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TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN Y DESARROLLO HUMANO: AGENCIA, CAPACIDADES Y SUPERACIÓN DE LA POBREZA.
HÉCTOR ADRIÁN MARTÍNEZ DÍAZ
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA FACULTAD DE TEOLOGÍA CARRERA DE TEOLOGÍA
BOGOTÁ 2014
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TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN Y DESARROLLO HUMANO: AGENCIA, CAPACIDADES Y SUPERACIÓN DE LA POBREZA.
HÉCTOR ADRIÁN MARTÍNEZ DÍAZ
TRABAJO DE GRADO PARA OPTAR POR EL TITULO DE TEÓLOGO
DIRECTOR EDGAR ANTONIO LÓPEZ LÓPEZ
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA FACULTAD DE TEOLOGÍA CARRERA DE TEOLOGÍA
BOGOTÁ 2014
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Nota de aceptación
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PRESIDENTE DEL JURADO
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JURADO
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JURADO
BOGOTÁ 22 DE NOVIEMBRE DE 2013
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Dedicado a las personas que desde su indigencia y soledad, entregan su vida por la libertad de los seres que aman…
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AGRADECIMIENTOS
Expreso mis agradecimientos a Dios por la vida que me ha regalado, a la Comunidad de Padres Carmelitas por todos estos años de formación en el amor, a Mauricio Uribe O.C.D. por ser el rostro del Padre en mi vida, a mis hermanos de comunidad, al profesor Edgar López por su guía y dedicación en la dirección del trabajo, a Piedad Correa por sus comentarios y ayuda, a mi madre por su amor y compañía, a aquellos profesores que marcaron mi vida en los estudios de teología, a aquellas personas que con su compañía han sido apoyo durante este tiempo.
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CONTENIDO
Página
INTRODUCCIÓN .......................................................................................................... 8 1. TRES ENFOQUES DE LA ECONOMÍA EN LA TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN …........................................................................................................ 131.1. Ignacio Ellacuría ...................................................................................................... 161.2. Gustavo Gutiérrez .................................................................................................... 231.3. Leonardo Boff ......................................................................................................... 31 2. LIBERTAD, AGENCIA Y DEMOCRACIA ........................................................... 382.1. Libertad núcleo del desarrollo ................................................................................. 392.2. La agencia en Amartya Sen ..................................................................................... 482.3. Participación democrática ....................................................................................... 54 3. POBREZA, LIBERACIÓN Y REINO DE DIOS .................................................... 623.1. La pobreza: el pecado de Kader Mia ....................................................................... 623.2. Libertad y liberación ............................................................................................... 713.3. Democracia y Reino de Dios ................................................................................... 77 CONSIDERACIONES FINALES ................................................................................. 84 BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................................ 89
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Juan le dijo: “Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre y no viene con nosotros y tratamos de impedírselo porque no venía con nosotros” Pero Jesús dijo: “No se lo impidáis, pues no hay nadie que obre un milagro invocando mi nombre y que luego sea capaz de hablar mal de mí. Pues el que no está contra nosotros, está por nosotros.”
Mt 9, 38 - 40
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INTRODUCCIÓN
La teología latinoamericana es una corriente renovadora en la Iglesia, que recuerda que los
pobres son lugar de encuentro con Dios en el mundo y que la justicia y la liberación son
una opción fundamental del cristianismo. La forma de hacer teología desde la praxis
cotidiana de la persona, a la luz de la Palabra revelada, ha sido de gran ayuda para la
Iglesia, que ve la necesidad de volver al ser humano como lugar teológico y de encuentro
con Jesucristo. Esta forma de hacer teología trajo consigo el uso novedoso de las
mediaciones socio-analíticas, distintas a las de uso tradicional. Este hecho causó inquietud
en sectores de la Iglesia magisterial, que acusaron al método de convertir a la teología en
sociologista, comunista y alejada del evangelio. Conceptos tan importantes como el de la
libertad y la justicia, son retomados por los teólogos de la liberación, pues piensan que el
cristiano, creado libre, redimido y justificado por Cristo, debe colaborar situadamente con
la construcción del Reino de Dios desde la justicia evangélica y la libertad cristiana.
Las actitudes y acciones de Jesús, en armonía de su relación con su Padre, promovían la
vida, la justicia y la libertad. Ese empeño lo llevó a morir por la causa del Reino. Por esta
razón se entiende que, toda acción que restrinja la vida, oprima, esclavice y quite la
dignidad a la persona es contraria al acto creador de Dios y su deseo salvífico en el ser
humano. Toda injusticia, desolación, sufrimiento, dolor, son rechazados por Dios, y por lo
tanto, compete al que sigue a Jesucristo, colaborar con el acto liberador, mediante la
reflexión, la denuncia, la solidaridad.
Con la ayuda de las mediaciones socio-analíticas, se ha identificado que el aspecto del
desarrollo económico sí es importante en la economía de la salvación. Desde allí, la
teología afirma que, los bienes, las ideologías y las leyes no deben convertirse en ídolos que
distancien a Dios y a la persona. Precisamente esta es una de las enseñanzas del Jesús
histórico, que el sábado es para el hombre y no el hombre para el sábado1. Hoy la idolatría
1 Mc 2, 28
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persiste, bajo nuevas formas, pero también permanecen seres humanos que hacen de la
justicia y la verdad el eje de vida.
Las herramientas socio-analíticas sirven al método teológico, para hacer una lectura de la
realidad y de la historia desde una perspectiva diferente, pero, lo que fundamentalmente
corresponde a la teología es leer la realidad desde al autodonación de Dios, manteniendo la
mirada en la esperanza escatológica en el marco de la historia. En esto se genera una
tensión que ha de ser tenida en cuenta para no sacar conclusiones solamente humanas o
solamente sacras, pues cada extremo tiene sus dificultades. Sin embargo, de ninguna
manera se puede olvidar que la historia humana está incluida en la economía de la
salvación. Es justamente en esa historia donde se encarna el Hijo de Dios. Por ello, a pesar
de la tensión generada, es preciso considerar las propuestas nuevas que las ciencias
sociales: economía, sociología y filosofía entre otras, han planteado en los últimos años, y
que han dado luces a la reflexión de los teólogos. La teología no puede ignorar estos
planteamientos, bien sea para utilizarlos como mediación, porque en ellos se encuentran
nuevas lecturas sobre el sentido del Reino, o porque, tras algunas ideas nuevas se crean
estructuras de pecado.
Este trabajo toma una de estas teorías, la del economista y filósofo bengalí Amartya Sen,
quien en respuesta a la visión utilitarista de los modelos económicos vigentes, da
herramientas para una lucha efectiva contra la pobreza. Este economista, desde una
concepción aristotélica, piensa que se genera más libertad a través del desarrollo económico
y humano; y que, al darle libertad de oportunidades a las personas, ellas pueden optar por
una vida que realmente desean. En contraposición a los modelos utilitaristas que centran la
mirada en los bienes, en la libertad de escoger entre bienes y en la utilidad agregada, con lo
cual han deshumanizado. En este trabajo se muestran puntos en común entre las teorías de
este economista y tres teólogos de la liberación, sobre: pobreza, libertad, liberación y
democracia, con el propósito de señalar que esta mediación socio-analítica tiene aportes
para hacer a la teología de la liberación. A la vez, como toda teología es una antropología,
ella también puede contribuir a las propuestas de Amartya Sen y a otras ciencias. Se trata
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de un encuentro de verdades para ayudar a construir un mundo más justo, con dignidad y
libertad para las personas.
Este escrito, de carácter reflexivo, toma como punto de partida la teología sistemática. No
pretende ser copia del método latinoamericano, sino analizar cómo estas dos disciplinas, la
teología y la economía, se pueden enriquecer mutuamente. La vía propuesta es el diálogo
entre ambas, sin emprender formulaciones matemáticas económicas o cuestiones
dogmáticas de teología. En este sentido, en la teología se enfatiza en el momento reflexivo
más que en el momento práxico y en la economía en la reflexión más que en las
demostraciones matemáticas.
El texto está dividido en tres capítulos y unas consideraciones finales. En el primero se
exponen las ideas de tres teólogos de la liberación. En el segundo algunos conceptos
importantes del pensamiento de Amartya Sen. En el tercero la interacción entre los teólogos
y el economista.
El primer capítulo expone las ideas de Ignacio Ellacuría, Gustavo Gutiérrez y Leonardo
Boff, tres teólogos exponentes de la teología latinoamericana, ubicados en tres contextos
distintos, pero empeñados en el seguimiento de Jesucristo y en una lucha profética en
contra de la pobreza y la injusticia. De los tres se exponen ideas que tienen que ver con el
aspecto económico. Los tres coinciden también en la presencia de estructuras de opresión y
de pecado detrás de los modelos económicos que se impusieron en América Latina, ante los
cuales es imprescindible anteponer el profetismo utópico.
Con Ellacuría, se profundiza en el aspecto histórico-liberador y se destaca la importancia
del actuar conjunto de Dios y del hombre en la historia. Con Gutiérrez, se explora el tema
de la vida, de la pobreza involuntaria y cómo la liberación precisa de un proceso de
desarrollo económico más humano. Finalmente, con Boff se aborda la economía de la
salvación y la historia, en clave liberadora de Jesucristo. Se destaca la importancia de las
instituciones y las comunidades de base para la praxis específica, a la vez que se mencionan
algunas críticas a la Iglesia institución, en especial en el tema de la falta de participación
11
democrática al interior de la misma. En el caso de Leonardo Boff, es conveniente aclarar
que en los últimos veinte años su reflexión ha cambiado de rumbo, se mantiene en el tema
de la liberación, pero enfocada al área ecológica y espiritual, por lo tanto, los textos
utilizados corresponden a sus propuestas iniciales.
En el segundo capítulo se esbozan las ideas de Amartya Sen en tres apartados. En el
primero se trata el tema de la libertad como desarrollo, con sus críticas al modelo
utilitarista-bienestarista y a la teoría de la justicia de Rawls. Modelos importantes porque en
la actualidad influyen en gran medida en la teoría económica, la filosofía política, en el
tema de la libertad y de la justicia. El segundo se concentra en la teoría del agente, de las
capacidades y los funcionamientos, temas relacionados con el bienestar de las personas,
pues tienen incidencia en lo que ellas quieren ser y hacer. La libertad de agencia, generada
en un incremento de las capacidades de los agentes, se expresa en lo público y una forma
concreta de participación es la democracia, es analizada en el tercer apartado. Sen afirma
que no hay oposición entre democracia y libertades reales, y toma partido por una
democracia más participativa y operativa que ideal.
En el tercer capítulo, la primera parte abre el diálogo entre los teólogos de la liberación y
Sen en torno a la pobreza, partiendo de la muerte del joven Kader Mia, que presenció Sen
en su infancia. Desde ella se muestran las posiciones de estos autores frente a la lucha por
la vida. El economista bengalí reconoce que la pobreza puede ser causa de muerte. Los
teólogos agregan que el Dios cristiano es el Dios de la vida. La segunda parte expone el
sentido de liberación y libertad, con énfasis en la libertad positiva que, se afirma, es la
libertad evangélica. Aunque en el tema de la libertad hay varios enfoques como lo señalará
Gutiérrez, la centralidad es la libertad desde el aspecto económico, que ayuda a una libertad
humana integral, sin ser el único factor que la permite. La tercera parte pone en relación el
Reino de Dios y la democracia, teniendo en cuenta que, las estructuras que promuevan la
humanización no son rechazadas desde la perspectiva evangélica. Sen considera varios
aspectos importantes en el campo democrático en los cuales es clave la participación de los
agentes desde la fe.
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Finalmente se concluye que, la preocupación por los pobres no corresponde únicamente a la
teología, por el contrario, todas las ciencias deben aportar soluciones reales. La situación de
pobreza, como problema histórico, crea la necesidad de garantizar las condiciones básicas
para que las personas tengan igualdad de oportunidades y puedan desempeñarse de manera
realmente libre en la sociedad. La teoría del agente, de Amartya Sen, provee información
útil a la teología para que ella efectivamente se encarne en los problemas reales de las
personas y no sea solamente una mera especulación acerca de la fe.
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1. TRES ENFOQUES DE LA ECONOMÍA EN LA TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN
En el inicio de su ministerio en Galilea, Jesús proclama las palabras del profeta Isaías: “El
Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena
Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para
dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor.”2 Esta sentencia de
Jesús al inicio de su predicación será también el imperativo de las sucesivas generaciones
de aquellos que quieran seguir el camino que él propone. Sus palabras, aún hoy, siguen su
línea profética. La cautividad, la ceguera y la opresión prevalecen en nuestros tiempos y es
particularmente visible en los países de América Latina. La situación descrita por Isaías3,
puesta siglos después en boca de Jesús, se ha enraizado a través de las estructuras de
pecado. Aún hay esclavos que requieren libertad. En los tiempos actuales, el panorama en
la realidad del mundo contemporáneo parece abrumador; no obstante, la esperanza que
proclama Jesús permanece vigente, porque él aún libera y proclama el año de gracia del
Señor. La fe no está muerta, da esperanza a la humanidad, logra liberar y salvar4.
Reconocido, pues, que los problemas que oprimen a la humanidad persisten bajo formas y
medios distintos, es importante enfrentarlos de un modo diferente, actualizado, con la
ayuda de la fe, para generar nuevas formas de liberación. La fe en Jesucristo es la guía. Las
formas de seguimiento adquieren matices novedosos, iluminadas por el Espíritu Santo que
señala diversas maneras de hacer frente a los problemas de la humanidad. En el caso
latinoamericano, las manifestaciones de la pobreza obedecen a procesos históricos de
opresión que, como resultado, se encarnan en estructuras concretas de pecado. Como
2 Lc 4, 18-19 3 Is 61, 1 - 2 4 La V conferencia del Episcopado Latinoamericano en Aparecida, en su análisis de la realidad, señala varias áreas de trabajo para el cristiano de hoy quien es interpelado por la situación de dolor de la humanidad: situación socio-cultural (43ss), económica (60ss), socio-política (74ss) y pueblos indígenas y afroamericanos, entre otros temas. En cuanto al objeto de estudio, el presente trabajo se sitúa, desde la fe, en el contexto socio-cultural, económico y socio-político. V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe: Documento Conclusivo, Aparecida (Bogotá, D.C.: Centro de publicaciones del CELAM, 2007).
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contestación a esta situación nace a finales de los años sesenta una teología
latinoamericana, que pretende generar teoría y praxis desde la fe, para solucionar las
situaciones socio-políticas del continente5. Para responder a la situación que viven los
pobres y oprimidos de las naciones latinoamericanas, para ser palabra histórica al estilo de
Jesús, los teólogos de la liberación utilizan una serie de mediaciones procedentes de otras
ciencias, que les ayudan a leer los signos de los tiempos de un modo realista, a la vez que
les permite proponer soluciones a la luz de la Sagrada Escritura.
Clodovis Boff6 señala que la teología de la liberación es una teología integral, desde la fe
positiva, a partir de la óptica del pobre y su liberación; asimismo apunta que, “en la raíz
última de la teología de la liberación está, temática u operativamente, la fe objetiva (o
positiva), esto es, la palabra de Dios o la Revelación. Esto es lo que la convierte en
«teología»,”7 que también tiene en cuenta lo histórico, en cuyo contexto se articula la
liberación ético-política y el aspecto soteriológico.8 Ella demanda, metodológicamente, un
momento pre-teológico: la liberación a través del compromiso concreto de la fe9. El método
propuesto por Clodovis Boff utiliza tres mediaciones principales.
La primera, la mediación socio-analítica, considera al mundo desde la perspectiva del
oprimido, estudia la cuestión de la pobreza y propone una transformación del sistema
5 Larrea sitúa el surgimiento de la Teología de la Liberación en las décadas de los 50 y 60, con la aparición de diversos gobiernos populares y dictaduras militares como respuesta de la derecha política. Durante estos gobiernos, aumentó la pobreza en el campo y el crecimiento de los cinturones de miseria en las ciudades. Paralelamente, surgen movimientos sociales que luchan por la dignidad humana y un desarrollo equitativo. En esta época, en el seno del Concilio Vaticano II, hay un pronunciamiento eclesial ante la situación en temas de desarrollo y pobreza. En este ambiente convulsionado, surgen gran cantidad de clérigos, religiosos, teólogos y obispos, que luchan por una sociedad más justa. José Larrea, “The challenges of Liberation Theology to Neoliberal Economic Policies.” Social justice 58 (1994): 38 http://www.jstor.org/ discover/10.2307/29766841?uid=3737808&uid=2134&uid=2&uid=70&uid=&sid=21102380515947 (consultado el 9 de junio de 2013). 6 Clodovis Boff, “Epistemología y método de la teología de la liberación”, Mysterium Liberationis: Conceptos fundamentales de la teología de la liberación, compilado por Ignacio Ellacuría y Jon Sobrino (San Salvador: UCA Editores, 1993), 79. 7 Ibid., 81. 8 Ibid., 85. 9 Ibid., 99.
15
económico y social.10 Esta mediación abarca el análisis económico, ético y político; en este
sentido, la teología de la liberación propone la construcción de una nueva civilización,
basada en la satisfacción de las necesidades básicas como un derecho fundamental;
necesidades mínimas de nutrición, salud, educación, vivienda y empleo.11
La segunda mediación contempla la revelación de Dios, su plan divino en relación con el
pobre y oprimido de América Latina; lee la Escritura desde esta óptica y de este modo
ilumina la perspectiva que ha mostrado la mediación socio-analítica y la praxis misma. Es
la mediación hermenéutica, que propone una dialéctica entre pobre y Palabra, en la que ésta
tiene la primacía del valor.12 La hermenéutica liberadora privilegia la aplicación sobre la
explicación, trata de descubrir la energía liberadora que subyace en el interior de los textos
sagrados, acentúa el contexto social al interior de los pasajes bíblicos, e introduce una
lectura popular de la Biblia;13 por último, se mantiene en íntimo contacto con la doctrina
social de la Iglesia.
La tercera mediación es la práctica, la praxis, que se da en la plaza pública y también en el
templo; lleva a “obrar: acción por la justicia, obra de amor, conversión, renovación de la
Iglesia, transformación de la sociedad.”14 Comprende varios niveles discursivos: el ámbito
profesional, la acción pastoral y la teología popular. Sin embargo, es preciso resaltar que
estos niveles discursivos se quedan cortos al momento de elaborar propuestas, de aquí la
necesidad de acudir a las otras dos mediaciones para lograr, de esta forma, generar
mecanismos teóricos y de praxis acordes a la realidad. Se necesita de las tres mediaciones
para leer los acontecimientos.
Con esta sucinta descripción como marco, se recogen ahora las perspectivas de tres
teólogos pioneros en la teología de la liberación, ubicados en el contexto latinoamericano
10 Ibid., 103. 11 Valpy Fitzgerald, “The economics of liberation theology”, The Cambridge companion to liberation theology, edited by Christopher Rowland, (Cambridge: Cambridge University Press, 1999), 221. 12 Boff, Epistemología, 107. 13 Ibid., 108. 14 Ibid., 112.
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desde situaciones y naciones distintas: El Salvador, Perú y Brasil. Desde el pensamiento de
cada uno se mostrarán los rasgos distintivos de su teología en relación con la economía, con
el fin de establecer un diálogo con el pensamiento de Amartya Sen.
1.1. Ignacio Ellacuría Ellacuría observa, en El Salvador y en toda América Latina, un ser humano que se
encuentra en la miseria y en la pobreza, debido al clima de opresión social y política,
producido por estructuras injustas, que afectaron la mayoría de planos de la vida: la
persona, la cultura, lo político, lo social, lo religioso y lo económico. El entorno de la
liberación se origina en la opresión que se generó en la década de los cincuenta en varias
naciones que no frenaron la injusticia histórica. En este contexto surge la pregunta teológica
acerca del quehacer histórico de la fe cristiana ante las circunstancias de inhumanidad; la
respuesta son los movimientos tendientes a generar en la población el ideal de la liberación.
Como las responsables de la opresión son personas y naciones, es preciso introducir los
respectivos dinamismos políticos y económicos15 que abran senderos de cambios
estructurales. Una situación semejante a la de América Latina la relacionan los teólogos de
la liberación con los hechos señalados en el libro del Éxodo16. En el Éxodo se relata la
acción de Dios en la historia; la respuesta de fe de una persona y del pueblo, que a la vez
tiene repercusiones en lo político, lo social y lo económico, entre otros aspectos17; por estas
razones, es un texto fundamental en el camino liberador.
El Antiguo Testamento cuenta que Yahveh libera real e históricamente a Israel, trayendo el
bienestar de la nación y de cada uno de sus habitantes. En este sentido, el libro del Éxodo
muestra cómo la acción liberadora de Yahveh, al cambiar la historia de Israel, modifica
15 Larrea, The challenges, 38. 16 Ex 1, 8ss relata la opresión por parte del Faraón y de los egipcios sobre el pueblo judío: esclavitud, control obligatorio de la natalidad, trabajos forzados. “Los egipcios esclavizaron brutalmente a los israelitas, y les amargaron la vida con dura servidumbre, con los trabajos, del barro, de los ladrillos, del campo y con toda clase de servidumbre. Los esclavizaron brutalmente.” Ex 1, 13-14. 17 En el texto del Éxodo se puede apreciar cómo los poderes religiosos, políticos y económicos de Egipto oprimen al pueblo de Israel. Se presentan situaciones de marginalidad, de exclusión, de periferia y de dolor en el pueblo.
17
también la del opresor, Egipto, y por supuesto, la de la humanidad. Desde esta
argumentación, Ellacuría manifiesta que la historia no sólo es afectada por Dios, sino que
también las personas, las naciones y los imperios son responsables de la opresión-
esclavitud de ellas, afectando, sin duda, el contexto histórico personal y general. Por otra
parte, en la actualidad, las instituciones también cumplen papeles opresores o liberadores en
la sociedad y en las personas; por lo tanto, es preciso tenerlas en cuenta como actores de
liberación u opresión.
Ellacuría enfatiza el carácter histórico de la salvación donde la acción de Dios se revela.
Cómo conclusión resalta que:
Una fe al margen de la historia, una fe al margen de los acontecimientos históricos tanto en la vida de Jesús como en la vida de la humanidad, no es, en consecuencia, una fe cristiana… Pero tampoco es cristiana una postura que se apoye exclusivamente en la vivencia creyente del Resucitado y olvide las raíces históricas de la resurrección.18
Es pues, en medio de la historicidad captada por la razón humana bajo “los avances de las
ciencias positivas, en el campo de la técnica y de las ciencias liberales”19, que es posible
leer los acontecimientos históricos en los cuales se revela Dios en la persona de los pobres e
indefensos. No se trata de forzar las ciencias para que sirvan a la fe o tratar de insertar la fe
en las ciencias, se trata de un diálogo con ellas, para dar razón de la fe y para que una praxis
liberadora tenga sentido. En el libro del Éxodo se da muestra un proceso de liberación que
se puede leer a la luz de las ciencias políticas y sociales como proceso de salvación-
liberación. Al mismo tiempo, es importante subrayar el actuar del patriarca Moisés. Su
18 Ignacio Ellacuría. “El Pueblo crucificado”, Mysterium Liberationis: Conceptos fundamentales de la teología de la liberación, compilado por Ignacio Ellacuría y Jon Sobrino, (San Salvador: UCA Editores, 1993): 195. 19 En el numeral 15 de la Gaudium et spes se señala que el ser humano tiene participación en la luz divina por virtud de su inteligencia. Gracias a ella, el hombre ha logrado avances en las ciencias, ha logrado descubrimientos importantes en el mundo material y resalta la capacidad para alcanzar la realidad inteligible. En este sentido, sus descubrimientos y logros se extienden a las ciencias sociales y humanas, las cuales son utilizadas como mediación por el método latinoamericano. Concilio Ecuménico Vaticano II. Constituciones, decretos, declaraciones, legislación posconciliar. “Constitución pastoral Gaudium et spes sobre la Iglesia en el mundo” (Madrid: Biblioteca de autores cristianos, 1967), 279.
