SOBERANÍAY

LIBERTAD

LEÓN DUGUIT

Duguit, León

Soberanía y libertad / León Duguit, pról.Flavio Galván Rivera, est. introd. ManuelGonzález Oropeza. — México : TribunalElectoral del Poder Judicial de la Federación,2007.

XXXII, 301 p.

Edición facsimilar de la edición de 1924.

ISBN 978-970-671-264-6

1. Soberanía, 2. Libertad. México I. GalvánRivera, Flavio, pról. II. González Oropeza,Manuel, est.introd.

342.019M6E578p2

Derechos Reservados ©

Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.Carlota Armero 5000, Col. CTM Culhuacán, Deleg. Coyoacán,México, D.F., 04480. Tels. 5728-2300 y 5728-2400.

Edición: Coordinación de Documentación y Apoyo Técnico delTEPJF

Impreso en México ISBN 978-970-671-264-6

V

ESTUDIO INTRODUCTORIO

León Duguit nace en Libourne, Francia, el 4 defebrero de 1859 y muere en Bordeaux el 18 de diciem-bre de 1928. Ingresa como agregado en 1882, a la Uni-versidad de Caen, donde permanece hasta 1886 y des-de donde iniciaría una brillante carrera que lo habríade ubicar como uno de los principales publicistas eu-ropeos. Será la Universidad de Burdeos en donde de-sarrollará todo su potencial intelectual, hasta lograr lacategoría de profesor de Derecho Público en 1892 ymantenerse hasta su muerte.

De dos fuentes intelectuales abreva Duguit su es-pecial concepción de lo jurídico y de lo sociológico:de Augusto Comte (1798-1857) y de Émile Durkheim(1858-1917).

Del primero podemos señalar que, como productohumano de la Revolución Francesa, reconquista pos-tulados y concepciones filosóficas que trascienden lo

GONZÁLEZ OROPEZA / RIVERA ESTRADAVI

inmediato y propone formas nuevas de concebir eldevenir. Alejado de los principios metafísicos, perosin desconocer sus postulados, asume la construc-ción de una ciencia de los humanos. Bacon, Descar-tes, Montesquieu y Condorcet son solamente algu-nos nombres de la lista de la que Comte tomaba apor-taciones para construir ciencia, para elaborar un pen-samiento ordenado y comprobado como distinción delo positivo del conocimiento contrario a la creencia.De esta forma, el hombre debía ser estudiado desde sudimensión social, así pensó en denominar a su interésde estudio “Física Social” hasta que decidió que seríapreferible denominarlo “sociología”, ciencia de la hu-manidad progresiva: “orden y progreso”.

Existen “leyes” dentro de los fenómenos socialesque permiten observar que el hombre no ha dejado deprogresar; para asegurar ese progreso, es necesarioun orden que descanse en el gobierno y en la religión.El desarrollo del pensamiento científico descansa a suvez en una ley que Comte denominó de Los Tres Esta-dios: el primero, teológico donde el hombre imaginóque detrás de cada fenómeno existían seres animadoscuyos poderes se asemejaban a los de él, es aquí don-de predomina la doctrina del Derecho Divino. El se-gundo, metafísico y legalista se distingue del anterior,al poner en duda esas criaturas animadas que forma-ban parte de los fenómenos, sustituyéndolos por prin-cipios abstractos de valor universal como la Naturale-

ESTUDIO INTRODUCTORIO VII

za y el Destino y dejándoles el espacio de la fantasíay la tradición; el espíritu industrial y de trabajo sus-tituyen a las formas de esclavitud para introducir lacompetencia económica y los fines bélicos, nos en-frentamos al estadio representado por las revolucio-nes, donde los hombres luchan por su libertad y porla defensa de los derechos naturales y la consolida-ción de los pactos sociales. Finalmente, explica quecada uno de los órdenes fenoménicos desarrolla supropia ciencia, es decir, logra su etapa positiva; cuan-to más complejo es el fenómeno, su explicación re-quiere de mayor desarrollo de la etapa metafísica, deahí que las matemáticas, la física y la biología no re-quirieran de mayor explicación en la etapa intermediay formen la etapa positiva; se accede a la transforma-ción de la naturaleza y al acceso industrial. Para refor-mar la sociedad se requiere conocer aquellas leyesque rigen los hechos sociales, de esta forma, a travésde la observación y la experiencia se descubren lasrelaciones que median entre los hechos, es decir, loshechos positivos, los hechos que tienen valor y queconstituyen la base económica, política y social.

