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“”COORDINA: Secretariado de Extensión Universitaria de la UMHCONSEJO EDITORIAL: Margarita Fuster. Juan Brotons. Ascensión Castelló. María Sempere. María Dolores Bouvard. María Dolores Aznar.DIRECCIÓN: José Jurado RamosCOLABORADORES EN ESTE NÚMERO: Olga Fuentes Soriano. Rafael Ramos Fernández. Diego Romero. Anastasia Téllez Infantes.DISEÑO, MAQUETACIÓN E ILUSTRACIONES: Silvia Viana. Febrero 2011.© EDITOR: Logisprimt.cb • ISBN: A-1175-2010 • Logisprimt impressors • Depósito legal: A-1175-2010

Vicerrectorado de Estudiantes yExtensión Universitaria

sumarioINFORME DE LA PRESIDENTA: MIRANDO HACIA ATRÁS SIN IRA.Por Margarita Fuster.

JUBILACIÓN DE HOMBRES Y MUJERES DESDE LAPERSPECTIVA DE GÉNERO: UN ANÁLISIIS ANTROPOLÓGICO.Por Anastasia Téllez Infantes.

PASEANDO POR LAS AUNEX. Por Ascensión Castelló Alberti.

LOS IBEROS. Por Rafael Ramos Fernández.

2010. AÑO HERNANDIANO. Por José Jurado.

EN PRIMERA PERSONA. ENTREVISTA. JESÚS RODRÍGUEZ MARÍN.EL RECTOR CIERRA UN CICLO. Por José Jurado.

EL DERECHO A LA IGUALDAD FRENTE AL MAL TRATO YLA VIOLENCIA DE GÉNERO. Por Olga Fuentes Soriano.

¿QUÉ DÍA ES HOY? Por Diego Romero.

VIDA DEL CLUB SENIOR. ACTIVIDADES REALIZADAS DURANTE EL AÑO 2010.Por Mª Dolores Aznar y María Sempere.

NUESTROS POETAS: OTOÑO. Por Cecilia Agulló.

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Pensar lógicamente es abolir el tiempo… pero al poeta no le es dado pensar fuera del tiempoporque piensa su propia vida que es inquietud, angustia, temores, resignación, esperanza.

(Antonio Machado, “Poesías escogidas”).

Como el poeta, queriendo abolir el tiempo y movidos por esas inquietudes, un grupo de sociosdel Club Senior, pretendemos iniciar una nueva andadura, crear una Revista que sea realmente de laUMH, con colaboraciones desde cualquier ámbito de la misma.

Porque queremos un Club que sea de la Universidad, un Club que sea una alternativa cultural,no académica, a las AUNEX.

...La memoria dulcifica el recuerdo… es la vida de un club de larga trayectoria, que nació preci-samente en el seno de la Universidad, un 19 de Junio de 1998, con el objetivo inicial de asesorar alos alumnos aprovechando la experiencia profesional de los asociados a este club. ”ASESORES DELUJO”, decía la prensa de la provincia en el año 1998” … Así, los alumnos que quieran asesoramien-to jurídico, por ejemplo, podrán acudir a despejar dudas con el ex magistrado del Tribunal SupremoJuan Latour Brotons, o con el ex abogado Daniel Fenoll. Si estudian Medicina, podrán recurrir, entreotros a los reconocidos doctores Manuel Balcázar Rubio y Jaime Latour Brotons... al acto de presen-tación acudieron los máximos representantes universitarios que integran la Comisión Gestora de lamisma Universidad que preside Jesús Rodríguez Marín, así como los Alcaldes de las localidades deElche, San Juan, Altea y Orihuela, las cuatro ciudades que albergan los campus universitarios y ex-tensiones dependientes de la Universidad de Elche”. Nada menos.

Pero…

Yo te agradezco la intención, hermana,La buena voluntad con que me asiste,tu alegría ejemplar; pero, desistepor Dios, hoy no me abras la ventana.

(Miguel Hernández).

Como el precio de vivir es envejecer… hemos ido envejeciendo unos, desapareciendo otros… niestán ya en este mundo nuestros ilustres primeros socios, ni muchos de los socios y amigos del ClubSenior, que tuvo que derivar hacia una asociación cultural de jubilados “Colaboradores honoríficosde la UMH de Elche”, dependiente del Consejo Económico, en su origen, y de Extensión Universita-ria después. Esta Asociación colaboró en la creación de la Universidad de la Experiencia, las AUNEX,

Mirando hacia atrás sin ira

MARGARITA FUSTERPresidenta del Club Senior de la UMH

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con el profesor Oliver Narbona y el Presidente del consejo Económico, Emilio Cano. Pero el Club Se-nior sigue ahí, resistiendo embates de propios y extraños: al ir perdiendo funciones (las AUNEX yano son nuestras hijas o hermanas), el Club ha ido debilitándose en participación, sobre todo mascu-lina, (¿ubi erant?).

Hemos cumplido…Realizamos numerosas Actividades: Ciclos de Conferencias con ponentes de la categoría de

Victoria Camps, del ex vicepresidente del Tribunal Constitucional y Catedrático de la Universi-dad de Valencia D. Tomás Vives Antón, de Vicente Verdú, periodista, de José Carlos Rovira, Ca-tedrático de Literatura Hispanoamericana de la Universidad de Alicante y hoy Comisario de lacelebración del Centenario de Miguel Hernández, de Jose Mª Vives, Catedrático de Musicolo-gía, y otros ilustres etcéteras...

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Encontramos un manuscrito “Recopilación en que se da cuenta de las cosas antiguas como mo-dernas de la ínclita villa de Elche. Sacadas de diversos autores y entendidas personas fidedignas porCristoual Sanz. Regidor de dicha villa. Dirigida a los señores justicia y jurados de la ínclita y antigua vi-lla de Elche”. Escrito en 1621 por Cristóbal Sanz, se trata de una visión del siglo XVII sobre nuestraHistoria como pueblo, editado por el Excmo. Ayuntamiento de Elche, en cuyo prólogo el entonces Al-calde, Diego Maciá escribe “... la inquietud de un grupo de personas, integrantes del Club Senior dela Universidad Miguel Hernández de Elche, ha sido capaz de hacer realidad esta reproducción-facsi-mil del libro de Cristóbal Sanz, parte importante de nuestra memoria histórica… En este facsímil seencuentran referencias al señorío del Infante D. Juan Manuel en Elche, a la importancia del paso delos Reyes Católicos, al mandato de Don Bernardino de Cárdenas e incluso a las andanzas de Barba-rroja por estas tierras... El Cub Senior ... representa una colaboración a tener muy en cuenta para laconstrucción de la ciudad...”. Un recuerdo para Julio Mañuz, nuestro primer presidente.

Una gran parte de esta edición anda perdida y sin un lugar donde asentarse por esos departa-mentos del Consejo Social de la Universidad.

… Y creamos una joya: un club de lectura que ha conseguido remover conocimientos, emocio-nes, sentimientos… Hemos leído novelas, ensayos, libros de poemas… poemas que nos han hechoamar poesía y poetas: Yo no necesito tiempo -para saber cómo eres- conocerse es el relámpago…Salinas a Katherin“. / “… si yo fuese Dios, haría -lo posible por ser Ángel González- para querertetal como te quiero…”. Novelas que nos despertaron la conciencia: “(Mario) se te metió entre ceja yceja que las niñas estudiaran… las niñas que estudian, a la larga son unos marimachos…” / “(Tula)...desde el borde de la eternidad, en los trances del ahogo, miraban sus ojos a los ojos de Ramiro…”/ ”(Umbral) El modelo se elige y el doble te lo imponen. Cristo Teodorico era la burla sublime de loque yo no era...” / ”(Cristina Cerezales) …Ahora ella vive en una altura donde el entendimiento seensancha”, “…qué placer poder quedarse en esta dulce existencia...” / ”(Miguel Delibes) ...no po-día decirle que me enfurecía porque ella se estaba muriendo y yo nunca podría volver a pintar…”.

Allí podemos compartir opiniones, comunicarnos, alegrar nuestra vida como sólo lo puede ha-cer el placer de los libros. Os Invitamos a participar en el placer de la lectura.

Podríamos seguir salmodiando nuestra aventura en la Universidad, pero:

Las palabras son barcosy se pierden así de boca en boca,como de niebla en niebla…

Y no queremos que se pierdan sin agradecer al Rector, al Consejo Económico y Social, al Vice-rrectorado de Extensión universitaria y a nuestra querida y paciente Mati, el haber colaborado connosotros haciendo realidad el sentido de la Universidad como centro de sabiduría abierto a todos:unum-versus-alia, que decían los latinos. También agradecemos todas las colaboraciones que ven-gan a enriquecer esta Revista que nace, que va a constituir el revulsivo que era necesario para seguiradelante. Y estoy profundamente convencida de que, “así como el buen jamón es el curado, la bue-na sabiduría es la que usa los instrumentos de la vieja”.

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Introducción

Como bien sabemos, en nuestra sociedad laspersonas pasamos bastante tiempo de nuestravida cotidiana dedicadas al trabajo. Quizás nonos demos cuenta o no seamos muy conscientesde ello pero el trabajo nos condiciona en tal gra-do nuestra existencia que nos organiza el tiem-po, el espacio, las relaciones sociales e inclusoparte de nuestras ideas.

Efectivamente, el trabajo nos marca el tiem-po en nuestras rutinas diarias (a qué hora co-mienza y termina la jornada laboral, el almuerzo,el descanso, la hora de la comida, los turnos demañana, tarde o noche, etc.), nos divide los díasde la semana (en días laborales y días festivos),nos organiza a lo largo del año (las vacaciones,días de permiso, etc.) y por supuesto con ellonos condiciona el tiempo que dedicamos a otrascosas, determinando en gran medida nuestrasprioridades y tareas. Y es que el tiempo que in-vertimos en trabajar llega muchas veces a ocu-par un tercio o más de nuestra existencia…

Pero el trabajo también nos impone el “espa-cio” que “habitamos” en el “tiempo” en que lodesarrollamos. Nos obliga pues a permanecer

equis horas al día en la fábrica, en la huerta, enla oficina, en la calle, en el mar…y ello, quera-mos o no, nos va marcando en nuestra vida dia-ria. Por supuesto, de igual modo, nuestraactividad laboral nos permite relacionarnos conlos/as compañeros/as de trabajo, es decir, el ám-bito laboral es en sí mismo un espacio de socia-bilidad donde si no tenemos amigos sí tenemosamigos sí tenemos colegas, compañeros, y co-nocidos, y todos ellos forman uno de los círculosde nuestras relaciones sociales (para bien y paramal, según sea el caso).

El desarrollo de nuestro trabajo puede pro-porcionarnos satisfacciones (como la de recibiruna adecuada remuneración, la del saber que sehace bien tu trabajo, la de alcanzar metas labo-rales, la de promocionar por méritos propios, lade enseñar a los nuevos “aprendices” lo que yasabemos con nuestra “experiencia” y sentirnosorgullosos y valorados por ello, etc.); e igualmen-te genera insatisfacciones (una injusta remunera-ción, el estrés, la competitividad, la no valoraciónde nuestra tarea, la incertidumbre al despido y elparo, el acoso laboral, la discriminación sexual,etc.). Además, para quienes desarrollamos unmismo trabajo durante una gran parte de nues-tra vida, y dependiendo del tipo de trabajo, estaactividad puede llegar a influir y condicionarnuestra forma de vivir, de ser y de ver el mundo,

“ ”La jubilación de hombres y mujeres desde

la perspeciva de género: un análisis antropológico

ANASTASIA TÉLLEZ INFANTESProfesora Titular de Antropología Social.Directora del Seminario Interdisciplinar deEstudios de Género de la UMH

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pues hay determinadas actividades laborales quegeneran una marcada “cultura del trabajo” y nosimpone una cierta “identidad socioprofesional”(condicionando nuestro lenguaje, nuestros “do-lores de espalda”, nuestra “piel curtida por elsol” o “el color blanquecino de la cara y la nece-sidad de usar gafas al pasar tanto tiempo delan-te del ordenador”, etc.).

Llegados a este punto quiero hacer una refle-xión: desde que he comenzado estas líneas heestado hablando de “trabajo ” y “actividad labo-ral” y probablemente mis lectores/as no hayanincluido en este término al “trabajo” más exten-dido del planeta y a su vez el menos valorado…y que desarrollan en su inmensa mayoría “la mi-noría más mayoritaria del planeta”: las mujeres yel “su” trabajo doméstico.

Vamos a continuación a reflexionar sobre loque denomino “la identidad socioprofesional” ysobre la jubilación de nuestros mayores desde unanálisis cultural y de género.

