revista el archivo nº 1 - septiembre 2001

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Punta Alta en el gran premio nacional. Historia Oral: Oscar Spinella. Patrimonio: Casa Barbieri.

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La “SOLIDARIDAD” es el objetivo en el cual basamos nuestro

accionar. Trabajamos pensando en Ud. y su

familia, porque somos puntaltenses y queremos lo mejor para la ciudad

y su gente, por eso...

le ofrecemos:

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Page 3: Revista El Archivo Nº 1 - Septiembre 2001

autoridadesJorge Osvaldo IzarraIntendente MunIcIpal

alicia amiotdIRectORa de cultuRa

equipo de trabajocoordinación general

prof. luciano Izarra

entrevistasprof. Guillermo Bertinat

investigación y textoprof. Fernanda Martelarq. Gustavo aranda

colaboradoresprof. Romina amarfillic. Gustavo chalier

d.G. ariel arrudaFederico Merodio

Gaspar totorodiagramación y diseño

d.G. Mauricio RosselloPublicidad

Jt produccionesImpresión

Multigráfica

sumario

por qué?Entender a la historia como mero hecho de cultura general es menospreciar su rol, su aporte a la calidad de vida en general, objetivo máximo de toda persona de bien.El pasado condiciona nuestro presente y futuro. El pensamiento precede a la acción, y en él está nuestra historia, individual o colectiva. Identidad y desarrollo están entonces íntimamente rela-cionados; y en esta relación la historia local cumple en aportar su grano de arena. Esta revista busca informar sobre nuestra historia como comunidad, promover el análisis profundo, descubrir referentes, y clarificar mitos populares.Es nuestro deseo también que a lo largo de los núme-ros se entienda que la historia, como parte de nuestra cultura, es en sí misma una potencial fuente de ingresos económicos: esto será posible sólo si comprendemos la importancia de nuestros recursos históricos. Estimado lector: si logramos crear en usted la necesidad de conocer más sobre nuestra historia ( sobre su histo-ria) para entender su presente, esta revista tendrá para los que la hacemos la más plena justificación.

Municipalidad de Cnel. de Marina Leonardo Rosales

Punta AltaDirección de Cultura

Nota de Tapa | Punta Alta en el Gran Premio

Historia del Partido | Las Primeras Exploraciones

Historia Oral | Oscar Spinella

Septiembre en el Tiempo

El Arcón | Allá lejos... y hace tiempo...

Patrimonio Arquitectónico | Casa Barbieri

Novedades

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PUNTA ALTA en el Gran Premio Nacional

Con el auspicio del Automóvil Club Argentino se realizó en 1938 el gran certamen automovilístico denominado “Gran Premio Arge Nacional 1938”, el cual quedaría grabado en el recuerdo de los puntaltenses amantes de la velocidad y la aventura por toda la vida, puesto que por primera vez nuestra ciudad estuvo representada en él con la participación de un automóvil, estando además inclui-da en el recorrido de una de las etapas de la carrera.

la competenciaEl “Gran Premio”, que contó con más de 120 participantes, se realizó entre los días 18 y 30 del mes de octubre, abar-cando las rutas y caminos más variados del amplio escenario del país, en un entrelazamiento de pueblos, ciudades y regiones, lo que motivó que a dicho evento también se lo llamara “De las 14 Provincias”La carrera fue dividida en 10 etapas con las siguientes fechas de iniciación:Día 18: Primera etapa: Buenos Aires-Santa Fe.Día 19: Segunda etapa: Paraná-Corrientes.Día 20: Tercera etapa: Resistencia-Santiago del Estero.Día 21: Descanso en Santiago del Estero.Día 22: Cuarta etapa: Santiago del Estero-La Quiaca.Día 23: Quinta etapa: La Quiaca-Tucumán.Día 24: Descanso en Tucumán.Día 25: Sexta etapa: Tucu-mán-Córdoba.Día 26: Séptima etapa: Cór-

doba-Mendoza.Día 27: Descanso en Mendoza.Día 28: Octava etapa: Mendoza-Santa Rosa.Día 29: Novena etapa: Santa Rosa-Tandil.Día 30: Décima etapa: Tandil-La Plata. Además de medallas de oro, vermeil y plata, un total de 31.000 pesos en efectivo fueron destinados en calidad de premios para los ocho primeros puestos, a los que se sumaron premios especiales en dinero efectivo a los ganadores por etapas, ascendiendo éstos últimos a la cifra de 24.000.

la participación de punta altaPunta Alta no quiso quedar al margen de tan importante competencia y fueron muchos los que con gran esfuerzo y trabajo hicieron lo imposible para lograr que la ciudad esté representada en ella.Meses antes, y con el característico dinamismo y espíritu localista de las primeras décadas, se formó entre los vecinos más “fierreros” la Comisión Pro Coche “Ciudad de Punta Alta”. Presidida por el señor Atilio Bordoli, tenía como objetivos incor-porar a la ciudad en el itinerario de la competencia y adquirir un automóvil para que participara en la misma contribuyendo

por Fernanda Martel

El coche «Ciudad de Punta Alta» junto a sus tripulantes Aurelio Muñiz y Gildo Ranieri.

