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LUNES 29 DE ABRIL DE 2013 AÑO I / NÚMERO XIV / MÉRIDA, YUCATÁN DIRECTOR: LEANDRO CHACÓN AZCORRA DISEÑO: LEANDRO CHACÓN AZCORRA/PEDRO HERNÁNDEZ KANTÚN EDICIÓN:PEDRO HERNÁNDEZ KANTÚN Sound City o el disco dedicado a una consola análoga La Caja Torácica Musical COLUMNA Javier Sosa C omo algunos sabrán hace un par de meses se estrenó Sound City , un documental dirigido por Dave Grohl donde cuenta la historia del estudio de grabación, ubicado en California, donde se grabaron clásicos de Rick Spring- field, Fletwood Mac, Neil Young, Dio, Tom Petty and The Hearth- breakers, Fear, Johnny Cash, y así como álbumes más modernos de Nine Inch Nails, Rage Against the Machine, Slipknot, Queens of Stone Age y el icónico gen- eracional, Nevermind de Nirvana. El documental cuenta la historia de dicho estudio, las personas que trabajaron en el y su decadencia ante las nuevas tecnologías digi- tales, además de contar como una consola análoga llamada Neve 8028 fue la responsable del único sonido que se obtenía en las graba- ciones y en cierto modo es el punto de partida de todo el documental. Como toda buena película o doc- umental musical tiene un buen soundtrack , en este caso Grohl decide juntar a varios artistas que trabajaron en dicho estudio para grabarlo utilizando la mítica consola análoga, que ahora es propiedad de Grohl. Además de haber llamado como productor a Butch Vig quien aparte de ser miembro de Garbage es el respon- sable del Neverimnd entre otros. El álbum llamado From reel to real es una joya la cual saco su primer brillo en el concierto 12/12/12 cu- ando Nirvana se reunió para tocar con Paul Mc Cartney como vocalis- ta, la canción Cut me some slack (que me recuerda más a Black Sab- bath que The Beatles o Nirvana) Este fue el primer sencillo de la banda sonora de Sound City pero el álbum tiene otras colabora- ciones igual de magnificas como You Cant Fix it con Stevie Nicks de Fletwood Mac, la punk roc- kera Your Wife is Calling con Lee Ving vocalista de la banda Fear (y del genial proyecto MD.45 junto a Dave Mustane de Megadeth). En cuanto a ídolos personales par- ticipan Corey Taylor (Slipknot/ Stonesour) Scott Reedder (bajista de Kyuss), Dave Grohl (que para quien aún no lo ubique fue bateris- ta de Nirvana/ Them Crocked Vul- tures y vocalista de los casi nada conocidos Foo Fighters), Josh Homme (Queens of Stone Age/ Kyuss) Trent Reznor (Nine Inch Nails/ How to destroy Angels),Brad Wilk (Batería de Rage against the Machine y Audioslave) así como Chris Novoselic y Pat Smear de Nirvana y por supuesto los demás miembros de Foo Figthers El disco cierra con la canción Mantra, hecha por Grohl, Homme y Reznor un tema lento, hipnótico y emocionalmente poderoso, en el que podemos ver el singular aporte de cada miembro, denotando sus características únicas (La batería de Grohl, la guitarra de Josh Hom- me y el teclado y sintetizadores de Trent Reznor, así como las voces de los tres), esta canción a genera- do tan buenas críticas que muchos creen que a futuro se volverá un clásico, personalmente creo que es mi favorita del disco, un excelente cierre para un álbum que trabaja con la nostalgia de épocas musical- mente maravillosas, todas unidas por una mesiánica consola análoga.

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Semanario editorial, donde jóvenes expresan sus ideas, opiniones y; a la luz de la inspiración dejan que se interpreten las letras con el corazón.

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Lunes 29 de AbriL de 2013 Año I / Número XIV / mérIdA, YucAtáN

Director: LeanDro chacón azcorra Diseño: LeanDro chacón azcorra/PeDro hernánDez Kantún eDición:PeDro hernánDez Kantún

Sound City o el disco dedicado a una consola análoga

La Caja Torácica MusicalCOLUMNA

Javier Sosa

Como algunos sabrán hace un par de meses se estrenó Sound City , un documental dirigido

por Dave Grohl donde cuenta la historia del estudio de grabación, ubicado en California, donde se grabaron clásicos de Rick Spring-field, Fletwood Mac, Neil Young, Dio, Tom Petty and The Hearth-breakers, Fear, Johnny Cash, y así como álbumes más modernos de Nine Inch Nails, Rage Against the Machine, Slipknot, Queens of Stone Age y el icónico gen-eracional, Nevermind de Nirvana.

