tradicion oral sincretismo religioso guacamayal

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TRADICIN ORAL Y SINCRETISMO RELIGIOSO EN GUACAMAYAL

Autora de Andrs Felipe Bolao Gonzlez. Jackeline Janeth Garca Pearanda.

Directora Alba Luca Bustamante Hernndez.

Universidad Sergio Arboleda Escuela de Comunicacin Social y Periodismo Mayo 13 del 2010 Santa Marta

IntroduccinEl presente trabajo de grado, denominado Estudio de la Tradicin Oral y Recoleccin de los Principales Mitos y Leyendas en el corregimiento de Guacamayal del municipio de la Zona Bananera en el Departamento del Magdalena intenta ser una compilacin escrita de los diferentes mitos y leyendas que se han conservado de generacin en generacin a travs de la historia de los habitantes de ste corregimiento. Para este fin se estudi la forma cmo la oralidad ha tenido una gran importancia en el desarrollo cultural de los pueblos, gracias a la influencia del lenguaje en el comportamiento de los individuos. Se debe a que este ha sido esencial para la transmisin de los legados culturales, por lo que si sus distintas manifestaciones no se registran, pueden llegar a perder reconocimiento en la sociedad. As, es de gran valor la transcripcin de los mitos y las leyendas de Guacamayal, para que sus habitantes y la sociedad en general los conozcan y las identifiquen como manifestaciones propias de la regin. Este aspecto se indag en torno a la obra Cultura Escrita y Oralidad de los compiladores David R. Olson y Nancy Torrance, para entender cmo se puede lograr el proceso de lo oral a lo escrito; es decir, cmo la oralidad puede llegar a ser escrita para la conservacin y transmisin de los legados. La obra ayud a entender el proceso de la escritura como un mecanismo para su conservacin. Esta investigacin tuvo como principal fin el recolectar los mitos y leyendas que se han dado en Guacamayal (Magdalena) y que perduran desde la poca de los ancestros. Para tal fin, se busc que los habitantes relataran los mitos de acuerdo con las diferentes versiones que existen. Por lo cual, la investigacin tambin seala la diferencia entre el mito y la leyenda. Una de las intenciones de los investigadores fue conocer el proceso de transmisin oral entre los habitantes del corregimiento. sta se pudo establecer mediante la interaccin con la poblacin en estudio, la cual manifest sus mitos, leyendas, tabes y creencias.

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Jostein Gaarden (1992), en su libro El Mundo de Sofa habla de la importancia que tiene para la sociedad el reconocer los mitos y leyendas, pues en ellos se explica de forma fantasiosa el origen cultural de los pueblos afirmando que Por todo el mundo ha surgido, en el transcurso de los milenios, una enorme flora de explicaciones mticas a las cuestiones filosficas (p. 26) Es as como a lo largo de la historia de la humanidad el mito ha tratado de explicar el origen de los rasgos culturales de los pueblos. En esto radica su importancia y funcionalidad, lo cual motiva a conocerlos y recopilarlos para descubrir e identificar lo rico de las leyendas fantsticas de la regin Caribe colombiana. Ante esto, identificando a Guacamayal como un corregimiento del municipio de La Zona Bananera en el departamento del Magdalena, ubicado en la costa norte colombiana, es importante reafianzar su cultura, reconociendo su historia mitolgica y las leyendas que se han venido dando a lo largo de su desarrollo histrico bajo el concepto de sus creencias populares. Pese a la existencia de las historias fantasiosas en el Corregimiento, de estas tradiciones es poco lo que se conoce en la regin Caribe y por ende en el departamento del Magdalena, lo cual ha llevado a una prdida de la identidad y de las tradiciones culturales y ancestrales entre los habitantes del Municipio. Debido a esto el lector encontrar a continuacin una recopilacin de las tradiciones orales, que permitir reconocer e identificar los rasgos y las manifestaciones del pueblo. De esta forma destacamos cmo ha sido la tradicin oral que entre los habitantes de Guacamayal se ha dado y cuya evolucin ha venido extinguindose. Ante esta problemtica fue fundamental preguntarse Cules son las principales creencias entre mitos y leyendas que identifican los habitantes del corregimiento de Guacamayal (Magdalena) como propios? La recoleccin de las narraciones populares sobre mitos, leyendas y creencias que han permanecido a travs de los aos o que han aparecido en los ltimos tiempos en Guacamayal, son el elemento fundamental en el presente trabajo y se han registrado teniendo en cuenta las manifestaciones de la religiosidad popular.2

Como frutos de la recoleccin se lograron identificar los mitos y leyendas propias y/o copiadas de las manifestaciones de otros pueblos de la regin, factor que nos llev a describir el proceso de transmisin de los mitos y leyendas del corregimiento relatando el impacto social de stos en los habitantes de Guacamayal (Magdalena). Para la contextualizacin de esta investigacin se realiz un estudio sistemtico de bibliografa relacionada con los procesos de tradicin oral, que se han venido desarrollando en el mundo, como es el caso del Oriente con Sister Nivedita y Ananda Coomaraswamy(2004) y su obra Mitos y leyendas hindes y budistas; en Occidente traemos a colacin a Fernando Savater (2004) y la dcima edicin de su obra Las preguntas de la vida. Carlos Millares (1983) con Los historiadores antiguos del compendio de la Historia Universal de la Literatura; con los cuales se pretende fortalecer la metodologa en cuanto a la recoleccin y redaccin aplicada en esta indagacin. En el proceso de relacionar las mitologas y leyendas, se tomaron compendios con historias del Lejano Oriente como El Ramayana, El Mahabharata y Buda, pasando por Europa citando a Felicidad Martnez Pais (2006) con su publicacin Mitologa de hoy: los medios de comunicacin, un reto para los docentes como nuestro punto de referencia en cuanto a la transmisin de procesos orales; llegando a Latinoamrica referenciando a Jostein Gaarder (1992) con El mundo de Sofa, e incursionando en Colombia y la regin Caribe. Otros de los compiladores fueron: Javier Ocampo Lpez (1998) (2004), con sus obras Leyendas populares colombianas y Tesoros legendarios y del mundo; Mara del Carmen Rodrguez Matos (2001) con La religin como elemento de identidad latinoamericana; Carlos Fernndez Collado (2001) con La comunicacin humana en el mundo contemporneo, entre otros. En el primer captulo se encuentra un breve resumen de lo que se podra denominar el paso del mito a la razn, apoyado en los pensamientos de los autores Jostein Gaarder y Fernando Savater; en donde si bien se deja entrever que la mitologa est presente desde el inicio de los pueblos, sta es reemplazada en el momento en que el

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hombre busca una explicacin racional de los hechos, en otras palabras, cuando aparece la filosofa en el desarrollo del hombre. En este sentido, tomando la investigacin de Martnez Pais, podemos afirmar que la mitologa del mundo contemporneo es utilizada para beneficio de las diferentes corrientes polticas e ideolgicas; lo que ha llevado a una prdida global de la intencin primitiva del mito y la fbula. En el primer captulo se retoman cuentos tales como El Ramayana, El Mahabharata de Nivedita & Coomaraswamy (2004), que son mitos y leyendas pertenecientes al Asia Mayor y Menor; por otro lado, Javier Ocampo (2004), narra historias fabulosas de Amrica Hispana con la Leyenda del Dorado, la del Venado de Oro, la de Xeque Popn y la Leyenda de Tayk. Por su parte, Rodrguez Matos (2001), expone que la naturaleza del hombre hispano siempre ha sido y ser la de buscar respuestas a sus mltiples interrogantes en un Dios, tal como lo ha hecho desde sus orgenes primitivos, aferrado a un sincretismo religioso que le har buscar en un ser supremo su razn natural. Es de suma importancia recalcar el valor que tiene para la sociedad dejar escrita su historia, por eso se realiz un segundo captulo en el cual se sealan los datos singulares de la historia de Guacamayal, Magdalena, como un corregimiento lleno de tradicin y manifestaciones culturales mticas, donde an hoy, a pesar de los avances de la tecnologa, se sigue dando espacio a las manifestaciones culturales a travs de la tradicin oral. En este sentido se presenta la compilacin de David Olson y Nancy Torrance (1991) Cultura escrita y oralidad, para estudiar la forma en la que una cultura de lo oral pueda ser pasada a lo escrito. Esto gracias al apoyo de autores como Clemencia Angel, Claire BlancheBenveniste, Teun Van Dijk, Carlos Fernndez, Alexander Halliday, Jos Luis Martnez y Fernando Savater, como soporte terico que logra materializar el propsito de escribir las principales manifestaciones orales de los habitantes. En el segundo captulo el lector lograr contextualizarse en torno al desarrollo histrico del corregimiento de Guacamayal, su geografa y4

cultura, comprendiendo las definiciones de leguaje propio y la oralidad, expuestas en este proyecto y definidas gracias al aporte de la bibliografa consultada. Para recopilacin de los mitos y leyendas de Guacamayal se llev a cabo un proceso sistemtico y dedicado en el cual la metodologa inductiva que se aplic fue la base para lograr establecer el proceso de escritura de las narraciones de los pobladores. Esto se realiz gracias a la incursin de los autores en la poblacin, en donde adems se logr conocer parte de la problemtica social por la que atraviesa la regin. Este adentramiento fue fundamental dentro de la metodologa de la investigacin, pues en ella se logr caracterizar a la poblacin y establecer los lazos afines de las distintas expresiones culturales, es decir, la penetracin en la comunidad permiti, en el proceso de la investigacin, establecer el punto de unin de las diferentes versiones de los mitos y leyendas para as poderlos escribir en sus rasgos ms comunes. Esto trajo consigo el descubrir un punto que, dentro del proyecto previo, no era del inters de los investigadores, pero que result ser un punto de ebullicin entre las creencias y las manifestaciones religiosas de los habitantes: La Santera. sta penetr con tanta fuerza en la cultura de los habitantes de Guacamayal y sus alrededores, que desplaz los viejos mitos y leyendas, perdiendo su importancia y convirtindose en chistes y juegos por parte de las nuevas generaciones, para posesionar la magia negra como el nuevo tab dentro de la poblacin, dando respuesta a ciertos hechos sobrenaturales ocurridos en la comunidad. Otros de los hallazgos fueron la prdida de identidad, lo cual se evidencia en la creencia de las nuevas generaciones que han dejado atrs la mstica de la oscuridad de los caminos de tierra, el temor por los duendes y dems apariciones que cuidan la orilla del ro Sevilla y la lnea del tren, reemplazndola por temas de brujera, espritus malignos y una actitud retadora frente al misterio, olvidando el respeto por las historias y perdiendo la credibilidad de los cuentos de los ancestros. De igual forma, otro de los hallazgos fue la unin de las diferentes manifestaciones culturales y religiosas, lo que se conoce como5

sincretismo religioso, debido a la incursin de la Santera, haciendo que los pobladores manifiesten duda o respeto frente al poder de los espritus malignos, llegando al punto que localidades del corregimiento le celebran fiestas patronales a una de las tres potencias: el Negro Felipe, considerado como un elemento de la fusin entre las prcticas religiosas africanas y venezolanas. Esto se afianz por la carencia de fe en un Dios todopoderoso y al transcurrir del tiempo que, debido a las precarias condiciones tecnolgicas, se encontr que la representacin o materializacin de los mitos era llevada a cabo por un grupo de jvenes que aprovechaban las oscuras y tenebrosas noches para asustar a la gente del pueblo que estuviera fuera de casa luego de la puesta del sol. En el ltimo captulo se describen algunos puntos generales que llev consigo el proceso de oralidad en cuanto al desarrollo de las historias y el impacto en la sociedad. Se espera que el lector disfrute de este documento, que intenta reflejar los rasgos ms comunes de la cultura oral del corregimiento de Guacamayal del municipio de La Zona Bananera (Magdalena, Colombia).