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de esa manera en dar a conocer a Punta Alta como un centro poblacional de im-portancia. En este sentido por esos años existía en la localidad el deseo de que Punta Alta sea declarada y reconocida como una ciudad, habida cuenta de sus más de 15.000 habitantes y su intensa vida social y comercial.A través de las gestiones realizadas ante el Automóvil Club Argentino se consiguió que los corredores pasaran por nuestra localidad, que fue incluida así en la novena etapa del certamen. El paso de los competidores sería el día 29, arribando desde Bahía Blanca por la calle Colón y siguiendo por la calle Ber-nardo de Irigoyen hasta el paso a nivel del F.C. Rosario, para tomar el camino a Bajo Hondo en dirección del punto terminal de la etapa, Tandil.

el “ciudad de punta alta”Con respecto al automóvil, rápidamente la agrupación se ganó el apoyo de la comunidad, pudiendo en tiempo récord vender una rifa para obtener los fondos necesarios para adquirirlo y acondicio-narlo, el cual, una vez finalizada la carre-ra, pasaría a ser propiedad del ganador del sorteo.Adherido a la rifa se empleó un cupón para efectuar la elección de los tripu-lantes del vehículo. Varias parejas de osados conductores se presentaron aspirando a esa posibilidad y apenas puesta en circulación la rifa se hizo patente una verdadera puja, lo que en gran medida permitió una rápida y total colocación de aquella, vendiéndose todos los números mucho antes de la fecha del sorteo.Al practicarse el escrutinio, la pareja Muñiz-Ranieri logró la mayor cantidad de votos, por lo cual resultaron ser piloto y copiloto respectivamente del coche “Ciu-dad de Punta Alta”. El triunfo de aquella dupla fue abrumador, pues consiguió más de la mitad de los votos emitidos. (ver cuadro a la derecha)La rifa del coche “Ciudad de Punta Alta”

se sorteó por la tercera jugada del mes de agosto de la Lote-ría Nacional. El primer premio correspondió al número 6437 y, por lo tanto, su poseedor fue el feliz agraciado del vistoso Plymouth. Se trataba de la señora Rosa B. de Mercanti, vecina de la ciudad de Bahía Blanca.

Muñiz-Ranieri 5165Hure-Peffaure 2988Gencarelli-Méndez 1652Lugones-Vicente 3Alfonsi-Tesio 1Sierra-Rossini -Flamini-Rubeglio - Total 9809v

Voto

s

par

ejas

los preparativosCon bastante tiempo de anticipación y con gran meticulosidad el coche “Ciudad de Punta Alta” fue objeto de múltiples refor-mas, en procura de una mayor resistencia para una prueba tan exigente como era el “Gran Premio”, cuyo circuito abarcaba rutas buenas y de las otras, donde no siempre era posible desarrollar altas velocidades y se necesitaba mayor potencia y “aguante” para salvar los más variados obstáculos. “No se ha descuidado nada en el acondicionamiento del Plymouth”, afirmaba Francisco Gutiérrez, mecánico encargado de dirigir la preparación del auto. “Se le han hecho defensas para las piedras, reforzado los elásticos, el chasis. El tanque de nafta ha sido reformado y se le ha agregado un auxiliar, lo mismo en el sistema de aceite y agua. La suspensión fue modificada y se le colocaron ocho amortiguadores. Las modificaciones también alcanzan al sistema de encendido y distribución. El motor fue objeto de una esmerada preparación, con las refor-

Aurelio Muñiz (iz-quierda) y Gildo Ranieri (derecha). Piloto y copiloto respectivamente.Foto publicada en la revista «El Gráfi-co» del 21 de octu-bre de 1938.

PUNTA ALTA en el Gran Premio Nacional

Con el auspicio del Automóvil Club Argentino se realizó en 1938 el gran certamen automovilístico denominado “Gran Premio Arge Nacional 1938”, el cual quedaría grabado en el recuerdo de los puntaltenses amantes de la velocidad y la aventura por toda la vida, puesto que por primera vez nuestra ciudad estuvo representada en él con la participación de un automóvil, estando además inclui-da en el recorrido de una de las etapas de la carrera.

la competenciaEl “Gran Premio”, que contó con más de 120 participantes, se realizó entre los días 18 y 30 del mes de octubre, abar-cando las rutas y caminos más variados del amplio escenario del país, en un entrelazamiento de pueblos, ciudades y regiones, lo que motivó que a dicho evento también se lo llamara “De las 14 Provincias”La carrera fue dividida en 10 etapas con las siguientes fechas de iniciación:Día 18: Primera etapa: Buenos Aires-Santa Fe.Día 19: Segunda etapa: Paraná-Corrientes.Día 20: Tercera etapa: Resistencia-Santiago del Estero.Día 21: Descanso en Santiago del Estero.Día 22: Cuarta etapa: Santiago del Estero-La Quiaca.Día 23: Quinta etapa: La Quiaca-Tucumán.Día 24: Descanso en Tucumán.Día 25: Sexta etapa: Tucu-mán-Córdoba.Día 26: Séptima etapa: Cór-

doba-Mendoza.Día 27: Descanso en Mendoza.Día 28: Octava etapa: Mendoza-Santa Rosa.Día 29: Novena etapa: Santa Rosa-Tandil.Día 30: Décima etapa: Tandil-La Plata. Además de medallas de oro, vermeil y plata, un total de 31.000 pesos en efectivo fueron destinados en calidad de premios para los ocho primeros puestos, a los que se sumaron premios especiales en dinero efectivo a los ganadores por etapas, ascendiendo éstos últimos a la cifra de 24.000.

