¿qué tipo de empleo ofrecen las empresas palmeras en el...

¿Qué tipo de empleo ofrecen las empresas palmerasen el municipio de Sayaxché, Petén?

Guatemala, mayo de 2011.


Guatemala, mayo de 2011

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25 Ave. 1-94 zona 7Colonia Altamira IGuatemala, GuatemalaTels.: (502) 2472-8283 / [email protected]


ISBN:

Informe del estudio exploratorio: “Condiciones laborales en las plantaciones de palma africana y sus implicaciones para la vida familiar y comunitaria, en el municipio de Sayaxché, Petén”

Investigación e informe / Laura Hurtado y Geisselle Sánchez

Fotografías/ Laura Hurtado

Mapas / Francisco Rodas

La realización del estudio y las publicaciones de los resultados fueron posibles gracias al apoyo de la Fundación Ford. El análisis y las conclusiones del estudio deben atribuirse únicamente a ActionAid y no necesariamente reflejan los puntos de vista de los donantes.

Diseño, diagramación e impresión: Magna Terra editores

¿Qué tipo de empleo ofrecen las empresas palmeras en el municipio de Sayaxché, Petén?

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ÍNDICE

Presentación/Presentation 71. Antecedentes 11

1.1 Ubicación geográfica 111.2 Historia de ocupación 121.3 Regularización de la tierra 13

2. La concentración y el acaparamiento de la tierra 152.1 Mecanismos utilizados por las empresas para hacerse de la tierra y la deci-

sión de la venta17

2.2 Precio de la tierra: inicial y actual 193. Las empresas de palma en Sayaxché 204. Producción de palma y empleo 24

4.1 Contratación y línea de mando 274.2 La figura del “contratista” 294.3 Forma de contratación y pago a los contratistas 324.4 Contratistas “locales” que son líderes comunitarios 344.5 La contratación de “cuadrilleros” o “encampamentados” 364.6 Pago por jornal y pago por productividad 384.7 Trabajadores “de lejos” o “cuadrilleros” 414.8 Formas de pago 42

5. Palma africana, salario y consumo 435.1 La tierra y el trabajo asalariado 455.2 Estrategias de sobrevivencia 465.3 Integración del ingreso familiar 48

6. La percepción de las mujeres sobre el trabajo en la palma 577. ¿Servicios públicos o servicios sociales de las empresas? 618. Demandas de los trabajadores y de las comunidades 62Conclusiones/Conclusions 67


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Las empresas dedicadas al cultivo y pro-cesamiento de palma africana al acer-carse a las comunidades campesinas

para convencer a los propietarios de la tierra para que se la vendan, entre otros argumentos han esgrimido el de ofrecer –a cambio de la tierra– abundante trabajo y buenos salarios. Los ingresos obtenidos a través de la produc-ción de palma africana, han dicho, representa-rían un futuro de progreso para las familias y de desarrollo para el municipio.

El contraste de esta promesa con la realidad de los municipios y las comunidades campesinas más fuertemente impactados por la expansión de la palma africana nos llevó a realizar el presente estudio. Para ActionAid se trataba de desarrollar un estudio de base que nos ayuda-ra a responder a las siguientes interrogantes: ¿Qué tipo de empleo ofrece la palma africana? ¿Mejora la calidad de vida de las personas al vender o perder sus tierras para convertirse en trabajadores agrícolas asalariados de las em-presas de la palma?

El informe que el lector tiene en sus manos es el resultado de un estudio exploratorio: un pri-mer acercamiento a las condiciones laborales y los principales cambios que se han producido en las economías familiares de estas comuni-dades. El estudio se circunscribió al municipio de Sayaxché, Petén, que puede caracterizarse

Presentación/Presentation

Companies dedicated to growing and proces-sing African palm, in approaching farmworker communities to convince landholders to sell their lands, have claimed, among other argu-ments, that they are offering – in exchange for land – plentiful work and good salaries. Ear-nings acquired through African palm produc-tion, they have said, would represent a future of progress for families and development for the municipal region. The contrast between this promise and the reality of the municipalities and communi-ties most greatly affected by the expansion of African palm led us to conduct the present stu-dy. For ActionAid it meant developing a core study that would help us answer the following queries: What type of work does African palm production offer? Does people’s quality of life improve when they sell or lose their lands and become salaried agricultural workers for palm companies?

The report that the reader is holding is the re-sult of an exploratory study: an initial introduc-tion to the working conditions and the major changes that have taken place in the family economies of these communities. The study was confined to the municipality of Sayaxché, Petén, which can be characterized today as the municipality where palm companies have taken over lands most aggressively and whe-

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hoy como el municipio donde las empresas palmeras han acaparado tierras de forma más agresiva y donde las plantaciones de palma africana se expanden de forma más acelerada. En Sayaxché, ActionAid apoya el trabajo de desarrollo de algunas organizaciones locales. El estudio se realizó entre septiembre 2010 y marzo 2011 y se propuso aportar “la fotogra-fía” de la situación actual en términos labo-rales y de las economías familiares, a partir de la expansión del monocultivo de la palma africana.

Pese a la brevedad y los alcances limitados del estudio, los resultados son elocuentes. La ex-pansión de la palma africana ha ocurrido –y continúa ocurriendo– en Sayaxché, así como en otros municipios del país, particularmente en la Franja Transversal del Norte, en detri-mento de la seguridad alimentaria de miles de familias, sustituyendo las múltiples activida-des económicas que una familia campesina despliega en su parcela –y que no se reducen al cultivo de la milpa–, por un empleo infor-mal, cuya remuneración no llega ni siquiera al salario mínimo, que no cumple con las presta-ciones laborales vigentes por ley y que carece de toda protección por parte del Estado.

Las fuentes de información fueron principal-mente los actores en el campo y agentes loca-les: grupos focales comunitarios, entrevistas directas a representantes comunitarios, hom-bres y mujeres de las comunidades impactadas por este monocultivo, funcionarios del gobier-no municipal y de instituciones nacionales con representación en el municipio y a nivel de-partamental, contratistas de trabajadores tem-porales, empleados de las empresas palmeras, párrocos y líderes comunitarios. La solicitud de entrevista dirigida a la Gremial de Palmi-cultores no fue atendida.

re the expansion of African palm plantations is the most accelerated. In Sayaxché, ActionAid supports the development work of certain local organizations. The study was carried out bet-ween September 2010 and March 2011, and the idea was to provide a “snapshot” of the current situation in terms of working conditions and family economies in relation to African palm mono-crop expansion.

Despite the short time period and the limited scope of the study, the results are eloquent. African palm expansion has occurred – and continues to occur – in Sayaxché and in other municipalities of the country, particularly in the Northern Transversal Strip, to the detri-ment of the food security situation of thou-sands of families. The multiple economic ac-tivities that a farmworker family deploys on its land – which are not limited to corn culti-vation – are replaced by an informal job that does not even pay minimum wage, does not comply with the current benefits established by law, and completely lacks State protection.

The sources of information were primarily ac-tors in the countryside and local agents: com-munity focal groups, direct interviews with community representatives, men and women from communities impacted by this mono-crop, officials from the municipal govern-ment and from national institutions represen-ted at the municipal and departmental level, labor contractors, palm company employees, priests, and community leaders. The request to interview the Palm Growers’ Association received no response. In publishing the results of this study, Actio-nAid offers primary data about current wor-king conditions on African palm plantations in Sayaxché to government authorities, particu-larly the Ministry of Labor and Social Securi-


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Al publicar los resultados del estudio, ActionAid ofrece datos primarios sobre las condiciones la-borales actuales en las plantaciones de palma africana de Sayaxché, a las autoridades de go-bierno, particularmente al Ministerio de Tra-bajo y Previsión Social, pero también a otros ministerios con competencias en el tema; a los empresarios de la palma, a las organizaciones sociales y a los tomadores de decisiones a ni-vel internacional que, a través de sus políticas financieras y comerciales, inciden de manera decisiva en la expansión sin precedentes del monocultivo de palma africana en nuestro país.

Esperamos que la información y las conclusio-nes del estudio sirvan para abrir el debate sobre un empleo que no está cumpliendo con las leyes y disposiciones nacionales vigentes en materia laboral, que no está cumpliendo con derechos humanos básicos de los trabajadores y las tra-bajadoras, de sus familias y de las poblaciones impactadas, y que está violando cláusulas esta-blecidas en los acuerdos comerciales suscritos con los países de destino de los productos deri-vados de la palma africana.

ty, but also other ministries with jurisdiction in the issue; to people in the African palm busi-ness; to social organizations; and to decision-makers at the international level whose trade policies decisively impact the unprecedented expansion of African palm mono-cropping in our country.

We hope that the information and conclu-sions in this study serve to launch debate about a labor situation that does not abide by valid national labor laws and provisions; that does not comply with the basic human rights of the workers, their families, and the affec-ted populations; and that violates clauses established in trade agreements signed with countries that import products derived from African palm.


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1.1 Ubicación geográfica

Sayaxché fue declarado municipio a través de un Acuerdo Gubernativo, el 4 de diciembre de 1929. Se ubica al suroeste de Petén y colinda

al norte con el municipio de La Libertad, al sur con el municipio de Chisec, Alta Verapaz, al este con los municipios de San Francisco, Poptún y San Luis y al oeste con el municipio de Ocosingo, Estado de Chiapas, México.

1. Antecedentes

Mapa 1. Localización del municipio de Sayaxché y sus micro regiones.

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La extensión territorial del municipio de Sa-yaxché es de 3,752 km². Está dividido en 10 micro regiones, integradas por 169 centros poblados. En las últimas dos décadas el núme-ro de centros poblados ha variado. De acuer-do con las estadísticas del Área Municipal de Salud,1 para el año 2008 el total de la pobla-ción del municipio era de 63,372 habitantes distribuidos en 170 comunidades y para el año 2010 la población habría aumentado a 66,867 habitantes en 166 comunidades. Según esta fuente, en un período de dos años se redujo el número de centros poblados en 4. De acuer-do a la investigación de campo realizada, esta reducción se debe a la expansión de la palma africana (Ver Sección Acaparamiento y con-centración de la tierra).

1.2 Historia de ocupación

La mayoría de pobladores llegaron a Sayaxché de diferentes puntos del país, principalmente de las Verapaces, Quiché y otros municipios de Petén, en busca de tierra y/o para resguar-darse de la represión y la violencia durante el conflicto armado. La llegada de población al departamento respondió, en general, a po-líticas del Estado que pretendían reducir las tensiones en torno a demanda de tierras con proyectos de entrega de tierra y colonización, luego de la contra-reforma agraria después de 19542; a hechos de violencia como fue la ma-

1 Las estadísticas producidas por el Área de Salud a nivel municipal y nacional, son consideradas las más exactas y actualizadas. 2 En 1944 con el triunfo revolucionario, los primeros cambios importantes en relación al tema agrario fueron los cambios en la política agraria la cual estaba orienta-da a la distribución de la tierra a campesinos sin tierra o con cantidades insuficientes. Sin embargo, con el de-rrocamiento de Jacobo Arbenz se llevó a cabo lo que se denominó una reforma agraria contrarrevolucionaria,

sacre de Panzós ocurrida en mayo de 19783; y, más recientemente, a las oportunidades de trabajo que se han generado a partir de la ex-pansión de la ganadería, la palma africana y otros cultivos en la década del 2000.

En la historia reciente se identifican tres mo-mentos importantes de movimientos migrato-rios en el municipio, producto de los cuales Sayaxché está integrado en la actualidad por un 41 % de su población cuyo origen es del departamento de Alta Verapaz y un 13 % pro-venientes de los departamentos de Baja Vera-paz, Escuintla y Jutiapa4.

La década de 1960 fue testigo del primer mo-mento importante de migración. En julio de 1959 se creó la Empresa Fomento y Desarro-llo del Petén (FYDEP) a través del decreto Ley 1286, institución que tenía las mismas fa-cultades que el Instituto Nacional de Transfor-mación Agraria (INTA) para el resto del país. La finalidad del FYDEP era la de colonizar el departamento, generar un desarrollo agro-pecuario en el mismo e integrarlo de manera efectiva a la economía nacional. Atendiendo a que políticamente era más difícil expropiar las tierras ociosas, el Estado optó por ampliar la frontera agrícola en la Franja Transversal del Norte y Petén a través de los Programas de Colonización (Palma, 2002; Hurtado, 2011).

que consistió en la devolución de tierras a los anteriores dueños, principalmente a los latifundios de propiedad privada y las tierras de la United Fuit Company (Pedro-ni, 1992, Palma et al., 2002).3 Masacre ocurrida el 29 de mayo de 1978, en la plaza central de Panzós.4 Mellado, Edy et al. Diagnóstico socioeconómico, po-tencialidad productiva y propuestas de inversión (Te-sis). Guatemala, febrero de 2008.


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Un segundo momento de importante migra-ción y poblamiento del municipio se derivó de la Masacre de Panzós, ocurrida el 29 de mayo de 1978. Los sobrevivientes de ese evento hu-yeron para salvar sus vidas y muchos de ellos se asentaron en el municipio de Sayaxché.

Finalmente, el último movimiento migratorio importante se registra en la presente década. La dinámica de expansión de palma africana ha movilizado población hacia el municipio por el requerimiento de mano de obra en las actividades agrícolas vinculadas a este culti-vo. Esta migración es temporal en la mayo-ría de los casos, dado que se trata del traslado al municipio de trabajadores contratados por períodos cortos y definidos, provenientes de otros departamentos del país –tales como Alta Verapaz, Izabal y Quiché– o bien de otros paí-ses, como El Salvador, Honduras y Nicaragua. No obstante, también viene ocurriendo una migración permanente al municipio, fruto del traslado de familias que se han trasladado a vi-vir al municipio, atendiendo a oportunidades de trabajo en las plantaciones y plantas proce-sadoras de palma africana.

Yo vivo en la comunidad Las Arenas hace 7 años, compré un terreno para la vivienda. Me vine porque mis hijos están trabajando en la palma, pero yo soy de Cahabón, Alta Verapaz y allá tengo mis tierras.5

Desde que entró la palma, la comunidad de El Pato se llenó de q’eqchi’.6

5 Grupo focal comunidad Las Arenas, Sayaxché, sep-tiembre 2010.6 Grupo focal aldea El Pato, Sayaxché, marzo 2011.

1.3 Regularización de la tierra

Los migrantes que hacían de Sayaxché su nue-vo espacio de sobrevivencia fueron asentán-dose en terrenos que eran fincas nacionales.

Como en ese tiempo que nosotros llega-mos a lo que ahora es la comunidad El Pato, la tierra estaba suelta no había casi gente, y conforme fue llegando la gente empezaron a repartir.7

Ocuparon la tierra que eran fincas y poco a poco hicieron gestión para legalizarla y obtuvieron título.8

No sucede lo mismo con las personas que han llegado a Sayaxché en la última década, pues-to que han comprado las tierras en donde aho-ra tienen sus viviendas.

El proceso de regularización de la tenencia de la tierra se inició en algunos casos a través del FYDEP, pero en la gran mayoría de casos, di-cho proceso sólo ha podido concluirse en fecha posterior con el INTA9, o bien a través del Fon-do de Tierras en fechas posteriores a 1999. En 2002 se regularizó la propiedad de la finca San Román, al sur del municipio. Ésta tiene con una extensión de más de 2,000 caballerías10 (el 24 % del territorio del municipio), a favor de 34 comu-nidades y alrededor de 2,300 familias beneficia-rias. Esta es una de las áreas más impactadas por la expansión de la palma africana.

7 Idem.8 Grupo focal comunidad Arroyo Santa María, septiem-bre 2010.9 El FYDEP fue disuelto en 1986. El INTA se instaló en el departamento en 1990, pero no logró tomar control de los asuntos agrarios del departamento sino hasta el año 1992 (Hurtado, 2011: 98).10 Una caballería equivale a 45.12 has.; un km² es equi-valente a 100 has.

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La compra-venta de tierras de distintos tama-ños a nivel municipal y su concentración en grandes propiedades es una realidad evidente a partir del año 2002. El proceso de regula-rización de la tierra impulsado por el Fondo de Tierras tras la firma de los Acuerdos de Paz, explicaría el incremento de fincas fami-liares entre 1979 y 2003, que pasaron de 112 a 1,915, así como de las fincas sub familiares que pasaron de 98 a 734 en el mismo perío-do. En sentido inverso, el proceso de com-pra de tierras recién regularizadas explicaría,

simultáneamente, la disminución del número de fincas familiares, que pasaron de 1,915 en 2003 a 1,430 en 2010 y el incremento en el número de fincas sub familiares, que pasó de 734 a 1,780 en los mismos años. No obstante, los datos que ofrece SEGEPLAN (2011) no reflejan el nivel de concentración de la pro-piedad agraria que ha ocurrido –y continúa ocurriendo– en el municipio: las fincas fami-liares han sido vendidas en la gran mayoría de los casos a las cuatro empresas palmeras que operan en el municipio. El Catastro Mu-

Diagrama 1. Eventos cronológicos de la figura jurídica de la finca San Román

y legalización de tierras

1983 1998 2002

1995 1999

Fuente: Elaboración con base en Hurtado, 2008.

Adjudicada al Ministerio de Defensa

Nacional

Declarada Reserva Biológica

Desadcripción al Ministerio de la Defensa

Nacional

Pasa al cargo del Fondo de Tierras

Regularización de tierras apoyada por el BID

Cuadro 1. Cambios en la estructura de tenencia de la tierra

Formas de tenencia de la tierra

Tamaño de Fincas*Propias (años) Arrendadas (años) Otros (años)

1979 2003 2010 1979 2003 2010 1979 2003 2010Micro fincas 24 8 50 1 16 0 4 6 0Sub familiares 98 734 1780 196 1,346 110 134 260 120Familiares 112 1,915 1430 18 139 100 13 24 50Medianas 803 1,273 1030 2 5 20 61 6 60Grandes 4 6 0 0 0 0 0 0 0Total 1,041 3,936 4290 217 1,506 230 212 296 230

Fuente: SEGEPLAN, 2011.(*) Micro finca= 1 cuerda a menos de 1 mz; Sub familiar= de 1 mz a menos de 10 mz; Familiar= de 10 mz a menos de 64 mz; Medianas= de 1 cab (64 mz) a menos de 20 cab; grandes= de 20 y más cab.


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nicipal no dispone de estos datos actualiza-dos y señala que la falta de reporte al RIC por parte de las empresas agroindustriales ha sido fuente de conflicto11.

2. La concentración y el acaparamiento de la tierraLa venta de tierras se inició en el municipio desde la década de 1980, sin embargo, se tra-taba de una compra-venta de tierras a baja es-cala. En las comunidades Arroyo Santa María y El Pato, por ejemplo, ocurrieron algunas compra-ventas de tierra en la década de 1980; en ésta última aldea la venta de tierra en los años de 1980 se llevó a cabo sin estar legaliza-da la propiedad y, básicamente, lo que ocurría era “la compra-venta de derechos”. Es en la presente década que la venta de tierra se ha intensificado y acelerado a ritmo y escala nun-ca antes vistos, producto de la llegada de la palma africana al municipio.

Las personas que tenían tierras vendieron sin papeles porque en ese tiempo no exi-gían gran cosa, sólo que el dueño firmara y ya.

11 Entrevista con encargado municipal del RIC, marzo 2011.

La tierra fue adquirida en ese momento princi-palmente por ganaderos, quienes años después venderían a los productores de palma africana. La primera empresa en establecerse en el muni-cipio fue REPSA, comprando tierras de la aldea El Pato y de finqueros particulares de la zona. A partir del año 2000 y particularmente del 2002, la compra-venta de tierra se intensificó vincula-da al cultivo de palma africana en el municipio. Las comunidades Las Arenas y Tierra Blanca, por ejemplo, inmediatamente después de obte-ner los títulos de propiedad sobre sus parcelas, empezaron a recibir las ofertas de compra de parte de las empresas palmicultoras.

En la actualidad se encuentran en el municipio de Sayaxché comunidades enteras que ya han vendido la totalidad de su tierra, como la co-munidad de Las Arenas, y comunidades que se resisten a vender y que con grandes dificultades enfrentan el asedio de los compradores, las em-presas palmicultoras. El siguiente plano mues-tra el avance de la compra-venta de parcelas en la comunidad de La Ceiba, una de las cuales aún resiste el agresivo interés de las empresas por comprarle la tierra. En esta comunidad, no obstante, hay un acuerdo interno de que “el que quiera vender, que mejor se vaya”.

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Del 2002 a la fecha, como se ha dicho, viene ocurriendo un acelerado proceso de concentra-ción de tierras. Pero, además de concentración de la propiedad agraria, es importante señalar que de manera simultánea ocurre un proceso de acaparamiento de tierras, dada la apropiación simultánea por parte de las empresas agroin-dustriales que compran la tierra, de los recursos naturales y calidades del suelo ahí localizados y la disposición privativa y el aprovechamiento que hacen de ellos, apropiándose de las diver-sas rentas derivadas de ello12.

