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Año 106 // 3ª etapa // 397 // Viernes 23 de enero de 2015 UCHURACCAY, 32 AÑOS DESPUÉS ESCRITOS UN PERFIL MÁS Investigación independiente presenta nuevos elementos de juicio. Pág. 3 Págs. 6 y 7 Pág. 8 ENTRETELONES DE UNA TRAGEDIA JULIO RAMÓN RIBEYRO A CONTRALUZ CITA CON MORRISON EN UN CAFÉ DE PARÍS El Peruano DIARIO OFICIAL LA RICA ARTESANÍA PUNEÑA HA MOLDEADO SÍMBOLOS PROPIOS PARA AGRADECER A LA MADRE TIERRA. Págs. 4–5 TORITOS DE PUCARÁ TRIBUTO EN ARCILLA U I I n n n UN P 7 JU RIB CO É

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Page 1: TORITOS DE PUCARÁ TRIBUTO EN ARCILLA · rables de asepsia y temperatura, el organismo de un hombre sano demora tres semanas para cicatrizar un corte profundo. En un cuerpo social

Año 106 // 3ª etapa // 397 // Viernes 23 de enero de 2015

UCHURACCAY, 32 AÑOS DESPUÉS ESCRITOS UN PERFIL MÁS

Investigación independiente presenta nuevos elementos de juicio. Pág. 3 Págs. 6 y 7 Pág. 8

ENTRETELONES DE UNA TRAGEDIA

JULIO RAMÓN RIBEYRO A CONTRALUZ

CITA CON MORRISON EN UN CAFÉ DE PARÍS

El PeruanoDIARIO OFICIAL

LA RICA ARTESANÍA

PUNEÑA HA

MOLDEADO SÍMBOLOS

PROPIOS PARA

AGRADECER A LA

MADRE TIERRA.

Págs. 4–5

TORITOS DE PUCARÁ

TRIBUTO EN ARCILLA

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VariedadesViernes 23 de enero de 2015. El PeruanoDEBATE2

La h i s t o r i a d o r a Carlota Casalino, d irec t or a de la Escuela Académi-co Profesional de

Historia de la Universidad Mayor de San Marcos, consi-dera que Lima no ha sido un espacio de encuentro. En sus orígenes, no tenía centraliza-do el poder, como sí lo tuvo el Cusco en su etapa prehispá-nica, pero lo fue adquiriendo en la Colonia. Durante esta etapa se establecieron ins-tituciones extractivas, no inclusivas. Es decir, se canali-zaron todos los recursos que podían extraerse de nuestra sociedad para llevarlos a Eu-ropa, especialmente a Espa-ña. Lima quedó como sede de gobierno de una sociedad organizada con ese espíritu extractivo, señala.

“Está centralizada”. Ca-salino sostiene que siempre hubo problemas de migracio-nes, pues toda ciudad atrae población rural, pero el boom ocurre a partir de la década de 1950. Como explica el an-tropólogo José Matos Mar, “el huaico vino en la década de 1980, producto del con-�licto armado interno” y de problemas derivados de la crisis en el sector agrícola, en el espacio rural, con el cual una ciudad necesita mante-ner una relación equilibrada para sobrevivir y tener acce-so a las subsistencias básicas.

Lima ha crecido siempre, y lo ha hecho sin mirar cómo incluirnos a todos los que lle-gamos, pero pensando con el corazón en otro lugar, que no era Lima o el Perú. En el siglo XIX, sus élites querían estar en París; y en el siglo XX, en Estados Unidos. Como que Lima no ha re�lejado justa-mente todo aquello que el Perú es y signi�ica como es-pacio de encuentro de una sociedad que debe ser inclui-da en todos sus aspectos, con toda su complejidad y hete-rogeneidad. Si eso ocurriera, seríamos otra ciudad: más agradable, menos agresiva, donde todos los que nos in-corporáramos a lo largo del

tiempo, de las generaciones, encontráramos un espacio donde nos guste estar. Hoy, pocos la consideramos un es-pacio de desarrollo personal, de inclusión, donde podamos desarrollarnos con las mis-mas oportunidades.

Alejandro Reyes Flores, profesor principal de la fa-cultad de Historia, también de San Marcos, recuerda que cuando llegaron, los españo-les encontraron adelantos tecnológicos preíncas e incas que venían de 4,000 o 3,000 años atrás. “Aprovecharon infraestructura como los

canales Huatica, Maranga, Surco, que eran prehispáni-cos. Eso hay que rescatarlo. La contribución se mantuvo durante la Colonia y la Re-pública hasta el siglo XX. Lo indígena no desapareció”.

