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Cuando el 28 de marzo de 1753, el Comi- sario de Guerra Joseph de Ossorno da por concluido el Padrón y Estado General de todas las propiedades que había en Melilla, no podía imaginar, ni tan siquiera pensar, que un documento meramente administrati- vo que seguramente tuvo que elaborar como representante del Ministerio de Hacienda sería, dos centurias después, elemento clave para conocer detalladamente esta fortaleza en la que él estuvo viviendo, con su familia, durante al menos una década, en pleno siglo XVIII, período éste de profundos cambios en todos los aspectos de la vida, auspiciados por el advenimiento al trono español de la dinas- tía de los Borbones. Las formas y maneras francesas llegan de la mano del nuevo monarca, nieto de Luis XIV, el duque D´Anjou, quien reina- rá como Felipe V (1), siendo heredero del último de los Austrias, Carlos II, fallecido en 1700 sin descendencia. Fue el impulsor de la renovación que se produjo en el ámbi- to cultural español: fundación de la Biblio- teca Nacional (1712), creación de la Aca- demia de la Lengua (1713), etcétera. Le sucede en el trono su hijo, Fernando VI (2), en cuyo reinado se llevaron a cabo una serie de cambios sustanciales en la Administración, promovidos por don Zenón de Somodevilla, Marqués de la Ensenada, a quien se debe el catastro que comenzó a ela- borarse en 1749 y que sería y es conocido con el nombre de su mentor (3). Ese catas- 99 Padrón de viviendas, cuevas y solares existentes en Melilla en 1753 elaborado por Joseph de Ossorno Isabel Mª Migallón Aguilar Archivo Central de Melilla Agosto 2008 (1) Hijo del Gran Delfín de Francia, Luis, y de Ana Victoria de Baviera, nació en Versalles el 19 de diciembre de 1683 y falleció en Madrid el 9 de julio de 1746. (2) Hijo de Felipe V y Maria Luisa de Saboya, naci- do en Madrid el 23 de septiembre de 1713 y fallecido en Villaviciosa de Odón (Madrid) el 10 de agosto de 1759. Contrajo matrimonio con Bárbara de Braganza. (3) Sobre el Catastro de Ensenada, véase: DURÁN BOO, I. y CAMARERO BULLÓN, C. (2002): El Catastro de Ensenada, magna averiguación fiscal apara alivio de los vasallos y mejor conocimiento de los reinos, 1749-1757. Madrid, Dirección General del Catastro, Ministerio de Hacienda.

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Cuando el 28 de marzo de 1753, el Comi-sario de Guerra Joseph de Ossorno da porconcluido el Padrón y Estado General detodas las propiedades que había en Melilla,no podía imaginar, ni tan siquiera pensar,que un documento meramente administrati-vo que seguramente tuvo que elaborar comorepresentante del Ministerio de Haciendasería, dos centurias después, elemento clavepara conocer detalladamente esta fortalezaen la que él estuvo viviendo, con su familia,durante al menos una década, en pleno sigloXVIII, período éste de profundos cambios entodos los aspectos de la vida, auspiciados porel advenimiento al trono español de la dinas-tía de los Borbones.

Las formas y maneras francesas llegande la mano del nuevo monarca, nieto deLuis XIV, el duque D´Anjou, quien reina-rá como Felipe V (1), siendo heredero del

último de los Austrias, Carlos II, fallecidoen 1700 sin descendencia. Fue el impulsorde la renovación que se produjo en el ámbi-to cultural español: fundación de la Biblio-teca Nacional (1712), creación de la Aca-demia de la Lengua (1713), etcétera.

Le sucede en el trono su hijo, FernandoVI (2), en cuyo reinado se llevaron a cabouna serie de cambios sustanciales en laAdministración, promovidos por don Zenónde Somodevilla, Marqués de la Ensenada, aquien se debe el catastro que comenzó a ela-borarse en 1749 y que sería y es conocidocon el nombre de su mentor (3). Ese catas-

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Padrón de viviendas, cuevas y solares existentes en Melilla en 1753 elaborado por Joseph de Ossorno

Isabel Mª Migallón AguilarArchivo Central de Melilla

Agosto 2008

(1) Hijo del Gran Delfín de Francia, Luis, y de AnaVictoria de Baviera, nació en Versalles el 19 de diciembrede 1683 y falleció en Madrid el 9 de julio de 1746.

(2) Hijo de Felipe V y Maria Luisa de Saboya, naci-do en Madrid el 23 de septiembre de 1713 y fallecido enVillaviciosa de Odón (Madrid) el 10 de agosto de 1759.Contrajo matrimonio con Bárbara de Braganza.

(3) Sobre el Catastro de Ensenada, véase: DURÁN

BOO, I. y CAMARERO BULLÓN, C. (2002): El Catastro deEnsenada, magna averiguación fiscal apara alivio de losvasallos y mejor conocimiento de los reinos, 1749-1757.Madrid, Dirección General del Catastro, Ministerio deHacienda.

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Figuras 1 y 2: Abajo, panorámica de los baluartes de San Pedro Alto y Cinco Palabras en el segundo y tercer recin-to fortificado, respectivamente. Al fondo, la Melilla moderna abierta a nuevas tendencias arquitectónicas, muy ale-jada de aquélla que catastra Ossorno. Arriba, Vista del baluarte del Caballero de la Concepción. Actualmente esla sede del Museo Militar de Melilla.

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PADRÓN DE VIVIENDAS, CUEVAS Y SOLARES EXISTENTES EN MELILLA EN 1753 ELABORADO POR JOSEPH DE OSSORNO

tro debía ser la pieza clave para una profun-da reforma fiscal en la Corona de Castillaque habría de pasar por sustituir las deno-minadas rentas provinciales por una únicacontribución, que sería universal –pues,cuando se implantase, contribuirían tam-bién la nobleza y el clero– y proporcional ala riqueza de cada contribuyente. A Ensena-da se debe también la Planimetría General deMadrid, puesta asimismo en marcha enoctubre de 1749. Con este catastro urbanobuscaba la modernización y actualizaciónde un impuesto de origen medieval quesoportaban las casas de la Villa y Corte,denominado regalía de aposento (4).

La Plaza de Melilla en el siglo XVIII

No resulta, pues, extraño pensar que entoda esta vorágine de cambios se vierainmersa Melilla, tan lejana geográficamen-te, pero tan cercana por su población,carácter y costumbres europeas.

