sobre verdad y mentira en sentido extra moral - friedrich nietzsche

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  • 8/3/2019 Sobre Verdad y Mentira en Sentido Extra Moral - Friedrich Nietzsche

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    20 MANUEL GARRIDO

    alios setenta, la coleccion de escritos ineditos compuestos porel joven Nietzsche un siglo antes en torno al problema de laverdad. Para Montinari este es el eje sobre el cual pivota todoel pensamiento nietzscheano. Y el propio Nietzsche, para su-brayarla unidad de su pensamiento, llego a recordarle por car-ta a Brandes en 1888 -el ultimo afio en que conserve la lu-cidez mental y el prirnero de su fama 'inrernacional-e- que yaal principio de su carrera l iteraria habia escrito este secreteensayo S ab re v er da d y m en tir a e n s en tid a e xtr am or al,

    MANUEL GARRIDO

    II Sobre verdad y mentiraen sentido extramoral

    I fII ,I,

    'I

    1*[EL ORlGEN METAFORlCO DEL LENGUAJE

    Y DEL CONOGIMlENTO]

    [LA FABULA CIENTIFlCA DEL MUNDO]En alg6.n apartado rincon del universo centelleante, des-

    parramadoen innumerables sistemas solares, hubo una vez unastro en el que anirnales inteligentes inventaron el conocimien-to. Fue el rninuto mas altanero y falaz de 1aHistoria Universal:pero, a fin de cuentas, solo un minuto.Tras breves respiracionesde la naturaleza, el astro se hel6 y los animales inteligenteshubieron de perecer", Alguien podria inventar una fabula se-

    * Para orienracion del lector, insertamos entre corchetes epigrafes que re-sumen el contenido.

    4 Este llamativo parrafo introduce un doble guiiio de.su autor, Por un ladoNietzsche: ironiza sobre el inasumible dogmatismo idealista de Hegel y suefilo-sofia de lahistoria, segun la eual el Espiritu es, valga la redurrdancia.Ia.coronac6smica del cosmos; y por otto tinde tributo, aunque pasandolo por Darwin, a l

    [21]

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    SOBRE VERDAD Y MENTlRA EN SENTIDO EXTRAMORAL (1) 232 NlETZSCHE

    mejante pero, con todo, no habria ilustrado suficientemenrecuan lastimoso, cuan sombrio y caduco, cuan esteril y arbitra-no es el estado en el que se presenta e1 intelecto humano~entro de la naturaleza. Hubo eternidades en las que no exis-na; cuando de nuevo se acabe todo paraHno habra sucedidonada, puesto que para Ese intelecto no hay ninguna rnisionultenor que conduzca mas alia de lavida humana. No es sino~umano, y solamente su poseedor y creador 10 toma tan pate-ticamente como si en el girasen los goznes del mundo. Pero sipudierarnos comunicarnos con la mosca, llegariamos a saberque tambien ella navega por el aire poseida de ese rnismopathos, y se siente el centro volante de este mundo. Nada hayen la,naturale:a, par despreciable e insignificante que sea,que,al maspequeno soplo de aquel poder del conocimiento no seidle ir:mediatamente como un odre; y del mismo modo quecualquier mozo de cuerda quiere tener su admirador, el massoberbio. de los hombres, el filosofo, esta completamenteconvencido de que, desde todas partes, los ojos del universotien~n relescopicamente puesta su mirada en sus obras y pen-sanuentos.

    conocido pasaje paralelo al suyo can que habia iniciado Schopenhauer elsegun-do tomo de su mag;naobra E l m u nd o c om o v ol un ta d y represen tacion . y en e1 que sedenuncia .laperplejidad del ser que piensa al encontrarse situado en el universomaterial descrito por la ciencia:

    En el espacio infinite hay innumerables globos luminosos alrededor decada l1~O de las cuales gira, aproxirnadamente, una docena de otros globosmaspequenos, que reciben su luz de los primeros, cal ientes en su interior, revesti-d as de una cor teza dura y fria, sob re la cual una capa de humedad ha engen-drada seres VIVOS y conscientes; -esta es la ver dad emp irica, la realidad, elmundo. Sil l embargo, para un ser que piensa esuna posicion ernbarazosa versec01ocad~ en un~ de esasinnumerables esferas que giran Iibremente en el espa-CI0 Silllirnites, Sin saber po r que ni para que, y ser s6lo una cr ia tura ent re l amulti tud innumera de criaruras semejantes que seoprimen, seagitan y se ator-.mentan unas a otras; que nacen ymueren rapidamente en un t iernpo s in prin-ClplOill fin: todo ello sin que haya nada permanen te, a no ser la materia y elr~torno ~e las nusmas forrnas organicas , dis tintas unas de otras , par medio dec re rtas v ias y canales esrablecidos de una vez para siempre, Las condicionesexactas y las reglas de estos procedimientos es todo 10 que 1aciencia empiricapuede ensefiarnos.,

    [EL ENGANO 0 ARTE DE FINGIR DEL INTELECTO HUMANO]Es digno de nota que sea el intelecto quien aSIobre, el que,

    sin embargo, solo ha sido afiadido precisamente como un re-curso de los seresmas infelices, delicados y efimeros, para con-servarlos un minuto en 1 a existencia, de la cual, por el contra-rio, sin ese aditamento tendrian toda dase de motivos para huirtan rapidamente como el hijo de Lessing' ' , Ese orgulio, ligadoal conocimiento y a la sensacion, niebla cegadora colocadasobre los ojos y los sentidos de los hombres, los hace engafiar-sesobre elvalor de la existencia, puesto que aquel proporcionala mas aduladora valoracion sobre el conocirniento rnismo. Suefecto mas general es el engafio -pero tambien los efectosmas particulares llevan consigo algo del mismo caracter+-.