la participación de punta altaPunta Alta no quiso quedar al margen de tan importante competencia y fueron muchos los que con gran esfuerzo y trabajo hicieron lo imposible para lograr que la ciudad esté representada en ella.Meses antes, y con el característico dinamismo y espíritu localista de las primeras décadas, se formó entre los vecinos más “fierreros” la Comisión Pro Coche “Ciudad de Punta Alta”. Presidida por el señor Atilio Bordoli, tenía como objetivos incor-porar a la ciudad en el itinerario de la competencia y adquirir un automóvil para que participara en la misma contribuyendo

por Fernanda Martel

El coche «Ciudad de Punta Alta» junto a sus tripulantes Aurelio Muñiz y Gildo Ranieri.

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mas más convenientes” En la tarea contó con la colaboración de otros expertos mecánicos como Mina, Matkovich, Regi y Fulgenzi, además de Aurelio Muñiz y Gildo Ranieri, los corredores.Con respecto a éstos, ambos eran habi-lidosos conductores, unido a un espíritu temerario y amplios conocimientos de mecánica, en especial el último, quien tenía a su cargo el taller de la Ford en nuestra ciudad. “Estoy encantado con el acondicionamiento del coche. Se ha trabajado con entusiasmo en su prepa-ración, sin olvidar detalle. Su velocidad máxima pasará de los 150 km. por hora y espero dejarlo bien establecido en las buenas rutas”, expresaba Muñiz a un periodista de la prensa local. “Mi mejor anhelo es dar la satisfacción a los puntaltenses de pasar por esta ciudad, seguir metiendo fierro a fondo y estar en La Plata entre los clasificados”Por su parte Ranieri profundizaba sobre las condiciones de las rutas: “Hay de todo en el recorrido, partes buenas, medio-cres y malas. Las etapas primera, novena y décima son las que ofrecen mejores condiciones y en las cuales se habrá de marcar un alto promedio de velocidad, no así en la segunda, cuarta y sexta por ofrecer mayores dificultades, dadas las condiciones poco propicias del camino para meter fierro a fondo”A pocos días de largarse la carrera, el domingo 9 de octubre el automóvil fue bendecido en la iglesia parroquial por el padre Eugenio Bossetti y posteriormente se sirvió un almuerzo a la criolla en honor a los competidores, participando cerca de 150 personas. Al día siguiente el “Ciudad de Punta Alta” partió rumbo a Buenos Aires, punto inicial de la carrera, siendo despedido por muchos vecinos y augurándole el mejor de los éxitos.

Se largó Por fin a la cero hora del día martes 18 se dio comienzo a la gran prueba auto-movilística, llevando el “Ciudad de Punta

Alta” el número 2.En la localidad se seguía paso a paso y con mucho interés el desarrollo de la carrera a través de las transmisiones radiales de L. R. 6 Radio Mitre, para conocer así el desempeño de la representación local. En las tres primeras etapas su desen-volvimiento fue regular, puesto que si bien en el primer tramo se demoró por haberse desviado de la ruta, en el segundo mejoró y llegó a ocupar el lugar 71 en la clasificación general, superándose aun más en la tercera etapa. De esta manera las expectativas iban en aumento pero lamentablemente la mala suerte eclipsó el sueño puntaltense, ya que el sábado 22 de octubre el “Ciudad de Punta Alta” debió abandonar en la cuarta etapa, al volcar violentamente entre las localidades de Maquinista Berón y Pampa Blanca, en la provincia de Ju-juy. Muñiz había salido ileso y Ranieri había recibido lesiones leves pero las averías del coche les impidieron seguir en la competencia.La noticia fue una verdadera consternación para la ciudad que había anhelado ver pasar en carrera a su coche por la calle Irigoyen. No obstante, con los días resurgió una apasionante expectativa ante el inminente paso de aquellos “titanes devora-dores de kilómetros” según lo expresaba en sus columnas el

Publicidad de la Ford aparecida en «La Nueva Comuna» luego de obtenido el Gran Premio de 1938.

