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Dossieres EsF n.º 31, Otoño 2018 PRÁCTICAS Y HERRAMIENTAS PARA IMPULSAR LA ECONOMÍA SOCIAL Y SOLIDARIA. UNA REFLEXIÓN COMPARTIDA

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Dossieres EsFn.º 31, Otoño 2018

PRÁCTICAS Y HERRAMIENTASPARA IMPULSAR LA ECONOMÍA SOCIAL

Y SOLIDARIA. UNA REFLEXIÓN COMPARTIDA

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ÍNDICE

PRESENTACIÓN: PRÁCTICAS Y HERRAMIENTAS PARA IMPULSAR LA ECONOMÍA SOCIAL Y SOLIDARIA.UNA REFLEXIÓN COMPARTIDA 4

CONCEPTUALIZANDO, DEFINIENDO Y ACLARANDO ALGUNOS VOCABLOSSOBRE LA ECONOMÍA SOCIAL Y SOLIDARIA 8Romina VinocurEconomistas sin Fronteras

NUEVAS PERSPECTIVAS EN LA RELACIÓN DE LA ECONOMÍA SOCIAL Y SOLIDARIA Y EL DESARROLLO LOCAL 12Guernica Facundo VericatLabCoop

EL MODELO DE EMPRESA SOCIAL COMO OPORTUNIDAD PARA RELANZAR (O RECUPERAR)UNA ACTIVIDAD ECONÓMICA PREEXISTENTE EN SITUACIÓN DE RIESGO DE NO CONTINUIDAD 16Miguel Ángel Muñoz MedinaSocial Business Development

CÓMO SALIR DE LO MICRO Y DE LA ZONA DE CONFORT SIN PERDERSE EN EL CAMINO 22Guillermo Villa LoboRed de Economía Alternativa y Solidaria de Madrid

TRANSFORMAR LA ECONOMÍA PARA TRANSFORMAR EL TERRITORIO.LA ECONOMÍA SOCIAL Y SOLIDARIA Y EL DESARROLLO HUMANO LOCAL 29M.ª Ángeles Díez López y Carlos Askunze ElizagaRed de Economía Social y Solidaria Euskadi

CREACIÓN DE MODELOS DE INICIATIVAS VINCULADAS A PERSONAS QUE TRABAJAN DESDELA PRECARIEDAD Y CÓMO EL TRABAJO COLECTIVO PUEDE MEJORAR SUS CONDICIONES 34

EMPRENDIMIENTO Y ECONOMÍA SOCIAL Y SOLIDARIA: UN BINOMIO EN CONSTRUCCIÓN 38

MERCADOS SOCIALES: UN INSTRUMENTO PARA LA GENERACIÓN DE TEJIDO PRODUCTIVOEN EL MARCO DE UN PROYECTO TRANSFORMADOR DE LA ECONOMÍA 42Gäel Carrero GrosUniversidad Autónoma de Madrid

LA INICIATIVA RECOMENDADA: FOOD COOP 47

Los textos de este dossier reflejan exclusivamente la opinión de sus autores/as, que no tiene por qué coincidir con la posición institucional de EsF al respecto.

Romina VinocurEconomistas sin Fronteras

Elena Novillo MartínEconomistas sin Fronteras

Fernando Sabín GalánAndaira S Coop Mad

Patricia Polo NavarroXES

Cristina Sánchez HerrandoRed de Economía Social y Solidaria de Aragón

Ricardo Antón TroyasColabora Bora

Guernica Facundo VericatLabCoop

José Luis Fernández Casadevante —Kois—, Julia del Valle y Mikel FernándezProyecto MARES

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Economistas sin Fronteras (EsF) es una OrganizaciónNo Gubernamental de Desarrollo (ONGD), fundada en 1997en el ámbito universitario, que actualmente integra a per-sonas interesadas en construir una economía justa, soli-daria y sostenible, con una orientación prioritaria en laerradicación de la pobreza y las desigualdades.

En Economistas sin Fronteras creemos necesario otromodelo de desarrollo, que ponga a la economía al serviciodel ser humano y no, como sucede en la actualidad, a mi-llones de personas al servicio de la economía.

Nuestro objetivo es contribuir a la construcción de unaciudadanía socialmente responsable, activa y comprome-tida con la necesaria transformación social.

Queremos ser una ONG de referencia en la búsqueda deuna economía justa y contribuir a facilitar el diálogo y fo-mentar el trabajo en red de los distintos agentes socialesy económicos. Porque sólo a través del logro de una ampliaparticipación social podremos alcanzar una economía justa.

Gracias a las aportaciones periódicas de nuestros sociospodemos planificar y realizar proyectos de larga duración,sin depender de subvenciones.

Si deseas hacerte socio de Economistas sin Fronteras ycolaborar de forma periódica con nosotros, cumplimentael formulario disponible en nuestra web:

www.ecosfron.orgO en el teléfono 91 549 72 79

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CONSEJO EDITORIAL

José Ángel Moreno – CoordinadorLuis Enrique AlonsoMaría Eugenia CallejónMarta de la CuestaJosé Manuel García de la CruzJuan A. GimenoCarmen ValorCoordinación de este número:Romina Vinocur(Economistas sin Fronteras)Elena Novillo Martín(Economistas sin Fronteras)Fernando Sabín Galán(Andaira S Coop Mad)

ISSN 2603-848X Dossieres EsF

Dossieres EsF es una publicacióndigital trimestral de Economistas sinFronteras.

Imagen de cubierta:©REAS Aragón

Maquetación: LA FACTORÍA DE EDICIONES

Economistas sin FronterasCalle Gaztambide, 50(entrada por el local de SETEM)28015 MadridTel.: 91 549 72 [email protected]

Dossieres EsF, por Economistas sin Fronteras(http://www.ecosfron.org/publicaciones/), se distri-buye bajo una Licencia Creative CommonsAtribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional

(http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/).

Se permite la reproducción total o parcial y lacomunicación pública de la obra, siempre que nosea con finalidad comercial y siempre que sereconozca la autoría de la obra original. No sepermite la creación de obras derivadas.

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Si echamos la vista atrás, podemos decir que diezaños después del estallido de la crisis nada serácomo antes pese a la tozuda vocación que parecentener desde algunos gobiernos y grandes empresasde reactivar las economías especulativas generadorasde nuevas burbujas. Un análisis del cuadro macroe-conómico actual nos describe una situación de reac-tivación económica estatal muy sectorializada (cons-trucción y terciario asociado al turismo), sobre labase de un largo ciclo de estancamiento económicoque va generando, como en estos momentos, ciertasilusiones de vuelta a pasados mejores para la clasemedia. Un periodo en el que se ha afianzado unmodelo productivo de escaso valor añadido y en quelas relaciones laborales se caracterizan por una ele-vada precariedad y la generación de rentas bajas. Elfuturo próximo parece confirmar un afianzamientodel fenómeno de grave desclasamiento, asociado a laincapacidad del sistema económico actual de dar res-puesta a las expectativas materiales y profesionalesde una frágil e impostada clase media española.Fruto de este panorama, asistimos a un un fuertecambio en la mentalidad de las generaciones nacidasal albor del período democrático iniciado a finales delos 70, que se puede observar tanto en el voto (ruptu-ra del sistema de partidos tradicional) como en loshábitos de vida, en la búsqueda de acceso a renta/empleo o en el rol que tenemos como consumido-res/as/usuarios/as de todo tipo de plataformas, pro-ductos… Sin duda, el fenómeno del 15M ha sido elhito destituyente-instituyente clave, por su capacidadde generar en torno a sí nuevas propuestas de defen-sa y democratización de la vida a múltiples niveles,así como de acelerar los profundos cambios que seestán dando en nuestra sociedad.

En este contexto, y principalmente de la mano de unfuerte dinamismo social abierto por el 15M y de unmarco propicio a la puesta en marcha de políticas lo-cales orientadas a la promoción de economías trans-formadoras para lograr un desarrollo local integral,incluyendo el consumo responsable, se empiezan adiseminar, consolidar y escalar proyectos y programas

público-sociales de promoción y fortalecimiento deltejido productivo de la Economía Social y Solidaria(ESS en adelante). Al mismo tiempo, el protagonismociudadano en la búsqueda innovadora de solucionesempresariales a las necesidades generadas por la crisis,el empleo en primer término, han propiciado un pau-latino fortalecimiento del tejido productivo de la eco-nomía solidaria, sea a través de nuevos emprendi-mientos o de la consolidación de proyectos yaestablecidos. Actores clave como corresponsables ac-tivos de estas iniciativas han sido las entidades miem-bro de REAS, Red de Redes1 que, a lo largo de su an-dadura, y especialmente en los últimos años, se hacentrado en una estrategia de expansión del movi-miento de Economía Social y Solidaria en muchasdirecciones, pero de manera más clara en sectoresclave de la economía: finanzas, energía, vivienda, ali-mentación, cultura…, dedicándose fundamentalmentea apoyar y afianzar iniciativas de emprendimiento co-lectivo y estructuras de apoyo mútuo entre entidadesde ESS, como por ejemplo los mercados sociales.

El momento actual es sin duda propicio para analizarlas prácticas empleadas, observando sus éxitos, obs-táculos y retos. Los últimos dos congresos de Econo-mía Solidaria, sumados a los Encuentros C2C de in-tercambio entre profesionales, activistas yorganizaciones que desarrollan actividades de pro-moción y acompañamiento de iniciativas de EconomíaSocial y Solidaria, nos han permitido ir asentandouna reflexión necesaria sobre el impacto buscado y elalcance de los recursos que gestionamos. Este dossierpretende reunir gran parte de estas reflexiones y delconocimiento colectivo acumulado en estos encuen-tros periódicos.

El objetivo de este dossier es, por tanto, abrir el debatey abordar las cuestiones más clásicas referidas a losemprendizajes desde la ESS (financiación, gerencia,formas jurídicas…), sus límites y sus oportunidades,

PRESENTACIÓNPRÁCTICAS Y HERRAMIENTAS PARA IMPULSAR LA ECONOMÍA SOCIAL Y SOLIDARIA.UNA REFLEXIÓN COMPARTIDA

Romina VinocurEconomistas sin Fronteras

Elena Novillo MartínEconomistas sin Fronteras

Fernando Sabín GalánAndaira S Coop Mad

1. Red de Redes de Economía Alternativa y Solidaria.https://www.economiasolidaria.org

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poniendo encima de la mesa nuevas vías a explorarpara avanzar en la transformación de empresas tradi-cionales a la ESS o la creación de modelos de iniciativasvinculadas a personas que trabajan desde la precariedad,pensando en cómo las herramientas de la ESS sobre eltrabajo colectivo pueden mejorar sus condiciones. Éstasy otras cuestiones son las que se abordarán, con el pro-pósito de provocar una reacción en el público lectorpara la construcción de diferentes cuestionamientos yun análisis crítico, a partir de experiencias prácticas yartículos con un contenido más teórico.

Este dossier se encuentra atravesado por diferentesnociones teóricas y prácticas que se circunscriben alámbito de la Economía Social y Solidaria y que estánen permanente debate y construcción. El punto deorigen de los contenidos que se presentan tiene lugaren el II encuentro del C2C Conversaciones(https://emprendes.net/c2c/), realizado en Madrid enel pasado mes de febrero, al que asistieron más de100 personas y más de 40 organizaciones de todo elEstado que trabajan en su cotidianidad en la promo-ción y generación de economía solidaria desde lapráctica. La progresiva consolidación de estas orga-nizaciones coincide, no casualmente, con la pérdidade capilaridad territorial y capacidad de actuación delas entidades tradicionales de representación de laeconomía social. Las nuevas fórmulas de agregacióny confluencia, basadas más en objetivos sociopolíticoso de crecimiento económico —como son las redes deeconomía solidaria o sus mercados sociales—, estánresultando más atractivas y dinámicas que las formastradicionales de organización por familias sectorialesy/o jurídicas. Fruto de este dinamismo, surgen estosencuentros de promotores de ESS como un punto deencuentro e intercambio fundamental para la mejorade los procesos abordados, teniendo en cuenta secto-res, destinatarios, formas de gestión y las fórmulasde innovación jurídica que se están impulsando.

El primer artículo, de Romina Vinocur, tiene por ob-jetivo conceptualizar y aclarar algunos conceptos de

la Economía Social y Solidaria, definirla y distinguirlade la Economía Social. Además, se pone en cuestio-namiento qué es una empresa social y qué se entiendepor ella, y si realmente son empresas que formanparte de la ESS. Por último, se intenta entender la re-lación existente entre el emprendimiento y la ESS.

En el segundo artículo, Guernica Facundo Vericatcomienza partiendo desde su experiencia personal ysu evolución profesional, para plantear la necesidadde la participación e intervención de los gobiernoslocales en el desarrollo de las comunidades y el terri-torio, en tanto se les ha otorgado la responsabilidadde garantizarnos una vida vivible. Este texto realizaun recorrido por las políticas de los últimos 30 años,período en el que el concepto de desarrollo sosteniblecomienza a instalarse y a ser debatido, examinandoel concepto de crecimiento y la forma de medir elbienestar. De este modo, nos hace preguntarnos:¿cómo ayudar a los gobiernos locales a ayudarnos?Es decir, nos interroga acerca de cómo la ESS debearticularse, articularnos, «ganar» en tiempos, puesestamos más en el hacer cotidiano que pensando es-trategias públicas. En este sentido, propone pensaralgunos elementos importantes a tener en cuenta: losporqués, los quiénes, los cómos y los qués. Los por-qués: ¿qué significa desarrollo económico local desdela perspectiva de la ESS? Los quiénes: ¿de quién pro-viene la iniciativa de promover la ESS en un territorio?Los cómos: ¿qué formas de hacer política de de-sarrollo local contribuyen a la ESS? Por último, losqués: pero, ¿por dónde empezar? Finalmente, Guer-nica Facundo termina proponiendo estrategias com-binadas para el desarrollo de la ESS.

Tras estos dos primeros artículos, contamos con seisartículos más que tratan diferentes aspectos del tejidoproductivo de la ESS.

El artículo de Miguel Muñoz Medina aborda la cues-tión de la transformación de empresas en crisis (nosólo) a formas jurídicas de la Economía Social. En

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este sentido, se propone el modelo de empresa socialcomo oportunidad para relanzar (recuperar) una acti-vidad económica preexistente en situación de cierre.Y esto lo plantea a través de un análisis de diversassituaciones que pueden ser viables para la transfor-mación a empresa social, considerando si la actividado modelo de negocio es viable, o, por el contrario, sila actividad o modelo de negocio no es viable en unascircunstancias dadas. El análisis tiene por objetivodar cuenta de que la fórmula de empresa social, bajouna serie de condicionantes, puede representar unaoportunidad para la continuidad de la actividad (y lospuestos de trabajo) en determinadas circunstancias.

Durante el eje de Financiación y escalabilidad delC2C Conversaciones II edición, se persiguió identifi-car las principales trabas a la hora de buscar financia-ción y poder escalar proyectos, así como identificar yexplorar las oportunidades presentes para el tejido dela ESS. Por lo tanto, el artículo —realizado por Gui-llermo Villa Lobo—, intenta dar respuesta a un debatecentral en la Economía Social y Solidaria, como es eldel crecimiento y la escalabilidad de las entidades dela ESS, planteándose cómo salir de lo micro y de lazona de confort sin perderse en el camino.

Uno de los principales rasgos de la Economía Socialy Solidaria es que sus expresiones prácticas (organi-zaciones empresariales, redes, experiencias comuni-tarias de generación de renta…) nacen desde el terri-torio, fruto de los procesos de detección denecesidades y de activación de soluciones que desdelos agentes locales se generan. Así lo podemos ver enexpresiones más formales, como las cooperativas ylas empresas de inserción o en otras más informales,como los bancos de tiempo, las monedas sociales olos huertos comunitarios. El artículo elaborado porM.ª Ángeles Díez López y Carlos Askunze Elizagadescribe precisamente la fuerte correlación entre laEconomía Solidaria y el desarrollo local y comunita-rio, como forma de generación de iniciativas econó-micas que dan respuesta a las necesidades sociales.

Desde el eje número tres de Mutualización del C2C2018 se ha contribuido con un artículo que ha corridoa cargo de Patricia Polo Navarro yCristina SánchezHerrando. Aquí se presenta lo que está sucediendocon los colectivos que trabajan desde la precariedady que han comenzado a organizarse, con el fin de rei-vindicar sus derechos. La respuesta la han encontradoen la ESS. En este eje participaron diferentes expe-riencias del sector de los cuidados y del sector de re-

cogida y tratamiento de residuos en entornos urbanos,todas ellas de distintas partes del Estado. Por lo tanto,se proponen distintas reflexiones (retos, potenciali-dades, etc.) por parte de estos colectivos, al confor-marse como estructuras cooperativas y buscar alianzascon actores estratégicos. También se comenta el rolque toman las administraciones públicas en este tipode iniciativas, como los «ayuntamientos del cambio»,que se inscriben en una «burbuja de la ESS», porcuya continuidad y sostenibilidad se teme.

El siguiente artículo, escrito por Ricardo Antón Tro-yas y Guernica Facundo Vericat, cuestiona y evalúael emprendimiento desde la ESS en diferentes aspec-tos: metodologías, lenguajes, redes, etc. Comienzanpor preguntarse: ¿emprender desde la ESS? Para desdeallí compartir inquietudes, como el uso de herramien-tas (propias y compartidas) adaptadas de la economíaconvencional a la ESS. También se cuestionan si secomparte lo suficiente desde la ESS, es decir, si real-mente se está haciendo el esfuerzo en converger ycompartir en la promoción del emprendimiento co-lectivo, basado en nuestros valores de ESS. Tambiénse cuestionan el público al que nos dirigimos —¿per-sonas ya sensibilizadas o no?— y cómo nos acerca-mos a ellas. A lo largo del artículo, se desgranan cadauno de estos elementos, que se trabajaron en el ejenúmero 4 del encuentro: Avanzar sobre modelos deemprendimiento y proto-emprendimiento en la ESS.Para concluir el texto, las autoras se preguntan cómoseguimos enredándonos en esto de emprender desdela ESS, cuya respuesta fue ampliamente reflexionadaa través de seis ejes en el encuentro del C2C.

Tras ello, Gaël Carrero Gros nos propone conocerlos «Mercados sociales: un instrumento para la gene-ración de tejido productivo en el marco de un proyectotransformador de la economía». En este texto se plan-tea cómo es el comportamiento de las iniciativas dela ESS ante retos como el uso de los canales de co-mercialización justos o la utilización de herramientasde financiación ética. Frente a este escenario, se pre-senta la Red de Redes de Economía Alternativa y So-lidaria (REAS) como respuesta a los iesgos de desar-ticulación de la ESS. REAS, a través de los mercadossociales, que se encuentran en todo el territorio na-cional, propone redes estables de producción, distri-bución, consumo y financiación que faciliten la in-tercooperación entre empresas de la ESS y personasconsumidoras responsables. Los mercados socialespresentan diferentes formas jurídicas dentro de Es-paña, pero existe una característica clave que les hace

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tener potencial transformador y emancipador respectoa la economía capitalista: la realización del sistemade Auditoría Social (que existe a nivel estatal) y losrespectivos sistemas de Balance Social (que existena nivel regional en los diferentes territorios), pues surealización permite medir la coherencia de las enti-dades, así como el cumplimiento de los principios dela ESS.

Finaliza el dossier con la recomendación y la reseña—en lugar de un libro sobre el tema, como se hacehabitualmente en esta publicación— de un documen-tal: FOOD COOP, sobre una iniciativa que fortaleceel impulso de querer ir más allá como consumidorasresponsables, activando nuestras neuronas espejo einvitándonos a generar proyectos colectivos, respon-sables y cooperativos para mejorar nuestra comuni-dad.

Agradecimientos

Aprovechamos este espacio para agradecer su cola-boración a todas las personas que han hecho posibleeste dossier. También queremos agradecer a todas lasredes, personas, colectivos, etc. que promocionan ydifunden otra forma de hacer economía. Una econo-mía justa, centrada en las personas sobre el capital,buscando otras maneras de consumir, emplearse y endefinitiva de relacionarse, compartiendo el objetivode un desarrollo local sostenible acorde con los re-cursos naturales y humanos existentes. Por último, através de esta publicación, subrayamos la ratificacióndel Convenio 189 —sobre el trabajo decente para lastrabajadoras domésticas— de la OIT, cuyo objetivode dignificar el empleo en general y el trabajo do-méstico en particular suscribimos. �

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Estas líneas tienen por objetivo definir y aclararalgunos conceptos que hoy en día se están utili-

zando como sinónimos: economía social, economíasocial y solidaria, empresa social, emprendimiento(social), entre otros. Sabemos que muchas de estaspalabras no son nuevas y que han comenzado atomar una mayor presencia durante los últimosaños. España viene atravesando una crisis económi-ca cuyo recorrido va camino de cumplir una década.Por tanto, también resulta indispensable relacionareste conjunto de conceptos, y realidades, con elescenario de crisis. Pero no podemos comenzar poresto último sin abordar previamente la conceptuali-zación de los distintos términos.