12 El Comité Técnico “Tenencia de la Tierra y Desarro-llo” (Francia) en su informe Análisis del fenómeno y propuestas de orientaciones, elaborado en junio 2010

para la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD) y el Ministerio francés de Asuntos Exteriores y Europeos, señala que la apropiación privada masiva de tierra y re-cursos naturales permite a los inversionistas apropiarse de riquezas que no están directamente vinculadas con las actividades humanas, una “renta diferencial” no im-putable al productor y que nada tiene que ver con la eficiencia de las inversiones. En tal sentido, dice, “la palabra ‘acaparamiento’, entendida como una apropia-ción masiva de recursos que excluye a otros beneficia-rios potenciales, es entonces utilizada con buen criterio, pero se aplica al potencial de recursos que contienen las tierras.”

Mapa 2. Plano de las parcelas de la comunidad La Ceiba. Parcelas vendidas a las empresas palmeras y parcelas retenidas por las familias parcelarias originales.


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2.1 Mecanismos utilizados por las empresas para hacerse de la tierra y decisión de la venta

Según testimonios de las mujeres de las co-munidades impactadas por la expansión de la palma africana13, ellas y sus familias no pensaban vender sus tierras, pues recordaban el sacrificio y el difícil proceso que vivieron hasta conseguir la tierra, aunque también ad-miten que algunas familias tomaron la deci-sión de venderla, producto de sus limitaciones económicas y condición de pobreza extrema. Sin embargo, no sólo las familias que estaban interesadas en vender sus tierras quedaron sin ellas; también las familias que se resistían a hacerlo tuvieron que ceder. La comunidad Las Arenas es un ejemplo de tal situación. Las ra-zones para que esto ocurriera fueron los en-gaños y amenazas recibidas por parte de los productores de palma:

13 Grupos focales de mujeres en varias comunidades de Sayaxché, septiembre 2010.

La venta de tierra la hicieron bajo amena-za, los compradores decían: si no venden las tierras les pasará algo; por miedo fue que vendimos los terrenos, nos intimida-ron, por eso es que ahorita no contamos con terrenos.14

La comunidad Las Arenas no es la única que ha sufrido presiones y amenazas; al igual que esta comunidad, han sufrido el asedio de las empresas palmicultoras muchas otras como El Canaleño, Tierra Blanca, El Pato, Arroyo San-ta María y La Ceiba, entre otras. Las comunidades, normalmente, se dividen en dos espacios diferenciados: un espacio donde se concentra la población (o centro urbano) y otro extendido donde se localizan las parce-las, en las cuales se cultivan alimentos para consumo familiar y algunos para la venta. Con la llegada de la palma y la compra-venta de terrenos, la amenaza de las empresas palme-ras hacia la población local ha sido que ya no tendrán paso a sus parcelas, que se les negará

14 Grupo focal comunidad Las Arenas, septiembre 2010.

Grupo focal de hombres en comunidad de Sayaxché, 2010.

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la entrada a las parcelas a aquellos que tengan que pasar por la –ahora– propiedad de la em-presa. Ésta no ha sido una simple amenaza; algunos pobladores que se resisten a vender han tenido problemas para transitar y han de-bido buscar otras rutas para poder llegar a sus parcelas. La amenaza de no permitirles el paso es la constante en todas las comunidades.

Se han utilizado, igualmente, otros mecanis-mos para forzar la venta de la tierra, como el engaño. En frecuentes oportunidades, los agentes de las empresas palmeras proponían a los pobladores que les vendieran las tierras y que ellos –los productores de palma– se harían cargo de conseguirles tierras en otro lugar, donde, además, las tierras serían más fértiles, pues las tierras en las que se encontraban no lo eran. Sin embargo, las opciones de tierras en venta son muy pocas y los precios de éstas rebasan significativamente la cantidad de di-nero que los pobladores obtuvieron al vender sus tierras.

En la comunidad El Mirador, por ejemplo, apro-vechando que los pobladores se habían movili-zado –junto al Frente de Lucha contra las Repre-sas– en contra de la construcción de una represa hidroeléctrica sobre el río Usumacinta, agentes de las empresas palmeras difundieron el rumor de que las inundaciones que se provocarían con la represa cubrirían las tierras de la comunidad. Este rumor, tomado por cierto, terminó de empu-jar a muchos a vender sus parcelas.

Es así como, bajo amenazas y engaños, los pro-ductores de palma obligan a los propietarios de parcelas en el municipio a vender sus terrenos. La decisión de vender la tierra, generalmente, ha sido tomada en familia: la esposa, el esposo y los hijos participaron en ella, y, aunque no to-dos estaban de acuerdo con vender la tierra, la

decisión se tomó bajo presión. Así lo manifiesta una señora de la comunidad Las Arenas:

Como esposa no quería que se vendiera la tierra, porque cuando venimos de otro lugar, nos hacía falta la tierra y cuando logramos la tierra pues sentimos muy con-tentos. Entonces, hasta yo lloré por la ven-ta de mi tierra.15

Para la compra de tierra, los empresarios se apoyaron en agentes e intermediarios: “el co-yote” se encargaba de realizar los negocios con los dueños de terrenos. Los trámites de compra-venta de la tierra, la mayoría de las veces, se realizaron en la cabecera municipal de Sayax-ché; los compradores de las tierras llevaban a los dueños de las parcelas para realizar las ges-tiones correspondientes en Sayaxché, pero el gasto corría por cuenta de estos últimos.

Varios informantes también refieren que la presencia del narcotráfico y el uso de la vio-lencia o la simple amenaza de utilizarla, ha in-cidido fuertemente en la venta de las parcelas. Lo anterior fue subrayado particularmente en la micro región de Tierra Blanca. Esta zona es considerada ruta de narcotraficantes que se movilizan por el río Salinas entre Guatemala y México. El paso se realiza en lancha, a través de las localidades de Benemérito de las Amé-ricas y Ocosingo, en territorio mexicano. Los pobladores y las instituciones presentes en la zona señalan que cada vez es más evidente su presencia, a partir de los hechos de violencia que ocurren: asesinatos, robo de casas y se ob-servan ya algunos drogadictos entre la pobla-ción local.

15 Grupo focal de mujeres, comunidad Las Arenas, sep-tiembre 2010.


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2.2 Precio de la tierra: inicial y actual

El precio de venta de la tierra ha variado de acuerdo a su ubicación y el momento en que ha sido comprada. Inicialmente, el precio era inferior a los Q 80,000 por caballería y en al-gunos casos el monto recibido por el parcela-rio fue de Q 30,000 o Q 20,000 por una ex-tensión igual; es decir, la hectárea fue pagada como máximo a Q 1,773 y como mínimo a Q 443.

El valor de la tierra en los últimos años se ha incrementado significativamente debido a la

alta demanda que hay de este recurso y, so-bre todo, debido a que ahora los dueños de las tierras tienen conocimiento de su valor econó-mico actual en la zona. En la actualidad, una caballería puede ser adquirida a un precio pro-medio de Q 250,000, sin embargo puede al-canzar un valor hasta de Q 650,000. Es decir, la hectárea puede ser pagada como máximo a Q 14,406, ocho veces más que al inicio de la venta de la tierra, y como mínimo Q 5,540, más de doce veces más de lo que costaba hace unos años (Ver Cuadro 2). El precio pagado por la tierra a las mujeres en todos los casos fue inferior al pagado a los hombres.

Cuadro 2. Precio de la tierra, inicial y actual

Comunidad U/MDinero obtenido por la venta

Años 2000-2002 2010

Las Pacayas 1 caballería Q80,000 – 100,000 Q500,000

Las Arenas 1 caballería Q 150,000 (hombre)Q 90 000 - Q50 000 mujeres) Q100,000

Arroyo Santa María 1 caballería Q 35,000 (hombres)Q 30,000 (mujeres)

Q 150,000 (hombres)Q 75,000 (mujeres)

El Pato 1 caballería Q 60 000 Q 650,000La Ceiba 1 caballería Q 512,000 x caballería

Fuente: Elaboración propia, con base en grupos focales en comunidades, 2010.

El dinero obtenido por la venta de la tierra, en la mayoría de los casos, fue utilizado para cubrir gastos de la familia: “muchas familias compraron cosas para la casa”. Ahora bien, los que tenían una caballería de terreno y, en consecuencia, un mejor ingreso que los que tenían media caballería, como algunas fami-lias de la comunidad Las Arenas, pudieron conseguir parcelas de menor tamaño en otro lado para seguir produciendo. No fue así con quienes únicamente tenían media caballería; ellos no pudieron comprar otra tierra con el dinero recibido y, en la actualidad, se encuen-tran sujetos al trabajo que realizan, ya sea en

las plantaciones de palma africana o en otros lugares fuera del hogar.Los dueños de parcelas que aún no han vendi-do mantienen la preocupación por los meca-nismos que los productores de palma africana han utilizado para obligar a otros a vender sus terrenos. Son reiterados los casos en los que se está cerrando el paso a los parcelarios, al mis-mo tiempo que les presionan a vender la tierra.

A mi padrastro, a él le fueron a ofrecer no sé cuanta cantidad [de dinero], pero […] dijo que él no iba a vender por esa canti-dad, […] no sé la cantidad porque no pue-

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do ni contar. Y no quiso vender y allí está; pero es cierto: cuesta que dejen pasar allí. Él se va por extravío, pero cuando está grande el arroyo, él tiene que dar la vuel-ta. […] Dicen que no dejan pasar, hasta mujeres les prohíben pasar. ¿Qué se va a llevar uno solo porque lo dejen pasar? ¡Hasta donde hemos llegado!

3. Las empresas de palma africana en SayaxchéEn el municipio de Sayaxché son cuatro las empresas dedicadas al cultivo y procesamien-to de la palma africana: la Reforestadora de Palma S.A. (REPSA), Tikindustrias S.A., la empresa Nacional Agroindustrial S.A. (NAI-SA) y Palmas del Ixcán. En conjunto se esti-ma que ocupan aproximadamente 1,300 caba-llerías de tierra16 (alrededor de 60,000 has.), equivalentes a cerca del 16 % de terreno del municipio.

La palma africana se empezó a sembrar en la Costa Sur del país en 1988 en sustitución del algodón y su procesamiento se inició alrede-dor de 1991 y 199217; no obstante, en Petén su cultivo data únicamente de una década. La primera empresa dedicada al cultivo de la pal-ma africana en la región norte fue la Refores-

16 Estimaciones realizadas por CEMEC/ CONAP esta-blecen en 60,477.5 ha. sembradas en palma en el área Sayaxché-Lachuá; contratistas varios entrevistados re-fieren un área superior de 67,500 ha. Las estimaciones realizadas en el trabajo de campo por el presente estu-dio, establecidas a partir de la sumatoria de los datos re-cabados a nivel comunitario información desagregada por comunidad, dan cuenta de una extensión de 58,656 ha., equivalentes 1,300 caballerías, sólo en el municipio de Sayaxché.17 GrePalma.www.grepalma.org.

tadora de Palma S.A. (REPSA), propiedad del Grupo HAME, que ya contaba con plantacio-nes de palma en la Costa Sur.18

REPSA se ubicó inicialmente en terrenos de la Aldea El Pato, municipio de Sayaxché. Los pobladores del lugar recuerdan que los per-soneros de la empresa llegaron a la aldea en el año 2001 y reunieron a la gente para expli-carles el proyecto y convencerlos de los be-neficios que recibirían con su instalación en el lugar; les pidieron permiso para construir un puente y empezaron a comprar la tierra. Iniciaron comprando la finca “El Nicté” y su propietario, Carlos Hardet, se convirtió en el primer administrador de la plantación. Pos-teriormente, compraron otras fincas –pues en esa zona el FYDEP había entregado fincas de 5 y 10 caballerías a finqueros–, en una exten-sión total de alrededor de 150 caballerías. Los campesinos, que habían llegado al área en los años 70 –cuando sólo una compañía mexicana incursionaba el área para extraer madera y sa-carla por el río La Pasión hacia México–, aún no contaban con títulos de propiedad sobre sus posesiones, por lo que tuvieron que vender la tierra a la empresa a precios bajos. Un cam-pesino recuerda que vendió su parcela de una caballería a REPSA por sólo Q 60,000. Hoy la caballería de tierra en Petén alcanza hasta los 650,000 quetzales en algunas zonas.

Frente a la compra acelerada de tierra por par-te de la empresa REPSA, los pobladores de la aldea “tuvieron miedo” y se apresuraron a legalizar el terreno que ocupa el casco urba-no de la aldea El Pato; de esa cuenta lograron regularizar 5 caballerías y 47 manzanas para

18 El nombre del Grupo corresponde a las siglas de su principal accionista, Hugo Armando Molina Espinoza, quien es propietario de la empresa “Palmas del Hori-zonte”, en Coatepeque, Quetzaltenango.


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los pobladores de El Pato19. Los pobladores que vendieron sus parcelas se fueron más tar-de a buscar nuevas tierras al norte del depar-tamento de Petén, en localidades como Setul, El Naranjo y la línea fronteriza con México. De acuerdo con pobladores de El Pato, actual-mente sólo quedan tres parcelas en la locali-dad para uso de los campesinos.

Desde entonces, la empresa REPSA no ha dejado de expandir sus plantaciones. Sólo en los alrededores de El Pato, la plantación de REPSA tiene una extensión cercana a las 150 caballerías y ha extendido sus plantaciones hacia la micro región La Ceiba, en terrenos de los caseríos El Canaleño, Lote 14 Mirador, Las Camelias y Tamarindo I y II, así como ha-cia la aldea Kubil20 y la finca “España”.

Después de establecida la primera plantación en la finca “El Nicté” en 2004, durante el año

19 Pobladores de la aldea El Pato, septiembre 2010.20 “El Cubil”, como aparece en el Diagnóstico socioeco-nómico, potencialidades productivas y propuestas de inversión, Vol. 1, 2008, Lugares poblados (pág. 16).

2005 la empresa realizó intensas gestiones ante las instituciones de gobierno para el mejoramiento de la carretera y en 2007 instaló la primera planta procesadora del departamento. Hoy esta empresa cuenta con dos plantas procesa-doras en funcionamiento: la de-nominada “El Nicté” y otra en la ruta que de ésta conduce hacia La Torre, denominada “La Unión” o “Champeguano”. Al año 2010, las plantaciones de REPSA todavía están en plena expansión. En los últimos tres años, la expansión de REPSA ha sido –en promedio– del

3.5 % anual, alcanzando al 2011 una extensión total de alrededor de 40,000 has. sembradas en palma21. Se conoce, además, que familiares del propietario de REPSA han establecido una plantación propia en la micro región La Rei-nita, municipio de San Francisco, Petén, en la perspectiva de vender el fruto a REPSA para su procesamiento.

Las otras tres empresas palmeras de Petén se establecieron más recientemente. La empre-sa Tikindustrias S.A., propiedad de las fami-lias Weissenberg Campollo y Weissemberg Ossaye, estableció su vivero en la aldea Las Arenas y cuenta con una plantación de aproxi-madamente 115 caballerías que se extiende sobre terrenos que anteriormente fueron de las comunidades Las Arenas, Las Pacayas, El Jordán, Pico de Oro y El Nacimiento; y 75 caballerías adicionales estarían en proce-so de siembra. Hasta 2010, Tikindustrias S.A. vendía el producto cosechado a REPSA para su procesamiento; no obstante, hace dos años adquirió el 50 % de los terrenos propiedad de

21 Datos obtenidos en varias entrevistas con contratistas.

Planta procesadora de REPSA, Sayaxché, 2011.

22

la Cooperativa “Nueva Guatemala”22 donde estableció una planta procesadora propia, la cual inició el procesamiento del fruto a finales del 2010 y tiene potencial para procesar, ade-más de la producción propia, la de productores individuales. A la fecha se conoce que el pro-ductor particular Edgar Sandoval, establecido en las proximidades del caserío Mario Mén-dez, venderá en breve el fruto producido en la finca de su propiedad a Tikindustria S.A.

La empresa Nacional Agroindustrial S.A. (NAI-SA), propiedad de las familias Köng Vielman, Köng Serra y Köng Subirá, por su parte, estable-ció en 2008 su vivero en terrenos de la comuni-dad Flor de la Selva, expandiendo sus plantacio-nes en tierras que anteriormente pertenecieron a las comunidades Arroyo Santa María, Las

22 La finca “Nueva Guatemala” fue adquirida por re-fugiados-retornados en la etapa de reasentamiento de los desplazados por el conflicto armado, en reposición de tierras que tuvieron que abandonar en Ixcán. Otras cooperativas del río Usumacinta –tales como La Lucha y La Técnica– están siendo abordadas por corredores de bienes inmobiliarios y empresarios de palma africana para proponerles la compra de sus tierras.

Camelias y Santa Rosa, todas del municipio de Sayaxché, y La Reinita. En la actualidad NAISA cuenta con plantaciones en producción en cuatro fincas –“El Danto”, “Gana”, “Primavera” y “La Ceiba”– de alrededor de 155 caballerías en con-junto23 y construye su planta procesadora propia en la aldea Las Camelias. Hasta principios del 2011, el producto obtenido en el municipio de Sayaxché por esta empresa era trasladado hacia Izabal para su procesamiento. No obstante, en fecha reciente llegó a acuerdos con la empresa REPSA para su procesamiento en la planta de El Pato, en espera de concluir la instalación de una planta propia en Las Camelias.24

Finalmente, la empresa Palmas del Ixcán, pro-piedad de la corporación Green Earth Fuels, cuenta con un vivero en la finca La Soledad, en la micro región de Tierra Blanca, al sur oes-

23 Entrevista a empleado de campo de la empresa NAISA.24 Al decir de la población local, este acuerdo tardó en establecerse “porque Olmeca no se junta con Ideal”, refiriéndose a la competencia y desavenencias entre las empresas, denominadas por las marcas de los aceites producidos: Olmeca (REPSA) e Ideal (NAISA).

Instalaciones de Tikindustrias, Las Arenas, Sayaxché, 2011.


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te del municipio de Sayaxché, y sus planta-ciones se extienden desde dicha finca, hacia terrenos de los caseríos de San Juan Caribe y San José Caribe, hacia el río Salinas (fronte-ra con México) y la comunidad de La Ceiba, del municipio de Sayaxché; Casta Linterna II y Santa Bárbara, del municipio de Chisec, Alta Verapaz, al pie de la Sierra de Chinajá25; y sobre la carretera de la Franja Transversal del Norte que conduce de Rubelsanto a Ixcán.

25 La Ley de Áreas Protegidas o Decreto 4-89 declaró la Sierra de Chinajá “Área de Protección Especial”.

Mapa 3. Ubicación de plantaciones y plantas procesadoras, municipio de Sayaxché

El Cubil

Esta empresa también tiene proyectada la cons-trucción de una planta extractora propia, a inme-diaciones de la aldea Limón Sur, en el municipio de Ixcán, Quiché. El mapa 3 ilustra la ubicación aproximada de las plantaciones y plantas pro-cesadoras de palma africana establecidas en el municipio de Sayaxché, Petén. Es sumamen-te difícil conocer a ciencia cierta la extensión exacta actual de las plantaciones, pues los ma-pas elaborados a partir de imágenes satelitales y fotos aéreas no reflejan aún la realidad de su ex-tensión, dada la corta edad de las plantaciones26.

26 CEMEC ha elaborado un mapa del cambio de uso del sue-lo, pero únicamente ha registrado como plantación de palma africana aquellas áreas donde se puede confirmar que se trata efectivamente de dicho cultivo. No obstante, recorridos en campo sí permiten apreciar que las áreas señaladas como plantaciones de palma por CEMEC acusan un notable subre-gistro, dada la acelerada y reciente expansión de las mismas.

