rojas a. pequeños animales

44
U N I V E R S I D A D D E C O N C E P C I Ó N FACULTAD DE CIENCIAS VETERINARIAS Departamento de Ciencias Clínicas AVANCES ETIOLÓGICOS Y CLÍNICOS EN LA ENFERMEDAD DEL TRACTO RESPIRATORIO SUPERIOR EN GATOS DOMÉSTICOS. ALEJANDRA ROMINA ROJAS CONEJERA CHILLÁN – CHILE 2009 REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA COMO PARTE DE PASANTÍA REALIZADA EN CLÍNICA MENOR, PRESENTADA A LA FACULTAD DE CIENCIAS VETERINARIAS DE LA UNIVERSIDAD DE CONCEPCIÓN PARA OPTAR AL TULO DE MÉDICO VETERINARIO.

Upload: yudary-eugenio

Post on 11-Aug-2015

41 views

Category:

Education


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Rojas a. pequeños animales

U N I V E R S I D A D D E C O N C E P C I Ó N

FACULTAD DE CIENCIAS VETERINARIAS

Departamento de Ciencias Clínicas

AVANCES ETIOLÓGICOS Y CLÍNICOS EN LA ENFERMEDAD DEL TRACTO

RESPIRATORIO SUPERIOR EN GATOS DOMÉSTICOS.

ALEJANDRA ROMINA ROJAS CONEJERA

CHILLÁN – CHILE

2009

REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA COMO PARTE DE PASANTÍA REALIZADA EN CLÍNICA MENOR, PRESENTADA A LA FACULTAD DE CIENCIAS VETERINARIAS DE LA UNIVERSIDAD DE CONCEPCIÓN PARA OPTAR AL TÍTULO DE MÉDICO VETERINARIO.

Page 2: Rojas a. pequeños animales

II

“AVANCES ETIOLÓGICOS Y CLÍNICOS EN LA ENFERMEDAD DEL TRACTO

RESPIRATORIO SUPERIOR EN GATOS DOMÉSTICOS”

PROFESOR PATROCINANTE ……..……..………………………

DR. PABLO RIVERA RAMÍREZ.

MV, DR. MED. VET.

DIRECTOR DEPARTAMENTO

CIENCIAS CLÍNICAS ….….………………………………

DR. ARMANDO ISLAS LETELIER.

MV. M Sc.

Page 3: Rojas a. pequeños animales

III

TABLA DE CONTENIDOS

CAPÍTULO PÁGINA

I. RESUMEN……………………………………………………………………….. 1

II. SUMMARY……………………………………………………………………… 2

III. INTRODUCCIÓN………………………………………………………………. 3

IV. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA………………………………………............... 5

V. CONCLUSIONES………………………………………………………………. 30

VI. REFERENCIAS…………………………………………………………........... 33

Page 4: Rojas a. pequeños animales

IV

ÍNDICE DE FIGURAS

FIGURA N° PÁGINA

1. Fotografía de microscopía electrónica FeHV-1……………………………….5

2. Fotografía de microscopía electrónica de FCV……………………………….6

3. Fotografía de microscopía electrónica de B. bronshiseptica………………..7

4. Fotografía de microscopía electrónica de C. felis…………………………….8

5. Fotografía de microscopia electrónica de Mycoplasma spp……………….. 8

Page 5: Rojas a. pequeños animales

I. RESUMEN.

AVANCES ETIOLÓGICOS Y CLÍNICOS EN LA ENFERMEDAD DEL TRACTO

RESPIRATORIO SUPERIOR EN GATOS DOMÉSTICOS

ETIOLOGY AND CLINICAL PROGRESS IN THE UPPER RESPIRATORY TRACT DISEASE IN CATS

En la presente revisión bibliográfica, se hizo una investigación sobre la

Enfermedad del Tracto Respiratorio Superior en los felinos, también

denominada como CERIF (Complejo de Enfermedades Respiratorias

Infecciosas Felinas) o CRF (Complejo Respiratorio Felino), tema escogido por

ser una de las enfermedades infecciosas más prevalentes en gatos de nuestro

país y el resto del mundo, posterior a la realización de la pasantía en el

Hospital Clínico Veterinario de la Universidad de Concepción, Campus Chillán.,

como parte del proceso de memoria de título. Esta enfermedad posee un

número abundante de agentes etiológicos que incluyen virus y bacterias, como

Herpesvirus y Calicivirus felino, Bordetella bronchiseptica, entre otros. Existe un

solapamiento entre los signos clínicos inducidos por cada patógeno, pudiendo

pocas veces hacerse una diferenciación entre ellos a partir de la clínica. En

este tipo de cuadro pueden existir enfermedades concomitantes por virus

inmunosupresores, igual de prevalentes como la inmunodeficiencia y leucemia

felinas, las que pueden ocasionar un cuadro clínico más grave. Es por ello que

más adelante se detallan la etiología, patogénesis, epidemiología, transmisión,

sintomatología clínica, diagnóstico y tratamiento de la enfermedad, desde el

punto de vista de los avances en la investigación con respecto a esta patología,

que afecta a la población de gatos domésticos y silvestres, cuya presentación

puede ser aguda con y sin secuelas, junto con una infección crónica recurrente.

Palabras clave: felinos, enfermedad, respiratoria.

Page 6: Rojas a. pequeños animales

2

II. SUMMARY.

ETIOLOGY AND CLINICAL PROGRESS IN THE UPPER RESPIRATORY TRACT DISEASE IN CATS

In this literature review, research was done on the upper respiratory tract

disease in cats, also known as CERIF (Complex Feline Infectious Respiratory

Disease) or CRF (Feline Respiratory Disease Complex), theme chosen for

being one of the infectious diseases most prevalent in cats of our country and

the world, having done an internship at the Veterinary Hospital of the

Universidad de Concepción Chillan Campus. It has an abundant number of

agents including viruses and bacteria, such as Feline Herpesvirus and Feline

Calicivirus, Bordetella bronchiseptica, among others. There is an overlap

between the clinical signs induced by each pathogen, and can rarely be a

differentiation between them from the clinic. In this type of table may be

immunosuppressive virus comorbidity, just as prevalent as immunodeficiency

and feline leukemia, which can cause more severe clinical picture. That is why

later detailing the etiology, pathogenesis, epidemiology, transmission, clinical

symptoms, diagnosis and treatment of disease, from the point of view of the

advances in research on this disease, which affects the population of domestic

and wild cats, whose presentation may be acute with and without sequelae,

together with a chronic recurrent infection.

Keywords: feline, disease, respiratory.

Page 7: Rojas a. pequeños animales

3

III. INTRODUCCIÓN.

La enfermedad del tracto respiratorio superior en los felinos (URTD) o también

conocida como complejo de enfermedades respiratorias infecciosas felinas

(CERIF) es una enfermedad de etiología infecciosa múltiple, no posee causas

no infecciosas y es muy común en cachorros y en gatos adultos

inmunodeprimidos por enfermedades retrovirales como inmunodeficiencia

felina o leucemia felina. Los recursos para determinar el agente causal primario

son muy limitados, sin embargo, el agente viral más comúnmente detectado en

los últimos estudios es el Herpesvirus-1 Felino (FeHV-1), considerado

importante causa de enfermedad aguda de las vías respiratorias superiores y

enfermedades oculares en los gatos. Además, su papel en la enfermedad

ocular crónica y lesiones de la piel es cada vez más reconocida (Gaskell, et al.

2007b). El otro agente más frecuente es Calicivirus Felino (FCV), que

representa del 20 al 53% de los casos (Hurley y Sykes, 2003), seguido por

Bordetella bronchiseptica, Chlamydophila felis, Mycoplasma agateae y

Mycoplasma felis. Otras bacterias como Pasteurella multocida y

Staphylococcus spp. coagulasa-negativas juegan un papel de invasores

secundarios (Ruch-Gallie et al. 2008). En la población felina, es frecuente la

presentación recurrente de la enfermedad aguda o secuelas de una infección

crónica (Valenzuela, 2007). Ésta, puede complicarse generando

bronconeumonías en los gatos afectados, en lo que se presentan reflejo

tusígeno paroxístico (tos, estornudos), evidencia física de secreciones de las

vías respiratorias (ruido), obstrucción (sibilancias), aumento de la sensibilidad

traqueal, evidencia radiográfica de patrón bronquial y/o intersticial y pruebas

citológicas de secreciones que evidencian inflamación de las vías respiratorias

(Dye, et al. 1996). Los principales factores predisponentes ambientales son las

temperaturas bajas y las condiciones de higiene. Los factores predisponentes

del huésped son principalmente la inmunosupresión, la edad neonatal, el

período reproductivo de la hembra que se asocia a los meses de agosto a

Page 8: Rojas a. pequeños animales

4

marzo en el hemisferio sur, ya que existe un aumento en la población de

cachorros y por ende, de población susceptible, además es importante el

estado vacunal. El diagnóstico etiológico debe realizarse bajo ciertas

circunstancias, en colonias de gatos en los que va a necesitarse implantar

medidas de control, en gatos vacunados y cuando se sospecha de infección

por B. bronchiseptica o C. felis para permitir la mejor elección en el tratamiento

antibiótico (Gaskell, et al. 2007a). Lamentablemente no en todos los casos

puede determinarse fielmente el agente etiológico primario, ya que como toda

enfermedad infecciosa múltiple, muchas veces existe más de un agente

etiológico afectando al huésped.

Page 9: Rojas a. pequeños animales

5

IV. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA.

Agentes Etiológicos.

