transferencia y articulación

8/19/2019 Transferencia y Articulación

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Transferencia y articulación:La política de la retórica como economía del deseo

Sergio Villalobos-Ruminott1

ResumenComentamos acá la obra del recientemente fallecido teórico

político Ernesto Laclau en el contexto latinoamericano relacionado conla crisis del marxismo, en los aos 1!"# $ 1!%#, para enfati&ar lasingularidad de su respuesta ante dic'a crisis, respuesta (ue lo lle)aríaa la formulación, *unto con C'antal +oue, de una particular teoría dela 'egemonía política en la (ue se combinan los elementos propios dela tradición marxista, en particular las contribuciones de ntonio.ramsci, con los desarrollos contemporáneos del psicoanálisislacaniano $ con los despla&amientos desde la /losofía clásica dellengua*e, gracias a las contribuciones de Roman 0aobson $ 2erdinandde Saussure, 'acia una teoría social o contingente de la signi/cación3

Sin embargo, la radicalidad del despla&amiento retórico deLaclau parece (uedar en suspenso cuando 4l mismo 'omologa lanoción de constitución discursi)a de lo social, 'egemonía $ ra&ónpopulista, pues a5n cuando su elaboración del populismo es comple*ae 'istóricamente informada, sigue estando remitida a la disputa por elpoder del Estado, cuestión (ue captura la 'istoricidad de las di)ersasluc'as sociales seg5n la racionalidad estrat4gica de la luc'a por'egemoni&ar dic'o Estado3 En tal caso, nuestra lectura no es una

crítica del populismo, sino, por el contrario, una crítica de la economíade la transferencia (ue limita lo (ue por otra parte podría ser unpopulismo radical $a no regido por la racionalidad estrat4gica en ladisputa por la toma del poder3

Palabras clave6 Ernesto Laclau, 'egemonía, ra&ón populista, políticade la retórica, transferencia e identi/cación3

Transference and ArticulationThe Politics of Rhetoric as Economy of Desire

1 7rofesor de estudios latinoamericanos, 8ni)ersidad de +ic'igan3utor de Soberanías en suspenso. Imaginación y violencia en AméricaLatina 9:uenos ires6 La Cebra, ;#1=3Compilador de las conferencias de Ernesto Laclau en C'ile 91!!%=, ba*oel título Hegemonía y antagonismo. l imposible !n de lo político 9Santiago6 Cuarto 7ropio, ;##;=3


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Abstract ?'is text presents t'e @or of t'e recentl$ deceased political

t'eoretician Ernesto Laclau @it'in t'e Latin merican context relatedto t'e crisis of +arxism, b$ t'e 1!"# and 1!%#, in order to emp'asi&e'is singular elaboration of suc' a crisis3 ?'at @ould 'a)e taen 'im,

along @it' C'antal +oue, to t'e formulation of a speci/c )ersion of t'e t'eor$ of 'egemon$ in @'ic' @e can see a combination of +arxistelements, in particular .ramsciAs notion of 'egemon$, @it' mostcontemporar$ )ersions of ps$c'oanal$sis 90ac(ues Lacan=, and t'ep'ilosop'$ of language 9Roman 0aobson and 2erdinand de Saussure=,t'at enabled an ontological t'eor$ of social articulation a@a$ fromclassic ontologies of t'e societ$ and realist determinations of discursi)e meaning3

Bo@e)er, t'is r'etorical displacement seems limited b$ LaclauAs'omologation of t'e r'etorical constitution of t'e social, 'egemon$and t'e populist reason, since despite of t'e fact t'at 'is notion of

populism is complex and 'istoricall$ informed, it remains a strateg$ fortaing t'e State po@er e)en if not in a re)olutionar$ @a$3 onet'eless,ours is not a criti(ue of LaclauAs populism or populism in general3 Dnt'e contrar$, as a criti(ue of t'e econom$ of transference andidenti/cation c'aracteristic of 'is t'eor$, @e aim to@ard @'at could beconsidered a radical or sa)age populism, one t'at is not snared b$ t'e'egemonic dispute for State po@er @'ile is still informed b$ t'e logicof antagonism3

Keyords6 Ernesto Laclau, Begemon$, 7opulist Reason, 7olitics of R'etoric, ?ransference and denti/cation3

"#$ué esperamos reunidos en el %gora&s 'ue los b%rbaros van a llegar hoy día. "#(or 'ué en el Senado tal inactividad&

#(or 'ué los Senadores est%n sin legislar&(or'ue los b%rbaros llegaran hoy día.

)ava!s. sperando a los b%rbaros

!ntroducción


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La importancia del traba*o teórico de Ernesto Laclau está fuerade dudas3 Como tambi4n debería estarlo su ri(ue&a $ rele)ancia parapensar problemas teóricos $ políticos contemporáneos, pues Laclau noes un pensador con)encional dedicado a elaborar una armaduracon)incente desde la cual se pudiera explicar el acontecer, a pesar de

los usos (ue su teoría recibe en la actualidad3 Su traba*o teórico esindisociable de su experiencia militante $ política en general, $ suafamada condición de profesor no está en contradicción con el carácterproped4utico de sus textos, más allá de la enorme comple*idad de suselaboraciones en torno al pensamiento político en general $ a la crisisdel marxismo en particular3 En este texto (uisi4ramos sostener )ariascosas3 7or un lado, el pensamiento de Ernesto Laclau sigue siendo unode los referentes teóricos más rele)antes para pensar no solo unaalternati)a al cierre post-político del mundo globali&ado, sino parapensar políticamente en el concierto acad4mico actual3 La radicalidadde sus despla&amientos teóricos $ el alcance de sus conclusiones

siguen pendiendo sobre nosotros no solo para pensar la 'istoria de unadeterminada tradición, sino la misma relación entre teoría $ prácticapolítica3 Su lectura sintomática $ general del marxismo, aun(uedisputable en muc'os sentidos, nos obliga a una preguntafundamental6 F'asta (u4 punto )ale la pena seguir llamando marxistaa un pensamiento $ a una práctica democrática radicalG H suconstitución de una política de la retórica, ale*ada de las retóricaspolíticas con)encionales $ entre)erada con la condiciónirrenunciablemente /gurati)a del lengua*e $ del sentido, sigue siendouna contribución destinada a superar tanto las ontologías clásicascomo el determinismo de una cierta /losofía de la 'istoria epocal3 En

su traba*o, considerado de manera general, es posible distinguir unadimensión lógica, una analítica $ una dimensión 'istórica organi&adasde tal modo (ue las conclusiones parciales extraídas de cadadimensión terminan por *usti/car una teoría comple*a de la política,(ue desborda su misma noción de 'egemonía $ (ue se encuentra, esanuestra 'ipótesis de traba*o, inconclusa3

Sin embargo, sostenemos tambi4n (ue la dimensión lógica de suargumentación es consistente $ rigurosa, pero la dimensión analíticaestá debilitada por la dependencia (ue su teoría mani/esta respecto aun con*unto de Ie*emplosJ 'istóricos (ue funcionan como casuística

acotada $ (ue tienden a con/rmar su teoría, no a mati&arla $expandirla3 Como resultado de lo anterior, su teoría de la política 9$ dela 'istoria= tiende a funcionar en un ni)el apodíctico $ tautológico,reprimiendo in)oluntariamente las in/nitas )ariaciones 'istóricasdesde una concepción generali&ada (ue identi/ca la 'egemonía con lapolítica $ con la ra&ón populista3 7or otro lado, su despla&amientodesde las ontologías realistas $ sociologistas $ su comprensión de losocial como ámbito de con/guración contingente, analógicamente


