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1 Las heridas del viento Juan Carlos Rubio «A mi padre. Por todo lo que no sé de él» PERSONAJES DAVID. JUAN. La acción tiene lugar en diferentes espacios y tiempos. Los cambios están sugeridos sólo por la iluminación y unos cuantos y mínimos elementos del atrezzo. Acto I Escena I El escenario está a oscuras. Oímos el rumor del viento, primero lentamente, como en un susurro. Luego, con más intensidad, más violencia, hasta que desaparece de repente. Un foco cenital ilumina la figura de un hombre de unos treinta años. Va vestido de negro de la cabeza a los pies. Su expresión es serena, como de alguien que nos cuenta

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  • 1Las heridas del vientoJuan Carlos Rubio

    A mi padre. Por todo lo que no s de l

    PERSONAJES

    DAVID.

    JUAN.

    La accin tiene lugar en diferentes espacios y tiempos. Loscambios estn sugeridos slo por la iluminacin y unos

    cuantos y mnimos elementos del atrezzo.

    Acto I

    Escena I

    El escenario est a oscuras. Omos el rumor del viento,primero lentamente, como en un susurro. Luego, con ms

    intensidad, ms violencia, hasta que desaparece derepente.

    Un foco cenital ilumina la figura de un hombre de unostreinta aos. Va vestido de negro de la cabeza a los pies.Su expresin es serena, como de alguien que nos cuenta

  • 2algo que fue muy importante en su momento pero que ya,sin dejar de preocuparle, ha ocupado al fin el lugar y el

    sosiego que se merece. Se dirige al pblico directamente,como si este dilogo fuera una situacin normal.

    DAVID.- Empec a conocer a mi padre el da en que muri...Un poco tarde, verdad?... O quiz era el momento adecuado?(Parece reflexionar un instante sus propias palabras. Al fin,tras una pequea pausa.) Mi padre siempre fue muy amigo delos refranes... Le gustaba especialmente se de Nunca es tardesi la dicha es buena... Bien, por una sola vez, tuve que darle larazn... (Tras una nueva pausa.) Pap, mereci la pena esperartanto.

    (La luz cenital desaparece.)

    (Poco a poco va tomando presencia otra parte delescenario. En ella hay una mesa y una silla. Sobre la mesauna pequea lmpara, algunos papeles, un telfono y unos

    fajos de cartas. DAVID se acerca.)

    DAVID.- Mi padre, adems de refranero, era un hombre muymetdico: un sitio para cada cosa y una cosa para cada sitio... Lafamilia, por supuesto, no se libr de este implacable orden... Yosiempre fui el pequeo, el que iba detrs del segundo que a suvez se situaba detrs del primero. Perfecto... El lugar queocupaba mi madre nunca lo tuve tan claro. Y me temo que ellatampoco... Puede que ahora que mi padre reposa a su ladotengan tiempo de hablar un poco... Y es que la falta decomunicacin ha sido siempre otra de las constantes familiares.Nunca hablbamos de este tema. Ni de aqul... Ni de otrosmuchos... Nunca hablbamos de nada que no fueraperfectamente trivial y perecedero. Perfectamente civilizado...

    (DAVID enciende la lmpara que hay sobre la mesa.)

    DAVID.- Por eso, cuando mis dos hermanos delegaron en mel reparto de la herencia paterna, la tarea, ms que

  • 3desagradarme, me imbuy de una secreta esperanza... Quizentre los recuerdos de mi padre pudiera encontrar algo, un datoperdido, una nota olvidada, un recorte mal clasificado que mehiciera sospechar por un instante que debajo de aquel carcterimperturbable exista un ser humano con dudas, fantasas,temores...amor?

    (DAVID coge el telfono.)

    DAVID.- (Habla con un supuesto interlocutor.) Bien, bien...Aqu... Me gustara decir poniendo en orden las cosas de pap,pero eso es imposible... Ms bien son ellas las que me ponen enorden a m... Jams he visto nada tan meticulosa yaburridamente organizado...

    (DAVID enciende un cigarrillo.)

    DAVID.- No, no estoy fumando, ya sabes que lo he dejado...(Cambia de tema.) Oye, t sabas que tiene todos los selloseditados en Guinea del ao 67 al 98? (....) Y yo qu s por quGuinea! Supongo que, como fue colonia y l siempre tuvo eseramalazo imperialista... (....) S, fotos hay muchas...

    (DAVID coge una foto y la mira.)

    DAVID.- Cada una con una nota manuscrita en la que se puedeleer el lugar donde fue tomada, el da, la hora y creo que hastael nivel de humedad ambiental... (Molesto porque su hermanono capte la irona.) Manuel, claro que el nivel de humedad noviene... (Al pblico, tapando el telfono con el pecho.) Olviddecirles que mi hermano Manuel sali a mi padre. Quiz por esode ser el primognito... (Se encoge de hombros.) Pero es unbuen chico... (De nuevo al auricular.) S, ahora me voy a metercon la correspondencia...

    (DAVID cuelga. Da una ltima calada al cigarrillo y loapaga.)

  • 4DAVID.- (Por el cigarro.) No se lo digan a nadie, deacuerdo?

    (DAVID coge unos tacos de cartas.)

    DAVID.- La cartas de mi padre, como no poda ser de otramanera, estaban milimtricamente clasificadas, como elreluciente directorio de un gran almacn: felicitaciones, primerpiso; compromisos sociales, planta stano...

    (DAVID tira sobre la mesa los tacos de cartas.)

    DAVID.- Nada que merezca ser destacado... Era lo ltimo queme quedaba por repasar... O no?

    (La luz que ilumina la mesa se desvanece lentamente. Enel otro extremo del escenario, un nuevo foco cenitalilumina una caja negra de metal, de esas que llevan

    candado y llave.)

    DAVID.- No s como no me haba fijado antes en aquellacaja...

    (DAVID se acerca a la caja. Se arrodilla junto a ella. Laobserva con fascinacin)

    DAVID.- De unos treinta centmetros de ancho, veinte defondo, cuarenta de alto... Metlica... De color negro... Con uncandado... Por qu nos fascinarn tanto los objetos puestos bajollave? Supongo que uno tiende a pensar que aquello que seguarda bajo el amparo de una cerradura es ms valioso, msntimo... (Tras una pausa, sonre evocador.) Recuerdo unavez, no tendra yo ms de seis o siete aos, que vi a papguardar algo... En aquella ocasin el continente no era una caja

  • 5metlica, sino su gran escritorio de madera... Este escritoriocuesta un potos. Es de autntico sndalo.... Pap guarddentro, con celo, unos caramelos que algn familiar nos habaenviado desde alguna provincia que ahora no recuerdo... Micuriosidad y apetito infantiles no repararon en sndalos,cerraduras o procedencias y aquellos caramelos, que por cierto,estaban como una verdadera piedra, acabaron en mi poder... Mipadre descubri el hurto y organiz tal cacera domstica paraencontrarlos que cualquier expedicin africana hubierapalidecido humillada... Y los encontr. Vaya si los encontr. Nolos caramelos que, aterrorizado, trague uno tras otro, con laconsiguiente indigestin... Pero s los envoltorios... Cuando eresnio crees que es suficiente con que t no veas algo para que esealgo no te vea a ti o no sea visto por nadie ms. Una ecuacinsimple y entraable, pero por desgracia falsa... Debajo de micama estaban desparramados los delatores envoltorios... Mipadre fue severo al encontrarlos... Incluso muy severo... Mellev al despacho y delante, cmo no, de su carsimo escritoriode sndalo, golpe mi trasero... Un golpe por cada caramelo. Yuno de propina por... Bah!, no recuerdo por qu... Porque le diola gana, supongo... La violencia nunca ha necesitadoargumentos... (De vuelta a la caja.) Y ahora estaba aqu,delante de m, una nueva ocasin de desafiar a mi padre, depenetrar en sus secretos... Y esta vez los azotes en el culo no leiban a servir de mucho...

    (DAVID agarra un martillo que reposaba en la oscuridady golpea con violencia la caja. Tras dar un par de golpes

    mira al pblico.)

    DAVID.- (Justificndose.) No encontr la llave...

    (Y golpea de nuevo la cerradura hasta que consigueabrirla. Tras dejar el martillo, saca del interior de la caja

    unos fajos de sobres y cartas amarillentas. DAVID se tomasu tiempo para observarlas.)

    DAVID (Al pblico.).- En su interior haba amontonadas, sinorden ni concierto, al menos treinta o cuarenta cartas, algunas deellas rotas y vueltas a pegar con mimo, como si el receptor de

  • 6aquellas misivas hubiera pasado por diferentes estados de nimodespus de leerlas... Por qu aquellas cartas no se encontrabanclasificadas entre las anteriores? Por qu mi padre les habaconferido el rango de especiales como a aquellosprovincianos caramelos y las guardaba bajo llave?... Encualquier caso, era un caos tan reconfortante en mitad de aquelmilimtrico campo de concentracin, que las dej caer todas enel suelo y las contempl un buen rato...

