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Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de
la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de
procesos de transformación de plásticos
Programa de doctorado:
INGENIERIA AMBIENTAL Y DESALINIZACIÓN
Departamento de Ingeniería de Procesos
Autora:
Inés Mª Angulo Suárez
Las Palmas de G.C
Septiembre 2013
Departamento/Instituto/Facultad: INGENIERIA DE PROCESOS Programa de doctorado: INGENIERIA AMBIENTAL Y DESALINIZACIÓN
Título de la Tesis
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la
platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de
procesos de transformación de plásticos.
Tesis Doctoral presentada por D/Dª INÉS Mª ANGULO SUÁREZ Dirigida por la Dra. Dña. Mª DOLORES MARRERO ALEMÁN Dirigida por el Dr. D. ANTONIO NIZARDO BENITEZ VEGA
La Directora, El Director La Doctoranda,
Las Palmas de Gran Canaria, a 13 de Septiembre de 2013
AGRADECIMIENTOS.
Las cosas buenas de la vida no ocurren porque tengan que ser así. El origen, muchas veces, se
presenta en la voluntad positiva de las personas que nos encontramos en el camino. Esa
“voluntad” la experimenté cuando mis Directores de Tesis (Mariola y Nizardo) me brindaron la
oportunidad de desarrollar este trabajo. Encontré la voluntad de transmitirme ilusión en un
camino nuevo para mí, encontré la voluntad de transmitirme sus conocimientos y buen hacer,
y experimenté la voluntad de transmitirme su disponibilidad, su tiempo, incluso restándolo al
de su familia, encontré la voluntad de brindarme el apoyo constante y sin reproches por mis
huidas. Encontré sobre todo a dos personas excepcionales. Todo esto lo plasmo desde mi
más profundo agradecimiento: Sin ustedes no hubiera podido ser.
Quiero también agradecer a todo el personal del Centro de Fabricación Integrada,
especialmente a Mario y Pedro, por haber compartido conmigo sus conocimientos y sus
medios y haberme ofrecido la oportunidad de crecer profesionalmente desde el
convencimiento de que son un ejemplo de trabajo, esfuerzo y dedicación.
Agradezco a mis padres, hermanos y sobrinos el apoyo recibido en todo momento y sobre
todo les agradezco el significado que siempre han tenido en mi vida: un Tótem fuerte y
robusto. Los quiero.
Mi querido Agustín, gracias por estar siempre ahí.
Gracias a Julia, por hacerme ver que el camino de la vida puede ser muy largo y hay que seguir
avanzando.
A Jeny, mi salvadora en la guerra de la maquetación de esta tesis. Siempre que se resistía un
pie de página aparecías cuál heroína. Muchas gracias.
A mi madre†:
Te llevo en mi corazón y en mi esencia.
A mi hermana Esther:
Mi “pepito grillo”. Mi conciencia.
A Javier y a mis hijos (Javi, Carlos y Luis):
MI VIDA
Capítulo I: Marco de la Tesis y Objetivos
Capítulo I: Marco de la Tesis y Objetivos
ÍNDICE DE CONTENIDO
i. MARCO DE LA TESIS Y OBJETIVOS. ........................................................................ 1
I.1. Metodología del trabajo de investigación. ............................................... 2
I.1.1 Fase inicial.................................................................................................. 2
I.1.2 Fase de recopilación de información. ........................................................ 2
I.1.3 Fase de ejecución de ensayos.................................................................... 3
I.2. Objetivos específicos de la tesis ............................................................... 3
I.3. Capítulos de la tesis. ................................................................................ 6
Capítulo I: Introducción. ................................................................................ 6
Capítulo II: Fundamentos Teóricos y Estado del Arte.................................... 6
Capítulo III: Caracterización de la fibra de Platanera..................................... 6
Capítulo IV: Fabricación y Estudio Reológico del Composite......................... 7
Capítulo V: Ensayos Mecánicos...................................................................... 7
Capítulo VI: Conclusiones y Líneas Futuras de Investigación......................... 8
Capítulo I: Marco de la Tesis y Objetivos
I‐1
I. MARCO DE LA TESIS Y OBJETIVOS.
Esta tesis, enmarcada en el programa de doctorado de Ingeniería Ambiental y
Desalinización del Departamento de Ingeniería de Procesos de la Universidad de Las
Palmas de Gran Canaria, ha sido llevada a cabo en el seno del Grupo de Investigación
“Procesos de Fabricación” de dicha Universidad. Su realización también ha precisado
estancias en el Polymer Processing Research Center de la Queen´s University de
Belfast y en el Taller de Inyección de la Industria de los plásticos (T.I.I.P.) del
Departamento de Ingeniería Mecánica de la Universidad de Zaragoza.
Hace algunos años, el Grupo de Investigación “Procesos de Fabricación” se planteó
desarrollar una nueva línea de investigación de Fabricación Sostenible, basada en la
utilización de la fibra de la platanera como material de refuerzo para la fabricación de
piezas plásticas. Como consecuencia, se propuso la realización de esta tesis, cuyo
objetivo se centró fundamentalmente en la caracterización de estas fibras y la
viabilidad de su uso como parte de un composite de fácil biodegradabilidad. Este
material compuesto se pretendía que tuviera aplicación en múltiples sectores
industriales en los que la legislación, precisamente en lo concerniente a la utilización
de estos materiales, es muy exigente. Por otro lado, también se buscaba añadir valor
al residuo de platanera a través de su fibra, considerada hasta el momento un
subproducto o residuo de las explotaciones agrarias existentes en las islas Canarias.
La matriz polimérica empleada fue el polipropileno, que es una de las poliolefinas de
mayor consumo debido a sus interesantes propiedades y bajo costo, así como de su
fácil y económico procesado y su carácter reciclable. Además, el polipropileno
aumentó su rigidez y resistencia con la incorporación de fibras, incrementando así la
posibilidad de su transformación mediante técnicas convencionales de inyección [1].
Uno de los puntos críticos de la investigación se centró en el estudio y la mejora de la
adhesión fibra‐matriz. Ello se debe a que la incorporación del refuerzo al material
polimérico precisa una buena compatibilidad entre ambos materiales. Cuando no
existe o sea deficitaria esta unión en la interfase, se producen imperfecciones en el
composite, que se traducen en una disminución de la resistencia debido a la
concentración de tensiones establecidas por el solapamiento de las fibras y, como
consecuencia, un aumento de la formación de huecos interfaciales.
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la conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
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Por todo ello, se hace imprescindible definir una metodología de trabajo que se inicie
con la caracterización de la fibra virgen de platanera canaria para la identificación de
sus propiedades físicas y mecánicas. Una vez caracterizada, se deben analizar las
formas o tratamientos que pueden aplicarse a esta fibra para conseguir un adecuado
anclaje con una matriz polimérica de PP y finalmente, ensayar el material reforzado
resultante y estudiar su viabilidad técnica para los procesos de inyección.
I.1. METODOLOGÍA DEL TRABAJO DE INVESTIGACIÓN.
La estrategia anteriormente planteada se dividió en las fases o actividades de trabajo
descritas a continuación:
I.1.1 FASE INICIAL
Estudio en profundidad de los fundamentos físico‐químicos‐mecánicos
del comportamiento de los materiales compuestos.
Estudio y valoración de las fibras naturales y sintéticas de aplicación
como refuerzo.
I.1.2 FASE DE RECOPILACIÓN DE INFORMACIÓN.
Estudio y valoración del proceso de extracción de la fibra, de la planta de
la platanera.
Estudio de los fundamentos teóricos de los tratamientos para la
modificación química de la fibra.
Diseño de los ensayos.
Fabricación y montaje de los elementos necesarios para llevarlos a cabo.
Valoración de los productos químicos y parámetros de funcionamiento
más adecuados.
Definición de la longitud de la fibra.
Estudio de la influencia de los distintos tratamientos sobre las variaciones
del diámetro y densidad de la fibra.
Estudio y definición de parámetros que caracterizan las propiedades
físicas‐químicas y mecánicas de las fibras.
Definición de las variables de los ensayos.
Capítulo I: Marco de la Tesis y Objetivos
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Estudio y puesta en marcha de las técnicas analíticas.
Tratamiento informático y valoración de los resultados obtenidos.
I.1.3 FASE DE EJECUCIÓN DE ENSAYOS.
Definición de la longitud de la fibra a incorporar en la matriz.
Definición de los materiales olefínicos a utilizar en la preparación del
material compuesto.
Formulación del material compuesto.
Establecimiento de una metodología para el proceso de granceado del
material compuesto.
Estudios de la técnica de inyección por moldeo.
Estudio de la técnica de inyección en molde en espiral.
Estudio de la técnica analítica de reometría capilar.
Estudio de la técnica de ensayos a tracción.
Determinación de los valores paramétricos que afectan a los distintos
procesos.
Tratamiento informático y valoración de los resultados obtenidos.
I.2. OBJETIVOS ESPECÍFICOS DE LA TESIS
La presente investigación tiene como objetivo principal la realización de un estudio
de la fibra de la platanera canaria y su posterior validación como refuerzo en la
conformación de piezas fundamentalmente de automoción obtenidas a partir del
proceso de transformación de inyección de plásticos.
No obstante, además del propósito técnico mencionado de empleo del composite
reforzado, esta tesis está motivada por la necesidad reglamentaria cada vez más
exigente del uso de materiales reciclables en el sector de la automoción, con la
consiguiente disminución de desechos.
Finalmente, se persigue la ambiciosa propuesta de añadir un valor socioeconómico al
cultivo de plataneras en Canarias que favorezca el mantenimiento del sector y, si es
posible, su crecimiento en un ámbito sostenible.
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la conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
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A continuación se presenta un esquema de trabajo que trata de recoger los objetivos
principales de la investigación en sus dos principales áreas: el estudio de la fibra y el
del material compuesto generado.
Capítulo I: Marco de la Tesis y Objetivos
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Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en
la conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
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I.3. CAPÍTULOS DE LA TESIS.
I ‐ CAPÍTULO I: INTRODUCCIÓN.
Se establece la metodología de trabajo así como los objetivos específicos de cada
bloque constituyente del estudio y la estructura general de la tesis, especificando los
aspectos considerados en cada uno de los capítulos.
II ‐ CAPÍTULO II: FUNDAMENTOS TEÓRICOS Y ESTADO DEL ARTE
El capítulo II pone en contexto el trabajo realizado con la revisión de los conceptos
necesarios para el entendimiento y compresión de los aspectos que están implicados
en el desarrollo de la investigación. Aspectos como la importancia que tienen las
fibras naturales como materiales sustitutivos de los refuerzos sintéticos, dónde
radica la resistencia de las fibras, como se pueden modificar algunas características
inherentes a las fibras naturales, tal cual, es el carácter hidrofílico que la hace
incompatible con la matriz. Así como se puede variar el comportamiento de la
interfase fibra‐matriz por la adición de sustancias que mejoran la mojabilidad y por
tanto la adhesión entre las fases del material compuesto. El estudio de esa mejora
comporta la elección de un método de aplicación entre tantos valorados en la
revisión bibliográfica. Y por último se ha realizado una revisión de conceptos sobre
los materiales poliméricos, destacando las propiedades del polipropileno.
III ‐ CAPÍTULO III: CARACTERIZACIÓN DE LA FIBRA DE PLATANERA
En el capítulo III se recogen los tratamientos aplicados a las fibras para conseguir la
modificación química que permita una buena adhesión interfacial. Estas
modificaciones están basadas en la reacción de esterificación de los grupos
funcionales hidroxilos de los sustratos naturales que le aportan el carácter polar
incompatible con el hidrofóbico de las matrices poliméricas presentes en el mundo
industrial. La propiedad original de afinidad por el agua también se ve alterada por
los tratamientos químicos.
Frecuentemente, la mejora en los procesos de fabricación se realiza de forma
indirecta, mediante métodos analíticos que aportan resultados cuyos análisis
muestran los cambios que se producen en las propiedades de los materiales. Los
métodos más generalizados para determinar la eficiencia de los cambios producidos
son métodos laboriosos que ayudan a dilucidar el más favorable. Una parte
Capítulo I: Marco de la Tesis y Objetivos
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importante de la investigación, en este capítulo, se ha centrado en este punto
residiendo en la verificación de los cambios que los tratamientos producen sobre las
fibras.
IV ‐ CAPÍTULO IV: FABRICACIÓN Y ESTUDIO REOLÓGICO DEL COMPOSITE
En el capítulo IV se ha realizado la caracterización reológica del material, dada la
importancia que tiene este aspecto en los procesos de inyección Se empleó para la
consecución del objetivo un reómetro capilar ensayándose distintas muestras de
composite a temperaturas distintas. Todas ellas, con progresivas velocidades en la
bajada del pistón. La información obtenida permitió obtener valores de viscosidad
frente a velocidades de cizalla que están acordes con los que experimentará el
material en el proceso de fabricación por inyección. Otro de los ensayos realizados
fue con el empleo de un molde en espiral abierto en el proceso de inyección, de
forma que se caracterizaron los materiales en condiciones mucho más cercanas a las
aplicadas en los procesos reales.
V ‐ CAPÍTULO V: ENSAYOS MECÁNICOS
El objetivo del capítulo es determinar la relación y nivel de tensiones que soportan
los materiales en estudio y su respuesta reflejada a través de una deformación de
naturaleza elástica o plástica. La mayoría de los materiales empleados son materiales
multicomponentes, aportando las propiedades de los componentes constituyentes,
de tal forma que el conjunto suponga la mejor combinación posible. Los compuestos
que utilizan fibras como fase dispersa pretenden conseguir, entre otras, mayor
rigidez, carga elevada y bajo peso específico. En este capítulo se ha estudiado, en qué
medida la adición de la fibra de platanera (tratada y sin tratar) afectan a estas
características, comparándolas con las del material sin reforzar. El medio para la
consecución del objetivo ha sido mediante la realización de ensayos de tracción los
cuáles han permitido obtener el diagrama tensión‐ deformación unitaria. A partir de
este, se ha podido extraer información sobre los tramos de deformación elástica y
plástica, así como algunos parámetros que definen el comportamiento a tracción,
tales como, el módulo elástico, tensión de rotura etc.
Otro objetivo de este capítulo es la valoración del % de contracción al que responden
los materiales al estar sometidos a presión y temperatura en el proceso de inyección.
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en
la conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
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Para ello se sometieron las probetas a la determinación dimensional de cada una de
ellas.
VI ‐ CAPÍTULO VI: CONCLUSIONES Y LINEAS DE INVESTIGACIÓNFUTURAS
En este capítulo se pretende presentar las conclusiones más relevantes obtenidas a
partir de la revisión teórica e investigación empírica realizada con el objeto de
alcanzar los diferentes objetivos propuestos.
Cada uno de estos objetivos tiene como propósito central responder a la siguiente
pregunta: ¿posee la fibra de la platanera propiedades adecuadas para su empleo
como material de refuerzo en los materiales plásticos?
Capítulo II: Fundamentos Teóricos y Estado del Arte
Capítulo II: Fundamentos teóricos y estado del arte
ÍNDICE DE CONTENIDO
ii. FUNDAMENTOS TEÓRICOS Y ESTADO DEL ARTE. __________________________ 1
II.1. Materiales Compuestos.________________________________________ 1
II.2. La fibra natural como material de refuerzo. ________________________ 3
II.2.1 Constituyentes Estructurales de las fibras naturales ________________ 8
LA CELULOSA.________________________________________________ 10
LAS HEMICELULOSAS. _________________________________________ 14
LA LIGNINA. _________________________________________________ 15
PECTINAS ___________________________________________________ 18
COMPUESTOS EXTRAIBLES _____________________________________ 19
COMPUESTOS INSOLUBLES _____________________________________ 20
II.2.2 Propiedades geométricas. ____________________________________ 20
II.2.3 Propiedades físicas y mecánicas _______________________________ 21
II.2.4 Modificación de las fibras naturales ____________________________ 22
II.2.5 Producción de fibras naturales ________________________________ 26
II.2.6 Fibra de platanera __________________________________________ 28
CULTIVO DE LAS PLATANERAS EN CANARIAS._______________________ 30
II.3. Los Polímeros _______________________________________________ 33
II.3.1. Aplicaciones de los plásticos ________________________________ 35
II.3.2. Mercado de los plásticos ___________________________________ 40
II.3.3. Características y propiedades del Polipropileno. ________________ 41
II.4. Aspectos generales de la INYECCIÓN DE PLÁSTICOS_________________ 48
II.5. Bibliografía__________________________________________________ 54
Capítulo II: Fundamentos teóricos y estado del arte
II‐1
II. FUNDAMENTOS TEÓRICOS Y ESTADO DEL ARTE.
En el segundo capítulo de la tesis se revisan los contenidos teóricos del trabajo,
haciendo referencia al estado del arte de las materias y tecnologías integrantes en la
investigación: materiales poliméricos reforzados con fibras naturales e inyección de
plásticos.
Se comienza con una breve descripción de los composites o materiales compuestos,
tras lo cual se realiza una revisión de la composición y características de las fibras
vegetales y de su uso como material de refuerzo en matrices poliméricas, haciendo
especial hincapié en las fibras de platanera. A continuación, se presentan algunos de
los conceptos más importantes relacionados con los requerimientos exigidos a los
polímeros reforzados en general, y al polipropileno en particular. Además, se estudia
el mecanismo que regula la interfase matriz‐fibra, en concreto cuando se emplea
anhídrido maleico como agente de acoplamiento.
Finalmente, se incluye una breve descripción de la tecnología de inyección de
plásticos, de su importancia en los procesos de transformación de estos materiales y
del estado de esta técnica en el ámbito de los plásticos reforzados con fibras
vegetales.
II.1. MATERIALES COMPUESTOS.
El término material compuesto o composite da nombre a la combinación de dos o
más componentes, separados por una interfase, que se encuentran combinados a
nivel macroscópico y cuyas propiedades son superiores a la de los materiales
constituyentes por separado. Al conjunto se le denomina material multifásico.
Los composites se pueden clasificar según la forma o la naturaleza de los
constituyentes y según el tamaño de la fase dispersa. Así, según la forma de los
constituyentes, estos materiales se dividen en compuestos fibrosos (el refuerzo es
una fibra, es decir, un material con una relación longitud‐diámetro muy alta);
compuestos particulados (el refuerzo son partículas equiaxiales) y composites
estructurales (combinación de materiales compuestos y materiales homogéneos).
Según la naturaleza de los constituyentes se tienen: compuestos de matriz orgánica
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conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
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(polímeros), metálica (aleaciones de aluminio, titanio y magnesio) y mineral
(cerámica). Finalmente, y atendiendo al tamaño de la fase dispersa, se puede
distinguir entre microcomposites o composites convencionales (el tamaño del
refuerzo es del orden de la micra) y nanocomposites (el tamaño del refuerzo es del
orden de nanómetros).
En el caso que nos ocupa se trabajarán los compuestos fibrosos de matriz polimérica.
En este sentido, las propiedades mecánicas de los plásticos (resistencia mecánica,
rigidez, resistencia a la termofluencia, etc.) pueden mejorar incorporando refuerzos
de varios tipos, produciéndose así los denominados plásticos reforzados.
Figura II. 1: Fases de los composites.
Estos materiales están formados por una fase discontinua, constituida por el
refuerzo, y por una fase continua que es la matriz polimérica. Cada una de ellas
aporta funciones específicas, contribuyendo a las propiedades finales del compuesto.
Las propiedades resultantes del material compuesto dependen de las proporciones
en las que intervienen ambas fases y de la morfología de la fase dispersa o
discontinua.
La fase continua tiene como misión principal estabilizar y repartir las tensiones entre
los refuerzos, de ahí que, en el material objeto de estudio, la matriz sea el medio de
transferencia de tensión a la fibra, comportamiento que está relacionado con la
calidad de la unión de ambas fases. Asimismo, la fase continua proporciona
aislamiento entre las fibras, hasta el punto que es posible considerar cada una ellas
como elementos independientes y protege a las ya mencionadas fibras del ataque de
los agentes medioambientales (foto y biodegradación). Además, la ductilidad de la
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fase continua minimiza la posibilidad de ruptura del material por roturas de las fibras.
Ello es debido a que, aunque algunas fibras individuales se puedan romper, la rotura
total del material no ocurrirá hasta que se produzca la ruptura de un gran número de
fibras adyacentes. [1]
Por otro lado, la fase dispersa soporta la tensión mecánica aplicada al material, lo
cual depende en gran medida de parámetros como la longitud y, sobre todo, la
fracción de fibra, que determina el grado en el que se transmiten las propiedades de
los compuestos [2].
En definitiva, la transformación de los materiales poliméricos en materiales
compuestos tiene como objetivo la obtención de un material con mayor rigidez y
resistencia y menor peso específico, obteniéndose, quizás, el grupo de compuestos
tecnológicos más importantes. Estos composites a su vez son transformados
mediante diferentes procesos, como por ejemplo, inyección o termoconformado,
para obtener piezas finales.
Los aspectos a tener en cuenta en el diseño de este tipo de materiales son, entre
otros, los siguientes: la longitud, diámetro, concentración, propiedades y orientación
de las fibras, las propiedades de la matriz y la interfase entre ambas.
II.2. LA FIBRA NATURAL COMO MATERIAL DE REFUERZO.
Las fibras naturales se definen como aquellas estructuras largas y delgadas que se
encuentran en la Naturaleza. En cuanto a su clasificación, es posible establecer una
subdivisión según el reino natural del que proceden: animales, procedentes del reino
animal (también denominadas proteicas); vegetales o celulósicas, procedentes del
reino vegetal y minerales, procedentes del reino mineral.
Por tanto, las fibras vegetales son materiales fibrosos que pueden ser extraídas de
diferentes partes de las plantas. Se pueden distinguir seis tipos básicos de fibras
naturales: fibras de tallo (yute, cáñamo, ramio y kenaf, entre otras), fibras de hojas
(abacá, sisal y piña, por ejemplo), fibras de semilla (como es el caso de coco, algodón
y ceiba) fibras del núcleo (kenaf, cáñamo y yute), hierba y fibras de caña (trigo, maíz y
arroz) y otros tipo (madera y raíces) [3]. Estas fibras también reciben el nombre de
lignocelulósicas, al estar constituidas por celulosa, lignina y hemicelulosa. Gracias a
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su origen renovable, a la biodegradabilidad de sus derivados y a sus posibilidades de
reciclaje, son idóneas como refuerzo de materiales poliméricos de interés industrial.
En los últimos años se han incrementado las investigaciones y los trabajos realizados
con estos elementos naturales [4‐18] ya que ofrecen algunas ventajas competitivas
frente a las tradicionales fibras sintéticas (Kevlar, aramidas, fibra de vidrio y
carbono): bajo costo, baja densidad, buena resistencia específica, buenas
propiedades térmicas, ausencia de carácter abrasivo en su procesamiento, gran
variedad, bajo consumo de energía, y además presentan la posibilidad de ser
reciclables sin afectar al medio ambiente [17]. Es precisamente este último aspecto
una consideración que debe ser tenida en cuenta, debido a que las plantas, de donde
proceden las fibras que nos ocupan, son las mayores productoras de biomasa del
planeta y contribuyen a la disminución de contaminación al tomar dióxido de
carbono presente en el aire. Todo ello hace que se pueda considerar a las fibras
vegetales como un recurso renovable y biodegradable, cuyo uso debería estimularse,
especialmente si se tiene en cuenta el aumento de las restricciones legales para la
protección del medio ambiente. Concretamente en este sentido cabe destacar la
Directiva 2000/53/CE, dirigida a garantizar un mayor nivel de reciclabilidad de los
materiales utilizados en las producciones industriales. Por ejemplo, en el caso
específico del sector del automóvil, dicha directiva establece que, en Enero de 2006,
se debieron reutilizar y valorizar, al menos, el 85% en peso del vehículo, siendo la
reutilización y reciclado no inferior al 80% del peso medio del vehículo. Además, y a
partir del 1 de Enero de 2015, la misma normativa establece que la reutilización y
valorización deberá ser, como mínimo, del 95% del peso medio del vehículo.
No se debe olvidar que, aunque el uso de las fibras naturales se ha visto estimulada
con la aparición de legislaciones como las anteriormente mencionadas, el hombre ha
venido utilizando, desde hace mucho tiempo, estos recursos renovables con
propósitos distintos: fabricación de estructuras, materiales para construcción,
cordelería, elementos en automóviles, muebles, papel, textiles, etc. Por tanto, existe
una demanda real de fibras naturales para una gran variedad de productos,
especialmente como refuerzo de materiales poliméricos como lo demuestran los
diversos trabajos publicados en los que se propone, entre otras, el uso de fibras de
plátano, coco, lino, sisal, cáñamo y bagazo [19‐21] en variadas aplicaciones de la
industria del mueble, producción de tableros, divisiones para interiores, cubiertas
Capítulo II: Fundamentos teóricos y estado del arte
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para puertas y paredes, paneles para automóviles, etc., destacando especialmente
en los últimos años la incursión a escala industrial de estos materiales en los
denominados nanocompuestos. Así, en la elaboración de nanomateriales reforzados,
las microfibras son extraídas de la biomasa por un tratamiento químico seguido de
un tratamiento mecánico, con el fin de obtener microfibras individuales. Como
consecuencia, las microfibras de celulosa se desprenden del material que las rodea y
mantiene unidas a otras microfibras, dando lugar a la formación de una estructura de
red integrada por fibras de dimensiones nanométricas [22].
Por otro lado, y dentro de esta contextualización general se debe hacer notar a su
vez, que el incremento de desechos plásticos post‐consumo se ha convertido hoy en
día en una seria preocupación para la conservación medioambiental, debido
fundamentalmente al largo periodo de vida de estos materiales y a lo complejo de su
reciclabilidad, especialmente teniendo en cuenta que, en muchas ocasiones, traen
consigo impurezas tales como fibras sintéticas empleadas como material de refuerzo.
A este tipo de fibras hay que añadirle, además de los problemas anteriormente
mencionados, su carácter abrasivo para los equipos de conformación y los altos
costos energéticos asociados a su procesado. Son precisamente estas dificultades las
causantes de que estén irrumpiendo con fuerza en el mercado nuevos materiales,
como los objeto de estudio: lignocelulósicos derivados de plantas anuales (lino, yute,
cáñamo, kenaf,...), para su aplicación como carga o refuerzo de materiales
termoplásticos.
Diferentes autores han estudiado las posibles vías que pueden ayudar a disminuir la
generación de estos desechos y su agresividad al medio [23, 24] utilizando en su
lugar fibras naturales biodegradables con carácter renovable.
En este sentido se están realizando investigaciones [17, 25, 26], en las que se indican
que el campo de los materiales compuestos de matriz polimérica se orienta hacia la
utilización de fibras naturales como refuerzos.
Pero las fibras naturales también presentan algunas desventajas que influyen en las
propiedades físico‐mecánicas y el procesamiento del material compuesto, además de
que su uso puede estar limitado por algunos condicionamientos ambientales.
En lo que respecta a la influencia sobre las propiedades finales de los productos
reforzados, la utilización de este tipo de fibra presenta tres desventajas claras. La
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
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primera resulta de su elevada capacidad de absorción de humedad, que puede
concluir con un hinchamiento de la fibra, incrementando así los esfuerzos cortantes
que afecten a la transmisión de carga al interior del material [27]. Este fenómeno
ocurre debido a la existencia de grupos hidroxilo y otros compuestos oxigenados en
las paredes celulares de la fibra que se unen al agua mediante puentes de hidrógeno.
El componente de hemicelulosa es el mayor responsable de la absorción de
humedad, aunque la accesibilidad y la proporción amorfa/cristalina de la celulosa, así
como la cantidad de lignina, también pueden influir en este parámetro.
La segunda desventaja está asociada a la baja adherencia que presentan las fibras
naturales con la matriz polimérica, debido precisamente al carácter hidrofílico y a su
anisotropía estructural, incompatible con el carácter hidrofóbico que presenta la
matriz polimérica.
La tercera desventaja está relacionada con los procesos de degradación de la fibra.
Estos llevan aparejados, además de la alteración de las propiedades organolépticas
(pérdidas de sustancias volátiles de olor penetrantes), cambios en las propiedades
físico‐químicas, produciendo una pérdida de masa y de cristalinidad y una
disminución del grado de polimerización.
Los procesos de degradación a los que las fibras pueden estar sometidas son:
térmicos, biológicos y la fotodegradación.
a.‐ Degradación térmica.
La degradación térmica hace que la utilización de estas fibras esté limitada a
polímeros cuya temperatura de transformación no sea muy elevada, tales
como PEAD (polietileno de alta densidad), PP (polipropileno), PLA (ácido
poliláctico), etc. Para temperaturas superiores a 250°C, el empleo de las fibras
naturales no es posible.
A temperaturas cercanas a 200°C ya comienza a notarse la degradación de la
lignina, a través de una coloración oscura del material final y un olor a madera
quemada. Su rango de temperatura de descomposición es el más amplio de los
constituyentes de la fibra natural, comprendida entre 200‐600°C. La
hemicelulosa inicia el proceso de descomposición a temperaturas ligeramente
mayores, aunque su rango de descomposición es menor, 225‐325°C. La
Capítulo II: Fundamentos teóricos y estado del arte
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celulosa, componente mayoritario de las fibras, se descompone a
temperaturas mayores entre 325‐400°C y se caracteriza por su baja masa
residual [28]. Y por último, si la fracción inorgánica soluble es alta, ésta ejerce
un efecto catalizador sobre la degradación térmica [29].
b.‐ Biodegradación
La degradación biológica de las fibras naturales tiene lugar debido a la
presencia de organismos capaces de hidrolizar alguno de los polímeros
constituyente de la fibra y transformarlos en unidades digestibles. Estos, por
acción de la enzima celulasa producen, según sea el mecanismo de ataque,
monómeros de glucosa, celobiosa (disacárido) y, en algunos casos, la
celtotriosa (trisacárido). La hemicelulosa y la celulosa son los constituyentes
más afectados por la biodegradación. Este mecanismo de degradación aunque
es lento, debido a la insolubilidad de la celulosa y la alta alcalinidad, tiene lugar
como consecuencia de un debilitamiento de las paredes celulares de las fibras.
c.‐ Fotodegradación
La radiación ultravioleta ataca a la lignina depositada en la lámina media (parte
más externa de la célula vegetal). A medida que ésta se degrada, la lignina
constituyente de la pared secundaria de la célula queda expuesta a la acción
de la fotodegradación. Esta degradación lleva aparejada una disminución de
rigidez, de impermeabilización y de protección frente a los ataques físico‐
químicos y biológicos.
Finalmente y en cuanto a las limitaciones ambientales, cabe destacar que aunque
presenta ventajas claras frente a las fibras sintéticas, el uso de las fibras naturales
puede estar también limitado por aspectos no técnicos, como las fluctuaciones del
precio (debido a los resultados de las cosechas), las calidades variables (debido a
influencias impredecibles como el clima), y a las políticas agrarias de los países
productores.
La revisión bibliográfica del tema concluye que los trabajos de investigación en este
campo van encaminados a la minimización de algunos de los efectos adversos
anteriormente mencionados, de tal manera que las fibras son sometidas a
tratamientos que, por ejemplo, produzcan una mejora en la compatibilización de la
fibra y la matriz para formar un material compuesto [30]. El estudio de estos
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
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tratamientos es una etapa esencial para el desarrollo de los materiales compuestos.
Estos pueden ser procedimientos físicos, químicos o una combinación de ellos, que
serán tratados posteriormente.
Por otro lado, la mayoría de estos materiales surgieron con el despertar de la
industria petroquímica, cuyas existencias se van reduciendo con el agotamiento de
las reservas petroleras a nivel mundial, generando su escasez y precios más altos a
plazos más cortos en el mercado internacional [31]. En este sentido, hay diversas
investigaciones que apuntan a una importante introducción en el mercado de los
denominados biopolímeros, especialmente desarrollados en la última década con
refuerzos de fibras naturales o biofibras [3]. Se trata de materiales de ingeniería con
un amplio rango de propiedades, que precisan todavía la realización de continuas
investigaciones, aunque su reciente desarrollo desde el punto de vista tecnológico ha
sido espectacular. En la actualidad, los principales compuestos de este tipo son PLA
(Ácido Poliláctico) y PHA (Polihidroxialcanoatos) [32].
II.2.1 CONSTITUYENTES ESTRUCTURALES DE LAS FIBRAS NATURALES
Las fibras naturales vegetales están compuestas mayoritariamente por tres
polímeros estructurales (celulosa, hemicelulosa y lignina) y, en menor medida, por
una serie de compuestos de bajo peso molecular solubles en agua, proteínas y sales
minerales. Estos polímeros se diferencian entre sí por su composición y estructura, lo
que da lugar a diferentes propiedades físicas. El contenido de los mismos varía
considerablemente según los tipos, variedad, y edad de la planta o especie de la que
procedan [33]. En la Tabla II.1 se presentan las composiciones de algunos tipos de
fibra.
Tabla II. 1:. Densidad y composición de algunas fibras naturales [33], a[34 ] y b[35].
Densidad y Composición de distintas fibras naturales
Fibras Densidad (g/cm3)
Celulosa (%)
Hemicelulosa (%)
Lignina (%)
Humedad (%)
Cáñamoa 1,48 88‐90 7‐10 1,5 3,5 Sisala 1,45 65 12 9,9 10 Plátanob 1,35 63‐64 19 5 10‐11 Piñab 1,53 81 ‐ 12,7 13,5
Capítulo II: Fundamentos teóricos y estado del arte
II‐9
Las biofibras de origen vegetal son paquetes de células vegetales de paredes gruesas
y alargadas. Jayaramam [36] definió estas fibras como agrupaciones de microfibrillas
huecas adheridas a una matriz de hemicelulosa/lignina. Si se considera una fibra
vegetal como una célula individual, su longitud típica varía entre 1 y 50 mm y su
diámetro entre 10 y 50 μm.
Las fibras vegetales comprenden diversas microestructuras organizadas
jerárquicamente [37] que se disponen en tubos microscópicos concéntricos
alrededor del lumen central (ver Figura II.2).
Figura II. 2: Microestructura de las fibras vegetales.
Como se puede observar, la pared celular de la fibra no es una membrana
homogénea sino que se encuentra constituida de una pared primaria (5) y una pared
secundaria (1, 2, 3). La pared primaria es la capa formada durante el crecimiento de
la célula primaria. Las paredes de dos células adyacentes están unidas entre sí por
lignina, denominándose esta capa, lámina media (6). La pared celular secundaria (S)
consta a su vez de tres capas (S1, S2 y S3) que están formadas por fibrillas de celulosa
semicristalinas orientadas e introducidas en la matriz de hemicelulosa/lignina de
composición variable. En la capa exterior e interior (S1 y S3) las fibrillas están
dispuestas formando un amplio ángulo con el eje de la célula, mientras que la
disposición de las fibrillas en la capa intermedia gruesa (S2) es prácticamente paralela
al eje.
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
II‐10
Las cadenas de celulosa que se agregan formando microfibrillas en la pared celular se
caracterizan por tener un diámetro de 10 a 30 nm y por poseer de 30 a 100
moléculas de celulosa en su conformación. Por otra parte, la matriz
hemicelulosa/lignina de la pared celular se presenta en fase amorfa y puede incluir
pectina en su conformación. Las moléculas de hemicelulosa están unidas mediante
enlaces de hidrógeno a la celulosa y actúan como una matriz de cemento, formando
redes de celulosa y hemicelulosa, que se cree que constituyen el principal
componente estructural de las fibras naturales.
La lignina se encuentra en mayor proporción en la lámina media. El resto de las capas
de la pared vegetal, incluyendo la pared secundaria (S2), que es la capa más gruesa,
presenta también lignina en su composición, aunque principalmente está constituida
por celulosa y hemicelulosa.
La composición, el radio entre la celulosa y la lignina/hemicelulosa y la orientación de
la celulosa microfílica son parámetros estructurales que varían en la pared celular de
una fibra natural a otra [38]. La celda más externa (S1) es porosa y contiene
prácticamente todos los compuestos no celulósicos, excepto proteínas, sales
inorgánicas y materia colorante, que se encuentran en el lumen de la fibra.
La estructura conformacional, el ángulo microfibrial, las dimensiones de las celdas y
sus defectos, así como la composición química de las fibras son las variables más
importantes para determinar las principales propiedades de las fibras. En general, la
tensión y el módulo de Young aumentan a medida que crece el contenido en celulosa
de la fibra [33].
LA CELULOSA.
Entre el 60% y el 80 % de las paredes celulares de los vegetales están constituidas por
polisacáridos de elevado peso molecular denominados holocelulosas. Entre las
holocelulosas se pueden distinguir polímeros lineales con alto grado de
polimerización (celulosa) y polímeros fácilmente extraíbles en álcalis (hemicelulosa).
La celulosa es el polímero más abundante en la naturaleza, el principal componente
de las plantas leñosas y componente esencial de las fibras naturales. Las fibrillas de
celulosa son un constituyente esencial de los tejidos vegetales, cuya función es dar
Capítulo II: Fundamentos teóricos y estado del arte
II‐11
sostén y resistencia a los mismos debido a su estabilidad y resistencia al ataque
químico y a la tracción mecánica.
En definitiva, se define la celulosa como un homopolímero lineal con elevado peso
molecular y grado de polimerización. Está constituida por entre 200 y 10.000
unidades de β‐D‐glucopiranosa, unidas por enlaces glucosídicos o de tipo éter entre
los carbonos 1 y 4.
Figura II. 3: Enlace glucosídico o glicosídico en la formación de la celobiosa.
En el enlace osídico o glucosídico reacciona el grupo ‐OH hemacetálico del carbono
anomérico (carbono 1) de la β‐D glucopiranosa con el grupo ‐OH del carbono 4 de la
unidad adyacente del mismo compuesto, formándose así un disacárido llamado
celobiosa, con una longitud de 1.03 ηm, y una molécula de agua. Uno de los
extremos de cada cadena presenta en el carbono 1 un grupo aldehído que le confiere
a la sustancia el carácter reductor, debido a que el disacárido formado será
monocarbonílico (ya que contiene un grupo OH libre en el otro carbono anómerico).
La celulosa es una molécula tetraédrica y su forma más estable es la de silla.
Figura II. 4: Posición ecuatorial (‐CH2OH, ‐OH. –O‐) y axial (‐ H) de los grupos constituyentes de
la molécula de β‐D glucopiranosa.
Los grupos (–CH2OH), ‐OH y los enlaces glusídicos se encuentran en la posición
ecuatorial de la molécula y los hidrógenos en la posición axial. Esta es la causa por la
que la celulosa forma uniones inter e intramoleculares por puentes de hidrógeno
dando lugar a la formación de las fibrillas elementales.
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
II‐12
Las cadenas de celulosa, para conformar las fibrillas elementales, se organizan en
regiones cristalinas (altamente ordenadas) y regiones amorfas (desordenadas). Estas
regiones no poseen fronteras bien definidas, sino que existe una zona transitoria en
donde coexisten ambas zonas.
En las regiones cristalinas, las cadenas de celulosa se ordenan en forma de
microcristalitas y cristalitas que forman las micelas. Estas, a su vez, están formadas
por entre unas 40 a 100 cadenas de celulosa y son las responsables de conferir a las
fibras mayor resistencia a la tracción, al alargamiento y a la solvatación (absorción de
solvente).
La resistencia a la tracción en la región cristalina es quince veces mayor que el valor
presentado en la región amorfa, donde la fibra tiene su mayor flexibilidad. Por todo
esto, la celulosa es considerada un polímero (polisacárido) que exhibe determinado
grado de cristalinidad siendo insoluble en los solventes usuales.
Figura II. 5: Fibrilla elemental.
La celulosa, en forma nativa o fibrilla elemental, conforma un sistema ordenado,
debido a las interacciones por puentes de hidrógeno, con propiedades similares al
cristal. Hoy día se admite que la celulosa presenta una estructura cristalina
monoclínica.
Célula unitaria es el nombre que se otorga al ordenamiento geométrico que se repite
en los ejes principales de la estructura cristalina para formar el volumen total del
cristal, como se aprecia en la Figura II.6.
Capítulo II: Fundamentos teóricos y estado del arte
II‐13
Figura II. 6: Celulosa en forma nativa. Conformación de la estructura cristalina por la presencia
de los puentes de hidrógeno.
Como ya se ha mencionado anteriormente, las fibrillas elementales son la base de la
formación de las microfibrillas que forman las paredes celulares de los vegetales.
Estas se orientan de distinta forma dependiendo de las capas de fibrillas elementales
formadas. Esta estructura superior en forma de cinta, también presenta los grupos –
OH, precursores de los puentes de hidrógeno, y los hidrógenos en su superficie. Esto
hace que se cree una estructura muy cohesionada que le confiere a la fibra una
fuerza excepcional y la hace insoluble en agua a pesar de su carácter hidrofílico [39].
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
II‐14
Figura II. 7: Estructura de una microfibrillas [40].
LAS HEMICELULOSAS.
Las hemicelulosas son heteropolisacáridos, es decir, un conjunto heterogéneo de
polisacáridos que a su vez los forman un solo tipo de monosacáridos unidos por
enlaces β (1‐4) glicosídicos (fundamentalmente xilosa, galactosa, manosa, glucosa),
que forman una cadena lineal ramificada.
Figura II. 8: Estructura de la unidad básica de la hemicelulosa. Compuesta por: Xilosa,β(1‐4)
Manosa, β(1‐4)Glucosa, α(1‐3)Galactosa.
La misión de la hemicelulosa consiste en revestir las fibrillas de celulosa cristalizando
con ellas, produciéndose la unión mediante enlaces de hidrógeno y formando una
estructura superior llamada macrofibrilla. Las hemicelulosas, por lo tanto, forman
cadenas ramificadas y amorfas más cortas que las de la celulosa y actúan como nexo
de unión entre las microfibrillas.
Capítulo II: Fundamentos teóricos y estado del arte
II‐15
Figura II. 9: Conformación de las microfibrillas. Disposición de las hemicelulosa
La cadena polimérica de hemicelulosa posee un grado de polimerización de 10 a 100
veces menor que el de la celulosa, variando por tanto, dentro del rango entre 50‐300
unidades.
La reactividad química de la hemicelulosa se basa en la presencia de un grupo
carbonilo terminal libre y los grupos hidroxilos de las unidades de polisacáridos
presentes en la cadena así como en las ramificaciones, por lo que pueden
experimentar reacciones de oxidación, reducción, nitración y acetilación. Son
importantes las reacciones de hidrólisis rompiendo los enlaces glicosídicos y
degradándose las cadenas de hemicelulosa tanto en medio alcalino como ácido.
Estas reacciones ocurren con mayor facilidad que en las celulosas, debido a que son
sustancias amorfas, presentan bajo grado de cristalinidad y una mayor accesibilidad
por parte de los reactivos químicos.
Dependiendo del tipo de planta estudiado, las hemicelulosas pueden llegar a
presentar grandes variaciones en su composición, en cambio la estructura de la
celulosa siempre es la misma en las distintas especies [41].
Tanto las celulosas como las hemicelulosas son hidrolizables en ácidos aunque las
hemicelulosas se hidrolizan más rápidamente. Igualmente sufren reacciones de
degradación en medio alcalino. Por lo tanto, estas reacciones no son adecuadas para
la separación entre la celulosa y las hemicelulosas.
LA LIGNINA.
La lignina es un polímero amorfo hidrófobo de estructura tridimensional y
completamente irregular. Consiste en un sistema aromático‐alifático compuesto por
unidades fenil‐propano de estructuras C9. Son moléculas con un elevado peso
aunque no se conoce con exactitud, debido a que no es posible aislar la lignina
cuantitativamente desde la fibra sin que ocurra una degradación química o física.
Generalmente es muy resistente a la degradación microbiológica.
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
II‐16
La lignina al ser un polímero termoplástico presenta una temperatura de transición
vítrea de aproximadamente 90 oC y una temperatura inicial de fusión de 200 oC. No es
hidrolizable por los ácidos, pero es soluble en álcalis calientes.
Se encuentra depositada en la pared celular y en la lámina media. Tiene la función de
mantener unidas las fibras celulósicas, darle rigidez e impermeabilidad y protegerlas
del ataque químico‐físico y microbiano.
Su estructura química no ha sido definida con exactitud, pero sí se conocen los
grupos funcionales que forman la macromolécula. Estos son: hidróxilo, metóxilo y
carbonilo. La formación de las ligninas es el resultado de las reacciones radicalarias
entre los precursores primarios: alcohol coniferílico, sinapílico y p‐cumárilico [42]
representados en la Figura II.10.
Los precursores primarios son compuestos alcohólicos de tipo p‐hidroxicinamílicos y
se distinguen entre ellos por los sustituyentes del anillo aromático. El alcohol p‐
cumarílico es el único que no presenta sustituyentes y forma las unidades de
hidroxifenilo o unidades H. El alcohol coniferílico presenta un grupo metoxilo en la
posición tres del anillo aromático formando las unidades de guayacilo o unidades G.
Por último, el alcohol sinapílico presenta dos grupos sustituyentes metoxílicos en la
posición 3‐5 formando las unidades de siringilo o unidades S.
Figura II. 10: Precursores primarios de la lignina [43].
Estos alcoholes p‐hidroxicinamílicos se oxidan por la acción de la peroxidasa de las
paredes celulares dando lugar a la formación de los radicales fenóxidos. Las distintas
reacciones de acoplamiento, producidas al azar, que ocurren entre estos radicales,
producen gran variedad de enlaces y estructuras de la lignina.
Uno de los tipos de lignina más abundante en la naturaleza está formado
principalmente por unidades G‐S, que como ya se mencionó anteriormente, supone
Capítulo II: Fundamentos teóricos y estado del arte
II‐17
la copolimerización del alcohol conoferilico y sinapílico. La relación entre las dos
unidades monoméricas varía entre 4:1 a 1:2 [43].
Figura II. 11: Estructura de la lignina latifoliada [44].
Los enlaces entre los alcoholes p‐ hidroxicinamílicos precursores son de los tipos:
‐ Enlace tipo éster (R‐COO‐R´). Estos son los que se dan con mayor frecuencia.
Entre el 40‐60% de las unidades de lignina están formado por enlaces β‐o‐4.
Menos frecuentes son las uniones α‐o‐4 y muy raras las uniones γ‐o‐4.
‐ Enlace tipo Carbono‐Carbono. Los más frecuentes, entre el 5‐20% son las
uniones de los carbonos en la posición 5 del anillo aromático.
‐ Enlace tipo éter (R‐O‐R´). Se producen en las cadenas propílicas y son poco
frecuentes.
Por otro lado, la unión entre estas estructuras variables de la lignina y la celulosa
para formar un agregado mayor cohesionado, tiene lugar debido a los enlaces entre
los carbohidratos de la celulosa‐hemicelulosas y la lignina.
El tipo de unión entre estas sustancias le confiere a la fibra propiedades de
sensiblidad o resistencia a la alcalinidad. El enlace sensible a la alcanilidad forma una
combinación tipo éster entre los grupos hidroxilos de la lignina con los carboxilos de
la hemicelulosa. El enlace resistente a la alcalinidad es de tipo éter y tiene lugar entre
los hidroxilos de la lignina y los hidroxilos de la celulosa. Por todo esto, la lignina es
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
II‐18
polifuncional, por lo que existe combinada con más de una cadena molecular de
celulosa y/o hemicelulosa, dando lugar a ramificaciones en su estructura. Figura II.11
PECTINAS
La pectina es una de las macromoléculas más abundante dentro de la pared celular.
Tiene como misión la adhesión entre las células y es por eso que se considera una
sustancia cementante de la pared celular, al igual que la lignina y la hemicelulosa.
De esta forma se puede establecer que los componentes que unen las micelas,
microfibrilas y células son la lignina ,hemicelulosas y las sustancias pécticas o pectina,
respectivamente.
Los polímeros pécticos predominan en la región de la lámina media de la pared
celular y son de estructura y composición muy compleja. Químicamente es un
heteropolisacárido compuesto de mezcla de polímeros ácidos y neutros muy
ramificados, siendo el ácido galacturónico (AGal) el mayoritario, al menos en un 65%
de la composición.
Figura II. 12: Constituyente principal de la Pectina.
Estos ácidos (neutros y ácidos) presentan enlaces α‐(1‐ó‐4) entre ellos. Además,
constituyen la llamada estructura lisa del polímero. A esta estructura involucrada
en la formación de la mólecula de pectina se le denomina homogalacturanos.
Esta coexiste con otras, entre la que destaca, por ser más abundante, la llamada
ramnogalacturonano, que conforma la sección ramificada de la pectina. La
estructura de los ramnogalacturanos contiene unidades de ácido galacturónico y
L‐ramnosa (Rha), a los cuales van unidas cadenas de L‐arabinosa (Ara) y D‐
Capítulo II: Fundamentos teóricos y estado del arte
II‐19
galactosa (Gal) unidos todos ellos mediante enlaces covalentes, según se
presenta en la Figura II.13 y Tabla II.2.
Figura II. 13: Representación de la molécula de pectina.
Tabla II. 2: Componentes estructurales de los polisacáridos precursores de la pectina.
Polisacáridos Monómeros mayoritarios
Monómero minoritario
Estructura Química
Homogalacturano (HG)
AGal Ram, Xil AGal unidos por enlaces α‐(1‐4) parcialmente esterificado con metanol o acetilado. Algunos residuos de Ram y Xil
Ramnogalacturanos (RG tipo I)
AGal, Ram Ara, AGal, Xil 1‐2 Ram 1‐4 AGal con cadenas laterales de arabinanos
Arabinanos Ara Ara unida por enlaces α‐(1‐5) con ramificaciones α‐(1‐2) y α‐(1‐3)
Arabigogalacta‐nos
Gal Ara Gal unida por enlaces β‐(1‐4) con ramificaciones de Ara
COMPUESTOS EXTRAIBLES
La composición de los materiales lignocelulósicos incluye también una fracción de
bajo peso molecular soluble en solventes orgánicos y agua. Una de las principales
funciones de estos compuestos extraíbles es la protección de la planta contra
patógenos. Estos compuestos se engloban en:
‐ Los Terpenos: polímeros del isopreno y están relacionados con alcoholes
terpénicos y algunas cetonas.
‐ Las Resinas: amplia variedad de compuestos no volátiles, y con gran cantidad
de contituyentes que conforman la fracción lipofílica predominante en la
pared celular, como son las grasas, ácidos grasos, alcoholes, resinas ácidas,
fitoesteroides y otros compuestos neutros.
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
II‐20
‐ Fenoles: como los taninos que son polifenoles derivados del ácido gálico y la
catequina. Los compuestos fenólicos libres incluyen también algunos
compuestos precusores de la lignina, aldéhidos y cetonas aromáticos.
‐ Otros: Hidratos de carbono de bajo peso molecular, alcaloides y lignina
soluble.
COMPUESTOS INSOLUBLES
‐ Cenizas: Son las sustancias inorgánicas que se pueden determinar por
incineración del material entre 575 y 8500C. Forman carbonatos, fosfatos,
oxalatos y silicatos.
II.2.2 PROPIEDADES GEOMÉTRICAS.
A diferencia de las fibras sintéticas, las fibras naturales presentan una geometría
variable. Para una fibra procedente de la misma especie de planta, su longitud y su
diámetro varía dependiendo de la planta y de las condiciones de crecimiento: lugar,
temperatura, precipitaciones, etc. Es más, en una misma planta las dimensiones de
las fibras pueden variar de una parte a otra, lo que se debe principalmente a la
torsión surgida por la formación y unión de las cadenas de celulosa.
La longitud y el diámetro son los parámetros principales de una fibra para determinar
la capacidad mecánica de esfuerzo que puede soportar. La relación longitud‐
diámetro tiene una influencia importante en las características mecánicas del plástico
reforzado.
Hay que hacer notar, cuando se habla de longitud de la fibra, que se debe diferenciar
entre longitud de la fibra discontinua y longitud continua o cable de filamentos. La
longitud de la fibra discontinua hace referencia a los segmentos discontinuos que
forman la fibra, mientras que el cable de filamentos representa los segmentos
continuos de longitud indefinida, es decir, al cordón de fibra.
Capítulo II: Fundamentos teóricos y estado del arte
II‐21
En la siguiente tabla se muestran las características geométricas de algunos tipos de
fibras:
Tabla II. 3: Propiedades geométricas de algunas fibras [45].
Fibra Ancho o diámetro (µm) Relación l/d de celda
Coco 100‐450 35 Platanera 80‐250 150 Sisal 50‐200 100 Hoja de piña 20‐80 450 Palmera 70‐1300 43
II.2.3 PROPIEDADES FÍSICAS Y MECÁNICAS
Según estudios realizados, la resistencia a la tensión de las fibras naturales es por lo
general menor que la correspondiente a las fibras sintéticas, especialmente la fibra
de vidrio y la de carbono, mientras que la rigidez es similar para las fibras naturales y
sintéticas. [46, 47]. Ahora bien, si se comparan ambos grupos de fibras con sus
propiedades específicas, se ven favorecidas las fibras naturales, ya que su densidad
suele ser por término medio la mitad que la de las sintéticas.
Tabla II. 4:Propiedades físicas y mecánicas de algunos tipos de fibras [48].
Fibra Densidad (g/cm3)
Diámetro (µm)
Elongación (%)
Esfuerzo de Tensión (MPa)
Módulo de Young (GPa)
Algodón 1,5‐1,6 ‐ 7,0‐8,0 287‐800 5,5‐12,6
Yute 1,3‐1,45 25‐200 1,16‐1,8 393‐773 13‐26,5
Lino 1,5 ‐ 2,7‐3,2 345‐1100 27,6
Cáñamo ‐ ‐ 1,6 690 ‐
Ramio 1,5 ‐ 1,2‐3,8 400‐938 61,4‐128
Sisal (Cabuya) 1,45‐1,5 50‐200 3,0‐7,0 468‐635 9,4‐22
PALF ‐ 20‐80 1,6 413‐1627 34,5‐82,51
Coco 1,15‐1,2 100‐450 15‐40 131‐175 4,0‐6,0
Viscosa ‐ ‐ 11,4 593 11
Madera suave de kraft 1,5 ‐ ‐ 1000 40
Fibra de vidrio‐E 2,5 ‐ 2,5 2000‐3500 70
Fibra de vidrio‐S 2,5 ‐ 2,8 4570 86
Aramidos (normal) 1,4 ‐ 3,3‐3,7 3000‐3150 63‐67
Carbón (estánd.) 1,4‐1,7 ‐ 1,4‐1,8 4000 230‐240
En la tabla II.4 se presenta las propiedades físicas más relevantes para el uso como
refuerzo de materiales termoplásticos de algunas fibras vegetales y sintéticas.
Otro aspecto a considerar en el estudio de las propiedades físicas es la cantidad de
fibra a añadir al material compuesto. En este sentido, Ku y colaboradores [49]
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
II‐22
establecen que las propiedades de tracción de los polímeros reforzados con fibras
naturales (ya sean termoplásticos o termoestables) están en gran medida
influenciadas por la interfase fibra‐matriz. En su publicación referenciaron diferentes
modificaciones químicas para mejorar la ya mencionada interfase y, por tanto, las
propiedades de tracción del compuesto. En general, la resistencia a tracción de los
composites poliméricos con fibras naturales aumenta con el contenido de fibra hasta
un valor máximo u óptimo, a partir del cual disminuye. Sin embargo, el módulo de
Young siempre aumenta con el contenido de fibra.
En el caso concreto de la fibra que nos ocupa, se han realizado diversas
investigaciones para determinar sus propiedades mecánicas y las de sus materiales
poliméricos compuestos [50‐63]. Todas ellas coinciden en la obtención de resultados
que confirman la idoneidad de este tipo de material en múltiples aplicaciones
industriales.