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1. Captulo IPASAJES A HISTORIAS DE MITOS Y LA LEYENDAS

El poder no estaba fuera de los mitos clsicos. Se encuentra en todas las mitologas, sean de la cultura que sean. Porque los mitos, al elaborar las explicaciones de una realidad no comprendida, ya fuese de la naturaleza o del ser humano y sus grupos, han hecho siempre referencia a unos poderes superiores.(Martnez-Pais, 2006, p. 4)

Investigar los mitos y leyendas de un pueblo es darle mrito a la imaginacin que tiene por naturaleza el ser humano, siendo sta la que ha llevado a la humanidad a la invencin de las diferentes historias que le han dado vida y origen a la cultura, tanto en el oriente como en el occidente. Los mitos y leyendas se apoderan de la humanidad cuando, por medio de la fbula, se pretende explicar el origen del hombre y la creacin del mundo de la mano de una fuerza o espritu omnipotente. Cuento que se cree por la fe que se profesa de acuerdo con la religin que se practique, pero que a la larga es un mito que pretende responder lo inexplicable del origen de la humanidad y del mundo. Ya lo deca Gaarder (1995) en su libro El Mundo de Sofa: Las ideas mitolgicas de este tipo florecan por el mundo entero antes de que los filsofos comenzaran a hurgar en ellas. Tambin los griegos tenan su visin mtica del mundo cuando surgi la primera filosofa. Durante siglos, haban hablado de los dioses de generacin en generacin (p. 31) Siguiendo la idea de Gaarder, en la cultura occidental encontramos mitos como el de La caja de Pandora, que trata sobre la primera mujer creada por los dioses del Olimpo. En este mito se cuenta cmo debido a la curiosidad de Pandora por abrir una caja que le fue dada por los dioses a su esposo Epimeteo como su regalo de bodas, salieron de all cantidades de sentimientos negativos que atormentaran a la humanidad por la eternidad, tales como la ira, la locura, la venganza del alma y miles de males ms que an no se han7

podido destruir, dejando encerrada la esperanza en el interior de la caja; lo que simboliza que los hombres an guardan la esperanza en el interior de su ser, pese a los mltiples males que los acechen. Esto deja entrever el mundo de la cultura helenstica. Con la aparicin de la filosofa, el mito deja de tener importancia y ante este fenmeno Gaarder afirma que: Alrededor del ao 700 a. de C., gran parte de los mitos griegos fueron plasmados [] por Homero y Hesiodo. Con esto se cre una nueva situacin. Al tener escritos los mitos se hizo posible discutirlos. Los primeros filsofos griegos criticaron la mitologa de Homero slo porque los dioses se parecan mucho a los seres humanos y porque eran igual de egostas y de poco fiar que nosotros. Por primera vez se dijo que quizs los mitos no fueran ms que imaginaciones humanas. (p. 31) De lo dicho por Gaarder hay que resaltar su afirmacin referente a que el registrar los mitos da la posibilidad de darlos a conocer y que stos sean discutidos por el hombre, generando una posicin entre los habitantes respecto a sus creencias. Frente a esta realidad, la investigacin en torno a mitos y leyendas se ha abarcado desde diferentes perspectivas, una de ellas es la planteada por Martnez-Pais (2006) en Mitologa de hoy: los medios de comunicacin, un reto para los docentes. En su investigacin, Martnez-Pais dice que las leyendas hacen referencia a un conjunto de mitos que tienen como intencin explicar algo. Segn la autora, lo que se explicaba de forma fantasiosa en las primeras sociedades, eran las cosas que no se podan entender en el devenir constante de su desarrollo individual y colectivo: Los cambios climticos, los fenmenos naturales y hasta las variantes en las personalidades de los sujetos, eran fenmenos que se pretendan explicar en las comunidades primitivas, y es lo que hoy conocemos como fbula. (p. 3). De acuerdo con los prototipos sociales que se iban creando, Martnez-Pais afirma que as iniciaba la existencia de las conductas morales y de la tica referente a la sociedad, es decir, que as se crean mitos que regulen el comportamiento de los individuos en sociedad, subyugndolos con el temor. Y es por eso que el mito es una manifestacin artstico-cultural en donde se juntan las8

expresiones de los diferentes conglomerados sociales para hacer una sola leyenda urbana que los identifique como poblacin. Ante esto sostiene que: En resumen, los mitos son plasmacin, ms o menos artstica o formalmente elaborada, de los arquetipos, que son as puestos a disposicin de los miembros de una sociedad, siendo los mitos uno de los instrumentos de socializacin ms efectivos en sus distintas manifestaciones: leyendas, cuentos infantiles, romances, obras dramticas, representaciones plsticas. (p. 4). De igual forma hace un anlisis sobre lo que signific el mito para las primeras comunidades aborgenes y lo que para la sociedad actual simboliza la existencia de los mitos y leyendas en el contexto cultural, esto le da una importancia trascendental al papel que juegan los medios de comunicacin en la tradicin oral. Es por eso que hoy da para el proceso de transmisin, ya sea de valores, ideologas, creencias, comportamientos y dems, sigue siendo la comunicacin oral el canal de transmisin ms efectivo. Actualmente este proceso, que se ha dado mediante la tradicin oral y la palabra escrita, se realiza a travs de los llamados medios de comunicacin, lo cual incluyen la prensa, la radio, la televisin, el cine, la internet y la publicidad. Martnez-Pais (2006) tambin seala el papel importante que juegan, en la poca contempornea, los medios masivos de comunicacin, pues estos son los que en la actualidad toman el rol educativo de la familia y la sociedad, por lo tanto desplazan en muchas ocasiones a los padres, logrando as convertirse en los generadores de identidad y otorgndose un papel que antes nacan de las entraas de los pueblos, al decir que: Adems de transmitir los arquetipos de siempre [] los medios de comunicacin de masas son capaces de generar nuevos mitos. Esto no es nuevo si consideramos que muchos de los mitos de la antigedad esconden en su origen sucesos reales que al ser transmitidos oralmente, a lo largo de generaciones, terminaron por convertirse en leyendas pobladas de sucesos maravillosos e intervenciones divinas. (p. 4).

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Ante esta realidad, la autora dice que los medios de comunicacin, debido al poder que tienen de manipular las masas, los mitos y leyendas que transmiten tienen una intencionalidad y es esparcir algunas ideas polticas o sociales, antes que el propsito de mantener la cultura y los estereotipos sociales; sosteniendo que: muchas veces los mitos que son puestos en circulacin a travs de los medios de comunicacin de masas no tienen detrs elementos arquetpicos vlidos sino otro tipo de motivaciones: ideologas partidistas, polticas o econmicas. Detrs de esta creacin de mitos, que ya no es espontnea, la motivacin que los gua, la funcin que se les asigna, ya no es la de transmitir valores que contribuyan al mantenimiento de una determinada sociedad, sino casi siempre una motivacin de poder. (p. 4). Este enfoque dado a la investigacin relacionada con los mitos y leyendas, nos deja claro que en la actualidad los medios de comunicacin y los servicios pblicos han colonizado a las civilizaciones y le han enseado a las nuevas generaciones una forma diferente de ver la vida. Muy probablemente, a consecuencia de esto, muchos pueblos han transformado el origen de su identidad socio-cultural y las races ancestrales.

1.1 Punto de partida del mito: Cara a cara con El Ramayana y El BudaAnte lo expuesto por Martnez-Pais, se contrapone el resultado de la investigacin: Mitos y Leyendas Hindes y Budistas de la autora de Sister Nivedita y Ananda K. Coomaraswamy (2004), quienes hacen una recopilacin de la mitologa ms sobresaliente de la cultura asitica como lo son las historias de El Ramayana, El Mahabharata, Krishna, El Buda y Shiva, que son algunos de los textos ms importantes de la compilacin realizada por estos autores. En esta recopilacin de leyendas asiticas se hace una explicacin del motivo de la religin hinduista, la cual consiste en una sntesis que contiene ciertos atributos que para los occidentales son considerados mticos. Dicha religin tiene diversos fines, pero entre los principales est la adoracin a la Tierra, al Sol, a la naturaleza, al10

cielo, a la madre y al padre, como tambin la honra a hroes y antepasados, las oraciones para los muertos y la asociacin mstica de ciertas plantas y animales. En este sentido, es importante rescatar del hinduismo los poemas picos, que as como en Grecia tuvieron su trascendental importancia con Homero y sus historias La Ilada y La Odisea; en el lejano oriente sobresalen las historia de El Ramayana, y, el que segn los autores, es el ms perfecto de todas las historia, El Mahabharata. En esta recopilacin de leyendas hindes, Nivedita y Coomaraswamy hacen un paralelo afirmando que la leyenda de El Mahabharata, para los orientales, es de ms o igual importancia, como para los occidentales lo es la Sagrada Biblia. El Mahabharata es un poema pico que relata principalmente el conflicto entre los hijos de dos familias, mostrando que la imaginacin est llena de una fabulosa creatividad en la antigedad. Segn estos autores la historia de El Mahabharata es una representacin nacional de la vida de los individuos que se convierte en la fbula ms importante de esta sociedad. En este sentido afirman que: El hecho sobresaliente que debe observarse acerca del poema pico, sin embargo, es que del principio al fin su inters principal est sujeto y centrado en el carcter [] Toda la filosofa de la India est implcita en este romance, exactamente como est en la vida cotidiana. El Mahabharata constituye, y se propone constituir, una suprema apelacin a la conciencia de cada generacin. Mucho ms que la tradicin nacional, encarna la moralidad nacional. (p. 198) Tambin hacen un paralelo entre las mitologas orientales y occidentales (los poemas picos griegos y los poemas picos orientales), afirmando que la gran diferencia entre stas radica en la enseanza que las leyendas dan sobre la moralidad y el romance de generacin en generacin. En este sentido, la intencin predominante en las historias orientales es la bsqueda constante de la belleza ideal.

