revista nuestramerica edicion no 1
TRANSCRIPT
SumarioHacia un nuevo sentido común
Editorial
Trocha-trans-indisciplina-promiscuidad e informalidad
para un arte impertinente Argelia Bravo (Venezuela)
FORJA y la patria grande
Su aporte a la comunicación política Pablo Adrián Vázquez (Argentina)
Núcleo de Desarrollo Socialista La Limonera
Modelo educativo para un proyecto productivo sustentable fundado en la organización popular Ana Felicien (Venezuela)
Abrazando la nueva cientificidad Una vivencia transformadora al abrigo de papas, páramos y campesinos
Liccia Romero (Venezuela)
Impacto de las Tecnologías de la Información y la Comunicación en la cultura de la enseñanza a distancia para la educación universitaria
Karinne Terán Korowajczenko (Venezuela)
Jóvenes y mujeres en el mercado de trabajo brasileño La vivencia desigual de precarización del trabajo
Lorenzo Frangi y Selma Cristina Silva de Jesus (Brasil)
Otros sentidos para la investigación socialmente significativa en el noroeste argentino: la coinvestigación
Colectivo Rescoldo (Argentina)
La Venezuela azul Hernán Pérez Nieto (Venezuela)
El desarrollo económico de nuestra América Entre la dependencia tecnológica neoliberal y el desarrollo científico - tecnológico endógeno dirigido
Álvaro Pedroza Ochoa (Mexico)
Innovando para la construcción de la soberanía tecnológica Testimonios de innovadores (Venezuela)
Reseñas curriculares
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Este año no celebramos el segundo centenario de la independencia de Nuestramérica. Celebramos, eso sí, los doscientos años de la impe-riosa necesidad de seguir haciendo la revolución. La independen-cia la hemos conseguido a medias, pues todavía nos falta alcanzar la soberanía cultural. Hoy nuestra lucha apunta hacia un cambio de nuestra manera de entender el mundo, hacia una revolución cultural que comienza por la transformación del sentido común.
Esa transformación implica pasar de la racionalidad instrumenta-lista e imperial a una racionalidad humanista, social, ecológica, estética (es decir, que no niega el caos); implica entender el cono-cimiento como un patrimonio popular, y no como un tesoro res-guardado para y por unos pocos; implica comprendernos como actores poderosos, capaces de decidir lo que queremos que sea el conocimiento, y para quién o para qué queremos que sea.
Se trata de reinventar el concepto de conocimiento, comenzando por el conocimiento científico, que tuvo su origen y su desarrollo en un contexto geográfico, histórico y cultural muy específico. Lo que hoy llamamos ciencia fue primero un invento de la cultura griega, y, posteriormente, un invento de la Europa de Descartes, Comte y Darwin.
El discurso científico pretende ser objetivo, abstracto y deslocali-zado, a pesar de que es controlado por los principales centros de poder nor-occidentales. Las difundidas ideas de totalidad, univer-salidad y objetividad con las que la ciencia moderna ha alcanzado su éxito, en términos de control político y económico, constituye-ron la base fundamental del proceso de cosificación y economiza-ción del mundo natural, y tiene su máxima expresión en el desa-rrollo del pensamiento industrial y sus sistemas de circulación: las academias, las publicaciones y los medios de comunicación de masas.
Las ciencias, regidas por un principio hegemónico e imperial, sub-estiman otras formas del saber que considera irracionales. De hecho, desde el discurso científico dominante en la actualidad nuestramericana se insiste en ignorar la diversidad cultural carac-terística de nuestro continente, y que se manifiesta en la genera-ción de saberes provenientes de la interacción entre diferentes
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grupos humanos. Cada día se hace más evidente la “falacia del desarrollo”, que propone un proceso de evolución lineal de las economías mundiales como consecuencia directa del desarrollo científico y tecnológico globalizado o globalizante, y que termina generando más inequidades entre los países que constituyen los centros de poder y los países que históricamente han sido consi-derado colonias.
Hoy, desde los grupos e instancias que han sido invisibilizados durante el proceso histórico de consolidación del discurso cientí-fico, surgen las principales críticas y alternativas al modelo hege-mónico de generación de conocimiento. Es en los movimientos sociales de campesinos y campesinas, de innovadores e innova-doras, en nuestros pueblos originarios, en los movimientos socia-les que luchan por los derechos de los y las afrodescendientes, o en los que luchan por la equidad en la heterogeneidad de los géne-ros, entre muchos otros, donde se está construyendo un nuevo discurso, un discurso poderoso que reconoce la interculturalidad que nos caracteriza como pueblo.
Sin embargo, la superación del colonialismo cultural radica no sólo en el cambio de los contenidos sino en la forma y los medios en que se enuncian esos contenidos. El sentido común nor-occiden-tal, tan arraigado en nosotros, nos ha llevado a privilegiar un tipo de conocimiento fundamentalmente académico, producido en universidades e institutos de investigación, y divulgado en revis-tas arbitradas e indizadas. Existe una retórica editorial que privi-legia el conocimiento legitimado por las instituciones públicas o privadas de educación y de investigación, concentrado, resguar-dado y controlado por dinámicas editoriales que favorecen lo “institucional” frente a lo popular, entendido esto último como una instancia menor, incapaz de elaborar conocimiento, o que elabora un conocimiento menor, limitado, efímero.
Con nuestramérica nos proponemos, en cambio, comenzar socia-lizando la noción de conocimiento, descapitalizándola, descen-trándola, quebrando su estructura hegemónica para crear, no una hegemonía sino un circuito soberano de conocimientos para el nuevo sentido común. Creemos que la legitimación de una forma
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distinta de generar conocimiento llevaría a los investigadores, (tan determinados por las maneras nor-occidentales de producir y de valorar sus oficios) al encuentro de una nueva valoración del conocimiento: un conocimiento que, sin negar las estructuras nor-occidentales, valore, sobre todo, las maneras de producir, de administrar y de poner a circular las estructuras del saber nues-troamericano: un saber popular que privilegia lo colectivo frente a lo individual, la horizontalidad de la creación intelectual y cien-tífica, que incluye la reflexión sobre lo humano como un ser social y político, que privilegia el proceso de creación del conocimiento y no el producto, que se sale de las universidades y de los centros de investigación públicos y privados para visibilizar los saberes populares (en tanto formas de poder), sino que valora la explora-ción, la indagación, el ensayo, la invención robinsoniana.
Una revista que quiera valorar y poner a circular un nuevo sentido común, tendrá que crear mecanismos para promocionar esa valo-ración, para convertirla en prioridad, no sólo del Estado sino de los investigadores y las comunidades. Ello derivaría en una polí-tica editorial, no impositiva sino incorporadora, socialista, que legitime sin canonizar los valores del saber social y popular: es decir, que indique posibles vías para la construcción de nociones de conocimiento, en lugar de imponer una noción única (que es lo que hacen los circuitos de administración del conocimiento nor-occidental). Se trata entonces de enunciar lo importante para que así se vuelva importante. Ese es nuestro reto.
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HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
trocHa-trans- indisciplina-
promiscuidad e informalidad
para un arte impertinente1
Argelia Bravo Venezuela
1 Conferencia dictada en el simposio “Investigación: artes, políticas y comunida-des, en la Escuela de Artes de la Universidad Central de Venezuela, en septiembre de 2010, y en el coloquio “Prácticas del compromiso: encuentro internacional de investigación en artes”, realizado en marzo de 2011 en la Universidad Experimental de las Artes.
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ResumenEn siete años desarrollé una experiencia de arte-activismo-mili-
tancia-feminismo-subversión, a partir del acercamiento a las
transformistas que ejercen la prostitución en la avenida Liber-
tador de Caracas, especialmente, a la vida de Yhajaira Marcano.
El trabajo se llamó: Arte social por las trochas hecho a palo
patá’ y kunfú. En él me propuse incidir en procesos de cambio
social desde las herramientas del arte. Allí evidencio cómo el
cuerpo de Yhajaira se convertía en una cartografía de lo social,
espacio de denuncia y cuerpo político.
Palabras clave
Trans-indisciplina
Transgénero
Informalidad
Conocimiento
Trocha-trans-indiscipline-promiscuité et simplicité pour un art impertinent
Pendant sept années j’ai eu une expérience d’art, activisme, mili-
tance, féminisme et subversion à partir du rapprochement aux
transformistes qui travaillent comme prostitués à l’Avenue
Libertador à Caracas. En particulier, j’ai eu l’opportunité de
connaître la vie de Yhajaira Marcano.
Le travail s’appelle Arte social por las trochas hecho a palo pata’
y kunfú (Art social dans les chemins quoiqu’il arrive). Dans ce
travail je me suis proposé d’exercer influence sur les processus
de changement social à partir de l’art. J’ai montré comment le
corps de Yhajaira est devenu cartographie sociale, espace de
dénonciation et corps politique.
Mots clés
Transindiscipline
Transgenre
Simplicité
Connaissance
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Distortion-trans-indiscipline-promiscuity and informality for an impertinent art
In seven years I have gained experience in art-activism-militancy-
feminism-subversion, from my approach to transvestites who
work as prostitutes in Libertador Avenue in Caracas, specially,
by getting closer to Yhajaira Marcano’s life. The work was
called: Arte Social por las trochas hecho a palo pata’ y kunfú. I
proposed myself to have an effect on the processes of social
change using art as a tool. I could see how Yhajaira´s body
changed into a cartography of the society, a place for denun-
ciations and politics.
Key words
Transdiscipline
Transgender
Informality
Knowledge
Desvio-trans-indisciplina-promiscuidade e informalidade para uma arte impertinente
Em sete anos eu desenvolvi uma experiência de arte-ativismo-
militancia-feminismo-subversão, a partir da aproximação aos
transformistas que exercem a prostituição na Avenida Liber-
tador de Caracas, especialmente, à vida de Yhajaira Marcano.
O trabalho chama-se Arte social por las trochas hecho a palo
pata’ y kunfú. Neste trabalho propus-me a incidir em processos
de mudança social usando as ferramentas da arte. Evidenciei
como o corpo de Yhajaira transformava-se numa cartografia
social, espaço de denúncia e corpo político.
Palavras chave
Transdisciplina
Transgénero
Informalidade
Conhecimento
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¿Quién es Yhajaira Marcano Bravo?
Yhajaira es una transformista venezolana que conocí, en 2004, cuando yo repartía preservativos en las zonas donde las chicas trans ejer-cen la prostitución en Caracas. Esto formaba parte de las activi-dades que nos habíamos propuesto en Transvenus de Venezuela, la organización que recién habíamos creado. Yhajaira era una de las chicas trans que solía pararse en la Av. Lecuna. Al conocerla me impresionó la enorme cantidad de cicatrices que tenía su cuer-po. Aunque todas las chicas tenían cicatrices, las de Yhajaira eran definitivamente superiores en número. Esto me hizo presuponer que la cicatriz era una variable constante y casi un sello de identi-dad, como una huella dactilar.
Comencé a indagar en la relación entre la cicatriz como huella de identidad y transgresión de la normas impuestas, y como eviden-cia de lo social. La propuesta entonces se concentró en plantear cómo el cuerpo de Yhajaira se convertía en un territorio cartogra-fiable, en una cartografía de lo social, un espacio de denuncia, un cuerpo político.
Emprendí la tarea de reconstruir la historia de vida de Yhajaira a través de sus cicatrices. Para ello me apropié de varias disciplinas, como la criminalística y el peritaje forense, desde mi investidura de artista, bajo la premisa de un arte-evidencia, para lo cual me transformé en una artista-perito-informal. El objetivo era reunir evidencias para demostrar que las huellas en el cuerpo de Yha-jaira son una prueba de la rebeldía de un cuerpo que es castiga-do porque no cumple con las normas sociales de concordancia sexo-género. Convertida en una criminalista informal, incorporé disciplinas auxiliares para facilitar la lectura de ese cuerpo desde distintos puntos de vista.
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La operación consistió en interrogar el cuerpo de Yhajaira en la bús-queda de las evidencias que ha dejado el cuerpo social sobre ella. Y así descubrir la verdad histórica de un hecho presuntamente delictivo, asumido, a la vez, como una creación colectiva. De esta manera Yhajaira se convirtió en una obra de arte esculpida por el cuerpo social.
Asimismo, me apropié de las técnicas de conservación y restaura-ción de obras de arte, asumiendo a Yhajaira como una escultura social. La operación aplicada fue la incorporación de procedi-mientos de conservación y restauración de obras de arte en torno a la dicotomía enfermedad/sanación. Con ello se cuestiona prin-cipalmente la visión patologizante a partir de la cual se juzga y criminaliza a personas como Yhajaira, que nacieron con biología masculina pero que se sienten mujeres, y por esto son percibidas como monstruosidades y anomalías defectuosas que deben ser corregidas, castigadas y/o sanadas. Con esta operación intenté dejar algunas preguntas abiertas: ¿quién es el enfermo?, ¿quién debe ser curado?, ¿es acaso enfermo el que sostiene el cincel o el cuerpo que soporta la acción de modelado?
Entonces, invité a una conservadora y restauradora de arte para que realizara un estudio de la escultura social Yhajaira Marcano Bravo o antroglifo de la modernidad, como la definí, para que determi-nara su estado de conservación. El relevamiento se realizó en una sesión y la profesional entregó un informe sobre el estado de con-servación de la obra.
Como partía de la premisa según la cual las transformistas son pena-lizadas y desterradas de la ciudadanía por cometer el “delito” de tener una apariencia que no concuerda con las normas impues-tas, consideré a la sociedad como un todo que llamé “cuerpo social”, que castiga a las transfor por ser cuerpos desobedientes.
Para probar este enunciado, consideré la idea de que el cuerpo de Yhajaira es una cartografía de lo social, puesto que los mapas son representaciones gráficas de una realidad. Por lo tanto, el cuerpo de Yhajaira es una representación de lo social, en la medida en que cada cicatriz cuenta, de forma violenta, un fragmento de su vida. La sociedad escribe una ideología sobre Yhajaira con cada herida que ha dejado en ella.
Como artista-perito, incorporé la dactiloscopia, como disciplina que analiza las huellas dactilares para identificar personas. Así, utilizando la tinta dactilar sobre las cicatrices de Yhajaira, hice un levantamiento de todo su cuerpo y armé un archivo de cicatrices que reconstruyen su vida. Posteriormente, elaboré un modelo personal de ficha forense en el que está contenida toda la infor-mación de cada herida: situación espacial, arma utilizada, sos-pechoso, víctima, fecha del incidente y descripción del hecho.
Para demostrar la premisa del cuerpo como una cartografía de lo social, tomé una de las heridas de mi archivo y la convertí en un mapa que relata, a través del propio discurso cartográfico, la his-toria del suceso en el que Yhajaira es atacada por una jauría de 9 perros cuando se encontraba en la indigencia.
Finalmente, para evidenciar que estos cuerpos son desterrados de la cartografía oficial, organicé una expedición, al mejor estilo de Alexander von Humboldt, para recorrer los caminos alternos o rutas clandestinas que Yhajaira llamaba trochas, y que sirven de resguardo y de rebeldía frente al cuerpo social. Guiados por Vanessa de Almeida, una transformista que vivió en la indigencia junto a Yhajaira, recorrimos durante un día las trochas. En ellas, el antropólogo Rodrigo Navarrete, integrante de la expedición, realizó un levantamiento arqueológico de los hallazgos en cada estación. Con la ayuda de un GPS, marcamos las coordenadas geo-gráficas con las que, un equipo de geógrafos, realizaría el mapa de las trochas. T
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Estas estrategias no fueron pensadas ni definidas al inicio de la investigación, más bien se impusieron como consecuencia de la dinámica de trabajo. Planificar nunca fue de mucha utilidad como método. Cuando realizaba un cronograma de trabajo fracasaba, a partir de las vicisitudes y contingencias constantes del día a día de Yhajaira. Y me convencí de que no era el mejor método. El rigor de la disciplina no encajaba con el proyecto que, a fin de cuentas, se sostenía en Yhajaira. De tal forma terminé por entender, muy tardíamente, que el método era algo así como un no-método y, sin darme cuenta, al cabo de varios años, las carreras a los hospitales, a la fiscalía, a la morgue, a los huecos, a las trochas, de noche y de día junto a Yhajaira, dibujaron un camino propio. Entonces, el proyecto encontró maneras laxas, trans-in-disciplinarias porque, apropiándose de disciplinas académicas y extra académicas, no respetaba el rigor del método científico, sino que era más bien promiscuo, en cuanto a la falta de pureza en los saberes y la con-taminación entre ellos, e informal. En otras palabras, este se con-virtió en un trabajo indecente.
Buscando en Internet hallé un documento de la Organización Inter-nacional del Trabajo donde se afirma que el trabajo decente es la actividad apegada a los marcos legales y jurídicos. Mientras tanto, actividades tales como las de limpiavidrios en los semá-foros, recolectores informales de basura, vendedores callejeros, el trabajo del hogar, la prostitución, son considerados de simple supervivencia, de baja productividad y fuera de los marcos legales y jurídicos. En otras palabras, son vistos como trabajos margina-les. Así, podría decir que el proyecto, sus métodos y prácticas se fueron desarrollando como un espejo de la vida de Yhajaira: una trabajadora informal, in-disciplinada y promiscua. De esta mane-ra, ambas compartimos oficios, prácticas y saberes de sobreviven-cia ilegitimada.
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La ruta que adquirió el proyecto la defino con la palabra trocha. Esta palabra apareció en mi vocabulario un día en el que Yhajaira me citó en un punto de la ciudad, pues quería que la acompañara a buscar una pensión. Comenzó a guiarme por unos callejones intrincados, por una ruta inexplicable para mi lógica. De regreso me di cuenta de que estábamos muy cerca del punto donde me había citado y que había un camino más directo y céntrico por donde llegar. Intrigada, le pregunté por qué tomó ese camino más largo y solitario. Yhajaira me respondió que prefería ir por las tro-chas. De nuevo, extrañada por el término, le pregunté: ¿y qué son las trochas? A lo que ella respondió: “las trochas le dicen a los ata-jos por donde se vienen los indocumentados.”
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Según el diccionario de la Real Academia Española, la palabra trocha se define como vereda o camino angosto poco concurrido o que sirve de atajo para ir a un lugar. En Venezuela, les llamamos “cami-nos verdes” a las rutas de tránsito alternas o no oficiales, tanto en las áreas rurales como urbanas. Por lo general, las trochas, por ser caminos “abiertos” y motivados por la necesidad de transitar al margen de la vigilancia, se pueden apreciar como líneas curvadas que se van formando y tejiendo de manera des-controlada y no planificada. Pero una de sus características fundamentales radica en que las trochas no aparecen representadas en los mapas. Por tanto, considerando que los mapas, como representación gráfica de una realidad, no reflejan estos espacios, este grupo de indivi-duos, que hacen vida en torno a las trochas, sencillamente “no existen” y no son reconocidos como ciudadanos.
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La palabra trocha también es definida como camino abierto en la maleza, desviación, vericueto. Y por maleza se define a la mala hierba, monte o planta indeseable que crece de forma predomi-nante en situaciones alteradas por el ser humano, tales como cultivos agrícolas o jardines: “plantas nocivas, molestas, desagra-dables a la vista y a la vez inútiles”, “plantas que interfieren nega-tivamente con las actividades productivas y recreativas del hom-bre”. También podemos encontrarla como enfermedad ligera, abundancia de malas hierbas, maldad, iniquidad, mala condición y mala constitución.
Me interesa hacer referencia a la presencia de malezas en la defini-ción de las trochas porque, si hacemos una asociación, podemos deducir que las trochas son aquellos caminos ilegítimos en su creación misma, invisibles en la cartografía, y en los cuales abun-da la mala hierba. Siguiendo esto, podríamos concluir que las per-sonas que abren y transitan esos atajos son como las malas hier-bas: indeseables, enfermas, malignas, torcidas e ilegítimas, y que la formación de esos atajos representa una manera de resistencia y de rebeldía frente a las formas de poder.
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Esas “malas hierbas”, que van tejiendo redes de trochas por donde circulan y habitan, son los agentes contaminantes del orden, la obediencia, la sumisión y la rigidez geométrica y estructural de la cartografía. Por eso quedan invisibilizadas, ilegitimadas y expul-sadas.
Los movimientos insurgentes de América Latina, como las guerri-llas urbanas y rurales de Venezuela en los sesenta o en Colombia (desde hace 40 años), entre otros países, son ejemplos de altera-ción de la cartografía por medio de fuerzas transgresoras que, en la defensa de ideales políticos, abren grietas a través de la espe-sura selvática, tanto como las abren en las ciudades reticulares. De esta forma posibilitan el tránsito clandestino, convirtiéndose en una lucha ilegitimada por los Estados. Otro ejemplo de fisuras o trochas ocurre en los túneles subterráneos, que han tenido que construir los habitantes de la Franja de Gaza para contrarrestar el cerco y la violación territorial por parte de las fuerzas israelíes, como medio no solo de subsistencia, sino de resistencia a la inva-sión de los colonos.
La trocha, para mí, es la representación gráfica y simbólica de la insu-bordinación ante las fuerzas del orden, disciplina y control. Es una tejedura de líneas torcidas que va minando la retícula de la carto-grafía urbana y ciudadana. Es un desagüe por donde circulan las energías del deseo ilegitimado. La trocha es la feminización de la cartografía porque se contrapone a la verticalidad del poder. T
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Los grupos desterrados, tanto de la cartografía urbana como de la ciudadanía, sin embargo, no pueden considerarse derrotados. La derrota significaría la imposibilidad de incidir en las dinámicas sociales y, aunque ciertamente no participen de la dinámica pro-ductiva deseada, estos sujetos, como las transformistas, generan dinámicas sociales. No existen líneas fronterizas que delimiten la situación geográfica de las trochas ni el tránsito de sus usuarios, pues no hay márgenes. No existe centro y periferia, ni un afuera y un adentro. Las trochas son un desordenado amalgamamiento de líneas que invaden la cartografía modificándola y “pervirtién-dola” silenciosamente.
La noción de lo periférico o del margen promueve, a mi juicio, la noción de lo excluido y, por tanto, niega la posibilidad de parti-cipación en la creación o transformación de procesos sociales. Pero también, dicha noción determina una actitud de obediencia frente a la dominación, pues sitúa espacialmente estas poblacio-nes —o visiones de la realidad, o modos de producción de conoci-miento— en espacios fronterizos que, simbólicamente, pueden ser interpretados como impermeables entre sí, inmutables en sus formas, puros, inmaculados, asépticos, arios.
Estas nociones evitan la contaminación y la temida promiscuidad, incluso epistémica. La trocha, en cambio, representa la rebelión de los indeseables que afean los ambientes y espacios controla-dos. La trocha es el significante perturbador que corporeiza una contra-ideología del poder por medio del flujo y circulación a-nor-males y des-ordenados de estos actores “no invitados” a partici-par de una cartografía ideada para el ciudadano co-rrecto, cuya conducta preserva los fundamentos de los Estados-Naciones modernos y garantizan su pureza.
En las trochas no hay límites fronterizos entre el ciudadano y el “otro”; conviven y se tropiezan, día a día, entre esas líneas torcidas y rectas que se encuentran. Es el “otro” quien irrumpe en ese espa-cio “prohibido” de facto, y lo contamina con su impureza. Pero las trochas no nacen ni se crean por intenciones románticas precon-cebidas para fastidiar al ideal burgués y desestabilizarlo. Se forjan a partir de la necesidad. La trocha es una “creación” basada en la
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necesidad de nutrición, resguardo, protección y supervivencia. Desde esa necesidad, se es creativo.
A partir de mi experiencia artística compartida con las chicas trans puedo reconocer las trochas como lugares de la desobediencia al canon, como una ruta creativa que puede enfrentar el reticu-lamiento, parcelamiento y disciplinamiento de la producción de conocimientos. Para mí la trocha es un camino trans-indisciplina-rio, promiscuo e informal de creación para actuar en los procesos de transformación social.
Recientemente, hace tres años, reconocí que quería hacer una forma de guerrilla con el arte, porque me di cuenta de la herencia histórica, que no busqué y me tocó vivir, a través de mis dos legen-darios padres guerrilleros. No sé decir si el arte se queda corto o la guerrilla que conocemos necesita ser renovada como forma de rebeldía. Lo cierto es que esta idea llegó cuando conocí las trochas de Yhajaira y sus compañeras. Con ellas, reconocí el significado de los caminos alternos, que pretenden hacerle frente a los poderes que nos oprimen cuando nos reconocemos como sociedades o personas “fuera de lugar”, cuando el “lugar” nos lo imponen.
La activista Nuria Varela dice que “el feminismo es un impertinen-te —como llama la Real Academia Española a todo aquello que molesta de palabra o de obra—”. Partiendo de esta frase, que me parece genial, quisiera concluir que el arte ha sido, para mí, un arma y una estrategia para molestar, un acto de rebeldía e imperti-nencia frente a las representaciones y manifestaciones de poder, y frente a las situaciones que me provocan sentimientos de impo-tencia y rabia. Por tanto, considero el acto artístico como gesto de impertinencia, de carácter político contra la sumisión. El arte es una trocha anti-disciplinaria. Estimo que el arte no sólo es un acto de insumisión, sino una actitud “militante” de vida, por la vía creativa, que puede desestabilizar y proponer nuevas rutas de conocimiento liberador.
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ResumenTras el golpe de Estado de 1930, en la República Argentina, contra
el presidente Hipólito Yrigoyen, y la instauración de gobiernos
signados por el fraude electoral y la corrupción, un grupo de
jóvenes militantes de la Unión Cívica Radical, forman una
línea dentro del partido. La Fuerza de Orientación Radical de
la Joven Argentina (FORJA) buscó recuperar el nacionalismo
de Yrigoyen. Sus miembros potenciaron nuevas maneras
de transmitir un ideario americanista y anti-imperialista en
Argentina. Atenderemos a sus aportes comunicacionales para
apreciar la trascendencia de su legado cultural, su originalidad
y vigencia en las nuevas generaciones políticas.
Palabras clave
Anti-imperialismo
Políticas de estado
Americanismo
FORJA et la grande patrie Son apport à la communication politique
Après le coup d’État de 1930 dans la République Argentine contre
le président Hipólito Yrigoyen et l’établissement de gouver-
nements marqués par la fraude électorale et la corruption, un
groupe de jeunes militants de la Unión Cívica Radical (l’Union
Civique Radicale) a crée une ligne dans le parti. La Fuerza de
Orientación Radical de la Joven Argentina, FORJA (Force Radi-
cale de la Jeune Argentine) cherchait récupérer le nationalisme
d’Yrigoyen. Les membres du groupe ont créé des nouvelles
manières de transmettre l’idéologie américaniste et anti-
impérialiste en Argentine.
On va prendre en considération ses apports communicationnels
pour mieux évaluer l’importance de son héritage culturel,
son originalité et sa validité dans les nouvelles générations
politiques.
Mots clés
Anti-impérialisme
Politique d’État
Américanisme
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FORJA and a big country Its contribution to political communication
After the coup of 1930, in Argentina, against President Hipólito
Yrigoyen, and the establishment of governments from frau-
dulent elections and corruption, a group of politically-active
young people of the Unión Cívica Radical, creates a line inside
the political party. The Fuerza de Orientación Radical de la
Joven Argentina (FORJA) tried to recover the nationalism of
Yrigoyen. Its members improved the way of transmitting the
American and anti-imperialist ideology in Argentina. We will
pay attention to his communicational help in order to appre-
ciate the transcendence of his cultural legacy, his originality
and presence in the new political generations.
Key words
Anti-imperialism
State policies
American Ideology
FORJA e a pátria grande Sua contribuição à comunicação política
Depois do golpe de Estado de 1930, na República Argentina, con-
tra o Presidente Hipólito Yrigoyen, e a instauração de governos
designados pela fraude eleitoral e a corrupção, um grupo de
jovens militantes da Unión Cívica Radical, formam uma linha
ideológica dentro do partido. Fuerza de Orientación Radical de
la Joven Argentina (FORJA) tentou recuperar o nacionalismo de
Yrigoyen. Seus membros potenciaram novas formas de trans-
mitir um ideário americanista e antiimperialista na Argentina.
Focaremos as contribuições da comunicação para apreciar a
transcendência de seu legado cultural, sua originalidade e
vigência nas novas gerações políticas.
Palavras chave
Antiimperialismo
Políticas de Estado
Americanismo
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Forjando un destinoTras el golpe de Estado en la República Argentina, el 6 de septiembre
de 1930, contra el presidente Hipólito Yrigoyen, representante del partido Unión Cívica Radical (UCR)1, las distintas fuerzas que lo integraron intentaron reagruparse entre alvearistas e yrigoyenis-tas. A este último grupo, conformado por Elías Melópulos, Atilio García Mellid, Gabriel del Mazo y Homero Manzi, perteneció el Ate-neo Radical Bernardino Rivadavia. También Manuel Ortíz Pereyra impulsó, en 1932, la Concentración de Izquierdistas en la Unión Cívica Radical y el periódico Bandera Radical, junto al socialista Julio Barcos. Se sumó el Movimiento de Continuidad Jurídica, pero la muerte de Yrigoyen, el 3 de julio de 1933, se presentó como un duro revés para esta agrupación.
La Convención Nacional del Radicalismo, reunida en la provincia de Santa Fe el 27 de diciembre de ese año, buscó reorientar al partido bajo el liderazgo de Alvear, quien defendió abandonar la absten-ción y dialogar con el gobierno de Justo. Pero dos días después se produjo la Revolución de “Paso de los Libres” en la provincia de Corrientes. Entre esos hombres se encontraron Arturo Jauretche y Luis Dellepiane, quienes fueron encarcelados por las fuerzas gubernamentales que frustraron dicho alzamiento armado. Allí Jauretche escribió los versos del poema épico con tono criollo y gauchesco “El Paso de los Libres” —prologado por Jorge Luis Bor-
1 La Unión Cívica Radical (UCR) es un partido político de Argentina, fundado en 1891, que se planteó como una alternativa al “Régimen” (como ellos lo denomi-naron) de los gobiernos liberales de fin del siglo XIX. Impulsó la depuración del sistema político de aquellos años oponiéndose al fraude en las votaciones, desde abstenciones electorales hasta los alzamientos armados. La UCR sostuvo una ideología de inspiración igualitarista y representó a las nacientes clases medias argentinas. Gracias a la sanción de una nueva la ley electoral en 1912, que pro-clamó el sufragio secreto y obligatorio, la UCR pudo acceder al poder en 1916 de la mano de Hipólito Yrigoyen. Entre 1916 y 1930 se sucedieron los gobiernos de Hipólito Yrigoyen, de corte nacionalista popular, y el de Marcelo T. de Alvear, más cercano al liberalismo. Esto potenció las diferencias entre los sectores yrigoyenis-tas o personalistas, cercanos al Yrigoyen de orientación nacionalista popular, y los sectores alvearistas o antipersonalistas, de extracción liberal y adherentes al expresidente Alvear. En 1928, Yrigoyen accede por segunda vez a la presidencia de Argentina pero factores endógenos y exógenos minan su mandato. El 6 de sep-tiembre de 1930 un golpe de Estado cívico militar encabezado por el general Félix Uriburu inició las interrupciones institucionales en la Argentina del siglo XX.
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ges—, donde relató el alzamiento para ser divulgado entre los sec-tores rurales argentinos. También Raúl Scalabrini Ortíz se adhirió a la “patriada” (como la llamó Borges), teniendo como destino un calabozo. De allí surgieron dos hechos fundamentales del forjis-mo: la hermandad de ideas entre Jauretche, Dellepiane y Scalabri-ni Ortíz; y el poema gauchesco “El Paso de los Libres” como ante-cedente de la producción de sentido de FORJA.
En 1934, los yrigoyenistas se cohesionaron a través de la lucha por el Comité de la Ciudad de Buenos Aires como “Los Cinco Iniciado-res”, adhiriéndose a Juan B. Fleitas, Arturo Jauretche, Manuel Ortíz Pereyra, Félix Ramírez García y Homero Manzi. A ellos se sumaron Luis Dellepiane, Gabriel del Mazo, Amable Gutiérrez Diez y Juan Luis Alvarado, entre otros. Posteriormente se denominaron como Agrupación Pro Voto Directo, y con el nombre popularizado de los Radicales Fuertes, quienes presentaron un manifiesto conocido como Vocación Revolucionaria del Radicalismo — con pluma de Juan Luis Alvarado— donde sostuvieron:
...a través de él, el radicalismo halló un lenguaje nuevo. Era
un radicalismo que hundiendo sus raíces en el yrigoyenismo
no se detenía ni enclaustraba en la personalidad del líder, sino
que proyectaba su pensamiento hacia delante, avanzando
desde el punto en que lo dejaba el gran caudillo hacia nuevos
horizontes. Era un lenguaje nuevo, tan nuevo que muy pocos
lo entendieron, pero en ese lenguaje estaba contenido FORJA,
y a través de él la Argentina del mañana (Scenna, 1972: 84).
En contraposición, el 3 de enero de 1935, la UCR se abstuvo al cola-borar en la sanción de las leyes complementarias al Pacto Roca-Runciman2 con apoyo al oficialismo por el tema de las carnes.
2 Tras la caída de Wall Street en 1929, que repercutió en la economía mundial, el Reino Unido, principal aliado socioeconómico de la Argentina, tomó medidas con tendencia a proteger el mercado de carnes y comprometerse a comprar sólo a los miembros de la Commonwealth. La élite gobernante argentina, al verse excluida de dicho acuerdo, impulsó en 1933 el pacto Roca-Runciman. En dicho pacto, firmado entre el vicepresidente argentino Julio Argentino Roca (hijo) y el presi-dente del British Board of Trade sir Walter Runciman, Inglaterra se comprometió a continuar comprando carnes argentinas mientras su precio fuera menor al de F
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Mientras tanto, se oponía a la postura del senador nacional Lisan-dro de la Torre, quien condujo una investigación sobre hechos de corrupción entre las empresas británicas y el gobierno argentino.
Ante el deterioro político argentino de esos años un grupo de yrigo-yenistas decidieron impulsar una línea interna opositora al alvea-rismo. El 29 de junio de 1935 se aprobó la Declaración de la Asam-blea —redactada por Jauretche, quien sugirió el nombre de la agrupación tomándolo de una frase de Yrigoyen—, presidida por Fleitas, fundándose la Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina (FORJA). Es así como “la prensa llama jóvenes turcos a los radicales que se alzan contra Alvear” (Ramos, 2007: 232). Allí se encuentran, entre otros, Arturo Jauretche, Juan B. Fleitas, Manuel Ortíz Pereyra, Félix Ramírez García, Homero Manzi, Luis Delle-piane, Gabriel del Mazo, Juan Luis Alvarado, Ángel y Néstor Banfi, Atilio García Mellid, Jorge del Río, Juan B. Fleitas (hijo), Alberto Gomiz, Antonio, Guillermo y Carlos Maya. La presidencia la ocupó Dellepiane y la Vicepresidencia del Mazo. Raúl Scalabrini Ortíz no formó parte pues era requisito indispensable ser afiliado radical.
La Declaración aprobada en la asamblea constituyente del 29 de junio de 1935 sostuvo:
Somos una Argentina Colonial: queremos ser una Argen-
tina Libre (…)
1. Que la tarea de la nueva emancipación sólo puede reali-
zarse por la acción de los pueblos.
2. Que corresponde a la Unión Cívica Radical ser el instru-
mento de esa tarea, consumando hasta su totalidad la obra
truncada por la desaparición de Hipólito Yrigoyen.
3. Que para ello es necesario en el orden interno del Partido,
dotarlo de un estatuto que (…) asegure la soberanía del pueblo
los demás proveedores. Como contrapartida, Argentina aceptó la liberación de impuestos para productos ingleses al mismo tiempo que tomó el compromiso de no habilitar frigoríficos de capitales nacionales. Paralelamente, se creó el Banco Central de la República Argentina con competencias para emitir billetes y regular las tasas de interés bajo la conducción de un directorio con fuerte composición de funcionarios del Imperio Británico. A pesar de estas concesiones, se le adjudicó a Inglaterra el monopolio de los transportes de Buenos Aires y otras licencias económicas a favor de capitales británicos.
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radical, y en orden externo, precisar las causas del endeuda-
miento argentino al privilegio de los monopolios extranjeros,
proponer las soluciones reivindicadoras y adoptar una tácti-
ca y los métodos de lucha adecuados a los obstáculos que se
oponen a la realización de los destinos nacionales.
4. Que es imprescindible luchar dentro del Partido (…)
Dentro de estos conceptos y tales fines, la Fuerza de Orien-
tación Radical de la Joven Argentina, FORJA, abre a sus puertas
a todos los radicales y particularmente a los jóvenes que aspi-
ren a intervenir en la construcción de la Argentina grande y
libre soñada por Hipólito Yrigoyen.
Por el radicalismo a la soberanía popular.
Por la soberanía popular a la soberanía nacional.
Por la soberanía nacional a la emancipación del pueblo
argentino (Vázquez, 2007: 43-44).
El planteamiento inicial, a nivel del partido, fue superado con una perspectiva más amplia al desarrollar investigaciones, manifies-tos y denuncias contra la red de corrupción y dependencia eco-nómica de los gobiernos de turno. El 2 de septiembre de 1935 se dio a conocer el Manifiesto al Pueblo de la República Argentina (ver Scenna, 1972: 110-146) con el título y la consigna “Somos una Argentina colonial. Queremos ser una Argentina libre”, que se constituye como expresión impactante por su síntesis y su carga ideológica.
FORJA promovió la conformación de la Organización Universitaria Forjista, que llegó a conducir la Federación Universitaria Argenti-na en 1940, bajo la Presidencia de Francisco Capelli, de gran activis-mo dentro y fuera del ambiente académico. También tuvieron pre-sencia obreros, como el caso del núcleo de la ciudad balnearia de Mar del Plata, y dirigentes sindicales, como Libertario Ferrari, que rechaza la visión reduccionista de FORJA como fenómeno exclusi-vo de clase media. A eso se le agregó la Guardia Forjista, concebida como grupo de choque e integrada por “unos 50 muchachos de puños bien dispuestos que protegen los actos, rompen reuniones alvearistas y pelean con la policía” (Goldar, 1975: 31). F
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Desarrollo y autodisoluciónPero este esfuerzo de difusión y captación política no evitó las dis-
putas internas que pudieron haber tenido dos motivos: el incum-plimiento de la pertenencia exclusiva a la UCR y, ante la II Guerra Mundial, el haber asumido una posición neutral. FORJA declaró:
Que es condición indispensable de esa lucha, el manteni-
miento de la neutralidad (…). Que la neutralidad, como autén-
tica conducta argentina ante la guerra europea, debe inspi-
rarse en el pensamiento y la política de Yrigoyen, hoy ya voz
y espíritu de nuestra América: “No estamos contra nadie ni en
favor de nadie. Estamos con todos para el bien de todos” (Váz-
quez, 2007: 46-47).
Por otra parte, se vieron afectados por la decisión de Jauretche de incorporar integrantes no radicales a FORJA, especialmente a Sca-labrini Ortíz. Esto último generó que Gabriel del Mazo, Homero Manzi y Luis Dellepiane, el propio Presidente de FORJA, renuncia-ran. En particular Manzi reafirmó su pertenencia partidaria mien-tras se dedicaba a su actividad artística (ver Ford, 2005: 75). Tanto del Mazo como Manzi y Dellepiane pronto incursionaron en otro sector del radicalismo denominado “intransigencia”, donde la suerte les fue menos esquiva ya que, desde el liderazgo de Moisés Lebenson, se buscó superar al alvearismo, en parte terminado por la muerte del expresidente. Aunque luego “el sector nacional, el intransigente renovador… pasó a la minoría”. Con los años, este se conformó como sector hegemónico del partido, de la mano de Arturo Frondizi.
El golpe de Estado contra el gobierno conservador de Ramón Casti-llo, denominado La Revolución del 4 de junio de 1943, encontró en FORJA al único grupo político que apoyó a los militares del Grupo Obra y Unificación o Grupo de Oficiales Unidos (GOU), ideólogos de este golpe y quienes se formaron con los Cuadernos de FORJA, así como algunos miembros de la logia tuvieron contactos perso-nales con ellos. Dicho grupo publicó una declaración de apoyo a
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la Revolución, y Arturo Jauretche, como su presidente, estrechó vínculos con el coronel Juan Perón y con el gobernador radical de Córdoba Amadeo Sabattini:
1. El derrocamiento del “régimen” constituye la etapa pri-
mera de toda política de reconstrucción de la nacionalidad y
de expresión auténtica de la soberanía.
2. La implantación de un sistema moral que rija el desenvol-
vimiento institucional del país y fije la conducta de sus hom-
bres y dirigentes, es principio esencial (…)
3. La imposición progresiva y armónica de un programa de
emancipación económica, política y cultural de un país, es
demanda sustancial del pueblo (…)
FORJA declara que contempla con serenidad no exenta de
esperanza la constitución de las nuevas autoridades nacio-
nales (…) (Ford, 2005: 47-48).
Pero lo que pudo ser un triunfo ideológico forjista marcó una nueva crisis, ya que varios de sus integrantes cuestionaron el proceder del nuevo régimen (ver Eduardo Rosa citado por Pestanha, 2006: 57-96). Los conflictos con los militares no tardaron en aparecer: el arresto de Jauretche —ordenado por el general Edelmiro Farrel por sus críticas a la política universitaria del nacionalista católico Jordán B. Genta—, la renuncia de Raúl Scalabrini Ortíz, por serias diferencias con Jauretche, y la relación pendular de mutuo recelo de este último con Perón.
El 17 de octubre de 1945, se integraron al movimiento de masas por la liberación de Perón (Scalabrini Ortíz citado por Chávez, 1996: 29-30). Y en los días sucesivos acordaron su autodisolución:
1. Que el pensamiento y las finalidades perseguidas al
crearse FORJA están cumplidos al definirse un movimiento
popular en condiciones políticas y sociales que son la expre-
sión colectiva de una voluntad nacional de realización cuya
carencia de sostén político motivó la formación de FORJA
ante su abandono por el radicalismo. FO
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Y resuelve:
La disolución de FORJA dejando en libertad de acción a sus
afiliados (Scalabrini Ortíz citado por Chávez 1996: 49).
Tras el triunfo de Perón, en 1946, varios dirigentes forjistas se incor-poraron al peronismo ocupando distintos puestos en la adminis-tración pública y en la legislatura, en particular en el gabinete bonaerense del Gobernador Domingo Mercante.
Características del ideario forjistaEl investigador argentino Juan José Hernández Arregui detalló en su
obra La formación de la conciencia nacional, que luego referenció el propio Jauretche como un análisis sólido sobre este grupo, que FORJA:
...fue un movimiento ideológico surgido de la crisis de UCR,
acelerado a raíz de la muerte de Hipólito Yrigoyen; un inten-
to de recuperar el partido para las ideas que el caudillo había
puesto en marcha en su larga carrera de conductor. El nom-
bre del movimiento se inspira en una frase de Yrigoyen: “todo
taller de forja parece un mundo que se derrumba.”