Herpesvirus Felino: FeHV-1 es miembro de la familia Varicellovirus, género

Herpesvirus, subfamilia Alphaherpesvirinae y ADN con envoltura. Así como

FeHV-1 infecta a gatos domésticos también lo hace con otros miembros de la

familia Felidae, este virus está estrechamente relacionado genética y

antigénicamente con Herpesvirus-1 Canino (CHV-1) y Herpesvirus-1 Porcino

(PHV-1). Al igual que otros Herpesvirus, FeHV-1 contiene doble cadena de

ADN con una envoltura de glicoproteína, por lo que es relativamente frágil al

medioambiente y altamente susceptible a los efectos de desinfectantes

comunes (Gaskell, et al. 2007b). En el gato, el FeHV-1 se replica en las células

epiteliales de la conjuntiva, el tracto respiratorio superior y en las neuronas, en

las que se mantiene posterior a la infección primaria (Thiry, et al. 2009).

Figura 1. Fotografía de microscopia electrónica FeH V-1, obtenida desde

un gato con conjuntivitis herpética (Gaskell, et al . 2007a).

Page 10: Rojas a. pequeños animales

6

Calicivirus felino: Pertenece a la familia Caliciviridae, ARN sin envoltura, con

una cápside esférica y pese a la considerable diversidad antigénica que se

produce entre cepas, el grado de reactividad cruzada es suficiente para ser

clasificado como un único serotipo (Hurley y Sykes, 2003). En la superficie del

virus se encuentra la región más variable, la que ocasiona la respuesta inmune

del huésped (Radford, et al. 2009). Posee adaptabilidad genómica y las

variadas cepas que se creen se generan, se asocian con una amplia gama de

signos clínicos (Coyne, et al. 2006), por esta razón los principales problemas

actuales relacionados con FCV son la dificultad de elección de la cepa incluida

en las vacunas, así como también la infección persistente, y la aparición de

cepas hipervirulentas (Radford, et al. 2007).

Figura 2. Fotografía de microscopia electrónica de FCV, obtenida desde

vesículas linguales en gatos infectados. Tinción co n ácido fosfotúngstico

(Gaskell, et al. 2007a).

Bordetella bronchiseptica: Es un cocobacilo, gram negativo, conocido como

patógeno respiratorio en varias especies, incluyendo perros, cerdos y conejos,

Page 11: Rojas a. pequeños animales

7

también causa infecciones oportunistas ocasionales en humanos. La

patogenecidad de éste viene determinada por la presencia de varios factores

de virulencia como fimbrias de superficie, que median la adhesión a las células

hospedadoras, flagelos, que le proporcionan motilidad. Antiguamente se creía

que este patógeno sólo tenía un papel secundario en la enfermedad

respiratoria felina, pero ahora ya se ha concretado su papel como agente

primario en URTD de los felinos (Gaskell, et al. 2007a).

Figura 3. Fotografía de microscopia electrónica de B. brochiseptica,

obtenida desde cultivo bacteriano (Gaskell, et al. 2007a).

Chlamydophila felis: Son bacterias gram negativas, intracelulares obligadas de

células eucarióticas, con pared celular rígida, pertenece al género

Chlamydophila. Estas bacterias tienen tendencia a producir infecciones

crónicas o recidivas, lo que sugiere que la respuesta inmune es parcialmente

eficaz. Chlamydophila felis tiene un número de diferentes cepas, que infectan a

variadas especies de interés veterinario y tiene una distribución mundial (Owen,

et al. 2003).

Page 12: Rojas a. pequeños animales

8

Figura 4. Fotografía de microscopia electrónica de C. felis, obtenido

desde un cultivo cristalizado (Owen, et al. 2003).

Mycoplasma spp.: Son un único género de bacterias que carecen de paredes

celulares, las especies Mycoplasma agateae y Mycoplasma felis son bien

reconocidos como agentes etiológicos de las vías respiratorias superiores y las

enfermedades oculares en los gatos, así como en otras especies, su papel

como agentes patógenos del tracto respiratorio inferior está siendo investigado,

siendo en algunos casos agente primario de neumonía en gatos (Foster, et al.

2004). Algunos investigadores opinan que Mycoplasma spp. sólo coloniza

tejido inflamado o infectado en vías respiratorias, mientras que otros creen que

es capaz de ser una de las causas principales de neumonía (Porter, et al.

2008).

Figura 5. Fotografía de microscopia electrónica de Mycoplasma spp. ,

desde cultivo celular (Trow, et al. 2008).

Page 13: Rojas a. pequeños animales

9

Epidemiología.

Tanto FeHV-1 como FCV están bastante distribuidos en la población felina en

general, con una mayor prevalencia en lugares en que existen abundantes

gatos (Gaskell, et al. 2007a).

Los factores de riesgo asociados con la enfermedad son las deficiencias en la

higiene, contacto con perros con URTD y un gran número de gatos en un

mismo hogar o criadero (Helps, et al. 2005).

A pesar de la vacunación, los portadores siguen abundando en la población y

es probable que sean la razón principal por la que estos virus estén

ampliamente distribuidos y los mismos gatos serían los principales reservorios

como portadores asintomáticos de FeHV-1 y FCV (Gaskell, et al. 2007a).

Epidemiológicamente, FeHV-1 se comporta como un típico alphaherpesvirus

que se obtiene de gatos con infección latente que tienen episodios periódicos

de reactivación del virus, sobre todo después de un estrés o aplicación de

corticoides, esto ocurre en un 70% de ellos siendo el principal sitio de latencia

el ganglio trigémino (Gaskell, et al. 2007b). El estado de portador de FeHV-1

es una secuela normal de la infección por este agente viral (Gaskell, et al.

2007a). Al menos el 80% de los gatos infectados siguen teniendo infección

latente y el 29% de ellos elimina el virus de forma espontánea (Kang y Park,

2008). Respecto de la contaminación ambiental, ésta no es la causa primaria

de transmisión, excepto en criaderos de gatos (catteries) (Thiry, et al. 2009).

Hasta el momento genera principalmente infecciones en el gato doméstico,

pero también ha sido detectado en guepardos y leones, con anticuerpos en

pumas, sin evidencia de infección humana (Thiry, et al. 2009).

Para el FCV un portador suele definirse como un gato que continúa excretando

virus, durante más de 30 días tras la infección (Gaskell, et al. 2007a). Debido a

la infección crónica y condición de portador, la prevalencia de FCV en gatos

sanos es alta, oscilando entre el 8% en gatos hogareños y un 24% en gatos

callejeros en Estados Unidos. Al igual que con otros importantes patógenos,

Page 14: Rojas a. pequeños animales

10

estos "portadores silenciosos" juegan probablemente un papel crucial en la

epidemiología de esta enfermedad (Radford, et al. 2007).

La infección con el FCV puede ser adquirida por contacto directo con gatos con

infección aguda o portadores, u organismos que persisten en el medio

ambiente (Hurley y Sykes, 2003). La prevalencia tiende a ser proporcional al

número de gatos que habitan una casa, con una alta prevalencia en grupos

abundantes de gatos (Radford, et al. 2009).

Desde el año 2000 a la fecha, varios brotes se han asociado a una alta

mortalidad (hasta el 50%) con graves y atípicos signos clínicos como fiebre

alta, edema subcutáneo, dermatitis ulcerosa e ictericia, que posteriormente fue

llamada enfermedad sistémica virulenta (Reynolds, et al. 2009). Aunque la

mortalidad global de la enfermedad sistémica virulenta es de aproximadamente

el 50%, ésta puede ser incluso mayor en los gatos adultos y sería una

consecuencia por complicación de URTD (Hurley y Sykes, 2003).

En el año 2000, el 5% de las muestras obtenidas de gatos que presentaban

enfermedad respiratoria, que se enviaron al Departamento de Virología en el

Instituto Nacional de Veterinaria de Inglaterra fueron positivos para FHV y el

18% fueron positivos para FCV, luego del aislamiento viral (Binns, et al. 2000).

Chlamydophila felis: también es reconocido principalmente como un patógeno

ocular responsable de hasta el 30% de los casos de conjuntivitis en el Reino

Unido (Owen, et al. 2003), actualmente no está descrita la epidemiología de

este agente etiológico, ni tampoco verificada su acción como enfermedad

zoonótica.

Bordetella bronchiseptica parece estar distribuída por la población felina en

general. Los estudios en el Reino Unido, Europa continental y Estados Unidos

muestran seroprevalencias del 24% – 79% y frecuencias de aislamiento del

3%-11%, dependiendo de que población se evaluó. Otra investigación también

insinuaba que, al igual como ocurre con FeHV-1 y FCV, parece haber un

estado de portador de B. bronchiseptica con un 9% de animales sanos

excretando el organismo (Gaskell, et al. 2007b). Un estudio realizado en ocho

Page 15: Rojas a. pequeños animales

11

refugios de California entre los años 2001 y 2002 que incluyó a 573 gatos, la

prevalencia de FCV fue del 13% al 36%, el FeHV-1 fue del 3% al 38%,

Bordetella bronchiseptica, Chlamydophila felis y Mycoplasma spp. fue de 2% a

14% (Bannasch y Foley, 2005).

Tanto FCV como FeHV-1 se excretan principalmente en las secreciones

oculares, nasales y orales. La transmisión de estos virus se produce

principalmente por un contacto directo a través de descargas contaminadas

entre un gato con infección aguda o portador e individuos susceptibles. La

transmisión indirecta a través de secreciones contaminadas en jaulas,

recipiente para la comida, utensilios de limpieza, por el personal etc. También

puede suceder, sobre todo en las vecindades de un recinto para gatos. Sin

embargo, como ambos virus resisten relativamente poco tiempo fuera del gato,

el entorno no suele ser una fuente de infección a largo plazo. La posibilidad de

infección en los cachorros depende de los niveles de anticuerpos maternos

(Thiry, et al. 2009).