II.2.4 MODIFICACIÓN DE LAS FIBRAS NATURALES
Como se comentó anteriormente, las principales desventajas asociadas al empleo de
las fibras naturales como refuerzo de matrices poliméricas están relacionadas con la
pobre compatibilidad que existe entre fibra y matriz y el elevado contenido de
humedad de la fibra. De ahí la necesidad de modificar esta última para mejorar la
adhesión entre ambos elementos. El estudio de estos tratamientos es una etapa
esencial para el desarrollo de los materiales compuestos, pudiéndose distinguir entre
procedimientos físicos, químicos o una combinación de ellos.
Los métodos físicos tienen la particularidad de que producen cambios estructurales
como la energía superficial, enlaces a través de las superficies o bien radicales libres
reactivos [64]. Estos efectos se consiguen sometiendo a las fibras a descargas
eléctricas mediante los tratamientos de corona y plasma frío [65‐72].
Los métodos químicos introducen un nuevo material capaz de formar enlaces entre
la fibra y la matriz, al poseer propiedades intermedias entre ambos. Generalmente
estos agentes químicos de enlace tienen dos funciones: a) reaccionar con los grupos
hidroxilo de la fibra y b) reaccionar con los grupos funcionales de la matriz; actuando
de esta manera de enlace entre fibra y matriz.
Capítulo II: Fundamentos teóricos y estado del arte
II‐23
Existen una gran variedad de métodos [73] entre los que destacan con mayor
significación los tratamientos alcalinos [74‐82], tratamientos con AKD (Dímero Alquil
Ketano) [83], cianoacetilación [84] y tratamientos con vapor [85], entre otros.
Según Li y colaboradores [76], los principales tratamientos químicos a los que se
puede someter a la fibra son los siguientes:
Tratamiento alcalino [74‐82]
El tratamiento alcalino, también denominado maceración, es uno de los
tratamientos químicos más empleados con las fibras naturales cuando se usan
como refuerzo de matrices poliméricas. La acción más importante que ejerce este
tratamiento es la ruptura de los enlaces de hidrógeno en la red estructural,
aumentando con ello la rugosidad superficial, al mismo tiempo que elimina parte
de la lignina, ceras y aceites que cubren la superficie externa de la pared celular.
La adición de soluciones acuosas de hidróxido de sodio (NaOH) a las fibras
naturales promueve la ionización del grupo hidroxilo a alcóxido. Esto se consigue
sumergiendo las fibras naturales en disoluciones de NaOH durante un periodo
determinado de tiempo, lo cual se puede realizar a diferentes concentraciones y
con diversas condiciones de presión y temperatura
En general, el tratamiento alcalino tiene dos efectos principales en la fibra:
• Incrementa la rugosidad de la superficie resultando en un mejor anclaje
mecánico.
• Aumenta la cantidad de celulosa expuesta en la superficie de la fibra
incrementando el posible número de reacciones.
En consecuencia, el tratamiento alcalino tiene efectos en el comportamiento
mecánico de la fibra, especialmente referente a su resistencia y rigidez.
Tratamiento con silanos [86]
El silano es un compuesto orgánico químico con una estructura química muy
especial: X–(CH2)n–Si–(OR)3, donde X representa un grupo funcional orgánico
como amino, vinilo, epoxi,… El grupo OR es normalmente un grupo metoxi o etoxi
(esto es, CH3–O y CH3–CH2–O, respectivamente). Los silanos son utilizados como
agentes de acoplamiento para permitir a las fibras, sobre todo las de vidrio,
adherirse a la matriz polimérica, estabilizando de esta manera el composite. Estos
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
II‐24
agentes químicos pueden reducir el número de grupos hidroxilos en la interfase
matriz–fibra y de esta manera aumentar la resistencia a la humedad.
Muchas investigaciones se han enfocado en tratar los silanos para la modificación
de la superficie de las fibras de vidrio. Sin embargo, se ha comprobado que los
agentes de acoplamiento de silano también son efectivos en la interfase entre las
fibras naturales y las matrices poliméricas.
Acetilación de las fibras [84, 87‐89]
La acetilación consiste en una reacción química mediante la cual se introduce un
grupo acetilo en un compuesto químico. La acetilación de las fibras naturales
provoca una esterificación que causa la plastificación de las fibras celulósicas. La
reacción incluye la generación de un subproducto, el ácido acético, que debe ser
eliminado antes del uso de la fibra.
El grupo acetilo introducido sustituye los grupos hidroxi de la pared celular de la
fibra, modificando sus propiedades y dándole un carácter más hidrófobo.
Tratamiento con cloruro de benzoilo [90,91]
El cloruro de benzoilo es un compuesto químico utilizado muy a menudo en el
tratamiento de las fibras. Este cloruro incluye un grupo benzoilo que logra una
disminución de la naturaleza hidrófila de las fibras tratadas y mejora la interacción
con las matrices hidrófobas.
Esta clase de tratamiento mejora la adhesión de las fibras a la matriz,
aumentando la resistencia del composite, disminuyendo su absorción de agua y
mejorando su estabilidad térmica.
Tratamiento con anhídrido maleico [92, 93]
La diferencia con otros tratamientos químicos es que el anhídrido maleico no sólo
es usado para modificar la superficie de la fibra sino que también la matriz alcanza
mejores enlaces en la interfase y mejora sus propiedades mecánicas.
Así, por ejemplo, al tratar con anhídrido maleico una matriz de polipropileno, las
cadenas de PP permiten que el anhídrido maleico se una y se injerte en el
polipropileno formando el MAPP. De esta forma, al tratar las fibras con MAPP se
favorece la creación de enlaces covalentes a través de la interfase.
Capítulo II: Fundamentos teóricos y estado del arte
II‐25
Tratamiento con permanganato [94,95]
Los permanganatos son las sales del ácido permanganésico (HMnO4). Se trata de
sustancias de un intenso color violeta y alto poder oxidante que contienen el
anión MnO4–.
El tratamiento con permanganato conduce a la formación de radicales de celulosa
a través de la formación de iones Mn. Entonces, los iones Mn3+, que son
altamente reactivos, son los responsables de iniciar la copolimerización del
injerto.
La mayoría de los tratamientos con permanganato se llevan a cabo utilizando
permanganato potásico (KMnO4) en diferentes concentraciones con una
inmersión de la fibra durante un período de 1 a 3 minutos y un tratamiento
alcalino previo.
Como resultado de este tratamiento, se obtiene una fibra con una naturaleza
menos hidrófila, por lo que la absorción de agua de los plásticos reforzados
disminuye. A medida que se aumenta la concentración de KMnO4 la tendencia
hidrófila disminuye en mayor medida hasta concentraciones superiores a un 1%.
A partir de este valor, ocurre la degradación de las fibras lo que conlleva una
menor compatibilidad entre las fibras y la matriz.
Tratamiento con peróxido [90, 96]
Los peróxidos son sustancias con un grupo funcional característico, ROOR, que
presenta un enlace oxígeno–oxígeno. Los peróxidos orgánicos tienden a
descomponerse fácilmente en radicales libres de la forma RO‐ y RO‐; y éstos
reaccionan con el grupo hidrógeno de la matriz y con la celulosa de las fibras.
El peróxido más utilizado para realizar este tipo de tratamiento a las fibras
naturales es el peróxido de benzoilo (C6H5CO)2O2.
Tratamiento con isocianatos [97]
Un isocianato es un compuesto que contiene al grupo funcional que lleva el
mismo nombre, ‐N=C=O, el cual es altamente susceptible de reaccionar con los
grupos hidroxilo de la celulosa y la lignina de la fibra.
Uno de los componentes más utilizados para este tipo de tratamiento es el
poli(metil fenil isocianato) (PMPPIC).
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
II‐26
Tratamiento con triazinas [98]
Los derivados de triazina forman uniones covalentes con las fibras de celulosa.
Así, este tratamiento disminuye la absorción de las fibras de celulosa y de sus
composites, ya que las triazinas disminuyen en cierto grado el número de grupos
hidroxilos en la celulosa, reduciendo de esta manera la naturaleza hidrófila de la
superficie de las fibras y restringiendo el grado de humedecimiento, debido a la
formación de una red entrecruzada por los enlaces covalentes entre la fibra y la
matriz.
II.2.5 PRODUCCIÓN DE FIBRAS NATURALES
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO)
eligió el 2009 como el Año Internacional de las Fibras Naturales (AIFN). Su objetivo
era concienciar a los consumidores de la importancia de estos cultivos para el medio
ambiente, la salud y la seguridad alimentaria de todo el planeta.
Las aplicaciones de las fibras naturales son cada vez más diversas. Además de su
milenario uso textil (en México y Pakistán se han encontrado vestigios de artículos de
algodón de hace 5.000 años a. C.), cada vez más sectores industriales encuentran en
estos materiales nuevas aplicaciones, como por ejemplo en materiales compuestos o
en implantes médicos.
En cuanto a sus ventajas para el medio ambiente y la salud, la utilización de forma
sostenible de las fibras de origen vegetal y animal proporciona un recurso natural y
renovable, evitando el impacto de los materiales sintéticos, que utilizan
principalmente sustancias derivadas del petróleo, como ya se ha comentado
anteriormente.
Según la FAO, la producción mundial de fibras en su conjunto coorespondiente al año
2009, se ubica en 70.500.000 t. De esta cifra, 23.400.000 t corresponde a la
producción de fibras naturales, y el resto: 47.100.000 t, a la producción de fibras
artificiales.
Capítulo II: Fundamentos teóricos y estado del arte
II‐27
Figura II. 14: Producción de fibras por grupo [99].
Del total de fibras naturales, la producción de fibras vegetales se lleva la mayor parte
(21,4 mill t), mientras que el resto, 2 mill t, corresponde a total de fibras animales.
Figura II. 15: Producción de fibras naturales [99].
A su vez, los 21,4 mill t están compuestas por las siguientes fibras:
Algodón: Producción mundial 2009: 20.700.000 t. Producido por cerca de 80
países, utiliza entre el 2 y 3% del área cultivable del mundo. Más del 80%
total de la producción mundial está centralizada en seis países: China, Brasil,
India, Pakistán, Estados Unidos y Uzbekistán.
Sisal y Henequén (ágaves): Producción mundial 2009: 230.000 t. El sisal es
cultivado para fibra en Brasil, Kenia, Tanzania, China, Cuba, Haití,
Madagascar y México. Solo los tres primeros, producen 175.000 t.
Lino: Producción mundial 2009: 160.000 t. Los mayores productores son:
Francia, Bélgica y los Países Bajos. Le siguen en importancia: China,
Bielorrusia y la Federación Rusa.
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
II‐28
Ramio: Producción mundial 2009: 170.000 t. La producción de ramio está
monopolizada por China. En menor proporción se produce en Brasil,
República PD de Laos y las Filipinas, generalmente para consumo interno.
Cáñamo: Producción mundial 2009: 100.000 t. El productor líder es China,
Unión Europea, Chile y Corea. En la Unión Europea los mayores productores
son Francia, Alemania y el Reino Unido.
Según datos publicados en el informe de 2011 Opportunities in Natural Fiber
Composites, por la Consultoría de Gestión Global de Empresa e Investigación de
Mercado Lucintel, el mercado de fibras naturales mundial alcanzó la cifra de 2,1
billones de dólares americanos en 2010, con una tasa de crecimiento anual del 15%
en los últimos 5 años. Los sectores de la construcción y de la automoción fueron los
que más aplicaciones presentaron con estos materiales.
Figura II. 16: Tendencia de evolución de las fibras naturales. Fuente: Lucintel.
Aún así, desde hace 30 años la variación de la demanda de fibras naturales no ha
crecido del mismo modo que la demanda de fibras sintéticas. El crecimiento de la
demanda de estas últimas ha representado un salto significativo, obligando a la
industria a triplicar la producción para cubrir la demanda. Por su parte, ha sido en los
últimos años cuando la demanda de fibras naturales ha comenzado a igualar el ritmo
de crecimiento de las fibras sintéticas. Actualmente, la demanda conjunta de ambos
tipos de fibras asciende a 105 millones de toneladas.
II.2.6 FIBRA DE PLATANERA
El trabajo que aquí se presenta tiene como objetivo central proponer la fibra de la
platanera canaria obtenida de las hojas superpuestas que constituyen su tronco, y
Capítulo II: Fundamentos teóricos y estado del arte
II‐29
denominada badana, como un material de alto interés por sus propiedades físicas,
químicas y mecánicas como material de refuerzo en materiales plásticos.
La principal aplicación tradicional de la badana ha sido como elemento de soporte
(cinta de atar), si bien desde hace unas décadas se viene utilizando como materia
prima en artesanía: cestería, flores artificiales,... La materia vegetal de desecho
(pseudotallo y hojas) obtenida tras el corte del fruto se emplea actualmente como
forraje para el ganado vacuno y caprino que existe en las islas, si bien el desarrollo de
la ganadería intensiva lo está sustituyendo por piensos elaborados, lo que ha
motivado que estos desechos vegetales pasen a depositarse en los barrancos o en los
márgenes de las explotaciones plataneras, donde se convierten en material en
descomposición. Así pues, además del objetivo principal de este trabajo ya descrito
anteriormente, se pretende plantear una salida industrial a los desechos vegetales
producidos por las explotaciones agrarias del cultivo de plátanos en las Islas Canarias,
lo que supondría, además, un valor añadido a este cultivo, dado que una platanera
sólo da un racimo de plátanos en su vida, por término medio, lo que supone una gran
cantidad de material de desecho.
La platanera es una planta del género Musa. El género Musa es muy antiguo y ha sido
clasificado en cuatro secciones, donde además, el sistema de clasificación
internacional de la Red Internacional para el Mejoramiento del Banano y Plátano
(INIBAP), del Instituto Internacional de Recursos Fitogenéticos (IPGRI)(1998)
considera a los híbridos formados entre especies de este género.
Es precisamente a este género al que pertenece la mayoría de plantas cultivadas en
Canarias. Este cultivo fue introducido en las Islas Canarias por los portugueses, poco
después de 1402 y de ahí pasó al Nuevo Mundo.
En 1516, Fray Tomás de Berlanga, obispo de Panamá, introdujo en Santo Domingo las
primeras plantas de bananos, procedentes de Islas Canarias, desde donde se propagó
a otras islas del Caribe y posteriormente al continente.
Si se realiza un análisis morfológico de la platanera, se observa que ésta es una
especie vegetal monocotiledónea, lo que significa que no posee madera y, por tanto,
no dispone de un verdadero tronco, por lo que se habla de pseudotallo o
pseudotronco. Tras el corte del racimo de plátanos, se procede también al corte de
dicho pseudotronco, llamado rolo en Gran Canaria. El rolo o falso tronco está
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
II‐30
compuesto por varias vainas o garepas dispuestas en espiral, fuertemente apretadas,
de las que parten las hojas. En el centro de estas hojas se encuentra la vela, que sirve
de soporte al pseudotronco y al racimo (Figuras II.17 y II.18).
Figura II. 17: Planta de Platanera Canaria. Figura II. 18: Partes del Pseudotallo.
Si se observa la estructura del pseudotronco de la platanera y de las hojas que lo
componen se puede distinguir que las hojas se encuentran superpuestas unas
encima de otras, de manera concéntrica, encontrándose en el centro del
pseudotronco la vela, tal y como ya se ha comentado. Es en las hojas donde se
encuentra el mayor contenido en fibra acsesible.
Una fibra de este tipo es por sí misma un material compuesto. Como ya se describió
en apartados anteriores, la fibra de platanera canaria está constituida por filamentos
de celulosa unidos entre sí por medio de sustancias fibrosas como lignina y pectina.
Como se recordará, cada fibrilla posee una compleja estructura de capas, consistente
en una fina pared primaria que rodea a su vez a otra pared de un espesor mayor que
recibe el nombre de pared secundaria. Esta pared secundaria está formada por tres
capas, dos de ellas (exterior e interior) de pequeño espesor y una intermedia de
espesor mayor. Es esta última capa, la de mayor espesor, la que dota a la fibra de sus
propiedades mecánicas.
CULTIVOS DE PLATANERAS EN CANARIAS.
La explotación del plátano en Canarias, en régimen de monocultivo, comenzó a
finales del siglo XIX con la instauración de los Puertos Francos y, desde entonces, ha
sido uno de los pilares fundamentales de la economía canaria.
Capítulo II: Fundamentos teóricos y estado del arte
II‐31
Varias son las especies cultivadas en las islas encontrándose ejemplares de las
variedades Pequeña Enana, Gran Enana, Gruesa Palmera, Zelig, Brier y Jonson Negra.
La planta puede alcanzar hasta los tres metros de alto, en función de la especie, con
hojas de entre 1 y 1,5 metros de largo.
Canarias, gracias a sus peculiares condiciones climáticas, es el punto de Europa en el
que se concentra la mayor parte de la producción europea del plátano. Este cultivo
está presente en cinco de las siete islas que conforman el archipiélago, siendo en La
Palma, Tenerife y Gran Canaria las islas en las que este cultivo alcanza su mayor
extensión.
Sus ciclos de cultivo están influenciados por aspectos tan variados como la
localización de la plantación, el marco de plantación y el tipo de plantación (al aire o
protegido).
A medida que se aleja la localización de la plantación de las zonas costeras hacia
zonas más altas, las pariciones (o recogidas) ocurren a los 7‐8 meses del plantado. En
zonas más cálidas el plantado se realiza entre los meses de Junio a Octubre,
produciéndose la parición a los 10‐12 meses.
El marco de plantación también es un aspecto de influencia en el ciclo de cultivo de la
platanera, ya que en explotaciones con altas densidades se recomienda una
plantación temprana con ciclos de recogida de 7‐8 meses.
De forma genérica se puede considerar que la parición ocurre una vez al año, lo que
implica que una vez cortado el racimo de plátanos se produce el corte del
pseudotronco para favorecer el crecimiento del hijo o nueva planta. Si se consideran
unas 1.000 plantas/ha y se sabe que la superficie cultivada en las islas es de 9.562 ha,
se puede determinar que la producción total anual de pseudotallos es de 9.562.000
planta/año. Por otro lado, si el peso medio de un rolo de Pequeña Enana se estima
en 13,1 kg/pseudotallo y la masa total de pseudotallos es de 125.262 t/año, de la
cual se estima un contenido en fibra del 0,63%, resulta que la oferta estimada de
fibra potencial procesable es de 789 t/año.
Según las estadísticas publicadas por la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y
Medio Ambiente del Gobierno de Canarias en 2009 [http://www.ccelpa.org/informe‐
anual/IA2011/2010/08‐2010.pdf], la superficie total canaria dedicada a la explotación
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
II‐32
agrícola es de 41.546 hectáreas. Debe indicarse que en este registro se incluyen las
ocupaciones sucesivas y asociadas en un mismo terreno, por lo que el total de la
superfi cie excede la disponible al incluir un cierto grado de reutilización.
En este contexto, y distinguiendo según el tipo de cultivo a escala regional, se aprecia
que los plátanos ocuparon la mayor extensión, con un 21,9% sobre el total, seguido
por los viñedos, que suponen el 21,1% de las hectáreas disponibles en el
Archipiélago, y las papas, que representan el 9,7% de la superficie total cultivable en
las Islas.
Atendiendo a la información que facilita la Asociación de Organizaciones de
Productores de Plátanos de Canarias (ASPROCAN), la producción de plátanos en las
Islas durante 2010, sin contar aquella retirada del mercado, se estableció en 388.563
toneladas, lo que supone un incremento interanual del 10,3 por ciento.
Por provincias, se constatan aumentos interanuales bastante similares en ambas
provincias, resultando ligeramente más intenso el experimentado en la provincia de
Las Palmas (10,5%), para una cantidad final de 75.770 t, frente al ascenso, algo
menor, en la provincia occidental, del orden del 10,2%, que le condujo hasta las
312.793 t.
Sin embargo, en cuanto a su participación relativa sobre el total regional, la provincia
de Santa Cruz de Tenerife mantiene su posición predominante, al aglutinar el 80,5%
de la producción platanera en Canarias.
La trayectoria descrita por la producción del plátano en Canarias significa recuperar
la dinámica alcista, iniciada en 2005, y que durante el ejercicio 2009 se había visto
interrumpida. Del mismo modo, al trasladar la comparativa al último lustro (2006‐
2010), se aprecia que las toneladas de plátanos recogidas durante el pasado
quinquenio, registraron un avance, del 11,6%, en relación con el ejercicio 2006,
debido al incremento acaecido en el mercado interior y, especialmente, en el
peninsular.
Respecto a la comercialización del plátano, debe destacarse que la distribución de la
producción canaria por destino ofrece escasas diferencias en cuanto a su estructura
respecto a la observada durante ejercicios precedentes, reservándose el grueso de la
Capítulo II: Fundamentos teóricos y estado del arte
II‐33
producción al mercado nacional. Así, un 89,9% de la producción platanera se destina
al mercado peninsular, dedicándose al abastecimiento local un 9,9%, mientras que la
exportación del producto a terceros países resulta poco significativa, dado su bajo
volumen.
En términos relativos, tanto el plátano destinado a la península, como el
comercializado para el consumo interior del Archipiélago reflejaron sendos ascensos
respecto al ejercicio anterior, estimados en el 9,8% y el 28,5%, respectivamente.
En términos de rentabilidad, cabe indicar que la actividad platanera en Canarias ha
acusado un significativo retroceso, como consecuencia, entre otros factores, de la
fuerte competencia que supone la entrada de banano procedente de países
extracomunitarios, con precios y costes de producción muy inferiores, que hacen
bajar el precio del plátano hasta niveles poco rentables para los agricultores canarios.
De ahí que la presente investigación, además de sus objetivos técnicos y de
disminución de desechos ya mencionados, persiga la ambiciosa propuesta de añadir
un valor socioeconómico al cultivo de plataneras en Canarias que favorezca el
mantenimiento del sector y, si es posible, su crecimiento en un ámbito sostenible.
Como se comentó anteriormente, son diversos los trabajos que se han realizado para
evaluar las propiedades de los materiales compuestos con fibra de platanera,
concluyéndose el elevado potencial que ofrecen las mismas como refuerzo de
matrices poliméricas. Sin embargo, y dado que existe una enorme influencia sobre las
propiedades físicas y mecánicas de las fibras en función de las distintas variedades de
la planta, su edad, su cultivo, condiciones climáticas, etc., hay que destacar que no se
ha referenciado ningún estudio de caracterización de las fibras de platanera canaria;
de ahí la realización del presente trabajo.
II.3. LOS POLÍMEROS
Un polímero es una gran molécula construida por la repetición de pequeñas unidades
químicas simples llamadas monómeros. En algunos casos, la repetición es lineal,
como una cadena formada por eslabones. En otros casos, la repetición tiene lugar
formando cadenas ramificadas o interconectadas formando retículos
tridimensionales.
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
II‐34
La longitud de la cadena del polímero viene especificada por el número de unidades
que se repiten en la cadena. A éste se le llama grado de polimerización. El peso
molecular de los polímeros es el producto del peso molecular de la unidad repetitiva
por el grado de polimerización. La mayoría de los polímeros tienen pesos moleculares
comprendidos entre 10.000 y 1.000.000.
Uno de los posibles criterios para la clasificación de los materiales poliméricos se
fundamenta en la estructura de las cadenas, dando como resultado materiales
termoestables, elastómeros y termoplásticos.
Figura II. 19: Estructuras de las cadenas poliméricas [100].
Los materiales termoplásticos son polímeros lineales, que pueden estar ramificados o
no. Algunos materiales de este grupo son: polipropileno (PP), polietileno (PE),
poliestireno (PS) y el cloruro de polivinilo (PVC).
Los termoestables constan de estructuras moleculares tridimensionales y reticuladas.
Se caracterizan por una mayor rigidez y mayor temperatura de uso comparadas con
los termoplásticos. Entre este tipo de polímeros hay que destacar el fenol‐
formaldehido (PF), melamina‐formaldehido (MF), urea‐formaldehido (UF) y epoxi,
entre otros.
Los elastómeros se componen de moléculas reticuladas de mallas menos cerradas. El
número de puntos de unión dependen del número de grupos funcionales del
Capítulo II: Fundamentos teóricos y estado del arte
II‐35
monómero de partida e influye sobre la elasticidad del material. La reticulación se
produce sobre el primer moldeo, posteriormente es imposible cualquier cambio de
forma o soldadura. Estos polímeros tienen gran flexibilidad y elasticidad. A este
grupo pertenecen materiales como el látex, caucho natural (NR) y polibutadieno,
entre otros.
II.3.1. APLICACIONES DE LOS PLÁSTICOS
En los últimos años los plásticos y los polímeros han ido sustituyendo cada vez en
mayor medida a materiales naturales como la madera, el algodón, el acero, el
cemento, el papel o la lana. Debido a ello el consumo de estos materiales ha
aumentado en nuestra sociedad, sobre todo por los bajos costes económicos
asociados a su obtención y a la fácil disponibilidad que se tenía del petróleo.
Figura II. 20: Consumo de plásticos en la UE [101].
Plásticos en el envase y embalaje
Los envases y embalajes plásticos han constituido un factor de desarrollo en la
sociedad al cambiar nuestra perspectiva de la conservación de productos y
alimentos. Los materiales plásticos se han utilizado en este campo debido a su poco
peso, suponiendo un ahorro de materia prima respecto a otros materiales utilizados
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
II‐36
para el mismo fin, como el papel, y también un ahorro de combustible en el
transporte de los productos envasados.
En la actualidad se comercializa una buena cantidad de polietileno de baja densidad
(PEBD) en forma de rollos de plástico transparente para embalajes. El polietileno de
alta densidad (PEAD) se utiliza para componer películas plásticas más gruesas, como
las bolsas de basura. Otros polímeros que se utilizan como envase o embalaje son el
polipropileno, el poliestireno o el policloruro de vinilo (PVC), utilizado en lugares u
objetos donde se requiere estanqueidad, ya que no permite el paso de gases.
Plásticos en la construcción
Aproximadamente un 20% de los plásticos que se utilizan en Europa se destinan para
productos de la industria de la construcción. Y después de los envases, es en la
construcción donde más se utilizan los plásticos.
Lo que hace de los plásticos un material ideal para la construcción es su solidez, su
flexibilidad y su resistencia al agua y al calor. Además, son muy ligeros y apenas
requieren mantenimiento, ya que no se oxidan ni se pudren.
En el sector de la construcción el plástico representa un papel importante en el
campo de la eficiencia energética. De hecho, después del transporte, la construcción
es donde mayor cantidad de energía se consume. Los plásticos son imprescindibles
para el aislamiento térmico y el sellado, siendo así una excepcional ayuda para
mejorar la eficiencia energética y reducir las emisiones de dióxido de carbono.
Así, el poliestireno expandido puede usarse como aislante térmico, ya que está
compuesto por una gran cantidad de burbujas de aire, que dificulta la transferencia
de calor. El polietileno de alta densidad (PEAD) y el policloruro de vinilo (PVC) se
utilizan para la instalación de tuberías. El PVC puede emplearse también en láminas
como material de construcción. Se utilizan también variedades de plástico para el
aislamiento de cables e hilos eléctricos. Otros tipos de plásticos, como los paneles
fenólicos, permiten fabricar marcos para puertas, ventanas y techos, etc.
Capítulo II: Fundamentos teóricos y estado del arte
II‐37
Plásticos en la medicina
La esperanza de vida y la mejor calidad de ésta se debe en gran parte a la utilización
de los plásticos. En España, más de 125.000 personas disfrutan de un mejor nivel de
vida gracias a un marcapasos fabricado con plástico, según datos facilitados por la
Asociación Nacional de Cardiología. Además, otros productos del área sanitaria
tienen al plástico como principal componente. Las jeringuillas, lentillas, prótesis,
cápsulas, envases de productos farmacéuticos, bolsas de sangre y suero, guantes,
filtros para hemodiálisis, válvulas, tiritas, gafas, e incluso, el acondicionamiento de
cada una de las salas de un hospital se construye con materiales plásticos.
Plásticos en la electrónica
El empleo de los plásticos ha permitido mejorar sensiblemente las comunicaciones,
ya que por un lado contribuye al ahorro de los combustibles empleados en el
transporte debido a su menor peso; y por otro, su capacidad como aislante protege
al dispositivo de los agentes externos: Internet, comunicaciones por satélite, cable,
ordenadores personales, telefonía fija y móvil, etc. El área más importante de
consumo en este sector son los equipamientos electrónicos.
Plásticos en la agricultura
La producción en el campo se ha triplicado gracias a la plasticultura, o cobertura de
los cultivos agrícolas con plásticos para protegerlos de los agentes externos. Las
aplicaciones más extendidas de la plasticultura son: acolchamiento de suelos, túneles
de cultivo, invernaderos, tuberías para conducción de agua y drenaje, filmes para
ensilar, cortavientos, láminas para embalses y cordelería. La resistencia al impacto y
al rasgado, la transparencia a la radiación solar, la dispersión de la luz y la reducción
del riesgo de heladas, son entre otros, los beneficios que ofrecen los plásticos en la
agricultura.
Plásticos en el transporte [102]
El uso de los materiales plásticos en la fabricación de piezas para la industria
automotriz crece sin cesar debido a las características de estos materiales. Su
utilización en la fabricación de los vehículos es cada vez más frecuente, sustituyendo
a los materiales convencionales.
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
II‐38
En la actualidad, uno de los factores más importantes del diseño de vehículos tenidos
en cuenta por los fabricantes es la reducción del peso, obligados no sólo por las
necesidades del propio mercado, sino también por las directivas europeas en vigor.
Dado que el aluminio y el plástico son materiales menos pesados que el acero, hoy
en día se han sustituido este último material por los primeros en muchas piezas,
como por ejemplo, las aletas delanteras de los modelos Renault Clio ‘98 y ‘01,
Peugeot 307 y Renault Scenic (que son de plástico) y los capós de Peugeot 307 y Opel
Vectra C (que actualmente se fabrican de aluminio).
Se estima que, actualmente, la utilización de materiales plásticos en un vehículo se
sitúa alrededor de un 14%, cerca de unos 140 kg, en base al peso del vehículo. Se
espera que este valor aumente en un futuro, según los estudios realizados y teniendo
en cuenta los avances en el campo de la transformación de plásticos, que permitirán
fabricar piezas cada vez más complejas y ligeras, con plásticos técnicos de elevadas
prestaciones y a un coste económico aceptable.
El mayor porcentaje de utilización de estos materiales en un automóvil se encuentra
en el interior del habitáculo. Ejemplos de ello son los revestimientos de puertas,
montantes y techo, panel de instrumentos o acolchado de los asientos, entre otros.
Pero también es posible encontrar piezas plásticas en el exterior del vehículo:
parachoques, rejillas, molduras y spoilers, carcasas de faros, tapacubos o
guardabarros, por ejemplo.
El plástico más empleado en el sector automotriz es el polipropileno (PP) con cerca
de un 30% en peso. Su mezcla para formar EPDM (Caucho etileno propileno dieno) es
una de las más utilizadas para la fabricación de parachoques. También se puede
encontrar PP en el guardabarros, carcasas del sistema de calefacción, depósitos de
líquidos, alerones, spoilers, tapacubos y en los aislantes para cables. En segundo
lugar destaca el caucho utilizado para la fabricación de los neumáticos y, finalmente
los denominados polímeros técnicos y los elastómeros. Así, la poliamida (PA), de gran
resistencia a la fatiga, la abrasión y al impacto, se utiliza en tapacubos, rejillas,
carcasas y ventiladores. Los diferentes tipos de poliuretanos (PUR), son utilizados en
los sistemas de absorción de energía, juntas, spoilers o como aislantes térmicos y
acústicos. Los vinílicos, como el PVC, se utilizan como revestimiento aislante de los
Capítulo II: Fundamentos teóricos y estado del arte
II‐39
cables por su bajo precio y su resistencia a la combustión, además de en tubos
flexibles, recubrimientos y juntas. Los polietilenos (PE) se utilizan como aislantes para
cableados, depósitos de combustible, juntas, cajas de batería, etc. Los polímeros
transparentes (PMMA, PC) se utilizan en faros y pilotos donde su peso, resistencia al
impacto y posibilidad de formas geométricas ha desplazado al vidrio. El PC, también
aparece presente en piezas como paragolpes, spoilers o componentes eléctricos
sometidos a altas temperaturas. Por último, el ABS (Acrilonitrilo Butadieno Estireno),
material rígido, duro y tenaz, se puede encontrar en rejillas, carcasas, guanteras,
apoyabrazos o tapacubos.
En España, el Instituto Tecnológico del Plástico, Aimplas, perteneciente a la Red
Tecnológica de Automoción (Redita), participó en el año 2009 en un proyecto de
investigación que tiene entre sus objetivos desarrollar biomateriales a partir de
resinas y fibras naturales, destinados al sector del automóvil.
Estos innovadores materiales proporcionan un mejor aislamiento acústico y térmico
en aplicaciones de automoción como paneles laterales y techado del vehículo,
maleteros, así como en paneles para separar el motor de los compartimentos de los
pasajeros. Además, se utilizan también como elementos estructurales de las
carrocerías de los vehículos. Este proyecto se enmarca dentro del Programa de
Especial Relevancia de la Consellería de Industria, Comercio e Innovación, y en él
participan 10 pymes de la Comunidad Valenciana, Asociación Valenciana de la
Industria de la Automoción de la Comunidad Valenciana (Avia) y los institutos
tecnológicos Aimplas, Aimme, IBV e ITE, con la coordinación de Redita.
En la investigación se desarrollaron paneles y otras piezas para vehículos a partir de
plásticos reforzados con fibras naturales como el lino, el cáñamo o el yute.
En junio de 2009, la revista digital Mundo Material publicaba que Toyota ha
investigado el uso de kenaf en aplicaciones de automoción durante casi una década.
Toyota usó kenaf como material en el marco de una puerta en el 2000, pero en 2008
ya lo usaba en 5 componentes en un total de 27 modelos, principalmente de gama
alta. Algunos de los primeros ejemplos de partes de coche donde Toyota usó kenaf
fueron los siguientes:
2000: Celsior. Marco puerta. Composite kenaf/polipropileno
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
II‐40
2001: Brevis. Marco puerta. Composite kenaf/polipropileno
2003: Harrier. Marco puerta y panel de asiento. Composite kenaf/polipropileno
2003: Raum. Cubierta de rueda de recambio. Composite kenaf/ácido poliláctico
En mayo del 2008, Toyota anunció un acuerdo con el Instituo Indonesio de
Investigación del Tabaco y Fibras para llevar a cabo un programa de desarrollo de
semillas de kenaf. Toyota se ha puesto como objetivo el hacer todas las partes del
interior de sus coches con materiales renovables, por lo que el conocimiento sobre la
producción del kenaf se ha vuelto más vital que nunca.
II.3.2. MERCADO DE LOS PLÁSTICOS
Según un informe presentado por PlasticsEurope (Organización de Fabricantes de
Plásticos Europeos), EuPC (Asociación Europea de Transformadores de Plásticos),
EuPR (Asociación Europea de Recicladores de Plásticos) y EPRO (Asociación Europea
de Organizaciones de Recuperación y Reciclaje de Plásticos) en su informe Plásticos –
Situación en 2011, de 2009 a 2010, la producción mundial de plásticos aumentó de
15 millones de toneladas a 265 millones de toneladas, lo que confirmó la tendencia a
largo plazo del crecimiento de la fabricación de plásticos de casi un 5% anual durante
las dos últimas décadas. En 2010, Europa consumió 57 millones de toneladas (21,5%)
de la producción mundial y China superó a Europa como primera región productora
con un 23,5%.
Las cinco familias de plásticos de mayor volumen en cuanto a cuota de mercado
fueron:
• Polietileno, que incluye el de baja densidad (PEBD), el lineal de baja densidad
(PELBD) y el de alta densidad (PEAD).
• Polipropileno (PP).
• Policloruro de vinilo (PVC).
• Poliestireno (PS sólido y PS expandido).
Capítulo II: Fundamentos teóricos y estado del arte
II‐41
• Polietileno tereftalato (PET).
Conjuntamente, estas cinco grandes familias representan aproximadamente el 74%
de toda la demanda de plásticos en Europa. El crecimiento de los diferentes tipos de
plástico sufrió modificaciones en 2010. Los plásticos técnicos mostraron el mayor
índice de crecimiento, por ejemplo con un 13% para el acrilonitrilo butadieno
estireno (ABS) y un 20% para las poliamidas, mientras que la demanda de las cinco
familias de plásticos de mayor volumen se incrementó entre un 1,4% y un 8%.
Por otro lado, la plataforma digital The Plastics Portal, en su comunicado de 11 de
abril de 2012, publicó que la producción mundial de plásticos alcanzó las 280
millones de toneladas en el año 2011, según el estudio con las primeras estimaciones
anuales publicado por PlasticsEurope. Este dato representa un aumento del 4%
comparado con el año 2010 y confirma la vuelta al crecimiento a largo plazo tras el
periodo de crisis económica.
Los cinco tipos de plásticos más comunes representan casi el 70% de la demanda
mundial, es decir aproximadamente 200 millones de toneladas. Para el periodo de
2010 a 2016, se espera que el consumo global de plásticos crezca, de media, en torno
al 4% anual.
Estos datos corresponden a las primeras estimaciones de producción y consumo
mundial. Los datos definitivos globales, europeos y nacionales, así como las
estadísticas relacionadas con la gestión de fin de vida de los plásticos, se darán a
conocer más adelante con la publicación del informe anual de PlasticsEurope
Plásticos – situación en 2012, que todavía no ha sido publicado.
II.3.3. CARACTERÍSTICAS Y PROPIEDADES DEL POLIPROPILENO.
Dado que el polipropileno es el material empleado en el presente estudio, a
continuación se presenta una breve descripción del mismo.
El polipropileno es una poliolefina termoplástica que se sintetiza mediante catálisis a
partir de la unidad monomérica del PP, el propileno, para formar un homopolímero o
copolímero con otras olefinas.
Como otros termoplásticos, el polipropileno permite ser procesado y tratado fuera
del reactor después del proceso de síntesis. Es común su uso como material en
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
II‐42
mezclas con otros polímeros o con cargas minerales en altas proporciones
(superiores al 10%) para formar materiales compuestos. Estos materiales tienen
propiedades diferenciadas de aquellas del material de partida (mayor rigidez, mejor
resistencia al impacto, etc.).
Los diferentes grados de polipropileno suelen incorporar indistintamente diversos
paquetes de aditivos (en proporciones inferiores al 1 %), cuya finalidad suele ser la
mejora de la estabilidad termo‐oxidativa de los productos o de sus propiedades
físicas (aumento de la transparencia, de la rigidez, o mejora del aspecto superficial).
En este campo, los nuevos desarrollos son de gran importancia. El estudio de cargas y
de fibras novedosas es otro factor de desarrollo importante que se potencia en la
actualidad. De acuerdo con esta clasificación, el polipropileno debe ser considerado
como un grupo de polímeros, con propiedades físicas variadas, y no como un único
producto. Es por ello que sus aplicaciones son tan variadas.
A partir de los procesos industriales se pueden preparar un sin fin de productos de
polipropileno diferentes, cuyas propiedades varían según la longitud de las cadenas
del polímero (peso molecular), de su polidispersidad, de los comonómeros
eventualmente incorporados, etc. Estas características básicas definen las
propiedades mecánicas del material y sus aplicaciones finales. Literalmente se habla
de diferentes tipos o grados de polipropileno, que dan lugar a la gran diversidad de
productos producidos con esta poliolefina.
Una variable muy importante a tener en cuenta al trabajar con este termoplástico es
la relación entre la longitud total de flujo y el espesor de la pieza que, en el caso del
polipropileno, no debe superar el valor de 330. Es decir, una pieza de 1 mm de
espesor puede tener una longitud de hasta 330 mm. Si el espesor se disminuye a 0,8
mm, la longitud de flujo se debe disminuir en la misma proporción; ya que en caso
contrario la relación anterior se elevaría a 412 y habría severas dificultades para
llenar el molde. Trabajar en espesores tan pequeños representa un desafío para el
material, que debe conjugar un buen balance de propiedades mecánicas en estado
sólido con buenas propiedades de flujo en estado fundido. Por otro lado, debe
poseer una fluidez lo suficientemente elevada como para llenar un molde que le
ofrece gran oposición al flujo.
Capítulo II: Fundamentos teóricos y estado del arte
II‐43
Desde el punto de vista de los procesos de transformación, el polipropileno se
encuentra dentro de los materiales plásticos de mayor consumo debido a su bajo
coste y gran versatilidad. Ofrece un buen equilibrio entre las propiedades térmicas y
químicas, además de tener unos valores aceptables en sus propiedades mecánicas.
Se caracteriza por tener una excelente resistencia a la flexión y una buena respuesta
a la tensión y al impacto, una buena resistencia química, buen aislamiento eléctrico y
la propiedad de reciclabilidad, ya que su alta resistencia química y medioambiental,
unida a su baja densidad favorece la separación de otros materiales.
En 1954, Natta desarrolló, a partir de los catalizadores descritos por Ziegler en el año
1953, unos catalizadores capaces de producir polipropilenos de elevado peso
molecular y con un alto control de la tacticidad. Así, modificando las condiciones de
polimerización, es posible obtener tres tipos de polipropileno con diferente
tacticidad: istotáctico, sindiotáctico y atáctico. El polipropileno isotáctico es el grado
de mayor interés industrial con respecto a las configuraciones sindiotáctica y
atáctica, debido a sus mejores propiedades mecánicas, que se derivan
principalmente de una mayor cristalinidad, por presentar una disposición espacial
más ordenada.
(a)
(b)
(c )
Figura II. 21: Fórmulas estereoquímicas del polipropileno a) isotáctico b) sindiotactico c)
atáctico
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
II‐44
Aunque la geometría de celda unitaria adoptada por el polipropileno isotáctico
cuando cristaliza depende de varios factores (como las condiciones de
transformación: presión, temperatura, velocidad de enfriamiento, grado de
cizalladura, etc.), la forma monoclínica es la que aparece en casi todos los casos. La
geometría hexagonal lo hace bajo determinadas condiciones de transformación
mientras que las formas triclínica y esméctica son poco comunes y solamente
aparecen bajo condiciones muy concretas.
La celda unitaria monoclínica (forma α) tiene unas dimensiones de: a=0.666 nm,
b=2.078 nm, c=0.6495 nm, con ángulos α=γ=90º y β=99.62º. Esta estructura se
organiza en diferentes microestructuras lamelares y esferulíticas. Como se comentó
anteriormente, esta es la forma más común y es la que se obtiene bajo condiciones
normales de transformación [103]. La temperatura de fusión de equilibrio (Tmo ) de
esta forma se encuentra comprendida entre 185 oC y 209 oC.
En cuanto a la geometría hexagonal (β), de entre las distintas dimensiones de celda
unitaria propuestas para el caso del polipropileno, en la que coinciden varios autores
es aquella que considera las siguientes dimensiones: a=b=1.27 nm, c=6.35 nm, con
ángulos α=β=90º y γ=120º [104]. La aparición de esta forma se ve favorecida bajo
condiciones de cristalización específicas, como pueden ser el enfriamiento brusco,
bajos gradientes de temperatura de enfriamiento, presencia de agentes nucleantes
específicos o la aplicación de deformación mecánica [103].
El polipropileno utilizado en la presente investigación es un copolímero isotáctico de
denominación comercial, Hostacom PPU X9067HS de alta cristalinidad y alta fluidez
con gran aplicación en la industria de la automoción.
El grado escogido tiene una fluidez alta por lo que es adecuado para la
transformación por inyección o extrusión, combinando una buena procesabilidad con
unas buenas propiedades mecánicas.
Copolímero de polipropileno con injertos de anhídrido maleico (PP‐g‐MAH).
Como se ha mencionado anteriormente, el polipropileno en un polímero
ampliamente utilizado en la industria para la fabricación de gran cantidad de
artículos plásticos. Sin embargo, presenta la problemática de que en su estructura
Capítulo II: Fundamentos teóricos y estado del arte
II‐45
molecular posee pocos “sitios” reactivos, lo que hace que se limite su uso. Este hecho
ha provocado que en los últimos años se hayan realizado estudios conducendentes a
mejorar la polaridad del polipropileno, facilitando la interacción con otras sustancias
como puede ser la fibra lignocelulósicas [105].
La modificación química lleva aparejado la introducción de grupos funcionales
polares en las cadenas del PP que permitan mejorar la compatibilidad con el refuerzo
polar. La introducción de estos grupos polares conlleva la reacción entre el polímero
y un monómero que contenga un grupo funcional vinilo (CH2=CH‐R), que sea capaz
de formar injertos en la cadena molecular en presencia de radicales libres, generados
por un peróxido orgánico empleado como iniciador radical [106]. Se consigue así
mejor adhesión entre la matriz y el refuerzo, mejor procesabilidad, degradación
controlada y mayor estabilidad térmica [107].
La modificación química utilizando grupos ácidos ha sido lo habitual en estos
estudios. Los grupos más utilizados son: el anhídrido maleico [108], el ácido acrílico
[109], el metacrilato de glicidilo [110, 111] y el anhídrido metacrílico [112].
En este sentido, el injerto de anhídrido maleico vía radicales libres en poliolefinas ha
ganado en los últimos años una gran aceptación. Las poliolefinas con anhídrido
maleico injertado son hoy en día parte esencial de muchas formulaciones
poliméricas, siendo usadas como agentes de acoplamiento, modificadores de
impacto y como compatibilizantes de sistemas poliméricos cargados [113, 114].
A pesar del gran número de estudios de injertos de anhídrido maleico en poliolefinas
y del éxito comercial de estos compuestos, el mecanismo químico involucrado en el
proceso de funcionalización no está muy claro, dependiendo del tipo de poliolefina
empleado. En este sentido, está generalmente aceptado que el mecanismo que tiene
lugar en la modificación del polipropileno isotáctico se inicia por la escisión de
cadenas moleculares vía peróxido, originando “sitios activos” en las cadenas de
polipropileno y posteriormente permitiendo que estos sitios activos reaccionen con
el monómero. El componente injertado queda unido mediante enlace covalente a la
poliolefina.
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
II‐46
La estructura química del copolímero de injerto polipropileno‐anhídrido maleico se
muestra en la Figura II.22 [115]:
Figura II. 22: Estructura química del copolímero de injerto polipropileno‐co‐anhídrido maleico
(MAPP).
El mecanismo de reacción de funcionalización se realiza siguiendo el siguiente
esquema:
1.‐ Descomposición del iniciador:
Los peróxidos orgánicos son compuestos que pueden descomponerse térmicamente
para producir radicales libres.
2.‐ Abstracción del hidrógeno.
Los radicales de los peróxidos formados son termodinámicamente lábiles y capaces
de abstraer los átomos de hidrógeno de los carbonos terciarios de la molécula del PP,
generando así los “sitios activos” en la matriz:
Capítulo II: Fundamentos teóricos y estado del arte
II‐47
En este punto la reacción se puede desarrollar de dos formas diferentes:
produciendo una reacción previa denominada la ruptura β o mediante el injerto
directo del monómero en el macroradical de polipropileno.
3a.‐ Ruptura β.
Consiste en una reacción rápida intramolecular de ruptura del macroradical. Como
resultado de ello se generan dos cadenas de PP de menor peso molecular. Una de
ellas contiene un doble enlace terminal, mientras que la otra termina con un sitio
radical donde se sitúa el injerto del monómero.
3b.‐ Injerto directo en el propileno.
El anhídrido maleico tiene la capacidad de adicionarse solamente molécula a
molécula impidiendo que se desarrolle la reacción de injerto en cadena.
Figura II. 23: Mecanismo de reacción de la formación de PP modificado con anhídrido
maleico.[116, 117].
El grado de injerto del anhídrido maleico en el polipropileno debe permitir la
formación de enlaces covalentes con los refuerzos y un peso molecular suficiente
para que produzca la difusión de sus cadenas macromoleculares de MAPP entre las
de la matriz, formando una red con ambas estructuras poliméricas.
En la presente tesis, para solventar la problemática planteada, se utilizó polipropileno
al que se le añadió un 3% en volumen del agente acoplante Bondyram 1004 de la
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
II‐48
empresa Polyram a fin de mejorar la adherencia entre el refuerzo y la matriz
polimérica. Este aditivo es polipropileno modificado con anhídrido maleico y posee
una densidad de 0.91 g/cm3 y un punto de fusión de 160 oC, estando especialmente
indicado para su uso cuando el refuerzo de la matriz es una fibra natural.
Como ya se ha mencionado, la principal limitación del polipropileno es su carácter
apolar que impide la compatibilización con otros polímeros y diferentes tipos de
refuerzo tales como la fibras de vidrio y materiales lignocelulósicos. De ahí la
necesidad del presente estudio.
II.4. ASPECTOS GENERALES DE LA INYECCIÓN DE PLÁSTICOS
El moldeo por inyección en un proceso con el que se calienta un polímero hasta que
alcanza un estado muy plástico y se le fuerza a que fluya a alta presión hacia la
cavidad de un molde, donde solidifica. [118]
La inyección es un proceso adecuado para piezas de gran consumo. La materia prima
se puede transformar en un producto acabado en un solo paso. Con la inyección se
pueden obtener piezas de variado peso y con geometrías complicadas. Para la
economía del proceso es decisivo el número de piezas por unidad de tiempo
(producción).Las características más importantes del proceso de inyección son las
siguientes: [119]
La pieza se obtiene en una sola etapa.
Se necesita poco o ningún trabajo final sobre la pieza obtenida.
El proceso es totalmente automatizable.
Las condiciones de fabricación son fácilmente reproducibles.
Las piezas acabadas son de una gran calidad.
Para el caso de la inyección de plásticos, se han de tener en cuenta las siguientes
restricciones [119]:
Capítulo II: Fundamentos teóricos y estado del arte
II‐49
Dimensiones de la pieza. Tendrán que ser reproducibles y de acuerdo a unos
valores determinados, lo que implicará minimizar las contracciones de la
misma.
Propiedades mecánicas. La pieza deberá resistir las condiciones de uso a las
que esté destinada durante un tiempo de vida largo.
Peso de la pieza. Es de gran importancia, sobre todo, porque está relacionado
con las propiedades de ella.
Tiempo de ciclo. Para aumentar la producción será necesario minimizar, en lo
posible, el tiempo de ciclo de cada pieza.
Consumo energético. Una disminución del consumo energético implicará un
menor coste de producción.
El proceso de obtención de una pieza de plástico por inyección, sigue un orden de
operaciones que se repite para cada una de las piezas.
Este orden, conocido como ciclo de inyección, se puede dividir en las siguientes
etapas:
Figura II. 24: Moldeo por inyección. Wikimedia Commons.
• Cierre del molde: Se unen las placas de cavidad fija (6) y móvil (4) a través de
las superficies de partición y se colocan automáticamente en posición el
sistema de expulsión y los sistemas de desmoldeo de contrasalidas (si
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
II‐50
existiesen). La unidad de cierre de la máquina de inyección realiza el cierre
del molde asegurando un sellado estanco (ajuste del molde).
• Avance de la unidad de inyección: La boquilla de salida del plástico de la
unidad de inyección encaja en el disco centrador de la placa de embridaje
fija.
• Dosificación: El objetivo de esta fase es el de preparar el material que se ha
de inyectar, el cual ha de pasar de estado sólido (granza) hasta un estado de
fundido en condiciones de ser inyectado. El material en estado sólido se
vierte en la tolva (2) en condiciones de temperatura y presión ambiente. De
aquí pasa al interior del cilindro, donde se encuentra el husillo (1), cuya
función consiste en comprimir, fundir y transportar el material. El husillo está
dividido en tres zonas: alimentación, zona de compresión o transición y la
zona de dosificación. El diámetro exterior del husillo es constante, mientras
que el diámetro interior va aumentando desde la zona de alimentación hasta
la de dosificación. Este hecho hace que se comprima al material contra la
superficie interna del cilindro, generándose calor debido a las fricciones en el
material. Este calor es el principal responsable de fundir el polímero. Los
calentadores ayudan a mantener el material en estado fundido.
• Fase de llenado o inyección (llenado volumétrico): El flujo plástico es
impulsado a través de la boquilla (3) y va entrando en el molde a una
velocidad determinada, hasta que se llena volumétricamente el molde. Tan
pronto sucede esto, la velocidad de la masa fundida disminuye, y da
comienzo la siguiente fase de compresión. La presión, temperatura y
velocidad de inyección, junto con la temperatura del molde son los
parámetros operativos más importantes durante esta fase. En esta fase el
parámetro a controlar es la velocidad de avance del husillo, es decir, que el
proceso de llenado volumétrico de un molde es un proceso realizado con un
control de caudal mientras que la presión funciona como seguridad. Esta
presión de seguridad es la máxima presión que se le permite ejercer a la
máquina.
Capítulo II: Fundamentos teóricos y estado del arte
II‐51
• Fase de presurización o compresión: Según el plástico va entrando dentro de
la cavidad, la máquina necesita incrementar la presión de llenado para
mantener una velocidad de husillo constante. El material, según va entrando
en el molde, sufre restricciones no sólo de presión sino además de
temperatura, ya que pasa de una cámara donde se encuentra a unos 240 oC a
un molde que se encuentra a unos 25 oC (temperatura ambiente). Esta fase
tiene como finalidad la compactación de la pieza. Debido a la compresibilidad
del flujo se puede añadir una mayor cantidad de plástico que suele estar en
torno a un 7% más de material. En esta fase la velocidad del flujo va
disminuyendo a la vez que se produce un aumento brusco de la presión en el
interior del molde, hasta un determinado valor.
• Fase de compensación o de presión posterior (compactación): El objetivo de
esta fase es aportar material dentro del molde para compensar las pérdidas
que se sufren debido a la variación del volumen específico del material que
se encuentra en la cavidad. Se pretende conseguir una pieza con volumen
final constante. Debido a que durante el enfriamiento el material se contrae
dentro de la cavidad, es necesario aportar más material de forma gradual.
Esto ocurre cuando el plástico empieza a cambiar de estado líquido a sólido.
El material, en principio, está bajo unas condiciones de presión y
temperatura elevadas. A medida que pasa el tiempo, dicha presión y
temperatura disminuyen y la pieza contrae, ocupando menos volumen. Los
parámetros a programar son la presión de compactación y el tiempo de
mantenimiento. La presión de compactación es la presión constante que
ejerce la máquina para seguir aportando material al interior del molde y que
suele ser un porcentaje de la presión necesaria para llenar el molde (60%
para materiales cristalinos y 40% para materiales amorfos). El tiempo de
mantenimiento es el tiempo transcurrido desde que actúa la presión de
compactación hasta que finaliza. El defecto más característico de una
compactación insuficiente lo constituyen los rechupes. Los rechupes son una
falta de material en la superficie de la pieza donde hay un cambio de espesor
que se produce por un efecto de contracción térmica. De aquí la importancia
de esta fase para la obtención de piezas de calidad.
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
II‐52
• Enfriamiento: Una vez terminada la fase de compactación, el husillo se aparta
del molde, el cual se mantiene cerrado. En su interior, el plástico va
disminuyendo su presión y temperatura para posibilitar la expulsión de la
pieza. Mientras se produce este enfriamiento, el material sólido que está en
la tolva pasa al cilindro y comienza a fundirse. La fase de enfriamiento de un
ciclo se superpone con la fase de dosificación del ciclo siguiente. Esta fase
continúa fuera del molde hasta que la pieza (5) alcanza la temperatura y
presión ambiente. Parámetros importantes de esta fase son la carrera y el
volumen de dosificación, que son particulares para cada molde.
• Apertura del molde: Tras el llenado de la cavidad y la solidificación de la pieza
el molde se abre de forma automática por el plano de partición quedando
normalmente la pieza en el lado móvil del molde, donde está situado el
sistema de expulsión. Durante esta fase también se activan los sistemas de
desmoldeo de contrasalidas que existan y el sistema de expulsión.
• Expulsión de pieza: La máquina de inyección dispone de un actuador que
acciona el mecanismo de expulsión, el cual consta de dos placas que
contienen a las varillas expulsoras, encargadas de empujar la pieza.
