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AL LECTOR

He resuelto reproducir esta carta aun cundoracionamIento de que se babIa en ella ha termioa­do en la pampa. Los otros puntos que abordoquedan en pIe, por cuyo motivo tienen aíempreuna actualidad palpitsnte. Toman mas fuerza loabecbos que se denuncian, en razón de que los.olarios y sueldos bsn sido aumentados en una IIdi.ma cantidad o porcentaje, f1uctusndo ellos enUeun 15% y un 25%, mientras el costo de la Yi.da ha oubido con loo precioa de eomioariato, enun 50 y 100%.

La vida asI, ya no bay duda, • ha... impo­sible en la pampa.

Atil4no OrÓliteeui R •

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La esclavitud en )a pampa.--Cómose practicaba el racionamiento hastahace poco.--Sueldos y salarios mise­rables.--Actualmente no hay 'racio­namiento de víveres, pero la vida estápeor por los escasos sueldos y jorna­les que se ganan.-Cómo procedenlas compañías cuando alguien pro-

testa.--Un caso entre muchos.

OTRAS CONSIDERACIONES

« ••••••

Antofagasta, 21 de Di­ciembre de 1933.

Selior Intendente de laProvincia,

PresenteSelior Intendente:He permanecido en la pam­

pa salitrera alrededor de unafio y durante este lapso hepodido observar algunos as­pectos de la vida de la gen­te trabajadora en aquel pun­to.

A mi regreso y en el deseode aportar algún eonocimiento, y a fin de que Su Sefio­ría conozca detalles, tal vezdesconocidos, acerca de co­mo vive la gente en la pam­pa, me permi to rop;arle sesirva disponer parte de sutiempo, con el objeto de qut'una vez I¡>ídas las presentes!fneas, pueda entrar al estu­dio de los t6pil'oS que abor­daré y así arbitrar 108 me-

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cliOl necesario~ parl\ termi:Dar con las irregularidadpsy abusos que, l'n forma des­medida, humillante r ""ja­toria, se eomet¡.n l.'n contra. .de la cla~e trabnJadora enleneral (obrero. y l'mplea­d06) en las oril'ina~ -a litre­ras.

Para c'lmplir pste propó­sito me autoriza mi l'alidadde ciudadano ehileno y deperiodista. Adl'má , C"·Ocontribuir en esta forma nibienestar a qUI' tiene jn,­tfsimo dprecho y que en laactualidad no conoce sqUl'­lla masa obf"('ra oprimida,por causa de la incompren­Bi6n do! jefes y puhalternosque carel'l'n de l,,~ más ele­mentales conoeil1lientos so­ciol6gicos y quienep no sehan incorporado tod'lvla alestudio de los coml'l('jo~ pro­blemas de la hura presente,creyendo, tal vez, con mio­pia individualista, que losestudios de sociologla no sondel resorte de los pue~tos

que ocupan. Es asl como to­dos Be confabulan para He­yar el descontento y la mi­eeria a los hogares proJe­larios, por una parte los¡"fes ideando y ordenando,Gada dla, mf'didas arbitra­ri.. y draconianas. y porotralosllubalternos cumpliendo estoicamente, '/.ún en

contra de los intereses deellos mismo~, las disJlosicio­npS y procedImientos deaquellos.

LOR uI -TOCABLES"

Domina l'ntre los admi­ni.tradores d,' la p'lmpa el",'nt ido dI' 1:\ econolJ\ln, mo­tivo pOI· el cual los . ueldosson rl'bajado., los slllariOfIreducidos y ¡.,. dlas de tra­bajos mermado>'.

_-adie puede protpstarallá, spiior Intendente, por­que al pueblo se 11' mantie­ne en la más irritante sumi­sión. AsI de un pueblo alti­vo qUl' l'ra antes ahora seesU, lHleil'ndo un pueblo es­playo. El trabajador que noha !l.lcan zado una prepara­ción técnica se encuentraen peores condiciones to­davía, porque se desenvuel­ve casi aislado, cual un into­cable de la Inclia, y porqueotros de su clase pretendenRer superiores a él, sea por­que viven ('n una calle dis­tinta y más central, sea por­que olvidando su calirlad depariaa de su propio pals, de­sean colocarse al lado de lae1a.e dirig('nte o gobernante... de la pampa, para vivir('n contacto con ella, sir­"iendo de soplones, arribis­ta~ o testaf('rros.

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o 8Plla sincero ~i no de­¿araraa Sil Refloria Que conteIlta cartR pretend'l solamen­'te aportar mi concurso ha­",ia la con ecusibn del noble

in de la tranquilidad social("i 1'110 1'. posihll'). va que,

:si llO se pone atajo a los ahu-os v arhitrariNil.des v lo

-que "es pl''lr a lu: medida""neoo"lIlt... que :e imparten-a despl'eho ,le la Le~' mis­:ma, que más adelante de­nuueiar~, se desquieiRrá la',idR l'1I {al [orma en la pt:.m­¡pa que tul;' tarde será im­;posib!(' pNllr ('sa tranquili­dad. Los responsabks di rec­to., señOT Intendente. Sl'­nin las p('rsonas qul' en laactualidad SOH los causall­tes del d,'.content f) exis­tente. Y ellos, l'Ht'lnCeS, se­rán los vl'Tdadl'TOS dl'squi­>ciadores del orden social dI'-que tanto se habla ahora Ji.pueden ser hasta los respon­.sahles, con su actitud in­transijente, de los distur­biO!! o conmociones que pu­·dieran producirse, por seros que efectiva y constante­

mente, con 811S procedimien­to" están encendiendo el fue­'«0 del malestar y de la in­"tranquilidad entre la masa~brera. .

DIVIDIR PARA REIXARCODl18 dl'cfa, la misma gl'n-

te obrera, por obra y-gn,.del amhil'nle medio{'re enque se desI'nvue1vl', va divi­diéndose en diferente "ca­pa" sociales". Los Que mo­ran en loo chalets no alter­na n ron los ell' ot r:\ {',y,¡e demenor imporlafl{'ia (en al­guna o ofi('inns ha.v I'ampll­mento americano, ('asas pa­ra emplearfo~ y campamen­to ele obrero') y 10R dI' una(Oalle má. {'entral no quierenn,irar a lo" de otra másapartada y mueho menos-jcómonohabladesera l!­('0;105 a lo" de 105 camplimen­tos. Los de los campamen­tos ya pasan a ser lo "into­eables" de Que habla Ghan­di en la India.

Esto, naturalmente, eacuipa de la misma genteque, COIl "U {'riterio e"caso,procedl' d" sPllJl'jante ms­nera. Pero cont ri buye acrear esta diferencia el mis­IIlO ambiente en que se vi VI',

pues hasta las I'"cuelas sondistintas en ciertas ofici­nas (las hay para los hijosrle los extranjeros, para loshijos dI' los elupleados y pa­ra los hijos de los obreros);por mejor deeir, a las escue­las públicas van los hi~o!l

d~ los artesanos y trabaJa­dores en general y a las par­ticulares sostenidas por lasCOD' pa Iií:ls o pu6adas por

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08 altos jefes, acuden loshijos de 1011 empleados demis alta catep;oría y que noquieren que sus pellueilue­los se junten con los" rotos".

DEPORTE Y ALCOHOL

Por lo demás, es ló¡¡icosuponer que exista 11 n am­biente semejante en las ofi­cinas, pues no hay bibliote­cas propiamente di('has paraque la p;ente pneda instruir­Be; no hav libertad de reu­nión (~alvo cuando un Ins­pector del Trabajo sube a )"pampa); no hay conferen­cias educativas ~. si Ills hayalgunas veces, éstas fraca~anpor la mayor importanritlque 81' le da a las reunione~

deportivas. En cambio, hayclubes de fútbol, basketbol,rayuela, etc., en dO'lde sebaile, se canta y se discute,IObre todo se baile para olvi­dar, tal vez, los sinsaboresde la vida diaria, rnientrl\slos más alegres, los entona­dos por el "trago" cantanpara reafirmar el dicho I\quelde que "quien canta su penaespanta".

Las discusiones entre losjugadoreN son, por cierto!estériles; pero a veces sediscute con t'lnto eulor quemuchos obrero. han I:e­Bado a aburrtearse, c'lmo si

se tratara de aauntos .fevida o muerte, todo por dI'·jar bien puesto el nombrede <'ste o aquel clnb.

Se olvidan asl los traha­jadores de solu('ionllr 8U~

propios problemas y de estu­diar la~ satisfacci(,n de susoecesidades mtí inrneditltas.

1\1 as, para los adminis­tradores de ofici nas, es me­jor que oeurra asl. En est!loforma vive más dividida la/l;ente. Y ellos no puedenmenos qne reir ante seme­jantes espectáculos.