No se cree que la transmisión verdadera por aerosol tenga mucha importancia

para la dispersión de los patógenos respiratorios felinos. Los gatos poseen un

volumen tidal bajo (10mL/kg) y no producen un aerosol infectivo para los virus

respiratorios durante la respiración normal. No obstante, las gotitas

macroscópicas de los estornudos pueden viajar una distancia de 1 a 2 metros,

lo que permite que haya transmisión del virus. Ésta se ve afectada por la

duración y el grado de intimidad del contacto entre gatos y es probable que la

transmisión tenga más éxito en condiciones de superpoblación. La mala

ventilación y la falta de higiene también favorecen la acumulación de patógenos

en el ambiente. Se cree que la transmisión es mucho mas fácil en gatos con

infección crónica que en gatos portadores porque las descargas son más

abundantes y contienen más virus. Sin embargo, los portadores son una fuente

importante de virus, sobre todo para la transmisión entre gatas y cachorros y en

el estrecho contacto establecido entre gatos que habitan una colonia (Gaskell,

Page 16: Rojas a. pequeños animales

12

et al. 2007a). La infección y transmisión transplacentaria no ha sido

demostrada (Thiry, et al. 2009).

B. bronchiseptica se excreta en las secreciones orales y nasales de los gatos

infectados, por lo tanto, es probable que el contacto directo o indirecto con

estas descargas sea la principal ruta de transmisión, aunque no se han

realizado estudios detallados para confirmarlo, algunos gatos pueden excretar

mayor cantidad de bacterias y por lo tanto, es más posible que la transmitan a

otros animales. Como con FCV y FeHV-1, la superpoblación y el mal cuidado

predisponen a la infección y a la enfermedad (Gaskell, et al. 2007a).

Patogénesis.

Herpesvirus felino: Las vías naturales de la infección por FeHV-1 son la nasal,

oral y conjuntival, aunque experimentalmente otras rutas han sido investigadas

como la vaginal o intravenosa, generando vaginitis y aborto respectivamente,

aunque en condiciones naturales no se producirían. Tras la infección, la

replicación del virus en la fase aguda se produce predominantemente en la

mucosa del tabique nasal, turbinatos, nasofaringe y amígdalas; otros tejidos,

incluyen conjuntiva, linfonódulos mandibulares y tráquea superior (Gaskell, et

al. 2007a). Las lesiones se caracterizan por necrosis epitelial multifocal con

infiltración neutrofílica e inflamación (Thriry, et al. 2009). Los viriones pueden

ser detectados en orofarínge y mucosa nasal luego de 24 horas después de la

infección que, en general, persiste por 1 a 3 semanas, aunque ADN viral puede

ser detectado por PCR durante más tiempo (Gaskell, et al. 2007b).

La viremia es poco frecuente porque la replicación del virus suele estar

restringida a áreas del cuerpo con una temperatura inferior, como el tracto

respiratorio. No obstante, en ocasiones se ha descrito viremia y se ha

detectado enfermedad generalizada, especialmente en gatitos jóvenes o

individuos inmunodeprimidos (Gaskell, et al. 2007b). La conjuntivitis está

asociada con úlceras cornéales, cuya infección crónica puede generar

secuestro corneal. La queratitis estromal es secundaria a la reacción

Page 17: Rojas a. pequeños animales

13

inmunomediada que ocurre por la presencia del virus en el epitelio y el estroma

(Thiry, et al. 2009).

Calicivirus felino: Los gatos pueden ser infectados por vía nasal, oral o

conjuntival. El virus se reproduce principalmente en la fase oral y tejidos

respiratorios, aunque algunas cepas varían en sus tropismos y patogenicidad,

de tal manera que el virus también se ha encontrado en tejido visceral, heces y

en ocasiones en orina. La viremia ocurre tres a cuatro días posterior a la

infección (Radford, et al. 2009). La transmisión oral está asociada a la

enfermedad del tracto respiratorio superior cuya ulceración oral es la

característica patológica más coherente, éstas comienzan como vesículas

generalmente en el margen de la lengua, también en otros lugares,

posteriormente rompiéndose, terminando con necrosis del epitelio e infiltración

de neutrófilos en la periferia y la base. Generalmente la curación es en un

período de 2 a 3 semanas. Un sólo gato puede estar infectado con múltiples

variantes de FCV al mismo tiempo, cada uno de ellos derivados a partir de la

cepa original como resultado de la mutación genética y selección (Hurley y

Sykes, 2003). Menos comúnmente otros tejidos como pulmón y articulaciones

son infectados y los gatos cursan con neumonía (alveolitis focal aguda, o

neumonía intersticial) y sinovitis (Radford, et al. 2009), esto se produce porque

muchos de los primeros estudios experimentales no utilizaron la vía natural de

infección oronasal (Radford, et al. 2007). En la enfermedad sistémica asociada

a aumento de la virulencia, el virus obtiene acceso a los compartimentos

celulares, situación que no ocurre en la infección normal por FCV. Las lesiones

que genera esta cepa virulenta son edema subcutáneo, ulceración oral y

variadas lesiones de ulceración en la piel, sobre todo en los lugares cercanos a

la nariz y el hocico (Radford, et al. 2007). Los mecanismos de desarrollo de las

lesiones no se conocen pero parece ser inmunomediada. Esta conclusión se

apoya en los informes en los que existe aumento en la gravedad de la

enfermedad en los gatos mayores (Foley, et al. 2006). La transmisión de cepas

FCV hipervirulentas ocurre muy fácilmente produciéndose una propagación del

Page 18: Rojas a. pequeños animales

14

virus por fomites a través del personal del hospital veterinario y propietarios,

por gatos con enfermedad clínica y subclínica que se encuentran

hospitalizados y por el indirecto contacto de los pacientes ambulatorios con

pacientes infectados subclínicamente. Muchos gatos infectados con FCV

siguen siendo portadores crónicos y los gatos infectados con cepa virulenta se

ha demostrado que pueden eliminar el virus por lo menos 16 semanas después

de la infección (Hurley y Sykes, 2003). La respuesta inmune tiene un impacto

limitado en la infección por FCV. Es evidente que la inmunidad preexistente, ya

sea adquirida naturalmente por anticuerpos derivados de la maternidad o

artificialmente después de la vacunación, puede reducir o eliminar los signos

clínicos de FCV. Sin embargo, tal inmunidad preexistente no previene la

infección y los animales pueden convertirse en portadores (Radford, et al.

2007). Los anticuerpos neutralizantes virales aparecen luego de 7 días

posterior a la infección y los gatos también presentan respuesta inmune celular

(Radford, et al. 2009)

Chlamydophila felis: Hay poca información con respecto a la patogenia en

gatos, pero experimentalmente se ha demostrado que en los gatos no tratados,

la excreción de C. felis puede persistir durante 8 meses después de la infección

a pesar de los signos de conjuntivitis crónica (Owen, et al. 2003).

Bordetella bronchiseptica: La ruta fundamental de infección es a través de la

cavidad oronasal, donde el organismo coloniza las membranas mucosas. Las

bacterias utilizan varios factores de virulencia para adherirse a los cilios del

epitelio respiratorio. Una vez adheridas provocan la ciolioestasis y destrucción

de los cilios, lo que ocasiona una insuficiencia del mecanismo de aclaramiento

mucociliar y facilita la colonización posterior y persistencia de las bacterias. La

liberación de toxinas de B. bronchiseptica tras la colonización es la responsable

de las lesiones inflamatorias locales y sistémicas. Aunque no se ha discernido

la patogénesis precisa de la enfermedad en gatos, parece ser que en esta

especie es más frecuente la afección del tracto respiratorio superior. No

Page 19: Rojas a. pequeños animales

15

obstante, en algunas circunstancias puede haber una afección de las vías

respiratorias inferiores y aparecer bronconeumonía y tos (Gaskell, et al. 2007a).

Mycoplasma spp.: Ingresa al tracto respiratorio, se ubica en la parte inferior del

mismo, coloniza la superficie de la traquea, bronquios y bronquiolos,

localizándose en los ápices de los cilios respiratorios. Estos microorganismos

no son capaces de penetrar el epitelio, pero luego de la colonización se inicia el

proceso de los cambios tisulares y procesos de respuestas del organismo las

que incluyen: adherencia a los cilios bronquiales, alteración en la superficie de

las células epiteliales, interferencia con los mecanismos que secretan células

bactericidas y finalmente modificación del movimiento de los cilios

responsables de la aclaración mucociliar (Trow, et al. 2008)

Sintomatología Clínica.

Herpesvirus Felino: El período de incubación es normalmente de 2 a 6 días,

pero puede ser más largo (Gaskell, et al. 2007a); la infección generalmente

causa signos severos de enfermedad del tracto respiratorio superior. Muy

pocas veces se ve afectado el sistema respiratorio inferior con presencia de

tos, disnea y neumonía, observándose inicialmente estornudos, anorexia, fiebre

e hipersalivación. Luego aparece descarga nasal y ocular, conjuntivitis

(Valenzuela, 2007; Thiry et al., 2009), que normalmente se desarrolla con grave

hiperemia, quemosis y hay abundante secreción oculonasal. Estos signos

clínicos iniciales pueden ser acompañados por excesiva salivación (Gaskell, et

al. 2007a). Los signos oculares causados por el FeHV-1 son úlceras corneales

dendríticas (patognomónicas), queratitis, queratitis eosinofílica, secuestro

corneal, queratoconjuntivitis y uveítis (Valenzuela, 2007; Thiry et al., 2009),

describiéndose también signos neurológicos en raras ocasiones, como secuela

de la infección (Gaskell, et al. 2007a). Más recientemente, una dermatitis

ulcerosa facial y nasal, estomatitis y síndrome caracterizado por infiltración

eosinofílica, que de vez en cuando se hace persistente, se ha descrito en una

serie de gatos (Gaskell, et al. 2007a). Este virus puede ser aislado de la

Page 20: Rojas a. pequeños animales

16

tráquea y bronquios después de una infección aguda primaria de FCV y en

algunos casos puede causar neumonía (Foster, et al. 2004). El aborto por esta

infección es raro y en contraste con otras infecciones por Herpesvirus, no es

consecuencia directa de la replicación viral (Thiry, et al. 2009).

