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T ALLER I. T ALLER DE F OMENTO A LA L ECTURA COLEGIO DE ESTUDIOS CIENTÍFICOS Y TECNOLÓGICOS DEL ESTADO DE HIDALGO Comprensión de Textos

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  • TALLER I.

    TALLER DE FOMENTO A LA LECTURA

    COLEGIO DE ESTUDIOS CIENTFICOS Y TECNOLGICOS DEL ESTADO DE HIDALGO

    Comprensin de Textos

  • 1

  • UNOTaller I

    2

  • Docentes que elaboraron contenido

    Mtra. Norma Icela Mendoza Ros

    L.E.L.I. Omar Gonzlez Varela

    Mtra. Ma. Elizabeth Valencia Reyes

    L.E.L.I. Juan Jess Marines Hernndez

    Lic. Tania Hernndez Prez

    Lic. Ma. De la Luz Njera Garca

    Lic. Yatziri Corts Andrade

    Mtra. Mara del Pilar Espinoza Tllez

    Diseo Grfico y Editorial

    Arq. Renn Tlacalel Meja Soto

    3

  • : Indice

    4

    Introduccin

    Mensaje para el alumno

    Objetivo general

    Cronogrma

    Competencias genricas y disciplinares

    Diagnosticandome

    Conjuro de amor

    Tengo dos orejas

    Para ver t mejor

    cunto vales?

    Fiesta en la biblioteca

    La seorita nicotina

    El tendedero literario

    Lectura regalada

    Buscando amigos

    Ladronzuelo de palabras

    de qu tratar?

    Soy un artista

    Dilo de otro modo

    Genios creando

    Adivina mi personaje

    Me hace ruido

    Djame que te cuente

    Imitando poetas

    sabas qu?

    Reconstruyendo la historia

    Asi somos mi libro y yo

    Bibliografa

    5

    6

    7

    7

    8

    10

    12

    15

    16

    20

    23

    24

    27

    37

    41

    44

    46

    49

    50

    52

    54

    56

    58

    71

    80

    87

    91

    102

  • : Introduccin

    La formacin de lectores activos es una aportacin ms que se

    desarrolla en el mbito escolar; con mayor razn si la implementacin

    de la Reforma Integral de la Educacin Media Superior lo contempla en

    el Marco Curricular Comn; los alumnos deben leer, pero Cmo hacer

    para iniciarlos en ste hbito que los lleve a la construccin de su

    conocimiento?

    El presente trabajo aporta una alternativa de solucin que

    ayude a entender la problemtica que se presenta en ste mbito

    educativo, a travs de un taller de comunicacin.

    La lectura como actividad, es un ejercicio intelectual tan

    autnomo, como necesario que puede realizarse dentro o fuera de la

    escuela; es una oportunidad para atender nuestras necesidades de

    autoaprendizaje, a partir del encuentro con los textos, oportunidad que

    resulta excelente si se convierte en un ejercicio habitual y se tiene un

    comportamiento que medie entre las ideas del autor y los conocimientos

    del lector.

    En este documento se encuentran algunas tcnicas para

    favorecer la comprensin lectora en el aula, los facilitadores

    encontrarn propuestas de actividades prcticas y flexibles que

    apoyarn la labor cotidiana con sus alumnos en el desarrollo de

    competencias genricas y disciplinares bsicas, que les permitan

    incrementar su capacidad de comprensin.

    La labor de animacin a la lectura por parte de los facilitadores

    a los alumnos, consistir en un conjunto de acciones, tendentes a

    favorecer el acercamiento del alumnado a los libros y asegurar su

    crecimiento lector. Animar es algo ms que desarrollar simples

    estrategias con los libros y en absoluto se puede limitar a un conjunto

    de acciones aisladas. Se trata de descubrir junto con los alumnos la

    sensibilidad literaria de cultivar el gusto y el placer de leer.

    Los instrumentos de evaluacin sugeridos en este trabajo,

    pueden o no ser modificados en base al criterio de cada facilitador,

    tomando en cuenta el tipo de actividad o dinmica que se realice.

    5

  • : Mensaje

    para el Alumno

    Este manual esta dedicado a ti educando desde este mensaje quisiera

    hacerte consciente de que el potencial formativo de la lectura va ms all

    del xito en los estudios, la lectura proporciona cultura, desarrolla el

    sentido esttico, acta sobre la formacin de la personalidad, es fuente

    de creacin y de gozo.

    La lectura no solo proporciona informacin sino que forma, es

    decir educa creando hbitos de reflexin, anlisis, esfuerzo,

    concentracin y recrea, hace gozar, entretiene y distrae. Adems ayuda

    al desarrollo y perfeccionamiento del lenguaje. Mejora la expresin oral y

    escrita y hace el lenguaje ms fluido. Aumenta el vocabulario y mejora la

    ortografa. Tambin da facilidad para exponer el propio pensamiento y

    posibilita la capacidad de pensar. Tengamos presente que es una

    herramienta extraordinaria de trabajo intelectual, ya que pone en accin

    las funciones mentales agilizando la inteligencia. Por eso tiene relacin

    con el rendimiento escolar. Ampla los horizontes del individuo

    permitindole ponerse en contacto con lugares, gentes y costumbres

    lejanas a l en el tiempo o en el espacio.

    La lectura es una aficin que puede practicarse en cualquier

    tiempo, lugar, edad y situacin. Por lo tanto, es esencial saber leer

    conforme a los propios intereses, leer comprendiendo el texto,

    consciente la mente de cada palabra escrita de su significado contextual,

    de su significado entre lneas, encontrndole un sentido al texto que nos

    llene de conocimientos, imgenes, ideas o de recuerdos. Con el presente

    manual pretendemos incursiones en el mundo mgico de la lectura.

    Saber leer no solamente implica seguir con los ojos las letras, las

    palabras, sino tambin comprender llegar hasta el contenido de las ideas

    que el autor nos ofrece. Aceptar su pensamiento y si es necesario o

    imprescindible compartir experiencias para crear un nuevo concepto.

    6

  • : Objetivo General Expresar de manera adecuada mensajes en diferentes contextos en el idioma Espaol, as como comprender textos cientficos, informativos y

    literarios para mejorar la escritura, ampliar la gramtica y el vocabulario en el

    discente y crear de forma efectiva el hbito por la lectura.

    : Cronograma

    7

  • : Competencias

    Genricas y

    Disciplinares

    Competencia genrica a ejercer:

    Competencia genrica a ejercer:

    Competencia genrica a ejercer:

    Se conoce y valora a s mismo y aborda problemas y retos teniendo en cuenta los objetivos que persigue.

    Atributo: Analiza crticamente los factores que influyen en su toma de decisiones.

    Competencia disciplinar: Argumenta un punto de vista en pblico de manera precisa, coherente y creativa.

    Elementos: Argumentar, Expresin Oral, Coherencia, Creatividad.

    Es sensible al arte y participa en la apreciacin e interpretacin de sus expresiones en distintos gneros.

    Atributo: Experimenta el arte como un hecho histrico compartido que permite la comunicacin entre individuos y culturas en

    el tiempo y el espacio, a la vez que desarrolla un sentido de identidad. Participa en prcticas relacionadas con el arte.

    Competencia disciplinar: Valora y describe el papel del arte, la literatura y los medios de comunicacin en la recreacin o la

    transformacin de una cultura teniendo en cuenta los propsitos comunicativos de distintos gneros. Valora el arte como

    manifestacin de la belleza y expresin de ideas, sensaciones y emociones.

    Elementos: Describir, Expresar, Recrea, Crear, Comunicar

    Elige y practica estilos de vida saludables.

    Atributo: Enfrenta las dificultades que se le presentan y es consciente de sus

    valores, fortalezas y debilidades.

    Competencia disciplinar: Identifica, ordena e interpreta las ideas, datos y conceptos explcitos e implcitos en un texto,

    considerando el contexto en el que se gener y en el que se recibe.

    Elementos: Identifica, Argumentar, Ordena

    8

  • Competencia genrica a ejercer:

    Competencia genrica a ejercer:

    Competencia genrica a ejercer:

    Escucha, interpreta y emite mensajes pertinentes en distintos contextos mediante la utilizacin de medios, cdigos y

    herramientas apropiadas.

    Atributo: Aplica distintas estrategias comunicativas segn quienes sean sus interlocutores, el contexto en el que se encuentra y

    los objetivos que persigue. Identifica las ideas claves en un texto o discurso oral e infiere conclusiones a partir de ellas expresa

    ideas y conceptos mediante representaciones lingsticas matemticas o grficas.

    Competencia disciplinar: Argumenta un punto de vista en pblico de manera precisa, coherente y creativa. Expresa ideas y

    conceptos en composiciones coherentes y creativas, con introduccin, desarrollo y conclusiones.Identifica, ordena e interpreta

    las ideas, datos y conceptos explcitos e implcitos en un texto, considerando el contexto en el que se gener y en el que se

    recibe. Identifica e interpreta la idea general y posible desarrollo de un mensaje oral o escrito en una segunda lengua

    Elementos: Argumentar, Expresin Oral, Coherencia, Creatividad

    Desarrolla innovaciones y propone soluciones a problemas a partir de mtodos establecidos.

    Atributo: Sintetiza evidencias obtenidas mediante la experimentacin para producir conclusiones y formular nuevas preguntas.

    Competencia disciplinar: Produce textos con base en el uso normativo de la lengua, considerando la intencin y situacin

    comunicativa.

    Elementos: Identificar, Ordena, Redactar.

    Participa y colabora de manera efectiva en equipos diversos.

    Atributo: Propone maneras de solucionar un problema o desarrollar un proyecto en equipo, definiendo un curso de accin con

    pasos especficos.

    Competencia disciplinar: Valora el pensamiento lgico en el proceso comunicativo en su vida cotidiana y acadmica.

    Elementos: Ordenar, Comunicar

    9

  • : Diagnosticando Me

    PROPSITO:

    Realizar un autodiagnstico a partir de los conocimientos previos acerca de la lectura para conocer la frecuencia con que lees.

    LUGAR: Saln de clase / extra clase.

    TIEMPO: 50 minutos en saln de clase / 40 minutos extra clase.

    MODALIDAD: Individual y colectiva.

    MATERIAL: Hojas de papel, lpiz, papel bond, colores, plumones.

    Escucha, interpreta y emite mensajes pertinentes en distintos contextos mediante la utilizacin de medios, cdigos y

    herramientas apropiadas.

    Atributo: Aplica distintas estrategias comunicativas segn quienes sean sus interlocutores, el contexto en el que se encuentra y

    los objetivos que persigue. Identifica las ideas claves en un texto o discurso oral e infiere conclusiones a partir de ellas expresa

    ideas y conceptos mediante representaciones lingsticas matemticas o grficas.

    Competencia disciplinar: Argumenta un punto de vista en pblico de manera precisa, coherente y creativa. Expresa ideas y

    conceptos en composiciones coherentes y creativas, con introduccin, desarrollo y conclusiones.Identifica, ordena e interpreta

    las ideas, datos y conceptos explcitos e implcitos en un texto, considerando el contexto en el que se gener y en el que se

    recibe. Identifica e interpreta la idea general y posible desarrollo de un mensaje oral o escrito en una segunda lengua

    Elementos: Argumentar, Expresin Oral, Coherencia, Creatividad

    INSTRUCCIONES:

    1. Responde de manera individual y por escrito las siguientes preguntas:

    Competencia genrica a ejercer:

    Qu debo leer?

