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  • 7/23/2019 Memoria Colectiva y Tradicion Oral en Un Movimiento Religioso Mesoamericano El Caso de Las Alabanzas Conche

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    Memoria colectiva (mtico-histrica) y tradicin oral en un movimiento religioso

    mesoamericano: la danza de concheros a travs de sus cantos.porque usan diversssimos meneos y diversssimos

    tonos en el cantar, pero todo muy agraciado y aun muymstico. Es el bosque de la idolatra que no est talado

    Fray Bernardino de Sahagn.Ulises Chvez Jimnez1, Fabin Fras Santilln2.

    Resumen:

    Mltiples fueron las manifestaciones culturales hbridas del mestizaje entreeuropeos y mesoamericanos que hoy son parte de la identidad cultural mexicana. Estetrabajo hace el anlisis histrico/antropolgico de una de ellas, conocida como danza deconcheros. Desde su origen mtico-histrico en 1531 y a la fecha, su presencia en elimaginario colectivo se nutre del relato oral, de la tradicin religiosa de conquista, y de la

    Historia oficial mexicana. Esta influencia de la identidad nacional sobre la ideologaespiritual entre los concheros se ha expresado no solo en el contenido de sus danzas yatuendos, sino en el contenido y significado de sus cantos, reflejos subjetivos de lostiempos en que fueron escritos, expresando mucho de quienes las escribieron y dequienes las cantan.

    * Palabras clave: Danza de concheros, movimientos de revitalizacin cultural, memoriahistrica y tradicin oral, cantos rituales.

    Abstract.

    Many were the hybrid cultural manifestations of miscegenation between Europeans andMesoamericans that today are part of Mexican cultural identity. This paper focuses on thehistorical and anthropological analysis of one of them, known as the conchero dancers.Since mythical and historical origin in 1531 and to date, their presence in the collectiveimagination draws the oral account, of the religious conquest of tradition, and theMexican official history. This influence of national identity over the spiritual ideologyamong the concheros has been expressed not only in the content of its dances andcostumes, but the content and meaning of their songs, subjective reflections of the times

    in which they were written, expressing much of those who wrote them and those whosing them.

    1Arquelogo por la ENAH. [email protected] Segundo, danzante y flautista. Heredero de bastn de marcha de Fernando Flores [email protected]

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    Sobre la relacin entre memoria histrica y tradicin oral para la conformacin de

    una identidad cultural

    En 1950 Maurice Halbwachs public su obra Memoria Colectiva (2004); dondela define ms o menos como una construccin social compartida con base a los recuerdos

    y memorias que se atesoran y destacan dentro de una sociedad. Para que esto suceda,dichos recuerdos y memorias deben de ser ms o menos compartidos, transmitidos, yconstruidos por un conjunto de individuos como parte del desarrollo de una identidadcultural. Para que la memoria colectiva pueda crearse y recrearse, es necesaria laconstruccin de monumentos y smbolos que permitan perpetuar en la psique social delos individuos un evento concreto; ya sean templos, obras, etc.

    Para la supervivencia de toda una forma de pensamiento colectivo a travs del tiempo,es necesario fundamentar la prctica y continuidad en una comunicacin oral cuyo

    principio ms personal, permita la transferencia de ideas y conocimientos siempre entrepartes involucradas. La tradicin oral existe desde tiempos anteriores a la escritura, y hapermito la transferencia de la cultura, la experiencia y las tradiciones de toda sociedad enforma de relatos, cantos, oraciones, leyendas, fbulas, conjuros, mitos, cuentos, etc. Sutransferencia depende de padres a hijos y de generacin en generacin hasta nuestrosdas, ya que su funcin principal es la de conservar el conocimiento a travs del tiempo.Esta forma de transmisin suele distorsionar los hechos con el paso de los aos, sufriendolos relatos variaciones en las maneras de contarse, y perdiendo a veces su sentido inicial(Vansina; 19853).

    Dentro del universo que implica el estudio de los elementos que componennuestras conductas sociales y representaciones del mundo en la actualidad, encontramospertinente estudiar el fenmeno religioso conocido como Danza de Concheros4. Paraello, este trabajo parte de la premisa de que muchos marcadores de cambio cultural parael estudio dentro de sta tradicin religiosa, se proyectan sobre cada una de lasexpresiones (tangibles e intangibles) que la conforman (rituales de danzas, trajes, cantos,

    3En su libro La tradicin oral es historia, Jan Vansina, (1985: 27-28), define la tradicin oral como

    "mensajes verbales que reportan conocimientos del pasado al momento presente", se especifica que elmensaje debe ser en forma de declaraciones orales habladas, cantadas o expresadas en instrumentosmusicales solamente". l sealaba que esta definicin de tradicin oral es una definicin de trabajo parauso de los historiadores.4El trmino de concheros se ha aplicado como un calificativo de uso generalizado. Moedano apunta a que eltrmino que ellos mismos usaban, por lo menos hasta la dcada de los sesentas del siglo XX, era el deHermandad de la Santa Cuenta. Otro trmino del que se tiene memoria es el de Danza de Arco yFlecha, en alusin a que estos elementos eran parte del atavo (aunque no sabemos cundo se perdi).Danza de aztecas es un apelativo acuado en el siglo XX; tambin en algunas regiones se le llama danzachichimeca (sobre todo en Quertaro); incluso danza de apaches.

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    instrumentos, etc.). De particular inters para este trabajo es uno de los dos componentesmusicales ms importantes a su interior: el canto ceremonial.5

    La tradicin conchera ya ha sido estudiada con anterioridad (Justino Fernndez et.al.1940; Guillermo Bonfil Batalla,1965; Gabriel Moedano, 1972, 1984; Arturo Warman,

    1972; Martha Stone, 1975; Yolotl Gonzlez, 2005). A este respecto, los autores delpresente trabajo hemos estudiado (en buena parte) este complejo movimiento socio-religioso desde la visin emic; por lo que el enfoque de la observacin participante alinterior de las actividades propias de la tradicin, ha sido fundamental para localizar yentender muchos detalles que puedan ser corroborados, omitidos o incluso ignoradoshasta el da de hoy por diversos autores que puedan estar estudiando la danza. Contamospues con informacin suficiente para enfocarnos ms en este trabajo en la interaccin quesucede entre la tradicin y el resto de las estructuras culturales (econmico-familiar,poltica, religiosa) con las cuales conviven de manera individual y colectiva en su da a

    da, que en la mera descripcin y anlisis de alguno de sus rituales.

    Hasta ahora est claro que los concheros se expresan en trminos de resistencia yconquista social, a travs un fuerte sentido de identidad y pertenencia cultural, quecomparten entre s, una verdadera devocin religiosa a travs de una particular forma devenerar a Dios: danzando y cantando. Sus cantos (las letras) son el reflejo de un momentohistrico concreto, por lo que estudiar las letras a travs de los aos, puede contribuir aconocer como han estado interpretando la cultura mexicana de la cual hacen gala. Laaparicin en los ltimos 80 aos de cantos dedicados ya no solo a santos catlicos, sino auna serie de smbolos que hacen referencia directa al pasado prehispnico (fig. 1),

    reflejan los cambios que se han gestado al interior de la tradicin6.

