plan integral para reducir la violencia en chicago 2020

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Estimados residentes de Chicago: Uno de los mayores placeres de trabajar de alcaldesa es tener la posibilidad de visitar nuestras activas comunidades y escuchar a nuestros residentes. He hablado con adultos mayores que compartieron anécdotas sobre la historia y los cambios de sus barrios. Mis charlas con jóvenes inteligentes y motivados de toda la ciudad me han dado la seguridad de que nuestro futuro está en muy buenas manos. Me he reunido con líderes de uniones vecinales que conocen a todos sus vecinos y tienen ideas para impulsar el crecimiento de sus comunidades. He aprendido mucho sobre cómo los vecinos se cuidan y apoyan entre sí. Sin embargo, también sé que enfrentamos enormes retos por la constante violencia que hay en nuestros barrios. He hablado con residentes que perdieron a seres queridos, que presenciaron ataques a mano armada o que no pueden dejar que sus hijos salgan a jugar seguros. La violencia ha afectado a muchas de nuestras comunidades y, cuando una de ellas es insegura, toda nuestra ciudad es insegura. Desde mi primer día como alcaldesa, he estado decidida a cambiar esa realidad. Hoy, mi determinación es más fuerte que nunca. Este año nos ha puesto a prueba de formas nunca antes vistas. Lamentablemente, la pandemia de COVID-19 y la crisis económica resultante han agravado la violencia, y hemos observado un aumento inaceptable de ataques a mano armada, violencia doméstica y homicidios desde el inicio de la pandemia. Debemos actuar ya mismo para revertir esta tendencia: literalmente, hay vidas en juego. Mientras nuestra ciudad lucha contra esta doble crisis de salud pública, debemos aliarnos y unirnos con el objetivo común de salvar vidas. Creo que juntos podemos lograr tener salud y seguridad reales en la comunidad, que permitirán que todos tengamos la posibilidad de prosperar. Soy consciente de que la violencia es un tema complejo. Ha persistido en Chicago por muchos años porque las causas subyacentes —el racismo sistémico, la desinversión, la pobreza, el fracaso de la vigilancia policial, la falta de servicios sociales— no se han resuelto, y el uso de la vigilancia policial como solución principal ha fallado. Por eso, estamos decididos a poner fin a la violencia mediante un enfoque multifacético, integral, colaborativo y sostenido de salud pública que combata la violencia desde todos los ángulos. Este documento presenta un plan concreto, integral y colaborativo para reducir la violencia de manera sostenida. Requerirá un esfuerzo constante a lo largo del tiempo, pero no descansaremos hasta convertir a Chicago en la ciudad grande más segura de Estados Unidos. La Ciudad ha comenzado este trabajo distribuyendo equitativamente recursos de todos nuestros departamentos y haciendo inversiones históricas que contribuyan a la salud y vitalidad de nuestros barrios. Pero no podemos hacer este trabajo solos. Asigné a mi oficina y a los departamentos de la Ciudad la misión no solo de reducir la violencia y sus efectos de manera tangible, sino también de escuchar a los socios del condado y del estado, los miembros de la comunidad, las organizaciones de filantropía, los líderes religiosos y los sectores empresariales, y coordinar con ellos, para intensificar nuestro impacto colectivo. El gobierno de la ciudad existe para estar al servicio de sus residentes, y debemos ganar su confianza trabajando con ellos para identificar sus necesidades y prioridades, y cumplirlas mediante inversiones concretas. Nuestra prioridad será recuperar la confianza de nuestras comunidades mediante la transparencia, la competencia cultural y el diálogo abierto. Apoyaremos a quienes se han visto afectados por la violencia y el trauma, y también trataremos las causas principales de la violencia para evitar que se produzca en primer lugar. Implementaremos reformas significativas en la policía que beneficien a los oficiales y a las comunidades a las que prestan servicios, y continuaremos fomentando la participación de los sectores interesados y residentes de toda la ciudad para que se unan a nuestros esfuerzos. Todos sabemos que Chicago es mucho más que las estadísticas sobre delitos que algunos han usado para definirnos. Debemos reconocer colectivamente la fortaleza, la resiliencia y la belleza de nuestras comunidades, que he visto con mis propios ojos. Mi esperanza es que, mediante nuestro trabajo, sigamos iluminando esta verdad para que podamos hacer de Chicago una ciudad de barrios prósperos y seguros, en los que todos estén protegidos y puedan desarrollar su máximo potencial. n Con verdad y servicio. Alcaldesa Lori E. Lightfoot Carta de la alcaldesa Lightfoot Plan integral para reducir la violencia en Chicago 2020