    (DAVID deja caer las cartas. Las observa. Despus, cogealgunas. No traen remite.)

    DAVID.- Ningn remite. Pero el destinatario siempre escritocon la misma letra: firme, rotunda, como satisfecha deconocerse, como segura de sus capacidades...

    (Deja caer esas cartas.)

    DAVID.- Quin sera aquel annimo interlocutor capaz dedesencadenar en l un registro de sentimientos tan alejados delo cotidiano? Para que les quede claro, mi padre era la tpicapersona que si rompa algo era porque quera romperlo... Sinduda. l saba lo que le convena... Nunca un paso atrs... Darlosignificara reconocer que fue un error su anterior decisin. Ymi padre nunca, me oyen, nunca se equivocaba... (Mira el sobreroto y vuelto a pegar.) O eso crea yo...

    (DAVID elige otro sobre, al azar. Saca la carta y comienzaa leerla en voz alta.)

    DAVID.- Querido, Rafael... Tres semanas ya sin verte y todolo que puedo decir es que nada ni nadie consigue alejarte de mimemoria, perturbada por tu ausencia insaciable, por tu evocadorrecuerdo...

    (DAVID, sorprendido, deja de leer.)

  • 7DAVID.- (Atnito.) Juro que por un momento pens que mehaba equivocado de herencia...

    (DAVID consulta de nuevo las seas escritas en el sobre.)

    DAVID.- Pero no... (Tras una pausa.) Ausenciainsaciable? Evocador recuerdo? Esta carta no poda estardirigida al dueo del escritorio de madera de sndalo que yoconoca...

    (DAVID sigue leyendo, cada vez ms fascinado.)

    DAVID.- Los das transcurren llanos, anchos, como unameseta estril en la que no florece nada si t no caminas a travsde ella... Dentro de una semana te soar en mis brazos, en miboca, en mi sexo... Y pedir al reloj que detenga su calculadocastigo, imaginando un mundo en el que nada, excepto t y yoy este amor que me domina, sea como es sino como deberaser... Te quiero tanto que me duele hasta escribirlo...

    (DAVID levanta la vista de la carta.)

    DAVID.- Aqu tuve que interrumpir mi lectura por segundavez... Es posible querer tanto que duela? (Niega con lacabeza.) No... No es posible... O s lo es? A pesar de lo curside la expresin, me pareci una frase hermosa... (Irnico.) Einaudita, sabiendo a quien iba destinada... Era posible quealguien sintiera esa fuerza descontrolada, esa pasin arrolladorapor Rafael Duque? Mi padre? A pesar del estupor absoluto quetodo esto provocaba en m, an tena por delante undescubrimiento mejor...

    (DAVID vuelve a leer la carta.)

    DAVID.- Soar contigo cada noche, cada da, con mis ojosabiertos y cerrados, con mi alma lejana y hurfana sin ti...

  • 8Adis, amor...

    (DAVID levanta la vista. Parece desconcertado, como siconocer la identidad de la persona que firmaba aquellas

    palabras provocara en l una verdadera tormenta.)

    DAVID.- Juan... Juan?

    (DAVID vuelve a releer el nombre del firmante.)

    DAVID.- Mierda! Juan? (De nuevo al pblico, un poco mscalmado, pero rebosante de energa.) Toda aquella sarta depoesa barata, de despropsitos amorosos, de empalagososhalagos... los firmaba un hombre? Juan!... Pero, quin era mipadre? Quin? (Levanta la vista al cielo. Parece dejar salirde s mismo toda su rabia hasta ahora controlada.) Quineras, padre? Dmelo! Tengo derecho a saberlo! Quin?

    (Oscuro.)

    Escena II

    En la otra esquina del escenario comienza a tomarpresencia un crculo de luz. Un hombre de unos sesentaaos, un tanto extravagante en su indumentaria, da la

    espalda al pblico. Parece molesto, con un tono de voz casiinfantil, como si la regaina fuera destinada a alguien de

    corta edad. No podemos ver su rostro.

    JUAN.- No, maldita sea, no... Has vuelto a hacerlo, y esta vez,no... No te voy a perdonar... Quin te crees que soy yo? Eh?Un fantoche? Un fantoche viejo y decrpito? No me lo dicespero lo piensas... Clavas en m tus enormes ojos azules y teres... Por dentro, pero te res. Y las cosas que no ves

  • 9claramente, pero intuyes, hueles, son las que consiguen sacarmede mis casillas... Pues ahora no, ahora ya has sobrepasado ellmite de mi proverbial paciencia... (Solemne.) Ya no te quiero...No vengas con arrumacos ni caricias... No te quiero... Quisieradecir que ya nunca te querr, pero sabes de sobra que eso esimposible, que mis odios eternos apenas duran ms que uno demis dolores de cabeza, enojoso tema que ltimamente me traede cabeza, como no poda ser de otra manera...

    (JUAN se gira. Descubrimos su rostro. Su piel est ajadapor los aos, pero nada ha conseguido apagar el brillo desu mirada, extrovertida, directa y un tanto burlona. Se

    acerca a un vaso de agua que hay sobre la mesa y echa enl una aspirina efervescente. Ignora al pblico,

    continuando su monlogo interior.)

    JUAN.- Todo el mundo me dice que le tengo muy consentido...Y yo lo s, pero... (Se encoge de hombros.) Creo que lo mejores que le perdone de inmediato, no se me vaya a traumatizar...Ms que nada porque no estoy muy seguro de que existanpsiclogos para gatos. Y adems, teniendo en cuenta lo de lassiete vidas, la factura puede ascender a niveles insostenibles...(Llama a su gato.) Jos Antonio, ven aqu... Jos Antonio!...Bah!, nunca me hace ni caso... Quiz no le gusta su nombre...A m tampoco me gusta el mo, pero al menos contesto cuandome llaman... Oye, Juan y yo me acerco, digo s? y hastasonro... Bueno, he de reconocer que eso depende de quin mellame... A los hombres les sonro ms que a las mujeres, a losjvenes ms que a los viejos, a los morenos ms que a losrubios, a los guapos mucho ms que a los feos... Ya, ya s quees injusto racionar mi alegra en base a una frvola aparienciaexterna, pero... quin narices se invent eso de que la vida esjusta?

    (JUAN mira debajo de la mesa.)

    JUAN.- Asoma ese bigote escurridizo!... Pero l no... lsiempre ha tenido mucha vida interior, mucho estilo propio ymucha independencia... Claro que todo eso hasta que abro sulata de comida. En ese justo momento viene y se frota

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    lujuriosamente contra mi gemelo izquierdo... No s por qu esapreferencia siniestra... Entonces, dnde queda tu vida interior,tu estilo propio y tu maldita independencia...? Te vendes por unpoco de carne... Pareces humano... Jos Antonio! Le puse aspor un novio mo... No es que tuviera cara de gato, pero comol tampoco me hizo nunca caso, me pareci oportunohermanarlos...

    (Suena el telfono.)

    JUAN.- Espero que no sea Jos Antonio... (Aclara.) Ningunode los dos... Claro que, pensndolo mejor, si mi gato me llamarapor telfono ms que al psiclogo podra llevarlo al circo...

    (Lo descuelga, pero antes de contestar mira al pblico.)

    JUAN.- (Burln.) S que estn ah, espindome,escudrindome, pensando ste es el que enviaba las cartas,esas amarilleadas por el tiempo... Pues s soy yo... Poda habersido ms bajo, ms feo, ms viejo... Pero no, soy yo... tal cual...(Sonre.) Y s que saben quin llama al telfono... David, el hijode Rafael, verdad?... No es que ustedes sean muy listos, es quese lo pusimos muy fcil, reconzcanlo... As, que pensndolomejor, saltemos los prolegmenos y vayamos al grano...Siempre he odiado lo previsible... Por eso no me gusta la vida,s como va a acabar...

    (JUAN cuelga el telfono sin haber contestado.)

    JUAN.- S, era David. No me pregunten como consigui mitelfono, pero lo consigui y quera verme... Verme y hablarmede algo relacionado con la herencia de su padre...

    (DAVID se acerca a una de las sillas, y la va colocandojunto a JUAN mientras ste sigue hablando.)

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    JUAN.- Yo ya saba que Rafael haba muerto. La noticia no mehizo llorar... Ni rer... Tan slo me sent en un viejo banco delparque y mir al cielo... Tan slo mir al cielo esperando sentiralgo... No lo consegu... Supongo que cuando uno llorademasiado en la vida, hay dos clubs a los que puedes terminarperteneciendo: el de los que lloran por todo y el de los que ya nolloran por nada... Me di cuenta en ese instante que me habahecho miembro de este ltimo... As que mir al cielo y respir...Y me di cuenta que el aire que llenaba mis pulmones era lonico autntico que tena a estas alturas de mi vida...