18
participación activa en el proceso liberador de Israel enseña una praxis liberadora. Ellacuría
resalta que esta acción no es sólo de Yahveh:
Desde esta perspectiva la pregunta de si es Yahveh o es Moisés quien saca al pueblo de Egipto no admite la respuesta simplista de que es Moisés (interpretación racionalista o naturalista) ni la respuesta asimismo simplista de que es Yahveh (interpretación supranaturalista). Ni Yahveh saca al pueblo sin Moisés ni Moisés sin Yahveh. Este «sin» es absolutamente positivo y esencial.20
Ellacuría ubica toda la experiencia humana en la realidad de la historia del hombre21. La
realidad no es solamente lo pasado, es también lo que se puede construir. Es a partir de la
historicidad como se construyen la realidad y la verdad, es en ella donde se revela la auto-
donación de Dios en lugares privilegiados, como el de los pobres. Es en la historia humana,
personal y colectiva, donde se hace visible la historia de salvación de Dios, como bien lo
señala Ellacuría:
Así se irá completando la auto-donación de Dios a la humanidad, la cual se da no sólo en el ámbito reducido de una historia de la salvación entendida restrictivamente, sino en el ámbito total de la historia. En ésta, sin embargo, tiene prioridad axiológica la historia de la salvación en cuanto en ella se hace presente de forma eminente la auto-donación de Dios sobre todo en la figura de Jesús y en la acumulación de la palabra revelada, sin olvidar, no obstante, como más tarde insistiremos, que en lugares aparentemente muy profanos, como el de los pobres y empobrecidos de este mundo, se da una especial presencia e intervención salvífica del propio Jesús, como mediador fundamental de la historia de Dios.22
Es preciso llamar la atención acerca de la auto-donación de Dios en la persona de
Jesucristo, a la vez que se debe resaltar la preponderancia de la palabra revelada en el
proceso histórico de la salvación. En este sentido conviene decir que el Jesús histórico, es el
que habla en el discurso de las bienaventuranzas acerca del Reino de Dios, de los mansos,
de los que lloran, de los que tienen hambre y sed de justicia, de los que trabajan por la paz, 20 Ignacio Ellacuría, “Historicidad de la salvación cristiana”, en Mysterium Liberationis: Conceptos fundamentales de la teología de la liberación, compilado por Ignacio Ellacuría y Jon Sobrino (San Salvador: UCA Editores, 1993): 339. 21 El problema de la historicidad es fundamental en Ellacuría. Para él, la historia es el lugar de la praxis, allí se construyen la realidad y la verdad, sin ningún tipo de determinismos. La historia es construida por un conjunto de personas que a la vez forman instituciones, por ello la relevancia de las instituciones. 22 Ellacuría, Historicidad, 354.
19
de los perseguidos por causa de la justicia, de los injuriados23. La propuesta de Ellacuría
está íntimamente unida a la invitación que el Jesús histórico hace en las bienaventuranzas.
Por lo tanto, la realidad histórica de los pobres es lugar teologal de encuentro con Dios y
lugar soteriológico para los seres humanos.
La actividad humana genera realidades que afectan a los hombres y mujeres de manera
categorial y trascendental24, es claro que todo esfuerzo del hombre tiene efectos históricos
concretos. El pensamiento científico también produce realidad histórica y verdad. Ellacuría
privilegiará las formas comunitarias de construir históricamente la realidad y la verdad, al
señalar que: “la realidad histórica es, además, la realidad abierta e innovadora por
antonomasia. Si hay una apertura viva a la trascendencia es la de la historia... Se dirá que
esta apertura es propia de la persona. Y así es. Pero ninguna persona puede, desde sí misma,
dar cuenta de toda la apertura de la realidad.”25 Sin embargo, cada ser humano no queda
aniquilado en la historia, ya que la propuesta histórica no es una sumatoria de lo que hace
cada persona26; en este sentido, premisas como búsqueda de la felicidad, del desarrollo de
la persona y los valores como la solidaridad, no quedan alejados de su propuesta; hacen
parte de la invitación cristiana, como lo expresa en el siguiente apartado:
El ideal cristiano de encontrar la felicidad está más en el dar que en el recibir -cuánto menos en el arrebatar- (Hech 20, 35), más en la solidaridad y en la comunidad que en el enfrentamiento y en el individualismo, más en el desarrollo de la persona que en la acumulación de cosas, más en el punto de vista de los pobres que en el de los ricos y poderosos, queda contradicho e impedido por lo que es en la práctica, más allá del enunciado ideal que a nada compromete, el dinamismo real de los modelos actuales.27
23 Mt 5, 1-11 24 Rahner, se refiere a la experiencia trascendental como la acción fundamental del sujeto cognoscente, subjetiva, ilimitada y no temática, que se da en el acto espiritual de conocer, es constitutiva y condición de apertura y de posibilidad. Esa experiencia trascendental, su acogida, está mediada consigo misma a través de toda realidad categorial, en la que y por la que, el sujeto llega a sí mismo. Karl Rahner, Curso fundamental sobre la fe: Introducción al concepto de cristianismo. (Barcelona: Editorial Herder, 1979), 38 y 187. 25 Ignacio Ellacuría, “El objeto de la filosofía” en Filosofar en Situación de Indigencia, compilado por Juan Carlos Scannone y Gerardo Remolina, (Madrid: Universidad Pontificia Comillas, 1999), 40. 26 Ibid., 32. 27 Ignacio Ellacuría, “Utopía y profetismo”, en Mysterium Liberationis: Conceptos fundamentales de la teología de la liberación, compilado por Ignacio Ellacuría y Jon Sobrino, (San Salvador: UCA Editores, 1993), 407.
20
Con estas afirmaciones, el autor insiste en el llamado del cristiano a entregarse a los demás,
toda vez que su existencia vital es ser imagen y semejanza de Dios, que se auto-dona a los
seres humanos en Jesucristo. Se puede afirmar que, lo trascendental de Dios se hace historia
en lo comunitario, social, político y económico, de manera que todos estos ámbitos
humanos contribuyen a la realización histórica y escatológica del Reino de Dios. Es en este
ambiente de Reino e historia donde “los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan
limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, se anuncia a los pobres la Buena Nueva.”28
De la afirmación evangélica se deduce, que la propuesta del Reino que hace Jesús no es
solamente en el plano metafísico, es real y realizable, se construye en la realidad histórica
del ser humano y es una propuesta de verdad. Se trata entonces de construir a la persona
que está abierta a la trascendencia y que está llamada a construirse a sí misma, no
únicamente desde su propia individualidad, sino también desde acciones comunitarias,
políticas y sociales.
La acogida del proyecto del Reino necesita seres humanos libres, que puedan optar por el
seguimiento de Jesucristo. A su vez, la libertad precisa una serie de condiciones para que
sea realmente vivida. Los sistemas de desarrollo-liberación actuales no han logrado la
utopía de liberar a todos los hombres; por el contrario, han llevado al subdesarrollo-
opresión a la mayoría de ellos, han conducido a la deshumanización y descristianización del
hombre29 en América Latina. Ellacuría y la teología de la liberación, proponen un
profetismo que conduzca a un principio de universalización en la opción preferencial por
los pobres30; porque el sistema actual ha creado una uniformización, regida por las leyes del
mercado económico, que a la vez han determinado al ser humano31.
Se necesita entonces una salida utópica y profética, que propenda por un ideal de plena
libertad en un proceso de liberación. “La libertad real se obtiene fundamentalmente por un
proceso de liberación. Esto es así en lo personal, en lo comunitario, en lo social y también
28 Lc 7, 22 29 Ellacuría, Utopía, 412. 30 Ibid., 410. 31 Ibid., 410.
21
en lo político.”32 Este autor afirma que, el ideal de liberación ya se vislumbra en los
documentos de las Liberties inglesas de la Charta Magna; en ella se reflejan logros
concretos de libertad: menos impuestos, juicios justos, protección contra el autoritarismo de
los reyes, entre otros. Allí se propone un proceso de liberación de la injusticia, de la
dominación, de los abusos institucionalizados y pseudo-justificados. En este mismo
sentido, tardíamente, el liberalismo se toma como modelo de libertad y camino para
preservar, más que para conseguir, esa libertad33.
A pesar de que las cartas constitucionales de varios países del mundo tienen como ideal
utópico la libertad, la realidad indica que se produce una liberación para una pequeña
proporción de la población. Concretamente, el ideal liberal ha sido tomado como modelo
liberador, pero no ha tenido la fuerza histórica para generar libertad en la mayoría de la
población en América Latina34. Por esta razón el autor indaga acerca de las razones por las
cuales no se ha llegado a la tan anhelada liberación de las mayorías oprimidas. Algunas
personas han salido de la opresión, pero desafortunadamente se han vuelto obstáculo para la
liberación de la mayoría de la población. A raíz de esto su crítica al liberalismo:
El liberalismo, tal como es contradicho por el profetismo histórico de América Latina, es la cobertura jurídica y formal de quienes ya han sido liberados de ciertas opresiones y dominaciones y procuran, a su vez, que no lo consigan otros, respecto de ellos, mediante sucesivos y más complejos procesos de liberación.35
Considera entonces que es importante el proceso de liberación para alcanzar la libertad.
Que no se trata únicamente de lo personal, sino también de lo comunitario y que es preciso
32 Ibid., 416. 33 Ibid., 416. 34 Los informes del Programa de las Naciones Unidad para el Desarrollo (PUND) desde el año 90 tratan el tema de la pobreza, la desigualdad y su relación con la libertad. Las cifras del informe de 2005 revelan la gran desigualdad en que se encuentra el mundo. Programa de las Naciones Unidas para el desarrollo (PUND). Informe sobre el desarrollo humano 2005: La cooperación internacional ante una encrucijada ayuda al desarrollo, comercio y seguridad en un mundo desigual, (Madrid: Ediciones Mundi-prensa, 2005), 66, http://hdr.undp.org/en/media/HDR05_sp_frontmatter.pdf (Consultado el 13 de Julio de 2013). La importancia de estos informes es que corroboran con cifras las intuiciones de los teólogos de la liberación. Por lo tanto, hay desigualdades regionales, urbano-rurales, de género, que generan menor libertad. En este aspecto es interesante observar cómo los teólogos de la liberación han tenido la razón en sus apreciaciones. 35 Ellacuría, Utopía, 416.
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este proceso de liberación desde varias perspectivas. En cuanto a la libertad, lanza una
afirmación contundente acerca de la forma de lograrla, la liga al ser y al hacer, al afirmar
que:
Tanto la libertad personal como la social y política sólo es tal efectivamente cuando se «puede» ser y hacer lo que se quiere – se debe o es permitido- ser y hacer. La libertad sin condiciones reales que la hagan realmente posible puede ser un ideal, pero no es una realidad, ya que sin las debidas y suficientes condiciones reales que la hagan realmente posible no se puede ser ni hacer lo que se quiere.36
La libertad se alcanza a través de un proceso que libere “que empieza por la liberación de
las necesidades básicas y construye después condiciones positivas para el ejercicio cada vez
más adulto de la libertad y para el disfrute razonable de las libertades.”37 El proceso
liberador involucra la liberación de toda forma de opresión, para permitir una libertad
compartida, que no sea reducida por las necesidades básicas insatisfechas o cualquier
índole de limitaciones.38 El autor afirma que, en términos cristianos, se trata de un proceso
de liberación profética del pecado, de la ley y de la muerte, como se alude en la carta a los
Romanos39, cuya finalidad es vivir la gloria de los hijos de Dios.40 Promesa no solamente
para los cristianos sino para toda la humanidad, que propone construir desde un profetismo
utópico e histórico, en una universalización desde la opción preferencial por los pobres.
En definitiva, la propuesta de Ellacuría concede un valor significativo a lo histórico en la
economía de la salvación, como lugar de vivencia de la fe y del proceso liberador de Dios
para la humanidad. Por otra parte, en esta historia el pobre es lugar teologal de encuentro
con Jesucristo y como tal se debe privilegiar, especialmente en América Latina, en donde
los sistemas económicos imperantes han causado opresión y falta de libertad. Ellacuría ve
la necesidad de una liberación a través del profetismo utópico, guiado por una opción 36 Ibid., 416. 37 Ibid., 417. 38 Ibid., 418. 39 Rom 6-8 San Pablo habla de la vida en Cristo y aclara cuál es el significado de no permitir que reine la injusticia, ni el pecado. El cristiano vive “en la esperanza, liberado de la esclavitud de la corrupción para participar de la gloriosa libertad de los hijos de Dios”. Rom 8, 21 En última instancia el ser humano está destinado a la gloria de los hijos de Dios. 40 Ellacuría, Utopía, 418.
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preferencial por los pobres, liberación que provendrá del logro de una liberad personal,
social y política. En este sentido, las formas comunitarias y la solidaridad, como valores
cristianos, son importantes en el proceso liberador.
1.2. Gustavo Gutiérrez Los teólogos de la liberación enfatizan que los pobres son un lugar preferencial de
encuentro con Dios y sustentan su afirmación en la palabra de Dios revelada en los
evangelios. Gustavo Gutiérrez desde la experiencia peruana considera que: pobre y pobreza
son un eje que une evangelio y teología de la liberación; por lo tanto, es preciso, como
primer paso, la comprensión del término pobreza. En el evangelio el término se relaciona
con la pobreza espiritual o la pobreza económica, se aplica al pobre de recursos vitales que
en definitiva no tiene ningún medio para vivir. El tema de la pobreza, a su vez, es un
elemento presente en la realidad peruana y latinoamericana. No obstante los grandes
avances tecnológicos de la humanidad el problema continúa, como si la humanización del
hombre fuera aún incipiente. Surgen grandes capitales, nuevos modelos de desarrollo,
nuevas técnicas, pero se mantiene la corrupción de los sistemas políticos. Por ello, es
primordial insistir en combatir la pobreza como manifestación fehaciente de las estructuras
de pecado, pues los informes económicos globales señalan que no hay escasez de alimentos
ni de recursos para la humanidad actual, sino injusta distribución de ellos.
A la pobreza económica41 se le suma una disminución efectiva en la libertad, lo que trae
como consecuencia una conciencia débil y oprimida que genera resignación. Los afectados
no ven la posibilidad de tener acceso a mejores niveles de vida. En el tema de la fe, la falta
de libertad genera grandes dudas en los creyentes, al dificultarles entender cuál es la real
41 En el informe de 1997 del PUND se define la pobreza como opuesta al desarrollo, en cuyo caso, pobreza significa que se niegan las opciones fundamentales del desarrollo: vivir una vida larga, sana y creativa y disfrutar de un nivel decente de vida, libertad, dignidad, respeto por sí mismo y los demás. En el mismo informe se mencionan tres perspectivas de la pobreza: desde el ingreso, desde las necesidades básicas y desde la capacidad. Programa de las Naciones Unidas para el desarrollo (PUND). Informe sobre el desarrollo humano 1997: Desarrollo humano para erradicar la pobreza, (Madrid: Ediciones Mundi-prensa, 1997), 18. http://hdr.undp.org/en/media/ hdr_1997_es_indice.pdf (Consultado el 12 de Julio de 2013).
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voluntad de Dios para el ser humano. Con una conciencia oprimida, a la persona le queda la
inquietud de si su situación de pobreza económica y de acceso a medios es un deseo de
Dios, si es su pretensión que las personas tengan “vidas pequeñas”; es decir, vidas con poca
capacidad crítica, democrática, de pensamiento, de reflexión, de educación; vidas desde una
religiosidad “analfabeta”; que hacen parte “virtual” de las instituciones, pero que no son
capaces de participar en su humanización, regulación o construcción. En este orden de
ideas, es menester analizar qué entiende la Biblia por pobreza y cuál es la idea de Gustavo
Gutiérrez acerca de la misma. En segundo lugar determinar la incidencia de la pobreza
económica y el desarrollo en la mejora de las condiciones humanas.
Para Gutiérrez, el eje principal de la vida cristiana debe ser una opción preferencial por los
pobres. Desde esta óptica lee la Buena Nueva evangélica, que se convierte en una forma de
la inteligencia de la fe y de la espiritualidad cristiana como seguimiento de Jesús.42 En los
más abandonados se manifiesta particularmente el amor de Dios a la humanidad. En el
marco del amor infinito, bondad y misericordia de Dios, se puede suponer que Él no desea
la pobreza involuntaria de la persona. Dios invita constantemente a combatirla, mediante
sus anuncios reiterados a través de los profetas, de los evangelios y en general de los textos
bíblicos. La situación de pobreza presente en la historia, debe llevar a la humanidad a
buscar su origen en el interior del hombre y en las estructuras que ha creado para vivir en
sociedad-comunidad; en esa búsqueda se logra “advertir con toda claridad…que la pobreza,
la injusticia y la marginación de personas y grupos humanos no son hechos fatales, tienen
causas humanas y sociales”43; por consiguiente, hay que buscar posibles causas y
soluciones desde las mediaciones socio-analíticas, para dar respuestas claras desde la fe
como principio hermenéutico. Por esta razón afirma que la encarnación del hijo de Dios es
el fundamento hermenéutico y que Cristo, Verbo de Dios, es el centro de toda teología, de
todo lenguaje sobre Dios.44
42 Gustavo Gutiérrez, “Situación y tareas de la teología de la liberación”, en Del lado de los pobres: Teología de la liberación, compilado por Gerhard Ludwig y Gustavo Gutiérrez, (Lima: Instituto Bartolomé de las Casa – RÍMAC y Centro de Estudios y Publicaciones (CEP), 2005), 62. 43 Ibid., 63. 44 Gustavo Gutiérrez, La verdad los hará libres. (Lima: Instituto Bartolomé de las Casas – RIMAC, Centro de Estudios y publicaciones, 1990), 13.
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El pobre no es solamente el que carece de medios económicos para subsistir, pobre es el
“insignificante”, la “no persona” a quien no se le reconoce la plenitud de sus derechos.45
Pobres son los que se hallan «ausentes » social y eclesialmente, que no tienen la posibilidad
de manifestar sus sufrimientos, sus solidaridades, sus proyectos y esperanzas;46 los que no
tienen la posibilidad de ser y hacer, por su incapacidad de expresar sus anhelos y sus deseos
más profundos. El autor agrega que las razones de la pobreza en América Latina son
diversas y afirma que el aspecto socio-económico no es lo único, que la pobreza tiene más
razones y consecuencias:
La pobreza significa, en última instancia, muerte. Carencia de alimentos y de techo, imposibilidad de atender debidamente a necesidades de salud y educación, explotación del trabajo, desempleo permanente, falta de respeto a la dignidad humana e injustas limitaciones a la libertad personal en el campo de la expresión, en lo político y en lo religioso, sufrimiento diario.47
A esta situación se le suman distintas condiciones de exclusión en la no aceptación de lo
multiculturar, en la discriminación de género, en la imposición de ideas y formas de pensar,
en absolutismos en la comprensión del mundo. Estos escenarios, la mayoría de veces, son
ignorados porque la visión de la vida se descentra del ser humano, tal como lo proponen
muchas de las teorías económicas actuales, enfocadas en la producción de conocimiento
tecnológico como principal fuente de acumulación de capital48. Por el tipo de bien que es el
conocimiento tecnológico se convierte en un recurso fácilmente monopolizable, costoso y
por lo tanto, inaccesible para muchos de los que quieren y necesitan acceder al mismo49.
Los altos precios de este conocimiento ocasionan un aumento en la pobreza real, que ya no
45 Gutiérrez, Situación, 65. 46 Gustavo Gutiérrez, “Pobres y opción fundamental”, en Mysterium Liberationis: Conceptos fundamentales de la teología de la liberación I, compilado por Ignacio Ellacuría y Jon Sobrino, (San Salvador: UCA Editores, 1993), 303. 47 Ibid., 304. 48 Gustavo Gutiérrez, “¿Dónde dormirán los pobres?”, en Del lado de los pobres: Teología de la liberación, compilado por Gerhard Ludwig y Gustavo Gutiérrez, (Lima: Instituto Bartolomé de las Casa – RÍMAC y Centro de Estudios y Publicaciones (CEP), 2005), 127. 49 Véase el informe del PNUD del año 2001, en él se tratan asuntos acerca de la propiedad intelectual, los costos para los países pobres del tratamiento del VIH, los costos de los medicamentos, las dificultades de acceso a la investigación, entre otros problemas.
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se entiende como carencia de recursos físicos, sino como dificultad de acceso a mejores
oportunidades para la porción pobre y mayoritaria de la población. Una demostración clara
de esta realidad son las diferencias abismales en posibilidad de tener atención en salud,
vivienda, alimentación y educación, que se da entre las distintas clases sociales de América
Latina.
Gutiérrez asevera que “el significado bíblico de la pobreza constituye […] una de las
piedras angulares de la teología de la liberación”50, a la vez arguye que puede haber varias
acepciones para el término51. Como ya se ha señalado, se basa en textos bíblicos para
fundamentar su afirmación y poner los cimientos de una teología que proclama que los
pobres son lugar de encuentro con Jesús en la historia. Esto se encuentra por ejemplo en
Mateo 25, donde se anuncia que, al venir el Hijo del hombre en su gloria separará a unos de
otros, los de la derecha reciben la herencia escatológica del Reino: “porque tuve hambre y
me disteis de comer: tuve sed, y me disteis de beber; era forastero y me acogisteis; estaba
desnudo, y me vestisteis; enfermo y me visitasteis; en la cárcel y acudisteis a mí”52. En el
mismo texto, ante la pregunta por el cuándo, por el momento histórico, Jesús ratifica, “en
verdad os digo que cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me
lo hicisteis.”53 En la actualidad, en América Latina existen esos pequeños, son los pobres y
oprimidos que no tienen suficientes oportunidades y capacidades para vivir dignamente en
el mundo circundante. En este sentido, el justo que irá a la gloria eterna será cualquier
persona que piense y actúe en favor de los más pobres y necesitados, los hambrientos, los
forasteros, los desnudos, los enfermos, los presos. En el texto de Mateo se aprecia el
misterio de la contemplación y compromiso cristiano con la fe y con la historia. El texto da
entender que el misterio de Dios se revela en la oración y en la solidaridad con los pobres
como acto primero y en un posterior razonamiento como acto segundo.54
50 Gutiérrez, Pobres, 308. 51 Gustavo Gutiérrez afirma que hay tres sentidos para el término pobreza: La pobreza real como un mal, la pobreza espiritual como disposición para aceptar la voluntad de Dios y la solidaridad con los pobres. 52 Mat 25, 35 - 36 53 Mat 25, 40 54 Gutiérrez, La verdad, 12.
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Para Gutiérrez cada texto del evangelio conduce a discursos que van en el mismo sentido
de amor por el más pequeño, realidad que se aprecia veterotestamentalmente y
neotestamentalmente. Por ejemplo, en Jeremías “Cantad a Yahveh, alabad a Yahveh,
porque ha salvado la vida de un pobrecillo”55, el profeta se refiere a los anawin; en el
Éxodo se describe la situación de opresión del pueblo de Israel. En Mateo (20, 1-1 6) se
resalta el contraste entre los primeros y los últimos56. En la exégesis que Gutiérrez hace del
evangelio de Lucas, Lázaro se convierte en el representante emblemático de todos los que
no son, en contraste con los más poderosos (Lc 16, 19-31); en el mismo libro resalta la
vanidad de los notables y la opresión de los pobres (Lc 20, 46-47); En Mateo menciona el
óbolo de la viuda (Mt 21, 1-3)57; al hacer una lectura de las bienaventuranzas, resalta el
verbo llorar y lo relaciona con actitudes de marginación permanente; afirma que los
importantes son los despreciados y que son ellos los que tienen acceso al Reino.
Refiriéndose a Mateo (22, 2-10) y Lucas (14, 14-24) señala que son los no invitados el
centro de la enseñanza de Jesús. De igual forma, puntualiza que Jesús ha venido por los
enfermos.58 A lo largo de los textos de Gutiérrez hay referencias bíblicas que describen la
relación del Reino de Dios con los pobres.
Las situaciones de opresión, bajo nuevas formas y modelos económicos de desarrollo, han
llevado a una deshumanización de la economía que convierte a todo y a todos, incluso a las
personas, en mercancías59. Esto, observado teológicamente, denota una idolatría del
mercado, excesiva confianza en este mecanismo, que hay que denunciar y combatir. En el
orden de la reflexión teológica desde los pobres, debe imponerse un principio de fe que no
excluya las soluciones propuestas por otras ciencias. En el caso concreto de la economía,
Gutiérrez afirma que la autonomía propia de la disciplina económica debe al mismo tiempo
tener presente su relación con el conjunto de la vida de los seres humanos, lo que le supone
55 Jer 20, 13 56 Gutiérrez, Pobres, 310. 57 Ibid., 311. 58 Ibid., 313. 59 Gutiérrez, Situación, 71.
28
acoger una exigencia ética.60 La economía no puede ignorar los principios éticos y
teológicos:
Esto no significa que la economía sea un sector absolutamente independiente de la existencia, como tampoco es el núcleo o la totalidad de ella. El movimiento económico debe ser obligadamente colocado y examinado en el contexto de la vida humana en su conjunto y a la luz de la fe. El criterio de la eficacia inmediata no es el definitivo.61
Con estas palabras Gutiérrez confirma que prevalece el ser humano y su dignidad sobre las
mediaciones, incluida la económica. De ninguna manera la idea es descartar u obviar el
aspecto económico, se trata de ponerlo en su justo sitio, que no puede ser superior al de la
persona humana. Para lograr una ubicación correcta de ella, la fe cristiana propone una
economía humanizante y unos valores nuevos, diferentes a los valores del mercado que han
predominado hasta el momento. Esta visión ética trasciende los sistemas económicos y las
fuerzas internas del mercado que han degenerado en la categorización de los seres humanos
entre pobres y ricos, como ha sucedido con la mayoría de modelos económicos y políticos.
