síndrome de las piernas inquietas

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Síndrome de las piernas inquietas Tabla de Contenido ¿Qué es el síndrome de las piernas inquietas? ¿Cuáles son las señales y los síntomas del RLS? ¿Qué causa el síndrome de las piernas inquietas? ¿Cómo se diagnostica el síndrome de las piernas inquietas? ¿Cómo se trata el síndrome de las piernas inquietas? ¿Cuál es el pronóstico? ¿Qué investigaciones se están realizando? ¿Dónde puedo encontrar más información? ¿Qué es el síndrome de las piernas inquietas? El síndrome de las piernas inquietas (o RLS, por sus siglas en inglés) es un trastorno neurológico caracterizado por sensaciones desagradables en las piernas y un impulso incontrolable de moverse cuando se está descansando, en un esfuerzo para aliviar estas sensaciones. Las personas a menudo describen las sensaciones del RLS como quemantes, como si algo se les jalara o se les deslizara, o como si insectos treparan por el interior de sus piernas. Estas sensaciones, a menudo llamadas parestesias (sensaciones anormales) o disestesias (sensaciones anormales desagradables), varían en gravedad de desagradables a irritantes, a dolorosas. El aspecto más distintivo o poco usual del trastorno es que los síntomas son activados por el hecho de acostarse y tratar de relajarse. Como resultado, la mayoría de las personas con RLS tienen dificultad para conciliar y mantener el sueño. Si no se trata, el trastorno provoca agotamiento y fatiga durante el día. Muchas personas con RLS informan que su trabajo, sus relaciones personales y las actividades diarias son muy afectadas como resultado del cansancio. A menudo no se pueden concentrar, tienen la memoria deteriorada, o fallan en el cumplimiento de sus tareas diarias. Algunos investigadores estiman que el RLS afecta hasta unos 12 millones de americanos. Sin embargo, otros consideran que la ocurrencia es mayor porque se cree que el RLS no se diagnostica lo suficiente y, en algunos casos, no se diagnostica correctamente. Algunas personas con RLS no buscan atención médica pensando que no se les va a tomar en serio, que sus síntomas son muy leves, o que su problema no se puede tratar. Algunos médicos equivocadamente atribuyen los síntomas al nerviosismo, al 1

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Síndrome de las piernas inquietas

Tabla de Contenido

¿Qué es el síndrome de las piernas inquietas? ¿Cuáles son las señales y los síntomas del RLS? ¿Qué causa el síndrome de las piernas inquietas? ¿Cómo se diagnostica el síndrome de las piernas inquietas? ¿Cómo se trata el síndrome de las piernas inquietas? ¿Cuál es el pronóstico? ¿Qué investigaciones se están realizando? ¿Dónde puedo encontrar más información?

¿Qué es el síndrome de las piernas inquietas?

El síndrome de las piernas inquietas (o RLS, por sus siglas en inglés) es un trastorno neurológico caracterizado por sensaciones desagradables en las piernas y un impulso incontrolable de moverse cuando se está descansando, en un esfuerzo para aliviar estas sensaciones. Las personas a menudo describen las sensaciones del RLS como quemantes, como si algo se les jalara o se les deslizara, o como si insectos treparan por el interior de sus piernas. Estas sensaciones, a menudo llamadas parestesias (sensaciones anormales) o disestesias (sensaciones anormales desagradables), varían en gravedad de desagradables a irritantes, a dolorosas.

El aspecto más distintivo o poco usual del trastorno es que los síntomas son activados por el hecho de acostarse y tratar de relajarse. Como resultado, la mayoría de las personas con RLS tienen dificultad para conciliar y mantener el sueño. Si no se trata, el trastorno provoca agotamiento y fatiga durante el día. Muchas personas con RLS informan que su trabajo, sus relaciones personales y las actividades diarias son muy afectadas como resultado del cansancio. A menudo no se pueden concentrar, tienen la memoria deteriorada, o fallan en el cumplimiento de sus tareas diarias.

Algunos investigadores estiman que el RLS afecta hasta unos 12 millones de americanos. Sin embargo, otros consideran que la ocurrencia es mayor porque se cree que el RLS no se diagnostica lo suficiente y, en algunos casos, no se diagnostica correctamente. Algunas personas con RLS no buscan atención médica pensando que no se les va a tomar en serio, que sus síntomas son muy leves, o que su problema no se puede tratar. Algunos médicos equivocadamente atribuyen los síntomas al nerviosismo, al insomnio, al estrés, a la artritis, a los calambres musculares o al envejecimiento.

El RLS ocurre en ambos sexos, pero la incidencia puede ser ligeramente mayor en las mujeres. Aunque el síndrome puede comenzar a cualquier edad, aún tan temprano como en la infancia, la mayoría de los pacientes severamente afectados son de edad media o mayores. Además, la severidad del trastorno parece aumentar con la edad. Los pacientes mayores sufren los síntomas con más frecuencia y durante períodos de tiempo más largos.

Más del 80 por ciento de las personas con RLS también sufren una condición más común conocida como trastorno de movimiento periódico de una extremidad (PLMD, por sus siglas en inglés). El PLMD se caracteriza por movimientos involuntarios bruscos de las piernas, como jalones o tirones, que ocurren durante el sueño, típicamente cada 10 a 60 segundos, a veces durante toda la noche. Los síntomas hacen que el paciente se despierte repetidamente e interrumpen severamente el sueño. A diferencia del RLS, los movimientos causados por el PLMD son involuntarios -las personas no los controlan. Aunque muchos pacientes con RLS también desarrollan el PLMD, la mayoría de las personas con PLMD no sufren de RLS. Al igual que el RLS, tampoco se conoce la causa del PLMD.

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¿Cuáles son las señales y los síntomas del RLS?

Como se describió anteriormente, las personas con RLS sienten sensaciones incómodas en sus piernas, especialmente cuando están sentadas o acostadas, las que están acompañadas por un impulso irresistible de moverse. Estas sensaciones generalmente ocurren muy adentro de la pierna, entre la rodilla y el tobillo; ocurren con menos frecuencia en los pies, los muslos, los brazos y las manos. Aunque las sensaciones pueden ocurrir solamente en un lado del cuerpo, suceden más a menudo en ambos lados.

Ya que mover las piernas (o las otras partes afectadas del cuerpo) alivia la incomodidad, las personas con RLS a menudo mantienen sus piernas en movimiento para minimizar o prevenir las sensaciones. Pueden ir y venir de un lado al otro, mover constantemente sus piernas mientras están sentadas, o virarse en la cama.

La mayoría de las personas encuentran que los síntomas se notan menos durante el día y son más pronunciados en la noche, especialmente al comienzo del sueño. En muchas personas, los síntomas desaparecen en la madrugada, permitiendo un sueño más reparador a esa hora. Otras situaciones que provocan los síntomas son períodos de inactividad como viajes largos en el carro, estar sentado en el cine, los vuelos de larga distancia, estar inmovilizado por un yeso o los ejercicios para relajarse.