    Estos cantos y flores han sido las metforas por medio de las cuales, se recrea lamemoria histrica y colectiva de quienes participan en la liturgia conchera. Los cantoshan servido desde su origen, para registrar el estado de la Cultura entre los concheros.Desde el uso de esta forma de expresin, los concheros se adaptan y evolucionan paramantener vigentes sus tradiciones; expresan sus puntos de vista acerca de temashistricos concretos a partir de sus recuerdos individuales y colectivos. Con ello no solocontribuyen a su propia sobrevivencia como hermandades y congregaciones ,tambin consus danzas, msica y presencia alimentan el imaginario popular que tiene el mexicano de

    5Los cantos ceremoniales de la tradicin conchera se dividen en distintos tipos acorde a su uso durante losritos, ya sean diurnos o nocturnos que conforman el conjunto de sus actividades. Diferentes momentosdurante una ceremonia implican distintas entonaciones,velocidad, contenido, diccin y enfoque espiritual.Hay permisos, agradecimientos, cantos de marcha, alabados, toritos (especiales para la afinacin de losinstrumentos de cuerda), duelos, conquistas, etc.6 Francisco de la Pea en Los hijos del sexto sol (2002: 66-67) habla de la aparicin de gruposdenominados neoconcheros que se caracterizan por conservar las formas tradicionales del cultopreexistentes, pero con una simpata a las ideas y ritos de los mexicanistas.

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    s mismo, proyectado desde la idea de su pasado, presente y futuro, una parte importantede la ritualidad mesoamericana del Mxico Profundo (Bonfil Batalla, 1989).

    La liturgia Conchera

    Comentaremos brevemente el desarrollo del ritual conchero no sin antes aclararque las cantos, son enunciados entendidos y explicados por el contexto social al cualpertenecen y se integran, y del cual hacen manifiesto sus mensajes; el significado delcanto se entiende a partir de su enunciacin dentro del rito para el cul fue elaborado, ypara aquellos a quienes, en ltima instancia, va dirigida. A fin de ser concretos, soloapuntaremos a sealar de manera general en qu consiste brevemente el ritual conchero.

    La liturgia conchera se compone bsicamente de una dicotoma ritual de Velacin/Danza:

    La velacin (fig. 2a, 2b, 2c, 2d) es el rito que se hace en la vspera de la fiesta,llamada obligacin al interior de la tradicin. sta es nocturna y privada encontraparte con la danza, que es diurna y pblica. Es el momento de la invocacinpara la posterior comunicacin con las fuerzas divinas. Parte del rito consiste en laelaboracin de ofrendas como lo son las llamadas custodias o Santo Schil (fig. 2a)(representacin del Santsimo Sacramento y del Sol), as como de los bastonestejidos con flores (fig. 2b) representacin de las fuerzas o potencias del smbolo defundacin original de este culto: la Cruz de Sangremal en Quertaro. Aqu esdonde hacen su participacin ms importante los cantos, entre los cuales seencuentra un gnero especfico: las alabanzas. Los rituales propios de la velacin se

    ejecutan mientras son entonadas haciendo uso de instrumentos de viento ypercusin, as como de las guitarras de concha de armadillo. En la velacin seejecutan las alabanzas, las cuales se integran en el rito de invocacin a las nimasconquistadoras de los cuatro vientos, es decir, a los ancestros y jefes danzantes yafallecidos (representados con velas de cebo, fig. 2c). Generalmente concluye conlalimpia, (fig. 2 d) rito que realizan algunos miembros al resto de la congregacincon los bastones terminados, para finalmente recibir y alabar purificados eladvenimiento de la luz-da.

    La danza se hace llegada la maana y por lo general es en los atrios de las iglesias ysantuarios de devocin catlica (fig. 3a). Tambin se ejecuta en las casas donde seconservan los altares de los danzantes (a los cuales se les nombra cuarteles uoratorios), en las mayordomas o en la residencia de los anfitriones (fig. 3b). En losltimos aos, se ha comenzado a buscar nuevas plataformas para la danza, comopaisajes naturales (fig. 3c) que evocan sitios mticos o lugares considerados comoreas de poder e identidad como museos, monumentos y zonas arqueolgicas (fig.

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    3d). Como parte de la celebracin el da de la danza, se busca que la mayorcantidad posible de danzantes (comenzando por los dirigentes del rito y luego porlos participantes de la velacin) pasen frente a las imgenes a llevarsu danza, suPalabra, mientras los dems deben seguirlos. En la tradicin conchera, laejecucin de una danza no es necesariamente la ejecucin de formas rgidas o

    preestablecidas a modo de coreografas; la danza de la tradicin conchera permite,y an fomenta, flexibilidad e innovacin recurrente y es, a partir de esto que a cadapersona que dirige durante cierto intervalo, se le llama la Palabra. Cada Palabraes una expresin distinta e individual. Esta actividad se puede prolongar a lo largode todo el da con algunos intervalos para descansos ocupados en actividadesldicas. Al trmino de la danza se dan los agradecimientos pertinentes a lasdivinidades invocadas durante los ritos previos (los cuatro vientos, las imgenesveneradas y a los danzantes participantes.) Nuevamente aqu los cantosceremoniales juegan un papel preponderante.

    Adems, los danzantes de tradicin participan con frecuencia en otra serie de liturgiasen las que propiamente no se danza, como son los rosarios, las maanitas a los santos oel levantamiento de la cruz de difuntos. En todas estas actividades, su funcin es laentonacin de diversos tipos de cantos.

    El mito original de la actual danza de concheros

    Todo ritual esta precedido por una serie de mitos que buscan dar cohesin ysentido, adems de legitimizacin temporal e histrica, a toda prctica. En el caso de los

    concheros su origen est marcado por la Fundacin y origen de las Hermandades de laSanta Cuenta.

