trotamundos revista

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Trotamund Año 1 - Edición N°1 - Noviembre de 2014

Guía de viaje de argentinos en el mundo

Turquía: El Gran Bazar

Pág.3

Nueva Zelanda: Auckland

Alemania: Sachsenhausen

Pág. 6

s

Perú: Consejos para moverte como un local

Pág 8

Pág.4

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Índice

Producción y Edición

Esteban Alfaro Andrea Villaverde

Año 1 - Edición N°1 - Noviembre de 2014

Impreso en Paraná, Entre Ríos, Argentina

Trotamundos, argentinos por el mundo

Perú: Consejos para moverse como un local

Alemania: Campo de concentración de Sachsenhausen

Nueva Zelanda: Auckland, mi-tad marina, mitad urbana

Pág.4

Pág. 8

Pág. 6

Trotamundos:

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Quizás una de las principales razones por la cual visitar Estambul es sin dudas el Gran Bazar. Realmente este Bazaar es una pequeña ciudad dentro de Estambul, ya que dentro del mismo uno puede llegar a perderse por horas, admirando todos los objetos disponibles para comprar. Alfombras, lámparas, remeras, joyas, relojes, accesorios de los mas locos, realmente se puede encontrar de todo dentro.

Llegar al mismo puede ser un poco complicado, y aunque hay señalizaciones para llegar, uno ter-mina perdiéndose entre en laberinto que signifi-can las calles de Estambul. Pero luego una vez que se entrar al Bazar es como un viaje en el tiempo, uno vuelve al pasado y se siente en la época me-dieval. Calles sin fin, uno intenta hacer un mapa en su cabeza para recorrer el Bazar como si fuera un shopping, así no se pierde nada, pero es prácticamente imposible. Empezas a girar a la izquierda, a la derecha y después de 2 minutos ya ni sabes por donde entraste. Realmente hay que tomarse el tiempo para recorrerlo y ver que son las cosas que te gustaría llevar.

Una vez dentro los vendedores te ofrecen sus pro-ductos a diestra y siniestra. Si te escuchan hablando en ingles te saludan en ingles, si escuchan a al-gún italiano, empiezan a hablarte en italiano, y si escuchan español te empiezan a saludar y ofrecié-ndote todo en español, uno realmente se pregunta cuantos idiomas saben estos muchachos.

Por último, dos consejos: primero, lo que se pre-guntaran todos ¿Cómo regatear? Se sabe que el vendedor no bajará el producto por debajo del que

lo consiguió él, por eso nunca va a salir perdi-endo. El tema está en cuanto estamos dispuesto a pagar nosotros por ese mismo producto. Lo primero que podemos hacer es preguntar en varios locales cuanto está un mismo producto y luego, en donde está mas barato, tratar de bajarlo hasta el precio que estamos dispuesto a pagar por él.

Y el segundo consejo es que si ven plata tirada dentro de una tienda, ni se les ocurra agacharse a levantarla, como tradición, el dinero de la primera compra, los vendedores se lo pasan por la cara y lo tiran al suelo, para atraer buena suerte y buena venta para ese día. Si no quieren regresar con una mano menos, mejor dejen la plata en el suelo.

El Bazar de las Especies

Sin dudas este Bazar es la atrac-ción de Estambul más difícil de encontrar. Uno se espera algo parecido al Gran Bazar, pero el de las Especies, solo son dos cuadras, en forma de cruz.

Se encuentra cerca uno de los puentes que conecta el Cuerno

de Oro con la parte norte de la ciudad. Vale la pena visitarlo, y si son amantes de los distintos aromas, su nariz va a sufrir un deleite dentro de este Bazaar.

Dentro del mismo se pueden comprar, aparte de es-pecias obvio, comidas típicas turcas, dulces, y todo lo referente a la gastronomía musulmana.

Sin dudas es una ciudad hermosa de recorrer tanto por sus atracciones como por su cultura. Espero que les haya gustado y les sirva si piensan visitar Est-ambul en su próximo viaje o al menos que le hayan dado ganas de hacerlo.

El Gran Bazar

De compras en Estambúl

Estambúl es sin dudas es una ciudad hermosa de recorrer tanto por

sus atracciones como por su cultura.

Se puede en-contrar de todo en el Bazar de Estambúl


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Auckland es una ciudad de Nueva Zelanda situada en la Isla Norte. El Área metropolitana de Auckland es la mayor del país, así como el mayor núcleo de población del sur del Pacífico, contando con más de 1.200.000 habitantes. Aunque Wellington es la capital de Nueva Ze-landa, Auckland es la ciudad más poblada y, de hecho, la capital económica del país.