Los rasgos tipificadores del movimiento son los siguientes:
1. Un retorno a la doctrina nacionalista, aunque vacilante,
de Yrigoyen, filiada, en el orden de las conexiones históricas,
a las antiguas tradiciones federalistas del país, anteriores a
1852.
2. Retoma en su contenido originario, los postulados de la
Reforma Universitaria de 1918.
3. Su pensamiento no muestra influencias europeas. Es
enteramente argentino por su enraizamiento con el doctrina-
rismo de Yrigoyen, es hispanoamericano bajo la influencia de
Manuel Ugarte y Raúl Haya de la Torre y el aprismo.
4. Sostiene la tesis de la revolución hispanoamericana
en general y argentina en particular, asentada en las masas
populares.
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5. Es un movimiento ideológico de la clase media menos
acomodada, con posteriores ramificaciones en el interior del
país.
6. En su posición antiimperialista enfrenta tanto a Gran
Bretaña como a EEUU en un doble enfoque nacional y latino-
americano (Jauretche, 1962: 5-6).
Al referirse a la impronta forjista, el desarrollista Marcos Merchens-ky, sentenció que:
...pese a constituir un grupo minoritario, pronto relegado
en el ámbito de su propio partido, FORJA desarrolló una pro-
digiosa actividad durante la llamada década infame. A través
de la tribuna, el panfleto, el semanario efímero o el libro de
fondo, denunció incansablemente los manejos del interés
antinacional y, lo que es más importante, caracterizó la íntima
estructura del coloniaje (1961: 177).
Desde dicho grupo:
...desarrollan un pensamiento nacional alejado de las
influencias europeas y concentrado en el “desde y sobre”.
En este sentido, FORJA, tal como afirma Fermín Chávez, aspi-
ra a la formulación de una “epistemología de la periferia”,
entendiendo por tal, aquella desarrollada por las naciones
que experimentan una situación de dependencia colonial
(1961: 24).
En este sentido Jauretche (1962: 15-16) defendió una “posición nacio-nal” fundamentada en: “Promover el modo nacional de ver las cosas como punto de partida previo a toda doctrina política para el país, precisamente lo inverso de lo que hacían los partidos de doctrina.”
Empleó un mensaje amplio, donde equilibró el lenguaje académico con el cotidiano. De esta manera se fundamentaba en la persua-sión, como forma no impositiva de aprehender el mensaje forjista F
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por la vía racional y emocional. Esta técnica de comunicación tuvo en Juan Perón a un gran continuador. Así Jauretche (1962: 21) sostu-vo que: “Comprobamos que los hechos unifican y las abstraccio-nes dividen y que por sobre la carnadura de los acontecimientos, las divergencias del nivel ideológico pierden importancia ante la demanda de las soluciones”.
El primer paso para cimentar un pensamiento original fue fijar un método de estudio y análisis que se iniciaba en lo inductivo y en lo empírico. De allí surge la expresión de no tener “estaño”, y se deriva el interés por la experiencia junto al hombre común y sus preocupaciones inmediatas (ver Pereyra, 1988: 47-48).
A la reconsideración de la intuición, la experiencia, el sentido común y la comunicación directa sin intermediarios, se añadió el interés en corrientes o líneas de pensamiento, como el revisionismo his-tórico, como camino para develar el pasado “no oficial” federal y reconocerse en el presente dependiente, sin adherirse a la visión reaccionaria del nacionalismo oligárquico. Pero, al mismo tiem-po, se hizo análisis del materialismo histórico, a fin de estudiar las fuentes de la dependencia económica, aunque sin afiliarse a la concepción de la lucha de clases. En este sentido, su planteamien-to básico constituyó la antinomia del concepto de Nación y Patria al de imperialismo. El propio Jauretche (1962: 153) señalaba que:
Nos nutríamos entonces de la literatura de lucha. Los
manuales marxistas sobre el imperialismo, los escritores nor-
teamericanos que hablaban del tema, las cosas del APRA, nos
apasionaban aunque no nos satisfacían del todo, demasiado
distantes de la realidad concreta que nos rodeaba.
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Comunicación política y prensa escrita
La propaganda3 es específica de la persuasión política por parte de grupos que pretenden el poder o que lo ejercen desde el Estado, siendo en los inicios del siglo XX —en particular la Revolución Rusa y la época posterior a la I Guerra Mundial— que encuentra su génesis y expansión. La crisis del sistema demoliberal burgués y el régimen leninista en la URSS potenció la utilización de nuevas téc-nicas para captar contribuyentes a una causa con fuerte conteni-do ideológico. Donde: “las formidables olas de la propaganda ten-drán como vehículo la radio, la fotografía, el cine, la prensa de gran tirada, los afiches gigantescos y todos los nuevos procedimientos de reproducción gráfica” (Domenach, 1962: 7). Esta práctica de la comunicación complementó sus métodos anteriores, ya que:
...al conjunto de los medios empleados en todos los tiem-
pos por los hombres políticos para hacer su causa (…) sucedió
una técnica nueva que emplea medios puestos a su disposi-
ción por la ciencia, para convencer y dirigir las masas forma-
das en el mismo tiempo (Domenach, 1962: 7).
Justamente, la conjunción de técnicas publicitarias y una ideología política superadora del liberalismo4 dan el perfil de la propaganda como: “el intento sistemático de un individuo (o individuos) inte-resados en controlar las actitudes y, por consiguiente, las accio-nes de grupos de individuos mediante el empleo de la sugestión” (Leonard Dobb citado por Calcagno, 1992: p. 34).
Sin embargo, el concepto de comunicación política expresa mejor que el de propaganda la experiencia de FORJA, ya que su accio-nar excedió lo electoral y buscó generar conciencia en el pueblo argentino:
3 Término surgido de la Iglesia católica “de propaganda FIDE” en la época de la Contrarreforma.4 Aunque se utilizó —y se utiliza actualmente— en regímenes liberales como, por ejemplo, en Europa o en los Estados Unidos con el New Deal. F
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La comunicación es una función que penetra en todo el
proceso político y se manifiesta en las dos direcciones de la
estructura de autoridad, desde el gobierno y hacia el gobier-
no. Pero no se agota en esa dirección vertical (…) sino que se
expande en un sentido horizontal a través del espeso entre-
tejido de interacciones interpersonales e intergrupales, en
situaciones de poder basadas en la negociación (Melo, 1983:
339-340).
De esta manera, puede apreciarse que la esencia de la comunicación política se figura como el diálogo político racional, a veces formal y otras veces informal, entre actores políticos. Aquí se consideran las comunicaciones de la élite gobernante y el pueblo, la comu-nicación entre los círculos de liderazgo, la opinión pública, y la repercusión mediática. Por tanto la comunicación política: “lleva una impronta directiva (…) ya que procura dominar, orientar o influir el comportamiento de otros, de modo que lo importante estriba en determinar si tiene un sentido comunitario o carece de él” (Melo, 1983: 339).
Ese objetivo fue buscado explícitamente al tratar de influir en la población —de manera horizontal— y de señalar la corrupción gubernamental—de abajo hacia arriba— para la toma de con-ciencia popular. Para ello impulsaron volantes, publicaciones y periódicos.
Siguiendo a Raúl Borrat (1989), se considera al periódico y/o publica-ción como un actor político que busca lucrarse e influir, con una ideología determinada, explícita o no, y que pretende difundir en los distintos sectores de la comunidad donde actúa, en beneficio de sus intereses. Según Borrat, el periódico tiene como objetivo:
...el de influencia, no el de conquista del poder institucio-
nalizado o la permanencia en él. El periódico influye sobre el
Gobierno, pero también sobre los partidos políticos, los gru-
pos de interés, los movimientos sociales, los componentes
de la audiencia. Y al mismo tiempo que ejerce su influencia,
es objeto de la influencia de otros, que alcanza una carga
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de coerción decisiva cuando esos otros son los titulares del
poder político (Borrat, 1989: 10).
Todo esto se debe a que el periódico y, por ende, toda publi-
cación periódica, “es mucho más relevante para el poder
estatal, dada la preponderancia de los contenidos políticos,
dando una imagen de sí mismo de ‘potencial oposición a la
autoridad’ ” (McQuail, 1983: 33).
De allí se percibe la importancia de estudiar cómo gravitaron los medios de comunicación escritos, periódicos y revistas, en los años treinta y cuarenta, a fin de obtener más datos para realizar un análisis más completo del momento histórico, ya que:
Las distintas coyunturas históricas han dado lugar al naci-
miento de diversas publicaciones periódicas y a su vez, éstas,
han influido de manera decisiva en distintos hechos del deve-
nir histórico. En otras palabras, al sufrir transformaciones, la
sociedad modifica a su vez a la prensa, la que luego provoca
nuevos cambios en la sociedad (…). Uno de los méritos de las
publicaciones periódicas surge de la condición de ser porta-
doras de textos que influyen de un modo decisivo en la coti-
dianidad y en las distintas perspectivas sociales, culturales y
políticas de un momento dado (Díaz, 2005: 21).
Esta perspectiva puede verse reflejada en el desarrollo de la burgue-sía europea y norteamericana, cuando se atiende a la difusión de su ideario liberal, considerando la relación entre asociaciones y periódicos, según lo analizado por Alexis de Tocqueville en La democracia en América. También puede verse en el análisis sobre la utilización del periódico en nuestro país como instrumen-to político, de la mano de figuras nacionales destacadas como Manuel Belgrano, Mariano Moreno, Domingo Sarmiento y Bar-tolomé Mitre, entre otros, en el siglo XIX; y en la perspectiva de Lenin, en el Qué hacer, sobre el papel del periódico como un orga-nizador colectivo.
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Jauretche, en carta al militar José Abalos del 9 de julio de 1942, sos-tuvo que:
La habilidad del Régimen, ahora y antes, consistió siempre
en crear un aparato legal para canalizar la protesta del pue-
blo y después por su Periodismo, su Universidad y su Escuela,
acostumbrar al pueblo despojado a reverenciar al aparato de
despojo. (…) Mientras no comprendamos que hay una super-
estructura que rodea al Estado y lo somete a sus fines, cons-
tituida por la finanza, no comprenderemos nada. (…) Hoy no
hay, por ejemplo, libertad de prensa, sino libertad de empresa.
Cuanto más grande es un periódico más depende de los gru-
pos financieros (Maranghello, 2001: 122).
Esta afirmación de Jauretche sobre la superestructura cultural y los aparatos de dominación, adelantada a los postulados de Althusser, se fundó en el conocimiento de la red de dominación cultural, que posee la hegemonía del control del pensamiento nativo a través de los medios de comunicación. Allí se plantea: “no sólo el trasvase de los modelos, la imposición de los valores y las pautas de vida sino la deformación radical a la que es sometida la existencia social” (Martín-Barbero, 2004: 57).
De esta forma tuvo claridad, Arturo Jauretche, en cuanto al papel del actor político de la prensa argentina y, pasados los años, continuó afirmando su pensamiento al señalar que:
Me he preocupado permanentemente de divulgar los
métodos utilizados para magnificar o disminuir los aconteci-
mientos o los personajes, sin necesidad de recurrir a la burda
mentira, entre otras formas divulgando ciertas técnicas perio-
dísticas que hoy ya son de conocimiento general. Por ejem-
plo, lo que se hace con el titulaje, con el cuerpo de letra, con el
recuadro, con la foto, etc., destacando unos hechos y disminu-
yendo otros, así como con la colocación de la noticia en pági-
nas principales, o perdidas entre los avisos, y sobre todo por el
manejo de las páginas impares y pares que permiten poner lo
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que se quiere difundir en la página que da frente a la derecha,
la nono, y las que se quiere ocultar o disminuir en la página
par, a la izquierda, en el revés de la hoja (Jauretche, 1970).
En ese aspecto, las publicaciones y periódicos de FORJA, presentán-dose como una minoría activa de gran impacto, se distinguieron por una producción no muy numerosa pero intensa, y que dejó un legado perdurable.
Publicaciones ForjistasEntre las distintas publicaciones impulsadas por este grupo se
encontraba el boletín FORJA de 1936, junto a periódicos, revistas y semanarios de duración efímera, como es el caso de Argentinidad (periódico de las organizaciones juveniles forjistas), El Mentor o Comentarios Forjistas. Pero en general
...contaban con una serie de pequeños periódicos en diver-
sos puntos del interior del país, cuyo denominador común era
FORJANDO con el aditivo de la ciudad de procedencia. Así cir-
cularon en las localidades de residencia de José Cané, FORJAN-
DO LINCOLN; de Francisco Capelli y Juan Garivoto, FORJANDO
MAR DEL PLATA; de Darío Alessandro, FORJANDO ROJAS, etc.
En este último, el 17 de noviembre de 1941, Jauretche escribió
acerca de la importancia de los medios de comunicación en
el sistema democrático: en el terreno de la formación de la
opinión pública, la solución democrática consistirá en susti-
tuir la libertad de empresa periodística o radiofónica, que es
la libertad de los grupos plutocráticos para hacer su prensa
o su radio e impedir toda otra, por la libertad de prensa sólo
lograble cuando ella no tenga que depender de los intereses
capitalistas. Opinión que lo acompañaría a lo largo de su tra-
yectoria política-doctrinaria en toda oportunidad que el tema
surgiera, ya que era una cuestión inherente a nuestra supues-
ta prensa independiente (Díaz, 2007: 106-107).
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De mayor duración fueron Señales Argentinas, La Víspera, de Mar del Plata, o FORJA de Bahía Blanca, repitiéndose la expresión “Argen-tinidad” en una publicación de la provincia de Entre Ríos. La Vís-pera, Semanario de Orientación Nacional, surgió en 1944, dirigida por Francisco Capelli, teniendo como redactores y colaboradores permanentes a Arturo Jauretche y la mayoría de las plumas forjis-tas. Así se cruzaron sus opiniones con las de La Vanguardia y apor-taron información gremial. En su primer número se detallaron sus intenciones editoriales al proferir:
La Víspera es una publicación modesta. Saldrá una vez por
semana. El sábado. Justamente al fin de semana, para ser leída
lentamente (…) Ayudar a la meditación sobre las cosas del país,
y a la afirmación de lo que cada uno lleva de auténtico den-
tro de sí. Al encontrarse en el tráfago de propagandas e ideas
falsas que los administradores de la verdad extranjera hacen
desde las agencias noticiosas (Díaz, 2007: 108).
De mayor impacto y perdurabilidad, en el inconsciente de los acto-res políticos, fueron los famosos “13 Cuadernos”, que fueron editados desde su sede central y vendidos en actos políticos, en centros de difusión partidaria y por la calle, durante actos espon-táneos que realizaron sus militantes. Estos Cuadernos fueron:
Nº 1: “Política Británica en el Río de La Plata” de Raúl Sca-
labrini Ortíz, 1936; Nº 2: “El Pensamiento escrito de Yrigoyen”
de Gabriel del Mazo. Año I, Publicación quincenal, de julio de
1936, a 10 centavos; Nº 3: “La Coordinación de Transporte” de
Amable Gutiérrez Diez; Nº 4: “Petróleo e Imperialismo. El ejem-
plo de México y el Deber Argentino” de Raúl Scalabrini Ortíz y
Luis Dellepiane, Año II, septiembre de 1938, a 20 centavos; Nº 5:
“El problema de la electricidad. Estructura del trust SOFINA, y
El servicio público de gas, inconvenientes de su oficialización”
de Jorge Del Río, Año II, octubre de 1938, a 20 centavos; Nº 6 / 7:
“Historia del Ferrocarril Central Córdoba” de Raúl Scalabrini
Ortíz. Año II, noviembre de 1938, a 40 centavos; Nº 8: “Historia
42
del primer empréstito argentino” de Raúl Scalabrini Ortíz,
1939; Nº 9: “Conducta argentina ante la crisis de Europa” de
Luis Dellepiane, 1939; Nº 10 / 11 / 12: “El Manifiesto de FORJA
a los Pueblos de la República y de América” (reedición), año II,
noviembre de 1939; Nº 13: “El escándalo eléctrico y la investi-
gación en la Cámara de Diputados” de Jorge del Río.
Se incluyó, igualmente, la reedición del libro de Manuel Ortíz Pereyra El SOS de mi Pueblo, junto a conferencias de Atilio Cattaneo, El moderno Ejército Argentino; la reedición de Vida del Chacho de José Hernández, con prólogo de Francisco Capelli, y los cuaderni-llos de la sección universitaria: Radicalismo y nacionalismo, y Forja y el problema universitario, que formaron herramientas para la difusión y análisis interno. Se le agregaron cientos de volantes y afiches con invitaciones a conferencias, eslóganes de fuerte significación y avisos sobre actividades forjistas.
Mención aparte merecen dos publicaciones afines como Señales, “rotativo moderno semanal”, en donde, desde 1935, Jauretche y Scalabrini Ortíz colaboraron en artículos medulares sobre la situa-ción nacional; y el periódico Reconquista de Scalabrini Ortíz —con 40 números— que fueron favorables a los hombres de FORJA, sin ser publicaciones oficiales del citado grupo.
Los Cuadernos y el resto de publicaciones tuvieron gran influencia en el medio político —sea en los afiliados radicales como en los nacionalistas, en los socialistas como Manuel Ugarte y los del grupo de Palabra Obrera. Asimismo influyeron en el estudiantado universitario— ya que participaron de la Reforma del 18, tuvieron presencia en la militancia estudiantil en la Universidad Nacional de La Plata y en la Universidad de Buenos Aires, donde los forjis-tas condujeron la Federación Universitaria Argentina en 1940, al punto de apoyar la neutralidad argentina. Tuvieron influencia en ámbitos militares —sea por los integrantes del GOU, que leyeron los Cuadernos y la obra de Scalabrini, como en el sector obrero —en particular en Mar del Plata y por adhesión de algunos dirigen-tes sindicales como Ferrari. Sin embargo, esto no se vio reflejado en los votos ni en los cargos. F
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El dirigente radical Oscar Alende (2006: 22) relató, con respecto a la difusión forjista, que:
...era simpatizante [de FORJA]. En mis viajes a Rawson com-
praba las publicaciones de Raúl Scalabrini Ortíz, que deben
estar guardadas en algún cajón, y los trabajos de Luis Delle-
piane, de quien fui después gran amigo (…) muchas veces nos
preguntamos ¿qué hubiera ocurrido si la conducción alvea-
rista, a la que Gabriel del Mazo llamaba social conservadora,
informada de la agonía del imperio británico, retornaba la
línea histórica de soberanía y democracia frente a los gobier-
nos proingleses de Justo y Ortíz, en lugar de cortejarlos? (...)
destaco que la protesta contra los equívocos del alvearismo
se dio únicamente en ciertos organismos como FORJA y la
Juventud Radical.
Dichas publicaciones tuvieron, según Hernández Arregui (1973: 309), una tirada de 20 mil ejemplares, y fueron —viendo algunas fechas— constantes en su publicación entre 1938 y 1939, ya que: “nada decían los diarios. FORJA no tuvo prensa, ni ajena ni propia. Todos los semanarios —dos o tres en diez años— sobrevivieron apenas meses.”
La Patria GrandeLas noticias de la revolución mexicana junto a Emiliano Zapata y
Pancho Villa fueron muy tenidas en cuenta por Jauretche y sus seguidores, así como la lucha antiimperialista de Augusto César Sandino en Nicaragua y las acciones del Aprismo en Perú. También tuvieron vinculaciones con el Partido Blanco de Uruguay y con el presidente Haedo, así como con algunos sectores progresistas del Partido Colorado de Paraguay.
Influyó igualmente, en el estilo forjista, la prédica de Manuel Ugarte que denunciaba la intromisión norteamericana en el continente. Con sus idas y vueltas en el partido Socialista, la llegada de Ugarte por el año 1935 a estas tierras, fue destacada por un grupo peque-ño de intelectuales y por el periódico Señales, fundamento de
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quienes fundaron FORJA. En un artículo sobre el tema del petróleo, el general argentino Baldrich afirmó en el citado semanario que:
Es pertinente citar la advertencia formulada por un argen-
tino honrado e ilustre a quien nadie recuerda, y cuya adver-
tencia todos han olvidado. Hace más de veinte años, Manuel
Ugarte —que no por poeta y andar en cumbres con su espí-
ritu preclaro, deja de escribir las realidades del subsuelo—
no sólo impulsaba la tentativa de entregar al extranjero los
yacimientos de Comodoro Rivadavia sino que, con profética
clarividencia, apercibía a nuestra juventud cuando el Trust
de Rockefeller plantaba su tienda al sur del canal de Panamá,
diciéndole que la Standard Oil tenía más importancia para
nuestra América que la Revolución Francesa y los Derechos
del Hombre. (…) Asimismo Ugarte describió en valiosos artícu-
los las terribles consecuencias de la política petrolera en Méji-
co y en los países latinoamericanos (Galasso, 2001: 427-428).
También fue destacado el aporte de Ugarte incluyendo un artículo propio en Señales, que fue reivindicado por Raúl Scalabrini Ortíz. Así, en la publicación del Cuaderno nº 4 el autor de El hombre que está sólo y espera, amplió la temática petrolera citando el “ejem-plo de México” con la gestión del general Lázaro Cárdenas y la nacionalización efectuada en ese tiempo tomando algunas refe-rencias de la pluma de Ugarte.
En el citado Cuaderno se refiere a la Guerra del Chaco desatada en esos años entre Bolivia y Paraguay. De esta forma:
Los acontecimientos suscitados en América por la acción
del capital financiero internacional tornan cada vez más
actuales las palabras del más eminente conductor civil [Yri-
goyen]:
LA GUERRA DEL CHACO
ha sido incubada y concebida:
Por el imperialismo, que suplanta la voluntad del Pueblo en
la dirección del Estado; FO
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Por las oligarquías, que actúan como agentes de las poten-
cias colonizadoras del Continente en tal usurpación;
Por la rivalidad de intereses de los invasores, que luchan
por la posesión del PETRÓLEO.
EL CONFLICTO PARAGUAYO–BOLIVIANO
No encontrará su solución ahora, en la llamada “Confe-
rencia de la Paz”, pero sí el día en que el Gobierno del pueblo,
hecho efectivo en Paraguay y Bolivia, actúe en función de los
intereses solidarios de nuestra América.
TODOS LOS PROBLEMAS DE NUESTRA EMANCIPACIÓN CON-
TINENTAL serán resueltos sobre bases perdurables, sólo cuan-
do nuestros países se gobiernen por sus pueblos, no por sus
oligarquías, haciéndose efectivo el vínculo natural que los
liga en su destino (Cuadernos de FORJA, nº4, 1938: 2).
Mención aparte merece la influencia decisiva de la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA) y de su líder Víctor Raúl Haya de la Torre, donde la comunión de ideas y planteamientos fue notable.
De probada militancia antiimperialista y sentido indoamericano, las vinculaciones entre Haya de la Torre y el radicalismo fueron corrientes desde la época de la reforma Universitaria de 1918 en Córdoba y Buenos Aires, y que se extendió al resto de América. De esta manera se enfatizaba el proceso que Haya de la Torre y sus seguidores universitarios venían desarrollando en Lima.
Frases y eslóganes del aprismo tuvieron eco e inspiraron a los mili-tantes forjistas:
1. Indoamericanos, conquistad vuestra paz.
2. Formad el frente único de la justicia.
3. Justicia Social con Pan y Libertad en el Perú.
4. Sólo el aprismo salvará al Perú.
También los políticos argentinos progresistas siguieron los procesos judiciales impuestos a Haya de la Torre, apelando a la solidaridad iberoamericana y llevando adelante campañas por su liberación ante las diversas dictaduras peruanas. Así, muchos participantes
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de la Reforma Universitaria y futuros forjistas, como Dellepiane y del Mazo, firmarían esas notas (ver Partido Aprista Peruano, 1933).
A la vez, concepciones como independencia económica, conciencia antiimperialista e indoamericanos se realizaron como expresio-nes apristas que también tuvieron eco, a excepción de la última, en el lenguaje forjista (ver Haya de la Torre, 1954). Asimismo, el Frente de Trabajadores Intelectuales y Manuales aprista fue tomado literalmente en la experiencia forjista, en la Mar del Plata pre-peronista, por Francisco Capelli.
El estilo de comunicación jauretcheanoLa influencia que en Arturo Jauretche y en los restantes miembros de
FORJA tuvo el modernismo martínfierrista fue notable. La Refor-ma Universitaria de 1918 fue quizás la advertencia de una expan-sión cultural argentina y americana. A partir de esa experiencia se hacía evidente cómo los intelectuales argentinos se unieron a los principios de la vanguardia, al simbolismo, y al ultraísmo, desta-cándose los grupos inscritos en los sectores porteños de Florida y Boedo (ver Tiempo, 1997), y las referencias de Ricardo Güiraldes y Macedonio Fernández. Las revistas Claridad, Prisma, Proa, Noso-tros y Martín Fierro fueron el vehículo para autores argentinos como Jorge Luis Borges, Leopoldo Marechal, Oliverio Girondo, Roberto Arlt, Raúl González Tuñón, César Tiempo, Ernesto Pala-cio, Conrado Nalé Roxlo, Horacio Rega Molina, Nicolás Olivari, Raúl Scalabrini Ortíz, Norah Lange, Xul Solar y otros, que desde las letras y el trabajo plástico cimentaron este nuevo rumbo de crea-ción cultural (ver Salas, 1995).
Los años veinte en Argentina fueron ricos en la difusión masiva del tango como música popular:
El tango llega a los años 20 cerrando el período denomina-
do “La Vieja Guardia” (…) En los años veinte el aporte funda-
mental se da en tres campos, además del de la composición,
se avanza en la orquestación y en el canto y ello puede sinte-
tizarse en dos nombres: el Sexteto de Julio De Caro y Carlos
Gardel. (…) Fundamentalmente, los años veinte muestran al FO
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tango como fenómeno concreto y definido, expresión sinteti-
zadora de las tradiciones coloniales y criollistas y del valioso
aporte inmigratorio. En ese período se produce su aceptación
definitiva como música emblemática nacional (Etchegaray y
otros, 2006: 152-153).
De allí la presencia decisiva del autor y compositor de tangos Home-ro Manzi en las filas forjistas, que le daba contenido y tono popu-lar a sus acciones.
Macedonio Fernández, maestro de Jorge Luis Borges e íntimo amigo de su padre, cultor del ultraísmo y la novela vanguardista tuvo gravitación en este grupo de intelectuales martínfierristas. Asi-mismo se relacionó fuertemente con los forjistas Raúl Scalabri-ni Ortíz —a instancias de este y del escritor católico Leopoldo Marechal editó No toda es vigilia la de los ojos abiertos en 1928—, Gabriel del Mazo y Julio César Avanza.
El propio Borges tuvo un fugaz acercamiento al radicalismo yrigo-yenista, ya que la mayoría de sus amigos escritores simpatizaban con la causa radical, pero con el tiempo se desvió —aunque siem-pre mantuvo su heterodoxia— hacia los sectores conservadores de la política argentina. Su pedido de prologar a Jauretche en su poema gauchesco sobre el alzamiento armado, orientado por radicales en 1933, dio prueba de ello. Aunque con los años el pro-pio Borges ocultó ese hecho y desconoció al citado político.
Pero, así como en la época del yrigoyenismo se desarrolló esta explo-sión cultural, en la década de los treinta —con la crisis económica mundial y el golpe de septiembre— se inicia una reconfiguración de tinte europeísta en materia cultural. En ese clima surgió, en 1931, la revista SUR de la mano de Victoria Ocampo. Ella vinculó a los escritores nativos con la vida literaria europea y norteameri-cana, y mantuvo un fluido intercambio con intelectuales extran-jeros. Esta revista fue la referencia cultural de aquella época. Y, así como el régimen político intentó una vuelta al sistema del patri-ciado, lo cultural se inclinó a una visión europeizante, siendo SUR la que fijó el rumbo a la superestructura cultural dominante, junto a los suplementos culturales de los periódicos del patriciado: La
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Prensa y La Nación. Allí se publicaron textos de gran calidad pero que se alejaban de una concepción nacional y que, a largo plazo, se constituyeron en la “Policía Intelectual” del liberalismo, tal como lo definió el polemista argentino Ramón Doll (2007).
Volviendo a la impronta de Jauretche, en sus textos hallaba el estilo de “testimonio periodístico”, donde el “yo” describe su entorno a través de temas cotidianos y de interés general con un desarro-llo de corta extensión. Allí el autor y el narrador son el mismo y, a través de su relato referencial, remite sin mediación a una reali-dad extra textual. En este caso señala las formas de corrupción y dependencia que existieron en su época. De esta manera, el narra-dor pasa del “yo” a un “nosotros” por medio de la descripción de su entorno (ver Rodino, 2003). Resulta igualmente particular su utilización de seudónimos, ya sea el de Mr. Pickwick en Señales, Julián Barrientos en La Víspera, y Juan Fabriquero en la revista Des-camisada. De esta forma era “otro” quien señalaba posturas que el propio autor no podía rubricar directamente.
También reafirmó un estilo de “estrategia para-académica”, donde procuró potenciar la difusión con un sentido creativo. Este estilo pudo aplicarlo en mítines espontáneos, buscando persuadir en el “cuerpo a cuerpo” en una tarea militante de sacrificio y lucha constante. A esto debe añadirse su capacidad de polemista y ora-dor. El forjista Roque Raúl Aragón hizo referencia de las cualida-des oratorias de Don Arturo, sosteniendo que:
Era un orador nato (…) también en sus escritos es Jauret-
che ante todo un orador y por eso logra tan amplio alcance al
público. (…) Sus salidas eran famosas. Nosotros las usábamos
en nuestro proselitismo; las teníamos clasificadas. Era diverti-
do; narraba con graciosa amenidad casos, cuentos, anécdotas
(…) y estas historias entraban en su argumentación a manera
de apólogos (Rodino, 2003: 32).
En esos recuerdos se afianzó un tipo de comunicación jauretcheana, que brindó un sinnúmero de frases de las que se apropiaba FORJA. Entre ellas se encuentran: F
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1. Somos una Argentina colonial, queremos ser una Argenti-
na libre, impactante por su síntesis y su significación.
2. Sólo FORJA salvará al país, reafirmando sus metas eleva-
das y su entrega política.
3. Patria, Pan y Poder al Pueblo, en sintonía con eslóganes
de fuerza y síntesis doctrinal, propia de los movimientos
políticos modernos, tales como los bolcheviques y la Falange
Española.
4. ¿Los argentinos somos zonzos?; incorporando el lunfardo
(argot) de Buenos Aires.
5. ¡Sólo hay un Nacionalismo: El Radical! ¡Sólo hay un Radi-
calismo: El de FORJA!, planteado para reafirmar el forjismo
como síntesis entre radicalismo y nacionalismo, a la vez de
ratificar su legado.
También en el terreno de la simbología, si bien FORJA mantuvo algu-nos atributos radicales (por ejemplo el escudo, los colores rojo y blanco y la boina blanca) incorporó otros como:
1. El símbolo de La Pirámide de Mayo, como elemento inte-
grador de las corrientes del cauce nacional, ya que “FORJA
opone la Argentina de la Pirámide de Mayo emancipadora y
popular a la oligárquica Argentina del obelisco”.
2. Un cancionero propio como la Marcha de la Guardia For-
jista de Jauretche o la Milonga sobre FORJA de Manzi, ambas
de contenido combativo y que reafirman su identidad.
3. La identidad forjista, expresada en sus prácticas y len-
guaje internos, que llevó a que —en su trato, saludos persona-
les y cartas entre los militantes— imperase un fuerte espíritu
de cuerpo (por ejemplo: un abrazo forjista; abrazos y FORJA;
reciba un abrazo cordial y la seguridad de que SÓLO FORJA
SALVARÁ AL PAÍS; en hermandad forjista; etc.) (ver Eduardo
Rosa citado por Rodino, 2003: 57-96).
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De lo que careció FORJA fue de una gráfica acorde a los tiempos de la comunicación de masas y la propaganda, tal como tuvieron los demás partidos políticos. En este caso, los forjistas se concentra-ron mucho más en el texto, aunque el lenguaje de Jauretche fue rico en imágenes, comparaciones, metáforas y significantes.
También debe valorarse el aporte de Jauretche al difundir e incorpo-rar palabras en el vocabulario político nacional como “cubismo”, “intelligentzia”, “vendepatria”, “oligarca” y “cipayo”.
A modo de conclusiónFORJA fue una experiencia frustrada en lo político electoral, pero
exitosa en la transmisión de un legado que intentaba pensar la comunicación y divulgación de nuestras condiciones de depen-dencia hacia el pueblo argentino. En cuanto a su relación con América, las acciones de FORJA constituyeron un intento de asu-mirse como integrantes de América Latina, frente a la tradición política argentina de desvinculación con nuestro continente. Sus relaciones con grupos y líderes de América abrieron el camino a otras miradas sobre la lucha antiimperialista.
La llegada de Perón al poder revitalizó el rol forjista de ser iniciado-res de nuevas formas de comunicación política. Aunque el movi-miento peronista resignificó muchas de sus consignas, amplió sus miradas a los sectores del trabajo y dotó de una nueva dinámica la política argentina.
Jauretche, después de FORJA, siguió peleando a través de sus tex-tos, en diversos medios gráficos como la revista Descamisada, utilizada para apoyar a Perón en 1946 y siendo la contraparte de la revista humorística Cascabel. Tras su alejamiento de la función pública bonaerense no tuvo medios disponibles para expresar sus posturas críticas al peronismo. Sólo pudo empezar a escribir en el periódico El Líder tras la caída de Perón en octubre de 1955, pero la intervención, al inicio del gobierno dictatorial, de Aramburu terminó con esa experiencia. Aunque pudo publicar aisladamen-te en Argentina, tomó la decisión de impulsar El 45, como hoja de combate contra la revolución libertadora, bajo el lema: “Ya no son campanas de palo las razones de los pobres” (Díaz, 2007: 113). F
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Su prédica en la Revista Qué, junto a Raúl Scalabrini Ortíz, en un claro apoyo a la línea frondizista, su participación en la nacionalista Azul y Blanco o en Mayoría de los hermanos Jacovella, muestran cómo empleaba todas las posibilidades que los medios de comu-nicación políticos brindaron durante la proscripción al peronismo.
A partir de 1955 surgió el Jauretche ensayista con libros como Manual de zonceras argentinas y El medio pelo en la sociedad argentina, pero sin descuidar al periodista de artículos de fondo, que tam-bién respondía cartas de lectores en Santo y Seña, La Hipotenusa y La Gazeta. Aún antes de la vuelta de Perón y su participación en el gobierno peronista, su figura se convirtió en referencia de las jóvenes generaciones políticas, que encontraron en él un lucha-dor coherente en obra y vida. Si su suerte política fue adversa, triunfó su palabra en la difusión de un pensamiento nacional de liberación.
Finalmente, el papel de la prensa forjista está aún por revisarse, ya que su impronta sigue generando estudios y suscitando adhesio-nes, que la toman como punto de partida para las nuevas políticas de liberación nacional.
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54
núcleo de desarrollo
socialista lalimonera
Modelo educativo para un proyecto productivo sustentable fundado en la
organización popularAna Felicien
Venezuela
57
ResumenEn la Gran Caracas, la ocupación territorial ha estado marcada
por la falta de planificación y la exclusión de “mayorías” en el
acceso a los servicios básicos. Así surge la propuesta comuni-
taria del Núcleo de Desarrollo Socialista La Limonera, a la que
asignan un área territorial, y que procura la incorporación de
la comunidad a través del programa Misión Vuelvan Caras.
El proyecto considera la formación política y agroecológica
con atención al saber popular y la participación protagónica.
En esa área se cultivan varios rubros de hortalizas y se crían
animales menores. Igualmente se considera la incorporación
de familias afectadas por lluvias, a partir de iniciativas de la
organización popular.
Palabras clave
Comunas
Socialismo
Auto-sustentabilidad
Poder popular
Centre Urbain du Développement Socialiste La Limonera Modèle éducatif pour le développement durable des projets productifs basés sur l’organisation populaire
À la Gran Caracas, l’occupation du territoire a été marquée par le
manque de planification et par l’exclusion de la plupart de la
population en ce qui concerne l’accès aux services élémen-
taires. Pour donner une solution à ce problème, la proposi-
tion communautaire du Centre Urbain de Développement
Socialiste La Limonera est née. Cette proposition comprend
l’assignation d’un espace physique et l’inclusion de la com-
munauté par le programme Misión Vuelvan Caras. Le projet
considère la formation politique et agro écologique concen-
trée sur le savoir populaire et la participation. Dans cette zone,
plusieurs types de légumes sont cultivés et des animaux de
petite taille sont élevés. De même, à partir des initiatives de
l’organisation populaire, l’inclusion des familles affectées par
la pluie est considérée.
Mots clés
Communautés
Socialisme
Auto-durabilité
Pouvoir populaire
58
Core of Socialist Development La Limonera Educative Model for a productive and sustainable project from popular organization
In Caracas, the population has been affected by the lack of plan-
ning and the exclusion of the “majorities” in the access to basic
services. In that sense, Núcleo de Desarrollo Socialista La Limo-
nera created a community proposal, in which a territorial area
is assigned, and community can get involved through Misión
Vuelvan Caras. The project consists in the political and agro-
ecological formation to develop the popular knowledge and
the leading role for the harvesting of a variety of vegetables
and the rearing of small animals. Likewise, the project takes
into consideration the incorporation of families affected by the
rainfalls through the initiatives of the popular organization.
Key words
Commune
Socialism
Auto-sustainability
Popular power
Núcleo de Desenvolvimento Socialista La Limonera Modelo educativo para um projeto produtivo sustentável funda-do na organização popular
Na Gran Caracas, a ocupação territorial tem sido marcada pela
falta de planificação e a exclusão da “maioria” no acesso aos
serviços básicos. Assim foi que surgiu a proposta comuni-
tária de Núcleo de Desarrollo Socialista La Limonera, o qual
trabalha numa área territorial para procurar a incorporação
da comunidade através do programa Misión Vuelvan Caras.
O projeto considera a formação política e agro-ecológica
com atenção no saber popular e a participação protagónica.
Nessa área, cultivam-se vários grupos de hortaliças e criam-se
animais pequenos. Igualmente considera-se a incorporação
das famílias afetadas pelas chuvas, a partir de iniciativas da
organização popular.
Palavras chave
Comunas
Socialismo
Auto-sustentabilidade
Poder popular
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Una alternativa al totalitarismo urbano, desde el aprendizaje para la agricultura sustentableLa llamada Gran Caracas comprende el área metropolitana, que agru-
pa tanto a la ciudad de Caracas como a los municipios Baruta, Chacao, El Hatillo y otras zonas cercanas a los estados Miranda y Vargas. En esta área reside alrededor de una sexta parte de la población nacional. Allí, la dinámica de ocupación territorial se ha dado sin planificación, constituyendo el principal espacio de migración de las comunidades campesinas del país, en busca de mejores condiciones de vida. Históricamente y, como en toda la región latinoamericana, estas comunidades estaban excluidas de esas “mejores condiciones” y pasaron a formar parte de las poblaciones marginales. Se ubicaron en territorios con alta vul-nerabilidad, alejados de los lugares de trabajo y con graves limi-taciones en el acceso a la salud, educación y alimentación. En el marco del proceso de transformación social venezolano, uno de los aportes más relevantes es la atención sobre el aprendizaje en torno a experiencias comunitarias que propongan alternativas de vida ante este proceso de exclusión, vivido como consecuencia de la imposición e implementación de los modelos de desarrollo importados.
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En ese sentido, una de las propuestas, que se ha impulsado como componente de la planificación para esta transformación social, es la de desarrollo territorial endógeno sustentable. Según Alonso (2007), se trata de un concepto que articula el contexto social, eco-lógico y territorial, en busca de soluciones específicas para pro-blemas y necesidades particulares de una comunidad. Así, esta premisa se ha venido implementando a través de los núcleos de desarrollo endógeno.
El Núcleo de Desarrollo Socialista (NUDES) La Limonera es un pro-yecto comunitario impulsado por la Cooperativa Agropecuaria La Limonera en el centro del municipio Baruta. En este se propone la creación de un espacio de desarrollo endógeno centrado en la agricultura sustentable como elemento fundamental del área productiva. Además, considera la vivienda como servicio público, la educación robinsoniana y la salud integral. De esta forma, la propuesta constituye una alternativa de vida a la actual dinámica de ocupación laboral del lugar, caracterizada principalmente por la localización de sitios de trabajo alejados de la comunidad que incrementan los usuales embotellamientos del tráfico. Asimis-mo, esta dinámica puede formar parte del llamado totalitarismo urbano (López García y López López, 2003), conducido por la lógi-ca mercantil de la gestión del territorio. Totalitarismo que elimina de las cercanías de la ciudad toda actividad del sector primario, aumentando la dependencia al mercado e imponiendo el dinero como mediador de todos los procesos sociales urbanos.
El área destinada para este proyecto la conforman 194 hectáreas asignadas por el Instituto Nacional de Tierras (INTI). De estas, 33 hectáreas fueron atribuidas para custodia de la Cooperativa La Limonera, que realizó la propuesta del proyecto NUDES La Limonera, considerando la incorporación de la comunidad en el marco del programa educativo gubernamental Misión Vuelvan Caras. Dicho programa tuvo como objetivo fundamental impul-sar la participación de las personas en condiciones de exclusión laboral y económica, a fin de estimular la actividad productiva en comunidades en situación de pobreza, en el marco de la aplica-ción y promoción del desarrollo endógeno. Así, la propuesta ha N
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tenido como misión “construir una comunidad digna de modelar por su significación social y productiva como por su sentido de corresponsabilidad y solidaridad para con sus asociados, veci-nos y la República” (Misión Vuelvan Caras, 2004). Actualmente se siembran, en una casa de cultivo protegido, diferentes rubros de hortalizas como: pimentón, cebolla, cebollín, lechuga, cilantro, remolacha, repollo, pepino, ají y albahaca. Estos se distribuyen, como CVA (Cultivos Varios) y FONDAS, en los mercados populares. Asimismo, se destinan para autoconsumo en el comedor comuni-tario del NUDES y se comercializan localmente a precios justos. Igualmente se crían animales menores como gallinas y conejos, que también son comercializados de manera local.
Para acompañar y fortalecer la participación comunitaria en este proyecto, se ha implementado un programa de formación socio-política en la Escuela de Formación Samuel Robinson. Dicho pro-grama surgió a partir de un diagnóstico participativo realizado en la comunidad. Esta “es una escuela popular para elaboración de cultura y como espacio de organización política para el debate de ideas y reflexiones, que parte del saber popular como instru-mento de lucha, para transformar al pueblo en participante y pro-tagonista de su historia, constructor de los saberes basados en experiencias adquiridas en contacto con las comunidades y sus necesidades sentidas” (NUDES La Limonera, 2009).
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La agroecología para la educación popular: el diálogo de saberes para la transformación social y la inclusión
En esta misma escuela se ha venido conduciendo colectivamente una experiencia de aprendizaje en torno a la agroecología. Y, bajo la premisa de Samuel Robinson: “aprender haciendo”, el progra-ma de agricultura sustentable está orientado en función de los siguientes objetivos:
1. Contextualizar y dar relevancia, en el orden político, a la agri-
cultura urbana sustentable en el actual proceso de transformación
social venezolano, debatiendo especialmente sobre la vulnerabili-
dad y dependencia alimentaria de la Gran Caracas.