    Es Mohedano quien mejor ha establecido una correlacin entre fuentes histricas,evidencias culturales y el relato mtico fundacional de la danza de concheros, paraproponer el origen de la misma hacia la zona del Bajo, y tal vez en diferentes lugarescercanos a travs del tiempo. La regin de Quertaro es una cuna de esta tradicinreligiosa mesoamericana. Este es un punto con el qu los autores del presente trabajocoincidimos. Segn Mohedano (1972: 600) al momento de la conquista la regin de laCaada, en los actuales lmites del estado de Quertaro, estaba poblada por gruposotopames y otomes que interactuaron hasta influenciarse ambas culturas entre s. Losotomes de la provincia de Xilotepec mantenan relaciones comerciales con loschichimecas de La Caada a travs de su figura de poder ms importante, el caciqueConin; quien una vez requerido por los conquistadores europeos huy con toda sufamilia, escondindose y viviendo en cuevas para luego rendirse, entregarse al bautizocristiano con el nombre de Hernando de Tapia y comenzar la conquista de Quertaro

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    junto con Nicols de San Lus Montaez (Fig. 4a), y otros caciques de Xilotepeccomandando soldados espaoles, tlaxcaltecas y otomes cristianizados. Esta campaa deconquista culmin con la legendaria batalla del Cerro de Sangremal, el 25 de julio de1531. De acuerdo con la tradicin, el triunfo de los espaoles se debi a la aparicin en elcielo de una cruz refulgente, con Santiago Apstol a su lado. Los chichimecas, ante tales

    signos que interpretaron como profticos, cesaron de luchar dndose no solamente porvencidos, sino tambin aceptando la religin catlica y pidiendo una cruz como laaparecida. Despus de varios intentos fallidos de los espaoles para satisfacer losrequerimientos de los indgenas, lograron complacerlos con una cruz de piedra (fig. 4c) ystos, como muestra de regocijo y veneracin empezaron a bailar en torno a ellaexclamando l es Dios a cada momento (Mohedano, 1972: 601). La trascendencia ysignificacin de este acontecimiento para los grupos concheros todava se pone demanifiesto en sus alabanzas y tradiciones orales. Para la mayora, este es el momento enel que se origin la danza, difundindose de aqu a otras regiones del Bajo (Fig. 4b). A

    Santiago le daran el ttulo de Correo de los Cuatro Vientos y la frase l es Dios,habra de convertirse en el saludo ritual entre los compadres o miembros de la danza(Mohedano, 1972: 600). En su origen este culto de crisis estaba circunscrito a Quertaro,pero pronto comenzaron a desarrollar actividades de proselitismo (tendencia natural delos grupos concheros), atrayendo nuevos miembros, conquistndolos para fortalecersus grupos, su palabra (a la que entraran despus de una ceremonia de iniciacin, comoan se acostumbra), instruyndolos en un sistema de antiguas creencias y prcticasmesoamericanas, adaptadas para no ser detectadas por el Santo Oficio y dndoles aconocer los medios para entrar en contacto con las nimas de los antepasados, y de estemodo mantener su linaje cultural, la forma de pedir su intercesin para curar o para

    deshacerse de sus enemigos. El ejercicio de la danza es de carcter bsicamente guerrero,en el que el arco y la flecha eran las armas simblicas tradicionales, as que en cada lugaren que conquistaran adeptos dejaran establecida una mesa, de conformidad con lamesa General u otra de las que se consideraban originales para mantener la liturgiaconchera: las velaciones, la danza, etc., (Mohedano, 1972: 601. Fig. 4d).

    Cantando a Dios: El caso y uso particular de una alabanza

    Una alabanza es el producto de enunciar afirmaciones positivas sobre unapersona,objeto oidea,ya sea en privado o pblicamente. En religin la alabanza es dadaa Dios y los sujetos considerados como cercanos a l, formando parte de las liturgias enlas cuales se adscriben. Como elemento recurrente, las alabanzas hacen referencias a laadoracin hacia lo divino, por medio de la msica y los cantos.

    Cabe sealar que alabanza es el trmino empleado por los mismos danzantes, aunqueen la literatura se pueda encontrar nombrado tambin a este gnero como alabados. A

    http://es.wikipedia.org/wiki/Personahttp://es.wikipedia.org/wiki/Ideahttp://es.wikipedia.org/wiki/Ideahttp://es.wikipedia.org/wiki/Persona
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    esto sealamos que en las categoras propias de la tradicin el segundo trmino se refiereespecficamente a cantos ms lentos y de slabas ms prolongadas, que adems remiten asentimientos de tristeza, nostalgia o solemnidad; en oposicin al primero, que denotacantos ms dinmicos y con sentimientos de jbilo y exaltacin. Mansfield propuso desdehace ya tiempo una clasificacin pertinente para los cantos que se entonaban en los ritos

    concheros en la dcada de los 30s del siglo XX, y se basa en cuatro rubros:

    Aquellos que son dirigidos a los santos, la virgen o Cristo, los de tipo histrico,que reenvan a los orgenes de la tradicin conchera, celebrando la valenta, la fe yel sacrificio de los indgenas; los de tipo militar-religioso que aluden a losestandartes, las insignias o las nimas de los oficiales u otros personajesdesaparecidos; finalmente, los cantos que acompaan o explican ciertos rituales,como la confeccin del schil (Mansfield, 1953: 64)

    Curioso es que ya en esta poca aparecen sealadas alabanzas que reivindican elcarcter indgena de la danza, y que reactualizan el papel que juegan estos en laconformacin de dicho culto. Es importante sealar que hasta este momento las letrastienen dos caractersticas sobresalientes: todas se cantan en idioma espaol, y todasexaltan y celebran la evangelizacin cristiana. Para el enfoque del presente trabajo ambosplanteamientos son de suma importancia. Aunque hay relatos de algunos jefes comoFaustino Rodrguez (citado por Galovic, 2002: 454) quien aluda a la entonacin dealabanzas en nhuatl, no tenemos hasta ahora registro oral o escrito anterior a 100 aosque nos d testimonio de este material para la tradicin conchera; si para la poca barrocapresente en la msica de Gaspar Fernndez y otros msicos que formaron escuela en el

    virreinato de la Nueva Espaa, y de la cual le sobreviven en la actualidad estilos talescomo el son jarocho, huapango, son huasteco, etc. Por otro lado, el hecho de que el temaprincipal de estas letras verse en torno al estado de Gracia por pertenecer a la religincatlica, es la ms firme prueba de que este gnero musical tiene un origen colonial, y norepresenta una continuidad ininterrumpida de la tradicin musical de los pueblosprehispnicos; ni los temas que tratan, ni tampoco en el gnero discursivo, como algunosgurs de diversas corrientes restauracionistas quieren hacer suponer.

    El antecedente ms antiguo del que tenemos noticia acerca de cmo proliferdicho gnero puede corresponder a la obra del fraile franciscano Antonio de Marfil deJess, a quien se le atribuye el haber comenzado y enseado El alabado; cntico devoto ytradicional que en el tiempo de la colonia espaola se populariz entre los peones de lasfincas rurales, y que era interpretado al inicio y al final de cada jornada laboral. Fuetraducido al nhuatl hasta el tardo siglo XVIII por fray Juan de Cabrera, Ministro de SanMateo Atenco (Pareyon, 1995: 23-24).

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    Otra cosa que es importante sealar es que tambin en este momento y an hastaahora, las alabanzas que acostumbran entonar los concheros se encuentran bajo otras doscategoras: las que comparten con otros creyentes no pertenecientes a estas hermandadesy que son de dominio popular generalizado, y las que pertenecen exclusivamente alcontexto de los ritos concheros.

