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BID Banco Interamericano de Desarrollo

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  • Captulo 3Riesgo por sequa

    Lecho de un lago en Australia secndose a causa de la sequa.Foto: iStockphoto, neotakezo

  • 54 Informe de evaluacin global sobre la reduccin del riesgo de desastres 2011Revelar el riesgo, replantear el desarrollo

    Captulo 3 Riesgo por sequa

    A diferencia de los riesgos asociados a ciclones tropicales e inundaciones, los que se asocian a las sequas todava siguen siendo poco conocidos. Por esta razn, las sequas suelen ser un riesgo menos visible. Las prdidas y los impactos que causan no se registran de manera sistemtica, los criterios globales para medir la amenaza de sequa se introducen de manera muy lenta, y hay dificultades en cuanto a la recoleccin de datos.

    Como resultado de todo ello, la evaluacin exhaustiva de los riesgos por sequa es an incipiente y no se cuenta con un modelo global fiable del riesgo de sequa. Los estudios de caso indican que los impactos de las sequas pueden atribuirse nicamente en parte a precipitaciones insuficientes o irregulares, ya que parece que el riesgo de sequa se construye en el tiempo por una serie de factores entre los que se encuentran la pobreza y la vulnerabilidad rural; la creciente demanda de agua debida a la urbanizacin, la industrializacin y el crecimiento de la agroindustria; gestin inadecuada del suelo y el agua; gobernanza dbil o ineficaz; y variabilidad y cambio climtico.

    Estos factores hacen que aumenten la vulnerabilidad y la exposicin, y convierten en riesgos las amenazas de sequa. Los impactos y los factores pueden estar estrechamente relacionados unos con otros pero, dado que afectan principalmente a hogares rurales pobres, apenas hay incentivos polticos o econmicos para abordar el riesgo. Y sin embargo, fortalecer la gestin del riesgo de sequa como parte integral de la gobernanza del riesgo ser de fundamental importancia para sostener la calidad de vida en muchos pases durante las prximas dcadas. Este captulo es solo el primer paso para presentar las complejidades del riesgo global de sequa. Entender y revelar el abanico completo es un reto al que ser necesario hacer frente en los aos venideros.

  • 55

    3.1 Riesgo de sequa en la Nacin Navajo

    El caso dramtico de la Nacin

    Navajo, en el suroeste de los Estados

    Unidos de Amrica, demuestra

    que una buena parte de lo que

    se caracteriza como impactos de

    sequas se debe solo parcialmente

    a escasez de lluvias. Otros factores,

    que incluyen la marginacin poltica

    y la pobreza rural, han contribuido a

    convertir la sequa meteorolgica en

    un desastre generalizado para todo

    este pueblo.

    Entre 1999 y 2009 la Nacin Navajo sufri una sequa de proporciones histricas. Muchos manantiales muestreados para un estudio de calidad del agua en 1999 se haban secado ya en 2002, y as han seguido desde entonces. Los pozos y acuferos se hicieron tan salinos que perdieron

    la potabilidad, tanto para personas como para ganado. Murieron ms de 30000 cabezas de ganado solo entre 2001 y 2002, y comunidades enteras se quedaron sin agua (Redsteer etal., 2010). Aunque la sequa comenz oficialmente en 1999, los datos sugieren que podra haber empezado ya en 1996 o incluso en 1994: la incertidumbre se debe al monitoreo deficiente en amplias zonas de la reserva.

    Algunas de las causas de este desastre no estaban directamente relacionadas con el descenso en las lluvias durante el periodo de sequa. Las precipitaciones anuales en forma de nieve han ido disminuyendo en los ltimos 80aos (Figura 3.2), y para la dcada de 1960 se haban secado ya ms de 30 ros y cuerpos de agua importantes con que contaban los indios navajo para el ganado y la produccin agrcola (Figura3.1) (Redsteer etal., 2010). Desde entones, el suelo se ha secado an ms por el aumento de las temperaturas en los meses ms clidos, con lo que se intensifica an ms el estrs hdrico (Weiss etal., 2009).

    Sin embargo, fueron factores como la marginacin poltica y la pobreza rural los que

    Figura 3.1 La Nacin Navajo y su caudal fluvial histrico

    !

    !

    !

    !

    !

    !

    !

    !

    !

    !

    !

    !

    !

    !

    !

    !

    Zuni

    Leupp

    Chinle

    Oraibi

    Ganado

    Winslow

    Kaibito

    Shiprock

    Holbrook

    Flagstaff

    Tuba City

    Lukachukai

    Window Rock

    Chaco Canyon

    Tees Nos Pos

    Coalmine Mesa

    LukachukaiMountains

    ChuskaMountainsBlack

    Mesa

    MonumentValley

    Chinle W

    ash

    Mo e nkopi

    Wash

    Lit tle C

    olorado R iver

    COLORADOUTAH

    ARIZONA

    Caudal permanente19501960(Cooley et al.)

    Flujo permanente reducido1942 (Hack)

    Caudal permanente19091913 (Gregory)

    Caudal intermitente

    Caudal intermitente19501960(Cooley et al.)

    Caudal permanente

    NUEVO MXICO

  • 56 Informe de evaluacin global sobre la reduccin del riesgo de desastres 2011Revelar el riesgo, replantear el desarrollo

    Precipitacin anual en forma de nieve (en milmetros)

    200

    400

    600

    800

    1000

    1200

    1930 1940 1950 1960 1970 1980 1990 2000 2010100

    hicieron de la sequa meteorolgica un desastre para el pueblo navajo. La Reserva Navajo fue establecida en 1868 en una regin extensa y remota que abarca cuatro estados (Arizona, Colorado, Nuevo Mxico y Utah). La mayor parte de esta reserva ocupa el tercio ms seco de las tierras tradicionales de los navajos, pues los rancheros se haban apropiado de las mejores praderas (Redsteer etal., 2010). Durante los aos treinta el gobierno empez a exigir permisos para criar ganado, limit el nmero de reses que poda poseer cada familia y decret que deban permanecer en una de las 20 zonas de pastizales de reciente demarcacin (Young, 1961; White, 1983; Kelley y Whiteley, 1989). Esta ltima restriccin puso fin a una prctica tradicional de gestin del impacto de las sequas de los navajos: el traslado trashumante del ganado a zonas menos afectadas por la sequa cruzando las fronteras entre distritos (White, 1983; Kelley y Whiteley, 1989; Iverson, 2002). Algunas tradiciones y prcticas de los navajos tambin aumentaron el riesgo de sequas, como por ejemplo su preferencia por el ganado bovino frente a otras especies, lo que se sum a polticas del gobierno norteamericano y la Nacin Navajo que requeran la posesin de ganado para legitimar los derechos tradicionales sobre el uso del suelo, pese a haber vivido en las mismas tierras durante generaciones (Redsteer etal., 2010). Incluso con restricciones en el pastoreo, los rebaos de ganado existentes exceden, desde los aos sesenta, la capacidad de la tierra para sostenerlos (Young, 1961; Redsteer etal., 2010).

    En el contexto de una disponibilidad de agua cada vez menor, estas polticas provocaron una

    pobreza endmica incluso antes de que comenzase la ltima sequa. En 1997 los ingresos anuales medios per cpita eran inferiores a los 6 000 dlares, y el 60 por ciento del pueblo navajo viva en la pobreza, en viviendas sin agua ni electricidad. Los ahorros mitigan los impactos de las sequas, pero los navajo suelen invertir sus ahorros en ganado, por lo que esta red de seguridad es en s misma vulnerable a las sequas (Redsteer etal., 2010). Los factores de riesgo, como son el desarrollo inadecuado, los recursos hdricos mal gestionados, una gobernanza local dbil y la desigualdad, jugaron una parte importante en convertir esta ltima sequa meteorolgica en toda una serie de prdidas e impactos en cascada.

    3.2 Amenaza por sequa

    La sequa meteorolgica es un

    fenmeno climtico ms bien que

    una amenaza per se, pero a menudo

    se confunde con otras condiciones

    climticas con las cuales est

    relacionada, tales como la aridez del

    suelo. Solo se convierte en amenaza

    al traducirse en sequa agrcola o

    hidrolgica, que ya no depende

    nicamente de la escasez de lluvias

    sino tambin de otros factores.