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articulado seg5n las relaciones I'istóricamente determinadasJ designi/cación 9i.e36 la misma relación indeterminada entre signi/cantes$ signi/cado=, gracias a su incorporación de los análisis de 0aobson,Saussure, $ su utili&ación de las 'erramientas retóricas $ tropológicasde la lingKística contemporánea, le permiten pensar la política desde

una tropología material destinada a despla&ar la onto-políticatradicional sin (uedar remitido a lo (ue se 'a denominado como IgirolingKísticoJ;3 Sin embargo, si la signi/cación social 'a (uedadoemancipada de la relación determinista propia de la /losofía realistadel lengua*e, abri4ndose 'acia el campo retórico $ catacr4tico de la/gurati)idad o de la imaginación, toda)ía su concepción 'egemónica $estrat4gica de la política parece limitar ese campo /gurati)o $ operarsobre la catacresis una economía de sentido (ue la ItraduceJ a unaescena o instancia de signi/cación necesaria para la articulación decadenas e(ui)alenciales o narrati)as (ue organi&an el campo políticode manera bipolar 9'egemonía $ contra-'egemonía=, cuestión (ue

tambi4n limita la lógica del antagonismo al inscribirlo en la operacióne(ui)alencial de la 'egemonía estructurada en torno a la disputa por elpoder3 En efecto, Laclau concibe al antagonismo como ImotorJ de lapolítica, sobre todo si dic'o antagonismo es políticamente producido $no mecánicamente extrapolado desde la IcontradicciónJ entre fuer&asproducti)as $ relaciones sociales de producción sin embargo, dic'oantagonismo es inmediatamente re-territoriali&ado seg5n la lógicabinaría (ue lo organi&a en t4rminos de 'egemonía $ contra-'egemonía, reprimiendo su proliferación descentrada para organi&arlade acuerdo con una economía transferencial orientada seg5n unacierta direccionalidad estrat4gica


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En tal caso, más allá de la crítica marxista clásica alIreformismoJ de su teoría de la 'egemonía $ de la acción social O, a suidealismo discursi)o $ a sus efectos en el mundo acad4micocontemporáneo 9particularmente en los llamados Estudios culturales

latinoamericanos>

=, pretendemos 'abitar una tensión constituti)a desu pensamiento, pues sin dic'a tensión, la teoría política de Laclausería una manifestación tardía de la /losofía política con)encional,consagrada a leer la fenomenalidad del mundo desde un modeloconceptual expurgado de antinomias3 Mic'a tensión está relacionadacon un doble mo)imiento de indeterminación $ territoriali-ación (uecaracteri&a su pretensión de dotar a la teoría de la 'egemonía de una

0ac(ues Merrida, (ue pone en *uego la relación entre la claridadintrínsecamente )iolenta de la racionalidad metafísica $ la pretensiónde IsuperarJ el extra)ío del ser en las penumbras de su existencia3 Ver

IViolencia $ metafísica3 Ensa$o sobre el pensamiento de EmmanuelLe)inasJ La escritura y la diferencia 9:arcelona6 nt'ropos, 1!N!=6 1#%-;1#3O 8na crítica a su abandono de la noción de clase se 'a$a en latemprana inter)ención de Ellen +eisins Pood, he /etreat from0lass. A 1e2 3rue4 Socialism 9Londres6 Verso, 1!N"=, $ será retomadapor Sla)o* Qi&e gainst t'e 7opulist ?emptation 90ritical In'uiry


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cierta utilidad práctica3 En efecto, su enorme traba*o de desmonta*e dela ontología atributi)a $ de la /losofía de la 'istoria implícita en elmarxismo le permite postular una teoría de lo político 9o de la políticasin más=, distanciada de toda lógica determinati)a o de toda teoría delreUe*o sin embargo, la contingencia misma de la política como efecto

de su postulación post-fundacionalista pareciera (uedar re-territoriali&ada seg5n los imperati)os pragmáticos de la ra&ónpopulista, toda )e& (ue dic'a ra&ón sigue estando orientada a laproducción de 'egemonía $ a la disputa 'egemónica del poder delEstado3 sí, el populismo de Laclau, identi/cado con la misma nociónde 'egemonía $ 'omologado con la lógica constituti)a de lo político,(uedaría recortado por el imperati)o pragmático de la disputa contra-'egemónica, cuestión (ue tiende a fa)orecer la ampliacióne(ui)alencial de la 'egemonía sobre la postulación del antagonismomás allá de los criterios realistas de gobernabilidad"3 En lo (ue siguepondremos especial atención a la problemática del populismo $ a la

tensión (ue la recorre no para identi/car un error particular, sino elsíntoma (ue de)ela la condición apor4tica de todo pensamientopolítico3

"risis del mar#ismo y autonomía de lo político

En tal caso, la primera gran crisis del marxismo occidental,precipitada por el limitado $ ambiguo proceso de des-estalini&ación $radicali&ada con las subsiguientes inter)enciones so)i4ticas endi)ersos países limítrofes, 'asta la in)asión (ue puso /n a la llamada7rima)era de 7raga 91!"N=, puede ser pensada no solo como unasituación empíricamente acotada, sino como una crisis radical delmarxismo con)ertido en /losofía de la 'istoria e ideología estatal3 +ásallá de las consecuencias del estalinismo $ de las limitaciones delllamado marxismo so)i4tico, lo (ue estaba en cuestión no era solo unadeterminada interpretación, 'egemónica si se (uiere, del corpusmarxista, sino el mismo marxismo (ue comen&aba a mostrarse comouna /losofía liberacionista $ decimonónica, incapa& de dar cuenta de lacomple*idad social del mundo contemporáneo3 En efecto, más allá delas m5ltiples elaboraciones teóricas $ políticas asociadas con el neo-

" Las discusiones del 0olectivo +econstrucción Infrapolítica,particularmente estimuladas por la experiencia griega $ laselaboraciones de Hannis Sta)raais $ lberto +oreiras son centralespara este planteamiento3 Bemos desarrollado una primera formulaciónde lo (ue aparece acá como una concepción sal)a*e de lo popular ocomo un populismo sal)a*e en el 5ltimo capítulo 9ICrítica de laacumulaciónJ= de nuestro libro Heterografías de la violencia. Historia,nihilismo, destrucción 9:uenos ires6 La Cebra, ;#1>=3


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marxismo, incluso más allá del intento alt'usseriano por dotar almarxismo de una formulación cientí/ca $ puri/carlo de sus remanentesideológicos $ 'umanistas, lo cierto es (ue la pregunta instalada en eseentonces no solo cuestionaba al marxismo o/cial $ su poco so/sticadaconcepción de la 'istoria, sino (ue apuntaba al mismo +arx $ su

pri)ilegio de una cierta realidad europea para con*ugar el destino delcapitalismo mundial%3

