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SECUNDARIAS ZONA 023 •! . DOCENTES ,J , ¡. , }'i'

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~ÍMBOLOS PATRIO~ SECUNDARIAS ZONA 023

•!

. DOCENTES , J ,

¡. , }'i'

ANTOLOGIA

DE EXPRESIÓN LlTERARIA DE

SÍMBOLOS PATRIOS

HECHA POR DOCENTES DE LA ZONA 023

DE SECUNDARIAS CICLO ESCOLAR

2012-2013.

2

1ND1 CE

lntroducción .. .. ...................... ............ ..... ... .. 9

GÉNERO LITERARIO: CUENTO

Maestra Filiberta Reyes González

Escuela: "José María La Fragua"

Título: "La piedra sellada"

PRIMER LUGAR ........................................... 11

Profra. Teresita Luna Téllez Escuela "Miguel Salas Anzures" Título "La aventura inesperada"

3

SEGUNDO LUGAR ....................................... 18

Profra. Sandra Lorena Jiménez

Escuela "Miguel Salas Anzures"

Título "Bandera" TERCER LUGAR ............................................ 23

Profra. Griselda Alejo García

Escuela "Profr. Francisco Javier

Badillo Aguilar"

Título

"La Creación de mis Símbolos Patrios" ........ . 27

4

Maestra Beatriz Méndez Melo. Escuela "Profr. Francisco Javier

Badillo Aguilar"

Título "Mexitli" ........ ..... .............................. 31

Maestra María Guadalupe

Rodríguez Meléndez Escuela "Profr. Francisco Javier Badillo Aguilar"

Título "Un sueño hecho realidad" ... ........... 35

Profr. Carlos Alberto Galán Ángel Escuela "Nicolás Bravo"

Título "El origen" ...... ..... ... ... ..... .......... ........ . 37

Maestra Luz ltzel Martinez Macario Escuela "Cuitláhuac" Título "El gran día de José" .... ... ... .. .... ... ..... . .43

GÉNERO LITERARIO: RELATO.

Maestro José del Carmen Ricardez Téllez Escuela: Unión y Progreso

Título: "Legendaria Bandera Nacional"

PRIMER LUGAR .. ...... ......... ..... ....... .............. . 49

Maestra Kena Ceren Genis

Escuela "Unión y Progreso"

Título "Símbolo de Inspiración"

SEGUNDO LUGAR ...... .. .... .......................... .54

Maestra María Dolores

Rodríguez Hernández. Escuela "Nicolás Bravo"

Título "Un canto que nació

para quedarse en la eternidad"

5

TERCER LUGAR .. ......... ............. ....... ...... ... .. .. 57

Maestra Lilia Notario Díaz,

Escuela "Unión y Progreso" Título "La gran ave" ....... ............... .. .. ..... .. ... .. 60

Profr. Juan Diego Rojas Tamayo

Escuela "Instituto Atenas" T't 1 "U ' b 1 . ' " 63 1 u o n s1m o o ... una pas1on .... .......... ..

GÉNERO LITERARIO: POESÍA.

Maestro Miguel Ángel

Guerrero Sánchez Escuela "Unión y Progreso"

Título "Canto a la Bandera"

PRIMER LUGAR ............. .................. ............. 68

6

Profr. Armando Hernández Medrana,

Escuela "Instituto Atenas"

Título "Himno Esperanza de un Nuevo Amanecer" SEGUNDO LUGAR ................ .. ................... 71

Maestra Candelaria Avelino Robles

Escuela "Profr. Francisco Javier

Badillo Aguilar"

Título "Madre Patria"

TERCER LUGAR ..................................... ..... 78

Maestra Patricia Almeida Hernández Escuela "Unión y Progreso"

Título "Mi Patria" ........................................ 79

Maestra Graciela Lymón Baylón

Escuela "Unidad y Progreso"

Título "Libertad, Bandera Tricolor" ............ 81

Maestra María Esther Cerezo Aguilar, Escuela "Miguel Salas Anzures"

Título "Sentimientos" ...... ............................. 84

Maestra Aracely Ochoa Torres

Escuela "María Teresa López Viuda de Téllez"

Título "Mi Bandera" ...................................... 85

Profr. José Felipe Nava Martfnez

Escuela "José María La Fragua" Título "De mil héroes,

la Patria aquí es ... " ........... ............................ 86

7

8

9

INTRODUCCIÓN.

La presente antología es producto de la Convo­

catoria que realiza la Dirección de Educación Se­cundaria del Estado de Puebla, para que los do­centes participen en el concurso de Expresión Literaria Sobre Símbolos Patrios.

Por cuarto año consecutivo, la supervisión de la zona escolar 023 de secundarias generales y particulares de Tecamachalco, Pue. presenta otra antología' de cuentos, relatos y poemas re­lacionados con esta línea literaria sobre Símbo­los Patrios, que han sido escritos por profesores de las distintas escuelas que conforman esta zo­na escolar.

Durante este tiempo los participantes han mos­trado sus habilidades con gran afinidad y creati­vidad, plasmando en cada escrito sus senti­mientos de manera delicada y sublime, trans­portando a los lectores a un mundo mágico e inverosímil y, sobre todo con un gran aprecio a los símbolos patrios. Esta actividad ha contribui­do al crecimiento profesional de todos aquellos que participan, porque además de adentrarse al mundo de la literatura les ha permitido encon­trar en su interior el manejo de emociones; in-

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crementar su lenguaje y mejorar su comunica­ción escrita. Queda como legado cultural a las nuevas generaciones esta antología, esperando que cada una de las líneas escritas logren que los lectores se transporten a ese maravilloso via­je donde nuestros símbolos patrios tiene un lu­gar especial y marcan nuestra identidad como mexicanos.

Nuestro más sincero agradecimiento y admira­ción a la Escritora Guadalupe Martínez Galindo, por su asesoría y apoyo para la realización de esta Antología y a la muy eficiente revisión de la maestra Juana Reyes Ramírez de la Escuela "Álvaro Obregón"; así mismo nuestro agradeci­

miento por las facilidades de los espacios para la

realización del concurso a la Mtra. Candelaria

López Martínez, Directora de la Secundaria del Colegio Unión y Progreso; también el reconoci­miento a todos los profesores que se han suma­do a este proyecto de "Formemos Escritores".

Recordemos que "encontrar palabras para

aprender, enseñar y comunicar lo que somos y

lo que sentimos, es tarea permanente".

iSIGÁMOS ADELANTE! MTRA. OLGA MORENO SALAS

GÉNERO DE CUENTO.

Maestra Filiberta Reyes González Escuela: "José María La Fragua" Título: "La piedra sellada" PRIMER LUGAR.

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Aquella tarde se presentía especial, parecía que algo iba a suceder, no se sabía ni qué, ni cómo, ni a quién, pero esa sensación flotaba en el aire.

El pueblo necesitaba una transformación, vol­ver a tener una identidad propia, la monoto­nía y la rutina habían alcanzado todo. Se

ahogaban las aspiraciones y el espíritu de lu­cha, era como ver el pasto seco en pleno in-

. vierno; sin embargo la esperanza existía en la inocencia que reinaba a pesar de la increduli­dad de los adultos.

Enrique vivía con sus padres, era un niño de 7 años, tenía dos hermanos Joel y Eduardo. Se sentía afortunado de tenerlos.

Su padre indicó a él y a Eduardo que fueran a cuidar los chivos al monte, ellos obedecieron como de costumbre. Cuando volvieron a casa

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sucedió algo inesperado, Enrique tropezó y al voltear hacia el suelo vio una moneda. Acercó su mano para tomarla con cierto temor y lue­

go la guardó discretamente en su bolsillo sin que Eduardo se diera cuenta.

Al llegar a su casa, la lavó varias veces hasta dejarla limpia. La contempló y se quedó pensando y ahora ... ¿qué hago con ella?, ¿para qué me servirá? ¿qué haré? No comen­

tó nada, permaneció en silencio durante la cena sin que nadie le diera mayor importan­cia a su actitud .

La moneda era de $ 100.00 pesos, acuñada en el año de 1985, en una cara tenía la efigie de Don Venustiano Carranza; para él esos da­tos no eran relevantes, le llamó la atención lo que vio en la otra cara, una y otra vez la mira­

ba y pensando en ella llegó la hora de ir a la

cama y se quedó dormido.

Tuvo un sueño hermoso: se encontraba al pie de la montaña donde acostumbraban llevar a pastar a sus animales y vio un resplandor im­presionante que reflejaba la luz de la luna lle­na en la cara de la moneda que tanto le ha­

bía llamado la atención, donde en relieve

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estaba un águila majestuosa devorando una serpiente sobre un nopal. Era una escena que a su edad no podía asimilar, pero que le

gustó tanto que no le asustó y no podía dejar de mirarla.

Los ojos del águila tenían un brillo especial y su mirada era penetrante. La serpiente ago­nizante se resistía a morir entre las garras de aquella ave que la aprisionaban. Le llamó

mucho la atención el nopal sobre el que se desarrollaba' este combate, no era parecido a ninguno que hubiera visto a su corta edad, sino diferente, aunque no podría describir con precisión en qué. Su emoción fue tan grande que despertó. En ese momento reso­nó en su mente una frase: "Ve a la piedra se­llada", conocía el lugar, era una gran piedra fragmentada donde nacía el agua y llevaban a

las cabras a beber.

- Al otro día emocionado, le confió su sueño a sus papás, pero no le creyeron. Su papá en el afán machista le dijo:

-Preocúpate porque tus calificaciones de la escuela estén bien y en cuidar bien a los chi­vos que nos dan de comer y no en tonterías

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locas que sólo tu inventas. Su mamá sumi­sa, agachó la cabeza y le dijo: anda hijo, come y vete a la escuela .

