relaciones entre la inteligencia y la razón

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TESIS DOCTORAL ANÁLISIS HISTÓRICO Y CONCEPTUAL DE LAS RELACIONES ENTRE LA INTELIGENCIA Y LA RAZÓN Autor: Miguel Luis Martín Jorge Director: Dr. Juan Antonio Mora Mérida Programa de Doctorado: Psicología de la Emoción: Teoría y Aplicaciones (2001-2003) UNIVERSIDAD DE MÁLAGA FACULTAD DE PSICOLOGÍA Departamento de Psicología Básica

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  • 1. TESIS DOCTORALANLISIS HISTRICO Y CONCEPTUAL DE LASRELACIONES ENTRE LA INTELIGENCIA Y LARAZNAutor: Miguel Luis Martn JorgeDirector: Dr. Juan Antonio Mora MridaPrograma de Doctorado: Psicologa de la Emocin: Teora y Aplicaciones (2001-2003)UNIVERSIDAD DE MLAGAFACULTAD DE PSICOLOGADepartamento de Psicologa BsicaMEN SALIR

2. MEN SALIR 3. Departamento dePsicologa BsicaDr. Juan Antonio Mora Mrida, Profesor Titular de Psicologa Bsica de laUniversidad de Mlaga,HAGO CONSTARQue de acuerdo con lo que regula el Real Decreto 778/1998, de 30 de Abril(B.O.E. 1 de Mayo 1998), el trabajo de investigacin realizado por el Doctorando DonMiguel Luis Martn Jorge (D.N.I. 25.716.402-X), bajo mi direccin, con el ttuloAnlisis histrico y conceptual de las relaciones entre la Inteligencia y la Razn renetodas las condiciones exigidas para ser aceptado como Tesis de Doctorado, por lo queautorizo se inicien los trmites para su Defensa Pblica.De dicho trabajo destacara, especialmente, sus aspectos histricos y conceptuales,que nos permiten clarificar la situacin actual de las teoras sobre la Inteligencia Humanaen la Psicologa contempornea.En Mlaga, a 22 de Febrero de 2.007Fdo. Dr. Juan Antonio Mora MridaDirector de la Tesis de DoctoradoFACULTAD DE PSICOLOGA, Campus de Teatinos, 29071 MLAGA 952 132631. FAX 952 132631MEN SALIR 4. MEN SALIR 5. A SilviaMEN SALIR 6. MEN SALIR 7. 5NDICEAGRADECIMIENTOS............................................................................................. 7PREFACIO................................................................................................................ 9INTRODUCCIN..................................................................................................... 15PARTE I: DESARROLLOS PREVIOS: ETIMOLOGA Y RACES FILOSFICAS DELA RAZN Y LA INTELIGENCIACAPTULO 1: Etimologa de los trminos razn e inteligencia .............................. 33CAPTULO 2: El paso del mito al logos................................................................... 45CAPTULO 3: Concepcin griega ............................................................................ 69CAPTULO 4: Concepcin latina ............................................................................. 95CAPTULO 5: Concepcin moderna ........................................................................ 121CAPTULO 6: Concepcin contempornea.............................................................. 147PARTE II: TEORAS PSICOLGICAS DE LA INTELIGENCIACAPTULO 7: El nacimiento de la psicologa cientfica.......................................... 175CAPTULO 8: La instrumentalizacin de la inteligencia ......................................... 199CAPTULO 9: Teoras psicomtricas de la inteligencia........................................... 227CAPTULO 10: Teoras cognitivas de la inteligencia............................................... 255CAPTULO 11: Teoras de la inteligencia centradas en el contexto ........................ 283CAPTULO 12: Teoras interactivas de la inteligencia............................................. 311MEN SALIR 8. 6PARTE III: EL ESTUDIO PSICOLGICO DEL RAZONAMIENTOCAPTULO 13: Razonamiento deductivo ................................................................ 343CAPTULO 14: Razonamiento inductivo................................................................. 363CAPTULO 15: Razonamiento y representacin de la informacin......................... 381CAPTULO 16: Computacionismo simblico y conexionismo................................ 399CAPTULO 17: Modelos formales del razonamiento............................................... 419CAPTULO 18: Modelos pragmticos del razonamiento......................................... 437PARTE IV: LA INTELIGENCIA EMOCIONAL COMO NUEVO MARCO DE LASRELACIONES ENTRE INTELIGENCIA Y RAZNCAPTULO 19: El contexto actual ........................................................................... 461CAPTULO 20: Desarrollos tericos precursores..................................................... 487CAPITULO 21: Principales paradigmas en el estudio de la emocin ...................... 517CAPTULO 22: Modelos de habilidades de inteligencia emocional ........................ 543CAPITULO 23: Modelos mixtos de inteligencia emocional .................................... 563CAPTULO 24: Aportaciones de las neurociencias.................................................. 579DISCUSIN Y CONCLUSIONES .......................................................................... 617REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS ...................................................................... 633NDICE DE FIGURAS ............................................................................................. 705NDICE DE AUTORES............................................................................................ 711NDICE DE MATERIAS.......................................................................................... 727MEN SALIR 9. 7AGRADECIMIENTOSLa particular naturaleza de este trabajo y las circunstancias en las que se hadesarrollado, son la causa de que no figuren muchos nombres en este apartado. No por ellopuedo dejar de expresar mi agradecimiento a las siguientes personas:- En primer lugar, a mi director de tesis, Dr. Juan Antonio Mora, quien puso a midisposicin sus amplios conocimientos y dilatada experiencia.- En segundo, a mi antigua profesora y amiga, Dra. Teresa Villalba, quedesinteresadamente me ayudo con algunas traducciones y se ofreci para corregir eltexto.- Por ltimo, en lo personal, a mi novia Silvia Balches, a quien est dedicado estetrabajo y sin cuyo apoyo incondicional no habra salido adelante.A cada una de estas personas quiero manifestar mi enorme gratitud y dejarconstancia de la deuda que tengo con ellas.MEN SALIR 10. MEN SALIR 11. 9PREFACIOEl trabajo que se expone a continuacin se sita en la lnea de investigacin Baseshistricas de las teoras recientes de la inteligencia, a cargo del Doctor D. Juan A. MoraMrida e incluida en el Programa de Doctorado Psicologa de la Emocin: Teora yAplicaciones, propuesto por el Departamento de Psicologa Bsica de la Facultad dePsicologa de Mlaga en el bienio 2001-2003. Habiendo superado los perodos deDocencia e Investigacin Tutelada, y tras presentar el correspondiente proyecto de tesisdoctoral en marzo de 2004, planteamos una Tesis que mantiene la continuidad con lostrabajos desarrollados para la superacin de dichos perodos y se ajusta a las lneasgenerales trazadas en el mencionado proyecto.Como se desprende del ttulo, se trata de una reflexin conceptual, apoyada sobre larevisin histrica de planteamientos tericos. El anlisis que proponemos se centra en elorigen y la posterior evolucin de los conceptos de inteligencia y razn. Dentro de laPsicologa acadmica estos fenmenos suelen estudiarse en un sentido aplicado. Muchasde las actuales investigaciones sobre inteligencia y razonamiento se localizan en mbitosconcretos, principalmente en el educativo y en la seleccin de personal. En ellos, medianteprocedimientos experimentales o psicomtricos, el trabajo del investigador se orienta en unsentido prctico, con la finalidad de potenciar la utilidad de la teora. El hecho de recurriral anlisis de textos para esclarecer la naturaleza y relacin que media entre estos dostrminos, exige unas palabras previas.El estudio psicolgico de la inteligencia y el razonamiento parte de unasdeterminadas asunciones tericas y de unos presupuestos metodolgicos concretos. Ambascosas constituyen el fondo sobre el que se generan sus resultados empricos. Este sustratoforma parte de la propia concepcin de la Psicologa como disciplina independiente yautnoma. No es frecuente que las bases conceptuales de nuestra ciencia sean objeto deanlisis. Por lo general, tampoco suele ser algo necesario para el progreso y la consecucinde objetivos. Una vez fijadas las bases y establecidas las condiciones para la investigacin,el avance resulta de la aplicacin sistemtica de una metodologa y unos instrumentosespecficos. Sin embargo, ocasionalmente esta tarea arroja unas conclusiones un tantosorprendentes. Ante esto, el examen de los presupuestos que subyacen a la laborinvestigadora parece la nica va para comprender el sentido de tales conclusiones.MEN SALIR 12. 10El mtodo para llevar esto a cabo es la investigacin histrica, la revisin de lostextos ms representativos del estudio de estos fenmenos. Este procedimiento cuenta conunas limitaciones y unos problemas inherentes a su propia ndole. El ilustre historiador dela Antigedad Jacob Burckhardt dej escrito lo siguiente:La principal dificultad para trazar la historia de una civilizacin es que parahacer inteligible un gran proceso intelectual se ve forzada a desmenuzarlo encategoras que parecen a menudo arbitrarias (1860/2005a, p. 31-32).Detrs de esta aparente arbitrariedad existen con frecuencia razones muy concretas.Al no ser posible reproducir todo lo acontecido, hacer historia significa ante todoseleccionar. Sin embargo, ocurre que toda seleccin est guiada por unos criterios, y quedichos criterios se fijan desde una perspectiva concreta, en la que ya existen unos motivosy una previa interpretacin de los hechos. En la Historia del Pensamiento, estaproblemtica se manifiesta de un modo mucho ms evidente. La complejidad de losplanteamientos que en ella se suceden propicia en muchos casos distintas lecturas, cuandono interpretaciones interesadas.En este estudio hemos tratado de mantener la mxima imparcialidad en la selecciny posterior interpretacin de datos bibliogrficos. En este sentido, hemos acudido a lasfuentes originales, evitando en la medida de lo posible la literatura secundaria. A partir deestas fuentes hemos argumentado una explicacin de los hechos constatados en nuestrabsqueda. En todo caso, las conclusiones expuestas al final no dejan de ser una visinparticular del problema abordado, susceptible de ser criticada o rebatida por otrasinterpretaciones.MEN SALIR 13. Pero la sabidura, de dnde viene?Dnde se halla la inteligencia?El hombre ignora el camino hasta ella;no se encuentra en tierra de vivientes.Job 28, 12-13.MEN SALIR 14. MEN SALIR 15. INTRODUCCINMEN SALIR 16. MEN SALIR 17. 