    (DAVID se sienta en la silla, inmerso en sus pensamientos.JUAN le rodea.)

    JUAN.- Su voz no se pareca en nada a la de su padre... La deRafael era seca, rotunda, slida... La de su hijo es dulce,insegura, gaseosa... Me gustan las personas inseguras, quecambian de opinin constantemente, que consiguen que cadaminuto vivido modifique su punto de vista y sus principios... Nohay nada ms cercano a la muerte que las creencias slidas einalterables, sean del tipo que sean... (Mira de nuevo aDAVID.) Le invit a venir... Senta curiosidad por conocerle...Rafael se hubiera puesto tan nervioso de habernos visto juntos...

    (JUAN se acerca an ms a DAVID, casi puede rozarle, yaspira su olor, como en una ceremonia de aproximacin.Tras ello, se aleja unos pasos. Los dos hablan al fin como

    si estuvieran en el mismo sitio.)

    JUAN.- Cmo me has localizado?

    DAVID.- Preferira no decirlo...

    JUAN.- Uno slo se calla aquello que le avergenza... Pero esigual... Seguro que no quieres tomar nada?

    DAVID.- (Un poco cortado.) Seguro...

    JUAN.- No bebes en horas de trabajo?

    DAVID.- No estoy trabajando...

  • 12

    JUAN.- Bueno, ese asunto de la herencia seguro que no es unafiesta...

    DAVID.- Son las cosas de mi padre. Debo arreglarlo todo.

    (JUAN se sirve una copa de coac.)

    JUAN.- Cuando muri mi hermana yo tambin tuve cosas quearreglar, un tremendo lo de papeles, sabes? Libretas bancariasque no conoca, acciones, bienes inmuebles... Estuve viviendocincuenta aos al lado de una millonaria sin darme ni cuenta...Absurdo... Si uno es millonario y no lo parece se pierde elprincipal atractivo de serlo, no? Pero Asun no pensaba as, no,no... Ella era sensata hormiga y yo lasciva cigarra... Queraahorrar por si en un futuro.... Supongo que en los puntossuspensivos que coleaban tras la palabra futuro nunca se leocurri escribir mi nombre... Era ms joven que yo... Y desdeluego, mucho ms preparada para las finanzas... Pero ya ves...La hormiga cay fulminada por un infarto y la cigarra bebecoac francs en copas de cristal de bohemia... (Le tiende sucopa.) Seguro que no quieres tomar un poco?

    DAVID.- No, gracias... (Carraspea.)

    JUAN.- (Sonre.) Ah, ya me vas a decir a qu has venido?No dedicamos un poco ms de tiempo a estos juegosaproximatorios donde uno divaga de lo divino y lo humanoantes de lanzarse a las arenas movedizas de los intereses?

    DAVID.- No he venido movido por ningn inters.

    JUAN.- (Como si hablara a un nio.) No, no, no...Mentiroso...

    (A DAVID no le gusta que le trate como a un cro, pero secalla. JUAN se sirve una copa de coac.)

    JUAN.- (Normal.) Todo lo que hacemos lo hacemos porinters... Trabajar, hablar, escuchar... Y amar. Sobre todo amar...No hay nada ms egosta que el amor...

  • 13

    DAVID.- Veo que tiene un concepto un tanto pesimista de lavida.

    JUAN.- Qu remedio. Cuando tengas mi edad te dars cuentade que la vida no es ms que una broma pesada...

    DAVID.- Perdone, pero usted no tiene ni idea de cmo sercuando tenga su edad.

    JUAN.- Es posible... Adems, por suerte, no estar all paracomprobarlo... Pero, al menos, reconoce que tengo una visinglobal del asunto. Yo ya he sido joven... T, en cambio... Dameun voto de confianza... (Bebe de su copa.) Pero, perdona, soyun maleducado, estabas a punto de decirme algo... Si quierescarraspear otra vez retomamos el hilo donde lo dejaste.

    DAVID.- He venido a hablar de mi padre...

    JUAN.- (Teatral.) Qu me dices? Pero, pero, pero, no puedocreerte...

    DAVID.- Perdone, es mi sensacin o se est riendo de mdesde que entr por esa puerta?

    JUAN.- No, no es tu sensacin... Me ro de ti. Pero tambin lohago de m... De todo el mundo... Hasta de Jos Antonio... Porcierto...

    (JUAN da la espalda a su visita y busca por un rincn.)

    JUAN.- Jos Antonio! (A David.) Mi gato... Maldito bichomalcriado... Asoma tu cola ahora mismo o mejor no vuelvasnunca! (A DAVID.) Contina, te escucho.

    DAVID.- Quiz prefiere que vuelva en otro momento, cuandoest ms tranquilo... O al menos, cuando haya aparecido sumascota...

    (DAVID se levanta. JUAN va a su lado.)

    JUAN.- No, no, te escucho... Perdona de nuevo. He renegadode tu charla tres veces, slo falta que cante el gallo. Claro queSan Pedro tena una excusa, podan crucificarle cabeza abajo, y

  • 14

    eso debe de ser como molesto no?... Pero yo, a fin de cuentas,slo busco a un gato casquivano...

    (DAVID vuelve a sentarse. JUAN tambin lo hace, frente al. Los dos estn de perfil al pblico.)

    JUAN.- Soy todo tuyo...

    DAVID.- (Busca las palabras.) He encontrado unas cartas demi padre.

    (DAVID mira a JUAN esperando alguna reaccin. Perosta no se produce.)

    DAVID.- Escritas por usted...

    (DAVID le mira de nuevo. Los dos se quedan en silencio.)

    DAVID.- (Titubea.) No... no tiene nada que decir?

    JUAN.- Pues no... Tienes t algo que preguntar?

    DAVID.- Esas cartas... (Tras una pequea pausa.) Son cartasde amor.

    JUAN.- De amor? (Rotundo.) No... No slo de amor, no... Entodo caso sern cartas de amor y de pasin, de fuego, de deseo...

    DAVID.- Bueno, son formas de decirlo...

    JUAN.- Pero nene, la forma lo es todo... Hazme caso. Una vidaest hecha de amenas formas, no de aburridos contenidos... Loscontenidos son puros, obvios, sencillos... Las formas te permitenms matices, ms juegos...

    DAVID.- Llmelas como prefiera, pero cartas entre doshombres: usted y mi padre...

    JUAN.- (Sonre divertido.) Eso crees?

    DAVID.- No lo creo, lo s, las he ledo...

  • 15

    JUAN.- No creas todo lo que lees... Ni lo que ves... Y algunasveces ni lo que vives...

    (DAVID saca unas cartas de su bolsillo.)

    DAVID.- En algunas ocasiones es difcil no creer...

    (Se las alarga. Ante su vista, JUAN parece recordarsensaciones lejanas, ya casi olvidadas. Alarga la mano y

    las coge. Las mira y las huele, sobre todo las huele.)

    JUAN.- Siempre pens que las habra destruido...

    DAVID.- De haber sabido que iba a morir seguramente lohabra hecho...

    JUAN.- (Irnico.) Todos vamos a morir. Hay que ser estpidopara creerse inmortal... Y hay cosas que es mejor no dejarlaspara el ltimo momento... (Mira de nuevo las cartas.) Hacetanto que... (Se calla.)

    DAVID.- Le parece mal que yo haya ledo esas cartas?

    JUAN.- No... Me parece mal que en su momento no las leyeratodo el mundo, pero ahora... (Mira las cartas.) No, me alegromucho que estn en tu poder... Hubiera sentido que estuvieranen manos de tu madre... La sufrida esposa, qu vergenza...

    DAVID.- La conoca?

    JUAN.- S. Nos vimos en un par de ocasiones... Una buenamujer, sin personalidad, eso s... Ah, perdona que hable as de tumadre, pero si me preguntas...

    DAVID.- Slo le he preguntado si la conoca, no su opinin deella...

    JUAN.- Quiz yo me ra de ti, pero a ti te veo un poco... a ladefensiva?

    DAVID.- Cmo estara usted si yo ofendiese a su madre?

    JUAN.- Yo? Encantado... Para serte sincero nunca la

  • 16

    soport... Siento reventar todos los estereotipos gays de migeneracin... No copla, no pauelo al cuello, no mamitaadorada... Pero djame que te aclare algo: yo no he ofendido atu madre. Slo he dicho que era una mujer buena, pero sinpersonalidad. Generalmente estos dos trminos van unidos...Cunta gente buena con personalidad conoces?

    DAVID.- No lo s, pero creo que se confunde demasiado amenudo personalidad y mala leche...