Unos años antes, en 1747, en la Impren-ta de El Mercurio de Madrid, sita en la calledel Caballero de Gracia, ve la luz la prime-ra edición de la obra del melillense JuanAntonio de Estrada y Paredes, tituladaPoblación general de España, historia crono-lógica, sus tropheos, blasones y conquistasheroycas, descripciones y sucesos que la ador-nan, en que se incluyen las islas adyacentes yPresidios de África, que dedica al ministrode Hacienda, Guerra, Marina e Indias:

“dedícase al Excelentísimo Señor D.Zenon de Somodevilla, Marqués de la Ense-nada, del Consejo de Estado de S.M. y Secre-tario del Despacho”

En ella hace un recorrido por los diversosreinos, principados y condados que forma-ban el reino de España. De éste formabanparte también las posesiones en el norte deÁfrica, que Estrada califica como “Presidios” yes ahí donde hace mención a su ciudad natal,Melilla, a la que describe del siguiente modo:

“ … Está plantificada en sitio llano, á laparte de Poniente del referido seno, cercadade antiguas murallas, con algunos torreonesde figura casi circular, descubierta al Medio-día en equilibrio, casi en amphiteatro, desdeel campo por aquella parte se registran algu-nas calles; éstas son llanas, y las casas labra-das á la manera de España… “

Ésta es la Melilla a la que llega Josephde Ossorno, desde su Palencia natal, paradesempeñar los cargos de Comisario deGuerra, Veedor, Contador y Ministro deHacienda, Marina y Almirantazgo en dichaPlaza (figuras 1, 2 y 3).

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(4) CAMARERO BULLÓN, C. (dir) (1989): Planime-tría General de Madrid. Madrid, Tabacalera, 2 vols.(edición semifacsímil).

Figura 3: Portada del Padrón y Estado General de lascasas, cuebas y solares que el Rey y distintos particularestienen en esta Plaza de Melilla en el presente año de milsetecientos y cincuenta y tres. (Registro de la Propiedadde Melilla).

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Figuras 4 y 5: Arriba, galería de San José. Abajo, uno de los puntos de la misma, utilizado para colocar las teas deiluminación.

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Hasta el siglo XVII este enclave pudomantener su defensa gracias a las murallasque la rodeaban y sobre todo al apoyo delos distintos fuertes exteriores situadosestratégicamente en distintas alturas, perocercanos a la ciudadela y sobre la que tení-an un claro dominio así como de toda lazona circundante por donde se podía pro-ducir un ataque enemigo.

Una ciudad asediada continuamentepor los fronterizos, sin llegar a culminar suempeño. Por ello, adoptaron a partir decierto momento otro sistema de asedio, lallamada “guerra de minas”, llevada a cabobajo la superficie terrestre. Consistía enexcavar galerías bajo las murallas que pre-tendían abatir. Se procedía entonces a lafabricación del “hornillo” o cámara congran cantidad de pólvora, cuya mecha sepreparaba con el tiempo suficiente parapoder huir del lugar una vez encendida. Sila “voladura” o cráter que formaba la explo-sión era lo suficientemente grande, podíaincluso llegar a derribar el lienzo de mura-lla que hasta el momento había permaneci-do inexpugnable.

En los comienzos del siglo XVIII es des-tacable el estudio que sobre esta “guerra deminas” hace el mariscal de campo e inge-niero francés Sansom Des Allois, quienestuvo al mando de la Plaza durante 1715,cuando Melilla sufrió uno de los asediosmás cruentos.

Des Allois observó con rapidez los tra-bajos que realizaban los sitiadores gracias auna serie de respiradores en la superficie.Ordenó entonces la preparación de unoshornillos que, con gran maestría por partede un grupo especializado, consiguió aca-bar con los ramales enemigos y hacerlesdesistir en el empeño.

Durante el diseño y construcción delcuarto recinto, fuera de las murallas de laciudadela, se puede comprobar que, junto alas defensas superficiales, se llevaron acabo otras tantas subterráneas (algunas deellas hoy todavía existentes, aunque sonimpracticables, debido a la acción del tiem-

po y de la mano del hombre que por segu-ridad hubo que cerrar) (figuras 4 y 5).

Así pues, es obvio que esta poblaciónmelillense estaba acostumbrada a sufrirmultitud de calamidades y a sacar fuerzas deflaqueza. La dependencia total de la llegadade víveres desde la Península obligaba enocasiones a vivir situaciones extremas defalta de alimentos y de carecer, en definitiva,de lo más esencial para la supervivencia desus moradores. Gentes de todo tipo, proce-dentes de lugares tan lejanos como Italia oPaíses Bajos, que hacían de ella, entonces, aligual que hoy, un enclave peculiar.

Esa variopinta población estaba forma-da por un buen número de militares, enca-bezados por el Gobernador, que ostentabala máxima representación del gobiernolocal y lo era además del Rey; un Sargentomayor, así como otros oficiales y personalde tropa, tanto de Infantería como de Arti-llería, componían la guarnición ordinariade la Plaza.

El personal sanitario, compuesto pormédicos y cirujanos, la mayoría castren-ses, por sangrador, enfermero mayor y unboticario encargado de suministrar lasmedicinas, era otro de los colectivos quepoblaban el presidio. De ellos dependía elfuncionamiento del Real Hospital, situadoen la calle de la Iglesia, como se mencionaen el Padrón (5), frente a la Iglesia Parro-quial, levantada bajo la advocación de laPurísima Concepción. El asiento del hos-pital se recoge en el Padrón con el número13 y de él se dice que es propio de SuMajestad “con todas sus oficinas, altas ybajas, ynclusa la casa que le dejó don Fer-

(5) Se refiere al de San Francisco, ya que en lafecha de redacción del documento aún no habíancomenzado las obras del Hospital del Rey, cuyo pro-yecto fue redactado por los ingenieros Thomas deWharluzel y Juan de Dios González. Sobre los inge-nieros militares del siglo XVIII, véase: CAPEL, H. yotros (1983): Los ingenieros militares del siglo XVIII.Repertorio biográfico e inventario de su labor científica yespacial. Barcelona, Universidad de Barcelona.

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nando Quintana, veedor que fue del Peñón,en que está colocada la votica”. “Se estáreparando la ropería y saleta que amenazanruina” (figura 6 y 7).

El Administrador de la Renta del Taba-co, o de la de Naipes, así como el Veedor ylos oficiales que le ayudaban en el ejerciciode sus funciones constituían los más altoscargos de la Administración civil y, además,estaba todo el personal de las maestranzas:albañiles, carpinteros, herreros, maestrosde minas, toneleros, etcétera.

Pero, además, por su carácter de presi-dio, tenía un elevado volumen de desterra-dos o confinados que eran enviados a cum-plir sus condenas y en alguna ocasión seasentaban en la Plaza con sus familias. Éstees el caso de Pedro Baraez, propietario deuna vivienda, nº 7, situada en la calle Igle-sia, o Diego Palomo, quién unos años anteshabía vendido una casa, la nº 56, situada enla calle San Miguel, al artillero Miguel Llatipor setenta y cinco reales. La mayoría deellos trabajaba en las obras de fortificación,quizás albergando la esperanza de poderreducir condena con su labor diaria.

Tan variopinta población desarrollabasu quehacer diario en un reducidísimoespacio, cercado de murallas y torreonesque han resistido estoicamente tanto a lasincesantes descargas de artillería como alimplacable paso del tiempo.

En este espacio y entre estas gentes esdonde encontramos a Joseph de Ossorno amediados del siglo XVIII. Aunque no sepueden dar las fechas con exactitud, poralgunos documentos existentes en el Archi-vo Central de Melilla, se sabe que al menosentre 1751 y 1761 estuvo en esta Plaza.Antes había ejercido las mismas funcionesen el Peñón de Vélez, donde había contraí-do segundas nupcias con María FernándezBayña, siendo viudo de Juana Ramírez.Pasado este tiempo, no se tiene noticia deél hasta que, en 1766, se le sitúa comoComisario de Guerra en la vecina ciudadde Ceuta. A partir de esa fecha le perdemosla pista.

Parece que fue una persona muy bienconsiderada entre sus convecinos melillen-ses, pues de él dicen que era “uno de losprincipales individuos de la Plaza y de graninteligencia y talentos”.

Durante esos años, ocupó el cargo degobernador de Melilla Antonio de Villalbay Angulo (1732-1757). Se puede afirmar,sin temor a equivocación, que fueron unosaños de auge y esplendor de la fortaleza,pues una de sus principales preocupacio-nes fue sin duda reforzar las obras de forti-ficación de la misma, sobre todo en lo quese ha denominado el “cuarto recinto”. Esallí donde, bajo la dirección del ingenieromilitar Juan Martín Zermeño (6), se levan-tó el fuerte de Victoria Grande. Posterior-mente también el de San Miguel, amplian-do de este modo el perímetro fronterizo(figuras 8 y 9).

En 1752 comienzan las obras de uno delos edificios más emblemáticos, hoy día, de“Melilla la Vieja”: el hospital del Rey (7).Los autores del proyecto, los ingenierosmilitares Tomás de Warluzel y Juan de Dios González, debieron de compartir conOssorno más de una de aquellas tertuliasen casas particulares (8) que servían de dis-tracción a los oficiales, ante la imposibili-dad de ir de caza, por ejemplo, o hacerexcursiones al campo exterior, fuera de loslímites de la Plaza.

Joseph de Ossorno tuvo también undestacado papel en la ratificación de la Vir-gen de la Victoria como patrona de la Ciu-dad en febrero de 1756.

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(6) Autor también del Castillo de San Fernandoen Figueras (Gerona), de 1753, obra de característicasmuy similares a las de Victoria Grande en Melilla. Du-rante su estancia en la Plaza fundó la primera Escue-la de Matemáticas.

(7) Sede en la actualidad del Archivo Central yServicio de Publicaciones de la Ciudad Autónoma deMelilla.

(8) De ellas hace cumplida mención Carlos PosacMoc, en su trabajo sobre el proceso inquisitorial al ofi-cial Miguel Rubín de Celis.

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PADRÓN DE VIVIENDAS, CUEVAS Y SOLARES EXISTENTES EN MELILLA EN 1753 ELABORADO POR JOSEPH DE OSSORNO

Figuras 6 y 7: Abajo, imagen del antiguo hospital de San Francisco, corresponde a la casa nº 13 del Padrón deOssorno, propiedad del Rey (arriba). Obsérvese que en esta doble página se inicia también el caserío de la calleAlta, con la casa nº 14, propiedad del Sargento mayor don Francisco Alva.

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Una foto fija de la Melilla de 1753: el Padrón Generalde casas, cuevas y solaresmelillenses

Pero, centrémonos en el documentoobjeto de este trabajo: el Padrón y EstadoGeneral de las casas, cuebas y solares que elRey y distintos particulares tienen en estaPlaza de Melilla en el presente año de milsetecientos y cincuenta y tres. En este excep-cional documento aparecen recogidas untotal de noventa y siete casas, veintiséiscuevas y once solares, que constituyen latotalidad de los inmuebles existentes en laPlaza en ese momento (Anexo I). Adelanta-mos ya que, por la información que contie-ne, la metodología de trabajo que se intuye,la documentación que parece haber reque-rido Ossorno para su elaboración y la loca-lización y descripción de los inmuebles,parece estar en estrecha relación con lohecho en Castilla el Catastro de Ensenada y

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Figuras 9: Fuerte de la Victoria Grande, levantado porel ingeniero Juan Martín Zermeño, en el siglo XVIII.

Figura 8: Foso y muro del fuerte de la Victoria Grande.

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en la Villa y Corte con la Planimetría Gene-ral de Madrid (figura 10).

Los asientos de los distintos inmueblestiene dos partes: una, que ocupa en centrode la página, y compone una columna muyancha en la que se recoge su localización, elpropietario y se hace referencia a los docu-mentos que avalan el derecho de propiedad,indicando generalmente la forma de adqui-sición del mismo y anteriores propietarios;la segunda, los márgenes. En el izquierdo,bajo el epígrafe “Número de casas” aparecesiempre el número que se le asigna alinmueble y algunos comentarios. En elderecho, con el epígrafe “Estado en que sealla”, se recoge una detalladísima descrip-ción de la vivienda. En muchos casos, esa

descripción parece estar escrita por unamano distinta que el cuerpo central deldocumento y el número del inmueble. Y,desde luego, es un añadido coetáneo a laconfección del grueso del libro y responde,sin duda, a una visita calle y casa hita de laciudad, igual que se hizo en el Catastro deEnsenada y en la Visita General de las casasde Madrid, paso previo al levantamiento dela Planimetría General (9).

El documento recoge una a una todas lascalles y plazas melillenses y dentro de cadacalle los asientos referidos a los inmueblessituados en ella. Se abre, como no podía sermenos, con la Plaza del Gobernador y la callede la Iglesia y se cierra con la Plazuela de laHerrería. Cada uno de los asientos se iniciacon los datos relativos a la localización exac-ta del inmueble en la calle correspondiente ycon una descripción de sus linderos. Veamosun par de ejemplos: los asientos de las casasnº 14 y 77, situadas en las calles Alta y Para-da respectivamente, se inician así:

“Marchando desde la Yglesia a esta calleen la zera de mano derecha está la primeracasa, lindando por una parte con el Real Hos-pital y, por la otra, con la de los herederos deDon Juan Andrés del Tosso, Governador quefue de esta Plaza…”

“Lindando por el costado derecho con eloyo de la Cárzel; por el izquierdo haze frente alas Casas de don Thomás Exarch, por la espal-da con las de don Antonio Pérez Medellín; y alfrente principal a la muralla real …”.

En el caso de la Planimetría de Madrid, alexistir cartografía y poder verse claramentelas casas colindantes y la posición del inmue-ble en la manzana, los linderos que se reco-

(9) MARÍN PERELLÓN, F .J. (2000): “La PlanimetríaGeneral de Madrid y la visita de casas, 1750-1751”, enCT Catastro, 37, pp. 87-114 y CAMARERO BULLÓN, C.(2006): “Dos catastros para el Madrid del siglo XVIII.El Catastro de Ensenada y la Planimetría General deMadrid”, en CT Catastro, 58, pp. 87-128.

PADRÓN DE VIVIENDAS, CUEVAS Y SOLARES EXISTENTES EN MELILLA EN 1753 ELABORADO POR JOSEPH DE OSSORNO

Figura 10: Primera página del Padrón. Obsérvese laestructura en tres columnas de texto. La de la izquier-da, con el epígrafe “Número de casas”, la central, contodos los datos relativos al edificio y, la de la derecha,con datos relativos al “Estado en que se alla”. Las dosprimeras casas son propiedad de Su Magestad. La pri-mera es la residencia del Gobernador.

Page 10: Padrón de viviendas, cuevas y solares existentes en ...€¦ · denominado regalía de aposento(4). La Plaza de Melilla en el siglo XVIII No resulta, pues, extraño pensar que en

gen son los de ésta. Obsérvese la similitud apartir de la descripción de la manzana 307:

“Empieza a numerarse por la calle delPiamonte, baja por la Real del Barquillo, cerade mano derecha, vuelbe por las Siete Chime-neas, continuando por la de la Libertad deSanta María del Arco, y Vieja de Santa Bár-bara, hasta la citada del Piamonte”. (10)

Para la elaboración del Padrón, Ossornoutilizó una metodología de trabajo muysimilar a la seguida en el Catastro de Ense-nada para comprobar la legitimidad de lasrentas y derechos enajenados a la Corona yen la Planimetría General de Madrid paraconocer la situación de los inmuebles res-pecto a la regalía de aposento y a su valor enrenta. Durante meses, don Joseph realizóacopio de documentación, tal como escritu-ras, autos o diligencias, que le sirvieran paracorroborar y autentificar los derechos de lospropietarios de cada uno de los inmueblesexistentes en la Plaza y para dilucidar exac-tamente aquéllos pertenecientes al Rey,como era el caso, por ejemplo, de la casadestinada a alojamiento del Gobernador,(11) en la plaza del mismo nombre. Todoello queda bien demostrado a lo largo delPadrón, ya que no sólo se especifica el pro-pietario en el momento de la realización delmismo sino que con frecuencia se detallanlos anteriores propietarios, llegando inclusoa remontarse al siglo anterior.

Es el propio autor del Padrón quién a lafinalización del mismo indica con qué ele-mentos ha contado para su elaboración:“Todo lo conthenido en este Padrón o estadogeneral es comforme a las escripturas ydemás instrumentos originales que me hanpresentado los interesados (a quienes losdevolví)…” (figura 11).

Volvamos a la casa 14. Establecidos suslinderos, se pasa a recoger todo lo relativoa la propiedad:

“propia de don Francisco de Alva, sargen-to mayor de ella, que la compró al subthe-niente don Juan Gómez de Rivera, segúnrefiere la escriptura que se otorgó ante JosephMonclús, escrivano de Guerra en este Presi-dio el día ocho de abril de mil setezientos y

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(10) Las descripciones de la Planimetría las toma-mos de la edición semifacsímil, recogida ut supra. Dichaedición consta de dos volúmenes, el primero contiene tresestudios, a cargo de A. López Gómez, F. Marín Perellón yC. Camarero Bullón, y los planos de las 557 manzanas. Elsegundo, las descripciones de éstas y de las 7.553 casasexistentes en la Villa y Corte. Al estar numeradas correla-tivamente tanto las manzanas como las casas dentro decada manzana y ser fácil su localización, no remitiremos ala página exacta, para facilitar así la lectura de este trabajo.

(11) La casa se describe en el Padrón como una“casa principal, con su alto, bajo, jardín y patio y corrales,propia de Su majestad, destinada a alojamiento del Gover-nador”. En el margen derecho se anota: “Se alla en buenservicio”.

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Figura 11: Última página del Padrón elaborado en1753, que se cierra con la firma de don Joseph deOssorno. A continuación, se incluyen nuevos asientosbajo el epígrafe “Novedades ocurridas después de diriji-do este Padrón”. Se seguirán añadiendo asientos en ellibro hasta junio de 1885, en que se dará por cerradodefinitivamente el documento.

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diez; y por otra hecha ante Miguel DíazNavarro, escrivano de este Juzgado, y sufecha ocho de febrero de mil setecientos y unaños, consta que el zitado don Juan Gómezcompró esta casa al Alférez don Pedro LópezCuriel, quien la hubo siendo cavo de escuadraen esta fortaleza, de Eugenio de Antequera,vezino de ella, según consta de la escripturade venta que a su favor otorgó en veinte y tresde abril de mil seiszientos y ochenta y seisante Manuel Ruiz de Oca, escrivano de Gue-rra en esta Plaza; constando así mismo porotra escriptura de venta zelebrada ante JuanRomeral el día treinta de abril de mil seis-zientos setenta y ocho que el zitado Eugeniode Azqueta compró esta casa al cavo deesquadra Andrés López de la Mota, vezino ynatural de esta Plaza, saliendo por fiadora alsaneamiento [sic] Antonia González, sumuger, de que hizo asimismo escriptura endiez y nueve de junio de mil seiszientos ysetenta y nueve a instanzias de dicho Azque-ta ante el propio escrivano Romeral, y endicha escriptura de venta declara el dichoAndrés López de la Mota que esta casa lahubo y compró de su suegra, doña Andrea deMaya, ya difunta, remitiéndose a escripturaque pasó ante dicho Romeral.” (12)

Pero no siempre resultó tan sencilla laacreditación de la propiedad como en la casaantecedente. En algunos casos la documen-tación se había perdido o destruido. Del

momento y forma en que había acaecido lapérdida suele quedar información en nues-tro documento. Veamos algunos casos. Elcapitán graduado Cristóbal Caetano de Que-sada, que había adquirió su casa, situada encalle de la Iglesia (casa núm. 3), al desterra-do Juan Rodríguez de Antequera, con moti-vo de uno de los asedios de la Plaza:

“…embió su familia a España con todossus papeles, y al retirarse a esta Plaza diocaza a la embarcacion en que venían […] yentre el equipaje que arrojaron al mar elpatrón y marineros para dejar la nave máslijera, fue el baúl en que conduzia el trasladode dicha escriptura”.

No es el único caso en el que el mar se“adueña” de los títulos de propiedad, casosimilar es el ocurrido a Andrés de Narváez,quién perdió la escritura de su casa sita en lacalle de la Soledad (casa 45) junto con todasu ropa en el trayecto de Málaga a Melilla rea-lizado en una gabarra, donde también fuepreciso aligerar el cargamento de la nave, estavez por el fuerte temporal reinante en lazona. Ossorno le solicitó entonces al Gober-nador que mandase al escribano, en este casoFrancisco Alonso Hidalgo, que hiciese copiadel protocolo. Al no existir en su archivodicho protocolo, se solicitó información alrespecto que fue admitida y aceptada por elGobernador, Antonio de Villalba y Angulo.

Más rocambolesco aun es lo ocurrido aMagdalena de Perea, cuya casa, situada encalle Alta (casa núm. 22), había edificadosu segundo marido, Benito Ibáñez, pagadorinterino de la Plaza, siendo Gobernador dela misma Patricio Gómez de la Hoz (1714-1715). El solar lo adquirió a Joseph Lópezde la Motta y labró la citada casa con mate-riales traídos desde la Península. Pasado untiempo y debido a una enfermedad de éste,ambos “… pasan a España a la curación deciertos accidentes de su marido…”, por loque Magdalena deja la escritura de la pro-piedad a María de Inarte, viuda del Sargen-to Mayor Diego Zazo.

PADRÓN DE VIVIENDAS, CUEVAS Y SOLARES EXISTENTES EN MELILLA EN 1753 ELABORADO POR JOSEPH DE OSSORNO

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(12) Comparemos con la Planimetría, en la que,conocida y comprobada la propiedad, es clave docu-mentar la situación del inmueble respecto a la regalíade aposento. El asiento de la casa nº 2 de la manzana307 reza: Pertenece “a don Joseph Ignacio Goyeneche; secompone de 3 sitios. El 1º fue de herederos de Juan de laSerna, privilegiado sin carga por el doctor Sandi en 30 dejunio de 1590. El 2º de los de Juan Tirso, compuesto porNicolás de Sevilla con 2.500 maravedíes en 12 de octu-bre de 1613; y el 3º de dichos herederos, y de doña Bea-triz ce Bargas, quien lo privilegió en 12 de octubre de1613 con 1.250 maravedíes”. El valor en renta del edi-ficio se cifró en 6.000 rv. Pocos años después, Goye-neche, su propietario y fundador de Nuevo Baztán,privilegiaría sin carga los dos sitios sujetos a la mismaen el momento de realización del documento.

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Restablecido de sus males don Benito,regresan a Melilla y se encuentran con quedoña María había fallecido. No habría mayorproblema si no es porque reciben la confesióndel joven Juan Zazo, quién les dice que,“necesitando papel para liar unos cigarros” yno fijándose en lo que había escrito, habíaroto el documento en cuestión, es decir, queliteralmente se lo había fumado. Como en elcaso anterior, no fue posible recurrir al Archi-vo de Protocolos ya que el original tambiénallí se había perdido. ¡Las gracias que debióde dar al cielo el mozalbete por que don Beni-to fuera pagador que no fusilero! Finalmentetodo se resolvió satisfactoriamente gracias a lainformación y declaración prestada por algu-nos testigos, declaración de la que se levantóauto que fue firmado por el entonces Gober-nador, Alonso de Guevara Vasconcellos.

Para justificar la falta de documentosacreditativos de las propiedades se dan

también otro tipo de razones, como la deFernando Álvarez de Perea y Mon Anaya,quien manifiesta carecer de ellos porque:

“… su Padre no pudo adquirirlos por lapérdida y desarreglo de los papeles de estaPlaza, pero [afirma] que tiene noticias poralgunos escriptos que ha visto que desde elaño de mil seiscientos y diez y ocho están enposesión desta casa sus antepasados…”. Setrata de la casa núm. 30, situada en la pla-zuela del Veedor.

Por su parte, los propietarios de la casanúm. 75 argumentan que:

“en el año mil setezientos veynte y ocho,quando los moros tenían puesto sitio a estaPlaza, cayó una bomba en dicha casa, que laarruinó y perdió entre sus ruinas los títulos depertenencia” (figura 12).

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Figura 12: Final del asiento de la casa 75 e inicio de la num. 76, situada en la calle Parada, una de las más repre-sentativas de la ciudad. En el final del asiento de la casa 75 se informa del asedio y bombardeo a que los moroshabían sometido a la ciudad en 1728.

ISABEL Mª MIGALLÓN AGUILAR

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Se da el caso también de quienes a fuerzade hacerse los remolones ni presentan ladocumentación ni informan de su pérdida,caso de que hubiere acaecido, como los here-deros del que fuera cirujano, Francisco Amo-roso, propietarios del solar núm. 4, sito en lacalle San Antón. Al parecer, tras haber dis-puesto del tiempo suficiente para haberlohecho, cuando se confecciona el documentono lo habían “ejecutado”.

Como apuntaba anteriormente, no todoslos inmuebles eran propiedad de particula-res, había algunos que pertenecían al rey: tales el caso del que había situado junto a laIglesia conocido como “La Tahona”; el solarnúm. 3, sito en calle Ledesma, utilizadocomo huerto y jardín por los veedores, seiscuevas en el llamado “Oyo de la Cárzel” yotras dos en el “Oyo de los Carneros”. De lasprimeras, se dice que “una sirve para el cuer-po de guardia; otra inútil, otra se emplea encustodiar vestuario biejo y las demás se alqui-

lan a soldados o desterrados”. Junto a estascuevas, hay otra, propiedad de los herederosde don Andrés Álvarez, que se halla hechasolar como consecuencia de las fuertes llu-vias acaecidas en 1751. En la calle Alta,demarcada con el núm. 18, hace esquina unacasa “propia de Su Majestad” (figura 13).

Es también del rey la cueva núm. 18,situada frente al Corral de los Carneros,usado para el alojamiento de los desterra-dos que estaban empleados en los almace-nes de víveres; igual ocurre con las cuevasnúm. 19, 20 y 21. En la ya desaparecidaplazuela de la Herrería, haciendo esquina ala callejuela de los Almacenes (núm. 94),había otra casa perteneciente al Real Patri-monio, que se arruinó posteriormente.

Y desde luego, la casa donde reside elGobernador, primer asiento en el Padrón, lanúm. 2, que linda por un costado con éstay por el otro con la casa de don DomingoLópez Curiel.

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PADRÓN DE VIVIENDAS, CUEVAS Y SOLARES EXISTENTES EN MELILLA EN 1753 ELABORADO POR JOSEPH DE OSSORNO

Figura 13: Doble página en la que aparece el asiento de las cuevas situadas en el paraje denominado Oyo de laCárcel, seis de la cuales eran propiedad del rey. Poco después este lugar se transformó para construir el HospitalReal, hoy sede del Archivo Central de Melilla.

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Como era de esperar, había tambiénalgunas casas de propiedad eclesiástica, ennuestro caso de la Iglesia Parroquial, porejemplo, la casa núm. 82, sita en la calleParada; se decía de ellas que tenían el “dere-cho de fábrica”, es decir, que la renta quepor ellas percibía la parroquia debía ser uti-lizada para sufragar los gastos del manteni-miento y reparos del edificio y para el cultodivino (figuras 14 y 15).

También aparecen en calidad de propie-tarios algunas de las cofradías y hermanda-des religiosas que había en Melilla, tal es elcaso de la casa núm. 55, sita en la calle SanMiguel, perteneciente a la cofradía deNuestra Señora del Rosario o la registradacon el núm. 85, situada en el llamado“Quartel Biejo de Villalba”, que era de lahermandad de las Ánimas.

La forma que se empleaba para podervender tanto las casas como los solares enla Plaza es curiosa, pues era costumbre

“sacarlas al pregón”, es decir, que duranteun tiempo se voceaba la venta y se poníanedictos en los lugares más señalados o con-curridos para que todas las personas tuvie-ran conocimiento de la situación delinmueble. Es probable, aunque no estamosen condiciones de afirmarlo con rotundi-dad, que, dada la especial idiosincrasia dela Plaza y la movilidad de su población, elmercado de venta de inmuebles fuese másdinámico que en muchas ciudades mediasy pequeñas de la Península.

Además de la compra, otras formas deacceso a la propiedad aparecen tambiéndocumentadas en nuestro padrón. Se podíaadquirir una propiedad a través de herencia,pasando de padres a hijos, como los herma-nos María y Francisco Delgado, quieneshabían heredado de su madre, María dePerea, una casa, la núm. 63, situada en calleSan Miguel; destacan por su elevado núme-ro las casas pertenecientes a los herederos

ISABEL Mª MIGALLÓN AGUILAR

Figuras 14 y 15: Iglesia Parroquial de Melilla, levantada bajo la advocación de la Purísima Concepción. Da nombre ala calle de la Iglesia, hoy Miguel Acosta, de la que puede verse una imagen actual. La iglesia era propietaria de algu-nas casas, cuyas rentas se utilizaban para el mantenimiento del edificio de la misma y para los gastos del culto.

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de Fernando Antonio de la Quintana y sumujer Andrea de Guerra: la casa, 68, sita enla calle San Miguel, y las núm. 77 y 78, enla calle Parada. O la transmisión de tíos asobrinos. En este supuesto destaca sobre-manera el vínculo (13) realizado por el quefuera Gobernador de Melilla, Juan Andrésdel Tosso, quien, al no tener descendenciadirecta, dejó a sus sobrinos, Francisco yRosa, varias propiedades tanto en la Plazacomo en Málaga: las casas 66, 72 y 73 en lacalle San Miguel; 80, 81 en la calle Parada,y cueva núm. 26 en plazuela de la Herrería,son algunas de ellas. Eso sí, como veremos,la herencia tuvo algunas contrapartidas,entre ellas una carga de misas, pero seme-jante patrimonio inmobiliario bien valíaunas cuantas misas.

Y es que, como era muy frecuente en laépoca, pesaba sobre algunas casas la carga desufragar los gastos de celebración de misas,probablemente en memoria de alguno de susanteriores propietarios. Igual que en elCatastro de Ensenada, esa carga se recoge, altratarse de una limosna hipotecaria, y portanto una carga fija y estable. De la casanúm. 37, ubicada en la calle Ledesma, seanota que tiene el cargo: “… de celebrar dosmisas cantadas en cada un año…” ; en el casodel inmueble núm. 46, sito en la calle de laSoledad, se hace mención a un solar quehabía quedado por muerte de Juan de Pereay sobre el que pesaba la obligación de que“… sus réditos se invirtiesen en misas por lasvenditas Ánimas…”; también es el caso de lacasa 41, que posee Antonio Pérez Medellín,situada en la calle de San Antón, que estágravada con la carga y pensión de una misaanual a San Antonio. Pero, más gravosa era la carga que don Juan Andrés del Tosso,Gobernador de la Plaza, dejó a sus sobrinosy herederos, Francisco y Rosa del Tosso. Elmencionado Gobernador constituyó un vín-

culo con las casas que hemos visto poseía enMelilla y en su testamento, otorgado el 26 deenero de 1732, estableció, entre otras man-das y condiciones, que, con cargo a esasviviendas, habrían de celebrarse “dos misasrezadas en cada un día desde el de su fallezi-miento en adelante perpetuamente”. No debíade tener muy tranquila su conciencia donJuan Andrés cuando creía necesitar tantasmisas para entrar en el Reino de los Cielos.

Había también algunos inmuebles queestaban gravados con algún censo, lo quesignifica que eran la garantía de algún prés-tamo hipotecario, denominado entoncescenso, o que estaban cargados con un pago aperpetuidad o a muy largo plazo por el usodel suelo. Es ilustrativo el caso de la casanúm. 53, sita en la calle San Miguel, queaparece gravada con un censo de 200 realesde principal a favor de la fábrica de la parro-quial de Melilla, que sus propietarios redi-men en diciembre de 1729. En el caso dealgunas casas, se recoge expresamente queestán libres de “… todo zenso y gravamen”.Las cargas hipotecarias se recogen tambiénen el asiento de los inmuebles urbanos yrústicos en el Catastro de Ensenada, lo queha permitido la realización de algunos estu-dios muy interesantes sobre endeudamien-to. En ellos se ha podido constatar cómo lashipetecas se establecen principalmentesobre las tierras cuando éstas son de buenacalidad, caso de los pueblos de la Riberaburgalesa, y sobre las casas cuando la cali-dad de la tierra es baja, como en el caso deLedesma (Salamanca). Cuando las tierrasson pocas o comunales y las casas paupérri-mas, el endeudamiento es nulo: nadie pres-ta al que poco o nada tiene (14).

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PADRÓN DE VIVIENDAS, CUEVAS Y SOLARES EXISTENTES EN MELILLA EN 1753 ELABORADO POR JOSEPH DE OSSORNO

(13) Recibe este nombre la unión y sujeción delos bienes al perpetuo dominio en alguna familia, conprohibición de enajenación y carga piadosa.

(14) BEJARANO RUBIO, A. y TORIJANO PÉREZ, E.(1994): Ledesma en 1752 según las Respuestas Genera-les del Catastro de Ensenada. Madrid, Centro de Ges-tión Catastral y Cooperación Tributaria, y CAMARERO

BULLÓN, C. (1986): “Endeudament i detracctions a laCastella de l’Antic Règim (anàlisi de quaranta i nouviles burgaleses, en Recerques, 18, pp. 73-106.

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Nuestro documento aporta tambiénuna información que no aparece en losotros catastros españoles de la época: lapertenencia de algunos inmuebles a la doteque la mujer llevaba al matrimonio (15)Esta circunstancia se da, por ejemplo, enAndrea de Guerra, casada con don Fernan-do Antonio de la Quintana y en concretoen una propiedad de la calle San Miguel, lacasa 53, a la que acabamos de referirnospor haber estado hipotecada, que fueadquirida con dinero aportado por la suso-dicha al matrimonio, pero gracias a unaumento de su dote (figuras 16 y 17).

Además de para conocer los nombres decalles de Melilla, unas que, como San

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Figuras 16 y 17: Vista de la calle de San Miguel desde el Arco, en la que se encuentra situada la casa 53, cuyo finalde asiento se recoge en la imagen de la doble página del Padrón. Dicha casa, adquirida por sus dueños con partedel dinero de la dote de la mujer, estuvo cargada, hasta 1729, con un censo de 200 reales de principal a favor dela iglesia parroquial de la Plaza.

(15) Conjunto de bienes (ropas, dinero, alhajas,muebles, etc.) y derechos que eran aportados por lamujer al matrimonio y que, en caso de disolución delmismo, debía ser devuelto a ésta.

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Miguel, Ledesma, Soledad o Parada (conanterioridad plazuela del Potro), etc., aúnperduran en el callejero de este barriomientras otras, como San Francisco, pla-zuela de la Herrería o del Potro, se hanperdido y pertenecen a la historia delmismo, los nombres de los propietarios delos inmuebles y su forma de acceso a lapropiedad, y de las gentes que de unaforma u otra tuvieron relación con estaspropiedades (escribanos, gobernadores,etc.), el Padrón de Joseph de Ossorno espieza clave para conocer cómo eran lascasas. Y ello es así, porque, como hemosavanzado, se debió de girar visita, se reco-nocieron y se describieron una a una, ano-tando la descripción en los márgenes deldocumento.

La mayoría de ellas contaban con dosplantas, “con alto y bajo”, el número de pie-zas no era muy elevado: cuartos, alcobas,cocina, salas, etc., a los que solía adosarseuna cueva o un corral e incluso un “orno depan cozer”. No se proporciona informaciónde las dimensiones que tenían, pues nodebieron de medirse, pero los datos aporta-dos dan idea también de la situación econó-mica y el estatus social de sus moradores.

“Tiene alto y bajo, éste consiste en un por-tal, un patio, una salita una cozina y doscorrales y con puerta a la calle para alquilarhay un portal, una sala, dos quartos, unacozina y un patinico. Lo alto es una escalera,un corredor, una antesala, una sala, una alco-ba, dos quartos y una zotea…” (casa 34,calle Ledesma)

“Esta casa baja tiene un portal con unorno de pan cozer, un callejón, una salita consu alcoba, una cozina, una azotea, y unacueba…” (casa 55, calle San Miguel).

De todas las casas relacionadas, la quemayor número de piezas tenía era la núm.65, perteneciente al vínculo de Juan Andrésdel Tosso, y por tanto de sus sobrinos Fran-cisco y Rosa, situada frente a las Peñuelas,

esquina a la calle Ledesma. Ossorno la describe del modo siguiente:

“Esta casa tiene alto y bajo con quatropuertas a la calle, las dos viviendas que alqui-la, la otra del orno de pan cozer, que está enla calle Ledesma y la otra de la bibienda prin-cipal, todo se compone de quatro portales,una antesala, quatro salas, catorze cuartos,una despensa, una bóbeda; dos patios, trescozinas, dos corralitos, un corral, quatroalcobas, un orno de pan cozer y tres azoteas.Las maderas de los cuartos altos de buen ser-vizio. Las de los bajos de mediano inútil. Lasparedes de servicio”.

Comparemos estas descripciones con lasincluidas en los catastros de Patiño y Ense-nada y veremos cómo son muy similares, sibien en éstos siempre se recoge el valor dela casa ya sea en venta o en renta, pues ésaserá la base imponible para la exacción delimpuesto. En el de Ensenada, además, apa-recen las medidas, puesto que, a diferenciade las tierras, todas las casas se midieron:

“Una casa situada en lo carrer del Mitg,propia de Magi Bresco, consisteix en una sala,seller, cuyna y tablix, un quarto y algofa, esti-mada la propietat en quoranta lliures y […],habitada per son duenyo, confronta a llevantab la casa de Maseu Daro, ha Mitgdi ab loportal, ha ponent ab la Rectoria y ha munta-na ab dit Carrer” (Ballebrera, Lérida) (16).

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(16) La descripción que recogemos se ajusta a loestablecido en los modelos elaborados para la averi-guación catastral. Para las casas, reza el modelo: Mode-lo de partida de casas abitadas ò en preu: Una casa situa-da en lo carrer de tal, propria de F. de tal, consisteix entals y tals quartos, o aposentos, estimada la proprietat entanta quantitat, habitada per son duenyo, o llogada per F.en tanta cantitat. Confronta… Vid.: CAMARERO BULLÓN,C. Y FACI LACASTA, P. (2006): “La estructura docu-mental del Catastro de Patiño según las reglas anexasal Real Decreto de 9 de diciembre de 1715”, en CTCatastro, 56, pág. 96, de las mismas autoras: “La legis-lación del catastro de Patiño”, en CT Catastro, 59, pp.124 www.catastro.minhac.es.

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“Una casa en la Plaza, con 18 varas defrente y 45 de fondo, su havitación consiste ensala, alcoba, dos cuartos, dos cámaras, bode-ga, pajar, portal, cozina, cuadra, cubaa,corral y pozo Linda con dicha plaza y calledel Convento y en arrendamiento hará 180reales de vellón”. Propietario, AntonioCampo, labrador (Griñón, Madrid) (17).

Los materiales utilizados en la mayorparte de las construcciones melillenses delmomento eran de poca calidad. Se empleaba

sobre todo la madera, el barro y la piedra. Deahí que los fuertes temporales, que azotabanMelilla, como las fuertes lluvias de 1751, lastormentas de arena con la capacidad abrasi-va de la misma o los periódicos movimien-tos sísmicos tuvieran graves repercusionesen la habitabilidad de las casas, llevandoalgunas hasta un estado lamentable y casiruinoso. Para el enlucido de las paredes seutilizaba la cal (figura 18).

A estas casas, cuevas y solares había quesumar también cuatro almacenes: tres devíveres y uno de municiones, así como uncorral para carneros.

Joseph de Ossorno finaliza la relaciónde propiedades con una breve descripcióndel entorno fortificado:

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Figura 18: Reconstrucción ideal de una casa tipo de la Melilla del momento en que se elabora el Padrón de Ossor-no. (Dibujo: Fernando Cuesta Salvador).

(17) CAMARERO BULLÓN, C. (2006): “El Catastrode Ensenada, fuente para el estudio de las ciudades dela Corona de Castilla a mediados del siglo XVIII”, enCittá e Storia, 02/06. pág. 411.

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“… ocupan el rezinto de esta Plaza enfigura de un polígono irregular, teniendopor perímetro la Muralla real, y en su planse allan las vaterías del torreón de lasCabras y en este un almazenillo de pólvoracon su tambor; la Florentina: San Juan: lasMaestranzas: San Phelipe con su pequeñomirador o glorieta techada; la cortina, y enella un quartel con su cozina para aloja-miento de artilleros, un quartito de tablaspara el reloj, su Campana, y un repuesto depólvora con su tambor; La concepción, y ensu rampa tres cuarteles con sus taquillas; elalmazenillo volado, y a su frente bajo elterraplén de la muralla el almazén princi-pal de la polvora, que oy está descompues-to; los torreoncitos y las garitas correspon-dientes…”

La fecha, con la que se da comienzo aestas líneas y la firma del autor, ponen fina una primera parte del documento que esel Padrón, propiamente dicho. A partir deaquí se abre una segunda, bajo el epígrafede “Novedades ocurridas después de dirijidoeste Padron”, con una serie de partidas ynotas que comienza el propio Ossorno,para continuar el que pudo ser su inme-diato sucesor en el cargo de Veedor,Manuel Llorente y Perea y diversos Comi-sarios de Guerra: José Novelle, DemetrioFuente, José Cordonié de la Torre, Fran-cisco Vives, por citar algunos de los que yaejercieron tal función en el siglo XIX (figu-ra 19).

Este Padrón finaliza más de cien añosdespués de su inicio, con una certificación

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PADRÓN DE VIVIENDAS, CUEVAS Y SOLARES EXISTENTES EN MELILLA EN 1753 ELABORADO POR JOSEPH DE OSSORNO

Figura 19: Tras su realización, el Padrón siguió vivo hasta 1885, por lo que se irá incluyendo nueva informaciónsobre los inmuebles melillenses por el propio Ossorno y otros veedores y comisarios de guerra. Las páginas queaparecen en la imagen tienen asientos que son en su mayoría de hacia 1850 y pertencen al Comisario de GuerraFrancisco Vives.

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de Mariano Moreno y Campillo, Comisa-rio de Guerra y Registrador de la Propie-dad de Melilla y Manuel Mira Santaolalla,Delegado especial del Registrador de laPropiedad de Málaga, en la que indicanlos asientos que dan comienzo y fin a laobra:

“… tuvo principio con el asiento de la ins-cripción de una casa propiedad del Estado,destinada para alojamiento al Señor Gober-nador y concluye con otro asiento de la ventade una casa propiedad de Don José Cordoniede la Torre a favor de su hijo Don José Cordo-

nié y Cortés en la cantidad de seis mil qui-nientos Reales de vellón: dicha casa estásituada en la calle de San Miguel. Melillatreinta de junio de mil ochocientos ochenta ycinco…” (figura 20).

Para quienes sientan verdadero interéspor conocer cómo era Melilla en aquel siglotan revolucionario y convulso, o quienestengan deseo de averiguar datos familiaresy llegar a reconstruir, en parte, la poblaciónque durante casi dos centurias vivió en esterecinto fortificado, este Padrón y EstadoGeneral, elaborado por Joseph de Ossorno,es de obligada consulta.

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Figura 20: El documento se cierra con una diligencia de Certificación firmada por el Comisario de Guerra y Re-gistrador de la propiedad, Mariano Moreno y Campillo y por Manuel Mira Santaolalla, Delegado Especial delRegistrador de Málaga, con fecha 30 de junio de 1885

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En los primeros instantes puede ser algoenrevesado por la cantidad de nombres queen él aparecen pero al cabo de unos momen-tos, el lector se siente tan impregnado de sucontenido y tan implicado en los sucesos

que en él se relatan que fácilmente puedellegar a pasear mentalmente por aquellascalles de toscos adoquines, entre casas depiedra y barro encaladas “a la manera espa-ñola”, que hoy no son más que un recuerdo.

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Anexo 1Distribución de casas, cuevas y solares en las diferentes calles y plazas

Calle/Plaza Casas Cuevas SolaresPlaza del Gobernador 2Calle de la Iglesia 10 2Calle Alta 16Plazuela del Veedor 3Calle Ledesma 2 1Calle de San Francisco 3Calle de San Antón 7 1Calle de la Soledad 4Calle de San Miguel desde el Arco hasta el Torreón de las Cabras 24 3Paso de la Plazuela de San Miguel al Torreón 2Parada 2Oyo de la Cárzel 7 2Parada 5 1 1Bajada al Torreón de las Cabras a la Florentina 1Cuartel Viejo de Villalba 2 5Oyo de los Carneros 4Desde la Florentina hasta el Almacén de Real Artillería 7Calle de los Almacenes 3 8Plazuela de la Herrería 4 1 1TOTAL 97 26 11

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ISABEL Mª MIGALLÓN AGUILAR