Llegué al aeropuerto internacional de Auckland cer-ca del mediodía. Bajé del Airbus 380 de Emirates y comencé a dar mis primeros pasos en mi nuevo hogar. Recorrí unos largos pasillos hasta llegar a Mi-graciones, la primer prueba para entrar al país. Miré las caras de los agentes y dije “Aquél tiene cara de buen tipo, seguro me deja pasar” y comencé a hacer la fila. Rápidamente llegó mi turno, en mi mochi-la -todo junto- tenía el seguro médico, documen-tos para demostrar los 4200 NZD y la fotocopia de mi visa, pero nada de eso hizo falta. Le entregué mi pasaporte, lo ingresó a la computadora e instan-táneamente me selló el pasaporte, acompañándolo de “Have a great experience“. Sonreí feliz, ya estaba dentro. Luego llegó el momento de retirar el equi-paje y el riguroso escaneo del mismo.

No podemos entrar ninguna especie de lácteos o car-nes, mis amigos tenían unos chocolates que habían comprado en el Duty Free de Dubai y no tuvieron problemas en pasarlos, sin embargo uno de ellos tenía una carpa y la tuvo que entregar para que sea desinfectada. Son muy minuciosos con el hecho de que no entremos bacterias o parásitos ajenos a su ecosistema.

Cuando salí, la increíble estatua del Rey Enano que se erigía ante mi confirmaba una vez más que me encontraba en la Tierra Media. Comimos algo en Mc-Donalds, nos llenamos de panfletos de ambas islas y cambiamos lo mínimo necesa-rio para llegar desde el aero-puerto al centro. El cambio no es el mejor pero la diferencia tampoco es astronómica en relación a lo que encontraremos en el centro. Allí estaba 1 USD = 1,15 NZD.

¿Cómo llegar desde el Aeropuerto a nues-tro hostel o alojamiento?

Existen varias opciones, las más utilizadas y baratas son el Airbus y los Shuttles Express.

Airbus: Salen cada 15 minutos aprox. y cuesta 16 NZD. Tienen varias paradas en el centro por lo que segu-ramente encontraremos una cerca de nuestro hostel. Salen desde una parada ubicada justo apenas sali-mos del aeropuerto por la puerta principal, no la que queda cerca del McDonalds.

Primeros Pasos en Nueva Zelanda

Auckland

El cambio no es el mejor pero la

diferencia tampoco es astronómica.

Allí estaba 1 USD = 1,15 NZD.


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Express Shuttle: Si viajamos solos quizás esta opción no nos convenga monetariamente hablando ya que el precio individual es de cerca de 23 NZD, sin em-bargo nosotros éramos 3 que viajamos juntos, por lo tanto el precio caía a 17 NZD. Por 1 dólar de diferencia decidimos tomarnos la combi, ya que en este servi-cio te deja en la puerta de donde nos quedemos. Si juntan 5 o más el precio cae por debajo del Airbus a 14 NZD.

Desde que empecé a planear el viaje sabía que quería quedarme al menos una semana en Auckland, quería tomármelo con calma, hacer los trámites con tiem-po y disfrutar de unos días incorporando esta nueva cultura.

El Hostel queda ubicado en pleno centro de Auck-land, en 229 Queen Street, la principal de la ciudad. Llena de opciones gastronómicas, bancos, super-mercados, oficinas de correos, todo lo necesario para esos primeros trámites. Estamos en el corazón de la cultura Neozelandesa.

En lo que específicamente respecta al hostel, la pro-moción es en una habitación de 8 camas, las cuales son de las mejores que he tenido en mis viajes. Tenes amplios lockers para guardar todas tus pertenencias (no te olvides de traerte un buen candado). Tiene una cocina gigante donde podremos cocinarnos y guardar lo que no utilicemos.

Saliendo del hostel a la izquierda tendremos el Globe Bar. Happy Hours todos los días de 5 a 6 PM y abierto todas las noches hasta las 2/3 de la mañana. Un lindo lugar para tomar unas cervezas con amigos y conocer gente de todo el mundo en la misma que vos.

Nota: Al hacer el check in deberemos pagar el total de nuestra estadía y no aceptan dólares (Solo tarjeta y NZD), por lo tanto tendremos que cambiar dinero.

Por suerte en Queen Street tendremos una buena cantidad de casas de cambio para elegir (Siempre las mejores son las de origen chino, mejor tasa de cam-bio). También sepan que cobran 20 NZD por la tarjeta de entrada al cuarto, que nos lo devuelven cuando hacemos el check out.

Finanzas

Se puede trabajar a cambio de alojamiento. Son pues-tos en Housekeeping, Staff del Bar y Staff de promo-ción del Globe Bar y mantenimiento general del Hos-tel. Son 20 horas por semana, se trabaja 4 horas por día, 5 días a la semana con dos descansos a cambio de una semana de alo-jamiento. El an-uncio dice que solo emplean a gente que se queda al menos 4 semanas en Auckland, pero nunca está de más preguntar si nos quedamos me-nos. Es una buena opción para ahorrarse los 25 NZD que sale la noche.