La empresa alt'usseriana destaca, en este sentido, como e*emplo deun intento sistemático por e)itar las taras del 'istoricismo, pero supropuesta no consistía, seg5n se dice, en problemati&ar lasincongruencias del análisis 'istórico de +arx, sino en borrarlas todascomo marcas *u)eniles de su pensamiento3 En efecto, el ob*eti)o noera complementar o corregir las imprecisiones del análisis marxista,sino cercenar de la ciencia marxista las )ariables 'istóricas, parareducirla a un con*unto de postulados irredargKibles asociados con una

/losofía /nalmente cientí/ca3 7or supuesto, el intento alt'usserianofalló $ su modelo de lectura de l capital no solo no resol)ió muc'osproblemas sino (ue generó otros (ue marcaron, de manera trágica, supensamiento3 Sin embargo, lt'usser no puede ser reducido a la /ebre(ue el llamado marxismo estructuralista generó en los aos "#, puessu traba*o reUexi)o $ su capacidad de problemati&ar sus mismospresupuestos tambi4n generaron, aun(ue de manera tardía, una seriede inter)enciones asociadas con el llamado Imaterialismo aleatorioJN3

% Se trata de leer las distintas instancias de reUexión teórica al interiordel marxismo en el siglo como intentos por lidiar con la estrec'e&

del modelo e)olucionista dominante en la social-democracia europeadesde la Segunda nternacional, modelo continuado por la ?erceranternacional $ la formali&ación del marxismo so)i4tico3 En tal caso, lascontribuciones de .ramsci, lt'usser, el neo-marxismo de los aos "#$ %#, $ el postmarxismo inaugurado por Laclau $ +oue, pueden serordenados seg5n la pendiente 'istórica de una reno)ación interna $necesaria, independientemente de su 4xito en tal empresa3 V4ase,como e*emplo de esta gradiente, los libros 0os4 rico, 8ar6 y AméricaLatina 9:uenos ires6 2CE, ;#1#-)ersión original de 1!N#=, $ de Dscardel :arco, l otro 8ar6 99+4xico6 8ni)ersidad utónoma de Sinaloa,1!N


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En cual(uier caso, $a antes de este Ire-descubrimientoJ, lt'usser'abría dado con el e*e de la IproblemáticaJ marxista al proponer elconcepto de sobre9determinación como alternati)a al determinismoeconomicista del marxismo o/cial!3 Lo (ue se ponía en cuestión,entonces, era una determinada concepción epifenom4nica de la

política, esto es, su reducción a la condición de acti)idad secundaria $determinada por la economía3 El llamado economicismo odeterminismo económico remitía toda acti)idad política 9$ socio-cultural= al entramado de las relaciones sociales de producción (uede/nían, a su )e&, mediante la teoría es(uemática de los modos deproducción, el orden de lo real $ la le$ de su desarrollo3 Con laincorporación de la noción de sobre-determinación, lt'usser fue capa&de desatar el es(uematismo e)olucionista del marxismo 'istoricista $abrir el campo de análisis a la concomitancia de procesos 'istóricosestructurantes de una determinada co$untura3

En otras palabras, si el (rólogo a la 0ontribución a la crítica de laeconomía política, *unto al 8ani!esto, aparecían como a(uellos lugaresen la obra de +arx donde se esbo&aba una teoría de la 'istoriafuertemente teleológica $ IdeterministaJ, lt'usser inteligentementereparó en el 'ec'o de (ue si bien las transformaciones del mundomaterial condicionaban las transformaciones del mundo ideológico $político, tanto como el cambio en la base explicaba el cambio en lasuperestructura de la sociedad, dic'a explicación 9$ dic'ocondicionamiento= no solo era parcial, sino (ue debía sercomplementado con análisis acotados a la situación concreta, en la(ue muc'as otras )ariables entraban en *uego, 'aciendo (ue la

embargo, está la recepción más problemática en +4xico, C'ile $rgentina, seg5n muestran, recientemente, los traba*os de 0aimeDrtega, IEl cerebro de la pasiónJ6 lt'usser en tres re)istas mexicanas9/evista I-'uierdas Z ;>, octubre ;#1>=6 1O-1!N< 9/evista I-'uierdas s[n, diciembre;#11=6 ->


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determinación económica estipulada en primera instancia (uedasesobre9determinada por elementos (ue guardaban cierta autonomíacon respecto a las tensiones entre fuer&as producti)as $ relacionessociales de producción3 En este sentido, lt'usser despla&ó 'ábilmenteel determinismo $ el reduccionismo económico a partir de incorporar

un análisis multicausal $ 9a'ora lo sabemos= aleatorio en la teoríamarxista de los modos de producción $ de la 'istoria en general 1#3

+ás allá de lt'usser, empero, podríamos contar una 'istoria similar siapelamos no solo al determinismo de la /losofía de la 'istoriamarxista, sino al reduccionismo de su teoría política3 En efecto, esa fuetambi4n, indudablemente, la contribución de ntonio .ramsci a lateoría política marxista3 Su crítica del determinismo $ del sociologismo)ulgar de la Segunda nternacional, su concepción del sentido com5n $su elaboración de la llamada cuestión del IsurJ, su comple*i&ación delpoder de las clases dominantes a partir de incorporar las )ariables

relati)as al consentimiento $ la persuasión $ su concepción de la'egemonía apuntaban, en general, a corregir las taras del marxismode su 4poca (ue no lograba trascender su concepción mecanicista einstrumental de la dominación como simple prolongación de losintereses económicos de la clase dominante3 En tal caso, lo com5n, apesar de las innegables diferencias entre ambos pensadores, era suparticular comprensión de las limitaciones del marxismo con)ertido en/losofía de la 'istoria $ en un economicismo )ulgar3 H estosantecedentes son importantes para pensar la misma situación 'istóricadel marxismo latinoamericano en los aos "#, pues lo primero (uellama la atención, en este contexto, es (ue dic'o marxismo,

atra)esado por las luc'as de liberación del ?ercer +undo $ por lacrítica del colonialismo, por las denuncias contra el imperialismo $contra el capitalismo internacional, no se conformaba con repetirirreUexi)amente el es(uematismo de la 'istoriografía marxista o/cial $su modelo e)oluti)o3 7or el contrario, el marxismo latinoamericano deesos aos era intrínsecamente 'eterog4neo, no por cuestionespolíticas puntuales, sino por(ue expresaba una crisis de los modelos de'istoricidad epocales asociados tanto con el etapismo so)i4tico comocon el desarrollismo liberal $ su teoría de la moderni&ación 113 Ha desde

1# Ver la monografía de Vittorio +or/no, l materialismo de Althusser.8%s all% del telos y el esc'aton 9Santiago6 (alinodia, ;#1O=311 ?ampoco se trata de presentar el marxismo regional de los aossesenta como un ap4ndice a los desarrollos del debate teóricoeuropeo, es decir, como una )ertiente reducible, /nalmente, a larecepción de .ramsci, lt'usser o cual(uier otro teórico de prestigiointernacional3 7or el contrario, desde el comien&o las recepciones de.ramsci $ de lt'usser fueron críticas $ tensas, marcadas por undiálogo 'ori&ontal $ no por una subordinación discipular3 Ver, por