Al referirme a los depor­tes no he querido ir en con­tra de los mismos. He qneri­do significar, con lo expues­to, que es condenllble que,mientras al adulto se le de­sea cultivar físicamente,como quien pretende ende­rezar un árbol ya crecido(perrnltame ~u Señoría <'staeomparaei6n aún <,uando elárbol no ticne la facultadde pensar), al niño se ledescuida Iament'lblernente yse le mantiene a ración deham bre, debido 8 que suspadres son mal pagados yexplotados en faenas que losagotan totalmente. Lo idealseria que el.deporte se eul­tivnra en <'1 niiio v nó en elarl1llto. Así se ¡¡e'stllrltl \Inaraza fuerte para el pon·eJ.ir.

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En la forma anotada, talromo 1M' da aUlI;e al dcporte,mal alimentada la lI;ente,a6n el mismo adulto ~aea

fuerzas de flaquezas parajugar en los estadios. i.Ypor qué el adulto saca fuer­zas de flaquezas? Porquedebe jUlI;ar oblill::ldaffiente.so pena de perdl'r (,1 trabajo:debe ju¡:ar a.I, mal alimen­tado, racionado, porque enlas ofieinss salitreras es ne­cesario saber harto f6tbolpara rneontrar ocupación.

¡Y pensar, sellor Inten­dentl'. que estos jóvenes seentregan I'n muchos casos ala bebida, ya que para estosirven también los clubes,en donde se bebe "por lavictoria", de alell;rla y "porla derrota", de pl'na! Lacuestión es beber una copa.Pretexto no falta.

EL NIVEL MORAL

En cuanto al nivel mo­ral en la pampa puede aCli­sarse un descenso notable.La nece8idlld ha llegado alláa su extremo y. como si seviviera en el mejor de losmundos, nadie se atreve aprotestar de los abusos. Haysiempre el temor de la ce­sanUa que pueden provocarlos 8O"lones que esplan yvI'ndl'n a sus hrrman08 por

las blblieas cuarentas m,)ne­das. Son individuos pall;&dOlle. prore80. También hay iD­trigantrp voluntario. La¡tent!' teme al hambre, noobstantc qul' ésta golpea in­sistentrln{'ntc. dla a dla,las puertas de cada hogar.Cada mujl'r ohrera cargacon un enorml' drama a<'Ul'st:lS: que su esposo Befué al trabajo sin comer;que no tiene dinero para('omprar en la pulpería IlI8artlculos de más urgentene('csidad, o que no encuen­t ra lechc para alimentar asus pequelluel08.

Es necesario dejar cons.­tancia que en las "pulperíu"no se lIa y s610 tienen estagaranUa aquellos emplea­dos quc ¡tllnan de 700 peSll8mensuales para arriba. Encambio en los ranchos deadministración se lla el "trl'­go" con vales descontabletla fin de mes. No hay facili·dades para comer, pero IIÍla hay parll beber.

SAI,ARIOS INSUFICJF:N­n:s

-Es terrible lo que mepasa- me dijo una vez unAsellora con lIU voz t~mul&,

casi lIorando-; tengo to­das mi cosas empelladas)' los $ 8.- diarios que gana.

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JDi marido no nos alcanzapara comer con loa 5 rhi­eotl que trnelllos. ~Ii mari­do es el IÍnico que trabajaen la familia.

Efectivamente, señor 1n­tendente, la mayoría de losobreros ganan en la pampa8 y 10 peso~ diarios, siendoel "tandard" de vida unu1ario medio mensual de• 200.-, calculando 21 lilasde trabajo.

Por de pronto, Su Seño­rfa podrá ver <) ue con unu1ario tan escaso ps imposi­ble que una familia com­puesta de tres personas pue­da vivir m('dianamente.¿Qué será, entonces, de aque­llas familias que se compo­Den de cinco y más personas?

El salario arriba indicadose reparte en determinadosdl8s de la srmana (salvo los~pleadoa que suelrn teneranticipos en frrhas distin­tas) y en cuotas de 30 a 50pesos. De este modo, a fi nde mes, la mayoría de lacente saca de alcance en los80bres, cuando mucho, 10o 20 pesos. ¿Qué queda paravestirse y calzarse? i. Y quédecir dI' los niñOS, señor rn­tendente, de eSOR niños aquienes llamamos los hom­bres del porvenir? Oh, losJiiiios, e~os niñoa prolpta­lÍos, no intcrel'an en la pam-

pa. Andan harapiento.., •n~('ioR, desnutridos.

Muchas veces he visto de..-·filar a loa hijos dI' los oorp­ros en forma inhumana, m~vestidos, peor alimentadOR,eon Imirada errabunda. 1,0padres, para mal vestirlos,apelan al comerciantp quevende a plazo, al semanal>"que los estruja. De este mo­do, la vrrdad es que no hayun obrpro rn la pampa quenq esté drbiendo !,ermanen­temen te a esta dasp de co­merciantes, en raz6n de queno cuenta con el dinero ne­cesario para comprar génp­ros v otros artículos en lapulpPrfas, en donde ruandohay baraturas o realizacio­nes parece que se vanaglo­riaran de que los trabajudo­res no puedan ad'luirir es­pecies a bajos precios. Todauna miseria humana.Se acuer­dan, en ef('cto, estas baratu­ras precisamente cuando másdesplatada está la gente.

En lo que se refiere a losniños deho dejar estampadami protesta de que todavfa,en algunl\s oficinas, se lesoblig6 a que concurrieran,durante las fiestas patrias.a las plazas para que esoseducandos pasearan sus an­drajos ant!' b vista de loscon~urrentes a esos sitiopdblicol.

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:MALA ALIMENTACION

Ahora la alimentacihn,. ñor Intend(>nt(>; e~ al~o

.que merece capítulo aparte.r La alimental'Í6n ('s una~onsecuencia de 10R salarios¡ni orios y ha ,'<'nido des­mejorándose paulatinamen­"te, primero porque se traba­ja solaml'nte 4 y S <lías <,na Sl'mana y s<'l!:undo porque

la calidad de los artículos de-consumo es R<'ncil1am(>nte~Ietemahl(' .

Cuando"-Bu ~efloría Vi~l­

t.ó el intl'rior me dijl'ron quemucho" dl's{'aha n v<'rlo paraponerle en conocí miento 1'<­tos hechos, 1\0 "é si los obre­ros hablarían con Su Seño­ría; pero I'rpo quc dehen ha-

er habl.tdo. MI' doy porsatisfecho al fH'lJsar que Su;'e'loría visitó d interior con

<ese objeto. ¡.Por qué y con.qué derecho puedo poner en·duda de quc no haya sido:así? en'o quP Sil ~eflOría

-dl'be Jlabcr auscuItlldo pI 1'0­;razón del obrero pampino.

Sin embargo, no estará<deml!.s que recalque aquí,una vez m:í~, que los admi­nistradores de las oficinas,-durante las visitas adminis­trativas o de otro orden, siem­pre rdieren b 'l1ezas de la"ida de la pampa, I/:uardán­.aa..-.e muy bi('n, por ciNto,

de invitar a los visitantelrhasta los campamentos P"ra que estos vean de cercAlas condiciones en que Bedesenvuelve el trabajadorpampiuo.

El seiíor Intendente, conS\l penetración clara, no de­be i~norar que todos 108descontentos dE' las masasarrancan I!:pneral'uente delmedio económico en qu," lu­chan y que los trastornosdel mundo nacen o derivandel s<'ntido que snima a es­t as misn'as masa. E'n lo quese rpfiere a los lIIedios ecc­nómicos dE' que disponen ydisfrutan para Sil subsisten­cia colectiva. La lógica, par­te de la íilo~ofía, asf lo en­tiendE' por lo menos y no es­taría al alcance del sentid<>com.ín pensar de otro modo.

-El sistema de racionamien­to, por medio de tarjetas2implantado en la mayoríade la~ oficinas de la pampa,es lo m:b odioso que se pue­de ¡malÓ""r. Hp le tipne asfn1Pdido el pst6mal/:0 si tra­bajador y ,t todo el m lOdo,exccpto a los pmplca<los su­periorp,; (hablo de los je­fes) que tienen otras fran­quicias y que, ellos si, pue­den comcr eUll.nto SU" estó­magos deseen.

El poco racionamiento escausa de contínuas quejas,

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dobido, en primer lugar, alRatema de tarjeta que indi­ean la cantidad de vlvl.'resque debe consumir cada in­dividuo y en egundo tér­mino a consl'l'uencia dI' laeacasez de provisiones, es de­cir, de surtido de mercade­rfas:Jlay oficinas en que h..eacaseado el arroz, la hari­na y hasta el azúear, duran­te varias semanas. Cuancloha habido arroz han falta­do los garbanzos o las len­tejas y asl por el e.tilo. Seaque estos artleulos SI.' en­cuentrl.'n embodegados y nose desee sacarlos a la VI.'Il­

fa para darle salida al poro­to, sea que no los baya enrealidad, la verdad es que elracionamiento sil.'mpre re­sulta escaso y malo. Y digomalo, porque en más de unaocasión se ha vl.'ndido enalgunas oficinas, pescado endescomposición, papas bro­tadas y casi podrirlas. Enciertas oficinas la pa pa haaido de tan pésima calidadque los obreros están cn lacreencia de que e~ de la mis­ma que desecharon hace po­ea los cesantes eu Antofa­gasta.

