Preocupación por la Existencia del ser Humano

Tema 17

Ma. Viviana Méndez Avalos

Preocupación por la existencia del

Ser HumanoSan Agustín

Jean Paul-Sartre

Friedrich

Nietzsche

Albert Camus

Existencia y esencia de Dios

La muerte, la libertad, la nada, la ipseidad

El Absurdo

La transmutación de los valores

IntroducciónLas personas han tenido la necesidad de

explicar las causas de su presencia, su sentido, su razón de ser y su misión aquí en la tierra. Desde la perspectiva metafísica y religiosa de San Agustín y su idea del nexo con Dios y la humanidad, hasta el planteamiento de Nietzsche de que “Dios ha muerto”, o incluso las perspectivas existencialistas de Jean Paul-Sartre y Albert Camus sobre la libertad, la muerte y lo absurdo de vivir confirman que el ser humano sigue en la búsqueda de respuestas.

Existencia y Esencia de Dios: San Agustín.

La teología de San Agustín, se mueve entre las doctrinas del pelagianismo y el maniqueísmo.

Pelagianismo: Niega la doctrina del pecado original

Maniqueísmo: Reduce el mundo al conflicto entre el bien y el mal.

La primera doctrina sostiene la tesis del pecado original que explica la desobediencia espiritual de las personas como resultado de una situación de pecado ajena a su voluntad.

Contra los maniqueos subraya el papel que juega el libre albedrio, es decir, la facultad que tienen los seres humanos de tomar sus propias decisiones.

El Dios Cristiano no es un concepto, si no una entidad con la que se establece una relación de amor reciproco, una comunión en virtud de la cual existe un dialogo entre Dios y las personas. Ese dialogo es la religión que vincula a las personas con un ser superior.

Para Agustín existe solo una verdad, la revelada por la religión, que recurre a la filosofía pues considera que el pensamiento racional puede contribuir a conocerla mejor. Así la teología es la conjunción entre Fe y Razón. La filosofía es la sierva de la Teología.

La autentica verdad es posible únicamente vía iluminación divina. De esta manera el alma contempla la esencia divina, con lo que alcanza las verdades eternas que no posee.

San Agustín no elabora pruebas sistemáticas de la existencia de Dios, propone el argumentos con la intención de mostrar su existencia.

La creación es el resultado de un acto libre de Dios. La esencia de todas y cada una de las cosas creadas están en la mente de él.

Todos los seres humanos han sido creados desde el principio del mundo.

San Agustín supera esta cuestión aduciendo que el mal no es una forma de ser, si no su privación; es carencia de ser, o sea, de no-ser. En consecuencia, todo lo creado es bueno pues el ser y el bien son idénticos.

La muerte, la libertad, la nada, la ipseidad: Jean Paul-Sartre

En el “Ser y la Nada”, Jean Paul-Sartre define a los seres humanos como creadores de su propio mundo en la medida de la responsabilidad de cada uno sobres sus actos: todos los individuos son responsables al adoptar sus propias decisiones en un acto de total absoluta libertad de elección.

En nuestra existencia siempre estamos inmersos en carencias.

Los móviles son conjuntos son el conjunto de deseos, emociones, y pasiones que nos impulsan. El problema fundamental es determinar los fines hacia los fines que transcendemos.

Sartre ofrece el ejemplo de la montaña que deseamos escalar: puede ocurrir que las adversidades sean tantas y tan grandes que nos hagan desistir de nuestro proyecto de vida.

La acción de la libertad es una acción contra lo que es, lo definido y lo determinado. Lo único que la motiva es precisamente aquella carencia de ser, aquel espacio de no-ser.

El reconocimiento de la finitud del ser humano, de la ipseidad o singularidad, es determinante para un compromiso ético o libertario con las demás personas.

En toda relación de dominio y posesión no existe el prójimo, si no la amenaza de la enajenación de cada ser por todos los demás.

El Absurdo: Albert CamusSegún Albert Camus, los seres humanos

buscan un soporte existencial cuando descubren que son débiles los valores morales y las normas sociales con que orientan sus actos. Reflexionan sobre el sentido de la existencia solo cuando descubren lo absurdo de sus costumbres cotidianas, la inutilidad de sufrimiento y preocupaciones, en síntesis, el sinsentido de la vida.

Para Camus, morir voluntariamente es reconocer el carácter irrisorio de la vida en que la agitación cotidiana y los sufrimientos son inútiles; el suicidio es el acercamiento de lo que por si mismo es inevitable.

Existe una confrontación entre el espíritu que aspira a la razón y el mundo irracional que nos envuelve constituye el absurdo.

El suicidio tiene su propia lógica: si mi existencia carece de algún sentido, entonces me quito la vida; pero reconocer que la vida es absurda, no implica que haya que ponerle fin.

La esperanza religiosa tampoco es una respuesta adecuada a los desafíos de la conciencia de lo absurdo; al pretender sustituir el absurdo, la esperanza ilusoria reemplaza el mundo real por el ficticio.

Camus: “La divina disponibilidad del condenado a muerte ante el que se abren las puertas de la prisión cierta madrugada, ese increíble desinterés por todo, salvo por la llama pura de la vida, pone en manifiesto que la muerte y lo absurdo son los principios de la única libertad razonable”

Para la conciencia de lo absurdo no hay mañana, entonces la autentica dimensión temporal para ella es el presente.