Él se sintió triste, ¿cómo era posible que no le creyeran, si era algo tan hermoso lo que ha­

bía soñado?. En la escuela tampoco se lo contó a nadie porque pensó que tampoco le

creerían; recordó que cuando hacían hono­

res a la bandera y hacía su recorrido todos se reían, platicaban y jugaban, no les importaba como símbolo patrio. Por el contrario, él era el único que marcaba la diferencia, mante­niendo el debido respeto hacia la enseña na­cional.

Había una persona en quien confiaba, era su

profesor de 2Q. año, el maestro Daniel, estu­

vo a punto de decirle todo, pero se le pasó la mañana, ya era tarde, tenía que llegar a co­mer y luego ir a cuidar el rebaño.

Cuando junto con su hermano salió a pasto­

rear, recordó que debía ir a la piedra sellada;

su hermano Eduardo se sorprendió porque

aún no era la hora de llevar a los animales a beber, pero no le dio importancia y los guió hacia el lugar. Para su sorpresa estaba el

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águila devorando a la serpiente sobre un no­pal en aquella piedra recreada en forma majestuosa, hermosa, única ... i no lo podía creer! y le gritó a su hermano.

-Eduardo .. . ven, mira, ven a ver algo que te va a gustar, pero también te va a sorprender.

Eduardo llegó y al ver la escena realmente i no lo podía creer! Cabe decir que era mucho mayor que Enrique, le llevaba tres años. Los dos empezaron a llorar de emoción, de sor­presa, de temor; ni ellos mismos lo sabían, pero era un sentimiento diferente. Enrique por su hallazgo y Eduardo porque compren­dió que había hecho muy mal no respetando los símbolos patrios como se lo indicaban en la escuela.

Enrique ya tranquilo le contó todo a Eduardo, pero lo hizo prometerle que no le diría nada a nadie. Esa noche en medio de su inocencia y su hallazgo pensó y pensó hasta que se dur­mió. Al otro día en cuanto llegó a la escuela buscó a su maestro Daniel y le dijo:

-Maestro, puedo contarle algo.

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-Si Enrique dime -le respondió amable.

Le explicó detalladamente todo lo que había

visto primero en sueños y luego con sus pro­pios ojos y sobre todo la secuencia de los he­chos que era impresionante. El maestro apreció su entusiasmo sobre todo cuanto le explicó lo que contenía aquella piedra. Pri­mero lo puso en duda, pero como maestro su misión era entender y comprender lo que el

niño le decía y repuesto de la primera impre­sión le contestó:

-Déjame pedir permiso en la Dirección y va­mos a ver el lugar que me indicas.

Subieron juntos la montaña y llegaron al lugar señalado. Para sorpresa del maestro el niño

no había mentido, lo abrazó, lo besó y le dijo:

-Eres un niño excepcional, increíble y tienes la inteligencia dada para que esto haya pasado y este descubrimiento servirá para que valore­mos más a nuestro Escudo Nacional, nuestra Bandera, nuestros símbolos patrios.

Ahora tenemos una misión, es muy difícil pe­

ro vamos a aceptarla. Hay que generar respe-

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to, responsabilidad, amor, tolerancia, para que nuestro pueblo valore su identidad co­mo mexicanos y que se dé cuenta que este hallazgo no fue casual y que es imprescindi­ble volver a creer en este símbolo que un día fue creado para que nuestra nación conociera su finalidad y le diera un motivo de ser y de existir.

Fue así como en la escuela iniciaron con esa tarea, fue difícil, pero no imposible. Empeza­ron a realizar diferentes actividades promo­viendo a través de ellas el amor y el respeto a nuestra bandera y Enrique comprendió con el paso del tiempo que para un mexicano, una identidad propia es lo mejor que podría llegar a tener.

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Profra. Teresita Luna Téllez Escuela "Miguel Salas Anzures" Título "La aventura inesperada" SEGUNDO LUGAR.

Aquella noche al pasar por un sembradío ver­de, continué lo más rápido que pude, quería

llegar a casa lo más pronto posible, el solo re­cordar aquel animal inmenso, majestuoso y aguerrido que dos días antes vi ocultarse en la maleza, invadía mi cuerpo de temor.

Esa noche me había tardado con mis amigas, se hizo tarde y aquellas compañeras que re­

corrían el mismo camino a casa se habían ido, así que tuve que irme caminando sola por toda la carretera cerca de veinte minutos hasta ese sembradío; ahí se convertía en un camino estrecho donde sólo había piedras y tierra, trataba de cantar pero el miedo era más fuerte que yo y decidí caminar más rápi­

do. Escuchaba ladrar a los perros enloqueci­dos en la oscuridad, parecía que ellos sabían

lo que ocurría . De pronto se terminó el ca­

mino, me encontré caminando sobre un te­rreno lleno de milpa donde la tierra se que­braba fácilmente.

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Los lugares seguros habían quedado muy atrás, apresuré el paso y traté de tararear co­mo tratando de que alguien me escuchara, de pronto una luz brillante lastimó mis ojos, caí, mi corazón palpitaba muy fuerte como que­riendo no ver lo que sucedía. Me armé de valor, abrí los ojos ... ioh! -exclamé con asombro- frente a mí estaba un águila ague­rrida inmensa y majestuosa, posada sobre un nopal devorando una serpiente. Quedé inerte contemplándola un largo rato; al darse cuen­ta la majestuosa ave de mi presencia corrió a ocultarse entre la maleza.

En ese momento recordé lo que decían los abuelos de ese lugar, historias de animales, de apariciones y otras más, pero me inquie­taba la nueva historia que acababa de nacer la del "águila devorando una serpiente".

Me levanté y seguí mi camino, cada minuto era una eternidad, el viento comenzó a soplar fuerte, se oían risas entre los árboles, sabía que estaba por llegar; "el pueblo no está le­jos" me repetía una y otra vez. Llevaba casi una hora caminando, me sentía perdida como si algo me impulsara solamente a caminar y caminar. Traté de darme valor y empecé a

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gritarle al águila, corrí y corrí hasta que una voz detuvo mi paso:

-¿Por qué me tienes miedo mi buena niña?

Asombrada al escuchar las palabras del feroz animal le contesté que no encontraba el ca­mino a mi casa.

El águila majestuosa, de plumaje brillante y hermoso, con gran bondad me acompañó, mientras caminábamos me contó sus grandes hazañas a través de los años, las victorias ga­nadas, los guerreros caídos en importantes batallas, las injusticias, el desconsuelo, el llan­to y la sangre derramada por gente valiente.

Seguimos caminando y aunque la oscuridad cada vez era más densa ya no tenía miedo, al llegar a la entrada del pueblo escuchamos un grito de dolor, volteamos a ver de dónde ha­bía provenido el lamento, cuando busque al águila había desaparecido, desde ese mo­mento ya no supe de mí, unos dicen que me desmayé, otros, que el águila robó mi alma .

No sé cuánto tiempo pasó, cuando volví en mí me encontraba en mi casa. Todos me mi-

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raban con asombro pues entre mis ropas ha­bían encontrado una moneda de oro muy bo­nita, grabada con la imagen de un águila de­vorando una serpiente y al reverso una leyen­da que decía: "soy la señal esperada por el pueblo mexicano, represento la valentia, el amor, la fidelidad, la gallardía y el compromi­so; mi emblema será recordado de genera­ción en generación, como el Escudo Nacio­nal".

Al verla recordé el momento angustioso que había vivido esa noche. Desde ese día cam­bió por completo mi vida, el descubrimiento del águila hizo crecer mi amor por los símbo­los patrios y mi respeto hacia ellos más gran­de. Al reponerme por completo conté a todos lo que me había sucedido esa noche. Mis pa­dres me acompañaron al lugar donde me ha­bía ocurrido el suceso. A nuestro regreso visi­

tamos al presidente de la comunidad y le soli­cité que se hiciera un monumento a esa águi­la valiente que había dejado en mí una ense­ñanza.

El presidente habló con la gente y lo llevé al lugar indicado, donde se colocó en oro un monumento, era un águila erguida devorando

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una serpiente adornada con dos ramas.

Desde ese día la gente cuenta la historia del águila y en honor a ella niños, adultos, muje­res y hombres, intentan mantener la paz, la armonía, la unidad y admiran al águila plas­

mada en una hermosa Bandera Tricolor que ondea en lo más alto del cerro.

Todas las personas no olvidarán el magnífico acontecimiento que les he contado que habla de unión y sana convivencia.

Profra. Sandra Lorena Jiménez Escuela "Miguel Salas Anzures" Título "Bandera" TERCER LUGAR.

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En cierta ocasión la Escuela Secundaria de nombre "Escudo" ubicada a la orilla de Tepexi

vivió un hecho tan sobresaliente que desde entonces todos los vecinos que viven cerca se reúnen los lunes de cada semana, porque un adolescente de nombre José marcó de mane­ra sorprendente a la escuela.

Era un joven moreno, alto, delgado, que cur­

saba el primer año de secundaria, hablaba con acento norteño y tenía algo especial, pues en su voz se percibía simpatía, alegría,

entusiasmo y con sus inseparables gafas os­curas desde su aspecto era "diferente".

Se trataba de un joven ciego, durante su es­

tancia en la escuela gozaba de muchas facili­dades, sorprendía que se pudiera desplazar

por todos lados, aprendió a reconocerla y ubicarse rápidamente, utilizaba un bastón que lo ayudaba a descubrir obstáculos y pro­curaba ser independiente.