    Dentro de las primeras hay una gran cantidad y son de sabor ms aejo, destacanaquellas que fueron compiladas en el popularmente conocido alabancero de Atotonilco(Castro Manrquez, 1991). En l se encuentran cantos en honor no slo del patrono deeste pueblo guanajuatense, sino tambin de diversas imgenes del Bajo. El hecho de quelos concheros recurran constantemente a alabanzas que podemos regionalizar en el Bajo,pues son quizs de quienes se tienen los datos ms antiguos de su existencia, (ya seaporque ensalce imgenes, narre milagros y de cuenta de acontecimientos y personajeshistricos de este territorio); y que estos temas sean ms frecuentes que aquellos que se

    refieren al Altiplano Central (que salvo el milagro de la Virgen de Guadalupe, sonnumricamente ms escasos); apuntan a fortalecer la tesis de que la danza de concherostiene su origen en la regin otopame de los estados de Quertaro y Guanajuato, y no en laregin nahua del centro del pas.7(Fig. 3)

    En referencia a aquellos cantos que si son exclusivos de los concheros, cabedestacar que dentro de la clasificacin anterior estos son los que corresponden a los pasosde la velacin, la exaltacin de los ancestros indios y de los grandes danzantes; sobreestos supuestos a continuacin, se propone una clasificacin actualizada.

    Las nuevas alabanzas concheras

    Anteriormente ya se ha comentado que desde su fundacin, las Hermandades dela Santa Cuenta hoy conocidas como Danza de Concheros, han tenido un carcterexpansionista reiterativo y sostenido. Los cantos ceremoniales y sus nuevas alabanzas, nocarecen de este sentido, es ms, desde la creacin, reformulacin y adaptacionesconstantes frente a nuevos escenarios, retos o fronteras, los cantos siguen siendoabiertamente cantos de conquista cooptando e integrando nuevos participantes.

    En cierto momento, durante la dcada de los aos 40 y 50, se comenz a usar eltrmino alabanza para denominar a todo el corpus de cantos en la tradicin y sepopulariz el trmino, muy a pesar de la resistencia que ofrecan los viejos Capitanes y

    7Aunque la mayora de los investigadores aceptan la presencia de rasgos otomes en esta tradicin, y de quelos mitos de origen sealan el cerro del Sangremal, en Quertaro, como punto de arranque de la danzacomo la conocemos, hay otros como Yolotl Gonzlez (2005) que plantean la hiptesis de un posible origenen la cuenca de Mxico, aunque esta ltima tenga menos puntos a su favor. Es importante sealar estoporque todo apunta a que el denominativo de danza azteca fue acuado en pocas tardas.

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    Generales. Hasta esta poca, dentro de la tradicin, era bien sabido que haba distincionesmuy claras y marcadas en los cantos y se saba que, especficamente, el alabado tenamucho de adoctrinamiento, mucho de influencia catlica y hasta presin hacia el interioren el libre discurrir de los grupos. La iglesia catlica, poco a poco comienza a perder esainfluencia que, en pocas previas, poda incluir el retiro de insignias y estandartes a

    grupos que no llevasen un estricto seguimiento de su doctrina. Nosotros, en este estudio,nos atenemos al trmino moderno ms popularizado entre danzantes, el de alabanzas.

    Las alabanzas concheras, susceptibles a los cambios dentro de la sociedad en la cual sepractican, han sufrido transformaciones muy importantes en los ltimos 80 aos. Si enuna primera poca su contenido era de contenido religioso catlico celebrando santos ypatrones de comunidades o individuos, en su segunda poca hacia 1935, comienzan ahacer su aparicin las alabanzas que buscan construir una imagen histrica de s mismoshaciendo uso de su memoria histrica, individual y colectiva, encontrando su mejor caldo

    de cultivo entre aquellos bajo la ideologa de la mexicanidad. Como ejemplo de ello,tenemos la alabanza Nuestra Amricaregistrada desde 1941, y que ha sido comentadaen los trabajos de Mohedano, Solrzano y Guerrero, Vzquez de Santa Ana y GonzlezTorres (Gonzales Torres 2002: 129-133):

    Cuando nuestra Amrica fue conquistadaDe todos los habitantes ninguno vido nadaAll en la gran, en la gran Tenochtitln!8

    Esta alabanza hace referencia a la conquista de Mxico. Su origen est en un concurso el

    cual buscaba exaltar el sentimiento de lo mexicano. Los danzantes que la compusieronno haban sido educados bajo la norma del sistema educativo pblico nacional, perotrataron de investigar los acontecimientos de la conquista y los plasmaron a como leentendieron9. Efectivamente, como una caracterstica este tipo de alabanzas reflejan elpensamiento y la nocin histrica de quienes las componen; es de resaltar que en algunaspartes se hayan revueltos los personajes, situaciones y lugares sin relacin histrica real:

    Cuando Moctezuma sali pa VeracruzFue a darle el encuentro a Cristbal ColnAll en la gran, en la gran Tenochtitln10

    Sea cierta o no la ancdota de su origen, es importante resaltar que fue compuesta dentrodel contexto en que se intent conformar la identidad de danzantes nacionales. En 1935

    8Al final del documento, se anexa la planta original de esta alabanza, tomada de un manuscrito fechadoposiblemente hacia 1920.9Comunicacin personal de Antonio Cruz, quien cita como fuente a Felipe Aranda.10Versin tomada del disco de la Corporacin de concheros de Mxico. Hermanos Barrera, INI

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    se invit a concheros a que formaran una agrupacin auspiciada por el gobierno para locual haban que sustituir a los santos catlicos por los hroes nacionales; proponindoseadems ir a bailar al rbol de la Noche Triste en honor del presidente de la Repblica(Gonzales Torres, 2002: 137).

    Esta alabanza es originalmente una conquista, un canto del gnero denominadoconquista y exista desde antes de los movimientos de revitalizacin mexicanista. En losaos 30s y 40s es reformulada ya cuando la danza ha migrado a la ciudad de Mxico yya cuando la danza lleva aproximadamente 40 aos de expansin en zonas aledaas alrea urbana y suburbana de la ciudad de Mxico. La primera reformulacin proviene delCapitn General Gabriel Osorio y la ceremonia anual que haca l en nombre deCuauhtmoc. El Capital Genera Gabriel Osorio es quin introduce nuevas coplas quehablan del centro de Mxico y de Cuauhtmoc (fig. 5), despus estas coplas poco a poco

    comienzan a escucharse en el bajo para finalmente mezclarse todo.

    Otro caso similar lo encontramos en la clebre alabanza La estrella del oriente.Para muestra, tenemos el siguiente estribillo.