    JUAN.- Mira, se es un buen tema para un debate:Personalidad y mala leche ante el nuevo milenio... (Apura sucopa.) Seguro que no quieres que te sirva una? Invita Asun...Y ella siempre fue muy educada con las visitas...

    DAVID.- No... Quiero que me hable de mi padre.

    JUAN.- Vaya, pensaba pedirte lo mismo. Supuse que t leconoceras al menos un poco... Veintitantos aos junto a alguienno es lo que se suele decir un aqu te pillo aqu te mato.

    DAVID.- Eso fue lo suyo con l?

    JUAN.- (Serio.) No tan rpido...

    (Los dos se quedan un instante en silencio.)

    DAVID.- Tengo treinta y un aos...

    JUAN.- Aparentas menos... Chico con suerte. Yo, en cambio,siempre he aparentado mi edad... Una desgracia como otracualquiera.

    DAVID.- Y slo le conoc como hijo...

    JUAN.- Te parece poco?

    DAVID.- S, muy poco...

    JUAN.- Entonces es que no le conociste en absoluto... Siempreme ha sorprendido el inters de las personas por conocer a losdems en una faceta distinta a la que se nos presentan... Todostenemos derecho a una buena racin de misterio.

    DAVID.- La mentira es distinta al misterio.

  • 17

    JUAN.- Aj... me puedes explicar la diferencia?

    DAVID- La mentira tapa las cosas. El misterio slo lasenvuelve, dndoles un halo de magia...

    (JUAN se gira hacia el pblico. DAVID permanece ensilencio, como suspendido en el tiempo.)

    JUAN.- Era listo, muy listo... Ms que su padre, seguro...Quera jugar, no s si consciente o inconscientemente, qu msda... Yo le di juego...

    (JUAN vuelve de nuevo a hablar con DAVID.)

    JUAN.- Bien, hablaremos de tu padre... Pero no hoy. Estoycansado, me estalla la cabeza y tengo un gato prfugo... Vuelvemaana. Y trae todas las cartas, me gustar releerlas...

    (JUAN se sirve otra copa. DAVID coge su silla y la lleva aotro rincn del escenario.)

    DAVID.- (Tranquilo, al pblico.) Estaba jugando conmigo,pero le dej hacer... Mi curiosidad era tan grande que estabadispuesto a pagar el peaje de la burla... Definitivamente, un tipoextrao, alejado cien mil kilmetros de mi padre... Qutendran en comn? Qu les hara emparejarse? Por qu eseamor?

    (DAVID saca un cigarrillo y lo enciende. En otro rincndel escenario, JUAN, de pie, relee algunas de las cartas

    que DAVID le ha trado.)

    JUAN.- (Lee una de las cartas.) Hola, Rafael... Te escriboesta carta desesperadamente, como todos mis actos cuandotienen que ver contigo, como todos mis das desde que teconozco... Nunca hubiera supuesto un amor as... (Al pblico.)

  • 18

    Es malo suponer, sobre todo en los temas del corazn, quetienen ms que ver con la lotera que con la matemtica, aunqueeso es un lugar comn que por supuesto ustedes ya hanvisitado... Al menos una vez en la vida hay que liarse la mantaa la cabeza y tirarse a una profunda sima... El golpe suele sermuy doloroso, pero esa cada libre es inolvidable... (Vuelve a lacarta.) Nunca hubiera supuesto un amor as... Nunca hubierasoado con una hiel ms dulce, un dolor ms placentero... (Deja de nuevo de leer la carta.) Rafael, al fin puedo decrtelo:Destrozaste mi vida... Y ahora tu hijo quiere conocerte mejor...(Sonre amargamente.) Qu tentador, querido, qu tentador...

    (Oscuro.)

    Escena III

    JUAN y DAVID vuelven a estar juntos. Ahora es JUANquien permanece sentado mientras DAVID pasea curioso

    observando sus cosas.

    DAVID.- Y qu? Encontr a su gato?

    JUAN.- No me llames ms de usted, por favor... S que soyuna reliquia, pero tengo an un punto de coquetera que ni t ninadie podr destruir...

    DAVID.- Est bien... Encontraste a tu gato?

    JUAN.- No...

    DAVID.- Y no te preocupa?

    JUAN.- No... Hay tantas cosas en la vida que no heencontrado. Una ms no me matar... Pero para tu tranquilidadte dir algo fundamental: no tengo gato.

    DAVID.- (No da crdito.) Qu?

    JUAN.- No tengo gato... Jos Antonio muri hace ms decinco aos. Por un lado mejor, as no me llena la casa de pelos...Pero sigo hablando con l, me relaja... No me mires como a un

  • 19

    viejo loco. Al menos ten la decencia de mirarme como un locoy punto.

    DAVID.- Me parece triste.

    JUAN.- Qu es triste?

    DAVID.- Hablar con alguien que ya no est.

    JUAN.- Siento decirte que es ms o menos lo que t estshaciendo: hablar de alguien que ya no est.

    DAVID.- Pero yo al menos hablo de ese alguien con alguienque s est: t.

    JUAN.- No te confundas. Yo tampoco estoy. No soy ms queun reflejo, un espejismo en mitad del desierto que atraviesas...Hblame de ti.

    DAVID.- No quiero hablar de m.

    JUAN.- Pero yo s. Cmo eres?

    DAVID.- No lo s. Supongo que una persona normal.

    JUAN.- Mrchate entonces. No quiero en mi vida personasnormales, slo deseo seres extraordinarios... (Divertido.) Vete!

    DAVID- Mi padre era un ser normal. Y t le amaste durantemuchos aos.

    JUAN.- Supongo que s, pero yo no lo eleg. Uno no elige elamor. Uno elige un trabajo, una ciudad, unos amigos... Pero elamor es un golpe de estado, no pregunta, no actademocrticamente. Tu padre era normal pero el amor loconvirti en alguien especial para m, aunque no lo fuera...Tienes novia?

    DAVID.- No... (Al ver la mirada de JUAN. Un poco serio.)No soy gay.

    JUAN.- Yo no he dicho nada.

    DAVID.- Pero lo piensas.

    JUAN.- Puedo pensar lo que me d la gana?

    DAVID.- No me gusta que piensen cosas de m que no sonverdad.

  • 20

    JUAN.- Pues pgate un tiro, nene. El mundo est lleno depensamientos equivocados... Seguro que t tienes ms de uno.

    DAVID.- No lo creo.

    JUAN.- Que t lo creas no te da la seguridad.

    DAVID.- No soy homosexual, de acuerdo?

    JUAN.- No me refera a eso, pero en fin...

    DAVID.- Te importa si fumo?

    JUAN.- En absoluto... No me molestan los vicios ajenos, sololos mos. Y no demasiado... A qu te dedicas?

    (DAVID se enciende un cigarrillo.)

    DAVID.- Soy arquitecto.

    JUAN.- Un artista, vaya.

    DAVID.- No es muy creativo levantar viviendas de proteccinoficial.

    JUAN.- Pues debera serlo. En tus manos est que muchaspersonas sean felices el resto de su vida. Hazles el favor deponerles el bao cerca del dormitorio... Cuntos kilmetros enbalde recorridos a lo largo de los aos... Y que ese dormitorioest bien insonorizado, para que puedan hacer el amor por todolo alto, sin escamotear gemidos por temor a ser escuchados porla suegra...

    DAVID.- (Sonre un poco ms relajado.) Lo har... Y t?A qu te dedicas?

    JUAN.- Ahora a nada, ya te dije. Asun era un as de lasfinanzas.

    DAVID.- Y antes?

    JUAN.- Fui maestro. De nios... No, no me despidieron porlevantarle el babi a ninguno... Lo dej yo. Un buen da no quisesalir de la cama... Me qued en casa. No volv... Supongo queperd inters por ensear nada a nadie. Es una tarea imposible...Las cosas se aprenden cuando uno quiere, no cuando se

  • 21

    empean en metrtelas en la cabeza. Y a esa edad slo se quierejugar, y rer... Lstima no ser nios toda la vida.

    DAVID.- Cmo conociste a mi padre?

    JUAN.- Vaya, comienza la conferencia... Permteme entoncesque me ponga en pie... Para hablar de cosas serias me gustameter barriga, sacar pecho y engolar la voz...

    (JUAN se pone en pie.)

    JUAN.- Fui al bufete de tu padre... Necesitaba un buenabogado que me sacara de un tremendo lo a cuenta de unahipoteca vencida... Siempre fui un desastre con esos temas yAsun an no viva conmigo... All le vi, tan alto, tan guapo, tanserio... Tan heterosexual... Pero no fue un amor a primera vista,no creas. Me hicieron falta algunos das para empezar a fijarmerealmente en l, en el hombre bajo el hetero, quiero decir... Porsuerte para Cupido, arreglar la dichosa hipoteca llev ms detres semanas... Al entregarme su minuta estaba perdidamenteenamorado... Pens en inventar algn otro litigio, pero el cachde tu padre era tremendo.. No me lo poda permitir...