La Economía Social en España se enmarca en la Ley5/2011, 29 de marzo.1 Tal como se menciona en susprimeras líneas, la Economía Social (ES) se estructuraa través de las primeras experiencias cooperativas,asociativas y mutualistas que surgen desde finales delsiglo XVIII y se desarrollan a lo largo del siglo XIX endistintos países de Europa (Inglaterra, Italia, Franciao España). A partir de este concepto tradicional deorigen decimonónico que engloba a las cooperativas,mutualidades, fundaciones y asociaciones, se fueronsucediendo en la década de los años 70 y 80 del pa-sado siglo y en distintos países europeos declaracionesque caracterizan la identificación de la Economía So-cial en torno a distintos principios.

� Primacía de la persona y del objeto social sobre elcapital.

� La adhesión voluntaria y abierta.� El control democrático por sus integrantes, con-

junción de los intereses de las personas usuarias ydel interés general, defensa y aplicación de losprincipios de solidaridad y responsabilidad.

� Autonomía de gestión e independencia respectode los poderes públicos.

� El destino de los excedentes a la consecución deobjetivos a favor del desarrollo sostenible, del in-

terés de los servicios a sus integrantes y del interéssocial.

Por otro lado, Economía Solidaria significa profundi-zar en el despliegue de una racionalidad económicadiferente, cuya comprensión exige nuevos conceptosy nueva teoría económica. Igualmente, ambas coin-ciden en anteponer a las personas ante el capital,como forma de administrar los recursos.

Por lo tanto, para definir la Economía Social y Soli-daria podemos hacer alusión a Luis Razeto (2010),2

cuando señala: «El principio o fundamento de la eco-nomía de solidaridad es que la introducción de nivelescrecientes y cualitativamente superiores de solidaridaden las actividades, organizaciones e instituciones eco-nómicas, tanto a nivel de las empresas como en losmercados y en las políticas públicas, incrementa laeficiencia micro y macroeconómica, junto con generarun conjunto de beneficios sociales y culturales quefavorecen a toda la sociedad». Es decir, en su conjuntola Economía Social y Solidaria (ESS) propone nuevasformas de producción y consumo que sean social-mente y ambientalmente responsables.

La Economía Social y Solidaria desarrolla su estrate-gia en la creación de un tejido de redes que promo-cionan, visibilizan y fortalecen tanto iniciativas comolos diferentes ámbitos de la vida de las personas queintegran esta economía (consumidoras y trabajadoras).Estas redes o estructuras lo hacen desde la coopera-ción y la colaboración, para lograr la incidencia y elreconocimiento de la ESS como una forma alternativaal sistema hegemónico, demostrando que se puedehacer economía poniendo la vida en el centro.

Una de estas redes es la Red de Economía Alternativay Solidaria (REAS), una red a nivel estatal, que searticula a nivel internacional a través de la Red Inter-

CONCEPTUALIZANDO, DEFINIENDO Y ACLARANDO ALGUNOS VOCABLOS SOBRE LA ECONOMÍA SOCIAL Y SOLIDARIA

Romina VinocurEconomistas sin Fronteras

1. Ley 5/2011, 29 de marzo, de Economía Social.

2. Razeto, L. (2010). «¿Qué es la economía solidaria?». Recu-perado de http://base.socioeco.org/docs/que_es_la_economia_solidaria_l.razeto.pdf

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continental de Promoción de la Economía Social ySolidaria (RIPESS). Esta última red se encuentra con-formada por redes continentales de la ESS compro-metidas con la promoción de la ESS. El objetivo deesta red es fomentar la cooperación intercontinentaly plantear la difusión de las temáticas que son de im-portancia para el fortalecimiento de este tipo de eco-nomía.

Por lo tanto, REAS desde sus inicios propone a laESS como un instrumento para avanzar hacia una so-ciedad justa y solidaria, sostenible y comprometida.Uno de los elementos que nos permiten caminar haciaese escenario es la creación de la carta de los princi-pios de la ESS, que tienen coherencia y concordanciacon los planteados desde la ley de ES, pero que pro-fundizan más allá en ciertos aspectos relativos al me-dioambiente y a la conciliación de la vida.

Los principios de la ESS son los siguientes (Carta deprincipios de REAS, 2011):3

� Principio de equidad� Principio de trabajo � Principio de sostenibilidad � Principio de cooperación � Principio de compromiso con el entorno� Principio «sin fines lucrativos»

De este modo, los principios de la ESS se constituyencomo condición necesaria para considerar eficiente yeficaz un sistema económico de manera integral, pro-yecto ético de vida.4

La Economía Social es la que posee su marco legalen España y en él se aglutinan las diferentes formasjurídicas que comprende esta economía. Igualmente,esto no significa que por estar constituidas en esasformas jurídicas se materialicen automáticamentelos principios de la ES. La ESS, en este sentido, sepropone como más inclusiva y «presta» menor aten-ción a la forma jurídica en la que se encuentra cons-tituido el proyecto. En cambio, sí se incentiva el fun-cionar desde los principios planteados, y para ello sepropone desde las diferentes redes de la ESS el usode herramientas como el Balance Social de REAS5 o

el acompañamiento y asesoramiento desde diferentesentidades de la ESS a nuevos proyectos para el tras-paso del conocimiento.

Con todo el auge y promoción de la ESS, suele surgirla pregunta acerca de si las empresas sociales formanparte de esta economía. Para ello se puede tomar ladefinición del concepto de Empresa Social que figuraen Europa, creado por la Red Europea de Investiga-ción (EMES, 1996).6 La empresa social pone el focoen el aspecto colectivo, democrático, y en su formade hacer y comprender la economía. Se puede decirque una de las razones del surgimiento de este tipode empresa se debe a la coyuntura, a la falta de res-puesta ante la crisis económica por parte de los go-biernos y del sector privado. En esta línea, desde lasociedad civil surge el impulso por la búsqueda denuevas soluciones a los problemas económicos y so-ciales.

La EMES define a la empresa social como una em-presa privada que se gestiona de manera autónoma ytiene por objetivo un impacto positivo en la comuni-dad. Esta empresa se encuentra gestionada y admi-nistrada por las mismas personas trabajadoras y socias,y la toma de decisiones se realiza de manera demo-crática y participativa. También se caracterizan porser entidades sin fines de lucro; dicho de otro modo,la rentabilidad económica no es el centro, sino que loson las personas. En Europa, las empresas sociales seconstituyen de forma colectiva, relacionándose direc-tamente con los valores y principios de la ES definidospor la Social Economy Europe (SEE).

Frente a esta concepción, en el mundo anglosajón seentiende de forma diferente a las empresas sociales:una de las principales diferencias radica en su formatoindividual, en donde el concepto de emprendedor «su-perpoderoso» toma más fuerza, a diferencia de cómose plantea en Europa, según la comisión SEE.

Si nos ubicamos en España, las empresas socialesdisponen de tres formas jurídicas: Empresas de In-serción (Ley 44/2007, de 13 de diciembre), CentrosEspeciales de Empleo (definidos en el artículo 42 dela Ley 13/1982, de 7 de abril) y Cooperativas de Ini-ciativa Social (artículo 106 de la Ley 27/1999, de 16

3. Carta de principios de REAS; https://www.economiasolidaria.org/carta-de-principios

4. Guridi, L., de Mendiguren, J. C. P., y Carlos, J. (2014), Ladimensión económica del desarrollo humano local: la eco-nomía social solidaria, Hegoa.

5. https://madrid.mercadosocial.net/balance/

6. Defourny, J., y Nyssens, M. (2012), «El enfoque EMES dela empresa social desde una perspectiva comparada», CI-RIEC-España: Revista de Economia Publica, Social y Coo-perativa, 75, 7-34.

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de julio), todas ellas enmarcadas en la ley de Econo-mía Social.

Emprendimiento (social) y Economía Social ySolidaria (ESS)

También cabe hacer referencia al término de em-prendimiento, una palabra que en los últimos añosse ha instalado en el discurso público, a consecuenciade la crisis económica, lo que no significa que noexistiera de manera previa a la coyuntura actual nique no tuviera otros nombres (como autoempleo, tra-bajo por cuenta propia, autó-noma/autónomo…). En losmedios de comunicación, pa-reciera que anteponiendo lapalabra emprendimiento parahacer referencia a la gestaciónde un nuevo proyecto empre-sarial, éste tomará más fuerza,transmite más glamour, segu-ridad y novedad.

Emprendimiento social, talcomo dicen Díaz-Foncea, M.,y Marcuello, C. (2014),7 hacereferencia a procesos en dondese crea valor, pero siempre conel enfoque de tener un impactosocial positivo, estímulo por elcambio social y la satisfacciónde las necesidades sociales.

También se entiende que elemprendimiento social actúacomo herramienta de inclusiónsocial. En este sentido, en unade las estrategias europeas (Estrategia Europa 2020),8

se propone potenciar un crecimiento y mejora de lacalidad del empleo generando una sociedad inclusiva,superando las deficiencias estructurales de la econo-mía europea. Por tanto, tiene una relación directa conlas empresas sociales de la Economía Social y Soli-

daria, en las cuales se busca un impacto positivo enla comunidad a través de la cohesión social y delprincipio de compromiso con el entorno y del respetoal medioambiente.

Trasladando ésto al ámbito español, los gobiernoshan creado iniciativas gubernamentales que incentivanel emprendimiento, aunque aún falta por avanzar encuestiones como la reducción de trámites burocráticos,la reducción de cargas impositivas o el incremento yfacilidad de acceso a la información sobre las dife-rentes formas jurídicas a la hora de generar un pro-yecto colectivo. Igualmente, en los territorios donde

gobiernan los llamados «ayun-tamientos del cambio» se pue-den encontrar programas deacompañamiento y apoyo a lapromoción, creación y fortale-cimiento de proyectos de laESS. Algunos ejemplos con-cretos de esto son:

• Madrid: Oficinas de Eco-nomía Social del Ayunta-miento de Madrid, ProyectoMARES (Ayuntamiento comosocia) y Puntos de atención yasesoramiento de REAS (con-venio con el Ayuntamiento). • Cataluña: Fundació Unióde Cooperadors de Mataró, Lacomunificadora (Asesora-miento para proyectos de Eco-nomía Social y Solidaria), Cò-opolis (en el marco de la redde Ateneus Cooperatius de Ca-talunya, se orienta prioritaria-mente a la creación de coope-

rativas, así como a la creación de puestos deempleo en cooperativas existentes).

• Euskadi: planes de actuación de la Dirección deEconomía Social, orientados a la creación de 600empresas de Economía Social a lo largo del periodo2017-2020. También se contemplan ayudas inte-grales que fomentan la promoción, el emprendi-miento, la transformación de empresas mercantilesy el apoyo a las empresas en dificultades o en pro-cesos de relevo generacional que quieran transitarhacia la Economía Social para asegurar la conti-nuidad empresarial y el mantenimiento de los pues-tos de trabajo.

7. Díaz-Foncea, M., y Marcuello, C. (2014), «Las empresassociales en España: concepto y características», Gizarte Eko-nomiaren Euskal Aldizkaria-Revista Vasca de Economía So-cial (8).

8. https://ec.europa.eu/info/business-economy-euro/economic-and-fiscal-policy-coordination/eu-economic-governance-monitoring-prevention-correction/european-semester/frame-work/europe-2020-strategy_en

[…] los gobiernos han creadoiniciativas gubernamentales queincentivan el emprendimiento,aunque aún falta por avanzar encuestiones como la reducción detrámites burocráticos, la reducciónde cargas impositivas o elincremento y facilidad de acceso a lainformación sobre las diferentesformas jurídicas a la hora de generarun proyecto colectivo. Igualmente, enlos territorios donde gobiernan losllamados «ayuntamientos delcambio» se pueden encontrarprogramas de acompañamiento yapoyo a la promoción, creación yfortalecimiento de proyectos de laESS.

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¿Por qué la Economía Social y Solidaria se ha con-vertido en una alternativa a potenciar en el contextoactual de crisis socioeconómica?

La ESS puede plantearse como alternativa desde supromoción a la generación de empresas colectivas(emprendimiento colectivo); se presenta como unaopción más realista y sólida, basada en el apoyo mutuoentre varias personas, por sus mismos principios. Sitomamos cifras de cooperativas constituidas en Españahasta la actualidad, según CEPES9 la cifra asciende aun total de 20.958 organizaciones; cifra que se ha in-crementado paulatinamente a lo largo del período decrisis económica. En este sentido, ¿acaso esta formajurídica, enmarcada en la Economía social, soportamejor la crisis? La respuesta está en que debido a sugestión democrática y a la primacía de las personasfrente a la valorización del capital, en estas empresasse ha destruido un 6,5% de empleo menos que en elresto de las empresas, según CEPES, y se han gene-

rado 190.000 nuevos puestos de empleo y 29.000nuevas empresas en los últimos 8 años. De este modo,la Economía Social se presenta como una herramientade creación de empleo de calidad, basada en unosprincipios éticos que fomentan la igualdad de opor-tunidades para sus integrantes y la comunidad, asícomo la sostenibilidad ambiental en su hacer y elcompromiso con su entorno.

Por tanto, uno de los retos de la ESS es continuarproponiéndose como una alternativa o herramientade cambio en este escenario. Si planteamos potenciarel cambio social desde sus herramientas (banca ética,comercio justo, consumo responsable, entre otras) ydesde su forma de organizarse (proyectos de acom-pañamiento, asesoramientos, formación, incentivosfiscales, entre otros), es necesario contar con un diá-logo y debate constante con las administraciones pú-blicas y continuar profundizando las redes de coope-ración de la ESS. �

9. https://www.cepes.es/social/estadisticas

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Antes de empezar, creo que es importante decir,abiertamente, que lo que voy a compartir proce-

de de lo construido con otras, en especial mis com-pañeras de cooperativa, pero sí, está personalmentesesgado.

Sesgado, principalmente, porque estoy convencida dela forma en cómo se plantea nuestro papel y el de losgobiernos locales con respecto al desarrollo de nues-tros barrios, nuestros pueblos, nuestras ciudades. Miformación y experiencia profesional han estado siem-pre ligadas a la gestión local y al diseño de políticasde «desarrollo económico local», donde todo era muyfácil, sota-caballo-rey: políticas activas de ocupación,apoyo al tejido empresarial y comercial, promocióndel emprendimiento y planificación estratégica delterritorio. Todo estaba inventado y lo importante eraaplicar una buena combinación de estas líneas políti-cas y técnicas y saber cuáles eran los factores dife-renciales de nuestro municipio, para potenciarlos ydiferenciarnos del municipio vecino. Pero mi propiaevolución personal y profesional hacia la ESS ha cam-biado mi forma de ver cómo los gobiernos localespueden y deben intervenir en el desarrollo de las co-munidades y el territorio, donde les hemos dado laresponsabilidad de garantizarnos una vida vivible.

Así que me he propuesto compartir con vosotras elhecho de que, aunque no partimos de la nada (no in-ventamos la rueda y años de práctica y ríos de tintahan corrido sobre el «desarrollo económico local»),tenemos una gran oportunidad, una gran responsabi-lidad y un montón de retos para ayudar a los gobiernoslocales a cuidar y amplificar las prácticas de la ESS.

No partimos de la nada

La crisis económica que empezó en 2007 obligó alos gobiernos (locales, estatales e internacionales) arevisar los factores que habían sido considerados bá-sicos para el desarrollo económico local en las últimasdécadas. Como escribía Joan Subirats en 2014, «mu-

chas políticas que los poderes públicos realizaban pa-rece que van quedando obsoletas y es necesario re-pensar qué nuevas respuestas encontramos colectiva-mente ante los retos comunes que se nos plantean. Yesto afecta también a los gobiernos locales y a las ne-cesarias dinámicas de desarrollo y sostenibilidad te-rritorial y local.»

Haciendo una síntesis extraordinaria (y reduccionista)de los marcos teóricos económicos que han dado lugara las políticas de desarrollo local desde mediados delsiglo XX, se observa una evolución desde la necesidadde atracción de factores exógenos y de promoción delas grandes infraestructuras para poder generar «polosde desarrollo» hacia teorías que apoyan la necesidadde valorización de los factores endógenos y de culturaeconómica. En paralelo a las políticas de crecimientoeconómico y su enorme influencia en las políticas dedesarrollo local, nace en 1987 el concepto de «de-sarrollo sostenible» (Informe Brundtlan), que cues-tiona el concepto de crecimiento y la forma cómo semide el bienestar. Así mismo, nace la teoría del «de-sarrollo abierto y endógeno», que pone el foco en lainterdependencia entre los factores internos en un te-rritorio y lo que pasa en el resto del mundo, entre de-sarrollo endógeno y globalización.

Ambos paradigmas son hoy los marcos teóricos eco-nómicos dominantes y, sumados, han dado lugar a untercer enfoque, el del «desarrollo basado en el lugar»(Place-based development), que tanto la OCDE comola Comisión Europea reconocen hoy como la mejorde las estrategias de desarrollo local, ya que permiteun auténtico desarrollo de abajo-arriba o en red, en-fatiza el papel de los gobiernos locales y valoriza losnuevos procesos de gobierno basados en la participa-ción ciudadana y la cocreación de políticas públicas.

Como explica Antonia Casellas, «la crisis económicay la necesidad de revisar las políticas de desarrollolocal tuvieron, en primer lugar, un aspecto positivo,ya que se abrió la posibilidad de repensar y cuestionarcon libertad los factores de crecimiento que habían

NUEVAS PERSPECTIVAS EN LA RELACIÓN DE LA ECONOMÍA SOCIAL Y SOLIDARIA Y EL DESARROLLO LOCAL

Guernica Facundo VericatLabCoop

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dominado el discurso y las prácticas en el desarrolloeconómico local hasta finales de la primera décadadel siglo XXI. Un ejercicio difícil antes de la crisis de-bido a que la inercia del sistema y los éxitos aparentessilenciaban la posibilidad de análisis críticos. En se-gundo lugar, también permite plantear la posibilidady la idoneidad de nuevas estrategias de viabilidadeconómica y social que han pasado desapercibidas,cuando no han sido menospreciadas, por parte de lospoderes públicos, los especia-listas consultores en desarrollolocal y los académicos estu-diosos de la interrelación entrela economía y el territorio».1

¿Cómo ayudar a los gobiernoslocales a ayudarnos?

Un gobierno local puede serun elefante en una cacharrería,cuando el tejido de economíasolidaria es delicado: si es re-sidual, si las prácticas y orga-nizaciones somos pequeñas yeconómicamente modestas, siel nivel de articulación entrenosotras es débil o inexistente,si somos prácticas fundamen-talmente comunitarias o acti-vistas.

En cualquier caso, y por muypotente que sea el tejido deeconomía solidaria en un terri-torio, se nos plantea el reto detransmitir a los gobiernos lo-cales que: somos pocas y no siempre suficientementearticuladas; nuestras realidades económicas son mo-destas; no tenemos tiempo, estamos más por el hacerde nuestro día a día que por el pensar estrategias pú-blicas. Pero, tenemos grandes aspiraciones para la so-ciedad en su conjunto; somos exigentes, esperamosmucho de los gobiernos locales, los necesitamos, yno nos vale cualquier intervención pública; amamosnuestra independencia y capacidad de autoorganiza-ción, nos preocupa perderla y nos sentimos a vecesdesbordadas por las demandas de los gobiernos loca-les. Así que nos ponemos del lado de los gobiernos

locales que desean ayudarnos, intentando no perderla visión crítica de lo que hacen y, sobre todo, decómo lo hacen; en especial cuando las personas, connombres y apellidos, que tienen responsabilidadestécnicas y políticas en los gobiernos locales han sidoen algún momento nuestras compañeras de fatigas.Para nosotras hay algunos elementos importantes atener en cuenta: los porqués, los quiénes, los cómosy los qués.

Los porqués. ¿Qué significadesarrollo económico localdesde la perspectiva de laESS? Nuestro papel deberíaser, en parte, ayudar a que losequipos técnicos y políticoscomprendan desde un inicioque promover la ESS deberíasuponer un cambio estructuralen las dinámicas económicasdel territorio, que no nos con-formamos con un premio a co-operativas o unas charlas eninstitutos de secundaria sobrecomercio justo, que queremosun cambio profundo de las di-námicas económicas y socia-les, que lo queremos todo.

Por ello, nuestra labor deberíaser, en primer lugar, ser hones-tas con los equipos técnicos ypolíticos locales y trasladarlesdesde un buen principio quedeberán: revisar sus concep-ciones políticas sobre econo-mía, ESS y desarrollo local —

en especial, debemos desterrar la imagen de la ESScomo una economía marginal, paliativa o repara-dora—; debemos compartir con los gobiernos localesque la ESS no es un sector (ni nuevo ni viejo), sinouna forma de entender el ciclo económico, los actoresque intervienen y las relaciones que se establecen,una economía entera y diferente de la capitalista, queno busca adaptarse en ésta sino superarla. Tambiéndeberemos compartir que una política de promociónde la ESS no se puede enmarcar en cualquier enfoquedel desarrollo local, sino en uno basado en una visióncompartida en la comunidad sobre su futuro deseable,una visión que no puede ser perfectamente cerrada,pero sí lo suficiente como para proveer de rumbo alas políticas públicas. Tiene que ser, además, un de-

1. Casellas, A. (2014), «Desarrollo local y territorio (del creci-miento indiscriminado a la viabilidad social y económica)».