En el orden del desarrollo, una liberación y una organización social deben contribuir a que
se cumplan “las más fundamentales de las aspiraciones humanas: libertad, dignidad,
posibilidad de realización personal para todos”.62 Hay diversos enfoques con respecto al
desarrollo, Gutiérrez propone el que incluye una atención a los valores humanos y a la ética
en perspectiva humanista -que considera no es patrimonio exclusivo de una visión cristiana-63, que reflexiona sobre la humanidad como el ser capaz de asumir su propio destino. Para
que las condiciones adecuadas se den es preciso una liberación de todo aquello que traba el
acceso a la libertad64; porque, en última instancia, se pretende que el hombre pueda llevar
60 Ibid., 72. 61 Gutiérrez, ¿Dónde dormirán, 131. 62 Gutiérrez, Teología de la liberación perspectivas, 43. 63 Ibid., 49. 64 Ibid., 52.
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una existencia humana auténtica, una vida libre, para lo cual se requiere un proceso
histórico de liberación.65
Este proceso se debe dar en lo exterior y en lo interior del hombre, en su dimensión
individual e íntima.66 En lo social-comunitario y en su área psicológica y espiritual. Por lo
tanto, el desarrollo económico debe estar enfocado en la liberación histórica interior y
exterior del ser humano, con sentido humanista e incluyente. Con las estructuras y los
sistemas económicos actuales es difícil lograr un proceso de liberación total, pero no por
eso el pobre debe ser un receptor pasivo del desarrollo económico sino que debe ser artífice
de su propio destino, para poder cambiar las estructuras que lo oprimen. El pueblo
latinoamericano, desde su arraigo en la fe, se siente llamado a luchar desde la esperanza por
cambiar las estructuras de opresión y de pecado que lo esclavizan.
Gutiérrez menciona que varios documentos eclesiales han tratado el tema del desarrollo y la
liberación en perspectiva teológica,67 pero se centra en el mensaje bíblico de Cristo, y
concretamente en el de la comunidad cristiana como fuente de inspiración teológica. En
cuanto a la liberación respecto al pecado y a la ley cita la carta a los Gálatas: “para ser
libres nos ha liberado Cristo”68. Con base en la cita de Gálatas define el pecado como una
separación de Dios, que en la situación latinoamericana se manifiesta en las estructuras de
miseria, injusticia y opresión en las que viven los pobres.69 En el texto de Gálatas, la
libertad ofrecida por Jesucristo tiene un fin específico: la caridad, el amor al prójimo, una
vida en el Espíritu, fines contrarios a los de la carne que se expresan en las idolatrías70, en
los odios y las ambiciones71. Algunas teorías económicas dan predominio al factor capital
65 Ibid., 54. 66 Ibid., 58. 67 Ibid., 62. 68 Gal 5, 1 69 Gutiérrez, Teología, 66. 70 Gutiérrez advierte que “la idolatría, según la Biblia, es entregar su vida y poner su confianza en algo o alguien que no es Dios. Se trata de un riesgo permanente del cristiano. Como lo hemos recordado, hoy, en el contexto neoliberal, el mercado, el lucro, son objeto de un culto idolátrico. Juan Pablo II habla por eso de la 'idolatría del mercado' (CA 40). Es la forma contemporánea del culto a Mamón.” (Gutiérrez, Dónde dormirán, 153). 71 Gal 5, 13 - 25
30
sobre el trabajo; preferencia a los bienes y no a la persona, lo que es contrario a la
propuesta de Pablo, y que da origen a los modelos de desarrollo actual, que favorecen el
surgimiento de estructuras de pecado y de opresión.
El camino propuesto por Gutiérrez tiene como finalidad crear conciencia y praxis en la
persona del pobre, para que asuma una actitud existencial autónoma de liberación. El autor
se pasea por varios campos en lo teológico, bíblico, político, ético y sociológico; la síntesis
que hace lo lleva a afirmar que el pobre debe ser artífice de su propio destino y que debe
levantar su voz. Los medios de los cuales dispone para expresarse son los valores
evangélicos de unión, solidaridad y fe en Jesucristo. Desde una praxis de la fe y con la
acción política es posible que el pobre logre salir de su estrechez económica y se
constituya existencialmente como ser que vive en la libertad de los hijos de Dios. En este
contexto, el teólogo recuerda que “los pobres, insignificantes y excluidos, no son personas
pasivas esperando que se les tienda la mano. No tienen sólo carencia, en ellos bullen
muchas posibilidades y riquezas humanas”72, por lo tanto, tienen la potencialidad y fuerza
propia de todo ser humano, pero se les ha hecho creer que no tienen voz; que son diferentes
a los que han logrado procesos de liberación desde la perspectiva económica. La teología
de la liberación reclama no olvidar que la vida del ser humano se mueve a la vez en varios
planos, no solamente el teologal, y por lo tanto, en la lucha por la liberación lo político no
puede ser olvidado, pues es en la polis en donde confluyen los actores sociales y es allí
donde es posible que puedan dar giros sustanciales las situaciones de opresión.
Resumiendo, en el pensamiento de Gustavo Gutiérrez la opción preferencial por los pobres
se hace siguiendo los textos evangélicos, que proponen el amor a los más pequeños.
Diferencia varios tipos de pobreza entre las cuales está la pobreza económica. La falta de
recursos genera muerte, discriminación y escasas oportunidades, en un mundo regido por el
mercado al cual se ha idolatrizado, superponiendolo al ser humano mismo. Por esta razón,
es necesario un proceso liberador desde la fe en Jesucristo, que incluya lo económico, para
devolver a la persona del pobre la autonomía que le permita ser libre. 72 Gutiérrez, ¿Dónde dormirán, 139.
31
1.3. Leonardo Boff La teología de Leonardo Boff, concebida desde la realidad brasileña y latinoamericana,
tiene como trasfondo antropológico un ser humano creado, cuyo fin último es acoger la
comunicación que le quiere hacer Dios a través del amor que se manifiesta en la
resurrección de su Hijo Jesucristo; la persona está llamada a resucitar, porque “la
resurrección pone de manifiesto el destino divino y eterno del ser humano. No vivimos para
morir. Morimos para resucitar.”73 La comunicación divina parte del principio de un Dios
creador, que sale todo de sí para darse por completo al hombre, a quien hace centro de su
obra creadora; de tal forma que, lo que empezó en Dios vuelve a terminar en Él: “el ser
humano existe por causa de Dios y para Dios, el cual encuentra para sí en el ser humano
una realización que, de otro modo, no tendría.”74 Para que esta obra de Dios acontezca en la
persona, se necesita su participación radical en el proyecto de amor la cual requiere una
disposición personal, comunitaria, social y política. Es un proyecto que el hombre
desarrolla bajo la presencia divina que acompaña todo su entorno: sus estructuras sociales,
económicas, políticas, religiosas y espirituales.
Para Boff, la revelación plena de Dios se da en Jesucristo, quien se convierte en el guía de
todo proyecto liberador y salvífico en medio de la historia y de la cotidianidad. En la
creación, por su carácter histórico, acontece el proyecto de gracia de Dios y su interacción
con la humanidad. Es en la historicidad en la que cada ser humano existe, se relaciona, vive
con los otros; en la historia el ser humano se introyecta y peca; solo históricamente puede
salir de sí hacia el otro con la ayuda de la gracia. Es en lo histórico donde se da lo
comunitario, lo político, lo social, lo económico. En la historia el hombre comprende su
finitud y su llamado a la unión con Dios. Es en lo histórico donde Dios salva al hombre. En
lo histórico Jesús se encarna, sufre y muere. El autor señala que:
73 Leonardo Boff, La Crisis como oportunidad de crecimiento, 85. 74 Ibid., 85.
32
La voluntad salvífica de Dios nos ha situado en la atmósfera de la primacía de su amor divino, superior a toda capacidad de rechazo humano dentro de la historia, peregrina hacia el reino. Dios continúa amando a la humanidad. Su amor encuentra en las mediaciones históricas el camino para visitar a cada hombre concreto. Penetra en el proyecto histórico de la humanidad, de una nación, de un sistema político y económico y llega al corazón de las personas y de la sociedad.75
Respecto a la historia, Boff señala que no hay una profana y otra sagrada, es
exclusivamente una, desde el origen hasta la consumación escatológica, y toda ella es una
historia de liberación. Allí se mezclan la opresión del ser humano y la acogida de Dios; la
política y la economía, en cuanto hacen parte de ella, también están penetradas de gracia y
desgracia, de liberación y opresión.76 Sin descuidar el aspecto teológico y la condición
cristo-céntrica, aclara que “la liberación de Cristo y de Dios es más que una liberación
socio-política. Pero es también una liberación socio-política,”77 que se debe concretar en
acciones ciertas y reales en la historia de los oprimidos. Por otra parte “la liberación
escatológica se encarna ya dentro de la historia, aunque de forma limitada, pero real, y se
abre para el modo definitivo en el futuro de Dios”78. De esta manera historia humana e
historia de salvación se juntan; Dios y hombre caminan unidos en la construcción de un
mundo mejor, justo y libre. Para que esta historia se haga realidad, debe construirse bajo el
signo del hombre, de sus instituciones y de sus mediaciones, pero sin prescindir de los
aspectos teologales y la realidad económica, política y social, ante lo cual afirma Boff:
... Las instancias económica, política y social son algo más: son lugares en los que se hacen historia la gracia y el pecado, la opresión y la liberación. Lo cual quiere decir que lo económico, por ejemplo, es algo más que económico; es teologal y sacramental, porque es vehículo de una realidad de salvación o de perdición. La fe discierne lo teologal (la dimensión objetiva de presencia o de negación de Dios) de todas estas realidades.79
75 Leonardo Boff, Gracia y experiencia humana. (Madrid: Editorial Trotta, 2001), 170. 76 Leonardo Boff, La voz del arco iris. (Madrid: editorial Trotta, 2003), 83. 77 Ibid., 242. 78 Ibid., 283. 79 Leonardo Boff, La fe en la periferia del mundo: El caminar de la iglesia con los oprimidos. (Santander: Editorial Sal Terrae, 1980), 70.
33
Teológicamente se habla de una liberación del pecado y de todo lo que oprime al ser
humano, se trata de una liberación integral de todo el hombre y de todos los hombres, de
todas sus dimensiones oprimidas bien sea en lo personal o en lo social. La
multidimensionalidad humana hace difícil trabajar al mismo tiempo en todos los factores
que oprimen a la persona, por ello es preciso ocuparse de áreas estratégicas de liberación.
Una de ellas es la opresión por la pobreza real, que se analiza desde la mediación
económica; otra es la construcción del hombre nuevo, libre de condicionamientos sociales,
que utiliza la mediación política; la liberación del pecado, como recreación del hombre y su
realización en Dios, es analizada por la mediación religiosa.80 Es claro también que se
necesitan otras mediaciones como la psicológica, la estética, la simbólica, para liberar al
hombre íntegro; unas y otras contribuyen a liberar al ser humano, puesto que la unicidad
antropológica logra que al potenciar un área se desarrolle o empobrezca otra; así por
ejemplo, el aspecto económico lleva a mejorar la autoestima, pero también puede producir
alienación.
En el tema de la liberación Boff reclama líneas teológico-pastorales, que permitan
organizar y dirigir la atención de los pobres81. La primera de ellas es la opción preferencial
por los pobres y la lucha contra la pobreza. La segunda línea, corresponde a la liberación
integral como proceso popular que trata de anticipar y concretar los bienes del Reino de
Dios.82 La tercera, las comunidades eclesiales de base, entendidas como grupos primarios
conformados por pobres, marginados, trabajadores, que al interior de la comunidad generan
un proceso pedagógico de abajo hacia arriba.83 Hay otras dos áreas teológico-pastorales
para el autor: la defensa de los derechos humanos y la opción por los jóvenes.
Leonardo Boff es un convencido de la necesidad de cambios estructurales y es enfático al
afirmar que es posible reorganizar estructuras opresoras desde el marco de la fe en
Jesucristo, a través de una mediación de las ciencias políticas y económicas. El orden
80 Ibid., 73 81 Leonardo Boff, Desde el lugar del pobre, (2 ed. Bogotá: Ediciones Paulinas, 1989), 31. 82 Ibid., 33. 83 Ibid., 34.
34
político, afirma, se debe entender desde la polis de los antiguos, que abarca todo lo social:
el Estado y sus aparatos, las instituciones civiles, sindicatos, organizaciones económicas,
religiosas y culturales. En este sentido, la comunidad de fe y sus instituciones tienen
incidencia sobre la totalidad de la sociedad.84 “La fe vivida en comunidad (Iglesia) participa
de lo político porque posee y transmite su visión del mundo y del hombre y, a partir de ella,
entra en una relación de crítica, de rechazo o de colaboración con otras ideologías
políticas.”85 La fe, desde su visión del mundo, reconoce que las ciencias pueden ser
liberadoras u opresoras de la humanidad, pueden encaminar por sendas de justicia, de
humanización, de acogida de la trascendencia, o por caminos de rechazo, injusticia e
infelicidad.
El sistema económico tiene gran peso en la configuración de una sociedad más justa y
humana. Es una mediación necesaria para acceder a bienes tangibles e intangibles,
imprescindibles para un desarrollo integral de la persona. En la época moderna ha
predominado el sistema de acumulación capitalista que ha traído progreso y desarrollo
tecnológico, pero ha sido ineficiente en superar el problema de la pobreza. Políticamente el
capitalismo se ha insertado en un sistema democrático, a la vez que se ha inscrito en la
escuela liberal. Se supone que una sociedad liberal y democrática defiende los derechos y la
dignidad de los seres humanos; “sin embargo, debido a su matriz liberal, esos derechos son
pensados y vividos en forma individual, sin articulación adecuada con la responsabilidad
social… [Así que los derechos que más se defienden y respetan son] los que interesan
directamente a los estratos privilegiados de la sociedad: derecho de pensamiento y de
expresión, de religión y de propiedad.”86 Esto crea una ruta determinada para las personas
y la sociedad, que afecta lo económico, lo político, lo social y lo antropológico. Los
teólogos de la liberación han sido grandes críticos del capitalismo y del neoliberalismo; por
supuesto, Leonardo Boff no se sustrajo a esta polémica, su preocupación, en el marco de la
utopía cristiana, se encuentra en cómo superar históricamente este sistema:
84 Boof, La fe en la periferia, 87. 85 Ibid., 87. 86 Boff, Desde el lugar, 53.
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Ya desde ahora declaramos que el problema más fundamental para la comunidad cristiana no se reduce a condenar moralmente el sistema capitalista, con todos sus ideales y prácticas que engendran injusticia social y producen una ignominiosa pobreza. La principal preocupación consiste en la forma concreta de superarlo históricamente. En otras palabras, el problema de fondo es más político que moral; más que rebelarse proféticamente contra una injusticia estructural (lo cual es abstracto), es necesario superar las estructuras injustas (que es algo concreto).87
En el marco de la fe y de sus instituciones, es importante advertir que si el problema es más
político que moral como lo señala Boff, en el campo político las comunidades y las iglesias
juegan un papel importante en el cambio que propone la teología de la liberación. La acción
específica de la Iglesia desde la fe es mantener la esperanza y el espíritu profético, en
consecuencia ella “colabora desde su instancia específica que es la simbólica (ideológica),
no se trata de la instancia más importante, porque las instancias política y económica son
dominantes en nuestras sociedades. Pero, aun siendo secundaria, tiene su importancia,
debido a la relevancia que se atribuye socialmente a la Iglesia.”88 Su función no se limita a
sacralizar el sistema de fuerzas de este mundo, capitalismo o socialismo, su función es
apuntar a otra dimensión que define el sentido último de la vida humana y de la historia.89
Particularmente Boff dice que la misión de la Iglesia está en la evangelización, en el campo
concreto de la profecía y de la pastoral. Por la profecía “la Iglesia se forma un juicio a la luz
de la palabra revelada, sobre la realidad socio-histórica en la cual está insertada; anuncia el
designio de Dios y denuncia lo que se le opone. [Por la pastoral] anima la vida cristiana,
coordina las diversas tareas, crea la síntesis vital entre evangelio y vida.”90
El aporte de la fe cristiana es mostrar sus valores fundamentales de amor, perdón,
fraternidad, renuncia al poder opresor y acogida al otro, promover el espíritu comunitario
que ha de ser orientado a proteger y fomentar estos valores en el interior de la comunidad,
de la Iglesia y de los ambientes sociales en que se inserte91. Cristianamente “lo que
87 Boff, La fe en la periferia, 126. 88 Ibid., 134. 89 Ibid., 159. 90 Boff, Desde el lugar, 41. 91 Es importante observar cómo la Iglesia tiene un alto índice de credibilidad en América Latina. En el informe de Desarrollo humano de 2002 se muestra que más del 60% de la población la considera como una
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constituye un agrupamiento humano con características comunitarias es su esfuerzo por
crear y mantener su contexto comunitario como un ideal, como un espíritu que ha de ser
recreado constantemente, venciendo lo rutinario y el ambiente institucionalizante y
nivelador.”92 Es decir, comunidad que lleve a vivir en la esperanza que Jesús predicó, al
cumplir la sentencia evangélica “proclamad que el Reino de los Cielos está cerca. Curad
enfermos, resucitad muertos, purificad leprosos, expulsad demonios”93, lo que en
consecuencia supone predicar a Dios mediante las palabras y las acciones.
En la práctica, la comunidad cristiana debe ser lugar de reflexión y celebración de la fe. Un
lugar donde se iluminan, a la luz de Dios, las situaciones humanas. En la comunidad
cristiana confluyen dos espacios: el de fe y el político, en ella “el cristiano celebra y
alimenta su fe, oye la palabra de Dios que le urge al compromiso con sus hermanos; en la
comunidad política, obra y actúa junto a los demás, haciendo realidad de un modo concreto
la fe y la salvación, escuchando la voz de Dios que le llama a expresarse en la comunidad
cristiana.”94 Pero, necesariamente debe haber una organización institucional por la que la
persona opte libremente, porque “ninguna comunidad puede subsistir sin un mínimo de
institución que le dé unidad, coherencia e identidad. Pero la institución no es un «en sí»,
sino una función en favor de la comunidad de fe.”95 Esta institucionalidad, que así se
conforma, tiene efectos claros en las estructuras sociales. Sin embargo, señala Boff, la
Iglesia no es solamente institución, es acontecimiento que surge, nace y se reinventa desde
la escucha de la Palabra de Dios que lleva al seguimiento de Cristo movidos por el
Espíritu.96
institución confiable. Programa de las Naciones Unidas para el desarrollo (PUND). Informe sobre el desarrollo humano 2002: Profundizar la democracia en un mundo fragmentado, (Madrid: Ediciones Mundi-prensa, 2002), 69. http://hdr.undp.org/en/media/Indice-ROMANOS.pdf (Consultado el 12 de Julio de 2013). 92 Leonardo Boff, Eclesiogénesis: Las comunidades de base reinventan la Iglesia. (Santander: Editorial Sal Terrae, 1980), 16. 93 Mt 10, 7-8 94 Leonardo Boff, Iglesia carisma y poder: Ensayos de eclesiología militante, 6 ed. (Santander: Editorial Sal Terrae, 1992), 24. 95 Ibid., 93 96 Ibid., 201
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Aunque el autor favorece el aspecto social y comunitario, no olvida el actuar de la persona
en la Iglesia y en la comunidad. Actuación que está inspirada por el Espíritu Santo en los
distintos carismas, que son los que dan creatividad y vida al mensaje de Jesús. “Las
personas se sienten verdaderamente miembros y no meros feligreses de sus comunidades, y
se posibilita el que haya espacio en el que todos, con sus diversas capacidades (carismas)
puestas al servicio de todos y del Evangelio, se realicen religiosamente.”97 Aunque desde el
punto de vista de Boff estas capacidades son dones del espíritu, corresponde a la
comunidad descubrirlos si se entienden como carismas, o a la sociedad potenciarlos si son
entendidos como talentos. “Existe una muy íntima relación entre carisma y talentos
humanos. El recibir o no recibir talentos no depende del poder del hombre. El talento es
gracia. El hombre puede mostrarse responsable o irresponsable frente a los talentos
recibidos (Mt 25, 14ss). El talento es bien empleado y consigue humanizar cuando es
continuamente vivido en el horizonte de la gratuidad.”98 El uso de las capacidades o los
talentos será imprescindible para construir el Reino y para alcanzar la liberación individual
y colectiva, de ello dependerá que las personas y las comunidades sean más libres.
El pensamiento de Leonardo Boff va en sintonía con el de Ellacuría y Gutierrez. El piensa
que es necesaria una liberación socio-política que coincide con la escatológica y la del
pecado, puesto que en la política y en la economía, por ser parte de la historia, también
ocurren situaciones de gracia y de des-gracia refiriéndose a la incidencia del pecado.
También denuncia la ineficacia del capitalismo para superar la pobreza, porque, enfatiza en
algunos derechos y libertades específicas que van en contra de los derechos y libertades de
los más necesitados. En el proceso liberador deben jugar papel importante las instituciones
humanas, incluidas la Iglesia, las comunidades eclesiales de base, dada su injerencia en el
ordenamiento de la sociedad.
97 Ibid., 251 98 Ibid., 258
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2. LIBERTAD, AGENCIA Y DEMOCRACIA
Amartya Sen, economista y filósofo bengalí, ha estudiado el tema del desarrollo económico
y de la justicia desde la perspectiva de las capacidades, cambiando el enfoque a la persona
humana al apartarse de las orientaciones solamente utópicas o solamente técnicas y hablar
de la vida del ser humano real. De aquí que se puede afirmar que, retorna la humanidad
perdida entre las ideas y la técnica. En este sentido su enfoque es antropológico. Su gran
aporte es el cambio de perspectiva a la teoría económica, al pasar del enfoque del bienestar
y la utilidad al de las capacidades.
En este capítulo se tratan tres núcleos principales: la libertad como desarrollo, apartado en
el que se señalan las críticas al utilitarismo, al bienestarismo y sus objeciones al modelo de
justicia de Rawls. Sen enfatizará en la importancia de la expansión de las libertades para un
adecuado desarrollo económico, político y social de la población. Un segundo núcleo se
refiere a los conceptos de agencia, los funcionamientos, la libertad de bienestar y de
agencia. El último apartado aborda el tema de la democracia, la importancia de la razón
pública y las instituciones, aspectos vitales en el mundo contemporáneo.
La actualidad de su propuesta radica en la importancia que da a las personas, quienes deben
ser sujetos que se construyan a sí mismos y a la sociedad; en este sentido, el valor que tiene
la persona ocupa el centro de sus debates. Desde la perspectiva de las ciencias económicas,
Sen coincide con los teólogos de la liberación en cuanto a la trascendencia de los pobres
como seres humanos, a quienes se les deben dar herramientas para que sean artífices de su
crecimiento y liberación, o, en términos del autor, aumentar su libertad de agencia. Los
teólogos de la liberación cuyas tesis y propuestas se han examinado arriba, y este
economista, ratifican el valor trascendental del ser humano y la primacía de valores
fundamentales como la libertad y la vida.