Pero, vuelvo a rppctirlo,la gente dice estas cosas por)0 bajo, en sordina, al oído.N adie protesta alto y claro.Como un fantasma se cier-

ne, ante tOlt." la eesanUa,el hambre. ¡;¡ rumor, la ha­blilla Bubtprránea, es COBacorriente. Todos hablan en­tre las cuatro paredes porel tpmor de la intriga, de 1"delaeión, que parece unacO'a organizada en la pam­pa, en donrie los nuevos es­clavos viven encerrados,como en los castillos de losseñores feudales, no permi­tiéndoseles la entrada ni lasalida sino por los portoneso sitios que las administra­ciones han habilitado coneste obj"to y en horas de­terminadas.

Sonre el pan, la carne,quP se expenden en tarjeta.aparte, puede del.'irse queesto son artlculos de lujo.Cada indi iduo tiene dere­cho a un cuarto rie kilo decarne diario y a \l n ki o depan. El mortal que deseacomer más no puede hacer­lo y debe !!;uarrlarsc su apet i­too En la pampa no hay que~omcr mucho pan.

Aun ruando narlie muer",por comcr poco y sí muchosmueren por coml'r mucho,yo rreo, selio .. Intendente.Que esto .es scncillamenteinhumano_ Por lo demás, la.carne que se entrega al con­sumo, no puede ser ell.'ll;idapor el comprador, quien de­be re"i!!;oarsc a recinir la

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que el carnicero \1' entreguey de \a clase que a este lcvenga en ganas o de la quehaya en la.; pulperlas, seaeordero o vae~o Además,la carne es puesta a la ven­ta una o dos horas despuésde bp.neficiaela, resultandomás cara por su mayor pesoen raz6n de estar fresca y:\lociva al est6ml\~o.

El pan es malo casi siem­pIe porque los amasijos sehacen con harioa revuelta.Como se alega qne 1'1 panes barato es nccesluio quesea malo..... Seria I1n erhuende I('sa eeonomla que se 1'0­tregara al coosum,) pan bue­no y barato.1'liguipndo el orden del ra­

cionamiento puedl' decirseque el accite, L1 leche de ta­no (no ha? de otra), la gra­sa, la IDllotecll, el garhan­zo, la lentejl\, cte., se ohtie­nen en lnfima cantidad... A.vcces pasa n varll\S semanassin que ¡'aya l!'Che, sufrien­do las gua.;¡;uas por este ca-opltulo.

Se dice que los artlculosde lns J.lulperlas son. I.aratosy esto es un em;año. Los ar­tlculos aumentan paulatioa­mente, casi insensihlemen­te, de prf'cio. Esto lo ad­vierten curtiaranamente lasiueñas de casas para quie­les diez centavos de aumen-

to es mucho dado lC18 sala-.rlOe escalios que se gaDaD.

Es todavla más ilu ·0aquello de los preci08 re­ducidos si se piensa que, ra­cionados escasamente 108 iD­dividuos, siempre tieDeDque recurrir a los "boliches"(negocios particulares demenestras cn los lIamadneMercados) pn donde debeDcomprar a precios altos 1011artlculos que laa pulperlas00 tienen y con mayor fa­

z6n si- las com pras son alfiad~ El azúcl\r de la que'1' entrel/;a un kilo para 6días (cn llls tarjE'tas se to­mao en cueota siempre 6dlas como si los Domiogoll00 se comiera) se terminasiempre antes ¡del plazo aoo­tado. Hay quc ir, entonces,al "holichE''' a comprar aprN'io de comisariato y esto(oelavfl\ si E'S que los preciosde comisariato rigcn en 1011negocios particulares de me­nr~t,ra8 dl' la p~mpa...

Como ('on E'I a~úcar, ocu­rre lo mismo con los demásartfculos.

Fjpmplo: si una familia('ODlrra porotos en una 81'­muna, no puede comprararroz, garbanzos, ni lente­jas a precio de racionamien­to. Tiene que esperar otra8emana para comprar garb~nzo" o IE'ntejas. (Ko h..

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blo deol arroz, porqup ha ha-­hldo casoa u, que hltll pS-

dormeses 1'11 que no sI' loha 'onocido), J.a fanlilia.en e ta forma, ('atá 1'0n,le­n ,la a I'llmer porotos todauna semanu .i es qu,' haeompra,lo por.. t"" o bien len­tejas .i (,. que ha pompradolentejas. Pura eamLiar o,,gui.os d,'be' B,'udir a losmereaoos o pagar prerios dI'eomi'ariato en las mismaspulperfas.

En lo dl'l azúrsr que I'S unarticulo d(' tnn vital impor­tancio, por ~u pod('r alimen­ticio y porque se empleamurho en las a¡¡;U:ls ele hue-illos qup se preparan dI'

preferencia debido a lo" in­tensos calores de la pampa,recuerdo \lila anécdota.

Un administrador dijo a108 obreros cierta vpz qul'e8tos fUl'lon a rl'clamar dele8caso racionamiento delazúpar, ,como ip;ualmente delté y pI café, más o menos losiRuiente:

-Pu". bien, no tomendesayuno, ni "lunch" (once).Lo que es yo nunca tomo té.A vl'ees 110 me desayu no. Yvivo hien.

Los obreros se quedaronCOD UD palmo 01' nariees antetamaña declaración. Luc­go un valiel.te le dijo alAdministrador que deseaba

invitarlo a trubftfar &GnI!'corridsa ..o una cllliehera,.bajo 1'1 ~ol qnemaote, paraqul' viera y conoei..ra prá~

ticament e si al cabo oe aI­gilO tiempo de trabajo fl'er­te se siente :lpctito. Todavfamá~, para que' rontmuarspn esl:! forma, aunque fue­ra unos 15 uras, racionado,y a~r eomprobara ~i cra acer­tada una conle('tuei6n romo.la que daba en esos momen­tos. Otro le pidi6 que fueraa IraiJ:.jar,~ los "ral'huehos",a lo. ri pios, eo donde ftUéS­

t ro hra,'o roto la ora en'·Cllf'fOS". lran~pirando por"touos los poro,. t rahajo ¡:stl"talyez 1'1 mus matador ypesado 1,., mismo que el oc'la lIenadura d.. carros en,plpna pampa; 1" pidió estoopara que comprobara encames prr>pia~ si dpspués dc·unas horas de trabajo sc'sipntc o n6 hambre.

El administrador qucdócall1ldo. Pasó "CaSo por swimal!ina¡'ión toda lB pamplllCll donde esforzados obre­re~ ,lejan lo mejor de su ju­vehtud a I'ambio de un malsalario, todo en bem.eficio de­los que inl'rementan sus ri­quezas y que paseaft su: boato­por las grandes ci ulitad.,B, nl'­nos de comodidades y luios,miliunochescos.

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PRACTICAS CRUELES

Pasaré por alto la situa­~i6n en que se encuentra la¡ente que acude a bs pulpe­rias a hacer sus compras.Su Señorla pothá imajtinarfácilmente lo qUI' dehe su­frir esa jtente condenada apermanecer de pie 3 y máshoras en la mañana v otrnstantas en la tarde.l-:iIa ha­bido mujeres que .e han dei'­mayado de r1ehilirlarl y ecnmayor razón las que hanestado en einta.

Pasaré por alto, tarr bil'n,las reglas que se implantanen estas p'llperla', ocurrien­do en todas la misma eo"a,con J¡¡;eras variantes: paracomprar hJY que entrar porun Ittdo y salir por otro.Aun cuanuo esto es cuestiónde orden y es neccsa ri o, nH'referiré a lo que ies pasa aalgunas señoras (I'Je no :,ue­den salir QRsta no disponerdel dinero para pagar en lascajas las provisiones com­pradas. Los "suples" lle­gan tarde a veces y el com­prador o compradora paraganar tien. po y colocaciónen las filas, debe permane­cer poco menos que "em­bargado" en los recintos dedi~has pulperfas, hasta quellega el dinero si es que éstellega. S. no aparece el que

dehe traerlo, ha?, que aeguirhaciendo "cola', porque elcomprador o compradoradeberá abandonar su colo­caej6n que es al¡;o que nopuede perderse tratándoaede esas "benditas" filas ymás cuando ya se está cercapara comprar o pall;ar.

¿y qué pensar, señor In­tendente, cuando no ha ha­bido "snple" o éste ha sidoescaso, mise! able? Entoceshay que ir por aquf y pa·ra allá, empeña ndo o pidien­do prestado "hastll la tarde­cita", para pagar la comidadel <Ifa.