La presentación crónica de la infección por FeHV-1 es la rinitis/sinusitis, por ello

se genera un proceso destructivo irreversible dentro de la cavidad nasal, que

promueve la contaminación bacteriana secundaria (Valenzuela, 2007); en

casos de rinitis crónica, es recomendable realizar una rinoscopia caudal para

ver la posibilidad de estenosis nasofaríngea, procedimiento que se debe

realizar bajo anestesia general. En el caso de realizar una biopsia, las

conclusiones de ésta serán signos no específicos como fibrosis, necrosis,

inflamación e hiperplasia de las glándulas mucosas del tracto respiratorio

superior. A veces los cultivos bacterianos son de ayuda como una guía para las

rinitis bacterianas secundarias, en éste debe hacerse una diferenciación de la

flora normal de esa área del sistema respiratorio. También pueden presentarse

secuelas oculares de la infección por FeHV-1, en las que es posible ver úlceras

corneales dendríticas, simblefaron, secuestro corneal y descemetocele

(Valenzuela, 2007).

Calicivirus felino: La URTD causada por FCV se produce después de un

período de incubación de 2 a 10 días. La naturaleza y la gravedad de la

enfermedad puede depender de la cepa viral, aunque el examen de un gran

número de cepas FCV no muestran una clara relación entre la enfermedad, la

manifestación antigénica y la heterogeneidad de las proteínas de superficie.

Los signos típicos de URTD incluyen secreción nasal y ocular serosa o

mucopurulenta, estornudos, hiperemia conjuntival, blefaroespasmo y quemosis;

depresión, anorexia, hipersalivación y fiebre también pueden estar presentes y

ocasionalmente, pueden desarrollar neumonía con tos, disnea y cojera

asociada. También se ha visto lesiones en las articulaciones de los gatos con

FCV que se presenta con cojera asociada a sinovitis aguda con engrosamiento

de la membrana sinovial y aumento de la cantidad de líquido sinovial en las

Page 21: Rojas a. pequeños animales

17

articulaciones de gatos afectados, mientras que, el antígeno viral ha sido

identificado en macrófagos de la membrana sinovial de articulaciones (Radford,

et al. 2007). Glositis ulcerosa se desarrolla en algunos gatos y una pequeña

proporción presenta estomatitis ulceroproliferativa que puede ser refractaria al

tratamiento, así como la fiebre está presente en la mayoría de los casos y

puede llegar a 40,6°C (Hurley y Sykes, 2003). La in fección crónica por FCV se

ha relacionado a la patogénesis por lesiones de estomatitis crónicas en la

cavidad oral, que se caracterizan por una estomatitis proliferativa severa en la

faringe, hocico y paladar que histológicamente se presenta como una

inflamación linfocítica plasmocítica, la causa de esta afección se debe a la

constante estimulación de la mucosa que termina infiltrada de células

inflamatorias, así como se señala que la presencia de sarro y de piezas

dentales en mal estado permitiría que el cuadro persista en el tiempo

(Valenzuela, 2007).

Sin embargo, recientemente en Estados Unidos, Francia y Grecia cepas

altamente virulentas de FCV se han asociado con brotes de la enfermedad con

una alta mortalidad. Estos brotes se han asociado con una nueva gama de

signos clínicos, que se han denominado enfermedad sistémica virulenta

asociada a FCV, anteriormente conocido como la fiebre hemorrágica (Coyne, et

al. 2006), con un período de incubación en estos casos de 1 a 5 días (Radford,

et al 2009). Distintivos signos clínicos se asocian a la enfermedad sistémica

virulenta asociada a FCV que incluye: fiebre, edema subcutáneo, alopecia,

úlceras y formación de costras en piel con aparición de pústulas en algunos

casos, el edema ocurre más comúnmente en la cabeza y extremidades, costras

y úlceras son más prominentes en la nariz, labios, zona periocular y

extremidades distales. Algunos gatos pueden ser reacios a caminar, con

presentación de disnea provocada por edema pulmonar o derrame pleural,

pudiendo aparecer ictericia en algunos gatos, la que clínicamente junto con

disnea se asocia con un mal pronóstico. La participación de la vía

gastrointestinal, incluyendo el hígado y páncreas, puede estar asociada con

Page 22: Rojas a. pequeños animales

18

signos de vómitos o diarrea, y en el curso tardío de la enfermedad pueden

verse signos de coagulopatía, incluidas petequias y equimosis y rara vez,

epistaxis y hematoquecia (Hurley y Sykes, 2003). La enfermedad sistémica

virulenta asociada a FCV es caracterizada por Síndrome de Respuesta

Inflamatoria Sistémica que conllevará a una gran liberación de citoquinas,

principalmente TNF-α que provocará coagulación intravascular diseminada,

seguido de falla multiorgánica y muerte, con una mortalidad del 67% (Radford,

et al. 2009).

Los análisis de laboratorio, en caso de presentarse cuadro clínico de

enfermedad sistémica virulenta asociada a FCV, obtienen como resultado:

Hipoproteinemia, hiperbilirrubinemia, linfopenia, trombocitopenia, mientras que

las muestras histopatológicas pueden detectar disociación hepatocelular

(Reynolds, et al. 2009).

Bordetella bronchiseptica: Genera signos como tos, estornudos, fiebre y

descarga nasal, sin embargo, la bronconeumonía por Bordetella ha sido

reportada en cachorros pequeños sin una complicación viral, indicando que

puede generar serias alteraciones en la población felina (Valenzuela, 2007).

Chlamydophila felis: El período de incubación después de la exposición es de 3

a 10 días, en este período el microorganismo infecta la conjuntiva cuya primera

fase ocurre con secreción ocular serosa, ojos inflamados, blefaroespasmo,

quemosis e hiperemia de las conjuntivas palpebrales. Conforme la enfermedad

avanza, luego de 9 a 13 días posteriores al inicio, las conjuntivas se tornan más

hiperémicas y las secreciones oculares se convierten en mucopurulentas, y en

casos mas graves se pueden observar folículos prominentes en el interior del

tercer párpado, edema conjuntival y queratitis ulcerativa con o sin infección

secundaria por bacterias (Valenzuela, 2007).

Diagnóstico.

Aunque existe cierto solapamiento entre los signos observados en cada uno de

los agentes etiológicos, algunas veces puede hacerse un diagnóstico

Page 23: Rojas a. pequeños animales

19

presuntivo simplemente en función de éstos (Gaskell, et al. 2007a), cuando

esto no es posible se emplean pruebas específicas para cada agente, que no

siempre serán de rutina. Una de las principales dificultades para realizar el

diagnóstico del agente causal primario es que pueden participar más de un

patógeno y la existencia de los estados portadores y latentes así como también

existen técnicas de laboratorio que aún no han sido estandarizadas en los

diferentes países (Valenzuela, 2007). No existe información exacta de cuantos

gatos pueden ser diagnosticados de manera certera, pero dentro del porcentaje

en que no se logra diagnosticar, las principales causas de fracaso serían las

malas prácticas al momento de la toma de muestra y de conservación de ésta.

Según Hurley y Sykes (2003), los hallazgos anatomopatológicos en gatos

infectados por las cepas hipervirulentas de FCV (FCV-ari y FCV-Kaos) son

variables, ya que además del edema subcutáneo la alteración más común es la

necrosis hepatocelular, aunque no se encontró presente en todos los gatos

examinados. Otros hallazgos incluyen frecuentemente neumonía intersticial

aguda, fluido pleural, abdominal y pericárdico, existiendo también lesiones en

las criptas intestinales que han sido registradas en gatos experimentalmente

infectados con el FCV-ari, donde además se informó de pancreatitis en varios

gatos y en un gato infectado con el FCV-Kaos.

El trabajo de diagnóstico para gatos con descarga nasal crónica de rutina

debería incluir análisis de sangre y orina, pruebas serológicas para el virus de

la inmunodeficiencia felina (FIV), virus de la leucemia felina (FeLV) y

Cryptococcus neoformans, radiografías de cráneo o TAC nasal, rinoscopía y

biopsia de la mucosa nasal, además de detección viral del tracto respiratorio

superior así como también cultivos y antibiogramas para las infecciones

bacterianas secundarias.

La prueba más fiable para detección de FCV es el aislamiento del virus con

muestras de secreción nasal, conjuntival y orofaríngea, cuya extracción debe

obtenerse mediante hisopos estériles. La amplificación de ácido nucleico de

Page 24: Rojas a. pequeños animales

20

FCV mediante la reacción en cadena de polimerasa (PCR) también es una

alternativa diagnóstica (Hurley y Sykes, 2003).

Para realizar un diagnóstico serológico de anticuerpos contra FeHV-1 y FCV,

puede utilizarse el test de ELISA, existiendo dos alternativas, la utilización de

anticuerpos monoclonales específicos y de anticuerpos neutralizantes contra

ambos agentes virales (Lappin, et al. 2006), siendo la mayor falencia de éstos

la no distinción de infección natural o vacunación (Radford, et al. 2009; Thiry, et

al. 2009).