    Cuautemoczin va adelanteCarlos V tambinRevoleando el estandarteDe la malinche Isabel11

    Ambos son ejemplos tempranos del cmo se comenz a integrar el tema de lacultura e historia oficialdentro de la tradicin; en bsqueda de equiparar la identidadde la danza con los valores inculcados desde el estado nacional respecto al pasadoindgena glorioso,pero interpretados de manera particular y con la caracterstica latentede celebrar la evangelizacin.

    Estudiando la tradicin conchera dentro del contexto antes sealado, no debesorprendernos que esta tendencia a la innovacin con un carcter restauracionista hayahecho eco con ms fuerza en las dcadas posteriores a 1930, dando como resultado lacomposicin de nuevas alabanzas en las que los temas bblicos y de las imgenescatlicas veneradas pasan a un segundo trmino para dar pie a letras con un cortemexicanista, en donde reivindican el orgullo de una identidad nacional indgena, con lo

    11Versin recopilada en el disco Danzas de la conquista. INI, 1965.

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    nahua como estandarte12. Dentro de estas expresiones podemos encontrar, al menos seisestilos distintos de nuevas alabanzas:

    a) Las que exaltan el valor de los hroes prehispnicos (como Cuauhtmoc oCuitlhuac), as como el orgullo de ser herederos cultura les de los mexicas.

    Seor mi Cuauhtmoc, gran emperadorQue a Mxico diste t gloria y honorSeor mi Cuauhtmoc, gran emperadorA Mxico diste t gloria y honorSeor, seor, seor de mi amorA Mxico diste t gloria y honorSeor, seor, seor de mi amorA m me enseaste a morir con honor13

    Raza de bronceGuerreros aztecasEmpuen las armasVamos a la guerra14

    b) Aquellas que usan como referentes algunos de los cantares de la pocaprehispnica, recopilados en fuentes coloniales como Cantares mexicanos yRomances de los seores de la Nueva Espaa 15. Es de suponerse que algunosconcheros se han acercado a las obras del padre Garibay y de Len Portilla:

    Solo dejaremos flores y cantos de esperanzaY aguardar a que amanezca para continuar la danza.16

    No morirn mis cantos, no acabar mi tradicinMientras suenen los tambores en el fondo de cada coraznQue repitan, que repitan, que repitan la palabra El es Dios!17

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    Paradjicamente, esta tradicin como lo hemos apuntado, tiene sus races sobre todo en la culturaotopame del Bajo, sin embargo son pocas las alabanzas antiguas conocidas que reivindican el carcterchichimeca de esta danza, frente al nmero de smbolos de los que echan mano las tradicionesrestauracioncitas new age y de la mexicanidad, quienes justifican una filiacin cultural con los nahuasdescendientes de los aztecas.13Composicin de Fernando Flores Moncada.14Proporcionada por Pedro Daz, tambin aparece en Hernndez, Cantos ceremoniales.15Garibay, Poesa nhuatl, 3 vol.16Composicin de Antonio Cruz Rodrguez, en Cruz, La misin del espinal. p17Composicin de Paulino Garnica, en Hernndez, op.cit. p

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    c) Las que, al igual que las alabanzas tradicionales, alaban a Dios, Cristo o lossantos, pero que entre sus estrofas introducen algunas que hablen del pasadoprehispnico:

    Dios mo, dios mo, nunca te encontr

    Y hoy que te he encontrado te vengo a ofrecerEstas alabanzas con gusto y amorTambin nuestras danzas con el corazn

    La raza de bronce, los hijos del solDel gran Quetzalcatl, Huitzilopochtli, TllocRaza chichimeca del gran Sangremal, todos unidos alabando a Dios.18

    Debemos de creer en Dios y su hijo amado

    Porqu el que acepte a Cristo y limpie su pecadoPorquel que adore a Cristo, en verdad ser salvado.

    Antes de la conquista creamos en DiosHaba un rey poeta que es NezahualcoyotlLo llam el Dios de dioses y as lo vener.19

    d) Las que han sido compuestas para alabar propiamente a los dioses prehispnicosde los Mxica; en algunas de ellas se habla de su historia; en otras se les pide suintervencin a favor de los danzantes o del pueblo en general. Estos tres ejemplos

    son ilustrativos:

    Oh! Gran XochipilliQue nos das amor y floresQue florezca nuestro puebloNuestras tradiciones20

    A Huitzilopochtli yo le doy mis floresA Huitzilopochtli le doy mis amoresA Huitzilopochtli, a Huitzilopochtli, a Huitzilopochtli y a MacuilxochitlA Huitzilopochtli le doy cinco flores.21

    Xiuhtecuhtli, padre fuego,

    18Composicin de Miguel Martnez Cardona.19Autora desconocida, proporcionada por Marcos Ozomatli Vzquez20Composicin de Miguel Martnez Cardona21Autora de Fernando Flores Moncada

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    De rodillas en tu altarHoy te ofrezco yo mi vidaY este humo de copal.22

    e) Otras ms son aquellas que intentan ser una traduccin al nhuatl de alabanzas ya

    existentes desde antao en la tradicin:

    Pedimento de permiso:

    Ixtlanzinco toteotatzinIxtlanzinco toteopilzinIxtlanzinco in toteu yehuolzin ipalnemohuani23

    La guadalupana:

    In ilhuica in cualli tlanezi, in ilhuica in cualli tlaneziTotlalzotlalnanzin, totlalzotlalnanzin, totlazoltlananzinIn tepeyacac.24

    f) Una sexta categora seran las alabanzas que exaltan los valores de orgullo,devocin, y alegra, que implican el pertenecer a la tradicin de la danza deconcheros. Quiz esta se diferencie de las otras en cuanto que no necesariamentese remiten siempre al pasado prehispnico o a la filiacin tnica indgena, pero deigual manera el tema de la religin catlica queda en segundo plano frente al tema

    de lo que para ellos significa la experiencia de ser danzantes. Dos ejemplos acontinuacin.

    Soy danzante por amorA mis ritos y a mi DiosEs mi danza la esperanzaEs bonanza y es pudor25

    Quiero cantarle a la lunaQuiero danzarle al solQuiero cantar mi alegraPorque danzante yo soy26

    22Autora de Rafael Flores Hernndez23Tomada de Alabancero Mesa conchera y danza de la Cruz Espiral del Seor Santiago. p.21024Proporcionada por Mictlan Martnez, al parecer esta versin viene de los grupos de danza California,Estados Unidos.25Autora de Fernando Flores Moncada

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    Tambin entre las nuevas composiciones encontramos aquellas que son dedicadasa diferentes jefes (ya sea en vida o ya fallecidos), en este caso no se trata de un gneroque pudiramos considerar como nuevo, ya que siempre se ha recordado con alabanzas apersonas distinguidas dentro de la tradicin, pero si queremos remarcar que este tema se

    ha popularizado mucho en los ltimos aos, y que el nmero de alabanzas recientesdedicadas a los jefes de la danza es ya importante; este gnero antiguamente era llamadoluto.