    El intelecto, como medio de conservacion del individuo,desarrolla sus fuerzas principales fingiendo, puesto que este esel recurso merced al cual sobreviven los individuos debiles ypoco robustos, aquelios a quienes les ha side negado servirse,en la Iucha por la existencia, de cuernos 0 de la afilada denta-dura del animal de rapifia. En los hombres alcanza su puntoculrninante este arte de fingit; aqui el engafio.Ja adulaci6n,lamentira y el fraude, la murrnuracion, la farsa,el vivir del brilioajeno, el enmascaramiento, el convencionalismo encubridor,laescenificacion ante los dernas y ante uno mismo, en una pala-bra, el revoloteo incesante alrededor de lallama de la vanidadeshasta tal punto re.glay ley,que apenas hay nada tan incon-cebible como el hecho de que haya podido surgir entre loshombres una inclinacion sincera y pura hacia la verdad. Seencuentran profundamente sumergidos en ilusiones y ensue-fios; su mirada se limita a deslizarse sobre la superficie de lascosas y percibe formas,su sensacion no conduce en ninguncaso a la verdad, sino que se contenta con recibir estimulos,como sijugase a tantear el dorso de las cosas.Adernas, durantetoda una vida, el hombre se deja engafiar por la noche en elsuefio, sin que su sentido moral haya tratado nunca de impe-dirlo,mientras que parece que ha habido hombres que, a fuer-

    5 El hijo del filosofo Lessing muri6 a los dos dias de haber nacido,

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    24 25lETZSCHE SOBRE VERDAD Y MENTlRA EN SENTIDO EXTRAMORAL (1)

    za de voluntad, han conseguido elirninar los ronquidos. Enrealidad, ~que sabe el hombre de 5 1 mismo? ~Seria capaz depercibirse a sirnismo, aunque solo fuese por una vez, como siestuviese tendido en una vitrina iluminada? ~Acaso no leoculta la naturaleza lamayor parte de las cosas,incluso su pro-pia cuerpo, de modo que, al margen de las circunvolucionesde sus intestinos, del rapido fiujo de su circulacion sanguinea,de las complejas vibraciones de sus fibras, quede desterrado yenredado en una conciencia soberbia e ilusa? Ella ha tirado lallave,y jay de la funesta curiosidad que pudiese mirar fuera atravesde una hendidura del cuarto de la conciencia y vislum-btase entonces que el hombre descansa sobre la crueldad, lacodicia, la insaciabilidad, el asesinato, en la indiferencia de suignorancia y,por aSIdecirlo, pendiente en sus suefios dellomode un tigre! ~De donde procede en el mundo entero, en estaconstelacion, el impulso hacia la verdad?

    tambien las primeras leyes de verdad, pues aqui se origina porprimera vez el contraste entre verdad y mentira. EI mentirosoutiliza las designaciones validas, laspalabras, para hacer apare-cer 1 0 irreal como real; dice, por ejemplo, soy rico cuando ladesignacion correcta para su estado seria justamente pobre.Abusa de las convenciones consolidadas haciendo cambiosdiscrecionales, cuando no invirtiendo los nombres. Si haceesto de rnanera interesada y que adernas ocasione perjuicios, lasociedad no confiara ya mas en ely,por este motivo,lo expul-sari de su seno. Por eso los hombres no huyen tanto de serengafiados como de ser perjudicados mediante el engaiio; eneste estadio tampoco detestan en rigor el embuste, sino lasconsecuencias perniciosas, hostiles, de ciertas clasesde embus-tes. El hombre nada mas que desea Ia verdad en un sentidoanalogamente lirnitado: ansia las consecuencias agradables dela verdad, aguellas que mantienen la vida; esindiferente al co-nocimiento puro y sin consecuencias e incluso hostil frente alasverdades susceptibles de efectos perjudiciales 0destructivos.Y, ademas, (que sucede con esas convenciones del lenguaje?~Son quizi productos del conocirniento, del sentido de la ver-dad? 2Concuetdan las designaciones y las cosas?2_Esel Iengua-je la expresion adecuada de todas las realidades?