El FeHV-1 también puede diagnosticarse por PCR, que fue desarrollado para

detectar el gen de la timidina quinasa de FeHV-1, permitiendo diagnosticar

infección aguda o estado latente y portador, es 25% más sensible que los

cultivos celulares convencionales basados en técnicas de aislamiento del virus

y 100 veces más sensible en la detección de virus en sobrenadantes de cultivo

celular (Reubel, et al. 1993). Sin embargo, la detección de FeHV-1 mediante

PCR actualmente disponibles, no discriminan entre FeHV-1 vivos modificados

de cepas vacunales y cepas virulentas (Veir, et al. 2008).

La serología ayuda a que se puedan diferenciar gatos que no hayan sido

vacunados previamente (Valenzuela, 2007) es por esto que las alternativas

para su diagnóstico son Seroneutralización y ELISA (Maggs, et al. 1999). Para

los gatos que han sido vacunados, la detección de anticuerpos específicos de

FeHV-1 y FCV es predictivo para saber si los gatos son susceptibles a la

enfermedad, independientemente del tipo de vacuna o intervalo de vacunación.

Debido a que la mayoría de los gatos sin vida libre tienen anticuerpos

detectados en suero, que sugieren infecciones anteriores, estos son capaces

de desarrollar resistencia a la infección, incluso el uso arbitrario de la

vacunación de refuerzo a intervalos mayores de tiempo, puede llevar a

vacunaciones innecesarias (Lappin, et al. 2002).

Bordetella bronchiseptica, ha sido cultivada a partir de secreciones de animales

enfermos y sanos, por ello se sugiere que puede ser un patógeno primario del

sistema respiratorio, y es diagnosticada cuando se aísla el microorganismo a

Page 25: Rojas a. pequeños animales

21

partir de las secreciones respiratorias (nasal o nasofaríngea y lavado bronquial)

de un gato sintomático (Valenzuela, 2007). ELISA también puede utilizarse

para determinar la prevalencia de anticuerpos frente a B. bronchiseptica (Helps,

et al. 2005), así como también puede diagnosticarse mediante frotis

orofaríngeos y si hay descarga nasal, puede hacerse un frotis y debería

cultivarse en un medio selectivo apropiado como el agar de carbón vegetal, que

reduce el sobrecrecimiento de otra flora respiratoria. Para la interpretación de

los cultivos, cuando se está diagnosticando una enfermedad aguda pueden

aparecer falsos positivos, debido a la presencia de portadores clínicamente

sanos en la población (Gaskell, et al. 2007a).

Para el diagnóstico de infección por Chlamydophila felis debe realizarse un

frotis de secreción conjuntival (Gaskell, et al. 2007a) y también puede ser

detectada por inmunofluorescencia indirecta en títulos de anticuerpos

superiores a 1:16. Una prueba más sensible para su detección es PCR, la que

puede ser útil para identificar los gatos con bajos niveles de bacterias en el

organismo (Owen, et al. 2003), siendo otra alternativa los cultivos bacterianos,

que serán útiles si las muestras son tomadas en estados agudos de la

infección, ya que en infecciones con C. felis es posible detectar inclusiones

intracitoplasmáticas a partir de muestras de mucosa conjuntival o faríngea

(Valenzuela, 2007).

Mycoplasma spp. puede ser diagnosticada por PCR, lo que ha contribuido a su

diagnóstico certero, técnica que no está comercialmente distribuida (Trow, et al.

2008).

También pueden cultivarse otras bacterias como Staphylococcus spp. y

Streptococcus spp. de frotis nasales y orofaríngeos, junto con la realización de

antibiogramas, sobre todo en los casos más graves, para poder administrar la

terapia antibiótica más adecuada.

Se debe tener cuidado con la interpretación de los cultivos, cuando se está

diagnosticando una enfermedad aguda, ya que pueden haber falsos positivos

debido a la presencia de portadores clínicamente sanos, esto también puede

Page 26: Rojas a. pequeños animales

22

ocurrir, sobre todo cuando se están excretando niveles muy bajos de

microorganismos (Gaskel, et al. 2007b).

Tratamiento.

El tratamiento de las enfermedades resultantes de la infección por URTD es

sintomático y no se necesita precisar el agente etiológico de la enfermedad,

pero en los casos en que el tratamiento no de resultado, será necesario realizar

su diagnóstico etiológico, pasados algunos días desde el inicio del cuadro

agudo.

Fluidoterapia y apoyo nutricional en los casos graves, realizando un reemplazo

del potasio y bicarbonato perdidos con la hipersalivación, junto con

nebulización de las vías respiratorias (Thiry, et al. 2009) además de buena

atención de enfermería y limpieza periódica de las secreciones. Se debe

estimular al gato para comer, ofreciendo dietas muy palatables, si se le dificulta

comer o es doloroso para el paciente, pueden ofrecerse alimentos húmedos o

licuados. En algunos casos, el uso de estimulantes del apetito, como el

diazepam o la ciproheptadina también puede ser beneficioso (Radford, et al.

2007).

La colocación de tubos de gastrostomía o esofagostomía debería ser considera

para permitir la nutrición enteral de los gatos con inapetencia, en caso que la

utilización de orexígenos no haya dado resultado, lleven más de 5 días sin

ingerir alimento o hayan perdido 10% de su peso corporal inicial (Valenzuela,

2007). La oxigenoterapia puede ser necesaria para gatos con neumonía,

además de los tratamientos descritos anteriormente. Antimicrobianos de amplio

espectro, por ejemplo, Amoxicilina 22 mg/kg por vía oral cada 12 horas o

Doxiciclina 10 mg/kg por vía oral cada 24 horas, serán necesarios para

contrarrestar la infección bacteriana secundaria. Actualmente existe una

variedad de diferentes tratamientos que están siendo probados, incluyendo una

amplia gama de antibióticos de amplio espectro, y el interferón-alfa humano vía

oral.

Page 27: Rojas a. pequeños animales

23

Estudios in vitro han demostrado que el Interferón Omega Recombinante

Felino, confiere protección en las infecciones por FeHV-1 y FCV, siendo la

dosis recomendada es de 30 UI día, vía oral de administración permanente, lo

que debe ser acompañado de antibioterapia cuando sea necesario. Hasta el

día de hoy no se han encontrado efectos secundarios al administrar este

tratamiento durante largos periodos de tiempo. En cachorros con cuadros

agudos este interferón, demostró que presentaba una elevada eficacia

terapéutica, y se recomienda utilizar 104UI/kg vía subcutánea una vez al día

durante 3 semanas (Collado, et al. 2006).

El tratamiento antiinflamatorio con glucocorticoides en dosis de 1 mg/kg por vía

oral cada 12 horas, pueden ser utilizados sin aumentar la mortalidad por su

conocido efecto inmunosupresor, existiendo escasa evidencia de que puedan

tener efectos beneficiosos (Hurley y Sykes, 2003).

En infecciones orales crónicas por FCV, se utilizan antiinflamatorios de tipo

corticoide, como Prednisona (1 a 2 mg/kg PO cada 24 horas) o

Metilprednisolona 20 a 40 mg/gato subcutáneo cada 3 a 4 semanas. Otro

protocolo efectivo es la limpieza dental, extracción de piezas dentales

afectadas, inyección subgingival de Triamcinolona (10mg/gato como dosis

máxima), y antibióticos como Amoxicilina más Acido Clavulánico, Clindamicina

y Metronidazol (Valenzuela, 2007).

Los gatos severamente afectados por la enfermedad sistémica virulenta, deben

ser tratados con una intensiva terapia de soporte (fluidoterapia, antibióticos),

esteroides e interferón, junto con todos aquellos manejos clínicos que sean

necesarios (Radford, et al. 2009)

Según Collado, et al. 2006, en un estudio realizado en Francia, se

administraron 2 gotas de una solución de Interferón Omega Recombinante

Felino al 5% con suero fisiológico en cada ojo afectado, 5 veces al día durante

20 días. Los resultados demostraron que al finalizar el tratamiento se produjo

una mejora clínica importante de alrededor del 70%, junto con la realización

cultivos de células epiteliales de córneas felinas, se ha comprobado que el

Page 28: Rojas a. pequeños animales

24

Interferón Omega Recombinante Felino no presentó citotoxicidad en el rango

de 102 a 106 UI/ml y que a concentraciones de 105 UI/ml reducían

significativamente la citopatogenicidad y los títulos víricos de FeHV-1. Este

estudio abre la puerta a un nuevo tratamiento de esta enfermedad (Collado, et

al. 2006).

Respecto de los antivirales, su uso en la queratitis por FeHV-1 pueden ser

beneficiosas, aunque éstos no eliminan la infección, pueden aminorar los

signos oculares, sin embargo su uso en la práctica es limitado debido a su alto

costo. Drogas como Vidarabina en ungüento al 3%, interfiere con la síntesis del

ADN viral, el que se utiliza por 21 días, generando una moderada irritación en

algunos gatos y es medianamente eficaz en el FeHV-1 (Valenzuela, 2007). El

Aciclovir ha sido utilizado, tanto tópicamente como sistémicamente, sin

embargo, no es tan efectivo en gatos como en humanos, debido a la baja

actividad de las quinasas celulares felinas que deben metabolizar el Aciclovir

monofosfato a trifosfato forma activa de Aciclovir (Valenzuela, 2007). La

relevancia clínica con respecto a la eficacia in vitro de Idoxuridine y Ganciclovir

contra FeHV-1 fue aproximadamente equivalente y el doble que el de Cidofovir

y Penciclovir (Maggs y Clarke, 2004), por lo que una buena alternativa Aciclovir

e Interferón Recombinante Humano o Felino ya que en aplicación conjunta son

sinérgicos, es decir, tienen mayores resultados positivos, que aplicadas por

separado (Gaskell, et al. 2007b).