    DAVID.- Y...?

    JUAN.- Me arm de valor y le invit a cenar. La excusaperfecta era el favor que me acababa de hacer al solucionar miproblema...

    DAVID.- Y cenasteis...

    JUAN.- No, no cenamos, impaciente... Puedo marcar yo lostiempos de mi vida?

    DAVID.- S, perdona...

    JUAN.- Y sintate de una vez...! Con todo lo que te gustaandar seguro que les pones a esas pobres familias el bao en elquinto pino...

    (DAVID se sienta el fin.)

    DAVID.- Contento?

  • 22

    JUAN.- Gracias... (Tras una pausa.) Rafael, como era deesperar, declin mi ofrecimiento: Gracias, pero yo no le hechoningn favor, era mi obligacin, para eso me paga....

    DAVID.- Mi padre siempre tan tcnico... Insististe, claro.

    JUAN.- No... (Al ver la cara de DAVID.) No, no insist.Puedo parecer tremendamente avasallador, pero cuando uno estenamorado no es uno mismo... Es otro ser, desconocido,nervioso, trmulo, slo pendiente de la mirada de su prncipeazul... Por cierto, por qu se les llamar prncipes azules?Nunca he visto ninguno de ese color...

    DAVID.- Por la sangre azul, supongo.

    JUAN.- Ya... O sea, que lo que hay que hacer para comprobarsu pedigr es degollarles nada ms los tengas al alcance de tuafilada navaja... Lstima haberte conocido tan tarde... Tienesideas realmente sugerentes.

    (DAVID consulta su reloj.)

    DAVID.- Cundo volvisteis a veros?

    JUAN.- Casualmente, en un cafetera... La casualidad la estuvepreparando yo tres semanas, por supuesto... Nunca habaconocido a nadie tan poco proclive a tomarse un caf... Yo, elrey de la nada ms absoluta, de la dolce vita, del no dejes paramaana lo que puedas hacer pasado, o no hacer nunca, estabafrancamente abrumado...

    DAVID.- Le espiaste tres semanas?

    JUAN.- S... Y, al final, en un celestial derrumbe de biorritmos,supongo, entr en aquel caf... Calle Serrano esquina aHermosilla... Ya no existe, ahora hay una hamburguesera... Yaves, todos mis recuerdos acaban convertidos en bebida o encomida...

    (DAVID consulta de nuevo su reloj. JUAN repara en ello.)

    JUAN.- (Repentinamente serio.) Tienes prisa?

  • 23

    DAVID.- Eh... No.

    JUAN.- Entonces, por qu miras tanto tu reloj?

    DAVID.- Es una mana.

    JUAN.- Una mana francamente desagradable...

    DAVID.- Cre que no te molestaban los vicios ajenos.

    JUAN.- Slo cuando no me afectan directamente... Estar aqu,escarbando en la memoria, removiendo las losas de un pasadoque no me conviene desenterrar y ver como t escudrias lasmanecillas de tu reloj no resulta muy placentero...

    DAVID.- Lo siento. Est bien... En realidad he quedado.

    JUAN.- Y por qu mientes?

    DAVID.- No quera parecer maleducado.

    JUAN.- Pues lo has conseguido! No hay nada mejor que lamentira para acabar pareciendo lo que uno es en realidad.

    DAVID.- Te parezco un maleducado?

    JUAN.- S. Me lo pareces... Un maleducado y un necio...(Enfadado.) Para qu quieres saber todo esto? Qu necesidadtienes de conocer ahora a tu padre? No te import un pimientoen vida, no pretendas ahora subirlo a un altar.. O tirarlo de l...No merece la pena... Vete a tu cita!... Mtele mano a esa rubiatonta con la que has quedado... S feliz, vive tu vida... O almenos intntalo...

    DAVID.- He dicho que lo siento! No te basta con que medisculpe?

    JUAN.- No... No quiero disculpas ni excusas. Quiero laverdad.. Dnde pretendes llegar?

    DAVID.- Hasta el final.

    JUAN.- Enternecedor... Pero si no hay final!... La vida es unaperfecta ensaimada mallorquina. Cmetela, pero no pretendascomprenderla... Ni sacarla de su asombrosa circunferencia.

    DAVID.- T conociste a mi padre, al menos de una manera enque nadie le ha conocido nunca, ni siquiera mi madre... Esascartas hablan de una pasin, un desgarro que nunca le vi, que

  • 24

    nunca le perteneci...

    JUAN.- A lo mejor es que nunca fue suyo.

    DAVID.- Pero est ah escrito!

    JUAN.- Y dale con el poder de la palabra escrita!... No heconocido a nadie tan testarudo al respecto... Si exceptuamos aMoiss y sus tablitas.

    DAVID.- (Harto.) No juegues ms conmigo! Estoy harto deque te ras de m!

    JUAN.- Francamente, cre que eras ms listo que tu padre...Pero estaba equivocado. Mi olfato me ha engaado... Y no suelehacerlo... Tienes el cerebro en el mismo sitio que l... Aqu... (Seseala la cabeza.)

    DAVID.- Y dnde tendra que estar segn t?

    (JUAN se seala el corazn.)

    JUAN.- Aqu... sa es la diferencia abismal que separa avencedores y vencidos, a triunfadores y fracasados... Deja tucerebro en tu cabeza, no te compliques la vida... Vete a tu cita...Triunfa... Y olvdame.

    (DAVID se levanta al fin. Parece realmente enfadado.)

    DAVID.- Ya empiezo a comprender por qu mi padre y tpudisteis estar juntos... A fin de cuentas tratis a las personas dela misma forma, como a seres inferiores, con ese desprecio queda el saberse inteligente, especial... Pero djame que te digaalgo, Juan. Mi padre y t tenais algo ms en comn, aparte deeso: la soledad.

    (DAVID se aproxima a JUAN.)

    DAVID.- Puede que en algn momento de tu vida fueras deotra manera, pero ahora no eres ms que un viejo amargado. Y

  • 25

    solo...

    JUAN.- Este viejo amargado quiere que te marches para poderestar solo de verdad...

    (DAVID tras mantenerle la mirada, se aleja unos pasos. Sevuelve antes de salir por completo. Parece que va a decir

    algo.)

    JUAN.- No, no quiero or ninguna frase lapidaria antes de quedesaparezcas. Vete en silencio. Ten al menos un poco de clase...A tu padre le hubiera gustado.

    (DAVID le mira un instante. Despus sale de escena.JUAN se queda unos segundos pensativo. Al fin se dirige al

    pblico.)

    JUAN.- Se fue... Enfadado, muy enfadado, pero seguro, muyseguro, de haberme hecho dao, un mrito del que no todo elmundo puede presumir... (Tras un momento.) Qu parcial esnuestra visin de la realidad... Uno mira nostlgico como cae elsol sin percatarse de que en algn lugar del mundo ese mismosol se levanta y otro imbcil lo admira embelesado... El mismosol, pero distintos ojos.. Distinto cerebro... Distinto corazn...(Vuelve a tocarse el corazn. Vuelve a callar unos instantes.)S, aqu estoy, solo... Con la tremenda sensacin de habermalgastado mi vida... Ni mi hermana ni Rafael ni siquiera migato estn ya... Slo yo... Mi error fue no darme cuenta de algofundamental: Para amar no hacen falta dos personas, slo queuno lo desee... El amor no siempre es un binomio.. Puede ser unlargo, solitario y aterrador monlogo... Hganme caso... No seenamoren nunca de alguien que les desprecie... (Tras unanueva pausa.) David lleg aqu queriendo respuestas, lasmismas que yo busqu durante aos infructuosamente... lnunca conoci a su padre... Yo nunca conoc a Rafael... A l laduda le corroe... A m la seguridad me anula... Quiz en el fondonos hubiera venido bien charlar un poco ms... Quiz lohagamos... Quin sabe... Quin sabe...

  • 26

    (JUAN toma aire lentamente por la nariz, como oliendo eltiempo y espacio. Oliendo su propia soledad.)

    Acto II

    Escena IV

    Sentado en el suelo y vestido con un pantaln vaquero yuna camiseta, DAVID escucha la msica que sale de unviejo tocadiscos. Su cara tiene una expresin de serena

    tristeza. Tras unos instantes, comienza a hablar.

    DAVID.- Mi padre coleccionaba discos antiguos. Losescuchaba en su viejo tocadiscos, el de su poca de estudianteuniversitario... Sus preferidos eran los de boleros... Ya no sehacen canciones as... Los pona una y otra vez, sobre todo enlos ltimos aos de su enfermedad... Los trataba con mimo,limpindolos una y otra vez, temeroso de que una mota de polvoo una huella pudiera enturbiar el dulce sonido de sus surcos...