    A diferencia de los riesgos asociados a ciclones tropicales y terremotos, el riesgo de sequa sigue

    Figura 3.2 Promedio de

    precipitacin anual en forma de nieve en 25 estaciones

    meteorolgicas en la Nacin Navajo y sus proximidades

    (19302010)

    (Fuente: Redsteer etal., 2010)

  • 57

    Recuadro3.1Tiposdesequa

    Hay tres tipos generales de sequa:

    meteorolgica, agrcola e hidrolgica. La

    sequa meteorolgica se refiere al dficit de

    precipitaciones en un periodo de tiempo

    dado. La sequa agrcola se produce cuando

    la humedad del suelo es insuficiente para

    mantener cultivos, pastizales y ganado. La

    sequa hidrolgica sobreviene cuando el nivel

    de agua en lagos, embalses, ros, arroyos y

    aguas subterrneas es inferior a la media y

    causa impactos en actividades no agrcolas

    como el turismo y las actividades recreativas,

    el consumo urbano de agua, la produccin de

    energa y la conservacin de los ecosistemas.

    (Fuente: Wilhite y Buchanan-Smith, 2005; EIRD/ONU, 2009)

    siendo poco conocido. Aunque la caracterizacin de la sequa meteorolgica es cada vez mejor, la medicin de las sequas agrcola e hidrolgica sigue siendo problemtica (ver las definiciones en el Recuadro 3.1). Se ha prestado mucha menos atencin a la identificacin de los factores subyacentes del riesgo, y an menos a cmo hacerles frente. No se ha conseguido construir modelos globales fiables del riesgo de sequa, y las prdidas e impactos que causan las sequas no se registran de manera sistemtica. A pesar de que cada vez hay ms pruebas de la magnitud de los impactos por sequa, pocos pases han elaborado polticas o marcos de gestin del riesgo por sequa, y el imperativo poltico y econmico para invertir fondos en la reduccin del riesgo de sequa sigue estando dbilmente articulado.

    Las sequas meteorolgicas se suelen definir como dficit de lluvia durante periodos que oscilan entre unos meses y varios aos, o incluso dcadas. Las sequas prolongadas pueden cambiar de intensidad con el tiempo, y afectar a diferentes zonas. Por ejemplo, la sequa meteorolgica aparecida en Espaa entre 1991 y 1995 se desplaz del oeste al este del pas, y despus al sur (Figura 3.3).

    Hasta la reciente adopcin del indicador normalizado de precipitaciones (INP) (ver el Recuadro 3.2), no haba un criterio consensuado a nivel mundial para identificar y medir la sequa meteorolgica. Las agencias nacionales de meteorologa usaban diferentes criterios, lo que haca difcil establecer cundo y dnde se producen las sequas.

    La aplicacin del INP podra fortalecer la capacidad de los pases para monitorear y evaluar la sequa meteorolgica. Pese a ser un indicador sencillo, muchos pases tienen dificultades a la hora de utilizarlo, por el nmero insuficiente de estaciones pluviomtricas en algunas zonas, debido a la escasa prioridad que se concede en los presupuestos pblicos al monitoreo de las amenazas. El nmero de estaciones pluviomtricas mantenidas por AEMET, la agencia estatal de meteorologa de Espaa, por ejemplo, se ha reducido casi a la mitad desde su cota mxima a mediados de los aos setenta (Figura 3.5) (Mestre, 2010).

    En Amrica Central, hay ms estaciones meteorolgicas cercanas a la costa del Pacfico (Figura 3.6), lo que presenta un obstculo a la hora de realizar clculos precisos del INP en la vertiente del Caribe necesarios para el monitoreo de las sequas y la planificacin regional (Brenes Torres, 2010). La teledeteccin puede cubrir parcialmente esta laguna, pero los modelos del INP precisan datos fsicos de precipitaciones para su calibracin (Dai, 2010). Como la sequa meteorolgica es un fenmeno climtico ms que una amenaza per se, hacen falta datos adicionales para identificar y medir la amenaza por sequa.

    Los expertos coinciden en la necesidad de medir la sequa agrcola usando ndices compuestos que tengan en cuenta la precipitacin, la humedad del suelo, la temperatura, el tipo de suelo y de cultivos, el caudal fluvial, las aguas subterrneas, el manto de nieve etc., adems de los registros histricos de impactos por sequas (OMM, 2010).1 Sin embargo, estos ndices precisan datos de los cuales, de momento, disponen solo unos pocos pases, principalmente de Amrica del Norte y de partes de frica. Continan tambin los trabajos para encontrar indicadores de la sequa hidrolgica, pero tropiezan con los obstculos de escasez de datos y complejidades de las modelizaciones.2

  • 58 Informe de evaluacin global sobre la reduccin del riesgo de desastres 2011Revelar el riesgo, replantear el desarrollo

    Recuadro3.2Medirlasequameteorolgica

    La Organizacin Meteorolgica Mundial (OMM) adopt en 2009 el indicador normalizado de

    precipitaciones (INP) como estndar mundial para medir las sequas meteorolgicas, por medio de

    la Declaracin de Lincoln sobre ndices de sequa. La OMM est fomentando su uso por parte de los

    servicios nacionales de meteorologa e hidrologa, junto con los dems indicadores que se utilizan en

    cada regin. Su aceptacin ser sometida a la consideracin del Congreso Meteorolgico Mundial en

    su 16 Sesin, que se celebrar en junio de 2011.

    El indicador normalizado de precipitaciones (McKee et al., 1993, 1995) es un ndice potente, flexible y

    sencillo basado en datos de precipitacin, capaz de identificar periodos o ciclos hmedos y periodos

    o ciclos secos. El INP compara la precipitacin en un periodo dado normalmente de uno a 24 meses

    con el promedio de precipitaciones a largo plazo en el mismo lugar (Guttman, 1994; Edwards y McKee,

    1997).

    Sin embargo, hacen falta al menos 2030 aos (y preferiblemente 5060 aos) de datos de

    precipitacin mensual para calcular el INP (Guttman, 1994). Debido a la ausencia de series completas

    de datos para muchas ubicaciones y al hecho de que muchas regiones propensas a las sequas

    no tienen estaciones pluviomtricas suficientes, es posible que se tengan que aplicar tcnicas de

    (Fuente: Mestre, 2010)

    Extremadamente hmedo

    Moderadamente hmedo

    Muy hmedo

    Ligeramente hmedo

    Ligeramente seco

    Moderadamente seco

    Muy seco

    Extremadamente seco

    Diciembre 1991 Diciembre 1992

    Diciembre 1993

    Diciembre 1995

    Diciembre 1994

    Figura 3.3 Indicador

    normalizado de precipitaciones cada

    doce meses en Espaa, durante la

    sequa de 19911995.

  • 59

    Figura 3.4 Mapa global interpolado usando un indicador normalizado de precipitaciones a seis meses (abril a septiembre de 2010)

    -3,0 -2,5 -2 -1,5 -1 0,5 0 0,5 1 1,5 2 2,5 3,0

    (Fuente: Sivakumar etal., 2010)

    Figura 3.6 (derecha)Distribucin de estaciones meteorolgicas en Amrica Central

    Figura 3.5 (izquierda)Nmero promedio de estaciones meteorolgicas mantenidas por AEMET en Espaa, por ao

    1 000

    1 500

    2 000

    2 500

    3 000

    3 500

    4 000

    4 500

    5 000

    Nmero promedio de estaciones meteorolgicas

    1950 1960 1970 1980 1990 2000

    Ocano Pacfico

    Mar Caribe

    0 150 300

    (Fuente: Brenes Torres, 2010)

    (Fuente: Mestre, 2010)

    (Fuente: IRI, 2010)

    Tabla 3.1 Probabilidad de sequas usando un indicador normalizado de precipitaciones a tres meses

    INP Categora Nmero de incidencias cada 100 aos

    0 a -0,99 Ligeramente seco 33

    -1,00 a -1,49 Moderadamente seco 10

    -1,5 a -1,99 Muy seco 5

    < -2,0 Extremadamente seco 2,5

    interpolacin a las lagunas temporales y geogrficas de datos. La Tabla 3.1 muestra cmo se utiliza un

    INP a tres meses para calcular la probabilidad de que se produzcan distintas intensidades de sequa.