    Qu leo?

    Cmo debo leer?

    Cmo leo?

    Dnde debo leer?

    Dnde leo?

    Cunto debo leer?

    Cunto leo?

    Cundo debo leer?

    Cundo leo?

    Por qu leo?

    Para qu leo?

    10

  • 2. Socializa las respuestas en plenaria y reflexiona al respecto.

    3. Organzate en equipos de 4 personas y entrevista a cada uno de tus compaeros de equipo con las siguientes

    preguntas:

    Si tienes Internet en casa, Cuntas horas al da pasas usndolo?

    Si no tienes Internet en casa dnde tienes acceso a l?

    Para qu utilizas principalmente el Internet?

    Cuntas horas por da inviertes viendo programas en el televisor?

    Cuntas horas al da utilizas para hacer tarea de la escuela?

    Utilizas el Internet para realizar dichas tareas?

    Actividad extra clase (tarea)

    Evidencia a evaluar

    4. Despus de haber realizado la entrevista, recopilen los datos por equipo y realicen una tabla en un papel bond

    demostrando cuantas horas pasan los integrantes de tu equipo a la semana frente al Internet y/o frente al televisor.

    5. Analicen por equipo cuantas horas se pierden o se aprovechan usando el Internet y propongan al menos cuatro ideas

    (una por cada integrante de equipo) para sustituir las horas perdidas y mejor aprovecharlas en una lectura.

    Lista de Cotejo para la exposicin oral

    Nombre del alumno:____________________________________________

    Nombre del evaluador:_________________________________________

    11

  • Conjuro de Amor

    PROPSITO: Adquirir la habilidad para contextualizar e interpretar la lectura, a travs de una escenificacin.

    LUGAR: Saln de clase.

    TIEMPO: 50 minutos.

    MODALIDAD: Equipos.

    MATERIAL: Texto Leyenda del guila y el halcn, cuerdas, bolsas o redes, paliacates, pintura para el rostro.

    Es sensible al arte y participa en la apreciacin e interpretacin de sus expresiones en distintos gneros.

    Atributo: Experimenta el arte como un hecho histrico compartido que permite la comunicacin entre individuos y culturas en el tiempo y

    el espacio, a la vez que desarrolla un sentido de identidad. Participa en prcticas relacionadas con el arte.

    Competencia disciplinar: Valora y describe el papel del arte, la literatura y los medios de comunicacin en la recreacin o la

    transformacin de una cultura teniendo en cuenta los propsitos comunicativos de distintos gneros. Valora el arte como manifestacin

    de la belleza y expresin de ideas, sensaciones y emociones.

    Elementos: Describir, Expresar, Recrea, Crear, Comunicar

    PROCEDIMIENTO:

    1. Lee cuidadosamente el texto Leyenda del guila y el halcn

    2. Reflexiona sobre la enseanza que transmite el texto.

    Competencia genrica a ejercer:

    Amor Indio El guila Y El HalcnTraduccin: Fedro Guilln.

    Cuenta una vieja leyenda de los indios Sioux que una vez llegaron hasta la tienda del viejo brujo de la tribu, tomados de

    la mano, Toro Bravo, el ms valiente y honorable de los jvenes guerreros, y Nube Azul la hija del cacique y una de las

    ms hermosas mujeres de la tribu.

    - Nos amamos empez el joven

    - Y nos vamos a casar dijo ella

    - Y nos queremos tanto que tenemos miedo. Queremos un hechizo, un conjuro, un talismn. Algo que nos garantice

    que podremos estar siempre juntos. Que nos asegure que estaremos uno al lado del otro hasta encontrar a Manit el

    da de la muerte.

    - Por favor repitieron hay algo que podamos hacer?

    El viejo los mir y se emocion de verlos tan jvenes, tan enamorados, tan anhelantes esperando su palabra.

    - Hay algo- dijo el viejo despus de una larga pausa Pero no ses una tarea muy difcil y sacrificada.

    - No importa dijeron los dos Lo que sea ratific Toro Bravo

    - Bien dijo el brujo Nube Alta, ves el monte al norte de nuestra aldea? Debers escalarlo sola y sin ms armas que

    una red y tus manos, y debers cazar el halcn ms hermoso y vigoroso del monte. Si lo atrapas, debers traerlo aqu

    con vida el tercer da despus de la luna llena. Comprendiste?

    12

  • La joven asinti en silencio.

    - Y t, Toro Bravo sigui el brujo debers escalar la montaa del trueno; cuando llegues a la cima, encontrars la

    ms brava de todas las guilas y, solamente con tus manos y una red, debers atraparla sin heridas y traerla ante m,

    viva, el mismo da en que vendr Nube Altasalgan ahora!.

    Los jvenes se miraron con ternura y despus de una fugaz sonrisa salieron a cumplir la misin encomendada, ella

    hacia el norte, l hacia el sur

    El da establecido, frente a la tienda del brujo, los dos jvenes esperaban con sendas bolsas de tela que contenan las

    aves solicitadas.

    El viejo les pidi que con mucho cuidado las sacaran de las bolsas. Los jvenes lo hicieron y expusieron ante la

    aprobacin del viejo las aves cazadas.

    Eran verdaderamente hermosos ejemplares, sin duda lo mejor de su estirpe.

    - Volaban alto?- pregunt el brujo

    - Si, sin dudas. Como lo pediste y ahora? -pregunt el joven- los mataremos y beberemos el honor de su sangre?

    - No dijo el viejo

    - Los cocinaremos y comeremos el valor en su carne propuso la joven.

    - No repiti el viejo. Harn lo que les digo: Tomen las aves y tenlas entre s por las patas con estas tiras de

    cueroCuando las hayan anudado, sultenlas y que vuelen libres.

    El guerrero y la joven hicieron lo que se les peda y soltaron los pjaros. El guila y el halcn intentaron levantar vuelo

    pero solo consiguieron revolcarse en el piso. Unos minutos despus, irritadas por la incapacidad, las aves

    arremetieron a picotazos entre si hasta lastimarse.

    3. Formen equipos para que juntos lean el texto y preparen su escenificacin.

    4. Presenten su escenificacin ante el grupo.

    Actividad extra clase (tarea)

    5.- Analiza de forma individual la lectura y realiza un ensayo (una cuartilla, arial 11, interlineado doble) exponiendo por

    qu crees que el brujo les pidi a Toro Bravo y Nube Azul que hicieran dicha tarea?

    13

  • Instrumento de evaluacin: Conjuro de amor

    Nombre del Estudiante: ___________________________________

    Nombre del Evaluador:____________________________________

    Categora Excelente Bueno Suficiente No suficiente

    Desempe

    o en la

    escenifica

    cin

    El estudiante aplica

    principios de

    desempeo (como

    unidad, contraste,

    balance, movimiento,

    direccin) con gran

    destreza.

    El estudiante aplica

    principios de desempeo

    (como unidad, contraste,

    balance, movimiento

    direccin) con una

    destreza adecuada.

    El estudiante trata de

    aplicar principios de

    desempeo (como unidad,

    contraste, balance,

    movimiento, direccin),

    pero en general el

    resultado no es muy

    placentero.

    El estudiante no

    parece poder aplicar la

    mayora de los

    principios de

    desempeo a su

    propio trabajo.

    escenifica

    cin

    La aplicacin de los

    materiales en la

    escenificacin fue

    ordenada y prctica

    para el desempeo

    de la obra

    La aplicacin de los

    materiales en la

    escenificacin fue

    ordenada, pero no fue lo

    suficientemente prctica

    para el desempeo de la

    obra

    La aplicacin de los

    materiales en la

    escenificacin no fue lo

    suficientemente ordenada

    o prctica para el

    desempeo de la obra

    La aplicacin de los

    materiales en la

    escenificacin no fue

    ordenada ni prctica

    para el desempeo de

    la obra

    Tiempo

    utilizado

    El tiempo de la clase

    fue usado

    eficazmente para la

    organizacin en

    equipo para la

    representacin de la

    obra

    El tiempo de la clase fue

    usado de forma correcta

    para la organizacin en

    equipo para la

    representacin de la obra

    El tiempo de la clase no

    fue suficiente para la

    organizacin en equipo y

    la representacin de la

    obra no fue concluida al

    cien por ciento

    El tiempo de la clase

    no fue suficiente para

    la organizacin en

    equipo y la

    representacin de la

    obra no se llevo a cabo

    Creativida

    d

    La interpretacin de

    la lectura fue

    plasmada de forma

    objetiva y tambin

    creativa en el ensayo

    La interpretacin de la

    lectura fue plasmada de

    forma objetiva y tambin

    creativa en el ensayo

    aunque tiene errores

    ortogrficos y de redaccin

    La interpretacin de la

    lectura fue plasmada de

    forma objetiva pero carece

    de creatividad en el

    ensayo y tiene errores

    ortogrficos y de redaccin

    La interpretacin de la

    lectura no fue

    plasmada de forma

    objetiva y carece de

    creatividad en el

    ensayo adems de

    tener bastantes errores

    ortogrficos y de

    redaccin

    14

  • Tengo Dos Orejas

    PROPSITO: Argumentar puntos de vista en pblico de manera clara y coherente.

    LUGAR: Audiovisual.

    TIEMPO: 100 minutos.

    MODALIDAD: Individual.

    MATERIAL: Pelcula El rey len, Hamlet. Sala audiovisual y recursos. Computadora personal.

    Sustenta una postura personal sobre temas de inters y relevancia general, considerando otros puntos de vista de manera

    crtica y reflexiva.

    Atributo: Estructura ideas y argumentos de manera clara, coherente y sinttica.

    Competencia disciplinar: Argumenta un punto de vista en pblico de manera precisa, coherente y creativa. Expresa ideas y

    conceptos en composiciones coherentes y creativas, con introducciones, desarrollo y conclusiones claras.

    Elementos: Participar, Interpretar, Expresar, Valorar, Describir

    PROCEDIMIENTO:

    1. Tu catedrtico Proyectar la pelcula El Rey Len.

    Competencia genrica a ejercer:

    2. Expresa tus puntos de vista y qu valores rescatas de la

    trama.

    Actividad extra clase (tarea)

    Evidencia a evaluar

    3. En casa ve la pelcula Hamlet, adaptada del libro de

    William Shakespeare.

    4. Analiza la trama de ambas pelculas y en un ensayo

    escrito (una cuartilla, arial 11, interlineado doble), las

    similitudes entre ambos filmes y sus valores que

    rescatas de ellos.