24

Por otra parte, el Catastro Municipal no cuenta con dicha información, dado que hasta febrero 2011 las empresas palmeras no reportaban el cambio de propietario de las fincas y parcelas a la municipalidad de Sayaxché.27

4. Producción de palma africana y empleoDe acuerdo con la Gremial de Productores de Palma (GREPALMA) este cultivo genera alre-dedor de 14,000 empleos directos permanen-tes y unos 10,000 empleos indirectos a nivel nacional28. Los datos recabados en campo dan cuenta de una contratación –bajo distintas mo-dalidades– en el municipio de Sayaxché, muy superior a la declarada por la GREPALMA. No obstante, es muy difícil acceder a estadís-ticas oficiales que reflejen la realidad laboral a nivel de empresa y municipal29. Es por esta

27 Consulta al responsable del Catastro Municipal en febrero 2011. A consecuencia de la falta de actualiza-ción de los datos registrales en el Catastro Municipal, estas empresas agroindustriales no estaban pagando a esa fecha el Impuesto Único sobre Inmuebles (IUSI) a la municipalidad de Sayaxché. Ya en 2005 Olmeca S.A. (empresa también propiedad del Grupo HAME) fue señalada por la Tesorería Municipal de Sayaxché de no pagar el IUSI. Servicio de Información Municipal, Boletín Municipal No. 93.28 GREPALMA. http://www.grepalma.org/ambiente/Index.html29 El Ministerio de Trabajo y Previsión Social (MTPS) es la entidad estatal que debería de contar con y ofre-cer estadísticas precisas y actualizadas sobre la fuerza laboral empleada a nivel de empresa y de municipio. No obstante, el MTPS elabora sus estadísticas única-mente a partir de los registros que las empresas entre-gan anualmente al IGSS y reportan al MTPS. Esta de-pendencia elabora con dichos registros un consolidado departamental anual de “Patronos activos en el IGSS por ramo de actividad económica” y “Trabajadores afi-liados al IGSS por año”, que aparece en su boletín esta-dístico. Así, por ejemplo, la empresa REPSA –el mayor

razón que el presente estudio acudió a la in-formación aportada por COCODES y grupos focales a nivel comunitario, obteniendo da-tos bastante precisos en lo que se refiere a los trabajadores locales por comunidad (vecinas a las plantaciones y plantas procesadoras de palma africana). Para los datos relativos a los trabajadores temporales o “cuadrilleros” fue necesario acudir a entrevistas con contratistas.

En campo, el presente estudio estableció que, al menos en el municipio de Sayaxché, existen cuatro tipos de trabajadores en las plantaciones de palma africana y las plantas procesadoras:

a. Los trabajadores permanentes con contrato.b. Los trabajadores permanentes sin contrato.c. Los trabajadores temporales “locales” o

de comunidades ubicadas en las inmedia-ciones de las plantaciones y plantas pro-cesadoras.

d. Los trabajadores temporales “de lejos”, migrantes de distintos municipios del país.

Los trabajadores permanentes con contrato, también llamados coloquialmente “presupuesta-dos”, son aquellos trabajadores que cuentan con un contrato formal y legal con la empresa, de-vengan un salario fijo mensual por sus labores en funciones definidas, reciben bono 14 y aguinal-do, gozan de vacaciones y demás prestaciones de ley. Generalmente, son contratados de esta forma las secretarias, los contadores, los traba-jadores de la planta procesadora, trabajadores de mantenimiento, tractoristas, maquinistas, chofe-res, trabajadores de laboratorios y de talleres.

Los trabajadores permanentes sin contrato, son trabajadores que en la práctica laboran de

empleador en palma africana a nivel municipal–, para el año 2006 sólo reportó al IGSS y al MTPS 690 traba-jadores contratados.


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manera permanente para la empresa, pero no cuentan con contrato formal ni gozan de las prestaciones de ley. Generalmente, son contra-tados por medio de un intermediario o contra-tista para períodos variables, de un mes a tres meses, pero por períodos largos –superiores a los tres meses– de manera ininterrumpida. Al momento de pago, todos ellos firman un do-cumento donde expresamente renuncian a sus prestaciones y del cual no les queda copia30.

Los trabajadores temporales “locales”, son trabajadores originarios de comunidades ubi-cadas en las inmediaciones de las plantacio-nes y plantas procesadoras, que generalmente conservan alguna porción de tierra en propie-dad, o bien que arriendan un terreno de 1 a 3 manzanas para la producción de granos bási-cos para el consumo familiar y combinan, en distintas proporciones, el trabajo asalariado en las plantaciones de palma africana, en di-versas estrategias familiares de sobrevivencia. Este tipo de trabajadores nunca es recontrata-do pasado el tercer mes, lo que le permite a la empresa no adquirir responsabilidades labora-les con el trabajador: “Nos manda a descan-sar. Dicen que es para que vayan a atender su trabajo propio; pero ésas son sus excusas”31. Este tipo de trabajadores sólo vuelven a ser contratados uno o varios meses después, una vez rota la relación laboral con la empresa.

Los trabajadores temporales “de lejos”, tam-bién llamados “cuadrilleros”, “campamenta-dos” o “encampamentados”. Son trabajadores agrícolas reclutados por contratistas en muni-cipios lejanos a las plantaciones de palma afri-cana y contratados por períodos de un mes. Son trasladados de ida y vuelta a sus comuni-

30 Entrevistas a trabajadores permanentes en varias co-munidades de Sayaxché, septiembre 2010.31 Trabajador de REPSA.

dades de origen en camiones por los contratis-tas y permanecen durante el tiempo de trabajo establecido en la plantación, en los campa-mentos dispuestos por las empresas para ese fin. Generalmente, por cada 100 trabajadores, también son contratadas cuatro mujeres coci-neras y cuatro molenderas, aunque en la em-presa NAISA ya cuentan con cocinas indus-triales y personal fijo para el efecto. La forma de contratación es mediante anuncios radiales en las localidades de origen32 y el único requi-sito para ser contratados es la presentación de la cédula de vecindad por parte del interesado.

El siguiente cuadro, si bien incompleto, ex-pone lo dicho arriba, con relación a que las estadísticas “oficiales” del IGSS y del MTPS no reflejan la realidad del empleo en palma africana. A manera de ejemplo, podemos se-ñalar que la empresa REPSA –el mayor em-pleador en palma a nivel del municipio de Sayaxché– reportó en el año 2006 únicamen-te 690 trabajadores contratados a nivel nacio-nal, cuando se conoce que es la empresa más antigua en haber establecido plantaciones de palma africana en el país y la empresa que las tiene sobre mayor superficie de tierra. Por otra parte, los 690 trabajadores reportados ese año aparecen bajo el código 9212, el cual se refiere a la categoría de “trabajador agrí-cola”, siendo que en campo se ha podido es-tablecer que, en su mayoría, los trabajadores contratados de manera permanente por esta empresa corresponden a niveles técnicos y administrativos.

32 Son utilizadas para este fin principalmente las radioe-misoras Uy, Uy, Uy, Nola, Pakolá, La Buena y Utankaj.

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Cuadro 3. Número de trabajadores de comunidades vecinas a las plantaciones de palma africana en el municipio de Sayaxché, por empresa, 2010

Empresa/ Categorías de trabajadores REPSA NAISA Tikindustrias Palmas del

Ixcán

Total de trabajadores p/

categoría1. Trabajadores permanentes c/ contrato 25 24* 30 792. Trabajadores “locales” 1,456 (1,511) 24 490 2 2,027

Tierra Blanca 75 (80) 2****La Ceiba 150 100**El Canaleño 15Aldea El Pato 700 (750)Nuevo San Fernando 50El Mirador 16 150***Las Arenas 90Las Pacayas 150El Nacimiento S.D.Arroyo Santa María 24Ruta Yalmachac, Canlech y Linterna II (Chisec) 450

Fuentes: COCODES, contratistas, grupos focales comunitarios y trabajadores locales. Consignamos entre paréntesis datos distintos recabados de distintas fuentes.Notas:(*) La empresa ha anunciado que contratará a 24 trabajadores “de planta”.(**) Dos camiones trasladan diariamente a 100 trabajadores sobre la ruta: La Ceiba, Tucán, Mirador y Las Pozas a Tikindustrias.(***) Un total de 150 trabajadores son trasladados diariamente por un contratista por la ruta Setul, La Ceiba, Mirador y Las Camelias hacia Tikindustrias S.A.(****) La mayoría de pobladores de Tierra Blanca prefieren ir a trabajar a El Pato; únicamente dos acuden a La Soledad y Santa Bárbara.S.D.: Sin datos.

Mapa 4. Flujo de trabajadores de comunidades del municipio de Sayaxché a plantaciones y plantas procesadoras vecinas a sus comunidades.


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4.1 Contratación y línea de mando

En la mayoría de casos, la contratación de tra-bajadores para las empresas palmeras se hace a través de contratistas. Para el caso de la contra-tación de los trabajadores locales, los contratis-tas generalmente son pobladores de las comuni-dades de la región y salen a las comunidades a buscar trabajadores, en las cantidades solicitadas por las empresas para las distintas labores reque-ridas. Llama la atención los términos desperso-nalizados y discriminatorios utilizados para refe-rirse a los trabajadores; el agente de la empresa le pide al contratista: “Traeme 100 cabezas”33.

33 Grupo focal en la comunidad Arroyo Santa María, sep-tiembre 2010. Históricamente, durante la colonia y el período liberal, cuando requerían de trabajadores para el cultivo del café y otras labores agrícolas, los terratenientes, ingenieros medidores y jefes políticos departamentales se referían a “brazos”, no a personas, como –al parecer– con-tinúa ocurriendo. Coloquialmente, se habla de “cabezas” al referirse a ganado, pero también de trabajadores tempo-rales o cuadrilleros.

Otras veces, siendo el contratista del conoci-miento previo de los interesados en emplearse en las empresas de palma, éstos se comunican por teléfono celular para manifestarle su inte-rés de trabajar en la palma. El teléfono celular es herramienta clave en el proceso de contrata-ción. El contratista levanta un listado y acuer-da el punto y la hora en que los recogerá con el camión para trasladarlos a la plantación. El contratista será el encargado de juntar a “su grupo”, llevarlo al lugar de trabajo y regresar-lo de vuelta a sus comunidades respectivas, así como de pagarles o llevarlos al lugar de pago al final del período convenido.

Ingeniero Gerente General de Campo

Ingeniero Agró-nomo



Contratista Contratista Contratista

Caporal Caporal Caporal

Trabajadores de campo



Diagrama 2. Estructura organizativa del trabajo en la plantación

Las comunidades ubicadas en las cercanías de las oficinas de las empresas palmeras, pueden también acudir directamente a éstas para soli-citar empleo. Así, por ejemplo, los pobladores de las comunidades cercanas a la comunidad El Mirador, en donde están ubicadas las ofici-nas de la empresa NAISA, únicamente deben

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acercarse a las oficinas y solicitar su “código”. Este será el número para su contratación y bastará que lo indiquen al contratista cuan-tas veces quieran acudir como jornaleros a la plantación. En el caso de comunidades más distantes, les será solicitada la cédula de ve-cindad para su contratación.

Aunque existen variaciones entre las empresas, las contrataciones se hacen –por lo regular– por mes y la persona de referencia para el trabaja-dor será siempre, sin excepción, el contratista. La estructura se hace más grande y compleja en la medida en que las plantaciones están estable-cidas y en producción, pero son similares en to-dos los casos. El contratista reúne el número de personas solicitado por la empresa. Este grupo, al llegar a la plantación, quedará bajo el mando de un caporal, que es el encargado de organizar

Propietarios

Gerente General

Gerente General

Gerente Agrícola

Agronómico

Técnico

Sanidad vegetal

Técnico

Administrativos

Transporte y semoviente

Tractores Camiones Mecánicos

Búfalos Caballos

Supervisor

Auxiliares

Comodines

Supervisor

Auxiliares

Comodines

Supervisor

Auxiliares

Comodines

Supervisor

Caporal

Cuadrilla

Supervisor

Caporal

Cuadrilla

Supervisor

Caporal

Cuadrilla

las actividades a realizar por los trabajadores en campo. Cada caporal es supervisado, a su vez, por un ingeniero agrónomo y el conjunto de in-genieros agrónomos, dependiendo del tamaño de la plantación, estarán bajo el mando de “el ingeniero” o gerente de campo de la plantación.La empresa NAISA es considerada en la zona la más avanzada tecnológicamente, con el me-jor manejo de plantaciones y la mayor produc-tividad en el área. Esta empresa cultiva cinco especies de palma africana (Gana, Lamé, Ci-rat, Nigeria y Evolution), importa la semilla de Costa Rica y aplica el sistema colombiano en el manejo de sus plantaciones. La planta procesadora que está siendo instalada en Las Camelias contará con equipo y asistencia téc-nica de la empresa malasia Modipalm, sub-sidiaria de la CB Industrial Product Holding Berharnd.34

34 En septiembre del 2009, la empresa Modipalm En-geneering Sdn Bhd, subsidiaria de CB Industrial Pro-duct Holding Berhad, obtuvo un contrato por valor de 4,484,525 dólares para el equipamiento e instalación de una planta procesadora de aceite de palma con capacidad inicial de 15T/FFB/hora, expandible a 45T/FFB/hora.

Diagrama 3. Estructura organizativa de la empresa NAISA


29

4.2 La figura del “contratista”

El contratista es una pieza clave en el proceso productivo, no sólo para entender la forma de contratación de la mano de obra que acude a las plantaciones de palma africana, sino también para comprender la organización del trabajo y la movilidad de la mano de obra, la distribución de responsabilidades a lo largo del proceso entre los distintos actores que intervienen en el pro-ceso productivo (empresa, personal formal de la empresa, contratistas, caporales y trabajadores de campo), el pago de los servicios del contra-tista, caporales y la mano de obra agrícola en las plantaciones y, en definitiva, es clave también para analizar la observancia o no de los dere-chos laborales de los trabajadores y la evasión, incumplimiento o cumplimiento de las respon-sabilidades patronales, laborales, salariales, fis-cales y sociales.

El contratista es el intermediario obligado e indispensable entre los trabajadores y la em-presa propietaria de la plantación y plantas procesadoras. Él es el encargado de reclutar a los trabajadores, establecer los términos de

contratación con el trabajador –si bien éstos han sido previamente definidos por la empre-sa–, trasladar a los trabajadores hasta el lugar de las labores agrícolas, resolver cualquier problema o contingencia que se presente en la ruta hacia el lugar de trabajo y durante las jornadas laborales, ya se trate de enfermedad, de algún accidente o de reclamos diversos. A decir de los trabajadores: “sólo él se entiende con la empresa”. El contratista es, en defini-tiva, la persona que asume todas las respon-sabilidades frente a los trabajadores para la empresa, responsabilidades que asume a título individual, como persona civil y empleador informal.

En caso de enfermedad o accidente durante el traslado, la empresa no asume ninguna res-ponsabilidad para con el trabajador. Así, por ejemplo, en enero del 2009, cuando ocurrió el derrumbe de un cerro en las proximidades de la aldea Santa Elena Ajkil de San Cristóbal Ve-rapaz, en el que al menos 34 jornaleros queda-ron soterrados y varias decenas entre heridos y desaparecidos, los contratistas debieron pagar los gastos funerarios y una cierta “indemniza-ción” a las familias de las víctimas, no obstan-te que se conoció que dichos trabajadores se dirigían a trabajar en la empresa Tikindustrias S.A., en la localidad de Las Arenas.

En las plantaciones, el contratista es también el encargado de atender a “su gente”. Si se trata de una picadura de culebra, por ejem-plo, en el campamento de los cuadrilleros hay enfermería y le aplicarán “algunas medicinas para mientras”, pero no cuentan con suero an-tiofídico, por lo que deberán trasladarlo a un centro asistencial; si se trata de una caída o de un golpe serio, será trasladado al hospital de Sayaxché. En todo caso, es el contratista el responsable de la atención al trabajador:

Contratación de trabajadores en Cobán, 2011.

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Cada quien va a ver cómo se va. Digamos, si accidentó una mi gente, yo como con-tratista voy a llevar; la finca no ayuda. Si se enferma o se muere uno allí, no tiene que ver la finca. ¿Le van a dar un poco de ayuda, un poco de los gastos? Nada, nada.35

Si uno se accidenta o se enferma, tampoco le reconocen el día. Es una finca muy de-licada… Como cuadrilla y contratista, la finca no tiene que ver. Si la gente se acci-dentaron en la calle cuando está transpor-tando la gente, por ejemplo, si el camión choca con otro camión, allí corre por mi cuenta. ¡Ay Dios! La finca no les va a ayudar ni un centavo. ¡Está duro trabajar allí! Por eso yo no me animo mucho, por-que en la calle hay peligro y la finca no le apoya en eso.36

35 Entrevista a contratista, Sayaxché, marzo 2011.36 Idem.

Además de los riesgos ya mencionados de un accidente en carretera, una picadura de cu-lebra, una enfermedad o cualquier otro acci-dente en la plantación, los contratistas deben enfrentar los reclamos y demandas de los tra-bajadores. Los trabajadores nunca ven al pro-pietario o altos personeros de la empresa, que eventualmente llegan en avioneta o helicóp-tero a la plantación y planta procesadora. El contratista es, por así decirlo, un amortiguador de los reclamos de los trabajadores: “La gente sabe cómo es el trato. Alega y se va contra el contratista.”37

Por otra parte, el contratista es la pieza ar-ticuladora entre el mundo del trabajo y los empresarios. El contratista conoce la vida de las comunidades de donde provienen los tra-bajadores, en muchos casos habla su idioma, conoce sus sistemas productivos, sus ciclos y sus preferencias. El contratista hace inteligi-ble ese mundo campesino e indígena al otro

37 Entrevista a contratista, Sayaxché, marzo 2011.



31

mundo, ladino y empresarial, movilizando la mano de obra dispersa en distintos municipios del país, hasta los lugares donde se encuentra la demanda, en las cantidades y temporalidad requerida por las empresas.

Los contratistas son especialmente importan-tes para la empresa en las épocas en que baja la disponibilidad de mano de obra. Esto ocu-rre dos veces al año: entre marzo y mayo, y de septiembre a diciembre. Las causas de esta merma en la oferta de mano de obra son va-rias. Por una parte, corresponden a las épocas de limpia del terreno y siembra de milpa de los pequeños agricultores, ya sea que tengan tierra en propiedad o que la arrienden para la producción de sus granos básicos. Por otra parte, en esas épocas, la palma africana entra en competencia con otros productos de expor-tación como el cardamomo y el café. En las temporadas de baja disponibilidad de mano de obra, los contratistas deben salir a buscar trabajadores a municipios más lejanos y se les ve llegar a las plantaciones, ya no sólo de los municipios de Las Verapaces y otros vecinos a éstas, sino también trabajadores de Guastato-

ya y otros municipios de El Progreso y Jalapa, e incluso de Honduras y Nicaragua.

Dada la cantidad de mano de obra que es mo-vilizada hacia las plantaciones, los contratistas –a su vez–, cuentan con “coyotes” en los dis-tintos municipios que, por pagos de Q 10 y Q 20 más comida, les apoyan en el reclutamiento de trabajadores.

Desde hace años, se estableció –de hecho– Co-bán como centro de reclutamiento de trabaja-dores: los trabajadores y contratistas se con-centran a un costado del Gimnasio Municipal, principalmente debido a que en este lugar hay sanitarios municipales ya instalados. Los traba-jadores que se quieren enlistar en una cuadrilla acuden a ese lugar los días domingos de madru-gada. Un predio municipal cercano al gimnasio es utilizado para el parqueo de los camiones y camionetas que trasladan a los trabajadores ha-cia las plantaciones.

Las cuadrillas de trabajadores reclutadas en municipios más lejanos a Cobán –como El Estor, Telemán y Panzós–, que requieren 12


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horas de viaje hasta llegar a Cobán38, pernoc-tan una noche en Cobán, para salir la madru-gada del día siguiente hacia las plantaciones de palma. Generalmente, los contratistas en-frentan dificultades para ubicarlos en Cobán: pasan la noche en el parque central o frente a la Gobernación, hasta que son redistribuidos por la mañana hacia las plantaciones o empre-sas a donde se dirigen a trabajar. Éste ha sido motivo de desavenencias entre la Municipali-dad de Cobán y los contratistas39.

Un segundo lugar de reclutamiento se ha es-tablecido en la aldea Pocolá, del municipio de San Pedro Carchá, donde se concentran

38 Algunas veces las cuadrillas de trabajadores son trans-portados en camiones de 2 tons. por la carretera de terrace-ría que une El Estor a San Julián, siguiendo por la carretera asfaltada hasta Cobán. En otras ocasiones dan vuelta por Río Dulce y Petén, pues, aunque es más tardado y largo el viaje, los trabajadores “sufren menos” por ser toda carre-tera asfaltada.39 A la fecha no existe acuerdo entre la Municipalidad y los contratistas sobre los espacios municipales a utilizar para este fin.

principalmente trabajadores temporales pro-venientes de las aldeas de ese municipio. Los contratistas que operan en este lugar trabajan específicamente para la empresa NAISA.

4.3 Forma de contratación y pago a los contratistas

Normalmente, las empresas ofrecen dos formas de contratación a los contratistas. Una moda-lidad es el trato cerrado. Este tipo de contrato supone que las empresas contratan “en paque-te” la realización de un proyecto: por ejemplo, la siembra con palma africana de una determi-nada extensión de tierra. En este caso, el con-tratista deberá hacer su propuesta financiera por hectárea y por la extensión total en cuestión, considerando el conjunto de actividades que conlleva el proyecto (hoyado, distribución de la plantilla con tractor o con hombres, siembra, fertilización, etc.) e incluyendo todos los costos de mano de obra para ello (transporte externo e interno, alimentación e imprevistos, contrata-ción de caporales para la supervisión de los tra-



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bajadores de campo, cocineras, etc.), así como el pago de impuestos. El contratista firmará un documento de contrato con la empresa. La em-presa, por su parte, pondrá al ingeniero agró-nomo para supervisar el trabajo en campo e irá haciendo los desembolsos al contratista confor-me el avance de los trabajos.

