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Trabajo y consumo. Comunicación a las VII Jornadas de Economía Crítica. Albacete del 3 al 5 de Febrero de 2000. Tomás Moltó García Universitat de Lleida novembre de 1999

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Trabajo y consumo.

Comunicación a las VII Jornadas de Economía Crítica.Albacete del 3 al 5 de Febrero de 2000.

Tomás Moltó GarcíaUniversitat de Lleidanovembre de 1999

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1. La medida de los agregados de producción

La economía se ha planteado el problema de la cuantificación desde sus orígenes. Lainvención y generalización de la contabilidad acompaña la expansión del capitalismo comoforma social de producción dominante y las primeras reflexiones teóricas en el análisiseconómico se relacionan con problemas de cuantificación.. De una manera un tantoparadójica, el problema común con que se enfrentan los teóricos del análisis económicodominante es que en el terreno de la economía concreta, se produce espontáneamenteuna amplia multiplicidad de mediciones de todo tipo, expresadas en una unidad, eldinero1. pero en terreno analítico, el concepto al que puede asociarse una medida, en unplano similar al de la mecánica clásica, es del de utilidad, no susceptible de medidadirecta.La circunstancia de que, espontáneamente, el flujo de producción en un periodo adquiereuna expresión común en unidades monetarias tiende a ocultar la heterogeneidad de losbienes y servicios que lo componen. Los agregados de producción propiamente dicha enespacios o tiempos diferentes son inconmensurables, pero este es un aspecto que no sueletenerse en cuenta. Hay excepciones notables, por ejemplo Keynes cuando afirma que: " laproducción de bienes y servicios realizada por la comunidad es un complejo nohomogéneo, que no puede medirse, hablando en sentido estricto, excepto en casosespeciales, como, por ejemplo, cuando todos los componentes de una producción entranen la misma proporción en otra producción" (Keynes, J.M. 1951 p. 48) o Malinvaud,cuando se pregunta que es lo que subyace a la igualdad entre dos valores de mercancíasdiferentes (1964, p.14). Keynes, al plantearse la expresión del Producto social sugiere lamedida en términos de trabajo y la medida en términos de dinero como alternativas y sedecanta por el empleo para medir los cambios en la producción corriente (ibid, p. 53).Hay razones prácticas para que estas cuestiones no se planteen o se descarten sin unaconsideración detenida. La obtención sistemática de estimaciones cuantitativas de losdiferentes flujos económicos sólo se ha llevado a cabo de una manera sistemática a raízde la extensión de la intervención del Estado en la economía. La Contabilidad Nacional,cuyo origen puede atribuirse en buena parte a la difusión de las teorías keynesianas, con lalegitimación de la injerencia del Estado en la regulación de la economía y a la necesidadde suministrar a los Estados los instrumentos adecuados para hacerla posible, se hadesarrollado en términos monetarios. Si se toma como expresión de las cantidades de losbienes su valor en dinero, el problema de la medida se reduce a recopilar, analizar ysintetizar todos los datos en los que los hechos económicos dejan su huella. Esto no estáexento de dificultades, pero, a fin de cuentas permite utilizar toda una serie de datos quese obtienen con ocasión de las diferentes formas de intervención administrativa en los

1 Para Schumpeter la economía aparece como "la más cuantitativa de todas las ciencias,..., ya que lavida misma ofrece sus observaciones en forma de números" (Citado en N. Georgescu-Roegen. 1970.p. 120

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procesos económicos. Por otro lado, este procedimiento no hace sino replicar la forma enque se presentan los datos necesarios para la gestión de una empresa privada en la que larepresentación en términos de flujos monetarios es perfectamente adecuada.En contaste con la medición espontánea que proporciona el mercado, los instrumentos deanálisis que hacen posible una valoración de la producción en términos de trabajo han deser desarrollados específicamente. Los estudios de Leontief, con el análisis de lasrelaciones interindustriales en la economía de los EE.UU. y en especial su aplicación porlos economistas americanos del Bureau of Labour Statistics (Evans, W.D.. y Hoffenburg,M. 1952 pp. 97-142), representaron un primer paso en la posibilidad de una valoraciónalternativa de la producción, si bien sus objetivos eran el análisis de la creación deempleos asociada con niveles determinados de producción. La continuación de estosestudios en una perspectiva más amplia, el análisis de los cambios estructurales, entre losque destaca la obra de Carter (Carter, Anne, P. 1970), abrió el camino a un gran númerode trabajos (en concreto, para nuestro país los estudios de la Fundación del INI (mástarde en la Fundación Empresa Pública: Fanjul, O. , Maravall. F. , Pérez-Prim, J.M. ,Segura, J. “1974. ; Martín, C. Romero L.R. , Segura. J.1981. ; Segura, J. , Restoy, F.1986.) que analizan los efectos globales del incremento de la productividad del trabajo yque en este sentido confieren un papel privilegiado a este factor.Los economistas de los países de planificación central, en un campo muy alejado delanálisis keynesiano y antes incluso que los economistas estadounidenses, tambiénutilizaron el trabajo como medida común de la producción y desarrollaronsistemáticamente contabilidades en términos de trabajo cuya su inspiración fundamentalera la teoría del valor trabajo de Marx.Otro corriente de estudios en los que se han planteado el trabajo como referencia básicaal evaluar la actividad económica han sido los que se han desarrollado en Francia en elcontexto de la planificación indicativa y en relación con los estudios demográficos. AsíSauvy planteaba como objetivo “ ... la evaluación de todas las necesidades públicas yprivadas de una población dada .. .(y).. la traducción de estas necesidades en horas detrabajo o en años de trabajo de diferentes calificaciones, directas o indirectas, traducciónque desemboca, para una duración anual de trabajo determinada en la composición de lapoblación activa necesaria para satisfacer estas necesidades” ( Sauvy, A. 1968.) Uno delos primeros estudios en esta dirección fue el de Magaud (Magaud, J. 1967.), seguidomás tarde por algunos otros que, dentro de la misma línea, perfeccionan el método(Dubrulle N, Dumard, J.Piloy M, Ranchon.P .1974, 1978, Lechuga 1975, 1977 ) Se hallegado a hablar de la contabilidad en tiempo de trabajo que ha tenido diferentesaplicaciones ( Guy Caire 1979) tanto en el estudio estructural de los sistemas productivoscomo en análisis de tipo prospectivo fundamentalmente en tanto que instrumento deprevisión de empleo. No puede decirse, no obstante, que el cálculo de la producción entérminos de trabajo represente una alternativa a la contabilidad en términos monetarios.En efecto, la Contabilidad Nacional tiene como referente el conjunto de bienes y serviciosproducidos y se supone que la comparación entre dos agregados monetarios, porejemplo entre el valor de la producción de un año respecto a la de otro permite obtener la

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diferencia cuantitativa entre ambos agregados reales. En cambio, la medida de laproducción en trabajo siempre será igual al volumen de trabajo empleado; todacomparación cuantitativa se reduce entonces al incremento o disminución del empleo,según sea el caso. Medir, en el marco de la Contabilidad Nacional las magnitudeseconómicas, significa asignarles valores numéricos que se corresponden con cantidadesde una misma variable, el dinero. Además, en general esta medida es el resultado de laoperación del mercado, por lo que tiene una dimensión presuntamente objetiva y en lamayor parte de casos espontánea. Por el contrario, la medida en trabajo registra loscambios en la asignación de trabajo a los diferentes destinos de la producción. Por ellosu utilidad estriba fundamentalmente en la comparación entre agregados. Por ejemplo,desde la perspectiva de la reproducción, la comparación entre el trabajo que implica laproducción de un conjunto de bienes en dos periodos diferentes es una medida apropiadade la eficacia del proceso de producción. Realizar esta comparación en términos detrabajo permite prescindir de los efectos del sistema de precios. Desde el punto de vistadel análisis del capital como forma social, el valor, la categoría fundamental, tiene comoreferente básico la expresión de los agregados en términos de trabajo.

