BRIEFING Políticas de la Unión Europea – En beneficio de los ciudadanos

EPRS | Servicio de Estudios del Parlamento Europeo Autores: Martina Prpic y Rosamund Shreeves con Alina Dobreva

Servicio de Estudios para los Diputados PE 628.272 – junio de 2019 ES

Promover la igualdad entre mujeres y hombres

RESUMEN La Unión Europea (UE) está decidida a eliminar las desigualdades y a promover la igualdad de género «en todas sus actividades»; a lo largo de los años, ha conseguido importantes avances. Sin embargo, la situación en la UE sigue siendo desigual, y en los últimos tiempos los progresos se han ralentizado, estancado o incluso han retrocedido en algunos ámbitos. Con todo, los datos apuntan claramente a los beneficios de la igualdad de género para las personas, la economía y la sociedad en su conjunto. Los sondeos de opinión pública muestran que una gran mayoría de europeos están de acuerdo en que promover la igualdad de género es importante para una sociedad justa y democrática, para la economía y para ellos a nivel personal, y que una proporción cada vez mayor de ciudadanos quiere que la UE tome más medidas en este ámbito. Los europeos también esperan que la UE intensifique su actuación en el marco de las políticas relacionadas. Durante la legislatura anterior, como parte de un programa más amplio de igualdad de género, las instituciones de la UE prepararon nuevas propuestas de legislación europea a fin de mejorar el equilibrio entre la vida profesional y la vida privada y erradicar la violencia machista. El fomento de la igualdad entre mujeres y hombres seguirá siendo uno de los mayores desafíos de los próximos años. Las tendencias demográficas, los avances tecnológicos y los cambios en nuestra forma de trabajar son solo algunas de las cuestiones en las que deberán tenerse en cuenta las diferentes repercusiones para mujeres y hombres. La UE podría aumentar su participación en estos esfuerzos mediante, entre otros, la mejora de la aplicación y el cumplimiento de la legislación vigente, medidas para actualizarla, la resolución de las deficiencias en materia de protección y el abordaje de nuevos problemas, así como mediante medidas no legislativas, como la recopilación y el control de datos, la concienciación y el apoyo a las iniciativas nacionales y de base. Para enfrentarse a problemas que abarcan un amplio espectro de políticas será fundamental que exista voluntad política a todos los niveles, además de facilitar las instituciones, las herramientas y los recursos necesarios para cumplir este propósito. El presente documento es una actualización de un Briefing anterior, publicado antes de las elecciones europeas de 2019.

En este briefing

Situación actual del caso Expectativas del público respecto a la

implicación de la UE Marco de la UE Resultados de la legislatura 2014-2019 Potencial de futuro

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Situación actual del caso1 La Unión Europea (UE) lleva mucho tiempo promoviendo la igualdad entre mujeres y hombres («igualdad de género»).2 Desde 1957, cuando el principio de igualdad de retribución para un mismo trabajo sin discriminación por razón de sexo se incluyó en el artículo 119 del Tratado de Roma, la igualdad entre mujeres y hombres ha ido adquiriendo mayor relevancia como ámbito político de la UE. Durante las décadas posteriores, el objetivo inicial de igualdad salarial y laboral se fue ampliando para dar cabida a otros ámbitos de la política económica y social. De manera paralela, el enfoque ha ido evolucionado a partir de la protección jurídica contra la discriminación por razones de sexo (igualdad de trato) para incluir medidas más proactivas encaminadas a superar las desventajas históricas que padecen las mujeres y alcanzar la igualdad en la práctica, así como la «integración de la perspectiva de género» para garantizar que todas las nuevas políticas de la UE contribuyan a este resultado.3

Sin embargo, el seguimiento de la situación en la UE pone de manifiesto que todavía queda mucho por hacer para lograr el objetivo de la igualdad de género.4 El Instituto Europeo de la Igualdad de Género (EIGE) de la UE ha medido la brecha de género a lo largo del tiempo para desarrollar un índice que demuestra que, si bien durante la última década se ha avanzado, el progreso ha sido lento y todavía hay diferencias considerables entre países. Mientras la mayoría obtiene resultados relativamente buenos en materia de sanidad y educación, todavía no se puede decir lo mismo en materia de empleo, de acceso a los recursos económicos y financieros o de liderazgo, que es el ámbito en el que se aprecia más progreso, pero en el que la brecha de género sigue siendo más amplia. En algunos Estados miembros de la UE, el progreso se ha estancado o incluso ha retrocedido en algunos ámbitos, principalmente en cuanto altiempo invertido en las tareas de cuidados y domésticas no remuneradas, aspecto en que la brecha está aumentado. La capacidad de las mujeres para participar en pie de igualdad en la sociedad todavía se ve lastrada por la exposición desproporcionada a la violencia: a partir de los quince años, una de cada tres mujeres en Europa ha sufrido violencia física o sexual. Los análisis también empiezan a mostrar de qué forma factores como la edad, la etnicidad, la identidad y la orientación sexuales y la discapacidad están interrelacionados con el género, agravando la discriminación y afectando a las oportunidades de vida de las personas.

Además, a efectos de la elaboración de políticas justas y eficaces, será necesaria una profunda reflexión en torno a las dimensiones de género de determinadas tendencias emergentes.5 En algunos países, los recortes en los servicios públicos y otras medidas de austeridad han

socavado el progreso hacia la integración de las mujeres en el mercado laboral y hacia una división más equitativa de las responsabilidades familiares entre las mujeres, los hombres y la sociedad.6 Esto podría tener una repercusión duradera, al tiempo que el envejecimiento de la población podría agravar la presión sobre las mujeres para «subsanar las deficiencias» de las prestaciones públicas.