    (DAVID queda en silencio, escuchando la msica.)

    DAVID.- Mi padre nunca me acarici...

    (DAVID enciende un cigarro.)

    DAVID.- (Se justifica.) El ltimo...

    (DAVID escucha de nuevo la msica.)

  • 27

    DAVID.- (Reflexivo.) Quiz no sea del todo verdad lo queacabo de decir... En una ocasin me llev al cine, a ver una delas ms crueles pelculas de la historia... Bambi... Nuncaolvidar los lagrimones que caan por mis mejillas al presenciarla muerte de esa pobre cierva... Era casi como ver morir a mipropia madre... Mi padre, al verme tan compungido, me sent ensus rodillas y me acarici el pelo con ternura, repitindome alodo, en voz baja, una y otra vez, que no llorase ms, que lamadre se haba tenido que ir, pero que todo estaba bien... Y unamierda! Nada estaba bien... La madre de Bambi no estaba bien,estaba absolutamente muerta... Y Bambi peor, destrozadopsicolgicamente... Supongo que lo que mi padre quera evitarcon los mimos era el sonoro escndalo que yo estabamontando... De hecho, fue la primera y ltima vez que me lleval cine... S, mi padre me acarici en una ocasin... Pero nuncasabr por qu lo hizo...

    (Suena el telfono. DAVID sigue escuchando la msica. Noparece tener intenciones de contestar.)

    DAVID.- Era Juan... Llam varias veces... Intentaba verme denuevo, pero no me pareci una buena idea... As que le dije queno.

    (El telfono deja de sonar.)

    DAVID.- Pero ya sabemos todos lo perseverante que sonalgunas personas cuando desean algo...

    (Vemos entrar por un lateral a JUAN. Viste de unamanera ms seria que antes. Se acerca a DAVID, que

    contina sentado en el suelo, escuchando la msica. Derepente DAVID levanta la vista y le descubre.)

    DAVID.- (Un poco molesto.) Qu haces aqu?

  • 28

    (DAVID levanta la aguja del tocadiscos. Abruptamente lamsica deja de sonar.)

    JUAN.- Si la montaa no viene a Mahoma...

    DAVID.- No quiero verte...

    JUAN.- Demasiado tarde. Lo ms que puedes es intentar noorme...

    DAVID.- O pedirte que te marches de mi casa...

    JUAN.- Lo vas a hacer? No lances nunca amenazas que noests dispuesto a cumplir... Es poco elegante.

    (DAVID se levanta al fin.)

    DAVID.- Quin te abri?

    JUAN.- (Con cara de susto.) Tu padre... O al menos eseberrinche me he llevado...

    DAVID.- Es Jorge...

    JUAN.- El mediano?

    (DAVID asiente.)

    JUAN.- El mayor sac la carita de mam y el mediano, depap...

    DAVID.- S.

    JUAN.- Y t?

    DAVID.- No lo s. No me encuentro ningn parecido connadie.

    JUAN.- Ah, pero, nunca te dijeron lo de tu adopcin?

    DAVID.- (No est para bromas.) Qu quieres?

  • 29

    JUAN.- No me vas a invitar a tomar nada? Asun se debe estarrevolviendo en su tumba.

    DAVID.- En realidad estaba a punto de salir...

    JUAN.- Vaya... De nuevo la rubia?

    DAVID.- (Autosuficiente.) No. sta es morena...

    JUAN.- Normal. Debajo de todas las rubias hay una morena.Ya no quedan cosas autnticas... (Tras una pequea pausa.)Por qu cambias tanto de pareja?

    DAVID.- Soy joven, quiero vivir...

    JUAN.- La promiscuidad es ms viva?

    DAVID.- Vaya, pens que t eras defensor de la dolche vitams absoluta...

    JUAN.- Por supuesto, pero para vivir el momento hay que sercapaz de sentir, de apreciar... De oler... (Vuelve a aspirar conplacer el aire que le rodea.) Y eso lleva su tiempo.

    DAVID.- Te puedo preguntar algo?

    JUAN.- Puedes.

    DAVID.- Por qu te pasas la vida olindo todo?

    JUAN.- Porque es el ms fiel de los sentidos, el ms directo...Nunca falla, nunca miente. Puedes engaar a la superficial vista,al selectivo odo, al malvolo tacto y cmo no, al variopintogusto... Pero no puedes engaar al olfato... El olfato no admitedudas... Siempre se ha dicho, tiene olfato para los negocios oesto no me huele nada bien por no citarte el algo huele apodrido en Dinamarca... Siempre el olfato como referente deverdad, de autenticidad, de instinto... Es el rey de los sentidos...

    (DAVID le sirve al fin una copa.)

    JUAN.- Veo que mi disertacin olfativa te ha conmovido...Gracias.

  • 30

    (JUAN le mira de arriba abajo.)

    DAVID.- Qu miras?

    JUAN.- Ests mucho ms guapo as. Es ms tu estilo: informal.

    DAVID.- En cambio a ti te veo un poco...

    JUAN.- Clasicona? Para serte sincero, estuve dudando hastael ltimo momento entre una gran pamela roja a juego con elbolso y los zapatos y este traje de oficinista mal encarado...Obviamente me decant por lo segundo... Que conste que lohice por ti...

    DAVID.- (No puede evitar rer.) Hombre, no habertemolestado... Un poco de color no le vendra mal a estevecindario...

    (DAVID le tiende su copa. l tambin se ha servido una.)

    JUAN.- (Al ver la copa de DAVID.) Te lo agradezco... Odiobeber solo, aunque he terminado por acostumbrarme... Por quvivir y beber se parecern tanto? A m siempre me han sonadoigual: vi-vir... Be-ber... Adems, nunca he conseguido escaparde ninguna de las dos cosas...

    DAVID.- No creo que arrojarse al alcohol sea la mejor manerade afrontar la vida...

    JUAN.- Alcohol, tabaco, drogas, dependencias.. qu ms da?No, tienes razn... (Mira su copa.) Puede que no sea la mejormanera, pero un buen da te das cuenta que es la nica que tequeda... Brindemos por ello.

    (DAVID no contesta. JUAN bebe de su copa (despus deoler su contenido, claro est.). Da un paseto por la

    habitacin.)

    DAVID.- Hoy eres t quien da paseos...

    JUAN.- (Mirando a su alrededor.) Siempre imagin cmo

  • 31

    sera esta casa... Dame un respiro.

    (Tras unos instantes en que observa como JUAN caminaobservndolo todo, DAVID habla al fin.)

    DAVID.- Me vas a decir a qu se debe esta visita?

    JUAN.- Creo que nuestra ltima conversacin no fue muy...(Busca la palabra.) civilizada.

    DAVID.- Yo lo intent.

    JUAN.- Pero yo no... Por eso he venido.

    DAVID.- Por qu siempre le das la vuelta a todo? Me ponesmuy nervioso.

    JUAN.- Me gusta ver las cosas por dentro... Claro que, al darlela vuelta, el interior vuelve a estar a cobijo de mis ojos... Soy unPrometeo encadenado a mi propia curiosidad... (Como si talcosa.) Qu haces viviendo en esta casa?

    DAVID.- Qu tiene de malo esta casa?

    JUAN.- Nada, excepto que no es tuya... Es la casa de tuspadres... Tienes treinta y un -no aparentados pero cumplidos-aos... Un trabajo, una vida propia... Por qu no te marchastehace tiempo?

    DAVID.- Por comodidad, supongo.

    JUAN.- (Como a un nio.) No, no, no... Mentiroso... (Serio.)Lo siento, no volver a hacerlo... Supongo que es la herenciaque me queda de mis das docentes... (Le alarga la copa.) Tugenerosidad llega tan lejos?

    (DAVID le pone la botella delante de la copa.)

    JUAN.- Tu generosidad no conoce lmites... (Mientras sesirve.) Yo creo que no te has ido por miedo... Miedo a sermayor.

    DAVID.- (Busca argumentos.) Mi hermano Jorge tambin

  • 32

    vive aqu.

    JUAN.- Ya, pero se por otras razones. No hay ms que verleesa cara de Rafael para darse cuenta de que no tiene miedo anada... O al menos no se permite tenerlo... (Le mira fijamente.)Pero esos ojos...

    DAVID.- (Le sigue el juego.) Qu ves en ellos...?

    JUAN.- Necesidad de cario, de aprobacin, de sentirteimportante.

    DAVID.- No soy tan sensible como me pintas...

    JUAN.- Nadie es como se le pinta. Por eso la pintura es un artey las fotos del carn de identidad, no...

    (DAVID deja su copa sobre la mesa.)