• Cierre del molde: Una vez expulsada la pieza, el molde se vuelve a cerrar. La
recuperación del mecanismo de expulsión se produce por las llamadas
varillas de retroceso, un muelle u otro mecanismo alternativo. Con el molde
cerrado y el mecanismo expulsor en su posición inicial puede comenzar otro
ciclo de inyección.
El moldeo por inyección es un proceso de transformación de plásticos que permite
obtener un buen control dimensional y una elevada produción. de gran rapidez. Los
tiempos característicos de los ciclos oscilan entre los 5 y los 60 segundos, aunque
este periodo puede elevarse hasta varios minutos en el caso de que el material sea
termoestable. Los moldes se suelen fabricar con aceros grado herramienta y
aleaciones de cobre al berilio o aluminio. Pueden tener varias cavidades, lo que
permite fabricar piezas completas en un único ciclo de trabajo. Los costos de los
moldes pueden llegar hasta los 75.000 euros y su vida puede ser del orden de dos
Capítulo II: Fundamentos teóricos y estado del arte
II‐53
millones de ciclos, si son de acero, aunque solo de 10.000 ciclos para moldes de
aluminio [120].
En este proceso de fabricación, la calidad del producto depende del diseño del molde
y del control del flujo de material en sus cavidades. Se han desarrollado técnicas de
moldeo para estudiar, en función de la presión y temperatura de inyección y el
estado de la resina, los sistemas óptimos de dosificación, llenado y enfriamiento de
molde y distorsión de la pieza. Todo ello haciendo uso de aplicaciones informáticas
que permiten agilizar el diseño del molde [120].
Según un estudio publicado por la Agencia de Desarrollo Económico de La Rioja en
2008 [121] el sector de la inyección de plásticos ha apostado fuertemente por la
innovación, en especial en países como Rusia, India, China y República Checa (donde
fundamentalmente están trabajando en la evolución de la maquinaria de inyección) y
en EEUU y Japón, que se han convertido en los dos países que mayor esfuerzo
innovador están realizando en los procesos de inyección.
Por otro lado, Zatec, S.A., empresa española de inyección plásticostécnicos de piezas
complejas y pequeñas en plásticos de ingeniería, afirma en una de sus publicaciones
on line [122] lo siguiente:
La inyección de plásticos técnicos está muy ligada al sector automoción. La
industria de automoción,es un sector vital para la economía mundial.En los
últimos años, los productos de automoción han representado más del 10% del
comercio global de mercancias. En el caso específico de España, tiene un gran
peso en la economía y los principales fabricantes de vehículos y de
componentes a nivel mundial tienen plantas en nuestro país. España es el
tercer fabricante de automóviles en Europa y el séptimo en el mundo,siendo
el primer productor de vehículos industriales en Europa. Cabe destacar que
más del 82% de los vehículos se exportan a 90 paises,principalmente a
Europa.
Las tendencias de mercado y los factores clave en el sector de automoción
pueden resumirse en los siguientes: por un lado se quiere reducir peso
(perfecto a la hora de utilizar plásticos en detrimento de otros materiales) el
tiempo de desarrollo, impacto ambiental y el coste de los vehículos; por otro
lado se quiere aumentar el valor añadido de los mismos. Bajo este contexto,
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
II‐54
debe considerarse la iniciativa europea del Vehículo Verde,desempeñando un
papel clave en la evolución hacia vehículos y sistemas de transporte más
ecológicos.
Los Materiales reforzados con fibra y composites se usarán cada vez más
gracias a sus ventajas de ligereza y estructurales. La directiva de final de vida
promociona el uso de biomateriales en el vehículo, se lograrán reducciones de
peso gracias a tecnologías avanzadas, que reducen muchos componentes
mecánicos,…etc. En definitiva, se buscan materiales más ligeros, con mayor
capacidad de absorción de impactos, completamente reciclables y, por
supuesto, adecuados para las tecnologías de producción existentes.
El interés que el sector de la inyección muestra en las investigaciones llevadas a cabo
con materiales plásticos reforzados con fibras naturales queda evidenciado en el
aumento de publicaciones científicas que se han producido, y continúan
produciéndose, en este campo concreto, en los últimos años, alguno de cuyos
ejemplos figuran en las referencias.
Sin embargo, se trata ésta de una línea de investigación aún abierta y necesitada de
más experimentación que garantice el uso del mayor número posible de composites
reforzados con fibras naturales en el mayor número de productos industriales
posibles. Es precisamente en este contexto en el que se engloba la tesis que aquí se
presenta.
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Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
II‐64
INDICE DE FIGURAS
Figura II. 1: Fases de los composites. .............................................................................2
Figura II. 2: Microestructura de las fibras vegetales. .....................................................9
Figura II. 3: Enlace glucosídico o glicosídico en la formación de la celobiosa..............11
Figura II. 4: Posición ecuatorial (‐CH2OH, ‐OH. –O‐) y axial (‐ H) de los grupos
constituyentes de la molécula de β‐D glucopiranosa. .................................................11
Figura II. 5: Fibrilla elemental.......................................................................................12
Figura II. 6: Celulosa en forma nativa. Conformación de la estructura cristalina por la
presencia de los puentes de hidrógeno. ......................................................................13
Figura II. 7: Estructura de una microfibrillas [40].........................................................14
Figura II. 8: Estructura de la unidad básica de la hemicelulosa. Compuesta por:
Xilosa,β(1‐4) Manosa, β(1‐4)Glucosa, α(1‐3)Galactosa. ..............................................14
Figura II. 9: Conformación de las microfibrillas. Disposición de las hemicelulosa.......15
Figura II. 10: Precursores primarios de la lignina [43]..................................................16
Figura II. 11: Estructura de la lignina latifoliada [44]. ..................................................17
Figura II. 12: Constituyente principal de la lignina.......................................................18
Figura II. 13: Representación de la molécula de pectina. ............................................19
Figura II. 14: Producción de fibras por grupo [99]. ......................................................27
Figura II. 15: Producción de fibras naturales [99]. .......................................................27
Figura II. 16: Tendencia de evolución de las fibras naturales. Fuente: Lucintel. .........28
Figura II. 17: Planta de Platanera Canaria…………………………………………………………………31
Figura II. 18: Partes del Pseudotallo…………………….......................................................30
Figura II. 19: Estructuras de las cadenas poliméricas [100]. ........................................34
Figura II. 20: Consumo de plásticos en la UE [101]. .....................................................35
Figura II. 21: Fórmulas estereoquímicas del polipropileno a) isotáctico b) sindiotáctico
c) atáctico .....................................................................................................................43
Figura II. 22: Estructura química del copolímero de injerto polipropileno‐co‐anhídrido
maleico (MAPP)............................................................................................................46
Figura II. 23: Mecanismo de reacción de la formación de PP modificado con anhídrido
maleico.[116, 117]........................................................................................................47
Figura II. 24: Moldeo por inyección. Wikimedia Commons. ........................................49
Capítulo II: Fundamentos teóricos y estado del arte
II‐65
II.6. INDICE DE TABLAS
Tabla II. 1:. Densidad y composición de algunas fibras naturales [33], a[34 ] y b[35]. ... 8
Tabla II. 2: Componentes estructurales de los polisacáridos precursores de la pectina.
..................................................................................................................................... 19
Tabla II. 3: Propiedades geométricas de algunas fibras [45]. ...................................... 21
Tabla II. 4:Propiedades físicas y mecánicas de algunos tipos de fibras [48]................ 21
Capítulo III: Caracterización de la Fibra de platanera
Capítulo III: Caracterización de la fibra de platanera
ÍNDICE DE CONTENIDOS
iIi. CARACTERIZACIÓN DE LA FIBRA DE LA PLATANERA ............................................ 1
III.1. Extración de la fibra ................................................................................. 1
III.2. Metodología de los ensayos .................................................................... 7
III.2.1 Codificación de los materiales ............................................................... 7
III.3. Tratamientos de la fibra........................................................................... 9
III.3.1 Tratamientos alcalinos......................................................................... 10
Tratamiento de la Fibra de Platanera con Hidróxido Sódico a presión atmosférica y
temperatura ambiente...................................................................................................10
Tratamiento de la Fibra de Platanera con Hidróxido Sódico a Temperatura de
ebullición normal............................................................................................................11
Tratamiento de la Fibra de Platanera con Hidróxido Sódico a Temperatura de
ebullición y Presión ........................................................................................................11
III.3.2 Tratamientos con agente de acoplamiento......................................... 12
III.4. Ensayos realizados ................................................................................. 13
III.4.1 Relación diámetro‐densidad................................................................ 14
Introducción....................................................................................................................14
Equipo..............................................................................................................................14
Resultados.......................................................................................................................15
III.4.2. Espectrofotometría de Infrarrojos con Transformadas de Fourier .......... 19
Introducción....................................................................................................................19
Equipo..............................................................................................................................20
Resultados (FTIR) ............................................................................................................21
Conclusiones ...................................................................................................................29
III.4.3. Análisis termogravimétricos ..................................................................... 30
Introducción....................................................................................................................30
Equipo..............................................................................................................................30
Resultados TGA...............................................................................................................33
III.4.4 Ensayos mecánicos .................................................................................... 46
Introducción....................................................................................................................46
Metodología (procedimiento) .......................................................................................47
Equipo..............................................................................................................................47
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en
la conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
Resultados de los ensayos mecánicos .........................................................................48
III. 5. Conclusiones ...........................................................................................................49
III.6. Bibliografía.............................................................................................51
III.7. Índice de Figuras.....................................................................................52
III.8 Índice de Tablas…………………………………………………………………………………….56
Capítulo III: Caracterización de la fibra de platanera
III‐1
III. CARACTERIZACIÓN DE LA FIBRA DE LA PLATANERA
El objeto del presente capítulo es la caracterización de las fibras de plataneras, las
cuales se han obtenidos por medios mecánicos, después de estudiar distintas
métodos de obtención. Además, se les ha aplicado diferentes tratamientos químicos
que permiten aumentar la compatibilidad entre esta y la matriz plástica. Esto
supondrá una mejor transmisión de esfuerzos entre ambas fases y, por tanto, un
mejor comportamiento mecánico del material compuesto. Para ello se han realizado
diferentes formulaciones de los tratamientos, seleccionando aquel que mejor
compatibiliza el carácter hidrofílico de la fibra natural con el hidrofóbico de la matriz
polimérica.
En este capítulo, además de la modificación química de la fibra producida por los
tratamientos, se ha adicionado un agente de acoplamiento que facilita esta etapa. Se
trata de favorecer la compatibilidad con la adición de este material de forma que no
solo modificara la superficie de la fibra, sino que también permitiera que la matriz
pudiera alcanzar mejores enlaces en la interfase y, por tanto, se mejoraran las
propiedades mecánicas. Estas sustancias actúan como puente entre las fibras y los
polímeros termoplásticos, ya sea formando un enlace de tipo covalente, por una
reordenación de la cadena polimérica, o mediante un enlace por puente de
hidrógeno por interacciones secundarias fuertes.
El agente de acoplamiento utilizado en los ensayos químicos ha sido el anhídrido
maleico. Dicho agente permite la formación de los grupos ésteres, que son los
responsables de la disminución del carácter hidrofílico de las fibras [1].
III.1. EXTRACIÓN DE LA FIBRA
En un análisis morfológico de la platanera, se observa que ésta es una especie
vegetal monocotiledónea, lo que significa que no posee madera y, por tanto, no
dispone de un verdadero tronco, por lo que se habla de pseudotallo o pseudotronco.
Tras el corte del racimo de plátanos, se procede también al corte de dicho
pseudotronco, llamado rolo en Gran Canaria. El rolo o falso tronco está compuesto
por varias vainas o garepas dispuestas en espiral, fuertemente apretadas, de las que
parten las hojas. En el centro de estas hojas se encuentra la vela, que sirve de
soporte al pseudotronco y al racimo.
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
III‐2
Figura III. 1: a) Hoja del pseudotallo de una platanera; b) Estructura de las hojas de platanera
y corte transversa.
El trabajo experimental que aquí se presenta se inició con la extracción de la fibra de
las distintas partes que componen el pseudotronco de la platanera. Se observó que,
aunque la vela posee un elevado contenido en fibra, su extracción resultaba muy
compleja, por lo que se optó por extraerla de las hojas y, más concretamente, de la
cara externa de las mismas, ya que era ésta precisamente la que contaba con un
mayor contenido en fibra. Figura III.1
En el caso concreto que aquí nos ocupa se optó por estudiar los procesos de
extracción en función del contenido en humedad de la hoja, distinguiéndose entre
extracción de la fibra de las hojas secas y extracción de la fibra de los pseudotallos
verdes. En el primer caso, y tras observar en las plantaciones la facilidad de
extracción de los hilos de fibra de las hojas secas al aire, el procedimiento de
extracción se inició con la división de las hojas en tiras y posteriormente, mediante
frotación manual, se procedió al desmenuzado de la pulpa seca que servía de
adhesivo entre las fibras. Este método se mostró como un procedimiento lento y
laborioso, por el proceso de limpieza manual de cada una de las fibras. Además, se
observó que la pérdida de humedad de las hojas se traducía en un endurecimiento
de éstas y, por tanto, en una mayor dificultad en la extracción, por lo que se decidió
continuar investigando exclusivamente en la línea de extracción a partir de las hojas
verdes. Figura III.2
Capítulo III: Caracterización de la fibra de platanera
III‐3
Figura III. 2: Extracción de fibra de la hoja seca de la platanera
El primer método ensayado a partir de hojas verdes fue la extracción por métodos
biológicos. Este proceso supone la degradación biológica de la hoja de la planta, por
acción conjunta de la radiación solar, la humedad del ambiente y de ciertas bacterias
u hongos existentes en la propia planta y en el suelo. La simulación consistió en
disponer las hojas en el suelo y cubrirlas con tierra durante unas cuatro o seis
semanas. Se generó una fibra de color oscuro, de propiedades y características
variables y se concluyó que era necesario llevar a cabo un buen control del proceso
para lograr sólo la degradación de la pulpa de la hoja y no de la fibra. Tras la
simulación realizada en el laboratorio se decidió desestimar este proceso debido a la
escasa cantidad de fibra obtenida y a la lentitud y laboriosidad del mismo.
Otro método de extracción estudiado fue el de extracción con agua caliente y vapor,
consistente en la exposición de las hojas de la platanera verdes a la acción de vapor
saturado seguida de una expansión súbita (steam explosion), obteniendo como
resultado una pulpa marrón que ha perdido parte de la hemicelulosa inicialmente
presente en la planta. Mediante este tratamiento se consigue que las uniones
glucosídicas entre las cadenas de polisacáridos rompan, formando ácido acético, que
hidroliza las hemicelulosas. Este procedimiento no consigue la eliminación ni la
disminución del contenido en lignina, aunque sí logra un aumento en la cristalinidad,
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
III‐4
lo que permite obtener una fibra de mejores propiedades mecánicas. Para llevarlo a
cabo, se introdujo un trozo de tira de platanera verde en un recipiente con agua. Éste
se tapó y se puso a calentar, de forma que se tenía un recipiente a presión con agua
hirviendo y vapor saturado. Después del tratamiento, la hoja presentó un color más
oscuro al inicial. Se observó que tras este procedimiento el raspado del tuxi (capa de
la hoja que contiene la fibra) era más sencillo, consiguiéndose eliminar la mayor
parte de la pulpa y, por tanto, obteniendo mayor cantidad de hilos de fibra aunque
más frágiles. Figura III.3
. Figura III. 3: Tuxi tras el tratamiento con agua caliente y vapor;
Un tercer método ensayado fue la extracción con acetilación. Para ello el tuxi fue
tratado con una solución de ácido acético al 1% a 75 oC durante una hora. Para
eliminar el exceso de ácido se realizó el lavado con una solución al 5 % en peso de
NaOH, seguida de un lavado con agua destilada. El aspecto que presenta la tira
tratada con ácido acético (antes del lavado con sosa) puede apreciarse en la Figura
III.4. Se observó que el tuxi tratado con ácido acético era más blando y pegajoso. A
continuación se procedió al raspado, no consiguiéndose separar los hilos de fibra,
aunque sí se eliminó bastante pulpa, no ocurriendo lo mismo con la sustancia,
probablemente correspondiente a una mezcla de hemicelulosa y lignina, que unía las
fibras entre sí.
Figura III. 4: Tuxi tras la acetilación
Capítulo III: Caracterización de la fibra de platanera
III‐5
A continuación se estudió el método de hidrólisis ácida, para lo que se sumergió el
tuxi en una solución de ácido sulfúrico (H2SO4) al 0.4% a 100 oC durante una hora. Se
observó el tuxi comenzó a separarse en tiras más finas que la inicial. La primera etapa
de cloración se llevó a cabo con una solución de hipoclorito sódico (NaOCl) de 40 g/l,
durante una hora a temperatura ambiente. El color del tuxi se iba aclarando,
tomando la disolución un color más oscuro. A los veinte minutos la fibra estaba en
gran parte blanca, y a los cuarenta minutos sólo quedaban algunas manchas oscuras
en la misma. Al contacto con la disolución de sosa cáustica (NaOH al 1% en peso) las
fibras comenzaron a separarse, rompiéndose el tuxi en tiras más finas. La fibra se
dejó en esta solución durante veinte minutos a temperatura ambiente. Tras la
segunda etapa de cloración, en las mismas condiciones que la primera (solución de
NaOCl de 40 g/l a temperatura ambiente), se observó que el tuxi había perdido
rigidez y que era muy blando. El material obtenido formaba una masa pastosa, con
apariencia de pasta de papel. Esto pudo deberse a la eliminación de los componentes
orgánicos propios de los residuos vegetales, tales como la hemicelulosa y la lignina. A
continuación se secó la fibra obtenida en estufa a 105 oC durante 24 horas. La fibra
seca resultante era de color amarillo oscuro y de consistencia similar al polvo.
Aunque éste era un procedimiento que está siendo estudiado actualmente, debido a
la posibilidad de utilizar esta forma de fibra como refuerzo de matrices poliméricas,
no era un objetivo concreto de la primera parte del estudio planteado, en el que se
buscaba la extracción de hilos de fibra. Figura III.5
Figura III. 5: Fibra obtenida tras el secado en estufa
Finalmente se ensayó la extracción mecánica de la fibra de las hojas de platanera
verdes. El proceso constó de las siguientes etapas:
1. Separación de las hojas.
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
III‐6
2. Corte de las hojas en tiras más estrechas que la hoja original con el propósito de
facilitar el trabajo.
3. Eliminación de la capa interna de la hoja, dejando sólo la capa externa de la
misma, que es donde se encuentra la fibra a extraer.
4. Eliminación de la piel exterior mediante raspado con hoja fina.
5. Eliminación de la pulpa interior mediante raspado más intenso. Cuando se eliminó
la mayor parte de la pulpa se hizo necesario ser más cuidadoso en el proceso para
evitar la rotura de los hilos de fibra.
Figura III. 6: Raspado manual de la fibra.
En esta etapa fue necesario llevar a cabo el raspado del tuxi en la dirección
longitudinal para poder lograr la eliminación de la pulpa, que se extrajo por uno de
los extremos del mismo. Durante este proceso se observó que había una gran
cantidad de agua presente en las hojas de la platanera, lo que favoreció el proceso de
extracción de la fibra, hasta el punto de que si el proceso de extracción se llevaba a
cabo muy lentamente y el tuxi iba perdiendo humedad, ocurría más fácilmente la
rotura y el enmarañamiento de las fibras durante la extracción. Figura III.6
6. Extensión de la fibra y secado. Este último paso se llevó a cabo para evitar que la
fibra se enredara.
Figura III. 7:Fibra seca, tras la extracción en verde
Capítulo III: Caracterización de la fibra de platanera
III‐7
Se concluyó que este último método descrito era el más óptimo en la extracción de la
fibra, ya que con él se conseguía una mayor cantidad de fibra y en mejores
condiciones. Figura III.7
III.2. METODOLOGÍA EMPLEADA
En los siguientes apartados se establece el modelo del procedimiento de trabajo
realizado, así como las condiciones aplicadas en función del tipo de ensayo.
Para facilitar la descripción del trabajo realizado, se presenta una codificación de los
materiales utilizados.
III.1.1 CODIFICACIÓN DE LOS MATERIALES
Para designar la fibra de platanera se ha utilizado la letra “F”. Dicha fibra ha sido
sometida a tratamientos alcalinos, lo que se expresa con el empleo de las siglas
NaOH aN, siendo “a” las distintas concentraciones de sosa utilizadas.
Posteriormente, las fibras así ensayadas fueron tratadas con un agente de
acoplamiento, en este caso, el anhídrido maleico. De esta forma, estos materiales
vendrán codificados bajo las siglas “AM”.
Además, se han incorporado a los ya mencionados tratamientos los parámetros
físicos empleados, como la presión (P) y la temperatura (T).
En la siguiente tabla se observa cómo se identifican los materiales estudiados:
Tabla III. 1: Fibra tratada con distintos tratamientos a diferente temperatura y presión.
Tratamiento de la fibra
Código Temperatura (K)
Presión (kPa)
Sin tratamiento F Ambiente Atmosférica NaOH‐0,1N F‐NaOH 0,1N Ambiente Atmosférica NaOH‐1N F‐NaOH 1N Ambiente Atmosférica NaOH‐4N F‐NaOH 4N Ambiente Atmosférica Na OH 0,1N F‐NaOH 0,1N (T) Ebullición Atmosférica NaOH 1N F‐NaOH 1N (T) Ebullición Atmosférica NaOH 4N F‐NaOH 4N (T) Ebullición Atmosférica Na OH 0,1N F‐NaOH 0,1N (PT) 380 131,7 NaOH 1 N F‐NaOH 1N (PT) 380 131,7 NaOH 4 N F‐NaOH 4N (PT) 380 131,7 NaOH 0,1N‐Anhídrido maleico
F‐NaOH 0,1‐AM Ambiente Atmosférica
NaOH 1 N‐Anhídrido maleico
F‐NAOH 1N‐AM (PT) 380 131,7
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III‐8
NaOH 4 N‐Anhídrido maleico
F‐NaOH 4N‐AM (PT) 380 131,7
Fibra Virgen‐Anhídrido maleico
F‐AM Ambiente Atmosférica
La Figura III.1 (ver página siguiente) muestra la metodología seguida en la realización
de los experimentos sobre la fibra tanto virgen como tratada con distintas
concentraciones de hidróxido sódico y anhídrido maleico.
Los ensayos analíticos llevados a cabo respecto a cada una de las muestras fueron los
siguientes:
Determinación de la relación diámetro‐densidad de la fibra.
Análisis de espectrofotometría de infrarrojos.
Termogravimetría.
Ensayos de tracción.
Capítulo III: Caracterización de la fibra de platanera
III‐9
III.3. TRATAMIENTOS DE LA FIBRA
Como se ha mencionado en el apartado anterior, la fibra virgen ha sido modificada
con la presencia de distintos tratamientos químicos con el fin de eliminar impurezas
y, a la vez, mejorar su carácter hidrofílico, obteniendo así una mejor cohesión de la
fibra en la matriz. Como consecuencia de ello, la fibra ha sufrido un importante
cambio en cuanto a su composición debido a la aplicación de los citados
tratamientos.
Fibra Virgen
NaOH 0 1N ‐Relación diámetro‐densidad
‐Espectrofotometría de Infrarrojos
‐Análisis Termogravimétrico
‐Resistencia a la tracción
NaOH 1N
NaOH 4N
NaOH 1N (T)
NaOH 0,1N (T)‐
NaOH 4N (T)
NaOH 4N (P,T)
NaOH 1N (P,T)
NaOH 0,1N (P,T)
F‐AM
NaOH 1N(PT)‐AM
NaOH 4N(PT)‐AM
NaOH 0 1N‐AM
‐Espectrofotometría de Infrarrojos
‐Análisis Termogravimétrico
‐Resistencia a la tracción
Espectrofotometría de Infrarrojos
‐Análisis Termogravimétricos
‐Resistencia a la tracción
Figura III. 8: Diseño del procedimiento empleado en la fibra y sus
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
III‐10
En definitiva, los tratamientos de la fibra tienen una doble misión; por un lado, con la
aplicación de hidróxido sódico se favorece que las sustancias constituyentes de la
fibra sean eliminadas (ligninas y hemicelulosas), por ser solubles en álcalis, teniendo
en cuenta que no le aportan resistencia mecánica a ésta y, por otro, disminuye el
carácter hidrofílico de la fibra, favoreciendo así la formación del composite.
El procedimiento de trabajo que aquí se presenta describe la aplicación de este
tratamiento, utilizando como variables la concentración de sosa, la temperatura y la
presión de trabajo.
La celulosa obtenida, una vez eliminadas parcialmente las sustancias que la
impurifican, es modificada químicamente con el empleo de un agente de
acoplamiento. Este produce cambios en la morfología y una disminución de la
cantidad de grupos hidróxidos libres que poseen las fibras lignocelulósicas, las cuales
aportan el carácter hidrofílico. De esta manera, estos cambios experimentados por
las fibras permitirán mejorar la tensión superficial, la adhesión y compatibilidad con
los materiales poliméricos [2].
III.3.1 TRATAMIENTOS ALCALINOS
TRATAMIENTO DE LA FIBRA DE PLATANERA CON HIDRÓXIDO SÓDICO A
PRESIÓN ATMOSFÉRICA Y TEMPERATURA AMBIENTE
El procedimiento analítico empleado para la aplicación de este tratamiento es:
Se preparan tres disoluciones de sosa cáustica (NaOH) de concentraciones
0,1N, 1N y 4N.
Se sumergen las fibras dentro de las disoluciones, previamente pesadas, a
temperatura ambiente y presión atmosférica, durante una hora.
Una vez transcurrido el tiempo de reacción, se procede al lavado con
abundante agua para eliminar el exceso de álcalis y se dejan secar a
temperatura ambiente.
Luego se realiza el pesado final de estas fibras, a fin de obtener la pérdida de
peso producida por cada uno de los ensayos. El aspecto de las fibras tratadas
por este procedimiento se puede ver en la Figura III:9
Capítulo III: Caracterización de la fibra de platanera
III‐11
a) F‐NaOH 0.1N b) F‐NaOH 1N c) F‐NaOH 4N
Figura III. 9:. Fibras tratadas con hidróxido sódico a distintas concentraciones.
TRATAMIENTO DE LA FIBRA DE PLATANERA CON HIDRÓXIDO SÓDICO A
TEMPERATURA DE EBULLICIÓN NORMAL
En estos ensayos, la fibra es tratada con el mismo procedimiento descrito en el
apartado anterior y a las mismas concentraciones de hidróxido sódico, pero la mezcla
es calentada hasta la temperatura de ebullición, manteniéndose en esas condiciones
a lo largo de un periodo de tiempo de 1 hora.
Una vez pasado ese tiempo, el procedimiento finaliza con el secado al aire y el
pesado final de dicho material.
a) F‐NaOH 1N (T) b) F‐NaOH 4N (T)
Figura III. 10: Fibras tratadas con Hidróxido Sódico a distintas concentraciones (con
temperatura de ebullición normal).
TRATAMIENTO DE LA FIBRA DE PLATANERA CON HIDRÓXIDO SÓDICO A
TEMPERATURA DE EBULLICIÓN Y PRESIÓN
Se repiten los tratamientos de las fibras con disoluciones alcalinas de
concentraciones 0,1, 1 y 4N, llevándolas a temperatura de ebullición, en esta ocasión,
en un reactor discontinuo y dejándolas actuar nuevamente durante 1 hora.
El reactor discontinuo empleado consta de un recipiente a presión de 5l de capacidad
y un manómetro que permita determinar la presión de trabajo. La muestra estuvo
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
III‐12
sometida a una presión de 131,7 kPa correspondiente a una temperatura de
ebullición de la mezcla alcalina de 380 K.
Una vez transcurrido ese período de tiempo, se extrajo la fibra y se realizó un lavado
abundante con agua, a fin de lograr la limpieza de sustancias residuales solubles.
A continuación, se dejaron secar las fibras a temperatura ambiente y se procedió al
pesado para la determinación de la pérdida de masa.
a) F‐NaOH 0.1N (T‐P b) F‐NaOH 1N (T‐P c) F‐NaOH 4N (T‐P)
Figura III. 11: Fibras tratadas con Hidróxido Sódico a distintas concentraciones a presión
(131,7 kPa) y temperatura (380 K)
III.3.2 TRATAMIENTOS CON AGENTE DE ACOPLAMIENTO
El comportamiento interfacial entre las fibras y las matrices poliméricas es uno de los
factores más importantes a considerar puesto que influye en las propiedades
generales de los materiales compuestos.
Una buena adhesión interfacial fibra‐matriz permite una mayor eficacia tanto en la
transferencia como en la redistribución del esfuerzo al que los materiales pueden
estar sometidos. Como ya se ha comentado, la mejora de la calidad de la adherencia
fibra‐matriz se puede conseguir mediante la activación química de la superficie de la
fibra, utilizando agentes de acoplamiento, los cuales son capaces de mejorar
significativamente la adhesión interfacial y, por lo tanto, las propiedades mecánicas
del material compuesto.
El agente de acoplamiento utilizado en los tratamientos que se llevaron a cabo en la
presente tesis fue el Anhídrido Maleico.
El tratamiento de las fibras se realizó en una suspensión líquida para garantizar su
dispersión y un buen contacto entre los reactivos (fase líquida) y la fibra (fase sólida).
Masas conocidas de fibras de platanera, tratadas en las condiciones del apartado
Capítulo III: Caracterización de la fibra de platanera
III‐13
Tratamientos Alcalinos y sin tratar, completamente secas, se introdujeron en un
reactor discontinuo.
A continuación se adicionó el solvente junto con el agente de acoplamiento. Se utilizó
acetona como disolvente y anhídrido maleico (C4H2O3) como agente de
acoplamiento, en una proporción en peso de maleico del 10% del peso de la fibra a
tratar.
El reactor, que trabaja a presión atmosférica, dispone de un sistema de reflujo cuya
finalidad es la de condensar y recuperar todos los vapores, principalmente
disolvente, producidos durante la reacción. La muestra se mantiene en reflujo a lo
largo de 24 horas.
En la siguiente figura se muestra el sistema de reflujo conectado al reactor, que se
encuentra calorifugado para evitar las pérdidas de calor.
Figura III. 12: Reactor discontinuo provisto de reflujo y calorifugado en la ULPGC.
Una vez transcurrido el periodo de reflujo, se procedió al secado a temperatura
ambiente de la fibra.
III.4. ENSAYOS REALIZADOS
Tanto la fibra virgen como las tratadas, según las metodologías descritas en el
apartado III.3, fueron analizadas por distintos métodos para obtener información
precisa sobre los cambios morfológicos y mecánicos que presentaba la fibra una vez
sometida a los tratamientos experimentados.
Las determinaciones realizadas fueron:
Relación diámetro‐densidad
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
III‐14
Espectrofotometría de infrarrojos por transformadas de Fourier
Termogravimetría
Ensayos Mecánicos
III.4.1 RELACIÓN DIÁMETRO‐DENSIDAD
INTRODUCCIÓN
El objetivo de este ensayo es caracterizar la densidad de las fibras de platanera en
términos de densidad‐diámetro y sus variaciones dentro de cada una y entre las
distintas fibras ensayadas. Se estudiaron 20 haces de fibras seleccionadas al azar de
cada tipo, cortadas a 200 mm de longitud. A lo largo de estas, se realizaron 9
medidas del diámetro, obteniendo los resultados recogidos en las Tablas III.2‐III.5.
Cada haz de fibras está formado por un conjunto de filamentos de diferentes
diámetros y en este término estriba la complejidad de la determinación del valor de
la densidad, aunque el parámetro en sí es de fácil determinación realizando una
evaluación dimensional de los multifilamentos (longitud, diámetro) y pesada.
EQUIPO
a) b)
Figura III. 13: a) Proyector de perfiles Nixon Nixon, modelo V12A, b) Balanza de precisión
Mettler Toledo.
Las medidas del diámetro fueron determinadas con un proyector de perfiles de eje
vertical, marca Nixon, modelo V12A, que se encuentra ubicado en el Laboratorio de
Metrología y Calibración del Departamento de Ingeniería Mecánica de la ULPGC.
Capítulo III: Caracterización de la fibra de platanera
III‐15
Este equipo posee un sistema de amplificación por proyección y reflexión de 10 x 20
x 50 mm, pudiendo realizar medidas en dos dimensiones x e y (x = 100 mm, y = 50
mm). El ensayo consiste en la proyección de la sombra de la fibra, sobre la que incide
una luz, en un visor en el que se realiza la medida del diámetro.
La pesada de las fibras se realizó en una balanza electrónica monoplato de precisión
marca Mettler Toledo modelo AB‐204‐S con sensibilidad de 0,1 mg y rango de pesada
desde 0 hasta 201 g.
RESULTADOS
A continuación se presentan los resultados del ensayo en las siguientes tablas:
Tabla III. 2: Medidas del Diámetro y Densidad de la Fibra sin tratar.
Nº Peso (mg) Diámetro
medio (mm) Desviación
Volumen (mm3)
Densidad (kg/m3)
1 0,0032 0,199 0,038 6,205 515,7 2 0,0030 0,164 0,018 4,199 714,4 3 0,0034 0,179 0,003 5,057 672,3 4 0,0010 0,063 0,015 0,632 1582,4 5 0,0032 0,185 0,037 5,359 597,1 6 0,0031 0,235 0,044 8,654 358,2 7 0,0031 0,191 0,021 5,710 542,9 8 0,0032 0,179 0,025 5,045 634,2 9 0,0046 0,241 0,019 9,138 515,5 10 0,0034 0,210 0,033 6,944 489,7 11 0,0031 0,163 0,025 4,191 739,8 12 0,0016 0,092 0,012 1,319 1213,3 13 0,0027 0,361 0,091 20,455 132,0 14 0,0035 0,297 0,041 13,816 253,3 15 0,0028 0,154 0,059 3,743 750,5 16 0,0020 0,139 0,113 3,016 663,2 17 0,0026 0,187 0,059 5,506 472,2 18 0,0027 0,215 0,032 7,286 365,8 19 0,0061 0,389 0,044 23,729 260,1 20 0,0013 0,103 0,020 1,681 266,9
Tabla III. 3: Medidas del Diámetro y Densidad de la Fibra‐NaOH 1N.
Nº Peso Diámetro
medio (mm) Desviación
Volumen (mm3)
Densidad (kg/m3)
1 0,0021 0,238 0,0021 6,779 309,8 2 0,0028 0,154 0,0028 4,036 693,7 3 0,0018 0,175 0,0018 3,646 493,7 4 0,0013 0,123 0,0013 1,792 725,3 5 0,0008 0,071 0,0008 0,594 1347,8 6 0,003 0,232 0,0030 6,441 465,8 7 0,0017 0,141 0,0017 2,511 677,0
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
III‐16
Nº Peso Diámetro
medio (mm) Desviación
Volumen (mm3)
Densidad (kg/m3)
8 0,0012 0,082 0,0012 0,850 1412,1 9 0,0009 0,097 0,0009 1,228 732,8 10 0,0011 0,091 0,0011 0,974 1128,9 11 0,0011 0,103 0,0011 1,245 883,3 12 0,001 0,098 0,0010 1,155 865,6 13 0,0008 0,080 0,0008 0,756 1057,8 14 0,0019 0,176 0,0019 3,679 516,4 15 0,0023 0,192 0,0023 4,501 511,0 16 0,0019 0,201 0,0019 4,844 392,2 17 0,002 0,152 0,0020 2,736 731,0 18 0,0023 0,169 0,0023 3,321 692,6 19 0,0024 0,194 0,0024 4,379 548,1 20 0,0028 0,246 0,0028 7,149 391,7
Tabla III. 4:. Medidas del Diámetro y Densidad de la Fibra ‐AM.
Nº Peso Diámetro
medio (mm) Desviación
Volumen (mm3)
Densidad (kg/m3)
1 0,0019 0,233 0,0354 6,921 274,5 2 0,0018 0,148 0,0113 2,659 676,9 3 0,0014 0,124 0,0090 1,931 724,9 4 0,0014 0,187 0,0221 3,892 359,7 5 0,0011 0,103 0,0117 1,303 844,0 6 0,0008 0,125 0,0076 1,956 409,0 7 0,0017 0,168 0,0276 3,593 473,1 8 0,0016 0,183 0,0188 4,084 391,8 9 0,0017 0,139 0,0141 2,409 705,6 10 0,0018 0,142 0,0087 2,479 726,0 11 0,0010 0,167 0,0102 3,510 284,9 12 0,0018 0,189 0,0100 4,468 402,9 13 0,0003 0,094 0,0081 1,125 266,7 14 0,0005 0,064 0,0078 0,523 955,2 15 0,0018 0,169 0,0244 3,618 497,5 16 0,0012 0,125 0,0079 1,969 609,5 17 0,0020 0,169 0,0107 3,583 558,2 18 0,0012 0,139 0,0105 2,448 490,2 19 0,0020 0,230 0,0287 6,644 301,0 20 0,0016 0,169 0,0137 3,626 441,3
Tabla III. 5: Medidas del Diámetro y Densidad de la Fibra–NaOH 1N‐AM.
Nº Peso (mg) Diámetro
medio (mm) Desviación
Volumen (mm3)
Densidad (kg/m3)
1 0,0018 0,239 0,0298 6,143 293,0 2 0,0016 0,185 0,0233 3,708 431,5 3 0,0014 0,139 0,0091 2,128 657,7 4 0,0020 0,208 0,0259 4,715 424,2
Capítulo III: Caracterización de la fibra de platanera
III‐17
Nº Peso (mg) Diámetro
medio (mm) Desviación
Volumen (mm3)
Densidad (kg/m3)
5 0,0012 0,123 0,0066 1,492 804,1 6 0,0013 0,139 0,0073 2,035 638,8 7 0,0019 0,167 0,0307 2,983 637,0 8 0,0011 0,121 0,0070 1,609 683,6 9 0,0012 0,102 0,0050 1,155 1038,7 10 0,0008 0,100 0,0033 1,067 749,9 11 0,0017 0,146 0,0173 2,154 789,4 12 0,0023 0,172 0,0045 3,321 692,6 13 0,0020 0,153 0,0125 2,559 781,5 14 0,0012 0,128 0,0085 1,786 671,9 15 0,0015 0,139 0,0122 2,039 735,6 16 0,0016 0,165 0,0489 2,726 586,9 17 0,0015 0,161 0,0143 2,753 544,9 18 0,0014 0,114 0,0052 1,443 970,4 19 0,0020 0,173 0,0185 3,347 597,6 20 0,0020 0,166 0,0144 3,022 661,7
En la Figura III.7 se observa la relación entre el diámetro medido de la fibra y la
densidad de esta. Existe una disminución en los valores de la densidad a medida que
aumenta el diámetro. Esto se debe a los intersticios existentes entre los
multifilamentos de los que está compuesta el haz de fibras. A medida que el
diámetro disminuye el número de los multifilamentos también lo hace y, por tanto,
los espacios interticiales, produciéndose un valor de densidad mayor.
Figura III. 14: Variación de la densidad
Como se puede observar, se distinguen pocas variaciones en las curvas de las fibras
sometidas a los distintos tratamientos, a excepción de la curva de la fibra tratada con
anhídrido maleico, que aparece con valores más bajos que el resto, lo que corrobora
la pérdida de peso que la aplicación de los tratamientos le aporta a la fibra. En la
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
III‐18
tabla III.6 se expresan los valores medios de pérdida de peso que experimentan las
fibras a las que se les ha aplicado los tratamientos.
Tabla III. 6:. Valores medios de pérdida de peso de las fibras con los tratamientos.
Masa fibra (g) Variación masa Tratamiento
Antes Después g %
NaOH 0,1N 0,217 0,208 ‐0,009 ‐3,793
Anhídrido Maleico‐NaOH 0,1N 16,91 16,125 ‐0,785 ‐4,642
Anhídrido Maleico 16,291 15,287 ‐1,004 ‐6,163
En la Tabla III.6 se observa que se da una mayor pérdida de peso en las fibras
tratadas con anhídrido maleico. Las siguientes figuras demuestran cómo las fibras
tratadas con NaOH 0,1N quedan apelmazadas debido a la existencia de material
vegetal que no ha podido ser eliminado durante el proceso. Al utilizar el maleico en
los tratamientos, esta materia desaparece dejando una fibra de tacto más suave y sin
apelmazamiento de los multifilamentos.
Fibra sin tratar Fibra tratada con NaOH 0,1N Fibra tratada con maleico
Figura III. 15: Diferentes fases de las fibras (antes y después del tratamiento).
Capítulo III: Caracterización de la fibra de platanera
III‐19
III.4.2. ESPECTROFOTOMETRÍA DE INFRARROJOS CON TRANSFORMADAS
DE FOURIER
INTRODUCCIÓN
La evaluación del grado de modificación de las fibras se determina mediante la
técnica de espectrofotometría de infrarrojo, analizando la aparición o desaparición
de bandas de absorción características correspondientes a grupos funcionales ligados
a la presencia de lignina, hemicelulosas y anhídrido maleico como agente de
acoplamiento en la superficie de la fibra.
La espectroscopía de infrarrojo constituye una técnica instrumental simple, eficaz y
rápida que permite evidenciar la presencia de estos grupos funcionales.
Este tipo de espectroscopía depende de la interacción de las moléculas o átomos con
la radiación electromagnética. La radiación infrarroja provoca la vibración de grupos
de átomos de los compuestos orgánicos, incrementando la distancia de los enlaces
covalentes que los conectan.
Figura III. 16: Vibración stretching de dos átomos unidos covalentemente.
Los compuestos absorben energía en regiones particulares de la parte infrarroja del
espectro. Para que una vibración tenga lugar, tiene que producirse un cambio en el
momento dipolar de la molécula.
La excitación de una molécula de un nivel de energía en otro, tiene lugar cuando el
compuesto absorbe radiación infrarroja de una determinada fuente de energía,
proporcionando una frecuencia o longitud de onda determinada.
Las vibraciones que se pueden observar son:
Stretching o estiramiento de dos o tres átomos unidos covalentemente.
Bending o doblamiento de tres átomos también unidos por enlaces
covalentes.
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
III‐20
La representación de estas vibraciones se pueden observar en las siguientes Figuras:
Figura III. 17: Tipos de vibración Stretching para tres átomos unidos por enlaces covalentes.
Scissoring Twisting Rocking
Figura III. 18: Vibraciones Bending para tres átomos unidos por enlaces covalentes
El principio básico de los espectrómetros de infrarrojo por transformada de Fourier
consiste en la colección simultánea de datos en todas las frecuencias del espectro de
infrarrojo. Una vez la radiación atraviesa la muestra, las señales recibidas se
convierten en un espectro a través de la transformada de Fourier. Debido a que la
frecuencia de luz absorbida para la molécula corresponde a la vibración de uno de los
enlaces específicos, es posible interpretar el espectro y determinar qué enlaces y
grupos funcionales están presentes.
EQUIPO
El equipo utilizado en el análisis por espectroscopia de infrarrojo es un
espectrofotómetro de la marca Perkin Elmer Serie FTIR 100 con transformada de
Fourier y con Reflectancia Total Atenuada ATR, accesorio que permite el ensayo
directo de la muestra sólida sin necesidad de preparación previa.
Los espectros que resultan están dentro de la gama de longitudes de onda desde
4000‐500 cm‐1. El tratamiento de los datos se realiza con la ayuda de un software
Estiramiento simétrico Estiramiento asimétrico Vibración Wagging Estiramiento asimétrico Estiramiento simétrico
Capítulo III: Caracterización de la fibra de platanera
III‐21
específico para tal fin (en este caso el FIRST) instalado en el PC del equipo (Figuras
III.12 y III.13).
Figura III. 19: Espectrofotómetro utilizado en espectroscopia de infrarrojo junto con el
software compatible (PC)
Figura III. 20: Primer plano del espectrofotómetro utilizado en espectroscopia de infrarrojo.
RESULTADOS (FTIR)
Las diferentes muestras obtenidas en el presente estudio fueron analizadas y
comparadas entre sí con el objetivo de ver la influencia que sobre la fibra tenían
parámetros como: concentración, presión, temperatura y adición del anhídrido
maleico como agente de acoplamiento.
En primer lugar, se estudió el espectro de la fibra de platanera virgen comparado con
el correspondiente a la celulosa pura.
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
III‐22
Figura III. 21: Espectrofotometría de la fibra virgen de la platanera con la celulosa pura.
Como se observa en la figura anterior se dan picos de respuesta muy similares entre
un espectro y otro, a excepción de los picos de banda correspondientes a las
frecuencias 1646 cm‐1 y 1261 cm‐1 que, según lo recogido en la Tabla III.7,
corresponde a enlaces C=C del esqueleto aromático de la lignina y C‐O de las
unidades adyacentes al fenilpropano, también constituyente de la misma molécula.
Otro aspecto a resaltar es la presencia de un pico a 1749 cm‐1 en la fibra virgen que
parece debido a la presencia de los grupos C=O de la hemicelulosa y pectinas.
No obstante, las bandas más características que se han observado en la fibra virgen,
al igual que en la celulosa pura, son las correspondientes a la vibración de
estiramiento stretching de los grupos funcionales‐OH propios de las moléculas de
celulosa, lignina y hemicelulosas constituyentes de la fibra virgen sobre la banda de
absorción de 3351 cm‐1.
Tabla III. 7. Determinación del grupo funcional de cada fibra por espectrofotometría.
Intervalos de frecuencias (cm‐1) Frecuencia de banda (cm‐1) Grupo
3500‐3200 3351 OH Hidroxilo 1800‐1350 1749 C=0 Carbonilo 1675‐1500 1646 C=C Anillo 1320‐1000 1261 C‐0 Ester
Capítulo III: Caracterización de la fibra de platanera
III‐23
Influencia de la Presión en los ensayos
En este apartado se presentan dos a dos, los espectros FTIR de las fibras tratadas con
diferentes concentraciones de hidróxido sódico (0,1, 1 y 4 N), con y sin presión.
Figura III. 22: Espectrofotometría de la fibra de la platanera tratada con NaOH 0,1N con
presión y sin presión.
En la Figura III.15 se puede observar cómo al tratar la muestra con presión, existe una
clara tendencia a la desaparición del pico de 1611 cm‐1 correspondiente a la
respuesta del grupo C=C que aparece en bandas de frecuencias de 1675‐1500 cm‐1.
Los picos de 1408 y 1322 cm‐1 también desaparecen cuando son tratados con
presión. Estos picos son respuestas de los grupos C‐H con un tipo de vibración en
deformación en intervalos de frecuencia 1475‐1300, propios del radical metoxi de la
lignina.
Figura III. 23: Molécula de la lignina
.
GruposMetoxi
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
III‐24
Tabla III. 8: Determinación del grupo funcional en fibra tratadas con NAOH 0,1N.
Intervalos de frecuencias (cm‐1) Frecuencia de banda (cm‐1) Grupo
1675‐1500 1611 C=C anillo 1475‐1300 1475
1322 C‐H Metoxi
Figura III. 24: Espectrofotometría de la fibra de la platanera tratada con NaOH 1N con y sin
presión.
Figura III. 25: Espectrofotometría de la fibra de la platanera tratada con NaOH 4N con presión
y sin presión
Capítulo III: Caracterización de la fibra de platanera
III‐25
Similar resultado se observa en las Figuras III.17 y III.18 en las que además se aprecia
una tendencia a la desaparición del pico en el intervalo de frecuencia 3500‐3200 cm‐1
como indicativo del grupo OH de la celulosa y que es responsable del carácter
hidrofílico de la fibra.
Con todo ello, se puede concluir que las muestras, tratadas con presión, presentan
una mayor eficacia en cuanto a la eliminación de las sustancias no celulósicas que
impurifican a la fibra de platanera, lo que favorece su utilización como refuerzo en
matrices poliméricas, tal y como se ha descrito en el capítulo anterior.
A continuación se presenta la molécula de la celulosa donde se resalta la posición de
los grupos hidroxilos.
Figura III. 26: Esquema de los grupos hidroxilos
Influencia de la concentración de Álcalis en los ensayos
Si se analizan los espectros FTIR resultantes de los estudios realizados en los
diferentes tratamientos alcalinos (en las mismas condiciones de presión y
temperatura: 131,7 kPa y 380 K) a los que se sometió la fibra virgen de platanera se
observa lo siguiente:
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
III‐26
Figura III. 27. Espectrofotometría de la fibra de la platanera tratada con NaOH 0,1, 1 y 4 N
El valor resultante (1430 cm‐1) que aparece en todos los espectros de la fibra de la
platanera tratada con NaOH 0,1, 1 y 4 N, pertenece al grupo de C‐H del metoxi de la
lignina (Tabla III.9). Este pico se observa que se reduce en las muestras tratadas con
las concentraciones mayores de álcali. El resto de los picos tienen un
comportamiento similar.
Tabla III. 9: Resultado de la fibra de platanera tratada con NaOH 0,1, 1 y 4 N.
Intervalos de frecuencias (cm‐1) Frecuencia de banda (cm‐1) Grupo 1475‐1300 1430 C‐H Metoxi
Se concluye, por lo tanto, que la modificación química se ve favorecida con el empleo
de las concentraciones 1 y 4 N, no hallándose claras diferencias entre ambas.
Influencia del Agente de Acoplamiento
La adición del anhídrido maleico como agente de acoplamiento tiene como objetivo
fundamental la modificación química de la fibra por reacción de los grupos OH de
ésta, mediante una reacción de esterificación, dando lugar a la formación de un
grupo funcional éster de menor polaridad.
Capítulo III: Caracterización de la fibra de platanera
III‐27
Figura III. 28: Reacción de esterificación [2,3].
Como se describió en el apartado III.2 Metodología, los ensayos fueron realizados
sobre las muestras tratadas con las distintas concentraciones de NaOH, a las que se
les aplicó el tratamiento a reflujo durante 24 horas, con una disolución de maleico
correspondiente al 10% en peso del peso de la fibra tratada [1,4].
Figura III. 29. Espectrofotometría de la fibra de la platanera sin tratar y con Anhídrido Maleico.
En la Figura III.22 se observa la similitud en el comportamiento entre la fibra tratada
con maleico y la huella dactilar de la fibra virgen, a excepción del pico de la banda de
frecuencia 1737 cm‐1 correspondiente al grupo funcional carbonilo C=O, procedente
de la reacción de esterificación entre la fibra y el agente de acoplamiento.
Grupo éster
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
III‐28
Tabla III. 10:.Resultado de la fibra de platanera tratada con anhídrido maleico.
Intervalos de frecuencias (cm‐1) Frecuencia de banda (cm‐1) Grupo 1650‐1800 1741 C=0 carbonilo
Figura III. 30: Espectrofotometría de la fibra de la platanera tratada con NaOH 0,1 N y
Anhídrido Maleico.
Figura III. 31:Espectrofotometría de la fibra de la platanera tratada con NaOH 1N y Anhídrido
Maleico.
Capítulo III: Caracterización de la fibra de platanera
III‐29
Figura III. 32: Espectrofotometría de la fibra de la platanera tratada con NaOH 4 N y Anhídrido
Maleico.
En las Figuras III.23, III.24 y III.25 se observan la no aparición del pico en el intervalo
de frecuencias 1650‐1800 cm‐1, correspondiente a los grupos carbonilos del éster,
formado en el ataque nucleófilo de los grupos OH de la fibra con el agente de
acoplamiento. Lo que concluye que, a concentraciones altas de álcali, no se produce
la modificación de la fibra por el agente de acoplamiento.
CONCLUSIONES
La fibra de platanera presenta un espectro similar al de la celulosa pura, existiendo
sustancias en su composición como la lignina, pectinas y hemicelulosa que la
impurifican en su utilización como refuerzo en las matrices poliméricas.
Estas sustancias desaparecen al tratar la fibra de platanera con soluciones de álcalis,
en las que éstas son solubles. Sometiéndolas a presión se observa una mejora en
cuanto a la eficacia de la eliminación.
La concentración de álcali es una variable que afecta la eficiencia de eliminación,
cuánto mayor es la concentración de hidróxido sódico utilizado, mayor es este
efecto. A partir de una concentración 1 N de sosa no se aprecian diferencias
significativas. Por lo tanto, teniendo en cuanta los resultados de la
espectrofotometría, no se justifica el uso del tratamiento con NaOH 4N.
El análisis espectrofotométrico de la fibra de platanera tratada con álcalis y
posteriormente con anhídrido maleico, no muestra el pico a 1737 cm‐1, respuesta al
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
III‐30
grupo funcional carbonilo C=O correspondiente a la reacción de esterificación. Sin
embargo, cuando la fibra no está sometida a estos tratamientos, el pico aparece,
concluyendo, por tanto, que la reacción se está llevando a cabo. Por tanto, desde el
punto de vista del análisis, los tratamientos con estas concentraciones de álcalis
impiden la esterificación de la fibra.
III.4.3. ANÁLISIS TERMOGRAVIMÉTRICOS
INTRODUCCIÓN
Todos los materiales se comportan frente al calor de una manera determinada que
está ligada a las características y propiedades del material. En el presente trabajo, la
respuesta de las fibras de platanera ante los procesos de calentamiento y
enfriamiento derivados de las operaciones de transformación a las que se someten,
mezcladas en la matriz polimérica y, la posterior inclusión en moldes de inyección, es
de suma importancia ya que éstas se deterioran por efecto del calor y los esfuerzos
de cortadura, y por tanto, el material que contenga estas fibras también quedará
resentido [5].
Por este motivo, es necesario realizar un análisis termogravimetrico, con el fin de
determinar los cambios de masa que experimenta una muestra en función de la
temperatura. Este análisis puede realizarse a temperatura constante (régimen
isotermo) o bien con variaciones de temperatura (régimen dinámico). Con esto se
persigue tener conocimiento, entre otros aspectos, de las transformaciones que
implican absorción o desorción de gases debido a las reacciones químicas de
degradación térmica.
De hecho, durante el ensayo se determina continuamente la masa y la temperatura
de una muestra, aumentando su temperatura, si el régimen es dinámico.
Asimismo, se puede medir el cambio de masa que experimenta una muestra a
temperatura constante respecto del tiempo.
EQUIPO
El equipo utilizado para este tipo de análisis es un termogravímetro Mettler Toledo
TGA/SDTA 851E.
Capítulo III: Caracterización de la fibra de platanera
III‐31
Figura III. 33: Analizador termogravimétrico Mettler Toledo TGA/SDTA 851E.
Figura III. 34: Detalle del analizador termogravimétrico Mettler Toledo TGA/SDTA 851E
El termogravímetro está dotado de una balanza de alta precisión, un horno de
calentamiento por radiación y un termopar, y presenta las siguientes características:
Tabla III. 11: Características técnicas del termogravímetro Mettler Toledo RGA/SDTA 851E
Balanza Horno
Peso máximo : 1g Tª máxima: 1600oC Resolución : 1µg Precisión: ± 0.25oC Deriva: < 7 µg/h Refrigeración: Agua
El ensayo fue realizado bajo las siguientes condiciones: velocidad de calentamiento
de 5 oC/min, desde la temperatura ambiente hasta 600 oC en atmósfera inerte de
nitrógeno. El análisis se basa en la medida de la variación de la masa de una muestra
cuando está sometida a un programa de temperatura (régimen dinámico) en una
atmósfera controlada. La variación de masa puede ser una pérdida o una ganancia de
masa. Haciendo la representación de la masa o del porcentaje de masa en función de
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
III‐32
la temperatura se obtienen los termogramas, o lo que es lo mismo, curvas de
descomposición térmica. También se representa la variación de masa o la derivada
con respecto a la temperatura (curvas derivadas DTGA).