Los síntomas del RLS varían de una persona a otra en su severidad y duración. En un caso de RLS leve, los síntomas ocurren episódicamente, con sólo una interrupción ligera al comienzo del sueño, y poca incomodidad. En los casos moderadamente severos, los síntomas ocurren solamente una o dos veces a la semana, pero resultan en una demora significante en conciliar el sueño, con alguna interrupción en el funcionamiento durante las horas del día. En los casos severos del RLS, los síntomas ocurren más de dos veces a la semana y resultan en una interrupción onerosa del sueño y en un deterioro del funcionamiento en las horas diurnas.

Los síntomas pueden comenzar en cualquier etapa de la vida, aunque el trastorno es más común mientras más años se tenga. Ocasionalmente, algunas personas tienen una mejoría espontánea que dura por un período de semanas o meses. Aunque es raro, también puede ocurrir una mejoría espontánea que dure algunos años. Si estas mejorías ocurren, generalmente suceden en las etapas tempranas del trastorno. Generalmente, sin embargo, los síntomas empeoran con el tiempo.

Las personas que tienen tanto el RLS y una enfermedad asociada tienden a desarrollar más rápido los síntomas más severos. Por el contrario, aquellas cuyo RLS no está relacionado con ninguna otra afección médica y que desarrollaron la enfermedad a una edad temprana muestran una progresión muy lenta del trastorno y pueden pasar muchos años antes de que los síntomas ocurran regularmente.

¿Qué causa el síndrome de las piernas inquietas?

En la mayoría de los casos, se desconoce la causa del RLS (lo que se llama idiopático). Existe un historial familiar de la enfermedad en aproximadamente un 50 por ciento de los casos, lo que sugiere una forma genética del trastorno. Las personas con la forma hereditaria de RLS tienden a ser más jóvenes cuando los síntomas comienzan y tienen una progresión más lenta de la enfermedad.

En otros casos, el RLS parece estar relacionado a los siguientes factores o condiciones, aunque los investigadores aún no saben si estos factores realmente causan el síndrome.

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Las personas con niveles bajos de hierro o con anemia pueden tener una tendencia a desarrollar el RLS. Una vez que se hayan corregido los niveles de hierro o la anemia, los pacientes pueden ver una disminución en los síntomas.

Las enfermedades crónicas como el fallo renal, la diabetes, la enfermedad de Parkinson, y la neuropatía periférica están asociadas con el RLS. Cuando se trata la enfermedad principal a menudo se obtiene un alivio de los síntomas del RLS.

Algunas mujeres embarazadas sufren de RLS, especialmente en su último trimestre. En la mayoría de estas mujeres, los síntomas generalmente desaparecen a las 4 semanas del parto.

Algunos medicamentos-como las drogas para prevenir la náusea (proclorperazina o metoclopramide), las convulsiones (fenitoin o droperidol), las antipsicóticas (haloperidol o derivados de la fenotiazina), y algunos medicamentos para el catarro o las alergias-pueden agravar los síntomas. Los pacientes pueden consultar con su médico sobre la posibilidad de cambiar los medicamentos.

Los investigadores también han descubierto que la cafeína, el alcohol, y el tabaco pueden agravar o provocar los síntomas en los pacientes con predisposición a desarrollar el RLS. Algunos estudios han mostrado que una reducción o la eliminación total de tales sustancias puede aliviar los síntomas, aunque no está claro si la eliminación de estas sustancias puede evitar que los síntomas del RLS ocurran del todo.

¿Cómo se diagnostica el síndrome de las piernas inquietas?

Actualmente, no existe una sola prueba diagnóstica para el RLS. El trastorno se diagnostica clínicamente evaluando el historial del paciente y sus síntomas. A pesar de una descripción clara de las características clínicas, a menudo la enfermedad no se diagnostica correctamente o no se diagnostica lo suficiente. En 1995, el Grupo Internacional de Estudio sobre el Síndrome de las Piernas Inquietas identificó los cuatro criterios básicos para diagnosticar el RLS: (1) un deseo de mover las extremidades, a menudo asociado con parestesias o disestesias, (2) síntomas que se empeoran o sólo están presentes durante el reposo o que se alivian parcialmente o temporalmente con la actividad, (3) inquietud motriz, y (4) empeoramiento nocturno de los síntomas. Aunque alrededor del 80 por ciento de las personas con RLS también padecen del PLMD, no es necesario tenerlo para un diagnóstico del RLS. En los casos más severos, los pacientes pueden experimentar discinesia (movimientos sin control, a menudo continuos) cuando están despiertos, y algunos pacientes tienen síntomas en uno o en ambos brazos, como también en sus piernas. La mayoría de las personas con RLS tienen perturbaciones del sueño, debido en gran parte por la incomodidad y los jalones en las extremidades. El resultado es mucho sueño y fatiga excesiva durante el día.

A pesar de estos esfuerzos para establecer criterios estándares, es difícil hacer un diagnóstico clínico de RLS. Los médicos tienen que confiar en gran parte de la descripción del paciente de sus síntomas y la información de su historial médico incluyendo problemas médicos pasados, historial familiar, y medicamentos actuales. Se puede preguntar a los pacientes sobre la frecuencia, duración e intensidad de los síntomas así como su tendencia a patrones de dormir diurnos y somnolencia, perturbación del sueño o su funcionamiento durante el día. Si el historial del paciente sugiere un diagnóstico de RLS, se pueden realizar pruebas de laboratorio para eliminar otras enfermedades y respaldar el diagnóstico de RLS. Se deben realizar exámenes de sangre para excluir la anemia, el almacenamiento reducido del hierro, la diabetes, y la disfunción renal. También se pueden recomendar una electromiografía y estudios de conducción nerviosa para medir la actividad eléctrica en los músculos y los nervios y se puede utilizar una ultrasonografía

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Doppler para evaluar la actividad muscular en las piernas. Estas pruebas pueden documentar cualquier daño colateral o enfermedad en los nervios y las raíces de los nervios (como la neuropatía periférica y la radiculopatía) u otros trastornos de movimientos relacionados con las piernas. Los resultados negativos de estas pruebas pueden indicar que el diagnóstico es de RLS. En algunos casos, se realizan estudios del sueño como una polisomnografía (una prueba que registra las ondas cerebrales, el ritmo cardiaco y la respiración del paciente durante toda una noche) para identificar la presencia del PLMD.

El diagnóstico es especialmente difícil con los niños porque el médico depende en gran medida en la explicación del paciente de sus síntomas y, dado la naturaleza de los síntomas del RLS, un niño puede tener dificultad para describirlos. A veces se diagnostica incorrectamente el síndrome como "dolores de crecimiento" o trastorno de déficit de atención.

¿Cómo se trata el síndrome de las piernas inquietas?