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A su vez, el libro Mitos y Leyendas Hindes y Budistas relata los cuentos de El Buda, donde los autores intentan convencer a los lectores que la historia no es un mito, sino que, as como los hechos que en occidente se conocen de Jesucristo, El Buda est lleno de hechos histricos reales, dndole un carcter de originalidad a su relato, aunque en algunos lugares esta figura sea vista como una simple fbula. El relato de El Buda parte de la descripcin de sus tentaciones y de cmo ste llego a expandir la fe, al dirigirse a Benars para poner en marcha la rueda de la ley; lo que quiere decir, que su predicacin exhortaba a poner en prctica un imperio universal de verdad y rectitud. Buda se estableci en el Parque del Ciervo cerca de Benars y su doctrina, aunque con dificultades, lleg a ser acogida por sus discpulos. Esto deja entrever que las creencias cristianas tienen un matiz parecido a la cultura pica oriental, pues Jesucristo tambin fue tentado (tres veces) con el hambre, con el podero y seoro de toda la Tierra y con creerse superior al Creador; venciendo estas tentaciones sali a anunciar el reino de Dios, en donde tuvo muchos obstculos, que al final logr superar y fue aceptado por sus seguidores. El Ramayana, otra historia pica sobresaliente en la cultura oriental, es tambin relatado por Nivedita y Coomaraswamy, contando el origen histrico de esta legendaria cultura y su importancia para los orientales; relata que la historia se desarrolla con el rescate de una novia gracias a la intervencin divina de los dioses, despus de ser raptada y encarcelada en una isla lejana. sta es muy parecida a la historia contada por Homero en la Ilada, lo que da la impresin que una pudo haber sido copia de la otra, o que a su vez, ambas fueron copiadas de alguna historia mucho ms antigua que stas, aproximadamente 1.000 aos a.C. En su versin original el relato de El Ramayana quiere dar una enseanza frente a la tica y el modo de vida de los individuos en la sociedad. Sobrepone a la familia y el respeto por la palabra dada. Con leerlo se puede entender perfectamente los principios bsicos de la sociedad hind. La existencia de los mitos y leyendas no son nicos de una cultura, sino una manifestacin, ya sea artstica o cultural que se da12

en todas las sociedades y que dan origen a los legados culturales. Por otro lado, tambin es importante reconocer que los tesoros ocultos de los pueblos se encuentran en la riqueza que encierra la tradicin oral. Esta tradicin se halla gracias a la magia que tienen los mitos y leyendas transmitidos por generaciones, de ah la importancia de recopilarlos, pues en ellos estn las races natas de cada una de las culturas. De esta forma encontramos a Javier Ocampo Lpez (2004), quien sorprendi con su publicacin sobre los Tesoros legendarios de Colombia y el mundo. Ocampo dice que algunos tesoros fueron escondidos en las altas montaas, otros en las colinas, los altiplanos, [] en las costas o en mar adentro, ya sea con los galeones o dems barcos hundidos (p. 12); los cuales se han preservado a travs de la historia como leyendas debido al misterio que encierran los supuestos hallazgos en clices, custodias, vasos de oro, ciriales y ornamentos. De igual forma hace referencia a los grandes tesoros legendarios de la historia del mundo con la llegada de los conquistadores espaoles a las tierras americanas, encontrando adornos de oro, alhajas, collares, brazaletes, narigueras, utensilios domsticos e inclusive armas de los indgenas o aborgenes del nuevo mundo [] especialmente de los tesoros Incas, Aztecas, Mayas, Quimbayas y dems pueblos aborgenes (p. 18). Ante esto se puede destacar la importancia de los tesoros a travs de la historia de la humanidad, permitiendo la invencin de leyendas alrededor de las riquezas escondidas para resguardarlo de la mano del hombre. Unos ejemplos de ello, citado por Ocampo son: el tesoro del rey Salomn, Creso, el rey de Libia y las primeras monedas de oro; el vellocino de oro de Jasn, el jardn de los Hesprides, donde Hrcules se apoder de las manzanas de oro; las islas de Cris y Argino, que, segn los griegos, estaban hechas unas de oro y otras de plata; el Ofris, de donde partan las flotas de Salomn con cargamento de metales preciosos; el Xipagu, donde los techos de las casas estaban cubiertos de oro y que Marco Polo busc en el interior de la China. [] En las tradiciones se conocen las maravillas del tesoro del rey Miras; el tesoro del faran Ramss II, relatado por el historiador Herodoto; el tesoro de Tutankamon, y otros.13

En Hispanoamrica, los famosos tesoros de El Dorado, la ciudad legendaria de Manoa, el tesoro del Inca, el tesoro de las Amazonas, el pas de la canela y otros. (p. 26). A su vez, el autor nos narra muchas leyendas sobre los pueblos, en donde, sin proponrselo, hace un anlisis sobre la variedad de la cultura universal abarcando leyendas de todos los pueblos, especialmente del Asia menor, Europa e Hispanoamrica. Toma a la Sagrada Biblia como punto de partida para sealar el inters de todos los pueblos por las riquezas, con la historia del Rey Salomn. Sigue con la historia del rey Midas y sus orejas de burro, quien todo lo que tocaba lo converta en oro, terminando en Grecia con la leyenda de Ramss II y la del santo Grial.

1.2 Viaje con los dioses de occidente: Grecia y RomaLa literatura universal tambin nos presenta grandes historias legendarias del Cercano Oriente y Europa. As aparece la compilacin de Carlos Miralles (1983), catedrtico de filologa griega de la Universidad de Barcelona quien cita a Herodoto como el primer autor de obras literarias relacionadas con la mitologa griega indicando que Herodoto narra hechos debido a la intervencin humana, pero las vicisitudes del hombre le llevan a afirmaciones generales sobre las conductas de los dioses que envidian a los hombres cuando son demasiados felices y acaban confundindolos. [] En Herodoto es todava la omnipresencia de lo divino: no hay, en la feliz narracin herodotea que convierte a Herodoto en ms ameno, en ms interesante literariamente conflicto entre ganas de contar e inters por explicar. (p. 76) La mitologa antigua no slo se desarroll en Grecia; Roma tambin presenta grandes manifestaciones culturales gracias a la tradicin oral, en donde la literatura se presenta como un fuerte potencial para el desarrollo de la cultura romana. Segn Miralles los romanos para preservar su historia:

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haban conservado el recuerdo de su pasado. En primer lugar, desde luego, por tradicin oral, una tradicin que deba recoger ancdotas de tipo moral y que poda transigir con la intencin de quien narraba, adems de recordar los hechos. Los hechos, por otro lado, se conservaron por escrito aunque no podamos precisar desde cundo: los magistrados, los colegios sacerdotales y las familias nobles contaban con unos archivos, unas tablas donde se registraban los sucesos importantes ao por ao y de ah el hbito de cierta historiografa romana. (p. 82) Segn el mismo autor, los griegos y romanos que se dedicaban a contar las historias, de una u otra forma lo haban vivido, lo que representaba un riesgo para su credibilidad. Con esto aparece la historia de Julio Csar (100-44 a.C.), el gran vencedor en la guerra civil, quien narraba en tercera persona pero contado la historia de s mismo, enseando los hechos desde su propia ptica y dando a entender que dichos suceso slo podran ser como l los explic. Lo cual demuestra que se llega a la prdida del mito en el momento mismo en que la historia es contada por el ms fuerte. Suceso que no slo aparece en la cultura helena y romana sino que a lo largo de nuestra historia el vencedor tiene la potestad de registrar los hechos como en el caso ocurrido en la colonizacin de Hispano Amrica en donde con la llegada de los espaoles, las culturas aborgenes perdieron su historia, ideologa y religiosidad, sometindose a una culturizacin impuesta por los colonos.

1.3 Amrica: de los dioses a la magia negraEn cuanto a Latinoamrica y Colombia, entre las investigaciones realizadas respecto a la mitologa, Mara del Carmen Rodrguez Matos (2004) en La religin como elemento de identidad latinoamericana seala que la religin no puede ser vista nicamente desde el campo del cristianismo, en el caso de Amrica, ya que cada cultura tiene una manifestacin diferente de sus creencias hacia el ser o seres supremos. Esta autora seala que en el quehacer religioso el individuo busca identificarse con su entorno, por lo tanto:15

produce un tipo de representacin en la que el sujeto religioso recurre a lo mgico-mtico para explicar su propia existencia y la de los objetos naturales que lo rodean, llevndolos en muchos casos a convertir sus imgenes en dolos, que luego actan como fetiches que median todos sus actos. Este fenmeno ha sido tomado en consideracin por la intelectualidad del continente, encontrando una referencia importante en la obra de poetas, ensayistas, novelistas y artistas plsticos que asumen la religin como sincretismo cultural en el que se fusionan etnias diversas y expresiones humanistas de distinta clase. (p. 12). En Amrica Latina es muy fcil discernir esto pues los ancestros de la poblacin americana son una mezcla entre aborgenes, africanos y occidentales, lo que lleva a unas races con historias mgicas. De esta forma los individuos siempre intentan volver a sus races para dar respuesta a el por qu o cmo de su origen. Esto ya lo deca Rodrguez (2004), cuando afirma que: la identidad religiosa latinoamericana puede asumirse como un proceso que sintetiza las diferencias existentes entre los modos y formas de produccin de sentimientos y creencias religiosas, estableciendo las coordenadas que unifican esta diversidad en una estructura ticorevolucionaria que se ha dinamizado en cada etapa de la historia de la religin en el continente. En este proceso tambin se encuentra la lgica relacin que se produce entre lo autctono y lo forneo, o sea, entre lo particular y lo universal, como herederos de una tradicin cultural que fusiona lo propio con los valores universales, pero que tambin aporta a la cultura humana, a travs de las tradiciones y costumbres, leyendas y mitos que han enriquecido el acervo espiritual de la humanidad. (p. 19). As nos damos cuenta que en el proceso de identidad de los latinoamericanos siempre van a estar presentes los rasgos que sintetizan las creencias religiosas, mitolgicas y fantasiosas. Esto mismo lo afirma Rodrguez, cuando plantea que:

