CONTRA EL "BARRENILLO"E\ LORCA

UNO de los problemas que tenían planteadoslos fruticultores de la comarca de Lorca cuandose creó la Agencia de Extensión, era la lucha ycontrol del barrenillo (Scolitus rugulosus).

Muchos agricultores creían que el decaimientoy muerte de sus frutales era debido al ataque delgusano cabezudo (Cenodis tenebrionis), que enrealidad no era responsable ni del uno por cientode las muertes.

En nuestras visitas a fincas fuimos compro-bando que la mayor cantidad de frutales muertosse encontraban alrededor de las casas de campoo cortijos, y observamos además que en la gene-ralidad de los casos era fácil encontrar en lascercanías depósitos de leña, procedente de la poday de árboles secos, para su consumo durante todoel año.

Se comprende que esta madera almacenada eraseguramente el foco o vivero que permitía a laplaga extenderse alrededor de la vivienda con ma-yor intensidad. Nuestros primeros consejos fue-ron los de quemar esta leña en otoño o bien guar-darla a cubierto, con el objeto de cortar el ciclodel barrenillo impidiendo el nacimiento de la gene-ración que procede de los huevos puestos en sep-tiempre. Sin embargo, las dificultades prácticasque encerraba la ejecución de nuestras recomen-

daciones, debido a la utilidad indudable que pre-sentaban estos depósitos de leña para su uso do-méstico, y también la circunstancia de que algu-nas industrias compran esta leña barata de la poday la tienen al aire libre durante la mayor partedel año, nos hicieron ver que era preciso encon-trar otro medio de combatir la plaga.

EL BARRENILLO EN LORCA.

Como es sabido, generalmente el barrenillo ata-ca a los frutales que, por una u otra causa, estándecaídos o enfermos, pues si el árbol está fuertey en plena vegetación, tienen grave peligro demorir envueltos y asfixiados por las exudacionesde goma ; sin embargo, el ataque tiene a veces lu-gar sobre árboles sanos, con preferencia jóvenes;es posible, no obstante, que estos frutales, apa-rentemente sanos, que son invadidos por el ba-rrenillo hayan comenzado ya su debilidad o de-crepitud, circunstancia que descubre y aprovechael gusano con su fino instinto antes de que poda-mos nosotros darnos cuenta. Pudimos observarun frutal sano que, atacado de súbito por pulgo-nes, tenía a las pocas horas barrenillos en susramas y tronco.

Nuestra primera labor, antes de plantear lalucha con medios químicos, era la de descubrirlas fechas de su ciclo vital, pues estas fechas va-rían en cada comarca según el clima, adelantandoo retrasando las generaciones del insecto. Nos in-teresaba sobre todo descubrir las «puntas» o «ca-bezas» de generación, es decir, las épocas en quese encontraban fuera del árbol la mayor cantidad

Pulverización en albaricoqueros. Los cuidadosos tra-tamientos han dado resultados que han satisfecho

a las personas que han participado.

de barrenillos, alimentándose, apareándose y ha-ciendo galerías superficiales que abandonan rá-pidamente.

De nuestras observaciones sacamos la conclu-sión de que estas fechas eran las siguientes :

Primera generación : del 6 al 12 de mayo.Segunda generación : del 5 al 13 de junio.Tercera generación: del 8 al 14 de septiembre.

El número de barrenillos que se contaban porárbol en estos días era de veinte a treinta.

TRATAMIENTOS.

Los días 13 y 14 de mayo de 1965 se hicieronuna serie de tratamientos en frutales, propiedadde don Francisco Manchón, con distintos pro-ductos insecticidas. Los árboles tratados fueronalbaricoqueros Bulida, melocotoneros Maruj as,Jerónimos (de semillas sin injertar) y Campillos,y ciruelos Claudios y Golden Japan.

El día 13 se hicieron pulverizaciones utilizandoun Motocultor Schanling de 10 C. V., con bombaacoplada de siete atmósferas de presión. Se tra-taron 65 árboles con Sumithión 50 al 0,2 por 100;el consumo total fué de 25 litros de producto.

El día 14 se hicieron tratamientos semejantessobre igual número de árboles y con el mismoconsumo, usando I,ebaycid al 0,4 por 100 y DDT50 al 1 por 100 más aceite blanco al 1 por 100.

Todos estos tratamientos se repitieron poste-riormente, con los mismos productos e iguales do-sis, sobre los mismos frutales de la primera vez.

Con todos los productos se trataron solamenteel tronco y unos 50 cm. de las ramas principales,teniendo especial cuidado de no tocar la fruta. Loscostos, en los distintos casos, fueron :

Sumithión : 1,30 pesetas por árbol.Lebaycid : tres pesetas por árbol.DDT 50 más aceite blanco : 0,65 pesetas por

árbol.

Muchos de los productos ensayados se podríanhaber rebajado en la dosificación hasta la mitad,pero no lo hicimos buscando la máxima eficacia.El DDT, que lo usamos con una dosis cuatro ve-ces superior a la normal, fué, de todos modos, elde menor costo por árbol.

RESULTADOS.

Se colocaron papeles bajo uno de cada diez ár-boles tratados para hacer recuento de los barre-

Mantener los árbolessanos y limpios esbuena defensa contrael barrenillo. Pulveri-fiación en melocotone-

ros.

nulos muertos. Sin embargo, estos recuentos re-sultaron muy difíciles en la práctica y por ellosólo podemos dar una impresión general de losresultados.

Se observó que el tratamiento con Lebaycidayuda al control de la mosca.

La mezcla de DDT y aceite blanco, además deser efectiva es persistente y resulta la más eco-nómica. Aunque al principio su acción no es muyrápida, la verdad es que a la larga los resultadosson excelentes.

En general, los productos empleados dieron to-dos buen resultado, y llegamos a la conclusión deque el éxito de los tratamientos se debe más a laoportunidad de las fechas elegidas que al productoutilizado.

Los árboles tratados se recuperaron rápidamen-te de su estado precario, y la mejora advertida, apesar de tener los troncos muy castigados por elbarrenillo del afío anterior, contrastaba claramen-te con el estado de los árboles que sirvieron cornotestigos y no se trataron.

Considerarnos que el costo poco elevado de lostratamientos permite y hace aconsejable tratar lastres generaciones del insecto, al comienzo de sucombate; más tarde se podrán reducir a dos o aun solo tratamiento, dependiendo de la intensidadde la plaga, la situación de la finca, estado sani-tario de las fincas colindantes, etc.

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