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periódico local “ La Nueva Comuna”.La Comisión Pro Coche “Ciudad de Pun-ta Alta” redobló esfuerzos para organizar todo hasta el último detalle de manera tal que ese tan esperado momento sea una verdadera fiesta, sin problemas ni imprevistos.Aquel día, el sábado 29 de octubre, desde muy temprano y con sus mejores ropas, comenzó la gente a agolparse a lo largo de las calles céntricas incluidas en el recorrido de la carrera. Era un verdadero acontecimiento, nunca dado en la ciudad hasta entonces, tanto es así que el Jefe de la Base Naval había autorizado a dejar salir con tiempo anti-cipado a todo el personal que lo desee y solicite para presenciar el paso de los competidores.En la intersección de las calles Colón y Bernardo de Irigoyen se instaló el palco de control, ocupado por el delegado del Automóvil Club Argentino don Juan T. Puccinelli, junto a Estanislao Boffi y Avelino Lemus, quienes tenían a su cargo la confección de las planillas de clasificaciones. También en la plaza Gral. Belgrano, sobre la calle Irigoyen, se colocaron otros palcos que fueron ocupados por miembros de la Comisión Pro Coche “Ciudad de Punta Alta” y numerosas familias.Precedidos por disparos de bombas que anunciaban la partida de cada uno de los coches desde Bahía Blanca en dirección a Punta Alta, comenzaron a arribar los competidores, siendo recibi-dos clamorosamente por el público. A las 10:48 entró el primero. Era el coche perteneciente a Ricardo López, corredor platense, que cruzó nuestras calles en medio de aplausos y ramos de flores arrojados a su paso vertiginoso. Pocos minutos después pasó A.L. Pascuali y R. Risatti, seguidos por los demás com-petidores. De acuerdo a lo programado por la Comisión Pro Coche dichos corre-dores fueron premiados con 500, 300 y 200 pesos en efectivo respectivamente, recaudados mediante donaciones de la

población de Punta Alta y Bajo Hondo.Al día siguiente y ante una expectativa indescriptible se cumplió la última jornada del «Gran Premio», con la llegada de los coches a la ciudad de La Plata. El ganador absoluto fue Ricardo Risatti que, con su Ford V8, se impuso con una brillante perfomance. A. L. Pascuali clasificó en el segundo lugar, seguido de A.S.Gauthier, Victorio Orsi, Ricardo López y L. Finocchietti.Con respecto a los competidores puntaltenses Aurelio Muñiz y Gildo Ranieri, fueron recibidos en una calurosa recepción, quizás con el mismo cariño que si hubiesen regresado triun-fantes. No se clasificaron pero para Punta Alta aquellos hom-bres ganaron por el sólo hecho de poner toda su voluntad y fuerza, jugándose por hacer conocer el nombre de la ciudad por todo el país.

Fuentes:Revista «Punta Alta». Año VI. Nº71: 15/10/1938Revista «El Gráfico». Año XX. Nº106, Bs. As. 21/10/1938 Periódico «La Nueva Comuna». Año XI.Nº 987:28/10/1938-Nº988:01/11/1938-Nº992:15/11/1938-.

La Comisión Pro-Coche Ciudad de Punta Alta junto a los mecánicos.

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Históricamente se ha creído que las primeras noticias sobre

la zona que hoy forma parte del Partido de Coronel Rosales datan recién del siglo XIX, pero no es así. En este sentido los más antiguos avistamientos se sucedieron durante el siglo XVI, cuando en 1520 la nave Victoria, integrante de la expedición de Hernando de Magallanes, descubrió la bahía bautizándola con el nombre de “Bahía de los Bajos Anegados”. En aquella ocasión, y más precisamente el día 13 de febrero de ese año, la embarcación varó en la costa local para ser carenada.Ya durante el siglo XVIII se conocía el exacto perfil del litoral marítimo del Virreinato del Río de la Plata. Tanto la bahía como sus islas aparecían dibujadas en la cartogra-fía de la época, las cuales eran utilizadas como refugio por los piratas. A principios del siglo XIX, durante las gue-rras de independencia, cobijó a renombrados corsarios de las Provincias Unidas, como el capitán Harris.Una vez obtenida la independencia el sitio, con bien ga-nada fama de fondeadero seguro, fue visitado por varias expediciones de reconocimiento, con el fin de determinar un lugar apropiado para establecer un puerto y pobla-ción. Así, el 21 de noviembre de 1823 el gobierno de la provincia de Buenos Aires envió en misión a la goleta “Clive”. A bordo iba como piloto el español Joaquín Fer-nández Pareja, quien exploró la desembocadura de un curso de agua, el cual posteriormente recibió el nombre de Arroyo Pareja en las cartas náuticas, en honor a su descubridor.Los informes elevados por dicha expedición decidieron al gobierno hacer efectiva la ocupación, de manera de extender la línea de fortines , que sólo llegaba entonces a Tandil, fundado en 1822. El avance, hecho por el mismo

las primeras

territorio, resultaba difícil y costoso por lo que era más conveniente establecerse permanentemente en el sur en un punto al que pudiera llegarse por mar eludiendo la larga travesía terrestre.Posiblemente la conveniencia de dar un carácter mixto de factoría y fortín a dicho establecimiento, así como el no muy buen estado de las finanzas, fueron causas concurrentes para que Bernardino Rivadavia, por ese entonces Ministro de Gobierno del General Martín Rodríguez, optara por encargar la empresa a particula-res. La misma recayó, luego de efec-tuarse un concurso de propuestas, en el armador Vicente Casares.Entre otras cosas se había resuelto facilitar a dicho comerciante 100 hombres y 20000 pesos, juntamen-te con las armas, herramientas, materiales de construcción, etc., necesarios para dar comienzo a la obra, una vez llegada la expedición a su destino. A cambio, Casares se comprometía a realizar la fundación y relevar la costa entre ésta y el cabo San Antonio, en busca de nuevos lugares aptos para puertos. Tres fueron las embarcaciones que participaron en la expedición, en abril de 1824: las goletas “Río de la Plata” y “Gleaner” y la sumaca

Hernando de Magallanes, comandante de la expe-dición naval que realizó el primer viaje alrededor del mundo, reconociendo las costas locales, en el siglo XVI.