2. Promover la valoración del conocimiento campesino, como
aspecto fundamental e impulsador para la construcción colectiva de
una nueva identidad urbana.
3. Fomentar el surgimiento de nuevas habilidades y nuevos modos
de relacionarnos con el territorio, a través de prácticas cotidianas de
agricultura en la ciudad.
4. Conocer los aportes de la agricultura alternativa: enfoque de
agroecosistemas, agricultura orgánica, agroecología, agricultura
sustentable, entre otros, para su aplicación en la agricultura urbana.
Para lograr estos objetivos, el debate es conducido en torno a un temario aprobado en asamblea a partir de una propuesta inicial y la dinámica presentada en la figura 1. La dinámica es de participa-ción abierta, involucrando desde los niños de la comunidad hasta adultos mayores que participan en la cooperativa La Limonera.
Otras actividades consideradas e incorporadas en el desarrollo de este proyecto son: el rescate de semillas, de saberes locales y de los movimientos sociales de agricultura campesina, indígena y alternativa, que incluyen una dimensión política explícita en el debate sobre las acciones colectivas necesarias para la soberanía alimentaria, y que están orientados a promover el reconocimien-to de la dimensión agricultora en la identidad urbana. Identidad N
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dimensión teórica
Dinámica de la participación
Enfoque del aprendizaje
Elementos incorporados
dimensión práctica
Inclusión y participación de
todos y todas (desde niños y
niñas hasta adultos y adultas
mayores)
Estructura horizontal de la
facilitación
Diálogo de saberes
Aprendizaje desde la colectivización
Recreación de la identidad
urbana a través de la práctica
de la agricultura
Rescate de semillas y saberes locales
Prácticas para el manejo ecológico del cultivo
Movimientos sociales y agricultura sustentable
que ha sido casi erosionada por la dinámica de migración del campo a la ciudad, motorizada por la hegemonía citadina de las políticas desarrollistas. Así, este proceso de aprendizaje colecti-vo se fundamenta en los llamados “momentos dialécticamente relacionados” en los que se identifica; un primer momento para entender, con sentido crítico, la realidad comunitaria, y un segun-do momento de acción transformadora de dicha realidad.
Figura 1. Esquema integral del proceso de aprendizaje
Clases
Discusiones y lecturas en grupo
Cine foros
Trabajo en el conuco
Cultivo de semilleros
Cayapas (jornadas de trabajo voluntario)
Intercambio de experiencias
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El elemento de planificación para el aprendizaje popular en agroecología
A partir de este proceso de aprendizaje, se ha venido construyendo también una experiencia de planificación agroecológica con dife-rentes alcances temporales y espaciales. Alcances que son com-plementarios a todo el proyecto NUDES La Limonera. Así, desde la Escuela de formación se han desarrollado diferentes actividades.
A corto plazo: la transición del manejo convencional al manejo eco-lógico de la unidad de producción. Para ello se llevó su propues-ta a la asamblea —espacio para la toma de decisiones— y, pos-teriormente, se acordó: la planificación y cultivo de semilleros, y la intervención de “cayapas”, programadas para actividades de saneamiento de sustrato, siembra y aplicación de biocontrolado-res y biofertilizantes.
A largo plazo: se llevó a cabo un taller de planificación participativa en el área productiva del NUDES La Limonera. El taller tuvo como objetivo programar colectivamente los lineamientos generales de uso del área productiva del NUDES en el marco de la agricultu-ra sustentable. Asimismo, se generó una propuesta comunitaria de planificación del territorio, aprobada en asamblea popular, de carácter vinculante, en el marco de los artículos 5, 70 y 305 de la CRBV. De esta forma, se definieron los criterios para el ordena-miento del uso sustentable del NUDES. Para ello se hizo un recorri-do de reconocimiento ecológico del territorio en el que:
Se evaluó como prioridad, para toda el área productiva, la necesidad de diseñar e implementar un plan de manejo y aprovechamiento de las aguas de lluvias, así como de recuperación de suelos, debi-do a la grave situación de deterioro que presenta toda el área por procesos erosivos. N
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Igualmente se precisaron los lineamientos de uso del área produc-tiva, considerando las potencialidades y limitaciones de las dife-rentes zonas de dicha área y los elementos de ordenación sus-tentable bajo el enfoque agroecológico. Entre las demarcaciones establecidas se reconocieron: una zona de restauración ecológica para las áreas más degradadas, zonas para frutales y cultivos hor-tícolas, zona de cría de animales y producción de materia orgáni-ca, zona de acopio y procesamiento de alimentos, entre otras.
De lo coyuntural a lo estructural Retos para la consolidación del proceso de transforma-ción venezolano desde el NUDES La Limonera
La crisis que enfrentamos en el país en términos sociales, ecológicos y económicos, causada por el impacto devastador de las lluvias sobre gran parte del territorio nacional, ha afectado a miles de familias y revela la necesidad de superar las causas estructura-les que hacen periódica la aparición de damnificados en diversas zonas del país con cada ciclo de lluvias. De esta forma, en esta última experiencia, los estragos han generado una situación de emergencia evidente.
Debido a la magnitud de los daños generados por esta crisis climá-tica y la necesidad de dar respuestas oportunas, planificadas y estructurales a esta coyuntura, que ha dejado a las familias afectadas sin viviendas ni acceso a servicios, desde el NUDES La Limonera, se ha presentado este proyecto comunitario. En este se incorpora a las familias afectadas por las lluvias por medio de la formación política y la consolidación del área productiva agroeco-lógica. De esta manera se plantea alcanzar la sustentabilidad de esta experiencia productiva. Es, en este sentido, que la propuesta busca dar respuesta a dos realidades. La primera corresponde a la necesidad de promover soluciones estructurales alternativas ante la exclusión de las comunidades populares y que, en última instancia, se traduce en familias damnificadas, afectadas por las lluvias y por la ocupación de zonas marginadas de los servicios y las oportunidades de trabajo. Y la segunda corresponde al impul-
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so de las iniciativas comunitarias para el desarrollo endógeno sustentable.
Consideramos, de esta forma que, desde la consolidación de pro-puestas fundadas en la organización popular, en el aprendizaje colectivo y en la sustentabilidad podrá avanzarse en el acaba-miento de la exclusión y sus consecuencias, no sólo en términos sociales sino también ambientales. Así llega a fortalecerse el ejer-cicio de la legítima democracia participativa y protagónica con un sentido más ecológico y más plural, en cuanto no sólo se incorpo-ran las necesidades actuales, sino también las futuras.
ReferenciasAlonso, O. (2007). Nuevas formas de
propiedad y gestión de las organiza-
ciones en la transición hacia el socia-
lismo del siglo XXI. Caracas: Ediciones
ILDIS.
López García, D. y López López, J.A. (2003).
Con la comida no se juega. Madrid:
Traficantes de sueños.
Misión Vuelvan Caras (2004). Página
oficial http://www.vuelvancaras.gov.
ve/home.php
NUDES La Limonera (2009). Normas de la
Escuela de Formación Samuel Robin-
son. Caracas: s/e.
NUDES La Limonera. Propuesta política
para la incorporación de las familias
afectadas por la catástrofe climática
al NUDES La Limonera. Publicado en:
http://www.aporrea.org/actualidad/
a113396.html
Torres, M. (2008). “Por qué dialogismo se
opone radicalmente al positivismo:
las contribuciones de Mijaíl Bajtin y
Paulo Freire.” En: Cuaderno de inves-
tigación en la educación. Puerto Rico.
Velasco, A. J. y Alonso, L. (2008). “Sobre la
teoría de la educación dialógica”. En:
Educere, v.12, n.42. Mérida - Venezue-
la: Universidad de los Andes.
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abrazando la nueva
cientificidadUna vivencia transformadora al abrigo
de papas, páramos y campesinosLiccia Romero
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ResumenA partir de la experiencia de investigación participativa con cam-
pesinos dedicados a rescatar las papas nativas andinas de
Venezuela, el artículo retoma las bases conceptuales y viven-
ciales que llevaron a su autora a abrazar el compromiso con un
cambio paradigmático de las ciencias, reivindicando lo social,
lo histórico y lo particular como parte constitutiva y condi-
cionante del “conocimiento pertinente”. Reflexiona sobre el
intercambio con otras formas de conocimiento más apropia-
das para tender puentes entre las subjetividades construidas
a partir de dos perspectivas: la tecno-científica y la histórica-
social. Este intercambio es fundamental para que las ciencias
puedan contribuir con respuestas concretas frente al colapso
actual de la relación sociedad-naturaleza y su expresión en las
crisis medioambientales, alimenticias y poblacionales.
Palabras clave
Ciencia y saber comunitario
Sociedad-naturaleza
Alimentación
Soberanía
Embrasser la nouvelle scientificité Une expérience de transformation à l’abri des pommes de terre, landes et paysans
À partir de l’expérience de recherche participative avec des
paysans consacrés à récupérer les pommes de terre autoch-
tones de la région andine du Venezuela, l’article reprend les
bases conceptuelles et d’expérience qui ont mené l’auteur à
prendre l’engagement avec un changement paradigmatique
des sciences en revendiquant l’élément social, historique
et particulier comme partie constitutive et déterminante
de la « connaissance pertinente ». L’article réfléchit aussi
sur l’échange avec d’autres formes de connaissance plus
appropriées pour créer des connexions entre les subjectivités
construites à partir de deux perspectives : la technoscienti-
fique et l’historique-sociale. Cet échange s’avère fondamental
pour que les sciences puissent contribuer avec des réponses
concrètes vis-à-vis du collapsus actuel de la relation société-
nature et son expression dans les crises de l’environnement,
alimentaires et de population.
Mots clés
Science et savoir communautaire
Société- nature
Alimentation
Souveraineté
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Hugging a new scientific nature A new form of protecting potatoes, moor and country people
From the experience of investigating together with country peo-
ple dedicated to rescue the potatoes from Venezuela’s Andes,
the article retakes the conceptual and experiential basis that
leads its author to compromise herself to cause a paradig-
matic change of science, restoring the social, historical and/or
particular knowledge as constitutive and conditioning part of
the “pertinent knowledge”.
It also reflects on the exchange with other forms of knowledge
that are more appropriate in order to have a bridge between
the subjectivities made from two perspectives: the techno-sci-
entific and the historical-social. This exchange is fundamental
for sciences to be able to contribute with concrete responses
before the current collapse of the relation society-nature and
its expression in the environment, food and population crisis.
Key words
Science and community knowledge
Society-nature
Food
Sovereignty
Abraçando a nova cientificidad Uma vivencia transformadora ao abrigo de batatas, páramos e camponeses
A partir da experiência de investigação participativa com cam-
poneses dedicados a resgatar as batatas nativas andinas de
Venezuela, o artigo retoma as bases conceptuais e vivenciais
que levaram à autora a se comprometer a mudar paradigmati-
camente as ciências, reinivindicando a sociedade, a historia e
a particularidade como parte constitutiva e condicionante do
“conhecimento pertinente”. Reflexiona sobre o intercambio
com outras formas de conhecimento mais apropriadas para
criar pontes entre as subjetividades construídas a partir de
duas perspectivas: a tecno-científica e a histórica-social. Este
intercambio é fundamental para que as ciências possam
contribuir com respostas concretas frente ao colapso atual da
relação sociedade-natureza e sua expressão nas crises do meio
ambiente, alimentação e população.
Palavras chave
Ciência e saber comunitário
Sociedade-natureza
Alimentação
Soberania
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Quince años me separan ya del inicio de mi carre-ra científica universitaria, y continúo
resistiéndome a participar de ese andar obediente que ejercen la mayoría de mis colegas, que asumen el oficio como si este se justificara por sí mismo. El supuesto convencional postula que la investigación científica, en tanto que busca verdades, es buena, y no requiere de mayor reflexión, ni de cuestionamiento, siem-pre que se adapte bien al sistema de conocimiento hegemóni-co que impone su poder sobre la generación, la transmisión y la valoración del conocimiento mismo. Escribo este artículo para argumentar mi fuerte diferencia frente a esta perspectiva. Nues-tro quehacer requiere hoy más que nunca que lo interpelemos desde el “para qué” más que desde el “por qué”. Y esa interroga-ción espera por respuestas construidas desde una reflexión y desde un cuestionamiento que cada investigador o investigadora debe plantearse para dejar de ser una simple “pieza del sistema”, asumiendo los riesgos de responder desde su propio ámbito de experiencia y de exploración conceptual, en un contexto socio-político fuertemente retador e inestable. Pero no existe una única respuesta del “para qué” investigar o publicar, sino muchas, tantas como la subjetividad de quienes actuamos en este campo podamos desarrollar, pero, eso sí, en permanente interacción con la realidad que construimos y que a la vez nos construye.
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Debo aclarar que mi desacuerdo no proviene de que me haya “ido mal” actuando dentro del sistema científico hegemónico durante estos 15 años. Por el contrario, nuestro sistema de evaluación y promoción científica, concebido bajo el paraguas ideológico del gran suprasistema de investigación de los países industrializados del norte, calificó positivamente mi trabajo dentro de las Ciencias Exactas en Agricultura y Ambiente. Pero fue precisamente en oca-sión de ese “éxito” que surgió en mí la necesidad de manifestar y de someter a debate este posicionamiento subjetivo de pensar los “para qué” debemos pensar. A partir de allí admití públicamen-te una inconformidad: se trata de la contradicción que existe en un quehacer denominado “ciencias exactas de la agricultura y del ambiente”.
Entre las cosas que componen la larga lista de fenómenos y de procesos que están fuera del alcance de la exactitud del cálculo y de lo predecible, sin duda la agricultura y el medio ambiente son unas de las primeras. Ambos establecen relaciones comple-jas en las que el medio ambiente regula y potencia la agricultu-ra, pero la agricultura a su vez ordena o desordena los procesos medioambientales. En este sentido, lo que he podido tomar de las llamadas ciencias exactas, como soporte para comprender y para pretender intervenir en la relación entre ambiente y agricul-tura, ha resultado en una práctica inexacta, e incluso, en algunas situaciones, en una práctica alejada de toda posibilidad de éxito. Porque la relación agricultura-medioambiente es la concreción en un tiempo y en un espacio de las decisiones que toman los agricul-tores, encarando una batalla permanentemente con lo impredeci-ble. Por ejemplo, la agricultura en el páramo es una práctica que se recrea día a día, que todos los días vuelve a comenzar, tal vez por-que se trata de un ambiente de ciclos diurnos extremos (Monas-terio, 1980): “verano en el día, invierno en la noche” es la metáfora que mejor describe su condición. Pero esto es sólo el comienzo: heladas inesperadas, plagas irreductibles, importaciones legales e ilegales, precios extraordinariamente oscilantes, funcionarios indiferentes y prestamistas inmisericordes, todos conforman un entorno caótico para la toma de decisiones que desborda A
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cualquier sofisticación racional con la que queramos describirlo e interpretarlo. ¿De qué se valen los agricultores para recrear su difícil oficio, en condiciones ante las que otras personas sencilla y llanamente se paralizan? Los agricultores y sus decisiones confor-man un campo en el que todos los modelos, llámense cualitativos, cuantitativos o de cualquier otra índole, generalmente fracasan.
Tenemos entonces frente a nosotros un raro objeto de estudio; uno que no es posible objetivar y que por el contrario se desdibuja y se reconstituye continuamente. Y lo peor: no obedece a leyes que puedan predecir su comportamiento. ¿Qué hacer? ¿Acaso cambiar de objeto de estudio, elegir uno que sí sea razonable? Eso sería, sin duda, sensato. Pero sucede que a algunos de nosotros la sensatez no nos satisface, y continuamos en la búsqueda de respuestas hasta toparnos con un descubrimiento poderoso: por lo general los fenómenos son impredecibles (o lo impredecible es una carac-terística fundamental de los fenómenos). Por tanto, la solución no es cambiar la pregunta o el objeto de estudio, sino nuestro modo de responderla y de encararla. Esta posición fue la que me llevó a tomar el camino de una “nueva cientificidad” (Morin, 1995) llamada en ocasiones “transdisciplinaria”, pero que yo prefiero nombrar con una expresión que viene ganando espacios teóricos desde hace más de dos décadas, a saber: “restitución de la cien-cia a los sujetos y del sujeto a la ciencia” (Fried Schnitman, 1995). Pero tomar ese camino implica reconocer que nuestro sistema de conocimiento tiene límites importantes, que nos movemos en un espacio de certezas con un techo relativamente bajo, y que cuan-do traspasamos ese techo debemos navegar con otros instru-mentos, ciertamente desconocidos. Se trata de un camino en el que podemos hallar esperanzas, pues en él podemos plantearnos la posibilidad de superar nuestras torpezas y hasta de sofisticar nuestra forma de conocer, de buscar complementariedades y de entablar diálogos con formas distintas del conocimiento.
Mi participación en ese diálogo comenzó en el año 2000, cuando, por causa de mi proyecto formativo doctoral, me mudé del piso ecológico de la selva tropical al páramo. Con la mudanza hacia el páramo entré en contacto con un nuevo tipo de relación: la rela-
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ción de la observante observada; observada por el ojo acucioso del campesino paramero. Al principio, y durante cierto tiempo, permanecí ajena a la existencia de esta relación. Engolosinada con los resultados tan elegantemente justificables que se logran bajo el juego de las relaciones causales, sentía que era yo la que observaba y hasta la que descubría. El juego continuó hasta que mis hoy amigos campesinos tuvieron un gesto de compasión por mí, y decidieron retar mi sensibilidad enviándome señales que afortunadamente supe interpretar. Estas señales decían: “para de contarnos, de medirnos y de interrogarnos. En cambio míranos, estamos aquí, somos una entidad viva en toda su integridad. No necesitamos tu discurso, necesitamos tu participación”.
La oportunidad de una nueva mirada y de un nuevo tipo de relación con el mundo campesino me influyó para producir un trabajo que en el 2003 titulé: “Hacia una nueva racionalidad socioambiental en Los Andes paperos de Mérida. ¿De qué depende?” (Romero, 2003). En este trabajo me planteaba el escenario de una posible alianza científico-campesina para intervenir en la construcción de la comunidad rural paramera usuaria a la vez regeneradora de sus ecosistemas de base y de sus servicios ambientales. A partir de entonces he intentado probar esta hipótesis de trabajo, y lo que sigue a continuación es mi interpretación de las señales percibi-das en un recorrido por tres espacios de actuación: el local-viven-cial en relación directa con el campesinado paramero, el acadé-mico formativo en la institución universitaria de la cual soy parte, y el de la participación sociopolítica en la que rige una dinámica que nos desafía a definirnos frente a opciones divergentes.
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La investigación y los aprendizajes con el campesinado paramero
Las vivencias con el campesinado andino me han permitido expe-rimentar que es posible formular, diseñar y arribar a resultados valiosos bajo esquemas de investigación-acción participativa. Lo de participativo aquí no se refiere sólo a que nuestra indulgencia disciplinaria les permita a los campesinos participar de ciertos procesos del conocimiento, sino, sobre todo, a la relación y a la vivencia que deben tener los científicos con los campesinos.
Cuando comencé a relacionarme con el problema de la desaparición de las semillas de papas nativas en Los Andes de Venezuela sentía que estaba representando un papel de descubridora de los nichos agroecológicos de estas semillas. ¿De qué otra forma puede cali-ficarse todo un esfuerzo de reconocimiento, caracterización, bús-quedas en el campo, localización con GPS de unas semillas que los campesinos simplemente se limitaban a contarte por dónde podrían estar? Durante casi dos años me dediqué a desempeñar, lo mejor que pude, el rol de la científica objetiva. Después de un trabajo intenso, casi todo estaba listo para que me uniera a la corriente de una publicación convencional: tenía los materiales y los métodos, los resultados con cifras convincentes sobre la ausencia de las papas negras, pero era absolutamente indolente frente al hecho trágico de su desaparición. Por supuesto, tenía también la discusión de los resultados y las infaltables conclusio-nes con las que cerraría el artículo, salvaría mi corresponsabilidad y limpiaría mi conciencia.
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Pero cuando el juego terminó y comencé, no sólo a medir sino a vivir lo que estaba frente a mis ojos, me di cuenta de que yo sólo descubría las papas que los campesinos, guiados por su conoci-miento vivencial y holístico, querían que yo descubriera. No era un proceso que hubiera comenzando a partir de mi presencia, sino a pesar de mi presencia. Cuando comencé a vivenciar, más que a investigar, pude percibir que una semilla de papa nativa no es sólo la simiente de un agroecosistema tradicional andino. Es una especie de tesoro disminuido y añorado que no se revela a cualquiera, sino a quien se le tiene una confianza particular. Es un ente al que se guarda o se recuerda con respeto, que se valora como una opción estratégica alimenticia y como la posibilidad de revivir el placer de la alimentación. Es una papa que se guarda y se conserva a contracorriente porque no sólo “son las mejores para comer”, sino también porque se sabe que “es la papa más guapa para el hielo y para la plaga”, pero que “la gente las dejó acabar por estar con la rinda de las papas, esas papas maricas que siembran ahora en todos lados y que no hay helada que puedan aguantar”. Palabras más, palabras menos, esas fueron expresiones de doña Cándida Rosa en el páramo de Gavidia y de otros campesinos y campesinas mayores con los que comencé a vivenciar esta reali-dad de las papas nativas.
Les pido ahora que comparen esta contundente visión campesina en los páramos de Mérida con el siguiente argumento del inves-tigador Carl Sauer, jefe del Departamento de Geografía de la Uni-versidad de California, Berkeley, que fue uno de los pocos que en su momento previó los efectos devastadores de la introducción de la llamada revolución de las semillas de alto rendimiento en las ecorregiones de origen y diversificación agrícola. Según Stephen Marglin (2000) en su libro Hacia la descolonización de la econo-mía, Sauer se opuso claramente a esta introducción intencionada que promoviera la Fundación Rockefeller entre 1940 y 1960, en los territorios de México y hasta el sur de Chile, y que hoy conocemos con el caprichoso nombre de Revolución Verde. Actuando en su condición de consultor de dicha Fundación, Sauer escribió en un informe fechado en 1942, desde la isla de Chiloé, lo siguiente: A
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Hay un amplio rango de papas domésticas (que son buenas
y crecen bien) y estuvieron trabajando con semilla de papa
canadiense. Quisiera informar con satisfacción que las papas
canadienses son un fracaso. Esa, me temo, es la mentalidad
agrícola normal. Aquí se está en el hogar ancestral de todas
las papas no andinas, con una desconocida riqueza genética,
y lo primero que tratan de hacer es introducir plantas de las
grandes regiones comerciales y destruir lo que es suyo. Y esto
no es porque alguna de sus plantas nativas sea inadecuada. El
grupo agrícola más pequeño imita al más grande. Temo que si
va a Sudamérica un número suficiente de agrónomos entre-
nados en Cornell y California exterminarán los miles de años
de cruzamientos de plantas. El chilote, felizmente, al contra-
rio del resto de los chilenos, es culturalmente resistente (sinó-
nimo de atrasado) (citado por Marglin, 2000).
Por supuesto, Sauer no fue el más exitoso y connotado empleado de la Fundación Rockefeller, ni mucho menos obtuvo reconocimien-to de sus pares científicos, a pesar de que no se equivocó en su interpretación ni en sus retadoras predicciones.
Propuse comparar los argumentos campesinos con los de un cientí-fico involucrado en la Revolución Verde para poner en evidencia que la capacidad para una reflexión inteligente, que permita una perspectiva predictiva correcta, no es privativa de la formación académica o científica. Es claro que los campesinos manejan tam-bién un pensamiento estratégico frente a las contingencias del medio ambiente, independientemente de que su táctica para el manejo agrícola en el presente haya sido minada por la moder-nización agrícola. Cuando los campesinos se resisten a aceptar los argumentos tecnocientíficos que promueven cambios en la agricultura, estos son desvalorizados por los modernizadores, no tanto por carecer de bases científicas, sino porque representan una traba en la desarticulación del tejido sociocultural campesi-no, paso clave para desplazar su fe en los Ches y en los amos de las lagunas a la fe en las casas comercializadoras del agro-negocio mundial de las semillas y de los agroquímicos.
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Por esta vía de reflexión, comprendí que un grupo de campesinos y de campesinas que cuentan con solidez predictiva y con capa-cidad de pensamiento estratégico son los aliados claves para concebir un programa de investigación en el rescate de las papas nativas, y que lograr esta alianza pasaba por aprender a dialogar con sus señales. Eso fue lo que hice y hago gracias a que los cam-pesinos no tienen prejuicios para trabajar con científicos, siempre que sea en términos de mutuo respeto y de participación; el inicio de esta vivencia es lo que reconstruyo en el artículo que escribí en el año 2005 (Romero y Monasterio, 2005).
La alianza científico campesina y la universidad: hay señas que cierta ceguera no permite ver
Paso ahora al tema del ámbito institucional académico que me es propio: la Universidad de Los Andes de Mérida, en Venezuela. En el aludido trabajo (Romero, 2003) la hipótesis de la alianza científico campesina se sustentaba en la posibilidad de cambios institucio-nales respecto al carácter y la administración de la investigación universitaria. Debo anticiparme a decirles que a diferencia de mi amplia satisfacción en el plano vivencial con los campesinos, el devenir en este plano de los necesarios cambios universitarios forma parte de mis expectativas decepcionadas. En el momento en que propuse este escenario, comenzaban a florecer iniciati-vas novedosas como las agendas de investigación orientada, del Consejo de Desarrollo Científico Humanístico y Tecnológico, que es el ente financiador de la investigación en la mencionada uni-versidad. Una de las pocas agendas que lograron estructurarse, no sin pocas dificultades, fue la llamada “Agenda papa”. El motivo de mi buen ánimo de entonces fue que la “Agenda papa” comen-zó a desarrollarse como un programa abierto y razonablemente integrador de las unidades de investigación participantes. Fue asimismo un programa osado en el mecanismo de relación con los beneficiarios no académicos de la investigación, pues expe-rimentó con mecanismos paritarios de votación democrática para priorizar los temas de investigación que serían financiados. A
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Desafortunadamente, algo o muchas cosas de la “Agenda papa” incomodaron a ciertos grupos directivos de la universidad, tanto que la agenda murió sin pena ni gloria, a pesar de que represen-taba una oportunidad para desmontar la absurda posición de “actividad de segunda” que la deteriorada práctica universitaria ha reservado para la investigación. A partir de allí siento que un fuerte retroceso ha ido ocurriendo en la universidad, no sólo en este aspecto de la investigación como actividad adicional, com-plementaria, mas no fundamental dentro de las funciones univer-sitarias, sino también en la estructuración de un discurso cerrado sobre sí mismo que justifica la universidad como una especie de asociación para la defensa de intereses gremiales y grupales.
Así, en este momento la Universidad de Los Andes proyecta la ima-gen de ser un aparato para la defensa: la defensa del presupues-to, la defensa de la autonomía, la defensa de la dignidad univer-sitaria. No tengo nada en contra de defender estos atributos y componentes de la universidad, si es que alguien aclara para qué vamos a usarlos, más allá que para defender nuestras estrictas conveniencias gremiales. El experimento de la “Agenda papa” me animó hace unos años a pensar que la autonomía, el presupuesto y la dignidad universitaria serían los instrumentos para ponernos en una posición de vanguardia: que retaríamos a la vieja univer-sidad que forma profesionales obedientes para una vida egocén-trica al servicio del capital, que cuestionaríamos esa ciencia que se pretende universal, sin historia y sin contexto cultural ni socio-político, que ingresaríamos a la joven corriente que clama por un cambio paradigmático para la “restitución de la ciencia a los suje-tos y del sujeto a la ciencia”. ¿Demasiado optimismo, demasiada juventud, demasiado encantamiento paramero? No lo sé.
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Así lo percibo y así lo digo: como institución universitaria, aún enar-bolando palabras de vanguardia, hemos retrocedido; buscando una supuesta libertad, nos hemos encerrado. Rectifico entonces una de las condiciones para la alianza científico campesina: sin cambios institucionales sustanciales a la vista, la participación se restringe al proyecto de algunos investigadores y a una parciali-dad de la Universidad. Lamento profundamente que este sea el estado de las cosas.
La participación y la búsqueda de un conocimiento transformador
El tercer ámbito de consideraciones que anticipé me lleva al escena-rio socio-político actual, al que entiendo como un contexto en el que se desarrolla una pugna muy desequilibrada entre tres enti-dades: el Estado, el mercado y la sociedad. En esta pugna, Estado y mercado hacen una alianza exitosa, compartiendo las ventajas que dan la objetividad, la predictibilidad, la planificación y los indicadores. La sociedad, en cambio, es el campo de lo imprede-cible, de los caprichos humanos y de los desarreglos inesperados, en fin, el campo de la subjetividad. Mercado y Estado llevan hasta ahora la batalla ganada en desmedro de la sociedad, y con amplia ventaja para el mercado. Mercado y Estado se sirven, someten y moldean a la sociedad, y ambos son implacables en esta labor. Para ello cuentan con una ciencia a su medida, con una ciencia que desestima el campo de lo social, pues no puede ni quiere lidiar con esta condición de incertidumbre que lo rodea.
La respuesta al “para qué investigar” desde otra perspectiva de lo científico asume ribetes desafiantes, más bien subversivos. Ya no se trata sólo de una diatriba teórica o del placer de una vivencia. Se trata de una búsqueda hacia un conocimiento intencionado, que toma partido, en este caso, en mi caso, por la sociedad. Esta parcialización necesaria hacia lo social la justifico no sólo como un deber ético, dadas las alarmantes y trágicas desigualdades que en el plano de lo económico y de lo político se suceden a esca-la planetaria, nacional y local, sino como la única esperanza de
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contribuir con la construcción de una utopía hacia una sociedad humana realizable.
Hasta ahora hemos tenido más que suficiente de un conocimiento para la manipulación tanto de lo ambiental como de lo social al servicio del mercado y de un Estado permisivo con los abusos del mercado. Necesitamos contribuir con la esperanza de un conoci-miento que reivindique lo social, lo histórico, lo particular frente a los enunciados reguladores políticos y económicos. Sin embargo, lograr la valoración de este tipo de conocimiento no depende sólo de un esfuerzo desde el campo de lo científico, por el contrario, quedándonos en el plano de lo meramente científico enfrenta-mos la paradoja de que necesitamos conocimientos para ayudar a reconstruir el tejido social, pero que en ausencia de tejido social no puede impulsarse un cambio en la valoración del conocimien-to. Creo que la paradoja se resuelve en el plano de la práctica y de la participación social, mas no en el plano de lo teórico-investigativo.
Yo he intentado jugar un rol en la búsqueda de la alianza científico campesina. Un rol que me lleva a la actuación como animadora social para ayudar a la autorreflexión sobre cómo ese pequeño y singular grupo de agricultores conservacionistas de papas nati-vas pueden cobrar conciencia, por sí mismos, de la importancia de su aporte en la reconstrucción de la seguridad alimentaria. Su hazaña de conservar las papas nativas la realizan al margen del Estado, y a pesar del mercado. Por tanto su reivindicación no puede ser usada para seguir engordando más el mercado y la mar-ginación social y política.
La participación social es también una oportunidad para la investi-gación y un espacio de producción de conocimiento. El resultado de esta experiencia pudiera o no traducirse en un artículo cientí-fico. Pero esto no es lo importante. Lo que se gana, como afirma Barnett Pearce (1995) desde el construccionismo social, es una sabiduría acerca de cómo funcionan las cosas en el mundo. Lo importante es también que en esta esfera de la participación es posible recrear las estructuras de conocimiento para replantear-nos, no sólo el mundo tal cual es, sino el mundo como nos gustaría que fuera. Estos sueños son posibles, y no meras elucubraciones,
82
porque en nuestros páramos, en un ambiente donde aparente-mente no suceden cosas importantes, están los contraejemplos vivos del absolutismo del mercado y del falso paradigma de que el Estado puede prescindir del saber social. En todo caso, sé que hay cosas, hay sueños, hay utopías pequeñas o grandes que dependen de otras fuerzas. Por el momento acompaño esta pequeña utopía de rescatar unas papas olvidadas y despreciadas por la moderni-zación agrícola, contando en este momento con nuevos aliados dentro y fuera de mi universidad.
EpílogoQuisiera terminar este recuento de mis respuestas a mi interroga-
ción sobre la nueva cientificidad citando a un notable militante del movimiento mundial que aspira a la “restitución de la ciencia a los sujetos y del sujeto a la ciencia”, el físico Ilya Prigogine (1995). Al final de su trabajo “De los relojes a las nubes” nos dice:
No podemos tener la esperanza de predecir el futuro, pero
podemos influir en él. En la medida en que las predicciones
deterministas no son posibles, es probable que las visiones
del futuro y hasta las utopías desempeñen un papel impor-
tante en esta construcción. Hay personas que le temen a las
utopías, yo le temo más a la falta de utopías. ¿Estaremos asis-
tiendo a un momento de transición de la Humanidad hacia
una nueva etapa en que un mayor número de personas parti-
cipen en la cultura? Por supuesto, esto es hoy sólo una espe-
ranza. Sigue siendo una utopía; pero estoy persuadido de que
es posible progresar y en ese progreso la nueva etapa de la
ciencia cumplirá un papel esencial.
Ciencia para conocer, ciencia para transformar, ciencia para dialogar con otros conocimientos y también ciencia para soñar: esta es la visión que, en síntesis, quería compartir.
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cultura y subjetividad”. En: D. Fried
Schnitman (comp.) Nuevos paradig-
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andinos como región natural. Carac-
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metáforas comunicacionales: el
pasaje de la teoría a la praxis, del
objetivismo al construccionismo
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reflexividad”. En: D. Fried Schnitman
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y subjetividad. Buenos Aires: Paidós.
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las nubes”. En: D. Fried Schnitman
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racionalidad socio-ambiental en Los
Andes paperos de Mérida. ¿De qué
depende?”. En: Fermentum, Mérida:
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Un pasivo socioambiental de la
modernización agrícola en Los Andes
de Venezuela. ¿Es posible recurpe-
rarlas?”. En: Boletín Antropológico,
Mérida: Venezuela, 23, 107-138.
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impacto de las
tecnoloGías de la
información y la
comunicación en la cultura de la enseñanza a distancia
para la educación universitariaKarinne Terán Korowajczenko
Venezuela
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ResumenEn todos los ámbitos de la sociedad se ha hecho evidente la
influencia de las Tecnologías de la Información y la Comunica-
ción (TIC), las cuales están interviniendo significativamente en
la cultura educativa. Esto conduce a replantear muchos de los
procesos pedagógicos en la educación universitaria a distan-
cia actual, debido a que la utilización de estas herramientas no
es un fin, sino un medio para apoyar el desarrollo de un nuevo
modelo de comunidad educativa. Por lo tanto, la formación
integral del estudiante requiere ahora del estudio de la reali-
dad sociocultural en la cual se desenvuelve, lo que repercute
directamente en el proceso de enseñanza. Este no dependerá
únicamente de los materiales de instrucción, sino del docente-
tutor y deberá ser abordado desde un enfoque multicultural
e interdisciplinario, que necesita, asimismo, de una actitud
crítica frente a las consecuencias que las TIC generan en las
diversas actividades humanas, en especial en la educación.
De esto se desprende una de las condiciones esenciales para
la eficiencia de las TIC en la enseñanza a distancia: el cambio
de mentalidad o la apertura hacia nuevas maneras de hacer y
plantear la acción pedagógica.
Palabras clave
Tecnologías de la información y la Comunicación (TIC)
Enseñanza
Cambio cultural
Educación universitaria
Educación a distancia
Entornos virtuales
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L’influence des Technologies de l’Information et la Communication dans la culture de la éducation universitaire à distance
L’influence des Technologies de l’Information et la Communi-
cation (TIC) est visible dans tous les domaines de la société
en particulier dans la culture éducative. Cela nous mène à
reposer plusieurs processus pédagogiques dans l’actuelle
éducation universitaire à distance puisque l’usage des outils
pédagogiques n’est pas le but, mais un moyen pour appuyer le
développement d’un nouveau modèle de communauté édu-
cative. Pour cette raison, la formation intégrale de l’étudiant
exige une étude de la réalité socioculturelle dans laquelle
il vit ; ce qui a une conséquence directe sur le processus
d’enseignement. Ce processus n’est pas absolument dépen-
dant des livres utilisés, mais il est dépendant du professeur-
enseignant et par conséquent il doit être abordé en utilisant
une approche multiculturelle et interdisciplinaire. Pour cela,
il s’avère nécessaire d’adopter une attitude critique vis-à-vis
les conséquences que les TIC entraînent dans les activités
humaines, particulièrement dans l’éducation. Cette idée
emporte avec soi la condition fondamentale pour contribuer à
l’efficacité des TIC dans l’éducation à distance : un changement
d’esprit ou l’ouverture vers nouvelles manières de faire et
poser l’action pédagogique.
Mots clés
Technologies de l’information et la Communication (TIC)
Enseignement
Changement culturel
Éducation supérieure
Éducation à distance
Environnement virtuel
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Impact on communication and information technologies in the distance learning culture for university education
In all fields of society the influence of Information and Commu-
nication Technology (ICT) is evident, significantly intervening
in education culture. This influence leads to redefine many
pedagogical processes in current long-distance university
education, because the usage of those tools is not the aim,
but a way to support the development of a new model of edu-
cative community. For that purpose, the integral formation
of the student needs to know the socio-cultural reality the
person is involved, which will directly impact the process of
education; it will not only depend on the education materials,
but on the teacher-tutor and must be raised from a multicul-
tural and interdisciplinary approach, which also needs to be
critic before the consequences that ICT makes in many human
activities, specially education. One of the main conditions for
an efficiently long-distance ICT education is to change people’s
mind or find new ways of making or planning the pedagogical
action.
Key words
Information and Communication Technology (ICT)
Learning
Cultural change
Higher education
Long-distance education
Virtual environment
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Impacto das tecnologias da informação e a comunicação en la cultura de la enseñanza a distancia para la educación uni-versitaria
Em todos os âmbitos da sociedade, tem sido evidente a influencia
das Tecnologias da Informação e Comunicação (TIC), as quais
intervêm significativamente na cultura educativa. Isto faz que
se voltem a projetar muitos dos processos pedagógicos atuais
na educação universitária a distancia, devido à utilização
destas ferramentas não é um fim, mas um meio para apoiar o
desenvolvimento de um modelo de comunidade educativa.
Por tanto, a formação integral do estudante requer agora
do estudo da realidade sociocultural onde se desenvolve,
repercutindo direitamente no processo de ensino, o qual não
dependerá unicamente dos materiais de instrução, más tam-
bém do docente-tutor e deverá ser abordado desde um foco
multifuncional e interdisciplinar, que precisa de uma atitude
crítica frente às conseqüências que as TIC geram nas diversas
atividades humanas, especialmente na educação. Por tanto se
desprende uma das condições essenciais para a eficiência das
TIC no ensino a distancia: a mudança de mentalidade ou aper-
tura às novas maneiras de fazer e conceber a ação pedagógica.
Palavras chave
Tecnologias da Informação e a Comunicação (TIC)
Ensino
Mudança cultural
Educação superior
Educação a distancia
Ambientes virtuais
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IntroducciónEste trabajo pretende mostrar un panorama general de las relaciones
entre las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) y la educación a distancia. En la primera parte se ofrece una pequeña contextualización de las TIC y se expone su alcance en la educa-ción. Esto es pertinente porque, actualmente, estas tecnologías significan tantas cosas, y tan diversas unas de otras, que comien-zan a perder sentido, parecen no ser nada por serlo todo. Son, entonces, una suerte de caja de sorpresas donde cada quien con-sigue la satisfacción de las necesidades y la conquista de los fines del proceso educativo, así como la solución de todos los proble-mas académicos. La idea no es desestimarlas o desvalorizarlas, sino tratar de poner en evidencia lo que en ellas podría ser consi-derado esencial, dejando a un lado lo añadido o accidental. En la segunda parte se explica una de las condiciones fundamentales para la eficiencia de las TIC en la educación a distancia: la apertura hacia nuevas maneras de hacer y plantear la acción pedagógica por parte de los docentes y de los estudiantes.
En efecto, no basta la descripción de las nuevas tecnologías apli-cadas a la educación ni la reflexión que suscita la influencia que demuestran tener en este ámbito; también es imperioso replan-tear el ejercicio y la función de la docencia. En relación con esto último, se observa, en general, como parte del mundo académico, una perspectiva etnocéntrica; sus actores, en numerosos casos, analizan este mundo desde criterios y preferencias particulares y limitados modelos institucionales de costumbres, prácticas y valores. Por eso, si queremos saber por qué una herramienta tec-nológica dada facilita el aprendizaje, y no cualquier otra, necesi-tamos saber también quién la ha elegido. Y es que el estudiante, en ese caso, dependerá del responsable de la escogencia, la cual generará obstáculos subjetivos y objetivos, unos y otros inextrica-blemente relacionados.
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Este trabajo se fundamenta en un enfoque introspectivo-vivencial, que permite conocer el tema con la comodidad que proporciona estudiar la realidad, tal como ella aparece en la conciencia sub-jetiva, lo cual hace posible que lo expuesto pueda ser refutado y criticado por los lectores.
Las TIC en la educación universitaria
La necesidad de satisfacer la creciente demanda de ingreso a la educación universitaria ha requerido la implementación de soluciones distintas a las tradicionales. La educación como pro-ceso bidireccional ha sido reivindicada con la incorporación de las TIC como componente integral, produciendo así cambios de carácter social, intelectual y emocional. Un aspecto esencial para comprender los procesos de la enseñanza actual es la interacción entre los estudiantes y los entornos virtuales. En esta dinámica, el educador y los materiales de instrucción (en este caso digita-les) se convierten en factores mediadores, y la tecnología, como fuerza motora del cambio que tiene lugar, no sólo determina las formas que adquiere la interacción, sino también el acceso al conocimiento; al mismo tiempo, aparece una nueva forma de ver, concebir y usar este conjunto de herramientas (las TIC) en el ámbi-to de la educación.
La enseñanza a distancia tradicional se ha transformado en una nueva modalidad que no deja de crecer como consecuencia de las TIC. Según Adell (1997) las TIC son: “... el conjunto de procesos y productos derivados de las nuevas herramientas (hardware y software), soportes de la información y canales de comunicación relacionados con el almacenamiento, procesamiento y transmi-sión digitalizados de los datos”.
En este mismo orden de ideas, García, Bartolomé y Cabero, citados en Miratia (2005) agrupan a las TIC en tres grandes sistemas de comunicación:
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El video, la informática y la telecomunicación, los cuales
abarcan los siguientes medios: el video interactivo, el video-
texto, el teletexto, la televisión por cable y satélite, la web con
sus hiperdocumentos, el CDROM, los sistema multimedia, la
teleconferencia en sus distintos formatos (audio conferencia,
videoconferencia, conferencia audiográfica, conferencia por
computadora y teleconferencia desktop), los sistemas exper-
tos, la realidad virtual, la telemática y la telepresencia (12-13).
