reconociendo las historias de lÍderes empresariales...

reconociendo las HISTORIASDE LÍDERES EMPRESARIALES que

INSPIRAN UN PERÚ MEJOR

Conociendo a los Líderes Empresariales del Cambio 2019

EY World Entrepreneur Of the Year™Las mentes más disruptivas del mundose reúnen en Montecarlo, Mónaco.

3

cONTENIDO03Página

Presentación

62Página

66Página

08Página

Etapas del premioRiguroso proceso de evaluación

EY World Entrepreneur Of the YearTM

Aprende LEC

12Página

Conociendo a losLíderes Empresariales del Cambio 2019

10Página

Los Líderes Empresariales del Cambio 2019 - Listado en orden alfabético

• Jorge Añaños• Wilber Aragonéz• Jean Pierre Azañedo• Marisol Bellatin y

Fiorella de Ferrari• Antonio Bologna• Enrique Camet

• Ciro Castañeda• Edú Corrales• Patricia Dalmau• Pedro Domínguez• Héctor García• Clemente Guevara

• Oswaldo Hidalgo• Martín Majluf• Gina Mantero• Eduardo Mezzich• Naima Montiel• Enrique Pajuelo

• Marlene Perea• Javier Quiñones• Wilson Ramírez• Jessica Rodríguez• Enrique Sattler• Hugo Siu

Ser empresario en el Perú no es una labor fácil, es el camino que eligen aquellos con pasión, coraje y perseverancia en la travesía de crear valor para satisfacer necesidades humanas. Es una tarea que no puede realizarse sin un propósito claro: ser creadores de bienestar para más clientes, en mejores condiciones que la competencia, generando empleo, aportando al fisco y dinamizando, así, la economía del país. Los Líderes Empresariales del Cambio 2019 son testimonio de ello y cada una de sus historias son ejemplo de empuje y creatividad, de la cual ellos hacen gala.

Desde hace un lustro, EY, El Comercio y Asbanc tenemos el honor de reconocer la trayectoria de un representativo grupo de emprendedores peruanos y celebrar el éxito de sus negocios gracias, no solo a su innovación y liderazgo, sino también a su capacidad de gestión basada en la ética y transparencia, logrando dinamizar las diversas industrias en las que participan, a nivel nacional e internacional, y dejando en alto el nombre de nuestro país.

A lo largo de estos cinco años, los emprendedores aquí reconocidos han sido conscientes y responsables del impacto que sus empresas generan en las zonas donde operan, buscando beneficiar, no solo a sus colaboradores, proveedores y clientes, sino también a las comunidades cercanas mediante el fomento de un crecimiento económico local continuo.

En esta edición especial, queremos compartir sus vivencias, con la confianza de que con ellas logremos inspirar a las nuevas generaciones de emprendedores que seguirán sus pasos, convirtiéndose en agentes de cambio para construir un Perú mejor. Felicitamos a los Líderes del Cambio 2019 y los invitamos a conocer sus historias en las siguientes páginas.

PauloPantigoso

Country Managing PartnerEY Perú

Director PeriodísticoEl Comercio

Presidente de Asbanc

Juan JoséGarrido Koechlin

MartínNaranjo

pres

enta

ción

Solo participan los empresarios nominados por sus bancos, por su trayectoria y aporte al país.

por nominación

Tres instancias de evaluación:1. Nominación de bancos2. Seleción a cargo del Comité Evaluador3. Evaluación a cargo del Jurado

Rigurosidad del proceso

Los empresarios reconocidos como LEC tienen la posibilidad de participar en el EY World Entrepreneur of the Year, evento mundial en el que participan empresarios de más de 60 países.

Networking Internacional

Mediante la plataforma Aprende LEC, alumnos y profesores universitarios podrán disponer de casos de estudio basados en las historias y desafíos de estos empresarios.

Trasciende a las aulas

EY, El Comercio y Asbanc se enorgullecen en presentar la 5ta edición del Premio LEC – Líderes Empresariales del Cambio, una iniciativa que busca reconocer a quienes con coraje, inversión e innovación están construyendo un Perú mejor. Aplaudimos el espíritu emprendedor de los empresarios peruanos, quienes a pesar de las adversidades generan crecimiento en las comunidades donde operan, dinamizan la economía del país e impulsan la innovación de sus sectores.

¿Por qué el premio LEC “Líderes Empresariales del Cambio” es un premio único?

Premio Líderes Empresariales del Cambio 20194

En la fila posterior, Enrique Moya (Artesco), Marina Bustamante (Renzo Costa), Fernando Berckemeyer, Paulo Pantigoso, Country Managing Partner de EY Perú. Oscar Rovera (Presidente de ASBANC). Adelante, Mercedez Auris (Los Viñedos), Raúl Alcalde (Scharff), Umberto Calderón (Agrovet Market), Teodoro Ortiz (Incasur), Dora Rodríguez (Helatony’s), Mariana Costa ( Laboratoria).

ganadores lec 2018

Felipe Koechlin (Reforestadora Amazónica); Jorge Zegarra (Petramás); Antonio Armejo (Ilender); Javier Calvo-Pérez (Liderman); Rafael Quevedo (Grupo Rocio) y Paulo Pantigoso, Country Managing Partner de EY Perú.ganadores lec 2016

Javier Echevarría (Hagroy Electronic), Percy Ortiz (Consorcio Eléctrico de Villacuri), Rosario Bazán (DanPer), José Valdez (ICACIT), Roberto Fioretto (Inca Tops), y Paulo Pantigoso, Country Managing Partner de EY Perú.ganadores lec 2015

Julio Favre (Redondos), José Koechlin (Inkaterra), James Valenzuela (Resemin), Rita Casana (N&A) y Paulo Pantigoso, Country Managing Partner de EY Perú.ganadores lec 2017

Premio Líderes Empresariales del Cambio 20196 7

Los bancos asociados a Asbanc nominan a sus clientes en las distintas categorías. Los criterios que toman en cuenta los Bancos para realizar dicha nominación son: Historia de éxito, extraordinario desempeño financiero, liderazgo e innovación y responsabilidad social.

Se comunica a todos los empresarios nominados que han sido propuestos por sus bancos. Si el nominado decide participar, un equipo de EY se pone en contacto con él/ella para ayudarle a completar los documentos necesarios para pasar a la siguiente etapa.

Comité Evaluador

Xavier Gimbert

Director de Pacífico Business School

Jimena de la Quintana

Corresponsal de CNN en Español. Periodista especializada en Economía y Negocios

Jaime Graña

Inversionista y Director Independiente

José Ricardo Stok

Director General del PAD – Escuela de Negocios de la Universidad de Piura

Ernesto Cavassa

Rector Universidad Antonio Ruiz de Montoya

El Comité Evaluador analiza las candidaturas bajo un criterio 360°, que considera los aspectos tanto empresariales como personales. En base a ello selecciona a los “Líderes Empresariales del Cambio - LEC 2019”, quienes pasan a la siguiente etapa donde se define a los ganadores por categoría y al Gran Ganador que representará al Perú en Mónaco.

Los LEC son invitados a realizar entrevistas que son publicadas por el diario El Comercio. Además, tienen la oportunidad exclusiva de ser parte de Aprende LEC, plataforma de casos de estudio promovida por EY, la Universidad del Pacífico y El Comercio, que tiene por objetivo compartir historias de éxito empresarial peruanas con universitarios, profesores y público en general.

El Jurado, conformado por rectores y académicos de importantes universidades, así como por destacados empresarios de reconocida trayectoria, evalúa a los Líderes Empresariales del Cambio 2019 bajo el criterio 360°. Ellos seleccionan al ganador de cada categoría y entre ellos, al Gran Ganador que representará al Perú en la Gala de Mónaco, que se lleva a cabo con ocasión del EY World Entrepreneur Of The Year en Montecarlo. El Jurado también está facultado para proponer premios especiales, como por ejemplo “Trayectoria de Vida”. Los ganadores son anunciados en la Ceremonia de Premiación que se realiza en marzo del 2019.

Marco Antonio Zaldívar

Presidente del DirectorioBolsa de Valores de Lima

Salomón Lerner

Rector Emérito Pontificia Universidad Católica del Perú

Ignacio Prado Óscar Quezada

Presidente del DirectorioGrupo El Comercio

RectorUniversidad de Lima

Fabiola León-VelardeElsa Del Castillo

PresidentaConsejo Directivo CONCYTEC (Ex Rectora UPCH )

Rectora Universidad del Pacífico

UN RIGUROSO PROCESO DE EVALUACIÓN

Jurado

1Etapa 2Etapa 3Etapa 4Etapa


Presentamos la generación de Líderes Empresariales del Cambio 2019, con quienes compartimos la misión de construir un mejor entorno para los negocios que impacte positivamente a nuestro país. A continuación, lo invitamos a conocer sus historias.

Premio Líderes Empresariales del Cambio 201910

regiones18en las que las empresas de los Líderes Empresariales del Cambio (LEC)tienen operaciones

40%son docentes

• Agroexportación• Comercio• Construcción• Industrial• Hidrocarburos• Minería• Educación• Servicios Ambientales• Textil• Turismo

131,838,697facturación

1,103,200,000

1,271,304

Máxima

en soles

Promedio

Mínima

10Sectores

71%son empresas familiares

25empresarios

28%son mujeres

72%son hombres

72%ha tenido un rol en un gremio o asociación sectorial

1,682familiasbeneficiadas

537colaboradores

23añosde fundación

2 gENERACIÓNDAa cargo dela empresa

54añosal 2019

Edadpromedio

en promedio

EN CIFRAS2019

Líderesempresarialesdel cambio

12 13Premio Líderes Empresariales del Cambio 2019

Con 62 años, Jorge Añaños Jerí es un empresario de referencia en el Perú. La historia de su compañía, Industrias San Miguel (ISM), suele ser contada en las facultades de administración y negocios como un ejemplo de emprendimiento en condiciones adversas. ISM comenzó su trayectoria como una distribuidora de cervezas en Ayacucho a finales de los ochenta, durante los años más duros del terrorismo, y poco a poco se convirtió en una de las empresas más conocidas del Perú en su rubro: la fabricación de gaseosas, néctares y otras bebidas.

Hoy, Industrias San Miguel tiene cuatro plantas de producción y presencia en siete países. Son responsables de la fabricación de bebidas muy conocidas como KR, Oro y el agua de mesa Cielo. Parte de estas marcas las comparte con su empresa hermana el Grupo Ajé, aunque estas compañías son distintas y operan en diferentes mercados.

