pablo a deiros la accion del esp. santo en la historia x eltropical

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Page 1: Pablo a Deiros La Accion Del Esp. Santo en La Historia x Eltropical

~

LAACCION DEL~--

ESPI TUSANT ~HISTORIA

Las lluvi as tempranas (años 100 - 550)

PABLO A. DEIROS

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"LAACCION DEL

EspíRITUSANTO ~HISTORIALos prim eros 500 años

Los hisrorios del crisrionlsrno rrodkionoles se concentrenespecíolrnenre en hisrorior cuestiones irsriructonoles. políricos.con énfasis sobre reyes, obispos, monjes, ere. ¿Cómo sería unohisrorío del resrírnonio crisríono que siguiera el enfoque deLucas en Hechos?

Esro es lo ideo de esre libro. Lo acción del Espíritu Sonro en lohistorio es el primer romo de uno rrilogía que recupero de losfuemes primarios de lo hisrorio del crisrianismo los resnrnonlosde lo que ha hecho el Espíriru Somo o rrovés de los riernpos .Capírulo rroscopítulo. con gran erudic ión , el ouror va orondoo los podres oposró licos. los apologisrasy orros como resriqosde lo acción del Espíriru, según se iba reflejando en m ilagros,prodigios , señales y especialmeme en el ejerc icio de los donesespiriruales.

El DR. PABLO A.DEIROS espostor de uno iglesia bautistarenovado en BuenosAires, Argentino. Durante muchosaños ha sido profesor de historio del cristianismo en elSeminario Bourísro Internacional, yen numerososocasiones ha sido profesar invitado en seminariosteológicos comoel Southwesrem l3aptist Serninory elNorthern l3aptist Theological Seminaryy el PrincetonTheologicol Seminary. Ha escrito numerosos libros, entreellos Latinoamérica en /lomos (obro que escribió conCarlos Mraida) y Protestantismo en AméricaLatino.

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PABLO A. DEIROS

"LAACCION DEL

"ESPIRlTUSANTO ~-HISTORIAlas Lluvias Temp ranas

( a ño s 100-550)

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Page 4: Pablo a Deiros La Accion Del Esp. Santo en La Historia x Eltropical

Edilonal Caribe una división de Thom as NcJson Publishcrs

I() 1998 [tlitllri",1Ca r ihe

E-Moi/: ..xIiloriol('!"1cJ itorialcari1'11:.r.;¡IIl\"'"'W.editoriafcaribecon¡

ISBN: O-tN 922-J 95_X

Rese rvados lodos 101' derechos.

Prohibida la reproducción [(I(al tl parcialde esta ob ra sin la debida autorizaciónde: los a:litur","S.

Impreso cnEE UU.Pnnted in thc USA

CONHNIDO

Prefacio 5

Introducción 9

1. Los Padres Apostólicos 37

2. Los apologistas griegos 69

3. El cristian ismo del siglo 11 91

4. Heterodoxia y disidencia 119

5. Oposición y fuente s apócrifas 141

6. El cristianismo del siglo 111 163

7. El cristianismo institucionalizado 193

8. El movimiento monástico 227

9. El cristianismo del siglo V 261

Bibliografta citada y consultada 293

Administrador
Texto escrito a máquina
EX LIBRIS ELTROPICAL
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PRffACIOEl Señor o •• os ha dado la primera lluvia a su tiempo, yhard descender sobre vosotros lluvia temprana y tardíacomo al principio. Joel 2.23

iI Existe una continuidad dinámica entre la misiónde Jesús y la misión de la iglesia. Todos losevange lios sinópticos, que describen el ministeriode Jesús, tienen un final que indica el rumbo de

la misión de la iglesia (M ateo 28 .19-20; Marcos 16.15 ; Lucas24.45-48). En el caso particular de Lucas, esta continuidadhistór ica de la misión de Jesús en la Iglesia es afirma da co nmayo r énfas is. En las últimas líneas de su Evangelio, Lucasrecue rda la prom esa de Jesús: «He aquí, yo enviaré la promesade mi Padre sobre vosotros ; pero quedaos VOSotros en la ciudadde J eru salén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto»(Lucas 24 .49). Es haciendo referencia a esta misma promesaque Lucas comienza su relato de las primeras expe rienciasmis ioneras de la iglesia. «Y estando juntos, les mandó que nose fueran de jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre,la cual, les dijo. oíste is de mí» (Hechos 1.4 ).

El elemento conectivo en tre ambas misiones - la de Jesúsy la de la iglesia es el Espíritu Santo. El mismo Espíritu Santoque obró poderosamente a 10 largo del minister io de Jesús(Lucas 3.16,22; 4.1,14), es el que ope ra en la Iglesia y la llena depod er para ir al mundo con el testimonio del evangelio del Reino(Hechos 1.8). Co mo señala Yves M.J . Congar: «Para los Hechos

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6 L\ ACCIÓN DEL EspíRITU SANTO EN (Jo. HISTORIA PREFACIO 7

de los apóstoles, el Espíritu Santo es esencialmente el principiodinámico del testimonio que asegura la expansión de la lgle­sia_.1

Esprecisamente esta cont inuidad hist órico-carismática delministerio de Jesús en la misión de la Iglesia, el tema centralde este libro. El eje hermenéutico de esta historia es la accióndel Espíriru Santo, discernida a partir de sus man ifestacionespod erosas y sobrenaturales. Tales manifestacion es compren­den milagros, señales, prodigios y maravillas. Pero también , yespecialmente. tienen que ver con la confrontación con el reinode las tinieblas, el choque de poderes, la guerra espiritual entodos sus niveles, y de manera particular, la liberación depersonas demonizadas en elnombre de Jesús y po r la ope racióndel Espíritu Santo. De particular significac ión es la considera­ción de la práctica de los dones espiritua les, ya que el ejerciciode los mismos es evidencia palmaria de la operación delEspíritu en la Iglesia. Co mo herr amientas fund amental es parala ed ificación de la Iglesia y test imonio de la presenc ia delReino .Ír Dios en la historia, los dones car ismáticos son uneler.rento testimonial valioso de la acción del Espír itu Santo enla histori a.

Este libro es el resultado directo de mi prop io peregrinajeespi ritual y ministerial. Por haber sido formado en una trad i­ción evangélica no carismática , fue necesario un largo procesode lucha personal hasta descubrir la vigencia y valor de lasmanifestaciones del Espíritu arriba mencionadas. Sin embargo.guiad o por la Palabra de Dios y enseñado po r el Espíritu Santo.no solo llegué a conocer de primera mano el pod er de Dios.sino a recon ocer también que su acción poderosa no quedócircunscripta a los tiempos bíblicos. Por mi experiencia perso­nal. descubrí y sigo descubriend o cada día. que la acción delEspíritu sigue siendo la misma que la que testifica Lucas en ellibro de los Hechos. Por mi investigación de la historia. aprendí

l. Yves M.J. Congar, El Esplritu Santo, Editorial Herder, Barcelona,1983, p. 7 1.

y sigo ap rendiendo cada día. que la acción del Espíritu estátest ificada de manera con tinuada a lo largo del tiempo. todavez que los cristianos han estado dispuestos a ser fieles a lamisión encomendada por Jesús.

Un trabajo de este tipo no puede llevarse a cabo de manerasa licaria. Reconozco la enorme contribución que los estudiosde otros historiado res han hecho a mi propia investigación . Ellecto r encon trará mencionados a algunos de ellos en la bíblío­grafía qu e aco mpaña a este volumen. De gran valo r ha sido eld ictado de un seminario de posgrad o sobre el tema de este libroen el Seminario Internacional Teológico Bautista de BuenosAires. Las discusiones en clase y el apo rte de mis estudianteshan sido sumamente enriquecedores.

Sobre rodas las cosas. este estud io ha sido de muchabendició n para mi vida y ministerio. Mientras aprend ía a echarmano del pod er y autoridad espirituales que nos han sido dad ospo r Jesús para el cumplimiento de nuestro ministerio (Hechos1.8) , fui leyendo de una manera diferente los documentos dela historia an tigua de l cristianismo. Comencé a ver cosas queantes no veía. Y me dí cuenca de que había una historia que nohabía sido narrada: la acción poderosa del Espíri tu Santo enmedio de su pu eblo. Con oración y temblor me propuserecuperar tales hechos, utilizando la metodología de Lucas, esdecir, ..escribir la historia de Jos hechos sucedidos ...• tal Ycomonos los enseñaro n qu ienes, habiéndolos visto desde el comien­zo. recibieron el encargo de anunciar el mensaje. (l.ucas 1.1-2,VP).

Si estas páginas sirven no solo para llenar una curiosidadhistórica, sino para despertar en el lector un anhelo fervientepo r ser lleno del Espíritu Santo, procurar los mejores donesespirituales, estar abierto a ser utilizado por el Seño r paraproducir milagros, señales y prodigios, y confro ntar con vic­to ria a las huestes de maldad. consideraré satisfecho mi deseoy oración. Quien inicia o profundiza este proceso de vivir sufe cristiana en un plano sobrenatural y carismático puede esta rseguro. como demuestran las páginas que siguen, que lo haceacompañado de una com pañía de muchísimos santos que

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8 LA ACCIÓN DEL Es píRlTU SANTO EN u.. HISTORIA

supieron dar lugar a la operación del Espíritu Santo en susvidas, y a través de ellos, en el mundo. «Por eso, nosotros,teniendo a nuestro alrededor tantas personas qu e han demos­trado su fe, dejemos a un lado todo lo que nos estorba y elpecado que nos enreda, yco rramos con forta leza la carrera qu etenemos por delante» (Hec hos 12.1, VP).

Dr. Pablo A. DeirosBuenos Aires, Argentina

INTRODUCCiÓN

11 s correcto conside rar a Penrecosrés,según Hechos2, como el día de nacimiento de la iglesia cristia­na. Sin embargo, Pentecostés fue posible sologracias a la resurrección de Cristo. La presencia

viva del Señor a través del Espír itu Santo, que otorgaba a susseguido res el poder necesario para testificar de Él en todo elmundo , es lo que constituye a la Iglesia (Hechos 1.8). Hasta e!advenimiento de! Espíritu, los discípu los no habían testificadode la resurrección del Señor. Por lo tanto, un elemento fund a­mental del mensaje del evangelio fue incorporado a la procla­mación fervorosa de aquellos seguidores de jesús.

En Pentecostés se cumplieron las pro mesas de Dios a supueblo (Hechos 2.17; véasejoel2.28-32) . También se hicieronrealidad las promesas de j esús (Luces 24.49; Hechos 1.4 -5;véase Juan 15.26; 16.7; 20.22) . La entrega del Espíritu Santoa diez de los Doce en la noche del día de la resur rección Oudashabía desertado y To más estaba ausente), según Juan 20.22,parece contra decir el relato en Hech os 1.4 -8 y 2.4. El Evange­lio de Juan no se preocup a mucho en cuanto a fechas, sino quesu prop ósito es mostra r que el Espíritu Santo es el don delCristo resucitado. Hechos coincide con este concepto (2.33),pero seguramente está acertado en fechar la dación del EspírituSama algunas semanas después de la resurrección.

La venida del Espíritu Santo se hizo evidente a través defenómenos físicos audibles (eesttu endc») y visuales {de nguascomo de fuego »} ; fenómenos espirituales (efuercn todos llenosdel Espíritu Santc»}; y fenómenos inrelectivos (ecomenzaron a

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10 L\ ACCiÓN DEL Esetnr ru SANTO EN LA HISTORIA INTRODUCCiÓN 11

hablar en ot ras lenguas..). Esto último es lo que más ha captadoel inte rés de los estudiantes de la Biblia.

El uso de ..todos.. (gr. pantes) en elpasaje indica que todoslos integrantes del grupo recibieron el Espíritu Santo y habla­ron en otras lenguas o idiom as. Estas ..lenguas» (glossais) sondiferentes de las que Pablo menciona en 1 Co rint ios 12 y 14.Las lenguas de Corinto eran ininteligibles a menos que se lasinte rp retara, y eran el resultado de una experiencia de carácte remocional y extático. Su propósito era la edificación espiritualy personal de los creyentes (l Corintios 14.4) . En cambio laslenguas de Pentecostés eran inteligibles y su propósito era lacomunicación del evangelio a los incrédulos. Para Lucas, ellassimbolizaban el alcance mundial del mensaje cristiano (Hechos2.8-11) .

Sin embargo, lo más imporranre en aquel día no fueronlas lenguas o idiomas con los que los creyentes testificaron , sinosu mensaje y el entusi asmo con que lo comunicaron. la venidadel Espíritu Santo significó una inyección de gozo. La fe no esuna cuestión meramente intelectual, sino que tiene que ver contoda la persona, incluidas las emociones. En realidad, la fecristiana es el resultado de la experiencia cristiana. No puedehaber una auténtica fe cristiana, si no hay previamente unaexperiencia personal con Cristo . El testimonio del apóstol Juanes, precisamente, que son los hechos redentores de Cristo y lasseñales concreras de los mismos los que mueven a la fe en Élcomo el Mesías y el Hijo de Dios. Dice Ju an en relació n conlas señales que hizo Jesús, algunas de las cua les él registró ensu Evangelio : . Éstas se han escrito para que creáis que Jesús esel Cristo , el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengá is vida ensu nombre.. (luan 20.31). Además, la venida del Espíritu Santosignificó el cumplimiento de las promesas del Señor y el fin dela espera. Desde ese momento en adelante los discípu los debíanhablar del Cristo vivo. El don del Espíritu significaba tambiénque tendrían un poder sobre natural para hacerlo. El gozoemocional de todos modos no fue lo más importante, sino estenuevo poder para testificar, para sanar, para confrontar lospoderes de las tinieblas, y para soportar el rechazo.

Los discípulos todavía no ten ían claro hacia dónde lesllevaría la experiencia de Pentecostés. Pero en los siglos quesiguieron, los cristianos miraron a aquel evento como la clavepara la definición de la natu raleza de la Iglesia y el cumplimien­ro de su misión. Como observaría más tarde Clemente de Roma:-Habiendo recibido sus órdenes, y estando plename nte segurospor la resurrección de nuestro Señor Jesucristo, y establecidosen la palabra de Dios, con la plena seguridad que da el EspírituSanto, partieron a proclamar que el Reino de Dios estabacerca-e! El libro de los Hechos presenta a los apóstoles comopersonas que salieron al cumplimiento de su misión equipadoscon el Espíritu Sanro.t Fue esta participac ión activa del Espíritula que lo constituye en el protagonista pr incipal de la primeraexpansión del cristianismo. Su ob ra poderosa a través de losapósto les, testificada por el libro de los Hechos, fue clave parael crecimiento tan notable de la fe cristiana . Los agentes de estatarea fueron personas preñadas del Espíritu Santo. Comoseñalara Tomás de Aquino, fueron personalidades penetradasy configuradas por el Espíritu Santo)

Parece evidente , cuando uno lee los relatos en el libro delos Hechos yconsidera el testimon io de los Padres Apostólicos,que aquellos hombres y mujeres dispo nían y ejercitaban unpoder sobrenatural que les venía del Espíritu Santo , y queexplica la efectividad sorprendente de su testimonio cristiano.El destacado historiador Kennerh S. Latourerte llama la aten ­ción sobre este hecho, cuando afirma: ..Los disd pulos, comootros hombres y cristianos de rodas los siglos, continuabansiendo humanos. Sin embargo, en ellos hubo un poder, unavida que les vino por medio de Jesús, el cual obraba unatransformación moral y espir itual. Aquel poder y aquella vida

l. Clemente de Roma, Carta a fos Corint ios, 42 .3.2. W. Mundle, ..Das Apostelbild der Aposrelgeschichre-, Zeit schri(t (ür

die neutes tam entliche Wíssenscha(t 27 (1928): 36·54.l. Antoine Lemo nnycr, ..LesApórres comme docteurs de la foi d'ap res S.

Thomas-, Mélanges Thomistes (1923): 153·173.

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12 LA ACCIÓN DEL EsrlRITu SANTO EN LA HISTü RlA INTRODUCCIÓN 13

resultaron contagiosos. El relato de la operac ión de aquelpoder y aquella vida en los siglos siguientes es la historia delcristianismo."

Hasta aquí la mayoría de los evangélicos guarda bastanteco nsenso en cuanto a la obra y manifestaciones del EspírituSanto. Pero , équ épasó después de que el último apóstol murió?¿Qué ocurrió a partir del final de la era apostó lica? ¿Quémanifestaciones de la acción y pod er del Espíritu Santo sepueden encontrar con posterio ridad a la redacción de losescritos apostó licos y después de la formación del canonneotestamenrario ?

Algunos estud iosos encuentran suficientes testimonios alo largo de toda la historia del cr istianismo, como para insistiren que el Espíritu Santo, como agente de la ob ra redentora deDios, ha co ntinuado operando de la misma manera en que lohizo en tiempos neorestamentarios. Su fe en el Espíritu Santocomo Dios en acción los lleva a ver , a lo largo de los siglos,indicios ciertos de las manifestaciones poderosas de la obra delEspíritu. No son pocos los que subscribirían las afirmacionesde Charles Williams:

La historia de la cristiandad es la historia de una operación.Es una operación del Espíritu Santo hacia Cristo , bajo lascondiciones de nuestra humanidad ; y fue nuestr a humani­dad la que dio la señal, como ocurrió, para esa o peración.El comienzo visible de la Iglesia es en Pentecostés, pero esoes solo un resultado de su comienzo -y fin- real en loscielos.s

No se puede entender la histori a del cristianismo y lasupervivenc ia y transmisión de la fe cristiana sin tomar en

4. Kenneth S. Latourette, Historia del cristianismo, 2 vals. Casa Bautistade Publicaciones, El Paso, 1959, 1:95.

s. Charles Williams, The Deseent o{ the Dove: The History o{ the HofySpirit in the Church, Meridian Books, Nueva York, 1956, 1.

cuenta la op eración sobrena tu ra l del Espír itu Santo en laIglesia y a lo largo de la historia. Si se de ja de lado ta lope ració n y no se evalúan convenient emente sus mú ltiplesmanifestacio nes, la fe cr istia na queda vacía de co ntenido ypierde su raz6n de ser. Lo que es peor: la Iglesia co moexpresi6n po de rosa de la acción del Espíritu termina siendoimpotente, débil o muerta.

No obstante, hoy co mo ayer , hay quienes niegan la conti­nuidad histó rica de la acci ón maravillosa del Espí ritu Santo, talcomo está testificada en el primer período de la histo ria delcristianismo, y según está documentada especialmente en ellibro de los Hechos. Y otros, si bien no niegan tal acciónpoderosa, sí la limitan conforme a cánones hermenéuticos yprejuicios propios, ajenos a lo que aprendemos del Espíritu yde su acci6n según el Nuevo Testamento. En un sentido, escorr ecta la afir mación de un especialista en este tema, como esHenry Barclay Swete: «Cuando el estudiante de la literaturacristiana temprana pasa del Nuevo Testamento a los escritoresposcan6nicos, nota una pér dida de poder tanto lite rar io comoespiritual ... Los gigantes espirituales de la era apostólica sonsucedidos po r hombres de menor estatura y de más pobrecapacidade s Sin embargo, este hecho no es suficiente argu ­mento para negar rotundamente toda manifestación del Espí­ritu en los siglos que siguieron a la era apos t ólica. Q ue el calibreespiritual de los agentes humanos de la misi ón en tiempospostapostólicos haya resultado comparativamente inferior alde los primero s testigos de la fe, no es un hecho que anulesumariamente la acció n y manifestación del Espír itu Santo.

Por otro lado, se ha señalado que la mayoría de lossuceso res de los ap6 stoles y muc hos de los pad res de la iglesiaantigua no mencionan co n la frecuencia que sería de esperar

6. Henry Bard ay Swete, The Holy Spirit in the Ancient Church: A Studyo{ Christian Teacbíng in the Age o{ the Fathers, Maemillan, Londres,1912, p. 3.

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14 LA ACCIÓN DEL ESP!RlTU SANTO EN LA HISTORIA If'fTRO DUCCI6 N 15

los diversos ca rismas qu e se mencionan en el Nuevo Tesramen­ro.? Aquf conviene co nsidera r lo que Eusebius A. Stepha nouseñala, cuando arguye que ese aparente silencio en cuanto a loscarismas no sugiere su ausencia ni falta de ejercicio en la iglesiaantigua, del mismo modo que la falta de referencias a cien oslibros del Nuevo Testamento no es evidencia de su rechazocomo no inspirados. ..No podemos lógicamente esperar queun maestro o pastor incluyera la (Oralidad de las creencias yprácticas cada vez que tomaba la pluma para escr ibirs. f

En realidad, la clave de esta cuestión no es la falta deevidencias de la acción del Espíritu Santo a lo largo de lahisto ria, sino nuestra igno rancia de las mismas. Casi todos loscristianos afirmarán su fe en el Espíritu y utilizarán su nombre,pero no tendrán muy en claro su conocimiento de Él y muchomenos de su acción a través de los siglos. Sranley M . Burgessconcluye: ..El Espíritu ha sido siempre el "lado oscuro de laluna" en la teología cristiana. Su persona ha sido ignorada pormucho tiempo y su obra no ha sido muy reconocida•.9

Si lo que señala Burgess es cieno respecto de la teologíacristiana, lo es muchfsimo más en relación con la histo riografíacristiana. El Espíritu Santo ha sido el gran ausente en losestudios de historia del cristianismo. Si la obra de Lucas, enlugar de llevar por tfrulc ..Los Hechos del Espíritu Santo..,como debiera, ha sido injusta y equivocadamente titulada ..Los

7. U expresión -pad res de /2 iglesia_se refiere especi21rnente 2 aquellosescritores cristianos que se caracte rizaron por expresar sus enseñanzasdentro de lo que se consideraba era la doct rina ortodoxa (..sanadccr rina-) de la Iglesia. Se destacaron por su santidad de vida, laaprobaci ón colectiva de sus escritos y su antigüedad. Por -anngüedad­se entiende elperiodo que va desde fines del primer siglo hasta Gregorioel Grande (604) o Isidoro de Sevilla (636) en Occidente, y JuanDamasceno (749) en el este.

e. Eusebius A. Srephanou,«Tbe Charismara in the Early Cburch Parbers-,The Greek Drthodox TheologicalReview 21, Summer 1976, 125· 146.

9. Stanley M. Burgess, The Holy Spirit: Aneient ChristianTradítion Hen­drickson Publishcrs, Peabody, Mass. 1994, 1.

Hechos de los Apóstoles.., los historiadores que le siguierondesde Eusebio de Cesarea en adelante han cometido el mismoerror. En lugar de honrar a quien da sentido y poder a la Iglesia,se han limitado a dar gloria y lustre a obispos y reyes, papas ymonjes, y a exaltar el desarrollo de instituciones y organizacio­nes humanas.

Este desplazamiento del Espíriru Santo y su rol protagó­nico como capacitador de la Iglesia en el cumplimiento de sumisión de proclamar el advenim iento del Reino de Dios, se hadebido a muchos factores, entre los cuales cabe mencionar lasconclusiones a las que ha llegado e! cesacionismo y e! dispen­sacio nalismo.

El cesacionismo

El concepto cesacionisra afirma que los dones espiritualesenumerados por e! apósto l Pablo en 1 Corintios 12 y otroscarismas y manifestaciones del Espíritu Santo no perm anecie­ro n en ejercicio en la Iglesia a part ir de fines del pr imer siglo.Este concepto cesacionista comienza a aparecer una vez que elcristianismo logra asentarse y ganar reconocimiento en elámbito del Imperio Romano. A medida que la Iglesia fuecreciendo en poder y autosuficiencia con el respaldo del Estado(desde Cons tantino en adelante) , fue perdie ndo poco a pocosu confianza en lo sobrenatu ral y milagroso. la iglesia comenzóa descansar más y más en el ritual y los sacramento s como lasexpresiones más adecuadas de la fe cristiana, y en la introduc­ción del fetichismo y el sacerdcralismc como administrado resdel poder divino.

El movimiento de renovación representado por el monta­nismo, hacia fines de! segundo siglo, significó un intento porrecuperar el ejercicio de los dones del Espíritu y volver a laconfianza en su poder. Pero el monta nismo fue co nde nadocomo her eje por la iglesia ya establecida. La causa principa lde este recha zo no fue el ejercicio de los carismas, sino laapa rente pretensión de Montano de que sus declaraciones eraniguales en autoridad a las de las Escrituras. Como reacción al

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16 LAACCIÓN DEL ESpiRITU SANTO EN LA HISTORIA INT RODUCCIÓN 17

montanismo y sus supuestos excesos, muchos comenzaron aafirma r que los carismas más sensacionales habían terminadocon el ccmpletamiento del canon escriturario. Esta fue laopinión de Agustín de Hipona (354 v 43 0) y de muchos otrosteólogos en los siglos que siguieron. Sobre la cuestión de laslenguas, dice Agustín :

En los comienzos de la Iglesia, el Espírit u San to cayó sobrelos creyentes, y ellos hablaron con lenguas no aprendidas,según el Espí ritu les daba que hab lasen . Esto fue una señal,adecuada para ese tiempo: todas las lenguas del mundoeran un significado adecuado del Espíritu Santo, porque elevangelio de Dios iba a tene r su curso a través de todalengua en todas las partes de la tierra. La señal fue dada yluego pasó. Nosotros ya no esperamos que aquellos sobrequ ienes la mano es impuesta para que pue dan recibir elEspíritu Santo, hablarán con lenguas. Cua ndo impusimosnuestras manos sobre estos ..infantes», los recién nacidosmiembros de la Iglesia, ninguno de vosotros (pienso) espe­ró ver si ellos hablarían con lenguas, o viendo que no lohicieron, tuvo la perve rsidad de argüir que ellos no había nrecibido el Espíritu Santo, porque si ellos lo hubieranrecibido, habrían habla do en lenguas como sucedió alprincipio.te

En cuanto a los otros dones extraordinarios del Espíritu,la «teo ría cesacionista» de Agustín tuvo mucha influencia sobrelas generaciones subsiguientes de teólogos. Agustín afirma:«é l 'or qué, se pregunta, Jos milagros no ocurren en nuestrosdías, así como ocurrieron en tiempos anter iores? Yo podríaresponder que ellos fueron necesarios entonces, antes de queel mundo llegara a creer, en orden a ganar la fe del mundo .U

10. Citado en Warren Lewis, Witnesses so the Holy Spirit, j udson Press,1978, 121.

11. Ibid., p. 122.

De esta manera, la cesación de los carismas se transformó enuna parte de la teología clásica de la Iglesia.

Vinson Synan comenta sobre el particular:

Laexagerada reacción al monta nismo, que llevó a la creen­cia de que los carismas terminaro n con la edad apostóli cacontinuó hasta tiempos modernos. Si bien la Iglesia Cató­lica Romana dejóla puerta abier ta para los milagros en lasvidas de ciertos santos (algunos pocos de los cuales se diceque hablaron en lenguas y produje ron milagros de sani­dad), la iglesia tendió más y más a enseñar que los milagrosde la edad apostólica terminaro n con la iglesia temprana.Con la inst itucionalización de la Iglesia, los carismas menosespec tacu lares de gobierno, administración y enseñanzapasaro n al frente como los dones más aceptables al alcancede la jerarquía.12

La teoría cesacionista recibió su expresión clásica con JuanCrisóstomo, en el siglo IV, a través de sus homilías sobre 1Co rintios 12. Esre gran predicador no negaba el ejercicio delos dones en la iglesia de riempos neotestamentar ios, pero sídejaba en claro que tales carismas habían terminado had atiempo. Confesando su ignorancia sobre el tema, Crisósromoescribió en relación con 1 Corintios 12.4-11:

Todo este lugar es mu y oscuro : pe ro la oscuridad esproducida por nuestra ignorancia de los hechos a los quese hace referencia y a su cesación, siendo que como talessolían ocurr ir, pero ahora ya no tienen lugar. ¿y por quéno ocurren ahora? Porque, mirad ahora, la causa de laoscuridad tamb ién ha producido en nosotros ot ra pregun­ta: esto es, épor qué ocurri eron en tonces, y aho ra no lo

12. Vinson Synan, In the w tter Days: The Outpo uring of the Ho/y Spiritin the Twentieth Century, Servara Books, AnnArbor, MI, 1984,28.

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18 LA ACCIÓN DEL EsplRITU SANTO EN LA HISTO RIA INTRODUCCiÓN 19

hacen más? .. Bien, équé fue lo que pasó entonces? Quien­quiera que era bautizado hablaba inmediatamente en len­guas y no solo con lenguas, sino que muchos tambiénprofe tizaban, y algunos had an muchas obras maravillo­sas... pero más abun dante que ninguna otra cosa era el donde lenguas entre ellos.13

Los reformadores del siglo XVI respondieron a la deman­da de los católicos romanos de presentar milagros como evi­dencias de autenticidad. utilizando los argumentos clásicoselaborados por Agustín y Crisóstomo . Para los protestantes delsiglo XVI, tod as las mani festacion es sobrenaturales del EspírituSanto habían cesado. Desde la Refo rma en adelante, entonces,destacado s teólogos pro testantes popularizaron el concepto deque la obra del Espíritu Santo y sus manifestaciones quedaronreducidas a la predicación y enseñanza de la Palabra de Dios.Según ellos, los dones, señales, prodigios, milagros y maravillasdejaron de tener vigencia ant es de que el primer siglo termina­ra. La acción poderosa del Espíritu quedaba reducida, de estemodo , a una tarea de iluminación de la Palabra por Él inspira­da. Según Lutero:

El Espíritu Santo es enviado de dos maneras. En la iglesiaprimitiva Él fue enviado de una manera visible y manifiesta.Es así como descendió sobre Jesús en elJordán en la formade una paloma (Mateo 3.16), y sobre los apósto les y otroscreyentes en la forma de fuego (Hechos 2.3). Este fue elprimer envío del Espíritu Santo ; esto fue necesar io en laiglesia primitiva, que tenía que establecerse con señalesvisibles por causa de los incrédulos, como testifica Pablo.1 Cori ntios 14.22 : ..Las lenguas son para señal, no para losque creen sino para los incrédulos». Pero más tarde , cuando

!J. Juan Crisóstomo, Homiffas sobrelasEpfstolas dePablo a losCorintios,Homilía 19.1.

la Iglesia hubo sido reunida y confirmada por estas señales,no hubo necesidad de que cont inuara este envío visible delEspíritu Santo. te

Esta era la posición de Martín Lutero, quien abiertamenrerechazó a los Schwórmer o entusiastasde sus días. Estos entusias­tas insistían en el ejercicio y la vigencia de algunos donesespirituales, especialmente el de profecía, y enseñaban que la«voz interior» del Espíritu debía ser más seguida que la «vozexterior» de las Escriruras.U Siguiendo el énfasis lutera nosobre la sola scriptura, Adolf von Harnack señala que donescomo el de profecía cesaron con el esrablecimiento del canon.Dice él:

El Nuevo Testamento, si bien no todo al mismo tiempo,puso fin a la situación en la que era posible para cualquiercrist iano bajo la inspiración del Espíritu dar revelaciones oinstrucciones autor itat ivas. Del mismo modo, previno lacreencia en las creaciones fantasiosas con las que taleshombres enriqueciero n la historia del pasado, y destruyósus pretensiones de leer el futuro. Así como la creación delcanon, si bien no de manera tajante y rápida, fijó el períodode la producción de los hechos sagrados, del mismo mododescalificó para la fe pública toda pretensión de profecíacristiana. te

Esra oposición o confrontación ent re Escritu ra y Espíritu,que termina por afirmar que la profecía inspirada no puedecoex istir con un cano n escriturario inspirad o, ha sido sostenidapor muchos auto res, con posterioridad a la Reforma. Segúnalgunos, toda inspiración del Espíritu terminó una vez que las

14. Citado en Lewis,Witnesses to the Holy SPirit, 173.15. Latourene, Historia del cristianismo, 2:72.16. Adolf von Harnack, History of Dogma, 7 vals. Russcll and Russell,

NuevaYork, 1958,2:53.

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20 LA ACCiÓ N DEL EspíRITU SANTO EN LA HISTORIA INTRODUCCiÓ N 21

escrituras del Nuevo Testamento quedaron terminadas y sucanon fue esrablecido. t?

La fuerte convicción de Lutero y del protestantismo engeneral sobre la autoridad de la Biblia ha continuado hastanuestros días entre los evangélicos. Pero en algunos casos, elénfas is sobre la proclamación de la Palabra ha ido acompañadode un concepto cesacioni sta en cuanto a los dones y otrasmanifestaciones del Espfriru Santo. Se afirma que las señales,prodigios y maravillas que ocur rieron durante el primer siglocristiano, según testifica el Nuevo Testamento, ya no ocurreno han dejado de ser necesarios. Se dice que con el comp leta­miento de tos escritos neoresramenrarios y la fijación de sucanon ya tenemos todo lo que hace falta para la fe y la prácticacristianas. Por otro lado. tales manifestaciones carismáticasquizás fuero n necesarias para autenticar los comienzos deltestimonio cristiano en el mundo, pero al habe r encontrado sulugar en la historia. el cristianismo ya no requiere de talesdemostraciones de poder . Su poder ahora está en el testimoniofiel de la Iglesia, en conformidad con la Palabra escrita en laBiblia.

Vinson Synan concluye : . A través de los siglos, entonces.la cristiandad. en sus ramas católica romana y protestante.adoptó el concepto de que los dones sobrenatu rales y especta­culares del Espíriru habían terminado con la iglesia tempranay que, con el complerarnienrc del canon inspirado de lasescrituras, jamás volverían a ser necesarios ». 18

Como se indicó, esta posición ha tenido voceros desde laReforma hasta nuestros días.

Entre los más recientes cabe mencionar a Benjamín B.Warfield (185 1· 1921), profesor de teología en el SeminarioTeológico de Princeton. Warfield se oponía terminantementea todo tipo de experiencia religiosa que pretendiera algún

17. Véase Edwln Cyril Blackman, MarcionandHíslntluence, SPCK, Londres,1948, p. 33-35; YRoben M. Gram, The Letter and the Spirit, Macmi­lIan, Nueva York, 1957, p. 75.

18. Synan, In tbe Latter Days, 30.

grado de revelación o inspi raci ón divina. De igual modo,descalificaba el ejercicio de todo don espiritual especial. Paraél este tipo de experiencias eran pobres substitutos subjetivosde la autor idad e integridad de las Escrituras. Warfield admitíaque se podía caracte rizar a la iglesia apostólica como una iglesiaen la que operaban los milagros y ot ras manifestaciones delEspíritu . Pero, se pregunta : « Cuaorc tiempo continuó esteestado de cosas?.. Su respuesta es:

Esta fue la peculiaridad característica de específicamente laiglesia apostólica, y, por Jo tanto, pertenecía exclu sivamen­te a la edad apostólica... Estos dones ... fueron distintiva­mente la autent icación de los apóstoles. Fueron parte delas cred encial es de los apóstoles como los agentes autori­zados de Dios para la fundación de la Iglesia. Su función.pues, los confina distinrivarnenre a la iglesia apostólica , ynecesariamente pasaron con ella.t v

Según Warfield, si hubo algún tipo de manifestación de tiposobrenatural, esta no debe ser considerada como acción delEspíritu Santo, sino como supersticiones propias de la culturagreco-romana pagana inyectadas dentro de la iglesia. Si bien escierro que muchas supersticiones paganas se introdujeron en laIglesia alrededor y antes del año 200, esto no es un argumentoconvincente para descalificar la validez y operación de los donesy manifestaciones del Espíritu para ese tiempo. ni fundamentopara afirmar que los mismos cesaron con el fin de la era apostó­lica. Como se verá más adelante, los operaciones del Espfritufueron muy importantes en el período apostólico, pero noestuvieron limitadas al mismo. Lo que Pabloafirma en 1Corin tios13.8-12, no fundamenta la cesación de los carismas con el fin dela era apostól ica o el compleramiento del canon, como afirmaWarfie1d, sino que señala a la Segunda Venida de Cristo como

19. Beniamin B. Warfield, Counterfeit Mirad es, Charles Scribner's Sons,Nueva York, 1918, 5-6.

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22 LA ACCIÓN DEL EsplRITU SANTO EN LA HISTORIA INTRODUCCIÓN 23

el tiempo cuando la necesidad del ministerio de los don esllegará a su fin. La información histórica sugiere que el flujoinicial de la obra poderosa del Espíritu sobrevivió a los após­toles por varias generaciones.

No obstante, los voceros del cesacionismo han insistidoen negar rodo testimonio de manifestaciones externas o inter­nas de la acción del Espíritu Santo, como espúreo o falso. Enun libro muy apreciado como de especial valor en cuanto a ladoctrina del Espíritu Santo desde una perspectiva evangélica,su autor, George Smearon, se pregunta :

¿Se le garantiza a la Iglesia que espere algunas revelacionesinmediatas o visiones proféticas adicionales, después deque el canon de la Escritura fue cerrado?La Iglesia antigua,en contra de los mont anistas, respondió en la negativa. Nose trató de la cuestión de lo que Dios puede hacer, sino desi Él comunica algunas revelaciones adicionales del consejode su voluntad, además de la palabra escrita. Yla discusiónde esta cuestión con los montanistas ancló a la Iglesia en laconvicción de que es temerario e injustificable esperarcualquier manifestación extra del Espíritu de Dios, y quelas revelaciones inmediatas deben ser vistas más bien comoemanando del adversario disfrazado de ángel de luz. Alargumento de que la Iglesia debe gozar de los donesmilagrosos extraordinarios, y de que ella Jos ha perdido porsu prop ia falta y a través de su propia incredulidad, larespuesta ento nces dada fue que los dones extraordinariosjamás fueron prometidos a la Iglesia como una herenciapermanente, con posterioridad al cierre del canon. Y esetipo de argumento ha sido confirmado por la experienciainquebrantable de casi dos milenios, que testifican que ellosfuero n quitados, y que no deben ser considerados comoperdidos por su propia falta.zú

20. George Smeaton, The Doctrine of the Holy Spirit , The Banneroí TruthTrust, Londres, 1961, 266-267.

La conclusión de Smeaton (que publicó su libro porprimera vez en 1882) ha ejercido una notable influencia enlos med ios evangélicos y en su interpretación de la vigenciade las man ifestaciones del Espíritu Sant o. Algunos historia­dores, sin mucho análi sis crít ico y guiados por precon ceproso planteas a priori (como el dispensacionalismo) , han llega­do a conclusiones similares. A princip ios de siglo, Samuel G.Green escribió :

Cuando emergemos en el segundo siglo, estamos, en buenamedida, en un mundo cambiado. Ya no está vigente laautor idad apostólica en la comunidad cristiana; los mila­gros apostó licos han pasado... No podemos dudar de quehabía un propósito divino en separar la era de la inspiracióny los milagros del tiempo subsiguiente, con una línea delímite tan amplia y deñnida.zt

En realidad , más que un testimonio de cesación de loscarismas, lo que encontramos en los pad res de la iglesia esevidencia del creciente choq ue entre un orden eclesiástico enproceso de institucionalización y el espíritu de profecía inspi­rada y otros don es espirituales que luchaban por sobrevivir. Enotros términos, lo que vemos es el testimonio siempre presente,a lo largo de toda la historia del cristianismo, de la tensiónent re lo objetivo y lo subjetivo de la fe, entr e el dogma do ctr inaly la experiencia religiosa, entre el dominio de la razón y lavivencia de la fe. No obstante, como se verá más ade lante,«antes de juan Crisóstomo (A.D. 347A 07 ) en el este y Agustínde Hipona (A.D. 354A3 0) en el oeste, ningún padre de laiglesia sugirió que alguno o todos los carismata fueron solopara la iglesia del pr imer siglo».22

21. Samuel G. Green, Handbook of Church History; From the ApostolicEra to the Daum of the Reformation, Religious Traer Scciery, Londres,1907, 22.

22. Burgess, Ancient Christian Tradítions, 14.

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24 LA ACCIÓN DEL ESpíRITU SANTO EN LA HISTORIA INTRODUCC1ÓN 25

El dispen sacional ismo

En el último siglo, los argumentos cesacionisras han estadoligados funda menta lmente a una aproximación dispensaciona­lista de la historia. El dispensacionalismo es esa corrienteteológica que interpreta la histo ria humana como dividida endiferent es etapas o dispensacion es. Cada una de ellas es carac­terizada con matices par ticulares. En cada dispen sación, Diosactúa de manera diferente. Como doctrina teológica plena­mente art iculada, el dispensacionalismo es relat ivamente re­ciente. Generalmente viene acompañado de una escatologíapremilenialisra. El dispensacionalismo moderno ha sido desa­rrollado por J. Nelson Darby (1800-1882), uno de los funda­dores de la denominación de los hermanos libres, a principiosde! siglo pasado. Esta corr iente se popular izó en los círculosconservado res y fund amentalisras de los Estados Unidos, gra­cias a las anotaciones de Cyrus Ingerson Scofield (1843-1921)y e.e. Ryrie en sus correspond ientes ediciones de la Biblia, ysus muchas publicacion es. También encontró eco en e! Semi­nar io Teológico de Dallas (Texas) y en e! Institu to BíblicoMood y (Chicago).

Dentro de! marco dispensacionalista, el rol de Dios y losobrenatural es plenamente reconocido. En este sentido, esteacercam iento es «evangélico», con una alta valo ración de ladoct rina de la revelación de Dios en las Escritu ras. Es precisa­mente por el hecho de qu e los milagros y caris mas del Espír ituen la Biblia son tomados con tanta seriedad, que la teo ríadispensacion alista considera que los mismos están ausentes enla Iglesia hoy.

El argumento dispensacionalista sobre las manifestacion esdel Espíritu Santo es básicamente el siguiente. Dios ado pta unaestrategia y una metodología d iferentes en las diversas eras odispensaciones de la histori a. Estas dispensaciones son descri­tas con gran detalle, y enrre los dispensacionalisras se da unagra n variedad en cuanto a su número y las líneas divisor ias entreellas. Sin embargo, un elemento común a las varias interpreta­ciones es una aguda división entre la era neorestamenraria o

dispensación apostólica y el resto de la histo ria de la iglesia.Esta línea divisor ia marca el límite entre lo milagroso y lo nomilagro so.

Los dispensacicn alistas, que sostienen un concepto cesa­cionista, enseña n que Dios utilizó las señales sobrenaturales ylos milagros con e! pro pósito de establecer su iglesia y auten­ticar la predicación de! evangelio por los apóstoles. Las señales,prodi gios y milagros del Espír itu, en consecuencia, estuv ieronlimitad os a ese per íodo particular de la histor ia. Los así llama­dos «do nes extrao rd inarios» cesaro n con la muer te del últimoapóstol , allá por los años 100 a 150. Según otros, tal cesaciónocurrió cuando el canon de las Escrituras fue completado ene! tercer o cuarto siglo.

Con increíb le ingenuidad histórica y con una exégesisdeficie nte , las palabras de 1 Corint ios 13.10 son tomadas parafundamentar esta po sición : «Mas cuando venga lo perfecto (e!cano n de las Sagradas Escrituras), entonces lo que es en parte(los dones y manifestacion es del Espíritu) se acabará». Estádemás decir que muchos ex égeras mod ern os están convencidosde qu e «lo perfecto » (téJe jos) se refiere a encontrarse cara a caracon Jesucristo en su Segunda Venida y no al cierre del cano nescriturario, como arbitrariame nte arguyen algunos dispensa­cionalistas .

Como ya se indicó, tanto Lutero como Calvino afirmaronla cesación de los milagros. Parece ser que ambos estabaninteresados, por un lado. en contr arresta r los excesos de losrad icales anabautistas, que pretend ían tener revelaciones «ex­tra- bíblicas» especiales. Por el otro lado, querían rechazar laspretensiones supuesta men te supersticiosas de los catól icos ro­manos, que afirmaban la realidad de milagros sobrenaturalesasociados a determinados santuarios o reliquias de santos.

Sin embargo, la cuest ión no está lo suficientemente clara.El prop io Lutero dio testimoni o de la sanidad milagrosa deFelipe Melanchton, después de que él había orado personal­men te po r la restauración de su amigo . Calvino, en el prefaciode sus Instituciones, le escribe al rey católico de Francia,Francisco 1, que los protestantes también tienen milagros para

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26 LAACCIÓN DEL EsplRlTU SANTO EN U. HISTORIA INTRODUCCIÓN 27

mostrar. Dice el refo rmador ginebrino : ...Porque nosotros nonos inventamos otro nuevo evangelio, mas retenemos aquelmismo para confirmación de cuya verdad sirven to dos losmilagros que alguna vez Cristo o sus discípu los hicieron... Asíque no nos faltan milagros y muy ciertos, y de quien ningunose debe mofar- cas

En general, alguna forma de semi-dispensacio nalisrno pr e­valeció en la mayoría de las filas protestantes. Esto sirvió co mouna ex plicación por las d iferencias marcadas entre la vida delas iglesias de los tiempos neorestarnenrar ios y las iglesias deotros períodos históricos. Calvino mismo sostenía una postu racesacionisra. Según él: «Al presente ha cesado aquella gracia desanar enfermos, como también los demás milagro s que elSeñorquiso pr olo ngar durante algún tiempo para hacer la predica­ción del evangelio ~ue entonces era nueva admirable­siempre».24 De modo que el reformador ginebrino indicabaque dones como el de sanidad y otros poderes milagrososhabían sido concedidos temp orariamente por el Señor a susseguido res, para hacer que la nueva pr edicación del evangelioresultase maravillosa. «Nada nos queda a nosotros al pr esente»,agregaba él, «ya que no no s es conce dida la admin istración delas [tales] virtudes».2s

En el crist ianismo poster ior a la Reforma, se presenta unaclara excepción con el fundador del metodi smo, Juan Wesley(1703 -1788), quien rechazó el concepto de que la declinaciónen la man ifestación de algunos de los don es del Espír itu sedebía al hecho de que ya no había necesidad de ellos, en razó nde que tod o el mundo era cristiano. Precisamente, una teoríapopular durante el siglo XVIII fue que este era el caso . Wesley,más bien, co nsideró que esta cesación estaba asociada a lapobre co ndición espiritual de la Iglesia, cuyo amor se había

23. Juan Calvino, Instituci6n de fa religi6n cristiana , Nueva Creación,Buenos Aires y Grand Rapids, Mich, 1988, xxx-xxxi.

2~. Ibid., libro 4, cap. 19.18.25. Ibid.

enfriado y qu e solo conservaba las formas muertas del crist ia­nismo. Incluso, Wesley escribió una réplica al tratado deConyers Middleton (1683-1750), que argumentaba en favo rde la cesación de los dones ext raordinarios del Espíritu, citan­do los milagros entre los hugonotes franceses del Cevennes yotros ejemplos conremporá neos.ze

No obstante, el espí ritu general del d ispensaciona lismofinalmente pre valeció también en el metodismo, la rama másjoven e importante del protestantismo de aquel entonces. Conel tiempo, la falta de sanidades y milagros extraordinar ios llegóa ser considerada como una virtud que otorgaba una forma defe más alta o superior, una fe «pura» que no necesita demanifestaciones asombrosas del Espíritu Santo, es decir , unafe que no necesita «ver para creer».

Más ta rde , se co nstruyó una ..doctrina» (dispensacionalis­mol para confirmar y justificar la experiencia conte mporáneade la Iglesia. La Biblia misma no ofrece indicios de d ivisione sen términos de dispensacione s. Tampoco justifica la d ivisiónde los dones espiritua les en permanentes y temporarios. Ymucho menos afirma que prodigios, seña les, maravillas ymilagros tenga n alguna fecha de cesació n.

Debido a su idea preconcebida de que las mani festacionessobrenaturales del Espíritu Santo ya no ocurren, los dispensa­cionalistas son frecuentemente los primeros en denunciar com ofraudulento, falso o demon íaco a cua lquier fenómeno de ta líndole que se at ribuya a la acción del Espíritu. Para ellos, todas

26. Véase Conyers Middleton, A Free Inquiry ¡nto the Miraculous PowersWhich Are Supposed to Have Subsisted in the Christian Church fromthe Earliest Ages Through Severa! Successive Cmtun'es, by Whi, h lt IsShown That We Have No Su{[icient Reason to 8elieve, Upon theAuthority o{ the Prímítiue Fathers, That Any Such Powers Were Conti­nued to the Church, A{ter the Days o{ the Apost1es, Sherwood and Co.,Londres, 1748. Y también su Introductor Disccurse, Londres. 1747.Sobre la reacción de Wesley hacia Middle tc n, véase Frederick J. Snell,Wes/ey and Methodism , Charles Scribner's Sons, Nueva York, 1900,151-155.

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28 LAACCIÓN DEL EspíRITU SANTO EN LA HISTORIA Il'ITROD UCCIÓN 29

I

las sanidades, milagros, prodigios y maravillas que puedansuceder son falsos y no deben ser atribuidos a la operación delEspíritu Santo, pues tal obra sobrenatural ha cesado hace yamucho tiempo. De hecho que con ta l postura no dejan deprestar un buen servicio a la Iglesia, al advertirnos con tra lacredulidad y la aceptación ingen ua de cualquier fenómenosobrena tural como obra del Espíritu . Pero en su rechazo detoda posibilidad de acción poderos a del Espíritu Santo en eldía de hoy, desafortunadamente son culpables de tirar lanaranja junto con la cáscara .

Destacados pastores y maestros han seguido, sin mayorconsideración crítica, estas conclusiones, generalmente ligan­do su discusión con la exper iencia montanista y su descalifica­ción histórica. Así hace W.A. Criswell, quien afirma que losdones milagrosos y sobrenaturales de los apóstoles cesaron conla muerte de estos. ..Cuando los apóstoles muriero n, los donesmaravillosos concedidos a ellos también murie roncz" Criswellfundamenta esta afirmación en lo que, según él, dicen ..los librosde historia». Conforme esos mismos libros, ya no había donesespirituales ni manifestaciones del Espíritu Santo en los días dePolicarpo , Papias, y otros, es decir, en los días de los discípulosde los apóstoles. Yel montanismo no fue sino un intento fallidode restauración de tales manifestaciones sobrenaturales.

Para Criswell, «los libros de historia» han dejado clarasdos conclusiones. La prim era tiene que ver con la finalidad delas Escrituras. Al quedar cer rado el texto y el canon bíblicos,la obra del Espíritu Santo se limita a una acción de iluminación,sin conceder nuevas revelaciones. La segunda tiene que ver conla cesación de los don es milagrosos concedidos a los apósto les.Al argumento montanista de que los don es y señales debíancontinuar por siempre, las iglesias respo ndieron que jamás sele pro metió a la iglesia que esas manifestacion es serían suherencia permanente. Según Criswell:

27. W.A. Criswell, The Holy 5pirit in Today's World, Zondervan, GrandRapids, 1967, 18.

Después del cierre del canon, y después de la mu erte de losapóstoles, esos poderes maravillosos, tales como la capaci­dad de resucitar a los muertos, cesaron. Laobra del Espí rituSanto se tornó primariamente la obra de iluminación de laPalabra de Dios, regeneración del alma, y formación de lavida y mente de Cristo en el corazón del creyente indivi­dua1.28

Más recientemente , este tipo de argumentación cesacio­nisra-dispensacionista ha enco ntrado en John F. MacArt hur aun vocero muy influyente. En su ataque al movimiento caris­mático, MacArthur arguye que los apóstoles fueron una castamuy especial, y que no tuvieron sucesores. Sus no mbres sonúnicos, su oficio es único, su ministerio es único y los milagrosque hicieron son únicos. «La era de los apóstoles y lo que elloshicieron es pasado. Nada semejante será visto nuevamentehasta que Dios hable nuevamente en su Reino (véase Hechos2.17-21 j Apocalipsis 11)>>. Según él, pues, la era apostó lica fueúnica y terminó. Tres veces en una sola página afirma esto, ydeclara : «Lo dice la historia, lo dice Jesús, lo dice la teo logía,y el Nuevo Testamento mismo testifica del hecho». Y agrega:«Lo que sucedió entonces no debía ser la norma para lasgeneraciones siguientes de crisrianos-.t?

éQ ué dice la historia del cristianis mo?

A part ir de Pentecostés, la historia del cristianismo registramúlt iples instancias de manifestacion es del Espíritu Santo. Eltestimonio de estas manifestaciones es bastante abundante. Noobstante, la comprensión de cada una de ellas, como evidenciasde la operación del Espíritu, no siempre es clara. Por cierto,no todas las manifestacion es de carácter carismát ico que se

28. Ibid., 19.29. john F. MacArthur, The Cbasismatics: A Doctrinal Perspectiue, Zon­

dervan, Grand Rapids, 1979, 83. Hay traducción castellana de estelibro.

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30 LAACCIÓN DEL Esr lRJ11J SANTO EN LA HISTORIA INTRODUCCIÓN 31

dieron ocurrieron dentro de un contexto regido por una fecató lica u ortodoxa. Algunas estuvieron asociadas a herejíasque la cristiandad cató lica (en el sentido del cristianismohistórico, ortod oxo y universal) rechazó firmemente . Pero enotros casos, las expresiones penrecosrales fueron conforme alas pautas bíblicas y en el marco de la sana doctrina neoresta ­menta ria.

Lainfor mación bíblica no puede ayudarnos en este estudiohistóri co, ya qu e consideraremos el desar rollo poste rio r a losapóstoles. Pero la Biblia sí debe servirnos como norma paraevaluar cada movimiento . Lo que nos interesa en este libro esrastrear en la histo ria de los primeros cuatro siglos de restimo­nio cristiano, aquellas manifestaciones poderosas del EspírituSanto, que son similares a las que testifican los documentos delNuevo Testamento. Por cierto, se trata de aquellas operac ionesque son muy ante riores al surgimiento del pentecostalismo yel movimiento carismático y de renovación, pero que tambiénestán testificadas a lo largo de toda la historia del cristian ismo.Estas realidades en la vida y experiencia de la Iglesia a travésde los siglos no siempre han recibido suficiente atención porparte de los historiadores, si es que se le ha prestado algunaatención. Es sorprendeme cómo se ha historiado acerca deconcilios, papas, obispos y grandes teólogos y eclesiásticos,pero no se ha presrado atención al Espíritu Santo y su accióna través del tiempo. El nacimiento del pentecostalismo en laprimera parte de este siglo y su vigoroso crecimiento haprovocado un nuevo inte rés por los fenómenos «entusiastas»y «carismáticos» en la historia del cristianismo. Igual efecto hatenido más recientemente el surgimiento del movimiento ca­rismático, la crecieme influencia de las «iglesias de la terceraola», y lo que se conoce hoy como las iglesias del nuevoparad igma apostólico o de la reforma apostól ica.

La impresión sorprendente que queda, una vez que seanaliza la evidencia de las fuentes primarias de la historia delcristianismo, es que la acción del Espíritu Santo, a lo largo delos siglos inmediatamente posteriores a los tiempos apostó li­cos, es la misma que la que testifican las páginas del Nuevo

Testamento. Aun admiti endo la evidente diferencia que existeentre el testimonio neotestamen rario de esa obra y el inmediatoposterior a la era apostólica, sorprende, por ejemplo, la pro­funda consciencia que la iglesia postapostólica tenía de lasmanifestaciones del Espíritu . Esto es así si se toma en cuentalos hechos de poder sobrenatural atribui dos a la operación delEspíritu Sama, tales como los milagros y prodigios. Co mo bienobserva Harold Remus: «Considerando las creencias acerca delmilagro, la afirmación de que "nada hay imposible para Dios"es prominente en el cristianismo tempranoe se

Los carismas, especialmente elde profecía, continuaron alo largo del período postapostólicc y después del estableci­miento del canon. Si hubo alguna declinación en su ejercicio,esto resultó del proceso de institucionalización de la Iglesia yde la creciente auto ridad de los obispos, que comenzaron aconcentrar en ellos el ejercicio de todos los dones y, enparticular, el don profético.u

Hacia fines del segundo siglo, comienzan a verse lasprimeras manifestaciones del inexorable proceso de instituci o­nalización de la Iglesia. Este proceso tuvo enormes consecuen­cias sobre la manera en que los creyentes interp retaron laacción del Espíritu Sama. Como señala Harold Remus:

Lo que había sido aceptab le para el na cient e cristian ismodel primer siglo en Grecia y Asia M enor, don de las nuevas

Jo. Harold Remus, Pagan·Christian Con/liet Over Mirade in the SeeondCentury The Philadelphia Patristic Foundation, Cambridge, Mass.,1983, 86. Además de las referencias en el Antiguo Testamento (Job42.2) y en el Nuevo Testamento (Mateo 19.26; Marcos 10.27; 14.36;t ucas 1.37: 18.27; Romanos 4.2 1), véase los escritores del siglo 1y 11citados en Henry Chadwick, ..Origen, Celsus, and the Resurrecrion ofrhe Body-, Haruard Theological Review 41, April 1948,84; YRoberrM. Granr, MiracleandNatural Lawin Graeco-Bomanand Early ChristianThought NOrlh-Holland Publishing Co., Amsterdam; 1952, 127-134.