    DAVID.- Adnde quieres llegar, Juan? Por favor, dmelo...No quiero verte dar vueltas y vueltas sigilosamente para al finalllevarme al lugar al que t has planeado llevarme...

    JUAN.- Me gusta que me vayas conociendo... Y a qu lugarcrees que te quiero llevar?

    DAVID.- Si es a que te confiese mi supuesta homosexualidad,pierdes el tiempo: no soy gay, est claro? No todo el mundo esgay. Es algo que los que lo sois deberais asumir...

    JUAN.- Tranquilo... Estoy seguro de que no eres gay, David.No es tan fcil ser gay como la gente se piensa. No, no... Hacenfalta aos de estudios, de preparacin, de entrega... En muchoscasos de dolor... T no cumples esos requisitos... Contigo la vidaha sido muy amable... Ya, ya s que echaste de menos mscario de pap y quiz un poco menos de mam, pero no te faltnunca de nada...

    DAVID.- No todo se compra con dinero...

    JUAN.- Esa frase slo la he odo en boca de aquellos quesiempre tuvieron de todo...

    DAVID.- Tuve suerte en ese aspecto...

  • 33

    JUAN.- Pues que sepas que es una suerte que no todos hemoscompartido...

    DAVID.- La verdad, no te imagino pasando hambre...

    JUAN.- No hace falta que eches mano de la imaginacin...Basta con repasar los libros de historia... En este pas no habade nada despus de la guerra... Slo hogares destrozadas, odiosy necesidad... Claro, como siempre, unos pocos disfrutaban detodo. Y por duplicado... Pero desde luego, mi familia no estabaincluida en esa maravillosa y bien surtida Arca de No... S,pas hambre... No fui pobre de solemnidad, sobre todo porquesolemne, lo que se dice solemne, no he sido nunca, pero en msde una ocasin me qued sin cena... Y te puedo asegurar quemis padres estaban tan preocupados por el da a da, por sacar asu familia adelante, que no desperdiciaban muchas energas enmimar a sus hijos...

    DAVID.- Y porque t tampoco tuvieras ese cario justificassu ausencia?

    JUAN.- Por supuesto que no! Pero, como en el caso de tuspadres, los mos llegaron hasta donde podan llegar... Su mundo,sus necesidades, su escala de valores abarcaba hasta un lmite.Y se acab... No pidas ms...

    DAVID.- Debiste querer mucho a mi padre para defenderlecon tanta vehemencia...

    JUAN.- (Sonre con cierta amargura.) S, le quise, conobsesin, que es la peor forma de amar... Le quise ms de lo quepuedas imaginar... Pero no le defiendo, David... Creme que nole defiendo... Quieres saber de una vez a qu he venido?... Hevenido a decirte quin era tu padre... Quin era mi amante, yaque tu insistencia es tan desmesurada como tu ingenuidad...

    (JUAN saca un fajo de cartas de una cartera negra que hatrado consigo. Las deja sobre la mesa.)

    JUAN.- stas son las cartas que yo envi a Rafael... Te lasdevuelvo, son tuyas... Gurdalas... O qumalas de una malditavez. En cualquier caso yo no las quiero...

  • 34

    (JUAN saca otro fajo de cartas.)

    JUAN.- Y stas son las cartas que tu padre me envi a m...

    (DAVID se acerca interesado.)

    JUAN.- (Seala las nuevas cartas.) stas y no stas (sealalas antiguas.) son las que deben importarte, las que te hablan decmo senta Rafael... Cmo amaba.

    (DAVID mira los sobres, pero no se atreve a abrirlos.)

    JUAN.- Una pareja son dos. Hay que informarse antes deemitir un veredicto... Y an as, es mejor callar. Nadie sabenunca lo que ocurre entre dos seres que se aman... Nadie msque ellos... Y el propio amor.

    DAVID.- Puedo leerlas?

    JUAN.- No, an no...

    (JUAN aparta los sobres.)

    JUAN.- Son para ti, impaciente, no temas... Un regalo dedespedida... Pero antes djame que saboree este whisky... (Bebeun sorbo.) Hummm, malsimo, por cierto... Hazme caso, ya quecastigas tu cuerpo, hazlo con mejores fustas...

    DAVID.- (Ensimismado.) Las cartas escritas por mi padre...Ni siquiera haba pensado en ellas...

    JUAN.- No hace falta que lo jures... Yo te doy la informacinque t quieres, pero antes t debes darme algo a m... (Aclara.)Tranquilo, no voy a pedirte que te desnudes... Por mucho queese vaquero resalte un culo sobrenatural, yo hace mucho quepase a ser todo un ngel... Sin sexo y con mucha pluma, yasabes...

    DAVID.- Qu quieres?

  • 35

    JUAN.- La verdad...

    DAVID.- La verdad? Sobre qu?

    JUAN.- Sobre tu padre... Qu sientes por l?

    DAVID.- Querrs decir qu senta por l...

    JUAN.- No. Quiero saber lo que sientes ahora. En un fretrono se entierran los rencores o las dependencias... Siguen msall, persiguindonos toda la vida... Los verdaderos fantasmasque nos acosan son nuestras preguntas sin responder, no lasalmas de los pobres muertos que, a fin de cuentas, ya no tienennada que decir... Qu sientes por tu padre?

    DAVID.- No lo s...

    JUAN.- Eres un cobarde. Esa respuesta no me vale... (Agarralas cartas.) Creo que ser mejor que me vuelva a casa con micargamento...

    DAVID.- De verdad no lo s...!

    JUAN.- Pues en fundamental que lo sepas...! Esa decisin nodepende de lo que encuentres escrito en estas cartas, no...Depende de ti, de tus propias limitaciones y expectativas... Eratu padre, bueno o malo, fue el que te toc en esta disparatadaruleta de la vida... Pinsalo!

    DAVID.- (Tras una pausa.) Le amo por todo lo que me dioy le odio por todo lo que me neg...

    JUAN.- Vaya, luego resulta que la opinin de que el amor espuro egosmo, es ma...

    DAVID.- Cuando no levantas ni medio palmo del suelonecesitas mucha atencin...

    JUAN.- T queras ms, David...

    DAVID.- Pues claro que quera ms! Tena derecho a ms...Yo no eleg que me trajeran al mundo! Lo mnimo eraaplaudirme un poco despus de obligarme a salir a escena...

    JUAN.- Tienes razn, David. El mundo es un teatro... Perovaco... Nadie est dispuesto a ver el espectculo completo... Loms, un par de escenas... Y eso con suerte...

  • 36

    DAVID.- Pues si slo eres capaz de pensar en ti, no deberastener hijos...

    JUAN.- Uno no puede dar lo que no posee... Y tu padre nosenta amor por nadie... Y sabes por qu? Porque no se amabaa s mismo...

    DAVID.- (Un poco dolido.) Mira, no creo que t te hayasllevado la peor tajada en el reparto de afectos...

    JUAN.- (Molesto.) Qu sabes t de nada? Qu crees, queborrarme de la historia hubiera supuesto una mayor racin debesos en esta casa? Eso piensas?

    DAVID.- S...

    JUAN.- Pues vuelves a estar equivocado... Los besos no soncontables, como las cartas, los discos o las botellas de whisky...Quien tiene besos y amor que regalar no lo escatima, no loraciona como un usurero que espera negociar con su preciadamercanca... Lo regala sin ms.

    DAVID.- Pues mi padre sera un usurero. Pero eso es algo quea ti no te afect nunca...

    (JUAN se queda mirando a DAVID. Tras una pausa sedecide a hablar.)

    JUAN.- Quiz ha llegado el momento de darte esas malditascartas... Pero antes, dime slo una cosa ms... Estsenamorado?

    DAVID.- Enamorado? Qu tiene que ver...?

    JUAN.- (Le interrumpe.) S, enamorado! De esa rubia, o dela morena o de la que sea... Lo ests? Lo has estado algunavez?

    (DAVID no contesta.)

    JUAN.- Ya veo que no. Nadie que lo ha estado tarda tanto encontestar...

  • 37

    DAVID.- No creo en la pareja...

    JUAN.- Por qu?

    DAVID.- Porque yo no soy como t, Juan. Yo creo lo queveo... Nunca vi amor entre mis padres, slo una tolerancia grisy anodina... No quiero repetir esa historia...

    JUAN.- Pues siento decirte que lo ests haciendo... Si no hayamor en tu vida, entonces Rafael gana... Te dej la leccin bienaprendida...

    (DAVID no sabe qu decir. JUAN coge las cartas y se lasalarga.)

    JUAN.- Lelas...

    DAVID.- Si t crees que es mejor que no...

    JUAN.- (Le interrumpe.) Lelas, maldita sea!

    (DAVID abre un sobre y saca una de las cartas. Mira aJUAN desconcertado.)