La lactoferrina bovina ha mostrado cierta actividad in vitro más probablemente

por la prevención de contagio y la penetración de FeHV-1 en células sensibles,

por lo que es un buen tratamiento coadyuvante. También el uso de

descongestivos nasales (por ejemplo, Fenilefrina), en la fase aguda y drogas

mucolíticas (por ejemplo, Bromhexina Clorhidrato), en la fase más crónica

ayudan a despejar las vías respiratorias, así como la inhalación de vapor

convencional o de nebulización con solución salina también puede ser útil

(Gaskell, et al. 2007b). En caso de cuadros crónicos de rinitis, se recomienda

utilizar antibióticos como Cefalexina, Amoxicilina más Acido Clavulánico y Sulfa

Page 29: Rojas a. pequeños animales

25

más Trimetropin, sin embargo, lo ideal es hacer un cultivo y antibiograma de las

secreciones nasales para instaurar la antibioterapia correcta. Cuando existe

compromiso óseo posterior a una rinitis crónica prolongada, se debe

administrar Clindamicina, la terapia no debe durar menos de 15 días

(Valenzuela, 2007).

Para Chlamydophila felis, el tratamiento actual recomendado implica

administración diaria de antibióticos vía oral a todos los gatos dentro de un

grupo afectado por un período prolongado de tiempo (4 a 6 semanas) siendo

las tetraciclinas el actual tratamiento de elección que también se recomienda,

para evitar recidivas del cuadro (Owen, et al. 2003).

Un ensayo clínico diseñado por Owen et al. (2003) evaluaron la eficacia de la

Azitromicina en el tratamiento de infección por Chlamydophila felis en gatos,

administrando 10 a 15 mg/kg al día durante 3 días y luego 2 veces a la

semana, existiendo una rápida resolución de los signos clínicos y resultados

negativos de aislamientos virales en cambio, con Doxiciclina, C. felis sigue

siendo aislada en algunos gatos, pero si se compara con el uso de Azitromicina

administrada diariamente en infecciones crónicas no confiere ventaja alguna.

Para el tratamiento de Bordetella bronchiseptica normalmente se utiliza

Doxiciclina y Enrofloxacino, lo que generalmente reduce los signos clínicos

aunque no elimina la diseminación del microorganismo.

Micoplasma spp. son sensibles a macrólidos (Eritromicina y Tilosina), azalides

(o "nuevos macrólidos' -- Azitromicina y Claritromicina), lincosamidas

(Lincomicina y Clindamicina), tetraciclinas (incluyendo la Doxiciclina),

Cloranfenicol y fluoroquinolonas (incluida el Enrofloxacino y Ciprofloxacino)

(Foster, et al. 2004).

La Azitromicina es un antibiótico macrólido con un amplio espectro que se

utiliza contra las bacterias asociadas con la enfermedad de las vías

respiratorias en humanos, que en los gatos, tiene efectos bacteriostáticos en

muchos organismos gram-positivos, gram-negativos y Mycoplasma spp.

además tiene la ventaja de tener una mayor vida media en los gatos, lo que

Page 30: Rojas a. pequeños animales

26

permite mayor comodidad para los propietarios, porque este antibiótico puede

administrarse a intervalos más largos de tiempo (Ruch-Gallie et al. 2008).

La Amoxicilina es utilizada comúnmente para el tratamiento de gatos con

sospecha bacteriana de URTD porque es de bajo costo y tiene un buen

espectro contra la flora bacteriana como Pasteurella spp. que pueden aparecer

posterior a la infección viral primaria, sin embargo, existen cepas resistentes de

B. bronchiseptica y además la droga no es eficaz para el tratamiento de

Mycoplasma spp. (Ruch-Gallie et al. 2008).

Otra terapia de ayuda es la administración de L-lisina, un aminoácido esencial,

su función es competir con la arginina e interferir con la replicación viral en las

células. La dosis recomendada es de 250 a 500 mg/gato/día por un tiempo de

10 a 15 días (Valenzuela, 2007), otra alternativa como tratamiento

complementario de URTD es la utilización de probióticos como Enterococcus

faecium, ya que aumentarían la cantidad de linfocitos CD+4, IgA e IgG

específicas para FeHV-1 y FCV (Lappin, et al. 2009).

Prevención y Control.

La URTD generalmente se disemina a través del contacto estrecho con

animales infectados, por lo que evitar esta situación podría ser una buena

medida de control (Valenzuela, 2007). Hace algunos años que ya se disponen

de vacunas contra FeHV-1 y FCV que han sido relativamente satisfactorias

para el control de la enfermedad, también recientemente disponemos de

vacunas contra B. bronchiseptica para gatos. A pesar de la vacunación, la

enfermedad respiratoria puede seguir siendo un problema, sobre todo en

grupos de gatos como en las protectoras o residencias para gatos, y en los

criaderos en las que haya gatitos jóvenes (Gaskell, et al. 2007a).

FCV y FeHV-1 son infecciones prevalentes, con facilidad de transmisión, las

que pueden dar lugar a enfermedades graves. La vacunación de todos los

gatos fue recomendada por el Consejo sobre Enfermedades de los Gatos,

aunque la aparición de la inmunidad después de la vacunación no está bien

Page 31: Rojas a. pequeños animales

27

documentada, pero la eficacia inmediata de las vacunas en la mayoría de los

casos evaluados es de 3 a 4 semanas después de la última vacunación

(Lappin, et al. 2006), mientras que la inmunidad pasiva mediada por

anticuerpos maternos puede llegar a durar hasta 10 semanas (Thiry, et al.

2009).

La infección natural no genera una sólida inmunidad, pero los títulos de los

anticuerpos neutralizantes están presentes hasta 40 días posteriores a la

infección. Como en otros alfaherpesvirus, la inmunidad celular con linfocitos T

son requeridos para mantener la función de linfocitos B, así como la respuesta

humoral es responsable en la mucosa del tracto respiratorio superior (Thiry, et

al. 2009).

Vacunas contra FCV comprende un gran número de cepas que están

relacionadas antigénicamente en diferentes grados. La variabilidad antigénica

crea problemas para realizar la elección de los antígenos en las vacunas, por lo

que históricamente, estos han sido seleccionados para su uso sobre la base de

su reactividad cruzada con una alta proporción de cepas, sin embargo, es

importante determinar el nivel actual de la reactividad cruzada de vacunas

(Porter, et al. 2008).

Varios tipos de vacunas están ahora disponibles para FCV, las que son

generalmente consideradas seguras y efectivas en la reducción y prevención

de los signos clínicos de la enfermedad respiratoria por FCV, pero no protegen

contra la infección, además, estudios sugieren que las vacunas actuales no

impiden la aparición de brotes de enfermedad sistémica virulenta asociada con

FCV (Radford, et al. 2007). Todas las vacunas autorizadas contra FCV se

basan sobre todo en antígenos virales cultivados en células siendo la mayoría

monovalentes (sobre la base de una sola cepa), aunque recientemente una

vacuna bivalente tiene licencia (Radford, et al. 2007). Muchos gatos domésticos

son vacunados contra FCV, pero a pesar de que suele ser efectiva en la

prevención de la enfermedad, la vacunación no evita la infección, como

resultado de esto, hay una relativamente alta prevalencia del virus en la

Page 32: Rojas a. pequeños animales

28

población general de gatos vacunados y no vacunados convirtiéndose en

persistentemente infectados y portadores del virus (Coyne, et al. 2006).

Las cepas que causan brotes de enfermedad sistémica virulenta han sido

genéticamente distintas entre sí y resistentes a la vacunación, por lo tanto,

todos los gatos con signos sospechosos (incluidos los con cuadro respiratorio

superior) deben ser manipulados con precauciones higiénicas estrictas (Hurley,

et al. 2004).

En algunas partes del mundo, las vacunas vivas atenuadas tienen licencia para

uso intranasal, que induce inmunidad de la mucosa local lo que probablemente

es más eficaz que la inmunidad inducida por vacunas parenterales, mientras

que el problema potencial de las vacunas actuales es la variabilidad antigénica

de las cepas FCV, lo que significa que no es probable que las vacunas sean

capaces de neutralizar todas las cepas del virus (Radford, et al. 2007).

El FCV es inactivado por el hipoclorito de sodio al 5% (cuando se almacena y

se utiliza correctamente en ausencia de materia orgánica), pero no por otros

compuestos utilizados para la desinfección en hospitales veterinarios, como la

clorhexidina o compuestos de amonio cuaternario. En ausencia de una efectiva

desinfección, el virus presuntamente puede persistir en lugares secos a

temperatura ambiente (20°C), durante un máximo de 2 8 días (Hurley y Sykes,

2003).

La vacunación contra FeHV-1 está disponible hace varios años y ha sido

relativamente exitosa en el control de la enfermedad, varios tipos de vacunas

FeHV-1 están disponibles comercialmente y en asociación con vacunas contra

FCV y virus de la Panleucopenia Felina (FPLV), vacunas que pueden ser de

virus vivo modificado y de virus inactivados de administración parenteral y en

algunos países están disponibles vacunas de administración intranasal

(Gaskell, et al. 2007b). El virus es inactivado a las 3 horas a 37°C, y en 5

minutos a 56°C, permaneciendo infectivo por más de 5 meses a 4°C y por un

mes a 25°C (Thiry, et al. 2009).

Page 33: Rojas a. pequeños animales

29

Según un estudio realizado por Lappin et al. (2006), la presentación intranasal

de vacunas contra FeHV-1, FCV y FPLV reduciría los signos clínicos luego de

exposición a los virus, pero aún no se sabe si existe una mayor protección de

ésta en comparación a la de presentación parenteral.