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“Mariana”, integrando la empresa los agrimensores Martiniano Chilavert y Fortunato Lemoine y los capitanes Roberto Pulsifer y Diego Johnson. Paralelamente, desde Buenos Aires también partió una expedición terrestre, al mando del General Martín Rodríguez, gobernador de la provincia, la cual, luego de un difícil trayecto, se estableció en la vera del Sauce Grande enviando al General J. Rondeau a contactarse con los miembros de la expedición naval.A su regreso, el 24 de abril, aquel militar informó que había llegado a la conclusión de que el lugar elegido por Casares y los suyos no resultaba conveniente para fundar una población debido a la soledad y pobreza de los suelos.Ante estas desalentadoras noticias Rodríguez intimó a Casares a retirarse. Éste elevó su protesta al gobierno, convencido de que la decisión tomada afectaba no sólo a sus intereses particulares sino a los de la provincia, pero fue en vano.El sitio que había sido elegido para fundar el estableci-miento era una isla, a favor de su excelente posición para acceso marítimo. Era la actual isla Cantarelli, sobre la cual se había llegado a trazar el fuerte, apoyado sobre el Arroyo Pareja e incluso se había comenzado a construir, cuando llegó el general Rondeau y se suspendieron los

trabajos.Finalmente, recién cuatro años des-pués, en 1828 se retomaría la idea del fuerte, construyéndolo unos 30 km. más hacia el fondo de la bahía: la Fortaleza Protectora Argentina, hoy Bahía Blanca.

Fuentes:Guardiola Plubins, José.”Historia de Bahía Blanca”(inédito)Album de “La Nueva Provincia” 1927Crespi Valls, Antonio. “Gran álbum de Punta Alta” Edit.Sureña. Bahía Blanca.1941.

Bernardino Rivadavia, principal impulsor de la fundación de un fuerte en el sur de la provincia, hacia el año 1824.

Parte I

exploracioneslas primeras

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¿cómo es que usted tuvo la idea de venir para acá?E mi tía, mi tía Caterina, la hermana de mi mamá me mandó una carta a ver si yo quería venir a Punta Alta. Y yo dije, “Punta Alta, este Punta Alta ¿qué es éste Punta Alta? ¿adónde estará este Punta Alta?”, “En Argentina”. Bueno, y mi patrón “quién tiene en Punta Alta”, dice “Mi tía”, le digo, “tengo primo y mi tía”. “Andá a ver” me dijo, “andá a ver uno o dos años, si no te gusta volvé, y acá tenés el trabajo asegurado”. Perque había mucha desocupación después de la guerra en Italia era peor que peor, una crisis espantosa había. Mucha gente sin trabajo, por eso emigraban. Se fueron para Australia, para Argentina, para todas partes del mundo adonde podían ir, si iban. [...]Y llegué aquí. Cuando llegué aquí, mi tía, armó una fiesta, que toda la gente de la cuadra de entre 9 de Julio, hasta 7 de Marzo la invitó al asado. Se hicieron un asado que era una barba-

con interese y todo a mi primo. Perque se han portado muy bien conmigo. Y yo conquisté la independencia. La independencia laboral y la felicidad, perque me sentí feliz, me sentí dueño. Perque yo siempre trabajé bajo patrones, te imaginás de empleado a ser dueño ya cambia mucho la cosa. Bueno, y la gente que me venían a la gente, a la puerta a la mañana hacía la cola, para venirse a afeitar a hacerse atender. E tenía mucho trabajo. [...]

¿en qué año empezó con la peluquería acá?En el cincuenta y uno. Sí, perque yo llegué el once de abril y el once de julio, justo el mismo día, once de julio inauguré la peluquería aquí en calle Paso. Al 900, y fue una cosa maravillosa, la gente amontonada que venía a atenderse, todo contento felice de mi trabajo. Una propa-ganda que me han hecho todo lo italiano que llegaban hoy y trabajaban hoy y trabajaban al otro día, llegaban hoy y al otro día ya tenían trabajo. A la base, al ferrocarril, en cualquier parte. Ya, conseguían trabajo. O se ponían taller, cualquier cosa. Ninguno sufrió nada, todo trabajaban. Trabajaban fuerte.