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2.1. Libertad núcleo del desarrollo En su obra Desarrollo y Libertad99, Amartya Sen sostiene que el desarrollo debe concebirse
como un proceso de expansión de las libertades reales que disfrutan los individuos, dado
que, la libertad es valiosa en si misma porque da más oportunidad a las personas de
perseguir sus objetivos y las cosas que valoran: «aspecto de oportunidad». A sí mismo, la
libertad permite conseguir más libertades y está presente en los procesos de elección:
«aspecto de proceso».100 Más aún, Sen argumenta que la libertad es un fin y un medio. Es
un bien que se debe conseguir para que genere mayores libertades personales, comunitarias
y sociales. Para Sen la calidad de la información es importante y en este punto se aparta de
la concepción tradicional de bienestar que mide el desarrollo con variables impersonales
como el producto Interno Bruto (PIB) nacional o PIB per capita101. El pensamiento
tradicional de bienestar, liga la felicidad y la libertad personal a la cantidad de bienes o
servicios que tengan las personas. En término de indicadores económicos, se podría afirmar
que se es más libre o más feliz en tanto el ingreso per capita aumenta. Para los partidarios
de este modelo, el indicador es importante porque en él se ven reflejados el desarrollo
económico y otros aspectos como la justicia, la libertad, la desigualdad y la pobreza.
Para tratar los temas señalados, Sen parte del análisis de los puntos de vista tradicionales:
utilitarismo, bienestarismo y la teoría de la justicia de Rawls. Todos ellos son
fundamentales al momento de hacer un análisis de la pobreza y la desigualdad económica.
El utilitarismo se inscribe en una ética bienestarista y a su vez la teoría rawlsiana de la
justicia se asienta en la tradición deontológica.102 El utilitarismo ha sido por mucho tiempo,
en el mundo anglosajón, la teoría ética dominante al hablar de economía del bienestar y al
establecer las políticas públicas. Tiene como principales componentes de su estructura, la
99 Amartya Sen, Desarrollo y libertad, (Barcelona: Editorial Planeta, S. A., 2002), 19. 100 Amartya Sen, La idea de la justicia, (Madrid: Distribuidora y editora Aguilar, Altea, Taurus, Alfaguara S.A., 2012), 258. 101 El Producto Interno Bruto es una medida macroeconómica que se refiere a la totalidad de bienes y servicios producidos por un país o región en un determinado período de tiempo, usualmente un año. Se utiliza como un indicador de desarrollo. Para efecto de hacer comparaciones entre países, se utiliza el PIB per cápita, o la producción anual por persona. 102 Sen, Desarrollo y libertad, 80.
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ponderación de las consecuencias de las elecciones, la utilidad del bienestar como
generador de acciones y la ordenación basada en la aditividad.103 A este enfoque Sen le
critica la indiferencia en la distribución, el desinterés por los derechos, libertades y por todo
lo que no genere utilidad; también, la facilidad con que puede ser influenciado por la
adaptación y el condicionamiento mental.104 Subraya que la propuesta del utilitarismo está
orientada sólo al cálculo de la utilidad, lo que la hace demasiado injusta para con las
personas pobres:
El cálculo de la utilidad puede ser muy injusto para las personas persistentemente desfavorecidas: por ejemplo, los habituales desvalidos en las sociedades estratificadas, las minorías siempre oprimidas en las comunidades intolerantes, los aparceros tradicionalmente precarios que viven en un mundo de incertidumbre, los trabajadores explotados día tras día en sistemas económicos explotadores y las amas de casa subyugadas de manera desesperada en culturas gravemente sexistas. Las personas desvalidas tienden a aceptar sus privaciones debido a su mera necesidad de sobrevivir, por lo que pueden carecer del coraje necesario para exigir un cambio radical e incluso, carentes de ambiciones, pueden adaptar sus deseos y sus expectativas a lo que consideran factible.105
El enfoque utilitarista se enmarca en la escuela de la economía del bienestar, que tiene,
como principal defecto, el olvido de las utilidades individuales.106 Una consecuencia directa
de esto es que al observar el agregado de la economía se pasa por alto a las personas, y no
se aprecian, en su medida, los problemas de desigualdad y de pobreza. Solamente tiene en
cuenta la función de utilidad agregada, pero no considera que en la realidad objetiva hay
individuos a quienes la utilidad da mayores oportunidades. En otras palabras, al analizar la
variable utilidad de un país, el indicador puede mostrar que hay un bienestar general, pero,
distributivamente la población total no lo ve reflejado en sus propias vidas. Los mayores
generadores de utilidad tendrán una mejor vida y más feliz, más bienestar; tendrán mayor
percepción de libertad para adquirir bienes y servicios; y podrán fijar un rumbo claro a su
vida. Por otra parte, los menos eficaces en generar utilidad se sentirán menos libres por no
103 Ibid., 81. 104 Ibid., 85. 105 Ibid., 86. 106 Amartya Sen, La Desigualdad Económica, (México: Fondo de Cultura Económica, 2002), 134.
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poder adquirir bienes y servicios e impotentes para elegir la vida que realmente desean. Su
percepción social será de injusticia.
Tener en cuenta únicamente la utilidad agregada como sucede en el enfoque utilitarista en
la práctica genera desigualdad. En este sentido es conveniente observar algunos aspectos de
la desigualdad económica a través del coeficiente de Gini. Los coeficientes de Gini107 para
América Latina muestran grandes diferencias en la distribución de la riqueza económica.
Los teólogos de la liberación emprenden el camino de denunciar que la desigualdad se debe
a factores como: presencia de poderes opresores, diferencias en la posesión y repartición de
la tierra y de los medios de producción, falta de libre acceso al trabajo, escaso acceso a la
tecnología y al conocimiento económicamente valioso. América Latina, en el período
comprendido entre 1970 hasta el final de los años 90, tuvo un índice de Gini en distribución
del ingreso de 50.5, muy por encima de países asiáticos (40.6) y de Europa Oriental (30.1).
El coeficiente Gini en el período 1950–1994, en la variable distribución de la propiedad de
la tierra, estaba en 0.81, lo que denota unas desigualdades grandes con relación al resto del
mundo.108 Es interesante ver en Colombia el fenómeno de la distribución: mientras Luis
Carlos Sarmiento Angulo se encuentra entre los hombres más ricos del mundo, el índice de
Gini para Colombia en la variable ingreso percapita de los hogares es de 55109 en el período
1995 a 2005, situado entre los más altos de la región. Las cifras de desigualdad muestran la
necesidad de un enfoque distinto al utilitarista para medir y para generar equidad.
Por ejemplo, al analizar la desigualdad, en un esquema utilitarista, las preferencias de una
persona que tiene el deseo de ser médico cirujano y cuenta con la inteligencia suficiente
107 El coeficiente de Gini es un indicador matemático que se utiliza en la economía para medir los niveles de desigualdad, usualmente el más utilizado es el de ingresos. El indicador esta entre 0 y 1, la cercanía a la unidad denota mayor desigualdad y 0 es la perfecta igualdad. Otro indicador utilizado es el índice de Gini que resulta al multiplicar por 100 el dato del coeficiente. 108 Los datos de los coeficientes GINI se encuentran en la publicación “Primero la gente” de Sen y Kliksberg, pág. 128 para el caso del ingreso per cápita y pág. 129 para el caso de la propiedad de la tierra. Amartya Sen y Bernardo Klisksberg, Primero la gente: Una Mirada desde la ética del desarrollo a los principales problemas del mundo globalizado. (Barcelona: Ediciones Deusto, 2007). 109 Programa de las Naciones Unidas para el desarrollo (PUND). Informe Regional sobre Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe 2010, Actuar sobre el futuro: romper la transmisión intergeneracional de la desigualdad, (Nueva York: Programa de las naciones unidas para el desarrollo, 2010), 27.
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para completar los estudios, son muy bajas las oportunidades de acceso, pues su condición
de pobreza económica, resultado de la baja eficacia de su familia para generar utilidad
hacen que ella no pueda ofrecer a su hijo los recursos que requiere para acceder a los
estudios necesarios. La falta de oportunidades no le permite a este individuo,
intelectualmente capaz, ingresar a estudios superiores, por lo cual deberá conformarse y
adaptar sus preferencias a una profesión técnica en el área de la salud, con menos años de
formación y menor calidad, o, lo que ocurre en la mayoría de casos en las naciones pobres,
tendrá que optar por un oficio opuesto al que realmente quiere y desea. En realidad este es
el drama permanente de los jóvenes que terminan sus estudios secundarios en países
pobres: no es qué no sepan qué estudiar, el problema es que deben poner a competir sus
preferencias profesionales con la falta de vivienda, de salud y de ingreso de sus familias.
La desigualdad en el tema de la escolaridad es clara entre países latinoamericanos y
europeos, como lo indica el coeficiente Gini. En la década de los 90 el Gini, en la variable
años de escolaridad, era de 41,8 para América Latina y 27.5 para los países
desarrollados.110 En general, el aspecto de educación en América Latina está afectado por
varias circunstancias que han sido estudiadas por el Banco Mundial111. Este trabajo
encontró que el rendimiento educativo se afecta por el número de años de escolaridad de
los padres; la calidad está afectada por el género, la escolaridad de los padres, la cercanía a
municipios, la densidad demográfica de los municipios y la ocupación de los padres, entre
otras variables.
Los indicadores económicos de desigualdad corroboran que con los actuales modelos se
mantienen las diferencias y desigualdades entre la población de cada país latinoamericano.
Por esta razón es oportuno volver a la crítica de Sen al utilitarismo. El diferencia tres tipos
de utilitarismo112. El “consecuencialismo”, que juzga las acciones, reglas o instituciones
110 Sen y Kliksberg, Primero la gente, 131. Cuando el índice se acerca a 100 se presenta mayor desigualdad, en este caso señala que los países desarrollados tienen más años de estudio que los países de América Latina. 111 Ricardo Paes de Barros et. al., Midiendo la desigualdad de oportunidades en América Latina y el Caribe. (Bogotá: Banco Mundial y Mayol Ediciones S.A., 2008), en este estudio se utilizó el enfoque de las capacidades para analizar la desigualdad económica en diferentes variables. 112 Sen, La desigualdad, 135
43
según las consecuencias de las mismas; hay primacía de los bienes independientemente de
lo moralmente correcto, en otras palabras, lo correcto es lo que maximiza el bien.113 El
“bienestarismo”, juzga la bondad del estado de las cosas solo por la información de la
utilidad, lo que constituyen un criterio bastante reducido y claramente determinista. El
tercero es el “ordenamiento de suma” o aditividad, juzga la información sobre la utilidad en
una población por la suma de sus utilidades, sin tener en cuenta la forma como se
distribuyen esas utilidades. Hay, un problema de indiferencia ante la desigualdad.
En la teoría económica el tema de la elección se fundamenta en “el llamado teorema
“básico” de la economía del bienestar [que] se ocupa de la relación entre los equilibrios
competitivos y el óptimo de Pareto.”114 En general se acepta que este es el punto de
equilibrio en el cual, enfrentadas dos personas ante una elección, se mejora la posición de
una sin empeorar la de la otra. Para Sen, la dificultad que supone el óptimo de Pareto es que
no tiene en cuenta el problema de la distribución, ni el conflicto entre seres humanos o
grupos sociales: “Si la suerte de los pobres no puede mejorar sin disminuir la riqueza de los
acomodados, la situación sería un óptimo de Pareto a pesar de la disparidad entre ricos y
pobres.”115 En este escenario, para que se cumpliera la condición de Pareto, se requeriría un
sistema ideal, sin conflictos, con una cantidad de recursos ilimitada, algo que no es posible
en el mundo. En el campo ético, según Hernández116 esto significa que es deseable todo
cambio de situación en que nadie salga perjudicado y alguno resulte beneficiado; en su
versión fuerte, es deseable todo cambio político en el cual algunos ganen y nadie resulte
perjudicado. En este orden de ideas, un sistema que se sustente únicamente en el óptimo de
Pareto es bienestarista porque se fundamenta en algunos factores de tipo económico y de
utilidad.
113 El concepto es de Rawls. Hernández, afirma que la idea central de Rawls es que “el bien independientemente de lo correcto” y “lo correcto se define como lo que maximiza el bien.” Andrés Hernández, La teoría ética de Amartya Sen, Bogotá: Siglo del hombre editores. (Universidad de los Andes, 2006), 71. 114 Sen, La desigualdad, 22. 115 Ibid., 23. 116 Hernández, La teoría ética, 43.
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Además de las críticas al utilitarismo y el bienestarismo están las críticas a la teoría de la
justicia de Rawls. Desde la filosofía política, la teoría de la justicia de John Rawls ha
influido en los sistemas sociales económicos y políticos. El afirma “que la idea de equidad
es la idea fundamental en el concepto de justicia, [a la vez considera]… la justicia sólo
como una virtud de instituciones sociales, o de lo que denominaré prácticas”117. Para Sen,
la afirmación supone que “la noción de equidad se considera fundacional y aspira en cierto
modo a ser «previa» al desarrollo de los principios de justicia.”118 A partir de una «posición
original»119, unas condiciones originarias e ideales de igualdad, se crea un contrato entre
todos los actores de la sociedad; como es primigenia, no hay conocimiento previo de los
intereses personales o de grupo; a partir de este momento cero se crean instituciones y
reglas sociales básicas que determinan el buen gobierno de una sociedad. Como los
participantes se encuentran bajo el «velo de la ignorancia», un estado imaginario de
ignorancia respecto a los distintos intereses personales y opiniones acerca de la buena vida,
los principios de justicia se escogen por unanimidad120. La teoría se sustenta en la toma de
decisiones racionales, en donde no existe influencia de información anterior que pueda ser
fuente de conflictos. Es decir, información “perfecta” proporcionada por las ciencias
sociales y naturales en el momento de hacer los acuerdos.
Una breve síntesis de la teoría de Rawls la da Sen en su libro “La idea de la justicia”121, se
trata de una justicia como equidad por etapas. Se identifican los principios apropiados en
condiciones previas y se eligen las instituciones justas requeridas para estructurar la
sociedad en un primer momento. Los principios originarios son: la «concepción política»
117 John Rawls, Justicia como equidad: materiales para una teoría de la justicia. (Madrid: Editorial Tecnos S.A., 1999), 78. 118 Sen, La idea de la justicia, 83. 119 Rawls en la Justicia como equidad, 175, supone que en esta posición las partes tienen un información proporcionada por las ciencias naturales y la teoría social, no poseen determinada información moralmente irrelevante, factores como clase social, ni que talentos poseen, ni cuáles son sus metas e intereses más profundos, ni información acerca de recursos naturales, ni de técnicas. Esta posición supone una situación equitativa y que las partes son miembros de una sociedad bien-ordenada. 120Sen, La idea de la justicia, 83. 121 Ibid., 85.
45
apropiada de la justicia122, donde las personas estarán influenciadas por este sentimiento de
justicia independientemente de la idea que cada individuo tenga sobre la «buena vida» y las
prioridades «comprehensivas» personales. Una segunda etapa es la selección de
instituciones reales (etapa constitucional) según los principios acordados y las condiciones
particulares de cada sociedad. En la medida que el sistema crece, y de acuerdo con las
necesidades, se legisla con base en la regulación de los conflictos que surjan (etapa
legislativa), que es la tercera. Sen es escéptico en la primera etapa porque es difícil que un
conjunto de principios señalados en el contrato original incorpore realmente la
imparcialidad y la equidad. Afirma, “en verdad, yo sostendría que la pluralidad de
principios imparciales puede reflejar el hecho de que la imparcialidad asume muchas
formas diferentes y tiene muy distintas manifestaciones.”123 En este sentido, si no se
pueden identificar los principios de justicia, probablemente la elección de las instituciones
apropiadas también es difícil.
Esta teoría da prioridad absoluta a los derechos en relación con las cosas que se pueden
considerar valiosas o deseables como son: utilidades, bienestar o igualdad de
oportunidades. Rawls se mantiene en la línea de derechos prioritarios y así da
preponderancia a unas pocas libertades personales, políticas y humanas.124 En cuanto a los
ingresos y a la riqueza, relacionados directamente con la pobreza económica, afirma que los
ingresos “son necesarios para alcanzar directa o indirectamente un gran número de
objetivos, sean los que sean”125, es decir, les da un valor instrumental. Para él es importante
el concepto de «bienes primarios» los cuales prioriza en los derechos, las libertades y las
oportunidades, la renta y la riqueza y las bases sociales del respeto a uno mismo.126
122 Los principios que señala Rawls de la justicia son los siguientes: Toda persona tiene el mismo derecho a un esquema plenamente válido de iguales libertades básicas compatible con un sistema de libertades para todos y las desigualdades sociales y económicas deben satisfacer dos condiciones, estar asociadas a cargos y posiciones abiertos a todos en igualdad de oportunidades y deben suponer el mayor beneficio para los miembros menos aventajados de la sociedad. John Rawls, “La libertades fundamentales y su prioridad”, en Libertad, igualdad y derecho, (Sterling M. McMurrin, ed., Barcelona: Editorial Ariel, 1988), 13. 123 Sen, La idea de la justicia, 86. 124 Ibíd., 87. 125 Rawls, Las libertades, 28. 126 Sen, La idea de la justicia, 96, léase a Fabiola Vethencourt (“Objeciones de Sen frente al enfoque de los bienes primarios de Rawls”, 66). Citando a Rawls, afirma que este agrupa los bienes primarios en cinco
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Aunque Sen resalta la importancia de la teoría rawlsiana, discrepa con ella porque excluye
las reivindicaciones distributivas, no tiene en cuenta las basadas en los méritos, la
propiedad, la productividad y los incentivos127. En el tema de la distribución y de la
equidad, la idea de Sen es que haya igualdad de capacidades básicas más que de renta.
También considera que el enfoque rawlsiano no tiene en cuenta la diversidad humana,
cuando realmente en las personas se pueden apreciar desigualdades endógenas originadas
en el género, lugar de origen, clase social y características heredadas. Al no tener presente
estas diferencias, se da una preponderancia de los bienes, y, “el evaluar la igualdad, y
también la eficiencia, en el espacio de los bienes primarios equivale a dar prioridad a los
medios para conseguir la libertad, en vez de lo extenso de la libertad.”128 En otras palabras,
el problema del modelo de Rawls es que da una prioridad absoluta a los valores o libertades
que previamente se han acordado en el pacto social, llegando hasta que, incluso en cierto
momento se puede dar más valor a la propiedad privada que el valor de la vida. Por el
contrario Sen va claramente en la línea antropológica: sin pretender quitar otro tipo de
libertades defiende la prevalencia de la libertad en sí de la persona.
Sen129 también precisa que aparte del PIB o de las rentas personales, existen otros
determinantes que afectan las libertades particulares tales como las instituciones sociales,
económicas, los derechos políticos y humanos. En una institución religiosa, por ejemplo,
en la cuestión de la renta se une prosperidad, felicidad y fidelidad a Dios; la fidelidad se
demuestra en la contribución económica a la comunidad y no cumplir con este precepto
genera en la conciencia del creyente un estado de infelicidad. En el catolicismo se
encuentran corrientes que unen felicidad, libertad y justicia al tema de la renta y el bienestar
económico. Estas han sido denominadas como teología de la prosperidad: la felicidad, el grupos: libertades básicas (libertad de: pensamiento y de conciencia, de asociación, de expresión y libertades políticas, derecho al voto); libertad de movimiento, de integridad física y de elección de ocupación; poderes y prerrogativas de cargos y posiciones de responsabilidad, de las principales instituciones políticas); renta y riqueza; y, las bases sociales del respeto a sí mismo. Para mayor profundidad véase John Rawls, Liberalismo político, Quinta reimpresión, (México: Fondo de Cultura Económica, 2006), 177. 127 Sen, La idea de la justicia, 90. 128 Amartya Sen, Nuevo examen de la desigualdad. (Madrid: Alianza editorial, 2004), 21. 129 Sen, Desarrollo y libertad, 87.
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bienestar, la gracia y la bendición son un indicativo de la prosperidad económica del
creyente. Se aprecia con claridad que las religiones tienen distintas formas de abordar el
tema económico, de libertad, de equidad y de justicia, y en ningún caso el tema de la renta
está exento de la religión. En el catolicismo se observan diferencias intra-eclesiales en
cuanto a la renta económica, como es el caso de la doctrina social de la iglesia y la teología
de la liberación. Se puede inferir, por lo tanto, que la religión sí tiene influencia
significativa en el tema del desarrollo y de la renta económica. Al retomar el pensamiento
de John Rawls se observa que el aspecto religioso no está considerado en el contrato
original130; sin embargo, en una antropología unitaria, las doctrinas comprensivas (religión,
filosofía y moral) son importantes al analizar y construir proyectos de libertad y justicia.
Sen une el tema del desarrollo económico a la expansión de las libertades fundamentales de
la persona, con lo cual, propone un cambio de mirada sobre la información relevante usada
para tomar decisiones en los campos económico, político, social, filosófico y en temas de
justicia, desarrollo y equidad. Ya no son únicamente los instrumentos económicos, las
herramientas sociales o el capital los que dan su palabra sobre el hombre; ahora el ser
humano es más que un factor de producción, una técnica, una estadística. La mirada vuelve
al ser humano con sus valores fundamentales y su realidad propia más que ideal.
Con la perspectiva que Sen propone, saca la discusión sobre el desarrollo de la mirada
tecnócrata y la devuelve a la vida concreta que el ser humano está llamado a vivir. Es decir,
tiene en cuenta el llamado fundamental y originario del ser humano a ser libre. Ahora bien,
si se habla de libertades fundamentales es necesario determinar cuáles son esas libertades,
cuáles son sus fronteras y cómo afectan a las personas. Específicamente, Sen se centra en la
libertad, la justicia, la democracia y el desarrollo, como objetos de estudio y analiza cómo,
a través de la información producida, se pueden tomar las medidas y correctivos necesarios
130 No es que Rawls niegue las doctrinas razonables religiosas, filosóficas y morales (doctrinas compresivas). No niega que existan otros valores pero considera que la razón pública está mejor guiada por la concepción política. Los ciudadanos en ejercicio de la libertad de pensamiento y de conciencia, desde sus doctrinas comprensivas, perciben la concepción política como algo que procede de sus valores. Rawls, Liberalismo político, 35.
48
tendientes a liberar al ser humano, especialmente a los más pobres. En su experiencia como
catedrático y como economista, el bengalí ha podido establecer la importancia de la
democracia en el uso de las libertades, conclusión que saca al observar varios países pobres
y con hambrunas; en concreto dice, que en países con más libertades y con democracias
estables se presentan menos casos de hambrunas.131
2.2. La agencia en Amartya Sen Para ampliar las libertades individuales Sen considera que hay una serie de elementos que
ayudan a disminuir las causas de la desigualdad, la pobreza, las hambrunas, y en términos
generales, a ofrecer un desarrollo económico más justo y equitativo. En su discurso ético-
económico del desarrollo, examina e integra términos de las ciencias económicas, políticas,
sociales, jurídicas y filosóficas. Desarrolla los conceptos de funcionamientos, capacidades y
agencia, que considera fundamentales en su propuesta. Estas nociones presentan un nuevo
matiz y un nuevo giro, que ha abierto líneas de investigación no solamente en la economía
sino en otros campos del saber. Al resaltar estos puntos da una nueva luz que sobrepasa el
principio del merecimiento, utilizado usualmente por los economistas como base para
juicios y principios “distributivos”, para explicar la desigualdad económica.132 Sen
contribuye a clarificar el problema del desarrollo, de la pobreza, de la inequidad, de la
justicia y da una nueva perspectiva para analizar la información. En este apartado se parte
del concepto de los funcionamientos, las capacidades y finalmente la idea de la agencia.
Para Sen, el problema de la información y el análisis de los datos económicos son tan
importantes como el estudio de la utilidad y de los bienes; puesto que se requiere generar y
analizar nueva información para hacer concreto el desarrollo económico. En su teoría tiene
un valor significativo el concepto de los «funcionamientos» o realizaciones, sustentado en
131 Sen afirma que “en los países pobres democráticos la producción y las existencias de alimentos, así como el poder adquisitivo de un considerable segmento de la población, han disminuido a veces mucho más que en algunos países que no son democráticos. Pero mientras que los países dictatoriales han padecido grandes hambrunas, los democráticos han conseguido evitarlas, a pesar de ser menor su producción de alimentos”. Sen, Amartya, Desarrollo y libertad, 221, el autor compara en este aspecto los regímenes totalitarios de Sudán y Etiopia con las democracias pobres de Botswana y Zimbawe. 132 Sen, La Desigualdad económica, 127
49
la idea de bien-estar entendido como la calidad de vida que una persona puede conseguir.