J I. Véase James L Ash,Jr., ..The Decline of Ecstatic Prophecy in the EarlyChurc h-, Theclogical Srudies 36, junio 1976, 250.

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32 LA ACCiÓN DEL ESP!R1TU SANTO EN Uro HISTORIA

revelaciones y manifesta cion es y decla raciones neumáticasno eran extrañas, la forma de gobie rno era fluida, y larelación con la cultura greco-romana y el Imperio todavíaestaban en buena medida indefinidas, es inaceptable parael cristianis mo troncal en la segunda mitad del segundosiglo a med ida que este procuraba acomodarse a esa cultu ray al Imperio y colocaba cada vez más la autoridad divina yla posesión del Espír itu en sus líderes que estab an en lineacon la suces ión de los apóstoles.32

INT RODUCCiÓN

de Juan : "Cuando venga el Espíritu de verdad, Él os guiaráa toda la verdad ". Aquella com unidad no cre ía que lacanonización de las Escrituras había cancelado esa prome­sa. Los cris tianos primitivos no ten ían problema en creerque los docu mentos del Nuevo Testamento fuero n dadospor inspi ración de Dios. Después de todo , ellos sabían qu etales docum entos surgieron de su propia vida de confesiónde Jesucr isto bajo la dirección del Espíritu , y se reconocíancomo una comunidad inspi rada.at

33

No obstant e, Everetr R. Kalin ha demostrad o que losPadres Apostólicos ente ndían que la obra de inspiración delEspíritu Santo no había cesado con el cierre del canon bíbli­co.33 Este auto r señala que, si bien los Padres afirman lainspiración divina de las Escritu ras, también indican que ot rosescritos cristianos estaban inspirados. El canon era único, perono porque fuese el único escrito inspirado. Obispos, monjes,márti res, concilios, intérpretes de la Biblia, diversos donesprofét icos y varios otros aspectos de la vida de la Iglesiatambién eran considerados como inspirados.J4 Kalin concluyeque la iglesia antigua no distinguía entre la edad apostólica ylos siglos subsiguientes en cuanto a la obra del Espíritu Santo.La iglesia ant igua, dice él:

Se veía como viviendo bajo la inspiración continua delEspíritu Santo que fue derra mado en Pentecostés. Tomóseriamente la promesa dada en el capí tu lo 16 del Evangelio

32. Remes, Pagan-Christian Conflict averMirad e, 180-181.JJ. Everert R. Kalin, -Tbe Inspired Community: A Glance at Canon

History-, Concordia Theological Monthly 43, septiembre 1971, 541­549. La frase «Padres Apostólicos- se refiere a los escritores de finesdel primer siglo y del siglo 11 que siguieron inmediatamente a losredactoresdel Nuevo Testamento. Su audiencia y propósito se parecenmucho a los de las epístolas pastorales de las escrituras canónicas yalgunas de sus obras fueron alguna vez consideradas parte del NuevoTestamento.

J4. lbid., 547.

En un tiempo cuando la doct rina del Espíritu Santo noestaba todavía elaborada, "la conciencia cristiana se daba cuen­ta de la importancia enorme de la obra cumplida por el Espírituen la vida de la Iglesia y de sus miembroscas Esta conclusiónno solo surge de la consideración objetiva de la evidenciahistórica, sino también de un cambio en el planteo teológico yhermenéutico sobre la cuestión.

Desde el punto de vista teológico, cabe plantear la cuestióndel carácter apostólico de la misión de la Iglesia. Los ccsacio­nistas, en general, afirman la terminación del ministerio apos­tó lico con la muerte del último de los apósto les. Con elloterminan por negar tácitamente el carácter apostólico de laIglesia de Jesucristo. La Iglesia hoy cuenta con una autori dadapostólica, que emana de una doble fuente : su sujeción a laautoridad de las Escrituras apostólicas del Nuevo Testamentoy su vivencia del poder apostólico por la operación del EspírituSanto. La Iglesia, como fuerza del Espíritu , predica el mensajeapostólico registrado en las páginas bíblicas con denuedo ,mient ras el Señor acompaña y autentica su palabra con lasseñales y milagros de la acción sobrenatu ral del Espíritu Santo .No hay razón lógica para pensar que hoy las cosas son diferen­tes de ayer, cuando el Señor que predicamos y a quien servimos«es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos» (Hebreos 13.8).

35. íbíd.J6. Swete, The Holy Spirit in the Anejent Church, 6.

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34 LA ACCIÓN DEl EspíRITU SANTO EN U\ HISTORIA INTRODUCCIÓN 35

Por otro lado, el carácter apostólico de la misión de laIglesia no quedó limitado a un deter minado número de perso­nas que vivieron hace dos mil años atrás. Las necesidadeshumanas siguen siendo las mismas y tan demandantes comoentonces. Y la respuesta de la fe no ha cambiado . Las personashoy siguen necesitando salvación, sanidad, liberación, consejosabio, dirección y esperanza, todo lo cual puede ser satisfechopo r la obra del Espíritu Santo a través de los testigos de Cris to.Limitar su acción a una tarea de iluminación de las Escriturases pensar que Él solo t iene que ver con la satisfacción denecesidades intelectuales y no con la totalidad de la vidahumana . Una comprensión integ ral del evangelio demanda dela afirmación de una acción integral y pod erosa del EspírituSanto, tal como ocur rió en los días neorestamentarios.

Además, es necesario un nuevo planteo hermenéutico. Elcesacionismo está ligado estrechame nte con ciertas aproxi ma­ciones a la historia y a la Palabra de Dios. El fundamentalismo,el d ispensacionalismo, el racionalismo, el liberalismo teológi­co, el cientificismo, el hum anismo secular izado, entre otrosplanreos, han descalificado la acción del Espíritu Santo en basea esquemas teóricos apr ior ísticos, conforme a su particularvisión de la realidad y de la fe cristiana . En tod os estos casos,todo lo subjetivo y que se manifiesta en el plano de la expe­riencia queda descalificado por definición . De manera sumaria,cualquier experiencia que no encaja en ciertos cánones prees­tablecidos es calificada de fraude, engaño, fantas ía, histeria oexceso emocional, cuando no se la encasilla como manifesra­ción demoníaca.

Quienes critican con acidez la convicción y práctica de losque afirman la vigencia de los carismas y otras manifestacionesdel Espíritu y las condenan como «subjetivismo», no siempreaplican la misma agudeza crítica para evaluar sus pro piaspresuposiciones subjetivas. Como señala Sranley M. Burgess:

Los cesacionistas protestan tes han estado influidos por elIlu minismo, o la Edad de la Razón, que ha llevad o a muchosa negar la val idez de cualquier cosa en la histo ria cristiana

qu e cae fuera de las catego rías ace ptadas de la ra ciona lida d.Esto ha resultado en una «limpie za» de la historia rel igiosa,purgándola de toda traza de «entusiasmo» o conducta noracional y de to dos los informes de lo sobrenatural. Elresultado ha sido lo que yo llam o una -demitologización­de los santos -un int ento de negar los mu chos relatos enla tradición cristiana qu e están llenos con daciones caris­má ticas, mi lagros, señales y maravillas)?

Este libro que está en manos del lecto r representa elintento de leer el pasado, pero desde una perspectiva diferente,proc urando recup erar el testimonio escondido, negado, mar­ginado y distorsionado de la acción del Espíritu de Dios a lolargo de la histor ia del cristian ismo, y particularmente delcristianismo de los primeros cinco siglos después de los após­to les. No obstante, la tarea no es fácil. Mu chas fuentes sonprejuiciosas en un sentido u ot ro . Los historiadores pro-caris­máticos suelen ver antecedent es a su movimiento en cualquierhecho o fenómeno. Qu ienes se oponen, solo ven los aspectosnegativos de los fenó menos apunta dos. Así, mientras los pr i­meros describen a un período como de gran despertar espiri­tual, sus oponentes lo ven como un tiempo de división yconfusión para las iglesias, cuando no corno un período dedomi nio satánico y de fanatismo religioso. Evidentemente,estas son posic iones ext remas. Hay historiadores que hanasumido posturas más balanceadas.' !

37. Stanlcy M. Bcrgcss, - Proclaimin g the Gospel with Miraeulous Gifts inthc Posrbiblical Early Church-, en The Kíngdom and the Power, ed. porGary S. Greig y Kevín N. Springer Regal Books, Ventura, California,1993,279.

38. Véase E. Glenn Hinson, «A Brief History of Glcssolahe-, en G/o5501a­Iia: Tengue Speaking in Biblical, Historícal, and PSJ,h%gical Perspec­tive, por Frank Stagg, E. Glcnn Hinson y Wayne E. Cates, AbingdonPress, Nashville, 1967, 45-75; Mort on T. Kelsey,TongueSpeaking:AnExpenment in Spiritua/ Experíence, Gardcn Ciry, N.Y., Doublcday,1964; y L.D. Hart, «A Critique of American Pentecostal Th eo logv-,

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36 LA ACCiÓN DEL ESpjRlTU SANTO EN lA HISTORIA

E. Glenn Hinson, un destacado historiador bautista, hapresenta do una interesante periodización histórica para lasmanifestaciones delEspíritu en la era postaposrólica, siguiendola imagen de la lluvia que se desarrolla en joel 2.23·32) 9 Eneste libro, que es el primero de una trilogía que elauto r esperaproducir, tomaremos, como esquema histórico general, suscuatro períodos de lluvias tempranas, gran sequía, lluviastard ías y lluvias recientes. No obstante, modificaremos lasfechas y períodos sugeridos por Hinson, para ajustarlos anuestra prop ia comprensión del desarrollo histór ico y el cum­plimienro de la profecía bíblica. Por razones de espacio, nosconcentraremos en los primeros cinco siglos de testimoniocristiano posteriores a los apóstoles, es decir, en e! períod o delas lluvias tempranas. Es e! propósito de! autor continuar lainvestigación y seguir e! desarrollo histórico de los períodossiguientes en futuras publicaciones.

Mi sincero deseo es que, después de recorrer las páginasque siguen, e! lecto r,alabe con acción de gracias al Seño r po rla presencia activa de su Espíritu Santo en y a través de supueblo a lo largo de los dos milenios de testimonio cristianoen el mundo. Si la presenre investigación sirve para que caiganlas escamas de los ojos de algún hermano o hermana en Cristo,que todavía no conoce el pod er de la acción de Dios, tal comose pon e de manifiesto por la operación de su Espíritu, mesentiré sumamente satisfecho y gozoso. El Espíritu Santo mis­mo ha sido muy paciente conmigo para enseñarme, a lo largode largos años de aridez y esterilidad, que ..Jesucristo es e!mismo ayer, y hoy, y por los siglos.. (Hebreos 13.8). El Espíritutambi én me ha enseñado que El mismo, como ..el otro Jesús..tampoco ha cambiado en su manera de obrar.

Ph.D. Dissertaric n, Southem Bapnsr Th eological Seminary, Louisville,Kcntu cky, 1978.

39. E. C lenn Hinson, •Th e Significance of Glossolalia in the History ofChnsrianity-, cn Speaking in Tongues: Ler's Talk About It, ed. por E.Milis, Word Books, Waco,Texas, 1973, p. 61·80. Véase especialmente,73. Véase también Hinson, .A Bnef History of Glossolaha-, 45-75.

,

LOS PADRtS APOSlOUCOS

11,Evangelio de Marcos termina con una declara­ción sorprendente sobre los carismas que acom­pañan a los que confían en e! Señor: ..y estasseñales seguirán a los que creen : En mi nombre

echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán enlas manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les harádaño; sobre los enfe rmos pondrán sus manos, y sanarán..(Marcos 16.1 7-18). Si es cierto, como afirman algunos erudi­tos, que estos versículos no pertenecen al texto or iginal, sinoque fueron agregados en la prim era mirad del segundo siglo,de todos modos son una valiosa evidencia postaposrólica yexrrabfblica de que en muchas iglesias se ejercitaban tales donesy ministerios, como exp resión del poder de! Espíritu Santo .

La iglesia primitiva no alardeaba de los dones de! Espírituni los discutía: los practicaba. Co mo indica Yves M. J. Ca ngaren su obra mon umental: «La iglesia de los orígenes fue plena­mente consciente de encontrarse bajo la acción de! Espíritu

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38 LA ACCiÓN DEL ESP!Rlru SANTO EN LA HISTORIA LOS PADRES APOSTÓLICOS 39

Santo y de estar llena de sus dones- e! Como bien señalara acomienzos de siglo A.J. Ma son : «Este fue, de hecho, elatractivoprincipal de la Iglesia en días tempranos: era considerada comoel hogar de la gracia y la santidad, y en consecuencia, de lasalvación. En la iglesia, y en ninguna otra parte, pod ían laspersonas estar seguras de encontrar al Espíritu de Dios..,2 Enaquellos tiempos se entendía que el Espíritu Santo, comoSabiduría divina, obraba incluso inspirando las vidas de algu­nos sabios griegos de la antigüedad)

Pero elcentro de la acción del Espíritu Santo era la iglesia.Era allí donde el Espíritu se manifestaba a través de los donesde profeda y de sanidades, y mediante la expulsión de demo­nios. La presencia y obra del Espíriru Santo era evidente en laiglesia. El Espíritu de vida y el Evangelio eran su «columna yfundamento», según Ireneo. Es el Espíritu quien viene sobre laiglesia como un águila volando, para protegerla con sus alas yconcederle todos sus dones.s Él es el mismo «Espíritu que trajoa la unidad a tribus distantes.. y quien nos permite llevar frutode vida al regam os con su lluvia celestial. «El Señor , que recibióal Espíritu como un don de su Padre, Él mismo lo confie retambién sobre aquellos que participan de Él, enviando alEspíritu Sama sobre toda la tierra ...5

No obstante, los padres apostólicos, al igual que losapologistas, estaban confrontando a la cultura pagana y hosti ldel segundo siglo. Cualquier fenómeno sobrenatural, que ajuicio de los oposito res paganos fuese irracional, o superstic io­so a sus ojos, pondría en evidencia a la Iglesia frente a lasociedad, que ya tenía prejuicios de sobra en contra de ellos.

l . Cangar, El Esplritu Santo, p. 92.2. Anhur Ja mes Masen , -Concepno ns of the Church in Early Tim es», en

EsSdyS 0 11 the Bar/y History o{ the Church and the Ministry, ed. porH.B. Swere, Macmillan, Londres, 1918, p. 33.

3. Véase, e.g., el caso de Sócrates según jusrino Mánir, Segundaapotogla,p.lO.

~ . Irenco, Contra herejlas, p. 3.1 1.8.5. ¡bid., 3.17.2.

Quizás esto explique por qué en los documentos que se pro­dujeron en el siglo que siguió al minister io de los apóstoles nohay la abundancia de referencias a las manifestaciones delEspíritu que sería de esperar.

A pesar de esto, se encuentran numerosas referencias enlos escritores cristianos de esa época al ejercicio de los carismasy las manifestaciones del Espíriru.e

De igual modo, llama la atención el lugar que el EspírituSanto ocupa, especialmente como inspirador del ministerio delos padres apostólicos. Particularmente, por sobre todos losdones del Espíritu, se destaca el de profecía. La mayor partede las menciones tienen que ver con el «espíritu profético. ysu adecuado ejercicio en la iglesia.

Por otro lado, las herejías y grupos disidentes pusieron unfuerte énfasis en los aspectos sobrenaturalesde la fe. En algunoscasos, sus exageraciones mayores estuvieron asociadas a autén­ticos dones del Espíritu, especialmente el de profecía. En otroscasos, los motivos de condena fueron énfasis excesivos enexperiencias sobrenaturales, como visiones, sueños o milagros.Sea como fuere, se trató generalmente de prácticas de la iglesiallevadas a extremos. Lamentablemente, la incidencia de lasherejías y las facciones llevaron a algunos al ejercicio temerosode muchos dones, y a otros al rechazo de las acciones sobrena­turales del Espíritu Sama.

En el tiempo inmediatamente posterior a los apóstoles, lospadres apo stólicos son una fuente documental fecunda enrelación con las manifestaciones del Espíritu Santo . Sin embar­go, cabe hacernos la pregunta, équ ées lo que estamos buscandocuando nos preguntamos sobre las operaciones sobrenaturalesdel Espíritu Santo, según los padres apostólicos? Si nos apro­ximamos al testimonio histórico con las listas de dones de 1Corintios 12, Romanos 12 Ó Efesios 4.11 probablementepondremos una limitación arbitraria al material que tenemospor delante. De hecho, cuando comparamos estas listas de

6. Kelsey, Tongue Speaking, p. 33-34.

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40 LA ACCiÓN DEL EspfIUTU SANTO EN LA HISTORIA Los PADRES APOSTÓLICO S 41

manifestaciones carismáticas con otros materiales neo testa­menrarios, como los que se encuentran en Hechos y Hebreos,descubrimos bastante imprecisión y fluidez. Incluso si preten­demos ser exhaustivos, deberemos recon ocer que vamos aencontrar qu e algunos dones parecen ser más prominentes queotros. Seguramente, corno siempre suele ocurr ir, las manifes­taciones más dramáticas llamarán mucho más la atención queaquellas otras menos espectaculares.

Es así que nos encontraremos con info rmes de la vigenciay ejercicio de don es espirituales como los mencionados en elNuevo Testamento. En estos casos, tendremos que pesar laevidencia histórica y medir su valor y pertinencia para nuestroestudio . En otras ocasione s, conside raremos el testimonio depersonas que manifiestan tener experiencias espirituales car is­máticas que parecen similares a las del Nuevo Testamento, sibien no son exactamente iguales. Nuevamente, será necesar iohacer una cuidadosa evaluación, para constatar la continuidadde las operaciones carismáticas de tiempos apostólicos a la erade los padres apostólicos.

Sea como fuere, veremos que la calidad del material dispo­nible no es la misma en todos los casos. Algunos son testimoniosexcelentes, y otros parecen sumamente débiles. No obstante, laconclusión a la que podemos arribar a partir de un análisisdetallado y meticuloso de la evidencia testimonial de los padresapostólicos es que la iglesia del segundo siglo era disrintivamentecar ismática. Como afirma Ronald A.N. Kydd, «lo que surge deun estudio de las fuentes es el cuadro de una iglesia que esfuertemente carismática hasta aprox imadamente el año 200»,7

Los cristianos primitivos vivían intensamente la experien­cia de la dirección del Espíritu Santo y se sometían a su po derpara llevar a cabo su misión de gana r al mundo para Cr isto. ElSeñor glorificado ejercía su autoridad sobre la Iglesia a travésdel Espíritu Santo . Y esto era motivo de gozo y alabanza.

7. Ronald A.N. Kydd, Charísmatic Gifts in the EarlyChurch Hendr ickscnPublishers, Peabody, Mass. 1984, p. 4.

Tal es el testimonio qu e se transpira en los escritos de losprimeros padres de la Iglesia, a quienes se conoce como lospadres apostó licos. Su testimonio es valioso porqu e fueronpersonas asociadas o directamente relacionadas con los após­toles, de qui enes, se supone, derivaron su enseñanza y práctica.Sus escritos son contemporáneos con los escrito s canónicos yrep resentan la continuidad de la doctri na ypráctica de la iglesianeotestamenraria.

En las páginas qu e siguen vamos a enumerar a las princi­pales fuentes patrísticas, siguiendo una secuencia más o menoscro nológica en base a su aparición, sin tomar muy en cuentasu alineación en términos de la tradición teológica que repre­sentan o su ubicación geográfica.

O das de Sa lo món

Antes de terminar el pr imer siglo apareció un escritoanónimo bajo el título Odas de Salom6n .8 Cuando RendelHarris las sacó a luz en 1909 después de siglos de esta r en ellimbo, el interés de los estud iosos se vio no tablemente desper­tado. Según James H. Charleswo rrh, se trata del himnariocristiano más ant iguo que se con oce.? John H. Bernard, po r

8. LasOdasde Salomón son, en elterreno de la literatura poé tica cristianaprimitiva, el descubrimiento más importante, después del hallazgo dela Didache, Su autor es desconocido, al igual que su carácter. Lo másprobable es que expresen las creencias, prácticas y esperanzas de lacristiandad oriental o palestina. Son himnos de alabanza, que reflejanuna profunda espiritua lidad, similar a la de Juan e Ignacio y libre detodo pensamiento especulativo. Probablement e fueron escritas en Siriaa fines del prime r siglo o comienzos del siglo 11 . Para el texto, véaseJames Rende l Har ris y A. Mingana, The oJes Qnd Psalms of Solomon,2 vals. Th e University Press, Manchester 1916-1920. Para seleccionesdel texto, véase E.C.E. Owen, Sorne AuthenticActs ofthe.Early MartyrsOxford University Press, Oxford 1927; y Swete, The Holy Spirit in theAncient Church, pp. 415-418.

9. James H. Charlesworth, ed. y trad., The ades of Solomon, Texrs andTranslations 13 Scholars Press, Chico, California 1977, vii. Ver también

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42 LA ACCiÓN DEL Es rlRITU SANTO EN LA HISTORIA Los PADRES APOSTÓUCOS 43

otro lado, seña la que son himnos bautismales para el uso en laadoración pública, 10 Estas odas ponen de manifiesto una go­zosa alabanza por la acción del Espíritu Santo. Este documentoes pa rt icularmente rico y fresco en cuanto a señala r la manifes­tación poderosa del Espí ritu, de qu ien dice: ..Este es el Espí ritudel Señor. que no miente, que enseña a los hijos de los ho mbresa conocer sus caminos•. H Yagrega : ..Como la mano se muevesobre el arpa, y las cuerdas hablan, así habla en mis miembrosel Espíritu del Señor, y yo hablo por su amor.., l 2 Aparentemen­te lo que motiva tal exaltación y gozo son dones de revelacióny profecía.

Las expresiones delpoe ta reflejan su conoci miento perso­nal del don profético. La co nsciencia pro fética se ve reflejadaclaramente en pasajes como: ..El [el Espiritu Santo] me hallenado con palabras de verdad, pa ra que pueda hablar lomismo. Ycomo el fluir de aguas, así fluye la verdad de mi boca,y mis labios mani fiestan sus frutos » , 13 El autor co nsidera queel mensaje que tiene para compart ir está inspirado por elEspíritu y depende de El para darlo. Dice él: ..Oh, Señor, poramor a aquellos que son deficientes, no me prives de tupalabra•.14 Más adelante seña la: ..Enséñame los salmos de tu

ldem , "The Odes oC Solomon; Not Gnostic", Catboli& Biblic.al Qua,·urly 31 (1969); pp. 357-369.

10. John H. Bcmard, TbeOdes ofSolomon, Text and Srudies8.3 Cambrid-ge Universiry Press, Cambridge 1912, p. 42.

11. Odasde Salomón, 3.12.12. lbid., 6.1·2.n . lbid., 12.1-2.'4. lbid.; 18.4. Con respecto a este verso, Harris comenta lo siguiente; ..EJ

escritor de este Salmo habla como un profeta, que ha conocido lavisitación divina, y ha sentido su efecto tanto en la mente como en elcuerpo, en [a disipación del error y en [a sanidad de la enfermedad. Elora por una continuidad del don celestial por amor de la gentenecesitada a quien él da su mensaje». Harrís y Mingana, The OJes al1dPsafms of Saloman, 2.297-298. Hay otros pasajes en los que el poetaparece ser también un profeta: Odas de Salomón, 2.1-2; 7.18; 14.8;16.5 Y40.2.

verdad, para que pueda producir fruto en ti: y abre para mí elarpa de tu Santo Espíritu, para que con todas sus notas pue daalabarte, oh Señor•.U En este caso, la refe rencia seria a diversosgéneros de lenguas. Un caso similar puede ser la siguienteexpresión, si bien no se hace una mención explícita del Espíri­tu : «Derramé alabanza al Señor po rque soy suyo: y hab laré sucanció n santa, porque mi corazón es con Él. Porque su arpaestá en mis manos, y las odas de su paz no se silenciarán» , 16

Las Odas parecen hablar de la unción del Espíritu Santoen expresiones como estas: ..Fui vestido co n la cubierta de tu

Espíritu, y ro quitaste de mi mi traje de pieb .t? ..Como las alasde las palomas sobre sus polluelos, y las bocas de sus poll ueloshacia sus bocas, asf tamb ién las alas del Espíritu está n sobre micorazón. M i co razón se dele ita y salta, como el bebé que saltaen el seno de su madreeu ..Yo descansé en el Espíri tu delSeñor: y ella [el Espíritu] me elevó a lo alto : y me hizo pararmesobre mis pies en la altu ra del Señor, dela nte de su perfeccióny de su gloria, mientras yo estaba alabando [a él] por lacomposición de sus canciones. Ella [el Espfriru]!" me pusodelante del ros tro del Señor; y si bien soy un hijo de hombre,fui llamado el Ilum inado, el hijo de Dios», 20

El poeta expresa su exp eriencia de renovación espiritualen el Espí ritu en estos términos: «Po rque tu mano derecha melevantó y quitó la enfe rmedad de mí: y llegué a ser poderosoen la verdad, y santo por tu recti tud .. . y me hice admirablepo r el nombre del Señor, y fu i justificado por su bondad, y supaz es por siempre y siempre. Aleluya•.21 En otro verso, elauto r pa rece referi rse a la llenura d el Espíritu Santo , al señalar:

IS. lbid., 14.8.16. lbid., 26.1·3.17. lbid., 25.8.18. lbid., 28.1-3.19. El original sirtaco dice -ella-. Debe notarse que en la literatura siríaca

primitiva era común hablar del Espíritu Sama como femenino.20. lbid., 36. 1·3.21. Ibid., 25.9-11.

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26. Kydd, Charismatic Gifts in tbe Early Church, p. 25.27. Eusebio, Historia eclesidstica, 3.16.

en sus vidas. Seguramente la iglesia de la que este creyenteformaba parte compart ía su entusiasmo al ser inspirados porel Espíritu y pronunciar palabra profética y ejercer otros donesde revelación . Como concluye Kydd: ...EI clima religioso queexistía do nde Las Odas fueron escritas debe haber sido muyfavorable al ministerio de los do nescze

Clemente de Rnma (¿401-100)

Clemente fue el tercer obispo de la ciudad de Roma, entrelos año s 91 011100 . Una tradición muy antigua le atr ibuye unaCarta a /05 corintios, que ..escribió en nombre de la iglesia enRoma». La carta gozó de mucho prestigio en la antigüedad.Eusebio la llama ..epísto la grande y maravillosa», y agrega queera ..leída en voz alta a los adoradores reunidos en díastempranos, como lo es en nuestros prop ios días...27 Clementeescribió esta carta para hacer frente a un conflicto generado enla iglesia de Co rinto, allá por el año 95. Por las expresiones deClemente, parece ser que la iglesia en Co rinto no aprend ió muybien las lecciones que el apóstol Pablo quiso enseñarle a travésde sus cartas. Aparentemente, la congregación continuó en­frentando las mismas dificultades que el apóstol había procu­rado ayudarle a superar.

El problema era que había algunos creyente s que sosteníantener ciertos dones espirituales que , a su juicio, no recibían unadecuado reconocimiento, especialmente de parte de los líde­res de la congregación . Eran personas que se considerabanespiritualmente fuertes (38 .2), y que se jactaban de revelacio­nes o conocimientos (gnosis) sobrenaturales, pero que noparec ían ser muy humi ldes (48.5-6) . Quizás también hablabanen lenguas, pero lo had an con arroga ncia (21.5 ; 57 .2) .

Siguiendo a Orígenes, Eusebio identifica a Clemente conel personaje mencionado por Pablo como -cc laborador mío..

45Los PADRES APOSTÚUCOS

22. Ibid., 11.2·3.23. íbid., 6.7· 17.24. Roben M. Gram, ..The Odes of Solomon and the Church of Antioch.

[aumal of Bib/ic.al Literature 63 (1944): p. 368. '25. Odas de Salomón, 11.6-7. Cf. Juan 7.38.39 .

U. ACOÓS DEl EsríRIru SA."ITD EN lA HISTORIA

«E.I altí~ imo ~e ci~cuncidó por su Espíritu Santo, luego descu­bri ó mi ser mrenor hacia él, y me llenó de su amor. Y sucircuncición fue mi salvacíónczz

El poemaestá lleno de «aleluyas»,especialmente asociadosa la acción poderosa del Espíritu Santo. Una hermosa estrofacama de las aguas de vida, que fluyen abundantemente dedebajo del templo, y que crecen en su caudal a medida queavanzan hasta cubrir la faz de toda la tierra, trayendo salud,fruto y vida etema.zs ¿No es esta una excelente manera dedescribir poéticamente el fluir poderoso del Espíritu de Diosen la vida del creyente y de la Iglesia? No es extraño, pues, quela estrofa termine con un estr idente «aleluya...

Las Odas representan un buen material documental paranuestro estud io, porque reflejan el derramamiento del Espírituen la vida de alguien cautivado por Dios. Según R.M. Gra nt,estos versos son como ..los salmos» individuales mencionadosen 1 Corintios 14.26 .24 Si es así, estos poemas representan laexperiencia de un cristiano que está hablando en obediencia alos impulsos del Espíritu Santo. Dice el poeta : ..Yaguas par­lames se acercaron a mis labios de la fuente del Señor conplenitud . y yo bebí y fui embriagado con el agua de vida queno muerev.t! En estas palabras, el autor parece referirse alEspíri~ ~anto ya la experiencia de la unción, que muchas vecesse manifiesta con un estado de pérdida de control físico similaral de la embriaguez (cf Hechos 2.13) . '

l~du~ablemente, .eI ~utor de las Odas es alguien queconoce bien .101 expe.n~nCl~ del obrar poderoso del EspírituSanto en su VI?3 Y,mmlsten o. Su lenguaje es el de un profetalleno del Espíritu. .EI y las personas a quienes dirige sus poemastenían la expectativa de que Dios se involucrara activamente

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JJ. Son frecuentes las exp resiones : . EI Espíritu Santo dice», "El EspírituSanto dijo», "la Sagrada Escritura ... es inspirada por elEspíritu Santo»,

Es inte resante la mención que hace Clemente del «donespecial.. (en el o riginal griego se usa una forma del vocablocharisma). A la luz del contexto, el vocablo es utilizado con unsignificado similar al que riene en pasajes neo testamenrarioscorno Romanos 12.6 y 1 Corintios 12.4. Se trata de habilidadesinusuales que Dios da a las personas para ayudar les a ministrara otros. Clemente está hablando acerca de cómo deben condu­cirse los cristianos en la iglesia. En su carta (37.5 a 38.1 a) ilustraesto haciendo una compara ción entre la iglesia y el cuerpohumano. «La cabeza», dice, ..no es nada sin los pies, así comolos pies no son nada sin la cabeza... Así como los miembros delcuerpo no pueden funcionar aislados, de igual modo la efecti­vidad de la iglesia se ve com prome tida cuando sus miembrosno tiran juntos. Clemente está arguyendo en favor de la unidady el cuidado mutuo. Y es justo en el medio de esta argumenta­ción que coloca su mención de los dones espirituales. Según él,estos dones son importantes para ayudar a los creyentes a funcio­nar como un cuerpo. Los dones tienen sentido cuando se utilizanpara servir a Otros y edificar elCuerpo de Cristo . Son dadoscornoun medio para bendecir a otros y cumplir la misión.

En estos conceptos, Clemente se muestra muy cerca delapósto l Pablo. Indudablemente que en relación con los donesespirituales, Clemente tenía ideas similares a las que Pablodesarrolló en 1 Co rintios 12 y 14 Y en Romanos 12. Parececlaro, según el contenido de la carta de Clemente, que los donesdel Espíritu Santo estaban vigentes en la iglesia de Roma, afines del primer siglo.

También parece evidente que esta iglesia conoda porexperiencia lo que significa andar por el Espíritu y ser obedien­te a sus direcciones. Clemente hace solo diez referencias alEspíritu Santo en su Carla a los corintios, y en más de la mitadde las mismas pone un énfasis particular sobre el Espíritu Santocomo el inspirador de las Escrituras, especialmente del AntiguoTestamento .U En un pasaje dice: «Mirad cuidadosamente en

LAxccr óx DEL EspíRITUSANTO EN U. HISTORIA

(Filipenses 4.3). Veinticinco años después de [a caída de jeru­~Ién, una generación más tarde de los horrores de la persecu­c~6~ de Ne~~n. en Roma, y mientras en Asia empezaban avlVI~se las vicisitude s de la persecución de Domiciano y Juanescribía su Apocalipsis en Parmos, Clemente les escribe a loscorintios y los exhorta a mantener Ol la unidad del Espfriru•.

No obstante, llama la atención que Clemente "no dé lam!s~a prominencia que Pablo al lugar del Espíritu en la vidacnsnana normal, ni sugiera que la iglesia de Co rinto de su díaes[uv~era experimentando una vida en el Espíritu como la quedescnb~ elApóstol en 1 Corintios 12 hasta 14•.28 Con algo denostalgia, en su carta, Clemente les recuerda a loscorintios queen otros nempos "una profu nda y abundante paz fue concedidaa to dos . .. y vmo sobre todos un pleno derramamiento delEspíritu 5anto ,..29

En su amo nestación contra el divisionismo y la disensión,Clemente les pregunta: «é l'cr qué hay entre vosotros estascontiendas y estallidos de pasión y faccione s y divisiones ygu~rras? ¿No tenemos tod os nosotros un solo Dios, y unCristo, y un Espíritu de gracia que fue derramado sobrenosotros, y un llamami ento en Cnsrcz-so Para Clemente elEspíritu Santo era una persona viva y activa. El afirma su fet rini ta~ i~ al declarar:. «Dios vive, y el Señor Jesucristo vive, yel Esplr.,tu Santo, quienes son a la vez la fe y la esperanza del~s elegidosc.n Por eso, era necesario que los corintios apren­d,~ran de una buena vez que eran un cuerpo cristiano, cuyaunidad debían preservar. Y para ello, la mejor regla era: "Cadauno.debe esta r sujet? ~ su prójimo, confor me al don especial[carisma] que ha recibido-era De este modo, el Espíritu estabasobre ellos, así como había estado con sus predecesores en lafe, que habían hablado a través del Espíritu.

28. Burgess,Anáent Christian Tradit íons, p. 17.29. C1~mente de Roma, Carta a loscorintios, p. 2.2.JO. tbíd., 46.5-6.J I . ¡bid., 58.2.J2. ¡bid., 38.1.

LOS PADRES APOSTÓUCOS 47

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48 LA ACCIÓN DEL EsrfRITU SANTO EN I.A HISTORIA Los PADRES APOSTÓLICOS 49

las Escrituras, que son las verdaderas declaraciones del Espír ituSanto,,)" Pero también la obra de inspiración del Espír ituSanto opera en la vida cotidiana de la iglesia neotesramentar ia.Según él, los apóstoles gozaron de la misma inspiración que losprofetas, ya que ..salieron con una convicción plena, que eradel Espíritu Santo -. Ellos «probaron.. a los obispos y diáconos,a quienes designaron para su ministerio "por el Esptr iruc asPablo mismo les había escrito años antes bajo la inspiración delEspíritu Santo, e incluso, la iglesia en Roma no dudaba que supropia car ta, en esta ocasión, también estaba bajo la influenciadel Espfriru.Je

Ignacio de Antioqufa (¿40?-11 7)

Ignacio sirvió como obispo de Antioquía a principios delsegu ndo siglo, en época del emperador Trajano. Hacia el año117, muri ó como mártir en la ciudad de Roma. En su viajecomo prision ero a la capital del imperio, unos quince o veinteaños después que Clemente escribiera su epístola, el obispo deSiria exhortó a los creyentes a guardarse de las herejías y losalen tó en su fe. Con este propósito escribió siete cartas: cincoa las iglesias de la prov incia de Asia; una a la iglesia de Roma,hacia donde se dirigía; y otra a su amigo Policarpo, obispo deEsmirna. Estas cartas, escritas en algún momento entre los años98 y 117 mientras era llevad o a Roma, gozaron de conside rableautoridad y difusión durante muchos años. Ignacio fue unfervo roso cristiano, imaginativo y espontáneo, que con susescritos documenta un importante capítulo de la histori a delcristianismo. Sus cartas transpiran convicción y poder espiritual.

Las cartas de Ignacio han concent rado la ate nción de loseruditos durante muchos años y han sido sometidas al escrutinio

y..Cristo se dirige a nosotros a través desu Espíritu Sanro-. lbid., 13.1;16.2; 45.2; 22. 1.

H. lbid., 45.1,35. lbid., 42.3-4.36. lbid., 47.3; 63.2.

más meti culoso . No obs tante , si bien sus escritos han sidoco nside rados desde los más d iversos ángulos de aná lisis, nose ha pr estado suficiente ate nción a su testimoni o en cuantoa la acción del Espíritu Santo en sus días. Y sin embargo,co mo obispo y siervo de Dios, Ignacio es un a fuente r iquísi­ma en cuanto a las manifestacio nes del Esp ír itu . El mismoera un pr o feta co n un gran aprecio por los do nes del Espí rituSanto.

Ignacio fue discípul o de los apóstoles y, por lo tanto, unimpo rtante testigo de su enseñanza. En su Cartaa los efesios,Ignacio seña la que «aquellos que profesan ser de Cris to sonconocidos no solo por lo que dicen, sino po r 10 que practican ...y agrega que «es mejor para una persona callar y ser (cristiana]que hablar y no serIo..)7 No obstante, en su Carla a losfiJadelfos se refiere al don de profecía. Quizás ex presa su prop iaexperiencia al man ifiestar que se sentía movido por el Espíritual hablar según el Espíritu le daba palabra . En un notab lepasaje, que parece referirse al don de profecía, seña la:

Puede que haya algunos que querían engaña rme según lacarne , pero el Espíritu no puede ser engañado, porqueviene de Dios. Porque . Él sabe de dónde viene y a dóndeva.., y expone lo que es secreto. Cuando estuve con 'lOSO-­

n os clamé, levantando mi voz - fue la voz de Dios­«Prestad ate nción al obispo, al presbiterio y los diáconos",Hubo quienes supusieron que yo decía esto po rque sabíade antemano de las divisiones que ciertas personas harían.Pero Aquel en quien estoy ligado es mi testigo de que loque supe no era de carne humana, sino del Espíritu quepredicó por mis labios: ..No hagáis nada apa rte del obispo;guard ad vuestros cuerpos como si fuesen templo de Dios;valorad la unidad; huid del cisma; imitad a Jesucristo aslcomo Él imitó a su Padr e",J8

37. Ignacio de Antioquía, Carta a los efesios, 14.2-15.1,38. Ignacio de Antioquía,Cartaa los fi/ade/fos, 7.1-2.

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50 LA ACCiÓN DEL Es pfRIru SANTO EN LA HISTORIA LOS PADRES APOSTÓLICOS 51

Aparentemente, segú n estas palabras, el mismo Ignaciopensa ba que había hablado proféticamente en esa ocas ión. Esinteresante que, an tes de transmitir el mensaje, dice: «clamé,levantando mi voz - fue la voz de Dios». En días de Ignacio,en contextos religiosos tan to cristianos como paganos, seconsideraba com o la carac terís tica de un profeta inspirado quehablara en voz bien alta. Se suponía que alguien que hablababajo el contro l de la divinidad debía hacerlo en el volumen másalto posible. De mod o que, en el caso de Ignacio, no se tratade un detalle insignifican te, sino de una evidencia d ara de queél estaba profetizando bajo el contr ol del Espír itu Santo .

Otro detalle inte resante tiene que ver co n su respuesta aaquellos que dudaron del origen sobrena tura l de su palabra.Lo que había dicho era ran pr eciso que algunos supusieron qu ealguien le había pasado la información con anterioridad sobrelo que ocurría en la iglesia. Ignacio niega terminantemente estasupos ición e insiste en que no había sido él qu ien había habladosino el Espír itu. Indudablemente, Ignacio recibió palabra deciencia y profetizó poderosamente en aquella oportunidad.

En sus cartas hay varios pasajes en los que el ob ispo hablade revelaciones que había recibido (Romanos 7.2; Efesios20.2;Trallianos 5; Filipenses 7). A la luz de estos textos, f .A.Schilling destaca el aspecto profético del ministerio de Ignacio,y señala: "De estas auto-revelaciones sabemos que Ignaciofirme mente se consideraba un profeta , si bien no se designócomo tal,,)9

Ignacio escribió también sobre la capac idad de entenderlos misterios y las cosas celestiales, aparentemente inspiradopo r el mismo Espíritu que inspiró a los profetas y a losapóstoles. Y d ice que él mismo tenía este don espiriru al.w

39, F.A. Schilling, -The Mysticism oí Ignatius of Annoch - (tesis de Ph.D.,Th e Universiry oí Pennsylvania, 1932), 50.

40. Ignacio de Antioquía, Carta a los tra//ianos,5. 1-2. Esinteresante notarque en la salutación de todas sus cartas, Ignacio se califica a sí mismocomo _Thecforus-, «inspirado por Dios- o -portador de Dios». Elepíteto señala a alguien que tiene el don de profed a.

Hablando de los dones del Espíritu, afirma que los esmirnien­ses por la misericordia de Dios han recibido todo don: «voso­tros estáis llenos de fe y amor, y no os falta ningún don ».41 APolicarpo de Esmirna 10 exhorta, d iciéndo le respecto a lasrealidades que no son visibles: "Pide que estas te sean reveladas,para que no carezcas de nada, sino que puedas abundar entodos los dones-c'u Y a los magnesios les reconoce que estánllenos de Dios.ea

Todas estas expresiones hablan de su convicció n respectoa la ob ra y manifestaciones del Espíritu, como parte viral yvigente en las iglesias a las que escribe.

Hay dos cosas dignas de destacar en lo que Ignacio le dicea Policar po . Nótese que Ignacio alienta a este célebre obispo ymárti r cristiano a pedirle al Señor el privilegio de ver cosasinvisibles. ll. lama la atenció n que un obispo exho rte a otro aorar por revelaciones celestiales! Ade más, su consejo respo ndea su deseo de que Policarpo no se pierda nada de lo que Diostiene prepa rado pa ra da r a sus hijos, de modo qu e él tambiénpueda tener todos los dones espirituales. En este co ntexto, elvocablo ut ilizado es una forma de la palabra griega cbarísma,que es utilizada con elmismo significado con que 10 hace Pabloen 1 Co rintios 12 y Roman os 12 (véase 1 Co rintios 14.1).

Ignacio fue suceso r de los após toles y, por lo tanto, unimpo rtante test igo de su práctica y enseñanza. Sus siete epísto­las presentan, con gran fervor y poder espiritua l, un conceptodel cristianismo que está muy vincu lado al tipo doctr inal delapóstol Ju an, de quien fue discípulo, si bien, hay tambiénrasgos típ icamente paulinos en su enseñanza.

Él veía evidencias de la obra del Espíritu en las vidas delos miemb ros de la iglesia, a quienes describe en su Carta a /0 5

efesios como "pied ras del Temp lo, preparadas de antemanopara un edificio de Dios el Padre, levantadas por esa máq uina

4 1. Ignacio de Antioqufa, Carta a losesmímienses, int. Ct. 1 Co rintios 1.7.42. Ignacio de Antioquía, Carta a Policarpo, 2.2.43. Ignacio de Antioqufa, Cartaa los magnesios, 14.

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52 LA ACCIÓN DEL ESpíRITU SANTO EN LA HISTO RIA Lo s PADRES APOSTÓLICOS 53

de Cristo Jesús, (que es] Su Cruz; usando al Espíritu Santocomo cuerda- rt-

El obispo de Amioquía era también consciente de lanegligencia creciente en cuanto a la depend encia del Espír ituen la iglesia de sus d ías. Co n dolor levanta una pregunta quenos so rprende por su actualidad : «¿Por qué perecemos necia­mente por la ignorancia descuidada en reconocer el do n [cha­risma]que hemos rectbido jvu Como señala Swere, «elEspíritues para él un hecho fundamental de la experiencia cristiana,más bien que un tema de investigación y de def inición exac­( 3 )>.46

Al leer a Ignacio, resulta evidente que «la tradición deprofetas cont inúa desde el Nuevo Testamento, pero está inse­parablemenre unida en [su] mente, como lo está en escrito resposteriores como Cipriano, con la jerarquía o rdenada de obis­pos, presbíteros y di áconos-r' ? Sin embargo, todavía no se vela tensión qu e más ta rde se desar rollaría entre profecía y ordeneclesiástico o en tre un ministerio carismático y otro institucio­nal. El obispo Ignacio se presenta como un buen administradorde la iglesia, pero que ejerce su do n profético con poder y hablabajo la guía del Espíritu Santo.

Epístola de Bernabé (¿90-1101)

Se trata de un escrito breve, de carácter d id áctico-edifica­tivo , cuyo autor es desconocido. La tradic ión lo atribuye aBernab é, el compañero de Pablo. Pero el contenido del textohace pensar que fue compuesto hacia el año 90 . El auto rprob ablemente era un predicador judea-cri stiano de Alejan­dría, Egipto, en tiempos del emperador Adriano . En la primeraparte, la Epístola ataca al judaísmo y en la segunda expo ne la

44. Ignacio de Antioquía, Carta a fos efesios, 9.1.~ 5 . Ibid., 17.2.46. Swere, The Holy Spirit in the Aneient Church, 16.47. Burgess, Ancient Christian Traditions, pp. 19·20.

doctrina de los dos caminos en términos muy parecidos a losde la Dídach é,

En cuanto a la obra del Espfritu Santo, elautor le reconocela doble función de inspiración y profecía. La Epístola presentaal Espíritu princ ipalmente como el maestro de los héroes yprofetas del Antiguo Testamento . Es Él quien «habla al corazónde Mois és-rts Este, a su vez, habla enel Espíritu.49 Abraham, enelEspíritu, anticipa aJesús.50 yJacob, porel Espíritu, ve un tipode la iglesia cristiana [edel pueblo que surgiría después»).51

Esta obra del Espíritu continúa bajo el Nuevo Pacto, en elque el don de pro fecía y la morada del Espíritu en el creyenteestán relacionados. Refiriéndose al Espíritu Santo , dice elautor: «Su palabra de fe, su llamamiento de la promesa, lasabid uría de los estatutos, los mandamientos de la doctrina, Élmismo profetizando en nosotros , Él mismo morando en no so­rros, abriendo para nosotros que estábamos esclavizados porla muerte las puertas del templo, esto es, la boca".S2 De estemodo, el ejercicio de la profecía y la presencia del Espíritu eranconsiderados por el auto r como elementos no rmativos paraaquellos que participan de la provisión divina. No sorprende,pues, que el autor exclame con gratitud al comienzo mismo desu escrito : «M e gozo abundantemente y sobremanera en vues­tros espíritus felices y gloriosos, porque a tal efecto habéisrecibido al don espiritual injertado. Por lo cual también me gozointeriormente tanto más, ...porque verdaderamente veo en voso­tros al Espír itu derramado desde el rico Señor de amor-esa

Después de declarar que el Señor «nos ha creado de nuevopor su Espíritu», la Epístola se refiere a la morada plena delEspíritu en el creyente, que pasa a ser el templo espiritual delEspíritu Sama.

48. Epfstola de Bernabé, 12.2.49. Ibid., 10.2.50. lbid., 9.7.H . lbid., 13.5.n . lbid., 16.9.53. lbid ., 1.2.

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54 LA ACCiÓN DEL ESP!Rlru SANTO EN LA HISTORIA Lo s PADRES APOSTÓLICOS 55

¿Cómo? Aprended [como sigue). Habiendo recibido elperdón de pecados, y colocado nuestra con fianza en elnombre del Señor, hemos llegado a ser nuevas criaturas,formadas de nuevo desde el principio. Por lo cual ennuestra habitaci ón Dios verdade ramente mora en nosotros.,_, y al darnos arr epentimiento nos introdu jo al temploincorruptible o • • Este es el templo espiritual constru ido porel Señcr .s-t

Nuevamente, por lo que dice esta car ta, parece evidenteque no solamente su autor recono ce la operación activa delEspíritu en la vida del creyente, sino que destaca su participa­ción poderosa en la vida de la comunidad de fe. Tal como erael clima prevaleciente en las congregaciones cristianas en Pa­lestina y Egipto hacia fines del primer siglo y co mienzos delsegundo, la profecía y en general los dones de revelacióngozab an de un lugar preferencial. Su expresión "el don espiri­tual injertado» (o impartid o) recuerda la frase de Pablo enRomanos 1.11 : "Porque deseo veros, para comunicaros algúndon espiritual, a fin de que seáis confirmados». Y, a su vez, lapresencia y op eración de este don espiritual (probablemente,profecía), pon e en evidencia el derramamiento del EspírituSanto, como daci ón de gracia de parte del Señor en la vida dela co ngregación. De este modo, el testimonio que recogemosde la Epístola de Bernabé respalda la afirmació n en cuanto a lacontinuidad de la actividad del Espíritu a través del ejercicio yvigencia de los don es en las iglesias, al entrar en el siglo JI.

Didaché (SO-lOO)

LaDidaché o Enseñanzade los DoceAp6stoles es un pequ e­ño opúsculo de fines del primer siglo.rr Desde su descubrimiento,

54. lbid., 16.8-10.rs. Clemente de Alejandría, Atanasio y Eusebio lo mencionan, pero recién

se descubrió su texto en un códice en un monasterio de Constantinopla

ha sido uno de los documentos posraposrólicos y extra-canó­nicos más estudiado. Los erud itos han prestado atención a unsin número de cuestiones relacio nadas con el material quecontiene, per o no ha habido una co nsideración suficiente sobrela Didaché corno testimoni o de la cont inuidad de la ope raciónpoderosa del Espíritu Santo en la iglesia postapostólica.

Es probable que el docume nto haya sido escrito en Siria ypara las comunidades cristianas de esa región.se Ha y muchadiscusión en cuanto a la fecha de co mposición, si bien lamayoría de los eruditos lo ubica en la segunda mitad del primersiglo.J" Esto significa que es contemp oráneo con la redacció nde algunos de los escritos que luego entraron en el canon delNuevo Testamento. Esto le da al opúsculo un significat ivovalor docum ental en cuanto a la vida y práctica de las iglesias,y la continuidad de la actividad del Espíritu Santo a través demanifestaciones carismáticas. Por lo menos, parece ser un buentestimo nio de la realidad de las iglesias ligadas al cristianismopalestino o sirio, con lo cua l su mensaje llegó a cubrir un áreageográfica bastante extendida.

El documento gozó de gran autoridad, al punto que fueconfundido co n los escritos canónicos del Nu evo Testamento.La Didaché pr etend e basar su enseñan za en los apóstoles. Sepresenta co mo una síntesis moral, litúrgica y d isciplinari a, quees posible haya sido utilizada para la edu cación cristiana de los

en 1873. Veinte años más tarde, se encontró una versión latina del siglo1II.

56. Véase M.H. Shepherd, - Didache- , en The lnterpreter's Dietionary ofthe Bible, 6 vols., ed. E,S. Burke Abingdon Press, Nueva York 1962,1:842. La mejor discusión en cuanto a dónde fue escrita la Didache seencuentra en A. Adam, -E rw águngen zur Hern kunft der Didache»,Zeitschrift für Kircbengeschichte 67 (1957): 1-47.

57. R. Glovcr, ..The Didache's Quotati ons and rhe Sync pric Oospels-, NewTestament Studies 5 (1958· 1959): 12-29¡ j ean-Pierre Audet, LaDida­ehé: instructions des Ap6tres J. Gabalda, Paris 1958, 170-173¡ johnA.T. Robinson, Redating the New Teu ament SCM, Londres 1976, pp.322-327.

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56 LA ACCiÓN DEL ESP!R1TIJ SANTO EN LA HISTORIA Lo S PADRES APOSTÓUCOS 57

catecúmenos. No abunda en referencias al Espíritu Santo, perosí lo hace de manera explfcira en dos lugares. Por un lado, eseldocumento no canónico más temp rano en ofrecer la fórmulatrini taria del bautismo: «en el nombre del Padre, y del Hijo ydel Espíritu 5aoto",58 Por otro lado, es el escrito post-ape st ó­Iico más antiguo que informa de un ministerio de corte caris­mático. Es interesante notar que este manual eclesiástico pri ­mitivo indi ca que había profetas que hablaban en el Espíri tu,y advierte con tra la falsa profed a en la congregació n. Así, pues,dedica un gran espacio al minister io de los profetas en la iglesiay presenta los crite rios que permiten evaluar su autent icidad .

La Dídacb é pone de manifiesto un ap recio muy especialpor el min isterio pro fético en particular . Refiriéndose a losprocedimientos a seguir en ocasión de la Cena del Señor, e!opúsculo ex ho rta: «Permitid a los profetas dar gracias tantocomo deseen - .J'' La admonición recuerda el co nsejo de Pabloa los corintios : «Procurad los do nes espirituales, pero sobretod o que profeticéis» (1 Corintios 14.1). Es interesante notarque la enseñanza del apóstol sobre los dones espiritua les sigueinmed iatamente a su enseñanza sobre la Cena de! Señor, talco mo lo hace la Didaché. De igual modo. el au tor del o púsculoasume que cualqui er palabra profética que se pronuncie en talocas ión va a ser de beneficio para los creyentes qu e la escuchen(véase 1 Co rintios 14.3). Este ap recio po r el don profético sehace patente en el siguiente pasaje: «M ient ras un pro feta estáhabland o en el Espíritu. no debéis probarlo ni examinarlo.Porque "todo pecado será perdonado, pero este pecado no seráperdonado'Scev

No obstante, al igual que lo que ocurría con los corin tios,ex istía el peligro de caer en abusos y desorden. El autor es bienco nsciente de esto y es claro en su ex hortación para evitar laconfusión y la int ro misión de falsos pro fetas o personas con

58. Didach é,7.1 , 3. Cf. Mateo 28.19.59. lbid., 10.7.60. lbid., 11.7.

actitu des equivocadas. Parece evidente que en su tiempo yahabía un número considerable de personas qu e pretend ían elejercicio del do n y ministerio profético, tan to dentro comofuera de la iglesia, sin ser verdaderos profetas inspirados porel Espíritu Santo. De hecho, la pro fed a y el éxtasis pro féticono eran prácticas exclusivamente cristianas. En el mun dopagano de los primeros siglos de nuestra era, estas prácticaseran bastante frecuentes, según el testimonio de escr ito resclásicos co mo Filón , Plotino, Ciceró n. Sófocles. Eurípid es yPlar ón .et

Esto mue ve al auto r a animar a sus lectores a no seringenuos y a juzgar adecuada mente el ejercicio del don prof é­rico. Su advertencia es clara: «Sin embargo, no todo el quehabla en el Espír itu es un profera- .ez De allí que sea necesarioprobar la autentic idad del que ministra pr ofecía. La primeraprueba tiene que ver con la conducta personal del que profe­tiza. Una persona es un profeta autént ico «solo si se comportacomo el Señor». La Didaché puntualiza y ejemplifica estaprueba de la verdadera y falsa profecía: «Es po r su con ductaque el falso pr ofeta y el [verdadero] pro feta pueden ser reco­nocidos. Por ejemplo, si un pr ofeta ordena una mesa en elEspíritu , no debe comer de ella. Si lo hace, es un falso pro fe­ta».63

Una segunda prueba para saber si estamo s frente a unaprofecía falsa o verdadera es tomar en cuenta qué es 10 que elprofeta enseña y de qué manera lo que enseña se ve reflejadoen su propia vida. En Didacb é 11.1-2 se afir ma que el co nte­nido del mensaje que se da debe confo rmarse con la instrucció ndada en la pr imera pa rte de la Didacb é, Si el profeta respo ndea esas pautas, puede ser bienvenido en la comun idad. La mismaprueba debe ap licarse a cualquier otr o ministerio itineran te(co mo el de los evangelistas). Además, dice el opúsculo :

61. Véase Kydd, Charismatic Gifts in the Ear/y Church, p. 89, not a 5.62. Didaché, 11.8.63. íbid.; 11.8-10.

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Todo profeta que enseñe la verdad pero que no practiq ue10 que predica es un falso profeta. Pero todo profetaaprobado y genuino que actúa con miras a simbo lizar elmisterio de la iglesia, y no os enseña a hacer todo lo que élhace, no debe ser juzgado por vosotros. Su juicio qu eda conDios. Por que de manera similar actuaron tambi én losprofetas de la antigüedad. Pero si algu ien dice en el Espíri­tu : ..Dáme dinero , o alguna otra cosa, "no le prestéisatenci ón". Sin embargo, si os dice que deis para otros ennecesidad, nadie debe condenarlo.64

Este tipo de cautela y análisis crítico de be aplicarse tam­bién al tiempo que un profeta se queda ministrando en laiglesia. En Dídacb é11.4·5 se nos dice que elmáximo permitidoson dos d ías. Probablemente el autor no se refiere solamente apro fetas sino que incluye Otros ministerios itinerantes, comoel de los apóstoles y evangelistas. No obstante, si el profetaprueba ser auténtico y qu iere establecerse en una comunidad,ésta de be sostenerlo.O

Según Stanley M. Burgess:

Obviament e, este autor difiere de San Pablo en cómo debeuno discernir las enseñanzas de los profetas. Pablo insisteen el discernimiento espiritual, mientras que el escritor dela Didachécondena cualqu ier juicio espiritual de ese tipo.El don de «discernimiento de espíritus- parece haber pasa·do en las iglesias a las que esta obra está dirigida. La únicaprueba que queda es la del carácter personal.ee

Indudablemente, el problema de los falsos profetas ya erabastante frecuente en el contexto al cual está d irigida la Dida­ch é, Los pasajes citados ilustran el dilema que confron tabantan to el au to r del opúsculo como sus lectores...Ellos qued an

64. lbid., 11.10· 12.65. lbid., 13.1.66. Burgess, Aneient Christian Traditions, p. 21.

los mensajes pr oféticos en sus iglesias, porque con siderabanque eran de provecho para ellos. Pero, también eran bienconscientes del peligro de ser infiltrados por falsos proferas.e"De este modo , según el testimonio de la Didacb é, hacia finesdel primer siglo en las comunidades .cristianas sirias a las queel documento está dirigido, el ejercicio de los dones y minis re­rios carismáticos era frecuente, especialmente el de pro fecía.Laexistencia de abu sos y problemas es precisamente evidenciade la vigencia y difusión de los mismos.