    La Figura 3.4 muestra la distribucin global de sequa o humedad meteorolgica a finales de

    septiembre de 2010, utilizando un INP a seis meses. En el mapa se indican en rojo las sequas en Rusia

    asociadas a incendios (ver el Captulo 1) y en el oeste de Brasil, pas que normalmente tiene un clima

    hmedo.

  • 60 Informe de evaluacin global sobre la reduccin del riesgo de desastres 2011Revelar el riesgo, replantear el desarrollo

    Tabla 3.2 Ejemplos de los impactos de las sequas agrcolas e hidrolgicas en el mundo

    Mortalidad y bienestar

    Al nivel internacional, muy pocas veces se registra el riesgo de mortalidad por sequas, y por tanto es posible que esa mortalidad sea notablemente ms alta que lo reportado. Muchas vctimas mortales no se documentan o se atribuyen a otras causas. Por ejemplo, en Mozambique solo se registraron 18 muertes en los reportes internacionales entre 1990 y 2009. En cambio, la base de datos de desastres de Mozambique registr 1 040 muertos en el mismo periodo (EM-DAT, 2010b; INGC, 2010).

    Los hogares rurales pobres cuyos medios de vida dependen de la agricultura de secano son ms vulnerables a la sequa y menos capaces de absorber y mitigar las prdidas. Las consecuencias son el aumento de pobreza, un desarrollo humano menor y efectos adversos en la salud, nutricin y productividad (de la Fuente y Dercon, 2008; EIRD/ONU, 2009), un poder adquisitivo cada vez ms bajo y el aumento de la desigualdad de ingresos (Rathore, 2005). Al igual que sucede con el pueblo navajo, los hogares rurales pobres normalmente no pueden movilizar suficientes activos para contrarrestar las prdidas de cultivos y ganado; al mismo tiempo la sequa tiende a menoscabar los mecanismos de respuesta de los hogares y comunidades porque durante largos periodos se ven afectados numerosos hogares al mismo tiempo.3

    3.3 Impactos de las sequas

    Pocos pases reportan de manera

    sistemtica las prdidas e impactos

    por sequas, a pesar de que sus

    efectos en la produccin agrcola, los

    medios de vida rurales, y los sectores

    urbanos y econmicos son evidentes y

    significativos. Las sequas contribuyen

    tambin a la migracin, el conflicto y la

    degradacin de los ecosistemas.

    En las sequas reportadas a nivel internacional desde 1900 han muerto ms de once millones de personas, y ms de dos mil millones han resultado afectadas (EM-DAT, 2010b), ms que por cualquier otra amenaza fsica especfica. La mayor parte de la mortalidad relacionada con las sequas registradas en EM-DAT, sin embargo, se produjo en pases afectados tambin por conflictos polticos y civiles. Pero desde los aos noventa la mortalidad por sequa registrada a escala internacional ha sido prcticamente insignificante, con tan solo 4 472 vctimas mortales entre 1990 y 2009 (EM-DAT, 2010b). Los impactos de las sequas no se registran de manera adecuada a nivel internacional, por razones que incluyen la falta de daos visibles salvo en el sector agrcola, la alta proporcin de prdidas indirectas frente a prdidas directas, y la complejidad de la mortalidad por sequa, que

    guarda una estrecha relacin con los medios de vida (Below etal., 2007).

    La ausencia de datos sistemticos hace imposible realizar una evaluacin mundial de los patrones y tendencias en los impactos y prdidas por sequa. La evidencia disponible, sin embargo, proporciona una buena indicacin de la magnitud y las interrelaciones entre los impactos en mortalidad, medios de vida rurales, seguridad alimentaria, produccin agrcola, desarrollo econmico y urbano, migracin, conflictos, medio ambiente y gasto pblico (Tabla 3.2).

    3.4 Factores del riesgo de sequa

    Los impactos de las sequas indican

    que hay mltiples factores que

    convierten la precipitacin inferior a la

    media, la escasa humedad del suelo y

    los bajos niveles hdricos en desastres

    para las poblaciones y las economas

    vulnerables. A falta de un modelo fiable

    de riesgo global de sequa, para este

    informe se comision la realizacin de

    estudios de caso en todo el mundo

    con el fin de identificar los factores

    que aumentan la vulnerabilidad y la

    exposicin y que, en determinadas

    situaciones, podran convertir la

    amenaza de sequa en riesgo.

  • 61

    Medios de vida rurales, seguridad alimentaria y produccin agrcola

    En el Caribe, la sequa de 20092010 redujo la cosecha de bananos en Dominica en un 43 por ciento; la produccin agrcola en San Vicente y las Granadinas descendi a niveles un 20 por ciento ms bajos que la media histrica; y la produccin de cebolla y tomate en Antigua y Barbuda baj entre un 25 y un 30 por ciento.

    Australia sufri prdidas por valor de 2 340 millones de dlares durante la sequa de 20022003, y su PIB se redujo en un 1,6 por ciento. Dos terceras partes de las prdidas se dieron en el sector agrcola, y el resto se atribuyeron a repercusiones en cadena en otros sectores econmicos (Horridge et al., 2005).

    Durante la sequa de 2002 en la India, la produccin de cereales descendi hasta 183 millones de toneladas, en comparacin con los 212 millones de toneladas del ao anterior (Shaw et al., 2010).

    En la sequa de 20072008 en la Repblica rabe Siria, el 75 por ciento de los agricultores del pas tuvieron prdida total de cosechas, y ms de un ao despus de su terminacin el nmero de cabezas de ganado segua siendo un 50 por ciento inferior al nivel anterior a la sequa (Erian et al., 2010).

    Mozambique es uno de los pocos pases que cuentan con una base de datos sobre desastres que registra sistemticamente las prdidas por sequas (INGC, 2010), por lo que se hace visible la verdadera magnitud del riesgo por sequa. Desde 1990, los eventos de sequa daaron ocho millones de hectreas de cultivos (la mitad de ellos quedaron destruidos) y afectaron a 11,5 millones de personas (Figura 3.7). Por tanto, la escasez de registros a nivel internacional de prdidas por sequas oculta el riesgo de sequa y el imperativo poltico y econmico para su reduccin, adems de ocultar tambin las importantes implicaciones para los medios de vida de los pequeos agricultores, especialmente personas mayores, mujeres y hogares con una mujer como cabeza de familia.

    Desarrollo urbano y econmico

    Las sequas reducen la disponibilidad de agua para uso domstico e industrial y para la generacin de energa, lo que afecta a las ciudades y los sectores no agrcolas de la economa. Durante la sequa de 19911992 en Zimbabwe, por ejemplo, la escasez de agua y electricidad y el descenso de un 9,5 por ciento en la productividad del sector manufacturero provocaron una reduccin del dos por ciento en los ingresos por exportaciones (Robinson, 1993; Benson y Clay, 1998). El costo total para la economa del descenso en la produccin de energa como consecuencia de la sequa fue de ms de 100 millones de dlares y 3 000 empleos (Benson y Clay, 1998).

    En 2008, en el sureste de los Estados Unidos de Amrica, una intensa sequa puso en peligro el suministro de agua para la refrigeracin de ms de 24 de los 104 reactores nucleares del pas. La sequa y la ola de calor que afectaron a Europa en 2003 redujeron la capacidad de generacin de energa nuclear de Francia en un 15 por ciento durante cinco semanas, y adems causaron un descenso del 20 por ciento en la produccin hidroelctrica del pas (Hightower y Pierce, 2008). Durante la peor parte de la sequa sufrida por Espaa entre 1991 y 1995, la produccin hidroelctrica disminuy en un 30 por ciento, y en las ciudades 12 millones de personas sufrieron grandes restricciones en la disponibilidad de agua (Mestre, 2010).