Cuenta que se creó un pueblo cercado (Barrios Altos), que se constituyó en el núcleo de todas las etnias. “Después se incorporan los negros africanos, que llegan a partir del siglo XVI; poste-riormente los italianos, cuya presencia se hizo más visible en el XIX. La mayoría del sec-tor rural se hizo comercian-

te, pulperos o dependientes de pulperías”.

MAL DE SIGLOSCasalino señala que Lima arrastra problemas desde hace varios siglos. Hay fuentes que narran que en las murallas se acumulaba basura y que en las acequias se depositaban excrementos y animales muertos, como lo denunciaron los medios de información de la época.

Se habla también del caos que ocasionaban las carretas, porque en Lima se convivía con animales de tiro, de corral, domésticos; y como las calles no estaban niveladas, ocu-rrían accidentes. “El tránsito y la higiene no los hemos supe-rado. El proceso civilizatorio, el hecho de que en una ciudad hay reglas que implican respe-to por el espacio público, son temas sin resolver”.

Reyes acota: La higieniza-ción de las urbes en Europa y en América es tardía; a me-diados del siglo XVIII recién aparecen algunas ideas. Aquí llegan en 1835, gracias al mé-dico Casimiro Ulloa.

En el caso de la distribu-ción del agua potable, a�irma que fue desigual, como lo es hoy. “En 1916, el alcalde Luis Miró Quesada de la Guerra decía que se necesitaban 200 litros por persona, pero a un cuarto de callejón, que albergaba 4 o 5 personas, le daban apenas 75 litros. Había sectores con escasez, obviamente, pero otros no sufrían esta falta”.

“Lima no refleja lo que el Perú es y significa como espacio de encuentro de una sociedad que debe incluirse con toda su complejidad”.

REFLEXIONES SOBRE LIMA

La realidad de nuestra capital, vista por profesionales e investiga-dores, será el eje del 22° Coloquio de Historia de Lima. La idea es generar un espacio de reflexión en el ámbito social y urbanístico para demostrar que la historia también puede diseñar el futuro.

ESCRIBE GABRIEL VALDIVIA VÉLEZ / FOTO CARLOS LEZAMA

Tanto Carlota Casalino como Alejandro Reyes refieren que en el coloquio (28 al 30 de enero), en el que participa también

la Municipalidad de Lima, se busca acercar lo que produce la academia, en términos de propuesta, a la gestión, pero precisan que las decisiones corresponden a la comuna limeña.“Hay experiencias que Lima ya vivió y que los gestores de la municipalidad deben conocer. A lo largo de los 22 años de este coloquio, hemos buscado reflexionar sobre Lima desde muchas perspectivas. Ese es el aporte del profesor Miguel Maticorena: él promovió un espacio para discutir en torno a la ciudad y por este transitaron antropólogos, planificadores, arquitectos, además de historiadores”.

RECONOCIMIENTO

Director fundador: Clemente Palma | Director (e): Félix Alberto Paz Quiroz | Editor: César Chaman Alarcón | Jefe de Edición Gráfica: Daniel Chang Llerena

Jefe de Diagramación: Julio Rivadeneyra Usurín | Editor de Fotografía: Jack Ramón Morales | Teléfono: 315-0400, anexo 2182 Correos: [email protected] [email protected]

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Variedades Viernes 23 de enero de 2015. El Peruano 3 PUBLICACIONES

En condiciones favo-rables de asepsia y temperat ura, el organismo de un hombre sano

demora tres semanas para cicatrizar un corte profundo. En un cuerpo social complejo e históricamente agrietado, en cambio, hay heridas que no cierran jamás.

Estamos hoy en 2015 y han pasado 32 años desde la matanza de Uchuraccay, aquella tragedia de incom-prensión que, el 26 de enero de 1983, se cobró la vida de ocho periodistas y su guía en las alturas de Ayacucho.

En tres décadas, el caso ha sido investigado una y otra vez, desde perspectivas fo-renses, policiales, judiciales y antropológicas. Pero, como ocurre a menudo cuando lo que se debate es la vida misma, la versión o�icial no termina de empatar con las explicaciones de las partes involucradas.