Dados los cambios que estas tecnologías generan en la educación universitaria a distancia, y considerando que la formación inte-gral del estudiante requiere, desde un enfoque multicultural e interdisciplinario, el estudio de la realidad sociocultural en la que él se desenvuelve, resulta entonces necesario incorporar una actitud crítica frente a los efectos que las TIC producen en las más diversas actividades humanas, sobre todo en la educación.
Aparece entonces otra necesidad: la capacitación permanente de las personas involucradas en el uso de las TIC dentro del proce-so educativo. Ahora bien, la formación no debe centrarse sólo en lograr la interacción con las tecnologías, sino también con el conocimiento. Esto acarrea la modificación de los materiales de instrucción y, especialmente, del papel del educador, en virtud del nuevo rol que debe ejercer. Se trata de un cambio significati-vo: pasar del rol de transmisor del conocimiento al de mediador en su construcción por parte de los estudiantes. Se hace posible, así, la comprensión, la organización y la aplicación creativa de los saberes por parte de los integrantes de un grupo, sin que importe el tiempo o la distancia.
La enseñanza a través de archivos digitalizados y otros materiales (objetos de aprendizaje) se transforma. Se accede a imágenes, música, textos y señal televisiva, a través del mismo código, el digital, y de los mismos soportes: CD-ROM, cable telefónico, fibra óptica, microondas y satélites. Ocurre, por ello, la integración entre la oralidad, la escritura, la iconografía y el video, y, en conse-cuencia, hay un énfasis en la intención, el tono y el gesto. Se puede hablar y escribir alternativamente, dependiendo de la situación y
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la plataforma y permitiendo la yuxtaposición palabra-sonido-ima-gen-video. También se produce la evocación de emociones, algo aún más evidente cuando se incorpora la cámara digital. En cuan-to al chat, se pone de manifiesto el cambio inmediato de palabras a iconos, y la escritura incorpora elementos del habla y la oralidad junto a los signos de la escritura.
Por lo expuesto, las TIC en la educación universitaria a distancia no son ni pueden convertirse en un fin. Deben ser vistas como medios de comunicación para apoyar el desarrollo de un nuevo modelo de comunidad educativa. Ello supone la necesidad de profundizar en las competencias técnicas que poseen sus usuarios, conside-rando los factores personales y contextuales que influyen en la adquisición de los conocimientos. Para conseguir esto, es nece-sario conocer cuáles son sus necesidades educativas y organizar las acciones pedagógicas oportunas que faciliten el aprendizaje.
En cuanto a la comprensión de las tecnologías a las que nos hemos venido refiriendo, es ineludible considerar el fin al que están diri-gidas. Cada herramienta tiene una función, y esta, en numerosas ocasiones, se cumple sin conocimiento de sus causas y efectos. El clic, por ejemplo, puede servir para ilustrar esta afirmación. Pocos usuarios saben los procesos que desencadenan cuando usan el ratón. Apenas conocen el último de una larga cadena de resulta-dos: controlar el movimiento del mouse y lograr que el puntero se detenga en el sitio deseado. Lo que pasa dentro del computador o lo que significa activar un comando, botón o hipervínculo, es algo que se conoce menos. Este ejemplo plantea la mayor o menor uti-lidad de los instrumentos. Ahora bien: ¿no basta con hacer clic en el punto deseado? ¿Para qué aprender más sobre las funciones y operaciones de estas tecnologías?
Si se ejecutan acciones sin conocer sus causas, condiciones y efec-tos, el usuario se convertirá entonces en causa, condición y efecto de las acciones de otros. Es normal llevar a cabo propósitos y reali-zar actividades sin conocerlas a fondo; al mismo tiempo, el hecho de que alguien haga algo no demuestra que entiende lo que hace. Existe el desafío de inventar modos de enseñar las tecnologías, el acceso a la infraestructura, a los soportes o a la conectividad, aten- Im
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diendo a las posibilidades de interacción y a las potencialidades de apropiación significativa por parte de los usuarios. Además, hay que excluir lo habitual o rutinario, lo que ha sido enseñado y aceptado hasta el momento, para romper las barreras asociadas a la poca o ninguna coincidencia entre los métodos tradicionales en la educación y las TIC, las cuales se sitúan en el centro de una nueva cultura.
El cambio cultural como condición
El conocimiento es el resultado de la acción y de la experiencia. Al actuar, al hacer algo, se adquiere experiencia, la cual, a su vez, se eleva a conciencia y conocimiento; estos, respectivamente, son guía y aplicación en la ejecución eficiente de acciones posteriores. De esta manera se amplía, gradualmente, el conocimiento reque-rido para dominar el medio tecnológico y extender el horizonte en el ámbito de los aprendizajes humanos.
Casi todas las experiencias en la educación a distancia son el resul-tado de lo que los estudiantes hacen por sí mismos. Esas experien-cias cuentan con la mediación de los materiales puestos a dispo-sición de los educandos. Con las TIC ocurren cambios, ya que las relaciones humanas (el intercambio social), la interacción con la tecnología y la experiencia directa entre los tutores y los alumnos proponen nuevas preguntas: ¿Cuáles son las estrategias requeri-das para la enseñanza en esta modalidad de aprendizaje?, ¿qué factores las determinan?, ¿quiénes se benefician en última instan-cia de este proceso?
Se podría comenzar a responder estas interrogantes proponiendo un cambio de paradigma. Por una parte, las concepciones deriva-das de un entorno tecnológico no responden necesariamente a la realidad, sino más bien a un plano al que se ajustan las percepcio-nes de los que están inmersos en ese contexto, las cuales pueden no ser adecuadas. Por otra, en el paradigma tradicional, la práctica más característica y habitual en la educación universitaria es la clase teórica, que, por sí sola, no es recomendable para el fomento del aprendizaje autónomo de los estudiantes. Por lo tanto, el énfa-
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sis no debe recaer en el conocimiento instrumental, pues ahora se requieren diseñadores de pensamientos, lo que involucra la comprensión de muchos aspectos para desarrollar o crear nuevos conocimientos, surgidos de la reflexión, que sostengan efectiva-mente el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Otro factor que influye en la percepción es la oralidad. Por lo general, un estudiante, antes de ingresar a la modalidad de la educación a distancia, está acostumbrado a situaciones de enseñanza pre-sencial en las que un profesor asigna un objetivo de aprendizaje y brinda toda la información necesaria para alcanzarlo. Es el mode-lo en el que se siente cómodo, ya que responde a lo que experi-mentó desde el inicio, y en las etapas posteriores, de su formación.
Pero las competencias para desenvolverse en un ámbito sociocultu-ral con mayor presencia de la tecnología digital son distintas. Si se mantiene el modelo convencional utilizado en la educación a dis-tancia, predominará la escritura, por lo que el estudiante deberá convertirse, de nuevo, más en un lector que en un receptor auditi-vo del aprendizaje. A la vez, con la presencia de la tecnología, este proceso lector se ve transformado; aparecen, por ejemplo, los hipertextos, por lo que se producen fragmentaciones: se lee un correo electrónico y/o se pasa a una descarga de archivos, página Web o imagen, entre otras posibilidades. De este modo, hay una fractura de la materialidad del objeto, afectando las formas en las que el estudiante se relaciona con el conocimiento, con los otros y consigo mismo.
Las nuevas interacciones producidas por las TIC involucran varios cambios. En primer lugar, la utilización adecuada de las tecnolo-gías; a la vez, la incorporación de estas, por la vasta gama de herra-mientas que brindan, amplía el abanico de posibilidades pedagó-gicas. Es precisamente en este entorno virtual (en un contexto que tiene una magnitud mundial que no reconoce fronteras geográ-ficas, culturales o étnicas) donde ocurren fenómenos que están cambiando radicalmente las maneras en que los docentes y estu-diantes se desempeñan en el diario vivir, en el modo en que apren-den, investigan, estudian, trabajan, se comunican e interactúan con el entorno social. Al tener información virtual (publicaciones Im
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electrónicas, sitios web, chats, listas de discusión, correo electróni-co, entre otros), actualizada en cualquier momento y en cualquier parte del mundo, además de disfrutar de la posibilidad de interac-ción, con la consiguiente ruptura de las barreras de espacio y tiem-po, se practica otra manera de enseñar e investigar, lo cual es indis-pensable para la transformación de la educación y constituye un cambio de comportamiento de los actores vitales en este proceso.
Otra mutación es el cambio del lugar de participación en el que se producen las situaciones de aprendizaje hacia una zona de nue-vas experiencias. Dovey (1985) señala, a propósito de los compo-nentes esenciales de un lugar: “Las personas, entornos y signi-ficados y sus relaciones están sujetas a los cambios propios del tránsito de las personas por los distintos lugares a lo largo de su vida, que incluye, por ende, los cambios en los significados en dicha relación.”
Así, el lugar de participación tradicional es el salón o aula de clases, con sus connotaciones cognitivas, culturales, afectivas y con-ductuales. Ha sido considerado como el centro del aprendizaje en la vida académica, el lugar donde se forman los ciudadanos, hombres y mujeres de provecho. Allí se adquiere el conocimiento y se trasmiten y asimilan los valores académicos. Además, alber-ga nexos sociales estrechos, ya que la interacción de las personas con este entorno los provee de identidad y significado. Se gene-ra así dependencia con respecto a un lugar, lo cual, en el contex-to académico, equivale a la identificación con las cualidades y dimensiones físicas del entorno, con énfasis en la seguridad, el confort, el apego, la privacidad y la satisfacción.
Por su parte, Relf (1976) afirma que los lugares están compuestos:
Por las actividades que allí se realizan y las funciones que
cumplen, los rasgos y la apariencia del lugar y el significado
del lugar para sus ocupantes. Todo lugar es experimentado
tanto individualmente en función de la experiencia personal
como grupalmente por la pertenencia a distintos grupos.
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Las TIC, por su parte, proveen entornos virtuales que también son lugares o ambientes de aprendizaje, donde se redefinen los lími-tes de espacio y tiempo y en los que ocurre un tránsito digital por distintos escenarios. En este sentido, las actividades realizadas en la captación de información, en su almacenamiento, distribución y manipulación, varían, y, además, hay que considerar que son vividas individual y grupalmente. Esto modifica la actuación del individuo en la sociedad. Es así como llegamos al concepto de aula virtual, una dimensión dinámica y dialéctica.
Partiendo de una orientación transaccional, hay que discernir lo que es el aula virtual, su uso y su impacto en la enseñanza a dis-tancia. Entendida como proceso, y dado el carácter mental de su construcción, referirnos al aula virtual implica describir las tran-sacciones físicas, sociales y psicológicas por las que las personas, en este caso profesores y estudiantes, comparten este espacio; asimismo, incluye descubrir lo que le da valor a ese entorno y los cambios que evidencia en el tiempo; también, cómo se constituye una identidad por medio de ideas, símbolos e imágenes.
Tenemos, entonces, una acción interna (pensamientos, emociones, deseos, necesidades), y, a la vez, otra que se orienta hacia el exte-rior (personas, objetos, hechos, fenómenos), hacia una interac-ción con el medio, en este caso tecnológico, y en la que se incluye el tipo de adaptación que este requiere. La multiplicidad de herra-mientas y plataformas crea significados nuevos, diferentes, pero vale la pena preguntarse: ¿hasta qué punto las experiencias de estos usuarios con esos medios pueden asociarse y/o disociarse de las experiencias en el aula presencial?
Como consecuencia lógica de lo anterior, surgirán otros conflictos sociales, que partirán, casi siempre, de un problema individual. Se requerirá un mayor esfuerzo por parte del docente, pues tendrá que determinar las preferencias y hábitos individuales y colec-tivos, inseparables, unos de otros, en las relaciones sociales exis-tentes. No obstante, además de las discrepancias y concordan-cias entre las dimensiones presencial y virtual del aula de clases, es necesario tener en cuenta que el lugar es más que la suma de ambas, ya que de este forman parte primordial procesos radicados Im
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en las estructuras afectivas y cognitivas profundas de las personas. Estas estructuras se transforman cuando se imprime significado, contenido y familiaridad al espacio vivido. Constituyen una inte-gración de experiencias, sentimientos y acciones en distintos pla-nos. Se elaboran en relación con el contexto en el que esos planos se producen y se transmiten por medio del lenguaje, oral o escrito, y de la interacción social.
Impacto de las TIC en la enseñanza a distancia
Más allá de su origen, toda acción humana llega a completarse por la acción de otras personas y por las exigencias de objetos (en el caso de la educación, materiales instruccionales / herramientas tecnológicas) interpretados en una cultura dada. Las categorías que expresan una relación del sujeto con su realidad dentro de la actividad académica (comunicación, información, conducta, motivación), conducen a la aprehensión de esa realidad a través de formas culturales desarrolladas socialmente; si se analiza bien este planteamiento, se puede observar que la tecnología y la sociedad son entidades que hay que conquistar paso a paso, cada día. Son muchos los obstáculos, por lo que, para emprender accio-nes en esta materia, se deben identificar y superar los impedimen-tos interpuestos por los sujetos o derivados de las herramientas tecnológicas. En cuanto a las ideas y comportamientos de docen-tes y estudiantes, y con el fin de verificar el proceso cognitivo, se procura determinar en qué medida son ciertas las convicciones y los mitos inculcados a través de las instituciones educativas y del entorno donde ellos habitan.
Desde una postura ontológica, la enseñanza a distancia apoyada en las TIC es relativista, dado que las realidades se aprehenden como construcciones que son sociales en tanto surgen de la inte-racción. Esta se produce a través de la comunicación digital con la mediación de un objeto tecnológico o una red, y los significa-dos asignados a las construcciones referidas cambian en virtud de la multiplicidad de las interacciones. Epistemológicamente, es transaccional-subjetivista, ya que reconoce el papel, para la ela-
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boración del conocimiento en esos entornos de aprendizaje, de la subjetividad y de los valores de los actores en conjunción en este proceso educativo. Es monista, ya que el docente debe fusionarse en una sola entidad no sólo con las herramientas tecnológicas, sino también con sus estudiantes a través de sus interacciones. Metodológicamente, es hermenéutica-dialéctica, ya que el profe-sor interpreta las construcciones y las discute con sus estudiantes a través de un intercambio en el que estas se transforman en otras nuevas, renovadas y más ricas en información que las anteriores.
Esto establece un nuevo desafío o reto para el docente, universitario o no: el paso del discurso a la práctica pedagógica de una manera congruente. Por ello, los profesores, que se expresan en un len-guaje actual y trabajan con frecuencia bajo la presión del tiempo, deben ofrecer estrategias adicionales para que la interacción, que conduce al aprendizaje mediado por la tecnología, permita tras-cender las necesidades inmediatas, más allá del aquí y ahora, o las preocupaciones del receptor.
Reflexiones finalesResulta evidente que la educación universitaria ha de adecuar sus
procedimientos y estructuras para promover el desarrollo inte-gral de los estudiantes. Esto es inevitable si se busca la adaptación a modalidades de formación más acordes con las necesidades que la sociedad actual presenta.
La dimensión temporal de la tarea del docente es esencial, ya que, en un primer momento, se precisa un mayor grado de estructuración y de intervención por parte del profesor-tutor. Progresivamente, emergen situaciones controladas en mayor medida por el alumno. De esto se deriva que la enseñanza no constituye un a priori que se puede definir y evaluar con un conjunto de variables previamente determinadas en las que residen los significados, sino que es pro-ducto de las actividades y experiencias que en ella tienen cabida, y que son investidas de significados que cambian con el tiempo y con las circunstancias. Es forzosa la inclusión de eventos tecno-lógicos ajenos al control de los participantes (mantenimiento de la plataforma, caída de la red, entre otros), así como los procesos Im
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de interacción social referidos a la reflexión crítica sobre la acción educativa y la colaboración que ella exige dentro del proceso pedagógico.
A partir de esto, los profesores y estudiantes podrán escoger hasta cierto punto la relación que prefieren entre las TIC y las herra-mientas que se les ofrecen. Así, unos y otros crean condiciones en una nueva cultura que sólo puede surgir de la crítica creadora de la actual, convirtiéndola en fundamento de una acción vital, en elemento de una condición intelectual y moral, puesto que pasa a formar parte inseparable de su vida cotidiana y académica.
Para cerrar, la autora de este trabajo está consciente de que aunque se han llevado a cabo estudios profundos sobre el tema, este dista de estar agotado. No sólo sigue siendo estudiado, sino que, proba-blemente, lo será aún durante mucho tiempo.
102
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Jóvenes y muJeres en el
mercado de trabaJo
brasileño La vivencia desigual
de precarización del trabajoLorenzo Frangi y Selma Silva de Jesus
Brasil
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ResumenEn esta investigación se evalúan las dinámicas sociales de pre-
carización social del trabajo en Brasil y las implicaciones para
los trabajadores. Para ello, nos enfocamos en las instituciones
formales y en algunos indicadores recientes del mercado de
trabajo y, además, destacamos el caso de los jóvenes y las
mujeres. Este recorte se justifica fundamentalmente por dos
razones. En primer lugar, se ha comprobado que la flexibili-
zación de la ley laboral empeoró la precarización del trabajo,
teniendo en cuenta que los cambios implementados reduje-
ron los derechos alcanzados por los trabajadores y, en segun-
do lugar, el análisis reciente del mercado de trabajo revela
que aunque la precarización del trabajo se ha generalizado,
es decir, ha llegado a todos los trabajadores, hay una vivencia
desigual de este fenómeno, cuyos indicadores más expresivos
son las elevadas tasas de desempleo y las distintas formas de
inserción ocupacional entre las mujeres y los jóvenes. Este
trabajo fue estructurado en tres partes fundamentales. Prime-
ro, abordamos los conceptos sobre precarización social del
trabajo. Luego, analizamos los cambios realizados en las insti-
tuciones formales del mercado de trabajo a lo largo de los años
noventa. Para culminar, presentamos algunos indicadores de
precarización social del trabajo en Brasil y problematizamos,
a lo largo del debate, la vivencia desigual de esa precarización,
teniendo como foco la situación de la mujer y de los jóvenes en
el mercado de trabajo.
Palabras clave
Empleo
Precarización
Desigualdad
Mercado de trabajo
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La situation des jeunes et des femmes dans le marché du travail brésilien Inégalité et précarisation sociale du travail
Dans cette recherche, les dynamiques sociales de précarisation
sociale du travail au Brésil et ses implications pour les travai-
lleurs ont été évaluées. Pour le faire, on s’est concentré aux
institutions officielles et sur quelques indicateurs récents du
marché du travail. En plus, on a fait remarquer le cas particu-
lier des jeunes et des femmes. Cette réduction a été justifiée
par deux raisons : premièrement, la flexibilisation de la loi du
travail a empiré la précarisation du travail puisque les change-
ments établis ont réduit les droits obtenus par les travailleurs.
Deuxièmement, l’analyse récente des taux de chômage
montre que même si la précarisation du travail est générale
puisqu’elle affecte tous les travailleurs, ce phénomène, dont
les indicateurs les plus clairs sont les taux de chômage et les
différentes formes d’insertion professionnelle chez les jeunes
et les femmes, est expérimenté par les gens d’une manière
inégalitaire.
Ce travail a été structuré en trois parties fondamentales.
D’abord, on a travaillé avec les concepts de précarisation socia-
le du travail. Après, on a analysé les changements qui ont eu
lieu dans les institutions officielles du marché du travail dans
les années 90. Finalement, on présente quelques indicateurs
de précarisation sociale du travail au Brésil et l’on probléma-
tise tout au long du débat les inégalités entre les expériences
vécues par les gens en ce qui concerne la précarisation du
travail en prenant comme point de départ la situation des
femmes et des jeunes dans le marché du travail.
Mots clés
Emploi
Précarisation
Inégalité
Marché du travail
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Young people and women in Brazilian labor market An unequal experience of labor precariousness
This research evaluates the way society works regarding the pre-
cariousness of work in Brazil and the consequences for workers.
On this account, we focused on formal institutions and in some
recent labor market indicators and, also, we highlighted the
case of the youth and women because of two reasons. First of
all, the flexibilization of labor laws has deteriorated the precari-
ous situation of work, taking into account that implemented
changes reduced the rights achieved by workers and, secondly,
the analysis of recent unemployment of the labor market
reveals that even though the precariousness of work is general,
meaning every worker has been affected, there is an unequal
way of experiencing this phenomenon, which indicators are
the high unemployment rate and the different forms of occu-
pational insertion between women and young people. This
piece of work is divided into three main parts; firstly, we study
the concepts about social precariousness of work; secondly, we
analyze the changes made in formal institutions of labor mar-
ket during the nineties; and finally, we mention some indicators
of social precariousness of work in Brazil and problematize the
unequal experience of that precariousness, taking as a focus
the situation of women and young people in the labor market.
Key words
Employment
Precariousness
Inequality
Labor market
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Jovens e mulheres no mercado de trabalho brasileiro A vivência desigual da precarização do trabalho
Nesta pesquisa, avaliam-se as dinâmicas sociais de precarização
social do trabalho no Brasil e suas implicações para os trabal-
hadores. Para tanto, foca-se as instituições formais e alguns
indicadores recentes do mercado de trabalho, destacando o
caso dos jovens e das mulheres. O recorte adotado justifica-se,
fundamentalmente, por duas razões. Primeiro, constata-se
que a flexibilização da legislação trabalhista possibilitou o
aprofundamento da precarização do trabalho, tendo em vista
que as mudanças implementadas reduziram direitos con-
quistados pelos trabalhadores. E segundo, a análise do des-
empenho recente do mercado de trabalho revela que embora
a precarização do trabalho tenha se generalizado, atingindo
a todos os trabalhadores, há uma vivencia desigual deste
fenômeno, cujos indicadores mais expressivos são as elevadas
taxas de desemprego e as formas diferenciadas de inserção
ocupacional entre as mulheres e os jovens. Este trabalho foi
estruturado em três partes fundamentais. Primeiramente,
realiza-se uma abordagem conceitual sobre a precarização
social do trabalho. Em seguida, analisa-se as mudanças opera-
das nas instituições formais do mercado de trabalho ao longo
dos anos 1990. Por fim, apresenta-se alguns indicadores da
precarização social do trabalho no Brasil, problematizando, ao
longo do debate, a vivência desigual dessa precarização, tendo
como foco a situação da mulher e dos jovens no mercado de
trabalho.
Palavras chave
Emprego
Precarizacao
Desigualdade
Mercado de trabalho
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IntroducciónLa desestructuración del mercado de trabajo a partir de la crisis del
fordismo y de la transición a un modelo de acumulación flexible, así como la emergencia del desempleo estructural y de las nue-vas formas de contratación de la mano de obra asociadas a ese proceso, alteraron profundamente la configuración del trabajo en Brasil.
Partiendo de esta realidad, este texto tiene como objetivo realizar un análisis de la precarización social del trabajo en Brasil y las con-secuencias para los trabajadores. En tal sentido, nos enfocamos en las instituciones formales y algunos indicadores recientes del mercado de trabajo, con énfasis en la situación de los jóvenes y las mujeres.
Este recorte se justifica fundamentalmente por dos razones. En pri-mer lugar, se ha comprobado que la flexibilización de la ley labo-ral empeoró la precarización del trabajo teniendo en cuenta que los cambios implementados redujeron los derechos alcanzados por los trabajadores; en segundo lugar, el análisis del desempleo reciente en el mercado de trabajo revela que aunque la precari-zación se ha generalizado, es decir, ha llegado a todos los trabaja-dores, hay una vivencia desigual de este fenómeno cuyos indica-dores más expresivos son las elevadas tasas de desempleo y las distintas formas de inserción ocupacional entre las mujeres y los jóvenes.
Este trabajo fue estructurado en tres partes fundamentales. Prime-ro, abordamos los conceptos sobre precarización social del traba-jo. Luego, analizamos los cambios realizados en las instituciones formales del mercado de trabajo a lo largo de los años noventa. Para culminar, presentamos algunos indicadores de precarización social del trabajo en Brasil y problematizamos, a lo largo del deba-te, la vivencia desigual de esa precarización teniendo como foco la situación de la mujer y de los jóvenes en el mercado de trabajo1.
1 En esta investigación se utilizaron las estadísticas del mercado de trabajo basadas en la Pesquisa Nacional por Amostra de Domicilio (PNAD) del Instituto Brasileiro de Geografia e Estatística (IBGE).
110
El debate conceptual sobre la precarización social del trabajo
El debate sobre la precarización aborda, fundamentalmente, los efectos y las consecuencias en la sociedad del proceso de flexibi-lización del trabajo, originados a partir del proceso de reestruc-turación capitalista que se desarrolla a través de tres dinámicas analíticamente distintas: la globalización, el neoliberalismo y la reestructuración productiva.
La globalización es un proceso de expansión y de interdependencia de los mercados en el ámbito mundial. El capitalismo siempre estuvo orientado al crecimiento y la incorporación de nuevos mer-cados, pero la globalización presenta nuevos actores y dinámicas sociales típicos de esta época. Ejemplo de ello son las empresas transnacionales, la libre circulación de capitales y la financiación de la economía, el desarrollo de la telemática y la fuerte actuación de las instituciones multilaterales (Banco Mundial, FMI, entre otros) (DRUCK, 1999).
El proceso de la globalización, de acuerdo con lo demostrado por Wilner2 (1996), intensificó la concentración de la riqueza en los países centrales y, como contrapartida, expandió las desigualda-des existentes entre los países del globo. Por esta razón, Chesnais (1996) afirma que la libre circulación de capitales produce y repro-duce las desigualdades existentes entre países. De ese modo, se trata de un conjunto de dinámicas excluyentes que benefician a los países centrales en detrimento de los países más pobres.
El neoliberalismo se constituye en una doctrina política-económica formulada por Hayek y Friedman tras la II Guerra Mundial. Tal doc-trina se origina a partir de la crítica al Estado del Bienestar Social y al Socialismo; se volvió hegemónica en los países centrales y peri-féricos en los años ochenta. Aunque el proyecto y modelo econó-mico neoliberal varía de un país a otro en función de las especia-lidades políticas y económicas, varios autores han afirmado que el neoliberalismo se estructura en torno a dos pilares básicos: el
2 Autora del artículo “Rota da riqueza: a cartografia da desigualdade”, publicada en la revista Carta Capital, 39, 25/12/1996. Jó
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llamado al libre mercado y las críticas al intervencionismo estatal (que resulta en la defensa del Estado Mínimo)3 (Filgueiras, 2006).
Estos pilares del neoliberalismo fundamentaron un conjunto de políticas con miras a la adopción de las medidas de privatización, de desregulación de los mercados de trabajo y financiero. Tales medidas fueron orientadas por el “Consenso de Washington”.
El término “Consenso de Washington” es utilizado para designar a las medidas y orientaciones neoliberales elaboradas por las ins-tituciones multilaterales (Banco Mundial y FMI, entre otras) que serán adoptadas por los países periféricos con miras a la revisión de la crisis de deuda externa. Según Galvão (2003: 80), la designa-ción Consenso fue acuñada por John Williamson para expresar que tales medidas habían adquirido “el estatus de pensamiento único, el cual no tendría alternativa”. El discurso de la vía única fue ampliamente difundido por los medios; se diseminó también por la academia a mediados de los años ochenta con el surgimiento de las tesis de los múltiples fines: fin del trabajo, de la historia y de las clases (Ibídem: 82).
Dentro de los países de Latinoamérica, Brasil fue el último en adop-tar el proyecto neoliberal. Existen dos razones explicativas prin-cipales para este hecho: 1) había distintos intereses entre las fracciones de la burguesía con relación al decadente Modelo de Sustitución de Importaciones; 2) la movilización política de los tra-bajadores en la década de los años ochenta se convertiría en una amenaza a la clase dominante nacional, cuando las reivindicacio-nes por cambios superaban las banderas economicistas y gene-raban nuevas organizaciones: la Central Única de Trabajadores (CUT), el Partido de los Trabajadores (PT) y los nuevos movimientos sociales como el Movimiento de los Trabajadores Sem Terra (MST). Sin embargo, la victoria de Collor en la rivalidad de 1989 creó las
3 Según demuestra Galvão (2003), la tesis neoliberal de reducción del papel del Estado debe ser relativizada, dado que para implementar las políticas neolibera-les, el Estado necesita intervenir creando nuevos reglamentos. La autora afirma que la desregulación del mercado financiero se procesa a través de nuevos reglamentos. Por lo tanto, es más adecuado decir que el Estado cambió su manera de actuar porque la implementación del programa neoliberal exige un fuerte intervencionismo del Estado que, a su vez, beneficia al capital en detrimento del trabajo.
112
condiciones para que las fracciones de la burguesía se unificaran en torno al proyecto neoliberal (Filgueiras, 2006).
Existe un relativo consenso en la literatura especializada de que la implementación del proyecto neoliberal de Brasil se dio a partir de la aplicación de tres grandes ejes: 1) la desreglamentación del mercado de trabajo, con las propuestas de flexibilización de la legislación trabajadora y la consecuente reducción de los dere-chos sociales y laborales; 2) la política de privatización; 3) la aper-tura comercial y la desreglamentación financiera (Boito, 1999; Fil-gueiras, 2006; Galvão, 2003).
La reestructuración productiva es un movimiento de carácter estructural del capitalismo que implementa fuertes cambios en el mundo del trabajo. Dicho fenómeno ocurre en todos los países capitalistas industrializados, y se convierte en una respuesta a un determinado patrón de acumulación capitalista tras la II Guerra Mundial que entra en crisis en la década de los años setenta: el for-dismo. De esta manera, se busca una solución al surgimiento de un nuevo patrón de acumulación denominado por Harvey (1992) “acumulación flexible”. Este patrón marca el proceso de transi-ción del fordismo a las prácticas más flexibles de la organización de la producción.
Esta reestructuración productiva se caracteriza por el crecimiento del sector de servicios, nuevos patrones competitivos globales, fusiones e incorporaciones de empresas y reordenamiento del mercado de trabajo. En el caso de la empresa, la reestructuración productiva se procesa a través de las innovaciones tecnológicas y de la aplicación de nuevos métodos de gestión y organización flexible del trabajo inspirados en el toyotismo.
Si se toman en consideración conjuntamente los procesos de glo-balización, neoliberalismo y reestructuración productiva en el contexto institucional brasileño, se destaca la emergencia de un intenso proceso de precarización social del trabajo. Este proceso se ha caracterizado, fundamentalmente, por una crisis del trabajo asalariado, altas tasas de desempleo y la emergencia de las nue-
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vas (y precarias) formas de contratación de la mano de obra debi-do, sobre todo, al aumento extraordinario de la tercerización en los sectores industriales y de servicios (Alves, 2000).
Frente a este escenario, en el debate académico de la sociología del trabajo se desarrolla una serie de estudios que analizan la preca-rización social del trabajo como resultado del proceso de flexibi-lización productiva. Las características más recurrentes en esos análisis para determinar la precarización social son: fragmenta-ción, segmentación de los colectivos de trabajo, individualiza-ción, crisis del sindicalismo y reducción por parte de los derechos laborales (Druck, 2009).
Para Druck y Franco (2007), la precarización social del trabajo se expresa, esencialmente, por medio de los siguientes indicadores: 1) en los bajos grados de protección social y el irrespeto a los dere-chos laborales como, por ejemplo, el aumento de las diversas for-mas de inserción ocupacional (falsas cooperativas, relaciones de asalaramiento disfrazadas como las empresas “yo sólo”); 2) en las elevadas tasas de desempleo; 3) en la expansión de la informatiza-ción del mercado de trabajo; 4) en el agravamiento de problemas de salud y accidentes de trabajo en función de la intensificación, de la falta de entrenamiento de los trabajadores, sobre todo, los tercerizados; 5) en la fragilización y desintegración de las organi-zaciones sindicales.
Analizando la configuración del trabajo en Brasil, Druck (2009) defiende que la actual dinámica de precarización del trabajo es un fenómeno nuevo en lo que respecta a sus características estruc-turales y su capacidad de extensión. Se trata de un proceso que resulta de la institucionalización de las diferentes dinámicas de flexibilización del trabajo brasileño. De esta manera, en el con-texto actual, la precarización del trabajo se vuelve central en la dinámica del capitalismo en Brasil, y se generaliza en todos los segmentos y sectores productivos.
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En resumen, desde los años noventa, los cambios institucionales y políticos que surgieron de la implementación del proyecto neo-liberal y de la globalización, asociadas al moroso y discontinuo crecimiento económico de Brasil, ampliaron de forma inédita el cuadro de precarización social.
A continuación, se analizan los cambios en las instituciones forma-les del mercado de trabajo y su impacto sobre las modalidades de contratación de la fuerza de trabajo.
Precarización del mercado de trabajo: flexibilización de la legislación laboral
Según Ramos (2007), existen tres determinantes del mercado de trabajo: 1) sus instituciones; 2) las condiciones macroeconómicas de Brasil y de los otros países; 3) la capacidad del mercado de pro-veer valor. A pesar de la relevancia de los dos últimos puntos, se destacan los cambios ocurridos en las instituciones formales del mercado de trabajo.
Las instituciones del mercado de trabajo son sus reglas de funcio-namiento que resultan de la relación empresa-trabajadores, así como de la legislación laboral (Ramos, 2007). Tales instituciones son constituidas por las restricciones formales (reglas, leyes, cons-tituciones) e informales (normas de comportamiento, convencio-nes y códigos de conducta autoimpuestos). El foco del análisis de esta investigación recaerá sobre las instituciones formales como ámbito donde se dio un importante cambio en el período neoli-beral y que terminó por afectar al mercado de trabajo brasileño.
Cabe destacar que las leyes de trabajo resultan de determinadas circunstancias históricas, de los intereses políticos en juego y de las ideologías. Aunque vale acotar que no se pretende aquí recu-perar la historia de la ley laboral en Brasil, sino acentuar algunos elementos introducidos en la mencionada ley a partir de los años noventa.
Según Borges (2007), el conjunto de cambios introducidos en las ins-tituciones formales del mercado de trabajo brasileño condujo a un proceso de fragilización de su núcleo más estructurado, com-puesto por los trabajadores con vínculo laboral formalizado. Jó
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Además, la autora revela que la desestructuración del mercado de trabajo se dio a lo largo de dos grandes períodos. El primer momento analítico se refiere a la crisis del modelo de sustitución de importaciones a finales de los años ochenta, como Borges comenta:
En este período, la interrupción de las elevadas tasas de
crecimiento del PIB, la crisis de la deuda y la inflación descon-
trolada se tradujeron, en el mercado de trabajo, en el aumen-
to de la proporción de empleados fuera de una relación de
empleo con cobertura social, en pérdidas salariales y en el
alza de la concentración de renta a favor de las empresas y
también entre los propios trabajadores (81).
El segundo período ocurre a partir de la década de los años noven-ta y se presenta como elemento central la flexibilización de la ley laboral. En conformidad con esta línea analítica, Krein (2007) afir-ma que en este período fueron introducidas las medidas puntua-les en el campo de las normas que definen las relaciones de traba-jo, que flexibilizan las formas de concentración y remuneración de la fuerza de trabajo.
Tales cambios político-legislativos fueron implementados bajo la égida del neoliberalismo y “la lógica que guió las alteraciones fue la de garantizar mayor libertad a las empresas para admitir y dimitir a los trabajadores según sus necesidades de producción”. (Druck y Thébaud-Mony, 2007: 41).
Krein (2007) destaca las siguientes alteraciones en la ley: 1) el nuevo Contrato de Trabajo por tiempo determinado (1998); 2) el nuevo Contrato de Trabajo en Tiempo Parcial (1998); 3) la ley que permite la utilización de Cooperativas profesionales o de prestación de servicios; 4) la utilización de la Suspensión del Contrato de Trabajo por un período de 2 a 5 meses, vinculada a un proceso de califica-ción profesional, siempre que sea negociada entre las partes; 5) la ampliación de la utilización del Trabajo temporal.
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Además de estas modalidades de contrato, el autor incluso discute dos alteraciones que profundizaron la flexibilización en el uso de la fuerza de trabajo en Brasil: 1) la pérdida de la estabilidad del fun-cionalismo público (como consecuencia de la ley 9.801/99 que per-mite la dimisión en las funciones públicas por exceso de personal) y 2) la Denuncia de la Convención 158 de la OIT4.
En el análisis de Krein (2007), Druck y Thébaud-Mony (2007) sobre la utilización de la nueva ley por el patronato, se detecta que las nue-vas modalidades de contratación por plazo determinado y tiem-po parcial fueron poco utilizadas; mientras, el uso de las coope-rativas de trabajo, las pasantías y el trabajo temporal creció. Esta relación es bien explicitada por Druck y Thébaud-Mony (2007), así:
En la realidad, el grado de flexibilidad que dispone el patrón
(legal o ilegalmente) explica, entre otros elementos, por qué
no fue necesario recurrir a esos dos nuevos tipos de contrato
(plazo determinado o parcial), pues, a pesar de ser precarios,
son formales, es decir, están bajo la regulación del Estado y
determinan algunas obligaciones con los empleadores, en
términos de encargos sociales y derechos laborales. Además
de eso, el “contrato por tiempo determinado” en la práctica
ya existe para las grandes empresas, a través de la subcontra-
tación de empresas, lo que les libra de cualquier compromiso
laboral regulado por la legislación (41).
El conjunto de los cambios normativos analizados, adoptados a lo largo de la época neoliberal, flexibilizaron los derechos de trabajo consolidados históricamente y causaron el crecimiento de la pre-carización del trabajo.
A continuación, se presentan algunos indicadores de ese fenómeno enfocando, en primer lugar, la vulnerabilidad de las mujeres en el mercado de trabajo y, posteriormente, la de los jóvenes.
4 La denuncia de la convención de la OIT 158 (decreto ley 2.100/96) fue ratificada y diez meses después denunciada por el gobierno brasileño. Esa medida imperativa elimina mecanismos de inhibición de la dimisión inmotivada y reafirma la posibili-dad de dimisión sin causa justa. Jó
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La vivencia desigual de la precarización social del trabajo: el caso de la vulnerabilidad de las mujeres
En el 2009, según la PNAD-IBGE, la población brasileña en edad activa (PIA) era de 162,8 millones de personas, cuando la población total residente sumaba 191,8 millones. La población económicamente activa (PEA) era de 101,1 millones de personas en el 2009; 92,7 millo-nes ocupadas y 8,4 millones desocupadas.
La población no económicamente activa, que está compuesta por el grupo PIA que no participa del mercado de trabajo, era de 61,7 millones. Vale destacar que la proporción de personas ocupadas correspondía a un 56,9% de las personas de 10 años de edad o más. Hubo una reducción de nivel de ocupación con relación a 2008, cuando tal proporción era 57,5%.
En Brasil, en 2009, la tasa de participación en el mercado de trabajo fue de 62,1%5. Analizando la evolución de esa tasa de participación por género, se observan dos movimientos: de un lado, hay una dis-minución de la tasa de participación de los hombres que pasa de 75% en 1992 a 72,2% en 2009; esto representa, aproximadamente, una caída del 3%. Por otro lado, hay un aumento de la participa-ción de las mujeres en el mercado de trabajo, que crece de 10,4% (de 42,2% en 1992 a 52,6% en 2009) (PNAD-IBGE).
Para Ramos (2007), esos dos movimientos resultaron, principalmen-te, de la conjunción de las transformaciones sociales y econó-micas ocurridas en Brasil a partir de finales de los años ochenta, como se destaca a continuación:
En el caso de las mujeres, su creciente participación es,
en gran parte, consecuencia de la reducción de obstáculos
de naturaleza no económica a su ingreso en el mercado de
trabajo y, también, de la necesidad de complementación de
los presupuestos familiares, factor que, de hecho, influenció
5 La tasa de participación indica la proporción de la población en edad activa incorporada al mercado de trabajo en condición ocupada o desocupada.
118
mucho el cambio de postura cultural en relación al trabajo
femenino (21).
Sin embargo, los datos de la PNAD-IBGE revelan que esa “feminiza-ción del mundo del trabajo” no condujo a una disminución de las desigualdades entre hombres y mujeres. Entre los numerosos indicadores de ese fenómeno, se destacan las formas de inserción ocupacional por género. Las mujeres tienen un porcentaje más elevado en la categoría trabajo no remunerado6 (63%) y domés-ticos (17%) que los hombres (3,4% y 0,9% respectivamente). Los servicios domésticos presentan más bajos ingresos y una elevada tasa de informalidad. En 2009, 72,4% de los trabajadores domésti-cos no tenían carnet de trabajo asignado y contaban con un ingre-so promedio mensual real de R$ 327,007.
6 La categoría trabajo no remunerado se refiere a aquellas personas que “trabajan sin remuneración, al menos una hora a la semana, en ayuda al dueño del domicilio o empleador en cualquier actividad, empleado en actividades de agricultura, silvicultura, pecuaria, extracción vegetal o mineral, caza, pesca y piscicultura, para ayudar a la institución religiosa, beneficente o de cooperativismo; o como apren-diz o pasante”. (www.ibge.gov.br. Acceso: 20/9/2010).7 El valor nominal del salario mínimo en el período de investigación (septiembre de 2009) era de R$ 465,00.
tabla 1Personas de 10 años de edad o más, ocupadas en la semana de referencia, por posición en la ocupación en el trabajo principal, según sexo - Brasil, 2009
posición en la ocupación
sexo
TotalMasculino Femeninov.a. % v.a. % v.a. %
Empleados 33.713 63,4 20.600 52,2 54.313 58,6
Trabajadores domésticos 504 0,9 6.719 17,0 7.223 7,8
Cuenta propia 12.626 23,7 6.352 16,1 18.978 20,5
Empleadores 2943 5,5 1.048 2,7 3.992 4,3
No remunerados 1.794 3,4 2.505 6,3 4.299 4,6
Trabajadores en la producción para el consumo propio 1.526 2,9 2.254 5,7 3.781 4,1
Trabajadores en la producción para el uso propio 89 0,2 14 0,0 103 0,1
Total 53.196 100,0 39.493 100,0 92.689 100,0
Fuente: PNAD-IBGE, 2009. Elaboración propia.
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Otro indicador de la desigualdad de género en el mercado de traba-jo es la renta promedio mensual. Según fue teorizado por Lima (2007: 1), los datos empíricos muestran que, en el mercado de tra-bajo brasileño, “las mujeres (...) aun con las diferencias positivas en términos educacionales, ganan menos”. En 2009, el ingreso promedio mensual real de trabajo de las mujeres (R$786,00) repre-sentó 67,1% de lo obtenido por los hombres (R$1.171,000). Esa pro-porción fue mayor en las regiones norte (70,3%) y nordeste (72,4%).
Los datos corroboran la tesis de que la precarización social del traba-jo se expresa más fuerte entre las mujeres. En gran parte, esto se debe al hecho de que, en comparación con la posición de los hom-bres en el mercado de trabajo, históricamente están sometidas a las condiciones más precarias porque obtienen menores ingresos y ocupan lugares marginales en la estructura ocupacional.
En ese recorte de género, hay que profundizar en el fenómeno del desempleo pues constituye uno de los síntomas más evidentes de precarización social del trabajo. Matoso (citado por Costa, 2005) demuestra que por las políticas neoliberales y de reestruc-turación productiva durante los años noventa, fueron destruidos aproximadamente 3,3 millones de puestos de trabajo formales en la economía brasileña.