    Migracin Las sequas estn ligadas a la migracin. En la Repblica rabe Siria, tras sucesivas prdidas de cosechas entre 2007 y 2009, un milln de personas abandonaron las zonas rurales para trasladarse a las ciudades (Erian et al., 2010). En respuesta a la persistencia de las sequas y a los medios de vida rurales precarios, a lo largo del siglo XX la mitad de la poblacin rural mexicana emigr a los centros urbanos (Neri y Briones, 2010).

    En Rajastn, la India, las sequas provocan peridicamente migracin forzada, aumentos en el nivel de deuda y de prstamos, un consumo alimenticio ms bajo, desempleo y deterioro de la salud (Rathore, 2005). Dado que en los ltimos cien aos ha habido 47 aos con sequa, el impacto en los medios de vida rurales puede ser profundo.

    La migracin produce cambios en los patrones de toma de decisiones de los hogares, y a menudo hace aumentar el nmero de hogares con una mujer como cabeza de familia. Estudios de caso de Jordania y Lbano demuestran que la dinmica familiar y el papel pblico desempeado por las mujeres pueden tambin transformarse significativamente como resultado de la migracin por sequas (Erian et al., 2010).

    Conflicto Las sequas contribuyen a hacer ms probables los conflictos, pues causan desplazamientos y migracin, incrementan la competencia por recursos escasos y exacerban las tensiones tnicas, y tambin alientan a los agricultores rurales pobres a unirse a grupos armados de resistencia (Barnett y Adger, 2007; Reuveny, 2007). Desde la dcada de 1950 las sequas han precipitado olas de migracin y han contribuido a intensos conflictos en la India y Bangladesh, y las sequas de los aos ochenta y noventa fueron un factor determinante en los conflictos tnicos y enfrentamientos fronterizos entre Mauritania y Senegal (Reuveny, 2007).

  • 62 Informe de evaluacin global sobre la reduccin del riesgo de desastres 2011Revelar el riesgo, replantear el desarrollo

    3.4.1 Disminucin de las precipitaciones, variabilidad climtica y cambio climtico

    La precipitacin ha descendido en muchas regiones en el ltimo siglo. En zonas que padecen un estrs hdrico cada vez mayor, incluso episodios de sequas menos intensas se estn manifestando como sequas agrcolas o hidrolgicas. Las zonas que sufren mayor grado de estrs hdrico en condiciones normales son las primeras en sentir impactos por sequa cuando disminuye la precipitacin (Tabla 3.3).

    3.4.2 Pobreza y vulnerabilidad rural

    Los estudios de caso de todas las regiones confirman la conclusin del Informe de evaluacin global 2009: el riesgo de sequa est ntimamente ligado a la pobreza y la vulnerabilidad rural (Tabla 3.4) (EIRD/ONU, 2009). Dichos estudios ponen de relieve que, desde Brasil y Mxico hasta la India y Sudfrica, los hogares rurales pobres cuyos medios de vida dependen de la agricultura de subsistencia de secano estn muy expuestos y son muy vulnerables a la sequa, y tienen adems menor capacidad para amortiguar y absorber sus impactos. La pobreza

    Conflicto Un anlisis de las sequas producidas en un periodo de 1 100 aos en el frica ecuatorial oriental demostr que las sequas indujeron hambrunas, inestabilidad poltica y migracin a gran escala en los seis siglos anteriores a 1895 (Verschuren et al., 2000). Tambin es posible que hayan sido un factor determinante en la Revolucin Mexicana de 1910 (Neri y Briones, 2010). Ms recientemente, las sequas se relacionaron con los disturbios de los aos ochenta en Marruecos (Swearingen, 1992) y contribuyeron a la secesin de Eritrea de Etiopa en 1991 (Reuveny, 2007).

    Medio ambiente

    Las sequas afectan a hbitats, masas de agua, ros y arroyos, y pueden tener importantes impactos ecolgicos, al aumentar la vulnerabilidad y la migracin de las especies y causar prdida de biodiversidad (Lake, 2003; NDMC, 2006; Shaw et al., 2010). Entre 1999 y 2005, las sequas contribuyeron a la prdida de por lo menos 100 000 hectreas de marismas salinas a lo largo de la costa de Florida (Silliman et al., 2005). En Espaa, la sequa de 19911995 fue la causa indirecta del drenaje de humedales, lo que a su vez provoc la intrusin de agua salada en acuferos costeros; y la zona sur del pas afectada por incendios forestales aument en un 63 por ciento en comparacin con el decenio anterior (Mestre, 2010).

    Gasto pblico Los efectos en cadena indican mayor competencia y conflicto entre los diferentes sectores de usuarios del agua y la necesidad de que los gobiernos incrementen las partidas de gastos en ayudas y compensaciones. En Andhra Pradesh, la India, por ejemplo, el riego de los campos de arroz depende cada vez ms del bombeo de aguas subterrneas. Como la energa para los sistemas de bombeo est subvencionada por el gobierno, el resultado es una reduccin an mayor en los niveles de aguas subterrneas, y por tanto el cultivo de arroz consume fondos pblicos y contribuye a los cortes peridicos en el suministro elctrico (Lvovsky et al., 2006). El costo de la asistencia alimentaria y no alimentaria que se facilit a diez pases del sur de frica afectados por la sequa de 19911992 sobrepas los 950 millones de dlares; y durante la sequa de 20072009 en Kenya el 70 por ciento de la poblacin de una de las regiones tuvo que depender de la ayuda alimentaria (Holloway, 1995; Galu et al., 2010).

    Figura 3.7 Daos en cultivos

    por sequas en Mozambique,

    19902009

    U N I T E D R E P U B L I C

    O F

    T A N Z A N I A

    Z A M B I A

    Z I M B A B W E

    S O U T H

    A F R I C A

    SWAZI-LAND

    M A

    L A

    W I

    MOZ A

    MBI Q

    UE

    HARARE

    MBABANE MAPUTO

    LILONGWE

    10 S 10 S

    20 S 20 S

    40 E

    40 E

    30 E

    30 E

    0 200 400 km100

    Daos en cultivos (hectreas)

    600120000

    2000140000

    >40000

  • 63

    Tabla 3.3 Ejemplos y estimaciones de variabilidad y cambio climtico como factor del riesgo de sequa

    India: escenarios climticos

    Maharashtra, en la India, alberga a casi cien millones de personas. La mayora trabaja en el sector agrcola, principalmente en explotaciones a pequea escala y marginales (ECA, 2009). La agricultura de la zona depende de la lluvia para una buena parte del agua que necesita, y por tanto incluso un pequeo descenso en las precipitaciones puede amenazar la seguridad alimentaria de millones de personas. El anlisis de 22 modelos climticos indica que las sequas que ocurren una vez cada 25 aos podran pasar a producirse cada ocho aos en las prximas dcadas (ECA, 2009).

    frica subsahariana: pequeos agricultores afectados por el cambio climtico

    El Cuarto Informe de Evaluacin del IPCC afirma que en Sudfrica los ingresos netos por cultivos podran disminuir en un 90 por ciento para 2100, y que los pequeos agricultores seran los ms afectados (Boko et al., 2007). En algunas regiones de Mali la precipitacin anual ha disminuido en 200 mm en comparacin con hace 50 aos, y los distintos escenarios climticos sugieren que la mayor frecuencia de las sequas en las prximas dcadas podra reducir la produccin agropecuaria en 300 millones de dlares al ao (ECA, 2009).

    China: prdidas de cultivos por variabilidad y cambio climtico

    Entre 2004 y 2007 los agricultores chinos perdieron cerca de 8 000 millones de dlares de cultivos a causa de las sequas (McKinsey Climate Change, 2009). En el norte y el noreste del pas, que son regiones propensas a las sequas, para el ao 2030 las prdidas anuales de cultivos por sequas podran equivaler a entre el 6 y el 7 por ciento del rendimiento total si se producen los descensos pronosticados en las precipitaciones durante los meses crticos de la temporada de crecimiento. Segn este escenario, las prdidas anuales por sequas podran alcanzar 9 000 millones de dlares solo en el noreste de China (McKinsey Climate Change, 2009).