Papias de Hierápolis (m. 150)

Es opo rtuno mencion ar aquí el testimonio de uno de losfragmentos de Papias de Hierápo lis, obispo de esa ciudad deAsia M eno r. Papias había o ído predi car al apóstol Juan y eraamigo de Policarpo. Hacia el año 130 escrib ió un tratado encinco libros, que se titula Explicación de las sentencias delSeño r. Lo que se conserva de la obra tiene impo rtancia, puescontiene algo de inestimable valor, como es la enseñan za oralde los discípulos de los apóstoles. En un interesante pasaje,Papias relata algunos hechos milagrosos, señalando que él llegóalconocimiento de ellos por la tr adición o ral. Según él, las hijasde Felipe le conta ron de «un hombre muerto que fue resucitadoa la vida en sus días... Eusebio, que registra esto en su Historiaeciesidstica, agrega: ..El tambi én mencio na otro milagro rela­cionado con J ustus, apodado Barsabés, que tragó un venenomortal, y no recibió daño por causa de la gracia del Señor». Yagrega: ..La misma persona [Papias], además, ha registradootras histori as comuni cadas a él oralmente, ent re ellas algunasparábolas desco nocidas y enseñanzas del Salvado r, y algunasotras cosas de natu raleza más fabulosa..,68

Si bien no tenemos disponible la obra de Papias, esto stestimonios indi rectos sirven pa ra ver el carácter carismático

67. Kydd, Cnarismatic Gifts in the furly Chu"h, p. 8.6B. Eusebio de Cesárea, Historia eclesiástica, 3.39.

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del min isterio y acción de las iglesias en la época de lossucesores inmed iatos de los apóstoles. En este caso particularse ve una de las d ificultades que enfrenta el historiador cristia­no para documentar la acción del Espíritu Santo en la historia.El argumento cesacionista de que los dones y manifestacionesdel Espír itu terminaron porque no hay evidencias históricasque prueben lo contrario, no toma en cuenta un pr incipio debuena hermenéu tica histór ica que es el hecho de que no todolo que se ha escrito se ha preservado hasta nuestros días.Muchos documentos históricos se perdieron por efecto deltiempo o por la obra destructor a de quienes consideraron sucontenido como equivocado, peligroso o herético en tiemposposteriores.

Junto con e!principio histórico enunciado, conviene reneren cuenta otros de valor en relación con e! tema que nos ocupa.Primero, no todo lo que ha ocurrido está registrado en losdocumentos. En muchos casos, e! ejercicio de los carismas olas señales y milagros eran cuestiones tan obvias, que losautores no se molestaron en discutirlas, ni siquiera en mencio­narlas. Segundo, no todo lo registrado y que se ha preservadoha sido enconrrado. Los padres apostólicos hacen referencia ainnumerables escritos que se conocen por nombre, pero cuyocontenido es desconocido, porque no han llegado a nuestrosdías o no se los ha descubierto todavía. Tercero, no todo loque se ha logrado encontrar está al alcance de la mano delinvestigador. Esto es así, bien sea porque los materiales seencuentran en colecciones privadas, en archivos inaccesibles,en idiomas no conocidos por el estudioso, o todavía no hansido publicados y dados a conocer. Cuarto, no todo el materialde que se dispone es interpretado de la misma manera. Dondeun investigador ve manifestaciones carismáticas y expresionesde la acción de! Espíritu Santo, otro puede ver ejemplos deherejías o desbordes de entusiasmo y fanatismo. De todosmodos, lo poco que nos llegó de Papias es suficiente parademostrar la vigencia de las manifestaciones poderosas delEspíritu en las iglesias de su tiempo.

Pastor de Hermas (ca. 140)

Es una alegoría religiosa dividida en tres partes: visiones,mandamientos y semejanzas. Fue escrita por Hermas, hermanode Pío, obispo de la iglesia romana, entre los años 139-140.Hermas es e! nomb re que se da a sí mismo el autor, sinespecificar su posición dentro de la iglesia de Roma, a la cualsu libro va dirigído.e? Hermas fue esclavo de nacimiento .Vendido por su amo a una tal Rode, vino a Roma. Libertadopor su nueva ama, fundó una familia y se empleó con éxito endistintos negocios. La riqueza adquirida de manera deshonestacorrompió a su mujer y a sus hijos, quienes hasta llegaron atraicionar a sus propios padres. Sobrevino el castigo divino, yHermas quedó en la miseria. Así, se vió forzado a cultivar unaparcela de tierra en las cercanías de Roma. Fue allí que tuvosus famosas visiones, que están registradas en la obra encuestión.

Lo que a nosotros nos interesa de esta obra es el hecho deque Hermas discute con bastante detalle la obra de! EspírituSanto en la iglesia, y considera con particular interés el don deprofecía. El material que presenta sugiere que especialmente laprofecía estaba todavía en vigencia entre los creyentes a loscuales escribe. El propio autor parece presentarse como unprofeta, ya que hay numerosos pasajes en su libro que sugierenla revelación de Dios a través de visiones, si bien él mismo nose califica como tal. Incluso, hay pasajes en los que Hermasafirma que se le ha encomendado e! deber de dar a conocer susVISiones.

El libro es apocalíptico en su forma. Comienza con e!relato de una experiencia de rapto que vive su autor, quien

6'1. Sobre los deta lles de autor, fecha, lugar y destina tarios de la obra, verlos estudios de G.F. Snyde r, The Shepherd ofHe-mas, en The ApostolicFathers: A New Translation and Commentary, ed, Roben M. Gram, 6vols. Thomas Nelson and Sons, Carnden, N.J. 1968, 22-30; StanislasGier, Hermas et fes Pasteurs: les trois auteurs de Pasteu r d'HermasPresses Universitaires de France, París 1963, pp. 304-305; YRohinson,& dating the New Testament , pp. 319·321.

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62 LA ACCIÓN DEL ESpjRITU SANTO EN U. HISTORIA Los PADRES APOSTÓUCOS 63

afirm a haber sido transpor tado por el Espíritu a través de undesierto sin caminos. Luego, los cielos se abren y comienza unavisión .

Un año más tard e se repite la experiencia. Son estasvisiones las que Hermas puso por escrito en su libro. lnduda­blememe, el autor no es un profeta en el sentido en que el donprofético es descrito por Pablo en 1 Co rintios 12-14, o segúnlos ejemplos que enco ntramos en Hechos 13.2 y 21.11. Tam ­poco es un profeta al estilo de Ignacio de Am ioqu ía, según surelato en su Carta a JosFiladelfos. No obstante, sí es un profetaparecido a los del Antiguo Testamento , al menos en la formaen que recibía los mensajes , es decir, a través de visiones. Enesto se parece a Pedro (Hechos 10), aunque sus visionesparecen ser más frecuentes y dramáticas que la del apóstol. Seacomo fuere, en Hermas el don pro fético como manifetaci éndel Espíritu parece no solo estar vivo sino también tener unavigencia notable.

No obstante, al igual que la Didaché, Hermas advierte asus lectores contra los falsos profetas, respecto a los cuales haceuna cla ra distinción. ..El falso profeta.., dice él, ..al no tener elpoder del Espíritu Divino en él, les responde [a los que loconsultan como adivino] según sus preguntas, y según susdeseos perversos, y llena sus almas con expectativas, según suspropios deseos. Porque al estar él mismo vacío, da respuestasvacías a inquisidores vados... Y agrega : ..Ningún espíritu quees dado por Dios necesita que se lo interrogue ; sino que ta lespí ritu por tener el poder de la Divinidad habla todas lascosaspo r sí mismo, en tanto que procede de ar riba, del pod er delEspíritu Divino » .

Por eso, su recomendación es:

Probad al hombre que tiene el Espíritu Divino por su vida.En primer lugar, quien tiene el Espíritu Divino que vienede arriba es manso, y apacible, y humilde, y se abstiene detoda iniquidad y del vano deseo de este mundo, y secontenta con menos exigencias que las de otros homb res,y cuando se le pregunta no respon de; ni tamp oco habla en

privado, ni tampoco habla el Espíritu Santo cuando elhombre quiete que el espíritu hable, sino que habla solocuando Dios quiere que hable. Enconces, cuando un hom­bre que tiene el Espíritu Divino viene a la congregación delos justos que tienen fe en el Espíritu Divino, y esta asam­blea de ho mbres ofrece oración a Dios, ento nces el ángeldel Espfritu prof ético, que está destinado para él, llena alhombre; y el hombre al ser lleno con el Espíritu Santo,habla a la multitud según el Señor desea. De esta manera,entonces, se manifestará el Espíritu de la Divinidad.tu

Nótese qu e el ministerio del pro feta verdadero tiene lugaren el contexto de la adoración comunitaria (una ..asamblea..que ..ofrece oración a Dios..). Por otro lado, el mensa je delprofeta está dirigido al gru po y no a algún indi viduo enparticular, Su propósito es la edificación de la iglesia (l Corin­tios 14.3), Además, el profeta es alguien lleno del EspírituSanto y solo dice lo que Dios qui ere que él diga. De este modo,el concepto de Hermas sobre la verdade ra profecía está muycerca de la enseñanza de Pablo en 1 Corintios 12-14 en cuantoal ejercicio de este don y minister io.

En cambio, en el caso del falso profe ta, las actitudes sonmuy diferentes. El profeta espúreo ..se exalta a sí mismo, ydesea ocupar el primer asiento [en la congregación], y esatrevido, e impru dente, y charlatán, y vive en medio de muchoslujos y de muchas otras supercherías, y cobra din ero por suprofecía; y si no puede recibir recompensa, no profetiza... Enconsecuencia, el espíritu que lo inspira y posee es ..terrenal ...Es por esto que cualquier persona que pretenda ser ..portadordel Espíritu .. debe ser probada por su vida y sus obras. ..Prob adpor sus acciones y su vida al hombre que dice que está inspira­dO>l,71 La recomendación final de Hermas es: ..Confiad en elEspíritu que viene de Dios, y que tiene pod er ; pero no confiéis

70. Pastorde Hermas, Mandamiento 11.7 1. lbid.

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64 LA ACCiÓN DEL ESP!RJ l11 SANTO EN LA HISTORIA Los PADRES APOSTÓUCOS 65

en absoluto en el espíritu que es terrenal y vacío, po rque nohay poder en él: viene del Diablo».72

En su d iscusión de los verdade ros y falsos profetas, Her­mas afirma la popularidad de este don y ministerio en sus díasy en Roma. Por eso, como apunta Kydd, se puede concluir que,«si la pregunta de cómo decid ir si un profeta era verdade ro ofalso era una cuestión, debe haber habido un buen número deprofetas dando vueltas».?] Co mo señala Henry B. Swete : «Estees un testim onio notable de la supervivenc ia de la profecía enla Iglesia Romana hasta qu izás la cuarta o quima década delsegundo siglo».14

Según Hermas, el Espíritu Santo se manifie sta también enel gozo con que el cristiano sirve al Señor. Su exhortación es:«Por tanto, vesríos co n alegría, que siempre es agradable yaceptable a Dios, y regocijaos en ella ... El Espíritu Santo, quefue dado a los hombre s es un Espíri ru alegre-cvs De este modo,e! gozo debe ser la co nd ición no rmal del creyente, y la que estámás en armo nía con el vino nuevo de la vida crist iana . El vinonuevo y el vinagre no se pueden mezclar . La manera en queeste Espíriru de gozo afecta la vida del creyente individual y e!culto de la comunidad de fe sigue siendo evidente, incluso ennuestros días, en toda co ngregac ión en la que el Espíritu Santoactúa libremente .

Policarpo de Esmirna (69-156)

Policarpo fue d iscípu lo del apóstol Juan, maestro de Ire­neo de Lyon y de Papias, y obispo de la ciudad de Esmirna. Enel año 155 fue a Roma a entrevistarse con e! obispo Anicero,con motivo de una controversia en cuan to a la fecha en que

72. lbid.73. Kydd , Charismatíc Gifts in the Early Church, p. 20.74. Swete, The Hofy Spírít in the Ancient Church, p. 25. Véase también:

Kirsopp Lake, -The Shepherd of Hermas and Christian Life in rheSecond Century.., Haruard TheologicalReview 4 (1911); 45.

7.1. Pastor de Hermas, Man da miento 10.2.

debía celebrarse la Pascua. Poco después de regresar a Esmirna,quizás en febrero de! año 156, sufrió e! martirio, abrasado porlas llamas de la hoguera en un circo ro mano. Es posible quePolicarpo haya sido el últ imo sobreviviente de los que habíanhablado con testigos oculares del minister io de Je sús. Losmiembros de su iglesia, después de su muerte, testificaron deque su pastor tenía el don de profecía: «Ciertamente el muyadmirable Policarpo fue uno de estos [elegidos ], en cuyotiempo entre nosotros se mostró co mo un maestro apostó licoy pro fético y obis po de la Iglesia Católica en Esmima-Zs

En un docu mento que se conoce como Acta del martiriodePolicatpo, la obra de su género más antigua que se co nserva,hay abu ndantes test imonios de los dones del Esp íritu queejercfa este siervo de Dios.zz El docum ento es un excelentetestimonio del lugar que el Espíriru Santo ocupaba en estetiempo en la vida , la fe y la adoración de la iglesia. Todo elregistro del marti rio de Policarpo está lleno de ex perienciassobrenaturales y de mani festaciones del Espír itu Santo .

Tres días antes de su arres to, mientras estaba orando, tuvouna visión y vio su almo hada encend ida con fuego, y volvién­dose a qu ienes estaban con él, profetiz6 : «Debo ser quemadoviVO»J8 Más inte resante to davía es el hecho de que apa rente­mente el documento mencio na la gloso lalia (hablar en lenguasextrañas) en relación co n el célebre mártir de Esmirna . Cuandofueron a arresta rlo , Policarpo pidió permiso para o rar por unaho ra, y «él se puso de pie y oró, estando tan lleno de la graciade Dios, que por dos ho ras completas no pudo callar, para elasombro de aquellos que lo escuchaban -Zs Cuando e! anciano

76. Acta del martirio de Pol ícarpo, 16.2.77. El Acta del martirio de Policarpo es una carta escrita por la iglesia de

Esmima a la de Filomelio y a toda la iglesia cató lica. Su narración esdramát ica y sincera . El vocablo -car élico- se utiliza en este libro en elsentido de universal y ortodox o, y con referencia al cristianismohistórico.

78. lbid., 5.2; 12.3.7'J. Ibid., 7.3.

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66 LA ACCi ÓN DEL EspíRITU SANT O EN LA HISTO RIA LOS PADRES APOSTÓLICOS 67

pastor fue finalmente llevado a la arena, «una voz del cielo vinoa él, dicien do: «Sé fuerte, Po licarpo, y sé hombre», Na die vioa quien le hablaba. pero aquellos de nuestro s hermanos queestaban presentes oyeron la voz - ese

Lasúltimas palabras de este honorablesiervo de Diosestánregistradas como su oración final, antes de morir mirando alcielo: .

Señor Dios Todopoderoso, Padre de tu amado y benditoHijo Jesucristo, o • • te doy gracias, porque me has tenido pordigno de este día y esta hora , de que pueda tener parte enel número de tus mártires, en la Copa de tu Cristo, hastala resurrección a la vida eterna tanto del alma como delcuerpo en la incor ruptibi lidad [impartida] por el EspírituSanto ... Te glorifico, junto con el eterno y celestial Jesu­cristo, tu amado Hijo, con quien sea gloria a ti y al EspírituSanto ahora y en todos los siglos venideros. Amén.SI

Esta es la primer instancia en que una doxologfa glorificaal Espíritu Santo junto con e! Padre y e! Hijo. Co mo señalaSwete: «S i las palabras fueron pron unciadas por Policarpo,como indica la carta, tienen una importancia especial como eltestimonio final de un mártir que fue cristiano por treinta añosantes de fines del primer siglo y fue un oyente de San Juan».82

Un repaso de los testimonios que se conservan en cuantoa las manifestaciones del Espíritu Santo durante e! períodoinmediato posterior al ministerio de los apósto les, no nos dejato do el material que quisiéra mos para el análisis y la evalua­ción. Sin embargo, es mucho más de lo que estarían dispuestosa cons iderar quienes señalan que los don es del Espíritu y susmani festaciones de pod er (señales, prodigios, maravillas ymilagros) terminaron con el minister io de los apó stoles y antes

80. Ibid., 9.1.81. Ibid., 14.82. Swete, The Hofy Spirit in the Andent Church, pp. 17-18.

que se cerrara el primer siglo. A la luz de los testimoniosrecogidos, parece claro que el Espír itu Santo continuó ope ran­do en los creyentes y las iglesias de la misma manera que lovemos actuar según el libro de los Hechos.

Por ot ro lado, es evidente que entre todos los dones, elque más se destaca es el ejercicio del don de pro fecía. Este donaparece como uno de los carismas más frecuentes en la vida delas iglesias en todas partes en el períod o inmediatamenteposterior a los apóstoles, así como lo fue en la época aposr óli­ca.83 Esto no sería de sorprender si se inter preta como unaadecuada vigencia y aplicación de las recomendacione s dePablo en cuanto al ejercicio de los do nes del Espíritu en 1Corintios 14. La mayor parte de las recom endaciones que lospadres apostól icos dan en relación con el ejercicio de los don esson las mismas que enco nt ramos en los escritos apostólicos delNuevo Testamento.

No obstante, parece un hecho cierto que las congregacio­nes cr istianas cont inuaban siendo carismáticas en el sentido dedar al Espíritu Santo y sus man ifestaciones un lugar destacadoen la vivencia co lect iva e individual de la fe. Si bien no esposible determi nar cuán difund ida era la consciencia de loscristianos de este período de actuar bajo la inspiración, guía ypode r del Espíritu Santo, los casos citados son elocuentes. Esposible, pues, concluir con Swete, que en el cristianismosub-apostólico , «la presencia de! Espíritu en el Cuerpo deCristo era admi tida po r todas partes como un hecho recono­cido de la vida cristiana; mientras que cada escrito r trató conel hecho según se le presentó en su prop ia experiencia o en laexperiencia de la iglesia local en la que vivía».84

83. Para el importantísimo espado que se otorga a [a profeda en la épo caapostólica y postapost6lica, véase Pierre de C. Labriclle , La oi semontaníste Em est Leruux, París 1913 , 112·123.

84. Swete, The Ha/y Spirit in the Ancient Church, p. 3 1.

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LOS ~POLOGIST~S GR IEGOS

11 1 período de los apo logistas griegos comi enzapoco antes del final del período de los PadresApostólicos. Los apologistas fueron hombres quese propusieron escribir en defensa de la fe cristia­

na contra las acusaciones populares y los ataques más sofisti­cados de los intelectuales de sus días. La mayor parte de estosescritos fueron dedicados a los emperadores de turno, y desti­nados a los sectores más educados del Imperio Romano. Supro pósito era doble. Por un lado, querían demostrar la necedady debilidad del paganismo; y, po r el otro. deseaban presentara la fe cristiana como una religión intelectualmente válida. Deesta mane ra, estos defensores de la fe esperaban cambiar laopinión pública en cuanto al Evangelio y llevar a los líderes dela sociedad a su conversión. Los denominamos ..apologistasgriegos» porque casi todos ellos escribieron en esa lengua. Supropósito era hacer com prensible el cristianismo a los paganosdel mundo greco-romano, y para ello utilizaron una lengua y

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70 LA ACCIÓN DEL ESpfRIlU S ANTO EN LA HISTORIA (.,OS APOLOGISTAS GRIEGOS 71

un lengua je que les resultase intel igible. Es así que, hicie rontodo lo posible por adapta r su mensaje a la cultura impera nte.Con esto , los apologistas helenizaro n al cr istianismo y cr istia­nizaron al helenismo.

En razón de estos objetivos, los apologistas tuvieron mu­cho cuidado de presentar los aspectos más potables de la vidacr istiana, según los criterios de la cultu ra a la que dir igían sumensaje. En un sentido, los elementos sobrenatu rales de su fefueron desplazados para elaborar una argu mentac ión másracional de la misma. Los secto res intelectuales y de poderdebían ser convencidos de la verdad del Evangelio por laracionalidad del discurso, más que por el impacto de lasseñales, prod igios y maravillas obradas por el Espíritu Santo.De allí que, los apologistas no son la mejor fuente para testificarde la obra y ministerio del Espíritu. Po r ot ro lado, su pocaatención a la act ividad del Espíritu Santo no es argumento parafundamentar la cesación de los dones espirituales o las señalesmilagrosas. Uti lizar este argumento significa desconocer laslimitaciones pro pias del género literario que utilizaban y lasdemandas del propósito que los movía.

No obstante, es sorprendente que a pesar de estos condi­cionamientos, los escrito s de los apologistas contienen unanotable variedad de testimonios de las manifestaciones pode­rosas del Espíritu, du rante ese períod o de la histo ria delcristianismo. Nuevamente, de entr e todo s los dones del Espf­ritu Santo, el que más se destaca es el de profecía. Como bienseñalara Mil cíades, el célebre adversario del montanismo, «eldon profético debe continuar en toda la Iglesia hasta el regre sofinal, como insiste el ap óstol»;'

En las páginas que siguen vamos a procurar leer el testi­mon io de algunos apo logistas, y desentrañar de sus palab raslas evidencias de las operaciones sobrenaturales del EspírituSanto, que sustancien la continuidad de los carismas y accionesde poder después del primer siglo cristiano .

l. Citado por Eusebio, Historia Eclesiástica, 5.17 .

Cuadrare de Atenas (ca. 130)

Entre los primeros apologistas surge el nombre de Cua­drato, obispo de Atenas. Además, este hombre no solo defen­dió la fe cristiana escribiendo una Apología, sino que eraconocido como evangelista y profeta . Eusebio d ice de él:«Entre las luces brillantes de este períod o estaba Cuadrato,quien según la evidencia escr ita era, como las hijas de Felipe,eminente en su don profético- .z Es interesante que Eusebio ,na muy afecto a destacar el ejercicio de los car ismas conposterio ridad a los apósto les, agrega que «además de ellosmuchos otros eran bien conocidos en ese tiempo, pertenecien­do a la primera etapa en la sucesión apostó lica».

El caso de Cuadrato y el testimonio de Eusebio sonoportunos para ilustrar una de las dificultades que enfrenta elhisto riador cr istiano cuan do investiga la acción del EspírituSanto en la historia. Hom bres como Eusebio estaban profun­damente cond icionados por sus prop ias presuposiciones ycompromisos ideológicos con el medio ambiente. No debeolvidarse que Eusebio escribe con posterioridad a la «conver­sión» de Constantino (probab lemente en 3 14 ó 3 15), y cuandola fe cristiana ha pasado de ser una «vil superstición» a enca­minarse a su consideración como la religión del Estado roma­no. A los ojos de cristianos compro metidos con el Imp erioRomano y su cu ltura (como era el caso de Eusebio), la simplezay espontaneidad carismática de los pr imero s cristianos y sussucesores era algo para mantener callado. Que Cuadrare hayasido un gran varón de Dios, no significa que Eusebio se sientaen la obligación de destacar sus don es espirituales y su minis­terio carismático.

Po r ot ro lado, el propi o Eusebio debe haber confronta doel problema de la falta de suficiente información, no so lo sobreCuadrare , sino en relación con muchísimos ot ros «sucesoresde los apósto les», como él los llama. De tod os modos, la

2. ¡bid., 3.37.

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72 LA ACCIÓN DEL EspíRITU SANTO EN LA HISTORIA LOS APOLOGISTAS GRIEGOS 73

aparente ausencia de mate rial no prueba que hom bres comoCuadrara no hayan ejercido un ministerio combinado, comoapo logista y profeta, al mismo tiempo. Es muy pro bable queCuad rara ejercía de manera poderosa el don pro fético, pero suministerio no fue registrado, o si fue registrado se perdió elmaterial con posterioridad. De hecho, el propio Eusebio reco­noce sus muchas limitaciones al tratar de reconstru ir lo ocurri­do con posterio ridad al ministerio de los apóstoles)

jusrino Márt ir (114-165)

Ju stino es el primer apologista que usó la filosofía paradefender el Evangelio . Este famoso defensor de la fe nació enFlavia, Neápolis. Desde joven quiso conocer a Dios. Fue asícomo recorrió los caminos del estoicismo, la filosofía de losper ipat éticos y pitagóricos y. por último, el platonismo. Peroen ninguna de estas filosofías encontró satisfacción para subúsqueda de la verdad. Durante la guerra de Bar Kochba(13 2- 135) se convirtió a la religión de Cris to , por el testimoniode un anciano a quien encontró mientras caminaba por laplaya. Se sabe poco de Justino después de su conversión . Sedice que continuó vistiendo su toga de filósofo, pero que usósus conocimientos en la evangelización. yendo de lugar enlugar, procurando gana r a otros para Cristo , tanto jud íos comogentiles. f inalmente, parece que se estableció en Roma comomaestro cr istiano. Estando allí, los filósofos. especialmente loscínicos, se com plota ron en su contra, y él selló su testimoniode la verdad con el martirio . Su obra fue fun damentalmenteapo log ética.s

En su obra Didlogo con Tritón, j usrino presenta el relatode su conversación con el personaje anóni mo que lo llevó a

l. tu«, 1.1.4. Escribió su Didlogo con el ¡udlo Tritón en Éfeso, y dos Apologúls

dirigidas al emperador, al senado y al pueblo de Roma.

Cristo. AlU se menciona una y otra vez la ob ra del EspírituSanto.s Cuando justino le pregunta al anciano por un maestroque pueda ense ñarle la verdad, este se refiere a los profetashebreos que ..hablaron por el Espíritu Divino, y predijeroneventos que ocu rr irían. y que ahora están ocurriendo ... Estosprofetas, según el anciano, ..vieron y anunciaro n la verdad alos hombres•... no influidos por un deseo de gloria, sinohablando solo de aquellas cosas que vieron y que oye ron,cuando fueron llenos con el Espíritu Santo».' Al desped irse, elanciano le dice: ..Ora para que, por sobre todas las cosas, losportales de esplendor te puedan ser abiertos; porque estas cosasno pueden ser percibidas o entend idas por todos, sino solo porel hombre a quien Dios y su Cristo le han impartido sabidu ­ría...7 Sobre esta exper iencia, Swete comenta: «Palabras comoestas, pronunciadas en una gran cr isis en la vida. no se olvidanfácilmente. y la insistencia de este maestro desconoc ido sobrela obra del Espíritu encuentra un eco en la propia enseñanzade j ustino...8

j ustino fue un filósofo que nu nca renu nció a la filosofía .Por el contrario . buena parte de su vida estu vo ded icada areflexionar profundamente sobre la verdad y en desarrollaruna filosofía cristiana. No obstante. no fue un pensador ence­rrado en una to rre de marfil y aislado de la realidad delEspíritu . Sobre tod o, Jusrino se transformó en el model o porexcelencia del apologista cristiano. que tiene un conocimientoamplio de la doctrina y práctica de la Iglesia en todas partes.En su ob ra, él procura despejar el temor y la sospecha que seestaba gestando en relación con los cristianos y su religión .

Ju nto con sus dores de filósofo y apo logista, Justino sedestaca también por su testimonio de los dones espirituales.Como señala Kydd : ..j ustino ocupa un a posición única entre

5. Jusrino Márt ir, Didlogo con Trit6n, 1·7.6. Ibid., 7.7. Ibid.8. Swete, The Holy Spirit in tbe Ancient Church, 34.

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74 lA ACCIÓN DEL tsernrru SANTO EN LA HISTORIA LOS APOLOGISTAS GRIEGOS 75

los autores cristianos pr imitivos, cua ndo se considera la mane­ca en que él maneja la cuestión de los dones del Espfriru ...9Especialmente. llama la at ención su enseñanza sobre el particu,lar. El apologista señala que en sus días hab ía profetas, Comoen los tiempos antiguos. Según él, los don es proféticos de losjudíos habían sido transferidos a los cristianos.10 Al afirmar SU

fe trinitar ia. Justino llama al Espíritu Santo. de manera carac­terística. «Espíritu pro férícoc u

Este apologista es un buen test igo de la vida de la Iglesiaen su tiempo, y presenta evidencias interesantes sobre la obradel Espíritu . Con entusiasmo le testif ica al judío Trifón que..diariamente algunos [de vosotros] os estáis hac iendo d iscípu­los en el nombre de Cristo, y estáis abandonando la senda delerro r; quienes tamb ién están recibiendo do nes, cada uno deellos conforme es merecedor, siendo iluminados a través delno mbre de este Cr isto. Puesto que uno recibe el espíri tu [don]de ente ndimiento, otro de co nsejo, otro de fortaleza, ot ro desani dad, otro de presciencia, otro de enseñan za, y ot ro deltemo r de Dios...U Al oír esto, Trifón le d ice que está fuera desí, a lo que justino responde que está profetizado que luegodel ascenso de Cristo al cielo, . Él nos liberaría del error y nosdaría dones... Y agrega: «Po r lo tanto, nosotros que hemosrecib ido do nes de parte de Cristo , que ha ascendido arriba alas alturas, probamos a partir de las palabras de pro fecía, que

,. Kydd, Chari5m:ltit: Gi{t5 in tbe Early Church, 26.10. Justino .Márri,'i Didlogo con Trif6n, 82. Véase Gusrave Bardy, LA

thiologre de 1t:.gllSt: de Samt Clémmt de Rome J Saint Irénét:, UnamSanetam 13, Éditions du ú rf, París, 1945, 132 .

11. jusnno Mártir, Primera ApoI0gf4, 6; 13; passím, -El Espíritu Santo deprofeda_ en 44. 1.

12. Justino Mártir, Didfogo con Tritón, 39.2. Véase Sruarr D. Currie,«Speaking in Tonguese, Int erpreter 19 (1965) : 288. Curr ie nota queJus~ino Mártir, cuando menciona los do nes del Espíritu , exp resamenteomite las lenguas (p. 28 1). Sobre el panicular, 'léase la discusión deHarold Hun ter, -Tongces-Speech. A Patr isric Analysis_,loumal of theEvange/icaf Theological Society 23 (junio 1980): 127-128.

vosotros, "los sabios en sus pro pios ojos, y los pruden tesdelante de sí mismos", sois necios». Para jusrino, pues, lavigencia de los dones del Espíritu era una demostración de lanecedad e hipocresía del judarsmo. t!

En su Didlogo con Tritón, después qu e este judío lointerroga sob re [salas 11.1-2, Justino responde que Jesús ten íatodos los poderes del Espíritu que se mencionan en ese pasaje.Y agrega que ahora, transformados esos poderes en dones, «apartir de la gracia del pod er de Su Espíritu , Él los imparte aaquellos que creen en Él, según con sidere a cada hombre dign ode esto.., Según Justin o, ..había sido profetizado que esto seríahecho po r Él [Cr isto] después de su ascensión al cielo..,H Yseñala : ..Ahora, es posible ver entre nosot ros mujeres y hom­bres que posee n dones del Espíritu de Dios,..I5

Es interesante comparar la lista de dones que Justinopresenta en estos pasajes con las que Pablo confecciona enRomanos 12.6·8 y 1 Corintios 12.8·11. Al hacerlo, surgensimilitudes y di ferencias. Por un lado, los dones de sanidadesy enseñan za aparecen tanto en Pablo (1 Corintios 12.9 ; Rema­nos 12.7) co mo en Justino. Otros dones parecidos son ..ente n­dimienro - (epalabra de sabidu ría..) y «presciencia.. (epalabra deciencia"), Pero otros dones son propios de la lista de justino,como ..consejo .., ..fortaleza.., y ..temo r de Dios... De todosmodos, parece que Justino está hablando de las mismas cosas,es deci r, se refiere a las herramientas que el Espíritu Santo daa los creyentes para que puedan cumplir co n su misión yedificar la Iglesia.

M ás significativo que la enumeración de dones espiritualeses el hecho de que Justino parece indicar que estos don esestaban en pleno ejercicio y vigencia en la Iglesia de sus días.l os nuevos co nvertidos del judaís mo al cristianismo estabanrecibiendo dones de parte del Señor... y esto era lo que estaba

U. [usrino Márt ir, Diálogo con Tritón, 39.14. Ibíd., 87. Cf. Salmo 68.18 yJoeI2.28 -29.IS. lbid ., 88. 1.

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76 LAACCiÓN DEL ssnsrru SANTO EN LA HISTORIA LOS APOLOGISTAS GRIEGOS 77

ocu rriendo en las iglesias, mient ras él escribía a Trifén. Pareceevidente, pues, que en la experiencia de las iglesias con las queJustino estaba relacionado, el ejercicio de los dones del Espín;tu, espec ialmente el de profecía, era regu lar y parte integral dela vida de las co ngregac iones . Su afirmación de que ..los donesproféticos fprophetika cbarismata1permanecen con nosot ros,incluso hasta el tiempo presente.., es categórica.re De estemodo , Justino presenta un fuerte argumento al señalar queDios el Padre le dio a J esús los dones que anteriormente habíadado a los judfos (según Isafas 11.1·2). Y, a su vez, en cum pli­miento del Salmo 68.16 y de l oe! 2.28-29, Jesús comenzó aentregar estos dones a los cristianos. Esto explica, según él, porqué hay creyentes que poseen y ejercitan los dones espirituales,como era el caso de muchos en sus días.

Con esto, Justino no solo deja sentado un importantetest imonio de la vigencia de los dones en su tiempo, sino quesu testimonio -es el primer intento en la literatura cristia naprimitiva de da r cuenta de la presencia de los dones espi ritualesen la iglesia•.17 Para Justino los dones eran todavía una pa rteintegral de la experien cia cristiana. Y muy probablemente estasobservaciones no están limitadas a la iglesia en Roma, sino quereflejan de algún modo la situación predominante en el crisria­nismo en todas par tes. Justino ten ía un amplio conoci mientodel cr istianismo en muchos lugares, de modo que _muy pro ba­blemente co nocía el cristia nismo, no en sus peculiar idadeslocales, sino en sus características unive rsales y esenciales...I8

Una última palabra sobre el testimoni o de jusrino, merecesu co nsideración de la guerra espiritual en todos los niveles.Justino estaba convencido, co mo el após tol Pablo (2 Corint ios4.4), que todo el esfuerzo de los demonios estaba enfocado en

16. lbid., 82.1.17. Kydd, Charismatic Gifts in the Early Chureh, 28.u. G.T. PUNes, The Testimony of [ustín Martyr to Early Christianity,

James Nisbet, Londres, n.f., 45. Véase también: L.W. Barnar d,JustinM.artyr: His Life and Thought, At the Universiry Press, Cambridge,1967, l B, 150.

imped ir la co nversión de los seres humanos a Dio s y a Crisro. tsLa prueba está en los herejes, que son los instrumentos de losdemonios, porq ue enseñan un dios distinto del Pad re y delHijo . Los demon ios fueron los que cegaron e indujeron a losjudíos a infligir tod os los sufrimientos que padeció Jesús. Pero,sabiendo que Cristo recluta ría la mayo ría de sus seguidores deentre los paganos, pusieron un empeño especial en que fraca ­sara con ellos . Desde este punto de vista, es interesante lo quedice Justino del efecto del nombre de Jesús sobre los demonios,cuando los creyentes lo invocan llenos del Espíritu .

Porque llamamos ayudador y redentor nuestro a Aquél,lafuerza de cuyo nombre hace estremecer a los mismosdemonios, los cuales se someten hoy mismo conjurados enel nombre de Jesucristo, crucificado bajo Poncio Pilato,procurador que fue de judea. De suerte que por ahí se hacepatente a todos que su Padre le dió tal poder, que a sunombre y a la dispensación de su pasión se someten losmismos demon ios.20

T aciano (110-172)

Taciano, quien fue discípulo de j ustino, era nativo de laciudad de Edesa, en Siria. H ijo de padres paganos de lenguasirfaca, recibió una buena edu cación en Grecia, desde dondese dirigió a occidente. Taciano era un hombre ans ioso porconocer la verdad y por encont rar una religión que le dierasatisfacción. Se estableció en Roma, donde probó muchasreligiones, hasta que finalmente su búsqueda terminó, pocodespués del año 150, cuando se convirtió al cristianismo.Tacianc fue discipul ado por justino en Roma. Después delmartirio de su maestro, ab rió una escuela en Roma (ca. 165),donde ejerció su ministeri o de enseñanza.

\9. justtno M ártir, Apologfa, 1.26, 54, 57, 62.20. Justino Mlrtir, Didlogo con Trifón, 30.3 .

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78 U. ACCiÓN DEL Es r ínrru SANTO EN LA HISTORIA LOS APOLOGISTAS GRIEGOS 79

Su test imo nio de fe pone de manifiesto su desencanto Conla civilización greco-romana. Su nota más positiva es su grati­tud a Dios por haber sido liberado de los innumerables diosesy espíritus malignos del politeísmo pagano. Hablando de laapelación de la Biblia en su vida , en cont raste co n los pr eren­didos misterios enseñados por ot ros libros de religión y ocul­tismo, dice:

Puse mi confianza en estas Escrituras, porque el estilo noera fantasioso, los oradores eran genuinos, la composiciónera fácilde entender, los eventos futuros eran predichos [serefiere a las profecías acerca de la venida de Cristo], losmensajes eran mucho más de lo que uno podía habe resperado, y el universo tenía un solo principio guiador.Enseña do por Dios, llegué a entender que aquí había unareligión que nos hace libres de la esclavitud que hay en elmundo, y nos arreba ta de los muchos dominadores, sí, dediez mil nranos.z í

Estas palabras de testimon io personal están tomadas de laún ica obra que existe de Taciano, su Discurso a los griegos. Enella, Taciano hace un duro ataq ue al paganismo al tiempo qu etestifica de su co nversión a Cristo . Habl ando del alma, diceque ..si esta continúa sola, tiend e hacia abajo, hacia la materia,y muere con la carne; pero, si ent ra en un ión co n el EspírituDivino, ya no está más desvalida, sino que asciende a lasregiones a las que el Espír itu la guía... Y agrega lo qu e podríaser una referencia al don de profecía: ..Pero el Espíritu de Diosno está con tod os, sino que, asumiendo su morad a con aquellosque viven jusramenre, y combinándose ínt imamente con elalma,anuncia cosas ocultas a otras almas med iante pro fed as..)2

Taciano denuncia la obra de los demonios y anunc ia queserá n castigados co n más sever idad que los seres humanos. Sin

Z1. Taciano, Discurso a los griegos , S.22. Ibid., 13.

embargo, el ser humano natural no es co nsciente de la presen­cia y obra de los demonios. ..Los cuerpos de los demoni os solopueden ser visto s fácilmente por aq uellos en qui enes mora elEspíritu de Dios y a quienes Él fo rtifica, y no por otros enabsoluto ... porque lo inferior no tiene la capacidad de apre­hender lo super ior...2J Los demonios gobiernan sob re losincrédulos y los engañan con demostraciones de poder.

Los demonios, inspirados con frenesí contra los hombresen razón de su propia impiedad, pervierten sus mentes, queya se indina hacia abajo, por medio de varias repre­sentaciones escénicas engañosas, a fin de que queden inca­pacitados para subir a la senda que lleva al cielo. Pero paranosotros las cosas que están en el mundo no están ocul tas,y lo divino es fácilmente aprehendido por nosot ros si elpoder que hace inmortal nuestras almasnos visiu .2"

Estas palabras de Taciano parecen hacer referencia al donde discernimiento de espíritus, tan necesario para llevar a caboun ministerio de liberación y sanidad inter ior. En la segundasección de su Discurso, este apologista pre senta un verdaderomanual para el minister io de liberación, co n instruccionesbastante prácticas y precisas en cuanto a có mo pr oced er frentea los demoni os.

La manera de conquistar a los demonios es estar armadocon la armadura del Espíritu celestial (Efesios 6.13-17). Mu­chas veces los demon ios provocan enfermedades, "pero , al sergolpeados por la palabra de Dios, se van en terror, y el enfermoes sanado...25 Taci ano denuncia la falsedad de los sanado respaganos, co n sus amuletos, cu ras mágicas, hierbas y raíces, yot ros medios del ocultismo. Todas estas, dice él, son mani fes­taciones demoníacas que engañan en lugar de sanar. ..Si alguien

2). iu«, 15.24. lbid., 16.2'. lbid.

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80 LA ACCIÓN DEL EspjRIru SANTO EN LA HISTORIA Lo s APOLOGISTAS GRl EGOS 81

es sanado por la materia, mediante la confianza en ella, muchomás será sanado recurri endo al pode r de Dios». Y pregunta:

¿Por qué quien confía en el sistema de la mater ia no estádispuesto a confiar en Dios? ¿Por qué razón no te acercasal Señor más poderoso, sino que buscas curarte a tí mismo,como el perro con pasto , o el ciervo con una víbora, elcerdo con cangrejos de río, o elle ón con monos? ¿Por quédeificas los objetos de la naturaleza? ¿y por qué, cuandocuras a tu prójimo, eres llamado un benefactor? Somérereal poder del Legos! Los demonios no curan, sino que porsu arte hacen de los hombres sus caurívos.ze

La guerra espiritual y el ministerio de liberación son otro sde los elementos claves en los que se pone de manifiesto laacción del Espíritu Santo. Ignorar la importancia del choquede poderes como un elemento clave para la comprensión delimpresionante triunfo del cristian ismo en los pr imeros siglosde testimonio, es dejar de lado un factor importante. A pesarde la enorme oposición en su contra, los cristianos pr imitivoslograron saturar el mundo de sus días porque, como registrael testimonio de Taciano, supieron hacer frente a las fuerzasde Satanás llenos de poder y autoridad en el Espíritu Santo.Las palabras de este maestro de Roma tienen una increíbleactualidad.

El testimonio de Taciano es confirmado por algunoshisto riadore s profe sionales seculares de nuestros días. Uno deellos es Ramsay MacMullen, profesor en la Universidad de Yaley especialista en la histori a del Imperio Romano. Este eruditoseñala: «Mi interé s se enfoca solo en cómo los no cristianosfuero n ganados para la iglesiacz" En respuesta a su preguntade cómo fue que el Imperio Romano. que era totalmente

26. Ibid., 18.27. Ramsay MacMul1en, Christianizj ng the Roman EmpírerA.D. 100-400 ,

Yak University Press, New Haven, er, 1984, 87.

pagano, se hizo cristiano en un perío do de aproximadamentetrescientos años, este erudito sintetiza varios factores hacia elfinal de su libro. Entre ellos menciona: «énfasis sobre lademos tración milagrosa, un desafío controntaci onal a los nocristianos a una prueba de poder, una confrontación directacon los seres sobrenaturales inferiores a Dios, y un desplaza­miento despectivo de las sendas meramente racionales ... haciael verdadero conocimiento de lo dívino-us MacMullen men­ciona tamb ién otros aspectos relacionados con ministerios depoder tales como liberación de demonios y lucha contra elocultismo, sanidades y milagros, y profecías. Según él, haynumerosos testimonios de esto en la historia, muchos más delos que los histori adores «incluidos los historiado res cristianos»muchas veces están dispuestos a admitir.

Taciano sabía por experiencia personal qué significaba laguerra espiritua l y qué era liberación de demonios, cuáles era nlas cadenas demoníacas que estaban detrás del ocultismo y laidolatría de sus días, y cómo el poder liberador de Cristo através del Espíritu Santo podían trae r libertad a las personas.

Aren ágoras (m. ca. 200)

Atenágoras fue un filósofo ateniense, contemporáneo deTaciano, que se convirtió al cristianismo mientras leía la Bibliacon el pro pósito de refutarla. Es el autor de una apologíatitulada Súplica por los cristianos , que presentó a los empera­dores Marco Aurelio y Có modo en el año 177. Escribiómuchos otros libros, la mayoría hoy perd idos. Fue antecesorde Panreno en la Escuela de Alejandría. Tanto su apologíacomo su tratado La resurrección de los m uertos - únicas obrasque se conservan- dan evidencia de su habilidad como escri­tor y de su rica cultura. Probablemente Atenágoras haya sidoel más capaz de todos los apologistas. Por lo menos, parece serel más elocuente de ellos.

28. Ibid., 112.

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82 LA ACCIÓN DEL ESP!RITU SANTO EN LA HISTORIA LOS APOLOGISTAS GRIEGOS 83

En su apología, Arenágoras se refiere al don de profecía,cuando señala: «Ya la verdad, el mismo Espíritu Santo, que obraen losque hablan proféticamente, decimosque es una emanaciónde Dios, emanando y volviendo, como un rayo del 501».29 EsteEspíritu Santo es el mismo Espíritu que movió las bocas de losprofetas del Antiguo Testamento como si fuesen instrumentos,y que los impulsó a declarar sus profecías más allá de su propioentend imiento. Esto mismo marca la gran diferencia que existeentre Jos filósofos paganos y los pro fetas cristianos.

Nosotros, en cambio, de lo que entendemos y creemos,tenemos por testigos a los profetas, que, movidos porespíritu divino, han hablado acerca de Dios y de las cosasde Dios. Ahora bien, vosotros mismos, que por vues trainteligencia y por vues tra piedad hacia lo de verdad divinosobrepasáis a todos, diríais que es irracional adhe rirse aopiniones humanas, abandonando la fe en el Espíritu deDios, que ha movi do, como a instru mentos suyos, las bocasde los proferas.ao

Según Aten égoras, pues, estos profetas proclamaron lascosas con las que fueron inspirados, porque el Espíritu los usótal como un flautista sopla en una flauta. De allí que al referirseal Espíritu Santo, Atenágoras prefiere denominarlo , al igualque otros escritores de su tiempo, «Espíritu profético».

Es interesante notar que la descripción que Atenágorashace del don de profecía coincide con la manera en que estedon ha sido definido en la actualidad. Según C. Peter Wagner,«el don de profecía es la habilidad especial que Dios da a ciertosmiembros del Cuerpo de Cristo para recibir y comunica r unmensaje inmediato de Dios a su pueblo a través de una decla­ración divinamente ungida»,31

29. Atenágoras, Súplica por los cristianos, to .30. tbid., 7, 9.31. C. Peter Wagner, Your SpirituaJ Gifts Can Hefp Your Church Grow

(Ventura, CA: Regal Books, 1994), 253.

Teófilo de Antioquía (130-190)

Nació en un hoga r pagano y se convirtió por el estudi ocuidadoso de las Escrituras . En 168 fue nombrado ob ispo deAntioqufa. Escribió varias obras contra las herejías de sus días,comentarios de los evangelios y del libro de Proverbios. Loúnico que nos queda de su producción literaria son tres libros,que están dirigidos a su amigo Autólico. Cabe destacar queTeófilo es el prim er auto r cristiano que aplica la palabra«trinidad" a la Deidad.tt

Teófilo relata su conversión a Cristo en estos términos:

No seas, pues, incrédulo, sino cree. Porque tampoco yo enotro tiempo creta que ello hubiera de ser ; mas ahora, trashaberlo bie n considerado, lo creo, y porque juntamente leílas sagradas Escrituras de los santos profetas, quienes,inspirados por el Espíritu de Dios, pr edi jero n lo pasado talcomo pasó, lo presen te tal como sucede y lo por veni r talcomo se cumplirá. T eniendo, pues, la prueba de las cosassuce didas después de haber sido predichas, no soy incrédu­lo, sino que creo y obedezco a Dios.aa

Teófilc menciona al Espíritu Santo por nombre solo enrelación con la obra de la creació n y la inspiración. En cuantoa las manifestaciones del Espíritu, la que menciona en particu­lar es, como es obvio en su tiempo, la profecía. Co mo indicaSwere: «De la ob ra del espíritu de profecía, Teófilo, al igualque otros escritores cristianos de su tiempo, habla con totalconvicción..,34 El cumplimiento de las profecías del AntiguoTestamento prueba que los pro fetas anticiparon el futuro porla inspiración del Espíritu Santo . Según Teófilo, estos hombresde la ant igüedad fueron «portadores del Espíritu» o «aquellos

32. Teófilo, AAutó/ico, 2.15.H. lbid., 1.14.l4. Swete, The Holy Spirit in the Ancient Church, 47-48.

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84 LA ACCIÓN DEL EspfRITU SANTO EN LA HISTORIA LOS APOLOGISTAS GRIEGOS 85

que son llevados [insp irados] por el Espíritu», al igual que losautores de los evangelios.U De hecho, TeófiJo es el primerescritor que enseña claramente la inspiración divina del NuevoTesramento.Js Sin embargo, no hace otra referencia a la obradel Espíritu en la Iglesia de sus días, fuera de la declaración deque los cristianos son guiados por la Palabra santa y enseñadospor la Sabid urfa.J? Pero debe tenerse en cuenta que su libroestá dirigido a paganos y probab lemente no consideró o portu­no ser explícito sobre estas cuestiones.

Como oc urre en otros casos del segundo siglo, este auto rdes taca la importancia del do n profético, especialmente suejercicio en el Antiguo Te sta mento . Pero se mu estra cautelosoen describir su ejercicio en sus propios días. Es dific il supo nerque Teófi lo haga una valoración tan alta de este don, si elmismo no fuese relevante en la iglesia de sus días. Por otrolado. arguir la ausencia o cesación de este carisma a partir delrelativo silencio de Teó filo en cuanto al mismo, es no tomaren serio su aprecio cierto por el don pro fético. Además, ta largu mento cesacio nisra no haría justicia con el propósito co nel que Teófilo escribe ni el carácter apologético de su ob radirigida a no creyentes. M uy probablemente . si e! apóstol Pabloen lugar de escr ibir su primera epísto la a ..la iglesia de Dios queestá en Corinto» (1 Co rintios 1.2 ), la hubiese dirigido a los..indocto s o incrédulos» (1 Co rintios 14 .23) de aquella ciudad,jamás hubiese escrito los cap ítu los 12 a 14.

Minucio Félix (m. ¿180?)

Fue un apologista, de quien se desconoce su fecha denacimiento y lugar de origen, pero cuya ob ra fue muy influ­yente en e! mundo roman o. Su obra lleva el título de Octavio,

35. Teófilo, A Autólico, 2.9, 22; d . 3.12 .36. joharmes Quasten,Patrología, 3 vols. Biblioteca de Autores Cristianos,

Madrid, 1961, 1:228.37. Ibid., 3.15.

ya que este era el nombre de uno de sus protagonistas . Consisteen una discusión acerca del contraste entre el paganismo y elcr istia nismo . Minucio fue el pr imer apologista que escribió enlatín, y su obra es ..la más bella apología de la Iglesia primiti­va»,38 Dividió su libro en 4 1 capítu los, atractivos por sulenguaje fácil y fluido. En su argumentación contra el paganis­mo, M inucio señala que detrás de la adoració n pagana estáno perando los demoni os.

Estos espíri tus impuros ..los demonios», como se ve por losmagos, los filósofos y por Platón , consagrados bajo estat uase imágenes, acechan allí, y po r su inspiración logran laautoridad como de una deidad presente ; al mismo tiem poque mientras que son insuflados en los profetas, mientrasque moran en los templetes, mientras que a veces animanlas fibras de las entrañas, controlan los vuelos de lospájaros , y dirigen las suertes, son tamb ién la causa de losoráculos que tienen que ver con muchas falsedades ... "Losdemon ios», al arrastrarse también secre tamente adentro delos cuerpos humanos, co n sutileza por ser espíritus, fingenenfermedades, alarman las mentes, y apr ietan alrededo r delos miembros del cuerpo.J''

Los demon ios son también los responsables de las acusa­ciones falsas y calumnias relativas a la conducta y creencias delos cristianos. De allí que la guerra espiritual es propia de lamilitancia cristi ana. Mi nucio probablemente hace referencia alapráctica de la iglesia cuan do describe la liberación de demo­nios en estos términos : ..Dado que ellos mismos "los demo­nios" so n los testigos de que son demonios, créanles cuan doconfiesan la verdad sobre sí mismos; porque cuando se renun­cia a ellos "en el nombre" de! único y verdadero Dios, de mala

38. Quasten, Patrologfa, 1.448.39. Minucio Félix, El Octa/!io, 27.

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86 LA. ACCiÓN DEL ESplRlTU SANTO EN LA HiSTORIA Lo s APOLOGISTAS GRIEGOS 87

gana los seres perversos se estremecen en sus cuerpos, y saltande una vez o se van de a poco, según ayude la fe del que sufreo inspire la gracia del que sana... Esta es la raz6n por la que losdemonios huyen de los vecindarios en que hay cristianos, yprovocan odio en su contra en las mentes de los gentiles, quelos odian aún antes de conocerlos, y esto 10 hacen por temor.40

Para Minucia, todas las acusaciones falsas en cont ra de loscristianos ..incesto, sacrificios de niños, orgías, adoración de lacabeza de un burro, y ot ras acciones detestables" son instigadaspor los demonios.

Nuevamente es oportuno recordar algunas de las conclu­siones a las que llega un historiador especialista en el mundogreco-romano, Ramsay MacMullen . El señala, como uno delos facto res claves para entender la impresionante expansióndel cristianismo en los primeros trescientos años, a lo quedenom ina una «confrontación directa con los seres sobrenatu­rales inferiores a Dios-. En su libro, MacMullen presentaabundancia de testimonios en relación con liberación demo­níaca, guerra espiritual contra el ocultismo, además de sanida­des, milagros y profecías. Así, este histo riado r secular, en unasección en que discute el ministerio de Pablo y de Juan en suconfrontación con Diana de los efesios, recuerda la manera enque el poder del cristianismo fue confirmado en Éfeso y cómoquedó «demostrado frontalmente en el altar hech o pedazos...Según él: ..Eliminar toda competencia en el campo [de misión]de manera frontal era crucial. El mundo, después de todo , teníamuchas docenas y cientos de dioses. La elección estaba abiertaa rodo el mundo. Así que solo una fuerza muy excepciona lpodía desplazar realmente las alterna tivas y motivar una alian­za; solo las demostraciones más probatorias podían funcionar.Debemos, por tanto , asignar a esto tanto peso, como principalinstrume nto de conversión, como los mejores y más tempranosinformantes lo hacen".41

40. íbid.41. MacMullen, Christianizing the Roman Emp íre, 27.

Esta observación de un historiador contemporáneo nosayuda a entender y evaluar mejor el testimonio de MinucioFélix. Este intelectual crisriano del segundo siglo, que tenía unaparticular inclinación por dar su testimon io cristiano a las élirespensantes de sus días, veía en elchoque de poderes un recursomisiono lógico fundamental. Su comprensión de la fe cristianacomo un Evangelio de poder, bajo la guía del Espíritu Santo,tiene una actualidad nota ble y es de gran inspiración.