El criterio básico utilizado en el ensayo es calcular la temperatura del límite izquierdo
(left limit) y la temperatura de inicio de la transformación (o temperatura onset). La
primera, es la temperatura que se obtiene cuando la muestra comienza a perder
peso, no siendo debido a la pérdida de humedad de la fibra; la segunda,
estrictamente, es considerada la temperatura de degradación de la fibra, esta es la
correspondiente al punto de intersección entre la tangente trazada desde el punto
con más pendiente, al inicio del pico y la interpolación con la línea base. También en
los termogramas se obtiene información acerca de la cantidad de material que queda
como residuo después de la descomposición térmica. Este residuo constituye las
sustancias no celulósicas de la fibra y sustancias como la lignina, que poseen
velocidades de degradación muy lentas, lo que hace que incluso a temperaturas
superiores a 500 oC continúe perdiendo peso.
Figura III. 35: Termograma de la fibra virgen de platanera.
Por otro lado, otro parámetro a evaluar es la temperatura pico, que se obtiene
partiendo de las curvas de derivación, o la temperatura a la que se obtiene la máxima
velocidad de degradación.
El análisis comparativo de los tratamientos aplicados a las fibras propuestos en el
trabajo se ha realizado tomando como referencia el valor de la temperatura de
degradación.
Capítulo III: Caracterización de la fibra de platanera
III‐33
RESULTADOS TGA
En este estudio se muestran las diferencias encontradas entre la fibra virgen,
compuesta de sustancias celulósicas y no celulósicas, con la celulosa pura; y cómo al
aplicarle los tratamientos a la fibra platanera, se pueden conseguir respuestas más
próximas a las obtenidas con la celulosa pura. En la Figura III.29 se observa el
termograma de análisis térmico comparativo fibra virgen‐celulosa cristalina.
En la tabla III.12 se presentan los resultados del análisis y se muestra cómo las tres
temperaturas estudiadas en el termograma son mayores para el caso de la celulosa
cristalina.
Además, se observan claras diferencias en los tres valores de temperatura,
concluyendo que tanto la temperatura del límite izquierdo, la temperatura de
descomposición y temperatura pico en la celulosa pura es mayor que la fibra de
platanera virgen.
Figura III. 36: Comparativa TGA Fibra Virgen‐Celulosa.
Tabla III. 12:. Temperaturas de límite izquierdo, de descomposición térmica y de pico,
obtenidas en el análisis térmico de la fibra virgen y la celulosa pura
Temperatura Límite Izquierdo (oC)
Temperatura de Descomposición Térmica (oC)
Temperatura de Pico (oC)
Fibra Virgen 206 300 330 Celulosa 296 320 335
En la primera etapa se muestra, para el caso de la celulosa pura, una pérdida de peso
en torno al 0,61%. Para el caso de la fibra virgen este valor llega a ser del 2,44%. Este
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
III‐34
efecto tiene lugar, fundamentalmente, por la descomposición de las hemicelulosas
presentes en la fibra virgen, que es el componente menos estable y comienza a
descomponerse térmicamente a temperaturas próximas a 225oC. Así mismo, se
aprecia cómo el valor de la temperatura left limit es muy inferior en la fibra virgen
que en la celulosa (206 oC frente a 296 oC, respectivamente) provocado también por
el mismo efecto.
De la representación conjunta de las dos curvas se concluye que el residuo que
queda, después de alcanzar la descomposición térmica, es mayor en el caso de la
fibra de platanera virgen. Este hecho indica la presencia de compuestos difícilmente
degradables térmicamente, principalmente ligninas ya que esta posee el porcentaje
más alto de carbono fijo si se compara con la celulosa y hemicelulosa, y por tanto,
será más resistente a la degradación térmica. Aunque comienza a degradar a
temperaturas relativamente bajas, su descomposición es muy lenta, puesto que
continúa perdiendo peso a temperaturas superiores a 500oC, resultando, por
consiguiente, que incluso a temperaturas tan altas puede quedar de forma residual
un 40% en peso de su masa original [6,7].
La Figura III.30 presenta el resultado de los termogramas obtenidos frutos del ensayo
de las fibras de platanera sometidas al tratamiento alcalino con sosa 0.1, 1 y 4N.
Figura III. 37: Comparativa TGA Fibra de platanera tratada con NaOH 0,1, 1 y 4 N a
temperatura ambiente.
Capítulo III: Caracterización de la fibra de platanera
III‐35
Tabla III. 13:. Temperaturas de límite izquierdo, de descomposición térmica y de pico,
obtenidas en el análisis térmico de la fibra tratada con NaOH 0,1, 1 y 4 N.
Temperatura Límite Izquierdo (oC)
Temperatura de descomposición Térmica (oC)
Temperatura de Pico (oC)
NaOH 0,1N 204 265 301 NaOH 1N 236 280 318 NaOH 4N 229 275 318
Con el análisis térmico se verifica que los valores más altos de las temperaturas
corresponden a los tratamientos con mayores concentraciones de NaOH, siendo
concretamente el tratamiento de NaOH 1N con el que se obtiene la mayor
temperatura de degradación térmica, 280oC. Esta tendencia positiva también es
observada en la cantidad de residuos, lo que implica que este tratamiento se
presenta eficaz en cuanto a la efectividad en la limpieza de la fibra. Ello se debe a que
este tratamiento supone la solubilización de las ligninas en el álcalis, ya que estas son
las sustancias celulósicas que más lentamente se descomponen y por tanto, si el
tratamiento de NaOH 1N no actuase, la lignina aparecería en el residuo. Se observa
en la figura anterior cómo un 35,4% de peso total de la muestra queda como
residuos una vez descompuesta térmicamente la materia tratada con NaOH 1 N. Si
bien, hay que decir que las diferencias son menos significativas cuando se comparan
las curvas correspondientes a las concentraciones 0,1 y 4 N, en las que el residuo
resultante es de 49 y 43%, respectivamente.
Por otro lado, con estos tratamientos se producen indicios de debilitamiento e
incluso distensionamiento de las paredes exteriores de las fibras, aspectos que
refuerzan la idea de que efectivamente el proceso introduce variaciones sobre la
estructural de la fibra debido a que puede afectar a algunos componentes de la
fibra. Estos cambios se traducen en el menor comportamiento térmico, ya que las
temperaturas de degradación alcanzadas con estos tratamientos no superan la
temperatura de degradación de la fibra virgen, que es 300oC.
Tabla III. 14: Temperaturas de límite izquierdo, de descomposición térmica y de pico,
obtenidas en el análisis térmico de la fibra tratada con NaOH 0,1, 1 y 4 N bajo condiciones de
presión y temperatura.
Temperatura Límite Izquierdo (oC)
Temperatura de descomposición Térmica (oC)
Temperatura de Pico (oC)
NaOH 0,1N (PT) 262 302 341 NaOH 1N (PT) 264 320 347 NaOH 4N (PT) 266 330 358
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
III‐36
Figura III. 38: Comparativa TGA Fibra de platanera tratada con NaOH 0.1, 1 y 4N bajo
condiciones de presión y temperatura
En la figura III.31, al igual que en el caso anterior, se observa una tendencia a la
elevación en el valor de la temperatura de descomposición térmica a medida que
aumenta la concentración de hidróxido sódico, distinguiéndose claras diferencias
entre la temperatura medida para el tratamiento NaOH 0,1N (PT) y el resto de los
tratamientos más concentrados. También se verifica la tendencia a obtener menor
cantidad de residuos (30,5%) con el tratamiento NaOH 1N (PT).
Por tanto, se concluye que los tratamientos aplicados a la fibra de platanera tienen
un efecto en la elevación del valor de la temperatura de descomposición térmica y
ésta va aumentando en función de la concentración de álcalis utilizada, siendo las
diferencias más significativas las que se observan con el tratamiento NaOH 0,1N.
Como se muestra en la Tabla III.14, todas las temperaturas de degradación
estudiadas en este apartado superan la temperatura de descomposición de la fibra
virgen que es de 300 oC.
Influencia de la presión en los resultados
Para analizar la influencia de la variable presión sobre la descomposición de la fibra
de platanera se estudiaron los termogramas comparativos entre los tratamientos
aplicados a la fibra a la misma concentración, pero observando qué modificaciones
tenían lugar cuando a ese mismo tratamiento se aplicaba la variable presión. Al llevar
Capítulo III: Caracterización de la fibra de platanera
III‐37
a cabo el tratamiento alcalino en un reactor discontinuo bajo condiciones de presión
y temperatura, 131,7 Pa y 380 K, se obtiene un aumento considerable en los tres
valores de temperatura estudiados en los termogramas de la Figura III.30, según se
aprecia en la Tabla III.15, verificándose también un menor residuo (39,6%).
Figura III. 39: Comparativa TGA Fibra de platanera tratada con NaOH 0,1 y NaOH 0,1N bajo
condiciones de presión y temperatura.
Tabla III. 15: Temperaturas de límite izquierdo, de descomposición térmica y de pico,
obtenidas en el análisis térmico de la fibra tratada con NaOH 0,1N y NaOH 0,1N bajo
condiciones de presión y temperatura.
Tabla III. 16: Temperaturas de límite izquierdo, de descomposición térmica y de pico,
obtenidas en el análisis térmico de la fibra tratada con NaOH 1N y NaOH 1N bajo condiciones
de presión y temperatura.
Temperatura Límite Izquierdo (oC)
Temperatura de descomposición Térmica (oC)
Temperatura de Pico (oC)
NaOH 0,1N 204 265 301 NaOH 0,1N (PT) 262 302 341
Temperatura Límite Izquierdo (oC)
Temperatura de descomposición Térmica (oC)
Temperatura de Pico (oC)
NaOH 1N 236 280 318 NaOH 1N (PT) 264 320 347
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
III‐38
Figura III. 40: Comparativa TGA Fibra de platanera tratada con NaOH 1 y NaOH 1N bajo
condiciones de presión y temperatura.
Figura III. 41: Comparativa TGA Fibra de platanera tratada con NaOH 4N y NaOH 4N bajo
condiciones de presión y temperatura.
Capítulo III: Caracterización de la fibra de platanera
III‐39
Tabla III. 17: Temperaturas de límite izquierdo, de descomposición térmica y de pico,
obtenidas en el análisis térmico de la fibra tratada con NaOH 4N y NaOH 4N bajo condiciones
de presión y temperatura.
Analizando las figuras correspondientes a la comparativa NaOH 1N y 4N con presión
y sin presión, se observa la misma tendencia explicada anteriormente. El tratamiento
con presión aplicado a la fibra tiene el efecto del aumento de la temperatura de
descomposición térmica y una clara reducción en el porcentaje de residuo; lo cual
lleva a pensar que los mejores resultados (mayor temperatura de degradación) se
obtienen cuando los tratamientos se realizan bajo condiciones de presión. Este hecho
parece indicar que se produce una limpieza más efectiva de las sustancias no fibrosas
como la hemicelulosa, pectinas y ceras, que constituyen impurezas para el objetivo
perseguido en el uso de la fibra de platanera planteado en este trabajo.
Influencia del Agente de Acoplamiento
Para ver la influencia del agente de acoplamiento, se ha realizado la comparación
entre la fibra tratada con presión (puesto que fueron los mejores resultados
obtenidos), con el tratamiento en las mismas condiciones más la adición de
Anhídrido Maleico. También se realizó un estudio comparativo entre la fibra virgen y
la misma fibra tratada con agente de acoplamiento.
Figura III. 42: Comparativa TGA Fibra Virgen de platanera y Fibra Virgen con adición de
Anhídrido Maleico.
Temperatura Límite Izquierdo (oC)
Temperatura de descomposición Térmica (oC)
Temperatura de Pico (oC)
NaOH 4N 229 275 318 NaOH 4N (PT) 266 330 358
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
III‐40
Tabla III. 18: Temperaturas de límite izquierdo, de descomposición térmica y de pico,
obtenidas en el análisis térmico de la Fibra Virgen y Fibra Virgen con adición de Anhídrido
Maleico.
Los datos reflejados en la figura y tabla anterior muestran un aumento de los tres
valores de las temperaturas analizadas al aplicarle AM a la fibra, lo que puede
significar que con este tratamiento la fibra presenta mayor estabilidad térmica.
Figura III. 43: Comparativa TGA Fibra tratada con NaOH 0,1N (PT) y con NaOH 0,1N (PT)‐AM.
Tabla III. 19: Temperaturas de límite izquierdo, de descomposición térmica y de pico,
obtenidas en el análisis térmico de la Fibra tratada con NaOH 0,1N (PT) y NaOH 0,1N (PT)‐AM.
La diferencia más apreciable es la mejora en el comportamiento térmico que aparece
en la fibra tratada con NaOH 0,1N (PT)‐AM, siguiendo la misma tendencia mostrada
en el párrafo anterior, donde se menciona el comportamiento de la fibra virgen. Si
Temperatura Límite Izquierdo (oC)
Temperatura de descomposición Térmica (oC)
Temperatura de Pico (oC)
Fibra Virgen 206 300 330 F‐AM 259 325 358
Temperatura Límite Izquierdo (oC)
Temperatura de descomposición Térmica (oC)
Temperatura de Pico (oC)
NaOH 0.1N(PT) 262 302 341 NaOH 0.1N(PT)‐AM 264 320 347
Capítulo III: Caracterización de la fibra de platanera
III‐41
bien en el análisis de espectrofotometría de infrarrojos no se aprecia un cambio
morfológico notable en este tratamiento, sí se observa este aumento en la
temperatura de degradación. También se aprecia cierta homogenización en los
resultados de la temperatura del Límite Izquierdo y la temperatura Pico, lo que
pudiera ser debido a que el anclaje del anhídrido maleico haya provocado que las
moléculas tengan mayor peso molecular, y por tanto, mayor resistencia a la
degradación; o bien a la eliminación de compuestos de bajo peso molecular con el
tratamiento de maleico.
Figura III. 44: Comparativa TGA Fibra tratada con NaOH 1N (PT) y con NaOH 1N (PT)‐AM.
Tabla III. 20: Temperaturas de límite izquierdo, de descomposición térmica y de pico,
obtenidas en el análisis térmico de la Fibra tratada con NaOH 1N (PT) y NaOH 1N (PT)‐AM.
Temperatura Límite Izquierdo (oC)
Temperatura de descomposición Térmica (oC)
Temperatura de Pico (oC)
NaOH 1N(PT) 264 320 347 NaOH 1N(PT)‐AM 267 320 341
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
III‐42
Figura III. 45: Comparativa TGA Fibra tratada con NaOH 4N (PT) y con NaOH 4N (PT)‐AM.
Tabla III. 21: Temperaturas de límite izquierdo, de descomposición térmica y de pico,
obtenidas en el análisis térmico de la Fibra tratada con NaOH 4N (PT) y NaOH 4N (PT)‐AM.
En las figuras y tablas correspondientes a las comparativas 1N y 4N con sus
respectivas de adición con maleico, no parece existir influencia del agente de
acoplamiento en ninguno de los tres parámetros de temperatura estudiados. Esto
corrobora lo ya visto en el análisis por espectrofotometría de infrarrojos, donde no se
observaba la aparición del pico correspondiente al grupo carbonilo, indicando que la
fibra está siendo modificada por el agente de acoplamiento.
Estudio de la curva derivada
En el análisis termográfico, la curva derivada determina el gradiente en la variación
de la masa con la temperatura o la velocidad con la que se alcanza la máxima
degradación térmica, pudiéndose obtener algunos picos asociados a la degradación
de compuestos diferentes. En la Figura III.39 siguiente se muestra la curva DTGA
comparativa entre las muestras que han presentado mayores diferencias
significativas en los diferentes análisis anteriores.
Temperatura Límite Izquierdo (oC)
Temperatura de descomposición Térmica (oC)
Temperatura de Pico (oC)
NaOH 4N(PT) 266 330 358 NaOH 4N(PT)‐AM 267 328 358
Capítulo III: Caracterización de la fibra de platanera
III‐43
Figura III. 46: Comparativa DTGA Celulosa, Fibra Virgen, Fibra con Anhídrido Maleico, Fibra
tratada con NaOH 1N (PT) y con NaOH 1N (PT)‐AM.
Se observan pocas diferencias de comportamiento de los distintos tratamientos
estudiados, aunque todos con la misma tendencia. Dicha tendencia coincide con la
de la celulosa pura, en la que aparece un único pico a 335 oC, correspondiente a la
máxima velocidad de descomposición y considerando su rango de descomposición
entre 258oC y 350oC, según la estructura cristalina.
Para una mejor descripción de los picos, se presenta la misma gráfica anterior, pero
sin la muestra de celulosa:
Figura III. 47. Comparativa DTGA, Fibra Virgen, Fibra con Anhídrido Maleico, Fibra tratada con
NaOH 1N (PT) y con NaOH 1N (PT)‐AM.
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
III‐44
Se observa que todas las muestras presentan una leve disminución de peso en la
primera etapa del ensayo (temperaturas inferiores a 200oC) debido
fundamentalmente a la pérdida de humedad de las muestras. La muestra tratada con
NaOH 1N (PT) posee la mayor velocidad de degradación, lo que confirma la hipótesis
de que con esta concentración de álcalis se produce un efecto limpieza en la fibra
más eficaz. Ello se debe, como se apuntó anteriormente a que la lignina empieza a
degradar a temperaturas relativamente más bajas y más lentamente que la celulosa y
las hemicelulosas. Por otro lado, la degradación de la hemicelulosa tiene lugar a
225oC . Estos dos aspectos se ven reflejados en la Figura III.40, donde puede
observarse en la curva de la fibra virgen que aparece un pico más ancho, lo que
parece ser debido, por un lado, a que la lignina se descompone más lentamente y,
por otro, a la degradación de las hemicelulosas.
Conclusiones
El análisis termogravimétrico realizado sobre las fibras de platanera no tratadas y
tratadas con diferentes tratamientos y descrito en las páginas anteriores, permite
concluir lo siguiente:
La temperatura de degradación de la fibra de platanera aumenta de forma
general cuando aumenta la concentración de hidróxido sódico aplicado en el
tratamiento de limpieza de la fibra.
Se observa que, en la fibra tratada con álcalis a temperatura ambiente no se
consiguen valores de temperatura de degradación altos, incluso son más
bajos que la temperatura de degradación correspondiente a la fibra sin
tratar, que es 300oC.
Cuando se aplica presión al tratamiento de limpieza de la fibra, los resultados
son más optimistas puesto que se produce un aumento de la temperatura de
degradación en relación a la concentración utilizada en el ensayo. A mayor
concentración mayor temperatura de degradación, siendo la diferencia más
notable cuando se comparan los tratamientos 0,1N y 1N con temperaturas
de degradación de 302 y 320 oC, respectivamente. Esta tendencia continúa si
la comparación es entre 1N y 4N (320 y 330 oC), aunque no se refleja un
aumento considerable en las propiedades térmicas para el tratamiento 4N.
Capítulo III: Caracterización de la fibra de platanera
III‐45
Con el agente de acoplamiento, se verifica que existe, al tratar la fibra virgen
y la fibra a bajas concentraciones de álcalis (0,1N), un aumento de la
temperatura de degradación considerable cuando la muestra es ensayada
con el anhídrido maleico. En el caso de la fibra virgen hay un incremento de
25 oC y en el caso de NaOH 0,1N es de 55 oC.
No ocurre lo mismo cuando se habla de los tratamientos con altas
concentraciones. En estos casos se puede advertir que no existe una
influencia en la aplicación del anhídrido maleico, ya que no se verifica una
respuesta significativa en los valores de las temperaturas.
Los valores de temperatura relativos a los tratamientos en los que se emplea
como variable de control sólo la temperatura de ebullición normal, no se
presentan en este trabajo de forma graficada, por el hecho que son unos
valores intermedios entre la fibra sin tratar o bajas concentraciones de álcalis
y la fibra tratada con NaOH 1 y 4 N con presión y temperatura. En la Tabla
III.22 se resumen los valores obtenidos en todos los tratamientos.
Tabla III. 22: Resumen de Temperaturas de límite izquierdo, de descomposición térmica y de
pico y % de residuos, obtenidas en el análisis térmico de la Fibra de Platanera.
Temperatura Límite Izquierdo
(oC)
Temperatura de descomposición Térmica (oC)
Temperatura de Pico(oC)
% Residuo
Fibra Virgen 206 300 330 33 NaOH 0,1 N 204 265 301 49
NaOH 0,1 N (PT) 262 302 341 40
NaOH 1N 236 280 318 35 NaOH 1N (PT) 264 320 347 30 NaOH 1N (T) 259 305 335 27
NaOH 4N 229 275 318 43
NaOH 4N(PT) 266 330 358 34 NaOH 4N (T) 264 310 347 31
AM 259 325 358 34
NaOH 0,1N(PT)‐AM
264 320 347 44
NaOH 1N(PT)‐AM 267 320 341 44 NaOH 4N(PT)‐AM 267 328 358 34
Celulosa 296 320 335 15
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
III‐46
Los porcentajes de los residuos mostrados en la Tabla III.22, son un aspecto
que se considera en este estudio, observándose que los valores son
tendentes a superar el valor del residuo de la fibra virgen (33%) y, por
supuesto, el de la celulosa pura (15%), exceptuando los casos de la fibra
tratada con NaOH 1N (P,T) y NaOH 1N (T), en los que se obtienen valores de
los residuos inferiores pero muy cercanos al de la fibra virgen, 30 y 27%
respectivamente. Esto se explica por la naturaleza de la fibra de la platanera,
ya que al ser una fibra vegetal, está compuesta no sólo por la celulosa (con
distinta estructura cristalina), sino también por otras sustancias tales como
las hemicelulosas, ligninas, pectinas…. El simple hecho de que no se puedan
alcanzar los valores referidos de la celulosa pura, implica que no se está
produciendo la degradación total de la fibra, ya que algunos compuestos
como la lignina no son fácilmente degradables por medios térmicos, debido a
que su temperatura de degradación es superior a las empleadas en este
estudio.
El estudio de la curva derivada de la TGA indica que la velocidad de
degradación mayor se da en la celulosa.
La fibra virgen presenta una velocidad menor y un pico más ancho, donde se
refleja la descomposición lenta de la lignina contenida en la fibra y la
descomposición de la hemicelulosa que ocurre a una temperatura de 225oC.
Estos aspectos se ven más atenuados cuando se observa la DTGA de la fibra
tratada con NaOH 1N (PT), lo que concluye que la limpieza de la fibra con
este tratamiento es muy eficaz.
Como conclusión final se considera que la fibra con NaOH 1N(PT) presenta el
comportamiento más similar al de la celulosa microcristalina.
III.4.4 ENSAYOS MECÁNICOS
INTRODUCCIÓN
Estos ensayos, además de los estudios termogravimétricos y análisis de infrarrojos
por transformadas de Fourier, han sido realizados con el propósito de observar cómo
Capítulo III: Caracterización de la fibra de platanera
III‐47
algunas propiedades mecánicas se ven afectadas al introducir los tratamientos
alcalinos y el anhídrido maleico a la fibra.
De cara al diseño funcional de las piezas de plástico reforzadas con fibra de platanera
e inyectadas, es de suma importancia tener caracterizado el comportamiento
mecánico del material de refuerzo y, sobre todo, dentro de las propiedades
mecánicas destaca principalmente la importancia del Módulo Elástico, de cara a
prever las deformaciones que puedan tener las piezas bajo carga. Cabe decir, no
obstante, que estos análisis resultarán mucho más clarificadores cuando sean
aplicados al composite final. Así pues, en este apartado se trata de valorar qué
influencia tiene la aplicación de los distintos tratamientos diseñados en las
propiedades mecánicas de las fibras de cara a tener una idea cualitativa del efecto
que ésta podrá aportar al composite.
METODOLOGÍA EMPLEADA
Para la elaboración del análisis se han seguido los siguientes pasos:
1.‐ Preparación de 10 filamentos de cada uno de los ensayos programados.
2.‐ Medida de cada uno de los diámetros de filamentos.
3.‐ Rotura mecánica.
4.‐ Procesado de datos por medio del software Excel.
5.‐ Representación gráfica tensión‐deformación
6.‐ Determinación de las propiedades mecánicas.
EQUIPO
El ensayo mecánico de tracción de la fibra ha sido desarrollado en una Máquina
Universal Instrom 5564, con velocidad de ensayo de 1mm/min, propiedad del
Departamento de Ingeniería Mecánica de la Universidad de Las Palmas de Gran
Canaria.
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
III‐48
Figura III. 48: Máquina Universal Instrom 5564.
Las características técnicas del equipo son: se presentan a continuación:
Tabla III. 23: Características técnicas de la Máquina Universal Instrom 5564
Capacidad de Carga 2 kN Velocidad máxima 2500 mm/min Velocidad mínima 0,05 mm/min
Fuerza máxima a máxima velocidad 1 kN Velocidad máxima a plena carga 1000 mm/min
RESULTADOS DE LOS ENSAYOS MECÁNICOS A TRACCIÓN
A cada uno de los multifilamentos del ensayo se le ha determinado su diámetro,
realizando tres medidas de éste a lo largo de la longitud de la fibra, que es 100 mm.
Posteriormente, las fibras fueron sometidas a ensayos mecánicos de tracción con el
fin de evaluar su resistencia mecánica. Se realizaron un mínimo de diez ensayos para
cada tipo de fibra. Los resultados obtenidos se muestran en la siguiente tabla:
Tabla III. 24: Resultados de Resistencia y Módulo Elástico
Resistencia a la tracción (MPa) Módulo Elástico (GPa)
Media Desviación Estándar
Media Desviación Estándar
Fibra Virgen 891.0 194.1 42.8 12.0 AM 976.3 363.1 55.4 18.9
NaOH 0,1N 721.7 192.4 45.3 11.8 NaOH 0,1 N‐AM 867.3 200.6 63.5 16.5 NaOH 1N (PT) 687.4 268.3 52.3 17.8
NaOH 1N PT)‐AM 564.0 144.6 52.1 17.0 NaOH 4 N (PT) 591.5 102.5 18.8 5.2
NaOH 4N (PT)‐AM 441.2 188.7 24.4 5.9
Capítulo III: Caracterización de la fibra de platanera
III‐49
Observando los resultados se verifica una disminución de resistencia a la tracción
cuando la fibra es tratada con sosa. Al aumentar la agresividad del tratamiento,
concentraciones mayores de álcalis, se muestra una tendencia a la disminución de los
valores de resistencia. También se observa cómo para la fibra virgen y la tratada con
concentraciones de 0,1 N, al aplicarle el anhídrido maleico, hay un aumento en los
valores de la resistencia, cosa que no ocurre en el caso de la sosa 1 N y, sobre todo,
en la 4N, siguiendo la tendencia mostrada en el comportamiento térmico donde no
aumentaba de manera considerable la temperatura de descomposición y el análisis
infrarrojo, donde tampoco se observa la modificación química de la fibra con el
anhídrido maleico.
En cuanto al módulo elástico, sólo los tratamientos con NaOH 4 N bajo condiciones
de presión presentan una disminución considerable del módulo elástico.
CONCLUSIONES
Los tratamientos con sosa suponen un sistema de limpieza de la celulosa efectivo.
Cuanto mayor es la concentración de NaOH, más eficaz es el efecto de limpieza. No
obstante, dichos tratamientos producen una disminución en la resistencia a tracción.
La eliminación de la lignina y hemicelulosa se ve favorecida por la aplicación de
presión y temperatura en los ensayos (131 Pa y 380K).
Con la concentración de 4N no se encuentran diferencias sustanciales en el
comportamiento térmico‐químico al compararla con la 1N. Pero sí muestra una
respuesta en los ensayos mecánicos, disminuyendo de forma considerable el módulo
elástico.
El anhídrido maleico modifica químicamente a la fibra sin tratar y la tratada a bajas
concentraciones de NaOH. Este aspecto también se ve reflejado en un aumento en la
resistencia a la tracción.
La fibra tratada con NaOH 1N (PT) presenta buenos resultados en todos los ensayos
realizados. Este tratamiento genera una fibra muy limpia de impurezas con una
respuesta alta en su comportamiento térmico y con valores aceptables en los
ensayos mecánicos.
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
III‐50
Estos resultados dependen mucho de la cantidad de fibrillas (haces de fibras) que
constituyen las fibras a ensayar, tal como se aprecia en la figura, en la que se recoge
una imagen de la superficie de una de estas realizadas en el microscopio
metalográfico Marca Olympus Mod PME‐33ADL localizado en el laboratorio de
Nanociencia y Nanomateriales del Departamento de Ingeniería Mecánica de la
ULPGC.
Figura III. 49:. Micrografía de Fibra de platanera virgen obtenida mediante microscopio
metalográfico a) 150 aumentos y b) 600 aumentos
Capítulo III: Caracterización de la fibra de platanera
III‐51
III.5. BIBLIOGRAFÍA
[1] Biagotti, J., Cantero, G., et als, A Systematic Investigation on the Influence of the
Chemical Treatment of Natural Fiber on the Properties of their Polymer Matrix
Composites, Polymer Composites, (2004), 25 (5):
[2] Johan M. Felix, Paul Gatenholm, The nature of adhesion in composites of modified
cellulose fibers and polypropylene (XXXX) Journal Applied Polymer Science, 42:
609‐620.
[3] López Sánchez, Ángel, Tesis Influencia del proceso de reciclado sobre los
materiales compuestos obtenidos por inyección del poliestireno reforzado con
fibras lignocelulosicas. ISBN: 84‐688‐8618‐1.
[4] Cantero, G, Arbelaiz, A., Llano–Ponte, R., Effects of fibre treatment on wettability
and mechanical behaviour of flax polypropylene composites, (2003) Composites
Science and Technology, 63.
[5] Tian, C.M., Shi, Z.H., Zhang, H.Y., X,U, J.Z., Shi, J.R, Guo, H.Z. (1999) Journal of
Thermal Analysis and Calorimetry, 55:93‐98.
[6] Haiping, Y. Rong, Y., Hanping, C., Dong, Ho L., Chuguang, Z, Characteristics of
hemicellulose, cellulose and lignin pyrolysis (2007) Fuel, 86:1781‐1788.
[7] Cordero O T., Márquez, F., Rodríguez‐Mirasol, J., Rodríguez, J. J. Predicting heating
values of lignocellulosics and carbonaceous materials from proximate análisis
(2001) Fuel, 80(11): 1567‐1571.
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
III‐52
III.6. INDICE DE FIGURAS
Figura III. 1: a) Hoja del pseudotallo de una platanera; b) Estructura de las hojas de
platanera y corte transversa. .........................................................................................2
Figura III. 2: Extracción de fibra de la hoja seca de la platanera....................................3
. Figura III. 3: Tuxi tras el tratamiento con agua caliente y vapor;.................................4
Figura III. 4: Tuxi tras la acetilación ................................................................................4
Figura III. 5: Fibra obtenida tras el secado en estufa .....................................................5
Figura III. 6: Raspado manual de la fibra. .......................................................................6
Figura III. 7Fibra seca, tras la extracción en verde .........................................................6
Figura III. 8: Diseño del procedimiento empleado en la fibra y sus tratamientos. .......1
Figura III. 9:. Fibras tratadas con hidróxido sódico a distintas concentraciones. ........11
Figura III. 10: Fibras tratadas con Hidróxido Sódico a distintas concentraciones (con
temperatura de ebullición normal)..............................................................................11
Figura III. 11: Fibras tratadas con Hidróxido Sódico a distintas concentraciones a
presión (131,7 kPa) y temperatura (380 K) ..................................................................12
Figura III. 12: Reactor discontinuo provisto de reflujo y calorifugado en la ULPGC. ...13
Figura III. 13: a) Proyector de perfiles Nixon Nixon, modelo V12A, b) Balanza de
precisión Mettler Toledo..............................................................................................14
Figura III. 14: Variación de la densidad ........................................................................17
Figura III. 15: Diferentes fases de las fibras (antes y después del tratamiento). .........18
Figura III. 16: Vibración stretching de dos átomos unidos covalentemente................19
Figura III. 17: Tipos de vibración stretching para tres átomos unidos por enlaces
covalentes. ...................................................................................................................20
Figura III. 18: Vibraciones bending para tres átomos unidos por enlaces covalentes.20
Figura III. 19: Espectrofotómetro utilizado en espectroscopia de infrarrojo junto con
el software compatible (PC) .........................................................................................21
Figura III. 20: Primer plano del espectrofotómetro utilizado en espectroscopia de
infrarrojo. .....................................................................................................................21
Figura III. 21: Espectrofotometría de la fibra virgen de la platanera con la celulosa
pura. .............................................................................................................................22
Capítulo III: Caracterización de la fibra de platanera
III‐53
Figura III. 22: Espectrofotometría de la fibra de la platanera tratada con NaOH 0,1N
con presión y sin presión. ............................................................................................ 23
Figura III. 23: Molécula de la lignina. ........................................................................... 23
Figura III. 24: Espectrofotometría de la fibra de la platanera tratada con NaOH 1N con
y sin presión. ................................................................................................................ 24
Figura III. 25: Espectrofotometría de la fibra de la platanera tratada con NaOH 4N con
presión y sin presión.................................................................................................... 24
Figura III. 26: Esquema de los grupos hidroxilos ......................................................... 25
Figura III. 27. Espectrofotometría de la fibra de la platanera tratada con NaOH 0,1, 1 y
4 N................................................................................................................................ 26
Figura III. 28: Reacción de esterificación [2,3]. ............................................................ 27
Figura III. 29. Espectrofotometría de la fibra de la platanera sin tratar y con Anhídrido
Maleico. ....................................................................................................................... 27
Figura III. 30: Espectrofotometría de la fibra de la platanera tratada con NaOH 0,1 N y
Anhídrido Maleico. ...................................................................................................... 28
Figura III. 31:Espectrofotometría de la fibra de la platanera tratada con NaOH 1N y
Anhídrido Maleico. ...................................................................................................... 28
Figura III. 32: Espectrofotometría de la fibra de la platanera tratada con NaOH 4 N y
Anhídrido Maleico. ...................................................................................................... 29
Figura III. 33:. Analizador termogravimétrico Mettler Toledo TGA/SDTA 851E. ......... 31
Figura III. 34: Detalle del analizador termogravimétrico Mettler Toledo TGA/SDTA
851E ............................................................................................................................. 31
Figura III. 35: Termograma de la fibra virgen de platanera. ........................................ 32
Figura III. 36: Comparativa TGA Fibra Virgen‐Celulosa................................................ 33
Figura III. 37: Comparativa TGA Fibra de platanera tratada con NaOH 0,1, 1 y 4 N a
temperatura ambiente. ............................................................................................... 34
Figura III. 38: Comparativa TGA Fibra de platanera tratada con NaOH 0.1, 1 y 4N bajo
condiciones de presión y temperatura........................................................................ 36
Figura III. 39: Comparativa TGA Fibra de platanera tratada con NaOH 0,1 y NaOH 0,1N
bajo condiciones de presión y temperatura................................................................ 37
Figura III. 40:. Comparativa TGA Fibra de platanera tratada con NaOH 1 y NaOH 1N
bajo condiciones de presión y temperatura................................................................ 38
Figura III. 41: Comparativa TGA Fibra de platanera tratada con NaOH 4N y NaOH 4N
bajo condiciones de presión y temperatura................................................................ 38
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
III‐54
Figura III. 42: Comparativa TGA Fibra Virgen de platanera y Fibra Virgen con adición
de Anhídrido Maleico. ..................................................................................................39
Figura III. 43: Comparativa TGA Fibra tratada con NaOH 0,1N (PT) y con NaOH 0,1N
(PT)‐AM. .......................................................................................................................40
Figura III. 44: Comparativa TGA Fibra tratada con NaOH 1N (PT) y con NaOH 1N (PT)‐
AM. ...............................................................................................................................41
Figura III. 45: Comparativa TGA Fibra tratada con NaOH 4N (PT) y con NaOH 4N (PT)‐
AM. ...............................................................................................................................42
Figura III. 46: Comparativa DTGA Celulosa, Fibra Virgen, Fibra con Anhídrido Maleico,
Fibra tratada con NaOH 1N (PT) y con NaOH 1N (PT)‐AM...........................................43
Figura III. 47. Comparativa DTGA, Fibra Virgen, Fibra con Anhídrido Maleico, Fibra
tratada con NaOH 1N (PT) y con NaOH 1N (PT)‐AM. ...................................................43
Figura III. 48: Máquina Universal Instrom 5564...........................................................48
Figura III. 49:. Micrografía de Fibra de platanera virgen obtenida mediante
microscopio metalográfico a) 150 aumentos y b) 600 aumentos ..............................50
III.7. ÍNDICE DE TABLAS
Tabla III. 1: Fibra tratada con distintos tratamientos a diferente temperatura y
presión............................................................................................................................7
Tabla III. 2: Medidas del Diámetro y Densidad de la Fibra sin tratar. ..........................15
Tabla III. 3: Medidas del Diámetro y Densidad de la Fibra‐NaOH 1N. .........................15
Tabla III. 4:. Medidas del Diámetro y Densidad de la Fibra ‐AM..................................16
Tabla III. 5: Medidas del Diámetro y Densidad de la Fibra–NaOH 1N‐AM...................16
Tabla III. 6:. Valores intermedios de pérdida de peso de las fibras con los
tratamientos.................................................................................................................18
Tabla III. 7. Determinación del grupo funcional de cada fibra por espectrofotometría.
......................................................................................................................................22
Tabla III. 8: Determinación del grupo funcional en fibra tratadas con NAOH 0,1N.....24
Tabla III. 9: Resultado de la fibra de platanera tratada con NaOH 0,1, 1 y 4 N. ..........26
Tabla III. 10:. Resultado de la fibra de platanera tratada con anhídrido maleico........28
Tabla III. 11: Características técnicas del termogravímetro Mettler Toledo RGA/SDTA
851E..............................................................................................................................31
Capítulo III: Caracterización de la fibra de platanera
III‐55
Tabla III. 12:. Temperaturas de límite izquierdo, de descomposición térmica y de pico,
obtenidas en el análisis térmico de la fibra virgen y la celulosa pura ......................... 33
Tabla III. 13:. Temperaturas de límite izquierdo, de descomposición térmica y de pico,
obtenidas en el análisis térmico de la fibra tratada con NaOH 0,1, 1 y 4 N. ............... 35
Tabla III. 14: Temperaturas de límite izquierdo, de descomposición térmica y de pico,
obtenidas en el análisis térmico de la fibra tratada con NaOH 0,1, 1 y 4 N bajo
condiciones de presión y temperatura........................................................................ 35
Tabla III. 15: Temperaturas de límite izquierdo, de descomposición térmica y de pico,
obtenidas en el análisis térmico de la fibra tratada con NaOH 0,1N y NaOH 0,1N bajo
condiciones de presión y temperatura........................................................................ 37
Tabla III. 16: Temperaturas de límite izquierdo, de descomposición térmica y de pico,
obtenidas en el análisis térmico de la fibra tratada con NaOH 1N y NaOH 1N bajo
condiciones de presión y temperatura........................................................................ 37
Tabla III. 17: Temperaturas de límite izquierdo, de descomposición térmica y de pico,
obtenidas en el análisis térmico de la fibra tratada con NaOH 4N y NaOH 4N bajo
condiciones de presión y temperatura........................................................................ 39
Tabla III. 18: Temperaturas de límite izquierdo, de descomposición térmica y de pico,
obtenidas en el análisis térmico de la Fibra Virgen y Fibra Virgen con adición de
Anhídrido Maleico. ...................................................................................................... 40
Tabla III. 19: Temperaturas de límite izquierdo, de descomposición térmica y de pico,
obtenidas en el análisis térmico de la Fibra tratada con NaOH 0,1N (PT) y NaOH 0,1N
(PT)‐AM........................................................................................................................ 40
Tabla III. 20: Temperaturas de límite izquierdo, de descomposición térmica y de pico,
obtenidas en el análisis térmico de la Fibra tratada con NaOH 1N (PT) y NaOH 1N
(PT)‐AM........................................................................................................................ 41
Tabla III. 21: Temperaturas de límite izquierdo, de descomposición térmica y de pico,
obtenidas en el análisis térmico de la Fibra tratada con NaOH 4N (PT) y NaOH 4N
(PT)‐AM........................................................................................................................ 42
Tabla III. 22: Resumen de Temperaturas de límite izquierdo, de descomposición
térmica y de pico y % de residuos, obtenidas en el análisis térmico de la Fibra de
Platanera...................................................................................................................... 45
Tabla III. 23: Características técnicas de la Máquina Universal Instrom 5564 ............ 48
Tabla III. 24: Resultados de Resistencia y Módulo Elástico ......................................... 48
Capítulo IV: Fabricación y Estudio Reológico
del Composite
Capítulo IV: Fabricación y estudio reológico del composite
ÍNDICE DE CONTENIDOS
iV. FABRICACIÓN Y ESTUDIO REOLÓGICO DEL COMPOSITE ...................................... 1
IV.1. Obtención del composite ........................................................................... 4
Corte de la fibra ............................................................................................... 4
Obtención de la granza ................................................................................... 5
Análisis de la granza ........................................................................................ 7
IV.2. Caracterización reológica ........................................................................... 8
Fluidos newtonianos ..................................................................................... 11
Fluidos no newtonianos ................................................................................ 11
IV.2.1 Reómetro capilar ..................................................................................... 13
Fórmulas de obtención de la viscosidad ....................................................... 15
Modelos Matemáticos. ................................................................................. 15
IV.2.2 Descripción del Ensayo Relológico ........................................................... 16
IV.2.3 Resultados obtenidos .............................................................................. 17
Análisis de los datos. ..................................................................................... 17
PP‐PPMA ........................................................................................................ 17
PP‐PPMA‐F ..................................................................................................... 21
PP‐PPMA‐FA .................................................................................................. 23
PP‐PPMA‐FB .................................................................................................. 27
Comparativa entre materiales ...................................................................... 29
IV.3. Obtención del comportamiento viscoso con molde en espiral ................. 32
IV.3.1 Molde en espiral. ........................................................................................ 32
Geometría del molde en Espiral e instrumentación auxiliar. ........................ 34
Geometría del molde .................................................................................... 34
Instrumentación auxiliar. .............................................................................. 34
Condiciones del proceso. .............................................................................. 36
Temperatura de inyección. ........................................................................... 36
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en
la conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
Inyección en el molde en espiral. ..............................................................................36
Pruebas de inyección.................................................................................................38
IV.4. Análisis de los resultados....................................................................................41
IV.4.1 Análisis de las longitudes.........................................................................................41
Análisis comparativo de longitudes entre el PP‐PPMA y PP‐PPMA‐F........................44
Análisis comparativo de longitudes entre el PP‐PPMA y PP‐PPMA‐FB. ....................45
Análisis comparativo de longitudes entre el PP‐PPMA y PP‐PPMA‐FA. ....................46
Análisis comparativo de longitudes entre el PP‐PPMA‐F , PP‐PPMA‐FA , PP‐PPMA‐FB
...................................................................................................................................48
IV.4.2. Análisis de los tiempos ...........................................................................................49
IV.5. Modelo reológico molde en espiral.....................................................................51
IV.5.1. Caracteristicas del PP Hostacon ppu X9067HS.......................................................51
PP‐PPMA............................................................................................................................53
PP‐PPMA‐F.........................................................................................................................54
PP‐PPMA‐FB.......................................................................................................................56
PP‐PPMA‐FA. .....................................................................................................................57
Capítulo IV: Fabricación y estudio reológico del composite
IV‐1
IV. FABRICACIÓN Y ESTUDIO REOLÓGICO DEL COMPOSITE
Todo material susceptible de ser usado en procesos de transformación debe ser
evaluado con el fin de conocer propiedades intrínsecas del mismo. En el caso del
proceso de inyección de polímeros el conocimiento de estas propiedades es más
crítico con respecto a otros procesos como podría ser el rotomoldeo, debido a la
cantidad de variables que se manejan. Uno de los parámetros o variables a
determinar es el comportamiento viscoso del material. Para el conocimiento del
mismo se han realizado, en el presente estudio, ensayos de reología en reómetros
capilares y en moldes en espiral.
En este capítulo se describe inicialmente el proceso de obtención del composite. A
continuación se detalla un estudio del comportamiento viscoso del composite
realizando, además, comparaciones entre los distintos materiales, estableciendo
como referencia el material sin reforzar.
El esquema de trabajo llevado a cabo se presenta en la Figura IV.1. En él se recoge la
preparación de cada uno de los materiales ensayados, la obtención de la granza y la
caracterización reológica y mecánica del composite.
Los datos de la caracterización mecánica del material estudiado en la presente tesis
se expondrán en el Capítulo V.
Antes de describir cómo se obtuvo el composite es conveniente detallar qué
materiales de partida se utilizaron para la fabricación del mismo. Además, se hace
uso de una simbología específica que permitirá la identificación de los distintos
composites a lo largo del documento y que se describe a continuación:
PP‐PPMA: Polipropileno mezclado con un 3% de Polipropileno con
Anhídrido Maleico.
PP‐PPMA‐F: Polipropileno mezclado con un 3% de Polipropileno con
Anhídrido Maleico y un 15% fibra virgen.
PP‐PPMA‐FA Polipropileno mezclado con un 3% de Polipropileno con
Anhídrido Maleico y un 15% fibra tratada con hidróxido sódico 1N (PT) y
Anhídrido Maleico.
PP‐PPMA‐FB Polipropileno mezclado con un 3% de Polipropileno con
Anhídrido Maleico y un 15% de fibra tratada con hidróxido sódico 1N
(PT).
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
IV‐2
Figura IV.1: Diagrama de operaciones de la mezcla Matriz –Fibra
El polipropileno (PP) usado fue el PP HOSTACOM PPU X9067HS. Éste es un
copolímero de alta cristalinidad, con buena dureza y rigidez así como una alta fluidez.
El aspecto que presenta es en forma de granulado grisáceo de esferas de 4 mm de
diámetro, aproximadamente. Una de las principales aplicaciones de este material en
Capítulo IV: Fabricación y estudio reológico del composite
IV‐3
la inyección de piezas de interior en el sector de la automoción. Las propiedades del
material, proporcionadas por el fabricante son las que se reseñan a continuación:
Tabla IV. 1: Propiedades de polipropileno HOSTACOM PPU X9067HS
Propiedades físicas Propiedades Valor Método
Densidad 0,910 g/cm3 ISO 1183 Velocidad de fundido 15 g/10 min ISO 1133
Propiedades Mecánicas
Propiedades Valor Método
Resistencia a la tracción Límite de elasticidad
26 MPa
ISO 527‐2/50
Deformación por tracción Límite de elasticidad
5,0%
ISO 527‐2/50
Módulo de flexión (23ºC) 1450 (Mpa) ISO 178 0ºC 5,0Kj/m2 Fuerza de impacto Charpy 23ºC 8,0 Kj/m2
ISO 179/1eA
Resistencia al impacto Charpy (23ºC)
No Rompe
ISO 179/1eU
Dureza a la penetración de bola
60,0 MPa ISO 2039‐1
Propiedades térmicas Propiedades Valor Método
0,45 MPa 100ºC ISO 75‐2/B Tª de deflexión por calor 1,8 MPa 58,0 ºC ISO 75‐2/A
Tª de Ablandamiento Vicat 147ºC ISO 306/A50
Además del PP se añadió un material, en concreto, el PPMA cuyo nombre comercial
es Bondyram® 1004 de Polyram. Éste es un tipo de polipropileno al que se le ha
incorporado Anhídrido Maleico. El porcentaje en peso añadido al PP de PPMA fue de
un 3 % en peso. Este material se añade con el objeto de mejorar la adherencia entre
la matriz y la fibra natural. Las propiedades del material están recogidas en la Tabla
IV.2.
Tabla IV. 2: Propiedades del polipropileno modificado Bondyram® 1004.
Propiedades Físicas Unidades Valor Método
Densidad g/cm3 0,90 ISO 1183 Velocidad de fundido g/10 min ≥ 150 ISO 1133
Propiedades térmicas
Punto de fusión OC 160 ISO 11357
Con respecto a la tipología de fibras empleadas han sido las utilizadas hasta este
capítulo: fibra sin tratar y fibra tratada químicamente.
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
IV‐4
IV.1. OBTENCIÓN DEL COMPOSITE
En este apartado se describe el proceso llevado a cabo en la obtención de los
distintos composites. Una vez extraída la fibra de platanera mediante el proceso
elegido (extracción mecánica) y realizados los tratamientos químicos se pasó a la
preparación de la fibra en el formato adecuado. Es decir, al corte de tamaño
adecuado para la integración con la matriz.
CORTE DE LA FIBRA
Las fibras de platanera están localizadas en la planta a lo largo de toda la hoja de la
misma. Por tanto, la longitud de las mismas depende de la longitud de la hoja. Por
ello, mediante el proceso de extracción mecánica se obtuvieron madejas de fibra con
longitudes variables entre 300‐700 mm. Esta variabilidad también dependió de la
longitud a la que se cortaron inicialmente las hojas para facilitar el proceso de
extracción. Uno de los inconvenientes que se originó, derivado, en parte a la longitud
de la fibra, fue el grado de enredo entre sí de los distintos filamentos de éstas. El
efecto se magnificó cuando las fibras fueron tratadas químicamente dado que se
adherían los filamentos unos con otros. Todo esto se tradujo en un problema cuando
se llevó a cabo el corte de la fibra a 3 mm, lo que supuso el tener que desechar una
parte importante de la fibra disponible, fundamentalmente, aquella a la que se le
había realizado tratamiento químico.
(a) (b)
Figura IV.2 (a) Fibra larga y limpia antes de cortar; (b) Fibra tratada químicamente.
Capítulo IV: Fabricación y estudio reológico del composite
IV‐5
Figura IV.3. Fibra cortada a 3 mm.
Se decidió cortar la fibra a 3 mm por ser ésta la longitud de la granza que se iba a
obtener.
Las masas obtenidas de cada tipo de fibra cortada a 3 mm para la formación de la
granza y la masa desechada (residual), están expresados en la siguiente Tabla:
Tabla IV. 3: Pesos de la fibra total (cortada a 3 mm y desechada) en los distintos casos.
Tratamiento Peso Total (g) Peso fibra para granza (g) Peso fibra residual (g)
Fibra Virgen 850 ‐ ‐
A 804 482 322
B 722 590 132
OBTENCIÓN DE LA GRANZA
Una vez cortada la fibra se pasó a la integración de la misma dentro de la matriz
polimérica. Para ello se hizo uso de una extrusora, en concreto, una Collin GMBH
Twin Screw Kneader Type 235 (50 x 12 D) cuyas características son las siguientes:
Tornillos contra‐rotantes.
Motor: 8 kW.
Rango de velocidad: 0 – 250 rpm.
Rango de temperatura: 0 – 499 ºC.
Capacidad de plastificación: 2 ‐20 kg/h.
En las siguientes imágenes se muestran distintas partes de la extrusora:
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
IV‐6
Figura IV.4: a) Línea de Extrusión b) Detalle de la Boquilla
El material se alimentó a los husillos de la extrusora desde dos tolvas. En una de ellas
se ubicó la fibra cortada y en la otra el PP. Este PP se mezcló previamente con un 3%
en peso de PPMA. Esta mezcla de PP‐PPMA es la que se utilizó como material base‐
matriz. Las masas establecidas en cada tolva se prepararon para obtener un
composite que tuviera un 15% en peso de fibra de platanera en todas las variedades
incluidas en este estudio (fibra sin tratar para obtener el material PP‐PPMA‐F, fibra
tratada con NaOH 1N para obtener la granza PP‐PPMA‐FB y por último la fibra
tratada con NaOH 1N y anhídrido maleico, obteniendo la granza PP‐PPMA‐FA.
El material, una vez pasó a través del husillo, se obtuvo, por la boquilla de la
extrusora, en forma de hilo de diámetro variable entre 3 y 5 mm. Tras ser enfriado se
cortó el mismo a una longitud de 3 mm obteniéndose la granza. La temperatura de
operación en la extrusora fue de 180ºC siendo la velocidad de giro del husillo de 30
rpm (ver Figura IV.5).
Las cantidades de granza obtenidas para cada uno de los tipos de composites fueron
las siguientes:
Tabla IV. 4: Pesos de granza obtenidos.
Granza con Fibra/Tratamiento
Peso Total ( g)
PP‐PPMA‐F 4800 PP‐PPMA‐FA 2750 PP‐PPMA‐FB 3350
Tolva
dosificadora
Husillo Boquilla
Detalle de
la Boquilla
Capítulo IV: Fabricación y estudio reológico del composite
IV‐7
Figura IV.5: Enfriamiento en agua del hilo‐composite extrusionado.
Cabe resaltar que hubo una pérdida de material, no contemplada en la tabla anterior,
debida a la fase de pruebas y puesta a punto del proceso de extrusión.
Uno de los materiales también extrusionados fue el PP‐PPMA sin fibra. La cantidad
de este material no está tabulada ya que no dependía de la cantidad de fibra
obtenida.
ANÁLISIS DE LA GRANZA
La granza con fibra presentó una porosidad que era fácilmente identificable. Esta
porosidad junto con el hecho de insertar fibra en la matriz condujo a que la densidad
aparente de la misma fuese bastante menor que la de la granza de PP sin refuerzo
empleada. En la hoja de especificaciones correspondientes al PP se indica que la
densidad de este material es de 0,91 g/cm3. Se realizaron ensayos de medidas de la
densidad del composite obteniéndose valores en torno a 0,55 g/cm3.
Figura IV.6 Granza de composite con fibra incorporada.
Depósito de
enfriamiento
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
IV‐8
Figura IV.7 Granza de PP+PPMA.
Con las cantidades de materiales anteriormente expuestas en la Tabla IV.4 se
hicieron ensayos en reómetro capilar para obtener sus características reológicas.
También se realizaron ensayos de inyección sobre molde espiral y sobre un molde
para obtener probetas de ensayo, con el propósito de evaluar la procesabilidad del
material y sus propiedades mecánicas básicas.
IV.2. CARACTERIZACIÓN REOLÓGICA
La reología es la ciencia que estudia el flujo y la deformación de un material. Para un
mejor conocimiento de esta ciencia, se hace imprescindible definir el concepto de
viscosidad. Esta se define, como la resistencia que opone un fluido a fluir o
derramarse por el interior de un conducto. Para tener conocimiento de los valores de
la viscosidad es necesario conocer el esfuerzo cortante al que se somete un fluido. La
mecánica de fluidos es la materia que se encarga de analizar el comportamiento de
los fluidos cuando estos están sometidos a la acción de fuerzas aplicadas. Sin
embargo, el estudio del comportamiento viscoso de los fluidos pertenece al campo
de la reología.
El comportamiento viscoso del material aporta información válida, puesto que
cuando se produce la transformación de éste a piezas conformadas, sucede algo
análogo a lo que ocurre en la mecánica de fluidos. Hay que pensar que el material es
obligado a fluir por cavidades de sección muy pequeñas y la forma de valorar su
respuesta es estudiar su comportamiento viscoso. Esto se traduce, en conocer los
Capítulo IV: Fabricación y estudio reológico del composite
IV‐9
conceptos de esfuerzo y deformación para los fluidos viscosos. En la figura IV.8 se
muestra una situación de flujo cortante simple. Aquí se presenta un líquido entre dos
placas separadas una distancia L. La placa superior se mueve a una velocidad
constante v debido a la acción de una fuerza F.
Figura IV.8 Diagrama de un fluido en flujo cortante simple [1].
En este caso, el esfuerzo de corte τ que ejerce la placa superior al líquido está
definido por:
Ecuación IV.1
Donde A es el área de la placa superior en la cual se aplica la fuerza. Las unidades del
esfuerzo en el Sistema Internacional (SI) son los Pascales (Pa). Asimismo, la
deformación que se genera en el fluido está expresada por:
Ecuación IV.2
Donde x es el desplazamiento del material y L es el espaciamiento entre la placa
superior y la inferior. Este caso es idéntico a la deformación elástica por corte que
sufre un material sólido, en cuyo caso, la deformación es finita y se mantiene
constante hasta que se retira la fuerza o equivalentemente el esfuerzo. Sin embargo,
para los fluidos no ocurre así, ya que esta deformación se incrementa
paulatinamente hasta que se elimina la fuerza. Por ello, en los fluidos, es más útil el
concepto de rapidez de deformación, que representa a la variación de la deformación
respecto del tiempo. Es decir:
Ecuación IV.3
Si la distancia L se mantiene constante, se tiene:
Ecuación IV.4
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
IV‐10
Donde ν es la velocidad de la placa superior.