ACLARAR HECHOSDos periodistas, los her-manos Víctor y Jaime Tipe Sánchez –que en la fecha de la matanza apenas empezaban a lidiar con las máquinas de escribir–, se propusieron aportar nuevos elementos para la comprensión de lo sucedido en Uchuraccay.

Con las herramientas del periodismo, por fortuna no partieron de cero. El primer paso fue revisar con ánimo crítico el informe de la Comi-sión Vargas Llosa, que se for-mó para aclarar los hechos; los artículos publicados en los diarios de enero de 1983 y los meses siguientes, y el material de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR).

En paralelo, durante dos años de trabajosa inmersión, hicieron cinco viajes a la co-munidad de Uchuraccay, uno a Huaychao y otro a Iquicha; tomaron más de cien testi-monios directos a periodis-tas, comuneros, deudos y

y las comunidades vecinas estaban en pie de guerra, contextualiza Jaime Tipe. “Los periodistas y su guía llegaron a un territorio en con�licto, con una población golpeada reiteradamente por las columnas senderistas.”

El 1 de enero, poco antes de la matanza, la asamblea comunal de Uchuraccay acor-dó rechazar a Sendero. Y des-pués del enfrentamiento en Huaychao –donde la pobla-ción mató a ocho terroristas, hecho por el que los perio-distas viajaron a la zona–, en el propio Uchuraccay fueron eliminados cinco terroristas. “¿Qué crees que esperaba la gente en ese momento? –pre-gunta Jaime Tipe–, la gente sabía que se venía una ven-ganza, y se preparó para ello.”

Alrededor de esta trage-dia se han construido mitos, algunos por los propios deu-dos, otros por el periodismo y por gente interesada en que no se conozca la reali-dad, acota Víctor Tipe. Se ha dicho que hubo in�iltrados de las fuerzas armadas en la matanza, lo cual no está pro-bado y, por lo demás, ha sido rebatido por los pobladores.

“Lo que sí hubo fue ins-tigación y ofrecimiento de impunidad por parte de los militares”, enfatiza. “Se les dijo: Maten a todo el que llega a pie, no les pasará nada”. Y así ocurrió.

“Con cierta mala inten-ción, algunos colegas me preguntan: Víctor, ¿cuánto te han pagado para limpiar a los militares? Mi respuesta es: Nada, nadie me ha paga-do nada, porque esta es una investigación seria, indepen-diente, �inanciada con nues-tros propios recursos.”

magistrados, y analizaron in�inidad de documentos o�i-ciales, a �in de de comprender y explicar el origen, el con-texto y las implicancias de la tragedia.

Resultado de ese tra-bajo, es la publicación de Uchuraccay. El pueblo donde morían los que llegaban a pie (G7 Editores, 2015). “No pretendemos establecer la verdad –dice Víctor Tipe–, la verdad es una categoría relativa. Buscamos situar la masacre en su contexto his-tórico y social”.

EN PIE DE GUERRAHabría que recordar que en enero de 1983 Uchuraccay

“El grupo comenzó la marcha en fila, despacio, todos intuían que la jornada sería agotadora y ahorraban energías. El

sol serrano abrigaba a los nueve caminantes. Adelante iba Sedano en el mulo; cerca de él, De la Piniella y García; Retto caminaba conversando con Mendívil; al lado Gavilán, Sánchez y Octavio Infante andaban en silencio. […] En Parccaccocha, el grupo decidió tomar un descanso. Juan Argumedo contactó con unos comuneros que ofrecieron alquilar algunas acémilas para cubrir solo una parte del recorrido; luego tendrían que dejarlas y proseguir a pie” (extracto, página 111). Contada en el estilo envolvente del periodismo literario, Uchuraccay. El pueblo donde morían los que llegaban a pie es, desde ya, lectura obligada para terminar de asimilar el capítulo más doloroso en la historia del periodismo peruano.

VIAJE AL MÁS ALLÁ

DE SANGRE Y TINTA

Un nuevo relato sobre la matanza de Uchuraccay aporta elementos de juicio para entender lo que sucedió en Ayacucho hace 32 años. Víctor y Jaime Tipe presentan los resultados de su investigación.

“Las versiones sobre una bandera roja y la presencia de al menos un infiltrado -con reloj de pulsera y botas- tienen una respuesta en el libro.”