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+ariátegui, sabemos, la cuestión indígena comple*i&aba el modelo declases característico de las )ersiones con)encionales, $ sin mencionarel desarrollo de )ertientes anti-colonialistas $ liberacionistas en elCaribe, lo cierto es (ue la 'eterogeneidad de planteamientos marxistasen m4rica Latina era tanto un síntoma de la crisis de sus formatos

e)olucionistas, como una manifestación de la capacidad deproblemati&ar la situación 'istórico-concreta por parte de sus m5ltiplesexponentes3

Sería necesario mencionar el traba*o de muc'os marxistaslatinoamericanos para comen&ar reci4n a dar un panorama mása*ustado sobre la condición del marxismo en ese tiempo3 Mesde losdebates en torno a los modos de producción en m4rica Latina, 'astala determinación del carácter feudal o capitalista de la Con(uista dem4rica, la discusión en torno al modo de producción asiático $, porsupuesto, los debates en torno al imperialismo $ la dependencia, *unto

a las discusiones orientadas más tácticamente en torno al carácterdemocrático-burgu4s o socialista de la re)olución por )enir $ en tornoal rol del partido, del campesinado $ de la guerrilla en los procesoslatinoamericanos3 Mesde gustín Cue)a 'asta Luis Vitale, Roger :artrao Ru$ +auro +arini, níbal ]ui*ano o Enri(ue Mussel, Ren4 Qa)aleta o ?'eotonio dos Santos, o un poco despu4s, :olí)ar Ec'e)erría, Dscar del:arco, 0os4 ricó $ muc'os otros, lo cierto es (ue el marxismolatinoamericano no era un paradigma sólido $ 'omog4neo, sino un)erdadero campo de inno)ación $ de interpretación 'er4tica de lasescrituras consagradas por la ?ercera nternacional3

7ara 'acer de esta larga 'istoria un relato más bre)e, $anticipando la escena argentina desde la (ue emerge el traba*o deLaclau, 'abría (ue pensar en las contribuciones de 0uadernos de pasado y presente, la colección de libros ImarxistasJ (ue llegó apublicar !N )ol5menes entre 1!"N $ 1!N, $donde ricó repiensa la presencia de .ramsci en la región $ en supropio traba*o, en particular en (asado y (resente=3 H el e*erciciorememorati)o de Emilio de ^pola, Althusser, el in!nito adiós 9:uenosires6 Siglo editores, ;##;=3 ?odo esto, además de las $amencionadas recepciones críticas en +4xico, C'ile o :rasil3 Ver, pore*emplo, los ensa$os de dolfo Sánc'e& Vá&(ue& compilados en elreciente )olumen +e 8ar6 al mar6ismo en América Latina, a cargo deMa)id +oreno Soto $ donde se recogen textos (ue )an desde 1!N<'asta los aos recientes 9+4xico6 taca, ;#11=3


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sobre el desarrollo tecnológico, el texto sobre las formacioneseconómicas pre-capitalistas, la correspondencia de +arx con VeraQasulic' $ la cuestión de la comunidad agraria, *unto con )ariadascontribuciones teóricas $ actas 'istóricas del marxismo occidental3demás de todo lo anterior, $ en el mismo contexto, aparece la edición

crítica de los del Libro I. Acerca de los resultados del proceso inmediato de producción, algunos libros de lt'usser $ una in/nidad de obrasclásicas de la tradición marxista3 2inalmente, para relati)i&ar la mismalectura de Laclau, tendríamos tambi4n (ue destacar la tempranacrítica de Dscar del :arco al leninismo $ al marxismo en general $ eltraba*o teórico de 0os4 ricó, (uien dirigía precisamente los 0uadernosde pasado y presente?@.

Autonomía y he$emonía

pesar de residir en nglaterra, el traba*o de Ernesto Laclau fueampliamente discutido $ generó debates importantes en m4ricaLatina3 Me 'ec'o, la publicación *unto a C'antal +oue 9en 1!N> eningl4s $ en 1!N% en espaol=, de su libro Hegemonía y estrategiasocialista puede ser considerado como un parte aguas en los debatescontemporáneos3 o solo se trata de una mu$ so/sticadareconstrucción del marxismo occidental, sino de un libro (ue transitadesde lo (ue 'asta ese momento circulaba como neo-marxismo 'acialo (ue terminará por reconocerse como post-marxismo3 En t4rminosmás precisos, dic'o libro reali&aba una crítica del determinismo $ deleconomicismo marxista, $ extendía dic'a crítica 'acia un ciertoreduccionismo de clases (ue impedía pensar no solo la autonomía delo político, sino la 'eterogeneidad de posiciones sociales en las luc'asemancipatorias3 Laclau $ +oue llaman a este con*unto de limitaciones

1; demás del $a citado l otro 8ar6 , del :arco publicótempranamente un texto crucial en el debate de ese tiempo, sbo-ode una crítica a la teoría y pr%ctica leninista 9+4xico6 8ni)ersidadutónoma de 7uebla, 1!N#=3 ricó, además de su enorme acti)idadpolítica $ editorial, publicó en 1!N# su $a citado 8ar6 y América Latina,anticipando una serie de debates (ue se 'an )uelto centrales 'o$ endía3 Babría (ue mencionar tambi4n el estudio de Ra5l :urgos, Los


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Ilógica de la necesidadJ $ le oponen lo (ue consideran una lógicapropiamente política, es decir, una Ilógica de la contingenciaJ desde lacual la emergencia de /suras $ despla&amientos políticos $a no )ieneregida ni por un determinismo económico ni por la centralidad de laclase obrera en las luc'as sociales3 sí, repasando la 'istoria del

marxismo desde sus orígenes 'asta la actualidad, lo autores )anreconociendo la persistencia de esta lógica de la necesidad en di)ersosmomentos 'istóricos, desde la Segunda nternacional 'asta elmarxismo-leninismo, desde la postulación de la identidad entre 'istoria$ sub*eti)idad en Luács, 'asta la persistencia de la centralidadontológica de la clase obrera en Rosa Luxemburgo o ntonio .ramsci3Sin embargo, más allá de dic'a centralidad, es la postulación delproblema de la 'egemonía en .ramsci lo (ue les sir)e de trampolínpara la elaboración de su teoría especí/ca de las articulacionessociales3

7aralelamente a este enorme traba*o reUexi)o, Laclau $ +oue se'acen cargo de las contribuciones del psicoanálisis lacaniano, de losdespla&amientos de la teoría clásica de la signi/cación $ de laliberación de los signi/cantes debida a las contribuciones de 2erdinandde Saussure, e incorporan la dimensión /gurati)a o catacr4tica dellengua*e posibilitada por los descubrimientos de Roman 0aobson $continuados por el análisis tropológico de .4rard .enette $ 7aul de+an3 ?odo esto, en el contexto de la 'erencia 'eideggeriana deproblemati&ación de la ontología tradicional $ atributi)a, para a)an&aren la postulación de una ontología 'istórica o social $a no relati)a a lasubstancia o Ser de la sociedad, sino a la contingencia de lo social

constituida por formas indeterminadas de articulación $ producción'istórica, no lógica, de sentido1