    Movimientos de revitalizacin cultural

    En 1956, el antroplogo Anthony Wallace public un artculo titulado"Revitalization Movementspara describir cmo las culturas se cambian a s mismas alsufrir de stress social para la salvaguarda y preservacin de su cultura materna. Un

    movimiento de revitalizacin es un "deliberado esfuerzo organizado y consciente porparte de los miembros de una sociedad para construir una cultura ms satisfactoria",frente a tiempos de una casi completa aculturacin social (Wallace 1956: 265). Wallaceestudi este fenmeno entre los iroqueses y la danza del guaje; danza que comenz aganar adeptos una vez que estos grupos se vieron absorbidos por la cultura occidentalrepresentada por el gobierno de los Estados Unidos. Notaba como la prctica de estadanza permita a sus participantes (todos indgenas), lidiar con problemas de marginacinsocial, econmica, tnica y cultural a la que se ven sometidos como pueblo, permitiendoa su vez enfrentarse a otra clase de problemas sociales fuertemente arraigados en lascomunidades indgenas que pueden conducirles al etnocidio cultural; como el

    alcoholismo, la drogadiccin, y la desintegracin de las unidades familiares con laconsecuente prdida de saberes tradicionales, lengua, y economa de subsistencia.

    La revitalizacin cultural ha sido estudiada en Mesoamrica a travs de distintosmovimientos sociales en el tiempo, como la guerra de castas en Yucatn o msrecientemente el levantamiento del Ejercito Zapatista de Liberacin Nacional27. Larevitalizacin cultural entre los concheros no supone un componente de resistencia hostilfrente a la sociedad porque no se rebelan contra las institucionesen este caso religiosaso sociales-, sino que las hacen suyas (pues son parte de ellas e intentaran reproducirlas)para re-significarlas y asignarles una mayor relevancia social, frente a problemas muchomenos llevaderos y ms urgentes de erradicar como las diferencias sociales tan abismales

    26Composicin de Marcos Ozomatli Vzquez.27 La revitalizacin cultural ha sido de interstambin para la escuela de las Amricas, en Washington. Losmilitares latinoamericanos entrenados por Estado Unidos lo ven como un problema social para lademocracia en Amrica Latina, sin embargo es un mecanismo contracultural para la emancipacincosmognica de pueblos sometidos bajo regmenes coloniales, basados en la conquista militar, poltica oeconmica.

    www.mega.co.nz/#!hg1GRQrJ!SB8BMHAhDnxrhYAHW_pmFB7ctXYklC2wf8_WCGWNGrs

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    derivadas de las prcticas polticas, econmicas y sociales en las que estamos todosinmersos.

    Cmo aparecen las nuevas alabanzas?

    Aunque hay evidencia de que algunos elementos propios a la danza concheraexisten desde al menos la mitad del siglo XVI, para este espacio encontramos pertinentecomenzar a explicar el fenmeno desde la segunda mitad del siglo XIX. Existe laposibilidad de que el origen de los grupos de danza de concheros en el Valle de Mxicose remonte al ao de 1876, cuando el capitn Jess Gutirrez, originario de San MiguelAllende, da pauta para que se d el establecimiento de la primera mesa de concheros en laciudad de Mxico (Mohedano, 1972: 607), esta mesa es levantada a partir de unestandarte conocido como la reliquia general, mencionada en una alabanza: pueblito deSan Miguel, no te puedo olvidar, porque ah fue levantada la reliquia general. Esta

    versin se compone para celebrar los 100 aos de la fundacin en 1876 de la ReliquiaGeneral. Los festejos son tanto en la ciudad de Mxico como en San Miguel de Allende(fig. 6).

    Si bien hay serias discusiones en torno a la cuestin de si ya haba o no mesas dedanza antes de la llegada de la Reliquia General, hay elementos que apuntan a queefectivamente esta tradicin vino del Bajo a la Ciudad de Mxico. En este contexto, elpertenecer a la danza sirvi como vehculo de integracin y cohesin de las clasessuburbanas marginadas y desprotegidas, como el caso de los migrantes y campesinos. Suadhesin hubo de conferirles cierta seguridad ante un medio urbano cuyo ritmo de vida

    les era contrastante, garantizando con ello el fortalecimiento de su situacin econmico-social hasta el momento, al participar dentro una red social de reciprocidad. Esta cumplaadems una segunda funcin cmo recurso de identidad y de defensa frente a la culturadominante. Dicha tradicin terminara por ser un recurso de vinculacin con el pasado enla nueva sociedad urbana de finales del siglo XIX y principios del XX, y un mecanismopara la creacin de una memoria histrica colectiva de carcter nacional. Esto marca unnuevo fenmeno social al interior de la danza: por un lado comienza a cambiar alvincularse cada vez ms con sectores urbanos (o suburbanos mejor dicho), ya que losdanzantes vivan dentro de un mbito predominante rural, y por otro adaptan sus prcticasms elementales al nuevo contexto cultural, formando parte de imagen urbana en Mxico.Esto dio paso a que la antes casi exclusiva perteneca indgena de la danza, se comenzasea conformarse como un movimiento tambin mestizo. Fue en este nuevo contexto en elque comenz a transformarse poco a poco la filiacin tnica original de la danza. Envirtud de que los concheros siempre hicieron uso del imaginario popular sobre su origenindgena, echaron mano de los ideales oficiales inculcados a lo largo de la historianacional, destacando de entre ellos el imaginario alrededor de la cultura mexica como

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    smbolo del esplendor y virtud indgena, as como el arquetipo de la mexicanidad porexcelencia. Pensamos que esta transformacin funciono como un mecanismo para laconstruccin del imaginario colectivo sobre el indgena mexicano contemporneo,distante claro, de su realidad cotidiana.

    En este contexto social y hacia el ao de 1940, el Capitn General Manuel PinedaEscalona28del centro de Mxico, impuls el uso del traje azteca, es decir, el maxtlatl ensustitucin de las nagillas largas que se usaban hasta entonces; tambin su grupo fue elprimero en adoptar la leyenda de Danza Azteca de la Gran Tenochtitln. El Capitngeneral J. Natividad Reyna de San Francisco del Rincn, Guanajuato,tambin impuls eluso de los huesos de fraile, o ayoyotes en los tobillos, prctica que no exista hasta eseentonces. Tambin por estas pocas hubo un cambio al incorporar los huehuetl tamboresde madera, usando las tablas rtmicas de la concha, para hacer ms prehispnica ladanza. Estas reformas tuvieron tanto xito entre los grupos concheros, que hoy da son

    cada vez menos los que visten el antiguo traje tradicional de nagilla y slo danzan conconchas y ayoyotes.