Según la PNAD/IBGE, en los años ochenta la tasa de desempleo en Brasil osciló entre 2% y 4%. En 1992, esta tasa llegó a 6%. En 1996, el desempleo aumentó significativamente: llegó al nivel de 9,4%. Permanece elevado durante los años 2000, tuvo su mayor auge en 2003 con un 9,6%. A partir de 2004, comienza a disminuir la tasa de desempleo: cayó de 8,9% a 8,4% en 2006. Sin embargo, esa recupe-ración no representó una ruptura del cuadro más general de des-igualdades sociales y recomposición del mercado de trabajo; de hecho, en el 2008, por causa de los efectos de la crisis económica internacional, se observó la interrupción de la trayectoria decli-nante del desempleo en Brasil. En 2009, la población desocupada fue de 8,4 millones8.
8 Eso representó un aumento del 18,5% en comparación con el 2008, cuando el número de desempleados era un poco más de 7 millones.
120
Durante este período la tasa de desempleo fue siempre mayor entre las mujeres. Considerando los años recientes, se observa que en 2006, 56% de los desempleados eran de sexo femenino. Si calcu-lamos de manera separada, la tasa de desempleo de las mujeres es dos veces mayor que la de los hombres; es decir, 13,6% para las mujeres y 7,7% para los hombres. Como vemos, la crisis económi-ca interrumpió la trayectoria declinante del desempleo y generó un aumento de 18,5% de la población desocupada con relación al año 2008. Por lo tanto, el crecimiento del desempleo en este perío-do también fue mayor entre las mujeres. La tasa de desempleo de los hombres pasó de 5,2% a 6,2%, entre 2008 y 2009; la de las muje-res de 9,6% a 11,1% (PNAD-IBGE).
Al considerar el fenómeno de la informatización del mercado de trabajo como elemento importante de la precarización, los datos de la PNAD-IBGE revelan que la inserción a la informalidad crece de forma expresiva durante toda la década de los años noventa, y presenta una reducción en los años 2000. Cabe destacar que esta reducción no fue suficiente para revertir la amplia informalidad históricamente enraizada en el mercado de trabajo brasileño. Se resalta que la inserción informal es mayor entre las mujeres; en 1992, por ejemplo, la tasa de informalidad de las mujeres era de 61,4% mientras que la de los hombres fue de 53,4%9. Tal tendencia se observa en todo el período analizado (1992-2009) de acuerdo con la siguiente tabla10.
9 A pesar de las controversias que envuelven el debate sobre el concepto de informalidad, en la práctica, la tasa de informalidad se construye a partir de la inserción en el mercado de trabajo. 10 Los datos de la serie histórica de 1992 a 2009 de la PNAD utilizados en este texto excluyen el área rural del norte de Brasil, excepto el estado de Tocantins, tomando en cuenta que la cobertura de la investigación para todo el territorio nacional ocurrió a partir del 2004. Así, para asegurar la comparación de los datos de la serie histórica, tal área fue excluida. Jó
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Aunque la precarización social se constituya de una estrategia gene-ral de dominación actual del capital sobre el trabajo, el análisis de los datos mostró cómo ella alcanza de distinta manera a las muje-res y a los hombres (Druck, 2009; Hirata, 2002; Maruani, 2007).
La precarización social del trabajo entre los jóvenes11
Los estudios sobre el mercado de trabajo también demuestran que los jóvenes han sido más fuertemente afectados por el proceso de precarización del trabajo; por lo tanto, están más expuestos al desempleo y a la informalidad. Tradicionalmente, la inserción
11 Tómese en cuenta que “Juventud” es una categoría históricamente determi-nada. En este artículo, se adopta el recorte etario de 15 a 24 años de edad para designar a los jóvenes. Tal recorte se ha utilizado recurrentemente en los estudios sobre la interfaz “trabajo y juventud”.
tabla 2Tasa de Informalidad* entre las personas con 10 años o más, Brasil (1992-2009)
años
sexo
Hombres Mujeres
1992 53,4 61,4
1993 54,0 62,0
1995 54,3 61,3
1996 54,1 59,0
1997 54,7 59,4
1998 55,8 59,2
1999 56,5 60,1
2001 55,1 58,1
2002 55,7 58,4
2003 54,4 57,3
2004 54,1 57,5
2005 53,4 57,1
2006 52,0 55,9
2007 50,4 54,6
2008 49,1 53,5
2009 48,1 52,0Fuente: IBGE/PNAD. Elaboración propia.* Excluye los residentes de las áreas rurales de AM, AC, RO, RR, PA, AP.
122
en el mundo del trabajo era considerada uno de los principales aspectos característicos de la transición de la condición juvenil a la vida adulta.
Ahora bien, los patrones de transición de una condición a otra cam-biaron a partir de las últimas décadas del siglo XX y en función de las transformaciones sociales y económicas resultantes de la reestructuración capitalista. Diversos estudios han diagnosti-cado las dificultades de los jóvenes en conseguir una ocupación, hecho que ha retardado la transición para la vida adulta. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en 2005 fueron con-tabilizados 106 millones de jóvenes entre 14 y 24 años en Latinoa-mérica. De este total, 48 millones trabajaban, 10 millones estaban desempleados y 48 millones estaban inactivos. La tasa de desem-pleo abierto (o desocupación) entre los jóvenes en el continente latinoamericano fue de 16%, mientras que en la población adulta fue de 5%.
Los datos de los estudios realizados por la OIT revelan, todavía, que el desempleo no es el único problema de la población entre 14 y 24 años de edad; hay que tomar en cuenta que un gran contingen-te de personas en este grupo etario (31 millones) trabajaban en la informalidad o en condiciones precarias. Además, en 2005, 22 millones de jóvenes no estudiaban ni trabajaban; de ellos, 72% eran mujeres y 28% hombres (OIT, 2006). Frente a este escenario, el trabajo está entre los temas que más moviliza a los jóvenes; de hecho, es indicado por este segmento como uno de los derechos más importantes de la ciudadanía (Andrade, 2008).
En Brasil, la tasa de participación de los jóvenes en el mercado fue de 63,3% en 2008. Al analizar los datos de la PNAD-IBGE, se constata que la juventud brasileña es fundamentalmente trabajadora. En el año 2008, 53,3% de las personas entre 15 y 24 años ya trabajaban. Si se considera solo el grupo etario de 20 a 24 años, ese porcen-taje llega a 68,5%. Según Druck et al. (2010), de cada 100 jóvenes, 60 estaban trabajando o buscando un trabajo. Esto evidencia la importancia que el trabajo tiene para este segmento.
En 2009, el nivel de la ocupación de la población con 10 años o más fue de 56,9%. Este indicador sufrió una reducción con relación al Jó
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año 2008 (57,5%). Tal reducción se dio, principalmente, en el grupo etario más joven. En 2009, 50,7% de los jóvenes de 18 y 19 años de edad y 66,9% de los 20 a 24 años de edad estaban ocupados; mientras que en el grupo etario de 25 a 49 años, más del 70% de la población se encontraba ocupada. Por otro lado, se observa que la desocupación es mayor entre los jóvenes, sobre todo en el grupo de 15 a 17 años de edad. En 2009, 42,2% de los desocupados del territorio brasileño tenían de 16 a 24 años de edad.
En efecto, el desempleo representa una de las impresiones más perversas de la precarización social del trabajo que alcanza fuer-temente a los jóvenes brasileños. A lo largo de todo el período neo-liberal, se comprueba que la tasa de desempleo de los jóvenes es mayor que la de la población adulta. En este sentido, al analizar los datos de la PNAD-IBGE, Druck et al. (2010: 120) indica lo siguiente:
El grado de vulnerabilidad de los jóvenes se vuelve más grave
cuando se compara con las tasas de desempleo de la población
(25 años o más) y con la tasa de desempleo total (16 años o más).
En 2008, la tasa de desempleo juvenil (15,7%) era el triple de la
tasa de desempleo de la población adulta (4,8%) y más que el
doble de la tasa de desempleo de las personas de 16 años o más
(7,2%). Al compararse con 1992, es posible concluir que la vulne-
rabilidad en los años 2000 aumentó significativamente, pues en
tabla 3Tasa de desocupación de los jóvenes - Personas de 15 a 24 años, Brasil (1992-2009)
añosexo
Total Jóvenes Mujeres Hombres1992 11,9 15,0 9,9
1993 11,5 14,2 9,8
1995 11,4 14,1 9,7
1996 12,6 16,1 10,3
1997 14,4 18,4 11,8
1998 17,2 22,3 13,8
1999 18,3 23,0 15,1
2001 17,9 22,4 14,6
124
ese año la tasa de desempleo entre ellos (11,9%) era 2,7 veces
mayor que la población adulta (4,3) y 1,8 veces mayor que la de
las personas de 16 años o más.
Además, la tasa de desempleo aumenta considerablemente al con-jugar el recorte generacional con el de género. En este caso, la des-ocupación es mayor entre las mujeres jóvenes (de acuerdo con la tabla 3).
En resumen, los datos presentados en el cuadro anterior revelan la creciente dificultad encontrada por los jóvenes en la inserción en el mercado de trabajo. Esa dificultad es mayor en el caso del grupo etario de 15 a 18 años de edad. En su mayoría, los jóvenes entre esas edades están en la búsqueda del primer trabajo, como lo observó Borges (2000). Además, la autora destaca que en Brasil:
...las dificultades de inserción en el mercado de trabajo de
la generación actual de jóvenes se suman al amplio, y estruc-
tural, conjunto de problemas sociales, casi todos asociados
a los elevados contingentes de la población en situación
de extrema pobreza y la inmensa desigualdad económica y
social que marca nuestra sociedad (92).
Otro indicador de la precarización del trabajo entre los jóvenes es la tasa de informalidad, medida a partir de la proporción de los ocupados de 15 a 24 años sin carnet de trabajo asignado (sin pro-tección social ni laboral). Ese indicador da cuenta de una disminu-ción porcentual en el plazo de tiempo analizado. Sin embargo, de
2002 18,0 22,8 14,6
2003 19,0 24,5 15,1
2004 18,4 23,5 14,5
2005 19,6 25,1 15,5
2006 18,0 23,1 14,0
2007 17,0 22,1 13,2
2008 15,7 20,6 12,0
2009 18,0 23,2 14,0Fuente: IBGE/PNAD.Excluye a los residentes de las áreas rurales de AM,AC, RO, RR, PA, AP.
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acuerdo con lo afirmado anteriormente para la totalidad de la PIA, tal reducción no representó un cambio significativo que revertie-se la histórica informalización del mercado de trabajo brasileño.
Asimismo, analizando el recorte de género dentro de la población joven, se detecta que la inserción informal es un poco mayor en las mujeres que en los hombres.
La jornada semanal constituye un importante indicador para obte-ner la calidad del trabajo de los jóvenes. Según la PNAD-IBGE, en 2008, 40,7% de los jóvenes (15 a 24 años) trabajaban entre 40 y 44 horas semanales y 29,4% trabajaban más de la jornada legal en Brasil (44 horas). La extensa jornada de trabajo de los jóvenes ha sido uno de los obstáculos para conseguir trabajo y estudio o para retomar los estudios.
tabla 4Tasa de informalidad de los jóvenes - Personas de 15 a 24 años, Brasil (1992-2009)
año
sexo
Jóvenes Mujeres Hombres1992 63,3 64,7 63,2
1993 64,9 65,7 64,4
1995 63,4 64,2 62,9
1996 63,1 62,3 63,4
1997 63,0 62,9 63,1
1998 63,4 62,8 64,3
1999 64,4 63,4 65,0
2001 62,1 61,3 62,7
2002 63,7 63,4 64,0
2003 62,4 62,3 62,5
2004 61,7 61,9 61,5
2005 60,3 60,1 60,4
2006 59,8 60,6 59,3
2007 58,2 59,0 57,7
2008 56,3 56,5 56,2
2009 55,2 55,5 55,7Fuente: IBGE/PNADExcluye los residentes de las áreas rurales de AM, AC, RO, RR, PA, AP
126
En resumen, los datos analizados demuestran la precarización del trabajo de la juventud trabajadora y dejan en evidencia dos impor-tantes matices de este fenómeno: el desempleo y la informalidad.
Consideraciones FinalesEste estudio se centró en la precarización social del trabajo en Brasil
y las consecuencias para sus trabajadores. Por lo tanto, se adoptó como foco el análisis de las instituciones formales y el desempleo reciente del mercado de trabajo, con mayor énfasis en la situación de los jóvenes y de las mujeres.
Se comprobó que el debate sobre la precarización social del trabajo en Brasil está relacionado fundamentalmente con los efectos y las consecuencias de la flexibilización del trabajo. Estos se origi-nan a partir del proceso de la reestructuración capitalista que ha venido a desarrollarse a través de tres dinámicas analíticamente distintas: la globalización, el neoliberalismo y la reestructuración productiva.
Respecto a las implicaciones de estas dinámicas en las instituciones formales del mercado, se detectó que los cambios implantados en la década neoliberal previsualizaron la flexibilización de la legis-lación laboral. Esto trajo como consecuencia la reducción de los derechos conquistados.
A partir del análisis de los principales indicadores del mercado de trabajo, se destacó que aunque la precarización social del trabajo se ha vuelto central en la actual fase del capitalismo, alcanza de manera diferente a los diversos segmentos de trabajadores. En este estudio, el caso de la vulnerabilidad de las mujeres y de los hombres en el mercado de trabajo fue tomado como ejemplo de esta vivencia diferenciada de la precarización.
Se observó una feminización del mercado de trabajo en Brasil, aun-que tal situación no significó la reducción de las dificultades de género; es lo que demuestran las siguientes evidencias empíricas: 1) las mujeres en Brasil ganan (en promedio) menos que los hom-bres, aun cuando trabajen en funciones iguales y tengan el mismo nivel educativo; 2) en general, las mujeres ocupan empleos más precarios que los hombres; 3) el desempleo es mayor en mujeres Jó
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que en hombres. En síntesis, la vulnerabilidad social es mayor para las mujeres que para los hombres (Ramos, 2007).
En cuanto al recorte generacional, llama la atención el hecho de que haya una reducción de la participación de los jóvenes (15 a 24 años) en el mercado de trabajo; al mismo tiempo, se nota un aumento del desempleo para este segmento. Además, existe un gran contin-gente de personas entre 15 y 24 años en la informalidad.
En conclusión, los datos revelan que los jóvenes y las mujeres viven de forma distinta la precarización social del trabajo, y tanto el des-empleo como la informalidad se han constituido en las dos face-tas más perversas de este fenómeno.
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otros sentidos
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socialmente siGnificativa
en el noroeste argentino: la coinvestigaciónColectivo Rescoldo
argentina
141
ResumenEl colectivo Rescoldo impulsa una propuesta de coinvestigación
en la que no existe jerarquía entre investigadores académicos
y sujetos investigados. En este caso, se trabajó con jóvenes de
las comunidades indígenas de Salta, Tucumán y Catamarca,
incrementando su capacidad de decisión e intervención desde
el reconocimiento y problematización de sus prácticas. Asimis-
mo, se discutieron temas como identidad, memoria, derechos
indígenas, interculturalidad y juventud. Con este tipo de
propuestas se busca conformar colectivos de investigación
e intervención arraigados a su lugar y pertenencia cultural e
histórica, así como hacer de la investigación social una expe-
riencia de transformación de la realidad.
Palabras clave
Coinvestigación
Identidad
Memoria
Interculturalidad
D’autres sens de la recherche socialement pertinente dans le nord-ouest argentin: la co recherche
Le groupe Rescoldo développe une proposition de co recherche
dans laquelle il n’y a pas de hiérarchie entre les investigateurs
académiques et les sujets de l’investigation. Dans ce cas
particulier, on a travaillé avec des jeunes des communautés
indigènes de Salta, Tucumán et Catamarca ; ce qui a augmenté
leur capacité de décision et intervention à partir de la recon-
naissance et problématisation de leurs pratiques. De même,
on a discuté des sujets comme l’identité, la mémoire, les
droits indigènes, l’interculturalité et la jeunesse. Avec ce type
de propositions, on poursuit d’abord la création de groupes
d’investigation et intervention enracinés dans leur place
d’origine avec un sens d’appartenance culturelle et historique
et puis faire de l’investigation sociale une expérience de trans-
formation de la réalité.
Mots clés
Co recherche
Identité
Mémoire
Interculturalité
142
Other ways of important investigation in the Northeast part of Argentina: the co-investigation
The community of Rescoldo promotes a proposal of co-research
in which there is no hierarchy between academic resear-
chers and people subject of that research. In this case, the
community to be analyzed was young people of indigenous
communities of Salta, Tucuman and Catamarca, increasing its
capacity of decision and intervention by recognizing and pro-
blematizing their practices. Some topics about identity were
also discussed; memory, indigenous rights, interculturality
and youth. The idea of this proposal is to create communities
of research and intervention regarding their cultural and
historical places, and also make social research an experience
that can change the reality.
Key words
Co-research
Identity
Memory
Interculturality
Outros sentidos para a pesquisa socialmente significativa no noroeste argentino: a coinvestigação
O colectivo Rescoldo impulsiona uma proposta de coinvestigação
no qual não existe jerarquia entre investigadores acadêmicos
e sujeitos investigados. Neste caso trabalhou-se com jovens de
comunidades indígenas de Salta, Tucumás e Catamarca, incre-
mentando sua capacidade de decisão e intervenção desde o
reconhecimento e problematização de suas práticas. Também
foram discutidos temas como identidade, memória, direitos
indígenas, interculturalidad e juventude. Com este tipo de
propostas procura-se a formação de coletivos de investigação
e intervenção arraigados a seu lugar, cultura e história, assim
como fazer da investigação social uma experiência de trans-
formação da realidade.
Palavras chave
Co-investigação
Dentidade
Memória
Interculturalidade
143
IntroducciónEste artículo mostrará el recorrido de un grupo comprometido con una
nueva postura epistemológica y de investigación. Es decir, com-prometido con otro sentido en la producción del conocimiento científico. Se trata de un colectivo de investigación, docencia e intervención sociocomunitaria que se ha propuesto colocar a la investigación social como práctica de transformación de la realidad.
El punto de partida para problematizar el modo de producción de conocimiento surge de la consideración según la cual, en los gru-pos humanos, sus integrantes actúan con fines y medios especí-ficos. Sus acciones son evaluadas en función de un conjunto de normas y valores característicos de cada práctica. Sostenemos entonces que las prácticas tienen una dimensión axiológica y son guiadas por representaciones (modelos, teorías, creencias). Es necesario destacar que una práctica siempre incluye un colectivo de agentes que interactúan entre sí y con el medio, proponién-dose tareas colectivas y coordinadas. Las prácticas implican un conjunto de acciones estructuradas e intenciones, propósitos, fines, proyectos, tareas, representaciones, creencias, reglas, jui-cios de valor y emociones. Asimismo, involucran un conjunto de supuestos básicos, principios, normas y valores que los guían para desarrollar determinadas acciones y que les permiten evaluar sus propias representaciones.
144
En todas las sociedades hay prácticas relacionadas con la gene-ración de conocimiento o con su aplicación. En las sociedades modernas se trata de prácticas tecnológicas o científicas. Por esto las prácticas epistémicas, como prácticas sociales, siempre se desarrollan en grupos, no son individuales y forman parte de un medio, de un entorno.
León Olivé (2009) sostiene que los conocimientos deben ser eva-luados en función de las prácticas epistémicas que los generan, transmiten y aplican, y del medio cultural en el cual se desarrollan y adquieren sentido. Esta postura permite enfrentar el agravio ante conocimientos tradicionales, como resultado de prácticas epistémicas que por sí mismas no pueden reclamar legitimidad y los catalogan como conocimientos técnicos sin base científica.
A través de intervenciones sociocomunitarias en diferentes lugares de la provincia de Salta, fuimos reflexionando y transformando el sentido de la investigación como práctica. Algunos de nuestros trabajos con y por la gente fueron:
El caso de las comunidades Guaraní y Chané del Departamento San Martín, Salta
En ocasión de las III Jornadas de Jóvenes Protagonistas “Jóvenes viviendo en las fronteras y fronteras en la vida de los jóvenes”, rea-lizadas en el año 2006 en la ciudad de Tartagal, se inició un trabajo de coinvestigación con los jóvenes de las localidades de Yacuy (Tupí Guaraní) y Tuyunti (Chané). En aquella ocasión, los jóvenes reprodujeron el relato de los abuelos de la comunidad de Yacuy, que compendiaron en un libro de cuentos y leyendas.1
Esta comunidad es heredera de la cultura Tupí Guaraní. La comuni-dad está formada por 40 familias extensas. El proyecto intenta fortalecer la cultura mediante la educación bilingüe y la elabora-ción de materiales didácticos en lengua guaraní. Nuestro deseo es también formar jóvenes para poder armar proyectos comunita-rios y tratar de que los jóvenes no nieguen su identidad.
1 El libro es el resultado del Proyecto Cuidemos Nuestras Raíces desarrollado por docentes de la Sede Regional Tartagal de la Universidad Nacional de Salta. O
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Por otra parte, y analizando la situación educativa de la zona, los jóvenes hicieron consideraciones como:
“Muchas veces cuando comenzamos a estudiar en la escue-
la, en la universidad, nos da vergüenza. Tenemos miedo de ser
discriminados.”
“Los jóvenes originarios tenemos que tomar conciencia de
dónde venimos y los blancos, la cultura blanca muchas veces
no nos reconoce, y tampoco respetan las leyes, porque si no
respetarían la obligación de la educación bilingüe.”
“Para estudiar se necesita plata y también cuesta mucho
integrarse. Nos sentimos discriminados en la escuela por la
sociedad europea blanca porque niega la identidad de nues-
tros pueblos, porque nos han impuesto una nueva cultura.”
Asimismo, los miembros de las comunidades refieren que los cono-cimientos ofrecidos por la escuela están en conflicto con los conocimientos tradicionales “ancestrales”. La escuela se dice intercultural y bilingüe, pero no contempla las particularidades culturales e identitarias y no toma en cuenta los impactos negati-vos que la imposición de un modelo occidental causa en los niños. Así, existen muchas familias que se niegan a mandar a sus hijos a la escuela.
Más allá de estas apreciaciones críticas en torno a la escuela, ella despierta expectativas de ascenso social, algo que era descono-cido para las comunidades. Esto provoca situaciones conflictivas en algunos jóvenes que confrontan nuevos saberes con saberes tradicionales, y con otros marcos y modelos sociales posibles. Así, el conflicto hace posible la incorporación de una nueva iden-tidad. Igualmente, las pautas culturales que transmite la escuela a través del pensum incitan a un consumo que, la mayoría de las veces, no puede satisfacerse en la comunidad. Es decir, surge una tensión entre las ofertas seductoras de occidente y las prácticas tradicionales, que poco a poco se van perdiendo.
El diagnóstico de los jóvenes de ambas comunidades señala que, entre los principales problemas, se encuentran los siguientes:
146
“Nos sentimos como jóvenes atados. Con las manos atadas
porque no hay políticas que apoyen la difusión de la cultura
de los pueblos originarios. Se está dejando de bailar PINPIN,
de hablar la lengua.”
“Otro problema es la deforestación, todos los árboles, todo
lo que para nosotros tienen (sic) significado.”
“La desigualdad en la educación por recursos económicos.
Todos estamos capacitados para aprender, el problema es
económico.”2
En rondas de visita a las dos comunidades se gestaron dos proyec-tos sociocomunitarios de montaje de panaderías, a cargo de los grupos de jóvenes que participaron del proceso de la coinvestiga-ción. Desde el año 2007 hasta el 2009, las rondas de visita aborda-ron el trabajo reflexivo en talleres sobre los ejes de memoria, iden-tidad y labor cooperativa en comunidad, buscando mantener las panaderías comunitarias que hasta ahora trabajan exitosamente en ambos lugares.
El caso de los parajes La Puntana y La Curvita. Departamento Rivadavia, SaltaComunidades wichí, chorote, chulupí y toba
La Puntana y La Curvita son lugares ubicados en el Chaco Salteño a más de quinientos kilómetros de la ciudad de Salta, en el punto tripartito de Hito I, en el que convergen Bolivia, Argentina y Para-guay. El régimen térmico es elevado y de larga duración. En verano se alcanzan frecuentemente temperaturas máximas de hasta 45 grados y mínimas de 21 a 25 grados. Los vientos son muy frecuen-tes. Predominan los del primer cuadrante que soplan casi diaria-mente desde fines de julio a octubre. Los suelos de la región son pobres en materia orgánica. El bosque nativo está muy degrada-do. Las actividades económicas más notorias son la ganadería a monte abierto, la actividad forestal con extracción de leña, car-
2 Conclusiones de los talleres de debates y reflexión en los que participaron los jóvenes indígenas, en el marco de las III Jornadas de Jóvenes Protagonistas “Jóve-nes viviendo en las fronteras y fronteras en la vida de los jóvenes”, Tartagal, 2006. O
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bón, postes y artesanías, y la pesca de subsistencia practicada en el río Pilcomayo.
En ambos parajes la población rural representa un 90%, compues-ta en su mayoría por comunidades indígenas pertenecientes a la etnia Wichí. Aunque también encontramos, en convivencia en los parajes de La Curvita, Monte Carmelo, Santa María, Hito 1, Magda-lena, grupos comunitarios de las etnias Tapiete, Chulupíes, Gua-raníes, Toba y Chorotes. Es escasa la población de criollos asenta-dos en la zona que, por las características de pobreza estructural, viven también en condiciones de precariedad.
La vía de acceso a los parajes es más rápida y segura por Bolivia. Por territorio argentino es difícil la circulación, pues debe transitar-se un camino de tierra, arena y arcilla. En período estival, desde noviembre a junio, no es posible el recorrido, quedando la zona aislada y frecuentemente inundada por la crecida de los ríos Pil-comayo y Bermejo.
Esta área se presenta como una zona de extrema exclusión socioeco-nómica, producto de condiciones que llevan a sus habitantes a una situación de abatimiento e impotencia, debido a sus escasas posibilidades de superación. Esta sólo es posible por medio de una política pública que reduzca los factores que la provocan.
La desertización, producto de la tala indiscriminada que se practicó por décadas, ha generado una cada vez más pronunciada sequía, que abarca de siete a ocho meses en el año. Este régimen hídrico provoca un marco de mayores dificultades para cualquier tipo de actividad económica que se desarrolle en la región. Además, se hace notable la precariedad de la infraestructura pública, la extensión territorial, las condiciones climáticas, la dispersión poblacional, la pobreza, la diversidad cultural, entre otras; aspec-tos que necesitan respuestas inmediatas de las políticas públicas.
En todo el Gran Chaco argentino, los capitales ingleses y france-ses incentivaron la explotación irracional del quebracho para la extracción de tanino desde la segunda mitad del siglo XIX hasta mediados del siglo XX. Este proceso forma parte de la desidia y entrega de gobiernos y personajes que, desde la cúpula del poder, no dudaron en traicionar los intereses nacionales. Esta situación
148
se oculta hasta nuestros días porque intereses espurios siguen imponiéndose en la región, comprando grandes extensiones de tierra para someterlas a la explotación del monocultivo que, sin duda, terminará con la más formidable reserva forestal de Argen-tina. Los pueblos indígenas de la región perdieron su hábitat. Les destruyeron la vegetación y con ello lo esencial de la vida de estos pueblos unidos culturalmente a la naturaleza.
Rescoldo llega a estos parajes para realizar las “Prejornadas de Jóve-nes Protagonistas” en el año 2007. En ese año, el eje de trabajo del evento, que se realiza anualmente, fue llamado Identidad y Com-promiso. Esta instancia ofició como diagnóstico sociocomunita-rio de la zona, pues permitió conocer la realidad de la comunidad desde las voces de los jóvenes que la conforman. A partir de esta experiencia se iniciaron actividades que formaron parte del plan de acción de la coinvestigación, y que se fue concretando desde la primera actividad hasta el presente.
Iniciando nuestra relación con la comunidad, especialmente con los jóvenes, fuimos cuestionándonos sobre las dificultades de la comunidad para participar. Ellos plantearon el problema del disci-plinamiento religioso de la Iglesia anglicana, extendida en buena parte de la región del Gran Chaco, y el cúmulo de prohibiciones que imponen los religiosos para subordinar a los miembros de la comunidad. Esta situación es vivida más angustiosamente por los jóvenes, quienes señalaron la falta de un espacio físico donde “reunirse y conversar sobre nuestros problemas” (CS, joven wichí de La Puntana).
De esta manera, surgió la primera actividad del colectivo3: la crea-ción del Centro Comunitario “Espacio Joven”. Juntos levantamos las paredes de lo que sería el Centro, creando un espacio físico que tendría como actores principales a los jóvenes de las comunida-des indígenas wichí, toba, tapiete y chulupí. La construcción del centro se hizo con materiales donados por la Universidad Nacio-nal de Salta, la Red Rescoldo y numerosas personas solidarias.
3 Compuesto ya en estas instancias por dirigentes de las comunidades de ambos parajes, jóvenes wichís y miembros de Rescoldo. O
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Docentes y estudiantes se encargaron de los cimientos y en dos días estuvo construido el edificio. Sus paredes son de adobe y el techo de chapa de cinc. Rescoldo donó un computador para el nuevo espacio. Por esto, y en paralelo a la construcción, se brindó capacitación a los jóvenes de tercer año del colegio secundario para el manejo del computador. De este modo podrían mantener actualizado el inventario de los libros y revistas de la biblioteca, que llegan a la cifra de quinientos ejemplares aproximadamente.
Por otra parte, se realizaron reuniones con los docentes del colegio y jóvenes, firmándose el acta constitutiva del Centro Comunita-rio “Espacio Joven”. Una vez concluida esta instancia se realizaron actividades de recreación y esparcimiento a orillas del río Pilco-mayo, donde pudimos reforzar los vínculos creados en la primera visita, reafirmando nuestro compromiso de continuar trabajando en este proyecto que nos humaniza y nos pone al servicio de la comunidad.
A partir de nuestra convivencia con la comunidad y en ocasión de nuestras visitas, se sumaron al colectivo de investigación, algu-nos docentes del colegio secundario y la escuela primaria de la zona. En diferentes oportunidades la conversación se desarro-lló en torno a las dificultades que tienen los docentes blancos al enseñar en contextos interculturales. Estos docentes no tienen, dentro de su formación de grado, una instancia que les brinde conocimientos sobre las culturas indígenas. Apostando a la inves-tigación social como un modo de desnaturalizar prácticas e ima-ginarios, decidimos iniciar una actividad que se denominó “Semi-nario de formación docente acerca de mapas y herramientas para conocer la escuela, sus actores y sus prácticas”, dirigido a profe-sores de escuelas primarias y secundarias de Santa Victoria Este.
Los maestros de esta zona proceden de otras ciudades. Ninguno de ellos pertenece a alguna comunidad indígena. Esto responde a que las políticas públicas nacionales y provinciales no capacitan a los miembros de las comunidades para afrontar el costo econó-mico que implica estudiar en el nivel superior universitario o no universitario. La invisibilidad del indígena en la política educativa, y en las políticas públicas en general, ameritan saldar una deuda
150
histórica con las comunidades, debido al estado de abandono (en materia de salud, vivienda, trabajo, conservación de la naturaleza, educación, etc.) en el que viven la mayoría de ellas.
Respondiendo a la matriz españolizante de la escuela y dado que los niños inscritos no hablan castellano, el sistema perversamente condena a los indígenas al abandono de su idioma, o a la deser-ción y exclusión del sistema. De este modo, son muy pocos los indígenas que egresan de la enseñanza media e intentan llegar a la educación superior.
Por esta “falta de entendimiento” entre docentes y la comunidad, diagnosticado como problema prioritario, y respondiendo a sus peticiones, se inició el trabajo de formación en investigación socioeducativa. Este fue impartido por módulos y concluyó con la elaboración de proyectos de investigación de los docentes sobre sus prácticas y la comunidad.
Los módulos de trabajo fueron: “La reflexión epistemológica en el campo de lo socioeducativo”, “Las tradiciones y paradigmas pre-sentes en la investigación social”, “Las dimensiones del proceso metodológico”, “El sentido de la investigación socioeducativa y su pertinencia” y “La producción de conocimiento situado”. El objetivo de esta elaboración consistía en ayudar a desnaturalizar la mirada de lo social, transformando la percepción del otro, cul-turalmente diferente y valioso.
Esta labor concluyó con éxito con los docentes de las escuelas pri-marias. Sin embargo, es una permanente necesidad para ellos, contar con instancias de reflexión y formación que les permitan una enseñanza alejada de la concepción castellanizadora de la escuela. Para esto deben incluirse positivamente las prácticas, los contenidos, la cosmovisión, los saberes y demandas de las fami-lias y la comunidad.
Continuando con el trabajo en la comunidad se elaboró el proyecto de “Formación de Jóvenes Dinamizadores” en ambos parajes (La Curvita y La Puntana). El trabajo con los jóvenes de estas comuni-dades se inició en el año 2007 y se mantuvo, a través de los talleres, hasta el 2009. Su finalidad era contribuir con la reflexión colectiva y la formación de jóvenes indígenas como dinamizadores socio- O
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culturales en la región. Los ejes de trabajo en los talleres, jornadas y reuniones a orillas del río fueron los siguientes: “Memoria e iden-tidad de las comunidades milenarias”, “Situación socioeconómi-ca de la comunidad”, “Participación y demandas de las comunida-des”, “El marco jurídico vigente”, “Derechos Humanos”, “Técnicas de animación sociocultural”; “Diagnóstico y elaboración de pro-yectos sociocomunitarios”, “Movimientos sociales en Latinoamé-rica” y “El reclamo por el derecho a vivir en la diferencia”.
La iniciativa de formación de líderes juveniles indígenas se realizó en el Centro Comunitario “Espacio Joven” y, si bien se inició con jóvenes de La Puntana, ha extendido su alcance hacia comunida-des vecinas.
El proyecto buscaba incorporar jóvenes de la comunidad para que discutieran problemas comunes y plantearan soluciones. A partir de allí se haría posible su organización y aplicación de acciones socioculturales que contribuyeran a recuperar la memoria y satis-facer necesidades como: el acceso a la educación superior, al tra-bajo, a una vivienda digna, a los medios electrónicos, a una radio comunitaria y, sobre todo, a la participación política.
Los debates y el diagnóstico sociocultural e histórico de la región dieron lugar a la concreción de acciones colectivas entre las que destaca la producción de miel para el autoconsumo. Este proyec-to, denominado “Jóvenes Indígenas por un presente con dignidad. Montaje de una unidad apícola educativa experimental”, ha sido aprobado por la Dirección Nacional de Juventud y está liderado por un grupo de jóvenes dinamizadores de La Puntana y La Curvi-ta, realizándose exitosamente desde el año 2009 hasta el presente.
La primera etapa de este proyecto obtuvo el reconocimiento de Buena Práctica del Premio Internacional de Dubai a las Buenas Prácticas para Mejorar las Condiciones de Vida, UN-HABITAT, que otorga el Programa de Naciones Unidas para los asentamientos humanos de Nairobi, en marzo de 2009.
Es necesario destacar que, a partir de esta tarea y este vínculo, varios jóvenes nos solicitaron ayuda para ingresar en la universidad. De este modo cuatro jóvenes wichí se encuentran hoy en el tercer año de la universidad, estudiando las carreras de Ciencias de la
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Educación y Filosofía. Más allá de la labor académica, desarrollan prácticas interculturales difundiendo sus tradiciones entre los jóvenes universitarios de la Universidad Nacional de Salta (UNSA) y en colegios secundarios de la ciudad de Salta. Con la llegada de los jóvenes indígenas se inauguró, desde la Facultad de Humani-dades y a través de la Cátedra de Investigación Educativa de la carrera de Ciencias de la Educación, un programa de tutorías para estudiantes indígenas, que luego generó una política institucio-nal desde la Secretaría Académica.
El caso de los jóvenes de los Valles Calchaquíes (Salta, Tucumán y Catamarca)
Movilizado por un grupo de jóvenes que participaron en la “Prime-ra Jornada de Jóvenes Protagonistas en los Valles Calchaquíes de Salta”, dirigido por el Centro de Investigación de Lenguas, Educa-ción y Culturas Indígenas de la UNSA y el Municipio de San Carlos, se inició, desde octubre del año pasado, un proyecto de coinves-tigación con jóvenes residentes de esa localidad. A partir del año en curso, este proyecto, junto a otros de la región, conforman el “Programa de Coinvestigación sobre Interculturalidad, Memoria e Identidad en los Valles Calchaquíes del Noroeste Argentino”.
Hasta el momento se han efectuado reuniones quincenales donde se trabaja un fin de semana completo bajo la modalidad de taller. Entre los objetivos de la propuesta de coinvestigación en San Car-los se menciona: conformar un espacio de participación, reflexión y formación sobre tres grandes campos de indagación: las proble-máticas sociales contemporáneas de los jóvenes de la región, la memoria y la identidad como fundamentos de un proyecto polí-tico emancipador y la consolidación de redes juveniles colectivas de trabajo comunitario.
Como resultado de esta labor reflexiva se destaca la formación de quince jóvenes dinamizadores residentes en la localidad. Ellos desarrollan actualmente piezas comunicacionales para dar a conocer el trabajo del colectivo de investigación sobre la historia del pueblo, las comunidades ancestrales de la región y herramien-tas de la educación popular para el trabajo comunitario. A partir O
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de la realización de la “I Jornada de Jóvenes Protagonistas en San Carlos en los Valles Calchaquíes de Salta”, la Dirección de Turismo y Cultura de la Municipalidad de San José de Catamarca se acercó a Rescoldo y manifestó su interés por generar actividades conjun-tamente en el área de la interculturalidad, debido a la presencia de comunidades indígenas residenciadas en la zona. A esta inicia-tiva se sumaron los dirigentes y miembros de la comunidad de Los Quilmes de Tucumán.
A partir de talleres con integrantes de las comunidades de San José y Santa María de Catamarca y Los Quilmes de Tucumán se traba-jaron temáticas vinculadas a la interculturalidad. Se elaboró un diagnóstico sociocomunitario e histórico de las mismas, como una forma de construir memoria sobre la situación actual de las comunidades indígenas de la región. Uno de los aspectos más señalados por los participantes fue el papel de la educación esco-larizada y su anulación de las cosmovisiones milenarias. Igual-mente se indicó el problema de desconocimiento de los docentes de escuelas primarias y secundarias que siguen transmitiendo la enseñanza de la historia de las comunidades “como si no viviéra-mos, como si sólo se tratara de los mayas, los incas y los aztecas.”
Buscamos, de manera colectiva, iniciar acciones comunitarias respondiendo al problema de la interculturalidad en la agenda pública. En tal sentido, una de las actividades, emprendidas desde septiembre a noviembre, se denomina: “Herramientas para una práctica intercultural”, que convoca docentes de la región. El obje-tivo es crear un espacio de debate y reflexión para fundamentar un intercambio de conocimientos en el ámbito de la escuela. Esto permitiría avanzar en las prácticas de convivencia pluricultural y en la edificación de una conciencia colectiva fundada en el diálo-go conciliador, contribuyendo en los procesos de revalorización cultural y rescate de la identidad y la memoria.
Entre los objetivos específicos se encuentran: favorecer la construc-ción de estrategias didácticas/pedagógicas, que favorezcan el abordaje crítico de la práctica docente orientada a recrear ámbi-tos de convivencia y participación democrática de la comunidad educativa. De igual forma, se considera promover la extensión de
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la labor educativa en la comunidad. Ambas aspiraciones se cons-tituyen como apoyo a la reconstrucción de los procesos identita-rios y la recuperación de la memoria colectiva.
Entre los contenidos que se trabajarán en estos talleres se encuen-tran: “La ruta de la sabiduría de los pueblos andinos”, “El Yanantin: la dualidad complementaria”, “El Tinkuy: la proporcionalidad”, “Tawa-Paqa: la vincularidad”, “Pachatussan: vínculo o soporte de la existencia”, “Crítica a la Filosofía occidental”, “La Escuela Andina”, “Los pueblos originarios de la región”, “La conquista y la colonización española”, “Los Estados Nacionales. Globaliza-ción y exclusión social”, “El impacto en los Valles Calchaquíes” y “Educación e Interculturalidad”. En las actividades programadas participaron el intelectual indígena peruano Javier Lajo Lazo y la trabajadora social colombiana Magdalena Barón Azuero4.
Acerca de la coinvestigación El sentido de la investigación social está siendo discutido desde
hace unos años entre quienes conformamos el colectivo de inves-tigación, docencia e intervención sociocomunitaria Rescoldo. Desde allí hemos iniciado un proceso de problematización de “nuestro hacer”, a partir de sucesivas actividades que empren-demos con miembros de las comunidades indígenas de la región noroeste del país. Hemos indagado en torno a cuáles serían los aportes de una investigación socialmente útil, cuyos supuestos se relacionen con el lugar/territorio y cuyos aportes sean perti-nentes. A partir de estas consideraciones y de un vínculo conse-guido desde el “I Simposio Latinoamericano de Investigadores en Juventud”, realizado en 2006 en la ciudad de Salta, con miembros de la Universidad Central de Colombia, trabajamos en un estilo de investigación novedoso en la región denominado “coinvestiga-ción”. Modelo que practicamos en comunidades indígenas de los Valles Calchaquíes y la región del Chaco Salteño.
4 Javier Lajo Lazo y Magdalena Barón son miembros de la Red Latinoamericana PACARINA y participan activamente en las múltiples acciones que pueden seguirse a través de la página web: www.redpacarina.org O
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La coinvestigación representa una forma de producir conocimiento legítimo para los colectivos sociales que en ella intervienen. Como heredera de la tradición cualitativa latinoamericana, esta prácti-ca guarda elementos en común con la IAP (Investigación Acción Participativa), que reseñamos a continuación:
1. Ambas procuran vincular la investigación y la acción social. En
este sentido, discuten el sentido social de la producción académica,
y acercan a esta las acciones de transformación social.
2. Rompen con el “pathos de la distancia”. Es decir, cuestionan el
ideal positivista de la neutralidad valorativa, de la objetividad expre-
sada en la distancia que separa y desvincula el objeto de estudio de
quien lo investiga.
3. Buscan “empoderar” a los sujetos individuales y colectivos que
participan de estas formas de investigación, de manera que las accio-
nes presentes y futuras se vean fortalecidas mediante la reconstruc-
ción colectiva de los sentidos construidos sobre la acción social.
4. Recuperan las mediaciones comunicativas a medida que cues-
tionan la interacción social desde la apropiación reflexiva de los
conocimientos.