    [EL PACTO SOCIA~ HACIA LAUNIFORMIDAD DEL LENGUAJE]En un estado natural de las cosas,el individuo, en lamedi-

    da en que se quiere mantener frente a los dernas individuos,utiliza el intelecto y la mayor parte de las veces solamente parafingir, pero, puesto que el hombre, tanto por la necesidadcomo por hastio, desea existir en sociedad y gregariamente,precisa de un tratado de paz y, de acuerdo con este, procuraque, al rnenos, desaparezca de sumundo el mas grande bellumo mn iu m c on tr a o mn es ". Este tratado de paz conllevaalgo quepromete ser el primer paso para la consecucion de ese rniste-rioso impulso hacia laverdad. En este rnismo momenta sefija1 0 que a partir de entonces ha de ser verdad,es decir, se hainventado una designacion de las cosas uniformemente viliday obligatoria, y el poder legislative dellenguaje proporciona

    (EL OLVIDO COMO CAUSA INCONSCIENTE GENERADORA DELIMPULSO A LA VERDAD]

    Solamente mediante el olvido puede el hombre alguna vezllegar a imaginarse que esta en posesion de una verdaden elgrado que se acaba de sefialar, Si no se contentacon la verdaden forma de tautologia, es decir, con conchas vacias, entoncestrocara continuamente ilusiones por verdades, ~Que esuna pa-labra? La reproduccion en sonidos de un impulso nervioso.Pero inferir ademas a partir del impulso nervioso la existenciade una causa fuera de nosotros, es ya el resultado de un usofalso e injustificado del principio de razon, iComo podriarnosdecir legitimamente, si la verdad fuese 10 unico decisive en lagenesis del Ienguaje, si el punto de vista de la certeza 10 fuese

    6 Con esta fraselatina, que significa "guerra detodos contra todos, descri-bio Thomas Hobbes en su tratado De rive (Sabre el c iudadano, 1642) la situaciona laque a sujuicio sevena condenada cualquier sodedad humana sise lapriva-sede gobierno. Esa misma idea apareceria luego rcpetida en el L e v ia t an ( 1 65 1 ),la m a s famosa de sus obras,

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    tambien respecto a las designaciones, como, no obstante, po-driarnos decir Iegitimarnente: lapiedra es dura, coma si adernascaptasernos 10 duro de otra manera y no solamente comouna excitacion completamente subjetiva! Dividimos las casasen generos,caractetizamos el arbol como masculine y laplan-ta COmOfemenino: jque extrapolaci6n tan arbitrarial jA quealtura volamos por encima del canon de la certeza ' Hablamosde una serpiente: la designacion cubre solarnente el hecho deretorcerse; podria, por tanto, atr ibuirsele tarnbien al gusano,jQue arbitrariedad en las delimitaciones! [Que parcialidad enlas preferencias, unas veces de una propiedad de una cosa, otrasveces de otra! Los diferentes lenguajes, comparados unos conotros, ponen en evidencia que con las palabras jamas se llega ala verdad ni a una expresi6n adecuada. pues, en caso contrario,no habria tantos lenguajes. La cosa en si (esto seria justamen-te la verdadpura, sin consecuencias) es totalmente inalcanzabley no es deseable en absolute para el creador del lenguaje. Esteselimita a designar las relaciones de las cosas con respecto a loshombres y para expresarlasapela a las metaforas mas audaces,jEn primer lugar, un impulso nervioso extrapolado en unaimagen! Prirnera metafora, iLa imagen transformada de nuevoen un sonido! Segunda rnetafora.Y, en cada caso,un salto totaldesde unaesfera a otra completarnente distinta. Se podria pen-sat en un hombre que fuese cornpletamence sordo y jamashubiera tenidoninguna sensaci6n sonora ni musica1;del mis-mo modo que un hombre de estas caracteristicas se quedaatonito ante las figuras acusticas de Chladni? en la arena, des-cubre su causa en lasvibraciones de la cuerda yjurara entonces

    7 Ernst Florens Priedrich Chladni (1756-1827) fue up fisico aleman al quese ha llamado padre de la acustica. Para observar los modos de resonancia haciavibrar una placa, frocindola con elareo de un violin, despues de haber espolvo-r eado a rena f ina sobre e lla. LasI inea s y figura s que formaba la a rena sobre laplaca t ras la vibracion explican el en tus ia smo de Napoleon,que exclamo: ( lEIsonido puede verse, cuando Chladni realize su experimento en 1808 en laacademia de Ciencias de Paris. AI acogerse a esta experiencia Nietzsche estaaceptando sin advertirlo una cierta teoria de Ia vcrdad como correspondenciapor isomorfismo como alguna vez propuso Russell anticipando la teoria figura-nva de la verdad desarrollada porWirtgenstein en su 'Iiadatus logico-phiiosophicus.