Este tipo de contratación ha sido experimen-tado por algunos contratistas, pero son nume-rosos los casos de fracaso por las deficiencias y fallas en el cálculo de los costos reales por parte de estos últimos. La mayoría de contra-tistas no tiene, además, capacidad financiera para establecer este tipo de contratos con las empresas agrícolas y hacer la inversión inicial requerida hasta recibir el primer desembolso.

Una segunda modalidad de contratación –la utilizada de manera más generalizada– es el llamado trato abierto. En este tipo de conve-nios no escritos, el agente del empresario –que la mayoría de veces es el gerente de plantación o el ingeniero agrónomo responsable de una plantación–, pide al contratista la cantidad de trabajadores que requiere, especificando para qué labores, cuánto les pagará por jornal o por tarea, en qué condiciones (de comida, trans-porte y alojamiento) y el % de comisión por planilla o por trabajador para el contratista, y el período de duración del contrato.

Esta es la modalidad más común de contrato establecido entre las empresas de palma afri-cana –entre otras, tales como las de caña de azúcar y banano– y los contratistas. No requie-re de una gran inversión previa y descansa, fundamentalmente, en la iniciativa y habilidad

de los contratistas para realizar el reclutamien-to de los trabajadores y llevar a buen término su traslado de la comunidad a la plantación, y viceversa. El reclutamiento normalmente se hace a través de anuncios radiales, que comu-nican la cantidad de trabajadores requeridos, el lugar de destino, la actividad agrícola y las condiciones de pago y laborales en general. El contratista puede o no tener transporte propio (camión), pues siempre puede recurrir al pago del flete. Su mayor activo será, pues, el cono-cimiento de la población a contratar y de las condiciones específicas de ésta que la hacen “disponible” en el tiempo requerido por los empresarios agrícolas.

La forma de pago a los contratistas por parte de las empresas varía entre una y otra empre-sa. Así, por ejemplo, en algunas empresas el contratista recibe de la empresa únicamen-te un pago fijo por trabajador contratado; en otras empresas, el contratista recibe adicional-mente un salario diario.

En el caso de la empresa NAISA, los contra-tistas devengan Q 80 diarios más la comisión que les queda por el número de trabajadores aportado a la plantación. La empresa NAISA paga Q 80 diarios por trabajador al contratista, de los cuales el contratista deberá deducir el pago de su jornal, el pago del jornal del capo-ral que supervisa a los trabajadores de cam-po, los jornales del total de los trabajadores contratados y el costo del flete del transporte. El siguiente cuadro ejemplifica la distribución del pago de la empresa NAISA al contratista por la contratación de 100 trabajadores:

34

El resultado final es muy similar al obtenido por los contratistas de las otras dos empresas que pagan una comisión por trabajador. En Tikin-dustrias S.A. y REPSA, los contratistas reciben únicamente la cantidad fija de Q 3.00 por tra-bajador contratado más una comisión. El pago, pues, varía de una empresa a otra y pareciera depender de si el contratista es poblador o líder de la misma comunidad que los trabajadores contratados, o bien si se trata de contratistas de otras comunidades que contratan trabajadores de comunidades más distantes.

4.4 Contratistas de “locales” que son líderes comunitarios

En el caso de la empresa Tikindustrias S.A., el contratista gana de acuerdo al número de tra-bajadores que lleva a la plantación, a razón de una comisión de Q 3.00 por trabajador. Así, si lleva 30 personas ganará Q 90 al día, si lleva 20 únicamente ganará Q 60. En esta empresa cada contratista –al momento del estudio, 16 en to-tal y generalmente líderes de las comunidades vecinas a la plantación–, “mueve” (moviliza) un promedio de 20 a 25 personas por día, ex-cepto en temporadas altas en las que la plan-tación requiere de más trabajadores; en estas temporadas pueden llegar a emplearse 50 o 60 trabajadores diarios por contratista. La empre-

sa lleva el control de los trabajadores que cada contratista aporta diariamente y para hacerles efectivo su pago a fin de mes, los contratistas deben entregar factura contable a la empresa.

El contratista también lleva el control de los trabajadores. El primer día los reúne a las 4:00 de la mañana y los traslada en camión hasta la plantación. Antes de empezar la jornada le-vanta un listado en un cuaderno y traslada la lista “al ingeniero”. Éste lo llevará a las ofici-nas para que ingresen los nombres de los tra-bajadores a su base de datos y le entreguen por la tarde al contratista, una hoja de control im-presa. En los días subsiguientes y durante una quincena, será responsabilidad del contratista pasar lista y anotar las asistencias y ausencias. La contratación y el pago es mensual.

En el caso del contratista de Tikindustrias entre-vistado40, como no tiene camión propio ni ha po-dido comprarlo hasta ahora, se encarga de buscar un fletero y contratar el servicio de transporte. La empresa le entrega a él (el contratista) el cos-to del flete y una comisión. Al final del mes el contratista recibe dos cheques por separado de la empresa: uno por el valor del flete y otro por su trabajo (Q 3 por trabajador y su comisión) contra

40 Entrevista a contratista de Tikindustrias S.A. de una comunidad vecina a la plantación, septiembre 2010.

Cuadro 5. Distribución de pago de la empresa NAISA a un contratista

Actor Costo unitario CostosPago total de NAISA a un contratista por 100 trabajadores

Q 80 por 100 trabajadores Q 8,000

Pago de contratista Q 80 por jornal Q 80Pago de caporal Q 60 por jornal Q 60Pago de 100 trabajadores Q 50 por jornal Q 5,000Pago garita municipal (en caso los trabajadores provengan de otro municipio)

Q 500 x paso de 100 trabajadores

Q 500

Transporte (flete de camión)

Q 2,000 o más Q 2,000

Saldo a favor del contratista o “comisión” Aproximadamente Q 3.60 por trabajador Q 360 Fuente: Grupo focal en Arroyo Santa María, septiembre 2010.


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dos facturas contables que extiende el contratis-ta. En este caso, el contratista, aunque paga re-gularmente sus impuestos a la SAT (ISR e IVA), tiene desconocimiento de los procedimientos y la normativa contable y fiscal:

Yo le firma tres papelitos, siempre. Hay que firmar allá, no sé de qué es: es sólo que está para adentro y nosotros estamos en la ventanilla para recibir el cheque [afuera]. No nos dejan copia; no lo dan copia. Allí se quedan los tres papelitos que he firmado, siempre allí se quedan.41

Después de pasar la lista de asistencia, el con-tratista será también el encargado de llevar a los grupos de trabajadores hasta el lugar de trabajo de ese día y acarrear hasta ese lugar la herramienta e insumos agrícolas que se re-quiera. El caporal indicará lo relativo a las la-bores agrícolas que desarrollarán.

Los contratistas de trabajadores “locales”, mu-chas veces, son seleccionados entre los líderes comunitarios o coinciden en tener cargos comu-nitarios. Esto no es una mera casualidad, sino una intencionalidad de la empresa, para que los contratistas tengan influencia sobre los trabaja-dores, gocen de respeto, tengan conocimiento de las personas y prácticas comunitarias, así como capacidad de organizar y movilizar a los trabajadores cuando así lo requiera la empresa. Así se expresó un contratista de Tikindustrias S.A. que es, a la vez, presidente del Comité Co-munitario de Desarrollo (COCODE):

En mi parte de trabajo en la finca estoy trabajando como un contratista, pero yo no fui a buscar mi trabajo en mi voluntad a mí, sino que el ingeniero o el administra-

41 Idem.

dor nos manda una nota aquí a buscar a los líderes para que los líderes nos vamos a manejar las personas que vamos a tra-bajar allá. Pues como nosotros, mi costumbre [es] yo sólo de trabajar en mi parcela, botar, lim-piar, cosechar frijoles, nos llamaron otra vez como líderes de la comunidad; manda una nota que [decía]: ‘nosotros queremos que ustedes como líderes de la comunidad nos vayan a traer la gente a trabajar aquí como responsables de la gente’, así dice la nota y nos mandaron así firmado por el adminis-trador. El administrador viene de lejos.

Entonces él dijo que ‘usted te vas a quedar como contratista’, así me dijeron y hasta que me va a llegar mi tiempo, mi perío-do de trabajar aquí, ‘pues no sé cuánto tiempo vas a trabajar aquí, pero nosotros queremos que como vecino de la empresa trabajen aquí’.42

42 Contratista de Tikindustrias, poblador de una comu-nidad vecina a la plantación, septiembre de 2010.

Campamento de cuadrilleros en REPSA. El Pato, Sayaxché, 2011.

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En este caso, por tratarse de alguien de la co-munidad que conoce a sus vecinos, la forma de reclutamiento será acudiendo a las casas de los potenciales trabajadores, a través de encuentros casuales en la calle o en la tienda. Por otro lado, el ser presidente del COCODE le dará la posibilidad de contar con listados de familias y miembros de las comunidades. Sólo se requiere que le manifiesten voluntad de ir a trabajar y el contratista se encarga de recoger-los por la mañana y llevarlos al lugar de tra-bajo para el jornal. No nos detendremos aquí a considerar la forma como la empresa priva-da consigue así desnaturalizar una figura de representación y participación comunitaria y reorientarla, aprovechando su red de vínculos y conocimientos, al servicio de sus intereses.

4.5 La contratación de “cuadrilleros” o “encampamentados”

La contratación de los cuadrilleros o trabaja-dores temporales “de lejos”, como ya se dijo, es diferente. Los contratistas en conjunto es-timan estar movilizando un total de 214,344 cuadrilleros anualmente hacia plantaciones de palma africana en la zona norte (Sayaxché, Ixcán y Fray Bartolomé las Casas). Los mu-nicipios de Telemán, Panzós, Senahú, Tactic, Santa Cruz, San Juan Chamelco y San Pedro Carchá (de Alta Verapaz), Cubulco y Rabinal (de Baja Verapaz), Chicamán y Uspantán (de

Quiché) y Livingston y El Estor (de Izabal) son considerados –al momento actual– los grandes reservorios de mano de obra para las plantaciones de banano, palma africana y caña de azúcar, en orden de importancia.

Cada vez más trabajadores prefieren irse a las plantaciones con contratistas a quienes cono-cen, que saben que no los engañarán respecto a las condiciones laborales y de habitación en las fincas, y que les cumplirán con el compro-miso de llevarlos de regreso a sus comunida-des. También existen casos de trabajadores –pocos– que llegan a contratarse directamente con los contratistas, reciben anticipos en efec-tivo y abandonan la cuadrilla antes de salir. Es por esta razón que los contratistas ya casi no dan anticipos y, si los dan, lo hacen siempre condicionados a la entrega de la cédula de ve-cindad original.

No, [la cédula] es sólo un requisito para llevarlo, para mientras llega allá; la em-presa sólo ve que son mayores de edad y ya. Ahora, si se le da un anticipo al traba-jador, por seguridad del contratista –eso que quede también claro, a veces uno por asegurar al trabajador porque gente tam-bién… le dan Q100 y a veces llevan male-tas como de fantasmas, y allí se queda el montón de basura–, entonces lo que hacen es asegurarse con el papel, con la cédula y a los 8 días máximo se la entrega el patrón a los trabajadores.


37

Mapa 5. Comunidades de procedencia y flujos de migración de trabajadores agrícolas temporales.

02 55 07 512,5

Kilometros

BeliceSan Luis

Cobán

Ixcán

Sayaxché

Dolores

El Estor

Livingston

Morales

Chisec

Poptún

Gualán

Panzós

Senahú

Los Amates

Salamá

Uspantán

Cubulco

Puerto Barrios

Cahabón

Raxruja

San PedroCarchá

Zacapa

Purulhá

Chahal

Joyabaj

Livingston

Chajul

Chicamán

Río Hondo

Morazán

Lanquín

Zacualpa

Cunén

Fray Bartoloméde las Casas

Rabinal

SanFrancisco

Tactic

HuitéEl Chol

San Jerónimo

Granados

La Libertad

Canillá

El Jícaro

Usumatlán

San Juan Chamelco

La Tinta

Santa CruzVerapaz

Límite departamentos

Límite municipios

Cuadro 6. Trabajadores temporales movilizados por contratistas a empresas de palma africana en el municipio de Sayaxché, 2010.

Trabajadores* Total 2010**

Empresa Agrícolas Administracióny técnicos Mensual Anual

Palmas del Ixcán** 800 a 1000 225 1,225 14,700

NAISA (IDEALSA) 800 a 900 275 1,275 15,300

Tikindustria S.A. 800 a 900 125 1,075 12,900

REPSA 4800 a 6500 450 6,950 83,400

Finca Bramadero 75 a 125 12 137 1,644

La Reinita 250 a 350 30 370 4,440

Productor independiente 300 a 450 450 5,400

Productor independiente 800 a 1000 25 85 1,025

Total 11,482 138,809

Fuente: Entrevistas a varios contratistas, marzo 2011. (*) Requerimientos promedio de trabajadores por empresa, en las distintas categorías. (**) Trabajadores movilizados por contratistas en 2010. (***) Los datos para Palmas del Ixcán incluyen trabajadores que acuden a las plantaciones establecidas en los municipios de Sayaxché e Ixcán.

38

4.6 Pago por jornal y pago por productividad

Hasta 2010 era casi generalizado en las plan-taciones de Sayaxché el pago de Q 50 por jornal a los trabajadores “locales”, ya fueran éstos trabajadores “permanentes sin contrato” o “temporales” por períodos de un mes y tres meses en adelante. A finales del año 2010, una de las empresas –REPSA– cambió de pago “por jornal” o “por tarea” (que implica el pago a precio fijo por una cantidad de actividades al día, medida en unidades) a pago “por produc-tividad” (que implica el pago por unidad, has-ta el número de unidades que pueda desarro-llar el trabajador en una jornada). Esta medida fue anunciada por la Gremial de Palmicultores como una contribución social de sus agremia-dos a la población trabajadora: “Las empresas palmicultoras apoyan el pago por productivi-dad, por lo que los trabajadores de la palma devengan un salario mayor al mínimo estable-cido por ley y están en capacidad de multipli-car varias veces éste, si así lo deciden, con base en su capacidad y tiempo dedicado.”43

En el siguiente cuadro presentamos los jorna-les reportados en campo por los trabajadores para las cuatro empresas, por actividad, hasta el mes de septiembre 2010. En el caso de la empresa REPSA, podremos hacer algunos cál-culos en cuanto a lo que ha supuesto el cambio de pago por tarea a pago por productividad.

En el mes de abril 2011, las organizaciones so-ciales de Sayaxché y representación de los tra-bajadores de las empresas NAISA y REPSA presentaron sendos memoriales demandando a estas dos empresas un aumento salarial, así

43 GREPALMA. http://www.grepalma.org/ampliente/Index.html.

como mejorar sus condiciones laborales44. En el Cuadro 7 hemos incluido los datos presen-tados en los memoriales, mismos que supon-drían una actualización de los salarios pagados al mes de abril 2011. No obstante, únicamente hemos podido hacer algunas consideracio-nes y no un análisis comparativo exhaustivo de lo que el cambio a pago por productividad ha supuesto en estas empresas, dado que no disponemos de los datos de la cantidad de ac-tividad que puede desplegar un trabajador en una jornada para el caso de NAISA. Alguna aproximación se podría tener comparando con la cantidad de actividad (tantas matas o plan-tas por jornal) desplegada en otra empresa, pero bien es sabido que la tecnología aplicada y los requerimientos técnicos varían entre am-bas empresas.

Este cuadro necesita ser completado y se re-quiere, igualmente, un análisis más detenido para establecer en cada caso, el impacto del cambio de política entre las empresas palmi-cultoras. Las consideraciones que presenta-mos, no obstante, están basadas en el análisis de la empresa REPSA y algunas consideracio-nes respecto a las otras.

44 Denuncias presentadas por los trabajadores de REPSA y NAISA ante la reunión del 11 de abril 2011, celebrada en el salón social del municipio de Sayaxché, con repre-sentantes de ambas empresas, organizaciones sociales, representantes del gobierno municipal y la PDH.


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Cuadro 7. Salarios pagados por actividad agrícola y por empresa. Sayaxché, septiembre 2010.

REPSA NAISA Tikindustrias Palmas del Ixcán

Empresa/ actividad

Grupo focal, septiembre 2010

Denuncia, abril 2011

Grupo focal,Septiembre 2010

Denuncia,abril 2011

Grupo focal, sep-tiembre 2010

Grupo focal, septiembre

2010

Vivero Q 56 por jornalQ 50 por jornal(en su mayoría traba-jadoras mujeres)

Q 56 por jornal

Corte de estacas Q 0.10 por racimoEstaqueado Q 0.50 por estaca

ChapeoQ 50(aumentó de 40 a 60 matas, es decir bajó el pago por mata de Q 1.25 a Q 1.00)

Q 50 Q 50

Q 0.90 por mata(aumentó tarea a 120 palmas, pero para el pago sólo les reportan 100, Q 18 menos)

Q 50 por jornal (tarea= 40 matas)

Q 1.25 por mata

Q 56 por jornal

Hoyado

Q 56(aumentó de 30 a 40 hoyos, es decir bajó de Q 1.86 a Q 1.65 el pago por hoyo)

SiembraQ 56(aumentó de 50 a 60 matas, bajó de Q 1.12 a Q 1.10 por mata)

Q 1.25 por mataQ 1.25(para lograr el salario mínimo actual deben hacer por lo menos 51 matas)

Q 1.25 por mata Q 56 por jornal

PlateoQ 50(aumentó de 40 a 60 matas, es decir bajó el pago de Q 1.25 a Q 1.00 por mata)

Q 50(aumentó a 175 matas, pero para el pago sólo les reportan 150 matas)

Primer plateo: Q 90 por jornal de 1er planteo;Q 45 por jornal de pla-teo de mantenimiento

Q 0.50 por mata Q 1.25 por mata Q 56 por jornal

Aplicación de fertilizante

Q 56(aumentó la tarea de 20 a 30 qq, es decir bajó el pago por qq de abono aplicado de Q2.80 a Q 2.20)

Q 50(por tarea: 16 qq diarios)

Q 0.07 por planta bajaQ 0.09 por planta alta(1,000 plantas al día “para que salga”)

Q 0.10 por planta Q 50 por jornal Q 56 por jornal

Aplicación de herbicida/ plaguicida

Q 56(aumentó la tarea de 10 a 15 bombas de fumigación dia-ria, es decir bajó el pago por bomba de Q 5.60 a Q 4.40)

Q 0.05 por mata Q 0.10 por mata Q 56 por jornal

Corte Q 56 por jornal

Damis (o “Dame la flor”)*

Q 137 por ton. (jala-dor con mecapal);Q 67 por ton. (jala-dor con búfalo)

La Cabaña* Q 232 por ton.

Palmas bajas**Q 56 por jornal(0.28 por racimo; Tarea= 200 racimos bajos)

Palmas altas**Q 56(0.56 por racimo; Tarea= 100 racimos altos)

Q 0.10 por racimo

Notas:(*) En Tikindustrias se paga más barato el corte de la especie denominada comúnmente “Damis” o “Dame la flor” que el de la especie “La Cabaña”, debido a que el racimo de esta última es más pesado y “más delicado” (más frágil).(**) En REPSA, por tratarse de una plantación con áreas “viejas” (de 10 años de edad las primeras) y “nuevas”, el pago se diferencia según la altura de los racimos. En el caso de las palmas altas, los racimos deben cortarse con el llamado “cuchillo malayo” descrito por los trabajadores como sumamente peligroso, mientras que los racimos bajos de palmas más jóvenes se cortan con “chuza”, la herramienta habitual.

40

Al comparar los salarios que los trabajadores reportan en las distintas plantaciones por las distintas actividades agrícolas, se puede afir-mar que no todas las empresas que operan en el municipio de Sayaxché pagaban en septiembre del 2010 el salario mínimo de Q 56 diarios por actividades agrícolas, siendo la actividad peor pagada el chapeo, y las mujeres –generalmente trabajadoras de vivero– eran discriminadas en el pago, respecto al pago hecho a los trabajado-res hombres por iguales labores.

Por otro lado, a finales del 2010, la empresa REPSA ajustó el pago de algunas activida-des al salario mínimo vigente de Q 56 por jornal en actividades agrícolas, pero lo hizo incrementando simultáneamente la tarea, lo que en términos reales representó, en la to-talidad de actividades, la reducción del pago por unidad de actividad y el incremento de entre el 20 y el 50 % del trabajo exigido dia-riamente a los trabajadores para alcanzar el salario mínimo.