Aunque el movimiento produce alivio a los pacientes con RLS, generalmente es sólo temporal. Sin embargo, el RLS se puede controlar si se encuentra otra posible afección que contribuya al síndrome. A menudo, al tratar la condición médica asociada, como la neuropatía periférica o la diabetes, se alivian muchos de los síntomas. Para los pacientes con RLS idiopático, el tratamiento se dirige al alivio de los síntomas.

Para aquellos con síntomas leves a moderados, la prevención es la clave, y muchos médicos sugieren cambios en el estilo de vida y las actividades que se realizan para reducir o eliminar los síntomas. Una disminución en el uso de cafeína, alcohol y tabaco puede proporcionar algún alivio. Los médicos pueden sugerir que algunas personas tomen suplementos para corregir deficiencias de hierro, folato, y magnesio. Los estudios también han demostrado que si se mantiene un patrón regular de dormir, se pueden reducir los síntomas. Algunas personas, al darse cuenta que los síntomas del RLS son menores en las primeras horas de la mañana, cambian su rutina de dormir. Otras han encontrado que una rutina de ejercicio moderado les ayuda a dormir mejor mientras que otros pacientes reportan que el ejercicio excesivo les agrava los síntomas del RLS. Tomar un baño caliente, darse masajes en las piernas o aplicarse una bolsa caliente o hielo puede ayudar a aliviar los síntomas en algunos pacientes. Aunque muchos pacientes sienten alivio con estas medidas, estos esfuerzos rara vez eliminan los síntomas completamente.

Los médicos también pueden sugerir una variedad de medicamentos para tratar el RLS. Generalmente los médicos escogen entre dopaminérgicos, benzodiacepinas (depresores del sistema nervioso central), opioides, y anticonvulsivos. Se ha demostrado que los agentes dopaminérgicos, usados primordialmente para tratar la enfermedad de Parkinson, reducen los síntomas del RLS y del PLMD y se consideran como el tratamiento inicial de preferencia. Se han reportado buenos resultados con el tratamiento a corto plazo usando levodopa con carbidopa, aunque la mayoría de los pacientes eventualmente desarrollarán "acrecentamiento", lo que quiere decir que los síntomas se reducen en la noche pero comienzan más temprano en el día que anteriormente. Los agonistas de dopamina como el mesilato de pergólido, el pramipexole, y el clorhidrato de ropinirol, pueden ser eficaces en algunos pacientes y hay menos probabilidad de que causen el acrecentamiento.

A los pacientes con síntomas leves o intermitentes se les puede recetar las benzodiazepinas (como el clonazepam y el diazepam). Estas drogas ayudan a que los pacientes tengan un sueño más reparador, pero no alivian por completo los síntomas del RLS y pueden causar sueño durante el día. Debido a que estos depresores en algunos casos también pueden inducir o agravar la apnea del sueño, no deben ser usados por personas con este problema.

Para síntomas más severos, se pueden recetar opioides como la codeína, propoxifeno, u oxicodona por su habilidad para estimular el relajamiento y disminuir el dolor. Los efectos secundarios incluyen el mareo, las náuseas, el vómito y el riesgo de la adicción.

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Los anticonvulsivos como la carbamazepina y gabapentina también son útiles para algunos pacientes, ya que disminuyen los disturbios sensorios (las sensaciones de cosquillo o deque algo se está deslizando). Entre algunos de los efectos secundarios posibles están el mareo, la fatiga y el sueño.

Desgraciadamente no hay una sola droga que sea eficaz para todas las personas con RLS. Lo que puede ayudar a una persona puede en realidad empeorar los síntomas de otra. Además, los medicamentos que se toman regularmente pueden perder su efecto haciendo necesario que los medicamentos se cambien periódicamente.

¿Cuál es el pronóstico?

Generalmente el RLS es una enfermedad que dura toda la vida y que no tiene cura. Los síntomas pueden empeorarse gradualmente con la edad, aunque más lentamente para aquellos con la forma idiopática del RLS que para los pacientes que también sufren de alguna afección médica asociada. No obstante, las terapias actuales pueden controlar el trastorno, disminuyendo los síntomas y aumentando los períodos de sueño reparador. Además, algunos pacientes tienen remisiones -período en que los síntomas disminuyen o desaparecen por días, semanas o meses, aunque los síntomas generalmente reaparecen eventualmente. Un diagnóstico de RLS no significa el comienzo de otra enfermedad neurológica.

¿Qué investigaciones se están realizando?

Dentro del gobierno federal, el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares (NINDS, por sus siglas en inglés), uno de los Institutos Nacionales de la Salud, tiene la responsabilidad principal de realizar y apoyar las investigaciones sobre el RLS. El objetivo de estas investigaciones es el de aumentar el entendimiento científico del RLS, encontrar mejores métodos de diagnóstico y de tratamiento del síndrome, y descubrir maneras de prevenirlo.

Los investigadores apoyados por el NINDS están examinando el rol de la función de la dopamina en el RLS. La dopamina es el mensajero químico responsable por transmitir las señales de una área del cerebro, es decir, la sustancia negra, y la siguiente estación transmisora del cerebro llamado el cuerpo estriado o hábeas stratium, para producir una actividad muscular pareja intencionada. Los investigadores sospechan que una transmisión defectuosa de las señales de la dopamina puede desempeñar un papel en el RLS. Investigaciones adicionales deben proporcionar nueva información de cómo ocurre el RLS y pueden ayudar a los investigadores a identificar opciones de tratamientos más exitosos.

El NINDS patrocinó un taller de trabajo sobre la dopamina en 1999, para ayudar a planificar el curso de las investigaciones futuras sobre trastornos como el RLS y recomendar maneras para avanzar y promover las investigaciones en este campo. Las recomendaciones de los participantes para investigaciones adicionales incluían el desarrollo de un modelo animal del RLS; investigaciones adicionales genéticas, epidemiológicas y fisiopatológicas del RLS; esfuerzos para definir las formas genéticas y no genéticas del RLS; el establecimiento de un banco de tejidos cerebrales para ayudar a los investigadores; la continuación de las investigaciones sobre la dopamina y el RLS; y estudios sobre el PLMD según se relaciona con el RLS. Las investigaciones sobre la palidotomía, un procedimiento quirúrgico que lesiona una parte del cerebro llamada el globo pálido, pueden contribuir a un entendimiento mayor de la fisiopatología del RLS y pueden conducir a un posible tratamiento. Un estudio reciente por investigadores financiados por el NINDS mostró que un paciente con RLS y con la enfermedad de Parkinson se benefició por una palidotomía y sintió alivio de la incomodidad en las extremidades causada por el RLS. Se deben realizar investigaciones adicionales para reproducir estos resultados en otros pacientes y para aprender si la palidotomía pudiese ser eficaz en pacientes con RLS que no tienen además la enfermedad de Parkinson. En otras investigaciones relacionadas, los científicos del NINDS están

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realizando estudios con pacientes para comprender mejor los mecanismos fisiológicos del PLMD asociados con el RLS.

