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A rrib a: De talle de san Ignacio pr esidie ndo el retablo de los Fundadores. Te mplo de San Francisco Javie r. Tepot zotlán. Museo Nacional dell'irreinato. CONACUL7'A -I N,jil. Página siguiente Nicolás Enriquez. San Ignacio en i'I1anresa. 1762. Óleo sobre te la. Pinac oteca deltenv plo del Orat o -rio de San Felipe Neri, L (t Prof esa . (Detall e ). Los · desafíos de la memoria E ,m,¡qui" ob"""'¡,, int""ado '" 1. ,ulM'. do México la Compañía de Jesús es una referencia ineludible. Su legado artístico forma parte de los hitos fundamentales de nuestro patrimonio. Entre otras obras insignes, esa orden religiosa construyó San lldefonso,Tepotzotlán, y La Profesa (que la población identifica ya como monumentos simbólicos mayores), y la obra de Villalpando y Cabrera no hubiera visto la luz sin su mecenazgo e inspiración. Clavijero y Kino fueron y es imposible comprender a sor Juana y a Sigüenza sin tomar en cuenta sus complicadas relaciones con los miembros de esa institución. Su huella más honda se encuentra, sin embargo, en un entramado de redes todavía que fueron indispensables para articular el país, en las elites - cuya configuración recibió de los jesuitas una marca fundamental- y en las culturas populares, profundamente imbuidas hasta hoy por una religiosidad intensa y expresiva que esa institución, promotora decidida del espíritu barroco, contribuyó activamente a modelar. La Compañía de Jesús ha estado en el centro de grandes debates intelectuales y políticos. Durante el siglo XVI fue un protagonista central en el conflicto suscitado en tomo a la Reforma protestante; en el XVII, Pascal, en una disputa que no era finalmente más que otro episodio del secular debate entre las posiciones filosóficas y teológicas agustinianas y las tomistas, hizo objeto a la Compañía de unas críticas acerbas,sutiles y formuladas en un espléndido estilo, que alcanzaron gran difusión. La alta estatura moral de este contrincante -y de otros como el obispo de Puebla, Palafox (con quien los jesuitas sostuvieron una encendida querella por razones de diezmos,precedencias y jurisdicciones)-, facilitó el surgimiento de una imagen polémica de esa orden religiosa. Esta situación había de hacerse más viva a causa de encendidas discusiones internas (por ejemplo,la que los unió a los franciscanos en contra de los dominicos en tomo al tema de la Inmaculada Concepción, todavía no proclama,da como dogma, y que los jesuitas defendían). 6 Esos enfrentamientos y tensiones --semej antes a los que protagonizaban las demás órden es religiosas, y que no hacían s ino dar cauce al movimiento natural de las diversas corrientes en el interior de la Iglesia- entrarían en una fase inédita conforme se agudizaba el conflicto de intereses entre las monarquías absolutistas de la Europa católica y la Santa Sede, que había de conducir a la supresión de la orden en el siglo XVIII. as Las actividades de sus miembros , que los llevaban de las antecámaras palaciegas a los más abruptos senderos de misión,propiciaron el nacimiento de una mitología entre heroica y tenebrosa en cuya factura han intervenido desde Alejandro Dumas hasta Pérez Reverte. Dna institución por cuyas aulas pasaron personaj es de primer plano de la cultura occidental: Descartes, Corneille, Moliere, Calderón, formó también a espíritus brillantes que habrían de conveltirse en formidables adversarios, como Voltaire .. . Ahora, con el desarrollo de una tradición académica independiente podemos contar,para fortuna nuestra, con un elevado número de investigadores rigurosos que con el mismo interés pero con mayor serenidad se han dedicado a escudriñar las actividades de una institución sin la cual no podemos comprender la historia y la cultura de la cristiandad latina después del Renacimiento. El papel de la Compañía de Jesús en el proceso de construcción de este país es multiforme (la exploración del territorio, su participación en los esbozos de una conciencia patriótica, su obra evangelizadora entre las diversas poblaciones ... ); por eso ,Artes de México ha decidido proyectar hoy su mirada sobre uno solo de los ámbitos en que su actividad ha sido detenninante para la formación de nuestra sociedad. lBS Sus instituciones educativas constituyeron en la Nueva España el eje de una presencia con múltiples ramificaciones. Los colegios jesuitas estaban dedicados al cultivo de las humanidades y a la investigación científica y tecnológica, pero recibían

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  • Arriba:

    Detalle de san Ignacio presidiendo el

    retablo de los Fundadores.

    Templo de San Francisco Javier.

    Tepotzotlán.

    Museo Nacional dell'irreinato.

    CONACUL7'A -IN,jil.

    Página siguiente

    Nicolás Enriquez.

    San Ignacio en i'I1anresa. 1762.

    Óleo sobre tela.

    Pinacoteca deltenvplo del Orato-rio de

    San Felipe Neri, L (t Profesa.

    (Detalle).

