que se vayan todos

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¿ QUÉ SE VAYAN TODOS ?

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Documento redactado por el compañero Juan Antonio Matamala Pedreros, en este documento se realiza un analizis de la actualidad politica, previo y posterior a las elecciones presidenciales

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Page 1: Que se vayan todos

¿ QUÉ SE

VAYAN

TODOS ?

Page 2: Que se vayan todos

INTRODUCCIÓN:

Hace unos pocos años, en el vecino país de Argentina, se

levanto una consigna que recorrió, como reguero de pólvora, la mayoría de las

movilizaciones sociales de masas que sacudieron a este país hermano. Consigna que

fue pintada en las paredes, muros, en innumerables lienzos, además de ser convertida

en canciones y cánticos por famosos grupos musicales y que en cada entrevista, en

que eran requeridas las opiniones de los dirigentes sociales de base, estos la repetían.

“QUE SE VAYAN TODOS”, era la consigna, era la forma que encontraron los

argentinos para decirle a toda su clase política que ya estaban cansados de sus abusos,

de sus promesas incumplidas, de su corrupción, de sus mentiras, de sus privilegios,

etc.. Era el reflejo de un profundo desapego, de una casi irremediable distancia entre

los políticos argentinos y su pueblo. De manera transversal toda la “clase política”

estaba siendo cuestionada en la esencia misma de su razón de ser, la representación

popular, esto es, que los argentinos no se sentían representados por sus dirigentes

políticos. El pueblo argentino ya no hacia distinción de izquierdas o derechas, todos

eran iguales, todos habían sido puestos en el mismo saco y todos recibían por igual el

ceño fruncido de la sociedad. Esta consigna remeció el ambiente político argentino,

penetró con fuerza el sentido común de la gente y a las clases dirigentes les generó un

profundo temor de los alcances que podía tener esta consigna. En toda Latinoamérica

se notó la preocupación de las élites generando columnas de opinión, tanto críticas

como favorables, en los diarios y revistas de nuestro continente. Fuimos testigos de

sesudos estudios de los principales intelectuales, cientistas políticos y politólogos,

algunos de los cuales le daban corta vida a este cuestionamiento a la clase política,

mientras otros auguraban las penas del infierno para las clases dirigentes. En Chile

tuvo como resultado en nuestros lideres, una suerte de indiferencia, casi pena por los

políticos argentinos, todo esto basado naturalmente en la firme convicción de que en

Chile esto nunca podría suceder, pues dada la fortaleza de nuestras instituciones,

nuestra envidiable gobernabilidad, nuestra capacidad para llegar a entendimientos y

acuerdos, etc., nos impermeabilizaba de situaciones como las descritas. En mi

opinión, concuerdo con quienes plantean que no estamos tan cerca de una situación

como la enunciada anteriormente, pero que si estamos presentando síntomas

“peligrosamente parecidos” a los del escenario mencionado. El hecho que

encontremos señales y signos de esta enfermedad no desconoce que en Chile hay una

diferencia sustancial con la descrita anteriormente, lo que sin lugar a dudas representa

una luz de esperanza, y esta tiene que ver con la obra concreta realizada por los

Gobiernos de la Concertación, quienes a pesar de las trabas que ha impuesto todo el

andamiaje institucional heredado de la dictadura, ha podido mejorar notoriamente las

condiciones materiales de vida de los chilenos (esto refrendado por todos los

estándares internacionales de medición de la calidad de vida), que invariablemente

todos los presidentes elegidos en democracia han dejado sus cargos con el

reconocimiento transversal de su honestidad. Más aún, a pesar de múltiples denuncias

de irregularidades y también de hechos de corrupción comprobados en los últimos

años, y de problemas reales en la eficiencia y eficacia de la gestión de los Gobiernos

de la Concertación, debemos destacar que los dos últimos, de Lagos y Bachelet, han

gozado de altos niveles de aprobación por parte de la comunidad, que ya se

constituyen en históricos. Junto a lo anterior debemos reconocer que el pueblo chileno

hace años que viene mostrando, cada vez con mayor enojo, una suerte de hastío, de

cansancio, con quienes han hecho de la política su principal actividad, esto con

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prescindencia del sector político al que pertenezcan. No es menor que en cada

encuesta, y desde hace más de dos décadas, sean los partidos políticos y los

parlamentarios, quienes de manera permanente y sin pausa, van bajando cada vez

más en la aceptación de la gente. Que el Parlamento chileno ocupe el “último lugar”

en la evaluación que hace la comunidad de sus instituciones a través de encuestas, en

las mismas que las Fuerzas Armadas, Carabineros, los Tribunales de Justicia, las

Iglesias, etc., son mejor evaluados que quienes han hecho de la actividad política su

principal preocupación, genera muchas interrogantes, dudas, cuestionamientos y

representa un síntoma de una enfermedad que parece crecer y agravarse cada día. Los

jóvenes chilenos, que debieran ser la principal fuente de renovación de todas las

estructuras sociales y políticas, no se sienten convocados por la política, tienen una

visión crítica de los políticos, de sus formas de expresión y de los mensajes que la

política tiene en nuestro país y esto se comprueba por la casi nula renovación del

padrón electoral chileno de los últimos veinte años. Las formas en que se organizan

los partidos está anclada en concepciones basadas en otras condiciones objetivas de la

sociedad y su estructura legal se fundamenta en definiciones autoritarias, donde la

participación de los militantes queda restringida a las escasas votaciones que la vida

partidaria. La conducción partidaria promueve, de manera evidente, la concentración

entre pocos de la toma de decisiones, lo cual fomenta el caudillismo, la obsecuencia

interna para quienes ostentan el poder partidario, la formación de “corrientes internas”

que buscan la acumulación de fuerzas para asumir el control del partido y de esa

forma, incidir en la distribución de los cargos en el aparato del estado, los cupos

parlamentarios, las candidaturas a concejales y alcaldes, etc. En cada territorio se

forman verdaderos compartimentos estancos donde el caudillo de turno ordena y

manda la vida partidaria en su “fundo”, determina los principales objetivos y

distribuye a sus incondicionales en los puestos claves. Esto sucede en Partidos de una

larga historia y tradición democrática y también en los herederos de la Dictadura

militar. Todos ellos son síntomas de una enfermedad que comienza a padecer el

sistema político chileno, y que resultan evidentes para la comunidad, motivando la

permanente condena de sus métodos y un profundo desapego con la actividad en

torno a los Partidos y sus alianzas políticas. Hay una fuerte incomunicación, una

asintonía, entre los mensajes de “este mundo aparte” que representan la política y los

políticos, y la comunidad.

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I.- ALGUNOS ELEMENTOS CLAVES DEL SISTEMA

POLÍTICO CHILENO

Un objetivo deseable es escudriñar en el modelo político chileno y buscar las claves

que nos han ido conformando en lo que somos, lo que hemos construido durante estos

años y que al pueblo simplemente no le gusta. El sistema democrático chileno

responde a las condiciones objetivas en las cuales le ha tocado transitar, en las

particularidades que nuestra historia reciente nos ha heredado, en las confrontaciones

de distintas visiones de país, y que en ciertas épocas no han sido pacificas, en los

profundos miedos que como sociedad nos atraviesan, y hasta el día de hoy aún hacen

evidentes sus efectos. Debemos buscar generar nuevos consensos, a partir del

desarrollo democrático que ha habido estos años y que sin lugar a dudas ha tenido un

efecto transversal. Desde la izquierda extraparlamentaria hasta la derecha más política

ha existido una mayor comprensión sobre la real valía de un sistema democrático,

esto, unido a la derrota que ha habido en el mundo de las concepciones totalitarias de

uno u otro signo, han hecho propicia las condiciones para plantearse un gran acuerdo.

Existe el espacio suficiente para un entendimiento de todos los sectores y promover

una SEGUNDA TRANSICIÓN A LA DEMOCRACIA PLENA, marcada por un

mayor protagonismo de la comunidad, derogación de todas las normas jurídicas

tendientes a “proteger el modelo”, que lo único que hacen es excluir del juego

democrático a importantes sectores de la sociedad, y revalorizar a las instituciones

esenciales de la democracia. Es por esto que enumero lo que a mi juicio representan

las claves del sistema político chileno, y a partir de este diagnóstico, proponer algunas

ideas que me parecen importantes para avanzar en la consolidación de la democracia,

y por su intermedio, de los Partidos.

I. A.- UNA CONTRADICCIÓN EVIDENTE DEL SISTEMA.

Resulta bastante llamativo el hecho de que mientras los partidos y sus coaliciones,

donde por esencia se hace política, el Parlamento, resulten cada vez más perjudicados

en la aceptación de la comunidad, por el contrario, la Presidenta junto a su Gobierno

están alcanzando niveles históricos de apoyo y confianza por parte de la comunidad.

Este es un fenómeno que tiende a repetirse, al menos desde la recuperación de la

democracia, y que ha sido común a los gobiernos de la Concertación. Primero hay un

distanciamiento entre la figura presidencial y el resto de su Gobierno, entre el

gobierno y la Concertación y entre la Concertación y los Partidos que la constituyen.

Demos algunas cifras para ejemplificar esta situación: La Presidenta Michelle

Bachelet, en Agosto del año 2009 sumaba una aceptación de un 67%, la aprobación a

su Gobierno rondaba el 54%, la Concertación de Partidos Por La Democracia tenia

una aceptación del 27% y la gente que manifiesta alguna inclinación por algún Partido

Político son aun menos. Lo anterior se tiende a explicar de múltiples maneras, pero

que podríamos resumir de la siguiente forma:

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1.- Se dice que históricamente la figura presidencial ha generado un profundo respeto

de la comunidad. Que la tradición republicana en Chile hace que los Presidentes(as)

sean verdaderas instituciones y que como tales trasciendan a la figura de la persona

que coyunturalmente lo encarna. Creo, igualmente, que también ha sido una variable

importante en esta valoración, que desde la recuperación de la democracia han

accedido a la Presidencia de la República personas honestas, respetables y de un

intachable comportamiento democrático.

2.- El régimen político chileno es de un presidencialismo extremo, esto significa que

todo lo que se hace o se deja de hacer es resorte de la decisión del Presidente(a). Las

iniciativas de ley que impliquen recursos del Estado son de exclusiva decisión del

Ejecutivo, la definición de los programas de Gobierno, la priorización de los

problemas y tareas, la asignación de los recursos, etc. La comunidad percibe que la

autoridad y el poder de decisión para resolver sus problemas más inmediatos

dependen de la voluntad del Presidente(a) de la República, ya que es quien administra

los recursos del Estado y quien los distribuye, lo que le da una connotación especial y

relevante.