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Estimados residentes de Chicago:

Uno de los mayores placeres de trabajar de alcaldesa es tener la posibilidad de visitar nuestras activas comunidades y escuchar a nuestros residentes. He hablado con adultos mayores que compartieron

anécdotas sobre la historia y los cambios de sus barrios. Mis charlas con jóvenes inteligentes y motivados de toda la ciudad me han dado la seguridad de que nuestro futuro está en muy buenas manos. Me he reunido con líderes de uniones vecinales que conocen a todos sus vecinos y tienen ideas para impulsar el crecimiento de sus comunidades. He aprendido mucho sobre cómo los vecinos se cuidan y apoyan entre sí.

Sin embargo, también sé que enfrentamos enormes retos por la constante violencia que hay en nuestros barrios. He hablado con residentes que perdieron a seres queridos, que presenciaron ataques a mano armada o que no pueden dejar que sus hijos salgan a jugar seguros. La violencia ha afectado a muchas de nuestras comunidades y, cuando una de ellas es insegura, toda nuestra ciudad es insegura. Desde mi primer día como alcaldesa, he estado decidida a cambiar esa realidad.

Hoy, mi determinación es más fuerte que nunca. Este año nos ha puesto a prueba de formas nunca antes vistas. Lamentablemente, la pandemia de COVID-19 y la crisis económica resultante han agravado la violencia, y hemos observado un aumento inaceptable de ataques a mano armada, violencia doméstica y homicidios desde el inicio de la pandemia. Debemos actuar ya mismo para revertir

esta tendencia: literalmente, hay vidas en juego. Mientras nuestra ciudad lucha contra esta doble crisis de salud pública, debemos aliarnos y unirnos con el objetivo común de salvar vidas. Creo que juntos podemos lograr tener salud y seguridad reales en la comunidad, que permitirán que todos tengamos la posibilidad de prosperar.

Soy consciente de que la violencia es un tema complejo. Ha persistido en Chicago por muchos años porque las causas subyacentes —el racismo sistémico, la desinversión, la pobreza, el fracaso de la vigilancia policial, la falta de servicios sociales— no se han resuelto, y el uso de la vigilancia policial como solución principal ha fallado. Por eso, estamos decididos a poner fin a la violencia mediante un enfoque multifacético, integral, colaborativo y sostenido de salud pública que combata la violencia desde todos los ángulos.

Este documento presenta un plan concreto, integral y colaborativo para reducir la violencia de manera sostenida. Requerirá un esfuerzo constante a lo largo del tiempo, pero no descansaremos hasta convertir a Chicago en la ciudad grande más segura de Estados Unidos. La Ciudad ha comenzado este trabajo distribuyendo equitativamente recursos de todos nuestros departamentos y haciendo inversiones históricas que contribuyan a la salud y vitalidad de nuestros barrios. Pero no podemos hacer este trabajo solos. Asigné a mi oficina y a los departamentos de la Ciudad la misión no solo de reducir la violencia y sus efectos de manera tangible, sino también de escuchar a los socios del condado y del estado, los miembros de la comunidad, las organizaciones de filantropía, los líderes religiosos y los sectores empresariales, y coordinar con ellos, para intensificar nuestro impacto colectivo.

El gobierno de la ciudad existe para estar al servicio de sus residentes, y debemos ganar su confianza trabajando con ellos para identificar sus necesidades y prioridades, y cumplirlas mediante inversiones concretas. Nuestra prioridad será recuperar la confianza de nuestras comunidades mediante la transparencia, la competencia cultural y el diálogo abierto. Apoyaremos a quienes se han visto afectados por la violencia y el trauma, y también trataremos las causas principales de la violencia para evitar que se produzca en primer lugar. Implementaremos reformas significativas en la policía que beneficien a los oficiales y a las comunidades a las que prestan servicios, y continuaremos fomentando la participación de los sectores interesados y residentes de toda la ciudad para que se unan a nuestros esfuerzos.