    DAVID.- Est en blanco...

    JUAN.- Lee otra entonces...

    (DAVID saca otra carta. Vuelve a estar en blanco. Luegootra.)

    DAVID.- Todas estn en blanco...

    JUAN.- Esas eran las cartas de amor que tu padre me escriba,David... Folios en blanco metidos en un sobre con mi nombre ydireccin... Slo me envi una carta de su puo y letra: laprimera...

  • 38

    (JUAN saca un sobre del bolsillo de su chaqueta. Lo abre ylee.)

    JUAN.- Estimado seor Martn: Despus de nuestro casualencuentro en aquel caf la pasada semana y habiendo meditadosus palabras, le ruego sea tan amable de no volver a contactarcon mi bufete. Estoy seguro que algn otro compaero abogadose podr hacer cargo de todos sus asuntos legales. Atentamente,Rafael Duque... 13 de Abril de 1967.

    (JUAN deja de leer.)

    JUAN.- sta fue su nica carta... Yo, ya me conoces un poco,no soy de los que apagan la hoguera mientras quede un solorescoldo... Me tragu el orgullo que nunca tuve y volv aespiarle, a hurtadillas, como quien persigue algo frgil y etreo,que se puede fragmentar en mil pedazos si alguien lo agita condemasiada energa... Nuestra segunda reunin tuvo lugar en unparque... Fue breve, seca... Me dijo que no quera hablar ms deese tema... Yo le conteste que ese tema quemaba mi alma,haca que todo lo que me rodeaba pareciera vaco einnecesario... l fue inflexible: Prefiero pensar que estaconversacin no est teniendo lugar.... Eso s, jur que nuncanadie sabra por su boca nada acerca de mis desviaciones...Yo le agradec el detalle, pero mi deseo me daba valor y fui msall... Le ped... (Se corrige.) Le supliqu que se cartearaconmigo. Antes de que un nueva negativa saliera de sus labiosvolv a hablar... No, Rafael, no necesito que t escribas nada...Slo quiero que me enves cartas en blanco... Mi amor escribirpor ti las lneas que nunca surgieron de tus manos, las palabrasque nunca sern dichas, las caricias que no sentiremos... Por unmomento pareci conmovido, o eso me apeteca suponer, pero...No estaba dispuesto a hacer tal cosa... Le pareca una nuevaperversin... Y se march... Me quede all, en un banco, en esemismo banco en el que me sent cuando supe que haba muerto,y no pude levantarme en horas... No hay nada ms querido quelo que no podemos tener, beso ms hondo que el que nosniegan... Yo deseaba a tu padre, tanto como nunca desee anadie... Y el hecho de que l no consintiera, no ya en amarme,sino tan slo en que yo le amara, lejos de hacerme infeliz meimpuls a balancearme en una dorada sensacin de esperanza:

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    Y si realmente no se atreve? Y si es el miedo y no la falta desentimiento lo que motiva su rechazo?... Hace treinta aos sergay no era como hoy en da... Hace treinta aos haba que dargracias cada da porque te dejaran respirar... (Tras una pausa.)S, me decid a creer que tu padre senta algo por m... Algo queni siquiera l poda aceptar, pero algo... Es tan sencillo darle alasa la ilusin... Esas fantasas me animaron de nuevo a escribirle...Durante das esper una respuesta... Cada maana consultabadesolado el desnudo buzn que me negaba el ms mnimoconsuelo... Y un da lleg... Radiante como una luna llena... Yblanco como esa misma luna... Rafael haba accedido a misdeseos... Me enviaba lo que yo le ped... Haca realidad missueos... Era posible? S, lo era... Fui tan feliz con aquel folioen blanco... Rellen ese desierto implacable con el espejismo deuna vida en comn, de una relacin imposible y absurda... Leescrib una nueva carta llena de esperanza, dejndome caer enel abismo de la locura y la felicidad, celebrando nuestra dicha...Y obtuve de nuevo una respuesta... Durante treinta aos tu padrefue mandndome cartas en blanco, cada vez ms espaciadas,pero en un fluido cauce que slo termin poco antes de sumuerte... Esa fue nuestra maravillosa historia de amor... Unailusin, un juego de manos siniestro que yo mismo invent...Rafael slo fue cmplice de mi jugada, pero la partida la ganyo... Cul fue el premio? T tenas razn: Mi tremendasoledad... No es que en estos aos no tuviera alguna aventuraespordica, algn cuerpo al que aferrarme con desesperacin,con ansias de ser tenido en cuenta... Por supuesto que s... Peronadie poda ocupar el lugar de l... Y sabes por qu? Porque suamor era mi mismo amor, el que yo inventaba... Y nadie podasuperar lo que yo me daba, lo que yo creaba para m... Nadie meconoca mejor que ese hombre de ficcin que nunca existi... Mimiedo a vivir de verdad, a ser amado por una persona y no porun imposible, me atenazaba con solidez a esa prisin de sueosy mentiras... La infelicidad es mucho ms confortable que ladicha, ms cmoda... No tienes que tomar las riendas de tu vida,tan slo repetir una y mil veces: No puedo hacer nada paraevitarlo....

    (Comenzamos a or de nuevo el suave sonido del viento.)

    JUAN.- Siempre me ha gustado escuchar el sonido del viento,tan suave en su continuo y perseverante camino... El viento nohace dao, no te hiere, pensaba... Tan slo te balancea de un

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    lado a otro, revuelve tu pelo, tu ropa, pero no tu corazn... Sinembargo, el viento no es slo ese viento que yo amaba, que mehaca sentir seguro... El viento tambin puede ser huracn quedestroce tu vida y tus sentimientos si no sabes alejarte atiempo... Cuando Rafael accedi a mis ruegos, enviarme unasinocentes cartas en blanco, me lanz una larga soga que yoenred a mi cuello durante treinta aos... Y el viento se hizoherida...

    (JUAN se toma un instante para recuperar la calma ypoder seguir hablando.)

    JUAN.- La razn por la que tu padre se carte conmigo,aunque slo fuera de esa singular manera, nunca la supe...Nunca la sabr... A lo mejor en el fondo de su corazn, ms allde lo reconocible, haba un pequeo espacio con mi cara y minombre, con mi voz y mi mirada... Un rincn de amor que spoda ser mo... A lo mejor no... Seguramente no... Si lo quebuscabas en m era la confirmacin de que tu padre fue un serhumano, con dudas, alegras, pasiones, siento no poderayudarte... No tengo la ms remota idea... Sientodecepcionarte... No puedo hacerlo... Y t tampoco, asmelo...Culpar a los dems es tan fcil... Y tan cobarde... (Tras unapausa.) Tu padre te llev una vez al cine... Fue una pelcula dedibujos animados, Bambi creo recordar...

    (DAVID le mira desconcertado.)

    JUAN.- Desde la acera de enfrente, cmo no, mi lugar natural,os espiaba... Vi tus pequeos ojos negros llenos de miedo antela visin de aquella terrible historia de soledades y muerte... Sinteligente y elige bien la pelcula que quieres presenciar el restode tu vida, ests a tiempo...

    (Los dos se quedan en silencio unos instantes. DAVID hacomenzado a llorar.)

    JUAN.- Y ahora ser mejor que me marche... T necesitas

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    cambiar muchas cosas... Yo necesito aceptar otras... Es una penaque no podamos ser amigos, pero no estoy dispuesto a volver asufrir... Tuve bastante con un Sr. Duque, no podra soportarenamorarme locamente de su hijo, porque me enamorara de ti,tenlo por seguro... Amar no es ms que las ganas de amar... Yyo siempre tuve demasiadas... Lstima que nunca me permitieraescoger el destinatario adecuado para mis cartas... Para mivida... Cudate, pequeo David... No tienes nada que hacercontra un Goliath muerto y enterrado... Perdona a tu padre... Esla nica manera de que al fin te perdones a ti mismo...

    (JUAN sale de escena lentamente, mirando a su alrededor,oliendo el espacio y el recuerdo, seguro de que nunca ms

    pondr los pies en esa casa. DAVID se va recuperandopoco a poco del llanto. Al fin, se acerca a las cartas que

    JUAN ha dejado. Coge un mechero y comienza aquemarlas, en un doloroso ritual de despedida. Despus se

    aproxima al borde del escenario, al mismo lugar en quecomenz la accin.)

    DAVID.- Empec a conocer a mi padre el da en que muri...Un poco tarde, verdad? O quiz era el momento adecuado?(Parece reflexionar un instante sus propias palabras.) S, erael momento adecuado... No s quin eras pap, nunca lo sabr...Pero s que eras mi padre... Ahora me basta con eso... (Trasuna pausa.) Me debe bastar con eso.

    (La luz cenital desaparece poco a poco.)

    FIN