    Tabla 3.4 Ejemplos de pobreza y vulnerabilidad como factores del riesgo de sequa

    Kenya y Brasil: falta de riego y almacenamiento de agua

    En el distrito Mwingi, Kenya, entre el 70 y el 80 por ciento de la poblacin depende de la agricultura de secano y la produccin ganadera como fuente de alimentos e ingresos, y el 60 por ciento subsiste con un dlar al da o menos (Galu et al., 2010). Por lo tanto, cuando se produce una sequa puede arrasar ingresos e inversiones y dejar a las comunidades con muy pocos medios para contrarrestar las prdidas. Durante la sequa de 20082009, por ejemplo, el 70 por ciento de la poblacin dependi de la ayuda alimentaria, y aunque esta ayuda consigui evitar una crisis de seguridad alimentaria, tambin revel la extrema vulnerabilidad de los medios de vida rurales agrcolas y agropastorales (Galu et al., 2010).

    En Cear, Brasil, el riesgo de sequa agrcola est concentrado en los pequeos agricultores cuyos medios de vida dependen enteramente de la agricultura de secano y que no ostentan derechos al agua ni tienen acceso a infraestructuras de riego y almacenamiento de agua. En consecuencia, en estas comunidades rurales el PIB per cpita es solo un tercio del de los asentamientos urbanos situados a lo largo de la costa, y los valores del ndice de Desarrollo Humano en los distritos rurales se encuentran por debajo de 0,65, en comparacin con 0,70 en el conjunto de Brasil (Svio Martins, 2010; PNUD, 2010).

    Mxico: expansin de la produccin intensiva de cultivos comerciales y urbanizacin

    En Mxico las polticas de gestin del agua y tenencia de la tierra datan de la revolucin de 1910 y se basan en la propiedad comunal de la tierra y el agua por parte de pequeos agricultores, sistema que recibe el nombre de ejido. El 25 por ciento de estos agricultores viven en la pobreza absoluta. La expansin de la agricultura intensiva de mercado y la urbanizacin han forzado la venta de los derechos al agua, con lo que la poblacin rural pobre ha quedado relegada a cultivar tierras marginales de una forma intensiva, con lo que crece an ms el riesgo de sequa (Fitzhugh y Richter, 2004). En la actualidad, los ejidos no pueden competir con los grandes agricultores y la agroindustria, y en Sonora el riesgo de sequa agrcola va en aumento porque cerca del 75 por ciento del agua de riego ha sido asignado a este sector (Neri y Briones, 2010).

    Honduras: limitaciones en el acceso a los crditos

    En Honduras el 67 por ciento de la poblacin rural est compuesto de agricultores de subsistencia, pero solo el dos por ciento de ellos tiene acceso a crditos formales que podran facilitar la inversin en mejor equipo y proteccin contra los impactos de la sequa (Brenes Torres, 2010). Las prdidas por sequa en Honduras y otros pases de Amrica Central hacen aumentar el abandono escolar, el nivel de deuda en el medio rural, la migracin del campo a la ciudad, la venta forzada de tierras y el nmero de personas desempleadas (Brenes Torres, 2010).

  • 64 Informe de evaluacin global sobre la reduccin del riesgo de desastres 2011Revelar el riesgo, replantear el desarrollo

    rural es, por tanto, a la vez una causa y una consecuencia del riesgo por sequa. En muchos lugares, como puso de manifiesto el ejemplo del pueblo navajo, las personas pueden haberse visto obligadas a ubicarse en tierras marginales expuestas a sequas, sin acceso a tecnologas de riego o semillas resistentes a las sequas que podran reducir su vulnerabilidad. El acceso limitado a crditos y a seguros asequibles limita an ms su resiliencia.

    Por ejemplo, en el frica subsahariana las instalaciones de almacenamiento de agua son muy precarias: la capacidad promedio de almacenamiento per cpita es de 200metroscbicos al ao, en comparacin con 1277metros cbicos en Tailandia y 5 961 en Amrica del Norte (Grey y Sadoff, 2006; Foster y Briceno-Garmendia, 2010). Sin embargo,

    estos promedios ocultan variaciones notables: Etiopa y Sudfrica tienen capacidades de almacenamiento de 38 y 687 metros cbicos, respectivamente. Las necesidades totales de capital para el desarrollo de una infraestructura hdrica adecuada en el frica subsahariana se estimaron en 15 000 millones de dlares aproximadamente para 20062015 (Foster y Briceno-Garmendia, 2010).

    Para los hogares rurales vulnerables, incluso los episodios de sequa menos intensos pueden causar prdidas de produccin, con efectos devastadores para unos medios de vida ya de por s precarios y no diversificados. Muchos de estos hogares, apenas capaces de subsistir en aos favorables, son incapaces de movilizar los activos necesarios para mitigar las prdidas, por lo que su situacin se agrava an ms. Estos impactos

    PDSI 1

    4

    2

    0

    -2

    -4

    Recuadro3.3Tendenciasenlaaridezdesde1900

    La evidencia indica que el mundo se ha tornado ms seco a lo largo del siglo pasado. No cabe duda

    que la aridez ha aumentado desde los aos setenta en partes de frica, el sur de Europa, el este y el

    sur de Asia y el este de Australia, con lo que se han producido cambios en los datos de lnea de base

    sobre precipitaciones y se ha complicado an ms la labor de monitoreo de las sequas (Trenberth et al.,

    2007; Dai, 2010). Por ejemplo, entre los aos cincuenta y ochenta el porcentaje de superficie de tierra

    clasificada como seca era de entre el 10 y el 14 por ciento; en la dcada pasada aument a entre el 25

    y el 30 por ciento (Dai, 2010). Un motivo de ello es que las temperaturas ms altas tanto del aire como de

    la superficie terrestre han aumentado la evaporacin.

    Las tendencias en precipitaciones globales en un siglo, medidas usando el ndice mensual de intensidad

    de la sequa de Palmer (Figura 3.8), revelan una tendencia general a la aridez en el Sahel y el sur de

    frica, el centro de Brasil, el sur de Europa, Irn (Repblica Islmica del), Indonesia, noreste de China, y

    noreste de Australia (Trenberth et al., 2007).

    Figura 3.8 Tendencias en las

    precipitaciones globales desde 1900 medidas

    usando el ndice de intensidad de la sequa de Palmer

    (PDSI)

    (Fuente: Adaptado por EIRD/ONU de Dai etal., 2004)

  • 65

    Tabla 3.5 Ejemplos de la creciente demanda de agua como factor del riesgo de sequa

    Estados Unidos de Amrica: se dispara la demanda de agua

    Phoenix, Arizona, se est quedando seco. Ya en los aos cuarenta, la demanda de agua por el crecimiento de poblacin y el desarrollo econmico superaba la cantidad disponible (Fitzhugh y Richter, 2004). Se construyeron embalses en los ros Salt y Verde para aumentar la disponibilidad de agua, pero los dos ros pronto se secaron y nicamente llevan agua cuando llueve. Aunque se sigui extrayendo agua en exceso de los acuferos de la regin, en 1980 Phoenix empez a trasvasar agua del ro Colorado. Se espera que para el ao 2025 la ciudad habr crecido en un 50 por ciento ms (Fitzhugh y Richter, 2004), y el Cuarto Informe de Evaluacin del IPCC advierte que esta regin sufrir sequas an ms frecuentes e intensas (IPCC, 2007).

    China: impacto del crecimiento econmico

    El crecimiento econmico de China ha coincidido con periodos de escasez de agua en el norte del pas (WWAP, 2009a). Entre 1949 y 2006 la demanda anual de agua en la cuenca del ro Amarillo se increment de 10 000 a 37 500 millones de metros cbicos. La causa de ello fue la expansin de la agricultura de regado, que desde la dcada de los 50 y hasta el 2000 creci en la zona de 8 000 a 75 000 km2, y de las centrales hidroelctricas, que ahora generan 40 TWh al ao para atender la creciente demanda del sector industrial chino (WWAP, 2009b). Los impactos de este crecimiento han hecho que la regin sea muy vulnerable a las sequas. En la dcada de 1990 se secaron los manantiales de Jinan, la ciudad de los manantiales, y entre 1995 y 1998 estuvieron secos 700 km del bajo ro Amarillo durante 120 das del ao (WWAP, 2009b).