2. La metodología del análisis de la producción en términos de trabajo.

Los dos instrumentos básicos del análisis de la producción en términos de trabajo son porun lado un cuadro de las relaciones interindustriales y por otro medidas válidas delconsumo de los llamados inputs primarios y muy fundamentalmente del trabajo. La ideaque subyace a estos cálculos es muy sencilla. La cita de Sauvy que reproducíamosanteriormente resulta bastante significativa. Se trata de determinar cual es el conjunto detiempo de trabajo (eventualmente diferenciado por calificaciones) que está asociado conun nivel de producción determinado. Los flujos de productos que recoge una tabla derelaciones interindustriales pueden, en esta perspectiva, traducirse en flujos de trabajoentre sectores y permitir la reconstrucción de las aportaciones que se desarrollado encada uno de ellos para satisfacer la demanda final.Convencionalmente el sistema productivo se representa mediante la expresión genérica delos inputs en cantidades físicas, que representan las aportaciones a cada sectorprocedentes los otros sectores y del propio. Si llamamos Y al vector de la demanda final,I a la matriz unitaria y A la matriz de los coeficientes técnicos, el vector Q vendrá dadopor la relación:

Q=(I-A)-1.Yy el empleo (un escalar) asociado con este vector de output se obtiene multiplicándolopor el de los coeficientes de trabajo directo:

E = L. QEsta relación permite establecer una correspondencia entre cantidades físicas de losdiferentes componentes de la demanda final y el empleo asociado a ellos. Naturalmentela presentación anterior en términos físicos, solo es posible en términos teóricos puestoque es imposible disponer de datos de producción tan detallados que permitiesenconstruir sectores homogéneos. Por ello las expresiones anteriores se calculan a partir de

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magnitudes monetarias. Esto no afecta, no obstante, al cálculo del empleo asociado a undeterminado nivel de demanda final, puesto que se obtiene en los términos específicos enque se hayan calculado los coeficientes de trabajo directo, jornadas de trabajo, horas,etc., Lo que si que viene afectado por la utilización de los datos monetarios es el caráctersupuestamente técnico de las relaciones input-output, que en este caso dependen tambiénde la estructura de precios relativos. Esta determinación del empleo que corresponde a los diferentes valores de la demandafinal es solamente una primera aproximación a la expresión del valor de la producción entérminos de trabajo. El análisis de Leontief tiene como objeto el conjunto de la economía,que se representa mediante un modelo lineal en el que el equilibrio de la producción de unperiodo se analiza desde el punto de vista de la interdependencia sectorial. Los flujos demercancías que se recogen en el modelo y cuya interrelación permite calcular los vectoresde output asociados con la demanda final, son flujos anuales. Esto quiere decir que eltrabajo que podemos derivar de dichos vectores de output es el volumen de empleo querequiere una demanda final correspondiente. El capital fijo incorporado en la producción,en la óptica del equilibrio walrasiano que inspira el esquema de Leontief, tiene unaconsideración de input primario y no interviene por lo tanto en las interaccionesproductivas. Si desde la perspectiva de las necesidades de factores derivadas de undeterminado volumen de la demanda final es perfectamente legítimo considerar el capitalcomo un factor autónomo, ello no es posible si queremos interpretar la relación entre laproducción y la utilización del trabajo social. Este es uno de los problemas fundamentalesque ha de afrontar una estimación del contenido en trabajo de las diferentes mercancías apartir del análisis input-output. A ella dedicaremos el siguiente apartado.Otra cuestión importante es la de las importaciones cuya reducción a trabajo, en lamedida en que se refieren a mercancías obtenidas en procesos de producción situados enotros espacios económicos no comprendidos en la tabla, plantea problemas muydelicados. También examinaremos las soluciones que se han propuesto para esteproblema e indicaremos aquella que se ha adoptado.

2.2. El problema del capital fijo

El capital fijo aparece en la tabla input-output de dos maneras posibles. En primer lugar,formando parte de los inputs, como uno de los componentes del valor añadido bruto de laempresa, es decir la valoración de los servicios productivos de aquella parte de los bienesde capital que está en posesión de la empresa y que ésta incorpora progresivamente alproducto. Representa, por tanto, una parte de los costes de producción que no aflora enel propio periodo sino que debe imputarse a los resultados del periodo para evitar ladescapitalización del proceso productivo en el que se ha consumido. Por otro lado entrelos destinos de la producción aparece la Formación Bruta de Capital Fijo. Esta valoraciónen términos brutos supone que la nueva inversión incorpora la depreciación anterior.Evidentemente esta incorporación es puramente contable. Los bienes de capital nuevosno están afectados en absoluto por el hecho de que paralelamente al flujo de nueva

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inversión que representan exista un flujo de sentido contrario de depreciación. De hecho,en el esquema input output, esta identificación o incorporación de la depreciación en lanueva inversión, asume implícitamente que la amortización del capital existente es una delas fuentes de financiación de la nueva inversión, toda vez que el flujo de ingresos queaparece como resultado de la diferencia entre los costes del periodo y el volumen deventas del periodo debe necesariamente ser igual a la demanda final.El análisis input-output mas usual plantea el análisis de la producción de un periodo entérminos de consumos intermedios y de inputs primarios. Lo cual implica que el problemade las amortizaciones tiene una importancia relativamente secundaria con relación al temade las relaciones entre demanda final y empleo. En efecto dichas relaciones se establecenen función del output total asociado con un vector determinado de la demanda final. Eloutput total en unión de los coeficientes de trabajo nos proporcionaría el trabajonecesario para alcanzar el nivel de output de que se trata. Análogamente el vector decoeficientes de capital proporcionaría el consumo de capital fijo asociado con este nivelde output. Es decir que se trata de un tratamiento paralelo de los dos inputs primarios,trabajo y capital.En una perspectiva dinámica el capital no aparece como un factor primario sino como unconjunto de medios de producción producidos, cuya diferencia básica frente a losrestantes medios de producción se encuentra en el periodo de tiempo necesario para surecuperación por los propietarios de la empresa, es decir, la amortización que implica lautilización de medios de producción duraderos en el ciclo de rotación del capital.La perspectiva de la reproducción social, exige plantear el problema en términos análogosal consumo de productos intermedios del periodo. En efecto, la reproducción del capitalproductivo de los diferentes sectores no puede limitarse al capital circulante sino que debeincluir necesariamente el capital fijo. Esto requiere:a) Estimar el consumo de capital fijo de cada sector.b) Traducirlo en inputs procedentes de los diferentes sectores.Ambas cuestiones plantean problemas considerables pero son imprescindibles si quierereconstruir las condiciones de la reproducción del capital La primera de las cuestionesimplica básicamente problemas de estimación. En efecto, se trata de obtener el datorelativo a las previsiones que efectúan los empresarios de la depreciación del capital. Ellocomporta problemas considerables, pero de orden práctico en la medida en que se tratade identificar el valor que se asigna a este concepto dentro de los costes globales. Noobstante hay otro tipo de problemas asociados el consumo de capital fijo de más difíciltratamiento. La depreciación mide un fenómeno muy real: la perdida de valor de losbienes de capital que depende de un gran numero de factores. Se trata de un procesoanálogo al del consumo productivo de los elementos de la producción que cada uno delos sectores absorbe durante el periodo. Ahora bien, la incorporación de materias primasy otros bienes de producción que representa el consumo productivo durante el periodoqueda inequívocamente identificada por el hecho de que da lugar a compras en elperiodo. En el caso del consumo de capital fijo, las cuotas de depreciación que losempresarios imputan a los bienes de capital fijo que utilizan no significan una compra sino

