positivismo y espiritualismo en perú

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Fragmentos de obras de pensadores peruanos

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Page 1: Positivismo y Espiritualismo en Perú

MANUEL GONZALES PRADA

“Acababemos ya el viaje milenario por regiones de idealismo sin consistencia y regresemos al seno de la realidad, recordando que fuera de la Naturaleza no hay más que simbolismos ilusorios, fantasías mitológicas, desvanecimientos metafísicos”.“Si la ignorancia de los gobernantes y la servidumbre de los gobernados fueron nuestros vencedores, acudamos a la Ciencia, ese redentor que nos enseña a suavizar la tiranía de la naturaleza, adoremos la Libertad, esa madre engendradora de hombres fuertes. No hablo, señores, de la ciencia momificada que va reduciéndose a polvo en nuestras universidades retrógradas: hablo de la Ciencia con ideas de radio gigantesco, de la Ciencia que trasciende a juventud y sabe a miel de panales griegos, de la Ciencia positiva que en sólo un siglo de aplicaciones industriales produjo más bienes a la Humanidad que milenio enteros de Teología y Metafísica”.“no admitir más verdades que las sometidas a la observación y al experimento”.“la Ciencia absoluta, la ciencia en sí, vale poco o nada, y los mismos sabios la miran como un cúmulo de verdades provisionales, no como un edificio inamovible y definitivo. Ellos no la juzgan infalible, ni destinada a revelarnos el origen y el fin de las cosas sino a estudiar y explicarnos el cómo de los fenómenos ocurridos a nuestro alcance”.“Si adquiriéramos una maravillosa potencia visual, si divisaramos los objetos como los percibimos en el microscopio, nuestra psicología y nuestro concepto del mundo variarían radicalmente… De ahí que para los hombres no haya un concepto definitivo del universo ni existe una verdad eterna: las verdades de hoy pueden convertirse en errores, como se vuelven hoy errores muchas verdades de ayer”.“Hablo, señores, de la libertad para todos, i principalmente para los más desvalidos. No forman el verdadero Perú las agrupaciones de criollos i estranjeros que habitan la faja de tierra situada entre el Pacífico i los Andes; la nación está formada por las muchedumbres de indios diseminadas en la banda oriental de la cordillera. Trescientos años há que el indio rastrea en las capas inferiores de la civilización, siendo un híbrido con los vicios del bárbaro i sin las virtudes del europeo: enseñadle siquiera a leer i escribir, i veréis si en un cuarto de siglo se levanta o no a la dignidad de hombre. A vosotros, maestros d'escuela, toca galvanizar una raza que se adormece bajo la tiranía del juez de paz, del gobernador i del cura, esa trinidad embrutecedora del indio.Cuando tengamos pueblo sin espíritu de servidumbre, i militares i políticos a l'altura del siglo, recuperaremos Arica i Tacna, i entonces i sólo entonces marcharemos sobre Iquique i Tarapacá, daremos el golpe decisivo, primero i último”.

“¿Contra qué resistencias vamos a luchar? En las naciones europeas existen: una nobleza rica, influyente i de tradiciones arraigadas; un clero respetable, tanto por el saber como por l'austeridad de conducta; una burguesía mercantil que pretende convertir en blasones los billetes de banco; i unos campesinos fanáticos por ignorancia i monarquistas por costumbre. Esa nobleza i ese clero, esa burguesía i esos campesinos, oponen tenaces resistencias al espíritu democrático i racionalista. Nada igual ocurre en el Perú. Aquí no existe nobleza; i a la idea de linaje puro, sonríe maliciosamente el que sabe cómo vivieron las familias nobles del Perú en tiempo del Coloniaje, señaladamente en el siglo XVII. Aquí, el clero carece de saber, intelijencia o virtud, i no forma un cuerpo unido ni homogéneo: cura, fraile i clérigo se repelen, viven divorciados por antagonismo hereditario. Aquí no conocemos la burguesía europea; hai, sí, una especie de clase media, intelijente, de buen sentido, trabajadora, católica, pero indiferente a luchas relijiosas, amante de su país, pero hastiada con la política de que sólo recibe perjuicios, desengaños i deshonra. Aquí, el pueblo de la sierra, cuerpo inerte, obedece al primer empuje; el de la costa, cuerpo flotante, cede a todos los vientos i a todas las olas. Hoi el pueblo, que no debe llamarse cristiano sino fetichista, oye i sigue al sacerdote; pero el día que impere en las leyes la completa libertad, escuchará i seguirá también al filósofo. No existen, pues, en nuestro país elementos para constituir un partido reaccionario capaz de oponer resistencias insuperables. Partido sin jefe no se llama partido. ¿Quién se apellida aquí Francia, García Moreno, siquiera Núñez? Los mal nombrados partidos del Perú son fragmentos orgánicos que se ajitan i claman por un cerebro, pedazos de serpiente que palpitan, saltan i quieren unirse con una cabeza que no existe. Hai cráneos, pero no cerebros. Ninguno de nuestros hombres públicos asoma con la actitud vertical que se necesita para seducir i mandar; todos se alejan encorvados, llevando en sus espaldas una montaña de ignominias”.