[…] nuestra labor debería ser, enprimer lugar, ser honestas con losequipos técnicos y políticos locales ytrasladarles desde un buen principioque deberán: revisar susconcepciones políticas sobreeconomía, ESS y desarrollo local —en especial, debemos desterrar laimagen de la ESS como unaeconomía marginal, paliativa oreparadora—; debemos compartircon los gobiernos locales que la ESSno es un sector (ni nuevo ni viejo),sino una forma de entender el cicloeconómico, los actores queintervienen y las relaciones que seestablecen, una economía entera ydiferente de la capitalista, que nobusca adaptarse en ésta sinosuperarla.

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sarrollo holístico, capaz de generar renta y resolvernecesidades materiales, pero también de crear a lavez vínculos sociales, conocimiento, empoderamientociudadano, conciencia crítica, solidaridad, etc., asícomo de desaprender las fórmulas clásicas de de-sarrollo local: planificación estratégica hacia la espe-cialización territorial, políticas activas de ocupación,promoción emprendedora y apoyo al tejido empresa-rial y comercial. Igualmente, asumir que el desarrollode la ESS debe estar protagonizado por la misma ESSy que la administración local debe tener un papel fa-cilitador, no sustitutivo, e integrar que la ESS nacede la práctica y después se hace teoría, pero que enningún caso hay recetas únicas, porque creemos en elaprendizaje mutuo, pero no en la transferencia eruditani en la réplica automática.

Los quiénes. ¿De quién viene la iniciativa de promoverla ESS en un territorio? Cuando a una administraciónlocal se le propone promover la ESS en su territorio,es sutilmente interesante saber de quién viene la ini-ciativa: ¿del personal técnico que cree o practica laESS en su esfera personal; del mandato político quequiere liderar cambios hacia la ESS; del personal deconfianza política que empuja las estructuras hacia laESS?

No es igual convencer al equipo político de que tieneque liderar una propuesta técnica, que convencer alequipo técnico de que una propuesta política se debellevar a cabo. Mal que nos pese, las administracionesson instituciones fuertemente verticalizadas y los cir-cuitos de información y mandato van de arriba abajo,pero las verticalidades tienen sus debilidades y nosiempre la circulación de mandatos y demandas es li-neal ni real.

En los inicios, es probable que sea una persona (ide-almente, un equipo) la que encarnará el trabajo de laadministración local en ESS. Las personas, con nom-bres y apellidos, que lideren el proceso de inclusiónde la ESS en la política local (a nivel técnico comopolítico) tienen mucha importancia: la personalidad,sus vínculos personales con la ESS, la antigüedad, surol dentro de la institución, el nivel de responsabilidad(especialmente, cuando se trata del nivel técnico), elvolumen presupuestario que gestiona (especialmente,cuando se trata del nivel político), entre otros, seránelementos que determinarán el alcance y profundiza-ción del trabajo en ESS que se realice. Será importanteque se sientan/consigan estar acompañadas desde den-tro y desde fuera de la administración.

Los cómos. ¿Qué formas de hacer política de de-sarrollo local contribuyen a la ESS? Es importantetrasladar a los ayuntamientos que tan importante eslo que hacen como cómo lo hacen. Algunos criteriosque podrían servir de referencia son la transversalidad,la coproducción, la cooperación creativa con la ciu-dadanía y la paciencia.

Transversalidad. La ESS no debería encerrarse enuna única política pública, sino que debería irrigartodas las políticas públicas locales. Es importanteayudar a construir confianza interna (entre áreas, ser-vicios, concejalías, etc.). Es importante plantearles silo que quieren es abordar grandes temas que afectana toda la estructura administrativa (presupuestos, con-tratación, compras, municipalización de servicios pú-blicos, etc.) o bien, si prefieren centrarse en algunastemáticas concretas (territorio, sostenibilidad, educa-ción, cultura, atención social, etc.).

Coproducción. Los gobiernos locales deberían evitarla tentación de hegemonizar el ejercicio político. Lapolítica local de ESS se debería entender como unapolítica básicamente relacional con la red de agentesque interactúen en el territorio, para diseñar, ejecutar,seguir y evaluar conjuntamente el ejercicio político,en el marco de instancias conjuntas de gobierno, confuncionamiento democrático y competencias tantoconsultivas como decisorias.

Cooperación creativa. Las personas deben ser, a lavez, el objeto y el principal sujeto del desarrollo local.A lo mejor el ayuntamiento no tiene recursos, perolas personas seguro que disponen de activos todavíamás valiosos que el capital ignora o subutiliza: cono-cimientos, habilidades, experiencia, ingenio, entu-siasmo, tiempo, solidaridad, etc. El reto es mantenerlosactivos (el individualismo, la apatía y el paro los des-activan) y ayudarlos para que se conecten y detectenposibilidades de apoyo mutuo.

Paciencia. La ESS es lluvia fina. Desarrollarla nece-sita tiempo y paciencia; debemos pedir a los gobiernoslocales que se planteen en qué plazos temporales quie-ren trabajar y obtener resultados e insistir tanto comosea posible en que las políticas de ESS deben estarorientadas a futuro y asociadas a estrategias de largoplazo. Es también nuestra responsabilidad trasladar alos gobiernos locales que las iniciativas de ESS sebasan en procesos colectivos y, por lo tanto, su tomade decisiones es más pausada; en general es más só-lida, pero muy pocas veces es rápida ni atiende a los

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ritmos que los condicionantes externos quieran im-poner. Cuando las decisiones colectivas no están ma-duras, forzarlas es mala estrategia, sólo conduce agenerar falsos acuerdos o desavenencias difíciles dereorientar. Respetar estos ritmos no siempre es fácil;menos cuando, desde la perspectiva de las adminis-traciones, el cumplimiento de plazos públicos marcaa menudo la agenda y los presupuestos.

Sean cuales sean los criterios y las condiciones inter-nas de partida, la principal recomendación que debe-ríamos hacer sobre cómo abordar políticas de de-sarrollo local es de sentido común: con lo que ya hayy con lo que necesita lo que ya hay. A menudo losgobiernos locales, especialmente desde lo político,sienten que desconocen la ESS de su territorio. De-beríamos desaconsejarles que empiecen ninguna in-tervención sin identificar quién está desarrollando yaprácticas de ESS, y que primero se acerquen a ellaspara preguntarles, desde la humildad, qué puede hacerel gobierno local por ellas. Debemos velar para queidentifiquen, valoren y cuenten activamente con lasiniciativas que vienen rompiéndose las pestañas paraque la ESS sea una realidad en su comunidad y su te-rritorio.

Los qués. ¿Pero, por dónde empezar? A menudo mu-chos ayuntamientos desarrollan políticas de ESS sinsaberlo (mercados de proximidad, medidas contra lapobreza energética, huertos sociales, etc.). Ayudarlesa identificar lo que ya hacen, ponerlo en valor y darleforma de política pública integral es también un pasode autoreconocimiento que los gobiernos locales agra-decen.

Cuando los ayuntamientos quieren pasar de una sumade acciones a una política local de desarrollo de laESS, podríamos plantearles que pueden seguir dis-tintas estrategias (combinables entre sí):

� Normativas, que favorezcan un marco de relacióncon la ESS, en especial a través de cláusulas so-ciales y ambientales, y de revisión e integraciónde criterios en sus decisiones de compra públicaresponsable.

� De fertilización, que promuevan el humus que sos-tiene y hace crecer el árbol de la ESS: identificandoprácticas de ESS en el municipio, dando visibilidada esas prácticas, promoviendo el vínculo del tejidoasociativo local con esas prácticas, vinculando lapoblación infantil y más joven con el conocimientode la ESS y quién la encarna en el municipio, etc.

� De impulso, apoyando la creación y maduraciónde iniciativas de ESS e invirtiendo en proyectosemblemáticos que sean tractores; para ello, cadaterritorio debería identificar sus prioridades, es de-cir, sus principales necesidades y potencialidadessociales, económicas, culturales y ambientales.

� De uso, facilitando en el territorio el uso de losbienes materiales e inmateriales (locales, viviendas,herramientas, saberes, cuidados, transportes, ener-gía, etc.) y no su propiedad; promoviendo el com-partir por encima del poseer, el acceso libre yabierto, por encima del acceso propietario.

� De conocimiento, detectando y midiendo el im-pacto de la ESS a nivel local, promoviendo la in-vestigación en el campo de la ESS y garantizandola evaluación de políticas públicas de desarrollolocal.

Trabajar el desarrollo local desde la perspectiva de laESS supone identificar y potenciar aquello que yaexiste, hacer emerger nuevas realidades de ESS y am-pliar sus lazos con las formas de economía hegemó-nica que se den en el territorio. �

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Todas habremos escuchado en alguna ocasiónalguna experiencia donde las personas trabaja-doras de una empresa que cerraba han constituidouna cooperativa para, entre otras cosas, salvar suspuestos de trabajo. Esta solución de último recurso,asociada a la «valentía», los movimientos obreros yciviles, etc. está muy presente en el imaginariocolectivo. ¿Quién no recuerda los casos de recupe-ración colectiva de actividades durante las crisisindustriales de los años 70 y 80?

A pesar de toda la lírica y emoción, queremos destacarque —afortunadamente— la aproximación a la em-

presa social (cooperativa o laboral) no necesariamentese produce en situaciones de crisis empresarial. Laaproximación a la empresa social a partir de realidades(actividades) que no fueron originalmente concebidascomo tales, se aborda en la actualidad como una al-ternativa real y natural. Una aproximación factible,viable y deseable, ya que responde a una necesidadcolectiva demandada de una economía alternativa másjusta, comprometida y equitativa.

Las situaciones más conocidas y estudiadas de apro-ximación a la fórmula cooperativa o laboral son:

EL MODELO DE EMPRESA SOCIAL COMO OPORTUNIDAD PARA RELANZAR (O RECUPERAR) UNA ACTIVIDADECONÓMICA PREEXISTENTE EN SITUACIÓN DE RIESGO DE NO CONTINUIDAD

Miguel Ángel Muñoz MedinaSocial Business Development

1. La actividad o modelo de negocio es viable

La empresa social es una oportunidad de profesionalización,sucesión o crecimiento.

1. Transformación de una sociedad civil privada a coope-rativa o sociedad laboral. El crecimiento en número de so-cios (autónomos) aconseja una fórmula jurídica diferente. Pororganización, tamaño, condiciones fiscales y de responsabi-lidad jurídica, la cooperativa se configura como una alternativaa considerar.

2. Transformación o promoción por parte de una asociaciónde una cooperativa. Con convivencia o no de ambas formasjurídicas. La asociación promueve una cooperativa que pro-fesionalice los servicios prestados.

3.Reempresa: jubilación de la propiedad y cesión del negocioa las personas trabajadoras.

4.Promoción de una cooperativa por parte de una funda-ción. La fundación promueve una cooperativa que profesio-nalice los servicios que presta.

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La empresa social no es la solución a una situaciónde crisis, es una forma de organización absolutamentenormalizada que responde a unos objetivos empresa-riales y sociales. La empresa social es una alternativadeseable y a tener en cuenta, demostradamente com-petitiva respecto a otras formas jurídicas de tipo mer-cantil. Insistiendo en este hecho, cierto es que la fór-mula de empresa social, bajo una serie decondicionantes que analizamos a continuación, puederepresentar una oportunidad para la continuidad dela actividad (y los puestos de trabajo) en determinadascircunstancias.

En este artículo analizamos el caso más dramático deaproximación a la empresa social, aquél en que la ac-tividad corre un riesgo severo de desaparecer y dondela empresa mercantil se encuentra en una situación

de concurso de acreedores o directamente cierre pa-tronal. La intención no es otra que demostrar el muchocamino que nos queda por recorrer y el potencial realde recuperación de empresas que la fórmula de em-presa social pone a nuestro alcance.

Creación de una cooperativa o sociedad laboral exnovo sin continuidad de la sociedad mercantil(actividad preexistente): ¿cuál sería el perfil deempresa potencialmente recuperable?

Analizamos a continuación el contexto-marco a partirdel análisis de insolvencias y extinciones empresa-riales de los últimos años y, en concreto, a partir delanálisis de la figura del concurso de acreedores.

2. La actividad o modelo de negocio no es viable en lascircunstancias actuales

La empresa social es una oportunidad a considerar para elrelanzamiento y recuperación de la actividad.

1. Transformación sociedad mercantil a cooperativa osociedad laboral

La propiedad «socializa» el negocio en favor de sus personastrabajadoras (o parte de ellas). La nueva cooperativa heredalos derechos y obligaciones jurídicas de la anterior empresa.

Normalmente, corresponde con casos en que la actividad esviable mediante la recapitalización de la empresa. La propie-dad puede continuar vinculada a la empresa social o no.

2.Creación de una cooperativa o sociedad laboral ex novosin continuidad de la sociedad mercantil (actividadpreexistente)

Normalmente, se corresponde con casos en que sólo unaparte del negocio es viable y, por tanto, la parte «buena» delmismo se traspasa a la nueva cooperativa.

También corresponde a la situación de concurso de acreedo-res, donde los trabajadores presentan una vía de continuidadmediante la constitución de una nueva cooperativa.

En algunos casos, los trabajadores despedidos deciden crearun nuevo negocio (mediante la constitución de una empresacooperativa o laboral) e iniciar una nueva actividad económicaque recoja la experiencia colectiva acumulada.

Fuente: Aracoop I si fem una cooperativa1

1. http://www.aracoop.coop/wp-content/uploads/ManualConversio.pdf

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Tabla 1. Total empresas concursadas por años2

Fuente: elaboración REFOR-CGE, Registro de Expertos en Economía Forense-Consejo General de Economistas, a partir de selección variablesy tablas del INE sucesivos años.

Tabla 2. Evolución de empresas concursadas por sectores3

Fuente: Instituto Nacional de Estadística (INE).

2. http://s03.s3c.es/imag/doc/2016-03-02/EstudioRefor_Concursos.pdf

3. http://www.revistasice.com/CachePDF/BICE_3083___9C606507B7D93F4AA65EA0350BB5267D.pdf

En 2016, de las 4.080 concursadas el 36,76% teníanuna facturación inferior a 250.000 euros; en el ladoopuesto, sólo el 3,87% tenían una facturación superiora los 5 millones de euros.

De las 4.080 concursadas, 856 pertenecían al sectorcomercio y 739 al sector de la construcción (losdos sectores más afectados por insolvencias). Másdel 98% de las pymes y micropymes que entran enconcurso en España acaban en liquidación y sin con-tinuidad de actividad.

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A pesar de que España representa más de la mitad delas empresas recuperadas en Europa mediante la víalaboral (un dato que nos sitúa en una posición de li-derazgo absoluto), el número total de recuperadas enlos últimos cinco años es inferior a las 75 anuales(fuente COCETA), de un total de 35.000 concursospresentados y resueltos. Si además tenemos en cuentaque la presentación de concursos en España es de 20veces inferior a Francia, 6 respecto a Alemania y 4veces menos que en Reino Unido, podemos concluircon: pymes y micropymes cierran sin que la conti-nuidad por vía laboral sea ni tan siquiera exploradacomo una posibilidad, a pesar de los ingentes esfuer-

zos por parte de instituciones y movimientos asocia-tivos de la economía social en España.

¿Qué tipo de empresas son susceptibles de serrecuperadas con mayor facilidad por parte de lostrabajadores?

Aunque a priori no existen limitaciones ni de tamañoni de actividad que impidan la continuidad por la víalaboral, es cierto que los principales casos en que sepueden detectar tienen que ver con el tamaño —fac-turación y número de personas empleadas— y el sec-tor de actividad.

Tamaño 1-9 trabajadores (+50%)Menos de 50 trabajadores (85%)

Facturación Menos de 250.000 € (+35%)Menos de 2 millones € (85%)

Sectores (por orden de importancia) ComercioConstrucciónIndustria y energíaActividades profesionalesHostelería

Resultados concursos de acreedores 95% son voluntarios95% de los concursos con resultado de liquidación

Porcentaje de recuperación mediante la vía laboral 44.974 concursadas(2010-2015)

50-75 recuperaciones anuales por la vía laboralaproximadamente en España (fuente CECOP). El año 2013fueron 75, siendo España el país con mayor número derecuperaciones (50% del total europeo).

En el caso de grandes empresas (o con posiciona-miento de marca o cuota de mercado relevante), éstasson adquiridas por la competencia, y en el caso delas microempresas (sector servicios y comercio enparticular), son liquidadas antes que se detecte la po-sibilidad de ayudarlas o reconducir su actividad.

¿Cómo recuperarlas (plantear la vía laboral) y cómoactuar?

En primer lugar, es absolutamente imprescindible de-tectar a tiempo y poder realizar una diagnosis quepermita inferir si puede ser salvada totalmente o enparte. Indicamos a continuación las condiciones quepueden guiarnos en dicho proceso:

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Dada la complejidad de dichos procesos y, a pesar deque cada uno tiene su propios e individuales condi-cionantes, elaboramos de manera colectiva una guíadirigida a los y las profesionales que han de guiar di-chos procesos. Una guía metodológica que, sumadaa otras iniciativas y publicaciones, pueda facilitar losprocesos de recuperación e incluso plantear iniciativasque permitan «detectar» estas situaciones y poder ac-tuar a tiempo.

El necesario liderazgo de las iniciativas de laEconomía Social y Solidaria para salvar empleos yactividad

Tal y como indicamos al inicio del artículo existennumerosas experiencias como para avalar la posibili-dad de articular una alternativa real al cierre mediantela vía laboral.

Anteriormente, el principal baluarte de estas recupe-raciones era la voluntad de las personas socias traba-jadoras de las futuras cooperativas (aunque más tardese sumaran apoyos institucionales). Por citar algúncaso de recuperación durante anteriores crisis, las co-operativas MolMatric Sccl4 en Cataluña (constituidaen 1982) o Mapsa Cooperativa5 (Grupo Mondragón),ejemplos de cooperativas en activo y muy consolida-das. El común denominador de la mayoría de las re-cuperaciones era su pertenencia al sector industrial,con una masa crítica de personas trabajadoras (pymede tamaño medio) y una base social muy activa (mo-vilizada y liderada por los sindicatos principalmente).

Durante la última gran depresión española (2008-2014), de la que aún sufrimos sus consecuencias, sehan articulado numerosas iniciativas gracias a la en-tente entre la ESS y las Administraciones (principal-mente autonómicas). Para ello se han realizado pu-blicaciones y guías y articulado programas específicos(ver bibliografía recomendada al final del artículo).Respecto a los programas, dirigidos a la detección decasos, sensibilización y actuación, podemos destacarlos llevados a cabo por el programa Aracoop6 en Ca-taluña, la Junta de Andalucía (No jubiles tu idea) ymás recientemente el programa europeo Saving Jobs!7

liderado por COCETA. Es destacable como el perí-metro de actuación se amplía. Ya no hablamos única-mente de empresas en crisis, sino también de empresasque cierran ante la jubilación del propietario/a.

Por indicar algún ejemplo analizado —esperemospróximamente la publicación de una guía completade casos—, podemos encontrar los de Salcedo Mue-bles,8 MEC 20109 y Ambulancias Andalucía,10 recu-perados en situación de concurso de acreedores, perotambién los de Nou Indret,11 recuperada en situaciónde jubilación de la propiedad, y el de Musicoop12

como ejemplo de transformación.

En opinión del autor que firma el presente artículo, sidestinamos esfuerzos conjuntos para la detección pre-ventiva de las situaciones (antes del cierre definitivoo liquidación) y se elaboran programas que sensibili-

Condiciones necesarias

• Masa crítica de personas trabajadoras dispuestas a invertirsu indemnización y prestación por desempleo (capitaliza-ción).

• Estructura del equipo humano equilibrada, con posibilidadreal de garantizar la prestación-continuidad de la actividad.

• Exigencias del RD 11/2014 de 5 de septiembre en cuanto ala asunción de deudas (que permita la viabilidad de la su-cesión de empresas).

Condiciones suficientes

• La actividad sería viable con una composición diferente depasivos. Es viable desde el punto de vista de mercado y si-tuación competitiva.

• Las nuevas personas trabajadoras —propietarios/as— hande adaptarse a su nueva situación (asumir su papel comoempresarios y organizarse). Tienen que aprender a sercooperativistas o personas socias de empresa laboral, loque representa y su funcionamiento. Un proceso formativoy de adaptación es absolutamente necesario.

• Asesoramiento profesional, tutela y/o seguimiento a lo largodel proceso.