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una detracción del valor añadido del periodo que permita la recomposición del capitalproductivo al término de su vida útil. Esto quiere decir que en esta estimación estaimplicada la percepción que los empresarios tienen del coste de reposición del capitalproductivo. Se trata por lo tanto de un elemento fuertemente subjetivo2.La traducción de la reproducción del capital en una demanda a los diferentes sectoresproductivos de los bienes de capital es la otra dimensión de problema. Las tablas input-output no nos proporcionan información sobre la composición de la demanda de inversióna nivel de los sectores sino tan sólo desde el punto de vista del conjunto de la economía, através de la Formación Bruta de Capital Fijo que nos ofrece el desglose para el conjuntode los sectores de la demanda final por este concepto. Algunos de los trabajos pionerosen la utilización del análisis input-output en los estudios sobre niveles de ocupación enfunción de la demanda final (Carter 1970) presentan datos que permiten calcular lademanda que cada sector efectúa a los diferentes sectores para la reposición de losbienes de capital. Pero este tipo de información no esta disponible de una manera generalen los sistemas de información estadística y por lo tanto su utilización no suele ser posible.La solución que se ha adoptado en diversos estudios de enfoque análogo al actual ha sidola incorporación a la tabla input-output de un sector ficticio que recoge, en tanto quecolumna, las demandas de inversión de los sectores (o sea las contribuciones de estos a lademanda final) y en tanto que fila las estimaciones del consumo de capital fijo. Es decirque ignora las diferencias que existen entre los diferentes sectores en lo relativo a laestructura de su demanda de inversión3. Por otro lado, se asimila la inversión antigua,representada por los medios de producción duraderos existentes y cuya depreciaciónrecogemos, a la nueva inversión, cuya composición agregada nos suministran loscoeficientes de la columna correspondiente a la Formación bruta de Capital Fijo. Otrapresentación, formalmente equivalente, es incorporar el consumo de capital de cadasector a los inputs que recibe de los demás sectores, en la proporción que correspondaen demanda final correspondiente al sector a la formación bruta de capital fijo, aunque norepresente una compra del periodo. Los resultados son los mismos y se evita tener queincorporar dos sectores ficticios a la Tabla. Para la imputación a la producción delperiodo de costes que sólo se materializarán en un periodo futuro, la solución indicada essatisfactoria, por lo menos desde el punto de vista de la traducción en trabajo de estoscostes. En efecto, el valor obtenido nos indica la posibilidad que existe de reconstruir elcapital en términos de medios de producción. Como, de hecho, lo que se produce encada periodo es una reasignación de los flujos de amortización y su canalización hacianuevas inversiones y este es el fundamento de la posibilidad de que el capital dinerofuncione como reserva de valor, esta solución es adecuada ya que refleja las relacionessociales que están implícitas en los mecanismos de la reproducción. Esta claro sin

2 Este es uno de los temas más espinosos de la Contabilidad Nacional, puesto que la valoración delcapital depende necesariamente de su rentabilidad futura.3 Aquellos trabajos que tratan de salvar este escollo se ven obligados a utilizar datos sobre lacomposición sectorial de la demanda de reposición del capital fijo muy heterogéneos con los de lademanda de inputs corrientes.

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embargo que la estimación, interpretada en términos de empleo sectorial efectivo esmucho más dudosa.

2.3. El problema de las importaciones

Parte de la demanda final que se trata de poner en relación con el trabajo consumidodurante el periodo se satisface con importaciones de los productos correspondientes alconsumo y a la inversión. El resto, la demanda final nacional, es producida por lossectores nacionales utilizando recursos nacionales de medios de producción y trabajo. Apartir de los coeficientes técnicos de los diferentes sectores productivos pueden calcularseel output total correspondiente a los vectores de demanda final correspondientes y enconsecuencia las necesidades de trabajo asociadas a estos inputs. Pero además de estosinputs de trabajo, como recurso productivo y aparte de la dotación en capital fijo a la quenos referíamos anteriormente, es preciso contar con la parte de los bienes intermedios deproducción que no se producen en el país y que son necesarios, no ya para satisfacerdirectamente la demanda final sino como inputs de la producción para alcanzar los nivelesde producción nacional requerida. Si queremos expresar en términos de trabajo loselemento de la producción, es preciso valorar las importaciones en dichos términos, tantolos inputs intermedios como las importaciones de bienes finales. El cálculo de lasimportaciones intermedias cuya contrapartida en trabajo habrá de establecerse en uniónde las importaciones equivalentes parte de los coeficientes de importaciones intermediasde cada sector. Si Mij es el volumen de importaciones procedentes del sector i, absorbidas por el sectorj, Xj es el output nacional del sector, la suma de los elementos de la matriz M para lacolumna jesima será:

m.j= mij•i=1

n

=Mij•

1=1

n

Xjy en consecuencia, las necesidades totales de importaciones intermedias serán:

m = m j (I − A) −1

La expresión anterior representa el contenido en exportaciones intermedias de cadasector por unidad de demanda final, tomando A en términos de los inputs interiores.A partir de ella podemos calcular el vector neto de exportaciones a partir del saldo netosectorial por unidad exportada:

i-mque multiplicado por un vector diagonalizado de exportaciones nos dará el saldo neto. Sinembargo, la equiparación a trabajo de estas importaciones plantea problemas adicionalespuesto que los sectores productivos que las han originado, situados en diferentes paísesextranjeros, no están integrados en la matriz interindustrial cuyo conjunto de interacciones

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hace posible el computo de las necesidades de trabajo que se derivan de la demandanacional.Intentar proporcionar una imagen sintética de los costes sociales de reproducción deltrabajo exige, no obstante abordar la “reducción a trabajo de las importaciones”. Al fin yal cabo, el origen nacional o extranjero de estas mercancías es una cuestión que nodebería influir en el aspecto técnico de la producción, la dimensión fundamental delproblema que nos ocupa. Sin embargo, calificar este problema como técnico no escorrecto puesto que vendría a significar que la única lógica de la división internacional deltrabajo es técnica.Desde el punto de vista de la circulación del capital a escala internacional la equivalenciaen términos de trabajo de las importaciones debería establecerse en relación con lascondiciones de producción de los diferentes países que exportan mercancías a España4.No es menester subrayar las dificultades que entraña un análisis de este tipo. Requeriríadisponer de tablas input-output, comparables a las españolas, de todos los países de losque proceden las importaciones y aunque no es una investigación sin interés desbordabaampliamente el marco de este trabajo5.Por otro lado, desde el punto de vista de las condiciones de la acumulación de capital enEspaña, este problema de la circulación internacional de valores tiene una importanciasecundaria. Lo que interesa en primer término es la eficacia con que se utiliza la fuerza detrabajo. Desde esta perspectiva, más allá de lo que representan en términos técnicos lasmercancías importadas necesarias para cubrir las necesidades salariales, lo más relevantees la utilización de recursos propios que comportan. Una forma de computar lasimportaciones en términos de trabajo coherente con el punto de vista que indicamos esestablecer una equivalencia entre el valor de las importaciones y el de las exportaciones.Se trata de una solución clásica6 . Desde el punto de vista técnico esta equivalencia puedeparecer arbitraria puesto que nada tienen que ver las condiciones de producción de losproductos exportados con la de los productos importados. Sin embargo la única forma, alargo plazo, de obtener los productos necesarios para el consumo que la produccióninterna no es capaz de ofrecer, se encuentra en su intercambio por productos nacionales,cuyas condiciones de producción se conocen.