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la cultura latinoamericana y su proceso de formacin es la condicionante para que nos adentremos en el estudio de uno de sus rasgos esenciales, la religin. En el proyecto de los pueblos del hemisferio es significativo, para su realizacin, incorporar la religiosidad al sistema de la utopa posible, atendiendo a su contenido liberador y humanista y tomando como base la Iglesia popular, la Iglesia de los pobres, tal y como la defini Jos Mart hace ms de un siglo: Y son, como siempre, los humildes, los descalzos, los desamparados, los pescadores, los que se juntan frente a la inquietud hombro a hombro, y echan a volar, con sus alas de plata encendida, el Evangelio! La verdad se revela mejor a los pobres y a los que padecen. (p. 19). Estos rasgos religiosos y mticos en los americanos no se pueden dejar de lado, pues son los que marcan la cultura e identifican a los habitantes de este hemisferio; por lo tanto esto nos demuestra que las investigaciones en torno a la tradicin oral de los pueblos, en lo que se refiere a los mitos y leyendas, no es nuevo, y adems nos deja entre ver que son rasgos caractersticos esenciales en la formacin y crecimiento de los pueblos latinoamericanos. Al indagar leyendas de Mxico encontramos que en la ciudad de Guanajuato sus habitantes plasmaron sus vivencias, creencias y leyendas para que quedara registrada su cultura primitiva. Esto lo afirma Gabriel Medrano de Luna (2009) en su publicacin Contemos historias de nuestros antepasados: estudio sobre leyendas de Guanajuato quien nos muestra una serie de leyendas de la mitologa mexicana. Medrano (2009) da una explicacin de lo que significa la leyenda en los habitantes de Guanajuato cuando cita a Gennep (1982) diciendo que: lo caracterstico de la transmisin de las leyendas es que tanto el narrador como su audiencia creen en ellas, los temas de las leyendas son muy variados, por ejemplo, en Guanajuato son muy comunes los temas de las calles y los callejones, religiosas, fantasmas, aparecidos, tesoros y un sin fin de leyendas debido a la riqueza que posee el Estado. La leyenda se sita en un lugar y en una poca17

especfica y los personajes por lo general son individuos determinados. (p. 4) Medrano (2009) hace una caracterizacin de las leyendas en la que nos resalta las particularidades tomadas por la poblacin para la creacin de sus historias fantasiosas que an permanecen vigentes, l afirma que: Brujas y espantos: Refieren a mujeres que tienen cierto poder maligno, otras muestran a personajes que se aparecen para espantar a la gente. Apariciones: Relatan apariciones de personajes que en vida dejaron algo sin concluir y regresan como espantos para finiquitar lo que en vida dejaron pendiente, otras leyendas exponen algn personaje que se viste como fantasma para salir por las noches y asustar a la gente hasta que se descubre su verdadera persona y deja de espantar. Una de las leyendas ms divulgadas sobre apariciones es la de La llorona, en Guanajuato tambin aparece este personaje manteniendo ciertos rasgos caractersticos: una mujer que arroja a sus hijos al agua y despus se aparece por las noches cerca de los ros en busca de sus hijos ahogados por ella misma y gritando Aaaaay mis hijosss Dnde estarn mis hijos! (p. 4). En Veracruz (Mxico) encontramos adems entre sus rituales significativos el culto a La Santsima Muerte. Es una figura antropomorfa de un esqueleto femenino cubierto con velo de colores vivos, sombrilla y un tabaco. Su origen pagano inicia con las peticiones de sus fieles para conseguir amor, dinero, salud, bienestar o peticiones para conseguir daos a terceros. Este tipo de religiosidad popular est inclinada hacia personas de escasos recursos econmicos y vinculadas con antecedentes penales. Con este tipo de manifestaciones religiosas se podra afirmar que en Latinoamrica el proceso de tradicin oral de mitos y leyendas ha tomado una desviacin del sincretismo hacia un proceso de santera en las distintas regiones del continente. Gracias a nuestros antepasados nuestro continente se nutre de muchas historias mitolgicas que han traspasado la barrera del tiempo, llegando a convertirse en leyenda. Una muestra de esto se encuentra recopilada por Mara Acosta y Sergio lvarez (2002) en18

Cuentos y leyendas de Amrica Latina con la leyenda azteca denominada La casa de los muertos, la cual narra que la tierra y el cielo despus de ser puestos a cada uno en su lugar, los dioses aztecas se preguntaron quines poblaran el mundo? Y fue cuando el dios del viento Quetzalcatl fue en busca de huesos, insectos y gusanos a la casa de los muertos para crear al gnero humano. All Querzalcatl pidi prestado unos cuantos huesos a Mictlantecuhtli, el seor de los infiernos y rey de los muertos, los cuales fueron entregados con la condicin que fueran devueltos con prontitud. Pero el dios del viento planeaba llevrselos para nunca ms regresarlos, pero Mictlantecuhtli al enterarse de esto mand a cavar un hoyo en el camino para que al pasar por all los huesos cayeran en las profundidades del infierno. Cuando esto ocurri Querzalcatl se sinti un perdedor y a su regreso a la tierra recogi la maleza y los desechos, con lo que cre al hombre. Descendiendo por el estrecho de Centro Amrica, Acosta y lvarez (2005) traen a colisin una leyenda puertorriquea: La garita del diablo. Cuenta que para vencer el sueo los soldados cada hora gritan Centinela, alerta! En una noche, el soldado de la Garita ms lejana vio una indgena desafiando el equilibrio en el borde de una roca. l pens en gritarle que tuviera cuidado, pero antes de hacerlo la indgena lo mir fijamente a los ojos y le impact con su belleza. La indgena galantea al soldado comparando su belleza con la flor del azahar porque su piel brilla con la luz de la luna, igual que sus flores blancas. As pasaban das enamorando al solado hasta que un da no respondi el grito de alerta de los centinelas. Sin tener una explicacin los dems soldados aseguraron que fue el diablo quien se lo llev y desde entonces llaman a esa caseta La garita del diablo. Los anteriores autores nos presentan una versin de la leyenda de La Llorona la cual dice que: en una noche estrellada, a orillas del lago Texcoco, los sacerdotes reunidos calculaban la posicin de los astros en el cielo para determinar la medida del tiempo. De repente un alarido lastimero se extendi sobre las aguas y qued suspendido en el aire: era Cihuacoatl, la diosa madre, la protectora de la raza, que haba bajado de la montaa y saliendo de las profundidades del lago vena a prevenir a su pueblo. Por el este se acercaba su figura19

blanca y difusa, su cuerpo de mujer envuelto en un largo vestido que revoloteaba en el viento. Cihuacoatl habl: -Hijos mos, amados hijos de Anahuac, vuestra destruccin est prxima. Dentro de muy poco estaris perdidos para siempre. A dnde iris? Dnde podr llevaros para que podis escapar del terrible destino que os espera? Los sacerdotes consultaron sus libros sagrados y all estaba escrito: Era el sexto presagio cumplido de los ocho augurios de los dioses, anunciando la destruccin de los aztecas. Estaba anunciada la llegada de extranjeros que vendran por el este, trayendo penas y dolor, augurando la muerte y la desaparicin de la raza. Los dioses aztecas seran humillados y sustituidos por otros dioses nuevos, ms fuertes y ms poderosos. [] Fue la conquista, el final del imperio azteca. Cuenta que, mucho tiempo despus de la conquista, una mujer vestida de blanco, una figura como la de Cihuacoatl bajando de los montes, apareci en el silencio de la noche por el lado occidental de la plaza de la capital de Nueva Espaa. Cruzaba calles oscuras y andenes y plazuelas con rumbo al este, repitiendo siempre el mismo desconsolado lamento: Aaaaaay mis hijos aaaay aaaay mis hijos! (p. 213) Esta llorona hace referencia a los primeros habitantes de Amrica que fueron exterminados por la colonizacin espaola; por lo cual viaja por todo el continente llorando la raza aborigen que le dio vida a las primeras civilizaciones de Amrica. Retomando a Ocampo (2004) con su obra, notamos que tiene como objeto estudiar sobre las leyendas de los tesoros escondidos en Colombia y su comparacin con algunos tesoros legendarios de Amrica y el mundo (p. 13), esto mostrando varios de los erarios escondidos en todas las regiones del pas. Ocampo nos ensea el tesoro de los zines, el de las montaas de Murucuc, el del Cerro de oro de los Tayronas, el tesoro de Morgan, el de Francis Drake y los galeones y los barcos hundidos que hacen parte de la historia del Caribe colombiano. Una leyenda muy colombiana es la de El Dorado, la cual segn Ocampo (2004), impresion mucho a los europeos al escucharla de los conquistadores en el viejo mundo, puesto que cuenta la leyenda20

que el Cacique Guatavita, cubierto totalmente de polvo de oro, haca los rituales religiosos desde una valsa en el centro de la laguna que lleva su mismo nombre, y que desde ah el cacique sumerga las joyas y utensilios ofrecidos a los dioses, y despus l se sumerga mientras que el resto de la comunidad indgenas haca su oracin desde la orilla. As este autor nos concluye que: entindase como mito aquellas historias fabulosas, fantasiosas y mgicas que nacen con el propsito de dar respuesta a hechos captados por los sentidos que no tienen alguna explicacin cientfica; y entindase como leyenda a aquellas historias que se dan en las races de los pueblos y que en algn punto de la narracin pueden ser reales; pues la leyenda est llena de superlativos imaginarios de narracin que tienen como fin ltimo dar un mensaje ya sea de tipo social, moral, religioso, poltico, entre otros.

1.4 Un fetiche coronado en oroLa mitologa y leyendas colombianas tambin se hacen presentes cuando encontramos autores como Fabio Silva (2005) con la adaptacin de la obra Mitos y leyendas colombianos. l nos comenta que es normal que en medio de los campos de Colombia se cuenten historias fantasiosas, que llenan de miedo y terror a sus habitantes. Segn Silva (2005) citando a Roland Barthes afirma que las narraciones populares son tan antiguas como la humanidad y no hay pueblo que no haya inventado un sistema de narraciones que de una u otra manera expliquen y den sentido a su idiosincrasia (p. 11), lo que demuestra que en Colombia es normal el desarrollo de los mitos en cualquiera de sus regiones, lo cual influye de manera directa en el comportamiento de los individuos. En Mitos y leyendas colombianos encontramos historias como el Patetarro, un leyenda de las zonas minera de Antioquia y Cundinamarca, aunque algunas veces se afirma haberlo visto por los lados del Choc, cuentan los testigos que es un cuerpo descomunalmente grande y peludo que en una de sus piernas

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termina en un balde de guadua1 el cual arrastra fuertemente al mismo tiempo que se re a carcajadas como sinnimo de desgracia. Cuenta el mito que en su balde el espritu almacena una sustancia pestilente y los pobladores afirman que son sus propios excrementos, los cuales son arrojados al sembrado generando plaga en el cultivo. Tambin encontramos la leyenda de La Llorona contada al estilo de los habitantes del altiplano cundiboyacense, una historia totalmente diferente al enfoque que se le da en la costa Caribe colombiana que se hizo msica gracias a la composicin de Jos Benito Barrios: La llorona loca que con tabaco en boca sale por aqu y por all en una de las calles de Tamalameque (Cesar). La versin de Silva (2005) cuenta que: Sobre La Llorona hay varias versiones. Aparece en diferentes zonas del pas y es el terror de muchas regiones de Tolima, Huila, Antioquia y Cundinamarca. Aunque no hace dao, sus alaridos y gemidos son escalofriantes; su cuerpo es esqueltico, al igual que su cara. El porqu se la pasa llorando, se explica de muchas maneras. Unos dicen que era una joven de muy buena familia, pero que se enamor de uno de los trabajadores de la finca de su padre; como la familia rechazaba esta relacin, ellos decidieron fugarse, pero fueron descubiertos por los hombres de su padre, que mataron a su joven amante; para ese entonces la muchacha ya estaba esperando un hijo; por esa razn fue llevada de vuelta a la casa paterna, donde la encerraron. Poco despus, dio a luz un nio y, para que nadie se lo quitara, la joven escap con l en sus brazos, pero no se percat de que el nio haba nacido muerto. Por eso, la mujer llora su desgracia. Los campesinos dicen que La Llorona se les aparece a los infieles y a los borrachos. Cuando un hombre sale a visitar a la mujer que no sea su esposa o su novia o cuando ha tomado mucho, se le aparece dando fuertes alaridos y lo espanta, mientras lleva en sus brazos a su hijo muerto (p. 36). En Colombia la magia de las historias no solo se observa en la fantasa de las apariciones, sino tambin en la maravilla del metal representativo de la riqueza. El oro para los ancestros colombianos