Cuadro 8. Pago por unidad de actividad sobre salario anterior “por tarea” y sobre salario mínimo “por productividad”

Actividad Unidades por jornal

Pago por unidad sobre salario base

Q 50

Unidades por jornal

Pago por unidad sobre salario base

Q 56

Diferencia de pago por

unidad

Incremento de trabajo real en pago “por productividad”

(en %)

Chapeo 40 Q 1.25 60 Q 0.93 - Q 0.32 50 %

Hoyado 30 Q 1.66 40 Q 1.40 - Q 0.26 33 %

Siembra 50 Q 1.00 60 Q 0.93 - Q 0.07 20 %

Plateo 40 Q 1.25 60 Q 0.93 - Q 0.32 50 %

Aplicación de fertilizante 20 Q 2.50 30 Q 1.86 - Q 0.64 50 %

Aplicación de herbicida/ plaguicida

10 Q 5.00 15 Q 3.73 - Q 1.27 50 %

Fuente: Grupos focales con trabajadores de REPSA. Cálculo realizado con base en los salarios pagados por la empresa REPSA, a septiembre 2010.

En otras palabras, el cambio operado en 2010 le ha supuesto diariamente a la empresa el ahorro de entre Q 4.20 y Q 19.20 por traba-jador, lo cual supone un ahorro considerable diario en pago de mano de obra, tomando en cuenta que se trata del mayor empleador a ni-vel municipal. Dicho de otra manera, la em-presa ha explotado aún más al trabajador al hacerlo trabajar más, bajo el supuesto de que trabajando más le ha pagado más. En realidad, el trabajador se ha agotado más, recibiendo un pago inferior por su esfuerzo físico. En labo-res de chapeo, plateo y fertilización la empre-sa se ahorró Q 19.20 por trabajador; Q 19.05

en labores de aplicación de herbicida, Q 10.40 en labores de hoyado y Q 4.20 en labores de siembra, comparativamente con el pago ante-rior de Q 50 por jornal.

En el caso de NAISA, que en 2011 subió el pago de las labores de chapeo por mata a Q 0.90, un trabajador para alcanzar su salario mí-nimo vigente de Q 63.70 debería limpiar –por lo menos– 71 matas. En la empresa REPSA se continúa pagando Q 50 por jornal por 60 ma-tas chapeadas; es decir, en la primera empresa se paga Q 0.90 y en la segunda Q 1.20 por mata, lo cual supone un mejor pago en NAISA que en REPSA. No obstante, los trabajadores


41

han denunciado45 que aún cuando se sometan a un desgaste mayor y logren hacer 120 matas por jornal en la empresa NAISA, el pago será siempre de Q 90, pues la administración de la empresa arguye que “el sistema” sólo puede ingresar el dato de 100 matas. En este caso, si bien se habría operado un aumento en el pago del trabajo unitario, de hecho se habría puesto un “tope” o techo al pago por productividad. En términos reales, para los trabajadores que estimulados por el “pago por productividad” se han “matado” para obtener un ingreso ma-yor, el pago por mata bajó a Q 0.75.

Los trabajadores “permanentes” de REPSA de-nuncian, por su parte, otras irregularidades. De-claran que, a partir del 2011, están devengando los Q 63.70 de ley, pero que la empresa no les paga completas las horas extras laboradas46, les descuenta el pago de IGSS, pero no cuentan con carnet que los acredite como trabajadores inscritos, no se benefician hasta ahora de dicho

45 Denuncia presentada por los trabajadores de NAISA el 11/04/2011.46 Idem. Los trabajadores “permanentes” de REPSA de-nuncian que hacen dos horas extras, pero la empresa les paga únicamente una.

servicio y sufren amenazas de despido en caso de no llegar a “la tarea” que fija la empresa (nú-mero de unidades por jornal).

Algunas comunidades, dada su ubicación geo-gráfica, tienen la opción de “escoger” con qué empresa desean o les conviene más trabajar. Así, por ejemplo, muchos pobladores de las micro regiones de Tierra Blanca y La Ceiba, que anteriormente trabajaron para REPSA, han optado por trabajar con Tikindustrias S.A., pues “paga mejor”. Pero, en la gran ma-yoría de casos, los trabajadores no tienen más opción que aceptar el trabajo en las condicio-nes que las empresas lo ofrecen, dada la falta de otros opciones de empleo en la zona.

4.7 Trabajadores temporales “de lejos” o “cuadrilleros”

La situación salarial es completamente dife-rente para los trabajadores temporales que he-mos denominado “de lejos” o “cuadrilleros”, es decir las cuadrillas de trabajadores que llegan de otros departamentos y municipios, a trabajar por mes y permanecen en los cam-pamentos dispuestos por la empresa para su hospedaje y alimentación.

Como ya se dijo antes, estos trabajadores pro-vienen de departamentos como Izabal (Li-vingston y El Estor), Alta Verapaz (Telemán, Panzós, La Tinta, Senahú, Tactic, Santa Cruz, San Juan Chamelco, San Pedro Carchá, Lan-quín, Cahabón y Chisec), Baja Verapaz (Cu-bulco y Rabinal) y Quiché (Nebaj, Joyabaj, Chicamán, Uspantán e Ixcán), llegan a traba-jar a las plantaciones por períodos de un mes y permanecen “encampamentados”. En todas las empresas de Petén a este tipo de trabaja-dores hasta el mes de septiembre 2010 no se

Descarga de fertilizantes en plantación de REPSA. El Pato, Sayaxché, 2011.

42

les pagaba el salario mínimo diario; todavía en el mes de marzo 2011, en todos los casos fue reportado el pago de Q 50 diarios a los cuadrilleros47. En algunos casos, inclusive, las empresas reducen el jornal a Q 40 y Q 30, aduciendo el pago en especie por concepto de hospedaje y alimentación. Adicionalmente, si el trabajador de cuadrilla por cualquier razón se ausenta del trabajo, se le descuenta el día y se le hace pagar Q 15 diarios por su comida. Si se enferma o se ve obligado a abandonar las labores por razón justificada, únicamente le pagarán la mitad del jornal.

La posibilidad de contratación de esta mano de obra más barata y en grandes cantidades,

47 El salario mínimo para labores agrícolas y no agrí-colas durante el año 2011 fue establecido a través del Acuerdo Gubernativo 388-2010 y entró en vigencia a partir del 1º de enero 2011. Esta disposición establece el pago mínimo de Q 63.70 por jornal. Dada la no aplica-ción del salario mínimo hasta el mes de abril 2011, las organizaciones sociales del municipio de Sayaxché sos-tuvieron una reunión con representantes de las empre-sas palmeras para exigir su pago en todos los casos. Los representantes de las empresas ofrecieron respuesta a las demandas de los trabajadores en un plazo de 30 días.

es una amenaza permanente para los traba-jadores de las comunidades de Sayaxché. Si estos últimos se quejan o reclaman cualquier aspecto sobre sus condiciones laborales, los empleados de la empresa a todo nivel y los contratistas les responden, invariablemente, que hay muchas cuadrillas listas para llegar a trabajar y sustituirlos. Además, es sabido de todos que los cuadrilleros “aceptan” condicio-nes laborales más desfavorables: “La gente de Alta Verapaz se conforma con sólo Q 40, por-que allá [en sus comunidades de origen] sólo ganan Q 20 o Q 30 el jornal.”

“Ellos manifiestan que si la gente ya no quieren trabajar que se vayan, porque gente sobran…”48

4.8 Formas de pago

Las formas de pago varían entre las empresas. Mientras REPSA paga quincenalmente, las otras tres empresas lo hacen mensualmente. Al-gunas lo hacen en efectivo y otras en cheque.

48 Denuncia de los trabajadores de NAISA hecha públi-ca el 11 de abril 2011.

Traslados del “raquis” (fruto de la palma) con búfalos en plantación de Tikindustrias. Las Arenas, Sayaxché, 2011.


43

Tikindustrias S.A. paga en efectivo y los tra-bajadores deben firmar una planilla o lista sim-ple, elaborada por la empresa con base en los datos aportados por el contratista y el control que éste lleva de la asistencia diaria al trabajo. No reciben ninguna boleta ni comprobante de pago.

A los trabajadores de NAISA, a veces el con-tratista les paga en efectivo y otras veces acu-den a las oficinas de la empresa donde se les entrega un cheque por el monto devengado. Cuando reciben cheque por su pago, el contra-tista los traslada en camión a Sayaxché a cam-biarlo al banco, pero sólo los lleva de ida; el regreso cada quien lo debe hacer por su cuen-ta, con lo cual –se quejan los trabajadores–, se les hace incurrir en gastos de transporte y pér-dida de tiempo. Siempre firman un documento con el contratista, pero no les queda copia ni saben exactamente su contenido.

Los trabajadores de REPSA tienen que ir a co-brar hasta las oficinas de la empresa ubicadas en “El Nicté”, en las proximidades de la aldea El Pato. Para los trabajadores de las comuni-dades más alejadas ubicadas en la micro re-

gión de Tierra Blanca, ir a cobrar a la empresa les representa un viaje de 2.5 horas en camión y, al igual que los trabajadores de NAISA, se quejan de que les cuesta mucho regresar: “Los camiones tienen interés en salir, pero no en regresar.” El día de pago, generalmente día sábado, logran regresar a sus comunidades al-rededor de las 9 de la noche.

5. Palma africana, salario y consumoComo se expuso arriba, algunas familias de las áreas impactadas por las plantaciones de palma africana en Sayaxché, conservan aún una pequeña porción de sus tierras o bien arriendan tierra a quienes aún no han vendido o quienes han decidido no vender, para produ-cir en ellas granos básicos. Las tierras arren-dadas varían de 1 a 3 manzanas y se destinan únicamente al cultivo de maíz y frijol para el consumo familiar. Estas familias combinan, pues, el trabajo agrícola con el trabajo asala-riado en las plantaciones de palma en distintas proporciones, pero en todos los casos en este

Cortadores de palma, con “cuchillo malayo”. El Pato, Sayaxché, 2011.

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segmento de familias, tanto hombres como mujeres, han alargado sus jornadas laborales.Las familias que ya no cuentan con tierra para la producción de granos básicos y que no la arriendan, por otro lado, pasan a depender totalmente de los ingresos monetarios que lo-gran obtener en la plantación de palma africa-na o bien en trabajos eventuales, cada vez más escasos, en fincas ganaderas o subempleos para diversos miembros de la familia en luga-res próximos a sus comunidades. Estas fami-lias compran la totalidad del maíz que consu-men y acuden a las tiendas en sus respectivas comunidades a comprar a crédito (“fiado”)49 a lo largo de la quincena o del mes, pagando lo consumido al final del período, cuando obtie-nen su pago por parte de la empresa.

Es opinión generalizada50 que la presencia de empresas dedicadas al cultivo de la palma africana y la expansión de las plantaciones en el municipio no ha representado un mejora-miento de las condiciones de vida para la po-blación local, ni abre nuevas posibilidades de desarrollo familiar y comunitario.

El compromiso que hizo la palma con no-sotros era de ayudar a los pobres a gene-rar desarrollo, pero por lo que vemos to-dos es al contrario…”51

49 No es exactamente un crédito, dado que el comer-ciante dueño de la tienda no cobra ningún interés por la venta a cobrar. El término comúnmente utilizado es comprar “fiado”.50 Opinión recogida en reuniones de grupos focales de hombres y mujeres en comunidades impactadas por la expansión de las plantaciones de palma africana y en-trevistas con informantes claves, realizadas en septiem-bre 2010.51 Denuncia hecha pública por los trabajadores de NAI-SA el 11 de abril 2011.

Se han incrementado los ingresos monetarios, es cierto, pero esto no supone un mejoramiento en el consumo: “Así como ganamos, tenemos que comprar todo.” Preguntados las y los jefes de familia sobre si han mejorado sus condicio-nes de vida, comúnmente responden: “[No es-tamos] Ni mejor ni peor; el dinero sólo pasa”.52

La mayoría de quienes vendieron su tierra se arrepienten de haberlo hecho y analizan au-tocríticamente la decisión que tomaron. Se sienten, además, engañados por las empresas palmeras, pues no se han cumplido los ofreci-mientos que les hicieron antes de comprar la tierra: “Si venden la tierra todavía van a tener derecho de sembrar”, o bien: “Si venden la tierra van a tener buenos salarios.”

Otros actores presentes en el área, como la Iglesia Católica53, valoran que la situación de la población se ha deteriorado. Por una parte, ahora es más susceptible a la publicidad co-mercial, a los valores y a las pautas de consu-mo que se difunden por los distintos medios de comunicación. Las familias han incorpora-do gastos superfluos y ha aumentado el con-

52 Grupos focales en comunidades de Sayaxché, sep-tiembre 2010.53 Entrevista a cura párroco de Tierra Blanca, septiem-bre 2010.

Entrada a plantación de palma, Sayaxché, 2011.


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sumo de bebidas alcohólicas y la prostitución. Por otra parte, las mujeres principalmente, señalan la creciente dificultad que enfrentan para obtener leña y agua, recursos a los que anteriormente tenían acceso en las parcelas de su propiedad. Las jornadas de trabajo en to-dos los casos, tanto para hombres como para mujeres, se han alargado. Los diagramas de “reloj de uso del tiempo” realizados en los grupos focales permiten ver cómo se organi-za la jornada diaria de hombres y mujeres que dependen totalmente de un jornal en la plan-tación de palma y quienes todavía combinan este ingreso con el cultivo a una determinada cantidad de granos básicos para el consumo familiar.

5.1 La tierra y el trabajo asalariado

El cultivo de maíz, en algunos casos acompa-ñado de frijol y pepitoria, han sido los culti-vos que por muchos años han sustentado a las familias campesinas de Sayaxché. Con la lle-gada de la palma africana la dinámica de pro-ducción y los patrones de consumo se han mo-dificado al mismo ritmo que el cambio en la

estructura de la tierra; la producción de estos cultivos ha dejado de ser la fuente principal de los ingresos familiares y, en proporción inver-sa, los ingresos monetarios del trabajo asala-riado en las plantaciones de palma han tendido a sustituir aquellos que hasta hace unos años obtenían las familias de la producción campe-sina propia54.

En el recorrido realizado por comunidades afectadas por la expansión de las plantaciones de campo, se pudo establecer que las familias se distribuyen a lo largo de un continuo con múltiples variaciones, pero en el cual se pue-den diferenciar tres categorías básicas de fa-milias: (i) aquéllas familias que hasta la fecha han decidido no vender la tierra y que, por lo tanto, integran sus ingresos familiares anuales con base en las distintas actividades que de-sarrollan sobre sus parcelas: agrícolas, pecua-rias, artesanales, extractivas y domésticas-re-

54 Nos referimos aquí a “producción campesina” como el conjunto de ingresos (no monetarios, necesariamen-te) obtenidos por una familia a partir del conjunto de actividades desplegadas para su autosostenimiento: agrícolas, pecuarias, artesanales, extractivas y domés-ticas-reproductivas.


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productivas. (ii) Un segundo grupo integrado por aquellas familias que vendieron una parte variable de su parcela y conservan su lote de vivienda y una pequeña parcela que trabajan y explotan en beneficio familiar. En este gru-po puede incluirse también –si bien de manera diferenciada– aquellas familias que, aunque no conservan tierra en propiedad, alquilan una pequeña parcela para producir sus granos bá-sicos. (iii) Y, finalmente, la tercera categoría se refiere a aquellas familias que vendieron la totalidad de la tierra que tenían en propiedad y dependen –de manera total y absoluta– de los ingresos salariales que puedan generar con su trabajo diario en las plantaciones de palma africana.

Con el objetivo de caracterizar la relación en-tre la tierra y el trabajo asalariado, el estudio identificó a tres familias “tipo” correspondien-tes a las tres categorías antes mencionadas: que integran su ingreso trabajando en sus parcelas, o en las plantaciones de palma africana o en otras fincas vecinas, o bien la combinación de dos o más opciones de trabajo. La recolec-ción pormenorizada de información relativa a la integración de su ingreso familiar anual,

así como del consumo diario y anual que es-tos ingresos les posibilitan, nos permitió tener un acercamiento a las economías familiares, al valor diferencial asignado por estas fami-lias a la tierra y el impacto que esta situación anterior tiene en su consumo familiar, particu-larmente en su alimentación. Las familias es-tudiadas pertenecen a las comunidades Nueva Esperanza, La Ceiba y Las Arenas.

5.2 Estrategias de sobrevivencia

La tierra significa para las familias de Sayax-ché, al igual que para la mayoría de familias campesinas, arraigo y seguridad alimentaria para la familia, entre otras cosas. El maíz y otros cultivos como el frijol y la pepitoria, for-man parte del sistema agrícola de las familias. El destino de la producción de frijol general-mente es para el autoabastecimiento, mientras que el maíz y la pepitoria se destinan para el consumo familiar y el excedente para ser co-mercializado.

Hasta antes de que se iniciara la compra-venta de tierra en el municipio, el ingreso de las familias propietarias de parcelas era com-plementado con el alquiler de tierra a fami-lias que no la tenían, recibiendo ingresos de hasta Q 200 por manzana alquilada en cada período de cosecha. En otros casos, los ingre-sos se percibían de la venta de mano de obra a finqueros, principalmente ganaderos de la zona, que pagaban hasta Q 85 por día de tra-bajo. Las mujeres también aportaban mano de obra en las actividades agrícolas durante las 3 semanas que dura la cosecha de pepitoria y el período de tapisca del maíz, además de las múltiples tareas vinculadas a las actividades reproductivas y productivas domésticas.

Grupo focal mixto en comunidad de Sayaxché, 2010.


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Con la venta de la tierra, las estrategias de sobrevivencia cambiaron, por dos razones: la primera es que las familias ya no tienen el ele-mento básico, la tierra, y la segunda es que las opciones de trabajo en explotaciones agrícolas o pecuarias (ganadería) que no sean la palma africana se han ido reduciendo, además de que éstas proveen trabajo únicamente por tempo-radas. La palma africana, por ahora, ofrece trabajo permanentemente55, es por ello que los pobladores consideran que la venta de fuerza de obra en las plantaciones de palma africana es, en la actualidad, la única opción para satis-facer sus necesidades.

Dada las opciones de trabajo, la estrategia de las familias, en algunos casos, consiste en combinar el trabajo en la palma africana con la producción de maíz, ya sea que ésta se haga en parcelas propias o bien en parcelas arren-dadas, en el caso de no tenerlas en propiedad.

55 Como se verá más adelante, existen preocupaciones respecto a que el volumen de trabajo demandado por las plantaciones de palma africana baje una vez las planta-ciones entren todas en su fase adulta.

Actualmente la renta de la tierra tiene un costo de Q 400 por manzana y el cultivo de maíz tiene rendimientos de entre 30 y 40 qq por manzana. Otras familias integran su ingreso únicamente con el trabajo de uno o más de sus miembros en las plantaciones de palma afri-cana, sin posibilidad de sembrar maíz, pues-to que muchas familias con tierra ya no están anuentes a rentarla.

Es así que las familias han pasado de ser fa-milias propietarias de parcelas, autosuficientes en la producción de alimentos y con ingresos monetarios anuales para la compra de otros bie-nes, a ser trabajadores agrícolas dependientes del trabajo en las plantaciones de palma y su-jetos a las condiciones laborales impuestas por éstas. Lo anterior implica, no sólo un cambio en la estrategia de sobrevivencia de las familias, sino un cambio de lo que podría denominarse su “sistema de vida”, pasando de uno basado en el autoconsumo y en su organización interna como “economías familiares campesinas”, a un sistema globalizado en el cual los intercambios comerciales son fundamentales. Estos cambios atraviesan todos los órdenes de la vida familiar

Las Pacayas, Sayaxché, 2010.

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y comunitaria; no obstante el presente estudio exploratorio concentró su atención en las dis-tintas formas como las familias integran sus in-gresos y su consumo.

5.3 Integración del ingreso familiar

Para conocer la integración del ingreso fami-liar, se tomaron tres familias “tipo” de diferen-tes comunidades: Familia 1: Nueva Esperanza, Familia 2: La Ceiba y Familia 3: Las Arenas, todas del municipio de Sayaxché.

• Familia 1: Comunidad de Nueva Espe-ranza, cuenta con una parcela de 14 man-zanas trabajada por la familia, ninguno de sus miembros vende mano de obra fuera de su parcela.

• Familia2: Comunidad La Ceiba, es una familia sin parcela; sin embargo, durante el período de siembra de maíz, alquilan una manzana de tierra para cultivar y co-sechar el maíz para autoconsumo. Duran-te algunos meses al año el hombre trabaja en las plantaciones de palma africana y la otra parte del tiempo los dedica a trabajar en otras fincas de vecinos de la comunidad La Ceiba. La mujer también aporta ingre-sos con su trabajo en actividades domésti-cas a otros vecinos y actividades agrícolas, como la tapisca de maíz.