3. Vectores de demanda final y equivalencia en trabajo en el periodo1970-1990

4 Este se relaciona con un tema clásico de comercio internacional, el teorema de Herckshell-Ohlinsobre la especialización de los países en bienes con mayor o menor intensidad de trabajo y losresultados paradójicos que obtuvo Leontiev, precisamente con la utilización de la metodología input-output. Para una aplicación reciente a España ver: Rodríguez Rodríguez, Diego (1992)5 En ocasiones, por ejemplo en algunos intentos que se han hecho de verificar la teoría de los costescomparativos se ponen en relación los datos procedentes de tablas de dos países diferentes. Pero ennuestro caso habría que disponer de un volumen de datos demasiado extenso.6 Hollard (1978), Lechuga(1976)

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La comparación del trabajo disponible en cada periodo con uso de este trabajo en losdiferentes destinos de la demanda final pone de relieve cuestiones importantes En casoconcreto del consumo, la comparación de las cantidad de trabajo que incorporan losbienes de subsistencia en relación con las diferentes prestaciones de trabajo proporcionauna imagen específica de las condiciones globales de la productividad del trabajo.Un primer elemento del análisis es la disponibilidad de los datos necesarios. Ya veremosque existe una base de datos suficiente para obtener resultados significativos a condiciónde adoptar un método ligeramente distinto de los que suelen utilizarse.

3. 1. El marco de análisis: requisitos y condicionantes

En primer lugar, como indicábamos, para nuestro análisis era una condición indispensablela existencia de tablas input output. Lo cual implicaba que el periodo más alejado posibleera 1958. Pero, incluso ciñéndonos exclusivamente a esta cuestión parecía necesariodisponer de una fuente independiente de análisis de los datos en la que poder situar losresultados de nuestro trabajo para hacer posible un control de estos. Por ello hemospartido de las diferentes explotaciones que ha realizado la FUNDACIÓN EMPRESAPUBLICA, que representan los estudios más amplios realizados de una maneracontinuada y sistemática sobre la estructura intersectorial española. Estos estudios nospermiten situar de una manera general el tipo de cambio técnico que se ha producido en elperiodo y en el cual ha de enmarcarse nuestro análisis. Por desgracia, no ha sido posiblecontar con ellos en el último periodo analizado.El sistema de relaciones interindustriales que se ha utilizado es de las tablas de cada unode los años, en su forma original7, sin forzar mediante una agregación común unaestructura sectorial homogénea. En efecto, los supuestos para que la agregación no afectede una forma apreciable a los resultados son bastante restrictivos (Hollard, 1978). Elmétodo de los subsectores ha permitido operar la agregación, coherente los datos sobretrabajo, con lo cual el juego de las interdependencias quedaba respetado. En cuanto alproblema del capital fijo se ha seguido la pauta de incorporar a los inputs de cada sectorlas cantidades correspondientes de capital fijo. La estimación del consumo de capital fijorepresentaba otro problema, puesto que el dato aparece en las tablas de 1970 y 1975,pero no en las de 1980 y posteriores, lo que hizo forzoso recurrir a la única fuentealternativa, los estudios de la Fundación BBV. (1995)

3.2. El consumo en el proceso de acumulación.

Una de las características básicas de la evolución económica es la transformación de lasnecesidades humanas como consecuencia directa o indirecta de las modificaciones en elproceso de producción y de una forma más amplia la participación en el producto neto de

7 En ambos casos y siguiendo la práctica de los estudios de la Fundación Empresa Pública hemosprescindido de la producción imputada de servicios bancarios

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los diferentes niveles sociales e incluso en las motivaciones individuales. El análisis de laevolución de los cambios en el consumo refiriéndolos a los cambios en los niveles deingresos ha sido, desde los estudios de Engel, un campo que ha merecido una atenciónconstante, especialmente por su relevancia en diferentes campos de los estudioseconómicos. Gracias a ello es posible disponer en la mayor parte de paísesindustrializados de estadísticas regulares sobre la evolución del consumoLa característica general de estos enfoques es la de considerar la evolución del consumo ysus características como un elemento exógeno. Las preferencias del consumidor son unade las bases metodológicas del análisis neoclásico, pero incluso un autor relativamentealejado de la ortodoxia económica dominante como Pasinetti, sitúa los cambios en losgustos en el mismo plano que el progreso técnico como los elementos fundamentales delproceso de aprendizaje que caracteriza para él la dinámica de una economía moderna.El planteamiento por Marx de la producción social como proceso de acumulaciónregulado por las exigencias de la valorización del capital representa otro enfoque quepodríamos denominar endógeno en el cual el consumo se contempla como un momentode la reproducción social. La acumulación depende de la fuerza de trabajo desde undoble punto de vista. Por un lado, una oferta de trabajo adecuada es un elementoindispensable para la valorización del capital productivo. Por otro lado, la integración decapas cada vez más amplias de la población al proceso de producción capitalista comoasalariados significa la expansión del mercado para la producción capitalista. En lo que serefiere al primer aspecto, la constitución de una clase obrera asalariada hace posible laimplantación de procesos de producción basados en la utilización extensiva de trabajo. Eltrabajo aparece como un elemento del proceso de producción, indispensable, pero cuyoscostes determinan la rentabilidad del proceso de producción y, en consecuencia, laeficacia del proceso de valorización del capital. Vista desde esta perspectiva la parte de laproducción que afluye a los trabajadores como consumo ha de ser la menor posible, parade este modo generar un nivel adecuado de beneficios, condición previa para un nivel deacumulación suficiente. Esta vertiente del proceso de acumulación ha sido la dominante enmuchas etapas del proceso de constitución de las modernas economías capitalistas. Lainserción del consumo en el ciclo de acumulación es la otra dimensión fundamental. Enefecto, la capacidad de consumo de la mano de obra, constituye una de las bases delproceso de valorización del capital. Este es un aspecto que Marx tiene muy en cuenta ensu análisis de la reproducción simple y ampliada, aunque no le concede demasiadaimportancia como factor específico en la dinámica de la producción capitalista.