Jorge Añaños está convencido de que si su empresa no hubiera existido, o si no hubiera tenido éxito, la industria de las bebidas no alcohólicas no hubiera crecido tanto en el Perú. Jorge está orgulloso de que su empresa invierte sus recursos en el país, crea mano de obra calificada y

aporta con el cumplimiento de sus obligaciones tributarias. Su compañía da trabajo directo a unas 5 mil personas e indirecto a otras 30 mil. Este empresario nacido en Ayacucho también señala que Industrias San Miguel es una empresa peruana de bandera que permitió democratizar el acceso a las bebidas gaseosas al gran público. Hoy, su compañía sigue atenta a las demandas del mercado y está desarrollando nuevas líneas de producción de bebidas sin azúcar o bajas en calorías.

Industrias San Miguel se ha posicionado como el primer exportador de bebidas no alcohólicas del país. Hoy manejan una cartera de más de 17 marcas en Perú, Chile, República Dominicana, Brasil, Estados Unidos, Puerto Rico y Haití. Con sus cuatro plantas, el año pasado obtuvieron una productividad total de aproximadamente 700 millones de litros. Todas sus plantas tienen un sistema de tratamiento que permite devolver el agua al medioambiente sin contaminación. Además, han conseguido reducir en un 10% el consumo de electricidad en sus operaciones.Jorge Añaños es un hombre convencido de que la pasión por hacer empresa lleva lejos a los emprendedores. Él recomienda a los jóvenes que buscan

Alimentos y bebidas

EmbotelladoraSan Miguel del Sur S.A.Jorge

Añañoscomenzar un negocio estar atentos a las oportunidades del entorno, tal como le ocurrió a él. Durante los años del terrorismo, Jorge detectó que el mercado de bebidas en Ayacucho estaba desabastecido. Él se propuso incursionar y ofrecer un producto de alta calidad con bajo precio. “Si uno encuentra una oportunidad de oro, hay que lanzarse”, afirma Jorge. Según cuenta, todo joven debe proponerse romper paradigmas y soñar en grande.

Jorge estudió agronomía en la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga y apoyaba a sus padres en el fundo que tenían en el distrito de San Miguel, en la provincia de La Mar. No obstante, la amenaza del terrorismo obligó a su familia a mudarse a la ciudad de Ayacucho. Industrias San Miguel fue una empresa fundada por Jorge y su esposa, Tania Alcázar, quien es su brazo derecho. Hoy, la pareja tiene cuatro hijos: Arturo, Cintya, Britt y Hans. Todos ocupan altos cargos dentro de Industrias San Miguel.

la pasión por hacer empresa lleva lejos a los emprendedores”


E ingeniero Wilber AragonézRomán, fundador y GerenteGeneral de Silicon Technology, esun hombre que resuelve sus obstáculoscon estrategias tecnológicas. Cuandosu empresa daba sus primeros pasos,en el 2001, halló que las grandescorporaciones peruanas como Luz delSur o Edelnor no podían adquirir susproductos –aisladores poliméricos desilicona- debido a que se exigía unadurabilidad mínima de 15 años. Comosus aisladores tenían apenas mesesde fabricados, no se podía dar fe delcomportamiento una vez instalado encampo. Fue entonces que Wilber tomóla decisión de implementar una cámarade envejecimiento acelerado, unaespecie de cápsula que emitía haciasu interior rayos UV y simulaba lascondiciones de luz, lluvia y niebla salinadel ambiente exterior. La máquina fueun éxito. Una compañía extranjeraacreditó su fiabilidad y en solo 5 mil horas de exposición (208 díasque equivalían a quince años), Wilbercomprobó que sus aisladores eranlos más resistentes del mercado. Apartir de entonces, las puertas de lasempresas se le abrieron de par en par.

Wilber Aragonez nació en Nazca hace 51 años. Es el segundo de ocho hermanos y desde pequeño le gustaron los estudios. En 1993, se graduó como Ingeniero Mecánico Electricista de la Universidad Nacional San Luis Gonzaga de Ica. Trabajó durante diez años en la Compañía Electro Andina (CEA) donde pudo realizar experimentos y desarrollar prototipos de equipos electromecánicos. En dicha empresa desarrolló un software de diseño de transformadores eléctricos que realizaba en cinco minutos el trabajo que antes tardaba hasta cinco días. Finalmente, en el 2001, constituye su empresa Silicon Technology y a partir del 2003 deja de laborar en CEA para dedicarse de lleno a su aventura tecnológica. Empezó con solo tres colaboradores y hoy ya son 114 personas, en su mayoría ingenieros de provincia, que Wilber reclutó desde su alma mater.

Una de las principales preocupaciones de Wilber Aragonéz para empezar a vender sus aisladores de silicona fue acreditar estos equipos eléctricos con normas internacionales. Según

Manufactura

Silicon Technology S.A.C.WilberAragonéz

cuenta, él gastó una gran parte de su capital en la paulatina certificación de sus productos ante laboratorios internacionales como KEMA (Holanda) o LAPEM (México). Consciente de que no todos los empresarios peruanos pueden permitirse gastar tanto dinero en estas certificaciones, Wilber decidió fundar hace unos años CITE Energía, un Centro de Innovación Productiva y Transferencia Tecnológica que realiza pruebas eléctricas en baja, media y alta tensión a un precio accesible. Él se siente muy orgulloso de este aporte a la industria nacional. Wilber está convencido de que la ingeniería y la tecnología son cruciales para forjar la riqueza del país. Esto debido a que estas técnicas permiten la transformación de las materias primas en productos elaborados.

Entre los clientes de Silicon Technology están grandes empresas de la industria energética como Luz del Sur, Edelnor o la Red de Energía del Perú. Además, ya venden sus productos y ofrecen soporte técnico en Brasil, Chile y Colombia. Wilber cree que su principal aporte es haber mejorado la calidad de esta industria en el país.

La ingeniería aporta la mano de obra calificada que convierte la materia prima en un producto elaborado. Ahí radica la riqueza de un país”


Jean Pierre Azañedo, peruano de 36 años, compró su primera casa cuando cumplió los 19, en California, Estados Unidos. Lo hizo con el dinero que ganó trabajando para un prestamista inmobiliario, a quien ayudó a abrirse campo entre el público latino. Este hombre descubrió el talento que tenía Azañedo para lo comercial y le enseñó cómo era el negocio. Para entonces, el muchacho había trabajado en diversos restaurantes de comida rápida, y estaba siempre atento a cualquier oportunidad.

De chico, Jean Pierre, el menor de dos hermanos, formaba parte de una familia de clase media acomodada. Su padre era gerente de una agencia bancaria y su madre, corredora inmobiliaria. Pero en el año 1999, el padre de Azañedo fue despedido y, habiendo cumplido los 45, encontró muy difícil reinsertarse en el mercado laboral peruano. Así, la familia decidió probar suerte en Estados Unidos. En California, mientras regularizaban su situación migratoria, ambos padres tuvieron que dedicarse a empleos ocasionales.Tras ver el sacrificio de ambos,

Azañedo comenzó a buscar formas de apoyar a su familia económicamente. Perseveró en el mundo inmobiliario, y prosperó. Se convirtió en uno de los brókers más importantes del mercado latino y se llevó a su familia a trabajar con él. Se casó a los 23 años. Luego de eso, se planteó el reto de estudiar una carrera. Se recibió como administrador de empresas de la Sonoma State University de California.

La crisis inmobiliaria del 2007 puso a prueba su capacidad de respuesta. Reinventó el negocio y logró recuperarse financieramente. En el 2012 retornó al Perú con toda su familia y se propuso iniciar de cero. Sus pasatiempos favoritos, el golf y los deportes acuáticos, le ayudaron a desarrollar una red de contactos empresariales. Pero fue el año que se tomó para recorrer el Perú el que lo inspiró para fundar, en el 2013, la empresa Kanay SAC, dedicada al tratamiento de los residuos peligrosos. Tras vencer varias barreras burocráticas, pudo iniciar operaciones en el 2015. Un año después ya se había posicionado en el mercado. Desde entonces no ha dejado de innovar,

Servicios Ambientales

Kanay S.A.C.Kanay Seché GroupJean Pierre

Azañedoporque si algo le enseñó la experiencia, es que nada permanece en el tiempo. Por eso, su empresa está en constante expansión, buscando nuevos mercados y diversificándose. Además, Jean Pierre Azañedo está siempre pendiente de que su equipo esté capacitado y satisfecho. Le gusta consultar la opinión de sus colaboradores y que todos sean partícipes de los logros de la compañía. Como ejemplo, cuando hay una noticia importante, toca una campana para que todo el personal se reúna a celebrar y entender que se está dejando una huella en el país para que así las futuras generaciones vivan en un país saludable.

Pasé por una gran crisis y me reinventé. Esto me enseñó que un negocio debe estar en constante cambio y atento a las necesidades de su públicoobjetivo”


Fiorella de Ferrari lleva el arte en las venas. De niña, recreaba con sus primos obras de teatro como las que dirigía su madre, Chela de Ferrari; y, al crecer, ha demostrado su talento sobre las tablas y en la televisión. Marisol Bellatín, su amiga y vecina de la infancia, tiene la agudeza y el orden que se requiere para que los negocios caminen. Sin embargo, las dos fundadoras del nido La Casa Amarilla han compartido desde chicas la pasión por la enseñanza.

Cuando su familia decidió instalarse en Córdoba, Argentina, para alejarse de la demencia terrorista, Fiorella encontró paz sirviendo a los niños de las villas miseria. A los catorce años, pese a declararse atea, se involucró en las obras sociales de una parroquia católica. Le tocó trabajar con un grupo de niños de 3 a 11, amenazados por la adicción al Terokal. Los hacía jugar. Crear. Por eso, resultó natural que, a su vuelta a Lima, decidiera estudiar Educación. Ella sería una maestra de Inicial, pero una maestra diferente.

En Lima, Marisol había decidido estudiar Administración de Empresas, pero la vocación sabe gritar fuerte. Mientras estudiaba en la Universidad de Lima, daba clases en nidos. Dictaba talleres de verano. Prefería el alboroto de la infancia a la elegancia corporativa. Cuando Fiorella regresó, pronto comenzaron a soñar con poner un nido juntas. El sueño cobró aún más fuerza cuando coincidieron en Mad Science, un programa de televisión centrado en el vínculo entre el juego y el aprendizaje. Marisol llegó allí como jefa de producto; Fiorella, quien había llevado talleres de improvisación y clown, era la conductora.

Marisol, que también ha hecho estudios en Psicología, ha aportado sus conocimientos de gestión para hacer crecer una propuesta educativa innovadora, en la que los chicos construyen de forma activa su aprendizaje. Juntas, Marisol y Fiorella pusieron en marcha La Casa Amarilla con apenas 25 años. Juntas afrontaron la frustración cuando un primer intento

Educación

Cisil S.A. Colegio ALEPHMarisol

FiorellaBellatin yde Ferrari

de abrir el nido fracasó por la oposición de los vecinos. Juntas perseveraron en su modelo educativo, inspirado en la experiencia de la municipalidad italiana Reggio Emilia, aún cuando al inicio los padres no lo comprendían.