    Ficha tcnica del film:

    Ttulo del film: Hamlet - El honor de la Venganza

    Ttulo original: Hamlet

    Reparto: Mel Gibson, Glenn Close, Alan Bates, Paul Scofield

    Pas: Francia, Reino Unido, Estados Unidos

    Ao: 1990

    Duracin: 130 minutos

    Gnero: Drama, Romance

    15

  • Rubrica para evaluar: Tengo dos orejas

    Nombre del Estudiante: ___________________________________

    Nombre del Evaluador:____________________________________

    Categora 10-9 8-7 6 5

    Ortografa y

    redaccin de

    ensayo

    No tiene ningn

    error ortogrfico y

    la redaccin del

    documento es

    coherente

    Tiene de 3 a 5 errores

    ortogrficos y la redaccin

    del documento es

    coherente

    Tiene de 5 a 10 errores

    ortogrficos y le falta

    coherencia en la redaccin

    del ensayo

    Tiene ms de 10

    errores ortogrficos y

    no existe coherencia

    en la redaccin del

    ensayo

    Creatividad La interpretacin

    de las pelculas

    fue plasmada de

    forma objetiva y

    tambin creativa

    en el ensayo

    La interpretacin de las

    pelculas fue plasmada de

    forma poco objetiva pero si

    creativa

    La interpretacin de las

    pelculas fue plasmada de

    forma poco coherente pero

    si creativa

    La interpretacin de las

    pelculas fue plasmada

    de forma incoherente y

    no es creativa

    __________________________ __________________________

    Firma del alumno Firma del evaluador

    Para Ver - T Mejor

    OBJETIVO: Que el alumno pueda conocer, entender e interpretar las diferentes obras de pintores mexicanos o extranjeros por

    medio de imgenes, adems podr valorar la funcin de las expresiones artsticas.

    LUGAR: Saln de clases.

    TIEMPO: 50 minutos.

    MODALIDAD: Individual o equipos.

    MATERIAL: Imgenes de obras de distintos pintores mexicanos o extranjeros.

    Es sensible al arte y participa en la apreciacin e interpretacin de sus expresiones en distintos gneros.

    Atributo: Experimenta el arte como un hecho histrico compartido que permite la comunicacin entre individuos y culturas

    en el tiempo y el espacio, a la vez que desarrolla un sentido de identidad. Participa en prcticas relacionadas con el arte.

    Competencia disciplinar: Valora y describe el papel del arte, la literatura y los medios de comunicacin en la recreacin o la

    transformacin de una cultura teniendo en cuenta los propsitos comunicativos de distintos gneros. Valora el arte como

    manifestacin de la belleza y expresin de ideas, sensaciones y emociones.

    Elementos: Describir, Expresar, Recrea, Crear, Comunicar

    Competencia genrica a ejercer:

    16

  • PROCEDIMIENTO:

    1.- Proyectar algunas imgenes de obras de pintores mexicanos o extranjeros.

    2.- Los estudiantes eligen una de las imgenes, enseguida hacen un escrito acerca de lo que la imagen les representa es decir,

    plasman una interpretacin personal de la pintura que ellos seleccionaron.

    3.- Como una dinmica extra el facilitador pide a todos aquellos alumnos que seleccionaron la misma pintura, reunirse en

    equipos y de esta forma compartir sus ideas e interpretaciones de dicha pintura.

    4.- Posteriormente se da lectura a algunos escritos en plenaria.

    5.- Por ltimo el facilitador comparte la explicacin de lo que representa dicha obra, para que los alumnos comparen su

    percepcin con la realidad.

    17

  • 18

  • Instrumento de evaluacin

    Nombre del Estudiante: ___________________________________

    Nombre del Evaluador:___________________________________

    Nombre del

    alumno

    Habilidad

    para

    interpretar

    Habilidad

    para

    escribir

    Habilidad

    para leer

    Habilidad

    para hablar

    Actitudes y

    valores

    Total

    1.-

    2.-

    3.-

    4.-

    10 Excelente

    9 Muy bien

    8 Bien

    7 Regular

    6 Suficiente

    Habilidad para interpretar: El alumno interpreta, valora e identifica correctamente.

    Habilidad para escribir: Su redaccin es clara e interesante, expone ideas propias.

    Habilidad para leer: Tiene una adecuada entonacin y fluidez. Su pronunciacin es entendible para el oyente.

    Habilidad para hablar: Transmite ideas claras e interesantes, expresa ideas lgicas.

    Actitudes y valores: Es respetuoso con sus compaeros, es tolerante ante las diferencias, colabora y ayuda a otros.

    19

  • Cunto Vales?

    PROPSITO: Reflexiona y pon en prctica los valores morales en nuestra sociedad que nos llevan a adquirir una identidad

    correcta, para poder interactuar con nuestros semejantes sin ningn tipo de complejidad.

    Lugar: Saln de clase.

    Tiempo: 50 minutos.

    Modalidad: Grupal o individual

    Material: Papel y lpiz

    Preguntas:

    1) Cul es el nombre del personaje principal en esta historia?

    2) Cul era su profesin?

    3) Describe el comportamiento de la esposa de Juanito antes y despus de casarse.

    4) Qu hizo que cambiara la identidad de la esposa de Juanito?

    5) Para ti qu es identidad?

    6) Cul es el valor que le das a tu persona?

    Se conoce y valora a s mismo y aborda problemas y retos teniendo en cuenta los objetivos que persigue.

    Atributo: Analiza crticamente los factores que influyen en su toma de decisiones.

    Competencia disciplinar: Argumenta un punto de vista en pblico de manera precisa, coherente y creativa.

    Elementos: Argumentar, Expresin Oral, Coherencia, Creatividad.

    Procedimiento.

    1.- El facilitador pide a los alumnos leer el texto de manera alternada, haciendo de esta forma la clase ms participativa.

    2.- El facilitador pide a los alumnos escribir algunas preguntas especficas acerca del texto.

    3.- El facilitador solicita algunos comentarios personales acerca del texto.

    4.- El facilitador solicita a los alumnos realizar una reflexin sobre las decisiones que se tomaron en el cuento. (10 lneas)

    5.- El facilitador invita a los alumnos a compartir sus conclusiones finales del texto ledo.

    Competencia genrica a ejercer:

    La historia de Juanito Lingo

    Hace muchos aos hubo un seor que tena un yate en el Pacfico sur, quien lleg a ciertas Islas Salomonas a un

    pequeo pueblo, y pens pasar unas semanas en estas Islas comprando artesanas, perlas y tambin pescar un

    poco.

    Un da caminando por las calles de la Isla, hall a un nativo y le coment que quera comprar perlas;necesito un

    gua mientras est en la isla - le dijo- tienes alguien a quien me puedas recomendar?

    Conozco uno que se llama Juanito Lingo contest el nativo- es tremendo, es uno de los mejores regateadores

    que te puedas imaginar, l siempre sabe dnde los pescadores estn mordiendo, dnde estn las perlas y

    como las puedes comprar. Y despus el nativo se empez a rer, se le hizo un poco extrao que no lo conociera y

    despus volvi a rer, ahora a carcajadas.

    El visitante sigui caminando y encontr a otra persona de la isla y le pregunt lo mismo, y l tambin le contest

    de la misma manera, habl lo mismo de Juanito y al final tambin solt la carcajada.

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  • Sigui caminando y lleg a una tienda cuyo dueo era un ex patriota de los Estados Unidos de Amrica y le dijo:

    Mira, estoy buscando ayuda y varias personas me han recomendado a Juanito Lingo pero al final todos sueltan

    la carcajada por qu? Y el ex patriota le dijo: Te contar la historia de Juanito Lingo.

    Es uno de los mejores compradores de perlas y uno de los mejores guas que tenemos aqu en la isla. Es un

    seor tremendo que se ha hecho rico en la compra y en la venta, realmente es un buen gua.

    Y le pregunta:

    Entonces, por qu se ren de l?

    No hace mucho, Juanito se cas, y aqu en la isla tienen la costumbre de la dote, donde compras la esposa, t

    sabes, y Juanito pago 8 vacas por la suya...

    El turista le pregunt:

    Ocho vacas? 8 vacas es mucho dinero en cualquier cultura.

    Y l dijo; - Nadie ha pagado nunca ocho vacas por una mujer! Pagar cinco ya es demasiado, 3 vacas era lo

    mximo que cualquier hombre haba pagado por una mujer en esta isla, y ste pag ocho por la suya. No te

    parece tonto?.

    El turista dijo; Pues como es esa mujer?- Esa es la cosa, el pag por una mujer que realmente no es la gran cosa.Y le pregunta:- Cmo es ella?

    Es muy tmida nunca levanta la cara, entras a la casa y siempre va a otro cuarto, su apariencia no es buena, no

    camina recto y siempre est con la mirada al suelo.

    Y le dijo:- Entonces el dicho de que el amor es ciego debe ser cierto!

    Y le contest:- Pues supongo que s.

    Entendiendo el turista que se rean porque era cosa de amor y no de negocios, decidi hacer el trato de todos

    modos. Tomo una lancha a la siguiente isla, y lleg a la rivera, y una muchacha en la playa lo ayud a estacionar

    la lancha. Le pregunt por Juanito Lingo y ella le dijo que lo llevara hasta su casa. Lleg a su casa, toc y sali

    Juanito Lingo y le dijo:

    - Hola! En qu te puedo servir?

    El turista se presento y le dijo:- Quisiera contratarlo como gua, Podemos platicar?

    Juanito lo paso a su casa y comenzaron a platicar. Juanito le pregunto:- Dnde oste de m?

    En la otra isla le respondi

    El dijo: Mi esposa es de esa isla.

    - S ya se, - contest el turista

    Y Juanito entendi que ya haba iodo algo. Y le pregunt:

    - Oste de mi esposa?

    - Pues s, le dijo el turista.

    - Y qu oste? Pregunto Juanito.

    El turista no saba que decir, y le contest:

    - O que pagaste 8 vacas por ella?

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  • - Ah s? Mencion Juanito, y hubo un minuto de silencio.

    Y entonces Juanito le pregunt:

    -Quieres conocer a mi esposa?- S, contest.

    Entonces en ese momento ella sali de la cocina, y era una mujer que caminaba muy recta, y se vea que era

    toda una dama, con gran personalidad, su cara estaba confiada, se vea una chispa en sus ojos, muy bien

    arreglada, excelente presentacin. El turista se qued sorprendido porque era una mujer hermossima,

    caminaba con mucha confianza, con mucha seguridad.

    Entonces se acerca Juanito y le dice:

    - Cmo estas mi amor?Despus saluda al turista, Y Juanito le pide que les sirva unos refrescos. Ella volvi a la cocina y el turista estaba perplejo, atnito, pens que quiz haba entendido otra cosa de ella, entonces Juanito le pregunt:

    -Qu piensas? El turista se qued sin palabras. Juanito le empez a explicar:

    Aqu en la isla hay una costumbre, todos los sbados las mujeres van al mercado y empiezan a platicar. Mientras

    estn platicando, siempre hay alguien que pregunta Cunto pago tu esposo por ti? Y cada quien dice cuanto se

    pag por ellas.

    Te puedes imaginar, - continu Juanito a mi esposa en la subasta?

    Y no te haba dicho que el papa de ella dijo que no iba a pedir 3 vacas por ella, slo una, para que no se quedara

    en casa, y todo el pueblo estaba enterado de eso.

    - Imagnate a mi esposa entre tanta subasta, escuchando que pagaron tanto por ellas, y decir slo

    pagaron una vaca por mi? claro que no aguantara eso!

    Yo decid en ese momento que iba a pagar ms por mi esposa de lo que nadie haba pagado, por eso pagu

    ocho vacas!

    Cuando ella entendi el valor que yo le haba dado al pagar ms que cualquiera, se llen de confianza, se

    incremento su autoestima y su carcter y apariencia cambiaron totalmente.

    Instrumento de evaluacin:

    Nombre del

    alumno

    Habilidad

    para

    interpretar

    Habilidad

    para

    escribir

    Habilidad

    para leer

    Habilidad

    para

    expresarse

    Habilidad

    de resumir

    Total

    1.

    2.

    3.

    4.