ESCRIBE CÉSAR CHAMAN

Reflexión. Quedan abiertas algunas interrogantes que se resolverían si las autoridades desclasificaran información castrense, opinan los periodistas Víctor y Jaime Tipe.

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Variedades El PeruanCULTURA ANDINA4

TOBEN

De todos los tamaños y cnentes cruciales de la trun arte que comenzó hacpresencia de insumos natLope fabrica alrededor d

El torito saca lalengua.Delape-queñabocadelanimaldecolormarrón c laro

apareceunaporcióndear-cillaendirecciónasusdosgrandesojos.CésarLopelopintacondetenimiento.Conunpequeñopincel,lepasaelblancoprimeroyluegolodecoraconunaslíneasrojascruzadas.

Laparejadeestetori-to,unablancacompañe-ra, tambiénespintadaamano.Lopedecorasulomo,supecho,sucabezayloscachos.Trascadatrazotomaunpocodeaireycon-tinúaconlalabor.Esreciénelmediodía,yaunqueenlaplazadeArmasdePucará–Puno,a3,876metrossobreelniveldelmar–lostoritosyasevendenalosturistas,altallerdeLopesololleganlosconocedores.

Ensucasa,CésarLopeArapa,de36años,naturaldePucaráehijodeartesa-nos,fabricacercade50,000toritosdearcillacadaaño.Loshacedetodoslostama-ños,desdeunapulgadahas-ta50centímetros.Elpinta-dodecadapiezaserealizaamanoyalairelibre.Segúna�irma,lapinturanuncasesaldrádeltorito,aunquelluevaogranice.

Los torde Pucconfe

en la actuallevan un ael lomo querecordar lapequeñas fforma de men las que srepresentade llamas oen la parte y que duranla Colonia sreemplazadovejas o resde las cualesostienen lSimbólicamlos ritualesdel torito dbuscan garla reproducganado, unprimordial las comunicampesinaaltoandinautiliza en loa la Tierra pllamar a la fen la produganadera”, arqueólogoRamos.

MUNFÉRT

ESC

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no. Viernes 23 de enero de 2015 5 CULTURA ANDINA

OROSNDITOS

colores, los toritos de Pucará son compo-adición ceramista del altiplano peruano, ce 3,000 años y que se vio favorecido por la turales de altísima calidad. En Puno, César de 50,000 de estas piezas cada año.

Artesanía. El pintado de los toritos de Pucará demanda concentración y paciencia. César Lope es un experto en la materia.

ritos cará

eccionados lidad gujero en e hacen

as qonopas, figuras con

morteros se hacen aciones o alpacas,

superior, nte son das por ses, es se los toritos. mente, s en favor de Pucará rantizar cción del

n elemento para dades

as s. “Se

os pagos para fertilidad

ucción destaca el

o Roberto

NDO TIL

“La noche anterior, Lope y su esposa, Berna Choque, colocan en pozos el agua y la arcilla traída especialmente desde Santiago de Pupuja”.

LABOR DE ARTISTALapinturaessololaúl-timapartedeestalabor.Lanocheanterior,Lopeysuesposa,BernaCho-que,colocanenpozosdepiedraelaguaylaarci-llatraídaespecialmentedesdeSantiagodePupuja.Ladejanreposarduran-tetodalamadrugada.Alamanecer,laarcillatieneformapastosayescoladaantesdepasaraotropozo.Elproducto�inalsellamabarbotinayesloesencialparaeltrabajodeltoritodePucará.

ElgranpatiodelacasadeLopequedacubiertopormoldesdetodotama-ño.Labarbotinasevierteencada�igurayseajustaconjebesdellanta.Elar-dientesoldelaalturaalti-plánicavadándoleformaacadatorito.Losmoldesabsorbenlabarbotina.Elvolumensereduce.

Lopeobservaconaten-cióncadaunadesuscrea-ciones.“Nodebensecarsemucho”,comenta.Losje-bessedesatan.Lostoritosquedanlibres.Lopepasaunaesponjamojadasobrecadauno.

Comobuenartesano,supacienciaesúnica.Trataacada�iguracomosifueraunhijo.Loscargadespa-

CRIBE MIGUEL ANGULO GIRALDO

cio,losabrazaantesdesobarlos.Elaguaescurre,lasimperfeccionesseeli-minan,lapieldelostorosquedasuave.Lapinturalosespera.