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simbolizaba el poder y la riqueza; razn por la cual los primeros pobladores de Colombia tambin le explican su origen y lo ensalzan como un dios. Segn Silva (2005) el mito del origen del oro se explica contando que: Al principio, los habitantes del Pacfico vivan aburridos porque el Sol cubra casi todo su territorio. El calor era insoportable y todo era un gran desierto. Voy a acabar con este sufrimiento dijo un da Oro, un joven valiente, mientras preparaba su honda y embolsaba una gran cantidad de piedras. March en busca de la loma ms alta y cuando la encontr, se acomod y comenz a lanzarle piedras al Sol. Por cada piedra que lanzaba caa un pedacito de Sol, que se hunda en los ros o en la tierra. As permaneci durante muchos das, hasta que fue reduciendo la gran bola de fuego. Detrs de ella iban apareciendo la noche, la luna, las nubes y las estrellas. Cuando ya la gran bola qued bastante reducida, baj hasta su pueblo. Los habitantes agradecidos, le pusieron una corona con las piedras que haban cado del Sol. Todos decan que esas piedras eran de Oro, nombre del joven que haba trado la noche y las lluvias (p. 102). Colombia es una nacin con diversidad de razas, encontramos los negros, blancos, indgenas, mestizos y dems mezclas posibles entre los diferentes grupos tnicos. Silva (2005) nos trae un poco de la mitologa sobre el origen de la raza narrando que: Hace mucho tiempo, los hombres no tenan colores y se confundan entre s, pero una mujer llamada Ewandama lleg y form una gran laguna de leche; en ella todos los hombres deban baarse. Pero no todos quisieron hacerlo al tiempo. Los primeros que se metieron encontraron la leche muy blanca y al salir de ah surgieron los hombres de color blanco. El segundo grupo esper un poco, pero como la leche ya estaba un poco sucia y negruzca, los hombres que salieron de ella quedaron amarillentos, dando origen a los indios. Por ltimo, qued un grupo que fueron los ms perezosos y no quisieron meterse rpido; como la leche ya estaba sucia por el bao de los blancos y ms oscura an por el bao de los amarillos, cuando se metieron, la leche no alcanz sino para que se les blanquearan las palmas de las manos y de los pies,23

quedndoles el resto del cuerpo negro gracias a todo el sol que recibieron mientras esperaban. (p. 106). En cuanto a la literatura colombiana, Ocampo Lpez (2004) presenta las leyendas de los tesoros del Amazonas y los del Metha, o lugar donde se obtena el oro en grandes cantidades. Fue la obsesin por llegar al Metha y a El Dorado lo que motiv al Licenciado Gonzalo Jimnez de Quesada a abrirse en expedicin para conocer y descubrir las riquezas de estos lugares. Es por eso que se puede discernir que fueron las leyendas alrededor de los ornamentos de oros y dems riquezas las que motivaron los procesos de conquista de Espaa. De esta forma podemos inferir que las leyendas convierten a Amrica en una tentacin para el viejo mundo. De igual forma encontramos leyendas que hablan del tesoro de Xeque Popn que se convirtieron en los profetas que pronosticaran el futuro de las tierras y pueblos que entraran en la dominacin colonial europea entre los siglos XVI, XVII y XVIII (Ocampo, 2004, p. 173), la leyenda indgena del Zipa de Bacat la cual fue la quimera y la utopa de los descubridores y conquistadores espaoles, quienes en busca de los tesoros de los grandes caciques, atravesaban las selvas y llanuras del rea septentrional de las amricas. (p. 178). A su vez da vida a las leyendas del Venado de Oro que an muchos santafereos buscan desde los finales del siglo XVII en una cueva del cerro de Guadalupe. La leyenda del oro de Pamplona, la del Pipint, la leyenda de Mara Centeno y el tesoro de Abriaqu, quien guard en un lugar secreto de este pueblo del Urab antioqueo el tesoro ms rico que se ha podido esconder.

1.5 El mgico mundo de la cultura y la literatura CaribeCon Ocampo Lpez (2004) distinguimos las leyendas que hacen parte del Caribe colombiano, tales como La montaa legendaria de Murucuc en donde:

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el cacique Zinuano tena un oratorio en la gran cueva de la cspide, que era el depsito para sus inmensos tesoros. [] Se hacan sacrificios humanos en honor a la divinidad que adoraban los sines. Este lugar sagrado era defendido con mpetu y fortaleza por los indgenas sines, quienes no permitan la entrada a sus enemigos de las tribus circunvecinas. [] un da el cacique Misigua y cuatro amigos decidieron llegar a la cueva de la cumbre misteriosa, por un camino diferente al que siempre utilizaba el cacique Murucuc. [] cuando despus de vencer toda clase de obstculos, llegaron por fin al lugar anhelado, la montaa se estremeci, produciendo un deslizamiento que impuls para siempre hacia la entraas de la tierra a tan atrevidos aventureros. Desde entonces la gente se refera a esta montaa con cierto temor, aire misterioso y terrorfico (p. 273-274) De igual forma dice que los cordobeses, a travs de la historia, han buscado incesablemente el tesoro del cacique Murucuc. Es por eso que el ro ms importante de la regin lo llamaron Sin. Dice la leyenda que cuando las personas suben a la montaa del Sin encuentran tesoros como bolsas y hojas de oro; pero que cuando regresan, el cacique Murucuc no los dejas bajar hasta que no dejen su tesoro en el cerro; lo cual Ocampo califica como la venganza del cacique (p. 275). Es necesario reconocer en el contexto colombiano la importancia que encierra el Carnaval de Barranquilla dentro de un anlisis de procesos de transmisin oral fundamentado en danzas que describen cierto tipo de leyendas y manifestaciones mitolgicas en el desarrollo cultural de los pueblos de las riveras del ro Magdalena. En otras de las obras de Ocampo Lpez (1998) encontramos su publicacin Leyendas populares colombianas en donde afirma que la leyenda es un gnero literario cultivado por notables escritores, historiadores y antroplogos que le dan sentido a esa historia mgica propia de los pueblos y las culturas primitivas. San Andrs, Providencia y Santa Catalina, ms que atraer a los turistas por sus hermosas playas, encanta a aquellos aventureros que llegan hasta sus majestuosas construcciones naturales en busca de25

misterios como en el caso del tesoro del pirata Morgan, que ms que un atractivo turstico, es una cueva que encierra entre sus rocas, al estilo de lgrimas cadas, historias de piratas que dejaron sus tesoros custodiados por fantasmas bajo una maldicin. Ocampo (1998) no poda dejar de lado la leyenda de la Cueva de Morgan en la que isleos, colombianos y extranjeros buscan an con verdadera pasin un tesoro de los siglos XVI y XVII, poca en la que se registran los primeros ataque de piratas y corsarios en el mar Caribe. Sir Henry Morgan, un corsario2 que a sus 31 aos se refugi en la Isla de San Andrs, logr la ms grande hazaa del Caribe colombiano al entrar a Panam y recoger el mayor tesoro en oro, plata y piedras preciosas que luego enterr en un lugar embrujado del archipilago, junto a sus esclavos favoritos los cuales fueron decapitados por l mismo. Se dice que quin lo encuentre debe cumplir determinados pactos a media noche para no caer en la maldicin de pasar el resto de la vida en una silla de ruedas con parlisis. Por otro lado el mismo autor nos presenta la historia de Francisco el Hombre, legendario de La Guajira quien segn fue el primero en tocar el acorden en la Costa norte de Colombia. Se considera el inventor del vallenato, aire musical adoptado por la regin, especialmente en Valledupar (Cesar). Los ms viejos afirman que Francisco el Hombre era alto, misterioso y solitario, con una irresistible atraccin por las mujeres. Su acorden lo consigui en uno de los cajones que lanzaban los marineros a la mar. Para los caribeos cada vez que Francisco el Hombre interpretaba el acorden salan encantos de sus notas que pareca un embrujo que transmita un hechizo casi satnico. Debido a eso la historia comenta los duelos musicales o conocidos actualmente como mano a mano entre Satans y Francisco el Hombre. Seala Ocampo Lpez (1998) que en una noche Satans ret en lo alto de las montaas a Francisco el Hombre a un duelo de acorden, en el cual empez cantndole: Yo vengo de tierra leja, yo soy un diablo desatao, preprate Francisco El Hombre,

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que te tengo acorralao (p. 331). A lo cual Francisco le responde con su acorden: Muy diablo puede s, no me tiene acorralao, por ser diablo desatao, te rezo el credo al rev (p. 331). Seguido a estos versos el acordeonero le interpret el Padrenuestro y el Avemara, con lo cual se dice que Satans desapareci de la regin pero por poco tiempo. Cuenta la leyenda que una noche oscura Satans se present al acordeonista envuelto en azufre y trat de llevarlo a los infiernos. Francisco el Hombre le ofreci una botella de ron para que hiciera duelo con el acorden. El diablo bebi con gusto hasta que se emborrach, y no pudo contestarle el duelo con su acorden satnico, por lo cual tomo su camino a los infiernos y nunca ms regres. Entre las leyendas del Caribe colombiano, segn Silva (2005), la ms conocida es la leyenda de La Patasola, l asevera que todos los contadores de leyendas afirman que el origen de esta historia tuvo que ver con una traicin amorosa, pues cuentan que: una bella mujer estaba casada con un campesino muy trabajador, que se la pasaba vendiendo las cosechas de su patrn en otros pueblos. El patrn, aprovechando la ausencia del marido, le coqueteaba, y ella no era indiferente a sus piropos y regalos. Los vecinos se dieron cuenta y un buen da contaron todo al campesino. A la maana siguiente, el labrador hizo como si saliera a vender la cosecha fuera del pueblo y esper escondido cerca de la casa. Al anochecer, entr sbitamente y encontr a los amantes abrazados en la cama. Lleno de ira, el campesino desenvain su machete y se arroj sobre ellos; fue poco lo que pudo hacer el patrn, porque ah mismo qued tendido; en cambio, la mujer perdi una pierna de un solo machetazo y qued all abandonada. Desde ese da La Patasola ronda por los pueblos del Caribe vengndose de los hombres. (p. 38).