5. Aun cuando comparten las características antes mencionadas,
la coinvestigación se aleja de la IAP en al menos tres grandes campos
de problematización:
a. La dimensión del poder: en esta manera de hacer y concebir la
ciencia se asume que los actores sociales no pertenecientes al ámbito
de la academia se constituyen como interlocutores válidos, con igual
cuota de poder y participación en su proceso de realización. Se conside-
ra que ellos son quienes pueden dar cuenta del objeto de estudio y su
validación, ya que intervienen en sus contextos desde la experiencia.
b. El rol de los encuadres conceptuales: se considera que los concep-
tos ordenadores son lábiles. Ofrecen marcos posibles de interpreta-
ción amplios, flexibles. No dejan de estar presentes, pero sólo quedan
incluidos en el proceso de investigación una vez realizada la historia
social de los mismos, de manera que pueda evaluarse su pertinencia y
productividad como herramientas heurísticas.
c. El orden del saber: la coinvestigación cuestiona la separación
entre doxa y episteme. Asume la distribución simétrica del poder y la
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horizontalidad en la comunicación. Se busca, de este modo, cuestionar
el poder de la academia, que limita la verdad del actor social y la subyu-
ga (cuando no la niega o enmudece). De esta forma lo expone Espitía
Vásquez (2008: 99), en este tipo de investigación el protagonismo del
intelectual académico radica en la lucha “contra las formas de poder
allí donde es a la vez su objeto e instrumento: en el orden del saber,
de la verdad, del discurso”. Santiago Castro-Gómez (2007) sugiere que
las herencias coloniales son reproducidas por las universidades en
la medida en que esa “mirada colonial sobre el mundo” obedece a un
modelo epistémico desplegado por la modernidad occidental. A este
modelo epistémico lo denomina “la hybris del punto cero”, que repre-
senta la estructura triangular de la colonialidad (poder, saber, ser). Esta
hybris se fundamenta en dos componentes. El primero sería la estruc-
tura arbórea del conocimiento y de la universidad. Los conocimientos
tienen unas jerarquías, unas especialidades, unos límites que marcan
la diferencia entre unos campos del saber y otros, unas fronteras epis-
témicas que no pueden ser transgredidas, unos cánones que definen
sus procedimientos y sus funciones particulares. El segundo sería la
identificación de la universidad como “lugar privilegiado de la produc-
ción de conocimientos”. La universidad es vista, no sólo como el lugar
donde se produce el conocimiento, que conduce al progreso moral o
material de la sociedad, sino como el núcleo vigilante de esa legitimi-
dad. La universidad es concebida como una institución que establece
las fronteras entre el conocimiento útil y el inútil, entre la doxa y la epis-
teme, entre el conocimiento legítimo (el que goza de “validez científi-
ca”) y el conocimiento ilegítimo.
La ciencia moderna occidental se sitúa fuera del mundo (en el punto cero) para observar al mundo, pero no consigue obtener una mira-da orgánica, sólo llega a tener una mirada analítica. La ciencia moderna pretende ubicarse en el punto cero de observación para ser como Dios, pero no logra observar como Dios. La tesis que sos-tiene Castro-Gómez (2007) es que la universidad moderna encar-na perfectamente la “hybris del punto cero” y que este modelo epistémico se refleja no sólo en la estructura disciplinaria de sus
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epistemes, sino también en la estructura departamental de sus programas.
Entiéndase que la coinvestigación busca equilibrar este proceso mientras se realiza como una forma de trabajo colaborativo entre practicantes intelectuales y académicos, sin llegar a constituirse como forma de investigación militante. Intenta crear y promover espacios de diálogo entre los integrantes de estos colectivos de investigación. Las iniciativas de investigación no se relacionan simplemente con preguntas del tipo: ¿qué investigo?, sino tam-bién con las del tipo: ¿para qué investigo? Igualmente se confor-man sobre el cuestionamiento según el cual se investiga “sobre” ciertos actores o grupos sociales o “con” esos actores o grupos sociales, y dependiendo de esos actores. Estas dos últimas pre-guntas son de carácter ético y político, y condicionan desde el comienzo las preguntas de investigación, la aproximación epis-temológica, la elaboración teórica y los planteamientos sobre el método (ver Mato, 2000, 2001a y 2001b).
La reflexividad como eje gravitante del proceso
La reflexividad retoma el desafío de responder a las prácticas socia-les como estructuras simbólicas de significación, desde las cuales representaciones, imaginarios, afectos, deseos y utopías se entre-lazan como modos situados de producción de saberes que son, como exponen Espitía Vásquez, Valenzuela y Cubides: “ni total-mente reflexivos, ni formalmente racionales, ni arraigados en mentes individuales” (2008: 105). La noción de prácticas de reflexi-vidad permite visibilizar un conjunto de saberes “difícilmente tex-tualizables”. En tal sentido recuperamos los aportes de A. Giddens (2003), quien nos brinda herramientas de análisis para compren-der una amplitud de prácticas sociales no discursivas, relevantes como parte de las tramas simbólicas, que dotan de significado el “estar en el mundo” para diversos grupos humanos.
La reflexividad no constituye una autorreferencialidad del pensa-miento y de la subjetividad que nos permitiría mejores procesos de explicitación de los saberes aprendidos y, por tanto, de proce-
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sos de acompañamiento y co-construcción de saberes o de reduc-ción de las ambigüedades características del lenguaje, como lo han propuesto las perspectivas hermenéuticas. Tampoco es una simple conciencia o actividad de cálculo y razonamiento para pro-ducir adaptaciones más finas a la realidad, sino la posibilidad de que la propia actividad del sujeto se vuelva objeto de explicitación para captarse como actividad actuante. Se trata de deconstruir el devenir histórico del grupo social desde procesos de escisión y de oposición frente a lo instituido.
El conocimiento situadoDesde la coinvestigación asumimos la necesidad de producir cono-
cimiento situado. Este se relaciona con el concepto de “lugar” y es abordado por las ciencias sociales desde varios puntos de vista. Desde su relación con el entendimiento básico de ser y conocer, hasta su destino en la globalización económica. Asimismo, se pre-gunta continuamente si logra constituirse como ayuda o impedi-mento para pensar la cultura. Para algunos, la ausencia de “lugar” es una “condición generalizada de desarraigo” y, si bien forma parte de la condición moderna, significa en muchos casos, como en el de los desplazados, exiliados y refugiados, una experiencia dolorosa. Sin embargo, el “lugar” ha sido ignorado por muchos pensadores, y las teorías de la globalización han marginado esta cuestión.
Aunque coincidamos en sostener que la identidad es una construc-ción y que, por tanto, es inestable, el “lugar” –como experiencia de enraizamiento con la vida diaria–, continúa siendo importante en la vida de la mayoría de las personas.
Las relaciones entre el concepto de localización, el de conocimiento y las subjetividades están vinculadas a la pertenencia a un lugar físico, a un grupo humano, a ciertas prácticas compartidas, a una memoria que se construye en común. En efecto, el “lugar” implica un conjunto de prácticas compartidas, en la operatividad de cier-tas creencias, en la ritualización de ciertas producciones, en las festividades y en los juegos infantiles (Palermo: 2005, 37).
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La persistente marginalización del “lugar” en las teorías de las Cien-cias Sociales generó un pensamiento sometido históricamente al colonialismo occidental. El dominio del espacio sobre el “lugar” ha operado como dispositivo epistemológico del eurocentrismo en la construcción de la teoría social. Al restarle énfasis a la cons-trucción cultural del “lugar”, en beneficio del proceso abstracto y aparentemente universal de la formación del capital y del Estado, casi toda la teoría social convencional ha hecho invisibles formas subalternas de pensar y modalidades locales y regionales de con-figurar el mundo. Esta negación del “lugar” tiene múltiples conse-cuencias para las teorías, tanto las del imperialismo como las de la resistencia, el desarrollo, etc.
Desde la reflexión sobre el “lugar” surge la consideración del cono-cimiento como una actividad situada, constituida por una histo-ria de prácticas pasadas y cambiantes, que funciona más como conjunto que como dependiente de un sistema formal de conoci-mientos compartidos, liberados de su contexto (Zaffaroni, 2010).
Ciencias Sociales y políticas del lugar Las políticas del lugar son formas de intelectualidad creadoras,
basadas en saberes y experiencias, situadas o concretadas en “localidades sociales, económicas y culturales específicas” (Esco-bar y Hatcourt, 2002).
Estas prácticas guardan en sí mismas el potencial para convertirse en políticas de ruptura con el orden social imperante. Son proce-sos que retan la validación política y epistemológica del “lugar” e implican una reflexividad en la que las prácticas de los actores sociales, situadas en un territorio, devienen en acontecimientos políticos que redimensionan positivamente las nociones de loca-lidad, ubicación y sentido de pertenencia (Garzón, 2000; Oslender, 2000). Es decir, representan otras formas de “escribir el mundo”.
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Reflexiones que transforman las prácticas
Las acciones emprendidas tuvieron como supuesto fundamental la existencia de un otro diferente y valioso. En todo momento se buscó definir con él lo que es la realidad y el conocimiento (en el sentido que expone Valenzuela Echeverri, 2008). Esto fue posible gracias a un doble proceso de reflexión colectiva. Desde los miem-bros de Rescoldo implicó un ejercicio de revisión de saberes y una contextualización de los mismos, que permitió la comprensión de lo que proviene de fuera, de aquellos mensajes que no pueden ser anticipados, previstos ni programados por nuestro dominio sub-jetivo del mundo. En definitiva, permitió la comprensión de men-sajes provenientes de una cosmovisión diferente. Para los miem-bros de la comunidad, entre ellos y fundamentalmente entre los jóvenes, implicó un proceso de reapropiación y revalorización de la propia cultura, como también de fortalecimiento de la identi-dad y la memoria colectiva.
Las acciones emprendidas han dado lugar a prácticas intelectuales5, entendidas como aquellos saberes, significaciones y visiones de
5 Propuesta de Daniel Mato (2002). Lo que busca resaltar este concepto es la multiplicidad de prácticas de cultura y poder que no se circunscriben o relacionan con la universidad, donde se produce un trabajo reflexivo, de conceptualización, de análisis para la intervención, pero sin que necesariamente estén orientadas a producir textos, sino otras formas de acción impulsoras del cambio social. Tales prácticas de cultura y poder articulan lo cultural (simbólico social) con lo polí-tico, y lo político (las relaciones de poder) con lo cultural, sin asumir la forma de “estudios”, pero desarrollando formas de producción de conocimientos y saberes que, o bien lo hacen “dentro y fuera” de las prácticas académicas, o bien transgre- O
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un colectivo en particular, que implican una construcción de sen-tidos anclada en el “lugar”, con la perspectiva de una proyección futura. Esto ha sido posible en virtud de una investigación que se realiza con el otro, en un diálogo de saberes no subordinado a campos de significación rígidos y jerarquizados. Desde allí se permite problematizar con los actores y organizaciones la situa-ción de crisis, incertidumbre y conflicto, abriendo instancias de producción social de conocimientos, que se vinculan con la trans-formación (Huergo, 2002).
Reafirmando la coinvestigación como horizonte de posibilidad para el cambio en los colectivos sociales, también hemos querido des-tacar el carácter decolonial de esta investigación, que se funda-menta en un diálogo experiencial. En el ámbito de la academia pervive la visión de ese imaginario de subalternidad, cada vez más hegemónico, según Daniel Mato, en las universidades latinoa-mericanas. Imaginario que induce a deslegitimar la producción intelectual de los actores sociales con quienes se investiga, redu-ciendo su saber a una simple doxa, a la que se impone una rectifi-cación. La coinvestigación coloca en el eje central la reflexividad de los colectivos, que no son más que conocimientos desarrolla-dos en la práctica. La coinvestigación permite descolonizar en clave crítica y propositiva la generación de conocimientos dentro de la academia. De cierto modo inaugura una lucha por el senti-do de la investigación social, colocándola en sintonía con nuevas rutas e incertezas políticas y sociales, que imponen el cambio de paradigmas epistemológicos en la sociedad contemporánea.
La apuesta por un tipo de investigación conciliadora valora las tra-diciones de los pueblos indígenas a través del respeto cultural y étnico. A pesar de siglos de exclusión, las comunidades conservan la esperanza de un nuevo tiempo, que termine con una larga his-toria de desaciertos y pacientemente, en esta región desertizada por la voracidad de la codicia, construyen sueños desde la bonda-dosa mirada de los jóvenes que la integran.
diendo esas fronteras sin ceder tampoco a sus trazados interdisciplinarios o a los que desarrollan otros contextos institucionales distintos a la academia (Espitía Vásquez, 2008).
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Como colectivo proponemos reconcebir las ciencias sociales desde la pluriversalidad epistemológica y la creación de vínculos dialó-gicos que apunten a proyectos de intervención decoloniales. Si la primera ruptura epistemológica fue con la doxa en nombre de la episteme, para llegar al punto cero, el gran desafío actual de las universidades es realizar una segunda ruptura, ya no con la doxa sino frente a la episteme, para bajar del punto cero. El ideal ya no sería la pureza y el distanciamiento, sino la contaminación y el acercamiento. Descender del punto cero implica reconocer que el observador es parte de lo que observa y que no es posible nin-guna intervención social en la que podamos actuar como simples experimentadores. Cualquier observación nos involucra como parte del experimento (Castro-Gómez, 2007). Se trata de afianzar los caminos que permitan dar cabida a todos los mundos posibles, a favor de la igualdad.
En este sentido, Boaventura de Sousa Santos (2005) plantea una nueva epistemología, concebida desde el Sur, que brinde credibili-dad a las experiencias sociales contrahegemónicas y a los supues-tos epistemológicos que estas construyen. De este modo, señala dos tipos de sociología involucradas con este proceso:
1. Una sociología de las ausencias, que reconoce diferentes racio-
nalidades, conocimientos, prácticas y actores en el campo de las
experiencias sociales.
2. Una sociología de las emergencias, que permite identificar y
ampliar indicios de las posibles experiencias futuras.
Ambas surgen de la inconformidad y tienen dimensiones sociales, políticas, éticas y subjetivas que permiten imaginar el mundo de otras maneras. Ambas sugieren otra forma de relación, análisis e investigación, y también se presentan como alternativa de pro-ducción teórica.
Este pensador plantea la creación de una Universidad Popular de Movimientos Sociales como una red de conocimientos, a partir de dos argumentos:
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1. Promover un encuentro entre personas dedicadas a prácticas de
transformación social y las dedicadas a la producción teórica.
2. Avanzar en el espacio para la formación de activistas y líderes de
movimientos dedicados a la transformación social.
La modernidad ha pretendido ser portadora de una verdad universal legitimada por procedimientos rigurosos, que se ha organizado y difundido como conocimiento científico. Asimismo, su preten-sión ha sido apoyada por numerosas estrategias teóricas.
Por nuestra parte, sostenemos que no sólo existe una pluralidad de formas de conocimiento, correspondiente con la diversidad de culturas, sino que dentro de cada cultura se desarrolla igualmen-te una pluralidad de formas de pensamiento.
De esta manera, podemos decir que el mundo es un pluriverso políti-co, cultural y cognitivo, que expresa las diferentes formas de orga-nizar y experimentar la vida, fortaleciendo la premisa según la cual no existe un solo modo de pensar y conocer. Así se responde a la concepción del conocimiento como producto de la imaginación y del ejercicio de la libertad en procesos de trabajo intelectual.
La necesidad de una verdad universal, que resguarda la institución llamada “ciencia”, forma parte de una geopolítica de expansión colonial, que niega el carácter de conocimiento a otros discursos y formas de pensar. Nos encontramos frente al desafío de vislum-brar las condiciones epistemológicas que permitan recrear un conocimiento plural, más aún en países que han vivido procesos de colonización, y que han sobrepuesto jerarquías sociales, cul-turales y cognitivas. El pensamiento occidental moderno ha sido caracterizado por Boaventura de Sousa Santos, como un pensa-miento abismal, que consiste en un sistema de distinciones visi-bles e invisibles, donde las invisibles son el fundamento de las visibles. Es decir, existe una demarcación: un lado de la línea visi-ble y otro que se oculta, que es excluido. Por lo tanto, existe una imposibilidad de estar y percibir los dos lados de la línea.
Esta línea separa por una parte el conocimiento real: la ciencia, la filosofía, la teología y por otra parte las creencias: opiniones, magia, idolatría, comprensiones intuitivas o subjetivas que, en la
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mayoría de los casos, podrían convertirse en objetos o fundamen-tos para las investigaciones científicas.
El autor fundamenta sus argumentos caracterizando la moderni-dad como paradigma sociopolítico que se instaura en la tensión entre regulación y emancipación social. Sobre estos aspectos se apoyan todos los conflictos modernos, pero también se apoyan en la vivencia particular de las sociedades metropolitanas y los territorios coloniales.
La humanidad moderna no es posible sin la subhumanidad de los territorios coloniales donde impera la exclusión. Hoy, como entonces, las colonias proveyeron un modelo de exclusión radi-cal que prevalece en el pensamiento y la práctica occidental. Esto muestra la imposibilidad de una copresencia en ambos lados de la línea.
Entendemos nuestras reflexiones como prácticas epistémicas y sociales. A estas últimas las consideramos prácticas constitutivas de los seres humanos (ver Bourdieu, Giddens, 1987). La conciencia práctica muestra que los actores no pueden siempre verbalizar su acción. La reflexividad opera no sólo a nivel discursivo sino que se conforma como conocimiento tácito.
Es necesario destacar que las líneas globales abismales tuvieron variaciones y fracturas. Una de ellas fue la provocada por la teoría de la dependencia, la teoría del sistema mundo y más reciente-mente por los estudios poscoloniales.
La resistencia política, que se evidencia en distintas acciones en las comunidades indígenas, debe tener como basamento la resisten-cia epistemológica. Esta resistencia necesita de un pensamiento alternativo, y para promoverla es necesario fundamentarse en la sociología de las emergencias, que considera la dinámica de las tendencias latentes, dando lugar a constelaciones de significados en torno al entendimiento y la transformación del mundo.
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Manifestaciones como el Foro Social Mundial son prácticas globali-zadas contrahegemónicas y de cosmopolitismo subalterno. Estas propuestas presentan entendimientos no occidentales. Creen que la diversidad del mundo es inagotable y que esa diversidad carece de una epistemología propia, por lo que es necesario cons-truirla. Finalmente nos muestran que otros mundos son posibles.
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HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
Resumen La Venezuela azul, o mar venezolano, ocupa una superficie equi-
parable a los 916.445 km² de los territorios emergidos. Buena
parte corresponde a la fachada caribeña, donde quedan
algunos sectores importantes por delimitar, mientras que en
la fachada atlántica, la República Bolivariana de Venezuela
puede prolongar su plataforma continental extendida o
ampliada hasta 350 millas náuticas, si se demuestra, legal y
científicamente, que los sedimentos y rocas que se encuentran
a esa distancia están geológica y directamente vinculados con
las costas venezolanas. Este espacio sigue siendo poco y/o mal
estudiado y aprovechado: de ahí la expresión “Venezuela es
un país de vocación marítima que, las más veces, ha vivido de
espaldas al mar”.
Urge, pues, estudiar y darle un uso económica y ambientalmente
sustentable a las áreas marinas, insulares y marino-costeras
de Venezuela y a los recursos naturales, renovables y no
renovables, allí existentes, apoyados en la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela y leyes específicas, como
la del Proyecto Nacional Simón Bolívar-Primer Plan Socialista-
Desarrollo Económico y Social de la Nación 2007-2013.
Palabras clave
Mar territorial
Plataforma continental
Zona económica excusiva
Soberanía
Geopolítica
170
Le Venezuela bleuLe Venezuela bleu ou la mer vénézuélienne occupe une superficie
comparable aux 916.445 km2 de territoire émergé. Une grande
partie de ce territoire correspond à la façade caraïbe où il y a
des secteurs, petits, mais importants, qui n’ont pas été déli-
mités. En ce qui concerne la façade atlantique, grâce au droit
maritime international et au droit de la mer, la République Boli-
varienne du Venezuela peut prolonger son plateau continen-
tal étendu ou prolongé jusqu’aux 350 milles nautiques (quel-
que 611 km) si nous, les Vénézuéliens, démontrons légalement
et scientifiquement que les sédiments et les roches trouvés à
cette distance des côtes de l’état Delta Amacuro et la Guayana
Esequiba ou Zone en Réclamation, et la ligne de base droite,
sont géologiquement et directement liés aux sédiments et uax
roches des citées zones côtières vénézuéliens.
Cette possibilité n’a pas été suffisamment étudiée et considérée.
Cela donne comme résultat la phrase : « Le Venezuela est un
pays de vocation maritime que, la plupart du temps, vit avec le
dos tourné vers la mer ».
Il s’avère nécessaire d’étudier les zones marines, insulaires et
marines côtières du Venezuela et les ressources naturelles
renouvelables et non renouvelables et leur donner un usage
durable du point de vue de l’économie et l’environnement. On
peut y arrivier en s’apuyant sur la Constitution de la Républi-
que Bolivarienne du Venezuela et des lois spécifiques comme
celle du Projet National Simón Bolívar- Premier Plan Socialiste-
Développement Economique et Social de la Nation 2007-2013.
Mots clés
Mer territoriale
Plateau continental
Zone economique excusive
Souveraineté
Géopolitique
171
The Blue Venezuela The blue Venezuela, or Venezuela’s Sea, occupies an area compa-
rable to the 916.445 km² of its surface. A long part corresponds
to the Caribbean frontage, where some important sectors are
still waiting to be delimited, while in the Atlantic frontage,
the Bolivarian Republic of Venezuela can extend its extended
continental platform up to 350 nautical miles, if we demons-
trate, legally and scientifically, that sediments and rocks that
are located there are directly linked to Venezuelan coasts. This
place has not been studied and used enough; that is why the
following expression belongs to: “Venezuela is a country of
maritime vocation that, many times, has lived with its back to
the sea”
It is really important to study Venezuelan delimited areas and take
advantage, by an economic and environment-friendly way,
of the sea, insular, marine-coast areas and natural resources,
renewable or not, and support our rights in the Constitution
of the Bolivarian Republic of Venezuela and its specific laws,
such as the National Project Simón Bolívar-First Socialist Plan-
Social and Economic Development of the Nation 2007-2011.
Key words
Territorial sea
Continental shelf
Exclusive economic zone
Sovereignty
Geopolitics
172
A Venezuela azul A Venezuela azul, ou mar venezuelano, ocupa uma superfície
equiparável aos 916.445 km² dos territórios emergidos. Boa
parte corresponde ao Caribe, onde ficam alguns setores impor-
tantes por delimitar, enquanto que no atlântico a República
Bolivariana de Venezuela poderia prolongar sua plataforma
continental estendida ou ampliada até 350 milhas marítimas
demonstrando, legal e cientificamente, que os sedimentos e
rocas a essa distância estão geológica e diretamente vincula-
dos às costas venezuelanas. Este espaço segue sendo pouco
e/ou mal estudado e aproveitado: daí a expressão: “Venezuela
é um pais de vocação marítima que, por vezes, tem vivido de
espaldas ao mar”.
É importante, então, estudar e dar-lhe uso econômico e ambien-
talmente sustentável às áreas marinas, insulares e marino-
costeras de Venezuela e aos recursos naturais, renováveis, ali
existentes, apoiados na Constituição da República Bolivariana
de Venezuela e nas leis especificas, como por exemplo, o Pro-
yecto Nacional Simón Bolívar-Primer Plan Socialista-Desarro-
llo Económico y Social de la Nación 2007-2013.
Palavras chave
Mar territorial
Platafoma continental
Zona econômica exclusiva
Soberania
Geopolítica
173
Introducción“Venezuela es un país de vocación marítima que, las más veces, ha vivi-
do de espaldas al mar”. Esta vocación data de la época precolom-bina, como lo demuestran la presencia de poblaciones de ascen-dencia caribe-venezolana en la república insular de Dominica y los numerosos restos de alfarería y otros objetos prehispánicos hallados en algunas islas del Caribe oriental y meridional, fabri-cados con materiales que sólo existen en la zona costera conti-nental venezolana. De hecho, los ancestros aborígenes recorrían el mar Caribe de isla en isla, en lo que hoy conocemos como arco de las Antillas Menores, a remo y en piragua, guiándose de noche por las estrellas.
Hasta los inicios de la aviación en Venezuela, hace poco más de un siglo, la vía de comunicación intercontinental del país era la marí-tima, y es por ella, aún en pleno siglo XXI, que siguen haciéndose cerca del 98% de las exportaciones y del 95% de sus importacio-nes, sin la participación de una empresa o compañía nacional de navegación, con la excepción de la petrolera PDV-Marina.
La base legal del presente escrito corresponde esencialmente a los artículos 10 al 15, y 17, de la Constitución de la República Bolivaria-na de Venezuela (1999). El escenario geográfico de aplicación de las consideraciones que aquí se exponen coincide con el señalado para el desarrollo de la Revolución Bolivariana, con miras al Socia-
174
lismo del siglo XXI, en el mapa político y el mapa físico de la Repú-blica Bolivariana de Venezuela. Ambos fueron elaborados a escala 1:2.500.000 por el Instituto Geográfico de Venezuela Simón Bolívar.
Las líneas de acción generales y específicas para lograr el cambio necesario y definitivo de la actual situación del país y, especí-ficamente, de lo que atañe a sus espacios y recursos naturales marinos, insulares y marino-costeros, se enmarcan dentro de las siete Directrices Generales del Desarrollo Económico y Social de la República Bolivariana de Venezuela del Proyecto Nacional Simón Bolívar1. Primer Plan Socialista (PPS) Desarrollo Económico y Social de la Nación, a saber: 1) Nueva Ética Socialista, 2) Supre-ma Felicidad Social, 3) Democracia Protagónica Revolucionaria, 4) Modelo Productivo Socialista, 5) Nueva Geopolítica Nacional, 6) Venezuela Potencia Energética Mundial y 7) Nueva Geopolítica Internacional.
Si bien estos siete lineamientos mayores del Proyecto Simón Bolívar son todos igualmente necesarios, en el presente escrito se hará énfasis en los acápites II, IV, V, VI y VII, por su relación y aplicación respecto a los espacios geográficos y recursos naturales, renova-bles y no renovables, del mar, las islas y la franja marino-costera de Venezuela, tanto caribeña como atlántica.
1 El actual Plan de Gobierno, contenido en Proyecto Nacional Simón Bolívar. Primer Plan Socialista (PPS) Desarrollo Económico y Social de la Nación 2007-2013, tiene como antecedente documental los Cinco (5) Polos o Ejes de Desarrollo del Programa de Gobierno del Candidato a la Presidencia de la República de Vene-zuela, Hugo Rafael Chávez Frías, presentados a la opinión pública en abril de 1998, reiterados en octubre del mismo año y retomados, con los ajustes necesarios, en las sucesivas versiones actualizadas del “Proyecto Nacional Simón Bolívar. Primer Plan Socialista (PPS) Desarrollo Económico y Social de la Nación”, en sus diversas ediciones oficiales, bajo la forma de siete (7) Líneas Generales del Primer PPS 2001-2007, extendidas inicialmente hasta el 2012 y ahora hasta el 2021: I.- Nueva Ética Socialista, II.- Suprema Felicidad Social, III.- Democracia Protagónica Revolucio-naria, iv.- Modelo Productivo Socialista, V.- Nueva Geopolítica Nacional, VI.- Vene-zuela: Potencia Energética Mundial y VII.- Nueva Geopolítica Internacional. L
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HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
El escenario generalEl escenario geográfico, estratégico, político, económico, social,
ambiental, científico y tecnológico del país, donde, a partir de 1999, se está y se seguirá llevando a cabo la Revolución Boliva-riana con proyección internacional, está representado, esencial-mente, por dos mapas oficiales de la República Bolivariana de Venezuela. Fueron editados por una oportuna decisión política del Comandante-Presidente Hugo Chávez Frías en el año 2000, cuando ordenó su elaboración y publicación al Instituto Geográ-fico de Venezuela Simón Bolívar del Ministerio del Poder Popular para el Ambiente y los Recursos Naturales. Brindaron su apoyo, además, los despachos de Comunicación e Información, de la Defensa, de Ciencia y Tecnología e Industrias Intermedias y, en general, el Gobierno Bolivariano.
Cada uno de estos mapas cubre un cuadrilátero rectángulo com-prendido entre los paralelos 00°00’ y 21°00’ de latitud norte y los meridianos 56°00’ y 74°00’ de longitud oeste; ambos incluyen la representación gráfica de las fronteras marítimas de la República Bolivariana de Venezuela.
El primero de estos documentos gráficos fundamentales es el mapa político de la República Bolivariana de Venezuela, en versión del año 2001, el cual será apoyo y, parcialmente, objeto de considera-ción de este escrito. El segundo es el mapa físico de la República Bolivariana de Venezuela, en versión del año 2003, el cual es espe-cialmente útil para la presentación e ilustración de los aspectos científico-técnicos relativos a los espacios y recursos naturales, renovables y no renovables, marinos, insulares y marino-costeros de Venezuela. En efecto, en la parte marina de este mapa están graficadas isóbatas o líneas de igual profundidad del lecho sub-marino de la cuenca venezolana del Caribe y del Atlántico, así como de las áreas adyacentes, tanto hacia el Norte como hacia el Este y el Oeste. Hay que tomar nota, en este punto, del carácter semicerrado del mar Caribe.
En relación con estos mapas, cabe señalar que a diferencia de los realizados anteriormente en Venezuela, generalmente de forma-
176
to horizontal, en los nuevos, lo que corresponde a la República Bolivariana de Venezuela tiene un formato vertical. En ellos se representan, en buena parte, los límites marítimos, destacados en el primero con colores diferentes para resaltar mejor lo que pertenece a cada país vecino. También es pertinente recalcar la persistencia de algunos sectores aún no delimitados: con la República de Colombia, al noroeste de la República Bolivariana de Venezuela; con el Reino Unido, frente a las Islas Vírgenes Britá-nicas, al Noreste; y con las Repúblicas de Dominica, Santa Lucía, San Vicente y las Islas Granadinas, así como con la República de Granada, al Este. El conjunto insular oriental constituye el arco de las Antillas Menores. Un poco más al Sur-sureste, la República Boli-variana de Venezuela limita con la República de Trinidad y Tobago. Falta igualmente por delimitar su sector más meridional, con la República de Guyana, así como su fachada atlántica.
Toda esta vasta extensión de mar venezolano, con su doble fachada caribeña y atlántica, constituye la “Venezuela azul”, cuya superfi-cie real aún no ha sido cuantificada. Queda por concluir la delimi-tación en el Caribe y en el Atlántico donde, frente a las costas del estado Delta Amacuro, la línea de base recta, que cierra la Boca Grande o de Navíos, y la costa de la Guayana Esequiba, o Zona en Reclamación, le permiten a Venezuela extender el borde externo de su Zona Económica Exclusiva o de su Plataforma Continental Extendida hasta alcanzar las 350 millas náuticas de las costas pre-citadas. Una milla náutica equivale a 1.852 metros. Por lo que 350 suman 611,1 kilómetros
Esta situación, favorable para Venezuela, se conseguirá sólo si el Gobierno Bolivariano demuestra, como estamos seguros de que lo hará, que los sedimentos y rocas existentes a esa distancia, e independientemente de la profundidad del mar, están directa y geológicamente vinculados con los de la citada franja costera venezolana, ya que el agente de formación de esas rocas y sedi-mentos ha sido y es esencialmente el río Orinoco.
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Áreas marinas, insulares y marino-costeras de la República Bolivariana Venezuela
Tradicionalmente, se ha considerado que la superficie del territorio emergido de la República Bolivariana de Venezuela es de 912.050 km²; sin embargo, la cifra real es de 916.445 km² (ajuste con Brasil: 4.395 km²).
Igualmente, se han apreciado como “tradicionales” los límites marí-timos que aparecen en los libros de geografía y mapas anteriores: por el Norte, con el mar Caribe o de Las Antillas, y, por el Este, con el océano Atlántico. Sin embargo, estos límites han sido modifica-dos (ver mapas).
A partir de lo anterior, se evidencia que la superficie de las áreas marinas y submarinas de Venezuela es equiparable a la de los territorios emergidos, cuya extensión es de 916.445 km², lo cual lo hace el país del Caribe continental con mayor área marítima y con mayor longitud de costas marinas continentales (4.006 km). Es pertinente insistir en que Venezuela no ha terminado de defi-nir sus límites marítimos con algunos países del área geográfica caribeña. El Derecho Marítimo Internacional, Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CONVEMAR, 1986), permitiría extender la Zona Económica Exclusiva de la República Bolivariana de Venezuela, en las dimensiones antes explicadas, más allá de las 200 millas náuticas, hasta 350 millas náuticas. Para demostrar que las formaciones geológicas y sedimentarias que allí se encuentran están directa y geológicamente vinculadas a las rocas y sedimentos de la costa venezolana, sería necesaria la argumentación científico-técnica de la oceanografía geológica (geofísica, geología y sedimentología), mediante estudios basa-dos en muestras sedimentarias, registros geofísicos y en perfora-ciones estratigráficas.
En este sentido, el mapa físico de la República Bolivariana de Vene-zuela brinda la excepcional oportunidad de observar la batime-tría o topografía submarina. En él se aprecian las isóbatas o líneas de igual profundidad frente a las costas continentales e insulares del país. La escala muestra tonalidades que van desde un azul
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muy claro (isóbata de los 200 metros), a lo largo de toda la costa, hasta un azul bastante oscuro, que corresponde a profundidades de entre 7.000 y 8.000 metros, como es el caso de la fosa de Puerto Rico, la cual, por cierto, se encuentra ya fuera de los límites del mar Caribe.
En la parte central del Caribe venezolano, entre los meridianos 65° y 68° de longitud oeste y los paralelos 13° y 15° de latitud norte, dentro de los límites establecidos con República Dominicana, Estados Unidos de Norteamérica, Reino de los Países Bajos-Anti-llas Neerlandesas, tanto de Barlovento (San Martín y Saba), como de Sotavento (sobre todo Bonaire) y Francia (frente a Guadalupe y Martinica), se observa la presencia de depresiones bien confi-guradas, cuyas profundidades sobrepasan los 5.000 metros, en medio de una vasta planicie abisal cuya profundidad supera los 4.000 metros.
Por el Este, sensiblemente entre los meridianos 63° y 64° de longitud oeste, entre el norte de la isla de Margarita y en dirección de las islas Vírgenes, se levanta la prominencia de Aves, el arco más anti-guo de la placa tectónica del Caribe, cuyo único punto emergido es la isla de Aves, el territorio más septentrional de Venezuela.
El borde occidental de la cuenca venezolana del Caribe es menos preciso: se prolonga desde la península de Beata, al sudoeste de la República Dominicana, en dirección sudoeste.
Recuérdese que, al igual que en cualquier parte del mundo, las áreas marinas y submarinas de Venezuela comprenden una serie de provincias fisiográficas, cuya descripción puede ser consultada en cualquier tratado de oceanografía o disciplina afín, por ejem-plo, la clásica Ecología marina, editada por la Fundación La Salle de Ciencias Naturales en 1972.
En el caso presente, a lo largo de la fachada caribeña, de Oeste a Este, la plataforma continental o espacio geográfico, que prolonga el territorio emergido bajo las aguas del golfo de Venezuela, presen-ta un desnivel creciente suave hacia el norte, de donde emergen las islas que conforman el archipiélago de Los Monjes. Hay un punto donde este desnivel se rompe de manera abrupta y perma-nente (en el borde externo de la plataforma continental), dando L
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así inicio al talud continental y prolongándose hasta grandes pro-fundidades, en las que se atenúa el declive y comienza la emer-sión continental. La plataforma continental venezolana tiene una anchura variable: es relativamente amplia en el sector del golfo de Venezuela y en la ensenada de La Vela, hasta golfo Triste-Puerto Cabello. Es estrecha desde esta localidad y, a lo largo de la cordi-llera de la costa, hasta las inmediaciones de Chirimena, al oeste de cabo Codera (estado Vargas) y, a partir de ahí, hasta los límites con Trinidad y Tobago, y más allá, frente a la fachada atlántica.
En relación con la plataforma continental, es oportuno aclarar que la profundidad que se le atribuye habitualmente corresponde en realidad a una conveniencia cartográfica: la de darle una colora-ción azul tenue a los primeros 200 metros o, más exactamente, a las primeras cien brazadas (1 fathom, en inglés, equivale a 1,75 metros). En algunos lugares del mundo es incluso inferior a los 40 metros y en otros, superior a varias centenas de metros. En el caso específico del borde externo de la plataforma continental, en golfo Triste, frente al estado Carabobo, fue ubicado y medido por el autor de estas líneas, a escasos 93 metros de profundidad, a bordo del platillo sumergible del B/O Calypso, de la Société Cous-teau, en 1978.
Frente a las costas de los estados Miranda, Anzoátegui y, parcialmen-te, Sucre y Nueva Esparta, se encuentra una curiosidad científica mundial: la fosa de Cariaco, una suerte de laboratorio natural en pequeña escala, que corresponde a una especie de desgarradura de la plataforma continental en proceso de hundimiento tectónico.
Por el Norte la bordea un banco sedimentario, que se extiende desde Cabo Codera y el farallón Centinela, al oeste, en dirección de la isla de La Tortuga y la isla de Margarita, al este. A partir de los 250 metros de profundidad y hasta su lecho marino, localizado a 1.280 metros, aproximadamente, debido a que no hay intercambio de aguas con el mar adyacente, sus aguas son anóxicas y práctica-mente inmóviles. Aquí se viene ejecutando, desde fines de 1994, el Proyecto Cariaco, inicialmente de carácter bilateral, y ahora en proceso de ser transformado en proyecto de investigación meteo-rológico-oceanográfico de interés nacional.
182
Al oeste y noroeste de la fosa de Cariaco se halla la fosa de Bonaire, bordeada al Norte por el arco de las Antillas Menores de Sotaven-to, a saber: el archipiélago de Los Testigos, la isla La Sola, el archi-piélago Los Hermanos, la isla La Blanquilla, el archipiélago de La Orchila, el archipiélago de Los Roques (atolón joven), archipiéla-go de Las Aves, y las Antillas Neerlandesas de Bonaire, Curazao y Aruba, bajo soberanía del Reino de los Países Bajos.
Por el Este, al norte de la Guayana Esequiba o zona en reclamación y de los estados Delta Amacuro, Monagas y Sucre, Venezuela limita con la República de Trinidad y Tobago y tiene pendiente la delimi-tación marítima con la República de Guyana, Granada, San Vicen-te y Las Granadinas, Santa Lucía, Dominica y Saint Kitts and Navis.
Dada la naturaleza del presente artículo, una mención especial ame-rita la presencia del volcán submarino Kick’em Jenny, localizado a unos 150 metros de profundidad y a una distancia de entre 8 y 10 kilómetros al noroeste de la isla de Granada, en el flanco norocci-dental de la isla. Este volcán, que está conceptuado como el más activo de todos los volcanes del Caribe, se encuentra bajo aguas que colindan con las de la Zona Económica Exclusiva de la Repú-blica Bolivariana de Venezuela, a unos 150 kilómetros al norte franco de Punta Paria. Recuérdese que, históricamente, Venezue-la ha sido afectada por, al menos, una docena de tsunamis. Las causas de estos maremotos son los macrosismos de foco poco profundo, los grandes desprendimientos de rocas y sedimentos en los flancos de los cañones submarinos costeros inducidos por macrosismos, las explosiones de los volcanes submarinos y la caída de grandes meteoritos en el mar.
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La vocación marítima de venezuelaYa se ha observado en la introducción de este trabajo que la voca-
ción marítima de Venezuela es de vieja data, y que esta ha deter-minado su vía fundamental de comunicación durante más de cuatro siglos; por ella, conviene repetirlo, aún hoy en día, siguen haciéndose el 98% de las exportaciones y el 95% de las importacio-nes de nuestro país. Además, el nombre de Venezuela se origina precisamente allí. Recordemos que los palafitos observados por Alonso de Ojeda y sus acompañantes europeos al llegar a la entra-da del lago de Maracaibo y su estuario, desde el golfo de Coquiva-coa (hoy golfo de Venezuela), despertaron en ellos la imagen de una “pequeña Venecia”.
Algunas características físico-naturales del mar venezolano
Geotectónica. La cuenca venezolana del Caribe ocupa la parte orien-tal de la placa tectónica del Caribe, cuyo frente oriental emergi-do lo constituye el arco de las Antillas Menores, caracterizado por sismicidad y volcanismo altos, inclusive el muy activo volcán submarino Kick’em Jenny, localizado bajo aguas granadinas que colindan con las de la Zona Económica Exclusiva de Venezuela. Su límite occidental corresponde esencialmente a la prominencia de Beata (República Dominicana), que se prolonga bajo el mar en dirección de la península de la Guajira, al oeste del archipiélago de Los Monjes. Existe un arco geológicamente más antiguo, corres-pondiente a la emersión o prominencia de Aves, que se extiende desde un punto al norte de la isla de Margarita, en dirección de las islas Vírgenes, y cuyo único punto actualmente emergido es la isla de Aves, el territorio emergido más septentrional de Venezuela.
Oceanografía. Procede destacar la presencia permanente de la corriente norecuatorial del Atlántico y, a lo largo de la costa sud-americana, de la corriente de Las Guayanas. Son asimismo noto-rias, en el sector oriental, las numerosas e importantes contraco-rrientes y “anillos anticiclónicos” (o eddies).
184
Meteorología. En el Caribe oriental predominan los vientos alisios del noreste, los cuales, al chocar contra el relieve de la cordillera de la costa de Venezuela, se desvían hacia el oeste. Prácticamen-te, toda el área insular caribeña es recorrida anualmente por tormentas tropicales y huracanes, sensiblemente entre mayo y junio y noviembre y diciembre. También influye la convergencia intertropical. Son frecuentes las vaguadas a lo largo de las costas caribeñas de Venezuela, las cuales han venido causando graves daños, en particular a partir de diciembre de 1999. Este hecho fue determinante para que la delegación de Venezuela propusiera y lograra la inclusión de la expresión “y otras amenazas costeras” en el Programa de la Subcomisión Oceanográfica Interguberna-mental (COI) de la UNESCO sobre Alerta Temprana de Tsunamis en el Caribe y Regiones Adyacentes.
Planificación y desarrollo. Las áreas marinas y submarinas de la República Bolivariana de Venezuela presentan dos grandes áreas o fachadas bien diferenciadas: la caribeña, al Norte, y la atlántica, al Este.
Áreas marítimas y biodiversidadEl mapa de la República Bolivariana de Venezuela puede dividirse
en 10 biorregiones: biorregión marina (caribeña y atlántica); bio-rregión insular (caribeña y atlántica); biorregión depresión del lago de Maracaibo, el cual se conecta directamente y está al nivel del mar; biorregión Los Andes; biorregión sistema de colinas Lara-Falcón; biorregión costera continental; biorregión cordillera de la costa; biorregión deltaica del río Orinoco; biorregión Los Llanos y biorregión Guayana.
De estas, cinco están directamente vinculadas con las áreas mari-nas, insulares y marino-costeras: la marina ocupa, como queda dicho, una superficie equiparable a los 916.445 km2 de territorio emergido.
Hay una importante surgencia (up welling) de aguas profundas, densas y ricas en nutrientes, con una alta productividad biológica (pesca) en el sector marino sudoriental caribeño venezolano.
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El conjunto de las subcuencas marinas venezolanas conforma uno de los sectores más biodiversos del Atlántico y del mundo. La bio-diversidad marina en este sector del Caribe se incrementa de sur a norte y de este a oeste, bajo la influencia de los nutrientes aporta-dos principalmente por las aguas de los ríos Orinoco y Amazonas, cuya pluma sedimentaria combinada se observa satelitalmente hasta las inmediaciones de la isla de Puerto Rico.