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Los cambios en el consumo en las economías capitalistas siguen unas pautas muydefinidas, que tienden a homogeneizar los tipos de consumo con las formas quecorresponden a los países que se encuentran en posiciones dominantes en los diferentesmercados, como lo ponen de manifiesto estudios que muestran la aproximación gradualde las formas de consumo de los principales países europeos hacia las norteamericanas.En ello influyen desde la evolución de la tecnología hasta la difusión de pautas de consumopor efecto de imitación, pasando por la penetración de productos a través del dominio delas cadenas de distribución y mediante la utilización masiva de la publicidad. E acceso abienes considerados como de lujo, se produce gracias a una mejora relativa o absoluta delos ingresos o como consecuencia de los cambios en la productividad, que hacenaccesibles bienes o servicios que antes estaban fuera de la consideración delconsumidormedio. En todo caso, éste es un terreno en el que han predominado losesfuerzos por analizar empíricamente la evolución y sus cambios, especialmente con finesde previsión, en detrimento de la interpretación de las causas.Los datos de que disponemos para estimar el consumo y su distribución proceden de lasEncuestas de Presupuestos Familiares. Se trata de una encuesta de gran envergaduracuyo objetivo más directo es el conocimiento de las variaciones del conjunto de bienes yservicios que componen la cesta de la compra del Índice de Precios al Consumo y dehecho constituye la fuente principal para el conocimiento de la estructura de los ingresos ygastos de los hogares. Su inconveniente desde nuestro punto de vista es que solo existepara un número limitado de años (1973, 1980 y 1990). La Encuesta Continua sobrePresupuestos Familiares es anual pero mucho menos detallada. Por ello ha sido necesarioajustar los datos del consumo a los de los años correspondientes, utilizando valoresglobales procedentes de la Contabilidad Nacional. La clasificación de la variable que nos interesa primordialmente, es decir, el gasto yconcretamente el gasto en consumo, responde fundamentalmente a la naturaleza de estegasto, siguiendo a partir de 1980-81 la clasificación del consumo final de las familiasPROCOME8 del Sistema Europeo de Cuentas. En años anteriores la clasificación esligeramente diferente, si bien puede reconducirse a aquella. Los datos de consumo seofrecen para diferentes sectores de la población. En relación con esto, la clasificación másútil de los datos presentados es la que corresponde al sustentador principal. Dentro deeste apartado encontramos por una lado una clasificación en relación con la situaciónprofesional en la ocupación con cuatro tipos de situaciones (1. Empleador. 2 Empresariosin asalariados o trabajador independiente. 3. Ayuda familiar. 4. Asalariado). Otraclasificación pertinente es la categoría socio-profesional, para la cual se consideran lascategorías definidas en la Encuesta de Población activa. Finalmente, desde el punto devista que nos interesa, otra variable que nos permite situar el consumo en relación concaracterísticas socioeconómicas es el ingreso de los hogares.

8 OSCE: DOC nº 3238/77 -rev.1 "Harmonisation des enquêtes nationales sur les Budgets Familiaux.)

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En una primera aproximación al problema que planteamos hemos utilizadoprioritariamente la clasificación socio-profesional con las siguientes categorías:

1. Empresarios agrarios con asalariados2. Empresarios agrarios sin asalariados3 Directores y gerentes de explotaciones agrarias4 Resto de trabajadores agrarios5 Empresarios no agrarios con asalariados y profesiones liberales6 Empresarios no agrarios sin asalariados y trabajadores independientes.7 Directores y cuadros superiores no agrarios8 Empleados, vendedores y cuadros superiores no agrarios.9 Contramaestres, capataces, jefes de grupo etc. no agrarios10 Obreros no agrarios y resto de trabajadores de los servicios.11 Profesionales de las Fuerzas Armadas12 Activos no clasificados en otras rúbricas13 No activos.

En los datos correspondientes a 1990, al cambiar la estructura con que se presentan losdatos en relación con esta variable, ha sido necesario agregar los datos para asimilarlos ala clasificación anterior. Ello ha significado en algunos casos operar con datosponderados, pero en la medida en que los grupos representaban subdivisiones de lasclasificaciones anteriores, esto no ha introducido seguramente errores importantes.

4. La estimación de los vectores de gasto en consumo.

La estimación del vector de bienes salario planteaba, desde el punto de vista de latraducción de los datos disponibles sobre consumo procedentes de las Encuestas dePresupuestos Familiares en un vector de demanda final, un primer problema, laboriosopero trivial, de conversión de una clasificación en otra. Es decir, el paso de la clasificaciónpor partidas del gasto (PROCOME) a la CNAE y de esta a los sectores de las diferentestablas. Esto ha sido resuelto sector a sector, con un procedimiento que en algunos casosha significado asumir alguna arbitrariedad en la atribución los gastos del consumo a losdiferentes sectores de las tablas. En efecto, los datos sobre las correspondencias queaparecen publicados en los documentos correspondientes indican los sectores CNAE aque corresponden los diferentes apartados de las Encuestas de Presupuestos Familiaresproporcionan una información cualitativa de los sectores a los que se dirige el gasto perono las proporciones correspondientes. El procedimiento que se ha seguido es el derepartir el gasto de cada partida entre los sectores de las Tablas Input-Output a los quese dirige en proporción a la importancia relativa de cada sector en el vector de consumoprivado correspondiente a cada una de las tablas.Otro problema residía en que el consumo privado que aparece en la demanda final de losdiferentes sectores de las Tablas Input-Output, no contiene ni los gastos de transporte nilos márgenes comerciales para los cuales el consumo final es también un destinoespecifico. La información de que disponemos sobre el consumo, procedente de las

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Encuestas está valorada como es natural a los precios de adquisición de los bienes, por loque incorpora ambos conceptos. Para establecer una valoración de las demandas finalescoherente con la proporciona las Tablas se ha tomado como proporción del Comercio yTransporte (excluyendo, en el caso del Transporte el que forma parte como tal de losgastos de consumo privado de la Encuesta de Presupuestos Familiares) en la demanda deconsumo privado para cualquier vector de la demanda final, aquella que corresponde alvalor que tiene la partida correspondiente en la tabla. De acuerdo con esto, la proporciónen que hay que reducir el valor del consumo privado para establecerlo en términos netosde márgenes comerciales y transporte es de :

CIO= Cepf (1-Mc-Mt)

donde CIO es el dato de consumo final de la tabla input output correspondiente, CEpf es elvalor correspondiente del consumo en la encuesta de presupuestos familiares, Mc y Mt

los márgenes comerciales y de transporte.Evidentemente, de los datos indicados no puede obtenerse simultáneamente informaciónsobre los márgenes de comercio y los de transporte. No obstante, puede efectuarse unasuposición bastante razonable en cuanto a la distribución de los márgenes comerciales yde transporte. En efecto, así como los márgenes de distribución y comercialización sonmuy sensibles a la naturaleza del producto, el tipo de mercado en que opera y otrascaracterísticas específicas de cada uno de los bienes, puede pensarse que al tratarse, en elcaso de los costes de transporte de una característica de tipo técnico relativamentehomogénea para los distintos sectores, exista una menor dispersión de estos márgenes.Aunque no disponemos de los márgenes por sectores en lo que se refiere a lacomercialización última de los productos ni tampoco los costes de transporte ligados a ladistribución tenemos sin embargo los coeficientes técnicos de ambos sectores en lastablas Input-0utput. En ellas puede comprobarse la dispersión mucho mayor de loscoeficientes técnicos que representan los márgenes comerciales respecto a lacorrespondiente a los coeficientes técnicos de los inputs de transporte. Por otra parte,disponemos de una evaluación global del margen de transporte. En efecto, en la EPF ,figura un gasto en consumo de servicios de transporte. La diferencia entre este valor y elvolumen de gastos en transporte que figura en la demanda final, nos proporciona unaestimación del margen global de transporte. Este es bastante reducido, ligeramentesuperior al 1 %, por lo cual hay que suponer que la hipótesis de unos márgenes detransporte iguales para todos los sectores no implica distorsiones importantes.En cuanto a los márgenes de comercialización, es necesario establecer una diferenciaciónentre los diferentes tipos de gasto en lo relativo a los márgenes de comercialización. Enespecial es necesario recoger las diferencias entre los márgenes correspondientes aalimentación y los restantes bienes. La importancia relativa de los gastos de alimentacióndentro del presupuesto familiar, implica que un valor inadecuado del margen decomercialización correspondiente a este tipo de bienes incide fuertemente sobre la validezdel conjunto de estimaciones. Por otro, en relación con el razonamiento por analogía apartir de los datos de la matriz interindustrial, los coeficientes técnicos correspondientes a

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las actividades de comercialización de los sectores de productos alimenticios son por logeneral superiores a los de otros sectores.Los datos necesarios para obtener el vector de demanda de consumo de 1970, 1975 y1985 presentaban un problema adicional. En efecto, la Encuesta de PresupuestosFamiliares, que nos proporciona el volumen y el desglose de los gastos de consumo paradiferentes categorías de la población es de 1973, 1980 y 1990. Es evidente que elperiodo entre los años de encuesta y los que corresponden a la tablas que utilizamospuede afectar a la evolución diferencial del consumo. No obstante, a falta de datos se harealizado la estimación por los procedimientos indicados de los vectores de consumo paralos años en los que existe EPF y se ha calculado un ajuste proporcional a los valores delconsumo privado en los años correspondientes, obtenidos de la Contabilidad Nacional.

