LA D1VULGACIO\DE LAS

TECMCAS DE INJERTO

EL Servicio de Extensión Agraria tiene como finayudar al agricultor a utilizar mejor sus recursos.Para ello debe seleccionar de entre esos recursos,actuales o potenciales, aquellos que puedan sermás sentidos por los agricultores y también elegirde entre los problemas del agricultor aquellos queéste debe resolver por sí mismo, por no existir ser-vicios comerciales que puedan sustituir, con venta-ja, la acción del agricultor.

En la divulgación de las técnicas de injerto, eltécnico de Extensión debe reflexionar, antes de ac-tuar, sobre qué es lo que el fruticultor necesitaaprender y llegar a conclusiones sobre las técnicasa enseñar y su orden de preferencia. Estas líneasintentan trazar y justificar un orden de preferenciageneral, pero no pretenden dar normas fijas, dadala variedad de los casos que se pueden presentar.Incluso en el supuesto de que el orden aquí expre-sado deba modificarse, puede servir como piedra detoque para decidir si las circunstancias del casoparticular considerado se apartan lo suficiente dela generalidad aquí expuesta para justificar las mo-dificaciones introducidas o a introducir.

La mayor dificultad que encuentra un técnicode Extensión para centrar bien este problema, de-pende de su propia formación agronómica. En efec-to, todos los profesores y también todos los librosque tratan sobre injerto enfocan el problema desdeun punto de vista general, que es el más adecua-do para el agrónomo, pero no para el fruticultor.Y es natural que así sea. La importancia mayor del

Manzano de veinte años, adecuadamente preparadoy reinjertado, con terciado previo. (Cortesía de la Es-

tación de East Mailing.)

injerto en la fruticultura radica en la producción denuevos árboles frutales; sin embargo, este uso delinjerto en la explotación tiene menos importanciaque otros usos, descuidados en la actualidad, pero

v conocimiento por parte del fruticultor aumen-taría sus posibilidades.

Principalmente, al fruticultor le interesa el injertosobre árboles en terreno de asiento y en especialsobre los adultos. La razón es bien sencilla, puesen los países desarrollados, y por una serie de cau-sas que no vamos a examinar, en la gran mayoríade los casos el fruticultor adquiere los plantones ya

injertados y, por tanto, se suele interesar poco porlas técnicas de injerto encaminadas a producir ár-boles frutales. En este aspecto, lo que le interesaes saber comprar bien. Sin embargo, una vez plan-tados de asiento los árboles, pasan al pleno dominiodel fruticultor, y el conocimiento, por parte deéste, de las técnicas de injerto aplicables a tal es-tado, puede ayudarle a sacar el máximo partidoposible a dichos árboles.

Dentro de los injertos sobre árboles de asiento,se puede dar un orden de preferencia, en cuanto ala necesidad de su conocimiento, preferencia quedebe basarse en la frecuencia con que sea necesa-rio usar este tipo de injerto.

En primer lugar tenemos el injerto por cambiode variedad. Por una parte, vemos que las varieda-des comerciales se suceden sin interrupción, y quecada día serán más frecuentes los fenómenos de fal-ta de colocación de la fruta a causa de que los ár-boles son de una variedad que, poco a poco, vasiendo rechazada por el consumidor; por otra par-te, hay muchas plantaciones cuyo período de vidaproductiva es largo y en las que la solución máseconómica es el cambio de variedad sin arrancary plantar de nuevo. También es posible que enplantaciones jóvenes se presenten problemas deautoinfructificación y sea necesario el cambio dela variedad por una polinizadora, en determinadospies. Tales circunstancias nos animan a afirmar queel injerto por cambio de variedad es el que mayorinterés tiene dentro del régimen de una explota-ción frutal, excepto en aquellas muy intensivas cu-yos árboles sean de corta vida productiva.

En segundo lugar, hemos de considerar los in-jertos de cura. Las llagas de chancros, roeduras, he-

ladas, heridas por aperos, etc., son lo suficiente-mente frecuentes para justificar la enseñanza de lastécnicas de injerto que tienden a curarlas.

En tercer lugar, el injerto para reforzar el arma-zón. En las especies que lo admiten, como son lasde pepita, y que son además las que más suelencargar por rama, el accidente del desgaje es toda-vía muy frecuente, incluso en los árboles formadoscon las técnicas modernas, encaminadas a robuste-cer el armazón.

En cuarto lugar, el injerto de reposición. de ra-mas. Da pena ver árboles desequilibrados y asimé-tricos por rotura de una de sus ramas principales.En muchos casos, es posible reponer esas ramasmediante apropiadas técnicas de injerto.