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del American ay of Life, sino (ue sigue in)irtiendo sus energías enresucitar al marxismo, completar su proteico arc'i)o $ a*ustarlo a lasdemandas de esta nue)a 4poca3 En este sentido, como $aad)ertíamos, la pregunta radical (ue el pensamiento de Laclau nospermite formular 9$ para la cual no 'a$ una respuesta fácil= es la

pertinencia de seguir llamando marxista a un pensamiento $ a unapráctica política, democrática $ emancipatoria1O3 ]ui&ás en estoconsista el giro pragmático dado por Laclau $ +oue, en no demorarseen dic'os debates $ postular al postmarxismo como reformulación9recuperación= de una cierta tradición socialista, indispensable para'abitar un 'ori&onte democrático radical3 En efecto, la estrategia delectura de estos pensadores no consiste solo en someter la 'istoria delmarxismo a un cuestionamiento sostenido de sus limitacionesdeterministas, sino tambi4n en inscribir el marxismo en un 'ori&ontemás amplio 9cultural europeo=, relacionado con la tradición socialista(ue funcionaría como bacBground o reser)a de sentido para re-

elaborar una política socialista en un mundo, el actual, (ue no solodi/ere del capitalismo decimonónico, sino (ue exige nue)as'erramientas categoriales para su comprensión3 Lo (ue el libro escritoen colaboración 'abía reali&ado, entonces, era tan solo unaformali&ación de la relación problemática (ue Laclau establecetempranamente con el marxismo formali&ación indispensable $central (ue debe ser reconsiderada desde los desarrollos teóricosparalelos sobre la política de la retórica, sobre el papel de lossigni/cantes )acíos en política, sobre la condición irrenunciable de laarticulación del pueblo en el populismo $ sobre la misma noción de

1O F7uede el marxismo pensarse más allá de la estructura epocal de latemporalidad metafísicamente articulada como 'istoriaG o es este ellugar para desarrollar dic'o problema, pero anticipemos (ue si elmarxismo no se reduce ni a la 'istoria de sus interpretacionesinteresadas, ni a la )ersión depurada, pero intencionada, (ue nosentregan Laclau $ +oue, entonces, no se trata solo de insistir enresucitar un cadá)er3 ]ui&ás en la crítica de la acumulación, re)isada $reformulada seg5n la lógica del capitalismo contemporáneo, toda)íaencontremos elementos indispensables para pensar críticamente elpresente $ la 'istoria, esto es, elementos para pensar, más allá delmarxismo 'istórico, al mismo marxismo como un intento central en laformulación de la pregunta por la 'istoricidad no caída a latemporalidad del capital ni a su ontología atributi)a3 Db)iamente, nobasta con esta alusión, $ este sería el punto de arran(ue para undesarrollo sistemático (ue desborda nuestro actual cometido3 :astepor a'ora establecer (ue cual(uier posición al respecto debe partir por poner en suspenso la relación determinativa 9propiamente /losó/ca=del marxismo como teoría de una práctica política especí/ca3


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uni)ersalidad deri)ada de su lógica de la contingencia1>3 En tal caso,antes de disputar su )ersión de la 'istoria del marxismo occidental,creemos pertinente detenernos en un momento cronológica $lógicamente anterior, esto es, el momento en (ue Laclau percibe laespeci/cidad del populismo $ la imposibilidad de dar cuenta de 4l

desde un marco epistemológico marxista3

Transferencia y articulación

En efecto, los primeros traba*os de Laclau $a están tramados por estasproblemáticas especí/cas $ por la necesidad de pensar la política másallá de los es(uematismos $ los reduccionismos del marxismo o/cial1"3

1> En efecto, la mecánica del pensamiento 'egemónico es consistente3Si se suspende la lógica de la necesidad, (ue es una forma de la

/losofía de la 'istoria, entonces tambi4n se suspende la uni)ersalidadmoderna ilustrada, de lo (ue se sigue (ue la misma uni)ersalidad noes sino el efecto de procesos de articulación contingente en torno a unsigni/cante )acío (ue funciona como punto de referencia en torno alcual gra)itan distintas posiciones sociales o políticas3 La relación (uedic'o signi/cante )acío mantiene con la serie de posicionesparticulares no es de encarnación o identi/cación, sino de articulación9opuesta a la mediación $ a la lógica dial4ctica de la expresi)idad=, unaarticulación suturada siempre momentáneamente en torno a laperformati)idad de ese signi/cante )acío3 El problema comien&a, porsupuesto, cuando dic'o signi/cante es llenado desde la plenitud de

sentido asociada a un signi/cante amo, esto es, cuando las di)ersasdemandas particulares articuladas en torno a un 'ori&onte com5n sonindiferenciadas en la performati)idad de un lidera&go (ue encarna lageneralidad de la cadena de e(ui)alencias3 En otras palabras, elsigni/cante )acío funciona como 'ipótesis formal de indeterminación,pero parece fallar al confrontar procesos efecti)os de sutura,encarnación e identi/cación3 Ver de Laclau su intercambio con Sla)o*Qi&e $ 0udit' :utler, 0ontingency, Hegemony, Cniversality.0ontemporary +ialogues on the Left 9London6 Verso, ;###=31" Cuestión patente en su contribución al )olumen sobre 8odos de producción en América Latina, editado por el mismo Laclau $ porCarlos Sempat ssadourian, Ciro 2lamarión S3 Cardoso, BoracioCiafardini $ 0uan Carlos .ara)aglia 9:uenos ires6 Siglo Editores,1!%


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Su tratamiento particular del problema del fascismo, su re)isión deldebate entre ios 7oulant&as $ Ralp' +iliban en torno a la teoríamarxista del Estado $, centralmente, su problemati&ación delpopulismo lo lle)an a una re)isión teórica de los fundamentos delmarxismo $ del pensamiento político contemporáneo (ue

desembocará en 1!N> en la publicación del $a mencionado libro conC'antal +oue3 Sin embargo, nuestro ob*eti)o consiste en apuntar a lacentralidad de su primera publicación sistemática, (olítica e ideologíaen la teoría mar6ista. 0apitalismo, fascismo, populismo1%, pues es enella donde se de/ne el estilo $ el alcance de su pro$ecto intelectual3 ose trata solo de una sólida presentación teórica de los debatesfundamentales del marxismo contemporáneo, o de una discusiónanalítica $ conceptual cu$a claridad $ alcance toda)ía destacan en elpanorama actual, ni tampoco de una muestra del rigor intelectual desu caracteri&ación del fascismo $ de la problemática de los modos deproducción en m4rica Latina, además de todo esto, sostenemos, acá

se de/ne su inter4s en el fenómeno populista $ es ese inter4s el (ue lolle)ará a problemati&ar tanto las )ersiones politológicas $ sociológicasdel populismo 9asociadas, en el me*or de los casos, con la )ersiónestructural-funcionalista desarrollada por .ino .ermani, ?orcuato di ?ela $ Dcta)io anni1N=, como las )ersiones marxistas, igualmenteincapaces de trascender el formato de las identidades de clases como5nica instancia rele)ante en la luc'a política3