¿Dónde puedo encontrar más información?

Para más información sobre el síndrome de piernas inquietas u otros trastornos del sueño, póngase en contacto con las siguientes organizaciones:

enero del 2003

NIH Publication No. 01-4847

¿Dónde puedo encontrar más información?

Para obtener información adicional sobre los programas investigación del NINDS, contacte a la Unidad de Recursos Neurológicos y Red de Información del Instituto (BRAIN por su sigla en inglés) en:

BRAINP.O. Box 5801Bethesda, MD 20824(800) 352-9424http://www.ninds.nih.gov

Organizaciones:

Restless Legs Syndrome Foundation1530 Greenview Drive SWSuite 210Rochester, MN [email protected]://www.rls.org Tel: 507-287-6465Fax: 507-287-6312

National Sleep Foundation1010 N. Glebe RoadSuite 310Arlington, VA [email protected]://www.sleepfoundation.org

Tel: 202-347-3471Fax: 202-347-3472

WE MOVE (Worldwide Education & Awareness for Movement Disorders)5731 Mosholu AvenueBronx, NY [email protected]://www.wemove.org Tel: 347-843-6132Fax: 718-601-5112

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Glosario

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Apéndice

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Publicación de NIH 03-4847s

Preparado por: Office of Communications and Public LiaisonNational Institute of Neurological Disorders and StrokeNational Institutes of HealthBethesda, MD 20892

El material del NINDS sobre la salud se ofrece solamente para propósitos informativos y no significa un endoso ni la posición oficial del Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares o de ninguna otra agencia federal. Cualquier recomendación sobre el tratamiento o cuidado de un paciente en particular debe obtenerse a través de una consulta con un médico que lo haya examinado o que esté familiarizado con el historial médico de dicho paciente.

Toda la información preparada por el NINDS es de dominio público y se puede reproducir libremente. Se agradece que se le dé el crédito correspondiente al NINDS o a los NIH.

Revisado March 30, 2010

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Es un trastorno en el cual hay deseo o necesidad de mover las piernas para interrumpir sensaciones molestas.

Causas

El síndrome de las piernas inquietas (SPI) se presenta más frecuentemente en personas de mediana edad y en adultos mayores. Esta afección empeora con el estrés y su causa se desconoce en la mayoría de los pacientes.

Este síndrome puede ocurrir con mayor frecuencia en pacientes con:

Enfermedad renal crónica Diabetes Deficiencia de hierro Mal de Parkinson Neuropatía periférica Embarazo Uso de ciertos medicamentos, como cafeína, bloqueadores de los canales del calcio, litio o

neurolépticos Abstinencia de sedantes

Este síndrome se transmite con frecuencia de padres a hijos y esto puede ser un factor cuando los síntomas comienzan a temprana edad. El gen anormal aún no ha sido identificado.

El síndrome de las piernas inquietas puede ocasionar una disminución en la calidad del sueño (insomnio). Esta falta de sueño puede llevar a somnolencia diurna, ansiedad o depresión y confusión o lentitud en los procesos de pensamiento.

Síntomas

Este síndrome lleva a sensaciones en la parte inferior de las piernas entre la rodilla y el tobillo. La sensación provoca molestia a menos que se muevan las piernas. Estas sensaciones:

Por lo regular ocurren en la noche cuando uno está acostado o algunas veces durante el día cuando uno se sienta por períodos prolongados.

Se pueden describir como de arrastre, gateo, dolor, tirón, ardor, hormigueo o borboteo.

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Pueden durar una hora o más. Algunas veces pueden ocurrir en la parte superior de las piernas, los pies o los brazos.

Usted sentirá un deseo irresistible de caminar o mover las piernas que casi siempre alivia la molestia.

La mayoría de los pacientes tienen movimientos rítmicos de las piernas durante las horas de sueño, llamados trastorno de movimiento periódico de las extremidades (PLMD, por sus siglas en inglés).

Todos estos síntomas a menudo interrumpen el sueño. Los síntomas algunas veces pueden dificultar el hecho de sentarse durante los viajes por aire o en automóvil o a lo largo de las clases o las reuniones.

Los síntomas pueden empeorar durante los períodos de estrés o trastorno emocional.

Pruebas y exámenes

No hay ningún examen específico para el síndrome de las piernas inquietas.

El médico por lo regular no encontrará ningún problema, a menos que también se presente neuropatía periférica.

Se harán exámenes de sangre para descartar trastornos con síntomas similares, como la anemia ferropénica.

Tratamiento

No existe cura conocida para el síndrome de las piernas inquietas.

El tratamiento está orientado a reducir el estrés y ayudar a la relajación muscular. Las siguientes técnicas pueden ayudar:

Ejercicios de estiramiento suave Masajes Baños calientes

Las dosis bajas de pramipexol (Mirapex) o ropinirol (Requip) pueden ser muy efectivas para controlar los síntomas en algunas personas.

Si usted presenta una interrupción grave del sueño, el médico le puede prescribir medicamentos como el Sinemet (un medicamento antiparkinsoniano), gabapentina y pregabalina, o tranquilizantes como el clonazepam. Sin embargo, estos medicamentos pueden causar somnolencia diurna.

Los pacientes con deficiencia de hierro deben recibir suplementos de este elemento.

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Algunas veces, las dosis bajas de narcóticos pueden aliviar los síntomas del síndrome de las piernas inquietas.

Pronóstico

Este síndrome no es peligroso ni potencialmente mortal y no es una señal de un trastorno serio; sin embargo, puede ser molesto y perturbar el sueño, lo cual puede afectar su calidad de vida.

Posibles complicaciones

Se puede presentar insomnio.

Cuándo contactar a un profesional médico

Solicite una cita con el médico si:

Tiene síntomas del síndrome de las piernas inquietas Su sueño se ve interrumpido

Prevención

Las técnicas para estimular la relajación muscular y para disminuir el estrés pueden reducir la incidencia de este síndrome en personas propensas a esta afección.

Nombres alternativos

Mioclonía nocturna; SPI; Acatisia

Referencias

Biller J, Love BB, Schneck MJ. Sleep and its disorders. In: Bradley WG, Daroff RB, Fenichel GM, Jankovic J, eds. Bradley: Neurology in Clinical Practice. 5th ed. Philadelphia, Pa: Butterworth-Heinemann Elsevier; 2008:chap 72.

Lang AE. Other movement disorders. In: Goldman L, Schafer AI, eds. Cecil Medicine. 24th ed. Philadelphia, Pa: Saunders Elsevier; 2011:chap 417.

Actualizado: 9/26/2011

Versión en inglés revisada por: Luc Jasmin, MD, PhD, Departments of Anatomy Neurological Surgery, University of California, San Francisco, CA. Review provided by VeriMed Healthcare Network. Also reviewed by David C. Dugdale, III, MD, Professor of Medicine, Division of General Medicine, Department of Medicine, University of

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Washington School of Medicine, and David Zieve, MD, MHA, Medical Director, A.D.A.M., Inc.