“En todo país civilizado funcionan grupos homojéneos o, cuando Menos, se bosquejan embriones de partidos con sus hombres i sus credos: nosotros no conocemos armonías de cerebros, sino alianzas de vientre. No poseemos elementos individuales que reunir en un cuerpo solidario i compacto, porque los ciudadanos útiles i probos esquivan la lucha, se sustraen a l'acción i viven acurrucados en el carapacho de su yo. El malo triunfa i manda, hace i deshace, mientras el bueno resume su filosofía en cuatro palabras: tranquilidad en la dijestión. ¿Qué tenemos? En el Gobierno, manotadas inconscientes o remedos de movimientos libres; en el Poder judicial, venalidades i prevaricatos; en el Congreso, riñas grotescas sin arranques de valor i discusiones soporíferas sin chispa d'elocuencia; en el pueblo, carencia de fe porque en ninguno se cree ya, egoísmo de nieve porque a nadie se ama i conformidad musulmana porque nada s'espera. Pueblo, Congreso, Poder judicial i Gobierno, todo fermenta i despide un enervante olor a mediocridad. Abunda la pequeñez en todo: pequeñez en caracteres, pequeñez en corazones, pequeñez en vicios i crímenes”.

Page 2: Positivismo y Espiritualismo en Perú

“Bajo la República ¿sufre menos el indio que bajo la dominación española? Si no existen corregimientos ni encomiendas, quedan los trabajos forzados y el reclutamiento. Lo que le hacemos sufrir basta para descargar sobre nosotros la execración de las personas humanas. Le conservamos en la ignorancia y la servidumbre, le envilecemos en el cuartel, le embrutecemos con el alcohol, le lanzamos a destrozarse en las guerras civiles y de tiempo en tiempo organizamos cacerías y matanzas como las de Amantani, Ilave y Huanta…”

La cuestión del indio, más que pedagógica, es económica, es social.

La condición del indígena puede mejorar de dos maneras: o el corazón de los opresores se conduele al extremo de reconocer el. derecho de los oprimidos, o el ánimo de los oprimidos adquiere la virilidad suficiente para escarmentar a los opresores. Si el indio aprovechara en rifles y cápsulas todo el dinero que desperdicia en alcohol y fiestas, si en un rincón de su choza o en el agujero de una peña escondiera un arma, cambiaría de condición, haría respetar su propiedad y su vida. A la violencia respondería con la violencia, escarmentando al patrón que le arrebata las lanas, al soldado que le recluta en nombre del gobierno, al montonero que le roba ganado e bestias de carga.

Al indio no se le predique humildad y resignación, sino orgullo y rebeldía….En resumen: el indio se redimirá merced a su esfuerzo propio, no por la humanización de sus opresores. Todo blanco es, más o menos, un Pizarro, un Valverde o un Areche.