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José llegaba temprano a la escuela principal­mente el día lunes. Le gustaba presenciar la ceremonia aunque no se reflejara en sus ojos

el recorrido de la Bandera, pero con gran res­

peto y gallardía interpretaba el Himno Nacio­nal que para él significaba sentirse vivo y par­te de una nación sin diferencias.

La maestra Anita, responsable del grupo al que asistía José, nunca pensó que a la escuela

se integraría un adolescente con discapaci­dad, pero lo aceptó porque consideró que no se debía negar a nadie la oportunidad de

estudiar y desarrollarse.

A José le gustaba escuchar a su maestra cuan­do les contaba lo orgullosos que se sentían los alumnos que formaban parte de la escol­

ta, ya que la Bandera es el símbolo de un país con identidad y cada color tiene su propio sig­

nificado: el verde refleja la esperanza del pue­blo en el destino de su raza, el blanco refleja la pureza de los ideales del pueblo y el rojo, la sangre que derramaron los héroes por la Pa­tria a lo largo de la historia.

A pesar de que no veía, José se imaginaba la

Bandera desde muy dentro de su corazón; un

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día les dijo a sus compañeros que él también tenía un ideal, aspiraba poder llevar entre sus manos ese símbolo tan preciado de todos los mexicanos, pero sentía temor porque algunos tal vez se burlaran de él. Sin embargo, la maestra Anita que había escuchado su co­mentario le respondió:

- No te preocupes, entre todos te vamos a apoyar y lograremos que cumplas ese deseo.

Y así comenzaron a trabajar "unidos" inte­grando la escolta en la que José con apoyo de sus compañeros portó la Bandera en la ce­remonia del 24 de Febrero. La noticia de que un joven con discapacidad portaría la Enseña Nacional en ese día tan importante, se empe­zó a divulgar en todo Tepexi, las personas sor­prendidas empezaron a llegar al lugar deseo­sas de presenciarlo y por primera vez sintie­

ron que el amor a la Patria iba más allá de los sentidos, que no hay límites cuando hay un amor verdadero por nuestras raíces.

La maestra Anita comentó al final de la cere­monia:

-Que contenta me siento, porque en esta es-

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cuela hemos aprendido lo valiosa que es la

inclusión.

Posteriormente José se acercó a la maestra y

le dijo:

-Gracias por haberme concedido la oportuni­dad de romper esas barreras, para demostrar

a todos el valor y dignidad de la Bandera, un verdade­ro sentir patriótico.

Entre las personas que asistieron a la ceremo­nia se encontraba un reportero que se encar­gó de publicar las fotos tomadas en esa espe­

cial ocasión.

Por medio de su difusión, el Presidente de la

República se enteró del caso e hizo una invi­tación a José y a su maestra Anita para que fueran a entrevistarse con él a Los Pinos don­de les otorgaron un reconocimiento por pro­

mover a nuestra Enseña Nacional con honor y

por su lucha para lograr una Patria sin dife­

rencias.

Profra. Griselda Alejo García Escuela "Profr. Francisco Javier Badillo Aguilar"

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Título "La Creación de mis Símbolos Patrios".

Esta es la historia de un lienzo sin color que era hermoso, pero tenía la responsabilidad de ser la Bandera que orgullosamente represen­taría a la Nación Mexicana. Con bellos colo­res se debía pintar el lienzo, pensó y pensó que colores podrían estar en él. El verde fue el primero que creyó más adecuado usar, pe­ro arrepintiéndose dijo:

-Si me pinto de verde me van a confundir con los árboles y el pasto.

Seguía pensando en que color ponerse y pen­só en el blanco, aunque luego reflexionó y di­jo:

-Si me pinto de blanco me van a confundir con las nubes; tendré que seguir buscando.

Pensó en el rojo que simbolizaba la sangre derramada por todos los valientes que ha­bían muerto tal vez en luchas o guerras por su Patria, pero ...

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-El rojo no me convence mucho.

Siguió piensa ... y piensa cual color sería el más

adecuado para él y unos segundos después se le ocurrió el color azul, pero después de pensarlo un poco dijo:

-No, el azul tampoco, podrían confundirme con el cielo, mejor no.

Ya sé, dijo, me teñiré de amarillo, tal vez éste si me quede, aunque ... podrían confundirme con el resplandor del sol. No ... no es una buena elección.

Estaba tan triste de no poder encontrar el co­lor adecuado para representar a su Patria que no sabía qué hacer y decidió esperar un tiem­po para poder pensar en qué color ponerse,

así que después de algunos meses encontró la solución. Se le ocurrió usar diferentes colo­res, había que encontrar una buena combina­ción. Rojo, azul y amarillo, tal vez no se vean bien, buscaré otra; blanco, verde y amarillo ... creo que tampoco.

Por fin decidió que serían verde, blanco y rojo en franjas verticales del mismo tamaño. El

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significado que esos colores le proyectaban era bueno: el verde, libertad y paz, el blanco, pureza y el rojo la sangre derramada por to­

dos los valientes patriotas muertos a través de la historia en luchas o guerras por su Pa­tria.

-Sí, así quedaré perfecto y podré representar a la nación mexicana con mucho orgullo. Pe­ro se le olvidaba que debía escoger un escudo para llevarlo en el centro.

Decidió poner un águila y comenzó a pensar ¿cómo se vería mejor? Buscando su mejor posición dijo:

-Podría ser un águila de frente ... creo que no se vería bien. Fue pensando como quedaría en diferentes ángulos y al fin se decidió por colocarla como cuenta la antigua leyenda me­xica que tenía la imagen que vieron los in­dígenas que venían de Aztlán a fundar un nuevo imperio: un águila de perfil, posada so­bre un nopal, devorando una serpiente. Co­menzó a trabajar pensando donde podría conseguir esa águila, buscó en diferentes lu­gares la forma de poder hacerlo, así que des­pués de encontrar un trozo de tela tal como

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lo necesitaba, lo tomó, lo cortó y lo puso al

centro del lienzo y dijo:

-Es perfecto, estoy listo con todo lo que nece­sito. Este era el símbolo perfecto que debía representar a la nación mexicana, todo esta­ba bien, sólo faltaba un canto que todos en­

tonaran mientras la Bandera ondeaba.

Empezó a escribir sobre lo orgullosa que esta­ba de su nación, sobre los héroes, personas valientes y demás que anhelaban honrar a su Patria y fue así como surgió el Himno Nacio­nal Mexicano canto hermoso que todos ento­namos mientras la Bandera ondea orgullosa­

mente.

Maestra Beatriz Méndez Melo. Escuela "Profr. Francisco Javier Badillo Aguilar" Título "Mexitli"

31

Todo pueblo durante su formación requiere dedicación de quienes lo conforman. Un gran

pueblo no lo es por el tamaño de su territo­

rio, sino por la grandeza de su gente, es por esto último que se le asigna este calificativo. ¿De qué forma? con sus acciones, con sus valores, manifestaciones culturales, tradicio­nes y costumbres, pero principalmente la vo­luntad y fortaleza que tengan para enfrentar los conflictos. Todos esos aspectos y más se

encuentran representados por diversos sím­

bolos los cuales proyectan una lucha y su be­

lleza se incrementa ante los demás pueblos.

Tal es el caso de nuestra historia. Todo co­menzó en una gran nación llamada Mexitli, aunque pocos conocían su significado, era

grande porque contaba con un extenso terri­

torio basto en recursos naturales, gente bella,

trabajadora y buena, pero también con un

graaan ... graaan defecto, estaba sometida a un reino malvado. Este reino había llegado hacía tres siglos y no daba señales de querer

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retirarse, al contrario pretendía arraigar su dominio por tiempo indefinido para seguir ejerciendo su poder y principalmente seguir

disponiendo de las maravillosas riquezas na­turales, así como seguir esclavizando a la gen­te con pretexto de evangelizarla .

Sólo que los opresores no contaban con la in­conformidad de muchos de sus habitantes inconformes con los abusos y que ya no esta­ban dispuestos a permitir que su pueblo si ­guiera viviendo bajo la tiranía de otros. Una noche fría y tal vez más oscura que lo habi­tual, un hombre bueno, religioso convocó a la unidad a los moradores de Mexitli para reve­larse y luchar a favor de su libertad.

Al grito de "muera el mal gobierno" y empu­ñando un estandarte con una imagen religio­

sa que se consagró así como la primera Ban­dera Nacional, símbolo de la unidad ... el hom­bre bueno arengó a la gente que respondió y al cabo de muchos años de sangrientas lu­chas Mexitli consiguió su libertad firmando su Acta de Independencia y consolidándose co-1)1 0 una nación libre y soberana. Durante la lucha, los ejércitos y los diversos agrupamien­

tos que luchaban por su libertad, también

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portaban estandartes que posteriormente dieron origen a la Bandera Nacional de Mexi­tli. Transcurrió el tiempo y a pesar de la De­

claración de Independencia, otros pueblos ambiciosos realizaron algunas intervenciones tratando de imponer sus reglas y de romper los intentos que para establecer una demo­cracia se estaban haciendo en la joven nación libre, por lo que se buscó un símbolo de uni­dad más y nació uno de los más hermosos Himnos Nacionales de todo el mundo.

Además de ello, también era indispensable contar con una Ley Suprema de la cual ema­naran todas las demás para el buen funciona­miento del estado y la protección de toda la población bajo un régimen democrático, así se consolidó una Carta Magna que rige cabal­mente la coexistencia del pueblo y protege de intervenciones extranjeras a más de ser un símbolo patrio por excelencia.