Traducción y localización realizada por: DrTango, Inc.

Síndrome de las piernas inquietasDe Wikipedia, la enciclopedia libre

Saltar a: navegación, búsqueda

Síndrome de piernas inquietas (SPI)

Clasificación y recursos externos

CIE-10 G 25.8

CIE-9 333.94

CIAP-2 N04

OMIM 102300

DiseasesDB 29476

MedlinePlus Información de salud en la enciclopedia

MedlinePlus

eMedicine neuro/509

MeSH D012148

Sinónimos

Síndrome de Wittmaack Ekbom

Síndrome de Ekbom

Acromelalgia Hereditaria[1]

Síndrome de Piernas Inquietas

Anxietas Tibialis

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Síndrome del Pie Inquieto

Aviso médico

El síndrome de las piernas inquietas (RLS por sus siglas en inglés, Restless-Legs-Syndrome) es un trastorno neurológico caracterizado por sensaciones desagradables en las piernas (menos frecuente en los brazos [ 2 ] ) y un impulso incontrolable de moverse y andar cuando se está descansando, en un esfuerzo del paciente de aliviar estas sensaciones (se denomina en ciertas ocasiones "andadores nocturnos"). Algunos autores postulan que este trastorno pudiera afectar a un 10% de la población mundial, y sus causas son desconocidas a comienzos del siglo XXI.[3] Un porcentaje pequeño de las personas es correctamente diagnosticada, debido a que su síndrome es dirigido a especialistas como neurólogos, reumatólogos, psicólogos, etc. No se trata de una enfermedad grave, que sea causa 'per se' de muerte, pero si de terribles desasosiegos que disminuyen la calidad de vida del paciente. Si no se tratan pueden devenir en crisis nerviosas y depresión.[2] Con el objeto de aliviar, compartir y mejorar la convivencia se han creado en cada país asociaciones específicas.

Contenido[ocultar]

1 Historia 2 Síntomas

o 2.1 Diferencias/Similaridades con el PLMD 3 Personas afectadas 4 Causas y Tratamiento

o 4.1 Diagnóstico o 4.2 Causas

5 Véase también 6 Referencias 7 Referencias Externas

[editar] Historia

Se conocen las primeras descripciones médicas del trastorno ya en la segunda mitad del siglo XVII, procedentes del doctor inglés Thomas Willis (doctor de cámara de Carlos II). Willis describe un caso en 1672 de un granjero londinense. En el año 1861 el conocido clínico alemán Theodor Wittmaack la incluyó por primera vez en su lista de enfermedades describiéndola como inquietud de miembros inferiores: Anxietas tibiarum. La descripción internacional de Restless Legs se hizo oficial internacionalmente en 1945 gracias a la descripicón del neurólogo de Estocolmo Karl Ekbom.[4] [5] En su publicación muestra los síntomas y describe ocho casos. Con posterioridad a su descripción se añadió la palabra síndrome para hacer descripción de la enfermedad, no de un proceso. Durante los años

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cincuenta se intentó ligar las causas de la enfermedad al periodo de gestación, deficiencia de hierro, y fallos renales crónicos. Estudios posteriores enlazaron algunas de causas a un fallo en el sistema límbico del cerebro humano.

[editar] Síntomas

El periodo de descanso durante la tarde, o noche, desencadena el efecto de 'piernas inquietas' y su deseo de andar.

Las personas a menudo describen las sensaciones del RLS como «quemantes», como si algo se les jalara o se les deslizara, o como si insectos treparan por el interior de sus piernas (sensación de hormigueo). Estas sensaciones, a menudo llamadas parestesias (sensaciones anormales) o disestesias (sensaciones anormales desagradables), varían en gravedad de desagradables a irritantes, a dolorosas.[6] Por regla general se desencadenan estas sensaciones cuando el paciente se encuentra en reposo. La sensación de alivio parece surgir si el paciente anda o se mueve, y es por esta razón por la que deviene en un trastorno del sueño, por su incapacidad de desarrollar una actividad de descanso. Esta situación genera una disminución de calidad de vida del paciente. Los síntomas RLS en las extremidades se suelen desatar por la tarde, o noche.

El aspecto más distintivo o poco usual del trastorno es que los síntomas son activados por el hecho de acostarse y tratar de relajarse. Como resultado, la mayoría de las personas con RLS tienen dificultad para conciliar y mantener el sueño. En la literatura de finales del siglo XX se denominaba a los pacientes de RLS: "andadores nocturnos" (Nightwalkers). En segundo orden de cosas puede causar trastornos sociales debido a la imposibilidad de asistir al teatro, al cine. En algunas ocasiones impedimento para viajar.[6] Pérdida de concentración en el trabajo. Si no se trata, el trastorno provoca agotamiento y fatiga durante el día. Muchas personas con RLS informan que su trabajo, sus relaciones personales y las actividades diarias resultan muy afectadas como resultado del cansancio. A menudo no se pueden concentrar, tienen la memoria deteriorada, o fallan en el cumplimiento de sus tareas diarias. Existe una categorización de severidad de la enfermedad que va desde los síntomas intermitentes de incomodidad, hasta los moderados (síntomas que aparecen a diario), hasta los extremos que por su habitual aparición puede causar serios problemas psicológicos. En casos graves también afecta los miembros superiores llegando hasta zapateos de cuerpo completo parecido a la epilepsia (claro que si pasa en ese caso ambas se pueden confundir).

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[editar] Diferencias/Similaridades con el PLMD

Más del 80% de las personas con RLS también sufren una dolencia más común conocida como síndrome de movimientos periódicos de las piernas (PLMD por sus siglas en inglés). El PLMD se caracteriza por movimientos involuntarios bruscos de las piernas, como jalones o tirones, que ocurren durante el sueño, generalmente con una frecuencia de 10 a 60 segundos, a veces durante toda la noche. Estos síntomas hacen que el paciente se despierte repetidamente e interrumpen severamente el sueño. A diferencia del RLS, los movimientos causados por el PLMD son involuntarios. Aunque muchos pacientes con este síndrome también desarrollan el síndrome de movimientos periódicos de las piernas, la mayoría de las personas con este trastorno no sufren de RLS. produce adormecimiento al estar de pie

De igual modo que ocurre con el RLS, no se conoce la causa del PLMD, aunque estudios recientes realizados en la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard concluyen provisionalmente que detrás de la relación entre la disfunción eréctil y el movimiento involuntario de las piernas podrían estar los bajos niveles de dopamina, una hormona neurotransmisora del sistema nervioso asociada a ambos trastornos.