ALEJANDRO DEUSTUAHe allí el espectáculo que ofrece el problema de la educación en el Perú. Por un lado un concepto materialista de la felicidad nacional, que exalta la importancia de la cultura material y, por otro lado, una cultura ideal desprestigiada, sin atractivos que exciten la necesidad de conocer e incapaz por lo mismo de modificar esa tendencia viciosa que llevará al país a la corrupción y a la ruina.La escuela educa, la escuela moraliza, la escuela civiliza, no con maestros eruditos, ni con locales y mobiliarios completos; sino mediante la acción del ejemplo y la influencia de las ideas morales, operado por medios que hieran directamente el sentimiento. Ese es el secreto de la eficacia de la escuela en los países que no son latinos y que no están bajo la dirección religiosa del clero católico. Esa es también la causa principal de la superioridad de las sociedades regidas por un sentimiento religioso de libre examen.la juventud debe ser educada en los sentimientos de libertad, de verdad, de armonía, de respecto al valor, etc. bases de las clases cultas de las naciones ejemplares.El mal –decía- no está pues en la base, sino en la altura; está en las funciones directivas principalmente […] No es riqueza lo que nos hace falta; no es población; noes energía y belleza en nuestros pobladores; no es cultura en la masa obrera. Lo que nos hace falta es dirección, es moralidad en las clases dirigentes, es educación selecta en esas clases; en una palabra, es una aristocracia de sentimiento lo que no existe allí arriba.el problema capital es el de la educación de nuestras clases dirigentes […].Esa es la primera y más importante faz del problema de la educación nacional, que debe preocupar a los hombres que piensan en el porvenir de la patria.no está, pues, abajo, sino arriba, muy arriba, la solución del problema de la felicidad común; está en la falta de preparación especial de los hombres obligados a poseer una cultura superior.[La población indígena vive] sin noción del vínculo de nacionalidad, sin experimentar ninguna emoción que le haga comprender que esta patria es su patria, que este suelo les pertenece, que la sociedad está constituida para su progreso […] Vive sin interés alguno, bajo el imperio exclusivo de las necesidades materiales, que satisface como las bestias, que son sus únicos modelos, y peor que las bestias cuando las excitaciones del alcohol avivan la brutalidad de sus instintos sin disciplina. ¿Qué influencias podrá tener [la educación] sobre esos seres [los indígenas] que sólo poseen la forma humana, las escuelas primarias más elementales? ¿Para qué aprenderán a leer y escribir la geografía y la historia, y otras tantas cosas, los que no son personas todavía, los que no saben vivir como personas, los que no han llegado a establecer una diferencia profunda con los animales, ni tener un sentimiento de dignidad humana, principio de toda cultura? ¿por qué habrían de ser felices, con esas ideas, que los más no podrán hacer uso contra sus semejantes? ...

MANUEL VIVENTE VILLARÁNNuestro régimen de educación parece haber sido inventado deliberadamente para otro país y otras épocas. Hay abundantes maestros que nos enseñan historia, literatura, latín, teología, leyes, filosofía y matemáticas; pero no hay ninguno que nos enseñe a labrar la tierra, a criar el ganado, a explotar las selvas, a navegar, a comerciar, a fabricar cosas útiles […] Nosotros, a pesar de la vida independiente, hemos conservado en mucho el alma colonial; y aunque cambiando y perfeccionándolas formas, mantenemos en espíritu el mismo régimen de educación decorativa y literaria que los gobiernos españoles implantaron con fines políticos en Sud América.El Perú debería ser por mil causas económicas y sociales, tierra de labradores, de colonos, de mineros, de comerciantes, de hombres de trabajo; pero las fatalidades de la historia y la voluntad de los hombres han resuelto otra cosa, convirtiendo al país encentro literario, patria de intelectuales y semillero de burócratas.