La República Bolivariana de Venezuela como centro de investigación oceanográfica
Actualmente, la República Bolivariana de Venezuela sería la mayor potencia oceanográfica del Caribe sudoriental, gracias al relati-vamente elevado número de instituciones oceanográficas, a la calidad y variedad de las instalaciones, equipamiento, número, variedad, capacidad y potencialidades de estas. Estas ventajas relativas capacitan a Venezuela para desarrollar convenios de cooperación beneficiosos con los pequeños estados insulares de la región, sobre todo, una cooperación científico-tecnológica bien entendida, y no sólo a través de Petrocaribe.
Una mención especial amerita la cooperación con Uruguay, Ecuador y Chile en el marco del importantísimo Proyecto Antártico, bajo la óptica de un programa científico nacional, realmente multidisci-plinario e interinstitucional, apropiadamente consultado y con-sensuado.
Consideraciones finalesPor último, a manera de conclusión, quisiera señalar algunas suge-
rencias para la construcción de una agenda de actividades priori-tarias para la República Bolivariana de Venezuela en materia de espacios y recursos marinos, insulares y marino costeros.
1. La creación de una Comisión Bolivariana de Oceanología (CBO),
o nueva Comisión Nacional de Oceanología (CON), sobre la base de la
propuesta que obra en manos de la Dirección de Investigación Cien-
tífica y Tecnológica del Ministerio del Poder Popular para la Ciencia,
Tecnología e Industrias Intermedias (MPPCTII).
188
2. La preparación de la posición de la República Bolivariana de
Venezuela que sostendrá la Delegación, aún por designar, que par-
ticipará tanto en la próxima sesión del Consejo Ejecutivo como en
la próxima Asamblea de la Comisión Oceanográfica Interguberna-
mental (COI) de la UNESCO, que se llevará a cabo en la sede de la COI-
UNESCO, a fines de junio y principios de julio de 2011. Venezuela se ha
comprometido, desde 2005, a presentar una de las dos conferencias
científicas mundiales sobre el Proyecto Cariaco.
3. Hacer seguimiento a la aplicación de las recomendaciones con-
tenidas en los capítulos IV, V, VI y VII del Proyecto Nacional Simón Bolí-
var (PPS) Desarrollo Económico y Social de la Nación, referidas a las
áreas y recursos naturales renovables y no renovables marinos, insu-
lares y marino-costeros de la República Bolivariana de Venezuela.
4. Incorporación del país a las actividades dentro del marco del
Sistema de Alerta Temprana (Early Warning System) de Tsunamis
y otras Amenazas Costeras (CARIBE-EWS): macrosismos, Tsunamis
(esto incluye simulacros en las poblaciones costeras), deslizamientos
masivos de sedimentos y rocas, posibles efectos del volcán submari-
no Kick’em Jenny (muy cercano a Venezuela), huracanes, tormentas
tropicales y deslaves.
5. Definir oficialmente al Proyecto Cariaco como un programa
nacional permanente de investigación multidisciplinaria e interinsti-
tucional, basado en el estudio, por una parte, del dióxido de carbono
como gas de invernadero en un área marina epicontinental (costera)
tropical y, por otra, de la fosa de Cariaco, desde el punto de vista del
funcionamiento de esta como sumidero y como fuente de dióxido de
carbono.
6. Formular e instrumentar el nuevo Plan Nacional de Investigacio-
nes Oceanológicas (PNIO).
7. Actualizar, con las modificaciones estructurales necesarias,
al Instituto Nacional de los Espacios Acuáticos (INEA) y al Consejo
Nacional de los Espacios Acuáticos. Esto con el fin de que procedan
a estudiar y valorar las áreas y recursos naturales, renovables y no
renovables, de los espacios marinos y submarinos de la Repúbli-
ca Bolivariana de Venezuela. Esta fue la intención expresa de los
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científico(a)s y técnico(a)s venezolano(a)s que participamos en la ela-
boración de los textos de creación del Instituto.
8. Implementar un proyecto único de investigación científico-
ambiental multidisciplinario e interinstitucional de la isla de Aves,
así como los de la isla de La Tortuga y otras áreas.
9. Evaluar y actualizar los planes de ordenación del territorio mari-
no y costero, con la inclusión de “ventanas” que permitan la ejecu-
ción de planes sectoriales.
10. Aplicar un plan nacional de ordenación pesquera y acuicultura.
11. Formular y ejecutar un plan nacional de ordenación turística de
las áreas marinas y costeras, que tome en cuenta los requerimientos
para su desarrollo sostenible
12. Proyectar geopolíticamente las islas y archipiélagos fronte-
rizos, con énfasis en el estudio integrado de la isla de Aves y de los
archipiélagos de Los Monjes y de Los Testigos.
13. Formular e instrumentar un plan nacional de saneamiento
ambiental integrado de la franja marino-costera con énfasis en áreas
críticas.
14. Establecer planes de contingencia ambiental para prever posi-
bles desastres naturales o inducidos en áreas insulares y costeras
continentales, como, por ejemplo, las inundaciones debidas a tsuna-
mis producidos por macrosismos de foco poco profundo en el Caribe,
la actividad del volcán submarino Kick’em Jenny, las tormentas tropi-
cales y huracanes, los deslaves costeros, las mareas rojas, etc.
15. Actualizar la legislación ambiental para áreas marinas y coste-
ras, con énfasis en las leyes de Pesca y Agricultura, Zonas Costeras
y Diversidad Biológica, así como en la Ley Orgánica de los Espacios
Acuáticos e Insulares y en su Reglamento. También debe procederse
a revisar las funciones del INEA y del Consejo Nacional de los Espacios
Acuáticos e Insulares; específicamente, lo que se refiere a la investi-
gación oceanográfica, el desarrollo y la transferencia de tecnología
marina.
16. Reforzar y ampliar la flota oceanográfica nacional, incluyendo
la reparación del B/O Guaiquerí 2, así como el uso del B/O Punta Brava
por parte de la comunidad científica marina venezolana. Igualmen-
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te, incorporar de manera coordinada el uso del B/O privado Hermano
Ginés.
17. Elaborar y aplicar un plan nacional de desarrollo portuario y
naviero.
18. Apoyar a los parques nacionales y otras ABRAES marinas y cos-
teras con especial atención a los parques nacionales archipiélago Los
Roques y Morrocoy.
19. Crear y aplicar un programa de desarrollo sostenible para la
cuenca hidrográfica del lago de Maracaibo y el golfo de Venezuela.
20. Impulsar la investigación científica marina y costera, especial-
mente en la meteorología marina y la teledetección, con el apoyo téc-
nico y financiero que se requiera.
21. Ampliar la presencia de Venezuela en los espacios internacio-
nales más importantes relacionados con las áreas marinas y coste-
ras. Esto se fundamentará en una política de cooperación regional
orientada hacia los intereses y prioridades del país.
22. Crear y ejecutar un programa nacional de educación y concien-
tización sobre las áreas marinas, insulares y costeras.
23. Apoyar el desarrollo de la nueva geometría del poder, mediante
el reordenamiento socialista, en el marco de una nueva geopolítica
nacional en los distritos insulares, las regiones marítimas y las regio-
nes especiales militares. Así se atenderán debidamente las situacio-
nes de contingencia (como los desastres naturales) en los espacios
geográficos marinos, insulares y costeros (el cuarto motor de la Revo-
lución Bolivariana).L
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HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
el desarrollo económico de nuestra
américaEntre la dependencia tecnológica
neoliberal y el desarrollo científico - tecnológico endógeno dirigido
Álvaro Pedroza Ochoa
México
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ResumenEl desarrollo económico de nuestra América en general, y de
nuestros pueblos en particular, depende en gran medida de
cómo sus gobiernos definan su estrategia para el progreso
tecnológico de sus infraestructuras físicas y organizacionales.
En el presente artículo se analizan los dos modelos políticos-
ideológicos de desarrollo en pugna que nutren el debate sobre
los medios más adecuados de abastecimiento tecnológico de
nuestros pueblos. Por un lado, se profundiza en el medio ideal
de abastecimiento tecnológico que el modelo de (sub)desa-
rrollo neoliberal recomienda para nuestros países, es decir, el
contrato comercial. En el otro extremo del debate se expone
el medio ideal más acorde con el pensamiento de desarrollo
endógeno dirigido, a saber, el desarrollo científico-tecnológico
endógeno nacional. Con esta diferencia conceptual se analiza
la relación entre el progreso tecnológico y el desarrollo econó-
mico de nuestros pueblos desde cuatro modelos históricos de
desarrollo económico identificados: 1) la economía neoclásica
y el desarrollo hacia afuera; 2) la CEPAL y el desarrollo hacia
adentro; 3) el neoliberalismo de subdesarrollo recomendado
para América Latina; y 4) la alternativa por el desarrollo dirigido
de nuestra América. Finalmente, se anexan algunos datos esta-
dísticos que ilustran la forma en que actualmente se intenta
medir el progreso tecnológico de nuestros pueblos.
Palabras clave
Desarrollo tecnológico endógeno dirigido
Neoliberalismo de subdesarrollo
Desarrollo económico
194
Le développement économique de notre Amérique Entre la dépendance néolibérale et le développement scientifi-que-technologique endogène dirigé
Le développement économique de l’Amérique latine en général et
en particulier de nos peuples, dépend énormément de la stra-
tégie établie par les gouvernements pour le progrès techno-
logique des infrastructures physiques et organisationnelles.
Dans cet article, on analyse les deux modèles politiques-idéo-
logiques de développement en lutte, qui nourrissent le débat
sur les moyens les plus adéquats pour l’approvisionnement
technologique de nos peuples. D’un côté, on approfondit le
moyen idéal d’approvisionnement technologique suggéré
pour nos pays par le modèle de (sous) développement néoli-
béral, c’est-à-dire, le contrat commercial. D’un autre côté, on
présente le moyen idéal qui s’approche le plus à l’idée du déve-
loppement endogène dirigé, c’est-à-dire, le développement
scientifique-technologique endogène national. Sur la base de
cette différence conceptuelle, on analyse le rapport entre le
développent technologique et le développement économique
de nos peuples d’après quatre modèles historiques de déve-
loppement économique identifiés : 1) l’économie néoclassique
et le développement vers l’extérieur ; 2) la CEPALC et le dévelop-
pement vers l’intérieur ; 3) le néolibéralisme de sous-dévelop-
pement recommandé pour l’Amérique latine et 4) l’alternative
pour le développement dirigé de notre Amérique.
Finalement, quelques données statistiques sont incluses pour
montrer comment le progrès technologique de nos peuples
est mesuré actuellement.
Mots clés
Développement technologique endogène dirigé
Néolibéralisme de sous-développement
Développement économique
195
The economic development of our America Between the neoliberal technological dependency and the endogenous scientific development
The economic development of our America in general and our
people in particular, depends on how governments define
their strategy for the technological progress of their physi-
cal and organizational infrastructure. In this article, we will
analyze two contrary political-ideological models of develop-
ment that help the debate about the most suitable means of
technological supplies for our people. On one hand, we deeply
analyze the ideal way of technological supply that the neoli-
beral (sub) development model recommends to our countries;
the commercial contract. On the other hand, it is shown the
most appropriate idea given by the endogenous development
ideology; the national endogenous scientific-technological
development. With this conceptual difference, we analyze the
relation between the technological progress and the econo-
mic development of our people from four historical models of
economic development identified as follows: 1) the neoclassic
economy and the off-shore development; 2) the ECLAC and the
development from the inside; 3) the neoliberalism of sub-deve-
lopment recommended for Latin America; 4) the alternative
for the development of our America. Finally, some annexes of
statistic data is given in order to demonstrate the way we now
try to measure the technology progress of our people.
Key words
Addressed endogenous technological development
Neoliberalism of sub-development
Economic development
196
O desenvolvimento econômico de nossa AméricaEntre a dependência tecnológica neoliberal e o desenvolvimento
científico – tecnológico endógeno dirigido
O desenvolvimento econômico de nossa América em geral, e de
nossos povos em particular, depende, maiormente de como
seus governos definam sua estratégia para o progresso tec-
nológico de suas infra-estruturas físicas e organizacionais.
No presente artigo analisam-se os dois modelos políticos-
ideológicos contrários de desenvolvimento que apóiam o
debate sobre os médios mais adequados de abastecimento
tecnológico de nossos povos. Por um lado, aprofunda-se o
meio ideal de abastecimento tecnológico que o modelo de
(sub) desenvolvimento neoliberal recomenda para nossos paí-
ses, é dizer, o contrato comercial. No outro extremo do debate
expõe-se o meio ideal mais acorde com o pensamento de des-
envolvimento endógeno dirigido, é dizer, o desenvolvimento
científico-tecnológico endógeno nacional. Com esta diferença
conceptual analisa-se a relação entre processo tecnológico
e de desenvolvimento econômico de nossos povos desde
quatro modelos históricos de desenvolvimento econômico
identificados: 1) a economia neoclásica e o desenvolvimento
para fora; 2) a CEPAL e o desenvolvimento para dentro; 3) o
neoliberalismo de subdesenvolvimento recomendado para
América Latina; e 4) a alternativa por o desenvolvimento diri-
gido de nossa América. Finalmente anexam-se alguns dados
estatísticos que ilustram a forma em que atualmente se tenta
medir o progresso tecnológico de nossos povos.
Palavras chave
Desenvolvimento tecnológico endógeno dirigido
Neoliberalismo de subdesenvolvimento
Desenvolvimento econômico
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Un pueblo que no genera su propia ciencia y tecnología,
está condenado al coloniaje y al subdesarrollo.
Alejandro Pedroza Meléndez
(Científico, tecnólogo e investigador mexicano)
El conocimiento permite organizar objetos bajo forma
de máquinas y fábricas, y organizar hombres como
fuerza de trabajo, y todo eso se mueve consumiendo
energía que también tiene que ser producida por hom-
bres y máquinas, que a la vez produce ese conocimiento
creador y organizador.
Oscar Varsavsky (1920-1976)
(Científico, tecnólogo e investigador argentino)
IntroducciónEn general, son muy pocos los estudiosos de América Latina que se
han animado a profundizar en las relaciones entre el desarrollo económico y el progreso tecnológico de nuestros países. La mayo-ría obvian el tema por la evidente relación entre el progreso tecno-lógico y los cambios estructurales que este conlleva, sobre todo, en los procesos de industrialización y en el incremento de la pro-ductividad de las empresas.
Por lo general, se toma el progreso tecnológico como una realidad absoluta que influye unidireccionalmente en la economía, y se le intenta medir como el agregado de productos tecnológicos —internamente producidos o importados— y las innovaciones deri-vadas de su utilización. Sin embargo, el estudio de los medios de abastecimiento de dichos productos a las economías nacionales resulta por lo regular poco relevante e, incluso, innecesario para muchos.
Quienes se enfocan más en el ámbito del desarrollo científico-tec-nológico como medio de abastecimiento tecnológico nacional se limitan a la medición de variables como montos de inversión en los sectores de educación e investigación académica, en los recur-sos destinados a actividades de investigación y desarrollo de las empresas que las practican, y el número de patentes tecnológi-cas registradas dentro de los sistemas nacionales de propiedad intelectual e industrial. Así, el desarrollo tecnológico es medido como una variable multidimensional que engloba otros medios de abastecimiento tecnológico como los comerciales, y no se rea-liza distingo alguno entre hacer o crear tecnología y comprarla.
Sin embargo, el tratamiento de la relación entre el progreso tecnoló-gico y el desarrollo económico de América Latina es fundamental para la selección de estrategias y el diseño de políticas públicas
198198
encaminadas a mejorar el desempeño económico de nuestros pueblos. Su importancia es tal que en todos los casos dichas estrategias se encuentran de cierta forma predefinidas desde el ámbito ideológico-político de los gobiernos en turno. Cuestión esta que es comprensible, por derecho adquirido de los gobiernos pero, y a la vez, altamente debatible, por la misma naturaleza de su origen ideológico como por las consecuencias de su aplicación política.
Por ejemplo, es natural observar que en aquellos países donde impe-ra el modelo de desarrollo neoliberal, la relación entre desarrollo económico y progreso tecnológico queda vinculada estrictamen-te a los esquemas de crecimiento económico, de asistencia cien-tífica y transferencia de tecnología. En este modelo, el progreso tecnológico se equipara a la gestión administrativa y explotación comercial de tecnologías importadas. Su ejecución se deja en manos de gestores privados que tienen la obligación, a mediano y largo plazo, de alcanzar los mejores términos de intercambio y de lograr las estrategias óptimas de abastecimiento y capacitación para su uso, para que dichas tecnologías cumplan su ciclo de vida alcanzando el óptimo productivo esperado.
En cambio, en aquellos países en donde se han elegido modelos polí-tico-ideológicos alternativos de desarrollo, la cuestión es distinta, no tanto por la inmediata conversión de los esquemas de transfe-rencia de tecnología a esquemas de desarrollo científico tecnoló-gico, sino por sus convencidas intenciones de volver a incursionar por el camino del desarrollo endógeno desde dentro, como señala O. Sunkel (1995) .
Esta alternativa de desarrollo que desde hace más de una década se ha presentado en nuestra América ha reabierto la discusión sobre la importancia estratégica de reiniciar y proteger procesos de desarrollo científico-tecnológico endógenos así como sobre las estrategias para lograr, en esta nueva oportunidad histórica, un impacto directo sobre el desarrollo socioeconómico de nuestros pueblos.
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Desarrollo económico y progreso tecnológico desde los modelos neoliberal y de desarrollo dirigido
Comenzaré planteando una pregunta fundamental : ¿cuál es la legí-tima finalidad del conjunto de actividades humanas —díganse políticas, económicas, sociales y culturales— de una nación inte-gradas dentro de una lógica de país?
Las respuestas pueden ser tan interesantes como la misma pre-gunta, y tan diversas como las perspectivas disciplinarias desde las cuales se intente contestar. Pero antes de dar una respuesta conveniente a los fines del presente trabajo me permitiré analizar brevemente la pregunta.
Puede argumentarse, por inicio de cuentas, que si una respuesta se considera una solución, la pregunta debe considerarse entonces un problema a resolver. Esta pregunta específica se refiere a la finalidad del conjunto de actividades humanas de una nación. Dicho elemento obliga lógicamente a solucionarla desde una perspectiva antropológica antes —o simultáneamente si se pre-fiere— que económica. Antropológicamente hablando, cuando buscamos la solución a cualquier problema recurrimos siempre a las herramientas disponibles y más adecuadas para lograrlo, es decir, a la tecnología específicamente creada para tales fines. De ello se deduce y se afirma que el ser humano resuelve sus proble-mas tecnológicamente y de ninguna otra forma .
Desde la economía política, la gama de respuestas se reduce con-siderablemente, y después de una decantación histórica de las ideas económicas , se llegaría hasta las dos grandes canteras temáticas y discursivas de la disciplina, a decir: la del crecimiento por un lado y la del desarrollo por el otro. Estas dos concepciones son fuentes de un álgido debate que rebasa los límites académi-cos hasta posicionarse dentro de los terrenos ideológico-políticos de las naciones. Sin embargo, conocer, o mejor dicho, suponer la respuesta correcta no resuelve el dilema fundamental del cómo debe lograrse el crecimiento y/o el desarrollo económico de una nación.
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Toda respuesta es la semilla de otra pregunta. Por ello, saldada la pregunta sobre la finalidad de la actividad humana —ya sea con crecimiento o con desarrollo—, la siguiente incógnita tiene que ver con el cómo una nación se desarrolla o crece económicamen-te, a decir: ¿Qué estrategia debe elegir un pueblo para que el con-junto de sus actividades humanas lo dirija a procesos de desarro-llo o crecimiento económico?
Esta pregunta es la que más interesa para los fines de este artícu-lo, y mi respuesta inicial es: una que genere progreso tecnológico sostenido y acorde a las necesidades particulares del pueblo que elige.
Desarrollaré esta respuesta desde una diferencia esquemática entre las dos líneas ideológicas en pugna respecto a este tema: 1) la defendida dentro del modelo neoliberal que dice que el crecimiento económico es la principal finalidad de la actividad humana, pues de ahí se derivan los efectos deseados de desarro-llo socioeconómico; y 2) la alternativa, que identificaré como la defendida dentro del modelo de desarrollo dirigido, que afirma que el desarrollo socioeconómico debe ser la principal guía de la actividad económica de una nación, y que el crecimiento debe esperarse como uno entre varios posibles efectos del desarrollo económico.
Las diferencias entre los modelos son fácilmente identificables. El hincapié que hace el modelo neoliberal sobre la preferencia por el crecimiento es congruente con la dinámica económica que pro-mueve. Para el neoliberal, la exitosa consecución de un desarrollo socioeconómico sostenible y duradero tiene que esperarse como efecto —a mediano como a largo plazo— del éxito que las inver-siones capitalistas tengan al recibir las ganancias esperadas. Los beneficios sociales llegarán con el derrame económico produci-do por la adecuada actividad de las economías de escala, las cua-les, para el caso de América Latina, dependen directamente de la eficiencia en la gestión administrativa requerida para el óptimo aprovechamiento de las tecnologías importadas .
De ello puede deducirse que, prácticamente, la inclinación o prefe-rencia por el crecimiento es la única alternativa posible dentro del E
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modelo neoliberal aplicado a nuestra América —tecnológicamen-te subdesarrollada—, pues las ganancias son indispensables para promover futuras inversiones, y sin inversiones no hay crecimien-to económico. Además, para el modelo neoliberal es ideal que la dirección de las actividades económicas competa exclusivamen-te al sector privado, y las empresas que lo componen se encuen-tran obligadas a saldar el crédito concedido por los inversionistas, so pena de ser absorbidas por los mismos capitales que las sostie-nen. Sobra decir que la actuación de los gobiernos neoliberales se guía por el principio de la menor intervención posible sobre las actividades económicas.
Esa dinámica difiere mucho cuando los gobiernos, además de asu-mirse como actores económicos legítimos, se comprometen a dirigir el desarrollo socioeconómico de sus pueblos. La prioridad se le concede a los procesos de desarrollo, y el crecimiento eco-nómico se asume como un posible —aunque no necesariamente buscado— efecto del desempeño económico. Dialécticamente hablando, puede decirse que es la misma prioridad por el desarro-llo socioeconómico de los modelos de desarrollo dirigidos, la que altera —negándolo— el principio neoliberal de la no dirigencia estatal en actividades económicas.
Para este modelo, la dirección del desarrollo, como responsabilidad estatal, supone la priorización de metas y el establecimiento de medios específicos para alcanzarlos. Las inversiones de capital dejan de ser vistas como finalidad económica esencial y pasan a ser consideradas como medios financieros al servicio del desa-rrollo socioeconómico de los pueblos. Lo mismo pasa con los mer-cados, que en el modelo neoliberal sirven de fundamento ideoló-gico-político, en el de desarrollo dirigido vuelven a considerarse medios naturales de intercambio y abastecimiento.
En lo que respecta al progreso tecnológico, los dos modelos acuer-dan que el mercado es un medio para los fines de crecimiento o desarrollo económico. En el modelo neoliberal se considera, por lo regular, que el progreso tecnológico es una de las metas por exce-lencia de todo país que quiera salir del subdesarrollo, pero en rea-lidad se toma como un mercado más, susceptible de inversiones
202
y crecimiento. En el modelo de desarrollo dirigido se asume que el desarrollo económico no depende directamente de la eficiencia del sector productivo, sino de las estrategias de distribución que se diseñen. Sin embargo, ambas cuestiones requieren de progreso tecnológico para incrementar tanto el producto como la eficien-cia de su distribución.
La diferencia clave entre ambos modelos de desarrollo, respecto al progreso tecnológico, radica principalmente en las formas de lograrlo; es decir, en la preferencia por los distintos esquemas de abastecimiento tecnológico que se asuman. La variedad de esque-mas se restringe a una serie de graduaciones en la combinación de las estrategias de abastecimiento, a decir, entre el hacer la tecno-logía y comprar la tecnología. En otras palabras: entre el contrato comercial y el desarrollo científico-tecnológico endógeno.
Desde esta perspectiva se ve más claro el escenario. El modelo de crecimiento neoliberal —recomendado por los organismos finan-cieros internacionales— prefiere como la opción ideal la compra de tecnología; es decir, el abastecimiento tecnológico desde con-tratos comerciales internacionales de transferencia de tecnolo-gía y asistencia científico-técnica. En cambio los modelos alter-nativos de desarrollo dirigido —recomendados desde instancias políticas nacionales internas y refrendados electoralmente por los respectivos pueblos— prefieren como la opción ideal el hacer su propia tecnología; es decir, el abastecimiento tecnológico desde el desarrollo científico-tecnológico endógeno.
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Desarrollo y subdesarrollo tecnológico: la importancia del desarrollo tecnológico endógeno para América Latina
Es innegable la relación biunívoca entre progreso tecnológico y cre-cimiento o desarrollo económico. Las revoluciones tecnológicas del siglo XX en los sectores de comunicaciones, energía, biotec-nología, materiales e informática así lo demuestran. La globaliza-ción, generada desde la inmediatez del comercio internacional, ha dado muestra de la gran capacidad de la tecnología para gene-rar progreso tecnológico fuera de sus fronteras de origen. No obs-tante, es también claro que el impacto en el desarrollo socioeco-nómico de las naciones importadoras no es tan profundo como el que se registra en los países de origen.
Mientras en los países creadores la transferencia de tecnología genera círculos virtuosos de reproducción, diversificación y asi-milación de tecnologías intra e intersectoriales, en los países receptores se generan brechas y vacios tecnológicos difícilmente salvables por las empresas locales. Estas se ven obligadas a recu-rrir a la intervención de mayores capitales dirigidos a la atracción de la tecnología faltante. El costo de dicha intervención incremen-ta su dependencia de los inversionistas, y se obligan a aceptar las condiciones por ellos impuestas en lo referente a la selección y gestión de las tecnologías más adecuadas. Estas condiciones se ven reforzadas por las impuestas por los mismos proveedores de las tecnologías, que por lo regular están dirigidas a defender sus derechos de propiedad intelectual e industrial.
La existencia de los mencionados círculos virtuosos se explica por-que el origen de la tecnología se encuentra al interior de los mis-mos. Dicho de otra manera, la virtud de los círculos proviene de desarrollos tecnológicos endógenos, y de la capacidad que ello les da a sus creadores de monopolizar el conocimiento y, sobre todo, la experiencia derivada de haberlo generado. Y es que, como se dijo, el origen de toda tecnología es la habilidad humana para salvar problemas, vale decir, el conocimiento aplicado que, como todo producto dentro de un modelo neoliberal es susceptible de
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privatización y de monopolio de su potencial desarrollador. Los centros originarios del conocimiento utilizan ese derecho, y jue-gan con las capacidades del conocimiento sin perder el control sobre la propiedad del mismo, es decir, permiten que la informa-ción —tratada, manipulada e incompleta, pero adecuada— fluya deliberadamente mediante los mecanismos del mercado.
Otro proceso diferente ocurre dentro de los países receptores. La información que fluye —junto con los dispositivos tecnológicos adquiridos— contiene conocimiento de tipo gerencial, es decir, el necesario para el uso y mantenimiento de los equipos. Incluso en los casos en que se comparta conocimiento científico relacionado con el desarrollo tecnológico de los dispositivos transferidos, la transferencia se realiza a sabiendas de las incapacidades estruc-turales del receptor para asimilar y aprovechar dicha información.
Es en este proceso en donde se encuentra una de las diferencias clave entre el modelo neoliberal desarrollado y los modelos neoliberales subdesarrollados —como los aplicados en América Latina. En el primero se transfiere el conocimiento — y su propie-dad— entre empresas, es decir, se cuenta con el suficiente capital para comprarlo, y puede registrarse la transferencia completa del mismo. En el segundo modelo, en el neoliberal subdesarrollado, no existen capitales reales para tales efectos, y el crédito no los sustituye aunque así se pretenda. La intención de transferencia de tecnología y conocimiento en los modelos neoliberales sub-desarrollados es tramposa e incompleta, se ceden los derechos sobre su uso y explotación, pero en ningún momento se cede la propiedad sobre los mismos.
Aunque parezcan iguales no son lo mismo. El progreso tecnológico de los países desarrollados se originó desde esquemas de desa-rrollo tecnológico dirigido, y logró ser autosuficiente, sostenible e, incluso, exportable. El progreso tecnológico registrado en los países latinoamericanos que adoptaron el modelo neoliberal de subdesarrollo es comprado, costosamente sostenible, y en extre-mo dependiente, además de que no es capaz de generar círculos virtuosos de desarrollo socioeconómico e innovación tecnológica por sí mismo. E
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Desde la perspectiva política-ideológica neoliberal —aplicada a América Latina— pareciera mentira que el origen de la potente relación entre desarrollo socioeconómico e innovación tecnoló-gica se encuentra, nada menos, que en las estrategias nacionales de desarrollo científico-tecnológico endógeno. Pero en realidad no lo es. Mientras los países origen de las tecnologías cuentan con historias de desarrollo científico-tecnológico endógeno y dirigido, que rebasan en el tiempo la historia de sus modelos neoliberales, los países receptores han sustituido los esfuerzos por desarrollarse tecnológicamente de manera endógena por el abastecimiento desde desarrollos tecnológicos ajenos de los dis-positivos tecnológicos requeridos por sus economías. Esta estra-tegia se inicia en los procesos colonizadores de América Latina, y se fortalece y expande desde las últimas tres décadas hasta nues-tros días mediante los esquemas de asistencia y transferencia de tecnología.
Por ello, atribuir el acelerado progreso tecnológico de las últimas dos décadas de los países creadores a los modelos neoliberales es un tanto engañoso . La infraestructura física e intelectual que per-mite ese despliegue de capacidades tecnológicas globalizadoras se encuentra en los esfuerzos dirigidos del siglo XX. Por ello puede afirmarse que uno de los efectos más evidentes del desarrollo tec-nológico endógeno dirigido es el alto impacto que ha generado en los procesos de desarrollo socioeconómico de las naciones que lo lograron. Tómese en cuenta los casos de Inglaterra, Estados Uni-dos, Alemania, Rusia, China y Japón.
La diferencia entre el modelo neoliberal de desarrollo y el modelo neoliberal de subdesarrollo es clara. Mientras el modelo neolibe-ral de subdesarrollo ha sido capaz de generar procesos de cam-bio tecnológico que impactan positivamente en el crecimiento económico y negativamente en la autosuficiencia tecnológica de nuestros pueblos; en el modelo neoliberal de los países creado-res de la tecnología, el cambio tecnológico impulsa directamente mejoras en el desarrollo socioeconómico de sus pueblos. Peque-ña gran diferencia, que las recomendaciones que los organismos financieros internacionales sugieren para el desarrollo de nues-
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tra América pasan por alto. Una recomendación congruente con dicha diferencia sería el de dirigir las grandes inversiones para el pago del esfuerzo de científicos y tecnólogos nacionales, para crear endógenamente la tecnológica adecuada para el desarrollo particular de cada uno de nuestros pueblos.
El progreso tecnológico desde los modelos históricos de desarrollo económico en América Latina
En la historia de América Latina y el Caribe la aplicación exclusiva de estos modelos —neoliberal y dirigido— ha sido la pretensión más alta del juego político de las naciones. Pueden encontrarse diver-sos episodios históricos en los que dominan, conviven o toleran, pero ninguno todavía en el que se excluya alguno por completo. Sin embargo, las diferencias conceptuales son claras e identifica-bles y sirven bien para analizar las diversas, complejas y diferen-ciadas realidades históricas de la región.
No obstante, realizar un marco histórico que abarque con exactitud las etapas particulares de cada nación latinoamericana es una tarea que rebasa los objetivos del presente trabajo. Por ello, este apartado se reduce a un breve resumen que destaca los objetivos de progreso tecnológico y el lugar que han tenido en la aplicación de cada modelo de desarrollo.
Para efectos metodológicos, se expondrán cuatro apartados de la historia del pensamiento económico latinoamericano, a decir: 1) la economía neoclásica y el desarrollo hacia afuera; 2) el pensamien-to de la CEPAL y el desarrollo hacia dentro; 3) el neoliberalismo sub-desarrollado recomendado para América Latina y; 4) la alternativa por el desarrollo dirigido de nuestra América.
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La economía neoclásica y el desarrollo hacia afuera
La gran depresión del sistema capitalista internacional acontecida en 1929 dio como respuesta el desarrollo de la teoría económica keynesiana, que se orientó a resolver la preocupación por la ines-tabilidad cíclica del sistema capitalista. Con ella, terminaba de forjarse el pensamiento económico neoclásico, y con él las bases ideológicas-políticas e instrumentales-económicas del mode-lo neoliberal. La debacle económica internacional obligó a los gobiernos de los países industrializados a abandonar esquemas de organización económica basada en los mercados internacio-nales, y comenzaron a emplear medidas keynesianas para reacti-var sus economías nacionales.
Para ese entonces, América Latina se encontraba embarcada en una estrategia de desarrollo nacional basada en la producción intensiva de aquellos sectores que históricamente se encontra-ban más ligados con las economías industrializadas, a decir, el minero-agroexportador. Las jóvenes naciones de América Latina concluían largos procesos de estabilización política que eran sos-tenidos por pequeñas economías de enclave dedicadas, princi-palmente, al abastecimiento de productos primarios requeridos por el desarrollo de las economías avanzadas de Europa y Estados Unidos.
No existía en este modelo una estrategia de desarrollo tecnológico per se, pues no se tomaba el sector exportador como una fuen-te generadora de tecnología derivada para el abastecimiento de pequeñas industrias complementarias. Se trataba, más bien, de un simple enclave de explotación de los recursos primarios más requeridos por el desarrollo de las economías capitalistas avan-zadas, del cual se esperaba rentas suficientes para invertir en infraestructura urbana principalmente. Por ello se le denominó como el modelo de desarrollo hacia afuera, pues el desarrollo interno de los países de América Latina dependía principalmente de los mercados internacionales.
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En esta etapa, el sector exportador —como se dijo, el principal aglomerado industrial conformado por la minería y la agricul-tura extensiva—, abastecía al gobierno con los recursos econó-micos necesarios para dotar al territorio de la infraestructura tecnológica necesaria para el desarrollo urbano, como caminos, ferrocarriles, energía eléctrica, etc. La tecnología se transfería directamente para fortalecer el sector exportador e incrementar su productividad. El progreso tecnológico era en extremo lento y estaba concentrado en ese exclusivo sector, mientras que el grue-so de la economía se mantenía atrasado y sumido en modelos pro-ductivos pre capitalistas y de autoconsumo.
Aun así, la industria ligada al sector agroexportador y, en algunos casos —donde los mercados internos comenzaban a fortalecerse como México, Argentina y Brasil—, el sector manufacturero goza-ron de un dinamismo considerable, impulsado sobre todo, por el incremento de la demanda internacional de productos primarios como alimentos, acero y carbón que requerían aquellos países que se preparaban para la guerra. Sin embargo, los beneficios del progreso tecnológico importado se concentraban en la agiliza-ción de la dinámica económica del sector minero-agroexportador, impidiendo su impacto en el desarrollo de los mercados internos.
El impacto del abastecimiento tecnológico se registraba principal-mente en el crecimiento de la infraestructura productiva y en la especialización de los sectores tradicionales de exportación. La distribución de los beneficios era mínima y se reducía a la moder-nización de las principales ciudades de la región. El tamaño de los jóvenes mercados internos no era suficiente para generar proce-sos de desarrollo socioeconómico equitativo, y la polarización económica de los pueblos se incrementó considerablemente.
Más que un modelo de desarrollo económico se trataba este de una estrategia para la rápida modernización de las principales urbes de la región; es decir, la intención era lograr en el corto plazo el desarrollo socioeconómico y tecnológico que a Europa le había costado más de dos siglos de investigación científica y desarrollo tecnológico.
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El pensamiento de la CEPAL y el desarrollo hacia dentro
El fin de la segunda Guerra Mundial inaugura una época en que era prioridad el rápido crecimiento económico de las naciones devastadas por el conflicto. La presencia victoriosa de la Unión Soviética forzaba a los Estados Unidos a promover procesos de industrialización acelerada en Europa para evitar la creciente influencia socialista en las economías occidentales. Así, se imple-mentó el conocido Plan Marshall respaldado financieramente por los Estados Unidos.
En América Latina, al verse las economías nacionales seriamente afectadas por la grave reducción de los mercados internaciona-les —de los cuales dependían sus modelos de desarrollo hacia afuera—, comienzan los gobiernos a exigir un plan de desarrollo similar al Plan Marshall para promover su reactivación económica.
En respuesta a esta petición, la Organización de las Naciones Unidas estableció una agencia especializada para realizar estudios que condujeran a propuestas de política económica para los países de la región, la CEPAL. Uno de los planteamientos más influyentes de la CEPAL fue la orientación de los esfuerzos de industrialización mediante programas de sustitución de importaciones, aprove-chando los excedentes del sector exportador para su financia-miento.
El progreso tecnológico sería propiciado por la importación directa de bienes de capital que abastecerían la infraestructura tecnoló-gica necesaria para tales fines. El desarrollo científico-tecnológi-co quedaría entonces supeditado a este proceso. Las empresas serían las responsables de emprender sus propias actividades de investigación y desarrollo para impulsar procesos de innovación que imprimieran dinamismo a la economía interna.
La estrategia de sustitución de importaciones tuvo excelentes resul-tados en cuanto al crecimiento de las economías nacionales, y sobre todo, en cuanto al abastecimiento de infraestructura tec-nológica para el desarrollo industrial. Si bien la dinámica indus-trial se basaba principalmente en los sectores primarios como
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el extractivo-minero y el agrario, — y energético en aquellos paí-ses que contaban con recursos petroleros —, también se habían logrado encadenamientos industriales horizontales hacia otros sectores como el textil, el transporte y la construcción.
Sin embargo, el progreso tecnológico fue en su mayoría de origen importado, y no se creó desde dentro mediante programas de desarrollo científico-tecnológico propio. El alto valor de las tec-nologías importadas generó un altísimo nivel de deuda externa, y los excedentes obtenidos del incremento del mercado interno no alcanzaron para saldarla. Además, la continuidad del progreso tecnológico se dificultaba e, incluso, se interrumpía por la inesta-bilidad económica derivada de las fluctuaciones bursátiles inter-nacionales, que llegaban a hacer impagables las deudas contraí-das para la transferencia de bienes de capital de base tecnológica.
La dependencia política derivada de la deuda externa contraída obligó a la mayoría de los países de la región a reestructurar sus modelos de desarrollo y apegarlos a los criterios recomendados por los organismos financieros internacionales FMI, el BM y el BID. Dichos criterios se encontraban basados en el famoso consenso de Washington, base ideológico-política del modelo neoliberal de subdesarrollo.
El gran dinamismo económico que había logrado el desarrollo indus-trial de América Latina no fue suficiente para cerrar círculos vir-tuosos entre el progreso tecnológico y el desarrollo económico de nuestras naciones. El impacto sobre el crecimiento económi-co, aunque notable, fue insostenible a largo plazo por la creciente dependencia de desarrollos tecnológicos y los capitales foráneos necesarios para obtenerlos. Además, el progreso tecnológico siguió supeditado al crecimiento económico, y no se diseñó nin-guna estrategia dirigida para desarrollar, sectorialmente y hacia atrás, los recursos tecnológicos de una cadena de valor industrial potencialmente tractora de otras industrias complementarias.
Puede decirse que la estrategia de sustitución de importaciones no era equivocada, por lo menos en cuanto a su dinámica de desa-rrollo hacia dentro. Su fracaso se explica más por el objeto de sus-titución. La opción por sustituir bienes de consumo final en vez E
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de bienes de capital de base tecnológica fue una respuesta corto-placista y mal atinada. No obstante, constituyó un antecedente histórico importante que evitará su repetición en el futuro.
El neoliberalismo de subdesarrollo recomendado para América Latina
Una de las fallas político-ideológicas del modelo de desarrollo hacia adentro fue el no haber entendido que un desarrollo socioeco-nómico sostenido debe tener su origen en una base material que sustente la vida de una organización social; es decir, que permita su autosuficiencia. Por ello, los gobiernos deben diseñar estra-tegias para lograr el abastecimiento de dicha base sin compro-meter valores como los de soberanía e independencia nacional. Los medios para lograrlo también se rigen por principios político-ideológicos, aunque estos sean menos evidentes que los fines.
Desde este punto de vista, la autosuficiencia de una nación se presenta como un problema a resolver, y como se señaló al principio del este artículo, dicho problema debe resolverse tec-nológicamente. La tecnología de que dispone un gobierno es la política pública, y para el abastecimiento del sustento de vida de una nación puede recurrir, principalmente, a dos grandes fuentes estratégicas: la comercial y la científica-tecnológica. Con la prime-ra puede adquirirse la tecnología necesaria comprándola a quien la ofrezca, de forma rápida mediando la firma de un contrato comercial. Con la segunda puede adquirirse la tecnología necesa-ria mediante el esfuerzo dirigido de investigadores, científicos y tecnólogos, a mediano, largo y muy largo plazo de tiempo.
Ninguna de las dos es de aplicación exclusiva, al contrario, el progre-so tecnológico necesita de su armónica combinación para alcan-zar los objetivos designados. No obstante, entre las dos estrate-gias existe una diferencia fundamental relacionada directamente con la propiedad de la base material que abastecen. La propiedad está ligada al origen de la tecnología en cuestión, y el origen de la tecnología tiene que ver, como se dijo antes, con el problema que la motiva como solución. El problema fundamental de las nacio-nes es el sustento material de la vida de su pueblo, y ese se logra
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en primer lugar mediante la transformación de su entorno más inmediato.
Así, la propiedad de las herramientas físicas necesarias para la transformación de dicho entorno rebasa el plano contractual —como los títulos de propiedad—, para insertarse en el plano cognoscitivo y experimental; es decir, en el saber y el hacer, que es la propiedad última a la que toda nación puede aspirar por ser la quintaesencia de la autonomía. Los títulos pueden adquirirse mediante contrato de compraventa, incluso también el conoci-miento científico y el técnico — mediante impresión en papel o conversión digital —, mas no así la experiencia de haberlo reali-zado. Es la propiedad de esa experiencia en la que se encuentran las capacidades y potencias del desarrollo sostenido de procesos continuos, conexos y coordinados de autosuficiencia tecnológi-ca. En resumen, la aplicación exclusiva de la estrategia comercial para el abastecimiento tecnológico de una nación nunca logrará la autosuficiencia tecnológica de su pueblo.
Otra diferencia, entre los modelos neoliberales de los países desa-rrollados y los modelos neoliberales de los países subdesarrolla-dos, puede identificarse desde ese punto de vista; es decir, desde la composición de su estrategia de abastecimiento tecnológico. Mientras en la estrategia de los países desarrollados prima el com-ponente del esfuerzo dirigido de sus recursos científicos-tecnoló-gicos, a los países subdesarrollados se les recomienda organizar su estrategia de abastecimiento tecnológico desde la fuente del comercio internacional, y especializarse en la gestión de contra-tos comerciales de importación de tecnología, que impacten a corto plazo y sean sostenibles a mediano y largo plazo. Así, desde el modelo neoliberal de subdesarrollo, el progreso tecnológico de América Latina debe abandonar la estrategia de sustitución de importaciones, y replantearla en términos de asistencia tecnoló-gica y transferencia de tecnología.