4. http://www.molmatric.coop5. https://www.mapsa.net

6. www.aracoop.coop7. http://savingjobs.coceta.coop/8. https://www.salcedomueble.com/es/9. http://mec2010.es/10. https://www.ambuandalucia.es/11. http://www.nouindret.com/12. https://www.musicop.cat/

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cen a los agentes implicados en las insolvencias ocierres empresariales (gestores de empresa, abogados,economistas, jueces, administradores concursales, ad-ministraciones públicas y departamentos de promo-ción económica), articulados a partir de las asocia-ciones y organizaciones de la Economía Social,podremos lograr resultados crecientes y habitualesde recuperación de empresas mediante la vía laboral.Los resultados actuales, aunque muy superiores a laserie histórica, siguen siendo insuficientes.

Bibliografía

Guía del emprendedor: una metodología para acom-pañar procesos de reempresa, 2011, Centro de Re-empresa de Cataluña, Fundació CECOT Innovació:www.reempresa.org

Manual de formadores en reciclaje de empresas, Con-ceptos y metodología para la transmisión de em-presas — en crisis o por jubilación — a los traba-jadores en fórmula cooperativa de trabajo, 2017,COCETA (Confederación Española de Cooperati-vas de Trabajo Asociado): www.coceta.coop,http://savingjobs.coceta.coop/

De la empresa en crisis a empresa cooperativa, CO-CETA (Confederación Española de Cooperativasde Trabajo Asociado (s.f.): http://www.emprende.coop/documentos/guia-transformacion-empresas.pdf

Dar el relevo es posible. Manual de sensibilizaciónpara el relevo y recuperación de empresas por laspersonas trabajadoras a través de la fórmula coo-perativa, 2016, FAECTA (Federación Andaluza deEmpresas Cooperativas de Trabajo).

I si fem una cooperativa?, Manual De Conversió DeL’activitat Econòmica en Cooperativa, 2014, Ara-coop: http://www.aracoop.coop/wp-content/uploads/ManualConversio.pdf �

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Empezamos recordando a nuestro compañeroMariano González,1 quien nos iluminaba apor-tando una de las claves del debate en torno a laescalabilidad y el crecimiento en la EconomíaSocial y Solidaria mantenido en el primer CongresoInternacional de Economía Social y Solidaria, cele-brado en Zaragoza en el 2014, donde sus palabrasnos indicaban que: «[…] si queremos que la econo-mía solidaria sea una alternativa necesitamos pro-yectos de gran envergadura, que sólo resultan via-bles a partir de un considerable crecimiento».2

Los últimos congresos de ESS —como el I Congresointernacional de ESS de Zaragoza3 (2014), el II Con-greso de ESS de Bilbao4 (2016) o el COMESS deMadrid5 (2017)— trataron este tema, poniendo en elcentro dos preguntas incómodas: ¿es lo pequeño unazona de confort que nos da miedo romper? ¿El tamañode nuestras organizaciones es un síntoma que muestranuestra debilidad como sector? Nuestro objetivo comoeje era el de identificar y explorar las oportunidadespresentes para el tejido de la ESS, así como analizarlas principales trabas a la hora de poder buscar finan-ciación y escalar proyectos. En este artículo compar-timos algunas de las reflexiones que en torno a estaspreguntas desgranamos y trabajamos colectivamentedurante el encuentro C2C 2018 en Madrid, dentro delEJE 2 Financiación y escalabilidad.

Partimos de la aproximación que realizó nuestro com-pañero Rubén Suriñach en la charla motivadora del Eje

5, Estructuras de largo alcance,6 del II Congreso deESS realizado en Bilbao en el 2016; el gráfico 1 nospermite observar la situación relativa de los diferentesmovimientos en el proceso de nicho a corriente principal7

y nos permite enmarcar el debate de la escalabilidaddesde el prisma de los diferentes movimientos sociales.

El gráfico de la siguiente página nos muestra la escalade ascensión y difusión de las propuestas alternativasen la estructura socioeconómica y cultural dominante.8

Los diferentes movimientos se posicionan en las zonasde Profundización, Hibridación y Transacción, en re-lación a su presencia de base social en el territorio.Como nos indica Suriñach en su libro Las economíastransformadoras de Barcelona,9 en cada una de estaszonas se pueden dar dinámicas de confluencias y tra-bajo distintas, sabiendo que cada zona responde aunos objetivos específicos.

En la zona de Profundización encontramos las visionesmás transformadoras de la ESS, que tienen los relatosmás ambiciosos y desafiantes, sostenidas por el com-promiso militante de quien las apoya. Una materiali-zación de estas nuevas visiones la encontramos cuandoEnric Durán nos habla de que se está compartiendo lapráctica cooperativista con la práctica comunal: «Tam-bién sentimos que podemos influenciar esa economíasocial y solidaria para, desde el diálogo, desde la cola-boración también, poder demostrar que no hace faltaentrar dentro de la legalidad del Estado para generarsociedades sostenibles que puedan ofrecer alternativaseconómicas de mayor calado a largo plazo. Entendemosque el marco legal es muy limitado y contradictorio

CÓMO SALIR DE LO MICRO Y DE LA ZONA DE CONFORT SIN PERDERSE EN EL CAMINO

Guillermo Villa LoboRed de Economía Alternativa y Solidaria de Madrid

1. Mariano González Tejada, compañero del grupo cooperativoTangente (en línea) https://tangente.coop/mariano-y-sus-montanas/

2. Intervención de Mariano en el I Congreso Internacional deESS (en línea) https://tangente.coop/el-crecimiento-en-es-cala-de-las-cooperativas-debate/

3. I Congreso Internacional de Economía Social y Solidaria:http://economiameeting.net/es/ Conclusiones

4. II Congreso de Economía Social y Solidaria: https://esskon-gresua.net/es/ Conclusiones

5. I Congreso Madrileño de Economía Social y Solidaria:http://comess.reasmadrid.org/

6. Ponencia de Rubén Suriñach, Eje 5 Agregación Ciudadanay Economía Solidaria: Estructuras cooperativas amplias enla construcción de la ESS https://esskongresua.net/wp-con-tent/uploads/Eje-5-Charla-motivadora-Ruben-Surinach.pdf

7. Seyfang, G., The New Economics of Sustainable Consump-tion: Seeds of Change. Palgrave MacMillan, Basingstoke,2009.

8. Suriñach Padilla, R. (2017), Economías transformadoras deBarcelona. Barcelona. Ayuntamiento de Barcelona.

9 Suriñach Padilla, R. (2017), op. cit.

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para construir transformaciones sociales de calado pro-fundo y, por tanto, hay que ir más allá y atreverse aconstruirlas fuera, sin por ello tener miedo a perderuna centralidad en el campo social».10 Emmanuel Ro-dríguez y David Gámez también plantean que «lo queparece reunir al nuevo cooperativismo es una ciertaapuesta por relaciones laborales democráticas, la in-clusión de una política de valores, así como la vocaciónpor construir una economía al servicio de la gente, dela sociedad. Políticamente esto se considera como unvalor en sí, e incluso como una alternativa a la econo-mía de mercado». La cuestión es ¿basta esto como hi-pótesis política? ¿Es esta modalidad cooperativa una«alternativa» eficiente al modelo capitalista?».11

En la Zona de Hibridación encontramos un espaciodonde los movimientos, propuestas y relatos de las eco-

nomías transformadoras se encuentran, comparten he-rramientas y se complementan. En esta zona se des-pliegan las hipótesis de trabajo experimentadas en lazona de profundización, siendo una correa de trasmisiónentre los espacios más militantes provenientes de lazona de profundización y los más utilitaristas de la zonade transacción. Podríamos situar aquí el desarrollo delmercado social, así como las iniciativas más relevantesde sus sectores, como Som Energía, Fiare o Coop57.

Atutxa y Zubero (2016) nos recuerdan que «la eco-nomía social y solidaria y lo común no son dos espa-cios incompatibles, aunque existen ciertos maticesque los diferencian. Lo cierto es que existen iniciativasque podrían ubicarse en ambos ámbitos. El «nuevo»cooperativismo que está proliferando en los últimosaños, en una gran variedad de sectores, como el finan-ciero, energético o el alimentario, es un ejemplo dela confluencia de ambas perspectivas».12 Como nosindica Suriñach,13 la Economía Social y Solidaria es

10. Extraído de la entrevista a Enric Durán en Diagonal de Vicente,J. y Jiménez, A. (2016), «Estamos compartiendo la practicacooperativista con la comunal» (en línea) https://www.diago-nalperiodico.net/movimientos/32026-enric-duran-estamos-compartiendo-la-practica-cooperativista-con-la-practica

11. Extraído del artículo en Diagonal escrito por Rodríguez, E.,y Gámez, D. (2016) «Más allá del cooperativismo, más alláde la economía social» (en línea) https://www.diagonalpe-riodico.net/blogs/funda/mas-alla-del-cooperativismo-mas-alla-la-economia-social.html

12. Atutxa, E. y Zubero I. (2016, «La contribución del común alos movimientos sociales y su interacción con lo público, loprivado y lo social» (en línea) https://www.fes-sociologia.com/files/congress/12/papers/3801.pdf

13. Suriñach Padilla, R. (2017), Economías transformadoras deBarcelona. Barcelona: Ayuntamiento de Barcelona.

Gráfico 1. Rubén Suriñach —Economías colaborativas— Fuente: Ponencia Eje 5 (diapositiva 17)

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la pieza clave que conecta tanto con los espacios másmilitantes y experimentales como con los política-mente menos definidos y más cercanos a la corrientedominante y, por tanto, hace que sea un terreno encontinua tensión ideológica entre ambos polos, comose refleja en la entrevista anteriormente citada de Dia-gonal a Enric Duran14 o en el artículo de Gámez yRodríguez.15 Merece la pena destacar la interesantereflexión de Piñeiro, Suriñach y Casadevante (2017),en torno al consumo colaborativo: «El Consumo Co-laborativo se convierte en un espacio de disputa entresu dimensión transformadora, una pieza clave dentrode un puzzle más complejo que persigue la transfor-mación social, conectándolo con la lógica de los co-munes y la economía solidaria, y la que lo concibecomo una mera adaptación de los mecanismos demercado a un contexto modificado por las nuevas tec-nologías. Ahora que el desarrollo del CC empieza amostrar limitaciones que lo aleja del idealismo con elque fue abordado inicialmente, se muestra como unespacio de encuentro, diálogo, complicidad y con-frontación donde durante las próximas décadas estáncondenadas a coexistir y convivir de forma conflictivadistintas formas de concebir la economía».16

La zona de Transacción es la más próxima a la co-rriente principal, la que empuja a salir de las zonas deconfort, a realizar renuncias y a abrir debates con otrascorrientes, como indican Díaz-Foncea, Marcuello yMontreal (2016),17 donde ilustran los beneficios y retosque implican a la economía social y a la economía co-laborativa: «A la economía social, ampliar el alcancede las actividades que realizan las organizaciones quela forman; a la economía colaborativa, visibilizar lasexternalidades positivas que genera y dotar de sentidoa la actividad que realizan los proyectos insertos eneste ecosistema, que, si bien no tienen por qué utilizarlas formas jurídicas asociadas a la economía social,podrían llegar a ser considerados empresas sociales».Otro ejemplo es el que podíamos observar en la po-

nencia del Eje 3, Retos y dilemas de la Economía So-cial. A partir del caso del cooperativismo de Mondra-gón,18 del II Congreso de ESS de Bilbao, expuestapor Igor Ortega, donde nos lanza la pregunta de si esposible conjugar las especificidades del modelo coo-perativo en las cooperativas de grandes dimensiones.

Suriñach nos aporta una de las claves a la cuestión:«¿Cómo conseguimos que nuestros proyectos de ESSpuedan ser alternativas mayoritarias para llegar algran público sin que eso implique una pérdida de va-lores en el camino? Cuando seamos capaces de crearestructuras de gran alcance sin que la plataforma dejede ser democrática. Som Energia demuestra que esposible, aunque no sea un camino fácil».19 La defini-ción presentada en el II Congreso de ESS de Bilbaoen 201620 sobre las estructuras de largo alcance nosremarca que la característica fundamental es que susdinámicas de creación y consolidación implican laarticulación de redes densas de capital social que vin-culan a miles de personas y organizaciones en escalasterritoriales amplias. Bajo esta definición se identificanproyectos paradigmáticos como Fiare Banca Ética,Coop57, Landare, Goiener, Som Energía o los mismosmercados sociales.

Conill, Cardenas, Castells, Hlebik y Servon (2016)nos dan una de las claves de la definición de estruc-turas de largo alcance al relacionar la densidad de re-des21 con la percepción del riesgo de las emprende-doras sociales, y concluir que va en función deltamaño de las redes de apoyo, porque el tamaño deéstas es lo que determinará su sostenibilidad.

14. Vid nota 10.15. Vid nota 11.16. Piñeiro, C., Suriñach, R., Casadevante, J. L. (2017), «Entre

el mercado y la cooperación social. Luces y sombras de lasprácticas de consumo colaborativo». Revista Española deSociología, 26 (1), 97-108.

17. Díaz-Foncea, M; Marcuello, C y Montreal-Garrido, M.(2016), «Economía Social y Economía Colaborativa: Encajey Potencialidades. Economía industrial 402 (2016), 27-35(en línea) http://www.mincotur.gob.es/Publicaciones/Publi-cacionesperiodicas/EconomiaIndustrial/RevistaEconomiaIn-dustrial/402/D%C3%8DAZ%20FONCEA,%20MARCUE-LLO%20Y%20MONREAL.pdf

18. Ortega, I. (2016), «Retos y dllemas de la Economía Social.A partir del caso del cooperativismo de Mondragón», Bilbao(en línea) https://esskongresua.net/wp-content/uploads/Eje-3-Charla-motivadora-Igor-Ortega.pdf

19. Extraído de la entrevista a Rubén Suriñach en la revista Op-cions de Molina, M. (2017), «El cambio en el consumo vaunido a la regeneración democrática» (en línea) http://op-cions.org/es/entrevistas/ruben-surinach/

20. II Congreso de Economía Social y Solidaria: https://esskon-gresua.net/es/ Conclusiones

21. Conill, J; Cardenas, A; Castells, M; Hlebik, S. y Servon, L.(2012), Otra vida es posible. Prácticas económicas alterna-tivas durante la crisis. Barcelona, Editorial UOC (en línea).https://books.google.es/books?id=bJ1uBAAAQBAJ&pg=PT137&lpg=PT137&dq=miedo+crecimiento+cooperativas&source=bl&ots=68YbcfwJz5&sig=thvW9bJJjTLgXt90kk0Z2hUZqB8&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwinlfrtv6HcAhX-LaxQKHaOaA3EQ6AEIKzAB#v=onepage&q=miedo%20crecimiento%20cooperativas&f=false

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En su libro Economías transformadoras deBarcelona,22 Rubén Suriñach clasifica las dinámicasde crecimiento en tres grupos:

■ La Ampliación se podría clasificar como la dinámicaque se presentó en el eje de las entidades comoLandare o Peñascal. Una experiencia que empiezasiendo micro aumenta de escala hasta consolidarsecomo estructura profesionalizada de mayor alcance.Una interesante reflexión la realizaba Santiago Me-mimbre cuando nos explicaba su modelo de confiarla gerencia a personas de la casa, contrastado conel éxito acumulado en estos años. Es decir, se incli-naba por apostar por el modelo monista antes queel dualista, un debate donde Garrido, Salazar y Var-gas (2017)23 nos aportan luz al analizar los diferentesmodelos de gestión cooperativos.

■ La Réplica es lo que sucede cuando el mayor al-cance se produce por efecto de la multiplicación.Un ejemplo en nuestro eje fue La Corriente, unmodelo que replica de la mano de Goiener el mo-delo cooperativo de consumo, apostando por elvalor local en forma de puesto de trabajo locales yque abre el debate entre la escalabilidad o replica-bilidad de diferentes modelos.

■ La Traslación implica que algunos actores con ca-pacidad de generar escala se fijan en las microex-periencias y deciden invertir y traducir el productoo servicio desarrollado por los espacios experimen-tales a su idiosincrasia empresarial/organizativa.

Otra óptica que conviene rescatar es la planteada porAtutxa y Zubero (2016) en el gráfico 2,24 en el quepodemos enmarcar las diferentes prácticas de la ESSen base a los ejes Público-Privado y Social-Común,obteniendo una óptica diferente que nos permite cla-sificar mejor el tipo de herramienta a la que nos refe-rimos.

En el diagnóstico desarrollado durante la jornada detrabajo del eje, se destacan una serie de barreras enlas que identificamos elementos que se vienen repi-tiendo en los diferentes encuentros, como el miedo alcrecimiento por la pérdida de control sobre procesosdecisorios o a una mayor conflictividad asociada auna pérdida de valores. Cabe recordar una de las con-clusiones del Eje 3 del II Congreso de la ESS, dondese apuntaba que la cultura cooperativa debe prevalecersobre la tecnocracia.25 Como nos dice Monzón: «Latecnocratización de las cooperativas y la amputación

22. Suriñach Padilla, R. (2017), op.cit.23. Garrido, M., Salazar, I. y Vargas, P. (2017), «La elección del

modelo de gestión en las cooperativas españolas», RE-VESCO, nº 123, primer cuatrimestre, 2017 (p.94-113).

24. Atutxa, E. y Zubero I. (2016), op. cit.25. II Congreso de Economía Social y Solidaria: https://esskon-

gresua.net/es/ Conclusiones (pag 46).

Gráfico 2. Cuadro Público-Social-Común-Privado. Fuente: Atutxa, E. y Zubero I. (2016)

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de sus relaciones con los movimientos sociales quehistóricamente las han alumbrado conduce inexora-blemente a la banalización de sus principios y al co-nocido isomorfismo organizativo que las conduce adiluirse en el mercado como un agente más del sis-tema económico. De todo esto existen abundantesejemplos en España y en la Unión Europea».26

También se destaca la falta de músculo financiero,una variable que nos viene acompañando en todoslos encuentros y diagnósticos,27 como es la escasezde capacidades profesionales (conocimiento empre-sarial específico) que Sabín, Fernández-Casadevantey Bandrés (2012)28 explican cuando se refieren a lascooperativas de intervención social y a que su pequeñotamaño conlleva la devaluación de la gestión econó-mica, que no suele llevar asociada una profesionali-zación similar a las actividades económicas de lasempresas. En su Informe, el Mercat social29 apuntaen la misma dirección, remarcando que: «Així, moltesempreses i entitats coincideixen a destacar la millorade mecàniques econòmiques i de seguiment interncom a fites importants en l’activitat econòmica i lamillora professional».

La entrevista de Marcela Basch a Trebol Scholz30 ponede relieve una de las claves de este debate, como es laorganización social, cuando responde en la entrevistaa las cuestiones de: «¿Cuál creés que sería la barreramás alta para empezar una cooperativa de plataforma?¿Por qué creés que la gente duda? Esto no se trata detecnología, se trata de cambiar la mente de las perso-nas, de la organización social del trabajo. Lo más im-portante es encontrar a las personas que tengan lamente como para querer formar una cooperativa. Latecnología viene después; hay muchas plataformas de

código abierto y podés hacer muchas cosas con ellasya. Entonces no es que la tecnología sea un gran obs-táculo. El mayor obstáculo es la organización social,que la gente esté preparada para hacer esto».

El fenómeno de oportunidad identificado como el delcontexto social favorable lo explica Castells (2017)cuando se refieren a que antes de la crisis ya habíamiles de personas que exploraban alternativas que die-ran sentido a su vida y que aquella solo expandió yprofundizó dichas prácticas cuando muchas personasse sintieron traicionadas por las promesas incumplidasde que el mercado les proporciona los bienes y serviciosde los que sus vidas dependían. De este modo nos ex-plica Castells, «las prácticas económicas alternativas,en su mayoría conectadas con los movimientos socialessurgidos en la crisis…, que resultaron ser precursorasde cambios significativos en la vida de las personas altransformar la cultura, crear un nuevo imaginario yponer en marcha nuevas políticas basadas en un cambiode las relaciones de poder».31 Castells termina indi-cándonos que el cambio cultural precede al político.

Otro de los elementos que se repite, y que el II Con-greso de ESS cita en sus conclusiones, es el de superarla fobia al marketing (sin dejar de problematizarlo)y en el que el trabajo del eje incide en que es para co-municar ese valor añadido de la ESS.

Por último, cabe destacar dos elementos que ya hemostratado anteriormente, la gestión de las contradiccio-nes en la zona de Transacción (Surinach) y la necesi-dad de realizar proyectos en torno a comunidades,que señalaban Rodríguez y Gámez como una de lasclaves32 y al que apuntaban las alianzas con las dife-rentes corrientes sociales anteriormente mencionadas.Para concluir este artículo realizaremos un breve re-sumen de los instrumentos que se apuntaron en la se-sión final de trabajo del Eje del C2C.

� Herramientas para mejorar nuestros modelos geren-ciales a través del intercambio de experiencias, co-nectando las necesidades con las aportaciones paraasí concretar el intercambio a través de un banco deexperiencias. También se menciona ligar la teoríacon la práctica desde la investigación en el desarrollode modelos de negocio, así como en la creación decomunidades de aprendizaje para modelizar.