3.- Aquí hay una contradicción evidente, esto lo representa el hecho que el Gobierno

es evaluado positivamente, en promedio sobre el 55%. La comunidad tiene la

percepción que lo ha hecho bien, que los programas funcionan, que las decisiones se

han tomado acertadamente, que en definitiva se ha protegido la seguridad de los

hogares chilenos. Por el contrario la Concertación de Partidos por la Democracia,

coalición política que le da sustento al Gobierno, cuyas principales autoridades

provienen de los Partidos que la conforman, que buena parte del Programa de

Gobierno fue gestado por sus cuadros técnicos, que son sus Parlamentarios los que

apoyan las iniciativas del Ejecutivo, etc., esta no alcanza ni siquiera al 28% de

aceptación, por parte de los ciudadanos. La oposición de derecha tampoco logra

escapar a esta realidad, pues su coalición política es evaluada cerca de 26%. Mención

aparte tiene el hecho que, ni siquiera, cuando en alguna coyuntura específica el

Gobierno ha sido evaluado negativamente, la oposición ha podido capitalizar esta

situación.

4.- Entonces debemos concordar que el desapego de la comunidad tiene que ver con

las instituciones por esencia más políticas, como los Partidos Políticos, las distintas

coaliciones que los agrupan, el Parlamento chileno y la forma en que se ejerce el

poder de parte de algunas autoridades. Y esto tiene directa relación con algo que ya

he señalado anteriormente, que es la percepción que tiene la comunidad acerca del rol

o las funciones reales que tienen nuestras autoridades. Se generan expectativas

durante las campañas, que prontamente se transforman en decepción y es por esta

razón que se cae en la apatía y en la poca valoración del mensaje que entrega el

mundo político. Este es un problema transversal que afecta a todo el espectro político,

por tanto, debiera generar la comprensión, también transversal, para buscar una

solución mancomunada. La sanidad de nuestro sistema político así lo exige.

5.- Una aproximación al problema podría ser que las personas entienden bien cual es

el rol de la Presidenta y su Gobierno, que logran percibir correctamente las principales

tareas que les corresponde acometer, que hay una cierta intuición de cuando un

Gobierno lo hace bien o mal. Pero a diferencia de lo anterior, no se logra entender

bien cuales son las funciones de los Parlamentarios, cual es su importancia para el

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fortalecimiento de la democracia y lo que es más importante, cual es su labor en

beneficio de la comunidad. En el caso de los Partidos Políticos es aún peor la falta de

comprensión que existe acerca de su utilidad, de su rol en una sociedad moderna y

democrática, contrariamente se les percibe del todo ajenos a la comunidad, sirviendo

intereses mezquinos y transformándose en la cuna de un grupo de aprovechadores y

corruptos, etc.

I. B.- LA LEY DE PARTIDOS POLITICOS:

Como la principal herramienta a través de la cual se realiza la acción política son los

Partidos Políticos, entonces, necesariamente debemos realizar una evaluación de la

estructura jurídica que rige el sistema de partidos políticos en Chile. Al efectuar este

ejercicio podemos extraer las siguientes conclusiones:

1.- La Ley de Partidos Políticos fue elaborada y promulgada durante la dictadura

militar, por tanto, el “rayado de cancha” legal que ordena la vida partidaria en Chile

esta cuestionada, dado su origen no democrático. Que aún hoy, importantes actores

políticos todavía cuestionen la legitimidad de la Ley que rige a los Partidos es una

traba importante para el adecuado desarrollo del sistema político en Chile. Se acepta a

regañadientes, refunfuñando permanentemente en contra de la normativa, derivando

en una permanente tentación de obviarla en el trabajo cotidiano.

2.- En dicha ley se establecen de manera general y acentuada los aspectos

administrativos legales que rigen los partidos, su constitución, la forma de afiliación o

desafiliación de sus militantes, su forma de financiamiento, su estructura de

organización mínima, las causales de termino de los partidos, los órganos

jurisdiccionales que zanjan o resuelven las controversias al interior de los partidos y

entre estos, dejando finalmente a sus estatutos internos la tarea de definir la forma de

funcionamiento interno con la sola condición -obligatoria- que se rijan por las leyes

generales del país. Llama poderosamente la atención, que sólo encontramos un par de

artículos destinados a relevar la razón de ser de los partidos y la importancia crucial

que tienen para el funcionamiento normal de la democracia.

3.- En esta ley se consagra, de manera tajante, la separación entre el mundo social y

sus dirigentes, dirigentes políticos y los partidos. Un dirigente social no puede ser ni

parte de la directiva nacional de un partido, ni candidato a parlamentario, sin antes

renunciar a su cargo en la organización social a la cual pertenece, y esto es

representativo de una visión de sociedad antidemocrática y excluyente.

4.- Los abogados hablan del “espíritu de la ley” para graficar lo que en realidad se

quiso conseguir con la promulgación de determinado cuerpo legal, en este caso en

particular, el “espíritu” de ésta ley, es el empobrecimiento tanto de la actividad

partidaria como de las posibilidades de renovación del mundo político, consagrando la

separación entre la gente y los partidos.

5.- Nada se dice en esta ley sobre la importancia de los partidos políticos para el

sistema democrático, a tal punto, que si bien no es rol de una ley desarrollar

educación cívica, no se consagra que es condición básica para la existencia de la

democracia la existencia de un sistema multipartidario que asegure la pluralidad en las

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distintas visiones que coexisten en las sociedad.

I. C.- ALGUNOS ANTECEDENTES HISTÓRICOS A CONSIDERAR:

Es necesario recurrir a nuestra reciente historia para comprender algunas variables

que han ido conformando las condiciones actuales, en las cuales se desenvuelve la

política chilena. El periodo de la dictadura militar, -que recordemos duro 17 años- y

los inicios de la transición política en Chile, marcaron a fuego a toda una generación,

que fuera protagonista de los hechos, así como también, a quienes con posterioridad,

han “padecido” los efectos de una experiencia de reconstrucción de la democracia

como la nuestra.

1.- Desprestigio de la Política: Durante los diecisiete años de la dictadura militar,

junto con el objetivo de exterminar a los Partidos Políticos de Izquierda a través de la

desaparición de sus principales dirigentes, (los que se quedaron en Chile por cierto) la

implantación del terror como arma de control social. La declaración de ilegalidad de

los Partidos y la prohibición de reuniones públicas, se implemento una permanente

denostación de la Política, de los Partidos Políticos y de quienes ejercían labores de

dirección al interior de ellos. La dictadura se encargo de levantar un discurso que

afectaba la honra de los políticos, su honestidad, su integridad, de hacer una

separación entre quienes quieren trabajar por el país y quienes hacen política. “Los

mejores están en la empresa privada y los peores están en la política“, era el mensaje

implícito y la mayoría de las veces, brutalmente explícito. La política es

intrínsecamente mala, “la gente de bien no participa de la política”, etc. Este discurso

calo hondo en importantes sectores de la sociedad chilena y debemos asignarle un real

valor en cuanto al impacto que tuvo y todavía tiene en la sociedad chilena. No

debemos olvidar que este mensaje, bombardeado mediáticamente, sumado a los

miedos constitutivos de una dictadura brutal y asesina, representaron la primera

aproximación a la política de una generación completa de chilenos.

2.- Una tarea épica: A pesar de estas dificultades extraordinarias, la tarea de

recuperación de la democracia en Chile junto a la lucha contra la dictadura militar

dotó a la Política de un aura de lucha épica, de un desafío de envergadura

monumental que tenia componentes morales y éticos, los cuales dieron cauce a la

rebeldía que generaba el tremendo abuso de poder y atropello de los derechos

humanos lo que permitió que muchos sectores sociales se involucraran en esta magna

tarea. Había que tener valentía y coraje para enfrentarse a una dictadura cruel y

asesina, había que tener solidaridad, disposición, renunciamiento a los proyectos

personales y una tremenda vocación por servir a los demás. Todas características que

hacían un fuerte mentís al discurso dictatorial contra la política. Muchos y anónimos

jóvenes fueron muertos por los organismos represivos de la Dictadura. Pensábamos

que existían fines superiores que trascendían a la mera lucha por el poder. Era la lucha

por la gente, por una sociedad diferente, por recuperar la democracia, por una

sociedad incluyente, en definitiva por un país mejor.

3.- La fuerza social organizada y de masas: Durante los primeros años de la

Dictadura los Partidos se volcaron por entero a intentar proteger la poca estructura

orgánica que había quedado post golpe militar, la tarea básica y central era sobrevivir.

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Paulatinamente, con muchos sacrificios se comenzó a reconstruir el tejido social, que

brindo el primer refugio y la posibilidad de vocería para las fuerzas democráticas. La

comunidad comenzó a exigir la democratización de sus organizaciones sociales, la

mayoría de ellas intervenidas por los esbirros de la Dictadura, y por tanto el objetivo

de fortalecer el tejido social organizado pasó a convertirse en la prioridad. Fue a

través de las Federaciones de Estudiantes Universitarios, principal barómetro de la

fuerza relativa de los partidos en esas circunstancias, de los Movimientos de

Trabajadores Organizados y de los Gremios más importantes, que se logró convocar a

grandes movilizaciones sociales que encausaron el descontento del pueblo chileno con

los atropellos a los DDHH y las malas condiciones sociales y económicas de la época.

La clave del éxito en la lucha contra la Dictadura, sin lugar a ninguna duda, fue la

incorporación del pueblo chileno a través de sus organizaciones sociales de todo tipo

a la lucha.

4.- Se estableció un objetivo común: Durante la lucha contra la Dictadura se fueron

dando distintos consensos entre las fuerzas políticas que tenían definiciones parecidas

acerca de cómo enfrentar a la Dictadura. Estas definiciones, que tenían expresión

concreta en distintas coaliciones de partidos, se fueron modificando ha medida que

avanzaba el proceso de lucha y que se fueran incorporando cada vez mayores

porcentajes de la población chilena a las movilizaciones sociales de masas. A

mediados de los ochenta las estrategias eran fundamentalmente dos; una, la

representaban la democracia cristiana, sectores del extinto partido nacional, un sector

del radicalismo y del socialismo, que a esas alturas todavía se encontraba fraccionado

y que planteaban una suerte de utilización de la movilización social de masas para

obligar a la dictadura a abrir un cauce de negociación, que favoreciera una salida

institucional al gobierno dictatorial usando la propia institucionalidad que la dictadura

había creado. Otra la representaban el partido comunista, sectores del socialismo, la

izquierda cristiana y el MIR, que se traducía en la ruptura violenta con el modelo

antidemocrático, esto es que a través de las movilizaciones, las más variadas formas

de lucha que fueran crecientes en masividad y cada vez más radicalizadas, se podía

hacer caer a la dictadura y a toda su institucionalidad.

El resumen anterior es una simplificación para los efectos de graficar una situación

con la intención de dejar en claro un cierto escenario, dejando de lado una serie de

matices y diferencias que existían también al interior de los bloques políticos y por

cierto también al interior de los mismos partidos. La Alianza Democrática, el

Movimiento Democrático Popular y otros referentes que existían fueron dando paso

paulatino a nuevos referentes que buscaban una mayor amplitud, de modo de reunir a

los demócratas chilenos en una estrategia común para vencer a la dictadura.