Todos sabemos que Chicago es mucho más que las estadísticas sobre delitos que algunos han usado para definirnos. Debemos reconocer colectivamente la fortaleza, la resiliencia y la belleza de nuestras comunidades, que he visto con mis propios ojos. Mi esperanza es que, mediante nuestro trabajo, sigamos iluminando esta verdad para que podamos hacer de Chicago una ciudad de barrios prósperos y seguros, en los que todos estén protegidos y puedan desarrollar su máximo potencial. n

Con verdad y servicio.

Alcaldesa Lori E. Lightfoot

Carta de la alcaldesa Lightfoot

Plan integral para reducir la violencia en Chicago 2020

0 1

Empoderar y sanara las personas

Garantizar que todos los residentes puedan buscar oportunidades para prosperar sin temor a la violencia, dando apoyos de prevención e intervención a personas de todas las edades y todos los niveles de riesgo.

Aumentar la capacidad y la calidad del servicio de los programas de violencia con armas de fuego, violencia doméstica, desviación y servicios para víctimas.

Ampliar el acceso a empleos y vivienda para las personas afectadas por la violencia.

Ampliar la programación de apoyo para jóvenes con riesgo alto de incurrir en la violencia.

Aumentar el conocimiento de los servicios mediante campañas de concienciación pública en las comunidades con necesidades.

Planificar y coordinar

Facilitar el desarrollo de planes realistas y viables fomentando la alineación de estrategias y acciones entre las iniciativas públicas, privadas y basadas en la comunidad para prevenir y reducir la violencia, y garantizando el compromiso de toda la ciudad con una planificación minuciosa y una coordinación coherente.

Facilitar la coordinación entre los departamentos de la Ciudad y sus agencias afines.

Organizar y facilitar mesas, redes y coaliciones de coordinación, y participar en ellas.

Usar datos para impulsar la toma de decisiones.

Establecer y promover prácticas estandarizadas para mejorar la coordinación entre socios.

Dar el apoyo técnico necesario para desarrollar la capacidad de los socios y proveedores.

Animar a la comunidad a participar en la toma de decisiones y la creación de políticas.

Mejorar los mecanismos de remisión y la conexión con programas y servicios.

Afectar a la política pública

Garantizar que las leyes y políticas que rigen la ciudad reflejen los valores, las aspiraciones y la seguridad de los residentes colaborando con los sectores interesados para implementar políticas locales, y defender las políticas y legislaciones estatales y federales relacionadas con la seguridad pública y la prevención de la violencia, con especial enfoque en la reforma de la justicia penal, la reglamentación de las armas de fuego y una calidad de vida equitativa.

Participar en iniciativas de colaboración locales y nacionales para promover posturas sobre las políticas.

Defender y apoyar las políticas y legislaciones enfocadas en la igualdad.

Colaborar con socios del estado y del condado para alinear y coordinar iniciativas sobre las políticas.

Mejorar y fomentar la vigilancia policial

Aumentar la legitimidad de la policía en las comunidades donde ha disminuido la confianza garantizando prácticas de orden público humanitarias, eficaces y constitucionales e implementando íntegramente el espíritu y la letra del decreto de consentimiento y de las reformas relacionadas.

Reconocer y reparar los perjuicios del pasado entre el Departamento de Policía de Chicago (Chicago Police Department) y las comunidades a las que presta servicio.

Implementar reformas en las prácticas recomendadas de las políticas y operaciones de la policía, que sean coherentes con el decreto de consentimiento.

Mejorar la gestión de la fuerza de trabajo, incluyendo el bienestar, el reclutamiento, la contratación, la retención y el ascenso de los oficiales.

Evaluar los tipos de necesidades para los que la policía podría necesitar más capacitación o usar otros recursos como primera respuesta o respuesta conjunta.

Proteger y asegurar los espacios

Reducir la “brecha de seguridad” entre las comunidades más seguras y las más afectadas por la violencia recuperando los espacios públicos como espacios seguros en las comunidades y promovien-do el bienestar de la comunidad con viviendas estables, servicios, comercios y oportunidades.

Invertir en programas y servicios basados en los espacios.

Revitalizar las economías de los barrios.