15INTRODUCCINHacia finales del siglo XIX la Psicologa se constitua como especialidadacadmica independiente, abandonaba las humanidades para instalarse en el mbito de lasciencias. El nuevo estatus impona ciertas condiciones tericas y metodolgicas. La cienciase define por su forma de proceder antes que por el objeto de sus investigaciones. Losprocedimientos cientficos son esencialmente los mismos para todas las ciencias. Elmtodo cientfico posibilita el estudio sistemtico de la naturaleza. Para ello, se especificanunas pautas de observacin y recogida de datos, se fijan unas reglas para su manipulacin ytratamiento experimental y se establecen los modos en que se deben formular y comunicarlos resultados obtenidos. Esta forma de proceder confiere utilidad a las ciencias, losconocimientos que albergan suelen tener aplicaciones prcticas y sus descubrimientossirven para mejorar las condiciones de vida.Esta concepcin de la investigacin presupone determinadas caractersticas en suobjeto de estudio. No todas las parcelas de la realidad son susceptibles de anlisiscientfico. Difcilmente podran examinarse bajo esta perspectiva cuestiones relativas a losdominios del arte o la moral, entre otros. Hasta la aparicin de las ciencias sociales, losfenmenos estudiados por la ciencia fueron realidades fsicas. Al considerarse laposibilidad de aplicar esta metodologa a las realidades humanas, se impuso la necesidadde delimitar conceptualmente tales realidades. En el caso de la Psicologa, estapreocupacin se manifiesta en los trabajos de la primera generacin de tericos. En unprimer momento, la Psicologa se defini como la ciencia de la conciencia y de losfenmenos mentales. Entre estos ltimos fue incluida la inteligencia, concepto redefinidode modo expreso para ser introducido en su mbito de estudio.A lo largo del siglo XX han sido muchas las definiciones y teoras formuladassobre la inteligencia. Desde un primer momento, los esfuerzos por esclarecer la naturalezade este constructo se escindieron en dos grandes lneas de trabajo: una trataba de delimitarsu estructura interna, la otra se ocupaba de la elaboracin de instrumentos para su medida.En la progresiva evolucin de estas tradiciones se han propuesto elementos de diversaconsideracin, presumiblemente subyacentes a la facultad intelectiva, constituyentes de lainteligencia. Uno de los factores presentes en los primeros modelos de inteligencia fue elrazonamiento, sustantivo derivado del primitivo razn. El razonamiento es un procesoMEN SALIR 18. 16psicolgico de orden superior, evaluable mediante pruebas de tipo lgico. En ciertosentido, el origen de esta palabra la pone en relacin con la facultad racional del serhumano. En las sucesivas concepciones de la inteligencia, este elemento ha venidoocupando una posicin nuclear. En las diversas pruebas y tareas planteadas para cuantificarla capacidad intelectual, el razonamiento ha tenido una importancia de primer orden. Laestrecha relacin entre inteligencia y razn se pone de manifiesto en los significados quehabitualmente se atribuyen a estos trminos. En determinados contextos, es frecuentehablar de forma indistinta de racionalidad e inteligencia, comportamiento racional ycomportamiento inteligente, seres racionales y seres inteligentes, etc.No es extrao encontrar definiciones de la inteligencia que nos remiten a la facultadracional: La palabra inteligencia designa las actividades psquicas relativas a la razn enun sentido potencial y dinmico (Dorsch, 1994, p.411). Tampoco lo es hacer uso delconcepto de inteligencia para definir la racionalidad humana: Comportarse racionalmentees hacer uso de nuestra inteligencia para calcular qu hacer en ciertas circunstancias dela mejor manera (Rescher, 1993, p. 15). Ambos trminos se solapan en mayor medida ensus acepciones populares. A diferencia de lo que ocurre en otros mbitos del saber, en laPsicologa se establece cierta relacin bidireccional entre las concepciones legas y expertasde algunos de sus trminos. Uno de ellos es el concepto de inteligencia (Sternberg, 1985).Esto no es admisible en el contexto de la ciencia, en el que la precisin conceptual escondicin previa y necesaria para la correcta aplicacin de su metodologa.A pesar de esta evidente necesidad, muchas de las primeras investigaciones sobreinteligencia prestaron ms atencin a los aspectos metodolgicos que a los conceptuales.El propio Spearman (1923, 1927) equipar la inteligencia a un factor general (g), unconcepto abstracto definido en trminos estrictamente estadsticos. Dentro de la tradicinfactorialista, durante aos el debate se centr en los procedimientos de extraccin yrotacin de factores, ms que en la naturaleza del concepto que se estaba investigando.Algunos llegaron a sostener que la inteligencia no era otra cosa que lo que medan los testsde inteligencia (Boring, 1923). A las dificultades inherentes a la definicin de lainteligencia, se sumaba la circunstancia de que ya exista una concepcin implcita de ella,hecho al que no se prest la debida atencin. Para muchos la inteligencia era algo tanevidente que no precisaba definicin. De forma ms o menos reconocida, esta posturasigue presente en numerosas investigaciones actuales. En este sentido, Snchez CnovasMEN SALIR 19. 17(1986) argumenta que no es necesario definir la inteligencia, al tratarse de un conceptoprevio a la teora.No es hasta pasadas varias dcadas cuando encontramos una genuina preocupacinpor el alcance conceptual de la nocin de inteligencia. Durante los aos setenta y ochenta,los hallazgos de los estudios transculturales (Berry, 1974, 1986; Cole, 1983) planteaban lanecesidad de consensuar una definicin de la inteligencia. Al trasladar las pruebasintelectuales a otras sociedades y culturas, se pona de manifiesto la estrechez del conceptooccidental de inteligencia. Robert J. Sternberg es uno de los tericos que con mayordedicacin se ha ocupado de este problema, sin renunciar por ello a la investigacinemprica. Sus aportaciones al estudio de las capacidades intelectuales son numerosas y degran valor. En el transcurso de su extensa labor investigadora, Sternberg ha desarrolladouna concepcin de la inteligencia basada en la integracin de planteamientos de diversaprocedencia. En sentido conceptual, puede decirse que esta tarea culmina con la teora dela Inteligencia Exitosa (Sternberg, 1997, 1999b, 2003). La concepcin de la inteligenciacomo habilidad para alcanzar el xito compendia las conclusiones de los anteriores trabajosdel autor: la inteligencia es una capacidad adaptativa, se manifiesta en entornos concretos,se encuentra mediada por factores temporales y est regida por metacomponentes omecanismos de control ejecutivo.Dentro del mbito de la Psicologa, entre quienes se han ocupado de definir lainteligencia, parece existir cierto consenso en reconocer a esta facultad un valor funcional.La inteligencia es una capacidad adaptativa, su finalidad es posibilitar la adaptacin de losorganismos a su entorno. En virtud de su inteligencia, los individuos son capaces deafrontar con xito las situaciones problemticas que les plantea el medio. Frente a otrasdefiniciones de la inteligencia, las especficamente psicolgicas se caracterizan por estarexpresadas en trminos adaptativos. As lo manifiesta Sternberg (2003, p. 55) en uno desus ltimos trabajos:A pesar de que muchas definiciones de la inteligencia han sido propuestas a lolargo de los aos (), la nocin convencional de inteligencia est construidaalrededor de una definicin vagamente consensuada en trminos de adaptacingeneralizada al entorno. Algunas teoras de la inteligencia extienden estadefinicin sugiriendo que un factor general de inteligencia, con frecuenciaetiquetado como g, subyace a toda conducta adaptativa ()MEN SALIR 20. 18Bajo la presidencia de E. L. Thorndike, en 1921 se celebr un Symposium paraintentar consensuar una definicin de la inteligencia. En l participaron especialistas dereconocido prestigio como E. C. Boring, R. Yerkes, L. M. Terman o L. Thurstone. Pese aque no se alcanz ningn acuerdo, se pudo constatar que la mayor parte de las definicionesrelacionaban la inteligencia con el aprendizaje y con la capacidad adaptativa. En 1947, S.Resnick organiz un evento anlogo, obteniendo conclusiones similares. Sesenta y cincoaos despus del primer Symposium, Sternberg y Detterman (1986) repitieron laexperiencia. Solicitaron a veinticuatro expertos en inteligencia que definieran esteconcepto. Junto a los dos elementos identificados en 1921, que volvieron a aparecer, losautores detectaron la presencia de un tercer componente, comn a la mayor parte de lasdefiniciones: la metacognicin. Este concepto alude a los componentes cognitivos de ordensuperior, responsables de la gestin del resto de los recursos mentales. No obstante, puededecirse que tanto la capacidad de aprendizaje como los componentes ejecutivos estn en elhombre al servicio de propsitos adaptativos. Esta funcin es para muchos el ncleo de lainteligencia, el nico elemento sobre el cual puede formularse una definicin universal.Actualmente, nadie pone en duda el valor adaptativo de la inteligencia. Conindependencia de la naturaleza de este atributo, los factores o componentes que lo integren,el modo en que stos se relacionen entre s o el papel que la experiencia desempee en suorigen, la finalidad de la inteligencia es garantizar el adecuado desenvolvimiento de losindividuos en sus respectivos medios. En las diferentes definiciones de la inteligencia, eltrmino adaptativo no se reduce a su sentido biolgico. La capacidad adaptativa del serhumano tiene unas connotaciones especficas, ausentes en otras especies. Sternberg ySalter (1987) matizan que dicha adaptacin equivale a la capacidad para resolver losproblemas relevantes que plantean los distintos entornos humanos:Un elemento comn en la manifestacin de la inteligencia en diversas situacionesdentro de la vida de un individuo y de diferentes individuos y grupos sociales es elcarcter prctico, dirigido a un fin, que tiene el rendimiento inteligente. Estacoincidencia concuerda con las definiciones y concepciones de la inteligencia quese centran en el valor adaptativo de sta, si bien hay que sealar que aqu eltrmino adaptativo no se refiere a su sentido estrictamente biolgico. La ideabsica es que un contexto social (ya se trate de un saln de clase, una tribu, unafamilia, una profesin o cualquier otro contexto) plantea una serie de problemas, yMEN SALIR 21. 19la inteligencia consiste en gran parte en la capacidad para resolver estosproblemas. (Sternberg y Salter, 1987, p. 37)Sin embargo, consideramos que identificar la inteligencia con la capacidadadaptativa no resuelve el problema de su definicin. En primer lugar, porque el conceptode adaptacin es mucho ms genrico que el de inteligencia. La adaptacin de losorganismos a su entorno est mediada por mltiples factores, muchos de los cuales notienen nada que ver con las capacidades intelectuales. En segundo, porque la capacidadadaptativa no es exclusiva del ser humano, lo que hace que esta condicin sea igualmentepredicable del resto de los seres vivos. De hecho, muchas definiciones de la inteligenciafueron formuladas en una terminologa (organismo, medio, capacidad, meta, ajuste, etc.)comn a la totalidad de los organismos animales. Estas definiciones justificaban el estudiode la inteligencia en otras especies, algo que investigadores como Khler (1925) llevaron acabo alcanzando gran xito y popularidad. La cuestin sobre la continuidad entre lainteligencia animal y la humana sigue presente en la investigacin actual (Deaner et al.,2006; J. J. Lee, 2006).Sin negar la existencia de comportamiento inteligente en otras especies, puedeafirmarse que la inteligencia humana es cualitativamente distinta a cualquier otra. Adiferencia de otras formas de inteligencia, la nuestra trasciende la mera funcin adaptativa.Esto es consecuencia de ciertas caractersticas especficas y exclusivas. Para algunos, elelemento definitorio de la inteligencia humana es la metacognicin (Sternberg, 1985), paraotros la capacidad de abstraccin (Terman, 1916), otros consideran que el juicio (Binet ySimon, 1908), etc. En nuestra opinin, todos estos conceptos apuntan en cierto sentido a lanocin de racionalidad. Tal vez haya sido Piaget (1936) quien con mayor claridad se hareferido a esta cuestin. Bsicamente, el planteamiento piagetiano viene a decir dos cosas:1) la funcin esencial de la inteligencia es la adaptacin al medio y 2) lo especfico de lainteligencia humana es que en ella esta funcin se encuentra potenciada por laracionalidad.Desde que en el siglo IV a. C. Aristteles proclamara que el hombre es un animalracional (c. 347-335 a. C./1977, Poltica, I, 1553a), esta premisa ha sido cuestionadamediante innumerables y diversos argumentos. De alguna forma, el debate sobre laracionalidad humana est presente en el estudio psicolgico de la inteligencia y elrazonamiento, especialmente en este ltimo. Paradigmas experimentales como la tarea deMEN SALIR 22. 