Las intervenciones extranjeras no terminaron, la ambición se incrementaba y nuestra na­ción a costa del sacrificio de su gente libraba ataques, haciéndose cada vez más fuerte y posicionándose ante el resto del mundo como un país de lu-

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cha, unidad y fortaleza, bajo nuestros símbo­los patrios que son: la Bandera Nacional, el Escudo Nacional, el Himno Nacional Mexi­cano y la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

En el año de 1985, dentro del marco del 175 aniversario del inicio de la Independencia y 75 aniversario del inicio de la Revolución Me­xicana, se realizó una gira por todo el país lle­vando los símbolos patrios, para que pudie­ran ser admirados por todo el pueblo, a ellos agregaron la Campana de Dolores, resultando un éxito, confirmando la unidad de la nación, sobre todo ante la tragedia que en ese mo­mento se enfrentaba, el terremoto que semi­destruyó la ciudad de México, ante cuya mag­nitud no hubo fragmentación ni debilitamien­to, al contrario a la voz de "estamos unidos mexicanos" nuestro país se levantó y siguió adelante, demostrando que somos una gran nación. Nuestros símbolos patrios significan la excelencia de nuestra unión, nos confirman cada día que somos libres, autónomos, que tenemos dignidad y todo lo necesario para acceder a un gran destino. Una gran nación y no solamente una nación grande.

Maestra María Guadalupe Rodríguez Meléndez Escuela "Profr. Francisco Javier Badillo Aguilar" Título "Un sueño heého realidad"

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En un día como cualquier otro pero sin pen­sar en el camino, apareció un niño que al ca­minar se asustó al darse cuenta que algo se movía en la maleza y pensó que tal vez sería un animal, pero le dio miedo y se escondió detrás de un árbol, su respiración era entre­cortada y en su mirada había asombro y páni­co.

Con gran temor distinguió lo que había pro­ducido el ruido, una cosa café de apariencia viscosa, una gran serpiente que parecía lasti­mada y se arrastraba buscando un lugar para protegerse o para ocultarse y atacar a al­guien.

El niño al ver el peligro, no se movió de su lu­gar, observó cómo se enroscaba alrededor de una mata de nopal, pero el pequeño no era el único que la había visto, desde la altura un águila también había visto a la víbora, des­cendió en vuelo sigilosamente y con un movi-

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miento rápido la atrapó y llevándola entre sus garras volvió a elevarse. Se encontró una nu­be blanca como el lienzo de la Bandera y vol­

vió a descender hasta quedar posada sobre el nopal.

Era una hermosa imagen, el niño pensó que en un tiempo no muy lejano la dibujaría con lo que guardaba en su mente de ese extraor­dinario momento. En eso pensaba cuando lle­gó a sus oídos una extraña música que con su armónica estaba produciendo su abuelo, esta melodía parecía hablar de la sangre de los hé­roes que se había derramado en el pasado por la libertad de los mexicanos.

Fue a su encuentro, lo abrazó y le dijo que la

música que estaba tocando parecía un himno, que tenía la idea de pintar una Bandera de

tres colores maravillosos y que al sonido de

esa música ondeara por los aires. Pensaba pintarla de verde como la naturaleza, blanco como las nubes y roja como la sangre de los héroes.

1 abuelo le dijo que le parecía hermoso y que juntos realizarían ese sueño que con el

tiempo llegaría a ser una bella realidad.

Profr. Carlos Alberto Galán Ángel Escuela "Nicolás Bravo" Título "El origen"

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En el centro de la ciudad de México, la Ala­meda Central, Marcos caminaba para encon­trarse con el señor X a la hora acordada. Se encuentran en la puerta del Palacio de Bellas Artes. En días pasados Marcos recibió una carta del señor X donde le solicitaba la reunión, tenía una información importante que darle.

Físicamente el señor X tenía un elegante por­te, estatura promedio para su raza, brazos musculosos, piernas fuertes, su vestimenta estilizada, propia del pueblo ... al que pertene­ce. Después de platicar con él Marcos se quedó anonadado ... incrédulo, aunque pen­

sándolo bien ... tiene lógica se dijo, todo enca­ja perfectamente y eso no puedo escribirlo.

Quedaron en reencontrarse en un lugar de Yucatán dos o tres días antes del solsticio de invierno, para llegar al sitio sagrado en el mo­mento justo en que confluyen ahí las ener­gías. En la fecha acordada, llegaron a tiempo a la cita, el recorrido a través de la selva fue

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excitante y después de caminar varias horas llegaron a una cueva y en la cueva un alushe.

Este alushe habita la cueva y la vigila, el fuer­te resplandor que despide proyecta amor y paz e ilumina el interior de la cueva que habi­ta desde hace tiempo. El señor X se acerca a ( ... ) (no es traducible) el alushe y hablan en

un lenguaje ancestral, musical, que Marcos no puede entender y escucha que hablan .. . ¿ sobre la historia? lo que está por venir y lo que ya fue, todo fundido en uno solo, los grandes ciclos del cosmos, de cómo lo vemos y no lo comprendemos, -dijo Marcos.

Marcos no lo vio, pero ( ... ) realizó un movi­miento casi artístico y de inmediato fueron trasladados al interior de la cueva que estaba iluminada en forma mágica y se siente cálida y en paz, sentados ante un pebetero grabado con signos ancestrales. Marcos, el señor X y varios personajes que son todos y ninguno

de aquí, de allá o de ninguna parte, pero to­dos de gran sabiduría.

El tiempo transcurre de forma misteriosa, pero no se parece al tiempo que conoce Mar­cos y eso lo intriga, la mente se confunde, pe-

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ro no importa, todo es paz. De pronto un in­dividuo alto, barbado, con la piel de color in­definido, parece camaleón: se ve negro, ama­rillo, etc., su habla es pausada y segura, irra­dia paz, se acerca a Marcos y le dice:

-Durante eones, el universo se ha mantenido en equilibrio, a veces se rompe momentánea­mente, apenas una rasgadura infinitesimal en el tejido del espacio-tiempo, pero siempre vuelve al equilibrio, así ha sido antes, así es ahora y así será siempre. Los pueblos lo sa­ben y lo respetan. Tu nación que llamas Mé­xico también lo ha hecho y pasó hace algunos eones y tiene relación con el pueblo náhuatl. Siguió platicándole a Marcos, quien no para­ba de asombrarse y las preguntas que surgían en su mente antes de formularlas con sus la­bios le eran contestadas. Continuo el extraño ser hablando así:

-Cuatro soles pasaron y cuatro mundos tam­bién ... y fueron el mismo mundo. Siguió di­

ciendo.

- Nosotros, los que siempre hemos existido, creamos una humanidad nueva: el quinto sol, cada ser humano creado según su raza,

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los náhuatl fueron colocados en Aztlán. En cada pueblo siempre nacen personas especia­les, personas que sienten, ven y saben que existimos. Algunos los llaman brujos, otros guías, otros los llaman chamanes ... no impor­ta el nombre ... ellos nos oyen y pueden pre­guntar (les escuchamos) y a algunos les res­pondemos.

Todo esto te ha sido revelado, Marcos, en es­te nuevo Bak Tuk. Marcos pudo ver un gran valle rodeado por siete montañas y en cada una existe una cueva y todas habitadas por el pueblo Náhuatl. Después de mostrarle lo an­terior le dijo :

-En el tiempo más allá del tiempo, cuando to­do era lo que es, los Náhuatl aprendieron las artes y las ciencias, la medicina y la astrono­mía, en fin todo el saber humano.

Marcos se maravilló ante lo que aprendieron esos hombres que se volvieron sabios y los chamanes aprendieron a visitar los mundos prohibidos a la mayoría de los mortales, viajó con los chamanes, vio lo que ellos vieron y vio que sus cuerpos no se movían. Algunos se volvieron locos y otros se perdieron para

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siempre en el viaje.

Es hora de que veas cómo fueron guiados por

los chamanes al sitio prometido -le dijo a Marcos-

Los chamanes se reunieron, vieron a sus re­yes y les dijeron lo que habían dicho los que siempre han existido y a todo dijeron que sí.

Marcos vio como las tribus avanzaban y como dudaban y el atraso que sufrieron por sus du­das. Siempre estuvimos con ustedes y los guiamos -le dijo-, no todos estuvimos de acuerdo -continuó- hubo quienes pensaron que debían ser eliminados y fraguaron un plan. Ve lo que pasó ... y Marcos vio:

Una serpiente de escamas de bronce espera­ba el paso de los Náhuatl para destruirlos, en los cielos un águila con plumas de acero veía el panorama, atacaría en el momento justo.

La serpiente dijo: es el momento de atacar y se abalanzó contra los Náhuatl, aún antes de verlos. El águila la atrapó antes de que los viera y lucharon a muerte, la aprisionó entre sus garras y remontó el vuelo triunfante, se

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posó en un nopal que crecía sobre un islote en medio de un lago. Cuando el pueblo los vio el águila cortaba la cabeza a la serpiente. Todo eso quedó grabado en el inconsciente de este pueblo orgulloso para no olvidarlo ja­más. Brilló en sus pendones de guerra y hoy

es el Escudo Nacional.

-Todo esto te ha sido revelado para que el mundo lo sepa ... -dijo a Marcos- antes que este se sumiera en un sueño profundo. Va­rios días después, despertó en su hotel, segu­ro de lo que había visto y sintiéndose un hombre nuevo.

Maestra Luz ltzel Martínez Macario Escuela "Cuitláhuac" Título "El gran día de José"

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Erase una vez un nmo llamado José, no le

gustaba ir a la escuela, hacía una que otra ta­rea, pero sobre todo no le gustaba asistir los lunes ya que se rendían honores a la bandera; indiferente llegaba a la escuela y se formaba para rendir homenaje.