La identidad socioprofesional

Desde 1992, he participado en diversas inves-tigaciones antropológicas sobre identidad, géne-ro y trabajo, en provincias de distintas regionesespañolas (Sevilla, Cáceres, Alicante), y en todasellas me ha interesado de modo especial estudiarla organización del trabajo de diversos sectoresproductivos en función de la división sexual deltrabajo y la experiencia que cada actividad pro-porciona a quienes lo realizan, o dejan de reali-

zarlo (desempleo, jubilación) como elementosfundamentales de la constitución de su identidadcomo grupo. Así, he intentado desvelar los pro-cesos de elaboración, difusión e internacionaliza-ción de las ideas y valores asignados al trabajo1 ycomprobar en las prácticas sociales hasta quépunto un determinado proceso de produccióncontribuye a la conformación de la identidad so-cial, analizándolo desde la perspectiva de género2

e incluyendo en el concepto de trabajo tambiénal “trabajo doméstico del ama de casa3”.

Las identidades sociales se estructuran sobrela base de relaciones sociales determinadas porfactores como el sexo y el trabajo, de forma quepodemos hablar de relaciones de sexo-género yrelaciones de producción y junto a éstas, queconsidero esenciales en la configuración de todarealidad social, existen otras muchas relacionessustentadas sobre elementos como la etnia,edad, la ideología, la orientación sexual, etc. (Té-llez, 2002). Parto de la suposición de que deter-minados procesos de trabajo generan unaidentidad social muy marcada y diferenciada enlos sujetos que, desde una misma posición en lasrelaciones sociales de producción, compartenuna actividad laboral; a esta identidad social es-tructurada y construida sobre la base de un pro-ceso de trabajo la denominamos “identidadsocioprofesional”. Identidad ésta que modela lasconductas sociales de los sujetos, caracterizándo-los y dotándolos de un ser social diferenciado.Ejemplos de trabajos que generan una identidad

1. El concepto de trabajo tiene diversos significados dependiendo del contexto donde se analice, y es un constructo social y cultural que debe ser estudia-do en función de la propia historia y de los diferentes factores que lo determinan en cada tiempo y realidad social. 2. El género es una construcción cultural que basa su existencia en las diferencias objetivas que se dan entre los sexos biológicos (hembra, macho) y es a par-tir de estas diferencias sobre las que cada cultura determina tanto las categorías de sexo social (mujer, hombre) como las de género (femenino, masculino).3. A nivel de las representaciones ideológicas el lugar de la mujer es el de la casa y su obligación principal será por lo tanto la de ejecutar el trabajo do-méstico, y esta opinión, no se olvide, es compartida tanto por hombres como por mujeres. Y es que el espacio social propio de la mujer sigue siendo, almenos en el marco de las representaciones sociales, el espacio doméstico (casa, hijos), frente al espacio laboral-exterior masculino, y el orden tradicionalen sociedades como la nuestra coloca a la mujer en el marco del grupo familiar y relacionada de forma muy especial con el trabajo doméstico.

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socioprofesional o “cultura del trabajo” en quie-nes lo realizan serían: la minería, el ejército, lamedicina, la pesca, la agricultura, el trabajo depolicías, bomberos, y, por supuesto, “el trabajodel ama de casa”. Máxime si hablamos de unafamilia donde por ejemplo el abuelo ha sido pes-cador, el padre pescador y los hijos también sonpescadores, y las mujeres de esas tres generacio-nes han trabajado como amas de casa y a la vezhan estado toda su vida igualmente relacionadascon faenas del mar (coser redes, vender pesca-dos, ayudar en la faenas en la lonja, etc.). Proba-blemente se trate de una familia extensa donde,por varias generaciones, el trabajo de la pesca yla relación con el mar, o la mar,haya condicionado la forma enque estas personas (hombres ymujeres) ven el mal o el buentiempo, las tormentas y estacio-nes, el concepto de suerte o malasuerte, su relación con el riesgo-peligro y la muerte, la idea dedestino, su religiosidad, sus creencias y supersti-ciones, su solidaridad y ayuda mutua, el modo decomer productos del mar, de relacionarse con suscompañeros al salir a faenar, la forma de “mirare interpretar” el mar y sus frutos…etc. A eso merefiero con la identidad profesional o la culturadel trabajo de, por ejemplo, los pescadores.

En el caso de las mujeres “amas de casa”ocurre lo mismo: tienen “una cultura del trabajodoméstico”, “una marcada identidad socioprofe-sional de ama de casa”, que les hace ser “maniá-ticas” de la limpieza, recoger los platos de lamesa después de comer, barrer a diario la cocina,preparar y planchar la ropa del marido (antes deque salga a la calle con ella), sentirse culpable sise van a la peluquería o de paseo y de tiendas

con las amigas sin haber dejado la casa limpia yla comida hecha, etc. Estas mujeres trabajadorasde su hogar, tienen unos saberes aprendidos a lolargo de mucho tiempo que les confiere una for-ma de vida, de saber hacer (cocinar, limpiar, ten-der, planchar, cuidar a los demás -niños, personasdependientes y ancianos-, etc.). Han pasado todasu vida en ese mismo trabajo; trabajo rutinario,no valorado, que todos los días es igual, que nose valora, que sólo se nota y aprecia por los de-más miembros de la casa cuando deja de hacer-se (por ejemplo, cuando la madre está fuera decasa unos días, o en el hospital, y su ausencia se“nota”). Trabajo, el doméstico, muy solitario,

donde las relaciones sociales noson con los compañeros de la ofi-cina, sino de vez en cuando al sa-lir al mercado a comprar, alhablar con alguna vecina, al ir avisitar todos los días a la abuelaque está enferma y “darle unavuelta”, ir a la farmacia, etc. Tra-

bajo éste en el que no se puede promocionar,donde la satisfacción de saber enseñar a los (las)aprendices lo que “una sabe” ya no interesa a lasnuevas generaciones (de mujeres), como sí hicie-ron nuestras abuelas o madres con nosotras, etc.Trabajo por el que no te pagan un salario, no hayhoras extras, ni vacaciones, ni cotizaciones a laSeguridad Social, ni por supuesto jubilación.¿Cuándo se jubila una mujer ama de casa?... Noa los 65, ni a los 67 ni a los 70 años… como seestá discutiendo ahora en el debate político y so-cial…pues sólo se habla del “empleo” y no delamplio sentido del concepto de “trabajo” (don-de incluyo el trabajo doméstico, el trabajo sumer-gido, el trabajo de voluntariado social, etc.). Poreso aunque una mujer que trabaje fuera y dentro

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de la casa se jubile (de su actividad en la oficina,la fábrica, etc.) seguirá teniendo su “otro traba-jo” (la casa) para el que no existe la edad de ju-bilación y sólo dejará de hacerlo cuando sucuerpo y/o su mente ya no se lo permita y a edadmuy avanzada…

En definitiva, por rasgos culturales de la iden-tidad socioprofesional entendemos un conjuntode conocimientos sobre las técnicas de trabajoque desarrollan los trabajadores y también unconjunto de ideas, valoraciones y percepciones,que los sujetos comparten, adquieren y elaboranpor su participación en un proceso de trabajo, ycomo destinatarios que son a su vez de la ideo-logía dominante. Todo esto orientará su formade entender el mundo modelando su identidadsocial y determinando así sus prácticas sociales.

La jubilación desde la perspectiva de género

Muchas son las preguntas que siempre mehan interesado sobre esta etapa de la vida de laspersonas y sobre las que llevo ya tiempo investi-gando: ¿qué le ocurre a las personas en nuestrasociedad cuando se jubilan?, ¿cómo viven esosdías, semanas, meses y años inmediatos despuésde su jubilación?, ¿por qué afrontan de forma di-ferente hombres y mujeres el estar jubilados?,¿por qué suele costarle tanto principalmente alos hombres jubilados su nueva etapa de “no tra-bajo”? o ¿por qué hay tantas discusiones y pro-blemas de pareja cuando el marido sejubila?...Necesitaría muchas más páginas paracontestar de modo detallado a éstas y otras pre-guntas, pero lanzaré al menos algunas ideas conla intención de incitar a la reflexión y el debate.

Uno de los pilares sobre los que se ha susten-tado y se sustenta la identidad masculina (lamasculinidad) es la del hombre como “trabaja-

dor” y mantenedor del hogar; por lo que mu-chos de nuestros hombres ahora jubilados hansido buenos padres, buenos maridos, buenaspersonas y, sobre todo, “buenos trabajadores”.Ellos cumplieron con lo que nuestra cultura lesdemandaba según su mandato de género mas-culino, por lo cual, y teniendo presente lo que yahe estado explicando al comienzo de este texto,al haber pasado mucho tiempo de su vida en sutrabajo y trabajando, al dejar de hacerlo, al lle-garles la edad de la jubilación, se les desestruc-tura una gran parte de su mundo, de su vida, desus horarios, de sus espacios habituales, de susrelaciones sociales, de su rutina y de su tiempo.Pongamos un ejemplo.

El caso de Pepe y María

Imaginemos un matrimonio de cualquier lo-calidad de nuestra provincia de Alicante que lla-maremos Pepe y María, de 66 años de edad.Pepe ha trabajado en una oficina de Correos du-rante más de 40 años, es decir “toda su vida”, yel año pasado se jubiló. El día de su jubilación,todo fueron felicitaciones de compañeros de tra-bajo y de amigos y familiares: “¡por fin Pepe vasa poder descansar!”, “¡ya era hora de que tededicaras a ti y a tu familia e hicieras lo que tevenga en gana!”, “¡podrás viajar con Maríacomo siempre has querido!”, “¡qué envidia quenos das a los que aún nos quedamos en la ofici-na!”, etc. Pepe lo celebró con una comida consus compañeros y le dieron una placa honoríficade regalo. Al día siguiente, en su casa, Pepe es-taba muy contento y animado: se levantó a las10 de la mañana (y no a las 7 como había hechosiempre para ir a trabajar); no se tuvo que ponerel traje ni la corbata (se quedó un buen rato enpijama, zapatillas y batín para estar cómodo por

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casa); no necesitó afeitarse (como siempre), y,contento como estaba, animó a María a que de-sayunase unos churros con él en el bar (quien yahabía desayunado más temprano y estaba venti-lando y barriendo el salón y escuchando de fon-do su programa de la tele, para entretenersemientras limpiaba, como siempre hacía). Maríase vistió y bajó a desayunar al bar con él. Al re-gresar a casa María continuó con sus actividadescotidianas y Pepe se puso cómodo y a ver la teleen el salón, con el mando a distancia en lamano, y a disfrutar de su nueva vida. El díatranscurrió más o menos en paz.

Al cabo de tres días con esta nueva situa-ción a María empieza a incomodarle la “pre-sencia” de su marido en su “lugar de trabajo”:la casa, durante “su horario laboral”…y ve aPepe invadiendo espacios y tiempos de su ruti-na del hogar…pues María “no se ha jubilado”de su “trabajo de toda la vida” el de “ama decasa” y ahora, de pronto, no sabe muy bienqué hacer pero siente que su marido “le estor-ba” al estar tanto tiempo en casa. Ahora Pepesuele levantarse tarde, desayunar e irse al salóna ver la tele a media mañana (que es cuandoMaría limpia y ventila todo), por lo que María lesugiere a su marido que salga a darse una vuel-ta, al bar, a comprar agua o pan, a caminar unrato, a buscar a amigos y “entretenerse” an-dando o yendo a las piscinas en el centro de-portivo municipal, etc. El problema es quePepe, como hombre de su época y con una par-ticular educación masculina, ha pasado muchotiempo en el trabajo (en la oficina de Correos),y apenas tiene amigos en su localidad (porqueprincipalmente tenía compañeros de traba-jo)…Pepe tiene 66 años, se siente “joven” y“activo” y no un “viejete de 85 o 90 años y

bastón” como para pasar las horas jugando ala partida en el bar, o tomando el sol en unbanco de la plaza o el parque charlando conotros hombres de su edad. Pepe tampoco seanima a apuntarse a clases de las que oferta suayuntamiento (que suelen ser clases de cocina,de baile de salón, de mantenimiento, de yoga,etc. y a las que siempre van sólo mujeres). Pepetampoco tiene “amigos” de su edad para ir to-dos los días a caminar una hora, como sí haceMaría desde hace ya años con sus amigas.