Estudios realizados por Kanellos et al. (2008), demuestran que Nobivac Tricat

(FCV, FeHV-1 y FPLV) puede ser reconstituida con Nobivac FeLV (Virus de

leucemia felina) e inoculado en los gatos por vía subcutánea, en una dosis

única de preparación sin comprometer la eficacia o los perfiles de seguridad de

cualquiera de estas vacunas, mientras que para FCV se necesita del desarrollo

de un sentido más amplio de reacción cruzada que, en última instancia deberán

impedir la infección por el virus (Radford, et al. 2006).

En gatos inmunocomprometidos por diferentes causas como,

inmunodeficiencia felina, leucemia felina, situaciones de estrés o utilización de

corticoides, la utilización de vacunas contra FCV y FeHV-1 no es efectiva

completamente, por lo que el aumento en la frecuencia de las vacunaciones

debe ser considerado (Radford, et al. 2009).

Como medida de manejo se sugiere evitar una serie de factores de riesgo

asociados con la eliminación de FeHV-1, lo que incluye impedir el contacto de

gatos que presenten URTD con gatos más jóvenes, mejorar la higiene y evitar

hogares con muchos gatos (Gaskell, et al. 2007b). En criaderos donde la

enfermedad es un problema se recomienda vacunar a los cachorros a las 6

semanas de edad (Radford, et al. 2006).

Existen medidas de prevención y control de enfermedad sistémica hemorrágica

asociada a FCV, las que se explican más detalladamente en el Anexo 1.

Page 34: Rojas a. pequeños animales

30

V. CONCLUSIONES.

La URTD sigue siendo una de las enfermedades infecciosas más prevalentes

en los gatos de todo el mundo, y por esta razón es que se necesita avanzar en

su investigación, para encontrar la metodología de diagnóstico y tratamiento

más adecuada para cada paciente.

Los principales avances descritos en esta investigación vienen de la mano de

la investigación hecha por años, que ha descubierto ciertos puntos importantes

como son: Conocer más a fondo la patogénesis de FCV, que permitió descubrir

la importancia que tiene la diversidad antigénica que este posee y la

importancia que esto tiene para poder generar tratamiento y profilaxis

adecuados; la aparición de esta nueva Enfermedad Sistémica Virulenta

asociada a FCV deja una brecha inmensa para continuar con su estudio y así

poder comprender mejor la fisiopatología de ésta; el reconocimiento de B.

bronchiseptica como agente primario de URTD, pudiendo existir así una

mejoría en la elección del tratamiento; el avance con respecto a las

posibilidades de realizar un diagnóstico etiológico en caso de que sea

necesario; y la aparición de la Azitromicina como alternativa de tratamiento

antibiótico en gatos, ya que tiene una vida media de 30 a 36 hrs. lo que hace

que sea cómodo para el propietario porque se puede administrar cada 3 días.

Es importante informar a los dueños que en algunos casos de infección por

FeHV-1 el cuadro podría ser crónico, existiendo una rinitis destructiva y que no

es posible curar la enfermedad. Sólo es factible disminuir los signos clínicos y

dar una buena calidad de vida a los animales, teniendo presente que es factible

la reagudización de los signos, principalmente si no se manejan en forma

adecuada.

Se debe esperar que los cambios en las características clínicas de este virus y

en consecuencia, el control de la patología deben ser continuamente

actualizados. Debido a su alta prevalencia, también FCV representa un buen

modelo de sistema para evaluar las evoluciones virales, siendo éste, el

Page 35: Rojas a. pequeños animales

31

principal problema para su control, junto con los gatos persistentemente

infectados y portadores tanto de FCV y FeHV-1, agentes principales causantes

de URTD, siendo actualmente también reconocidos como agentes etiológicos

importantes especies como B. bronchiseptica y Mycoplasma spp.

Es importante que hospitales veterinarios y criaderos se informen sobre las

medidas de control y prevención de URTD, y que así las lleven a cabo y

disminuyan la casuística de presentación de la enfermedad, esto porque son

los lugares en que existe más riesgo por existir una población felina numerosa.

Además de ser importantes agentes patógenos del tracto respiratorio superior

de los gatos, FCV son cada vez más reconocidos como la causa de

enfermedad sistémica virulenta.

En los últimos 5 años, varias cepas altamente virulentas de FCV se han

aislados en brotes de enfermedad sistémica virulenta, en gatos de Estados

Unidos, esta condición fue descrita inicialmente en el norte de California por

Pedersen 2000, y posteriormente por otros investigadores en otros lugares de

ese país, por lo que parece primordial seguir estudiando este tipo de

presentación clínica, por la elevada mortalidad en los brotes antes

mencionados (50%).

Las cepas que causan este síndrome son genéticamente diferentes de la cepa

de la vacuna y otras cepas FCV no-hemorrágicas, las que, al parecer difieren

de un brote a otro. El síndrome se caracteriza por fiebre variable, edema

cutáneo y dermatitis ulcerativa, signos del tracto respiratorio superior, anorexia,

ocasionalmente ictericia, vómitos y diarrea. Gatos adultos tienden a verse más

gravemente afectados que los gatitos y la vacunación no parece tener un

efecto protector significativo. El reconocimiento rápido de la enfermedad a

través de identificación de los signos clínicos y pruebas pertinentes, seguido

por la institución de una estricta desinfección, el aislamiento y las medidas de

cuarentena, son esenciales para prevenir la mortalidad derivada de la infección.

FCV ha sido reconocida como un importante patógeno de los gatos hace más

de 40 años. Por ser un virus ARN, parece depender de la evolución para

Page 36: Rojas a. pequeños animales

32

mantenerse en la población, ya que todos los años va combinándose

genéticamente y creando nuevas cepas.

Vacunas contra FCV tienen un desafío, el que consiste en reducir o eliminar el

virus de los gatos vacunados, lo que parece ser el problema actual, no sólo

para FCV sino también para muchas otros importantes patógenos.

Page 37: Rojas a. pequeños animales

33

VI. REFERENCIAS.

1.Bannasch, M.J., J.E. Foley. 2005. Epidemiologic evaluation of multiple

respiratory pathogens in cats in animal shelters. Journal of Feline

Medicine and Surgery 7(2): 109-119.

2.Binns, S.H., S. Dawson, A.J. Speakman, L.E. Cuevas, C.A. Hart, C.J.

Gaskell, K.L. Morgan and R.M. Gaskell. 2000. A study to feline upper

respiratory tract disease with reference to pravalence and risk factors for

infection with feline calicivirus and feline herpesvirus. Journal of Feline

Medicine and Surgery 2(3): 123-133.

3.Collado, V.M., A. Doménech, E. Gómez-Lucía, G. Tejerizo y G. Miró. 2006.

Usos del interferón en la clínica de pequeños animales [en línea]. Virbac

S.A. España. <http://www.virbac.es/p-

virbacespubes/pdf/Virbagen_Omega/INFORMACION_TECNICA/articulo_

pequenos_animales.pdf>. [Consulta: 28 julio 2009].

4.Coyne, K.P., B.R. Jones, A. Kipar, J. Chantrey, C.J. Porter, P.J. Barber, S.

Dawson, R.M. Gaskell and A.D. Radford. 2006. Lethal outbreak of

disease associated with feline calicivirus infection in cats. Vet. Rec.

158(16): 544-550.

5.Dye, J.A., B.C. McKiernan, E.A. Rozanski, W.E. Hoffmann, J.M. Losonsky,

L.D. Homco, R.M. Weisiger and I. Kahoma. 1996. Bronchopulmonary

disease in the cat: historical, physical, radiographic, clinicopathologic, and

pulmonary functional evaluation of 24 affected and 15 healthy cats. J. Vet.

Intern. Med. 10(6): 385-400.

Page 38: Rojas a. pequeños animales

34

6.Foley, J., K. Hurley, P.A. Pesavento, A. Poland and N.C. Pedersen. 2006.

Virulent systemic feline calicivirus infection: local cytokine modulation and

contribution of viral mutants. Journal of Feline Medicine and Surgery 8(1):

55-59.

7.Foster, S.F., V.R. Barrs, P. Martin and R. Mailk. 1998. Pneumonia associated

with Mycoplasma spp. in three cats. Aust. Vet. J. 76(7): 460-464.

8.Foster, S.F., G.S. Allan, P. Martin, I.D. Robertson and R. Malik. 2004. Twenty-

five cases of feline bronchial disease (1995-2000). Journal of Feline

Medicine and Surgery 6(3): 181-188.

9.Gaskell, R.M., A.D. Radford y S. Dawson. 2007a. Enfermedad respiratoria

infecciosa felina. pp: 523-537. En: E.A. Chandler, C.J. Gaskell y R.M.

Gaskell (Eds.). Medicina y terapéutica felina. (3a. ed.). Multimédica

Ediciones Veterinarias. Barcelona, España.

10.Gaskell, R., S. Dawson, A. Radford and E. Thiry. 2007b. Feline herpesvirus.

Vet. Res. 38(2): 337-354.

11.Helps, C.R., P. Lait, A. Damhuis, U. Björnehammar, D. Bolta, C. Brovida, L..

Chabanne, H. Egberink, G. Ferrand, A. Fontbonne, M.G. Pennisi, T.

Gruffydd-Jones, D. Gunn-Moore, K. Hartmann, H. Lutz, E. Malandain, K.

Möstl, C. Stengel, D.A. Harbour and E.A.M. Graat. 2005. Factors

associated with upper respiratory tract disease caused by feline

herpesvirus, feline calicivirus, Chlamydophila felis and Bordetella

bronchiseptica in cats: experience from 218 european catteries. Vet.

Rec. 156(21): 669-673.

Page 39: Rojas a. pequeños animales

35

12.Hurley, K.F., J.E. Sykes. 2003. Update on feline calicivirus: new trends. Vet.