Uno de tantos lunes, al concluir la ceremonia

los alumnos caminaron a sus salones. En el

salón de José ya estaba la maestra de Histo­ria, a él le aburría especialmente esa clase, así que se portaba inquieto, distraído e indife­rente y la maestra no tenía otra opción que sacarlo de la clase. Fuera del salón se encon­tró a la maestra Lucy, ella les impartía la ma­teria de Español. La maestra le preguntó:

-¿Qué haces fuera de tu salón? si te ve el Pre­fecto te va a reportar, ven mejor conmigo a la biblioteca y allá me cuentas lo ocurrido.

José le contó lo que había pasado y la maes­tra le dijo:

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-Desde hace tiempo quería hablar contigo, he observado que te portas indiferente cuando rendimos honores a nuestros símbolos pa­

trios ¿me podrías decir la razón de tu acti­tud?.

-No le veo nada de extraordinario -comentó José- sé que son importantes, pero ¿por qué y para qué me van a servir en el futuro?

-Existe una historia de los símbolos patrios -le dijo la maestra- te la contaré; los símbolos de la Patria son: la Bandera, el Escudo y el

Himno Nacional, los cuales enaltecen nuestra nacionalidad y nos identifican en el mundo entero como mexicanos. La Bandera consta de tres colores: verde, blanco y rojo, el verde representa la esperanza, el blanco la unidad

que debemos mostrar todos los mexicanos y

el rojo la sangre derramada por los héroes

nacionales para darnos Patria y Libertad.

José se interesó cada vez más en la plática y

curioso preguntó: y el Escudo ¿qué significa?

-El Escudo Nacional -le respondió la maestra - simboliza las raíces de nuestro pueblo, la se-

ñal del águila devorando la serpiente es la

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que los aztecas tenían que encontrar para fundar la ciudad de Tenochtitlán y el laurel representa la victoria de los mexicanos ven­

ciendo las adversidades.

-El Himno maestra - le preguntó José- tam­bién tiene algún significado.

-Nuestro Himno Nacional -le contestó- es el canto que nace del alma en cada uno de los mexicanos que lo interpretan, es un canto de libertad y de respeto a nuestra soberanía.

-Bueno José -dijo la maestra poniéndose de pie- mi hora libre ha terminado, espero que te haya gustado escuchar la historia de los símbolos, te aviso que habrá un concurso de oratoria, me gustaría que participaras ya que en mi clase has trabajado muy bien, además tienes una de las mejores voces y precisa­mente el tema son los símbolos patrios. Piénsalo y me avisas mañana.

José se despidió de la maestra y esa noche después de cenar estuvo un largo rato sin po­der dormir, recordando cada una de las pala­bras que le había dicho la maestra, la emo­ción de sus explicaciones lo había hecho re-

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flexionar. El lunes siguiente a la hora del he menaje, José tenía otra actitud, su mirac era diferente al ver ondear el Lábaro Patri' su voz se distinguía de las demás al entonar Himno Nacional y escuchaba con atención lé palabras del Director:

-Jóvenes alumnos, dentro de quince días !

efectuará el concurso de oratoria de nuest zona escolar, la convocatoria queda abier para todo aquel que quiera participar, el ten deberá ser alusivo a nuestros símbolos p tri os.

José emocionado fue a buscar a la maest

Luci y le pidió que lo asesorara para el co

curso, le dijo que en verdad quería participé

que había comprendido la importancia qt tiene en el sentir de los mexicanos la Band ra, el Escudo y el Himno Nacional. La maest aceptó, los días fueron pasando y juntos quedaban después de terminar las clases p

ra practicar su discurso. Él sentía un verdad

ro compromiso consigo mismo y con

maestra, sabía perfectamente que no poc

fallarle. Sin embargo, sucedió algo que 1

estaba previsto por nadie, dos días antes e concurso José se enfermó, ardía en fiebre,

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médico le diagnosticó una fuerte infección de garganta, le recetó antibióticos y antiinflama­torios, sobre todo reposo absoluto.

La maestra no lo podía creer, no era posible -pensaba José- tanto esfuerzo ¿para qué? y la maestra ¿qué va a decir?

El día esperado por José llegó. La maestra Lu­ci se presentó en el recinto donde se iba a efectuar el concurso para disculparse con el jurado de que su alumno se encontraba en­fermo de la garganta y no podía participar, en eso una voz la hizo darse media vuelta:

-i Maestra Luci ! iYa estoy aquí!

-Pero José -le dijo la maestra admirada- de­bías estar en reposo, puedes recaer. -No maestra -le dijo el muchacho- mi deber es estar aquí, no olvide que hicimos un com­promiso.

-Si. .. José ... pero ¿y tu salud? -Ya estoy bien maestra ... confie en mí. Uno a uno los alumnos de las diferentes es· cuelas fueron pasando por el escenario, cuan do el maestro de ceremonia anunció a JosE

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Vázquez Rosano y éste comenzó su discur~ el silencio era absoluto, la voz de José retu1 baba en todo el recinto, habló de la Bande1

del Escudo y de nuestro Himno Nacional. 1

la sangre derramada por los héroes que n

dieron la libertad que hoy disfrutamos, de grandeza de nuestros antepasados y de alegría y orgullo de ser mexicanos.

Cuando terminó su discurso el público lo ovac

nó de pie, la maestra Lucí corrió a abrazarlo' felicitarlo, el trabajo había sido excelente.

-Maestra ¿ganaremos el primer lugar? preguntó ansioso-

-No se .. . no se ... -le contestó ella- sólo sé q tú has ganado el mejor premio que vas a d frutar toda la vida.

-¿Cuál es maestra?-le preguntó José-

-El haber aprendido a valorar a nuestros sí bolos patrios -le respondió- dentro y fuera nuestro país y haber comprendido porq hoy gozamos de la grandeza de nuestros é

tepasados y de la alegría y orgullo de ser n

xicanos.

GÉNERO LITERARIO.- RELATO.

Maestro José del Carmen Ricardez Téllez

Escuela: Unión y Progreso Título: "Legendaria Bandera Nacional" PRIMER LUGAR.

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En ese momento el sonido de los tambores parecía alentar los fuertes latidos de mi cora­zón, era una emoción indescriptible, a pesar de mi edad y tamaño, el ambiente ceremonial me hacía sentir grande, orgulloso; como los jóvenes que con ritmo avanzaban por las ca­lles empedradas del viejo pueblo que es due­ño y guardián de todos mis recuerdos.

Este grupo de muchachos con tambores y trompetas, parecían tener el control del desfi­le al que asistían todos los estudiantes de las

escuelas locales, iban al frente de todos, mar­caban el paso, se detenían a la señal de uri instructor que nunca dejaba de imprimir e sus energías la marcial música que inspirabc en gran parte esas emociones exaltadas.

A decir verdad, no lograba verlo todo. M1 encontraba en la acera y desde ahí, al igu2

que mucha gente, pretendía captar cada me

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mento, era difícil, las espaldas de las pers nas eran lo más común ante mi vista y, au que pretendía por momentos abrirme pa: entre la muchedumbre, siempre de un p queño jaloncito, el abuelo que no soltaba 1

mano, me hacía volver a su costado. Siemp me recomendaba no meterme entre la gen1 mantener mi distancia y no empujar. mi'jo, disfrute, pero desde su lugar".

Recuerdo a la gente así, empujándose un contra otros tratando de incorporarse al fre te para quedar como testigos principales e evento, los más pronunciando diálogos triv les, risas, burlas, pero sorprendentemente momento de pasar la escolta, formada ~

niños seleccionados por ser los mejores es1 diantes, las personas se erguían, guardab silencio y su desordenada presencia de !

gundos atrás desaparecía, justo al instante observar a esos cinco pequeños que con n tro serio, disimulaban el cansancio de algur

horas de marcha bajo el ardiente sol que Sl

le acompañar a la Primavera, fatigados por pesado camino que lleno de polvo había i

bierto con una capa grisácea sus zapatos q aparecían ausentes de color, que por la n ñana seguramente habían brillado de limph

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Los niños que parecían más grandes, se mos­traban ante los demás como si llevaran una gran responsabilidad, ellos no giraban sus rostros para mirar a sus familiares entre la multitud o para sacar la lengua a sus vecinos y amigos, se mantenían fijos en su misión, marchaban con la seguridad que da el sentido de pertenencia, con la certeza de que lo que estaban haciendo debían hacerlo bien.

Lo que atrapaba la atención de los espectado­res no era la escolta en sí, sino la enorme Bandera, que ondulante y señorial se mos­traba imponente, pequeños y juguetones vientos por momentos ondulaban al pendón tricolor. Mostraba al centro la ferocidad de ur águila que con sus garras somete a una desdí chada serpiente; escena presentada sobn una emblemática nopalera crecida sobre ur pequeño montículo de tierra rodeado d' agua; según escuché representa la fundació de la vieja ciudad de los Mexicas.

El médico del pueblo, que estaba cerca de n<

sotros, externó su comentario aseguranc que en realidad se trataba del águila españ1 la, reprimiendo a la serpiente emplumad que era lo más preciado de los antiguos me:

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canos, también dijo otras cosas que no enten­dí, lo importante era lo que trasmitía, lo que hacía sentir, como si su sola presencia unifica­ra a la gente.

En ese momento observé, sí, son los colores perfectos, hasta mágicos, pues hechizaban a todos los que la contemplaban: un verde más penetrante que el follaje de los árboles y de las húmedas selvas, un verde más profundo y encantador que los ojitos de la niña de la se­ñora que vende en su canasta gorditas relle­nas a la hora de la llegada del tren, verde co­mo el aterciopelado musgo que cubre las ori­llas del río, más verde que las plantas del maíz que son todo nuestro sustento.