Las mujeres, los jóvenes y los migrantes también son los grupos con más probabilidades de verse afectados por la expansión de las formas atípicas de empleo, que permiten el acceso de más personas al mercado laboral, pero no ofrecen seguridad y están vinculadas a un menor nivel de retribución, de capacitación y de prestaciones de maternidad. Los datos de la UE revelan que casi la mitad de las mujeres con pocas cualificaciones (45 %) tiene un empleo precario en comparación con poco más de una cuarta parte de los hombres con el mismo nivel de educación (26 %), lo cual contribuye a un riesgo mayor de pobreza y de exclusión social. Por el contrario, en lo que se refiere

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a la educación, actualmente los niños salen peor parados. Por lo tanto, garantizar que ambos sexos estén en igualdad de condiciones para beneficiarse plenamente de empleos mejor pagados y de más calidad en sectores en expansión constituirá un desafío clave. Europa sufre una gran brecha de género en el sector digital, ya que las niñas y las mujeres tienen menos probabilidades de desarrollar capacidades informáticas avanzadas o una carrera profesional en las TIC, de ocupar puestos especializados o directivos, o de fundar su propia empresa tecnológica. Los análisis también muestran que, mientras la revolución digital brinda nuevas oportunidades para la igualdad de género en ámbitos como el empleo y el activismo político, también viene acompañada de un resurgimiento de la misoginia y de nuevas formas de violencia cibernética, que pueden plantear obstáculos para la participación de las mujeres.

Existen numerosas pruebas de los beneficios de la igualdad de género y de su potencial para mejorar el bienestar de las

personas (mujeres y hombres), así como de los

resultados que aporta a la sociedad y la economía en general. En 2018, una evaluación de los costes de la desigualdad de género del Servicio de Estudios del Parlamento Europeo (EPRS) constató que la constante brecha salarial de género está generando a las mujeres un perjuicio cuantificado en concepto de ingresos perdidos, que conlleva un mayor riesgo de pobreza, más dependencia económica y un riesgo más elevado de sufrir violencia doméstica. Asimismo, estimó que la brecha salarial de género costará a la UE aproximadamente 240 000 millones EUR de PIB de aquí a 2030. Desde el punto de vista opuesto, las investigaciones del EIGE concluyen que la eliminación de la brecha de género en ámbitos como la educación, la actividad y los salarios en el mercado laboral crearía más empleos para ambos sexos, ayudaría a abordar antiguos problemas, como la segregación en el trabajo y la baja productividad, y tendría un impacto muy positivo en el PIB per cápita. Las políticas de igualdad de género repercuten aún más en el PIB que algunas políticas educativas. A pesar de que los expertos recomiendan abordar todas las desigualdades de género en su conjunto en vez de aisladamente, los estudios han demostrado que la igualdad de género en un sector tiene efectos indirectos en otros.

El EIGE y otras agencias de la UE están contribuyendo a la recopilación de las estadísticas y los indicadores desglosados por sexo necesarios para elaborar políticas nacionales y de la UE efectivas y para medir su impacto de género. Sin embargo, estas estadísticas e indicadores todavía no están disponibles para todos los ámbitos políticos. Los organismos nacionales responsables del seguimiento de la igualdad de género también han señalado que los recortes de financiación a causa de la crisis económica son un grave motivo de preocupación.

Sin embargo, el mayor desafío puede ser el actual retroceso respecto a la igualdad de género tanto a escala mundial como en la UE, que amenaza con socavar los logros alcanzados, mermar la protección contra la discriminación y obstaculizar futuros avances. Las áreas en que se está produciendo este retroceso coinciden en todos los países. Se trata de ámbitos clave del marco institucional y político, de determinadas políticas —en particular, la educación, los derechos y la salud sexual y reproductiva, y la violencia contra la mujer—, así como del entorno en que trabajan las ONG de derechos de la mujer.7 En algunos Estados miembros de la UE, los organismos nacionales para la igualdad también denuncian la presión política cada vez mayor a que están sometidos. Su organismo en la UE, Equinet, ha advertido de que los niveles de desigualdad, intolerancia y discriminación están aumentando en los discursos populistas, que a menudo son contrarios a los valores fundamentales. Por ello, es todavía más importante si cabe que la UE se mantenga firme en mantener su compromiso en pro de la igualdad de género y los derechos de la mujer entre sus valores centrales.

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Expectativas del público respecto a la implicación de la UE8 Según las encuestas, una amplia mayoría de europeos cree que el fomento de la igualdad de género es importante para una sociedad justa y democrática (91 %), para la economía (87 %) y para ellos a nivel personal (84 %) (Eurobarómetro 465 de 2017). Una encuesta Eurobarómetro comparativa sobre «las percepciones y las expectativas» de los ciudadanos, realizada por el Parlamento Europeo en 2016 y 2018, muestra que la proporción de ciudadanos europeos a quienes les gustaría que la UE aumentara su actuación en este ámbito político se ha incrementado del 55 % al 65 %.9 Se observan algunas diferencias significativas entre Estados miembros. Los mayores defensores de que la UE tome más medidas al respecto son España (86 %), Portugal (85 %), y Chipre (82 %). Los que menos apoyan que la UE intensifique su acción en este sentido son los ciudadanos de Letonia (37 %) y Estonia (32 %).