20seleccin de Wason (1966) han puesto en entredicho la presunta racionalidad de nuestraespecie. Para algunos, tal racionalidad se cifra esencialmente en la competencia lgico-matemtica, es decir, en lo que evalan las pruebas psicolgicas mediante las que seestudia el razonamiento. Nosotros pensamos que hay un salto ilcito en esta forma deplantear la cuestin. La razn es un concepto anclado en la tradicin filosfica, donde susprincipales representantes la han entendido de los modos ms diversos, desde la capacidadpara computar las consecuencias de nuestras elucubraciones (Hobbes, 1655), hasta unasuerte de pensamiento especulativo, capaz de aprehender la identidad-en-la-diferencia(Hegel, 1807). En cambio, el razonamiento es slo una de las posibles aplicaciones de lafacultad racional, aquella que se conduce mediante los procedimientos formales de lalgica. Equiparar la racionalidad al razonamiento supone incurrir en un ciertoreduccionismo.La reflexin sobre la razn es un tema recurrente en la historia del pensamiento. Lapreocupacin por el conocimiento humano y sus posibilidades est presente a lo largo detoda la tradicin intelectual de Occidente. Para la mayor parte de los representantes de estatradicin, este conocimiento es fundamentalmente racional. Su alcance se encuentradeterminado por las posibilidades de la razn, en tanto que facultad cognoscitiva. La raznha sido para muchos el nico instrumento con que el hombre cuenta para conocer larealidad. El valor de cualquier teora (racional) sobre el ser humano o el mundo radica enla validez que, previo anlisis, se reconozca a la razn. La epistemologa ha ocupado unlugar central en los grandes sistemas de pensamiento. El ejemplo ms ilustrativo lotenemos en el criticismo kantiano. El ncleo de toda la filosofa de Kant (1781) es unaepistemologa, la propedutica de una metafsica trascendental, ciencia que el autorconcibe de antemano como inviable.En los sucesivos intentos por comprender la naturaleza de la razn, se hanpropuesto muchas categoras, por lo general en forma didica: razn necesaria vs. raznsuficiente (Leibniz, 1714); razn prctica vs. razn terica o pura (Kant, 1781, 1788);razn especulativa vs. razn vital (Ortega y Gasset, 1923); razn analtica vs. razndialctica (Ruyer, 1961); razn instrumental vs. razn emancipadora (Horkheimer, 1968),etc. Aqu nos interesa la distincin que se establece entre razn en sentido gnoseolgico yrazn como concepto metafsico. Dicho con brevedad, la razn gnoseolgica hacereferencia a una facultad humana, a la capacidad del hombre para conocer la realidad deMEN SALIR 23. 21forma racional, procediendo conforme a unas reglas y un orden. La razn en sentidometafsico, en cambio, alude a la posibilidad de afirmar que la realidad es en ltimotrmino racional, es decir, que se rige por unos mecanismos comprensibles y explicablesen trminos lgicos. La racionalidad metafsica presupone que a la realidad subyace unorden; la racionalidad gnoseolgica postula una forma de conocimiento basada en elmtodo y el orden. Entre estas dos dimensiones se establece una determinada relacin.Pensamos que tal relacin, en el modo en que fue entendida inicialmente, est de algunaforma presente en las primeras teoras psicolgicas de la inteligencia.Ajenos a estas consideraciones, los pioneros de la investigacin emprica de lainteligencia se enredaron en discusiones sobre si esta capacidad se corresponda con unfactor general (Spearman, 1923, 1927) o con mltiples factores (Thurstone, 1924), sobre sistos se distribuan en una estructura jerrquica (P. E. Vernon, 1950) o formaban unconjunto de aptitudes independientes (Guilford, 1967). El alcance de la razn o suaplicabilidad a problemas irresolubles no tena cabida en el estudio prctico o aplicado deestas cuestiones. Inicialmente, los principales representantes de la Psicologa se interesaronpor los factores que conforman la inteligencia (Spearman, 1923, 1927; Thurstone, 1924;Vernon, 1950; R. B. Cattell, 1963; Guilford, 1967) y por los procedimientos e instrumentospara su cuantificacin (Galton, 1883; J. M. Cattell, 1890). Ms tarde, algunos abordaron suestudio en sentido evolutivo (Piaget, 1936, 1947). A partir de las dcadas de los aossetenta y ochenta, se llevaron a cabo estudios experimentales (E. Hunt, 1973; Royce, 1973;Carroll, 1983) y transculturales (Berry, 1974; Cole, 1983; Goodnow, 1976; Wober, 1974;Serpell, 1976); los primeros trataban de identificar los procesos mentales que intervienenen la inteligencia, los segundos trasladaron su estudio a otras culturas. Actualmente, buenaparte de la investigacin se centra en delimitar los correlatos neurofisiolgicos de lascapacidades intelectuales (Gong et al., 2005; Colom et al., 2006; Hasselmo y C. E. Stern,2006).De forma paralela al estudio de la inteligencia, en el seno de la Psicologa apareceuna lnea de investigacin centrada especficamente en el razonamiento. Atendiendo a sudoble modalidad, deductiva e inductiva, el estudio psicolgico del razonamiento sefundament principalmente en tareas de carcter lgico. Las primeras investigaciones(Wilkins, 1928; Eidens, 1929; etc.) no hicieron sino constatar la ineptitud del ser humanopara razonar conforme a las reglas de la lgica, ante lo cual se propusieron diversasMEN SALIR 24. 22explicaciones: efecto atmsfera (Woodworth y Sells, 1935), principio general de prudencia(Sells, 1936), interpretacin errnea de las premisas (Chapman y Chapman, 1959), etc.Ms recientemente, en el debate sobre la naturaleza del razonamiento se han enfrentado lospartidarios de una concepcin formal (Braine, 1978; Braine y Rumain, 1983; Braine yOBrien, 1991, 1998; Rips, 1983, 1994), basada en reglas, y los defensores de una visinpragmtica (Cheng y Holyoak, 1985, 1989; Chao y Cheng, 2000; Cosmides, 1985, 1989;Cosmides y Tooby, 1989; Tooby y Cosmides, 2005), alternativa al modelo lgico-matemtico. Una de las teoras que con mayor fortuna ha logrado explicar el razonamientohumano es el modelo heurstico de Tversky y Kahneman (1973, 1974, 1991; Kahneman yTversky, 1972, 1982). Al igual que en el estudio de la inteligencia, en los ltimos aos lainvestigacin sobre razonamiento se ha trasladado al mbito de las neurociencias (Knauffet al., 2002; Geakea y Hansenb, 2005; Green et al., 2006; Stavy et al., 2006).Junto a las tradicionales escalas de inteligencia, el estudio neurocognitivo de lascapacidades intelectuales se sirve de tareas de razonamiento eductivo (Prabhakaran et al.,1997), analgico (Wharton et al., 2000; Hofstadter, 2001), verbal (Luo et al., 2003), fluido(Geakea y Hansenb, 2005), etc. La relacin entre las distintas formas de razonamiento y lainteligencia general es elevada. El elemento comn a ambas capacidades parece ser lamemoria de trabajo, componente emplazado en ciertas reas prefrontales de la cortezacerebral (Colom et al., 2004; Klingberg, 2006). Al margen del modo en que se conciba laracionalidad humana, la investigacin sobre la inteligencia contina reconociendo lacentralidad del razonamiento. Este hecho tambin repercute en el diseo de las pruebasintelectuales, en las que actualmente se incluyen nuevas modalidades de razonamiento(Roid, 2003).Independientemente de estas investigaciones, en el plano conceptual, las nocionesde inteligencia y razonamiento han sido objeto de una sustancial transformacin, producto,en ambos casos, de una evolucin en un sentido determinado. Durante la dcada de losaos noventa del pasado siglo, esta evolucin produjo un fenmeno singular: la aparicinde las teoras de la inteligencia emocional. Este trmino fue inicialmente definido como lahabilidad para manejar sentimientos y emociones, discriminar entre ellos y hacer un usoconstructivo de la informacin que nos aportan (Salovey y Mayer, 1990). Posteriormente,ha sido objeto de diversas reformulaciones y matizaciones, unas en el entorno acadmico(Mayer y Salovey, 1997; Mayer et al., 2001; Salovey, 2006) y otras en el popularMEN SALIR 25. 23(Goleman, 1995, 1998, 2001; Goleman y Emmerling, 2003). En su conjunto, estas teorashan tenido un enorme impacto tanto dentro como fuera de la Psicologa acadmica. Elefecto se ha hecho notar en el propio concepto psicolgico de inteligencia. Desde distintosenfoques, la concepcin de las capacidades intelectuales ha sido retocada a la luz de estenuevo planteamiento. En la propia Inteligencia Exitosa de Sternberg (1997) puedeapreciarse la huella de estas teoras. Lo mismo cabe decir de la revisin que Gardner(1999) hace de su propuesta de las Inteligencias Mltiples (1983), a la sazn planteamientoprecursor de las teoras de la inteligencia emocional.Resulta ciertamente sorprendente la re-conceptuacin de la inteligencia en estostrminos. Como se mostrar a lo largo de los sucesivos captulos de este trabajo, losconceptos de inteligencia y racionalidad estn ligados por nuestra tradicin intelectual,hasta el punto de hacerse un uso indistinto de ellos para designar una misma realidad.Adicionalmente, la propia investigacin psicolgica, en sus distintas modalidades, hacorroborado la centralidad del razonamiento en las capacidades intelectuales. En funcinde esto, es posible afirmar que la inteligencia humana es esencialmente racional. Almismo tiempo, la tradicin en la que se enmarca nuestro concepto de inteligencia hacontrapuesto sistemtica y reiteradamente la razn a la emocin. Esto no es algo queignoren los responsables del concepto de inteligencia emocional, quines admiten laposibilidad de que podramos estar ante un oxmoron (Mayer, 2000, p. 418), un trminoque encierra en s mismo una contradiccin.El objeto de este trabajo es determinar la naturaleza de la relacin ente losconceptos de inteligencia y razn. Si entendemos que la inteligencia es una capacidadadaptativa y la razn uno de los elementos que la conforman, puede apreciarse cmo lasdistintas teoras asignan un determinado valor a esta ltima en la funcin que comnmentereconocen a la primera. Tal como la encontramos en la actualidad, la relacin entreinteligencia y razn es el producto de una evolucin, la conclusin de un proceso querecorre las sucesivas etapas de nuestra tradicin intelectual.El anlisis que aqu proponemos est motivado por la aparicin de las teoras de lainteligencia emocional. En ellas encontramos un planteamiento que, en principio, nosparece algo contradictorio. El epteto con que estas teoras precisan la naturaleza de lainteligencia, parece contravenir los hallazgos de las principales lneas de investigacin.Ante esto, nuestra intencin es determinar hasta qu punto es justificable y legtima estaMEN SALIR 26. 