El documental cuenta la historia de dicho estudio, las personas que trabajaron en el y su decadencia ante las nuevas tecnologías digi-tales, además de contar como una consola análoga llamada Neve 8028 fue la responsable del único sonido que se obtenía en las graba-ciones y en cierto modo es el punto de partida de todo el documental.

Como toda buena película o doc-umental musical tiene un buen soundtrack , en este caso Grohl decide juntar a varios artistas que trabajaron en dicho estudio para grabarlo utilizando la mítica consola análoga, que ahora es propiedad de Grohl. Además de haber llamado como productor a Butch Vig quien aparte de ser miembro de Garbage es el respon-sable del Neverimnd entre otros.

El álbum llamado From reel to real es una joya la cual saco su primer brillo en el concierto 12/12/12 cu-ando Nirvana se reunió para tocar con Paul Mc Cartney como vocalis-ta, la canción Cut me some slack (que me recuerda más a Black Sab-bath que The Beatles o Nirvana)

Este fue el primer sencillo de la banda sonora de Sound City pero el álbum tiene otras colabora-ciones igual de magnificas como You Cant Fix it con Stevie Nicks de Fletwood Mac, la punk roc-kera Your Wife is Calling con Lee Ving vocalista de la banda Fear (y del genial proyecto MD.45 junto a Dave Mustane de Megadeth).

En cuanto a ídolos personales par-ticipan Corey Taylor (Slipknot/Stonesour) Scott Reedder (bajista de Kyuss), Dave Grohl (que para quien aún no lo ubique fue bateris-ta de Nirvana/ Them Crocked Vul-tures y vocalista de los casi nada conocidos Foo Fighters), Josh Homme (Queens of Stone Age/ Kyuss) Trent Reznor (Nine Inch Nails/ How to destroy Angels),Brad Wilk (Batería de Rage against the

Machine y Audioslave) así como Chris Novoselic y Pat Smear de Nirvana y por supuesto los demás miembros de Foo Figthers

El disco cierra con la canción Mantra, hecha por Grohl, Homme y Reznor un tema lento, hipnótico y emocionalmente poderoso, en el que podemos ver el singular aporte de cada miembro, denotando sus características únicas (La batería

de Grohl, la guitarra de Josh Hom-me y el teclado y sintetizadores de Trent Reznor, así como las voces de los tres), esta canción a genera-do tan buenas críticas que muchos creen que a futuro se volverá un clásico, personalmente creo que es mi favorita del disco, un excelente cierre para un álbum que trabaja con la nostalgia de épocas musical-mente maravillosas, todas unidas por una mesiánica consola análoga.

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Lunes 29 de Abril de 20132 Tintero

DE LA PLUMA AL CARACTERSección editorial

Barra Brava

El papel de la lectura en México

Leandro Azcorra

Laura Cruz Lazcano

COLUMNA

COLUMNA

Colaboradores:arturo Ismael VICtorIa Pérez, laura Cruz lazCano, JaVIer sosa esCalante

La palabra escrita es una fuente primaria de información,un instru-mento básico de comu-

nicación, por lo que se erige en una herramienta útil para potenciar la participación social. La lectura favorece el aprendizaje y el cono-cimiento. Por ello, son alarmantes las cifras lanzadas por los estudios publicados sobre la frecuencia con que la población mexicana toma un libro para nutrirse de él.

En México, en uno de cada dos hog-ares mexicanos solamente tienen de uno a diez libros que no son tex-tos escolares. No obstante, el acce-so a la literatura no es complicado, el problema es la falta del hábito.

Al parecer, el mexicano sí lee. Lee el libro vaquero y la TVyNovelas, sin embargo las preguntas per-manecen: ¿Realmente este tipo de contenidos pueden considerarse lecturasdeseables? ¿Leer es vá-lido únicamente cuando es “ma-terial de calidad”? ¿Cómo lograr trascender de esa “lectura chatar-ra” a una “lectura de calidad”?

A este respecto,el hecho de que lo que se lea no sean libros no debe traducirse como que no se lee. Porque de hecho en las pantallas, en la calle, esperando el camión, en la televisión o en el teléfono móvil se tiene un increíble bombardeo de información contenida en texto. Pero pareciera que este razona-miento hace del hábito de la “lec-tura de calidad”, uno al que sólo

pueden acceder una minoría de la élite, por ejemplo, los universita-rios e investigadores, pues hoy día no es siquiera seguro que un gober-nante tenga esta cultura literaria.