Y que decir del blanco, parecido a esas nubes que pasan por el cielo, que van lentas como si nos sonrieran desde lo alto, aunque mucha

gente prefiere ver en ellas figuras, cosas o animales, menos sonrisas. Blanco como el de la neblina que nos brinda su húmeda caricia al amanecer, como el de la masa con que mi tía hace sus tortillas a mano, un blanco como el de la funda de la almohada que mi abuelita me coloca para dormir y que también envuel­ve mis sueños con su magia.

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Yo pienso que el rojo, lo tomaron de las tu­nas o del pecho de un pajarito que todas las mañanas canta revoloteando entre las flores del jardín o quizá de las ciruelas jugosas que el generoso árbol nos regala.

Ese desfile era parte de los eventos que se organizaban en mi pueblo para celebrar el 5 de Mayo, se iniciaba a las nueve de la ma­ñana pero los participantes se congregaban en el punto de partida una hora antes y ter­minaba hasta la una de la tarde.

Cerré el álbum fotográfico donde se resguar­daba mi imagen, que cuando niño formando parte de la escolta de mi escuela, inesperada­mente, un cinco de mayo, el fotógrafo del pueblo capturó para mi historia personal. Ce­rré los ojos y con nostalgia, sonreí a mis viejos y felices recuerdos. Por todo esto, así lo en­tendí y lo aceptaré siempre, mi religión se lla­ma MÉXICO.

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Maestra Kena Ceren Genis Escuela "Unión y Progreso" Título "Símbolo de Inspiración" SEGUNDO LUGAR.

Hace algún tiempo me encontraba en las ca­lles de la capital de nuestro hermoso y colo­nial estado de Puebla, me permito expresarlo

de esta manera, porque en cada visita, siento como si fuera la primera vez.

Recuerdo que en esta ocasión caminaba por el Centro Histórico, disfrutaba de su arquitec­tura, su gastronomía y de su gente, mientras vivía todo esto, algo llamó totalmente mi

atención, levanté la mirada y ella estaba ahí; ondeando reluciente con sus tres bellos colo­res, por un momento me detuve y la observé con cariño y admiración.

Pasaron algunos minutos y empecé a experi­mentar un momento mágico, claramente vi

pasar imágenes de mi vida, con gran nostalgia recordé la primera vez que la tuve entre mis

manos, cursaba el tercer año de preescolar, fue en ese momento que me cuestioné cosas en las que antes no había reflexionado.

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Durante el regreso a casa, medité sobre la ac­titud y el proceder que he tenido ante mi bandera y ante mi Patria . Tristemente me di cuenta que no encabezaba la lista de mis prioridades, no estaba arriba, ni abajo ni en medio, lo que me llevó a pensar tantas cosas.

Después de algunos días pude deducir que nuestra Bandera es un símbolo de inspira­ción que sólo puede ver tus alegrías, tus triunfos y tus éxitos realizados sobre esta bendita tierra que te vio nacer, ella no podrá darle solución a todos tus problemas, ni tam­poco tendrá todas las respuestas a tus dudas y temores pero si las buscará junto a ti.

No puede cambiar tu pasado, tu presente ni tu futuro si tú no lo cambias primero, en cam­bio cuando la necesites estará a tu lado, aún cuando te encuentres en tierras lejanas.

No puede evitar que tropieces, únicamente puede ofrecerte un aliento de valor y coraje para que te sujetes fuertemente y no desfa­llezcas, bastará mirarla para reconfortarte.

No puedes trazarte límites porque debes ac­tuar como una persona capaz y responsable,

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orgullosa de sus raíces, reconociendo plena­mente tu identidad mexicana.

Esa identidad que se va perdiendo día a día, debes dejarla de ver como un simple concep­to porque aún no ha podido enmarcarse co­mo un modelo a seguir por todos los mexica­nos.

Y es así como descubrí que nuestra identidad no solamente comprende el hecho de tener un gentilicio o el de pertenecer a un territorio determinado, tiene que ver con toda la cultu­ra de fondo que ha estado inmersa durante 185 años de vida independiente. Cómo era posible que no hubiera pensado en todo ello, así que este tiempo de reflexión fue impor­tante para definir y dejar bien claro qué tipo de persona debo ser.

La volví a mirar con otros ojos y con otra pers­pectiva de la vida, tengo que enorgullecerla con cada uno de mis actos. A partir de ese momento ennoblecí mi vida y opté por darle el lugar y el respeto que se merece y comen­cé a aceptar mis triunfos y fracasos con la mi­rada siempre al frente. i Firmes .. . ya!

Maestra María Dolores Rodríguez Hernández. Escuela "Nicolás Bravo"

Título "Un canto que nació para quedarse en la eternidad" TERCER LUGAR.

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A veces nos ponemos a pensar en el por qué de las cosas, pero todo acontecimiento pasa por algo, nada es casualidad, gracias a los su­cesos inesperados se construye la historia. Es así como surgió el Himno Nacional Mexicano cuando durante la guerra de independencia, ansiosamente se buscaban símbolos de iden­tidad propia, que cimentados en nuestras raí­ces, formaran un concepto de Patria sin nin­guna influencia de otro país. Surgieron varias composiciones y aunque carecían de motivos heroicos fueron entonadas por la población.

Una de las más conocidas es la de José To­rrescano, quien en 1821 presentó una melo­día heroica, para que fuera el himno de la nación. Fue un intento fallido, no tuvo mayor trascendencia. Ya en 1849 hay que destacar que la Academia de San Juan de Letrán invita a participar en la creación de un himno que fomentara la unidad nacional. De tantas com-

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posiciones presentadas contestando dicha con­vocatoria se eligieron dos una del autor Andreu Davis Bradburn, compositor estadounidense y la otra del poeta mexicano José María Escalante, resultando ganador este último.

Henry Herz, pianista austriaco, quien llegó a nuestro país con el fin de dar varios concier­

tos, ofreció su talento para componer la mú­sica . No obstante a pesar de haber superado el valor poético de las anteriores composicio­nes no fue del agrado del pueblo, corriendo la misma suerte al quedar sin relevancia. A los años siguientes con la esperanza de con­tar con un Himno Nacional, se realizaron

otras propuestas como la del italiano Antonio

Barilli, la del húngaro Max Maretzek y la de Ignacio Pelligrini, todas presentadas sin éxito alguno.

Con seguridad estaban en espera de una composición que nos hiciera sentir realmente

orgullosos. En 1853 el presidente Antonio López de Santa Anna lanzó otra convocatoria

para adoptar un canto que fuese permanen­te, fue así como apareció el designado que México esperaba, Francisco González Bocane­gra, un mexicano movido por el sentimiento

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nacionalista, quien con su grandeza poética logró conquistar el alma de los mexicanos creando un himno magistral. En lo que res­pecta a la música, esta tuvo sus variantes, la primera a cargo de Juan Bottesim, pero fue sustituida por resultar poco armónica.

Luego, el español Jaime Nunó fue invitado a componer la música, siendo por su calidad el autor definitivo. El Himno Nacional Mexi­cano, se cantó por primera vez el 15 de Sep­tiembre de 1854 en el Teatro Santa Anna, in­terpretado por el tenor Salvi. Tiempo des­pués, según el archivo histórico, en 1943 se hizo oficial por decreto expedido por el presi­dente Manuel Ávila Camacho y para finalizar este grandioso recorrido de la creación de nuestro Himno, en 1984, bajo la presidencia del Lic. Miguel de la Madrid Hurtado, se pu­blicó la Ley que explica el uso y característi­cas de los símbolos patrios.

Indudablemente, como al principio dije, todo tiene una razón de ser, ahora lo que nos co­rresponde como miembros de este maravillo­so país es conducirnos con tolerancia, her­mandad, respeto, dignidad, honestidad y an­helo de un futuro mejor.

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Maestra Lilia Notario Díaz, Escuela "Unión y Progreso" Título "La gran ave"

En tiempos pasados, cuando la luz de la luna alumbraba un gran valle en que la abundante vegetación era acariciada por el dulce susurro del viento, surgió una valiente y audaz raza guerrera de gran generosidad. Vivieron tran­quilos y felices en ese hermoso entorno ro­deado de fastuosas montañas acariciadas por los cálidos rayos del sol de la mañana; una tribu que disfrutaba de la hermosura de las flores, que se deleitaba al escuchar el suave canto de las aves, que enaltecía su alma al verse rodeada de tan agradable belleza natu­ral, pero ni toda esa gran belleza podía borrar la tristeza que se reflejaba en su mirada que proyectaba un rictus de dolor.

En esa época de sombras y oscuridad tan densas y largas como las noches de invierno, un grupo camina sin rumbo fijo, con los áni­mos tocando el suelo, ese suelo que los vio nacer ... un pueblo que profiere un grito que brota del fondo de sus entrañas y siente que nadie lo escucha, clamando ¿dónde estoy? ¿quién soy? ... ¿cómo llegué a esta situación

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tan angustiante? Una raza que anhela su pro­pia identidad, que camina errante buscando un lugar en ese grandioso valle, envuelto por la luz durante el día y por el brillo de las es­trellas al anochecer.

Cansados ... sin ganas de luchar, sacan sus últi­mas fuerzas y siguen avanzando lentamente .. . i De pronto! descubren la maravilla de nuestra madre naturaleza, observan emocionados lo que está frente a sus ojos, no lo pueden creer, contemplan extasiados lo que hay en ese lago que miran, con aguas tan cristalinas como la pureza de sus almas. Es ahí donde surge el milagro que transforma la tristeza en alegría, la búsqueda había terminado, habían encontrado la señal enviada en sueños por el gran Dios, la imagen que mantenía viva la es­peranza en un mundo mejor.