El aumento global del apoyo a favor de una mayor participación de la UE en materia de igualdad de trato entre hombres y mujeres es de 10 puntos porcentuales. Representa el segundo mayor aumento entre todos los ámbitos analizados. Los cambios más destacados se registraron en Grecia (aumento de 21 puntos porcentuales) y Finlandia (aumento de 20 puntos porcentuales). Solo se observa una excepción a la tendencia general en Estonia e Italia, donde hay una disminución de nueve y dos puntos porcentuales respectivamente en las expectativas de mayor participación.

Solo la mitad o menos de la mitad de los ciudadanos cree que se ha logrado la igualdad de género en la política, el trabajo y las posiciones de liderazgo en empresas y otras organizaciones. La mayoría piensa que en su país hay brecha salarial de género y que es inaceptable. Alrededor del 70 % apoyaría que se tomaran medidas legales para garantizar la igualdad entre hombres y

Porcentaje de encuestados a quienes les gustaría que la UE actuara más que actualmente

Fuente: EPRS sobre la base del Eurobarómetro 85.1 - 2016; 89.2 - 2018.

Expectativas relativas a un aumento de la actuación de la UE: diferencia de puntos porcentuales entre 2016 y 2018.

Fuente: EPRS sobre la base del Eurobarómetro 85.1 - 2016; 89.2 - 2018.

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mujeres en la política. En lo que se refiere a la violencia doméstica contra las mujeres, el 74 % de los europeos opina que es algo habitual en su país.

Respecto a la acción de la UE en el ámbito de la igualdad de trato entre hombres y mujeres, el 46 % de los europeos la considera adecuada. Este es el único ámbito político de la encuesta cuya evaluación de la acción de la UE como adecuada ha disminuido, si bien, la reducción es de solo dos puntos porcentuales. Sin embargo, no es una tendencia universal en la UE. Mientras los descensos más significativos de proporción de personas que valoran la acción de la UE como adecuada se registran en República Checa y Reino Unido (con caídas del 66 % al 59 % y del 55 % al 47 %), la tendencia contraria se observa en nueve Estados miembros. El incremento más importante se registra en Hungría y Suecia (donde los porcentajes aumentaron del 47 % al 59 % y del 22 % al 31 %).

A pesar de la ligera tendencia global negativa de la evaluación de la actual acción de la UE, todavía hay más ciudadanos de la UE que valoran la acción respecto a la igualdad de trato entre hombres y mujeres como adecuada (46 %) que como insuficiente (40 %).

Marco de la UE Marco jurídico Según los Tratados y la Carta de los Derechos Fundamentales la igualdad de género constituye uno de los valores y objetivos fundamentales de la UE, que se ha comprometido a eliminar las desigualdades y fomentar la igualdad de género «en todas sus actividades».10 Por este motivo, la Unión Europea ha introducido legislación en sus ámbitos de competencia. También ha utilizado «instrumentos no vinculantes», como recomendaciones, financiación e intercambios de buenas prácticas para respaldar la acción en los Estados miembros, y ha establecido estructuras para fomentar y supervisar el progreso. Además, la jurisprudencia del Tribunal de Justicia ha desempeñado un papel clave a la hora de definir los conceptos y el alcance de las políticas europeas en este ámbito.

Desde la introducción de las primeras directivas en este ámbito en los años 1970, la UE ha desarrollado abundante legislación sobre igualdad de género, sobre todo en el sector del empleo, abarcando la igualdad salarial, la seguridad social, el empleo, las condiciones laborales y el acoso (Directiva 2006/54/CE); la actividad autónoma (Directiva 2010/41/UE), y la garantía del derecho a un permiso de maternidad y parental (Directivas 92/85/CEE y 2010/18/UE). El marco de la UE también incluye legislación sobre la igualdad en el acceso a bienes y servicios (Directiva 2004/113/CE) y la protección de las víctimas de la trata de seres humanos y de la delincuencia (Directivas 2011/36/UE y 2012/29/UE). Esta legislación vinculante de la UE prohíbe la discriminación directa e indirecta, la victimización y el acoso y permite la acción positiva. Se considera que ha impulsado, de manera decisiva, la legislación sobre discriminación de género en los Estados miembros y ha creado derechos jurídicamente vinculantes para las personas.

Percepción de la acción de la UE como adecuada actualmente: diferencia de puntos porcentuales entre 2016 y 2018.

Fuente: EPRS sobre la base del Eurobarómetro 85.1 - 2016; 89.2 - 2018.

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Compromisos internacionales Además de su propio marco jurídico, la UE y sus Estados miembros tienen compromisos sustanciales en materia de igualdad de género en virtud de tratados y acuerdos internacionales de derechos humanos, muchos de los cuales la UE ha ayudado a desarrollar; algunos de ellos van más allá de los propios estándares de la Unión.

La Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer de las Naciones Unidas (CEDAW, por sus siglas en inglés), la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing y la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible establecen estándares y objetivos cuantificables para lograr la igualdad entre mujeres y hombres y evaluar el progreso en Europa. La revisión de la UE de la Plataforma de Beijing en 2015 concluyó que el aumento de los esfuerzos había tenido su efecto, pero que las mujeres y las niñas todavía estaban en desventaja en Europa en los 12 sectores de interés (pobreza; educación; salud; violencia; conflicto armado; economía; poder y toma de decisiones; mecanismos para el progreso de las mujeres; derechos humanos de las mujeres; medios de comunicación; medio ambiente; y niñas). La UE ha desarrollado sus propios indicadores para supervisar el progreso hacia los objetivos de igualdad de género de la Agenda 2030, centrándose en la violencia, la educación, el empleo y el liderazgo.