24caracterizacin de la inteligencia. Para ello, partimos de una posible explicacin de estehecho, una hiptesis de trabajo que pondremos a prueba a travs de nuestra investigacin.Pensamos que habindose planteado la inteligencia en trminos adaptativos,entendindose como una capacidad para resolver problemas relevantes en un determinadocontexto, el lugar que en ella se reconoce a la racionalidad depende de una determinadaconcepcin (implcita) del ser humano y del entorno en el que se desenvuelve. En funcinde esto, consideramos que el desplazamiento de la racionalidad en favor de laemocionalidad, caracterstico de las teoras de la inteligencia emocional, es consecuenciade un cambio de perspectiva en este sentido. Las teoras clsicas de la inteligencia sedesarrollaron a partir de una visin racional del ser humano (razn cognoscitiva) y de sumundo (razn metafsica). Por diversos motivos, esta visin ha ido perdiendo adeptos a lolargo de la historia, y muy especialmente en el transcurso del recin concluido siglo XX.En nuestra opinin, es probable que, junto a otras razones, sta haya contribuido a impulsaruna concepcin emocional de la inteligencia.La naturaleza del problema que aqu consideramos impide su tratamientoexperimental. Por este motivo, el mtodo que emplearemos para contrastar nuestrahiptesis ser el anlisis histrico y conceptual. Concretamente, llevaremos a cabo unarevisin de los textos ms representativos de las principales corrientes y tradicionesrelacionadas con esta cuestin, sobre la que apoyaremos nuestra posterior reflexin.Algunas de estas corrientes trascienden los lmites de la Psicologa. La relacin entreinteligencia y racionalidad se inicia en la literatura mitolgica y llega hasta los actualesdescubrimientos de las neurociencias. Casi puede decirse que sus implicaciones estnpresentes en todos los mbitos del saber, desde la filosofa hasta las ciencias naturales,pasando por la lingstica, la teologa o la sociologa.El trabajo que presentamos ha sido estructurado en cuatro partes. En la primera deellas, analizamos el origen de los trminos inteligencia y razn; a continuacin,sintetizamos su posterior evolucin a lo largo de la historia del pensamiento occidental,desde la mitologa griega hasta el siglo XX. En la segunda parte, consideramos losprincipales modelos de inteligencia que han ido surgiendo desde la institucionalizacin dela Psicologa. En la tercera, hacemos lo propio con las teoras del razonamiento. Porltimo, nos ocupamos de las teoras de la inteligencia emocional y de los principalesdesarrollos que se relacionan con su aparicin. En los contenidos abordados en cada uno deMEN SALIR 27. 25los captulos, prestamos especial atencin a los aspectos contextuales. En la parte cuartadedicamos un captulo exclusivamente al contexto (intelectual y social) en el que seenmarcan las teoras de la inteligencia emocional. Esto obedece a la hiptesis de trabajoque hemos planteado.Obviamente, una investigacin de estas caractersticas no puede concluir afirmandoo refutando categricamente su hiptesis inicial. De acuerdo con la terminologa de laEscuela de Baden, la historia del pensamiento es una ciencia idiogrfica (Windelband,1894). En ella no es posible determinar las leyes causales que rigen los acontecimientos,sino tan solo describir los hechos particulares. En este sentido, lo nico que podemos haceres argumentar nuestras conclusiones a partir de la seleccin de datos bibliogrficospresentados, algo que trataremos de llevar a cabo del modo ms objetivo posible.MEN SALIR 28. MEN SALIR 29. PARTE I: DESARROLLOS PREVIOS: ETIMOLOGA Y RACES FILOSFICASDE LA RAZN Y LA INTELIGENCIAMEN SALIR 30. MEN SALIR 31. 29El vocabulario en el que estn expresadas nuestras teoras psicolgicas se acua enGrecia. De acuerdo con su etimologa, la Psicologa es la ciencia que se ocupa de la yuch,alma o hlito de vida que abandona el cuerpo tras la muerte. La yuch es el principio vitalque reside en todos los organismos vivos, no slo en los humanos. Es Aristteles quienmatiza que lo propio del alma humana, la forma ms perfecta de todas las vivientesterrestres, es que posee no: el alma humana es racional (Aristteles, c. 336-322 a.C./1977, De Anima, Libro III).En esta primera parte nos ocupamos del origen y posterior evolucin conceptual delos trminos razn e inteligencia. Esta evolucin es anterior a la aparicin de la Psicologa.Al apropiarse de estos conceptos, la ciencia psicolgica asuma unas concepcionesfraguadas a lo largo de una tradicin cultural especfica. Las primeras teoras psicolgicassobre la inteligencia y el razonamiento, aparecen en un marco intelectual que es elproducto de veinticinco siglos de historia.La reflexin sobre la razn es la capacidad reflexiva vuelta sobre s misma. En esteejercicio de auto-observacin, con frecuencia se pasa por alto que la razn no se proyectaen el vaco; la racionalidad humana precisa un objeto sobre el que aplicarse. La razn noses conocida en tanto que se ocupa de algo, y ese algo suele aparecer inevitablemente ligadoa circunstancias polticas, sociales, religiosas, culturales, etc. En consecuencia, la reflexinsobre la razn lo es, ms concretamente, sobre sus posibilidades y su legitimidad a la horade afrontar problemas concretos, mediados por un entorno singular y cambiante. En estesentido, como ya mencionamos en la introduccin, aludiremos brevemente a lascircunstancias que rodearon los distintos desarrollos tericos aqu considerados.Hemos estructurado en un total de seis los apartados que conforman esta primeraseccin. En primer lugar, analizamos la etimologa de las palabras castellanas inteligenciay razn. A la procedencia latina de estos vocablos subyacen distintos conceptos helnicos,presentes ya en la literatura prefilosfica. En los cinco captulos que siguen, examinamoslos diferentes usos que, a lo largo de la historia del pensamiento, se ha venido haciendo deestos trminos. Para ello, hemos dividido esta historia en cinco grandes etapas: el paso delmito al logos (captulo 2) y las concepciones griega (captulo 3), latina (captulo 4),moderna (captulo 5) y contempornea (captulo 6). Conscientes de la simplificacin en laque incurrimos, no pretendemos otra cosa que destacar cmo cada uno de estos momentosMEN SALIR 32. 30a posteriori nombrados por la historia constituy un horizonte de sentido para laevolucin de estos conceptos.Desde el punto de vista ideolgico, la historia de las nociones de inteligencia yrazn refleja la progresin del racionalismo occidental, desde la asuncin de unospresupuestos bsicos sobre el hombre y el mundo hacia el rechazo y el escepticismocaractersticos de la etapa actual. En sentido gnoseolgico, desde un primer momento, larazn fue contrapuesta a la experiencia. Las dos principales corrientes epistemolgicas,racionalismo y empirismo, tienen sus primeros representantes en Grecia. Paradjicamente,el conocimiento al que aspiraron los empiristas no resultaba del mero contacto con larealidad (exterior), sino que vena a concretarse en un uso distinto de la facultad racional.Los grandes pensadores de la Modernidad trataron de reducir la razn a su dimensinanaltica, desterrando el uso especulativo que se vena haciendo de ella. Los esfuerzos porterminar con el uso dogmtico de la razn resultaron estriles. Posteriores corrientesseguiran haciendo uso y abuso de la razn, amparados por la presunta superioridad de estafacultad. Esta situacin se resuelve durante el siglo XX en planteamientos radicales, en losque la racionalidad es objeto de una honda transformacin.MEN SALIR 33. CAPTULO 1MEN SALIR 34. MEN SALIR 35. 33CAPTULO 1: Etimologa de los trminos razn e inteligenciaLa vigsima segunda edicin del Diccionario de la Real Academia Espaola(DRAE, 2003) ofrece hasta once acepciones distintas del trmino razn: 1) Facultad dediscurrir; 2) Acto de discurrir el entendimiento; 3) Palabras o frases con que se expresa eldiscurso; 4) Argumento o demostracin que se aduce en apoyo de algo; 5) motivo (causa);6) Orden y mtodo en algo; 7) Justicia, rectitud en las operaciones, o derecho paraejecutarlas; 8) Equidad en las compras y ventas; 9) Cuenta, relacin, cmputo; 10) coloq.Recado, mensaje, aviso; 11) Mat. Cociente de dos nmeros o, en general, de doscantidades comparables entre s.En cuanto a inteligencia, esta misma obra registra un total de siete significadosdiferentes: 1) Capacidad de entender o comprender; 2) Capacidad de resolverproblemas; 3) Conocimiento, comprensin, acto de entender; 4) Sentido en que se puedetomar una sentencia, un dicho o una expresin; 5) Habilidad, destreza y experiencia; 6)Trato y correspondencia secreta de dos o ms personas o naciones entre s; 7) Sustanciapuramente espiritual.Ambos trminos proceden del latn, lengua de la que toman su forma actual y lamayora de los significados apuntados. Razn traduce al sustantivo ratio -onis einteligencia equivale a intellegentia -ae. Estos vocablos latinos sirvieron para traducirdiferentes trminos griegos, principalmente lgo y no. El uso que en griego se hizode cada uno de estos ltimos, en determinados casos los equiparaba; en otros, por elcontrario, los reduca a alguno de sus muchos significados especficos. En este primercaptulo recogemos algunos textos procedentes de las tradiciones latina y griega, en los quepuede apreciarse el sentido que inicialmente tuvieron estos trminos.Entendemos que la mencin de las races griegas en este trabajo est plenamentejustificada por dos motivos. En primer lugar, por el poderoso influjo que la cultura helnicaejerci sobre el emergente mundo latino y, en segundo, por el hecho innegable de que elpensamiento griego marc el inicio, en una direccin muy concreta, de nuestra propiatradicin intelectual. Si el lenguaje condiciona de algn modo las formas de pensamiento,puede afirmarse que los trminos aqu considerados se encuentran en la base de la cultura yla ciencia de Occidente.MEN SALIR 36. 341.1. Races griegas1.1.1. LgoLgo es la forma sustantiva del verbo lgw, entre cuyos significados figuran:recoger; reunir, juntar; elegir, escoger; contar, enumerar, computar; referir; decir, hablar,etc. (Chantrane, 1968). En la poca arcaica aparece con la significacin primaria derecoger o reunir. As lo encontramos, entre otros, en Homero (c. siglo IX a. C./1989,Ilada, XXI, 27):Pero Aquiles, cuando fatigados a fuerza de matar sinti los brazos, reuni para sdoce mancebos que vivos captur y sac del ro, para que fueran la compensacindebida por la muerte de Patroclo el hijo de Menetio.Lgw significa tambin contar algo como perteneciente a una clase de objetos y, enconsecuencia, enunciar o nombrar. De ah, el significado de decir y, ms en concreto, el deun decir inteligible pleno de sentido. El habla a la que alude este verbo es un discursoargumentado, en el que se enumeran las razones que lo sustentan. En este sentido lo utilizaPndaro en uno de sus epinicios, con el propsito de justificar la exposicin que se disponeiniciar:Quiero desde el principio, a partir de Tleplemo, anunciarles rectamente suhistoria comn, a ellos, de Heracles. (c. siglo IV a. C./1986, Olmpica VII, 21).Los muchos significados de logos giran en torno al concepto de palabra. Logos estodo lo que se dice, ya sea verbalmente o por escrito: una historia, un discurso, una fbulauna explicacin, la exposicin de unos hechos, noticias, novedades, etc. Con frecuencia seus para hacer alusin a las meras palabras, por contraposicin a los hechos. En laliteratura arcaica aparece referido a palabras sutiles y engaosas. El logos no es slo lapalabra razonada, sino tambin las razones que persuaden con sutileza y artificio. Elsentido negativo de esta acepcin se aprecia en el prrafo que sigue:La isla es boscosa y en ella tiene su morada una diosa, la hija de Atlante, depensamientos perniciosos, el que conoce las profundidades de todo el mar ysostiene en su cuerpo las largas columnas que mantiene apartados Tierra y Cielo.La hija de ste lo retiene entre dolores y lamentos y trata continuamente dehechizarlo con suaves y astutas razones para que se olvide de Itaca. (Homero, c.siglo IX a. C./1976, Odisea, I, 56).MEN SALIR 37. 