Es de este modo, como Pepe , al ver deses-tructurada su vida al no tener la rutina de ir atrabajar, puede escoger básicamente dos cami-nos: uno, buscándose actividades y motivacio-nes (nuevas amistades, apuntarse a clases demayores en la universidad, a cursos de inglés oinformática, a alguna actividad de voluntariadoo de una asociación cultural etc.); o, por el con-trario, puede caer en una progresiva depresión(a veces difícil de detectar y que empieza a ma-nifestarse con otras enfermedades cardiovascu-lares, al cabo de unos meses…) al cambiar tanradicalmente de vida…

En la mayoría de casos, el marido, fiel a surol tradicional machista no aprovechará estanueva etapa de más tiempo disponible para in-corporarse a colaborar con su mujer en las ta-res del hogar y así permitir que ella tengatambién “más tiempo libre” y descanso…a suedad… Aunque en otras ocasiones es la espo-sa, igualmente machista, quien cuando él lepida que le deje ayudarla en la cocina, ella se loniegue con comentarios y argumentos del tipo:¡anda, anda!, ¿qué vas a hacer tú en la cocinasi no sabes hacer nada y además me dejas todopatas arriba y luego me toca a mí ir detrás tuyay limpiar más?”…

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ConclusionesEstos comportamientos obedecen a la in-

comprensión entre el hombre y la mujer, amboseducados en unos roles tradicionales rígidos degénero, y en una cultura androcéntrica y machis-ta que “perjudica a hombres y mujeres” aunqueno de igual modo, pues el género femenino saleperdiendo más. Esta incomprensión, sumada almucho tiempo que ahora pasa la pareja convi-viendo junta, desde que Pepe se ha jubilado,puede acarrear conflictos y discusiones fuertes, aveces, bastante difíciles de sobrellevar. Aunqueen otras ocasiones, esto no tiene por qué ocurrir,y ambos comprenden su nueva etapa de vida ycambian y ponen de su parte para ayudarse mu-tuamente y adaptarse a la nueva situación. Espor ello, por lo que en ocasiones vemos cómohombres que nunca han cocinado, o fregado losplatos o quitado la mesa (mientras trabajabanfuera de casa durante toda su vida) o que nun-ca han cambiado los pañales de sus hijos/as,ahora, a estas edades, siendo abuelos y jubila-dos, colaboran mucho más con su mujer en lascosas de la casa y cambian sin problema a susnietos/as. De algún modo, los nuevos tiempos yla edad y el tiempo libre, les hace liberarse míni-mamente de las rigideces de su rol de género

masculino y de lo que tradicionalmente se haconsiderado “ser un hombre de verdad”. Esahora, con la coexistencia de diversos modelosde masculinidades cuando se van rompiendo al-gunos de esos límites, y, curiosamente a veces,son nuestros mayores jubilados quienes van enla avanzadilla del cambio social.

Aunque soy consciente de que se ha puestomucho énfasis en incorporar a las mujeres almundo laboral, al ámbito público, el mismo es-fuerzo no ha sido puesto en democratizar lavida doméstica, es decir, en hacer que los varo-nes asuman su parte en el reparto igualitario delas tareas del hogar. Y el hecho de que loshombres no asuman su parte en el reparto delas tareas del hogar, hace que las mujeres ten-gan que asumir el trabajo doméstico y el em-pleo fuera de casa; es lo que hoy conocemos,como doble jornada de trabajo, con las conse-cuencias perjudiciales para la salud mental y fí-sica de las mujeres.

Además, para cada vez más mujeres mayores,a la carga de la casa, el cuidado del marido y aveces el de los nietos, hay que sumarle en mu-chas ocasiones el cuidado de su madre y/o padreancianos o de su suegra/o…pero esto ya me da-ría para otro bien merecido artículo ¿no creen?

Bibliografía

• Anastasia Téllez (2001) “Trabajo y representaciones ideológicas de género. Propuesta para un posicionamiento analí-tico desde la antropología cultural” en Rev. Gazeta de Antropología. Volumen 17. Universidad de Granada, pp. 20-39.

• Anastasia Téllez (2002) “Identidad socioprofesional e identidad de género. Un caso empírico” en Rev. Gazeta de An-tropología. Volumen 18. Universidad de Granada, pp. 10-28.

• Anastasia Téllez et all (2009) Mujer y Trabajo en el sector industrial: economía sumergida, violencia y género. Ed. Ins-tituto de la Mujer del Ministerio de Igualdad, 2009, 365 págs.

• Anastasia Téllez Infantes y Javier Eloy Martínez Guirao (Eds.) (2009) Economía informal y perspectiva de género encontextos de trabajo, Icaria, 2009, 231 págs.

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“ ”Mi apreciado amigo José Jurado, hace poco,me pidió que escribiera algo sobre las AUNEX denuestra UMH y después de darle vueltas me pre-gunté ¿por qué no?.

Y aquí estoy compartiendo con vosotros miexperiencia, mis pensamientos, mi visión de loque son, de lo que han significado para mí lasAULAS DE LA EXPERIENCIA.

Este curso repito por quinta vez la asisten-cia a sus clases y creo, si no me equivoco, quemuchos de nosotros entramos en ellas en par-te para adquirir, remozar o ampliar conoci-mientos pero llevando encima alguna que otraherida abierta por la falta de un ser querido,por un momento indeciso después de una ju-bilación, por llenar un tiempo que antes ocu-paba un trabajo u otra causa que nos impulsóa contactar con personas que no fueran denuestro círculo, en fin, a salir de nuestro mun-do. Yo me matriculé la primera vez porquecreía que era además de todo lo dicho, unabuena forma de tener otras inquietudes y asíha sido. Trás estos años, dia a dia se corrobo-ra este hecho.

Las actividades, las clases, las asignaturas,el ir y venir al aula y el contacto con mis com-pañeros, me han abierto un mundo nuevo queme hace tener otro horizonte, otra forma depensar y de vivir. En este tiempo, me he dadocuenta de que todos necesitamos de alguien

que nos eche una mano de vez en cuando,que nos sonría, que nos diga que la vida sigue,que tenemos que ser positivos y pensar quesomos como una gran familia donde cabemostodos. En las AUNEX he encontrado verdade-ros amigos y amigas que mantienen en mi laidea de que estoy viva, de que tengo que se-guir adelante a pesar de los contratiempos, lacrisis y de mis “goteras”.

Con esto quiero decir a los que acabais dellegar que mucho ánimo, a pensar en cosas a ha-cer, a proponer talleres, a colaborar en la radio,en la revista, en la página web de los mayores dela UMH, a contar vuestros hobbies, vuestras ex-periencias de vida, en clase o en las reunionesdel café. En suma, a implicaros más, a participar,a colaborar y no os arrepentiréis de pertenecer aun colectivo como el nuestro.

Desde que llegué a las AUNEX he querido serútil, ayudar, aprender, he emprendido tareas quea veces me han superado (organizar salidas, via-jes, la asociación de alumnos etc.) siempre conayuda de un grupo de compañeros y todos leshemos dedicado gustosamente nuestro esfuerzoy nuestro tiempo. Hemos intentado transmitir alresto de la clase entusiasmo por las actividadesque la Universidad nos ofrece y hemos recorda-do las que se están llevando a cabo en nuestraciudad para no dejar de asistir por ignorancia ofalta de información.

Paseando por las AUNEX

ASCENSIÓN CASTELLÓ ALBERTIAlumna de las AUNEX

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Cuando la UMH inició la Emisora de Radio,con ayuda de los alumnos de periodismo, nosofrecieron un espacio para los alumnos mayores,desde aquí os lo recuerdo para que todos poda-mos conocer esta nueva experiencia que son lasondas en directo.

En ocasiones, desde las aulas ha surgido laidea de visitar aquello que nos explicaban y he-mos hecho viajes a Italia, Yugoeslavia, Austria,

Alemania, Turquía, que nos han permitido co-nocer otras culturas pero también hemos esta-do en lugares muy nuestros y cercanos comoLas Tablas de Daimiel y Las Lagunas de Ruideraaprovechando el esplendor que muestran enestos momentos.

Y sin dejar de viajar, nos hemos ido a ver ex-posiciones a Sevilla con la Duquesa de Alba, AValencia a ver a Sorolla, a Madrid a encontrarnos

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con Rubens y Renoir en el Prado o a ver los im-presionistas del Thyssen, a escuchar conciertos alAuditorio de Murcia con música barroca o vocespreciosas como la de Ainoa Arteta. Todo estonos ha hecho sentir muy felices, hemos disfruta-do los unos de los otros y se han creado lazos deamistad que difícil-mente se romperánpero…!! Todo tie-ne un pero!!.

Nuestro ciclo uni-versitario es corto,dos cursos solamen-te. Dos cursos danpara pocos encuen-tros, pocas asigna-turas y algunas sequedan fuera a pe-sar del interés ge-neral así que hemosencontrado partede la solución repi-tiendo y repitiendo cursos. Como resulta algo mo-nótono nos reunimos a pensar en otrassoluciones. Una de ellas era, representando a to-dos los compañeros, hacernos oir. Para esto, cre-amos la Asociación de Alumnos y Exalumnos delas AUNEX. A través de ella hemos unificado cri-terios e intereses en asignaturas, tiempos, hemosdicho lo que nos gustaba y lo que no nos gusta-ba y lo hemos comunicado a las altas esferas denuestra Universidad. Así hemos mantenido entre-vistas con la Vicerrectora Dña. Mª Teresa PérezVázquez y con Esther Sitges y Esther Fuentes quenos han escuchado y ya hemos percibido en estecurso algunos cambios que nos hacen pensar que

nuestras demandas van siendo atendidas pero se-guimos pensando…

¿Por qué no se hace una Programación deAula con el “consenso” de todas las partes im-plicadas donde los Departamentos ofrezcan unprograma adaptado a los intereses y necesidades

de los mayores (lasAUNEX) y entre to-dos (Vicerrectora,Coordinadoras, Di-rectores de depar-tamentos, alumnos,representantes de laasociación) llegue-mos a un acuerdo encuanto a materias ytiempos a impartir?

A veces nos di-cen que somos alum-nos de la Universidadpero tenemos la sen-sación de que solo

usamos sus instalaciones, sus aulas. Se nos permi-te participar en actividades extras pero esa afirma-ción hay que demostrarla dándonos cabida a losalumnos de las AUNEX en los Consejos y Órganosde la Universidad en donde “si” están representa-dos el resto de alumnos. Así todos estaríamos con-templados en igualdad de condiciones.

Si nos paramos a pensar más profundamente,más en serio, sobre a donde vamos y a donde que-remos llegar, nos damos cuenta de que falta ungolpe de timón más fuerte que encauce a las AU-NEX por el rumbo y los principios que la sociedadactual reclama aunque ¿es esto una utopía?¿Seráque no puede ser por culpa de la “crisis”?

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“ ”El período que se inició desde que documen-tos escritos precisaran la identidad de los pueblosde un amplio territorio denominado Iberia con-tiene la creación en él de una cultura autóctonacuyas gentes, básicamente las mismas que ya loocupaban en el anterior período prehistórico, ha-bían comenzado en el siglo VII a.J.C. a mantenerrelaciones permanentes con comerciantes y viaje-ros procedentes del Mediterráneo Oriental yCentral y del Sur peninsular, fenicios, griegos ytartesios, que implicaron un proceso de culturiza-ción puesto que sus aportaciones incidieron so-bre los habitantes de estas tierras que asimilaronel progreso y la ideología que se desprendía deaquellas y con personalidad fueron capaces dehacer surgir su expresión material en un procesoque recogía múltiples contactos pero cuyo resul-tado no fue otro que el que hoy llamamos Cultu-ra Ibérica, una nueva civilización occidental quese sumó a la etrusca y a la púnica. Cultura que,relacionada con el resto del mundo mediterráneode su época, estuvo cronológicamente centradaentre mediados de los siglos VI y I a.J.C.

Durante esta época el territorio ilicitano, se-gún citan los textos de los antiguos geógrafosconservados en la actualidad, estuvo habitadopor ciertas entidades de carácter meramente ge-ográfico que se citaron como gimnetas y celcia-

nos hasta finales del siglo III a.J.C. y que, des-pués, fueron mencionados como contestanos.