O sea que venir a la argentina, a punta alta era algo bueno. Maravilloso, Punta Alta me encantó. Yo vivía en Milán adonde había muchos rascacielos, como en Buenos Aires, como Palermo así, y nunca había visto tanto campo. Cuando a Punta Alta vi hasta dónde llegaba mi vista todo campo, yo me asombré, me encantó eso. Me encantó, vi algo maravilloso, mi pueblo nunca lo vi tampoco porque era puro montaña. Montaña e mar. Pero Milán todo rascacielo, e a Punta Alta cuando miraba veía... de la loma de San Martín ¿ahí arriba? Veía hasta donde veía, todo plano, me resultó una cosa nueva fantástica. Maravillosa.

La historia oral en la actualidad puede ser tomada como una nueva disci-plina, como otra manera de ver y de hacer historia, y no meramente como un simple método al servicio de la disciplina tradicio-nal que valoriza la solidez y validez del documento escrito.En el Archivo His-tórico Municipal, la existencia de un archivo de testimo-nios orales permite no sólo compren-der, completar y contextualizar los hechos políticos y sociales de nuestra ciudad, sino tam-bién conocer a los protagonistas (y no tanto) del pa-sado inmediato de nuestra ciudad con sus apreciaciones, juicios y posturas acerca de su vida misma y de su participación en la sociedad, gente que desde el anonimato muchas veces ha ido conformando la idiosincrasia y el sentir de un pueblo.

Oscar SpinellaOscar Spinella tiene 73 años y actual-mente continúa trabajando en su pelu-

quería en la calle San Martín al 400. La entrevista fue realizada por Guillermo

Bertinat y se puede consultar en su formato completo (57´aproximadamente) en el Archivo Histórico Municipal.

ridad de gente. Para festejar mi llegada. Me han recibido como un príncipe. Y yo me sentí tan halagado... tan bien... que hasta le hice un discurso de agradecimiento. En italiano, muchos me entendían, yo a ellos no le en-tendía. Cuando les decía: “hablen despacio, palabra por palabra, una sola, despacito que yo pueda entenderla. Es que hablaban muy rápido... [...]

una vez que usted llegó ¿empezó con la peluquería..? Con la peluquería, sí, me ayudaron los primos a comprar los muebles, a comprar sillón, es-pejos, todo. Yo le pagué religiosamente todo

LNP

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El naturalista inglés Charles Darwin recorre la zona de Punta Alta y Pehuen Co en busca de fósiles y especí-menes, en ocasión de su viaje alrededor del mundo a bordo del “Beagle”.

En Arroyo Pareja abre sus puertas la primera panadería, destinada a proveer de productos de dicho rubro a los buques de la Armada Argentina apostados allí. Se lla-maba “Garibaldi” y su dueño era el Sr. Zanotti.

Se libra al servicio público la línea del Ferrocarril del Sud, con estación terminal en Punta Alta.

El Concejo Deliberante de Bahía Blanca acepta la dona-ción de los terrenos necesarios para la construcción de corrales de abasto, iglesia y oficinas públicas en Punta Alta, efectuada por los sres. Francisco Nocito y Eliseo Casanova, en representación de don Carlos B. Bartoli. En aquella oportunidad también se aprueban los planos de subdivisión de la planta del pueblo.

La Legislatura aprueba la autorización pedida por el inge-niero Abel J. Pagnard, para construir el Puerto Comercial en la desembocadura del Arroyo Pareja.

Inicia sus tareas la primera oficina de enrolamiento en Punta Alta.

La dirección de Correos del distrito de Bahía Blanca dispone la creación de una estafeta postal en Villa Ge-neral Arias, dado el constante aumento de la población del lugar. El diputado Daniel Villar presenta en la Legislatura el pro-yecto de creación de un nuevo partido, que se llamaría “José Evaristo Uriburu”, el cual nunca fue tratado.

Se abre la sucursal Punta Alta del Banco de la Provincia de Buenos Aires.

Se comienzan a construir las bases de hormigón arma-do del tinglado destinado al Polideportivo Municipal. La obra, que no se llegó a concluir, estaba ubicada en calle Libertad, entre Hipólito Yrigoyen y José Ingenieros.

1832

1888

1898

1906

1908

1911

1933

1925

1965

1978

Charles Darwin

ingeniero Abel J. Pagnard

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· Cuando Punta Alta, ya contaba con su puerto comercial y militar, (aumentaba día a día la po-blación) y se transforma en ciudad cosmopolita, se podían ver visitantes de todo el mundo, que se distinguían por su calzado coturno o por vesti-menta de acuerdo a su procedencia y sus extravagantes tatuajes.· Al finalizar las tareas en los puertos, se activaba la presencia bu-lliciosa por las calles, para trasladar-se a sus domicilios y alojamientos de alquiler que eran muy numerosos.· En los locales dedicados a hotelería y bares, las largas sobre-mesas eran dedicadas a juegos de naipes, era muy común escuchar los gritos del vigoroso juego de la «mu-rra», alegres exclamaciones cuando un parroquiano embocaba su ficha en la «vieja» (el juego del «sapo»).· Los amantes de la música tenían también su espacio, ya sea por medio de improvisados eje-cutantes de guitarra, melodiosas y nostálgicas «verduleras» u otros instrumentos traídos de acuerdo al lugar de origen de los mismos, sin descontar los increíbles «fonógra-fos» llegados del extranjero que con sus platillos giratorios y su brazo con púa hacían vibrar los pastosos discos de Gardel o Caruso.· El cine, se podía disfrutar como en las más modernas ciuda-des del país, gracias a que decididos empresarios locales como los seño-res Badiola, Prada, Turi, Salvático, entre otros, instalan locales, a pesar del complicado traslado de las cin-tas, hasta su proyección. Las películas eran mudas y para