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La fórmula que se impone a los educadores nacionales es huir, como de una plaga detestable, de la necia instrucción erudita, verbalista, literaria y libresca y sustituirla con una educación sobria y sana, basada en la idea de combatir el ocio y el apocamiento del carácter; que haga si se quiere hombres rudos, pero eficaces; sencillos y sin desvastar, pero útiles a sí mismos y a su patria.“Sostenemos, pues, que el desarrollo industrial es el factor más necesario para la mayor cultura”, porque, “la riqueza nacional y el esfuerzo para crearla constituyen el más poderoso instrumento de nuestra educación en el presente”.Enormes cadenas de cerros hacen el país intraficable, las selvas siguen inaccesibles al trabajo, las plagas se enseñorean de nuestros campos y los terrenos cultivados son apenas pequeñas manchas en la gran extensión yerma y desierta. Se destaca, pues, un serio problema en la conquista de nuestro propio suelo, del cual, por desgraciada excepción entre las naciones, podemos decir que vivimos en él sin poseerlo, que es nuestro y no podemos aprovecharlo. Antes de llenar de escuelas el país, es necesario cruzarlo de ferrocarriles, caminos y telégrafos; proveerlos de canales de riego, puertos y obras sanitarias; porque sin estas cosas y sin la vitalidad creciente que ellas produzcan, todo cuanto adelantemos en pura instrucción, sólo servirá, quizás para hacernos sentir, más agudamente que hasta hoy, la impotencia y la humillación que acompañan a los pueblos perpetuamente miserables.Sostenemos esta misma idea bajo un nuevo aspecto que deriva del anterior; la acción de la escuela, tomada en amplio sentido, debe promover el progreso material, para que, a su vez, el progreso material haga posible y prepare la cultura.Si se quiere convertir la escuela directamente en un instrumento de simple cultura, prescindiendo de su objeto económico, se llega fatalmente a la esterilidad de todo esfuerzo, porque no se logra alcanzar la cultura, ni se obtiene el adelanto de la riqueza.1° Nuestro progreso económico es el primer y cardinal factor para provocar el surgimiento de una clase dirigente desenvuelta, capacitada y patriota; 2° Se causaría daño a los intereses nacionales descuidando la instrucción de la clase media y popular, que deben ser los más eficaces cooperadores en el adelanto material del país […].La educación nacional debe ser democrática. Ni ha de concretarse en un grupo de privilegiados, so pretexto de formar la clase directora; ni ha de consagrarse sólo a las capas sociales inferiores, perdiendo de vista a las elevadas […].Para que sea democrática, la educación necesita ser electiva, múltiple, diversificada. La verdadera igualdad de los derechos educativos no ha de consistir en proporcionar a todos la misma especie de instrucción, sino en dar facilidades para obtener educaciones de distintas especies, calidades y grados, según las posibilidades personales. Como hay escuelas de abogados y médicos, de ingenieros y militares, hade haberlas de comerciantes y mineros, de agricultores y mecánicos. Sólo enseñando todo, puede el estado democrático enseñar a todos […“la ciencia combate la propensión al memorismo, enseña el método, calma la imaginación, modera la vanalidad, refrena el verbalismo”.Ábranse caminos y ferrocarriles baratos, que hagan el territorio traficable, y ya se verá los prodigios de que es capaz la laboriosidad de nuestros compatriotas de las punas. Comuníquense las ciudades con los valles y las altiplanicies, trácense vías comerciales entre los lugares más poblados de la sierra y la costa, y los millones de los hoy miserables indios se levantarán de su forzada inercia y, a la vuelta de pocos años ,han de ser, tal vez, más ricos y poderosos que nosotros […].

MARIANO IBERICO

Su obra es muy amplia, pero hemos distinguido, dentro de ella, tres etapas (Cf. las periodificaciones de J.G. Llosa en La filosofía humanista de Mariano Ibérico, Lima 1952, Salazar Bondy, Historia de las ideas..., 1967, Miró Quesada, Despertar y proyecto de filosofar latinoamericano, México (1974):