Pero un período tan amplio, cinco siglos,debe parcelarse, al menos convencionalmente,para su mejor comprensión. Por lo que, con lautilización de los patrones terminológicos grie-gos y la documentación arqueológica ibérica, esposible sugerir el proceso integrado por una Pri-mera Época Ibérica o Período Arcaico, que pudocorresponder a los años comprendidos entremediados del siglo VI y finales del V a.J.C.,caracterizado por la presencia de escultura enpiedra identificable por su esquematismo ideali-zado, de líneas marcadas y raíz orientalizante dematización helena, con progresiva tendencia alrealismo; por la cerámica pintada, ocasional-mente bícroma, con motivos geométricos reali-zados esencialmente a peine y con motivosvegetales esquemáticos; una Segunda ÉpocaIbérica o Período Clásico, entre finales del sigloV y el desarrollo de la Segunda Guerra Púnicaen la segunda mitad del siglo III a.J.C., caracte-rizado por la fase plena de la escultura en pie-dra, evolucionada y realista; por las pequeñasterracotas, por la cerámica pintada con motivosgeométricos, en la que ocasionalmente se ins-criben temas zoomorfos y vegetales, y por la re-lativa abundancia de cerámica ática de figurasrojas; y una Tercera Época Ibérica, entre finalesdel siglo III y mediados del I a.J.C., una etapaasociada durante e inmediatamente después de

Los íberos

RAFAEL FAMOS FERNÁNDEZDirector de la Fundación Universitaria La Al-cudia y Director del Museo Arqueológico y deHistoria de Elche Alejandro Ramos Folqués

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la Segunda Guerra Púnica a un paréntesis de in-flujo cultural cartaginés, que dio origen a que auna primera fase de ella se la denominase Ibe-ro-Púnica, que luego se desarrolló a lo largo dela etapa romano-republicana y que continuódurante los años de la primera época imperialcon la denominación de Ibero-Romana. Consti-tuyó un período inicialmente coincidente con elHelenístico, con comienzo posterior a los perío-dos griego y etrusco asídesignados, que está carac-terizado por la cerámica pin-tada figurativa de temassimbólicos y narrativos.

La sociedad ibérica queinicialmente tuvo una organi-zación monárquica, en la quesus reyes debieron ser consi-derados al modo orientalcomo descendientes de losdioses, pasó pronto a adquirircarácter heroico y a estar con-trolada por una aristocraciaformada por quienes se con-sideraban descendientes delfundador de la ciudad e inte-grada por propietarios tradicionales de las tierrasque a su vez gozaron de una condición de guerre-ros y de un cierto carácter religioso. Al mismotiempo, es evidente que esta sociedad contuvouna clara estructuración con una jerarquizaciónmanifiesta, puesto que el estudio arqueológico delas necrópolis conocidas permite distinguir unagradación de riqueza en consonancia con la ma-yor o menor importancia del monumento funera-rio y de su ajuar, que por su contenido revela elrango de la persona. Militares, casta sacerdotal enla que la mujer tuvo un papel preeminente por-

que sólo ella era capaz de transmitir la vida, arte-sanos, comerciantes, agricultores, ganaderos...,grupos integrantes de la población de la ciudadque, con diferente condición, configuraban losmodos de vida de los iberos.

Esa vida cotidiana, como sucede en nuestrosdías, debió ser muy distinta entre la actividad dela gran ciudad y la del poblado o alquería, dondela vida comenzaría al amanecer para que los agri-

cultores se encaminasen ha-cia sus campos con susanimales de labor y con lasmujeres que ayudaban al cul-tivo; para que los ganaderosatendiesen sus rebaños ypara que otras gentes salie-sen a los montes para abaste-cer de leña las cocinas.

Y aunque, probablemen-te, la mayor parte de la po-blación viviese en estasaldeas, en el campo, la ciu-dad debió ser el recinto de laelite gobernante, del área sa-cerdotal, de los magistrados,de los comerciantes, los agri-

cultores ricos y los artesanos. El lugar del merca-do, del templo y donde las creaciones plásticasde los iberos se producían en sus talleres.

La muerte de una persona, y más aún si eldifunto era de alto rango, ocasionaría funeralesmemorables para la población. Funerales queconcluirían con el depósito realizado en las ne-crópolis generales de los núcleos de población,aunque ocasionalmente, cuando se tratara deun guerrero o un personaje destacado por cier-tas causas, ese difunto era objeto de una heroi-ficación, hecho que implicaría la edificación de

Guerrero. Mº de La Alcudia.

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un monumento conmemorativo en torno alcual, con el tiempo, se crearía una auténtica ne-crópolis elitista puesto que familiares y amigosirían ocupando lugares en torno a aquél. Losiberos practicaron el rito funerario de cremaciónde los difuntos como forma de liberar el almadel cuerpo porque era preciso destruir la mate-ria para que el espíritu se pudiera desligar deella, rito que realizaban tanto en una fosa quedespués pasaba a ser la propia tumba como enun lugar común destinado a la quema de los ca-dáveres, cuyos restos, introducidos generalmen-te en urnas de cerámica, eran despuéstrasladados a su tumba individual. La aperturade aquellas fosas en la tierra constituía una in-trusión en el dominio de la diosa, similar a laproducida por la rotura que causaban los surcosdel arado en la época de la siembra. De una uotra forma, para realizar aquellas cremacionesconfeccionaban una pira de leña sobre la quedepositaban el cadáver engalanado con sus me-jores atavíos. Los varones con sus armas que ori-ginariamente eran inutilizadas para que ya nopudieran ser empleadas por otra persona pues-to que su uso debía concluir con la existenciaterrenal de su dueño.

Una de las actividades de las que más infor-mación han proporcionado los textos antiguoses la referente al arte de la guerra, documenta-da además tanto por los hallazgos de armascomo por las representaciones escultóricas y pic-tóricas de guerreros. Así podemos ahora descri-bir el armamento del ibero: la espada curva ofalcata; la lanza arrojadiza o lanza larga y los es-cudos con umbo, y siempre, todo ello, asociadoal uso del caballo.

Tal vez la habilidad en la lucha de los pueblosibéricos y el fraccionamiento político de su terri-

torio favorecieran el desarrollo de acciones gue-rreras, que probablemente fueron consideradascomo una de las tareas más nobles y fascinantesentre las actividades de aquella sociedad.

Relatan los historiadores de su época que yadesde principios del siglo V a.J.C. aparecieron losiberos luchando, como mercenarios, en los prin-cipales escenarios bélicos del Mediterráneo, y,consecuentemente, de sus correrías debieronimportar estímulos e ideas con las que vincularsu situación cultural. Los soldados iberos, unasveces con los cartagineses y otras con los grie-gos, se distinguieron durante más de tres siglosen todas las tierras a las que llegaron, tanto enCerdeña y Sicilia como en Grecia, Italia o Libia.Se llegó a escribir de ellos que, en la segundaGuerra Púnica, cubiertos con túnicas de lino bor-dadas de púrpura, a la costumbre de su país,constituyeron un espectáculo que causó espan-to a los romanos (así es la túnica que, decoradacon una guirnalda vegetal púrpura, viste el gue-rrero con pectoral de La Alcudia).

Los iberos fueron gentes preparadas para laguerra, profesionales del combate, gentes alas que en la Antigüedad se valoró por su ima-gen heroica.

La escritura de los iberos, que desde haceaños podemos leer aunque todavía no tradu-cir, consiste en sistemas gráficos semisilábicosrelacionados con otros mediterráneos pero dis-tintos a los demás y, como todo lo ibérico, per-sonalizados.

En los escritos ibéricos, que conocemos apartir de una relación de hallazgos y que, enprincipio, pueden ofrecérsenos como un conjun-to, hay que valorar aquel proceso de cinco siglosde duración que indudablemente condicionósignos y expresión: es probable que la existencia

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de frecuentes variantes ensus tipos se explique poruna evolución temporal y porsu adaptación a áreas concretascon modismos propios. Existen,pues, varios tipos de escritura: lalengua ibera se escribió básica-mente con tres sistemas que ahorahan recibido las denominacionesde meridional, oriental y greco-ibérico, a los que ha de sumarse,aunque únicamente es conocidocomo alfabeto monetal, el tradicio-nalmente denominado libio-fenicio.

Por ello hay que distinguirun área que se ha llamado deescritura meridional o del su-reste, que se desarrolló desdelos territorios anejos a Elchehasta el alto Guadalquivir,que se encuentra íntimamente conectada conlo propiamente ibero de su primera época,desde el siglo V al III a.J.C., aquella en la queel núcleo del área designada como ibéricaconstituye el gran foco natural de irradiaciónde lo ibérico; otra área, la oriental o levantina,que afecta a todo el Levante español, que pe-netra hacia el interior peninsular por la cuencadel Ebro y que en una baja época alcanza lazona vasca y otros territorios hispánicos duran-te los primeros siglos de la ocupación romana;y en tercer lugar, inscrito en la zona de con-fluencia de las dos áreas citadas, el sistemahasta hoy llamado greco-ibérico y jónico, deli-mitado por las comarcas comprendidas entreAlcoy, Mula y la costa. Estos sistemas se en-cuentran vinculados a los llamados alfabetosmonetales de las áreas ya referidas.

Las primeras emisionesmonetales ibéricas por aho-ra conocidas se iniciaron enel siglo III a.J.C., pues aunquediversos centros acuñaron mo-neda en plata siguiendo patro-nes griegos con anterioridad a laSegunda Guerra Púnica fue a lolargo de aquella cuando comen-zaron a producirse piezas de co-bre o bronce relacionables con elllamado sistema monetal hispa-no-cartaginés que abrió abun-dantes lugares de emisión, cecas,en territorios ibéricos. Seguida-mente la presencia romana mo-tivó la aparición del denario deplata al que se adecuaron lasemisiones ibéricas, si bien seutilizaron sistemas metrológi-

cos anteriores para las monedas de bronce.Hacia fines del siglo II numerosas cecas aban-donaron el sistema ibérico y adoptaron otro demayor peso que posiblemente comenzó a pro-ducirse en la ceca hispano-latina de Valentia.Así, poco a poco, las cecas ibéricas en generalexperimentaron un proceso de romanizaciónen sus emisiones de bronce que culminó con laintroducción del uso del latín en las leyendasmonetales, en ocasiones bilingües, con la pro-babilidad de que las cecas ibéricas terminasenhacia el año 45 a.J.C.

Así, paulatinamente, se llegó a un procesoque hoy llamamos romanización, que concluyócon la latinización de nuestra Península y la con-versión en romana de la sociedad ibera. Fue apartir de mediados del siglo I a.J.C. cuando la ac-ción colonizadora romana se manifestó con pro-

Dama entronizada. Mº de La Alcudia.

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gramas de implantaciónde colonias de veteranosdel ejército y con conce-siones de estatuto munici-pal, al mismo tiempo queel arte asociable al mundoromano comenzó a hacersesentir en las obras ediliciasrealizadas en aquellas ciuda-des que aspiraban a ser fielesreflejos de la propia Roma.

Los iberos expresaron sucreatividad artística esencial-mente con producciones escul-tóricas y cerámicas.

La plástica en piedra consti-tuyó uno de los componentesmás importantes de la cultura ibé-rica. A través de ella pueden valorar-se las corrientes orientales y helénicas que enella se integraron, al mismo tiempo que com-prenderla sumida en un fenómeno general me-diterráneo que eclosionó en determinadoslugares de sus territorios.

La escultura de los iberos se expresó con rea-lizaciones de bronce, de barro cocido y de pie-dra, pero sólo esta última, tal vez condicionadapor la tecnología que desarrollaron, fue la utili-zada para la gran estatuaria.

La escultura ibérica en piedra resolvió la im-portante necesidad de la permanencia de lasobras creadas con fines de trascendencia, por-que esta producción se manifestó como unaforma de expresión al servicio de una idea bá-sicamente religiosa, tanto cultual como funera-ria o conmemorativa. Por ello, la necesidad depermanencia ocasionó la presencia de una se-rie de manifestaciones escultóricas realizadas

con materiales no pere-cederos, materiales quelos dioses y los muertospodían conservar, inclusosi eran fragmentados, y,también por ello, debíanhacer aquellas representa-ciones en piedra pues debí-an esculpir imágenes para laeternidad.El conocimiento del pro-

ceso evolutivo de esta culturaibérica se basa principalmenteen el estudio de su cerámica y,consecuentemente, a partir deella es posible precisar las distin-tas etapas en que se desarrolló

aquella producción y fijar que suanálisis no debe atender a los llama-

dos estilos sino a épocas, puesto que el “esti-lo” es consecuencia del período de suelaboración, si bien las producciones deberánrelacionarse con la existencia de alfares diferen-tes y singularmente con la diversa capacidadartística de los decoradores.

En Elche la cerámica ibérica de La Alcudia,durante los siglos II y I a.J.C., es la manufactu-ra que da identidad propia al territorio ilicitano.Los temas simbólicos en ella representados, es-pecialmente aves y carnívoros, suponen repre-sentaciones de la vida y de la muerte enactitudes violentas que contrastan con la sere-nidad con que pintaron a la Gran Diosa que,con figuración antropomorfa, preside normal-mente las escenas; y además los temas con pre-sencia de imágenes humanas constituyenrepresentaciones que aluden a aspectos de lareligiosidad de sus gentes.

Kalathos.Mº de La Alcudia, 2001.

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“ ”Miguel Hernández era, –es– el poeta necesa-rio. Con estas mismas palabras lo definía mibuen amigo el catedrático de literatura de laUniversidad de Granada Juan Carlos Rodríguezen el homenaje que un buen número de poetas,intelectuales, cabreros y cabreros poetas, que lossigue habiendo, le rindieron en la bella villacordobesa de Rute en el día de su nonagésimonoveno aniversario, como preludio del año Her-nandiano que se avecinaba.