Esta esperanza, que en su yo interno nunca se extinguió, ni pudieron destruir los invasores. Eso que nos hace diferente a las otras razas. Es ahí donde atónitos observan embelesados el elegante vuelo de la gran ave como la lla­maban los antiguos y sabios Tlacatzinli de la metrópoli. Observan esa hermosa planta au­tóctona de gran belleza de un verde brillante

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inigualable como el elegante vuelo del águila

que parece invitarlos a volar con ella.

Embelesados la miran revolotear en la altura en fastuoso vuelo ... la gran ave no se detiene, vuela tan alto como puede y llega a la cima,

desde ahí muestra su pericia en giros acrobá­ticos y con su fina vista y velocidad en picada

atrapa una serpiente que se encontraba so­bre el nopal aprisionándola entre sus garras y después la devora.

El dulce susurro del viento arrecia y suave­mente ... de la nada, surgen las delicadas ho­jas de la verde guirnalda que acertadamente

se posan en el nopal.

Desde ese momento, el noble pueblo com­prendió que su peregrinar había terminado, nuestra raza recupera y transforma su triste­za en alegría y renace la esperanza, esa espe­ranza que nunca perdió y es así como esta ra­

za de bronce adquiere su anhelada identidad

y surge el elegante símbolo del mexicano.

Profr. Juan Diego Rojas Tamayo Escuela "Instituto Atenas" Título "Un símbolo ... una pasión"

Los símbolos patrios, al igual que cualquier símbolo debe ser entendido si es que se re­quiere descifrar su fuerza de cohesión desde su contexto icónico y cultural, a diferencia de los signos los símbolos no pueden ser cons­treñidos en una definición unívoca, pues son conceptuaciones que perviven en el tiempo lo que les hace modificar su significado origi­nal.

Esto no deja de ser en esencia un fenómeno sincrético, ya que al ser readaptados en dife­rentes culturas, cobran diferentes significados y conceptuaciones. Los símbolos como tal son representación de una persona o realida­des, por ejemplo la Patria, la nacionalidad, son conceptos abstractos que requieren de símbolos para ser representados con fines di­dácticos, políticos, jurídicos, sociales, etc.

Así, aunque en México tenemos tres símbolos patrios oficiales, estos han cambiado su apa­riencia {no su simbolismo nacional) según lé

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historia tanto diacrónica como sincrónica de nuestro país. El primer símbolo es el Escudo, está constituido por un águila mexicana, con el perfil izquierdo expuesto, la parte superior

de las alas a un nivel más alto que el penacho y ligeramente desplegadas en actitud de com­bate, con el plumaje de sustentación hacia abajo tocando la cola y las plumas de ésta en abanico natural. Posada su garra izquierda so­bre el nopal florecido que nace en una peña que emerge de un lago, sujeta con la derecha en actitud de devorar a una serpiente curva­da de modo que armonice con el frente del águila.

En la base una rama de encino con otra de laurel del lado opuesto, forman entre ambas un semi círculo inferior y se unen por medio de un listón dividido en tres franjas que, cuando se presenta el escudo en colores na­

turales, corresponden a los de la Bandera Na­cional. Esta es otro de los símbolos patrios y es parte fundamental comprender su historia para nuestra vida nacional.

Entre los pueblos prehispánicos existía la cos­tumbre de usar banderas como parte de la identificación de sus naciones. Se considera a

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la primera bandera propia de México, aque­lla que enarboló durante el Grito de Indepen­dencia Miguel Hidalgo y Costilla en 1810, un pabellón con la Virgen de Guadalupe. Para 1813, las fuerzas insurgentes diseñaron otra. Durante el Primer Imperio Mexicano se de­cretó que las franjas del Lábaro Patrio debían cambiar de posición.

Posteriormente en 1823 el Congreso Consti­tuyente decretó que el Escudo presente en la Bandera Nacional se conformaría de acuerdo con la tradición indígena. Luego Porfirio Díaz decretó que el águila se colocara de frente y con las alas extendidas. Sufriría el Escudo una nueva transformación durante el go­bierno de Venustiano Carranza, quién dispuso que el águila se colocara de perfil izquierdo y conservara las características con las que los mexicas la habían concebido cuando funda­ron la Gran Tenochtitlán .

En 1821 fue creada la Bandera Nacional y adoptada por el Ejército Trigarante una vez proclamado el Plan de Iguala. Los tres colo­res que se adoptaron entonces, se han que­dado formando la Bandera Mexicana. Des­pués de obtener su independencia y lograr el

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establecimiento de un régimen republicano, México requería de un canto patriótico que unificara las conciencias de sus ciudadanos. Numerosos intentos se realizaron durante más de tres décadas para encontrar un Himno de aceptación nacional, sin obtener el éxito deseado.

La primera tentativa por escribir un Himno Nacional fue en 1820, la letra decía:

"Honor a los héroes ... honor a los sabios, sus brazos ... sus labios sustentan la Ley ... "

El segundo intento se dio en Tulancingo, Hgo. en donde Don José María Garmendia compu­so una marcha. EN 1844 se estrenó una com­posición con letra de un poeta anónimo y música de Eusebio Delgado y así fueron pa­sando varios intentos, hasta que un día a tra­vés de un concurso Literario-Musical, en el cual se establecía como propósito que fuera "un canto verdaderamente patriótico" y por fin lo encontraron con el título:

"Volemos al combate, a la venganza y el que niegue su pecho a la esperanza hunda en el polvo la cobarde frente"

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El autor era el maestro Francisco González Bocanegra, luego se procedió a buscar la composición musical, en la cual se falló a fa­vor de la que ostentaba el epígrafe "Dios y Libertad" del autor Jaime Nunó.

Tras los arreglos y ensayos de rigor, la compo­sición adoptada como Himno Nacional, fue interpretada por vez primera la noche del 15 de Septiembre de 1854 en el Teatro Santa An­na, {hoy Teatro Nacional).

En la medida en que conozcamos nuestros símbolos Patrios estaremos en mejores condi­ciones de construirnos tanto social como indi­vidualmente, pues si en otros países no tie­nen el problema de la identidad nacional, en México es uno de los tópicos que forman nuestro devenir sociocultural y, aunque el sig­nificado de los símbolos patrios no pueden resumirse en uno solo, en nuestro caso, por ser símbolos patrios de nuestra identidad na­cional como mexicanos, nos permiten com­prender una parte de nuestro ser histórico.

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GÉNERO LITERARIO.- POESÍA.

Maestro Miguel Ángel

Guerrero Sánchez Escuela "Unión y Progreso"

Título "Canto a la Bandera" PRIMER LUGAR.

Aún no estás redimida bandera mía

derramaste tu sangre en tempestades sufres de una tenaz melancolía todavía presa de mil calamidades.

No es posible, bandera idolatrada que aún no tengas destino diferente y que en la libertad seas ensalzada

sin tener que inclinar jamás la frente.

Si ayer lloraste, se feliz ahora y que ninguno empañe tu presencia porque en tus tres colores se atesora la fe en nuestro trabajo y en la ciencia.

Miles de mexicanos afanosos

siembran y se cultivan en la escuela

levantando sus frentes orgullosos en la ciudad, el pueblo y la parcela.

Tus hijos hoy compiten en mercados con productos bien hechos que se estiman

mientras la productividad por todos lados da frutos en los campos que dominan.

Serás fuerte bandera si en la lucha que cada día se libra a la ignorancia la voz de tus maestros que se escucha

es impulso del empeño y de constancia.

La luz que brilla en tus escuelas debe hacer más fulgurantes tus colores y el emblema del águila que mueve la palanca que nos haga mejores.

Mexicano: debes tener cultura para que representes dignamente la enseña nacional que allá en la altura

marca tu ruta al triunfo diariamente.

Que el trabajo bien hecho y la pasión que te inspire el pendón que te dirige sea tu carta de triunfo y la razón que elimine lo malo que hoy aflige.

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Desde lo más profundo en mi conciencia un nuevo juramento quiero hacerte a ti que de mi Patria eres herencia mi esfuerzo, buen trabajo y experiencia. para que al fin triunfante pueda verte.

Profr. Armando Hernández Medrana, Escuela "Instituto Atenas" Título "Himno Esperanza de un Nuevo Amanecer" SEGUNDO LUGAR.

Bajo el cielo mexicano surgen sus notas cordiales hombro a hombro caminando entre campos y maizales.

Vibran fuerte corazones con su sola entonación exaltándose emociones de esperanza en la nación.

Es la encarnación del ser que lucha como el mejor cada nuevo amanecer en contra del opresor.

El tiempo nos ha alcanzado sin vencer el cruel tormento que no logra ser borrado del fondo del pensamiento.

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Si el cielo no tiene gloria tu compás dice donde ir para escribir nueva historia

de éxito en el porvenir.

Situaciones encontradas vida y muerte te reclaman con voces fuertes y claras que te acusan o te aclaman.

Tus versos son el vestigio de páginas de tu historia que el tiempo te de prestigio y nuestro empeño victoria.

Efímera fue la angustia que te invadió el corazón no más una actitud mustia eres nuestra gran nación.

Y que en cada amanecer sé libre y gane batalla no se puede decaer cuando el patriotismo estalla.

Se encierre en sí fuerte brío y faz de miedo funesto

unidos formemos río que vaya en cause correcto.

Querer encontrar tu ser y morir bajo tu piel no perder como fue ayer sino libar vida y miel.

Resurges de oscuridad no olvidando acontecer esperando realidad de un sueño que anhelas ver.

Cual canto de un ruiseñor estrofas van a surgir que hablen de lucha y valor

para un mejor existir.

La musa vuelve a llegar como triunfante adalid y con mágico mirar en elixir vuelve vid.