Por eso creo que la obligación de aquellos que disponen del tiempo, los recursos y las ganas de extraer de los libros el conocimiento, es la de proporcionar al resto de la po-blación (a los de bajos recursos, a los trabajadores) la información de manera oral. Creo que se trata de acercar a ambos sectores al conocimiento, pero de acuerdo a las posibilidades de cada uno. De acuerdo a mi lógica no podríamos exigir a los 52 millones de mexi-canos pobres leer un libro que le tomaría como mínimo una hora del tiempo que podría emplear en des-

En Correos, edificio antiguo de mensajería mexicana en la ciudad Mérida, suceden diver-

sos fenómenos que enrarecen el ambiente árido y humano de esa parte de la ciudad. Es en Correos donde parte de la población se concentra en diferentes formas y tamaños, donde los obreros y com-erciantes pasan días y días dándole color a las calles cercanas, donde cientos o miles de transeúntes pasan sin rumbo y dirección espe-rando una cagada de paloma que adorne su camisa o pantalón. A lado del poderoso edificio, están los portales, que ahora cumple, como hace cien años, la función de establecimiento comercial. Parece un tianguis dentro de una plazuela de barrio, inmerso en el corazón de una ciudad; tan compleja que tiene pasajes que desembocan en calles o edificios cercanos de toda

índole, que se moldea a las necesi-dades de los sujetos del colectivo yucateco. En dichos pasajes, uno puede encontrar de todo, desde animales, utensilios de cocina y ferretería, y productos elaborados con hilo y metate y también se pu-ede comer cosas baratas y tan bue-nas que es el sueño de toda cart-era y el manjar de todo estómago.

El sábado pasado, Pedro Hernán-dez, editor de esta publicación, y yo, nos dispusimos a consentir a nuestra cartera y ofrecerle un man-jar a nuestros estómagos; salimos tan satisfechos que no nos dio hambre hasta el día de ayer, cuan-do merendamos un exquisito pla-tillo de huevo con chorizo acompa-ñado de frijol, comida que elaboró el distinguido editor. Al término de esa comida y con un sol in-cansable de las tres de la tarde, por fin hallé la inspiración que Pedro nos produce a Javier Sosa y a mí.

El “Boliviano”, como de cariño yo le digo, me guió en medio de esos portales, en medio de uno de esos pasajes, en donde existen las peluquerías más cercanas que uno puede ver –seis en total en un ter-reno de dos metros de ancho y seis de largo, imagínese usted señor lector-, yo en lo personal no sabía que haríamos, hasta que Pedro paró al cuestionamiento y llamado de las cotorras que con despotis-mo y sin mucho alarido repetían constantemente “¿Quiere un corte de cabello?”. Durante nues-tra estancia de no más de quince minutos, dicha oración fue la más repetida, parecían cotorras que al parecer sólo eso podían decir.

En efecto, el “Boliviano”, se dis-ponía a cortarse el cabello, pero esa no era la noticia, la novedad era quien le cortaba el cabello. La mu-jer quien se disponía a peluquear a nuestro querido editor, parecía más bien un cocodrilo, tenía lar-ga espalda, dientes saltados y un largo y horrible pelo que le cubría la cara, también tenía una cola no tan larga, pero que por momentos tenía miedo de pisar, y que con la imaginación de un niño, espe-

cíficamente de Javier Sosa, sería un Cocosdrilo. Por fin conocía a la peluquera que tanto miedo le provocaba a Pedro Hernández por parecerse a un Cocosdrilo, por fin conocí el lugar de las desgracias para los cabellos del Boliviano.

Después del corte y pensando, entendí porque Pedro le tiene miedo a los cocodrilos, y yo en-tendí el miedo que me provo-can los cortes de cabello que se hace el distinguido editor, y Ja-vier, por fin entenderá, después de leer mi columna, en donde se originó su cuento de Cocosdrilo.

Ahora bien, si Javier Sosa fuera al mismo lugar, no le daría miedo los cocodrilos, tampoco le daría miedo los extravagantes cortes de cabello de Pedro, le daría miedo la incansable oración que tanto repiten las cotorras de ese lugar, “¿Quiere un corte de cabello?”.

Ahora entiendo, y Javier entenderá, que nuestra inspiración vale nada más veinticinco pesos, mismo pre-cio que Pedro Hernández pagó a ese terrible Cocosdrilo, quien lo único que hizo fue cortarle su cabello.

COCOSDRILO ¿2?

cansar de la agotadora rutina de su día a día, porque no hablamos solo de la inversión en tiempo, si no del esfuerzo intelectual que representa leer bien un libro de calidad, cu-alquiera que este sea. En cambio, a mi consideración, suena más ra-zonable rescatar la tradición oral que se practicaba antes de con-ocer las letras que cobran valor ahora para las élites ocupadas en preservar el conocimiento.

