sonata para una madrugada

4
SONATA PARA UNA MADRUGADA La escena comienza a oscuras. Son las cuatro de la mañana, aún no amanece. Es el dormitorio de ella. Quieto. Quieto mi amor. ¿No me vas a dejar dormir? No seas tan caprichoso. Déjame que vamos a despertar a toda la casa, y no querrás que sepan. No. Todavía no. Yo sabré cuándo. No te enojes conmigo, yo te avisaré, pero todavía no. Claro que te amo, pero compréndeme, tengo miedo. Debo prepararme. ¿Que cuánto te amo? Ah, mi curioso, eres un curioso, un preguntón. Eso no se pregunta. Se averigua poco a poco. Eres todo para mí... Mentiras. Te estoy mintiendo. Eres una nada; un polvo cósmico, girando en el Universo. Eres mi vida, mi alma, mi gran dilema. Enciende una lamparita de mesa. Luz tenue. Se sienta en la cama. Quédate quieto, no te muevas tanto, por favor. No nos conviene. Escondámonos un poco más. Yo sé que pronto, tú sólo te harás notar, pero dame un tiempito más. Comienza a arreglarse el pelo. Lo que sigue, será dicho a otra persona, distinta de la anterior. Tengo que estar muy bien para cuando vengas. Hace mucho que te espero, pero hoy ya no importa, porque te tengo conmigo. Estoy segura de ti por primera vez. Ahora te hablo, y hablo, y hablo todo lo que quiero y tú me tienes que oír. Ya no tengo que hacer nada para llamar tu atención. Con tono de complicidad. Por suerte, mi familia ya se acostumbró a mis excentricidades. Desde que comencé el romance contigo, cambié tanto, que me parece que ya no soy la misma. Siempre fui muy racional, no sé qué me pasó contigo. Me ponías chiflada mi amor. Todo me daba vueltas al verte. Tal vez yo era muy simple, muy lineal para tu cabeza llena de complicaciones. Por mucho que te conocí, por más tiempo que pasamos juntos, nunca te llegué a comprender del todo. Y eso que gastamos tiempo juntos. Desde la mañana, al ir a la escuela, que nos encontrábamos en el bus; en los recreos, a la hora del almuerzo, en los talleres artísticos, en los festivales estudiantiles, los juegos del gimnasio, las caminatas al boquerón, a la playa, tantas horas. Siempre abrazados o, cuando menos, de la mano. Después te fuiste a la Universidad. Entonces te vi menos. Saca unos papeles del escritorio. Lee en unos cuadernos. Ocho de marzo. Cada vez veo menos a mi amigo... Ese era tu nombre en clave... amigo... es que tú hablabas tan bello sobre la amistad... Está tan cambiado, aunque asegura que no hay otra. Lo mismo han dicho otros amigos, así que puedo estar tranquila... También tengo tus poemas. Dirigiéndose a la persona anterior. Sí, mi amor. Los guardaré para que un día los puedas leer. Entonces te contaré muchas cosas. Cambiando de interlocutor. Claro que las que se puedan contar. Las demás, sólo las sabremos nosotros. Las inconvenientes para menores. Las tardes que pasamos juntos, en la cama, descubriendo la vida, hablando de un futuro brillante. Da muestras de agotamiento y dolor en la cintura. Duérmete mi amor, todo está bien. Deja que te explique. Si me altera recordar, a la vez me alivia. Ahora, tranquilízate y déjame seguir hablando con papá. Lee. Seis de julio. Hoy,

Upload: carlos-velis

Post on 10-Nov-2015

3 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

Monólogo para una actriz joven.