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1.6 Tayk y el caimn, las leyendas de los pueblos ribereos del Magdalena Retomando a Silva (2005) llegamos a la Leyenda del Hombre Caimn, propia de los pueblos ribereos del Magdalena como lo son Plato y Cinaga. Registr Silva en su obra que: esta famosa historia tiene sus orgenes en Plato, pueblo del Departamento del Magdalena. Sal Montenegro, un hombre muy enamoradizo, buscaba siempre la oportunidad de ver a las mujeres cuando se baaban en el ro Magdalena. Lleg a tanto, que un da march a La Guajira en busca de un brujo que finalmente le entreg dos pcimas mgicas. De regreso a Plato Sal invit a uno de sus amigos para probar las pcimas. Una era un lquido que lo converta en Caimn y la otra, lo volvera a la normalidad. Sal se meti al agua y su amigo le roci el lquido de la primera botella; Sal se sumergi y al poco rato sali convertido en Caimn; su amigo, espantado dej caer la segunda botella, con tan mala suerte, que el lquido se derram y slo unas pocas gotas cayeron en la cabeza del caimn y el resto se perdi en el agua. Desde ese da, Sal tiene la cabeza de hombre y el cuerpo de Caimn. (p. 48). Por su parte, la versin cienaguera del Hombre Caimn relata que el 20 de enero, da de San Sebastin y cumpleaos de una nia llamada Tomasita, ella se fue a baar al ro con su hermana mayor, sin pensar que se encontrara con un caimn que se paseaba por el lugar y el da terminara en desgracia al comrsela el caimn se la comiera. De ah en adelante Cinaga (Magdalena) todos los aos recuerda a Tomasita, al ritmo del son de tambores, a quien un caimn se la llev el da de su cumpleaos. Acosta y lvarez (2002) nos trasladan hasta la Sierra Nevada de Santa Marta con la leyenda Kogui llamada Las hojas de coca. sta habla que en lo alto de una montaa viva Teyuna, un sacerdote de la tribu que buscaba el camino verde de la coca para llevrsela a su gente. Los autores con esta leyenda nos hacen entender la importancia de la hoja de la coca como fuente de energa para las tribus indgenas que habitan en la Sierra Nevada, a la cual le hacen

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un ritual y la mambean3 como un preparado para poder soportar las largas caminatas por el extenso sistema montaoso. Siguiendo con las historias de mitos y leyendas de la regin, en Santa Marta encontramos a Tayk, el seor del oro para los Tayronas, cuando Ocampo (1998) nos dice que el hermano menor Tayk se fue al ro Lagarto a elaborar canutillos, pectorales, aretes, y dems adornos para los brazos y las piernas en oro que deban ser guardados en casas ceremoniales. Segn la mitologa Tayrona, el hermano menor Tayk confeccion todos los utensilios en oro que representan a las familias originales de los Kgaba. Dichos ornamentos eran utilizados para conseguir la intervencin divina que proveyera de lluvia, frutos y sequa a las familias Koguis. Con todo lo anterior podemos denotar que los mitos y leyendas son inherentes en el desarrollo cultural de la humanidad. Descubrir la oralidad en una poblacin es adentrarse en ella y construir una historia con base en las races de una regin determinada. Por lo tanto, el estudio de mitos y leyendas lleva consigo un anlisis de la oralidad con la cual podamos inferir cmo sta puede llegar a ser escrita para permanecer en el tiempo y plasmar los rasgos caractersticos de la cultura.

Notas1

Especie de bamb muy grueso y alto con pas que se cultiva en Amrica y se utiliza para la construccin en algunas regiones del continente. 2 Los corsarios, al igual que los piratas, son bandidos del mar, slo que estos contaron con el respaldo de la Corona britnica; tenan como principal objetivo el debilitamiento econmico del imperio espaol. 3 Es la accin de machacar las hojas de coca dentro del Poporo al mismo tiempo que se mezcla con la cal.

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2. Captulo IIREFERENCIAS TERICAS PARA PLASMAR LA ORALIDAD

Todos los estudios muestran que cuando se trata de nuestra propia lengua, ms que escuchar, reconstruimos los enunciados; los reconstruimos en funcin de las previsiones que acostumbramos hacer sobre nuestra lengua, y segn el grado de probabilidad de tal o cual elemento. [] As, al escuchar una produccin oral se disciernen sintagmas y no palabras aisladas; en lo escrito identificamos las unidades mediante palabras grficas(Blanche-Benveniste, C., 2005, p. 24)

Durante el desarrollo histrico del hombre, la oralidad ha estado presente en los procesos sociales, econmicos, polticos, humansticos, filosficos y dems. La oralidad es una caracterstica de todas las comunidades humanas, pues aunque existan culturas en donde no se haya desarrollado la escritura, de una u otra forma ha implementado procesos de oralidad. Hasta el momento podemos destacar que la oralidad existe antes que la escritura, puesto que la encontramos desde la antigua Grecia, en el Lejano Oriente y en los pueblos precolombinos del nuevo continente. De esta forma se puede considerar cada una de las diferentes manifestaciones de los procesos orales como un legado lleno de riqueza y simbolismo para la sociedad. En este sentido Olson, D. & Torrance, N. (1991) comentan de la oralidad que: caracteriza a sociedades enteras que se han basado en la comunicacin oral sin utilizar la escritura. Tambin son empleadas para identificar un determinado tipo de lenguaje usado en la comunicacin oral. Y por ltimo, se utiliza para identificar un determinado tipo de conciencia, que se supone es creado por la oralidad o es expresable en la oralidad. (p. 25). Para definir oralidad es necesario remontarse mucho ms all de la poca helena; a su vez, tambin es importante relacionarla con oralismo. Es por ello que los anteriores autores hacen un paralelo30

entre la oralidad y el oralismo, diciendo que aunque son diferentes, van de la mano, estn en diferentes situacin y simbolizan concepciones que se han extendido mucho ms all de Homero y los griegos [] estas concepciones toman forma en tanto se las contrasta con la cultura escrita, tambin considerada a la vez una condicin social y un estado mental, con sus propios niveles de lenguaje y cognicin expresable por escrito (p. 25). La oralidad no es lejana a las circunstancias sociales del hombre, ms an, es inherente a ella. As vemos cmo los hechos histricos estn ntimamente relacionados con los procesos de oralidad que se dan en cada uno de los diferentes pueblos, siendo el lenguaje el mecanismo para el fortalecimiento de los rasgos culturales esenciales. Ante esto Halliday (1982) tambin afirma qu: la lengua desempea la funcin ms importante. La lengua es el canal principal por el que se transmiten los modelos de vida, por el que (se) aprende a actuar como miembro de una sociedad [] y a adoptar su cultura, sus modos de pensar y de actuar, sus creencias y sus valores. [] Nadie ensea los principios de acuerdo con los cuales estn organizados los grupos sociales, ni sus sistemas de creencias, como tampoco (se) comprenderan si se intentara; sucede indirectamente, mediante la experiencia acumulada de numerosos hechos pequeos, insignificantes en s, en los que su conducta es guiada y regulada, y en el curso de los cuales (se) contrae y desarrolla relaciones personales de todo tipo. Todo eso tiene lugar por medio del lenguaje (p. 18). Por ello cada individuo tiende a agruparse en un circuito social, con el cual se identifica y al que respeta; esto permite la sana interaccin e identificacin entre cada uno de los miembros del grupo. La interaccin se mantiene gracias al lenguaje y a la oralidad, lo que ayuda a la formacin de comunidades con unos rasgos especficos que los diferencia de otros grupos sociales. Esto no limita la interaccin entre los miembros de diferentes culturas, puesto que el lenguaje y la comunicacin ayudan a fortalecer los lazos de unin entre ellos. As, el lenguaje, es de suma importancia para la31

formacin de la identidad y la cultura en los grupos sociales. Sobre esto Van Dijk (2008) seala que: la diversidad tnica y cultural de las sociedades humanas se refleja en el lenguaje, en el discurso y en la comunicacin. Normalmente, los miembros de un grupo tnico hablan con, o sobre, miembros de otros grupos. Esta clase de discurso intercultural es una forma consabida y cotidiana de interaccin y cooperacin. Cada grupo puede tener sus propias normas, valores, lengua y modos de hablar, pero para entenderse, en mayor o menor grado a los dems. A menudo aprenden la lengua y las costumbres de los otros, y aceptan y respetan, hasta cierto punto, sus respectivas identidades culturales. (p. 213). El lenguaje ayuda a la comunicacin entre los miembros de diferentes culturas y as a la expansin de los legados culturales. En muchos casos una cultura ms fuerte termina imponindose sobre una menos arraigada; como en el caso ocurrido entre los griegos y los romanos: pese a que estos ltimos invadieron militarmente al antiguo pueblo griego, la cultura y los legados humansticos de Grecia eran ms fuertes que la de los romanos, terminaron siendo invadido intelectualmente por el pueblo irrumpido. Una prueba de esto lo seala la religin, por ejemplo, los dioses mitolgicos griegos como Zeus, Afrodita y Atenea, en Roma tomaron el nombre de Jpiter, Venus y Marte. Consecuente con ello Van Dijk afirma que: esto sucede, en especial, cuando un grupo tiene ms poder, ms privilegio o ms recursos, y utiliza la diferencia (de color, de lengua o de religin, por ejemplo) como una justificacin para dominar o relegar a otros. As ocurre en Europa Occidental, en Amrica del Norte, y en Australia, donde las personas de origen europeo (los blancos) suelen tener ms poder que las minoras tnicas o los inmigrantes que proviene de frica, Amrica Latina, Asia o los que habitaban all (por ejemplo, en Amrica del Norte o Australia) antes de la llegada de los europeos. (p. 214). As mismo, dicho podero o diferencias fueron utilizadas por los espaoles que llegaron a Amrica Latina imponiendo su ideologa, creencias, cultura, costumbres y lengua como en el caso del Caribe32

colombiano, donde los grupos indgenas, fueron sometidos ante la presencia del hombre blanco y su estilo de vida, castigando sus prcticas religiosas, rituales diarios y creencias en los diferentes dioses, influencindolos con lo novedoso de la cultura europea. Hoy da, a pesar de que los indgenas se resguardaron en lo ms alto de las montaas, se percibe la influencia del modo de vida del citadino, puesto que muchos de los representantes o delegados de la etnia ante el gobierno o en la sociedad, son personas instruidas, profesionales en algunos casos, con estatus social, aunque an guarden su esencia Tairona, Koguis, Kankuamos, Wiwas o Arhuacos y sigan compartiendo sus costumbres. De lo anterior podemos sealar las consecuencias de la existencia de una cultura predominante con otra un poco ms dbil cuando se fusionan; ya que la cultura ms enraizada absorbe la menos consolidada, haciendo que muchos de los legados culturales, que fueron ricos en identidad y tradicin desaparezcan; y ms an cuando no existen evidencias de tales legados. Es por eso la importancia de llegar a un proceso de escritura y/o registro luego de identificado el proceso de oralidad. Con base en esto, podemos remitirnos a la antigua Grecia, una cultura rica en simbolismo y humanismo, en letras y en el arte; pero que slo pudo llegar a ese estado despus de una larga historia llena de fantasas y fbulas contadas a travs del habla. Slo con Homero y Hesodo se pudo llegar a conocer la magnitud de la cultura griega y el sincretismo de su religiosidad unido a sus rasgos culturales. Pero antes, esto slo era historia, fabula y mito, tanto, que en el desarrollo histrico de la filosofa se habla de un paso del mito a la razn, que es cuando los filsofos griegos dejan a un lado las creencias mticas que explicaban cada uno de los hechos naturales (y algunas veces sobrenaturales) para pasar a la bsqueda de una explicacin racional. Es por eso que el lenguaje es de suma importancia para la formacin y consolidacin de una cultura en cualquiera de sus manifestaciones; en este caso se exalta la parte oral, que ser lo que fortalecer la interaccin de una sociedad. La oralidad debe entenderse como la base para la creacin de experiencias sociales