    Espaa y el Caribe: efectos del crecimiento de la industria del turismo y del ocio

    En la industria del turismo el consumo de agua per cpita suele ser entre tres y diez veces mayor que la demanda local (Fernndez y Graham, 1999), y el consumo total del sector turstico est creciendo de manera espectacular (Iglesias et al., 2007; Farrell et al., 2010). Cuando aumenta la competencia por el agua, la agricultura suele salir perdiendo.

    En Espaa, solo las viviendas vacacionales y los campos de golf han hecho aumentar la demanda de agua en 30 millones de metros cbicos al ao (Iglesias et al., 2007). Adems, el turismo produce grandes variaciones estacionales en el uso del agua que pueden causar sequas hidrolgicas en la temporada alta, pues suele coincidir con los periodos ms secos y soleados (Farrell et al., 2010). En el Mediterrneo, la industria turstica de temporada aumenta la demanda anual de agua en las comunidades afectadas entre un 5 y un 20 por ciento como mnimo (Iglesias et al., 2007; WWAP, 2009a).

    En Mallorca, el nmero anual de turistas prcticamente se duplic entre 1989 y 2000 para situarse en los ocho millones, con lo que sobrepasa a la poblacin local por ms de diez a uno. Por ello, durante las sequas de mediados de la dcada de los noventa, el gobierno de Espaa tuvo que enviar agua dulce en barco desde la pennsula, a un costo de 42 millones de euros (Garca y Servera, 2003; Iglesias, 2007).

    Muchas islas del Caribe oriental sufren ya escasez de agua, pues disponen de menos de mil metros cbicos per cpita al ao. Sin embargo, la sequa agrcola de 20092010 se debi ms a las restricciones impuestas a la agricultura por la asignacin del agua a otros sectores que a la ausencia de lluvias (Farrell et al., 2010).

    se autorefuerzan, y son ms pronunciados en las comunidades pobres. Cada sequa erosiona los medios de vida un poco ms, y hace ms vulnerables a los hogares y las comunidades frente a futuras sequas y otras amenazas (Wilhite y Buchanan-Smith, 2005). A nivel macroeconmico, es posible que las instituciones no tengan la capacidad necesaria para proporcionar ayuda o compensaciones en casos de sequas, o que no estn dispuestas a rendir cuentas ante comunidades discriminadas por motivos polticos y tnicos (Wilhite y Buchanan-Smith, 2005). De este modo, los impactos de las sequas agrcolas pueden convertirse en crisis de seguridad alimentaria (Devereux, 2007).

    3.4.3 Mayor demanda de agua a causa de la urbanizacin, la industrializacin y el crecimiento de la agroindustria

    El desarrollo urbano y econmico no es un factor que, en s mismo, impulse el riesgo de sequa. Sin embargo, una buena parte del desarrollo se planifica y autoriza sin tener en cuenta la disponibilidad de agua, y sin tomar medidas adecuadas para la gestin y conservacin del agua (Tabla 3.5). Los estudios de caso ponen de relieve que en regiones y pases que ya sufren estrs hdrico, el crecimiento de la agricultura intensiva, el desarrollo urbano, el

  • 66 Informe de evaluacin global sobre la reduccin del riesgo de desastres 2011Revelar el riesgo, replantear el desarrollo

    turismo y otros sectores econmicos producen demandas mayores y conflictivas por unos recursos hdricos cada vez ms escasos. Este es uno de los principales factores del riesgo de sequas tanto hidrolgicas como agrcolas, pero pocas veces se tiene en cuenta en la planificacin del desarrollo (Wilhite y Pulwarty, 2005).4

    La competencia por el agua dulce ya existe, y se espera que aumente como consecuencia del incremento en la demanda de agua a causa del crecimiento de la poblacin y el desarrollo econmico. Estos dos procesos determinan la relacin entre el suministro y la demanda de agua en un grado mucho mayor que el cambio climtico (Vrsmarty etal., 2000). A escala mundial, la demanda anual de agua se ha triplicado desde 1960, y en la actualidad crece al ritmo de 64 000 millones de metros cbicos anuales (WWAP, 2009a). El crecimiento no ha sido uniforme. Los pases desarrollados consumen ms agua per cpita que la mayora de los pases en desarrollo (Figura 3.9), y el comercio global ha hecho posible que algunos pases consuman agua ms all de sus propias fronteras. Europa, por ejemplo, importa grandes cantidades de algodn, cultivo muy intensivo en agua producido en muchas regiones de escasez hdrica, es decir, regiones que cuentan con menos de 1 700 metros cbicos de agua por persona y ao (WWAP, 2009a). Para 2025, se calcula que 1 800 millones de personas vivirn

    en pases o regiones con escasez de agua, y para 2030 casi la mitad de la poblacin mundial vivir en zonas con alto estrs hdrico (ONU-Agua, 2007; OCDE, 2008).

    La demanda industrial de agua tiende a aumentar con la riqueza relativa. Puede oscilar entre menos del 10 por ciento de la demanda total en pases de ingresos bajos y medios hasta cerca del 60 por ciento en los pases de ingresos altos (WWAP, 2009a). El desarrollo econmico, y el turismo en particular, intensifican la competencia por este recurso, a menudo en zonas que ya tienen estrs hdrico, como el sur de Espaa o el Caribe oriental.

    3.4.4 Gestin inadecuada del suelo y del agua

    Se han registrado sequas agrcolas en zonas de Bangladesh, donde la precipitacin media anual es de 2 300 mm, en la Repblica Democrtica Popular Lao, donde la precipitacin es de 3200mm, y en Camboya donde un INP de +2,7 corresponde a un exceso de agua y posibles inundaciones (Shaw etal., 2010). Sin embargo, la Tabla 3.6 muestra que las precipitaciones y los valores del INP no reflejan la disponibilidad de agua en embalses, ros y sistemas de canales, lo que hace patente una vez ms que las sequas meteorolgicas no son siempre un indicador preciso de la amenaza por sequa.

    Figura 3.9 Promedio de

    consumo de agua por pas per cpita

    (19972001)

    (Fuente: Hoekstra y Chapagain, 2008 (modificado y citado en WWAP, 2009a))

    Metros cbicos anuales per cpita

    600800 8001000 10001200 12001300 13001500 15001800 18002100 21002500 Sin datos

  • 67

    Tabla 3.6 Ejemplos de gestin inadecuada del agua y el suelo como factor del riesgo de sequa

    Arabia Saudita: introduccin de cultivos intensivos en agua

    En los aos setenta el gobierno de Arabia Saudita introdujo una poltica de autosuficiencia en la produccin de trigo, y proporcion subvenciones para su cultivo. Entre 1972 y 1991 la tierra empleada para la produccin agrcola pas de 0,4 millones a 1,6 millones de hectreas (Arabia Saudita, 1992), y a principios de la dcada de 1990 el pas ya era el sexto productor de trigo del mundo. En 1992 la produccin nacional del grano fue de 4,25 millones de toneladas, por lo que sobrepasaba fcilmente la demanda domstica de 1,22 millones de toneladas (Abderrahman, 2001; Karam, 2008). Pero este nivel de produccin dependa del regado y de la extraccin de aguas subterrneas, que entre 1980 y 1992 creci de 1 850 a 29 826 millones de metros cbicos al ao (Arabia Saudita, 1990; Dabbagh y Abderrahman 1997), lo que supona para el pas un peligro de sequa sin precedentes. La poltica de autosuficiencia en trigo se hizo tan cara y dren los acuferos de un modo tan espectacular que al final tuvo que ser abandonada. Ahora la intencin de Arabia Saudita es depender completamente de la importacin de trigo para el ao 2016 (Karam, 2008).