Para Comte el gobierno es esencial debido a quede él depende el funcionamiento de la organizaciónsocial; su realidad es la fuerza física que debe utilizaral ver amenazadas las instituciones que la sociedad hacreado para progresar. De la biología retoma sus prin-cipales aportaciones para llevar a cabo comparacio-

GONZÁLEZ OROPEZA / RIVERA ESTRADAVIII

nes entre la sociedad y las demás formas de vida. Elprogreso social se logra con la especialización de lasfunciones y con el constante desarrollo y perfeccio-namiento de los lazos sociales.

Considerado como el padre de la sociología cientí-fica, Émile Durkheim es el otro propulsor del pensa-miento de Duguit. Con la intención de concluir con laexplicación metafísica, Durkheim crea la fórmula “tra-tar los hechos sociales como cosas”.

Existe una serie de temas que podríamos tratar entorno a las aportaciones de estos pensadores en con-junto con Duguit, uno en especial resulta interesantey es el que explica la teoría contractualista de las so-ciedades. Estas teorías son producto del individualis-mo, de los procesos de secularización y de la filosofíade la ilustración, principalmente; se integran con uncúmulo de demandas de todo género, por lo que serepresentan como un elemento importante de losprocesos políticos con los que se manifiesta elconstitucionalismo, debido a que hacen posible laestabilidad social al implementar un sistema de legiti-midad plural que permite asimilar las inconformidadesy brindarles solución pacífica. Asimismo, por mediodel contrato social, el principio de legitimidad tantopolítica como sociojurídica, es posible lograrlo intro-duciendo valores éticos como la libertad, la igualdady la justicia. Con la idea del contrato social, se refuerzala causa del poder ascendente, el que surge de las

ESTUDIO INTRODUCTORIO IX

bases hacia la cúpula; a través del pactum societatis,los individuos asumen el compromiso de vivir en socie-dad, fortaleciendo su acuerdo con el denominadopactum subjetionis que les inculca la obediencia haciaun poder común y con lo que en definitiva es posibleestablecer una organización política y las bases para elentrelazamiento de la solidaridad social y política.

Es en el último aspecto, al hablar de solidaridad endonde Durkheim interviene y desde el cual estableceuna alternativa a los individualismos y socialismos,independientemente de que el término lo hallemosdesde Aristóteles, el Digesto (obligatio in solidum) yen Cicerón, entre otras fuentes. Solidaridad es evi-dentemente un hecho social y una actitud ante la vidaen común que se identifica con el consenso de cadauna de las partes; es también un fenómeno moral cuyaexterioridad se observa a través del Derecho. Allí don-de la solidaridad social existe, manifiesta su presenciamediante efectos sensibles y pone en contacto a loshombres. Tanto la solidaridad mecánica o por seme-janza como la orgánica que idea el propio Durkheim,aparecen hoy en día como elementos fundamentalesen la idea de los Derechos Humanos y aun en la con-cepción contemporánea del Derecho Constitucional;con la primera clasificación, podemos encontrar la iden-tificación de los hombres entre sí a través de la fe,reconociendo al individuo coexistiendo con dos con-ciencias, la eminentemente individual y la social; sin

GONZÁLEZ OROPEZA / RIVERA ESTRADAX

embargo, ambas conforman una sola a partir de la exis-tencia de un Derecho represivo, que obliga al estable-cimiento de prácticas y creencias con un escaso mar-gen de divergencia, de ahí el camino de la fe religiosa,fundamentalmente, para identificar este carácter his-tórico transitorio de la solidaridad. Efectivamente, elprimer concepto de solidaridad es el que permite laidea del derecho represivo; los actos que prohíbe ycalifica de crímenes son los que atentan contra losindividuos en su particularidad y el tipo colectivo queofende al órgano de la conciencia común. En el segun-do concepto, encontramos la cooperación o la ideali-zación moral, debido a que en ella existe mayor inte-gración o el denominado nivel ideológico o cementosocial, que aparece como consecuencia del agotamien-to de la alternativa mecánica; se denomina orgánicadebido a la existencia de órganos que desarrollan ta-reas diferenciadas, subordinadas y coordinadas entresí y que tienen surgimiento al interior de sociedadesmodernas que permiten la aparición de grandes blo-ques sociales cohesionados por algún interés co-mún, como podrían ser los casos de los corporativis-mos, cooperativismos o sindicalismos. Así, tenemosque la solidaridad mecánica se fundamenta en el nudode la conciencia colectiva de marras por la religión, loque mantiene el supuesto de la relación individuo-sociedad global, que a su vez prescribe el acatamientode determinadas conductas y creencias colectivas si-