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que determinarn la conformacin de un ambiente comn entre los miembros de un conglomerado. As vemos como lo oral se mezcla y construye perennemente con los hechos y las circunstancias contextuales de un conglomerado social, puesto que la oralidad es la que va creando en el individuo una disposicin para la compenetracin con su entorno particular. Acerca de esto Halliday (1982) menciona que: observando el modo en que la gente utiliza realmente el lenguaje en la vida cotidiana, encontramos que el nmero al parecer infinito de situaciones distintas posibles representa en realidad un nmero mucho ms pequeo de tipos generales de situacin. [] No todos esos tipos de situacin son igualmente interesante, adems de que algunos son obviamente muy triviales; pero, en ltimo caso, la importancia de cualquier categora abstracta de ese tipo depende de lo que vayamos a hacer con ella, y, en el anlisis que nos ocupa, el significado del concepto de contexto de situacin es que algunos tipos de situacin desempean un papel determinante en el paso del nio al lenguaje adulto. (p. 43). De esta forma vemos un paso de la oralidad muy importante, que es cuando se va adquiriendo una transformacin singular en su desarrollo como individuo colectivo; es decir, la oralidad se va mezclando con las diferentes etapas de la vida para contar la misma historia pero a personas de edades diferentes, y quiz con versiones un poco adaptadas. Es por eso que al recolectar los mitos y leyendas en un corregimiento como Guacamayal (Magdalena) se est reconociendo la riqueza oral de un pueblo cuyas races se encuentran cimentadas en las expresiones orales de sus habitantes; y en esto radica la importancia de escribir tales legados. Es a eso a lo que se refieren los compiladores Olson y Torrance (1991) cuando dicen que: muchos anlisis de formas orales han mostrado que la originalidad reside en la recombinacin sorpresiva de materiales familiares, mientras que la idea de originalidad propia de la cultura escrita implica una informacin nueva. En lo que respecta a las secuencias (se) dice que las largas secuencias que producen (los pensadores orales)34

no son descontextualizadas sino contextualizadas. (p. 111). En este orden de ideas, la lengua puede considerarse como un comportamiento y como un conocimiento. De esta forma vemos como el lenguaje, gracias a los procesos de oralidad, se implica en la vida social de los individuos. As la lengua es la funcin principal de todo ser humano para participar en un proceso de comunicacin. Es por eso que se debe entender al lenguaje como un proceso interno en el comportamiento de todos los seres humanos para que de esta forma se puedan entender la funcin cultural de la oralidad porque: la existencia del lenguaje implica la existencia del hombre social, (aunque) eso no determine la participacin ventajosa desde la cual se puede abordar el lenguaje; [] la capacidad de hablar y entender sigue, y tiene sentido, slo porque hay otros organismos semejantes alrededor, por lo que es natural pensar en ello como un fenmeno interorganismos que debe estudiarse desde un punto de vista equivalente. (Halliday, 1982, p. 19). La lengua es el elemento mediante el cual el hombre se hace persona y se vincula a una sociedad. Ya lo afirma Halliday: La lengua hace al individuo persona porque le permite desarrollar unos papeles dentro de la sociedad (p. 26), por su parte, refirindose al lenguaje, Fernndez (2001) referenciando a O`keefe y Delia (1990) seala que el lenguaje es una caracterstica omnipresente de la existencia humana. En este sentido cualquier anlisis de la comunicacin debe conceder un lugar central a los procesos a travs de los cuales los significados personales se vuelven comunes. (p. 263) Es por eso que en virtud de su funcin social, la lengua desempea un oficio clave en los sujetos mientras que el lenguaje determina los procesos comunicativos y un sincretismo cultural. La lengua se aprende gracias a la interaccin con otros y a su vez se va reforzado a medida que se va adquiriendo cierto tipo de desarrollo dentro de la sociedad. Es por eso que en los procesos de oralidad y comunicacin la transmisin del lenguaje desempea un proceso singular en el desarrollo del individuo; as como lo plantea ngel de Weiss (1981) afirmando que:

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la funcin del leguaje no es solamente la de poder expresar sentimientos y pensamientos, sino tambin la de poder comunicar a los dems. Todo esto implica tener en cuenta la percepcin, las actitudes y la habilidad verbal, las cuales estn determinadas por las experiencias colectivas de cada individuo [] se podra suponer naturalmente que toda una vida de prctica en la comunicacin oral debera desarrollar las habilidades en la utilizacin eficiente del lenguaje. El problema de comunicacin en la conversacin promedio es tan simple que un nivel muy bajo en la utilizacin eficiente del lenguaje es generalmente suficiente para el logro de una comunicacin social educativa. (p. 13 14). Todos los seres humanos aprendemos la lengua que escuchamos, es por eso que en nuestra interaccin social, desde la edad temprana, se deben legitimizar las actitudes verbales de los individuos, para el buen desarrollo sociocultural. Esto quiere decir que en trmino de su experiencia personal la calidad nica del individuo debe calificarse como un aspecto a la cultura. Nuestro medio es conformado por la cultura y las condiciones en que aprendemos la lengua en gran medida estn determinadas culturalmente [] a saber que la cultura forma nuestros patrones de comportamiento y que gran parte de nuestra conducta se ve medida por la legua; el nio aprende su lengua materna en el contexto de un marco de conducta en que las normas de la cultura se representan y se enuncian para l. (Halliday 1982 p. 35). En esta forma entramos a analizar cul es el papel de la oralidad en la conservacin de los legados culturales de los pueblos. Y es que la oralidad est presente en cada una de las acciones de los individuos como seres colectivos, puesto que como ya se dijo, la interaccin social se da gracias a las expresiones verbales. stas se fortalecen ms cuando se establece entre individuos con unos rasgos comunes entre s. Es ac donde la oralidad se presenta como el canal que ayudar a fortalecer tales rasgos.

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2.1 La fbula contada como una verdad! Ya se ha venido haciendo referencia a que gracias a la oralidad se logra fortalecer los rasgos comunes entre los habitantes de una regin determinada. Pero, cmo se realiza un proceso de transmisin oral? Sobre esto Olson & Torrance (1991) aseveran que: en nuestro medio, una parte fundamental de la vida legal consiste en argumentos orales. En otros lugares, todo el procedimiento es enteramente oral. As, por ejemplo, cuando una cultura carece de un gnero escrito de informes legales, uno suele encontrarse con que hay un gnero oral que cumple la misma funcin. [] De manera similar, en algunas culturas los cuentos son narraciones estrictamente objetivas de acontecimientos reales, mientras que en otras son fantsticos e imaginativos. Lo que ms aun, cuando las formas sean las mismas, el significado que tienen los cuentos para los miembros de diferentes culturas pueden ser distintos. [] Lo que sostengo, por consiguiente, no es que existan formas universales, y ni siquiera significados universales para las formas comunes, sino que hay muchos acontecimientos importantes en la vida social humana que ocurren, casi universalmente. Y estos acontecimientos, no slo tienen lugar en sus formas de hablar caractersticas, sino que son creados por esas formas de habla, ya que las mismas son muy similares a esas otras formas de lenguaje creadoras de formas de vida. (p. 74). En cuanto a esto se hace referencia a la idea que entre los mundos, oriental y occidental, se tiene del concepto de mito y/o leyenda los cuales varan de acuerdo a las creencias religiosas de sus habitantes. Lo que para los occidentales puede parecer un mundo mgico, irreal y fantasioso; para los orientales es totalmente real y es donde radica su razn de ser como sociedad.1 Pese a que hay muchos autores que afirman que el lenguaje oral esta nicamente limitado a su forma de conversacin cotidiana, detrs de esto podemos hallar un sin nmero de formas que dan vida al lenguaje y a las expresiones comunicativas de los individuos, tal como lo afirman Olson y Torrance (1991): detrs de la conversacin podra encontrarse una suposicin ms profunda: que la produccin37

oral asume la misma forma en nuestra cultura que en otras, o tal vez, incluso que la produccin oral simple tiene la forma de la conversacin de la vida cotidiana (p. 73). Para Acosta y lvarez (2002) en un intento de compenetracin con el mundo, los aborgenes de Amrica crearon mitos y leyendas que se convirtieron en su tradicin oral, para poder tener tranquilidad y fe ante las complejas manifestaciones de la naturaleza. Es por ello que se puede deducir que la existencia de dioses es una respuesta a lo que no tena respuesta para ello y optaron por la fe. Esto, porque la naturaleza del hombre es buscar una respuesta divina a los sin razones de su contexto. Es por ello que: en los mitos de los pueblos americanos es abundante la presencia de elementos naturales: la tierra es una madre de mil bocas, las plantas dan savia para que el hombre viva y los pjaros y las serpientes se unen en una cpula ritual que da origen a dioses fantsticos [] al igual que en otros pueblos, encontramos seres sabios surgidos de las aguas; habitantes del cielo que para combatir su aburrimiento bajaron a la tierra y decidieron crear a los hombres; seres fabulosos provenientes de otros mundos; colonizadores perdidos por el amor de una mujer nativa; o mujeres nativas que siguen llorando a los hijos muertos durante las batallas. (p. 11) Sobre esa base podemos entender cmo la tradicin oral en el Caribe colombiano es repetitiva en sus diferentes municipios, debido a que los procesos de transmisin son los mismos y se dan bajo las mismas condiciones socioculturales y antropolgicas. Esto hace que las historias sean las mismas e incluso lleven el mismo nombre, pero adecuadas a las circunstancias sociales de cada poblacin. Esto se sustenta en las diferentes versiones sobre la leyenda de la Llorona, en la que dentro de un mismo municipio se encuentran dos o tres historias diferentes como en el caso de Santa Marta, la capital del Magdalena, en donde una poblacin ubicada al sur de la ciudad, Gaira, han nombrado uno de los cerros de su calle principal como La Llorona debido a que dicen que desde all sale levitando una mujer con cara alargada y arrugada lamentando la muerte de sus hijos, especialmente en pocas de carnaval, cuando los habitantes se encuentran varios das de seguido tomando licor y untndose polvo o maizena por todo el cuerpo. Se dice que aunque la msica est a38