Indicadores de resultados

Este documento presenta el plan integral para las tareas de reducción de la violencia en la ciudad de Chicago hasta 2023, con el objetivo de reducir la violencia de manera sostenida

y hacer de Chicago una ciudad en la que todos estén y se sientan seguros.

La “brecha de seguridad”: diferencia entre la cantidad de ataques a mano armada y homicidios en las áreas de la comunidad con niveles más altos y más bajos, sin reducir la seguridad en las áreas más seguras de la comunidad.Cantidad de victimizaciones graves (ataques a mano armada mortales y no mortales) y delitos violentos informados (recuentos de víctimas e incidentes).Percepción que la comunidad tiene de la seguridad, la confianza en las fuerzas policiales y la conexión con el gobierno de la ciudad.

Plan integral para reducir la violencia en Chicago 2020

Descripción visual del plan

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l Información general sobre la violencia en Chicago

Sabemos bastante sobre la naturaleza de la violencia en Chicago. Una cantidad enorme de los homicidios en la ciudad están relacionados con las armas de fuego, y las víctimas son hombres afroamericanos o latinos en cantidades desproporcionadas. La mayor parte de los ataques a mano armada y homicidios ocurren al aire libre, en espacios públicos. En 2019, la edad promedio de las víctimas de homicidio fue de 271 años, y el 50 % de las victimizaciones de la ciudad por ataque a mano armada ocurrió en 10 áreas de la comunidad que representan un 15 % de la población de la ciudad.2 Estos barrios están en las zonas sur y oeste de Chicago, donde se concentran la pobreza, el bajo nivel de educación y los resultados de una mala salud, incluyendo una esperanza de vida más corta. Aunque las cifras de homicidios y ataques a mano armada en Chicago han fluctuado en los últimos años,

1 • Northwestern Neighborhood Network Initiative (N3) (Iniciativa para el barrio y la red de Northwestern).  (9 de septiembre de 2020). “Age of Chicago’s Homicide Victims” (Edad de las víctimas de homicidio en Chicago). https://www.ipr.northwestern.edu/documents/reports/ipr-n3-rapid-research-reports-age-of-homicide-victims-9-Sept-2020.pdf (También se menciona en la página 13.)2 • Cálculo de la Oficina del Alcalde (Mayor's Office) de datos sobre victimización del Departamento de Policía de Chicago y cálculos de población a partir de la Encuesta sobre la Comunidad Americana de 2017.3 • Datos del Departamento de Policía de Chicago analizados por la Oficina del Alcalde.4 • “Preventing Intimate Partner Violence” (Cómo prevenir la violencia de parejas íntimas). Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (Center for Disease Control). 26 de febrero de 2019, https://www.cdc.gov/

violenceprevention/intimatepartnerviolence/fastfact.html5 • Koppa, Vijetha, “Can information save lives? Effect of a victim-focused police intervention in reducing domestic violence deaths” (¿Puede la información salvar vidas? Efectos de la intervención de la policía enfocada en las víctimas

para reducir las muertes por violencia doméstica). 2018, https://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=2982227

desde  2016, el año del pico reciente de homicidios en Chicago, han excedido constantemente las de la ciudad de Nueva York y Los Ángeles, dos ciudades de mayor tamaño y población. Desde el 1 de enero de 2016 hasta el 16 de agosto de 2020, 2,978 personas fueron asesinadas, y hubo 12,387  víctimas no mortales de ataques a mano armada, de las cuales un 11 % fueron jóvenes menores de 18 años.3

Aunque la mayor parte de los ataques a mano armada y homicidios de Chicago ocurren en lugares públicos, la violencia doméstica también ha aumentado. En Estados Unidos, un 25 % de las mujeres sufre violencia física grave por una pareja íntima durante toda su vida4, y al menos un 35  % de los feminicidios los cometen parejas íntimas.5 La violencia con armas de fuego y la violencia doméstica, aunque a veces se tratan de manera diferente, están muy relacionadas. No solo algunos incidentes de violencia doméstica son casos de violencia con armas de fuego y viceversa, sino que también sabemos que, en muchas comunidades y familias, se producen ambas. Por lo tanto, los enfoques para reducir la violencia con armas de fuego y la violencia doméstica deben coordinarse para maximizar sus efectos.