• Familia3: Comunidad Las Arenas, la fa-milia obtiene sus ingresos únicamente del trabajo realizado en las plantaciones de palma africana. Debido a la falta de tierras, alquilar tierra para cultivar y cosechar el maíz para autoconsumo es cada vez más difícil, por lo que el maíz que consumen durante el año debe ser en su totalidad comprado.

Familia 1: Comunidad Nueva Esperanza, Sayaxché, Petén.

Tiene una parcela de 14 manzanas de extensión, está integrada por 6 miembros, ninguno de ellos trabaja fuera de su parcela, pero son 3 miembros los que trabajan de manera exclusiva la tierra, el cultivo del maíz ocupa el primer lugar en tér-minos de generación de ingreso y consumo fa-miliar. Durante las dos temporadas de siembra –es decir, anualmente– cultivan 10 manzanas de maíz en total, distribuidas de la siguiente mane-ra: 4 mz durante la cosecha de primera (junio a septiembre/octubre) y 6 mz durante la cosecha de segunda (noviembre a abril).

En la cosecha de primera cultivan 2 manzanas menos debido a que en esa época el precio del maíz es más bajo, la producción es más propen-

Milpa en parcela familiar.


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sa a las plagas como el gorgojo, y durante ese período se requiere invertir más mano de obra, encareciendo el producto. La familia cultiva además frijol; éste es destinado exclusivamen-

te al autoconsumo. Siendo así, la producción y venta de maíz es la base fundamental del ingre-so monetario de esta familia con la venta del excedente de la producción del cultivo.

Cuadro 9. Producción, rendimiento y consumo de maíz en la familia 1.

Cultivo Rendimiento Producciónanual Consumoanual Ingresoanualporventa1

Maíz 33 qq/mz 375 qq 16 qq Q 53,850

En el cuadro se muestra la producción, consu-mo e ingreso promedio obtenido durante un año por la familia 1; sin la utilización de la extensión total de la parcela (14 mz), la familia obtiene ingresos de hasta Q 53,000 anualmente por la venta de maíz, además de abastecerse de otros recursos y la producción de otros cultivos para su autoconsumo, como la siembra 1 mz de frijol, la cual se destina enteramente al autoconsumo (de haber excedente, éste sería comercializado).

En la parcela también tienen sembrado banano, plátano y camote para autoconsumo. Tomates pequeños y hierbas alimenticias nacen en la parcela sin necesidad de cultivarlos. También tienen crianza de animales de patio (gallinas y chompipes). Dos recursos fundamentales son el agua y la leña, ambos son obtenidos de la parcela, por lo cual no sufren de escasez en ningún momento de estos recursos.

El ingreso de esta familia es administrado por la pareja, ambos proponen y deciden la manera en la que serán utilizados sus ingresos. El gasto familiar diario es de aproximadamente Q 56, utilizando más del 50 % en compra de alimen-tos, sin incluir el maíz puesto que lo obtienen de la producción de maíz propia. El mayor gas-to en alimentación se realiza en la compra de azúcar, papas y huevos (Ver Cuadro 10). El 46 % del gasto de la familia se dirige a cubrir el gasto de bienes y servicios como la educación, salud, vestuario, recreación, entre otros.

Después de la comida, la compra de bienes para higiene y vestuario representa el segundo y ter-cer gasto más importante en la familia. Llama la atención que la inversión en educación repre-sente menos de 5 % de los gastos; esto se debe a que en la familia actualmente 1 persona se en-cuentra estudiando y los demás (3 hijos) culmi-naron sus estudios de nivel básico y posterior-mente se dedicaron a la actividades agrícolas. Este renglón seguramente será más abultado en otras familias de similares condiciones.

El gasto total de la familia es bajo debido a que muchos de los productos de consumo bá-sico son generados en la misma parcela, parti-cularmente el maíz, así como otros alimentos y el abastecimiento de leña y agua.

Planta de achiote en parcela familiar.

50

Con los ingresos percibidos, la familia logra cu-brir los aproximadamente Q 20,500 que gasta anualmente en concepto de alimentación, salud, educación, vestido y otros. Su ingreso duplica la cantidad de lo que ellos necesitan anualmente, por lo cual les es posible ahorrar o bien invertir el excedente. En esta familia lo que se hace es invertir el dinero en la compra de terreno para ampliar la propiedad o bien en la compra de ma-teriales para la construcción de la casa; con los ingresos excedentes recibidos, recientemente compraron madera para ampliar la casa.

La estrategia de la familia 1 permite asegurar la alimentación, así como el abastecimiento de agua y leña para todo el año, así como la com-pra de otros bienes y servicios que no pueden obtenerse de la parcela y la inversión de su ex-cedente en la mejora de la infraestructura del hogar o bien la compra de más tierras.

Familia 2: Comunidad La Ceiba, Sayaxché Petén.

No tiene parcela, está integrada por 7 miem-bros, dos de ellos trabajan. El ingreso familiar está integrado por todas las actividades posi-bles que se puedan desarrollar durante el año. Durante 6 meses del año el esposo trabaja en plantaciones de palma africana (en los últimos 3 años ha trabajado para REPSA pero durante el presente año decidió trabajar para Tikindus-tria, puesto que recibe un mejor pago por día), combinado con el trabajo de la mujer, quien lava ropa para sus vecinos.

Durante los otros 6 meses del año, el esposo trabaja en parcelas vecinas de la comunidad

Cuadro 10. Gasto diario de la familia 1, por concepto

Concepto Gasto Diario (Q)

Gasto Diario (%)

Alimentación 29.95 53.45Maíz* 0.00 0.00Bienes de higiene (casa/personal) 10.82 19.31Ropa 7.15 12.76Educación 2.32 4.14Salud 1.37 2.45Comunicación (celular)

2.67 4.77Recreación 0.93 1.66Otros gastos2 0.82 1.46Total del gasto 56.03 100

* La familia no compra maíz pues es autosuficiente. (Ver Anexo 3).


51

La Ceiba; además, tiene una parcela que al-quila para asegurar el maíz durante 5 meses del año. El ingreso monetario del hombre du-rante estos 6 meses es menor pues recibe Q 35 de sus vecinos empleadores, a lo que se suman como parte del pago 2 tiempos de co-

mida y tiene el tiempo para trabajar la parcela arrendada, de la cual obtiene 8 qq de maíz. Durante este mismo período, el aporte mone-tario de la mujer incrementa pues ella trabaja en la tapisca, además de continuar con el la-vado de ropa.

Cuadro 11. Integración del ingreso diario de la familia 2.

Tipo de trabajo Tiempo Ingreso x día Total Ingreso diario

HombrePalma africana 6 meses Q 50 Q 50 -Parcelas vecinas

6 mesesQ 35* - Q 35

Parcela alquilada 8 qq maíz - -

MujerLavar ropa ajena** Todo el año Q 0.33 Q 0.33 Q 0.33Tapiscar con vecinos Q 24 Q 24Total Q 50.33*** Q 59.33****

*Q 35 + 2 tiempos de comida. **Durante el mes lava 3 canastas de ropa de sus vecinos, por cada canasta cobra Q10 ***Ingreso total diario durante los meses que trabaja el hombre en la palma y la mujer en lavado de ropa. ****Ingreso total diario durante los meses que ambos trabajan, además, en parcelas vecinas.

El dinero es administrado por la esposa. Esta familia gasta más del 70 % de sus ingresos en la alimentación, de los cuales el 11.53 % del total de gastos de alimentación es dedicado para la compra de maíz durante los 7 meses que debe ser comprado. Otro gasto importante en el rubro de alimentación es el gasto en la compra de agua, frijoles y fideos. El segundo rubro que absorbe más ingreso es el referen-

te a la compra de bienes de higiene, especial-mente con la compra de jabón, detergente y cloro para el lavado de ropa.

Los gastos en educación representan el menor porcentaje del gasto familiar, aún cuando dos de los cuatro hijos asisten a la escuela, debido a que los otros dos no se encuentran aún en edad escolar.

Cuadro 12. Gasto diario de la familia 2, por concepto.

Concepto Gasto Diario (Q) Gasto Diario (%)Alimentación 65.02 71.94Maíz (7 meses) 7.50 11.53Bienes de higiene (casa/personal) 12.83 14.2Ropa 5.21 5.76Educación 0.35 0.39Salud 1.10 1.22Comunicación (celular) 1.43 1.58Recreación 0.51 0.56Otros gastos3 3.93 4.35Total de gasto 90.38 100

52

Con el pago que reciben no tienen posibilidades de ahorro ni inversión, pues por el contrario ad-quieren deudas para cubrir los gastos del mes. El dinero no les alcanza, por lo que se ven obliga-dos a pedir “fiado” en las tiendas (particulares) de la comunidad. Esta situación era más notoria durante el tiempo en el cual el esposo trabajaba para REPSA, pues con el pago actual (Tikindus-tria) siempre es necesario recurrir a las tiendas y fiar los alimentos, pero en una menor cantidad.

Familia 3: Las Arenas, Sayaxché, Petén

La familia 3 es una “familia ampliada”, la in-tegran en realidad 3 familias con un total de 14 personas viviendo bajo un mismo techo. El 100 % del ingreso percibido por esta fa-milia proviene del trabajo en las plantaciones de palma africana de 3 miembros hombres adultos. Luego de quedar sin tierras para la producción de autoconsumo de maíz, alqui-laron durante algún tiempo en la comunidad vecina El Jordán 1 mz de tierra. Sin embargo, cada vez es más difícil encontrar personas que quieran arrendar sus tierras puesto que temen que pierdan su fertilidad por el continuo uso. Es por ello que durante el año 2010, esta fami-lia no contó con tierra para cultivar su maíz, por lo cual debió comprarlo en su totalidad.

El ingreso que devengan los trabajadores en las plantaciones de palma africana no es fijo, en al-gún momento pagan Q 28 por día o Q 37 por día o bien Q 50 por día (Ver Cuadro 13). Las tres familias comparten los gastos de la casa. En un mes, si el pago del jornal fue de Q 50, trabajan-do de lunes a domingo, cada trabajador recibe Q 1,500. Entonces, en conjunto las tres familias disponen de un monto máximo mensual de Q 4,500 para cubrir sus necesidades. En otras oca-siones el pago por jornal ha sido de Q 28 o Q 37,

reduciéndose el ingreso en conjunto de los tres a Q 2,520 y Q 3,330, respectivamente.

Cuadro 13. Ingresos diarios en la familia 3.

Pagos x día No. Trabajadores Ingresos diario aproximado

Q 28 3 Q 84

Q 37 3 Q 111

Q 50 3 Q 150

La administración del dinero está a cargo de las mujeres; los hombres al recibir el pago en-tregan todo el dinero a las mujeres para que éstas sean quienes lo administren. Al igual que las familias anteriores, los gastos para la alimentación ocupan el primer lugar; en este caso el 65 % del ingreso se destina a abaste-cerse de alimentos. Esta familia no tiene par-cela y tampoco alquila, por lo que el maíz es el principal gasto en el rubro de alimentos: más del 24 % es destinado a la compra de maíz; diariamente consumen 20 libras de maíz.

El 35 % del gasto es destinado a la compra de otros bienes y servicios como la educación, re-creación, productos de higiene personal y otros gastos. Durante el año que transcurrió en la fa-milia no hubo gastos de salud. Llama la atención que el segundo gasto más importante en la fami-lia –equivalente a más del 20 % del ingreso– es para la compra de tiempo aire para realizar lla-madas telefónicas. El uso de teléfonos celulares ha proliferado y poco a poco el gasto en las fami-lias en este rubro ha ido en incremento, llegan-do a ocupar uno de los principales gastos (Ver Cuadro 14). Sobre esto último es importante mencionar que, de acuerdo a las modificaciones de la canasta básica del país, con la inclusión de nuevos productos, se incorporó el uso del celular como un servicio básico necesario.57


53

Cuadro 14. Gasto diario de la familia 3, por concepto.

Concepto Gasto Diario (Q) Gasto Diario (%)Alimentación 122.11 64.00Maíz 30.00 24.5Bienes de higiene (casa/personal) 4.71 2.47Ropa 12.47 6.54Educación 1.99 1.04Salud * *Comunicación (celular) 40.00 20.96Recreación ** **Otros gastos4 9.53 4.99Total de gastos 190.81 100

* Durante el año 2010 ningún miembro de la familia enfermó. ** No realizaron ninguna actividad de recreación.

La relación entre el ingreso y el gasto diario refleja un déficit para la familia, aún asumien-do que diariamente las 3 personas reciban el ingreso máximo diario por persona de Q 50. Es por ello que la posibilidad de ahorrar o in-vertir para esta familia no es parte de su plan de vida, debido a que no logran cubrir ni lo bá-sico necesario con el ingreso que obtienen. El dinero no les alcanza para cubrir los gastos del mes y deben recurrir a las tiendas a comprar a crédito (“fiado”) parte de sus alimentos, pues por no tener tierras y, en consecuencia, no dis-poner de maíz como alimento básico, todo ar-tículo de consumo básico debe ser comprado.

Integración del ingreso y estrategias de sobrevivencia en tres familias campesinas: Nueva Esperanza, La Ceiba, Las Arenas

Anteriormente se ha descrito cómo se integra el ingreso de las familias y en qué son gastados sus ingresos. En este punto se realizará una compa-ración de los ingresos y gastos de las tres fami-lias de acuerdo a sus estrategias de integración del ingreso. En el cuadro siguiente se detalla la estructura de gastos y el ingreso diario percibido por las familias, así como también el déficit o superávit de las mismas según sea el caso.

57 Gamarro, en Prensa Libre, 2010.

Cuadro 15. Comparación del gasto familiar en tres familias “tipo” de Sayaxché.

Concepto Familia 1 Familia 2 Familia 3Parcela propia Milpa/vecinos Palma Palma

Alimentación 29.95 57.52 65.02 122.11Bienes de higiene 10.82 12.83 12.83 4.71Ropa 7.15 5.21 5.21 12.47Educación 2.32 0.35 0.35 1.99Salud 1.37 1.10 1.10 -Comunicación 2.67 1.43 1.43 40.00Recreación 0.93 0.51 0.51 -Otros gastos 0.82 3.93 3.93 9.53Gasto total diario 56.03 83.24 90.38 190.81Ingreso total diario 145.215 59.33 50.33 150Saldo 89.16 (23.91) (40.05) (40.81)

54

El ingreso y el salario mínimo

Omitiendo el caso de la familia 1 porque, como ya se expuso, ellos trabajan su parce-la y no venden la mano de obra, haremos la relación entre el ingreso diario percibido y el salario mínimo establecido por ley. El estudio se realizó en septiembre 2010, momento en el cual el salario mínimo para actividades agrí-colas establecido era de Q 56 para actividades agrícolas.

En las familias 2 y 3 el salario devengado es inferior al salario mínimo establecido legal-mente. La palma africana es una de las fuentes de ingreso y el salario máximo que pagan por las actividades agrícolas de campo es de Q 50, Q 6 menos de lo establecido por ley, para un trabajador cumpliendo su plan de 21 días; la reducción de los Q 6 diarios significa una pér-dida mensual de Q 126. Para este año, el pago sigue siendo de Q 50 aún cuando el salario mí-nimo fue aumentado por ley a partir de enero 2011 a Q 63.70.

La remuneración del trabajo en parcelas veci-nas es inferior que en la palma, Q 35 diarios, sin embargo, al trabajador se le dan dos tiem-po de comida que sí son contabilizados; esta-bleciendo un promedio de Q 10 por cada tiem-po de comida, el trabajador estaría recibiendo Q 55 por el trabajo realizado en las parcelas vecinas. En el caso del trabajo de la mujer en actividades de tapisca es por productividad y el pago que logra percibir (Q 24) está muy por debajo del establecido.

El ingreso y la canasta básica de alimentos y la canasta básica vital

De acuerdo a los cálculos realizados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), para

diciembre 2010 la canasta básica de alimentos para una familia integrada en promedio por 5 personas tenía un costo de Q 2,149.20 men-suales y Q 71.64 diarios, cumpliendo con los requerimientos energéticos que el cuerpo ne-cesita y tomando en cuenta que la familia está integrada por dos niños. En promedio cada miembro de la familia gasta sólo en alimentos Q 14.32.

En los casos estudiados cada miembro de la familia gasta la mitad de lo que calculado por el INE: las familias 2 y 3 gastan alrededor de Q 8 por persona, aún dedicando más del 70 y 60 % de su ingreso, respectivamente, a la compra de alimentos. En otras palabras, estas familias no logran adquirir todos los alimen-tos requeridos por el cuerpo. Es necesario re-saltar nuevamente que la familia 1 –que tiene un gasto diario de Q 4 por este concepto–, no entra dentro de este parámetro, ya que el redu-cido costo destinado a la compra de alimentos se debe a que la mayoría son obtenidos de su parcela propia.

Si las comparaciones las realizamos con la ca-nasta básica vital, el déficit es aún más grande. Para diciembre 2010, la canasta básica vital tenía un costo de Q 3,921.90 mensuales y Q

Echeverría, 2011.


55

130.73 diarios; en promedio cada miembro necesitaría de Q 26.14 diarios para acceder a los bienes y servicios de esta canasta. De acuerdo a los ingresos y al número de perso-nas sólo la familia 1 tiene el poder adquisitivo para alcanzar ese nivel de consumo. No así las otras 2 familias, que están por debajo del ingreso necesario para cubrir los costos de la canasta básica vital. La familia 2 y 3 disponen de entre Q 12 y Q 13 para adquirir los bienes y servicios, la mitad de lo necesario según las estadísticas nacionales.

Las familias gastan el mayor porcentaje de su ingreso en alimentación, reduciendo la posi-bilidad de acceso a educación, salud, recrea-ción y muchos bienes y servicios de los 440 que se contemplan en la canasta básica vital. La familia 1, dada la solvencia económica a nivel alimentario, puede incrementar su gasto en rubros diferentes a la alimentación, además de tener las posibilidades de realizar ahorro o bien inversión. En dirección contraria, en el caso de las otras dos familias (2 y 3), el dinero recibido por el trabajo en las plantaciones de palma africana es insuficiente para cubrir las necesidades de la familia, tanto en alimentos como en otros gastos de la canasta básica vital.

Superávit y déficit de las familias

La diferencia básica entre las familias que fueron estudiadas, es la posibilidad de produ-cir maíz para autoconsumo versus la venta de mano de obra. Las diferencias entre una y otra familia son bastante grandes. La familia 1, que posee tierra y produce maíz, presenta superá-vit en la relación ingreso-costo de la economía familia, esta familia gasta únicamente el 38 % de sus ingresos para la compra de bienes y ser-vicios necesarios para la vida diaria.

Las otras dos familias en cambio, tienen li-mitadas posibilidades de producir maíz o no las tienen en absoluto, por lo cual deben com-prarlo. En estas familias se encuentra un dé-ficit importante. Para ambas familias (2 y 3) no es posible cubrir el gasto mensual familiar; en promedio, con el salario obtenido logran cubrir el gasto de alrededor de 20.54 días al mes, y esto varía de acuerdo a la estrategia de integración de ingresos.

En el caso de la familia 2, hay dos tipos de es-trategias que se desarrollan durante el año, en la primera, con el trabajo en la parcela vecina y alquilada, además del aporte económico de la mujer, es posible cubrir 21.37 días durante el mes. Para cubrir los restantes 8.63 días la familia debe recurrir a las tiendas y comprar “fiado” y/o reducir el consumo; esto es un indicador de que la producción de maíz para autoconsumo asegura las necesidades de ali-mentación por un tiempo más prolongado.

La segunda estrategia de la familia 2, que con-siste en trabajar en la palma y comprar el maíz, el dinero devengado cubre únicamente 16.69 días, aumentando así el número de días que deberá endeudarse (13.31 días) para suplir los requerimientos familiares. Lo mismo pasa con la familia 3, asumiendo que los 3 miembros que trabajan en la palma logran sacar el pago completo, pueden cubrir 23.58 días y para los 6.42 días restantes deberán modificar su nivel y calidad de consumo, además de recurrir a comprar a crédito en las tiendas.

Como se mencionó más arriba, el gasto por familia es un promedio diario, sin embargo, el gasto varía de acuerdo a la proximidad de la fecha en que los trabajadores reciben su pago; en fechas cercanas al pago las familias tienen la posibilidad de consumir productos de mejor

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calidad nutricional y que les suponen un gasto mayor (incaparina, avena, carne, entre otros); estos mismos productos no son consumidos cuando ya han pasado 15 días de haber recibido el pago, son sustituidos por otros de menor ca-lidad o son suprimidos del todo. Así, en fechas próximas a recibir nuevamente el pago, las fa-milias se limitan a consumir lo mínimo vital.