Clin. Small Anim. 33(4): 759-772.

13.Hurley, K.F., P.A. Pesavento, N.C. Pedersen, A.M. Poland, E. Wilson and

J.E. Foley. 2004. An outbreak of virulent systemic feline calicivirus

disease. J. Am. Vet. Med. Assoc. 224(2): 241-249.

14.Kanellos, T., D.J. Sutton, C.F. Salisbury and W. Chalmers 2008. Combined

administration in a single injection of a feline multivalent modified live

vaccine against FHV, FCV, and FPLV together with a recombinant FeLV

vaccine is both safe and efficacious for all four major feline viral

pathogens. Journal of Feline Medicine and Surgery 10(4): 346-354.

15.Kang, B.-T., H.-M. Park. 2008. Prevalence of feline herpesvirus 1, feline

calicivirus and Chlamydophila felis in clinically normal cats at a korean

animal shelter. J. Vet. Sci. 9(2): 207-209.

16.Lappin, M.R., J. Andrews, D. Simpson and W.A. Jensen. 2002. Use of

serologic tests to predict resistance to feline herpesvirus 1, feline

calicivirus, and feline parvovirus infection in cats. J. Am. Vet. Med. Assoc.

220(1): 38-42. 2002.

17.Lappin, M.R., R.W. Sebring, M. Porter, S.J. Radecki and J. Veir. 2006.

Effects of a single dose of an intranasal feline herpesvirus 1, calicivirus,

and panleukopenia vaccine on clinical signs and virus shedding after

challenge with virulent feline herpesvirus 1. Journal of Feline Medicine

and Surgery 8(3): 158-163.

Page 40: Rojas a. pequeños animales

36

18.Lappin, M.R., J.K. Veir, E. Satyaraj and G. Czarnecki-Maulden. 2009. Pilot

study to evaluate the effect of oral supplementation of Enterococcus

faecium SF68 on cats with latent feline herpesvirus 1. 2009. Journal of

Feline Medicine and Surgery 11(8): 650-654.

19.Maggs, D.J., M.R. Lappin, J.S. Reif, J.K. Collins, J. Carman, D.A. Dawson

and C. Bruns. 1999. Evaluation of serologic and viral detection methods

for diagnosing feline herpesvirus-1 infection in cats with acute respiratory

tract or chronic ocular disease. J. Am. Vet. Med. Assoc. 214(4): 502-507.

20.Maggs, D.J., H.E. Clarke. 2004. In vitro efficacy of ganciclovir, cidofovir,

penciclovir, foscarnet, idoxuridine, and acyclovir against feline

herpesvirus type-1. Am. J. Vet. Res. 65(4): 399-403.

21.Porter, C.J., A.D. Radford, R.M. Gaskell, R. Ryvar, K.P. Coyne, G.L.

Pinchbeck and S. Dawson. 2008. Comparison of the ability of feline

calicivirus (FCV) vaccines to neutralise a panel of current UK FCV

isolates. Journal of Feline Medicine and Surgery 10(1): 32-40.

22.Owen, W.M.A., C.P. Sturgess, D.A. Harbour, K. Egan and T.J. Gruffydd-

Jones. 2003. Efficacy of azithromycin for the treatment of feline

chlamydophilosis. Journal of Feline Medicine and Surgery 5(3): 305-311.

23.Radford, A.D., S. Dawson, K.P. Coyne, C.J. Porter and R.M. Gaskell. 2006.

The challenge for the next generation of feline calicivirus vaccines. Vet

Microbiol. 117(1): 14-18.

24.Radford, A.D., K.P. Coyne, S. Dawson, C.J. Porter and R.M. Gaskell. 2007.

Feline calicivirus. Vet. Res. 38(2): 319-335.

Page 41: Rojas a. pequeños animales

37

25.Radford, A., D. Addie, S. Bélak, C. Boucraut-Baralon, H. Egberink, T.

Frymus, T. Gruffudd-Jones, K. Hartman, M.J. Hosie, A. Loret, H. Lutz, F.

Marsilio, M.G. Penissi, E. Thiry, U. Truyen and M. Horzinek. 2009. Feline

calicivirus infection ABCD guidelines on prevention and management.

Journal of Feline Medicine and Surgery 11(7): 556-564.

26.Reubel, G.H., R.A. Ramos, M.A. Hickman, E. Rimstad, D.E. Hoffmann and

N.C. Pedersen. 1993. Detection of active and latent feline herpesvirus 1

infections using the polymerase chain reaction. Arch Virol. 132(3-4): 409-

420.

27.Reynolds, B.S., H. Poulet, J.-L. Pingret, D. Jas, S. Brunet, C. Lemeter, M.

Etievant and C. Boucraut-Baralon. 2009. A nosocomial outbreak of feline

calicivirus associated virulent systemic disease in France. Journal of

Feline Medicine and Surgery. 11(1): 1-

28.Ruch-Gallie, R.A., J.K. Veir, M.E. Spindel and M.E. Lappin. 2008. Efficacy of

amoxycillin and azithromycin for the empirical treatment of shelter cats

with suspected bacterial upper respiratory infections. Journal of Feline

Medicine and Surgery 10(6): 542-550.

29.Thiry, E., D. Adiie, S. Belák, C. Boucr.aut-Baralon, H. Egnerink, T. Frymus,

T. Gruffydd-Jones, K. Hartmann, M. Hosie, A. Lloret, H. Lutz, F. Marsillo,

M.G. Pennisi, A.D. Radford, U. Truyen and M.C. Horzinek. 2009. Feline

herpesvirus infection: ABCD guidelines on prevention and management.

Journal of Feline Medicine and Surgery 11(7): 547-555.

30.Trow, A.V., E.A. Rozanski and A.S. Tidwell. 2008. Case Report: Primary

mycoplasma pneumonia associated with reversible respiratory failure in

a cat. Journal of Feline Medicine and Surgery 10(4): 398-402.

Page 42: Rojas a. pequeños animales

38

31.Valenzuela, M. 2007. Complejo respiratorio felino (CRF): Diagnóstico y

terapia [en línea]. Centro de referencia médico felino Moggie cat's.

<http://www.medicinafelina.cl/articulos.html#> . [Consulta: 25 julio 2009].

32.Veir, J.K., R. Ruch-Gallie, M.E. Spindel and M.R. Lappin. 2008. Prevalence

of selected infectious organisms and comparison of two anatomic

sampling sites in shelter cats with upper respiratory tract disease.

Journal of Feline Medicine and Surgery 10(6): 551-557.

Page 43: Rojas a. pequeños animales

ANEXO.

Medidas de prevención y control de enfermedad sisté mica virulenta

asociada a FCV.

Algunas medidas recomendadas al diagnosticarse o haber sospecha de

enfermedad sistémica virulenta asociada a FCV.

1. Aislar estrictamente los casos sospechosos. Limitar el número de

funcionarios encargados de los gatos afectados y utilización de ropa protectora

(incluyendo overoles o delantales de protección, guantes, calzado y cofias)

para todas las personas que entren en la sala de aislamiento (incluyendo

propietarios). Suministrar el tratamiento por separado. Los gatos afectados

deben estar por lo menos a 100 metros de distancia de los gatos sanos para

prevenir la propagación de la infección. Casos sospechosos pueden ser

tratados como pacientes ambulatorios, tratamiento médico realizado en los

hogares y reposo.

2. Mantener el aislamiento de los gatos confirmados o sospechosos por lo

menos 2 semanas después de la exposición, y no deben permanecer en otro

lugar que no sea la sala de aislación, ni sacar platos de comida o agua. Estos

los gatos deben ser controlados para la fiebre, ulceración bucal, anorexia, etc.

3. Deben ser diagnosticados mediante aislamiento del virus o PCR y serán

considerados libres de la enfermedad cuando obtengan dos resultados

negativos seguidos. Luego de eso, deben permanecer una semana más en el

recinto, aunque se desconoce cuando dejan de ser un riesgo para los demás

gatos.

4. Limpiar a fondo la totalidad de los caniles con hipoclorito de sodio. Las

superficies deben fregarse completamente para eliminar cualquier existencia

de materia orgánica antes de la desinfección. Los materiales comunes

utilizados como platos de comida, termómetros, etc. deben ser esterilizados.

5. Para las áreas contaminadas, tales como alfombras o muebles tapizados

que no se puede limpiar con hipoclorito de sodio, limpiar mecánicamente y

Page 44: Rojas a. pequeños animales

utilizar vapor a alta temperatura por lo menos 4 veces, 1 vez por semana, esto

también se recomienda en hogares infectados.

6. Todo el personal debe cambiarse de ropa, zapatos y lavarse las manos

inmediatamente antes de salir del hospital, especialmente si va a otra clínica o

a un hogar donde existan gatos.

7. Debe aconsejarse a los propietarios de gatos hospitalizados para que

observen si sus gatos muestran posterior al alta médica, alguno de estos

signos como letargo, anorexia, fiebre, ulceraciones orales, signos de URTD, o

edema subcutáneo.

8. Aunque no hay pruebas de que estas cepas virulentas de FCV sean una

amenaza de zoonosis, la notificación a las autoridades de salud pública debe

realizarse.

9. Clínicas veterinarias en las que la enfermedad sigue propagándose a pesar

de la institución de precauciones deberían considerar la posibilidad de no

admisión de pacientes felinos por periodo de una a dos semanas.

10. Aunque la vacunación contra FCV no parece ser de protección en los

brotes notificados, es posible que en el futuro la cepa virulenta de FCV pueda

no ser resistente a la vacuna. La vacunación con virus vivo modificado puede

interferir con el diagnóstico (Hurley y Sykes, 2003).