Finalmente se impuso, con resistencias y reclamos, la estrategia de derrotar a la

dictadura con los propios mecanismos que la constitución antidemocrática

contemplaba, el Plebiscito. Había un objetivo superior que mandataba a los distintos

actores a sacrificar legítimos puntos de vista en pos de la unidad de los demócratas,

para dar la gran batalla al dictador. No todos se integraron con la misma velocidad y

con el mismo entusiasmo pero en definitiva casi todos entendieron lo crucial que era

derrotar al dictador en el Plebiscito.

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5.- Se renunció a una dinámica de trabajo con la base social y política: Se produjo

al calor de la organización para enfrentar electoralmente al Dictador, un gran

movimiento de base que recorría las poblaciones, para derrotar el miedo, para

organizar a quienes quisieran trabajar por el “NO”, que dinamizó la vida partidaria,

generando prácticas de trabajo conjunto entre los partidos democráticos y motivando

la discusión en la base social sobre los distintos temas. En casi todas las comunas del

país, alentados por los dirigentes de los partidos, se formaron Comandos por el “NO”

y eran esas las instancias donde gente de todos los partidos desarrollaban, en algunos

casos por primera vez, trabajos comunes con otras expresiones políticas. Allí se

discutía, se llegaban a entendimientos, se comenzaba a crear toda una lógica

enriquecedora de trabajo. Junto a la movilización social en Chile, sucedió que los

dirigentes políticos que habían pasado buena parte de la lucha contra la dictadura en el

exilio, comenzaron a retornar al país, porque se daban las condiciones para hacerlo y

después de haber desarrollado, es justo reconocerlo, un importante trabajo de

solidaridad en el exilio. Se entendía internacionalmente que el plebiscito era la

“madre de todas las batallas” y que definiría el futuro de Chile. Junto con el retorno

de estos dirigentes al país, quienes volvían exigiendo retomar sus puestos de liderazgo

en los partidos y muchos de ellos ya apostaban por asumir candidaturas a

parlamentarios, se comenzó a dar un paulatino proceso de centralización en la toma de

decisiones. Al ganar la opción “NO” en el plebiscito, se entendió que era un riesgo

extremadamente alto, el hecho de mantener un trabajo que fomentaba una excesiva

independencia en las bases de los diferentes partidos y que dadas las condiciones muy

particulares de nuestra Transición a la Democracia, había que privilegiar cierto

control, no tan sólo de los partidos, sino también de los movimientos sociales. En aras

de la estabilidad social, gobernabilidad política y de una transición que fuera exitosa,

se sacrificó la participación, el debate en el seno de la sociedad y el sello de nuestra

transición fue una permanente negociación y claudicación de nuestros postulados

frente a los partidos de derecha, quienes se transformaron en los reales depositarios

del ritmo de los cambios democráticos. Ellos, los partidos de derecha, deciden que tan

rápido avanzamos, cuánta será la dosis de democracia que se le inyectará al sistema.

Los demócratas chilenos representaban un movimiento político que tenía que

demostrar, dada la experiencia vivida en la Unidad Popular, que se podía transitar en

orden y con desarrollo desde la dictadura a la democracia, todo esto condicionado por

la presencia omnipresente de un dictador, que aún ejercía una fuerza potente y que

podía desestabilizar en cualquier momento el proceso de recuperación de la

democracia.

6.- Protección y blindaje al modelo: Cuando la Dictadura perdió en el Plebiscito del

año ochenta y ocho, buscó la posibilidad de negociar la continuidad de su modelo,

además de una suerte de impunidad para el Dictador y sus colaboradores, a cambio de

la gobernabilidad, que requería la Transición chilena. Quienes lideraban a los Partidos

democráticos, estimaron que esta estrategia, que por cierto no les gustaba, era lo más

adecuado para asegurar la Democracia en Chile, el aceptar partes importantes del

modelo social y económico impuesto por la Dictadura, sacrificando la profundidad de

los cambios que se pretendían realizar por las fuerzas democráticas para conseguir la

gobernabilidad del proceso. Al aceptar esta negociación, cuestión que no escapo a la

inteligencia de los dirigentes de la Concertación, se transformó a la Derecha chilena,

en el censor de la Transición. La Derecha en Chile determina la velocidad y

profundidad de los cambios a la institucionalidad dejada por la Dictadura Militar. El

proceso chileno hipotecó todo el mensaje y los contenidos de cambio y ruptura con el

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modelo de Pinochet, a cambio de la estabilidad y gradualidad. La institucionalidad

dictatorial, después de más de veinte años de ser promulgada por la Junta Militar, en

lo grueso aún permanece y hace sentir todo su efecto en lo cotidiano de la vida de los

chilenos.

7.- Restricciones a la participación social y política: Lo que durante la lucha contra

la dictadura se transformó en nuestras tareas principales, esto es, reconstruir los

partidos políticos, rearmar el tejido social y sus organizaciones de base, recuperar los

sindicatos y sus principales organizaciones, potenciar el movimiento estudiantil

universitario y secundario, realizar en todas estas organizaciones un verdadero trabajo

de formación política para enfrentar de manera consciente a la dictadura y poder

elevar el nivel de conciencia social, enfrentar los miedos terribles que aún sentían

amplios sectores de nuestro pueblo, etc. , todo ello, con la llegada de la transición a la

democracia, se transformó en un obstáculo impensado para quienes ostentaban el

liderazgo, tanto en el gobierno como en los partidos. Comenzó un paulatino

estancamiento de los movimientos sociales, quienes interpelados por las autoridades

de gobierno y dirigentes de partidos, a ser responsables con la transición y su

obligación moral de contribuir a la estabilidad social del país, sacrificaron legitimas

demandas y dejaron evaporarse buena parte de la energía cinética y potencial que

tenían sus organizaciones, que habían logrado fomentando la lucha y la participación

social. El movimiento estudiantil y sindical paso de ser la principal preocupación de

los partidos a un quinto o mejor dicho sexto plano, ya que las responsabilidades de

gobierno y las tareas que emanaban de ello captaban casi toda la atención de los

dirigentes. La lucha política se traslado rápidamente desde el mundo social a la lucha

electoral por alcanzar la hegemonía en el parlamento y con posterioridad a la elección

de Alcaldes y concejales. Pasamos sin pausa de un mundo político donde el peso

político y social de los partidos se media a través de cuantos dirigentes sindicales,

estudiantiles y sociales teníamos, a cuantos parlamentarios, alcaldes y concejales

lográbamos elegir. A la luz de tantos años, lo que da una perspectiva mayor de los

acontecimientos, uno puede evaluar que podría haber sido de otra forma, que las cosas

pudieron haberse hecho mejor, pero al mismo tiempo un mínimo de objetividad nos

permite establecer que dadas las condiciones concretas de esa realidad, no era posible

haber hecho algo demasiado distinto de lo que se hizo. Esto, sin lugar a dudas, trajo

consecuencias impensadas en la relación entre la ciudadanía y los partidos políticos,

consecuencias que hoy día comienzan a hacer sentir toda su gravedad y complejidad.

En la lucha contra la dictadura, la ciudadanía y sus organizaciones sociales jugaron un

rol fundamental e insustituible en la derrota electoral y política de ésta, pero

increíblemente, a la luz de la democracia, todo tomo su curso normal, volviendo a ser

las instituciones más políticas quienes pasaron a ocupar el protagonismo.

I. D.- EL SISTEMA BINOMINAL: EL CANCERBERO DEL MODELO.

La forma jurídico-electoral que tiene nuestro país para la generación de sus

autoridades tienen fundamentalmente tres expresiones; una es la elección de

Diputados y Senadores quienes se rigen por el famoso sistema binominal, la otra es un

sistema más proporcional que se usa para la elección de Concejales, por último un

sistema uninominal y directo para los Alcaldes. La primera no ha sufrido ninguna

modificación y permanece intacta desde su dictación en plena dictadura, en tanto la

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generación de Alcaldes y Concejales, ha sido sujeto de tres modificaciones desde su

promulgación en Dictadura; al inicio el Alcalde era elegido entre sus pares, concejales

electos, al constituir el Concejo sin importar la votación obtenida, luego el Alcalde era

el concejal más votado de la lista más votada y por último se estableció elección

separada de Alcalde y Concejales. El sistema binominal ha sido sujeto de estudios y

sendos análisis por parte de innumerables expertos electorales y buena parte de los

estudios concluye cuestiones relativamente obvias que podemos resumir a

continuación:

1.- Durante la dictadura se creó una sociedad nueva, donde cada uno de los elementos

que la constituyen son coherentes unos con otros y por ende, parte de un todo. La

envergadura y profundidad de los cambios realizados, forman una verdadera

revolución conservadora y neoliberal, que gracias al poder del terror desarrollado por

la dictadura, se pudo implementar sin oposición. Cada aspecto de la vida social,

económica e institucional de nuestro país fue modificado y cada reforma se entrelazo

con la otra para darle mayor fuerza y potencia. El nuevo modelo económico

impulsado determinó todo y el mercado paso a ser el gran regulador de la sociedad.

Algunos aspectos de esto lo representa, por ejemplo, el nuevo sistema de protección

social basado en la capitalización y aporte individual, abandonando los sistemas

solidarios, la educación municipalizada, la salud privada, la educación superior

privada, privatización de la mayoría de las empresas públicas, además de un largo

etcétera. Por tanto, la tarea central de quienes habían sustentado a la dictadura y que

se habían enriquecido con ella, era buscar y afianzar la proyección de estos profundos

cambios. En los aspectos constitucionales era necesario cautelar que fuera casi

imposible modificar algo, sin contar con la venia de la Derecha. Aquí, el elemento

clave y central, no pasa desapercibido para los cerebros de la dictadura militar. Este es

el sistema de elección de nuestros parlamentarios, la forma en que se generan nuestros

representantes populares. Allí estaba la clave, el candado que impediría modificar lo

sustancial de la obra del gobierno militar.