26.Monzón, J.L. (2010), Ekonomiaz nº 79, 1er cuatrimestre.27. COMESS, Plan estratégico de la Economía Social y Solidaria

Ciudad de Madrid (en línea):http://comess.reasmadrid.org/wp-content/ uploads/2017/03/mesa2_ponencia_Resumen_ejecutivo.pdf

28. Sabín Galán, F.; Férnandez Casadevante, J.L. y Bandrés deLucas, I. (2013), «Factor C: Factores de resistencia de lasmicroempresas cooperativas frente a la crisis y recomenda-ciones para un fortalecimiento cooperativo del sector de losocial», GEZKI, n.º 9, 2013, 75-100.

29. Suriñach, R. (2016), Informe del Mercat Social 2016 (en lí-nea) http://mercatsocial.xes.cat/wp-content/uploads/sites/2/2016/04/informe_mercatsocial_2016_2.pdf

30. Extraído de la entrevista a Trebol Scholz en Plan C de Basch,M. (2016), «No es la tecnología, sino la organización socialdel trabajo» (en línea) http://elplanc.net/cooperativas-plata-forma-entrevista-trebor-scholz/

31. Castells, M. (2017), Otra economía es posible. Madrid:Alianza.

32. Rodríguez, E., y Gámez, D. (2016), op. cit.

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■ En los años setenta, el profesor y empresario GerardEndenburg bautizó como sociocracia el modeloque pretende integrar la contribución de todos losmiembros de un grupo en el proceso de toma dedecisiones. Este modelo trata de favorecer los com-portamientos éticos en los procesos de comunica-ción y toma de decisiones. Para ello, se basa en elconsenso; es decir, no se podrán tomar decisionesvitales para la empresa si se presentan objecionesrazonables. Para que estos procesos surjan de ma-nera apropiada propone una nueva estructura. Estaestructura está conformada por círculos de diálogo,como lugar de intercambio de conocimiento y tomade decisiones. Cada área de trabajo estará repre-sentada por un círculo, vinculado con el círculosuperior por un doble enlace, es decir como mínimodos personas, siendo elegidas por su propio círculo,que le asignará también sus funciones. El uso deestos círculos permite disponer de agilidad en lacoordinación de acciones y, a su vez, permite eldiálogo en el proceso de toma de decisiones. Unode los miedos identificados al plantearse el creci-miento de la entidad es la pérdida de democracia,un temor asociado a la gerencia pero materializadoen los trabajadores y trabajadoras, al disminuir elsentimiento de pertenencia a la entidad y por ende

la motivación y la productividad. No es baladí quegrandes grupos empresariales se encuentren utili-zando estas herramientas organizacionales debidoa la búsqueda incesante de productividad, motivadapor el capital. En ningún caso se habla de la pro-piedad colectiva de las trabajadoras, sino que sealude a ese concepto de «pertenencia», que se pre-supone como un desarrollo más «fino» de la alie-nación de la persona trabajadora por el capital.

■ Es un elemento común a todos los encuentros, yquizás el que mejor señala la clave de este eje, laintercooperación productiva, materializada en laconstrucción y el desarrollo de mercado social,que como nos indica el artículo de Sabín et al., esuna oportunidad para establecer relaciones muchomás integrales e interdependientes con las personaso colectivos destinatarios de sus acciones, que,como menciona Suriñach, es un proceso de cons-trucción conjunta de relaciones económicas coo-perativas desde una perspectiva de transformaciónsocial que se vislumbra como una de las claras es-trategias de crecimiento de la ESS, del que merecela pena destacar el marco estratégico puesto enmarcha por el Mercat Social y al que hace refe-rencia el gráfico 3.33

33. Suriñach, R. Mercado Social / Jordi Garcia (2002) https://ess-kongresua.net/wp-content/uploads/Eje-5-Charla-motivadora-Ruben-Surinach.pdf

34. Fuente de la imagen: http://mercatsocial.xes.cat/ca/que-mer-cat-social/

Gráfico 3. Mercado Social (Estrategia / Jordi García)34

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� La herramienta financiera que se resaltó fueron laemisión de títulos participativos como fórmula definanciación a proyectos, reforzando la idea ante-riormente apuntada de la necesidad de crecer elproyecto empresarial en torno a una base social.Cabe reseñar el artículo de Sánchez Pachón(2016),35 donde concluye en la necesidad de ex-plorar nuevas vías de financiación como la men-cionada, así como la necesidad de una articulaciónlegislativa propia de las cooperativas. También seresaltó la idea de un fondo de capital riesgo paraescalar proyectos que se articulasen en torno a lasfinanzas éticas, la Administración Pública y la ciu-dadanía.

¿Ahora qué?

En el plenario realizado al finalizar el trabajo en grupose propuso seguir trabajando desde la perspectiva delequipo humano y la gobernanza, apuntando a la me-jora de la gerencia. También se resaltó la realizaciónde intercambios y experiencias gerenciales entre lasentidades, así como la realización de unas jornadasconjuntas de gerencia entre todas las entidades. �

35. Sánchez Pachón, L. Á., «Instrumentos alternativos de finan-ciación para las cooperativas españolas», REVESCO, n.º122, tercer cuatrimestre, 2016 (p.285-313).

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Economía Social y Solidaria: una nueva forma deentender y hacer economía

La Economía Social y Solidaria (ESS) aporta un ricoy diverso abanico de iniciativas socioeconómicas quefuncionan con una lógica diferente a la competitivade los mercados capitalistas, rescatando modos defuncionamiento basados en la reciprocidad, el al-truismo, la solidaridad, la cooperación y colocando alas personas y la sostenibilidad de la vida por encimade la obtención de beneficios.

Frente al modelo imperante de desarrollo basado enla especulación y en un modelo crecentista y consu-mista, cuyo objetivo es la maximización del beneficio,guiado por el principio de la eficiencia económica ycentrada su atención en los mercados, la ESS se alineacon un modelo alternativo de desarrollo humano local.Así, su objetivo se orienta a la expansión de las opor-tunidades y capacidades humanas, pone el foco deatención en las personas y su medio y se guía por laequidad y la justicia.

Hay que reconocer que el término Economía Solidaria(o Economía Social y Solidaria) hace referencia a unconjunto heterogéneo de concepciones y enfoques te-óricos, diversos movimientos socio-económicos y re-alidades institucionales, así como a iniciativas em-presariales y asociativas con diferentes acentos.Realidades, además, que adoptan formas de organi-zación y grados de institucionalización geográfica-mente muy diferentes. Sin embargo, toda esta plural—y en continuo aumento— realidad, va fraguandoun creciente sentido de pertenencia a un movimiento,corriente o forma alternativa de entender el papel dela economía y los procesos económicos en nuestrassociedades y en el mundo.1

En la actualidad, la ESS está presente a través de di-versas iniciativas en todo el ciclo económico: en lacreación (cultura, bienes comunes, agroecología, edu-cación transformadora…), la producción (a través deempresas cooperativas, de inserción, asociaciones sinánimo de lucro…), la comercialización y el consumo(mercados sociales, ferias, cooperativas de consumo,compra pública responsable, comercio justo, bancosdel tiempo, trueque, consumo colaborativo…) y enlas finanzas y distribución de excedentes (finanzasalternativas, banca ética, crowdfunding, seguros éticos,monedas sociales…).2

En el impulso de sus propuestas, el movimiento de laESS persigue aumentar el impacto y significatividad—política y económica— de sus iniciativas. Para ellopodemos hablar, entre otras, de tres estrategias com-plementarias:

� El desarrollo de iniciativas socioeconómicas decarácter autogestionado, sostenidas por el trabajo,la militancia, el consumo o el apoyo de la propiaciudadanía.

� El trabajo de investigación, denuncia, sensibiliza-ción y alianza con otros movimientos sociales enlas resistencias frente al capitalismo y en el impulsode transformaciones estructurales.

� La promoción de políticas públicas orientadas alcambio desde los principios de la ESS.

Desde los tres ámbitos, promovemos la transforma-ción de los territorios y el impulso de iniciativas so-cioeconómicas alternativas, promoviendo, por tanto,ese nuevo desarrollo humano local, y no podemosdejar de intervenir en ellos simultáneamente.

TRANSFORMAR LA ECONOMÍA PARA TRANSFORMAR EL TERRITORIO. LA ECONOMÍA SOCIAL Y SOLIDARIA Y ELDESARROLLO HUMANO LOCAL

M.ª Ángeles Díez López y Carlos Askunze ElizagaRed de Economía Social y Solidaria Euskadi

1. Pérez de Mendiguren, Juan Carlos, Etxezarreta, Enekoitz, yGuridi, Luis (2009): «Economía Social, Empresa Social yEconomía Solidaria: diferentes conceptos para un mismodebate», Papeles de Economía Solidaria, n.º 1, REAS Eus-kadi, Bilbao.

2. Askunze Elizaga, Carlos (2013): «Más allá del capitalismo:alternativas desde la Economía Solidaria», DocumentaciónSocial, n.º 168.

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Economía Social y Solidaria para un nuevo modelode desarrollo local

Las iniciativas de la ESS conectan con un tipo de de-sarrollo local definido como una estrategia de inter-vención territorial para generar capacidad local y au-mentar las condiciones y oportunidades para losciudadanos y ciudadanas, promoviendo el desarrollohumano desde los principios de igualdad de oportuni-dades, sostenibilidad, participación y empoderamientoy garantizando derechos humanos, sociales y de ciu-dadanía. Este enfoque alternativo propone pensar y ac-tuar desde cada sociedad para construir proyectos co-lectivos que tengan como referencia un desarrollobasado en las personas consideradas individual y co-lectivamente.

La ESS está estrechamente ligada al desarrollo localasí entendido, ya que está enraizada en el territorio yla comunidad es el objeto y sujeto de su propuesta;utiliza recursos endógenos y es auto centrada, priori-zando la satisfacción de las necesidades locales conrecursos locales, fomentando las capacidades y el de-sarrollo de los territorios desde una perspectiva inte-gral, esto es, generando renta, vínculos y cohesiónsocial, conocimiento, promoviendo procesos de em-poderamiento…

Así, nuestra idea de lo que debe ser el desarrollo delos territorios y las comunidades choca frontalmentecon esa idea de desarrollo extendida e impulsadapor el capitalismo, un desarrollo economicista yproductivista basado en un consumo desenfrenadoy un crecimiento sin fin; un desarrollo donde primala acumulación de capital por encima de las perso-nas, de sus necesidades y de sus capacidades, y quese muestra indiferente a los daños humanos, socialesy ecológicos producidos para conseguir sus objeti-vos.

La realidad actual nos muestra crudamente que laglobalización neoliberal no está generando ningúnresultado que contribuya a un desarrollo humano ysostenible. Por ejemplo, en modo alguno implica plenoempleo, o un mayor grado de igualdad en la distribu-ción de la renta, sino que, por el contrario, generacada vez mayores desigualdades en el ingreso y en elempobrecimiento de millones de personas y de re-giones en todo el mundo. Asimismo, destruye los re-cursos naturales por encima de la biocapacidad delplaneta, tal y como nos demuestra el crecimiento denuestra huella ecológica global, que se ha duplicado

en los últimos 40 años, situándose un 30% por encimade la capacidad biológica del planeta.

Para la ESS, el desarrollo tiene que ver con el buenvivir de las personas, con su calidad de vida y con eldesarrollo de sus capacidades, de manera que se puedaalcanzar un bienestar individual y colectivo. Las per-sonas han de ser el fin, y no sólo el medio, del de-sarrollo. Un bienestar económico, social y humanoque no debe poner en riesgo la sostenibilidad de lavida y del planeta. Se trata, en definitiva, de un cambiode paradigma que pone en cuestión la visión antro-pocéntrica dominante y el supuesto del crecimientoilimitado.

En la actualidad, estamos en un proceso dirigido arepensar el desarrollo desde la justicia,3 desde la jus-ticia social y medioambiental. Ésta es una trayectoriade construcción de un nuevo paradigma en el que laESS no está sola. Coincide en este camino con otrascorrientes de pensamiento críticas, como el femi-nismo, el ecologismo, el buen vivir y el decrecimiento,por citar algunas de las más cercanas a nuestro pen-samiento. El feminismo como movimiento social yla Economía Feminista, como no es de extrañar, fue-ron los primeros en visibilizar esa contradicción fun-damental que el capitalismo tiene con la sostenibilidadde la vida. Al igual que el movimiento ecologista y laEconomía Ecológica han identificado esa misma con-tradicción en relación con la sostenibilidad del planeta.Las críticas a la concepción occidental del desarrollohan cuajado, en los últimos años, en la visión de lospueblos andinos conocida como sumak kawsay, unacosmovisión que nos obliga a repensar y a entenderla diversidad de significados que el concepto de buenvivir puede adoptar. Por su parte, el decrecimientonos advierte de la insensatez de pensar que es posibleun crecimiento ilimitado en un planeta con recursoslimitados.

En este camino de repensar el desarrollo desde la jus-ticia social y ambiental, hay una alternativa que apa-rece como especialmente relevante y cercana a la pro-puesta de la ESS: el Desarrollo Humano, un enfoqueque concibe el desarrollo como un proceso que amplíalas opciones (capacidades) de las personas y las so-ciedades para llevar adelante una vida que considerenvaliosa. Una propuesta de desarrollo que recupera la

3. Dubois, Alfonso (2014): Marco teórico y metodológico delDesarrollo Humano Local, pág. 23. Hegoa, UPV/EHU, Bil-bao.

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dimensión ética de la economía para poner en el centrodel proceso de construcción de este nuevo paradigmala calidad de vida de las mujeres y hombres, partiendode unos criterios de libertades, tanto individualescomo colectivas, en un marco de justicia social.

Precisamente, tomando como punto de partida esteenfoque, surge la propuesta del Desarrollo HumanoLocal (DHL): «el DHL es el proceso integral, o elconjunto de procesos, por el que cada sociedad de-termina autónomamente su futuro deseable y posible,es decir, el bienestar que considera valioso, entendidoéste como la ampliación de oportunidades para indi-viduos, grupos sociales y comunidades territorial-mente organizadas, de escala pequeña y mediana, asícomo la movilización de sus capacidades y recursospara un beneficio común equitativo, que tenga encuenta la equidad de género, en términos económicos,sociales y políticos evaluados desde el desarrollo hu-mano».4

En un intenso trabajo colectivo, se han ido incorpo-rando en esta definición un buen número de esas otrasmiradas críticas: feminista, ecológica, democrática…con el objetivo de integrarlas en esta mirada humanadel desarrollo.5 El resultado es una nueva visión deldesarrollo viva y democrática que nos propone pensar,pero también actuar, desde cada sociedad para cons-truir proyectos colectivos que tengan como referenciaun desarrollo basado en las personas, consideradasindividual y colectivamente. Se enfatiza así el prota-gonismo de las sociedades locales en la búsqueda desu propio desarrollo, como agentes activos en la cre-ación de una nueva globalización desde abajo. Se re-cupera una visión democrática y participativa de losprocesos de desarrollo, donde valores promovidospor la ESS, como la justicia, la cooperación, la reci-procidad y la ayuda mutua, son los principios sobrelos que construir unas nuevas relaciones de produc-ción, distribución, consumo y financiación, poniendoen valor todos los trabajos necesarios para la vida.

El DHL nos ofrece nuevas categorías para interpretary comprender la realidad que queremos y estamosconstruyendo desde la ESS, pero también es una re-ferencia esencial y obligada para el diseño de nuevas

políticas que, desde lo local, contribuyan a construireste nuevo desarrollo.

Concretando propuestas y prácticas6

Dotar de contenido al DHL requiere contemplar variasde sus dimensiones, una de las cuales es la dimensióneconómico-productiva. La Economía Social y Soli-daria (ESS), por los valores, principios y prácticas enlas que se fundamenta —Principios Cooperativos(ICA, 1995),7 Carta de Principios de la Economía So-lidaria (REAS, 2011)8— ofrece todas las potenciali-dades para contribuir al fortalecimiento de las capa-cidades humanas, especialmente las capacidadescolectivas —las capacidades de las organizaciones yde la sociedad en su conjunto para definir y gestionarsu futuro—, que resultan ser el objetivo fundamentaldel DHL.

La ESS, en tanto que promueve la participación inte-gral de las personas, la mejora de las capacidades deiniciativa y creatividad, el fomento del aprendizaje yel trabajo cooperativo, incrementa los niveles de com-promiso de sus miembros y sus organizaciones, ge-nerando así una cultura de cooperación, de confianzamutua, de valores compartidos, que refuerzan la iden-tidad colectiva y el sentido de pertenencia. Igualmente,en tanto que promueve el acceso a la información yla transparencia en las organizaciones, mejora la ca-pacidad para comprometerse y dotarse de mayoresestímulos para el trabajo diario, para pensar en el fu-turo de manera colectiva, para consolidar esa identidadcolectiva; una identidad que permitirá relacionarsecon otros actores del territorio desde la autoafirmacióncomo organización.

La ESS está estrechamente ligada al desarrollo local,porque surge desde el territorio, de sus gentes y susorganizaciones; está enraizada en el territorio, utilizalos recursos endógenos y fomenta las capacidades lo-cales para la creación de un entorno innovador en el

4. Dubois, op. cit., pág. 129.5. Información detallada sobre los trabajos realizados y los do-

cumentos producidos por Hegoa en el marco de la investi-gación sobre DFHL puede encontrarse en: http://www.hegoa.ehu.es/articles/text/desarrollo_humano_local7

6. Basado en: Guridi, L., y J. C. Pérez de Mendigueren: «LaEconomía Social y Solidaria y el Desarrollo Humano local»,en Pérez Hernandorena, Z. (coord.) (2016): Transformandolos territorios desde la economía solidaria. Herramientaspara el impulso de políticas públicas locales, REAS Euskadi,Bilbao.

7. Alianza Cooperativa Internacional:https://www.ica.coop/es/node/13895

8. REAS-Red de Redes de Economía Alternativa y Solidaria:https://www.economiasolidaria.org/carta-de-principios

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propio territorio. En este sentido, rescata y coincidecon las visiones más tradicionales del desarrollo eco-nómico local, como es la propia consideración delterritorio como agente de desarrollo, la importanciade la concertación social, la relevancia que se le asignaa la formación y a la adquisición de capacidades o,en alguna medida, el compromiso con el entorno.

La inserción internacional que promueve y estimulael desarrollo económico local no es lo que caracterizaa la ESS, que apuesta por lo local, por dar respuestaa las necesidades de las comunidades, por estar alservicio del desarrollo comunitario. Dispone de unpotencial especial para comprometerse con otros ám-bitos de la sociedad y de una mayor propensión areinvertir los beneficios en el mismo territorio dondese generan, promoviendo pro-cesos de acumulación a nivellocal. Posee, así mismo, capa-cidad para crear y extendercultura emprendedora y tejidoempresarial, tanto en el ámbitoeconómico como en el social.

Ante contextos de crisis y decambio, la ESS ha mostradoque posee capacidades de resi-liencia y de adaptación, parti-cularmente en la creación y de-fensa del empleo, porque lapropiedad del trabajo y el capital social vinculan el fu-turo personal y familiar de sus miembros al futuro de laempresa. Igualmente, su mayor nivel de reconocimientoy visibilidad ante los poderes públicos y agentes socialespresenta ventajas comparativas en la provisión de ser-vicios directamente ligados a las necesidades sociales,un sector que presenta evidentes potencialidades en elmediano y largo plazo.

Las organizaciones de la ESS han demostrado tener ca-pacidad para hacer frente al reto de gestionar diferentesintereses e identidades, perspectivas y formas de pensar,pero con la necesaria coherencia que exige formar partede otra economía al servicio de las personas y de la re-producción de la vida. Prueba de ello es la existenciade una notable variedad de empresas y organizacionescon variedad de figuras jurídicas y organizativas, quehacen uso de recursos mercantiles y no mercantiles,que combinan la lógica del mercado junto a la de la so-lidaridad y la redistribución y que incorporan sistemasde gestión interna también muy variados.

En el caso de la promoción de políticas públicas lo-cales,9 encontramos una oportunidad de desarrollode nuestras propuestas transformadoras. Hay que teneren cuenta que es el municipio el espacio administra-tivo y político en el que vivimos y trabajamos la ma-yoría de las personas, donde se dan las relaciones decercanía y donde se suministra a los ciudadanos yciudadanas muchos, variados e importantes bienes yservicios públicos, por lo que gran parte del bienestarindividual y colectivo de la ciudadanía depende delas políticas que se desarrollan a nivel local.

Así mismo, la democratización empieza por lo máspróximo, desde la promoción de la gestión colectivay participativa del espacio local. Un espacio que debeconsiderarse, además, como un punto de partida para

procesos de transformación su-periores. De ahí la importanciade su interconexión con otrosespacios territoriales superio-res.