animar las historias se recurría a pianistas. Así aparece la figura de un inmigrante que recalaba en Punta Alta a quien toda su familia lo seguirá en su vocación por el teclado, el señor Mazzini, gran pianista que acompañaba en sus movimientos rápidos a Carlitos Chaplin, a Tripitas o a Harold Lloyd, o con románticos valses o acordes de suspenso según la trama de la película. Personaje importante era así mismo el «operador» que se encargaba de pasar las películas, profesión riesgosa porque la luz se producía por el roce de dos carbones y la cinta era de celuloide, materiales ambos tóxicos e inflamables. La primera víctima fue el operador señor Marcolla cuando se incendia el cine «Los Dos Chinos» sito en la calle Bernardo de Irigoyen en la primera cuadra.· Los primeros cines tenían mesas, sillas y se acostumbraba a tomar café. Eran habituales los espectáculos teatrales y veladas populares. El tren era utilizado como medio para el traslado de las numerosas compañías artísticas y la utilería.

por Federico Merodio

Allá lejos... y hace tiempo...

Publicidades del diario « Nueva Epoca» 8 de oc-tubre de1916

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· Cuando Punta Alta, ya contaba con su puerto comercial y militar, (aumentaba día a día la po-blación) y se transforma en ciudad cosmopolita, se podían ver visitantes de todo el mundo, que se distinguían por su calzado coturno o por vesti-menta de acuerdo a su procedencia y sus extravagantes tatuajes.· Al finalizar las tareas en los puertos, se activaba la presencia bu-lliciosa por las calles, para trasladar-se a sus domicilios y alojamientos de alquiler que eran muy numerosos.· En los locales dedicados a hotelería y bares, las largas sobre-mesas eran dedicadas a juegos de naipes, era muy común escuchar los gritos del vigoroso juego de la «mu-rra», alegres exclamaciones cuando un parroquiano embocaba su ficha en la «vieja» (el juego del «sapo»).· Los amantes de la música tenían también su espacio, ya sea por medio de improvisados eje-cutantes de guitarra, melodiosas y nostálgicas «verduleras» u otros instrumentos traídos de acuerdo al lugar de origen de los mismos, sin descontar los increíbles «fonógra-fos» llegados del extranjero que con sus platillos giratorios y su brazo con púa hacían vibrar los pastosos discos de Gardel o Caruso.· El cine, se podía disfrutar como en las más modernas ciuda-des del país, gracias a que decididos empresarios locales como los seño-res Badiola, Prada, Turi, Salvático, entre otros, instalan locales, a pesar del complicado traslado de las cin-tas, hasta su proyección. Las películas eran mudas y para

animar las historias se recurría a pianistas. Así aparece la figura de un inmigrante que recalaba en Punta Alta a quien toda su familia lo seguirá en su vocación por el teclado, el señor Mazzini, gran pianista que acompañaba en sus movimientos rápidos a Carlitos Chaplin, a Tripitas o a Harold Lloyd, o con románticos valses o acordes de suspenso según la trama de la película. Personaje importante era así mismo el «operador» que se encargaba de pasar las películas, profesión riesgosa porque la luz se producía por el roce de dos carbones y la cinta era de celuloide, materiales ambos tóxicos e inflamables. La primera víctima fue el operador señor Marcolla cuando se incendia el cine «Los Dos Chinos» sito en la calle Bernardo de Irigoyen en la primera cuadra.· Los primeros cines tenían mesas, sillas y se acostumbraba a tomar café. Eran habituales los espectáculos teatrales y veladas populares. El tren era utilizado como medio para el traslado de las numerosas compañías artísticas y la utilería.

por Federico Merodio

Allá lejos... y hace tiempo...

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multigrafica

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arquitectura: arte de proyectar edifi-cios.

art decó: Fue un es-tilo eminentemente decorativista. Basó su temática orna-mental en elementos de diseño tomados de la geometría.Su origen se remon-ta a la Exposición In-ternacional de Artes Decorativas de París del año 1925 desde donde fue adoptado a nivel mundial hasta el fin de la década de 1930

eclecticismo: El di-seño ecléctico se basó en la composi-ción de seleccionar libremente elemen-tos de distintas doc-trinas, sin el compro-miso de una unidad estilística.