2.- La realidad política e histórica de Chile establecía claramente que nuestra sociedad

se hallaba dividida en tres tercios políticos; la Derecha, el Centro y la Izquierda. Cada

uno de estos sectores, en determinadas coyunturas de la historia, mejoraba su

desempeño electoral con un aumento de su porcentaje, pero convengamos que en

promedio, seguían representando tercios. Por tanto, al llegar al gobierno cualquiera de

los tres tercios gobernaba con la oposición de los otros dos, generando inestabilidad

social y política. El nacimiento de la Concertación de Partidos Por La Democracia

viene a romper esta constante histórica, como lo augurara el gran intelectual del

socialismo chileno Clodomiro Almeyda en su tesis “la ruptura de los tres tercios“, la

que, en los inicios de la dictadura militar, expresaba que a través de la unidad de la

Democracia Cristiana, el radicalismo y el socialismo chileno, se pasaría a generar una

coalición que representaría a la mayoría de la sociedad chilena. Este dato no pasó

desapercibido para la dictadura, y por tanto, se creo un sistema electoral que

permitiera una suerte de empate bien sui generis, el 65% es igual al 35%. Es decir en

un distrito especifico, las fuerzas democráticas podían obtener el 65% de la votación y

la derecha el 35%, sin embargo la representación en el parlamento es la mitad para

cada uno. Esta situación se da en la mayoría de los distritos, con algunas honrosas

excepciones. A lo anterior, va unido al establecimiento de quórum excesivamente

altos para la aprobación de aquellas leyes que busquen modificar las normas centrales

del aparataje institucional, se torna imposible introducir los cambios a la Constitución

Page 12: Que se vayan todos

o a cualquier otra norma y obliga al concurso de la derecha para lograrlo.

3.- Las fuerzas democráticas, con representación en el parlamento, se vieron en una

encrucijada; o simplemente aceptaban el llamado de la derecha a participar de la

“democracia de los acuerdos“, que no es más que el establecimiento del principio

rector de todos estos años de democracia, esto es, que hay posibilidades de efectuar

cambios con el concurso y acuerdo de la derecha o simplemente no los hay. Cada cosa

que se quiere modificar se ve condicionada por una permanente negociación, y por

que no decirlo, claudicación para ir democratizando en pequeñas dosis el sistema

político chileno. En un comienzo se acepto este mecanismo, pensando que a futuro

podría lograrse una correlación de fuerzas más favorable, la que permitiera impulsar

cambios definitivamente más profundos. A poco andar de ésta modalidad de

permanente negociación, nos percatamos que había cooptado a buena parte de los

dirigentes democráticos, fundamentalmente por la formación de una casta de

dirigentes, con contactos familiares, amistades, relaciones laborales y comerciales,

que atravesaban todo el espectro político y que se transformaron en los “profesionales

de la negociación”, los que asumieron un rol protagónico en todos los gobiernos de la

Concertación. Esta transversalidad condiciona, una vez más, el concurso de la

comunidad. Una característica central de este tipo de negociación, lo representa el

elitismo, sólo unos pocos son validados como interlocutores para participar de estas.

Un segundo camino, alternativo al anterior por cierto, era llamar a la comunidad a una

suerte de desobediencia civil en contra de la institucionalidad dictatorial, cuestión que

a todas luces iba en contra de la necesidad de generar estabilidad social y

gobernabilidad política. Aquí nuevamente es justo reconocer que a mi juicio se opto

por el camino correcto, al inicio del proceso, pero que después en el transcurso de la

transición debería haberse modificado inyectándole cada vez mayores dosis de

participación social. Nos apoltronamos en un mecanismo de modificación de la

herencia dictatorial, porque resultaba menos trabajoso que volver a poner en el centro

de la toma de decisiones a la gente.

4.- Este estilo en la política chilena, en donde todo tiene que someterse a negociación,

tiene una condición sinequanon y es que esta debe ser realizada a espaldas de la

gente, donde no participa la comunidad organizada ni sus dirigentes. Los

movimientos sociales deben ser marginados de estas negociaciones por que sus

dinámicas generan demasiado ruido en estos elitistas métodos. Es así como

paulatinamente, pero sin pausa, el tejido social va perdiendo importancia y

protagonismo y las organizaciones se deterioran, perdiendo influencia y calidad de sus

liderazgos.

5.- En el plano político, ayudado por el sistema electoral, este sistema generó la

formación de dos grandes bloques, la Concertación Por La Democracia y la Alianza

Por Chile, que si bien es cierto representan las corrientes mayoritarias en el país no lo

es menos que provoca la marginación y exclusión de muchos matices presentes en la

sociedad chilena. Los movimientos políticos no son valorados por sus ideas,

propuestas o programas sino por su peso relativo a nivel de cuantos parlamentarios se

tienen.

6.- Esta dinámica de selección “natural” en el sistema político, donde vencen los dos

mas fuertes electoralmente, amputo el protagonismo de la comunidad en la elección

de sus autoridades, ya que para nadie es un misterio que los parlamentarios son

Page 13: Que se vayan todos

elegidos, en la mayoría de los casos, cuando son designados por los partidos y no el

día que la gente concurre a emitir su voto. Una aberración impresentable y extrema de

este sistema lo representan elecciones como las de Andrés Allamand en el sur. El

quedó automáticamente electo cuando fue designado candidato a senador único de la

Alianza. Nuevamente, nos asiste la convicción, de que estas realidades no pasan

desapercibidas para la gente y van paulatinamente constituyendo esa imagen negativa

que se tiene de los políticos.

I. E.- LAS FORMAS DE JERCER EL PODER.

Otro antecedente que debe ser parte del análisis tiene que ver con la forma en que se

ha ejercido el poder, al tener el control del aparato del Estado, por parte de la

Concertación. La modernización del Estado, la selección de los equipos de trabajo, la

forma que adopta la toma de decisiones, etc., son elementos que han estado presentes

en el trabajo de la Concertación, con distintos niveles de preocupación por cierto.

Pero sin lugar a dudas, en un sistema presidencialista como el chileno, es poco lo que

se ha podido avanzar en términos de descentralizar las decisiones y los recursos, de

renovar los equipos de Gobierno y evitar la construcción de una cierta imagen social

de corrupción, de falta de probidad, de falta de coherencia entre los privilegios de los

“cargos políticos” y los cargos de los simples mortales. Se ha formado, en estos años

de ejercicio del poder, en el aparato del Estado una especie de casta, o costra, que

debe ser removida, en beneficio y por la salud de la Política en Chile.

1.- La selección en los equipos de trabajo ha permitido, si bien es cierto reconocemos

que no es una característica mayoritaria, que la comunidad tenga la impresión que en

la política conviven gente de buenas intenciones con aprovechadores que han hecho

de la política, una forma de movilidad social, que sin lugar a dudas genera rechazo.

Hay quienes han hecho de la política una forma de subsistencia familiar, por tanto van

defendiendo sus posiciones con dientes y muelas. A un mortal común y corriente no

le queda otra opción que trabajar diariamente, sacrificar el tiempo que debiera tener

con su familia para mejorar sus ingresos, acostumbrarse a que no tiene manera de que

sus problemas sean entendidos por su empleador y todo eso para recibir una

remuneración que no le permite muchas veces suplir todas las necesidades de su

familia. A una persona con la misma formación educacional que el anterior, pero que

se ha ligado a la política, lo más probable es que perciba por lo menos un sueldo dos o

tres veces superior, tenga algunas garantías adicionales y más aun goce de ciertos

privilegios que ningún trabajador en Chile tiene. Para la comunidad no es un secreto

que quienes participan en política tienen determinadas condiciones, sean estas

salariales o laborales, que les están vedadas al resto. Esta suerte de casta especial no

deja de generar cierta rabia contenida, que va acumulando presión igual que un globo,

que tarde o temprano, y de no mediar cambios, explotará ruidosamente. Nuevamente

está es una característica transversal en la Política chilena, se da con fuerza en los

cargos de Gobierno, pero también se da en Municipios de aquellas comunas que son

gobernadas por la Oposición de Derecha.

2.- Hay gente enquistada en el aparato del Estado, que transcurridos casi 20 años

desde la recuperación de la democracia han permanecido invariablemente en distintos

puestos. Es posible acaso pensar que no hay gente joven, aunque este no es un

Page 14: Que se vayan todos

problema etareo, que pueda ir renovando las ideas y las propuestas al interior de los

equipos en el gobierno. Claro que aquí estamos hablando sólo de los cargos de

exclusiva confianza de las autoridades, no estamos contemplando la situación de una

cantidad apreciable de funcionarios públicos que han permanecido inamovibles desde

la Dictadura Militar.

3.- El aparato del Estado continúa extremadamente centralizado, buena parte de las

decisiones y los recursos todavía se resuelven en Santiago. Las regiones deben

someterse a este centralismo, tornando lenta su actuación y es así como la comunidad

va percibiendo su acción. Tal centralismo continúa fomentando que personas que

viven realidades diametralmente opuestas sigan siendo tratadas bajo los mismos

criterios y más aún, en Regiones todos los medios de participación son indirectos,

restringidos y no vinculantes.

4.- Mención aparte merece la actitud, la moralidad con relación al trabajo que tienen

los Parlamentarios en Chile. De muestra un botón; los parlamentarios no tienen

control horario para llegar a su lugar de trabajo ni para retirarse de el, nadie ejerce

control sobre el cumplimiento de las tareas que les son encomendadas, no reciben

descuentos en sus remuneraciones por no asistir a sesiones de sala o comisiones,

tienen una serie de asignaciones para mejorar y facilitar su trabajo, tiene un estatus

legal diferente al resto de los chilenos, que les permite expresarse libremente y sin

restricciones, etc. Todos estos privilegios otorgados en virtud de la importancia del

cargo, han sido mal utilizados en no pocas ocasiones y a pesar que deben someterse a

la evaluación del pueblo cada cuatro u ocho años, y que se supone que la comunidad

debiera castigar estas actitudes con la no reelección del Parlamentario, no lo es menos

que dado nuestro sistema electoral y las redes de influencia y poder que tejen con

motivo del ejercicio de su cargo hacen que frente a la escasez de alternativas la gente

exprese con resignación que “mas vale diablo conocido que diablo por conocer”. De

mas esta decir que ya no basta con una supuesta superioridad moral de quienes

lucharon por la democracia por sobre los que sustentaron a la dictadura, no se puede

continuar viviendo siempre del pasado, es ahora cuando la gente necesita ver de

quienes se sienten depositarios de ese importante legado, ejemplos concretos de lo

que alguna ves se llamo “la construcción del hombre nuevo”. Los más dedicados al

trabajo, con una importante cuota de sacrificio personal, los mas honestos, los mas

sinceros, aquellos que son capaces de hablar con la verdad, de reconocer sus errores y

defectos. No queremos súper hombres sino humanos dignos y valientes.

I. F.- LA SUPREMACÍA DE LO INDIVIDUAL POR SOBRE LO

COLECTIVO.

El plantearnos hoy día relevar aquellos instrumentos sociales y políticos que buscan

resituar lo colectivo por sobre lo individual representa un contrasentido dada la

sociedad cada ves mas individualista que hemos ido construyendo. En el plano social

es cada ves mas común encontrarnos con comentarios acerca de la poca participación

que existe en las organizaciones sociales, más aún, es una contradicción que a pesar

que el sindicalismo tiene una variable fundamentalmente reivindicativa, ósea tiene

incidencia directa en las condiciones laborales y económicas en que se desempeñan

los trabajadores, este presenta tazas cada ves mas paupérrimas de sindicalización por

Page 15: Que se vayan todos

un lado y de formación de nuevos sindicatos por otro. La sociedad chilena se ha

modernizado, es mas secular, hay un nuevo protagonismo individual en la exigencia

de los derechos, hay una mayor conciencia de las variadas formas en que se pueden

hacer respetar los individuos. Hay una comprensión generalizada de que “lo que no

eres de capaz de hacer solo, nadie va a hacerlo por ti”.