    10 Excelente

    9 Muy bien

    8 Bien

    7 Regular

    6 Suficiente

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  • Habilidad para interpretar: El alumno interpreta, valora e identifica correctamente los aspectos importantes a considerar

    dentro de la lectura.

    Habilidad para escribir: Su redaccin es clara e interesante, expone ideas y experiencias propias.

    Habilidad para leer: Tiene una adecuada entonacin y fluidez. Su pronunciacin es entendible para el oyente.

    Habilidad para hablar: Transmite ideas claras e interesantes, expresa ideas lgicas.

    Habilidad para expresarse: Tiene fluidez al hablar, se entiende la idea que quiere transmitir.

    Habilidad para resumir: Es capaz de plasmar por escrito una idea sintetizando todo un texto en unas lneas.

    Fiesta En La Biblioteca

    PROPSITO: Hacer partcipe a la comunidad educativa del plantel de los logros obtenidos en la asignatura de fomento a la

    lectura, as como propiciar la convivencia mediante el compartimiento de experiencias lectoras entre los diversos grupos.

    Lugar: Biblioteca del plantel o algn espacio asignado para dicho evento.

    Tiempo: Durante un da. (La actividad est sujeta a horarios disponibles para su ejecucin).

    Modalidad: Individual-Equipo.

    Material: mesas, libros de texto, manteles, papel de colores, confeti globos, cartulina.

    Procedimiento:

    1.- Invitar a todos aquellos alumnos que se destacan como lectores activos del plantel, a participar en el evento.

    2.- Para darle mayor importancia al evento, los alumnos que quieran participar tendrn que registrarse ya sea individual o

    grupalmente con anticipacin (un da mnimo). Durante esta etapa los alumnos invitados tendrn que contestar un pequeo

    cuestionario acerca de los libros que han ledo. Por ejemplo:

    Ttulo del libro

    Nombre del autor

    Clasificacin

    Opinin personal

    Recomendaciones

    3.- La participacin de dichos alumnos ser tomada en cuenta en la materia de fomento a la lectura.

    4.- Aquellos alumnos registrados participarn por turnos en distintos horarios. As se harn presentes al evento y podrn disfrutar

    de la fiesta compartiendo opiniones, crticas, charlas y preguntas referentes a los libros ledos.

    5.- Los anfitriones debern atender a los invitados y podrn dar una introduccin breve en base a la informacin obtenida en la

    encuesta. Los invitados por su parte, podrn recomendar libros, sugerir autores y compartir sus experiencias como lectores y en

    que le ha beneficiado la lectura.

    6.- Los materiales podrn ocuparse en el adorno del lugar y tambin se podrn adicionar dulces o botanas para amenizar el

    evento.

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  • La Seorita Nicotina

    PROPSITO: Identificar, interpretar las ideas, datos y conceptos explcitos e implcitos en un texto para que el alumno pueda

    emitir sus propias conclusiones.

    LUGAR: Saln de clase.

    TIEMPO: 100 minutos.

    MODALIDAD: Individual.

    MATERIAL: Textos, marcadores, diccionario, cartulinas, revistas.

    Elige y practica estilos de vida saludables.

    Atributo: Enfrenta las dificultades que se le presentan y es consciente de sus valores, fortalezas y debilidades.

    Competencia disciplinar: Identifica, ordena e interpreta las ideas, datos y conceptos explcitos e implcitos en un texto, considerando el contexto en el que se gener y en el que se recibe.

    Elementos: Identifica, Argumentar, Ordena

    PROCEDIMIENTO:

    1. Lee el texto: La seorita Nicotina

    2. Elabora un listado de las palabras que no entiendas y bscalas en el diccionario.

    3. El facilitador divide al grupo en el nmero de equipos que considera pertinentes.

    4. Ahora realiza una investigacin sobre los estragos que produce el cigarro, el alcohol y las drogas en el cuerpo humano,

    para que expongan al interior del grupo.

    Competencia genrica a ejercer:

    La Seorita Nicotina

    Enrique Jardiel Poncela

    Se fueron a almorzar a un restaurante donde les dieron huevos a la Malmaison, pollo con gelatina, crema de

    guindas, helado y un disgusto espantoso, porque la cuenta subi ms que Napolen despus de la campaa de

    Italia.

    Acabado el almuerzo, ella se dio a conocer.

    Me llamo Nicotina, -dijo.

    Cmo? Eres t Nicotina, la famosa Nicotina: la que envenena, la que se infiltra en el organismo, la que destroza

    la garganta y los bronquios, la que llena de extraos tatuajes los pulmones, la que hace perder la memoria, la que

    ensucia el estmago y arruina la salud y el bolsillo?

    Yo soy -murmur muy bajito . Pero, bah!

    Han exagerado mucho. Se hacen furibundas campaas contra my creme: no soy tan mala como parezco. Amo

    hasta la vejez a miles de hombres sin que les ocurra nada malo. Esos mismos mdicos que despotrican contra m,

    me adoran. Porque soy la mujer ms deseada del globoMillones y millones de hombres me rinden culto.

    Pero t les intoxicas.

    La Nicotina sonri y repuso dulcemente: Y qu amor no intoxica, amigo mo? Y l sinti la comezn de probar un

    amor que de tal manera fascinaba los humanos.

    Nicotina, Nicotina

    Diez minutos despus tuvo el primer vmito. Pasaron los aos y la seorita Nicotina, segua siendo el amor ms

    firme de aquel hombre: ese amor del que no se puede desistir.

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  • Su cario le agotaba, y al mismo tiempo le daba energas. Sus caricias le envenenaban lentamente; pero nunca

    habra podido prescindir de ellas. Al despertarse por las maanas, se apoderaba de Nicotina, que haba velado su

    sueo desde la plataforma de la mesita de noche. Mientras se afeitaba, Nicotina estaba a su lado; al salir a la calle

    sala acompaado de Nicotina; durante su trabajo, Nicotina, le acompaaba, y cuando una idea se resista a surgir, o

    l luchaba por darle forma, all estaba Nicotina para inspirarle con un beso largo y absorbente; y cuando el dolor o la

    preocupacin le asaltaban era tambin Nicotina la que le distraa, arrojando lejos las ideas negras.

    Otras veces, en el teatro, por ejemplo, donde las autoridades no dejaban entrar a Nicotina, l se agitaba molesto

    desasosegado e inquieto, y no bien llegaba el entreacto, corra al vestbulo y all volva a encontrar a Nicotina y

    cruzaba largos prrafos con ella.

    Haba amigos que al presentarles a Nicotina le decan displicentemente:

    Gracias. No me gusta.

    Y l los miraba con un poco de envidia y otro poco de admiracin. Cuando alguna pasin desgraciada le rasgaba el

    alma, la llamaba a voces:

    Nicotina!

    Y ella apareca entre nubes azules para decirle; Qu?

    Acabo de tener un disgusto terrible con Natalia.

    Yo lo s. No recuerdas que Natalia es tambin amiga ma?

    Efectivamente, Natalia era ntima amiga de Nicotina, razn por la cual mucha gente deca de ella:

    Fuma como un carretero. (Aunque hay miles de carreteros que no fuman.)

    Pues bien: soy muy desgraciado, Nicotina

    No sufras pobrecito mo. Aqu me tienes a m. mame.

    En cuanto a Natalia, yo la dar un buen cncer de laringe en castigo a su estupidez. Es verdad que su amor le haca

    cisco por meses y le produca una tos que le facilitaba pintorescamente la expulsin de los bronquios, pero l le

    perdonaba eso con gusto.

    Hasta que un da Oh! l no lo habra credo jams!

    Un da la llam y Nicotina no acudi, porque l no tena dinero. Hasta entonces siempre habra credo que la seorita

    Nicotina era un veneno. Pero aquel da empez a sospechar si la seorita Nicotina no sera una interesada.

    Fuente: Lozano, Lucero. Lecturas para adolescentes, tomo 2. Mxico, Libris editores, 1999.

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  • Lista de Cotejo para la exposicin oral

    Nombre y firma del alumno:_________________________________________________

    Nombre y firma del evaluador:_______________________________________________

    Indicador Cumplimiento Ejecucin Observaciones

    S No Ponderacin Calificacin

    1. Investiga adecuadamente el tema sorteado. 1.0

    2. Cumple con sus responsabilidades en tiempo y fo rma. 1.0

    3. Consulta dife rentes fuentes de in fo rmacin. 1.0

    4. Presenta el tema con la estructura: introduccin,

    desarro llo y conclusin .

    1.0

    5. Apoya la exposicin con recursos d idcticos. 1.0

    6. Tiene dominio del auditorio. 1.0

    7. Contextualiza el tema para su comprensin . 1.0

    8. Al exponer logra las cualidades de la expresin oral:

    fluidez, claridad, vo lumen adecuado, movimientos

    corpora les, proyeccin emocional, diccin , etc.

    1.0

    9. Se observa que su exposicin no es una improvisacin. 1.0

    10. Explica cada punto del tema, a fin de evitar con fusiones. 1.0

    Calificacin 10.0

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  • El Tendedero Literario

    PROPSITO: Identificar conceptos e ideas explcitas e implcitas en un texto para desarrollar sus habilidades plsticas.

    LUGAR: Saln de clase.

    TIEMPO: 100 minutos.

    MODALIDAD: Individual.

    MATERIAL: Textos, hule cristalino, pinceles gruesos, pintura vinlica de distintos colores, pinzas para la ropa, marcadores,

    cuerda para tendedero.

    Es sensible al arte y participa en la apreciacin e interpretacin de sus expresiones en distintos gneros.

    Atributo: Experimenta el arte como un hecho histrico compartido que permite la comunicacin entre individuos y culturas

    en el tiempo y el espacio, a la vez que desarrolla un sentido de identidad. Participa en prcticas relacionadas con el arte.

    Competencia disciplinar: Valora y describe el papel del arte, la literatura y los medios de comunicacin en la recreacin o la

    transformacin de una cultura teniendo en cuenta los propsitos comunicativos de distintos gneros. Valora el arte como

    manifestacin de la belleza y expresin de ideas, sensaciones y emociones.

    Elementos: Describir, Expresar, Recrea, Crear, Comunicar

    PROCEDIMIENTO:

    1. Intgrate en equipos.

    2. El facilitador te proporcionara una lectura, cada equipo tendr una distinta para que la lean y a partir del contenido,

    representen la historia con dibujos plasmados en hojas. (A continuacin sugerimos algunos textos, podran parecerte

    extensos, pero puedes leerlos en tu casa y solo llegar a comentar su contenido).

    3. Coloca la cuerda para tendedero y en ella se prenden con las pinzas los dibujos elaborados.

    4. Un integrante de cada equipo, interpreta de manera oral los dibujos, al resto del grupo.

    5. Intercambien los trabajos y evalen con la rbrica que aparece abajo

    Competencia genrica a ejercer:

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  • La Zarpa

    Jos Emilio Pacheco

    A Fernando Burgos

    Padre, las cosas que habr odo en el confesionario y aqu en la sacrista Usted es joven, es hombre. Le ser difcil entenderme. No sabe cunto me apena quitarle tiempo con mis problemas, pero a quin si no a usted puedo confiarme? De verdad no s cmo empezar. Es pecado alegrarse del mal ajeno. Todos lo cometemos no es cierto? Fjese usted cuando hay un accidente, un crimen, un incendio. Qu alegra sienten los dems porque no fue para ellos al menos una entre tantas desgracias de este mundo.