En los sólidos, el módulo de corte es una propiedad característica del material que
representa la resistencia a ser deformado y se expresa como la razón entre el
esfuerzo de corte y la deformación unitaria. Para los fluidos, de manera similar, existe
una propiedad característica que representa la resistencia a fluir, esta propiedad es la
viscosidad η y se define como la razón entre el esfuerzo de corte y la rapidez de
deformación, es decir:
Ecuación IV.5
Así, para conocer el comportamiento viscoso de un líquido es necesario determinar
el esfuerzo de corte y la rapidez de deformación. Estas cantidades dependen del área
de contacto, de la fuerza necesaria para mover la placa superior a una velocidad
constante “v” y del espaciamiento entre las placas. En este análisis se considera que
se mantienen las mismas condiciones termodinámicas de presión, volumen y
temperatura.
Rapidez de la deformación (s‐1)
Figura IV.9. Representación de curvas de flujo para diferentes fluidos. 1) Fluido newtoniano, 2)
Fluido no newtoniano adelgazante, 3) Fluido no newtoniano dilatante, 4) Fluido de Bingham.
La Figura IV.9 presenta las curvas de flujo típicas que permiten mostrar algunas
diferencias entre los fluidos newtonianos y los no newtonianos. Hay que destacar
que la pendiente de estas curvas representa el comportamiento viscoso en función
de la rapidez de deformación. Por ejemplo, para el caso del fluido newtoniano es
Fluido Newtoniano
Fluido Bingham
Fluido Dilatante
Fluido Adelgazante
Esfuerzo Cortante η
(Pa.s)
Capítulo IV: Fabricación y estudio reológico del composite
IV‐11
evidente que la viscosidad es constante e independiente de la rapidez de
deformación. Sin embargo, para el fluido no newtoniano adelgazante (también
conocido como pseudoplástico), la viscosidad (la pendiente de la curva) disminuye al
incrementarse la rapidez de deformación. El caso contrario se presenta en el fluido
dilatante, cuya viscosidad se incrementa al aumentar la rapidez de deformación. Un
comportamiento más real viene definido por el modelo de fluido de Bingham. Este
modelo recoge la necesidad de la aplicación de un esfuerzo crítico, denominado
umbral, para que el material polimérico empiece a fluir a través de las boquillas de
las inyectoras o de los reómetros. Por este motivo los fluidos poliméricos se
consideran no newtonianos aunque una vez superado este esfuerzo umbral, pudiera
seguir un comportamiento que podría ser pseudoplástico, dilatante o newtoniano. En
la mayor parte de los casos será pseudoplástico.
FLUIDOS NEWTONIANOS
En el caso en el que la relación entre el esfuerzo de corte y la rapidez de deformación
sea lineal, se dice que el fluido tiene comportamiento newtoniano, en cualquier otro
caso se dice que el fluido es no newtoniano. A la relación matemática que existe
entre el esfuerzo de corte y la rapidez de deformación se le denomina ecuación
constitutiva. Por lo tanto, la ecuación constitutiva para el fluido newtoniano está
expresada por:
Ecuación IV.6
Al sustituir esta ecuación constitutiva en la ecuación de viscosidad (ecuación IV.5), se
obtiene que la viscosidad η es una constante igual a μ, por lo que, cuando se habla de
la viscosidad μ (lo cual ocurre comúnmente en los textos de hidrodinámica) se está
haciendo referencia a un fluido newtoniano.
FLUIDOS NO NEWTONIANOS
Para fluidos no newtonianos, por ejemplo el adelgazante o el dilatante que se
representan en la Figura IV.5, la ecuación constitutiva que los describe es el modelo
de ley de potencia, expresado por la siguiente ecuación:
Ecuación IV.7
Donde k es el índice de consistencia y n el índice de comportamiento del flujo, ambos
valores constantes. Cuando n<1 este modelo corresponde a fluidos adelgazantes,
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
IV‐12
mientras que si n>1 este modelo se refiere a los fluidos dilatantes. El
comportamiento de fluidos de soluciones poliméricas, como por ejemplo, en el caso
de algunas pinturas, suspensiones y polímeros fundidos, puede ser representado por
este modelo. Por ello es muy útil en la industria ya que se emplea para modificar las
variables de procesamiento.
Al sustituir el modelo de ley de potencia en la definición de viscosidad (Ecuación
IV.7), se obtiene que ésta depende, explícitamente, de la rapidez de deformación de
la manera siguiente:
Ecuación IV.8
En este caso, la viscosidad disminuye o aumenta en función de la rapidez de
deformación dependiendo de si el fluido es adelgazante o dilatante. Existen otras
ecuaciones constitutivas como la que describe a un fluido de Bingham (curva 4 en
Figura IV.5), la cual está dada por la siguiente expresión:
Ecuación IV.9
En este caso, representa un esfuerzo de umbral crítico para que el fluido empiece
a fluir. Una vez iniciado el flujo, el comportamiento corresponderá atendiendo a la
variación de la viscosidad con la tensión de corte. Si fuera lineal, se estaría hablando
de un fluido con comportamiento newtoniano, y en caso de que no fuera lineal,
comportamiento no newtoniano (pseudoplástico o dilatante).
El comportamiento viscoso de los fluidos no newtonianos es mucho más complejo de
lo que se ha descrito hasta ahora. Por ejemplo, se pueden encontrar fluidos cuya
viscosidad a valores de rapidez de deformación relativamente bajas (en algunos
casos ≤ 1), puede considerarse constante e independiente de la rapidez de
deformación, es decir, muestra un comportamiento newtoniano. Para valores de
rapidez de corte intermedios ≥ 1, presentan un comportamiento altamente no
newtoniano caracterizado por el modelo de ley de potencias (o algún otro modelo).
Para valores de rapidez de deformación relativamente altos (1<< ), el
comportamiento vuelve a ser newtoniano. La mayoría de los polímeros fundidos
tienen comportamiento pseudoplásticos, es decir su viscosidad disminuye con el
aumento de temperatura y velocidad de cizalla.
La mayoría de los polímeros fundidos tienen comportamiento de pseudoplásticos, es
decir su viscosidad disminuye con el aumento de temperatura y velocidad de cizalla.
Capítulo IV: Fabricación y estudio reológico del composite
IV‐13
Además de la temperatura y velocidad de cizalla hay otros parámetros que afectan a
la viscosidad de un polímero como son el peso molecular, distribución de pesos
moleculares y estructura.
Estudiando la relación entre la viscosidad y la velocidad de cizalla de los materiales
ensayados se puede decir, de modo general, que a baja velocidad de cizalla, la curva
de viscosidad del sistema está determinada por los movimientos correspondientes al
estado térmico. En esta zona es donde se obtienen los mayores valores de
viscosidad.
Conforme aumenta la velocidad de cizalla se produce el fenómeno de
desenmarañamiento, es decir, la fricción entre las moléculas es cada vez menor y
disminuye la viscosidad de manera progresiva. Esta zona, donde la viscosidad es
dependiente de la cizalla, es la más importante de la curva de flujo ya que la mayor
parte de los procesos de transformación de plásticos trabajan con velocidades de
cizalla dentro de este rango.
Por otro lado, la caracterización reológica empleada presupone que a lo largo del
flujo de material en estado fundido, existen propiedades como la continuidad, la
homogeneidad y la isotropía. El principio de continuidad supone que no existe ningún
tipo de discontinuidad a lo largo del flujo; el de homogeneidad indica que no debe
existir ningún gradiente de concentración de materia a lo largo del flujo, y la isotropía
implica que el flujo general no impone ningún tipo de orientación sobre el flujo de
cada uno de los elementos que lo forman. Lógicamente, en el sistema multifásico
formado por una mezcla de PP‐PPMA y fibra de platanera no se cumplen las premisas
anteriores.
La determinación de la viscosidad para materiales plásticos se realiza en los equipos
denominados reómetros. En el presente estudio se ha hecho uso de reómetro
capilar. A continuación se explicará los contenidos teóricos para la determinación del
ensayo.
IV.2.1 REÓMETRO CAPILAR
El ensayo consiste en hacer pasar a lo largo de un capilar, del que se conoce su
diámetro y longitud, una cantidad de material fundido a una temperatura controlada.
El material es presionado con un pistón ejerciendo una fuerza determinada con el fin
de provocar una velocidad de flujo de plástico fundido a través del capilar. El ensayo
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
IV‐14
se realiza a varias temperaturas y con distintas velocidades de flujo, con el fin de
obtener las curvas reológicas.
(a)
(b)
Figura IV.10: a) Esquema de un reómetro y b) Reómetro capilar GOTTFERT 1500.
El reómetro utilizado es de marca GOTTFERT 1500. El funcionamiento del equipo
consiste en introducir el material en la cámara de plastificación donde alcanza la
temperatura de fusión del polímero, por calentamiento con resistencias eléctricas, y
cuyo valor de temperatura es mantenida durante del ensayo. Seguidamente un
pistón se encarga de realizar presión en la cámara induciendo el flujo del plástico
fundido a través del capilar.
Pistón
Calentador
Cilindro
Hilera
Capítulo IV: Fabricación y estudio reológico del composite
IV‐15
Antes de realizar el ensayo se introducen los parámetros de control a los que se va a
realizar el mismo (temperatura y velocidad de avance del pistón). Una vez realizado
el ensayo y con los datos de caída de presión obtenidos se procede al cálculo de la
velocidad de cizalla ( ; tensión cortante (τ), y la viscosidad aparente (η) del
fundido según las ecuaciones que se muestran a continuación.
FÓRMULAS DE OBTENCIÓN DE LA VISCOSIDAD
Las fórmulas que se utilizan para la determinación de la viscosidad son las que se
detallan a continuación:
En los cálculos no se contemplan las correcciones de Bagley y de Rabinowistch. Estas
correcciones permitirían obtener valores más precisos de la viscosidad aparente.
Realmente el flujo del plástico en el interior del capilar no es constante debido a los
cambios de sección que existen a la entrada y salida del capilar que generan
variaciones de presión (Corrección de Bagley) y la corrección debida al ajuste del
perfil de avance del fluido a un perfil más plano que el teórico, que es parabólico.
La razón por la que no consideran estás correcciones es debido al enfoque de la tesis
en la que se establecen comparaciones de los distintos materiales en igualdad de
condiciones. Por lo que se considera adecuado el empleo del modelo de segundo
orden sin las correcciones.
MODELOS MATEMÁTICOS.
Para la modelización del comportamiento viscoso de los plásticos, existen distintas
ecuaciones matemáticas que ajustan los resultados experimentales. El modelo más
simple es el exponencial, que viene representado por la siguiente ecuación
matemática:
Ecuación: IV.10
Viscosidad
τ = esfuerzo cortante
= Velocidad de cizalla
Velocidad de cizalla
Q= Caudal
r = Radio del capilar
Caudal
V= Velocidad de flujo impuesta
R= Radio del cilindro
Esfuerzo cortante
F= Fuerza aplicada sobre el capilar
S= superficie lateral del capilar
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
IV‐16
Donde T es la temperatura y A, B y C son constantes intrínsecas del material a
estudiar.
Este modelo caracteriza el polímero en zonas de shear rate altos, pero no considera
los efectos de la presión.
También es de aplicación la expresión polinomial denominada modelo de segundo
orden y que viene expresada por:
Ecuación IV.11
Donde A, B, C,D, E, F son también constantes intrínsecas del material obtenidas por
ajuste matemático.
IV.2.2 DESCRIPCIÓN DEL ENSAYO RELOLÓGICO
El procedimiento de trabajo llevado a cabo con el reómetro capilar constó de las
siguientes partes:
1.‐ Secado del material: El material fue secado al someterlo a una temperatura de
45ºC durante un periodo de 2 horas. Con esto se trataba de evitar que se produjera
vapor de agua durante el proceso de plastificación y originara el falseamiento de los
resultados.
2.‐ Condiciones del ensayo: A todos los materiales en estudio se les aplicó el mismo
procedimiento de trabajo. Se introdujeron los siguientes parámetros en el panel de
control del equipo.
‐Temperaturas de ensayo: Se realizaron tríadas de las temperaturas de 190, 200,
210ºC. No se ensayaron temperaturas más altas por la posible degradación térmica
de la fibra en el composite. La degradación térmica de la fibra fue estudiada en el
capítulo III determinándose que este valor estaba comprendido entre 250 y 330ºC.
‐ Tiempo de retardo: El tiempo establecido desde que el sensor alcanza la
temperatura de consigna hasta que se realiza el ensayo fue de 2 minutos. Este
tiempo permitió que todas las partículas de la muestra estuvieran completamente
fundidas y a la misma temperatura, salvo las fibras añadidas al composite.
‐ Velocidades de paso del pistón: Las velocidades de avance del pistón se
establecieron de forma variable en el tiempo. Los valores programados fueron:
0,075; 0,100; 0,250; 0,500; 0,750; 1,000; 1,500; 2,000 y 3,000 mm/s.
Capítulo IV: Fabricación y estudio reológico del composite
IV‐17
‐ Cantidad de material. La cantidad de granza dosificada al reómetro varió entre 19‐
20 g. El material fue introducido poco a poco, presionando y compactando bien las
partículas de material con el objeto de que hubiera la menor cantidad de aire
posible. Esta tarea fue importante realizarla para poder obtener valores de viscosidad
a todas las velocidades programadas.
3.‐ Realización del ensayo. En el ensayo se obtuvieron datos de caída de presión, que
junto con las variables impuestas, permitieron calcular los valores de la velocidad de
cizalla (ϒ), tensión cortante (τ) y viscosidad aparente (ƞ) según las expresiones
recogidas en el apartado 4.2.1 de este capítulo. Los datos así obtenidos fueron
tratados mediante un programa informático denominado VISDAT. Este es un
programa que a partir de triadas de valores; temperatura, shear rate o velocidad de
cizalla y viscosidad, calcula los valores de las constantes del modelo matemático de
2º orden que cumplen con los valores introducidos. Es decir, a partir de los valores de
viscosidad calculada, mediante el VISDAT, se obtuvo la ecuación del modelo viscoso
equivalente que representa al material.
IV.2.3 RESULTADOS OBTENIDOS
El reómetro capilar aporta los valores de shear rate ϒ y viscosidad η. En el anexo del
tema se encuentran graficados los datos obtenidos en cada uno de los ensayos. De
ellos se escogieron aquel par de valores (ϒ, η) que son representativos para
utilizarlos en la obtención de las ecuaciones del modelo de 2º orden. Estos datos, son
los representados en el presente apartado.
ANÁLISIS DE LOS DATOS.
A continuación se describen los resultados obtenidos del reómetro capilar para cada
uno de los materiales del estudio:
PP‐PPMA
Para el PP‐PPMA a 190ºC, se obtuvieron cinco parejas de datos, procediéndose a su
representación en la figura VI.11 a partir de los datos recogidos en la tabla VI.1 A del
anexo del tema. Se observó una variabilidad muy alta que pudiera ser atribuible a
problemas en la preparación de las muestras, o bien, a la variabilidad debida al
efecto de la baja temperatura del ensayo. Tras el análisis de los datos se toman como
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
IV‐18
los más representativos, los datos obtenidos de los ensayos a y e. Estos datos fueron
los tomados para el desarrollo del modelo de 2º orden.
Figura IV.11: Valores de de viscosidad frente shear rate del PP‐PPMA a 190ºC.
Realizando los ensayos a las temperaturas de 200ºC y 210ºC (Tablas VI.2A y VI.3A del
anexo), se obtuvieron las series graficadas representadas a continuación, figuras
IV.11 y IV.12.
Para el cálculo del modelo de segundo orden se tomaron para 200ºC la serie a y la
serie b para la temperatura de 210ºC.
Figura IV.12: Valores de viscosidad frente shear rate del PP‐PPMA a 200ºC.
Capítulo IV: Fabricación y estudio reológico del composite
IV‐19
Figura IV.13: Valores de shear rate y viscosidad del PP‐PPMA a 210ªC.
A continuación se presenta una tabla resumen (Tabla IV.5) y su representación
gráfica (figura IV.14) donde se refleja una comparativa entre los valores de viscosidad
medida (en el reómetro) y la corregida (por el modelo de 2º orden). Estos valores son
obtenidos a partir de los ensayos considerados como representativos de cada una de
las temperaturas.
Figura IV.14: Representación gráfica de los valores de viscosidad obtenidos con el modelo de
2º orden a 190ºC, 200ºC y 210ºC para el PP‐PPMA.
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
IV‐20
Tabla IV. 5: Comparativa entre los valores de viscosidad medida y calculada con el modelo de
2º orden de los ensayos a 190ºC, 200ºC y 210ºC del PP‐PPMA.
Puntos T (ºC) V (mm/s) ηap (1/s) ηap medida (Pa∙s) ηap calculada (Pa∙s) Error (%)
M1P01 0,075 114 339 406,52 16,609 M1P02 0,1 466 213 165,79 ‐28,477 M1P03 0,25 850 113 110,69 ‐2,085 M1P04 0,5 1202 81 87,19 7,103 M1P05 0,75 1583 69 71,92 4,058 M1P06 1 2725 48 48,81 1,65 M1P07 1,5 3782 36 38,43 6,327 M1P08 2 4734 34 32,56 ‐4,427 M1P09
190
3 6312 28 26,26 ‐6,633 M1P10 0,075 95 387 305,75 ‐26,573 M1P11 0,1 192 184 210,46 12,572 M1P12 0,25 379 141 144,3 2,286 M1P13 0,5 748 98 97,36 ‐0,655 M1P14 0,75 1146 76 75,44 ‐0,746 M1P15 1 1605 61 61,4 0,648 M1P16 1,5 2341 49 48,52 ‐0,997 M1P17 2 3375 38 38,43 1,13 M1P18
200
3 5184 29 29,07 0,239 M1P19 4 7153 23 23,48 2,027 M1P20 5 8941 19 20,2 5,946 M1P21 0,075 89 217 216,92 ‐0,038 M1P22 0,1 137 165 179,71 8,186 M1P23 0,25 343 123 117,85 ‐4,373 M1P24 0,5 715 85 82,31 ‐3,271 M1P25 0,75 1140 64 64,89 1,376 M1P26 1 1581 52 54,68 4,906 M1P27 1,5 2315 42 44,58 5,781 M1P28 2 2653 41 41,39 0,934 M1P29 3 4106 36 32,48 ‐10,838 M1P30 4 6490 26 25,01 ‐3,941 M1P31
210
5 8113 22 21,97 ‐0,159
En la Figura IV.14 se observa el efecto de la temperatura sobre los valores de
viscosidad a velocidades de cizalla bajas. A medida que aumenta ésta y por su efecto,
se produce el desenmarañamiento de las moléculas y como consecuencia una
disminución en la viscosidad, quedando especificado dicho efecto.
Las constantes del modelo de 2º orden para este material (PP‐PPMA) obtenidas
mediante el programa VISDAT para el PP‐PPMA se expresan a continuación:
Tabla IV. 6. Valores de las constantes del modelo matemático para PP‐PPMA.
A B C D E F
28,296 ‐2,1105 ‐0,12751 ‐174,6e‐4 875,5 e‐5 123,2 e‐6
Capítulo IV: Fabricación y estudio reológico del composite
IV‐21
PP‐PPMA‐F
El PP‐PPMA‐F a 190ºC (Tabla IV.5A anexo del tema), se grafican tres series de datos
siendo la más representativa el ensayo b, ya que la a y c, aun siendo similares, los
datos resultan bajos para la temperatura del ensayo. Las tres series convergen para
velocidades de cizalla altas Figura IV.15.
Figura IV.15: Valores de viscosidad frente a shear rate del PP‐PPMA‐F a 190ºC.
A 200ºC los datos recogidos en las tablas IV.6A del anexo, tienen un comportamiento
similar en todas las series, considerando la más representativa la serie b por su
posición intermedia y comportamiento regular, Figura IV.16.
Figura IV.16: Valores de viscosidad frente shear rate del PP‐PPMA‐F a 200ºC.
De los datos obtenidos a 210ºC (Tabla IV.7A del anexo del tema) se concluyen que las
dos series presentan comportamientos muy iguales. Se ha tomado la serie b, Figura
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
IV‐22
VI.17, como datos para el análisis del modelo de 2º orden, puesto que ésta posee
mayor número de datos a velocidades mayores. En la Tabla IV.7 y Figura IV.18 se
recogen y representan los valores de la viscosidad corregida del material PP‐PPMA‐F
a las temperaturas ensayadas.
Figura IV.17 Valores de viscosidad frente shear rate del PP‐PPMA‐F a 210ºC.
Tabla IV. 7: Comparativa entre los valores de viscosidad medida y calculada con el modelo de
2º orden de los ensayos a 190 ºC, 200 ºC y 210 ºC del PP‐PPMA‐F.
Puntos T (ºC) V (mm/s) ηap (1/s) ηap medida (Pa∙s) ηap calculada (Pa∙s) Error (%)
M2P01 0,075 88 372 332,97 ‐11,72
M2P02 0,1 157 256 247,69 ‐3,356
M2P03 0,25 385 160 153,09 ‐4,511
M2P04 0,5 790 104 102,07 ‐1,89
M2P05 0,75 1263 75 77,6 3,345
M2P06 1 1695 62 65,09 4,747
M2P07 1,5 2368 51 53,11 3,981
M2P08 2 3268 42 43,51 3,466
M2P09 3 4662 34 34,77 2,22
M2P10 4 6445 28 28,24 0,848
M2P11
190
5 8057 24 24,42 1,7
M2P12 0,075 89 207 231,48 10,576
M2P13 0,1 130 170 196,51 13,492
M2P14 0.,5 341 128 126,7 ‐1,028
M2P15 0,5 723 86 88,03 2,307
M2P16 0,75 1116 67 70,71 5,245
M2P17 1 1470 58 61,32 5,419
M2P18
200
1,5 2050 51 51,46 0,892
Capítulo IV: Fabricación y estudio reológico del composite
IV‐23
Puntos T (ºC) V (mm/s) ηap (1/s) ηap medida (Pa∙s) ηap calculada (Pa∙s) Error (%)
M2P19 2 4914 47 31,87 ‐47,46
M2P20 0,075 87 166 165,16 ‐0,507
M2P21 0,1 127 147 144,38 ‐1,815
M2P22 0,25 333 113 100,25 ‐12,723
M2P23 0,5 684 81 74,77 ‐8,326
M2P24
210
0,75 1063 65 61,94 ‐4,939
M2P25 1 1515 52 52,99 1,861
M2P26 1,5 2215 43 44,61 3,601
M2P27 2 2978 37 38,87 4,818
M2P28 3 4386 30 32,32 7,191
M2P29 4 5582 27 28,74 6,059
M2P30
5 6977 25 25,74 2,859
Figura IV.18: Representación gráfica de los valores de viscosidad obtenidos con el modelo de
2º orden a 190ºC, 200ºC y 210ºC para el PP‐PPMA‐F.
Las constantes obtenidas mediante VISDAT para el PP‐PPMA‐F son:
Tabla IV. 8. Valores de las constantes del modelo matemático para PP‐PPMA.
A B C D E F
23,337 1,7902 ‐9,40231e‐2 1,709646e‐2 7,58967e‐3 6,1962e‐5
PP‐PPMA‐FA
Para 190ºC (Tabla IV.9A) las tres series convergen en su comportamiento a partir de
los 400 s‐1, siendo la más representativa la serie b, como se observa en la Figura
IV.19.
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
IV‐24
Figura IV.19: Valores de viscosidad frente shear rate del PP‐PPMA‐FA a 190ºC.
Para el caso de 200ºC (Tabla IV.10A) las tres series son prácticamente idénticas, pero
se considera los valores de la serie c para el desarrollo del modelo de 2º orden
(Figura IV.20).
Figura IV.20: Valores de viscosidad frente shear rate del PP‐PPMA‐FA a 200ºC.
Para 210ºC (Tabla IV.11A) se grafican tres series de valores, siendo los tres muy
similares. Se toman como valores válidos para la realización del modelo de 2º orden
los datos de la seria a (Figura IV.21).
Capítulo IV: Fabricación y estudio reológico del composite
IV‐25
Figura IV.21: Valores de viscosidad frente shear rate del PP‐PPMA‐FA a 210ºC.
Con respecto a la comparación de los modelos de 2º orden para este material (Tabla
IV.9 y su representación gráfica, figura IV.22), se observa que la influencia de la
temperatura es mucho menor que en los casos anteriores (PP‐PPMA y PP‐PPMA‐F),
posiblemente porque el comportamiento de la viscosidad esté dominado por la
presencia de AM en la fibra que ha vuelto este material menos viscoso.
Tabla IV. 9: Comparativa entre los valores de viscosidad medida y calculada con el modelo de
2º orden de los ensayos a 190 ºC, 200 ºC y 210 ºC del PP‐PPMA‐FA.
Puntos T (ºC) V (mm/s) ηap (1/s) ηap medida (Pa∙s) ηap calculada (Pa∙s) Error (%)
M4E2P01 0,075 90 432 416,07 ‐3,83
M4E2P02 0,1 163 273 295,06 7,476
M4E2P03 0,25 392 174 173,81 ‐0,108
M4E2P04 0,5 798 112 111,11 ‐0,802
M4E2P05 0,75 1231 84 83,88 ‐0,14
M4E2P06 1 1700 67 67,76 1,127
M4E2P07 1,5 2453 54 52,95 ‐1,975
M4E2P08 2 3549 42 41,12 ‐2,138
M4E2P09
190
3 5323 31 30,99 ‐0,027
M4E2P10 0,075 89 360 338,22 ‐6,439
M4E2P11 0,1 155 240 250,14 4,052
M4E2P12 0,25 384 155 149,4 ‐3,751
M4E2P13 0,5 787 99 97,47 ‐1,569
M4E2P14 0,75 1231 74 74,04 0,06
M4E2P15
200
1 1730 58 59,81 3,02
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
IV‐26
Puntos T (ºC) V (mm/s) ηap (1/s) ηap medida (Pa∙s) ηap calculada (Pa∙s) Error (%)
M4E2P16 1,5 2480 47 47,51 1,071
M4E2P17 2 3437 37 38,42 3,697
M4E2P18 3 4975 30 30,08 0,25
M4E2P19 4 6633 25 24,78 ‐0,882
M4E2P20 0,075 88 247 253,02 2,38
M4E2P21 0,1 141 189 199,11 5,078
M4E2P22 0,25 362 128 120,6 ‐6,138
M4E2P23 0,5 753 84 80,04 ‐4,941
M4E2P24 0,75 1203 62 61,01 ‐1,621
M4E2P25 1 1704 48 49,63 3,279
M4E2P26 1,5 2447 39 39,87 2,182
M4E2P27 2 3290 32 33,23 3,687
M4E2P28
210
3 4664 27 26,7 ‐1,127
M4E2P29 4 6218 23 22,23 ‐3,468
Figura IV.22: Representación gráfica de los valores de viscosidad obtenidos con el modelo de
2º orden a 190ºC, 200ºC y 210ºC para el PP‐PPMA‐FA.
Las constantes correspondientes al PP‐PPMA‐FA son las siguientes:
Tabla IV. 10. Valores de las constantes del modelo matemático para PP‐PPMA‐FA.
A B C D E F
5,3920 0,27793 2,44029e‐2 ‐4,11839e‐2 1,62717e‐3 ‐1,07695e‐5
Capítulo IV: Fabricación y estudio reológico del composite
IV‐27
PP‐PPMA‐FB
Según los resultados, este material es el más homogéneo de los materiales por la
repetibilidad obtenida para las tres temperaturas ensayadas. Para 190ºC (Tabla
IV.13A), las tres series son casi idénticas y se consideró la serie a para la
representación del modelo de 2º orden (Figura IV.23).
Figura IV.23: Valores de viscosidad frente shear rate del PP‐PPMA‐FB a 190ºC.
Para 200 ºC (Tabla IV.14A) y 210 ºC (Tabla IV.15A) las series son prácticamente
idénticas. Su representación queda recogidas en las Figuras IV.24 y IV.25.
Figura IV.24: Valores de viscosidad frente shear rate del PP‐PPMA‐FB a 200ºC.
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
IV‐28
Figura IV.25: Valores de viscosidad frente shear rate del PP‐PPMA‐FB a 210ºC.
Respecto a la comparación de los modelos de 2º orden para este material (Tabla
IV.11 y Figura IV.26), se observa el efecto de la temperatura al igual que en los
materiales anteriormente estudiados, aunque se aprecia en menor medida que en
ellos.
Tabla IV. 11: Comparativa entre los valores de viscosidad medida y calculada con el modelo de
2º orden de los ensayos a 190 ºC, 200 ºC y 210 ºC del PP‐PPMA‐FB.
Puntos T (ºC) V (mm/s) ηap (1/s) ηap medida
(Pa∙s) ηap calculada
(Pa∙s) Error (%)
M3P01 0,075 88 260 233,93 ‐11,144
M3P02 0,1 147 190 194,61 2,368
M3P03 0,25 356 130 134,67 3,466
M3P04 0,5 706 93 96,89 4,014
M3P05 0,75 1066 76 78,01 2,574
M3P06 1 1528 61 63,81 4,409
M3P07 1,5 2249 49 50,83 3,597
M3P08 2 3027 42 42,32 0,753
M3P09 3 4677 33 31,94 ‐3,327
M3P10 4 6538 26 25,44 ‐2,187
M3P11
190
5 8172 23 21,76 ‐5,712
M3P12 0,075 86 206 212,57 3,09
M3P13 0,1 131 183 184,48 0,804
M3P14 0,25 340 132 126,77 ‐4,122
M3P15 0,5 700 94 90,79 ‐3,538
M3P16 0,75 1107 72 71,83 ‐0,234
M3P17 1 1537 59 60,1 1,83
M3P18 1,5 2312 47 47,55 1,157
M3P19 2 3206 38 39,03 2,64
M3P20 3 4632 31 30,93 ‐0,242
M3P21
200
4 6177 26 25,58 ‐1,653
Capítulo IV: Fabricación y estudio reológico del composite
IV‐29
Puntos T (ºC) V (mm/s) ηap (1/s) ηap medida
(Pa∙s) ηap calculada
(Pa∙s) Error (%)
M3P22 0,075 86 177 187,58 5,642
M3P23 0,1 127 159 165,64 4,007
M3P24 0,25 328 123 116,12 ‐5,923
M3P25 0,5 676 91 84,28 ‐7,973
M3P26 0,75 1096 70 66,42 ‐5,391
M3P27 1 1568 55 54,99 ‐0,026
M3P28 1,5 2276 45 44,67 ‐0,739
M3P29 2 3316 35 35,8 2,225
M3P30 3 4974 27 27,83 2,991
M3P31
210
4 6632 22 23,09 4,724
M3P32 5 8290 20 19,88 ‐0,587
Figura IV.26 : Representación gráfica de los valores de viscosidad obtenidos con el modelo de
2º orden a 190ºC, 200 ºCy 210ºC para el PP‐PPMA‐FB.
Las constantes para el PP‐PPMA‐FB son las siguientes:
Tabla IV. 12: Valores de las constantes del modelo matemático para PP‐PPMA‐FB.
A B C D E F
0,46351 ‐1,0611 0,12415 ‐1,66179e‐2 3,37825e‐3 ‐4,11963e‐5
COMPARATIVA ENTRE MATERIALES
Para los cuatro materiales se considera, como era de esperar, que el valor de la
viscosidad disminuye a medida que aumenta la temperatura. Esa variación es
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
IV‐30
apreciable en todos los materiales estudiados, haciéndose menos patente en el
material PP‐PPMA‐FA.
También se aprecia que la discrepancia de los valores no es uniforme, y que esta
varía dependiendo de los rangos de velocidad. Para bajos valores de cizalla, la
variación es evidente, y para rangos de shear rate altos la disparidad es cada vez más
pequeña, incluso imperceptible para valores de shear rate cercanos a 10000 s‐1.
En la Figura IV.27 que a continuación se presenta, se grafican las curvas en las que se
comparan los distintos materiales ensayados a la temperatura programada de 190ºC.
Figura IV.27: Representación gráfica de los valores de viscosidad obtenidos con el modelo de
2º orden a 190ºC para todos los materiales.
En concreto llama la atención que el material sin refuerzo tenga una viscosidad a
190ºC mayor que cualquiera de los otros materiales. De forma general, los materiales
reforzados presentan un aumento en la viscosidad, cosa que no ocurre en este caso.
Ello lleva a pensar que los valores de viscosidad de los materiales reforzados
ensayados están siendo bajos por alguna razón. Esto puede ser debido a la porosidad
importante que presenta la granza generada, que está provocando atrapamientos de
aire durante el ensayo. El material con el tratamiento A es el menos viscoso, siendo
el material B de viscosidad similar al material sin reforzar. El material reforzado con la
fibra sin tratar se sitúa en la posición intermedia. Para velocidades de cizalla altas las
diferencias entre los distintos materiales prácticamente desaparecen.
En la figura IV.28 se representan los valores de la viscosidad corregida a 200ºC para
todos los materiales.
Capítulo IV: Fabricación y estudio reológico del composite
IV‐31
Figura IV.28: Representación gráfica de los valores de viscosidad obtenidos con el modelo de
2º orden a 200ºC para todos los materiales.
A 200ºC hay que destacar que el material con fibra sin tratar se comporta igual que el
material con el tratamiento A, el menos viscoso. Los otros dos materiales mantienen
un comportamiento muy similar entre ellos. También estas diferencias desaparecen
para velocidades de cizalla elevadas.
En la Figura IV.29 se representan los valores de la viscosidad corregida a 210ºC para
todos los materiales.
Figura IV.29: Representación gráfica de los valores de viscosidad obtenidos con el modelo de
2º orden a 210ºC para todos los materiales.
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
IV‐32
A 210 ºC las diferencias entre los materiales son menos acentuadas, aunque parece
que se mantiene la tendencia de reducción de viscosidad del material reforzado con
fibra sin tratar.
IV.3. OBTENCIÓN DEL COMPORTAMIENTO VISCOSO CON MOLDE EN
ESPIRAL
Uno de los objetivos de la presente tesis, como ya se mencionó, es analizar el
comportamiento que los materiales estudiados tienen en los procesos de inyección.
Estos composites pueden considerarse como materiales que podrían generar
condiciones de inyección no convencionales, al ser mezclas de sustancias no
uniformes. Esto supone que la obtención de un modelo viscoso que caracterice
reológicamente las condiciones de transformación reales requiere un trabajo más
complejo.
Una de las formas de analizar el comportamiento viscoso del material en el proceso
de inyección es realizarlo en el mismo proceso. Es decir, fundir y plastificar el
material en una unidad de inyección e inyectar el material en un molde. El análisis y
estudio que se realizó en este trabajo de investigación se llevó a cabo en un molde
con forma de espiral. Dicho molde, fabricado y desarrollado por el TIIP (Taller de
Inyección de la Industria de los Plásticos) de la Universidad de Zaragoza, está abierto
por uno de los extremos de la espiral. Esto permite que el material fluya libremente y
su alcance esté en función de las condiciones de inyección y, por supuesto, de la
viscosidad del material.
Obviamente el modelo viscoso que se obtiene se asemejará al comportamiento
viscoso real del material cuando sea sometido a transformaciones en los moldes de
inyección, puesto que las condiciones del ensayo en el molde en espiral son
extrapolables a condiciones del proceso industrial de inyección.
IV.3.1 MOLDE EN ESPIRAL.
Esta herramienta permite evaluar la procesabilidad de materiales en diferentes
condiciones de inyección. Para ello se va a emplear la metodología de caracterización
desarrollada por el TIIP de la Universidad de Zaragoza, que permite obtener de forma
Capítulo IV: Fabricación y estudio reológico del composite
IV‐33
sencilla y económica, y mediante un proceso de inyección del material en un molde,
la caracterización de termoplásticos en condiciones reales del proceso.
La inyección del material en el molde en espiral nos determina la longitud de la
espiral de material, obtenida bajo los parámetros definidos de: capacidad del molde
y condiciones de presión y temperatura de trabajo. Además la medida de la caída de
presión en dos puntos específicos del molde aporta información para la
determinación del comportamiento viscoso. Siendo éste el objetivo principal con el
que realizar el análisis de la influencia de diferentes parámetros del proceso. La
aplicación de esta metodología requiere la realización de las etapas representadas en
la Figura IV.30.
Figura IV.30: Etapas del desarrollo del modelo reológico con molde en espiral.
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
IV‐34
GEOMETRÍA DEL MOLDE EN ESPIRAL E INSTRUMENTACIÓN AUXILIAR.
GEOMETRÍA DEL MOLDE
La geometría del molde espiral consiste en una placa de 250 x 250 mm en donde
tiene labrada una sección de paso constante que permite medir la diferencia de
presión entre dos puntos. Para medir esta diferencia de presión el molde tiene
labrados unos huecos en puntos concretos que permiten el alojamiento de unos
sensores de presión. La huella del molde consiste en una espiral de Arquímedes con
3,75 vueltas, su sección de paso es de 20 mm de ancho por 2 mm de espesor y 84
mm de longitud entre transductores, para la medida de presión. Sobre la placa fija
hay grabada una escala en centímetros que queda marcada sobre la superficie de la
pieza inyectada y que permite medir fácilmente la longitud de las espirales. Se trata
de un molde abierto que no tiene limitado el volumen de material, y que si éste
excede la longitud total del molde puede salir por una abertura lateral. Por tal
motivo, en su uso se corta el llenado mediante un límite de presión alcanzado en la
unidad de inyección.
Figura IV.31: Geometria del molde en espiral.
INSTRUMENTACIÓN AUXILIAR.
Para llevar a cabo los ensayos a distintas condiciones de inyección, es necesario
utilizar una instrumentación adicional consistente en dos transductores de presión
de la marca Kistler y modelo 6157BB. Estos están colocados en la placa (Figura IV.31)
y coincidentes con la cavidad de la espiral, y aunque se pueden montar hasta 3
Capítulo IV: Fabricación y estudio reológico del composite
IV‐35
sensores, solo fueron utilizados los sensores 1 y 2 representados en la siguiente
imagen:
Figura IV.32: Localización de los transductores en el molde.
Con la información extraída de los registros de presión, se determina la caída de
presión entre ambos transductores, que se considera en condiciones de flujo
isotermo al haber una mínima bajada de temperatura entre ambos puntos. Esta
diferencia térmica entre los dos puntos no puede ser superior a 2ºC, a fin de asegurar
la consideración de régimen isotermo (Figura IV.33).
Figura IV.33: Representación gráfica de la evolución de la medida de presión en los 2
transductores.
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
IV‐36
CONDICIONES DEL PROCESO.
Los parámetros de inyección fueron fijados previamente con el propósito de obtener
resultados comparativos entre todos los ensayos. Las variables del proceso fijadas en
estos ensayos fueron las siguientes:
Temperatura de inyección.
Velocidad de inyección.
Límite de presión de inyección.
TEMPERATURA DE INYECCIÓN.
El material fue inyectado a cuatro temperaturas diferentes: 190ºC, 200ºC, 210ºC y
240ºC. Las tres primeras temperaturas se establecieron para contemplar las
temperaturas habituales de inyección del PP con refuerzo de fibras naturales, y el
último valor de 240 ºC para evaluar la degradabilidad de estos materiales ensayados
y comprobar la eficacia de los tratamientos aplicados.
VELOCIDAD DE INYECCIÓN
La regulación de la velocidad de inyección tiene lugar mediante la programación de la
velocidad, estableciendo tres límites correspondientes al 25%, 50% y 75% del valor
de velocidad máxima de inyección de la máquina. Con estos porcentajes se buscó
tener un amplio rango de variaciones de velocidad, y así intentar que esta condición
se asemeje a las reales en un futuro proceso industrial al que los materiales puedan
someterse.
Estos límites fueron establecidos de tal modo que representan valores de velocidad
suficientemente adecuados como para que en el recorrido del fluido en el espacio
entre transductores no haya una pérdida de temperatura superior a 2ºC.
PRESIÓN DE INYECCIÓN
Al igual que en el caso de la velocidad, se consideró establecer un límite de presión
correspondiente al 40%, 60% y 80% de la presión máxima de inyección que
corresponde a 1735 bares.
Capítulo IV: Fabricación y estudio reológico del composite
IV‐37
INYECCIÓN EN EL MOLDE EN ESPIRAL.
En el proceso de inyección se llevan a cabo dos fases de forma simultánea: fase de
llenado y fase de enfriamiento.
El flujo de plástico va entrando en el molde, a una velocidad determinada. A medida
que avanza el material, se produce la denominada capa fría sobre las paredes del
molde debido al salto térmico. Esta capa impone una cierta resistencia al paso del
flujo del material, creándose una cavidad con material fundido en su interior. El
plástico, en su avance por el interior del molde, continúa con la misma dinámica de
enfriamiento y creación de la capa fría y del próximo núcleo derretido. Al ser un
molde abierto, no existe etapa de presurización ni fase de compactación puesto que
en el ensayo, no es necesario llenar la cavidad del molde de forma completa. La
metodología aplicada sólo precisa que el flujo llegue a los dos sensores de presión a
las condiciones de proceso especificadas.
La distribución de la temperatura no es completamente uniforme en toda la pieza ya
que hay zonas que solidifican antes que otras quedando la pieza con una mezcla
sólido‐líquido de forma que se asemeja a un delta fluvial. Es precisamente en estas
zonas aún fundidas, por donde se produce el paso del nuevo material. Por estos
canales pasa el material a gran velocidad, generándose, como consecuencia de ello,
un alto grado de orientación y, por tanto, de tensiones en estas zonas.
La óptima calidad de la pieza depende de las tensiones que se crean en esta fase, por
lo que se debe controlar el flujo así como la duración de la fase y la presión de
trabajo. De esta forma, se obtienen valores bajos de tensiones y se evita la formación
de rechupes y marcas superficiales.
La inyección en el molde en espiral se lleva a cabo en una inyectora marca
Mateu&Sole modelo Meteor270/75 (Figura IV.34) disponible en las instalaciones de
TIIP y con las características descritas en la Tabla IV.13.
Tabla IV. 13: Características de la inyectora Mateu&Sole modelo Meteor270/75.
Inyectora Mateu & Sole Meteor 270/55 H
Fuerza de cierre TN 55
Mínimo mm 120 Espesor del molde Máximo mm 300
Cierre
Carrera máxima de apertura mm 350
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
IV‐38
Mateu & Sole Meteor 270/55 H Inyectora Mateu & Sole Meteor
270/55 H
Dimensiones de los platos H*V mm 525 * 525
Paso entre columnas H*V mm 355 *355
Distancia Máxima entre platos mm 650
Diámetro de las columnas mm 60
Fuerza máxima de expulsión KN 44
Carrera máxima de expulsión mm 130
Diámetro del husillo mm 35
Relación L/D del husillo ‐‐‐ 20,5
Presión máxima de inyección Bar 1735
Volumen teórico de inyección cm3 155
Peso máximo de inyección PS Gr 140
Caudal de inyección cm 3/s 91
Capacidad de plastificación g/s 50
Velocidad regulable del husillo m‐1 216
Par de giro del husillo Nm 696
Zonas de calefacción Nº 4+1
Potencia de calefacción Kw 9,58
Inyección
Fuerza máxima de apoyo boquilla KN 90,7
Carrera máxima de la boquilla mm 320
Ciclo en vacio min‐1 60
Potencia del motor KW (CV) 15 (20)
Potencia total instalada KW 24,58
Capacidad del depósito del aceite L 170+20
General
Peso neto de la máquina kg 3200
Figura IV.34: Máquina de Inyección Mateu&Sole modelo Meteor270/75
PRUEBAS DE INYECCIÓN.
Como consecuencia de la variación de los parámetros de proceso y la combinación de
los mismos surgen 36 condiciones de inyección diferentes para cada uno de los 4
materiales ensayados. Dichas condiciones se han codificado con las denominaciones
Capítulo IV: Fabricación y estudio reológico del composite
IV‐39
que aparecen en las siguientes tablas. En cada una de estas condiciones se
inyectaron 3 espirales, desechando la primera y obteniendo los registros de presión
de las 2 últimas, salvo con el material 4 que por escasez de material se decidió
inyectar solamente 2 espirales. Por tanto, por material se obtuvieron 72 espirales
(dos espirales por condición del proceso).
Tabla IV. 14: Nomenclatura de las espirales obtenidas a 190ºC.
Límite de presión de inyección % máx. Temperatura 190ºC 40% 60% 80%
25% C01 C04 C07 50% C02 C05 C08
Velocidad de
Inyección 75% C03 C06 C09
Tabla IV. 15: Nomenclatura de las espirales obtenidas a 200ºC.
Límite de presión de inyección % máx. Temperatura 200ºC 40 60 80
25% C10 C13 C16 50% C11 C14 C17
Velocidad de
Inyección 75% C12 C15 C18
Tabla IV. 16: Nomenclatura de las espirales obtenidas a 210ºC.
Límite de presión de inyección % máx. Temperatura 210ºC 40 60 80
25% C19 C22 C25 50% C20 C23 C26
Velocidad de
Inyección 75% C21 C24 C27
Tabla IV. 17: Nomenclatura de las espirales obtenidas a 240ºC.
Límite de presión de inyección % máx. Temperatura 240ºC 40 60 80
25% C28 C31 C34 50% C29 C32 C35
Velocidad de
Inyección 75% C30 C33 C36
A continuación se presenta una imagen de las espirales de PP‐PPMA obtenidas con
cada una de las condiciones del proceso.
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
IV‐40
Figura IV.35: Ejemplo de las espirales obtenidas al someter al PP‐PPMA a las distintas
condiciones del estudio.
También para los diferentes materiales y condiciones de proceso evaluadas, ya
descritas, se extrajo in situ el tiempo de inyección que registró el control de la
máquina. Éste es el tiempo necesario hasta alcanzar el límite de presión establecido
que junto con la velocidad y temperaturas de inyección son las variables de proceso
modificadas. Posteriormente se determinaron para todas las condiciones ensayadas,
las longitudes de las espirales correspondientes con ayuda de una escala grabada en
el molde y que era reproducida en las muestras.
En las tablas IV.17 A y IV.18 A del anexo de este tema, se encuentra el resumen con
todas las longitudes medidas para los dos espirales generadas en cada uno de los 36
casos ensayados, así como los tiempos de inyección alcanzados en cada ensayo.
También se pueden ver las diferencias de cada una de estas variables con respecto a
los valores obtenidos con el material sin reforzar. Todos estos datos han permitido
discernir el grado de fluidez del material para las diferentes condiciones de proceso.
En las tablas IV.19 A del anexo del tema se presentan los datos del caudal de llenado
del molde a partir del tiempo transcurrido entre los dos disparos de los sensores.
Este dato se ha obtenido a partir del volumen de la espiral y el tiempo de llenado. A
partir de esta información se puede obtener los valores aparentes de la velocidad de
cizalla y viscosidad, considerando como simplificación un comportamiento
newtoniano del polímero.
Finalmente con estos datos de viscosidad y velocidad de cizalla de todas las
condiciones de inyección ensayadas, se han generado los modelos viscosos que
definen el comportamiento del material. Los modelos utilizados y que son los usados
Capítulo IV: Fabricación y estudio reológico del composite
IV‐41
con mayor frecuencia, en las herramientas de simulación reológicas, han sido: el
modelo exponencial y el de segundo orden que se ajustan a las ecuaciones IV.10,
IV.11 del apartado 4.4.2 del presente capítulo.
IV.4. ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS.
En este apartado se exponen las conclusiones de los datos obtenidos en los ensayos.
A fin de considerar la fluidez del material se hace un análisis de las longitudes de las
espirales y el tiempo que tarda el fluido en recorrer el espacio entre sensores de
presión. Para finalizar, analizando el modelo reológico que se adecue a los datos
obtenidos.
IV.4.1 ANÁLISIS DE LAS LONGITUDES.
Como era de esperar para todos los materiales, cuando se eleva el límite de presión
para una velocidad y temperatura de ensayo constantes, la longitud de la espiral
aumenta (Figura IV.36)
Figura IV.36: Representación de las longitudes de las espirales con condiciones de presión de
trabajo:a) 40% de la presión máxima b) 60% de la presión máxima c) 80% de la presión
máxima.
Lo mismo ocurre cuando lo que se eleva es la temperatura de inyección,
manteniendo la velocidad y el límite de presión constantes (Figura IV.37).
Como se puede observar, para el caso en el que se incrementa la velocidad de
inyección, manteniendo constante las otras dos variables, la longitud de la espiral
disminuye ya que se alcanza antes el límite de presión, como cabía esperar.
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
IV‐42
Figura IV.37: Variación de la longitud de las espirales con respecto a la temperatura.
Figura IV.38: Variación de la longitud de las espirales con respecto a la velocidad de inyección
Para el análisis de las longitudes se ha propuesto realizar un estudio comparativo
entre el material de referencia que es el PP‐PPMA y el resto de materiales
reforzados.
Para ello se determinaron las longitudes de las espirales obtenidas y se estableció el
porcentaje en el nivel significancia entre valores (siempre con respecto al valor del
material de referencia) de un 5%. Estos valores están recopilados en la Tabla IV.17A
Capítulo IV: Fabricación y estudio reológico del composite
IV‐43
del anexo del tema. También se presenta una tabla resumen de los valores medios de
las longitudes de las dos espirales obtenidas para cada condición y cada material.
Tabla IV.18.
Tabla IV. 18: Longitudes medias de las espirales de PP‐PPMA, PP‐PPMA‐F, PP‐PPMA‐FB, PP‐
PPMA‐FA.
Condiciones Molde en Espiral Longitudes Medias de las Espirales(cm)
T.inyección (ºC)
P.lím (%) V.máx (%) PP‐PPMA PP‐PPMA‐F PP‐PPMA‐FB
PP‐PPMA‐FA
25 24,75 24,63 21,63 21,25
50 20,88 22,00 19,50 17,75 40
75 17,50 19,13 16,50 15,38
25 34,63 34,75 31,00 31,75
50 31,88 32,50 28,75 29,63 60
75 28,63 29,13 26,25 26,63
25 44,50 43,63 40,88 41,63
50 41,38 40,63 38,75 38,63
190
80
75 39,25 38,63 36,38 36,50
25 26,75 26,50 23,88 24,25
50 23,75 23,38 21,50 21,00 40
75 20,38 19,88 18,50 17,25
25 36,50 35,88 33,63 34,25
50 34,00 33,63 31,50 31,63 60
75 31,13 29,88 28,63 28,50
25 48,00 46,13 43,13 44,50
50 44,63 43,13 40,63 41,88
200
80
75 41,75 41,00 39,13 39,13
25 28,38 26,88 25,00 25,75
50 25,00 24,00 22,88 22,63 40
75 22,00 20,88 19,63 19,88
25 39,50 37,50 35,38 36,25
50 36,75 34,50 33,38 33,88 60
75 33,38 31,25 30,00 30,75
210
80 25 50,50 48,75 45,25 47,38
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
IV‐44
Condiciones Molde en Espiral Longitudes Medias de las Espirales(cm)
T.inyección (ºC)
P.lím (%) V.máx (%) PP‐PPMA PP‐PPMA‐F PP‐PPMA‐FB
PP‐PPMA‐FA
50 46,50 45,38 42,50 44,38
75 44,00 42,00 40,50 41,25
25 29,13 30,88 28,50 30,63
50 27,50 27,75 25,63 27,75 40
75 23,63 23,25 22,25 24,13
25 43,75 43,38 40,88 42,75
50 40,50 39,13 37,00 38,88 60
75 37,38 35,75 34,13 35,88
25 57,75 55,38 52,00 55,13
50 51,88 51,50 48,75 51,50
240
80
75 48,13 47,25 44,88 48,13
ANÁLISIS COMPARATIVO DE LONGITUDES ENTRE EL PP‐PPMA Y PP‐PPMA‐F.
Figura IV.39: Fotografía de las espirales obtenidas con PP‐PPMA y PP‐PPMA‐F.
Capítulo IV: Fabricación y estudio reológico del composite
IV‐45
En la observación de la Tabla IV.17A y la Figura IV.36 se aprecia que las longitudes de
las espirales obtenidas son más largas cuando el material no tiene refuerzo.
Hay algunos casos excepcionales en donde las espirales del material con refuerzo
alcanzan longitudes mayores que el PP‐PPMA, incluso por encima del 5% propuesto
(Tabla IV.19).
Tabla IV. 19: Detalle extraído de la Tabla IV.17A del anexo.
L (cm)
Espiral Tinyección (ºC) Vmáx (%) Plím (%) PP‐PPMA PP‐PPMA‐F %
E‐01 190 75 40 17,5 19,25 ‐10,00
E‐02 190 75 40 17,5 19,00 ‐8,57
Es de destacar que estos valores se han obtenido en condiciones de temperatura y
presión bajas.
De igual forma, según se aprecia en la tabla IV.17 A del anexo, a medida que aumenta
la velocidad de inyección, la longitud disminuye, y cuando aumenta la presión,
manteniendo las otras variables constantes, la longitud de la probeta aumenta.
ANÁLISIS COMPARATIVO DE LONGITUDES ENTRE EL PP‐PPMA Y PP‐PPMA‐FB.
En el material reforzado con fibra con el tratamiento B, en casi todos los casos
ensayados se obtienen espirales significativamente más cortas y con variaciones
mayores al 5% con respecto al PP‐PPMA. Solo cuando se trabaja a 240ºC, con un bajo
límite de presión del 40% y una velocidad de inyección baja del 25%, se obtienen
espirales que aun siendo más cortas que en el material sin reforzar, tienen una
variación inferior al 5% (Tabla IV.20).
Tabla IV. 20: Detalle extraído de la Tabla IV.17A del anexo.
L (cm)
Espiral Tinyección (ºC) Vmáx (%) Plím (%) PP‐PPMA PP‐PPMA‐FB %
C28
E‐01 240 25 40 29,25 28,25 3,42
E‐02 240 25 40 29 28,75 0,86
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
IV‐46
A continuación se muestran las imágenes de las espirales (EO1) obtenidas para
ambos materiales.
Figura IV.40: Fotografía de las espirales obtenidas con PP‐PPMA y PP‐PPMA‐FB.
ANÁLISIS COMPARATIVO DE LONGITUDES ENTRE EL PP‐PPMA Y PP‐PPMA‐FA.
Las longitudes de las espirales del material de referencia siguen siendo más largas
que las del PP‐PPMA‐FA. En la Figura IV.41, se presentan las fotografías donde se
pueden ver comparativas de los dos materiales
Las diferencias entre las longitudes son superiores al 5% en casi todas las condiciones
ensayadas, llegando en alguna ocasión hasta alcanzar un nivel de diferenciación de
un 17%. Este caso se da en condiciones de proceso de 200ºC de temperatura,
velocidad de inyección al 75% y presión de trabajo al 40%, como se observa en la
Tabla IV.21.
Capítulo IV: Fabricación y estudio reológico del composite
IV‐47
Figura IV.41: Fotografía de las espirales obtenidas con PP‐PPMA y PP‐PPMA‐FA.
Tabla IV. 21: Detalle extraído de la Tabla IV.17A del anexo.
lespiral (cm)
Espiral Tinyección (ºC) Vmáx (%) Plím (%) PP‐PPMA PP‐PPMA‐FA %
E‐02 200 75 40 20,5 9,76 17,00
Sin embargo, este material, a diferencia de lo que ocurría con el PP‐PPMA‐FB, a la
temperatura de 240ºC comienza a tener un comportamiento anómalo. Las longitudes
de las espirales presentan valores mayores llegando, incluso, a obtenerse valores
más propios del material de referencia, según se muestra en la Tabla IV.22.