Y llegado este punto debo admitir que me he basado en el supuesto de que la población mexicana puede interesare más por las lec-turas de calidad cuando se le pre-sentan de manera más cercana y comprensible. Así concluyo que a pesar de la notable e infal-ible eficacia de contener el cono-cimiento en los libros, es igual de trascendente su difusión medi-ante la lengua, “de boca en boca”.

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Rincones de la CiudadArturo Victoria Pérez

CRÓNICA

Lunes 29 de Abril de 2013

ChifladeríasPedro Hernández

COLUMNA

El actual Centro Histórico de la ciudad de Mérida, como he descrito en entregas anteriores, se edificó sobre las antiguos ruinas de la gran ciudad maya de Ichcanzi-hó. Alrededor de su núcleo cívico-ceremonial se edificaron gran can-tidad de áreas habitacionales y, a distancias de pocos kilómetros, se asentaban distintos sitios de menor tamaño que, aparentemente, for-maron parte de su enorme área de influencia económica, política y religiosa. Con el paso de los siglos, las monumentales construcciones de T’hó dieron paso a la Mérida castellana y, desde allí, hasta la ac-tualidad. Sin embargo, numerosos vestigios de las zonas habitacio-nales de la ciudad prehispánica, así como de sus asentamientos satélites se preservan (regular-mente en malas condiciones) en el interior de la metamórfica ciudad actual. En este sentido, varios de esos vestigios han sido incorpora-dos, dentro de parques recreativos, a la infraestructura urbana reci-ente de la ciudad, como los que se ubican en el parque de Oriente. El parque citado se ubica en el fraccionamiento Del Parque, en el oriente de la ciudad, en las in-mediaciones en las inmediaciones del Centro- IMSS 59 y el Cona-lep I. En su interior se conservan los monumentos, algunos restau-rados, del pequeño asentamiento maya conocido como “Chen Hó” nombre que alude al pozo co-

munitario perforado en la época prehispánica. En total, se trata de un conjunto arquitectónico con-formado por ocho estructuras que debieron albergar construcciones de materiales orgánicos. Por sus rasgos arquitectónicos sobresale una plataforma al costado norte de la plaza que consta de tres niveles dispuestos de modo piramidal. Por su parte, los análisis cronológi-cos revelan que esa zona estuvo habitada desde el 300 a.C. hasta por lo menos el 400 d.C. y llamó la atención que uno de los entier-ros del lugar presentó una ofrenda compuesta de una olla tapada con un cajete. Finalmente, los elemen-tos prehispánicos encontrados en Chen Hó permiten fundamentar que se trató de un asentamiento medianamente importante bajo el crecimiento de cercana T´hó.El sitio Chen Hó constituye uno de los asentamientos relativa-mente más grandes integrados a la infraestructura de la ciudad de Mérida. Asimismo, además de los monumentos prehispánicos, el parque cuenta con instalacio-nes deportivas, de recreo infantil y áreas verdes. En este sentido, es menester ciudadano cobrar valor de la preservación adecuada de este magnífico rincón de la ciudad y transmitir el conocimiento sobre un pasado remoto que, de una u otra forma, sigue presente en la mor-fología y significado de Mérida.

-¡Córranse para atrás por favor! ¡Hay espacio atrás papito!- son los prim-eros sonidos matutinos

del bullicio singular que es-cucho en la ciudad de Mérida.Uno no puede visualizar el ambi-ente urbano popular si no utiliza el transporte público, si no cam-ina entre arrimones para bajarse del camión en la cuadra de rigor.Y es que no se puede conocer al verdadero Mérida, al Mérida donde la fuerza económica se moviliza cual soldados al frente de batalla y se preparan para irse a las trincheras donde se ganan la vida sin observar los trajines cotidianos que se viven en los camiones brincolines y en las angostas aceras de la ciudad.Un muchacho con uniforme esco-lar, que finge dormir para no ceder el asiento a la señora que se dirige al mercado mira con insistencia

(y descaro) el pronunciado escote de la primaveral joven que se en-cuentra a su lado. Ésta, algo incó-moda, prefiere hacer como si no se diera cuenta. Yo, que soy buen observador me percato de algo de lo que yo también fui traicionado por mis instintos masculinos. Al-gunos topes se convierten en algo más que mecanismos viales para controlar el tránsito. Se vuelven curiosamente en mecanismos para descontrolar las pasiones ju-veniles. Ese chamaquito, que ha de tener unos 15 años mira con una seriedad solemne , “discreta” y de reojo, como los pechos de la muchacha que está a su lado se bambolean al vaivén de los topes, que vienen a ser algo más que mecanismos de tránsito y se convierten en un segundo de aten-ción hacia la compañera de viaje que ya quizá acostumbrada a es-tas circunstancias, hace de esto un suceso menos que trascendente.