Y si he querido comenzar este breve repaso ala conmemoración del centenario del poeta queda nombre a esta universidad con esta referenciaha sido porque considero que estas palabras sonplenas de acierto. La poesía de Miguel Hernándezademás de profunda, limpia, fresca, sentida ycomprometida, es esencialmente necesaria paranuestras letras; como lo fue la de Juan de la Cruz,Bécquer, Rosalía de Castro, Lorca, Cernuda o An-tonio Machado. Y para un poeta necesario eranecesario –nunca puede valer más una redundan-cia- este reconocimiento, este homenaje, que noha sido otra cosa que la proclamación universaldel enorme valor de su obra y vida.

Todo lo que se ha hecho –lo que hemos he-cho– no ha sido más que saldar la deuda que to-dos nosotros, la sociedad entera, teníamospendiente con el gran poeta de la Oleza mironia-na. Y lógicamente tenía que ser la UniversidadMiguel Hernández de Elche una de las institucio-

nes que más leña pusiera en el asador de tanmagna efemérides. Y pasado este año creo quepodemos sentirnos todos los que de alguna ma-nera vivimos la universidad, satisfechos por eltrabajo realizado.

Desde luego no sería imposible enumerar to-das y cada una de las actividades que se han de-sarrollado en Elche, en España y en el mundo,pero desde luego sería algo prolijo y no es el ob-jetivo de esta revista, para eso están las hemero-tecas y el Internet, pero sí lo es el recordar todasaquellas más importantes que han tenido lugardentro de nuestro ámbito universitario.

En primer lugar hay que mencionar la puestaen marcha de la Cátedra Miguel Hernández,creada para la investigación y difusión de suobra, al frente de la cual está el catedrático de laUniversidad Complutense de Madrid, el ilicitanodon Francisco Esteve Ramírez, un ferviente pro-pagador de la figura del poeta y desde luegouna autoridad en lo que a hernandismo se refie-re. Estamos seguros de que su labor tendrá unasconsecuencias inmediatas y muy positivas dentrodel mundo académico e intelectual.

En segundo hay que hacer mención extraor-dinaria de la celebración del III Congreso Inter-nacional Miguel Hernández que se celebródurante los días, 29, 30 y 31 del pasado mes deOctubre en las ciudades de Elche, Orihuela y Ali-cante. Estamos seguros también de la importan-

2010. Año hernandiano

JOSÉ JURADOEscritor

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cia y repercusión que tendrán sus conclusionesuna vez que sean publicadas y difundidas.

A continuación abriría varios epígrafes paramencionar cuál ha sido la programación delhomenaje durante el año sin que el orden enque las menciono pueda significar preponde-rancia de unas sobres las otras. Con ese senti-do destacaría las:

-Exposiciones: La Muestra de Poesía Visual;Muestra de Poesía Objetual –Raíces y esperan-zas– y Exposición de Graffiti –La palabra desde elmuro”– todas ellas han tenido carácter itineran-te y se han mostrado en numeras poblacionesde nuestra provincia.

“Las lunas de Miguel”, “Perito en lunas” y lasobras ganadoras del concurso de cómic, se hanexpuesto en el edificio Altabix a lo largo del año.

De todas ellas don Josep Pérez y Tomás–Josep Sou–, ha dicho: “La experiencia MIGUELHERNÁNDEZ, POETA, con sus múltiples vertien-tes creativas: la poesía visual; la poesía objetual;la videocreación; la pintura; la poesía concreta;el graffiti; etc, ha significado una apuesta por fi-liar la voz hernandiana con la práctica poéticanutrida a partir de los nuevos lenguajes poético-creativos. Es decir, la poesía experimental juntoal canon clásico hernandiano para la fabricaciónde una corriente interdisciplinar. Una apuestade renovación estética partiendo de la base clá-sica de la poesía”.

-Representaciones teatrales y recitalespoéticos y musicales:

Los conciertos y recitales poéticos que hancontado con participación de artistas destacadí-simos del panorama musical español, desdeJuan Manuel Serrat, pasando por Maracaibo Te-atro con su “Palomar de las cartas”, el recital del

rapero alicantino Nach presentando la canción“Hoy conVerso con Miguel”; el montaje poéti-co-teatral a cargo de Cerda 1009; el concierto“Para la libertad” donde se presentó el disco delCoro de cámara de la esta universidad; el recitalpoético a cargo Alejandro García, Soledad Gar-cía y Mariano Almela, presentado bajo el nom-bre de: “A la sombra de su higuera”, con versostambién de mi amigo y compañero, ya ausente,José Luis Garcia, Guchi, hasta el concierto de Ca-merana Numen, “Concierto vivido”. Pero nopuedo concluir este apartado sin hacer una es-pecialísima mención al espectáculo presentadopor los alumnos de las Aulas de la Experienciacon el nombre de “Soy barro” y que han llevadoa muchos lugares a lo largo de todo el año, con-siguiendo unir en él la grandeza del poeta con lasencillez del pueblo, pues supieron unir a sus vo-ces, a veces quebradas por los nervios y la emo-ción, a su acentos venidos de todas partes, elsentir del pueblo al que se entregó Miguel Her-nández. Y todo eso lo pusieron en un CD paraque perdure.

Recurriendo otra vez a la palabra de JosepSou quiero terminar esta síntesis de las síntesisde un centenario que más que necesario eraobligatorio.

“El Secretariado de Extensión Universitaria,dependiente del Vicerrectorado de Estudiantes yExtensión Universitaria, ha deseado contribuir deeste modo al evento de la celebración del cente-nario del nacimiento del ilustre poeta oriolano.La realidad se ha cifrado en más de cien exposi-ciones y conferencias, tanto en el ámbito nacio-nal como en el internacional, con la firmevoluntad de aproximar la figura y la obra de Mi-guel Hernández a la sociedad”.

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Hemos querido que las páginas centrales deÁGORA Universitaria sean ocupadas con lasemblanza de aquellas personalidades más rele-vantes de la vida social, cultural y académica, porlo que resultaba obvio y necesario que en esteprimer número las páginas de EN PRIMERA PER-SONA estuvieran dedicadas a don Jesús Rodrí-guez Marín, la persona que ha llevado el timónde nuestra Universidad durante estos primeroscatorce años.

Quisimos desde un primer instante que fueseun encuentro entre amigos más que con el rec-tor magnífico; como así fue, pues la cercanía conla que él siempre se muestra, su amabilidad y susencillez facilitaron totalmente las cosas a esteentrevistador bisoño.

Nos recibe en su amplio despacho: funcional,moderno, luminoso y ordenado; también carga-do de libros, carpetas y expedientes. A través delinmenso acristalamiento que cubre el lado iz-quierdo puede verse gran parte del campus y so-bre él las máquinas que se afanan en allanar,delimitar, dividir y crear los espacios de lo quemuy pronto serán jardines, parterres, rocallas ypaseos apacibles que invitarán a la paz y al sosie-go al mismo tiempo que darán una magnifica vi-sión de la Universidad y de la ciudad de Elche. Anuestro rector se le nota en la cara la satisfacciónal ver cómo avanzan las obras, y tal vez, leve-

mente, de manera casi imperceptible, una ciertamelancolía por no poder verlas terminadas des-de este despacho pues ya ha manifestado su in-tención de no repetir mandato.

P. En primer lugar, Jesús, y aunque suenea tópico, dinos algo de tu familia.

R. Estoy casado, tengo dos hijos y tres nietos,dos niñas y un niño –y a Jesús Rodríguez Marín,como a todos los abuelos, de le ilumina la cararecordando a sus nietos.

P. Pero entremos en materia: ¿Qué sentidotiene el Club Sénior dentro de la Universidad?

R. El Club Sénior nació para establecer unaconexión con dos direcciones entre la universi-dad y la sociedad: la primera, la constituye pro-piamente el Club Sénior, que se creó pararecoger aquellas colaboraciones que podían lle-var a cabo personas que por su edad o por sudecisión personal de jubilados, o no, tienen unosconocimientos que pueden resultar sumamenteútiles para la universidad, transmitiendo sus ex-

“ ”En primera persona. Entrevista

Jesús Rodríguez Marín. El rector cierra un ciclo

JOSÉ JURADOEscritor

“El Club Sénior nació paraestablecer una conexión con

dos direcciones entre launiversidad y la sociedad”

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periencias a título de estudio de casos prácticos,ejemplos o historias personales a determinadosestudiantes. Debo admitir que esta faceta no seha desarrollado tanto como me hubiera gusta-do. Y hay una segunda dirección, que es la quese creó con aquel tipo de actividades que la uni-versidad puede ofrecer a una población de unadeterminada edad hacia arriba que se ha trans-formado en la Universidad de la Experiencia yque en otras universidades se llama de formasmuy distintas. Por tanto el Club Sénior tiene ungran sentido dentro de la Universidad.

P. ¿Que puede aportar una publicacióncomo la revista ÁGORA Universitaria delClub Sénior?

R. Creo que es una idea muy interesante elque haya un especio para que se produzca unintercambio que no solamente sea literario, sinoque a través de las páginas de la revista se pue-dan desarrollar otras relaciones, como por ejem-plo, un proyecto que puede resultar bonito,hacer el jardín del emérito, que puede encontrarconexión con estudiantes, en este caso, de jardi-nería o ingeniería agrícola.

P. La imbricación entre sociedad y univer-sidad es vital, eso está claro, pero ¿Se perci-be desde la Universidad que la sociedad esreceptiva a esa relación?

R. Sí, la respuesta es magnífica desde todaslas instituciones, tanto públicas como privadas,políticas, financieras, culturales y sociales. Existe,por tanto una buena conexión; otra cosa es queese magnífica relación se vea de una manera cla-ra. Desde la Universidad tenemos, por tanto, lapercepción de que existe una magnífica recep-ción de las actividades que hacemos, aunque

también es verdad que muchas de esas activida-des pueden percibirse como lejanas, pero eso esun “efecto puramente óptico”, pues en una ciu-dad como Elche, el tiempo que se tarda andan-do desde este despacho al Ayuntamiento es desólo quince minutos, sin embargo existe, a ve-ces, la idea de que está demasiado lejos; peroeso es una percepción tal vez provocada por esaespecie de frontera que un día establecieron lasvías del ferrocarril y que hoy, gracias a la Univer-sidad, ha desaparecido, por tanto, con el tiempoese efecto de lejanía también desaparecerá.

P. Desde el Club Señor sabemos la grancantidad de actividades que se desarrollanen la Universidad abiertas a la mayor canti-dad posible de personas, sin embargo mu-chas veces oímos a gente decir que no se hanenterado de tal o cual actividad. ¿Qué sepuede hacer para mejorar la comunicación?

R. La comunicación es complicada, aunqueraro es el día en el que la Universidad no apare-ce en los medios de comunicación con algunade las muchas actividades que hace, pero es cier-to que a pesar de todo, es posible que esa infor-mación no llegue a muchas personas; por eso,hay que esforzarse por incrementar la comunica-ción para que ese gran público perciba las activi-dades que hacemos. Pero hay actividades quetienen una gran acogida, como por ejemplo lasconferencias que ahora se están realizando en laCalahorra donde hay gente de pie, lo cual a ve-ces nos hace pensar si no sería también necesa-rio calibrar la intensidad de la llamada.

P. Después de catorce años dirigiendo losdestinos de la universidad se va en aras deuna gran renovación –ha dicho usted– ¿tan

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grande y necesaria ha de ser esa renovacióncomo para que afecte al rector?

R. Existen universidades donde la normativainterna obliga a los rectores a dejar el cargo alos dos periodos rectorales; no es el caso de laMiguel Hernández, aunque en los nuevos esta-tutos está previsto poder incluir esta condición.Yo no tenía, por tanto, obligación de renunciara un tercer periodo, pero he tomado la decisiónporque había pasado un tiempo donde se hanido cerrado asuntos muy importantes para laUniversidad, aunque no todos los que yo que-ría, como por ejemplo el ajardinamiento delcampus, que me hubiera gustado verlo termina-do. Es decir, ha acabado un ciclo en el que sehan puesto en marcha cuestiones tan importan-

tes como la adecuación de los estatutos a la LeyOrgánica de Universidades, o el poner en mar-cha todos los títulos nuevos de acuerdo con elPrograma Europeo de Educación Superior. Y seavecina un horizonte cambiante; por que la Uni-versidad, a pesar de ser una universidad nueva,ha de cambiar constantemente porque tambiénnos han cambiado el contexto. Así que cuandome planteé el seguir o no, se juntaron ese ani-mo de haber cerrado un ciclo con la seguridadde que comienza una etapa diferente y que ha-

bía que afrontarla con cambios importantes; ycuando comencé a meditar sobre cómo debíanser esos cambios, llegué a la conclusión que alfinal lo mejor sería que cambiara el propio rec-tor porque de esa manera el cambio sería másacusado y al mismo tiempo serviría para desin-centivar ciertas inercias que en toda organiza-ción, cuando se lleva mucho tiempo en uncargo, acaban produciéndose.