Consejos para ahorrar cerca del Base: Saliendo del Base, hacemos media cuadra a la izquierda, llegamos a la esquina, media cuadra a la derecha tenemos un Domino´s Pizza. Variedad de pizzas a solo 4.99 NZD, de lo más barato que encontré sin la necesidad de cocinar. Siguiendo por esa cuadra, al llegar a la es-quina, de la mano de enfrente tenemos el super-mercado CountDown, también el más barato hasta el momento.

mitad marina, mitad urbana

Se puede trabajar a cambio de alojamiento.

Son puestos en Housekeeping, staff del Bar y

staff de promoción

Auckland, desde el agua


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“Arbeit macht frei”. El lema se encontraba en la entrada de la mayoría de los campos de concentración de la Alemania Nazi. “El trabajo los hará libres”, una promesa, cínica e irónica, a personas que desconocían las razones por las cuales se las encerraba. Una falacia más de un gobierno autoritario, que dejo una página negra en la historia.

Campos de trabajo, de reeducación, de concen-tración. A lo largo de la historia se los conoció con diferentes nombres, aunque siempre tuvieron la misma finalidad, encerrar al diferente, a aquel que no estaba de acuerdo con las ideas o acciones de un proceso que creía ser dueño de la verdad absoluta. Los campos de concentración no son una creación Nazi. Los hubo durante muchos procesos, algunos de ellos anteriores a la Segunda Guerra Mundial. Existieron en la Unión Soviética, en Corea del Norte, Chile, Venezuela y hasta en la Argentina. Judíos, di-sidentes políticos, homosexuales, gitanos, eslavos, testigos de jehová, criminales comunes, y demás colectivos calificados como “inferiores” o “traid-ores” fueron privados de su libertad.

Un día de enero en 2010, este argentino, se animó a releer una de esas páginas que, a la historia, le hu-biera gustado borrar. El ex campo de concentración de Sachsenhausen, uno de los pocos que aún pueden ser visitados junto con Dachau en Múnich y Auschwitz en Polonia, se encontraba ante mí. A medida que me acercaba a la entrada principal, mi

corazón comenzó a pal-pitar con fuerza. Me

preparaba men-talmente para lo que vendría. El sufrimiento y la agonía todavía eran palpables.

El frio se hizo más intenso

mientras atravesa-ba la puerta. Miró hacia arriba, y un reloj todavía marca la hora exacta en la cual, el 2 de mayo de 1945, el Ejército Rojo entró a liberar el campamento. Un viento gélido, de esos que no se pueden combatir con guantes y bufandas, me perforaba, helándome

Sachsenhausen: el campo del terror

Campos de concentración en Alemania

...siempre tuvieron la

misma finalidad, encerrar al diferente a aquel que no estaba

de acuerdo con las ideas o acciones de

un proceso...


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el alma. Hacía más de 50 años que Sachsenhausen permanecía cerrado, sin embargo, las injusticias y atrocidades todavía se percibían, como heridas abiertas.

Hay que diferenciar este campo de concentración en particular con otros que existían. Los campos más sangrientos fueron los de Auschwitz-Birkenau, Treb-linka, Belzec y Dachau, donde morían 1000 personas por día. Sachsenhausen, sin embargo, era lo que los alemanes llamaban un campo de concentración modelo. Aquel que se mostraba a la sociedad. Una pantalla para ocultar lo que realmente pasaba en otros campos. Una tapadera para hacerles creer a la población, y al mundo, que éste era un lugar de reinserción. Un ejemplo a seguir.

Una vez dentro, el recorrido incluyó las barracas donde los prisioneros vivían en condiciones infra-humanas, los baños con mínimas medidas higié-nicas, las celdas de castigo, la sala de autopsia y pruebas médicas. Caminamos por los patios donde diariamente a primera hora de la mañana, en pleno invierno y abrigo insuficiente, los presos debían permanecer de pie para su conteo general. Para el final del recorrido quedaron las zonas donde más dolor y angustia me provocaron: los cimientos de lo que fue la cámara de gas y la fosa común.

Un pequeño museo, dentro de una de las barracas, expone la indumentaria y los símbolos que utiliza-ban los oficiales para identificar a cada prisionero. Cartas y diarios personales donde, pensamientos e ilusiones, quedaron plasmados así como también la lucha cotidiana contra el injusto encierro.