[editar] Personas afectadas

Algunos investigadores estiman que el RLS afecta hasta un 10% de la población Europea y Estadounidense.[3] Existen pocos casos diagnosticados en la India, Japón y Singapur. Esta aparición de la enfermedad en ciertos lugares, evidencia la existencia de factores raciales o étnicos.[7] Sin embargo, otros consideran que la ocurrencia es mayor porque se cree que no se diagnostica lo suficiente y, en algunos casos, no se diagnostica correctamente. El RLS ocurre en ambos sexos, pero la incidencia puede ser ligeramente mayor en las mujeres.[7] Aunque el síndrome puede comenzar a cualquier edad, aún tan temprano como en la infancia, la mayoría de los pacientes severamente afectados son de edad media o mayores. Además, la severidad del trastorno parece aumentar con la edad. Los pacientes mayores sufren los síntomas con más frecuencia y durante períodos de tiempo más largos. Algunos pacientes reportan síntomas ya desde la niñez. Algunas personas con el síndrome no buscan atención médica pensando que no se les va a tomar en serio, que sus síntomas son muy leves o que su problema no se puede tratar. Algunos médicos, equivocadamente, atribuyen los síntomas al nerviosismo, al insomnio, al estrés, a la artritis, a los calambres musculares o al envejecimiento.

[editar] Causas y Tratamiento

Los orígenes patofisiológcos del RLS permanecen completamente oscuros a comienzos del siglo XXI. Sin embargo los estudios realizados sobre imágenes cerebrales muestran posibles soluciones centradas en tratamientos de dopamina, sugiriendo que el RLS es causado por una disfunción local del sistema nervioso central. En el año 2009 se trata con un rango de diversas opciones que van desde la levodopa, los dopamina agonista, opiáceo, las benzodiazepinas, las drogas antiepilépticas y suplementos dietéticos de hierro.[5]

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[editar] Diagnóstico

Los médicos que sospechan de RLS suelen tratar los pacientes en clínicas del sueño con el objeto de precisar mejor la diagnosis. Para diagnosticar el RSL, debe detectarse cualquiera de los cuatro síntomas:[8]

1. Una necesidad urgente de mover las piernas, acompañada generalmente de una sensación incómoda y poco placentera en las extremidades.

2. La necesidad de moverse, o la sensación poco placentera en las extremidades, que comienza cuando se inician periodos de descanso.

3. La necesidad de moverse, o las sensaciones poco placenteras en las extremidades, son parcialmente disminuidas por el movimiento del paciente. Generalmente andando, haciendo estiramientos, etc.

4. La necesidad de movimiento, o las sensaciones poco placenteras en las extremidades, es mayor en los periodos de tarde/noche, siendo menos probables por la mañana.

Debido a una posible causa de transmisión hereditaria,[1] los pacientes que tengan entre los familiares un caso de RLS son potenciales pacientes. De la misma forma un análisis de sangre buscando bajos niveles de ferritinas que indiquen bajos niveles de hierro en sangre.

[editar] Causas

Se han realizado investigaciones sobre los causantes de la enfermedad. Tanto la edad como los genes son los principales precursores de la enfermedad y parece que son los principales culpables de la expresión clínica del RLS. Se ha visto que, por ejemplo, un consumo de dos a tres raciones diarias de bebidas alcohólicas aumenta la prevalencia de la enfermedad.[9] La aparición durante el periodo de gestación materno (en especial durante el último trimestre). La deficiencia de hierro y vitaminas es habitual durante el periodo de gestación, siendo una de las mayores causas.

[editar] Véase también

Síndrome de movimientos periódicos de las piernas Clasificación internacional de los trastornos del sueño Acatisia

[editar] Referencias

1. ↑ a b Ekbom KA. Restless legs syndrome. Neurology 1960; 10: 868–73.2. ↑ a b Berwald, Juli M. (2005). «Restless Leg Syndrome». AARP.

http://healthtools.aarp.org/galecontent/restless-legs-syndrome-1. Consultado el 15-03-2011.

3. ↑ a b K. Ray, Chaudhuri (2004). Taylor & Francis. ed. Restless Legs Syndrome. Per Odin,Charles Warren Olanow (primera edición). Londres. ISBN 1-84214-162-7.

4. ↑ Karl-Axel Ekbom: Restless legs: A clinical study of a hitherto overlooked disease in the legs characterized by peculiar parasthesia ("Anxietas tibiarum"), pain and weakness and

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occuring in two main forms, Asthenia crurum paraesthetica and asthenia crurum dolorosa; a short review of paresthesias in general Hæggström, Stockholm 1945 (Acta medica Scandinavica Suppl. 158)

5. ↑ a b J. Ulfberg, K. Ekbom (2009). «Restless legs syndrome». Journal of Internal Medicine 266 (5): pp. 419–431. doi:10.1111/j.1365-2796.2009.02159.x.

6. ↑ a b H. Yoakum, Robert (2006). Simon & Schuster. ed. Restless Legs Syndrome: Relief and Hope for Sleepless Victims of a Hidden Epidemic (primera edición). Nueva York. ISBN 1-4165-

3185-8.7. ↑ a b Ohayon MM (2002). «Prevalence of restless legs syndrome and periodic limb

movement disorder in the general population». J Psychosom Res 53 (1): pp. 547-54. PMID

12127170.8. ↑ William G. Ondo (2006). Informa Healthcare. ed. Restless Legs Syndrome: Diagnosis and

Treatment (primera edición). Londres. ISBN 0849336147.9. ↑ Huss M. Alcoholismus Chronicus Eller Chronisk Alkoholsjukdom. Stockholm: Joh

Beckman, 1849.

[editar] Referencias Externas

Asociación española de pacientes con síndrome de piernas inquietas National Institute of Neurological Disorders and Stroke : Artículo inicialmente tomado de

NINDS, publicado bajo dominio público. Libro informativo (en castellano) sobre Síndrome de Piernas Inquietas para pacientes y

médicos: "SPI, el demonio que me despierta mientras duermo" Libro informativo (en inglés) sobre Síndrome de Piernas Inquietas para pacientes y

médicos: "RLS, the demon that wakes me up while I sleep" Reportaje médico sobre El Síndrome de Piernas Inquietas en el portal de divulgación

médico sanitaria vivirmejor.es

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SÍNDROME DE PIERNAS INQUIETAS

¿Qué es el síndrome de las piernas inquietas (SPI)?

El síndrome de las piernas inquietas o acromelalgia, antes denominado Enfermedad de Ekbom (su sigla en inglés es RLS o Restless Legs Syndrome -RLS-) es un trastorno de tipo neurológico que afecta muy especialmente la calidad del sueño, en el que se experimentan sensaciones desagradables en las piernas que se suelen describir como:

Si algo se estuviese deslizando sobre sus piernas. Si un insecto o un animal pequeño le caminara en las piernas. Hormigueo. Sensaciones distérmicas (quemazón, frio, etc.) Tirantez. Dolor.

Estas sensaciones suelen producirse en la zona de la pantorrilla, pero pueden afectar a cualquier parte de la pierna, desde el muslo hasta el tobillo y los brazos. Es característico que las personas con SPI tienen una necesidad irresistible de mover la extremidad afectada cuando se producen esas sensaciones.