1.- La sociedad actual ofrece variadas alternativas para exigir el respeto a todo tipo de

derechos de las personas. Un mayor nivel educacional, en donde dos tercios de los

actuales estudiantes universitarios son primera generación de sus familias en acceder

a estudios superiores, un mejor y más democrático acceso a la información, en donde

las tecnologías de la información han obligado y presionado a las empresas e

instituciones ha poner a disposición del publico información de calidad, cuyo acceso

es fácil y rápido. Una institucionalidad más transparente que obliga a las instituciones

del Estado a suministrar toda la información que se les solicite. Todo en el marco de

igualdad ante la ley del ciudadano común y corriente

2.- La medida del éxito tiene que ver con un conjunto de variables relacionadas con

logros individuales. Acceder a una carrera profesional, un mayor perfeccionamiento

profesional en el extranjero, construcción de negocios exitosos, tranquilidad

económica, una alta capacidad de adquirir bienes de consumo, figuración personal,

reconocimiento social, etc. Todas estos logros tienen que ver con esfuerzo personal,

con la formación de convicciones personales acerca de lo que se quiere para la vida,

en ninguno de ellos está presente la valoración de lo social, la entrega solidaria a

luchas colectivas, el renunciamiento muchas veces a intereses personales en pos de

intereses colectivos. Nuevamente esta presente el determinismo económico, las

concepciones fundacionales de una sociedad basada en la competencia y en el

predominio del mercado en todos los aspectos que conforman nuestro país

3.- Nuestros liderazgos y dirigentes políticos también hacen uso y abuso de actitudes

individualistas. En su afán de diferenciarse destacan con fuerza lo negativo de la

actividad política, confunden permanentemente locuacidad con elocuencia,

agresividad con franqueza, capacidad de propuesta con populismo y relativizan las

lealtades solo a cuando son funcionales a sus intereses particulares. Hay un cúmulo de

actitudes de nuestros liderazgos, que confunden a la comunidad, que generan

imágenes, la mayoría de las veces equivocadas, acerca de la actividad política.

Podríamos decir que la política se ha ido transformando también, en el lugar donde se

expresan más los personalismos que los intereses sociales. Aquel que genera “más

ruido” es el que recibe la atención permanente de los medios de comunicación, por

tanto junto a lo de por si malo de esto, se une al hecho que por esta vía se introducen

estímulos equivocados al sistema político.

4.- Hay una cierta constante, en los medios de comunicación masivos, de crítica

exacerbada, se tiende a pasar por alto aquellos elementos positivos y sólo se destaca

lo negativo. Hay mucho comunicador social o periodista que desde la comodidad de

su sillón o la potencia que le da una tribuna de millones de espectadores, dictan

cátedra sobre lo que hay que hacer, cuestionan todos los pormenores de las refriegas

políticas y critican desde la superficialidad de los temas muchas veces. Resulta, por

decir lo menos, contradictorio, que en una sociedad moderna como la de hoy, en

donde se valora y sobrevalora muchas veces la expertise en los temas, los

Page 16: Que se vayan todos

conocimientos específicos, tengamos a verdaderos opinólogos cuestionando todas las

aristas de la política. No lo hacen ni desde la experiencia, lo más probable es que

nunca hayan contribuido a formar una organización o participado activamente de

alguna, ni desde los conocimientos empíricos, pero sin embargo van

permanentemente erosionando la confiabilidad de la comunidad en sus representantes.

No quiero con esto desconocer, que somos los propios políticos los que alimentamos

y contribuimos a este tipo de periodismo, como queda en claro en el resto del

documento, sino que el mismo grado de desprestigio de la actividad política hace que

inclusive la crítica sea de mala calidad y no dirigida a los temas de fondo sino sólo a

la forma. A renglón seguido también encontramos un tipo de periodismo más

opinante, más comprometido con ciertas posiciones políticas, ideológicas y valóricas

y un cierto retroceso, para no llamarle derrota, de un supuesto periodismo objetivo,

que ya hay algunos que manifiestan que no existe ni ha existido nunca. Esta es la

realidad, es positivo que así sea, en el ámbito de una sociedad plural y libertaria, hay

que trabajar en base a ello y convivir con ella. Sería interesante poder contar con

estudios o grupos de trabajo que pudieran indagar con mayor profundidad acerca de

los reales impactos que ha tenido y tendrán los medios de comunicación en una

sociedad más moderna, en donde las tecnologías de la información han comenzado a

hacer su revolución.

I. G.- LA AUSENCIA DE CONTENIDOS.

Una constante en el debate político es la ausencia de contenidos. Las principales

discusiones o debates se producen por peleas de cuotas de poder, rencillas personales,

denuncias rimbombantes llenas de parafernalia, opiniones mucha veces superficiales,

buscando la cuña mediática, etc. ¿Podríamos argumentar entonces que no existen, en

el mundo político, un suficiente desarrollo de ideas, propuestas, programas o

planteamientos ideológicos sobre nuestra sociedad? Creo sinceramente que no, creo

que encontraremos muchas personas ligadas a la política que han hecho de la

elaboración de contenidos, de la formulación de propuestas su manera de contribuir a

la política. Aquí lo que existe es que estos contenidos o quedan sólo en el mundo

académico, dada muchas veces la especificidad del lenguaje y la complejidad de las

materias tratadas, o son ignorados por los medios de comunicación masivos quienes

por si y ante si hacen una selección acerca de los temas que son mas “noticiosos” de

la política y que casualmente tienen que ver con aquellos aspectos mas negativos, mas

cuestionados y que destacan las incongruencias, los egoísmos, los personalismos, las

ansias de figuración, etc. Aquí se ha implantado una especie de “ ley de selección

natural” en la política, que dados los estímulos equivocados que ha generado nuestra

sociedad, va permitiendo que paulatinamente sean los que corresponden al perfil más

negativo, antes descrito, los que logran éxito en la política y por tanto los que

concurren a la lucha política con otros objetivos positivos, con intenciones reales de

colaborar y motivados por contribuir en el mejoramiento de las condiciones de vida

de sus semejantes, son eliminados, derrotados o alcanzan escasa valoración de parte

de la comunidad.

1.- La labor de los Partidos Políticos también tiene que ver con transmitir claramente

a la comunidad sus planteamientos, no tan sólo acerca de la coyuntura, sino también

sobre el futuro. Lo anterior no esta restringido a las campañas presidenciales o

parlamentarias, debe ser una labor permanente. No existen los temas que el conjunto

Page 17: Que se vayan todos

de la gente no pueda entender o que sean muy complicados para el entendimiento

común, lo que hay es la carencia de capacidades para transformar el lenguaje

académico o demasiado técnico, en mensajes que, no perdiendo su profundidad,

puedan ser mas digeribles. Los Partidos deben desarrollar su capacidad de “traducir”

aquellos planteamientos de índole estratégico para que la comunidad perciba que no

tan sólo son organizaciones que pelean cuotas de poder o son espacios de

confrontación de personalismos.

II.- RECUPEREMOS LA POLÍTICA PARA LA GENTE:

UNA PROPUESTA POSIBLE.

Estamos en el momento justo para enfrentar un cambio mayor,

realizar una transformación histórica, una recuperación del valor profundo de la

democracia y extirpar las malas prácticas del sistema político chileno. Los últimos

acontecimientos nos han demostrado que nos acercamos a pasos agigantados a

solidificar esta forma de hacer política a través de la imposición de personalismos y

caudillismos, en donde la gente, la comunidad, son espectadores de un show que

miran con desagrado, por que es de mala calidad, pobre, con malos actores, cuyo coro

permanentemente desafina y donde la siesta o la apatía son la escapatoria. Debemos

recuperar la política como la expresión concreta de que las civilizaciones se

preocupan por lo colectivo, por el bien común. La Política está repleta de principios

rectores que son altruistas, como la libertad, la solidaridad, la igualdad entre las

personas, el servicio por otros, el mejoramiento de las condiciones de vida de los que

menos tienen, se han incorporado recientemente temas como la igualdad de genero, la

no discriminación ni por la raza ni por las preferencias sexuales, la igualdad de

oportunidades, etc. Sin embargo persiste la imagen potente, profundamente arraigada

en la gente, de que quienes hacen política son sinvergüenzas, corruptos, que sólo

buscan aprovechamiento personal, que tienen privilegios excepcionales, etc. En esta

coyuntura tan especial, en donde hasta sectores de la Derecha chilena han entendido

que es posible conjugar libertad económica con libertad política, se puede llegar a

establecer un gran acuerdo por la recuperación del sentido original de la Política. Hay

notables dirigentes políticos en la Derecha, en la Concertación y en la Izquierda

extraparlamentaria, que tienen el respeto de sus pares, reconocimiento de la

comunidad y que verdaderamente se han constituido en un ejemplo de servicio

público y que podrían encabezar un proceso como el planteado. Debemos resituar

correctamente a quienes son los actores protagónicos en la construcción de una

sociedad para todos. Las visiones ideológicas, contrapuestas, dialécticas, son

legítimas, como también lo es el hecho sustancial a la democracia, que son los

pueblos los encargados de dirimir estas controversias. Hemos llegado a la convicción

profunda que aquellas visiones aniquilantes, de derrota total del adversario, de

propietarios de la verdad única e inconmensurable, no tienen cabida en nuestro

sistema democrático. Más aún se han construido algunos consensos básicos entre las

fuerzas políticas mayoritarias, que simplemente no dan la posibilidad de retrocesos

Page 18: Que se vayan todos

históricos. Así como es básico a la democracia que el pueblo dirima las controversias

entre los actores democráticos, también lo es el hecho que no se pueden marginar

aquellas concepciones diferentes, por minoritarias que sean, ya que debe ser el respeto

irrestricto a los derechos de todos el principio rector de la democracia. Debemos ser

democráticos hasta que duela.

II. A.- LOS PARTIDOS POLÍTICOS SON ELEMENTOS

SUSTANCIALES DE LA DEMOCRACIA.

Los Partidos Políticos son elementos sustanciales de la

democracia. Sin Partidos Políticos no es concebible el desarrollo democrático de los

pueblos. Las sociedades se van constituyendo, en el plano de las ideas y proyectos de

país, de concepciones muchas veces contrapuestas, que responden a intereses sociales

diferentes, que se fundamentan en doctrinas de diferente matriz ideológica, pero que

deben tener un espacio, un lugar que les permita la confrontación en un plano

civilizado, que encauce esa tendencia a imponer una determinada visión de sociedad.