Lo que empezó en una casa de San Isidro se ha convertido en una red de seis nidos, además del colegio Aleph, y está irradiando su creatividad. Brinda asesorías para elevar la calidad de los colegios de zonas de bajos recursos, y cada año, capacita a cientos de educadores del Perú y del extranjero.

Nada nos detiene cuando hay una meta que va más allá de nosotras y que puede impactar positivamente en el país”


No cualquiera tiene la capacidad de multiplicar 150 veces los ingresos de una empresa en tan sólo 21 años. En 1997, Seafrost S.A.C., una compañía dedicada a la exportación de productos marinos congelados para consumo humano, facturó, con mucho esfuerzo, un millón de dólares. Habían enviado a Estados Unidos un contenedor con calamares que compraron a los pescadores artesanales de Paita, Piura. Para limpiar los moluscos habían tenido que contratar los servicios de varias plantas de la zona. Esta misma empresa cerrará el 2018 con 150 millones de dólares de ingresos. Es el líder indiscutible del sector en el país. ¿Qué hizo Antonio Bologna, su gerente general, para conseguirlo?

Su primer reto fue aprender español. Bologna llegó a Piura a los 39 años, en 1995. Lo había llamado su padre, un experimentado empresario que recorrió medio planeta comercializando calamares y que encontró en la playa de Yacila una especie que era muy cotizada en Europa y Estados Unidos. Antonio, que había nacido en el pueblo pesquero de Camogli, al norte de Italia,

fue consejero en la municipalidad de su pueblo por cinco años y tuvo experiencia con los productos congelados como fundador de un supermercado dedicado a este rubro. Al año de haber llegado al norte peruano, ya estaba casado con una peruana y hablando español con jergas y todo.

Viendo la gran demanda que tenían los calamares, padre e hijo se dedicaron a comprar todo lo que traían los pescadores artesanales y a contratar varias plantas locales para limpiarlos y procesarlos. Hicieron lo mismo con las conchas de abanico. Y luego con los pericos, las anchovetas y la pota. En 1998, cuando los compradores extranjeros se habían multiplicado, alquilaron un espacio en la base naval de Paita, que acogía en ese momento a varias empresas. Luego, en el 2003, compraron su propia planta en la zona industrial del puerto. Haber desarrollado productos que nadie más hacía en Piura les permitió crecer rápidamente. Lo mismo cuando decidieron incursionar en el mundo de las conservas. Perú había sido una potencia atunera en la década de 1960, pero todo se vine a pique.

Industrial

Seafrost S.A.C.AntonioBologna

Seafrost se propuso recuperar el brillo perdido y puso las máquinas a tope. Hoy producen 1.5 millones de cajas de conservas de atún al año y, como en cada caja entran 48 latas, se trata de unas 72 millones de latas que se venden en el mercado local bajo marcas como Florida, Gloria, A1 y Fanny. Muchas de las conservas piuranas terminan en Alemania, Inglaterra e Italia.

La empresa tiene unos 180 clientes repartidos en 50 países. El 65% de la producción, tanto de pescados y moluscos congelados como de conservas, se va afuera. “Mi aporte es haber hecho conocer el pescado peruano en el mundo”, dice Bologna, quien anuncia que también incursionará en la acuicultura, es decir, en la crianza de especies marinas con fines comerciales. “Es que cada día hay menos peces en el mar, no lo olvidemos”, añade este hombre de 63 años que no fue a la universidad. Mi aporte es haber hecho

conocer el pescado peruano en el mundo”


Enrique Camet Piccone, de 52 años, se considera un tipo sencillo. Bajo la manga de la camisa lleva una pita característica de los surfistas, “se podría decir que nací con la tabla bajo el brazo. En verano surfeo todos los días que puedo”, dice. De hecho, la mitad del año vive en Punta Hermosa y maneja todos los días desde allá hasta Miraflores para ir a la oficina. Los fines de semana se desconecta un poco del trabajo para pasar tiempo con su pareja y amigos. Tiene dos hijos que estudian en el extranjero y, cuando vienen al Perú, se los lleva también al mar para pasar tiempo en familia.

Del mismo modo, busca que sus empleados en Camet Trading SAC se tomen tiempo para ellos, pues cree que la felicidad de ellos es la clave principal del éxito de su empresa. “Acá no pensamos en la gente como si fueran limones que hay que exprimir hasta que ya no den jugo”, dice. “Tampoco me gusta que mis empleados estén preocupados porque no saben cómo pagarán la tarjeta de crédito o sus recibos a fin de mes. Hacemos un gran esfuerzo para pagarles por encima de lo que ofrece el mercado para que estén motivados”, dice. Además, todo el personal debe llevar al menos un curso al año de capacitación en su respectiva área. “He llevado infinidad de cursos, seminarios y programas de marketing, finanzas, ventas y alta dirección en universidades de Perú y España” dice. Durante once años trabajé en

el Grupo Fierro, seis años en España y luego cinco años en Perú. Luego pasé a trabajar en la empresa familiar. “Mi padre fue mi gran maestro, socio y amigo”, afirma Camet. El principal rubro de la familia de Enrique Camet es la construcción civil. Hace casi veinte años, su padre, exministro de Economía, le ofreció la oportunidad de abrirse camino en la agroexportación. “Ustedes son muchos hermanos. Hay que diversificar”, le dijo a Enrique, el quinto de siete. Y le propuso incursionar en la agroexportación. Enrique Camet investigó y decidió liderar ese nuevo proyecto familiar.

En el 2000 asumió la Gerencia General de la empresa Agropecuaria Lomas de Chilca S.A., que tenía fundos en Ayacucho, Pisco y Chilca, y se mantuvo en el cargo hasta el año 2015. En el año 2013 murió su padre y el panorama cambió, los hermanos decidieron vender las tierras, cancelar las deudas y repartir el saldo. “Cuando sólo quedaba por vender el fundo en Chilca les dije a mis hermanos que quería crear mi propia empresa agrícola, pues era lo que mejor sabía hacer, y ellos aceptaron”, comenta. “Alquilé el fundo de Chilca a mis hermanos y puse en marcha la nueva empresa, incorporando a dos de mis gerentes como socios”. En el primer año de operaciones (campaña 2016), Camet Trading S.A.C. tuvo su primer gran reto: recuperar 150 contenedores perdidos por la venta de los fundos de Ayacucho y Pisco y buscar 350 contenedores adicionales porque

Agroindustrial

Camet Trading S.A.C.EnriqueCamet

nuestro productor más importante decidió comercializar su fruta directamente. “Fue con muchísimo esfuerzo que logramos salir airosos, recuperando 500 contenedores en 15 regiones del Perú”, confiesa Enrique. Luego, creó un vivero para promover la investigación a nivel genético de los cultivos de palta Hass, de modo que todos los productores con los que trabajaba pudieran contar con plantas clonales de alta productividad y resistentes a enfermedades. Camet dedica unos tres meses del año para visitar a los agricultores. A veces se los lleva a Europa, África o Asia con él para que puedan ver dónde han logrado colocar sus productos. “Me da mucha satisfacción ser parte de su progreso”, dice Camet. El empresario, que ha sido presidente de la Asociación de Productores de Palta Hass del Perú, de la Asociación de Gremios de Productores Agrarios del Perú (AGAP), Segundo Vicepresidente de la CONFIEP y Presidente de la Peruvian Avocado Commission en Estados Unidos, se enorgullece de sus logros como dirigente gremial. Sus esfuerzos han conseguido que la palta peruana se sirva en las mesas de Estados Unidos, Europa y Asia.

Acá no pensamos en la gente como si fueran limones que hay que exprimir hasta que ya no den jugo”


Hace poco Ciro Castañeda, fundador y administrador de la marca de cocinas Fadicc, recibió una llamada de Arequipa. Una distribuidora que vende sus productos allá lo llamaba para contarle que un comprador que había adquirido una cocina semindustrial de 180 soles se quejaba de que no prendía. Castañeda les había pedido a sus distribuidores que se comunicaran con él ante cualquier percance técnico. Al día siguiente viajó a la Ciudad Blanca y se dirigió a la casa del cliente. Tocó la puerta y se presentó como técnico de Fadicc. En cinco minutos solucionó el problema, una pieza se había descolocado durante el viaje que hizo el producto desde Lima. El cliente, contento, fue a agradecer a la tienda. ¿Por qué el dueño de una empresa que facturará este año 13 millones de soles se toma la molestia de hacer el servicio técnico?

“Es una forma de ganar prestigio, de hacernos publicidad. El boca a boca es muy poderoso”, dice este huanuqueño de 57 años, que fundó la empresa junto a tres de sus hermanos en

1993. Inicialmente, el servicio técnico post-venta lo hacía una persona que, luego se comprobó, pedía a los clientes repuestos innecesarios; por eso el propio Ciro decidió tomar las riendas. Cuando se trata de Lima, un hermano suyo hace el servicio, y en provincias lo hace él, así que debe viajar casi todas las semanas.

La estrategia le ha funcionado: actualmente, unas 1,200 tiendas en todo el país, como Macro, SGA, Tiendas Reyes y ahora Economax, venden sus cocinas industriales y semindustriales, que cuestan entre 30 y 800 soles. No hay región del país donde no estén. Algunos de sus compradores más asiduos son jóvenes parejas que buscan un fuego potente porque no tienen mucho tiempo para cocinar: las Fadicc cosen en media hora lo que una cocina tradicional demora una hora. Los productos se ensamblan en tres locales que tienen en la urbanización industrial de Ate Vitarte pero, debido a los buenos números de las ventas, han adquirido un nuevo terreno de 10,000 metros cuadrados en el que están levantando el nuevo taller. Hasta han

Metalmecánica

Fadicc S.A.CiroCastañeda

adquirido un par de robots para hacer las labores de pintura y soldado. Todo, remarca Ciro, ha sido producto de un esfuerzo descomunal.

“Se podría decir que no tuve juventud”, comenta este empresario con algo de nostalgia. De niño trabajó con sus padres en las chacras de Rondos, el pueblo donde nació. A los 14, cuando ya vivían en Lima, se inició en la construcción civil como ayudante: cargaba cemento, ladrillo, pasaba el agua para la mezcla. A los 15, ya era maestro de obra y, junto con algunos amigos, levantaba casas en San Luis, San Borja y el Callao. A los 18 trabajaba para la constructora COSAPI. A los 21 se casó y tuvo cuatro hijos. Desde entonces no ha parado de trabajar. Por eso ahora se va a jugar partido los domingos con algunos distribuidores de Fadicc, o trata de no rechazar invitaciones para ir a bailar. Es una forma de recuperar el tiempo perdido.