Ron dmmas e.t()~ que ocu·lTen n diario y qUt'. por de·~oro, por pobrezl\ d(' espiri­t u o por resignación tal vezla ¡;ente los cnlla, los oculta,cuando p'lr el coutrario 1011dehería decir en una plazapúhlica para vergüenza delos pxplotadorps.

En uno de los párrafosanteriores manifesté queeFto ocurre en casi todas lasoficinas. Quiero agr\'gar misocune no casi en todassino llUl' ('n la totalidad delas of¡,.inas, porqul' el sis­tema es "standard" en lapampa y una orden qut'! seimpar!\' debe ser cumplidaen todas partt'l', Para eBOes una sota firma la que con­trola la vida y milagr08 de

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la pampa, aunque los Hu­108 crean todo lo contrario.Si no es asl ¿por quP se t'n­viaron técnicos industrialesy personal de Antofagastapara varias oficinas qut' vana correr en, las pampas deTarapacá? Es sencillamen­te porquc toda la pampapertenece a ulla sola rirmay nada más.

Asf, de este modo, conigeras variant es, como dedan un porraro anterior, las

Gulpedas funciono n de igualmodo y los métodos se prac­tiean de igual man~ra, entodo orden de ro.as, en todala pampa salitrera.

LAS TABERX.\S

Pues bien, pn realidad sellep;a a pell,;ar, despups detodo, que In, pulperías nodebieran existir. Bien sabe!1los obreros qUf' el mal sala­rio que percihen lo tienenque devolver en las pulpe­rfas, con poca <lifereneia, me­Jor dicho, salvo cuando eltrabajador, de pena o indip;­nación, d.. dolor o de ira, seentrp!!:a a la ¡'phirltl. Enton­ces dej., Sil <linero pn lastabt'rnss (en eiert as oriei nas8e denominan "Halolle, dI'Refrescos"), en las ron<las,en lo ranchos, en las mis­mas cantinas (se llaman ('an-

tinas en la pampa las casasde pensión) y con mayor ra­z6n en los centros de f(ítbol,de rayuela, etc Hay qut' ad­vertir que en ia pampa sebebe en todas partes. Secierran asl las puertas altrabajo; pero se abren las delas tabernas. La cuesti~n esembruteeer al obrero..J

En al!!;unas oficinas noexisten boticas partieularesy las boticas de los hospita­les o <li;,pensarios no vendenni re¡!;nlan medicinas a losenfermos que 110 han sidoobservados por los docto­res o practicantes.- No po­dría afirmar si se nr'ep;a per­miso para abrir en ciertasoficinas boticas particulares,

[pero lo que sf puedo afirmares que se autoriza la aper­tura el" tahernas eontlnua­mente, como si fueran pocaslas que, aruera de los campa­mentos, existen. través dela pampa salitrera.

De lo anterior se despren­<le que una p..rsona que not,'n~n rclacione~ con un practieant .. y que no sea emplea­do <le la compailía, es!.áconder.acla 't morir en casode f'nrermedad.

y bien. Hu S('ilorla pen­sarÁ. aca"o q' le las pulpe­r1as no tienen vino. T o baytal; lo expenden en p;ranl'antidn<1. Por cierto que no

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Iban a con iderars(' exen­us las pulperfa~ dI' la Vl'n­U de vinos y cerveza~, pUl'Stienen ha~ta licorcs embotl'­lIadoR, artículos que ~e t'x­penden a precios rl'lativa­mente inferiorE'H a los d(' losnegocios corricnte~. Tambiénen llls pulperías, seiior In­tendente, se ha visto queeRte n('!!:ocio es bucno y quedeja utilidades.

TRARA.JO MATADOR

El tJ-abajo d(' lo~ obre­1'08 de la pampa ('~ p('sadoy como es mal remunerado,puedc a!!:regars(' q u(' ps pro­fundamente inhumano. ?\oharé aquí una d('seripci6nde IRS labores del pampinof'n sus múltiples aspectos,pero, pucdo manifcstar que

.' los desrripiadores, los par­-ticulares y los lIenadores dt'

carros son individuos que,en pocos aiios, se agotanffsicamente. 111 al comidos,si se mc p('rmite el término,no pueden resistir al traba­jo por muchos Mios. Lo con­trario ocurriría si fueran bienpagados. i

Por ejl'mplo, los llamados"particulares" trabajan enalgunas oficinas las 8 horascorridas, descansa ndo sola­mente dnrante el dl'sayunode 8 a 9 de la maiiana. Dcs-

puo!s trabajan hasta las 3de la tarde para regresar •sus ho!!:ares a la 4, a almor­zar. Cuando les toca almor­zar en la pampa (digo cuan­do les toca porque algunosno tlcn('n qué almorzar) lohael'n bajo el sol candente,prl'cisll mente cuando el soldescarga sus rayos con m'.fuerza y cuando no hayforma d(' quitarl(' el cuerpo,rl'sultando nll'jor, a vcces,('OJll('r a plena pampa antesque ('~tar en los hoyos o"rajos" . Afuera, (' n plenapampa, por lo lI1('n08 hayviento qUl' refrl'sl'a, sobretodo "i 'e l'stá ('n altura.

I-ll' clI!'ntan casos, por elt rahajo continuado de las'l hora~, de qlll' los particu­lares y lIenador('s l'aen des­mayados pOI' efectos del ham­bre () de la canícula. En elhospit al, al S(,I' trasladados,se les atiende como si se lesfucra a h~cpr algún servi­cio de !'aridad. Algunos doc­tor!'B han dicho que esosobrNos se han desmayadode borr ochos y proceden arecl'tarles purl/;antes 11 otrasm('dicinas que cualquierapodría indicar.

¿He!)' derecho, ~eñor In­tendente, para qUl' se lestrate así a esos obreros?

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Esto es sencillamente con­denable, bajo todo punto de.i taoMODOS DE EXTORSION

Me he referido a ciertacalidad de obrl'ros y debotomar en cuenta tambiéna 10B técnicos indu,trialps,quienes perciben i~ualmen­

te salarios que no e~tán Cllrelación coo el trabajo quedel.'empeiiao.

Los obreros de máquinas,de maestranZl\ y de otroordeo especial, debl'll so­portar bumilJ:¡ciolles deBIlB jefes quc siempreeDl'Uentran merlios de mo­lestarlos, casti~:.iodolo~ aveccs con suspcor.iones, mul­tas u otras gabelas, nuncapor motivos sllficienteme­te justificados..

Ocurre e:;to porque cier­tos jefes o ingenieros je­fps, en lugar de dedicarsede Iteno a serv!r a la empre­sa o mejor dicho a la inclus­tria, sp preocupan tamhién,y de manera prefcrente. denell;ocios pll.rtieulares, talescomo venta, de bicicletas,de plllnch'ls eléctric!\s, etc.,a plazo. /pe este modo, DOBon m<>leetados los obrl'rosque hao adquirido especiesa plazo, aunque cometanfaltas o errores 1'0 el dl'sem­pello de RUS trabajos, suce-

diendo todo lo contrario conlos que nada haD compradoal jefe-veDdedor de a!'tlcu­los a plazo y cuyas sumas SODdescontadas en las mismasplanillas de los sueldos ysalarios. Esto es, por cier­to, arbitrario, injusto e iD­morll.l, y se presta para fa­voritismos odiosos.

LA HUMILLACION DELHOl\l BRE

Lo~ .erenos, por otra par­te. trahajan en algnas ofi­cinas hasta 12 horas diarias,al mar¡¡;en de la ley: Estoshombres viven Jenrimido Bv s,lfren c,dlanos debido aia [p bol' in¡.;rata que desem­peñan, porquc en la pampaestán considerados comosirvientes de los patroneB.Así, deben soportltrlo todo,resignada mente, y no hayderecho a que se les amar~ue

aun más la existencia exi­giélllloseles 12 hüras diariasde trabajo. También estoshom bres vi\'en "n absolu­to descontento, esto. hom­bres que precisamente de­berían merecer la atenciónde \')s patrones.

De los eapataceR puededecir"e otro tanto, auo cuan­do a[~unos de e tos quizáhan olvidado que un tiem­po fueron también obreros

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tl\lhordinados a otros jefes.A vece~ gustan de la IOtri­f;a y no obstante que <'on­tribuyen a los abusos indu­~iendo a 8US jefes inmerlia­to~ a tomar medidas de re­ducción de dlas de trabajo,etc., e~tos capataces "porcumplir con su deber" tra­b!1jan en exceso, sin mayorremuneración, muy a pl'sarde que su trabajo s6lo es elde mirar o inspeccion!1r.