¿Cómo un grupo de prisioneros, a sabiendas de lo que le depararía el futuro, seguían mirando ha-cia adelante, seguían con sus vidas cotidianas? La pregunta surge de uno de los chicos que me acom-pañaba en el tour. “La esperanza es lo último que

se pierde” fue la simple respuesta. Aquellas perso-nas que se levantaban cada mañana, que cumplían con lo que les era ordenado, que se higienizaban, alimentaban, creían en un futuro fuera de Sachsen-hausen. El volver a ver a sus padres, hermanos, sus hijos les daba esa luz de esperanza, la más difícil de erradicar de los corazones humanos. Aquellos

que la perdían terminaban formando parte de las víctimas que dejaba el conflicto.

Un dato que me llamo poderosamente la atención, era que muchas de las compañías Alemanas, hoy conocidas mundi-almente, como las farmacéuticas Bayer o Boehringer Ingelheim, automovilísticas como Volkswagen, BMW, Mercedes-Benz o Porsche, todas ellas tenían un campo de concentración lindero a su fábrica o en sus cercanías. Mano de obra esclava, aceptada por una sociedad cuyos valores, influenciados por una idea de nacionalismo y raza superior impuesto por Hitler y sus seguidores, distanciaban de la realidad.

Los detalles sobre lo que ocurría dentro de los campos, muchos de los cuales llegaron a generarme escalofríos, los obviaré de esta nota. Aquellos que deseen saber más, deberán atreverse a realizar este tour. La compañía Sandemans New Europe, famosa por sus city tours gratis, realiza este tour, que tiene un costo de 15 euros para adultos y 13 para estudi-antes. Los folletos se consiguen en cualquier Hostel de la ciudad y el punto principal de reunión en el Starbucks ubicado a metros de la puerta de Bran-denburgo.

Sachsenhausen: el campo del terror

Sachsenhausen era lo que los alemanes llam-aban un campo de con-

centración modelo.

Campos de con-centración de Sachsenhausen


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Taxis localesLos taxis se manejan de una forma diferente a la que es-tamos acostumbrados en la argentina. Ninguno de ellos tiene taxímetro. ¿Cómo saber entonces cuanto nos deben co-brar de un lugar a otro? Simple-mente no lo sabemos. Antes de subirse, uno debe hablar con el conductor y pre-fijar el precio del viaje. Es por ellos que siempre es conveniente preguntar a al-gún local cuanto nos puede llegar a costar cierto viaje. Realmente no nos paso se quieran aprovechar de nuestro descono-cimiento, los peruanos en gen-eral, son bastante respetuosos, y saben cuidar, al turista. Pero nunca está de más preguntar.

Consejos para moverse como un local

De visita por Perú

Uno tiene que

estar preparado físicamente. La altura suele ser un problema en estos lugares

Los taxis en Lima no son sólo los autos convencionales


Peligros y Advertencias

Puedo dar fe que, aunque lleve mi Lonely Planet, que decía que muchos lugares eran insegu-ros o había que caminar con precaución, jamás me sentí en peligro. Pero les recomiendo que no teman en salir a pasear de noche o por lugares que no conocen. Como toda ciudad, siempre hay que ser precavidos. Pueden consultar en el hotel/hostel cuales son los lugares o momentos más “peligrosos” para estar afuera, pero después de eso, todo el Perú me resulto un lugar bastante tranquilo y seguro.

Nosotros, los viajeros, siempre estamos deseosos de conocer nuevas culturas, nuevas costumbre. Algunas de ellas, que parecen normales y desapercibidas para los locales, nos resultan extrañas y hasta pueden sacarnos de quicio. Aquí algunos consejos e información para mezclarse con la comunidad Peruana y no parecer uno de esos turistas, como decimos en Argentina, “perdidos como perro en cancha de bochas”.

Cambio de DivisasVarios puntos a tener en cuen-ta:1- Siempre que cambien dinero, asegúrense la tasa de cambio de cada moneda. Las agen-cias de cambio suele colocar un pequeño distintivo en cada billete (sello) para saber que los cambiaron allí. Esto sirve para

su seguridad (ya que tienen la certeza que las divisas son verdaderas).2- En la puerta de los bancos van a observar señores parados con chalecos, usualmente de colores llamati-

vos, intentando cambiarles dólares

o euros. Aquellos “arbolitos”, como los llamamos aquí, están totalmente legalizados por el estado y tienen permiso para intercambiar divisas. Es más, suelen tener mejores tasas que las agencias y los mismos ban-cos.

Estado físicoDebo decirlo, Perú no es un país para cualquiera. Uno tiene que estar preparado físicamente. En especial si desea conocer Machu Picchu, Cusco y Puno. La altura suele ser un problema en estos lugares, por ejemplo, en este último, Se llegan a realizar ex-cursiones a más de 4000 msnm.

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