P. ¿Qué momento de estos catorceaños considera más importante o más de-terminante?

R. Ha habido muchos momentos clave en lavida de la Universidad durante estos catorceaños, aunque muchos no sean muy visibles,como por ejemplo el momento en el que la Mi-guel Hernández dejó de ser una universidad tu-telada para pasar a ser una universidad enrégimen normal con la aprobación de los pri-meros estatutos, el primer reglamento de elec-ciones y la elección del rector. Otro momentoimportante ha sido también la manera de resol-ver nuestra incorporación, aunque tal vez in-corporación no sea la palabra más exacta, alEspacio Europeo de Educación Superior, creoque lo hemos resuelto con bastante sentido co-mún para que no haya grandes disfunciones enel paso de una estructura académica a la si-guiente. Y lógicamente existen otras actuacio-nes no menos vitales y más visibles, como sonlas infraestructuras. Para mi una muy queridaes el edificio de la Galia, fue el primero que tu-vimos, realizado en un tiempo récord, tres me-ses y medio que parecía imposible y aún me losigue pareciendo. Luego realizamos el edificioAltabix que es uno de los edificios docentesmás interesantes de los que yo conozco, y final-

“Cuando me planteé seguir ono, se juntaron ese ánimo dehaber cerrado un ciclo con laseguridad de que comienza

una etapa diferente y quehabía que afrontarla con

cambios importantes”

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mente el Palacio de Deportes que es uno de losmás importantes del contexto universitario. To-dos estas obras se pondrán en valor, todavíamás, en le momento en que se termine el ajar-dinamiento, que es algo así como ponerle lapiel a la Universidad.

P ¿El no haber conseguido la distinciónde Campus de la Excelencia es algo que se lequeda en el tintero?

R. No. Y no es un tema que nos preocupeespecialmente en cuanto que sea indicador denuestra excelencia, pues ésta ha quedado de-mostrada de una forma probablemente másrigurosa que la que se lleva a cabo para elegirlos Campus de Excelencia, con la obtencióndel Sello de Excelencia Europea que tenemosen su nivel oro y que solamente poseen dosuniversidades en España: curiosamente ningu-na de las dos tiene el Campus de la Excelen-cia. Por tanto no existe una preocupaciónespecial por ese asunto, lo que ocurre es queesta distinción sirve, entre otras cosas, pararecibir un dinero que nunca vienen mal. Asíque la historia es bien sencilla: en la primeraconvocatoria no quisimos ir porque no habíatiempo suficiente para poder presentar unbuen proyecto. Y a la segunda presentamos,junto con la Universidad de Alicante, un pro-yecto que obtuvo una buena calificación; porlo que no parece muy razonable que no loconsiguiéramos, pues algunas de las universi-dades que lo consiguieron, en cualquiera delas comparaciones que se quieran plantear,no tienen el nivel que podemos tener nosotrosy mucho menos las dos universidades alicanti-nas juntas. Pareció que se tendió a conseguiruna distribución regional más que otra cosa.

En cualquier caso vamos a volver a presentarla candidatura conjunta con el mismo proyec-to, y con alguna otra cosa más que lo poten-cie, y espero que esta vez lo consigamos.

P. Y a partir de Ahora tendremos al cate-drático de psicología. ¿no?

Efectivamente, eso es lo que seré, y aunquenunca he dejado de serlo voy a recuperar misclases y mi investigación. Y seguiré estando aquípara lo que haga falta, aunque lógicamente vol-veré a la docencia

P. ¿La ha echado de menos?R. Sí –rotundo.

P. Y finalmente, esta salida es un adiós oun hasta luego.

R. Por mi edad y porque no tendría sentidovolver, mucho menos cuando uno ha estado enel cargo catorce años, necesariamente es unadiós definitivo, pero lo repito, seguiré trabajan-do para esta Universidad que es la mía.

Jesús Rodríguez Marín, el amigo, el rector,nos despide con un amplia sonrisa para seguircon su apretada agenda no sin antes recibirnuestra agradecimiento por su trabajo incansa-ble durante estos catorce años y por supuestopor haber tenido con nosotros la gran deferen-cia de concedernos un poco de su tiempo.

“Seguiré estando aquí para loque haga falta, aunquelógicamente volveré a

la docencia”

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Estos más de treinta años de vida de nuestraConstitución, han servido –sin ninguna duda–para poner las bases del desarrollo de una con-vivencia cívica en consonancia con los valores deun Estado social y democrático y de derecho.Este objetivo que, en términos generales, se haalcanzado en muchos de los ámbitos del desa-rrollo de nuestra vida en sociedad encuentra, sinembargo, a día de hoy, serios obstáculos en de-terminados campos fundamentales del desarro-llo de la personalidad de los individuos.

De necios sería, pues, negar la evidencia deque arrastramos rémoras del pasado, rémorascomo la desigualdad entre hombres y mujeres,que todavía no ha sido posible adecuar al princi-pio de igualdad constatado en la CE y que semanifiestan en múltiples facetas de la vida. Lamás grave, posiblemente, sea la de la violenciade género que azota cada día a nuestra socie-dad. Porque la violencia de género no es otracosa que una manifestación –la más grave de lasmanifestaciones– de la desigualdad. En el mo-mento en que se escribe este texto (finales denoviembre de 2010) contamos en nuestro paíscon la escalofriante cifra de 65 mujeres muertas–en lo que va de año– a manos de sus maridos,exmaridos, parejas o exparejas. Ello sin contar,por carecer todavía de las estadísticas del añocorriente las denuncias interpuestas y las senten-

cias de condena dictadas por hechos probadosde violencia ejercida en el seno de la familia porel varón frente a la mujer.

Trataré de centrarme, pues, en la violencia degénero como manifestación de la desigualdadentre hombres y mujeres, no solo por la trascen-dental importancia social que ha adquirido enlos últimos años sino porque me preocupa, es-pecialmente, la confianza de los ciudadanos enel Derecho como única vía hábil para la resolu-ción de este problema.

Sin duda, el Derecho puede jugar y de hecho“debe jugar” un papel decisivo en la superaciónde estos hechos que hasta hace poco han convi-vido impunemente con todos nosotros pero lacapacidad de actuación jurídica –o, mejor, lasposibilidades de éxito del derecho como “únicavía” de solución de este conflicto son –como ve-remos– más que limitadas.

Para enfocar bien el problema de la violen-cia de género debemos partir de la base de queno se trata de un problema único ni exclusivode nuestro país. Sin embargo, es cierto que enlos últimos tiempos, asistimos en España a unincremento alarmante de la violencia de géne-ro y, particularmente, de la violencia de géneroen el ámbito familiar o doméstico –es decir, dela violencia padecida por la mujer en el entor-no familiar–.

“ ”El derecho a la igualdad frente almaltrato y la violencia de género

OLGA FUENTES SORIANOCatedrática de Derecho Procesal de la UMH

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Y adelanto ya que, como veremos, la mujerno es la única que puede sufrir agresiones o ma-los tratos en el entorno familiar –¡claro queno!–; lo que sucede es que las agresiones pade-cidas por la mujer en el ámbito doméstico revis-ten unas características especiales que la hacendiferente de cualquier otro tipo de violencia in-terpersonal. Y ello no quiere decir que el restode actos violentos no sean peligrosos y no esténpenados; quiere decir, simplemente que se tratade actos diferentes y que, en consecuencia, de-ben tener una respuesta diferente por parte delEstado. De hecho, el padecimiento de violenciaen el entorno familiar por otros sujetos distintosde la mujer (niños, ancianos, hombres…) se en-cuentra, desde el punto de vista de las políticaspúblicas de lucha contra el delito, dentro deunos márgenes en cierto sentido “controlados”(si es que, en puridad, mientras exista un únicoacto de violencia contra una persona pudieradarse el Estado por satisfecho en sus políticas decontrol y erradicación de la violencia).

Si no entendemos y aceptamos que la violen-cia de género es distinta de cualquier otro tipode violencia interpersonal, difícilmente vamos atener éxito en su erradicación. Téngase presenteque tal y como ha interpretado el Tribunal Cons-titucional en reiterada y constante doctrina, elprincipio de igualdad exige dar soluciones desi-guales (o tratar en forma desigual) a problemasque son desiguales1. Pero es que, además, la di-ferencia entre la violencia que padece la mujeren el ámbito familiar y la que padece cualquierotro sujeto de la familia no es sólo cualitativa–como veremos más adelante– sino que tam-bién es cuantitativa, llegando a constituir lo que

en España ya se ha denominado como una au-téntica “lacra social”.

A mayor abundamiento y con el fin de deli-mitar con cierta precisión el contorno del proble-ma de la violencia de género no puede obviarseel dato, en ocasiones incomprendido o, al me-nos no asumido con todas sus consecuencias deque, en puridad, no estamos ante un problemajurídico. O, al menos, no “sólo” ante un proble-ma jurídico. Es un problema social de caráctermultidisciplinar que, además, está ligado a la de-sigualdad y subordinación de la mujer al hombreen el seno de la familia y al rol dominante queadopta éste último, consentido históricamentedesde todas las perspectivas.

Así, resulta ciertamente curioso observar, des-de una perspectiva histórica, cómo la polémicajudicial en torno a la violencia contra la mujer nose centraba en cómo erradicar la violencia que seejercía contra ella (desde una concepción históri-ca, no había porqué erradicarla), sino en cómo li-mitar el grado de violencia que se podía llegar aejercer –que era lícito ejercer– sobre la mujer. Di-gamos que, históricamente, ejercer cierta violen-cia sobre la mujer no sólo estaba absolutamentepermitido sino que en determinados supuestosse consideraba incluso necesario para el mante-nimiento de la estructura social y familiar.

Así, por ejemplo, en Europa, durante la Edadmedia el varón podía –le estaba permitido– gol-pear a su mujer con la misma regularidad con laque golpeaba a sus sirvientes; mientras que en laInglaterra medieval la violencia que era lícito ejer-cer contra la mujer se controlaba, para que nofuera “excesiva”, según la conocida como “regladel dedo pulgar”: El varón podía pegar a su es-

1. Sobre el tema he tenido ocasión de profundizar en “La constitucionalidad de la Ley orgánica de medidas de protección integral contra la violencia degénero”, Revista Jurídica a ley, nº 6362, 2005.

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posa con una vara cuyo grosor no fuera superioral de su dedo pulgar (del varón). La primera Leytendente a erradicar el maltrato conyugal se pro-mulgó en el Estado de Maryland (EEUU) en 1882.La pena fijada para el esposo maltratador era lade 40 latigazos o un año de cárcel. Es lo ciertoque en aplicación de dichaLey vanguardista se logró lacondena de un primer acusa-do … pero resulta curiosocomprobar que nunca másvolvió a aplicarse la Ley; se-gún la Fiscalía de dicho Esta-do, no hubo más acusacionespor maltrato…¿tal fue el éxi-to de la Ley?. Desde luego nose conoce en la historia inter-nacional de la lucha contracualquier delito un éxito talde ninguna previsión legal.Parece que la comisión deese delito se erradicó como“por arte de magia”2.

De forma más seria,cabe afirmar que la preocu-pación internacional por erradicar la VG apa-rece a mitad del siglo XX, momento en el que,fundamentalmente, Naciones Unidas, observaque se trata de un mal que afecta a la digni-dad de la mujer como persona y al derecho delos niños al desarrollo de su personalidad. Dehecho, la primera Resolución específica de NUaparece en 19853 y en ella se solicita ya de losEstados miembros que lleven a cabo políticasespecíficas de detección, erradicación y pre-vención del problema.