l La violencia es un problema de igualdad

Hoy enfrentamos un reto de una magnitud sin precedentes. La pandemia mundial ha cambiado las maneras en las que interactuamos con los demás y, en algunos casos, ha afectado el suministro de servicios esenciales. La propagación del COVID-19 se ha visto agravada por la

consecuente crisis económica, con el cierre de negocios y la pérdida de empleos. Por último, el asesinato de George Floyd y otros casos de disparos injustificados por la policía han generado cuatro  meses de manifestaciones justas, pero también de violentos enfrentamientos con la policía y saqueos a gran escala. Cada una de estas crisis ha contribuido al aumento de la violencia. Esta situación no es exclusiva de Chicago; muchas otras ciudades han tenido un aumento similar, pero eso es poco consuelo para aquellas personas cuya vida se vio afectada.

Resumen ejecutivo

Plan integral para reducir la violencia en Chicago 2020

La única manera eficaz de superar estas crisis —la pandemia de COVID-19, la crisis económica y el aumento de la violencia— es que Chicago trate los sistemas subyacentes de desigualdad y racismo que las alimentan. No es casualidad que más residentes afroamericanos y latinos de Chicago hayan contraído COVID-19 y hayan muerto por la enfermedad, que más comunidades de color hayan tenido dificultades económicas antes de este momento y durante él, o que las comunidades afroamericanas y latinas se hayan visto más afectadas por la violencia y una vigilancia policial ineficaz. En pocas palabras, si no se tratan las causas principales de la desinversión, la pobreza y las políticas sociales injustas, los esfuerzos por reducir la violencia en Chicago fracasarán. Tratar las causas principales de la violencia llevará años de esfuerzos sostenidos y asociaciones coordinadas con diversos sectores interesados.

6 • Obtenga más información en https://chicagopatf.org7 • Obtenga más información en https://safeandpeaceful.org/ 8 • Consulte el Apéndice C: Glosario para la definición de “violencia con armas de fuego”.

Los primeros pasos para lograr una reducción sostenida de la violencia se enfocan en intervenciones que garanticen un nivel básico de seguridad reduciendo los ataques a mano armada, acelerando las prioridades de las reformas en la policía y desarrollando una infraestructura básica para la reducción de la violencia. Esta infraestructura debe estar en las comunidades más afectadas por la violencia, donde pueda intervenir en los ciclos de violencia, y empoderar y sanar a las personas. Mientras trabajamos para alcanzar este nivel básico de seguridad, también trabajaremos para ampliar los servicios para cubrir las verdaderas necesidades y garantizar un acceso equitativo a las oportunidades. Para maximizar su impacto, los esfuerzos aislados actuales de diferentes sectores interesados y proveedores deben unificarse en una estrategia única que coordine deliberadamente programas y recursos.

l Trabajo reciente para la reducción de la violencia en Chicago

El enfoque de salud pública que se detalla en este plan ha sido adoptado por muchos en Chicago desde hace tiempo. Hemos visto elementos de este marco en varios ámbitos diferentes durante décadas. Particularmente, en  2016, la Ciudad comenzó a observar una coordinación más deliberada a medida que los sectores interesados buscaban prácticas recomendadas en Chicago, en otras jurisdicciones y mediante investigaciones basadas en la evidencia para buscar nuevas maneras de combatir la violencia.

El Equipo Especial de Responsabilidad Policial (Police Accountability Task Force, PATF),6 que hizo posible la reforma en el Departamento de Policía de Chicago (Chicago Police Department, CPD) y las iniciativas

actuales impulsadas por decretos de consentimiento, impulsó la unificación de un grupo de organizaciones de filantropía en la Asociación para Comunidades Seguras y Pacíficas (Partnership for Safe and Peaceful Communities, PSPC)7 para invertir en la reducción de la violencia y mejorar la legitimidad de la policía. Como parte de su trabajo, la PSPC ha apoyado la activación de una red de grupos de intervención y prevención de la violencia con armas de fuego en las zonas sur y oeste de Chicago.8

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Plan integral para reducir la violencia en Chicago 2020