Partiendo, por tanto, desde lasoportunidades que se abrendesde el municipalismo trans-formador, las instancias públi-cas locales pueden tener dife-rentes roles en la promociónde la ESS: crear condiciones,facilitar o financiar el de-

sarrollo de sus iniciativas, proveerse de sus productosy servicios, sensibilizar al conjunto de la poblaciónsobre sus beneficios o incluso participar directamenteen su desarrollo.10

Desde esta perspectiva, desde REAS identificamos de-cenas de propuestas de políticas y actuaciones públicaslocales que pueden contribuir a la transformación delterritorio y que podemos incluir en tres ámbitos:

1. Gestión institucional al servicio del bien común.Prácticas de la gestión de la institución que serigen por los principios y valores de la ESS. Dealguna manera, las propias instituciones puedenconvertirse en agentes activos de la ESS a través

9. Pérez Hernandorena, Z. (coord.) (2016): Transformando losterritorios desde la economía solidaria. Herramientas para elimpulso de políticas públicas locales, REAS Euskadi, Bilbao.

10. Garcia Jané, Jordi (coord.) (2014): Guía de economía socialy solidaria para la administración local. Diputación de Bar-celona, Barcelona.

Ante contextos de crisis y de cambio,la ESS ha mostrado que poseecapacidades de resiliencia y deadaptación, particularmente en lacreación y defensa del empleo,porque la propiedad del trabajo y elcapital social vinculan el futuropersonal y familiar de sus miembrosal futuro de la empresa.

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de herramientas concretas de auditoría social yeconómica, presupuestos participativos, comprapública responsable, gestión alternativa de espaciosy servicios, etc.

2. Una nueva economía para un desarrollo alternativo.Como ya se ha señalado, la ESS quiere contribuiral impulso de un nuevo modelo de desarrollo local,humano, sostenible y equitativo. Desde esa pers-pectiva, y desde las competencias en esta materiade las instituciones locales, proponemos algunasprácticas relacionadas con el impulso de planesestratégicos de ESS, emprendizaje social y coope-rativo, circuitos de financiación, incorporación dela perspectiva de género al desarrollo local, co-mercio y consumo, etc.

3. Estrategias que promueven la sostenibilidad de lavida. En realidad, la sostenibilidad de la vida y to-dos sus procesos asociados (reproductivos, de cui-dados, ambientales, culturales, etc.) debiera estar

en el centro de toda política pública tal y como laentendemos y, cómo no, de la construcción de unaeconomía más social y solidaria.11 En todo caso,destacamos algunas propuestas de carácter estra-tégico que asumen la centralidad de este para-digma. Hablamos de estrategias relacionadas conponer los cuidados en el centro de la vida social,política y económica, la soberanía alimentaria, losterritorios en transición, etc.

En definitiva, se trata de transformar la economíadesde iniciativas económico-empresariales, trabajosocial y cultural e implementación de políticas públi-cas desde los principios de la ESS. Con ello contri-buimos al impulso de un modelo alternativo de DHLque coloca a las personas, la comunidad y los procesosde sostenibilidad de la vida en el centro de la econo-mía y en el centro del resto de esferas sociales, polí-ticas y culturales. �

11. VV. AA. (2014): Sostenibilidad de la vida. Aportacionesdesde la Economía Solidaria, Feminista y Ecológica. REASEuskadi, Bilbao.

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En estos últimos años, colectivos que trabajandesde la precariedad han comenzado a auto orga-

nizarse con la finalidad de defender y reivindicar susderechos y han encontrado en la Economía Social ySolidaria (ESS) una alternativa que puede dignificarsu situación.

Durante la celebración del encuentro C2C celebradoen Madrid en febrero de 2018, en el eje 3 sobre mu-tualización, contamos con la asistencia de diferentesexperiencias llevadas a cabo por colectivos que luchanpor combatir su precariedad, y en particular, con laparticipación de organizaciones de sectores de loscuidados, como Senda de Cuidados, Territorio Do-méstico, Abierto hasta el Amanecer, Mujerespa’Lante,así como del sector de recogida y tratamiento de resi-duos en entornos urbanos, como Alencop Coopera-tiva.

En este eje temático, el debate principal se enfocó endos temas específicos: por una parte, cómo la organi-zación colectiva del trabajo a través de la fórmula co-operativa puede mejorar las condiciones de estos co-lectivos, y por otro lado, el papel que juegan losactores que apoyan este tipo de iniciativas, especial-mente las administraciones públicas y las organiza-ciones de la ESS.

Al ser una temática novedosa y poco tratada en estetipo de encuentros, el objetivo de este eje no ha sidoprototipar los modelos de negocio para iniciativas quevinculen a personas que trabajan desde sectores es-pecialmente precarios o se encuentren en situaciónde riesgo de exclusión, sino poner en común refle-xiones de diferentes iniciativas y empezar a dibujarciertas barreras, potencialidades y aprendizajes quehan encontrado las iniciativas a la hora de plantearestructuras cooperativas y de buscar alianzas con ac-tores estratégicos.

Durante la recapitulación realizada sobre leccionesaprendidas por parte de estos colectivos, se dio espe-cial importancia a la necesidad de dar respuestas adap-

tadas a las necesidades concretas y al hecho de teneren cuenta, a la hora de iniciar el planteamiento delproyecto, que las iniciativas consigan hacer visibleslas capacidades sistemáticamente invisibilizadas y noreconocidas de estos colectivos. Por otra parte, sepuso de relieve la importancia del trabajo en red parael éxito futuro de las iniciativas.

La mayor parte de la reflexión de este eje se centróen debatir sobre la adecuación de la fórmula coope-rativa para este tipo de proyectos. Aunque la propiafilosofía cooperativa ya nos da elementos de por sípara afirmar que es un formato empoderador —per-mite la gestión colectiva y democrática del trabajo ytrata a las personas que forman parte como protago-nistas activas, poniéndolas en el centro—, todas lasparticipantes coincidieron en que en el contexto detrabajos muy precarizados hace falta un análisis másprofundo.

Los colectivos que trabajan desde la precariedad yque se acercan al formato cooperativo se alejan delasistencialismo y del paternalismo gracias a la natu-raleza horizontal de esta fórmula. Por otra parte, elpropio empoderamiento que proporciona esta fórmulaconsigue superar la invisibilidad y, por lo tanto, se lo-gra el reconocimiento como persona trabajadora—permitiendo la regulación en el caso de personasmigradas—, el acceso al mercado de trabajo formalbajo, a priori, condiciones dignas y el consecuenteacceso al Régimen General de la Seguridad Social.

La mayor parte de iniciativas participantes en este ejetratan específicamente los trabajos de cuidado y coin-ciden en que la receta cooperativa permite visibilizarlos cuidados, potencia la imagen profesional y dig-nifica y revaloriza profesiones tradicionalmente noreconocidas —que generan riqueza social—. En estamisma línea, y también aplicable para otros sectores,permite que se abran huecos en el mercado que visi-bilizan otras capacidades personales de estos colecti-vos, abriendo el objeto social para apostar por el de-sarrollo personal.

CREACIÓN DE MODELOS DE INICIATIVAS VINCULADAS A PERSONAS QUE TRABAJAN DESDE LA PRECARIEDADY CÓMO EL TRABAJO COLECTIVO PUEDE MEJORAR SUS CONDICIONES

Patricia Polo Navarro Cristina Sánchez HerrandoXES Red de Economía Alternativa y Solidaria de Aragón

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La fórmula cooperativa también puede conllevar cier-tos riesgos, que las participantes han querido resaltar.En primer lugar, se precisan de soluciones a cortoplazo, y la lentitud del proceso puede constituir unaelemento difícil de compatibilizar ante situaciones demucha precariedad, teniendo en cuenta que se debeasumir también la aportación inicial de capital social.

El gran desconocimiento de esta fórmula por partede los colectivos implicados hace que éstos no visua-licen rápidamente el posible resultado, por lo que noven claro implicarse. Una vezeste elemento se supera y seconoce la fórmula cooperativa,entra en juego un cierto temora la idea del autoempleo y alas dificultades para llevarlo acabo —desde la dificultad conla lectura y escritura hasta lagestión—.

Todo lo anterior, sumado a lanecesidad real de seguir com-patibilizando su trabajo preca-rio con el desarrollo paralelodel proyecto, da pie a la nece-sidad de contar con un acom-pañamiento técnico, que puede plantearse como unlimitante en sí mismo.

Sin embargo, el elemento de riesgo que más veces seplantea en el debate es el peligro de que la fórmulacooperativa pueda revertir en mayor precariedad.Cualquier forma jurídica confrontada con la fórmulairregular —en la que mayoritariamente trabajan estoscolectivos— supone un mayor coste. Por ello, es esen-cial que desde el inicio se visibilice ese sobrecoste dela regulación y que lo asuma el mercado —y en nin-gún caso la persona trabajadora, ya que, efectiva-mente, precarizaría—. De esta manera, se hace tam-bién necesaria la sensibilización al cliente/usuario delos servicios.

Durante las reflexiones sobre los posibles frenos quepudiera tener la fórmula cooperativa en este tipo deiniciativas, surgió un debate interesante alrededor delpeligro de mercantilización. Es decir, que cualquieriniciativa que busque cubrir necesidades básicas,como por ejemplo los cuidados, pueda invisibilizarlas luchas por la cobertura de estas necesidades desdelo público y, por tanto, revertir en la mercantilizaciónde los servicios básicos. En este sentido, existe una-

nimidad en el hecho de prestar atención a que la pro-visión de servicios básicos no se asuma de maneranormalizada desde el mercado —ni aunque sea a tra-vés de la ESS—. Ya que el Estado tiene la obligaciónde garantizar estas necesidades, éste debería trans-formar la forma de trabajar de las administracionespúblicas, llevándolas a modelos cooperativistas, parano tener la necesidad de externalizar. Sin embargo,hasta llegar a ese modelo existe la opción de que lasadministraciones públicas, a través de diferentes he-rramientas —como licitaciones y cláusulas sociales,

entre otras—, garantice estosderechos a través de organiza-ciones de la ESS para evitar laprecarización.

El papel de lasorganizaciones que nosapoyan

Todas las iniciativas que com-parten sus experiencias en eleje nacen de la lucha reivindi-cativa y del impulso desde labase. Sin embargo, aunque haymuchas similitudes en la ma-

yoría de ellas, existen conclusiones divergentes entreproyectos similares, que tienen que ver, sobre todo,con los diferentes apoyos recibidos en las diferentesfases recorridas.

En el mapeo realizado con todas las iniciativas pre-sentes, se observaron tres similitudes, con matices,en todas ellas: todas contaban con acompañamientode equipos técnicos —en mayor o menor medida—.La gran mayoría contaba o había contado con apoyosde las administraciones públicas (AAPP) —en gene-ral, de manera puntual—, y por último, todas ellasestaban vinculadas a distintas redes. Existió unacuerdo mayoritario en que, al tratase de iniciativasllevadas a cabo por colectivos en situaciones de es-pecial vulnerabilidad y al ser iniciativas que trabajanlos servicios básicos, las AAPP debían apoyarlas. Larealidad con la que se han encontrado las iniciativaspresentes es que la sostenibilidad económica de estasiniciativas es muy complicada sin una respuesta porparte de las AAPP. Existen casos claros en los que lasadministraciones están apostando por el desarrollode este tipo de cooperativas. Aunque este apoyo sevisualiza como una oportunidad, hay que prestar aten-ción a sus posibles riesgos.

Todas las iniciativas que compartensus experiencias en el eje nacen dela lucha reivindicativa y del impulsodesde la base. Sin embargo, aunquehay muchas similitudes en lamayoría de ellas, existenconclusiones divergentes entreproyectos similares, que tienen quever, sobre todo, con los diferentesapoyos recibidos en las diferentesfases recorridas.

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Entre los identificados por las iniciativas presentes, seencuentran los diferentes ritmos, el papel de decisiónsin estar inmersos en las dinámicas del propio proyectoy la idea de las AAPP de que el proyecto sea econó-micamente viable —es muy difícil poder plantear estemarco en procesos tan largos de empoderamiento so-cial—. A la vez, existe la percepción común de que elapoyo de las administraciones, y especialmente de losllamados «ayuntamientos del cambio», se inscribe enuna «burbuja de la ESS» y que, por tanto, hay queprestar atención al riesgo de la temporalidad de estosapoyos y a su impacto en lasostenibilidad de este tipo deproyectos.

Lo que sí es evidente y quedóreflejado en los debates lleva-dos a cabo en este eje, es elpapel fundamental de las or-ganizaciones de la ESS en elapoyo a estas iniciativas. LaESS ayuda a hacer visibles di-ferentes situaciones y necesi-dades y promueve el coopera-tivismo desde sus propiasexperiencias —no sólo desdela teoría, sino desde la prác-tica—, con unos valores clarosy con la convicción de que losprincipios de la ESS se mue-ven a través de la coherenciaen lo que hacemos. El poderde resiliencia, la experienciaacumulada y el fuerte vínculocon el territorio ligado a laconstrucción de alternativasson factores muy positivospara acompañar a este tipo deproyectos. Los colectivos ensituaciones de gran vulnerabi-lidad —perfiles no contratables en el mercado tradi-cional— encuentran en la ESS voz y voto y un apoyopara reinventar sus capacidades y dotarlas de valor.

Además, debe destacarse la facilidad para tejer redesy crear nuevas formas de relacionarnos. Este tipo deiniciativas vinculadas a personas que trabajan desdela precariedad necesitan de altas capacidades de cre-ación e innovación —muy ligadas a la ESS—, que,junto a la facilidad para tejer redes y crear nuevasformas de relaciones, constituyen grandes ventajaspara estos colectivos. Por otra parte, el trabajo desde

la horizontalidad intrínseca, que huye del asistencia-lismo y paternalismo, y los éxitos que acumula laESS creando proyectos sostenibles, flexibles y conalta resiliencia son factores a tener muy en cuenta.

Bien es cierto, sin embargo, que debemos revisar cier-tos aspectos para ser un mejor apoyo para este tipode colectivos. Algunos de ellos son, por ejemplo, re-visar cómo incorporar una mirada intercultural. Elporcentaje de personas racializadas y no comunitariasen las cooperativas y en la ESS en general, es, por

ejemplo, más bajo —y no re-presentativo— que en el con-junto de la sociedad. Por otraparte, debemos revisar nuestracapacidad de incidencia polí-tica y, a su vez, repasar cómose interactúa con las adminis-traciones públicas sin perderautonomía y sin desviarnos delobjetivo.

Durante el desarrollo de las se-siones surgió una pregunta im-portante, que ya ha sido men-cionada anteriormente, a la quedeberemos dar respuesta en fu-turos encuentros. ¿Todos losproyectos que promovemosdesde la ESS —especialmenteen ámbitos con sectores preca-rizados— tienen que ser sos-tenibles en el mercado capita-lista? Aunque la respuesta aesta cuestión merece un debatemucho más extenso, pudimossacar ciertas reflexiones, quefueron en la línea de que estasempresas no tienen por qué sersostenibles en el mercado ca-

pitalista, sino en el mercado social. Los proyectosrentables y sostenibles con estos colectivos lo son siproveen de necesidades básicas a estos colectivos. Eneste sentido, el papel de las administraciones públicases fundamental.

Aunque todos los debates y reflexiones ya han sidoreflejados en este artículo, se llegaron a consolidaracuerdos concretos con todas las participantes del eje:

� Conseguir el compromiso de la ESS y de sus he-rramientas, como el balance social, para crear in-

La ESS ayuda a hacer visiblesdiferentes situaciones y necesidadesy promueve el cooperativismo desdesus propias experiencias —no sólodesde la teoría, sino desde lapráctica—, con unos valores claros ycon la convicción de que losprincipios de la ESS se mueven através de la coherencia en lo quehacemos. El poder de resiliencia, laexperiencia acumulada y el fuertevínculo con el territorio ligado a laconstrucción de alternativas sonfactores muy positivos paraacompañar a este tipo de proyectos.Los colectivos en situaciones de granvulnerabilidad —perfiles nocontratables en el mercadotradicional— encuentran en la ESSvoz y voto y un apoyo para reinventarsus capacidades y dotarlas de valor.

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dicadores de participación en la ESS de personasracializadas y no comunitarias, con el fin de faci-litar la reflexión que debemos hacer como ESSpara ser un reflejo de la sociedad.

� Incidir para conseguir el compromiso por parte decooperativas de destinar una parte de su excedentea la promoción de este tipo de proyectos que seinscriben en condiciones precarizadas. Aunque esun reto importante, invitamos a seguir reflexionadosobre el tema y a pensar cuál sería el proceso devalidación para decidir qué proyectos reciben estosexcedentes.

� Seguir trabajando para que la contratación públicagire en torno a dinámicas responsables. Es decir,incidir para que se incluyan cláusulas sociales de

contratación pública responsable para que puedanoptar las organizaciones de la ESS y, en particular,este tipo de iniciativas de colectivos que trabajandesde la precariedad.

� Entendemos que sería un buen ejemplo y unabuena práctica, que las propias entidades de la ESSgarantizaran hacerse cargo de las necesidades decuidado de sus trabajadoras y socias a través delos servicios que ofrecen estas iniciativas de sec-tores precarizados.

� Apoyar, mediante nuestros canales de comunica-ción, la ratificación del Convenio 189 —sobre eltrabajo decente para las trabajadoras domésticas—de la OIT. �

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¿Emprender desde la ESS?

El emprendimiento puede ser un peligroso mantra«reactivador» de personas paradas; una nueva culturadel éxito personal a base de ideas, esfuerzo y capital;una falsa promesa promovida por agentes de talanteneoliberal o que se ven incapaces de imaginar posi-bilidades más allá de las ligadas al, aparentemente envías de extinción, empleo tradicional. Pero tambiénpuede ser una vía para canalizar la iniciativa social,para acometer retos comunitarios, articulando nuevasformas de trabajo, de mutualismo, de economía.

En el marco de la ESS apostamos por esta segundavía y abrazamos ese vocablo para resignificarlo y ha-cerlo nuestro. Transformar el discurso imperante, perotambién las prácticas. Y hacerlo desarrollando, desdelos principios de la ESS, programas y herramientasque atiendan las diferentes fases, necesidades o posi-bilidades de las personas y colectivos que desean onecesitan un espacio de desarrollo económico y pro-fesional, que contribuya a la sostenibilidad de susvidas sin traicionar sus vocaciones de transformacióny alteridad económica, hacia un sistema que ponga alas propias personas que emprenden y a sus destinata-rias (clientes, consumidoras, usuarias, beneficiarias…),y no al capital, en el centro esos emprendimientos.

Compartir inquietudes

Esto de emprender, de ser empresas, de crecer, nossaca del espacio de confort y nos genera contradic-ciones. Nos introduce en terrenos para nosotras pan-tanosos, pero que es importante atravesar, para irconstruyendo itinerarios, programas y herramientasde emprendimiento en nuestra lógica. Nos genera unmar de inquietudes, que se acrecenta cuando, además,a lo que te dedicas es a acompañar y ayudar a otrasen su proceso de emprender. Inquietudes que, porejemplo, tienen que ver con:a) ¿Estamos usando herramientas propias o sólo es-

tamos disfrazando de valores unas herramientas y

metodologías pensadas para el mercado capitalista?¿Estamos compartiendo suficientemente entre no-sotras lo que nos funciona y lo que no?

b) La posibilidad actual de promover el emprendi-miento colectivo basado en valores de la ESS ge-nera una gran variedad de opciones, a veces sola-padas entre sí. ¿Estamos haciendo un verdaderoesfuerzo por sumar, converger y compartir? ¿Noestamos cayendo en situaciones de competenciaentre agentes por desarrollar nuestros programas,ya sea en un mismo territorio o dirigidos a unmismo perfil de destinatarias?

c) Sobre todo, estamos ofreciendo nuestros programasy herramientas a personas que ya están mínima-mente sensibilizadas con la ESS o que son públicoscautivos (exclusión social y colectivos vulnerables),pero ¿qué pasa con esa otra gran parte de la po-blación que, alejada de las dinámicas de la ESS,podría beneficiarse de ese enfoque del emprendi-miento? ¿Estamos intentando de dirigirnos a ellas?Y ¿al menos, estamos cubriendo bien las necesi-dades de esos públicos cercanos y cautivos?

En este artículo compartimos algunas de las reflexionesque en torno a estas preguntas, desgranamos y traba-jamos colectivamente durante el encuentro C2C 2018en Madrid, dentro el EJE 4: Avanzar sobre modelosde emprendimiento y proto-emprendimiento en la ESS.

a) Herramientas propias y compartidasLa economía ortodoxa tiene sus propias herramientas(Canvas Business Model, Plan de empresa, Guía decompetencias emprendedoras…). Desde la ESS in-tentamos aprovecharlas y transformarlas, añadiendoo modificando aspectos que nos parecen significativosy distintivos para el emprendimiento desde nuestrosvalores y prácticas (canvas con perspectiva cooperativao feminista, indicadores que contemplan otros capi-tales más allá de lo financiero, guías de transformaciónempresarial, metodologías de gestión y trabajo co-lectivo, herramientas libres y abiertas…), pero quedifícilmente subvierten el enfoque económico tradi-cional y hegemónico.