En el marco del Consejo de Europa, todos los Estados miembros de la Unión ratificaron el Convenio Europeo de Derechos Humanos (CEDH) y la UE tiene la obligación legal de adherirse a él, el cual podría representar una base adicional para las políticas dirigidas a la igualdad sustantiva de género. Veinte Estados miembros ratificaron el Convenio sobre prevención y lucha contra la violencia contra la mujer y la violencia doméstica (Convenio de Estambul), el primer instrumento internacional vinculante sobre la prevención y la lucha contra la violencia contra las mujeres y las niñas. La ratificación de la UE podría aportar una protección más igualitaria para las mujeres en Europa contra todas las formas de violencia.

Marco político Las propuestas legislativas y diferentes medidas no legislativas en pro del progreso de la igualdad entre mujeres y hombres se establecen en programas políticos plurianuales exhaustivos. El programa actual de la Comisión Europea, Compromiso estratégico para la igualdad entre mujeres y hombres 2016-2019, sirve de base para la cooperación entre la Comisión, las otras instituciones europeas, los Estados miembros y las partes interesadas, como parte del Pacto Europeo por la Igualdad de Género (2011-2020). Sus prioridades son las mismas que las de la estrategia de 2010-2015, a saber: reducir las desigualdades en cuanto a empleo, retribución, pensiones y toma de decisiones; eliminar la violencia sexista y apoyar a las víctimas; y promover la igualdad de género y los derechos de las mujeres en todo el mundo. También existen compromisos para abordar la discriminación múltiple, promover la integración de la perspectiva de género y garantizar la adopción de una perspectiva de igualdad de género en la generación de programas de financiación de la UE posterior a 2020.

Tal como definió la Comisión Europea en 1996, la integración de la perspectiva de género significa «no limitar los esfuerzos de promoción de la igualdad a la adopción de medidas específicas a favor de las mujeres, sino movilizar todas las medidas y políticas generales específicas con el propósito de lograr la igualdad». La integración de la perspectiva de género no solo está dirigida a las mujeres, sino también a garantizar que las preocupaciones y las experiencias de los hombres y las mujeres se incorporen a la elaboración, la aplicación, la supervisión y la evaluación de políticas, y que se aborden tanto los derechos individuales como las desigualdades estructurales. También implica estudiar las instituciones y su funcionamiento, incluida la representación del género en los ámbitos políticos y las estructuras de toma de decisiones.

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Marco financiero Actualmente, la igualdad de género y la integración de la perspectiva de género se financian mediante una amplia gama de acciones en el marco de varios instrumentos ad hoc y programas de financiación de la UE. En la estrategia de la UE para la igualdad género para el período 2016-2019 se afirma que la asignación a efectos de la consecución de los objetivos de igualdad de género asciende a un total de 6 170 millones EUR en virtud de once fondos distintos11.

Si bien la gestión práctica de los fondos corresponde en gran medida a los Estados miembros, la UE puede influir en las asignaciones destinadas a los objetivos de igualdad de género. Las evaluaciones muestran que los fondos de la UE complementan las opciones jurídicas y apoyan su aplicación. Asimismo, mejoran la eficacia de las políticas sociales y de las medidas antidiscriminación aplicadas a escala nacional y garantizan que se brinde apoyo incluso en aquellos Estados miembros con limitaciones financieras que, de lo contrario, no invertirían en dichas medidas.

Para algunos fondos se han realizado evaluaciones exhaustivas del impacto por razón de género . La evaluación de Horizonte 2020 pone de manifiesto el progreso realizado en el fomento de la igualdad de género. La calidad de los datos sigue siendo motivo de preocupación y la supervisión todavía arrastra problemas, pero el número de temas con dimensión de género ha aumentado y está a punto de lograrse el equilibrio entre hombres y mujeres en la toma de decisiones.

Sin embargo, mientras las evaluaciones exhaustivas de impacto de género de algunos fondos muestran progreso, la eficacia de la financiación para la igualdad de género podría mejorar. Aunque en 2013, el Parlamento, el Consejo y la Comisión acordaron que los procedimientos presupuestarios anuales para el marco financiero plurianual (MFP) 2014-2020 incorporarían una perspectiva de género, las investigacionesdel EPRS concluyen que no existe una estrategia de género clara en el MFP y que, a menudo, es imposible determinar qué recursos se han asignado para alcanzar los objetivos de género de los programas, si es que se asignaron. La revisión intermedia del MFP no abordó la integración de la perspectiva de género. También resulta difícil identificar la financiación de la igualdad de género de la UE, cuando esta proviene de instrumentos ajenos al presupuesto de la UE.

Los estudios encomendados por la Comisión de Derechos de la Mujer e Igualdad de Género (FEMM) del Parlamento Europeo sobre el presupuesto de la UE para la igualdad de género y el uso de la financiación de la UE en determinados Estados miembros también concluyen que el elevado compromiso con la igualdad de género no se refleja en el presupuesto y que la presupuestación con perspectiva de género no se aplica de manera sistemática en el presupuesto de la UE ni en todos los programas de financiación.

Uno de los problemas es que los indicadores de género y los datos desglosados por sexo no se utilizan sistemáticamente a la hora de supervisar y evaluar las iniciativas financiadas por la UE, lo cual hace difícil mostrar dónde hubo un impacto positivo o dónde hubo fallos. Otro problema es que la perspectiva de género se adopta pocas veces en los ámbitos políticos que no se consideran directamente relacionados con la igualdad de género, como las políticas de TIC, transporte, negocios y medio ambiente, pero en los que el impacto de género también puede notarse.