    Si la tradicin tiene una fuerte tendencia a recrear aspectos del indgenaprehispnico en pro de la bsqueda de una identidad mexicana, al incorporar elementospuramente indgenas ajenos a la tradicin, no nos debe sorprender que en la dcada delos 70`s del siglo pasado su historia confluyera con la de otro movimientorestauracionista de la cultura indgena: nos referimos al movimiento de la Mexicanidad ode la mexicayotl. Este movimiento comenz en los 30`s, y se constituy primeramentecomo de carcter proselitista y poltico, con gente mestiza de clase media urbana, entre la

    que se incluan maestros, estudiantes, intelectuales y trabajadores. En virtud de laposesin de la danza conchera por la sociedad mestiza y de la bsqueda de una identidadrestaurada en la figura del Mexica, no es contradictorio que el acercamiento de ambosgrupos se diera premeditadamente. A raz de la realizacin del famoso documental El esDios de Guillermo Bonfil Batalla y Arturo Warman, gente de las clases sociales mediasurbanas comienzan a incorporarse a los grupos de concheros tradicionales de la Ciudadde Mxico, muchos de estos nuevos integrantes estuvieron familiarizados con las ideasmexicanistas, lo que provoc encuentros e intercambios de opiniones dentro de las mesasy de sus dirigentes. Dentro de los primeros ensayos de incorporacin de esta ideologa losconcheros mantuvieron integro el rito, enarbolando los ideales del movimiento, as,grupos como el del Jefe Faustino Rodrguez, Ernesto Ortiz, Andrs Segura, GuadalupeJimnez y Felipe Aranda comenzaron a realizar ritos para la exaltacin de Cuauhtmoc, o

    28El Capitn General Manuel Pineda Escalona cuenta como el primero que formalmente hizo el cambiopero, en realidad, fue el Capitn General Gabriel Osorio el primero en 1938. Para la filmacin de la

    pelcula La feria de las flores (1942, fig.7), el general Osorio usa el traje 'azteca' y ya despus lo integraa su danza pero no pasa gran cosa hasta que lo impulsa Manuel Pineda.

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    para celebrar la heroica defensa de Tenochtitlan. De la misma manera, y por la expansinde los danzantes familiarizados con estas interpretaciones, ya sea por sus viajes, porestablecer vnculos con otros grupos o por cambio definitivo de residencia, las ideasnovedosas en torno a la tradicin han alcanzado lugares como Quertaro (en donde losdanzantes se han mostrado muy receptivos y participativos de dicho fenmeno, a pesar de

    tener un sustrato ms antiguo que los del centro de Mxico), e incluso la UninAmericana.

    De esta manera, una buena parte de la tradicin est hoy da involucrada en unconstante proceso de revitalizacin cultural en la que se construyen y reelaboranelementos propios, para acercarse, segn su juicio, a la recuperacin de una ritualidadmesoamericana que se perdi pero que para ellos es posible aorar y repetir. Dentro deeste marco, las alabanzas son no slo una proyeccin de dichas aspiraciones, tambinrepresentan enunciados activos capaces de conjugarse como mecanismos por los cuales

    los concheros perfilan su propio devenir existencial.

    Consideraciones finales

    Si bien el ttulo de este trabajo hace referencia a la memoria colectiva y latradicin oral (expresada a travs de los cantos), para la reincorporacin de nuevos yviejos elementos a la tradicin de la danza de concheros, para nosotros autores esimportante concluir por el momento que la nocin de cambio cultural se enmarca enprocesos psicolgicos -individuales y colectivos- de amplia duracin. Para ello empleansu memoria histrica y la combinan con su memoria colectiva. Cabe destacar que estos

    conceptos no son precisamente sinnimos. La memoria histrica supone lareconstruccin de los datos proporcionados por el presente de la vida social y proyectadasobre el pasado reinventado de la sociedad. La memoria colectiva recomponemgicamente el pasado, cuyos recuerdos se remiten a la experiencia que una comunidado un grupo puede legar a un individuo o grupo de individuos. La memoria colectivapensamos, es otro factor por medio del cual la tradicin ha sobrevivido a travs de losaos.

    Es a travs de su capacidad para producir obrastangibles e intangibles, y paraser sensibles a dicha produccinsusceptible entonces a la transformacin de algunos de

    sus elementos- que los concheros, en franca autocrtica, reinterpretan sus institucionespara depurar, crear y fortalecer sus estructuras sociales.

    El fenmeno religioso de los concheros puede ser mejor comprendido si seconsidera que su ritualidad no busca recomponer una cotidianidad del pasado, sino delpresente. Sin embargo, es su tipo de ritualidad la que nos invita a indagar en la posiblecontinuidad y nueva reinsercin de ciertos elementos ancestrales en el corazn de la

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    tradicin. En la actualidad fuera del contexto conchero, sus participantes se incorporan alas demandas y exigencias de una vida cotidiana moderna; donde el origensocioeconmico, tnico, poltico y cultural, no son determinantes para definir al concheroo su quehacer cotidiano como conchero. De particular inters, y como punta de lanza paraotros trabajos futuros, podemos agregar, como hiptesis a contrastar que dentro de las

    ceremonias de los danzantes concheros, se reproduce una cotidianidad ritual y mticaantigua, ahora inexistente. Para los estudiosos de las ciencias sociales esto podrasignificar un interesante cambio de enfoque en el estudio de los concheros: dejar deenfocarse al estudio de procesos cotidianos para inferir comportamientos rituales, ycomenzar por estudiar comportamientos rituales para influir en comportamientoscotidianos. La informacin as recabada puede ser cruzada para corroborar fuentes ybases de datos, lo que se traduce en palabras ms humanas, en una nueva relacin para laadquisicin del conocimiento sobre procesos histricos entre los concheros, y queotorgan sentido existencial entre los danzantes.

    Mientras tanto, en este trabajo tratamos de ejemplificar y explicar cmo es que sedesenvuelve la msica tradicional conchera, especficamente las alabanzas; y del cmo,su papel e influencia al interior de la tradicin ha servido para cambiar la imagen propiay ajena que se tiene de los concheros. Las alabanzas, a travs de lo que enuncian, fungencomo evidencia directa del impacto producido en un momento histrico determinado, deun grupo social, debido a Ncantidad de elementos (internos o externos) con los cualesinteractan. Es a travs de la comparacin histrica en sus diferentes momentos decambio, cuando puede percibirse su trascendencia en las disyuntivas sociales al interiorde la tradicin. Es adems a travs de un estudio diacrnico que podemos inferir los

    elementos que suscitan dicho cambio cultural. Slo para hacer un balance de lomencionado retomaremos ciertos puntos:

    - Las alabanzas siguen teniendo un carcter eminentemente religioso, pero da conda se agregan ms elementos que remiten a la exaltacin e identificacin con elpasado prehispnico

    - Ello se puede entender porque la tradicin (o por lo menos una buena parte deella) est involucrada en un proceso de reapropiacin de elementos que en elimaginario popular permiten un acercamiento al ideal de danza azteca (o por lo

    menos danza prehispnica). Cabe aclarar que en muchos casos tambin esteproceso se da por moda, imitacin o simple estandarizacin de lneas establecidaspor ciertos personajes en el pasado cercano.