9 • Consulte el Apéndice C: Glosario para la definición de “informadas de traumas” y “servicios para víctimas”.10 • Los cálculos están basados en promedios trianuales de homicidios (de 2017 a 2019), según los Informes uniformes de delincuencia (Uniform Crime Reports, UCR) del FBI y los cálculos de población de

la Encuesta sobre la Comunidad Americana. Comparamos los índices de homicidios con otras ciudades para dar cuenta de las diferencias de población. Para incluir los datos de homicidios del año 2020 hasta la fecha, analizamos un promedio mensual desde enero de 2017 hasta agosto de 2020 y anualizamos el total (multiplicado por 12) para calcular un promedio anual con los datos más recientes. El mismo balance para el período actualizado indicaría que, para que el índice de homicidios de Chicago sea igual al de otras grandes ciudades, nuestra ciudad debería tener menos de 183 homicidios al año para estar al nivel de Los Ángeles o 104 para estar al nivel de la ciudad de Nueva York.

11 • Es difícil calcular el total de recursos necesarios por la variedad de servicios, programas y coordinación que se necesitan en cada comunidad. A partir de un modelo similar a los elementos de infraestructura contra la violencia mencionados arriba, Chicago CRED calculó que se podrían necesitar hasta $150 millones al año para colmar de recursos a las 15 comunidades más afectadas por la violencia.

Además, los socios de la Ciudad, del Estado y del Condado, y organizaciones de filantropía, se han alineado en torno a enfoques similares para la reducción de la violencia y han fortalecido la infraestructura de la comunidad para reducir la violencia en 33 barrios. Estas iniciativas son una respuesta a las comunidades que han liderado el trabajo de prevención de la violencia por años y exigen soluciones reales de su gobierno. La Ciudad valora las diversas maneras formales e informales en las que se han desarrollado la coordinación y la alineación, y continuará facilitando y apoyando estas iniciativas, incluyendo las conversaciones telefónicas diarias con redes de alcance en las calles y servicios para víctimas; las mesas de coordinación regional entre proveedores de servicios, agencias de la ciudad y el CPD; los subcomités de planificación para la prevención de la violencia; y el Gabinete de Seguridad Pública de la alcaldesa, formado por los directores de los departamentos y las agencias de la ciudad. La Ciudad también continuará participando activamente en iniciativas de colaboración estatales y del condado, como la iniciativa de colaboración “Reto de Seguridad y Justicia” (Safety and Justice Challenge), y con organizaciones de filantropía a través de la PSPC. Por último, la Ciudad espera la participación de todos los socios para evaluar la eficacia de los diversos mecanismos de coordinación para evitar la duplicación y maximizar el impacto.

En  2020, por primera vez, la Ciudad de Chicago invirtió más de $11  millones en iniciativas para la reducción de la violencia, lo que fortaleció las iniciativas existentes y, al mismo tiempo, creó nuevos ámbitos para los servicios y apoyos para víctimas informadas de traumas.9 Ahora más que nunca, la Ciudad está comprometida con combatir la violencia con armas de fuego y sus principales causas respondiendo a la escala y al alcance de la violencia en Chicago.

En todo este trabajo, es importante que la Ciudad rinda cuentas con parámetros objetivos de progreso. Con este fin, este plan incluye parámetros de progreso y resultados para cada pilar de reducción de la violencia. En definitiva, si Chicago busca convertirse en la ciudad grande más segura del país, las métricas de comparación también son relevantes. Por ejemplo, Chicago debería tener menos de 177  homicidios al año para igualar a Los Ángeles y menos de 97 para igualar a la ciudad de Nueva York.10 Sin dudas, esta reducción significativa llevará muchos años y solo se logrará si todos los recursos públicos y privados se unen para alcanzar un resultado común.11

l ¿Qué haremos a partir de ahora? Por lo tanto, queda mucho por hacer. Muchos cuestionan si estas iniciativas son suficientes o incluso eficaces en vista del aumento de la violencia que observamos hoy en día. Sin embargo, el nivel de violencia en Chicago y, ciertamente, las desigualdades y el racismo sistémicos

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han persistido por décadas. Solo un esfuerzo sostenido por muchos años, y no meses, resolverá el entramado de causas principales que alimentan la violencia y la desesperación que muchos residentes negros y morenos de Chicago sufren día a día, y que se están propagando al resto de los residentes de Chicago en este momento de tanta incertidumbre.