    Viet Nam: deforestacin y cambios en patrones de produccin

    En la provincia de Ninh Thuan de Viet Nam las precipitaciones han ido aumentando con el tiempo. Pero las sequas se han hecho ms frecuentes, porque las lluvias se estn haciendo ms variables y la demanda de agua va en aumento en todos los sectores de la economa (Shaw et al., 2010). Las necesidades agrcolas son el factor contribuyente ms importante de la demanda de agua, y se calcula que aumentar en un 150 por ciento entre 2015 y 2020, mientras que a la vez se duplicarn las necesidades de la acuicultura, la industria y el medio ambiente. La deforestacin y los cambios en los patrones de produccin (por ejemplo, un mayor cultivo del camarn) han reducido an ms el suministro e intensificado la demanda. En los ltimos 40 aos la disponibilidad de agua per cpita y ao en Ninh Thuan se ha reducido de 17 000 a 4 600 metros cbicos (Tinh, 2006), lo que ha provocado una guerra del agua entre la agricultura, la acuicultura, la industria y el turismo.

    Mxico: sobrepastoreo y gestin de pastizales

    La gestin de los pastizales presenta retos tambin para la efectividad de la gestin del riesgo de sequa. Muchos ganaderos hacen uso excesivo del pastoreo, y en Sonora, Mxico, los rebaos de ganado pueden llegar a duplicar o triplicar la capacidad de la tierra (Neri y Briones, 2010). Este mismo problema se observ ya en la Nacin Navajo a pesar de las restricciones impuestas en el tamao de los rebaos, y guarda relacin tanto con la especie de ganado elegido como con las condiciones medioambientales (Redsteer et al., 2010).

    3.4.5 Gobernanza del riesgo dbil o ineficaz

    Los estudios de caso pusieron de manifiesto capacidades dbiles o ineficaces de gobernanza del riesgo para hacer frente a los riesgos de sequa, y pocos pases aparte de Australia y la India han desarrollado polticas o marcos nacionales sobre el riesgo de sequa (Tabla3.7). A pesar de todo, se est avanzando en la gestin del riesgo de sequa, especialmente en pronsticos, alerta temprana, preparativos, respuesta, y desarrollo de mecanismos compensatorios como los seguros y los programas de empleo temporal. La alerta temprana es un elemento de importancia crucial en la gestin del riesgo de sequa, y los pronsticos estacionales y modelos climticos informan las decisiones sobre qu y cundo sembrar. Sin embargo, los seguros y los mecanismos de transferencia del riesgo

    pueden no estar al alcance de los hogares rurales pobres, que son los que ms los necesitan para contrarrestar sus riesgos. Adems, es posible que las medidas compensatorias como la ayuda en casos de sequa sirvan en realidad para premiar la gestin deficiente de los recursos y castiguen a aquellos que aplican polticas proactivas de mitigacin de sequa por causa de las cuales no tienen derecho a recibir ayuda (Wilhite y Pulwarty, 2005).

    3.5 De la amenaza de sequa al riesgo de sequa

    Dado que los impactos de la

    sequa no se registran de manera

    sistemtica y que hay limitaciones

    en los datos para modelizar la

    amenaza por sequa, an no ha sido

  • 68 Informe de evaluacin global sobre la reduccin del riesgo de desastres 2011Revelar el riesgo, replantear el desarrollo

    Tabla 3.7 Ejemplos de baja capacidad de gobernanza del riesgo como factor del riesgo de sequa

    Mxico: los gobiernos conceden escasa prioridad a las sequas

    De los 16 millones de hectreas de terrenos agrcolas de Sonora, Mxico, el 87 por ciento son tierras de secano muy vulnerables a las sequas agrcolas. Estas tierras aportan el 70 por ciento de la produccin agrcola (Neri, 2004; Neri y Briones, 2010). Sin embargo, no hay un sistema de alerta temprana contra sequas, ni se registran sistemticamente los impactos de las sequas. Un estudio revel que esta situacin no se debe a la falta de datos meteorolgicos o a incapacidad para realizar pronsticos estacionales de sequas, sino que refleja la escasa prioridad concedida por las autoridades a la gestin del riesgo de sequas y a las comunidades rurales pobres (Neri y Briones, 2010). En Sonora no hay un marco de polticas pblicas para la gestin del riesgo de sequa, y temas como la gestin de los recursos hdricos y los pastizales se pierden en las fisuras entre las autoridades de proteccin civil, que dan preferencia a la respuesta de emergencia, y otros departamentos gubernamentales.

    Viet Nam: fragmentacin de responsabilidades en la gestin del riesgo de sequa

    En Viet Nam las instituciones del gobierno hacen frente a los riesgos asociados a las inundaciones anuales y los ciclones tropicales, pero no estn bien equipadas para reducir y gestionar el riesgo de sequa. La responsabilidad por el riesgo de sequa est centralizada en el gobierno nacional, pero la gestin de los factores de riesgo de sequa est repartida entre diversas instituciones responsables de la gestin de los bosques, de la agricultura y del uso del agua y el suelo (Shaw et al., 2010).

    Bangladesh: capacidades locales dbiles de gobernanza del riesgo de sequa

    El noroeste de Bangladesh recibe 1 329 mm de lluvia al ao, la mitad del promedio nacional, y es propenso a frecuentes sequas que la mayora de los gobiernos locales no estn bien equipados para gestionar. El riesgo de sequa se relaciona con la resiliencia de los hogares, y a la vez con la capacidad institucional de los gobiernos locales. Los de Tanore y Shibganj tienen una resiliencia institucional muy baja. No han integrado el riesgo de sequa en sus planes de gestin de desastres ni han elaborado polticas eficaces de gestin del riesgo de sequa o programas de formacin prctica, y su coordinacin con otras instituciones gubernamentales y ONG es deficiente (Shaw et al., 2010; Habiba et al., 2011). Los comits locales de gestin de desastres de estos subdistritos no han puesto en marcha programas de concienciacin pblica ni han organizado prcticas de simulacros de desastres al nivel de los hogares, ni siquiera durante las sequas.

    Marruecos: conflicto y uso excesivo de agua

    La ausencia de una gestin eficaz del riesgo de sequa queda agravada con frecuencia por capacidades institucionales y financieras inadecuadas, particularmente en el gobierno local (Shaw et al., 2010). Para gestionar con mayor eficacia las escasas aguas subterrneas durante las sequas, en los aos noventa Marruecos promulg una serie de reformas que incluyeron la privatizacin de los derechos al agua. Las nuevas polticas entraron en conflicto con costumbres tribales y creencias religiosas, y ante la incapacidad del gobierno de hacer cumplir las normativas la sobreexplotacin de las aguas subterrneas sigui adelante (Doukkali, 2005).

    posible desarrollar modelos globales

    de riesgos por sequa. Pero es

    importante construir estos modelos

    a todas las escalas para aumentar

    la visibilidad del riesgo y potenciar el

    imperativo poltico y econmico de

    gestin del riesgo de sequa.

    Al igual que la sequa meteorolgica no es sinnimo de amenaza por sequa, las amenazas por sequas agrcola e hidrolgica no son sinnimo de riesgo. Como en el caso de otras

    amenazas, la conversin de sequa en riesgo depende de factores asociados a la vulnerabilidad y la exposicin.

    An no es posible desarrollar modelos para sequas similares a los que ya se usan para analizar las tendencias en los riesgos de ciclones tropicales e inundaciones (ver el Captulo2), pues no se dispone de datos suficientes y adecuados. Los intentos previos de modelizar el riesgo global de sequa (ver el Recuadro 3.4) no han producido resultados satisfactorios.

    Iniciativas como el Monitor Nacional de Sequas en los Estados Unidos de Amrica, FEWS Net,

  • 69

    Recuadro3.4Modelizacinglobaldelriesgodesequa

    El ndice de riesgo de mortalidad por sequa propuesto por el Programa de Naciones Unidas para

    el Desarrollo (PNUD, 2004) no tuvo xito porque la mayora de las sequas no producen vctimas

    mortales, y la mayor parte de la mortalidad por sequas reportada a nivel internacional se concentra

    en pases en situacin de conflicto o crisis poltica. Solamente se encontraron correlaciones dbiles

    entre la poblacin expuesta a sequas meteorolgicas y la mortalidad atribuida a las sequas (PNUD,

    2004). Los impactos de las sequas en el desarrollo humano podran ser un criterio ms adecuado que

    la mortalidad para calcular el riesgo para las personas. Sin embargo, aunque tales impactos quedan

    a veces documentados en algunos lugares (de la Fuente y Dercon, 2008), no se dispone de datos

    nacionales sistemticos que permitan calibrar un modelo de riesgo global.