Son las diversas condiciones de vida, logros, que pueden o no ser alcanzados (el ser y el
hacer). Desde ese punto de vista “la vida puede considerarse como un conjunto de
«funcionamientos» interrelacionados, consistentes en estados y acciones. La realización de
una persona puede entenderse como el vector de sus funcionamientos… son constitutivos
del estado de una persona y… la evaluación del bien-estar tiene que consistir en una
estimación de estos elementos constitutivos”133 Los funcionamientos se pueden observar en
cosas que se pasan muchas veces por alto como la calidad de la alimentación, buena salud,
evitar posibles enfermedades o mortalidad prematura; también en cosas complejas como ser
feliz, tener dignidad, participar de la vida comunitaria.134 En resumen, se pueden definir los
funcionamientos como las diversas cosas que una persona quiere hacer o ser. Con esta
definición desplaza la importancia que hasta el momento tenían los bienes y las utilidades y
la devuelve al ser humano: el ser y el hacer.
La noción de “funcionamientos” da una luz acerca del ser humano que concibe Sen. Para él
las personas deben ser libres, perfectibles, autónomas, capaces de elegir racionalmente con
la información colectiva y personal de que disponen. Deben poder escoger el derrotero
presente y futuro de su existencia, con la conciencia de que el ejercicio de su libertad tiene
repercusiones personales y sociales. El ser humano, para Sen, es una persona que vive en
sociedad, que como agente de cambio participa en política, que hace parte de un grupo
humano, que percibe sus incapacidades y libertades insuficientes, y por lo tanto, necesita de
la ayuda de la sociedad, del Estado, para descubrir y potencializar las capacidades que tiene
y las que requiere para desarrollarse. Así, los funcionamientos pueden ser realizados,
constituyéndose en la capacidad de hacer y en oportunidades reales para las personas, es
decir, en sus alternativas posibles.135 Esto lleva al tema de las capacidades, base del
enfoque.
133 Sen, Nuevo examen, 53 134 Sen, La desigualdad económica, 228. 135 Ibid, 229.
50
Las capacidades se refieren a la habilidad para alcanzar los logros o funcionamientos, son
las oportunidades reales que se tienen respecto a la vida que se puede llevar. El enfoque de
la capacidad está íntimamente relacionado con el bien-estar, de hecho se constituye en una
forma de medición. A la vez, el bien-estar se entiende como la calidad de la vida, su
bondad; y la vida es el conjunto de funcionamientos, estados y acciones. Entonces, “la
capacidad de funcionar representa las diversas combinaciones de funcionamientos que la
persona puede alcanzar… es un conjunto de vectores de funcionamientos que reflejan la
libertad del individuo para llevar un tipo de vida u otro”136 Este es un cambio de visión, que
pasa de centrarse en el indicador concentración de los medios de vida, al indicador
concentración en las oportunidades reales de vivir. La elección no se construye sobre una
canasta de bienes elementales (Rawls), o de recursos –según el análisis social de Dworkin-,
o de ingreso real (PNB, PIB, conjunto de bienes)137; la elección se basa en la capacidad que
tienen las personas de elegir lo que quieren ser o hacer. Es un vuelco antropológico, por
cuanto es, desde la propia individualidad, con la ayuda de la sociedad, como a cada ser
humano se le pueden ampliar o estrechar sus capacidades, sus objetivos y valores.138 El
enfoque de las capacidades genera una libertad positiva, en tanto que es la capacidad o
incapacidad para lograr algo, independientemente de la situación social del agente, en
contraste con una libertad negativa, que es la esfera en donde la libertad entra en vigor, y se
caracteriza por la ausencia de restricciones o de obstáculos que le puede poner otro
individuo o el Estado.139
El enfoque de las capacidades es informativo y sirve para juzgar y comparar las ventajas
generales del individuo. Sen advierte que:
El enfoque de la capacidad es un enfoque general, cuyo foco es la información sobre las ventajas individuales, juzgadas desde el punto de vista de la oportunidad y no de
136 Sen, Nuevo examen, 54. 137 Sen, Nuevo examen, 56. 138 Amartya Sen, “Justice: Means versus Freedoms”, Philosophy and Public Affairs 19, No. 2 (Spring, 1990), 114. http://www.jstor.org/stable/2265406 (consultado el 13 de abril de 2013). 139 Sen, L’économie est une science morale, 48. Citado por Mathias Nebel and Teresa Herrera, A Hermeutic of Sen´s Concept of Capability. Assessing freedom´s social space as an indicator of well being, Draft Paper: 1-13, http://cfs.unipv.it/ca2004/papers/nebel.pdf (consultado el 13 de abril de 2013).
51
un «diseño» específico sobre la mejor organización de la sociedad… apunta a la relevancia central de la desigualdad de capacidades en la evaluación de las disparidades sociales, pero como tal no propone ninguna fórmula específica para decisiones de política 140
Es un cambio de mirada hacia la vida que realmente vive cada persona, porque, la
perspectiva de la capacidad se interesa en la pluralidad de los aspectos y preocupaciones de
la vida humana, tan corrientes como una buena alimentación, las discriminación de la
mujer, las diferencias raciales, la discriminación por edad, diferencias y discriminaciones
entre regiones. Con este viraje, Sen trata de alejar el reduccionismo que representan el
utilitarismo, el bienestarismo y el libertarismo. Esta afirmación lleva a estudiar la pobreza
desde el enfoque de las capacidades, que se conciben ahora como una privación de las
capacidades básicas y no meramente como falta de ingresos. Pobreza es también
incapacidad de convertir la renta en funcionamientos que den bien-estar. Esta orientación -
que no desconoce la razonabilidad del enfoque de la renta - se centra en lo intrínsecamente
importante; la renta no es el único instrumento que genera capacidades, aunque la razón
instrumental entre falta de renta y de capacidades puede variar de una comunidad a otra.141
En síntesis, la perspectiva de las capacidades contribuye a entender mejor las causas y la
naturaleza de la pobreza, de la desigualdad y de la privación; traslada la observación de los
medios a los fines que los individuos tienen razones para conseguir y a las libertades que se
requieren para poder conseguir esos fines.142
En el desarrollo como expansión de las libertades, hay otro componente importante: la
agencia. Va unido a la libertad de bien-estar. La persona persigue valores y metas distintas
que van más allá a las de su propio bien-estar. La libertad de agencia sería conseguir las
cosas que la persona valora y es libre de hacer y de conseguir, por ejemplo, la prosperidad
de su comunidad. La libertad de bien-estar sería la libertad de conseguir las cosas que
sirvan para ello, por ejemplo, vivienda.143 “La faceta de agente de la persona no se puede
comprender sin tener en cuenta sus objetivos, propósitos, fidelidades y – en su sentido 140 Sen, La idea de la justicia, 262. 141 Sen, Desarrollo y libertad, 114. 142 Ibid., 117. 143 Sen, Nuevo examen, 72.
52
amplio – su concepción del bien.”144 El concepto es utilizado en la teoría de juegos y se
refiere a aquel –agente- que actúa en representación de un principal. En este caso Sen toma
la expresión de agente en otro sentido, para explicar al término afirma:
Aquí utilizamos el término «agente» … en el [sentido] más antiguo –y «elevado»– de la persona que actúa y provoca cambios y cuyos logros pueden juzgarse en función de sus propios valores y objetivos, independientemente de que los evaluemos o no también en función de algunos criterios externos… Se refiere especialmente al papel de la agencia del individuo como miembro del público y como participante en actividades económicas, sociales y políticas.145
En este caso, Sen le atribuye al agente un papel activo en la transformación de su situación
particular, más importante que ser un dato estadístico o sujeto de las acciones externas
estatales o sociales. La persona debe ser promotora de su propio desarrollo y crecimiento,
no sujeto pasivo. Es ella quien actúa, provoca cambios impulsado desde sus propias metas,
valores y objetivos. Con sus acciones libres provoca efectos directos en los grupos
humanos y sociales con los que convive, produce cambios en los sitios donde se encuentra,
vive, desde su ubicación histórica y geográfica específica. El agente, como miembro y
participante de una colectividad está llamado al debate social, político, en todas las escalas.
No ser pasivo le da la posibilidad de poner en marcha sus objetivos más profundos, le
mueve a aportar a la sociedad a través del discurso y de la acción, y, a trabajar por su bien-
estar y el de los demás. En este punto Sen pone ejemplos, destacando cómo la agencia de
la mujer es notable en la mejora de las condiciones sociales. En los países latinoamericanos
muchas comunidades salen adelante gracias a la agencia de la mujer. El papel de las
mujeres se evidencia en el diálogo y cooperación en los hogares, en la mayor percepción de
los derechos de las mujeres, en la mejora de los índices de supervivencia de los infantes, en
la disminución de enfermedades, en la reducción de las tasas de fecundidad.146
144 Amartya Sen, Bienestar, justicia y mercado, (Barcelona: Ediciones Paidós Ibérica, S. A., Instituto de Ciencias de la Educación de la Universidad Autónoma de Barcelona, 1997), 86. 145 Sen, Desarrollo y libertad, 37. 146 Sen pone muchos ejemplos al señalar la importancia de la agencia, en el libro Desarrollo y libertad, dedica el capítulo 8 a tratar el tema de la agencia de las mujeres.
53
El poder de transformación que tiene la concepción de agente se puede resumir en este
aparte:
Basándonos en la distinción medieval entre «el paciente» y «el agente», esta interpretación de la economía y del proceso de desarrollo basada en la libertad es una teoría que se apoya en gran medida en el concepto de agente. Con suficientes oportunidades sociales los individuos pueden configurar en realidad su propio destino y ayudarse mutuamente. No tienen por qué concebirse como receptores pasivos de las prestaciones de ingeniosos programas de desarrollo.147
Sen centra el análisis de la agencia en tres tipos de actividades: económicas, sociales y
políticas. Se concentra en el tema del bienestar, las tasas de fecundidad, la mortalidad
infantil y las hambrunas. Sin embargo, numerosos estudios se han realizado en disciplinas
diferentes a las mencionadas, por esta razón no es osado utilizar el concepto del agente en
el aspecto religioso o trascendental, debido a que la vivencia de la fe tiene incidencia en la
persona y en los grupos sociales, porque la agencia del individuo se refiere además de las
metas, lealtades y obligaciones, a la concepción de bien-estar en un sentido amplio148, otros
bienes que, en el caso de las personas de fe, incluyen sus valores religiosos. En la práctica,
desde el punto de vista del desarrollo y de la información, la teoría de Sen ha calado en
organismos multilaterales, que ahora agregan a sus estadísticas otro tipo de indicadores de
bienestar; algunos factores factibles de medir en el tema de la agencia, se mencionan en un
documento del Banco Mundial en el cual se destacan activos endógenos, que pueden ser
indicadores de la agencia: psicológicos, materiales, sociales, financieros,
organizacionales.149
El hecho de ser agente genera responsabilidades en la persona – agente responsable - en el
momento de decidir si hacer o no hacer las cosas. Ser agente activo conlleva una afectación
147 Sen, Desarrollo y libertad, 28. 148 Amartya Sen, Well-Being, Agency and Freedom: The Dewey Lectures 1984, The Journal of Philosophy 82, No 4 (Apr. 1985), 203. http://www.jstor.org/discover/10.2307/ 2026184?uid=3737808&uid=2&uid=4&sid=21102039013951 (consultado el 13 de abril de 2013). 149 Ruth Alsop and Nina Heinsohn, Measuring Empowerment in Practice: Structuring Analysis and Framing Indicators, (World Bank Policy Research Working Paper 3510, February 2005), 8. http://elibrary.worldbank.org/content/workingpaper/10.1596/1813-9450-3510 (consultado el 13 de abril de 2013).
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directa de la razón y de la acción práctica.150 La agencia activa ayuda a integrar varios
aspectos del ser humano: su bien-estar, sus valores, sus objetivos, su libertad; y también da
la posibilidad de afectar con sus acciones u omisiones los aspectos sociales, económicos,
políticos y religiosos.151 Los informes del PNUD dejan ver que el tema de la agencia ha
despertado interés en los entes reguladores de las políticas económicas y sociales y en
general en los teóricos del desarrollo; se pueden encontrar estudios de Alkire que exploran
varios aspectos relacionados con el mismo tales como: razonamiento práctico,
autodirección auténtica, control sobre el entorno, autonomía, las voces de los pobres a la
libertad de elección y acción, ser sujeto activo o independencia152.
2.3. Participación democrática En el marco del desarrollo, entendido como una expansión de las libertades fundamentales,
de la agencia, las capacidades y los funcionamientos, y con una perspectiva de la pobreza
como privación de las capacidades, es bueno centrar ahora el análisis en la democracia y las
instituciones, temas importantes en la teoría de la agencia de Amartya Sen.
En América Latina son fácilmente apreciables las desigualdades que se dan en lo
económico, por factores relacionados con la diversidad de género, intra-regional, de
culturas, de edades, de profesiones, entre muchas otras. Surge de allí la pregunta por la
importancia de la democracia y si ésta debería estar subordinada, como han pensado
muchos gobernantes latinoamericanos, al desarrollo económico; el predominio de este
último trajo consecuencias políticas y decisiones que condujeron a conservar estatus
sociales y económicos, defendieron regímenes de opresión, de desigualdad y de
150 Sen, Well-Being, Agency and Freedom, 234. 151 En lo religioso Sen se declara ateo aunque se guía mucho por la filosofía hindú. La parte religiosa es unida a su propuesta para efectos del presente estudio, pues es reconocido que positiva o negativamente el ser humano está expuesto a esta realidad bien sea que se declare creyente o no. Por lo tanto el concepto de agencia y de las capacidades debe estar afectado por todo el rol religioso. Ahora bien a nivel del desarrollo precisamente la propuesta de Sen intenta ver factores además de los tradicionales que puedan afectar el mismo. 152 Sabina Alkire, “Subjective quantitative studies of human agency”, Social Indicators Research 74, 2005, 217-260.
55
“esclavitud”. Sen retoma la pregunta hecha por gobiernos del Tercer Mundo153, de si se
debería dar relevancia a los derechos económicos relacionados con las necesidades
materiales importantes o preocuparse por las finas libertades políticas. Previamente Sen ha
señalado que, a pesar de que hay relación entre la pobreza como renta y la pobreza como
privación de las capacidades, directamente se concentra en esto último y deja claro que la
perspectiva de la pobreza como renta es insuficiente, porque no tiene en cuenta el aspecto
de la desigualdad y la distribución.
Dada la heterogeneidad y la diversidad de enfoques en el tema de la desigualdad es difícil
responder a la pregunta: ¿la desigualdad en relación con qué?, ¿Con la renta?, ¿Los
derechos?, ¿Las utilidades?, ¿Los bienes?, ¿La felicidad? La respuesta puede variar según
la lente con que se mire. Si a los factores observados se le añade un enfoque personal,
cualquier análisis que se haga tendrá sus dificultades. Supuesto el conflicto que ello supone,
Sen propone una perspectiva diferente a la visión tradicional de renta y utilidad. El riesgo
de los modelos tradicionales es que sustituyen muchos juicios de valor que afectan lo
público, que traen consigo supuestos macroeconómicos que no siempre funcionan de igual
manera en todos los campos, países y situaciones. América Latina ha sido víctima por
décadas de este problema por las políticas que se tomaron en el llamado Consenso de
Washington, cuando, para permitir el acceso de dichos países a préstamos del Banco
Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo y otros organismos multilaterales, se
“dieron” las políticas económicas para los países en el mismo blue print, es decir, se
impuso un modelo económico generalizado, sin tener en cuenta la heterogeneidad,
pluralidad y multiculturalidad de todos estos países. Este tipo de actuación genera una
eliminación o privatización del debate “público”, al dejar en manos de los tecnócratas las
decisiones. Ellos, para suplir los modelos de desarrollo generan supuestos, pero éstos sólo
son viables en condiciones muy específicas. Por lo tanto, para Amartya Sen el debate y la
razón públicos son de carácter fundamental en la elaboración de modelos de desarrollo.
153 Sen, Desarrollo y libertad, 183.
56
El debate público y la participación social son, pues, fundamentales para la elaboración de la política económica y social en un sistema democrático. La utilización de las prerrogativas democráticas –tanto de las libertades políticas como de los derechos humanos- constituye una parte crucial del ejercicio de la propia elaboración de la política económica, aparte de los demás enfoques que pueda tener. En un enfoque basado en la libertad, la libertad de participación no puede ser sino fundamental en el análisis de la política económica y social.154
Sen rechaza los argumentos que sostienen muchos dirigentes de países en desarrollo, según
los cuales, hay oposición entre democracia y libertades humanas y políticas básicas de
desarrollo económico.155 El primero de esos argumentos es que las libertades y derechos
dificultan el crecimiento y el desarrollo económico. El segundo, que si se da a los pobres la
posibilidad entre tener libertades políticas y satisfacer sus necesidades, eligen lo segundo.
El tercero, que el énfasis en la libertad política, en los derechos humanos y en la
democracia es una prioridad «occidental». Sen es consciente de que la democracia ha
tenido grandes avances en occidente, pero también deja claro que no es una preocupación
únicamente occidental. Los tres argumentos son claramente autoritarios a lo que claramente
se opone Jesús en los evangelios y la teología de la liberación en sus denuncias. Quizás el
problema en América Latina se podría analizar desde la producción de pensamiento.
Usualmente se ha aceptado que Europa y Norte América son los productores de éste, en
tanto que los latinoamericanos son receptores. La lucha de la teología de la liberación con
otras teologías podría tener sus raíces en esta idea: Europa vs América Latina. En
Colombia, la falta de participación y la dependencia del pensamiento, se pueden observar
en la privatización del Estado cuyo manejo está en manos de tecnócratas y de una clase
dirigente. Únicamente un sector de la población tiene acceso a altos puestos sin dejar
participación al resto de la población que no tienen “las condiciones necesarias” ni la
educación suficiente para poder dirigir el país.
Sen privilegia las libertades políticas y la democracia como fundamentales para la vida
humana, porque afectan de forma directa sus capacidades básicas. Acota que, en regímenes
154 Ibid., 141. 155 Ibid., 186.
57
autoritarios se presenta poca evidencia empírica que indique una correlación directa con el
desarrollo sostenido. La democracia, por su parte, permite prevenir hambrunas, brinda a los
individuos oportunidades de expresar sus necesidades y exigir los debidos correctivos.156
Adicionalmente, juega un papel instrumental en la mejora de las posibilidades de las
personas para expresar y defender sus demandas de atención política, incluidas aquellas que
satisfagan sus necesidades económicas. Un último aspecto es el constructivo, ejercer los
derechos políticos básicos aumenta las probabilidades de que los poderes públicos
respondan a las necesidades económicas, además, hace que se conceptualicen las
necesidades económicas. En general, Sen entiende que “los derechos políticos y humanos,
sobre todo los que garantizan la discusión, el debate, la crítica y la disensión abiertos, son
fundamentales para los procesos de decisión documentada y reflexionada.”157 Estos
elementos ayudan a incrementar las libertades políticas, sociales y económicas, muchas de
ellas restringidas en América Latina que aún sufre las consecuencias de sangrientas
dictaduras en Chile, Argentina, Brasil, El Salvador y secuelas del Plan las Américas, nacido
en Estados Unidos en el marco de la guerra comunismo-capitalismo.
La democracia no puede ser una institución abstracta e ideal a la que tienda la razón
humana y forme una institución idolátrica o fetichista. Lo primordial para Sen es que sea
funcional, operativa, instrumental y práctica; sin exagerar su eficacia, pues es indudable
que en democracias exitosas se producen pobreza y discriminación; como sugiere al llamar
la atención sobre los problemas de salud, educación y entorno social que tienen los
afroamericanos en Estados Unidos; pero, no obstante las desigualdades, no hay
impedimento para el funcionamiento de la democracia. “La democracia, [entonces], tiene
que concebirse como la creación de oportunidades, y el uso de estas oportunidades requiere
un tipo de análisis distinto, relacionado con la práctica de los derechos democráticos y
políticos.”158 Es decir, el enfoque de las capacidades y de la agencia hace un gran aporte
para el desarrollo democrático, porque considera la diversidad, la heterogeneidad y la
156 Ibid., 188. 157 Ibid., 191. 158 Ibid., 193.
58
pluralidad de las personas, ideas y sociedades; aunque la idea de democracia pueda ser la
misma, su aplicación varía en cada país, situación que no han tenido en cuenta los países
colonizadores. El ejemplo de Sudáfrica enseña que, a pesar de la cantidad de problemas,
con la instauración de la democracia se trabajó primero la discriminación étnica. Una
democracia como la colombiana, con guerrilla y paramilitarismo, deberá enfocarse de
manera distinta a la sudafricana. Cada nación deberá potencializar su particular democracia,
manteniendo su énfasis en el respeto de las libertades políticas. Las teorías de Sen tienen un
enfoque más realista y más cercano a la particularidad de cada nación y siempre teniendo al
ser humano como objeto del Desarrollo, acercándose mucho a toda la estructura de
pensamiento de Aristóteles.
Para el funcionamiento adecuado de una democracia Sen cree en el mecanismo del
razonamiento público como factor de cambio y de crecimiento. La libertad de agencia
considera que los agentes, además de transformar sus vidas, son capaces de transformar su
entorno social, político y económico mediante el debate, el discurso y el disenso si es
necesario. En su libertad de agencia, las personas en su región pueden estar mejor
informadas que el Estado en la problemática particular que impide el crecimiento
democrático y el desarrollo en la región; por ello, la verdadera democracia va más allá del
proceso de votación, de elección de representantes o de la creación de partidos de
oposición, lo que no sucede en muchos países de América Latina donde la democracia se
limita a las votaciones o se restringe el proceso democrático en las regiones para impedir el
acceso a la información que requiere la democracia.
Supuesta la significancia del razonamiento público, de la libertad de agencia y de la
información en el desarrollo de la democracia, hay otros elementos que Sen considera
valiosos: la participación política, el diálogo y la interacción pública. “El papel crucial del
razonamiento público en la práctica de la democracia hace que la entera cuestión de la
democracia se relacione muy de cerca con… la justicia,”159 con la desigualdad económica,
social y política, con todo tipo de falta de capacidad, de bienestar, y en general, con todo 159 Sen, La idea de la justicia, 356.
59
tipo de pobreza. En este sentido, la participación, el diálogo y la interacción proveen
información a la razón pública, para que se analicen y propongan acciones de cambio a los
gobiernos, sin olvidar el papel de control que se debe ejercer al Estado. Sen no olvida el
papel preponderante de una prensa libre e independiente, capaz de influir positiva o
negativamente, porque160: contribuye a la libertad de expresión, tiene un papel vital en la
difusión del conocimiento y el fomento del escrutinio crítico, da voz a los olvidados y
desaventajados al favorecer la seguridad humana, la formación de valores requiere apertura
en la comunicación y en la discusión pública unos medios eficientes facilitan el
razonamiento crítico.161 En el caso latinoamericano cabe resaltar el monopolio de los
medios por parte de grupos de poder económico; por esta razón, la información que se
ofrece a los agentes es asimétrica y no siempre contribuye a la discusión para generar un
adecuado debate. Por otra parte, los periodistas son asesinados o coaccionados por los
diferentes grupos de presión política.162
En América Latina por la asimetría en la información y por las presiones que sufren los
periodistas la veracidad de la razón pública es muy cuestionable. Contribuyen a la
desinformación, el escaso desarrollo humano, los bajos niveles de alfabetización, la baja
cantidad de libros leídos y el poco acceso a otras fuentes de información; refiriéndose a los
medios Sen afirma:
Los medios son importantes no solo para la democracia sino también para la búsqueda de la justicia en general. La «justicia sin discusión» puede ser una idea opresiva… La relevancia poliédrica de la conexión con los medios también destaca la forma en que las modificaciones institucionales pueden cambiar la práctica de la razón pública. La inmediación y la fuerza del razonamiento público no dependen sólo de las tradiciones y creencias heredadas, sino también de las oportunidades para la discusión y la interacción que ofrecen las instituciones y la práctica.163
160 Ibid., 366. 161 Ibid, 366-367. 162 Según un informe de la Comisión de investigación de atentados a periodistas (CIAP) en el año 2012 se asesinaron 45 periodistas en América Latina, para mayor información ver Federación Latinoamericana de Periodistas, “2012: 45 periodistas asesinados en América Latina y el Caribe” http://www.felap.org/ciap/2012-45-periodistas-asesinados-en-am%C3%A9rica-latina-y-el-caribe (Consultado el 18 de agosto de 2013). 163 Ibid., 367.