    Usted no es de aqu, padre, no conoci Mxico cuando era una ciudad pequea, preciosa, muy cmoda, no la monstruosidad que padecemos ahora en 1971. Entonces nacamos y moramos en el mismo sitio sin cambiarnos nunca de barrio. ramos de San Rafael, de Santa Mara, de la colonia Roma. Nada volver a ser igual Perdone, estoy divagando. No tengo a nadie con quin hablar y cuando me suelto Ay, padre, qu vergenza, si supera, jams me haba atrevido a contarle esto a nadie, ni a usted. Pero ya estoy aqu. Despus me sentir ms tranquila.

    Mire, Rosalba y yo nacimos en edificios de la misma calle, con apenas tres meses de diferencia. Nuestras madres eran muy amigas. Nos llevaban juntas a la Alameda y a Chapultepec. Juntas nos ensearon a hablar y a caminar. Desde que entramos en la escuela de prvulos Rosalba fue la ms linda, la ms graciosa, la ms inteligente. Le caa bien a todos, era amable con todos. En primaria y secundaria lo mismo: la mejor alumna, la que portaba la bandera en las ceremonias, bailaba, actuaba o recitaba en los festivales. No me cuesta trabajo estudiar, deca. Me basta or algo para aprendrmelo de memoria.

    Ay, padre, por qu las cosas estn mal repartidas? Por qu a Rosalba le toc lo bueno y a m lo malo? Fea, gorda, bruta, antiptica, grosera, dscola, malgeniosa. En fin Ya se imaginar lo que nos pas al llegar a la preparatoria cuando pocas mujeres alcanzaban esos niveles. Todos queran ser novios de Rosalba. A m que me comieran los perros: nadie se iba a fijar en la amiga fea de la muchacha guapa.

    En un periodiquito estudiantil publicaron: dicen las malas lenguas que Rosalba anda por todas partes con Zenobia para que el contraste haga resplandecer an ms su belleza nica, extraordinaria, incomparable. Desde luego la nota no estaba firmada. Pero s quin la escribi. No lo perdono aunque haya pasado ms de medio siglo y hoy sea muy importante.

    Qu injusticia no cree? Nadie escoge su cara. Si alguien nace fea por fuera la gente se las arregla para que tambin se vaya haciendo horrible por dentro. A los quince aos, padre, ya estaba amargada. Odiaba a mi mejor amiga y no poda demostrarlo porque ella era siempre buena, amable, cariosa conmigo. Cuando me quejaba de mi aspecto me deca: Qu tonta eres. Cmo puedes creerte fea con esos ojos y esa sonrisa tan bonita que tienes. Era slo la juventud, sin duda. A esa edad no hay quien no tenga su gracia.

    Mi madre se haba dado cuenta del problema. Para consolarme hablaba de cunto sufren las mujeres hermosas y qu fcilmente se pierden. Yo quera estudiar Derecho, ser abogada, aunque entonces daba risa que una mujer anduviera en trabajos de hombre. Habamos pasado juntas toda la vida y no me anim a entrar en la universidad sin Rosalba.

    An no terminbamos la preparatoria cuando ella se cas con un muchacho bien que la haba conocido en una kerms. Se la llev a vivir al Paseo de la Reforma en una casa elegantsima que demolieron hace mucho tiempo. Desde luego me invit a la boda pero no fui. Rosalba, qu me pongo? Los invitados de tu esposo van a pensar que llevaste a tu criada.

    Tanta ilusin que tuve y desde los dieciocho aos me vi obligada a trabajar, primero en El Palacio de Hierro y luego de secretaria en Hacienda y Crdito Pblico. Me qued arrumbada en el departamento donde nac, en las calles de Pino. Santa Mara perdi su esplendor de comienzos de siglo y se vino abajo. Para entonces mi madre ya haba muerto en medio de sufrimientos terribles, mi padre estaba ciego por sus vicios de juventud, mi hermano era un borracho que tocaba la guitarra, haca canciones y ambicionaba la gloria y la fortuna de Agustn Lara. Pobre de mi hermano: toda la vida quiso hacerse digno de Rosalba y muri asesinado en un tugurio de Nonoalco.

    Pasamos mucho tiempo sin vernos. Un da Rosalba lleg a la seccin de ropa ntima, me salud como si nada y me present a su nuevo esposo, un extranjero que apenas entenda el espaol. Ay, padre, aunque no lo crea, Rosalba estaba ms linda y elegante que nunca, en plenitud, como suele decirse. Me sent tan mal que me hubiera gustado verla caer muerta a mis pies. Y lo peor, lo ms doloroso, era que ella, con toda su fortuna y su hermosura, segua tan amable, tan sencilla de trato como siempre.

    Promet visitarla en su nueva casa de Las Lomas. No lo hice jams. Por las noches rogaba a Dios no volver a encontrrmela. Me deca a m misma: Rosalba nunca viene a El Palacio de Hierro, compra su ropa en Estados Unidos, no tengo telfono, no hay ninguna posibilidad de que nos veamos de nuevo.

    A esas alturas casi todas nuestras amigas se haban alejado de Santa Mara. Las que seguan all estaban gordas, llenas de hijos, con maridos que les gritaban y les pegaban y se iban de juerga con mujeres de sas. Para vivir en esa forma mejor no casarse. No me cas aunque oportunidades no me faltaron. Por ms amolados que estemos siempre viene alguien a nuestra espalda recogiendo lo que tiramos a la basura.

    Se fueron los aos. Sera poca de vila Camacho o Alemn cuando una tarde en que esperaba el tranva bajo la lluvia la descubr en su gran Cadillac, con chofer de uniforme y toda la cosa. El automvil se detuvo ante un semforo. Rosalba me identific entre la gente y se ofreci a llevarme. Se haba casado por cuarta o quinta vez, aunque parezca increble. A pesar de

    28

  • tanto tiempo, gracias a sus esmeros, segua siendo la misma: su cara fresca de muchacha, su cuerpo esbelto, sus ojos verdes, su pelo castao, sus dientes perfectos

    Me reclam que no la buscara, aunque ella me mandaba cada ao tarjetas de Navidad. Me dijo que el prximo domingo el chofer ira a recogerme para que cenramos en su casa. Cuando llegamos, por cortesa la invit a pasar. Y acept, padre, imagnese: acept. Ya se figurar la pena que me dio mostrarle el departamento a ella que viva entre tantos lujos y comodidades. Aunque limpio y arreglado, aquello era el mismo cuchitril que conoci Rosalba cuando andaba tambin de pobretona. Todo tan viejo y miserable que por poco me suelto a llorar de rabia y de vergenza.

    Rosalba se entristeci. Nunca antes haba regresado a sus orgenes. Hicimos recuerdos de aquellas pocas. De repente se puso a contarme qu infeliz se senta. Por eso, padre, y fjese en quin se lo dice, no debemos sentir envidia: nadie se escapa, la vida es igual de terrible con todos. La tragedia de Rosalba era no tener hijos. Los hombres la ilusionaban un momento. En seguida, decepcionada, aceptaba a algn otro de los muchos que la pretendan. Pobre Rosalba, nunca la dejaron en paz, lo mismo en Santa Mara que en la preparatoria o en esos lugares tan ricos y elegantes que conoci ms tarde.

    Se qued poco tiempo. Iba a una fiesta y tena que arreglarse. El domingo se present el chofer. Estuvo toca y toca el timbre. Lo espi por la ventana y no le abr. Qu iba a hacer yo, la fea, la gorda, la quedada, la solterona, la empleadilla, en ese ambiente de riqueza. Para qu exponerme a ser comparada de nuevo con Rosalba. No ser nadie pero tengo mi orgullo.

    Ese encuentro se me grab en el alma. Si iba al cine o me sentaba a ver la televisin o a hojear revistas siempre encontraba mujeres hermosas parecidas a Rosalba. Cuando en el trabajo me tocaba atender a una muchacha que tuviera algn rasgo de ella, la trataba mal, le inventaba dificultades, buscaba formas de humillarla delante de los otros empleados para sentir: Me estoy vengando de Rosalba.

    Usted me preguntar, padre, qu me hizo Rosalba. Nada, lo que se llama nada. Eso era lo peor y lo que ms furia me daba. Insisto, padre: siempre fue buena y cariosa conmigo. Pero me hundi, me arruin la vida, slo por existir, por ser tan bella, tan inteligente, tan rica, tan todo.

    Yo s lo que es estar en el infierno, padre. Sin embargo, no hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague. Aquella reunin en Santa Mara debe de haber sido en 1946. De modo que esper un cuarto de siglo. Y al fin hoy, padre, esta maana la vi en la esquina de Madero y Palma. Primero de lejos, despus muy de cerca. No puede imaginarse, padre: ese cuerpo maravilloso, esa cara, esas piernas, esos ojos, ese cabello, ser perdieron para siempre en un tonel de manteca, bolsas, manchas, arrugas, papadas, vrices, canas, maquillaje, colorete, rmel, dientes falsos, pestaas postizas, lentes de fondo de botella.

    Me apresur a besarla y abrazarla. Haba acabado lo que nos separ. No importaba lo de antes. Ya nunca ms seramos una la fea y otra la bonita. Ahora Rosalba y yo somos iguales. Ahora la vejez nos ha hecho iguales.

    Conducta en los Velorios

    Julio Cortzar

    No vamos por el ans, ni porque hay que ir. Ya se habr sospechado: vamos porque no podemos soportar las formas ms solapadas de la hipocresa. Mi prima segunda, la mayor, se encarga de cerciorarse de la ndole del duelo, y si es de verdad, si se llora porque llorar es lo nico que les queda a esos hombres y a esas mujeres entre el olor a nardos y a caf, entonces nos quedamos en casa y los acompaamos desde lejos. A lo sumo mi madre va un rato y saluda en nombre de la familia; no nos gusta interponer insolentemente nuestra vida ajena a ese dilogo con la sombra. Pero si de la pausada investigacin de mi prima surge la sospecha de que en un patio cubierto o en la sala se han armado los trpodes del camelo, entonces la familia se pone sus mejores trajes, espera a que el velorio est a punto, y se va presentando de a poco pero implacablemente.

    En Pacfico las cosas ocurren casi siempre en un patio con macetas y msica de radio. Para estas ocasiones los vecinos condescienden a apagar las radios, y quedan solamente los jazmines y los parientes, alternndose contra las paredes. Llegamos de a uno o de a dos, saludamos a los deudos, a quienes se reconoce fcilmente porque lloran apenas ven entrar a alguien, y vamos a inclinarnos ante el difunto, escoltados por algn pariente cercano. Una o dos horas despus toda la familia est en la casa mortuoria, pero aunque los vecinos nos conocen bien, procedemos como si cada uno hubiera venido por su cuenta y apenas hablamos entre nosotros. Un mtodo preciso ordena nuestros actos, escoge los interlocutores con quienes se departe en la cocina, bajo el naranjo, en los dormitorios, en el zagun, y de cuando en cuando se sale a fumar al patio o a la calle, o se da una vuelta a la manzana para ventilar opiniones polticas y deportivas. No nos lleva demasiado tiempo sondear los sentimientos de los deudos ms inmediatos, los vasitos de caa, el mate dulce y los Particulares livianos son el puente confidencial; antes de media noche estamos seguros, podemos actuar sin remordimientos. Por lo comn mi hermana la menor se encarga de la primera escaramuza; diestramente ubicada a los pies del atad, se tapa los ojos con un pauelo violeta y empieza a llorar, primero en silencio, empapando el pauelo a un punto increble, despus con hipos y jadeos, y finalmente le acomete un ataque terrible de llanto que obliga a las vecinas a llevarla a la cama preparada para esas emergencias, darle a oler agua de azahar y consolarla, mientras otras vecinas se ocupan de los parientes cercanos bruscamente contagiados por la crisis.