35El sentido lingstico del logos se extendi pronto a la actividad reflexiva. El logoses el proceso en virtud del cual el hombre, en conversacin interna consigo mismo, sopesalas ventajas y los inconvenientes de una cuestin. Esto es lo que hace Medea al tenernoticia de que su marido, Jasn, ha contrado nuevas nupcias (Eurpides, c. siglo V a.C./1988, Medea, 872):Jasn, te pido perdn por lo que te dije. Es natural que toleres mis momentosirritados, pues muchos momentos de amor nos hemos dado. Yo he dialogadoconmigo misma y me he reprochado: Infeliz! Por qu enloquezco y soy hostil aquienes razonan bien, y me hago odiosa a los reyes del pas y a mi esposo, quehace lo ms conveniente para nosotros, al casarse con una princesa y procrearunos hermanos de mis hijos? ().Los escritores del siglo V antes de nuestra era ya se sirvieron de esta palabra parareferirse a la razn como facultad especficamente humana, atributo que diferencia alhombre del resto de los seres vivos. El significado de palabra hablada o escrita dio lugaral de causa, razn o argumento (Esquilo, c. siglo V a. C./1986, Las Coforas, 515): Laverdad es que los dos han alargado unas razones que no merecen ningn reproche: son enhonor de una tumba cuyo destino fue no ser llorada. En determinados casos, dicha raznal ser esencialmente argumentativa alude a un simple pretexto (Sfocles, c. siglo V a.C./1959, Filctetes, 352): Con tal lenguaje, amigo, poco tiempo me retuvieron sin que yome embarcara con presteza. En otros casos, en contraste con este sentido, hace referenciaa la autenticidad y justificacin de una cuestin: Un hombre en posesin de unconocimiento, podra dar razn de lo que conoce o no? Eso es de estricta necesidad,Scrates. (Platn, c. 380 a. C. /1972, Fedn, 75c).Otros significados se apartaban aparentemente de esta evolucin. Logos puedesignificar tambin medida, plenitud, mesura (Herdoto, c. siglo V a. C./1998, III, 99, 2):No muchos de ellos alcanzan la plenitud de la edad anciana.En los planteamientos presocrticos el logos adquiere unas connotacionesespecficas. En ellos, encontramos por primera vez un uso filosfico de este trmino. EnHerclito aparece como una ley o principio general que rige la realidad, y al que el hombredebe someterse (Diels, 1952, Fr. 114):Aquellos que hablan con inteligencia deben apoyarse en lo que es comn a todos,como una ciudad en su ley, y an con mucha ms firmeza. Pues todas las leyesMEN SALIR 38. 36humanas estn alimentadas por una sola ley divina, ya que sta domina cuantoquiere y es bastante para todo y an sobra.Es en Platn donde el logos adquiere un sentido plenamente filosfico. En elTeeteto viene a decir que aportar una razn o explicacin (lgo) es lo que convierte unacreencia verdadera en conocimiento: Confa, pues, en ti mismo y piensa que Teodoroest en lo cierto. No cejes en nada en tu propsito y procura dar razn de lo que es laciencia. (Platn, c. 368 a. C./1972, Teeteto, 149b). Para Scrates aadir una razn oexplicacin significa enumerar las partes componentes de un problema. En esta concepcindel logos se pone de manifiesto la proximidad entre el sentido filosfico del trmino y suacepcin original. Mediante la razn se justifica adecuadamente el conocimiento; estajustificacin consiste en argumentar, que no es otra cosa que recoger y enumerar, de formaordenada, las razones en las que se basa un determinado conocimiento.1.1.2. NoNo es el sustantivo contracto de no, derivado del verbo now, traducidocomo ver, observar, percibir, pensar, reflexionar, comprender, entender, saber,considerar, meditar, proyectar, etc. (Chantrane, 1968). La voz media tiene el significadode pensar consigo mismo (Chantrane, 1968). El nos se asocia a la razn como facultadpensante, de la cual queda excluido todo lo que es absurdo e irrazonable. En Homero (c.siglo IX a. C./1989, Ilada, XV, 461) lo encontramos referido a la inteligencia, o a lamente, en tanto que instancia perceptiva y pensante. En el texto que citamos a continuacinse predica de la mente divina:Pero Teucro tomaba otro dardo contra Hctor, el del yelmo de bronce; y hubierapuesto fin a la batalla librada junto a las naos aqueas, si, acertndole a l mientrascampaba como un hazaoso paladn, el aliento le hubiera arrebatado. Pero a lamente compacta de Zeus, que (es bien sabido) protega a Hctor, no pas esodesapercibido ().El nos es exclusivo del ser inteligente, de aquel que se conduce segn un objetivoanteriormente fijado, lo cual exige un previo noen, una visin mental que proporciona unacomprensin de la realidad en tanto que dotada de sentido. El nos es una visin intelectualdistinta de la visin sensorial, aunque en la literatura arcaica, en ocasiones, su sentido estms prximo a esta ltima. En este trmino se relacionan la facultad de pensar, lacapacidad reflexiva y la meditacin con la comprensin, la percepcin e incluso con laMEN SALIR 39. 37memoria. Estos atributos son puestos en conexin con un pensamiento objetivo, con unaforma de inteligencia divina. De ah que en el griego posterior, sobre todo en escritosfilosficos, el nos se utilizara para designar la Inteligencia Suprema, el principioordenador del universo (Diels, 1952, Anaxgoras, Fr. 12): El Intelecto es algo infinito e independiente, y no est mezclado con cosa alguna,sino que existe solo y por s mismo () Es la ms sutil y pura de todas las cosas, ytiene la comprensin absoluta de todo y el mximo poder, y todo lo que tiene vida,tanto lo ms grande como lo ms pequeo, todo ello lo controla el Intelecto () Ypuso todo en orden el Intelecto, lo que iba a ser, lo que fue pero ahora no es, y todolo que ahora es y ser.En los dilogos platnicos es posible tambin encontrar el nos referido tanto alentendimiento divino como al humano; a la inteligencia como principio rector del mundoy, al mismo tiempo, como atributo con el que la divinidad dot al hombre (Platn, c. 360 a.C./1972, Timeo, 30c):De acuerdo con estas reflexiones, luego de haber puesto el entendimiento en elalma y el alma en el cuerpo, model l el Cosmos, a fin de hacer de ello una obraque fuera, por su naturaleza, la ms bella y la mejor. As, pues, al final delrazonamiento verosmil hay que decir que el mundo es realmente un ser vivo,provisto de un alma y de un entendimiento, y que ha sido hecho as por laprovidencia del dios.En Platn, el nos es adems la parte superior del alma, la ms prxima al ordendivino, cuya actividad es la noesis, por medio de la cual accede al mundo de las ideas (c.390-370, a. C., Repblica, VI). Aristteles (c. 347-335 a. C, Metafsica) distingue elpensamiento dianotico, que es el proceso de razonamiento discursivo, del notico, pormedio del cual se captan de manera inmediata los principios. El nos es la parte racionaldel alma (Aristteles, c. 336-322 a. C., De Anima). Para Plotino (Enadas, c. 255), el noses la segunda hipstasis, emanada de lo Uno y emanadora del Alma del Mundo; el nos esel acto primero del Bien, la visin inteligible vuelta sobre s misma, la visin del principio,de lo Uno.MEN SALIR 40. 38En la evolucin de estos trminos hacia sus usos filosficos se aprecia unaprogresiva equiparacin. Inicialmente, el logos se relaciona con la palabra y el discurso,mientras que el nos alude a la percepcin y a la inteleccin. Sin embargo, ya en lafilosofa presocrtica estos dos vocablos son utilizados en un sentido muy parecido. En lasdos nociones encontramos la suposicin de que la realidad tiene un fondo inteligible, y quedicho fondo es susceptible de ser comprendido. En cada una de ellas se aprecia el intentode vincular la razn como facultad humana a la razn como substrato de la realidad, al serambas producto de un mismo principio, creaciones de una Razn Superior.2.2. Races latinasParece que fue el poltico y filsofo Marco Tulio Cicern (106-146 a. C.) quinintrodujo en el mundo latino los trminos griegos logos y nos. Cicern dedic parte de susesfuerzos a hacer accesible la filosofa griega a la cultura latina. Su labor de traductor ydivulgador sent las bases de la terminologa filosfica de la que se sirvieron lospensadores latinos. El sentido que autores como San Agustn (354-430) o Santo Toms(1225-1274) dieron posteriormente las palabras intellegentia y ratio, tiene su origen en lasaportaciones de Cicern.2.2.1. Ratio -onisEn la etimologa latina de razn est ya presente el sentido lgico matemtico queeste trmino asumir en posteriores concepciones. Reor -eris eri -ratus sum significapensar, creer, ser de la opinin de, juzgar, etc. (Ernout y Meillet, 1959). Pero tambincontar, calcular. En la lengua comn, reor es sinnimo de los verbos puto (pensar,considerar), duco (llevar a) y aestimo (estimar, considerar). La nocin de contar estvinculada al infinitivo putare y, especialmente, a formas compuestas como computo(calcular) o computador (calculador), de las que procede el verbo castellano computar. Unejemplo de este uso lo tenemos en la comedia de Terencio (c. siglo II a. C./1961, Formin,250):Oh Fedria, es increble la enorme ventaja que llevo sobre mi amo en materia desabidura! Ya tengo meditadas todas las desgracias que me esperan al regreso demi amo: he de moler en la panadera, ser azotado, arrastrar el grillete, trabajar enMEN SALIR 41. 39el campo; nada de esto me coger de nuevas; todo lo que me ocurra fuera de misprevisiones, lo contar entre las ganancias.Este sentido matemtico de ratio se aprecia en su forma adjetivada, ratus (contado),como se pone de manifiesto en expresiones del tipo pro rata parte (siguiendo la partecontada a cada uno), ratum facere aliquid (hacer la cuenta de algo) o quod modo eratratum, irritum est (el que en modo alguno ha sido contado, no cuenta) (Ernout y Meillet,1959). De este uso deriva el sustantivo castellano prorrata, definido como: cuota oporcin que toca a alguien de lo que se reparte entre varias personas, hecha la cuentaproporcionada a lo ms o menos que cada uno debe pagar o recibir (DRAE, 2003); ascomo su correspondiente forma verbal prorratear: repartir una cantidad entre variaspersonas, segn la parte que proporcionalmente toca a cada una (DRAE, 2003).De acuerdo con este sentido, ratio, sustantivo de reor, se entendi originalmentecomo cuenta y, por extensin, se usara para designar la facultad de calcular.Paralelamente, cuenta se relaciona con razn, en el sentido de causa o argumento, y enconsecuencia con la facultad o mtodo de razonar. De este modo lo entiende Cicern (c.siglo I a. C./1882, De la invencin retrica, p. 10-11) cuando discurre sobre la razn enestos trminos:La controversia de razn no se apoya en la ley escrita, sino en los argumentos.Consideradas las cosas dichas, resta conocer la cuestin, la razn, el juicio y elfundamento de la causa, todo lo cual nace de la posicin. Cuestin es lacontroversia que nace del conflicto de la causa () Razn es la que contiene lacausa, y si la razn falta, no habr controversia.En el lenguaje retrico y filosfico ratio frecuentemente tradujo a logos, en undoble sentido: a) como explicacin, en el sentido de dar cuenta, y b) como razn en suacepcin lgico-racional (Ernout y Meillet, 1959). Sin embargo, ratio no recoge el sentidoprincipal de logos, palabra, reservndose la lengua latina para este significado otrovocablo distinto: verbum.2.2.2. Intellegentia -aeLa voz castellana inteligencia proviene del sustantivo latino intellegentia -ae, quehabitualmente se traduce por inteligencia, facultad de comprender, entendimiento,comprensin, perspicacia, etc. (Ernout y Meillet, 1959). Este trmino se forma a partir delMEN SALIR 42. 