60
El debate con los medios, en el caso de América Latina, no puede ser terminado con las
afirmaciones de Sen; a él contribuyen los casos de Wikileaks y Snowden que muestran
claramente un uso perverso de la información. Se oculta información valiosa para el
razonamiento público que atenta incluso contra el mecanismo del mercado tan defendido
por el capitalismo. La libre competencia en los modelos neoliberales supone gran acceso a
la información, pero, de hecho, con la caída de grandes empresas, los problemas
económicos de naciones europeas y el aumento de poder de las grandes calificadoras de
riesgo, este modelo ha sido cuestionado. Con los problemas vistos de persecución a los que
promueven el acceso libre a la información y con el falseamiento de información164, es
claro que el papel de los medios en el razonamiento público debe ser puesto en
observación.
Por otra parte, las instituciones son necesarias para el adecuado funcionamiento de la
democracia; el Estado, los gobiernos, son instituciones que valora Sen y considera
necesarias para que haya justicia social, Sen acota:
Cualquier teoría de la justicia tiene que otorgar un papel importante a las instituciones, de suerte que la elección de instituciones constituye un elemento central de cualquier descripción plausible de la justicia… [por lo tanto] tenemos que buscar instituciones que promuevan la justicia, en lugar de tratar a las instituciones como manifestaciones directas de la justicia, lo cual reflejará un cierto fundamentalismo institucional.165
La teoría de Amartya Sen cambia el enfoque hacia el ser humano, a la capacidad intrínseca
que tiene cada persona para ser y hacer. Denota personas perfectibles. Desde el punto de
vista del desarrollo como libertad, en el marco del enfoque de las capacidades, provee la
información necesaria para que los gobiernos den lineamientos de política económica y
para que los agentes y las instituciones se constituyan en factores de cambio real y efectivo.
Aunque su perspectiva no es teológica si deja ver su preocupación por el ser humano y
desde allí contribuye a una antropología teológica.
164 Vease por ejemplo todo el asunto de Enron y Arthur Andersen. 165 Ibid., 112.
61
La propuesta de Amartya Sen es importante porque rechaza el fetichismo o absolutización
del mercado al que no considera como fin en sí mismo. Este es un medio que sirve para
vivir la vida que se lleva y desea, es una propuesta desde el ser y del hacer. De ahí la
importancia de las capacidades como la habilidad que tiene la persona para alcanzar la vida
que quiere y desea. Su propuesta coincide en varios puntos con los teólogos de la
liberación: en el valor supremo de la vida, no es solo mantenerse vivo sino mejorar las
condiciones de las personas para que puedan existencialmente alcanzar sus propósitos
vitales; en el imperativo social de mejorar las condiciones de vida de los más pobres; en la
creencia en que las personas con los medios y mecanismos adecuados, pueden cambiar el
rumbo de sus vidas en lo personal y en lo social; y, en la importancia de las instituciones, la
democracia y la política para alcanzar los cambios requeridos. En el siguiente capítulo se
ponen en común las ideas de los tres teólogos de la liberación y de este economista.
62
3. POBREZA, LIBERACIÓN Y REINO DE DIOS
3.1. La pobreza: el pecado de Kader Mia
La vida del Jesús histórico estuvo guiada por el anuncio del Reino, por su lucha por la vida,
por su misericordia, compasión y amor hacia los más débiles y necesitados; Jesús con estas
actitudes indica que Dios quiere que el ser humano tenga vida en abundancia, a diferencia
del ladrón que viene a asaltar, robar, destruir y matar166. Su filiación con el Dios de la vida
se expresa con sus palabras, cuando: sana enfermos, “al desembarcar, vio mucha gente,
sintió compasión de ellos y curó a sus enfermos”167; enseña: “sintió compasión de ellos,
pues estaban como ovejas que no tienen pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas”168; da
de comer: “Siento compasión de esta gente, porque hace ya tres días que permanecen
conmigo y no tienen qué comer. Si los despido en ayunas a sus casas, desfallecerán en el
camino, y algunos de ellos han venido de lejos.”169 La praxis cotidiana de Jesús anuncia,
enseña y libera del pecado y de la esclavitud.
En los evangelios la vida humana tiene primacía y es contrario al proyecto de Dios todo lo
que genere muerte, opresión e injusticia; por lo tanto, la pobreza involuntaria por ser
contraria a la vida deberá ser condenada y combatida, porque genera hambrunas,
injusticias, enfermedades, esclavitudes, opresiones y en muchos casos muerte. Es más
propensa a morir una persona en condiciones de pobreza que una que tiene los suficientes
ingresos para vivir; hay más violencia y muertes trágicas en comunidades que tienen
escasos recursos; las personas desplazadas usualmente son las que viven en veredas pobres;
los miembros base de las guerrillas, paramilitares y ejército que mueren son las personas de
escasos recursos o campesinos pobres.
Evangélicamente, toda persona que luche desde su posición existencial en favor de la vida,
la libertad y la justicia está en la misma línea del Dios de la vida; esta lucha ha de abarcar
166 Jn 10, 10 167 Mt 14, 13-14 168 Mc 6, 34 169 Mc 8, 2-3
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toda religión, política e ideologías y debe humanizar y liberar. La persona de fe dispone del
recurso de la Revelación y de la experiencia humana, desde donde lee los signos de los
tiempos para seguir a Jesucristo. A partir de una fe escatológica es posible identificar
estructuras de pecado que subyacen detrás de la muerte, el dolor, el hambre, la esclavitud y
el sufrimiento humano y encontrar sentido en estas experiencias, en medio de las cuales
surgen los profetas capaces de identificar y denunciar estructuras de opresión que crean
sistemas, instituciones e idolatrías. Las voces de la muerte y el sufrimiento han sido
escuchadas en América Latina por Ellacuría, Gutiérrez y Boff, profetas de los tiempos
actuales. Su voz ha recordado a gobiernos, países, comunidades, a los mismos pobres, pero
especialmente a la Iglesia, que la verdadera religiosidad y espiritualidad no puede estar
desligada de la justicia y del derecho de los pobres. Estos autores han señalado que la
pobreza trae muerte y opresión de miles de personas bajo regímenes totalitarios y por
democracias ineficientes; han caído en la cuenta de la injusticia que han generado modelos
de desarrollo implementados en países de América Latina por instituciones financieras170.
Amartya Sen desde una orilla distinta a la de la fe y desde una cultura diferente a la
latinoamericana, estuvo cerca de la experiencia de la pobreza y notó su correlación con el
desarrollo y la vida. Entendió que la consecuencia de la pobreza, el subdesarrollo y la
inequidad son la muerte y la falta de libertad; una vivencia cercana: la muerte del joven
trabajador Kader Mia, lleva a este economista bengalí a emprender su lucha por la vida y
contra la desigualdad económica.171 Según Sen, Mia muere ser pobre y por su identidad
musulmana en medio de los disturbios entre hindúes y musulmanes. “Ninguna otra
170 En una lógica tradicional del mercado las Instituciones financieras pueden tener el poder suficiente para dar los lineamientos de política económica. Esta idea afectó a los países de Latinoamérica, modelos iguales para todos los países frente a realidades sociales, culturales y políticas distintas, trajeron como consecuencia retraso en el desarrollo económico y humano de estos países; de suma importancia resulta ser la desigualdad e injusticia social que se ha suscitado. 171 En la obra Identidad y violencia, Sen relata este suceso: “La primera vez que presencie un asesinato tenía 11 años. Sucedió en 1944, durante los disturbios comunales que caracterizaron los últimos años de dominio británico, que llego a su fin en 1947. Vi a un desconocido que sangraba profusamente entrar a los tropezones a nuestro jardín, pidiendo ayuda y un poco de agua. Llamé a mis padres a los gritos, mientras buscaba agua para darle. Aunque mi padre lo llevó de inmediato al hospital, murió a causa de las heridas. Se llamaba Kader Mia.” Amartya Sen, Identidad y violencia: La ilusión del destino. 1 Reimp. (Buenos Aires: Katz editores, 2007), 227.
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identidad fue importante para los sanguinarios matones que lo atacaron,”172 no prevaleció
su condición de ser humano. Una situación similar observaron Ellacuría en el Salvador,
Gutiérrez en el Perú y Boff en Brasil, para estos autores la pobreza genera muerte y
discriminación. En Colombia, por ejemplo, se muere por las identidades políticas, las de
diversidad sexual, por ser contrario a ideologías dominantes, por la forma de vestir o de
hablar173.
Al recordar la muerte de Kader Mia, Sen intuye que detrás de los asesinatos y de la
violencia en los conflictos, hay motivos religiosos, políticos, económicos, lingüísticos y
culturales. Todas las muertes, asesinatos y represiones militares buscaban conservar
divisiones identitarias,174 para defender viejas estructuras de poder y dominación. Con estas
divisiones los regímenes lograron que personas pacíficas se convirtieran en asesinos y que
personas que convivían pacíficamente vieran en los otros “los enemigos que nos matan”.
En Colombia, como producto de esta división identitaria, se han perpetuado estructuras
obsoletas de poder mediante ideas políticas, culturales y económicas anacrónicas que han
deshumanizado. Pero quizás se ha pretendido instaurar la pobreza estructural como una
identidad propia latinoamericana la cual hay que “aceptar” con paciencia; en esta falsa
construcción algunos sectores del catolicismo han jugado un papel importante. Sen dirá
respecto a Kader Mia que es asesinado porque su única identidad reconocida era la de
miembro de una comunidad “enemiga”, por lo que “debía” ser agredido, y de ser posible
asesinado.175 En América Latina la situación no es desconocida y han caído cientos de
mártires que desde la fe han muerto por su defensa de la vida, la libertad, la justicia y por
seguir al Dios de la vida.
Kader Mia murió a causa de la discriminación contra los musulmanes, pero también murió porque era un trabajador pobre, desempleado, que buscaba desesperadamente trabajo y un poco de trabajo para que su familia sobreviviera en tiempos muy
172 Ibid., 227. 173 En este aspecto véase en los anuarios estadísticos colombianos la cantidad de muertos por diferentes motivos y discriminaciones: las dictaduras militares, los muertos por pensar diferente, el genocidio de un partido político en Colombia (Unión Patriótica), los falsos positivos, las masacres , los grupos de limpieza social, la muerte de sindicalistas, periodistas, los muertos por un sistema privatizado de salud. 174 Sen, Identidad y violencia, 228. 175 Ibid., 230.
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difíciles. Los miembros más pobres de una comunidad son las victimas más vulnerables en estos disturbios, dado que tienen que salir totalmente desprotegidos para procurarse su subsistencia diaria.176
Sen confirma así la relación entre libertad, pobreza económica y vida, afirmaciones que han
estado en el discurso y praxis de los teólogos de la liberación. “La toma de conciencia de
esa terrible relación entre la pobreza económica y la absoluta falta de libertad –incluso la
falta de libertad para vivir- fue un hecho profundamente horroroso que golpeo mi joven
mente.”177 Kader Mia se convierte en un ícono de la lucha contra la pobreza y se une de
esta forma a los mártires que han muerto por su indigencia y falta de empleo para poder
alimentar a sus familias.
En su lucha por la vida y contra la pobreza, Ellacuría y Romero mueren; Gustavo Gutiérrez
es silenciado; Leonardo Boff es censurado. Estos teólogos y pastores sufren castigo por
seguir la experiencia de Jesús, quien muere en un proceso político y religioso por sus
denuncias y acciones en favor de los pobres, los marginados, los diferentes. La muerte de
millones de personas pobres en el mundo, la vida paupérrima de miles, la discriminación de
las minorías, la violación de los derechos humanos y la prevalencia del mercado sobre los
seres humanos, son un indicativo de la vigencia del pensamiento de los teólogos de la
liberación, profetas del Dios de la vida. Pero, la tarea no puede ser solo de estos teólogos
sino de toda la Iglesia; es menester que todos los creyentes participen en la reflexión y la
lucha contra los problemas actuales de injusticia, desigualdad y pobreza que padece la gran
mayoría de la humanidad.
En esta perspectiva, cada uno de los autores citados tiene su propia reflexión para poder
resolver los problemas de pobreza, desigualdad y exclusión. Lo que une a estos teólogos de
la liberación, quienes creen en un cambio desde un seguimiento a Jesucristo, con Amartya
176 La unión de la muerte de Kader Mia con la pobreza, la falta de libertad y la vulnerabilidad de los más pobres ante estas situaciones, Sen la evidencia en un relato anterior: “Mientras era trasladado a toda velocidad en nuestro automóvil, Kader Mia le conto a su padre que su esposa le había pedido que no pasara por ninguna zona hostil durante los disturbios. Sin embargo, había tenido que salir a buscar trabajo, a cambio de un pequeño ingreso, porque su familia no tenía nada para comer. El castigo de esa necesidad, causada por la privación económica, resultó ser la muerte.” Ibid., 230. 177 Ibid., 230.
66
Sen, es su preocupación primordial por la vida y por los pobres. El fin de los cuatro es el
mismo: colaborar en la humanización y liberación. Amartya Sen en un modelo de mercado,
usado como medio, propone un cambio de enfoque, de las concepciones utilitaristas y
bienestaristas a la de las capacidades. Desde la libertad de agencia intenta humanizar la
economía al demostrar que los modelos tradicionales no han sido adecuados para superar la
desigualdad y la injusticia. Piensa que el ser humano debe ser un agente activo de su propio
desarrollo en tanto que, es parte de la función del Estado, como regulador del mercado,
generador de políticas y de información, garantizar condiciones necesarias para que las
personas potencialicen sus capacidades; para que puedan ser y hacer lo que realmente
desean.
Los teólogos de la liberación se sitúan en un modelo económico diferente al de Sen pues su
contexto es el de los años 50 y 60, en un marco de guerra fría. Con las herramientas
sociales y económicas disponibles denunciaron la situación de opresión del modelo
capitalista impuesto por países del norte. Su propuesta se enfocó hacia una economía
socialista. La situación de control y dominación sigue vigente y es urgente utilizar nuevas
mediaciones, como el enfoque de las capacidades de Amartya Sen, para reflexionar y
centrarse en la praxis de las personas. La preocupación de Sen no es teológica y no ve el
mecanismo de mercado como una estructura de pecado178, sino como una ordenación
económica sujeta a regulación estatal; no obstante, sí es consciente de que en los modelos
actuales hay estructuras asimétricas e injustas, presentes en el pensamiento neoliberal, que
precisan de una reflexión ética; asimismo, Sen piensa que mediante políticas públicas se
178 Sen, Desarrollo y libertad, 178. “El mecanismo del mercado, que despierta pasiones tanto a favor como en contra, es una institución básica por medio de la cual los individuos pueden interrelacionarse y realizar actividades mutuamente ventajosas. Desde esta perspectiva, es muy difícil ver cómo puede haber alguien razonable que esté en contra del mecanismo del mercado como tal. Los problemas que surgen se deben a otras causas –no a la existencia de mercados per se-, y entre ellas se encuentra la insuficiente preparación para hacer uso de las transacciones de mercado, la ocultación de información sin que nada lo impida o la realización de actividades sin regulación alguna que permiten a los poderosos aprovechar su ventaja asimétrica.”
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propicia el desarrollo humano en ejes estratégicos como educación, salud, servicios básicos
y empleo.179
La situación polarizada de los 50 – 60 ha cambiado de un contexto de guerra fría a un eje
norte-sur, con mezcla de capitalismo-socialismo y diferencias más grandes entre ricos y
pobres; hoy la situación es más compleja, mantiene la deshumanización y la
descristianización, por lo tanto son necesarios nuevos instrumentos para su estudio.180 Por
estas razones, la liberación requiere nuevos matices, formas y mediaciones. En
consecuencia, la labor de la teología de la liberación en su dinámica de ver, juzgar y actuar,
es identificar nuevas formas de opresión, esclavitud e idolatría; en el caso concreto del
mercado, hacer una nueva lectura desde los planteamientos de Sen. Sería interesante
analizar si en realidad el mercado es la estructura de pecado o si el poder y la
autojustificación se han apropiado del mismo monopolizándolo, usándolo como medio de
dominación y opresión181. También valdría la pena ver si la utopía del desarrollo humano es
coherente con la instauración del Reino de Dios en el presente histórico; si estas ideas
hacen parte del profetismo utópico; o por el contrario, si el mercado y el desarrollo humano
son parte de pseudo-utopías.
179 Ibid., 180. “¿Qué hace el desarrollo humano? La creación de oportunidades sociales contribuye a la expansión de las capacidades humanas y a la mejora de la calidad de vida (como ya hemos señalado). La expansión de la asistencia sanitaria, la educación, la seguridad social, etc., contribuyen a la calidad de vida y a mejorarla. 180 Gutiérrez, Pobres y opción, 307. “…tener en cuenta la dimensión socio-económica es muy importante, pero es necesario ir más lejos. En los últimos años se ha insistido, y con razón, en la oposición entre un Norte desarrollado y rico (sea capitalista o socialista) y un Sur subdesarrollado y pobre. Esto da una visión diferente del panorama mundial que no puede ser reducido a enfrentamientos de orden ideológico o a una manera limitada de entender los que existen entre clases sociales. Señala también la confrontación de fondo que se da entre Este y Oeste” 181 En realidad las críticas de Ellacuría van encaminadas hacia las formas de dominación del capitalismo más que al mercado; sin embargo, el mercado es una parte fundamental del modelo. Respecto a los dos sistemas Sen afirma que en la actualidad no hay predominio de uno solo. Referente a las críticas de Ellacuría al capitalismo en América Latina considera que el problema de fondo es ”…,sobre todo, de un arrastre casi irresistible hacia una profunda deshumanización, inserta intrínsecamente en los dinamismos reales del sistema capitalista: modos abusivos y/o superficiales y alienantes de buscar la propia seguridad y felicidad por la vía de la acumulación privada, del consumismo y del entretenimiento; sometimiento a las leyes del mercado consumista, promovido propagandísticamente, en todo tipo de actividades, incluso en el terreno cultural; insolidaridad manifiesta del individuo, de la familia, del Estado en contra de otros individuos, familias o Estados.” Ellacuría, Utopía y profetismo, 405.
68
Los cuatro autores se centran en el ser humano y tienen en común la creencia en la
capacidad de la persona de autodeterminarse y de ser partícipe de su desarrollo. Uno y otros
proponen soluciones desde sus campos y prácticas específicas. Desde el enfoque de la
información y focalización acogido por el PNUD, Sen pretende influir política y éticamente
en la academia, instituciones y gobiernos; aunque el enfoque está vigente, en la práctica las
instituciones financieras internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo o el
Banco Mundial, aún mantienen políticas económicas neoliberales basadas en el Consenso
de Washington. La presencia de estos preceptos claramente viola las libertades de naciones
y personas a lo largo y ancho del continente.
El concepto de las capacidades, agencia y funcionamientos ha generado información muy
valiosa para corroborar muchas de las intuiciones proféticas de los teólogos de la
liberación; da herramientas a la fe para continuar la lucha por el Reino de justicia y la
mejora de las condiciones de vida de los más pobres. La información que produce el
concepto de agencia, como afirma Sabina Alkire182, tiene importancia en cinco sentidos:
ejercer la agencia sobre los múltiples objetivos que la persona tiene; da un poder efectivo al
grupo para alcanzar los resultados y control a la persona para toma de decisiones y sobre
los procedimientos; permite avanzar en las metas de bienestar de la persona o de la
comunidad, evaluar las metas de los agentes (agencia de identificación); y, la
responsabilidad del agente. La información que propone Alkire enfatiza en el sujeto y en
los grupos, con lo cual genera mayor confianza y responsabilidad en las personas, quienes
se sienten participes en el desarrollo personal y comunitario.
La teología de la liberación identifica la excesiva confianza en el mercado y el énfasis que
dan los modelos de desarrollo al factor capital como estructuras de pecado que oprimen y
empobrecen al ser humano. En este sentido, el profetismo utópico latinoamericano puede
emplear las herramientas que provee el enfoque de las capacidades. Por otra parte, es
conveniente que no se absolutice el aspecto socio-político-económico, debido a que hay
más factores a considerar: la cultura, lo celebrativo, lo simbólico y la espiritualidad misma. 182 Alkire, Concepts and measures, 4.
69
En el orden de lo económico, es bueno observar que el enfoque utilitarista, basado en el
óptimo de Pareto, ha llevado a someter todo lo humano a estructuras reguladoras rígidas
que permean la justicia, la educación, la salud, la vivienda, la felicidad, la paz, la
emotividad. Las estructuras de poder se sofistican y logran grandes y rápidas
transformaciones, con lo cual son percibidas como trascendentes y capaces de solucionar
los problemas de la humanidad; sin embargo la realidad es distinta, con ello estas
estructuras se convierten en ejes pseudo-religiosos que pueden ser desenmascaradas
mediante lecturas teológicas.
El profetismo de los teólogos de la liberación denunció el modelo desarrollista,
universalista, antidemocrático propuesto en América Latina, que se mantuvo a costa de la
pobreza de millones de personas. La adopción y defensa ideológica183 del modelo prevalece
por encima de toda racionalidad, postura similar a la de los fariseos que defendían la ley
como un absoluto. La consecuencia de defender el modelo desarrollista y el capitalismo
frente al comunismo, ocasionó en América Latina muerte, opresión, discriminación,
abusos, intolerancia, oportunismo, explotación humana, sobrexplotación de recursos
naturales, violación de los derechos humanos. Esto se hizo en favor de unas pocas naciones
y empresas multinacionales ubicadas por lo general en el norte y de algunos ricos
latinoamericanos, que manejan sus recursos fuera de sus países por considerarlos inseguros
financieramente, cuando el modelo planteado busca favorecerlos para generar desarrollo.
En síntesis, el profetismo utópico denuncia una visión exclusiva y totalitaria de los modelos
económicos que se han planteado en América Latina, que han deshumanizado,
descristianizado y uniformado a las personas. La fuerza ideológica del sistema ha logrado
que en el ambiente quede la sensación de estabilidad en medio de problemas graves como:
falta de garantías, de libertades reales, represión de la fuerza pública, educación de mala
183 “…la propaganda ideologizada de la democracia capitalista como forma única y absoluta de organización política, se convierte en instrumento de ocultamiento y, a veces, de opresión. Ciertamente en el paquete democrático vienen valores y derechos muy dignos de tenerse en cuenta, sobre todo si se llevan a sus últimas consecuencias y se crean las condiciones reales de su disfrute. Pero lo que busca el manejo ideologizado del modelo democrático no es la autodeterminación popular respecto del modelo político y económico, sino el encubrimiento de la imposición del sistema capitalista.” Ellacuría, Utopía y profetismo, 405.
70
calidad, pobreza y esclavitud encubierta. Pero a la vez, la misma situación permitió a los
teólogos de la liberación ver la presencia de Dios en medio del pueblo crucificado. El
panorama lo define con más precisión Gustavo Gutiérrez, refiriéndose a las consecuencias
de la globalización:
…la palabra [globalización] es engañosa porque hace creer que nos orientamos hacia un mundo único, cuando en verdad, y en el momento actual, acarrea ineluctablemente una contraparte: la exclusión de una parte de la humanidad del circuito económico y de los llamados beneficios de la civilización contemporánea. Una asimetría que se hace cada vez más pronunciada. Millones de personas son convertidas de este modo en objetos inservibles, o en desechables después de uso.184
La teología de la liberación, con la ayuda de las mediaciones socioanalíticas disponibles en
la parte final del siglo XX, denunció las estructuras de injusticia, pobreza y opresión; su
veracidad es probada históricamente por la muerte, la represión y la violencia que se utilizó
en varios países para acallar esta voz profética. Pero habría que decir que no ha logrado
conservar una conciencia de cambio, especialmente en la academia, en donde no ha tenido
la fuerza de su momento inicial; el relevo generacional ha sido lento y se ha convertido en
impedimento para continuar con la reflexión y denuncias que hacían Gutiérrez, Boff y
Ellacuria.
A partir de la Teología de la liberación se conformaron Comunidades Eclesiales de Base
que unidas a los teólogos y líderes populares denunciaron los problemas mencionados.
Académicamente, algunos institutos y universidades mantienen activa la línea de la teología
de la liberación con reflexiones importantes. Y las ciencias sociales han generado nuevo
pensamiento en el tema de la pobreza, que puede servir de insumo a la teología
latinoamericana; autores como Amartya Sen, Philippe Van Parijs, Peter Singer, Thomas
Pogge, entre otros, han reflexionado el tema de la pobreza y de la ética económica y
política. Muchas de estas ideas no han sido trabajadas aun por los teólogos de la liberación,
con lo cual se renuncia a un camino de investigación en economía, política, justicia y
184 Gutiérrez, Situación y tareas, 70.
71
libertad, útil para continuar con la reflexión iniciada en las últimas décadas del siglo
pasado.