El boca a boca es muy poderoso”


Edú Corrales Salazar, gerente director de Edú Holding Group, es honesto al respecto: él nunca pensó formar una empresa propia y creía que siempre iba a trabajar en la compañía de su padre, Corporación Corrales SAC. No obstante, algunas diferencias con aquél y las ganas de desarrollar un negocio con filosofía de servicio lo motivaron a fundar su propia empresa a fines del 2011. Desde entonces, el crecimiento de Edú Holding Group –una empresa dedicada a la comercialización de vidrios, aluminio, policarbonatos y otros productos para el diseño de interiores- ha sido sostenido. Edú abrió su primera tienda en Independencia en el 2012 con solo dieciocho trabajadores. Hoy, la compañía ya tiene seis locales y más de 120 colaboradores.

Edú nació en Lima hace 40 años y, aunque su familia tenía una empresa exitosa, él no la pasó siempre bien. Cuando estaba en cuarto de media, fue expulsado de su colegio parroquial por una acusación injusta. Tener que dejar a sus compañeros de toda la infancia lo impactó mucho y redujo su rendimiento académico. Tras culminar el colegio,

Edú tuvo estudios incompletos en administración de empresas en una universidad y dos institutos. A los 21 años, su enamorada –y actual esposa- quedó embarazada y Edú optó por ponerse a trabajar duro para mantener a su joven familia.

Aunque tenía un trabajo estable en la compañía de su padre, Edú no se sentía realizado. Según cuenta, a veces tenía la sensación de que “calentaba un asiento” en la empresa familiar. En otras oportunidades, creía que no aportaba y que no era tomado en cuenta. Por eso, a mediados del 2011, le informó a su padre que dejaría la compañía y que se abriría paso él solo. Él entendió que, para marcar la diferencia, tendría que buscar una filosofía empresarial distintiva. Edú apostó entonces por el buen servicio y la calidad de atención al cliente. Empezó a operar bajo la razón social Corrales & Cía. SAC, nombre muy parecido al de la empresa de su padre. A partir del 2016 la empresa de Edú volvió a transformarse y empezó a operar con el nombre comercial de Edú Holding Group.

Construcción

Corrales & Cía. S.A.C.EdúCorrales

El desarrollo empresarial de Edú ha ido de la mano con su crecimiento espiritual. Desde hace algunos años, él es miembro de una comunidad católica que le ha enseñado el valor de la tolerancia, el respeto al otro y la importancia de escuchar. Edú cree que esta experiencia le ha ayudado mucho a mejorar como esposo, padre de familia y líder empresarial. Ahora, él busca transmitir estos valores a su personal y no pierde oportunidad de sentarse a conversar con sus trabajadores sobre sus problemas personales para conocerlos mejor y ayudarlos. Edú está convencido de que, a pesar de que las ganancias de su empresa provienen de la venta de vidrios y aluminios, lo más importante no es el dinero ni los metales, sino las personas. Por eso, él pone mucho empeño en la capacitación de sus colaboradores y está orgulloso de liderar una empresa que tiene a todo su personal en planilla, otorga beneficios sociales y paga puntualmente sus impuestos. Además, profesa con el ejemplo, valores institucionales, como: la honestidad, la tolerancia y el respeto.

En Edú Holding Group nuestra filosofía es la del buen servicio. El dinero no es lo más importante, sino dar una atención de calidad, a travésde personas de calidad”


Aunque su mundo es el de la gastronomía y la educación, cuando Patricia Dalmau define su estilo de liderazgo prefiere usar una analogía propia de la industria pesada: “Soy un bulldozer cuando quiero algo”. Así lo afirma esta empresaria nacida en Valencia (España) hace 64 años. Según cuenta, está provista de la voluntad de acero que aprendió de su padre, el diplomático y emprendedor Sixtilio Dalmau. Gracias a esta fortaleza, hoy Patricia se da tiempo para administrar las exigentes unidades de negocios de la corporación Le Cordon Bleu Perú, lo que equivale a decir una universidad, un instituto, un centro de capacitación técnico productivo, el centro L’Ecole y el restaurante Wallqa.

Patricia ingresó en el rubro de la educación en gestión y gastronomía en 1992, cuando empezó a ayudar a su padre con la otrora Escuela Superior de Administración de Hoteles, Restaurantes y Afines (INAT). Ambos, padre e hija, tuvieron que afrontar adversidades e incomprensiones. En primer lugar, se empeñaron en hacer empresa en un país profundamente golpeado por el terrorismo y la crisis

económica. Y, quizá más importante, tuvieron que remar a contracorriente y convencer a las autoridades educativas sobre la importancia de las carreras que proponían, casi desconocidas hasta entonces: Cocina, Pastelería y Bar. Hasta hoy, señala Patricia, pese al auge y prestigio de la gastronomía peruana, la incomprensión sobre sus carreras profesionales es un problema que duele.

A partir del 2000, las cosas empezaron a mejorar. Aquel año Patricia y su padre Sixtilio firmaron un convenio con André Cointreau, el CEO de Le Cordon Bleu Internacional, para abrir el instituto Le Cordon Bleu Perú. Con la experiencia adquirida en INAT, empezaron a formar a los mejores técnicos en gastronomía y gestión de restaurantes y hoteles del país. Sin embargo, no se quedaron ahí y apuntaron hacia el gran objetivo: la universidad propia. Esto se logró a mediados del 2009, pocos meses antes del fallecimiento de Sixtilio. Desde entonces, Patricia se ha encargado de mantener vivo el sueño empresarial de su padre, un consorcio educativo que cree conocimiento para impulsar el desarrollo del país. Patricia, en efecto,

Educación

Promotora Miraflores S.A.C.Le Cordon BleuPatricia

Dalmaues una mujer convencida del poder transformador de la gastronomía. Hoy, por ejemplo, impulsa un proyecto para mejorar la situación económica y nutricional de los comuneros de Huaripampa, en la sierra de Áncash. A través de capacitaciones, Patricia busca que los campesinos aprendan sobre qué alimentos deben producir para nutrir mejor a sus hijos. Asimismo, ella está orgullosa de haber incorporado conceptos de buena manipulación de alimentos en importantes espacios como Mistura y la mesa gastronómica del Ministerio de la Producción. El gran objetivo de Patricia es que sus alumnos puedan ayudar en la erradicación de males como la anemia y la desnutrición.

Patricia, además de gozar del cariño de su esposo, sus tres hijos y cuatro nietos, está concentrada en obtener el licenciamiento de la Universidad Le Cordon Bleu ante la Sunedu. Su centro de estudios aprobó las dos primeras fases de este proceso exitosamente y ahora está en su última etapa. La Universidad Le Cordon Bleu atiende a 600 estudiantes, pero espera crecer con el licenciamiento.

El grupo Le Cordon Bleu Perú busca generar cambios positivos en el Perú. Queremos que se conozca el potencial transformador de la gastronomía”


Pedro Domínguez Ulloa, de 59 años y el segundo de seis hermanos, aprendió desde niño a nunca conformarse, a que nadie le ponga un límite a sus aspiraciones. Su padre era obrero y su sueldo rara vez alcanzaba para cubrir las necesidades de la familia. Su madre, ama de casa, se las ingeniaba vendiendo tamales, fruta y raspadilla ya fuera desde la casa, en la calle o de puerta en puerta. Más tarde puso una bodega y Domínguez la ayudaba atendiendo. “Ella ha sido mi inspiración. Yo también quise siempre cambiar mi destino. De niño me repetía que tenía que convertirme en un profesional o técnico para que mi familia no se quedara en la misma situación”, dice.

Nació en Pataz, La Libertad, y se crio en el Callao. La familia llegó al puerto cuando él tenía 4 años. Su primer trabajo lo consiguió a los 7 años. Iba con su hermano mayor y algunos vecinitos a una chacra en Ciudad del Pescador, donde ayudaban en la cosecha a cambio de propinas. “Sentía que así aportaba a la casa”, cuenta. A los 12, mientras sus amigos jugaban fulbito, comenzó a subirse a los buses como cobrador. A los 18 incursionó en el mundo de las ventas. Trabajó para

varias empresas ferreteras y ahorró para matricularse en la Universidad Garcilaso de la Vega, donde estudió la mitad de la carrera de Economía. En 1984 fue contratado para vender tubos de PVC de Contuplas y, un par de años después, su principal distribuidor le propuso abrir una tienda en Trujillo. Así que a los 27 años Domínguez y su socio fundaron una nueva empresa. No tuvo larga vida. Los paquetazos del primer gobierno de Alan García y del primer quinquenio de Alberto Fujimori lo llevaron disolver la sociedad en 1992. Pero Domínguez supo aprovechar el tiempo de prosperdidad para ayudar a sus hermanos a emigrar a Europa. Él mismo buscó alternativas en España.

En 1997, a los 38 años, abrió una microplanta en Trujillo para fabricar tubos de corto diámetro bajo el nombre de Eurotubo SAC. Desde entonces sobrevinieron varias crisis con las distribuidoras a las que les entregaba sus productos a concesión, principalmente, por causa de la morosidad. Esto le creaba riesgos financieros, pero Domínguez, igual que su madre, nunca estuvo dispuesto a rendirse ni a conformarse. Repensó el negocio. Fue ampliando la gama de productos y fundó otras empresas,

Industrial

Eurotubo S.A.C.PedroDomínguez

entre ellas sus propias distribuidoras en el norte y una constructora, que hoy forman parte de un gran holding. Eurotubo SAC se ha convertido en una de las empresas más importantes del rubro. “Somos la más importante de capital netamente peruano, pero la cuarta, si tenemos en cuanta a las trasnacionales. Mi meta, ahora, es acortar la brecha con estas empresas”, dice Domínguez.

Para ello cuenta ya con el apoyo de sus tres hijos mayores (tiene cuatro), que estudiaron Administración de Empresas. La mayor ve el área de marketing de la constructora y su segunda hija administra este negocio. El tercero administra una de las distribuidoras. El menor continúa estudiando, en Madrid, la carrera de Administración y Dirección de Empresas. Y Domínguez sigue siempre detrás del área de ventas de Eurotubo. “Soy el gerente general y tengo gente encargada de esa área, pero ser vendedor es lo que me apasiona. No sé si está en mi ADN. Pero en ventas tú eres el límite y eso es lo que me gusta”, dice.

