propiedades psicomÉtricas del cuestionario de agresividad premeditada e impulsiva en estudiantes de...

70
FACULTAD DE HUMANIDADES ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE PSICOLOGÍA PROPIEDADES PSICOMÉTRICAS DEL CUESTIONARIO DE AGRESIVIDAD PREMEDITADA E IMPULSIVA EN ESTUDIANTES DE SECUNDARIA DE HUAMACHUCO TESIS PARA OBTENER EL GRADO DE: LICENCIADO EN PSICOLOGÍA AUTOR: Br. REYES ZEVALLOS, JHONNY ALEXIS ASESORES: AZABACHE ALVARADO KARLA ADRIANA, MG. MORGAN NORIEGA MILAGROS, MG. LÍNEA DE INVESTIGACIÓN: PSICOMETRÍA TRUJILLO PERÚ 2014

Upload: martinng

Post on 20-Feb-2016

58 views

Category:

Documents


5 download

TRANSCRIPT

FACULTAD DE HUMANIDADES

ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE PSICOLOGÍA

PROPIEDADES PSICOMÉTRICAS DEL CUESTIONARIO DE

AGRESIVIDAD PREMEDITADA E IMPULSIVA EN ESTUDIANTES DE

SECUNDARIA DE HUAMACHUCO

TESIS PARA OBTENER EL GRADO DE:

LICENCIADO EN PSICOLOGÍA

AUTOR:

Br. REYES ZEVALLOS, JHONNY ALEXIS

ASESORES:

AZABACHE ALVARADO KARLA ADRIANA, MG.

MORGAN NORIEGA MILAGROS, MG.

LÍNEA DE INVESTIGACIÓN:

PSICOMETRÍA

TRUJILLO – PERÚ

2014

ii

PÁGINA DEL JURADO

_________________________________

Mg. Karla Adriana Azabache Alvarado

Presidente

_________________________________

Mg. María Milagros Morgan Noriega

Secretaria

_________________________________

Mg. Velia Vera Calmet

Vocal

iii

DEDICATORIA

A mi madre por mostrarme lo importante de luchar

por una meta, sin caerse ante el primer obstáculo; a

mi padre quien a través de sus actos me motivó a

buscar conocimiento y tener ambición cuando de

aprender se trata, a mi querida esposa por estar

conmigo en mis logros y derrotas, por aprender a

amarme tal y como soy, a mi familia por ser ese

bastón que me sujeta y sobre todo a mi hija quien

con su llegada iluminó mi existir.

A la vida por darme la oportunidad de conocer esta

hermosa carrera, la cual me enseña cada día a

disfrutar cada momento como si fuera el último; por

rodearme de personas que dejaron gratas vivencias

en mí.

A mis maestros, por sus enseñanzas y motivación en

elaboración de esta tesis; y por ser unos excelentes

profesionales así como muy buenas personas.

¡Gracias!

Jhonny Alexis

iv

AGRADECIMIENTO

Agradezco en primer lugar a la Universidad César Vallejo, la cual me acogió durante todo el tiempo

de estudios y donde pasé muchos de los mejores momentos de mi vida.

Agradezco también a mis profesores que me han acompañado durante toda mi carrera profesional,

porque todos han aportado de alguna manera en mi formación académica, sembrando en mí la

necesidad que aprender, y motivándome a ser un buen profesional y brindándome apoyo en todo

momento; pero en especial agradezco a quien comenzó conmigo en esta investigación y quien por

motivos de la vida tuvo que dejarnos, a mi querido profesor Mg. Raúl Ernesto Muratta Escobedo.

Finalmente agradezco a los directores y profesores de las Instituciones Educativas en donde se

desarrolló la investigación, pues sin su apoyo este trabajo no se hubiera podido concretar; a los

alumnos que conformaron la muestra, por acceder a formar parte de esta investigación.

El autor.

v

DECLARATORIA DE AUTENTICIDAD

Yo, Jhonny Alexis Reyes Zevallos con DNI Nº 46484846, a efecto de cumplir con las

disposiciones vigentes consideradas en el Reglamento de Grados y Títulos de la Universidad César

Vallejo, Facultad de Humanidades, Escuela de Psicología, declaro bajo juramento que toda la

documentación que acompaño es veraz Y auténtica.

Así mismo, declaro también bajo juramento que todos los datos e información que se

presenta en la presente tesis son auténticos y veraces.

En tal sentido asumo la responsabilidad que corresponda ante cualquier falsedad,

ocultamiento u omisión tanto de los documentos como de información aportada por lo cual me

someto a lo dispuesto en las normas académicas de la Universidad César Vallejo.

Trujillo, Setiembre del 2014

_________________________

Br. Jhonny Alexis Reyes Zevallos

vi

PRESENTACIÓN

Señores miembros del Jurado:

En cumplimiento del Reglamento de Grados y Títulos de la Universidad César Vallejo

presento ante ustedes la Tesis titulada Propiedades Psicométricas del Cuestionario de Agresividad

Premeditada e Impulsiva, la misma que someto a vuestra consideración y espero que cumpla con

los requisitos de aprobación para obtener el título Profesional de Licenciado en Psicología.

El autor.

vii

ÍNDICE

PÁGINA DEL JURADO ........................................................................................................................... ii

DEDICATORIA ..................................................................................................................................... iii

AGRADECIMIENTO ............................................................................................................................. iv

DECLARATORIA DE AUTENTICIDAD ..................................................................................................... v

PRESENTACIÓN ................................................................................................................................... vi

RESUMEN .......................................................................................................................................... xii

ABSTRACT .......................................................................................................................................... xii

I. INTRODUCCIÓN .........................................................................................................................13

II. MARCO METODOLÓGICO ..........................................................................................................29

2.1. Variable .............................................................................................................................29

2.2. Operacionalización de las variables ..................................................................................29

2.3. Metodología ......................................................................................................................29

2.4. Tipo de estudio ..................................................................................................................30

2.5. Población, muestra y muestreo ........................................................................................31

2.6. Técnicas e instrumentos de recolección de datos ............................................................38

2.7. Métodos de análisis de datos ............................................................................................42

2.8. Aspectos éticos ..................................................................................................................43

III. RESULTADOS ..............................................................................................................................44

IV. DISCUSIÓN .................................................................................................................................53

V. CONCLUSIONES .........................................................................................................................57

VI. RECOMENDACIONES .................................................................................................................58

VII. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS .................................................................................................59

ANEXOS .............................................................................................................................................63

Anexo 01. Instrumento .....................................................................................................................63

Anexo 02. Consentimiento informado ..............................................................................................65

Anexo 03. Ficha de Tamizaje .............................................................................................................66

Anexo 04. Resultados de la prueba piloto ........................................................................................67

Anexo 05. Pruebas de Normalidad ....................................................................................................68

viii

Anexo 06. Pruebas de Normalidad ....................................................................................................69

Anexo 07. Escala de Valoración del Alfa de Cronbach ......................................................................70

ix

ÍNDICE DE TABLAS

Tabla 01. Distribución de la población según el año y sección en estudiantes de

secundaria de algunas instituciones educativas del distrito de la

Huamachuco... .......................................................................................... 32

Tabla 02 A. Distribución de la muestra por estrato según el año y sección en estudiantes

de secundaria de la institución educativa “Florencia de Mora de Sandoval”

del distrito de Huamachuco ...................................................................... 35

Tabla 02 B. Distribución de la muestra por estrato según el año y sección en estudiantes

de secundaria de la institución educativa “César Abraham Vallejo

Mendoza” del distrito de Huamachuco ..................................................... 36

Tabla 02 C. Distribución de la muestra por estrato según el año y sección en estudiantes

de secundaria de la institución educativa “Santa Ana y San Francisco” del

distrito de Huamachuco ............................................................................ 37

Tabla 02 D. Distribución de la muestra por estrato según el año y sección en estudiantes

de secundaria de la institución educativa “Colegio Nacional San Nicolás”

del distrito de Huamachuco ...................................................................... 38

Tabla 02 E. Distribución de la muestra por estrato según el año y sección en estudiantes

de secundaria de la institución educativa “José Faustino Sánchez Carrión”

del distrito de Huamachuco ...................................................................... 39

Tabla 03. Validez de contenido a través de criterio de jueces utilizando la V de Aiken

basados en los datos recogidos en la prueba piloto. ................................ 46

Tabla 04. Correlación ítem-test de la escala "Agresividad Premeditada" en

estudiantes de secundaria de algunas instituciones educativas del distrito

de Huamachuco. ....................................................................................... 47

Tabla 05. Correlación ítem-test de la escala "Agresividad Impulsiva" en estudiantes

de secundaria de algunas instituciones educativas del distrito de

Huamachuco.. ........................................................................................... 48

Tabla 06. Confiabilidad del Cuestionario de Agresividad Premeditada e Impulsiva en

estudiantes de secundaria de algunas instituciones educativas del distrito

de Huamachuco.. ...................................................................................... 49

x

Tabla 07. Estadísticos descriptivos según escala del Cuestionario de Agresividad

Premeditada e Impulsiva en estudiantes de secundaria de algunas

instituciones educativas del distrito de Huamachuco. .............................. 50

Tabla 08. Baremos en percentiles de la escala Agresividad Premeditada del

Cuestionario de Agresividad Premeditada e impulsiva en Adolescentes

CAPI-A en alumnos estudiantes de secundaria de algunas instituciones

educativas del distrito de Huamachuco.. .................................................. 51

Tabla 09. Baremos en percentiles de la escala Agresividad impulsiva del Cuestionario

de Agresividad Premeditada en Adolescentes CAPI-A en alumnos

estudiantes de secundaria de algunas instituciones educativas del distrito

de Huamachuco.. ...................................................................................... 53

Tabla 10. Puntos de corte en la puntuación directa en la escala de Agresividad

Premeditada del Cuestionario de Agresividad Premeditada e Impulsiva en

Adolescentes CAPI-A, en alumnos varones y mujeres.. ............................. 54

Tabla 11. Puntos de corte en la puntuación directa en la escala de Agresividad

Impulsiva del Cuestionario del Cuestionario de Agresividad Premeditada e

Impulsiva en Adolescentes CAPI-A, en alumnos varones y mujeres.. ........ 55

xi

RESUMEN

El propósito de este estudio fue determinar las Propiedades Psicométricas del Cuestionario de

Agresividad Premeditada e Impulsiva en una muestra de 499 adolescentes estudiantes de

secundaria de algunas instituciones educativas de la ciudad de Huamachuco en el año 2014, a un

nivel de confianza del 95% y un error esperado del 4%. En el análisis de los datos, se determinó la

validez de contenido por criterio de expertos mediante el uso de la V de Aiken, la cual dio como

resultado V=.8 en los ítems 5 y 7, mientras que en el ítem 18 V=1.0, todos por encima de lo inferior

permitido (V=>.70). Se estableció la validez de constructo mediante la correlación ítem – test, la

cual refiere ítems con adecuados índices de correlación, excepto en los ítems 4, 5 y 14 pero al

evaluar la confiabilidad en caso dichos ítems fueran eliminados, observando que esta no se

incrementa considerablemente, por lo que se mantuvieron dichos ítems en la escala. La

confiabilidad obtenida mediante el coeficiente Alfa de Crombach, el cual fluctúa entre .67 y .69

respectivamente. Al encontrarse diferencias significativas por sexo, se establecieron normas

percentilares por diferenciación de sexo para la escala de agresividad premeditada, mientras que

en lo que respecta a agresividad impulsiva sólo se obtuvieron baremos generales. Finalmente se

elaboraron puntos de corte.

Palabras Clave: Agresividad premeditada, Agresividad impulsiva, validez, confiabilidad, baremos,

puntos de corte.

xii

ABSTRACT

The purpose of this study was to investigate the psychometric properties of the questionnaire of

premeditated and impulsive aggression in 499 students of the some educational institutions from

Huamachuco city in 2014, at a confidence level of 95% and an expected error of 4%. For the analysis

of the data, it was determined the validity of content by experts criteria through the use of the V of

Aiken, which resulted in V =. 8 in the items 5 and 7, while in the item in 18 V=1.0. All over the

authorized low (lower) thing (V =>. 70). Construct validity was established by means of correlation

test - item, which concerns items with appropriate correlation indices, except in items 4, 5 and 14,

but to assess the reliability in case these items were eliminate, noting that this is not increased

significantly, them kept these items in the scale. The reliability was obtained by means of the

coefficient Alpha of Cronbach fluctuates between .67 and.69 respectively. To find significant

differences by sex, percentilares standards were established by differentiation of sex for

premeditated aggression scale, while in regard to impulsive aggression only General scales were

obtained. Cut-off points were finally developed.

Key words: Premeditated aggression, impulsive aggression, validity, reliability, scales, cut-off

points.

13

I. INTRODUCCIÓN

La presente investigación pretende determinar las Propiedades Psicométricas del cuestionario de

Agresividad Premeditada e Impulsiva en estudiantes de secundaria de algunas instituciones

educativas de Huamachuco. Existen diferentes instrumentos que miden agresividad, dentro de los

cuales se encuentra el Cuestionario de Agresividad Premeditada e Impulsiva, el cual fue elegido por

diversas razones tanto estructurales, como teóricos; dentro de las que destacan su fácil

aplicabilidad y corrección, cantidad adecuada de ítems y utilidad diagnóstica, así como la teoría que

la sustenta que es el modelo integrador de la agresividad que postula Andreu (2009), el modelo

integrador de la agresividad que contextualiza tanto los factores sociocognitivos, afectivos y

conductuales como contextuales o situacionales.

Diversos autores han realizado investigaciones con una finalidad similar, como por ejemplo la hecha

por Llanos (2013), quien ejecutó un estudio que tuvo como objetivo determinar las propiedades

psicométricas del Cuestionario De Agresividad Premeditada e Impulsiva (CAPI - A) en alumnos del

nivel secundario del Distrito La Esperanza. La población estuvo compuesta por 1900 alumnos,

siendo la muestra de 492 estudiantes entre las edades de 12 y 16 años, siendo 262 hombres y 233

mujeres. En cuanto a la realización del análisis estadístico, en lo que respecta a la validez de

constructo se utilizó la correlación ítem-test, obteniéndose la eliminación de los ítems 1, 3 y 5 de la

escala de Agresividad Premeditada, en cuanto a la escala de Agresividad Impulsiva, se eliminó el

ítem 4 y 14; después de este procedimiento se reportó, índices de correlación ítem-test, aceptables.