    Los ·desafíos de la memoria

    E ,m,¡qui" ob"""'¡,, int""ado '" 1. ,ulM'. do México la Compañía de Jesús es una referencia

    ineludible. Su legado artístico forma parte de los

    hitos fundamentales de nuestro patrimonio. Entre

    otras obras insignes, esa orden religiosa construyó

    San lldefonso, Tepotzotlán, y La Profesa (que la

    población identifica ya como monumentos

    simbólicos mayores), y la obra de Villalpando y

    Cabrera no hubiera visto la luz sin su mecenazgo e

    inspiración. Clavijero y Kino fueron jesuita~ y es

    imposible comprender a sor Juana y a Sigüenza sin

    tomar en cuenta sus complicadas relaciones con los

    miembros de esa institución.

    Su huella más honda se encuentra, sin embargo,

    en un entramado de redes todavía viva~ que fueron

    indispensables para articular el país, en las elites

    - cuya configuración recibió de los jesuitas una

    marca fundamental- y en las culturas

    populares, profundamente imbuidas hasta hoy

    por una religiosidad intensa y expresiva que esa

    institución, promotora decidida del espíritu

    barroco, contribuyó activamente a modelar.

    La Compañía de Jesús ha estado en el centro de

    grandes debates intelectuales y políticos. Durante el

    siglo XVI fue un protagonista central en el conflicto

    suscitado en tomo a la Reforma protestante; en el

    XVII, Pascal, en una disputa que no era finalmente

    más que otro episodio del secular debate

    entre las posiciones filosóficas y teológicas

    agustinianas y las tomistas, hizo objeto a la

    Compañía de unas críticas acerbas,sutiles y

    formuladas en un espléndido estilo, que

    alcanzaron gran difusión. La alta estatura moral

    de este contrincante -y de otros como el obispo

    de Puebla, Palafox (con quien los jesuitas

    sostuvieron una encendida querella por razones

    de diezmos,precedencias y jurisdicciones)-,

    facilitó el surgimiento de una imagen polémica de

    esa orden religiosa. Esta situación había de hacerse

    más viva a causa de otra~ encendidas discusiones

    internas (por ejemplo,la que los unió a los franciscanos

    en contra de los dominicos en tomo al tema de la

    Inmaculada Concepción, todavía no proclama,da

    como dogma, y que los jesuitas defendían).

    6

    Esos enfrentamientos y tensiones --semej antes

    a los que protagonizaban las demás órdenes

    religiosas, y que no hacían sino dar cauce al

    movimiento natural de las diversas corrientes en el

    interior de la Iglesia- entrarían en una fase

    inédita conforme se agudizaba el conflicto de

    intereses entre las monarquías absolutistas de la

    Europa católica y la Santa Sede, que había de

    conducir a la supresión de la orden en el siglo XVIII.

    as Las actividades de sus miembros, que los

    llevaban de las antecámaras palaciegas a los más

    abruptos senderos de misión,propiciaron el

    nacimiento de una mitología entre heroica y

    tenebrosa en cuya factura han intervenido desde

    Alejandro Dumas hasta Pérez Reverte.

    D na institución por cuyas aulas pasaron

    personaj es de primer plano de la cultura

    occidental: Descartes, Corneille, Moliere, Calderón,

    formó también a espíritus brillantes que habrían

    de conveltirse en formidables adversarios, como

    Voltaire .. .

    Ahora, con el desarrollo de una tradición

    académica independiente podemos contar,para

    fortuna nuestra, con un elevado número de

    investigadores rigurosos que con el mismo interés

    pero con mayor serenidad se han dedicado a

    escudriñar las actividades de una institución sin

    la cual no podemos comprender la historia y la

    cultura de la cristiandad latina después del

    Renacimiento.

    El papel de la Compañía de Jesús en el proceso

    de construcción de este país es multiforme (la

    exploración del territorio, su participación en los

    esbozos de una conciencia patriótica, su obra

    evangelizadora entre las diversas poblaciones ... );

    por eso,Artes de México ha decidido proyectar hoy

    su mirada sobre uno solo de los ámbitos en que su

    actividad ha sido detenninante para la formación de

    nuestra sociedad.

    lBS Sus instituciones educativas constituyeron en la

    Nueva España el eje de una presencia con múltiples

    ramificaciones. Los colegios jesuitas estaban

    dedicados al cultivo de las humanidades y a la

    investigación científica y tecnológica, pero recibían

  • Alfonso Alfara

  • En estas páginas:

    Frontal de altar. Siglo XVII .

    Seda bordada con hilo de oro.

    Colección templo del Omtorio de San

    Fel'ipe Nel·i, La. P.rofesa.

    Página siguiente:

    Relicario con espina de la

    corona de Cristo.