Ventas es el oficio en donde más rápido puedes crecer. Tú eres el límite”


De empresa estatal a privada. De ensambladora de motores a fabricante de grupos electrógenos y de buses de última tecnología. Motores Diésel Andinos (Modasa) es una empresa que se ha reinventado muchas veces para sobrevivir en los más adversos contextos económicos y de mercado. Detrás de estas transformaciones, desde sus primeros días en 1974, siempre ha estado el ingeniero Héctor García Béjar, nacido en Cusco hace 73 años. Héctor se ha dedicado en las últimas cuatro décadas al desarrollo de este proyecto empresarial y hoy está orgulloso de haber puesto en pie a una empresa que estaba casi en ruinas a inicios de los ochenta. En la actualidad, Modasa es exitosa en sus tres grandes rubros comerciales: la fabricación y venta de buses; los servicios de reparación y mantenimiento de estos vehículos; y la elaboración de grupos electrógenos para la industria minera, de construcción y pesquera.

¿Cuál ha sido la fórmula de Héctor? Él lo resume con una ecuación sencilla: cualquier persona que busque el éxito empresarial se necesita poner

un 10% de inteligencia, un 10% de conocimiento y un 80% de esfuerzo y perseverancia. En el caso de Héctor, esta perseverancia debió salir a flote en más de una ocasión. En 1983, por ejemplo, Motores Diésel Andinos era una de las pocas empresas estatales creadas por el Gobierno Militar que aún no habían sido cerradas pese a que ya estaba al borde de la quiebra. Los acreedores internacionales de la empresa -Volvo y Perkins Engines- exigieron que Modasa deje de operar, pero Héctor se empeñó en mantener a flote el proyecto. Él detectó que en los almacenes de la empresa había el 80% de las piezas necesarias para ensamblar 500 motores. Se endeudó, puso de su propio dinero, pero Héctor fabricó esas máquinas y las vendió en Ecuador. Pudo pagar parte de la deuda de Modasa y así le dio los primeros auxilios a su empresa.

El camino fue duro. Los problemas empezaron a solucionarse a partir de 1987, cuando Modasa pasó de ser una empresa estatal con participación privada a ser privada con participación minoritaria del Estado. Héctor volvió a mostrar su perseverancia y remontó

Fabricación y comercialización

Motores Diesel Andinos S.A.HéctorGarcía

la crisis social que atravesaba el país en 1990 empezando a fabricar grupos electrógenos. Luego, a partir del 2001, incursionó en la fabricación de buses. Debido a su pasión por la innovación, la empresa creó el primer bus a gas del Perú en el 2006. Unos años después, serían contratados por los operadores del Metropolitano de Lima para construir 450 de los 600 buses que circulan por ese sistema de transporte. Para lograr este objetivo en solo seis meses, Modasa contrató asesores internacionales y adquirió tecnología de punta.

La empresa de Héctor también ha fabricado buses para los corredores complementarios de la capital y hoy se concentra en las necesidades de las empresas de transporte interprovincial y de aquellas que trasladan personal de agroindustrias y mineras. A sus 73 años, Héctor García aún no piensa en retirarse y asegura que tiene mucho más que ofrecer en su empresa, una compañía sólida que da trabajo directo a más de 1,200 personas en su planta de Lurín.

Para obtener el éxito empresarial hay que poner un 10% de inteligencia, un 10% de conocimientos y un 80% de esfuerzo y perseverancia”


Cuando Clemente Guevara volvió de Canadá al Perú en 1980 un amigo joyero le contó que estaban muy de moda las cadenas de gold-filled de 14 kilates, pero que era muy difícil importarlas de Estados Unidos porque casi nadie sabía inglés. Ese país era el gran productor de esta joya, que es una aleación de cobre y oro, y los mayoristas del centro de Lima, que nunca se habían preocupado por aprender un idioma extranjero, eran incapaces de negociar mejores condiciones. Él, que había estudiado ingeniería civil en la Universidad Laval, en Quebec, hablaba a la perfección el inglés. Cuando su amigo le contó eso, se quedó pensando y tomó una decisión arriesgada: viajar a New York a buscar a los productores más baratos. “Una definición del éxito podría ser la capacidad de olfatear las oportunidades, y yo la olí rapidísimo”, dice.

Haciéndose una serie de préstamos, este liberteño que hoy tiene 65 años consiguió importar su primer cargamento de gold-filled y lo ofreció

entre los mayoristas limeños. La mercadería voló. Con lo ganado y con nuevos préstamos hizo otras importaciones: ya no sólo traía cadenas, sino también aretes, dijes y pulseras, y consiguió fidelizar a una decena de compradores que siempre lo buscaban por más. En 1995 se preguntó si podía prescindir de los estadounidenses y fabricar él mismo el gold-filled. Juntó todos sus ahorros y se fue a Vicenza, Italia, a comprar seis máquinas fabricantes de joyas. A su retorno, fundó New Fashion Perú. Todo marchaba bien hasta que llegó la competencia brasileña: productos “de fantasía”, es decir, bañados en oro, que ingresaron al mercado peruano con precios regalados. Guevara vio la oportunidad de reinventarse: abandonó el gold-filled por un producto más caro pero de reconocida calidad: la plata del tipo 925, que trabaja hasta hoy y se ha convertido en el sello distintivo de su empresa.

En el 2009 volvió a entrenar su olfato: las ventas habían bajado como consecuencia de la crisis

Manufactura

New Fashion Perú S.A.ClementeGuevara

económica internacional y de que el Producto Bruto Interno peruano se había desacelerado. “Cuando hay una recesión, la primera actividad que se resiente es la joyería porque ofrece un bien suntuario, no un bien necesario, como el alimento”, explica. Decidió enviar un ejército de vendedores a lugares donde no había ido, como Tacna, Arequipa, Cusco y Piura, y le fue de maravilla. Lo mismo sucedió el 2017, cuando el panorama político redujo la compra de joyas en el mercado nacional. Guevara mismo fue a abrir mercados a otros países. En Chile ubicó a los importadores más grandes y les ofreció la mercadería a buenos precios. Gracias a esta maniobra, hoy el 45% de la producción se va a ese país, Argentina, Bolivia, Ecuador, Estados Unidos y Europa. Hace dos años la Asociación de Exportadores del Perú le dio el Premio a la Excelencia Exportadora. Hoy New Fashion Perú tiene una planta con cerca de 150 máquinas y crece a un ritmo de entre 12 y 15 por ciento al año. La vehemencia, pues, da sus frutos.

Una definición del éxito podría ser la capacidad de olfatear las oportunidades”


Empezó cargando bultos en las agencias de viajes de Huaraz, a los 13 años. Los fines de semana, lavaba carros y, cuando llegaba noviembre, vendía arreglos florales en el cementerio. Para ayudar a su mamá, que se había quedado en Chavín de Huántar, el pueblo de Áncash donde nació, le dio una idea de negocio: vender kerosene a granel. Le mandaba encomiendas con galones de kerosene de cinco litros. Cuando tenía 15, viajó a Lima con algunos de sus siete hermanos y se volvió guachimán de la compañía Famusa, que fabricaba radiolas gigantes. Para ganar un extra se ofrecía como peón de obra. Estudió la secundaria por las noches y acabó en el Melitón Carbajal, a los 22. No iría a la universidad y, sin embargo, fundaría Vistony, la única fábrica peruana de lubricantes y grasas. Sus productos llegan a siete países en tres continentes: España, Grecia, Marruecos, Paraguay, Ecuador, Chile y Bolivia, y el próximo año inaugurará una planta en Nueva Delhi, en la India.

¿Cómo lo hizo? Lo primero fue la curiosidad. Un día, mientras trabajaba como obrero, una de sus hermanas mayores, que era empleada doméstica,

le regaló una toalla para pies que había traído de la casa en la que servía. A Oswaldo, que a veces se secaba con bivirís, le sorprendió que existieran toallas para pies, para manos, para cara. Creyó que era un producto curioso, con potencial, y lo mandó a hacer para venderlo después con mucho éxito en universidades e institutos. Luego de ahorrar un tiempo, fundó la compañía textil Industrial Betelsa, que empezó a fabricar toallas y ropa industrial. Le fue muy bien hasta que el gobierno flexibilizó las importaciones y entraron productos chinos con precios bajísimos, así no se podía competir. Un día leyó en un periódico que el mercado de las grasas tenía mucho futuro y decidió probar suerte. Fundó Vistony en 1992 con algo de capital que le había quedado de Betelsa. Empezó comercializando lubricantes que fabricaban otros, pero luego adquirió un terreno con miras a producir él mismo. Los bancos no querían darle préstamos para que comprase máquinas: tuvo que abrir una cuenta y depositar cada día sus ganancias para ganarse la confianza del sistema bancario. Fueron días en que trabajaba día y noche, sin feriados. Cuando le soltaron los créditos,

Comercial/Automotriz

Vistony Compañía Industrial del Perú S.A.C.Oswaldo

Hidalgomejoró su infraestructura y se asoció con Aston Chemical, una fabricante de insumos para grasas que provee a Mobil y a Castrol. Así, amplió su cartera de productos, que iban desde el aceite hasta el líquido para frenos. Vistony entró, entonces, al mercado estadounidense y se consolidó.

Hoy tienen 1,000 empleados y un movimiento promedio anual de 60 millones de dólares. “Soy un ejemplo para los pobres, para los que no han nacido con privilegios”, dice este empresario de 69 años. Por eso ha fundado el Centro Empresarial Norte, en Ancón, donde da asesoría a otros emprendedores como él que recién están empezando. Es como si entrara en una máquina del tiempo y se viera a sí mismo.

Soy un ejemplo para los pobres”


Martín Majluf Brahim, empresario e ingeniero industrial de 53 años, es un entusiasta de la modernización. Él proviene de una familia de migrantes palestinos y pertenece a la segunda generación a cargo de Tecnofil S.A., una compañía líder en el procesamiento de cobre y sus aleaciones con zinc y estaño. La empresa fue fundada por el padre y el tío de Martín en 1975, cuando el país era gobernado por la dictadura militar. Al principio, Tecnofil se dedicaba a la transformación del aluminio para distintas industrias. No obstante, desde que Martín se incorporó a la empresa en 1992, se emprendieron varios cambios en la organización y se adquirieron nuevas maquinarias que posicionaron a la empresa entre las más destacadas de su rubro. Hoy, Tecnofil exporta metales manufacturados a más de 40 países en cinco continentes.

Martín tuvo una educación esmerada. Estudió en el colegio Markham y luego siguió estudios de ingeniería industrial en la Universidad de Lima.