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Un México de victorias fuerza y bienes heredados y se grabe en la memoria las glorias de antepasados.

En buena letra escribiste lo que el viento te gritó al invasor advertiste: la Patria no se rindió.

Guíanos a puerto seguro cruzando valles y montes, vida tengas al futuro de espléndidos horizontes.

Tu pueblo vive anhelando hombres de fuerza y verdad que defiendan reclamando más justicia y libertad.

Dótanos de nueva piel la esencia viene de ti tinta impregnada en papel de corazón te escribí.

Problemas sin solución cercenen letras cual hoz defendiendo con pasión su derecho a alzar la voz.

A mil héroes aún les cantas que te dieron su existencia fueron sus batallas tantas que es eterna su presencia.

Forjamos hierro mejor con amor en amarguras cuando sentiste dolor causa de tus desventuras.

Al extranjero mostramos nuestras astucias más finas y en epopeyas ganamos muchas victorias genuinas.

Hombres sinceros, valientes realizaron mil proezas fueron dignos contendientes y nunca fáciles presas.

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Bendiga el cielo existir y la marcha en la que voy y sea guía para partir

hacia el futuro que es hoy.

Las noches iluminadas

no serán de oscuridad y notas serán cantadas de este himno de libertad.

Con la respuesta en el ser se pondrá nota final la vida se podrá ver

con esperanza total.

Bajo la luz ancestral no habrá reto que no afronte

Jigo sinfonía coral

~ue me guía a nuevo horizonte.

;urgió un canto como enigma

~ ntregado como un don ·se ha quebrado la estigma ue marcaba el corazón.

Vamos cuando salga el sol a jurarnos libertad y ese sea como un crisol

que nos devuelva el control de Patria y de dignidad.

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Maestra Candelaria Avelino Robles

Escuela "Profr. Francisco Javier Badillo Aguilar"

Título "Madre Patria" TERCER LUGAR.

Triste y en silencio mi Bandera llora errante ondea en su recorrido

tanta indiferencia nunca ha comprendido

porque ya en nosotros, la lealtad no mora.

Nuestra identidad la reviste ahora y estará ahí siempre aunque se hayan ido a Estados Unidos que los ha atraído nuestros estudiantes ya no la valoran.

La lucha de Hidalgo hoy está olvidada

Amor a la Patria ya no dice nada

Pero ella sublime siempre algo nos brinda.

Como tierna madre que con alegría sustenta y cobija cada nuevo día

Al buen hijo amado que nunca se rinda.

Maestra Patricia Almeida Hernández Escuela "Unión y Progreso" Título "Mi Patria"

i Cuánto creo en mi tierra amada! que nos abraza y acoge a toda hora irradia paz y amor como su gente llena con su humildad, trabajadora

no se rinde y camina valiente.

Dedicadas al bien de su familia sus mujeres son cálidas y bellas empeñosas y siempre diligentes desde nuestro pasado imprimen huellas de amor y de lealtad para sus gentes.

Al escuchar el Himno Nacional nuestros hombres llenos de valentía sienten a unísono su corazón vibrar esfumando temor y cobardía su voz del alma brota en su cantar.

Nuestra Bandera símbolo perfecto, la insignia que posee nuestra nación

hoy glorifica todo nuestro ser

y al mirarla nos llena de emoción impidiéndonos nunca decaer. Cuando gritamos vivas a la Patria

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todos los mexicanos "si creemos" en esta tierra nuestra bien amada que engrandecer a diario si podemos pues nos da todo ... sin pedirnos nada.

En nuestra hermosa tierra no creer sería imposible si es tan generosa con potencial tan grande en calidad que para destacar solo una cosa le hace falta ... que es nuestra voluntad .

La herencia que nos dieron los ancestros sinfín de tradiciones y costumbres amenazadas hoy por el sistema de globalización que nos deslumbre que es de los ambiciosos ley suprema.

iViva mi Patria! es mi ahogado grito que nadie nos despoje de lo nuestro somos un pueblo lleno de valores que no debe ceder ni estar dispuesto a seguir las consignas de otros peores.

Quiere mi alma gritar su pertenencia defendiendo el orgullo de mi raza digna como ninguna y muy capaz de luchar porque en México, su casa todos juntos luchemos por la paz.

Maestra Graciela Lymón Baylón Escuela "Unidad y Progreso" Título "Libertad, Bandera Tricolor"

Se emocionó mi corazón al verte y mi cuerpo se eriza al observarte cuando te miro ondear¡ Bandera mía! pienso que la esperanza está presente. Porque tú mi Bandera esplendorosa reflejas el inicio en Primavera, tu verde fulgurante, nuestros campos el verde un ciclo más de sementera que a nuestro porvenir le da fulgor mientras gritas al viento i Libertad!

Es tu rojo vibrante la pasión con los rayos del sol en el ocaso, engalanas y llenas de emoción de la gallarda escolta el fuerte paso. Elegante como plumaje de ave recuerdas a hombres que ofrendaron vida y a su memoria como un eco suave exigirán al mundo su ¡justicia!

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El blanco que nos habla de pureza esa que halla su nido en la frescura de los niños que portan la verdad esperanza y futuro de esta tierra, generaciones que te conocerán llevándote cual símbolo de Patria dispuestos a luchar por ti ante ataque recordando que hubo niños, hombres

y mujeres que dieron su vida por ti .

Nuestra Bandera tricolor, valiente, hombres que entregaron tu sueño para verte altiva y gallarda. Cuando el viento te acaricie rítmicamente te moverás para gritar

y gritar al son del viento: i Honestidad!

Cuando te veo radiante en las alturas los pájaros te saludan i Bandera mía! Te llevo en mi mente, eres mi pasión me emociono al verte, me alegras el día y más fuertemente late el corazón.

La gente saluda si te ve pasar, los niños se impresionan al querer llevarte entre sus manitas, los deportistas te llevan a la cúspide eres triunfadora ante el mundo muestras tu poderío a todos y formas ejércitos que te protegen como a un, niño pequeño o un tesoro

¡Bandera mía, nunca dejes de brillar!

Habrá águilas que volarán tan alto como tú, mi Bandera Tricolor y niños que gritarán a una sola voz i Libertad!, ¡Justicia!, i Bandera mía!

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Maestra María Esther Cerezo Aguilar, Escuela "Miguel Salas Anzures" Título "Sentimientos"

Al verte en lo alto del asta imponente y majestuosa ondeando con majestad anhelo paz venturosa tiempos de más equidad.

Justicia reclama el pueblo libertad quiere mi tierra del actuar transformación sin tanta maldad que aterra y sume en la confusión.

Tus colores nos recuerdan nuestra historia hasta el día actual al entonar nuestro Himno con emoción especial

presiento que es como un signo para un triunfo sin igual.

Maestra Aracely Ochoa Torres Escuela "María Teresa López Viuda de Téllez" Título "Mi Bandera"

En las alturas del mástil sus tres colores flamean de mi Patria es la Bandera nuestros ojos se recrean desde una hasta otra frontera.

Hay un águila radiante que en el centro es el Escudo del color de los trigales nadie escoger mejor pudo esos símbolos ideales.

Tiene el perfume del viento de las altas cordilleras y pinceladas de cielo es bella entre las primeras y el orgullo de este suelo

¡Qué linda es mi Bandera Mexicana!

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Profr. José Felipe Nava Martínez Escuela "José María La Fragua"

Título "De mil héroes, la Patria aquí es ... "

Del crisol donde nacen los héroes esta Patria con sangre escribió

con las notas de grandes clarines

una loa a la tierra que amó.

Bocanegra, genio de la pluma que plasmó con talento el amor Jaime Nunó su melodía la suma para un Himno reflejo de honor.

En el mundo notas sin igual

no se encuentran con esa hermosura

y al combate los hijos se van entre acordes que emanan dulzura.

Retomemos nuestra gallardía que tal vez hoy está mancillada para que la bendita Patria mía

jamás sea sometida ni humillada.

Si a la postre valientes guerreros

con su sangre regaran los huertos se les honre como los primeros con canto que reviva hasta a los muertos.

Al son de esa melodía se destruyan las barreras nuestra Patria lo pedía y lo exige hasta que mueras.

Amenazas cerca o lejos enfrentemos desafiantes Aunque aumenten los cortejos

en las noches penetrantes.

Pero el canto que sea audible a la Patria y al esfuerzo y lo imposible ... posible frente de un destino adverso.

En el alba humedecida por los hombres con su llanto tu tierra sea bendecida condonando su quebranto.

Esta raza que no olvida eleve su voz sublime mientras su pena mitiga y se consuela el que gime.

Que este canto belicoso se trasmita, se derrame y haya un porvenir glorioso donde la herida al fin sane.

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88 Los laureles en su frente los premien en su heroísmo mientras su corazón siente que rebosa de optimismo.

Que el águila el vuelo goce

mientras su instinto no falla y a la serpiente destroce con su pico en la batalla.

Sus coros en todos lados

se canten cada mañana sobre montañas y lagos ondee la Bandera ufana.

Las estrofas calcinantes se entonen con gran pasión por todos los habitantes

de nuestra amada nación.

Y en las noches y en los días,

en el campo o la ciudad la justicia y la alegría se viva en fraternidad.

Y los hijos y las hijas se decidan de una vez

a llevarte a la victoria siendo héroes de nueva gloria porque hoy ... la Patria aquí es ...

TEMA: Simbolos patrios

SECCIÓN: 51

TÍTULO: ANTOLOGIA 2013

SIMBOLOS PATRIOS DOCENTES 2013

CLASIFICACIÓN: 03

BLOQUE 7 NÚM. 126