Comodiano (ca. 200-275)

Un planteo similar al anterior se puede enco ntrar en Lasinstrucciones de_Comodiano, una ob ra escrita alrededo r delaño 240. Comodiano parece haber sido un obispo de Áfricadel norte, y en su ob ra ataca a la idolatría como adoración dedemonios. Los demonios tienen su origen en los seres angeli­cales que se rebelaron contra Dios y sedujeron a mujereshermosas, con las que procrearon a los gigantes. Estos gigantesu hombres de renombre fuero n los que enseñaro n a la huma­nidad las artes e industrias . Cuando murieron, los hombres leserigieron imágenes...Pero el Todopoderoso, en razón de queeran de una simiente mala, no aprobó eso, y cuando muertos,ellos debían ser traídos de la muerte. De ahí que ahora, cuandoellos van de un lado a otro, destru yen a muchos cuerpos, y esespecialmente a ellos a quienes ustedes en este día adoran yoran como a dioses,..42 Luego sigue la lista y descripción de lasimágenes de los dioses que disfrazan la adoración de demon ios.Su exhortación es: «Al éjense de esros, si quieren resucitar conCristo,..4J y agrega: ..Eviten la adoración de templos, losoráculos de demon ios; vuélvanse a Cristo, y serán asociadoscon Dios,..44

42. Las instrucciones de Comodiano , 3.H íbid.;21.44. lbid., 35.

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88 LA ACaÓN DEL EspíRITU SANTO EN lA HISTORIA LOS APOLOGISTAS GRIEGOS 89

Debe tenerse en cuenta que Comodiano está escribiendoa paganos, a quienes exh orta a abandonar sus prácticas idolá­rrlcas, ya que son de carácter demoníaco. Otra vez se desu cael concepto de este pastor norafricano en cuanto al choque depode res. No obstante, no se tracasimplementede de una teoríateológica, sino de una estrategia probada por la experiencia.Para Comodiano, los demonios no son meros datos de unacultura pre-cienrífi ca, sino pode res reales con los que no sepuede negoci ar. En realidad, la lucha contra los demon ios eraparte fundamental de la misionología de aquellos cristianos.Esto explica cómo fue posible para ellos conquistar a unimperio tan paganizado (y demoniaco) como era el ImperioRomano. Contra lo que muchos historiadores suponen, ..nofue la liturgia, ni la moral, ni el monoteísmo, ni las organiza­ciones internas de la iglesia ... lo que les parecfa a los nocr istianos como [cosas] totalmente diferentes de las de ot raspersonas».45 El punto de diferencia entre cristianos y no cristia­nos no era ningun o de estos elementos, que llenan tantaspágina s en los libro s de histo ria del cr istianismo. Más bien, ..e!único punto de diferencia que parece más destacado era elan tagonismo esencial en [el cristianismo] - antagonismo deDios hacia todos los demás poderes sobrenatura les•.46

Mu y probablemente, Comodiano habría concordado conla defin ición que en lenguaje misiono lógico mod erno se da delos encuentros o choques de poderes: ..Una demostraciónvisible y práctica de que Jesucristo es más pod eroso que losespíritus , pod eres o dioses falsos ado rados o temidos por losmiemb ros de un grupo de pueblo dado...47 De hecho, eltestimoni o de Co modiano parece coincidir co n esta perspecti­va, al tiempo que pone de manifiesto su con sciencia de laacció n poderosa de! Espíritu Sama en sus días.

45. MacMullcn, Christiani~jng the Roman Empire, 19.46 . lbid.41. C. Peter Wagner, How to Hal/e a HealingMinistry in Any Church, Regal

Books, Ventura, CA, 1988, 150.

Mel itón de Sardis (m. 177)

Hu bo muchos otros apologistas, que no viene al casomencionar. Sí cabe recordar a M e!itón de Sard is, qui en puedehaber sido el sucesor del "ángel. de la iglesia de Sardis, a quiense envía un mensaje en Apocalipsis 3.1-6. Es muy probable queconoc iera a Policarpo y a su discípu lo lreneo.ee De él se diceque ..vivió enteram ente en el Espíritu San(O. :19 j erónimo citaa Tertu liano segú n una obra perdida de este (Sobre el éxtasis),en la que el padre de Cartago se refiere a Me!itón como alguiena quien muc ho s consideraba n un poderoso profera.sc

Este es el lugar opo rtuno para considerar la relación entrelos min isterios carismáticos y residentes en las iglesias, a la luzdel caso de M elitón y su posición co mo profeta y obispo almismo tiempo. Eviden temente, en él se daban al mismo tiempola autoridad del obispo con la pasión del profeta. Ya en laDidaché se pueden ver en operación estos dos niveles deministerio : los oficiales locales (obispos y diáconos) ejerciendotamb ién dones espirituales como profetas y maestros. Proba­blemente Melitón es un ejemplo de este matrimonio de unministeri o carismáti co y ot ro admi nistrativo. Seguramente M e­lirón, al igua l qu e sus maestros Policarpo e lreneo, sosten íafirmemente la necesidad de un minister io pastoral reconocidoy bien establecido, con obispos fuertes a la cabeza. Pero, almismo tiempo, se nos presenta co mo un pro feta, capaz dehablar bajo la gura y con trol del Espíritu Santo .

Este doble papel es importante porqu e pone de manifiestoque, al menos en Asia Menor, hacia fines del segundo siglo,mient ras len tamente se iba constituyendo un clero reconocido

4S. Melitón escribió una Apo/ogia dirigida a Marco Aurelio (ca. 170), enla que se refiere a la crueldad imperial. Por la profundidad de supensamiento se lo conocía como -el fítósofc -, y se lo incluye entre losapologistas. Mu rió márt ir, bajo Marco Aurelio.

49. Según Pclfcrates, obispo de Efeso, citado por Eusebio, Historia Ecíe­sidstica, 5.24 .5.

so. Jerón imo, Vidas de hombres ilustres, 24.

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90 LA ACCiÓN DEL EsplRITU SANTO EN LA HISTORIA

en las comunidades cristianas, los dones del Espíritu seguíantodavía en vigencia. Como concluye Co ngar, a la luz del casode Melitón: «la afirmación del papel de los obispos no difumi­na en absoluto la vía carismática de la Iglesia. Eran hombresespiritua les en el sentido en que habla san Pablo (l Corint ios2.10 ·15) y san Ireneo después de él: "El apóstol llama at ina­damenre espirituales a aque llos que han recibido el don delEspíritu y se conducen rectamente en tod o"») 1

SI. Congar, El EspintwSanlo, 93.

El CRISTIANISMO DH SIGLO "

11 1 testimonio cristiano a comie nzos del siglo IIestaba bien establecido, especialmente en AsiaMenor. Las comunidades cristianas se encontra­ban bien organizadas e iban madurando rápida­

mente , mientras su mensaje se esparcía de manera norable nosolo dentro de roda el Imperio Romano sino basranre más alláde sus fronte ras. Con entusiasmo desbordante, los creyenresconfesaban su fe acompañados de señales, prod igios y maravi­llas obradas por el Espíritu Santo. No obsrante, este avancenorable no se daba sin dificultades. Problemas de afuera yproblemas de adenrro parecían amenazar el desarrollo deltestimonio cristiano, si bien estas dificultades fortalecían a lostestigos. De afuera comenzaban a sentirse las presiones delEstado romano, que veía en los cristianos a una secta que seguíauna superstición extravagante y despreciaba a las religionesreco nocidas. De adentro se levantaban voces, disidentes algu­nas y herejes orras, que ponían en peligro la fe cristiana ralcomo la habían enseñado los apóstoles de Jesús.

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92 LAACCIÓN DEL EsrfRITU SANTO EN LA HISTORIA EL CRISTIANISMO DEl. SIGLO JI 93

Frente a todos estos ataques, los cristianos se vieronforzados a definir cuáles iban a ser sus escrituras sagradas, cuáliba a ser su regla o confesión de fe, cómo iba a definirse suministerio, qué actitud debían asumir frente al Estado y suspersecucion es, qué disciplina habrían de impo ner, y variasotras cuestion es de suma importancia. Como veremos másadelante, de par ticular preocu pación resultaron los movimien­tos heterodoxos y d isident es, especialmente aque llos que en sufe y su práctica ponían un fuerte énfasis sobre la acciónpode rosa del Espíritu Santo . No obstante esto , y a pesar de lasseveras reacciones en contra del montanismo yde sus aparentesexageraciones carismáticas, las iglesias no dejaron de exp eri­mentar poderosas manifestaciones del Espíritu Santo. Tampo­co se inhibieron en razón de la oposición y ataques de que eranobjeto por parte de pensadore s paganos o los rumores ycalumnias de todo tinte que se circulaban a nivel popular en elImperio Romano. A riesgo de parecer ridfculos en sus prácticase ingenuos con sus ideas, los cristianos del segun do siglorespondieron con sensibilidad a las operaciones sobrenaturalesdel Espíritu . Esto está atestiguado por varios de los másdestacados padres de la iglesia y otros testimon ios a lo largodel siglo !l.

Ireneo de Lyon (ca. 130-202)

lreneo fue el más grand e de los teólogos del segundo sigloy obispo de esa ciudad en Galia. Probablem ent e nació en AsiaMenor, que en aquel tiempo era una de las region es que teníael mayor núm ero de cr istianos y de iglesias. De muchachoescuchó los sermones de Policarp o, obispo de Esmirna. Fuesuceso r de Fotino en la sede episcopal de Lyon, durante elreinado de Marco Aurelio . Envió misioneros a Galia, combatióel gnosticismo, e hizo repetidos viajes a Roma procurandomantene r la paz ent re esta y Asia, calmando la to rmentasuscitada con la condena del obispo Vfctor (monta nista) y deaquellos qu e no seguían el calendario latino en la celebraciónde la Pascua. En todo esto, Ireneo se muestra como un profundo

conocedor de la iglesia y su test imonio cristiano en sus días. Suexperiencia pastoral tanto en el este como en el oeste, encontextos rurales como urbanos, lo califica como uno de lostestigos más adecuados del cristianismo de su tiempo.

Irenec fue un fiel testigo de la tradición. Vivió una gene­ración de por medio de la edad apostólica y conoció a losdiscípulos de los apóstoles. Su teologfa es fiel al cristianismohistó rico, y su ob ra escrita representa un intento de defenderesa fe de las amenazas de las herejías, especialmente el gnosti­cismo. Ireneo demu estra ser un teó logo sumamente capaz y uninvestigador puntilloso de las doctrinas y prácticas de susadversarios gnósticos. En sus argumen tos, el Espíritu Santoocupa un lugar fundamental. t En su obra Exposici ón de lapredicación apost ólica, que es un tr atado apo logético, Ireneopresenta la regla de fe mencionando al Espíritu profético, ylleva sus funciones más allá de las reconocidas en el AntiguoTestamento .

Eltercer punto en la reglade nuestra fe es el Espíritu Santo,a través de quien los profetas profetizaron, y los padresaprendieron las cosas de Dios, y los justos son guiados enel camino de la rectitud; y quien al final de los siglos sederramó de manera nueva sobre la humanidad en toda latierra, renovando a los hombres para Díos.z

l . Sobre la neumatología de Ireneo, véase, Hans-Jochen jaschke, DerHeiligeGeíu ím Bekenntnis der Kirche: Eine Studie t ur Pneumatologiedes lrenáus von Lyon im Aumangvan altchristfiche Glaubensbekennt­nis, VerlagAschendorff, Munsrer, 1976; Heinrich Weinel, Die wirkun·gen des geistes und der geister in nachapostolischen zeítalter bis auflrenaus, Oruck ven H. Laupp, Tubinga, 1898; A. Benoit, -Le SaintEsprit et l'Eglise daos la th éclogie parrisrique des quat re premiensiecles..., enL'Esprit Saint et rEg/ise, Paris, 1969, 131· 136; YA. D'Alés,«La doctrine de I'Esprit Saint chez Saine Irénée... , Recherches de ScienceRefigieuse 14 (1924): 426-538.

2. Ireneo, Exposición de la predicación apost6lica, 6. Véase J. ArmitageRobinson, Sto Irenaeus: The Demonstrat íon ofthe Apostolu Preaching,SPCK, Londres, 1920.

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94 LA ACCiÓN DEL EsrlRITU SANTO EN LA HISTORIA EL CRISTIANISMO DELSIGLO 11 95

La obra del Espíritu fue fundamental en la unción del HijoEncarnado. Una frase característica de Ireneo es: ..El Padreungió, el Hijo fue ungido, el Espíritu fue la Unción.) De estemodo, ..el Espíritu de Dios descendió sobre Él, [el Espíritu] deÉl que había sido prometido por los profetas que lo ungiría,para que nosotros, recibiendo de la abundancia de su unción,pudiésemos ser salvos...4 Así, pues, la unción de Jesucristo nofue más que el primer paso hacia la unción de toda la humani­dad con el Espíritu.

Porque [Dios) prometió, que en los últimos tiempos ÉJ )0

derramaría [al Es píritu ] sobre (sus] siervos y siervas, paraque pu diesen pro fetizar ; para lo cual Él también descen diósobre el H ijo de Dios, hecho el H ijo del hombre, acostum­brándose en comunión con Él a morar en la raza hu mana,pa ra quedar con los seres humanos, y para morar en lascriaturas de Dios, obrando la voluntad del Padre en ellos,y renovándoles de sus viejos hábitos a la novedad de

Cristo.S

Swete destaca qu e ..Ireneo entra a los de talles de la obradel Espíritu Santo sobre los corazones y vidas de los hombr escon una plenitud que está muy avanzada en relación con otrosescrito res del segundo siglo».6 El Paracleto fue enviado apreparar a los seres humanos para Dios, a colocarlos en unióny comunió n con ÉI.7 SU énfasis es mayor todavía en relació ncon la ob ra de! Espíritu en la vida de los creyentes individuales...Allídonde está el Espíritu del Padre, hay un hombre viviente...sin el Espíritu de Dios no pod emos ser salvos-es Los creyentesen Cristo ..tienen la salvación escrita en sus co razo nes por el

J . Ireneo, Contra h"e,las, 3.18.3.... íbid., 3.9.3..5. íbíd., 3.17.1.6. Swere, The Hofy Spirit in the Ancient Church, 89-90.7. Ireneo, Contra herejfas, 3 .17.2.8. íbid., 5.9.3.

Espíritu, sin pape! o tinra•.9 Y oran al Señor diciendo: ..Co n­c édenos, po r nuestro Señor Jesucr isto , el poder dominado r delEspíritu Santo . ,I O

Igualmente destacada en Ireneo es la presencia del EspírituSanto en la Iglesia. Según él, el Espíritu Santo y la fe que Élenseña moran en la Iglesia como en un vaso excelente conser­vándose siempre joven, y renovando la juventud del vaso en e!que está. ..Porque e~te don de Dios ha sido confiado a la Iglesia,como lo fue e! ahento al primer hombre creado con estep:~p.ósito , que rodas los miembros que lo reciben puedan servivifícadoscu El Paracleto fue dado a la Iglesia, y mo ra en cadauno de sus ~iembros. ..El Espíritu está en todos nosotros, y Éles e! agua Viva, que el Señor concede a aquel los que rectamentecreen en Él, y lo aman•.12

Es por el Espíritu de Cristo que la Iglesia desarrollamárti res y hombres espirituales hechos de nuevo a la imagen ysemejanza de Dios. Dice Ireneo:

Porqu e en la Iglesia, se dic e, Dios ha establecido apóstoles,profe tas, maestros, y todos los ot ros medios a través de loscuales el Espíritu obra ; de los cuales no son participan testodos aquellos que no se un en a la Iglesia, sino qu e seengañan en la vida por sus opiniones perve rsas y conductainfam e. Por qu e al1fdonde está la Iglesia, allí está el Espíri tude Dios; y donde el Espíritu de Dios está, allí está la Iglesiay todo tipo de gracia, porque el Espír itu es verdad.U

La posesión del Espíritu, entonces, es una nota distintivade la Iglesia y, a su vez, la presencia de la Iglesia garantiza lapresencia del Espíritu. La conclusión práctica de esto es que..aquellos qu e no participan de Él no son nutridos en la vida

9. tuc. s.«:.lO. Ibid., 3.6.4.11. ¡bid., 3.24.1.12. ¡bid.,5 .18.2.IJ. lbid., 3.24.1.

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96 LAACCIÓN DEL EsrtRITIJ SANTO EN LA HISTORIA EL CRISTIANISMO DEL SIGLO 11 97

por los pechos de su mad re, ni gozan de esa fuente sumamentelimpia que brota del Cuerpo de Cr isto; sino que cavan para símismos ciste rnas rotas de zanjas de tierra, y beben el aguapodri da del cieno, huyend o de la fe de la Iglesia para no serconvencidos de culp a, y rechazan al Espíritu para no serinsrruidosv.t't

En cambio, el discípulo verdaderamente espiritual, querecibe al Espíritu de Dios en su vida, juzga todas las cosas y noes juzgado por nadie. Juzga a los gent iles y a los jud íos, «juzgaa aquellos que provocan divisiones, que están destitu ido s delamo r de Dios, y que procuran su prop ia ventaja person al am esque la unidad de la Iglesia; y quienes por razo nes insignifican ­tes, o cualquier tipo de razón que se les ocurra, cortan enpedazos y dividen el grande y glorioso Cuer po de Cristo , yhasta donde les es posible, lo desrruyen. ct!

Ireneo se ocupa detalladamenre de la obra del EspírituSanto en la Iglesia, especialmente de su acción a través de losvariados carismas espirituales. Aun un testigo nada afecro a lasmanifestaciones carismáticas, como Eusebio, admite que en susobras Ireneo «aclara que hasta su prop io tiempo habían conti­nuado en algun as Iglesias manifestaciones de poder divino ymilagroso-Uf

El obispo de Lyon relaciona los sucesos de Hechos 2 consu propio tiempo, cuando dice: «De igual mane ra nosot rostambién olmos a muchos hermanos en la iglesia, que poseendones pro féticos, y que a través del Espíritu hablan todo tipode lenguas, y traen a luz para el beneficio general las cosasocultas de los hom bres, y declaran los misterios de Dios - .I?Este material aparece en medio de una discusión sobre laperfección cristiana . Nuevamente, esta breve lista de donesespir ituales se asemeja mucho a las listas que presenta Pablo en

14. tbid.IS. Ibid.; 4.33.7.16. Eusebio, H istoria eclesiástica, 5.7.17. trence, Contra herel(aS, 5 .6 . 1.

Romanos 12 Y1 Corintios 12. Es en base a estas experienciasque, en el año 177, los creyentes de Vienne y de Lyon loenviaro n a Roma para que hablara con el obispo Eleute rio enfavor del mo vimiento profético y de las manifestacion es legf­timas de los dones del Espíritu Santo.

Ireneo conside ra que el ministerio de la iglesia debe ser unministe rio carismático. i.e., llevado a cabo por hombres espi­rituales en el sentido en que habla el após tol Pablo (cf. 1Corintios 2.10-15 ). Refiriéndose a este pasaje, dice Ireneo: «ElApóstol llama atinada mente "espirituales" a aquellas personasque po seen el don del Espíritu , y que no están esclavizadas porlas lujurias de la carne, sino qu e están sujetas al Espíritu , y queen todas las cosas se conducen conforme a la luz de la razón,porque el Espíritu de Dios mora en ellas- .t!

Según él, «los apóstoles no co menzaron a predicar elevangelio, o a regist rar nada, hasta que fueron dotados con losdones y el pod er del Espíritu 5anto».19Y agrega: «Después deque nuestro Señor resucitó de los muertos, [los apóstoles]fueron inves tidos con el poder de lo alto cuando el EspírituSanto descendió [sobre ellos], fueron llenos de todos [susdones], y tuvieron un conocimiento perfecto : [así] partieron alos co nfines de la tierra, predicando las buenas nuevas») O

Uno de los testimonios más impresionantes de Ireneo encuanto a la vigencia de los dones del Espíritu y sus manifesta­ciones poderosas en la iglesia de sus días es aquel en el querebate el argumento de los herejes haciendo referencia alministerio poderoso de la Iglesia:

Por lo tanto, tam bién, aquellos que en verdad son susdiscípulos, recibiendo gracia de part e de Él, de veras llevana cabo [milagros] en su nom bre, de modo de promove r elbienestar de otros hombres, conforme al don que cada uno

18. íbid., 5.8.2.19. íbid.;3.1.1.20. ¡bid.

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98 LA ACaÓN DEL EspfRlTU SANTO EN lA HISTORIA EL CRISTIANISMO DEL SIGLO 11 99

ha recibido de ~1. Porque algunos de cierto y verdadera­mente echan fuera demonios, de modo que aquellos quehan sido limpiados así de espíritus malos frecuentem entecreen [en Cristo] y S(: unen a la Iglesia. Otros tienenpreconocimiento de cosas venideras: ven visiones, y decla­ran expresiones proféticas. Aun otros sanan a los enfermosimponiendo sus manos sobre ellos, ydios son sanados. sr,todavía más, como he dicho, incluso los muertos han sidoresucitados, y permanecen ent re nosotros por muchosaños. ¿y qué más diré? No es posible nom bra r el númerode los dones que la Iglesia, [esparcida] a lo largo de todoel mun do, ha recibido de Dios, en el nombre de jesucristo,quien fue crucificado bajo Poncio Pilato, y que ella ejercedía por día para el beneficio de los gentiles, sin practicarengaño sobre nadie, ni tomar ninguna recompensa de dios(en razón de tales interposiciones milagrosas] . Porque asícomo ella ha recibido gratuitamente de parte de Dios,tambi én gratuitamente ministra [a los demásJ.21

Comentando este pasaje de Ireneo, W.W. Harvey nota:«El lector no dejará de notar este testimonio sumamenteinteresante, de que los charismata divinos concedidos sobre lajoven Iglesia no estaban del todo extinguidos en los días deIreneo. Posiblemente el venerable Padre está hablando desdesu propio recuerdo personal de algunos que habían sido resu­citados de los muertos, y habían conti nuado por un tiemposiendo testigos vivientes de la eficacia de la fe cristiana...22 Sinembargo, Ireneo no está hablando solamente del pasado en estepasaje. Con la larga lista de dones espirituales que presenta, esclaro que él está hablando de las maneras en las que Cristoministra a la humanidad a través de su Iglesia en el presente.

21. íbid., 2.32.4.22. W. Wigan Harvey, Sancti lrenaei ep. Lugdunensis librosquinque aducr:

sus haereses, 2 vals. Cambridge Umversity Presa, Cambridge, 1857,reimp. 1949,2:335.

La lista de dones y operaciones del Espíritu que presentaIreneo como vigentes en la Iglesia es impresionante. Incluyedones como la capacidad de echar fuera demonios, el conoci­mi~nto del fur:uro, visiones y profecías, y todo esto junto consanidades y milagros, como la resucitación de muertos. Todoesto coincide de manera notable con las listas de dones quePablo elabora en Romanos 12 y 1 Corintios 12. Tanto Pablocomo lrene~ ,me.nCionan dones de revelación y sanidades, yambos también incluyen un don que tiene que ver con laexpulsión de demo nios; en el caso de Pablo es el discerni­miento de espíritus y en el caso de Ireneo la expu lsión deespfrlrus.zs De todos modos, lo más importante es el hecho deque .I r~~eo afirma que estos dones se podían ver en sus días ya su JUICIO eran expresionesauté nticas de losdones del Espíritu.

En su condena de Simón y Carpócrates como falsos hace­dores de milagros, Ireneo contrapone sus engaños con laautent icidad de los verdaderos milagros que se hadan en suiglesia: vista a los ciegos, oído a los sordos, expulsión dedemonios, ~u.ración de los d~bi les, cojos, paralfricos, y los queestaban afl.lgldos en cualquier otra parte del cuerpo. DiceIreneo: ...NI pueden proveer de remedios efectivos para aque­llos accidentes externos que puedan ocurrir». Yagrega: "y tanlejos están ellos de ser capaces de levantar a los muertos, comoel Señor los levantó, y lo hiciero n los apósto les por medio dela oración, y como ha sido hecho frecuentemente [hoy] en lahermandad en base a alguna necesidad --estando toda la iglesiaen esa localidad particular rogando [la gracia] con muchoaY,uno ~ oración, e.l espíritu del hombre muerto ha regresado,yelha Sido concedido en respuesta a las oraciones de los santos-que ni siquiera creen que esto se pueda hacer..) 4

Ireneo no tenía dudasde que la Iglesia había sido adornadacon los dones del Espíritu Santo. Sin embargo, se opone

lJ. Kydd, Chansmatic Gifts in tbe EarlyChurt:h, 44.2~ . Ireneo, Contra herejlas, 2.31.2.

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100 LA ACCIÓN DEL EspfRlTU SANTO EN LA HISTO RIA EL CRJSTlANlSMO DEL SIGLO 11 101

terminantemente a ciertos gnósticos, especialmente a uno lla­mad o Marcus que, segú n él, prete ndía con falsedad ejercer losdones espirituales, espec ialmente el de profecta.at En raz6n deesto, Irene o declara que el verdade ro cristiano espiritual sesujeta a la tradición apostólica, según esta ha sido transmitidapor la sucesión de los obispos cató licos.

Pero [por otro lado, se ha mostrado]. que la predicaciónde la Iglesia es consistente en todas partes, y continúa enun curso parejo, y recibe testimonio de los profetas, Josapóstoles y codos los discípulos -como he probado- através [de aquellos en] el principio, el medio y el final, y através de toda la dispensación de Dios, y de ese sistema bienfundado que tiende a la salvación del hombre, es decir,nuestra fe; que, habiendo sido recibida de la Iglesia, noso­tros preservamos, y que siemp re, por el Espíritu de Dios,renovando su juventu d, como si fuese algún depósito pre­cioso en un vaso excelente, hace que el vaso mismo que locontiene renueve también su juventud... y los [medios de]comunión con Cristo han sido distribuidos por todo Él,esto es, el Espíritu Santo , el anhelo de incorrupc ión, elmedio de confir mación de nuestra fe, y la escalera deascenso a Dios.ze

Un último testimonio de lreneo es el que apo rra en suargumentación en conrra de Marción: "C iertamente, son hom­bres realmen te desgraciad os quienes desean ser seudo -pro fetas,pero dejan de lado el don de profecía en la Iglesia, actuandocomo aquellos que, en razón de los que caen en hipocresía, seabstienen, incluso, de la co munión de los hermanos- .é? En suob ra Exposición de lapredicación apostólica, señala: «Otros noaceptan los dones del Espíritu Santo y rep elen lejos de ellos el

25. Véase la discusión de Ireneo contra Marcus en lbid.; 1.13.26. ¡bid., 3.24.1.27. lbid., 3.11.9.

carisma pro fético por el que el ho mbre, cuando está invadidopor Él, produce como fruto la vida de Dios».28

No obstan te, si bien Ireneo admitió la perm anencia yvigencia de los dones como mani festac iones poderosas de laacción del Espíritu Santo en la Iglesia de sus días, tambiéncontr ibuyó con su enseñanza a la institucio nalización de loscarismas. «Él quería la profecía, per o solo dentro del orde n.En su te mo r po r los abusos y su deseo intenso por estr ucturarel movimiento del Espíritu Santo dent ro de la doctrina apro­piada y el episcopado , estableció el escenar io para una reduc­ción en la vitalidad de la Iglesia».29 De este modo, muy prontolos do nes quedaron en mano s de los ob ispos casi co n exclusi­vidad, y la experiencia espiritual se redujo al marco de lapar ticipación de los sacramentos, especialmente en la misa.

Vivia Perpetua (ca. 181-202)

Uno de los capítulos más inspirad ores de la histor ia delcristianismo es el relato de la vida y muerte de Vivia Perpetua,la joven cristiana que fue mue rta en la arena de Carrago en elaño 202. Vivia Perpetua fue víctima de las persecucionesinstigadas por el emperador romano Septimio Severo . El ant i­guo docum ento, que cuenta de su arresto , juicio y muerte amanos de un gladiado r, probablemente fue redactado o ed ita­do por Tertulíano.au Perpetua era cate cúmena y ten ía unosveintidós años cuando fue martirizada y dejó un hijo pequeño .El relato de su testimo nio se encuentra en El martirio dePerpetua y Felicitas. Su redactor da cuenta de su convicción enla vigencia de la acción y mani festación podero sa del EspírituSanto, cuando afirma, después de citar j oe l 2.28-29 : «Y así anosotros, que reconocemosy reverenciamos tal como lo hacemoslas profecías, se nos prometen igualmente visiones modern as,

28. lrenec , Exposici6n de fa predicaci ón apostólica, 99.29. Burgess, Ancient Christian Traditions, 62.30. Véase Quasten, Patrología, 1:181.

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33. lbid., 2.3. Sigue una visión que Perpetua tuvo esa misma noche acercade Dinócrates, su hermano carnal, que según ella misma refiere, habíamuerto a los siete años víctima de cáncer.

H . lbid., 6.3.35. Ibid., 6.4.

Finalmente, llegó el día del martirio, y Perpetua estaba..tan en el Espíritu y en éxtasis», que aun habiendo sidoembestida por una vaca salvaje, al volver en sí no podía creerlo que había ocurrido , hasta que vio sus vestidos desgarradosy sus miembros hendos.> Para el autor de este documento, eltestimonio de Perpetua la asemeja al testimonio de los anti­guos. El ejemplo de estos mártires de su tiempo es «para laedificación de la Iglesia, no menos que el de los antiguos, demodo que nuevas virtudes también pueden testificar que unoy el mismo Espíritu Santo está siempre operando incluso hastaahora»)5

Clemente de Alejandría (150-215)

Tito Flavio Clemente nació hacia el año 150, de padr espaganos. Parece que su ciudad natal fue Alejandría, donderecibió su prime ra enseñanza. No sabemos la fecha de suconversión, ni su ocasión. Una vez que se hizo cristiano,comenzó a viajar. Su propósito era recibir instrucción demaestros cristianos renombrados. El mayor acontecimiento desu vida fue llegar a Alejandría. Allí fue discípulo de Panteno, yle sucedió como director de la escuela de catecúmenos en elaño 189. Tu vo discípulos descollantes, como Orígenes y Ale­jandro, obispo de Jerusalén y después márt ir. A causa de lapersecución de Septimio Severo, tuvo que salir de Egipto yrefugiarse en Capadocia , donde probablemente murió, allá porel año 215.

103

inmediatamente digna, y llamada a rogar en su favor. ycomencé a hacer súplica intensamente por Él, y a clamarcon gemidos al Señor,33

EL CRISTIANISMO DEL SIGLO 11

31. Elmartirio de Perpetua y Felicitas, prefacio.32. uu .;1.2.

Después de unos pocos días, mientras estábamos todosor ando, de repen te, en medio de nuestra or ación, vino ami una palabra, y nombré a Dinócrates; y me sorpren dí deque ese nombre jamás había ven ido a mi mente hastaentonces, y me apené al recordar su desgracia. Y me sentí

LA ACCIÓN DEL EspíRITU SANTO EN LA HISTORIA

Y consideramos los otros poderes del Espíritu Santo comoherramientas de la Iglesia a la cual Él fue también enviadoadministran do todos los dones en todos, tal como el Señor losdistri buyó a cada uno-cs t

Este pasaje, al comienzo mismo del relato, es sumamenteinteresante. Por un lado, llama la atención la manera en que seequiparan las profecías con las visiones recientes. Es probableque por «profecías» se quiera significar las profecías del Anti­guo Testamento, mientras que las «visiones» se referirían mása experiencias actuales al estilo de las revelaciones montanistas.De ser así, el autor del relato coloca ambas en un mismo nivelde importancia como herramientas a disposición de la Iglesia.Por otro lado, el autor considera al Espíritu Santo como el donenviado a la Iglesia, y a su vez, Él y el Señor son quie nesdistribuyen los done s. Esto nos recuerda las afirmaciones dePablo en 1 Corintios 12.4-6, y la manera en que el apóstolasocia tanto al Espíritu como a Cristo y al Padre en la distribu ­ción de los dones.

El testimonio de fe de Perpetua, poco antes de morir, eselocuente en cuanto a la obra del Espíritu Santo en su propiavida. Estando en la cárcel, ella misma cuenta: «En ese mismointervalo de unos pocos días fuimos bautizados, y el Espíritume dijo que en el agua del bautismo nada debía buscar, sinoque Dios me diese resistencia física»,32 En los días siguientes ymientras continuaba su juicio, Perpetua tuvo varias visionesque la llenaron de consuelo. Entre ellas, Perpetua refiere unainteresante experiencia, que sugiere una palabra de revelación.

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104 LA ACCIÓN DEL Es rf RITU SANTO EN LA HISTORIA EL CRISTIANISMO DEL SIGLO 11 105

Haci a el año 210, Clemente describe a la Iglesia como uncorazón espiritual y santo, un cuerpo espiritual. Dice él: «LaIglesia del Señor, el corazón espiritual y santo, es simbol izadacomo un cuerpo» , Yagrega: «Quien se une al Señor en espíritu,se transfo rma en un cuerpo espiritual por un tipo diferente deun i6n ,.) 6 Como señala Swere, el padre alejandrino «hablalibremente de l Espíritu Santo, y con mucha belleza, pero conreferencia ya sea a algún pasaje de la Santa Escritura o laexperiencia de la vida cristiana»)7

El pro pósito de Clemente era armonizar la filosofía griegacon la doctrina cristiana, o las verdades de la ciencia humanacon las verdades de la revelación divina. Su deseo era conven­cer a los gentiles de la verdad del cristianismo; luego educarlosen la vida cristiana; y, por fin, perfeccionarlos en los misteriosde la fe. Este triple objetivo se desarrolla en sus tres ob rasprincipales, que han llegado a nosotros: Exhortación a losgentiles (el Protréptico), el Pedagogo, y la Miscelánea o Tapices(Stromata). En razón de su enfoque eminentemente intel ectualdel testimonio cristiano, Clemente elude toda mención a lasmanifestaciones más espectaculares del Espíritu Santo . El creíaque la filosoffa griega podía ser uti lizada para proveer de unabase racional a la fe cristiana. Además, enseñaba que la vidaespiritual es un proceso que va de la fe, a través del conoci ­miento, hasta la visión de Dios y, en la vida venidera, hasta serhechos semejantes a Dios .

No obstante, al distinguir ent re los gnósticos falsos y losverdaderos, señala que los segundos son los que realmente hanobtenido un conocimiento de Dios. En este contexto, Clemen­te tiene bastante para decir acerca de la obra del Espíritu Santo.Por ejemp lo, dice que el creyente, hecho de una substanciainferior, ha sido combinado con el oro real, el Espíritu Santo,en contraste con el judío, la plata, y los griegos, el tercer

36. Clemente de Alejandría, Stromata, 7 .14 .37. Swere, The Holy Spirit in the Aná ent Church, 124.

elemento.J 8 Los fieles han sido at raídos a Dios como por unmagneto por el Espíritu Santo. «Así como la minúscula partícu­la de acero es movida por el espíri tu de la piedra de Herácleo,cuando se difu nde por sobre muchos an illos de acero; asítambién, atraído po r el Espírit u Santo, el virtuoso es agrega dopor afin idad a la prime ra morada, y los otros en sucesión hastael últ imo».J9

Los creyentes son también inspirados por el Espíritu :"Pero afirmamos que e! Espíri tu Santo inspira a aque! que hacreído».4oClemente compara también al Espíritu con la unciónde aceite, cuando lo califica de «ungüento santo», y dice: «Esteungimiento de fraga ncia agra dab le, Cristo lo prepara para susdiscípulos, componiendo el ungüento con ingrediente s aromá­ticos celesrialesv.t ! Además, el Espíritu es una luz guiadora paraelcreyente que busca un conocimiento verdadero. Cua nto másuna persona procura este conocimiento, tanto más cerca estaráde la luz del Espíritu Sanee.e Todo con ocimiento verdadero,a diferencia de la gnosis falsa, viene a través del Espíritu Santo."Pero el Señor, en su amor al hombre, invita a todos loshombres al conocimiento de la verdad, y para tal fin envía alParaclerov.'O

La mejor belleza es la espiritual, que se cultiva cuando «elalma es adornada po r el Espíritu Santo, e inspirada con losencantos radiantes que proceden de Él -c-rectirud, sabiduría,for taleza, temperancia, amor de lo bueno, mod esriacw Por serperfecto , Dios concede don es que son perfecros.e Es precisa­mente po r estos dones perfectos que ha recibido, que elhombre perfecto puede ser reconocido como tal. Es en este

38. Clemente de Alejandría, Stromata, 5.14 .39. lbid., 7.2.40. Ibid., 5.14.41. Clemente de Alejandría, Pedagogo, 2.8.42. Clemente de Alejandría, Stromata, 4.17.43. Clemente de Alejandría, Exhortación a los paganos, 9.44. Clemente de Alejandrfa, Pedagogo, 3.11.~5 . tbid., 1.6.

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106 LA ACCIÓN DEL ESplR.lTU SANTO EN LA HISTORIA EL CRISTIANISMO DEL SIGLO 11 107

marco de la perfección cristiana que el padre alejandrino citala lista de donesde 1 Corintios 12.46 Aparentemente, Clementeda por sentado elejercicio de los dones en la iglesia de sus días.«No parece probable que Clemente haya enumerado a loscarismas de 1 Corintios 12 como evidencia de la gnosis verda­dera si esos do nes no estaban siendo practicados en ese riem­po ..,4 7 Es así que, el padre alejandrino. al recorda r que Bezaleelfue lleno del Espíritu Santo (Exodo 31.2-3), infiere que elgustoy la habilidad artísticos son un don de Dios.se

Sobre la cuestión de los dones del Espíritu en Clemente,concluye Swete: "Clemente se refiere frecue ntemente al don delEspíritu como un hecho de la experiencia cristiana. Si bien no esun montanista, reconoce plenamente el lugar del Espíritu Santoen la vida del hombre, especialmente dentro de la Iglesia»,49

Hipólito de Roma (ca. 170-235)

Hay razones para creer que Hipélirc no era natural deRoma, ni siquiera latino de origen. Poseía profund os conocí­miemos de filosofía griega y seguramente recibió una forma­ción teológica helenística. Su producción literaria es com para­ble en volumen a la de su contemporáneo Orígenes, pero noasí en profundidad y originalidad de pensamiento. Hipólito seinteresó más en cuestiones prácticas que en problemas cienrí­ficos. Parece que fue discípul o de Ireneo. Publicó tratadosanriheréticos y hasta poesía religiosa. Fue elegido obispo deRoma por un círculo reducido, pero influyente, convirtiéndoseasí en el primer ..antipapa» , Hipélito fue uno de los másgrandes pensadores de sus días en occidente, si bien escribióen griego. De todos sus escritos, el más inte resante es laTradición apostólica, que fue escrito hacia el año 215, y que

"6. Clemente de Alejandría, Stromata, 4.21 ."7. Burgess, Ancient Christian Traditions, 72 .u . Clemente de Alejandrfa, Stromata, 1.4."9. Sweee, Tbe Ho ly Spirit in the Andent Church, 125.

era la continuación de un tratado sobre los carismas.Jv Fuerade la Didaché, esta obra es la más antigua y la más importantede las constituciones eclesiásticas de la anrigüedad.U

Según Hipóliro, la tradici ón es la que refuta las herejías.El mismo se muestra sumamente hosti l hacia toda forma deherejía o disidencia, manifestándose como un duro conserva­dor celoso de mantener las tradiciones establecidas en los dosprimeros siglos cristianos. Hay razó n para pensar, entonces,que en la Tradición apostólica, Hipól ito refleja fielmente lo quese pensaba y hada en las iglesias roma nas hacia fines delsegundo siglo. Gregory Dix llega incluso a afirmar que elcontenido de esta ob ra "representa la mente y la práctica nosolo de San Hipólito sino de toda la Iglesia Católica delsegundo siglo".52

El énfasis dominante en la Tradición apostólicaestá sobreel Espíritu Santo y los dones espirituales en un sentido am­plio .53 En la prim era oración de su escrito, señala: ..Es necesa­rio exp oner la parte del discurso que concierne a los carismas-ccarismas que Dios desde el origen, acordó a los hombressegún su voluntad- pues ellos habrán de conducirlos nueva­mente hacia su imagen de la que se han alejado...54 Estos carismasa los que Hip óliro hace referencia no son acciones, sino personas:obispos, sacerdotes (o presbíteros) y diáconos, verdaderos

50. Para ti texto, véase, Hipólito de Roma, lA tradiá 6n apost61~, Edito­rial Lumen, Buenos Aires, 1981; Bcrron Seon Easron, trad., TñeApostolic Tradition ofHippolytus , Cambridge University Press, Cam­bridge, 1934; y Gregory Dix, The Tre41tÍ5e OP:I the ApostolK TraditionofSt. Hippolytus of Rome. SPCK, Londres, 1968.

S l. Según Gregcry Dix, esta obra es la fuentede evidencia más iluminadoraque existe de la vida interna y lapráctica religiosa de la iglesia cristianaant igua. Ibid., xliv.

52. lbid.53. De inter és es el artículo de John E. Sram, ..CharismaricTheology in rhe

Apostolil: Tradition of Hippolytus-, en Curtent lssues in Biblical andPatristic ln terpretatien , ed, por Gerald F. Hawrhorne E.erdmans, GrandRapids, Mich, 1975, 267-276.

s... Hipólito de Roma, Tradición apost ólica, prólogo.

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108 LA ACCiÓN DEL EsrfRITU SANTO EN U. HISTORIA EL CRISTIANISMO DEL SIGLO 11 109

don es de Dios a la Iglesia. De allí que, de manera mu y especial,el derramamiento del Espfritu es indispensable para el ejerciciodel ministerio . Por eso, con la imposición de manos para laordenación de obispos, sacerdotes y diáconos, se elevaba unaoración rogando tal operación del Espír itu en sus minisrerios.ss

En la oración de ordenación sacerdotal, se ruega:

Dios y Padre de Nuestro Señor Jesucristo. así como un díamiraste a [U pueblo o rdenan do a Moisés elegir a los ancia­nos a quienes Tú llenaste del Espíritu, mira ahora a tuservidor aquí presente y acu érdale el Espíritu de gracia yde consejo del presbiterio, a fin de que ayude y gobierne atu pueblo con un corazón puro.Además, Señor. cuidando indefectiblemente de nosotros,acu érdanos el Espíritu de tu gracia, y tórnanos dignos, unavez colmados de este Espíritu, de servirte en la simplicidaddel corazén.Je

De este modo, la Tradición apostólica enfatiza la relaciónentre la llenura del Espíritu, el ejercicio ministerial y la vidacristiana de cada creyente, en conformidad con la tradiciónheredada.

Movidos por la carida d de todos los santos, hemos llegadoa la esencia de lo que conviene a la Iglesia, a fin de quetodos aquellos que estén cor rectamente catequizados ob­serven la tradición que subsistió hasta el presente de acuer­do con la exposición que hacemos y, habiendo tomadoconocimiento ..., se afirmen en el Espíritu Santo, confi rien­do a los que tienen una fe sincera y firme la gracia perfecta,y para que todos los que conduzcan la Iglesia sepan cómodeben enseñar y guardar estas cosas.rz

55. íbid., 3; 7; 8.56. Ibid., 7.51. lbid., pr ólogo.

En una impresionante oración elevada para la consagra­ción de la eucaristía, Hipólito ruega: ..Te pedimos que envíestu Espíritu Santo sobre la oblación de la Santa Iglesia. Reunién­dolos, da a todos el derecho de participa r en tus santosmisterios [la eucaristía] para ser henchidos del Espíritu San­ro,. .58

Según Hipólito, el Espíritu Santo es quien asegura laconservación de la tra dición.J? Es el Espíritu quien operadentro de la estructura de la iglesia, si bien Hipólito admitetambién su acción fuera de la jerarquía eclesiástica y a travésde dones ext raordinarios en el Cuerpo de Cristo. Dios haconcedido dones a los hombres conforme a su propio consejoo voluntad, y señala Hipólito: ..ya que todos tenemos elEspíritu de Dios,..6o

No obstante, si bien Hipólito admite la vigencia de losdones espirituales, los coloca dentro del marco del ordeneclesiástico. Tal es el caso de aquellos que ejercen el don desanidad. •Si alguien dice: Yo recibí el don de la curación enuna revelación, no se le impondrá la mano. Los hechos mismosdemostrará n si dijo la verdad•.61 Hipóliro hace también refe­rencia al don de enseñanza:

Si hubiera una catequesis (de la palabra), preferirán concu­rrir allí, estimando, en sí mismos, que es a Dios a quien seescucha en la palabra del que instru ye.••Nadie deberá llegarcon retraso a la iglesia, ya que es el lugar en que se revelala doct rina. Entonces, el enseñante instruirá sobre lo quees eficaz y útil para cada uno, y se escucharán cosas que seignoraban. Asi, se recibe la gracia del Espíritu Sama a travésdel que realiza la instrucción, de esta manera la fe seforta lece a partir de lo que se escucha ... En consecuencia,

58. Ibid., 4 .59. [bid., prólogo.60. Ibid.; 16.61. Ibid., 14.

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Tertuliano de Cartago (160-240)

Era un hombre de una sólida educación y probabl ementeabogado de profesión . Se convirtió en Roma hacia el año 195,y fue ordenado sacerdote. Algún tiempo después regresó a suciudad na tal (Carrago), donde se ded icó a escribir en defensa

62. lbid.; 41. Cf. 35. Probab lemente, este «enseñante - o maestro sería unprofeta.

6J. Hansvon Campenhausen, EcclesiasticalAllthority and Spiritual Porunin the Chllrch of the Fim Three Cm tunes, Stanford Universiry Press,Stanford, CA, 1969, 177.

M. Burgess, Ancient Christian Tradit íons, 84.65. Hipélito de Roma, Tradici ón apostólica, prólogo.66. Ibíd., 4 2 .

De esta manera, Hipólito relaciona al Espíritu con laPalabra, con el o rden eclesiástico , y con el ministe rio de todoslos creyentes. Esto permite concluir que en Roma, hacia me­diados del tercer siglo, y en la tradición eclesiástica que Hipó ­lito representa, ..los conceptos neumo-carismáricos y oficial­sacramental... todavía coexisten sin mayor dificultad..,63 Cornoseñala Burgess: «El Espíritu Santo, mientras q ue opera at ravés de la jerarqu ía, está funci on ando también a través demini stros laicos y en las asambleas de los cre yentes. Pero estaes la última generación en el oeste en la que se reconoceráen general que el Esp íritu ob ra realmente con y a través detod a la Iglesia» , 6-4

No obstante , según Hipó litc , esta acción del Espíritu severifica solo en aquellos «que tienen una fe sincera y firme.., yno en qui enes caen en elerro r o se ext ravían.O Es precisamenteel Espír itu quien guarda al creyente de toda tentación y error,ya que «(el Adversario) es alejado por el Espíritu qu e mora entu co razón ...66

111

y ellos [los paganos] están eno jados con nosotros, también,porque nos llamamos hermanos; por ninguna otra razón,pienso , que: porque entre ellos mismos tales nombres de:consanguinidad son usados para exp resar una mera preten­sión de afecto ... Al mismo tiempo, icu ánrc más dignos deser llamados y contados como hermanos son aque llos quehan sido guiados al conocimiento de Dios como su Padrecomún, quienes han bebido de un Espíritu de santidad yque del mismo seno de una común ignorancia han pujadohacia la misma luz de la verdad !70

67. Burgess, Andent Christian Traditicns, 62.68. Véase H.M. Evans, «Tertullian : Penrecosral of Carthege-, Paraciete 9

Fall 1975: 17-21.69. Tertu liano, Sobre la modestia,21.70. Tertu liano, Apologla, 39.

EL CRISTIANISMO DEL SIGLO 11

de la fe cristiana contra los paganos, y en defensa de lao rtodoxia con tra los herejes. Fue el primer teólogo cristianoque escrib ió en lengua latina, y por ello, su pensamiento influyónotablemente sobre toda la teología occidental. Atraído por elrigor de la ética montanista abrazó esta convicción. Po r estarazón fue sepa rado de la iglesia en el año 213. Burgess localifica de ..el primer teólogo pentecosral de importancia en laIglesia...67

El concepto de Te rtu liano en cuanto a la relación delEspíritu Santo con la Iglesia es notable.e! Para él, la Iglesia y elEspíritu son términos casi equivalentes: ..La Iglesia misma esesencialmente, hablando propia y principalmente, el Espíritumismo...69 Esta era su manera de negar que la mera asociaciónde personas «natu rales.. conformaba la Iglesia, y afirmar laesencia de la Iglesia como creación del Espíritu . Este es esen­cialmente su énfasi s en las obras que escribió antes de volcarseal mo ntanismo, y que reflejan el ton o general del cristianismoortodoxo del norte de África. As! en la Apologfa, uno de susprimeros escri tos, señala:

LA ACQ ÓN DEL EsrfRITU SANTO EN LA HISTORIA

cada uno se apresu rará a co ncurrir a la iglesia, el sitio dondeel Espíritu Santo florece.ez

110

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112 U. ACCIÓN DEL ESpIRlTU SANTO EN LA HISTORIA El CRISTIANISMO DEL SIGLO 11 113

Para Te rt uliano, la acción del Espíritu Santo se manifesta,ba en sus días de la misma manera que ocurría en tiemposneorestamentarios. En todos sus escritos, el padre norafricanoasigna un lugar importante al Espíritu. que llena la vida de laIglesia con todos los dones prometidos por Dios a través de losprofetas y los após toles. ..Ahora sobre la cuestión de los "donesespirituales", tengo que destacar que estos fueron tambiénprometidos por el Creador a través de Cristo; y pienso quepod emos deducir de esto un a conclusión muy justa de que ladaci6n de un don no es la obra de otro dios que no sea Aquelque está probado ha dado la promesas."!

Precisamente, la vigencia de los dones del Espíritu en susdías era una evidencia cla ra de la aure nricidad de la NuevaProfecía. De allí que, en su ataque contra Marci6n, Tertulianolo desafíe a mostrar una evidencia simi lar, a fin de probar laautenticidad de sus pretensiones.

Que Marci6n exhiba, pues, como dones de su dios. algunosprofetas, que no hayan hablado por sentido humano, sinocon el Espíritu de Dios, que hayan predicho cosas que vande ocurrir y hayan puesto de manifiesto los secretos delcoraz6n; que él produzca un salmo, una visión, una oración-solo que sea por el Espíri tu, en un éxtasis, esto es, en unrapto, toda vez que le haya ocurrido una inte rpretación delenguas; que él me muestre también, que cualquier mujerde lengua jactanciosa en su comunidad haya profe tizadoalguna vez de entre aquellas hermanas especialmente santasque él tiene. Ahora, todas estas señales (de dones espirirua­les) se están manifestando de mi lado sin ninguna dificul­tad, y concuerdan, también, con las reglas, y las dispensa.cienes y las instrucciones del Creador.72

Precisamente, su encarn izada o pos ición a Práxeas, q ue:resul tó en uno de sus más destacados escritos po lémi cos,

71. Tertuliano, Contra Marcí6n, 5.8,n. [bid.

Contra Práxeas (año 213), tiene qu e ver co n el rechazo porparte de este de los dones del Espí ritu San to. Para este t iempo,Tertu liano ya se había identificado con el montanismo, y acusa:1 Pr áxeas no solo de er ro res en cuanto a la Trinidad, sinota mb ién de opone rse a la nueva profecía . La condena deTe rtuliano es terminante :

Práxeas fue el primero que trajo de Asiaa Roma este génerode perversidad herética. Era hombre de carácter inquieto,hinchado por el orgullo de haber sido confesor, solo poralgunos momentos de fastidio que padeci ó durante algunosdías en la cárcel. En aquella ocasión, aun cuando «hubieseent regado su cuerpo al fuego, de nada le habría servido .. (1Corintios 13.3), porque no renfa amor. Había resistido alos dones de Dios y los había destruido. EJ obispo de Romahabfa reconocido los dones proféticos de Montano, dePrisca y de Maximila. Con este reconocimiento habíadevuelto su paz a las iglesias de Asia y de Frigia, cuandoPr áxeas, urdiendo falsas acusacions contra los mismosprofetas y contra sus iglesias y recordándole la autoridadde los obispos que le habían precedido en la sede (deRoma), le obligó a revocar las cartas de paz que habíaexped ido ya y le hizo renunciar a su propósito de reconocerlos carismas. Pr áxeas, pues, prest6 en Roma un dobleservicio al demonio: echó fuera la profecía e introdujo laherejía ; puso en fuga al Espíritu Sama y crucific ó al Pa­

dre.73

De manera parti cular, T ertu liano llama la atención sobreel do n de profecía. Este don podero so era eje rcido como unaexperiencia de éx tasis en la cu al, según T ertuliano, ..el almasensible se sa le de sí misma, en una man era que incl uso sepa rece a la locura » , 74 Esta ex periencia de profecía extática

7J. Tertuliano, Contra Pr4xeas, 1.7~. Tertuliano, Sobre el alma, 45.

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114 LA ACCIÓN DEL EspíRITU SANTO EN LA HISTORIA EL CRISTIANISMO DEL SIGLO 11 115

pr oviene de Dios y «puede ser comparada con la gracia real deDios, co mo algo honesto, santo, profético, inspirad o, instruc­tivo, invitador a la virtud, cuya naturaleza abundante hace qu efluya incluso a los profan os-Zt Después de citar las palabras

. de Ped ro en elmonte de la tran sfiguración, y elcomentario deltex to bíblico de que no sabía lo que decía, se pregun ta:

¿Cómo que no sabía? ¿Fue su ignorancia el resultado de unsim ple er ror ? ¿O fue sobre el principio que nosotros soste­nemas en la causa de la nue va pro fecía, que el éxtasis y elarrobamiento son incidentales a la gracia ? Porque cuandoun hom bre está absorto en el Espíritu , especialmente cua n­do contempla la gloria de Dios, o cuando Dios habla através de él, necesariamente pierde su sensación (excidatsensu), porque es cubierto con el poder de Dios, - unpunto en cuanto al cua l hay una cuestión entre nosotros ylos de mentalidad carnal (físicos).76

Te rtuliano destaca que lo más valioso del don de profedaes que pone de man ifiesto la realidad de que el Espíritu Santosigue guiando a la Iglesia a la verdad y enseñándole. Si bien elmovimiento de la Nueva Profecía, co mo se conocía al monta­nismo, era reciente , el Espíritu que se manifestaba en sus díasno era otro que el Paracleto que había sido prometido y yaen viado po r el Señor. Los cristianos carnales - ..ffsicos», segúnTertuliano-e- en realidad rechazan la Nueva Pro fecía porquepone en evidencia su glotonería y lujuria. ..Son estos los qu elevantan controve rsia con el Paracleto ; es por esta causa qu elas Nuevas Pro fecías son rechazadas: no es que M ontan o yPriscila y Maximilia predican a otro Dios, ni que separan a

75. lbid., 47.76. Tertuliano. Contra Marci61l , 4.22. Tertuliano llama ..físicos- a estos

creyentes de mentalidad carnal, porque piensan que los arrobamientosexrancos y las revelaciones han cesado en la Iglesia.

Jesucristo (de Dios), ni que dejan de lado alguna regla de fe oesperanza par ticular, sino que ellos sencillamente enseña n unayuno más frecuente que el matrimonio »."?

Cuando los críticos del montanismo los acusaban de in­troducir cosas nuevas y de alejarse de las tradiciones de laiglesia, la respuesta de Tertuliano era : ..El Paracleto no traenada nuevo; todo lo que hace es decir claramente lo que ya hasugerido, y demanda lo que ha mantenid o en estado latente...El Paracleto es más bien un restaurador que un orlginado r»."!De todos modos, si bien el montanismo no of recía nada quefuese esencialmente nuevo, o que no tuviese sus raíces en latradición católica, en la dispensación del Espíritu había luga rpara el progreso y el crecimiento.

El Paracleto, teniendo muchas cosas para enseñar plena­ment e que el Señor demoró hasta que Él vinie ra... comen­zará dando testimonio enfático de Cristo... y lo glori ficará,y nos lo traerá a la memoria. Y cuan do Él haya sido asíreconocido (como elConsolador promet ido), sobre la basede la regla fundamenta l, Él revelará aqu ellas «muchascosas" que atañen a la con ducta de la vida.79

Es precisa mente en el campo de la ética do nde Te rtulian ose sint ió atraído por el montani smo, y donde considera fun da­menta l la acción del Espíritu en la vida del creyente.

La razón por la que el Seño r envió al Paracleto fue qu e,dado que la mediocr idad hu mana era incapaz de asumirtodas las cosas de una vez, la disciplina debía, poco a poco,ser di rigida, ord enada y llevad a a la perfección por eseVicar io del Señor; el Espíritu Santo... ¿Cuá l es, entonces,elofi cio administra tivo del Paracleto sino este: la dirección

rr. Tertuliano. Sobre el aYUIlO, 1.78. Tertuliano. Sobre la monogamia, 3. 4.79. lbid., 2.