ESTUDIO INTRODUCTORIO XI

milares, en aras de lograr trascender la conciencia ge-neral; esta situación permite el desarrollo de un siste-ma normativo impositivo, inflexible y sancionador, for-talecido por una estructura social jerarquizada y alta-mente desigual. De manera diferenciada, la solidari-dad orgánica nos permite su identificación a partir dela división del trabajo, en la cual el individuo dependede la sociedad en función de la relación que mantienecon sus partes u órganos, existiendo pluralidad decreencias colectivas, producto de la caracterizaciónde la sociedad global como sistema de funciones di-versas y especializadas que propician articulacionesorientadas a la consecución de fines comunes.

A diferencia de la solidaridad mecánica, la solidari-dad orgánica persigue el progreso de la conciencia co-lectiva, con base en la tolerancia y los consensos quepermitan resolver problemas inmediatos y plantear losproyectos hacia el futuro que concedan la abolición dedesigualdades y niveles aceptables de libertad. Para am-bos casos es válida la observación de que, identificandoal Derecho Penal con la expresión de la solidaridad so-cial, aparece el primero de forma preponderante en aque-llas sociedades donde la costumbre se encuentra arrai-gada y es respetada cotidianamente, debido a la mayorsemejanza que existe entre sus miembros y en dondeopera la solidaridad mecánica, la cual corresponde a so-ciedades no desarrolladas, a diferencia de aquellas conun determinado nivel de progreso que permite la división

GONZÁLEZ OROPEZA / RIVERA ESTRADAXII

del trabajo y con ella la aparición de la denominada soli-daridad orgánica. La solidaridad mantiene constantes his-tóricas, identificadas en grandes etapas al interior de lafamilia y ligada con los sentimientos de amistad, por unaparte; por la otra, con la intimidad con el aspecto de lalegitimidad establecida como principio jurídico-político,en donde se inicia la tradición de igualdad conjuntamen-te con la construcción de los contractualismos socialesy la teoría política resultante, construcción que abarcaun determinado modelo histórico cuyas referencias seencuentran en el urbanismo y el capitalismo inglés.

La solidaridad se ha entendido como concienciacomún por cumplir los derechos y obligaciones de losque la sociedad se ha dotado, asumiendo los intere-ses de lo público como propios, invocando los princi-pios de la convivencia democrática, por lo que tam-bién representa una de las más importantes expresio-nes morales que se encuentran entre el individuo y lacolectividad, que impone límites a las regulaciones ju-rídicas y con ello imposibilita que el Derecho llegue aconvertirse en sólo un instrumento de dominación, enel sentido más burdo del término que incluye el ahon-damiento en las desigualdades sociales, el surgimien-to de acciones autoritarias o la utilización del hombrecomo medio; la solidaridad intenta establecer víncu-los ético-jurídicos que la ley ha de consagrar.

Derivado de lo anterior, León Duguit tiene comosu labor más importante y constante preocupación

ESTUDIO INTRODUCTORIO XIII

como teórico del derecho y de la sociología, descubrirlas reglas que deben controlar, dirigir y limitar la ac-ción de los gobernantes, es decir, la forma en que elpoder político ejerce su fuerza; como autoridad, losindividuos del poder no ejercen un derecho propiosino que deben encaminar su responsabilidad con unafunción social, en el sentido de que el ejercicio de susatribuciones debe encontrarse de conformidad con losintereses sociales, de lo contrario sus acciones sonilegítimas y por lo tanto inválidas.