Tal como define el Instituto Europeo de la Igualdad de Género, la presupuestación con perspectiva de género es una estrategia para alcanzar la igualdad de género, centrándose en la forma en que se recaudan y se asignan los recursos públicos. Su objetivo consiste en fomentar la responsabilidad y la transparencia, incrementar la participación con perspectiva de género en el proceso presupuestario y avanzar en la igualdad de género y los derechos de las mujeres, convirtiéndola en una herramienta muy poderosa para la integración de la perspectiva de género. Incluye la perspectiva de género en todas las fases del ciclo presupuestario. La UE se ha comprometido a apoyar la presupuestación con perspectiva de género, pero, a pesar de ello, todavía no se ha aplicado de manera sistemática en el presupuesto general de la UE.

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Resultados de la legislatura 2014-2019 La Comisión ha introducido dos grandes iniciativas nuevas como parte del nuevo pilar europeo de derechos sociales:

El Plan de acción sobre la brecha salarial de género para 2019 establece 20 acciones concretas para abordar las causas principales, incluido el apoyo a proyectos para lidiar con los estereotipos y la segregación en la educación, la formación y el mercado laboral, y mejorar el equilibrio entre géneros en los cargos directivos y la toma de decisiones en las empresas.

El Paquete en materia de conciliación de la vida laboral y la vida privada se introdujo para sustituir una propuesta de 2008 sobre el permiso de maternidad que se retiró en 2015, y tiene mayor alcance. Sus medidas legislativas incluyen la modernización de la actual legislación de la UE sobre permisos parentales y el establecimiento en toda la UE de derechos de permisos de paternidad y para cuidadores, la retribución durante el permiso y acuerdos laborales flexibles para padres y cuidadores. Las medidas no legislativas incluyen el apoyo para guarderías asequibles en la UE.

Respecto a la violencia contra las mujeres, la UE firmó el Convenio de Estambul en 2017. El Consejo debe decir ahora su ratificación y el Parlamento Europeo encargarse de su aprobación. Además, la Comisión ha realizado encuestas de opinión pública y ha impulsado una campaña de concienciación y prevención de doce meses de duración, con una financiación de15 millones EUR para proyectos de base de autoridades nacionales y ONG. El EIGE y Eurostat han estado mejorando la recopilación de datos comparables, y una nueva encuesta a escala de la Unión está en curso. La Iniciativa Spotlight, impulsada junto con las Naciones Unidas con el objetivo de combatir todo tipo de violencia contra las mujeres y las niñas a escala global, se desarrollará entre 2017 y 2023. Su inversión inicial asciende a 500 millones EURy la UE es el contribuyente principal.

Respecto a las relaciones exteriores y a la cooperación para el desarrollo, la legislatura se ha caracterizado por la introducción de un nuevo Plan de Acción en materia de género 2016-2020 (PAGII), estrechamente relacionado con los objetivos de desarrollo sostenibles de las Naciones Unidas. Los países en vías de adhesión también deben cumplir los objetivos de igualdad de género.

Entre las demás iniciativas introducidas durante la última legislatura, se incluye una nueva estrategia para impulsar la participación de las mujeres en el sector digital.

Acción por parte del Parlamento Europeo El Parlamento Europeo ha adoptado sistemáticamente una postura sólida y proactiva respecto al progreso en la igualdad de género, destacando la necesidad de cumplir los compromisos de la UE. Su Comisión de Derechos de la Mujer e Igualdad de Género (FEMM), de amplia trayectoria, ha estado siempre a la vanguardia a la hora de visibilizar estos asuntos.

Tanto el Parlamento como el Consejo apoyaron las prioridades establecidas en el Compromiso estratégico para la igualdad entre mujeres y hombres de 2016-2019 de la Comisión. Ambos hicieron un llamamiento a favor de una estrategia de la UE ambiciosa para después de 2015; sin embargo, sufrieron una decepción cuando la Comisión redujo la importancia política de la estrategia. El Parlamento también criticó la ausencia de un presupuesto específico y de los parámetros concretos necesarios para medir el progreso y lograr avanzar. Ambas instituciones desean un marco más sólido para promover la igualdad de género, más integrado con otras estrategias de la Unión e internacionales.

Durante la legislatura anterior, el Parlamento solicitó a la Comisión que supervisara de manera más eficaz la aplicación de la legislación vigente de la UE sobre igualdad de género y realizó sus propias evaluaciones de la Directiva sobre la igualdad de trato en el empleo, la Directiva sobre igualdad de trato entre hombres y mujeres en el acceso a bienes y servicios y su suministro, la Directiva sobre los

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derechos de las víctimas y la orden europea de protección. También realizó una evaluación del Plan de Acción sobre género y presentó un informe sobre la igualdad entre hombres y mujeres en la UE.

La acción de la UE no ha alcanzado las peticiones del Parlamento en varios ámbitos, entre ellos:

La lucha contra la violencia ejercida contra las mujeres: En 2014, el Parlamento no solo solicitó la adhesión de la UE al Convenio de Estambul, sino también una Directiva de la UE que incluyera medidas vinculantes para proteger a las mujeres frente a la violencia y una combinación de otras medidas, entre ellas: el refuerzo de la base jurídica añadiendo la violencia de género a los delitos enumerados en el artículo 83, apartado 1, del TFUE; el establecimiento de un sistema coherente para recopilar estadísticas en los Estados miembros; un observatorio europeo; y la adopción de una estrategia y de un plan de acción a escala de la UE para luchar contra la violencia ejercida contra las mujeres. El Parlamento siguió presionando para avanzar en estas recomendaciones, por ejemplo en sus resoluciones de 9 de junio de 2015, de 24 de noviembre de 2016,de 14 de marzo de 2017 y de 12 de septiembre de 2017. Asimismo, pide que se amplíe la adhesión de la UE al Convenio de Estambul, yendo más allá de los ámbitos actualmente propuestos.