    Un estudio del Banco Mundial (Dilley et al., 2005) tuvo ms xito porque produjo mapas de riesgo

    global referidos tanto al riesgo de mortalidad como al riesgo de prdidas econmicas. El riesgo fue

    calculado como funcin de la exposicin a las sequas meteorolgicas, de la densidad de poblacin y

    del PIB agrcola nacional, con un indicador proxy de la vulnerabilidad, calibrado usando la mortalidad

    y las prdidas econmicas registradas por cada regin geogrfica y de ingresos. Sin embargo, la

    exactitud de los resultados es dudosa, dado que las sequas meteorolgicas no son una buena

    representacin de la amenaza y que, como ya se ha dicho, la mortalidad no es una medida adecuada

    para modelizar los impactos sobre las personas.

    AGRHYMET y el Observatorio del Sahara y del Sahel (OSS) en frica, el modelo PODIUM del Instituto Internacional para la Gestin del Agua (IWMI) y el modelo AquaCrop de la FAO, as como los estudios del Banco Mundial en la India (Recuadro 3.5), demuestran que el riesgo de sequa se puede modelizar en contextos especficos cuando se dispone de datos. Explicar de manera sistemtica las prdidas e impactos que causan las sequas y construir modelos fiables del riesgo de sequa a todas las escalas, desde la local a la global, es importante para aumentar la visibilidad del riesgo de sequa y potenciar imperativos polticos y econmicos que favorezcan su reduccin.

    Como se ha demostrado en este captulo, el riesgo de sequa se construye socialmente, al menos en parte, y se caracteriza por sus mltiples vas de retroalimentacin entre los diferentes factores. Por ejemplo, la ausencia de registros sistemticos de prdidas e impactos causados por sequas, especialmente los relacionados con los hogares rurales pobres y vulnerables, contribuye a disminuir su visibilidad poltica y econmica, hecho que queda reflejado en unos imperativos dbiles para abordar los factores subyacentes del riesgo y fortalecer la gobernanza del riesgo. Las polticas que promueven el desarrollo

    econmico y urbano en zonas que sufren escasez de agua pueden transferir el riesgo de sequa a los pequeos agricultores. Los programas de ayuda en casos de sequa para paliar impactos a corto plazo pueden servir para aumentar la dependencia de la ayuda e incrementar la vulnerabilidad en zonas que sern an ms propensas a las sequas como consecuencia del cambio climtico.

    Los esfuerzos internacionales por desarrollar y aplicar criterios para la identificacin y el seguimiento de las sequas son importantes puntos de partida para abordar el riesgo de sequa. Pero deben ir acompaados por el desarrollo de mecanismos para el registro sistemtico de las prdidas e impactos de las sequas, y para la evaluacin y estimacin exhaustiva del riesgo de sequa, como prximo paso imprescindible para elevar el perfil del riesgo de sequa.

    Los pronsticos, la alerta temprana y las medidas compensatorias como los seguros son elementos de importancia crtica para la gestin del riesgo de sequa. Sin embargo, para abordar los factores subyacentes del riesgo de sequa los pases tendrn que fortalecer y reorientar otras capacidades de gobernanza

  • 70 Informe de evaluacin global sobre la reduccin del riesgo de desastres 2011Revelar el riesgo, replantear el desarrollo

    Recuadro3.5Modelizacindelriesgodesequaagrcola

    En un estudio del Banco Mundial (Lvovsky et al., 2006) se cuantificaron los impactos agrcolas y

    macroeconmicos a largo plazo de las sequas de Andhra Pradesh, la India, usando tcnicas de

    modelizacin de catstrofes con una serie de estrategias de gestin del riesgo de sequa. Mediante

    el anlisis de datos meteorolgicos y agrcolas correspondientes a ms de 30 aos, se midieron

    los efectos de sequas leves, moderadas e intensas en cinco cultivos diferentes (arroz, cacahuetes,

    girasol, maz y sorgo) en los ocho distritos ms propensos a sequas de Andhra Pradesh, incluyendo el

    promedio de prdidas anuales y las prdidas mximas probables.

    En primer lugar se modeliz la frecuencia e intensidad de las sequas meteorolgicas en diferentes

    ubicaciones usando datos histricos y un generador estocstico de datos meteorolgicos (WXGEN)

    para simular las condiciones meteorolgicas en un periodo de 500 aos. Las sequas modelizadas se

    clasificaron calculando el INP estacional (de junio a diciembre), y se validaron con datos histricos.

    La vulnerabilidad y la exposicin fueron analizadas utilizando modelos de rendimiento de cultivos y

    de superficies sembradas para cuantificar los daos en cada cultivo sobre la base de la intensidad

    y la duracin de las sequas. Tambin fueron sometidos a pruebas los impactos de las sequas en

    la produccin ganadera, pero los resultados no fueron concluyentes. El modelo de rendimiento de

    cosechas inclua 47 parmetros calibrados segn las condiciones medioambientales y de los cultivos

    en cada distrito. El modelo de superficie sembrada se us para capturar la variabilidad de las lluvias,

    incluyendo tanto los cultivos de riego como los de secano.

    Se calcul despus el promedio de rendimiento y el promedio de prdidas anuales de cada cultivo

    para el periodo de 500 aos; los efectos de la intensidad y duracin de las sequas en cada cosecha

    se convirtieron a prdidas monetarias segn precios de mercado. En comparacin con los aos

    normales simulados, el anlisis revel que las prdidas de produccin eran superiores al 5 por ciento

    cada 3 aos, al 10 por ciento cada 5 aos, al 15 por ciento cada 10 aos y al 25 por ciento cada

    25 aos. Los agricultores individuales, especialmente los pequeos agricultores, pueden experimentar

    prdidas mucho mayores, lo que depende de la combinacin de cultivos y la intensidad de las sequas

    en cada lugar.

    (Fuente: Lvovsky etal., 2006)

    del riesgo, en especial las relacionadas con la planificacin del desarrollo y la gestin del agua y del suelo. Con frecuencia existen poderosos desincentivos polticos que militan en contra de abordar cuestiones como los derechos al agua y al uso de la tierra, pero con unos crecientes impactos y prdidas por sequas, es posible que el imperativo de gestionar activamente el riesgo de sequa pronto pase a ser ms fuerte que estos aspectos disuasorios.

    Notas1 En una reunin celebrada en junio de 2010 bajo los

    auspicios de la Organizacin Meteorolgica Mundial y la secretara de la Estrategia Internacional para la Reduccin de Desastres de las Naciones Unidas, organizada por la Confederacin Hidrogrfica del Segura.

    2 Se trabaja ya en el desarrollo de un ndice compuesto de sequa hidrolgica que tendr en cuenta factores como el caudal fluvial, las precipitaciones, los niveles de embalses, el manto de nieve, y los niveles de aguas subterrneas.

    3 Los mltiples impactos de las amenazas en los medios de vida vulnerables fueron tratados con detalle en el Informe de evaluacin global 2009 (Captulos 3 y 4) y sus documentos informativos (de la Fuente y Dercon, 2008; Sabates-Wheeler etal., 2008; EIRD/ONU, 2009), con un nfasis especial en cmo la sequa y la pobreza rural interactan de tal modo que consolidan la vulnerabilidad de estas comunidades.

    4 Como excepciones se pueden citar cdigos de construccin ms estrictos para reducir el uso del agua. Por ejemplo, aproximadamente el 40 por ciento de los beneficios generados por el Plan de Infraestructura Verde de la ciudad de Nueva York (2010) para mejorar la calidad del agua y reducir su consumo y desperdicio se conseguirn mediante construcciones nuevas (Ciudad de Nueva York, 2010).