40adverbio intus y del verbo transitivo lego legis legere legi lectum, cuyos significadosprecisamos a continuacin:Intus es adverbio de lugar que se traduce como dentro, interiormente, en el interior.As se pone de manifiesto en sentencias como intus in animis (dentro de las almas) otemplo intus (en el interior del templo) (Ernout y Meillet, 1959).Lego es la trascripcin latina del griego lgw, tomando aqul el significado literalde ste: reunir, coger, escoger, recoger, etc. En este sentido se utiliz en expresiones comolegere nuces (recoger nueces) (Ernout y Meillet, 1959). A partir de este significadoaparecieron otros como escoger, reclutar, llevarse, robar, etc. En sentido figurado ypotico se utiliz con el significado de recorrer con la mirada (Ernout y Meillet, 1959). Yde ah, su uso ms popular: leer. Tal uso aparece en expresiones del tipo lege oculis (leeren los ojos), siendo frecuente en afirmaciones como ut scriptum legimus (como leemosescrito) o aliquid alicui legere (leer algo a uno en voz alta) (Ernout y Meillet, 1959).De esta manera, surge el verbo intellego intellegis intellegere intellexi -intellectum, que se traduce como comprender, conocer o darse cuenta de algo (Ernout yMeillet, 1959). Atendiendo a su origen, resulta evidente que la comprensin oconocimiento al que alude es el producto de un leer dentro, un recoger en el interior. Enconsecuencia, el intellegens es el que comprende, conoce o se da cuenta de algo tras habervuelto la mirada sobre s mismo, con el propsito de recoger en su interior.El ejemplo ms representativo de este uso lo encontramos en la doctrina agustinianadel conocimiento (San Agustn, 387, Soliloquios, 400-16, De Trinitate). Las verdadeseternas se encuentran en el alma, y el modo de acceder a ellas es mediante la reflexin delalma sobre s misma. Este proceso es asistido por la iluminacin de Dios, que es quien hafijado en el alma humana las ideas inteligibles. La inteligencia y la razn son los atributosespecficos del hombre; el alma humana es intelectiva y racional:Ni ser imagen de Dios la trinidad que ahora no existe, ni es imagen de Diosaquella que entonces no existir; es en el alma del hombre, alma racional eintelectiva, donde se ha de buscar la imagen del Creador, injertada inmortalmenteen su inmortalidad. (400-16/1985, De Trinitate, 14, 4, 6)Santo Toms (1265-73, Summa Theologica), por su parte, distingue entre lainteligencia humana y las inteligencias puras, es decir, la inteligencia de Dios y lasMEN SALIR 43. 41inteligencias anglicas. En funcin de su naturaleza, a cada una de ellas le corresponde unaforma especfica de conocimiento.El entendimiento humano conoce componiendo, dividiendo y razonando. El divinoy el anglico conocen ciertamente la composicin, la divisin y el raciocinio, perono componiendo, dividiendo ni razonando, sino por inteleccin simple de laesencia. (1265-73/1988, Summa Theologica, I, 85, 5).La inteligencia humana es racional, discursiva. La inteligencia divina y lasanglicas son intelectivas, conocen directamente las esencias, por intuicin. El hombre, porel contrario, se apropia de ellas mediante un proceso de abstraccin.Estos planteamientos sern examinados con el debido detalle en los captuloscorrespondientes. A modo de conclusin de este apartado, nos interesa destacar el papeldesempeado por el verbo griego lgw como antecedente comn de razn e inteligencia,vinculando ambos trminos a la capacidad computadora del ser humano. En cuanto a ratio,aunque de procedencia distinta, su significado apunta igualmente a esta misma facultad.Podemos decir que, en sus sentidos ms elementales, las palabras inteligencia y raznestn referidas a la habilidad humana para hacer clculos. As se entendi inicialmente ysobre esta base se despleg toda la posterior evolucin conceptual de estos trminos.MEN SALIR 44. MEN SALIR 45. CAPTULO 2MEN SALIR 46. MEN SALIR 47. 45CAPTULO 2: El paso del mito al logosEl origen del pensamiento racional suele emplazarse en el siglo VI antes de nuestraera, en las ciudades griegas de Asia Menor. En este momento surge una nueva forma dereflexin que tratar de ocupar el lugar del las tradicionales explicaciones mitolgicas. Enla escuela de Mileto, por primera vez, el logos aparece liberado del mythos.No es casual que los primeros representantes de la Filosofa aparecieran en Mileto.Esta ciudad griega jonia, situada en la costa occidental de Asia Menor, fue en el siglo VI a.C. una autntica metrpolis, un ncleo comercial del mundo antiguo en el que secomercializaban materias primas y bienes manufacturados. El sistema de gobierno eraaristocrtico y sus ciudadanos principales vivan rodeados de lujo e inmersos en unacultura de corte humanista y materialista. Estas circunstancias, producto de la inventiva yla iniciativa humanas, no favorecan el reconocimiento de los dioses como responsables desemejante situacin. Determinante fue tambin el contexto poltico. Mileto, al igual queotras muchas ciudades griegas, no padeca las exigencias de una sociedad teocrtica queimpidieran la libertad de pensamiento, como suceda en pases orientales adyacentes. Porsu localizacin geogrfica, Mileto gozaba de una situacin privilegiada, beneficindose delos conocimientos cientficos de potencias vecinas ms avanzadas, fundamentalmenteEgipto y Mesopotamia. Estas condiciones configuraron el marco idneo para que lacapacidad racional del ser humano iniciara un paulatino proceso de emancipacin de lasantiguas creencias (Guthrie, 1962).Al ocuparnos de la racionalidad humana debemos detenernos necesariamente en loque ha venido a denominarse el paso del mito al logos. En este momento decisivo tuvolugar un acontecimiento sin precedentes: para explicar los fenmenos de la naturaleza serecurra a causas naturales y no a entes espirituales, se hablaba de leyes fijas y necesarias yno de la voluntad arbitraria de los dioses. Este hecho, protagonizado por los pensadorespresocrticos, constituye para muchos el origen del pensamiento positivo de Occidente. Laaparicin de la filosofa en Grecia supuso el nacimiento del pensamiento cientfico, unpensamiento primitivo y ms prximo al mito, del que pretenda desentenderse, que a laidea comn que tenemos de la ciencia. Las primeras tentativas de ofrecer una explicacinracional del universo arrastraron durante mucho tiempo el lastre de la tradicin mitolgica(Vernant, 1973).MEN SALIR 48. 46Antes de aludir a la explicacin racional que los presocrticos dieron del mundo,expondremos sucintamente lo que fue el mito y el papel que desempeo en el momentohistrico al que nos estamos refiriendo.Por mito entendemos un relato fantstico que se remonta a un pasado remoto eimpreciso, en el que se narran unos hechos que, pese a la imposibilidad de demostrar quetuvieran lugar, son considerados verdaderos por la tradicin (Kirk, 1970). La idea de que elmito es verdadero para la tradicin ha sido subrayada por autores como Mircea Eliade(1999, p. 14):El mito se considera como una historia sagrada y, por tanto, una historiaverdadera, pues se refiere siempre a realidades. El mito cosmognico esverdadero, porque la existencia del mundo est ah para probarlo; el mito delorigen de la muerte es igualmente verdadero, puesto que la mortalidad delhombre lo prueba, y as sucesivamente.Para Eliade (1999) el mito es verdadero en tanto que es sagrado. Frente al mito, lashistorias falsas (cuentos populares, fbulas, leyendas, etc.) se caracterizan por su contenidoprofano. Desde otros enfoques (Lvi-Strauss, 1990), la veracidad del mito ha sidoentendida en un sentido histrico-cultural. El hombre de la sociedad arcaica se conceba as mismo como el resultado de acontecimientos mticos ocurridos en tiempos pasados. Elmito (sagrado) permiti en estas sociedades la justificacin de valores, instituciones ycreencias. El mito suele ser una representacin simblica elaborada por la sociedad en eltranscurso del tiempo, en la cual se reflejan sus propias caractersticas. En este sentido, elmito puede entenderse como una manifestacin cultural de las comunidades humanas.En la mitologa griega, determinados mitos estaban referidos a hazaasmemorables, llevadas a cabo por personajes extraordinarios en tiempos lejanos. Otros, encambio, trataban de explicar los fenmenos de la naturaleza y el origen de las cosas deforma alegrica, apoyndose en relatos ficticios. En el primer caso hablamos de mitosheroicos, en el segundo nos encontramos ante cosmogonas o teogonas. En el mitoheroico las acciones de los dioses y los hroes tienen una funcin bien definida: servir demodelo ejemplar a los hombres. Las cosmogonas inicialmente teogonas son relatosmticos que explican el origen y la estructura del mundo mediante las historias de lassucesivas generaciones de divinidades. El mito, en ambos casos, es una narracin queMEN SALIR 49. 47perdura en la memoria colectiva de la comunidad, un relato que no es inventado sinoheredado del pasado.El mito en sentido alegrico se mueve entre lo real y lo ficticio, el relato fantsticose construye sobre la necesidad de explicar una realidad que se resiste a ser conocida(Buxton, 1994). Las funciones del mito pueden ser de muy diversa ndole. Aqu nosinteresa el mito cuyo propsito es ofrecer una explicacin de lo real, sirvindose para ellode estructuras ficticias. ste es el mito contra el que reaccionaron los filsofospresocrticos y al que trataron de contraponer el logos. Esta contraposicin no deja de seralgo ambivalente. El mito es rechazado en nombre de un logos que se despliega sobre elmismo fondo mtico que le precede.Paradjicamente, en la poca arcaica el mito no se conceba como algo opuesto allogos. Mythos significa narracin o palabra. Antes de ser utilizado para designar lainteligencia y la razn, logos signific tambin palabra o discurso. Es slo a partir delsiglo V a. C. cuando el logos se contrapone al mito, quedando ste ltimo cargado de unmatiz peyorativo (Guthrie, 1962). El mito se identifica con una afirmacin vana ydesprovista de fundamento, al no poder afirmarse sobre una demostracin rigurosa. El mitociertamente es un relato, carente de justificacin racional, que es transmitido por poetas ysacerdotes. Su finalidad es explicar y ordenar la realidad, una realidad aparentementecatica e incomprensible para el ser humano. Para los filsofos post-socrticos el mito esya un producto inferior o deformado de la actividad intelectual, una ficcin frente a lasverdades alcanzadas por medio de la razn (Vernant, 1973).En este punto, conviene hacer una aclaracin sobre los escritos de Platn. El mitoplatnico cumple una funcin pedaggica, a travs de l es posible explicar verdades queescapan a la razn. El mito no es una narracin carente de fundamento, sino una metforade la realidad, una forma alegrica de explicar las diferencias humanas El Mito de losMetales (Repblica, Libro III), el acceso al conocimiento El Mito de la Caverna(Repblica, Libro VII) o la naturaleza del alma El Mito del Carro Alado (Fedro)Indudablemente, los destinatarios de estos mitos eran conscientes de las intenciones delautor al hacer uso de este recurso narrativo.El hombre pre-filosfico se enfrenta a una realidad en la que impera el azar y laincertidumbre. La necesidad humana de encontrar un sentido a esta situacin quedareflejada en los poemas homricos. Todo cuanto acontece tiene una explicacin personal,MEN SALIR 50. 