    - El hecho de permitir la convivencia de elementos prehispnicos con los de lareligin catlica tambin refleja un cambio (o simplemente un relajamiento)frente a la doctrina catlica en lo que concierne a la manera de concebir a Dios o a

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    la liturgia. Aunque todava se hable de rechazar la idolatra, este discurso se haerradicado de muchos grupos o se ha hecho ms tolerante en los hechos.

    - Tambin ello denota que el discurso de celebrar la evangelizacin ha tenido queceder parte de su lugar central para dar cabida ahora a la exaltacin y aoranza

    por los smbolos que redefinen la mexicanidad de los danzantes, y mientras queen buena parte de las diferentes escuelas de concheros ambas consignas seconjugan armnicamente, tambin ha alcanzado expresiones ms radicales en losgrupos de la Mexicayotl, conocidos ms genricamente como mexicatiahuis.

    - En pro de esta construccin constante, podemos observar tambin que lasalabanzas ms recientes tienen evidencia de que quienes las escriben se interesanms por conocer las fuentes y literatura acerca del pasado indgena, y tambincuentan con las herramientas para hacer frente a los textos.

    - Sin embargo, estas nuevas alabanzas han reducido su campo de accin, al estar enmanos slo de los pertenecientes a esta tradicin y no de otros sectores socialesms amplios, ya que otros sectores no se sienten atrados de la misma manera porla identidad prehispnica.

    Por otro lado, parecen inacabables las posibilidades con que no slo las alabanzas, sinotambin todos los elementos de la tradicin, pueden reproducir las aspiraciones e idealesde quienes acceden a ella y la hacen propia. El ejemplo de los espaoles que danzan en lapennsula Ibrica es quiz uno de los ms controversiales, pero tambin uno de los ms

    ilustrativos. A partir de la dcada de los noventas del siglo pasado se dio la conformacinde una mesa de danza en Espaa, su interpretacin de la danza est plagada no slo deelementos de la cultura hispnica, sino tambin de tremendas influencias gnsticas,esotricas y de la corriente denominada New Age, siempre desde una perspectivaeurocentrista del asunto. Todo ello, aunado a la interpretacin muy personal de losdanzantes mexicanos de quienes imitaron las formas de la tradicin, cre una suerte derito con expectativas de universalizar sus creencias y sintetizarlas en un pan-concherismo. Ello est manifiesto en sus alabanzas, las cuales, algunas de su autora yotras las de concheros mexicanos pero con letras diferentes a las de los autores de lasmismas; en ellas mencionan frecuentemente los trminos energa conciencia msticay mencionan a personajes como Fray Bernardino de Sahagn, Fray Bartolom de lasCasas, Regina (la de Velasco Pia), Mahatma Gandhi o Zoroastro.29 Ya que no estninmersos en el contexto de la danza conchera y solo tiene relaciones espordicas con ella,no los hemos considerado para este estudio, pero sera interesante abordar en otro trabajocmo sus cantos responden a fenmenos que rebasan la lnea del nacionalismo.

    29Alabancero Mesa conchera y danza de la Cruz Espiral.

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    Nuestra Amrica:

    Cuando nuestra Amricafue conquistada

    de todos sus habitantesninguno dijo nadaEres Santiago, Santiago Quertaro

    En ese cerritocerrito de Sangremaldonde corri la sangrelleg hasta el arenalEres Santiago, Santiago Quertaro

    Cuando nuestra Amrica

    fue conquistadade todos los habitantesninguno "vido" nadaEres Santiago, Santiago Quertaro

    Santa Cruz de los Milagroshoy te vengo a visitarcon todos mis inditost nos has de perdonarEres Santiago, Santiago Quertaro

    En ese Santiago,Santiago Quertaroel ao de milquinientos treinta y tresEres Santiago, Santiago Quertaro

    Capitanes de conquistacuatro vientos venerardanzan indios jarerosa la cruz de SangremalEres Santiago, Santiago Quertaro

    Cuando nuestro reinofue conquistadolos indios chichimecasfueron bautizadosEres Santiago, Santiago Quertaro

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    Fig. 1. Izquierda. Jess Helguera, La leyenda de los volcanes II o Grandeza Azteca, 1943Derecha. Capitn General Manuel Pineda, Capitn Fernando Flores Moncada. 1953

    a) b)

    c) d)Fig. 2 Durante la velacin se confecciona la custodia o Sancho Schil (a)mientras se tejen los bastones conflores (b y al fondo de c). Durante toda la noche se invocan a los ancestros y jefes danzantes ya fallecidos

    representados con velas de cebo (c), para terminar con las limpias (d) de incienso con los bastonesconfeccionados.

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    a) b)

    c) d)Fig. 3) La danza puede suceder en cualquier lugar, desde iglesias (a) calles y casas de los danzantes (b)

    hasta espacios naturales considerados sagrados (c) o aun museos como parte de un mensaje identatario (d).Entre concheros las alabanzas abren el pedimento para comenzar la danza.

    4a) 4b)

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    4 c 4dFig. 4. a) Don Nicols de San Luis Montaez. Cacique de Tula. b) Capilla 'la Pinta'. Ixtla, fechada haciamediados del siglo XVII. Un danzante marcha con una concha, acompaado de un 'indio jarero', danzanteChichimeca con sonaja, frente a un capitn Otom con estandarte y macana. Todos portando carcaj alhombro, Fotografa de Benjamn Arredondo. c) Cruz de Sangremal. Fundacin y Origen de lasHermandades de la Santa Cuenta. d) Reliquia Santa Cruz de los Milagros. Sangremal, Quertaro. ElCapitn General Julin Campos fund el 17 de Agosto de 1558 en la Hacienda de Chichimequillas,Quertaro, La Mesa de la Santisima Cruz de la Misin de los Milagros, antes Danza India Chichimeca yhoy en da Unin de Danza Azteca de Quertaro, fotografa coleccin de la Unin de Danza Azteca deQuertaro y Familia Rodrguez Campos Colchado.

    Fig. 5. Capitn General Gabriel Osorio. 1940. Fondo FabinFras.

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    Fig. 6. Procesin con la Reliquia General (el estandarte del centro), 1955. Capitn General J. Isabel Oliva,Capitn General Narciso Aguilar, Capitn General J. Natividad Reyna, Capitn General Jernimo Rosas.

    Fig. 7 Fotograma de la pelcula La feria de las flores, con el Capitn General Gabriel Osorio, CapitnGeneral Florencio Osorio, Capitana General Dolores Ortiz, Capitn General Remedios Osorio Ortiz,Capitn General Manuel Luna.