Igualdad de retribución: El Parlamento lleva reclamando una revisión de las actuales directivas desde 2008. En su evaluación de la aplicación de 2015, concluyó que las disposiciones sobre la igualdad de retribución no se estaban ejecutando o imponiendo completamente y exigió nueva legislación, que incorporara medidas para reforzar la transparencia salarial, junto con medios eficaces de cumplimiento, como auditorías salariales obligatorias para las grandes empresas.

Equilibrio entre la vida profesional y la vida privada: El Parlamento lleva tiempo destacando el impacto acumulativo que las desigualdades de género en materia de salarios, retribuciones globales, responsabilidades familiares y de cuidados y patrones de carrera profesional tienen sobre las pensiones de las mujeres y el equilibrio entre la vida profesional y la vida privada. Asimismo, ha señalado la situación precaria de los trabajadores dedicados a las labores domésticas y de cuidados, que permiten a otras personas conciliar su vida profesional y familiar. El Parlamento y el Consejo adoptaron la nueva propuesta sobre conciliación entre vida familiar y profesional antes del final de la pasada legislatura. Esta propuesta incluye varias antiguas reivindicaciones del Parlamento, como el refuerzo de la disposición relativa al período de permiso parental no transferible para los padres y el permiso de paternidad remunerado.

Financiación: El Parlamento ha concluido que la financiación de la UE debe utilizarse de una manera mucho más proactiva a efectos de la consecución de los objetivos de igualdad de género, utilizando en mayor medida los fondos del FEDER para apoyar la financiación de guarderías asequibles y cuidados para otros dependientes, revertir la caída de la financiación para luchar contra la violencia ejercida sobre las mujeres y aumentar la financiación para las organizaciones de base y los organismos de igualdad. Asimismo, ha exigido que la presupuestación con perspectiva de género se aplique a todas las líneas presupuestarias de la UE y a todos los futuros programas de financiación de la UE, con objetivos claros, recursos específicos y supervisión sistemática.

Además, durante la legislatura anterior, el Parlamento llamó la atención sobre las medidas que podrían tomarse para las cuestiones emergentes y de actualidad, en particular:

Medidas para tener en cuenta las necesidades específicas de las mujeres y las niñas en los procedimientos de asilo, incluidas las directrices de género a escala de la UE como parte de las reformas más amplias para la política de migración y asilo;

Acciones para abordar las formas emergentes de violencia de género, como el ciberacoso y la ciberintimidación y para tener en cuenta las necesidades específicas de los grupos vulnerables, como las víctimas menores, las mujeres con discapacidades, los refugiados y las mujeres LBTI;

Pasos para dar acceso a las mujeres a los servicios legales de salud sexual y reproductiva;

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Propuestas para mejorar la representación y participación de las mujeres en los medios de comunicación, los sectores digital y CTIM;

La adopción de un enfoque con perspectiva de género en la política climática y en la política comercial, mediante la inclusión de un capítulo sobre el género en los acuerdos comerciales de la UE.

Potencial de futuro Existen varias posibilidades para que un aumento de la participación o apoyo de la UE pudiera contribuir a cerrar las brechas de género tenaces y a avanzar más rápidamente. Entre ellas se podrían incluir la mejora de la aplicación y el cumplimiento de la legislación en materia de igualdad de género vigente en la UE, las medidas para modernizarla o la introducción de nueva legislación para colmar las deficiencias de protección o el abordaje de los nuevos problemas, y más medidas no legislativas, como la recopilación y supervisión de datos, la evaluación comparativa, la concienciación y la financiación y el apoyo a los Estados miembros, los organismos nacionales de igualdad y las organizaciones de base Los investigadores universitarios y los grupos de apoyo a los derechos de las mujeres verían con buenos ojos que la UE se mostrara más ambiciosa a la hora de atajar de raíz las causas estructurales de la desigualdad, como los estereotipos de género, la violencia de género y el acceso desigual a la salud y los derechos reproductivos, y que prestara más atención a la situación específica de los distintos grupos de mujeres y a las formas de discriminación interseccional.

Mayor alcance para la legislación En aquellos casos en que ya exista legislación de la UE en materia de igualdad de género, podrían tomarse más medidas para garantizar una mayor coherencia y eficacia de la aplicación y el cumplimiento. Además, las normas en la legislación existente pueden tener que actualizarse para adecuarse a los nuevos requisitos. Asimismo, la legislación de la UE no cubre todos los ámbitos políticos en que aparece la desigualdad de género, sobre todo respecto a:

La violencia ejercida contra las mujeres, para la que no existe legislación a escala de la UE con la excepción de los ámbitos específicos del acoso sexual y la trata de seres humanos. La adhesión de la UE al Convenio de Estambul y una directiva de la UE contribuirían a garantizar los estándares mínimos acordados sobre prevención, protección y cumplimiento para todos los Estados miembros de la UE;

La educación, ámbito para el que no existe legislación a escala de la UE que garantice el derecho a la igualdad de género;

La protección contra la discriminación, que todavía no es efectiva debido a las lagunas en el actual marco de la UE. Este marco todavía no proporciona el mismo nivel de protección contra la discriminación según su causa (sexo, religión y creencia, discapacidad, edad y orientación sexual) en los diferentes ámbitos (empleo, seguridad social y sanidad, bienes y servicios, educación y prestaciones sociales); respecto al sexo, la legislación vigente abarca los tres primeros ámbitos. Una Directiva de igualdad de trato, tal como se propuso en 2008, garantizaría una promoción equitativa de la igualdad independientemente de la causa de discriminación.