Con este cambio de modelo, el Estado cede su protagonismo al sec-tor privado. En el modelo neoliberal subdesarrollado, el mercado dirige los procesos de progreso tecnológico, y el desarrollo cientí-fico-tecnológico se considera como una actividad indispensable E
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para el crecimiento de las empresas, y por ende, y en el agregado, para el crecimiento económico. El desarrollo científico-tecnoló-gico nacional se reduce así, a un conjunto inconexo de activida-des aisladas de investigación y desarrollo (I&D) universitarias y empresariales.
Además, aquella infraestructura tecnológica, que fuera diseñada y construida durante el modelo de desarrollo hacia dentro, comen-zó a ser privatizada —en el caso de propiedades estatales—, desmantelada y sustituida por infraestructura importada en su mayor parte. Las conexiones intersectoriales logradas por el desarrollo tecnológico endógeno fueron sustituidas por canales de abastecimiento tecnológico directo vía crédito, mediante una creciente gama de modelos de gestión financiero-empresarial.
El desarrollo socioeconómico se vio muy afectado por la creciente concentración del ingreso, y los niveles de desigualdad y polari-zación social se incrementaron de manera drástica. En cambio, el crecimiento económico se vio fuertemente impulsado por la intervención directa de los capitales financieros internacionales. El supuesto político-ideológico que defendía este orden de cosas se encontraba en la experiencia de los países desarrollados del siglo XX, la cual había registrado el mismo comportamiento ini-cial de concentración progresiva para alcanzar un tope máximo y descender al mismo ritmo mediante procesos de redistribución de los recursos económicos. El cambio estructural fue drástico y muchas naciones optaron por vías alternativas de desarrollo. Otras como México, Chile, Colombia, Costa Rica y el Perú decidie-ron profundizar el modelo de subdesarrollo neoliberal, seguir las recomendaciones de los organismos internacionales y sortear una a una las dificultades y obstáculos procedentes de los secto-res inconformes de sus pueblos.
214
La alternativa por el desarrollo dirigido de nuestra América
En el modelo de subdesarrollo neoliberal se presenta una paradoja que lo distingue de los modelos neoliberales desarrollados. En la misma medida en que crece su abastecimiento tecnológico crece su dependencia político-económica-tecnológica de desarrollos tecnológicos foráneos. En muchos países de nuestra América esta paradoja ha movilizado a sus gobiernos a buscar alternativas de desarrollo que reviertan ese efecto. Desafortunadamente, salvo en Brasil, las estrategias de desarrollo tecnológico nacional no han encontrado el balance necesario entre el contrato comercial y el desarrollo científico-tecnológico endógeno que les potencie para generar procesos continuados y sostenidos de desarrollo socioeconómico.
No obstante, las matrices político-ideológicas de países como Vene-zuela, Cuba, Ecuador, Argentina, Paraguay, Nicaragua y Bolivia están dando un viraje discursivo más congruente con la estrate-gia de abastecimiento tecnológico desde esfuerzos de desarrollo científico-tecnológico endógeno, y de su potenciación mediante esquemas de cooperación científica y tecnológica sur-sur. Dicho viraje representa, sin duda, un primer e indispensable paso en el camino de la autosuficiencia tecnológica de nuestra América, pues garantiza gobiernos conscientes de su importancia estra-tégica en la organización y dirección de los recursos materiales, intelectuales, científicos, tecnológicos y estatales necesarios para concretar el contenido del discurso. No obstante, es claro que todavía hoy, rebasada la primera década del siglo XXI, toda-vía no hay luces claras sobre el cómo potenciar dicho discurso y, sobre todo, acerca de cuáles criterios son los adecuados para esbozar el diseño de las nuevas políticas de abastecimiento tec-nológico propio de nuestros pueblos.
Es por ello que la literatura sobre planeación, que se ha desarrollado en nuestra América, debe ser rescatada, revalorada y actualizada a favor de aquellos procesos de desarrollo endógenos ávidos de orientación estratégica y propuesta para la innovación. A juicio E
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del autor, uno de los exponentes latinoamericanos más califica-dos sobre planeación y estrategias de desarrollo endógeno diri-gido es Oscar Varsavsky (1920-1976) . El rescate académico e ideo-lógico de su importante obra sobre los criterios de planificación de proyectos de nación adecuados para modelos de desarrollo socialistas es necesario, además de históricamente justo. Sus ideas, junto con las de otros pensadores de la llamada corriente de pensamiento científico-tecnológico de América Latina, cobran hoy especial importancia cuando se cuestionan las supuestas vir-tudes del crecimiento y los, cada vez más, cuestionados logros de los modelos neoliberales de subdesarrollo en materia de autosu-ficiencia tecnológica de nuestros pueblos.
A decir de Varsavsky (1977), todo modelo tiene sus ventajas y des-ventajas. El modelo de desarrollo dirigido tiene la gran ventaja de basarse en proyectos planeados y dirigidos desde instituciones de gobierno responsables del éxito o fracaso de los mismos. Los mercados de tecnología, nacionales e internacionales, juegan a favor de los proyectos como medios de abastecimiento, y no como determinantes del éxito del mismo. Dicho de otra manera, si la tecnología que ofrecen los mercados está disponible, es asimi-lable y en mediano plazo sustituible tecnológicamente, pueden bien complementar el proyecto. De forma contraria, la dirigencia del proyecto tiene la obligación de optar por no comprarla y eje-cutar un segundo proyecto para desarrollarla internamente. Para ello es necesario contar con los recursos humanos suficientes y necesarios.
Posteriormente, y para efectos de creación y distribución tecnológi-ca, es indispensable aprovechar un sector industrial estratégico que sea capaz de absorber rápidamente los desarrollos tecnoló-gicos, de innovar sus usos y aplicaciones más importantes y deri-varlas hacia otros sectores industriales para potenciar su utilidad. Dicho sector estratégico funcionará como tractor tecnológico de otros sectores industriales, paralelos y complementarios, los cua-les se beneficiarán en un segundo momento —de distribución y expansión intersectorial— del desarrollo tecnológico y de los dis-positivos tecnológicos derivados.
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Dadas las actuales circunstancias, históricas y globales, por las que atravesamos como especie dependiente y cohabitante de un sis-tema ecológico planetario vulnerable y, en extremo vulnerado, uno de los pocos sectores industriales que podría ser aprovecha-do como tractor tecnológico para el desarrollo de nuestros pue-blos es, sin lugar a dudas, el sector de la tecnología en energías renovables. Entre ellas, y por las que este autor apuesta como la de mayor potencial, se encuentra el sector de la tecnología foto-voltaica.
La cadena de valor de esta industria de alta tecnología es especial-mente estratégica por diversos motivos. Entre ellos su pertinen-cia histórica debida a las condiciones medioambientales antes mencionadas. Pero además, por el potencial que su dominio ofre-ce para la incursión en el desarrollo —paralelo o consecutivo— de tecnología de semiconductores, microelectrónica y todas aque-llas posibles aplicaciones tecnológicas derivadas para campos como los de la informática , biomédica, robótica, aeroespacial, etc. Por ello, puede considerarse el fotovoltaico como un sector tractor de otros sectores industriales y, además, como un área de oportunidad para dirigir proyectos de abastecimiento tecnológi-co que impacten en el desarrollo de recursos y capacidades cien-tíficas y tecnológicas endógenas de nuestra América en general y de nuestros pueblos en particular.
Nuestros pueblos y, sobre todo, nuestras comunidades científicas deben superar ese determinismo cultural que históricamente nos hemos forjado como países colonizados y tecnológicamente dependientes del centro. Para ello, es necesario rescatar las expe-riencias exitosas de desarrollos científicos-tecnológicos endó-genos y tomar de ellas ejemplo, confianza e inspiración para pro-yectarnos como pueblos capaces de crear y no solo de consumir tecnología. La alternativa bolivariana que actualmente abandera el pueblo de Venezuela representa una de las oportunidades his-tóricas más claras para acoger y apuntalar ambiciosos proyectos de desarrollo científico-tecnológico endógeno, que potencien nuestras capacidades de autosuficiencia tecnológica y, por ende, de independencia política y económica de nuestros pueblos. E
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Anexos(In)dependencia científico-tecnológica. Es interesante notar una
continua disminución en la tasa de autosuficiencia, proporcional con el aumento continuado de la tasa dependencia científico-tecnológica de América Latina, en las últimas dos décadas de apli-cación del modelo de subdesarrollo neoliberal. Sin embargo, esta medición nos dice muy poco acerca del problema estructural de la dependencia tecnológica. La calidad de residente del solicitante no garantiza la activación de procesos de independencia tecnoló-gica, pues su explotación a escala no depende de los inventores solicitantes en particular, sino de los explotadores comerciales de dichas invenciones. La solicitud de patentes por no residentes es también un recurso perverso para el desarrollo científico-tec-nológico de nuestros pueblos, y muy provechoso para el contra-to comercial como medio de abastecimiento tecnológico a gran escala.
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Una más congruente medición de la (in)dependencia tecnológica tendría que contemplar el número de proyectos de desarrollo científico-tecnológico dirigidos —desde el sector público como desde el sector privado nacional— y el número de innovaciones que resulten del éxito de dichos proyectos.
La paradoja de la inactividad creativa. Aunque en las últimas dos décadas el gasto en Ciencia y Tecnología e Investigación y Desa-rrollo se ha incrementado considerablemente, el coeficiente de invención ha ido disminuyendo continuamente.
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La paradoja es clara: entre más dinero se invierte para acelerar el progreso tecnológico de nuestros pueblos, se registra una menor actividad creativa de nuestros científicos y tecnólogos. El contra-to comercial como medio de abastecimiento tecnológico domina y demerita tanto el desarrollo científico-tecnológico endógeno, como el talento y la capacidad creativa y propositiva de nuestros científicos y tecnólogos, quienes se ven obligados a especializarse en las técnicas de uso de los dispositivos tecnológicos importados.
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Crecimiento y desempeño económico. El crecimiento económico no necesariamente reporta un incremento o mejora en el desempe-ño económico de nuestros pueblos. El desarrollo económico deri-vado del crecimiento del PIB no parece impactar directamente en la eficiencia económica interpretada como la intensidad del uso de la energía.
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innovando para la
construcción de la soberanía
tecnolóGicatestimonios de innovadores
nuestramérica
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El proceso de desarrollo tecnológico constituye una de las
principales fortalezas del pueblo. Está ligado a sus valores, sus
necesidades sociales y sus formas de vida. Ludovico Silva, filó-
sofo y poeta venezolano que hizo valiosos aportes al estudio
ideológico de la tecnología, dice en su libro El sueño insomne
(2009) que “el hecho es que toda tecnología, por constituir el
determinante primordial de todo modo de producción de la
vida humana, explica e implica siempre una formación ideo-
lógica que le es propia y que es expresión suya”. Sin embargo,
existe un discurso globalizado en torno a la tecnología que la
coloca en una posición neutral, como si no participara de lo
ideológico.
En la búsqueda y construcción de una nueva sociedad, el proceso
de independencia tecnológica impulsado por la Revolución
Bolivariana de Venezuela comienza por reconocer el papel del
innovador, ese promotor del conocimiento popular que ha
sido históricamente excluido por el sistema capitalista.
A continuación presentamos algunos fragmentos de entrevistas
realizadas por nuestramérica a dos innovadores del estado
Lara de la República Bolivariana de Venezuela, cuyos pro-
yectos son aportes fundamentales para la construcción de
la soberanía tecnológica venezolana. Ellos dan cuenta de su
experiencia como innovadores describiendo el contexto social
que dio pie a la consecución de sus proyectos.
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Innover pour construire la souveraineté technologique Témoignage des innovateurs
Le processus de développement technologique constitue une des
principales forces d’un peuple. Il est lié à ses valeurs, nécessités
sociales et formes de vie. Ludovico Silva, un philosophe et
poète vénézuélien qui a fait des contributions à l’étude idéo-
logique de la technologie, dans son livre Le sommeil insom-
niaque (2009) indique « c’est un fait que toute technologie, en
constituant l’élément déterminant fondamental des moyens
de production humaine, explique et implique toujours une
formation idéologique qui lui appartient et qui est son expres-
sion ». Cependant, il y a un discours globalisé autour de la tech-
nologie qui la place dans une position neutre par rapport à
l’idéologie et par conséquent elle semble ne pas en faire partie.
Dans la quête et la construction d’une nouvelle société, le proces-
sus d’indépendance technologique encouragé para la Révolu-
tion Bolivarienne du Venezuela a commencé para reconnaître
l’importance de l’innovateur. Celui qui a été historiquement
exclu par le système capitaliste.
Dans les pages suivantes, on va présenter quelques fragments des
interviews faites à deux innovateurs de l’état Lara de la Répu-
blique Bolivarienne du Venezuela dont les projets représen-
tent des contributions fondamentales pour la construction
de la souveraineté technologique du pays. Ils racontent leur
expérience comme innovateurs en décrivant le contexte social
qui a provoqué la création de leurs projets.
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Innovating for the construction of the technical sovereignty Testimonials of innovators
The process of technology development is one of the main streng-
ths of people. It is related to their values, social necessities and
ways of life. Ludovico Silva, Venezuelan philosopher and poet,
with his contribution to ideological studies of technology, says
in his book El sueño insomne (2009) “the fact is that technolo-
gy, by being the prime determinant of every mode of produc-
tion of human life, always explains and involves an ideological
formation which belongs to itself and is its own expression”
However, there is a globalized speech that says technology is
neutral, which means, it does not take part of any ideology.
In order to create a new society, the process of technological inde-
pendency encourage by the Bolivarian Republic of Venezuela
started by recognizing the rol of the innovator, who has been
excluded historically by the capitalist system.
Read the following passages taken from the interviews made to
two innovators from Lara of the Bolivarian Republic of Vene-
zuela. Their projects are fundamental contributions for the
construction of Venezuelan technological sovereignty.
They show their experience as innovators describing the social
context that contributed to the continuity of projects.
230
Inovando para a construção da soberania tecnológica Testemunhos de inovadores
O processo de desenvolvimento tecnológico constitui uma das
principais fortalezas de um povo. Está ligado a seus valores,
suas necessidades sociais e suas formas de vida. Ludovico
Silva, filósofo e poeta venezuelano, com sua contribuição ao
estudo ideológico da tecnologia, diz em seu livro El sueño
insomne (2009) que “o fato é que toda tecnologia, por consti-
tuir o determinante primordial de todo modo de produção da
vida humana, explica e implica sempre uma formação ideoló-
gica que é dele propriamente e sua expressão”. Porém, existe
um discurso globalizado em torno da tecnologia que a coloca
numa posição neutral, com se não faz parte da ideologia.
Na busca e construção duma sociedade, o processo de indepen-
dência tecnológica impulsionado pela Revolução Bolivariana
de Venezuela começa por reconhecer o papel de inovador, esse
que tem sido historicamente excluído pelo sistema capitalista.
A continuação, apresentamos alguns fragmentos de entrevistas
realizadas a dois inovadores do Estado Lara da República
Bolivariana de Venezuela, cujos projetos são contribuição
fundamental na construção da soberania-tecnológica vene-
zuelana. Eles dão conta de sua experiência como inovadores
descrevendo o contexto social que deu pé á consecução de
seus projetos.
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Wilmer Romerocreador de una despulpadora de mango
NA: En primer lugar, queremos que nos hable de usted. Queremos saber dónde trabaja, cuál ha sido su formación como innovador.
WR: Soy del municipio Simón Plana, Parroquia Gustavo Vegas León, en La Miel del estado Lara. Trabajo en Destilerias Unidas como supervisor de mantenimiento mecánico en el área de ingeniería, también soy bombero voluntario. En principio, estudié en el INCES industrial de acá de Barquisimeto, en la escuela técnica, y estudié en el tecnológico hasta el cuarto semestre de administración de personal.
NA: ¿Existe algún fin social concreto y consciente que haya servi-do como punto de partida y que siga siendo parte del proceso de innovación que fundamenta su proyecto?
WR: Lara es una zona donde se da mucho el mango. En unos estudios que hicieron los Comités de Saberes, conjuntamente con los pro-fesores, alumnos y personal técnico de aquí, de Fundacite Lara, se consiguió que el 85 % de las mujeres sabían trabajar con el mango pero estaban desempleadas. Por otra parte, en otro estudio que hicieron, vieron que en cada casa había, por lo menos, una mata de mango. Después siguieron con las mesas de trabajo, y, final-mente, el proyecto macro para el liceo se destinó a trabajar con el mango.
Como a mí siempre me ha gustado ayudar a la comunidad (siempre he trabajado en carrozas de Carnaval de allá de La Miel), ellos me llamaron y me preguntaron si yo podía hacer una máquina. Me
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contaron el proyecto, me gustó y les dije que sí. Mas no sabía qué era lo que iba a hacer, porque, de verdad, no sabía cómo empezar. Haciendo los planitos, en lo que se llama ensayo y error, llegué hasta donde se tenía que llegar.
¿En qué se funda mi interés por hacer la máquina? En darle empleo a la comunidad. Ahorita la máquina está parada porque yo estoy trabajando en la segunda fase, con la ayuda de Fundacite y a tra-vés del gobierno, que son los que ponen los recursos. Además, veo que es un proyecto que está enmarcado en el Plan Nacional Simón Bolívar, apoyando al nuevo modelo productivo socialista. Ya está la materia prima, que es el mango, y para la nación es un ahorro en cuanto a las divisas, porque ya no tienen que comprar esas máquinas, pudiendo nosotros fabricarlas acá. Para la industria un pedazo de lámina es un desecho, para nosotros no, nosotros lo convertimos en algo productivo.
El dinero para la primera fase de la máquina salió de Destilerías Uni-das, la empresa en la que yo trabajo. Les planteé el problema, la inquietud que tenía la comunidad con respecto a la máquina, y, bueno, me dijeron que sí y la fabriqué. Luego, le comenté a perso-nas de acá mismo de Fundacite Lara que yo le tenía unas mejoras, y que era así que yo quería entregar la máquina, pero ya no había tiempo, y las dejamos para la segunda fase.
NA: ¿Qué se busca en la segunda fase?WR: Que la máquina tenga su sistema de lavado, que tenga su siste-
ma de cocción, que se pueda cocinar allí el mango. En la comuni-dad hay como 130 recetas que hacen con la pulpa. Se cree que del mango se hace sólo jalea, pero no, en la comunidad hacen jugo, torta, mermelada, compota para los niños, guasacaca, y muchas cosas más. La segunda fase consta de la compra de una bomba, la fabricación de un tanque de agua, hacer una olla y hacer el sistema de encendido.
Ahora bien, por otro lado, y con todas esas modificaciones, creo que el nombre de despulpadora se debería ya eliminar. Pienso que deberíamos hablar de una máquna procesadora, porque en ella se procesa todo, se cocina, se saca, se lava y hasta se embolsa.
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En la empresa en la que yo trabajo ya he fabricado varias máquinas, claro, máquinas para ellos, máquinas para su trabajo, y mucha gente también me conoce porque he trabajado en los carnavales, en las carrozas, y he ganado muchas veces.
La primera fase me llevó cuatro meses de trabajo, porque yo estaba haciendo la máquina solo, en los tiempos libres, y, además, como uno no tiene algo estándar, por decirlo así, eso fue puro ensayo y error. Uno ensaya y después vuelve atrás.
NA: ¿Cuántas familias se van a ver beneficiadas con esta máquina?WR: Muchas, cónchale, muchas. En la comunidad me preguntan:
“¿cuándo va a llegar la máquina?”, pero ellos no saben qué es lo que yo estoy haciendo. Cuando ellos vean todo lo que se puede hacer con esa máquina van a quedar fascinados.
NA: ¿Dónde va a estar la máquina?WR: En el liceo, y va a ser administrada por la Junta Comunal. Eso hará
que, por ejemplo, un día o una semana vaya a trabajar una parte de la comuna, y la siguiente semana trabaja otra, y así sucesivamente. Pero creo que hay un programa de hacer una máquina más sencilla para cada familia, para que así las más humildes tengan una.
NA: ¿Cuál es su principal motivación para innovar?WR: Que siempre me ha gustado ayudar a la comunidad. Además me
motiva la facilidad que Fundacite Lara nos ofrece a los innovadores. NA: ¿Qué diferencia existe entre un innovador y un tecnólogo?WR: Innovador es el que innova, es el que descubre cómo se hacen
las cosas. El tecnólogo lo veo yo como más académico. Como te digo, a pesar de que yo no soy ingeniero, a mí me gusta inventar, pero el ingeniero no inventa, porque sabe ya cómo se hacen algu-nas cosas. A veces uno, el innovador, está entre el ensayo y el error. El ingeniero, en cambio, trabaja más con lo exacto.
A veces me acuesto a dormir y de repente me sale la máquina… Y digo: “cónchale, le hubiese hecho esto o aquello que no le puse…”, y entonces ese otro día en la mañana me levanto y voy a hacer lo que pensé en el sueño. ¿Por qué lo hago? Porque me gusta, me gusta lo que estoy haciendo; simplemente quiero que la máquina esté como tiene que estar.
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NA: ¿Cree que las nuevas formas de hacer ciencia, que consideran no sólo a los tecnólogos y científicos clásicos, replantean las rela-ciones de trabajo y poder?
WR: Claro que sí. Con hechos, con esta máquina que ahora uno puede hacer, uno puede cambiar su forma de vida porque estás ayudan-do a la comunidad. Aunque lo que yo haga no me enriquezca, pero estoy cambiando mi forma de vida.
Yo pienso, y siempre lo digo, con la máquina que yo hice, o que toda-vía estoy haciendo, yo no me voy a enriquecer, pero me da gusto saber que, con ella, alguna persona humilde podrá cambiar, qui-zás, su sistema de vida.
NA: ¿Cree que su trabajo contribuye a la construcción del poder popular?
WR: Claro que sí, porque estoy ayudando a darle forma a otros pro-yectos de la comunidad. Yo te voy a decir, de forma muy personal, que hay gente que tiene dinero y me han pedido que les fabrique una máquina. Pero ellos lo que quieren es una máquina industrial, que sea el doble de la que yo estoy haciendo. Y yo les dije que no, porque yo sé que ellos sí se van a enriquecer. Y entonces la señora de la comunidad que de verdad quiera sacar su producción ade-lante, esa se va a joder.
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Argenis Salascreador de la unidad pedagógica ELECOMP1
AS: Yo soy egresado de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador. Soy profesor jubilado en el área de educación indus-trial. Trabajé siempre en el área de la educación técnica, toda mi actividad, eso me dio pie para desarrollar muchas cosas, muchos equipos pedagógicos. Y a eso es a lo que me dedico actualmente, a trabajar en el área pedagógica, específicamente con equipos didácticos. Quizás la misma experiencia que tuve en la educación técnica me permitió, o me ha permitido, desarrollar ciertos equi-pos pedagógicos.
¿Por qué lo hago? Bueno, la razón fundamental es que lo que esta-mos enseñando en la escuela técnica industrial no corresponde con lo que es la industria en verdad. Un estudiante pasa por la edu-cación media, la educación ténica, por una escuela técnica indus-
1 El equipo consta de dos sistemas: 1) Sistema de desarrollo para microprocesado-res MCS51. Está formado por un procesador 80C52 basic a 11.059 MHz, programa-ble en lenguaje ensamblador o lenguaje Basic de punto flotante; memoria Ram de 52Kb y depuración de programas; programador de memorias UVEprom 16Kb, EEPROM 8Kb; RAM 8Kb; puerto serial para comunicación con PC; puerto serial para impresora; puerto paralelo de 8 Bit; temporizador programable; convertidor analógico digital 2) Equipo programador para microcontroladores MCS51. Este equipo soportaría los dispositivos INTEL serie de microcontroladores MCS51; ATMEL serie de microcontroladores 89C515 y 89C5112; operado a través del puerto serial de unas PC, alimentación mediante adaptador 1; 120VAC y 12 Vdc; software del equipo desarrollado bajo LINUX.
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trial, y se consigue con un monstruo tecnológico muy grande en la industria.
Entonces, comencé a detectar ese problema: los estudiantes iban a la industria y se conseguían allá con que pareciera que no le hubié-semos enseñado nada. Y me dije, bueno, ¿por qué no desarrollar equipos pedagógicos, equipos didácticos que den una respuesta a los problemas que tiene la educación técnica en nuetro país? Y a partir de finales de los años noventa, ya comenzando el año 2000, comenzamos a desarrollar una solución. Digo que comenzamos porque no fui yo solo, sino que fuimos un pequeño grupo de profe-sores de educación técnica los que tuvimos la idea de desarrollar algunos equipos didácticos que fuesen pedagógicos y que estu-viesen muy a la par de la industria nacional. Porque la industria nacional tiene bastante tecnología; uno en la escuela no lo sabe porque, de repente, esa no es nuestra circunstancia, pero cuando uno visita la industria se da cuenta de que la industria nacional tiene bastante tecnología, y la educación técnica no estaba aten-diendo a ese hecho.
Entonces, nosotros comenzamos a desarrollar equipos didácticos muy pequeños, haciendo cosas muy pequeñas, y me surgió la idea de desarrollar un equipo pedagógico que combinara la electróni-ca con la computación, teniendo en cuenta que para los estudian-tes, hoy día, tener una computadora en casa es algo corriente.
De allí surgió el proyecto ELECOMP, que es un híbrido en el que com-binamos la electrónica con la computación. Y entonces comencé a indagar. Ahí sí empecé a indagar y trabajar un poco solo en esto, porque esto requiere de mucho trabajo, cierto, pero requiere, sobre todo, mucha pasión.
NA: Con base en su historia de vida, ¿qué cree que ha contribuido más a su formación como innovador?
AS: Siempre me gustó la idea de innovar, mientras estaba en casa. Yo vengo de una familia de tecnólogos. Mi papá es un ingeniero mecánico popular. A mí me gusta pensar que yo soy un ingenie-ro mecánico popular, que resuelve cosas en su taller de manera muy tradicional, pero con mucha lógica. Mi papá ya tiene 80 años
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y sigue siendo un viejo muy activo. Hoy día seguimos comentando cosas de tecnología.
Quisiera contarles una anécdota que siempre le relato a los estu-diantes cuando voy a dar una charla. Yo recuerdo que mi papá tenía un taller en casa donde no había una reja, no había un por-tón, y las personas que gustan de lo ajeno tenían a papá, como decimos, a monte. A él un día se le ocurrió hacer un sistema de alarma con un platino de un chevrolet del año 57 y con hilo de coser ropa. El hilo agarraba el platino y ese era el sistema de con-trol, prensaba el hilo con el platino, y cuando el ladrón pasaba, rompía el hilo y se activaba el circuito que prendía un montón de luces.
Un día le dije a papá que yo le iba a hacer ese mismo sistema de alar-ma pero con un rayo láser. Años después se lo hice, pero no se lo hice con un láser sino con un infrarrojo. Él quedó tan extrañado de que una luz invisible hiciera lo mismo que su hilo, que de vez en cuando pasaba para que se activara la alarma.
Siempre me gustó ver revistas electrónicas, siempre me gustó indagar. Recuerdo que ofrecían cursos por correspondencia, por correo, y nosotros comprábamos esas revistas, y empecé a apasio-narme por la electrónica, la radio, la televisión, empecé a agarrar radios, los desarmaba, los echaba a perder, los quemaba, otros los reparaba muy bien.
NA: ¿Cuál es su motivación principal para innovar?AS: Como te digo, es la pasión. Si este proyecto tuviese fines comer-
ciales, por ejemplo, ya me hubiese muerto de hambre. Este pro-yecto tiene como 12 años, estamos en el 2011. Fue en el 98 o el 99 cuando empezamos a madurar la idea. Ha sido un proceso largo, pero (y esto lo digo con mucha propiedad) el gobierno nacional ha hecho un gran esfuerzo en apoyar a los innovadores y, entre ellos, yo me cuento. Se subvencionaron 20 equipos ELECOMP, y ya esto es un triunfo para mí, porque sé que, por lo menos, 20 equipos van a estar en las escuelas técnicas industriales del país.
Yo quise que mi hijo viera la escuela técnica industrial como yo quería verla, porque siempre soñé, y siempre he soñado, con una
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educación industrial muy competitiva, competitiva en el sentido de que se alcance un desarrollo tecnológico competente.
Siempre veía en la educación técnica una motivación. Mira, mi hijo hoy en día ya está en sexto semestre de ingeniería y no logró ver la educación técnica que yo quería que viera, pero ahora viene un nieto, y quizás sea el nieto el que la vea.
Yo ahora estoy jubilado, y ahora tengo más tiempo para hacer cosas, ahora es cuando me considero más productivo. Entonces, bueno, mi motivación ha sido esa: que tengamos una educación técnica de alta tecnología.
NA:¿Su proyecto tiene o tendrá repercusión en una comunidad específica?
AS: El equipo está diseñado para estudiantes de educación indus-trial, o sea, estudiantes de escuelas técnicas industriales, de edu-cación tecnológica, estudiantes que estén en el área tecnológica. Si vamos a hablar de edades, digamos, el equipo está pensado para estudiantes que tienen entre 13 y 16 años, estudiantes de tercero, cuarto, quinto y sexto año de educación industrial.
NA: ¿Cree que existe diferencia entre ser innovador y ser tecnólogo?AS: Yo lo veo desde este punto de vista: un innovador siempre está
innovando, un innovador siempre anda en la búsqueda; el tecnó-logo, por su puesto, también hace eso, pero se apoya mucho en la tecnología existente; en cambio, un innovador puede sacar algo de la nada, o sea, como un mago.
Un innovador es una especie de mago, porque resuelve los proble-mas de la nada; el tecnólogo puede utilizar una herramienta, un computador, por ejemplo, puede utilizar un equipo electrónico. Yo conozco innovadores que son unos magos, de la nada te resuel-ven un problema. Pero yo me considero un híbrido, parte innova-dor y parte tecnólogo.
NA: ¿Qué reformas específicas se han implementado durante estos últimos años que, según su visión, han ayudado a replantear la forma de generar conocimiento, y, en última instancia, de hacer ciencia?
AS: Este gobierno ha reimpulsado la ciencia. Hacer ciencia hoy en día es como más fácil. Antes era algo reservado para una élite. Recuerdo IN
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que en los años noventa yo quise visitar INTEVEP (Instituto de Tecnología Venezolana para el Petróleo) y fue imposible porque ellos se consideraban una élite. Hoy día es muy fácil, simplemente envías una carta, planteas tu situación y ya. Entonces, sí, el gobierno le ha dado un vuelco a esto. Hoy día muchos tecnólogos, innovadores y científicos tienen la oportunidad de hacer muchas cosas. El apoyo que hemos recibido ha permitido muchas cosas. Le hemos dado un vuelco a la ciencia y la tecnología.
Ya el conocimiento no está oculto, antes, los científicos estaban enclaustrados en sus laboratorios. Buscar un concepto, una teo-ría, era tan difícil. Pero hoy no; simplemente planteas un proyecto, y si tienes la paciencia y la tolerancia, verás que se puede alcan-zar. Claro que todavía nos falta caminar mucho, todavía estamos gateando, todavía hay estructuras tan cerradas que habrá que agarrar un martillo y un cincel para que se abran.
En otro momento, no hace mucho, tiraba la toalla y me metía en otra cosa. Mi misma alma máter me corrió, y dije, ¿para dónde voy ahora? Entonces, el Ministerio de Ciencia y Tecnología, con los pro-gramas de promoción a la innovación, el premio Luis Zambrano y los premios a las escuelas técnicas industriales nos ha dado opor-tunidad a muchos. Ciertamente, todavía hay muchas estructuras muy cerradas en las que no se mira mas allá; pero hay que seguir trabajando.
NA: ¿Cree que estas nuevas formas de hacer ciencia, que consideran no solo a los tecnólogos y científicos clásicos, replantean las rela-ciones de trabajo y de poder?
AS: Yo les respondería con una sola palabra: oportunidad. La oportu-nidad la tienes ahora, todo este camino por el que estamos tran-sitando, que no es nada fácil, nos está dando oportunidades. Te aseguro que si yo voy a una escuela técnica indutrial y expongo mi proyecto, alguno de los profesores que esté allí escuchándome dirá: “yo también lo puedo a hacer”.
Ahora tenemos la oportunidad de presentar cosas. Antes nos podían decir: “estos lo que están es bien locos”. Los magos antes estaban relegados, hoy día nos podemos inscribir en el PEI, ¿quiénes se
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inscribían en el PEI antes?, solamente los científicos, hoy día no, ahora los magos pueden disfrutar del PEI.
NA: ¿Cree que su trabajo contribuye a la construcción del poder popular?
AS: Por supuesto que sí. Con el proyecto ELECOMP, que permitirá aprender a desarrollar innovaciones, los estudiantes van a tener la oportunidad de poder tener clara conciencia de las cosas que se pueden hacer. Proyectos como ELECOMP permiten que per-sonas comunes puedan desarrollar sus ideas, puedan plantear sus ideas y resolver problemas, como hacen los magos de los que hemos hablado. ¿Cuántos problemas resuelven esos magos en una comunidad, en un cacerío? Eso es el poder popular, el poder resolver problemas.
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HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
Argelia Bravo
Es artista y documentalista de larga tra-
yectoria. Realizó estudios en la Escuela de
Artes de la Universidad Central de Vene-
zuela, la Escuela de Artes Visuales Cristó-
bal Rojas y el Centro de Enseñanza Gráfica
CEGRA. Asimismo, se forma en la práctica
de cine a través de talleres libres. Es tesista
en Artes Visuales de la Universidad Nacio-
nal Experimental de las Artes. Realizó el
Diplomado Cultura, género y diversidad
sexual en la Escuela de Antropología de la
Universidad Central de Venezuela. Es fun-
dadora de la Asociación Civil TransVenus
de Venezuela. Igualmente participa en un
proyecto de investigación-acción con la
comunidad transgénero y transformista
en Caracas.
Pablo Adrián Vázquez
Es Doctorando en Comunicación de la
Universidad Nacional de La Plata. Es Licen-
ciado en Ciencia Política de la Universidad
Argentina John F. Kennedy. Docente de la
Cátedra de Historia Social Argentina de la
Universidad Nacional de Lomas de Zamo-
ra, así como del Instituto de Formación
Técnica Superior nº 12 de Buenos Aires.
Académico de Número del Instituto Nacio-
nal Eva Perón y del Instituto Nacional
Juan Manuel de Rosas, dependientes de la
Secretaría de Cultura de Presidencia de la
Nación Argentina. Ha realizado las siguien-
tes publicaciones: Manual del peronista;
Eva Perón, su legado de puño y letra; Jau-
retche: medios y política; y Peronismo vs.
mercantismo.
Ana Felicien
Es Licenciada en Estudios Ambientales en
la Universidad de Yacambú. Fue pasante
del Instituto de Ciencias Ambientales
y Ecológicas, trabajando con dinámica
hídrica e intercepción de ecosistemas y
agroecosistemas andinos. Trabajó en Fun-
dacite, estado Mérida, en el mejoramiento
de la producción truchícola. Es Magíster
en Ecología Tropical de la Universidad
de Los Andes. Actualmente es investiga-
dora del área de Agricultura y Soberanía
Alimentaria del Instituto de Estudios
Avanzados (IDEA), en el que desarrolla un
trabajo de agricultura urbana y ecología
política. Igualmente participa en el pro-
yecto comunitario Núcleo de Desarrollo
Endógeno Socialista (NUDES) La Limonera,
estado Miranda.
Liccia Romero
Licenciada en Biología y Doctora en Eco-
logía Tropical. Actualmente es miembro
del personal docente y de investigación,
con categoría de Profesora Asociada, del
Instituto de Ciencias Ambientales y Eco-
lógicas (ICAE) de la Facultad de Ciencias,
en la Universidad de Los Andes, Mérida,
Venezuela, donde es coordinadora del
Postgrado en Ecología Tropical y trabaja
en las áreas de Ecología Aplicada y Ecolo-
gía y desarrollo. En octubre de 2009, reci-
bió el Premio Regional de Ciencias al mejor
artículo publicado en la mención Agricul-
tura y Ciencias Ambientales, otorgado por
FUNDACITE Mérida y por la Gobernación
del estado. Desde septiembre 2007 hasta
abril 2010 se desempeñó como Coordina-
dora Sectorial del Servicio Comunitario de
la Facultad de Ciencias y fue responsable
de varios proyectos que, siguiendo la
metodología de investigación participati-
va, apoyan la práctica del ambientalismo
comunitario.
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Karinne Terán Korowajczenko
Psicopedagoga en las menciones de Retar-
do Mental y Dificultades en el Aprendizaje.
Especialista en Escritura Creativa. Diplo-
mados en Gerencia para la Vida e Inteli-
gencia Emocional; Experta en procesos
e-learning y actualmente cursa estudios
Doctorales en Ciencias de la Educación
en la Universidad Latinoamericana y del
Caribe (ULAC).
Docente a nivel universitario en el Colegio
Universitario de los Teques Cecilio Acosta
(CULTCA) y en la Universidad Nacional
Experimental de las Fuerzas Armadas
(UNEFA).
Selma Cristina Silva de Jesus
Doutora em Sociologia do PPGCS-UFBA.
Pesquisadora associada do CRH-UFBA e
bolsista do Programa Nacional de Pós-
Doutorado da CAPES-FFCH-UFBA.
Lorenzo Frangi
Ph.D.c. Università degli studi di Milano.
Visiting Ph.D. Student no MIT e UFBA.
Adriana Zaffaroni
Es socióloga. Directora del Centro de
Investigación de Lenguas, Educación y
Culturas Indígenas (CILECI) de la Facultad
de Humanidades, Universidad Nacional de
Salta. Presidente honoraria de la Red Lati-
noamericana PACARINA. Vicepresidente de
la Asociación Argentina de Sociología (AAS).
Gerardo Choque
Es miembro del Centro de Investigación de
Lenguas, Educación y Culturas Indígenas
(CILECI) de la Facultad de Humanidades,
Universidad Nacional de Salta. Coordina-
dor del Observatorio de Prácticas Intercul-
turales de la Red Latinoamericana PACA-
RINA y Secretario Ejecutivo de la Revista
Latinoamericana PACARINA de Ciencias
Sociales y Humanidades.
Susana Moreno
Es miembro de la comunidad wichí de La
Curvita. Estudiante avanzada de la carrera
de Ciencias de la Educación. Miembro
del Centro de Investigación de Lenguas,
Educación y Culturas Indígenas (CILECI) de
la Facultad de Humanidades, Universidad
Nacional de Salta.
Álvaro Guaymás
Es tutor de estudiantes de pueblos origi-
narios de la Facultad de Humanidades,
Universidad Nacional de Salta. Miembro
del Centro de Investigación de Lenguas,
Educación y Culturas Indígenas (CILECI).
COLECTIVO RESCOLDO
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HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
Hernán Pérez Nieto Oceanógrafo venezolano. Doctor en
Geodinámica Interna, mención Geología
Submarina, Facultad de Ciencias de la
Universidad de París-La Sorbona, Francia,
1969. Profesor-fundador de la Universidad
Nacional Experimental Simón Bolívar
(UNESB), 1970. Cofundador del Instituto de
Tecnología y Ciencias Marinas (INTECMAR)
y del Centro de Estudios Oceanológicos
(CEO) de la UNESB en Quizandal-Puerto
Cabello, estado Carabobo (1970).
Profesor Titular de la UNESB, Caracas
(1973), Jubilado en 1991.
Cofundador (1985) de la Comisión Nacio-
nal de Oceanología (CNO) de Venezuela y
Presidente de la misma (1988).
Representante de Venezuela ante la Comi-
sión Oceanográfica Intergubernamental
(COI) de la UNESCO, de cuya Subcomisión
para el Caribe y Regiones Adyacentes
(SC-IOCARIBE) fue cofundador y varias
veces vicepresidente, en representación
de Venezuela. La COI-UNESCO le otorgó
en 2008 un Diploma Especial de Reconoci-
miento por Servicios prestados a las cien-
cias marinas en general y, en particular, a
la SC-IOCARIBE.
Álvaro Pedroza Ochoa
Licenciado en Relaciones Internacionales
por la Universidad del Valle de México
(UVM). Magíster en Estudios Sociales y
Políticos Latinoamericanos por la Univer-
sidad Alberto Hurtado (UAH) en Santiago
de Chile. Estudiante del programa de doc-
torado en Desarrollo Económico y Secto-
rial Estratégico de la Universidad Popular
Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP).
Actualmente colabora con el Centro de
Estudios en Ciencias de la Energía (CECE)
de la Universidad Bolivariana de Venezue-
la (UBV) en el proyecto de investigación
Independencia tecnológica, transición
energética y tecnología fotovoltaica para
nuestra América.
Argenis Salas
Egresado de la Universidad Pedagógica
Experimental Libertador. Profesor Jubi-
lado en el área de educación industrial,
Actualmente es innovador en el desarrollo
de equipos didácticos para el área de edu-
cación técnica y se ecuentra a cargo del
Proyecto ELECOMP.
Wilmer Romero
Egresado del Instuto Nacional de Capaci-
tacion y Educacion como técnico medio
en Mecánica de Mantenimiento. Supervi-
sor de mantenimiento mecánico en el área
de ingeniería en Destilerias Unidas, C.A.
Actualmente es innovador en el proceso
de construccion comunitaria de una des-
pulpadora de mango en la comunidad La
Miel, Lara.
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El Fondo Nacional de Ciencia, Tecnología
e Investigación (FONACIT), del Ministerio
del Poder Popular para Ciencia, Tecnología
e Industrias Intermedias de la República
Bolivariana de Venezuela convoca a colaborar en los próximos números del proyecto editorial nuestramérica Revista arbitrada grancontinental para la
divulgación del conocimiento científico
y humanístico necesario: hacia un nuevo
sentido común.
Nuestramérica será una revista con un doble
perfil. Por un lado, la publicación será un
espacio para la divulgación grancontinen-
tal de los saberes populares y emancipato-
rios de América Latina y el Caribe. Por otro
lado, será un espacio para la socialización
del conocimiento académico y para com-
partir los saberes producidos en nuestras
universidades, centros de investigación y
colectivos independientes, de manera que
ese conocimiento no se convierta en patri-
monio de las culturas noroccidentales,
sino en un patrimonio nuestroamericano.
¿Quiénes podrán colaborar en la revista?
Innovadores populares, movimientos socia-
les, colectivos, comuneros, trabajadores
culturales, activistas socioculturales,
líderes comunitarios, artistas, creadores
populares, estudiantes, investigadores
populares y académicos de toda América
Latina y el Caribe.
Características generales de la publicación
La revista tendrá una versión digital y una
versión impresa. Las dos versiones se
convertirán en el centro de red grancon-
tinental de experiencias vinculadas a lo
que hemos denominado “nuevo sentido
común”. Así, la revista se convertirá en un
índice, sustentado por el FONACIT y por el
Consejo Asesor y el Consejo Editorial de
Nuestramérica.
Convocatoria