    SOBRE VERDAD Y MENTlRA EN SENTIDO EXTRAMORAL (1)

    que, en adelante, no se puede ignorar 10 que los hombres 11a-man sonido, asinos sucede a todos nosotros can el lenguaje,'Creemos saber alga de las cosas mismas cuando hablamos dearboles, colores, nieve y flares y no poseemos, sin embargo;mas que metaforas de las cosas que no corresponden en abso-luto a las esencias primitivas. Del mismo modo que el sonidoconfigurado en la arena, la enigmarica x de la cosa en S 1 sepresenta en principio como impulse nervioso, despues comofigura, finalmente como sonido, Per tanto, en cualquiercaso, elorigen dellenguaje no sigue un proce50 logico, y todo el ma-terial sobre el que, y a partir del cual, trabaja y construye elhombre de la verdad, el investigador, el f116so[0,procede, si node las nubes, en ningUn caso de la esencia de las cosas,Pero pensemos especialmente en la formaci6n de los con-ceptos, Toda palabra se convierte de manera inmediata enconcepto en tanto que justamente no ha de servir para la ex-periencia singular y completamente individualizada a la quedebe su origen, por ejemplo, como recuerdo, sino que debeencajar al mismo tiempo con innumerables experiencias, porasi decirlo, mas 0rnenos similares.jamas identicas estrictarnen-te hablando; en suma, con casas puramente diferentes. Todoconcepto se, forma por equiparaci6n de cases no iguales. Delmismo modo que es cierto que una hoja no es igual a otra,tambien es cierto que el concepto hoja s~ha forrnado a1aban-donar de manera arbitraria esas diferencias individuales, al ol-vidar las notas distintivas, con locual se suscita entonces larepresentacion, como si en la naturaleza hubiese algo separadode las hojas que fiiese la hoja, una especie de arquetipo pri-migenio a partir del cual todas las hojas habrian side tejidas,disenadas, calibradas, coloreadas, onduladas, pintadas, pero pormanos tan torpes, que ningun ejernplar resultase ser correcto yfidedigno como copia fiel del arquetipo, Decimos que unhombre eszhonesto. ~Por que ha obrado hoy tan honesta-mente?, preguntamos. Nuestra respuesta suele set aS1:a causade su honestidad, [La honestidadl Esto significa a su vez: la hojaes la causa de las hojas, Ciertamente no sabernos nada en ab-soluto de una cualidad esencial, denominada honestidad,pero 51de una serie numerosa de acciones individuales, por

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    tanto, desernejantes, que igualamos olvidando las desemejan-zas, y; entonces, las denominamos acciones horiestas; al f inalformulamos a partir de elias una qualitas oaulta con el nombrede honestidad.La ornision de 10 individual y de 10 real nos proporcionael concepto del mismo modo que tarnbien nos proporciona laforma, mientras que Ia naturaleza no conoce formas ill con-ceptos, asi como tampoco ningun tipo de generos, sino sola-mente una x que es para nosotros inaccesible e indefinible.Tambien la.oposicion que hacernos entre individuo y especiees antropom6rfica y no procede de la esencia de las cosas, auncuando tampoco nos avenruramos a decir que no le cortes-ponde: en efecto, seria una afirmacion dogmatica y, en cuantotal, tan demostrabie como su contraria.,Que es entonces la verdad? Una hueste en movimiento demeciforas, metonimias, antropomorfismos, en resumidas cuen-

    tas, una suma de relaciones humanas que han sido realzadas,extrapoladas y adornadas poetica y retoricamente y que, des-pues de un prolongado uso, un pueblo considera firrnes, cano-nicas y vinculantes; las verdades son ilusiones de las que se haolvidado que 10son; metaforas que sehan vuelto gastadas y sinfuerza sensible, monedas que han perdido su troquelado y noson ahora ya consideradas como monedas, sino como metal.No sabemos todavia de donde precede el impulse hacia laverdad, pues hasta ahora. solamente hemos prestado atencion alcompromise que la sociedad establece. para existir: ser veraz, esdecir, utilizar las metaforas usuales; par tanto, solamente hemosprestado atencion, dicho en terminos rnorales, al compromisode mentir de acuerdo con una convencionfirme, mentir borre-~ilmente,de acuerdo con un estilo vinculante para todos.Ciertamenre, e1 hombre se olvida de que su situacion es esta;por tanto, rniente de la manera sefialada inconscientemente yen virtud de habitos seculares -y precisamente en virtud deesta inconsciencia, precisamente en virtud de este olvido, ad-quie re el sentimiento de la vetdad-. A partir del sentimientode estar comprometido a designar una cosa como roja, otracomo friay una tercera como muda, se despierta un movi-rniento moral hacia la verdad; a partir del contraste del menti-