Ese espacio de confrontación, de enfrentamiento, en un sentido no beligerante del

termino, pero también de construcción, lo representa la Política y el vehiculo, la forma

concreta de aproximarse a ese espacio, lo representan los Partidos. Los Partidos

Políticos son los vehículos, el instrumento para que la comunidad exprese sus

intereses, canalice sus inquietudes en relación al tipo de sociedad que estamos

construyendo, defienda sus ideas, de curso a sus propuestas, sean el origen del

nacimiento de grandes liderazgos en que la sociedad vea reflejadas todas sus

expectativas. La anterior es la situación ideal, es lo que debería ser, es la razón de ser

de los Partidos Políticos, sin embargo no debería extrañarnos que se nos diga, “nada

mas ajeno a la realidad que percibimos a diario“. Las visiones individuales

evidentemente son muchas, cada persona de por si tiene una intuición acerca de cómo

deberían hacerse las cosas, cada individualidad es lo que es y las circunstancias que la

rodean y por tanto tratar, desagregadamente, de sumarlas en una visión más colectiva

se tornaría en una tarea titánica, imposible de llegar a entendimientos, a consensos,

que son en definitiva lo que nos permite avanzar. Por tanto la tarea de colectivizar

posiciones, de ir sumando voluntades individuales para la construcción de un gran ser

colectivo es la que permiten los Partidos Políticos y es por esto que su rol es

fundamental. Debemos buscar situar a este instrumento social de desarrollo del pueblo

en el lugar que le corresponde y este finalmente debe ser un esfuerzo de todos.

II. A.1.-LA POLÍTICA CON MAYÚSCULA.

1.-Comité para una nueva Ley de Partidos Políticos: Crear un comité amplio

formado por todos los Partidos Políticos constituidos legalmente, tengan

representación parlamentaria o no la tengan, el Gobierno, representantes de las

Universidades, del mundo social, empresarial y la Iglesia. Su trabajo será entregar al

cabo de seis meses, una propuesta con una nueva Ley de Partidos Políticos.

Finalmente podríamos terminar con los cuestionamientos acerca del origen no-

democrático de la Ley y establecer un marco regulatorio que provenga de un consenso

mayoritario en la sociedad. Establecer en esta nueva Ley, una serie de principios que

al ser consagrados constitucionalmente adquieren valor para el conjunto de los

chilenos. Por ejemplo, que un sistema de multipartidos es consustancial a la

Page 19: Que se vayan todos

democracia y que la existencia y funcionamiento de los partidos no debe ser nunca

cuestionada. Erradicar de la nueva ley, la norma que no permite que los dirigentes

sociales puedan participar activamente en los partidos ni que se puedan presentar de

candidatos al Parlamento.

2.- Financiamiento Estatal para los Partidos: Decidir finalmente el financiamiento

público para los Partidos Políticos, buscando erradicar de la vida interna de los

Partidos el factor dinero. Mucha de la cotidianeidad de los partidos, vale decir todos

los aspectos administrativos que tienen que ver con el funcionamiento de los mismos,

se financia a través de los aportes de sus militantes, apoyos de organizaciones

internacionales, algunas fuentes propias de financiamiento como ventas de terrenos o

locales y los aportes significativos de mecenas, que no en pocas ocasiones hacen

sentir su influencia en los temas relevantes de la vida nacional. A través de una

medida, como la de otorgar financiamiento estatal para los Partidos, logramos

emparejar la cancha para que el conjunto de los militantes se puedan desenvolver en

igualdad de condiciones, pondremos un freno a las actitudes personalistas de quien

ostenta el poder y obtendremos como Partidos una mayor independencia de los

diversos grupos de intereses.

3.- Presentación de Proyectos: Permitir la participación de los Partidos Políticos en

algunos Programas Específicos del Estado los que, a través de la presentación de

proyectos, busquen beneficiar a la comunidad. Los Partidos cuentan con ciertas

competencias que pueden ser puestas al servicio de la gente en temas específicos. En

una iniciativa como esta encontramos un doble beneficio; se benefician los Partidos al

incorporar mayores elementos técnicos a la vida partidaria, se mejora la relación con

la comunidad y le otorga un sentido de mayor utilidad a los mismos, se beneficia la

comunidad al contar con colaboración para enfrentar sus problemas de fondo. Se trata

de modernizar la gestión de los Partidos y mejorar su funcionamiento, ya que esta es

una tarea que fortalece la democracia y la enriquece.

4.- Igual nivel educacional igual sueldo: Establecer claramente que la política es un

espacio de servicio público, no de movilidad social. Esto es que quienes participen de

la política lo hagan a sabiendas de que no implicará un mejoramiento de sus

condiciones de vida distinta a la que conseguirían en cualquier otra actividad dada sus

competencias y conocimientos específicos. Aquellos cargos que sean de elección

popular deben ser adecuadamente remunerados, considerando la dignidad del cargo y

las complejidades propias de el. Los cargos de confianza de la autoridad electa, léanse

Municipios, Parlamento o Gobierno, no pueden ser mejor remunerados que quienes

ostentan igual nivel educacional, en el aparato del Estado. Por ejemplo, un jefe de

gabinete que tiene enseñanza media completa no puede ser mejor remunerado que un

profesional universitario. Esto no significa denostar a quienes participan de la política,

ni menospreciar su importancia, sino por el contrario dejar claramente establecido

ante la comunidad que “los políticos “no están para usufructuar de la actividad

política.

Page 20: Que se vayan todos

5.- Limitar las veces que se puede ser candidato: Limitar legalmente la cantidad de

veces que una persona se puede presentar de candidato, con éxito o no, a algún cargo

de elección popular. Un argumento poderoso, en contra de lo que planteamos, tiene

que ver con que es la comunidad la que tiene que decidir cuantas veces se puede

postular alguien, pero no es menos poderosa la razón, que dada la realidad que

encontramos en muchas comunas de nuestro país, en donde existen caudillos que

evitan, tapan, obstruyen, el surgimiento de nuevos liderazgos. Tres veces de candidato

es suficiente para que se entienda, si no se ha sido electo, es claro que hay que dar

paso a nuevas alternativas. Debemos refrescar los liderazgos políticos, aunque sea,

por obligación, igual como se ha intentado paulatinamente con la incorporación de las

mujeres a la política. En estas tareas encontraremos fuerzas inerciales que trataran de

evitarlo, las cuales es necesario enfrentar y derrotar.

6.- Limitar la permanencia en los cargos de elección popular: Dos periodos como

Diputado, como Alcalde, como Concejal, y también como Presidente, entendiendo

que no podría ser correlativo en este caso en particular, es más que suficiente para

haber hecho o materializado sus compromisos con la comunidad. Esto permitirá que

los liderazgos puedan aportar desde otras trincheras y no tan sólo desde cargos de

elección popular. En el caso de los senadores es razonable la argumentación, en el

sentido que dos periodos son suficientes, a pesar que cada periodo dura ocho años. Al

sincerar la real vocación de servicio de nuestras autoridades es imaginable el

tremendo aporte que podría realizar un ex parlamentario, por ejemplo, a las

comisiones técnicas de los Partidos o a la formación de nuevos liderazgos o como

dirigentes, etc. No tan sólo se puede aportar a la política desde cargos de elección

popular, de figuración social o aquellos dotados con grandes remuneraciones.

7.- Mecanismos claros e informados: Incorporar en la nueva ley, el mecanismo de

elección de los candidatos que los partidos presentan a la comunidad. Debemos hacer

transparencia en la vida partidaria, ojala que cada vez que un militante entre a formar

parte de una colectividad conozca de antemano los procedimientos relacionados con

la selección de los candidatos. Mientras menos cosas se dejan a la decisión de los

organismos regulares de los partidos mas se evita la posibilidad de que las mayorías

ocasionales lesionen la democracia interna de los partidos. La arbitrariedad en las

decisiones, la posibilidad que estén presentes en demasía los intereses personales o de

grupo en los partidos, la importancia cada vez más relevante que van cobrando los

personalismos y los caudillismos, rigidizan la participación interna en los Partidos y

lesionan la democracia interna. Un mecanismo adecuado para quienes deseen ser

candidatos a algún cargo de elección popular lo representan las primarias abiertas, que

obligan a volcar los esfuerzos de los candidatos al trabajo con la comunidad y no a las

máquinas internas de los partidos.

8.- No a la concentración política: Debemos evitar, a toda costa, que suceda, en el

plano político, lo mismo que en el plano económico, esto es que exista concentración.

Nos decimos profundamente contrarios a la concentración de la riqueza en nuestro

país, parte importante de nuestras propuestas en lo económico tienen que ver con el

hecho de buscar una mayor redistribución de la riqueza, el establecer estímulos para

que las empresas, independientemente de su tamaño, puedan competir en igualdad de

condiciones, evitar los abusos que se cometen dado la desproporción que existe entre

los grandes consorcios y las micro, pequeña y mediana empresa. En el plano político

cada ves es mas recurrente que existan importantes sectores de la sociedad chilena

Page 21: Que se vayan todos

que se sienten absolutamente marginados de la toma de decisiones, que se concentra

en unos pocos, al interior de los partidos, todas las decisiones relevantes en la vida

partidaria, más aun debemos reconocer que mientras la Derecha busca libertinaje en el

plano económico y restricciones en el plano político, la Concertación por otro lado,

busca restricciones en el plano económico y libertinaje en el plano político. En los

Partidos todavía se dan los peores vicios del ámbito económico, como por ejemplo,

que el más grande se come al más chico, a momentos en la vida partidaria,

encontramos características que rayan en la ley de la selva, hay territorios que se

constituyen en cotos de caza, donde el depredador de turno gobierna con mano de

hierro los destinos de todas las especies que ahí habitan.