3.2. Libertad y liberación Es preciso ahora analizar desde una opción de fe en el Dios de la vida, la libertad y la
liberación como procesos necesarios para que los pobres de América Latina tengan vida y
se les restaure su dignidad de hijos de Dios. Los caminos son varios, pero el fin es el
mismo: un ser humano libre mediante la justicia y el amor de Dios. La lucha se da
indudablemente en lo histórico y situado como mostraban en el primer capítulo los textos
de Gutiérrez, Ellacuría y Boff. Liberación histórica y economía de la salvación no pueden
prescindir una de la otra, so pena de caer en la contradicción de una fe desencarnada, sin
reflexión y sin praxis. Igualmente, historia significa prácticas económicas de producción,
distribución y de consumo. Una espiritualidad que pase por alto este aspecto no estaría
realmente encarnada.
Lo histórico significa un límite propio del ser humano. Únicamente en el tiempo kairótico
estará completamente libre de los límites naturales que tiene la creación. Sin embargo, en la
historia de América Latina están presentes una serie de condiciones producidas por el ser
humano que traen opresión, miseria y muerte; la mayoría de ellas obedecen a situaciones de
injusticia y restricción de libertades, las cuales hay que abordar con radicalidad. Entre ellas
se distingue la violación sistemática de las libertades económicas, políticas, culturales,
epistemológicas, por nombrar solamente algunas; Gustavo Gutiérrez señala tres tipos de
liberaciones.185 En primer lugar, una liberación social y política que elimine los factores
generadores de pobreza e injusticia al interior de las estructuras socio-económicas; se trata
de construir una sociedad basada en el respeto al otro, especialmente por el más débil e
insignificante. La segunda es la liberación humana de todas aquellas cosas que limiten la
capacidad para desarrollarse dignamente186. Y por último, la liberación soteriológica, o
185 Gustavo Gutiérrez, “The Task and content of liberation theology”, en The Cambridge companion to liberation theology, edited by Christopher Rowland, (Cambridge: Cambridge University Press, 1999), 26. 186 Ibid., 26.
72
liberación del egoísmo y del pecado, raíz de la injusticia que ha de ser eliminada; es camino
de comunión con Dios y con los otros187.
No se trata de tres liberaciones independientes, las tres van tras el objetivo de alcanzar la
libertad del ser humano, que es la más trascendente. Cada forma de liberación tiene efectos
en el logro de la libertad188. El proceso de liberación ha de conducir a una respuesta
responsable y justa de la persona en sus acciones comunitarias y eclesiales. Aunque los tres
tipos de liberaciones estén interrelacionadas, no significa esto que en ciertos momentos de
la historia de salvación-liberación no se enfatice alguna, entonces es ineludible un proceso
dirigido y dinámico. En la utopía cristiana la cuestión no es eliminar primero la pobreza y
luego propiciar otro tipo de liberaciones; el proceso es integral y debe contemplar varios
aspectos, sin eludir la espiritualidad ni el compromiso personal y comunitario con
Jesucristo. Se trata de identificar los factores asociados a la pobreza, pues el pecado social
indica la necesidad de una liberación no solamente en lo político y económico. La
colonización, en la mayoría de áreas de la vida y el pensamiento humanos, genera más
marginalización, exclusión, explotación, neo-esclavitud, injusticia, desigualdad, pobreza.
La liberación es una gran herramienta teológica y humana para un proceso decolonizador y
restaurador.
La privación de libertades que señala Sen189 es una realidad que necesita la liberación que
propone Gutiérrez. Para alcanzar las libertades fundamentales, optimizar la iniciativa
personal y la eficacia social, Sen plantea enriquecer los procesos sociales, democráticos y
187 Gutiérrez, ¿Dónde dormirán los pobres?, 150 188 Por ejemplo la educación es una herramienta importante para alcanzar la libertad y es sabido que una mejora en los índices de escolaridad y de calidad en los estudios, incrementa la libertad, al haber un mayor conocimiento para decidir qué es lo que se quiere ser y hacer. Un incremento en la educación política y democrática ayuda a decidir mejor quienes serán los gobernantes y a ejercer mayor presión en los casos de que lo pactado en una elección no se cumpla. Mayor conocimiento de la fe ayuda a identificar estructuras de pecado personales y sociales que estén impidiendo que el reino de verdad y justicia se viva desde el presente histórico. 189 El autor enumera una serie de condiciones que limitan la vida y llevan a una privación de las libertades: hambrunas, (niegan la libertad básica de sobrevivir), desnutrición, inasistencia sanitaria, malos sistemas de acueducto, falta de educación funcional, desempleo, negación a las libertades políticas y derechos humanos básicos, inseguridad económica por falta de derechos y libertades democráticas, gobiernos autoritarios, Sen, Desarrollo y libertad, 31.
73
aumentar las libertades individuales (oportunidades);190 estos desarrollos y el concepto de
la agencia potencializan la praxis de una comunidad de fe191, al igual que invita a
reflexionar sobre la persona y aspectos como el seguimiento de Jesús. Sen se ocupa
estructuralmente de los aspectos económicos, políticos y democráticos; en tanto que los tres
teólogos de la liberación, con la mediación socio analítica, la hermenéutica bíblica, la
experiencia de la comunidad y el seguimiento de Jesús, buscan el trasfondo de la
desigualdad, la opresión y la pobreza. El ideal que proponen estos cuatro autores es generar
las libertades fundamentales para que las personas vivan dignamente y sean felices, dando
un trato especial a los más necesitados; que tengan vivienda digna, salud, educación. Son
conscientes de que los sistemas actuales no han cumplido con la tarea de liberar a los
pobres quienes, según las estadísticas mundiales, seguirán en aumento. Cada teólogo trata
algún aspecto concreto. Para Ellacuría las leyes del mercado generan determinismo que
limita la condición creadora de la persona; propone contraponer la civilización de la
pobreza a la del capital. Para Gustavo Gutiérrez la pobreza produce falta de libertad en las
áreas de la expresión, lo político y lo religioso; propone amar al prójimo en un sistema
económico más humano, contrario a las idolatrías del capital y del mercado. En este
proceso liberador la fe ayuda a la persona a tomar conciencia de su condición de hijo de
Dios. Para Boff es precisa una liberación económica, política y social en un marco de
economía de salvación.192
En Gálatas 5,1 Pablo explica para qué libera Dios en Jesucristo: Dios no quiere la
esclavitud, ni estructuras de Babel, ni nuevos Egiptos; no desea la injusticia, la desigualdad.
De allí que toda mediación que opte por los más pobres y necesitados está en el mismo
190 Ibid., 35. 191 “La liberación no es solo un proceso sino que es un proceso colectivo tanto por la razón de su sujeto activo como de su sujeto pasivo” Ignacio Ellacuría, “Liberación”. Revista Latinoamericana de Teología, 30 (diciembre 93): 213 en http://www.servicioskoinonia.org/relat/078.htm, (consultado el 10 de septiembre de 2013). 192 “El proceso de liberación humana es la concreción histórica de la liberación realizada por Dios. Esta es la que, inicialmente por pura gratuidad y amor, «dispone, excita y ayuda» a los hombres a dar el paso liberador de su situación enemiga de Dios, ofensiva para los hermanos y alienada en el mundo. La liberación es humana porque la realiza el hombre en su libertad…; sin embargo, es Dios quien de tal manera mueve y penetra la acción humana que la liberación puede considerarse como acción de Dios. El proceso histórico anticipa y prepara la definitiva liberación en el Reino.” Boff, Gracia y experiencia humana, 207
74
sentido del Reino y puede ser leído como su accionar y gracia. Las tesis de Sen, como
mediación, ayudan al ver, juzgar y actuar de la teología de la liberación. El enfoque de las
capacidades da argumentos para comprender que el sentido del Reino es el auxilio a los
más necesitados, no en tónica caritativa sino existencial. El desarrollo como libertad
coincide en varios temas con las críticas de los teólogos de la liberación. 193 Es una nueva
herramienta analítica que cambia el enfoque en los bienes y utilidades por el de la agencia,
las oportunidades y los funcionamientos. Por otra parte, propone una economía y política
éticas con lo cual da un tratamiento humano a la economía del desarrollo, devuelve su lugar
a las personas, especialmente a los más pobres y necesitados, situándose en la misma
sintonía de los teólogos; sin proponérselo, Sen opta preferencialmente por los pobres.
La libertad como fin del desarrollo y la libertad de agencia van más allá de un sistema
coercitivo, no son libertades relativas sino reales, que amplían las capacidades de cada
persona para poder ser y hacer. Su efecto se ve en la liberación de lo humano más allá de lo
económico. La ampliación de las capacidades genera mayor conciencia y responsabilidad
en las personas. Crea una conciencia crítica que lleva a una libertad trascendente e histórica
a la vez y a comprender para qué libera Dios. Separa entonces la libertad del utilitarismo y
la devuelve a su real dimensión: capacidad de libertad de los seres humanos. Todos los
puntos mencionados, sus críticas al bienestarismo y a la justicia de Rawls, hacen que la
propuesta de Sen esté en una línea liberadora desde la perspectiva del desarrollo
económico.
Gutiérrez propone la liberación del egoísmo y del pecado que lleva implícita toda la carga
del sentido de la libertad cristiana. El pecado rompe la comunión con Dios y con los demás.
Bíblicamente es la causa última de injusticia y de opresión.194 Tiene una implicación doble
de la libertad desde el texto paulino de Gálatas 5, 1 – Para ser libres nos libertó Cristo-;
Dios nos libera del pecado, del egoísmo, de la opresión y de la injusticia; para amar, para la
193 Al leer los informes de la PUND, se puede apreciar que temas como la mujer, la educación, la desigualdad, la pobreza, la cultura, la diversidad, han sido tratados por estos teólogos anteriormente desde el aspecto liberador, corroborando con esto la profecía que en su momento fue denuncia. 194 Gutiérrez, ¿Dónde dormirán los pobres?, 150
75
unión con Dios.195 La liberación conlleva una religación al fundamento último, filiación
adoptiva y servicio a los hermanos desde el amor196. En relación con la liberación del
pecado, la libertad no se entiende como una idea o una virtud sino como una categoría
antropológica que trae consigo una carga de responsabilidad humana y no solamente gracia.
El pecado se puede relacionar con el egoísmo, la avaricia y el oportunismo que han sido
estudiados por economistas quienes incluyen estos aspectos en la razonabilidad de elección.
Por su parte, Sen afirma que el capitalismo ha creado una ética que ha resultado ineficiente
en la lucha contra la desigualdad económica, y otros problemas197. Los teólogos de la
liberación van más allá de decir que la ética capitalista ha sido limitada, ellos han
condenado las estructuras de opresión que ha generado.
Otro punto de confluencia entre Sen y los teólogos de la liberación es el tema de las
libertades positivas como oposición a las libertades negativas. La libertad negativa se
entiende en el sentido de no coerción, no interferencia o no obstrucción para ser o hacer
algo; generalmente queda en el plano de lo que la ley no regula o está en el ámbito privado,
tiene la facilidad de medición, a más coerción menos libertad, o lo contrario. Esta libertad
requiere la construcción de marcos legales y de regulación para los seres humanos198. La
libertad positiva es la capacidad real que tiene una persona de ser o hacer algo, lo que
realmente desea, va más allá de simples elecciones y “consiste en la aptitud que posee la
persona para disponer de sí en orden a su realización”199, supone autonomía, una
concepción de persona, el uso de la razón y la facultad de decidir cómo voluntad. La
libertad positiva está unida a una antropología y la ley constituye un medio, no un fin, a
195 Ibid., 151 196 Juan Luis Ruíz de la Peña, Imagen de Dios: Antropología teológica fundamental, (Santander, Sal Terrae, 1988) 201. 197 “La ética capitalista, a pesar de su eficacia, es, en realidad, profundamente limitada en algunos aspectos, en especial en lo que se refiere a las cuestiones relacionadas con la desigualdad económica, la protección del medioambiente y la necesidad de cooperar de distintas maneras fuera del mercado. Pero dentro de su terreno, el capitalismo funciona eficazmente por medio de un sistema ético que da la visión y la confianza necesarias para utilizar de modo satisfactorio el mecanismo del mercado y las instituciones relacionadas con él” Sen, Desarrollo y libertad, 316. 198 Es interesante este tema de las libertades positivas y negativas, porque propone dar libertad absoluta al mercado, en tanto que se necesitan marcos para restringir la libertad del ser humano. 199 Ruíz de la Peña, Imagen de Dios, 187.
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diferencia de una libertad negativa en donde la ley es el fin. La medida de una libertad
positiva cristiana será el servicio y el amor a los otros.
En el Nuevo Testamento se muestra como Jesús liberaba pero siempre quedaba en las
personas la opción libre de elegir un camino de vida o de pecado; Jesús remitía al interior
del ser humano y no a la ley, en este sentido, proclamaba una libertad positiva. La única
guía que propone es acudir a la conciencia: “todo cuanto queráis que os hagan los hombres,
hacédselo también vosotros a ellos; porque ésta es la Ley y los Profetas.”200 La misma ley
que Jesús criticó en su época se puede entender como propia de una libertad negativa que
pone límites a los seres humanos y a la misericordia de Dios; la construcción del ser
personal se pone en un objeto inanimado como la ley. Si se entiende la libertad como
positiva es posible comprender por qué teológicamente se habla de una liberación; al ser la
libertad una antropología se construye en la historia, de este modo, la libertad positiva está
en permanente construcción, en tanto que la libertad negativa es rígida, sujeta al marco de
unas leyes y preceptos. La libertad positiva es construida, la libertad negativa es regulada.
En una primera mirada se pensaría que una libertad positiva llevaría a un relativismo o a un
anarquismo, pero, en el seguimiento de Jesús se encuentra la respuesta, porque él no ha
venido a abolir la ley y los profetas, ha venido a perfeccionar la ley. ¿Es un volver a la ley?
No. El seguimiento de Jesús indica que en una vida en el Espíritu la ley no es un fin sino un
medio. Por su parte, Sen piensa que la libertad es un medio y un fin en sí misma.
Claramente es una libertad procesual, que involucra decisiones y acciones diarias
(categorial), y como fin no sujeto a la ley es trascendental. Como es procesual, es claro que
ha de haber un impulso mediante unas libertades básicas o primordiales, a través del
cubrimiento de las necesidades fundamentales de las personas en educación, vivienda,
salud, alimentación, vestido entre otras; estas necesidades se suplen a través del desarrollo
económico sostenible y focalizado en lo regional, no como receta universal para todos los
países, tal cual ha sido el caso de las políticas universalistas del Banco Mundial y del Fondo
Monetario Internacional, que no han sido eficaces en la mayoría de países, sino que, por el 200 Mt 7, 12
77
contrario, han generado más pobreza, exclusión y descapitalización de los países del tercer
mundo.
En este apartado se ha analizado la relación entre la liberación y la agencia como una
mediación importante en el proceso de liberación de la opresión en América Latina. Las
intuiciones de los teólogos de la liberación poco a poco han sido corroboradas por
pensadores de las ciencias sociales como es el caso de Amartya Sen. La vía de las
oportunidades y los funcionamientos es bastante interesante para enfocar los esfuerzos de la
teología de la liberación, que de todas formas no deben olvidar su condición profética. En
este sentido, Sen es más moderado al hacer críticas concretas a naciones o modelos. La
utopía cristiana lleva a prácticas concretas que, a pesar de las mediaciones socio-analíticas,
de ninguna forma puede dejar de lado el seguimiento de la persona de Jesús que se da en la
praxis cotidiana; por otra parte, no se puede olvidar la escatología cristiana que es ya pero
todavía no, fuente de esperanza y fortaleza del pueblo crucificado.
3.3. Democracia y Reino de Dios A lo largo de este tercer capítulo se resalta la importancia de la vida y se señala cómo la
pobreza es fuente de muerte y de opresión; por lo tanto es preciso liberar al ser humano de
estructuras de injusticia y esclavitud. Sen propone el camino del desarrollo humano para
quebrar tendencias de subdesarrollo y generación de pobreza. Al cambiar la perspectiva del
enfoque del desarrollo económico por uno de vida y ser, las personas se convierten en
participantes activos, se comprometen con ellas mismas, con la sociedad y con la
democracia. Las propuestas no son opuestas sino más bien complementarias, aunque sin
olvidar que Sen no es un crítico fuerte del capitalismo como sí lo son los teólogos de la
liberación, quienes lo ven como un sistema que genera injusticia. Las dos situaciones:
democracia y construcción del Reino, requieren una praxis específica que cada autor
configura desde su experiencia particular: el fin común que tienen, la liberación del ser
humano.
78
La democracia se ha considerado como una forma de gobierno que humaniza, que puede
ser justa y respeta las libertades humanas. Por el hecho de ser una institución humana e
histórica, de ninguna forma puede estar al margen del proyecto salvífico de Dios. Pero la
democracia de ninguna forma puede ser o representar la totalidad del Reino de Dios
“porque ninguna situación históricamente dada constituye el marco definitivo del hombre y
del mundo. Ninguna formación social traduce la totalidad del Reino de Dios”201, de tal
forma que un sistema democrático tampoco sería el Reino; pero desde la fe cristiana sí se
pueden apoyar “los dinamismos de aquellos grupos que buscan unas más elevadas formas
de participación, las cuales se supone que estén más próximas a la realidad del Reino de
Dios.”202 Desde el punto de vista creyente, la democracia estaría llamada a constituirse en
una realidad que hay que acompañar desde la fe al establecer las estructuras de gracia y de
pecado que le acompañan.
La teoría de Sen promueve la participación de la persona en las decisiones de la comunidad
y del país, en un sentido amplio afecta el desarrollo, como el mismo propone. “Si el
desarrollo es entendido en una forma amplia, con énfasis en las vidas humanas, entonces se
hace inmediatamente claro que la relación entre desarrollo y democracia tiene que verse
desde el punto de vista de su conexión constitutiva en lugar de solo a través de sus vínculos
externos.”203 Este argumento es de suprema importancia para la teología cristiana en cuanto
a la praxis comunitaria y eclesial; propone que el desarrollo en sentido amplio es parte
fundamental de la persona y que la participación democrática es vital para alcanzar el
desarrollo. Consecuentemente hay una íntima relación entre democracia, libertad de
agencia y desarrollo; al influir en una de estas variables se afecta el desarrollo humano, se
generan más libertades y desarrollo económico. Si se entiende el papel fundamental de la fe
en la historia y que ella es la historia de la salvación, es posible comprender que la praxis
liberadora latinoamericana indudablemente tiene efectos directos en la historia, en la
democracia, en la justicia y desarrollo. La fe puede ser utilizada para restringir la
democracia, para propiciar violencia o para detenerla, para promover la justicia y el 201 Boff, La fe en la periferia, 127. 202 Ibid., 127. 203 Sen, La idea de la justicia, 378.
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derecho, para liberar o para oprimir. La fe incluso ayuda a promover el desarrollo
entendido en su sentido amplio, como preocupación por el desarrollo integral del hombre.
Los valores que Sen considera importantes en una democracia son: el debate público, la
participación social, los derechos políticos y humanos, la razón pública, el disenso, el
acceso libre a la información, la interacción pública, el diálogo, los derecho de las minorías,
los medios de comunicación adecuadamente manejados, las prioridades incluyentes y las
instituciones democráticas adecuadas. En la praxis liberadora, en el ver y en el juzgar estos
temas atraviesan la reflexión y la acción a través de las teologías del genitivo que están en
la agenda de los teólogos de la liberación. La praxis de los pobres ha contribuido a generar
mejores democracias en América Latina, con lo cual han sido participes del Reino. Así, la
esperanza cristiana ha generado cambios desde el evangelio, desde lo pequeño y desde la
teología de los crucificados.
La fe es una palabra preponderante de denuncia o de anuencia en el logro de democracias
significativamente operantes. En Latinoamérica, la Iglesia institución, la teología de la
liberación y la praxis cotidiana de la fe de la población, son escuchadas en cada contexto
con mayor o menor fuerza y eso es lo que da actualidad a la propuesta. Sin embargo, la
Iglesia institucional no ha comprendido que la eclesialidad va más allá de los límites
institucionales autoimpuestos. Respecto a esto, Leonardo Boff tiene algunas críticas a la
institución, afirma que el discurso del magisterio no ha sido práctica cristiana en aspectos
fundamentales como la proclamación de los derechos humanos que hace la misma Iglesia204
y que son importantes para el anuncio del Reino de Dios, en una democracia y en la Iglesia.
Los puntos que señala Boff indican que las decisiones jerárquicas en la Iglesia no son
sometidas a consulta popular;205 aunque esta se contempla en documentos eclesiales en la
realidad no opera, por delegación o por falta de información. Por otra parte, la formación de
opinión es reducida206, hay asimetría de la información, censura intraeclesial y escaso
acceso a la formación; hay sacralización de los ministros con lo cual se frena el disenso, tan 204 Boff, Iglesia: carisma y poder, 66. 205 Ibid., 67. 206 Ibid., 71.
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necesario para sentar posiciones en el debate público. A esto se suma la discriminación en
la participación de la mujer en las decisiones de la Iglesia, en la ministerialidad y en general
funciones directivas207. Boff resalta que la Iglesia ha de crecer para que sea fuente de
pensamiento reconocido en las democracias laicas.
La teología de la liberación proporciona desde la lectura de la Palabra, el profetismo y la
praxis comunitaria, herramientas para que una perspectiva ética de la economía y de la
política no caiga en una objetivación absoluta, idolatría, que termine por esclavizar
nuevamente a las personas. En una democracia es posible ejercer acción profética al
identificar, actuar y denunciar estructuras de opresión y de injustica que es necesario
derribar una por una para construir el Reino de Dios, que es de los pequeños. Por esta razón
la importancia de una fe desde la cruz y desde el pobre. En una primera instancia, a través
de una gran revolución, o una gran denuncia, no es posible destruir un sistema injusto e
inequitativo como podría ser el capitalismo. Pero con el enfoque que propone Sen, de una
focalización de la información, es posible identificar dónde subyacen las estructuras de
pecado208.
La democracia entonces es un medio que ayuda en la historia del pueblo de América Latina
a situar temporalmente la utopía cristiana, por tanto, se entiende no como algo irrealizable
sino como una focalización temporal de la esperanza escatológica del Reino de Dios. Es de
reiterar que no se puede caer en la trampa de que el desarrollo humano o la democracia
sean el Reino en sí. “El Reino de Dios que Cristo anuncia no consiste en la liberación de tal
o cual mal, de la opresión política de los romanos, de las dificultades económicas del
pueblo, o únicamente del pecado. El Reino no puede ser reducido a este o aquel aspecto,
porque lo abarca todo: el mundo, el hombre y la sociedad.209” En la persona el seguimiento
207 Ibid., 69. 208 Sarmiento y Arteaga, analizan el enfoque de Amartya Sen desde la focalización o la universalización como política económica para mejorar la condición de los más pobres. De acuerdo con ellos es preciso incluir a los pobres en los circuitos de información. Alfredo Sarmiento y Leticia Arteaga, “Focalizar o universalizar: Un falso dilema”, Cuadernos de economía, v. XVII, No 29 (1998), 207. 209 Boff, Jesucristo el liberador: Ensayo de Cristología crítica para nuestro tiempo, 8 ed. (Santander: Editorial Sal Terrae, 2000), 68.
81
de Jesús lleva a un proceso de conversión que cambia el modo de pensar y de actuar al
modo de Dios210, con lo que el ser humano puede potencializar su condición de agente para
colaborar con el Reino de Dios. Así la praxis popular y personal son guiadas por la
mediación socio analítica de Sen y por la fe en Jesucristo, quien libera. Por otra parte, si
incluye el mundo y lo social, será preciso la conformación de agrupaciones e instituciones
al modo del querer de Dios para la humanidad que es básicamente en justicia y libertad.
La presencia histórica del Reino supone una serie de instituciones que surgen por la
necesidad humana de agrupación, la Iglesia y la democracia son algunas de ellas; aunque
son necesarias no pueden ser el fin. Para que no se conviertan en absolutos es preciso un
control sobre ellas; en una democracia el control lo ejercen organizaciones no
gubernamentales, comunidades y los medios de comunicación, de allí que las instituciones
que se crean alrededor de la fe en Jesucristo, no puedan sustraerse del debate y tengan el
imperativo de anunciar la buena nueva. Las comunidades pobres desde la praxis de su fe
construyen comunidades eclesiales de base, como lo resalta Leonardo Boff, comunidades
capaces de leer los signos de los tiempos, que con la ayuda de la palabra de Dios
direccionan la vida de los miembros de la comunidad que son palabra viva en una sociedad.