TRANSCRIPT

  • SONATA PARA UNA MADRUGADA

    La escena comienza a oscuras. Son las cuatro de la maana, an no amanece. Es el dormitorio de ella. Quieto. Quieto mi amor. No me vas a dejar dormir? No seas tan caprichoso. Djame que vamos a despertar a toda la casa, y no querrs que sepan. No. Todava no. Yo sabr cundo. No te enojes conmigo, yo te avisar, pero todava no. Claro que te amo, pero comprndeme, tengo miedo. Debo prepararme. Que cunto te amo? Ah, mi curioso, eres un curioso, un preguntn. Eso no se pregunta. Se averigua poco a poco. Eres todo para m... Mentiras. Te estoy mintiendo. Eres una nada; un polvo csmico, girando en el Universo. Eres mi vida, mi alma, mi gran dilema. Enciende una lamparita de mesa. Luz tenue. Se sienta en la cama. Qudate quieto, no te muevas tanto, por favor. No nos conviene. Escondmonos un poco ms. Yo s que pronto, t slo te hars notar, pero dame un tiempito ms. Comienza a arreglarse el pelo. Lo que sigue, ser dicho a otra persona, distinta de la anterior. Tengo que estar muy bien para cuando vengas. Hace mucho que te espero, pero hoy ya no importa, porque te tengo conmigo. Estoy segura de ti por primera vez. Ahora te hablo, y hablo, y hablo todo lo que quiero y t me tienes que or. Ya no tengo que hacer nada para llamar tu atencin. Con tono de complicidad. Por suerte, mi familia ya se acostumbr a mis excentricidades. Desde que comenc el romance contigo, cambi tanto, que me parece que ya no soy la misma. Siempre fui muy racional, no s qu me pas contigo. Me ponas chiflada mi amor. Todo me daba vueltas al verte. Tal vez yo era muy simple, muy lineal para tu cabeza llena de complicaciones. Por mucho que te conoc, por ms tiempo que pasamos juntos, nunca te llegu a comprender del todo. Y eso que gastamos tiempo juntos. Desde la maana, al ir a la escuela, que nos encontrbamos en el bus; en los recreos, a la hora del almuerzo, en los talleres artsticos, en los festivales estudiantiles, los juegos del gimnasio, las caminatas al boquern, a la playa, tantas horas. Siempre abrazados o, cuando menos, de la mano. Despus te fuiste a la Universidad. Entonces te vi menos. Saca unos papeles del escritorio. Lee en unos cuadernos. Ocho de marzo. Cada vez veo menos a mi amigo... Ese era tu nombre en clave... amigo... es que t hablabas tan bello sobre la amistad... Est tan cambiado, aunque asegura que no hay otra. Lo mismo han dicho otros amigos, as que puedo estar tranquila... Tambin tengo tus poemas. Dirigindose a la persona anterior. S, mi amor. Los guardar para que un da los puedas leer. Entonces te contar muchas cosas. Cambiando de interlocutor. Claro que las que se puedan contar. Las dems, slo las sabremos nosotros. Las inconvenientes para menores. Las tardes que pasamos juntos, en la cama, descubriendo la vida, hablando de un futuro brillante. Da muestras de agotamiento y dolor en la cintura. Durmete mi amor, todo est bien. Deja que te explique. Si me altera recordar, a la vez me alivia. Ahora, tranquilzate y djame seguir hablando con pap. Lee. Seis de julio. Hoy,

  • despus de un mes, lo vi. Algo raro est sucediendo en este mes; Parece que los dos queramos huir el uno del otro. El dijo que haba tenido muchos exmenes; Le dije que no se preocupara, porque yo tambin estuve ocupada. Por mi lado, a la distancia, me haba enfriado un poquito; sal un par de veces con un muchacho. Buen estudiante, regular estatura; bastante agradable; pero hoy que lo vi de nuevo, supe que no. No, no, no, no... Qu me hiciste embustero para enloquecerme as? No me ofrecas ms que sueos, ideales irrealizables, poemas; pero yo prefera eso, a pesar de la presin de mi familia y amigos. De pronto, desaparecas. As duramos todo un ao. Vindonos y desapareciendo por largos periodos. Pero la ltima vez... Por qu volviste? Dijiste que por un libro olvidado en mi casa. Mentiras. Era porque me necesitabas esa noche. No te engaes, que de todas formas, ya no te sirve para nada mentirme. Aunque fuera un poquito, pensabas en m y te haca falta. Djame creer en eso, por favor. No me contradigas. Esa noche fue tan sensual. De slo acordarme... Bajando la voz. No te preocupes, que ahorita duerme, Se acaricia el vientre. O, al menos, lo parece. Decidimos quedarnos juntos esa noche en mi cuarto. En la puerta, nos despedimos en voz alta. Adis mi amor, dulces sueos, etc. Cerr la puerta, pero t te quedaste adentro. No dormimos ni un minuto. Al amanecer, mam se levant. T te metiste en el armario. El perro escuch el ruido y comenz a ladrar... Mam entr asustada. Qu pasa, por qu ladra el perro? Porque detrs del armario hay ratas enormes y hacen ruido. Mi pobre mam se fue pegando gritos de asco... Te vestiste rpidamente y saliste, dejando ese aroma tan caracterstico del amor. T dijiste que si hubiramos embotellado toda la energa que liberamos esa noche, habramos tenido para iluminar la casa por un mes... Y ese aroma. Todava lo siento... Me concentro, inspiro suavemente y... All est... All est... Por qu volviste? Va hacia la ventana. Descorre las cortinas. Comienza la alborada muy suavemente. Despus de esa noche, no lo volv a ver... Aunque dentro de poco, te ver a todas horas. Cada vez que yo quiera. Y t, no te irs, al menos por varios aos. Pero no te enojes, mi vida. Expresin de dolor. Ya son muchas las noches que no duermo. Ten piedad de m. He llegado al punto de perder la dimensin de los minutos. Me parecen descomunales. Paseo entre ellos, como entre catedrales gticas. Dentro de poco, quien va a parecer catedral gtica, ser yo, con el gran rosetn en la fachada. Todos los parientes y amigos van a venir a vernos, como las caravanas de turistas desfilan frente a Notre Dame... Me voy a vestir de payaso y, en lugar de chaquetn, me pondr una carpa de circo y, cuando la abran, adentro se ver un monito dando brincos... Mi prima Luisa, la pomposa, la perfecta... cmo me voy a rer de su puritanismo. T y yo sabemos que nos tienen envidia. Ya quisiera ella tener el valor de amar de verdad, intensamente, como nosotros. S, es cierto, met las patas! Y qu? Pero si vieran qu inmensamente feliz he sido. Expresin de dolor. Cae agotada. No seas bobo, no te entristezcas mi amor. Te voy a cantar una cancin, pero promteme, que no llorars ms.