En este sentido, no es (ue Laclau 'a$a dado un giro populista tardío ensu traba*o para reconciliar su a)entura teórica europea con sumilitancia *u)enil en el peronismo, una )e& (ue 'a decidido )ol)er a

rgentina, $a retirado de su )ida profesoral3 7or el contrario, sutemprana problemati&ación del fenómeno populista $ la constataciónde su intrínseca condición política es la (ue lo lle)a a cuestionar la)ersión marxista de las identidades de clase $ su correlati)a noción dere)olución proletaria3 H será este mismo impulso el (ue de/nirá supolítica de la retórica $ su apertura a la problemática psicoanalítica,

presentada en el famoso congreso de +orelia de 1!N#6 IBegemonía $alternati)as políticas en m4rica LatinaJ 9(ue apareció publicado conel mismo título por Siglo editores, en +4xico, el ao 1!N>=6 1!-OO,$ (ue anticipa el $a citado libro Hegemonía y estrategia socialista escrito *unto a C'antal +oue en nglaterra, Hegemony and SocialistStrategy. o2ard a /adical +emocratic (olitics 9London6 Verso, 1!N>=31% (olitics and Ideology in 8ar6ist heory7 0apitalism, :ascism,(opulism 9London6 e@ Left :oos, 1!%%=31N (opulismo y contradicciones de clase en Latinoamérica 9+4xico6Ediciones Era, 1!%


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para terminar presentando al populismo como ra&ón de ser de lamisma lógica de la política seg5n la experiencia 'istórica moderna3 Enotras palabras, es desde ese periodo (ue el IexcesoJ populista $popular con respecto a las identidades de clase $ con respecto a lasexplicaciones con)encionales lo lle)a a una problemati&ación de los

formatos normati)os, transitológicos e identitarios (ue se mostrabanincapaces de producir una comprensión 'istórica adecuada de dic'ofenómeno3

Metengámonos acá6 la explicación politológica con)encional )eíaen el populismo un fenómeno relati)o a las imperfecciones del modeloracional de gobernabilidad, $ lo presentaba como resultado de undefecto 'istórico asociado con el predominio del caudillismo $ de loslidera&gos personales, sobre la impersonalidad de la Constitución $ delcontrato social1!3 Mic'a )ersión de/citaria era complementada por lateoría sociológica estructural-funcionalista, 'egemónica en m4rica

Latina entre los aos ># $ mediados de los "# 9aos de emergencia dela sociología latinoamericana=, (ue mediante la incorporación de unateoría de la moderni&ación 'omog4nea 9una /losofía de la 'istoria decorte e)olucionista $ unidimensional= di)idía a las sociedades enmodernas $ tradicionales, considerando al populismo como un resabioo remanente sintomático de procesos transicionales imperfectos3 Elpopulismo aparecía entonces como síntoma de una transiciónimperfecta 'acia la modernidad modernidad (ue era identi/cada conuna ideali&ada )ersión de las sociedades euro-americanas3 Si lasconcepciones politológicas )ariaban seg5n de/niciones empíricasacotadas, $ la )ersión más sistemática del estructural-funcionalismo

toda)ía explicaba el fenómeno populista desde una cierta I/losofía dela 'istoriaJ desarrollista, el marxismo, por su parte, dadas laslimitaciones $a sealadas relati)as a su economicismo $ a sudeterminismo, era igualmente incapa& de pensar el fenómenopopulista, demoni&ándolo $ asociándolo muc'as )eces con el fascismoo con fundamentalismos agrarios;#3 La cuestión de fondo, sin embargo,

1! Esta sigue siendo la explicación *uristocrática con)encional onaturali&ada de los 'istoriadores del siglo , (ue leen las crisis'istóricas latinoamericanas seg5n la falta de consolidación de lasinstituciones republicanas $ la presencia de caudillos $ dictadores3 Verel clásico análisis de 0o'n L$nc', 0audillos en Hispanoamérica ?DEE9?DFE 9+adrid6 +72RE, 1!!


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no era la incapacidad puntual del marxismo para pensar el populismo,sino la incongruencia entre la lógica identitaria indeterminada delpopulismo $ la lógica de clases del marxismo, pues a partir de allí lo(ue se asomaba a la realidad 'istórica latinoamericana $a no podía serpensado por categorías identitarias de clase, por más Uexibles (ue

4stas fueran;1

3Es contra todas estas limitaciones (ue Laclau comien&a su

sostenida interrogación del marxismo $ de su carencia de reUexión'istórico-política3 En efecto, esa es la promesa, nunca abandonada,(ue se esbo&a en el cuarto capítulo de su primer libro, $ desde 4l se'ace inteligible su crítica al reduccionismo de clases del marxismocon)encional3 Sin extremar la condición sistemática de su obra o de subiografía, toda)ía parece plausible sostener (ue es gracias a estatemprana problemati&ación de los límites conceptuales del marxismo,(ue Laclau se entre)era con los debates en torno a la 'egemonía, en

torno a la identi/cación del mo)imiento obrero como agentepri)ilegiado de la emancipación social, $ en torno a la concepciónuni)ersalista clásica de la 'istoria $ de la re)olución3 En pocaspalabras, si el fenómeno populista no se explica ni como cuestiónidiosincrática, ni como resabio o imperfección transicional, ni menos ent4rminos de identidades de clase 9pues Fcuál sería la clase (ueexpli(ue al populismo, sin for&ar su 'eterogeneidad $ sin de)ol)erlo auna teoría instrumental $ economicista de la ideologíaG=, entonces lo(ue 'ace falta es una teoría abierta a la producción social deidentidades políticas, más allá de las identidades adscripti)as delsociologismo $ del marxismo con)encional;;3

constitución del bolc'e)ismo, *unto a las di)ersas pol4micas relati)asal rol del campesinado en la re)olución3;1 En realidad, la extrapolación mecanicista del marxismocon)encional $ sus 4nfasis en las identidades de clase generó siempreincomodidad dado los desa*ustes constituti)os entre el modelo bipolarde identidades socio-económicas $ la profunda 'eterogeneidadlatinoamericana3 :aste mencionar a 0os4 Carlos +ariátegui al respecto3Sin embargo, la Ino)edadJ del llamado populismo estaba relacionadacon la crisis radical de la serie de categorías identitarias (ue operaron'istóricamente en la constitución de una I:ictive thnicity J o etnicidad/cticia 9no falsa= fundante de la nación3 La irrupción paulatina delpueblo IinformeJ o de lo popular, a tra)4s del siglo , fue poniendoen crisis, sistemáticamente, las di)ersas operaciones de interpelación(ue IrepresentabanJ a dic'o pueblo IinformeJ seg5n la IformaJ'istórica del contrato social3 En este sentido, el populismo es tanto elregistro de la irrupción como una estrategia de interpelación Icon-formadoraJ3