La demanda de bienes de consumo de las distintas categorías socioprofesionales paraambos años traducida en términos de los sectores económicos con los que hemostrabajado9 representaba el conjunto de bienes de consumo que de acuerdo con lasEncuestas de presupuestos familiares han sido adquiridos en promedio por un individuode cada una de las categorías socioprofesionales. La tabla Input-Output de cada añopermite calcular el output total, incluidos los productos intermedios y el consumo decapital fijo que requiere cada uno de los vectores de demanda final de consumo.El resultado ha sido un conjunto de vectores de output, que una vez multiplicados por elvector de los coeficientes de trabajo, nos han permitido estimar el volumen de empleoasociado con el consumo para los años de referencia de las distintas categoríassocioprofesionales.En el cuadro 6 aparece el consumo correspondiente a los diferentes grupossocioprofesionales, desglosado en el consumo de origen nacional y el consumoimportado, para los años 1970, 75 , 80, 85 y 1990 valorado a los precios de 1970.

9 Hay que recordar que el cálculo de las repercusiones globales se ha llevado a cabo con el desgloseoriginal de la tabla Input-Output respectiva para reducir los errores de agregación. Es decir que losvectores de producción total (Output o sea producción efectiva a la salida de fábrica) se hanobtenido, para los sectores correspondientes a cada año.

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Cuadro 6.a.Consumo individual por la categoria socioprofesional del principal perceptor de

ingresos.Pesetas de 1970 Consumo nacional

CSP 1970 1975 1980 1985 19901. Empresarios agrarios con asalariados 54.235 67.547 55.354 57.305 73.8582. Empresarios agrarios sin asalariados 33.327 41.450 40.978 40.020 53.1203. Directores y gerentes de explotaciones agrarias 31.617 39.169 89.592 63.914 67.0564. Resto de trabajadores agrarios 28.129 34.759 33.808 30.140 46.4915 . Empresarios no agrarios con asalariados y profesiones liberales 74.853 92.702 82.234 73.700 95.1996. Empresarios no agrarios sin asalariados y trabajadores independientes. 46.404 57.939 54.062 53.171 66.2847. Directores y cuadros superiores no agrarios 94.540 117.452 103.486 103.451 108.5548. Empleados, vendedores y cuadros medios no agrarios. 61.677 76.346 73.136 68.150 81.3849 Contramaestres, capataces, jefes de grupo etc. no agrarios 57.740 71.677 62.493 67.429 82.97810 Obreros no agrarios y resto de trabajadores de los servicios. 41.269 50.983 49.582 49.590 60.68911 Profesionales de las Fuerzas Armadas 56.816 70.200 61.809 57.457 70.14012 No activos. 47.344 58.601 51.451 51.380 56.58013. No clasificables por actividad 43.504 54.183 50.202 - -

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Cuadro 6.b.

Consumo individual por la categoria socioprofesional del principal perceptor de ingresos.

Pesetas de 1970 Consumo importado

CSP 1970 1975 1980 1985 19901. Empresarios agrarios con asalariados 874 1.313 1.459 1.600 3.6062. Empresarios agrarios sin asalariados 514 859 1.335 1.217 2.7773. Directores y gerentes de explotaciones agrarias 493 792 2.994 1.772 3.0564. Resto de trabajadores agrarios 417 709 1.092 914 2.4505 . Empresarios no agrarios con asalariados y profesiones liberales 1.195 1.701 2.857 2.026 4.2346. Empresarios no agrarios sin asalariados y trabajadores independientes. 693 1.118 1.825 1.572 3.2837. Directores y cuadros superiores no agrarios 1.427 2.034 2.690 2.825 4.8048. Empleados, vendedores y cuadros medios no agrarios. 970 1.476 1.994 1.938 3.8309 Contramaestres, capataces, jefes de grupo etc. no agrarios 930 1.415 1.811 1.859 3.85210 Obreros no agrarios y resto de trabajadores de los servicios. 629 1.027 1.375 1.459 3.02011 Profesionales de las Fuerzas Armadas 882 1.414 1.671 1.877 3.77712 No activos. 690 1.098 1.411 1.453 2.71413. No clasificables por actividad 593 1.049 1.275 - -

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Cuadro 6.c.

Consumo individual por la categoria socioprofesional del principal perceptor de ingresos.

Pesetas de 1970 Consumo total

CSP 1970 1975 1980 1985 19901. Empresarios agrarios con asalariados 55.109 68.859 56.813 58.905 77.464 2. Empresarios agrarios sin asalariados 33.842 42.309 42.313 41.237 55.897 3. Directores y gerentes de explotaciones agrarias 32.110 39.961 92.586 65.686 70.112 4. Resto de trabajadores agrarios 28.546 35.468 34.900 31.054 48.941 5 . Empresarios no agrarios con asalariados y profesiones liberales 76.048 94.402 85.091 75.726 99.433 6. Empresarios no agrarios sin asalariados y trabajadores independientes. 47.097 59.057 55.887 54.743 69.567 7. Directores y cuadros superiores no agrarios 95.967 119.486 106.176 106.276 113.358 8. Empleados, vendedores y cuadros medios no agrarios. 62.647 77.823 75.130 70.088 85.214 9 Contramaestres, capataces, jefes de grupo etc. no agrarios 58.670 73.092 64.304 69.288 86.830 10 Obreros no agrarios y resto de trabajadores de los servicios. 41.899 52.011 50.958 51.049 63.709 11 Profesionales de las Fuerzas Armadas 57.698 71.615 63.480 59.333 73.918 12 No activos. 48.034 59.699 52.862 52.833 59.294 13. No clasificables por actividad

44.097 55.231 51.477 - -

En los cuadros 7 a 11 aparecen los resultados de reducir a trabajo los valorescorrespondientes del consumo, expresado en proporciones de la jornada anual detrabajo10. Los datos derivan del volumen global de producción que es necesaria paraobtener un producto neto igual a cada uno de los niveles de consumo (repartido éste enlos diferentes sectores que abastecen a la demanda final). También se presentan lasimportaciones correspondientes (que recogen, como se ha indicado anteriormente, tantolas importaciones de consumo directo como las importaciones asociadas con laproducción nacional de bienes de consumo), cuya equivalencia en horas de trabajo tieneun sentido muy distinto. Se trata en efecto de las equivalencias en trabajo de las

10 El valor es independiente de las diferentes duraciones de la jornada, lo que significa que unamedición en términos de horas de trabajo debería tomar en cuentas estas diferencias

19

exportaciones necesarias para cubrir el nivel correspondiente de importaciones. Los datosse ofrecen calculados a partir de los inputs corrientes y también con la incorporación delconsumo de capital.

Cuadro 7

1970

Equivalentes trabajo del consumo individual en jornadas anuales de trabajo

Coeficientes de los inputs corrientes Incluido el consumo de capital fijo.