Las tiendas como “servicio social”

Las tiendas ubicadas en las comunidades im-pactadas por la expansión de las plantaciones son una combinación entre negocio lucrativo a muy baja escala y servicio social. La mayoría de tiendas, con excepción de algunas estable-cidas a la orilla de la carretera asfaltada que de Alta Verapaz conduce a Sayaxché y a Flo-res y Santa Elena, en la zona central de Petén, son negocios que distribuyen y comercializan productos de consumo básico, generando muy bajas ganancias para sus propietarios. En la escala más baja, los ingresos generados por este tipo de comercio no permitirán más que un ingreso suficiente para contribuir al mante-

nimiento promedio de una familia de la misma comunidad. En la escala más alta, los propie-tarios de la tienda irán consiguiendo una acu-mulación de capital que les permitirá, además del sostenimiento de la familia, la compra de una motocicleta, con lo cual podrán abastecer más frecuente y regularmente la tienda y, even-tualmente, incorporar un molino de nixtamal a la tienda, poner un televisor en la tienda para beneficio de sus clientes y promover el consu-mo, etc.

Pero decimos que este tipo de comercios son, a la vez, una especie de “servicio social”, dado que otorgan a sus clientes crédito (con 0 % de interés) para subsanar las necesidades básicas familiares. Las tiendas venden productos de consumo diario a sus clientes a crédito (“fia-do”), sin cobro de interés, durante el período en que aún no han recibido su pago, y estos úl-timos acudirán a cancelar lo adeudado una vez reciban de la empresa el pago correspondiente a su quincena o al mes, según sea su tipo de contrato. Sin este servicio de crédito a pequeña escala, las familias de los trabajadores de las plantaciones de palma africana verían aún más

Sánchez, 2011. Cuaderno de venta “al fiado”. Las Arenas, Sayaxché.


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vulnerada su seguridad alimentaria y estarían en riesgo de verdadera hambruna varios días al mes.56

Existe una relación entre el número de tien-das establecidas en las comunidades y el nivel de dependencia del trabajo asalariado en las plantaciones de palma africana. Así, en comu-nidades que aún conservan parte de su tierra (parcelas) el número de tiendas será inferior. Caso, por ejemplo, de la comunidad de La Ceiba, donde existe un número de 7 tiendas para 255 hogares (es decir, una relación de una tienda por cada 36 hogares). Mientras que en la comunidad Las Arenas, donde la población depende totalmente del trabajo asalariado en

56 Esta deuda acumulada mes a mes, se asemeja al “en-ganche por deuda” promovido por los caficultores duran-te el período liberal, consistente en favorecer el endeu-damiento de los trabajadores con los “enganchadores” o agentes de los terratenientes, para obligarlos a ir a pagar la deuda a las fincas como mano de obra temporal.

las plantaciones de palma africana, el número de tiendas asciende 8 tiendas (y una farmacia) y se estima que existe una pequeña tienda por cada 10 hogares. Cada tienda tiene una clien-tela “cautiva”, a quienes venden fiado, como lo atestiguan los cuadernos de control de la deuda familiar de las tiendas. Además, cuen-tan con unos pocos clientes eventuales, entre los que se cuentan los trabajadores migrantes y visitantes a la comunidad.

6. La percepción de las mujeres sobre el trabajo en la palmaLas mujeres manifiestan desde el principio que ellas, en muchos casos, se opusieron a la venta de la tierra y que lloraron cuando ésta se consu-mó. Consideran que la falta de tierra es un pro-blema fundamental, pues no tienen asegurado el maíz. El alquiler de parcelas es una opción

Sánchez, 2011. Tienda de comunidad La Ceiba, Sayaxché.

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para algunas familias, pues son pocas las que tienen la posibilidad de rentar tierras a otros. No sólo la tierra en arrendamiento ha disminui-do, sino que en muchos casos, la gente que las tiene, ya no quiere alquilarlas.

El problema que tenemos actualmente es que no hay tierra para producir maíz, todo lo que es granos básicos, esa es la dificul-tad que nosotros tenemos; estamos mal si no tenemos parcelas para producir nues-tros alimentos.

Una vez han vendido la tierra, no hay más alter-nativa que trabajar para las empresas palmeras. Sus esposos e hijos deben acudir a las planta-ciones de palma africana. Este problema lo per-ciben, no únicamente como problema presen-te, sino futuro. La preocupación comprende el porvenir de los hijos.

Nuestros hijos ya quieren hacer cultivos pero no hay donde porque no tenemos par-celas, igual pasa con los que ya vendieron que tienen el deseo de cultivar, producir maíz, frijol; no hay donde trabajar, ese es el efecto que ellos están sufriendo.

Sólo una pequeña porción de las mujeres del municipio de Sayaxché trabaja directamente en las plantaciones de palma africana, y quie-nes lo hacen, trabajan por lo general en los vi-veros. Como se vio más arriba, generalmente las mujeres perciben un salario menor que los hombres, por iguales trabajos.

Pero aún cuando no sean trabajadoras directas en las plantaciones de palma africana, las muje-res perciben con nitidez los cambios ocurridos en la explotación del trabajo familiar a raíz de la penetración de este cultivo. Estos cambios van en dos direcciones: (i) el incremento de la explotación del trabajo de sus esposos y (ii) el

incremento del trabajo de las mujeres, este úl-timo un trabajo invisible, pero que les ha su-puesto el alargamiento e intensificación de las jornadas laborales hasta el agotamiento.

Las mujeres subrayan tres puntos centrales en cuanto a las condiciones de trabajo en las plantaciones de palma africana: (i) el trabajo exigido es muy fuerte y su remuneración es injusta, dado que no compensa (“no represen-ta”) el esfuerzo que realizan los trabajadores, sus esposos; (ii) los trabajadores no reciben las prestaciones correspondientes y no tienen acceso a ningún tipo de beneficio, más que el pago que obtienen por su trabajo diario y aten-ción médica en caso de sufrir algún accidente en horas de trabajo; y, finalmente, (iii) no les es permitido realizar ningún tipo de reclamo para mejorar sus condiciones de trabajo, pues si lo hacen, arriesgan sus posibilidades de en-contrar trabajo nuevamente en cualquiera de las empresas palmeras del municipio.

Al comparar el trabajo en la palma y el trabajo que realizaban en otras explotaciones agrícolas antes de la llegada de la palma, concluyen que ahora que trabajan en las plantaciones de palma africana obtienen la misma cantidad de dinero al mes que lo que ganaban en otras explotacio-nes agrícolas y pecuarias, pero que la diferencia radica en que ahora el trabajo se duplica. El tra-bajo que obtenían anteriormente con los finque-ros-ganaderos no era permanente, no trabajaban durante todos los días del mes, pero recibían un pago mayor al que tiene ahora en la palma. El pago recibido con los finqueros-ganaderos esta-ba en un rango de entre Q 75 y Q 100 por día.

En el municipio de Sayaxché, el trabajo en las plantaciones de palma africana es la única op-ción para obtener ingresos para la satisfacción de las necesidades básicas familiares; es por ello que muchos trabajadores deben aceptar


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las condiciones de trabajo que establecen las empresas. Cuando trabajan horas extras no son reconocidas en el pago:

Los administradores de la palma le dicen que trabajen su hora extra, entonces los muchachos allá dicen que trabajan horas extras pero esas son por gusto porque no le pagaron las horas extras.5758

Además de que el trabajo en la palma es muy exigente y el pago injusto, hay maltrato del pa-trón y empleados superiores hacia el trabajador:

El trabajo es duro, los que no tienen tie-rras se aguantan en el trabajo de las plan-taciones de palma africana, aunque los maltraten; si tienen un poco de tierra casi no: si los maltratan allí, salen de allí y si-guen trabajando sus tierras, tan siquiera para el día de uno.

58 La aseveración anterior es avalada por la denun-cia presentada por los trabajadores “permanentes” de REPSA, quienes denuncian que hacen dos horas extras y les pagan sólo una. Denuncia 11/04/2011.

Las pocas opciones de trabajo en el municipio no les permiten dejar el trabajo en la palma:

Hay personas que se aguantan estar allí trabajando para darle de comer a su fa-milia, es por eso que no dicen nada. Vaya, ahora los que están en la ‘lista negra’ por-que quizá han discutido con los encarga-dos, para ellos es un problema conseguir trabajo, porque si no trabajan en la palma no se puede trabajar en otro lado […] Sin opciones de trabajo, ellos tienen que salir de la aldea y dejar a la familia e irse lejos a trabajar, si es que consiguen.

Pero el otro orden de agravamiento de la ex-plotación con la introducción de la palma afri-cana en la zona que señalan las mujeres, se refiere al alargamiento e intensificación de sus jornadas de trabajo. Este problema las afecta muy directamente a ellas, pero también al res-to de la familia.

En general, las mujeres refieren que su horario de trabajo se ha ensanchando, debiéndose de levantar varias horas más temprano para pre-parar la comida al esposo –e hijos, en algunos

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casos– antes de que salgan a trabajar a la plan-tación. Los “relojes de las mujeres” en cada una de las comunidades estudiadas nos refie-ren que se levantan entre las 3 y 4 de la maña-na. Por otra parte, dado que han perdido acce-so a recursos naturales tales como el agua y la leña, que anteriormente obtenían de la parcela, deben emplear más tiempo en ir a buscarlos, a distancias más grandes o bien deben comprar-los y trasladarlos hasta sus hogares.

Un caso extremo es el de las mujeres de la aldea Tierra Blanca. La plantación de palma africana, donde trabaja la mayoría de hombres de esta al-dea, se encuentra distante de la aldea; los pobla-dores deben recorrer 2 horas y media de camino para llegar hasta las plantaciones del palma afri-cana de la empresa (REPSA). La hora de salida de la comunidad con el transportista es la 5:00 a.m.; sin embargo, las mujeres deben levantar-se desde las 2:00 a.m. para preparar la comida y que sus familiares se vayan a la hora prevista rumbo al trabajo. Si bien es cierto que el trabajo que realizan las mujeres es “el mismo” que antes que sus familiares trabajaran en la palma, en el sentido de que las actividades son básicamente

domésticas-reproductivas, el día de las mujeres empieza ahora más temprano:

Me levanto a las 2:00 por la necesidad, por-que si no me levanto, mis hijos no pueden ir a trabajar a la palma; por eso es que nosotros nos sacrificamos. […] El trabajo en la palma es duro para nosotras y para los hijos.

Esta mujer, al igual que otras mujeres, resalta dos cosas: en primer lugar, que ellas realizan un sacrificio para que sus familiares sigan trabajan-do en la palma, pero que ya están cansadas de hacerlo y le han pedido a sus familiares que de-jen de trabajar en la palma. Por otro lado, enfati-zan su inconformidad con el salario injusto que reciben sus maridos, pues no se trata únicamente del trabajo de la persona que está directamente en las plantaciones de palma africana, sino tam-bién de los demás miembros de la familia que ahora deben sacrificarse más realizando tareas que antes no realizaban, como por ejemplo bus-car leña, comprar maíz o bien reduciendo sus horas de descanso para cumplir con el horario que los transportistas y las empresas establecen. En otras palabras, con toda claridad señalan que

Salida de trabajadores de la plantación. Sayaxché, 2011.


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el salario de sus maridos no remunera ni el des-gaste del marido en la plantación de palma afri-cana, ni el propio en la casa. Es por esta razón que las mujeres de Tierra Blanca demandan un mejor salario para sus maridos (y el propio de quienes trabajan en el vivero) y que la salida de los trabajadores sea una o dos horas después de lo que hasta ahora se ha establecido.59

7. ¿Servicios públicos o servicios sociales de las empresas?Las comunidades de Sayaxché afectadas por la palma africana señalan que, en la actuali-dad, con la presencia de las empresas en sus comunidades, enfrentan un doble problema para tener acceso a los servicios básicos a los que constitucionalmente tienen derecho, pues la empresa no se hace cargo de brindarlos ni las apoyar en proporción alguna, a la vez que la municipalidad y, en general, el Estado ha dejado de considerarse responsable de hacerlo dada la presencia de las primeras.

59 Ver denuncias de trabajadores de REPSA y NAISA, 11/04/2011.

Un caso que puede ejemplificar esta situación es el de la comunidad Las Arenas. La demanda más sentida en esta comunidad es la educación. Las familias integrantes de esta comunidad vendieron la totalidad de su tierra a la empre-sa Tikindustrias S.A., reservándose exclusiva-mente el área destinada al casco urbano. La comunidad está completamente rodeada por la plantación de palma africana y depende total-mente del trabajo en la plantación. En la zona no hay otras alternativas laborales. Cuenta con una escuela de tres aulas y cuatro maestros con-tratados por el Ministerio de Educación Pública y recibe fondos para brindar refacción escolar de éste a través de la Junta Escolar.

A inicios del ciclo escolar 2010 presentaron a la municipalidad de Sayaxché su solicitud para que la escuela fuera ampliada en dos aulas más. Para el año 2010 la población escolar era de 40 niños/as en nivel preescolar y 112 niños/as de educación primaria (de 1º a 6º grados). Dado que la comunidad quedó dentro del polígono de la empresa Tikindustrias S.A., la municipalidad no considera tener responsabilidad para con esta comunidad: “Es cosa de la empresa.”60

Los líderes comunitarios acudieron, entonces, a la empresa y le solicitaron el apoyo en lámi-na y 5,000 pies de madera para la construcción de las aulas adicionales. En respuesta a su so-licitud, personeros de la empresa les han indi-cado que no son ellos quienes deben atenderla y los han remitido, a su vez, a la municipali-dad de Sayaxché. El ciclo escolar 2011 inició sin que la petición fuera atendida por ninguno de los dos lados: “Se tiran la chibola entre la muni y la empresa.”61

60 Entrevista con COCODE, septiembre 2010.61 Idem.

Cocina familiar.

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8. Demandas de los trabajadores y las comunidadesLos trabajadores de las comunidades de Sayax-ché resienten las pésimas condiciones laborales y los bajos salarios, sin embargo, hasta el mes de marzo 2011 –fecha en que se dio la primera movilización donde se expresaron demandas vinculadas al trabajo en las plantaciones de pal-ma africana–, no había sido ésta una fuente de movilización y acción social. En ello parece ha-ber influido decisivamente dos cosas: una, que el empleo local lo monopolizan las empresas de palma y la población no tienen opciones donde escoger. Por otra parte, la amenaza de que fá-cilmente pueden ser sustituidos por cuadrilleros de otros municipios es real. Si bien hay épocas en que la mano de obra se encuentra menos dis-ponible y que los empresarios deben acudir a contrataciones en municipios más lejanos e in-clusive en otros países, también es cierto que la mano de obra local es sustituible y prescindible para el empresario.

En abril 2011, por primera vez organizacio-nes sociales del municipio62 se reunieron con representantes de las empresas REPSA y NAISA para plantear un pliego petitorio para exigir a dichas empresas un aumento salarial, mejorar las condiciones salariales y depurar la plantilla de supervisores y técnicos de aque-llos elementos que maltratan a los trabajado-res, servicios médicos para los trabajadores y sus familias y cumplimiento con las obligacio-nes que establece el Código de Trabajo.

62 A dicha reunión asistieron representantes de CNOC, ACDIP, CONDEG y representantes de por lo menos 14 COCODES de igual número de comunidades y 3 COCODES de segundo nivel, de las micro regiones La Ceiba, Las Pozas y El Paraíso.

Durante la realización del estudio, en todas las comunidades los trabajadores hicieron refe-rencia a la existencia de “listas negras” que las empresas elaboran con los nombres de aque-llos trabajadores que reclaman sus derechos o bien que promueven críticas hacia las em-presas o se quejan de los malos tratos de sus empleadores o jefes inmediatos. Estas listas, dicen, son compartidas entre las empresas del municipio63. Esto explicaría que el Ministerio de Trabajo y Previsión Social tenga reporta-dos únicamente cuatro casos de demandas la-borales en plantaciones de palma, todos por despidos, uno contra la empresa REPSA y tres contra Tikindustrias S.A. (Ver Anexo 1).

Finalmente, por ahora, existe la confianza en que la palma africana ofrece un empleo, aunque éste sea mal pagado e implique la aceptación de las condiciones ya mencionadas. No obstante, hay quienes ya empiezan a señalar que la ofer-ta laboral tenderá a bajar pasados los primeros años de siembra y mayor cuidado de la palma.

La palma africana es una plantación que en su siembra y mantenimiento genera mano de obra, hasta los 3 años. Conforme van creciendo las plantaciones, generan sombra y las malezas ya no crecen por la misma sombra. Esta gente trabajadora pierde su empleo porque ya sólo quedan el personal de cosecha y la maquilación, o sea la extracción de la producción.64

63 Varios grupos focales de diferentes comunidades se refirieron a la existencia de “listas negras” y al hecho de que esa información es compartida entre las empresas. Esta denuncia fue reiterada en el pliego petitorio del 11/04/2011, señalando, además, que aquellos trabaja-dores que participaron en la marcha pacífica realizada el 11 de marzo 2011 en el caserío La Torre, ya no fueron recibidos en sus puestos de trabajo al día siguiente.,64 Entrevista con contratista, marzo 2011. En su opi-nión, después de los 3 años la mano de obra en las plan-


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Además de las demandas estrictamente labo-rales, existen otras muy generalizadas que se vinculan al sobreuso y deterioro de la infraes-tructura de carreteras y caminos, el acceso a los recursos naturales y los problemas ambienta-les, el aumento del trabajo de las mujeres, el aumento de la población en las comunidades y, finalmente, la proliferación de bares, delin-cuencia y prostitución, y la violencia que va asociada a ella.

Entre las demandas más sentidas y que ya han originado conflictos entre las comunidades locales y las empresas se refieren al deterioro que sufren los caminos por el trasiego de ca-miones y tráileres de las empresas, haciendo más complicada la circulación del transporte intercomunitario. En dos oportunidades ya la comunidad de Arroyo Santa María bloqueó el camino para exigir a la empresa NAISA la re-paración del camino y de un pequeño puente que cruza un arroyo cercano65.

Otro motivo de malestar en las comunidades vecinas a la plantación de REPSA establecida en la aldea El Pato es el cierre completo del camino que anteriormente comunicaba a esta aldea con el caserío Champerico. Después de que la empresa compró las tierras y estable-ció la plantación, cerró el paso a la población local colocando portón con candado sobre el camino. En la actualidad los pobladores de Champerico deben salir a la carretera asfal-tada (que une Chisec con Sayaxché y demás municipios de Petén) por la comunidad Arro-yo Santa María, alargando varios kilómetros

taciones de palma africana puede descender significati-vamente, así como los costos para la empresa.65 Grupo Focal de la comunidad Arroyo Santa María, entrevista a personal de la Asociación Maya para la Paz y empleado de NAISA, septiembre 2010 y marzo 2011.

más su trayecto. Salir al asfalto les cuesta a los pobladores del caserío Champerico Q 10 por viaje y la vida social y comercial que des-de siempre había vinculado a las poblaciones de El Pato y Champerico, se ven casi impo-sibilitadas. Por otra parte, los pobladores de dichas comunidades deben solicitar permiso a la seguridad de la empresa para atravesar la plantación por el camino antiguo y así poder comunicarse entre ellas.

Otra demanda sensible es el tema del transpor-te de los trabajadores entre sus comunidades de origen y las plantaciones. Por lo general se trata de camiones de carga de 2 tons., en don-de viajan de pie y hacinados. Se quejan que: “No somos animales”, señalando que además se da igual trato a las mujeres, sin considerar su condición. Asimismo, produce mucho ma-lestar la forma de pago, a distancias largas que deben recorrer hasta el lugar de pago y el que se les haga incurrir en gastos adicionales para ir a cambiar el cheque al banco en Sayaxché, todo lo cual les representa una merma en sus ingresos reales.

La pérdida de la tierra ha supuesto, simultá-neamente, la pérdida del acceso a recursos na-turales que antes obtenían de la parcela: agua, leña, animales cinegéticos y hierbas silvestres.

Camión trasladando fertilizantes a Tikindustrias por camino vecinal, 2011.

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En el caso de la aldea Arroyo Santa María, por ejemplo, el agua y la leña en un principio no constituían un problema, dado que habían lle-gado a un acuerdo con los productores de pal-ma africana en el cual les permitían el paso a los pobladores de la comunidad para abaste-cerse de agua y leña. No obstante, reciente-mente la empresa NAISA ya no les permite acceder a tales recursos:

Hubo un momento que mis hijos fueron a traer leña y allá hay alguien que cuida y los regaña siempre. Hace como una se-mana obligaron a los niños a que dejen la leña en la propiedad, no les permitieron sacar la leña.

De igual manera, el acceso al agua se ha con-vertido en un problema. En muchos casos, los arroyos y riachuelos han sido desviados. En este contexto, la comunidad de Arroyo Santa María manifiesta que están circulados por la palma, que están “como acorralados” y su preocupa-ción por el acceso a los recursos naturales los hace cuestionarse sobre el futuro de la comuni-dad, particularmente en el caso del agua: “ese líquido es el que nos mantiene vivos”.