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Es decir, desde a(uel cuarto capítulo 9IBacia una teoría delpopulismoJ= de su primer libro, 'asta La ra-ón populista@G, 'a$ unmo)imiento reUexi)o más o menos co'erente3 Las tres partesconstituti)as de este 5ltimo libro son consistentes en sealar 1= lafobia contra el populismo como consecuencia de una larga tradición

conser)adora $ normati)a (ue concibe el pueblo, la masa, lamuc'edumbre, la multitud o cual(uier forma excedentaria de lo socialcomo amena&a al orden $ a la ci)ili&ación3 ;= Las tareas políticas en laconstrucción del pueblo como instancia deri)ada de articulaciones $cadenas e(ui)alenciales, pues el pueblo en Laclau no es una facticidaddada ni fundada en una antropología negati)a 9como en las )ersionesconser)adoras= o positi)a 9como en el caso de las )ersionescontractualistas=, sino (ue debe ser producido en una políticaorientada por los ideales de la emancipación $ la *usticia social 9sin (ueello pro'íba, rigurosamente, populismos neoliberales $ gestionales=3 H


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embargo, toda)ía necesitamos distinguir a(uí al menos tresdimensiones (ue tienden a 'omologarse $ a producir confusión, sobretodo por(ue las tres *uegan un papel decisi)o en el traba*o de Laclau3Se trata, en todo caso, solo de una diferenciación analítica $ nosustanti)a, destinada a fa)orecer nuestra exposición3

7rimero, la teori&ación del fenómeno populista $ de su expresiónacotada al peronismo debe ser inscrita no en la 'istoria de la teoríapolítica, sino en la 'istoria efecti)a de m4rica Latina, pues elpopulismo 9$ el peronismo, sin duda= son fenómenos relati)os a lairrupción de lo popular $ al intento por darle una forma política a dic'airrupción3 En efecto, en t4rminos 'istórico-sociales, los procesos deinmigración campo-ciudad $ de industriali&ación por sustitución deimportaciones fueron repercutiendo en la constitución de una masaurbana (ue no coincidía necesariamente con la clase obrera europeaseg5n el modelo uni)ersali&ado por los enfo(ues sociologistas $

economicistas con)encionales3 .racias a esto, el populismo puede ser)isto como un fenómeno relati)o a esa irrupción $ tambi4n como unintento de domesticación de lo popular (ue $a no cal&aba en loscálculos representacionales de los partidos políticos tradicionales,inclu$endo a los de orientación obrerista;"3 En tal caso, la preocupaciónoriginal de Laclau puede ser )ista como un intento de formali&aciónteórica de un fenómeno efecti)o, más allá de si estamos de acuerdo ono con las apuestas políticas en torno a dic'o fenómeno3

reciente de .eorges Midi-Buberman, (ueblos e6puestos, pueblos !gurantes 9:uenosires6 +anantial, ;#1O=3;" o solo la sociología estructural-funcionalista o el marxismo

economicista 'abrían funcionado como aparatos de captura odomesticación de esa irrupción de lo popular, sino tambi4n la serie deofertas teórico-culturales relati)as a la constitución de la nación $ de laidentidad nacional (ue cru&an el campo de estudios culturaleslatinoamericanos, incluso antes de la misma emergencia de losestudios culturales en la academia norteamericana3 7ensamos en losenfo(ues relati)os al mesti&a*e, a la transculturación, al :oom literario,a las formas identitarias de pensar lo criollo, lo indígena, etc3, todosrelacionados con lo (ue 'emos llamado antes la producción de unaI/cti)e et'nicit$J3 Ver, por e*emplo, he ther Side of the (opular.1eoliberalism and Subalternity in Latin America 9Mur'am6 Mue8ni)ersit$ 7ress, ;##;=, de .aret' Pilliams, un libro (ue no solo piensael exceso de lo popular respecto a los aparatos disciplinarios puestosen práctica en la 4poca neoliberal, sino (ue tambi4n entrega unagenealogía de esos aparatos en la tradición criollista, nacional eidentitaria latinoamericana del siglo 3 7or otro lado, esto no signi/cadesconsiderar el fuerte apo$o obrero al peronismo, sino mati&ar dic'oapo$o más allá de la condición unilateral de la política entendida comoluc'a de clases3


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En segundo lugar, 'abría (ue sealar cómo Laclau, al mostrarsedisconforme con las explicaciones sociológicas $ marxistas 'abituales,abre una pregunta central no solo relati)a a la dimensión política delpopulismo, sino a la constitución del pueblo como su*eto interpelado3

Se trata entonces de pensar el estatuto de la misma interpelacióncomo relación constituti)a del )ínculo entre lo popular 9la irrupciónIinformeJ e inanticipable de esa masa urbana= $ el pueblo 9en cuantoinstancia interpelada por un discurso (ue lo constitu$e como su*etopolítico=, $ es a(uí donde la discusión debe )ol)er a plantearse,precisamente por(ue Laclau nos permite lle)arla 'acia este terrenoterreno de sumo inter4s para )arios debates 'istoriográ/cos,sociológicos $ /losó/cos contemporáneos;%3

En efecto, más allá de la irrupción de lo popular en el marcoreUexi)o de la 'istoriografía 9pi4nsese en las diferencias entre la

'istoriografía obrerista clásica $ la nue)a 'istoria social en m4ricaLatina=, la política $ las ciencias sociales 9$ todas las discusiones sobremo)imientos sociales, marginalidad $ anomia=, 'a$ (ue considerar elpopulismo como un fenómeno acotado a ciertos procesoslatinoamericanos característicos del nacional-desarrollismo de lasegunda mitad del siglo )einte3 En este sentido, la facticidad delpopulismo está estrictamente relacionada con formas especí/cas deinterpelación social $ constitución de estatalidad 9Vargas, 7erón, etc3=,en un proceso 'istórico (ue fue abruptamente interrumpido porcruentas inter)enciones militares $ por la implementación for&ada delneoliberalismo3 Esto resulta fundamental para elaborar una e)aluación

'istórica del populismo latinoamericano sin recortar su especi/cidad 9osobre-)alorarla= seg5n los modelos europeos 9particularmente el de+ussolini= tenidos como e*emplares3 7ero, $ (ui&ás esto es lo másrele)ante, al plantear la pregunta por la interpelación $ la constituciónsub*eti)a de lo popular 9la irrupción= como pueblo 9nacional=, 'a$tambi4n (ue pensar en la economía misma de la interpelación regida

;% (uí radica la centralidad de las di)ersas lecturas críticas de Laclaudesarrolladas por Emilio de ^pola, (ue encuentran en el capítulo <9I7opulismo e ideología J6 !