Dentro del Estado moderno, es a través de la legis-lación la forma mediante la cual debe ejercerse el po-der político. Para Duguit, existen las reglas normati-vas o normas jurídicas propiamente dichas, y las re-glas constructivas o técnicas; las primeras se refierena las prohibiciones o mandatos y las segundas esta-blecen la autoridad y garantizan el respeto a la ley,pero a la vez establecen los límites a la actuación delos gobernantes. En sí, las normas jurídicas se encuen-tran en la realidad social.

Influenciado por el espíritu positivista, rehuyó todaespeculación teológica o metafísica sobre la legitima-ción del Derecho; de esta forma, las normas se trans-forman, no existe un sistema jurídico eterno y univer-sal sino que se trata de un esfuerzo que exige la reno-vación continua, por lo que las normas jurídicas quelo integran deben comprenderse como relativas ycontingentes.

GONZÁLEZ OROPEZA / RIVERA ESTRADAXIV

Un aspecto esencial en la obra de Duguit lo repre-senta la distinción que lleva a cabo entre Derecho Posi-tivo y Derecho Objetivo. Sobre el primero, un conjuntode normas establecidas que son aplicadas por el poderpúblico del Estado, viene a definir el concepto. En cam-bio, sobre el Derecho Objetivo, Duguit tendría innova-ción constante sobre su contenido, en virtud de quesería uno de los conceptos fundamentales que le servi-ría para fortalecer su teoría. Así, en primer lugar, el con-cepto atiende a la concepción sociológica, en el senti-do de que debe interpretarse como norma social que seacepta legítima por la mayoría de los miembros del gru-po social; de esta forma la regla permanece en la con-ciencia de la mayoría, lo que permite la cohesión, demanera que el derecho objetivo vendría a ser las reglasjurídicas que han obtenido el consentimiento de la ma-yoría y por ese solo hecho se les dota de sanción.

Sin embargo, también señala que el Derecho Objeti-vo es la regla jurídica que deriva de las cambiantes con-diciones sociales y se determina mediante la observa-ción y el análisis racional, que prescribe determinadasacciones y prohíbe otras aplicables de manera general.De este modo, vuelve a su preocupación principal so-bre la limitación jurídica a la actividad del gobernante.Las normas jurídicas son realidades sociales, por lo quela actividad del jurista es descubrirlas en los hechos,así solamente el Derecho Objetivo entendido de estaforma tiene la fuerza para obligar, tiene validez.

ESTUDIO INTRODUCTORIO XV

Por su parte, el Derecho Positivo se constituyepor lo que conocemos como “ley”, de ahí que esasnormas no tengan fuerza por sí mismas sino en tantoque sancionan una norma del Derecho Objetivo. Cuan-do una norma legislada no lleva el sustento del hechosocial, carece de validez, no tiene efectos vinculantes.En este sentido, el Estado tiene la obligación de legis-lar normas previamente existentes, cuya validez deri-ve de la aceptación social, con lo cual asegura su com-promiso y el pacto que hace posible el respeto. El De-recho Objetivo se encuentra por encima del Positivo ylo dota de la validez y obligatoriedad requeridas.

La formulación de esos conceptos se vincula di-rectamente con las aportaciones positivistas de Comtey de la sociología científica de Durkheim, de ahí que laaportación de Duguit se exprese como una corrientesociológico-jurídica basada en la observación del acon-tecer social.

Gran parte de su creatividad surge de las condicio-nes históricas en las que vive. El prestigio del Estadofrancés se ve opacado por los acontecimientos delconocido caso Dreyfus.

Alfred Dreyfus, de origen judío y perteneciente auna familia de textileros, abandona su ciudad natalAlsacia cuando esta se anexa a Alemania tras la Gue-rra Franco-Prusiana en 1871, para optar por la ciuda-danía francesa e ingresar a la milicia en 1882 en la Es-cuela Politécnica, a fin de iniciar su carrera militar; en

GONZÁLEZ OROPEZA / RIVERA ESTRADAXVI

1890 ingresa a la Escuela de Guerra y en 1893 al EstadoMayor del Ejército en el Ministerio de la Guerra francés.

En 1894 se descubre en la embajada alemana unacarta anónima que denuncia el envío de documentossecretos. La investigación realizada culpa a Dreyfusde espionaje, situación que concluye con su arresto,en medio de un ambiente antisemita. Encarcelado ysometido a consejo de guerra, es condenado por trai-ción y expulsado del ejército, así como deportado depor vida a la Isla del Diablo en la Guayana francesa.