CSPInputs

nacionalesImportaciones

Total trabajo

Inputs nacionales

ImportacionesTotal

trabajo1 0,267 0,027 0,294 0,293 0,061 0,3552 0,179 0,016 0,196 0,195 0,037 0,232

3 0,166 0,015 0,182 0,182 0,035 0,2174 0,151 0,014 0,165 0,165 0,031 0,1965 0,337 0,036 0,373 0,372 0,084 0,4566 0,230 0,022 0,252 0,253 0,050 0,3047 0,407 0,044 0,451 0,452 0,105 0,5568 0,293 0,030 0,323 0,324 0,068 0,391

9 0,285 0,029 0,314 0,313 0,065 0,37910 0,211 0,020 0,231 0,232 0,045 0,27611 0,275 0,028 0,303 0,303 0,060 0,36312 0,228 0,023 0,251 0,251 0,052 0,30313 0,219 0,020 0,238 0,240 0,038 0,279

Cuadro 8

1975

Equivalentes trabajo del consumo individual en jornadas anuales de trabajo

Coeficientes de los inputs corrientes Incluido el consumo de capital fijo.

CSPInputs

nacionalesImportaciones

Total trabajo

Inputs nacionales

ImportacionesTotal

trabajo1 0,274 0,046 0,320 0,308 0,062 0,3242 0,179 0,030 0,209 0,200 0,040 0,210

3 0,167 0,028 0,195 0,187 0,038 0,1964 0,150 0,025 0,175 0,168 0,034 0,1765 0,352 0,060 0,411 0,398 0,081 0,4206 0,236 0,039 0,275 0,266 0,053 0,2797 0,431 0,073 0,503 0,489 0,100 0,5178 0,302 0,052 0,353 0,341 0,070 0,360

9 0,291 0,049 0,341 0,328 0,067 0,34610 0,213 0,036 0,249 0,239 0,049 0,25211 0,281 0,049 0,330 0,317 0,066 0,33512 0,234 0,039 0,273 0,264 0,053 0,27813 0,222 0,037 0,259 0,250 0,050 0,263

20

Cuadro 9

1980

Equivalentes trabajo del consumo individual en jornadas anuales de trabajo

Coeficientes de los Inputs corrientes Incluido el consumo de capital fijo.

CSPInputs

nacionalesImportaciones

Total trabajo

Inputs nacionales

ImportacionesTotal

trabajo1 0,170 0,029 0,199 0,187 0,039 0,2262 0,131 0,023 0,154 0,144 0,031 0,175

3 0,258 0,048 0,306 0,285 0,063 0,3484 0,109 0,019 0,128 0,119 0,025 0,1455 0,241 0,046 0,287 0,266 0,062 0,3276 0,167 0,030 0,198 0,184 0,040 0,2247 0,291 0,051 0,343 0,323 0,069 0,3928 0,216 0,038 0,254 0,239 0,051 0,290

9 0,190 0,034 0,224 0,210 0,045 0,25410 0,155 0,027 0,181 0,170 0,036 0,20611 0,186 0,032 0,218 0,205 0,043 0,24812 0,158 0,027 0,185 0,174 0,037 0,21013 0,158 0,027 0,185 0,174 0,036 0,210

Cuadro 10

1985Equivalentes trabajo del consumo individual en jornadas anuales de trabajo

Coeficientes de los inputs corrientes Incluido el consumo de capital fijo.

CSPInputs

nacionales Importaciones Total trabajo Inputs nacionales Importaciones Total

trabajo1 0,160 0,013 0,174 0,174 0,019 0,1932 0,109 0,010 0,119 0,119 0,015 0,1333 0,161 0,015 0,176 0,177 0,013 0,1894 0,081 0,008 0,089 0,089 0,009 0,0985 0,187 0,017 0,205 0,205 0,017 0,2226 0,140 0,013 0,154 0,154 0,013 0,1667 0,259 0,024 0,282 0,283 0,019 0,3028 0,177 0,016 0,193 0,193 0,015 0,2089 0,174 0,016 0,189 0,190 0,015 0,205

10 0,132 0,012 0,144 0,144 0,011 0,15611 0,149 0,015 0,164 0,163 0,014 0,17712 0,137 0,012 0,149 0,149 0,010 0,16013

21

Cuadro 11

1990

Equivalentes trabajo del consumo individual en jornadas anuales de trabajoCoeficientes de los inputs corrientes Incluido el consumo de capital fijo.

CSPInputs

nacionales Importaciones Total trabajo Inputs nacionales Importaciones Total

trabajo1 0,195 0,014 0,209 0,201 0,014 0,2152 0,144 0,011 0,155 0,149 0,011 0,1593 0,168 0,012 0,180 0,174 0,012 0,1864 0,126 0,009 0,135 0,129 0,009 0,1395 0,240 0,016 0,256 0,247 0,017 0,2646 0,176 0,012 0,188 0,181 0,013 0,1937 0,270 0,018 0,288 0,278 0,019 0,2968 0,211 0,015 0,226 0,217 0,015 0,2329 0,214 0,015 0,229 0,220 0,015 0,235

10 0,162 0,011 0,173 0,166 0,012 0,17811 0,184 0,014 0,198 0,189 0,015 0,20412 0,151 0,010 0,161 0,155 0,010 0,16513

Los datos representan una perspectiva diferente de un proceso que ya se ha analizado endiferentes ocasiones desde un punto de vista próximo al que se presenta. Los cambios enla situación del conjunto de trabajadores partiendo de la evolución de los salarios en elperiodo han puesto de manifiesto la disminución de la participación de los salarios en larenta11 .La evolución que se ofrece del consumo en términos constantes, a partir de lasEncuestas de Presupuestos Familiares introduce ya alguna matización importante. Enefecto se observa que los niveles de consumo crecen muy poco en términos constantes alo largo del periodo, pero finalmente registran un incremento considerable, prácticamentepara todas las categorías profesionales. Es decir, lo relativo a los asalariados, se trata deuna medida del salario real que completa los datos sobre evolución del salario monetario,pero que no aporta elementos nuevos, puesto que si el índice de precios al consumoreflejase de una manera exacta la evolución de los presupuestos familiares, los salariosmonetarios deflactados con dicho índice seguirían la misma evolución que los vectores deconsumo. No podría ser de otra manera puesto que nos situamos en el plano de losanálisis monetarios. Esta evolución es compatible con una menor participación de lossalarios en la renta, siempre y cuando hayan disminuido los precios relativos de los bienessalariales.

Pero la consideración del equivalente trabajo de estos niveles de consumo permiteampliara aun mas la perspectiva. Si nos ceñimos a los aspectos mas generales, se observauna evolución, que en algún aspecto replica la que ofrecen los datos sobre salarios y losque se acaban de ofrecer sobre la evolución del consumo, especialmente los aspectos