FORMA Y COLORCadapinturaqueseuti-lizaenesteprocesoestáhechaconproductosdelazona.Lapinturablancaprovienenaturalmentedeunmineralazulqueseobtienetrascernirarcilla,barroytierradePucará.Conellasepintalabasedetodoeltorito.ElverdeseconsiguetrasmolerenbatánunapiedraverdedeAzángaro,piedrasblancasdePucaráyelplomoquesediluyeenpequeñasollasdebarro.Conestecolorsepintanlosrosones(�igurasenformade�lorsobrelacabezadeltorito),laen-jalma(loscostados)yunas�igurasondulantesdebajodelrostro,ademásdelacola.Laslíneasdelaspa-tas,loscachos,lalenguayelcollaralrededordelpechosepintanderojoconunapinturahechadeunmaterialllamadotaku,traídodeSicuani.

Elhornodepiedrasca-lientaa950gradoscentí-grados.Elestiércoldelasllamas,empleadocomo

combustible,avivaelfue-go.Laspiezassecolocandeapocos.Unoporuno,lostoritossejuntanenparejas,sereúnenparalaúltimafasedeestaardualabor.Treshorasdespuésquedanlistosparaserven-didos.Lapintura,rati�icaLope,nuncasaldrá.

TRADICIÓN FAMILIARTodoslosrinconesdelacasadeLopeestánllenosdeartesanías.Encadacuartohayalmenosuna�iguradearcilladiseñadayelaboradaporél.Esteartedemodelarypintarlaar-cilladelazonaderivadeltrabajoquerealizabansupadreysumadre,artesa-nosdePucará.

Lope,elúltimodecincohermanos,recuerdaque

desdelosseisañoscomen-zóatrabajarestematerial,perofuecercadelos16,cuandofalleciósupadre,quedebiócontinuarconellegadofamiliar.LostoritosdePucaráeranrequeridosporlosturistasyserían,

desdeentonces,sufuentedevida.

AunqueLopenohasidoreconocidoporsuarte,sus�igurassondelasmásrequeridasenCusco,Aya-cucho,LimayenelmismoPucará.Paraél,eltoritoesmásqueunlegadofa-miliar:“Nosotroschalla-mosaltoritoconvino,congaseosa,siestamosenuncompromisolocelebra-mos.Esnuestrafuentedeeconomía,poresoloado-ramos”.

ElarqueólogopuneñoRobertoRamosdestacaquelatradicióndeltoritodePucarátienesuorigenenlaColonia,peroquesusantecedentesseremontanalpueblomilenariodePu-cará.“LaculturaPucará,quesedesarrollódesde

500antesdeCristohas-tael500denuestraera,sebene�iciódelosban-cosdearcillaquehayenlosríosdePucará,loquepermitiólage-nerosidaddelaarcillaparalostrabajosdeestetipo”.

EneltechodelacasadeLope,unaparejadetoritosdePucaránosdespide.Ladualidadandinasehacepresen-te.Lostoritossiempredebenestarenyun-ta,enpareja,porque“juntosaranlatierra,juntosproducen,jun-tossecomplementan”,comentaLope.Paraélysufamilia,eltoritobrindaprotecciónyatraebuenosdeseosalhogar.●

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VariedadesViernes 23 de enero de 2015. El PeruanoESCRITOS6

Tiempo: una tarde lluviosa del invier-no parisino, 1994. Lugar: segunda planta en un café

de la Rue des Lombards, orilla derecha del Sena, cerca del Pont des Arts, París.

Una tenue calefacción re-fresca levemente las cinco habitaciones alumbradas con una luz rojiza, como de burdel. Al subir las escale-ras, uno llega a una salita de estar con un pupitre tipo es-cuela del Estado y muebles de terciopelo, desvencija-dos, desparramados sin ar-monía. En una amplia mam-para de luna catedral se lee: Madame Léonie. Aunque con cierta fama de arrogante, esta mujer ganó notoriedad desde que Julio Cortázar la incluyó como personaje de Rayuela.

Hasta el lugar llegaba Oliveira para que le mirara la palma de la mano. Desde entonces, el aspecto de Ma-dame Léonie no ha variado gran cosa: sigue igual de vieja, pintarrajeada, con una fealdad amable. Esto últ imo la hace digna de con�ianza. Después de todo, encontrar una médium en el París de los 90, con la apa-riencia de Jeanne Moreau en Nikita, de Luc Besson, es un privilegio.