Sin embargo, algunos pacientes no tienen una sensación definida, excepto la necesidad de movimiento. Los problemas del sueño son comunes en las personas con RLS debido a que resulta difícil quedarse dormido o se despiertan cuando ocurren los brotes de movimiento.

Es importante tener en cuenta que aunque la representación tradicional del SPI es en las piernas, se trata como decimos de un trastorno neurológico, y por lo tanto, puede afectar otras extremidades. Es habitual por ejemplo, el SPI percibido en miembros amputados.

¿Cuál es la causa del SPI?

La causa del SPI es aún desconocida, pero hay estudios que inciden sobre determinados problemas en el transporte de hierro al cerebro y secundariamente, alteraciones en la síntesis de determinados neurotransmisores, como la dopamina. Parece claro que el síndrome de piernas inquietas tiene una potente base familiar y genética.

Algunos fármacos pueden favorecen la aparición del SPI, razón por la cual es importante que informe a su médico de todo lo que esté tomando. Asimismo, estimulantes como la cafeína, la teína o los derivados del cacao pueden incrementar el SPI. Se ha demostrado una mayor incidencia de SPI en personas que fuman por la noche (enlace externo a la cita), siendo por lo tanto una recomendación esencial, el dejar de fumar.

¿Cuáles son los síntomas del SPI?

Las sensaciones desagradables aparecen cuando la persona con SPI está acostada o sentada durante un período largo de tiempo, causando:

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La necesidad de mover las piernas para aliviar temporalmente los síntomas; para ello, el paciente:

o Estira o dobla las piernas. o Se frota las piernas. o Se sacude o da vueltas en la cama. o Se levanta y camina.

Un claro empeoramiento del malestar cuando se está acostado, especialmente cuando se intenta dormir por la noche, o durante alguna otra forma de inactividad, incluso estando sentado.

Una tendencia a experimentar más molestias a última hora del día y por la noche.

CRITERIOS PARA EL DIAGNÓSTICO DE SPI

Grupo Internacional de Estudio sobre el SPI (1995)

Deseo de mover las extremidades, a menudo asociado con parestesias o disestesias.

Síntomas que se empeoran o sólo están presentes durante el reposo o que se alivian parcialmente o temporalmente con la actividad.

Inquietud motriz. Empeoramiento nocturno de los síntomas.

Es importante que el profesional establezca un protocolo de diagnóstico diferencial con varias patologías entre las que podríamos destacar los calambres nocturnos de piernas (muy típicos en la edad avanzada), acatisia (necesidad imperiosa de movimiento, no limitado a las piernas y muy relacionada con determinados fármacos), neuropatía periférica, afectación vascular, etc.

Quiero saber más

El Síndrome de Piernas Inquietas es una de las causas más frecuentes de insomnio en personas de más de 45 años (mayor cuanta más edad) y, al mismo tiempo, una de las más ignoradas tanto por los propios pacientes como por los médicos que les atienden. La difícil relación entre este síntoma en las piernas y el insomnio, dificulta que el paciente lo cite en la entrevista médica.

Aunque fue descrito en el siglo XVII por el médico inglés Willis, el avance en su conocimiento científico se detuvo prácticamente hasta los años 40 cuando el neurólogo sueco Ekbom realizó la primera descripción moderna del cuadro. No obstante, a lo largo de los últimos años, impulsado por el creciente interés de la Medicina por las enfermedades relacionadas con el sueño, se ha producido un gran avance en el conocimiento sobre este cuadro y sobre su tratamiento.

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La principal característica clínica del Síndrome de Piernas Inquietas es la presencia de molestias (disestesias) en la porción distal de las extremidades inferiores, aunque a veces pueden producirse también en los brazos. El tipo de molestias puede ser variado: pinchazos, hormigueos, dolor, inquietud, etc. En ocasiones los pacientes afectados encuentran dificultades para describir el tipo de sensación que notan. No obstante, una característica común a todas las personas que lo sufren es la necesidad imperiosa de mover las piernas, presentando grandes dificultades para permanecer inmóviles, por ejemplo durante un vuelo.

Debido a que el Síndrome de Piernas Inquietas se produce prioritariamente al atardecer y sobre todo por la noche (en este sentido, se trata de una enfermedad que se manifiesta según un "ritmo horario"), los pacientes afectados tienen grandes dificultades para conciliar el sueño. En ocasiones, los síntomas se manifiestan con un cierto retraso, llegando incluso a hacerlo de madrugada, por lo que los pacientes se despiertan con las citadas molestias. Suele ser típico que, de manera instintiva, las personas que sufren este cuadro busquen todo tipo de alivios momentáneos para sus síntomas, tales como mover las piernas en la cama, caminar, duchas con agua fría, masajes en la pantorrilla, etc.

Los síntomas de la enfermedad persisten incluso durante el escaso tiempo que el paciente permanece dormido manifestándose en forma de sacudidas que se producen de manera periódica en las piernas a modo de ráfagas que tienen lugar cada 20-40 segundos. Aunque por la mañana suele producirse una mejoría relativa o completa de los síntomas mencionados, debido a la falta de sueño nocturno las personas afectadas notan un gran malestar general y se encuentran cansadas, irritables e, incluso, soñolientas.

Los estudios de movimientos de las piernas durante el sueño, pueden orientar hacia la detección de esta patología, pero es importante resaltar que un número elevado de movimientos periódicos de piernas durante la noche, no siempre es sinónimo de padecer un Síndrome de Piernas Inquietas. Si bien el impacto del movimiento periódico de piernas es similar en todas las edades, el SPI aumenta su frecuencia con la edad, sobre todo en varones.

Pese a lo que comúnmente se ha creído, el Síndrome de Piernas Inquietas es una enfermedad frecuente. De hecho, es una de las patologías del sueño más frecuentes. Diversos estudios epidemiológicos realizados a lo largo de la última década han situado su prevalencia en la población adulta entre el 2 y el 4%, alcanzándose un 31% en pacientes que, adicionalmente, sufren Fibromialgia.

Un estudio reciente realizado en España, sitúa la prevalencia (mediada a través de un autocuestionario) en un 19,4% de las personas que acuden a un médico de asistencia primaria (enlace externo a la cita), de las que el 9% presentaría síntomas, al menos dos veces por semana, de intensidad moderada a grave. La prevalencia en población adulta se sitúa en el 4,6%. Solo un 5% de éstos, estaba diagnosticado como SPI, lo cual nos aproxima a la magnitud del problema diagnóstico (enlace externo a la cita).

Estudios con resonancia funcional, han puesto de manifiesto una disminución de la Dopamina (un neurotransmisor) a nivel de los receptores D2, también se han reportado algunos hallazgos con deficiencias en los receptores gabaminérgicos, muy sensibles al ión hierro.