48no slo los fenmenos fsicos, tambin los impulsos internos que mueven al hombre(Dodds, 1981). A travs de ellos, ste experimenta el poder de algo que lo trasciendeampliamente. Los hombres estn a merced del capricho de poderosas divinidades. Estasituacin se hace evidente en Homero, con sus frecuentes alusiones pesimistas al destinohumano (Kirk, 1968). La Odisea nos relata cmo, tras un prolongado perodo de reclusinen el palacio de Calipso, la diosa anuncia a Ulises la anhelada partida a su patria. Al orla,el hroe le responde con recelo:Si alguno de los dioses quisiera aniquilarme en el vinoso ponto, lo sufrir con elnimo que llena mi pecho y tan paciente es para los dolores, pues ha padecido muymucho en el mar como en la guerra, y venga este mal tras de los otros (c. siglo IXa. C./1983, Odisea, Canto V, 220).Toda la Ilada (c. siglo IX a. C.) gira en torno a la clera de Aquiles, primero contraAgamenn por haberle arrebatado una de sus esclavas favoritas (Canto I) y luego contraHctor por haber dado muerte a su compaero Patroclo (Canto XVI). En ambos casos, losacontecimientos se desarrollan bajo la voluntad de las divinidades olmpicas (Zeus,Atenea, Apolo, rtemis, Ares, etc.). Entre las escenas blicas, el aedo recrea asambleas yencuentros entre los dioses en los que se disputan el destino de los humanos. El sentidotrgico del conjunto reside en el hecho de que las decisiones de los dioses condicionaninevitablemente las vidas de los hombres, sin que stos puedan hacer nada por evitarlo. Losseres humanos, aunque dotados de libertad para elegir, no pueden controlar el resultado desus actos. La existencia humana aparece efmera y repleta de miserias, sometida desde elprincipio a la veleidosa voluntad de las divinidades (Kirk, 1968; Vernant, 1973).La intromisin masiva de los dioses en los asuntos humanos tambin ha sido objetode otras interpretaciones. Para Dodds (1981) se trata de una forma de exculpar al hroe desus actos censurables, liberndole de la vergenza ante los suyos: Los impulsos nosistematizados, no racionales, y los actos que resultan de ellos, tienden a ser excluidos delyo y adscritos a un origen ajeno (Dodds, 1981, p. 30).Sea o no el hombre culpable de sus propios actos, frente a posturas como las deKirk (1968) o Vernant (1973), Burckhardt (1898-1902) nos recuerda que el fatalismogriego est por encima de los propios dioses, al cual ellos tambin estn sometidos.Aunque los dioses no mueren ni envejecen, padecen en cambio otras muchas limitacioneshumanas:MEN SALIR 51. 49A todo politesmo le hiere desde la cuna cierto fatalismo. Sus dioses particulares,por muy ricamente aparejado que su poder aparezca, no pueden extender sudominio sobre la Tierra, y entre sus diversas jurisdicciones quedan lagunas lobastante grandes para que asome un poder ms general, ya sea la fatalidad, ya elazar () Una consecuencia ms de este antropomorfismo es que los dioses mismosdependen del Destino y no pueden sustraerse a l en sus propios asuntos.(Burckhardt, 1898-1902/2005b, p. 428).Lo dicho por Burckhardt se aplica especialmente a los dioses homricos. stospueden hacer su voluntad e intervenir caprichosamente sobre el mundo y los hombres. Sinembargo, al considerarlos a todos en conjunto, sus propias pasiones, rivalidades yenemistades parecen limitar su poder para encauzar el destino. Siendo tan parecidos a loshombres, los dioses participan de la misma suerte que ellos. En la cultura griega el Destinoes un poder absoluto, no personificado, que equivale a la necesidad con que ocurren lascosas, al margen de toda voluntad consciente, sea sta de procedencia divina o humana.Pero el mito griego no slo daba cuenta de los acontecimientos cotidianos, sinotambin de los orgenes remotos. En la Teogona de Hesodo (c. siglo VIII a. C./1975, pp.100-101) la formacin del cielo, la tierra y el ocano es el resultado de una serie dematrimonios y procreaciones entre seres personales:Antes que nada naci Caos, despus Gea (la Tierra) de ancho seno, asiento firmede todas las cosas para siempre, Trtaro nebuloso en un rincn de la Tierra deanchos caminos y Eros, que es el ms hermoso entre los dioses inmortales,relajador de los miembros y que domea, dentro de su pecho, la mente y elprudente consejo de todos los dioses y todos los hombres. De Caos nacieron Ereboy la negra Noche; de la Noche, a su vez, nacieron ter y el Da, a los que concibiy dio a luz, tras unirse en amor con Erebo. Gea primeramente engendr, igual a smisma, a Urano brillante para que la cubriera en derredor por todas partes y fueraun asiento seguro para los dioses felices por siempre. Alumbr a las grandesmontaas, moradas graciosas de las divinas ninfas, que habitan en los sinuososmontes. Ella tambin, sin el deseado amor, dio a luz al mar estril, al Ponto,hirviente con su oleaje; y despus, tras haber yacido con Urano, alumbr aOcano de profundo vrtice, a Ceo, Cro, Hiperin y Japeto...MEN SALIR 52. 50Los griegos se sirvieron del mito para reflexionar sobre los problemas del hombre ysu mundo. El mito fue en la Grecia Arcaica un marco explicativo general de la naturaleza,la sociedad y la propia psicologa humana, un vehculo de expresin de toda unaconcepcin del mundo que fue plasmada en el arte y la literatura (Guthrie, 1962). Lasprimitivas teogonas son un intento de ver el mundo como una totalidad sujeta a un orden.La gran aportacin de la filosofa presocrtica es el intento de despojar estas visiones de surevestimiento divino y, a la vez, antropomrfico. En palabras de W. K. C. Guthrie (1962,p. 29):El nacimiento de la Filosofa en Europa consisti, pues, en el abandono, en elplano del pensamiento consciente, de las soluciones mticas a los problemasrelativos al origen y la naturaleza del universo y los procesos que se producen enl. La fe religiosa se ve sustituida por la fe que fue y sigue siendo la base delpensamiento cientfico, segn la cual el mundo oculta un orden racional einteligible.El paso del mito al logos signific la determinacin de buscar una explicacinnatural del mundo dentro de sus propios lmites. Para ello, el hombre cont con la solaasistencia de la razn, nico y suficiente instrumento para llevar a cabo esta tarea. No debeolvidarse, no obstante, que en la filosofa anterior a Scrates el logos distaba bastante de laidea de razn en sentido gnoseolgico.En lo que comnmente se llama filosofa presocrtica se distinguen dos grandeslneas de pensamiento: la jonia y la itlica. Esta distincin no obedece nicamente acriterios geogrficos, sino que marca dos tendencias claramente diferenciadas. En Joniaaparece la escuela de Mileto (Tales, Anaximandro y Anaxmenes), con una orientacinnaturalista, preocupados por el conocimiento de la naturaleza y un espritu marcadamentecientfico. En la Magna Grecia, en el sur de Italia, surgen doctrinas de ndole msmetafsica y especulativa, como los pitagricos o los elatas. Mientras que los jonios estnms prximos a la tradicin mitolgica olmpica, los itlicos se relacionan con corrientesmistricas como el orfismo o las teogonas rapsdicas. Aqu nos limitamos a considerar susprincipales aportaciones con relacin al tema que nos ocupa1.1Los fragmentos de los filsofos presocrticos que citamos en este captulo proceden de Diels (1952).MEN SALIR 53. 51En esta primitiva etapa del pensamiento no slo se hace, por vez primera, un usofilosfico de los trminos razn e inteligencia, sino que se trazan las lneas maestras queprefiguran la concepcin racionalista del ser humano y la realidad.Herclito de feso (535-470 a. C.) fue uno de los primeros en servirse del trminologos para expresar ciertas ideas. Pese a su origen jonio, Herclito no comparte los rasgosque hemos atribuido a los Milesios, como tampoco a los de ninguna otra escuela de esteperodo. Sus ideas aparecen aisladas respecto a las aportaciones tanto de sus predecesorescomo de sus contemporneos. l mismo afirmaba que no aprendi nada de ningn hombrey que su sabidura era el producto de una bsqueda interior (Fr. 101). De Herclito seconservan ms de un centenar de fragmentos, escritos en un estilo oscuro y crptico.Atendiendo a la forma y el contenido de sus sentencias, Herclito se asemeja ms a unorculo o a un profeta que al resto de los filsofos del siglo VI a. C.Herclito se consideraba poseedor de una verdad absoluta e incontrovertible sobrela constitucin del mundo: la existencia real de un Logos que ordena todas las cosas (Fr.72) y determina todo cuanto acontece (Fr. 1). Slo a l le corresponda el privilegio dehaber visto esta verdad, de la que, sin embargo, no se consideraba ms que su vehculo (Fr.50). El modo en que Herclito pretende haberse apropiado de este conocimiento sugierealguna forma de revelacin sobrenatural. La Verdad no se alcanza mediante laacumulacin de conocimientos: La mucha erudicin no ensea la sabidura. De otromodo se la habra enseado a Hesodo y a Pitgoras, y a su vez a Jenfanes y a Hecateo(Fr. 40). Herclito dio sobradas muestras de su desprecio hacia los hombres, en general, yhacia los filsofos, en particular. A estos ltimos reproch su incapacidad para reconocerla Verdad.Aunque este Logos existe desde siempre, los hombres son incapaces decomprenderlo, lo mismo antes de or hablar de l que despus de haber odohablar de l. En efecto, an sucediendo todas las cosas segn este Logos, parecenno tener ninguna experiencia de l, aunque reconocen por experiencia palabras yhechos como los que yo expongo, cuando distingo cada cosa segn su naturaleza yexplico cmo es. Pero a los dems hombres, tanto les pasan desapercibidascuantas cosas hacen de dormidos, como les pasan inadvertidas cuantas hacendespiertos (Fr. I).MEN SALIR 54. 