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    rosa, en quien nadie confia y a quien todo el mundo excluye, elhombre se demuestra a 51 rnismo 10 honesto, 10 fiable y 10pro-vechoso de la verdad, En ese instante, elhombre pone sus actoscomo ser racional bajo el dominio de las abstracciones; ya notolera mas el ser arrastrado por las impresiones repentinas, parlas intuiciones; generaliza en primer Iugar todas esasimpresio-nes en conceptos mas descoloridos, mas fries, para uncir los alcarro de su vida y de su accion. Todo 10 que eleva al hombrepor encirna del animal depende de esa capaddad de volati lizarlas metaforas inruitivas en un esquema; en surna, de la capacidadde disolver una figura en un concepto. En el ambito de esosesquemas es posible algo que jamas podria conseguirse bajo lasprimitivas impresiones intuitivas: construir un orden pir~dalpor castasy grados; insti tuir un mundo nuevo de leyes,privile-gios, subordinaciones y delimitaciones, que ahora se tontrapo-ne al otro mundo de las primitivas impresiones intuitivas como10mas firme,lo mas general, 10mejor conocido y 10 mas hu-rnano y, por tanto, como una instancia reguladora e irnperativa,Mientras que toda metatora intuit iva es individual y no tieneotra identica y, par tanto, sabe siempre ponerse a salvo de todaclasificacion, e l gran edificie de los conceptos ostenta la rigidaregularidad de un wlumbarium romano e insufla en la 16gica elrigor y 1 a frialdad peculiares de la matematica. Aquel a quienenvuelve el halite de esa frialdad, se resiste a creer que tambienel concepto, oseo y octagonal como un dado y, como tal, ver-sat il ,no sea mas que el residuo de una metafora, y que lai lusi6nde la extrapolaci6n art istica de un impulse nervioso en image-nes es, si no la madre, S 1 sin embargo la abuela de cualquierconcepto.Ahora bien, dentro de esejuego dedados de los con-ceptos sedenornina verdad aluso de cada dado segun s' :lde-signacion; contar exactamente sus puntos, formar las clasifica-ciones correctas y no violar en ningun caso el orden de lascastas ni la sucesion jerarquica. As! como los romanos y losetruscos dividian elcielo mediante rigidas lineas rnatematicas yconjuraban en ese espacio asidelimitado, como en un t emp lum;a un dies, cada pueblo tiene sobre dun cielo conceptual serne-jante maternaticamente repartido y en esas circunstancias en-tiende par mor de la verdad, que todo dios conceptual ha de

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    buscarsesolamente en su propia esfera. Cabe admirar enestecasu al hombre como poderoso gemo constructor, que aciertaa levantar sabre cimientos inestables y, por aS I decirlo, sobreagua en rnovimiento una catedral de conceptos infinitamentecompleja: ciertamente, para encontrar apoyo en tales cimientosdebe tratarse de un edificio hecho como de telaraiias, suficien-ternente l iviano para ser transportado por las olas, suficiente-mente firme para no desintegrarse ante cualquier soplo deviento. Como genio de 1aarquitectura el hombre se eleva muypar encima de la abeja: esta construve can 1a cera que recoge de1anaturaleza; aquel, con la materia bastante mas delicada de losconceptos que, desde elprincipia, tiene que fabricar por S 1 mis-mo. Aqui el es acreedor de admiracion profunda ~peto nociertamente porsu inclinacion a la verdad, al conocirnientopuro de las cosas~. Si alguien esconde una eosa detras de unmatorral, a continuacion 1abusea en ese misrnositio y ademasla eneuentta, no hay mucho de que vanagloriarse en'esa bus~queda y ese descubrimienro; sin embargo, esto es 10 que sucedecon 1a busqueda y deseubrimiento de 1a verdad. dentro delreeinto de la razon, Sidoy la definicion de mamifero y a conti-nuacion, despues de haber examinado un carnello, declaro: heaqui un mamifero, no cabe duda de que con ello se ha traidoa la 1u z una nueva verdad, pero es de valor l imitado; quiero de-cir; es antropomorfica de cabo a rabo y no contiene un solopunto que sea verdadero ensi, real y universal, prescindiendode 105 hombres. El que busca tales verdades en el fondo sola-mente busca la metamorfosis del mundo en los hombres; aspiraa una cornprensior, del mundo en tanto que cosa humanizaday consigue, en el mejor de loscasos, el sentimiento de unaasi-rnilacion. Del rnisrno modo que el astr6logo considera a lasestrellas al servicio de los hombres y en conexion con su felici-dad y con su desgracia, asi tambien un investigador tal conside-ra que el mundo en su totalidad esta ligado a los hombres;como el eco infinitamente repetido de un sonido original, elhombre; como la imagenmuItiplieada de un arquetipo, elhom-bre. Su procedimiento consiste en tornar alhombre como me-dida de todas las cosas; pero entonees parte del error de creerque tiene estas eosas antesi de manera inmediata, Como objetos

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    SOBRE VERDAD Y MENTIRAEN SENTIDO EXTRAMORAL (1)