EMPRENDIMIENTO Y ECONOMÍA SOCIAL Y SOLIDARIA: UN BINOMIO EN CONSTRUCCIÓN

Ricardo Antón Troyas Guernica Facundo VericatColabora Bora LabCoop

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Cada vez más, pero aún sólo en ocasiones puntuales,conseguimos articular programas con enfoques dis-ruptivos o sustancialmente diferentes —como en losejemplos de los programas MARES y La Comunifi-cadora, que pudimos compartir durante el C2C—,donde el punto de partida y de llegada en el acompa-ñamiento no responde a las lógicas clásicas del apoyoemprendedor. Programas donde las metodologías usa-das rompen esquemas tradicionales de ideación, testeoy puesta en marcha de iniciativas emprendedoras.

En cualquier caso, tanto para aquellas organizacionesque usamos herramientas adaptadas y modificadas opara aquellas que generan conocimiento metodológiconuevo, lo que sí parece evi-dente es que no estamos com-partiendo suficientemente en-tre nosotras lo que nosfunciona y lo que no. No tene-mos disponible un repositoriocomún, basado en conoci-miento libre y abierto, que nospermita testear prácticas deotras organizaciones y territo-rios, aportar nuestros propiosconocimientos y observacio-nes y mejorar nuestros resul-tados colectivos.

Convenimos entre todas que esnecesario lograr ordenar e in-tegrar la «piscina de bolas»(recursos, herramientas, pro-gramas,…) y aprovechar la potencia de interconexiónentre entidades de la ESS para fortalecer, crecer y es-calar una red más compleja y diversificada de organi-zaciones que apoyamos el emprendimiento. Para eso,tres posibilidades complementarias pueden ser: 1)crear un repositorio compartido, coordinado y abierto;2) crear una comunidad de práctica en la que com-partir experiencias y aprendizajes; y 3) desarrollarherramientas comunes, más cualitativas, a partir delas herramientas que ya tenemos cada una de noso-tras.

b) ¿Cuántos itinerarios de emprendimiento puede sostenerun cuerpo?

Desde el preemprendimiento hasta la puesta en mar-cha, procesos de acompañamiento, intraemprendi-miento, etc. Itinerarios más generales o dirigidos acolectivos sociales o sectores de actividad específicos.Y todo ello, incorporando además factores como el

cooperativo, el desarrollo comunitario, los feminis-mos, los procomunes, la sostenibilidad…

Pero ¿cuántos itinerarios de emprendimiento puedesostener un cuerpo? Porque en este momento nos en-contramos ante un atractivo crisol de propuestas entorno al emprendimiento desde la ESS, pero que di-buja un panorama quizá demasiado fragmentado ymuchas veces desconectado entre los diversos pro-gramas y herramientas. Algo que puede llegar a con-fundir a las propias personas a las que nos dirigimos,pero que también genera una cierta sensación de con-fusión, desconcierto o desorden entre quienes nos de-dicamos a ofrecer estos servicios.

Porque las entidades de ESSnos hemos lanzado en los últi-mos años a la promoción de lainiciativa emprendedora colec-tiva y a veces nos vemos com-pitiendo entre nosotras, te-niendo además una respuestamuchas veces baja por partede la supuesta población em-prendedora a la que nos diri-gimos. O, cuando menos, te-nemos la sensación de que losdiferentes programas no se re-troalimentan lo suficiente, so-lapándose en algunas fases ypúblicos objetivos, dejandootras necesidades sin atender.

Además, en general desarrollamos propuestas que engran medida son prototipos de programas, que carecendel cuerpo, del esqueleto y de la musculatura suficientespara trascender de loables intentos imperfectos. Y aesto se suma la falta de tiempo, que a menudo suponeuna barrera enorme para compartir; así como la preva-lecencia de exigencias externas más cuantitativas quecualitativas, que fuerzan plazos y aceleran resultados.Todos ellos factores que hacen que corramos el riesgode alejarnos en la práctica de nuestros principios, va-lores y prácticas de ESS; y que nos obligan a hacer unimportante ejercicio de autocrítica sobre las posibili-dades reales que tenemos y/o estamos sabiendo conju-gar y sobre el alcance y efecto de lo que ofrecemos.

Pero no partimos de la nada. Además de otros ejem-plos que ya hemos citado, experiencias con más omenos recorrido, como Emprendes.net, Juntas Em-prendemos o Koop Fabrika (por citar ejemplos a los

[…] en general desarrollamospropuestas que en gran medida sonprototipos de programas, quecarecen del cuerpo, del esqueleto yde la musculatura suficientes paratrascender de loables intentosimperfectos. Y a esto se suma lafalta de tiempo, que a menudosupone una barrera enorme paracompartir; así como la prevalecenciade exigencias externas máscuantitativas que cualitativas, quefuerzan plazos y aceleran resultados.

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que se aludió en C2C), podrían servirnos como ci-mientos comunes y ser aprovechadas, replicadas ymejoradas, con una intención clara de las organiza-ciones que promovemos el emprendimiento por com-partir conocimientos y prácticas.

c) Cómo integrarse en la ESS sin dejarse rastas y no moriren el intento

A menudo carecemos de la capacidad de visibiliza-ción, posicionamiento e incidencia para llegar másallá de los públicos cercanos y cautivos con los quehabitualmente se relaciona la ESS. Desarrollamospropuestas formativas y deacompañamiento al emprendi-miento que chocan con la«ventana de cristal» de la ESS:se trata de un campo de trans-formación económica insufi-cientemente conocido y porello poca población se acercaa «la ventana» para ver quépasa al otro lado. Y cuando seacercan, a veces resulta difícilatravesar, porque utilizamos unlenguaje complicado, mante-nemos posturas puristas y noscuesta acercarnos a personasmás allá de nuestros habitualescírculos de influencia, alejadasen su día a día de la ESS.

Además de estos problemas,nuestros esfuerzos por abrir las ventanas de par enpar no siempre tienen la repercusión que desearíamos,porque en ocasiones proyectamos una mirada dema-siado optimista sobre las bondades y potencialidadesdel emprendimiento colectivo en la ESS sin prestarsuficiente atención a los límites y dificultades, espe-cialmente cuando se trata de personas en situación devulnerabilidad o de territorios con una baja actividademprendedora.

Por otra parte, cuando logramos acercarnos a reali-dades complejas, a menudo no disponemos de los re-cursos suficientes para acompañar el emprendimientoy el desarrollo de proyectos colectivos. Las iniciativasemprendedoras en la ESS necesitan un proceso demaduración más lento, y nuestras propuestas a me-nudo sólo se centran en la fase de ideación y puestaen marcha; no tenemos herramientas (ni recursos)suficientes de acompañamiento hacia la consolidaciónde los nuevos proyectos.

Y por último, otra inquietud: queremos abrirnos, sermenos puristas, pero a la vez tenemos miedo de quela intención transformadora de la ESS quede diluiday neutralizada por un sistema capitalista que aprendey actúa rápido. Nos preocupa que el modelo socioe-conómico imperante se apropie de nuestro relato, loinstrumentalice y vacíe de significado. Pero tampocoqueremos quedarnos encerradas en nosotras mismasdefendiendo nuestras esencias de manera numantina.

Para afrontar esto necesitamos programas más abier-tos, más inclusivos, capaces de focalizar, especializar

y concatenar mejor algunas desus acciones y herramientas enitinerarios más eficientes y efi-caces, siendo capaces de ade-cuarnos mejor a las usuariasfinales y a sus condiciones paraemprender. Y como en el restode puntos, muchas de estascuestiones se afrontan coordi-nándonos mejor entre nosotras,poniendo en valor, mejorando,replicando y escalando lo quehasta ahora venimos haciendo.

¿Cómo seguimosenredándonos en esto deemprender desde la ESS?

Para abordar estos retos, paralograr que emprender desde la ESS resulte emanci-pador, canalice la iniciativa social, nos ayude a aco-meter retos comunitarios y articule nuevas formas detrabajo, de mutualismo y de economía, durante nues-tras conversaciones en C2C 2018 identificamos seisejes sobre los que seguir trabajando:

1. Comunidades de aprendizaje y práctica. Generarespacios de (re)conocimiento mutuo. Crear y sos-tener espacios físicos y digitales en los que apren-der unas de otras, sumar y contrastar experienciassituadas, compartir aciertos y desaciertos y mejorarcolectivamente herramientas y procesos.

2. Programas y repositorios comunes. Desarrollarprogramas, herramientas y líneas de trabajo com-partido, desde la suma de intereses y recursos co-munes. Documentar nuestros procesos, métodos yherramientas. Generar repositorios en los que abriry compartir conocimiento.

Además de estos problemas,nuestros esfuerzos por abrir lasventanas de par en par no siempretienen la repercusión quedesearíamos, porque en ocasionesproyectamos una mirada demasiadooptimista sobre las bondades ypotencialidades del emprendimientocolectivo en la ESS sin prestarsuficiente atención a los límites ydificultades, especialmente cuandose trata de personas en situación devulnerabilidad o de territorios conuna baja actividad emprendedora.

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3. Valorización cualitativa de los resultados. Eva-luar de forma honesta y científica qué es lo quehace diferentes nuestras propuestas de formacióny apoyo al emprendimiento; qué conseguimos apor-tar como mejoras sustanciales frente a otros mo-delos; y hasta qué punto contribuimos a un cambiosignificativo en las vidas de las personas y su en-torno.

4. Relaciones más allá de la ESS. Acercarnos aagentes externos, a priori alejados de la ESS (uni-versidades, promotoras de emprendimiento con-vencional, agencias de desarrollo, colegios profe-sionales, sindicatos, espacios de representación dela empresa tradicional,…), con la intención expresade probar vínculos e hibridarnos.

5. Apoyo a personas que no son hipsters de la ESS.Salir de nuestro espacio de confort respecto a len-guaje, mensajes o sectores de actividad y activarla inteligencia colectiva para animar a que personas

que están en el «extrarradio» de la ESS se articuleny se conecten, entre ellas y con las organizacionesde la ESS.

6. Incorporar el factor renta a los itinerarios deemprendimiento. Tratar de atenuar mediante me-didas concretas la situación de emprender porobligación-necesidad (y no por deseo-oportuni-dad) a la que se ven abocadas muchas personas ycolectivos vulnerables, que además tienen queabordar ese proceso desde una total precariedadmaterial.

Ser conscientes de nuestros retos y de posibles víaspara abordarlos es un buen primer paso, una muestrade maduración colectiva, un gran retorno para esteC2C 2018. Ahora nos toca ser capaces de recogerestas medidas esbozadas y tratar de desarrollarlas.¿Seremos capaces? Lo evaluaremos en el próximoC2C. �

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Si bien existen ya iniciativas consolidadas en cadauna de las fases del ciclo económico (produc-

ción, distribución, consumo y financiación) que tra-tan de guiar su actividad según los principios de laEconomía Social y Solidaria (ESS), es aún necesa-rio potenciar mecanismos de cooperación entreéstas para enfrentar su principal debilidad: el aisla-miento. Y aunque la cooperación siempre está enboca de sus actores, como menciona Jordi García,1

ocurre que, más allá de las intenciones, entre lamayoría de estas iniciativas o no hay coordinación oni tan siquiera se conocen.

Son un gran número las iniciativas que funcionan confórmulas cooperativas o asociativas. Pero muchas deellas no utilizan canales de comercialización justapara distribuir sus productos, o bien no hacen uso deentidades de finanzas éticas. Por otra parte, hay mu-chas personas que buscan actuar de forma responsablecon sus actos de consumo. Pero lo que nos encontra-mos es que, cada cual en su vida diaria, realiza algunosactos de consumo responsable de forma dispersa,entre otros muchos que no lo son. Además, cabe teneren cuenta que muchas veces los «productos respon-sables» que son adquiridos son comprados en cadenasde distribución que están lejos de poner en el centrode su actividad económica los intereses de sus traba-jadores (o cualquier otro tipo de interés social, en lamayoría de los casos).

El problema de esta situación de aislamiento es que,en un marco de acción dominado por la lógica capi-talista, la falta de coordinación entre estas iniciativaslas lleva rápidamente a encontrarse en situaciones decontradicción o a toparse con límites en la consecu-ción de sus objetivos. Y señalan así, además, B. DeSousa Santos y C. Rodríguez2 que las perspectivas de

éxito de las iniciativas de ESS y su potencial para ge-nerar un progresivo reordenamiento de las relacionesde fuerza vigentes en la economía de mercado capi-talista actual hacia otro modelo dependen de la capa-cidad que tengan éstas de consolidar espacios de in-tercooperación que las permitan trascender sudimensión individual y local.

En este sentido, en España uno de los objetivos estra-tégicos de varios colectivos e instituciones represen-tativas de la ESS que se han desarrollado en las últimasdécadas, ligados a la Red de Redes de la EconomíaAlternativa y Solidaria (REAS), ha sido articular entresí estas iniciativas —que funcionan según la lógica dela producción cooperativa, el comercio justo, el con-sumo responsable y las finanzas éticas— en redes deapoyo mutuo. Pero ya no sólo con el fin de unirlas aun nivel político (representativo), sino a también a unnivel más práctico (organizativo). Es decir, como se-ñala A. Hernández,3 la propuesta es extender la coor-dinación política que ejerce REAS a un ámbito eco-nómico y comercial. Lo cual ha dado lugar a lapropuesta de los llamados «mercados sociales».

Bajo esta idea de los mercados sociales, lo que sepropone es la creación de cadenas estables de pro-ducción, distribución, consumo y financiación quefaciliten la intercooperación entre emprendimientoseconómicos y consumidores comprometidos con losprincipios de ESS, con el fin de conseguir una co-rrección progresiva de los flujos de creación de valorhacia circuitos económicos en los cuales todos loseslabones de la cadena funcionen regidos por estosprincipios. Es decir, se trata de crear mecanismos quepermitan explotar las sinergias que se puedan darentre los distintos agentes económicos afines a losprincipios de la ESS, para evitar que esta propuesta

MERCADOS SOCIALES: UN INSTRUMENTO PARA LA GENERACIÓN DE TEJIDO PRODUCTIVOEN EL MARCO DE UN PROYECTO TRANSFORMADOR DE LA ECONOMÍA

Gaël Carrero GrosUniversidad Autónoma de Madrid

1. García, J. (2009), «La economía solidaria no está en paro»,Papeles de relaciones ecosociales y cambio global, n.º 110,2010, pp. 53-65.

2. Sousa Santos, B., y Rodríguez, C. (2011), «Para ampliar elcanon de la producción», en Sousa Santos, B. (coord.), Pro-

ducir para vivir. Los caminos de la producción no capitalista.México: Fondo de cultura económica (pp. 15-62).

3. Hernández, A. (2012), «Mercado social: construir y experi-mentar proyectos económicos alternativos», Papeles de re-laciones ecosociales y cambio global, n.º 118, pp. 119-128.

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quede relegada a una esfera económica marginal, desegundo orden o meramente paliativa de los excesosdel mercado capitalista.

Estas iniciativas se han desarrollado ya en territorioscomo Cataluña, Aragón, Navarra, Euskadi, Madrid,Andalucía, Valencia, Rioja, Islas Canarias o Islas Ba-leares. Pero, como definen F. Sabín y B. Crespo,4 éstaes una propuesta viva por definición, que en cada unode estos territorios se ha desarrollado adaptándose auna diversidad de situaciones políticas, sociales e his-tóricas, que han hecho que éstos se concreten contiempos, procedimientos, herramientas, estrategias ytrayectorias muy distintas. En Euskadi, Navarra y Ca-talunya, por ejemplo, se opta porque sean las redesterritoriales de REAS quienes gestionen estos mer-cados. Pero en otros territorios, como es el caso delMercado Social Illes Balears, el mercado social se haconstituido como asociación; en el caso del MercadoSocial de Madrid, como cooperativa mixta/integral;y en el caso del Mercado Social Aragón, como coo-perativa de servicios.5

Ahora bien, pese a la elección diferencial de la fór-mula organizativa, todas tienen el fin de garantizar laparticipación efectiva de los diferentes agentes eco-nómicos implicados en un mismo territorio, así comouna gestión democrática y transparente de los dife-rentes intereses en juego. Además, para asegurar quese cumple con este fin, existe un espacio de coordi-nación y cooperación entre los distintos mercados so-ciales. Una comisión estatal interterritorial de mer-cados sociales, la cual integra a su vez a cooperativasestatales de servicios de sectores estratégicos (comoFiare Banca Ética, Seguros CAES, Som Energía yCoop57) y a entidades referentes en consumo res-ponsable y de los valores de la ESS, como son Ecolo-gistas en Acción, El Salto o el Centro de Informacióne Investigación en Consumo-Revista Options.6

Pero más allá de las formas jurídicas que adoptenestos mercados sociales, existen otras dos diferenciasque se pueden resaltar entre estas iniciativas. En elcaso del Mercado Social de Madrid (MESM),7 porejemplo, se decide recoger dos tipologías de sociasbajo la cooperativa: entidades-socias (proveedoras debienes, productos y servicios) y socias-consumidoras(tanto individuales o colectivas); proponiendo queambas tengan representación por igual en los órganosde toma de decisión de dicho Mercado, así como losmismos derechos de participación orgánica en susasambleas. Se reconoce así, en el caso de Madrid, alos consumidores y las consumidoras como actoresclave para el despliegue de la ESS, entendiendo queéstos son indispensables para dar sentido y hacer sos-tenible este proyecto —tanto a nivel económico comopolítico—, al generar la demanda de este tipo de eco-nomía. Se ha tratado así, en este caso, de establecerdentro del mercado una suerte de «comunidad» entreentidades y consumidores que vele por que los inte-reses de la producción y el consumo coincidan dentrode la cooperativa, poniendo los valores de la ESScomo punto de encuentro.

Por otro lado, otra diferencia entre los distintos mer-cados sociales es la implementación que se ha llevadoa cabo en algunos de éstos de una moneda socialcomplementaria al euro,8 como es el caso del MESM(con los llamados Boniatos) o de la XES9 en Barce-lona (con los llamados EcoSoles). El uso de estasmonedas tiene el fin de fomentar los intercambios enel interior de la red, para favorecer en última instanciala consolidación de estos «circuitos de autosuficienciaeconómica» en los que aspiran convertirse estos mer-cados. Con este fin, estas monedas ayudan a fomentarel uso de canales cortos de comercialización, y conello a regenerar y relocalizar la economía en el ámbitolocal, así como a aumentar la incidencia de las enti-dades de la ESS en el espacio local en el que se ins-criben. Por lo que cabe señalar que el uso de estasmonedas sociales no atiende a una mera cobertura denecesidades (como ocurre en el caso de otras monedas4. Sabín, F., y Crespo, B. (2014), «Los mercados sociales. La

economía solidaria en acción transformadora», Documenta-ción social, n.º 174 (pp. 95-116).

5. https://www.mercadosocial.net/que-es-mercado-social

6. Para comprender la magnitud de este fenómeno se puedenconsultar los datos que se recogen en el portal web de laEconomía Solidaria de España (https://www.economiasolidaria.org/form/adhesiones-ESS), según la cual, bajo elparaguas de REAS se agrupan ya (sin contar a las asociadasa iniciativas sectoriales) más de 600 empresas y entidades,que en el 2017 han tenido unos ingresos de unos 421 millonesde euros, contando con la participación de más de 44.000personas, de las cuales cerca de 11.000 están empleadas.

7. https://madrid.mercadosocial.net/

8. Generalmente, al interior de los mercados sociales se haapostado por monedas de carácter complementario y no sus-titutivas del euro, en tanto se entiende que su convertibilidad(en una relación de equivalencia 1:1 entre ambas) es útil entanto se busca facilitar que paulatinamente se puedan incor-porar a estos circuitos económicos alternativos empresas queya funcionan en la economía formal.

9. http://xes.cat/

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sociales), sino que más bien busca generar un cierto«compromiso político» entre los miembros de dichosmercados, siendo estas monedas creadas y destruidasen función de la actividad económica real que se déentre las entidades y las personas participantes en es-tos circuitos económicos.

Sin embargo, quitando estas diferencias, hay dos ele-mentos comunes que caracterizan a todos estos mer-cados sociales; y es, en verdad, en la combinación deambos donde podríamos decir que reside su potencialtransformador y emancipador respecto a la economíacapitalista. En primer lugar, nos referimos al análisisy recomposición de las cadenas de valor que se pro-pone realizar al interior de estos mercados en toda suamplitud. Es decir, la estrategia de interferencia globalque buscan producir sobre los flujos de creación devalor, a través de la demanda de una certificación queasegure que todos los eslabones de cadena de sumi-nistros respeten ciertos criterios éticos, de justicia so-cio-ambiental.