Tabla IV. 22: Detalle extraído de la Tabla IV.17A del anexo.
lespiral (cm)
Espiral Tinyección
(ºC) Vmáx (%)
Plím (%)
PP‐PPMA PP‐PPMA‐
FA %
C28
E‐01 240 25 40 29,25 30,75 ‐5,13
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
IV‐48
lespiral (cm)
Espiral Tinyección (ºC) Vmáx (%) Plím (%) PP‐PPMA PP‐PPMA‐FA %
C29
E‐01 240 50 40 27,5 27,75 ‐0,91
E‐02 240 50 40 27,5 27,75 ‐0,91
C30
E‐02 240 75 40 23,25 24,50 ‐5,38
ANÁLISIS COMPARATIVO DE LONGITUDES ENTRE EL PP‐PPMA‐F , PP‐PPMA‐
FA , PP‐PPMA‐FB
Los porcentajes de significancia de los materiales reforzados y tratados son en su
mayoría superiores al 5%, disminuyendo la longitud de la espiral en mayor
proporción que en el material reforzado con fibra sin tratar; en donde los niveles de
significancia se reducen.
Esto claramente indica que los tratamientos están afectando a la fluidez del material,
respecto al material reforzado con fibra sin tratar y por supuesto al material sin
reforzar.
Para la temperatura de 240 ºC se aprecia que los niveles de significancia disminuyen,
siendo más patente en el caso del PP‐PPMA‐FA en donde estos se reducen
considerablemente. A modo de ejemplo se presenta el caso 14 y 32 donde se
observa cómo se reducen los porcentajes con el aumento de la temperatura (Tabla
IV.23).
Tabla IV. 23: Detalle (Casos 14,32) extraído de la Tabla IV.17A del anexo.
lespiral (cm)
Espiral Tinyección
(ºC) Vmáx (%)
Plím (%)
PP‐PPMA
PP‐PPMA‐
F %
PP‐PPMA‐FB
% PP‐
PPMA‐FA
%
C14
E‐01 200 50 60 34,25 33,50 2,19 31,5 8,03 31,75 7,30
E‐02 200 50 60 34,25 33,75 1,46 31,5 8,03 31,50 8,03
C32
E‐01 240 50 60 40,5 39,25 3,09 37 8,64 39,00 3,70
E‐02 240 50 60 40,5 39,00 3,70 37 8,64 38,75 4,32
Capítulo IV: Fabricación y estudio reológico del composite
IV‐49
Este efecto puede ser debido a que el anhídrido maleico incorporado a la fibra en el
tratamiento A, está afectando a la fluidez por degradación o por liberación de alguna
sustancia química proveniente del mismo.
IV.4.2. ANÁLISIS DE LOS TIEMPOS
Las conclusiones que se han obtenido respecto a los tiempos de inyección han sido
extraídas de la observación de los datos relacionados en la tabla IV.18 del anexo del
tema. La metodología establecida es la misma que la que se ha empleado en el
apartado anterior. Se estableció el nivel de significancia en un 5% y se comparó con
los tiempos del material de referencia (PP‐PPMA). Para todos los materiales del
estudio se observa que:
Como es sabido, la viscosidad del material fundido se ve afectada por la presión. La
compresión de un fundido reduce el volumen libre y por tanto aumenta la viscosidad.
Esto se traduce en un aumento del tiempo tal como se aprecia en la Figura IV.42.
Figura IV.42: Variación del Tiempo de inyección con la Presión.
También de forma general para todos los materiales ensayados, al incrementar la
velocidad de inyección, el tiempo de inyección disminuye (Figura IV.43).
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
IV‐50
Figura IV.43: Variación del Tiempo de inyección con la Velocidad máxima de inyección.
Figura IV.44: Variación del Tiempo de Inyección con la Temperatura.
En la figura IV.44 se observa claramente una diferencia muy significativa entre el
material sin reforzar y los reforzados para la temperatura de inyección más alta. En
cualquiera de ellos se obtienen tiempos de inyección bastante mayores con
variaciones de hasta un 55%, para el caso del PP‐PPMA‐FA y el 34% para PP‐PPMA‐F,
Tablas IV.24 y IV. 25, respectivamente.
Capítulo IV: Fabricación y estudio reológico del composite
IV‐51
Tabla IV. 24: Detalle (Caso 30) extraído de la Tabla IV.18A del anexo.
tinyección (s)
Espiral tiny (ºC) Vmáx (%) Plím (%) PP‐PPMA PP‐PPMA‐FA %
C30
E‐01 240 75 40 0,29 0,45 ‐55,17
E‐02 240 75 40 0,29 0,45 ‐55,17
Tabla IV. 25: Detalle (Caso 32) extraído de la Tabla IV.18A del anexo.
tinyección (s)
Espiral tiny (ºC) Vmáx (%) Plím (%) PP‐PPMA PP‐PPMA‐F %
C32
E‐01 240 50 60 0,63 0,85 ‐34,92
E‐02 240 50 60 0,63 0,85 ‐34,92
Por lo tanto, entre los materiales reforzados para este nivel de temperatura, se
puede decir que el material con fibra sin tratar y el material con tratamiento A,
tienen un comportamiento similar, y con las mayores variaciones respecto al material
sin reforzar.
En lo que respecta al material con tratamiento B, las diferencias encontradas sobre el
material sin refuerzo son las menores y en casi todas las condiciones ensayadas
inferiores al 20%. .
IV.5. MODELO REOLÓGICO MOLDE EN ESPIRAL.
Para la obtención del modelo reológico de los materiales ensayados se ha
considerado como punto de partida el modelo reológico exponencial del PP
HOSTACOM PPU X9067HS, utilizado como base para los distintos ensayos realizados
en la tesis. Estos datos han sido extraídos de la base de datos de materiales de
inyección. Las características del material se exponen a continuación.
IV.5.1. CARACTERISTICAS DEL PP HOSTACON PPU X9067HS
Como se ha mencionado en el apartado 2 referente a los materiales, el polipropileno
utilizado es un copolímero de alta cristalinidad y rigidez, dureza y flujo. Sus
características están recogidas en la Tabla IV.1 del tema.
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
IV‐52
También se presenta en la Figura IV.45 la evolución de la viscosidad del material para
un amplio rango de velocidad de cizalla, y para los valores habituales de temperatura
de inyección entre 200ºC‐260ºC, extraída de las bases de datos de los materiales de
inyección. Esta gráfica es la referente para observar diferencias con los materiales
ensayados.
Figura IV.45: Evolución de la Viscosidad del PP Hostacon PPU X9067HS.
La evaluación de modelos reológicos a partir de los ensayos en molde en espiral, está
limitado por un rango de valores de velocidad de cizalla más bajo, debido a las
características geométricas del molde y de las inyectoras, en comparación con los
reómetros. Por tal motivo los valores obtenidos en estos ensayos se concentran en
un intervalo de valores de velocidad de cizalla entre 1000‐3600 s‐1, a los que les
corresponde viscosidades entre 25‐130 Pa∙s. A partir de estos valores se han
calculado los parámetros que definen tanto los modelos reológicos de tipo
exponencial (Tabla IV.26) como de segundo orden (Tabla IV.27). Los valores de las
constantes han sido calculados mediante el programa informático POLYFLOW. Con
ello, se ha observado que el modelo de tipo exponencial se ajusta mejor a la tipología
de curvas del material de referencia y se ha considerado como idóneo para este
análisis.
Capítulo IV: Fabricación y estudio reológico del composite
IV‐53
Tabla IV. 26: Parámetros de ajuste al modelo exponencial.
Material Constantes Modelo Exponencial A B C Ajuste
PP‐PPMA 1,148 104 ‐0,761 2,207 10‐3 0,887 PP‐PPMA‐F 1,272 105 ‐0,896 4,312 10‐3 0,994 PP‐PPMA‐FB 1,826 105 ‐0,923 ‐4,559 10‐3 0,995 PP‐PPMA‐FA 0,931 104 ‐0,643 ‐2,221 10‐4 0,871
Tabla IV. 27: Parámetros de ajuste al modelo de Segundo Orden.
Material Constantes Modelo de Segundo Orden A0 A1 A2 A3 A4 A5
PP‐PPMA 0,019 1,640 6,459 103 ‐0,373 ‐3,771 10‐4 ‐1,588 10‐5 PP‐PPMA‐F 4,978 ‐0,573 ‐5,682 10‐3 ‐0,080 9,157 10‐4 2,169 10‐6 PP‐PPMA‐FB 3,343 0,730 ‐9,396 10‐3 ‐0,274 6,379 10‐4 1,287 10‐5 PP‐PPMA‐FA 3,350 0,178 ‐1,303 10‐3 ‐0,184 5,233 10‐4 ‐5,236 10‐6
La representación gráfica de los datos de las tablas comprendidas entre la IV.19A y la
IV.26A del anexo del tema, correspondientes a las dos espirales obtenidas de los
distintos materiales, se muestran a continuación incluyendo las conclusiones
observadas en ellas.
PP‐PPMA
Figura IV.46: Comparativa y Evolución de la viscosidad del PP‐PPMA EO1.
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
IV‐54
Figura IV.47: Comparativa y Evolución de la viscosidad del PP‐PPMA EO2.
Para el PP‐PPMA se observa en las Figuras IV.46 y IV.47 unos valores de viscosidad
más elevados para el rango analizado, que en el caso del PP de referencia utilizado, y
con una variación con la temperatura más estrecha. La pendiente es también mayor
lo que implicaría un incremento en viscosidad más elevado para el mismo
incremento en la velocidad de cizalla.
PP‐PPMA‐F
En el proceso de inyección de este material, se observó lo siguiente:
El material producía un babeo que estuvo acompañado de pequeñas detonaciones o
“petardeo”, producido probablemente por la aparición de gases procedentes de la
degradación de algunos componentes de la fibra, que no se habían eliminado al no
estar tratada.
También se observó, a 240ºC, cómo esos gases producían irritabilidad de la garganta
y la nariz, así como un olor característico de la degradación de materiales naturales.
En la inspección visual de las espirales se observó unas ráfagas cortas y dispersas en
las superficies, que probablemente se deban a las trayectorias seguidas por
aglomeraciones de fibra durante el llenado de la pieza, dejando un acabado mate en
las superficies de las piezas, según se puede observar en la figura siguiente.
Capítulo IV: Fabricación y estudio reológico del composite
IV‐55
Figura IV.48: Aglomeraciones de las fibra en el PP‐PPMA‐(Caso C34 ).
La evolución de los valores de la viscosidad se detallan en las Figuras IV.49 y IV.50:
Figura IV.49: Comparativa y Evolución de la viscosidad del PP‐PPMA‐F EO1.
Para el PP‐PPMA‐F se pueden establecer las mismas consideraciones que respecto al
material anterior, en donde se consiguen valores de viscosidad más altos para el
rango de velocidades de cizalla considerado, que la referencia. Apreciándose un
incremento ligeramente superior al 10% en la viscosidad para los valores de la
velocidad de cizalla en torno a 1000 1/s. Sobre estos valores, aparecen viscosidades
máximas del orden de 106 Pa∙s, cuando para el PP‐PPMA sin reforzar estaban en
torno a 95 Pa∙s. (Tablas IV.21A, IV22A, IV23A, IV24A del anexo del tema).
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
IV‐56
Figura IV.50: Comparativa y Evolución de la viscosidad del PP‐PPMA‐F EO2.
PP‐PPMA‐FB
La inyección con este tipo de material presentó un problema de aglomeración de la
fibra en la dosificación de la granceadora. Esto se tradujo en una disminución en la
velocidad del paso del flujo durante este proceso. También, presentaban un frente
de flujo más regular y uniforme, mostrando menor contracción en comparación con
el material sin reforzar.
La representación de los datos de viscosidad obtenidos se encuentra representados
en las Figuras IV.51 y IV.52.
En el PP‐PPMA‐FB se observan unas diferencias más apreciables en cuanto al
incremento de viscosidad respecto a las curvas de referencia y de mayor magnitud a
bajas velocidades de cizalla. Se alcanzan viscosidades de hasta 128 Pa∙s, (tabla IV.24 A
del anexo) lo que representa en torno al 30% respecto a los valores obtenidos para el
PP‐PPMA sin refuerzo.
Capítulo IV: Fabricación y estudio reológico del composite
IV‐57
Figura IV.51: Comparativa y Evolución de la viscosidad del PP‐PPMA‐FB EO1.
Figura IV.52: Comparativa y Evolución de la viscosidad del PP‐PPMA‐FB EO2.
PP‐PPMA‐FA.
La dosificación en la granceadora fue más fácil con la fibra con tratamiento A por
estar más suelta y no producir aglomeraciones. Se consiguió un flujo de dosificación
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
IV‐58
más constante y rápido que con el tratamiento B lo que podría indicar un aumento
en la fluidez del material.
En la inyección de probetas con el PP‐PPMA‐FA se observó, manteniendo las mismas
condiciones de inyección que para el resto, una mayor presencia de rebabas, que
llegaban a producir atrapamientos del bebedero en la placa fija. Esto se solventó
aumentando el tiempo de enfriamiento a 15 s, y solo se explica por un incremento de
fluidez de este material.
También se observó la aparición de rechupes en las probetas obtenidas a 190ºC.
A la temperatura de 240ºC, en la boquilla de inyección se producía un babeo de
forma general en todos los materiales, pero para el tratamiento A en concreto, se
notaba con mayor profusión, incluso provocó inestabilidad o irregularidad en las
inyecciones por las pérdidas de material.
La representación de los datos de viscosidad obtenidos se encuentra representados
en las Figuras IV.53 y IV.54.
Figura IV.53: Comparativa y Evolución de la viscosidad del PP‐PPMA‐FA EO1.
Capítulo IV: Fabricación y estudio reológico del composite
IV‐59
Figura IV.54: Comparativa y Evolución de la viscosidad del PP‐PPMA‐FA EO2.
En las gráficas se observa que ocurre lo mismo que para el material anterior, aunque
se aprecia que la curva para la temperatura más alta de 240ºC, está más separada de
las temperaturas más bajas, y en especial para las velocidades de cizalla más bajas.
Esto refleja el incremento de fluidez que presentó este material a esta temperatura.
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
IV‐60
INDICE DE FIGURAS
Figura IV.1: Diagrama de operaciones de la mezcla Matriz –Fibra ................................2
Figura IV.2 (a) Fibra larga y limpia antes de cortar; (b) Fibra tratada químicamente....4
Figura IV.3. Fibra cortada a 3 mm. .................................................................................5
Figura IV.4: a) Línea de Extrusión b) Detalle de la Boquilla.......................................6
Figura IV.5: Enfriamiento en agua del hilo‐composite extrusionado.............................7
Figura IV.6 Granza de composite con fibra incorporada................................................7
Figura IV.7 Granza de PP+PPMA. ...................................................................................8
Figura IV.8 Diagrama de un fluido en flujo cortante simple [1]. ....................................9
Figura IV.9. Representación de curvas de flujo para diferentes fluidos. 1) Fluido
newtoniano, 2) Fluido no newtoniano adelgazante, 3) Fluido no newtoniano
dilatante, 4) Fluido de Bingham. ..................................................................................10
Figura IV.10: a) Esquema de un reómetro y b) Reómetro capilar GOTTFERT 1500.....14
Figura IV.11: Valores de de viscosidad frente shear rate del PP‐PPMA a 190ºC. ........18
Figura IV.12: Valores de viscosidad frente shear rate del PP‐PPMA a 200ºC. .............18
Figura IV.13: Valores de shear rate y viscosidad del PP‐PPMA a 210ªC. .....................19
Figura IV.14: Representación gráfica de los valores de viscosidad obtenidos con el
modelo de 2º orden a 190ºC, 200ºC y 210ºC para el PP‐PPMA. .................................19
Figura IV.15: Valores de viscosidad frente a shear rate del PP‐PPMA‐F a 190ºC. .......21
Figura IV.16: Valores de viscosidad frente shear rate del PP‐PPMA‐F a 200ºC. ..........21
Figura IV.17 Valores de viscosidad frente shear rate del PP‐PPMA‐F a 210ºC. ...........22
Figura IV.18: Representación gráfica de los valores de viscosidad obtenidos con el
modelo de 2º orden a 190ºC, 200ºC y 210ºC para el PP‐PPMA‐F. ..............................23
Figura IV.19: Valores de viscosidad frente shear rate del PP‐PPMA‐FA a 190ºC.........24
Figura IV.20: Valores de viscosidad frente shear rate del PP‐PPMA‐FA a 200ºC.........24
Figura IV.21: Valores de viscosidad frente shear rate del PP‐PPMA‐FA a 210ºC.........25
Capítulo IV: Fabricación y estudio reológico del composite
IV‐61
Figura IV.22: Representación gráfica de los valores de viscosidad obtenidos con el
modelo de 2º orden a 190ºC, 200ºC y 210ºC para el PP‐PPMA‐FA. ........................... 26
Figura IV.23: Valores de viscosidad frente shear rate del PP‐PPMA‐FB a 190ºC. ....... 27
Figura IV.24: Valores de viscosidad frente shear rate del PP‐PPMA‐FB a 200ºC. ....... 27
Figura IV.25: Valores de viscosidad frente shear rate del PP‐PPMA‐FB a 210ºC. ....... 28
Figura IV.26 : Representación gráfica de los valores de viscosidad obtenidos con el
modelo de 2º orden a 190ºC, 200 ºCy 210ºC para el PP‐PPMA‐FB............................. 29
Figura IV.27: Representación gráfica de los valores de viscosidad obtenidos con el
modelo de 2º orden a 190ºC para todos los materiales. ............................................ 30
Figura IV.28: Representación gráfica de los valores de viscosidad obtenidos con el
modelo de 2º orden a 200ºC para todos los materiales. ............................................ 31
Figura IV.29: Representación gráfica de los valores de viscosidad obtenidos con el
modelo de 2º orden a 210ºC para todos los materiales. ............................................ 31
Figura IV.30: Etapas del desarrollo del modelo reológico con molde en espiral. ....... 33
Figura IV.31: Geometria del molde en espiral. ............................................................ 34
Figura IV.32: Localización de los transductores en el molde....................................... 35
Figura IV.33: Representación gráfica de la evolución de la medida de presión en los 2
transductores............................................................................................................... 35
Figura IV.34: Máquina de Inyección Mateu&Sole modelo Meteor270/75 ................. 38
Figura IV.35: Ejemplo de las espirales obtenidas al someter al PP‐PPMA a las distintas
condiciones del estudio. .............................................................................................. 40
Figura IV.36: Representación de las longitudes de las espirales con condiciones de
presión de trabajo:a) 40% de la presión máxima b) 60% de la presión máxima c) 80%
de la presión máxima................................................................................................... 41
Figura IV.37: Variación de la longitud de las espirales con respecto a la temperatura.
..................................................................................................................................... 42
Figura IV.38: Variación de la longitud de las espirales con respecto a la velocidad de
inyección ...................................................................................................................... 42
Figura IV.39: Fotografía de las espirales obtenidas con PP‐PPMA y PP‐PPMA‐F. ....... 44
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
IV‐62
Figura IV.40: Fotografía de las espirales obtenidas con PP‐PPMA y PP‐PPMA‐FB.......46
Figura IV.41: Fotografía de las espirales obtenidas con PP‐PPMA y PP‐PPMA‐FA. .....47
Figura IV.42: Variación del Tiempo de inyección con la Presión..................................49
Figura IV.43: Variación del Tiempo de inyección con la Velocidad máxima de
inyección. ..................................................................................................................... 50
Figura IV.44: Variación del Tiempo de Inyección con la Temperatura. .......................50
Figura IV.45: Evolución de la Viscosidad del PP Hostacon PPU X9067HS. ...................52
Figura IV.46: Comparativa y Evolución de la viscosidad del PP‐PPMA EO1.................53
Figura IV.47: Comparativa y Evolución de la viscosidad del PP‐PPMA EO2.................54
Figura IV.48: Aglomeraciones de las fibra en el PP‐PPMA‐(Caso C34 )........................55
Figura IV.49: Comparativa y Evolución de la viscosidad del PP‐PPMA‐F EO1..............55
Figura IV.50: Comparativa y Evolución de la viscosidad del PP‐PPMA‐F EO2..............56
Figura IV.51: Comparativa y Evolución de la viscosidad del PP‐PPMA‐FB EO1............57
Figura IV.52: Comparativa y Evolución de la viscosidad del PP‐PPMA‐FB EO2............57
Figura IV.53: Comparativa y Evolución de la viscosidad del PP‐PPMA‐FA EO1. ..........58
Figura IV.54: Comparativa y Evolución de la viscosidad del PP‐PPMA‐FA EO2. ..........59
Capítulo IV: Fabricación y estudio reológico del composite
IV‐63
INDICE DE TABLAS.
Tabla IV. 1: Propiedades de polipropileno HOSTACOM PPU X9067HS ......................... 3
Tabla IV. 2: Propiedades del polipropileno modificado Bondyram® 1004. ................... 3
Tabla IV. 3: Pesos de la fibra total (cortada a 3 mm y desechada) en los distintos
casos. ............................................................................................................................. 5
Tabla IV. 4: Pesos de granza obtenidos. ........................................................................ 6
Tabla IV. 5: Comparativa entre los valores de viscosidad medida y calculada con el
modelo de 2º orden de los ensayos a 190ºC, 200ºC y 210ºC del PP‐PPMA................ 20
Tabla IV. 6. Valores de las constantes del modelo matemático para PP‐PPMA.......... 20
Tabla IV. 7: Comparativa entre los valores de viscosidad medida y calculada con el
modelo de 2º orden de los ensayos a 190 ºC, 200 ºC y 210 ºC del PP‐PPMA‐F.......... 22
Tabla IV. 8. Valores de las constantes del modelo matemático para PP‐PPMA.......... 23
Tabla IV. 9: Comparativa entre los valores de viscosidad medida y calculada con el
modelo de 2º orden de los ensayos a 190 ºC, 200 ºC y 210 ºC del PP‐PPMA‐FA........ 25
Tabla IV. 10. Valores de las constantes del modelo matemático para PP‐PPMA‐FA. . 26
Tabla IV. 11: Comparativa entre los valores de viscosidad medida y calculada con el
modelo de 2º orden de los ensayos a 190 ºC, 200 ºC y 210 ºC del PP‐PPMA‐FB........ 28
Tabla IV. 12: Valores de las constantes del modelo matemático para PP‐PPMA‐FB. . 29
Tabla IV. 13: Características de la inyectora Mateu&Sole modelo Meteor270/75..... 37
Tabla IV. 14: Nomenclatura de las espirales obtenidas a 190ºC. ................................ 39
Tabla IV. 15: Nomenclatura de las espirales obtenidas a 200ºC. ................................ 39
Tabla IV. 16: Nomenclatura de las espirales obtenidas a 210ºC. ................................ 39
Tabla IV. 17: Nomenclatura de las espirales obtenidas a 240ºC. ................................ 39
Tabla IV. 18: Longitudes medias de las espirales de PP‐PPMA, PP‐PPMA‐F, PP‐PPMA‐
FB, PP‐PPMA‐FA........................................................................................................... 43
Tabla IV. 19: Detalle extraído de la Tabla IV.17A del anexo. ....................................... 45
Tabla IV. 20: Detalle extraído de la Tabla IV.17A del anexo. ....................................... 45
Tabla IV. 21: Detalle extraído de la Tabla IV.17A del anexo. ....................................... 47
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
IV‐64
Tabla IV. 22: Detalle extraído de la Tabla IV.17A del anexo. .......................................47
Tabla IV. 23: Detalle (Casos 14,32) extraído de la Tabla IV.17A del anexo. .................48
Tabla IV. 24: Detalle (Caso 30) extraído de la Tabla IV.18A del anexo.........................51
Tabla IV. 25: Detalle (Caso 32) extraído de la Tabla IV.18A del anexo.........................51
Tabla IV. 26: Parámetros de ajuste al modelo exponencial. ........................................53
Tabla IV. 27: Parámetros de ajuste al modelo de Segundo Orden. .............................53
Capítulo V: Ensayos Mecánicos
Capítulo V: Ensayos mecánicos
ÍNDICE DE CONTENIDO
V. ENSAYOS MECÁNICOS ......................................................................................... 1
V.1. Inyección. ....................................................................................................... 2
V.2. Análisis de Masas y Dimensional .................................................................. 5
V.2.1. Resultados del análisis de masas ........................................................... 6
V.2.2. Conclusiones del Análisis de masas ....................................................... 7
V.2.3. Resultados del Análisis Dimensional ...................................................... 7
V.2.4. Conclusiones del Análisis Dimensional .................................................. 8
V.3. Determinación de la densidad de la fibra .................................................... 8
V.4. Ensayos Mecánicos. .................................................................................... 11
V.4.1. Resultados de los Ensayos de Tracción ................................................ 13
V.4.2. Conclusiones de los ensayos a Tracción. ............................................. 15
V.5. Bibliografía .................................................................................................. 16
V.6. Índice de Figuras. ................................................................................... 17
V.7 Índice de tablas ...................................................................................... 17
Capítulo V: Ensayos mecánicos
V‐1
V. ENSAYOS MECÁNICOS
Una vez analizado el comportamiento reológico de los materiales que conforman el
estudio objeto de esta tesis, queda por caracterizar las propiedades mecánicas de los
compuestos estudiados.
Por tanto el objetivo del capítulo es determinar las propiedades mecánicas, en
concreto tensión máximas y módulo elástico, que poseen los materiales estudiados.
Para ello se someten a una serie de esfuerzos y se analiza la respuesta que se refleja
a través de deformaciones de naturaleza elástica y plástica. La mayoría de los
materiales empleados son materiales multicomponentes y es sabido que las
propiedades mecánicas las aportan cada unos de los componentes constituyentes. La
mejor combinación posible hará que se obtengan los mejores resultados. Los
compuestos que utilizan fibras como fase dispersa pretenden conseguir, entre otras,
mayor rigidez, carga elevada y bajo peso específico. En este capítulo se estudiará, en
que medida la adición de la fibra de platanera ( tratada y sin tratar) afectan a estas
características, comparándolas con las de la matriz, que como se ha mencionado
anteriormente es el PP modificado con PP injertado con anhídrido maleico (PP‐
PPMA). Si la adhesión entre la fibra y la matriz es buena, supone una fuerte unión
interfacial y se reflejará mostrando un aumento en el valor de la resistencia y rigidez,
al disponer de huecos interfaciales mínimos [1,2,3].
El medio para la consecusión del objetivo es la realización de ensayos de tracción los
cuáles permiten obtener el diagrama tensión‐deformación unitaria. A partir de este,
se puede extraer información sobre los tramos de deformación elástica y plástica, así
como algunos parámetros que definen el comportamiento a tracción, tales como, el
módulo elástico, tensión de rotura etc.
El análisis de estos parámetros nos define el comportamiento mecánico a tracción de
los distintos materiales estudiados.
Otro objetivo de este capítulo es la valoración del % de contracción al que responden
los materiales al estar sometidos a presión y temperatura en el proceso de inyección.
Para ello se sometieron las probetas a la determinación dimensional de cada una de
ellas.
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
IV‐2
Para alcanzar los objetivos planteados en el presente trabajo se han establecido una
serie de etapas a desarrollar durante la investigación, tal como se muestra en la
Figura V.1.
Figura V. 1: Esquema secuencial del proceso.
V.1. INYECCIÓN.
Para estos ensayos se ha empleado la máquina inyectora Mateu & Sole Meteor
270/55 H, disponible en las instalaciones de TIIP (Taller de Inyección de la Industria
de los Plásticos) y cuyas especificaciones han sido expuestas en el capítulo anterior.
Figura V. 2: Máquina inyectora Mateu Sole Meteor 270/55 H
Análisis Dimensional
Inyección
Análisis Dimensional
Ensayos Mecánicos
Resultados y conclusiones
Capítulo V: Ensayos mecánicos
V‐3
Figura V. 3: Probeta obtenido a partir de máquina inyectora.
El molde empleado para la transformación es el mostrado en la Figura V.2 y, permitió
obtener probetas de ensayos (Figura V.3) para la evaluación de las propiedades
mecánicas básicas de estos materiales.
Se decidió inyectar únicamente a la temperatura de 200ºC, y se ajustó las
condiciones de inyección (Tabla V.1) con el material PP‐PPMA. Éstas se mantuvieron
constantes para el resto de materiales con el objeto de ver las diferencias en cuanto
a la estabilidad dimensional, resistencia y rigidez de los materiales para las mismas
condiciones de proceso. La elección de la temperatura de inyección viene avalada
por las respuestas obtenidas en el estudio reológico de los materiales, visto en el
capítulo anterior y por los ensayos termogravimétricos realizados a la fibra (capítulo
III). En los gráficos obtenidos del estudio reológico del molde en espiral, se observa
que para temperaturas de 200 y 210ºC no se aprecian diferencias significativas con
respecto a valores de la viscosidad. Por otro lado, analizando las termografías
realizadas a las fibras de platanera, se puede ver que la temperatura de degradación
de la fibra es superior a los 200ºC. Los valores más bajos en los inicios de
descomposición de la fibra corresponde a la fibra sin tratar siendo estos a
temperaturas que rondan los 210ºC. Por ello, , se ha considerado adecuada la
elección de 200ºC como temperatura de inyección para la fabricación de las probetas
de ensayo.
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
IV‐4
TablaV.1: Parámetros de inyección
Dosificación Compactación Enfriamiento
Velocidad Tiempo Presión Presión Tiempo Tiempo
Parámetro 40% 0,7s 40 bar 20 bar 6s 15 s
La geometría nominal de las probetas inyectadas se presenta en la Figura V.4, y se
corresponde con la disponible en los moldes utilizados para pruebas de
caracterización de materiales por el TIIP (Taller de Inyección de la Industria de los
Plásticos).
Figura V.4: Geometría nominal de las probetas
Se inyectaron también probetas del PP sin aditivar con el PP modificado (PPMA), para
comprobar si la presencia de éste, variaba las propiedades mecánicas.
Para cada uno de los materiales se inyectaron entre 10 y 20 probetas, dependiendo
de la disponibilidad del material. Se desecharon las primeras probetas hasta alcanzar
unas condiciones estables de ciclo.
En la Tabla V.2 se muestra el número de probetas obtenidas por cada material a
ensayar:
Capítulo V: Ensayos mecánicos
V‐5
TablaV.2: Número de probetas obtenidas de cada material
Probeta PP PP‐PPMA PP‐PPMA‐F PP‐PPMA‐FA PP‐PPMA‐FB
Nº de Probetas 20 19 10 12 11
V.2. Análisis de Masas y Dimensional
La variación de la masa y, en mayor medida, la variación dimensional es un factor
muy importante cuando se lleva a cabo el diseño de un utillaje de moldeo de piezas
plásticas. Cada polímero, sometido a presión y temperatura constantes, tiene un
valor específico de porcentaje de contracción y este porcentaje debe ser tenido en
cuenta en el diseño de los moldes.
Este aspecto no era un objetivo inicial de la tesis, pero se ha considerado oportuno
valorar la diferencia de volumen entre la cavidad del molde y la pieza fría, cuando
ésta, ha sido sometida a presiones y temperaturas constantes. El fin es obtener
resultados comparables entre los distintos materiales. Las condiciones de proceso de
inyección, la geometría de la pieza y el diseño de molde son factores determinantes
en el comportamiento de la pieza, pero en el ensayo sus efectos quedan minimizados
al considerarlos como aspectos constantes a lo largo del desarrollo del análisis.
Para la evaluación de la variabilidad de masa y dimensiones entre las probetas
realizadas, se procedió a la pesada y medida de cada una de ellas. De esta
información se pudo obtener la densidad de los tipos de fibra empleado.
Las probetas fueron pesadas en una balanza electrónica monoplato de precisión
Figura V.5:
Marca: Mettler Toledo
Mod: AB‐204‐S
Sensibilidad de 0,1 mg
Rango de pesada desde 0 hasta de 201 g.
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
IV‐6
Figura V. 5: Balanza analítica Mettler Toledo
También se midieron las dimensiones finales de las probetas inyectadas mediante
instrumentación básica de medida. En concreto fue empleado un pie de rey
analógico de las siguientes características:
Marca Starret.
Modelo 125 MEB.
División de escala de 0,05 mm.
Alcance de 200 mm.
V.2.1. RESULTADOS DEL ANÁLISIS DE MASAS
Este análisis se realizó a partir de las probetas a las que en primer lugar se les
eliminaron los canales de alimentación y algunas pequeñas rebabas laterales para
evitar errores en la medición.
Una vez preparadas se pesaron, según se comentó en un apartado anterior,
obteniendo los resultados que se presenta en el anexo del tema V tabla V.1A. La
tabla V.3 siguiente, representa una tabla resumen donde se muestran los pesos
medios obtenidos de cada material así como los porcentajes de variación con
respecto a las probetas de PP y PP‐PPMA, elegidas como probetas referencia para la
comparación.
Tabla V. 3: Pesos medios de las probetas y porcentajes de variación con respecto al material
de referencia.
PP PP‐PPMA PP‐PPMA‐F PP‐PPMA‐FA PP‐PPMA‐FB
Nº de Probetas 20 19 10 12 11
Pesos medios (g) 8,0933± 5,3*10‐3
8,1048± 1,6*10‐2
8,2861± 1,52*10‐2
8,4689± 1,45*10‐2
8,5103 ±1,7*10‐2
Porcentaje de variación % con PP
0,1 2,4 4,6 5,2
Porcentaje de variación % con PP‐
PPMA ‐0,1 2,2 4,5 5,0
Capítulo V: Ensayos mecánicos
V‐7
V.2.2. CONCLUSIONES DEL ANÁLISIS DE MASAS
Del análisis de los datos antes mencionados se extraen las siguientes observaciones:
No existen diferencias en masas significativas entre las probetas de PP y de aquellas
que se aditivaron con el agente acoplante (PP‐PPMA). Se ha obtenido un valor medio
de 8,093 g para estas probetas, y 8,1048 g para PP‐PPMA, lo que implica unas
variaciones entorno al 0,1 %.
Las probetas reforzadas con fibra tienen una masa superior debido a que la fibra
aportada tiene una densidad superior a la del PP empleado (0,91 g/cm3).
No se observan diferencias en masas significativas entre las probetas sin refuerzo,
representando la variación de aumento de peso de un 0,1% (Tabla V.1 A del anexo).
Se aprecia un aumento de peso en las probetas reforzadas. Verificando un aumento
progresivo de la masa en función del tratamiento utilizado en la fibra. Así, se observa
que al introducir fibra sin tratar a las probetas, la variación de la masa con respecto al
PP y el PP‐PPMA es de 2,4% y 2,6 % respectivamente (Tabla V.1 A del anexo).
Las diferencias entre los datos arrojados por las probetas con las fibras sometidas a
los dos tratamientos A y B no son muy concluyentes, un 4,6% de aumento de peso
con respecto al PP para la fibra tratada con A (NaOH 1 N +AM ) y un 5,2 % para el
tratamiento B (NaOH 1 N). Si se compara con respecto a la matriz PP‐PPMA los
valores obtenidos son muy similares 4,5 % y 5% respectivamente (Tabla V.1 A del
anexo) Estos valores se pueden explicar en función de los valores de densidad de la
fibra recogidos en el ensayo y expresados a continuación.
V.2.3. RESULTADOS DEL ANÁLISIS DIMENSIONAL
Una vez obtenido el peso de las probetas se procedió a la medición para evaluar la
variabilidad dimensional de éstas con respecto a las dimensiones nominales de la
cavidad del molde. Estas medidas son: 216,0 mm de largo, 13,0 mm de ancho y 2,8
mm de espesor.
Todos los resultados obtenidos del proceso se encuentran en el anexo V, Tablas de la
V.2A a la V.6A. Un resumen de esas mediciones se recoge en la tabla V.4, donde se
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
IV‐8
presenta el valor medio y un intervalo donde se encuentra la mayoría de los valores
obtenidos.
TablaV 4: Dimensiones medias de las probetas
Probetas TIPO Largo (mm) Ancho (mm) Espesor (mm)
Probetas PP 212,47± 0,1 12,77± 0,03 2,71± 0,02 Probetas PP‐PPMA 212,20 ± 0,3 12,77 ± 0,05 2,73 ± 0,02 Probetas PP‐PPMA‐F 213,07 ± 0,2 12,76 ± 0,04 2,72 ± 0,02 Probetas PP‐PPMA‐FA 213,40 ± 0,2 12,74 ± 0,04 2,70 ± 0,02 Probetas PP‐PPMA‐FB 213,60 ± 0,1 12,70 ± 0,05 2,72 ± 0,03
V.2.4. CONCLUSIONES DEL ANÁLISIS DIMENSIONAL
Se observa una variabilidad algo mayor en las dimensiones de las probetas del
material sin refuerzo que en los materiales reforzados. Estas diferencias
dimensionales, en buena lógica se manifiestan en mayor medida en la longitud de las
probetas, donde aparecen diferencias en los valores medios de más de 1 mm entre
las probetas sin reforzar y las reforzadas con fibra de platanera.
Esto ha permitido evaluar la contracción de los diferentes tipos de materiales,
utilizando para ello la longitud de las probetas por ser la magnitud más significativa,
comparándola con respecto a la dimensión del molde (216 mm). La contracción para
el material sin refuerzo está comprendida entre el 1,6 y 1,8 % (Tabla V.3A) del anexo
V. Para el material reforzado con fibra sin tratar está entre el 1,2 y 1,4 % (Tabla V.4A)
del anexo V.En el caso de los materiales reforzados con fibras tratadas, las probetas
no han presentado diferencias significativas entre ellas, teniendo una contracción
comprendida entre el 1,0 y el 1,2% (Tablas V.5A y V.6A) del anexo V.
Estos resultados son coherentes con el hecho de que en general los materiales
reforzados dan unos menores valores de contracción y una más alta estabilidad
dimensional.
V.3. DETERMINACIÓN DE LA DENSIDAD DE LA FIBRA
A partir de la información en cuanto a la masa y dimensiones de las probetas, se ha
evaluado la densidad de la fibra introducida en las mismas, aplicando la regla de las
mezclas [4]. Para ello se ha considerado que la dosificación real conseguida en el
Capítulo V: Ensayos mecánicos
V‐9
proceso de granceado varia entre el 14–16 %. Este método consistió en determinar el
volumen promedio de las probetas de los distintos materiales a partir de las
dimensiones aportadas a la aplicación informática SolidWork.2010. Con la densidad
del material sin refuerzo (PP‐PPMA) calculada, que es de 0,86 g/cm3, se ha
determinado el volumen que ocupa la matriz en la probetas reforzadas. La diferencia,
es el volumen que ocupa la fibra añadida y con las masas promedios (entorno al 15%
de fibra), se ha obtenido la densidad de la fibra en cada uno de los casos. Los valores
obtenidos se presentan en la Tabla V.5.
Tabla V 5: Valores obtenidos de la densidad de la fibra de platanera.
PP‐PPMA Fibra
Tratamientos Ppromedio
(g) V
(cm3) ρ
(g/cm3) 85% p (g)
V (cm3)
V (cm3)
15% p (g)
ρ (g/cm3)
PP 8,0933 9,3428 0,87
PP‐PPMA 8,1048 9,4004 0,86
PP‐PPMA‐F 8,2861 9,3831 0,88 7,0432 8,1898 1,1934 1,2429 1,04
PP‐PPMA‐FA 8,4689 9,4039 0,9 7,1986 8,3704 1,0335 1,2703 1,23
PP‐PPMA‐FB 8,5103 9,409 0,9 7,2338 8,4113 0,9977 1,2765 1,28
Promedio 8,4218 9,3878 1,18
A pesar de las aproximaciones consideradas en este sencillo análisis, los valores
obtenidos son similares a las referencias encontradas,[5 ,6], en cuanto a la densidad
de fibra de platanera, que se encuentran entorno a 1,35 g/cm3. Las referencias hacen
alusión a fibra de banana de la India, donde las condiciones climatológicas son muy
distintas a las que poseen las Islas Canarias. Las plataneras son un medio de cultivo
muy sensible a las condiciones climatológicas existiendo variedades muy distintas en
el mundo.
Por otro lado, en el Capítulo III de la tesis, se realizó un estudio de la densidad de la
fibra en función del diámetro. Como se explica en el apartado, se midieron del orden
de 20 fibras de cada uno de los tratamientos, se les realizó 10 medidas del diámetro
a lo largo de su longitud (150 y 200 mm) y se procedió a la pesada de cada una de
ellas. Un resumen de los datos obtenidos se encuentran recogidos en las Tablas V.8A
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
IV‐10
a V.11A del anexo del tema. La representación de los valores, muestran una
tendencia clara al aumento de la densidad a medida que disminuye el diámetro
(Figura V.6 y Tabla V.6).
Con el procedimiento planteado se procedió a la determinación de la densidad de la
fibra sin tratar y tratada. La fibra sin tratar presentó un valor de densidad en torno a
1,04 g/cm3; valores similares también encontrados en la revisión bibliográfica [8].
Para el caso en el que las fibras fueron tratadas con NaOH se obtuvieron valores de
1,28 g/cm3 y de 1,23 g/cm3 para las fibras tratadas con NaOH+MA. En los dos
tratamientos aplicados se consigue una pérdida de masa y de volumen de las fibras,
pero es más acusado para el volumen de ahí que la densidad aumente en ambos
casos.
Tabla V.6: Variaciones de la densidad en función del diámetro para los distintos tratamientos.
Fibra Longitud (mm)
Peso (g)
Diámetro (mm) Volumen
Densidad (kg/m3)
F‐1 200 0,0010 0,1120 1,970 507,51
F‐2 145 0,0013 0,2110 5,070 256,40
F‐3 140 0,0016 0,2080 4,757 336,34
F‐4 142 0,0013 0,1170 1,527 851,52
F‐5 138 0,0013 0,1770 3,396 382,85
F‐6 137 0,0011 0,2440 6,406 171,71
media densidad: 417,72
Fibra con anhídrido maleico
FM‐1 139 0,0019 0,1890 3,900 487,22
FM‐2 181 0,0021 0,1511 3,246 647,03
FM‐3 296 0,0021 0,2560 15,236 137,83
FM‐4 295 0,0040 0,3260 24,623 162,45
FM‐5 292 0,0038 0,1930 8,543 444,83
FM‐6 280 0,0038 0,2210 10,741 353,79
media densidad: 372,19
Fibra con Hidróxido Sódico
FNa‐1 255 0,0022 0,1890 7,154 307,52
FNa‐2 200 0,0021 0,2250 7,952 264,08
FNa‐3 132 0,0013 0,1360 1,918 677,96
FNa‐4 126 0,0012 0,2270 5,099 235.33
FNa‐5 245 0,0022 0,0860 1,423 1524,78
FNa‐6 111 0,0021 0,3850 12,922 162,51
media densidad: 528,69
Fibra con NaOH + AM
FMNa‐1 230 0,0022 0,1420 3,642 603,99
FMNa‐2 248 0,0046 0,2140 8,920 515,69
FMNa‐3 300 0,0044 0,1680 6,650 661,64
FMNa‐4 247 0,0055 0,1430 3,967 1386,45
FMNa‐5 245 0,0040 0,1560 4,683 854,19
FMNa‐6 249 0,0032 0,1290 3,254 983,29
media densidad: 834,21
Capítulo V: Ensayos mecánicos
V‐11
Figura V.6: Variación de la densidad con el diámetro de la fibra.
Por otro lado hay que comentar que los datos extraídos han sido de multifilamentos,
es decir, las fibras medidas están compuestas por multitud de pequeñas fibras. A
estas se les denomina fibras elementales, en las cuáles el diámetro de dichas fibras
oscila entre 10 y 25 µm [7]. Por tanto se concluye que los datos obtenidos son de
densidad aparente.
V.4. Ensayos Mecánicos.
Las propiedades mecánicas de un material compuesto están determinadas por la
matriz y por la fibra empleada. Pero para ello es necesario crear una correcta unión
entre el refuerzo y la matriz, de manera que su resistencia y rigidez sea transmitida al
material compuesto. El comportamiento a fractura depende de la relación que haya
en la interfase. Una interfase débil da como resultado una baja rigidez y resistencia.
Pero una interfase fuerte resulta un material rígido y resistente, pero con una frágil
resistencia a la fractura (tenacidad).
La información que aporta el ensayo de tracción es muy completa en tanto en cuanto
permite cuantificar la respuesta elástica y plástica del material a través de sus
propiedades resistentes (módulo elástico o de Young y tensión de rotura).
En la norma ISO 527‐1:1993 se define la resistencia a la tracción como el esfuerzo
máximo en tracción soportado por una probeta durante el ensayo (MPa).
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
IV‐12
Respecto al módulo de elasticidad, la norma UNE‐EN ISO 527‐11196, lo define como
la resistencia de un material a la deformación elástica. Los materiales con bajo
módulo elástico son flexibles y deflectan mucho cuando se cargan. El valor del
módulo se refleja también, en la frecuencia natural de la vibración de una estructura.
Un material de módulo bajo tiene una frecuencia natural menor que uno de mayor
módulo (aunque la densidad también interviene), y esto, así como la deflexión, es
importante en los cálculos de diseño.
En la misma norma, se especifica que, con equipo asistido por ordenador, la
determinación del módulo E utilizando dos puntos de esfuerzo/deformación
distintos, se puede sustituir por el método de regresión lineal aplicada a la parte de la
curva situada entre estos dos puntos mencionados. Este ha sido el método utilizado
para la obtención de los datos.
Se han calculado las medias aritméticas y las desviaciones típicas de los resultados
obtenidos para el módulo de elasticidad y resistencia a la tracción según el
procedimiento operatorio dado en la norma ISO2602:1980.
El área encerrada bajo la curva del ensayo de tracción es útil para estimar la
tenacidad de un material, entendida como el trabajo o energía que consume un
material en el proceso de deformación y fractura.
Una selección de las probetas obtenidas en el proceso de inyección fueron sometidas
a estos ensayos destructivos de tracción en la máquina de ensayos dinámica
Microtest modelo EFH/5/FR, con sistema de control automatizado SCM3000,
transductor extensométrico de fuerza y capacidad 5kN, disponible en el Laboratorio
de Biomecánica del Departamento de Ingeniería Mecánica de la ULPGC. De estos
ensayos se han obtenido los diagramas tensión‐deformación y los valores de tensión
máxima y módulo de elasticidad para evaluar las variaciones en las propiedades
mecánicas de los materiales estudiados.
Capítulo V: Ensayos mecánicos
V‐13
Figura V 7: Ensayo de tracción de las probetas en la máquina dinámica Microtest modelo
EFH/5/FR.
Las propiedades mecánicas básicas de estos materiales estudiados, se han evaluado a
partir de ensayos destructivos de tracción realizados a 5 probetas de cada material
según la norma UNE–EN ISO 527, empleando como velocidad de ensayo 10 mm/min
como recomienda la norma.
V.4.1. RESULTADOS DE LOS ENSAYOS DE TRACCIÓN
Los resultados de estos ensayos se presentan en el anexo V Tablas V.12A a V.18A,
donde se representan los valores de resistencia, módulo elástico así como las
variaciones, expresadas en porcentajes, según el procedimiento operatorio dado en
la norma ISO 2602:1980, con respecto a los valores obtenidos en las probetas de PP y
las de PP‐PPMA que han sido las matrices utilizadas para la elaboración para el
material compuesto. En estas tablas se puede observar que, excluyendo algunos
valores atípicos; la variabilidad entre ensayos ha sido baja. En la figura V.8 se
representan los diagramas de las probetas más representativas de cada material.
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
IV‐14
Figura V.8: Diagrama Tensión‐Elongación del PP,PP‐MA, PP‐MA.F, PP‐MA‐FA, PP‐MA‐FB.
La tabla V.7 resume los valores medios de los parámetros evaluados para los cuatro
materiales analizados, también se expresa las desviaciones típicas, según la norma
ISO 2602:1980, de los valores de la tensión y módulo de elasticidad con respecto a las
matrices tomadas de referencia para el estudio (PP, y PP‐PPMA).
Tabla V. 7: Valores medios de tensión y módulo de elasticidad desviaciones con respecto a la
matriz referencia.
Tensión Máxima
σ Tensión
Variación con
respecto al PP
Variación respecto al PP‐PPMA
Módulo de Elasticidad
σ Módulo
Variación con
respecto al PP
Variación respecto al PP‐PPMA
Probetas TIPO
(MPa) (%) (%) (MPa) (%) (%)
PP 23,6 1,9 1130,2 8,5
PP‐PPMA
23,1 1 1,9 1034 52,8 8,5
PP‐PPMA‐F
22,4 0,6 5 3,29 1211 66,5 ‐7,1 ‐17,15
Tensión Máxima
σ Tensión
Variación con
respecto al PP
Variación respecto al PP‐PPMA
Módulo de Elasticidad
σ Módulo
Variación con
respecto al PP
Variación respecto al PP‐PPMA
Probetas TIPO
(MPa) (%) (%) (MPa) (%) (%)
PP‐PPMA‐FA
23,2 0,4 1,4 ‐0,45 1459 113,2 ‐29,1 ‐41,18
PP‐PPMA‐FB
25,6 0,6 ‐8,7 ‐10,74 1422 128,7 ‐25,8 ‐37,55
Capítulo V: Ensayos mecánicos
V‐15
V.4.2. CONCLUSIONES DE LOS ENSAYOS A TRACCIÓN.
De estos valores se pueden extraer las siguientes conclusiones:
Sobre la tensión máxima, la inclusión del refuerzo no ha representado variaciones
muy significativas, aunque la fibra con el tratamiento B (NaOH 1N) parece haber
mejorado de forma apreciable esta propiedad; lo que lleva a concluir que el
tratamiento con álcali mejora el comportamiento de la fibra, produciendo una
interfase fibra‐matriz más resistente y como consecuencia, permitiendo que la
transferencia de carga de la matriz a la fibra se realice de forma más efectiva. Debe
observarse, sin embargo, que el incremento en la resistencia del material debido a la
mejora interfacial por la reacción química entre el agente de acoplamiento en la fibra
(Tratamiento A) y el polímero, no es tan apreciable, como en el caso de la mejora
obtenida por la modificación superficial de la fibra por el lavado con la solución de
sosa caústica (Tratamiento B).
Las probetas reforzadas con fibras sin tratar, experimenta un ligero descenso en el
valor de la tensión de ruptura. Esto puede ser debido que al tratarse de fibras cortas,
sin tratamientos previos para la mejora de la compatibilidad de ésta con la matriz, se
están produciendo defectos en la interfase lo que hace que disminuya las
propiedades finales del compuesto; debido a la posible concentración de tensiones
creadas por solapamientos de fibras y los extremos de las mismas [1, 2, 3].
De los datos del módulo de elasticidad se desprende que el material sí que ha variado
de forma significativa en todos los casos en que se ha utilizado refuerzo. Con la fibra
sin tratar el incremento es más bajo, pero con las fibras tratadas el incremento de
rigidez es muy significativo, superior al 37% en ambos casos. Ello puede ser debido al
efecto que los tratamientos tienen sobre la fibra ya que una de las consecuencias es
el aumento del área superficial específica de la fibra en contacto con la matriz lo que
origina un aumento en la rigidez del material.
Entre los dos tratamientos se observan sutiles diferencias, pues con el tratamiento A
no varía la tensión máxima respecto al material sin reforzar, pero sin embargo se
consigue el máximo incremento en la rigidez.
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
IV‐16
En la gráfica también se observa claramente como la ductilidad de estos materiales
reforzados en muy inferior a la del PP sin reforzar.
Por otro lado, el área encerrada bajo la curva del ensayo de tracción determina el
trabajo o energía que consumen un material en el proceso de deformación y
fractura, en la figura V.8 se observa que el menor valor del área también
corresponde a la curva respuesta de las probetas reforzadas con fibras tratadas con
álcali (tratamiento B). Aspecto que está en consonancia con los valores más altos de
resistencia y módulo de elasticidad obtenidos con ese tratamiento. Estos valores de
tenacidad bajos conllevan que la porción del material compuesto en contacto con la
grieta de ruptura no absorba la energía y la deje disponible para que esta evolucione
más rápidamente, es decir que el material sea frágil.
V.5. BIBLIOGRAFÍA
[1] Li Y, Hu Ch, Yu Y., Interfacial studies of sisal fiber reinforced high density
polyethylene (HDPE) composites. (2008) Composites: Part A, 39: 570–578.
[2 ] Joseph PV, Joseph K, Thomas S. Effect of processing variables on the mechanical
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[3] Torres FG, Cubillas ML. Study of the interfacial properties of natural fibre
reinforced polyethylene. (3005) Polymer Testing, 24: 694–698.
[4] Herrera‐Franco PJ, Valadez‐González A. Mechanical properties of continuous
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[6] Joseph K, Varghese S, Kalaprasad G, Thomas S, Prasannakumari L, Koshy P,
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fracture behaviour of short sisal fibre reinforced polymer composites. (1996)
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[7] Martínez LM, López Manchado M, Vázquez A, Arroyo M. Efecto de distintos tipos
de fibra corta en las propiedades mecánicas de las mezclas de
polipropileno/polietileno. (2000) Jornadas SAM 2000 ‐ IV Coloquio
Latinoamericano de Fractura y Fatiga, 1017‐1024.
[8] H. L. Bos, M. J. A. Van Den Oever, O. C. J. J. Peters . Tensile and compressive
properties of flax fibres for natural fibre reinforced composites. JOURNAL OF
MATERIALS SCIENCE 37 (2002) 1683 – 1692.
Capítulo V: Ensayos mecánicos
V‐17
V.6. ÍNDICE DE FIGURAS.
Figura V. 1: Esquema secuencial del proceso. ............................................................................................ 2
Figura V. 2: Máquina inyectora Mateu Sole Meteor 270/55 H ................................................................. 2
Figura V. 3: Probeta obtenido a partir de máquina inyectora. ................................................................... 3
Figura V.4: Geometría nominal de las probetas ......................................................................................... 4
Figura V. 5: Balanza analítica Mettler Toledo ............................................................................................. 6
Figura V.6: Variación de la densidad con el diámetro de la fibra. ............................................................ 11
Figura V 7: Ensayo de tracción de las probetas en la máquina dinámica Microtest modelo
EFH/5/FR. .................................................................................................................................................. 13
Figura V.8: Diagrama Tensión‐Elongación del PP,PP‐MA, PP‐MA.F, PP‐MA‐FA, PP‐MA‐FB. ................... 14
V.7. ÍNDICE DE TABLAS
TablaV.1: Parámetros de inyección .......................................................................................................... 4
TablaV.2: Número de probetas obtenidas de cada material .................................................................... 5
Tabla V. 3: Pesos medios de las probetas y porcentajes de variación con respecto al
material de referencia. ............................................................................................................................. 6
TablaV 4: Dimensiones medias de las probetas ....................................................................................... 8
Tabla V 5: Valores obtenidos de la densidad de la fibra de platanera. .................................................... 9
Tabla V.6: Variaciones de la densidad en función del diámetro para los distintos
tratamientos. .......................................................................................................................................... 10
Tabla V. 7: Valores medios de tensión y módulo de elasticidad desviaciones con respecto a
la matriz referencia. ................................................................................................................................ 14
Capítulo VI: Conclusiones y Líneas Futuras de la
Investigación
Capítulo VI: Conclusiones y líneas futuras de investigación
ÍNDICE DE CONTENIDOS
VI. CONCLUSIONES Y LÍNEAS FUTURAS DE INVESTIGACIÓN. ..........................1
VI.1. Conclusiones............................................................................................ 1
VI.1.1 Sobre la fibra de la platanera: ...........................................................................1
Proceso de extracción: ...............................................................................................1
Tratamiento de la fibra ..............................................................................................1
VI.1.2 Conclusiones sobre el composite ......................................................................3
VI.2. Líneas Futuras de Investigación................................................................ 5
Capítulo VI: Conclusiones y líneas futuras de investigación
VI‐1
VI. CONCLUSIONES Y LÍNEAS FUTURAS DE INVESTIGACIÓN.
En este tema se presentan las conclusiones generadas en el trabajo de investigación,
tanto las tendencias generales de los materiales en cuanto a las variables
consideradas como las excepciones a esas generalizaciones.