    Durante un rato hay un amontonamiento de gente en la puerta de la capilla ardiente, preguntas y noticias en voz baja, encogimientos de hombros por parte de los vecinos. Agotados por un esfuerzo en que han debido emplearse a fondo, los deudos amenguan en sus manifestaciones, y en ese mismo momento mis tres primas segundas se largan a llorar sin afectacin, sin gritos, pero tan conmovedoramente que los parientes y vecinos sienten la emulacin, comprenden que no es posible

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  • quedarse as descansando mientras extraos de la otra cuadra se afligen de tal manera, y otra vez se suman a la deploracin general, otra vez hay que hacer sitio en las camas, apantallar a seoras ancianas, aflojar el cinturn a viejitos convulsionados. Mis hermanos y yo esperamos por lo regular este momento para entrar en la sala mortuoria y ubicarnos junto al atad.

    Por extrao que parezca estamos realmente afligidos, jams podemos or llorar a nuestras hermanas sin que una congoja infinita nos llene el pecho y nos recuerde cosas de la infancia, unos campos cerca de Villa Albertina, un tranva que chirriaba al tomar la curva en la calle General Rodrguez, en Bnfield, cosas as, siempre tan tristes. Nos basta ver las manos cruzadas del difunto para que el llanto nos arrase de golpe, nos obligue a taparnos la cara avergonzados, y somos cinco hombres que lloran de verdad en el velorio, mientras los deudos juntan desesperadamente el aliento para igualarnos, sintiendo que cueste lo que cueste deben demostrar que el velorio es el de ellos, que solamente ellos tienen derecho a llorar as en esa casa. Pero son pocos, y mienten (eso lo sabemos por mi prima segunda la mayor, y nos da fuerzas). En vano acumulan los hipos y los desmayos, intilmente los vecinos ms solidarios los apoyan con sus consuelos y sus reflexiones, llevndolos y trayndolos para que descansen y se reincorporen a la lucha. Mis padres y mi to el mayor nos reemplazan ahora, hay algo que impone respeto en el dolor de estos ancianos que han venido desde la calle Humboldt, cinco cuadras contando desde la esquina, para velar al finado. Los vecinos ms coherentes empiezan a perder pie, dejan caer a los deudos, se van a la cocina a beber grapa y a comentar; algunos parientes, extenuados por una hora y media de llanto sostenido, duermen estertorosamente. Nosotros nos relevamos en orden, aunque sin dar la impresin de nada preparado; antes de las seis de la maana somos los dueos indiscutidos del velorio, la mayora de los vecinos se han ido a dormir a sus casas, los parientes yacen en diferentes posturas y grados de abotagamiento, el alba nace en el patio.

    A esa hora mis tas organizan enrgicos refrigerios en la cocina, bebemos caf hirviendo, nos miramos brillantemente al cruzarnos en el zagun o los dormitorios; tenemos algo de hormigas yendo y viniendo, frotndose las antenas al pasar. Cuando llega el coche fnebre las disposiciones estn tomadas, mis hermanas llevan a los parientes a despedirse del finado antes del cierre del atad, los sostienen y confortan mientras mis primas y mis hermanos se van adelantando hasta desalojarlos, abreviar el ultimo adis y quedarse solos junto al muerto. Rendidos, extraviados, comprendiendo vagamente pero incapaces de reaccionar, los deudos se dejan llevar y traer, beben cualquier cosa que se les acerca a los labios, y responden con vagas protestas inconsistentes a las cariosas solicitudes de mis primas y mis hermanas.

    Cuando es hora de partir y la casa est llena de parientes y amigos, una organizacin invisible pero sin brechas decide cada movimiento, el director de la funeraria acata las rdenes de mi padre, la remocin del atad se hace de acuerdo con las indicaciones de mi to el mayor. Alguna que otra vez los parientes llegados a ltimo momento adelantan una reivindicacin destemplada; los vecinos, convencidos ya de que todo es como debe ser, los miran escandalizados y los obligan a callarse.

    En el coche de duelo se instalan mis padres y mis tos, mis hermanos suben al segundo, y mis primas condescienden a aceptar a alguno de los deudos en el tercero, donde se ubican envueltas en grandes paoletas negras y moradas. El resto sube donde puede, y hay parientes que se ven precisados a llamar un taxi. Y si algunos, refrescados por el aire matinal y el largo trayecto, traman una reconquista en la necrpolis, amargo es su desengao. Apenas llega el cajn al peristilo, mis hermanos rodean al orador designado por la familia o los amigos del difunto, y fcilmente reconocible por su cara de circunstancias y el rollito que le abulta el bolsillo del saco. Estrechndole las manos, le empapan las solapas con sus lgrimas, lo palmean con un blando sonido de tapioca, y el orador no puede impedir que mi to el menor suba a la tribuna y abra los discursos con una oracin que es siempre un modelo de verdad y discrecin. Dura tres minutos, se refiere exclusivamente al difunto, acota sus virtudes y da cuenta de sus defectos, sin quitar humanidad a nada de lo que dice; est profundamente emocionado, y a veces le cuesta terminar.

    Apenas ha bajado, mi hermano el mayor ocupa la tribuna y se encarga del panegrico en nombre del vecindario, mientras el vecino designado a tal efecto trata de abrirse paso entre mis primas y hermanas que lloran colgadas de su chaleco. Un gesto afable pero imperioso de mi padre moviliza al personal de la funeraria; dulcemente empieza a rodar el catafalco, y los oradores oficiales se quedan al pie de la tribuna, mirndose y estrujando los discursos en sus manos hmedas. Por lo regular no nos molestamos en acompaar al difunto hasta la bveda o sepultura, sino que damos media vuelta y salimos todos juntos, comentando las incidencias del velorio. Desde lejos vemos cmo los parientes corren desesperadamente para agarrar alguno de los cordones del atad y se pelean con los vecinos que entre tanto se han posesionado de los cordones y prefieren llevarlos ellos a que los lleven los parientes.

    Los sueos de Gloria

    Es raro que una persona que haya vivido en el barrio madrileo de Lavapis, en los aos 50, no recuerde a Gloria Domnguez Carpio. Era una mujer muy poco agraciada, solterona y sin ningn pretendiente, se ganaba la vida fregando suelos, no tena familiares cercanos ni amigos, su casa era una habitacin sin ventanas y, en resumen, su existencia se limitaba a trabajar y a dormir, pero todos la envidiaban. Se la vea feliz.

    Algunos de los que rozaron por instantes la vida de Gloria no perdieron la oportunidad de preguntarle -con ms indiscrecin que sutileza- cul era la razn de su desconcertante estado anmico. Y, palabras textuales de la seora Domnguez: La gente me tomaba por una jovencita loca, por una loca clnica, mas no desgraciada. No lo decan, pero sus miradas bastaban. Adems, se despedan de inmediato y no volvan a tocar el tema. Explicarles que mi alegra se deba a la ilusin de llegar a casa para dormir cuanto antes y as soar el mayor tiempo posible les pareca demencial.

    Ella no recuerda desde cuando empez a vivir en sus sueos. Tambin asegura no conservar imgenes de sus primeros aos en casa de sus padres. Le gusta creer que lleg a ese mundo perfecto por casualidad, gracias a su curiosidad infantil. Sin embargo, Andrs Blanco, ex empleado del clausurado orfelinato Santa Mara, donde ella se cri, plantea que fue el

    Rafael R. Valcrcel

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  • dolor profundo y constante lo que la llev a refugiarse en la fantasa. En todo caso, ms all del origen, lo relevante en su juventud era su presente. Y el presente no es algo que se ve o se toca o que est en el entorno, sino aquello que se siente y se percibe. Por eso mismo su felicidad era tan real.

    En los aos 50, al salir del trabajo, Gloria evitaba cualquier tipo de contratiempo para llegar a su casa. Una vez ah, se quitaba los zapatos en la entrada, abra el bal que contena las conservas, sacaba una, coga la barra de pan, cortaba un trozo, pona una fruta junto a su plato y coma lo necesario. Tras terminar, colocaba los utensilios sucios en un barreo que posea una tapa hermtica para contener los olores. Despus, sala al pasillo y entraba al bao comunitario. Ya baada y en pijama, se iba directa a la cama. Esa rutina la segua de lunes a viernes. El sbado, se despertaba a las 10 de la maana, tomaba desayuno, realizaba las compras de la semana, lavaba todos los utensilios y la ropa, limpiaba su casa, coma algo ms contundente que los otros das, sala al pasillo, entraba al bao y, finalmente, se iba a dormir, hasta el lunes, da en que se levantaba un poco antes de lo habitual para recoger la ropa del tendedero.

    Su casa era una habitacin de 12 metros cuadrados, donde al apagar la luz era imposible distinguir si era de da o de noche. Tena un colchn muy cmodo -colocado directamente sobre el suelo-, un armario salido, el bal de las conservas, una caja con los utensilios, el barreo y una pequea mesa personal de 20 centmetros de altura, sobre la que estaba el frutero y la panera. Nada ms, ni siquiera polvo.

    Apenas se acostaba entre las delicadas sbanas, Gloria despertaba junto a su marido y haca el amor, sintiendo las caricias de los primeros rayos del sol. Despus alistaba a sus dos hijos para ir al colegio mientras l les preparaba la merienda. El resto del da lo iba construyendo a su antojo. Pero no siempre fue de ese modo. Al comienzo dedicaba mucho tiempo a concentrarse en algo especfico para soar con ello, y a menudo no resultaba. Cuando eso le fue fcil, empez a manipularlos desde dentro, en sus duermevelas, cosa que le cansaba muchsimo. Con los aos, aprendi a vivir dormida. Aquel proceso fue de la mano del tipo de sueos que creaba, pasando de princesas y hadas a una vida real perfecta.

    El lunes 9 de marzo de 1959, dentro de su rutina, Gloria conoci a un asturiano que la comenz a querer, aunque para ella slo era un contratiempo. l no desisti, cada da se enamoraba ms de la felicidad que transmita y se lo hizo saber con cientos de detalles y algunas palabras. Slo por escucharlo, llegu hasta sentirme infiel con el hombre que me haba dado dos hijos en mis sueos. S que puede parecer ridculo tenamos una relacin de casi 7 aos! Una relacin preciosa, ideal.

    Un da, de repente, Gloria acept salir con el pretendiente. Tambin acept casarse con l y emprendieron una nueva vida en Asturias. Qu se va a hacer, me enamor. Yo quera al padre de mis hijos, lo quera mucho, pero no era la clase de amor por la que eres capaz de dejarlo todo, tu armona, incluso tu felicidad.

    Actualmente Gloria Domnguez sigue casada en Asturias y tiene tres hijos y cinco nietos inscritos en el registro civil espaol. Asegura que todas las noches contina viendo a sus otros dos descendientes, que an no le han dado nietos.

    No se culpe a nadie

    Julio Cortzar - Cuento Corto

    El fro complica siempre las cosas, en verano se est tan cerca el mundo, tan piel contra piel, pero ahora a las seis y media su mujer lo espera en una tienda para elegir un regalo de casamiento, ya es tarde y se da cuenta de que hace fresco, hay que ponerse el pulover azul, cualquier cosa que vaya bien con el traje gris, el otoo es un ponerse y sacarse pulveres, irse encerrando, alejando. Sin ganas silba un tango mientras se aparta de la ventana abierta, busca el pulover en el armario y empieza a ponrselo delante del espejo. No es fcil, a lo mejor por culpa de la camisa que se adhiere a la lana del pulover, pero le cuesta hacer pasar el brazo, poco a poco va avanzando la mano hasta que al fin asoma un dedo fuera del puo de lana azul, pero a la luz del atardecer el dedo tiene un aire como de arrugado y metido para adentro, con una ua negra terminada en punta.

    De un tirn se arranca la manga del pulover y se mira la mano como si no fuese suya, pero ahora que est fuera del pulover se ve que es su mano de siempre y l la deja caer al extremo del brazo flojo y se le ocurre que lo mejor ser meter el otro brazo en la otra manga a ver si as resulta ms sencillo. Parecera que no lo es porque apenas la lana del pulover se ha pegado otra vez a la tela de la camisa, la falta de costumbre de empezar por la otra manga dificulta todava ms la operacin, y aunque se ha puesto a silbar de nuevo para distraerse siente que la mano avanza apenas y que sin alguna maniobra complementaria no conseguir hacerla llegar nunca a la salida.

    Mejor todo al mismo tiempo, agachar la cabeza para calzarla a la altura del cuello del pulover a la vez que mete el brazo libre en la otra manga enderezndola y tirando simultneamente con los dos brazos y el cuello.

    En la repentina penumbra azul que lo envuelve parece absurdo seguir silbando, empieza a sentir como un calor en la cara aunque parte de la cabeza ya debera estar afuera, pero la frente y toda la cara siguen cubiertas y las manos andan apenas por la mitad de las mangas. por ms que tira nada sale afuera y ahora se le ocurre pensar que a lo mejor se ha equivocado en esa especie de clera irnica con que reanud la tarea, y que ha hecho la tontera de meter la cabeza en una de las mangas y una mano en el cuello del pulover Si fuese as su mano tendra que salir fcilmente pero aunque tira con todas sus fuerzas no logra hacer avanzar ninguna de las dos manos aunque en cambio parecera que la cabeza est a punto de abrirse paso porque la lana azul le aprieta ahora con una fuerza casi irritante la nariz y la boca, lo sofoca ms de lo que hubiera podido imaginarse, obligndolo a respirar profundamente mientras la lana se va humedeciendo contra la boca, probablemente desteir y le manchar la cara de azul.

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  • Por suerte en ese mismo momento su mano derecha asoma al aire al fro de afuera, por lo menos ya hay una afuera aunque la otra siga apresada en la manga, quiz era cierto que su mano derecha estaba metida en el cuello del pulover por eso lo que l crea el cuello le est apretando de esa manera la cara sofocndolo cada vez ms, y en cambio la mano ha podido salir fcilmente. De todos modos y para estar seguro lo nico que puede hacer es seguir abrindose paso respirando a fondo y dejando escapar el aire poco a poco, aunque sea absurdo porque nada le impide respirar perfectamente salvo que el aire que traga est mezclado con pelusas de lana del cuello o de la manga del pulover, y adems hay el gusto del pulover, ese gusto azul de la lana que le debe estar manchando la cara ahora que la humedad del aliento se mezcla cada vez ms con la lana, y aunque no puede verlo porque si abre los ojos las pestaas tropiezan dolorosamente con la lana, est seguro de que el azul le va envolviendo la boca mojada, los agujeros de la nariz, le gana las mejillas, y todo eso lo va llenando de ansiedad y quisiera terminar de ponerse de una vez el pulover sin contar que debe ser tarde y su mujer estar impacientndose en la puerta de la tienda.

    Se dice que lo ms sensato es concentrar la atencin en su mano derecha, porque esa mano por fuera del pulover est en contacto con el aire fro de la habitacin es como un anuncio de que ya falta poco y adems puede ayudarlo, ir subiendo por la espalda hasta aferrar el borde inferior del pulover con ese movimiento clsico que ayuda a ponerse cualquier pulover tirando enrgicamente hacia abajo.

    Lo malo es que aunque la mano palpa la espalda buscando el borde de lana, parecera que el pulover ha quedado completamente arrollado cerca del cuello y lo nico que encuentra la mano es la camisa cada vez ms arrugada y hasta salida en parte del pantaln, y de poco sirve traer la mano y querer tirar de la delantera del pulover porque sobre el pecho no se siente ms que la camisa, el pulover debe haber pasado apenas por los hombros y estar ah arrollado y tenso como si l tuviera los hombros demasiado anchos para ese pulover lo que en definitiva prueba que realmente se ha equivocado y ha metido una mano en el cuello y la otra en una manga, con lo cual la distancia que va del cuello a una de las mangas es exactamente la mitad de la que va de una manga a otra, y eso explica que l tenga la cabeza un poco ladeada a la izquierda, del lado donde la mano sigue prisionera en la manga, si es la manga, y que en cambio su mano derecha que ya est afuera se mueva con toda libertad en el aire aunque no consiga hacer bajar el pulover que sigue como arrollado en lo alto de su cuerpo. Irnicamente se le ocurre que si hubiera una silla cerca podra descansar y respirar mejor hasta ponerse del todo el pulover, pero ha perdido la orientacin despus de haber girado tantas veces con esa especie de gimnasia eufrica que inicia siempre la colocacin de una prenda de ropa y que tiene algo de paso de baile disimulado, que nadie puede reprochar porque responde a una finalidad utilitaria y no a culpables tendencias coreogrficas.

    En el fondo la verdadera solucin sera sacarse el pulover puesto que no ha podido ponrselo, y comprobar la entrada correcta de cada mano en las mangas y de la cabeza en el cuello, pero la mano derecha desordenadamente sigue yendo y viniendo como si ya fuera ridculo renunciar a esa altura de las cosas, y en algn momento hasta obedece y sube a la altura de la cabeza y tira hacia arriba sin que l comprenda a tiempo que el pulover se le ha pegado en la cara con esa gomosidad hmeda del aliento mezclado con el azul de la lana, y cuando la mano tira hacia arriba es un dolor como si le desgarraran las orejas y quisieran arrancarle las pestaas.

    Entonces ms despacio, entonces hay que utilizar la mano metida en la manga izquierda, si es la manga y no el cuello, y para eso con la mano derecha ayudar a la mano izquierda para que pueda avanzar por la manga o retroceder y zafarse, aunque es casi imposible coordinar los movimientos de las dos manos, como si la mano izquierda fuese una rata metida en una jaula y desde afuera otra rata quisiera ayudarla a escaparse, a menos que en vez de ayudarla la est mordiendo, porque de golpe le duele la mano prisionera y a la vez la otra mano se hinca con todas sus fuerzas en eso que debe ser su mano y que le duele, le duele a tal punto que renuncia a quitarse el pulover, prefiere intentar un ltimo esfuerzo para sacar la cabeza fuera del cuello y la rata izquierda fuera de la jaula y lo intenta luchando con todo el cuerpo, echndose hacia adelante y hacia atrs, girando en medio de la habitacin, si es que est en el medio porque ahora alcanza a pensar que la ventana ha quedado abierta y que es peligroso seguir girando a ciegas, prefiere detenerse aunque su mano derecha siga yendo y viniendo sin ocuparse del pulover, aunque su mano izquierda le duela cada vez ms como si tuviera los dedos mordidos o quemados, y sin embargo esa mano le obedece, contrayendo poco a poco los dedos lacerados alcanza a aferrar a travs de la manga el borde del pulover arrollado en el hombro, tira hacia abajo casi sin fuerza, le duele demasiado y hara falta que la mano derecha ayudara en vez de trepar o bajar intilmente por las piernas en vez de pellizcarle el muslo como lo est haciendo, arandolo y pellizcndolo a travs de la ropa sin que pueda impedrselo porque toda su voluntad acaba en la mano izquierda, quiz ha cado de rodillas y se siente como colgado de la mano izquierda que tira una vez ms del pulover y de golpe es el fro en las cejas y en la frente, en los ojos, absurdamente no quiere abrir los ojos pero sabe que ha salido.

    Esa materia fra, esa delicia es el aire libre, y no quiere abrir los ojos y espera un segundo, dos segundos, se deja vivir en un tiempo fro y diferente, el tiempo de fuera del pulover, est de rodillas y es hermoso estar as hasta que poco a poco agradecidamente entreabre los ojos libres de la baba azul de la lana de adentro, entreabre los ojos y ve las cinco uas negras suspendidas apuntando a sus ojos, vibrando en el aire antes de saltar contra sus ojos, y tiene el tiempo de bajar los prpados y echarse atrs cubrindose con la mano izquierda que es su mano, que es todo lo que le queda para que lo defienda desde dentro de la manga, para que tire hacia arriba el cuello del pulover y la baba azul le envuelva otra vez la cara mientras se endereza para huir a otra parte, para llegar por fin a alguna parte sin mano y sin pulover, donde solamente haya un aire fragoroso que lo envuelva y lo acompae y lo acaricie y doce pisos.

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  • La Reina

    Jos Emilio Pacheco

    Adelina apart el rizador de pestaas y comenz a aplicarse el rimel. Una lnea de sudor manch su frente. La enjug con un clnex y volvi a extender el maquillaje. Eran las diez de la maana. Todo lo impregnaba el calor. Un organillero tocaba el vals Sobre las olas. Lo silenci el estruendo de un carro de sonido en que vibraban voces incomprensibles. Adelina se levant del tocador, abri el ropero y escogi un vestido floreado. La crinolina ya no se usaba pero, segn la modista, no haba mejor recurso para ocultar un cuerpo como el suyo.

    Se contempl indulgente en el espejo. Atraves el patio interior entre las macetas y los bates de beisbol, las manoplas y gorras que scar dej como para estorbarle el camino, entr en el bao y subi a la balanza. Se descalz. Pis de nuevo la cubierta de hule junto a los nmeros. Se quit el vestido y prob por tercera vez. La balanza marcaba 80 kilos. Deba estar descompuesta: era el mismo peso registrado una semana atrs al iniciar los ejercicios y la dieta.

    Camin otra vez por el patio que era ms bien un pozo de luz con vidrios traslcidos. Un da, como predijo scar, el patio iba a desplomarse si Adelina no adelgazaba. Se imagin cayendo en la tienda de ropa. Los turcos, inquilinos de su padre, la detestaban. Cmo iban a rerse Aziyad y Nadir al verla sepultada bajo metros y metros de popelina.

    Al llegar al comedor vio como por vez primera los lnguidos retratos familiares: ella a los seis meses, triunfadora en el concurso El beb ms robusto de Veracruz. A los nueve aos, en el teatro Clavijero, declamando Madre o mam de Juan de Dios Peza. scar, recin nacido, flotante en un moiss enorme, herencia de su hermana. scar, el ao pasado, ptcher en la Liga Infantil de Golfo. Sus padres el da de la boda, l an con uniforme de cadete. Guillermo en la proa de Durango, ya con gorra e insignias de capitn. Guillermo en el acto de estrechar la mano al seor presidente en ocasin de unas maniobras navales. Hortensia al fondo, con sombrilla, tan ufana de su marido y tan cohibida por hallarse entre la esposa del gobernador y la diputada Goicochea. Adelina, quince aos, bailando con su padre el vals Fascinacin. Qu da. Mejor ni acordarse. Quin la mand invitar a las Osorio. Y el chambeln que no lleg al Casino: prefiri arriesgar su carrera y exponerse a la hostilidad de Guillermo-su implacable y marcialmente sdico profesor en la Heroica Escuela Naval-antes que hacer el ridculo valsando con Adelina.

    -Qu triste es todo-se oy decirse-. Ya estoy hablando sola. Es por no desayunarme-. Fue a la cocina. Se prepar en la licuadora un batido de pltanos y leche condensada. Mientras lo saboreaba hoje Huracn de amor. No haba visto ese nmero de la novela semanal, olvidado por su madre junto a la estufa. Hortensia es tan envidiosa Por qu me seguir escondiendo sus historietas y sus revistas como si yo todava fuera una nia?

    No hay ms ley que nuestro deseo, afirmaba un personaje en Huracn de amor. Adelina de inquiet ante el torso desnudo del hombre que apareca en el dibujo. Pero nada comparable a cuando encontr en el portafolios de su padre Corrupcin en el internado para seoritas y La seduccin de Lisette. Si Hortensia-o peor: Guillermo-la hubieran sorprendido Regres al bao. En vez de cepillarse los dientes se enjuag con Listerine y se froto los incisivos con la toalla. Cuando iba hacia su cuarto son el telfono.

    -Gorda -Qu quieres, pinche enano maldito?

    -Clmate, gorda, es un recado de mi padre. Por qu amaneciste tan furiosa, Adelina? Debes de haber subido otros cien kilos.

    -Qu te importa, idiota, imbcil. Ya dime lo que vas a decirme. Tengo prisa.

    -Prisa? Ah s, seguramente vas a desfilar como reina del carnaval en vez de Leticia no?

    -Mira, estpido, esa negra, dbil mental, no es reina ni es nada. Lo que pasa es que su familia compr todos los votos y ella se acost hasta con el barrendero de la Comisin Organizadora. As quin no.

    -La verdad, gorda, es que te mueres de envidia. Qu daras por estar ahora arreglndote para el desfile como Leticia.

    ---El desfile? Ja, ja, no me importa el desfile. T, Leticia y todo el carnaval me valen una pura chingada. -Qu lindo vocabulario. Dime dnde lo aprendiste. No te lo conoca. Ojal te oigan mis paps. -Vete al carajo.

    -Ya clmate, gorda. Qu te pasa? De cul se fumaste? Ni me dejas hablar. Mira, dice mi pap que vamos a comer aqu en Boca del Ro con el vicealmirante; que de una vez va ir a buscarte la camioneta porque luego, con el desfile, no va a haber paso.

    -No, gracias. Dile que tengo mucho que estudiar. Adems ese viejo idiota del vicealmirante me choca. Siempre con sus bromitas y chistecitos imbciles. Pobre de mi pap: tiene que celebrrselos.

    -Haz lo que te d la gana, pero no tragues tanto ahora que nadie te vigila.

    -Cierra el hocico y ya no ests chingando.

    -A que no le contestas as a mi mam? A que no, verdad? Voy a desquitarme, gorda maldita. Te vas a acordar de m, bola de manteca.

    Adelina colg furiosa el telfono. Sinti ganas de llorar. El calor la rodeaba por todas partes. Abri el ropero infantil adornado con calcomanas de Walt Disney. Sac un bolgrafo y un cuaderno rayado. Fue a la mesa del comedor y escribi:

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  • Queridsimo Alberto:

    Por milsima vez hago en este cuaderno una carta que no te mandar nunca y siempre te dir las mismas cosas.

    Mi hermano acaba de insultarme por telfono y mis paps no me quisieron llevar a Boca del Ro. Bueno, Guillermo seguramente quiso: pero Hortensia lo domina. Ella me odia, por celos, porque ve cmo me adora mi pap y cunto se preocupa por m. Aunque si me quisiera tanto como yo creo ya me hubiera mandado a Espaa, a Canad, a no s dnde, lejos de este infierno que mi alma, sin ti, ya no soporta.

    Se detuvo. Tach que mi alma, sin ti, ya no soporta.

    Alberto mo, dentro de un rato voy a salir. Te ver de nuevo, por ms que no me mires, cuando pases en el carro alegrico de Leticia. Te lo digo de verdad: Ella no te merece. No s cmo decirlo, con tu uniforme de cadete. No ha habido en toda la historia un cadete como t. Y Leticia no es tan guapa como supones. S, de acuerdo, tal vez sea atractiva, no lo niego: por algo lleg a ser reina del carnaval. Pero su tipo resulta, cmo te dir, muy vulgar, muy corriente. No te parece?

    Y es tan coqueta. Se cree muchsimo. La conozco desde que estbamos en kinder. Ahora es ntima de las Osorio y antes hablaba muy mal de ellas. Se juntan para burlarse de m porque soy ms inteligente y saco mejores calificaciones. Claro, es natural: no ando en fiestas ni cosas de stas, los domingos no voy a dar vueltas al zcalo, ni salgo todo el tiempo con muchachos. Yo slo pienso en ti, amor mo, en el instante en que tus ojos se volvern al fin para mirarme.

    Pero t, Alberto, me recuerdas? Seguramente ya has olvidado de que nos conocimos hace dos aos cuando acompae a mi pap a ver a Antn Lizardo. Lo esper en la camioneta. T estabas arreglando un jeep y te acercaste. No me acuerdo de ningn otro da tan hermoso como aquel en que nuestras vidas se encontraron para ya no separarse jams.

    Tach para ya no separarse jams.

    Conversamos muy lindo durante mucho tiempo. Quise dejarte como Recuerdo mi radio de transistores. No aceptaste. Quedamos en vernos el domingo para ir al zcalo y a tomar un helado en el Yucatn. Te esper todo el da ansiosamente. Llor tanto esa noche &

    Pero luego comprend: no llegaste para que nadie dijera que tu inters en cortejarme era por ser hija de alguien tan importante en la Armada como mi padre. En cambio, te lo digo sinceramente, nunca podr entender por qu la noche del fin de ao en el Casino Espaol bailaste todo el tiempo con Leticia y cuando me acerqu y ella nos present dijiste: mucho gusto. Alberto: se hace tarde. Salgo a tu encuentro. Slo unas palabras antes de despedirme. Te prometo que esta vez s adelgazar y en el prximo carnaval, como lo oyes, yo voy a Ser La Reina! (Mi cara es fea, todos lo dicen.) me llevars a nadar a Mocambo, donde una vez te encontr con Leticia? (Por fortuna ustedes no me vieron: estaba en traje de bao y corr a esconderme entre los pinos.) Ah, pero al ao prximo, te juro, tendr un cuerpo ms hermoso y ms esbelto que el suyo. Todos los que nos miren te envidiarn por llevarme del brazo. Chao, amor mo. Ya falta poco para verte. Hoy como siempre es toda tuya.

    Adelina

    Volvi a su cuarto. Al ver la hora en el despertador de Bugs Bunny dej sobre la cama el cuaderno en que acaba de escribir, retoc el maquillaje ante el espejo, se persign y baj a toda prisa las escaleras de mosaico. Antes de abrir la puerta del zagun respir el olor a xido y humedad. Pas frente a la sedera de los turcos: Aziyad y Nadir no estaban: sus padres se disponan a cerrar. En la esquina se encontr a dos compaeros de equipo de su hermano. (No haban ido a Boca del Ro?) Al verla maquillada le preguntaron si iba a participar en el concurso de disfraces o haba lanzado su candidatura para Rey Feo. Respondi con una mirada de furia. Se alej taconeando bajo el olor a plvora de busca pies, palomas, y brujas. No haba trnsito: la gente caminaba por la calle tapizada de serpentinas, latas, y cascos de cerveza. Encapuchados, mosqueteros, payasos, legionarios romanos, bailarinas, circasianas, amazonas, damas de la corte, piratas, napoleones, astronautas, guerreros aztecas y grupos y familias con mascaras, gorritos de cartn, sombreros o sin disfraz avanzaban hacia la calle principal.

    Adelina apret el paso. Cuatro muchachas se volvieron a verla y le dejaron atrs. Escuch su risa unnime y pens que se estaran burlando de ella como los amigos de scar. Luego camin entre las mesas y los puestos de los portales, atestados de marimbas, conjuntos jarochos, vendedores de jaibas rellenas, billeteros de la Lotera Nacional.

    No descubri a ningn conocido pero advirti que varias mujeres la miraban con sorna. Pens en sacar el espejito de su bolsa para ver si, inexperta, se haba maquillado en exceso. Por vez primera empleaba los cosmticos de su madre. Pero, dnde se ocultara para mirarse?

    Con grandes dificultades lleg a la esquina elegida. El calor y el estruendo informe, la promiscua contigidad de tantos extraos le provocaban un malestar confuso. Entre aplausos apareci la descubierta de charros y chinas poblanas. Bajo gritos y msica desfil la comparsa inicial: lo jotos vestidos de pavos reales. Siguieron mulatos disfrazados de vikingos, guerreros aztecas y penachos de rumbera. Desfilaron cavernarios, kukluzklanes, la corte de Luis XV con sus blancas pelucas, Blanca Nieves y los Siete Enanos (Adelina senta que la empujaban y las manoseaban), Barba Azul en plena tortura y asesinato de sus mujeres, Maximiliano y Carlota en Chapultepec, pieles rojas, canbales teidos de betn y adornados con huesos humanos (la transpiracin humedeca su espalda), Romeo y Julieta en el balcn de Verona, Hitler y sus mariscales llenos de monculos, gigantes y cabezudos, James Dean al frente de sus rebeldes sin causa, Pierrot, Arlequn y Colombina, doce Elvis Presleys que

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  • trataban de cantar en ingls y moverse como l. (Adelina cerr los ojos ante el brillo del col y el caos de pocas, personajes, historias.)

    Empezaron los carros alegricos, otros improvisados sobre camiones de redilas: el de la Cervecera Moctezuma, Miss Mxico, Miss California, notablemente aterrada por lo que vea como un desfile salvaje, las Orqudeas del Cine Nacional, el Campamento Gitano-nias que lloriqueaban por el calor, el miedo de caerse y la forzada inmovilidad-, el Idilio de los Volcanes segn el calendario de Helguera, la Conquista de Mxico, las Mil y una Noches, lentejuelas y trapos.

    La sobresaltaron un aliento hmedo de tequila y una caricia envolvente:-Vngase, mamasota, que aqu est su rey-. Adelina, enfurecida, volv la cabeza. Pero hacia quin, cmo descubrir al culpable entre la multitud burlona o entusiasmada? Los carros alegricos seguan desfilando: los Piratas en las isla del Tesoro, Sangre Jarocha, Guadalupe la Chinaca, Cielito Lindo, la Adelita, la Valentina y Pancho Villa, los Buzos en el pas de las sirenas, los astronautas y los extraterrestres.

    Desde un inesperado balcn las Osorio, muertas de risa, se hicieron escuchar entre las msicas y gritos del carnaval:-Gorda, gorda: sube, Que andas haciendo all abajo, revuelta con la plebe y los chilangos? La gente decente