Vivir lo mas posible es un lema de la conciencia de lo absurdo.

La protesta contra la injusticia, la explotación y la opresión humanas es la actitud lógica que se desprende de la conciencia desafiante del ser humano rebelde; quien busca recuperar los valores pisoteados de justicia y libertad.

La transmutación de los Valores: Friedrich Nietzsche

Según Nietzsche, el hombre-masa se adapta fácilmente a la tradición, por lo tanto, es necesario destruirlo. En su lugar aparece el “SUPERHOMBRE”, seguro de si mismo, independiente y muy individualista, centrado mas en este mundo, que en aquel prometido por el cristianismo o por cualquier otra religión.

El “Superhombre”, afirma la vida, no la muerte; la afirma incluso en el sufrimiento y el dolor. Es un creador de valores que muestra su fuerza e independencia en el momento mismo de su emancipación de la cultura cristiana. Cambia los valores tradicionales por otros nuevos.

En Así hablaba Zaratustra; el superhombre no es la consumación del modelo humano, si no superación; el ultimo ser humano organiza su vida para evitar peligros, porque lejos de ellos cree ser feliz.

El superhombre ama el peligro, arriesga; la voluntad de poder es así la voluntad de vivir. El poema de Zaratusta es la narración de los peligros que la civilización occidental hace correr al incipiente superhombre.

El eterno retorno es el modelo de la trasmutación de los valores opuestos: el si que se opone al no, la vida que se enfrenta a la muerte, como parte del mismo ciclo.

Tanto para Nietzsche como para Marx, Dios es creado por el ser humano y no al revés.

Para Nietzsche la moral cristiana es la moral de la renuncia y el ascetismo. El hombre bueno ideal de la moral cristiana cierra los ojos a una realidad que jamás hará despertar los instintos de benevolencia, el resultado de esta actitud es el nihilismo , ósea la negación de la vida y de los instintos vitales porque incluyen dolor.

Así mismo Nietzsche rechaza la actitud de resignación ante la concepción de la vida como dolor, lucha e irracionalidad, y propone, en contra la aceptación de la vida tal y como es, espontáneamente.

Intenta superar las conclusiones pesimistas exaltando todo lo terrenal, corpóreo y antiespiritual.

El ser humano ha nacido para vivir en la tierra y no hay otro mundo para él.

La muerte de la cultura mesoamericanaLa reflexión en torno a la muerte es muy

significativa en la cultura mesoamericana.

Ah Puch, dios maya de la muerte y señor del noveno infierno.

Los mayas imaginaban tres moradas distintas donde van a parar los muertos:

Primero: Llamado “Mitlán”, esta en el quinto de los nueve submundos, el mas profundo y cuyo trayecto es peligroso.

Segundo: Paraíso donde corre leche y miel, y hay un espacio para los niños a quienes se les coloca en un árbol lleno con pechos de mujer que los siguen alimentando.

Tercero: Esta en el séptimo cielo, el mas alto, en el que van a parar los guerreros, los que han pasado una temporada en el inframundo y las mujeres que murieron en el parto.

Los sacrificios humanos eran de vital importancia, pues afirmaban que la vida procede de la muerte y así viceversa.

Las personas creían que su deber era morir, ya que los dioses se han sacrificado por ellos, el sacrificio de algunos aztecas tiene por finalidad compensar lo hecho por los dioses y retribuirles la vida a la que los seres superiores han renunciado.

Miguel León Portilla, afirma que en el pensamiento de los aztecas el destino final estaba determinado, no por su conducta moral en vida, sino mas bien por el tipo de muerte con que se abandonaba este mundo.

Los guerreros muertos en enfrentamiento o que son sacrificados acompañan al Sol desde el este hasta el medio día, mientras que las mujeres fallecidas en los partos, escoltan al gran astro desde la mitad del cielo hasta el Oeste.

Al Tlalocan llegan almas que se separan de los cuerpos por enfermedades, como hidropesía y gota, por ahogo o por un rayo, todos causados por el dios de la lluvia. Ahí abunda el verano, la naturaleza verde y la abundancia a lado de Tláloc.

El Mictlán es una caverna donde habitan los que mueren por causas naturales o cualquier otra enfermedad no relacionada con el agua y para llegar ahí se deben superar grandes peligros.

Los tlamatineme son las personas sabias, las que saben de todo y quienes reflexionan en torno a la razón de la vida y la muerte. Su reflexión se materializa en escritos, que denominan Flor y Campo.

Algunos animales representativos de la cultura azteca son el murciélago, las culebras y lagartijas, por estar en el trayecto al Mictlán; además, los búhos, las lechuzas, los alacranes, las arañas, los ciempiés y los gusanos.

El perro es bueno porque ayuda a los muertos a cruzar los ríos donde habitan los muertos.

Se debe recordar que la concepción de la muerte cristiana se impone durante la Colonia, lo cual implica la idea de que hay que vivir bien para tener una buena muerte, es decir, que si se sufre intensamente y se soporta con resignación todo lo que sucede en esta vida.