiante de ingeniería.

Las etapas de la administración de una obra son estudiadas, por mt:dio de la recolección y selección de la bibliografía existente, se explican los modelos que se han de seguir para el desarrollo de dichas etapas y se crean los formatos para la realización del control del avance de obra de un proyecto de construcción.

Por medio de la ilustración gráfica se muestran los pasos que se deben seguir al efectuar las etapas antes mencionadas, con especificación clara de las actividades pertinentes.

El desarrollo de la sistematización del presupuesto y el control del proyecto dc construcción, se hace con base en la información recopilada en los formatos previamente establecidos para tal fin. Para el uso del paquete de programas se realizó el manual del usuario, en el cual se definen los pasos para su manejo.

Con la aplicación del manual en referencia y de los programas de computador al proyecto de construcción de vivienda "Ciudadela Colsubsidio", se pudo comp­probar la eficiencia de dicho manual y demostrar la ayuda que presta el paquete de Control del Presupuesto en la realización del presupuesto inicial, el modificado y el control de avance de obra.

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I :~.' ':~Yi:\::!i~.~~:·t.;~'~; ~~. ¡J~:., /1 ... :~.·t¡¡), ¡lj . o', '.

S. ANZOLA RUEDA, ROBERTO; PEDRAZA BUiTR:A~JORGEENai~~I':: ';'i' ljj

OPTlMIZACION DEL USO DE GEOttXTILES EN',LAS CARRE~, COLOMBIANAS (TESIS). FACULTAD DE INGENIERIA~lttt~ U.M.N.G .• BOGOTA: 1990 521h. Director: Ing. YeziclA;10utiértez. !' "

El trabajo consigna el desarrollo de la investigación en la técnica y mafllrjo de los geotextiles con el objeto de lograr una aplicación más adecuada y óptirnaa la que tradicionalmente se viene haciendo.

Para el logro de este objetivo se presenta inicialmente la informaci6n básica la cual cubre los aspectos de fabricación, tipos! propiedades, ensayos y aplicacioll~s de las fibras geotextiles, complementada con las características de cada una de las fibras de producción nacional e importadas que actualmente se encuentran en el mercado.

Una vez establecidos los conceptos básicos se establece un análisis té<:niúo de los resultados de la aplicaci6n de la técnica en nuestro medio.

Llevadas a cabo las consultas requeridas, se procede al estudio y evaluaoión de los geotextiles, en la estabilización de terraplenes que se constituYF en la idea central del proyecto, y para lo cual se efectúan análisis teórico-práti<;os del com~ 'if portamiento de las fibras.

Como resultado de esta investigación se emiten los i"'nr.u"1'I1I1

básicos que conducen a la optimización del uso de la técnica d '.' las diferentes obras y proyectos que se presentan en el Páik .

6. CARVAJAL MURCIA, BENITO ANTONIO; PEREfRA AGUllE1A. EDGAR ALBERTO. EVALUACJON DEL EFECTO DE LA ADlCION DE CAUCHO SINTETICO EN LAS MEZCLAS DE ASFALTO (TESIS). FACULTAD DE INGENIERIA CIVIL, U.M.N.G., BOGOTA: 1988. lSZh. Director: Ing. Jaime 8ateman Durán.

El trabajo presenta los resultados de la investigación inicial en la utítización del caucho usado en el cemento asfáltico tradicional de penetración 50-60. El asfalto o asfalto encauchado conteniendo de un cinco (50/0) por ciento en peso, a veinte por ciento (200/0) de sólidos de SBR, que se usa en cada porcentaje. El sig­nificativo comportamiento de la adición de caucho en las mezclas se investiga por ensayos de penetración, flotación, punto de ignición, ductibilidad, extracción, du­rabilidad y estabilidad MarshalI, que se llevaron a cabo con muestras de cuatro (4) por dos y media pulgadas (2 1/2") de acuerdo a'la norma ASTM 01559; la estabi­lidad y flujo se determinan a 60° C.

58 Investigación y Desarrollo Social, Bogotá (Col.) Vo. II No. I Enero' Abril· 199'