La positiva, representada por la tesis El Carácter (1913). La bergsoniana, que comprende: la fase estetizante: Una filosofía estética (1920), y la fase religiosa: El nuevo absoluto (1926). La etapa de la madurez, en la que se distinguen cuatro fases: la del descubrimiento de las contradicciones en la unidad, que abarca el artículo Él viaje del espíritu" (1928) y el libro La Unidad divina (1932); la del hallazgo del ritmo cósmico, sobre todo en el paisaje, que comprende las notas sobre el paisaje de la Sierra (1937) y El sentimiento de la Vida cósmica (1939) - y cronológicamente - los Principios de Lógica jurídica (1944), la filosofía de la Aparición. Ensayos sobre el ser y el aparecer (1950) y, las obras posteriores vinculadas a esta última : Perspectivas sobre el tema del tiempo (1958), El espacio humano (1969) y La aparición histórica (1971), en que se bosqueja una filosofía del tiempo del espacio y de la historia, pero que no llega a constituir una etapa aparte. Nosotros nos ocuparemos aquí sólo de La aparición, el mejor libro de Iberico, y de su crítica de la época contemporánea. La aparición comprende dos partes.- La primera trata, la poesía, que según Iberico, es un testimonio invalorable para estudiar el tema que lo ocupa y, porque es una zona de meditación preliminar a la intuición de la problemática y de la significación del aparecer.- La segunda parte trata del objeto de la investigación. Existen tres modos de concebir el ser: el lógico, el existencias, y el esencial. Iberico se constriñe al estudio del ser según el modo existencial.

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El análisis de la idea de ser, lleva al autor a formular dos proposiciones: que el ser es uno y que es: alteridad. Por otro lado, la intuición del ser particular, muestra que es aparición y desaparición, que el ser se determina como existen por su esencia y que el ser es para ser contemplado, es decir, que el reflejo es especular del aparecer, es condición de existir. El ser está vinculado al aparecer, por la creación y él retorno.

¿Existe una unidad entre el ser y el aparecer? Sí, piensa Iberico, es la realidad, cuyas características son: la participación, la aparición y la transitividad.Una descripción del aparecer muestra:El es una heterogeneidad inexhaustible, que se despliega en el espacio y en el tiempo. El es un aparecer a un alma. El está sujeto a las leyes empíricas del contraste y de la alternación rítmica. El se da según modos y relaciones comparables a las existentes en el mundo de la luz. Todo aparecer expresa o dice relación al ser. El desarrollo de estas proposiciones enseña que estas tres unidades ontológicas o existenciarias - ser, aparecer y reflejo espectacular del aparecer - se corresponden, se implican y se reclaman: el ser aparece, la aparición es y el reflejo del alma aparece y es.

En el plano de la especulación metafísica hablamos de la derivación de lo múltiple a partir de lo uno y de la reducción de lo múltiple a lo uno. El tránsito mismo del ser al aparecer y a la inversa es impenetrable al pensamiento conceptual y sólo puede ser descrito con los términos de creación y milagro. A su método de captación de lo real, Iberico lo denomina intuitivo, y habla de su pensamiento como una filosofía de la superficie - aunque manifiesta que desde otro punto de vista es una filosofía de la profundidad.

Iberico ha realizado dos consideraciones sobre la crisis de la época contemporánea.

La primera está contenida en su libro El nuevo absoluto (1926) en el ensayo que da su nombre al volumen. Según el autor, la agitación de la época está caracterizada por la soledad del hombre actual en el tiempo, por la voluntad religiosa que se advierte y por el Nuevo Absoluto que irrumpe. Para lo primero, la solución es crear mediante la técnica de la cultura un nuevo anhelo sacro. La ruptura con la tradición ha puesto de manifiesto precisamente una nueva voluntad religiosa, como se nota en el socialismo y en la nueva metafísica. Esta última postula un Nuevo Absoluto, que ya no es estático como en el pasado sino dinámico.

La segunda crítica de nuestro tiempo se encuentra en el volumen "La aparición histórica" (1971) en el artículo "Homogeneidad y división". La tesis de este ensayo es, mientras en el mundo contemporáneo aumenta la homogeneidad - como se puede observar del predominio del sentido económico de la vida, de la universal fe en la técnica y del creciente pragmatismo -, no se produce paralelamente un mayor crecimiento de la armonía, del entendimiento y de la paz, sino una división cada vez mayor. Esta división es horizontal, entre grupos y Estados; y vertical, en el propio seno de las diversas comunidades nacionales.

La solución que Iberico propone para remediar este problema es "defender y preservar el acervo tradicional, la idiosincrasia de la propia nación contra la marea de la igualación cosmopolita", con lo que cree que no sólo se sirve a la causa del particularismo, sino además al imperativo de mantener la viviente unidad de lo diverso.