Para facilitar la descripción de las mismas, se presentan las conclusiones en dos
apartados diferenciados: a) conclusiones obtenidas de la caracterización de la fibra
de platanera y b) conclusiones obtenidas del estudio del composite elaborado.
VI.1. CONCLUSIONES
VI.1.1 SOBRE LA FIBRA DE LA PLATANERA:
PROCESO DE EXTRACCIÓN:
El trabajo descrito en los apartados anteriores permite concluir que la mayor
cantidad de fibra de la platanera canaria se encuentra en la cara externa de las hojas
de su pseudotronco.
Se estudiaron diversos métodos para la extracción de la ya mencionada fibra de la
platanera. De cada uno de ellos se obtuvieron resultados diversos y poco
satisfactorios, en cuanto a la cantidad y calidad de fibra obtenida así como a la
lentitud de los procesos estudiados. No obstante, se puede concluir que más eficaz
fue el de extracción mecánica, ya que se permitía obtener una mayor cantidad de
fibra y en mejores condiciones.
TRATAMIENTO DE LA FIBRA
Del análisis de los diferentes tratamientos realizados a la fibra de platanera canaria
se obtuvieron las siguientes conclusiones:
En general, un aumento en la concentración de NaOH en el tratamiento alcalino
supone:
Aumento de la eficiencia de eliminación de sustancias tales como lignina,
pectina y hemicelulosas, que deben eliminarse antes de ser usadas las fibras
como refuerzo de matrices poliméricas.
Aumento de la temperatura de degradación de la fibra (Tabla III.22).
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
VI‐2
Disminución de la resistencia a la tracción de la fibra. (Tabla III.24).
Aumento del módulo elástico de la fibra. (Tabla III.24).
Sin embargo, un análisis más profundo de los valores de concentración de NaOH
estudiados, permite distinguir lo siguiente:
Los tratamientos con NaOH 1N (PT) y NaOH 4N (PT), no presentaron
variaciones importantes en cuanto a la eliminación de estas sustancias
(Figura III.20). Se observó que, aunque la concentración de álcali tenía
influencia en la eficiencia de eliminación de las sustancias no fibrosa, el uso
de concentraciones 1N(PT) y 4N(PT) de NaOH producía similares resultados,
de ahí que se proponga como más adecuado a los fines de la tesis el
tratamiento con NaOH 1 N (PT).
La fibra tratada con NaOH 4N (PT) presentó una considerable disminución en
el valor del módulo elástico (18,8 y 24,4 GPa) (véase Tabla III.24).
El estudio de las muestras tratadas con la adición del Anhídrido Maleico permite
afirmar que:
La reacción de esterificación sólo se lleva a cabo sobre la fibra virgen y
tratada previamente con NaOH 0,1N (Figuras III.22, III.23), no apareciendo el
pico respuesta del grupo carbonilo, característico de la reacción en las fibras
tratadas con concentraciones más altas (Figuras III.24, III.25).
Se verifica un aumento de la temperatura de degradación de la fibra. (Tabla
III.22).
Aumenta la rigidez de los materiales (Tabla III.24)
En definitiva, se concluye que al añadirle el anhídrido maleico a las fibras, la
resistencia a tracción aumenta para la fibra sin tratar y tratada con NaOH 0,1N,
(976,3 y 867,3 MPa, respectivamente), pero disminuye para las tratadas con altas
concentraciones de álcali (564 MPa para la NaOH 1N (PT) y 441 MPa para la NaOH
4N(PT)) (Tabla III.24).
Ahora bien, se presentaron las siguientes excepciones:
La fibra con NaOH 1N y NaOH 4N no presentan diferencias significativas en la
temperatura de degradación (328oC y 330oC respectivamente) (Tabla III.22).
Capítulo VI: Conclusiones y líneas futuras de investigación
VI‐3
La fibra tratada con NaOH 4N disminuye su valor en el módulo elástico (Tabla III.24).
El uso de presión y temperatura en los tratamientos de la fibra manifestaron la
siguiente influencia:
Las muestras tratadas con mayor presión presentan más eficacia en la
eliminación de sustancias de la fibra. (Figuras III.15, III.16 y III.17).
La temperatura de degradación aumenta. (Tabla III).
Todo esto se podría resumir en que la fibra con mejores propiedades para ser
integrada en la matriz polimérica es la tratada con NaOH 1N (PT).
VI.1.2 CONCLUSIONES SOBRE EL COMPOSITE
De forma general, y como es de esperar, la viscosidad del polipropileno reforzado
con fibra de platanera canaria disminuye al aumentar la temperatura.
La comparativa de los valores de la viscosidad determinada mediante el ensayo de
reometría capilar arroja valores discrepantes según el intervalo de velocidades de
cizalla y en todas las temperaturas. Así, para valores de velocidad de corte menores
de 1000 s‐1 el valor de la viscosidad varía entre materiales, apreciándose que esta
diferencia disminuye en valores de cizalla altos (Figuras IV.5, IV.6, IV.7 y IV.8).
Llama la atención que el material sin refuerzo tenga una viscosidad a 190oC y 200o C
mayor que cualquiera de los otros materiales estudiados. De forma general, los
materiales reforzados presentan un aumento en la viscosidad, cosa que no ocurre en
este caso. Ello lleva a pensar que los valores de viscosidad de los materiales
reforzados ensayados están siendo más bajos que el material sin refuerzo. Esto
puede ser debido a la porosidad importante que presenta la granza generada
(atrapamiento de aire). (Véanse Figuras IV.27 y IV.28).
Para 210oC el material más viscoso es el PP‐PPMA‐FB, aunque en todas las gráficas se
aprecian valores muy similares entre ambos materiales. Generalmente suele ocurrir
que los materiales con refuerzo aumentan su viscosidad (Figura IV.29).
Cuando se obtienen valores de viscosidad al aplicar el modelo reológico del molde en
espiral y se compara con los valores obtenidos de las bases de datos del PP, se
deduce, que de forma general todos los materiales aumentan su viscosidad por
encima de la referencia para el intervalo de cizalla estudiado (1000‐3600 s‐1). Los
valores de viscosidades máximas son del orden de 95 Pa.s para el PP‐PPMA sin
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
VI‐4
reforzar, de 106 Pa∙s para el PP‐PPMA‐F, y 128 Pa.s para el PP‐PPMA‐FB. Esto supone
un incremento superior al 10% y 30% respectivamente en los valores de viscosidad
para velocidades de cizalla en torno a 1000 s‐1, con respecto al material sin reforzar.
Este aspecto está en consonancia con la generalidad del concepto (los materiales
reforzados presentan un aumento en la viscosidad), pero cabe hacer notar que entra
en contradicción con los resultados obtenidos por reometría capilar.
En el análisis del peso de las probetas de material composite, resultó que el
tratamiento B al que se sometió la fibra de platanera canaria fue el que más aumento
experimentó (véase Tabla V.3), debido a que fue el material que mayor valor de
densidad aparente de la fibra tratada(1,28 g/cm3 ) presentaba, según los ensayos
realizados (Tabla V.5).
Por otro lado, y en general, se observa que los materiales reforzados con fibra se
contraen menos. La contracción con respecto a las medidas del molde, para el
material sin refuerzo está comprendida entre el 1,6 y 1,8 %. Para el material
reforzado con fibra sin tratar está entre el 1,2 y 1,4%. En el caso de los materiales
reforzados con fibras tratadas, las probetas no han presentado diferencias
significativas entre ellas, teniendo una contracción comprendida entre el 1,0 y el
1,2%. El material con mayor estabilidad dimensional fue el PP‐PPMA‐B.
En lo que respecta a los ensayos mecánicos realizados se puede concluir que se
verifica un aumento de los valores obtenidos en los mismos para todos los materiales
que se encuentran reforzados con fibra.
Sobre la tensión máxima se puede afirmar que la inclusión del refuerzo no ha
representado variaciones muy significativas, aunque la fibra con el tratamiento B
(NaOH 1N(PT)) parece haber mejorado de forma apreciable esta propiedad
obteniéndose un valor de 25,6 MPa, lo que implica un aumento de un 8,5% respecto
del valor obtenido para el PP sin reforzar. Esto lleva a concluir que el tratamiento con
álcali mejora el comportamiento de la fibra, produciendo una interfase fibra‐matriz
más resistente y como consecuencia, permitiendo que la transferencia de carga de la
matriz a la fibra se realice de forma más efectiva.
Debe observarse, sin embargo, que el incremento en la resistencia del material
debido a la mejora interfacial por la reacción química entre el agente de
acoplamiento en la fibra (PP‐PPMA‐FA) y el polímero, no es tan apreciable, ya que
sólo aumenta un 1,4% con respecto al material referencia (PP sin reforzar) como en
Capítulo VI: Conclusiones y líneas futuras de investigación
VI‐5
el caso de la mejora obtenida por la modificación superficial de la fibra por el lavado
con la solución de sosa caústica (Tratamiento B).
Las probetas reforzadas con fibras sin tratar experimentan un ligero descenso del 5 %
en el valor de la tensión de ruptura con respecto a la referencia (PP sin reforzar). Esto
puede ser debido que al tratarse de fibras cortas, sin tratamientos previos para la
mejora de la compatibilidad de ésta con la matriz, se están produciendo defectos en
la interfase lo que hace que disminuya las propiedades finales del compuesto.
Los valores del módulo elástico llevan a concluir que los refuerzos en el PP‐PPMA
aumentan la rigidez de los materiales. Además las fibras tratadas también tienen
influencia sobre la rigidez puesto que son estos materiales de los que se obtienen los
valores más altos. En el caso del PP‐PPMA se obtiene un aumento en la rigidez del
29,1 % y para el PP‐PPMA‐B un 25,8 % con respecto al material de referencia. Cuando
se utiliza fibra sin tratar el valor del módulo elástico también aumenta, en un 7,1%.
En definitiva, se puede concluir que la fibra de platanera canaria presenta un elevado
potencial para su uso como refuerzo de matrices poliméricas, previo tratamiento
alcalino con presión y temperatura de la fibra virgen. No obstante, estas
investigaciones deben continuarse, fundamentalmente para encontrar el mejor
tratamiento que permita el empleo industrial de este proceso, que ha sido validado
experimentalmente en la presente tesis.
VI.2. LÍNEAS FUTURAS DE INVESTIGACIÓN.
Como se mencionó en el apartado anterior, la investigación llevada a cabo, si bien ha
cumplido los objetivos iniciales que tenía previsto, ha abierto una línea de trabajo
que debe seguir siendo investigada para una consecución industrial del
procedimiento definido. Para ello se plantean algunas posibles líneas de investigación
en los siguientes párrafos:
Uso de mayores proporciones de fibra (20‐30%) en peso: En la presente tesis
se ha utilizado un composite con un 15 % en peso de fibra de platanera. Se
plantea fabricar composites con mayores contenidos en fibra y analizar su
influencia.
Estudio, Caracterización y Validación de la fibra de la platanera para su uso como refuerzo en la
conformación de piezas obtenidas a partir de procesos de transformación de plásticos
VI‐6
Empleo de otros tipos de tratamientos químicos a la fibra (como por ejemplo,
tratamiento con silano) para mejorar su limpieza y garantizar una mejor
adherencia a la matriz.
Análisis del empleo de tamaños diferentes de fibra en la generación del
composite que facilite su obtención y mantenga esa mejora de las
propiedades mecánicas conseguidas con los tamaños empleados en este
trabajo.
Uso de otra tipología de matrices, por ejemplo de origen natural,
bioplásticos, aumentando la sostenibilidad de la propuesta. La matriz
utilizada en este estudio ha sido PP‐PPMA. Se plantea analizar la viabilidad e
influencia que podría tener un refuerzo natural (fibra) sobre los
denominados biopolímeros.
Anexo Capítulo IV
Anexo IV‐1
Tabla IV. 1A: Valores de shear rate y viscosidad del PP‐PPMA a 190oC
PP‐PPMA 190ºC
Velocidad (mm/s) ϒa (s‐1) ϒb (s‐1) ϒc (s‐1) ϒd (s‐1) ϒe (s‐1) ηa (Pa,s) ηb (Pa,s) ηc (Pa,s) ηd (Pa,s) ηe (Pa,s)
0,075 89 81 89 86 86 503 159 217 141 339
0,1 127 112 119 114 114 416 202 191 142 339
0,25 329 315 327 311 466 336 182 167 134 213
0,5 1025 620 551 619 850 161 144 144 107 113
0,75 3089 938 874 966 1202 49 134 132 96 81
1 1753 1503 1445 1417 1583 99 101 121 76 69
1,5 2629 2136 2384 2106 2725 73 83 90 64 48
2 2848 3179 2873 3782 74 73 54 36
3 ‐6594 4734 ‐29 34
4 ‐8792 6312 ‐16 28
5
Figura IV. 1A: Representación gráfica de los valores de shear rate y viscosidad del PP‐PPMA a 190oC
Anexo IV‐2
Tabla IV. 2A: Valores de shear rate y viscosidad del PP‐PPMA a 200oC
Figura IV. 2A: Representación gráfica de los valores de shear rate y viscosidad
del PP‐PPMA a 200 oC
PP‐PPMA 200ºC
Velocidad (mm/s) ϒa (s‐1) ϒb (s‐1) ηa (Pa,s) ηb (Pa,s)
0,075 95 87 387 316
0,1 192 142 184 250
0,25 379 339 141 176
0,5 748 1083 98 84
0,75 1146 1327 76 63
1 1605 1559 61 58
1,5 2341 2271 49 48
2 3375 3061 38 40
3 5184 4591 29 32
4 7153 23
5 8941 19
Anexo IV‐3
Tabla IV. 3A: Valores de shear rate y viscosidad del PP‐PPMA a 210oC
Figura IV. 3A: Representación gráfica de los valores de shear rate y viscosidad del PP‐PPMA
a 210 oC
PP‐PPMA 210ºC
Velocidad (mm/s) ϒa (s‐1) ϒb (s‐1) ηa (Pa,s) ηb (Pa,s)
0,075 95 87 387 316
0,1 192 142 184 250
0,25 379 339 141 176
0,5 748 1083 98 84
0,75 1146 1327 76 63
1 1605 1559 61 58
1,5 2341 2271 49 48
2 3375 3061 38 40
3 5184 4591 29 32
4 7153 23
5 8941 19
Anexo IV‐4
Tabla IV. 4A: Valores representativos y viscosidad calculada con el modelo de 2º orden de los
ensayos a 190 oC, 200 oC y 210 oC del PP‐PPMA.
Datos Reómetro Capilar PP‐PPMA
Puntos T (�C) V (mm/s) ɣap (1/s) ηap medida (Pa∙s) ηap calculada (Pa∙s) Error (%)
M1P01 0,075 114 339 406,52 16,609
M1P02 0,1 466 213 165,79 ‐28,477
M1P03 0,25 850 113 110,69 ‐2,085
M1P04 0,5 1202 81 87,19 7,103
M1P05 0,75 1583 69 71,92 4,058
M1P06 1 2725 48 48,81 1,65
M1P07 1,5 3782 36 38,43 6,327
M1P08 2 4734 34 32,56 ‐4,427
M1P09
190
3 6312 28 26,26 ‐6,633
M1P10 0,075 95 387 305,75 ‐26,573
M1P11 0,1 192 184 210,46 12,572
M1P12 0,25 379 141 144,3 2,286
M1P13 0,5 748 98 97,36 ‐0,655
M1P14 0,75 1146 76 75,44 ‐0,746
M1P15 1 1605 61 61,4 0,648
M1P16 1,5 2341 49 48,52 ‐0,997
M1P17 2 3375 38 38,43 1,13
M1P18 3 5184 29 29,07 0,239
M1P19 4 7153 23 23,48 2,027
M1P20
200
5 8941 19 20,2 5,946
M1P21 0,075 89 217 216,92 ‐0,038
M1P22 0,1 137 165 179,71 8,186
M1P23 0,25 343 123 117,85 ‐4,373
M1P24 0,5 715 85 82,31 ‐3,271
M1P25 0,75 1140 64 64,89 1,376
M1P26 1 1581 52 54,68 4,906
M1P27 1,5 2315 42 44,58 5,781
M1P28 2 2653 41 41,39 0,934
M1P29 3 4106 36 32,48 ‐10,838
M1P30 4 6490 26 25,01 ‐3,941
M1P31
210
5 8113 22 21,97 ‐0,159
Anexo IV‐5
Figura IV. 4A: Representación gráfica de los valores de shear rate y viscosidad calculada del
PP‐PPMA a 190oC, 200oC y 210oC
Anexo IV‐6
Tabla IV. 5A: Valores de shear rate y viscosidad del PP‐PPMA‐F a 190oC
Figura IV. 5A: Representación gráfica a 190oC
PP‐PPMA ‐F 190ºC
Velocidad (mm/s) ϒa (s‐1) ϒb (s‐1) ϒc (s‐1) ηa (Pa,s) ηb (Pa,s) ηc (Pa,s)
0,075 82 88 83 138 372 118
0,1 121 157 115 154 256 132
0,25 324 385 316 119 160 115
0,5 679 790 674 88 104 85
0,75 1095 1263 1073 67 75 66
1 1534 1695 1461 54 62 55
1,5 2236 2368 2148 45 51 46
2 2957 3268 3059 38 42 37
3 3171 4662 4608 44 34 30
4 4228 6445 6512 60 28 24
5 8057 8140 24 20
10
100
1000
100 1000 10000
η (Pa.s)
(s‐1)
PP‐PPMA‐F 190ºC
Serie a
Serie b
Serie c
Anexo IV‐7
Tabla IV. 6A: Valores de shear rate y viscosidad del PP‐PPMA‐F a 200oC
PP‐PPMA‐F 200ºC
Velocidad (mm/s) ϒa (s‐1) ϒb (s‐1) ϒc (s‐1) ϒd (s‐1) ηa (Pa,s) ηb (Pa,s) ηc (Pa,s) ηd (Pa,s)
0,075 82 87 80 89 309 233 223 207
0,1 157 131 120 130 271 203 283 170
0,25 422 340 374 341 131 148 184 128
0,5 776 720 797 723 95 102 106 86
0,75 1146 1442 1049 1116 75 60 97 67
1 1107 1840 1399 1470 89 48 86 58
1,5 3016 2235 2050 57 47 51
2 3024 2303 40 54
3 4536 3686 32 54
4 4914 47
Figura IV. 6A: Representación gráfica a 200oC
Anexo IV‐8
Tabla IV. 7A: Valores de shear rate y viscosidad del PP‐PPMA‐F a 210oC
Figura IV. 7A: Representación gráfica del PP‐PPMA‐F a 210oC
PP‐PPMA‐F 210ºC
Velocidad (mm/s) ϒa (s‐1) ϒb (s‐1)
ηa (Pa,s) ηb (Pa,s)
0,075 87 87 196 166
0,1 130 127 167 147
0,25 337 333 125 113
0,5 693 684 89 81
0,75 1074 1063 71 65
1 1588 1515 55 52
1,5 2399 2215 43 43
2 3179 2978 36 37
3 4768 4386 29 30
4 5582 27
5 6977 25
10
100
1000
100 1000 10000
η (Pa.s)
(s‐1)
PP‐PPMA‐F 210ºC
Serie a
Serie b
Anexo IV‐9
Tabla IV. 8A: Valores representativos y viscosidad calculada con el modelo de 2º orden de los
ensayos a 190 oC, 200 oC y 210 oC del PP‐PPMA‐F
Datos Reómetro Capilar PP‐PPMA‐F
Puntos T (�C)
V (mm/s) ɣap (1/s) ηap medida (Pa∙s) ηap calculada (Pa∙s) Error (%)
M2P01 0,075 88 372 332,97 ‐11,72
M2P02 0,1 157 256 247,69 ‐3,356
M2P03 0,25 385 160 153,09 ‐4,511
M2P04 0,5 790 104 102,07 ‐1,89
M2P05 0,75 1263 75 77,6 3,345
M2P06 1 1695 62 65,09 4,747
M2P07 1,5 2368 51 53,11 3,981
M2P08 2 3268 42 43,51 3,466
M2P09 3 4662 34 34,77 2,22
M2P10 4 6445 28 28,24 0,848
M2P11
190
5 8057 24 24,42 1,7
M2P12 0,075 89 207 231,48 10,576
M2P13 0,1 130 170 196,51 13,492
M2P14 0,25 341 128 126,7 ‐1,028
M2P15 0,5 723 86 88,03 2,307
M2P16 0,75 1116 67 70,71 5,245
M2P17 1 1470 58 61,32 5,419
M2P18 1,5 2050 51 51,46 0,892
M2P19
200
2 4914 47 31,87 ‐47,46
M2P20 0,075 87 166 165,16 ‐0,507
M2P21 0,1 127 147 144,38 ‐1,815
M2P22 0,25 333 113 100,25 ‐12,723
M2P23 0,5 684 81 74,77 ‐8,326
M2P24 0,75 1063 65 61,94 ‐4,939
M2P25 1 1515 52 52,99 1,861
M2P26 1,5 2215 43 44,61 3,601
M2P27 2 2978 37 38,87 4,818
M2P28 3 4386 30 32,32 7,191
M2P29 4 5582 27 28,74 6,059
M2P30
210
5 6977 25 25,74 2,859
Anexo IV‐10
Figura IV. 8A: Representación gráfica de los valores de shear rate y viscosidad calculada del
PP‐PPMA‐F a 190oC, 200oC y 210oC
Anexo IV‐11
Tabla IV. 9A: Valores de shear rate y viscosidad del PP‐PPMA‐FA a 190oC
Figura IV. 9A: Representación gráfica de los valores de shear rate y viscosidad del PP‐PPMA‐FA
a 190 oC
PP‐PPMA ‐FA 190ºC
Velocidad (mm/s) ϒa (s‐1) ϒb (s‐1) ϒc (s‐1) ηa (Pa,s) ηb (Pa,s) ηc (Pa,s)
0,075 65 90 88 12,4 432 281
0,1 125 163 143 396 273 210
0,25 428 392 362 153 174 142
0,5 802 798 741 106 112 95
0,75 1214 1231 1124 81 84 75
1 1675 1700 1602 66 67 60
1,5 2503 2453 2324 51 54 48
2 3338 3549 3295 42 42 39
3 5323 4646 31 32
4 6050 28
5 7563 24
10
100
1000
100 1000 10000
η (Pa.s)
(s‐1)
PP‐PPMA‐FA 190ºC
Serie a
Serie b
Serie c
Anexo IV‐12
Tabla IV. 10A: Valores de shear rate y viscosidad del PP‐PPMA‐FA a 200oC
PP‐PPMA ‐FA 200ºC
Velocidad (mm/s) ϒa (s‐1) ϒb (s‐1) ϒc (s‐1) ηa (Pa,s) ηb (Pa,s) ηc (Pa,s)
0,075 88 89 89 321 408 360
0,1 151 161 155 231 266 240
0,25 376 395 384 148 165 155
0,5 776 825 787 97 103 99
0,75 1194 1304 1231 73 74 74
1 1616 1794 1730 61 59 58
1,5 2440 2538 2480 47 48 47
2 3253 3443 3437 39 39 37
3 4929 4975 31 30
4 6568 6633 26 25
Figura IV. 10A: Representación gráfica de los valores de shear rate y viscosidad del PP‐PPMA‐
FA a 200 oC
Anexo IV‐13
Tabla IV. 11A: Valores de shear rate y viscosidad del PP‐PPMA‐FA a 210oC
PP‐PPMA ‐FA 210ºC
Velocidad (mm/s) ϒa (s‐1) ϒb (s‐1) ϒc (s‐1) ηa (Pa,s) ηb (Pa,s) ηc (Pa,s)
0,075 89 89 88 318 327 247
0,1 153 152 141 219 228 189
0,25 374 375 362 144 148 128
0,5 737 790 753 99 95 84
0,75 1157 1242 1203 76 69 62
1 1541 1642 1704 63 58 48
1,5 2208 2361 2447 54 48 39
2 2944 3193 3290 46 39 32
3 4641 4664 32 27
4 6188 6218 27 23
Figura IV. 11A: Representación gráfica de los valores de shear rate y viscosidad del PP‐PPMA‐
FA a 210 oC
Anexo IV‐14
Tabla IV. 12A: Valores representativos y viscosidad calculada con el modelo de 2º orden de los
ensayos a 190 oC, 200 oC y 210 oC del PP‐PPMA‐FA
Datos Reómetro Capilar PP‐PPMA‐FA
Puntos T (�C)
V (mm/s) ɣap (1/s)
ηap medida (Pa∙s) ηap calculada (Pa∙s) Error (%)
M4E2P01 0,075 90 432 416,07 ‐3,83
M4E2P02 0,1 163 273 295,06 7,476
M4E2P03 0,25 392 174 173,81 ‐0,108
M4E2P04 0,5 798 112 111,11 ‐0,802
M4E2P05 0,75 1231 84 83,88 ‐0,14
M4E2P06 1 1700 67 67,76 1,127
M4E2P07 1,5 2453 54 52,95 ‐1,975
M4E2P08 2 3549 42 41,12 ‐2,138
M4E2P09
190
3 5323 31 30,99 ‐0,027
M4E2P10 0,075 89 360 338,22 ‐6,439
M4E2P11 0,1 155 240 250,14 4,052
M4E2P12 0,25 384 155 149,4 ‐3,751
M4E2P13 0,5 787 99 97,47 ‐1,569
M4E2P14 0,75 1231 74 74,04 0,06
M4E2P15 1 1730 58 59,81 3,02
M4E2P16 1,5 2480 47 47,51 1,071
M4E2P17 2 3437 37 38,42 3,697
M4E2P18 3 4975 30 30,08 0,25
M4E2P19
200
4 6633 25 24,78 ‐0,882
M4E2P20 0,075 88 247 253,02 2,38
M4E2P21 0,1 141 189 199,11 5,078
M4E2P22 0,25 362 128 120,6 ‐6,138
M4E2P23 0,5 753 84 80,04 ‐4,941
M4E2P24 0,75 1203 62 61,01 ‐1,621
M4E2P25 1 1704 48 49,63 3,279
M4E2P26 1,5 2447 39 39,87 2,182
M4E2P27 2 3290 32 33,23 3,687
M4E2P28 3 4664 27 26,7 ‐1,127
M4E2P29
210
4 6218 23 22,23 ‐3,468
Anexo IV‐15
Figura IV. 12A: Representación gráfica de los valores de shear rate y viscosidad calculada del
PP‐PPMA‐FA a 190oC, 200oC y 210oC
Anexo IV‐16
Tabla IV. 13A: Valores de shear rate y viscosidad del PP‐PPMA‐FB a 190oC
PP‐PPMA ‐FB 190ºC
Velocidad (mm/s) ϒa (s‐1) ϒb (s‐1) ϒc (s‐1) ηa (Pa,s) ηb (Pa,s) ηc (Pa,s)
0,075 88 86 88 289 179 260
0,1 139 119 147 220 177 190
0,25 352 337 356 153 142 130
0,5 725 720 706 105 92 93
0,75 1084 1095 1066 84 74 76
1 1558 1568 1528 68 59 61
1,5 2340 2284 2249 53 49 49
2 3253 2966 3027 43 43 42
3 5011 4677 33 33
4 6863 6538 26 26
5 8579 8172 23 23
Figura IV. 13A: Representación gráfica de los valores de shear rate y viscosidad del PP‐PPMA‐
FB a 190 oC
Anexo IV‐17
Tabla IV. 14A: Valores de shear rate y viscosidad del PP‐PPMA‐FB a 200oC
PP‐PPMA‐FB 200ºC
Velocidad (mm/s) ϒa (s‐1) ϒb (s‐1) ηa (Pa,s) ηb (Pa,s)
0,075 84 86 201 206
0,1 132 131 190 183
0,25 348 340 129 132
0,5 665 700 96 94
0,75 1016 1107 83 72
1 1513 1537 64 59
1,5 2301 2312 51 47
2 3254 3206 40 38
3 4838 4632 32 31
4 6451 6177 26 26
Figura IV. 14A: Representación gráfica de los valores de shear rate y viscosidad del PP‐PPMA‐
FB a 200 oC
Anexo IV‐18
Tabla IV. 15A: Valores de shear rate y viscosidad del PP‐PPMA‐FB a 210oC
PP‐PPMA‐FB 210ºC
Velocidad (mm/s) ϒa (s‐1) ϒb (s‐1) ηa (Pa,s) ηb (Pa,s)
0,075 86 85 177 161
0,1 127 121 159 160
0,25 328 327 123 127
0,5 676 690 91 91
0,75 1096 1070 70 71
1 1568 1513 55 59
1,5 2276 2209 45 48
2 3316 2971 35 41
3 4974 4297 27 34
4 6632 5730 22 30
5 8290 20
Figura IV. 15A: Representación gráfica de los valores de shear rate y viscosidad del PP‐PPMA‐
FB a 210 oC
Anexo IV‐19
Tabla IV. 16A: Valores representativos y viscosidad calculada con el modelo de 2º orden de los
ensayos a 190 oC, 200 oC y 210 oC del PP‐PPMA‐FB
Datos Reómetro Capilar PP‐PPMA‐FB
Puntos T (�C)
V (mm/s) ɣap (1/s) ηap medida (Pa∙s) ηap calculada (Pa∙s) Error (%)
M3P01 0,075 88 260 233,93 ‐11,144
M3P02 0,1 147 190 194,61 2,368
M3P03 0,25 356 130 134,67 3,466
M3P04 0,5 706 93 96,89 4,014
M3P05 0,75 1066 76 78,01 2,574
M3P06 1 1528 61 63,81 4,409
M3P07 1,5 2249 49 50,83 3,597
M3P08 2 3027 42 42,32 0,753
M3P09 3 4677 33 31,94 ‐3,327
M3P10 4 6538 26 25,44 ‐2,187
M3P11
190
5 8172 23 21,76 ‐5,712
M3P12 0,075 86 206 212,57 3,09
M3P13 0,1 131 183 184,48 0,804
M3P14 0,25 340 132 126,77 ‐4,122
M3P15 0,5 700 94 90,79 ‐3,538
M3P16 0,75 1107 72 71,83 ‐0,234
M3P17 1 1537 59 60,1 1,83
M3P18 1,5 2312 47 47,55 1,157
M3P19 2 3206 38 39,03 2,64
M3P20 3 4632 31 30,93 ‐0,242
M3P21
200
4 6177 26 25,58 ‐1,653
M3P22 0,075 86 177 187,58 5,642
M3P23 0,1 127 159 165,64 4,007
M3P24 0,25 328 123 116,12 ‐5,923
M3P25 0,5 676 91 84,28 ‐7,973
M3P26 0,75 1096 70 66,42 ‐5,391
M3P27 1 1568 55 54,99 ‐0,026
M3P28 1,5 2276 45 44,67 ‐0,739
M3P29 2 3316 35 35,8 2,225
M3P30 3 4974 27 27,83 2,991
M3P31 4 6632 22 23,09 4,724
M3P32
210
5 8290 20 19,88 ‐0,587
Anexo IV‐20
Figura IV. 16A: Representación gráfica de los valores de shear rate y viscosidad calculada del
PP‐PPMA‐FB a 190oC, 200oC y 210oC
Anexo IV‐21
Tabla IV. 17A Medida de la‐ longitud de las espirales de PP‐PPMA, PP‐PPMA‐F, PP‐PPMA‐FB, PP‐PPMA‐FA.
lespiral (cm)
Espiral Tinyección (ºC) Vmáx (%) Plím (%) PP‐PPMA PP‐PPMA‐F % PP‐PPMA‐FB % PP‐PPMA‐FA %
C01
E‐01 190 25 40 25 24,50 2,00 21,5 14,00 21,25 15,00
E‐02 190 25 40 24,5 24,75 ‐1,02 21,75 11,22 21,25 13,27
C02
E‐01 190 50 40 20,75 22,00 ‐6,02 19,5 6,02 17,50 15,66
E‐02 190 50 40 21 22,00 ‐4,76 19,5 7,14 18,00 14,29
C03
E‐01 190 75 40 17,5 19,25 ‐10,00 16,5 5,71 15,25 12,86
E‐02 190 75 40 17,5 19,00 ‐8,57 16,5 5,71 15,50 11,43
C04
E‐01 190 25 60 34,75 34,75 0,00 31 10,79 31,75 8,63
E‐02 190 25 60 34,75 34,75 0,00 31 10,79 31,75 8,63
C05
E‐01 190 50 60 31,75 32,50 ‐2,36 28,75 9,45 29,75 6,30
E‐02 190 50 60 32 32,50 ‐1,56 28,75 10,16 29,50 7,81
C06
E‐01 190 75 60 28,75 29,00 ‐0,87 26,25 8,70 26,50 7,83
E‐02 190 75 60 28,5 29,25 ‐2,63 26,25 7,89 26,75 6,14
C07
E‐01 190 25 80 44,5 43,50 2,25 41 7,87 41,50 6,74
E‐02 190 25 80 44,5 43,75 1,69 40,75 8,43 41,75 6,18
C08
E‐01 190 50 80 41,5 40,50 2,41 38,75 6,63 38,50 7,023
Anexo IV‐22
lespiral (cm)
Espiral Tinyección (ºC) Vmáx (%) Plím (%) PP‐PPMA PP‐PPMA‐F % PP‐PPMA‐FB % PP‐PPMA‐FA %
E‐02 190 50 80 41,25 40,75 1,21 38,75 6,06 38,75 6,06
C09
E‐01 190 75 80 39,25 38,75 1,27 36,5 7,01 36,50 7,01
E‐02 190 75 80 39,25 38,50 1,91 36,25 7,64 36,50 7,01
C10
E‐01 200 25 40 26,75 26,50 0,93 23,75 11,21 24,00 10,28
E‐02 200 25 40 26,75 26,50 0,93 24 10,28 24,50 8,41
C11
E‐01 200 50 40 23,75 23,50 1,05 21,5 9,47 21,00 11,58
E‐02 200 50 40 23,75 23,25 2,11 21,5 9,47 21,00 11,58
C12
E‐01 200 75 40 20,25 20,25 0,00 18,5 8,64 17,50 13,58
E‐02 200 75 40 20,5 19,50 4,88 18,5 9,76 17,00 17,07
C13
E‐01 200 25 60 36,5 36,00 1,37 33,5 8,22 34,00 6,85
E‐02 200 25 60 36,5 35,75 2,05 33,75 7,53 34,50 5,48
C14
E‐01 200 50 60 34,25 33,50 2,19 31,5 8,03 31,75 7,30
E‐02 200 50 60 34,25 33,75 1,46 31,5 8,03 31,50 8,03
C15
E‐01 200 75 60 31 29,75 4,03 28,75 7,26 28,50 8,06
E‐02 200 75 60 31,25 30,00 4,00 28,5 8,80 28,50 8,80
C16
E‐01 200 25 80 48 46,50 3,13 43 10,42 44,50 7,29
E‐02 200 25 80 48 45,75 4,69 43,25 9,90 44,50 7,29
Anexo IV‐23
lespiral (cm)
Espiral Tinyección (ºC) Vmáx (%) Plím (%) PP‐PPMA PP‐PPMA‐F % PP‐PPMA‐FB % PP‐PPMA‐FA %
C17
E‐01 200 50 80 44,5 43,25 2,81 40,5 8,99 41,75 6,18
E‐02 200 50 80 44,75 43,00 3,91 40,75 8,94 42,00 6,15
C18
E‐01 200 75 80 41,75 41,00 1,80 39,25 5,99 39,25 5,99
E‐02 200 75 80 41,75 41,00 1,80 39 6,59 39,00 6,59
C19
E‐01 210 25 40 28,5 26,75 6,14 25 12,28 26,00 8,77
E‐02 210 25 40 28,25 27,00 4,42 25 11,50 25,50 9,73
C20
E‐01 210 50 40 25 24,25 3,00 22,75 9,00 22,50 10,00
E‐02 210 50 40 25 23,75 5,00 23 8,00 22,75 9,00
C21
E‐01 210 75 40 22 20,75 5,68 19,75 10,23 20,00 9,09
E‐02 210 75 40 22 21,00 4,55 19,5 11,36 19,75 10,23
C22
E‐01 210 25 60 39,5 37,75 4,43 35,75 9,49 36,75 6,96
E‐02 210 25 60 39,5 37,25 5,70 35 11,39 35,75 9,49
C23
E‐01 210 50 60 36,75 34,50 6,12 33,25 9,52 33,75 8,16
E‐02 210 50 60 36,75 34,50 6,12 33,5 8,84 34,00 7,48
C24
E‐01 210 75 60 33,5 31,50 5,97 29,75 11,19 30,75 8,21
E‐02 210 75 60 33,25 31,00 6,77 30,25 9,02 30,75 7,52
C25
Anexo IV‐24
lespiral (cm)
Espiral Tinyección (ºC) Vmáx (%) Plím (%) PP‐PPMA PP‐PPMA‐F % PP‐PPMA‐FB % PP‐PPMA‐FA %
E‐01 210 25 80 50,5 48,50 3,96 45,5 9,90 47,25 6,44
E‐02 210 25 80 50,5 49,00 2,97 45 10,89 47,50 5,94
C26
E‐01 210 50 80 46,5 45,50 2,15 42,5 8,60 44,25 4,84
E‐02 210 50 80 46,5 45,25 2,69 42,5 8,60 44,50 4,30
C27
E‐01 210 75 80 44,25 42,00 5,08 40,5 8,47 41,25 6,78
E‐02 210 75 80 43,75 42,00 4,00 40,5 7,43 41,25 5,71
C28
E‐01 240 25 40 29,25 30,75 ‐5,13 28,25 3,42 30,75 ‐5,13
E‐02 240 25 40 29 31,00 ‐6,90 28,75 0,86 30,50 ‐5,17
C29
E‐01 240 50 40 27,5 27,75 ‐0,91 25,75 6,36 27,75 ‐0,91
E‐02 240 50 40 27,5 27,75 ‐0,91 25,5 7,27 27,75 ‐0,91
C30
E‐01 240 75 40 24 23,00 4,17 22 8,33 23,75 1,04
E‐02 240 75 40 23,25 23,50 ‐1,08 22,5 3,23 24,50 ‐5,38
C31
E‐01 240 25 60 43,75 43,75 0,00 40,75 6,86 42,75 2,29
E‐02 240 25 60 43,75 43,00 1,71 41 6,29 42,75 2,29
C32
E‐01 240 50 60 40,5 39,25 3,09 37 8,64 39,00 3,70
E‐02 240 50 60 40,5 39,00 3,70 37 8,64 38,75 4,32
C33
E‐01 240 75 60 37,25 35,50 4,70 34,5 7,38 36,00 3,36
Anexo IV‐25
lespiral (cm)
Espiral Tinyección (ºC) Vmáx (%) Plím (%) PP‐PPMA PP‐PPMA‐F % PP‐PPMA‐FB % PP‐PPMA‐FA %
E‐02 240 75 60 37,5 36,00 4,00 33,75 10,00 35,75 4,67
C34
E‐01 240 25 80 57,5 55,75 3,04 52,5 8,70 54,75 4,78
E‐02 240 25 80 58 55,00 5,17 51,5 11,21 55,50 4,31
C35
E‐01 240 50 80 51,75 51,50 0,48 48,75 5,80 51,50 0,48
E‐02 240 50 80 52 51,50 0,96 48,75 6,25 51,50 0,96
C36
E‐01 240 75 80 48,25 47,50 1,55 44,75 7,25 48,50 ‐0,52
E‐02 240 75 80 48 47,00 2,08 45 6,25 47,75 0,52
Anexo IV‐26
Tabla IV. 18A Medida de tiempo del recorrido del flujo entre transductores para la formación de las espirales de PP‐PPMA, PP‐PPMA‐F, PP‐PPMA‐FB, PP‐
PPMA‐FA.