En España tarda algunos años más en sentir-se el reflejo de esa preocupación; pero es lo cier-to que a partir, fundamentalmente, del año 1999nos adentramos en una vorágine legislativa queva evolucionando con el fin de encontrar solucio-nes al problema. Sin embargo, la realidad nos

dice que en dicha evolución,no hemos ido acertando conel modo o con las vías paraponer fin a esta lacra social.Posiblemente porque hasta elaño 2004 con la entrada envigor de la conocida como“Ley integral”, las leyes quese habían promulgado se en-frentaban al problema de laviolencia de género tan solodesde una perspectiva penal.Y, como se ha sostenido, nosencontramos ante un proble-ma de origen multifactorial,arraigado en las concepcio-nes más profundas y arcaicasde nuestra sociedad, produc-to de una arbitraria distribu-

ción de roles en el seno de la familia, realizadadesde la legislación, la educación, la religión, elsistema de costumbres y relaciones sociales... Eneste contexto, tratar de solucionar el problemadesde una perspectiva unidireccional, ya fueraestrictamente jurídica, o estrictamente educacio-nal, o estrictamente cultural…llevaría al más ab-soluto fracaso como, de hecho, así ha estadosucediendo hasta nuestros días por centrarnostan solo en la vertiente jurídica (y, concretamen-te, jurídico-penal) del problema.

2. Sobre el tratamiento histórico de este tema vid. De Vega Ruiz, José Augusto, Las Agresiones sexuales en la Violencia Doméstica, Edit. Aranzadi, Pamplona, 1999, pp. 24 y ss.3. Resolución 40/36 que surgió en el seno del Sexto Congreso de las UN sobre prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente.

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El inconveniente de reconocer, sin embargo,que de entre las múltiples vertientes de este alar-mante problema, una fundamental para su solu-ción depende de aspectos educacionales es quesu superación conlleva el transcurso de muchotiempo y de muchas generaciones a un precio (elde la desigualdad, el del maltrato, el de la gene-ración de víctimas –directas [las mujeres] e indi-rectas [sus hijos, sus familiares]–, el del númerode mujeres muertas, de familias destrozadas…)que no podemos ni queremos permitir. Y, sinembargo, posiblemente –indudablemente–, esinevitable. En este caso, es triste la verdad…ade-más de no tener “otro” remedio.

A continuación, trataré de exponer las ra-zones y los argumentos que permiten afirmarque la violencia de género es distinta de cual-quier otro tipo de violencia interpersonal yque, siendo ello así, requiere de soluciones dis-tintas de aquellas que para esos otros tipos deviolencia hasta ahora tiene ensayados el orde-namiento. Cinco van a ser las característicasconcretas que se van a analizar, que concurrenen la violencia que padecen las mujeres en elámbito doméstico y que sin embargo, no con-curren en ningún otro tipo de violencia inter-personal; ni siquiera en aquella que, even-tualmente, pudieran padecer cualesquieraotros miembros del entorno familiar4.

En primer lugar, puede afirmarse rotunda-mente que las agresiones que padecen las muje-res en este contexto de violencia, carecen de unamotivación concreta.

El hilo conductor de la violencia padecida porla mujer en el entorno familiar viene constituidopor la necesidad del varón de mantener la situa-

ción de dominio que considera que le correspon-de. Pero ello es perfectamente compatible conla afirmación anterior: las agresiones concretasperpetradas con tal finalidad carecen de una mo-tivación concreta. El agresor no necesita desenca-denante o detonante alguno para perpetrar esaagresión. O, por mejor decir: el desencadenantepuede venir constituido por cualquier factor que,por supuesto, será imprevisible y, desde luego, ine-vitable (por ejemplo, porque la comida esté fría,porque he llamado por teléfono y no estabas encasa, porque me estaba duchando y se ha termi-nado el agua caliente…).

El hecho, efectivamente, de que el motivosea para la víctima tan imprevisible como inevi-table genera en ella una insoportable sensaciónde inseguridad permanente y de terrible tensión.Desconoce cuándo o porqué causa puede llegarla agresión; hará lo posible para intentar evitarlapero, inevitablemente, la agresión llegará.

En segundo lugar, otra peculiaridad de la vio-lencia de género que padecen las mujeres en elentorno doméstico reside en que la tradicionalausencia de reproche social genera cierta con-ciencia de impunidad en el agresor.

En este sentido, es cierto que en relación conel reproche social de estas conductas ha habidouna notable evolución en los últimos años; prue-ba de ello es su inclusión en el código Penal. Sinembargo, es obvio que todavía queda muchocamino por andar: si bien es difícil encontrar hoyagresiones físicas en público de un marido a lamujer, no lo es tanto encontrar actitudes de mal-trato psicológico, de humillación o insultos leveso faltas de respeto del marido hacia la mujer,que refuerzan su superioridad en público. Y es

4. Sigo en este punto a LORENTE ACOSTA, M. en su “comparecencia ante la comisión de trabajo y asuntos sociales celebrada el día 22 de junio de 2004”,en Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados, nº 67, 2004.

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cierto que existe todavía una relativa disculpapor este tipo de actitudes que simplemente setildan de “machistas” pero que no generan elmismo rechazo social hacia el agresor que gene-raría cualquier otro tipo de delito. Por ejemplo:resulta fácil imaginar a un grupo de parejas quesalen a cenar juntos todos los viernes, sabiendoque en una de ellas hay maltrato o sabiendo queva a haber escenas incómodas de tensión verbaldel marido o del novio hacia la mujer o la novia;y, en este contexto, es fácil escuchar disculpasdel tipo de “es que fulanito es muy machista”;“es que se pasa un montón”; pero “son cosassuyas; ellos se entienden; más vale no meterse”.Seguramente el rechazo social de los amigos se-ría muy superior si que cada vez que salen a ce-nar insultara a un camarero o si supieran que esdelincuente habitual porque rara es la semanaque no roba un chalet (ahora bien si lo que hacees pegar a “su” mujer…no es lo mismo: robar esun delito pero pegar a “su” mujer…”ellos sa-brán”, “no nos metamos”, es la reacción máscomún del resto de amigos).

Así pues, se trata de un tipo de violencia que,en el fondo, sigue perteneciendo –en la concien-

cia social– al ámbito privado de la familia. Y aúnde forma inconsciente, sigue existiendo una im-portante tendencia considerar que nadie debeentrometerse en ese ámbito privado.

En tercer lugar, la violencia que padece la mu-jer en el entorno familiar, a manos de su marido,exmarido, pareja o expareja se ejerce siempre deforma excesiva; es estructural y continuada. Pién-sese que, normalmente, en cualquier tipo de vio-lencia interpersonal, la agresión que se perpetraes la necesaria para obtener el fin perseguido(por ejemplo, si alguien quiere robar una cartera,empuja o agrede a la víctima hasta que obtienela cartera y, entonces, se va corriendo, huyendo).

En la violencia padecida por la mujer, el agre-sor –su marido o pareja– no le da una patada, unempujón o una bofetada: le da una paliza que seextenderá mientras le queden fuerzas o le que-den ganas de pegar. Toda esa violencia extra, ex-cesiva, es fundamental para atemorizar, aterrorizary “aleccionar” a la mujer (a la que hay que “re-cordarle” –en opinión del maltratador– cómo de-ben hacerse las cosas en esa familia).

Es por ello que, en este tipo de violencia, a laagresión física hay que añadir el desvalor psico-lógico padecido por la mujer que, además, des-conoce el porqué de la agresión.

Así, la violencia, se convierte en un elementoestructural de la relación5. Y, este hecho unido alos otros que se acaban de señalar dota a la violen-cia padecida por la mujer en el ámbito familiar deunas características propias y específicas que re-quieren de soluciones concretas y particulares paraeste tipo de violencia. Es por ello que no se pue-den aplicar modelos o patrones ensayados en lalucha contra otros tipos de violencia interpersonal.

5. En relación con el ciclo de la violencia y las reacciones de la mujer maltratada he tenido ocasión de pronunciarme en El enjuiciamiento de la violenciade género, Iustel, Madrid, 2009. Puede verse también, entre otros, especialmente WALKER, The battered woman síndrome, New York: Springer, 1984.

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Íntimamente relacionado con lo anterior, encuarto lugar, cabe destacar que la violencia físicapadecida por la mujer siempre genera lesionespsicológicas. Así, de los tres tipos de violenciaque se dan contra la mujer, según el art. 1 de laDeclaración de Naciones unidas sobre la elimina-ción de la violencia contra las mujeres (la violen-cia física, la psicológica y la sexual), otrapeculiaridad de las agresiones sufridas por lasmujeres en el ámbito doméstico es que, en todocaso, van acompañadas de lesiones psicológicaspara la víctima en muchos casos irreversibles.

Y, por último, hay que tener en cuenta que,con frecuencia, la víctima de violencia de géneroexperimenta una “fase de huída” que se puedemanifestar de dos formas: a) mediante el suicidio;b) mediante la violencia ejercida contra el hombre.

Efectivamente, íntimamente relacionado con elsíndrome depresivo que genera la agresión, es fácilque la víctima, en un determinado momento, deci-da poner fin a la situación. Su reacción, en estos ca-sos, no es más que una válvula de escape a unasituación que no soporta por más tiempo. Para po-ner punto final a esa situación no concibe otra po-sibilidad que eliminar a uno de los dos sujetos delconflicto: a ella misma o al agresor. Pero, en estecontexto, resulta absolutamente relevante com-prender que los rasgos característicos de esta vio-lencia que ahora ejercerá la mujer, son totalmentediferentes de los que caracterizaban la violenciaque se ejercía contra ella. La mujer no pretende im-poner orden o control alguno; no pretende impo-ner su voluntad o sus reglas de convivencia. Lamotivación es completamente diferente: se tratade poner fin al problema; de ejecutar una únicaagresión desesperada que termine con el mismo.

En conclusión, pues, de lo visto hasta al mo-mento cabe afirmar, tal y como se avanzó en un

principio que, efectivamente, la violencia de gé-nero que padece la mujer en el ámbito familiares sustancialmente distinta de cualquier otrotipo de violencia interpersonal. Y, en este con-texto, tratar de ofrecer una solución única eidéntica para todos estos supuestos de violenciadiferentes constituye un error cuyas consecuen-cias se traducen en continuas e incesantes muer-tes de mujeres a manos de sus maridos, oparejas (o exmaridos o exparejas).

Estos rasgos característicos de la violencia degénero no concurren en el resto de agresiones in-terpersonales, ni aún en las que suceden en elámbito doméstico. Por ello se ha sostenido que laviolencia de género reviste una mayor gravedadque, consecuentemente, ha de verse reflejada,también, desde la perspectiva penológica: si elhecho es más grave, la pena que le correspondetambién debe ser más grave. Por ello se ha de-fendido y el Tribunal Constitucional ha declaradoajustada a la Constitución, la norma que otorgaa la violencia de género una regulación propia yespecífica con una penalidad diferente y superiora la que se establece para otros tipos de violenciaque aunque puedan ser vistos como similares,son sustancialmente distintos del aquí analizado.

Hasta ahora, he tratado de poner de mani-fiesto la gravedad de unos hechos que traencausa de lo más profundo del modo de entenderla convivencia en nuestra sociedad. Ese modo deentender la convivencia, ha originado unos nive-les de violencia intolerables para con las mujeres.Contra ello hay que luchar; y hay que luchar des-de una perspectiva constitucional. Obviamente,ello no quiere decir, en modo alguno, que todovalga para luchar contra la violencia de géneropero sí es necesario e inaplazable por más tiem-po, aunar esfuerzos en pro de la igualdad.

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“ ”Para responder a esapregunta nos bastaríaconsultar nuestra agen-da, o el reloj, o el móvil,o… en última instancia,para quienes sean menosavanzados tecnológica-mente, el calendario dela cocina. Pero la pregun-ta interesante es la queviene a continuación yque, tal vez, pueda sor-prender. ¿Obtendríamosla misma respuesta enotra parte del mundo?Hagamos la prueba.

Supongamos, por fijaruna fecha, que hacemosla pregunta el primer díadel año 2011.

Si preguntamos en unpaís de los de nuestra cul-tura (Europa, América delNorte,…) la respuesta se-ría 1 de enero de 2011(Gregoriano). Si preguntamos en algún país deleste de Europa, por ejemplo Albania, la respuestasería 19 de diciembre de 2010 (Juliano). Si pre-guntamos en algún país islámico, por ejemplo, encualquiera de los del Golfo Pérsico, nos responde-

ría que 25 de Moharramde 1432 (Islámico). Si pre-guntamos en Israel, ysobre todo en lo que serefiere a las festividadesreligiosas, nos dirían que25 de Tevet de 5771, (Is-raelita). Si preguntamos aun chino, diría que es27/11/4647 (año 27 del ci-clo 78), llamado Año delTigre (Gengyin). Si le hi-ciésemos la pregunta aun maya, en el supuestode que lo encontráramos,nos diría que, según sucalendario largo, es 12Baktun, 19 Katun, 16Tun, 0 Uinal, 2 Kin. Si lehacemos la pregunta aun astrónomo nos diráque es el Día Juliano2455562.5.

¿Cómo es eso posi-ble? Pues porque cada ci-

vilización, en el curso de su historia, ha adoptadodiferente calendario. A fin de cuentas, construiruno es sencillísimo: basta acordar dos puntos:

El principio: puede ser una batalla, el naci-miento o la muerte de una persona importante,

¿Qué día es hoy?