Asimismo, se analizó la confiabilidad mediante el método del alpha de Cronbach, cuyos hallazgos

encontrados refieren que el instrumento es confiable, teniendo como valores .671 en la escala de

Agresividad Premeditada y .769 en la escala de Agresividad Impulsiva. Por último, se elaboraron los

baremos percentilares según el género.

Otra investigación es la hecha por Miranda (2012), donde el objetivo fue establecer la adaptación

psicométrica del Cuestionario de Agresividad Premeditada e Impulsiva en Adolescentes (CAPI-A) de

Andreu. Se trabajó con 171 alumnos de ambos sexos, de edades que oscilaban entre los 12 y los 17

años del nivel secundario de la Institución Educativa “Víctor Raúl Haya de la Torre” – Roma del

distrito de Ascope. Asimismo, los resultados demostraron que la validez de contenido mediante el

criterio de jueces alcanzó superar el .8 siendo altamente significativa; además se obtuvo la validez

de constructo donde se obtuvo puntajes de .842 para la escala de agresividad premeditada así como

un .911 para la escala de agresividad impulsiva, demostrando que ambas correlaciones están sobre

14

los .8 y son altamente significativas. Se alcanzó la confiablidad donde se analizaron ambas escalas

tanto la escala de agresividad premedita donde se obtuvo .537 y la escala de agresividad impulsiva

que obtuvo .639, se encontraron baremos de centro según las escalas y asimismo una escala de

sinceridad.

Es por ello, que es de suma importancia la realización de la presente investigación; no sólo por los

resultados positivos que la anteceden, sino también porque contribuye metodológicamente, ya que

proporcionará a la psicología local y regional, un instrumento válido y confiable, poniéndose a

disposición de los profesionales que se encuentren inmersos en el área educativa y clínica; Así

mismo, es pertinente, puesto que dejará un precedente en la Universidad César Vallejo y en el

Distrito de Huamachuco, con la finalidad que sirva como referente para futuras investigaciones con

la misma variable, y así incrementar los estudios en el campo psicométrico; además posee un valor

teórico, porque los datos que se proporcionarán al finalizar el presente estudio, será conveniente

para los profesionales de salud mental, en el sentido de incentivarlos y orientarlos hacia futuras

investigaciones relacionadas con la variable de estudio.

Por otro lado la presente investigación está sustentada en un marco teórico, que es la teoría de

Andreu (2009), quien a su vez se ha basado en otros postulados; estas consideraciones

conceptuales definen a la Agresividad como un sentimiento complejo en su definición ya que cubre

un amplio espectro de manifestaciones. Como si de un abanico terminológico se tratase, la

agresividad ha sido definida de múltiples y variadas formas; incluso han sido tantas sus definiciones

que Johnson (1972, como se citó en Andreu, 2010), señaló al respecto que este concepto ha tenido

tantos significados que en la práctica casi ha llegado a perder su propio significado. Sin duda, esto

limita la efectividad de muchos de los esfuerzos que se llevan a cabo para su evaluación, prevención

y tratamiento (Andreu, 2010).

Siendo así, la agresividad es una variable que ha venido estudiándose a lo largo de la historia a

través de diversos campos del conocimiento científico, debido a esta multiplicidad de estudios en

diferentes momentos ha crecido su conceptualización. Por lo tanto, las herramientas necesarias

para recoger la información de la variable en adolescentes van actualizándose de tal modo que

permiten recoger información más precisa y más cercana a los objetivos y realidades requeridas.

Al respecto, se señala, que la agresividad hace referencia a un conjunto de patrones de actividad

psicológica que pueden manifestarse con una intensidad variable desde la agresión física hasta los

gestos y manifestaciones verbales que aparecen bajo la agresión verbal. La agresividad también se

15

refiere a quien es propenso a faltar el respeto, ofender, provocar y amenazar a los demás. En

palabras de Berkowitz (1996): “la agresividad hace referencia a la disposición relativamente

persistente a ser agresivo en diversas situaciones diferentes” (p.43); es decir, se estaría hablando

de una disposición hacia el comportamiento agresivo susceptible de distinguir como estado (en el

momento actual) y como rasgo (estable a lo largo del tiempo) (Andreu, 2010).

Consecuentemente, se puede afirmar que la agresividad es lo que conduce a agredir a otra persona.

En este sentido, la agresividad haría referencia a emociones, sentimientos y pensamientos

experimentados subjetivamente que, bajo la acción de determinados mecanismos y procesos

psicológicos que se activan en la persona ante una situación determinada, conducirían a la

manifestación conductual de una respuesta física o verbal en un contexto determinado (Andreu,

2010)

Andreu (2010), menciona diferentes autores que definen la variable de estudio, como por ejemplo

Buss (1961), quien define la agresividad como una respuesta consistente en proporcionar un

estímulo nocivo a otro organismo.

Otro autor como Bandura (1973), menciona que la conducta agresiva, se considera como defensa

de los derechos personales y expresión de los pensamientos, sentimientos y opiniones de una

manera inapropiada e impositiva y que transgrede los derechos de otras personas. Asimismo, se le

considera como el estado emocional que consiste en sentimientos de odio y deseos de dañar a otra

persona, física y/o psicológicamente.

Además, la agresividad es considerada como un factor del comportamiento normal puesto en

acción ante determinados estados para responder a necesidades vitales, que protegen la

supervivencia de la persona y de la especie, sin que sea necesaria la destrucción del adversario.

(Reyes, 2004 como se citó en Andreu, 2009).

Kassinove y Tafrate (2005, como se citan en Andreu, 2010), precisan que la agresividad haría

referencia a un estado emocional asociado a ciertas distorsiones cognitivas, conductas verbales y

motrices y a determinadas pautas de activación física; la agresividad es una respuesta a conductas

adversas de otras personas, asentada en el ser humano en el contexto de la evolución, para

favorecer la supervivencia del individuo, de la prole o del grupo en las especies sociales. La

respuesta agresiva incluye diferentes experiencias internas (cogniciones, emociones,

16

pensamientos, fantasías, imágenes), conductas verbales y reacciones corporales que varían en

intensidad, frecuencia y duración (p.15).

También, se entiende que el comportamiento agresivo aparece como resultado de una elaboración

afectivo – cognitivo, de la situación donde están en juego, procesos intencionales de atribuciones,

de significados y de anticipación de consecuencias capaces de activar conductas y sentimientos de

ira. Además se trata de un tipo de acción que una vez activada, alimenta, sostiene la conducta,

incluso más allá del control voluntario (Cárdenas, 2009 como se citó en Andreu, 2009, p. 86).

Por lo tanto, la agresividad hace referencia a un conjunto de procesos emocionales y cognitivos que

motivan intencionalmente al individuo a hacer daño a otra persona, a su entorno o sí mismo. La

expresión de la agresividad puede ser física (cuando se busca hacer daño físico a la otra persona),

verbal (cuando se quiere herir mediante las palabras) o relacional (cuando se busca dañar las

relaciones que tiene la otra persona, su estatus o su reputación social) (Andreu, 2010).

Es por ello importante señalar que la agresividad presenta diferentes formas o modos de expresión.

Esto es relevante no sólo para su evaluación sino también para su investigación etiológica, ya que

numerosos estudios han mostrado consistentemente que algunos factores etiológicos y de riesgo

predicen diferencialmente las distintas formas de expresión de la agresividad. Por ejemplo, es bien

sabido que, en general, aquellos agresores con mayor presencia de inhibición social tenderán a usar

formas de agresión más indirectas o relacionales. (Richardson & Green, 2003 como se citan en

Andreu, 2010, p.10).

Las dimensiones o formas en las que la agresividad se puede expresar socialmente. Por un lado está

la forma como se manifiesta esta agresividad, según el autor, puede ser de forma física o

psicológica. La agresividad física se puede definir como una respuesta motriz que implica una acción

física con el propósito de herir o hacer daño a otra persona o, a veces, destruir la propiedad.

Asimismo, el propósito constituye un elemento central de la definición, dado que no se incluye en

la misma los daños ocasionados por las acciones no intencionadas de otras personas. Por el

contrario, el medio a través del cual se produce la agresividad psicológica es el lenguaje. Chillar,

gritar o insultar intencionalmente a otra persona son ejemplos de agresividad psicológica verbal

(Andreu, 2010, p.10).

Por otra parte la agresividad psicológica según Martos (2009, como se citó en Llanos, 2013, p.14),

es un conjunto de comportamientos en los cuales se causa un daño emocional a la víctima.

17

Por otro lado, está el grado en que el agresor está comprometido activamente en la conducta

manifestada para dañar a la víctima, en ese caso la agresión puede darse de manera activa o pasiva.

Mientras que la agresión pasiva se caracterizaría por una falta de atención a la hora de responder

activamente a lo que causa el daño. Como señala Buss (1961) la mayor parte de los actos agresivos,

tanto directos como indirectos son activos. Ejemplos de tales actos incluyen la agresión con un arma

(directa) o extender falsos rumores (indirectos). Los actos de agresión pasiva son típicamente

directos. Por ejemplo, “el abandono o la negligencia en el cuidado de un niño que se ve privado de

sus necesidades básicas de alimentación, vestido, seguridad, asistencia médica, educación y afecto”

(Andreu, 2010, p.10).

Existe una última forma de diferenciar la expresión de la agresividad, según el autor esta puede

darse de forma directa e indirecta. La distinción entre agresión directa e indirecta reside en la

posibilidad que tiene la victima de identificar al agresor. La expresión directa supone una

interacción cara a cara en la que el agresor es fácilmente identificable por la víctima. Las acciones

están dirigidas directamente al blanco y provienen claramente del agresor (p.ej., ataques físicos,

empujar, hacer caer a alguien, lanzar algo a otra persona, gritar, hacer comentarios insultantes).

Por el contrario, la expresión indirecta tiende a pasar desapercibida, el agresor puede permanecer

sin identificarse y evitar así la imputación, confrontación directa, contraataque o defensa del otro.

Una acción indirecta permitiría al agresor ocultar su identidad a la víctima, siendo también más

difícil a ésta saber que ha sido objeto de algún daño intencional. Las acciones que podemos

encontrar en este subtipo incluyen “esparcir rumores malintencionados acerca de la persona

objetivo, cotillear a las espaldas de esa persona, decir a los demás que no se relacionen con la

persona escogida, inventar historias para perjudicar a la víctima, etc.” (Andreu, 2010, p.11).

Además de la forma en que se expresa, la agresividad puede ser diferenciada en cuanto a sus

funciones o motivaciones internas. Esta conceptualización, basada en los modelos teóricos del

procesamiento de la información social (Dodge & Coie, 1987 como se citó en Andreu, 2010), en la

teoría neo asociacionista de Berkowitz (1996) y del aprendizaje socio-cognitivo (Bandura, 1973),

plantea la distinción funcional entre dos tipos de agresividad: impulsiva y premeditada.

La agresión impulsiva no es premeditada, y se define como una reacción desproporcionada ante

cualquier provocación, real o percibida como tal. “Algunos pacientes han referido experimentar

cambios afectivos justo antes del estallido de ira (estrés, cambios de humor, etc.)” (Andreu, 2009,

p. 87).

18

Este tipo de agresividad hace referencia a una respuesta no planificada, derivada

fundamentalmente de la ira y basada en la motivación de dañar a la víctima como resultado de una

provocación percibida. Dado que su objetivo principal es ocasionar daño y que se acompaña de

activación emocional desagradable, se le denominado frecuentemente como agresión emocional

reactiva u hostil. Sencillamente la persona “estalla” como resultado de una cadena formada por sus

actitudes y emociones, unidas al fuerte deseo de dañar a la víctima (Andreu, 2010).

Esta agresividad estaría asociada a la ira, miedo, irritabilidad, hostilidad y provocación percibida, ya

sea real o imaginaria, así como a déficits en el procesamiento de la información social y problemas

de internalización tales como ansiedad, depresión y somatización (Dodge, 1991; Meloy, 1988;

Volavka, 1995, como se citan en Andreu, 2009). Se manifiesta típicamente con expresiones faciales

hostiles y un fuerte afecto negativo con hiperactividad simpática. “También suele estar asociada a

una menor inteligencia emocional, menores habilidades sociales y un funcionamiento anómalo en

el procesamiento de la información social” (p.87).

La agresividad impulsiva aparece de forma característica en trastornos por comportamiento

disruptivo, tales como el trastorno negativista – desafiante y la hiperactividad; además de ser

“definitoria para comprender las relaciones entre agresividad, hostilidad e ira en el denominado

síndrome AHÍ” (Ramírez y Andreu, 2008 citado en Andreu, 2010, p.12).Los actos de agresividad

impulsiva son también característicos del trastorno explosivo – intermitente y se observa a menudo

en trastornos de la personalidad de tipo límite y antisocial (Siever, 2008 como se citó en Andreu,

2010).

Asimismo, Siever (2008, como se citó en Andreu, 2010) menciona, que los profesionales deben ser

especialmente precavidos a la hora de evaluar la agresividad impulsiva cuando se trabaja con

adolescentes que tengan un largo historial de agresiones con elevados niveles de ira y hostilidad.

En un estudio reciente la Organización Mundial de la Salud estimó que 1 430 000 individuos al año

en todo el mundo, fallecieron a causa de la violencia autoinfligida o interpersonal (excluyendo los

conflictos armados), con una cifra incluso mucho más elevada de víctimas no mortales, siendo la

mayoría de los episodios de esta violencia actos no planificados que reflejan claramente agresividad

impulsiva (Andreu, 2010, p.12).