Sin embargo, durante la anterior legislatura, la propuesta de igualdad de trato y una propuesta de directiva sobre el equilibro de géneros en las juntas de las

empresas (2012) quedaron estancadas en el

Consejo porque los Estados miembros no lograron un acuerdo. La Comisión Juncker y el anterior

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Parlamento Europeo presionaron a favor de la adopción de estos expedientes legislativos pendientes, sin que se consiguiera antes del final de la legislatura. El expediente de conciliación de la vida familiar y profesional pudo llegar a buen puerto antes de que concluyera el mandato, pero los trámites de adhesión al Convenio de Estambul están lejos de completarse.

Esta situación se debe en parte a que los Tratados no proporcionan a la UE una base jurídica directa para abordar determinados ámbitos, como la violencia contra las mujeres, que son decisivos para la igualdad de género, mientras que otras áreas de interés público quedan fuera de las competencias legislativas básicas de la UE.12 No obstante, el mayor motivo de controversia en muchos casos es la subsidiariedad, ya que algunos Estados miembros han cuestionado si la UE tiene las competencias para legislar sobre determinadas cuestiones. La cuestión se agrava en ámbitos que son esenciales para la igualdad de género, por ejemplo, la política social, que exige unanimidad en el Consejo a efectos de la adopción de legislación. Este problema se arrastra desde hace mucho tiempo. Mientras que algunos países temen el debilitamiento de los estándares actuales, otros son precavidos respecto a los costes de la nueva legislación, lo cual dificulta la introducción de estándares por encima del mínimo común denominador.

Perspectivas presupuestarias En el marco de la propuesta de la Comisión para el próximo marco financiero plurianual (2021-2027), la financiación de la igualdad de género seguirá dividiéndose entre varios fondos. Algunos programas de financiación poseen una dimensión de igualdad de género mayor que otros:

El Programa de derechos y valores, que forma parte del Fondo de Justicia, Derechos y Valores, sustituye a dos programas del período 2014-2020 —el Programa de Derechos, Igualdad y Ciudadanía y el Programa Europa para los ciudadanos— y cuenta con una dotación de 641 705 000 EUR. Destinará una cantidad sustancial a la igualdad de género en el marco del capítulo de derechos e igualdad, cuyo enfoque se centra en la prevención y la lucha contra las desigualdades y la discriminación, y que incluye el género y el fomento de la integración de la perspectiva de género; y el capítulo «Daphne», centrado en la prevención y la lucha contra la violencia y el apoyo y la protección de las víctimas.

La propuesta del Fondo Social Europeo Plus (ESF+) incluye un objetivo específico para «promover la participación de la mujer en el mercado de trabajo, una mejora del equilibrio entre la vida laboral y la familiar, y especialmente el acceso a servicios de guardería, un entorno de trabajo saludable y bien adaptado contra los riesgos para la salud, la adaptación de los trabajadores, las empresas y los empresarios al cambio, y el envejecimiento activo y saludable». Reafirma la igualdad de género como uno de sus principios y propone datos desglosados por sexo como uno de los indicadores.

La propuesta de Horizonte Europa se deriva de Horizonte 2020 y uno de sus objetivos consiste en la eliminación de las desigualdades de género y la promoción de la igualdad entre mujeres y hombres en la investigación y la innovación.

Otras propuestas que mencionan la igualdad de género, a pesar de que su perspectiva de género puede no estar tan desarrollada, son la nueva propuesta Erasmus, el IAP III, y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional y el Fondo de Cohesión. La propuesta del Instrumento de Vecindad, Desarrollo y Cooperación Internacional (IVDCI) incorpora varios instrumentos que presentaban una dimensión de igualdad de género en el MFP anterior: el Instrumento de Cooperación al Desarrollo (ICD), el Instrumento Europeo de Vecindad (IEV) y el Instrumento Europeo para la Democracia y los Derechos Humanos (IEDDH). También incluye el actual Fondo Europeo de Desarrollo (FED) extrapresupuestario. Enumera la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer como uno de sus principios generales y afirma que la perspectiva de la igualdad de género está integrada en el programa.

EPRS | Servicio de Estudios del Parlamento Europeo

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Las ONG y los expertos en presupuestación con perspectiva de género señalan que es posible una mejor inclusión de los objetivos de la igualdad de género en la nueva propuesta del MFP, que exige el consentimiento del Parlamento.

Estrategias políticas y debates El Libro Blanco sobre el futuro de Europa reafirma el compromiso político de la UE en aras de la igualdad de género, subrayando la necesidad de luchar por ella en el contexto del envejecimiento demográfico, la disminución de la población en edad laboral y la importancia de eliminar los obstáculos tenaces para la participación de las mujeres. El documento de reflexión sobre el futuro de las finanzas de la UE también destaca que la financiación puede aportar valor añadido al defender los principios de la UE, incluida la igualdad.

Los preparativos para una nueva estrategia de igualdad de género de la UE para después de 2019 ayudarán a enfocar el debate sobre la dirección, el alcance y la magnitud de la acción de la UE en el futuro. Respecto al camino a seguir, Věra Jourová, comisaria europea entre 2014 y 2019, señaló la dificultad de alcanzar resultados en un ámbito que requiere no solo legislación, sino también financiación y apoyo para las organizaciones, y para el que es necesario influir en mentalidades reacias al cambio. En consecuencia, es necesario establecer objetivos realistas y combinar instrumentos; por ejemplo, para aumentar la participación y representación política de las mujeres puede ser necesario conjugar cuotas y planes voluntarios.