Es bueno también con­siJl,nar a los contratistas,

.quiencs explotan a la p;entedespu('s de ser ('xplotadoseUos mismos por la compa­fiía. Estos ""ntratistus de­hen hacer lo.! trahajos porlos precios qul' 11\ comp!llíía,1'1'\ impone !)l' estos pl'e­~ios deben e!lc's p;anar,e al­I~O a costa de los sacl'ificio~

.le los obreros que I'ontra­~an, rcsultando asl más ver­¡l;onlOsa la explotaci6n delhomhre flor el hombre.EXPLOTAr[O' DIS LA

:MUJEH

En cuanto al emplcarlo,-es neccsario consip;nar qucvive aislallo, d<'sorientarlo,desorp;anizado. La mayorlatrahaja horas l'xtraordina­rias que nadic' 1<' po/(a ::>ie trata de spiíoritas que

?restan sus st'rvicios en losRcritorios, la explotacl6n es

peor. Estas ganan lIueldOllinsignificantes que no gu.....dan relación con las laboreeque desempei\an debiendotrabajllr, como premio a IIUIIesfuerzos, horas extraordina­rias que nadie se acuerda depagarle~. La mujer emplea­da vi ve en peores condicio­nes que el hombre y conoleoa sei\oritas que perciben suel­dos de 100 pesos mensualesy todavía con la condiciónde ~er contratarlas comoobreras, a jornal.

En esta parte es conve­Jliente hacpr un paréntesis.En la provisi6n de los em­

í51eados no se toma en cuep­ta, en ciertas oficinas,. lacapacidad de los postulan­tes sino que los pmppños ylas recomendal'iones.l. lo queno estimula a las señoritasni a los j6vpnes a prepararse,en razón de que saben muybien que en cualquier va­cante no se ocupará al mlÍsapto y <'ompetente sino almejor rpcomendado y queenente ('on las mpjorps "cu­ñas" no importando si ver­daderamente necesita delempleo o si sencillamenteio pide para pasar el tiem­po. Esta es una consecuen­cia, entonces, de los sueldosbajo~ que se pa¡r;nn y de lasimposiciones que soportan

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loe reciéD iDgresados a loslIervicioa llamados "deceD­tea" de la pampa.

LAS ESCUEl.AS

En cuaDto a las escuelaspliblicas, éstas no puedenllenar la misión amplia queles corresponde, en razón deque sus director('~ y cuerpode profesorE'~en general, nocueDtan con el apoyo delos jefes E'n las ofi ci na~, q uiE'­Des jümás solicitan una lis­ta dc los alumnos o alumnasmejor preparados parR ocu­parlos en los puestos que seaDecesario llenar en las múlti­ples actividades de la pam­pa. Y DO pUE'de BE'r de otromodo por lo expuesto ante­riormente, en que se atien­de más al empeño que altalento.

y ya que hablo de escue­las debo informar necesariA.­mente a Su Reñorfa en el sentido de qUE' en la pampa elmaestro es unA. vfctima c!('lambiente. Vive incOlU pren­dido y no p;oza de comodida­des que lo dignifiquen. Pa­rece qUE' en la pam pa no seapreciara en todo su valorla labor del profesor y esasl como E'n ~iertas oficinashay maestros quc viven afue­ra de los campamentos encuyas escuelas sirven. AdE'-

más las oficinas prefieren alos profesores que ellas mili­mas emplean y DO a los fis­cales, t:11 vez porque a estosdeben proporcionarlescasas o porque una educa­ción superior eD los ninono convienc a los interesede la industria.

Por lo dcmás, parN'1' qlu'se pr<'t<'nde mantpner inac­tivo d<'ntro del rol ele educa­dor que 1<' corresponde almae,t ro, tal vcz con la in­tención d<' qUE' éste se de­sE'mpelie eo sus funciones alespricho de los administradores o de los jefE's de bienps­tal' ~ocial.

En una oficina ocurrió h8cl'"poco que hubo una reuniónde ob",'ros qu<' a la fueroneitudos para. firmar lIn tele­!(r8mll de adhesión al !l0­hierBO p(lr su política sali­t,·('ra. En esta rpuuión seId)(I) dó el asunto y UIlO dI'los Rsamhll'istus, un mal'strl>dc I'sclU'lll, pidió que sc nom­brar:. una eomisión para qu~

estudiam con más deteni­miento el prol,lemR, en ra­zón dI' que no era posibleque lo. obrpros firmaran afardo eerrado, como se dic~

vu1¡;armentp, un tele¡l;ramaCUYOR términos <'11 qup iríaconcebido no cntpndprfaOttal vez.

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Bastó esto, sellor Inten·.aente, para que Vl&rios em­"leados jefes salieran al en­oCuentro del maestro en el de­bate, diciendo que un pro­iesor no tenia derecho a·discutir asuntos salitrcros.

La risa lué ~eneral y des­-de ese momento la gente se

itu6 al lado del maestro,~uien se defendi6 con fra­'ses muy oportunas y con ra­..zonE'S de peso.

He aqul, pues, una prue­ba de c61110 se pretende man­"tener en la pampa inactivo~I prolesor de escuE'la. Se"retende que así eomo arriE'n­-da sus servicios como traba­jador de la enseñanza, al­<.¡uil~ o. venda también su-conrlenrUt.

Pa~arla 1,) mismo "i al­~uien me rlij(·nt que no ten­~o derecho de escribirle a SuSeñoría esta rartn. ¿Por qu(.no tendrla vo ('ste derechocomo lo tuvo el maestro a

-<¡ue me estoy rct'iricndo?" Sia veces me intereso -decíauna vez don Tnncrcdo Pino­chet-· por conoccr las noti­cias de lo que pasa en el ex­tranjero, con mayor raz6ndebo in tereS/lrme por saberlo que ocurre en mi propiaasa, en mi propio país."

LA PRENSA

También es necf'sario pun­tualizar el hecho de que enla mayorla de las oficinashay prohibici6n de venderdiarios y revistas de iúeas.publicaciones estas que a veces dE'nuncinn incorreccio­nes y abusos de la pampa.Como si se viviera en lapampa en un estado extanje­ro dentro del Estado chileno,alll no hay libertad de co­mercio y se permite la en­trada de lo que los adminis­tradores o jefes respectivosdesean. En cambio, (refi­riéndome a los diarios y re­vistas) "on la venia de ellosse permi te la venta de pu­blicaciones miserables quevi\'en del chi~me y de lahonra ajena.

EL TEA'LRO

Volviendo a lo de los em­pleados, preguntaba ¿porqué vive desorganizado elempleado'? Primero, porqueDO hay en la pampa liber­tad de reuni6n que no seapara tratar de fútbol o ten­nis, y después porque esvlctima de su propia apa­tia. No se orll:anizan siquie­ra centros culturales, ate­neos, en la pampa,

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y lo eierto es, señor In­tendente, Que si alguna vezlMl orll;aniozaran conjuntos ar­UetieoB para representacio­Des teatrales, se har!a ungran bien a la gente de lapampa, siempre que los di­rectores de !'stOR cuadros deaficionados no llegaran has­ta los administradores a mos­trarles las obras que tenganque llevar ¡i la esc!'na. Por­que hasta esto es po~ible

en la pampa.

LOS SINDICATOS

Los sindicatos legales tam­bién merecen párrafo apar­te.

En la pampa se ha lucha­do mucho por organizar eR­tos sindicatos; pero la ma­yor!a de los obreros los resis­ten, ¿Por qué? Hay variasrazones que se aducen. Unade ellas es Que en algunos di­rectorios hay perconas queno son gratas a los trabaja­dores, por sus actuacionesanteriores o porque son ins­trumentos rle los patrones.Otra Que se da es que lossindicatos no benefician altrabajador de la pampa, enraz6n de que las compañíassalitreras nunca ·obtienenganancias después de susejercicios anuales, pasandouf a ser ilusorio el porcenta-

je de utilidades Que la leyrespectiva acuerda a los sin­dicatos y a los obreros indi­vidualmente. Una tl'reeraraz6n Que se expone es Que­los obreros no sacar!an nadacon eolanorar eon el capitalpuc~to que es el pri mero endesconoel'rle sus derechos ydl' m:lutrner el ma!<'star rei­nante. Prueba de ello es -se­arguye- 'lUl' rn algunas ofi­einas ('n donde se deberíatrabn ¡al' l'n la lIl'nadura desacos durante las operacio­nl'S de ear(l:ad(.ra, se estánempleanrln la8 palas mecáni­cas para evitar la ocupaciónde brazoR y de mayor nú­mero de obreros. El salitrl'se embarea, en rsta forma,a granl'!., y se alega por losadministradores, para pro­ceder en esta forma, queno hay sacos.