19

En el proceso psicológico “reactivo”, el agresor considera que el atacante es el responsable de su

dolor, que éste ha sido deliberado e injustificado y que, inmediatamente, hay que reducir, castigar

o eliminar tal ofensa. Odio, ira, frustración e irritación son términos que reflejan los complejos

procesos cognitivos y emocionales que nos conducen a la agresión reactiva que acaba en forma de

venganza ante la ofensa recibida. Como una tormenta que ensombrece nuestro funcionamiento

normal, ante la amenaza, “la reacción emocional candente nos conduce al odio, a la reacción

violenta sin contemplar el daño que podemos provocar y sus consecuencias, anulando, en otras

palabras, nuestra capacidad de empatía”. (Andreu, 2009, p.87).

Por otro lado, la agresividad premeditada se ha definido como un medio instrumentalizado dirigido

a la obtención de un objetivo diferente a dañar a la víctima. Por lo tanto, esta agresividad, además

de causar daño, tiene otros objetivos por lo que constituye un esfuerzo para la coacción o la defensa

del propio poder, dominio o estatus social (Berkowitz, 1996). Es proactiva más que reactiva ya que

su meta principal no sería dañar a la víctima sino lograr alguna otra meta con un objetivo claro,

como ser elogiado por otros, conseguir fama o hacerse el “duro” (Andreu, 2010, p.12).

Este tipo de agresividad surge de forma planificada y puede incluso estar justificada y ser tolerada

ampliamente por la sociedad (Siever, 2008 como se citó en Andreu, 2010). Es una respuesta en un

momento determinado y surge de forma consciente, deliberada y sopesada. Constituye una

estrategia que el agresor pone en marcha para resolver un conflicto con otra persona o para

obtener algún beneficio, ganancia o fin (poder, estatus, dinero, satisfacción). Consecuentemente,

es planificada y no requiere ni provocación no enojo (Berkpwitz, 1996) y está frecuentemente

influida por procesos de aprendizaje social y reforzamiento positivo (Bandura, 1973). Este tipo de

agresividad también se ha denominado proactivo, instrumental o depredador (Barratt & Felthous,

2003). En contraste con la agresividad impulsiva, las funciones ejecutivas centrales están

conservadas y las respuestas emocionales son similares a los individuos no agresivos, sin que se dé

una respuesta de hiperactivación del sistema nervioso autónomo (Mirsky & Siegel, 1994; Siever,

2008 como se citan en Andreu, 2009).

La agresividad premeditada se ha ejemplificado prototípicamente con la psicopatía (Blair, 2004

como se citó en Andreu, 2010). Mientras la agresión impulsiva presentaría características

pertenecientes a los trastornos límite y esquizotípico de personalidad, por la impulsividad y la

presencia de déficits en el procesamiento de la información social, la agresividad premeditada

estaría representada en el trastorno psicopático en el que hacen acto de presencia la manipulación,

20

la falta de empatía, la búsqueda de sensaciones y la frialdad emocional (Blair, 2004; Raine, 2006

como se citan en Andreu, 2010). Los altos niveles de agresividad predeterminada predispondrían

claramente a la violencia durante el desarrollo por lo que está fuertemente asociada a la

delincuencia juvenil y a la conducta antisocial (Pulkkinen, 1996; Lynam, 1998; Raine, 2006 como se

citan en Andreu, 2010). El bullying o acoso escolar sería otro ejemplo de agresividad premeditada

y no es sorprendente, por tanto, que aquellos adolescentes que cometen este tipo de abusos

presenten también otros tipos de conductas antisociales muy instrumentalizadas (Roland e Idsoe,

2001 como se citan en Andreu, 2010).

Ambos tipos de agresividad son “funcionalmente diferentes y existe suficiente evidencia de que

reflejan dos tipos distintos de poblaciones de adolescentes agresivos” (Blair, 2004 como se citó en

Andreu, 2010, p.13), se ha de tener en cuenta que la agresividad premeditada e impulsiva no son

mutuamente excluyentes. Algunos adolescentes muestran de forma muy predominante un tipo de

agresividad en concreto pero otros, sin embargo, pueden presentar ambos tipo de agresividad.

Precisamente es frecuente encontrar más grupos de adolescentes con ambos tipos de agresividad

que con un solo tipo predominante (Vitaro, Brendgen & Tremblay, 2002). No obstante, el hecho de

que un adolescente presente mayores características de un tipo u otro dependerá en última

instancia del tipo de población a la que pertenezca el menor (comunitaria, clínica o judicial), edad

y características psicopatológicas asociadas (Andreu, Peña y Ramírez, 2009).

Otro aspecto resaltante de la teoría que sustenta la presente investigación es el modelo que postula

Andreu (2009), el modelo integrador de la agresividad que contextualiza tanto los factores

sociocognitivos, afectivos y conductuales como contextuales o situacionales. En la propuesta

teórica integradora que se presenta en este trabajo, la agresión es conceptualizada, en primer lugar,

como una respuesta (conducta) mediada por diferentes procesos emocionales, cognitivos, de auto-

regulación e inhibición/desinhibición; mientras que la agresividad sería comprendida como un

constructo que denota un complejo proceso psicobiológico que, de forma directa o indirecta, tiene

por objetivo producir un daño, físico o verbal, que pone en peligro, activa o pasivamente, la vida y

supervivencia de otro individuo (lesiones, muerte, daños psicológico y privaciones); así como su

bienestar e integridad (reputación, dignidad, indefensión, autoestima y seguridad).

En segundo lugar, este modelo parte de que la agresividad se origina a través de la valoración

constante entre la significación del contexto o situación y de las posibles repercusiones o

consecuencias de lo que le está ocurriendo a la persona en un episodio agresivo. La agresividad

21

surgiría así ante una serie de procesos cognitivos y conductuales que se desarrollan originariamente

para manejar situaciones amenazantes en un proceso de interacción constante entre el individuo y

el contexto en el que median cuatro procesos fundamentales (Andreu, 2009); procesos de

valoración primaria y secundaria, procesos cognitivos (evaluación y decisión), procesos de auto-

regulación y procesos de inhibición/desinhibición.

En el proceso de valoración primaria las situaciones amenazantes producirían un aumento general

de la activación fisiológica, fundamentalmente a través de la rama simpática del sistema nervioso

autónomo que es la encargada de activar al organismo en situaciones en las que un peligro o

amenaza aparece de forma repentina e intensa (por ejemplo, la sangre recibe adrenalina, aumenta

la respiración, el ritmo cardíaco y la presión arterial, entre otros parámetros fisiológicos). Los

sistemas de activación avisan de que ocurre algo importante. Así, la activación encierra en el estado

emocional en que uno se encuentra cuando ocurre, a no ser que suceda algo más amenazante para

que la activación cambie (Ledoux, 1999 como se citó en Andreu, 2009).

Mediante la valoración secundaria, la persona valora cómo es la situación o contexto en el que se

ha producido el suceso amenazante. Es decir, analiza si la posibilidad de que tal situación o suceso

implique algún daño o beneficio, tanto para la integridad física y psicológica de la persona como

para sus valores y objetivos. La valoración del contexto puede ser de dos tipos: de amenaza o de

desafío. La evaluación del daño o amenaza implica que la persona ha recibido un posible perjuicio

o prevé que ocurra. La valoración del desafío implica, por el contrario, la previsión anticipada de un

daño o amenaza pero que se ve acompañada de la valoración de que existen posibilidades de éxito

y obtención de ganancias o beneficios. Esto implica que la percepción de la amenaza se vea

acompañada de emociones displacenteras como ira, hostilidad o miedo, mientras que la percepción

de desafío generalmente conlleve emociones positivas o placenteras. En definitiva, la valoración

secundaria determinaría si la interacción entre una persona y el contexto es amenazante (implica

la posibilidad de daño) o de desafío (permitiendo la posibilidad de obtener un beneficio). De la

misma manera, si la persona recibe un daño ya no se trataría de agresión reactiva sino defensiva y

ésta es diferente ya que se produce en defensa propia o de otra dentro de los límites de la agresión

protectora o defensiva normal (Siever, 2008 como se citó en Andreu, 2009).

En los procesos cognitivos el organismo selecciona una respuesta específica para un contexto en

concreto pero previamente debe de procesar cognitivamente y de forma más compleja lo que está

sucediendo. Es decir, el individuo interpreta y se explica qué le está sucediendo. Tras la valoración

22

inicial de la amenaza, emocionalmente relevante, se activarían los recursos del procesamiento

cognitivo para evaluar e identificar conscientemente el estímulo tras un fondo de activación

afectiva y emocional cada vez más creciente (Andreu, 2009).

Precisamente, Ledoux (1999) ha identificado dos vías de procesamiento de la información de las

respuestas emocionales a nivel neuro-biológico. La información de los estímulos externos llegaría

al núcleo amigdalino por una vía directa o secundaria desde el tálamo que de forma tosca y rápida

que permite responder a los estímulos potencialmente peligrosos antes de que sepamos

totalmente qué es el estímulo. Mientras tanto, el tálamo también envía la información hacia la

corteza que se encarga de crear una representación exacta y precisa del estímulo, enviando al

núcleo amigdalino el resultado del procesamiento cortical mediante la participación de

mecanismos cerebrales superiores que se suponen responsables del pensamiento, el razonamiento

y la consciencia. Es por esto por lo que la vía cortical suministra al núcleo amigdalino una

representación más exacta que la vía directa que va hasta éste desde el tálamo.

En la selección de una respuesta agresiva en concreto, el cerebro necesitaría de la acción de las

estructuras cognitivas y procesos cognitivos. Las estructuras cognitivas son esquemas mentales que

sirven para representar, codificar e interpretar la información. Las estructuras cognitivas influyen

en la interpretación de las situación y orientan los procesos cognitivos y afectivos; predisponiendo

a los individuos para responder de determinadas maneras. En otras palabras, los esquemas

cognitivos agresivos contendrían expectativas y propensiones de conducta.

La cuestión clave, es que el grado en que una situación determinada provoca una respuesta agresiva

va a depender en gran medida de la interpretación que el organismo hace de la situación. En esta

interpretación cobran especial importancia los procesos cognitivos y las creencias. Dentro de los

sesgos o distorsiones cognitivas, Dodge y Coie (1987, como se citó en Andreu, 2009) han prestado

especial importancia al “sesgo atribucional hostil” o proceso mediante el cual la persona interpreta

que el daño percibido es intencionalmente hostil y dañino.

Este sesgo haría más fuertes las creencias a la hora de seleccionar una respuesta agresiva lo que, a

su vez, acabaría por confirmar dichas creencias; produciéndose así un círculo vicioso. Además de

este sesgo existirían otras creencias sobre uno mismo y el mundo –contenidas en nuestros

esquemas cognitivos- que predispondrían claramente a la respuesta agresiva: las “creencias

instrumentales” cuyo contenido gira en torno al uso positivo y utilitario de la agresión (Archer &

Haigh, 1997como se citan en Andreu, 2009).

23

Los procesos de autorregulación explican cómo los esquemas cognitivos que albergan la

información que se produce entre lo que ha pasado y el contexto en el que uno se encuentra, surge

de los datos de la propia experiencia. En otras palabras, se nutren de lo que pasa en función de las

consecuencias que han tenido los actos en el pasado. Así, si la conducta agresiva es eficaz y se

obtienen consecuencias positivas, en el futuro se tenderá a repetir esta conducta en situaciones

similares. Si, por el contrario, la respuesta agresiva no es eficaz, ésta obtendrá consecuencias

negativas y la persona no tenderá a responder de esta forma en el futuro. Consecuentemente, el

placer/dolor sería el mecanismo motivacional regulador de estos procesos de aprendizaje, al igual

que ocurre con otras conductas motivadas biológicamente (Mora, 2005 como se citó en Andreu,

2009).

En los procesos de regulación intervienen un amplio conjunto de variables moduladoras y

mediadoras de la respuesta de agresividad procedentes tanto de la persona como del contexto.

Entre las más importantes, por ejemplo, la impulsividad, la irascibilidad y hostilidad, la presencia de

trastornos de la personalidad como la psicopatía, el consumo de alcohol y drogas o ideologías de

marcado carácter sexista o discriminatorio. En función del número o de la mayor presencia de

factores desinhibitorios, unido a las consecuencias más graves y lesivas producidas en la víctima, se

tendría una agresión de carácter mucho más violento (Andreu, 2009). De esta forma, no sería

necesario conceptualizar la violencia como algo psicopatológico desvinculado de la propia agresión

ya que no hay evidencia de que ambos procesos sean independientes.

Por lo tanto, la respuesta agresiva en sí misma, tal y como se conceptualiza en este modelo, permite

analizar la agresión violenta que se produciría bajo la acción directa de los factores moduladores

desinhibidores en el individuo.

Este modelo, permite comprender cómo ambos tipos de agresividad impulsiva y premeditada

constituyen rutas diferentes en función de la acción diferencial de los cuatro procesos descritos con

anterioridad. Las diferencias residirían, fundamentalmente, en los esquemas cognitivos, por una

parte, y en las consecuencias de la conducta, por otra. Así, el agresor reactivo se activaría ante un

supuesto indicio social amenazante que acaba desencadenando, en un episodio social, todo el

proceso de agresividad subsiguiente. Ante una amenaza, ya sea real o imaginaria, se produciría una

valoración inicial que resulta en una activación que prepara al organismo para una posible situación

de ataque. Esta activación vendría acompañada de una valoración secundaria consistente en una

interpretación del estímulo amenazante en función de los esquemas cognitivos previamente

24

aprendidos en situaciones similares. Surgiría de este modo un deseo consciente de agredir, castigar

o eliminar al ofensor (Andreu, 2009).

Sin las consecuencias de esta reacción agresiva no se podría comprender cómo ha surgido este

esquema cognitivo y qué factores mantienen este tipo de agresión. Por una parte, el agresor

impulsivo-reactivo reduce un estado emocional negativo a través de su respuesta agresiva que, a

través de un proceso de reforzamiento negativo, seguirá manifestando ante situaciones similares.

(Andreu, 2009). Pero, por otra parte, el agresor impulsivo también provoca malestar, rechazo y

contra-ataques en su entorno, especialmente, cuando las amenazas no son reales, por lo que

además consigue confirmar sus expectativas sobre la intención hostil de los demás. Este proceso,

unido a otros factores desinhibitorios de la persona y del contexto, modularía este círculo vicioso

de la agresividad emocionalmente reactiva (Andreu, 2009). Es interesante señalar cómo algunos

estudios nos muestran que precisamente los agresores reactivos han sido víctimas en mayor

proporción que los proactivos.