Durante los últimos años, según sus propias palabras, ha tenido la visita de artistas y poetas como André Breton, Ezra Pound, Henry Miller (que llegaba borracho), Bri-gitte Bardot, Jim Morrison, y una lista de etcéteras.

Morrison –quien la visitó tres meses antes de su muer-te en su departamento de la Rue Beautreillis– vino por recomendación de su ami-

ga Agnes Vardá, sí la de Cleo de 5 a 7. Madame Leónie lo recuerda como un chico de largos cabellos muy intere-sado en Rimbaud, al extre-mo de pedir invocarlo en una sesión de espiritismo. “Quería encontrar el sentido a la vida, me dijo”. Recuerda, además, haberle dicho que su compañera sentimental, Pamela Courson, “su chica cósmica”, no era adecuada para él, a lo que respondía: “Primero está Los Ángeles,

CON JIM EN PARÍSConversaciones de un discípulo de Morrison con un fanático de Rimbaud. El pasado 8 de diciembre se cumplió un año más de la muerte del ‘Rey Lagarto’. Esta crónica, escrita hace veinte años, a la manera de Truman Capote, para un curso de Manuel Jesús Orbegoso, es un pequeño homenaje.

ESCRIBE HELIO RAMOS

Ícono. Polémico hasta el final de sus días, Jim Morrison reconocía la influencia que tuvieron en su arte personajes como Nietzsche y Rimbaud. Murió en París a los 27 años.

“Concertamos una sesión con la única condición de no portar una cámara fotográfica para invocar a Jim.”

lo demás no cuenta.” Por muchas razones, Ma-

dame Leónie le había tomado cariño y siempre se refería a él como “el hermoso mu-chacho extraño que debiera ir desnudo”, parafraseando el dicho de Verlaine sobre el poeta de Charleville.

Concertamos una sesión con la única condición de no portar una cámara fotográ-�ica para invocar a Jim, ese procaz y maldito enfant de canciones tristes.

****Otra tarde lluviosa del invier-no parisino, 1994. 17:00 ho-ras. Me aparezco con mi libre-ta y una pequeña grabadora comprada en Hiraoka. Subo hasta la habitación grande que madame Léonie utiliza como sala de espiritismo. Está sentada en una mesa con un tablero de ouija. Me invita a sentarme. A mi lado hay una pelirroja de unos 20 años que distrae mi atención.

Lo que sigue es la trans-

cripción exacta del acto:Yo:¿Quéveusted?Madame Léonie: Veo a un

hombre mo�letudo, aparenta tener más de 30 años, pero tiene menos. Huele a Chivas Regal. ¡Oh, trae puesto un atuendo de cuero!

Yo:Esél,Jim.¿Puedeha-cerquehable?

Madame Leónie: Habla, espíritu. Habla.

Morrison: Hola chicos.Desde este punto empieza

la ‘entrevista’ periodística.

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Variedades Viernes 23 de enero de 2015. El Peruano 7ESCRITOS

Legado. Líder de la banda The Doors, Morrrison encarnó el espíritu rebelde de la generación hippie del amor libre y la contracultura.

“Morrison no quería saber nada de entrevistas, pero lo convencí con cierto don de empatía. Claro, le acepté una incursión al George V.”

Morrison: Es iluso pensar en eso.

Yo:Peroteanunciabascomoelnúmero3,¿nohayciertohistrionismoeneso?

Morrison: ‘La muerte tie-ne una mirada para todos’. Es un verso de Pavese, pero sirve para ilustrar lo que sentía en esa época. Me peleé con Pam, mi mujer, que amenazaba irse. En América el último álbum era un �iasco. La vida es una joda.

Yo:¿PoresolabebidayelLSD?

Morrison: Por eso y mu-chas cosas más.

Yo:Porquererfollaratumadreyaniquilaratupadre,unmilitarausente.

Morrison: Sabes chico, ándate a la mierda.

Yo:Tranquilízate,Jim.Morrison:(molesto)Hable-mosdeotracosa...

Yo:Ok.¿Cantantesogru-posfavoritos?

Morrison: Sinatra, Elvis, Rolling, The Beach Boys…

Yo:¡¿TheBeachBoys?!Morrison: Me encanta

‘Sueños de California’.Yo:¿Nocreesqueesuna

canciónfofa,unhimnoalsueñoamericano?En�in.Ah,muchosedicequequie-resparecerteaRimbaud…

Morrison: Me gusta su

tesis de la visión más allá de lo ordinario. El poeta como vidente.