DES( 'l El\TOS

El agua S(' vrlldr en algu­nas ofiriuas, sf'ñor Inten­dente. ,\r!l'm{ls, las vÍ\ irn­das CJIIl' deberi!ln conTar eoninstalaeión de luz l'léetrica,no tien('n l'ste servicio. Pre­eisament0 los que ganan mf'­nor salario son lo;; que notienen luz nl(>('trira en su..viviendas. A estos onrerosno se les proporciona carbu­ro ni "elns y deben comprar

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estos artículos, asf como losfósforos, dI' BU p('culio pcr­

oDal.Se ha estAdo diciendo úl­

timampnte que no "P cobraarriendo por las casas queocupan los obreros y empica­dos; pero la verdad I'S quea todos SI' les descuenta dI'sus salarios y sueldos porconeepto efe arrendamiento.,Por E'jemplo, los obrE'ros que1I:8nan • lO.-- diarios figu­ran para los efE'ctos dr lospap;os o ajustes en [os lihrosrpspl'ctivos, con 12 y má,ppsos diarios, según las ('on­diciones o la importallcia dI'la casa que OC'lpcn. Los elll-pleadop que ¡¡anan 350,-mensuales por ejemplo, fi-guran con 450. descon­tRndosples 100 y más pcsos,scp;ún la casa en que viveny las comodidadcs que lesproporciona la compailfa.

Esto es senrillamente co­brar el arricndo, señor In­tendente, muy a despechode las ueclaraciones dI' losadmini~tr8dorcs que eficenque no se cobra arriendopor la ocupación de las C8­aas en las oficinas de lapampa salitrera.

Por lo demás, hablandoae las ('asas mismas, excep­to en aljl;unas oficinas, cstas80n cO\'achas y no corres­pondl'n a la fama de que go-

zan. En alp;unas oficinas so­laml'nt(' hay caRas cómodasy aún ,-n ('~tati misma hayvi\'il'nll!\s sin pisos <\(' ma­<!l'ra y l'n dond(' hay QU(' re­corrpr varias cuadras paraliegar a 108 W. C.

Los doctores 110 lIell;anhasta estas casas sin luz yagua y con pisos a flor de­tierra. En casos de enferme­dad dr sus moradorr8 acu­dE' un practicante o un en­[ermero a pre tar auxiliosal pacientc. ].os doctores nopueden lirgar hasta esas co­vachas. ~ería indecoroso,en pu~na con su apostolado.

Hay también sus asp('c­tos p;rotescos en la pampa.En alll:unas oficin:lB, en lascuales también se h'i ('n­trado a explotar, los cinesparlantes, apart(' de las pul­perfas. al~unos administra­don's Que controlan las en­tradas y I!:astos, arguyrn quelos obreros no tienen ne­cesidad de mayor' s salariosy que han de vivir espléndi­damcnte, puesto que tie­nl'n d nero haBta para asis­tir :\1 tratro. Además, lastabern"s, [as fondas, losranchos (en dode los em­pIcados pueden pedir tragov comer extraord inaria­mente por meclio de vales;dr contables a fin de mes)siempre eotán .lIenos de gen--

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"te. Hay plata, entonces, nohay miseria. ¿Quién dijl)que habfa miseria?

Estos detalles al vuelodara\n idea a Su Sellorfa dela mentalidad de algunosadmiDi~tradorl's, quienes sonincapaces de comprenderque la mayo. fa de los obrl'­ros y aún los empleadosse entregan a la bebida co­mo pr()te~tR sorda por lo~

malos salarios qUl' pcreibl'n.Conozco a varios obreros,lIeñor Intendl"nte, que hansacado 1 SO de alcance alfin de mes, en donde es ne­cesario vestir y calzar, cam­biando de ropa y zapa to~

con frecuencia, en razón deque el ~alitre quema el ves­tuario y el calzado. é dealgunos empleados, asimis­ml>, y estos forman la mayo­rfa, que siempre salcn "to­pados". como se oice en lapampa, con sus sueldos.¿Por qué? Porque hay qucpagar el "trap;o", señor In­tendente, 'lntes de nada.aunque no 'luede para ves­tir ni comer. Para eso bay"vales" descontables a fin-de mes en los ranchos. Es­tos no pueden perder.

Se ve, pues, en Jo dr losteatros, qur los administru­iJores en lugar de a~radl'cer

la asistencia de los obrerosa las salas de espectáculos

que explotan las propiascom patlfas, ello les si rve defundamento para hablaren contra de los aumentosde salarios.

JUSTICIA FEUDAL

No quisiera terminar sinponpr en conocimiento deSu SeilOrfa que en muchasoficinas todavfa se adminis­tra justicia, se entiende enjuicios dl' cobros de pesos yse dcscuenta a los obrerosy empleados las sumas queestos mismos, impelidospor las circunstancias, acuer­dan pn beneficio de su acreedores. ¿Es esto eorre("t01¿ T o ('S sl'ncillamentc in­vadir atribuciones que com­peten única y exclusivarnf'n­te a los tribunales de justi­cia'! ¿No son, por lo demás,se~ún la ley, inembargableslos sueldos y jornales'!

Su Señorfa, si sorpren­diera 11n caso ip;ual en unfuncionario jefe dl' la admi­nistración pública que porlo menos preguntara a susubalterno, por l'scrilo o depalabra, si debe dinero l) no,como quien cita a un tesi­p;o o parte ¡nteregada a de­clarllr, sin ser juez el interro­p;antc, estoy seguro Que amo­nestarfa a ese funcionario je­fe de repartición pública.

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y en verdad, ~i no KI'siguiera un camino parecido,estañan demás los tribuna·le de justicia, puesto queson 108 únicos competentespara entender ('n tales asun­tos.

¿Es justo, pues, que en lapampa 8e administre justi­cia por los mismos emplea­dos jefes de las oficinas?¡,No deben estos sencilla­mente desentendersl' de es­ta clase de reclamos y decualquil'ra que sea dcl re­sorte de los triunales or­dinarios de justicia'?

EL RACIONAMIENTO

En los momentos en quedeseo poner término a estacarta, he tenido noticias deque se piensa eopduir conel sihtema de racionamien­to en algunas oficinas, talvez en todas la de la pampa,para que las pulperfas pue­dan expcnder los artículosa precios dI' comisariato.

Aun cuando, sin necesi­dad de esta determinación,ya SI' expendían mercaderíasen varias oficinas, a preciosde comisariato (dije ante­riormente que se entregabas6lo 1 k lo de azúcar para6 días por persona, lo mis­mo que trigo, arroz, harina,a precio de racionamiento;

pero que a precio de comisa­riato había azúcar, arros.por quintales) aún cuando.se vendía anteriormente aprecios de comisariato -re­pito-o vale la pena puntua­lizar Que, si no se lIumpntanlos B!ilarios a los obreros yempleados en relación conel costo de la vida, más SI'agudizará la crisis y el des­contento en la pampa. Ytanto peor si, con preciode comisariato, se continúacon el sistema de íormar fi­las interminables en las pul­perías.

Ahwnos administradorespracticaron el sistema ex­travagante de dar de comersegún el salario. Es decir,durante el racionamiento s~

les expendía mercaderfas a)05 obreros y empleados se­gún el número de personasque fig:uraban en la8 tarje­tas y según el salario queganaban. 1\1 as claro: una fa­milia compuesta de 8 per­sonas no ¡Jodía cúnsumir pro­visiones si no de acuerdo conel salario del jefe del hogar.Si éstl' ganaba S ;lOO.-- men-·suales por ejemplo, tl'nía de­recho a racionamiento para.j personas, porq ue así seles ocurría a esos adminis­tradores. Las demás persoano tenían derecho de comer,porque el padre no ganaba

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mayor sueldo. Asf ocurrla-que en muchos hogares endonde moraban 7 personashabla racionamien to para'" personas,

Esto vale la pena consig­narlo aunque spa para lahistoria.

N o sería raro qup ahora,con preci'ls de comisariato.tampoco fueran aumenta­dos los saluios en r"hcióneon pI costo de la vida.

En esto de lo, aumento"de salarios. por otra parte.siempre resulta al~o que me­rece un comentario: la des­proporción cntre pi costo dela vida y los nuevos pIDolu­mentos. Así, si 'lo' aumentanen un 30°t,., pongamos por.:aso, los salarios, es seguroque autoon:íticamente y co­mo por Ptlcanto , las merca­derías subcn en un 600/,.

Esto cs lo que ocune entodas pll.rtes. Es un c!rcul n

vicioso. El eomerciante,-{)bra del 1'llpit>llisffiO, nun­ca ~ale perdiendo y con osin eomi~sriato que rc~ule

los precios, me par!'cc qupel obrero qupdará igual si 06peor que antes

UN BUE.· PROPOSITO

Voy a poner punto finala esta ya larga carta mani­fcstllndo que si no me be

referido al fondo del proble­ma, es decir, al punto dedonde emanan los mall"s de­nunciados, llámese si Bequiere impl"ri:.lislDo e:'ltran­jpro o capitalismo absor­bente, al cual estamos po­co menos que vendidoB, lohc hecho porque anhelo si­quiera algunas medidas quetiendan a favorecer a la gen­te de la pampa, en dondecsea~ca de todo y es carotocio, en donde los nill08safrcn por falta de alimen­tación adecu..da (lecht" ¡ru­ta~), en dondc lo' hllbitan­tcs soo defraudados hastapor lo~ agente, viajero~ queno tienpn control y quienesa vecc" se dicen dueilos de,a trerías, sombrererías, etc.e"igiendo di oero nl!planta­de' por trajes o ~éneros, yaún por simples encargosde los cuales no extiendenrccibos, para no regresar más,con las especics encarga­das; -cn donde, en fin, laraza decae paulatinamente,ppro en forma scgura. Lohe hecbo de esta manerapara que Su Seiiorfa conoz­ca mi, de lo que la conoce,con dptallcs tnl vcz dcscono­cido~. como lo expresp alprincipio, la vida de la pam­pa, y cstudie una soluciónaunque sea momentánea delos problemas planteados,

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seguro de qu(' comprometc­ni asIla gratitud de los pam­pinos.