Consecuentemente, es posible afirmar que estos agresores reactivos han sufrido múltiples

experiencias en la que con sus respuestas agresivas han fracasado a la hora de resolver conflictos

interpersonales.

En el caso de la agresión premeditada, el agresor percibiría un supuesto indicio social amenazante

pero éste, por el contrario, desencadena todo un proceso de agresividad subsiguiente que se va a

ir diferenciando progresivamente del proceso emocionalmente reactivo. Así, ante una amenaza,

también se produciría una valoración inicial que resulta en una activación que prepara al organismo

para una posible situación de ataque. Esta activación vendría acompañada de una valoración

secundaria consistente en una interpretación de ese estímulo amenazante en función de esquemas

cognitivos previamente aprendidos en situaciones similares. Esta interpretación vendría dada por

las consecuencias instrumentales de esa reacción agresiva (Andreu, 2009).

Consecuentemente, el agresor proactivo aprendería través de un proceso de reforzamiento

positivo que estas conductas agresivas permiten obtener beneficios y otras consecuencias positivas

como reducir estados o situaciones sociales molestas. Mediante este aprendizaje, el agresor

consigue confirmar sus expectativas positivas sobre el uso eficaz de la agresión. (Andreu, 2009).

Este proceso, unido a otros factores desinhibitorios de la persona y del contexto, modularía

finalmente este círculo vicioso de la agresividad instrumentalizada.

25

Los episodios agresivos constituyen pruebas claras de que la agresividad es un medio útil para

resolver conflictos y obtener beneficios. Asimismo, algunos estudios muestran que precisamente

los agresores proactivos han tenido más experiencias de éxito en el uso de la agresión por lo que

van desarrollando un sentimiento de autoeficacia que hace que una amenaza sería más bien

interpretada como un desafío que como un daño potencial (Crick & Dodge, 1996). En efecto, los

agresores proactivos tienden a tener más expectativas positivas sobre los resultados de la agresión

ya que: a) creen que la agresión produce recompensas tangibles, b) perciben que la agresión es una

conducta relativamente fácil de expresar y que sirve para poner fin a la conducta ajena que les

resulta molesta y c) consideran que la agresión mejora su autoestima y no causa daño permanente

a las víctimas (Crick & Dodge, 1996; Dodge, 1991). Parece evidente que estos agresores proactivos

han sufrido múltiples experiencias en las que a través de sus respuestas agresivas han tenido éxito

a la hora de resolver conflictos interpersonales. Puede que, en última instancia, la diferencia entre

ambos tipos de agresores resida en las experiencias de fracaso en el agresor reactivo y las

experiencias de éxito en el proactivo.

En términos cognitivos, la persona agresiva reactiva iría construyendo un esquema cognitivo hostil

en función de los fracasos y experiencias negativas que obtiene al usar la agresión contra otras

personas. Sin embargo, el agresor instrumental construiría un esquema cognitivo instrumental y de

autoeficacia en función de los éxitos que ha obtenido tras usar la agresión contra otras personas

(Andreu, Peña y Ramírez, 2009).

El modelo integrador de la agresividad impulsiva y premeditada permite plantear hipótesis y

predicciones de marcado valor heurístico para analizar los múltiples factores biopsicosociales

implicados en la agresión desde una perspectiva multidimensional. A pesar de que la etiología y el

tratamiento de la agresión y la violencia han sido por lo general mal comprendidos e

insuficientemente estudiados, el análisis motivacional y sociocognitivo de la agresión es

especialmente útil para el diagnóstico e intervención de aquellos individuos agresivos y violentos

tanto en contextos clínicos y forenses como escolares (Andreu, 2009).

El modelo mencionado anteriormente no hace más que reforzar la idea de que la agresividad es

uno de los temas de mayor relevancia en la actualidad, es por ello que ha sido objeto de estudio

periódicamente en diversas poblaciones a nivel mundial por su ocurrencia en las diferentes edades

poblacionales, pero es en la adolescencia donde se viene presentando un aumento en la frecuencia

e intensidad, extendiéndose a los diferentes ámbitos de la misma. (Andreu, 2010; Llanos, 2013).

26

Es por ello que autores como Andreu (2010), mencionan que la agresividad hace referencia a un

conjunto de procesos emocionales y cognitivos que motivan intencionalmente al individuo a hacer

daño a otra persona, o aun entorno o a sí mismo. La expresión de agresividad puede ser física

(cuando se busca provocar un daño físico a otra persona), verbal (cuando se pretende herir

mediante el uso de palabras) o relacional (cuando se busca dañar las relaciones que tiene la otra

persona, su estatus o reputación). Por otro lado Kassinove y Tafrate (2005, como se citó en Andreu,

2010), precisan que la agresividad haría referencia a un estado emocional asociado a ciertas

distorsiones cognitivas, conductas verbales y motrices y a determinadas pautas de activación física.

De igual importancia es mencionar que la agresividad se caracteriza por tener distintas formas de

expresión pudiendo ser directa o indirecta como lo señalan Richardson y Green (2003, como se

citan en Andreu, 2010) o manifestarse de manera impulsiva o involuntaria en algunos casos y/o

premeditada o voluntaria en otros, esto dependerá de diversos factores sociales, siendo los

adolescentes quienes se involucran de forma más directa, puesto que la etapa de madurez en la

que se encuentran se caracteriza por el tránsito del descontrol al control emocional, incluyendo los

impulsos violentos.

Como se sabe, la adolescencia es una etapa de vida del ser humano, que “comprende un período

intermedio entre la niñez y la adultez, y está caracterizada por cambios notables en el desarrollo

físico, emocional y social del individuo” (Camejo, 2009, p 4). En esta etapa se vuelve central la

búsqueda de identidad, pensamientos inmaduros, persistiendo en algunas actitudes y conductas

inadecuadas (Papalia, Wendkos & Duskin,2004), además se ha establecido que los adolescentes

agresivos presentan problemas concurrentes con los iguales (rechazo, aislamiento), ansiedad y

trastornos del estado de ánimo, comportamientos externos problemáticos (problemas de conducta

y comportamiento desafiante) y delincuencia (Marsee & Frick, 2010 como se citaron en Andreu,

2010).

Contextualizando de forma más específica se puede mencionar que en la actualidad se está

presenciando el incremento de la agresividad en los adolescentes del país, particularmente en las

regiones del norte y en especial en la ciudad de Huamachuco donde se ha empezado a percibir un

aumento de conductas delictivas en los adolescentes. Lugar donde la agresión está teniendo

manifestaciones cada vez más frecuentes y con consecuencias mayores y es que al menos, 08 de

27

10 adolescentes recurren a la agresividad manifestándola en comportamientos dentro de pandillas;

por lo cual es de suma importancia realizar investigaciones que posibiliten estudiar la variable en

este tipo de contextos, que permitan una reactualización dela información con la que se cuenta en

la actualidad.

Por ello es importante mencionar que, la agresividad se está manifestando con tanta frecuencia en

actos delictivos en donde la norma es la minoría de edad de los adolescentes, inclusive existen casos

de adolescentes que son noticia a nivel nacional por las repercusiones de su comportamiento hostil,

las cifras estadísticas e índices de agresividad se están replanteando para entender mejor la

naturaleza de este tipo de comportamiento.

Es así que el Cuestionario de Agresividad Premeditada e Impulsiva en Adolescentes (CAPI-A)

proporciona la oportunidad de estudiar de manera objetiva a la variable, puesto que está basado

en teorías modernas sobre la agresividad; además, ha demostrado ser válido en otros contextos, y

aunque anteriormente ya fue estudiada en nuestro país, no existe un estudio psicométrico hecho

particularmente en la ciudad de Huamachuco; por lo tanto, no se cuenta con la validez y

confiabilidad del mismo, así como con baremos para la población de estudio, que en los últimos

años ha tenido un crecimiento demográfico muy amplio, por lo que va a ser de suma utilidad en

dicho escenario social para que los profesionales puedan realizar diagnóstico, más aun si se es

consciente de los riesgos y consecuencias que podría tener estudiar la agresividad de forma clásica

con instrumentos construidos en realidades distintas.

Por lo expuesto, se puede mencionar que el problema central es la ausencia de estudios sobre las

propiedades psicométricas del Cuestionario de Agresividad Premeditada e Impulsiva; así como la

elaboración de los baremos o normas del mismo en adolescentes del distrito de Huamachuco,

provincia de Sánchez Carrión.

1.1. Formulación del problema:

¿Cuáles son las Propiedades Psicométricas del Cuestionario de Agresividad Premeditada e

Impulsiva en una muestra de Estudiantes de Secundaria algunas instituciones educativas

del distrito de la Huamachuco?

1.2. Objetivos:

28

1.2.1. General

- Determinar las propiedades psicométricas del Cuestionario de Agresividad

Premeditada e Impulsiva en una muestra de Estudiantes de Secundaria de algunas

instituciones educativas del distrito de Huamachuco.

1.2.2. Específicos

- Realizar la validez de contenido por de criterio de jueces utilizando la V de Aiken

del Cuestionario de Agresividad Premeditada e Impulsiva en una muestra de

Estudiantes de Secundaria de algunas instituciones educativas del distrito de la

Huamachuco.

- Hallar la validez de constructo a través del análisis ítem – test del Cuestionario de

Agresividad Premeditada e Impulsiva en una muestra de Estudiantes de Secundaria

de algunas instituciones educativas del distrito de Huamachuco.

- Establecer la confiabilidad por el método de consistencia interna del Cuestionario

a través del Alfa de Cronbach del cuestionario de Agresividad Premeditada e

Impulsiva en una muestra de Estudiantes de Secundaria de algunas instituciones

educativas del distrito de Huamachuco.

- Elaborar los baremos percentilares locales Generales y por género del Cuestionario

de Agresividad Premeditada e Impulsiva en una muestra de Estudiantes de

Secundaria de algunas instituciones educativas del distrito de Huamachuco.

- Generar los puntos de corte respectivos del Cuestionario de Agresividad

Premeditada e Impulsiva en una muestra de Estudiantes de Secundaria de algunas

instituciones educativas del distrito de Huamachuco.

II. MARCO METODOLÓGICO:

2.1. Variables:

Variable Cualitativa: Agresividad

2.2. Operacionalización de las Variables:

Cuadro 1. Operacionalización de variables, Variable Agresividad.

29

Variable Definición

conceptual

Definición

Operacional Indicadores Escala de medición

Agresividad

Premeditada

E Impulsiva

(CAPI – A)

Hace referencia a un

conjunto de procesos

emocionales y

cognitivos que

motivan

intencionalmente al

individuo a hacer

daño a otra persona, a

su entorno o a sí

mismo. La expresión

de la agresividad

puede ser física,

verbal o relacional

(Andreu, 2010)

Se medirá los

estilos de

agresividad

premeditada e

impulsiva

mediante el

Cuestionario

(CAPI-A).

Agresividad premeditada:

Implica el uso de la agresión

como un medio para

conseguir un objetivo

(Andreu, 2010). Items: 1, 3,

5, 7, 9, 11, 13,15, 17, 19,21.

La escala de

medición es de

intervalo. Según

Alarcón (2009

proporciona

información acerca

del ordenamiento

de los eventos,

sujetos u objetos,

pero también nos

da información con

respecto a la

distancia de cada

uno de estos

órdenes o rangos.

Agresividad impulsiva: Hace

referencia al uso de la

agresión como respuesta

ante una amenaza o

provocación real o

percibida (Andreu, 2010).

Items:

2,4,6,8,10,12,14,16,18,

20,22,23,24

2.3. Metodología

Para la presente investigación se empleó el Método Inductivo, en el cual Hernández,

Fernández y Baptista (2010, p.11), afirman “que va de lo particular de los datos a las

generalizaciones no estadísticas y a la teoría”

2.4. Tipo de Estudio

Para el presente estudio, se utilizó el tipo de Investigación Tecnológica, es aquella cuyo

objetivo de investigación es más práctico que teórico y cuyos instrumentos son científicos

(Rodríguez, 2005); por esta razón, esta investigación también se enfoca a “los logros

psicométricos” (Rodríguez y Cuevas, 1995, p. 56).

2.5. Diseño de Investigación

El presente estudio, se basó en el diseño psicométrico, en la cual se considera como aquella

relativa, a la construcción y adaptación de tests psicológicos, de habilidades, aptitudes

30

especiales, inventarios de personalidad, de intereses vocacionales y escalas de actitudes. El

propósito de estos estudios es desarrollar instrumentos de medición que reúnan los

requisitos de “validez” y “confiabilidad”, de suerte que sean buenos predictores de la

conducta. Comprende, también el desarrollo de “normas” para interpretar las puntuaciones

individuales, puesto que las ejecuciones personales sólo pueden valorarse en cuanto se les

compara con resultados obtenidos por el grupo del que forma parte (Alarcón, 2008).

Asimismo, este tipo de investigación “requiere datos para examinar las propiedades de las

mediciones y su adecuación para diferentes usos” (Conrad & Serlin, 2011, p. 223).

2.6. Población y muestra

2.6.1. Población

La población objetivo estuvo compuesta por 2970 estudiantes de secundaria de

ambos géneros, cuyas edades oscilan entre 12 y 17 años, de algunas instituciones

educativas del distrito de la Huamachuco.

Los estudiantes están distribuidos por año de estudio y sección de cada una de las

instituciones educativas, siendo así, en la primera institución educativa existen

894estudiantes; en la segunda, 695 estudiantes; en la tercera, 177 estudiantes; en la

cuarta, 985 y en la quinta institución educativa existen 307 estudiantes.

Asimismo, según la distribución por año de estudio, se tiene que en el primer grado

de secundaria de algunas instituciones educativas del distrito de la Huamachuco

existen 652 estudiantes; en el segundo año de secundaria, 628 estudiantes; en el

tercer año de secundaria, 628 estudiantes; en cuarto año de secundaria 613

estudiantes y en el quinto año de secundaria existen 508 estudiantes

Tabla 01.

Distribución de la población según el año y sección en estudiantes de secundaria de

algunas instituciones educativas del distrito de la Huamachuco.