El procedimiento judicial al que fue sometido es-tuvo lleno de irregularidades, entre las que se encon-traron el hecho de que el informe del Servicio de In-teligencia no fue integrado al expediente para que ladefensa lo consultara. No obstante, las evidentescontradicciones y las anomalías presentadas, no mer-maron el ánimo de la familia de Dreyfus para conti-nuar con su lucha a fin de demostrar la inocencia deAlfred, situación que provocó que la opinión públi-ca se dividiera y se iniciara una corriente para des-prestigiar a las instituciones militares y judiciales delEstado francés.

El encarcelamiento de Dreyfus no detuvo la activi-dad del espionaje alemán, al grado que Francia corro-boró que la embajada de ese país continuaba obte-niendo información confidencial y documentos clasi-ficados como secretos, por lo que se iniciaron nuevasinvestigaciones que llevaron a identificar como res-

ESTUDIO INTRODUCTORIO XVII

ponsable al mayor Ferdinand Walsin Esterhazy corro-borando la inocencia de Dreyfus y la influencia delánimo en contra de ciertas clases judías. El procesojudicial de Esterhazy finalizó con la declaración de suinocencia gracias a la protección de grupos reaccio-narios al interior de las fuerzas armadas, quienes pre-sionaron para que Dreyfus no fuera perdonado sinojuzgado por segunda ocasión y sentenciado nueva-mente culpable y condenado a 10 años de cárcel.

Las presiones por esclarecer el caso y castigar alos responsables de los actos de corrupción al interiordel Estado, obligaron a otorgar indulto a Dreyfus sinque se le reconociera su inocencia. Puesto en libertad,Dreyfus continuó su lucha hasta lograr su inocenciamediante un procedimiento seguido ante la Corte deCasación que anuló definitivamente el juicio, lo reinte-gró al Ejército hasta obtener la Legión de Honor.

La sociedad francesa se dividió ante los aconteci-mientos. Por una parte, aquellos que integraban laopinión más conservadora, antisemita y de corte au-toritario apoyaban la idea de que el asunto debía con-siderarse como “cosa juzgada” y dejar a Dreyfus comoel único culpable; otros, entre los que se encontrabanintegrantes de la opinión liberal, demócratas e intelec-tuales consideraban que el caso reflejaba el agota-miento de las instituciones nacionales y veían la opor-tunidad para llevar a cabo la transformación política ysocial que demandaba en ese momento el Estado fran-

GONZÁLEZ OROPEZA / RIVERA ESTRADAXVIII

cés. Entre los intelectuales más destacados que inte-graban este último grupo, se encontraban el escritorÉmile Zola y Octave Mirbeau, defensores del Estadode derecho y de los derechos del hombre. El primero, através de las páginas del diario L’Aurore, escribió unacarta abierta al presidente de la república titulada“J´accuse” en la que resaltaba la parcialidad con laque actuó el sistema judicial al declarar inocente aEsterhazy, cuando las pruebas lo condenaban.

Fue en este tipo de movimientos en los que Duguitincursionó como miembro distinguido al respaldar latransformación de las instituciones. Adicionalmente,en 1906 fue presidente del Syndicat Croix-de-Seguey-Tivoli, desde donde mantuvo su concepción sobre lanaturaleza y el funcionamiento de los servicios públi-cos que suscitó el “arrêt” del Conseil d´État de 21 dediciembre de ese año. De igual forma, militó dentro delPartido Republicano Democrático y obtuvo el triunfocomo representante popular en 1908, estando a favorde la representación proporcional.

El caso Dreyfus fue el detonante para que proble-mas sin resolver tuvieran desenlace al momento enque la opinión pública se organizó en grupos de pre-sión y de interés. Temas como la separación de la Igle-sia y el Estado, la Ley de Asociación, los movimientossindicales dentro de la organización de los serviciospúblicos, alteraron el concepto tradicional de la fun-ción del Estado, la soberanía y la descentralización.

ESTUDIO INTRODUCTORIO XIX

Duguit vive ese tiempo y no permite que pase sin quelo aproveche para construir alternativas para la com-prensión del fenómeno social desde lo jurídico. Así,lucha en contra de cualquier comprensión metafísicade la personalidad legal de la soberanía absoluta delEstado y asume que los deberes del hombre devienende la solidaridad social.