De pronto recuerda las Lettres du Voyant, dos car-tas escritas en 1871, donde Rimbaud esboza su doctrina poética: la poesía debe dejar de ser una expresión perso-nal, re�lejo del mundo que la rodea, no ser un �in en sí misma, sino un medio para explorar el más allá y un ve-hículo para llegar hasta él. El poeta se convertirá en un médium.

Yo:Mere�ieroasure-nunciaalgenio.Ambosteníanunpadremilitar.Tambiénunamadreconfuertecarácter.

Morrison: ¿Yo genio? bah, fuck you. Yo quería ser escri-tor, más que estrella del rock. Alguna vez quise ser cineasta, pero ese ambiente está as-queado.

Yo:Aúnpersistenenqueestásvivo,quetra�icasar-masenÁfrica.

Morrison: Si no hubiera muerto, no estaría aquí…

Yo:Tambiéntecompa-ranconJamesDean…

Morrison: Me hubiera gus-tado más Marlon Brando. Fue más rebelde.

En ese momento Madame Leónie vocifera: ¡Que todos se concentren. Se desvanece, lo estoy perdiendo...!

Jim, Jim –grito yo–, siga-mos. Espera un momento –dice la médium–. Concén-trate.

Diez minutos después, Morrison hizo sentir su pre-sencia. ¿Podemos ir al George V? preguntó.

Madame Leónie: Solo si no armas bochinche.

Salimos del café de la Rue des Lombards rumbo al George V, desde donde invité a Madeleine, mi mujer, con la anuencia de Jim, que había ordenado Chivas Regal.

Yo:DecíasqueMarlonBrandoeramásrebelde…

Morrison: Olvídalo. Va-mos a ‘chupar’ que el mundo se va a acabar.

Pienso en una pregunta de cajón para cerrar la nota.

Yo:¿CómoseríaMorri-sonsiestuvieravivo?

Morrison: (Ríe), como Marlon Brando: feo, deca-dente, panzón y cincuentón.

Morrison no quería saber nada del asunto, pero lo convencí con cierto don de empatía. Claro, le acepté una incursión al George V, lo que hice complacido, tomando en cuenta que él pagaría la cuenta, aunque yo hubiera preferido una peregrinación hasta Père-Lachaise y armar un picnic a la vera de las tum-bas centenarias.

Yo:Soyperiodista,gra-duadoenSanMarcos,Lima.

Morrison: ¿No trabajarás

para un diario amarillo, que muestran traseros, muertes violentas y furcias baratas?

Yo:No.Soyfree lancerenunperiódicolocal.Oye,¿quétalsiyopregunto?..dime,¿creesqueParíssiguesien-douna�iesta,comocreíanlosexpatriadosliterariosdelaLostGeneration?

Morrison: De buenas a primeras crees que sí. Lue-go descubres que París es como L.A., Londres o Lima. Puro hipster. Salir de Norte-

américa a un lugar donde lo norteamericano es bien visto, es irónico… Solo quiero no ser reconocido en la calle. Detesto el sofoque de la gente.

Yo:¿PeroesagentenoesalaquelosDoorsinvo-cantraspasarlasbarreras,romperlacatarsis,pasarsealotrolado?

Morrison: Es diferente. No me gustan aquellos que buscan ídolos cuando lo im-portante es encontrar la liber-tad. Los jóvenes están locos,

aunque algunos detestan ser libres, siempre se aferran a cosas que les oprimen. Pien-san que tal o cual puede ser su líder. Le rinden pleitesía. Yo canto para los rebeldes, los furiosos…

Yo:Algunosteconside-ranungigantecansado,peroapesardetodounprofetadelrock.Dicenquetumuertefueunpretex-toparaqueterecuerdencomoaJanisJoplinoJimiHendrix…

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8 Viernes 23 de enero de 2015

El Peruano

DUDAS SOBRE UN FLACO

Un perfil sobre Julio Ramón Ribeyro permite aproximarnos al mayor cuentista peruano. En las dudas que plantea Daniel Titinger está la esencia del autor de “Los gallinazos sin plumas”, un hombre en torno a cuya figura se han tejido algunos mitos.

ESCRIBE JOSÉ VADILLO VILA

“Titinger logra una buena ecuación con su editora, Guerriero, y sale airoso de este trabajo de periodismo de profundidad”.