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por la lógica del llamado $ la transferencia3 (uí es donde el populismose muestra como punto ciego, pues si por un lado 4ste puede serpensado como registro de una irrupción sal)a*e 9en cuantoimpredecible e irreducible a las identidades políticas con)encionales=por otro lado, esa dimensión es rápidamente con*urada desde una

economía de la transferencia (ue su*eta lo popular 9lo sal)a*e= a undiscurso $, como diría de ^pola siguiendo a Eliseo Verón, a unascondiciones determinadas de recepción de dic'o discurso3 En otraspalabras, a'í donde la interpelación constitu$e en su*eto a lo popular,es decir, donde le da forma al Ipueblo informeJ, formándolo comopueblo del Estado-nacional, $a siempre opera una reducción identitaria(ue norma lo informe desde un discurso (ue fa)orece la identi/cacióncarismática con el líder3 La pregunta (ue sigue es por el estatutomismo de esa identi/cación, pues no se trata de re-inseminar,subrepticiamente, una antropología negati)a (ue redu&ca al pueblo ala condición de su*eto pasi)o manipulado $ manipulable por las

arbitrariedades del líder3 9Vol)eremos a esto=3

En tercer lugar, 'abría sin embargo (ue considerar el populismotambi4n como estrategia política, es decir, no solo como un fenómenocaracterístico de regímenes de/citarios o de procesos deinstitucionali&ación incompletos, ni como una teoría IsuplementariaJde las limitaciones del marxismo $ del republicanismo con)encional3 Elpopulismo, seg5n esta tercera dimensión, sería una racionalidadespecí/ca, marcada por la producción de antagonismos $ organi&adaen t4rminos oposicionales remitidos al poder, seg5n la lógica de latransferencia $ la identi/cación3 Sin duda, es esta tercera dimensión la

(ue necesitamos destacar en el traba*o de Laclau, pues ella se siguede su 'omologación entre ra&ón populista $ lógica 'egemónica3 Si elpopulismo es tambi4n una estrategia política, entonces 'abría unainnegable dimensión populista en toda práctica política, de a'í (uenuestro problema no radi(ue en reprimir el populismo como una malapolítica, oportunista o irracional, sino en cuestionar la misma economíatransferencial (ue fa)orece la identi/cación 9)ía interpelación= entre lopopular 9$a siempre constituido en el llamado del líder= $ el líder comorepresentante del IpuebloJ3 H en esto se *uega el potencial $ lalimitación de la ra&ón populista de Laclau3

Anta$onismo y %n de la transferencia

En efecto, toda)ía necesitamos 'acer una distinción sobre esteproblema, pues si la crítica (ue se le 'ace al populismo denuncia unasuerte de identi/cación directa o catexis libidinal con el líder, entonces,lo (ue se está reintroduciendo, subrepticiamente, es la 'ipótesis


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antropológica anti-populista $ conser)adora (ue )e en el pueblo una'orda dispuesta a ser sacri/cada en el ban(uete del soberano 9tesisdel pueblo tonto (ue debe ser guiado por una )anguardia siempreiluminista=3 7ara e)itar esta lectura ingenua sobre la catexis populistapodemos recurrir a Meleu&e $ .uattari, (uienes piensan la Icatexis del

deseoJ de manera comple*a, es decir, no como una identi/cacióndirecta con el líder, o con el deseo del líder, cuestión (ue caracteri&a ala trampa psicoanalítica de la transferencia libidinal en la identi/cacióndel pueblo con la le$ del padre 9como si el pueblo actuara de acuerdocon su lectura del deseo del IlíderJ=3 En el cambio mismo de la nociónde libido por la de deseo se encuentra la cla)e (ue distingue la criticades-territoriali&ante de la lectura conser)adora del populismo;N3 Me a'í (ue nuestra critica de Laclau no intente descali/car el populismo comoestrategia de manipulación de las masas, sino (ue intenta mostrar laslimitaciones de su economía trasferencial toda)ía limitada a la lógicasub*eti)a de la representación $ a la lógica calculabilista de la

'egemonía, pues lo (ue estamos intentado proponer no es solo (ue lapolítica excede la disputa 'egemónica por el Estado, sino tambi4n (uela misma práctica democrática no puede ser reducida a dic'o Estado,emergiendo, muc'as )eces, no solo de manera contra-'egemónicapara disputar el gobierno, sino de manera radicalmente anti-estatal;!3

Db)iamente, para desarrollar este argumento 'abría (uediferenciar la crítica desterritoriali&ante o deseante de Meleu&e $.uattari de todo el )italismo (ue la lectura del Anti9dipo generó $ a5ngenera en el campo político e intelectual3 Sobre todo por(ue losmismos autores criticaron el modelo fabril del inconsciente (ue dic'o

libro tra/ca, $ se desmarcaron de un cierto entusiasmo con el es(ui&o-análisis (ue siguió a la irrupción de sus 'ipótesis3 o podemos 'acereso acá, pero (ueremos llamar la atención sobre el mo)imientoconceptual (ue está en *uego en el argumento $ en su pertinencia parapensar un populismo Idesu*etadoJ3 En efecto, no se trata solo de uncambio conceptual 9deseo por libido=, sino de la destitución radical dela economía transferencial $ edípica (ue explica el deseo en t4rminossubordinados a un modelo familiar $ tot4mico3 l destituir dic'omodelo, el Anti9dipo se muestra no como un tratado de psicoanálisiscrítico, sino como una teoría materialista sobre el poder $ elsurgimiento del Estado3 7ues el Estado mismo, al igual (ue la 'ipótesis

;N .illes Meleu&e ` 24lix .uattari, l Anti9dipo. 0apitalismo yes'ui-ofrenia 9:arcelona6 7aidós, 1!N>=3;! Ver, +iguel bensour, La democracia contra el stado 9:uenosires6 Ediciones Coli'ue, 1!!N=3 En un traba*o anterior 'emosdesarrollado nuestra crítica post-'egemónica, )er6 IFEn (u4 sereconoce el pensamientoG 7ost'egemonía e infrapolítica en la 4pocade la reali&ación de la metafísicaJ 9+ebats 1;N[=6 O1->;3


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edípica, aparece como centro-su*eto (ue captura la 'istoricidad de lasdi)ersas pulsiones políticas en el pasado $ en la actualidad3 En estesentido, podríamos decir (ue si 0ac(ues RanciWre obser)ó críticamentecómo antes de la acumulación primiti)a capitalista $a 'abía operadouna acumulación primiti)a puesta en mo)imiento por la /losofía como

expropiación de la inteligencia com5n de los 'ombres


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multitud contemporánea


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racionalidad estrat4gica, para perpetuarse en su misión gerencial,administrati)a $ representacional, dando paso a la emergencia de unaintelligentsia reformista, bien-intencionada $ democrática, pero toda)íatemerosa de la irrupción sal)a*e de lo informe3 Estamos a'í, en el nudoindisoluble de un tiempo (ue parece feste*ar los logros de la

modernidad globali&ada, mientras se 'ace cada )e& más necesario ele)entual arribo de los bárbaros3

ahora 'ue ser% de nosotros sin b%rbaros.Los hombres esos eran una cierta soluciónG@.

Hpsilanti, ;#1>3

Referencias

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RC, 0os43 La cola del diablo. Itinerario de =3

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""""" l otro 8ar6 9+4xico6 8ni)ersidad utónoma de Sinaloa, 1!N=3

.ER+, .ino, ?orcuato di ?ela $ Dcta)io anni3 (opulismo y contradicciones de clase en Latinoamérica 9+4xico6 EdicionesEra, 1!%


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LCL8, Ernesto, Ric'ard Rort$, 0ac(ues Merrida, et al3+esconstrucción y pragmatismo 9:uenos ires6 7aidós, 1!!N=3

LCL8, Ernesto, Sla)o* Qi&e and 0udit' :utler3 0ontingency,Hegemony, Cniversality. 0ontemporary +ialogues on the Left 9London6 Verso, ;###=3

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QQE_, Sla)o*3 gainst t'e 7opulist ?emptation 90ritical In'uiry

transferencia y articulación

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