En sus estancias académicas en otras universida-des, obtuvo el reconocimiento internacional a sus tra-bajos y aportaciones al Derecho Constitucional y a laTeoría del Estado, sin descuidar los aspectos que in-tegran el análisis del servicio público. Entre sus obrasdestacan: Tratado de Derecho Constitucional; LasTransformaciones Generales del Derecho Privadodesde el Código de Napoleón; Las TransformacionesGenerales del Derecho Público; El Derecho Social,el Derecho Individual y las Transformaciones delEstado y El Pragmatismo Jurídico.

En su estancia en la Facultad de Derecho de Bue-nos Aires en 1911, ofreció una serie de conferenciasque redundarían en la publicación de su obra LasTransformaciones Generales del Derecho Privadodesde el Código de Napoleón, en la que aparecenideas relevantes sobre conceptos del derecho subjeti-vo y la función social; la nueva concepción de la liber-tad, la autonomía de la voluntad, el acto jurídico, elcontrato y la responsabilidad y la propiedad como fun-ción social. Critica al individualismo característico de la

GONZÁLEZ OROPEZA / RIVERA ESTRADAXX

época y a los Códigos creados; el sistema jurídico queaparece en la Declaración de los Derechos del Hombrey en el Código de Napoleón, se fundamenta en unaconcepción metafísica del derecho subjetivo que notiene sustento en la era del realismo y del positivismo.

El hombre no puede tener más derechos que los quele corresponden cuando vive en sociedad. Las teoríasque postulan que el hombre tiene derechos antes de vi-vir socialmente, no tienen sustento y se alejan de la rea-lidad. Las concepciones aportadas por el individualis-mo, se derrumban al momento en que el hombre se inte-gra a la sociedad. Existe una nueva tendencia que hacecaer los postulados del individualismo y del DerechoNatural, basada en el realismo en contra de la nociónmetafísica del denominado derecho subjetivo; la funciónsocial sustenta al derecho de propiedad al obligar a loshombres a construir un pacto de respeto solidario y en lamedida en que cumplen con su parte, ejercen su libertad.En este sentido, el Estado tiene por función brindar pro-tección a toda la actividad humana que se encuentreencaminada a consolidar la función social del individuo,castigando cualquier acto en contra.

Los contratos vistos así, no son acuerdos libresde voluntades, sino la ratificación de una sola volun-tad externada por ambas partes en torno a la funciónsocial que representa. De ahí que las diferentes deno-minaciones que se han agregado al término contrato,sean justificaciones tradicionales para otorgarle es-

ESTUDIO INTRODUCTORIO XXI

pacio a una figura jurídica que no tiene lugar en lasteorías clásicas.

De alguna forma Duguit recurría al Estado de Na-turaleza para sustentar su teoría, pero desde otra ópti-ca; toda teoría jurídica tiene como base el sentimientode solidaridad social creado entre los individuos y delas necesidades individuales y colectivas que sola-mente se satisfacen a través de la colectividad crean-do una especial Ley de Solidaridad que aparece demanera independiente, antes y superior al Estado, porlo que es ella la que lo limita y le ordena evitar el des-orden social y acatar aquello que brinde seguridad deque el hecho social se consolidará como Derecho yserá establecido como Ley.

El Derecho surge cuando en las conciencias indi-viduales se toma conocimiento de que un acto indivi-dual, al realizarse, puede provocar una reacción socialorganizada. Así aparece el Derecho como hecho so-cial, como Derecho Objetivo.

En 1920, Duguit también visitó la Universidad deColumbia en Nueva York en donde pronunció una se-rie de conferencias que se publicarían con el título dellibro que presentamos: Soberanía y Libertad, inte-grado por 13 lecciones en las que se tratan temas como¿qué es una nación?, ¿qué es la soberanía?, la nacióntitular originaria de la soberanía, la soberanía nacionaly la libertad del individuo, el concepto solidarista dela libertad, la libertad de asociación y el sindicalismo,

GONZÁLEZ OROPEZA / RIVERA ESTRADAXXII

y la organización del Estado moderno y la libertad delindividuo.