Esta carrera la culminó en Saint Mary´s University (Estados Unidos) e inmediatamente ingresó a una maestría en administración de empresas en España. Regresó al Perú en 1992 cuando el país atravesaba una grave crisis política, social y económica. Pese a que el contexto era adverso, en 1993 se inició la fabricación de barras de cobre que son usadas como materia prima para pletinas. Un año después, Tecnofil invirtió en la fabricación de alambres planos de cobre y en 1997 compró equipos para elaborar alambres de latón. Gracias a su compromiso con la calidad de sus productos y a su buen servicio, la empresa de la familia Majluf ganó la confianza de grandes corporaciones como General Electric o Duracell. Tecnofil es una empresa comprometida con el país. Ellos adquieren sus materias primas de empresas como Southern Perú y Cerro Verde. Los metales que adquieren pasan por procesos altamente tecnificados de fundición, laminado y transformación en su planta ubicada en Independencia (Lima). Martín está orgulloso de que su empresa da valor

Metalmecánica

Tecnofil S.A.MartínMajluf

agregado a los metales y así contribuye al desarrollo nacional. Tecnofil da trabajo directo a unas 350 personas y ya alista planes de mudanza a un terreno mucho más amplio ubicado en Chilca, al sur de Lima, donde se está desarrollando un nuevo polo industrial.

Este 2018 es un año de transformaciones para Martín Majluf. Luego de 26 años de trabajo directo en Tecnofil, él dejó la gerencia general de la empresa en setiembre pasado. Este importante cargo ha pasado a manos de un profesional ajeno a su familia. El objetivo, según cuenta, es continuar en los pasos que inició allá por 1992: la modernización de todos los procesos productivos. Ahora Martín se prepara para emprender proyectos propios y aportar al país como parte de la asamblea de la Sociedad Nacional de Industrias.

Damos valor agregado a las materias primas que produce el Perú”


Nosotros formamos ciudadanos”, dice Gina Mantero, fundadora del colegio Altair. “Desde el inicio tuvimos claro que es posible alcanzar la excelencia académica atendiendo a la diversidad de estudiantes. En nuestras aulas, nuestros alumnos viven la democracia, la tolerancia y aprenden que las diferencias no nos separan sino nos unen y nos hacen más grandes”.

Recuerdo cuando tuvimos a una alumna invidente, realizamos una sensibilización a todo el staff de profesores, luego vino la capacitación, el estudio de Braille, el diseño de materiales tridimensionales para que pudiera aprender la geometría, y así, muchas estrategias que se implementaron. Fomentamos la solidaridad entre los compañeros, siempre veías a alguien ayudándola a bajar y subir las escaleras. Otras instituciones también reconocieron sus talentos y se adaptaron a sus necesidades, por ello, fue la primera alumna invidente en el Perú en

certificarse en el FCE, examen de inglés de Cambridge. También logró obtener el Diploma de la Organización del Bachillerato Internacional, aprobando los rigurosos exámenes de certificación. Ella es ahora psicóloga egresada de la Universidad Católica y radica en Canadá, donde vive de forma independiente.

Mantero, que por su experiencia con la inclusión fue convocada al directorio de la ONG Instituto para el Desarrollo Infantil (ARIE), siempre tuvo claro qué tipo de educación quería dar. Psicóloga clínica egresada de la Universidad Católica, trabajó cinco años en el colegio Roosevelt, donde se dedicaba a ver los casos de los niños con problemas de aprendizaje. Luego, con una amiga, fundó un nido en el garaje de su casa: el Centro de Aprestamiento Picaflores. Lo suyo no era solo que los niños acumulen información, sino prestar atención a sus condiciones emocionales. En 1995, cuando fundó el Colegio Altair siguiendo el consejo de los padres de Picaflores que querían

Educación

Centro Educativo Particular Altair S.A.C.Gina

Manteroese tipo de formación para sus hijos, la filosofía se depuró: cada niño es único y tiene un talento que debe ser descubierto por los profesores. Por eso en Altair todos brillan, sea en matemática, teatro, debate, deportes o música.

La escuela empezó con 18 alumnos y hoy tiene 950. El año pasado se asociaron con el grupo educativo inglés Inspired, que tiene colegios en Sudáfrica, Suiza, Australia, Colombia y Costa Rica. Han adquirido un terreno en la urbanización Santa Patricia y están buscando ampliar la infraestructura. El colegio nunca ha tenido que hacer publicidad, el boca a boca ha sido suficiente. Un cuidadoso manejo administrativo les ha permitido crecer y ser exitosos empresarialmente. “Nuestro secreto es que nunca vimos Altair como un negocio”, explica Mantero.

Nuestro secreto es que nunca vimos Altair como un negocio”


Eduardo Mezzich Mendoza, de 40 años, es un empresario que rema contra la corriente. En un país como el Perú, donde prima la informalidad y las cosas hechas a medias, él optó por seguir el arduo camino de la legalidad. Su empresa, Villa Natura Perú, empezó a andar en el 2004 y se mudó varias veces de local solo para conseguir un ambiente óptimo para dedicarse a su negocio: la importación, procesamiento y venta de frutos secos y snacks. Además, es una empresa que tiene en planilla a todos sus colaboradores –casi cien personas-, que les ofrece los beneficios de ley, que cumple con el pago de sus impuestos y que tiene todos sus registros sanitarios en regla.

Eduardo reconoce que hacer las cosas bien no siempre trae una recompensa inmediata. Él sabe, por ejemplo, que las empresas competidoras que burlan las normas tienen ventajas desleales en el mercado. Estas pueden, por ejemplo, ofrecer precios más bajos debido a que no se preocupan por contar con licencias ni incorporan a sus trabajadores en planilla. Los beneficios, sostiene Eduardo, llegan después. Es

decir, cuando la formalidad ofrece al empresario una mejor cartera de clientes y las posibilidades de obtener un crédito ante los bancos se abren como un abanico. Así ocurrió con Villa Natura Perú, que hoy vende frutos secos y otros alimentos a los principales supermercados del Perú: Tottus, Plaza Vea, Vivanda, Wong, Metro, Makro y tiendas de conveniencia.

Empezar no fue fácil. Al principio, los bancos no ofrecían financiamiento a Villa Natura Perú debido a que no podían exhibir ciclos financieros. Pero Eduardo es un empresario perseverante y no tiró la toalla. Gracias al prestigio que había ganado en sus trabajos anteriores y al apoyo de su primer cliente importante, Tottus, la empresa siguió adelante. Ellos empezaron vendiendo snacks, pero a partir del 2007 incorporaron a sus líneas de productos los frutos secos, que hoy tienen un gran mercado debido al auge de la alimentación saludable. En el 2009, Villa Natura Perú se expandió y empezó a vender con su marca en Supermercados Peruanos (Plaza vea y Vivanda), empresa que hoy es líder en el mercado. Y a partir

Industria y comercializaciónde alimentos

Villa Natura Perú S.A.C.EduardoMezzich

del año pasado, sus operaciones se trasladaron a su nueva planta, en Lurín, donde modernizaron sus procesos de producción y envasado.

Hoy, con la marca Villa Natura o con las marcas propias de los supermercados, Eduardo Mezzich vende pasas, maní, ciruelas, almendras, pecanas, nueces y varios tipos de snacks como papas, camote y plátanos. La mayor parte de estos productos son importados –sobre todo de Chile- pero la empresa quiere potenciar el consumo de insumos nacionales como maíz del Cusco o los chips de plátano de Aguaytía (Ucayali). Eduardo quiere consolidar estos productos en el país, busca expandirse hacia el segmento tradicional (mercados y bodegas) y confía en que en los próximos diez años los envasados de Villa Natura Perú ya estarán en los anaqueles de los principales supermercados de Latinoamérica.

Gracias a la formalización y a que cumplimos las normas, en Villa Natura Perú podemos llegar a los clientes más importantes del país”


Naima Montiel, la gerente general de Fundición Ferrosa, puede dar fe de que en el mundo de las mineras y la industria pesada no se trata igual a los hombres y a las mujeres. Ella tiene varios ejemplos al respecto. En las ferias mineras, recuerda, algunos empresarios la tomaban por modelo antes que por la dueña de la empresa que dirige. Naima también cuenta que en las minas los encargados del mantenimiento de maquinaria dudaban sobre si hablar o no con ella. En alguna oportunidad, incluso, llamaron al personal de seguridad para retirarla de la mina.

Naima nunca perdió la paciencia. En los últimos 24 años que ha dedicado al desarrollo de su empresa, ella aprendió a domar la adversidad y a remar contra la corriente. Naima pertenece a la tercera generación de su familia que se dedica a las fundiciones y el tratamiento del metal. Aunque Fundición Ferrosa nació oficialmente en 1967, los orígenes de la empresa se remontan a 1945, a una fundición anterior que había creado el abuelo

de Naima, un hijo de emigrantes andaluces. Al principio, ella no creyó que iba a dedicarse a los negocios familiares. Fue una adolescente rebelde y apenas terminó el colegio se fue a viajar por Europa y luego se estableció en Brasil, el país de su madre. No obstante, a inicios de la década del noventa la empresa que gerenciaba su padre tuvo que cerrar sus puertas debido a un bajón en las ventas y a la liberalización de las importaciones. Hasta entonces, Fundición Ferrosa se dedicaba a la fabricación de piezas de hierro como discos de freno. En 1994, tras ser convocada por su padre, Naima regresó al Perú para hacerse cargo de la compañía.

El camino no fue fácil. Además de sobrellevar las brechas de género, Naima tuvo que soportar 12 años de cifras económicas desalentadoras. No tiró la toalla. Su primera gran inversión fue comprar un horno de inducción que le permitiera cambiar el rumbo de la empresa y dedicarse a la manipulación del acero. Naima viajó mucho por el país para tocar las puertas de mineras

Metalmecánica

Fundición Ferrosa S.A.C.NaimaMontiel

y cementeras. Modernizó su planta en Ate y profesionalizó a sus obreros. Poco a poco, llegó el éxito.

Hoy, la empresa de Naima tiene un prestigio ganado y suministra piezas de acero de desgaste a grandes empresas como Buenaventura, Chinalco, DP World, Quiruvilca, Unicon o Ladrillos Lark. Otros de sus clientes son grandes corporaciones que venden maquinaria pesada como FLSmidth y Metso. No obstante, cuando se le pregunta a Naima cuál es el aporte de su empresa al país, ella no piensa de inmediato en las piezas que suministra, sino en la innovación. Según esta empresaria y madre de familia, Fundición Ferrosa vende soluciones a sus clientes. A la minera Chinalco, por ejemplo, se le diseñó un sistema que permite hacer solo una parada al año para el recambio de piezas de maquinarias. Hasta entonces, la minera paraba hasta tres veces al año. Ese es el camino que Naima ha trazado para el futuro de su compañía.

En Fundición Ferrosa no solo vendemos piezas fundidas de acero, nosotros ofrecemos soluciones”


Ser formal puede ser la diferencia entre sobrevivir y sucumbir. Lo comprobó Enrique Pajuelo, presidente del directorio de Latercer S.A.C., una de las principales ladrilleras del país, a inicios del año pasado. El Niño Costero inundó completamente sus cuatro plantas en Huachipa, Trujillo, Chiclayo y Piura, y dejó inoperativa muchas de sus máquinas. La fábrica de Lima acababa de ser ampliada con una inversión millonaria. Las pérdidas en todas las plantas rondaban los 4 millones de dólares. Pajuelo, ingeniero industrial de la Universidad de Lima y magíster en Administración de Empresas de ESAN, estaba en shock. Pero luego recordó que su infraestructura estaba asegurada contra siniestros y que bastaba con comunicarse con la aseguradora. También recordó lo mucho que le había costado asegurarse: tuvo que tener toda la contabilidad en regla y demostrar que estaba al día en el pago de impuestos. Presentó toda la documentación a la empresa de seguros y, en cuestión de días, ya la estaban financiando la reconstrucción. La formalidad lo había salvado.

“Mi empresa tiene el 100% de personal en planilla y paga el 100% de los impuestos de compra y venta. Hay un gran esfuerzo atrás”, dice el empresario, quien tomó de su padre el gusto por el sector construcción. Su padre, quien fue un policía emprendedor, tenía una pequeña fábrica de ladrillos artesanales al que lo llevaba de niño. Latercer S.A.C. es, pues, una isla de transparencia en el sector ladrillero, caracterizado por la alta informalidad. ¿Por qué ser formal? “Si quieres crecer a un nivel alto necesitas ser formal”, explica Pajuelo. Por ejemplo, para acceder a financiamiento bancario necesitas tener todo en regla. El que no cumple con esto estaría condenado a ser pequeño o mediano. “Si el informal alza la cabeza, lo miran; entonces prefiere mirar abajo”, añade.

Convencido de las bondades de la formalidad, ha buscado subir al mismo carro a otras compañías. Siendo director de la Cámara Peruana de la Construcción (CAPECO), creó el Comité de la Formalización de la Construcción, en el que incorporó a empresas como

Industrial

Latercer S.A.C.Ladrillos FortesEnrique

PajueloCementos Lima, Aceros Arequipa, la compañía de pinturas Grupo Qroma y otras empresas importantes. Impulsó la misma causa cuando fue director de la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas (CONFIEP), director de la Asociación Perú 2021 y fundador de la Asociación de Ladrilleros Cerámicos. Las buenas prácticas han convertido a Latercer S.A.C. en una empresa rentable. Su producto estrella, los ladrillos Fortes, se vende en cantidades industriales tanto a los almacenes y ferreterías más visitados de la costa como a las constructoras más grandes de Lima, Trujillo, Chiclayo y Piura. Y tienen en marcha planes de expansión a la sierra y la selva. Parte del secreto de su éxito es su modelo de negocio “justo a tiempo”, que le evita costos de inventario y lo lleva a anticiparse a las necesidades de sus clientes. Pero todo comienza con caminar derecho. Mi empresa tiene el 100% de

personal en planilla. Si quieres crecer a un nivel alto, necesitas ser formal”


Una pérdida puede abrir en nosotros puertas que creíamos cerradas. Cuando Marlene Perea, de profesión obstetra, supervisaba la salud de los trabajadores de la constructora que fundó con su esposo, el ingeniero civil José Murillo. Los temas contables y presupuestales le parecían un menú difícil de digerir. De hecho, no le gustaba ir a la oficina, prefería estar en el campo vigilando la seguridad de los obreros. Pero a fines del 2011 a su esposo le detectaron un tumor cerebral maligno. Falleció en marzo del 2012. Estaba en vigencia un contrato de dos años que habían firmado con la minera Cerro Verde. Ella decidió cancelarlo y pagar las penalidades del caso. Pero recordó que tenía dos hijos en edad universitaria e hizo de las tripas corazón. Se metió a estudiar un curso acelerado de gerencia de proyectos en ESAN y tomó la batuta de la empresa.

Al inicio fue difícil: el personal no le hacía caso; por ejemplo, la contadora no le entregaba la información contable que pedía. Una auditoría externa demostró que la contabilidad había sido

llevada de forma desordenada durante años y que corrían el riesgo de que la Sunat los multara. Contrató, entonces, un equipo de cinco contadores para que pusieran todo en orden. Entendió que podría evaluar su trabajo solo si sabía leer balances contables, así que se sentó varias noches a aprender nociones básicas de contabilidad y finanzas. Al mismo tiempo, descubrió sorprendida que varios terrenos que había adquirido su esposo en los que funcionaban sus talleres de soldadura y carpintería no figuraban en Registros Públicos. Tuvo que demostrar la posesión in situ y sanear los predios en la notaría. Las habilidades gerenciales que creía no tener aparecieron.

Se dijo que para que sus clientes estén contentos y continúen dándoles trabajos debían tener buena maquinaria, buena infraestructura y buen personal. Así que se embarcó en una serie de compras a crédito: adquirió nueva maquinaria (motoniveladoras y cargadores frontales, por ejemplo), un terreno de 26,000 metros cuadrados para ubicar allí sus nuevos talleres, y empezó una

Construcción

Build And BusinessMurillo S.A.C.Marlene

Pereapolítica rigurosa de capacitación del personal. “La felicidad de tu cliente trae tu éxito”, solía repetir. Para costear los cambios debió asumir grandes riesgos, como hipotecar su casa, la casa de sus padres y un departamento que le había comprado a su hijo mayor. El fruto se vio rápido: comenzaron a llegar más contratos. Sin embargo, su principal cliente sigue siendo Cerro Verde. Por la calidad de su servicio han obtenido la certificación ISO 9001.

Cuando la empresa empezó, tenían 30 trabajadores y facturaban unos 600,000 soles anuales. Hoy su planilla bordea las 500 personas y su facturación sobrepasa los 36 millones de soles. Como agradecimiento, la compañía mantiene una política de acción social en el distrito Cerro Colorado, en Arequipa, que incluye la refacción de colegios, y talleres de cocina y repostería para mujeres sin trabajo. Además, todos sus obreros son de la zona. Marlene, con gran muñeca, convirtió una dolorosa pérdida en el impulso para mejorar la empresa y beneficiar a mucha gente.

La felicidad de tu cliente trae tu éxito”


Javier Quiñones Pareja, de 45 años, estudió Comunicación Audiovisual en el instituto Toulousse Lautrec. Nunca imaginó que terminaría dedicándose al turismo. Tras graduarse, entró a trabajar por un breve periodo en ATV. A los 25 se encontraba en busca de un nuevo empleo cuando su hermano mayor le propuso rescatar la agencia de viajes de sus padres, que se encontraba con grandes pasivos. Después de evaluar cuáles eran los nichos de mercado que les ofrecían más oportunidades, decidieron quedarse con el de turismo receptivo y armar paquetes especiales para extranjeros.

Así, en 1998 fundaron Viajes Pacífico con apenas cinco colaboradores y algunas cuentas de la empresa madre. Se enfocaron en el mercado latinoamericano, que hasta ese momento había sido poco trabajado y lograron posicionarse, en pocos años como operadores líderes en

turistas latinoamericanos. En el 2010, decidieron ampliar su mercado al resto del mundo, logrando abrir mercados en Norteamérica, Europa y Asia. Luego abrieron un hotel en Miraflores (Libre Hotel), una empresa de transporte y tomaron la administración de un hospedaje en Amazonas. Ahora los hermanos cuentan con 250 colaboradores solo en Viajes Pacífico a quienes mantienen constantemente capacitados. Una clave de su éxito ha sido esto: mantener a su gente contenta, motivada y actualizada.

Una segunda ha sido mantenerse alerta de los cambios en el rubro y estar abiertos y preparados para ir readaptando el modelo de negocio. “No queremos ser los carteros del siglo XXI”, dice Quiñones.

El empresario lleva 12 de casado. Su esposa es profesora de niños. “Nos conocimos hace 22 años por amigos en común y desde el inicio supe que quería

Turismo

Viajes Pacífico S.A.C.JavierQuiñones

estar con ella. Ahora tenemos dos niñas de 11 y 9 años”, cuenta Javier. Él debe viajar cada mes por trabajo, pero en su tiempo de vacaciones le gusta viajar con su esposa e hijas a conocer el Perú.

Cuando se queda en Lima, Javier –aficionado a la música- invita a su esposa a conciertos de rock, de salsa, de ópera. “El mío es un trabajo que te hace estar un poco ausente. Así que todo el tiempo que me queda libre se lo dedico a mi familia”, dice.

El turismo es un negocio muy bonito porque no solamente ganamos nosotros. Muchos seven beneficiados”


Wilson Ramírez Silva, el gerente general de Servicentro Ramírez S.A.C, es un empresario que conoce sobre adversidades. A los 20 años, cuando estudiaba Economía en la Universidad de Lima, su padre cayó enfermo y él tuvo que dejar la capital para regresar a su natal Trujillo y ayudar en la empresa familiar. Wilson se trasladó a la Universidad Nacional de Trujillo donde estudiaba por las noches, luego de pasar el día en la fábrica de muebles de su padre. Más tarde, cuando decidió abrir un aserradero en Yurimagüas (Loreto), Wilson fue víctima de los terroristas que extorsionaban a los empresarios locales. Por último, cuando inauguró el primer grifo de Servicentro Ramírez –en el óvalo Mochica, en Trujillo- sobrevinieron las lluvias, desbordes e inundaciones del fenómeno de El Niño, lo que afectó profundamente a su negocio.

Hoy Wilson Ramírez tiene 60 años y atribuye su éxito a los sabios consejos de su padre, César Ramírez Tejada, quien fue docente, abogado, poeta y su

compañero empresarial durante más de una década. Hoy, Servicentro Ramírez, la empresa de Wilson, tiene seis estaciones (grifos) en plena operación y hay dos más en construcción. Sus principales clientes son las empresas de carga que movilizan a las industrias liberteñas, empresas de transporte de pasajeros que circulan en el norte y miles de taxistas. Los grifos de Servicentro Ramírez están afiliados a las marcas nacionales Prímax y Pecsa y son de las pocas estaciones de la región que cuentan con máquinas centrifugadoras que contribuyen a la limpieza de los hidrocarburos que suministran.

Las operaciones de Servicentro Ramírez iniciaron en enero de 1998. Pese a que la destrucción de las carreteras producto de El Niño perjudicó notablemente su negocio, Wilson persistió en sacar adelante a la empresa. Luego, entre el 2004 y 2005, sus ventas volvieron a bajar debido a que muchos empresarios empezaron a abrir grifos en La Libertad y su margen de ganancias disminuyó. En todas

Hidrocarburos

Servicentro Ramírez S.A.C.WilsonRamírez

estas crisis, Wilson Ramírez optó por reforzar el área de servicio al cliente. Según cuenta, una buena sonrisa y un trato cordial puede marcar la diferencia en un mercado donde los precios del producto (el combustible en estos casos) son casi los mismos. En los grifos de Servicentro Ramírez se vende sobre todo diésel y gasolina. No obstante, ya han incursionado en el suministro de Gas Licuado de Petróleo, que es un combustible más limpio.

Hacia el 2028, Wilson Ramírez ve a su empresa consolidada en La Libertad y expandida en Lambayeque, Áncash y –por último- en Lima. Ella cuenta con un plan de negocios a 10 años que involucra la administración de 20 estaciones de servicio para entonces. Wilson está orgulloso de que en la actualidad su empresa da trabajo digno y seguro a unos 200 jóvenes, en su mayoría trujillanos, quienes son capacitados constantemente. Asimismo, se considera un contribuyente honesto y puntual. El saludo, la sonrisa y el buen

trato al cliente marcan la diferencia”


Jessica Rodríguez recuerda que de niña rogaba a su mamá invitar a sus fiestas de cumpleaños a las niñas más pobres de la ciudad, no tuvo éxito. Así Jessica creció con un profundo anhelo pendiente, aquel de repartir su torta con las mujeres menos privilegiadas.

“Quería viajar por el mundo haciendo gestiones y negocios que trajeran beneficio a mi país”, dice. Soñaba con ser diplomática. Su madre, ama de casa, siempre la animaba a alcanzar sus metas. “Tienes que lograr más cosas que yo”, le repetía. Nos relata Jessica.

Y ella le hizo caso. Viajó muy joven a Francia y perfeccionó su francés para luego seguir con estudios de inglés, los mismos que completaría estudiando Secretariado Ejecutivo Bilingüe y Administración. Dueña ya de estas herramientas básicas y fundamentales, habría de ver cómo se le abrían distintas puertas en el mundo de la exportación; llegó a ese ámbito a los veinticinco años y es en él que ha llegado a tener presencia importante con sus creaciones en mercados tan difíciles y competitivos como Europa, Estados Unidos y Asia. En momentos

difíciles surge la inspiración; fue así que en 1998, en medio de una crisis laboral Jessica y su esposo, Jorge Castillo Valencia, crearon en Arequipa la empresa Art Atlas. Su visión: trabajar con las fibras naturales orgánicas peruanas tales como el bello algodón nativo y la magnífica Alpaca, además generaría trabajo y oportunidades para las tejedoras y artesanos de la región, logrando confeccionar prendas de alta calidad en estas materias primas sin tintes ni químicos que llevaría a los mercados más exigentes del orbe. “Quería que mis creaciones se expusieran en las capitales de la alta moda como Nueva York o París”, agrega. Este año Jessica estuvo presente con su trabajo en Nueva York, en la catedral de la moda, Bergdorf Goodman y China promocionando sus creaciones en fibra de alpaca.La empresa, que ha adoptado un modelo de negocio direccionado a generar valor en la cadena, basado en los principios del comercio justo, da trabajo de forma directa a más de 300 familias e indirectamente a unas 500. Cuando Jessica empezó a trabajar con las artesanas y los alpaqueros en las provincias altas de Arequipa, pudo ver las necesidades que tenían

Textil

Art Atlas S.R.L.Anntarah Perú S.A.C.Jessica

Rodríguezestas comunidades. “Las mujeres no habían completado sus estudios de primaria. Los niños no se alimentaban adecuadamente. Tampoco tenían sus útiles para ir al colegio. Por eso, en el 2003 creamos una Fundación”, cuenta. A través de ésta Fundación, además, de haber capacitado y empoderado a muchas de las mujeres con las que trabajaba, no pocas analfetas, o tenían muy poca instrucción, se logró insertarlas en la sociedad preparándolas para generar sus propios ingresos. Se implementó también una guardería en la fábrica para que no tuvieran que dejar a sus pequeños y se sintieran con la tranquilidad suficiente, al no perder sus ingresos.

Jessica Rodríguez, hoy de 48 años, conoció a su esposo, compañero y socio en su juventud. Vivían en el mismo barrio en Arequipa. Se casaron hace 26 años y tienen dos hijos de 24 y 18 años. Ambos han acompañado a sus padres durante la consolidación de la empresa. “Mis tejedoras los han visto crecer”, dice Jessica. Diego, el de 18, estudia música en Berlín, y Mauricio, el mayor estudió Administración y ya está haciendo sus prácticas en Art Atlas.

he llevado nuestros productos de alta calidad en Alpaca a Estados Unidos, Europa y China”


Trajo al Perú un producto, el shotcrete, que se convirtió en la bendición de los mineros con operaciones subterráneas. Se trata de un tipo de concreto especial, reforzado con fibras de acero, que se usa para revestir las paredes de los túneles en los que extraen el mineral. Luego de que otra empresa dinamita la base de la montaña, entra en acción él para reforzar los techos del agujero con este material especial y evitar que todo se venga abajo. Es una labor extremadamente especializada y difícil. Enrique Sattler, fundador de Robocon Servicios, se ha vuelto así un socio clave para muchos empresarios del rubro, que han visto como su productividad ha aumentado desde que lo tienen a su lado. Hoy presta servicios a las minas Ticlio, San Cristóbal, Andaychagua, Carahuacra y Chungar, de Volcan; Huarón y Argentum, de Pan American Silver; Tambomayo y Uchucchacua, de Buenaventura; San Rafael, de Minsur; y Yanacocha.

Para realizar el trabajo emplea maquinaria que tiene que adaptar a cada lugar. Así, importa equipos de

Estados Unidos, entre otros países, y los “peruaniza” añadiéndoles piezas, quitándoles partes, agrandándolos, achicándolos. Esta transformación ocurre en un taller de 2,000 cuadrados que tiene la compañía en Chorrillos y que se ha convertido en un auténtico laboratorio de innovación. En rigor, de allí salen máquinas nuevas, capaces de funcionar solo en una operación minera. Este nivel de “personalización” incluye un acompañamiento permanente. Robocon Servicios desplaza hasta el campamento empleados que se rotan para acompañar al cliente día y noche. Nada puede salir mal en esta actividad: un minuto perdido cuesta oro. Cuando hay un problema grave, el propio Sattler va al rescate. Una vez se malogró el control remoto de una máquina y él viajó rápidamente a Chile para conseguir un repuesto.

Desde joven, Enrique tuvo olfato para los negocios. Cuando era estudiante de Economía en la Universidad de Lima, viajaba a Miami a trabajar y aprovechó para comprar autos de segunda que luego revendió en el

Servicios para minería

Robocon Servicios S.A.C.EnriqueSattler

Perú. Una vez adquirió en el centro de Lima 240 cocinas industriales que estaba rematando una empresa estatal recién privatizada y las vendió con altas ganancias. Con el dinero obtenido se pagó parte de una Maestría en Administración de Empresas en el Instituto de Empresas de Madrid. Al poco tiempo de acabar el posgrado, la empresa chilena Robocon lo reclutó como gerente para introducir el shotcrete en el Perú, algo que hizo tan bien que se terminó convirtiendo en representante de la firma en el país. Al final, los chilenos vendieron el negocio, que terminó cerrando en el 2004. En el 2005, invirtiendo todo lo ahorrado hasta el momento, Sattler fundó Robocon Servicios y masificó el uso del concreto especial en el Perú. “Hemos ayudado a las mineras peruanas a crecer”, dice este empresario que empezó con un equipo de siete trabajadores y hoy tiene 1,000.

Hemos ayudado a las mineras peruanas a crecer”


Si en los chifas hay un gato de adorno que se despide de nosotros moviendo el brazo, o si la salsa de ostión acompaña perfectamente algunos platillos que saboreamos, es porque un hombre llamado Hugo Siu los trajo de China. Su empresa, SB Trading, es la principal importadora de ingredientes asiáticos en el país. Trae desde sillao y salsa de ostión hasta aceite de ajonjolí. Es la representante exclusiva de marcas mundialmente conocidas como Lee Kum Kee, la inventora de la salsa de ostión, y Kikkoman, la marca japonesa de salsa de soya más reconocida. Más de 5,000 restaurantes, hoteles, empresas de catering y supermercados dependen de él para conectarse con el sabor oriental. Provee por igual a Madam Tusan, de Gastón Acurio, como a los chifas de barrio.

Es hijo de una pareja de chinos que llegaron a Lima buscándose una vida, por lo que conoce muy bien lo que esperan los dueños de los chifas. Hace poco lo llamaron de Alicorp para contarle un problema: querían introducir el aceite Friol en los chifas, habían hecho mucha publicidad, pero

nadie llamaba al call center (595-0404) para hacer pedidos. Siu les explicó que el número del call center no era bueno ya que el número 4 está relacionado con el luto y la muerte en China y que si ponían un 8 por algún lado ayudaría, pues simboliza la prosperidad y la buena fortuna. Al no poder cambiarse el número del call center, se creó el anexo 8. En cuanto al envase del aceite, notó que era blanco, un color asociado al luto en el mundo oriental, y que venía en presentación de 19 litros, una cifra que no significaba nada para los chinos. Sugirió usar el rojo, el verde y el dorado, que proyectan felicidad, prosperidad y dinero para ellos, y cuantificar el contenido como “18+1” litros, para aprovechar la buena fortuna del 8. Alicorp siguió sus recomendaciones y ha conseguido aumentar su lista de clientes de unos 350 al inicio a cerca de 1400 en la actualidad, cuenta Siu.

Él, que estudió Ingeniería Industrial en la Universidad de Lima, dice que aprendió el secreto de los negocios en la tienda de su padre. Don Alejandro Siu fundó una importadora-distribuidora de productos orientales en el Barrio

Comercio

SB Trading S.R.L.HugoSiu

Chino en 1966. Allí, con tan solo 12 años, Hugo ya llenaba cartas de crédito y formatos de aduanas. En 1986, el gobierno prohibió las importaciones y fue al Ministerio de la Industria para argumentar que debían exceptuar ciertos productos chinos porque los chifas dependían de ellos y muchos peruanos que trabajaban allí corrían el riesgo de quedarse sin empleo. Una resolución del ministerio le dio la razón y pudieron seguir importando. El padre, sorprendido por su precocidad, vio que ya estaba preparado para tomar el control de la tienda. A los pocos años, en 1990, Hugo Siu y su único hermano fundaron su propia importadora, SB Trading, y masificaron la llegada de productos orientales. También empezaron a traer curiosidades, como el gato que mueve su brazo y que ha pasado a ser parte del decorado fijo de los restaurantes de comida china y de muchos negocios peruanos. El secreto de su

reconociendo las historias de lÍderes empresariales...

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