Repito quP hp I'serilo estacarta, insrirado en una cr!­tiea levantada, con la con­vicci(,n de que todos losaspectos d(' loo problemasabordados, tipnen solucióny remedio, soluci6n y remc­dio que los obreros mismospodrran señalar en la pampasi se les PAcucha. Una inves­tigaei6u ~ana y desapasiona­da que Ru Señor!a porlrratener a bien ordl'nar, si loconceptúa prudcnte, basta­rla para 1I('lIar el objetivode esta carta.

Su Seílor!a estará conmi­110 al pensar que es nccesa­rio siempre quP haya per­,,"nas que den a saber estascosas, porqne la ;verdad esque si una autoridad admi­nistrativa nada sabe. nadapuede hacer en favor desus conciudadanos.

Mi labor, pu('s. es sincc­ra y de bi('n entendido na­cionalismo y espero, comoúltimo ruego que formulo aSu Seílorra, que los 1nspec­tores dpl Trabajo que visi­&en las oficinas, si as! loordena Su Señor!a, no sedirijan a los campamentosacompallados ele los jefesde bienestar de la pampaID de mogón otro emplea-

do dI' las ofi<'inas, para que­a~f eonversl'n y ausculten1'1 sentir d(' la masa prole-­taril<, el vl'rdadero ~entir dela claAI' trabajadora en p;ene-­ral. QUI' no ocurra, comoha"ta ahora, que al llegara ~as oficinas los insp('ctoreaprImero van a conversarcon lOA administradores. Re-­conoci('ndo que los adminis­t radores son los dlleños decaAa, eAtimo que la oblip;a­ci6n de los 1nspectores delTrabaj o ('s b de pscucharprim('ro laA necesidades ypeticiones de los trabajado­res en gencral. Si no ocurreas! mas par('cerán In8pect~

res del Capital que del Tra­bajo.

LO QUE DEBE HACERSE

Como corolario. y para queno sc estime que hago cr!ti­cio fúcil, ya quc es mu.v có­modo ser crftico, siendo elarte lo dirrcil, y consideran­do que las leyes chilenas de­ben ser respetadas cn todaspartes sin trmor de que pue­da eri~irse un Estado den­tro de otro Estado, si pordesgracia ('sto se pretendie­ra, ya que Ilay obreros chile­nos e inter('s('s chilenos quedefender, propongo las si­lI:uientes medidas en yla desolución:

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1.0 Aumento de 10fl sueldosy salari08 en relación con~I cambio actual y tomando~omo base lo sueldos y sa­Iarioa actuale8, pues son 108mi mos que 8l' ganaban-euando el cambio estaba a• d.

2°. Libertad dl' r<'uni6ny hahilitari6n de locales pa­ra quP los obreros y emplea­d08 8e reunan y form('n suslIindicatos y en dond(' pue­dan dictsrsp ronferenrias

Jucativas, cientlficlls, so­ciológicas, etr., quP podríanestar a cargo de los mismostrabajadores, de los maestros,de los médicos, rtc.

3°.lHabilitaci6n de las bi­bliotecas en forma qUl' lle­nen el objp.tivo para que fue­ron creadas, es decir, sur­tirIas para que "sean biblio­teCllS".

4°. Comerrio libre y si setrata de precios de comisll­riato elección de personasidóneas f' independientes deloe intereses de las compaiHaspara la buena fiscalización

111' los preci08, tanto en laspulperCas como en los Dego­

oCioe particulares dp menes­1.1'&1I.

5°. Crear eD lo posiblela esruela común, a fin de~ue no se establezca la dife­rencia y odio de clasel< des­111' la infaDcia. Nada, enton-

ces, de cole"ios americanoll,de e6<'lIel88 para empleaclOlly para obreros en la pampa.

.¡o. Apertura de eacuelunocturnas Iibrl's para amboaN!XOS en las que los dirpcto­res y profesores p;ocen deamplia independenria.

jo. Clausura de las can­tillILs (Sftlonps de Rpfrf's­cos).

So. Venta libr<' y ampliade diarios y r...vistas (le idl'asd~stin'\das a la gente qu'piensa.

\/0. Rpvisión complcta delos contratos de trabajo paraarmonizarlos con las leypsdel pILfs una vez que seacuerde el aumento de lossslarios. En esta rl'visi6ndeben ~l'r consultados losempleados .v obreros que has­ta ahora han sido obligadosen tod as partes a fi rmar for­mularios que ni siljuieraleen o se les lee.

lO. Dotación de agull yluz gratis en las oficinas eDdODde DO existen estos 8er­vicios para la clase trabaja­dora peor a8alariada. Asi­mismo, refacci6D de las ca­8as en mal eslado. Si nofuera posible lo de la lu­inmediatamente, proporcio­nar carburo, velas y fósforogratuitamente a 108 habitan­tes de los campamentos.

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11. Dar trahajo los seisdras de la semana.

12. ,ff'jor distribuci6n dela pro\ ¡siones en las pul­perras psra evitar la forma­ción dl' Clas o colas. Dehl'ntamhién distrihuirse en ho­ras di·tiutas los llamados"suple~" para que b geuteno se ap:lomere en los reei n­tos de las pulpcrlas.

la. Ocupacióu o provi­sión dI' empleos por dE'sempe­110 y no por cm peño (Con."urso~). Ocupar a los esco­lares ell:resados.

14. Extricto I'umplimien­to en el pago de horas extra­ordinarias prineipalrnl'nte alos empleados, que SOll losque menos reclaman por es­te capitulo.

15. Abolición del sistemade trabaj o a con f rat a.

Creo que estos serian al­gunos puntos básicos parauna mcjor vllia en la pampa.

Tal vez los emplE'ados yobreros tengan estudiadssotras soluciones. Convendrlaoirlos.

Saluda atentamcnte alsellor Intendente de la Pro-. .Vlllela.

Atilano Oróste~ui 11.

ALGO MASAl~lIn"s ohren',; lit· la pam­

pa me han e~l'ri'o últims­mente dieíéndon:e e¡ \le \a

sitllación ha empeorado VI­siblemente. Lo~ ~ul'ldo ysalarios son dE'masiado esc 1­

sos y no nlcanzan para eo­nH'r, mcno~ para vestir. Loaument{)~ de qu.. tanto seha hahlado fUI'ron irrisorios.

Como prul'bll nos dicenque las familias <¡ue estáneondenadas a vivir sin luzeléctrica. no ohstantl' queaetu"lmente ohcllre("f' tar­dI', dehen acostarse en cllan­to las som bras de la noche("\lbrf'n los campamento.,por falta dI' [lhta para com­prar velas y fósfoms, y paraenp;aJiar f'l E'stómago que('S lo m:ís ~pguro. L()~ niños,los pobres hijos de esa ¡p,entemal pagada, SE' <¡\lellan dor­midos de debilidad, d.. ham­bre. hasta el db sip:uientf'en qlle un nep;ro df'spf'rtrrles hace comprc'nder quetampoco habrá para Ill'narsus escuúlidos estómap:os.

De este modo, el niñoproletario está conociendo,con lecciones vividas, su­frieudo desde su mas tiernaedad, los hOI'rorf's I!f'l r~gi­

liten impemnte. de est e rélli­men de injusticia 80("íal.

Asf y todo es hil'n tri. tI',por otra p'utc, eonsip:nar lo')ue nos han manifestadopor escrito al~l1no~ f'rnplp:l­dos f'n el sentido dI' qtlemuchos arrihi~tas, i;:!;nol an ..

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s tal vez de su condi('iúnde asalariados, miopl'll de laidea. "pllpfrituA .in luz", co­mo los llamó Amado .'1'1'­

vo, por el hecho de u('AeDl­peilar lahore" ma, o ml'no"Importantes en lo" <'''cl'ito­riOA, tif' con~i(leran "Q.('cio­nistas" o C(lAa pareeidll yde ",t~ modo DO trepidanen hahlar en "plum)" cadavez qUf' .1' les prPllPnta laocasión, di('ienuo: 1I~o~otrO:-i

los que lo" contratamo~ austedeA. ." "Pronto le, dll­remOA a~ua v luz elé>ctri­ca". . (no (¡il'en (',t o nilos jefe, , )1('1'0 dio" sf qu<' loafirman ( " •. o po<lemo" au­mentarle~ el salario" ... ":-:iprotl'!itan, los pehamoA deltrabajo ... (,\ rie"l!;o <le quelos despidan a ello,.,).