AÑO Y SECCIÓN

Institución Educativa 1 F.M.S

1º 2º 3º 4º 5º

A 41 33 36 36 32

B 40 35 37 36 31

C 40 35 35 37 31

D 41 35 35 40 32

31

E 39 36 35 35 31

AÑO Y SECCIÓN

Institución Educativa 2

1º 2º 3º 4º 5º

A 40 47 38 42 37

B 36 47 35 42 36

C 36 47 36 40

D 36

AÑO Y SECCIÓN

Institución Educativa 3

1º 2º 3º 4º 5º

A B

21 21

41 34 30 30

AÑO Y SECCIÓN

Institución Educativa 4

1º 2º 3º 4º 5º

A 33 32 36 36 30

B 30 32 36 36 30

C 30 33 36 32 30

D 33 33 36 36 30

E 31 34 36 35 30

F 24 36 36 35 28

AÑO Y SECCIÓN

Institución Educativa 5

1º 2º 3º 4º 5º

A 28 33 31 32 32 B 31 32 35 26 27

32

2.6.2. Muestra

La muestra estuvo constituida por 499 estudiantes de secundaria de ambos géneros,

cuyas edades oscilaron entre 12 y 17 años de algunas instituciones educativas del

distrito de Huamachuco, para hallar la muestra, se utilizó la siguiente fórmula:

𝑛 =𝑁. 𝑍𝑎

2. 𝑝. (1 − 𝑝)

𝑒2. (𝑁 − 1) + 𝑍𝑎2. 𝑝. (1 − 𝑝)

= 499

Dónde:

- P= probabilidad (50% - .5)

- E= error estándar esperado (4% - 600.25)

- Z: valor estandarizado correspondiente a un nivel de confianza (95% - 1.96)

- N: Población (2970 estudiantes)

2.6.3. Muestreo

Se llevó a cabo mediante, el muestreo estratificado técnica que consiste en constituir

a los integrantes de la población en estratos homogéneos respecto a la variable en

estudio, según institución educativa y el grado de estudios de los alumnos. Es

empleado, cuando se considera que una población posee subgrupos o estratos que

pueden presentar diferencias en las características que son sometidos a estudio.

(Sánchez y Reyes, 2006, p.145).

Luego, se aplicó el muestreo aleatorio simple para seleccionar la muestra de cada

estrato por lo que se realizó un sorteo, lo que hace a la muestra representativa de la

población respectiva. Las técnicas de muestreo probabilísticas que se utilizaron, son

aquellas que se pueden calcular con anticipación, asimismo, permitirán conocer cuál

es la probabilidad de poder obtener cada una de las muestras que sean posibles a

partir de una población o universo (Sheaffer & Mendenhall, 2007, p.89).

Para ello se hizo uso de la siguiente fórmula:

𝑓ℎ =𝑛

𝑁

Dónde:

33

- n = Muestra - N = Población

𝑓ℎ =499

2970

= .17

Tabla 02 A.

Distribución de la muestra por estrato según el año y sección en estudiantes de secundaria de la

institución educativa “Florencia de Mora de Sandoval” del distrito de Huamachuco.

En la tabla 02 A se observa, la distribución de alumnos por año, sección y sexo de la institución

educativa “Florencia de Mora de Sandoval” del distrito de Huamachuco, así como los estratos

obtenidos.

AÑO Y SECCIÓN

Sexo

Institución Educativa 1

1º estrato 2º Estrato 3º Estrato 4º estrato 5º estrato

A

Hombres 21 4 18 3 13 3 22 4 17 3 Mujeres 20 4 15 2 13 3 14 2 15 2

B

Hombres 20 4 20 3 23 4 20 4 15 2

Mujeres 21 4 15 3 14 2 16 2 16 3

C

Hombres 22 4 17 3 17 3 19 3 14 2

Mujeres 19 3 18 3 18 3 16 3 17 3

D

Hombres 19 4 19 3 21 4 23 4 18 3

Mujeres 22 4 16 3 14 2 17 3 14 2

E

Hombres 25 4 15 3 20 3 22 4 15 2

Mujeres 16 2 20 3 15 3 15 2 16 3

Total 201 35 174 29 178 30 184 31 157 25

34

Tabla 02 B.

Distribución de la muestra por estrato según el año y sección en estudiantes de secundaria de la

instrucción educativa “Cesar Abraham Vallejo Mendoza” del distrito de Huamachuco

En la tabla 02 B se observa, la distribución de alumnos por año, sección y sexo de la institución

educativa “Cesar Abraham Vallejo Mendoza” del distrito de Huamachuco, así como los estratos

obtenidos.

AÑO Y SECCIÓN

SEXO Institución Educativa 2

1º estrato 2º Estrato 3º estrato 4º estrato 5º estrato

A Hombres 18 4 23 4 18 3 24 4 23 4

Mujeres 22 4 24 4 20 4 18 3 14 2

B Hombres 22 4 24 4 20 4 20

3 18 3

Mujeres 14 2 23 4 15 2 22 4 18 3

C

Hombres 21 4 22 4 20 4 20 3

Mujeres 14 2 25 4 16 3 20 3

D

Hombres 18 3

Mujeres 18 3

total 148 26 141 24 109 20 124 20 73 12

35

Tabla 02 C.

Distribución de la muestra por estrato según el año y sección en estudiantes de secundaria de la

institución educativa “Santa Ana y San Francisco” del distrito de Huamachuco

En la tabla 02 C se observa, la distribución de alumnos por año, sección y sexo de la institución

educativa “Santa Ana y San Francisco” del distrito de Huamachuco, así como los estratos obtenidos.

AÑO Y SECCIÓN

SEXO Institución Educativa 3

1º estrato 2º Estrato 3º estrato 4º estrato 5º estrato

A Hombres 13 2 22 4 17 3 17 3 13 2

Mujeres

8 2 19 4 17 3 13 2 17 3

B

Hombres

12 2

Mujeres

9 2

Total 42 8 41 8 34 6 30 5 30 5

36

Tabla 02 D.

Distribución de la muestra por estrato según el año y sección en estudiantes de secundaria de la

institución educativa “Colegio Nacional San Nicolás” del distrito de Huamachuco.

En la tabla 02 D se observa, la distribución de alumnos por año, sección y sexo de la institución

educativa “Colegio Nacional San Nicolás” del distrito de Huamachuco, así como los estratos

obtenidos.

AÑO Y SECCIÓN

sexo

Institución Educativa 4

1º estrato 2º estrato 3º estrato 4º estrato 5º estrato

A Hombres 18 3 15 3 18 3 18 3 17 3

Mujeres 15 2 17 2 18 3 18 3 13 2

B Hombres 13 2 17 3 18 3 19 3 16 3

Mujeres 17 3 15 2 18 3 17 3 14 2

C Hombres 16 3 18 3 18 3 18 3 16 3

Mujeres 14 2 15 2 18 3 14 2 14 2

D Hombres 18 3 14 2 18 3 19 3 16 3

Mujeres 15 2 19 3 18 3 17 3 14 2

E Hombres 15 3 18 3 19 3 16 3 15 3

Mujeres 16 2 16 2 17 3 20 3 15 2

F Hombres 10 2 20 4 18 3 17 3 16 2

Mujeres 14 4 16 2 18 3 18 3 12 2

total 181 31 200 31 216 36 210 35 178 29

37

Tabla 02 E.

Distribución de la muestra por estrato según el año y sección en estudiantes de secundaria de la

institución educativa “José Faustino Sánchez Carrión” del distrito de Huamachuco.

En la tabla 02 E se observa, la distribución de alumnos por año, sección y sexo de la institución

educativa “José Faustino Sánchez Carrión” del distrito de Huamachuco, así como los estratos

obtenidos.

AÑO Y SECCIÓN

sexo

Institución Educativa 5

1º estrato 2º Estrato 3º estrato 4º estrato 5º estrato

A Hombres 16 3 18 3 15 3 18 3 13 2

Mujeres 12 2 15 3 16 3 14 2 19 3

B Hombres 19 4 17 3 20 4 13 2 14 2

Mujeres 12 2 15 2 15 2 13 2 13 2

total 59 11 65 11 66 11 58 9 59 9

38

2.6.4. Criterios de selección

2.6.4.1. Criterios de Inclusión

- Estudiantes cuyas edades oscilen entre los 12 y 17 años

- Estudiantes de ambos géneros.

- Estudiantes que han empezado el año escolar a partir de marzo.

2.6.4.2. Criterios de Exclusión

- Estudiantes que estén recibiendo alguna intervención y/o terapia psicológica,

esto fue determinado a través de una ficha de tamizaje (ver Anexo 03).

- Estudiantes que no hayan respondido adecuadamente la prueba.

- Estudiantes que no hayan firmado el consentimiento informado.

- Estudiantes que recién se han incorporado a la institución educativa por motivo

de traslado.

2.7. Técnicas e instrumentos de recolección de datos

Para la presente investigación se utilizó como técnica de recolección de datos, la técnica

psicométrica., la cual según Fernández (como se citó en Cardona, Chiner y Lattur, 2006,

p.74) refiere que éstas comprenden: “aquellos test de evaluación y diagnóstico que han

sido elaborados utilizando procesamientos estadísticos, altamente calificados y con

material rigurosamente estandarizado y tipificado, en sus tres fases fundamentales:

Administración, corrección e interpretación”.

Instrumento 1: CAPI-A

Ficha Técnica.

El nombre del instrumento es Cuestionario de agresividad premeditada e impulsiva en

adolescentes, CAPI- A por sus iniciales; cuyo autor es José Manuel Andreu (Departamento

de personalidad, evaluación y tratamiento psicológico I. Universidad Complutense de

Madrid. Quien lo publicó en el año 2010.

Esta prueba puede ser aplicada tanto de manera individual, como colectiva en adolescentes

de 12 a 17 años de edad, en un tiempo aproximado de entre 15 a 20 minutos, con la

finalidad de evaluar la agresividad premeditada e impulsiva, junto a una escala para el

control de la falta de sinceridad. Además cuenta con baremos percentilares de

adolescentes por sexo y general. El cuestionario de agresividad premeditada e impulsiva en

39

adolescentes (CAPI-A) está constituido por dos factores y una escala: Factor premeditado

(proactiva / instrumental, Factor impulsivo (reactivo / hostil): a este factor se le asignan los

siguientes correlatos y Escala de sinceridad.

Validez.

Validez de contenido: La construcción de ítems se realizó a partir una revisión bibliográfica

exhaustiva de la literatura existente sobre agresividad impulsiva y premeditada, teniendo

en cuenta a Barrat 1999; Dodge y Coie, 1987 (Como se citaron en Andreu, 2010). También

se utilizaron ítems y descripciones procedentes de las investigaciones sobre la agresividad

reactiva y proactiva de Andreu, (2009). Siguiendo este criterio teórico conceptual, se

construyeron en un primer momento 32 ítems (16 de agresividad premeditada y 16 de

agresividad impulsiva).

Validez de criterio: Se estudió en su modalidad de validez discriminante y convergente.

Validez discrimínate: fue evaluada comprobando que la correlación entre las escalas fuera

inferior a su coeficiente alfa (Hair et al., 2005, como se citó en Andreu, 2010). Validez

convergente: se realizó correlacionando el CAPI-A con dos instrumentos externos, uno de

impulsividad de Barrat (BIS-11, Escala de impulsividad); Oquendo y cols, 2001 (Como se

Citaron en Andreu, 2010) y otro de agresividad reactiva/proactiva (RPQ, Cuestionario de

Agresividad Reactiva/Proactiva; Andreu, Peña y Ramírez, 2009). Por una parte, ambos tipos

de agresividad correlacionaron significativamente con la impulsividad. Por otra, la

agresividad premeditada presentó una correlación ligeramente más elevada con la

agresividad proactiva y, la agresividad impulsiva mostró una mayor correlación con la

agresividad reactiva.

Validez de constructo: Se realizó mediante el modelo factorial confirmatoria. Se desarrolló

mediante el programa estadístico AMOS 7, con el objetivo de estudiar la pertenencia de los

ítems a cada uno de los constructos evaluados. El método de estimación elegido fue el

General Least Squares dado que los ítems no mostraron una distribución normal

multivariante (Coeficiente de Mardia=133.15; C.R. = 40.9). Los índices de asimetría de los

ítems oscilaron entre .01 y 5.05 y los de curtosis entre .41 y 27.30. Los índices de bondad

de ajuste del modelo compuesto por 32 ítems fueron: GFI (índice de bondad de ajuste del

modelo)= .87; AGFI (índice de bondad de ajuste corregido)=.85; RMSEA (error de

40

aproximación cuadrático medio)= .06. Dado el nivel de ajuste inadecuado del modelo, se

eliminó ítems con una varianza inferior al 10% y un coeficiente de regresión estandarizado

inferior a .35 (ítems P1, P3, P5, P15 y P16; ítem 12). El análisis de saturaciones cruzadas

mostró que existía una saturación compartida entre los dos factores en relación con los

ítems I9 e I15 (índices de modificación mayor 4). Luego se procedió a aplicar un segundo

AFC sobre los ítems depurados.

El modelo factorial confirmatorio estuvo compuesto por 24 ítems (11 de tipo premeditado

y 13 impulsivo), cuyos respectivos coeficientes de regresión estandarizados y varianza

explicada (estimada mediante el coeficiente de correlación múltiple al cuadrado), todas las

saturaciones fueron superiores a .35 y las varianzas explicadas de los ítems oscilaron entre

el 13% y el 54%. Entre los índices de ajustes hallados, el GFI (Índice de bondad de ajuste del

modelo) fue de .90 y el AGFI (Índice de bondad de ajuste corregido) de .88, lo que indicó un

ajuste absoluto del modelo al presentar índices de valores altos. El RMSEA (error de

aproximación cuadrático medio) fue de .05 e indicó también un buen ajuste absoluto dado

que los valores por debajo de .08 se consideraron aceptables. Finalmente la covarianza

entre ambas escalas fue de .43, mientras que la correlación, estimada por medio del

coeficiente de correlación de Pearson, fue de .73.