Las comunidades también resienten el abuso y la contaminación de los ríos y fuentes de agua por parte de las empresas palmeras. En algunas poblaciones, esto se hace más patente, como ocurre en la aldea El Pato, el primer lugar don-de se estableció la empresa REPSA. A raíz de la construcción de la extractora de aceite de la empresa REPSA se inició un proceso de dete-rioro de las fuentes de agua, mismas que son utilizas para el abastecimiento de este recurso a la aldea. El arroyo del cual obtiene el agua El Pato es utilizado también por la empresa para verter los desechos que genera la extrac-ción de aceite. Existen otras fuentes de agua

que pueden ser utilizadas para el consumo de agua de la población, pero utilizarlas implica un mayor esfuerzo por la distancia a la que se encuentra. A largo plazo, con el aumento de la población y la contaminación de las fuentes de agua, los pobladores de El Pato temen que surjan conflictos por el acceso y uso del agua.

La deforestación es un problema que se extien-de en todo el departamento y en otras zonas del país. Si bien aún no se cuenta con datos actuali-zados al año 2010, el Mapa de cobertura fores-tal de Guatemala 2006 y Dinámica de la cober-tura forestal 2001-2006 sí permite establecer que, después del municipio de La Libertad, Sayaxché es el segundo municipio con mayor pérdida de cobertura forestal entre 2001-2006, con una pérdida de 59,602 has. Los testimonios de la población a este respecto evidencian los efectos de la eliminación de los bosques rema-nentes durante la presente década, así como la eliminación o las presiones que estas plantacio-nes ejercen sobre la biodiversidad. La pobla-ción ha trabajado en la “limpieza” de terrenos para establecer plantaciones de palma africana y se lamentan de la pérdida de biodiversidad:

Drenaje del suelo para establecer nueva plantación de palma africana, Sayaxché, 2011.


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Eso daba lástima cuando botaban esas grandes montañas, aquel animalerío, cuando quemaron los pobres animalitos. Como decían los patojos, ellos que han trabajado todo el tiempo en las plantacio-nes de palma africana, fueron a botar el año pasado [2009] unas 60 caballerías, aquí a una laguna que hay aquí, que se llama el Chicozapote, por ahí fueron a bo-tar esa montaña. Descubrieron la laguna y, dicen ellos, ‘que lástima da ver a ese gran animalero que corren para un lado y para otro y no hayan a dónde ir’.

Finalmente, la población asocia a la expansión de las plantaciones de palma africana, otros pro-blemas sociales de importancia, como son el crecimiento demográfico de algunos centros po-blados, el alcoholismo, la delincuencia y la pros-titución. Estos problemas fueron especialmente señalados en las aldeas Tierra Blanca y El Pato.

La aldea El Pato, la primera aldea del muni-cipio donde se introdujo el cultivo de palma

africana (hace 12 años), tiene una composición socio-demográfica diferente a las demás; es la comunidad con mayor población de Sayaxché, con 1,813 habitantes según las estadísticas del MSPAS, con una población mayoritaria de ladi-nos originarios del oriente del país. La cohesión comunitaria y la organización local son más dé-biles que en el resto de comunidades del muni-cipio. Esta aldea expone cambios demográficos y sociales más profundos y perceptibles que el resto de comunidades. El futuro de los jóvenes de la aldea constituye una preocupación central en los adultos:

En 5 o 10 años ya El Pato no va a servir, porque ese patojal que va ir creciendo ya no va a tener dónde trabajar, van a robar, la mayoría van a ser ladrones.

El mayor flujo de dinero en la comunidad a raíz del trabajo en la palma motivó la apertura de negocios, especialmente cantinas y prostí-bulos, constituyéndose en verdaderos proble-mas sociales:

Plantación y planta procesadora de REPSA en El Pato, en las márgenes del río La Pasión. Sayaxché, 2011.

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Beneficio hay para el que tiene negocio porque […] vende más. Las cantinas, eso es lo que más abunda; hoy toman más, hay más cantinas que negocios y el mu-jeral que viene, abunda la mujer el día de pago. Nosotros intentamos como comuni-dad de que esas señoras que llegan, que no entraran, porque no sabíamos si venían enfermas […]. Pero hicimos todo lo posi-ble, pero no a toda la gente le cayó bien, entonces mejor se dejó. Ahorita está un poco libre, pero el día de pago es más que una fiesta.

Trabajadores sembrando palma al pie del Área de Protección Especial Sierra de Chinajá, 2010.

La delincuencia también ha ido en aumen-to. En los años anteriores a la llegada de la palma, el municipio era tranquilo, no había delincuencia. En la actualidad el número de robos, y más aún en los días de pagos, es alto.66

Estos problemas sociales motivan la preocu-pación principalmente de las mujeres, quienes se interrogan sobre el futuro que tendrán sus hijos y, sobre todo, las oportunidades econó-micas que se presentan a sus familias para su supervivencia.

66 Grupo focal en aldea El Pato, marzo 2011.


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a. La expansión de las plantaciones de palma en el municipio de Sayaxché se ha realiza-do, principalmente, acudiendo a comprar y, en algunos casos, a forzar la venta –me-diante el engaño, la coacción o la violen-cia– de la tierra, a parcelarios que en la última década lograron regularizar la pro-piedad sobre sus parcelas. Las empresas palmeras también han comprado fincas de mayor extensión a particulares y, en el últi-mo año, nuevas plantaciones están siendo establecidas por productores particulares que proyectan vender el fruto a las plantas procesadoras ya establecidas por las em-presas agroindustriales en el municipio de Sayaxché. Esta última modalidad sólo ha sido establecida una vez que las plantas procesadoras se encuentran ya instaladas y funcionando, o muy próximas a hacerlo, en las proximidades de las plantaciones.

b. En estas empresas agroindustriales dedica-das a la plantación y procesamiento de la palma africana en el municipio de Sayax-ché, pueden identificarse cuatro tipos de trabajadores: (i) los trabajadores permanen-tes con contrato; (ii) los trabajadores per-manentes sin contrato; (iii) los trabajadores temporales “locales” o de comunidades ubicadas en las inmediaciones de las plan-taciones y plantas procesadoras; y (iv) los trabajadores temporales “de lejos” (“cua-drilleros” o “campamentados”), migrantes

Conclusiones/Conclusions

a. The expansion of African palm planta-tions in the Sayaxché municipality has been achieved primarily through buying and, in some cases, through forcing the sale – by means of trickery, coercion, or violence – of lands, from small-scale lan-dholders who in the last decade achieved legal title to their properties. Palm compa-nies have also purchased larger plantations from private owners, and, in the last year, new plantations have been established by private producers who aim to sell the har-vest to processing plants that have been established by agro-industrial companies in the Sayaxché municipality. This final scenario has only been applied once the processing plants are already, or about to be, installed and working nearby the plan-tations in question.

b. In these agro-industrial companies focu-sed on planting and processing African palm in the Sayaxché municipality, four types of workers can be identified: (i) per-manent workers with contracts; (ii) perma-nent workers without contracts; (iii) tem-porary, “local” workers from communities located in the vicinity of the plantations and processing plants; and (iv) temporary workers “from afar” (known as “troopers” or “campers”), who migrate from different parts of the country to the African palm plantations. Of all of these workers, the

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de distintos puntos del país hacia las plan-taciones de palma africana. De todos estos trabajadores, únicamente una pequeña par-te son declarados por las empresas contra-tantes al MTPS y al IGSS.

c. Hasta el mes de septiembre 2010, no todas las empresas palmeras del municipio de Sayaxché cumplían con el pago del sala-rio mínimo vigente anterior de Q 56 por jornal de actividades agrícolas. Al mes de abril 2011, sólo algunas empresas pagan el salario mínimo vigente a partir del 1º de enero del 2011 de Q 63.70, pero aún éstas no lo hacen para todas las categorías de trabajadores.

d. El empleo generado por las empresas de-dicadas al cultivo y procesamiento de la palma africana en el municipio de Sayax-ché es más precario (informal, temporal y sin apego a las leyes laborales vigentes) y peor pagado en el caso de los trabajadores de campo, tanto en las categorías de “per-manentes sin contrato”, como de “tempo-rales” (locales) y “cuadrilleros” (de lejos).

e. El cambio del pago “por jornal” al pago “por productividad” operado por algunas empresas a partir de 2010, ha representa-do, en términos reales, una reducción en el pago unitario por actividad agrícola y la intensificación del trabajo desplegado por el trabajador a lo largo de la jornada. Bajo esta política, los trabajadores deben trabajar más para alcanzar los mismos ingresos de-vengados bajo la política anterior de “pago por jornal”. También se dan casos en que, sobrepasando las metas de trabajo unitario, la empresa establece límites al pago por productividad, dejando trabajo no pagado a los trabajadores.

f. La incorporación al trabajo en las planta-ciones y plantas procesadoras de palma

hiring companies claim only a small num-ber to the Ministry of Labor and Social Se-curity (MTPS) and the Guatemalan Social Security Institute (IGSS).

c. As of September 2010, not all of the palm companies of the Sayaxché municipality were complying with the then-minimum wage of 56 quetzals1 per day for agricul-tural work. As of April 2011, only some companies are paying the current mi-nimum wage, in effect since January 1, 2011, of 63.70 quetzals per day, but even they do not pay that amount to all catego-ries of workers.

d. The work that is generated by companies that grow and process African palm in the Sayaxché municipality is more precarious (informal, temporary, and disconnected from current labor laws) and pays worse, in the case of employees who work in the fields. This applies as much to “perma-nent workers without contracts” as it does to the “temporary” (local) workforce and the “campers” (from elsewhere).

e. The shift from paying “by the day” to pa-ying “by productivity,” applied by some companies since 2010, has in real terms meant a reduction in the unit pay per agricultural task and the intensification of work completed by workers over the course of a shift. In this policy, workers must work more to make the same income that they earned under the previous poli-cy of “payment by the day.” In addition, in some cases when unit work goals are exceeded, the company establishes limits to productivity-based pay, leaving workers without pay for extra work.

1 One dollar equals approximately eight quetzals.


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africana ha supuesto, simultáneamente, el alargamiento e intensificación de las jor-nadas laborales no sólo para quienes tra-bajan directamente en las plantaciones, sino también para todos los miembros de la familia y, muy especialmente, para las mujeres.

g. Muchas mujeres miembros de familias sin tierra o que arriendan tierra para cultivar sus granos básicos, han debido ingresar al mercado laboral informal y multiplicar sus actividades para alcanzar el ingreso fami-liar diario. Algunas mujeres que trabajan en las plantaciones en actividades de vi-vero, son discriminadas y reciben un pago inferior al recibido por los hombres por labores agrícolas equivalentes.

h. Los trabajadores y las trabajadoras de las plantaciones y plantas procesadoras de palma africana, no tienen libertad de organización ni de reclamo de mejores condiciones salariales y laborales, pues permanentemente son amenazados por empleados superiores de las empresas de ser despedidos o bien de que sus nombres serán agregados a “listas negras” que les impedirán trabajar en el futuro en esa u otra empresa palmera del municipio.

i. Las familias de las comunidades ubicadas en las inmediaciones de las plantaciones y plantas procesadoras de palma africana, en la actualidad, se distribuyen en un continuo en el que combinan –de manera distinta y en proporciones inversas– la producción cam-pesina y el trabajo asalariado. Atendiendo a la fuente y estrategia de integración de sus ingresos, pueden reconocerse tres tipos bá-sicos de familias: (i) aquellas que conservan sus parcelas y continúan garantizando sus alimentos básicos y sus ingresos a partir de la producción propia; (ii) aquellas que ven-

f. The incorporation into work on African palm plantations and processing plants has meant the simultaneous lengthening and intensification of working days, not only for those who directly work on the plantations but also for all members of the family, and especially for women.

g. Many women who are members of fami-lies that do not have land or that rent land to grow their own basic grains have had to enter the informal labor market and multi-ply their tasks in order to meet the daily fa-mily income. Some women who work on the plantations in plant-nursery activities are discriminated against and earn lower pay than that earned by men doing equiva-lent agricultural work.

h. Workers on African palm plantations and processing plants do not have freedom of organization nor of requesting improved salaries and working conditions, since they are constantly threatened by senior employees that they will be fired or that their names will be added to “black lists” that would prevent them from working in the future with that particular company or with other palm companies in the munici-pality.

i. Families in the communities located in the vicinity of African palm plantations and processing plants are currently distri-buted in a continuum that combines – in different ways and in inverse proportions – small-scale farmworker production and salaried labor. Considering income sou-rces and the strategy of integrating ear-nings, three basic types of families can be identified: (i) those that have held on to their own farmland and continue to gua-rantee provision of their basic foodstuffs and their earnings through their own pro-

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dieron una parte de su parcela y conservan su lote de vivienda y una pequeña porción de su parcela original, o bien tienen acceso a tierra para el cultivo de sus granos básicos, e integran sus ingresos mensuales con produc-ción propia e ingresos de trabajo asalariado en las plantaciones; y (iii) aquellas familias que no cuentan con ninguna tierra para cul-tivar ni tienen acceso a ella, y dependen de forma absoluta de los ingresos generados en el trabajo asalariado en las plantaciones de palma africana.

j. Los ingresos salariales representan una porción creciente en la composición de los ingresos familiares en las comunidades de Sayaxché. No obstante, el nivel y la ca-lidad del consumo no ha mejorado ni se ha incrementado. Ninguna de las familias con uno o más miembros trabajando en las plantaciones de palma africana logran cu-brir la canasta básica y, en su mayoría, no consiguen destinar parte de sus ingresos a los rubros de salud y educación.

k. La dependencia del salario como fuente única o principal de los ingresos familiares coloca a la familia en condiciones de una mayor vulnerabilidad alimentaria, dado que ésta depende de los ingresos salariales monetarios para comprar los granos bási-cos (maíz, principalmente) y está sujeta a las condiciones laborales impuestas por la empresa palmera, a la vez que a las condi-ciones del mercado (alza de precios y pe-ríodos de escasez).

l. El análisis del consumo en estos tres tipos de de familias, permite afirmar que las fa-milias que dependen totalmente de los ingresos salariales generados en las plan-taciones de palma africana, son las más vulnerables en cuanto a su seguridad ali-mentaria y no tienen posibilidad alguna de

duction; (ii) those that have sold a piece of their farmlands and have kept their house lot and a small piece of their original far-mland, or that have access to lands to grow their basic grains, and whose monthly ear-nings integrate their own production and income from salaried work on the planta-tions; and (iii) those families that neither own nor have access to land for cultivation and depend completely on earnings garne-red from salaried work on African palm plantations.

j. Salaried income represents a growing portion of cumulative family earnings in the communities of Sayaxché. Neverthe-less, the level and quality of consumption has neither improved nor grown. None of the families with one or more members working on the African palm plantations is able to cover the “basic basket” of es-sential foodstuffs (“canasta básica”), and the majority are unable to allot a portion of their income to health and education services.

k. Dependency on a salary as the sole or primary source of family earnings places families in a situation of greater vulne-rability in terms of food security, as they depend on monetary salaried earnings to purchase basic grains (primarily corn) and are subject to working conditions imposed by the palm companies as well as to mar-ket conditions (price increases and periods of scarcity).

l. An analysis of consumption in these three types of families confirms that the families that depend entirely on salaries earned on African palm plantations are the most vul-nerable in terms of food security and have no way of earning enough to cover the amount estimated for the basic basket of


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que su consumo sea el estimado en la ca-nasta básica. Este grupo de familias acude en mayor número y de manera recurrente al mecanismo de crédito (“fiado”) para adqui-rir sus alimentos de consumo básicos. Las tiendas ubicadas en las comunidades facili-tan el consumo diario familiar, asegurando el acceso a alimentos mínimos durante el período en que el trabajador, habiendo ago-tado sus ingresos, continúa acudiendo a la plantación y espera su pago al final del pe-ríodo contratado.

m. Las familias que cuentan con tierra en pro-piedad se encuentran en mejores condiciones para garantizar su seguridad alimentaria, lo-grar el consumo de la canasta básica e, inclu-so, en algunos casos, parte del consumo de la canasta vital.

n. Los contratistas de la mano de obra temporal juegan un papel fundamental en el sistema productivo de la palma africana. Constitu-yen una pieza articuladora entre el mundo del trabajo y el del capital, asegurando la movilización de trabajadores en las canti-dades y con la temporalidad requeridos por las empresas agroindustriales. Las empresas agrícolas y agroindustriales derivan en los contratistas la mayor parte de sus responsa-bilidades patronales, fiscales y sociales, li-mitándose a declarar y asumir compromisos por una proporción muy reducida de sus tra-bajadores, únicamente aquélla que se refiere a la contratación de “trabajadores permanen-tes con contrato”.

o. En la medida en que las empresas agroin-dustriales ocupan las tierras y copan los espacios comunitarios, se dificulta aún más que los servicios básicos públicos lleguen a estas comunidades o bien su calidad se ve deteriorada, debido a que las instituciones de gobierno y las autoridades municipales

foodstuffs. This group of families resorts most often, and recurrently, to a system of credit (an “IOU”-type arrangement) to acquire their basic foodstuffs. Stores lo-cated in the communities facilitate daily family purchases, ensuring access to a mi-nimal amount of foods during the period in which the worker, having spent the pre-vious earnings, continues to work on the plantation and awaits the next payment at the end of the employed period.

m. Families who have land as their own pro-perty are in better shape to guarantee their food security, to cover the basic basket of foodstuffs, and, in some cases, to afford part of the broader “life basket” of essen-tial goods and services (“canasta vital”).

n. Contractors who hire temporary laborers play a crucial role in the system of Afri-can palm production. They constitute in-termediaries between the world of labor and that of capital, assuring the mobiliza-tion of workers according to the quantity and short-term time period required by the agro-industrial businesses. Agricultural and agro-industrial companies dispatch to contractors the majority of their fiscal and social responsibilities as employers, limi-ting themselves to declaring and taking on commitments for a very reduced propor-tion of their workers – only those hired as “permanent workers with contracts.”

o. To the extent that agro-industrial compa-nies occupy lands and take over commu-nity spaces, it is even more difficult for basic public services to make it to these communities, or the quality of services is diminished, since government institutions and municipal authorities assume that the companies are responsible for meeting communities’ demands. The agro-indus-

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asumen que las empresas son las responsa-bles de atender las demandas comunitarias. Las empresas agroindustriales, por su parte, consideran que no tienen la obligación de proveer estos servicios y los remiten con las autoridades municipales y, en el mejor de los casos, hacen un “aporte” a título volun-tario.

p. La expansión de las plantaciones de palma africana alrededor de las comunidades de Sayaxché, ha generado otro tipo de pro-blemas sociales, además de los laborales, siendo los principales: el cierre de dere-chos de paso entre parcelas rodeadas por las plantaciones de palma africana y sobre caminos vecinales; el acceso a recursos naturales básicos, como son el agua y la leña; el abuso y deterioro de las fuentes de agua, ya sea por desvío de los cauces naturales, por drenaje o bien por contami-nación con desechos de fuentes compar-tidas de agua; el deterioro por el uso in-tensivo de puentes y caminos por parte de las empresas palmeras; la proliferación de expendios de bebidas alcohólicas, prostí-bulos y narcotráfico.

trial businesses, for their part, consider that they do not have the obligation to provide these services, passing them off instead to municipal authorities; in the best-case scenario, the companies make a voluntary “contribution.”

p. The expansion of African palm plantations around communities in Sayaxché has ge-nerated other types of social problems in addition to the labor issues, the major ones being: the closing-off of right-of-ways between farmlands surrounded by African palm plantations and on walking paths; the obstruction of access to basic natural re-sources, such as water and firewood; the abuse and deterioration of water sources, either by diverting waterways’ natural courses or by polluting shared water sou-rces with waste products; the deteriora-tion of bridges and roads due to overuse by palm companies; the proliferation of alcoholic drink shops, brothels, and drug trafficking.


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Referencias

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Anexo 1. Denuncias de trabajadores de la palma africana presentadas al Ministerio del Trabajo y Previsión Social (enero a septiembre de 2010)

Casos de denuncias Datos de la empresa Demandante Resultado del Expediente

Adjudicación Fecha de Adjudicación Motivo Id

Empresa Nombre Dirección Edad Resultado Fecha Resultado

C-81-2010 25/02/2010 Despido 55

Tikindustrias, Sociedad Anónima, Representante Legal

Aldea El Arenal, Petén, Sayaxche 43 Desistido 05/04/2010

C-82-2010 25/02/2010 Despido 55


Aldea El Arenal, Petén, Sayaxche 37 En trámite

C-112-2010 07/04/2010 Despido 55


Aldea El Arenal, Petén, Sayaxche 34 En trámite

C-160-2010 10/05/2010 Despido 94

Reforestadora de Palmas de el Petén, S. A., Representante Legal

Finca Nicté, Sayax-ché, Petén, 60 Desistido 29/06/2010

Fuente: Ministerio del Trabajo y Previsión Social, 2010.

¿qué tipo de empleo ofrecen las empresas palmeras en el...

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