Sabemos que es muy importante descartar que otra enfermedad esté favoreciendo el SPI, abarcando el diagnóstico diferencial del SPI secundario un amplio espectro que irá

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desde la celiaquía (intolerancia al gluten) (enlace externo a la cita), hasta Trastornos por Hiperactividad (enlace externo a la cita), pasando por efectos secundarios o adversos de algunos fármacos (Bloqueantes de canales de calcio, metoclopramida, risperidona, etc.).

¿ Enfermedad hereditaria ?

Sabemos que en el 70% de los casos no vamos a encontrar ningún factor causal, etiquetándolos como primarios o idiopáticos. De éstos, aproximadamente un 30% tienen miembros entre sus familiares con el mismo problema, sospechándose causas genéticas como un factor clave. Los estudios de agregación familiar muestran un patrón de transmisión autosómico dominante. Además, existe evidencia de que en las familias afectadas la edad de comienzo de los síntomas se adelanta en cada generación, es decir, los descendientes de personas con esta patología que heredan y desarrollan la enfermedad la desencadenarán probablemente en edades más tempranas que sus progenitores. Actualmente se acepta que el SPI tiene una clara base genética.

Estudios recientes relacionan un gen localizado en el BTBD9 del cromosoma 6p21.2 y del cromosoma 12q (MAOA) con la susceptibilidad a la enfermedad y se están realizando grandes esfuerzos siguiendo esta prometedora línea de investigación genética, pero lo cierto es que hasta la fecha no podemos hablar de "gen responsable", sino de rasgos de susceptibilidad o de incremento de los factores de riesgo. Los cromosomas en los que se han detectados genes con aparente factor de riesgo para el SPI son: 12q, 14q, 9p, 2q, 20p y 16p.

En los restantes casos (llamados secundarios) se considera que existe una vinculación causal entre este síndrome y otra patología previa. Así, es común la aparición de este cuadro en situaciones en las que exista un déficit de hierro ú otros iones que parece verse favorecido también por estas alteraciones genéticas. De hecho, las personas que tienen estas variantes genéticas, presentan un 50% más de probabilidades de sufrir SPI y un 26% más de tener déficit de hierro.

El hierro es importante en la regulación de la dopamina.

También se produce durante el tercer trimestre del embarazo. En pocas ocasiones, el embarazo actúa a modo de "factor precipitante", permaneciendo el cuadro de manera crónica tras el parto.

Aproximadamente la mitad de las personas que padecen de insuficiencia renal crónica presentan este síndrome. También existe una vinculación causal con las neuropatías periféricas (principalmente por amiloidosis, crioglobulinemia, formas axonales hereditarias). Se sospecha una relación causal en personas con déficit de ácido fólico, diabetes, artritis reumatoide, insuficiencia venosa, mielopatías y radiculopatías, aunque en todos estos casos falten estudios concluyentes. También se asocia frecuentemente a patologías que cursan con dolor neuropático.

Pese al indudable avance en este campo, se sabe relativamente poco sobre los mecanismos por los que se produce el Síndrome de Piernas lnquietas. En cualquier caso, se sospecha una implicación del sistema dopaminérgico a nivel del sistema nervioso central.

Avances en el tratamiento

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A lo largo de los últimos años se ha producido un gran avance en el tratamiento de esta enfermedad. Sin duda las formas menos severas requieren simples medidas "conservadoras", como podrían ser hábitos de sueño más saludables (horarios regulares, evitar el déficit de sueño, etc.), o la práctica de ejercicio físico moderado al atardecer, abstención de café, medidas de fisioterapia, etc. Su reumatólogo del Instituto Ferran de Reumatología en coordinación con nuestra Unidad del Sueño, le recomendará las medidas más adecuadas para su caso concreto tras un estudio detallado.

En otras situaciones puede ser necesario realizar un tratamiento de sustitución de hierro, ácido fólico, vitamina B12, o magnesio. No obstante, los casos menos leves requieren tratamiento farmacológico específico, principalmente con fármacos agonistas dopaminérgicos, anticonvulsivantes (esencialmente la pregabalina) o benzodiazepinas, siendo los primeros, a dosis bajas, muy efectivos para disminuir o suprimir las molestias. Se están iniciando tratamientos con hierro endovenoso, pero no existe evidencia clínica al respecto de su eficacia, aunque se sugiere que es especialmente efectivo en mujeres con una ferritina inferior a 47 ng/ml.

Han aparecido estudios concluyentes que afirman la eficacia del Pramipexol en el tratamiento del SPI. El Pramipexol es un fármaco agonista dopaminérgico no ergótico con características adicionales antidepresivas. Ver más en un enlace externo.

Se ha demostrado que los agentes dopaminérgicos, utilizados habitualmente en la Enfermedad de Parkinson, reducen los síntomas del SPI y de los movimientos periódicos de piernas durante el sueño. Recientemente la FDA americana aprobó la utilización de Ropinirol (Requip ®) en el Síndrome de Piernas Inquietas, aunque ya se utilizaba habitualmente sin ésta indicación formal.

Por el contrario, algunos fármacos, como los antidepresivos, pueden potenciar el síndrome. También está demostrada la relación con el hábito de fumar, por lo que el paciente debe dejar este hábito.

Un nuevo fármaco dopaminérgico, la Rotigotina (Neupro®) , aplicado en forma de parche transdérmico parece ser útil en el SPI. Hasta ahora, este fármaco estaba aprobado para el tratamiento de la Enfermedad de Parkinson. La Rotigotina puede producir elevaciones graves de la TA (enlace externo a la cita).

De forma un tanto asombrosa, un estudio muy reciente (Diciembre de 2009), sugiere que un antibiótico llamado "Rifaximina" puede mejorar los síntomas de SPI de forma considerable. Deben realizarse más estudios para confirmar este ensayo (enlace externo a la cita).

El Síndrome de Piernas Inquietas representa una de las parcelas del insomnio dónde el avance se está produciendo con mayor espectacularidad. Una vez diagnosticado (suele ser conveniente realizar un estudio de sueño) el cuadro, la calidad de vida de las personas afectadas puede cambiar drásticamente en cuestión de poco tiempo. Pese a ello, es muy común ver pacientes que han sufrido este cuadro durante años noche tras noche. Y es que, de hecho, la ignorancia puede ser el mayor enemigo de quien padece este problema.

Código CIE-9 : 333.94 (Síndrome de movimientos periódicos de las piernas)

Código CIE-10 : G25.8 (Otros trastornos extrapiramidales y del movimiento)

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Enlace externo a la "Restless Legs Syndrome" con amplia información sobre esta patología, tanto para profesionales como para pacientes.

Enlace externo a la Asociación Española de Síndrome de Piernas Inquietas (AESPI).

Le recomendamos que acceda a nuestro Foro de Pacientes, donde podrá contactar con otros afectados y con profesionales, obteniendo información veraz y contrastada.

Desde este enlace externo puede descargar información para médicos sobre RLS.

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