Para Duguit la soberanía que concibe Rousseau ylos liberales de su época, es el resultado de un desa-rrollo histórico fundamentado en la idea de que el Es-tado es una construcción artificial por lo que la sobe-ranía corre similar condición; el concepto es transito-rio, sirve de soporte teórico a un invento humano comolo es el Estado. De esta forma, el contenido del térmi-no debe transformarse en atención a que los indivi-duos unidos en sociedad, demandan del Estado as-pectos diversos de la protección.

Lo único real dentro del Estado son los hombres;el Estado no es soberano, se encuentra sometido a losdictados de la Ley, entendida como el mandato de lasolidaridad social, elemento constitutivo del Estado.

El término “libertad individual” no es preciso, esmucho más acertado hablar de “autonomía de la per-sona humana”. Partiendo de esta distinción, el hom-bre en lo individual es una fuerza que actúa libre eindependientemente, por consiguiente, posee una dig-nidad que se interrelaciona con la de los demás. Estaautonomía individual es anterior y superior a la sobe-ranía de la nación, por lo tanto, es ella misma la quelimita a la segunda. De esta forma, el poder público notiene otra función que la de proteger esa autonomía;puede limitar la libertad de cada uno, en función deproteger la libertad de todos.

ESTUDIO INTRODUCTORIO XXIII

Es incuestionable que debemos buscar los elemen-tos que constituyen una nación en la comunidad detradiciones, aspiraciones, luchas e identidades; sinembargo, todos esos temas no dejan de ser vagos eimprecisos, debemos ir más lejos y adentrarnos en larealidad de las cosas. Duguit propone, a partir de unprecepto sociológico, que la nación es un fenómenoproducto de la época moderna y no surge por genera-ción espontánea: “Lo que realmente constituye el sig-no distintivo de una nación, lo que la crea y sostiene,en suma, es el hecho de que todos los miembros de lacolectividad social establecida en un territorio deter-minado, desde el más humilde al más poderoso… tie-nen la conciencia más clara y resuelta de que persi-guen conjuntamente la realización de cierto ideal quetiene sus raíces en el territorio habitado por ellos… Heaquí, pues, el fundamento por excelencia de la unidadnacional”.

En la concepción de nuestro autor, soberanía, po-der público, poder del Estado, autoridad política sonexpresiones sinónimas por lo que las resume en el con-cepto “soberanía”. Así, la soberanía es una voluntadque tiene la cualidad de poseer un carácter que la im-pulsa para obrar por sí misma; la soberanía no puedeser impulsada por otra voluntad, a condición de per-der su carácter soberano; la soberanía es una volun-tad que tiene derechos mas no deberes, por eso inter-viene como voluntad de mando. De esta forma, cuan-

GONZÁLEZ OROPEZA / RIVERA ESTRADAXXIV

do se habla de voluntad, debemos referirnos a unapersona que la sostiene, es decir, hablamos de un serconsciente de sí mismo. La soberanía recae en la na-ción entendida ésta última como voluntad de la perso-na colectiva.

La soberanía nacional es ejercida por los gober-nantes en nombre y en representación de la nación. ElEstado existe como soberano debido a que representaa la nación organizada políticamente.

El concepto de libertad solidaria tiene como baseque la libertad no es un derecho sino un deber. A dife-rencia de las doctrinas individualistas en las cuales seconsidera al hombre aislado que forma sociedad cuan-do encuentra a otros, la doctrina solidarista estableceque el hombre es social por naturaleza y que no puedevivir fuera de la sociedad, por lo que no es viable hablardel hombre natural como poseedor de derechos, sinoque, al pertenecer a una sociedad adquiere obligacio-nes, en especial al desarrollar sus actividades, “por con-siguiente, no puede decirse en verdad que el hombretiene un derecho al ejercicio de su actividad; es precisodecir que tiene el deber de ejercerla, que tiene el deberde no dificultar la actividad de los demás…”.

Un aspecto relevante destaca en su concepciónde libertad. Duguit, como militante político, defiendela causa de los sindicatos al hablar de la libertad deasociación y el sindicalismo. El Estado no debe prohi-bir a los individuos que se agrupen para exponer sus

ESTUDIO INTRODUCTORIO XXV

ideas y llevar a cabo una actividad en común, cuandosu finalidad es lícita sino que además debe protegerla.El sindicalismo significa la organización de clases quesustituye a la masa amorfa de individuos que no tie-nen una meta en común y ejercen la anarquía. Se tratatambién de un movimiento social que promueve laconformación de una estructura jurídica en la cual seincluyan diferentes clases de profesionales.