II. A.-2.-MODIFICACIÓN DEL SISTEMA BINOMINAL.

Creemos que redundar en la necesidad de reformar el

sistema binominal es un ejercicio innecesario. Existe ya suficiente literatura

especializada que abunda en antecedentes que comprueban la necesidad de modificar

el binominal y por tanto la dificultad en materializarlo no esta en un desarrollo

insuficiente del tema, sino en la poca voluntad política de los actores que tienen que

resolver dicho problema. Partamos de la base que independientemente de los

resultados en las próximas elecciones parlamentarias resulta improbable que se

modifiquen sustancialmente las correlaciones de fuerzas en el Parlamento. Lo anterior

torna imposible, por tanto, modificar el Sistema binominal sin el concurso de la

Derecha política. Entonces podemos concluir que esta es una propuesta sin futuro, que

dado el argumento anterior las posibilidades son prácticamente cero, ya que

aparentemente están en la derecha los principales defensores del sistema. Yo creo que

es posible modificar el sistema binominal con el concurso de la derecha. Hay

determinados temas en la sociedad que tienden, por mucho tiempo quizás, ha

plantearse de manera superficial, se van construyendo paulatinamente posiciones

intransigentes, endurecidas al calor del debate incompleto o parcial. Enfrentemos esta

realidad, de igual manera como hemos enfrentado otras coyunturas en nuestro país, y

asumamos que debemos concordar con la derecha esta modificación urgente al

sistema político chileno. ¿Es posible que alguien desconozca la difícil situación por la

que atraviesan los Partidos Políticos, desde el punto de vista de su legitimidad?, ¿hay

alguien que desconozca la crisis de liderazgo por la que atraviesa la sociedad chilena?,

¿acaso no se han producido los consensos económico sociales mínimos en la sociedad

chilena que permiten no poner en riesgo la estabilidad social y económica al

modificar el binominal? ¿Hay algún sector político que este realmente convencido

que la actual distancia entre la comunidad y sus representantes le hace bien a la

democracia? Así como estas preguntas enunciadas, surgen muchas más y

objetivamente la mayoría de las respuestas serían coincidentes. Esa convicción nos

puede permitir convocar al conjunto de la sociedad a debatir, en un marco de respeto,

una propuesta que sea fruto del trabajo colectivo. En conclusión, necesitamos que se

pase del discurso retórico, al cual parece que nos hemos acostumbrado demasiado, a

la acción política, que es en definitiva la manera en que podemos cambiar las cosas.

Page 22: Que se vayan todos

1.- GRAN ACUERDO POR LA PROFUNDIZACIÓN DEMOCRATICA, que

busque enfrentar los miedos que no han permitido modificar un sistema excluyente,

que empobrece la participación de la comunidad en la generación y elección de sus

representantes al Parlamento. En una iniciativa como esta no es ingenuo pretender

contar con el concurso de la derecha chilena, esta es una derecha que ha avanzado

mucho en su concepción de la democracia y que ha ido paulatinamente abandonando

aquellas instituciones dejadas por la dictadura militar para cautelar la proyección del

modelo. Hay algunos mecanismos a través de los cuales se pueden introducir mayores

dosis de competencia al sistema, un ejemplo de lo anterior lo representa la posibilidad

que cada partido pudiera presentar la misma cantidad de candidatos que los cargos a

elegir, esto aumentaría la competencia al interior de los conglomerados pero no

permitiría la entrada de nuevos actores. Hay que incorporar dosis de proporcionalidad

a la competencia. Cada sector político debiera estar representado de acuerdo a la

cantidad de votos que se obtengan.

2.- La Derecha política chilena, es justo reconocerlo, ha ido teniendo un desarrollo

sostenido hacia la comprensión que aquellas instituciones que se construyeron durante

la Dictadura, para que el modelo social y económico permaneciera y no fuera

desmantelado, ya no son necesarias, dado el consenso mayoritario que existe en la

Sociedad chilena. Lo que hay, y es totalmente valido y democrático que exista, son

diferentes posiciones acerca de los énfasis que deben tener las concepciones gruesas

del modelo. Tenemos una economía social de mercado, basada en la libre

competencia, que no tiene contradictores en las sociedades modernas del mundo,

nadie en la sociedad chilena plantea el derrumbe del modelo para instaurar un nuevo

modelo económico. Nuestra economía es abierta al mundo y unos de los ejes centrales

es su énfasis en el plano exportador. Las diferencias en esta materia tienen que ver

con áreas de la economía donde las fuerzas progresistas plantean menos rigideces al

modelo que permitan una economía a escala humana, en donde estén en el centro de

las definiciones la persona humana, ejemplo de lo anterior; evitar la colusión en el

mercado, los grandes conglomerados poniéndose de acuerdo para consensuar precios

y de esta forma aumentar sus utilidades perjudicando de paso al conjunto de la

comunidad, evitar, a toda costa, una mayor concentración del mercado, esto es que

cada ves se formen grupos económicos que reúnen para si toda la cadena de valor en

sus manos en porcentajes del mercado que desequilibran totalmente la libre

competencia, existen territorios en nuestro país que padecen problemas estructurales

que requieren que el Estado pueda generar actividad económica que al cabo de

algunos años puedan ser privatizadas, en el mercado del trabajo se colisionan

visiones que plantean una mayor flexibilidad laboral, que en el fondo significa

abaratar el despido, promover el empleo juvenil y el trabajo parcial con visiones que

promueven la protección al empleo, hay matices en los temas valóricos, etc.

Resumiendo, existen un conjunto de temas en los cuales hay diferencias de forma y

fondo entre las distintas fuerzas políticas, eso es hoy día y será siempre, porque es

legitimo que quienes representen intereses diversos en la sociedad los puedan

defender y expresar con absoluta libertad, pero ninguna de esas diferencias hace

desestabilizar la medula del sistema y lo que es más importante aún, ninguna de esas

visiones contrapuestas pretende aniquilar a la otra. Hay una legitima confrontación de

intereses, expresados en ideas y propuestas, pero convengamos en una cosa crucial de

la democracia, es el pueblo, la comunidad, la gente o como quiera llamársele, el

encargado de zanjar esa disputa.

Page 23: Que se vayan todos

II. B.-UNA NUEVA FORMA DE EJERCER LA AUTORIDAD.

Debemos entender que recuperar la confianza de

la gente requiere de un nuevo Periodo de Transición hacia la normalidad democrática

que pasa por revalorizar las instituciones democráticas de nuestro País, conectar

íntimamente lo que la gente percibe de sus autoridades con el autentico rol que

ejercen, sincerar los discursos y mensajes que emanan desde los dirigentes políticos,

promover que la democracia y sus principales instituciones sean entregadas también

como asignaturas en nuestro sistema educacional, cuidar la forma y el fondo de las

actitudes y decisiones de los liderazgos políticos, estrechar a su mínima expresión la

distancia entre lo que se dice y lo que se hace, incorporar también entre las labores de

los partidos Políticos la formación cívica, mejorar los canales de comunicación

directos entre los Partidos y la Comunidad, mejorar los sistemas de control y

auditorías en los aparatos del Estado, no para burocratizar los procedimientos o

resoluciones, sino por el contrario, para ridiculizarlos de tal modo que la arbitrariedad

vaya paulatinamente en retirada. El enojo de la gente tiene mucho que ver con que

intuyen que el realizar un tramite en algún organismo del Estado, la velocidad y éxito

del mismo depende en demasía si se conoce o no al funcionario que debe otorgarlo,

etc. Este etcétera no es porque no haya más cosas que decir sino por el hecho de que

es necesario pasar de la enumeración de problemas a la enumeración de posibles

soluciones.

II. B.1.- RESITUAR AL VERDADERO PROTAGONISTA: EL PUEBLO.

Debemos recuperar el rol protagónico que debe tener el Pueblo en una Democracia.

Así como el concurso masivo de nuestro Pueblo a las grandes movilizaciones de

masas, permitió en Dictadura que esta se viera en la obligación de negociar una salida

institucional a su gobierno autoritario, así también en Democracia, el concurso

responsable, informado y cada vez mas recurrente del pueblo permitirá insuflar

nuevos aires a este un tanto contaminado sistema político chileno. Sabemos de la

llamada crisis de participación social a todo nivel en el mundo de las organizaciones

sociales, de las organizaciones sindicales y que también atraviesan el mundo político,

cuestión que analizábamos precedentemente y que se debe, a que la actividad política

perdió absoluto interés en el mundo social, obnubilada por la obtención y

administración del poder y dado el hecho que evidentemente la mayoría de las

organizaciones sociales son historias de carencias, incomprensiones y dificultades en

comparación al poder del Estado. En la medida que entendamos que debemos,

nuevamente al igual que en Dictadura, reconstruir las organizaciones sociales,

transformando a esta en una tarea primordial de la Democracia y que nuestros

mejores dirigentes se conecten con el mundo popular, sindical etc., Debemos lograr

que la Política recupere la intima conexión que debe tener con la sociedad que dice

representar. Será esto lo que permita que lleguen a la política no solo quienes tienen

intereses mezquinos sino también aquellos que tienen una conducta de vida ligada al

servicio de la comunidad

Page 24: Que se vayan todos

1.- Potenciar las organizaciones sociales: Crear un Programa Nacional de

Fortalecimiento de las Organizaciones Sociales que se traduzca en una batería de

medidas, con metas y plazos, que tiendan a transformar en prioridad la reconstrucción

y validación del tejido social. Algunas medidas podrían ser; la incorporación a las

estructuras partidarias de los principales dirigentes sociales actuales en sus niveles

respectivos (se incorporan los temas sociales a la discusión política más dura), crear

una especie de voluntariado de los profesionales jóvenes de los partidos democráticos

para realizar labores de asesoría a las organizaciones sociales (mejorar la comprensión

técnica de los problemas de parte de las organizaciones), generar una institucionalidad

que obligue al visado de la organización social respectiva para determinados tramites

ante el aparato estatal (la firma y timbre de la organización social para iniciar tramites

de subsidios, mejoras sociales y proyectos en su sector), trabajar resueltamente para

modificar la legislación laboral en el sentido de fomentar la sindicalización y

aumentar la penalización de las prácticas antisindicales (al momento de ingresar a la

empresa se entiende automáticamente inscrito al sindicato), crear el Instituto Nacional

de Capacitación para Dirigentes Sociales (con el financiamiento del Estado para

generar una verdadera universidad para la generación de monitores sociales ).

2.- Propuestas responsables: Incorporar las propuestas que se hacen durante las

campañas, en todos los cargos de elección popular, como una obligación legal del

candidato, para materializar durante su gestión. Esto nos permitiría que todos los

candidatos cuidaran sobremanera sus planteamientos y que aterrizaran sus propuestas

a las reales posibilidades y ámbitos de su quehacer como autoridad. Un organismo

independiente del Estado evaluará anualmente los niveles de materialización de

dichas propuestas y por tanto, cuando la comunidad deba reafirmar su compromiso

con la autoridad, tendrá toda la información relacionada con el desempeño de dicha

autoridad. Es notable la irresponsabilidad, populismo, ignorancia, demagogia y

muchas veces simplemente mentira, que tienen muchas de las propuestas que se

hacen, por algunos candidatos, y que las hacen en el entendido que no existe ninguna

obligación de materializarlas durante su gestión. Me recuerdo una frase de un

encargado de campaña, dirigida hacia el comando de campaña y que decía más o

menos así, “vayan y ofrezcan lo que sea, con tal de ganar la elección”. Será requisito

para prepostularse el haber dado cumplimiento a parte importante de sus propuestas

de campaña.

3.- Educando para la Democracia: Incorporar, a los planes regulares de estudio en

Enseñanza Media, una asignatura tendiente a entregar información acerca de la

democracia. Principios, normativas, instituciones e instrumentos esenciales al

funcionamiento de la democracia deber ser conocidos por nuestros jóvenes y que

además el mismo ramo contemple visitas a terreno a los distintos poderes del Estado,

sedes partidarias y entrevistas con los parlamentarios del distrito o circunscripción.