DIEGO ROMEROProfesor de Física

Reloj de Hierro del s. XV. Foto de J.Jurado.

(Jesucristo, para los cristianos), una catástrofe(terremoto, epidemia, inundación…), la funda-ción de una ciudad (Roma).

El ciclo que se repite: Pueden ser astronó-micos, controlados por la Luna (el mes) o el Sol(el día y el año) o por los ritmos de la naturalezaciclos agrarios (siembra, recolección, lluvias, nie-ve, …) que también establecen el año.

Parece, por tanto, muy fácil construir un ca-lendario en caso de aparecer en una isla desier-ta, completamente en soledad y alejado de losdemás. Con un trozo de piedra vamos haciendouna raya en una losa (o algo que sea resistente)por cada día que pase. Se empieza a complicarel invento cuando hayan pasado muchos días y,por una parte aumente el riesgo de equivoca-ciones (olvidar si ya está la marca de hoy), porotra, habría que ir añadiendo losas, y, por otra,surgirá la pregunta de cuántos años han pasa-do. Es decir, hacen falta unidades de tiempomayores que el día.

Entonces nos fijamos en la Luna y el Sol, yaparece el problema de que no hay una relaciónsencilla entre ellos.

El mes sinódico (el tiempo transcurrido en-tre dos pasos sucesivos de la Luna por el mis-mo punto del cielo) no contiene un númeroentero de días.

El año trópico (tiempo transcurrido entre dospasos sucesivos del Sol por el mismo punto delcielo) tampoco contiene un número entero dedías ni de meses.

Los astrónomos han calculado que un messinódico dura 29,53059 días y un año trópicodura 365,24219 días. Y son cifras que varían enel tiempo.

Para mayor confusión, hay culturas, como la is-lámica y la israelita, que consideran sólo la Lunapara confeccionar su calendario, con lo que susaños resultan varios días más cortos que los ciclosagrarios. Es de todos conocidos que el Ramadán,mes sagrado para el Islam, sucede cada año antes,

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MARTIUS

APRILIS

MAIUS

IUNIUS

QUINTILIS

SEXTILIS

SEPTEMBER

OCTOBER

NOVEMBER

DECEMBER

En honor del dios Marte

De “aperire” = obrir). Mes en que se abrían lasflores. Consagrado a Venus (APRU en etrusco).

En honor de Maia, diosa del crecimiento. Madre de MercurioConsagrado a Juno, hermana y esposa de Júpiter

El quinto

El sexto

El séptimo

El octavo

El noveno

El décimo

La duración erade 31 días paracuatro meses:Martius, Maius,Quintilis y October.El resto de mesesduraba 30 días.Evidentemente,la duración totaldel año era de304 días.

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con lo que hay años en que cae en verano y otrosen invierno. Tanto musulmanes como israelitashan de añadir días o meses a sus calendarios parahacerlos coincidir con los ciclos de la naturaleza.

El calendario que rige en occidente provienedel romano, y ha pasado por varias reformas a lolargo de la historia, algunas de ellas muy curiosas.

El primer calendario romano fue establecidopor Rómulo, y constaba de 10 meses, empezabaen MARTIUS.

La reforma primera fue llevada a cabo porNuma Pompílius (716-673 a.C.). Decidió que elaño constaría de 12 meses, por lo que había queañadir 2 al final, que se llamarían: IANUARIUS,en honor de Jano, dios del tiempo, (31 días) yFEBRUARIUS, (februa = purificación), último mesdel año, dedicado a la purificación (28 días).

El año 46 (a.C.) el emperador JULIUS CÉSAR,decidió que él era dios, por lo que debía consa-grársele un mes. Eligió Quintilis, que, desde en-tonces, se llamó IULIUS.

En el 8 a.C. CÉSAR AUGUSTUS también se pro-clamó dios y decidió que el suyo sería Sextilis, quellamó AUGUSTUS. Pero encontró un grave agravio:ese mes tenía un día menos que JULIUS, y desdeentonces, el mes AUGUSTUS tuvo también 31 días.

La duración del año era de 354 días, o sea,que quedaba 11 días más corto que el ciclo delas estaciones.

La reforma juliana la ordenó JULIUS CÉSAR yla llevó a cabo el astrónomo SOSÍGENES en el 46a.C. Se conoció aquel año como el de la confusión,porque hubo de añadirsele 85 días para recuperarla diferencia con las estaciones. Consistió en:

• Comenzar el año en enero, y no en marzocomo antes.

• Establecer la duración del año en 365,25 días.

• Añadir un día cada 4 años, lo que se supo-nía doble jornada el 23 de febrero.

Ese era el “bis-sexto día ante Kalendas mar-tias”. Esa es la razón de que llamemos año bi-siesto al que tiene ese día añadido.

La reforma gregoriana. Con la reforma ju-liana, la duración del año (365 días y ¼) era unanotable inexactitud. Pues, como hemos visto, elaño trópico dura 365,242198 días. Eso suponíaque cada año se alargaba 11 minutos, es decir,un día entero cada 128 años.

El efecto provocado, hizo que en el año 1582la diferencia fuese de 10 días. Por cuya razón, elPapa Gregorio, tras consultar con varios mate-máticos y astrónomos, entre los que se encon-traban los de la Universidad de Salamanca,decretó la siguiente reforma:

1º) Que el día siguiente al jueves 4 de octu-bre de 1582 fuese el viernes 15 de octubre;

2º) Que serían bisiestos todos los años múlti-plos de 4, excepto los acabados en doble cero(años seculares), que nada más lo serían aquelloscuyo número de centenas fuesen múltiplos de 4.Por eso el 200 fue bisiesto, pero el 2100 no lo será.

Estas acciones pueden parecer de poco inte-rés para el gran público, pero bastaría pensarque en España, por ejemplo, nada pasó entre losdías 4 y 15 de octubre de 1582.

Como anécdota, Sta. Teresa de Jesús murió el4 de octubre de 1582. Y fue enterrada el 15 deoctubre… ¡11 días más tarde!, aparentemente,puesto que su sepelio se realizó al día siguiente.

No todos los países aceptaron la reforma gre-goriana al mismo tiempo, por ejemplo, Francialo hizo en 1582, Gran Bretaña en 1752 (huboque añadir 12 días), Turquía en 1927, … y haypaíses que aún no la han adoptado.

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Como todos años la actividad del Club Seniortambién se ha dejado notar en nuestra universi-dad. Las conferencias, talleres de lectura, pre-sentaciones de libros, homenajes, recitales,conferencias, viajes culturales y reuniones de tra-bajo han querido dar respuesta a la demanda demuchos de nuestros asociados y a cuantas per-sonas han estado interesadas en nuestra vida so-cial y cultural.

En primer lugar debemos destacar la granacogida e interés que están recibiendo nuestrosTalleres de Lectura.

Se han celebrado a lo largo de este año seis lec-turas donde se han analizado y comentado las si-guientes obras literarias: en el mes de enero, “VitaBrevis” de Jostein Gaarder, el escritor noruegoautor de El Mundo de Sofia; en febrero, “Cartasde amor a Catherin” de Pedro Salinas, uno delos más destacados miembros de la generación del27; en marzo, “Ramona; Adiós” de MontserratRoig, periodista y escritora catalana; en octubre,en homenaje al desparecido don Miguel Delibes,se estudió su novela “Señora de rojo sobre fon-do gris”; en noviembre, “Mañana no será loque Dios quiera”, del poeta, crítico literario yprofesor de la Universidad de Granada, don LuísGarcía Montero; y en el mes de diciembre la obradel filósofo y matemático británico Beltran Rus-sell, “La conquista de la felicidad”.

Las primeras sesiones tuvieron lugar en elAula de Cultura del la CAM para continuar des-pués en las aulas de universidad.

Lógicamente, para todas aquellas personasque estén interesadas en la lectura, esta activi-dad resulta sumamente importante y deben es-tar atentas a las programaciones periódicas delClub si quieren asistir.

También merecen especial atención loscursos realizados, que durante el año 2010,han sido tres: el de Internet e Informática cele-brados durante los meses de enero y febrerorespectivamente en las aulas de la Universidady el de de Yoga impartido en instalaciones dela universidad por Asun Ros durante el mesde noviembre.

Hay efemérides en nuestra cultura que nopodemos pasar por alto y una de esas es sinduda la celebración del Día de la Mujer. Por esemotivo, el 8 de marzo, como es tradicional, tuvolugar una comida en la que se repartieron porigual la convivencia y fraternidad entre todaslas asistentes, y algún hombre que se coló; lacultura, con la lectura de textos alusivos a lamujer y la gastronomía, pues no en vano se ce-lebró en uno de nuestros más reconocidos res-taurantes, la Taula del Hotel Milenium.

También merece mención especial la celebra-ción del Día del Libro, este año dedicado, como

“ ”Vida del

Actividades realizadas durante el año 2010Mª DOLORES AZNAR Y MARÍA SEMPEREMiembros de la Junta directiva del Club Senior,responsables de actividades culturales

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no podía ser de otra manera, a nuestro MiguelHernández. Contamos con la participación dela Asociación Cultural Caminos y de un grupodel Centro de Educación Permanente deAdultos Mercé Rodoreda. Tuvo lugar en la salade Grados del Edificio Torreblanca.

Y un tercer homenaje no menos merecido eimportante como los anteriores fue el que se le

rindió a don Alberto Asencio prócer ilicitano,que tanto hizo por nuestra cultura y nuestrastradiciones. En él participaron las personalidadesmás destacadas de nuestra ciudad y nuestra uni-versidad: don Jesús Rodríguez Marín, rectormagnífico; don Modesto Crespo, presidente dela Junta Gestora del Patronato del Misteri; doñaBlanca González, concejala de Educación del

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Excmo. Ayuntamiento de Elche, (que lo hizo enrepresentación del señor alcalde que excusó suasistencia por asuntos de fuerza mayor) así comola hija del homenajeado, doña María AsencioAntón y su nuera doña Dolores Aznar.

El acto fue iniciado con una lección magistralsobre la figura y la obrade don Alberto Asencioa cargo del historiadordon Joan Castaño.

A continuación sepresentó la página webdonde se pueden en-contrar gran parte delos documentos de suarchivo personal delhomenajeado debida-mente digitalizado porun grupo de investiga-dores de la universidad.

Los viajes y rutasculturales tampoco hanfaltado a lo largo del añoen nuestra programa-ción. Dos se han reali-zado: Al Valle de laFuensanta en Mur-cia, que tuvo lugar eldía 11 de marzo y elrealizado el 20 de oc-tubre al Peñón d’I-fach en Calpe y a la bella ciudad de Altea.

Ha sido también un buen año para las con-ferencias, recitales poéticos y musicales.

El día 23 de marzo, a cargo del gran musi-cólogo valenciano don José Mª. Vives, tuvo lu-gar una conferencia-audición sobre el“Visitatio Sepulchri”, obra del siglo XVI, recu-

perado por el ponente y que versa sobre la Se-mana Santa de Gandia.

En abril, el día 16 tuvo lugar un recital poé-tico a cago de la Asociación Cultural “Ca-minos” con el título “Me llamo Barro” enhomenaje a Miguel Hernández.

El día 25 de mayo, sepresentó el libro de Cristi-na Cerezales “MúsicaBlanca”, que trata sobrela vida de su madre, Car-men Laforet, enferma deAlzheimer, y en la que par-ticipó la presidenta de laAsociación de los enfer-mos y familiares de Alzhei-mer en nuestra ciudad,doña Carmen Román.

En junio, con motivodel día de la poesía cele-bramos un recital de pianoy guitarra a cargo de AllaTenkina (piano) y EduardAgulló (guitarra) que in-terpretaron obras del ba-rroco, el romanticismo ycontemporáneas.

Si a esta extensa rela-ción de actos unimos aque-llos en que los miembros dela Asociación han participa-

do de una forma u otra, con su asistencia o consu opinión, podríamos darnos por satisfechos,pero somos conscientes de que es necesario se-guir trabajando e informando para que cada díase incremente el número de personas que puedanbeneficiarse de este tipo de actos que sirven, prin-cipalmente, para enriquecer a la persona.

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OTOÑO

Con la lluvia regresa el deseoDe volver a escribir.Mi mano es la lluvia,Gotas las palabras,Llenan las hojas en blancoY vuelan a ti.

Historia sencillaDe otoños y lluviasDesde aquel primeroQue quisimos compartir

Si fuera posibleVolver a vivir,Con la lluvia de nuevoEscribiría para ti.

Cuando pasen los años¿se acordará el otoño de ti y de mí?

A su recuerdo

Cecilia Agulló