REFERENCIAS PRINCIPALES EIGE, Índice de igualdad de género 2017: Measuring gender equality in the European Union 2005-2015 - Report, octubre de 2017 Comisión Europea, Report on equality between women and men in the EU 2018, abril de 2018 Parlamento Europeo, Equality and the Fight against Racism and Xenophobia: Cost of Non-Europe Report, marzo de 2018

NOTAS

1 Los datos del material infográfico de este briefing, producidos por Nadejda Kresnichka-Nikolchova, son de Eurostat: sdg_04_10; SDG_04_20; sdg_04_50; sdg_05_20; sdg_05_30; sdg_05_40; sdg_05_50; sdg_05_60.

2 El término «sexo» se refiere, principalmente, a las diferencias biológicas entre mujeres y hombres. El término «género» es más amplio, porque también incluye las diferencias sociales, como los roles y los comportamientos atribuidos a las mujeres y a los hombres en la familia y la sociedad.

3 Para una visión general del desarrollo de las políticas de igualdad de género en la UE, véase: Woodward, A.E. From equal treatment to gender mainstreaming and diversity management, in Gendering the European Union: New approaches to Old Democratic Deficits; Abels G. y Mushaben, J.M. (Eds), Palgrave Macmillan, 2012 y Jacquot S. Transformations in EU gender equality: From emergence to dismantling, Palgrave Macmillan, 2015.

4 Ente las fuentes con datos sobre la igualdad de género a escala nacional y de la UE, cabe citar las siguientes: Eurostat, la oficina estadística de la Unión Europea, en particular su visión general y explicación de las estadísticas sobre género con indicadores clave en ámbitos como la educación, el mercado laboral, los ingresos y la salud, de carácter periódico; Eurofound, la base de datos de estadísticas sobre género del EIGE, incluidos datos exhaustivos sobre las mujeres en la toma de decisiones; y la Agencia de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea (FRA), en particular, su encuesta sobre violencia de género contra las mujeres. Pueden encontrarse análisis de progreso y de la brecha en los informes sobre el índice del EIGE y en los informes anuales de la Comisión sobre igualdad entre mujeres y hombres.

5 En algunos ámbitos políticos, como la educación y el empleo, la dimensión de género es evidente. En otros, como el comercio o el cambio climático, puede que sea menos evidente a primera vista. Sin embargo, en todo el espectro, incluso en estos sectores aparentemente «neutrales», las políticas pueden tener distintos impactos en las mujeres y en los hombres y pueden perpetuar la desigualdad o la discriminación de forma involuntaria. La base de datos del EIGE sobre la integración de la perspectiva de género muestra la pertinencia de una perspectiva de género en ámbitos políticos específicos.

Promover la igualdad entre mujeres y hombres

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6 La OIT observa que algunos países de la UE, como Francia, Alemania, Polonia y Eslovaquia, incrementaron el nivel de apoyo a las familias durante la crisis facilitando el acceso a la enseñanza y la atención de la primera infancia y a los créditos fiscales, así como un aumento de la duración, el alcance y los niveles de las prestaciones de maternidad y de licencia parental.

7 Para más información sobre el retroceso respecto a la igualdad de género, véase: Kuhar, R. y Paternotte, D. (Eds) Anti-Gender, Mobilizing against Equality Campaigns in Europe. Rowman and Littlefields. 2017.

8 Alina Dobreva ha elaborado esta sección, que incluye los gráficos de Nadejda Kresnichka‑Nikolchova. 9 La encuesta utilizó el término «igualdad de trato entre hombres y mujeres». 10 Los artículos clave del Tratado son: los artículos 2 y 3, apartado 3, del TUE y el artículo 23 de la Carta de los Derechos

Fundamentales, que convierten la igualdad de género en un valor y objetivo fundamental de la Unión y de sus Estados miembros; el artículo 8 del TFUE sobre la integración de la perspectiva de género en todas las actividades; el artículo 19 del TFUE otorga a la UE competencias para introducir legislación para luchar contra la discriminación por motivos de sexo; el artículo 157 del TFUE que establece el principio de igualdad de retribución para un trabajo de igual valor y que otorga a la UE una base jurídica para la legislación sobre la igualdad de género en el empleo; y el artículo 157, apartado 4, del TFUE y el artículo 23 de la Carta de los Derechos Fundamentales, que reconocen la acción positiva como un método para lograr la igualdad de género.

11 Los fondos en cuestión son los siguientes: los Fondos Estructurales y de Inversión Europeos; el Programa Derechos, Igualdad y Ciudadanía; el Programa marco de investigación e innovación Horizonte 2020; Erasmus+; el Mecanismo «Conectar Europa»; el Fondo de Asilo, Migración e Integración; el Instrumento de Cooperación al Desarrollo; el Instrumento Europeo de Vecindad; el Instrumento Europeo para la Democracia y los Derechos Humanos; y el Programa para el Empleo y la Innovación Social.

12 Para un análisis detallado de las competencias de la UE y las bases jurídicas para la igualdad de género en los Tratados, véase, por ejemplo, Dagmar Schiek, «Article 23 - Equality between Women and Men» in Peers et al, (Eds) The EU Charter of Fundamental Rights: A Commentary, Hart Publishing, 2014, p. 635.

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