tinyección (s)
Espiral tiny (ºC) Vmáx (%) Plím (%) PP‐PPMA PP‐PPMA‐F % PP‐PPMA‐FB % PP‐PPMA‐FA %
C01
E‐01 190 25 40 0,91 0,95 ‐4,40 0,85 6,59 0,87 4,40
E‐02 190 25 40 0,91 0,95 ‐4,40 0,85 6,59 0,87 4,40
C02
E‐01 190 50 40 0,38 0,42 ‐
10,53 0,39 ‐2,63 0,37 2,63
E‐02 190 50 40 0,38 0,42 ‐
10,53 0,39 ‐2,63 0,37 2,63
C03
E‐01 190 75 40 0,23 0,27 ‐
17,39 0,23 0,00 0,23 0,00
E‐02 190 75 40 0,23 0,27 ‐
17,39 0,23 0,00 0,23 0,00
C04
E‐01 190 25 60 1,17 1,18 ‐0,85 1,12 4,27 1,18 ‐0,85
E‐02 190 25 60 1,17 1,18 ‐0,85 1,12 4,27 1,18 ‐0,85
C05
E‐01 190 50 60 0,55 0,59 ‐7,27 0,54 1,82 0,55 0,00
Anexo IV‐27
tinyección (s)
Espiral tiny (ºC) Vmáx (%) Plím (%) PP‐PPMA PP‐PPMA‐F % PP‐PPMA‐FB % PP‐PPMA‐FA %
E‐02 190 50 60 0,55 0,59 ‐7,27 0,54 1,82 0,55 0,00
C06
E‐01 190 75 60 0,36 0,37 ‐2,78 0,35 2,78 0,35 2,78
E‐02 190 75 60 0,36 0,37 ‐2,78 0,35 2,78 0,35 2,78
C07
E‐01 190 25 80 1,42 1,37 3,52 1,34 5,63 1,41 0,70
E‐02 190 25 80 1,42 1,37 3,52 1,34 5,63 1,41 0,70
C08
E‐01 190 50 80 0,69 0,69 0,00 0,67 2,90 0,67 2,90
E‐02 190 50 80 0,69 0,69 0,00 0,67 2,90 0,67 2,90
C09
E‐01 190 75 80 0,46 0,47 ‐2,17 0,45 2,17 0,45 2,17
E‐02 190 75 80 0,46 0,47 ‐2,17 0,45 2,17 0,45 2,17
C10
E‐01 200 25 40 0,94 0,96 ‐2,13 0,89 5,32 0,95 ‐1,06
E‐02 200 25 40 0,94 0,96 ‐2,13 0,89 5,32 0,95 ‐1,06
C11
Anexo IV‐28
tinyección (s)
Espiral tiny (ºC) Vmáx (%) Plím (%) PP‐PPMA PP‐PPMA‐F % PP‐PPMA‐FB % PP‐PPMA‐FA %
E‐01 200 50 40 0,42 0,44 ‐4,76 0,41 2,38 0,41 2,38
E‐02 200 50 40 0,42 0,44 ‐4,76 0,41 2,38 0,41 2,38
C12
E‐01 200 75 40 0,26 0,26 0,00 0,26 0,00 0,25 3,85
E‐02 200 75 40 0,26 0,26 0,00 0,26 0,00 0,25 3,85
C13
E‐01 200 25 60 1,23 1,19 3,25 1,14 7,32 1,23 0,00
E‐02 200 25 60 1,23 1,19 3,25 1,14 7,32 1,23 0,00
C14
E‐01 200 50 60 0,58 0,59 ‐1,72 0,57 1,72 0,58 0,00
E‐02 200 50 60 0,58 0,59 ‐1,72 0,57 1,72 0,58 0,00
C15
E‐01 200 75 60 0,38 0,38 0,00 0,37 2,63 0,37 2,63
E‐02 200 75 60 0,38 0,38 0,00 0,37 2,63 0,37 2,63
C16
E‐01 200 25 80 1,48 1,43 3,38 1,39 6,08 1,46 1,35
E‐02 200 25 80 1,48 1,43 3,38 1,39 6,08 1,46 1,35
C17
Anexo IV‐29
tinyección (s)
Espiral tiny (ºC) Vmáx (%) Plím (%) PP‐PPMA PP‐PPMA‐F % PP‐PPMA‐FB % PP‐PPMA‐FA %
E‐01 200 50 80 0,72 0,71 1,39 0,69 4,17 0,71 1,39
E‐02 200 50 80 0,72 0,71 1,39 0,69 4,17 0,71 1,39
C18
E‐01 200 75 80 0,48 0,48 0,00 0,47 2,08 0,47 2,08
E‐02 200 75 80 0,48 0,48 0,00 0,47 2,08 0,47 2,08
C19
E‐01 210 25 40 0,97 0,98 ‐1,03 0,94 3,09 1,00 ‐3,09
E‐02 210 25 40 0,97 0,98 ‐1,03 0,94 3,09 1,00 ‐3,09
C20
E‐01 210 50 40 0,44 0,45 ‐2,27 0,43 2,27 0,45 ‐2,27
E‐02 210 50 40 0,44 0,45 ‐2,27 0,43 2,27 0,45 ‐2,27
C21
E‐01 210 75 40 0,28 0,28 0,00 0,27 3,57 0,28 0,00
E‐02 210 75 40 0,28 0,28 0,00 0,27 3,57 0,28 0,00
C22
E‐01 210 25 60 1,25 1,23 1,60 1,19 4,80 1,30 ‐4,00
E‐02 210 25 60 1,25 1,23 1,60 1,19 4,80 1,30 ‐4,00
Anexo IV‐30
tinyección (s)
Espiral tiny (ºC) Vmáx (%) Plím (%) PP‐PPMA PP‐PPMA‐F % PP‐PPMA‐FB % PP‐PPMA‐FA %
C23
E‐01 210 50 60 0,61 0,59 3,28 0,59 3,28 0,62 ‐1,64
E‐02 210 50 60 0,61 0,59 3,28 0,59 3,28 0,62 ‐1,64
C24
E‐01 210 75 60 0,40 0,39 2,50 0,38 5,00 0,40 0,00
E‐02 210 75 60 0,40 0,39 2,50 0,38 5,00 0,40 0,00
C25
E‐01 210 25 80 1,51 1,49 1,32 1,40 7,28 1,55 ‐2,65
E‐02 210 25 80 1,51 1,49 1,32 1,40 7,28 1,55 ‐2,65
C26
E‐01 210 50 80 0,73 0,73 0,00 0,70 4,11 0,75 ‐2,74
E‐02 210 50 80 0,73 0,73 0,00 0,70 4,11 0,75 ‐2,74
C27
E‐01 210 75 80 0,50 0,49 2,00 0,48 4,00 0,49 2,00
E‐02 210 75 80 0,50 0,49 2,00 0,48 4,00 0,49 2,00
C28
E‐01 240 25 40 0,99 1,25 ‐26,26 1,16 ‐17,17 1,40 ‐41,41
E‐02 240 25 40 0,99 1,25 ‐26,26 1,16 ‐17,17 1,40 ‐41,41
Anexo IV‐31
tinyección (s)
Espiral tiny (ºC) Vmáx (%) Plím (%) PP‐PPMA PP‐PPMA‐F % PP‐PPMA‐FB % PP‐PPMA‐FA %
C29
E‐01 240 50 40 0,48 0,60 ‐25,00 0,55 ‐14,58 0,70 ‐45,83
E‐02 240 50 40 0,48 0,60 ‐25,00 0,55 ‐14,58 0,70 ‐45,83
C30
E‐01 240 75 40 0,29 0,36 ‐24,14 0,36 ‐24,14 0,45 ‐55,17
E‐02 240 75 40 0,29 0,36 ‐24,14 0,36 ‐24,14 0,45 ‐55,17
C31
E‐01 240 25 60 1,32 1,53 ‐15,91 1,52 ‐15,15 1,35 ‐2,27
E‐02 240 25 60 1,32 1,53 ‐15,91 1,52 ‐15,15 1,35 ‐2,27
C32
E‐01 240 50 60 0,63 0,85 ‐34,92 0,70 ‐11,11 0,93 ‐47,62
E‐02 240 50 60 0,63 0,85 ‐34,92 0,70 ‐11,11 0,93 ‐47,62
C33
E‐01 240 75 60 0,42 0,49 ‐16,67 0,46 ‐9,52 0,54 ‐28,57
E‐02 240 75 60 0,42 0,49 ‐16,67 0,46 ‐9,52 0,54 ‐28,57
C34
E‐01 240 25 80 1,63 1,90 ‐16,56 1,70 ‐4,29 2,13 ‐30,67
E‐02 240 25 80 1,63 1,90 ‐16,56 1,70 ‐4,29 2,13 ‐30,67
Anexo IV‐32
tinyección (s)
Espiral tiny (ºC) Vmáx (%) Plím (%) PP‐PPMA PP‐PPMA‐F % PP‐PPMA‐FB % PP‐PPMA‐FA %
C35
E‐01 240 50 80 0,77 0,91 ‐18,18 0,83 ‐7,79 1,07 ‐38,96
E‐02 240 50 80 0,77 0,91 ‐18,18 0,83 ‐7,79 1,07 ‐38,96
C36
E‐01 240 75 80 0,52 0,58 11,54 0,62 ‐19,23 0,72 ‐38,46
E‐02 240 75 80 0,52 0,58 11,54 6,62 ‐19,23 0,72 ‐38,46
Anexo IV‐33
Tabla IV. 19: Valores de Viscosidad del PP‐PPMA EO1
Datos experimentales Molde Espiral PP‐PPMA E01
Caso T (�C)
Vmáx (%)
Plím (%)
tcorte (s)
Pcorte (bar)
hespiral (mm)
lespiral(mm)
wespiral(mm)
Vespiral (mm3)
Q (cm3/s)
ɣap (1/s)
ηap (Pa·s)
M1C01 25 0,23 90,12 14,61 1095,65 97,92 M1C02 50 0,11 103,14 30,55 2290,91 53,60 M1C03
40
75 0,10 98,26 33,60 2520,00 46,42 M1C04 25 0,22 91,75 15,27 1145,45 95,35 M1C05 50 0,11 98,26 30,55 2290,91 51,06 M1C06
60
75 0,08 107,85 42,00 3150,00 40,76 M1C07 25 0,22 91,75 15,27 1145,45 95,35 M1C08 50 0,11 103,72 30,55 2290,91 53,90 M1C09
190
80
75 0,07 104,77 48,00 3600,00 34,65 M1C10 25 0,22 86,86 15,27 1145,45 90,28 M1C11 50 0,11 96,92 30,55 2290,91 50,37 M1C12
40
75 0,08 93,67 42,00 3150,00 35,40 M1C13 25 0,23 92,04 14,61 1095,65 100,00 M1C14 50 0,12 102,39 28,00 2100,00 58,04 M1C15
60
75 0,08 104,30 42,00 3150,00 39,42 M1C16 25 0,23 93,38 14,61 1095,65 101,46
M1C17 50 0,11 99,13 30,55 2290,91 51,51
M1C18
200
80
75 0,08 106,51 42,00 3150,00 40,25
M1C19 40 25 0,24 88,78
2 84 20 3360
14,00 1050,00 100,66
Anexo IV‐34
Datos experimentales Molde Espiral PP‐PPMA E01
Caso T (�C)
Vmáx (%)
Plím (%)
tcorte (s)
Pcorte (bar)
hespiral (mm)
lespiral(mm)
wespiral(mm)
Vespiral (mm3)
Q (cm3/s)
ɣap (1/s)
ηap (Pa·s)
M1C20 50 0,11 92,04 30,55 2290,91 47,83 M1C21 75 0,08 99,42 42,00 3150,00 37,57 M1C22 25 0,22 83,61 15,27 1145,45 86,89 M1C23 50 0,12 98,84 28,00 2100,00 56,03 M1C24
60 75 0,07 98,84 48,00 3600,00 32,69
M1C25 25 0,22 86,86 15,27 1145,45 90,28 M1C26 50 0,12 97,79 28,00 2100,00 55,44 M1C27
210
80 75 0,08 99,42 42,00 3150,00 37,57
M1C28 25 0,22 78,72 15,27 1145,45 81,82 M1C29 50 0,11 83,90 30,55 2290,91 43,60 M1C30
40 75 0,07 87,15 48,00 3600,00 28,82
M1C31 25 0,26 75,47 12,92 969,23 92,70 M1C32 50 0,12 82,85 28,00 2100,00 46,97 M1C33
60 75 0,07 83,90 48,00 3600,00 27,74
M1C34 25 0,24 72,50 14,00 1050,00 82,20 M1C35 50 0,12 82,85 28,00 2100,00 46,97 M1C36
240
80 75 0,08 86,11 42,00 3150,00 32,54
Anexo IV‐35
Figura IV. 17A, Representación gráfica con ajuste al modelo exponencial del PP‐PPMA EO1
Anexo IV‐36
Tabla IV. 20A: Valores de Viscosidad del PP‐PPMA EO2
Datos Experimentales Molde Espiral PP‐PPMA E02
Caso T (ºC)
Vmáx (%)
Plím (%)
tcorte (s)
Pcorte (bar)
hespiral (mm)
lespiral (mm)
wespiral (mm)
Vespiral (mm3)
Q (cm3/s)
ɣap (1/s)
ηap (Pa·s)
M1C01 25 0,23 93,67 14,61 1095,65 101,77 M1C02 50 0,11 101,52 30,55 2290,91 52,75 M1C03
40 75 0,11 97,21 30,55 2290,91 50,52
M1C04 25 0,24 96,92 14,00 1050,00 109,89 M1C05 50 0,11 98,55 30,55 2290,91 51,21 M1C06
60 75 0,08 107,56 42,00 3150,00 40,65
M1C07 25 0,22 93,38 15,27 1145,45 97,05 M1C08 50 0,11 103,14 30,55 2290,91 53,60 M1C09
190
80 75 0,08 113,02 42,00 3150,00 42,71
M1C10 25 0,23 88,49 14,61 1095,65 96,15 M1C11 50 0,12 96,16 28,00 2100,00 54,51 M1C12
40 75 0,07 99,89 48,00 3600,00 33,03
M1C13 25 0,23 90,41 14,61 1095,65 98,23 M1C14 50 0,12 102,10 28,00 2100,00 57,88 M1C15
60 75 0,07 101,81 48,00 3600,00 33,67
M1C16 25 0,22 90,12 15,27 1145,45 93,66 M1C17 50 0,12 101,05 28,00 2100,00 57,28 M1C18
200
80 75 0,08 105,17
2 84 20 3360
42,00 3150,00 39,75
Anexo IV‐37
Datos Experimentales Molde Espiral PP‐PPMA E02
Caso T (ºC)
Vmáx (%)
Plím (%)
tcorte (s)
Pcorte (bar)
hespiral (mm)
lespiral (mm)
wespiral (mm)
Vespiral (mm3)
Q (cm3/s)
ɣap (1/s)
ηap (Pa·s)
M1C19 25 0,23 85,53 14,61 1095,65 92,93 M1C20 50 0,11 95,29 30,55 2290,91 49,52 M1C21
40 75 0,08 97,21 42,00 3150,00 36,74
M1C22 25 0,22 81,98 15,27 1145,45 85,20 M1C23 50 0,12 96,16 28,00 2100,00 54,51 M1C24
60 75 0,08 101,34 42,00 3150,00 38,30
M1C25 25 0,22 90,12 15,27 1145,45 93,66 M1C26 50 0,11 92,33 30,55 2290,91 47,98 M1C27
210
80 75 0,08 101,63 42,00 3150,00 38,41
M1C28 25 0,23 81,98 14,61 1095,65 89,08 M1C29 50 0,12 80,64 28,00 2100,00 45,72 M1C30
40 75 0,08 91,28 42,00 3150,00 34,50
M1C31 25 0,24 75,76 14,00 1050,00 85,89 M1C32 50 0,12 82,85 28,00 2100,00 46,97 M1C33
60 75 0,07 83,90 48,00 3600,00 27,74
M1C34 25 0,22 72,21 15,27 1145,45 75,05 M1C35 50 0,11 82,27 30,55 2290,91 42,75 M1C36
240
80 75 0,08 84,77 42,00 3150,00 32,04
Anexo IV‐38
Figura IV. 18A: Representación gráfica con ajuste al modelo exponencial del PP‐PPMA EO2
Anexo IV‐39
Tabla IV. 21A, Valores de Viscosidad del PP‐PPMA‐F EO1
Datos experimentales Molde Espiral PP‐PPMA‐F E01
Caso T (�C)
Vmáx (%)
Plím (%)
tcorte(s)
Pcorte (bar)
hespiral (mm)
lespiral (mm)
wespiral (mm)
Vespiral (mm3)
Q (cm3/s)
ɣap (1/s)
ηap (Pa·s)
M2C01 25 0,24 99,89 14,00 1050,00 113,25 M2C02 50 0,12 106,98 28,00 2100,00 60,65 M2C03
40 75 0,09 96,92 37,33 2800,00 41,21
M2C04 25 0,22 93,38 15,27 1145,45 97,05 M2C05 50 0,11 104,01 30,55 2290,91 54,05 M2C06
60 75 0,08 110,24 42,00 3150,00 41,66
M2C07 25 0,23 98,26 14,61 1095,65 106,76 M2C08 50 0,11 109,19 30,55 2290,91 56,74 M2C09
190
80 75 0,08 109,95 42,00 3150,00 41,55
M2C10 25 0,23 93,38 14,61 1095,65 101,46 M2C11 50 0,13 102,68 25,85 1938,46 63,06 M2C12
40 75 0,10 88,49 33,60 2520,00 41,80
M2C13 25 0,24 92,33 14,00 1050,00 104,68 M2C14 50 0,11 101,52 30,55 2290,91 52,75 M2C15
60 75 0,08 106,22 42,00 3150,00 40,14
M2C16 25 0,24 95,00 14,00 1050,00 107,71 M2C17 50 0,12 101,81 28,00 2100,00 57,71 M2C18
200
80 75 0,09 107,09
2 84 20 3360
37,33 2800,00 45,53
Anexo IV‐40
Datos experimentales Molde Espiral PP‐PPMA‐F E01
Caso T (�C)
Vmáx (%)
Plím (%)
tcorte(s)
Pcorte (bar)
hespiral (mm)
lespiral (mm)
wespiral (mm)
Vespiral (mm3)
Q (cm3/s)
ɣap (1/s)
ηap (Pa·s)
M2C19 25 0,25 90,70 13,44 1008,00 107,12 M2C20 50 0,12 95,29 28,00 2100,00 54,02 M2C21
40 75 0,08 95,58 42,00 3150,00 36,12
M2C22 25 0,23 88,78 14,61 1095,65 96,47 M2C23 50 0,12 97,79 28,00 2100,00 55,44 M2C24
60 75 0,08 100,18 42,00 3150,00 37,86
M2C25 25 0,23 87,15 14,61 1095,65 94,70 M2C26 50 0,12 98,84 28,00 2100,00 56,03 M2C27
210
80 75 0,07 98,84 48,00 3600,00 32,69
M2C28 25 0,25 78,72 13,44 1008,00 92,98 M2C29 50 0,13 86,11 25,85 1938,46 52,88 M2C30
40 75 0,08 92,91 42,00 3150,00 35,11
M2C31 25 0,23 77,10 14,61 1095,65 83,77 M2C32 50 0,12 87,44 28,00 2100,00 49,57 M2C33
60 75 0,07 88,78 48,00 3600,00 29,36
M2C34 25 0,23 77,10 14,61 1095,65 83,77 M2C35 50 0,11 81,98 30,55 2290,91 42,60 M2C36
240
80 75 0,08 90,23 42,00 3150,00 34,10
Anexo IV‐41
Figura IV. 19A, Representación gráfica con ajuste al modelo exponencial del PP‐PPMA‐F EO1
Anexo IV‐42
Tabla IV. 22A: Valores de Viscosidad del PP‐PPMA‐F EO2
Datos experimentales Molde Espiral PP‐PPMA‐F E02
Caso T (ºC)
Vmáx (%)
Plím(%)
tcorte(s)
Pcorte (bar)
hespiral (mm)
lespiral (mm)
wespiral (mm)
Vespiral (mm3)
Q (cm3/s)
ϒap (1/s)
ηap (Pa·s)
M3C01 25 0,24 101,81 14,00 1050,00 115,43 M3C02 50 0,12 107,56 28,00 2100,00 60,97 M3C03
60 75 0,08 93,38 42,00 3150,00 35,29
M3C04 25 0,25 98,55 13,44 1008,00 116,39 M3C05 50 0,12 110,82 28,00 2100,00 62,82 M3C06
80 75 0,08 111,28 42,00 3150,00 42,06
M3C07 25 0,22 95,29 15,27 1145,45 99,04 M3C08 50 0,11 105,35 30,55 2290,91 54,75 M3C09
190
40 75 0,08 113,60 42,00 3150,00 42,93
M3C10 25 0,24 93,38 14,00 1050,00 105,87 M3C11 50 0,11 99,89 30,55 2290,91 51,91 M3C12
60 75 0,08 93,96 42,00 3150,00 35,51
M3C13 25 0,24 95,29 14,00 1050,00 108,04 M3C14 50 0,11 98,55 30,55 2290,91 51,21 M3C15
80 75 0,08 105,93 42,00 3150,00 40,03
M3C16 25 0,22 91,75 15,27 1145,45 95,35 M3C17 50 0,11 99,89 30,55 2290,91 51,91 M3C18
200
40 75 0,08 107,85
2 84 20 3360
42,00 3150,00 40,76
Anexo IV‐43
Datos experimentales Molde Espiral PP‐PPMA‐F E02
Caso T (ºC)
Vmáx (%)
Plím(%)
tcorte(s)
Pcorte (bar)
hespiral (mm)
lespiral (mm)
wespiral (mm)
Vespiral (mm3)
Q (cm3/s)
ϒap (1/s)
ηap (Pa·s)
M3C19 25 0,24 88,78 14,00 1050,00 100,66 M3C20 50 0,12 95,58 28,00 2100,00 54,19 M3C21
60 75 0,08 99,13 42,00 3150,00 37,46
M3C22 25 0,22 86,86 15,27 1145,45 90,28 M3C23 50 0,11 96,63 30,55 2290,91 50,22 M3C24
80 75 0,08 103,26 42,00 3150,00 39,02
M3C25 25 0,23 85,24 14,61 1095,65 92,61 M3C26 50 0,12 96,16 28,00 2100,00 54,51 M3C27
210
40 75 0,08 99,71 42,00 3150,00 37,68
M3C28 25 0,26 79,01 12,92 969,23 97,05 M3C29 50 0,13 85,82 25,85 1938,46 52,70 M3C30
60 75 0,07 91,75 48,00 3600,00 30,34
M3C31 25 0,24 79,01 14,00 1050,00 89,59 M3C32 50 0,11 85,24 30,55 2290,91 44,29 M3C33
80 75 0,08 90,70 42,00 3150,00 34,28
M3C34 25 0,23 75,47 14,61 1095,65 82,00 M3C35 50 0,11 81,98 30,55 2290,91 42,60 M3C36
240
75 0,08 88,60 42,00 3150,00 33,49
Anexo IV‐44
Figura IV. 20 A: Representación gráfica con ajuste al modelo exponencial del PP‐PPMA‐F EO2
Anexo IV‐45
Tabla IV. 23A: Valores de Viscosidad del PP‐PPMA‐FB EO1
Datos experimentales Modelo Espiral PP‐PPMA‐FB E01
Caso T (ºC)
Vmáx
(%) Plím
(%) tcorte
(s)
Pcorte
(bar)
hespiral
(mm)
lespiral
(mm)
wespiral
(mm)
Vespiral
(mm3)
Q (cm3/s)
ϒap (1/s)
ηap (Pa·s
) M3C01 25 0,24 113,20 14,00 1050,00 128,35 M3C02 50 0,11 114,54 30,55 2290,91 59,52 M3C03
40
75 0,11 106,69 30,55 2290,91 55,44 M3C04 25 0,24 113,49 14,00 1050,00 128,68 M3C05 50 0,12 120,00 28,00 2100,00 68,03 M3C06
60
75 0,08 123,66 42,00 3150,00 46,74 M3C07 25 0,23 109,95 14,61 1095,65 119,46 M3C08 50 0,11 116,17 30,55 2290,91 60,37 M3C09
190
80
75 0,07 118,09 48,00 3600,00 39,05 M3C10 25 0,24 106,98 14,00 1050,00 121,29 M3C11 50 0,11 109,66 30,55 2290,91 56,98 M3C12
40
75 0,10 106,69 33,60 2520,00 50,40 M3C13 25 0,23 103,14 14,61 1095,65 112,07 M3C14 50 0,12 114,07 28,00 2100,00 64,67 M3C15
60
75 0,08 116,57 42,00 3150,00 44,05 M3C16 25 0,23 103,14 14,61 1095,65 112,07 M3C17 50 0,12 111,86 28,00 2100,00 63,41 M3C18
200
80
75 0,08 115,99
2 84 20 3360
42,00 3150,00 43,84
Anexo IV‐46
Datos experimentales Modelo Espiral PP‐PPMA‐FB E01
Caso T (ºC)
Vmáx
(%) Plím
(%) tcorte
(s)
Pcorte
(bar)
hespiral
(mm)
lespiral
(mm)
wespiral
(mm)
Vespiral
(mm3)
Q (cm3/s)
ϒap (1/s)
ηap (Pa·s
) M3C19 25 0,23 103,14 14,61 1095,65 112,07 M3C20 50 0,11 104,77 30,55 2290,91 54,45 M3C21
40
75 0,08 98,26 42,00 3150,00 37,14 M3C22 25 0,23 98,26 14,61 1095,65 106,76 M3C23 50 0,12 108,90 28,00 2100,00 61,73 M3C24
60
75 0,09 113,89 37,33 2800,00 48,42 M3C25 25 0,22 98,26 15,27 1145,45 102,12 M3C26 50 0,11 105,06 30,55 2290,91 54,60 M3C27
210
80
75 0,08 110,82 42,00 3150,00 41,88 M3C28 25 0,24 87,15 14,00 1050,00 98,81 M3C29 50 0,12 97,79 28,00 2100,00 55,44 M3C30
40
75 0,09 99,42 37,33 2800,00 42,27 M3C31 25 0,24 87,15 14,00 1050,00 98,81 M3C32 50 0,12 93,96 28,00 2100,00 53,26 M3C33
60
75 0,08 99,71 42,00 3150,00 37,68 M3C34 25 0,24 87,15 14,00 1050,00 98,81 M3C35 50 0,12 93,67 28,00 2100,00 53,10 M3C36
240
80
75 0,08 99,71 42,00 3150,00 37,68
Anexo IV‐47
Figura IV. 21A: Representación gráfica con ajuste al modelo exponencial del PP‐PPMA‐FB EO1
Anexo IV‐48
Tabla IV. 24A: Valores de Viscosidad del PP‐PPMA‐FB EO2
Datos experimentales Modelo Espiral PP‐PPMA‐FB E02
Caso T (ºC)
Vmáx
(%) Plím
(%) tcorte
(s)
Pcorte
(bar)
hespiral
(mm)
lespiral(mm)
wespiral(mm)
Vespiral
(mm3)
Q (cm3/s)
ϒap (1/s)
ηap (Pa·s)
M3C01 25 0,24 109,95 14,00 1050,00 124,66 M3C02 50 0,12 117,04 28,00 2100,00 66,35 M3C03
40 75 0,11 108,32 30,55 2290,91 56,29
M3C04 25 0,24 111,57 14,00 1050,00 126,50 M3C05 50 0,11 121,05 30,55 2290,91 62,90 M3C06
60 75 0,08 122,21 42,00 3150,00 46,19
M3C07 25 0,24 110,24 14,00 1050,00 124,98 M3C08 50 0,12 118,96 28,00 2100,00 67,43 M3C09
190
80 75 0,08 123,37 42,00 3150,00 46,63
M3C10 25 0,24 106,69 14,00 1050,00 120,96 M3C11 50 0,12 109,19 28,00 2100,00 61,90 M3C12
40 75 0,09 105,35 37,33 2800,00 44,79
M3C13 25 0,23 100,47 14,61 1095,65 109,16 M3C14 50 0,12 111,86 28,00 2100,00 63,41 M3C15
60 75 0,08 113,89 42,00 3150,00 43,04
M3C16 25 0,24 103,72 14,00 1050,00 117,60 M3C17 50 0,12 112,44 28,00 2100,00 63,74 M3C18
200
80 75 0,07 111,28
2 84 20 3360
48,00 3600,00 36,80
Anexo IV‐49
Datos experimentales Modelo Espiral PP‐PPMA‐FB E02
Caso T (ºC)
Vmáx
(%) Plím
(%) tcorte
(s)
Pcorte
(bar)
hespiral
(mm)
lespiral(mm)
wespiral(mm)
Vespiral
(mm3)
Q (cm3/s)
ϒap (1/s)
ηap (Pa·s)
M3C19 25 0,24 98,55 14,00 1050,00 111,73 M3C20 50 0,11 106,98 30,55 2290,91 55,59 M3C21
40 75 0,08 99,89 42,00 3150,00 37,75
M3C22 25 0,24 101,52 14,00 1050,00 115,10 M3C23 50 0,11 104,77 30,55 2290,91 54,45 M3C24
60 75 0,09 113,02 37,33 2800,00 48,05
M3C25 25 0,22 96,92 15,27 1145,45 100,73 M3C26 50 0,11 105,35 30,55 2290,91 54,75 M3C27
210
80 75 0,08 111,11 42,00 3150,00 41,99
M3C28 25 0,24 87,15 14,00 1050,00 98,81 M3C29 50 0,12 93,38 28,00 2100,00 52,93 M3C30
40 75 0,08 97,03 42,00 3150,00 36,67
M3C31 25 0,24 83,90 14,00 1050,00 95,12 M3C32 50 0,12 95,29 28,00 2100,00 54,02 M3C33
60 75 0,08 98,84 42,00 3150,00 37,35
M3C34 25 0,23 85,24 14,61 1095,65 92,61 M3C35 50 0,12 92,04 28,00 2100,00 52,18 M3C36
240
80 75 0,08 96,63 42,00 3150,00 36,52
Anexo IV‐50
Figura IV. 22 A: Representación gráfica con ajuste al modelo exponencial del PP‐PPMA‐FB EO2
Anexo IV‐51
Tabla IV. 25A: Valores de Viscosidad del PP‐PPMA‐FA EO1
Datos experimentales Molde Espiral PP‐PPMA‐FA E01
Caso T (ºC)
Vmáx (%)
Plím (%)
tcorte (s)
Pcorte (bar)
hespiral (mm)
l espiral (mm)
W espiral (mm)
V espiral (mm3)
Q (cm3/s
) ϒap (1/s)
ηap (Pa·s)
M4C01 25 0,24 108,03 14,00 1050,00 122,48 M4C02 50 0,13 112,15 25,85 1938,46 68,88 M4C03
40 75 0,15 86,86 22,40 1680,00 61,55
M4C04 25 0,23 103,14 14,61 1095,65 112,07
M4C05 50 0,12 110,53 28,00 2100,00 62,66
M4C06
60
75 0,07 115,12 48,00 3600,00 38,07
M4C07 25 0,24 103,14 14,00 1050,00 116,94
M4C08 50 0,11 109,66 30,55 2290,91 56,98
M4C09
190
80
75 0,07 115,12 48,00 3600,00 38,07
M4C10 25 0,25 98,55 13,44 1008,00 116,39
M4C11 50 0,12 107,56 28,00 2100,00 60,97
M4C12
40
75 0,11 101,81 30,55 2290,91 52,90
M4C13 25 0,24 98,55 14,00 1050,00 111,73
M4C14 50 0,12 108,90 28,00 2100,00 61,73
M4C15
60
75 0,08 112,73 42,00 3150,00 42,61
M4C16 25 0,24 100,18 14,00 1050,00 113,58
M4C17
200
80
50 0,12 107,27
2 84 20 3360
28,00 2100,00 60,81
Anexo IV‐52
Datos experimentales Molde Espiral PP‐PPMA‐FA E01
Caso T (ºC)
Vmáx (%)
Plím (%)
tcorte (s)
Pcorte (bar)
hespiral (mm)
l espiral (mm)
W espiral (mm)
V espiral (mm3)
Q (cm3/s
) ϒap (1/s)
ηap (Pa·s)
M4C18 75 0,07 109,66 48,00 3600,00 36,26 M4C19 25 0,25 98,55 13,44 1008,00 116,39 M4C20 50 0,12 104,01 28,00 2100,00 58,96 M4C21
40
75 0,09 89,07 37,33 2800,00 37,87 M4C22 25 0,23 93,38 14,61 1095,65 101,46 M4C23 50 0,12 104,30 28,00 2100,00 59,13 M4C24
60
75 0,08 106,40 42,00 3150,00 40,21 M4C25 25 0,23 95,00 14,61 1095,65 103,23 M4C26 50 0,11 101,52 30,55 2290,91 52,75 M4C27
210
80
75 0,08 105,35 42,00 3150,00 39,82 M4C28 25 0,24 83,61 14,00 1050,00 94,79 M4C29 50 0,11 90,41 30,55 2290,91 46,98 M4C30
40
75 0,07 95,29 48,00 3600,00 31,51 M4C31 25 0,23 80,35 14,61 1095,65 87,31 M4C32 50 0,12 90,99 28,00 2100,00 51,58 M4C33
60
75 0,08 95,58 42,00 3150,00 36,12 M4C34
240
80 25 0,23 84,19 14,61 1095,65 91,47
Anexo IV‐53
Datos experimentales Molde Espiral PP‐PPMA‐FA E01
Caso T (ºC)
Vmáx (%)
Plím (%)
tcorte (s)
Pcorte (bar)
hespiral (mm)
l espiral (mm)
W espiral (mm)
V espiral (mm3)
Q (cm3/s
) ϒap (1/s)
ηap (Pa·s)
M4C35 50 0,12 90,99 28,00 2100,00 51,58 M4C36 75 0,07 90,12 48,00 3600,00 29,80
Anexo IV‐54
Figura IV. 23A: Representación gráfica con ajuste al modelo exponencial del PP‐PPMA‐FA EO1
Anexo Capítulo IV
Anexo IV‐55
Tabla IV. 26A: Valores de Viscosidad del PP‐PPMA‐FA EO2
Datos experimentales Molde Espiral PP‐PPMA‐FA E02
Caso T (ºC)
Vmáx
(%) Plím
(%) tcorte
(s)
Pcorte
(bar)
hespiral
(mm)
lespiral
(mm)
wespiral
(mm)
Vespiral (mm3)
Q (cm3/s)
ϒap (1/s)
ηap (Pa·s)
M4C01 25 0,24 109,95 14,00 1050,00 124,66 M4C02 50 0,12 101,81 28,00 2100,00 57,71 M4C03
40 75 0,15 88,49 22,40 1680,00 62,71
M4C04 25 0,24 103,14 14,00 1050,00 116,94 M4C05 50 0,12 112,73 28,00 2100,00 63,91 M4C06
60 75 0,07 112,91 48,00 3600,00 37,34
M4C07 25 0,24 103,43 14,00 1050,00 117,27 M4C08 50 0,11 113,20 30,55 2290,91 58,83 M4C09
190
80 75 0,08 120,12 42,00 3150,00 45,39
M4C10 25 0,24 100,18 14,00 1050,00 113,58 M4C11 50 0,11 106,69 30,55 2290,91 55,44 M4C12
40 75 0,10 103,43 33,60 2520,00 48,86
M4C13 25 0,24 100,47 14,00 1050,00 113,91 M4C14 50 0,11 105,06 30,55 2290,91 54,60 M4C15
60 75 0,08 110,53 42,00 3150,00 41,77
M4C16 25 0,24 98,55 14,00 1050,00 111,73 M4C17 50 0,12 107,85 28,00 2100,00 61,14 M4C18
200
80 75 0,08 112,44
2 84 20 3360
42,00 3150,00 42,50
Anexo IV‐56
Datos experimentales Molde Espiral PP‐PPMA‐FA E02
Caso T (ºC)
Vmáx
(%) Plím
(%) tcorte
(s)
Pcorte
(bar)
hespiral
(mm)
lespiral
(mm)
wespiral
(mm)
Vespiral (mm3)
Q (cm3/s)
ϒap (1/s)
ηap (Pa·s)
M4C19 25 0,24 99,89 14,00 1050,00 113,25 M4C20 50 0,12 104,59 28,00 2100,00 59,29 M4C21
40 75 0,08 95,58 42,00 3150,00 36,12
M4C22 25 0,23 95,00 14,61 1095,65 103,23 M4C23 50 0,12 105,64 28,00 2100,00 59,89 M4C24
60 75 0,09 108,72 37,33 2800,00 46,22
M4C25 25 0,24 95,29 14,00 1050,00 108,04 M4C26 50 0,12 102,39 28,00 2100,00 58,04 M4C27
210
80 75 0,08 105,35 42,00 3150,00 39,82
M4C28 25 0,26 82,85 12,92 969,23 101,76 M4C29 50 0,12 90,99 28,00 2100,00 51,58 M4C30
40 75 0,08 96,74 42,00 3150,00 36,56
M4C31 25 0,24 83,90 14,00 1050,00 95,12 M4C32 50 0,12 92,04 28,00 2100,00 52,18 M4C33
60 75 0,08 98,37 42,00 3150,00 37,18
M4C34 25 0,23 82,56 14,61 1095,65 89,71 M4C35 50 0,11 85,24 30,55 2290,91 44,29 MC436
240
80 75 0,07 91,75 48,00 3600,00 30,34
Anexo IV‐57
Figura IV. 24 A: Representación gráfica con ajuste al modelo exponencial del PP‐PPMA‐FA EO2
Anexo IV‐58
Índice de Figuras Figura IV. 1A: Representación gráfica de los valores de shear rate y viscosidad del PP‐PPMA a
190oC ............................................................................................................................................. 2
Figura IV. 2A: Representación gráfica de los valores de shear rate y viscosidad.......................... 2
Figura IV. 3A: Representación gráfica de los valores de shear rate y ........................................... 3
Figura IV. 4A: Representación gráfica de los valores de shear rate y viscosidad calculada del
PP‐PPMA a 190oC, 200oC y 210oC................................................................................................. 5
Figura IV. 5A: Representación gráfica a 190oC .............................................................................. 6
Figura IV. 6A: Representación gráfica a 200oC .............................................................................. 7
Figura IV. 7A: Representación gráfica del PP‐PPMA‐F a 210oC ..................................................... 8
Figura IV. 8A: Representación gráfica de los valores de shear rate y viscosidad calculada del
PP‐PPMA‐F a 190oC, 200oC y 210oC ........................................................................................... 10
Figura IV. 9A: Representación gráfica de los valores de shear rate y viscosidad del PP‐PPMA‐FA
a 190 oC........................................................................................................................................ 11
Figura IV. 10A: Representación gráfica de los valores de shear rate y viscosidad del PP‐PPMA‐
FA a 200 oC................................................................................................................................... 12
Figura IV. 11A: Representación gráfica de los valores de shear rate y viscosidad del PP‐PPMA‐
FA a 210 oC................................................................................................................................... 13
Figura IV. 12A: Representación gráfica de los valores de shear rate y viscosidad calculada del
PP‐PPMA‐FA a 190oC, 200oC y 210oC ......................................................................................... 15
Figura IV. 13A: Representación gráfica de los valores de shear rate y viscosidad del PP‐PPMA‐
FB a 190 oC................................................................................................................................... 16
Figura IV. 14A: Representación gráfica de los valores de shear rate y viscosidad del PP‐PPMA‐
FB a 200 oC................................................................................................................................... 17
Figura IV. 15A: Representación gráfica de los valores de shear rate y viscosidad del PP‐PPMA‐
FB a 210 oC................................................................................................................................... 18
Figura IV. 16A: Representación gráfica de los valores de shear rate y viscosidad calculada del
PP‐PPMA‐FB a 190oC, 200oC y 210oC.......................................................................................... 20
Figura IV. 17A, Representación gráfica con ajuste al modelo exponencial del PP‐PPMA EO1 .. 35
Figura IV. 18A: Representación gráfica con ajuste al modelo exponencial del PP‐PPMA EO2.. 38
Figura IV. 19A, Representación gráfica con ajuste al modelo exponencial del PP‐PPMA‐F EO141
Figura IV. 20 A: Representación gráfica con ajuste al modelo exponencial del PP‐PPMA‐F EO2
..................................................................................................................................................... 44
Anexo IV‐59
Figura IV. 21A: Representación gráfica con ajuste al modelo exponencial del PP‐PPMA‐FB EO1
..................................................................................................................................................... 47
Figura IV. 22 A: Representación gráfica con ajuste al modelo exponencial del PP‐PPMA‐FB EO2
..................................................................................................................................................... 50
Figura IV. 23A: Representación gráfica con ajuste al modelo exponencial del PP‐PPMA‐FA EO1
..................................................................................................................................................... 54
Figura IV. 24 A: Representación gráfica con ajuste al modelo exponencial del PP‐PPMA‐FA EO2
..................................................................................................................................................... 57
Índice de Tablas Tabla IV. 1A: Valores de shear rate y viscosidad del PP‐PPMA a 190oC........................................ 1
Tabla IV. 2A: Valores de shear rate y viscosidad del PP‐PPMA a 200oC........................................ 2
Tabla IV. 3A: Valores de shear rate y viscosidad del PP‐PPMA a 210oC........................................ 3
Tabla IV. 4A: Valores representativos y viscosidad calculada con el modelo de 2º orden de los
ensayos a 190 oC, 200 oC y 210 oC del PP‐PPMA ............................................................................ 4
Tabla IV. 5A: Valores de shear rate y viscosidad del PP‐PPMA‐F a 190oC..................................... 6
Tabla IV. 6A: Valores de shear rate y viscosidad del PP‐PPMA‐F a 200oC..................................... 7
Tabla IV. 7A: Valores de shear rate y viscosidad del PP‐PPMA‐F a 210oC..................................... 8
Tabla IV. 8A: Valores representativos y viscosidad calculada con el modelo de 2º orden de los
ensayos a 190 oC, 200 oC y 210 oC del PP‐PPMA‐F ......................................................................... 9
Tabla IV. 9A: Valores de shear rate y viscosidad del PP‐PPMA‐FA a 190oC ................................ 11
Tabla IV. 10A: Valores de shear rate y viscosidad del PP‐PPMA‐FA a 200oC .............................. 12
Tabla IV. 11A: Valores de shear rate y viscosidad del PP‐PPMA‐FA a 210oC .............................. 13
Tabla IV. 12A: Valores representativos y viscosidad calculada con el modelo de 2º orden de los
ensayos a 190 oC, 200 oC y 210 oC del PP‐PPMA‐FA..................................................................... 14
Tabla IV. 13A: Valores de shear rate y viscosidad del PP‐PPMA‐FB a 190oC .............................. 16
Tabla IV. 14A: Valores de shear rate y viscosidad del PP‐PPMA‐FB a 200oC .............................. 17
Tabla IV. 15A: Valores de shear rate y viscosidad del PP‐PPMA‐FB a 210oC .............................. 18
Tabla IV. 16A: Valores representativos y viscosidad calculada con el modelo de 2º orden de los
ensayos a 190 oC, 200 oC y 210 oC del PP‐PPMA‐FA..................................................................... 19
Tabla IV. 17A Medida de la‐ longitud de las espirales de PP‐PPMA, PP‐PPMA‐F, PP‐PPMA‐FB,
PP‐PPMA‐FA, ............................................................................................................................... 21
Tabla IV. 18.................................................................................................................................. 26
Tabla IV. 19.................................................................................................................................. 33
Anexo IV‐60
Tabla IV. 20A: Valores de Viscosidad del PP‐PPMA EO2............................................................. 36
Tabla IV. 21A, Valores de Viscosidad del PP‐PPMA‐F EO1 .......................................................... 39
Tabla IV. 22A: Valores de Viscosidad del PP‐PPMA‐F EO2.......................................................... 42
Tabla IV. 23A: Valores de Viscosidad del PP‐PPMA‐FB EO1........................................................ 45
Tabla IV. 24A: Valores de Viscosidad del PP‐PPMA‐FB EO2........................................................ 48
Tabla IV. 25A: Valores de Viscosidad del PP‐PPMA‐FA EO1........................................................ 51
Tabla IV. 26A: Valores de Viscosidad del PP‐PPMA‐FA EO2........................................................ 55
Anexo Capítulo V
Anexo V‐1
Tabla V.1A Variabilidad en peso probetas Peso (g)
Probeta PP PP‐PPMA % PP‐PPMA‐F % PP‐PPMA‐FA % PP‐PPMA‐FB %
01 8,0906 8,1036 0,1 8,2868 2,4 8,5006 5,1 8,5026 5,0
02 8,0896 8,0955 0,1 8,3026 2,6 8,4876 4,9 8,5299 5,4
03 8,0859 8,091 0,1 8,2559 2,0 8,4629 4,7 8,5269 5,3
04 8,0851 8,0987 0,1 8,2954 2,5 8,4652 4,6 8,5236 5,3
05 8,0871 8,0973 0,0 8,2694 2,2 8,4641 4,6 8,4869 4,8
06 8,0888 8,0974 0,1 8,2742 2,2 8,4533 4,4 8,528 5,4
07 8,0921 8,095 0,0 8,2918 2,5 8,4573 4,5 8,5246 5,3
08 8,0986 8,1599 0,8 8,2866 2,4 8,4609 4,5 8,4883 4,9
09 8,0937 8,125 0,4 8,3011 2,6 8,4785 4,8 8,492 4,9
10 8,0877 8,1004 0,1 8,2972 2,5 8,4799 4,8 8,4945 5,0
11 8,097 8,1222 0,4 8,4564 4,5 8,516 5,2
12 8,0964 8,0989 0,1 8,4596 4,5
13 8,0966 8,0958 0,0
14 8,1003 8,1013 0,1
15 8,0868 8,1075 0,2
16 8,0987 8,1091 0,2
17 8,0962 8,1038 0,1
18 8,1016 8,086 0,1
19 8,0998 8,1029 0,1
20 8,093
Promedio 8,0933 8,1048 0,2 8,2861 2,4 8,4689 4,6 8,5103 5,2
Anexo V‐2
Tabla V.2A Medidas y % de contracción de las probetas de Polipropileno
Contracciones %
Probeta Peso (g) Longitud (mm)
Ancho (mm)
Espesor (mm)
Longitud Ancho Espesor
PP‐01 8,0906 212,40 12,68 2,67 1,7 2,5 4,6
PP‐02 8,0896 212,5 12,88 2,75 1,6 0,9 1,8
PP‐03 8,0859 212,6 12,8 2,73 1,6 1,5 2,5
PP‐04 8,0851 212,3 12,76 2,7 1,7 1,8 3,6
PP‐05 8,0871 212,4 12,77 2,74 1,7 1,8 2,1
PP‐06 8,0888 212,3 12,76 2,69 1,7 1,8 3,9
PP‐07 8,0921 212,3 12,74 2,74 1,7 2,0 2,1
PP‐08 8,0986 212,6 12,79 2,68 1,6 1,6 4,3
PP‐09 8,0937 212,4 12,75 2,7 1,6 1,9 3,6
PP‐10 8,0877 212,2 12,71 2,68 1,7 2,2 4,3
PP‐11 8,097 212,4 12,75 2,7 1,7 1,9 3,6
PP‐12 8,0964 212,6 12,78 2,72 1,6 1,7 2,9
PP‐13 8,0966 212,3 12,74 2,71 1,7 2,0 3,2
PP‐14 8,1003 212,8 12,77 2,72 1,5 1,8 2,9
PP‐15 8,0868 212,7 12,79 2,7 1,5 1,6 3,6
PP‐16 8,0987 212,6 12,76 2,72 1,6 1,8 2,9
PP‐17 8,0962 212,3 12,78 2,69 1,7 1,7 3,9
PP‐18 8,1016 212,4 12,77 2,71 1,6 1,8 3,2
PP‐19 8,0998 212,4 12,8 2,73 1,6 1,5 2,5
PP‐20 8,093 212,4 12,73 2,7 1,7 2,1 3,6
Promedio 8,0933 212,47 12,77 2,71 1,6 1,8 3,2
Anexo V‐3
Tabla V.4A Medidas y % de contracción de las probetas de Polipropileno‐Polipropileno‐Anhídrido Maleico reforzada con
fibra de platanera Contracciones %
Probeta Peso (g) Longitud (mm)
Ancho (mm)
Espesor (mm)
Longitud Ancho Espesor
PP‐PPMA‐F‐01 8,2868 212,9 12,75 2,71 1,4 1,9 3,2
PP‐PPMA‐F‐02 8,3026 212,9 12,77 2,71 1,4 1,8 3,2
PP‐PPMA‐F‐03 8,2559 213,3 12,76 2,71 1,2 1,8 3,2
PP‐PPMA‐F‐04 8,2954 213,1 12,76 2,71 1,3 1,8 3,2
PP‐PPMA‐F‐05 8,2694 213,3 12,77 2,73 1,2 1,8 2,5
PP‐PPMA‐F‐06 8,2742 213,2 12,76 2,7 1,3 1,8 3,6
PP‐PPMA‐F‐07 8,2918 213,0 12,77 2,72 1,4 1,8 2,9
PP‐PPMA‐F‐08 8,2866 212,9 12,77 2,71 1,4 1,8 3,2
PP‐PPMA‐F‐09 8,3011 212,9 12,75 2,73 1,4 1,9 2,5
PP‐PPMA‐F‐10 8,2972 212,9 12,72 2,72 1,4 2,2 2,9
Promedio 8,2861 213,07 12,76 2,72 1,4 1,9 3,04
Tabla V.3A Medidas y % de contracción de las probetas de Polipropileno‐Polipropileno‐Anhídrido Maleico Contracciones %
Probeta Peso (g) Longitud (mm)
Ancho (mm)
Espesor (mm)
Longitud Ancho Espesor
PP‐PPMA‐01 8,1036 212,3 12,76 2,75 1,7 1,8 1,8
PP‐PPMA‐02 8,0955 212,2 12,8 2,73 1,7 1,5 2,5
PP‐PPMA‐03 8,091 212,1 12,78 2,71 1,8 1,7 3,2
PP‐PPMA‐04 8,0987 212,3 12,78 2,73 1,7 1,7 2,5
PP‐PPMA‐05 8,0973 212,1 12,8 2,7 1,8 1,5 3,6
PP‐PPMA‐06 8,0974 212,2 12,76 2,7 1,8 1,8 3,6
PP‐PPMA‐07 8,095 212,2 12,78 2,72 1,8 1,7 2,9
PP‐PPMA‐08 8,1599 212,4 12,75 2,75 1,7 1,9 1,8
PP‐PPMA‐09 8,125 212,5 12,82 2,72 1,6 1,4 2,9
PP‐PPMA‐10 8,1004 212,1 12,79 2,73 1,8 1,6 2,5
PP‐PPMA‐11 8,1222 212,3 12,8 2,74 1,7 1,5 2,1
PP‐PPMA‐12 8,0989 212,1 12,78 2,72 1,8 1,7 2,9
PP‐PPMA‐13 8,0958 212,2 12,75 2,74 1,8 1,9 2,1
PP‐PPMA‐14 8,1013 212,1 12,76 2,73 1,8 1,8 2,5
PP‐PPMA‐15 8,1075 212,2 12,73 2,73 1,8 2,1 2,5
PP‐PPMA‐16 8,1091 212,2 12,74 2,74 1,8 2,0 2,1
PP‐PPMA‐17 8,1038 212,2 12,78 2,73 1,8 1,7 2,5
PP‐PPMA‐18 8,086 212,1 12,72 2,73 1,8 2,2 2,5
PP‐PPMA‐19 8,1029 212,1 12,75 2,72 1,8 1,9 2,9
Promedio 8,1048 212,2 12,77 2,73 1,7 1,8 2,6
Anexo V‐4
Tabla V.4A Medidas y % de contracción de las probetas de Polipropileno‐Polipropileno‐Anhídrido Maleico reforzada con
fibra de platanera Contracciones %
Probeta Peso (g) Longitud (mm)
Ancho (mm)
Espesor (mm)
Longitud Ancho Espesor
PP‐PPMA‐F‐01 8,2868 212,9 12,75 2,71 1,4 1,9 3,2
PP‐PPMA‐F‐02 8,3026 212,9 12,77 2,71 1,4 1,8 3,2
PP‐PPMA‐F‐03 8,2559 213,3 12,76 2,71 1,2 1,8 3,2
PP‐PPMA‐F‐04 8,2954 213,1 12,76 2,71 1,3 1,8 3,2
PP‐PPMA‐F‐05 8,2694 213,3 12,77 2,73 1,2 1,8 2,5
PP‐PPMA‐F‐06 8,2742 213,2 12,76 2,7 1,3 1,8 3,6
PP‐PPMA‐F‐07 8,2918 213,0 12,77 2,72 1,4 1,8 2,9
PP‐PPMA‐F‐08 8,2866 212,9 12,77 2,71 1,4 1,8 3,2
PP‐PPMA‐F‐09 8,3011 212,9 12,75 2,73 1,4 1,9 2,5
PP‐PPMA‐F‐10 8,2972 212,9 12,72 2,72 1,4 2,2 2,9
Promedio 8,2861 213,07 12,76 2,72 1,4 1,9 3,04
Anexo V‐5
Tabla V.5A Medidas y % de Contracción de las probetas de Polipropileno‐Polipropileno‐Anhídrido Maleico reforzada con
fibra de platanera con tratamiento A
Contracciones %
Probeta Peso (g) Longitud (mm)
Ancho (mm)
Espesor (mm)
Longitud Ancho Espesor
PP‐PPMA‐FA‐01 8,5006 213,6 12,75 2,71 1,1 1,9 3,2
PP‐PPMA‐FA‐02 8,4876 213,4 12,75 2,71 1,2 1,9 3,2
PP‐PPMA‐FA‐03 8,4629 213,3 12,78 2,70 1,2 1,7 3,6
PP‐PPMA‐FA‐04 8,4652 213,4 12,72 2,72 1,2 2,2 2,9
PP‐PPMA‐FA‐05 8,4641 213,4 12,76 2,70 1,2 1,8 3,6
PP‐PPMA‐FA‐06 8,4533 213,5 12,75 2,70 1,2 1,9 3,6
PP‐PPMA‐FA‐07 8,4573 213,3 12,73 2,69 1,2 2,1 3,9
PP‐PPMA‐FA‐08 8,4609 213,4 12,73 2,69 1,2 2,1 3,9
PP‐PPMA‐FA‐09 8,4785 213,4 12,72 2,75 1,2 2,2 1,8
PP‐PPMA‐FA‐10 8,4799 213,3 12,74 2,70 1,2 2,0 3,6
PP‐PPMA‐FA‐11 8,4564 213,4 12,70 2,69 1,2 2,3 3,9
PP‐PPMA‐FA‐12 8,4596 213,4 12,72 2,69 1,2 2,2 3,9
Promedio 8,4689 213,4 12,74 2,70 1,2 2,0 3,4
Anexo V‐6
Tabla V.6A Medidas y % de Contracción de las probetas de Polipropileno‐Polipropileno‐Anhídrido Maleico reforzada con
fibra de platanera con tratamiento B
Contracciones %
Probeta Peso (g) Longitud (mm)
Ancho (mm)
Espesor (mm)
Longitud Ancho Espesor
PP‐PPMA‐FB‐01 8,5026 213,7 12,75 2,70 1,1 1,9 3,6
PP‐PPMA‐FB‐02 8,5299 213,7 12,75 2,74 1,1 1,9 2,1
PP‐PPMA‐FB‐03 8,5269 213,6 12,71 2,75 1,1 2,2 1,8
PP‐PPMA‐FB‐04 8,5236 213,6 12,70 2,75 1,1 2,3 1,8
PP‐PPMA‐FB‐05 8,4869 213,6 12,67 2,70 1,1 2,5 3,6
PP‐PPMA‐FB‐06 8,528 213,5 12,70 2,72 1,2 2,3 2,9
PP‐PPMA‐FB‐07 8,5246 213,5 12,69 2,69 1,2 2,4 3,9
PP‐PPMA‐FB‐08 8,4883 213,6 12,70 2,69 1,1 2,3 3,9
PP‐PPMA‐FB‐09 8,492 213,6 12,68 2,73 1,1 2,5 2,5
PP‐PPMA‐FB‐10 8,4945 213,7 12,71 2,75 1,1 2,2 1,8
PP‐PPMA‐FB‐11 8,516 213,7 12,68 2,71 1,1 2,5 3,2
Promedio 8,5103 213,6 12,70 2,72 1,1 2,3 2,8
Anexo V‐7
Tabla V.7A Cálculo de la densidad de la fibra de la platanera
PP‐PPMA Fibra
Tratamientos Ppromedio (g) V (cm3) ρ (g/cm3) 85% p (g) V (cm3) V (cm3) 15% p (g) ρ (g/cm3)
PP 8,0933 9,3428 0,87
PP‐PPMA 8,1048 9,4004 0,86
PP‐PPMA‐F 8,2861 9,3831 0,88 7,0432 8,1898 1,1934 1,2429 1,04
PP‐PPMA‐FA 8,4689 9,4039 0,9 7,1986 8,3704 1,0335 1,2703 1,23
PP‐PPMA‐FB 8,5103 9,409 0,9 7,2338 8,4113 0,9977 1,2765 1,28
Promedio 8,4218 9,3878 1,18
Anexo V‐8
Tabla V.8A Diámetro medio y densidad fibra de la platanera sin tratamiento
Medidas del diámetro de la fibra virgen
Nº Peso Diámetro medio
Desviación típica Volumen (mm) Densidad (kg/m3)
1 0,0032 0,199 0,038 6,205 515,7
2 0,0030 0,164 0,018 4,199 714,4
3 0,0034 0,179 0,003 5,057 672,3
4 0,0010 0,063 0,015 0,632 1582,4
5 0,0032 0,185 0,037 5,359 597,1
6 0,0031 0,235 0,044 8,654 358,2
7 0,0031 0,191 0,021 5,710 542,9
8 0,0032 0,179 0,025 5,045 634,2
9 0,0046 0,241 0,019 9,138 515,5
10 0,0034 0,210 0,033 6,944 489,7
11 0,0031 0,163 0,025 4,191 739,8
12 0,0016 0,092 0,012 1,319 1213,3
13 0,0027 0,361 0,091 20,455 132,0
14 0,0035 0,297 0,041 13,816 253,3
15 0,0028 0,154 0,059 3,743 750,5
16 0,0020 0,139 0,113 3,016 663,2
17 0,0026 0,187 0,059 5,506 472,2
18 0,0027 0,215 0,032 7,286 365,8
19 0,0061 0,389 0,044 23,729 260,1
20 0,0013 0,103 0,020 1,681 266,9
Anexo V‐9
Tabla V.9A Diámetro medio y densidad fibra de la platanera tratada con NaOH 1N
Medidas del diámetro de la fibra tratada con NaOH 1N
Nº Peso Diámetro medio Desviación típica Volumen (mm) Densidad (kg/m3)
1 0,0021 0,238 0,0021 6,779 309,8
2 0,0028 0,154 0,0028 4,036 693,7
3 0,0018 0,175 0,0018 3,646 493,7
4 0,0013 0,123 0,0013 1,792 725,3
5 0,0008 0,071 0,0008 0,594 1347,8
6 0,003 0,232 0,0030 6,441 465,8
7 0,0017 0,141 0,0017 2,511 677,0
8 0,0012 0,082 0,0012 0,850 1412,1
9 0,0009 0,097 0,0009 1,228 732,8
10 0,0011 0,091 0,0011 0,974 1128,9
11 0,0011 0,103 0,0011 1,245 883,3
12 0,001 0,098 0,0010 1,155 865,6
13 0,0008 0,080 0,0008 0,756 1057,8
14 0,0019 0,176 0,0019 3,679 516,4
15 0,0023 0,192 0,0023 4,501 511,0
16 0,0019 0,201 0,0019 4,844 392,2
17 0,002 0,152 0,0020 2,736 731,0
18 0,0023 0,169 0,0023 3,321 692,6
19 0,0024 0,194 0,0024 4,379 548,1
20 0,0028 0,246 0,0028 7,149 391,7
Anexo V‐10
Tabla V.10A Diámetro medio y densidad fibra de la platanera tratada con Anhídrido Maleico
Medidas del diámetro de la fibra con maleico
Nº Peso Diámetro medio Desviación típica Volumen (mm) Densidad (kg/m3)
1 0,0019 0,233 0,0354 6,921 274,5
2 0,0018 0,148 0,0113 2,659 676,9
3 0,0014 0,124 0,0090 1,931 724,9
4 0,0014 0,187 0,0221 3,892 359,7
5 0,0011 0,103 0,0117 1,303 844,0
6 0,0008 0,125 0,0076 1,956 409,0
7 0,0017 0,168 0,0276 3,593 473,1
8 0,0016 0,183 0,0188 4,084 391,8
9 0,0017 0,139 0,0141 2,409 705,6
10 0,0018 0,142 0,0087 2,479 726,0
11 0,0010 0,167 0,0102 3,510 284,9
12 0,0018 0,189 0,0100 4,468 402,9
13 0,0003 0,094 0,0081 1,125 266,7
14 0,0005 0,064 0,0078 0,523 955,2
15 0,0018 0,169 0,0244 3,618 497,5
16 0,0012 0,125 0,0079 1,969 609,5
17 0,0020 0,169 0,0107 3,583 558,2
18 0,0012 0,139 0,0105 2,448 490,2
19 0,0020 0,230 0,0287 6,644 301,0
20 0,0016 0,169 0,0137 3,626 441,3
Anexo V‐11
Tabla V.11A Diámetro medio y densidad fibra de la platanera tratada con Anhídrido Maleico y NaOH 1N
Medidas del diámetro de la fibra con NaOH 1N + Maleico
Nº Peso Diámetro medio Desviación típica Volumen (mm) Densidad (kg/m3)
1 0,0018 0,239 0,0298 6,143 293,0
2 0,0016 0,185 0,0233 3,708 431,5
3 0,0014 0,139 0,0091 2,128 657,7
4 0,0020 0,208 0,0259 4,715 424,2
5 0,0012 0,123 0,0066 1,492 804,1
6 0,0013 0,139 0,0073 2,035 638,8
7 0,0019 0,167 0,0307 2,983 637,0
8 0,0011 0,121 0,0070 1,609 683,6
9 0,0012 0,102 0,0050 1,155 1038,7
10 0,0008 0,100 0,0033 1,067 749,9
11 0,0017 0,146 0,0173 2,154 789,4
12 0,0023 0,172 0,0045 3,321 692,6
13 0,0020 0,153 0,0125 2,559 781,5
14 0,0012 0,128 0,0085 1,786 671,9
15 0,0015 0,139 0,0122 2,039 735,6
16 0,0016 0,165 0,0489 2,726 586,9
17 0,0015 0,161 0,0143 2,753 544,9
18 0,0014 0,114 0,0052 1,443 970,4
19 0,0020 0,173 0,0185 3,347 597,6
20 0,0020 0,166 0,0144 3,022 661,7
Anexo V‐12
Tabla V.12A Variabilidad de la Tensión y Módulo Elástico del PP‐PPMA con respecto a los valores obtenidos con el PP.
PP PP‐PPMA
Tensión (MPa) Módulo elástico Tensión (MPa) Módulo Elástico %T %ME
Ensayo 1 24,9 1088,7 22,0 1085,1 11,6 0,3
Ensayo 2 22,4 1196,1 23,2 1047,3 ‐3,6 12,4
Ensayo 3 25,0 1044,9 22,7 1064,3 ‐0,9 ‐1,9
Ensayo 4 22,7 1229,4 22,9 1023,2 ‐0,9 16,8
Ensayo 5 22,8 1091,8 24,8 948,3 ‐8,8 13,1
Media 23,6 1130,2 23,1 1033,6 1,9 8,5
Tabla V.13A Variabilidad de la Tensión y Módulo Elástico del PP‐PPMA‐F con respecto a los valores obtenidos con el PP.
PP PP‐PPMA‐F
Tensión (MPa) Módulo elástico Tensión (MPa) Módulo Elástico %T %ME
Ensayo 1 24,9 1088,7 22,5 1325,0 9,6 ‐21,7
Ensayo 2 22,4 1196,1 21,5 1161,3 3,8 2,9
Ensayo 3 25,0 1044,9 22,0 1190,6 12,0 ‐13,9
Ensayo 4 22,7 1229,4 22,9 1209,0 ‐1,1 1,7
Ensayo 5 22,8 1091,8 22,9 1168,6 ‐0,3 ‐7,0
Media 23,6 1130,2 22,4 1210,9 5,0 ‐7,1
Anexo V‐13
Tabla V.14A Variabilidad de la Tensión y Módulo Elástico del PP‐PPMA‐FA con respecto a los valores obtenidos con el PP
PP PP‐PPMA‐FA
Tensión (MPa) Módulo elástico Tensión (MPa) Módulo Elástico %T %ME
Ensayo 1 24,9 1088,7 23,3 1496,3 6,3 ‐37,4
Ensayo 2 22,4 1196,1 23,2 1277,0 ‐3,4 ‐6,8
Ensayo 3 25,0 1044,9 23,7 1573,6 5,4 ‐50,6
Ensayo 4 22,7 1229,4 23,4 1514,4 ‐3,1 ‐23,2
Ensayo 5 22,8 1091,8 22,6 1435,4 1,0 ‐31,5
Media 23,6 1130,2 23,2 1459,3 1,4 ‐29,1
Tabla V.15A Variabilidad de la Tensión y Módulo Elástico del PP‐PPMA‐FB con respecto a los valores obtenidos con el PP
PP PP‐PPMA‐FB
Tensión (MPa) Módulo elástico Tensión (MPa) Módulo Elástico %T %ME
Ensayo 1 24,9 1088,7 25,3 1592,4 ‐1,5 ‐46,3
Ensayo 2 22,4 1196,1 25,3 1409,5 ‐13,2 ‐17,8
Ensayo 3 25,0 1044,9 25,3 1463,1 ‐1,0 ‐40,0
Ensayo 4 22,7 1229,4 26,7 1409,7 ‐17,7 ‐14,7
Ensayo 5 22,8 1091,8 25,4 1234,3 ‐11,5 ‐13,1
Media 23,6 1130,2 25,6 1421,8 ‐8,7 ‐25,8
Anexo V‐14
Tabla V.16A Variabilidad de la Tensión y Módulo Elástico del PP‐PPMA‐F con respecto a los valores obtenidos con el PP‐PPMA
PP‐PPMA PP‐PPMA‐F
Tensión (MPa) Módulo elástico Tensión (MPa) Módulo Elástico %T %ME
Ensayo 1 22 1085,1 22,5 1325 ‐2,27 ‐22,11
Ensayo 2 23,2 1047,3 21,5 1161,3 7,33 ‐10,89
Ensayo 3 22,7 1064,3 22 1190,6 3,08 ‐11,87
Ensayo 4 22,9 1023,2 22,9 1209 ‐0,01 ‐18,16
Ensayo 5 24,8 948,3 22,9 1168,6 7,68 ‐23,23
Media 23,1 1033,6 22,36 1210,9 3,29 ‐17,15
Tabla V.17A Variabilidad de la Tensión y Módulo Elástico del PP‐PPMA‐FA con respecto a los valores obtenidos con el PP‐PPMA
PP‐PPMA PP‐PPMA‐FA
Tensión (MPa) Módulo elástico Tensión (MPa) Módulo Elástico %T %ME
Ensayo 1 22 1085,1 23,3 1496,3 ‐6,03 ‐37,89
Ensayo 2 23,2 1047,3 23,2 1277,0 0,19 ‐21,93
Ensayo 3 22,7 1064,3 23,7 1573,6 ‐4,21 ‐47,85
Ensayo 4 22,9 1023,2 23,4 1514,4 ‐2,25 ‐48,01
Ensayo 5 24,8 948,3 22,6 1435,4 9,02 ‐51,37
Media 23,1 1033,6 23,22 1459,3 ‐0,45 ‐41,18
Anexo V‐15
Tabla V.18A Variabilidad de la Tension y Módulo Elástico del PP‐PPMA‐FB con respecto a los valores obtenidos con el PP‐PPMA
PP‐PPMA PP‐PPMA‐FB
Tensión (MPa) Módulo elástico Tensión (MPa) Módulo Elástico %T %ME
Ensayo 1 22 1085,1 25,3 1592,4 ‐14,87 ‐46,75
Ensayo 2 23,2 1047,3 25,3 1409,5 ‐9,26 ‐34,59
Ensayo 3 22,7 1064,3 25,3 1463,1 ‐11,26 ‐37,47
Ensayo 4 22,9 1023,2 26,7 1409,7 ‐16,67 ‐37,77
Ensayo 5 24,8 948,3 25,4 1234,3 ‐2,48 ‐30,16
Media 23,1 1033,6 25,6 1421,8 ‐10,74 ‐37,55
Anexo V‐16
ÍNDICE DE TABLAS
Tabla V.1A Variabilidad en peso probetas1‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐ 1
Tabla V.2A Medidas y % de contracción de las probetas de Polipropileno‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐ 2
Tabla V.3A Medidas y % de contracción de las probetas de Polipropileno‐Polipropileno‐
Anhídrido Maleico ‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐ 3
Tabla V.4A Medidas y % de contracción de las probetas de Polipropileno‐Polipropileno‐
Anhídrido Maleico reforzada con fibra de platanera‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐
4
Tabla V.5A Medidas y % de Contracción de las probetas de Polipropileno‐Polipropileno‐
Anhídrido Maleico reforzada con fibra de platanera con tratamiento A‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐
5
Tabla V.6A Medidas y % de Contracción de las probetas de Polipropileno‐Polipropileno‐
Anhídrido Maleico reforzada con fibra de platanera con tratamiento B‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐
6
Tabla V.7A Cálculo de la densidad de la fibra de la platanera‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐ 7
Tabla V.8A Diámetro medio y densidad fibra de la platanera sin tratamiento‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐ 8
Tabla V.9A Diámetro medio y densidad fibra de la platanera tratada con NAOH 1N‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐ 9
Tabla V.10A Diámetro medio y densidad fibra de la platanera tratada con Anhídrido Maleico‐‐‐‐‐ 10
Tabla V.11A Diámetro medio y densidad fibra de la platanera tratada con Anhídrido Maleico y
NaOH 1N‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐
11
Tabla V.12A Variabilidad de la Tensión y Módulo Elástico del PP‐PPMA con respecto a los
valores obtenidos con el PP‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐
12
Tabla V.13A Variabilidad de la Tensión y Módulo Elástico del PP‐PPMA‐F con respecto a los
valores obtenidos con el PP‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐
12
Tabla V.14A Variabilidad de la Tensión y Módulo Elástico del PP‐PPMA‐FA con respecto a los
valores obtenidos con el PP‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐
13
Tabla V.15A Variabilidad de la Tensión y Módulo Elástico del PP‐PPMA‐FB con respecto a los
valores obtenidos con el PP‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐
13
Tabla V.16 A Variabilidad de la Tensión y Módulo Elástico del PP‐PPMA‐F con respecto a los
valores obtenidos con el PP‐PPMA‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐
14
Tabla V.17A Variabilidad de la Tensión y Módulo Elástico del PP‐PPMA‐FA con respecto a los
valores obtenidos con el PP‐PPMA‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐
14
Tabla V.18A Variabilidad de la Tensión y Módulo Elástico del PP‐PPMA‐FB con respecto a los
valores obtenidos con el PP‐PPMA‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐
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