    puros. Por tanto, olvida que las metiforas intuitivas originalesno son mas que rnetaforas y las toma por las cosas nusmas.Solo mediante el olvido de este mundo primitive de me-taforas solo mediante el endurecimiento y petrificacion de unfogoso'torrente primordial cornpuesto por una masa de ima-genes que surgen de la capacidad originaria de la fantasia hu-mana, solo mediante la invencible creencia en que este sol, estaventana, esta mesa son una verdad en si, en resumen: graciassolarnente a1hecho de que el hombre se olvida de S 1 mismocomo sujeto y, porcierto, como sujeto artisticamente creador,vive con cierta calma, seguridad y consecuencia; si pudiera sa-lir, aunque solo fuese un instante, fuera de los muros de esacreencia que 1 0 tiene prisionero, se terminaria en el acto St~consciencia desi mismo. Le cuesta trabajo reconocer ante S1rrusmo que el insecto 0 el pajaro perciben. otro n1U,ndocotn~-pletamente diferente a1del hombre y que la cuestion de cualde las dos percepcicnes del mundo es la correcta carece total-mente de sentido, ya que para decidir sobre ello tendriamosque medir con 1amedida de 1ap .ereepeion correcta, es d,ecir,con una medida de 1aque no se dispone, Pero,por 1 0 demas.Iapercepcion correcta -es decir, la expresion adecuada de unobjeto en el sujeto- me pareee un absurdo Ileno de ~o~ltra-dicciones, puesto que entre dos esferas absolutamente distintas,como 10 son el sujeto y el objeto, no hay ninguna causalidad,ninguna exactitud, ninguna expresion, sino, a l_osumo, unaconducta estetica, quiero decir: un extrapolaralusivo, un tradu-eir balbuciente a un 1enguaje completamente extrafio, para 10que en todo case se necesita una esfera interrnedia y una fuer-za ~ecliadora, lib~es ambas para poetizar e inventar, La palabrafenomenc encierra muchas seducciones, por 1 0 que, en 10posible,procuro evitarla, puesto que no es cier;o que la esenciade las cosas se manif ieste en el muncio empltlCo. Un pmtorque careciese de manos y quisiera expresar por medio del can-to el cuadro que ha concebido, revelarasiempre.en ese paso deunaesfera a otra, mucho mas sabre la esencia de las cosas queen el mundo empirico. La misma relacion de un impulso ner-vioso con la imagen producida no es, en S 1 , necesaria; perocuando 1arnisma imagen se ha producido millones de veces y

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    s~ha transrnitido hereditariamente a traves de muchas genera-crones de hombres,apareciendo finalmente en toda la huma-nidad como consecuencia cada vez del mismo motive acabapor lleg~r a te?er para el hombre el mismo significado' que sifuese la.umca l?J-~gennecesaria, como sila relacion del impul-s~ nervioso original con la imagen producida fuese una rela-cion de causalidad estricta; del misrno modo que un suefioeternamente repetida seria percibida y juzgado como alga ab-solutamente real. Pero el endurecirniento y la petr if icacion deuna metafora no garantizan para nada en absolute la necesidady la legitirnacionexclusiva de esta metafora, .Sin duda, todo hombre que este familiarizado con talesconsideraciones hasentido una profunda desconfianza haciatodo idealismo de este tipo, cada vez que se ha convencidocan 1aclaridad necesaria de la consecuencia, ubicuidad e infa-l~~ilidad~e las leyes de la naturaleza; y ha sacado esta conclu-sion: aqui, cuanto alcanzarnos en las alturas del mundo telesco-pica y en los abismos del mundo microscopico, todo es tanseguro, tan elaborado, tan infinite, tan regular, tanexento delagunas; la ciencia cavara eternarnentecon exito en estos po-zos, y todo. I ? que; encuentre habra de concordat entre 8 1 y nose contra~}ra. 9ue poco se asemeja esto a un producto de 1 armagmacion; SIlo fuese, tendria que quedaral descubierto enal~na parte de la apariencia y Ia irrealidad. Al contrario, cabedecir por 10 pronto que, si cada uno de nosotros tuviese unapercepci?n sensorial diferente, podriamos percibir unas vecescomo papros, otras como gusanos, otras como plantas, 0 sialguno de n~sotros viese el miS1l10 estimulo como rajo, otrocomo azul e incluso un tercero 10 percibiese como un sonidoentonces nadie hablaria de tal regularidad de la naturaleza,sino que solamente se 1aconcebiriacomo una creacion alta-mente subjetiva, Entonces, ~que es, en suma, para nosotros unaley de la naturaleza? No nos es conocida en S 1 , sino solamentepor sus efectos, es decir, en sus relaciones con otras I eye s de 1 anatura1eza que, a su vez, solo nos son conocidas como sumasde relaciones, Por consiguiente, todas esasrelaeiones no hac enmas que remitir. continuamente unas a otras y nos resultancompletamente incomprensibles en su esencia; en realidad

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    SOBRE VERDAD Y MENTlRA EN SENTIDO EXTRAMORAL (1) 33