EAto. individuo", que noaben lo qu(' dicen, el1lrel/;:I­

dos a labores mecánicas, en­tre cuatro par('des, ,in vermas allá (hacE'n una millmlllabor hoy, mañana, pasadomaflana, este mes, el próxi­mo año, siempre lo mi¡¡lllo)creen saberlo todo... Porlo menos son adulones ...y lo. sabiduría en la pampa,pareep que rf'side ('n el adu­lo, la dplación. la felonía.

o hay dudo. qup pn la pam­pa deben. pntoncf's, habermucholl Aabioll.

A e"tp re"p cto es neceAa-

rlO rl'cordar '1u(' hAAta la('orr('~pondl'neia pll rt iculardI' 10H obrNOH ha Hido vio­¡llda I'n all/;una~ oiicinaA.

L" n ohrero noA ha I'lICritopr('Hcnt~ núonoA un caAO:

CiNta vez huho n('cl'lIi­dan de dl'uuucilll' ahuRos eiu('orrl'ceioll(" pOI' Ill"dio dela l)1"('n'll. El obl'(,l'o f1u(' ha­l>í[1 cm'iado I'"'(' d.'nuncio aldiario pudo ('on"l atar ('onAorpl'PAa q lll' AU ca rt a, quehabía ('l1viado pOI' mano. ha­bía llf'p:ado prinlf'ro a laoficina de BieneAtar Social,411C a la ;mpl('nta a la cualiha dil'ilÓda.

;. E, pOAible eoncl·bir 81'­

mrjllutc f('lonía"Pero así dieen QU(' ocurrió.y el obr('ro fué nPApedido

de su ocupación ip~o facto,,in Ulayores p:arllntíaA, eA de­cir sin Ins prerrogativas queaC\l('rda la ley.

Pura ,('1' m;\s ('xplíeito enlo que atañe 11 los emplea­dOR, copio a continuaciónuna part(' dI' la cal'ta a queme he refcrido anteriormen­t(':

"¿ y qué decir dI' los po­hres empleados qul' nebenaAiRtir a 1M banqll('tell concllotas d(' 40 r mi s pesollparll feAtejar a I'st(' o aquplrnall:nat(' ,j(' la indlJlItria~

Vnoll dl'ben adhl'rirlle porobligación. otroR por imi-

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1aci6Tl y lo' más por temora rt'prp~ali8~, Para "c"tt'jara un mal(Tlat(' hay quP ~acar

-(fpl sueldo p l'uÍlli<lo dl'1 l'1ll­pipado !ll TlIII'l;nificl'ncill dl'(banqul't", I.JI cnmpaitÍ!1 noco, tf'a dI' 811 p"l'ulio lo" ban­o(tll~t('~. ~·h·ría 'In ('()ntra:-o()nti­.1", y ha~' Plll!,lpado~ qUl'~unall :{O:) 111l'1I'ltal"s, SonIn Il:lynl'Íu.

E'I la plllllfJlt s" f!'stl'ja3 ,'ualqllil'r j ·fl' ti" rt'ptnti­('í"') ppr cumplt'aitos, por:--:\lttl). por t raslado, a~t.·~n!ó\o,

.Y ('¡Pfl ('9. 1ha", IlJ~:-;. • ... ti nca

fultun l'stas "putl'S", comol' dil'" YlIlll,llrllH'ntp, tanto

('utrl' los o1Jrl'l'os como l'ntr"10~ I'mph'adn:, pnrqul' aquíno S" Ip llullla malo a lo ma­lo, .¡no que SI' "Í,'l' COII unahi~all;ra l'n III pspina dorsnl.De bUl'nll o mala p;ana hayqlle reir l'n los banquetps,aunque el l's!ómaJ(o, 'tI día..il(uiente, apripte y no bayalo necesario en el hOjP;ar.'·

SIEMPRE LAR VICTIMAS

LaR vfctima8 del capita­lismo forman legión en todaspartps y bajo todos 10R cicloR.

• laR como (,Rtamos refi­ritlndonoR a la pampa, dire­mos que dla a día Ron lanza­dos al hambre mayor núme­ro d*obr('ro. de iD. salitre­ra . .

F,\ qllP (,lito ellcribe hatenido qu(' ayudar en BUBdiligl'nl'ia~ a varios obrefOlld"spl'didos d.. ('haeabueo,('ecilia, l't",

A1ltunos obrl'l'o" han I!'ido"azull'aJos", como se dice

, ,en Jerl(lI pampllla, por re-presalias, ot ro" flor ser yaviPjo., y nt ros porque tie­n!'" pclos l'1l l'l pl'cho perono los t¡l'nl'n en la lenl(ua.E~tos han .ido lo. quP haoprotP8tudo, los que han ha­hlado un plll'O nIto y claro.

El l'aSO más rl'l'ipnte es elque h'\ tl'nido quP conocerpI Trihunnl dl'1 Trabajo deAutoiae;nstll l'ntre The Lau­taro l"it rate y Emilio E8tayPeita,

Este trahaj aelor "particu­lar", fut' "azu1l'ado", RPICÚOconsta dl' una anotaci6npu('sta en HU papl'll'ta dearre¡!;lo, por hallPr publicadoun artíc'ulo en el diario "ElA bl'eé" 80brp el racionamien­to l'n In Oficina C'haeabuco.

ERtav PI'> 8U l'aráctcr deTCRor('ro dl'1 Rinrlicato "Au­sonia", hizo esta publical'i6npor considerarla heneficio­~a para RUS l'ompañe1'Oll delu('ha como il(ualmente paratodos los racionn<!os dp lapampa,

Fup llamado a la oficinadcl Administrador de la pam­pa ('n donde se Ip increpó du-

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remente !'u actiturl siendoluego amenazado dI' echár­

le del trabajo "cueste loque cueijte".

si ocurrió. Los antl'ce­dentf's obran hoy rn el Tri­bunal del Tr3 bajo y no trans­cribimos al deMnu.lo el es­crito de demanua de TheLautaro Nitrate y la eontes­taci6n de Estay, mas otr(\sdetalles, en donde >e ve lamaldad para obrar en con-ra de los trabajadores de

parte de la compañIa nom­brada, por no entorpecer laacci6n de la justicia del tra­bajo.

Se ve que 1'1 capitalismopor intermedio de sus sir­vientes, no apelan a otro mc­dio que a lanzar al hambrea sus obreros cuando estosdicen la vcrdad, au n a dcs­pecho del amparo que otor­gan las leycs a los miemhrosdirectores de los sindicatos.

Por este camino día Ile­Rará en que los sindicatosfigurarán solo en el ('6diIl;0del Trabajo. Y será más asf,en el caso dc qUl' los Tribu­nales del Trabajo dl'soip;anlos reclamos que, en concicn­cia y legalmentc, estén departe de los trabaj adores.Más no creemos que los Tri-

bunall'ij ml'nciona<!os con­tribuirán a la muertl' de los:Sindil'atos.

Finalmente, para verp;üen­za de qllienes pr )crden conmalas artl8, es n"ccsario es­tampar en estc folleto queEstay ha pasado muy amar­~os ratos COII sus propio!'comp:lñeros del 8indicato.

~Of hn referido Estay queSU8 compañcros cometieronla cruclelad de dl'chrar anteel Auministrador de Cbaca­buco que desconocfan todaacción dc EStR)' y que no lereconocían, porque no es­taban de acuerdo, el elere­cho de protestar por la pren­sa en SU ca ricter de Tesore­ro dcl Sindirllto .. Ausonia".

Ignoro si habrán firmad()esta declaración el Presiden­te, Sccretario y otros miem­bros d,,1 8 i lldicato, pero I()dicho basta para formarseun concepto del temple mo­ral de cil'rtos hombres.

Más ¿qué 001:rri6 después't

Sl'ncil!amente qUl' el Ad­mi nist rlulor dl' Cbacabuco,ahora les desconoce a ,,110"también el derpcho de enten­dersc en los asuntos en quepor la ley están facultados.

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'o reconoce esl' ArlUli nis­trarlor ni al Sindicato ni atale director('s del Sindiea­too

Pna earta "jl'rl'míaca"hay l'n I'Htl' l'ntido l'n laIn~rl'eci6n Provineinl dl'lTrabajo, enviada ror los rli­rl'l·torl'~ arriba ml'ncionatlo~,

Con el mismo látigo conque east ill;aron a F..stay. aho­ra los castigaron a 1'1108, ..1'1108 q Uf' crelan tal ves ha­ber ganado el ciplo con uaeto dI' mald,:ld,

FIN