    De todos los ngeles que en el cielo hay, el ms pequeito

  • hacia ac vol. En mi corazn naci,

    bendita ilusin, una luz que alumbra

    ms que el mismo sol. Durmete ngel mo, durmete mi amor. No temas al fro, que te abrigo yo.

    Va al armario, saca sus vestidos. Ahora tengo que guardar todos esos trapos. Te acuerdas cmo te gustaba verme con este vestido? Cmo se me marcaba el talle y t me abrazabas por la calle y decas al ver nuestro reflejo en las vitrinas, Qu buena pareja hacemos. Dentro de poco voy a estar fea y ya no haremos buena pareja, mi amor... Desgraciado! Para qu volviste? Ni era tan importante el libro que viniste a buscar. Viniste slo a hacerme dao, a dejarme encadenada, mientras t... Por qu tenas que ser as, tan valiente, tan cumplido, tan abnegado? T me amabas y esa era la nica verdad que a m me importaba. A ti tambin debi importarte. Por qu no podas ser como yo? Ahora me dejas el gran dilema, la gran incgnita qu va a ser de mi vida de aqu en adelante? Para colmo, no puedo odiarte. Todava oigo tus razones y sigo creyendo en ellas. Nuevas muestras de dolor en la cintura. Pero esta criatura no para de molestar. S que es tonto, pero a veces, me siento agredida, vulnerable. Te juro que hasta he llegado a pensar en... lo peor... Pero no. Dios mo, no! Perdname mi amor, mi amorcito pequeo. Eres todo para m. No podra. Pero comprndeme, esto es muy cruel. Terriblemente cruel. Despus de tanto amor, tanta dulzura, despus que me hiciste vivir en tu cuerpo, tus ilusiones, tus poemas, desapareces as porque s, una maana y no vuelvo a saber de ti hasta que... Te juro que, en esos momentos, cualquiera se acobarda y piensa, lo que vale la pena es estar vivo y nadie, despus de muerto, sirve para nada. Que todo ha terminado y que has sido un hijo de puta al morirte. La luz va aclarando, lentamente, en la ltima parte de la escena. Camina. Toma agua. Respira fuertemente, hasta que se calma. Y por qu no hice lo que estuviera en mis manos para evitarlo? Si tan slo lo hubiera intentado. Tal vez si hubiera llorado, si te hubiera amenazado; deb usar chantaje moral; pero yo saba que t estabas en lo correcto. Cuando me explicabas todas las cosas, despacio... y con tu mirada... Yo penetraba ms en tu mirada que en tus argumentos. Pero ahora veo las cosas de diferente manera y no lo puedo evitar. Me has dado la ltima leccin, al hacerme enfrentar la muerte y seguir viva. El dolor por fin me ha despertado. Tal vez la paz no sea ms que una ilusin y la humanidad no se canse jams de enterrar lo mejor de su sangre... Yo no soy diferente al pensar en eliminar a mi hijo... Quin es capaz de culparme? Va a venir a un mundo que me lo va a seducir, le va a poner ideas en la

  • cabeza. Ven ahora y explcame qu es lo que debo de hacer. T sabes que no soy valiente. No podra darme a la tarea de cambiar el mundo. Soy ms sencilla, ms corta de ideales. Por qu todos tendran que ser como t? Pero ya encontrar qu hacer para evitar que mi hijo termine de la misma manera. Podra dedicarme a reunir a todas las viudas de guerra que hay en el mundo, las que hemos aprendido por medio del dolor, y a tomar el gobierno de todos los pases, aunque fuera por un solo da. Ya veras qu futuro bamos a construir. Pero podra equivocarme y, llegada la hora, no sera diferente. Puede ser que el dao est en otra parte ms profunda y se necesite ms que el buen deseo, t habras tenido siempre la razn... Pero yo, por ahora, guardo mi espada. Este nio es mi ideal. Te he boicoteado tu plan. Pensaste que al morir, te escapabas; pero te captur y te llevo aqu dentro. Hoy me toca a m. Yo te defender. Ser un roble, un guila, una pantera. No dejar piedra en su lugar. Ser fuego, ocano, el sol del medioda para orientarte; la noche ms oscura para ocultarte de la muerte... Y, si de nuevo me sales valiente, entonces me ir contigo. La luz de la madrugada entra de lleno. Es una hermosa maana, con mucha claridad, antes de salir el sol. Ya amanece y no puedo seguir siendo cobarde. Vamos mi pequeo, mi ms inmensa insignificancia, afrontmoslo de una vez. Toca la puerta del cuarto contiguo. Mam, mam, levntese que ya amaneci y hoy ser un da muy especial.

    TELON