    Colección tem.plo del Oratorio de S(t1t

    Felipe Neri, La Profesa.

    también - y la elaboraban y le daban sustento

    académico- la información producida por

    explomdores y misioneros.Ahi confluían los

    saberes y las experiencias de una institución

    cuyos horizontes eran planetarios, y se desarrollaba

    Wla intensa actividad artística en torno a un

    proyecto estético de alcances universales. En sus

    aulas y corredores se formaron también individuos

    - y se consolidaron grupos- que llegarían a

    ejercer un liderazgo tanto intelectual como

    empresarial y político.

    En un momento como éste, en que se buscan

    nuevas formulas pam convertir a la educación en

    el verdadero motor del desarrollo, cuando se

    propugna por fortalecer una dirigencia social capaz

    de conducir la empresa y la sociedad civil por los

    rumbos inexplorados que los tiempos requieren ,

    la mimda hacia los orígenes fundadores de

    nuestra cultura educativa y de nuestras elites

    puede revelarse sumamente fructuosa.

    HS Esta publicación abarca sólo un periodo que

    no alcanza a cubrir dos siglos: desde la llegada de

    los primeros religiosos enviados por san Francisco

    de Borja en 1572 hasta la expulsión decretada por

    la Corona en 1767 (previa a la supresión definitiva

    ordenada por el papa Clemente XIV en 17(3). No

    deja de ser sorprendente la extraordinaria presencia

    que logró un organismo que ni siquiera llegó a

    estar en actividad durante los dos tercios del lapso

    que abarcó la época VilTeülal . (Después de la

    Revolución francesa la Compañía sería restablecida

    por la Sede Apostólica, y volvería a implantarse

    en el lVIéxico independ.iente, aunque sería de

    nuevo proscrita en varias oca,siones,pruticularmente

    durante la Reforma liberal y la Revolución.)

    A pesar de que, como es natural, numerosos

    historiadores jesuitas se han lliteresado a lo largo del

    tiempo en la trayectoria de la orden a la que

    pmtenecen (y algunos de ellos son autores de

    obras de gran calidad) ,Á.rtes ele J1IIéxico ha decid.ido

    solicitru' para este número colaboraciones de

    investigadores ajenos a la Compañía, y cuya

    autoridad deriva exclusivamente de sus méritos

    académicos.

    1", La mirada externa y d.istante suele contribuir al

    enriquecimiento de los debates. Además, la historia

    de esta orden religiosa, corno los ternas que

    conciernen en general al pasado y al presente de la

    Iglesia católica, es cada vez más h-ecuentemente

    analizada con interés y profundidad por los

  • diversos centros de investigación dedicados a las

    ciencias humanas.Al inyjtar a estos autores hemos

    deseado poner de relieve una situación tan

    saludable para estas disciplinas como para los

    organisI?os que son el objeto de su atención.

    IHS Tanto Luce Giard (miembro del Centro

    Nacional para la Investigación Científica, de París)

    como Dayjd Brading (profesor de la Universidad de

    Cambridge) , tanto Pilar Gonzalbo como Elías

    Trabulse y Guillermo Zermeño (profesores-

    investigadores de El Colegio de México) , han

    abordado el estudio de estos temas con el mismo

    rigor que ha fincado su gran prestigio a través de sus

    obras. Sus contribuciones han sido escritas

    especialmente para este número.

    Hay un tema, sin embargo, en el que pensamos

    que era necesario un testimonio llegado desde el

    interior de la institución, una apOltación que aunara

    la alta exigencia académica con la percepción

    privilegiada que sólo puede ser el fruto de una

    íntima experiencia personal. Para dar cuenta de

    la espiritualidad de la Compañía de Jesús y su

    e},:presión estética hemos recibido la colaboración

    del P. Heinrich Pfeiffer, S.J. (profesor de la Pontificia

    U niversidad Gregoriana, en Roma) que nos ha

    permitido publicar algunos extractos de textos

    suyos, asimismo inéditos. Gracias a ellos podemos

    también yjslumbrar las profundidades de la

    dimensión propiamente religiosa de una institución

    cuya especificidad reside, en último término, en un

    compromiso de orden sobrenatural.

    1 ... La vertiente hispánica y cristiana de nuestra

    cultura es, como las otras, sumamente diversa; para

    configurar este país, para dar forma a su rostro, la

    participación de las distintas órdenes religiosas

    -y de cada uno de los sectores de los diversos

    cleros diocesanos- ha sido decisiva. Unas y otros

    ban ido apoltando su pruticular proyecto intelectual

    y espiritual, y sus influjos específicos pueden

    percibirse claramente en los signos distintivos de

    nuestros diferentes espa.cios regionales.

    H< A través de esta publicación, y de otras que verán

    la luz posteriormente (tenemos en preparación

    varios números acerca del alte de las órdenes

    mendicantes) ,ATles de México espera contribuí!' a

    bosquejar un panorama más yjvo y preciso de la

    obra de instituciones que han tenido un papel tan

    impoltante en nuestra historia y en la formación de

    los lenguajes estéticos y las maneras de percibir el

    mundo que boy reconocemos como propios. 1 8