    solo conocemos de ellas 10 que nosotros aportamos: el t iempo,el espacio, POt tanto, las relaciones de sucesion y los numeros,Pero todo 10 maravilloso,lo que precisamente nosasombra delas leyes de la naturaleza, 10 que reclama nuestra explicaci6n y10 que podria introducir en. nosotros la desconfianza respectoal idealismo, reside unica y exclusivamente en el r igor mate-matico y en la inviolabilidad de las tepresentaciones del espa-cia y del t iempo, Sin embargo, esas nociones las producimosen nosotros y a partir de nosotros can lamisma necesidad quela arafia teje su tela; si estamos obligados a concebir todas lascosas solamente bajo esasforrnas, entonces no es ninguna rna-ravilla el que, a decir verdad, solo captemos en todas las casasprecisamente esas formas, puesto que todas ellas deben Ilevarconsigo las leyes del numero, y el numero es precisamente 10mas asombroso de las cosas,Toda la regularidad de las orbitasde los astros y de los procesos quimicos, regularidad que tantorespeto nos infunde, coincide en el fonda con aquellas propie-clades que nosotros introducimos en las cosas, de modo que,con esto, nos infundimos respeto a nosotros mismos, En efec-to, de aqui resulta que esta producci6n artistica de metaforascon la que cornienza en nosotros toda percepcion, supone yaesas formas y, por tanto, se realizara en ellas;solo par 1asolidapersistencia de esasformas primigenias resulta posible explicarel que mas tarde haya podido construirse sobre las metaforasmismas el edificio de los conceptos. Este edificio es, efectiva-mente, una.imitaci6n, sobre la base de las metaforas, de las re-laciones de espacio, t iempo y numero,

    2[LA IMPORTANCIA DEL ARTE]

    [EL NUEVO MUNDO DEL MITO Y EL ARTE]

    Como hemos vista, en la construccion de. los conceptostrabaja originariamente el lenguaje; mas tarde la ciencia, Asicomo laabeja construye las celdas y,simultaneamente, las re-llena de miel, del mismo modo 1aciencia trabaja incontenible-

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    mente en Esegran co lumbanum de los conceptos, necropolis delas intuiciones;construye sin cesar nuevas y mas elevadas plan-tas, apuntala, l impia y renueva las celdas viejas y,sobretodo, seesfuerza en llenar ese colosal andarniaje que desmesuradamen-te ha apilado y en ordenar dentro de el todo el mundo empi-rico, es decir, el mundo antropomorfico. Si ya el hombre deaccion ata su vida a la razon y a los conceptos para no versearrastrado y no perderse a S 1 mismo, el investigador constr~yesu choza junto a la torre de la ciencia para que pueda servirlede ayuda y encontrar elmismo protecci6n bajo ese baluarte yaexistente. De heche necesita protecci6n, puesto que existenfuerzas terribles que constart temente le amenazan y que opo-nen a la verdad cientifica verdades de un tipo completamen-te diferente con las mas diversas etiquetas.Ese impulse hacia la construcci6n de metaforas, ese im-pulso fundamental del hombre del que nose puede prescindirni un solo instante, puessi asi se hiciese se prescindiria delhombre mismo, no queda en verdad sujeto y apenas si doma-do por el hecho de que con sus evanescentes productos, losconceptos, resulta construido unnuevo mundo regular y rigi-do que le sirve de fortaleza, Busca un nuevo campo para suactividad y otro cauce y 1 0 encuentra en el mito y,sobre todo,en el arte. Confunde sin cesar las rubricas y las celdas de losconceptos introduciendo de esta manera nuevas extrapolacio-nes, metaforas y metonimias; continuamerrte muestra el afande configurar el-rnundo existente del hombre despierto, ha-ciendolo tan abigarradamente irregular, tan inconsecuente,taninconexo, tart encantador y eternamente nuevo, como 10 es elmundo de lossuefios,

    [E L HECHIZO DELARTE]Ensi, ciertamente, el hombre despierto solamente adquie-

    re conciencia de que esta despierto por medio del rigido yregular tej ido de los conceptos y,justamente por eso, cuandoen alguna ocasion un tejido de conceptos es desgarrado derepente pOt el arte llega a creer que suefia, Tenia razon Pascal

    SOJl.RE VERDAD Y MENTIRA EN SENTiDO EXTRAMORAL (1) 35

    cuando afirmaba que, si todas las neches nos sobreviniese elmismo suefio, nos ocupariamos tanto de el como de las casasque vemos cada rna:

    Si unartesano estuvieseseguro de que suefiacada neche,durante doce horas completes, que es rey,creo -dice Pas-cal- que seria tau dichoso como un rey que sofiasetodaslasnoches durante dace horas que esartesano.

    La diuma vigilia de un pueblo miticamente excitado,como el de los antiguos griegos, es, de heche, merced al mila-gro quese opera de continuo, tal y como el rrii~osupone, masparecida al suefio que a la vigilia del pensador clentifi~ament~desilusionado, Si cada arhol puede hablar como una nmfa, 0 S1un dies, bajo 1aapariencia de un toro, puede raptar doncellas,si depr~nto la misma diosa Atenea puede ser vista en compa-fiia de Pisistrato recorriendo las plazas de Atenas en un hermo-so tiro -y esto el honrado ateniense 1 0 cre1a-, entonces, encadamomento, como en suefios, todo esposible y la naturalezaentera revolotea alrededor del hombre como si solamente setratase de una mascarada de los dioses, para quienes no consti-ruiria mas que una broma el engaiiar a los hombres bajo todaslas figuras. . .,... . ,Pero el hombre mismo tiene una invencible inclinacionadejarse engafiar y esta comohechizadopor lafel icidad cuandoe 1 rapsoda le narra cuentos epicos como si fuesen verdades, 0cuando en una obra de teatro el comico, haciendo el papel derey, aetna mas regiamente que un re y en 1 a realidad. El intelec-to, ese maestro del fingir, se encuentra libre y relevado de suesdavitud habitual tanto tiempo como puede enganar sin can-sar dafio, y en esos mementos celebra sus Saturnales. jamas estan exuberante, tan rico, tan soberbio, tan agil y tan audaz:poseido de placer creador, arroja las metaf?ras sin orden algu-no y remueve los mojones de las abstracclOues ~e tal mane~aque, por ejemplo, designa el. rio como e 1 camino en movi-miento que llevaal hombre alli donde habitualmente va.Aho-ra haarrojado de S 1 el signo de la servidumbre; mientra~ queantes se esforzaba con triste solicitud en mostrar el cammo y