Se convierten en instituciones de control, en especial de las desigualdades que se presentan
al interior de las democracias. La Iglesia institución está llamada a jugar un papel
importante en la regulación de las democracias, debe orientarse a la construcción del ser
humano integral, con la doble tarea de luchar por la justicia, por anunciar la presencia de
Dios en el mundo en medio de los procesos de desarrollo humano.
A pesar de las mediaciones de otras ciencias, la teología de la liberación tiene claro que los
pobres son opción fundamental y lugar de encuentro con Jesucristo, en quien se da una
nueva creación y liberación. Es preciso pues seguir a Jesús en el pasaje de las tentaciones
en el desierto, para que una teología no caiga en falacias. En el evangelio de Mateo queda
claro que “no solo de pan vive el hombre,211” y que Dios es más grande que los poderes de
210 Ibid., 78. 211 Lc 4, 4
82
la tierra, por lo tanto hay que poner la confianza en Él por encima de todas las cosas. La
liberación y creación que propone Jesús devuelven la dignidad, e invitan a trabajar, desde la
propia persona, por los más pobres y necesitados; sus discípulos serán capaces de ello,
aunque él opta por la pobreza voluntaria. La liberación y la vivencia del Reino de Dios en
la tierra, requieren la presencia de bienes materiales presentes desde el momento de la
creación. Al hombre corresponde administrarlos con sabiduría, pero no obstante son
arrebatados y apropiados por los poderes de la tierra para generar riquezas. Por ello la
liberación debe profetizar y denunciar la apropiación de los mismos. Y restaurar la
propiedad en los seres humanos, claramente es un proceso histórico en el cual se encuentra
la humanidad y por ello se ven las consecuencias y acciones de las estructuras de pecado a
las que hay que denunciar y combatir, así la consecuencia sea la cruz.
La esperanza cristiana es la sabiduría que repite el anuncio de Jesús: que el mal ha sido
derrotado; que recuerda que el ser humano es hijo de Dios y que está llamado a hacer parte
libre en la creación. De allí la invitación a anunciar la buena nueva, el Reino de Dios, para
que todo hombre de todo pueblo y nación comprendan que son partícipes de esta nueva
creación. Cada ser humano está llamado a construir el Reino desde sus propias capacidades
y desde las coordenadas en que se encuentre. De tal forma que cada persona contribuya en
la construcción o destrucción de las estructuras de pecado que permanecen en el mundo.
Probablemente así como el Jesús histórico no vio el fin de estas estructuras y el fin de la
pobreza y desigualdad, muchos de los que trabajen por el Reino no lo verán tampoco, pero
sí habrán contribuido a desenmascarar y a destruir estas estructuras en donde se encuentren.
La utopía se deberá custodiar pero no como algo universal sino como sueños pequeños,
regionales o locales212.
El sueño de los teólogos de la liberación se puede enfocar a una liberación y nueva creación
en espacios geográficos situados, en donde se necesitaran gracias diferentes, capacidades
212 Es muy interesante ver como por ejemplo “la primavera de Praga”, una utopía en su momento, que buscaba un socialismo más humano, fue un sueño que en su momento no impidió la invasión Rusa, pero que quedo en los corazones de los Checoslovacos y fue la esperanza que luego se vio patente en la Perestroika, y se vio con más fuerza en la capacidad y entereza con que este pueblo vivió todo este período.
83
adecuadas e instituciones renovadas y nuevas, para luchar para que al ser humano se le
devuelva la creación que ha sido usurpada por el mercado. Amartya Sen da un derrotero a
seguir, recuerda que el hombre está llamado a ser libre y que no puede ser esclavo de los
bienes o de las instituciones o del mercado o de los acuerdos. La teología de la liberación
debe buscar los nuevos factores asociados a la pobreza, y en el enfoque de las capacidades,
recordar al ser humano que libremente es capaz de ser y hacer, que para ello necesita
confiar nuevamente en Dios quien le provee de los bienes necesarios para su sustento. En
ese ser y hacer, la religión y la iglesia son actores fundamentales pues deben ser palabra de
Dios para la humanidad.
84
CONSIDERACIONES FINALES
Millones de personas viven en el mundo bajo la pobreza absoluta que los excluye del
circuito económico mundial y de la civilización del capital. Particularmente en
América Latina el problema es notoriamente visible como lo han manifestado los tres
teólogos de la liberación citados y lo resalta Amartya Sen. Los cuatro autores hacen
contribuciones particulares al debate de la pobreza desde la economía y la teología.
Teológicamente se observó que en América Latina persisten estructuras de pecado e
injusticia estructurales, soportadas en la actividad de grupos de poder que desde la
teoría económica han propuesto modelos totalizantes y absolutistas que han quitado la
autonomía a los países y a su población mayoritariamente pobre. Las estructuras
sociales que se observan en estos países tienen la particularidad de colonizar el
pensamiento de las personas y se crea una conciencia de indiferencia y conformismo
en oposición a la concepción teológica de confianza y esperanza.
En el texto se concluye que la preocupación por los pobres corresponde a la teología, a
las ciencias humanas e incluso las ciencias empíricas. La reflexión teológica está
llamada a propiciar una praxis eclesial y humana para que no quede solo limitada al
ejercicio de la razón y a un uso instrumental que no produzca transformaciones.
Ciertamente, este es un cambio de perspectiva real que propone Sen. En los pobres, los
teólogos ven un lugar privilegiado de encuentro con el Dios de la vida, quien se
contradeciría si en su Reino permitiera la pobreza económica involuntaria y la muerte,
el dolor y el sufrimiento que esta conlleva. Desde esta perspectiva, se ratifica que el
lugar de los pobres y la pobreza son un eje transversal del evangelio. Como en los
pequeños del mundo, en la experiencia humana, existe una gran certeza de revelación
del misterio de Dios Trinitario, allí es posible leer los signos de los tiempos que a la
vez permitan hacer reflexión teológica, praxis comunitaria y personal, así como
proponer caminos que ayuden a la humanidad a salir del flagelo de la pobreza
ocasionado por la presencia de estructuras de pecado que se ocultan tras modelos
económicos o políticos.
85
La insistencia teológica en la historia ratifica que allí acontece la economía de la
salvación, que es lugar relacional entre Dios y el ser humano; y, que la existencia es
construida conjuntamente entre Dios y el hombre. La encarnación histórica de
Jesucristo incluye todo lo humano, lo económico, lo político y lo social, aspectos que
hacen parte de la realidad y son lugares de lectura hermenéutica a la luz del evangelio.
Aunque Dios es quien justifica y libera, la antropología cristiana no obvia el papel del
ser humano en el proceso liberador integral de la persona, sus instituciones y sus
estructuras, con el fin de que se vaya haciendo visible el Reino justicia y de paz que se
ha prometido a la humanidad.
En este caso se profundizó en la necesidad de una liberación económica que sin ser la
única ni la última, sí es importante en un proceso de humanización, de crecimiento
personal y comunitario. Se constató que la restricción económica disminuye la libertad
de las personas más allá de la elección de bienes. Los tres teólogos y Amartya Sen
ratifican la relación directa que hay entre muerte, pobreza, libertad y desarrollo
económico. Las tesis de Sen resultan significativas porque muestran que existen
estructuras injustas; en el tema concreto de las divisiones identitarias hay un gran
campo teológico para encontrar estructuras de pecado o de gracia; lugares donde se
encuentre la bondad, la solidaridad y la misericordia cristiana, o ellas estén ausentes.
La propuesta de las capacidades de Amartya Sen permite proponer y exigir las medidas
necesarias tendientes a disminuir la pobreza y generar mejores condiciones de vida.
Teológicamente hablando, a través de la información que suministra el modelo de
desarrollo humano en factores específicos como educación, mortalidad infantil,
incidencia de la mujer en el crecimiento, es posible identificar, en casos concretos, en
qué áreas es preciso liberar. Regionalmente es útil esta información porque las
estructuras de pecado, a pesar de que forman parte de un gran conjunto, tienen
expresión distinta en cada país y cada región.
La teoría de la agencia resulta importante para la teología desde el punto de vista
antropológico y económico; al focalizarse en las capacidades y los funcionamientos
86
produce información relevante para el desarrollo humano; con ello gira hacia el sujeto,
sus deseos; retoma la capacidad de integrar los valores y objetivos personales que
generan mayores libertades. Aunque la preocupación de Sen parte desde los pobres, es
interesante que el agente sea cualquier persona, de tal forma que permite la pluralidad
y la multiculturalidad. Al ser incluyente, la teoría del agente hace posible que la
persona se comprometa en la actividad social, política, económica, religiosa y
productiva. Para la teología de la liberación esto es valioso porque enfoca el desarrollo
en el sujeto y no en un modelo económico que mercantiliza a las personas.
Resultan interesantes las críticas al bienestarismo y al utilitarismo, teorías que se
concentran en los factores agregados más que en las personas, a tal punto de fetichizar
o volver ídolos los modelos. Incluso la teoría de la liberación en ciertos momentos dio
mayor relevancia a la comunidad misma, o la praxis, que a los deseos de la persona;
más importancia a la mediación socio-analítica, de donde vienen las críticas que ha
recibido esta forma de hacer teología.
La crítica de Sen a Rawls es clave porque ésta es una teoría ética predominante en la
actualidad. El tema de las capacidades que plantea Sen permite enfocar la toma de
conciencia en el profetismo utópico son una herramienta que muestra lugares de
injusticia y de opresión. Por otra parte, coincide con la crítica teológica que va en el
sentido de no poner por encima de los seres humanos, los contratos sociales, las leyes o
las ideas. El contrato que propone Rawls tiene cinco libertades básicas, pero éstas de
ninguna manera pueden estar por encima de los seres humanos, no se trata de
obtenerlas a como dé lugar. Este un llamado de atención importante para los teólogos,
para que se tenga la precaución de no convertir las mediaciones en fines, incluso la
misma mediación teológica.
Amartya Sen une la libertad al desarrollo económico en tanto que los teólogos de la
liberación afirman que la economía debe estar al servicio del otro, para amar y para la
misericordia, para el perdón, la acogida y para seguir a Jesucristo. Para Sen, la
87
expansión de las libertades es lo intrínsecamente importante del agente, para que las
personas puedan tener más bienestar, ser autónomas, tengan dignidad, se puedan
realizar y ser felices, puedan seguir sus objetivos, tengan mejor calidad de vida, puedan
elegir no entre bienes sino lo que quieren ser y hacer. La libertad que siguen estos
cuatro autores es a todas luces una libertad positiva, pues tras la autonomía generada en
la persona viene una responsabilidad, da herramientas a la razón y a la conciencia para
emprender prácticas razonables. La libertad es fundamental porque afecta las
capacidades básicas de las personas –sin libertad no puede usarlas-; ellas le permiten
transformar el entorno en el cual se desenvuelven.
Para Sen son fundamentales las libertades políticas y democráticas; por su parte, los
teólogos de la liberación consideran significativa una liberación en el sentido político.
Respecto a las instituciones, los teólogos de la liberación indican que si estas van en el
sentido de justicia y en el sentido del Reino se deben potencializar pero sin
idolatrizarlas. Para Sen la democracia más que un fin o un ideal debe ser funcional e
instrumental; para que suceda esto requiere de valores como la razón pública, el
debate, la participación, instituciones adecuadas y medios de comunicación bien
dirigidos. En contraposición a estos valores, en América Latina se observan situaciones
de privatización del Estado, asimetría de la información, restricción de libertades -
incluso al interior de la Iglesia institución como lo insinúa Boff-, monopolio de los
medios de información, exclusión, injusticia. Tras estos escenarios se encuentran
estructuras de poder y de pecado que dan una guía a las comunidades eclesiales, a los
teólogos de la liberación, a los líderes populares e incluso a la Iglesia institución para
que hagan profetismo en torno a lo que coacciona las libertades democráticas.
Para el economista y para los teólogos son importantes las instituciones y ambos
coinciden en que no se trata de cualquier tipo de instituciones. Como la perspectiva es
distinta, el énfasis institucional cambia; sin embargo, unas y otras se encuentran en el
ambiente político y tienen capacidad de aportar positiva o negativamente en el proceso
histórico de humanización. La Iglesia, la teología y las comunidades eclesiales desde la
88
perspectiva de seguimiento a Jesucristo están en capacidad de generar una nueva
conciencia liberadora y su acción sería una afectación de las democracias débiles de
América Latina. Cada cristiano en sus instituciones está llamado a participar en el
debate público, en el disenso, en el control democrático del Estado y las organizaciones
privadas; en la práctica real y efectiva de la justicia.
La teología de la liberación sigue aún vigente como lo demuestran los miles de
personas pobres en América Latina y en el mundo; sin embargo, es preciso que siga
avanzando en su proceso liberador a través del uso de nuevas herramientas en los tres
momentos de ver, juzgar y actuar. Las herramientas que proporciona la teoría de
Amartya Sen son de gran utilidad para cada momento, por eso es posible utilizarla de
forma novedosa como herramienta socio-analítica. La teología, así como utiliza las
herramientas exegéticas más avanzadas, también en el caso de la mediación socio-
analítica puede modernizar sus análisis mediante el estudio de nuevas teorías en el
campo económico y político. Al interior de la Iglesia institución es preciso también
fomentar la participación de las personas, dejando de lado la sacralización de los
presbíteros y religiosos.
En cuanto a lo económico la Iglesia debería hacer más énfasis en la justicia social que
en las obras de caridad, evaluar en su real dimensión el tema de la pobreza económica,
buscar formas reales y activas de luchar contra este flagelo, para lo cual requiere
capacitación de todos los estamentos eclesiales. En cuanto a la formación, la
evangelización de la Iglesia está llamada a generar la suficiente libertad de conciencia
para que cada cristiano desde su libertad y situación particular actúe responsablemente
en la construcción del Reino de justicia. Las iglesias locales pueden implementar
prácticas democráticas en su interior y especialmente ser órganos que participen
activamente en las democracias de sus localidades, mediante el conocimiento, la
denuncia, las propuestas y el control político. Sin embargo, todo este proceso debe
estar acompañado de una espiritualidad liberadora de la conciencia, que genere
mayores libertades a los seres humanos para que haya una real encarnación del cuerpo
cristiano en la vida cotidiana de sus regiones y des sus naciones.
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ANEXO 2
CARTA DE AUTORIZACIÓN DE LOS AUTORES (Licencia de uso)
Bogotá, D.C., Marzo 7 de 2014
Señores Biblioteca Alfonso Borrero Cabal S.J. Pontificia Universidad Javeriana Cuidad
El suscrito:
Héctor Adrián Martínez Díaz, con C.C. No. 79.541,680, en mí calidad de autor exclusivo de la obra titulada:
TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN Y DESARROLLO HUMANO: AGENCIA, CAPACIDADES Y SUPERACIÓN DE LA POBREZA.
(por favor señale con una “x” las opciones que apliquen)
Tesis doctoral Trabajo de grado X Premio o distinción: Si No x cual: __________________________________________________________________ presentado y aprobado en el año 2014, por medio del presente escrito autorizo a la Pontificia Universidad Javeriana para que, en desarrollo de la presente licencia de uso parcial, pueda ejercer sobre mi obra las atribuciones que se indican a continuación, teniendo en cuenta que en cualquier caso, la finalidad perseguida será facilitar, difundir y promover el aprendizaje, la enseñanza y la investigación. En consecuencia, las atribuciones de usos temporales y parciales que por virtud de la presente licencia se autorizan a la Pontificia Universidad Javeriana, a los usuarios de la Biblioteca Alfonso Borrero Cabal S.J., así como a los usuarios de las redes, bases de datos y demás sitios web con los que la Universidad tenga perfeccionado un convenio, son:
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AUTORIZO SI NO 1. La conservación de los ejemplares necesarios en la sala de tesis y
trabajos de grado de la Biblioteca. X
2. La consulta física o electrónica según corresponda X
3. La reproducción por cualquier formato conocido o por conocer X
4. La comunicación pública por cualquier procedimiento o medio físico o electrónico, así como su puesta a disposición en Internet
X
5. La inclusión en bases de datos y en sitios web sean éstos onerosos o gratuitos, existiendo con ellos previo convenio perfeccionado con la Pontificia Universidad Javeriana para efectos de satisfacer los fines previstos. En este evento, tales sitios y sus usuarios tendrán las mismas facultades que las aquí concedidas con las mismas limitaciones y condiciones
X
6. La inclusión en la Biblioteca Digital PUJ (Sólo para la totalidad de las Tesis Doctorales y de Maestría y para aquellos trabajos de grado que hayan sido laureados o tengan mención de honor.)
X
De acuerdo con la naturaleza del uso concedido, la presente licencia parcial se otorga a título gratuito por el máximo tiempo legal colombiano, con el propósito de que en dicho lapso mi obra sea explotada en las condiciones aquí estipuladas y para los fines indicados, respetando siempre la titularidad de los derechos patrimoniales y morales correspondientes, de acuerdo con los usos honrados, de manera proporcional y justificada a la finalidad perseguida, sin ánimo de lucro ni de comercialización. De manera complementaria, garantizo en mi calidad de estudiante y por ende autor exclusivo, que la Tesis o Trabajo de Grado en cuestión, es producto de mi plena autoría, de mi esfuerzo personal intelectual, como consecuencia de mi creación original particular y, por tanto, soy el único titular de la misma. Además, aseguro que no contiene citas, ni transcripciones de otras obras protegidas, por fuera de los límites autorizados por la ley, según los usos honrados, y en proporción a los fines previstos; ni tampoco contempla declaraciones difamatorias contra terceros; respetando el derecho a la imagen, intimidad, buen nombre y demás derechos constitucionales. Adicionalmente, manifiesto que no se incluyeron expresiones contrarias al orden público ni a las buenas costumbres. En consecuencia, la responsabilidad directa en la elaboración, presentación, investigación y, en general, contenidos de la Tesis o Trabajo de Grado es de mí competencia exclusiva, eximiendo de toda responsabilidad a la Pontifica Universidad Javeriana por tales aspectos.
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Sin perjuicio de los usos y atribuciones otorgadas en virtud de este documento, continuaré conservando los correspondientes derechos patrimoniales sin modificación o restricción alguna, puesto que de acuerdo con la legislación colombiana aplicable, el presente es un acuerdo jurídico que en ningún caso conlleva la enajenación de los derechos patrimoniales derivados del régimen del Derecho de Autor. De conformidad con lo establecido en el artículo 30 de la Ley 23 de 1982 y el artículo 11 de la Decisión Andina 351 de 1993, “Los derechos morales sobre el trabajo son propiedad de los autores”, los cuales son irrenunciables, imprescriptibles, inembargables e inalienables. En consecuencia, la Pontificia Universidad Javeriana está en la obligación de RESPETARLOS Y HACERLOS RESPETAR, para lo cual tomará las medidas correspondientes para garantizar su observancia. NOTA: Información Confidencial: Esta Tesis o Trabajo de Grado contiene información privilegiada, estratégica, secreta, confidencial y demás similar, o hace parte de una investigación que se adelanta y cuyos resultados finales no se han publicado. Si No XEn caso afirmativo expresamente indicaré, en carta adjunta, tal situación con el fin de que se mantenga la restricción de acceso.
NOMBRE COMPLETO No. del documento de identidad FIRMA
Héctor Adrián Martínez Díaz
79.541.680
FACULTAD: TEOLOGÍA
PROGRAMA ACADÉMICO: CARRERA DE TEOLOGÍA
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ANEXO 3 BIBLIOTECA ALFONSO BORRERO CABAL, S.J.
DESCRIPCIÓN DE LA TESIS DOCTORAL O DEL TRABAJO DE GRADO FORMULARIO
TÍTULO COMPLETO DE LA TESIS DOCTORAL O TRABAJO DE GRADO
TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN Y DESARROLLO HUMANO: AGENCIA, CAPACIDADES Y SUPERACIÓN DE LA POBREZA.
SUBTÍTULO, SI LO TIENE
AUTOR O AUTORES Apellidos Completos Nombres Completos
Martínez Díaz Héctor Adrián
DIRECTOR (ES) TESIS DOCTORAL O DEL TRABAJO DE GRADO
Apellidos Completos Nombres Completos López López Edgar Antonio
FACULTAD TEOLOGÍA
PROGRAMA ACADÉMICO Tipo de programa ( seleccione con “x” )
Pregrado Especialización Maestría Doctorado X
Nombre del programa académico CARRERA DE TEOLOGÍA
Nombres y apellidos del director del programa académico
P. Alberto Múnera Duque, S.J.
TRABAJO PARA OPTAR AL TÍTULO DE: TEOLOGO
PREMIO O DISTINCIÓN (En caso de ser LAUREADAS o tener una mención especial):
CIUDAD AÑO DE PRESENTACIÓN DE NÚMERO DE
98
LA TESIS O DEL TRABAJO DE GRADO
PÁGINAS
Bogotá 2014 97 TIPO DE ILUSTRACIONES ( seleccione con “x” )
Dibujos Pinturas Tablas, gráficos y diagramas Planos Mapas Fotografías Partituras
X SOFTWARE REQUERIDO O ESPECIALIZADO PARA LA LECTURA DEL DOCUMENTO
Nota: En caso de que el software (programa especializado requerido) no se encuentre licenciado por la Universidad a través de la Biblioteca (previa consulta al estudiante), el texto de la Tesis o Trabajo de Grado quedará solamente en formato PDF.
MATERIAL ACOMPAÑANTE
TIPO DURACIÓN (minutos) CANTIDAD
FORMATO CD DVD Otro ¿Cuál?
Vídeo Audio
Multimedia Producción electrónica
Otro ¿Cuál? DESCRIPTORES O PALABRAS CLAVE EN ESPAÑOL E INGLÉS
Son los términos que definen los temas que identifican el contenido. (En caso de duda para designar estos descriptores, se recomienda consultar con la Sección de Desarrollo de Colecciones de la Biblioteca Alfonso Borrero Cabal S.J en el correo [email protected], donde se les orientará).
ESPAÑOL INGLÉS Teología de la liberación Liberation Theology Agencia Agency Capacidades Capacity Pobreza Poverty Justicia Justice Democracia Democracy
RESUMEN DEL CONTENIDO EN ESPAÑOL E INGLÉS (Máximo 250 palabras - 1530 caracteres)
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La teología latinoamericana es una corriente renovadora en la Iglesia, que recuerda que los pobres son lugar de encuentro con Dios en el mundo y que la justicia y la liberación son una opción fundamental del cristianismo. La forma de hacer teología desde la praxis cotidiana de la persona, a la luz de la Palabra revelada, ha sido de gran ayuda para la Iglesia, que ve la necesidad de volver al ser humano como lugar teológico y de encuentro con Jesucristo. Esta forma de hacer teología utiliza medicaciones socio-analíticas que se constituyen en herramientas nuevas para combatir el flagelo de la pobreza y de la injusticia. En este trabajo, en particular se emprendió un dialogo entre tres teólogos de la liberación y el economista bengalí Amartya Sen, en torno al tema del desarrollo económico; además se mostró como la teoría de las capacidades y de la agencia de Sen, puede dar herramientas novedosas a la teología de la liberación para ayudar a liberar a las personas de América Latina de las estructuras de opresión que esclavizan al hombre. Por su parte, desde los teólogos de la liberación se resalta el carácter histórico-liberador y el actuar conjunto de Dios en la historia; y cuál es la posible relación entre la democracia y el Reino de Dios. Se concluye que es preciso trabajar conjuntamente entre la teología y otras ciencias pues el problema de la pobreza es inherente a la humanidad y no solo a algunas disciplinas.
The Latin American theology is a vibrant factor in the Church that seeks to emphasize that the place to encounter God is with the poor in the world where justice and liberation are fundamental concerns of Christianity. The practical way to do theology in the light of the revealed Word has been of great help to the Church that sees the need to return to the human being as the theological place of doing theology and encountering Jesus Christ. Such way to do theology uses social-analytical methods that constitute themselves in new tools to overcome the scourge of poverty and injustice. The current thesis, in particular, provides a dialogue among three theologians of the theology of liberation and the economist Bengalí Amartya Sen on the issue of economic development; further, it seeks to show how the theory of capabilities and Sen agency can provide new tools in liberation theology that will help to liberate the Latin American people from the structures of oppression that enslave them. It makes use of the historical liberation and highlights the whole act of God in history as the possible place for democracy and the Kingdom of God. The work concludes that it is essential to have an interdisciplinary approach between theology and other sciences since the problem of poverty is inherent in humanity and not just in some disciplines.
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