4.- Referéndum revocatorio: Hay una propuesta, surgida desde sectores de la

izquierda chilena, que tiene mucho sustento en términos del control ciudadano sobre

las autoridades. El referéndum revocatorio, que no es más que la posibilidad cierta de

que la comunidad pueda remover a sus autoridades, a través de un plebiscito, cuando

exista una evaluación negativa, y cuando una mayoría lo decide así. Aumentar la

participación de la comunidad no tan sólo tiene que ver con considerar su opinión sino

también que cuando esta se expresa a través de mecanismos democráticos y legales,

esta sea vinculante.

Page 25: Que se vayan todos

5.- Civismo Estatal: Hay que revalorizar las principales instituciones que refrendan

la separación de los poderes del Estado. Es, por decir lo menos, una contradicción que

se pretenda promover y masificar información acerca de ciertos programas y

determinados beneficios, pero a la vez, no podamos informar de manera preferente a

la comunidad acerca de las instituciones de nuestro país. El Poder Legislativo, Poder

Judicial y Poder Ejecutivo deben ser conocidos por la comunidad y manejadas sus

principales atribuciones, así como los ámbitos de acción. Aquello que no se conoce no

se respeta, busquemos que nuestras instituciones sean conocidas y por esa vía

respetadas.

6.- Plebiscitos vinculantes: Promover la participación social, en aquellos temas mas

duros de la democracia, es un deseo razonable. Debemos ofrecer un abanico de

posibilidades para que la gente se pueda expresar. Esto es que junto a la elección

democrática de nuestras autoridades y representantes, podamos consultar a la gente

sobre ciertos temas que se consideren de importancia. El debate social que se produce

cuando la comunidad debe emitir sus opiniones acerca de temas de relevancia es

altamente deseable e incorpora a la política una mayor variedad de contenidos. El

mundo de la política se ve impelido a invertir tiempo y esfuerzo en tratar de explicar y

promover sus puntos de vista, quienes buscan el apoyo popular deben definirse

claramente, permite que la política adquiera una connotación temática y abandone la

sola esfera de los liderazgos, se genera una dinámica de involucrarse y compromiso,

de parte de todos los actores, con lo que se resuelva finalmente. Plebiscitos

vinculantes es una propuesta que debiera ser estudiada, acotada y reglamentada, de tal

modo que pudiera ser aplicada no tan sólo a temas de carácter nacional sino también a

temas regionales y comunales. Hacer transparencia en política, también tiene que ver

con saber a ciencia cierta lo que las distintas agrupaciones políticas piensan, o han

definido, sobre temas importantes. La responsabilidad del mundo político con el uso

de estas herramientas del sistema democrático es proporcional a la valoración que la

comunidad hará a futuro de estas.

Page 26: Que se vayan todos

II. B.2.-EL PODER LEGISLATIVO: UNA MENCIÓN APARTE.

Unos de los poderes del Estado peor evaluados por la comunidad, es el Congreso

chileno. Tanto Senadores como Diputados reciben la incomprensión de parte de la

comunidad, criticados permanentemente por los medios de comunicación, quienes

resaltan sólo los aspectos negativos de su gestión y cuestionados por los otros ámbitos

de la sociedad chilena. Siendo el Congreso la institución política por esencia del

sistema democrático, en donde se generan las principales discusiones sobre la

sociedad que queremos construir, donde se va plasmando la impronta institucional del

país, es de cuidado que su importancia no sea proporcional a la valoración que la

comunidad hace de ella . Ahora debemos concordar que los causantes de esta

situación, en buena medida, son los propios parlamentarios y las limitaciones propias

que les entrega la ley. La proyección del sistema democrático pasa por recuperar el

aprecio de la gente por sus instituciones. Los Parlamentarios no tan sólo deben ser

objeto de cambios sino transformarse en sujetos de cambio y promover ellos mismos

las adecuaciones.

1.- Cambio de actitud: Esta la necesidad de que los políticos, y en particular quienes

son representantes de la comunidad, puedan sincerar sus discursos y mensajes, puedan

tener actitudes acordes con su investidura y reduzcan la distancia entre lo que dicen y

lo que hacen. Es importante destacar que se necesita un cambio de actitud de nuestros

parlamentarios y dirigentes partidarios, erradiquemos esa sensación de que los

políticos hablan mucho y de todo, sin que necesariamente vaya unida cantidad con

calidad. No hay modificación institucional ni administrativa que logre esto, tiene que

ser resorte de un convencimiento personal acerca de la importancia de ser más

auténticos, más verdaderos, más sinceros.

2.- Terminar con los privilegios: Debemos terminar con los privilegios que tienen

los Parlamentarios. Esta opinión tan tajante obedece a que la principal impresión que

la gente tiene acerca de los parlamentarios es precisamente que tienen demasiados

privilegios y que en su trabajo existen demasiadas zonas oscuras. Lamentablemente

los esfuerzos que se han hecho para hacer más transparentes las asignaciones de los

parlamentarios, no ha dado mucho resultado. Debemos transformar a nuestros

parlamentarios en los “trabajadores de la democracia” esto es que, al igual que

cualquier trabajador en Chile, deban cumplir horario, cumplir la cantidad de horas

legales, justificar sus inasistencias, recibir descuentos en sus remuneraciones cuando

falten o se retiren de las sesiones de sala o de las comisiones injustificadamente. La

gente ligada a la política entiende que puede resultar injusto ese tratamiento a los

parlamentarios, son incontables las jornadas en que se dedican a sus labores

prácticamente sin horario, pero convengamos que se justifican medidas como esta

dada la irreversibilidad, de no mediar cambios drásticos, de la situación actual.

3.- Organizar mejor el trabajo legislativo: Hay un viejo refrán, “la mujer del Cesar

no tan solo tiene que serlo sino parecerlo”. Y esto aplicado a los parlamentarios tiene

que ver con mejorar los procedimientos y organización interna del trabajo, de tal

modo de no mostrar las sesiones de sala semi vacía, comisiones temáticas que

muchas veces no funcionan por inasistencia de los parlamentarios, etc. En la sala

deben estar la mayoría de los parlamentarios, las comisiones deben funcionar con la

mayoría de los parlamentarios que las integren, etc. La labor de fiscalización de los

parlamentarios deberá ser ejercida sin afectar el funcionamiento normal del Congreso

Page 27: Que se vayan todos

en Valparaíso. Un porcentaje, no mayor al 20% podrá excusarse de las sesiones de

sala o de comisiones. Por razones de salud, permiso para participar de una delegación

al extranjero, por alguna reunión con alguna autoridad de gobierno, por alguna

actividad en su distrito, etc. Existirá un orden de prelación en cada una de estas

justificaciones hasta completar el porcentaje. El parlamentario no podrá, bajo ningún

predicamento, excusarse de participar de al menos el 85% de las sesiones anuales de

sala, siendo causal de destitución el no cumplimiento de esta norma.

4.- Modificación en los criterios de las asignaciones: Cada parlamentario recibe

ciertas asignaciones que le permiten desarrollar su actividad de manera optima, estas

se dividen en viáticos, pasajes de avión, vales de bencina, cuenta de celulares,

arriendo de sedes y pago de personal, estas son iguales para todos. Proponemos que

estas debieran ser estimadas de acuerdo a la cantidad de población del distrito,

extensión del territorio que lo conforma y dificultades geográficas. No es posible que

parlamentarios, a los cuales les toca enfrentar realidades totalmente distintas, perciban

asignaciones iguales. Lo anterior es injusto para con el parlamentario y también para

sus representados. Hay parlamentarios que para recorrer su distrito, conversando con

la gente por cierto, demoran varios días, deben embarcarse en lanchas o viajar en

avión, recorriendo grandes extensiones de terreno, lo anterior dada la dificultad

geográfica de sus distritos. Sin embargo hay otros parlamentarios que en una mañana

o entre la mañana y la tarde pueden perfectamente recorrer sus distritos de tres o dos

comunas. Cada variable, que sea establecida como criterio para las asignaciones,

tendrá una puntuación y la máxima puntuación dará derecho a la asignación completa

y así proporcionalmente hacia abajo.

5.- Cuenta pública obligatoria: Existirá la obligación legal, de nuestros

parlamentarios, de entregar cuenta pública una vez al año, en donde explicitaran los

avances en las propuestas hechas durante la campaña, los aspectos administrativos de

su gestión, asistencia a las sesiones de sala y a las comisiones , intervenciones en sala,

participación en proyectos de ley e iniciativas legislativas, etc. Y el ranking de cómo

voto las leyes, esto es el listado de leyes aprobadas o rechazadas por el voto del

parlamentario. Esta cuenta pública deberá ser entregada en cada comuna que

constituya el distrito, en donde serán convocadas las organizaciones mas

representativas de la comunidad y podrán asistir todos aquellos ciudadanos que así lo

deseen, junto a lo anterior, esta cuenta será publicada en un medio escrito de

circulación regional o nacional en su defecto. Lo anterior permitirá que la comunidad

se vaya formando una opinión acerca del trabajo legislativo en general, y del

desempeño de su parlamentario en particular.

6.- Acentuar la labor de representación: El parlamentario cumple tres roles

fundamentales; fiscalizar, legislar y representar. El rol de representación debe ser

potenciado y para esto podemos implementar un Consejo Parlamentario, organismo

de carácter consultivo y no vinculante para el parlamentario, pero donde pueda

conocer la opinión de los representantes de sus representados. Alcaldes, Concejales y

Organizaciones sociales y sindicales mas significativas del territorio pueden ser

quienes constituyan este organismo, que funcionando una ves al mes permitan al

parlamentario establecer con mayor claridad las prioridades en su gestión. Lo anterior

unido a la labor propia de contacto personal del parlamentario con la comunidad

generará las condiciones para que todos sientan que han sido parte de la definición de

las prioridades en el trabajo legislativo.

Page 28: Que se vayan todos

Estas son algunas ideas que espero generen algún grado de debate. Soy un ferviente

partidario de la discusión con ideas, con propuestas que dejen como saldo la

posibilidad de llegar a entendimientos que permitan avanzar, modificar el estado

actual de cosas y promover los cambios que son urgentes y necesarios de realizar.

Lamentablemente la política chilena está entrando en un estado de crisis, todos los

indicadores objetivos así lo muestran y por lo tanto quienes participamos y somos

conscientes de la importancia que esta tiene para la vida democrática de nuestro país,

tenemos la obligación de aportar para detener este proceso y revertirlo. Todos

podemos contribuir, desde nuestra particular trinchera, en la recuperación del valor

democrático de la política, en el rescate del sentido original de la construcción de un

ser colectivo a través de los partidos.

JUAN MATAMALA PEDREROS

Militante socialista

Núcleo Socialistas por Lota

Lota, Agosto 2009.-