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    las herramientas a un pobre individuo que ansia la existenciay se lanza, como un siervo, en busca de presa y botin para susenor, ahora se ha convertido en senor y puede borrar de susemblante la expresi6n de indigencia.Todo 10que el hace aho-ra conlleva, en comparaci6n con sus acciones anteriores, elfingimiento,lo mismo que lasanteriores conllevaban la distor-si6n. Copia la vida del hombre, pero la toma como una cosabuena y parece darse por satisfecho con ella.Eseenorme en-tramado y andamiaje de los conceptos al que de por vida seaferra el hombre indigente para salvarse,es solamente un ar-maz6n para el intelecto liberado y un juguete para sus masaudaces obras de arte y,cuando 10destruye, 10mezc1a desor-denadamente y 10vuelve a juntar ir6nicamente, uniendo 10mas diverso y separarrdo 10mas ann, pone de manifiesto queno necesita de aquellos recursos de 1aindigencia y que ahorano seguia por conceptos, sino por intuiciones. No existe nin-gun camino regular que conduzca desde esasintuiciones a laregi6n de los esquemas espectrales,las abstracciones; la palabrano esta hecha para ellas,el hombre enmudece alverlas 0 hablaen rnetaforas rigurosamente prohibidas 0 mediante concate-naciones conceptuales jamas oidas, para corresponder de unmodo creador, aunque s6lo sea mediante la destrucci6n y elescarnio de los antiguos limites conceptuales, a la impresi6nde la poderosa intuici6n actual.

    [EL HOMBRE RACIONAL Y EL HOMBRE INTUITIVO]

    Hay periodos en los que el hombre racional y el hombreintuitivo caminan juntos; el uno angustiado ante la intuicion,el otro mofandose de la abstracci6n; estan irracional el Ultimocomo poco artistico e 1 primero. Ambos ansian dominar lavida: este sabiendo afrontar las necesidades mas imperiosasmediante prevision, prudencia y regularidad; aquel sin ver,como heroe desbordante de alegria, esas necesidades y to-mando como real solamente la vida disfrazada de apariencia ybelleza. Alii donde el hombre intuitivo, como en la Greciaantigua, maneja sus armas de manera mas potente y victoriosa

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    que su adversario, puede, si las circunstancias son favorables,configurar una cultura y establecer el dominio del arte sobrela vida; ese fingir, ese rechazo de la indigencia, ese brillo de lasintuiciones metaf6ricas y,en suma, esa inmediatez del engafioacompaiian todas las manifestaciones de una vida de esa espe-cie. Ni la casa,ni e 1 paso, ni la indumentaria, ni la tinaja debarro descubren que ha sido la necesidad la que los ha conce-bido: parece como si en todos ellos hubiera de expresarse unafelicidad sublime y una serenidad olimpica y,en cierto modo,un juego con la seriedad. Mientras que el hombre guiado porconceptos y abstracciones solamente conjura la desgracia me-diante ellas,sin extraer de las abstracciones mismas algun tipode felicidad; mientras que aspira a liberarse de los dolores 10mas posible, el hombre intuitivo, aposentado en rnedio de unaculrura, consigue ya, gracias a sus intuiciones, adernas de con-jurar los males, un fiujo constante de claridad, animacion yliberaci6n. Es cierto que sufre con mas vehernencia cuandosufre;incluso sufre mas a menudo porque no sabe aprender dela experiencia y tropieza una y otra vez en lamisma piedra enla que ya ha tropezado anteriormente. Es tan irracional en elsufrimiento como en la felicidad, se desgafiita y no encuentraconsuelo. iCuan distintamente se comporta el hombre estoicoante lasmismas desgracias, instruido po~ la experiencia y au-tocontrolado a traves de los conceptosl E1,que s6lo busca ha-bitualrnente sinceridad, verdad, emanciparse de los engafios yprotegerse de las incursiones seductoras, representa ahora, enla desgracia, como aquel, en la felicidad, la obra maestra delfingimiento; no presenta un rostro humano, palpitante y ex-presivo,sino una especie de mascara de facciones dignas y pro-porcionadas; no grita y ni siquiera altera su voz; cuando rodoun nublado descarga sobre el,se envuelve en su manto y semarcha caminando lentamente bajo la tormenta.

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