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116 LA ACCiÓN DEL ESP!RJTI/ SANTO EN LA HISTORIA ELCRISTIANISMO DELSIGLO 11 117

de la discip lina, la revelación de las Escrit uras , la reformadel intelecto, el avance hacia las «mejores cosas»? Nadacarece de etapas de crecimiento: todas las cosas aguardansu tiempo... Así también la rectitud... al principio fuerudimentaria, consistente en un temor natural a Dios:desde esta etapa avanzó, a través de la Ley y los Profetas,a la infancia; desde esa etapa pasó, a t ravés del evangelio,al fervo r de la juventud: ahora, a través del Paracleto, seestá asentando en la maderez.üü

En su tratado Sobre el alma, Tertuliano hace una clarareferencia al ejercicio de la glosolalia y ot ros dones de revela­ción en la congregación como medio de revelación, cuandorefiere:

Hay entre nosotros en este momento una hermana cuyasuerte es que ha sido favorecida con diversos dones derevelaciones, que ella experimenta en el Espíritu mediantevisione s exráricas durante los ritos sagrados del día delSeñor en la Iglesia. Ella conversa con ángeles, y a vecesincluso con el Señor, y oye y ve comunicaciones misterio­sas, entiende los corazones de algunos hombres, y a aqu e­llos que están en necesidad les distribuye remedios. Ya seadurante la lectura de las Escrituras, o en la entonación desalmos, o en la predicación de sermones, o en el ofrecimien­to de or aciones, en todos estos servicios religiosos ellaencuentra material y oportu nidad para sus visiones. Posi­blemente nos pued e haber ocurrido, que mientras estahermana nuestra estaba absorta en el Espíritu, que hayamospredicado en alguna manera inefable acerca del alma,Después de que la gente es despedida en la concl usión delculto sagrado , ella tiene el hábito regular de info rmarn oscualesquiera sean las cosas que pueda haber visto en visión{porque todas sus comun icaciones son examinadas con el

80. T ertuliano, Sobre el velo de las vfrgenes, 1.

cu idado más escrupuloso, en orde n a que su verdad puedaser probada) ,8I

ParaTerruliano laiglesia verdadera era la Iglesia del Espíritu,liderada por hombres espirituales y no por meros funcionariosreligiosos (obisposj.az El estaba convencido de que una nuevaera del Espíritu estaba comenzando en sus propios días. ElEspíritu Santo estaba dando revelaciones de la verdad y volun­tad de Dios a través de la Nueva Profecía, representada por elmontanismo. Con vigor, Tertuliano defendía lo que él conside­raba era una auténtica espiritualidad en los profetas vivientesde su tiempo, frente a la inoperancia y laxitud del grueso delas iglesias que, según él, habían caído en un estado que, comose indicó, describe como ..físico», «Nosotros, en cambio»,indica él, «con justicia nos llamamos espirituales por los caris­mas que manifiestamente nos perte necen-a'

Parece evidente que e! contexto eclesiástico en e! que sedesenvo lvía Tertu liano era carismático. Los carismas se incor­poraban a todos los creyentes desde el momento mismo de sucompromiso con la Iglesia a través de! bautismo. En un pasajesumamente inter esante, Tertu liano señala: «Por lo tanto, ben­ditos aquellos a qu ienes aguarda la gracia de Dios, cuandovosotros salís de ese baño muy santo que trae consigo e! nuevonacimiento y por primera vez levantáis vuestras manos dentrode tu Madre, la Iglesia, junto con vuestros hermanos, pedid alPadre, pedid al Señor que os haga afectos a las riquezas de lagracia, a la distribución de los dones ».84 A la luz de lo que yahemos visto en Tertuliano, indudablemente se está refiriendoa los dones espirituales cuando habla de la ..distr ibución de losdones». Si es aSÍ, la exhortación a los recién bautizados es queprocuren los dones del Espíritu y que esperen recibirlos.

81. Tertuliano, Sobreel alma, 9.82. Tertuliano, Sobrela modestia, 21.83. Tertuliano, La monogamia, 1.84. Tertuliano, Sobre el bautismo, 20.5.

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118 LA ACCIÓN DEL Esp fRIru SANTO EN I..J\ HISTORIA

Aparentemente para Tertuliano esto es lo normal y esperableen una comunidad cristiana.

El testimonio de Tertuliano en cuanto a la vigencia yejercicio de los dones del Espíritu Santo y la operación pode­rosa de este en la vida de la Iglesia, es de sumo valor. Deberecordarse que le debemos a este hombre el haber acuñadoexpresiones tales como «trinidad», que han permanecido en elvocabulario teo lógico hasta nuestros días. A su agudeza comopolemista y profundidad como teólogo fijador de la doctrinaen occidente, debe agregarse su profundo corazón pastoral yextrao rdinaria sensibilidad espiritual. Esto último maduró enél todavía más a parti r de su compromiso más abierto con elmontanismo (cerca del año 207).85 Es quizás por esto que ensus escritos encont ramos más referencias a los dones del EspírituSanto que en cualquier otro auto r cristiano de la antigüedad.Además, la manera en que discute los dones, pone de manifies­to su involucramiento persona l en el ejercicio de los mismos,como no ocu rre con otros que también tratan con los dones .

Sin embargo , toman do en cuenta las fechas en que Tertu­liano escribió las varias obras aquí citadas, se puede concluirque la convicción de este padre en cuanto a los dones no fuealgo que llegó después de su compromiso con el montanismo.En realidad, su enseñanza y testimonio sobre la operaciónpoderosa del Espíritu en las iglesias con las que él estaba ligadoes bastante consistente tanto en sus obras más tempranas comoen las más tardías. De tal suerte que, como indica Kydd : «Losdones del Espíritu no fueron una fantasía pasajera en Tertulia­no, ni tam poco fueren novedades que fuero n descubiertas mástarde en su vida. El los conoció a lo largo de toda su carreraliterari a, y su alta estima por ellos jamás decayó » , 86

8S. Sobre el panicular, véase: H.J. Lawlor, -Th e Heresy of rhe Phrygians-,en Eusebiana, Clarendo n Press, Ox ford, 1912, pp. 108-135; R.G.Smith, «Tertullia n and Montan isrn-, Theology46 (1943): pp. 127-136 ;Douglas Powell, «Tenullianists and Cataphrygians-, vigiiiae Christía­nae 29 (1975), pp. 33-54.

86. Kydd, Charismatic Gifts ;tI the Early Church, 70.

HHfRODOXIA yDISlDfNCIA

11 En los primeros siglos de su existencia histórica,el cristianismo tuvo que confrontar crisis que seplantearon tanto en el frente externo como en elinterno. En e! prime ro, tuvo que defenderse del

judaísmo y e! paganismo, mientras que en e! segundo, losenemigos fueron el gnosticismo y el montan ismo. Estos últimosmovimientos tenían como pun to de partida el cristianismo,pero lo concebían y expresaban de manera diferente de lacorr iente troncal o católica. «Mientras los gnósticos eran par­ridarios de un cristianismo adaptado al mundo, los montanistaspredicaban la renuncia total de! mismo-e! No obstante, existeen estos grupos marginales o fuera de la ortodoxia cristianatestimonios abundantes de muchas prácticas cristianas simila­res a las de la iglesia neotestamentaria.

l. Quasten, Patrologfa, 1:243.

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120 LA ACCiÓN DEL ESl'lRJru SANTO EN LA HISTORIA HETERODOXIA y DISIDENClA 121

Sin embargo, las manifestaciones de tipo carismático pa­recen haber sido más comunes entre los grupos heréticos ydisidentes del segundo siglo, que en la iglesia católica enproceso de institucionalización . De todos modos, el hecho deque la heterodo xia haya «exagerado» el ejercicio de los caris­mas es prueba de que los mismos estaban vigentes en laortodoxia. En buena medida, la enorme difusión de algunosmovimientos cristianos marginales o heréticos se explica porel hecho de que los don es del Espíritu y sus manife stacione s noeran desconocidos por la generalidad de los cr istianos. Sobreel particular, Yves M.j . Cangar comenta : «Esta abundancia decarismas y el papel que se les atr ibuye ---especialmente al de la"profecía"~xplica que, cuando Montano comenzó a "pro­fetizar" hacia el año 172, se viera rodeado de una atención tanacogedora- A Algo similar podría afirmarse en relación con elgnosticismo y otros grupos heréticos.

En este capítulo, procuraremos analizar el ejercicio de loscarismas y otras manifestaciones sobrenatu rales en los sectoresmarginales del cristianismo y en aquellos fuera de los límitesde la ortodoxia. Lo haremo s tratand o de espigar elementoscristianos en la fe y la práctica de estos grupos, e intentandoleer más allá de su testimonio, las experiencias de los creyentese iglesias del cristianismo troncal.

Los gnósticos

Los gnóst icos fueron de los primeros y más destacadosherejes de todo este período. El Nuevo Testamento presentaevidencias de la infiltración de esta herejía en las primerascomunidades cristianas. Los gnósticos dividían a la humanidaden tres grupos: los neumáticos o espirituales, que eran loscreyentes verdaderos, capaces de alcanzar el «conocimientooculto» (gnosis), que había sido enseñado y transmitido ensecreto por los apóstoles y que son los únicos que se podían

2. Cangar, El Espfri tu Santo, 94.

salvar con seguridad; los síquicos o animales, que en el mejorde los casos «apenas»se salvaban por la fe y son intermediarios;y los búlicos o materiales, que no se salvaban porque no habíanrecibido la luz.3 Los gnósticos fundamentaban su doctr ina entextos como 1 Corintios 2.7, 14-15.4 Según ellos: «Muchosson los húlicos, no muchos son los síquicos,' y muy pocos sonlos espiri tua les- .r

A pesar de la enorme con fusión teológica de la mayorparte de sus planteas doctr inales y éticos, muchos gnósticosconservaron el fervor de la devoción cristiana primiti va y elénfasis sobre la vida espiritual que la caracterizaba. Si bien losgnósticos limitaron la obra del Espíritu Santo al reino delintelecto y la excluyeron de la natu raleza moral del ser huma­no, tuvieron una cierta inclinación a enfatizar sus operacionesespirituales. Con su dependencia del «don super ior» del cono­cimiento para comprender los «secretos del camino santo» y«las cosas profundas de Dios», los gnósticos fácilmente desta­caron la acción del Espíritu Santo, especialmente la vigencia yejercicio de sus dones.

En un tratado que lleva por título La interpretación delconocim iento, se discute la cuestión de los dones y la impor­tancia de su adecuado ejercicio dent ro de la Iglesia, el Cuerpode Cristo. Según Burgess:

Aparentem ente, el autor está escribiendo a una comunidadde creyentes gnósticos divididos por la cuestió n de los

do nes espi ritua les . Algun os de los qu e ejercían dones des­preciaban a los "igno rantes» qu e ca recían de gnosis. Otrossentían re senti mi ento cuando sus co mpañero s se rehusaban

a compartir sus do nes espi rituales, o envid ia cuando los

3. Ireneo, Cont ra hereifas, 1.6.1-2, 7.5. véase Luis M. de C édu, Historiade la literatura petnstíca, Editorial Nova, Buenos Aires, 1954, 154.

4. George H. Williams y Edith Waldvogel, ..A History oí Speaking inTongues and Related Gifts_, en The Charismatic Movement , ed. porMichael P. Hamilton WiIliam B. Eerdmans, Grand Rapids, 1975, 64.

5. Citado en Swete, The HoJy Spirit in the Ancient Church, 58.

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122 LA ACCIÓN DEL ESpíRITU SANTO EN u.. HISTORlA H"ETERODOXIA y DISIDENCIA 123

dot ad os ocupaban un lugar prom inente en la congrega­ci ón .e

El documento dice :

Además, es adecuado que [cada uno) de nosotros (goce) eldon que ha recibido de [Dios, y] que no estemos celosos,dado que sabemos que quien está celoso es un obstáculo ensu (propia) [senda]. dado que solo se destroza a sí mismocon el don y es ignorante de Dios. Deber ía regocijarse Iy]estar contento y participar de la gracia y abundancia o • • No[lo] consideres [ajeno] a ti; más bien, como a uno que estuyo , a quien cada uno [del tus miembros hermanos reci­bió. [Si] tú [amas a la Cabeza que los posee a ellos, tambiénposees a ese uno de quien es que estos derramamientos dedones existen entre los herrnanos.?

Los documentos gnósticos mencionan a casi todos losdones espirituales. Sobre profecía se dice: «é'Tiene alguien undon profético ? Compártalo sin dudar lo-es También hay indi­caciones de la práctica de glosolalia en las varias sectas gnósti­cas, y hay documentos que apare ntemente la atestiguan.?

En algunos documentos considerados gnósticos se en­cuent ran declaraciones en relación con la obra del EspírituSanto, que no están lejos de la ortod oxia. En lo que se conocecomo las Homilías y los Reconocimientos clementinas se afirma

6. Burgess, Ancient Christian Traditions, 40 .7. LA interpretación del conocimiento, 11.1.15-17, en James M. Robin­

son, ed., The Nag Hammadi Library, Harper & Row, Nueva York,1981, 432-433.

8. lbid.9. Véase, íbid.; 3.2.42, 43-44, 66, en Alexander Bchligy Prederik Wisse,

eds., Nag Hammadi Cadices lll, 2 and N , 2: The Cospel of theEgyptians, Nag Hamm adi Srudies 4, E.J. Brill, Leiden, 1975, 196-197,204. Véase también Charles W. Hedr ick, «Christian Motifs in theCospel of the Egyptians,., No llUm Testamentum 23 (1981): 251-252.

que «es el Espíritu de preconocimiento el que capacita alverdadero profeta a predecir hechos con precisión, cosa que elfalso profeta no puede hacer».10 Y agrega que «la llenura delalma con el Espíritu Santo está reservada para los salvados,después que han vivido bien aquí; y el efecto será abrirles todaslas cosas secretas y escondidas, sin que se formule una pregun­ta».lI En otros escritos gnósticos se indica que el Espíritu fuedado por Jesús a los discípulos con el propósito de abri r suentendimiento para recibir misterios. «Todas las generacionesos llamarán benditos, porque os he revelado estas cosas yvosotros las recibisteis de mi Espíritu y os hicisteis inteligentesy espirituales entendiendo lo que digo; y de aqu í en adelanteos llenaré con toda la luz y todo el poder del Espíritu».12 Enorros documentos se habla de un «bautismo del Espíritu Santo»diferente del bautismo en agua, e incluso de una «unciónespirirual-c U

En general, el gnosticismo prestó bastante atención alEspíritu Santo . No obstante, «si bien la mayoría de los sistemasgnósticos asignaron impor tancia a la obra del Espíritu, tantoen el bautismo como en la vida, su concepto de lavida espirituallos llevó a buscar la esfera de sus operaciones en el intelectomás bien que en la naturaleza moral del hombre. Por esta razónel tono total de la enseñanza gnóstica sobre el Espíritu difiereampliamente de la de los cristianos católicos en el segundo ytercer siglos».14

Es inter esante notar ciertas tendencia s al eliti smo gnós­tico en algunos grupos pentecostales y carismáticos actuales.Es decir, el concepto de que por el "bautismo del Espíritu

10. Homillas, 3.14.11. Reconocimientos, 2.21.12. Véase, Carl Schmidt, ed., Pistis sophia, E.J. Brill, Leiden, 1978; y J.H.

Petermann, Pístis Sophia, Berlín, 1851, 55.13. Véase, Carl Schmidt, ed., Koptisch-gnostische &hriften, ces, Berlín,

1905,195.14. Swere, The Holy Spírít in the Ancient Church, 66.

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124 LA ACCIÓN DEL ESpíRITU SAmD EN LA HISTOIUA H ETERODOXIA y DISIDENCIA 125

Santo »,15 han sido «iniciados» a un tipo de vida cristia nasuperior e introducidos a una dimensión más profunda de lafe que los demás cristianos. Algunos consideran que ellos sonlos verdaderos creyentes espiri tuales (eneumáricos»), si bien noniegan que otros cristianos ( éde segunda clase?) puedan sersalvos (esfquicos»). Para creyentes evangélicos fuera del perite­cosralismo y del movimiento carismático , esta actitud ha sidomás irritante que su emocionalismo o entusiasmo religioso.

Sin embargo, conviene tener en cuenta que hay una dife­rencia entre la act itud carismátic a y la gnóstica, ya que losprimero s ense ñan que el bautismo del Espíritu Santo -al igualque la salvación- es accesible a todos. Además, las sectasgnósticas no pon ían mucho énfasis en la glosolal ia, si bienusaban fórmulas de tip o mágico asociadas a la misma.te Losgnósticos jamás consideraron a las lenguas como una señal oevidencia de la admi sión a un círculo de iniciados. Pero en elpentecostalismo hay casos en que la gloso lalia es tenida comorito o exper iencia de iniciación.I?

Ma yormente, lo que pro vocó la reacción de muchospolemistas cr istianos contra los gnósticos fue el abuso de losdones espirituales, y no tanto su ejercicio. Ireneo describe a unseguidor de Valentino, de nombre Marcos, como un charlatánque se autoproclamaba profeta y decía que era capaz deconcede r a orros el don de profecía. Con su palabrería, «sededi caba especialmente a las mujeres, y aqu ellas que eran bien

15. En este libro se usa la expresión «baut ismo del Espíritu Santo- (y no"con" o «en» como correspo nde bíblicamente), porqu e es la más comúnen los medios penrecostales-carisrn áncos.

16. Hinson, .A Beief History of C losolaha-, 55.17. D.L Gelp i dice que el gnosticismo es un fenómeno que se presenta una

y otra vez en la escena religiosa. Véase Donald L Gelpi, PentecostalismrA Theofogical Viewpoint Paulist Press, Nueva York, 1971, 200 . Por suparte, Michael Harper, un líder carismático británico, adviene almovimiento contra el peligro de caer en el gnosticismo. Véase MichaelHarper, ..Are You a Gnosnc j- Lagos Joumal 40, Mayo-j unio 1972:42-43 .

criadas, y vestidas con elegancia, y de gran riqueza, a quienesél buscaba frecuentemente para arr astrarlas tras él» , 18 Casoscomo estos sirvieron para desacreditar manifestacio nes legíti­mas del po der del Espíritu Santo. «Uno puede suponer», señalaBurgess, «que tambi én resultaron en un creciente temor a lonovedoso y en una atmósfera menos receptiva hacia aquellosque decían caminar en el Espíritu y ejercer sus dones».19

Dentro del gnost icismo puede incorporarse a Marción (m.160). Natural de Sfnope, en el Ponto, su pad re fue ob ispo y élmismo hizo una gran fortuna como armador de barcos. Fue aRoma hacia el año 140, durante el reinado de Antonino Pío,yal principio se ligó a la comunidad cr istiana. Pero muy prontosus ideas suscitaron oposición, al puma que en el 144 fueexcomulgado. A diferencia de otros gnósticos, que fundaronescuelas, Marcín constituyó su propia iglesia, con una jerarquíade obispos, presbíteros y diáconos. La liturgia era muy seme­jante a las de la iglesia en Roma, con lo cual logró muchosseguidores.

No obstante, Marción puso a un lado al Espír itu Santodentro de su sistema de creencias. Con ello, Marción rechazócomo válida y necesaria toda acción o manifestación del Espí­ritu . Tertuliano lo ataca por su rechazo del don de profecía, locual, según él, significaba apagar al Espíritu.2o En otro pasaje,lo desafía a demostrar la validez de sus enseñanzas mostrandocuáles son los carismas que él y sus seguido res tienen. Y agrega:«Ahora, todas estas señales (de don es espiritu ales) se estánmanifestando de mi lado sin ninguna dificultad, y concuer dan,también, con las reglas, y las dispensacion es y las instruccionesdel Creador », 21 En definitiva, parece evidente «que el desafíode Marción a la iglesia institucional resultó en un test imonioclaro del funcionamiento continuado del Espíritu a través de

18. Ireneo, Contra herejias, 1.13.1-3.19. Burgess,Ancient Christian Traditions, 44.20. Tertu liano, ContraMarción, 5.15.21. lbid., 5.8.

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126 LA ACCIÓN DEL EsrlRJTU SANTO EN Ur.. HISTORIA H ETERODOXIA y DISIDENCIA 127

sus don es hacia fines del segundo siglo y comi enzos del rerce­ro ....22

Otro caso interesante es el de Teodoto (m. ca. 200) , unmiembro de la rama ori enta l del valentinismo. Valentino (m.160) fue un gnóstico muy influyente, que enseñó en Roma ca.136-ca. 160. Sabemos de Teodoto a través de Clemente deAlejand ría, que escribió co ntra él y los valentinos . En losStromata de Clemente hay, a modo de apéndice, algunas citasde escritos de Teod oto, qu e tratan de los misterios del bautis­mo, de la euca ristía del pan y del agua, y de la unción, co momedios pa ra libra rnos de la dominación del pode r del malig­00. 23

En un pasaje inreresanre atribuido a Teodoto, leemos losiguiente: ..Los valent inos dicen que el Espíritu excelente quecada uno de los profetas tenía pata su ministe rio fue de rramadosobre todos aqu ellos de la Iglesia. Por lo ranro, las seña les de!Espíritu. sanidades y profec ías, están siendo llevadas a cabo po rla Iglesia_.2-4 Aparentemente, Te odoro está diciend o aquí quee! Espíritu Santo que inspi ró a los profetas del Antiguo Tes ta­mento es el mismo que en sus días se estaba derramando sobrela Iglesia. Así lo interpreta Kydd, quien señala: ..A partir delhecho de que profecía y sanidades todavía se encont raban enla iglesia, cosas estas que habían caracterizado los ministeriosde los pro fetas. Teodoro puede estar arguyendo que era elmism o Espíritu el que estaba detrás de estas cosas en ambaseras_.25

Así, pue s. según e! gnóstico Teodorc, había una suerte deco nt inuidad entre el minister io carismático de los profetas dela antigüedad y los ministerios carismáticos de la iglesia de susdías. POt cierto, en las referen cias de Teodoro, la iglesia no esotra cosa qu e la ..asamblea de los elegidos», lo cual presupone

22. Burgess, Am:ient Christian Traditions, 46.23. Quasren, Patro/ogfa, 1:254.24. Clemente de Roma, Excerpta ex Theodoto, 24.1.2$. Kydd, Chansmatic Gifts in tbe E,arfy Church, 50.

que se trata de comunidades valentinas y no de la iglesiacaeollca.zs Sea co mo fuere. e! testimoni o de Teod oro es evi ~

de ncia de que las seña les de! Espíritu , y los dones de profecíay san idades estaban en operación en las comunidades valenti­nas orientales en la segunda mitad del segundo siglo. Esprobable que en algunas partes, e! ejercicio de los donesespir ituales por parte de cristianos hete rodoxos o marginaleshaya movido a aq uellos más ligados al cristianismo histórico ocató lico a un cierro rechazo de los mismos, o por lo menos , auna cautela vigilante respecto de su promoción y ejerciciopleno en las iglesias.

Montano y los mo ntanistas

En Montano y los montanistas encontramos uno de loscasos más interesantes para nuestro estudio. El montanismo esun segundo movimiento de la iglesia primitiva en e! que seatestiguan manifestaciones de carácte r carismático. Este movi ­miento puede ser conside rado como un precursor primitivode! penrecostalismo actual. al menos en algunos aspectos,como su énfasis en la presencia activa del Espíritu Santo en laiglesia viviente . Apareció en Frigia alrededo r del año 160,cuando Montano (ro. ca. 179) y dos profetisas, Priscila y M axi­milia , protestaron co nt ra e! formalismo y laxitud creciente dela Iglesia, la declinación de los dones car ismáticos, la crecienteclerical izaci ón del ministerio, y la pér dida de la ex pectativa porla Segunda Venida de Cristo. Debe tene rse en cuenta queMo ntano y su movimiento nos son conocidos exclusivam entea trav és de fragmentos en escritos ami-montanistas, y por unospocos dichos de Montano y sus primeros seguido res registra.dos por polemis tas católicos.

Probablemente el primero en condenar al montanismohaya sido el obispo Eleuterio (174·1 89) . Eusebio afirma qu e

26. F.M .M. Sagnard, La gnose vaientinienne et le témoignage de St. l reneeLibrairie Philosophique J.Vrin, París, 1947,302·303. '

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128 LA ACCiÓN DEL Es píRITU SANTO EN LA HISTORIA HETERODOXIA y DISIDENCIA 129

allá por elaño 177 Ó 178, este obispo de Roma recib ió a Ireneo,quien le entregó dos cartas sobre el mo ntanismo. La primeraera de la comuniad cristiana de Lyon; la segunda, de losmártires de Lyc n. Parece que am bas cartas abogaba n po r quelos mo nta nistas fue ran tratados con más consideraci ón.s? Noobstante, Eleurerio lanzó en co ntra de ellos una declaraciónescrita, apa ren remenre muy virulenta .

Otro opositor del montan ismo fue el octavo obispo deAntioquía , Serapi6 n. Su episcopado coincide, más o menos,con el reinad o de Seprimio Severo. Su carta a Poncic ya Carteetrata del montan ismo, y afirma que - la llamada nueva profecíade este o rden falso es abominada en [Oda la cristiandad, en elmundo entero ...28 La declaración es algo exagerada, perotestifica de la actitud hostil del cristianismo en proceso deinstitucionalización co nt ra el movimiento montanista.

Q uizás nadie fue más adverso al montanismo que elinfluyente Eusebio de Cesárea, quien presenta una evaluaciónmuy negativa de M on tano en su Historia eclesiástica:

Un convertido reciente, llamado Montano, debido a suinagotable deseo de liderazgo, le dio oportunidad al adver­sario en su contra. Y se puso de su lado, y estando repen­tinamente en una especie de frenesí y éxtasis, deliró ycomenzó a musitar y decir cosas extrañas, profetizando demanera contraria a la costumbre constante de la iglesiatransmitida desde el comienzo por la tradición. Algunos delos que escucharon sus declaraciones espúreas al tiempoque estaban indignados, y lo reprendían como a alguienque estaba poseído, y que estaba bajo el control de undemon io, y que era guiado por un espíritu engañoso, yestaba desviando a la multitud , y le prohibieron hablar,recordando la distinción hecha por el Señor y su adver­tencia de guardarse vigilantes contra la venida de falsos

21. Eusebio de Cesárea, Historia edesiJstica, 5.3.4,28. Ibid., 5.19.2.

profetas. Pero otros imaginándose poseídos del EspírituSanto y de un don profético, se exaltaron y se engrieron nopoco; y olvidando la distinción del Señor , desafiaron alespíritu loco, insidioso y seductor, y fueron engañados yseducidos por él. Como consecuencia de esto, él ya no pudoser mantenido bajo control , como para mantenerlo ensilencio... Y él además entusiasmó a dos mujeres y las llenocon el espíritu falso, de modo que ellas hablaron salvaje,irraciona l y extrañamente, como Montano mísmo.zs

OtrOoposi to r (anónimo) del montanismo cita a M ildades(m. 193), que se refiere a su vez a un profeta montanistallamado Alciblades, señalando que ..un profeta no debe hablaren éxtasis», corno aparentemente lo hada) O Es interesantenotar que esta es la prim era denuncia conoci da en contra de laprofecía extática. Epifanio de Salamina (ca. 315-403) acusa aMo nta no de pretender haber recibid o revelaciones nuevas delEspí ritu , superiores a las que la iglesia católica ya poseta y queestaban registradas en las Escriruras. Asterio Urbano, lo descri­be corno alguie n que ten ía una excesiva lujuria d e alma y quehabía abandonado la fe a fin de prostitu irse con el error.tt

Algunos crfricos del montan ismo levantaban acusaciones,aparentemente falsas, con el fin de descalificar a sus líderes yal movimiento. Tal es el caso de Apolonio, obispo de Asia, aquien se refiere Jerónimo, en estos términos:

Apolon io, hombre de muchísimo talento, escribió contraMontano, Prisca y Maximila una obra notable y extensa.En ella dice que Montano y sus insensatas profetisas mu­rieron ahorcados, y muchas otras cosas, entre las cualeshaylo siguiente sobre Prisca y Max imila: ..Si niegan que hanrecibido regalos, que confiesen que los que los reciben no

29. Ibid., 5.16.11.30. Citado por Eusebio en Ibid., 5.17.1.31. Asrerio Urbano, Tres libros contra los montanistas, 2.

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130 LA ACCIÓN DEL Es rlRlTIl SANTO EN LA HISTO RIA H ETERODOXIA y DISIDENCIA 131

son profetas, y yo produciré un millar de testigos queprobarán qu e ellas recib ieron, en efecto, donativos, porquees ciertamente por ot ros frutos que demuestran ser profetaslos que 10son de verdad. Dime, étiñe un profeta su cabello?¿Mancha un profeta sus párpados con antimonio? ¿Seadorna un profeta con ricas vestiduras y piedras preciosas?éj uega un profeta a dados y a tablillas ? ¿Acepta la usura?Que respondan ellas si estas cosas están permitidas o no,que mi tarea será demostrar que ellas las hacen ".32

Es probable que Tertuliano haya escrito un séptimo libropara responder a estas acusaciones falsas, mientras que otrosescritos suyosque también se han perdido, trataban de los donesde profecía y el éxtasis que caracterizaba a los montanistas.U

El montanismo enfatizaba especialmente el don de profe­cía. Montano se creía un instrume nto especial del Paradeta,que daba comienzo a una nueva dispensación del Espíritumediante sus dones proférlcos.a- Él y sus seguidores afirmabanque Dios hablaba a través de ellos y se consideraban receptácu­los vivientes del Espíritu Santo , e incluso aparentemente suencarnación.as De allí que el don de profecía fuese el másenfatizado por los montanistas, quienes se llamaban a sí mis­mas «lanueva profecía-cae Según ellos, Dios hablaba a la Iglesiaa través de profetas y profetizas inspirados, cuya autor idaddebía ser seguida en lugar de la de los obispos, que carecían depoder. Quizás este ejercicio característico de! pro fetismo ins·piracionista es lo que provocó las mayores críticas por partedel cristianismo católico tradicional. Muchos obispos de AsiaMenor se opus ieron al movimiento, y algo similar ocurrió enRoma cuando se extendió allí.

32. Jerónimo, De vms illustribus, 40 .33. Quasten, Patrología, 1:596.34. Heinz Kraft, ..Die altkirchliche Prophetie und die Entstehung des

Montanismus-, Theologisches Zeit schrift 11 (1955): 249-271,35. Labriolle, LAcrise montan iste, 54 1.36. íbid.

No obstante, la oposición no fue tanto contra el ejerciciodel don de profecía, como a la manera en que los montanistaslo ejercían. Eusebio cita a un escritor anti-montanis ta, quellama la atención a la manera antinatural en que Montanoprofetizaba, dejánd ose llevar por un éxtasis frenético, mientraspronunciaba palabras ininteligibles, más como si fuese unenergúmeno que como un verdadero profeta. De igual modo,sus seguidoras profetizaban y hacían predicciones sobre e!fururo.s?

Por otro lado. en las fuentes anti-mo nranisras hay confu­sión en cuanto al lugar de la profecía y ot ras declaracionesexr áticas ent re los seguidores de la Nueva Profecía. De un ladose los acusa de practicar estos dones, y del otro. se los acusatambién de querer su terminación o consumación. Según As­terio Urbano: «El apóstol [Pablo] considera que el don deprofecía debería permanecer en toda la Iglesia hasta el tiempodel advenimiento final. Pero ellos no son capaces de mostrarel don como estando en posesión de ellos incluso al tiempopresente. que es apenas e! año décimo cuarto después de lamuerte de Max imilia».38

Por su lado, Ireneo señala que los montanistas rechazabanel don de profecía. Ellos «desprecian e! don del Espíritu»,indica Ireneo, porque se mantienen alejados de la Iglesia, y noaceptan el don de profecía según es ejercido en la iglesiacatólica. En definitiva, con su actitud, terminan por liquidar yquitar el don de la lglesia.t? Según Burgess:

Bien puede ser que Asterio Urbano perciba una declinaciónen los carismas entre los montanistas tardíos y que Ireneoesté reaccionando contra el rechazo montanista de lo queellos percibían como una profecía "falsa» en la iglesiacatólica. Qu izás los montanistas inicialmente vieron a las

37. Eusebio, Historia eclesiástica, 5.16.38. Asterio Urbano, Tres libros contra los montanistas, 10.39. lrenec , Contra bereitas, 3.11.9.

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132 LA ACCIÓN DEL EspfRITU SANTO EN LA HI STORIA HETERODOXIA y DISIDENCIA 133

pro fecías de Mo ntano y sus sacer dotisas como finales y solodespués de algunas décadas intentaron imitar a sus funda­dores... No obstante, Asterio Urbano, Ireneo y Eusebioconcuerdan en que la iglesia tro ncal de fines del segundosiglo y principios del tercero ten ía un ente ndimiento clarode que el don de pro fecía iba a continuar hasta la «venidafinal», la parousía. Además, no parece pro bable que losmontan istas hayan estado dispuestos negativamente haciala profecía, dado que fue su ejercicio del don profético loque suscitó la cont roversia. Bien puede ser que ellos reac­cionaron contra pro fetas fuera de su movimient o, especial­mente si tales individuos respondían negativamen te al mon­tan ismo en el proceso.eo

La glosolalia también estaba presente en el montanismo,y a los más conservadores su práctica pública les parecíaescandalosa. Hay tres pasajes en la acusación de Apolinariocontra el montanismo. según Eusebio. en los que parece des­cribirse el ejercicio de algún don de revelación a través delenguas espirituales. Un pasaje dice que Montano «deliró ycomenzó a musitar y decir cosas exrrañas -r'!

Otro señala que Priscila y Maximilia «hablaron salvaje,irracional y extrañamente. como Montano mismo ».42 Y aunotro d ice: «Ellos nos llamaron "asesinos de profetas" po rquenosotros no recibiríamos a sus pro fetas lenguaracesc-u Nóteseque en los tres casos se trata de un habla inusual. incomprensible,

40. Burgess, Ancient Christian Traditions, 50-5 1. Para una opin ión diver­gente, véase, David F. Wright, ..Why Were the Montanists Condem­ned?- Themelios 2 (l976): 15-22. Según este autor, el problema fueque los montanistas insistían en ejercer los carismas en un tiempocuando la cristiandad estaba poniendo el énfasis sobre el oficio y elorden en la Iglesia. Una cristiandad institucionalizada seguramente seiba a oponer a toda forma de cristianismo carismático.

41. Eusebio, Historia eclesidstica, 5.16.42. Ibid.43. Ibid.

extraña. y considerada como impropia pata ser expresada enpúblico. La palabra griega que se util iza para describir el hab lade estos profetas en el tercer pasaje (tr aducida por mí como..lenguaraces») es ametrcph ónous. El vocablo puede traducirsede varias maneras, de modo de calificar a estos profetas comolocuaces, de lengua irrefrenable, de un hablar incansable ylargo, o de hablar mucho y con frecuencia.e't Sin embargo, esmuy probable que la expresión describa a profetas que comu­nicaban sus mensajes mediante glosolalia.O

Además. los montanistas eran acusados por las manife sta­ciones de desborde que distinguían a sus cultos: sobresaltosconvulsivos, gritos, enajenación del juicio, caídas, pérdida decontro l corporal. etc. También criticaban, no sin bastantesprejuicios e intencionalidad, su calidad de vida, el espírituaparentemente interesado de los nuevos profetas, y su inspira­cionismo. No obstante, Montano exho rtaba a las iglesias a usarlos dones carismático s y a vivir un estilo de vida ascét ico. Sumensaje era : «T ienen la obligación de acoger los carismas-e-sEstas vivencias espirituales eran acompañadas de un fuerteénfasis sobre la ética personal y colectiva. Los montanistaspreconizaban un ascetismo estricto y ayunaban mucho.

Prob ablemente, mucho más que el ejercicio del don pro ­fético, la glosolalia y sus posibles excesos, lo que realmenteexasperaba del montanismo a la iglesia católica era la severidadde su ascetismo y su disciplina interna. Lo que era verdade ra­mente nuevo y escandaloso de la Nueva Profecía era que suascetismo riguroso era el resultado de una serie de profecías,que ellos consideraban como una revelación final de la verdad

44. Este es el único lugar en toda la literatu ra griega en que se ut iliza estetér mino, lo cual hace más difícil su traducció n precisa. Véase G.W.H.Lampe, A Patristie Greek Lexicon, At the Clarendon Press, Oxford,196 1, 88.

45. Véase Latourette, Histon'a del cristianismo, 1:173; Labriolle, La crisemo ntaniste, 171; y Emile Lombard, ..Le monranisme er l'in spiration»,Revue de Théologie et de Philosophie 3 (1915): 299.

46. Labriolle, La crise montaniste, 136.

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134 LA ACCiÓN DEL ESpíRITU SANTO EN lJ\ HISTO RIA HETERODOXIAy DISIDENCIA 135

de Dios a la humanidad. Esta revelación nueva parecía superaren autori dad incluso las enseñanzas de Jesús y los após toles. Aesto se sumó un fuerte sentido de exclusividad, que sosteníaque solo la «iglesia del Espíritu » podía perd onar pecados, y nola «iglesia que co nsiste de un número de obispos-e'?

El montanismo era también apoca líptico, y enseñaba queel milenio de Cristo era inminente. La inminenc ia escatológicay el descenso de la Nueva Jerusalén celestial en Pepu za (Frig ia)eran parte de su prédica. Por este fuerte énfasis escato lógico,durante un tiempo prohibieron los casamientos. El rigo rismoético. junto con el profetismo, la contestación sectaria, y elénfasis escatológico resultaron elementos muy atractivos paramuchos cr istianos sinceros . Pero, por otrO lado, este mismoascetismo apocalíptico, unido a un fuerte exclusivismo, y a latend encia a atacar sin misericordia al tradiciona lismo, y alcreciente clericalismo y secularismo de la iglesia tron cal, hicie­ron del montanismo un blanco inevitable para las crít icas másseveras y el rechazo más categórico.

No obstante, el montanismo tuvo una gran difusión einfluencia, no po rque int ro ducía algo nuevo a la vida y prácticade la iglesia, sino porque enfa tizaba o reavivaba algo que yaexistía . Aun sus cr íticos más encarni zados, como Eusebio,debían admitir:

Fue en este mismo tiempo, en Frigia, que Montano, Alci­bíades, T eodoto y sus seguido res co menza ro n a ad quiriruna repu tación muy difundida como profetas ; pu esto quenumerosas otras manifestaciones de los dones mi lagrososde Dios, qu e todavía oc urr fan en diversas iglesias, llevó amuchos a cree r que estos ho mb res también eran proferas.ea

47. Tertuliano, Sobre la modestia, 21.48. Eusebio, Historiaeclesiástica, 5.3. Véase RonaldA. Knox,Enthusiasm:

A Chapter in the History 01 Re/igion-With Specia/ Reference to theSeventeenth and Eighteenth Centuries At the Clarendo n Press, Oxford,1959, 25-49.

Es difícil evaluar el montanismo po rque no hay muchainformación dlsponible.s? El movimiento original en Frigiaaparentemente se desarrolló casi al bo rde de la ortodoxia. Ami juicio pe rsonal, el montanismo fue más un mov imientodisidente qu e una expresión de heterodoxia. Según sus opcsi­rores y críticos, este montanismo frigio era sabeliano. Ladeclaración de Maximilia, según el registro de Eusebio, «Yosoy palabra y espír itu y poder.. suena a sabelianismo.Jv Noobstante, el ascet ismo mo ntanista atrajo a un hombre de la tallade Tertul iano de Cartago (155·220), allá po r el año 202 .Tertuliano fue un declarado opositor del sabelianismo, al queligó con el rechazo de la Nueva Profecía.J! Este padre de laiglesia en el norte de África ingresó al movimiento dos gene­raciones despu és de su fundación, y luego de una seria consi­deración del mismo. Tertu liano fue el más grande de los padresoccidentales y consideraba que el montanismo era ortodoxoen su doctrina y práctica ascética. Como ya se indicó, en sucontroversia contra Marción (que era gnóstico), Te rtuliano lodesafió a presentar evidencias de los dones del Espíritu ent resus segu ldores. t z

No es fácil evaluar la natu raleza real del mo ntanismocomo movimiento espiritual. Las op iniones var ían. ss Según

O . Para un análisis más actual en la investigación sobre el montanismo,véase: F. Blanchetiere, -Le montanisme originei-, Rellue des SciencesRefigieuses 52 (1978): 118-134 y 53 (1979): 1-22. Véase tambiénBernard L Bresscn , Studies in Ecstasy, Vantage Press, Nueva York,1966, 27-30¡ Cecil M. Robeck, Jr., -Montamsm: A Problematic SpiritMovement-, Paracfete 15, Summer 1981, 24·29.

so. Eusebio de Cesárea, Historiaeclesiástica, 5.16.SI. Tertu liano, Contra Praxeas, 1.52. Véase Tertul iano, ContraMarci6n, 5.8.B. Hay autores que descalifican totalmente al montanismo. Knox, Enthu­

siasm, 25-49, lo considera como un craso ejemplo de fanatismo reli­gioso. Otros auto res lo exaltan en demasía, especialmente algunosescritores pentecostales y carismáticos, sin tomar en cuenta crít icamen­te sus enseñanzas y su lugar en la iglesia antigua. Véase M.F.C.Parmentier, -Montanisme' als etiket voor religieus eruhousiasme-,Netherlands Theofogisch Tiidschtitt: 32 (1978): 310-3 17.

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136

S6. WiIliams y Waldvogel, «A History 01 Speaking in To ngues-, 80.

la tradici ón mayo r ha levantado su voz de crítica y rechazo , yse ha manifestado con oposici6n y repudio, sin evaluar sufi­cientemente la acció n del Espíri tu Santo a lo largo de lahistoria.

Juan Wesley, el fundado r del metodismo, con sideraba aMon tano como uno de los mejores cristianos de su tiempo y alos montanistas como creyentes auténticos y brblíccs.te Eldesarro llo del montanismo es un testimonio incuestion able deque un buen número de carismas (dones de gracia), según sedescriben en 1 Corintios 12-14, todavía se ejercían en el tercersiglo. Co mo vimos, Ter tuliano los cons ideraba como evidenciaválida y pru eba de autenticidad de su propia fe en o posici6nal hereje Marcién. Sin embargo, a partir de aquí, los dones deprofecía y lenguas aparentemente comenzaro n a decl inar. Ter­ruliano ejerció una gran influencia sobre el montanismo, qu een el norte de África llegó a conocerse como «terrulianismo » ,

Con Tertu liano, el montanismo perdió su carácter sectario . Porotro lado, el énfasis cayó sobre el ascetismo más qu e sobre elcarácter extá tico. La teología de Tertuliano era o rtodoxa, yesto hizo más potable su montanismo. Pero él creía que lacomunicación directa de Dios con los hombres no había ter­minado con la era de los apósto les y que su revelaci6n cont i­nuaba.

El montanismo fue un avivamiento tem prano, que exhor­tó a la Iglesia a un mayor celo y consagración. Pero, en raz6nde que Montan o y sus profeti sas aparentemente habían caídoen algunos excesos espirituales y no permitieron que los donesde profecía fuesen evaluados por Otros (d . 1 Corintios 14.29),los dones más sobrena turales cayeron en descrédito . SegúnIreneo de Lyon, el error de muchos en sus propios días fue que,en su rechazo de los excesos montanistas, terminaron porrepudiar el Evangelio de Juan, que era el preferido de ellos ytodo ejercicio legítimo del don de profecía.

LAACCIÓN DEL EsplRfTU SANrD EN L\ HISTORlA,

algunos, se trató del resurgimiento de una trad ición mo ribun dade profecía cristiana fren te a la creciente insti tucionalizaciónde la iglesia. Burgess señala:

Cuando la profecía estaba en la cúspide no había unaorganizació n fija y rígida en la Iglesia. Para el tercer siglo,la vida espiritual libre, espontánea e impetuosa estabadando lugar a una iglesia que rápidamente estaba desarr o­llando una regla de fe fija y un canon de oráculos divinoscerrado, gobernada por un orden de obispos establecidospor una regla de sucesión externa. El profeta que goberna­ha por revelación estaba dando lugar al obispo que gober­naba con autori dad. El ejercicio libre y espontáneo de loscarismas estaba siendo reemplazado por un sistema infle­xible de forma y ritual. En este medio ambiente era impo­sible para la Nueva Pro fecía existir lado a lado con el nuevoorden sin expe rimen tar gran tensió n.H

Según otros, el montanismo no fue más qu e una instanciatemprana de los movimientos apocalípticos que han emergidode tiempo en tiempo en la historia cristiana.Jt La histo ria delcristianismo está llena del test imonio de voces proféticas, quese han pronunciado en los círculos de la trad ición menor de laiglesia, y muchas veces en las expresiones marginales o disiden­tes de la fe cristiana. El celo reformador y apocal íptico de laNueva Profecía, basado en la convicci6n del inminente einmediato retorno de Cristo, la consumación de los tiempos yla con siguiente demanda de santidad de vida ha encontradoeco en muchos movimientos cristianos, como los no vacianos,donat istas, valdenses, anabaurisras, metodi stas y, más reciente­mente, en los movimien tos de santi dad, pentecostal, carismá­tico y de renovación. En estos casos también, la oposición de

H. Burgess, Aná tnr Christian Tradit íons, 52.H. Robin Lane Fox, Pagans and Christians, Inglaterra, Harmondsworth,

1988,404-410.

HETERODOXIAy DISIDENCIA 137

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138 L\ ACCiÓN DEL EspíRITUSANTO EN lA HISTORIA H ETERODOXIA y DISIDENCIA 139

Otros, a fin de pod er anular el do n del Espíritu, que en losúltimos tiempos ha sido, por el buen plac er del Padre,derramado sobre la raza hum ana, no admiten ese aspecto[de la dispensación evangélica) que presenta el Evangeliode Juan, en el que el Señor prometió que Él enviaría alParad ero; sino que de una vez dejan de lado tanto alEvangelio como al Espfritu proféríco.s?

La lucha de la joven iglesia contra el gnostic ismo y otrasherejías era cuestión de vida o muerte. Esta lucha, de algúnmodo, afectó también la actitud de la iglesia católica haciacualquier forma de disidencia, en particular, el montanismo.En este confl icto. Tertuliano enseñ ó que solo la iglesia instiru­cional tenfa el derecho y el poder de interpretar la Biblia. Peroesto abrió el camino para consagrar un grave error: la autori­dad docente de la iglesia se concentró en el oficio episcopal.El obispo fue considerado como el depositario de la sanadoctrina apostólica y los creyentes perdieron su libre acceso altexto bíblico y a su interpretación bajo la guía del EspírituSanto. Como señala Yves M.J. Ca ngar: «La Iglesia cató licaten ía que rechazar la "nueva profecía" . Pero esto traía consigoun peligro, el de concebir y edificar la vida de la Iglesia sincarismas y sin Espíritu Santo•.58 Esto ocur rió especialmentedurante la primera mitad del tercer siglo, gracias a las enseñan­zas de Cip riano de Cartago (m. 258 ). Según él, la esencia de laIglesia estaba determinada por la jerarquía episcopal, y no porla vida y participación en el Espíritu Santo . Carisma y oficioeclesiástico se polarizaron debido a la lucha contra la herejía,y la dimensión carismática perd ió la partida en favor de laestructu ra eclesiástica jerárquica.

Según el teólogo cató lico romano Kilian McDonnell, elmontanismo sacó de quicio a la Iglesia: ..La Iglesia reaccionóal exceso (del montanismo) con tal vigor extremo, que rodas

S7. lreneo, Contra here;fa5, 3.11.9.n . Congar, El &pfritu Santo, 95.

las manifestaciones carismáticas fueron consideradas com o casiherejías. La Iglesia jamás recuperó realmente su balance des­pués que rechazó al rnontanismo - vt t En los siglos que siguie­ron, cualqu ier avivamiento espiritual era desacreditado hacien ­do refe rencia al antece dente histórico del montanismo. Laiglesia establecida rechazó los fenómenos carismáticos por suprejuicio anti-monranista, de la misma manera que siglos mástarde rechazó el bautismo de creyentes por su prejuicio anti­anabautista.

Paul Tillich concuerda en evaluar la victo ria del cristianis­mo católico sobre el mon tanismo como una gran pérdida parala Iglesia:

La iglesia cristiana excluyó el montan ismo. Sin embargo ,su triunfo sob re ese movimiento también significó unapérdida. Dicha pérdida se ve en cuatro aspectos: 1) Elcanon tr iunfó sobre la posib ilidad de nuevas revelacion es.Lasolució n propuesta por el Cuarto Evangelio en el senti­do de que habrá visiones nuevas, siempre por deba jo de lacrítica del Cristo, se reduce en poder y en significa do. 2)Se con firmó la jerarquía tradicional contra el espíritu pro­fético. Esto significó que el espíritu profético quedó casiexcluido de la Iglesia organizada y tuvo que escapa r amov imientos secta rios. 3) La escatología se hizo men ossignifica tiva de lo que había sido en la edad apostól ica. Elsistema eclesiástico adquirió mucho mayor importanci a. Laexpecta tiva del fin se redu jo a una advert encia a cadaindividuo en el senti do de que se pre parara para su fin quepod ía llegar en cualquier momento. La idea de un final dela histo ria no volvió a tener peso en la Iglesia despu és deaquel momento. 4) Se perdió la disciplina estr icta de losmontanistas da ndo lugar a una laxi tud crecient e dentro dela Iglesia. En este aspecto, también sucedió algo que se ha

59. Citado en Vinson Synan, ed., Aspect5 of Pel1teco5tal·Charismatic Or;·gil15, Lagos International, Plainfield, Nueva Jersey, 1975, 34.

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repetido con frecuencia en la historia de la Iglesia. Apare­cen gru pos pequeños con una disciplina estricta; se los miracon sospe cha; forman Iglesias más gran des; luego pierdenla disciplina original.60

l!no podría co~c1uir esta parte diciendo que cualquierparecido con la realidad presente no es pura casualidad. Noobstante, a los propósitos de la tesis del presente libro, noquedan ,dudas. de que en la segunda mirad del segundo siglo,las manifestaciones del Espíritu Santo, el ejercicio de los donesespirituales, y ot rasexpresiones decarácter car ismático estabanvigentes no solo en la cristiandad católica, sino también enaquellas comunidades ligadas a la heterodoxia y especialmentea la disidencia y el secrarismo cristiano de aquel ento nces.

60. Paul T illich , Pensamiento cristiano y cultura en occidente, vol. 1: Delos orfgenes a la Reforma, Editor ial la Aurora, Buenos Aires 1976,71-72. '

OPOSICiÓN YfUENTES hPÓCRlfhS

[1 a mo ya hemos indicado, una buena cantidad dematerial relacionado con las manifestaciones delEspíritu Santo nos vienen de auto res que se opu­sieron encarn izadamenre a las mismas o no com­

prendieron adecuad amente su significado. El investigado rdebe mirar por detrás de la po lémica, el prejuicio, los precon­cepros, y el calo r del debate para poder discernir objet ivamentequé pensaban y had an aquellos que son señalados como herejeso fuera de la sana doctrina y práctica de la fe. Algo similarocur re con las fuentes paganas o aquellas otras que fueronestimadas como fuera de la corriente literaria aprobada por lacristiandad católica. En el caso de la literatura cristiana apócri­fa, conviene recordar que se trara de la «literatu ra popularcristiana»de aquel entonces. Quizás no sea una fuent e primariade mucho valor, especialmente en relación con los após toles,pero sí lo es en cuanto a sus autores y lectores inmediatos . En

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ta l sentido, es un material muy rico en cua nto al testi mon io dela obra del Espíritu Santo en las iglesias)

La oposición más fuerte al cristianismo estuvo repre.sentada por varios au tor es paganos, que conci bieron a la nuevafe como una supe rstición baja y propia de gente ignorante. Enel pensamiento de ellos, el cristia nismo era poco menos queuna excrecencia del juda fsmo, que ya de por sí era evaluado demanera negat iva en el mundo greco-romano. Los ataquesintelectuales a la fe de Cristo se multi plicaron, generalmenteexage rando algunas de sus ideas y prácticas, cuando no inven­tando abusos y delitos morales. Los cristianos del segundo ytercer siglo se vieron some tidos a un juicio severo por parte dequienes, llenos de prejuicios, los veían con extrañeza y an imo.sidad. En parte, esta cierra cuota de rechazo resultaba de laigno rancia del verdade ro carácter del cristianismo y sus prác­ticas, como también del temor que este inspiraba con susdemandas rad icales y su actitud crítica hacia la cultura predo­minante.

A pesar de su carácter agresivo, denigratorio y con dena­torio, los señalamientos de las fuente s paganas adversas con s­titu yen un testimonio ind irecto de la fe y las prácticas de loscristianos pr imitivos. En estos testimonios hay bastante mate­rial para analizar en relación con las manifestaciones delEspíritu Santo. Lamentablemente, solo unos pocos escritos deestos aut ores paganos han llegado hasta nosotros. A Otros losconoce mos mayo rmente a través de au tores crist ianos queprocuraron refutarlos.

1. lamentablemente, los textos y los comentarios de esta literatura fuerontrabajados por eruditos que desestimaron co mo ajenas al crist ianismoortodoxo toda manifestación de carácter carismático. Razón por lacual, todo hecho sobrenatural fue tenido como fantasioso, imaginario.y propio de la literatura apócr ifa, al margen de la ortodoxia. En sumental idad raciona lista y gobernados por criterios cientificisras, estoseruditos no pudieron valorar adecuadamente la riqueza testimonial deesta literatura en relación con la acción del Espíritu Santo en medio ya travésde su pueblo.

Algo similar ocurre con la literatura cristiana apócrifa. Amedida que se iban escrib iendo, editando y tr ansmitiendo losescritos que más ta rde llegaron a constituir el canon de lasescritu ras cristianas, se fue produciend o paralelamen te y conposterioridad una cantidad considerable de literatura. Estematerial, al igual que los escritos canónicos, tenía el propósitode preservar la memo ria de los hechos, palabras y carácter deJesús y los apóstoles. Muy pronto se vio que la trad ición oralco rría el riesgo de perderse en razón de la expansión explosivadel evangelio, o pod ía ser distorsionada por las nacientesherejías o sincretismos que desde temprano amenazaron laintegridad de la fe cristiana.

No falta ro n auto res bien intencionados que quisieronagregar dramatismo o color a los relatos fundacionales delcristianismo. Grandes lagunas de info rmación parecían quedarabiertas en los materiales que pasaron al canon neotestamen­rario, y algunos se sintieron en la obligación de llenarlas. Es asícomo comenzaron a aparecer escritos que ofrecían detallessobre episodios no relatados en los evangelios canónicos encuanto a la vida de Jesús o no comentados en los Hechos delos Apóstoles en cuanto al ministerio de estos. «Apócrifo .. estranscripción de un adjetivo griego que significa «oculto .. o..esco ndido», y se refiere a aquellos libros de tema y títuloto mados del Nuevo Testamento, pero que no han sido adm i­tidos en el canon bíblico. Estos mater iales son de origencristiano, aunque no siempre en línea con el cristianismohistó rico o troncal. La mayoría de ellos fueron escritos engriego, y comprenden los mismos géneros literarios del canonneo testamenrar io: Evangelios, hechos, cartas y apocalipsis.

Estos tex tos son de valor para nuestra investigación, yaque ilustran gra ndemente el ambiente judeo-cristianc en quenacieron y, en algunos casos, confirman la vigencia de lasmanifestaciones del Espíritu Santo en las comunidades en lasque eran lerdos y apreciados. De especial valo r testimoni al sonlos Hechos apócrifos, que incluyen varias obras, como losHechos de Pedro, Hechos de Pablo, Hechos de Pedro y Pablo,Hechos deJuan, Hechos de Andrés, Hechos de Tomás, Hechos

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escandalosos por los cuales acusar de superstición barata a loscristianos, estas manifestacion es debían esta r en vigencia en susdías. Po r otro lado, si la religiosidad popular cristiana, expre­sada en sus elementos más fanta siosos y dramát icos conside­raba a los dones del Espíritu y otras manifestacion es comoparte de la vivencia de las comunidades cristianas a lo largo delsegundo siglo, estas experiencias no eran desconocidas porellas.

LA ACCiÓN DEL gselnrru SANTO EN u.. HISTORIA

de Felipe, Hechos de Bernabé, y otros. Cada una de estas o brastrata de agregar detalles, especialmente fantasiosos y pintores,cos, que pud iesen satisfacer la curiosidad y piedad popularesen relación con la vida y ministerio de los apóstoles. Po;tratarse de obras destinada s a satisfacer la fantas ía religiosa delos creyentes, su confiabilidad como documentos históricos esdu dosa. Sin embargo, conviene tomar en cuenta la evaluaciónde un gran erudito del Nuevo Testamento:

OPOSICiÓN y fUENTES APÓCRIFAS 145

No obstante, a su mane ra, la Apócrifa del Nuevo Testa­mento consiste de documentos importantes. Esbien cienoqu e. como fuentes histór icas de la edad apostólica carecende valor. El valor permanente de este cuerpo de literaturaestá en otra dirección, es decir, en que re flejan las creenciasde sus autores y los gustos de sus primeros lectores, queencontraron beneficio tanto como esparcimiento en relatosde este tipo . Esto es, la Apócri fa del Nu evo Testamento esimportante como documentos históricos que nos dicenmucho, no acerca de la edad con la que ellos profesantratar, sino acerca de la edad que les dio a luz. Ellospretenden ser relatos con fiables de las palabras y accionesde los após toles; en realidad ellos ponen de manifiesto , bajolos nombres de los apóstoles, ciertos ideales de la vidacristiana y conceptos de la fe cristiana corrientes en elsegundo siglo y en los siglos que siguieron.z

En las páginas que siguen vamos a conside rar a uno de losmás encarnizados oponentes al cristianismo, a ot ro que fue uncáustico sati rizante, y luego leeremos algunos textos seleccío­nadas de materiales apócrifos. En todos los casos, procurare­mos recuperar testimonios de op eracio nes sobrenaturales delEspíritu Santo . Laidea es que, si los opositores del cristianismoutilizaban las manifestaciones carismáticas como eleme ntos

2. Bruce M. Merzger, An lnuoduction lo tbeApocrypha, Oxford Univer­siry Press, Nueva York, 1957, 263.

Celso (m. ca. 180)

Quienes levantaban calumnias y rumor es en contra de loscristianos, hablaban desde su ignorancia. A nivel popular seinventaban muchas histo rias, con las que se acusaba a loscristianos de ateísmo, incesto o canibalismo. Se decía quecuando se reunían para sus ágapes nocturnos, era solo paraparticipar de orgías y de todo tipo de perversidad es entre..hermanos.. y ..hermanas.., lo cual era expresión de su prácticadel incesto . Cuando comían, se decía, la carne y la sangre dela que participaban era la de un niño sacrificado ritualmente.Estos rum or es estaban muy difundidos entre el populacho. Sinembargo , con el tiempo, hubo gente bien educada que seded icó a investigar seriamente al cristian ismo . Estos intelecrua­les leyeron los escritos sagrados de los cr istianos y averiguaronpor sus prácticas reales. Fue así que levantaron preguntascríticas junto con una fuerte refutación del cristianismo, utili ­zando los argumentos más sofisticados.