muy alto volumen su lamento es escuchado por todos al tiempo que se les eriza la piel la llamada piel de gallina-. Cuando su lloriqueo se escucha a lo lejos es porque su alma est sentada junto a quienes la oyen, y cuando los alaridos son fuertes es porque su alma est vagando a lo lejos. Mientras que en otras poblaciones se dice que sale de la orilla del ro y recorre las calles en busca de sus hijos. En este sentido la transmisin de la oralidad consiste en una forma constante de conversacin entre los individuos, sean o no, de la misma cultura. Es por eso que es fundamental en los procesos de transmisin una identificacin mutua entre el lenguaje hablado, pues este es un rasgo esencial para que se pueda transmitir los legados culturales. Pese a que la oralidad se ha dado mucho antes de nuestra era, sta llega hasta donde rebasan los individuos que se identifican con una misma lengua; despus de ah, cualquier rastro de oralidad de una cultura determinada, est expuesta a perderse por muy importante y legitima que sea; a menos que se llegue a un proceso de escritura y con ste a una interpretacin y traduccin del proceso oral, tal como ocurri en Grecia, el Lejano Oriente y Egipto. Ante esto se puede atribuir que, de alguna manera, el lenguaje ha sido un limitante para que los procesos de oralidad se conozcan en todo el mundo; tanto, que hasta en el nuevo continente la tradicin oral de los pueblos pre-colombinos se pierden por falta de conocimiento de la lengua aborigen. Es por eso que despus de identificado un proceso de oralidad, en una cultura determinada, se hace importante pasar de lo oral a lo escrito; en donde por medio de la escritura se logre conocer e interpretar cada una de los rasgos ancestrales. Sobre esto, Olson y Torrance (1991) sealan que: el principal medio para fijar textos es un sistema de escritura, pero [] los textos tambin pueden fijarse por medios orales. En la tradicin vdica los textos se fijan por medio de complejos sistemas nemnicos2 que los mantienen tan invariables como lo hace la escritura. En la tradicin de los poetas orales [] la forma preservada no era al pie de la letra, sino que se apoyaba en el ritmo, la mtrica y expresiones formulares. [] As, el poema quedaba fijo mientras que las palabras eran un tanto variables. Pero ambos tipos de tradicin oral fijan el texto39

y lo convierten en un objeto de repeticin y reflexin (p. 335). Siendo el texto el fin ltimo de toda tradicin oral; puesto que la interpretacin de ste es la que lograr preservar una tradicin en una cultura determinada; ya que esta interpretacin es la parte racional de cualquier oralidad que est llena de fbula y misticismo.

2.2 Cmo iniciar el registro de la historia?Ocampo (1998) nos comenta de los distintos procesos de registro que existieron y an se mantienen en los pueblos europeos, ya que varios de ellos han iniciado su historia con las narraciones legendarias. Una muestra de ello son las Sagas, que l narra como historias pico-legendarias; las Eddas, que dice ser mitos nrdicos y leyendas heroicas con poesas gnmicas, narrativa, burlesca y trgicas y las Kalevalas, las cuales segn Ocampo son narraciones legendarias y mitolgicas de la cosmogona popular finlandesa, donde los hroes son seres humanos dotados de poderes extraordinarios. Lo que demuestra que en las obras narrativas vetustas ha quedado plasmado el desarrollo oral y cultural de Europa gracias al proceso de tradicin registrado por los sabios o victoriosos de la guerra; permitiendo as el escribir la historia, ya sea en las cuevas, paredes, piedras, pergamino, papel, hasta llegar a la tecnologa y digitalizar los textos. El mito se cre cuando las sociedades humanas intentaban emplear un medio para interpretar las fuerzas creativas, los fenmenos naturales y acontecimientos que escapaban a su control, Procuran explicar, por ejemplo, cmo llegaron al mundo la maldad y la muerte, o la relacin entre tiempo y eternidad; tambin describen sucesos tales como el comienzo y el fin del mundo o las hazaas de los hroes culturales y fundacionales. Los mitos ofrecen una visin de la condicin humana y constituyen una fuente de inspiracin y consuelo. (Crofton, 1995, p. 612). En esto radica la importancia del quehacer diario y de ah la necesidad de darle nombre a los hechos que constantemente ocurran sin ninguna explicacin, convirtindose as en un modo de vida que direccionaba el comportamiento de los individuos en la sociedad determinada.40

Los avances cientficos pueden dejar atrs la validez de los mitos hacindolos ver como algo falso, sin credibilidad, pero an as hay disciplinas que necesitan de la esencia del origen mismo del mito para poder determinar la historia, la religin, el comportamiento primitivo, su poltica, las migraciones y fusiones raciales. La muestra representativa del registro de informacin histrico se ve desarrollada en los libros sagrados de cada religin, puesto que en ellos se relata los hitos sagrados que de una u otra forman establecen las directrices de un comportamiento moral y tico guiados por la fe y las divinidades, as como lo es El Rigveda, uno de los primeros textos sagrados de los hindes; El Tanaj, para el judasmo; El Corn, libro sagrado del Islamismo; El Tao Te King, para los taostas y Las Sagradas Escrituras, para los cristianos. Es necesario registrar la oralidad porque con ella se brinda a las comunidades la oportunidad de conocer el papel social desempeado por sus ancestros y as contribuir a la formacin de una identidad. Esto lo afirma Mara Jess Rubiera, quien en 1980 fuera profesora de la Universidad de Alicante en el rea de Historia de las literaturas en lenguas no castellanas, al referenciar que la literatura rabe con sus Casida, las cuales muestran una visin un tanto sofisticada de la vida de la sociedad rabe, se transmitan de forma oral pero se vio la necesidad de recoger por escrito estas llamadas poesas del camello a finales del siglo VIII dndose as un importante papel social, comercial, religioso y cultural al servicio del prestigio de las tribus que fueron tambin conocidas por tradicin oral y conservadas por relatos en prosa, las cuales hicieron parte de una coleccin. Segn Rubiera (1983): la difusin por escrito de la literatura oral de origen popular es una de las aportaciones ms importantes del perodo de estancamiento a la literatura rabe; a veces las narraciones populares se reunan en antologas y colecciones (p. 122) Esto demuestra que gracias al registro de los datos importantes que se han dado en las distintas religiones del mundo, logrando un posicionamiento en el desarrollo histrico del hombre y del individuo en su sociedad. Con base en lo anterior se puede concluir que para la conservacin de la identidad cultural es indispensable provocar una41

transformacin de las historias contadas en los pueblos por sus viejos habitantes a documentos escritos que permitan registrar los estilos de vida, el comportamiento, las costumbres, las creencias, su identidad, su idiosincrasia, y as, con una posterior indagacin, recuperar las races de los pueblos para poder comprender y estudiar la cultural de una regin determinada. Con ello no solamente se sabr de lo anteriormente mencionado, sino de todos los procesos polticos, econmicos, sociales, que haya enfrentado la poblacin a lo largo de su desarrollo histrico. Pero sobre esto, no es que existan formas universales en el contar de las historias, y ni siquiera significados universales para las formas comunes de relatar la tradicin; sino que hay muchos acontecimientos importantes en la vida social humana que ocurren, casi universalmente los cuales permiten el desplazamiento de las historias y la similitud en la narracin de los mitos representativos que hablan del origen del mundo y de la sociedad en su diario vivir, aunque estos se presenten en tiempos y espacios diferentes. Este es el inters que se pretende rescatar en un estudio complejo de tradicin oral y por el cual vale la pena la incursin en la sociedad para conocer sus tradiciones. Pues aunque han pasado siglos desde el origen de estas leyendas. Y que unas cuantas se hayan perdido por algn descuido de la memoria. Muchas otras siguen vivas. Y, si escuchamos atentamente, en el silencio de los bosques podemos seguir escuchando [] el llanto desconsolado de La Llorona, (Acosta & lvarez, 2002, p. 12), el sonar del acorden de Francisco El Hombre, el estruendoso sonido del Patetarro en medio de la oscuridad; o ver reflejos de espantos que se esconden entre los rboles o el de los muertos en las pantallas de los televisores. Con el desarrollo de la sociedad y por la carencia de registro histrico-cultural se ha venido dejando atrs por parte de los pobladores de Amrica Latina las verdaderas creencias de los ancestros, sus miedos, tabes, recelos, cohibiciones y respeto por lo que en algn tiempo se pudo haber considerado como ley de vida debido a lo mstico del proceder de lo sobrenatural. Es por ello que se ha pasado del mito y la leyenda a creencias oscuras donde la fe genera miedo y terror pero ya no atribuido a hechos sobrenaturales sino a la mano del hombre que es propiciador de desgracias a otros

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individuos a travs de la magia negra. Esto es lo que en la actualidad se conoce como La Santera y/o ritos de brujera.

2.3 El nuevo tab de los latinoamericanosPara poder entender la Magia es necesario comprender el significado de la religiosidad, la cual naci con la intencin de encontrar un sentido y fin ltimo a la existencia que gira en torno a la creencia de un ser supremo o seres sobrenaturales, en la cual los creyentes honran mediante la adoracin, la oracin, el sacrificio y el respeto a ciertos comportamientos. Esa creencia se entrega con una intencin para lograr un fin de la divinidad a la que se suplica. An as, en cuanto a la magia: Hay una creencia muy arraigada en la magia, definida como la capacidad de modificar el mundo fsico a travs de actos de carcter ritual (por ejemplo, haciendo enfermar a alguien mediante un conjuro apropiado). [] Si bien la magia comparte con la religin algunas caractersticas se diferencian al menos en un rasgo principal. En la mayora de la religiones se cree [] en la soberana de un Dios o unos dioses; es decir, que no podemos dar instrucciones a un ser divino. Slo podemos intentar influir en ella para que obre a nuestro favor. En la magia, por el contrario, el mundo es comprendido de manera que ciertos actos rituales traen consigo automticamente los cambios fsicos deseados (Crofton, 1995, p. 458). Esta magia se desarrolla en los seres humanos gracias a sus creencias innatas en su comportamiento, al igual que las creencias son la base sobre la que se sustenta el origen del mito segn Savater (2004). Estos rituales mgicos en la actualidad han tomando el sincretismo de la mitologa y la leyenda junto a la tradicin para formar sus cultos, en los cuales se pretende resaltar la divinidad de una deidad que, segn los adoradores, toma fuerza gracias a los rituales y sacrificios expresados por los fieles. Estas deidades son elevadas a los altares gracias a la religiosidad popular de los pueblos, quienes