11 V. J. Roca Jusmet: La distribución de la renta entre las clases sociales en Etxezarreta(1993).

22

mas coyunturales. En efecto, si el equivalente trabajo del consumo refleja la apropiacióndel trabajo social a cambio del propio trabajo, los datos reflejan la mejora absoluta de1975, el declive de 1980, el fuerte declive de 1985 y la recuperación de 1990. Ladiferencia se sitúa en la evolución a largo plazo. La tendencia en efecto es decreciente a lolargo de los 20 años del periodo. Dejando para más adelante la integración de estosdatos con otros de diferentes orígenes que permitirían desarrollar un análisis de lademanda efectiva a lo largo del periodo, el aspecto más destacado es la dificultadcreciente que revelan para el crecimiento autosostenido. Al fin y al cabo, el equivalentetrabajo, que no es otra cosa que coeficiente verticalmente integrado correspondiente a losdiferentes niveles de consumo, refleja el volumen de empleo necesario para cubrir undeterminado nivel de consumo. Su reducción a largo plazo pone de manifiesto que losincrementos de productividad no son absorbidos por una mayor participación en laproducción de los asalariados, lo cual indica que el excedente generado es cada vezmayor Además de esto, los datos ponen de relieve la importancia creciente de lasimportaciones. Partiendo del método adoptado para reducir a trabajo este componentedel consumo este crecimiento tiene un significado relativamente ambiguo puesto quepuede implicar que empeora la relación de intercambio entre la cantidad de trabajo queincorporan los bienes importados y exportados. En todo caso los datos obtenidosexponen a la luz uno de los elementos que explican la escasa capacidad de generación deocupación que comporta el crecimiento económico en las ultimas décadas y seria unaspecto a tomar en cuenta al plantear el efecto estabilizador de una reducción de lajornada de trabajo.Desde una perspectiva diferente, la comparación del consumo con la jornada de trabajopuede interpretarse en términos de la tasa de excedente ( o en términos marxistas, de latasa de explotación). En efecto, para determinadas categorías, el consumo,independientemente del nivel que alcance, no agota la renta disponible. No es fácil, sinembargo calcular de una manera rigurosa la proporción de los ingresos que se dedican alconsumo, por el grado de ocultación de ingresos que registran las Encuestas dePresupuestos Familiares. En el cuadro 12 aparecen los ingresos medios y el consumopara los diferentes grupos y en casi todos ellos el valor del consumo supera los ingresos,lo que no es demasiado verosímil para los grupos de mayor nivel de renta, en los quepuede suponerse una subestimación de los ingresos. Este no es el caso sin embargo de lascategorías de trabajadores que dedican la práctica totalidad de sus ingresos al consumo.En este caso la equivalencia en trabajo del consumo, comparada con la jornada detrabajo. permite una primera valoración del excedente de trabajo como diferencia entreambas magnitudes.

23

Cuadro 12Ingresos y gasto en consumo en 1980

Gasto en Consumo

Ingreso medio por peceptor Gasto/Ingreso

Empresarios agrarios con asalariados 274.262 257.537 106%Empresarios agrarios sin asalariados 179.531 146.067 123%Directores y gerentes de explotaciones agrarias 384.917 422.326 91%Resto de trabajadores agrarios 145.488 117.588 124%Empresarios no agrarios con asalariados y profesiones liberales 356.962 303.190 118%Empresarios no agrarios sin asalariados y trabajadores independientes. 233.152 194.691 120%Directores y cuadros superiores no agrarios 444.652 436.030 102%Empleados, vendedores y cuadros superiores no agrarios. 314.985 278.454 113%Contramaestres, capataces, jefes de grupo etc. no agrarios 270.565 242.767 111%Obreros no agrarios y resto de trabajadores de los servicios. 213.211 182.325 117%Profesionales de las Fuerzas Armadas 266.864 227.496 117%Activos no clasificados en otras rúbricas 219.976 180.556 122%No activos. 214.903 196.021 110%

Fuente: Encuesta de Presupuesto Familiares de 1980-1981 Pesetas corrientes

La hegemonía de la forma valor en las relaciones sociales hace posible la apropiación deeste excedente de trabajo a través del mercado y su canalización hacia los diferenteselementos que configuran la acumulación de capital. La tasa de plusvalía mide la eficaciade este proceso en términos de la comparación entre el valor necesario para lareproducción de la fuerza de trabajo y el que puede ser apropiado como excedente. Porlo tanto la estimación de la tasa de plusvalía es un elemento esencial para analizar laeficacia del proceso de acumulación. Esto se ha realizado para diferentes países endiferentes ocasiones 12. A partir de los datos que se han obtenido puede ofrecerse unindicador de la tasa de plusvalía, sobre la base de su equivalencia con la tasa deexplotación.En el supuesto de que los trabajadores gastan en consumo el total de sus ingresos, eltrabajo total, la jornada de trabajo (T), mide la creación de valor. La comparación delnúmero de horas de trabajo que representa la restitución del trabajo contenido (tn ) en losbienes de consumo con el resto de la jornada de trabajo (te =T -tn ), el trabajoexcedente, nos proporciona la tasa de explotación, como razón entre dos tiempos de

12 Una referencia prácticamente exhaustiva se puede encontrar en Delaunay(1984), con la salvedadde Amsden (1981). El trabajo de Shaikh y Tonak (1994) completa la información hasta los años 90.

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trabajo que es

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equivalente a la tasa de plusvalía, relación entre dos magnitudes de valor, el capital

variable (V) y la plusvalía (P).

te

tn=

PV

La aplicación de esta relación a los años estudiados nos ofrece los resultados queaparecen en el cuadro 13.

Cuadro 13

Años Total trabajo

Tasa de explotación

1970 0,276 2,6181975 0,252 2,9721980 0,206 3,8571985 0,140 6,1251990 0,177 4,654

Para obtener el total trabajo correspondiente a los trabajadores productivos en el sentidode Marx, se han agrupado las categorías de trabajadores manuales ponderando el valorde sus niveles de consumo por la proporción que representan en la población en losdiferentes periodos13. Los resultados son bastante similares a los que se han obtenido,partiendo de datos monetarios, en países de características socioeconómicas similares aEspaña.

Se trata de un indicador de la tasa de explotación más que de un intento de cálculo deésta, que es el objetivo de los trabajos citados. La intención fundamental de estainvestigación es ahondar en la posibilidad de obtener un conjunto de datos empíricos, quepueden ser la base de estudios que se desarrollen en diferentes direcciones. Lasrelaciones entre trabajo contenido en los vectores de consumo y jornada de trabajo quehemos obtenido se han deducido de las tablas de relaciones interindustriales totales, sinque se haya diferenciado el carácter productivo o improductivo de los sectores y lostrabajos de cada sector. En este sentido, la medida que se ha obtenido representa elvolumen de empleo global necesario para satisfacer un nivel de consumo determinadoantes que el valor trabajo propiamente dicho de este nivel de consumo, si bien es claroque ambos conceptos están muy relacionados. La discrepancia fundamental entre las dosmagnitudes se encuentra en el trabajo improductivo y sobre todo en la inclusión o no delos sectores comerciales y financieros. No parece que estas comporten diferencias muyconsiderables. Otras dos objeciones importantes serían por un lado la identificación delconsumo de los trabajadores con el salario real y por otro la reducción del consumo a lascompras de mercado. En relación con la primera cuestión, ya se ha visto anteriormenteque, en términos globales, el ahorro propiamente dicho (distinto del consumo diferido) espoco importante (los gastos de vivienda se incluyen en el consumo) y la frase de Kalecki :“Los trabajadores gastan lo que ganan y los empresarios ganan lo que gastan” sigue

13 En realidad la ponderación ha sido siempre la de la Encuesta de Presupuestos familiares máspróxima

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teniendo vigencia. La consideración del consumo público (al llamado salario social o lasprestaciones del llamado “estado del bienestar”) seria el aspecto que afectaría más a lavalidez de los resultados . No obstante frente a las prestaciones no monetarias y lastransferencias que habrían de incluirse en el consumo, existen los pagos obligados porimpuestos y cotizaciones sociales. Por ello, se trata de una cuestión que requeriría unestudio especial que en otros contextos14 ha puesto de manifiesto que el volumen total degastos sociales de los que reciben las clases trabajadoras se cubre con los impuestos ycargas sociales que estas pagan.

14 V. Shaikh (1994). En España, un trabajo sobre distribución funcional de la renta indica que “lainclusión de las Administraciones públicas... ( es decir, gastos sociales e impuestos y cotizaciones.Nota del autor). no altera substancialmente la distribución de la renta tal como aparece en laContabilidad Nacional..” J. Roca : “La distribución de la renta entre clases sociales” enEtxezarreta(1993)

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