Confiabilidad. La fiabilidad de la escala de agresividad premeditada, estimada mediante el

coeficiente alfa de cronbach fue de .83, y en la escala de agresividad impulsiva fue de .82.

Normas de Calificación. La valoración de cada uno de los ítems se hace mediante una escala

Likert de cinco puntos. Los cinco puntos evalúan el grado en que la actitud agresiva del

adolescente es favorable o desfavorable. Se han utilizado los números del 1 al 5 para

representar el grado en que el adolescente está de acuerdo con el ítem, siendo 1 muy en

desacuerdo y 5, muy de acuerdo.

La corrección es muy sencilla. Una vez realizada la aplicación despliegue el ejemplar

autocopiativo y sume las puntuaciones de los ítems que componen cada escala siguiendo

las instrucciones que aparecen en la hoja. A continuación, anote las puntuaciones directas

(PD) resultantes en las casillas correspondientes y consulte los baremos para obtener el

percentil (Pc) que le corresponde a cada PD. Si lo desea, puede representar los percentiles

en el perfil gráfico de la hoja, tal y como se muestra en la figura 3.1. En este sentido, tenga

41

en cuenta que cada tramo del perfil se corresponde con un incremento de 5 puntos en

términos de Pc (recuerde que esta escala Pc no es de naturaleza lineal, sino ordinal, de ahí

que el ancho de los tramos no sea siempre el mismo.

Igualmente se procede con las preguntas que evalúan el estilo de respuesta del sujeto.

Sume el número de cruces marcadas en la columna verdadero realizadas y anote el

resultado en la casilla correspondiente. A continuación, consulte la tabla de baremos para

determinar la validez de los resultados.

En general, una puntuación percentil de 75 o superior es indicativa de agresividad impulsiva

o premeditada. A partir del percentil 95 se considera que la agresividad es

predominantemente impulsiva o premeditada. Se recuerda que el adolescente puede

presentar niveles altos en ambas escalas, lo que sería indicativo de altos niveles de

agresividad impulsiva y premeditada sin que predomine uno en concreto.

Claro está que la interpretación de las puntuaciones de cada sujeto cobra sentido en un

contexto individualizado y en una población determinada. También es frecuente que las

puntuaciones varíen en función de los diferentes tipos de alteraciones presentes en los

adolescentes, sobretodo, en lo que se refiere a problemas de conducta (Del Barrio et al.,

2005)

Normas de Interpretación. Una vez obtenidas las puntuaciones percentiles

correspondientes a cada una de las escalas (Premeditada e Impulsiva), éstas se pueden

representar en un gráfico que proporciona el perfil agresivo de cada sujeto. A partir del

percentil 75 en cada una de las escalas encontraríamos o bien un perfil de agresividad

premeditado o, por el contrario, impulsivo. Finalmente, en el caso de que en ambas escalas

la puntuación obtenida fuera igual o superior al percentil 75 hablaríamos de un perfil de

agresividad mixto.

La escala de sinceridad incorporada en el CAPI-A está formada por seis elementos que

componen la segunda parte del cuestionario y que forman parte de la tipificación con el

objeto de representar una serie de contenidos relacionados con conductas que, aunque

reflejen cierta ruptura con las normas y convenciones sociales, tienen una alta aceptación

en la mayoría de los casos.

42

Baremos .En cuanto los baremos, está basado en medidas percentilares, por sexo.

Instrumento 2: Ficha de Tamizaje:

Se aplico una ficha de tamizaje con la finalidad de recolectar datos acerca de tratamientos

en salud metal, para trabajar con poblacion normal (sin tratamiento).

2.8. Métodos de análisis de datos

- Para la validez de constructo se hicieron cálculos con el programa Excel 2010, para

luego ser procesador en el programa SPSS 20.0, lo cual facilitará el análisis factorial.

- Una vez codificados los datos, se procedió a la tabulación, esto es, a la ordenación

sistemática en tablas, y presentación de manera gráfica, para facilitar la siguiente fase

de interpretación y explicación de resultados.

- La confiabilidad se utilizó la consistencia interna de alpha de Cronbach

- El estudio a realizarse se basó en la estadística descriptiva el que consiste en la

presentación de manera resumida de la totalidad de observaciones hechas, como

resultado de una experiencia realizada (Sánchez y Reyes, 2006).

Es por ello que se utilizaron:

Medidas de tendencia central

�̅�ó M

Medidas de dispersión.

𝑆2 S desviación Estándar

− Medidas de tendencia central: Son aquellas que nos proporcionan un número o cifra

que refleja un puntaje “promedio” para todo un conjunto de observaciones. Este

puntaje siempre está ubicado en un punto en la escala de distribución de todos los

puntajes. Los principales estadísticos de tendencia central son tres: la moda, la

mediana y la media aritmética. (Sánchez y Reyes, 2006).

− Varianza y desviación estándar: Son medidas de variabilidad son usadas con datos

provenientes de la escala de tipo intervalo. Son medidas que están basadas en los

43

valores numéricos de todos los puntajes. Para sus cálculos requieren que previamente

se haya encontrado la media aritmética. (Sánchez y Reyes, 2006. p. 166)

− Estadística inferencial: Ayuda al investigador a encontrar significatividad en sus

resultados comparando dos o más grupos de datos para poder determinar si las

posibles diferencias a encontrarse entre ellos son diferencias reales o son debidas

solamente al azar. Existen dos maneras para procesar los datos; Estadísticas

paramétricas, requiriendo los supuestos: (Distribución Normal y Homogeneidad de la

variable) y estadísticas no paramétricas. (Sánchez y Reyes, 1996).Finalmente los datos

recopilados serán procesados en Excel y presentados en tablas de una o dos entradas

con frecuencia numéricas y porcentuales con sus respectivos gráficos utilizando el

programa estadístico SPSS v. 20 (Statistical Package for social Science).

2.9. Aspectos Éticos

Se explicó a los participantes sobre los criterios básicos de la selección de la muestra así

como de las condiciones sobre su participación en la investigación. Los estudiantes con

conocimiento de los fines de estudio y del empleo de la información, firmaron la carta de

consentimiento informado (ver Anexo 02) y posteriormente, empezaron con el llenado de

las pruebas.

44

III. RESULTADOS

3.1. Validez:

3.1.1 Validez de contenido:

Tabla Nº 03:

Validez de contenido a través de criterio de jueces utilizando la V de Aiken basados en los datos

recogidos en la prueba piloto.

Nº de ítem Total de jueces expertos V de Aiken

5

7

18

5

5

5

.8

.8

1.0

En la tabla 03, se aprecia un nivel de acuerdo significativo entre los jurados V=>.7 (Aiken 1980; 1985,

como se citó en Arana, 2014), donde los ítem 5 y 7 obtuvo V=.8, mientras que el ítem 18 obtuvo

V=1.0, valores que son muy cercanos a 1.0 que es valor máximo posible según Aiken (1985, como

se citó en Arana, 2014).

45

3.1.2 Validez de Constructo:

Tabla 04.

Correlación ítem-test de la escala "Agresividad Premeditada" en estudiantes de secundaria de

algunas instituciones educativas del distrito de Huamachuco.

Nº Correlación

Ítem-test Sig.(p)

1. ,370 **

3. ,255 **

5. ,116 *

7. ,634 **

9. ,518 **

11. ,648 **

13. ,399 **

15. ,633 **

17. ,539 **

19. ,525 **

21. ,614 **

En la tabla 04, se muestran los resultados de la correlación ítem-test correspondientes a los ítems

que conforman la escala Agresividad Premeditada, donde se puede observar que los diez ítems

registran un índice de correlación que supera al valor mínimo requerido de .20, Estos valores

fluctúan entre .255 y .648. Se observa también que el ítem 5 registra un inferior al valor mínimo

aceptable de .20 (Kline, 1982; como se citó en Tapia y Luna, 2010); pero es significativo, por lo que

se optó por mantener dicho ítem en la escala.

46

Tabla 05.

Correlación ítem-test de la escala "Agresividad Impulsiva" en estudiantes de secundaria de algunas

instituciones educativas del distrito de Huamachuco.

No Correlación Sig.(p) Ítem-test 2. ,469 **

4. ,066

6. ,503 **

8. ,569 **

10. ,518 **

12. ,485 **

14. ,084

16. ,597 **

18. ,373 **

20. ,600 **

22. ,601 **

23. ,539 **

24. ,619 **

En la tabla 05, se observan los resultados de la correlación ítem-test correspondiente a

la escala Agresividad Impulsiva, donde se muestra que once ítems que la conforman,

registran valores superiores al mínimo aceptable de .20, los mismos que varían entre .373 y

.619, en tanto que dos ítems registran valores menores a .20 (Kline, 1982; como se citó en

Tapia y Luna, 2010); siendo no significativos, por lo que se procedió a evaluar la confiabilidad

en caso dichos ítems fueran eliminados, observando que esta no se incrementa

considerablemente, por lo que se mantuvo dichos ítems en la escala.

47

3.2 Confiabilidad:

El análisis de la fiabilidad del Cuestionario de Agresividad Premeditada e Impulsiva en

Adolescentes (CAPI A), en estudiantes de secundaria de algunas instituciones educativas

del distrito de Huamachuco, estimada mediante el cálculo del coeficiente de confiabilidad

Alfa de Cronbach, se muestra en la tabla 06.

Tabla 06.

Confiabilidad del Cuestionario de Agresividad Premeditada e Impulsiva en estudiantes de

secundaria de algunas instituciones educativas del distrito de Huamachuco.

En la tabla 06, se presenta la confiabilidad del Cuestionario de Agresividad Premeditada e

Impulsiva en Adolescentes, la que fue estimada mediante el coeficiente de confiabilidad Alfa

de Cronbach donde se puede observar que las escalas Agresividad Premeditada y Agresividad

Impulsiva, registran valores del coeficiente de confiabilidad de .673 y .699 respectivamente,

que califican a la consistencia interna de cada escala como moderada según la escala de

calificación propuesta por, De Vellis (1991).

Escala Coeficiente de Confiabilidad Alfa de Cronbach

N° Ítems

Agresividad Premeditada .673 11

Agresividad Impulsiva .699 13

48

Tabla 07.

Estadísticos descriptivos según escala del Cuestionario de Agresividad Premeditada e Impulsiva en estudiantes de secundaria de algunas instituciones educativas del distrito de Huamachuco.

Escala Promedio DE EEM

Agresividad Premeditada 30,5 7,3 4,0

Agresividad Impulsiva 36,8 8,3 8,1

Nota: DE: Desviación estándar, EEM: Error estándar de medición

En la tabla 07, se observan los valores de los estadísticos descriptivos: promedio, desviación

estándar (DE), y Error estándar de medición, de las puntuaciones obtenidas por estudiantes de

algunas instituciones educativas del distrito de Huamachuco, en las escalas del Cuestionario de

Agresividad Premeditada e Impulsiva; verificando que la puntuación promedio en agresividad

premeditada es de 30,5 puntos y en agresividad impulsiva es de 36,8; y la dispersión promedio (DE),

de las puntuaciones respecto a la puntuación promedio es de 7,3 y 8,3, respectivamente. También

se observa que tanto en la escala de agresividad premeditada como de agresividad impulsiva, el

valor de la desviación estándar supera al valor del error estándar de medición por tanto se confirma

la confiabilidad de cada una de las escalas (Aliaga, 2007).

49

3.3 Baremos:

Tabla 08.

Baremos en percentiles de la escala Agresividad Premeditada del Cuestionario de

Agresividad Premeditada en Adolescentes CAPI-A en alumnos estudiantes de secundaria de

algunas instituciones educativas del distrito de Huamachuco.

Puntuaciones directas

Percentil Varones Mujeres Percentil

99 47-50 48-54 99 98 46 98 97 45 46 97 95 43 44 95 90 40 40 90 85 38 37 85 80 36 36 80 75 35 33 75 70 34 32 70 65 33 31 65 60 32 60 55 31 30 55 50 30 29 50 45 28 45 40 29 40 35 28 27 35 30 27 25 30 25 26 24 25 20 23 20 15 25 22 15 10 23 21 10 5 21 19 5 3 17 3 2 19 16 2 1 15-18 13-15 1

N 244 255 N Media 31,2 29,8 Media Mediana 30,0 29,0 Mediana Moda 30,0 28,0 Moda D.t. 6,9 7,7 D.t. Min. 15 13 Min. Max. 50 54 Max.

En la tabla 08, se presenta la conversión de las puntuaciones directas a percentiles,

correspondientes a la escala Agresividad Premeditada, donde se muestra que la puntuación

promedio en varones es de 31.2, la mitad de ellos obtuvo una puntuación mayor a 30.0;

asimismo, la puntuación más frecuente fue 30.0 con una desviación de 6.9; el puntaje

máximo obtenido fue 50 y el mínimo fue 15. Dicha interpretación se extiende en el caso de

mujeres, que se presentan en la misma tabla 08.

50

Tabla 09.

Baremos en percentiles de la escala Agresividad Impulsiva del Cuestionario de Agresividad

Premeditada e Impulsiva en Adolescentes CAPI-A en alumnos estudiantes de secundaria de

algunas instituciones educativas del distrito de Huamachuco.

Puntuaciones Directas

Percentil Agresividad Impulsiva

99 52-57 98 97 50 95 49 90 47 85 45 80 44 75 42 70 41 65 40 60 39 55 38 50 37 45 36 40 35 35 33 30 32 25 31 20 29 15 28 10 26 5 24 3 21 2 19 1 15-17

N 499 Media 36,8 Mediana 37,0 Moda 33,0 D.t. 8,2 Min. 15 Max. 57

En la tabla 09, se presenta la conversión de las puntuaciones directas a percentiles para la

escala Agresividad Premeditada para varones y mujeres, donde se puede observar que la

puntuación media obtenida fue 36.8, se observa también que la mitad de los alumnos obtuvo

una puntuación mayor a 37.0; la puntuación más frecuente fue 33.0; con una desviación de

8,2 puntos. El puntaje máximo registrado fue 57 y el mínimo fue 15 puntos.

51

3.4 Puntos de Corte:

Tabla 10.