Uno de los hombres que más cuidadosamente llevó a caboesta tarea de oponerse intelectualmente a la nueva religión , yprobablemente una de los primeros en hacerlo, fue Celso .Algunas de sus objeciones han sobrevivido por siglos y todavíase siguen planteando en nuestros días. Según él, la encarnaciónes imposible. Dios, que es perfecto y no cambia, no puederebajarse para transformarse en un pequeño bebé. Además,épo r qué la encarn ación ocur rió tan ta rde en la historia? En suconcepto, Jesús fue tan solo un pobre hombre, incapaz demori r la muert e de un sabio, corno fue el caso de Sócrates. Sus

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enseñanzas no fuero n otra cosa que una pobre copia de lasenseñanzas más antiguas de Egipto y Grecia . La resurrecciónde su cuerpo no era otra cosa que una enorme mentira.

Leyendo a Celso y sus objeciones al cristianismo, a travésde las líneas de Orígenes, que le respondió varios años mástarde (en el año 248), es posible discernir su conocimiento deque en ~u tiempo, en las co munidades cristianas que él analiza,las manifestaci ones del Espíritu Santo seguían en vigencia. Paraun observado r tan puntilloso y crítico com o Celso, tales mani­festaciones no deben haber pasado desape rcibidas. Seguramen­te su ojo escudr iñador habrá observado con curiosidad yatención todo aquello que a su juicio fundamentaba su concep­to de que el cristianismo era una vil superstición.

Es necesario recordar que Celso era un filósofo paganoplatóni co bastante ecléctico, y que su actitud era demostrar lasdebilidades del cristianismo. Era un hombre bien educado, queinvestigó a fondo el cristianismo y lanzó un ataque sistemáticocontra la doctrina y la conducta de los cristianos. En su ob raDiscurso verdadero, escrita en griego, Celso (citado y parafra­seado por Orígenes en casi la totalidad de su obra) mencionaalgo que bien pod ría tratarse del ejercicio de los dones delEspíritu. Dice Celso:

Hay muchos, ... , que si bien no son nadie, con la facilidadmás grande y en la más mínima ocasión, tanto dentro comofuera de los templos, asumen los movimientos y gestos delas personas inspiradas; mientras que otros lo hacen enciudades o entre ejércitos, con el propósito de atraer laatención y provocar sorp resa. Estosestán acostumbrados adecir, cada uno por sí mismo: ..Yo soy Dios; yo soy el Hijode Dios; o, yo soy el Espíritu Divino; y yo he venido porqueel mundo está pereciendo , y vosotros, oh hombres, estáispereciendo por vuestras iniquidades. Pero yo quiero salva­ros, y vosotros me veréis reto rnando nuevamente conpoder celestial. Bendito es aquel que ahora me hace home­naje. Sobre todos los demás yo haré caer fuego eterno,tanto sobre regiones urbanas como rurales. Y aquellos que

no saben de los castigos que les aguardan se arrepentirán yclamarán en vano; mientras que a aquellos que me sonfieles yo los preservaré eternamente".

A estas promesas se agregan palabras extrañas, faná­ticas y totalmente ininteligibles, cuyo significado ningúnser humano racional es capaz de determinar; porque sontan oscuras que carecen de todo significado, pero ellospermiten a cualquier persona necia o imposto ra aplicarlaspara conformarse a sus propios propósiros.s

Como ya se indicó, Celso fue con toda probabilidad elauto r de la primera crítica pagana contra el cristianismo de laque tenemos noticia. Probablemente su ataque haya estadodirigido contra justino Mártir. Su acusación principal contralos cristianos es que su actitud es sediciosa, y ter mina siendouna innovación y corrupción inaceptable respecto de la tradi ­ción religiosa ant igua. Su trabajo fue el resultado de unamedulosa investigación, llevada a cabo en diversos lugares,como Fenicia y Palestina. y con todo el rigor posible. De hecho,en relación con el pasaje citado, según el comentario deOrígenes, él afirma haber sido testigo pleno y personal de loque relata. En su ataque, su estrategia es desacreditar al cristia­nismo atacando sus raíces judías. Esdecir, Celso qu iere demos­trar que el cristianismo es falso, porque está fundado en elsupuesto cumplimiento de las profecías judías relativas alMesías, profecías estas que son absurdas, según él. No es válidoque los cristianos fundame nten su pretensión de que Jesús esel Mesías, citando a los profetas del Antiguo Testamento.

Es en su argumento contra las profe cías del AntiguoTestamento, que Celso menciona la ridiculez de los profetascristianos. Estos profetas están imitando un estilo proféticototalmente descalificado, según su criterio. Sea como fuere,parece evidente que Celso fue testigo del ejercicio del donprofético en algunas comunidades cristianas de sus días. Esto

3. Orígenes, ContraCe/so, 7.9.

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es importante, ya que este brillante y crítico pensado r llegó aconocer muy bien al cristianismo, las escritu ras del AntiguoTestamento y algunas escrituras crist ianas. No puede haberdudas en cuan to a la objetividad de su observación , si bien estáequivocado en su juicio.

Celso interp retó las palabras de los profe tas como expre­sando su pretensión de ser divinidades, sin entender un aspectoimportante del lenguaje profético, cual es el uso de la primerapersona: «Así dice el Señor: yo...» Es interesante nota r que eldiscurso de los profetas que él oyó es bien trinitario: ..Yo soyDios», "yo soy el Hijo de Dios», "yo soy el Espíritu Divino».La palabra de juicio y el llamado al arrepentimiento es t ípicodel mensaje pro fético, al igual que la palab ra de esperanza paraaquellos que responden positivamente al mensaje. En línea conlos pro fetas del viejo pacto, los profetas del nuevo pacto, bajola inspiración del Espíritu Sama, procl aman la misma palabrapro fética. Muy probablemente, entonces, Celso fue testigo delejercicio del do n profético manifestándose de la manera máslegítima en algunas comunidades cristianas.

Otra cosa que llama po derosa men te la atención en sutestimoni o es la mención del carácter extát ico del ministeriode estos profetas. Las expresiones que Celso ut iliza para carac­terizar el discu rso profético y los co menranos qu e hace de todala experienc ia pa recen referirse al ejercicio del don de lenguasy probablemente del don de inte rp retación. Según él, laspalabras eran «extrañas» y uti lizando vocablos propios de«fanáticos», «to talmente ininteligi bles», Evide nte mente, no setrataba de idiomas en uso, ya que Celso hubiese podidoreconocerlos, como tampoco era un discur so que siguiese unparrón racional {ecuyo significado ningú n ser humano racion ales capaz de determinar»). Celso no pod ría haber hecho unamejor descripción de «los diversos géneros de lenguas» quemenc ion a Pablo en 1 Corintios 12.10.

M uy probablemen te lo que Celso oyó fueron mensajesproféticos que fueron dados a las iglesias en lenguas, y que secomunicaron mediante el ejercicio del don de interpretación .De allí la co nfusión de Celso, que consideraba tal interpretación

como arbitra ria al no poder ente nde r el discurso original. A suparecer, esto daba lugar a que cualquier «imposto r» o «enga­ñador» diera rienda suelta a su subjetividad e hiciera con laspalabras emitidas cualquier cosa que deseara para obtener «suspropios propósitos». La objeción de Celso es la que cualquierpersona inc rédu la o que desconoce los dones del Espíritu Santoharía en una co ngregació n donde se ejercen los dones deprofecía, lenguas e interpretación de lenguas. Desde ese ángu lode obse rvación, tales prácticas resultan expres ión de fanatismocuando no de locu ra, co mo ya 10 advirtiera en sus días elapósto l Pablo (1 Corintios 14 .23).

El testimo nio de Celso es importante, puesto que se tratade la obse rvació n de un investigador cauteloso. Y, según él,estos dones espiri tuales estaban en pleno ejercicio, por lomenos en Fenicia y Palestina. Co mo señala Hans Lierzmann:"Cuando Celso agrega que el discurso desbor daba en son idosincomprensibles y locos, que no encerraban ningún significa­do, y que, no obstante, eran expuestos por un hombre qu e solopodía haber sido un frau de, el caso era obviamente un ejemplode la gloso lalia ya co nocida co n la subsiguiente interpr eta­ción»." Con esto , podemos concluir co n Kydd que, «Celso sinsaberlo esraba dándonos alguna evidencia de la supervivenciade los dones del Espíritu ent re los cristia nos en Palesrina en lasegunda mirad del segundo siglo».5

Luciano (ca. 125-192)

Luciano fue un sofista y satirista griego, nacido en Samo­sata, a o rillas del río Eufrares. Era co noc ido en sus días con elsobrenombre de "el blasfemador», 10 cua l describe su acti tudhacia todo lo que fuese religio so. En sus diálogos afirma que

4. Hans Licrzmann, A History of the Early Church, vol. 2, The Foundingof the Church Universal, trad. B.L. Woolf Luncrworth Press, Londres,1961 ,55.

s. Kydd, Charismatic Gifts in the Ear/y Church, 39 .

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todas las cosas que se dicen acerca de los dioses, cualesquieraque sean, son absurdas. Especialmente fue muy cáustico encontra delcristianismo. Su burla cont ra los cristianos se expre­sa en su obra Sobre la muerte de Peregrino, en la que llega ablasfemar a Cristo mismo. Otra obra en la que hace referenciasal cristianismo es Alejandro el falso prcfeta:« Luciano trabajócomo abogado en Antioquía, para dedicarse luego a ser unretóri co sofista componiend o discursos y escribiendo inn ume­rab les obras. En cumplimiento de esta profesión, viajó exten­samente, visitando varias partes de Asia Me nor, Macedonia,Grecia, Italia y Galia. Estuvo en Roma y finalmente se esrable­ció en Atenas (año 165), donde pasó los siguientes veinte añosde su vida y desde donde escribió la mayor parte de suabundante obra, consistente mayormente en diálogos de carác­ter sarírico. Luciano terminó sus días en Egipto, según se d ice,comido por los per ros."

La obra suya que más nos interesa es Sobre la muerte dePeregrino, escrita alrededor del año 166 . Se rrara del relato dela muerre de Peregrino (Proteus) de Parium, qui en, después dehaber profesado el cr istian ismo se hizo cínico y fina lmente sesuicidó quemándose vivo en púb lico en Harpina, cerca deOlimpia, en el año 165. Según Luciano, él fue testigo ocularde este hecho.! Las referencias al cristianismo en este diálogoson interesantes. particularmente las menciones que hace Lu­ciano de Cristo. «ese hombre que fue crucificado en Palestinadebido a que dio a luz a esta relig i ón- e?

Luciano habla de los cristianos , sus creencias y su devociónque él considera inhumana. Según él: «Estos desgraciados estánconvencidos ame rodo de que son inmortales y de que van avivir ete rnamente. Por tamo, desprecian la muerte que muchos

6. Luciano, Alejandro el {a/50 pro{eta, 25 y 38.1. Sobre Luciano de Samosara, véase, Pierre C. de Labriolle, La reaaíon

paíenne, Ernest Leroux, París, 1934, 103.8. Luciano, Sobre la muerte de Peregrino, 2.s. /bid., 11 .

arrostran voluntariame nte . Su primer legislado r les convencióde que eran todos hermanos. Después de abjurar de los diosesde Grecia. ado ran a su sofista crucificado y conforman su vidaa sus precepros. Por eso desprecian tod os los bienes y los tienenpara su uso en común-.i o

Una de las prácticas cristianas en las iglesias de sus díascontra las que más se ensaña Luciano es la profecía. Si bien losorácu los proféticos no eran exrraños en la cultu ra greco-roma­na, Luciano encuentra en el ministerio profético cristiano unejemplo claro de charlatanería y abuso. Tanto en su sátira Sobrela muerte de Peregrino com o en su obra Alejando el falsoprofeta, Luciano describe la carrera de dos profetas embauca­do res y charlatanes.U

Si bien Luciano está satirizando claramente las actividad esde cada uno de estos profetas, los hechos que él narra reflejanseguramente lo que la gente pensaba acerca de estos persona jesy su tarea. Como indica Luis M. de Cádiz: «Los filósofos quellevaro n la voz cantan te en ese movimi ento literario contra lasecta cristiana, la atacaron por todos los punto s que creyeronvulnerables y se hiciero n eco•..., de tod as las calumnias que elvulgo lanzaba conrra ella- tu No obstante, en general, en elmundo greco-romano, las personas estaban bastante dispuestasa aceptar un ministerio profético sin mayor criticismo. R.M .Grant coloca esta evidencia en una perspectiva más amplia almostrar que la creencia en los o ráculos proféticos así como enotras «maravillas» operadas por los d ioses era común en elmundo mediterráneo de los primeros cuatro siglos cristianos.13

Grane relacion a esta credulidad con el surgimiento del neopl a­tonismo y el pitagorismo, según queda bien ilustrado en elconsejo dado por el pitagó rico Jámblico (250-33 0): «No dudes

ro. Ibid., 13.11. Lapalabra que Luciano utiliza para referirse tanto a Peregrino como a

Alejandro es «profeta» (gr. prophete5). Véase, Luciano, Alejandro, 22,24, SS, 60; YLuciano, Peregrino, 11.

12. De C ádiz, Historia de la literatura patrística, 119.D . Gram, Miracfe and Natural Law, 61-63.

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de ninguna marav illa en cuanto a los dioses, ni de ningunadoctrina religiosa- te Precisamente, Luciano reacciona contraeste tipo de credulidad bastante difundid a a nivel popu lar Y.según él, part icularmente entre los cristianos. Lo que másridiculiza es el carácter extá tico de muchos mensajes proféti­cos. En más de un caso, la natu raleza extát ica de la declaraciónprofética era enfatizada median te una conducta anormal, yasea con danza, palabras ininteligibles (élenguasj), e incluso conparoxismos frenéticos.

Así es como Luciano describe las accione s del profetaAlejandro. Según él, este charlatán profetizaba «declarandoalgunas pocas palabas sin sent ido», como si fuese «un devotode la Gran Madre en frenesí».15 Aparentem ente, este tipo deconducta era bastante común entre los profetas sospechadosde ser falsos o charlatanes y que, en consecuencia, se veíanforzados a fingir un estado de éxtasis a fin de parecer auténticoso tener más autoridad. Luciano describe precisamente estatáctica en Alejandro. «Alejandro era un hombre distinguido ynotable, afecto como era a tener ocasionales arranques delocura y a hacer que su boca se llenara de espuma. Él lograbaesto fácilmente masticando la raíz de la jabonera, la planta queusan los tintoreros; pero a sus paisanos incluso la espuma lesparecía sobrenatural e inspiradora de asombrc-.te

Si bien Alejandro era un pagano y Peregrino se supone queera cristiano, para Luciano no había diferencia: ambos eranimpostores a los que solo les interesaba aprovecharse de lagente incauta. Por eso, dice de los cristianos: ..Si surge ent reellos un hábil impostor , que sepa aprovecharse de la situación,podrá enr iquecerse muy pron to dirigiendo a s1:1 gusto a esoshombres que no entienden absolutamente nada») ? De estemodo, a pesar de su causticidad e incredulidad, Luciano nos

14. ¡bid., 75.15. Luciano, A/eiandro, 13.16. íbíd., 12 .

17. Luciano, Peregrino , 13.

brinda un interesante testimonio de la vigencia de! don y e!ministerio profético en buena parte de! mundo greco-romanode sus días.

La literatura apócrifa

Como se indicó, la literatu ra apócrifa no es una fuente deltod o confiable para documentar los caracteres históricos a losque hace referencia, pero sí es una fuente valiosa para conocerla práctica real y corriente de la iglesia, ~s decir, sus .hech?sconcretos en los siglos II y 11I. La Apócrifa es un resnmomohistórico importante de lo que pensaban sus autores y lectores,ya que sus relaros fantasiosos ponen en evidencia algunas deesas prácticas. Es así que, en medio de relatos cargados dedramatismo y espectacularidad, es posible detectar el ejerciciode los dones espirituales. La atmósfera en muchos de estosescritos es típicamente carismática. Una y otra vez se rep ite lafrase «lleno del Espíritu Santo», asociada con el ejercicio de lapredicación, la oración, e! testimonio, la operación de mila­gros, o e! ejercicio de los dones espirituales. En los Hechos dePablo se narra en tres oportunidades que una persona fue «llenacon el Espíritu Santo»y luego comunicó un poderoso mensaje.En la sección 9 de este libro se dice que Pablo, «lleno delEspíritu Santo», exhortó a los hermanos. En el mismo pasaje,un tal Cleobio es lleno con el Espíritu y habla de la muerte dePablo, y en la sección 11.3, Pablo es lleno y habla con poderdelante de Ner ón. is

Entre los dones espiritu ales mencionados con más fre­cuencia están los dones de revelación, ent re ellos palabra deciencia. En los Hechos de Pedro se nos refiere que el apósto lPablo, lleno del Espíritu Santo , recibió palabra de conocimien­to de que una mujer, que se había adelantado para recibir la

18. Todos [os textos de los hechos apóc rifos están tomados de E. Henneckey W. Schneemelcher, eds., New Testameru Apoa ypha, 2 vols. Lurter­worth Press, Londres, 1963-1 965.

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Cena del Señor , había estado invo lucrada en una situaciónmoral que la descalificaba para participar .J? En los Hechos dePablo se cuenta de un cierto Pateado que , al igual que el jovenen Troas (H echos 2.41), cayó desde una ventana y muri ó . Elhombre había sido copero de Neró n, a qu ien se le dio noticiainmed iatamente de lo ocurrido. El texto afirma que Pab lohab ía percib ido -en el espfriru.. que esto iba a ocurrir.tú Algosimilar se: lee en el siguiente pasaje, en el que parece haber unareferencia al ejerc icio del don de profecía:

Pero el Espí ritu vino sobre Mina, de modo que ella di jo:«Hermanos, (por qué [estáis alarmados a la vista de estaseñal]? Pablo el siervo del Señor salvará a muchos en Roma,y nutrirá a muchos con la palabra, de modo que no haynúme ro (para contarlos), y él (?) se manifestará po r sobretodos los fieles, y la gloria grandemente [..• vendrá] sobreél, de modo qu~ hab rá una gran gracia en Roma». Einmediatamente, cuando el Espíritu que estaba en Mirtaquedó en paz, cada un o tomó del pan y s~ regocijó segúnla cos tumbre [...) en medio del cán tico de salmos de Davidy de himnos.21

Los dones de revelació n son mencionados con llamativafrecuencia en estos escritos apóc rifos, especialmente el don depro fecía. En los Hechos de Juan se describen experienciassimilares a las anteriores. En un caso, Juan pud o anunciar a lacongregación lo qu e uno de sus miembros había hecho ypensado antes de que tal persona llegara al culto. En ot raocasión, el após tol pudo leer los pensamientos de otra perso­na.22 Evidentemente, en todos estos casos, no se trata declarividencia o adivinación, ya que la capacidad de co nocer 10

19. He,hos de Pedro, 1.2.20. Hechos de Pablo, 11.1 .21. Ibid., 9 .22. He,hos de]uall, 46; 56.

desconocido o recibir una palabra profética está ligada a laactividad del Espíritu Santo. Estas revelaciones oc urrieroncuando los apóstoles o las personas en cuestió n fueron ..llenoscon el Espíritu Santo - o estaban ..en el Espfritu -. Si es así, loque tenemos aquí es más o menos lo mismo qu e enco nt ramosen 1 Corintios 12.8, 10, donde se nos dice que ..por el Espfriru»a unos es dada ..palabra de sabiduría; a otro, palabra de cienciasegún el mismo Espíritu ; ... a otro, profecía» ,

En este sentido, es frecuente también la mención expl ícitadel discernimiento de espíritus. En la Kerygmata Petrcu, elapóstol Pedro afirma : ..Pues a una mente pía, natural y pura laverdad se revela; ella no es adquirida a trav és de un sueño , sinoque es conced ida al bueno a través del discernimiento. Porqueen esta manera el Hijo fue revelado a mí también por el Padre.Por lo cual yo conozco el poder de la revelación; yo mismo heaprendido esto de él•.23

Los apócrifos neotestamentarios tambi én testifican deotras manifestaciones del Espíritu, com o los diversos génerosde lenguas. En un pasaje de los Hechos de Pablo, cuyo texto esconocido como . EI comienzo de la esta da en Éfeso-, se lee:

El ángel del Señor vino a la casa de Aqui la, y se paró frent ea todos ellos. Habló con Pablo, de modo que todos fueronturbados: po rque [este ángel] que estaba parado allf erarealm ente visible (lit. revelado), pero las palabras queestaba hablando a Pablo ellos (los circunstantes) no las ofan.Pero despu és qu~ él hubo dejado de hablar con Pablo enleguas, ellos cayeron en temor y confusión, y estaban ensilencio . Pero Pablo miró a los herman os y dijo :.,.2"

Aparen temente, el ángel habl ó en lenguas a Pablo, y esteinterpretó el mensaje a la congregación. Dos don es del Espírit uson mencionados aq uí: lenguas e interpretación de lenguas. En

2l. Kerygmata Petrou, 17.5-18.1.24. ..El comienzo de la estada en Éfeso- , en He,hos de Pablo.

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el primer caso, probablemente se trata de las «lenguas angéli­cas» a las qu e hace referencia Pablo en 1 Corint ios 13 .1.

La guerra espiritua l y la con frontación con demoniostampoco es desconocida para los autores de la Apócrifa delNuevo Te stamento. En los Hechos de Pedro se nos cuenta deun incidente en casa de Marcelo, en Roma. Allí Pedro ve a unjoven y percib e que está endemoniado. Entonces or dena alespíritu : «iTú también, pues, cualquier demonio que seas, enel nombre de nuestro Señor Jesucristo , sal del joven y no lehagas daño; (y) muéstrate a todos los que están alrededort -zrAsí, pues, atado por la autoridad del ap óstol, el demonio dejóal joven y proced ió a destr uir una estatua de mármol delemperador. En los Hechos de Andrés se nos relata cómo esteapóstol le ordena a un demon io a salir de un joven soldado, yeste queda Iibre.16 Otro pasaje interesante se encuentra en losHechos de Pablo, en ocasión de la visita del apóstol a la ciudadde Tiro. Probablemen te, Pablo predica y también echa fuerademonios. El texto dice: «Pero inmediatamente los demonios[huyeronl ·.27

En los Hechos de Tomás, se nos cuenta que este apóstol seencontró con una mujer muy hermosa, que durante cinco añoshabía sido atormentada por un demonio. El espíritu inmu ndohabía abusado de ella sexualmente (íncubo ). Co n angustia lamujer clamó: «Yo sé y estoy persuadid a de que los demon iosy espíritus y vengadores están sujetos a ti, y todos tiemblan atu oración. Ora, por tanto , por mí, y saca de mí e! demo nioque continuam ente me veja».28 Tomás reprendió al espírituinmund o, que se manifestó de manera visible para e! apóstol yla mujer, pero no para el resto de las personas presentes. Y conuna voz bien fuerte, que fue oída por tod os, e! diablo intentódefender su auto ridad sobre la mujer. Finalmente, reconociendo

25. Hechos de Pedro, 4.1 1.26. Hechos de Andrés.27. Hechos de Pablo, 6.2B. Hechos de Tomás, 43.

el poder de Jesús y la autoridad dad a al apóstol, el demon iodesapareció. La mujer fue liberada y muchos más creyeron almensaje de Tomás y creyeron en Jesús. «E imponiendo susmanos sobre ellos él los bend ijo, dicien do : «ll.a gracia denuestro Señor Jesucr isto sea sobre ustedes para siempre !»Entonces la mujer le pidió «el sello- (la unc ión o llenura delEspíritu Santo). «Entonces él hizo que ella se acercara a él, eimponiendo sus manos sobre ella la selló en el nombre delPadre y del Hijo y de! Espíritu Santo. Y muchos otros tamb iénfueron sellados con ella». Hecho esto, comparti eron la cenade! Señor.zs

En todos estos pasajes encontramos ejemplos de un minis­terio de liberación y casos muy similares a los qu e hoy se pre­sentan y tratan. Los apóstoles disciernen la presencia demonía­ca, repr end en a los demonios y los atan en el nombre de Jesús,ordenan a los espíritus inm und os salir de las personas afecta­das, y estos obedecen y salen. Las personas terminan confesa n­do su fe en Cristo como Hijo de Dios y Señor, y reciben launción del Espíriru Santo (e! sello) . Los do nes sobrenaturalesde discern imiento de espíritus (1 Corintios 12.10) y de libera­ción de demonios son claramente mencionados.se

El choq ue de poderes y la guerra espiriruai es tambiéntestificada por los escritos apócr ifos. En los Hechos de Juan senarra un interesante episodio en el ministerio de este apósto l,cuando el templo de Artemisa (Diana para los romanos) en Éfesofue destru ido por el poder de Dios. En su oració n, Juan declara :

Oh Dios, quie n eres Dios por sobre todos los que se llamandioses; y no obstante eres rechaza do hasta este día en la

29. Ibid., 47-49. Un relato similar se encuentra en lbid.; 62-67.30. Según C. Peter Wagner, hay fundamento bíblico para afirmar la

vigencia del don de liberación de demonios como un don del EspírituSanto. Véase Wagner, YourSpiritWJIGifts,97-100. Esinteresante señalarque un defensor tan celoso de la fe católica, como lreneo de Lyon,parece considerar que la liberación de demonios merece ser considera­da entre los dones espirituales. Véase, lreneo, Contra hereitas, 2.49.3.

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ciudad de los efesios; quien me pusiste en la mente venir aeste lugar, del cual nunca pensé ; quien condena tod a formade ado ración, convirtiendo a (los hombres) a ti; a cuyonombre todo ídolo huye, y cada demonio y todo poderinmundo: ahora haz que a tu nom bre hu ya el demonio queestá aqu í, el engañador de esta gran multitud; y muestra tumiserico rdia en este lugar, por que ellos han sido extravia­dos.J t

M ientras Juan estaba diciendo esto, el altar de Artemisa serompió en pedazos, y todas las ofrendas se caye ron por el pisoal igual que varias otras imágenes que estaban sobre el altar.Casi medio templo se vino abajo y un sacerdote murió aldesplomarse parte del techo. El resultado fue un gran temor yla conv ersión de todos los pre sente s.

Otros dones espirituales de frecuente mención en lostextos apócr ifos son los dones de sanidades. En numerosospasa jes se narran ep isodios de sanidades milagrosas. En losHechos de Pablo, leemos: «Alguien dijo : [Es] "mejor para élmo rir, para qu e [no} esté en dolor". Pero cua ndo Pablo huboaq uietado a la multitud [to mó] su mano, lo levantó y lepreguntó, dicie ndo: "H erm ócrates, ¿[...] qué es lo que deseas?"y él di jo : "Quiero comer". (Y) él tom ó un pan y se lo dio paracomer. En esa hora él quedó sano, y recibió la gracia del sello(la unción ) en el Señor, él y su esposa».32 Ya se hizo mencióndel caso de Parroclo, quien cayó de una ventana y fue resuci­tado por Pablo .U En relación co n el minister io de Pedro enRoma, se dice : «Y ellos traían las personas enfe rmas también aél en el día de reposo , rogándole que pudiesen ser curados desus enfermedades. Y muchos paralíticos eran sanados, y mu­chos que sufr ían de hid ropesía y de fiebres de dos o cuatro días,y eran curados de toda enfermedad corporal, al cree r en el

31. Hechos deJuan, 41 .32. HechosdePablo, 4, (Pablo en Myra).33. tu«, 11.1·2.

nombre de Jesucristo, y muchísimos eran agregados cada día ala gracia del Señor».J4

En los Hechos de Tomás se indica que la fama de esteapósto l «se esparció por todos los pueblos y villas, y todos losque tenían enfe rmos o personas perturbadas po r espíritusinmundos los traían, y los colocaban sobre el camino por elque él iba a pasar, y él los sanaba a to dos en el poder del Señor.Entonces todos los que eran sanados por él decían de comúnacuerdo y a una voz: «¡Gloria sea a ti, Jesús, que (a todos) porigual has concedido sanidad a través de tu siervo y apóstolTo más!»3S En Hechos de Juan, 37, se afirma que «Juan sanótodas (sus) enferme dades a través del poder de Dios». Tod osestos pasajes y muchísimos más esparcidos po r toda la litera­tura apócrifa recuerdan los dones de sanidades mencion adosen 1 Corintios 12.9.

Por cierto, la literatu ra apócrifa por ser fantasiosa y dra­mática, está llena de hecho s porte ntosos. De mod o qu e señales,prodigios y maravillas abunda n en sus páginas. Los milagros semultiplican en sus relatos, pero no por ello dejan de sertestimonio de la ocur rencia de estos cosas o por lo menos delhecho de que para estos autores y sus primeros lectores losmilagros estaban dentro de lo que en sus mentes ellos consi­deraban como algo posible. Uno de estos hechos milagrosos esla resucitación de muertos, que es mencionada en var ios pasa­jes.36 Los casos parti culares involucran a hombres, mujeres yniños que muriero n por una diver sidad de causas.

En los Hechos de Tomás se relata un caso interesan te deresucitación. Una mujer joven había sido asesinada por suamante, quien luego de arre pentirse delante del apóstol fuecurado de sus manos que se habían secado al querer llevar elpan de la eucaristía a su boca. Acto segu ido, el apóstol fue a la

34. Hechosde Pedro, 9.1.35. Hechosde Tomds,59.36, Hechos de Pedro, 26; Hechos de Pablo, 8; 11.1,2; Hechos de Tomds,

33, 54, Y81; HechosdeJuan , 23-24, 47, 52, 75, 80, Y83.

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posad a dond e vivía la mujer y ordenó que la trajesen . La jovenfue llevada al med io de la posada yaciendo en una cama. Tomáspuso su mano sobre ella y oró , diciendo: ..... esto suplicamosde ti y rogamos, que en tu nombre santo tú levantes a la mujerque yace aquí por tu poder , para (tu) gloria y (la confirmaci6nde) la fe de aq uellos qu e están alred edor» . Y luego le pidió aljoven que la había asesinado, después de o rar por la unciónsobre él, que la tomara de la mano y le dijese: ..Yo con mismanos te maté con hierro, y con mis manos por fe en Jesús yote levanto ». Al hacer esto , la joven se incorporó y se sentó,mirando a la gran multitud que se había reunido. El relatoco nti núa con los detalles de la opresión demoníaca de la quela joven había sido víctima y de las visiones del infiern o quehabía tenido durante el tiempo de su muerte. Esta fue unabue na ocasión para qu e el apósto l predicase el Evangelio y unagran mult itud creyese en el mensaje.J?

La resucitación de muertos es un milagro (l Corintios 12.10)que ocurrió en varias ocasiones tanto en el ministerio de Jesúscomo en el de los apóstoles, según el testimonio neorestamenta­rio. Pero el don de ..hacer milagros», que más específicamente serefiere a la resucitación de muertos, no terminó con el último delos apósto les, como parece sugerir el testimonio de la literatu raapócrifa. Por lo menos, estos auto res, aun exage rando y presen­tando relatos de naturaleza fabulosa, parecen admiti r su vigenciacomo posible. El éxito y gran circulación de sus obras es indicativotambién que sus lectores no estimaban como ajenos o extraños asu propia experiencia tales prodigios.

Resumiendo, la Iiterarura apócrifa nos pone en contactocon la manera de pensa r del cristiano co mún y anónimo de lasegunda mitad del segundo siglo, y co n el hecho evidente dequ e en su esquema mental la actividad poderosa y sobre naturaldel Esp íritu Santo se man ifestaba med iante el ejercicio y plenavigencia de los dones espir ituales. De este modo, pod emosconclu ir co n Kydd , diciendo que:

37. He,hos de Tomds, 51-59.

Cuando reflexionamos sobre este material, vemos que losHechos Apócrifos hablan acerca de hechos que nos recuer­dan los dones del Espíritu. Ellos hacen referencia a expe­riencias que van desde el discernimiento de espíritus hastala resucitación de muertos... Obviamente, estos documen­tos no nos dicen mucho que podamos confiar en cuanto alos apóstoles. Sin embargo, sr nos dicen un montón acercade lo que estos autores y los cristianos a quienes ellosescribían podían imaginar que ocur ría. Lo menos quepodemos decir es que estos cristianos tenían reminiscen­cias, por más vagas que hayan podido ser, de los dones delEspfritu.3&

38. Kydd, Charismati& Gifts in the Earfy Church, SS.

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H CRISTIANISMO OH SIGLO 111

11 1siglo l1l fue un tiempo de grandes oportunidadespara el testimonio cristiano, pero al mismo tiem­po de enormes dificultades. Durante estos años laIglesia continuó crecien do notablemente, en es­

pecial en Ásia M enor. Pero hacia mediados del siglo, fuertespersecuciones pusiero n en ser io peligro la supervivencia de laIglesia en muchas regiones ycrearon profundos problemas inter­nos entre los cristianos. No obstante, las tormentas generadas porla oposición hicieron que la llama del evangelio se avivara. Acomienzos de este períod o, Terruliano escribió: «Lasangre de losmártires es semilla». Incluso las persecuciones másgeneralizadasy sistemáticas, como las de Decio (249-251) y Diocleciano(284-305) no lograron detener el avance cristiano . Por el contra­rio, las iglesias se mostraban vivas, creciendo en número einfluencia en la sociedad. La fe proclamada por esta religiónminoritaria iba adquiriente, de manera quieta pero profunda. unacada vez mayor fuerza en el ámbito del Imperio Rom ano.

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En algunos casos, la oposición se levantó como una to r­menta interna . Para el siglo m, la fe cristiana se estaba tra ns­formand o en el movimiento más dinámico y cautivante dentrodel Imperio. Muchas de las mentes más brillantes se habíantransformado en seguido res del cristianismo . Algunos de elloshicieron el esfuerzo por expresar de una manera intelectual­mente potable, conforme los cáno nes del pensamiento de susdías, el testimonio evangélico. Hacia el año 185 un filósofoestoico convenido llamado Panreno comenzó a enseñar ladoctrina cristiana a nuevos creyentes en Alejandría. Su rareadocente fue continuada primero por Clemente y más tarde porOr ígenes. A pesar de los períodos de intensa persecución, laescuela para catecúmenos de Alejandr ía ganó prestigio. y sirviópara fortalecer la fe de muchos y atraer a nuevos convenidos.

El logro más notable de hombres como Clemente y O rí­genes fue exp resar el evangelio en términos que pudiesen serentendidos por aquellos que estaban embeb idos de las formasmás sofisticadas del pensamiento y la cultura griega. En unsentido. se debe a ellos el haber establecido de manera defini­tiva la respetabilidad intelectual de la nueva fe. Sin embargo.este esfuerzo intelectual no se hizo sin un alto costo: loselementos carismáticos y sobrenaturales de la experiencia cris­tiana fueron desplazados a un lugar secundario. con miras adarle mayor credibilidad intelectual al evangelio a los ojos delas élires educadas helenísticas.

De tod os modos, a lo largo del siglo III la Iglesia expandisus fro nteras geográficas y sociales a un ritmo asombroso. Pocoa poco se fue transformando en un imperio dentro del Imperio.No es extraño. pues, que los propi os emperadores hayanobservado con preocupación el desarrollo creciente de unmovimiento tan dinámico. y lo hayan visto como una amenazaa sus pretensiones hegemónicas. Las manifestaciones del poderdel Espíritu Santo no hacían más que agregar sospecha, temory asombro a los paganos que eran testigos de ellas. En más deuna instancia, fueron estas manifestaciones la ocasión para laoposición más encarnizada. Sea como fuere, el siglo 111 rambiépresenta evidencias de que señales, prodigios. maravillas

milagros. junro con variadas expresiones del ejercicio de losdones espirituales. estaban en operación en ese tiempo enmuchas comunidades de fe. Como muestra de ello, considera­remos a algunos testigos cristianos importantes de este siglo.

Orígenes de Alejandría (185-255)

Nació en esa ciudad de Egipto. y murió en Tiro de Fenicia.No fue un convertid o del paganismo, sino el hijo mayor de unafamilia cristiana numerosa. Recibió su primera educación desu pad re Leóni das. quien murió m ártir du rante la persecuciónde Septimio Severo (202) . Frecuent é la Escuela Catequista deAlejandría, donde escuchó a Panteno y a Clemente. En 202 fuenombrado sucesor de Clemente, por el obispo Demerrio,cuando la persecución de Severo obligó a Clemente a salir deAlejandría. Durante treinta años Orígenes dirigió la célebreEscuela de esa ciudad. llevándola a su mayor florecim iento .AlH atrajo a un gran númer o de discípulos por la calidad de suenseñanza, pero también por elejemplo de su vida. Fue oyentedel afamado fundador del neoplaronismo, Arnmonio Saccas.Se entregó al estud io de la exégesis bíblica, en la que sobresaliócomo maestro. Hacia el año 230 fue ordenado sacerdo te enCesárea. Sus homilías, trabajos exegéticas y apologéticos soninnumerables.

Or ígenes fue un hombre de una conducta intachable y deuna erudición enciclopéd ica. uno de los pensadores más origi­nales de todos los tiempos. Parece ser que este prime r "teólogosistemático.. cristiano, asceta y erudito bíblico, en su famosapolémica co ntra el filósofo pagano Celso, aparente mente ne­gaba la práctica presente de los dones de profecía y de lenguas.Según él, los milagros visibles habían sido necesarios en laiglesia naciente, pero para su tiempo ya no se consideraban tannecesarios (un argumento similar al que casi dos siglos másrarde seguirla Agustín de Hipona).

Sin embargo, como vimos. Ce1so dice haber encontradoestos car ismas entre los cristianos) aunque puede ser queexagere en algunas de sus afirmaciones. Según él: ..Hay muchos

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que, si bien sin nombre, co n la más grande facilidad y a lameno r ocasión, ya sea con o sin templos, asumen las mocionesy gestos de personas inspiradas; mientras que otros lo hacenen cuidades o en los ejércitos, con el propósito de atraer laatención y provocar sorpresa». A esto , Ce\so co ntinúa dicie n­do: "A estas promesas se agregan pa labras extrañas, fanáticasy totalmente inintel igibles, a las que ninguna persona racionalpuede enco ntrar significado: po rqu e son tan oscuras, que notienen ningún significado; pero ellos (1os creyentes) dan oca­sión a cua lqui er tonto o impostor pa ra aplicarlas según supropio prop ósito e.t

No obstante, Orígenes escribe allá por el año 248 : «To­davía se pr eservan entre los cristianos huellas de ese EspírituSanto que apareció bajo la forma de una paloma. Ellos expul­san los esp íritus malos, rea lizan muchas curaciones, ven conantelación determinados acontecimientos según la volu ntaddel Logoss.zOrígenes tiene bastante que decir en cuanto al donde profecía. Inclu so llega ta n lejos como a sugerir que unapersona tiene que abri r la boca a fin de recibir el carisma depro fecía)

Según él, el Espí ritu Santo estuvo activo a través de señales,prod igios y maravillas en el mini sterio de Jesús y los apó sto les."Pero la demostración que sigu ió a las palabras de los ap óstolesde Jesús fue dada de parte de Dios, y fue acreditada po r elEspíritu y por poder. Y, por lo tanto, su palabra corrió veloz yrápidamenrev.e En otro lugar, señala Orígenes: «Además, elEspír itu Santo d io señales de su presencia al comienzo delministerio de Cristo, y después de su ascensión dio todavía

1. Citado en Contra Ce/so, 7.9. Véase Williams y Waldvogel, «A Historyof Speaking in Tongues-, 69; y también Roben Glenn Gromacki, TheModern Tongues Movemenr, Presbyterian and Reformed PublishingCo., Filadelfia, 1967, 15.

2. Orígenes, Contra Celso, 1.46.3. Orígenes, Sobre Éxodo 4.4. Véase también, Orígenes, Comentario a

Cantares, 1.~ . Orígenes, Contra Ce/so, 3.68.

más; pero de sde ese tiempo estas señales han disminuido, sibien todavía hay trazas de su pr esencia en unos pocos cuyasalmas han sido purificadas por el evangel io, y sus accionesreguladas por su influencia-.c

Si bien co ndici onado a no llamar la atención sobre lasmanifestacio nes más espectaculares del Espíritu Santo en razónde que su obra apologética Contra Ce/so no se lo permitía,O rígenes apela al argumento de que la autentici da d del cristia­nismo está pro bada por sus profecías y milagros. En un intere­sante pasaje, señala:

El evangelio tien e una demostración propia, más divina quecualquiera establecida por la dialéc tica griega. Y este mé­todo más divino es llamado por elapóstol la "ma nifestacióndel Espíri tu y de poder....Dei Espír itu.., en razón de laspro fecías, que son suficientes para produci r fe en cua lquie­ra que las lea, especial mente en aquellas cosas que tienenque ver con Cristo; y de ..poder », debido a las seña les ymaravillas que debemos creer han sido hechas, tanto enmuchas otras tierras, como sobre esta, que trazas de ellasse preservan todavía entre aquellos que regula n sus vidaspor los preceptos del evangelio.e

En respue sta a argumentos de Celso indicando que Escu­lapio de manera sobrena tural hacía curaciones y pronosticabael futu ro, O rígenes afirma que por la invocación del nombrede Jesús algunos cristianos de su tiempo tenían un maravillosopoder para sanar. Según él: «nosotros [los cristianos] podemosclaramente mostrar una multitud incontable de griegos y bár ­baros que reconocen la existencia de Jesús. Y algunos danevidencia de haber recibido a través de esta fe un podermaravilloso para las curaciones, que realizan, invo cando nin ­gún otro nombre sobre aquellos que necesiran de su ayuda que

s. tbid., 7.8.6. Ibid., 1.2.

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aquel del Dios de todas las cosas, y de Jesús, junto con unamenci6n de su historia», Además, Orígenes destaca que «poresto s medios nosotros también hemos visto liberadas a muc haspersonas de calamidades do lorosas, y de distraccio nes de lamente, y locura. y un sin fin de otras dolencias, que no podríanser curadas ni por hombres ni por demonios-e?Aparentemen te,Orígenes está haciendo referencia principalmente a enferme­dades mentales.

En el prefacio de su obra Sobre los principios, Orígenesafirma que el Espíritu Santo es quien «inspiró a cada uno delos santos, sean profetas o ap ósrolesc! Fue el Espíritu tambiénquien escribió las Escrituras y les dio un significado espiri tual.Este «significado espiritua l que encierra la ley no es conocidopor todos, sino solo por aquellos sobre quie nes es concedidala gracia del Espíritu Santo en palabra de sabiduría y deconocimiento- e? Precisamente, según Orígenes, uno de lospropósitos de los dones espiri tuales en la vida de la iglesia escapacitarla para examinar y clarificar las enseñanzas de losapóstoles: «los fundamentos de sus declaraciones deben serexaminados por aquellos que merezcan los excelentes donesdel Espíritu, y quienes, especialmente por medio del EspírituSanto mismo, obtengan el don de lenguas, de sabiduría, y deconocimiento-. Jv Según Burgess: «Es claro ... que Orígenesentiende que los dones del Espíritu no son para todos loscristianos. Más bien, estos están dirigidos a aquellos que sontenidos por dignos, para aquellos que ya están viviendo unavida crist iana guiada por el Esplritu-ct!

Más adelante, Orígenes señala que «en cuanto al diablo ysus ángeles, y las influencias que se oponen, la enseñanza de laiglesia ha establecido que estos seres realmente existen; pero

7. lbid., 3.24.8. Orígenes, Sobre los principios, prefacio, 4.9. lbid., prefacio, 8.

10. lbid., prefacio, 3.11. Burgess, A1Uient Christian Traditions, 77.

qué son, o cómo existen, no lo ha explicado con suficiented aridad».12 Celso parece que afirmaba que los cristianos ejercíanpoderes milagrosos por los nombres de ciertos demonios ymediante el uso de encantamientos. A esto, Orígenes responde:

No es por encantamientos que los cristianos parecen pre­valecer (sobre los espíritus malos), sino por el nombre deJesús, acompañado por el anu ncio de los relatos que tienenque ver con él; porque la repetic ión de estos ha sidofrecuentemente el medio de echar a los demonios fuera delos hombres, especialmente cuando aque llos que los repi­tieron lo hicieron en un espíritu sano y genuinamente defe.13

Sea como fuere, para Orígenes la acción del Espíritu Santoes real y poderosa. Sin embargo, tal obra se verifica solo en loscreyentes. Dice él:

Yosoy de opinió n, de que .•.1.1 operación del Espíritu Santono tiene lugar en absoluto en aqu ellas cosas que carecen devida, o en aquellas que, si bien viven, son todavía muda s;más aún, no se encuent ra incluso en aquellas que realm enteestán dotadas de razón, pero están involucradas en cues­tiones malas, y de ningún modo convertidas a una vidamejor. Pienso que la operación del Espíritu Santo tienelugar solo en aquellas personas que ya se están volviendoa una vida mejor, y (están) caminando por el camino quelleva a Jesucristo, i.e., que están involucradas en la realiza­ción de buenas acciones, y que permanecen en Díos.t't

La obra del Espíritu en la vida del creyente se concretamediante la promoción de su crecimiento en santidad. La

12. Orígenes, Sobre los pnncípíos, prefacio, 6.13. Orígenes, ContraCelso, 1.6.14. Orígenes, Sobre losprincipios, 1.3.5 .

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santidad del cristiano, que es una ex periencia pro gresiva y norepentina, deriva de la obra del Espíritu Santo en él.1S Es elEspí ritu quien también ayuda al creyente en la oración, eintercede con el Padre cuando la mente humana no puedeorar.te Él es quien mueve la mente humana e incluso suimaginació n hacia las cosas que son de Dlos.tz Su asiste ncia esfunda menta l para que los fieles puedan entender y apropiarsede la verdad espiritual, y así evita r el erro r y la falsedad .t!

Para O rígenes, como para cualquier verdade ro cristianode to dos los tiempos, la evidencia más palmaria de la op eracióndel Espí ritu Santo es lo que Él hace en la vida de las personas.La divinidad 'j vida de Cr isto es evidente, no solo po r losmilagros que El obró y por las profecías que se cumplieron enÉl, sino por el poder del Espíritu Santo transfo rmando a laspersonas. Por eso, Orígenes se atreve a declarar: «AunqueCelso, o el Judío, a quien introduce en su diálogo, se burl en delo qu e voy a decir, lo diré, sin embargo: muchos se hanconvertido al cristian ismo , por decirlo así, contra su voluntad;cierto espíritu transformó sus almas, haciéndoles pasar del od ioconrra esta doctr ina a una disposición de ánimo dispuesto amorir en su defensav.t?

La predicación del evangelio debe ser hecha con poderpara que sea efectiva. Un evangelio de poder es el ún ico quepuede provocar cambios radicales en las vidas de las personas.Por eso, ex hor ta O rígenes:

La palabra de Dios (1 Corintios 2.4) declara que la predi­cación, por verdad era que sea en sí misma y muy digna deser creída, no basta a tocar elcorazón humano ; es necesa rioque elpredicador haya recibido cierto poder de Dios y que

IS. Tbid., 1.3.8.16. Or fgenes, Sobre la oración, 2. 14.17. Orígenes, Contra Ce/so, 4.95 .18. Orígenes,Sobre los principios, 2.7.2.19. Orígenes, Contra Celso, 1.46.

la gracia florezca en sus palabras ... Dice el profeta en elsalmo 67: "A lasque evangelizan, el Señor dará una palabramuy poderosa". Aun concediendo que entre los griegos seencuentren las mismas doctrinas que en nuestras Escrituras,les faltada, sin embargo, ese poder de atraer y disponer lasalmas de los hombres a seguirlas.zú

De ningún modo, O rígene s puede ser considerado un«carismático". Si bien es claro en su evaluación bíblica yevangélica de la persona y obra del Espíritu Santo, el padr ealejandrino reduce la obra del Paracleto mayormente a un atarea de inspiración y orientación en la inte rp retación de lasEscrituras. En él pued e verse el reduccionismo característicoque resulta de toda ap licación de un intelecrualismo hu manoa la acción incomprensible e imprede cible del Espíritu . En suesfuerzo por acomodar la comprensión de la experiencia cris­tiana a las pautas del pensam iento griego pagano , para facilitarsu digestión por parte de hombres co mo Celso , O rígenesparece perder lo más r ico de la fe de Cristo: su dimensión depoder en el plano concreto de las vivencias human as. De todasmaneras, co mo se ha visto , a pesar de las p resiones en contra­rio, este intelectual cristiano pudo reconocer algo de las ope­raciones del Espíritu entre los creyentes de sus días.

Cipriano de Carrago (200-258)

Ejerció en la ciudad de Cartago la profesión de maestrode elocuencia. Poco tiempo después de su baut ismo , que tuvolugar el 18 de abril del año 246, fue ordenado presbítero y,más tarde, fue obispo de Cartago al morir Donaro en el año248. Este episcopado fue agitado desde el principio por laviolenta persecución d e Decio, la cual dio margen a las dosfamosas cu estio nes de la pen itencia y del bautismo de losherejes, que tanto ocu paron su activ idad pasto ral y literaria.

20. íbid.; 6.2.

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172 LA ACCiÓN DEL ESpíRITU SANTO EN LA HISTORIA EL CRISTh\NISMO DEL SIGLO 1II 173

Como obispo mostró gran habi lidad ejecut iva, y muchosentido prác tico y bondad de espíritu. Le tocó vivir en unaépoca tormentosa. Dos veces fue víctima de persecucion es. Alestallar la persecución del emperador Valeriana, Cipriano fUedesterrado, llevado posterio rmente a Cartago y, finalmente,condenado a ser decapitado, cosa que ocurrió el 14 de setiem­bre del año 258. Cipriano escribió profusamente. Es el au torde muchos tra tados y cartas. Se inspiró mayormente en Tertu­liano, quien fue su maest ro espiritua l. De él aprendi ó suconcepto ascético de la vida crist iana. Pocos personajes de laiglesia antigua han sido tenidos en más alta estima por lasedades subsiguientes.

La obra escrita de Cipr iano está salpicada de numerosísi­mas referencias a la persona, obra y manifestaciones de! Espí­ritu Santo.e! Sumamente interesante en cuanto a la obra rege­neradora y santificadora del Espíritu Santo es el testimoniopersonal de Cipriano:

En cuanto a mí mismo, estaba atrapado en ligadu ras porlos innumerables errores de mi vida previa, de los que nocreía que pudiera de alguna manera ser liberado. Así queme incliné a conformarme en mis vicios adheridos. Y en midesesperación por cosas mejo res, solía justificar mis peca­dos como si fuesen realmente partes de mí y naturales a mí.Pero luego de eso, por la ayuda del agua del nuevo naci­miento, la mancha de años anterio res fue lavada, y una luzde arri ba, serena y pura, fue infundida en mi coraz ónreconciliado , -después de que por la agencia del Espír itusopló desde el cielo, un segundo nacimiento me habíarestaurado en un nuevo hombre. Enton ces, de una maneramaravillosa, las cosas dudosas co menzaron de pronto aresulrarm c seguras, las cosas ocultas a ser reveladas, lascosas oscuras a ser iluminadas, lo que antes había pa recido

21. Sobre la comprensión que tenía Cipriano del Espíritu Santo, véase,Campenhauscn, EcclesiasucalAuthority, 268-273.

difícil comenzó a encontrar un medio de rea lización, lo quehabía considerado imposible, a ser capaz de ser logr ado.De modo que fui capacitado para reconocer que lo quepreviamente, nacido de la carne, había estado viviendo enla práctica del pecado, era de la tierr a terrenal, pero ahorahabía comenzado a ser de Dios, y era animado por elEspíritu de santided.zz

Cipriano insiste mucho en la relación que existe entre laobra de! Espíritu Santo en el creyente y el bautismo en agua .Conforme a la práctica en el norte de África, e! creyente erabautizado e inme diatamente se le imponían las manos conunción de aceite , a fin de que fuese lleno del Espíritu. Esinteresante notar que esta es una práctica común hoy encírculos carismát icos. Según Cipriano: «Es necesario que el quees bautizado sea también ungido, de modo que, habiendorecibido e! «crisma", es decir, la unción, pueda ser ungido deDios, y tener en él la gracia de Crisro. czs Recordando lapráctica apostólica de reclamar la llenura del Espíritu sobre losnuevos creyentes bautizados mediante la imposición de manos,Cipriano señala: «así también es hecho entre nosotros ahora,de modo que aquellos que son bautizados en la Iglesia sonllevados a los lídere s de la iglesia, y por nuestras oraciones ypor la imposición de manos obtienen el Espíritu Santo, y sonperfeccionados con el sello del Seño r".24 Es interesante notarque esta unción con imposición de manos para la llenu ra delEspíritu después del bautismo era pr áctica común en e! nortede África a mediados del siglo III, y está en conformidad conel uso y práctica en Roma a principios del mismo siglo, segúnlo describe Hipólito de Roma en su Tradición apostólica.

Cuando esto ocur re, cuando el creyente vive lleno delEspíritu Santo y en santidad, está en con dicione s de contar con

22. Cipriano, Carta a Donato, 4.l3. Cipriano, Carta 70, 2.24. Cipriano, Carta 72,9.

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174 LA ACCiÓN DEL es PíRITU SANTO EN LA HISTORIA EL CRISTIANISMO DELSIGLO III 175

el poder divino para ayudar a los que sufren de enfermedadesfísicas, de todo tipo de opresiones espiriruales, o se encuen tranperdidos en una vida sin paz ni esperanza. Solo un creyentelleno del Espíritu puede tener la autoridad suficiente para,como veremos más adelante, expu lsar a los espíritus inmundosque se introduje ron en las personas para atorme ma rlas.as Deeste modo. según Cipriano, la presencia poderosa del Espírituen el creyente es fundamental para que este pueda cumplir conel mandato de Jesús, según Marcos 16.15 . Nótese que Ciprianoestá hablando de una operación poderosa y abundante delEspíriru Santo en los creyentes bau tizados.

En relación con la controversia suscitada a mediados deltercer siglo en el none de África, en torno a la cuestión delbautismo y el re-bautismo de los herejes, en la que Cipriano seinvolucró, hay un documento interesante que ilustra el papeldel Espíritu en relación con este sacramento. Se trata delTratado sobre el re-bautismo, de un autor anónimo. En estaobra se hace una distinción entre el bautismo en agua y elbauti smo del Espíritu Santo. Cada uno es válido indepen­dientemente del 0((0, pero el segundo es dado por la imposi­ción de manos por parte del obispo. Después de afirmar que..fuera de la Iglesia no hay Espíritu Santo .., el Tratado agrega:..v por esa razón, quienes se arrepienten y son corregidos porla doctrina de la verdad, y por su propia fe, que subsigu iente­mente ha sido mejorada po r la purificación de sus corazones,deben ser ayudados solo por el bauti smo espiri tua l, esto es, porla imposición de las manos del obispo, y po r la ministracióndel Espíritu Santo», 26

Llama la atención el énfas is que pon e el Tratado en elministerio del obispo como ministrador del bautismo espiritualo llenura del Espíritu Santo . «Porque cuando por imposiciónde las manos del obispo el Espíritu Santo es dado a cada unoque cree, como lo hicieron los apóstoles en el caso de los

25. Ciprian o, Carta a Doneto, 5.26. Tratado sobre el re-bautismo, 10.

samaritanos después del bautismo de Felipe, mediante la im­posición de manos, de la misma manera también ellos confie­ren sobre aquellos el Espíritu Santo ...27 No obstante, el bautis­mo del Espíritu no es necesario para la salvación . Pero sí elbautismo en el nombre de Jesucristo, sin impo rtar qu ien loadministra, debe ser aceptado y suplementado por la invoca­ción del Espíritu Santo, conforme con la práctica eradtcicnal.aeEste bautismo de santidad debe ser procurado por tod os loscreyentes.