Cabe así señalar la importancia de los sistemas deAuditoría Social (que existe a nivel estatal) y de losrespectivos sistemas de Balance Social (que existena nivel regional en los diferentes territorios) para darcoherencia a la propuesta de estos mercados. A travésde éstos, se recoge información no sólo relativa a lascaracterísticas de la estructura y al balance económicode las entidades que forman parte de la red, sino mu-chos más datos, que hacen referencia a cuestionescomo la huella ecológica o el reparto de las respon-sabilidades, los sueldos, los horarios de trabajo, lasfórmulas de toma de decisiones por las que se optan,la formas de colaboración que se establecen con otrasentidades de la red o el espacio que tienen los trabajosde cuidados dentro de cada entidad. De esta forma,se busca asegurar que la producción de todos losbienes y servicios que son adquiridos en estos mer-cados cumplan con un compromiso con los principiosque persigue fomentar la ESS (esto es, Equidad, Bien-estar Laboral, Sostenibilidad ambiental, Cooperación,Sin ánimo de lucro y Compromiso con el entorno).10

Pero además, lo interesante de estos sistemas de diag-nóstico, como señalan C. Ballesteros y E. Del Rio,11

es que, a través de las preguntas e indicadores que seformulan en éstos, se dota a los principios abstractos

de la ESS de un contenido concreto, que sirve tantopara guiar como para caracterizar la actividad y lasentidades que componen estas redes. Es decir, quepermiten avanzar en la definición de «las prácticasde ESS», así como en la caracterización de «la ESScomo sector». Pues la recogida de datos que se hacea través de éstos sistemas —tanto a nivel regionalcomo estatal— permite poner cifras concretas y cons-truir una visión de conjunto. Esto es, construir unasuerte de «identidad colectiva» que cohesiona a laheterogeneidad de prácticas e iniciativas que se agru-pan bajo el paraguas de la ESS en España. Algo queresulta complejo dada su diversidad.12 Y finalmente,permite unir esfuerzos, compartir experiencias y ge-nerar aprendizajes colectivos en este campo.

Luego, a partir de este reconocimiento de las carac-terísticas y las implicaciones que tiene la actividadeconómica que desarrollan estas entidades que formanparte de los distintos mercados sociales, es desdedonde se propone la posibilidad de establecer rela-ciones cooperación entre estas iniciativas. Así, en se-gundo lugar, podemos señalar como característica de-finitoria de la propuesta de los mercados sociales laapuesta por el establecimiento de sistemas de com-plementariedad amplios. Esto es, entre las diversasiniciativas de producción, comercialización y finan-ciación y los/as consumidores/as que se comprometencon los principios de la ESS. Todo ello con el fin defavorecer la creación de «círculos virtuosos», comomenciona A. Porro,13 que permitan guiar la actividadeconómica en todo su ciclo de acuerdo a estos princi-pios.

Esto supone poner en práctica un modelo de economíabasado en una lógica de red a distintas escalas. Loque llama J. García «practicar de modo integral elprincipio de cooperación de la ESS». Y para ello se

10. https://www.economiasolidaria.org/carta-de-principios

11. Ballesteros, C., y Del Río, E. (2003), La auditoría social yla economía solidaria. REAS.

12. Cabe mencionar que hasta el momento no existe una herra-mienta común de auditoría social en el Estado. Aunque desdeel año 2015 sí existe una batería de preguntas e indicadorescomún, a la cual responden una vez al año todo el conjuntode entidades que forman parte las diversas redes territorialesvinculadas a REAS en todo Estado Español. Sobre ésta basecomún, cada territorio añade luego las preguntas e indica-dores que considera oportunas o necesarias en relación a lasparticularidades de cada lugar. Pero sirve también como unpunto de partida a aquellos territorios que todavía no handesarrollado sus instrumentos propios de evaluación.

13. Porro, A. (2013), «Políticas públicas y cambios de consumoy estilos de vida: de círculos viciosos a círculos virtuosos»,Papeles de relaciones ecosociales y cambio global, n.º 121(pp. 59-75).

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propone a los diversos agentes que forman el mercadocumplir en la medida de los posible con los siguientesmandatos:

� Dar preferencia a proveedores de la red local a laque se pertenece, sustituyendo progresivamente alos proveedores de insumos externos, en tanto queen ésta se ofrezcan los servicios o productos nece-sitados. Así como localizar y promover la creaciónde nuevos emprendimientos que puedan producirlos ítem necesitados, en relación a las necesidadesque no se puedan cubrir dentro de la propia la red.

� Cooperar con otros mercados sociales y redes afi-nes para reunir a los consumidores, o conseguirlos recursos que sean necesarios para hacer viablesestas iniciativas, en caso de que el consumo de lared local sea insuficiente, el sector de actividad lorequiera o bien cuando las inversiones requeridaspara llevar a cabo nuevos emprendimientos exce-dan las capacidades de las redes locales.

� Y en el caso de iniciativas capaces de generar ex-cedentes, reinvertir colectivamente dichos exce-dentes: o bien en iniciativas de banca ética o coo-perativas de crédito que formen parte de estasredes, para que éstas puedan apoyar la creación denuevos emprendimientos productivos que diver-sifiquen la oferta de productos y servicios de estasredes; o bien en el objeto social de la propia enti-dad, con el fin de mejorar la calidad y la accesibi-lidad a los productos y servicios ofrecidos, permitirel crecimiento de la entidad (si este fuera viablemanteniendo la coherencia con los principios dela ESS) o mejorar las condiciones de los propiostrabajadores.

Así, con este mecanismo de intercooperación se pro-pone generar «una economía centrada en el trabajo»,como diría J. L. Coraggio,14 que trate de evitar quesean las dinámicas de competencia de suma cero(donde uno gana y otro pierde) las que medien las re-laciones económicas. En este sentido, tal como se hadescrito, los mercados sociales buscan que, a medidaque los ingresos y el beneficio acumulado en los dis-tintos segmentos de la cadena productiva remontenésta, éstos se redistribuyan para retroalimentar la ex-pansión de la misma, así como para mejorar las con-diciones de vida de todos los actores implicados.

En concordancia con este planteamiento, el ámbitoprimero de actuación al que se enfocan estos mercadossociales es la comunidad local o el ámbito regional,pues a esta escala resulta más fácil establecer la rela-ción de complementariedad que se pretende. Esto es,en tanto que se facilita que se establezcan relacionesde confianza para reconocer e intercambiar conoci-miento sobre las necesidades de cada territorio, asícomo para identificar y conectar los recursos y po-tencialidades disponibles. No obstante, como se men-cionaba, no se pierde de vista la importancia de esta-blecer conexiones a escala extracomunitaria, en tantoque el trasfondo de estas iniciativas es favorecer unproyecto más integral de transformación del modeloeconómico actual. Por lo que se insta a que, si lo con-sideran estratégico, los distintos emprendimientoseconómicos de estos mercados locales estén simultá-neamente integrados en otros mercados sociales uotras redes que compartan los mismos valores.

Actúan así estos espacios de mercado como puentepara establecer intercambios y alianzas intersectorialesmás amplias en el marco estatal de la ESS; y comouno de los instrumentos clave para la expansión yconsolidación del tejido productivo en todo el terri-torio. Constituyendo además, en última instancia, unprimer acercamiento a la definición de un modeloeconómico alternativo al modelo capitalista. Esto es,un ejemplo de cómo la economía puede funcionarcentrada en las personas, en vez de en la reproduccióndel capital.

De esta forma, estas iniciativas de mercado social cons-truyen escenarios económicos en los que se facilita lapuesta en práctica del proyecto transformador al queaspira la ESS. Sin embargo, se es consciente de que,en la práctica, la creación de un tejido productivo quesea coherente con los principios de la ESS no se cons-truye sobre un vacío, sino que se ha de articular conlos procesos y las dinámicas de más larga duraciónque están enraizados en cada territorio para su efectivatransformación. En este sentido, cabe señalar que, aun-que la propuesta de estos mercados sociales se puedadescribir de manera atractiva y holgada, no se planteanen ningún caso como la realización de un modelo ideal(fuera de contexto). Sino que se plantean como un pro-yecto a construir, como una herramienta que puedeayudar a la superación de las dificultades que se en-cuentran en el día a día estas iniciativas afines a laESS, en su búsqueda de coherencia entre sus ideales ysus prácticas.14. Coraggio, J.L. (2011), Economía social y solidaria. El trabajo

antes que el capital. Quito-Ecuador: Ediciones Abya-Yala.

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Por tanto, los mercados sociales son ante todo un es-pacio de discusión política y estratégica. Es decir, unespacio en el que se re-conoce el carácter polí-tico y ético que conllevala toma de decisiones enun plano económico; y enel que —a partir de unreconocimiento de las es-tructuras y los recursospreexistentes— se buscaactuar en consecuenciapara desarticular y trans-formar los patrones y lasrelaciones de poder quesostienen la reproducciónde la lógica capitalista encada territorio. Esto es,proponiendo una serie de«coordenadas» que per-mitan a los distintos ac-tores económicos de cadaterritorio reubicarse paracultivar una forma de«hacer economía» que si-túe la sostenibilidad de lavida en el centro de la economía.

Así, finalmente, bajo esta reinterpretación de la ideade «mercado», lo que se propone es que existe la po-

sibilidad de establecer una economía de mercado éti-camente orientada, que no responda a la lógica capi-

talista. Planteándose quela superación del capita-lismo no tiene por quéimplicar la ausencia demercados, sino que elpropio mercado podríaser también uno de los«locus estructurantes» deuna sociedad post-capi-talista, como mencionaA. Melo Lisboa.15 Eneste sentido, el valor deestas iniciativas es quedemuestran que las rela-ciones que se establecena través de una economíade mercado no necesa-riamente han de respon-der al salmo del «sálvesequien pueda» y a la ex-trema competitividadque trata de imponerse através de la lógica del ca-pitalismo neoliberal ac-

tual. Sino que es posible, a través de la cooperación ycon voluntad de cambio, orientar la economía de mer-cado hacia el bien común y la sostenibilidad de lavida. �

15.Melo Lisboa, A. (2004), «Mercado solidario», en Cattani(org.), La otra economía. Argentina: Editorial Altamira (pp.293-306).

Por tanto, los mercados sociales son ante todoun espacio de discusión política y estratégica.Es decir, un espacio en el que se reconoce elcarácter político y ético que conlleva la tomade decisiones en un plano económico; y en elque —a partir de un reconocimiento de lasestructuras y los recursos preexistentes— sebusca actuar en consecuencia paradesarticular y transformar los patrones y lasrelaciones de poder que sostienen lareproducción de la lógica capitalista en cadaterritorio. Esto es, proponiendo una serie de«coordenadas» que permitan a los distintosactores económicos de cada territorioreubicarse para cultivar una forma de «hacereconomía» que sitúe la sostenibilidad de lavida en el centro de la economía.

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Las neuronas espejo se activan en nuestro cerebrocuando tratamos de comprender las acciones

emprendidas por otras personas, su comportamientose refleja en nuestra mente como si estuviéramosrealizando dicha acción, de ahí viene su nombre. Laneurociencia sostiene la importancia de las neuronasespejo en los procesos de aprendizaje por imitacióno en el desarrollo personal de capacidades cogniti-vas esenciales para la vida social, como la empatía.

La idea del documental surge cuando Tom Boothe,su director, que lleva años residiendo en París, visitócon un amigo el supermercado cooperativo FOODCOOP en el corazón de Brooklyn. En ese momentodecidió dos cosas: la primera, que querría poder hacerla compra en un supermercado similar en su barrio; yla segunda, que sería muy relevante compartir y co-municar la historia de este proyecto. Literalmente,sus neuronas espejo se activaron, provocando el im-pulso de comprender, imitar y desarrollar nuevas ha-bilidades sociales que desembocan en el rodaje deesta película.

El documental (trailer: https://vimeo.com/245611831)es capaz de sintetizar en una hora y media más decuatro décadas de historia cooperativa, desde sus in-genuos orígenes ligados a los movimientos pacifistasy contraculturales de los años sesenta hasta la engra-sada obra de ingeniería social capaz de organizar alas más de 16.000 personas socias que en la actualidadson copropietarias del supermercado más rentable deNueva York.

Y lo que es más importante, nos muestra el funciona-miento cotidiano de este supermercado donde se ven-den productos ecológicos, de proximidad, comerciojusto y un porcentaje de convencionales, cuando eldiferencial de precio es muy grande, pues una de las

prioridades es que el proyecto sea accesible a personasde bajos ingresos. Más de 70 empleados y tres horasal mes de trabajo obligatorias para asociados logranrebajas en los precios que rondan el 40% en relacióna sus competidores capitalistas, a la vez que mantienenla justicia en el pago a proveedores. FOOD COOP esel supermercado más rentable de la ciudad, haciendodiez veces la venta por m² de los supermercados con-vencionales.

Igual que en la naturaleza la riqueza de un ecosistemase valora por la cantidad de biodiversidad que acogey la cantidad de interrelaciones que se dan en él, unode los indicadores de éxito de esta experiencia seríala diversidad de personas que vemos desfilar por lapantalla, gente de todas las edades, profesiones, co-lores de piel, religiones o niveles de renta. La coope-rativa es más representativa de la composición socialde Nueva York que cualquier otro organismo munici-pal.

FOOD COOP es una institución social que, ademásde poder satisfacer la necesidad de hacer el conjuntode la compra, pone al servicio de las personas sociasun espacio de guardería mientras haces la compra,gente que ayuda a llevar la compra al metro o alcoche, un periódico mensual para pasar el rato en lascolas de caja o una amplia oferta de actividades so-cioculturales. Una organización democrática, peromuy rígida en los procedimientos, donde resulta fac-tible debatir en una comisión de trabajo sobre cómoabordar la cuestión de las bolsas de plástico o quéproductos podrían incorporarse al catálogo del su-permercado.

FOOD COOP nos muestra la posibilidad de hacer lacompra en un sitio donde se materializa de una formaintegral el bueno, bonito y barato; pero sin idealis-mos. Además de hacer amena y divertida la historiade un supermercado, la principal virtud del docu-mental es que funciona como una singular y exitosaherramienta capaz de provocar a nuestras neuronasespejo, alentando reflexiones colectivas, provocando

FOOD COOP: EL DOCUMENTAL QUE ESTIMULA LAS NEURONAS ESPEJO1

José Luis Fernández Casadevante —«Kois»—, Julia del Valle y Mikel FernándezProyecto MARES

LA INICIATIVA RECOMENDADA

1. En esta ocasión, por su interés y actualidad,se ha decididodedicar la presente sección de Dossieres EsF a reseñar —enlugar del habitual libro— el caso de FOOD COOP y del do-cumental sobre él realizado.

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debates e incentivando prácticas sociales transfor-madoras.

Una invitación a problematizar nuestras propias ini-ciativas y cuestionar inercias que pueden devenir au-tocomplacientes, a que desde la economía social ysolidaria no nos resignemos a dar siempre pequeñasrespuestas a grandes problemas. Algunas preguntasque suelen surgir en cualquier grupo tras ver el docu-mental serían: ¿cómo democratizar en nuestros terri-torios el acceso a la alimentación ecológica y saluda-ble mediante modelos cooperativos más ambiciosos,de mayor envergadura y complejidad, que tambiénpuedan ser más inclusivos?, ¿qué equilibrio entre pro-fesionalización y activismo nos permite pensar la via-bilidad económica de estos proyectos?, ¿qué nivel decontradicción agroecológica estamos dispuestos aasumir dentro de nuestras iniciativas (venta de pro-ductos convencionales, de fuera de temporada, de dis-tribuidoras comerciales, kilométricos…)?, ¿cómo seprioriza la ubicación de iniciativas que tienen vocaciónde ser de barrio, pero que necesitan arrancar con unamasa crítica a nivel de ciudad?, ¿cómo se financia yse consigue la base social de un proyecto así?, ¿quésinergias cooperativas puede generar o acompañar unproyecto de este tipo en un barrio o en una ciudad?,¿qué papel pueden o deben jugar los gobiernos localesen estos procesos?, ¿nos animamos a montar uno?

Y es que el documental está concebido para inspirarel desarrollo en París de una réplica de FOOD COOP:ésta fue la principal herramienta que usaron para co-municar su iniciativa hace unos años. Hoy el directores uno de los coordinadores del supermercado coo-perativo LA LOUVE, que aglutina más de 5.000 per-sonas, y se ha convertido en un entusiasta divulgadorde este modelo de consumo colectivo, que tiene de-cenas de grupos promotores similares por toda Fran-cia.

El documental llega en una coyuntura muy interesante,pues coincide con una fuerte efervescencia sobre elconsumo alimentario cooperativo. En estos meses sesucede un rápido y perverso despliegue de productosecológicos en grandes superficies o el desembarcode supermercados ecológicos en las zonas pudientesde nuestras ciudades, sustituyendo unos alimentospor otros más saludables, pero sin demandar la de-mocratización del sistema alimentario o el fomentode perspectivas agroecológicas. Una dinámica que haimpactado sobre las pequeñas tiendas de productosecológicos y que coincide con el estancamiento delos grupos de consumo como un modelo con dificul-tades para escalarse o con la aparición de modelosmás sencillos y funcionales, como La Colmena quedice Sí o algunas otras plataformas virtuales.

Una situación que ha desembocado en que, de formasincronizada pero no coordinada, volvamos la miradahacia proyectos emblemáticos como Landare, que or-ganiza a 3500 personas en Iruñea o Biotremol, a másde 1600 en Alicante, en sus tiendas cooperativizadas,que haya recientes iniciativas de supermercados coo-perativos como Labore en Bilbao o Som Alimentacióen Valencia o que otras ciudades nos estemos conju-rando para promover nuevas iniciativas.

El pensador Siro, que había sido un esclavo duranteel imperio romano, solía afirmar que la oportunidadse presenta tarde y se marcha pronto. Así que desdeel proyecto MARES de Madrid, igual que se está ha-ciendo en otras muchas ciudades de la península, es-tamos usando el visionado del documental como unaprovocación para impulsar saltos de escala y replan-tear los proyectos cooperativos de consumo colectivo.Una excusa para provocar encuentros entre personassensibles, iniciar conversaciones e incitar a que éstasdesemboquen en planes de trabajo. Visionados quenos permitan poner en relación a personas visionarias,capaces de arremangarse e impulsar su propio super-mercado cooperativo. �

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DOSSIERES EsF

http://ecosfron.org/publicaciones/

Dossier n.º 1: «Nuevos tiempos para la cooperación internacional para el desarrollo», abril 2011.

Dossier n.º 2: «¿Cambiar el mundo desde el consumo?», julio 2011.

Dossier n.º 3: «Sombras en las microfinanzas», octubre 2011.

Dossier n.º 4: «La RSE ante la crisis», enero 2012.

Dossier n.º 5: «La cooperación al desarrollo en tiempos de crisis.Nuevos actores, nuevos objetivos», abril 2012.

Dossier n.º 6: «Crisis, indignación ciudadana y movimientos sociales», julio 2012.

Dossier n.º 7: «¿Otra política económica es posible?», octubre 2012.

Dossier n.º 8: «Banca ética ¿es posible?», enero 2013.

Dossier n.º 9: «Desigualdad y ruptura de la cohesión social», abril 2013.

Dossier n.º 10: «Seguridad alimentaria: Derecho y necesidad», julio 2013.

Dossier n.º 11: «La agenda de desarrollo post-2015:¿Más de lo mismo o el principio de la transición?», octubre 2013.

Dossier n.º 12: «Economía en colaboración», enero 2014.

Dossier n.º 13: «Otra economía está en marcha», primavera 2014.

Dossier n.º 14: «RSC: Para superar la retórica», verano 2014.

Dossier n.º 15: «La enseñanza de la economía», otoño 2014.

Dossier n.º 16: «El procomún y los bienes comunes», invierno 2015.

Dossier n.º 17: «Financiación del desarrollo y Agenda Post-2015», primavera 2015.

Dossier n.º 18: «II Jornadas Otra Economía está en marcha», verano 2015.

Dossier n.º 19: «Las exclusiones sociales», otoño 2015.

Dossier n.º 20: «Fiscalidad: eficiencia y equidad», invierno 2016.

Dossier n.º 21: «Recordando a José Luis Sampedro», primavera 2016.

Dossier n.º 22: «Otra economia está en marcha III», verano 2016.

Dossier n.º 23: «El buen vivir como paradigma societal alternativo», otoño 2016.

Dossier n.º 24: «La energía. Retos y problemas», invierno 2017.

Dossier n.º 25: «El enfoque de género en la economía social y solidaria:aportes de la economía feminista», primavera 2017.

Dossier n.º 26: «Repensando nuestro modelo de sociedad y de economía», verano 2017.

Dossier n.º 27: «La inversión de impacto», otoño 2017

Dossier n.º 28: «El gobierno de la globalización», invierno 2018.

Dossier n.º 29: «Economía feminista: visibilizar lo invisible», primavera 2018.

Dossier n.º 30: «Miradas críticas y transversales», verano 2018.

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Economistas sin Fronterasc/ Gaztambide, 50(entrada por el local de SETEM)28015 • MadridTlf.: 91 549 72 [email protected]

Dossieres EsFn.º 31, Otoño 2018

Con la colaboración de: