pintura peruana, década de los 90

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    Pintura peruana, dcada de los 90

    Homenaje a Juan Acha

    Mario Acha Kutscher

    Informacin bsica:La muestra acogi a 23 pintores de tres generaciones y

    32 obras de formato grande, fue organizada por la Direccin de Asuntos

    Culturales del Ministerio de Relaciones Exteriores del Per, la Embajada del

    Per en Mxico, el Instituto de Bellas Artes de Mxico y el Museo de Arte de

    Lima, cont con la iniciativa y el empeo de la Curadora Mara Acha. La

    inaugur el Presidente Alberto Fujimori y se exhibi durante ocho semanas

    en el Museo Jos Luis Cuevas de la ciudad de Mxico. Actualmente se

    presenta en el Museo de Arte de Lima. Formaba parte de un proyecto mayor

    a desarrollarse con el maestro Acha, pero su muerte nos sorprendi a todos.

    Prlogo de la exposicin: La pintura contempornea en el Per se ha

    venido desarrollando por diversos caminos, que van desde el juego de

    formas abstractas teidas de emociones personales, hasta las

    representaciones de universos ntimos, pasando por explosiones sensibles

    de gran angustia y expresividad. Hoy podemos asegurar, sin equivocarnos,

    que la pintura peruana se ha apropiado de valores estticos universales,

    evitando enfoques regionales hermticos y encerrados sobre si mismos,

    dando como resultado obras apreciables desde el punto de vista de cualquier

    realidad cultural aparentemente ajena. Sus races son profundas y en

    algunos casos llegan a tocar ideales y nostalgias prehispnicas, en otros,

    rebeldas contemporneas y sueos de gran poesa. La muestra no pretende

    ser exaustiva ni representativa de todo el quehacer pictrico peruano, que,

    como en todas partes, es mucho ms dinmico, rico y complejo que

    cualquier muestra posible. Estamos frente a una muestra de pintores jvenes

    y sensibles, as como de pintores maduros y consagrados. Esta es lamaravilla del arte, posibilita el dilogo entre las generaciones y las culturas,

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    denotando lo mejor de nosotros. La capacidad de emocionarnos

    sensiblemente. Tal fue el texto genrico que escribimos como presentacin

    para la muestra.

    Antecedentes y contextos:La muestra fue montada en homenaje al crtico y

    terico de arte peruano mexicano, Juan W. Acha, con la finalidad de reforzar

    el intercambio cultural entre Mxico y el Per. La ltima vez que asistimos a

    un evento entre los dos pases, de esta naturaleza y magnitud, fue hace

    muchos aos (dcada de los 50), cuando lleg una impresionante muestra

    de pintura mexicana a las instalaciones del diario La Crnica en el centro

    histrico de Lima, all vimos por primera vez a los grandes de la pintura

    mexicana de esa poca, Rivera, Siqueiros, Orozco. Eran pocas de gran

    movilidad cultural entre los pases de Amrica Latina; acababan de terminar

    las dcadas indigenistas y muralistas. Los estudiantes latinoamericanos

    buscaban estudiar en Chile, Argentina o Mxico. Leamos con avidez a

    autores latinoamericanos como Borges (Ficciones), Gallegos (Doa

    Brbara), Rulfo (Pedro Pramo), Icaza (Huasipungo), Guiraldes (Don

    Segundo Sombra), Asturias (Leyendas de Guatemala), Vallejo (Poemas

    Humanos). Escuchbamos nuestra msica, la radio todava era poderosa y

    en cine todava primaban Mara Felix, Jorge Negrete, Pedro Armendariz y

    Hugo del Carril. Amrica Latina vivia pocas de identidad continental. Hoy,

    despus de tres dcadas de presencia de pintores mexicanos en el Per,

    tres generaciones de pintores peruanos, se hacen presente en la ciudad de

    Mxico. Esta vez el contexto es diferente, Amrica Latina ha cambiado, ahora

    est dominada por grandes corporaciones transnacionales, la radio se

    escucha en los automviles o en las plazas de las comunidades campesinas,

    la televisin transmite a todo el mundo al instante emitiendo linterminables

    telenovelas y noticias globales, la poca de oro del cine mexicano y argentinodesapareci, nuestros escritores, convertidos en estrellas de los medios de

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    comunicacin, se pasean por el mundo ganando premios y condecoraciones.

    La fotografa ha invadido nuestra cultura y la pintura tan slo es un fenmeno

    visual de reminicencias histrico sociales y de uso altamente especializado,

    restringido.

    Sin embargo, todava existen artistas que pintan, personas entendidas que lo

    distribuyen, acomodan y venden obras en galeras y museos, aficionados

    que las consumen y terico crticos enfrascados en desentraar los

    complejos sistemas sensibles que nos rodean, y Juan Acha fue uno de ellos.

    De los conceptos bsicos de la crtica de arte

    Cada obra de arte, tiene un universo propio de significaciones y lecturas; y si

    no queremos confundir: la aficin con la profesin, el producto con el proceso

    o las impresiones literarias, tan en boga hoy en da, con la rigurosidad crtica;

    deberamos empezar por evidenciar lo que a juicio del maestro Acha son las

    cinco tareas u objetivos generales de todo crtico de arte (La crtica de Arte,

    Trillas, 1992).

    Juan Acha sostiene y demuestra queel primer objetivode todo crtico de

    arte consiste enanalizar las obras de arte recin nacidas con el fin de

    producir un texto pblico,destinado a ser compartido y recepcionado por

    diversos segmentos de la sociedad, entre ellos los autores (productores), los

    musegrafos (distribuidores) y los aficionados (consumidores) de dichas

    obras. De esa manera Acha nos saca decididamente, y con gran lucidez, de

    esa romntica y esprea relacinobra - crtico - aficionado, y nos induce a

    tener una posicin ms sociolgica de anlisis crtico, donde todos los

    actores que intervienen en los sistemas de arte, sean tomados en cuenta,

    tanto individuos como instituciones involucradas.

    LaSegunda tarea,consiste endifundir en el mbito artstico local los

    conocimientos que irradia el fenmeno del arte, mientras los aplica enrenovar sus propias actividades crticas. Aqu, Acha insiste en la necesidad

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    de superar los dogmatismos ideolgicos y el despotismo ejercido por el

    pensamiento literario con su pobreza visual independiente.

    LaTercera tarea,consiste en detectar los procesos, fuerzas sociales y

    culturales de su pas, para darlas a conocer a los interesados en arte y,

    consecuentemente, para cambiar el curso de sus prcticas, incluyendo las

    del propio crtico. Como por ejemplo, la prctica nefasta de tomar la cultura

    como mero entretenimiento, vicio propio de nuestras sociedades de consumo

    con su aversin total a todo esfuerzo intelectual.

    La Cuarta tarea,consiste en promover, en el mbito local, la pluralidad

    artstica. Definida como la coexistencia de modos viejos y nuevos de

    producir, distribuir y consumir arte o sus manifestaciones estticas. Esto,

    como consecuencia directa de la poderosa expansin de los medios de

    transporte y de informacin que han ampliado considerablemente las

    fronteras locales.

    La Quinta tarea,consiste en hacer de la profesin de crtico una actividad

    productora de teoras. Es decir, Acha insta amablemente a los crticos para

    que se conviertan en tericos de arte y venzan la aversin latinoamericana al

    pensamiento lgico y a la consecuente produccin de conocimientos. Acha

    insiste que el conocimiento de la realidad demanda el concurso de muchos

    estudiosos y de varias generaciones, si es que se quiere llegar a algo que

    valga la pena. Acha nunca se cans de sealar la necesidad que tenemos de

    conocer a la perfeccin la realidad que no nos satisface para transformarla, y

    esto lo dice por artistas, crticos, musegrafos y aficionados al arte. Se trata

    del desarrollo de nuestro pensamiento visual independiente, lo cual implica

    defender la soberana conceptual de Amrica Latina para principiar a

    conceptuar nosotros mismos nuestra realidad, y de esta manera zafarnos de

    los conocimientos que tuvimos que importar para entender nuestra propia

    realidad (Las Culturas estticas de Amrica Latina, Acha -UNAM 1994, yAproximaciones a la Identidad Latinoamericana, Acha -indito).

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    En resmen estas cinco tareas se reducen en la prctica, ainformar

    (conocer),describirlos componentes pictricos(ver la superficie),cualificar

    singularidades (aspectos sensibles y artsticos), y argumentarvalores

    (aspectos sociolgicos y estticos); tareas que, desgraciadamente, segn

    Acha, a muy pocos interesan y que casi nadie est dispuesto a cumplir.

    Acha nos demuestra que la crtica de arte es toda una especializacin, que

    requiere de estudios, metodologa, conocimientos, inteligencia y sobre todo

    de una gran capacidad sensible. Atributos poco frecuentes, en los

    denominados crticos de Arte en ejercicio, entre los que prima la presencia

    soberbia de escritores consagrados, que dominan otros mbitos de la

    expresin humana, como la novela o la poesa, y que confunden el oficio de

    escribir bien, con la capacidad especializada que requiere un crtico de arte.

    Esto nos deja, por defecto, con un margen muy estrecho para escribir este

    artculo, nos deja con impresiones y experiencias propios y nos pone en el

    plano estricto de la escritura y no de la crtica.

    Pequea crnica de una pintura culta

    Las cinco salas frontales del piso superior de la vieja casona colonial que

    normalmente albergan los estupendos dibujos de Jos Luis Cuevas fueron

    cedidas para la muestra por el artista, en un magnfico gesto de amistad

    postuma a Juan Acha, con quien sostuvo una larga y slida amistad.

    La exhibicin se dividi, con la claridad de una edicin cinematogrfica, en

    cinco espacios pictricos: 1. obras con representaciones o reminiscencias

    figurativas (Shinki, Szyszlo, Lee, Di Malio, Zepilli, Revilla), 2. las

    representaciones sintticas (Llona, Piqueras, Sagstegui), 3. lasabstracciones orgnicas (Navarrete, Wiese, Krebs, Vertiz), 4. las

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    diversificaciones posmodernas y viscerales (Pazos, Carrera, Letts, Romero),

    y 5. los juegos cromticos (Higa, Tokeshi, Agois, Villanueva, Polanco, Tola).

    Tal decisin no fue casual, obedeci a un ordenamiento visual emanado de

    las propias obras, ello le di a la curadura una coherencia sutil e inusitada,

    donde el manejo del tiempo al recorrer las salas tuvo tambin intencin

    esttica .

    Los universos expresados son diversos, sin embargo dos elementos unen a

    tan dismiles autores y edades (Szyszlo 1925, Letts 1961), primero la

    excelente factura de sus obras, producto de un profesionalismo y una tcnica

    impecable, como si los artistas peruanos convulsionados por la prolongada

    cultura de violencia e inseguridades de los ultimos aos, se hubiesen

    aferrado desesperadamente a los detalles de su propia imaginacin. Frente a

    la barbarie de la destruccin, sale a relucir la sensibilidad constructiva; frente

    a la muerte y a la desintegracin efmera de valores, permanece la vitalidad

    plstica. Indudablemente son obras hechas para perdurar.

    Segundo, de las obras emana una cultura visual propia y distintiva, que va

    desde la presentacin de universos mtico precolombinos con nombre de

    pelcula francesa (Visitantes de la noche, Szyszlo), universos greco-

    precolombinos (Trptico, Shinki), derivaciones de la fotografa? (Agois

    -Chadwick) hasta manifestaciones coloridas de cultura popular (Actor

    actuando, Polanco). Sin embargo el uso y manejo de cdigos universales

    propios de esta dcada, que emplean estos artistas de gran cultura visual,

    permiten una fcil lectura e identificacin latinoamericana. De all el impacto

    positivo de la muestra entre los jvenes plsticos mexicanos. Esperemos que

    experiencias como esta puedan ser repetidas con frecuencia.

    16 de junio de 1996

    (Publicado en la revista Archipilago n. 6/7 - Mxico)

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