A dos décadas de la muerte de Julio Ramón Ribeyro (1929-1994), uno de los máximos

cuentistas latinoamericanos, las reediciones y los trabajos de aproximación sobre su vida y obra se han multiplicado en las librerías. En este panora-ma, no puede pasar desaper-cibido el per�il realizado por el periodista Daniel Titinger. Lanzado hace unas semanas, ha tenido el privilegio de ser muy bien promocionado.

Un hombre �laco. Retrato de Julio Ramón Ribeyro ha sido editado por la Universidad Diego Portales. Es importan-te la labor de edición que está realizando en los últimos años la casa de estudios chilena, desde sus colecciones Huellas, Poesía y Vidas Ajenas, que re-únen el talento de escritores y pensadores iberoamericanos. Y en este espacio, la crónica y el per�il periodístico juegan un rol preponderante.

La cronista argentina Leila Guerriero ha editado con la misma universidad varios libros; en uno de ellos, Los malditos (2012), Titinger per�ila al poeta vanguardista Martín Adán. Personalmente, no me convenció este trabajo donde repite la muletilla de aquel per�il, donde a cada rato se decía que no había infor-mación sobre el autor de La Casa de Cartón. Nuevamente para Un hombre �laco, Guerrie-ro trabaja con Titinger en la edición de este per�il.

REVELACIONES A diferencia del trabajo de Martín Adán, lo que ha he-cho Titinger con Ribeyro es superior. Ciento sesenta y seis páginas que el lector avanza rápidamente; hay una sumer-sión en el pensamiento y en la vida del personaje.

En Un hombre �laco, Titin-ger se centra en los últimos años del autor de “Los galli-nazos sin plumas”, sobre todo en Lima, cuando viene a vivir en un departamento frente al mar, cuando se dedica a vivir, a divertirse y a escribir casi nada.

Hay tres revelaciones fun-damentales en este trabajo. La primera es que, en realidad, el creador de los personajes más grises de la narrativa

con su editora, Guerriero, y sale airoso de este trabajo de periodismo de profundidad.

ABAJO LOS MITOSSí, hay otra apreciación de Un hombre �laco: es también un acercamiento necesario a la viuda, Alida, una merchante de arte peruana que ha lo-grado buenos dividendos en Europa. Alida, como la ma-yoría de las viudas literarias, es la mala de la película (y se supone que es quien inspira, aseguran algunos, la novela Travesuras de la niña mala, de Mario Vargas Llosa).

Pero ella destruye el mito del Ribeyro antihéroe, re-cordando que vacacionaban en Capri, que vivieron con el hijo de ambos, Julito, en un de-partamento caro de París, que tenían chofer, que gracias a los contactos de ella en tiempos del general Velasco, Ribeyro logró el puesto diplomático en la Ciudad Luz hasta la lle-gada de Fujimori. Y en todo ese ambiente, él pudo escribir, aunque la desazón de la que habla Ribeyro en La tentación del fracaso dibuja lo contra-rio, que es, justamente, lo que atrae a sus lectores en Iberoamérica.

Un per�il es el territorio de las aproximaciones. Y Alida y su hijo, Julio, se empeñan en decir que no hay nada más pu-blicable, tal vez un poco más de las memorias, pero falta la mano de un editor exhaustivo, pero que no hay nada más. Sin embargo, los amigos y la fami-lia de su hermano, Juan An-tonio, dicen que hay más por publicar: memorias, cuentos y novelas inacabados, amén de otras cartas que escribió a su hermano. Daniel Titinger transmite esas dudas donde mora la esencia de Ribeyro.

peruana no era un hombre triste, sino que se esforzaba en lo contrario.

La segunda y la tercera son menos conocidas: las amantes que tuvo Ribeyro a lo largo de su vida (se menciona bási-

camente dos, aunque la viu-da, Alida, aclara que fueron varias) y que era “un hombre esotérico”.

Gracias a su amistad con el periodista Jorge Coaguila (quien nos debe la biogra�ía

más amplia y mejor documen-tada sobre Ribeyro), Titinger logra en París entrevistarse con Alida de Ribeyro. Son más de siete horas de entrevista que son la columna vertebral del libro, pues alrededor suma

las otras entrevistas y las citas vienen, sobre todo, de La ten-tación del fracaso, el libro de memorias de Ribeyro.

La escritura es ágil, muy bien estructurada. Titinger logra una buena ecuación