Volviendo a Cipriano, no debe pensarse qu e tod o lo qu eCipriano tenía para decir de la obra del Espíritu Santo estabalimitado a su relación con el bautismo. El don del Espíritu, quesegún él se recibe en el momento del bauti smo, es una herenciaque debe ser guardada y usada diligentemente por elbauti zadohasta el fin de su vida. Como parte de su propio testimon ioperso nal, Cipriano agrega:

Pero si guardas el camino de la inocencia, el camino de larectitud, si caminas con un paso firme y seguro, si, depen­diendo de Dios con todas tus fuerzas y con todo tu corazón,eres lo que has comenzado a ser, se te dará libertad y poderpara hacer en proporción a tu crecimiento en la gracia delEspíritu. Porque no hay, como es el caso con los be neficioste rre nales, ninguna medida o restr icción en la dispensacióndel don celes tial. El Espíritu fluyendo libremente no est<irestringido po r límite alguno, no está ence rra do por barre­ras dentro de ciertos espacios limitados. Fluye perpetua­mente, es exube rante en su afluir. Dejemos que nuestrocorazón solo sea sedien to, y esté dispuesto a recibir. En elgrado en el que dispongamos de una fe con capacidad, enesa medida extraeremos de Él una gracia desbordan te. Deahí en adela nte es otorg ado el poder, con castida d modesta,co n una mente sana, con una voz simp le, con una virt ud

27, lbid., 3.28. lbid., 15.

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176 LAACCIÓN DEL rsenrru SANTO EN LA HISTORIA EL CRISTIANISMO DEL SIGLO III 177

sin mancha, que es capaz de apagar elvirus de vene nos pa rala sanidad de los enfermos, para purgar las manchas de lasalmas necias por la salud restau rada, para ordenar la paz aaqu ellos que están en enemistad, reposo al violento, ama­bilidad al indomable, -por medio de pasmosas amenazaspara forzar a los espíritus impuros y errantes que se hanmetido en los cuerpos de los hombres a quienes se propo~

nen destruir a darse a conocer, para forza rlos con fuertesgolpes a salir de ellos, para echarlos retorciéndose, aullan­do, gimiendo con aumen to de un dolor constantementerenovado, para golpearlos con azotes , para quemarlos confuego. Allí se lleva a cabo la cuestión, pero no se ve. Losgolpes infligidos están ocultos, pero la pena es manifiesta.Así. en relación con lo que ya hemos comenzado a ser, elEspíritu que hemos recibido posee su propia libertad deacción.zs

La unción del Espíritu es generosa. Según Cipriano, ..elEspíritu Santo no es dado por medida, sino que es derramadotod o sobre el creyente ... sin diferencia de sexos. sin distinciónde años. sin acepción de personas, sobre todo el pueblo de Diosfue derramado el don de la grada del Espíritu»} OFrente a unregalo tan grandioso, los creyentes deben vivir vidas de santi­dad.

Vivamos como tem plos de Dios, para que se vea que Diosmor a en noso rros. Que nuestras acciones no se aparten delEspíritu ; de modo que los que hemos comenzado a sercelestiales y espirituales, no podamos conside rar y hacerotras cosas sino las espiri tuales y celestiales ... Pedimos yrogamos que quien es hemos sido sant ificados en el beu tis­mo podamos continuar en aquello en lo que hemos comen­zado a ser. Y es por esto que ora mos diariamente . Porque

29. Ibid., Carta a Donato, 5.30. Cipriano, Carta 69, 14.

tenemos necesidad de una sant ificación diaria, que noso­tro s que diariamente caemos podamos lavar nuestros pe­cados por una santificación continua... Oramos para queesta santificación permanezca en nosot ros... pedimos estodía y noche, que la sant ificación y vivificación que se recibede la gracia de Dios pueda ser preservada por su prorec­ción.Jt

De tod os modos, Cipriano advierte que es necesario sercuidadosos cuando de las manifestaciones del Espíritu se trata.La herejía y la falsa profecía fácilmente se confunden con lasauténticas operaciones del Espíritu. y terminan por provocarengaño y escándalo. Sobre el particular. Cipriano cuenta uncaso interesante. que de todos modos pone de manifiesto cuánvigentes estaban los donescarismáticos y las diversas ope racio­nes del Espíritu Santo en la iglesia del norte de África paramediados del tercer siglo:

De pronto se levantó entre nosot ros una cierra mujer, quienen un estado de éxtasis se anunció a sí misma comoprofetiza, y actuó como si estuviese llena con el EspírituSanto. Y estaba tan movida por el ímpetu del demonioprincipal, que durante mucho tiempo llenó de ansiedad yengañó a la hermandad, llevando a cabo ciertas cosasmaravillosas y portentosas, y prometió que ella haría quela tierra se sacudiese. No era tanto que el poder deldemonio fuese tan grande como para que él pudiese lograrsacudir la tierra o pertur bar los elementos , pero sí que aveces un espíritu imp ío, presintiendo y percibiendo quehabrá un terremoto, pre tende que él hará lo que ve que vaa suceder. Med iante estas ment iras y fanfar rone rías habíasometido tanto las mentes de los individuos, que ellos leobed ecieron y siguieron adondequiera que él les mandabay con ducía. El también pod ía hacer que la mujer caminara

31. Cipriano, Tratado sobre laoración del Señor, 11· 12.

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178 LA ACCIÓN DEL ESpíRITU SANTO EN LA HISTORIA EL CRISTIANISMO DEL SIGLO 111 179

en el invierno agudo con los pies desnudos sobre la nievecongela da, y no sent ir molestias o daño de ningún gradopor ello. Es más, ella diría que estaba apurándose a ir aJudea y a Jerusalén, fingiendo co mo que había ven ido deallí. Aquí tambi én engaño a uno de los presbíteros, uncampesino, y a otro , un diácono, de manera que ellostuvieron relaciones sexuales con esa misma mujer, lo quepoco despu és fue detectado . Porque de pro nto se le apare­ció uno de los exorcistas, un hom bre aprobado y siemp rede buena conducta con respecto a la disciplina religiosa,quien también estimulado por la exhortación de muchísi­mos hermanos que eran también fuertes ellos mismos ydignos de alabanza en la fe, se levantó en contra de eseespíritu malvado para vencerlo, el cual además, por sufalacia sut il, había predecido esto un poco tiempo antes,que un cierto carácter adverso e incrédulo vendría. Noobsta nte, ese exorcisra, inspirado por la grad a de Dios,resistió bravamente, y mostró que aquello que antes habíasido considerado santo, era realmente un espíritu muymalvado.Jz

Así, pues, la obra poderosa del Espíritu Santo se ve tam­bién en la man era qu e o pe ra, a tr avés de los creyentes, paraliberar a las personas de la opresión demoníaca .

Porque así como los escorpiones y serpientes que reinansobre el suelo seco, cuando son arrojados al agua no puedenvalerse ni retener su veneno, así también los espíritusmalvados, que son llamados escorpiones y serpientes y sonpisoteados bajo nuestros pies por el poder dado por elSeñor, no pueden permanecer ya más en el cuerpo de unhombre en quien, bautizado y santificado, comienza a serhabitado por el Espíritu Santo) 3

32. Cipriano, Carta 74, 10.33. Cipriano, Carta 75, 15.

A pesar de su fuerte énfasis sobre el orden episcopal en laiglesia , Cipriano es también fuertem ente ca rismá tico, si bienconcentra el ejercicio de los dones profét icos en los ob ispos.El m ismo, como obispo, testifica de ha be r recibido numerosasrevelaciones a través de visiones, muchas de las cuales sondescritas en sus ca rtas.J" Este es un aspecto del testimonio deCipriano qu e no siempre ha sido suficientemente tomado encuenta . En realidad , como señala Congar, «Al tratar de la vidade la igles ia antigua, es preci so hacer justicia a las visio nes,admoniciones, sugerencias atribuidas al Espíritu...35 En estesentido, es interesante notar la expresión de Cipriano enocasión del concilio celeb rado en Ca rra go, bajo su presidencia,en la pr imavera del 252: «dete rminamos, con lainspiración delEspíritu Sama y el aviso del Señ or po r medio de repetidas ymanifiestas visio nes...,,36 Así, pues, como destaca Ca ngar: «LaIglesia quería ser dirigida por Dios; no sol? por su Pa labra, sinopor las inspiracion es e indicaciones qu e El dab a••)?

El mismo comparti ó muchas de estas revelaciones con losfieles de su congregación y co n el clero .

Fue mi deber no ocultar estas cuestiones especiales, niesconderlas solas en mi propia consciencia, --cuestionespor las que cada uno de nosotros puede ser tanto instruidocomo guiado. Y vosotros de vuestra parte no mantengáisesta carta guardada entre vosotros mismos, sino permitidque los hermanos la tengan para leerla. Porque es el papelde alguien que desea que su hermano no sea advertido e

34. Véase, por ejemplo, Carta 7, 3·6. Sobre Cipriano y el don de profecía,véase, Cecil M. Robeck, jr ., -Visions and Prophecy in the Wrirings ofCyprien-, Parac1ete 16, Summer 1982: 21-25. Sobre Cipriano y lasvisiones, véase, Adolf ven Harnack, ..Cyprian als Enrhusiast», Zeits·ehrift für neiaestamenúiche Wissenscharf 5 (1902): 177-191; y AD'Alés, La théologie de Saint Cyprien, Cerf, París, 1922, 77-83.

35. Cangar, El EsPiritu Santo, 95.36. Cipriano, Carta 57, 5.37. Congar, El Espiritu Santo, 96.

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180 LA ACCiÓN DEL EspfRITIJ SANTO EN LA HISTO RIA EL CRISTIANISMO DEL SIGLO III 181

instruido int erceptar esas palab ras con las que el Señorcondesciende amonestarnos e instruirnos.Jü

No obstante, estas visiones y revelaciones son solo paralos ob ispos y sacerdotes, en qu ienes oficio y carismas se com­binan.J'' De modo que si los creyentes desean oír la voluntadde Dios, deben confiar en el obispo para que él la po nga demani fiesto .

Porque además de las visiones de la noche, duran te el díatambién, la edad inocente de los niños está entre nosotrosque estamos llenos con el Espíritu Santo , viendo en unéxtasis con sus ojos, y oyendo y hablando aque llas cosaspor las cuales el Señor condesciende en advenimos einstruirnos. Yvosotros debéis oír todas las cosas cuando elSeñor, que me pidió que me alejara, me traiga de vuelta avosotros ... Yo usaré ese poder de admonición que el Señorme pide que use.sü

Cipriano representa un punto de inflexión importante enla comprens ión de los carismas y su ejercicio en la Iglesia desdelos días de los apóstoles. Según Burgess, con «Cipr iano deCarrago culminó una tend encia entre los escritores cristianosantiguos qu e defendía la propiedad del carisma de profecía yel ejercic io de ese don por par te del obispo para sus pro piospro pósitos, haciendo que el mismo, por lo tanto, careciese depoder en las manos de orros- ru En las palabras de James L.Ash: «El carisma de profecía fue captu rado por el episcopadomonárq uico, usado en su defensa, y dejado a mori r una muerteinadver tida cua ndo la estab ilidad del verdadero ep iscopado lotra nsform ó en una herramienta superflua- ce-

38. Cipr iano, Carta 7, 7.3'1. Cipriano, Carta 68, 9·10.40. Cipriano, Carta 9, 4.4 1. Burgess, Ancient Christian Traditions, 86.42. Ash, -The Decline of Ecstaric Propbecy-, 252.

N ovaciano (m. ca. 270)

Novaciano era de origen frigio . Hacia el año 250 ocupabauna posición influ yente en la iglesia de Roma. Fue ho mbre depersonalidad brillante, de gran talento y erudición, aunque untanto débil de carácte r. Se formó bien en la filosofía esto ica yera maestro de retóri ca. Fue el primer teó logo romano quepublicó libros en latín y es, por lo tanto, uno de los fund adoresde la teología romana. Su lenguaje es culto; su estilo, esmeradoy muy estud iado , pero siemp re claro y sereno .

En el contexto de las terribles persecuciones de mediadosdel tercer siglo, Novaciano se opuso a aquellos qu e habíannegado la fe y querían reintegrarse a la Iglesia. Acerca delEspíritu Santo, Novaciano señala que, dentro de la Iglesia, Éles el maestro de toda verdad. El Espíritu Santo obra especial­mente mediante la distr ibución de los don es carismáticos a laIglesia, para que esta pueda cumplir con su misión en el mundo.El Espíritu que o peró en los profetas de la antigüedad es elmismo que obró en los apó sto les y que después de la resurrec­ción fue dado por el Seño r a todos los d iscípulos. En un pasajesumamente inte resante y de gran valor testimonial, Novacianoseñala :

El dio el Paracleto por necesidad a los discípulos, comopara no dejarlos huérfanos en ningún grado, lo que erapoco deseable, y olvida rlos sin un defensor y algún tipo deprotector. Porque él es quien forta leció sus corazo nes ymentes, quien señaló los sacramentos del evangelio, quienfue en ellos el iluminador de las cosas divinas. y ellos siendofort alecidos, por elamor del nombre delSeñor no temieronni mazmor ras ni cadenas, y aun, incluso pisotearon con suspies a los mismos poderes del mundo y sus torturas, dadoque fueron de aquf en adelante armados y fortalecidos porel mismo Espíritu, teniendo en sfmismos los dones que estemismo Espíritu distr ibuye, y otorga a la Iglesia, la Esposade Cristo, como sus ornamentos . Él es quien coloca profe­tas en la Iglesia, instruye maestros, dirige lenguas, da

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182 LA ACCIÓN DEL Es píRITU SANTO EN LA HISTORIA EL CRISTIANISMO DEL SIGLO III 183

pode res y sanidades, hace obras maravillosas, o frece dis­cernimientos de espíritus, conce de poderes de gobierno,sugiere consejos, y ordena y arregla cualesqui era otrosdones de charismata que haya. Yasí perfecciona y completaen todo a la Iglesia del Seño r en todas partes-u

Nótese que Novaciano está hablando de «do nes de cbarís­mata», es decir, dones carismáticos. Esto lo coloca en línea conla enseñanza de Pablo en Romanos 12 y 1 Corintios 12.Evidentemente, Novaciano parece estar muy influido por laenseñanza apostól ica sobre los dones espiritua les. Esto se veclaram ente al com parar la lista de dones mencionados por elobispo romano con las listas de Pablo en Romanos 12.6-8 y 1Corintios 12.8-10. Cada uno de los dones mencionado porNovac iano tiene su contraparte en alguna de las dos listaspaulinas. Es más, a veces parece como que Novaciano seap ropia de las palabras mismas de! apóstol, como cuando dice:«Ciertame nte, hay diversos tipos de deberes en e! Espíritu».44

Pero, además, Novacia no no solo concuerda con lo queacerca de los do nes enseña el Nuevo Testamento, sino queparece que él mismo estaba muy familiarizado con ellos y suejercicio. Al menos, la manera en que él expone acerca delEspíritu Santo lleva a esta conclusión. Es e! Espíritu e! que«coloca» profetas en la Iglesia, «instr uye maestros», ..dirigelenguas», ..da» poderes y sanidades, «hace» obras maravillosas,etc. Todos estos verbos están en tiempo presente, con lo cualda la impresión como que el autor está simplemente descri­biendo lo que ocurría en su iglesia en sus días. Sobr e e!part icular, Kydd concluye: «Si es así, esto sería evidencia de lapresencia continua de los dones del Espíritu entre los cristianosen Roma a mediados del tercer siglo».45

43. Novaciano, Tratado sobre la trinidad, 29.44 . íbid., 29.4 . Esto recuerda [a expresión de Pablo: «Ahora bien, hay

diversidad de dones-45. Kydd, Charismatic Gifts, 62. (l Corintios 12.4 -6).

Por otro lado , Novaciano atribuye la perfección e integri ­dad de la Iglesia a los do nes del Espíritu . Kydd señala sobreesto: «No pienso que sea llevar las cosas demasiado lejos decirque Novaciano pondría en dudas que la Iglesia pueda creceren la manera en que Dios quiere que lo haga sin que los donesestén acttvcs-.« Su énfasis sobre la santidad en la vida de laIglesia de sus días y sus altas normas morales presuponen laoperación del Espíritu Santo a través de sus do nes.s"

En su Tratado sobre la Trinidad, Novaciano presta sumaatención a la obra del Espíritu Santo, especialmente en elcapítu lo 29 .48 Es interesante que inmediatamente después dehablar sobre los dones, Novac iano pasa a discutir la vidacristiana en general. Según él, es el Espíritu quien mejora lamoralidad, edifica las relaciones entre las personas, y purificaa la Iglesia. Es en este contexto que afirma que el Espíritu Santoes ..el que produce el segundo nacimiento fuera de las aguas ...quien puede transformarnos en temp lo de Dios y hacernos suhogar, qu ien intercede ante los oídos divinos por nosotros congemidos indecibles, cumpl iendo los deberes de un abogado, ydesplegan do los oficios de un defensor, siendo dad o como unmora dor de nuestros cuerpos y como alguien que produce susantidad-r' ?

Así, pues, para Novaciano, el Espíritu Santo no solo estáactivo al com ienzo de la vida cristiana de cada creyente, sinotambién a lo largo de ella. De allí, la relación estrecha ent re laoperación poderosa del Espíritu y el proceso de santificacióndel creyente. «Realmente», dice No vaciano en cuanto al cre­yente lleno del Espíritu, «este es quien tiene deseos contrariosa la carne , porque la carne lucha contra Él. Este es quien refrena

46. íbid.; 6 1.47. Véase Ronald A.N. Kydd, -Novatian's De Trinita te, 29 : Evidence oí

the Chari smaricb- Scottish journa f of Theofogy 30 (1977): 3 13-3 18.48. Sobre el particular, véase, Russell J. DeSimone, The Treat ise cf Nova­

tian, the Roman Presbyter on the Trillity Instirnrum Parristicum Agus­tinianum, Roma 11970,143 ; 147. 148; Y 158.

49. No vaciado, Tratado sobre fa Trinidad , 29.16.

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184 u.. Aca ÓN DEL EsplRffiJ SANTO EN LA HISTORIA EL CRISTIANISMO DEL SIGLO 111 185

Jos anhelos insaciables y apasionados , rompe con la lujuriadesconrronada, saca el ardor ilícito, conquista los impulsosflagrantes, po ne a un lado la borrachera, te rmina con la codicia,evita los excesos disolutos... aba ndona lo impuro •.so Al igualque Pablo (véase Gálatas 5 .16-25), Novaciano considera quesolo el Espíritu puede obrar esta conducta en el creyente. Perosu obra va todavía más allá, ya que es el Espíritu el que liga enamor a los crist ianos y quien pro duce en nosotros su buenavolunrad.n Esto significa, que el Espíritu es qui en une a loscristianos en la Iglesia y crea la co munión ent re ellos. De igua lmo do, es el Espíritu qu ien ..repele a las sectas, prepara la reglade la verdad, y refuta a los herejes..; y es el Espí ritu qui en..guarda pura e inviolable a la Iglesia por la santi dad de unavirginidad ininterrumpida y de verdad»,H

Todo esro, lleva a Kydd a concluir: «Cuando revisamosSobre la Trinidad, 29, parece qu e Novaciano consideró alEspíritiu como mu y act ivo en su día . Él no está interesado enprimera insrancia con lo que hab ía ocurr ido en algún tiempoanterior en la historia; él está relatando lo que estaba ocurrien ­do en su tiem po...53 Efectivamente, su testimo nio de la acció ndel Espíritu Santo en cuestiones tan vita les en la vida delcristiano y la Iglesia como la uni dad, la sant idad, la o ración, elbautismo, y la en trega y operación de los dones espirituales, essumamente valioso . Sobre todo, es evidencia clara de que paramediados del tercer siglo, los dones y manifestaciones delEspíritu Santo estaban vigentes entre los cristianos en la ciudadde Roma.

No o bstante, el problema co n Novaciano fue que, al igualque H ip éliro, en un momento de su vida, se co locó co ntra losrepresentantes del cris tianismo estab lecido o tron cal. Esto lomarginó y silenció, y creó un nuevo discurso -o ficial.. en su

50. lhid., 29,18 -19.51. lbid., 19.52. lbid., 26.H. Kydd, Charismatic Gifts, 63.

cont ra. Este discurso le colocó el ep íteto de diside nte y be re­siasca, y co n ello, incluso su testimon io de la obra del Espíri tuen sus días cayó también en descrédi to y cuestionamienro . Noobstante, su Tratado sobrelaTrinidad resultó ser la mayor ob rateo lógica en latín que se haya producido en Roma en su tiempo.Co mo tal, este escrito es un buen testimonio no so lo de la fesino también de la práctica de los cristianos en Roma a media­dos del tercer siglo. Y, lo más interesante e innegable, es queNovaciano da evidencias de que los dones del Espíritu estabanvigentes en sus días en la iglesia romana.

Gregorio Taumaturgo (ca. 213-ca. 270)

Su apodo significa «obrador de maravillas». Nació enNeocesarea (en Pomo, Asia Menor) en una familia rica y noble.Su padre era devoto de de idad es paganas. Cuando Gregariotenía 14 años, su padre muri ó y él com enzó a estudiar con elfamoso teólogo ale jandrino O rígenes, bajo cuyo tur elaje seconvirt ió en un fiel cristiano. Orígenes le enseñó a pensarcríticamente, y a ser un investigador en filosofía, física y ética.Más tarde Gre gario ponderar ía a su maestro co mo alguien quelo entrenó a través del carisma divino, hablando como aquellosque profetizan e inte rpre tan las palabras místicas y divinas.54

Al terminar sus estudios, alrededo r del año 230, Gregarioregresó a su ciudad natal, donde tuvo un éxito extraordinarioen llevar a la co nversión a su pueblo . -Losmétodos de Gregarioestaban bien adaptados a su propósito . A los milagros paganosél o puso los cr istianos y expuso las prácticas fraudulentas delos sacerdotesc.rr La co nversión de Neocesarea fue asombrosa.Según su discípulo, Gregario de Nyssa, había tan solo 17cristianos. Cuando Gregar io Taumat urgo murió cua rentaaños más ta rde , en Neocesarea había solo 17 que no eran

H. Grega rio Taumaturgo, Oración y panegmco dirigidos a Orlgenes, 15.55. Kennerh S. Larourette, A History of the Expansion of Christianiry, 7

'0'0[5. Zo ndervan, Grand Rapids, 1970, 1:90.

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186 LA ACCiÓN DEL t snarru SANTO EN lA HISTORIA EL CRISTIANISMO DEL SIGLO 111 187

cnsríanos.se [C ómo fue que se logró tal conversión masiva?Por lo menos cuatro de los pad res de la iglesia responde n a estapregunta. Uno de los herederos espirituales de Gregario fueBasilio de Capadocia. En su famosa ob ra Sobre el EspírituSanto, Basilio arg uye que Gregario debería ser co locado entrelos apóstoles y profetas como una perso na que caminó por elmismo Espíri tu que ellos. Dice Basilio:

éPo r ventura no colocar emos ent re los apóstoles y losprofetas a este hombre que ha tenido por guía, como ellos,al Espíritu Saneo, que durante toda su vida ha realizado ala perfección la conducta evangélica? sr, yo Jo proclamo;faltaríamos a la verdad si no contásemos a esta alma en elnúmero de aqu ellas que estu vieron unidas a Dios. Gregoriofue como una lumbrera luminosa que resplandeció en laiglesia de Dios .S1

El mismo Basilio y Máximo (Homilía 54) certifican lamultitud de sus milagros y profecías. que valieron a Gregarioel sob renombre de ..taumaturgo... es decir. obrador de mara­villas o milagros. Especfficamenre, Basilio informa que po r laoperación conjunta del Espíritu. Gregario tenía un podertreme nd o sobre los demonios. y estaba tan dotado espi ritual­mente que su evangelismo era dramáticamente exitoso. Basilioenumera algunos de los mi lagros atribuidos al ministerio deGregario . la lista incluye su min ister io de pr ofed a y el desvíodel curso de ríos . Y co ncluye:

Por la superabunda ncia de dones, ope rados en él por elEspíritu en todo pode r y en señales y en maravillas, él fuecatalogad o como un segundo Mo isés por los ene migosmismos de la Iglesia. Así, en todo lo que él logró a través

56. Gregcric de Nyssa, Vida de San Gregario Taumaturgo, 46. V éase Fox,Pagans and Christians, 517-542.

57. Basilio de Capadocia,Tratado sobre el Espfritu Santo, 29.74.

de la gracia, tanto en palabra co mo en acción , una luzpa reció estar brillan do siempre, muestra del poder celestialde lo invisible que lo siguió. S8

Gregario de Nyssa, otro de los segu idores de G regarioTaumatu rgo, escribió un ensayo sobre su predeceso r, queprocura explicar el éxi to evangel ístico del obrador de milagros.A 10 largo de su obra, el autor asume que los milagros y otrosfenómenos sobrenatu rales obrados a través del Taumaturgoresultaron en conversiones masivas.J? Severo de Amioqufaafirma que G regario Taumaturgo recibió todos los dones delEspíritu y realizó todo tipo de acciones podero sas. incluso secóun lago y detuvo un río. Según él. el Taumaturgo llevó a cabosanidades. liberó a personas del erro r pagano. y recibi ó cono­cimiento por medio de la revelación divina.w En su historia dela iglesia pr imitiva. el historiador del cuarto siglo. Sóc rates.informa que los paganos no estaban me nos atraídos a la fecristiana por sus hechos maravillosos que po r sus palabras.Señala Sócra tes que muchos milagros. sanidades de enfermosy expulsión de demonios se produjeron por medi o de suscarras.et Jeróni mo. qui en nos provee co n el directo rio másantiguo de la Iglesia. habla de informes que circulaban a finesdel siglo IV y comien zos del V en el sentido de que los escritosde Gregario er an superad os por las señales y marav illas qu eaco mpañaban su evangelización. trayendo gran gloria a lasiglesias. 62

A la luz de estos testimonios. llama la atención que el másgrande de los historiador es eclesiásticos de este período, Euse­bio de Cesárea, guarda silencio en cua nto al carácter milagroso

58. íbid.59. Grcgory de Nyssa, Vida de San Gregorio Taumaturgo, 46.60. Citado en Burguess, The Holy Spirit: Eastem Christian Traditions,

Hendrickson Pubhshers, Peabody, Mass, 1989, 206.6 1. Sócrates, Historia edesiastíca, 27.62. Jerónimo. Vidas de hombres ilustres. 65.

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188 LA ACCIÓN DEL EspíRITU SANT O EN LA HISTORIA El. CRlSTIANISMO DEL SIGLO 11I 189

del ministerio de Gregario y no lo llama Ta umaturgo.es Sobreel particular, comenta Stanley M. Burgess:

Este silencio ha sido aprovechado por los «demitologiza­dores» modernos para sugerir que ellos [los testimonios deseñales y prodigios] eran mera mente ficciones de las ima­ginaciones de los discípulos. Pero tal argumento, basadosobre evidencia negativa - basado sobre la ausencia deevidencia a favor o en contra- no demuestra nada. Losmismos eruditos argumentan, además, que las tendenciasfilosóficas y reflexivas de Grega rio habrían sido incompa­tibles con un ministerio que evidenciara un -evangelismode pode r». Uno no puede menos que preguntarse cómo,dado este razonamiento, pueden ellos aceptar tan gustosa­mente la misma mezclaen la vida deSan Pablo (d . Hechos17.28 y Romanos 15.18-19).64

Gregorio el Iluminador (ca. 240-325)

Según el historiador griego Sozómenos, los arme~ios fue­ro n los prime ros en aceptar la fe cristiana corno nación. Elpromotor de esta conversión fue el hijo de un noble armenio,que fue educado como crist iano en Cecarea de Capadocia (AsiaMenor) , donde los cristianos eran muy numerosos por esetiemp o. Su nombre cristiano fue Gregario. Despu és de muchasperipecias, pudo regresar a su país, do nde sus enseñanzasfuero n mu y bien recibidas. Por toda Armenia se destruyero nlos ídolos, los templos paganos fueron limpiados de idolatríay consagrados como iglesias cristianas, y muchos sacerdotes seincorporaron al clero cr istiano. Grega rio, que hasta entoncesno había tenido ninguna posición eclesiástica, fue consagradocomo el primer obispo de Armenia, en el año 294. Con el

63. Eusebio de Cesárea, Historia eclesiástica, 6.30.64. Burgess, -Prcclaiming the Gospel-, 281.

tiempo se lo llegó a conocer com o «el Ilumin ador», por causade la eficacia de su labor apostólica y por haber iluminado a lanació n armenia con la luz del evangelio.

La fuente principa l para co nocer la vida y obra de este granhombre de Dios es el historiador Agathángelos. Según él,Gregario «expuso todas las palabras del Espíritu Santo endebido orden y explicó su interpretación po r el poder delmismo Espíritu».65

Para Gregario, el Espíritu Santo es el Espíritu creador, quese movió durante la creación sobre la faz de las aguas y el mismoque descendió sobre Jesús en la for ma de paloma durante subautismo. Este Espíritu creativo es también el que recrea arodas aquellos que vienen a ser renovados por el bautismo. Esél qu ien «abre de nuevo la matriz mediante el agua visible,preparando a los nacidos de nuevo el plumaje nuevo por laregeneració n de la fuente, para vestir a to dos los que naceránuna vez más con ropajes de luz».66

En Pentecostés, enseña Gregario en su Catecismo (obraatr ibuida a él por la tradición armenia), la obra del EspírituSanto se reveló a la humanidad.s? La venida del Espír itu comoConsolador fue asombro sa e incornprensible.sf El fue enviadodesde la gloria divina a los que estaban reu nidos en el aposentoalto, a fin de atraer a los santos a sí mismo y confirmarles laobra completa llevada a cabo po r Crisro.e? En aquel día, Él se

65. Véase, Roben W. Thomson, ed., Agathangelos: History of the Arme­nia ns, State University oí New York Press, AJ bany, N.Y., 1976, 267,371.Agathangelos escribió unaVida de Gregario, que estásaturadaderelatos Iantasticcs y muchas historias de milagros. La obra fue compi­lada alrededor del año450.

66. Gregorioellluminador, Catecismo, párrafos412-414. Para el textodelCatecismo, véase, Roben M. Thomson, ed., The Teaching oiStoGre­gory: An fAr ly Armenian Catechism , Harvard University Press, Cam­bridge, Mass., 1970).

67. Ibid., párrafo 670.68. Ibid., párrafo 500.69. lbid., párrafo 505 .

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190 LA ACCIÓN DEL EspfRlTU SANfQ EN LA HISTORIA EL CRISTIANISMO DEL SIGLO 111 191

reveló como fuego, de modo que «los malvados se que maseny los elegidos fuesen llenos con las copas de gozo del Espíritu,con los dones del tesoro inagotable que jamás deja de ser».

Llenos hasta rebosar con el Espíritu, estos primeros cristianosfueron iluminados por el pod er de su natu raleza ardienre.Zv Amedida que ellos compartían este fuego del Espíritu con gozo,los apóstoles se embriagaron con la copa de la profecía, y setransformaron en portadores de esa copa a través de toda latierra, dando de beber en el banquete de la boda del reino alos que estaba n espiritualmente sedientos .

El Espíritu se reveló como fuego (o lenguas de fuego),dando a entender con esto el horno que quema los pecados,primero de los apóstoles y luego, en razón de sus esfuerzos.aquellos del resto del mundo.Zt El fuego fue el agenre santi fi­cador del Espíritu ,72 Así. pues, los apóstoles recibieron en susbocas el fuego de la vida del Espíritu. y con ese fuego ellospuri ficaron la sal del mundo. sazonando a todos por el fuego.zaDe este modo, se transformaron en antorchas encendidascomoen un candelero. esto es, sobre la cruz,74 Dice Grega rio: -Losjustos han sido metidos adenrro del horno de la justicia yteñid os con los times y colores del Espíritu Santo ..,7S

Otra imagen que utiliza Gregario para referirse al derra­mamiento del Espíritu es la de una pode rosa inundación deaguas, que en los últimos días viene sobre muchos pueblos.zsSegún él. el Espíritu derramó para ellos la du lzura de lasfuentes, y -de la fuente de luz ellos bebieron gracia» ,n Losapóstoles trajeron renovación a todo el mund o mediante elagua y el Espíritu, tr ayendo con ello el vasto mar de la paz y el

70, íoid., párrafo 507.71. lhid., párrafo 682.72. lbid., pár rafo 676.73. Ibíd., párrafo 681.7~. íbid., párr afo 683.75. Ibid., párrafo 170.76. lbid., párr afo 67 1,rt. íbid.. párrafos 546 y 68 1.

río abundante de la salvación, con copas de gozo y de amorllenas por fuentes de un fluir perperuo.zs

Gregario también se refiere frecuentemente al Espíritucomo paloma. Es sobre sus alas que los evangelistas de Cristoson levantados. Es así como los apóstoles profetizaron, habla­ron en todas las lenguas como para enseñar a todas las nacio­nes, y recibieron revelaciones y visiones. De igual modo.fuero n capacitados para revelar los misterios de la Palabrainefabl~ y del matrimon io eterno de Cristo con su Ig1esia.79

Este mismo Espíritu le dio conocimiento para entender launidad consustancial de las tres personas de la T rinidad. asícomo para comprender las profecfas del Antiguo Testamentoy ser guiados a toda verdad. Ellos fueron llenos con el fluir delpode r del Esptn ru.sc Fue bajo su influencia que tuvieron éxitoen cu mplir con la misión que el Señor les había encomendado .

Pero esta obra poderosa del Espíritu no terminó en Pen­tecostés ni se agotó con los primeros apóstoles. La gracia delEspíritu se reveló y fue derramada sobre toda persona. hacien­do de cada uno alguien digno de la nueva gracia de la Deidad.e!Aquellos que han visrc a Dios y han sido llenos y embebidoscon el Espíritu han continuado sirviendo al Señor con gracia ypoder de lo alto. De este modo , la tradición posterio r recono­ció también en Gregario la operación poderosa del EspírituSanto. Si bien es necesario ser cautos en aceptar todo losprodigios y maravillas que le son atrib uidos, especialmente porAgatbangelos, es posible concluir que la acción poderosa delEspíritu era tenida como actual en sus días.

78. lbid., pár rafo 682.79. uu.;párr .afo 699.so. Ibid., párr.afo 674.81. Ibid., p árrafo 673.

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H CRISTIANISMOINSTITUCIONALIZADO

ID acia comienzos del siglo IV, elcristianismo 10gr6, superar, al menos en el oeste, las enormes presio-• nes que significaron las grandes persecuciones de

las décadas anteriores. Con la «conversión» deConstantino (año 3 12) la suerte del crist ianismo en el ámbitodel Imperio Romano, comenzó a cambiar. De religión perse­guida pasó a ser la religión favorecida por el Imperio. hastaque con el emperado r Teodosio se transformó en la religiónoficial del Estado romano (379). Estos cambios radicales de lasituación respecto del poder político afectaron profundamenteal cristianismo en general. Con ellos, se logró una mayorlibertad para el testimonio cristiano, se produjo un gran creci­miento num érico, y la cultura recibió un impacto más profun­do de las influencias cristianas. No obstante, las condicionesmás favorables relajaron las convicciones cristianas, la ética, el

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194 LA ACCiÓN DEL EsrfRlTU SANTO EN LA HISTORIA EL CRISTIANISMO INSTITUCIONALIZADO 195

celo evangelístico y misionero, y el compromiso con un estilode vida según el evangelio del Reino.

El cristianismo se fue institucionalizando poco a poco,cediendo a las presiones imperiales, que apetecían utilizar lafuerza cohesionante de la fe cristiana para lograr los finespolíticos de la unificación del Imperio en. dec.adencia. Fueinevitable que las iglesias y su liderazgo se rmmenzaran con lasestructu ras del Estado, y a la sombra de su protección, apren­dieran a confiar más en los mecanismos del pod er humano queen la efusión del Poder divino. Es así que el proceso deinstitucionalización del cristianismo estuvo acompañado deuna des-earismatizaci6n proporcional.

Sumado a estos factores sociológicos y espirituales, cabemencionar las crecientes controversias teológicas que plagaroneste período. Lafe implíc ita en las Escrituras debía ser.explici.rada mediante fórmulas teológicas. Pero no tod os co incidíanen dar las mismas respuestas a los interrogantes que la fe y lapráctica cristiana suscitaban. Primero, hubo que resolvez: :1problema de la relación ent re las Personas de~tro de la Trini­dad . Luego. la relación entre el Padre y el HIJO. Además, fuenecesario afirmar la divinidad del Espíritu Santo y la cuestió nde su procedencia, como también discutir la naturaleza huma­na y divina en Cristo .

Es en este tiempo de tanta controversia y conflicto que seformula una doctrina del Espíritu Santo y se afirma su divi ni·dad. Pero esto mismo suscitó otros problemas, que todavía no'se han resuelto. Co mo señala Paul Tillich, desde que el Co nci­tia de Cons tantinopla en el año 381 declaró la divinidad delEspíritu Santo en el mismo sentido que la del Hijo. el Espíritucomenzó a ser reemplazado pro gresivamente en la piedadpopular por la devoción a la virgen María) Sobre el particular,Stanley M. Burgess comenta que «mientras ciertos padres de laiglesia del siglo cuarto escribieron efectivamente acerca delpapel vital del Espfritu en el acto redentor de Dios, e incluso

t. Ti llich, Pensamiento cristiano y cultura en occidente , 78 .

de su continua o peración en la iglesia. la imp resión general quequedaba en la mente popular era la de su trascendencia y node su inmanencia..)

Además. a partir de com ienzos del siglo IV, el inexorab leproceso de institucionalización y cristianización fue liquidandoel ejercicio de los carismas por parte del pueblo, y fue licuandola fe de este en la operación poderosa del Espíritu a tra vés deseñales. prodigios y maravillas. Así comenzó el paradigma dela cristiandad, que sigue todavía vigente en nuestros d ías, sibien está en franca decadencia. En este paradigma, la Iglesia(ek-klesia, «la asamblea de los llamados afuera..) pasó a ser lacongregación de los «llamados adentro », La Iglesia, el mundoy el Imper io eran una sola cosa. Ser ciudadano del Imperio eraser cristia no y viceversa. Ciudadanía imperial y condicióncristiana llegaro n a ser sinónimos. El poder de la carne com en­zó a imponerse sobre el poder del Espíritu, por lo menos enOccidente.

En este contexto. el sacerdocio universal de los creyentesdio lugar al surgimiento de un clero. y este clero se rransformóen el sfmbolo de lo sagrado . Los caris mas que habían estadoen manos del pueblo, pasaron a ser el ejercicio exclusivo de loslíderes de la Iglesia. Los clérigos se transformaron en los únicosdispensadores del minister io de la Palabra al pueblo espiritual­mente ignorante. Fueron ellos los únicos capaces de ministrara los enfermos y afligidos; los capellanes imperiales que seocupaban de mantener el consenso culrural y el conrrol social;los d irectores de las ceremon ias públi cas de adoración y losritos de pasaje como el bauti smo, la confi rmación, el marr imo­nio y la muerte. Fueron los miembros del clero los únicos quepodían hablar en lenguas. en realidad, en la única lenguareligiosa oficial: el latín. Los únicos que pod ían ungir con aceitepara sanidad; los únicos que podían exo rcizar a los endemo­niados ; los únicos que pod ían ten er palabra de ciencia o desabiduría; los únicos autorizados para interpretar las Escrituras.

2. Burgess, Anc íent Christian Traditions, 98.

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196 LA ACCiÓN DEL Es pjRlTIf SANTO EN U. HISTORIA EL CRISTIANISMO INSrrruCIONAUZADO 197

De este mod o, es a parti r de este período y bajo estas circuns­rancias que comienza a rob ársele al pueblo creyeme el derec hoa ejercer los carismas bajo la guía del Espíritu y el privilegio deservir como agentes del poder recibido por la presencia yoperación del Espíritu.

No obstante, a pesar de ingresar a un nuevo paradigma enel desar rollo del cristianismo, es pos ible descubrir la acción delEspíritu Santo, según es testificada por muchos escrito res deeste per íodo . Algunos de ellos constituyen la expresión máxi­roa del proceso de institucionalización y cristianización, por 10que su testimonio tiene un especial valor documental.

Eusebio de Cesarea (ca. 260-339)

Destacado teólogo, considerado como el «padre de lahistoria eclesiástica», nació alrededor del año 260 en Palestina.Pasó su juventud en Antioquía y Cesarea y fue discípulo delexégeta y mártir Pánfilo (ca . 240 -309) . Ganó el favor delemperador Constantino y fue no mbrado obispo de Cesarea(313) . Desempeñó un pap el importante en el Co nci lio de Nicea(325) , donde actuó como asesor confidencial del emperador ycomo jefe del partido moderado o semiarriano, que se oponíaa la discusión sobre la natu raleza de la Trinidad. Más tarde,fue presidente del Sínodo de Tiro (335), donde se condenó yexiló a Atanasio (296-372). Fue co nsejero de la corte deConsranrino y un escritor prclffico, si bien no se destacó co mopensador original y profundo . Su obra cumbre es la Historiaeclesiástica, que trata desde la fundación de la Iglesia hasta eltriunfo de Constantino sobre Licinio. M uchos aco ntecimientosde la historia del cristianismo antiguo los conocemos a travésde esta obra.

El interés que Eusebio tenía en el pasado, lo llevó aco nsiderar y evalua r las manifestaciones del Espíritu Santo,especialmente en la segunda mitad del siglo 11. Sin embargo, sibien su aproximación histórica es co herenre y adecuada, suevaluación de los hechos que narra está plagada de prejuic ios.Como indica Kydd:

Él era un hombre prejuicioso. Sus convicciones teológi­cas se metieron en el camino de su imparcialidad histó­rica, y esro no es más cierto en ningún otro lugar quecuando él está tr atando con la herejía o los perseguido­res. En el caso de aquellos que han distorsionado la feverd adera , él jamás les perm ite hablar por sí mismos sinoqu e siemp re filtra sus ideas a través de escrito res «orto­doxos". Trata las fechas de los grupos herej es como pa rahacerlas aparecer lo más recient es posible, reduciendoasí la credibilidad de sus redamos de ser legítimos suce­sores de los Apóstoles.3

Así, pues, el testimonio de Eusebio está profundamentecondicio nado por su posición como teólogo de la corte imp e­rial, lo cual le quita capacidad crí tica y objetividad . En unsentido, el casamiento de la Iglesia y el Estado que se produjoa partir de Constantino, significó una profundización delproceso de instituc ionalización de la Iglesia y la disminución opérd ida de la frescu ra y espontaneidad carismática, que la habíacaracterizado en siglos anrerio res. Eusebio mismo contribuyómucho a este proceso, especialmente con su rechazo radical delmovimiento mo nta nista. Su preocupación mayor era con servarel status quo favorable logrado co n Constant ino, más que laliber tad del Espíritu manifes tándose de maneras poco co ntro­lables e impredecibles.

No obstante , aun en su ataque con tra el montanismo,Eusebio tiene que admitir la vigencia de los dones del Espírit ucomo clave para entender y explicar la rápida expansión deeste movimie nto en el co razón de Asia Menor. En su Historiaeclesiástica, señala: «Fue en ese mismo tiempo, en Frigia, queMontano, Alcibíades, Teodoto y sus seguido res comenzaro n aadquirir una reputación amplia en cuanto a la profecía ; puesnumerosas otras man ifestaciones del don milagroso de Dios,que todavía ocurrían en muchas iglesias, llevaro n a muchos a

J. Kydd, Charismatic Gifts, 47.

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198 LA ACCiÓN DEL EspíRITU SANTO EN lA HISTORIA EL CRISTIANISMO INSlTfUCJONAUZADO 199

creer que estos hombres también eran profetas- ce Esta es lamanera en que Eusebio explica la rápida difusión del monta­nismo hacia fines del siglo JI. Nótese que, según él, el hechode que en ese tiempo muchas iglesias todavía ejercían Jos donesdel Espír itu, fue un contexto favorable para la expa nsión de laN ueva Pro fecía, como se denominaba en ese tiempo al monta­nismo . Los creye ntes y las iglesias esperaban ver manifesta cio ­nes sobrenatu rales del Espíritu Santo en aquel entonces, talcomo quedó probado al considerar otras fuentes del siglo 11.

Además, co nviene aclarar que el ataque de Eusebio contrael mo nta nismo no significa su negación de la vigencia y valordel don de profecía o de otros caris mas en la iglesia de sus días .En su obra Preparación para el evangelio, Eusebio habla delEspíri tu Santo y seña la que «Él sup le a aquellos que estándebajo de los poderes superiores (que están) en Él mismo». Yagrega que e! Espíritu rec ibe del Padre, a través del Hijo, losdones que Él dispensa «a aquellos que en par te son dignos através de la ministraci ón y med iación de! Segu ndo (el Hi jo), enla med ida alcanzable po r cad a uno». Y El mismo «es gobe rna­dar y líder de aquellos que le slguenc!

En dos ocas iones, Eusebio se refiere positivamente a indi­viduos qu e manifesraron una vida llena del Espíritu . El primeroes Cuadrato, quien al igual que las hi jas de Felipe, era conocidopo r sus dones proféticos. De él y de otros «sucesores de losapóstoles» (como los llama Eusebio), dice que «muchos pode­res milagrosos del Espíritu divino operaban a través de ellos,de mo do qu e al oírlos po r pri mera vez mu ltitudes enteras co moun cuerpo abrazaban con entusiasmo sincero la adoración de!Creador universa l- ce El otro caso es el de M elitón de Sardis,«el eunuco, que vivió enteramente en el Espíritu Santo»'?

No obstante, quizás influido por su imperial protector,Co nstantino, Eusebio estaba más preocupado por la unidad del

~ . Eusebio de Cesarea, Historia eclesiástica, 5.3.5. Eusebio de Cesárea, Preparación para el evangelio, 7.15.6. Eusebio de Cesarea, Historia eclesiástica, 3.37.4.7. íbid., 5.24.5.

cristianismo que po r su vita lidad espiritual. Es por esto que sureacción contra el montan ismo es tan dura y negativa. Congran caus tic idad califica a la «N ueva Profecía» de «seudo-pro­fecía» y «novedad». De igual modo , les recuerd a a sus lectoresla d istinción que hizo Jesús entre profetas falsos y verdaderos.sEs más, en el caso de los montanistas, él no tiene dudas de queestán inspirados por el diab lo y no por el Espír itu Sanro.s Esteespíritu engañador es calificado por Eusebio co mo «espí rituarrogante», qu e «denigra a toda la Iglesia Cató lica por todo elmun do, porque el espíritu de seudo-profecía no recibió nihonor ni admisión a ellacre

Sin emba rgo , en el caso de Eusebio mismo, en su comen­tario sobre Isalas, el padr e de la hisrori a eclesiástica comparael poder y las acciones de los serafines con los santos hombresde Dios que co mparte n los car ismas más excelentes, tales comoprofecía, sanidades, resucitació n de muertos, hablar en len­guas, y sabiduría y conocimienro .tt Su discusión del Salmo78.18 inclu ye una comparación del rayo que acompaña a unato rmenta co n los carismas del Espíritu Santo, con los cuales laiglesia ha sido adornada.tt

La conclusión de Burgess sobre la posición de Eusebio encuanto a los carismas es:

A través del curso de la historia cristiana han habido figurasclave que han colocado la unidad en la Iglesia por encimade cua lesquiera otras consideraciones. Eusebio se destacacomo una de las gra ndes voces en favor de la unidad en elsiglo cua rto. Por causa de la unidad, aceptó las decisionesdel Concilio de Nícea, incluso cuando iban más allá de supropia pers uasión doctrinal. Atacó a la Nu eva Profecía, noporque desdeñara a los carismas, sino más bien porque

8. Ibíd., 5.16.4.9. Ibid.

ro. Ibid.11. Eusebio de Cesares, Comentario sobrebalas, 6.2.12. Eusebio de Cesarea, Comentario sobreSalmos, 77.18.

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200 LA ACCIÓN DEL EsplRlTU SANTO EN U HIST0R.L\ EL CIUST1ANISMO IN5rrruC10 NAUZADO 20 1

despreciaba el abuso profético de practicantes auto-procla­mados que operaban fuera de la iglesia troncal.lJ

Hilario de Pciriers (ca. 300-367)

Nació de nobles padres gentiles. Se dedicó al estudio delas filosofías griega y judía sin hallar en ellas lo que buscaba: laverdadsobr~ <:1fin último delser humano. Ensuobra principalSobre la Trinidad cuenta cómo halló la verdad en los librossagrados. En el año 355 fue nombrado obispo de Poitiers, peropoco después fue desterrado a Asia Menor (356-360). A suregreso, luchó por la victoria de la ortodoxia, al punto quellegó a ser para Occidente lo que Atanasia fue para Oriente.Celoso enemigo del arrianismo, se dedicó a combatirlo mien­tras desplegó una actividad incansable como obispo en Galia.Hilario murió en el año 367, dejando tras suyo una amplísimaobra escriba. Entre sus obras se cuentan: Sobre los SalmosSobre San Mateo y Tratado de los misterios. Es consideradoun? de los grandes himn61ogos latinos. En realidad, fue élquien p~obabl ~mente introdujo en Occidente el canto litúrgicode los fieles. Sin embargo, no le resultó fácil imponerlo entrelos galos a causa de la extensión y profundidad excesivas delos himnos compuestos por él.

Hilario se refiere a la obra santificadora e iluminadora delEspíritu Santo haciendo referencia a Juan 16.12-14 . Y señala:

Estas palabras fueron habladas para mostrar de qué maneralas multitudes debían entrar al Reino de los cielos; ellascontienen una garantía de la buena voluntad del Dador, ydel modo y términos del Don. Ellas nos dicen cómo, debidoa que nuestras mentes débiles no pueden comprender alPadre o al Hijo, nuestra fe, que encuentra la encarnació nde Dios difícil de creer, será iluminada por el don delEspíritu Santo , el Lazo de unión y la Fuente de luz.l4

13. Burgess, Ancient Christian Traditions, 104.1<4 . Hilariode Poiriers, Sobre la Trinidad, 2.33.

Luego cita Romanos 8.14-15 y 1 Cori ntios 12.3·11, y3grega: ..Aquí tenemos una declaraci6n del prop6sito y resul­t3dos del Don ; y no puedo concebir qué duda puede quedar,después de una definición tan clara de su Origen, su acci6n ysus poderes...15

Hilario ani ma a sus lectores a utilizar al máximo al EspírituSanto, como don de Dios: ....Por lo tanto, hagamos uso de estegran beneficio, y procuremos la experiencia personal de esteDon tan necesario». Así como ciertas facultades del cuerpohumano permanecen dormidas si no son utilizadas, ..así tam ­bién el alma del hombre, a menos que por la fe se hayaapropiado del don del Espíritu, no tendrá la facultad innata deaprehender a Dios, sino que estará pr ivada de la luz delconoci miento... A esto agrega:

Ese Don, que es en Cristo, es Uno, y no obstante , esofrecido y ofrecido plenamente, a todos; no es negado anadie, y es dado a cada uno conforme a la medida de sudisposición a recibir ... Este don está con nosotros hasta elfin del mundo, es el solaz de nuestra espera, la seguridad,por los favores que Él concede, de la esperanza que ser ánuestra, la luz de nuestras mentes, el sol de nuestras almas.Este Espíritu Santo debemos nosotros buscar y procurar, yluego afirmarnos por medio de la fe y la obediencia a losmandamientos de Dios.t e

Hilar io tiene varias referenc ias a las operaciones sobrena­turales del Espíritu Santo y en parti cular a sus dones. La fuentede la teología de los dones en Hilari o (al igual que en Cirilo deAlejandría y otros padres) es el texto mesiánico de Isafas11.1-2. Para Hilario este texto se refiere al don del EspírituSanto y a las diferentes maneras en que Él acraa .t? Utilizar

15. Ibid., 2.34.16. Ibid., 2.35.17. Hilario de Poitiers, Sobre Mateo, 15.10.

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202 LA ACCiÓN DEL ESP!RITU SANTO EN LA HISTORIA. EL CRISTIANISMO INSTITUCIONALIZADO 203

plenament.e ,eldon del Espíritu Santo significa ejerce r los variosdones espirituales que El concede. Según el testimonio deHilario, parece que en su propio día los dones del Espírituestaban todavía vigentes y eran practicados. Al menos así losugiere el sigui ente pasaje:

Por.que el don del Espíritu se manifiesta, allí donde lasabid ur ía habla y son oídas las palabras de vida , y allídondees~ el conocimiento que viene del discernimiento dado porD IOS, •••0 por el don de san idades, para que por la curaciónde las enfermedades podamos dar testimonio de su graciaque concedió estas cosas; o por el hacer milagros, para quelo que hacemos pueda ser entendido como que es del poderde Dios, o por profecía, para que a través de nuestracomprensión de la doct rina podamos ser conocidos comoenseñados por Dios; o por el discernimiento de espíritus,para que no seamos incapaces de decir si alguien habla conun espíritu santo o pervertido, o por géneros de lenguas,para que el hablar en lenguas pueda ser otorgado como unaseñal del don del Espíritu Santo; o por la interpre tación delenguas, para que la fe de aquellos que oyen no sea puestaen peligro a través de la ignorancia, dado que el intérpretede una lengua explica la lengua a aquellos que son igno­rantes de ella. Así en todas estas cosas distr ibuidas a cadauno para provecho hayal mismo tiempo la manifestacióndel Espíritu, siendo evidente el don del Espíritu a través deestas ventajas maravillosas concedidas sobre cada uno.18

Así, pues, Hilario de Poitiers enumera los dones delEspíritu, y nota al pasar que las lenguas y su interpr etaciónestá~ ord enadas por Dios y son parte del ministerio de laIglesia. Además, parece evidente que Hilario consideraba ato~?S los dones enu~erados como vigentes en sus días, ya queutiliza con frecuencia el pronombre personal de la primera

18. Ibid., 8.30.

persona plural. En verdad, son los incrédulos y los herejes losque, según él, no tienen el don del Espíritu Santo, y enconsecuencia, caminan en el error .

Atanasio de Alejandría (295 -373)

Nació en Alejandría, donde recibió su formación clásica yteológica. En su juventud se relacionó con los mon jes de laTebaida, en Egipto. En el año 319 fue ordenado diácono pore! obispo Alejand ro (¿-328), a cuyo servicio entró como secre­tario. Acompañó a su obispo al Concilio de Nicea (325), dondellamaron la atención sus discusionescon los arrianos. Tres añosmás tarde sucedió a Alejandro como obispo de Alejandría.Después de cinco destierros fue rehabilitado en su oficio el 1de febrero de 366. Pasó en paz el resto de sus días y murió e!2 de mayo del año 373 .

Elgran tema de discusión en sus días, y el que lo involucróen serias confrontaciones teológicas, fue e! de la relación delPadre y el Hijo en la Tr inidad. No había en él ni en suscontemporáneos, al menos en Occidente, un interés muyespecial en e! Espíritu Santo o en su acción. De hecho, el credode Nicea elaborado por e! propio Atanasio, dedica solo unafrase al Espíritu: ..Creemos también en el Espíritu Santo ...

No obstante, la contribución del obispo de Alejand ría aldesarrollo de la doctrina de! Espíritu fue importante. El Espl­ritu Santo es la unción y el sello; Él es el Espíritu que se mueveen e! creyente y a través de quien somos participantes de Dios.Cuando el Espíritu está en el creyente esto significa que laPalabra (Cristo) está en él, dándole el Espíritu, de modo quecuando bebemos del Espíritu, estamos bebiendo de Cristo.Cuando somos movidos por el Espíritu, esto es evidencia deque Cristo mora en nosotros. 19

Atanasia fundamenta y defiende la persona y obra delEspíritu basándose en su cristología. Entre el Espíritu Santo y

19. Atanasio, Carta a Serapión, 1.19-20, 23-24.

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204

obra del Espíritu Santo , ya que se consideraba al baurismocomo sacramento del Espíritu . En una de estas lecciones, Cirilose refiere a la gracia del Espíritu como agua, y afirma que ..elEspíritu Santo, siendo uno, y de una naturaleza, e indivisible,reparte a cada uno su gracia, según como Él quiere: ...Ysi bienÉl es uno en natu raleza, no obstante muchas son las virtud esque por la voluntad de Dios y en el nombre de Cristo Élopera ..)4 Y agrega:

Porque Él emplea la lengua de un hombre para sabidurfa;el almade otro Él ilumina por profecía, a otro le da poderde echar fue ra demonios, a otro le da interpretar lasEscrituras divinas. Él fortalece el dominio propio de unhombre; Él enseña a otro la manera de dar limosnas; a otroenseña a ayunar y disciplinarse; a otro enseña a despreciarlas cosas del cuerpo; a otro prepara para el martirio;diversos en diferentes hombres, pero no diversos de Él,como estáescrito.2S

Lo\. ACCIÓN DEL ESrfRlTIJ SANTO EN LA HISTORIA

el Hijo existe, según él, una relación aná loga a la que une alHijo con el Padre. ..Porque la condición propia que hemosreconocido {como la] del Hijo respecto del Padre, veremos quees precisamente la que el Espíritu posee respecto del Hijo...2oDe este modo, Atanasia aplica al Espíritu un esquema lineal.dinámico : del Padre por el Hijo en el Espíritu. El padrealejandrino escribe: ..El Padre es luz, el Hijo su respland or, elEspíritu el que nos ilumina•. En otro lugar, dice: ..Siendo elPadre fuente y el Hijo llamado río, se dice que bebemos delEspíritu•. Y así sucesivamente para todo lo que concierne a lacomunicación y relación de la vida divina.u Por otro lado, porser consustancial al Padre y al Hijo, el Espíritu pued e hacernosconformes al Hijo y unirnos, mediante esta confo rmación, alPadre. Es así que podemos ser divinizados por ÉI.22

Atanasia menciona a los dones del Espíritu que estaban enoperación en la iglesia de sus días en varias ocasiones. Segúnél, había obispos que obraban milagros, así como había otrosque no lo hacían.U

EL CRJSTlANISMO INSrrruO ONALIZADO 205

Cirilo de Jerusalén (315-386)

Nació en Jerusalén, de padres piadosos. AHí también seeducó. En el año 334 fue ordenado diácono; diez años mástard e, fue ordenado sacerdote y se destacó com o pred icador ymaestro. En el año 350 fue obispo de Jerusalén. En el año 381part icipó del Tercer Co ncilio Ecuménico en Constantinopla.Tuvo muchos problemas con los arrianos , que lo hicieronobjeto de sus ataques. Murió el 18 de marzo del año 386.