Puntos de corte en la puntuación directa en la escala de Agresividad Premeditada del Cuestionario de Agresividad Premeditada e Impulsiva en Adolescentes CAPI-A, en alumnos varones y mujeres

Pc P. Directas Nivel

Varones 75 – 99 33 - 48 Alto 25 – 74 25 - 32 Medio 1 – 24 12 - 24 Bajo

Mujeres 75 – 99 31 - 45 Alto 25 – 74 23 - 30 Medio 1 – 24 15 - 22 Bajo

52

Tabla 11

Puntos de corte en la puntuación directa en la escala de Agresividad Impulsiva del Cuestionario del Cuestionario de Agresividad Premeditada e Impulsiva en Adolescentes CAPI-A, en alumnos varones y mujeres

Pc P. Directas Nivel

Varones

75 – 99 41 - 60 Alto

25 – 74 30 - 40 Medio

1 – 24 13 - 29 Bajo

Mujeres

75 – 99 40 - 57 Alto

25 – 74 30 - 39 Medio

1 – 24 17 - 29 Bajo

53

IV. DISCUSIÓN

La presente investigación tuvo como finalidad realizar el estudio de las Propiedades psicométricas

del Cuestionario de Agresividad Premeditada e Impulsiva en una muestra de Estudiantes de

Secundaria algunas instituciones educativas del distrito de la Huamachuco, logrando en su totalidad

los objetivos planteados, encontrando la confiabilidad, la validez de constructo, las normas

percentilares y los respectivos puntos de corte para establecer las categorías diagnósticas por

escala; en una población de 2970 sujetos, de la cual se obtuvo una muestra de 499 estudiantes de

ambos sexos de entre 12 y 17 años, considerando el 4% de margen de error y un nivel de

significancia de 95% con un muestro probabilístico de tipo estratificado.

El instrumento de evaluación que se usó fue el Cuestionario de Agresividad Premeditada e

Impulsiva (CAPI - A), que se encuentra constituido por 24 ítems los cuales miden agresividad

premeditada e impulsiva, siendo los ítems Nº 1, 3, 5, 7, 9, 11, 13,15, 17, 19,21 los pertenecientes a

Agresividad premeditada y los ítems Nº 2,4,6,8,10,12,14,16,18, 20,22,23,24 a Agresividad

Impulsiva. El tipo de respuesta es en escala de Likert cuyas opciones de respuesta varían de 1 a 5,

así mismo cuenta con reactivos invertidos siendo para Agresividad premeditada el Ítem Nº 3, y para

Agresividad Impulsiva los Ítems Nº 4 y 14.

En lo que refiere a los objetivos planteados, en primer lugar se procedió a realizar una prueba piloto

aplicada en 31 alumnos del nivel secundario de ambos sexos, pertenecientes a los colegios

secundarios que forman parte de la muestra; éste dio como resultado un puntaje por debajo de lo

permitido (.20) en los ítems 5, 7 y 18, este resultado puede explicarse según Morales (2007) a que

los sujetos entendieron el ítem de una manera distinta a como lo pretende el autor del instrumento

y en este caso las respuestas no serían coherentes con el significado pretendido, por ello se llevó a

cabo la modificación de los mismos a través de la validez de contenido, que se refiere al grado en

que un instrumento refleja un dominio especifico de contenido de lo que se mide es decir el grado

en que la medición representa al concepto o variable medida (Hernández, et al. 2010). Los

resultados obtenidos y mostrados en la Tabla 03 fueron de V=.8 los ítems 5 y 7, mientras que en el

ítem en el ítem 18, todos por encima de lo inferior permitido (V=>.70); valores que son muy

cercanos a 1.0 que es valor máximo posible según Aiken (1985, como se citó en Arana, 2014).

Al analizar la validez de constructo, la cual tiene como objetivo evaluar si el test mide la construcción

teórica elaborada con respecto a la conducta que se mide (Alarcón, 2008), mediante el análisis ítem

54

–test correspondientes a los ítems que conforman la escala Agresividad Premeditada del CAPI - A

(tabla 04), se consideró como criterio fundamental que los valores obtenidos superen el valor

recomendado como mínimo aceptable de .20 (Kline, 1982; como se citó en Tapia y Luna, 2010),

donde se puede observar que los diez ítems registran un índice de correlación que supera al valor

mínimo requerido de .20, Estos valores fluctúan entre .255 y .648. Se observa también que el ítem

5 registra un inferior al valor mínimo aceptable de .20; este resultado puede explicarse según

Bostwick y Kyte (2005, citados en Hernández, Fernández y Baptista, 2010), a que existen factores

vinculados con los estilos personales de los participantes, que pueden afectar la validez de un

instrumento tales como: deseabilidad social, tendencia a sentir respeto por todo lo que se le

pregunta, dar respuestas inusuales o contestar siempre negativamente (p. 206).

Por otro lado al realizar el análisis ítem – test correspondientes a los ítems que conforman la escala

Agresividad Impulsiva del CAPI - A (tabla 05), considerando los mismos criterios de valor superior a

.20 tal y como lo indica Kline, 1982 (como se citó en Tapia y Luna, 2010), se observa que los valores

obtenidos varían entre .373 y .619, en tanto que los ítems Nº 4 y 14 registran valores menores a

.20; siendo no significativos;

Los resultados mostrados anteriormente coinciden con los resultados obtenidos por Llanos (2013),

quien también reportó un valor inferior al mínimo permitido en dichos ítems, aunque en contraste

con éste, quien optó por eliminarlos; en esta ocasión se optó por evaluar la confiabilidad en caso

dichos ítems fueran eliminados, observando que esta no se incrementa considerablemente, por lo

que se mantuvo dichos ítems en la escala.

Respecto al tercer objetivo específico planteado, correspondiente a la confiabilidad, que no es

otra cosa grado de precisión de la medida (Morales, 2007), cuyos resultados están descritos en la

tabla 08; se obtuvo mediante el análisis de consistencia interna, a través del método Alfa de

Cronbach, ya que este estadístico se considera como una de las mejores medidas de homogeneidad

de un test (Alarcón, 2008); es así que se obtuvo que las escalas Agresividad Premeditada y

Agresividad Impulsiva, registran valores del coeficiente de confiabilidad de .673 y .699

respectivamente, que califican a la consistencia interna de cada escala como moderada según la

escala de calificación propuesta por, De Vellis (1991); corroborando de esta forma la consistencia

interna del Cuestionario de agresividad premeditada e impulsiva (CAPI – A). Estos resultados

55

coinciden con lo encontrado en las investigaciones que anteceden a ésta, particularmente con la

de Llanos (2013), así como con la de Miranda (2012), quienes obtuvieron valores entre .671 en la

escala de Agresividad Premeditada y .769 en la escala de Agresividad Impulsiva y .537 en la escala

de Agresividad Premeditada y la escala de agresividad impulsiva que obtuvo .639 respectivamente,

lo cual indica que también calificaron la consistencia interna con valores que están entre moderada

y buena en el caso de Agresividad Premeditada de Miranda (2012).

Sin embargo estos resultados contrastan con lo encontrado en la versión original de este

instrumento desarrollado por Andreu (2010) quien obtuvo una Alfa de Cronbach fue de .83 en la

escala correspondiente a agresividad premeditada, y en la escala de agresividad impulsiva fue de

.82; esto puede deberse al tipo y tamaño de población elegida para el estudio, puesto que el mismo

test o escala, con los mismos ítems, puede tener una fiabilidad alta en una muestra y baja en otra,

además es más probable encontrar una fiabilidad alta en una muestra grande, porque es probable

que haya sujetos más extremos en lo que estamos, Morales (2007); tal y como sucede en el

presente estudio donde la población varía en tamaño y características de la población con la que se

trabajó en la versión original de este instrumento. No obstante, a pesar de no haber obtenido el

nivel de confiabilidad que se obtuvo en su origen, el instrumento confirma su confiabilidad al

analizar los estadísticos descriptivos (Tabla 07), podemos observar que en ambas escalas la

desviación estándar es mayor al error estándar de medición, por lo que ello confirmaría la

confiabilidad de cada una de las escalas, según lo señalado por Aliaga (2007).

En cuanto al análisis de la normalidad y diferencias acerca de la variable control (ver Anexo Nº 05),

en primer lugar se realizó un análisis de datos a través de la prueba Z de Kolmogorov Smirnov para

determinar se utilizaron estadísticos paramétricos no paramétricos para observar las diferencias

entre las variables; encontrándose que en lo que corresponde a agresividad premeditada existen

diferencias altamente significativas (p=>.01) con respecto al sexo, esto se deba posiblemente a que

la agresividad premeditada “está fuertemente asociada a la delincuencia juvenil y a la conducta

antisocial, la falta de empatía, la búsqueda de sensaciones y la frialdad emocional, más común en

hombres que en mujeres (Pulkkinen, 1996; Lynam, 1998; Raine, 2006 como se citan en Andreu,

2010, p.12), sobre todo en un contexto social donde es evidente la predominancia de los hombres

involucrados en la delincuencia juvenil; sin embargo no ocurrió lo mismo con lo que respecta a

agresividad impulsiva, donde las diferencias entre no resultaron significativos. Estos resultados

determinaron el análisis de las diferencias entre sexo a través de la U de Mann-Whitney en lo que

56

respecta a agresividad premeditada, identificando diferencia significativa entre el promedio

presentado entre varones y mujeres por lo que se generaron baremos para ambos sexos (Tabla 08).

Por otro lado en lo que respecta a agresividad impulsiva se determinó realizar un análisis de dichas

diferencias entre sexo a través de la prueba t de Student, la cual no identifica diferencia significativa

entre géneros en la escala Agresividad impulsiva, por lo que se optó por realizar un solo baremo

para ambos sexos (Tabla 09); estos resultados difieren de los encontrados en la versión original de

este instrumento donde sí se encontraron diferencias significativas en ambas escalas, lo cual podría

deberse a factores culturales, puesto que algunas expresiones de agresividad suelen estar más

toleradas en ciertos grupos culturales, como lo señalan Andreu y Ramírez (1999, como se citaron

en Andreu, 2009); teniendo en cuenta que la agresividad impulsiva se expresa a través de una

respuesta intermitente y que, en su perpetuación, tiene que ver con un rechazo social como lo

indica Andreu (2009), puede que en contextos culturales con un mayor nivel educativo dichas

respuestas sean más toleradas en la cultura masculina.

Se estableció como un último objetivo, realizar los puntos de corte respectivos en donde se observa

una distribución normal, siendo (alta, media y baja), muy similar a la versión adaptada por Llanos

(2013) ya que consiguió 3 niveles de apreciación (alta, media y baja), los cuales a su vez coinciden

en número de niveles con la versión original del test.

Finalmente se puede decir que los resultados analizados tanto en la prueba piloto como en la

aplicación en general han permitido fundamentar de forma valida y confiable a nivel teórico y

metodológico un instrumento acorde a la realidad del distrito de Huamachuco, a fines del trabajo

psicológico que pueda ser utilizado en un modelo integrado de investigación y evaluación

psicológica.

57

V. CONCLUSIONES

- Se pudo alcanzar el objetivo general planteado ya que los resultados del análisis psicométrico

demuestran que el Cuestionario de Agresividad premeditada e impulsiva (CAPI – A), alcanza

niveles de validez y confiabilidad satisfactorias en la población de adolescentes de 12 a 17 años

de ambos sexos, en el Distrito de Huamachuco.

- En la validez de contenido, el juicio de expertos utilizando la V de Aiken dio como resultado de

V=.8 los ítems 5 y 7, mientras que en el ítem en el ítem 18, todos por encima de lo inferior

permitido (V=>.50).

- En la validez de constructo obtenida por correlación ítem test pudo hallarse un índice de

validez deficiente en el ítem 5 correspondiente a la escala de agresividad premeditada,

mientras que en lo que respecta a agresividad impulsiva se encontró valores por debajo de lo

mínimo permitido en los ítems 4 y 14 el resto de los ítems presentan un índice de validez

aceptable.

- Los valores que corresponden a los coeficientes de confiabilidad por el alfa de Cronbach de los

factores, fluctúan entre .67 y .69.

- Se elaboraron baremos con normas percentilares generales y específicas por sexo en lo que

respecta a agresividad premeditada.

- Por último, se logró conseguir los puntos de corte para establecer las categorías diagnósticas.

58

VI. RECOMENDACIONES

- Considerar que en el Cuestionario de Agresividad premeditada e impulsiva (CAPI – A), las

escalas muestran una confiabilidad con un valor mínimo aceptable, por lo que se debería tener

en cuenta en futuras investigaciones, a fin de mejorar la confiabilidad del instrumento,

haciendo uso de una muestra más amplia.

- Perpetuar el estudio de la variable para verificar, fortalecer y/o confrontar la validez de la

escala y así poder hacer uso de los diferentes tipos de validez.

- Utilizar otros métodos como el test - retest para estimar la confiabilidad por estabilidad del

Cuestionario de Agresividad premeditada e impulsiva (CAPI – A).

- Proponer líneas de investigación psicológicas a partir de los baremos presentados, dado que

los resultados obtenidos son muestra de la realidad situacional de los adolescentes del Distrito

de Huamachuco.

59

VII. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Alarcón, R. (2008). Métodos y diseños de investigación del comportamiento. (2ª ed.). Lima, Perú:

Universidad Ricardo Palma.

Alarcón, R. (2009). La Contribución de Reynaldo Alarcón al Desarrollo Y Fortalecimiento de la

Psicometría en el Perú. Facultad de Psicología, UNMSM. Lima: Revista de investigación

psicológica. Vol. 12 - n. º 2 – 2009, pp. 239 – 250. ISSN Electrónica: 1609 – 7475. Recuperada

de http://www.scielo.org.pe/pdf/rip/v12n2/a17v12n2.pdf

Aliaga, J. (2007) Psicometría: Test Psicométricos, confiabilidad y validez. España: Psicometría

Andreu, J. (2009). Propuesta de un modelo integrador de la Agresividad impulsiva y premeditada

en función de sus bases motivacionales y socio-cognitivas. Departamento de Personalidad,

Evaluación y Psicología Clínica. Universidad Complutense de Madrid. Revista de

Psicopatología Clínica Legal y Forense, Vol. 9 (3), pp. 85-98. Recuperado de:

http://www.masterforense.com/pdf/2009/2009art5.pdf

Andreu, J. (2010). Cuestionario de Agresividad Premeditada e Impulsiva en Adolescentes. Madrid.