En quinto lugar, el injerto de patrón intermedio.Es corriente todavía ver árboles injertados cuyo pa-trón e injerto tienen una falta de afinidad que aúnno se ha presentado, pero que es casi seguro queaparezca. Antes de que el árbol se parta por la in-jeridura, es posible, mediante adecuadas técnicasde injerto, tender un patrón intermedio entre elpatrón original y el injerto.

En sexto lugar, el injerto de cambio de patrón.Puede ser que nos convenga cambiar el patrón sihay falta de afinidad, y en tal caso habría quesopesar si es mejor la solución patrón intermedio,pero hay casos en que no hay más remedio quecambiar el patrón, por ejemplo, cuando apareceuna virosis, enfermedad o plaga a la cual no esresistente el patrón. Hay soluciones quizá costosas,pero no tanto como la que representa el arranque

la replantación.

Cabe preguntarse si es conveniente tratar en uncursillo acerca de estos injertos, dado que hay otrostemas de fruticultura más importantes y tan vas-tos que no se pueden enseñar con la debida pro-fundidad. Es difícil contestar escuetamente, pues lacontestación depende del nivel de desarrollo de losfruticultores comarcanos y de los problemas realesque plantean las explotaciones. Lo que sí se pue-de afirmar es que, en general, las explotaciones fru-tícolas podrían mejorarse si se aplicasen las técni-cas de injerto propias oportuna y adecuadamente,y que de las operaciones al vuelo el injerto es, qui-zá, la que más se desconoce, porque es la que mue-ve menos interés. Recíprocamente, el desconoci-miento que de esta operación se tiene, es lo que

Manzano de veinte años, reinjertaclo con aclareo in-tenso, respetando su armazón inicial. (Cortesía de la

Estación de East Mailing.)

Tres fases de un injerto depuente realizado para salvaruna unión incompatible.A, dos años después de injer-tar un puente; 13, cinco añosdespués, y C, nueve añosdespués. (Cortesía de la Es-

tación de East Mailing.)

provoca la falta de interés, aunque quizá tambiénintervenga lo poco espectacular que resulta en com-paración con la poda.

En lugar aparte, está el injerto para producciónde árboles. Este injerto que, como ya hemos dicho,es el más importante para la fruticultura en gene-ral, presenta relativamente poco interés para el fru-ticultor. Hoy en día puede interesar algo más, pues-to que las plantaciones intensivas modernas requie-ren una densidad de plantas tal que puede resultareconómico producir los plantones propios. Peroquede bien entendido que en tal caso no basta conque el fruticultor se convierta en un injertador, osea, que domine la teoría y práctica de los injertosde multiplicación, sino que, además, debe conver-tirse en un técnico en viveros, pues la producciónde plantones tiene, además, muchos aspectos téc-nicos que no son los del injerto.

Como conclusión, se expone un esquema de untema de injerto a desarrollar en un posible cursilloo ciclo de enseñanzas de fruticultura para fruticul-tores (empresarios frutícolas).

1. Posibilidades del injerto en la explotaciónfrutícola

2. Teoría del injerto. Anatomía y Fisiología.

3. El injerto por cambio de variedad: Injer-tos con terciado previo del árbol. Injertos conaclareo intenso.

4. El injerto de cura. Injerto de puente. Injer-to de placa.

5. El injerto para fortalecer el armazón. Injer-to por aproximación.

6. Injerto de reposición de ramas. Casos en quese puede efectuar.

7. Injerto de patrón intermedio. Injerto depuente. Injertos de placa.

8. Injerto de cambio de patrón. Injerto en ar-botante.

Enseñar las técnicas de injertos de multiplica-ción separadamente de las otras técnicas del viveronos parece contraindicado, excepto en los casos enque se quiere formar solamente obreros injertado-res, o que, por las condiciones imperantes, seaaconsejable efectuar el injerto de multiplicación conel patrón en el terreno de asiento. Creemos que lastécnicas de multiplicación de plantas son lo suficien-temente importantes y complicadas para, si hay lasuficiente inquietud en la comarca, plantear y des-arrollar un cursillo o ciclo con este tema únicamen-te. En cambio, creemos que en un cursillo de fru-ticultura para empresarios es mucho más eficaz en-señar el aspecto comercial de la adquisición deplantones a los viveros comerciales y las normas aseguir para pedirlos y recibirlos (o rechazarlos), queunas nociones vagas sobre multiplicación, si bienuna exposición sobre los problemas y dificultadesque sufren los comerciantes viveristas la considera-mos oportuna, para una mejor comprensión y en-tendimiento entre viveristas y fruticultores e inclu-so para una mejor elección por parte de los fruti-cultores del viverista suministrador.

RICARDO DESPLTJOL TRENOR.