Este documento presenta el plan integral para las tareas de reducción de la violencia en la ciudad de Chicago hasta  2023, con el objetivo de reducir la violencia de manera sostenida y hacer de Chicago una ciudad en la que todos estén y se sientan seguros. Aunque no prevemos alcanzar los niveles de Los Ángeles o de la ciudad de Nueva York en el primer

mandato de la alcaldesa Lightfoot, en los próximos tres años, siguiendo este plan, desarrollaremos la infraestructura y estableceremos las políticas y prácticas para alcanzar esta reducción en el futuro. Este plan supone que la violencia no es un problema sin solución, sino una crisis de salud pública que se puede prevenir y tratar mediante una iniciativa deliberada, coordinada y sostenida, basada en las prácticas recomendadas a nivel nacional y en la evidencia disponible. Este trabajo se apoya en cinco pilares de reducción de la violencia, que reflejan un enfoque holístico para reducir la violencia, reconociendo que debemos enfocarnos en las personas, las comunidades y los sistemas para lograr este objetivo.

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Plan integral para reducir la violencia en Chicago 2020

Planificar y coordinar

Afectar a la política pública

Empoderar y sanar a las personas

Mejorar y fomentar la vigilancia policial

Proteger y asegurar los espacios

Estos pilares guían el plan general y las iniciativas específicas que la Ciudad implementará en los próximos tres  años. Inicialmente, estas iniciativas se deben orientar a construir una infraestructura eficaz y basada en la comunidad para la reducción de la violencia. Esta infraestructura debe tener varios componentes clave: 1. Actividades de prevención que incluyan la recuperación de espacios público, como calles, bibliotecas y parques para actividades seguras para todos, garantizando la seguridad de los jóvenes dentro y fuera de las escuelas, y la participación de toda la comunidad para desarrollar vínculos auténticos y unidad entre los vecinos.

2. Actividades de intervención que se enfoquen en la interrupción de los ciclos de violencia y en las personas que corran mayor riesgo de violencia como víctimas o victimarios, incluyendo a quienes salen de la cárcel. Una red integral de alcance en las calles y una red de apoyo para víctimas son elementos clave para la intervención.12 Ciudades como la ciudad de Nueva York, Los Ángeles y Oakland han implementado con éxito versiones de esta estrategia. Estas iniciativas nacionales para la reducción de la violencia también incluyen prácticas de intervención clave, como servicios de salud conductual, empleos con salario mínimo vital y, fundamentalmente, el compromiso incesante con quienes están en mayor riesgo de incurrir en la violencia, que pueden recibir el apoyo de todas estas prácticas para llevar vidas seguras y productivas.

12 • Consulte el Apéndice C: Glosario para la definición de “mayor riesgo” de la Oficina del Alcalde.

3. El empoderamiento de la comunidad es fundamental para el éxito porque la seguridad de la comunidad, en definitiva, es duradera cuando está impulsada y dirigida por las personas que viven en el barrio y lo cuidan. Afortunadamente, muchos barrios ya tienen sectores interesados sólidos en la comunidad, como uniones vecinales y organizaciones sin fines de lucro, que se pueden activar para implementar estrategias de seguridad impulsadas por la comunidad.

4. Una vigilancia policial basada en las relaciones que tenga una verdadera asociación con la comunidad para fomentar la seguridad es necesaria para desarrollar la confianza y fortalecer la legitimidad de la policía, lo que, a su vez, contribuye a la reducción de la violencia. Desde responder a incidentes violentos hasta resolver delitos, la vigilancia policial eficaz se basa en una asociación entre la policía y la comunidad.

Aunque cada área de la comunidad de Chicago es única por su combinación de recursos y necesidades, lo que exige un enfoque personalizado, cada uno de los cuatro componentes clave debe estar presente a una escala que cubra las necesidades de la comunidad. Para alcanzar dicha escala, cada componente debe estar disponible y ser accesible para todos los barrios afectados por la violencia.

La Ciudad de Chicago no puede lograr una reducción transformadora de la violencia por sí sola. Este plan señala maneras en las que todos los recursos y sectores interesados públicos, privados y comunitarios deben organizarse y movilizarse para generar el cambio. Es un llamado a la acción para que todos dejemos de lado las diferencias y encontremos maneras de relacionarnos y buscar soluciones. Solo una iniciativa que implique que “todos pongan manos a la obra” podrá traer paz a las calles, esperanza a nuestros niños y un futuro mejor para Chicago. n

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