Es Originariamente proyectada como residencia de la familia Barbieri, es un edificio de repertorio pintoresquista ( así se llama al eclecticismo de tipo doméstico) cons-tituida con hibridaciones muy imaginativas. Como la mayoría de estas construcciones, su estructura está formada por el mon-taje de formas geométricas que podemos advertir a simple vista: cubos y cilindros articulados entre sí. Un ejemplo es la significativa torreta que enmarca la entrada principal sobre la esquina de Mitre y Humberto I.Asimismo podemos observar detalles ornamentales combinados con gran libertad: techos de pizarra y dibujos art decó en las rejas y carpinterías.El friso es de estilo académico, sin duda supervivencia del repertorio formal neoclá-sico, aunque también ostenta detalles art decó.Fueron trabajos de esta clase sobre el revoque,como dibujos de ladrillos y trabas, los que requirieron mano de obra especializada y originaron la profesión de frentista.Es digno mencionar que como conjunto, el Ing. Barbieri logró una acertada im-plantación y aprovechamento del terreno, sacando partido de las singularidades topográficas y del paisaje urbano.Por otra parte consideramos que, si restaurar implica refuncionalizar un inmueble, recuperando y protegiendo el patrimonio arquitectónico, el arquitecto Ignacio To-rrontegui y el constructor Omar Pietro lo han logrado con la labor realizada en 1998 en la casa Barbieri, dentro del Programa de Reestucturación de Areas, encarado por la Dirección de Cultura desde 1997, con el objetivo de generar Productos Culturales dentro del Partido.Fuente: «Documento para una Historia de la Arquitectura Argentina» Ediciones Summa. Coordinación general Marina Waisman, Bs. As. 1980.

FIcha técnIca

proyecto: Ing. Calixto Barbiericonstructor: Manuel Muradásaño proyecto: 1923ubicación: Mitre esquina Humberto I

patrimonio: bienes heredados por pa-dres y abuelos.

Al decir Patrimonio construido nos refe-rimos no solamente a los edificios sino también a las plazas, monumentos, es-pacios verdes, etc., es decir todo aque-llo que promueva la identidad de una ciudad.Indudablemente la acción a emprender debe dirigirse a fa-miliarizar a la gente de la ciudad con su patrimonio,y que de esta manera lo re-conozca como algo propio y cotidiano.Esto no significa vivir de un pasado está-tico, sino integrarlo con la contempora-neidad.

Casa Barbieri - Archivo Histórico

Patrimonio arquitectónico

planta baja:1 Hall acceso2 Oficinas Archivo Histórico 3 Acceso planta alta4 Dirección de Cultura 5 Paso 6 Cocina7 Baño8 Patio9 Depósito

planta alta:10 Sala de reuniones11 Archivo

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por Gustavo Aranda

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Novedades

-Geografía de punta alta y partido de coronel Rosales. el espacio geográfico. potencialidades y restricciones, por el equipo de la UNS coordinado por Mar-garita Bróndolo y Sandra Bazán. Bahía Blanca, UNS/Munic. C. Rosales, 2001. 220 páginas. El libro contiene los principales componentes geográficos del partido de Coronel Rosales. Se muestra al espacio geográfico urbano y rural como un proceso social, creado y modificado por el hombre que se traducen en cambios radicales, transfor-maciones lentas, permanencias y continuidades. El estudio es abordado desde los conceptos teóricos de los diferentes ángulos de conocimiento con el fin de brindar una mayor aproximación a la realidad e insertar el ámbito local en lo global. Esta publicación viene a llenar un vacío en la bibliografía local y por lo mismo constituye un elemento de capital importacia para el conocimiento de la geografía y demografía de nuestro partido. En venta en el Archivo Histórico Municipal, Museo de Ciencias Naturales y en las librerías de la ciudad.

Circuitos turísticos organizados por la Dirección de Turismo de la Municipa-lidad de C. Rosales. Circuito histórico: En este recorrido se puede tomar contacto con los sitios históricos de la ciudad, rescatar su patrimonio ar-quitectónico y la innegable relación con la Base Naval.

Se parte de la Estación Punta Alta (Colón y Rivadavia) conti-nuando por calle Rivadavia hasta la plaza Belgrano, visitando el Concejo Deliberante y la Parroquia María Auxiliadora. Se continúa por calle Irigoyen y tomando por calle Colón hasta Urquiza y Humberto Primo se pasa por el Museo de Ciencias Naturales Carlos Darwin, llegando luego al Archivo Histórico de la ciudad, volviendo al punto de partida. Otras alternativas contemplan las visitas al Museo de Ciencias Naturales, al Archivo Histórico o al Museo de la Base Naval en lugar del Concejo Deliberante. Extensión 2 km. - Duración 2 horas. - de lunes a viernes Informes: Dirección de Turismo (02932)421595 de lunes a viernes de 09:00 a 15:00 y de 16:30 a 19:00

Servicios

Publicaciones

Urquiza 123(02932)432063. de lunes a viernes de 08:00 a 20:00; sábados de 16:00 a 19:00 y domin-gos de 17:00 a 20:00.

Mitre 101 - (02932)432214 de lunes a viernes

de 07:00 a 13:00 y de 16:30 a 18:30

Museo naval de lunes a vier-nes de 09:00 a 17:00 ; sábados y domingos de 13: 00 a 17:00. Para consultas llame al (02932)487526

Museo Bateríassábados, domin-gos y feriados de 14:30 a 17:30Para consultas llame al (02932)-488325.