Hemos llegado al centro. El olor a pescado en la calle 65 antes de llegar a los portales no es lo más agradable que digamos, sin em-bargo es breve el recorrido en el que contengo la respiración para llegar cerca de la entrada del mer-cado Lucas de Gálvez. No es la estampa más bonita de la ciudad ver a algunos mendigos mien-tras que unos turistas alemanes fotografían el antiguo edificio de correos y aunque los yucate-cos utilizan suéteres y ropa in-vernal, los del viejo continente andan en pantalones cortos y exhiben su ahora colorada tez.No hay un guía de turista acom-

pañando a los europeos, están por su cuenta mirando una que otra artesanía y un señor alto de nariz aguileña y roja observa con curio-sidad al kibero que se encuentra a un lado de un puesto de periódi-co ofertando sus antojitos a los peatones. Se acerca una señora a pedirle al kibero una bolsita de piedras y le dice que sin chile, la doña le da un billete de cien pe-sos y el de los kibis le dice que va a cambiar el billete para darle su cambio. Hombres y mujeres van y vienen, haciendo filas para subirse a las Urvan que llevan a los rumbos de las plazas comer-ciales del oriente de la ciudad.En el parque Eulogio Rosado

hay mucho varón, muchos se-ñores sentados con sus mochilas, con sus gorras rojas del PRI y del Partido del Trabajo. No puede fal-tar el periódico más popular de Yucatán en sus manos, en el que en la portada aparecen frondosas mujeres y que su parte más codi-ciada se vuelve la página central que está engalanada con un póster de infarto. Los señores platican entre sí, se ven tranquilos pero a la vez preocupados, los hay de muchas edades pero los de 40 y 50 años son los más abundantes.Caminar en las escarpas es un

deporte extremo, se puede jugar a las carreritas en contra de muchos peatones, hay de todo y bien sur-tido. La pista está bien preparada y llena de vendedores ambulan-tes a los que hay que esquivar, hay señoras que caminan algo lento, a veces hay que bajarse de la banqueta para rebasar al que no tiene prisa pero hay que hacerlo con sumo cuidado, no vaya a ser que el camión pase y me maje. La verdad no quisiera ser la nota que lean al día siguiente los señores que están sentados en el parque.Caminando tranquilamente sin

prisa se puede admirar el ambi-ente meridano desde otra perspec-tiva, hay muchas cosas que ver. Lo más normal es ver a la gente con audífonos escuchando sus cancio-nes mientras caminan, así se aís-

lan de los ruidos de la mañana, se pierden de lo que hay en el camino por que no es lo importante para ellos, al cabo que allá está cuando quieran pasar, además ya saben donde venden los kibis doraditos, ya saben donde pide caridad la viejecita invidente. No como los turistas alemanes que hasta fo-tos le tomaron a una fila de 4 se-ñores leyendo el mismo periódico.

EN LA FOTO AUNQUE NO QUIERAS

Rincones de la CiudadJavier Sosa

POESÍA

Esperando en las millas del deseo escuchando una canción que me ll-eva a ti, como si fuera

una sirena cantando por arrancar mi piel, me sumerjo en su arena personal tragando tierra para es-cupir fuego en un desierto per-dido a 10 millas del infierno, a cinco minutos de las nubes donde el cielo es una pintura de gente alada que te apunta con sus dedos.Seguiré escapando de aquella can-ción que me empala con una lanza de culpa y demonios que se bur-lan de mi sufrir, tal vez soy más como ellos de lo que yo deseo, tal vez fui más como ellos desde el principio, siendo sincero nunca espere unas alas en mi espalda.Aparece una luz en forma de lagar-to que me dice que todo estará bien y yo estaré a salvo con ella, pero las sirenas siguen cantando y los de-monios bailando, mis piernas son el reflejo de una hipnosis con ojos abiertos una abducción, posesión y declamación de mis propias con-ciencias mitad diablo, mitad perso-na, luchando por salir del capullo de larva a murciélago, buscando a quien morder para infectarlo con la rabia de mis palabras, peca-dos, oraciones, cadenas, colmil-los, brujerías, fantasmas y demás..

Palabras revueltas de un manicomio púrpura

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