52El sentido del trmino logos en este fragmento no puede ser identificado, sin ms,con el significado comn de palabra o discurso. El Logos heracliteano es principalmentealgo que est por encima del hombre y que determina el curso de todo cuanto acontece. Almismo tiempo, el Logos tambin es palabra en Herclito: Es prudente escuchar al Logos,no a m, y reconocer que todas las cosas son una (Fr. 50). El Logos es una especie de Leyuniversal, comn para todos (Fr. 2, Fr. 114), que regula los acontecimientos y que puedeser oda por los hombres, aunque la mayor parte de ellos no lo hace (Fr. 1).Hay que seguir lo que es comn, pero, aunque el Logos es comn, la mayora delos hombres viven como si tuviesen una inteligencia propia particular. (Fr. 2).El Logos es comn en el sentido en que puede ser aprehendido por todos. Es unavirtud captar la comn y un error pretender que uno posee una sabidura particular. Locomn es el acto de pensar, la inteligencia reflexiva: Comn a todos es el pensar. (Fr.113); Aquellos que hablan con inteligencia deben apoyarse en lo que es comn a todos() (Fr. 114). Adems de principio rector de la realidad, el Logos abarca la capacidadpensante del ser humano. En tanto que comn, el Logos est presente en todo cuantoexiste, incluida la mente humana. El Logos que se hace crecer a s mismo pertenece alalma (Fr. 115). En la concepcin heracliteana del Logos se superponen por primera vezlas dos dimensiones fundamentales de la razn: la gnoseolgica y la metafsica.El Logos es en parte espiritual y en parte material. Al ser universal, el Logos estinserto en todo, es comn a todas las cosas. El Logos se encuentra materialmenteencarnado en el mundo, determinando el orden racional. El hombre participa de este ordenpor medios fsicos, entre los que se incluye la respiracin y los conductos de los rganossensitivos. Los sentidos son para los hombres los canales primarios de comunicacin con elLogos. Las cosas que pueden verse, orse y aprenderse, sas son las que yo prefiero (Fr.55). Aludiendo tal vez al carcter engaoso de las palabras, ms adelante matiza: Los ojosson testigos ms precisos que los odos (Fr. 101). Para aprehender el Logos, el hombre hade estar en contacto (sensorial) con lo comn. Ensimismarse en el propio mundo equivale aanular el elemento racional humano, separndolo del Logos universal y verdadero. Estastesis hicieron de Herclito el principal antagonista de Parmnides.El aspecto material del Logos es el Fuego; el Logos se encuentra encarnado en elFuego. No se trata de una mera representacin simblica; para Herclito el fuego es laforma ms pura y elevada de la materia. El fuego es lo comn, lo que est presente en todoMEN SALIR 55. 53lo que tiene existencia: Todas las cosas se intercambian por el fuego y el fuego por todaslas cosas, como las mercancas se intercambian por el oro, y el oro por las mercancas.(Fr. 90). El fuego no es una llama incandescente, sino una especie de vapor invisible, unaexhalacin seca que constituye el principio vital y racional de las cosas. La irracionalidad yla muerte se relacionan con lo fro y lo hmedo (Fr. 36, 117). El Fuego y el Logos son lamisma cosa: El Fuego es la inteligencia y la causa del gobierno de todas las cosas (Fr.64). El Fuego se relaciona con lo caliente y lo seco. La inteligencia humana conoce elLogos en la medida en que participa del Fuego. El alma seca es la ms sabia y la mejor(Fr. 118).La pretensin de emparentar el alma humana con el orden cosmolgico a travsdel Logos, materializado en el fuego, supone un primer intento de identificar la raznmetafsica con la razn cognoscitiva. El hombre, mediante una facultad que le es dada, yque comparte con el resto de sus semejantes, es capaz de elevarse hasta la Ley universal. ElLogos de Herclito es el principio divino e inteligente que nos rodea, causa del orden delcosmos y al cual debemos nuestra propia inteligencia.El segundo trmino al que nos hemos referido al mencionar las races griegas de losvocablos razn e inteligencia es el de nos. El primero en hacer uso de l en sentidofilosfico fue Anaxgoras de Clazomene (500-428 a. C.), quin vivi aproximadamenteuna generacin despus de Herclito. Anaxgoras es un buen representante de la tradicinjonia, es decir, de la investigacin libre, motivada nicamente por la curiosidad ycaracterizada por una actitud principalmente cientfica. En sus especulaciones fsicas elsentimiento religioso est ausente. Su medio de expresin es la prosa.De Anaxgoras se conservan una veintena de fragmentos, procedentes de una obraen tres libros titulada Sobre la Naturaleza. En ellos se plantea el problema de la unidad y lapluralidad. La respuesta que da Anaxgoras pasa por admitir un doble principio: unopasivo, que en cierto sentido se identifica con la materia inerte e indeterminada, y otroactivo, motor, inteligente y regulador del cosmos. De acuerdo con Digenes Laercio (c.225-50/1962, II, 6), el tratado de Anaxgoras comenzaba con las siguientes palabras:Todas las cosas estaban juntas; luego lleg la Mente (Nos) y las puso en orden. Enesta cita queda expresada, de manera efectiva y concisa, toda la cosmogona deAnaxgoras.MEN SALIR 56. 54Frente a la negacin elata del devenir, la teora de Anaxgoras constituye unintento por preservar la realidad del mundo fsico, que trata de explicar en trminosaparentemente materiales. El principio sobre la composicin de la materia se desarrolla enla doctrina de las homeomeras. Parece que Anaxgoras no se sirvi de este trmino, sinoque fue Aristteles (c. 354-347 a. C./1977, De Caelo, 302a) quien lo introdujo, al referirsea las sustancias que aqul consider como elementales, dndole l mismo el nombre dehomemeros.En todo caso, en la doctrina de las homeomeras se combinan dos principios. Elprimero viene a decir que hay una porcin de todo en todo: En cada cosa hay unaporcin de todo (Fr.11). La idea que recoge este principio es que nada puede proceder dela nada, sino que todo se ha generado a partir de todo lo dems. De acuerdo con el segundoprincipio, todo es infinitamente divisible en partes homogneas consigo mismas, es decir,cada sustancia se compone de partes iguales entre s.Y puesto que no slo lo grande, sino tambin lo pequeo, tienen partes que soniguales en nmero, todas las cosas tienen que estar tambin, de ese modo, en todo.Y dado que es imposible que exista lo mnimo, nada puede hallarse separado nillegar a ser en s mismo, sino que, exactamente igual que lo estuvieron en elprincipio, as ahora todas las cosas existen juntas. Cada cosa est integrada pormuchas cosas, conteniendo las ms grandes y la ms pequeas una cantidad igualde las cosas que se separaron. (Fr. 6).Todo contiene una porcin de todo lo dems. Un trozo grande de algo contienetantas porciones de ese algo como uno pequeo, pese a la diferencia de tamao. Sinembargo, ninguna sustancia a excepcin del Nos contiene la totalidad del nmeroinfinito de sustancias en igual proporcin. El Intelecto es completamente homogneo,tanto el mayor como el menor. Pero, de lo dems, nada es semejante a ninguna otra cosa,sino que cada cosa es y era manifiestamente cada cosa, de la que mayor proporcin hayen ella. (Fr. 12).Anaxgoras no determina como s lo hacen otros filsofos presocrticos culesson los primeros principios de la materia. Segn se desprende de los fragmentos queposeemos, su intencin fue plantear una hiptesis sobre la naturaleza de la materia. A partirde ella, trat de explicar el cambio aparente de una sustancia a otra, sin admitir la creacinMEN SALIR 57. 55de nuevas sustancias. Su explicacin de la materia adquiere sentido al considerar elprincipio racional que rige el origen y la evolucin del universo.Este principio nos remite a una fuerza extrnseca, responsable del movimiento y dela divisin de las cosas: el Nos. La Mente o el Intelecto de Anaxgoras es una fuerzacsmica que se asemeja bastante al Logos de Herclito. La Mente, que siempre es, estciertamente ahora incluso donde estn tambin todas las dems cosas, en la masacircundante y en las cosas que han sido unidas y separadas (Fr. 14). El Intelecto espeiron en el sentido pleno del trmino: tiene una extensin indefinida, est compuesto deun nmero infinito de partculas, es infinito en el tiempo, no tiene lmites internos y eshomogneo. La funcin de la Mente fue impulsar el movimiento del torbellino csmico,iniciando as la disgregacin de las homeomeras y dando con ello origen a la formacindel Cosmos.Las dems cosas poseen una porcin de todo, pero el Intelecto es algo infinito eindependiente, y no est mezclado con cosa alguna, sino que existe solo y por smismo () Es la ms sutil y pura de todas las cosas, y tiene la comprensinabsoluta de todo y el mximo poder, y todo lo que tiene vida, tanto lo ms grandecomo lo ms pequeo, todo ello lo controla en Intelecto, y l control la rotacinuniversal e hizo que todo girara en el principio () Y a las cosas que estabanmezcladas y que se estn separando y dividiendo, a todas ellas las determina elIntelecto. Y puso todo en orden el Intelecto, lo que iba a ser, lo que fue pero ahorano es, y todo lo que ahora es y ser, incluso esa rotacin en la que giran ahora lasestrellas, el sol y la luna, y el aire y el fuego que se estn separando. Esta rotacinorigin la separacin (). (Fr. 12).Frente al Logs de Herclito, el papel del Nos de Anaxgoras se reduce a unaprimera intervencin causal. Despus de iniciar el movimiento rotativo, el Intelectocomenz a separarse de todo lo que haba puesto en movimiento, de manera que la rotacinsigui por s sola. Tras el impulso inicial del Nos, el resto del proceso obedece a causaspuramente mecnicas, no inteligentes. La Inteligencia no interviene en la ordenacin actualde las cosas.Respecto al posible vnculo entre el Nos y el hombre, el fragmento 11 determinalo siguiente: En todo hay una porcin de todo, excepto del Intelecto, pero en algunascosas tambin est el Intelecto. Esta excepcin hecha por Anaxgoras a lo que l mismoMEN SALIR 58. 56reitera en distintos fragmentos, parece sugerir la posibilidad de que en la vida (yucm)tambin se encuentra el Nos, la Inteligencia csmica. Esto podra entenderse como que elIntelecto est presente en el conjunto de los seres vivos, o tal vez slo en el hombre, opuede que nicamente en algunos hombres. La dificultad que entraa la interpretacin deeste fragmento ya fue advertida por el propio Aristteles (c. 336-322 a. C./1977, DeAnima).Hacia finales del siglo V y principios del IV a. C., en claro contraste con laperspectiva jonia, en la Magna Grecia aparece la doctrina pitagrica. Esta corriente sedesarrolla dentro de un movimiento sectario de carcter poltico-religioso. Mientras que elpensamiento jonio estaba movido por la curiosidad y el inters por el progreso cientfico, elpitagorismo se orientaba hacia la bsqueda de un determinado modo de vida, prescribiendounas pautas de comportamiento mediante las que el hombre armonizara con el ordencsmico. La finalidad espiritual de esta doctrina supone una sustancial diferencia respectoa otros desarrollos que encontramos en esta poca. Su importancia reside en que muchas delas ideas pitagricas influyeron poderosamente en los grandes pensadores del perodoclsico, y en consecuencia en toda la tradicin posterior.El estudio del pitagorismo plantea algunos problemas. El primero de ellos es que niPitgoras ni sus primeros seguidores dejaron escrito alguno. El conocimiento que tenemosde esta doctrina es exclusivamente a partir de testimonios de escritores contemporneos yposteriores. Entre stos destaca Aristteles, en cuyas obras aparecen numerosas referenciasa Pitgoras y a los pitagricos.A Pitgoras de Samos (570-490 a. C.) se atribuyen importantes descubrimientosmatemticos, entre los que destaca el teorema de la hipotenusa del tringulo rectngulo. Elinters que los pitagricos manifestaron por las matemticas iba acompaado de unprimitivo misticismo del nmero. La estrecha relacin entre especulacin matemtica,astronmica y religiosa, caracterstica del pensamiento griego, aparece claramente enPitgoras. Los nmeros son la esencia de las cosas. Segn Aristteles (c. 347-335 a.C./1977, Metafsica, I, 5, 895b), los pita