Ed. TEA.

Andreu, J., Peña, M. y Ramírez, J. (2009). Cuestionario de agresión reactiva y proactiva: un

instrumento de medida de la agresión en adolescentes. Revista de Psicopatología y Psicología

Clínica.Vol. 14(1), pp.37 – 49.

Arana, D. (2014). Propiedades psicométricas del Cuestionario de Madurez Psicológica en

adolescentes del distrito de Casa Grande. (Tesis de Licenciatura). Universidad César Vallejo,

Trujillo, Perú.

Bandura, A. (1973). Aggression: A Social Learning Analysis. New York: Ed. Prentice-Hall. Barratt, E.

& Feltohous, A. (2003).Impulsive versus premeditated aggression: Implications for Mens Rea

decisions. Behavioral Sciences and the Law.Vol.21, pp.619-630.

60

Berkowitz, L. (1996). Aggression: its causes, consequences and control. New York: Ed. McGraw-Hill,

Interamericana

Buss, A. (1961).The psychology of agression.New York: Ed. Wiley.

Cabero, J. y Hernández, M. (1995). Utilizando el vídeo para aprender. Sevilla, Universidad/SAV.

Camejo, R. (2009). La adolescencia y sus etapas. Argentina: Ed. El Cid.

Cervantes, V. (2005). Interpretaciones del coeficiente Alfa de Cronbach. Avances en medición, 3 (9),

28.

Cardona, M. C., Chiner, E. &Lattur, A. (2006). Diagnótico psicopedagógico. Alicante: Club

Universitario.

Conrad, C. &Serlin, R. (2011).The SAGE handbook for research in education.Pursuing ideas as the

keystone of exemplary inquiry.(2nded.). California: Ed. SAGE.

Crick, N. & Dodge, K. (1996).Social information – processing mechanism in reactive and proactive

aggression. RevistaChild Development. Vol. 67(17), pp. 993 – 1002.

De Vellis, R.F. (1991). Scale Development: Theory and Applications. Newberry Park, Sage USA.

Dodge, K. (1991). The structure and function of reactive and proactive aggression. New York: Ed.

Erlbaum.

Elosua, P. & Bully, P. (15 de Octubre de 2012). Prácticas de Psicometría: Manual de Procedimiento

(Primera ed.). (S. e. Vasco, Ed.) Gasteiz, Álava, País Vasco: Servicio Editorial de la Universidad

del País Vasco. Recuperado el 20 de Octubre de 2012, de Sitio Web del Portal del Servicio

Editorial. Libros en PDF. Ciencias Sociales. Psicología.

Hernández, R. Fernández, C. & Baptista, P. (2010). Metodología de la Investigación. Quinta Edición.

México: Mc Graw – Hill Interamericana.

61

Llanos, W. (2013). Propiedades Psicométricas del Cuestionario de Agresividad Premeditada e

Impulsiva (CAPI-A) en alumnos de secundaria del distrito La Esperanza. (Tesis de

Licenciatura). Universidad César Vallejo, Trujillo, Perú.

Ledoux, J. (1999). El Cerebro Emocional. Madrid: Ed. Planeta

Miranda, Y. (2012). Adaptación psicométrica del Cuestionario de Agresividad Premeditada e

Impulsiva en Adolescentes (CAPI-A) de José Manuel Andreu. (Tesis de licenciatura).

Universidad Cesar Vallejo, Trujillo, Perú.

Morales, P. (2007). Estadística aplicada a las ciencias sociales. La fiabilidad de los tests y escalas.

Madrid: Universidad Pontificia Comillas.

Papalia, D., Wendkos, S., &Duskin, R. (2004). Desarrollo Humano.(9ºed.).México: Ed. McGraw Hill

Interamericana.

Richardson, D. & Green, L. (2003).Defining nondirect aggression raises general questions about the

definition of aggression.International Review of Social Psychology.Vol. 16 (3), pp. 5 – 10.

Rodríguez, E. A. (2005). Metodología de la investigación. La creatividad, el rigor del estudio y la

integridad son factores que transforman al estudiante en un profesionista de éxito. (1ª ed.).

México: Universidad Juárez Autónoma de Tabasco.

Rodríguez, F. y Cuevas, L. (1995). Psicología diferencial. Lecturas para una disciplina. Oviedo:

Universidad de Oviedo.

Sánchez y Reyes (2006) Metodología y Diseños en la Investigación Científica. Perú: Editorial Visión

Universitaria.

Scheaffer, R & Mendenhall, W. (2007). Elementos de Muestreo. (6º ed.). Madrid: Ed. Thomson.

Tapia, V. & Luna, A. (2010). Validación de una prueba de Habilidades de Pensamiento para alumnos

de cuarto y quinto de secundaria y primer año de universidad. Lima: Revista de Investigación

Psicológica.

62

Vitaro, F., Brendgen, M. & Tremblay, R. (2002). Reactively and proactively aggressive children:

antecedent and subsequent characteristics. Revista Journal of Child and Psychology

Psychiatry. Vol. 43 (4), pp. 495 – 505.

63

ANEXOS

Anexo 01. Protocolo del Cuestionario De Agresividad Premeditada e Impulsiva (CAPI - A).

Nombres y Apellidos:

Edad: Sexo: V F Fecha: ......../….…./……..

Centro: Evaluador:

INSTRUCCIONES

A continuación, encontrarás una serie de frases que tienen que ver con

diferentes formas de pensar, sentir y actuar. Lee atentamente cada una de ellas y

elige la respuesta que mejor refleje tu grado de acuerdo o desacuerdo con lo que

dice la frase. No hay respuestas correctas ni incorrectas, por lo que es importante

que contestes de forma sincera. Por favor, tampoco pases mucho tiempo

decidiendo las respuestas y señala lo primero que hayas pensado al leer cada una

de las frases. Responde a cada una de las frases usando la siguiente escala:

NO DES LA VUELTA A LA PÁGINA HASTA QUE TE LO INDIQUE EL EXAMINADOR

1 2 3 4 5

MUY EN

DESACUERDO

EN

DESACUERDO INDECISO

DE

ACUERDO

MUY DE

ACUERDO

Autor: José Manuel Andreu Rodríguez.

Copyright © 2010 by TEA Ediciones, S.A., Madrid, España.

Edita: TEA Ediciones, S.A.; Fray Bernardino Sahagún, 24; 28036 Madrid, España – Este ejemplar está impreso

en DOS TINTAS.

Si le presentan otro en tinta negra, es una reproducción ilegal. En beneficio de la profesión y en el suyo propio,

NO LA UTILICE – Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducción total o parcial. Impreso en España.

Printed in Spain.

64

1 2 3 4 5

MUY EN DESACUERO

EN DESACUERDO INDECISO DE ACUERDO MUY DE ACUERDO

RODEA CON UN CÍRCULO LA ALTERNATIVA ELEGIDA (1, 2, 3, 4 Ó 5)

1 Creo que mi agresividad suele estar justificada. 1 2 3 4 5

2 Cuando me pongo furioso, reacciono sin pensar. 1 2 3 4 5

3 Creo que la agresividad no es necesaria para conseguir lo que se quiera. 1 2 3 4 5

4 Después de enfurecerme, suelo recordar muy bien lo que ha pasado. 1 2 3 4 5

5 Soy capaz de controlar mi agresividad cuando yo así lo quiera. 1 2 3 4 5

6 Durante una pelea, siento que pierdo el control de mí mismo. 1 2 3 4 5

7 Algunas de las peleas que he tenido han ocurrido porque así lo quise. 1 2 3 4 5

8 Me he sentido tan impresionado que he llegado a reaccionar de forma agresiva.

1 2 3 4 5

9 Pienso que la persona con la que discutí realmente se lo merecía. 1 2 3 4 5

10 Siento que se me ha llegado a ir la mano en alguna pelea. 1 2 3 4 5

11 Ser agresivo me ha permitido tener poder sobre los demás y mejorar mi nivel social.

1 2 3 4 5

12 Me suelo poner muy nervioso o alterado antes de reaccionar furiosamente.

1 2 3 4 5

13 Conocía a muchas de las personas que participaron en una pelea. 1 2 3 4 5

14 Nunca he bebido o tomado drogas antes de pelearme con otra persona. 1 2 3 4 5

15 Algunas de las peleas que he tenido han sido por venganza. 1 2 3 4 5

16 Pienso que últimamente he sido más agresivo de lo normal. 1 2 3 4 5

17 Sé que voy a tener bronca antes de pelearme con alguien. 1 2 3 4 5

18 Cuando discuto con alguien, me siento muy confundido. 1 2 3 4 5

19 A menudo mis enfados suelen dirigirse a una persona en concreto. 1 2 3 4 5

20 Creo que mi forma de reaccionar ante una provocación es excesiva y desproporcionada.

1 2 3 4 5

21 Me alegro de que ocurrieran algunas discusiones que he tenido. 1 2 3 4 5

22 Creo que discuto con los demás porque soy muy impulsivo. 1 2 3 4 5

23 Suelo discutir cuando estoy de muy mal humor. 1 2 3 4 5

24 Cuando me peleo con alguien, cualquier cosa me hace perder los nervios. 1 2 3 4 5

A continuación, te planteamos una serie de frases referentes a distintos aspectos de tu vida.

Lee atentamente cada una de ellas y MARCA CON UNA CRUZ (x) la casilla que mejor se ajuste a lo

que tú piensas.

VERDADERO FALSO

1 Hago todo lo que me dicen y mandan.

2 Alguna vez he dicho alguna palabrota o he insultado a otro.

3 No siempre me comporto bien en clase.

4 Alguna vez he sentido las ganas de hacerme la vaca i no ir a clases.

5 Alguna vez he hecho trampas en el juego.

6 He probado el alcohol o el tabaco.

POR FAVOR, COMPRUEBA QUE HAYAS CONTESTADO A TODAS LAS CUESTIONES CON UNA SOLA RESPUESTA.

65

Anexo 02. Consentimiento informado

CONSENTIMIENTO INFORMADO PARA UN EXAMEN PSICOLÓGICO

Yo,......……………………………………………….………………………………….., voluntariamente acepto actuar

como participante en un examen psicológico conducido por Jhonny Alexis Reyes Zevallos, alumna

de onceavo ciclo de la Escuela de Psicología de la Universidad César Vallejo; con la finalidad de

realizar una investigación para adaptar a nuestra realidad un Cuestionario que permitirá evaluar

aspectos psicológicos en nuestra población.

He recibido una explicación clara y completa sobre el carácter general y los propósitos del examen

y de las razones por las que se me examina. También he sido informado de la prueba y

procedimientos que se aplicarán, así como de la manera en que se utilizarán los resultados.

Me doy cuenta de que quizá no le sea posible a la examinadora aclararme todos los aspectos del

examen mientras éste no haya terminado. También entiendo que puedo poner fin a mi

participación en el examen en cualquier momento y sin represalias. Además comprendo que los

resultados no serán entregados a nadie más sin mi autorización.

En caso de dudas o preguntas relacionadas con el estudio puedo comunicarme al teléfono:

976764373 o al correo electrónico: [email protected].

___________________________ __________________________

Firma Firma

Nombre del examinado: Nombre de la examinadora:

…………………………………….… ….…………………………………

Fecha:………………….………………………

66

Anexo 03. Ficha de Tamizaje

Institución Educativa…………………………………………….Fecha………………………….

Responder a las siguientes preguntas con sinceridad:

1. ¿Ha estado Usted en tratamiento psicológico?

Sí No

2. ¿Ha estado Usted en tratamiento psiquiátrico?

Sí No

3. ¿Actualmente, está usted en tratamiento psicológico?

Sí No

4. ¿Actualmente, está usted en tratamiento psiquiátrico?

Sí No

67

Anexo 04. Resultados de la Prueba Piloto Aplicada.

Nº Correlación Ítem Test

1 .14

2 .59

3 .32

4 .18

5 -.28

6 .36

7 .02

8 .26

9 .27

10 .62

11 .26

12 .58

13 .37

14 .23

15 .52

16 .66

17 .71

18 .26

19 .40

20 .54

21 .14

22 .29

23 .52

24 .56

68

Anexo 05. Prueba de Normalidad del Cuestionario de Agresividad Premeditada e Impulsiva en Adolescentes CAPI-A

Escala Z de Kolmogorov Smirnov

Valor de p

Agresividad Premeditada 2,107 .000 **

Agresividad Impulsiva 1,114 .167

Nota: Si p>,05 se cumple la normalidad

69

Anexo 06. Comparación de Agresividad Premeditada e Impulsiva en Adolescentes según género, en estudiantes de secundaria de algunas instituciones educativas del distrito de Huamachuco.

Subescala Género N Media D.E. Prueba Sig.

Agresividad Premeditada

Masculino 244 265.54 64792.5

Z= -2.36 p= .018*

Femenino 255 235.13 59957.5 Total 499

Agresividad Impulsiva

Masculino 244 37.12 7.941 t= .95 p= .342

Femenino 255 36.42 8.461 Total 499

En el Anexo 05, se muestran los resultados de la diferenciación por género del

Cuestionario de Agresividad Premeditada e Impulsiva en Adolescentes, donde se puede

observar que en el caso de la escala Agresividad Premeditada, la prueba U de Mann-

Whitney, identifica diferencia significativa entre el promedio presentado entre varones y

mujeres, en tanto que la prueba t de Student no identifica diferencia significativa entre

géneros en la escala Agresividad impulsiva.

70

Anexo 07. Escala de Valoración de Alfa de Cronbach, Según DeVellis (1991)

Valor Alfa de Cronbach Apreciación

[.95 a +> Muy elevada o Excelente

[.90 -.95> Elevada

[.85 -.90> Muy buena

[.80 – .85> Buena

[.75 – .80> Muy respetable

[.70 – .75> Respetable

[.65 – .70> Moderada

[.40 – .65> Mínimamente Aceptable

[.00 – .40> Inaceptable

En el anexo 7 se presenta la escala de valoración de Alfa de Cronbach, Según De Vellis