Respecto del nuevo papel del Estado, aparece elconcepto de soberanía enmarcado en la actividad delservicio público. El Estado es tal en tanto que cumplesus obligaciones de proteger las libertades y cuidarque los servicios públicos se brinden de manera efi-ciente. Con el desarrollo de la libertad como obliga-ción, los representantes de la sociedad no deben re-presentar más a un centro de poder en donde la mayo-ría numérica tome las decisiones, sino que la repre-sentación política debe representar a la nación apli-cándose el sistema de representación proporcional.

La propuesta de Duguit al promover el principiode representación proporcional, tiene como finalidadintegrar al movimiento sindicalista, con el argumentode que esa tendencia formaría agrupaciones fuertes ycoherentes al reunir a individuos que ejercieran simi-lar profesión y proteger con ello el deber de la libertadde reunión. El alcance de su propuesta lo lleva a con-siderar que alguna de las cámaras legislativas deberíaintegrarse por el principio de mayoría relativa y repre-

GONZÁLEZ OROPEZA / RIVERA ESTRADAXXVI

sentación proporcional de los grupos profesionales,dejándole a los partidos políticos la cámara restante.

Adicionalmente, el libro nos brinda la oportunidadde conocer la posición del autor respecto de otrostemas, a saber:

- Respecto de la división de poderes, el conceptodebe modificarse a la colaboración constante delos mismos que alude al sistema parlamentario degobierno.

- En contra de las arbitrariedades del Estado, nobastan garantías preventivas sino otras de ca-rácter represivo, en donde exista un sistema queposibilite anular la aplicación de leyes contrariasa los principios de libertad y otro que sancione laresponsabilidad del Estado si lleva a cabo unaley contraria al derecho o si abandona la organi-zación de los servicios públicos.

- Lo anterior será posible si existe “una alta jurisdic-ción de reconocida competencia, cuyo saber e im-parcialidad estén a cubierto de toda sospecha yante cuyas decisiones se incline todo el mundo,gobernantes y gobernados, y hasta el mismo le-gislador; competencia… capaz de decidir si la leyhecha es conforme o contraria al derecho, y paraanular las leyes ilegales”.

- La protección del individuo debe darse tambiéncontra la acción administrativa del Estado, con-tra el denominado Estado-gerente. El Estado debe

ESTUDIO INTRODUCTORIO XXVII

acatar el principio de legalidad, entendido en elsentido de que una decisión individual cualquie-ra, no puede ser adoptada por una autoridad cual-quiera, sino debe mediar la condición de que seencuentre de conformidad con una disposicióngeneral, con el límite y condiciones que la leyseñala.

En su obra Duguit propone construir una noción deEstado sobre el concepto del servicio público, en don-de se asimile como el ente que los integra de maneraorganizada y controlados por los gobernantes, cuyocumplimiento debe asegurarse debido a que se trata dela actividad fundamental para lograr la interdependen-cia social. A esta propuesta le seguirían autores comoKrabbe, Ramiro de Maeztu y Roscoe Pound, entre otros.

La modernización del Estado como en la actuali-dad aparece, retoma en gran medida la concepción denuestro autor, en el sentido de identificar al ciudada-no como el usuario de los servicios que presta. Sinembargo, los conceptos de soberanía, poder público,representación política, sindicalismo, libertad y obli-gación en torno a lo social, distan del alcance teóricoque Duguit propone.

Considerar a la libertad como una obligación den-tro del esquema solidario, parece una propuesta quese antoja alternativa para comprender el otro lado delpoder instituido por la ilustración y los movimientosindependentistas del siglo XVIII, mucho más se antoja

GONZÁLEZ OROPEZA / RIVERA ESTRADAXXVIII

como la comprensión a la luz de similares valores con-templados con otros telescopios, tal vez aquellos queutilizaron Galileo o Copérnico.

Dejamos al lector interesado en adentrarse a losinicios de una teoría del siglo XIX aún por renovarse.

Manuel González Oropeza

Héctor Rivera Estrada