Cirilo es el autor de veinticuarro lecciones carequ éticas.Debe tene rse presente que, en sus días, la enseñanza queprecedía al bautismo consideraba extensamente la persona y

20. íbid., 3. 1.21. lbíd., 1.19.22. ¡bid., 1.25 .

23. Atanasio, Carta a Draconcic, 9.

Según él, los dones y la enseñanza del Espíritu son unverdadero antídoto contra los males de este mundo, especial­mente la riqueza, el rango y los apeti tos de la carne.26 ElEspíritu no es un fluido o fuerza impersonal, ni una creacióndel lenguaje humano. "Él es un Espíritu Viviente, que dasabiduría en el hablar, hablando y enseñando Él mismo..,l7 Supropósito y manera de obrar en el creyente es única.

~I viene para salvar, y para sanar, enseñar, amonestar,fortalecer, exhortar, iluminar la mente, primero a aquelque lo recibe, y después a otros también a través de ~J. Yaslcomo un hombre, qu~ habiendo estado previamente en

H . Cirilo de j erusalén, Lecciones catequetícas , 16.12.25. tbid.26. íbid., 16.19.27. ¡bid., 16.13 .

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206 LA ACCIÓN DEL Esr fRlTU SANTO EN LA HISTORIA EL CRlSTIANISMO INSTIruCIONAUU DO 207

tinieblas de pronto contemp la el sol, es iluminado en suvisión corporal y ve claramente cosas que no veía, delmismo modo aquel a quien el Espíritu Santo es concedido,es iluminado en su alma, y ve cosas más allá de la visiónhumana. que Él no conocía 0' _ porque el Verdadero llumi­nadar está presente con Él. El hombre está dentro de lasparedes de una casa ; sin embargo el poder de su conocí­miento llega lejos, y V(: lo que otros hombres están hacien­do.28

Cirilo describe la plenitud de una vida llena del Espíritu,el poder sobrenatural que la caracteriza, el don de profecía, lapresencia y protección permanentes del Espíritu, y los donesde gracia de todo tipo, incluid o el fruto del Espfriru. Escribién­doles a los catecúmenos a punto de ser baut izado s, les dice:

Si eres ten ido por digno de la gracia, tu alma será ilumina­da, recibirás un poder que no tienes, recibirás armas terri­bles para los espíritus malos; y si tú no arrojas tus armas,sino que guardas el Sello sobre tu alma, ningún espíritumalo se te acercará a ti ; porque se acobarda rá; po rqueverdaderame nte por el Espíritu de Dios son expulsados losmalos espíritus.29

y agrega: ..Si tú crees, no solo recibirás la remisión depecados, sino también las cosas que sobrepasan al poder hu­mano. ¡y también pod rás ser digno del don de profecía! ...Y Élte dará dones de gracia de todo tipo, si tú no lo conrristas porel pecado...Jo De este modo , Cirilo alienta a los nuevos creyen­tes a experimentar la presencia y la ob ra del Espíritu Santo . Laúnica limitación que él impo ne a los fieles es la de no ir másallá de lo que la Biblia autoriza y menciona.

28. Ibid., 16.16.29. tu«, 17.36.JO. lhid. 17.37.

Al salir del agua bautismal y ser ungido por quien bautiza,el creyente es dotado por el Espíritu para servir al Señor.

Así como Cristo, al ascende r del Jordán, recibió una mues­tra de la esencia del Espíritu, así a ti cuando saliste de lafuente se te dio una unción que es el anti tipo de aquellacon la que Cristo fue ungido. Esa unción no fue meroaceite... el santo aceite después de la invocación ya no esmás mero aceite común, como dice la gente, sino un donde Cristo y el Espíritu Santo, hecho efectivo por la presen­cia de su Deidad... y así co mo con el aceite visible se ungeel cuerpo, el alma es santificada por el Santo Espírituvivificante .J t

Todo lo que el Espíritu Santo toca es santificado y trans­formado. Por eso, le dice Cirilo a los catecúmenos: «Tútambién eres "santo", dado que tú has sido contado comodigno del don del Espíritu Santo. Las "cosas santas" por lotanto corresponden a las "personas santas" » ,J2 Evidentemente,en estas palabras es posible escuchar a un buen pastor, que conamor y cuidado pastoral escribe a los catecúmenos o reciénbautizados, a quien es orienta especialmente acerca de la obradel Espíritu Santo. Cualquier buen pastor hoy debería hacer lomismo, ya que la Iglesia es la fuerza del Espíritu y la unción delSanro es fundamental para un servicio efectivo en el Reino.Solo hombres y mujeres llenos del Espíritu Santo pueden sercapaces de proclamar el evangelio del Reino con pod er yautoridad de lo airo.

Didimo el Ciego (310-395)

Quedó ciego a los cuatro años. No obstante , llegó a serpresidente de la escuela catequística de Alejandría y ocupó ese

31. lbid., 22.

32. lbid., 23.

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208 LA ACCIÓN DEL EsplRITU SANTO EN LA HISTORIA EL CRISTIANISMO INSTInlCiONAUZADO 209

puesto durante medio siglo. Fue maestro de Rufino (ca. 345­410) Yde Jerón imo (ca. 340 -420). Se destacó como apologistaen contra del arrianismo. Fue un prime r defensor de la verdadortodoxa, un sólido creyente, y un hombre de excelente carác­ter cristiano . Escribió com entarios sobre Miqueas, Oseas yZacarfas, y sobresalió en su conocimientos de la Biblia. SegúnPaladio: ..Estaba tan dorado con eldon del ap rendizaje, que lasEscrituras se cumplieron literalmente en él: ..El Señor hacesabio a los ciegos..)3

Entre sus varias obras se destacan dos. La primera, Sobreel Espíritu Santo es una protesta en contra del macedon ianis­mo. Fue escrita con anterio ridad al Segundo Co ncilio Ecumé­nico, que se reunió en Constantinopla (381), y se conserva enuna versión latina hecha por Jerónimo. La segunda, Sobre laTrinidad está escrita en tres libros y probablemente fue redac­tada después del Concilio de Co nstantinopla.

Según él, el Espíritu Santo es d gran Don de Dios a losseres humanos, d punto culminante de todos los dones deDios, el Don común del Padre y Él es el primer Don, po rqueÉl es amor, y el amor es la razón del H ijo.

El ser de todos los dones divinos. En la substancia delEspír itu Santo está comp rend ida la plenitud de todos losdones.w Nada es dad o por Dios sin Él. Todas las ventajas quehemos recibido del favor de los dones de Dios fluyen de estaPuenre.as Según él:

El Espíritu Santo del Nuevo Testamento es idéntico con elEspíritu Santo del Antiguo. Su nombre mismo implica unanaturaleza ajena a la de la criatura y similar a la de Dios;una naturaleza esencialmente santa y buena, infinita, indi­visible, y por lo tanto no la de una criatura hecha por laPalabra. En su operación, el Espíritu es uno con el Padre y

H. Paladio, La historia lausíaca, 4.2.H. Didimo el Ciego, Sobreel EsplrituSanto, 9.15. lbid., 4,9,28 .

el Hijo, y esta unicidad de operación involucra unicidad deesencia. Él es el Dedo de Dios; el Sello que estampa laimagen divina sobre el alma humana. Pero Él no es mera­mente una mena operativa; Él es una Persona divina.Je

Díd imo se refiere a la unción del Espíritu como unao peración singular suya , cuan do cita 1 Ju an 2.20 y declara queel creyente tiene una unción del Espíritu Santo, co mo la queJesús recibió en su enca ma ción.J? A tr avés de esta unción , elalma es fortificada, de modo que puede compartir la vida deDios . De este modo, iluminada por el Espíritu que mora en elcristiano bautizado como su templo, el alma es digna de lapresencia de Dios y se le permite beber de la fuente eterna. Esen el bautismo qu e el Espíritu regenera y sant ifica al alma. Estaes una funci ón propia del Espíritu, mientras que el baut ismoes el sacramento del Espíritu . Por eso , si uno se acerca a la piletadel bautismo con sinceridad, el Espí ritu Santo sirve como eldistribuidor de todos los grandes dones.

[Él] nos renueva en el bautismo, y obrando con el Padre yel Hijo, nos lleva de vuelta de nuestra condición de defor­midad a esa de belleza prístina, llenándonos con su graciade modo que ya no demos lugar a nada que sea indigno denuestro afecto. Él nos libera del pecado, de la muerte, y delas cosas terrenales. Él nos hace hombres espirituales, quecomparten en su gloria divina. Nosotros somos hijos yherederos de Dios y del Padre. ÉJ nos conformaa la imagendel Hijo, haciéndonos co-herederos y sus hermanos - no­sot ros que vamos a ser glorificados y a reinar con Él. ElEspíritu nos da los cielos a cambio de la tierra. Él nosconcede el paraíso de su abundancia, Él nos hace más altosque los ángeles. En las aguas de la pileta bautismal, Élextingue el fuego inextinguible del infierno.Jé

36. lbid., 34-36.31. Didimo el Ciego, Sobre laTrinidad, 2.6.23.18. lbid., 2.11.

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210 LA ACCIÓN DEL asrnrru SANTO EN LA HISTORIA EL CRISTIANISMO INSTITlJCIONAUZADO 21 ¡

La obra regeneradora del Espíritu es indispensable paratener los dones celestiales, sin importar cuán perfecta e impe­cable sea la vida de alguien. Solo la marca del sello de susant ificación nos hace santos y nos permite intima r con elSeñor. Solo aquellos que han sido vivificados espiritualmenteson capaces de entender el poder y la majestad suprema delEspíritu de Díos.as

Ambrosio de Milán (340-397)

Fue obi spo de M ilán, nació en la Galia y estudió derech oen Roma. En el año 370 fue nombrado magist rado con sula rdel Imper io, con sede en Milán, y se ganó la veneración delpueblo por su benevolencia y sabiduría . En 374 recibió lasede episcopal de Milán, y adoptó una decidida posiciónortodoxa fren te al arrianismo , resistiendo con éxito el inten­to de la emperatriz Justina de introd ucirlo en la ciudad. Suconocimiento del griego le ayudó a conseguir un mayoracercamiento entre Oriente y Occidente. Su más valiosolegado es el de sus himnos, reunidos en una obra tituladaCanto Ambrosiano. En muchos de sus himnos, Ambros ioexalta la divinidad del Espíritu Santo y su poder. Comoescr itor, de jó múltitud de obras, mayormente discursos yexposicio nes. Manifestó una gran erudición y vivacida dintelectual. Si bien la sede de Mi lán no dep endía de la deRoma, Ambro sio se mostró respetuoso hacia el obispo deRoma, contribuyendo así a desarroll ar la unidad de la IglesiaCatólica ligada a Roma y al proceso de rápida instituciona­lización eclesiást ica. Ortodoxo en su doctrina, se destacóco mo orador y predicador .

Ambrosio de Milán fue el maestro de Agustín de Hipona(354-43 0). No obstante, proba blemente ningún otro maestrode la iglesia entró a sus labores tan desprovisto de conoci mien­tos teológicos como él. Co mo él mismo indica:

39. Ibid., 2.12.

Los hombres tienen que aprende r de antem ano lo que vana enseña r. Ind uso esto no me cayó en suerte. Yo entré a losapuro nes al oficio sacerdotal desde la silla y placa de unamagistratura, y al principio tuve que enseña r lo qu e nohabía aprendido. Conmigo , el aprendizaje y la enseñanzadebieron ir simultáneamente, porque no tuve tiempo paraaprender hasta que me hice maesrro.sü

Sin embargo, le cabe a Ambrosio el mérito de ser el primerescritor occidental que dedicó una obra separada de ciertamagnitud a la doct rina del Espíritu Santo . Por cierto, no setrata de una obra original, ya que se basó en sus lectu ras deAtanasia, Basilio y Dídimo sobre la misma cuesrión.e! Supropósito es ofrecer a sus lectores una explicación cuidadosay completa de la natu raleza y obra de la tercera persona de laTrinidad.

Ambrosio ve al Espíritu Santo como un río caudaloso queriega a la Jerusalén mística, que es la Iglesia:

Así, pues, el Espíritu Santo es el río, y el río caudaloso, quesegún H ebreos fluía desde Jesús en las tierras, ta l como lohemos recibido en profecía por la boca de lsaías. Este es elgran río que fluye siempre y nu nca falla. Y no solo un do,sino también uno de una corriente copiosa y de una gran­deza desbor da nte, como también dijo David: ..Del río suscorrientes alegran la ciudad de Dio».Porque tampoco es esa ciudad, la Jerusalén celestial, regadapor el cana l de cualquier río terrenal, sino por el EspírituSanto, que procede de la Fuente de Vida, por quien somossaciados aun con una pequeña corriente suya , y qu ienparece flui r más abu ndantemente entre aqu ellos tronos,

40. Ambrosio de Milán, Sobre los oficios, 1.1.41. Sweee, The Holy Spirit in the Ancie1lt Church, 317·318. Sobre la

doctrina del Espíritu Santoen Ambrosio,véase, Norman joseph Belval,The Ho/y Spirit in Saínt Ambrose, Officium Libri Catholici, Roma,1971.

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212 LA ACCIÓN DEL EspfRITU SANTO EN LA HISTORIA EL CRISTIANISMO INSrrruCIONAlIZA DO 213

dom inios y pod eres celestiales, ángeles y arcángeles, flu­yendo en el curso completo de las siete virtudes del Espíri­tu. Porq ue si un rfo que se levanta por sobre sus riberasdesborda, cuánto más lo hace el Espíritu, levantándose porsobre toda criatura, cuando él toca, como lo hace, loscampos bajos de nuestras mentes, y alegra esa naturalezacelestial de las criaturas con la fertilidad mayor de susant ificación.

y que no te preocupe que aquí [Salmos 46.4] se diga«ríos» o en otra parte ..siete Espíritus" [Isaías 11.2], porqu epor la santificación de estos siete dones del Espíritu, comodijo lsalas, se da a entender la plenitud de toda virtud; elEspíritu de sabiduría y de inteligencia, el Espíritu de con­sejo y de poder, el Espíritu de conocimiento y piedad y elEspíritu de temor de Dios. Uno, entonces, es el Río, peromuchos los canales de los do nes del Espíritu. Este Río,entonces brota desde la Fuente de Vida.42

Esta corriente que procede de la Fuente viviente de Dioses realmente la gracia del Espíritu, prometida por el profetaJoel (2.28). El Espíritu Santo es derramado a las almas y fluyeen los sentidos, de manera que con este caudal podamosapagarel ardor de la sed de este mundo.

Para Ambrosio, el poder creativo pertenece al EspírituSanto. Él estuvo involucrado en la creación del mund o; El fueel autor de la encarnación, dado que Él formó la humanidaddel Señorj y Él crea de nuevo a los creyentes por el bautismo.OAdemás, El es eldador de todos los dones, que vienen del Padrea través del Hijo.44 El Hijo mismo fue enviado por el Espíritu,quien lo ungió para su ministerio, y el Hijo a su vez envió alEspíritu, y ambos fueron dados por el Padre.O Por eso, el Hijo

42. Ambrosio de Milán, Sobreel Espfritu Santo, 1.16.4J . lbid., 2.1-5.44. lbid ., 2.10-12.45. lbid., 3.1.

es la mano derecha del Padre, y el Espíritu es su ded o. Estomuestra la cooperación que existe entre ellos: la mano derechay el dedo de Dios es Dios en operación, es el Padre obrandopor el Hijo, y el Hijo por el Espíritu Sanro.ee Por eso, al igualque Basilio, Ambrosio reconoce que toda actividad creadoraque el Padre lleva a cabo a través del Hijo recibe su cumplí­miento y compleramiento en la acción del Espíritu. El EspírituSanto es Dios en acción. Todo el universo, incluyendo al serhumano, recibe su actualidad y perfección de parte del Espíritu.

Lo que el Espíritu crea es también lo que el Espíriturenueva. Dice Ambrosio:

¿y quién puede negar que la creación de la tierra es la obradel Espíritu Santo, cuya obra también es que ella searenovada? Porque quienes quieren negar que ella fue crea­da po r el Espíritu, dado que no pueden negar que esrenovada por el Espíritu , quieren también separar las per­sonas y deben mantener que la operación del Espíritu Santoes superior a la del Padr e y del Hijo, lo que está lejos de laverdad ; porque no hay dud a de que la tierra restaurada esmejor que la que fue creada.e?

En esta línea argumenta l, Ambrosio considera la obrarenovadora del Espíritu en los creyentes. Según él, el Espíritues el autor de la renovación espiritual y del ungimiento deCristo, o del óleo de alegría.48 La misión del Espíritu enrelación con los seres humanos es como la de Cristo: ser fuentede vida. «El Espíritu no es, entonces, enviado como si fuese deun lugar, ni tampoco Él procede como si fuese de un lugar,sino que Él procede como el Hijo, como el Hijo mismo dice:"Yo he venido del Padre, y he venido al mundo .....49

46. íbid., 3.3-5.47. íbíd.; 2.5.34.48. íbíd., 1.9.102; 2.7.64.49. íbid.; 1.11.119.

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214 LA ACCiÓN DEL Esr lRJ11J SANTO EN U. HISTORIA EL CRISTIANISMO INSnruCIONAU ZADO 215

Además, según Ambrosio, el Espíritu Santo creador estambi én el dador de toda revelación : «Po rque nuestro conoci­miento procede de un Espíritu, a través de un Hijo a un Padre;y de un Pad re a través de un Hijo a un Espíritu Santo esentregada la bondad y la santificación y el derecho sobe ranodel poder eternolO.50 No obstante, su papel en e~ plan desalvación no se cumplió hasta Pentecostés, cuando El descen­dió con pleno pcde r.t! Fue ento nces que el Espíritu se rrans­formó en el lazo primario qu e liga a Cristo con su Iglesia. LaIglesia es edificada po r el Espír itu, que une a jud fos y gentilesen un solo pueblo. ü Sin la infusión del Espfritu Santo no pue dehabe r una bendición completa, y es Él quien infunde sus donesa las almas individuales:

y la sabiduría de Dios dice: ..Os enviaré profetas y apósto­les... Y ..A uno es dada.., como está escrito. ..a través delEspíritu, palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia,según el mismo Espíritu; a otro fe, en el mismo Espíritu; aotro, el don de sanidades, en el mismo Espíritu; a otro, laoperación de milagros; a otro. profecía... Por lo tanto.según el apóstol, la profecía no es solo a través del Padre ydel Hijo, sino también a través del Espíritu Santo, y enconsecuencia el oficio es uno, y la gracia una. De modoque encuentras que el Espíritu es también el autor de laspro fecías.at

Según él, pues, cada creyente recibe los dones menciona­dos en 1 Corintios 12 que desea o merece, según su capacidad.Incluso el min isterio sacerdotal es un don del Espír iru.H Sinembargo, no es posible saber co n seguridad si Ambrosio está

50. Ibid., 2.12.130.5l. Ibid., 3.14.98-99.52. Ibid., 2.10.110.53. íbíd., 2.13 .143.H. Ambrosio de Milán, Sobrela penitencia, 1.2.8.

simplemente repitiendo lo que dice la Biblia, o si sus palabrasreflejan sus propias experiencias y la práctica en su Iglesia. Noobstante, para él, el Espíritu Santo es esencialmente no alguienque recibe, sino alguien que imparte.U Por eso, cuando seafirma que somos bautizados con agua y el Espíritu, no hay unaequiparación de los dos bautismos. El agua es meramente e!símbolo de nu estro entierro en la muert e de Cristo , mientrasque el Espíritu es e! poder que nos resucita a una novedad devida, e imprime en no sot ros la imagen divina.56 Es pre cisamen­te en e! sacramento de la co nfirmaci6n que e! Espíritu sella elalma de! creyente y le imp arte sus siete dones (véase Isaías11.2): ..Y recu erda que recibiste elsello de! Espíritu; elespíritude sabiduría y de inteligencia, el espíritu de consejo y de pod er,e! espíritu de conocimie nto y piedad , y el espíritu de samatemor, y preserva lo que has recibido. Dios e! Padre re selló,Cristo el Seño r te fortaleció, y te dio las arr as del Espí ritu entu co razón...57

Crisóstomo de Constantinopla (347-407)

Juan Crisóstomo fue e! gran padre de la iglesia oriental yuno de los pioneros de la teología de la Iglesia O rtodoxa. Na cióen Antioquía y fue ed ucado religiosamente por su madre. Ene! año 381 fue orde nado diácono, a los dos años de serbautizado, y en e! 386 fue co nsagrado sacerdo te y predicador .Fue el más grande orado r de su tiempo, lo que le valió elsobrenombre de «Boca de Oro..: Cris ósromo. En el año 398,contra su voluntad, fue nombrado metro politano de Constan ­tino pla. AlU atacó la inmoralidad de la corte imperial. Despuésde largas luchas fue desterrado . Murió en el exilio el 14 desetiembre del año 407, con las palabras que fueron el lema detoda su vida: _¡Gracias a Dios por todo!"

H. Ambrosio de Milán, Sobre el Esplritu Santo, 1.5..56. lbid., 1.6..57. Ambrosio deMilán, Sobre los misterios , 7,42.

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216 LA ACCiÓN DEL EspíRITU SANTO EN LA HISTORIA EL CRISTIANISMO INSnruDONAUZADO 217

El siglo IV fue. para la Iglesia Griega, un siglo de oro. yaque en él nacieron y vivieron algunos de sus más gran desrepresen tantes. Entre ellos estaba Cris6sromo . Sin embargo,Juan no había pensado en dedicarse a la Iglesia. Su primeravocación, así como sus estud ios, le llevaron previamente alejercicio de la abogada (al igual que Ambrosio d e M ilán). Fuesolo más tarde cuan do , po r el estudio de las Sagradas Escritu­ras, decidió dedicar se a la predicació n evangé lica que, en elseno de la Iglesia Gr iega, entonces como ahora, nunca estuvovedada a los laicos.

Cris ósto mo fue un hombre de gran piedad y ex perienciareligiosa. En sus sermones presta una consi derable atención ala persona y obra del Espíritu . No obstante, su énfasis se orientamás bien hacia el fruto del Espíritu (Gálatas 5.22-23), que hacialos dones extraordinarios del Espíritu y las señales sobrenatu ­rales de su acción.ss Su preocupación mayor no era de caráctermisionológico, sino ético . El estilo de vida y la cond ucta de susoyentes eran para él más impo rtantes, que los recursos queestos necesitaban para el bien co mún y la edificació n de laIglesia. No es extraño, pues, que él viera al Espíritu Santo máscomo la fuente de forta leza y santificación, que como la fuentede los recursos espiritua les para el servicio. En su concepto,una vida cristiana piadosa «era e! más grande de los milagros,la más maravillosa de las seña les...59

No llama la atención, entonces, que Crisósromo rechacelos carismas. Él afirma que no ent iende los do nes de 1 Corintios12, porque ya no ocurren. Confesando su ignorancia prácticasob re el tema, Crisóstomo escribe en relación co n 1 Corintios12.4-11:

Todo este lugar es muy oscuro: ~ro la oscuridad esproducida por nuestra ignorancia de los hechos a los que

58. Sobre elconcepto de Crisóstomo en cuanto a los dones, véase, AndrewT. Floris, -Chrysosrom and the Charismata.., Paracfete S, Winte r 197 1,11·22.

59. Crisóstomo, Homil fa 14, sobre Romanos.

se hace referencia y a su cesación, siendo que como talessolían ocurrir pero ahora ya no tienen lugar. i.Y por qué noocurren ahora? Porque, mirad ahora , la causa de la oscuri­dad también ha producido en nosotros otra pregunta: estoes, <por qué ocurrieron entonces, y ahora no lo hacenmás? .. Bien, <qué fue lo que pasó entonces? Qu ienquieraque era bautizado hablaba inmediatamente en lenguas y nosolo con lenguas, sino que muchos también profetizaban,y algunos hadan muchas obras matavillosas... pero másabundante que ninguna otra cosa era el don de lenguasentre ell05.60

Como puede verse, este gran predi cado r no negaba elejercicio de los dones en la iglesia de tiempos neotestamenta­rios, pero sí dejaba en claro que tales carismas hab ían termina­do hada tiempo. Estos dones hab ían jugado un pape! funda­mental en los comienzos de la iglesia. pero pa ra sus días yahabían cesado .

De manera más específica. tal era su comprensión del donde lenguas. En tiempos antiguos, según él, cuando los paganosconven idos eran bau tizados, hablaban lenguas desconocidas(pero existe ntes) , como el persa, latfn e indio. Según su expli­cación, era el Espíritu qui en hablaba. Sin embargo, una vez quela Iglesia se había establecido, dones tales como las lenguas yano eran necesarios.

La posición de Crisósromo sobre este panicula r es bienfuerte, al punto que parece tener una cuestión personal contrael hablar en lenguas, qu izás deb ido a alguna mala experienciahabida en su vida .et En consecuencia. la iglesia oficial de sus~ías debía desalentar dones tales como profecía. lenguas eInterpretación. po rque fácilmente podían co nfundi rse con ma­nifestaciones de «un espíri tu inferiorcez Lo inte resante es que

60. Cns óstomc, Homilfas sobre las Epistolas de Pablo a los Corintios,Hornilla 29.1.

61. Hunrer, ..To ngues-Speach-, 134.62. Véase, Gromacki, The Modern Tonglt~s MOlltm ent , p. 16.

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218 LA ACCIÓN DEL ESplRITII SANTO EN LA HISTORIA EL CRISTIAN ISMO INSlTfUCIO NAUZADO 219

el don de lenguas se ha practicado de manera más o menosininterrumpida en la Iglesia Ortodoxa Griega, especialmenteen los monasterios, hasta el día de hoy.

Este obispo del siglo IV parece sugerir también que losmilagros habían cesado para sus d ías. Según él: «Que nadie,por lo tanto, espere milagros (hoy)... Si por el contrariopract icamos esta (la car idad), y toda la abnegación que fluyede ella, no tendremos necesidad de señales; incluso por el ot rolado, si no la practicamos, no ganaremos nada con las seña­les»,63

Hay que tener en cuenta que Crisósto mo está indicandoesto frente al hecho de que su siglo vio el surgimiento de unahagiografía satu rada de lo milagroso. El gran predi cado r afir­ma que «Pablo poseía una virtud muy superior a la palabra ycapaz de obrar mayores hazañas, pues con su sola presencia ysin pronunciar una palabra aterraba a los demonios». Pero,agrega Crisóstomo, «los hombres de hoy, aun juntá ndosetodos, aun con mil oraciones y lágrimas», no lograrían 10 queen una ocasión pudieron los delantales de Pablo (Hechos19.12) . Además, señala, «Pablo, con sola su oración , resucitabamuertos y hacía otros prodigios tales que llegó a ser ten ido porDios por los gentiles (Hechos 14.10-12), y aun antes de salirde la presente vida, fue digno de ser arrebatado hasta el tercercielo, do nde se le comunicaron palabras que a la humananaturaleza no le es lícito escuchar». En conrraste, dos hombresde ahora... N o quiero decir nada desagradable ni pesado, puestampoco esro lo digo con ánimo de insulrarlos, sino maravilla­do mas bien de cómo no tiemblan de ponerse en parangón convarón tan grande-es-

Parece muy claro que Crisóstomo habla como lo haríacualquier cesacionisra de nuestros días. Lapregunta que queda essi su rechazo es el resultado de una ausencia verificada y real delos carismas del Espíritu y de otras operaciones sobrenaturales,

6J. Cris6stomo, Homilía 46 sobre Mateo.64. Cris6sto mo, Los seis librossobre el sacerdocio, 4.6.

o más bien, nace de su ignorancia personal de tales manifesta­ciones de poder. Por otro lado, no es extraño que alguien a lacabeza de la iglesia en la capiral misma del imperio orientaldesestimase como fuera de lugar los dones espirituales y lasseñales milagrosas, en razón de ofrecer a las autoridades impe­riales una imagen más potable del cristianismo, según loscriterios por los que estas eran guiadas. El juicio y la actitud deCrisóstomo tienen una actualidad notable, y son un testimonioelocuente de la relación directa que existe entre instituc ionali­zación eclesiásrica y cesacionismo.

Gregorio de Nacianzo (329-388)

El proceso de institucionalización afectó también al Impe­rio Romano Ori ental. En esta región de amplio desarrollo deltestimonio crist iano, especialmente en Asia Menor, habitaba lamayor cant idad de cristianos en el mundo de aquel entonces.All í también se producían en estos años los debate s teológicosmás encarnizados. Frente a diversas herejías, como e! arri anis­mo, se levantaron líderes que articularon un pensamientoortodoxo y ayud aron a fij ar la doctrina cristiana. Entre loslíderes eclesiásticos más destacado s de este tiempo cabe men­cionar a los grandes teólogos de Capadocia: Basilio Magno,Gregorio de Nisa y Gregario de Nacianzo. Al primero 10consideraremos en e! próximo capítulo. Los otros dos serántratados en este, ya que de algún modo, en razón de su posiciónen la estructura eclesiástica, representan e! cristianismo insti­tucionalizado de su tiempo. No obstante, en cada uno de ellosse percibe una vivencia pro funda de la obra del Espíritu y sutestimonio da cuenta de su acción poderosa en la iglesia de susdías.

Gregorio de Nacia nzo fue amigo de Basilio Magno y desu hermano Grega rio de Nisa, con quienes constituyó el tr íoconocido como los «Grandes Capadocics». Nació en Capado­cia (Asia Menor), cerca de Nacianzo , donde su padre eraobispo. Le gustaba la vida solitaria y contemplativa. Se educóen Atenas, y finalmente llegó a ser obispo en el año 372, y más

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220 LA ACCiÓN DEL ESpíRITU SANTO EN LA HISTO RIA EL CRISTIANISMO INSrrruCIONAUZADO 221

tard e (en 379) ocupó la sede de Constantinop la, co mo restau­rador de la fe ortodo xa. Gregar io tuvo gran influencia sobrela formación del pensamie nto ortodoxo. Su habilidad comopredicador era superior a la de cualquiera de sus asociados,pero la ejerció en las más variadas posiciones. Como escritorestá a la altu ra de su amigo Gregario de Nisa. Co mo él, y juntoa Basilio M agno, es considerado uno de los grandes pad resorientales, y posteriormente, en O riente se le d io el título de«teólogo», Se destacó también como poeta y activo líder ecle­siástico. Fue pre sidente del Co ncilio Ecuménico de Constanti­nopla en 381. Más tarde, dejó todos estos privilegios paravolver a la vida solitaria, donde se entregó a sus estudios ytrabajos literar ios, hasta su muerte.

Gr egorio se sentía como viviendo en la era del Espír itu.Según él, en sus días se estaba cumpliendo la promesa divina yla esperanza de los creyentes. Los días de la presencia física deCristo entre sus discípulos habían term inado, y ahora era eltiempo del Esptrlru.e! La acción del Espíritu se verifica de ntrodel creyente:

En cuanto a las cosas del Espíritu, que el Espíritu estéconmigo, y me conceda tanto discurso como deseo; o si noes esto, que sea en la proporción debida a la ocasión. Detodos modos, Él estará conmigo como mi Señor; no demanera servil, ni esperando una orden, como algunospiensan. Porque Él sopla donde quiere y sobre quién Élquiere, y en la medida en que Él quiere. Es así como somosinspirados tanto a pensar como a hablar del Espíntu.ee

Pero la acción del Espíritu se verifica tambi én en la Iglesia,especialmente en el sacramento del bautismo. Según Gregario,Jesús bautiza en el Espíritu , lo cua l es el bautismo perfecto.e?

65. Gregario de Nacianzo, Sobre Pentecostés, 5.66. Ibid.67. Gregario de Nacianza, Oraciónrobre las luces santas, 17.

Grega rio expresa la importancia del ejercicio de los don esdel Espíritu en la ministración sacerdotal, haciendo referenciaa su propia exp eriencia personal:

¿Cómo puedo atreverme a ofrecerle el sacrificio externo,el antit ipo de losgrandes misterios, o vestirme con el hábitoy el nombre de sacerdote, antes de que mis manos hayansido consagradas por obras santas; ..• antes de que mi oídohaya sido abierto lo suficiente a la instrucción del Señor, yÉl haya abierto mi oído para oír sin pesadez, y hayacolocado un aro de oro con sardónice precioso, esto es, lapalabra de un hombre sabio en un oído obediente; antesde que mi boca haya sido abierta para fluir en el Espíritu,y esté bien abierta para ser llenada con el Espíritu que hablamisterios y doctrinas; y mis labios [hayan sido] ligados, parausar las palabras de sabiduría, por el conocimiento divino,y, como agregaría, soltarse en su debido momento; antesde que mi lengua haya sido llenada con exultación, y sehaya tornado en un instrumento de la melodía divina,despertando con gloria, despertando bien temprano, ytrabajando hasta que se pegue a mis mandíbulas ... y mehaya rend ido al Espíritu?68

El Espíritu Santo reparte una diversidad dones a cadacreyente, pero al mismo tiempo, Él es el que desarrolla launidad del Cuerpo de Cristo. Haciendo un co ntraste con laconfusió n que Dios provocó en la torre de Babel, Gregarioseñala como un milagro la armo nía que el Espíritu produce enla Iglesia. «Porque siendo derramado un mismo Espíritu sobremuchos hombres, esto los pone nuevamente en armonía. Y hayuna diversidad de do nes, que necesitan todavía de otro Donpara discernir cuál es el mejor, allí donde todos son dignos dealabanzas.e?

68. Gregario de Nacianzo, Apologeticus de fuga.69. Gregario de Nacianzo, SobrePentecostés, 16.

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222 L\ ACOÓN DEL EsplRITU SANTO EN LA HISTORIA EL CRISTIANISMO INSTI11JO ONALlZADQ 223

De gran valor para nuestro propósito es su testimon io deuna sanidad que experimentó su padre, mientras todavía eraobispo. lo interesante del relato es el reconocimiento delanciano obispo de que su sanidad fue el resultado de laoperación poderosa del Espíriru Santo .

Todo su cuerpo estaba encendido con una fiebre excesiva,ardiente. Su fortaleza había decaído. No podía tomarcomida, su sueño se había alejado de él, estaba en granaflicción, y agitado con palp itaciones. Dentro de su boca,el paladar y roda la superficie superior estaba compl eta­ment e tan ulcerada y dolorida, que le era di fícil y peligrosotragar incluso agua . La pericia de los médicos, las oracionesde sus am igos, por más fervientes que fuesen , y todaatención posible eran por igual sin efecto. Él mismo. en estaco ndición desesperante. mientras su aliento se acortaba yacele raba, no tenía perc epción de las cosas presentes. sinoque esta ba totalmente ausente , inmerso en los objetos qu epor tiempo había deseado, ahora alistados para él. Noso­tros estábamos en el tem plo, mezclando súplicas con losritos sagrados, po rque con desesperanza en cuanto a todoslos ot ros, habíamos recurr ido al Gran M édico, al po der deesa no che, y al últ imo socorro, con la intención, diría, deguardar una fiesta o de lamentar; de tener un festival o deprest ar los honores funerales a alguien que ya no estabaallí. iOh, esas lágr imas qu e fueron der ramadas en esemomento por todo el pu eblo! iOh, voces y lamentos ehimnos mezclados con la salmodia! En el te mplo, ellosbuscaron al sacerdote. en el ri to sagrado al celebra r. enDios a su digno soberano. con mi Miriam para guia rlos ypara batir la pandereta no de tr iunfo, sino de súplica;aprendiendo entonces po r la primera vez a ser avergonza­dos por la desgracia, y a invocar al mismo tiempo al puebloya Dios.•.

¿Cuál fue, entonces, la respuesta de aquel que era elDios de esa noche y del ho mbre en fermo ? ... El tiempo delmisterio llegó, ... cuando se guarda el silencio para los ritos

solemnes ; y entonces él fue levantado por aquel qu e levantaa los mue rtos ... Al principio se movió un poco. luego másdecididamente; luego con una voz débil e indefinida llamópor nombre a uno de sus siervos qu e tenfa cuidado de él, yle pidió que se ace rcara y le trajera sus ropas, y lo sostu vieracon su mano. ~I se acercó alarmado y gustosamente loasistió. mientras él, apoyándose en su mano como sobre uncayado, im itando a Moisés sobre el monte, acomodó susmanos temblorosas en oración, y en unión con o en no mbrede su pu eblo celebró anh elan te los misterios, con tan pocaspalabras com o sus fuerzas le permitían, pero, según meparece. con la intención más per fecta. ¡Qué milagro! En elsantuario sin un san tuario, sacrificando sin un altar, unsacerdote lejos de los ritos sagrados: no obstante, todo estoestuvo prese nte para él en el poder del Espíritu reconocidopor él, aunque no visto por aquellos que estaban allí.Entonces, después de agregar las pala bras de acción degracias acostumbradas y después de bendecir al pueb lo, élse retiró nu evamente a su cama y después de tomar un pocode comida, y gozar del sueño recuperó su espíritu y su saludse mejoró gradualmente para el nu evo día de la fiesta co monosotros llamamos al primer domin go después del festivalde la res urrección. ~l ent ró al templo e inauguró su vidaque había sido preservada, con todo el clero, y o freció elsacrificio de acción de gracias. Para mí esto no me parecemenos notable que el milagro en elcaso de Ezequías, qui enfue glorificado por Dios en su enfermedad y oraciones conuna extensión de la vida.tü

Inmediatamente después de este relato. Gregorio cuentade un milagro similar en relación con su madre, quien no podíaComer y que fue sanada a través de u n sueño, en el que se veíacomiendo de una canasta llena de panecillos blancos. Tambiéndescribe un viaje por mar cuando él era joven y antes de su

70. Gregario de Nacianzo, Sobre la muerte de su padre, 28-29.

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224 LA ACCIÓN DEL EsplRITU SANTO EN LA HISTORIA EL CRISTIANISMO INSnruCIONAUZADO 225

bautismo, en el cual sufrió una tormenta terr ible. Sus padres,que esraba a muchos kilómetros de distancia, tuvieron unavisión durante la noche en el mismo momento en que latormenta estaba en su peor momento. Sus oracion es pidiendoliberación para su hijo fueron oídas y a su regreso a casa elmilagro quedó confirmado,"!

Gregorio de Nisa (335-395)

junto con su hermano Basilio Magno y Gregario deNacianzo constituyen el trfo conocido como los ..GrandesCapadocios -. Gregario de Nisa fue uno de los tres Grega riosque ilustraron la Iglesia de Or iente. Era hermano menor deBasilio y amigo de Gregario de Nacianzo. En su juventudejerció eloficio eclesiástico de lector y fue pro fesor de elocuen­cia. Mejor aconsejado, volvió a su antigua vocación eclesiásti­ca, y en el año 371 fue consagrado obispo por su hermanoBasilio para la sede de Nisa . Aquí sostuvo combates con losarrianos, que finalmente lograron desterrarlo . A la muerte delemperador romano de O riente, el ar riano Valente (328 ·378),un edicto de tolerancia le permitió volver. Asistió en 379 alSínodo de Antioquía, y en el año 381 al Concilio de Constan­tinopla. El mérito principal suyo es su demostración y defensade la fe cristiana. Su originalidad y capacidad intelectual fuenotable.

De manera singular, Grega rio relacionó la acción delEspíritu en el creyente y en la Iglesia con los sacramentos o..misterios»de la Iglesia. A su vez, es a travé s de los sacramentosque el Espíritu transforma al ser humano a la imagen de Diosy lo perfecciona en la vida cristiana. Hay, pues, en todo esto,un verdadero proceso de ..deificación», que es operado po r elEspíritu en la vida de la persona, a través de los sacramentos.De este modo, el Espíritu transforma los elementos sacramenta­les (agua, pan, vino, aceite, erc.) a través de su poder santificador.

11. uu ., J I.

y el creyente, al participar de estos elementos mater ialessantificados, es transformado por la misma bendición o santi­ficación del Espíritu. No son los elem entos solos los qu eproveen el don del renacimiento espiritual, sino ..la visitació ndel Espíritu que viene sacramentalmente para hacemos li­bres•.72

Con el bautismo, el creyente es regenerado por el Espíritue introducido a una vida en el Espíritu, en la que la gracia fluyeconstantemente para aquellos que la aceptan . Cuando unapersona es regenerada, el Espíritu Santo viene a ella y mora enella, haciendo arde r su alma . El Espíritu es para el creyentecomo una paloma que imparte don es, en este caso, el fruto delEspíritu .

Permite tiempo a la Paloma para que vuelea ti, esa Palomaque Jesús hizo bajar por primera vez en figura desde elcielo. Esa Paloma es sencilla, mansa y muy fértil. Cuandoella encuentra a una persona limpia, como una leña encen­dida bien preparada, ella mora en esa persona y enciendesu alma a la manera de un aveque empollasobre sushuevospara incubarlos. La Paloma luego da a luz a muchosvástagos excelentes. Estos hijosson buenas acciones, pala­bras santas, fe, piedad, justicia, temperanza, castidad ypureza. Estos son los hijos del Espíritu. pero son nuestraposesión.73

En cuanto a los dones espirituales, Gregario los relacionatambién con el crecimiento en la vida cristiana. Después decitar 1 Corintios 13.1-8, señala:

lnd uso si alguien recibe los otros dones que el Espírituimparte (me refiero a las lenguas de ángeles y profecía yconocimiento y la gracia de sanar), pero jamás ha sido

7l. Gregorio de Nisa, Sobreelbautismo de Cristo.73. Gregorio de Nisa, Contraaquellos que difieren Id bautismo.

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226 LA ACCiÓN DEL Esplluru SANTO EN LA HISTORIA

totalmente limpiado de las pasiones tur bulentas dentrosuyo a través del amor del Espíritu, y no ha recibido elremedio final de la salvación de su alma, tal persona estátod avía en peligro de perderse si no gua rda sólido y firm eal amor entre sus virtudes.No te conformes con sus dones, pensando que en razón dela riqueza y de la generosa gracia del Espíritu ninguna otracosa te es necesaria para la perfección. Cuando estas rique­zas vengan a ti, sé modesto en tu pensamiento, siempresumiso y pensando del amo r como el fundamento deltesoro de la gracia para el alma ... La "nueva creación .. esel mandato apostó lico ... Él denom ina como nueva cria turaa la morad a del Espíritu Santo en un alma pura y sin culpa,alejada del mal y de la maldad y de la vergüenee.v-t H MOVIMlfNTO MONÁSTICO

74. Gregorio de Nisa, Sobre el modocristiano de ricia.

mespués de su supuesta conversión en el año 312,; Constantino concedió la paz a las iglesias dentro

del Imperio Romano . Esto significó enormes ven­tajas, pero entrañó también graves peligros. Como

dice Jerónim o: "La Iglesia creció en riqueza y pod er, pero seempobreció en virt udes». Al contemplar a las décadas quesiguieron, parece eviden te el retroceso de los cristianos en elfervor religioso y en la moralidad. Las causas de esta decaden­cia espiritua l y mora l fueron múltiples. Faltó el estímulo de laspersecuciones. Muchos nuevos convertidos no abando nabansus vicios paganos, porq ue su conversión se debía a convenien­cia más que a un verdadero cambio de vida. Las controversiasreológicas fueron causa de que muchos obispos y líderes reli­giosos dieran ejemplos poco edificantes a los fieles, que porotro lado, no siempre entendían los vericuetos de las cuestio nesque se debatían. El perma nente hostigamiento de los pueblosbárbaros sobr e las fronteras del Imperio, y en algunos casos su

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228 LA ACCiÓN DEL EspíRITU SANTO EN LA HISTORIA EL MOVIMIENTO MONÁSTICO 229

ingreso violento al mismo, sembraban la inquietud por todaspartes e imped ían una vivencia más profunda de la fe. Lainstrucción religiosa del pueblo era muy pobre, cuando no casitotalmente ausente.

Cuando se lee la literatura cristiana de este tiempo, esposible ver a los padres de la iglesia qu ejarse continuamente ensus hom ilías y en sus escritos del escaso entusiasmo religioso,la charura espiritual y la bajísima moralidad de los creyentes.Junto con este clima de creciente deterioro de la vida y eltestimonio cristiano, no es extraño constatar un crecientedescuido del ejercicio de los dones del Espíritu Santo y ladisminución de los testimonios de señales, prodigios y maravi­llas. A pesar de tod o esto, la acción del Espíritu no desaparecióni se interrumpió . Él pudo encontrar vidas de hombres ymujeres a través de los cuales ex presa r su poder. No es raroincluso saber de familias enteras de pe rsonas obe dientes yllenas del Espíritu, como la de Basilio el Grande, cuya madrey hermanos fueron extraordina rios ejemplos de co nsagració ny servicio.

El Estado imperial acogió la influencia positiva de esto scristianos sujetos al seño río de Cristo y sancionó leyes civiles,que tuvi eron un profu ndo sentido moralizador. Fueron prohi­bidos los juegos de gladiadore s. Se prohibió la crucifixión, po rrespeto a la muerte de Cris to. Se castigó el infanticidio y elaborto. La esclavitud perdió mucho de su brutalidad . Se con­servó y amplió la ayuda a los pobres y menesterosos, y es asícomo aparecieron los primeros asilos y hospita les para ind i­gentes, peregrinos y extranjeros. Pero estos destellos de pro­greso mo ral no fuero n suficientes para balancear el estadogeneralizado de debacle espiritual. que se estaba gestando enaquellos años.

Si bien la espiritualidad y la moralidad co nt inuaro n sumarcha descend ente, hay que afirmar también que había unsector significativo dentro de la cr istiandad qu e llevaba unavida de altísima vivencia espiritual y que se había pro puestocomo idea l la imitación perfecta de Jesucristo . Expr esión deesto es el desarro llo admi rab le de la vida ascética o vida

monástica. Es precisamente en estos ámbitos donde co n másfrecuencia, a pa rt ir del siglo IV, se pueden ver manifestacion esy evide ncias de la acción pod ero sa del Espír itu Santo.

El mon astic ismo surgió también com o una reacción cont rala centralizació n clerical y la restricció n de los dones delEspíritu. Pero los monjes se transformaron en una especie dearistocracia espiritual, en cristianos de ..primera clase», segúnun nuevo tipo de concepción gnóstica. Es así que los cat ismassobrevivieron básicamente en dos contextos : bajo el co nt rolinstitucional del cler icalismo, dentro de las organizacionesmonásticas; o bien en grupos periféricos perseguidos o muylejos del tronco principal de las iglesias estable cidas . En elsegundo caso. el resultado fue una tendencia al fanati smo,cua ndo no se cayó en flagrantes herejías. Por eso, su aislamien ­to fue inevitable, y la co ndena oficial llevó a estos grupos a sucasi desaparición . En otros casos, todas sus energías se agotaronen sus esfuerzos de supervivencia frente :J. la intolerancia de lajerarquía eclesiástica.

En este cap ítu lo consideraremos los test imonios que pro­vienen del primer contexto, es decir, del movimiento monás­tico que. tanto en Oriente como en Occidente. se desarro llócon cierta anuencia del clero establecido . En este caso , lostestimonios de la acción poderosa y sobrenatural del EspírituSanto son sorprendentes y abu ndantes. El problema aq uí no esla falta de mater ial, sino la evaluación y selección del mismo,ya que en las hagiografías se da una profusión aso mbrosa de lolegendario y fantástico . De modo que, buen a par te de la ta readel investigador co nsiste en desent rañar de la abundancia derelatos prod igiosos la verdad de los hechos acaecidos.

Los m onjes del de sierto

El ideal de imitación perfecta de Cristo brotó desdetiempos bastante remotos de ntr o del cristiani smo. Muchosfieles, por amor a Cristo , adoptaron un ten or de vida apa rtadadel mundo, caracter izada por un reti ro del mismo más o menosperfecto, el voto de castidad y la ent rega a una estricta vida

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Antonio (250-356)

El movimiento nació en Egipto, y comenzó con elejemplode Antonio, qu ien se estableció a unos pocos kilóm etr os delMar Rojo , al sur de la acrual ciudad de El Caico. Antonio llevóal principio una vida solitaria, desde el año 270. Hacia el año290 ya se habían juntado a él algunos d iscípulos, los cualesformaron un conjunto de celdas de ermi taños bajo su direc­ción . Esta fue precisame nte la novedad introducida po r él a la

penitencial. Este tipo de vida fue asumido por los ascetas, quecomenzaron a crecer en número e impo rtancia a part ir delsigloIV, especial mente en O riente.

Sobre la base de la vida ascética, ramo de hombres co mode mujeres, se edificó lo que se puede considerar como elprimer estad io de la vida monacal: el anaco rerismo .! En oca­sión de las persecuciones sistemáticas co nt ra el cristianismo,especialmente durante el siglo 111 (Decio y Dioc1eciano), mu­chos cristianos aban donaron las ciudades y se fueron a vivir aldesier to. AlU permanecieron incluso después de acabadas laspersec ucio nes, llevando una vida solitaria, entregado s a superfección religiosa y la comtemplación.

Una vez que el martirio dejó de ser el ideal del cristianoperfecto, por haberse terminado las persecucion es sangrientas,la vida mon acal se convirtió en el sustituto por excelencia . Deeste modo, los mon jes pasaron a ser una suerte de herederosde los mártires, y la ascesis el estilo de vida que se suponíaseguía más de cerca las huellas de Jesús. Este deseo de imitació nde Cristo fue el que pobló los desiertos de anacoretas, co moPablo el Erm itaño (m. 341).

231230 LA ACCIÓN DEL EsplRIru SANTO EN LA. HISTORIA EL MOVIM IENTO MONÁSTICO

vida ascética . Este género de vida anacorética se difundiórápi damente por todo Egipto gracias a la influencia de Anro­nio. Estos anacoretas vivían solita rios cada uno en su choza,pero recibían la dirección de un padre espiritual, que era comoel director del conjunto de chozas más o menos cercanas. Enel caso de Anton io, según el testimonio de Ju an Casiano , suvida fue un ejemplo de renunciami ento, sacrificio y martiriodiario por amor a Cristo.a

Se atribuye a Atanasio de Alejandría una obra biográficasobre Antonio) El impacto de este libro sobre el surgimientodel ascetismo fue notable,

Según esta obra, Antonio fue un hombre lleno del EspírituSanto y poderoso en milagros, señales y maravillas. ..Cuandomuchos estaban ansiosos y dispuestos a imitar su disciplina , ysus con ocidos vin ieron y comenzaro n derrumbar y sacar porla fuerza la puerta [del lugar donde estaba encerrado], Antonio,co mo de un templo, salió iniciado en los miste rios y lleno conel Espí ritu de Dios. Entonces por pr imera vez él fue visto fueradel fuerte por aque llos que habían venido a verlo ....4 Despuésde casi veinte años de vida solitaria y de crucifixión al mundocomo un márti r viviente, Antonio comenzó a actua r bajo elpoder del Espíritu , ..A través de él, el Señor sanó las dolenciascorpo rales de muchos de los gue estaban pre sentes, y limpió aot ros de malos espíritus. Y El le dio gracia a Antonio en elhablar, de modo que conso ló a muchos que estaban dolidos, yunió a aquellos que estaban en discordia, exhortando a todosa prefe rir el amor de Cristo antes que tod o lo que está en elmundo- e!

l . los anacoretas eran personas que se retiraban del mundo para vivir unavida solitaria de silencio, oración y mon ificación . Técnicamente, eltérmino incluye a los cenobitas (es decir, a aquellos que vivían en unacomun idad), como también a [os ermitaños, si bien generalmente se lorestringe a estos últimos. Los ermitaños son anacoretas que vivenretirados en una ermita (santuario o capilla pequeña) y cuidan de ella.

2. Juan Casiano, CoLJcíOlU$, 14.2¡e InstituciOlU$, 4.34-35.J. Atanasia de Alejandría, La vidd tU san A1ltonio. Sobre el contenido y

valor histórico de esta obra, véase, A.C. Baynes, ..St. Anthony and rheDernons-, Joumal o( Egyptidn Archaeofogy, 40, 1954, 7.10; y jeanDaniélou. wl.es d émonsde l'airdans la "Vie d'Antoine"~,Studid Ame/mid·na 38.1956. 136-145.

~ . Atanasio de A[ejandda, LA vida desan Antonio, 14.5. ¡bid.

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232 LA ACCIÓN DEL EspfRITU SANTO EN L\ HISTORIA EL MOVlMIENTO MONÁSTICO 233

Lo que sigue, es un relato que abunda en la descripción demilagros, señales y maravillas. Especialmente se destaca lacapacidad qu e ten ía Antoni o para discern ir espír itus inmundosy para liberar a quienes estaban oprimidos por ellos. La llenuradel Espíritu es la que da el poder y la autoridad para liberar aaquellos que están afligidos por los demonios. LA vida de sanAntonio narra el siguiente caso :

Martiniano, un oficial militar, vino y perturbó a Anto nio.Porque tenía una hija afligida con un espíritu malo. Perocuando él cont inué por un buen rato golpeando a la puerta,y pidiéndole que saliese y orase a Dios por su pequeña,Antonio, no soportando abrir, miró por arriba y dijo:-Hombre, épor qué me llamas? Yo también soy un hombretal como tú. Pero si tú crees en Cristo a quien yo sirvo, ve,y conforme tu crees. o ra a Dios, y esto va a ocurrir•.Inmediatamente. por tanto, él partió, creyendo e invocan­do a Cristo, y recibió a su hija limpia del demonio. ElSeñor,que dijo «Buscad y os será dado•• hizo también muchasotras cosas a través de Anronio.s

Este poder de discernir espíritus y de echarlos fuera enel nombre de Jesús no es dado por el Espíritu sin ciertapreparación previa . ..Hay necesidad de mucha oración y dedisciplina, para que cuando un hombre ha recibido a travésdel Espíritu el don de discernimiento de espíritus. él puedaten er poder para reconocer sus características: cuáles deellos son menos malos y cuáles más; de qué naturaleza es elempeño de cada uno ; y cómo cada uno de ellos es vencidoy echado fuera» , 7

El texto también abunda en el relato de sanidades diver ­sas. En much os casos, Antonio ni siquiera hizo un a oració npor la sanidad de los que fueron curados . «Muchos de los

6. íbíd., 48.7. lbid., 22 .

que padecían, cuan do él no que ría abrir su puerta, dormíanafuera de su celda, y por su fe y oraciones sinceras eransanados•.8

Llegó un momento en el que Antonio tuvo que mudarsede lugar, debido a la cantidad de gente que se agolpaba pararecibir un milagro y que interrumpía de este modo su vidasolitaria. Llama la atención la manera en que Antonio reconocecon humildad que todas estas acciones de poder son el resul­tado de la obra de Cristo en él, como alguien que sigue alEspíritu. «Antonio ... no sanaba dando órdenes, sino por mediode la oración y hablando en elnombre de Cristo. De modo queera claro a todos que no era él mismo quien obraba, sino elSeñor quien mostraba misericordia por sus medios y sanaba alos dolientes. Pero la parte de Antonio era solo oración ydisciplina...9

Otro don del Espíritu que se le atribuye es el de profecía,especialmente la capacidad de ver cosas. En cierra oportunidadmientras él se encontraba en las montañas, observó lo queestaba ocurriendo en Egipto. También tuvo una visión, en laque vio

Lamesa de la Casa del Señor, y mulas alrededor de ella portodos lados en un círculo, y estaban pateando las cosas quehabía en ella, tal como una manada patea cuando cae enconfusión.... Estas cosas vio el anciano, y después de dosaños, ocurr ió la irrupción presente de los arrianos y eldespojo de las iglesias, cuando de manera violenta sacaronlos vasos, e hiciero n que los paganos se los llevaran ... y ensu presencia hicieron con la Mesa como quisieron. Enton­ces nosotros todos entendimos que estas paradas de lasmulas significaban para Antonio lo que los arrianos, insen­siblemente como bestias, estaban haciendo ahora.10

8. lbid., 48 .9. lbid., 84.

10. ¡bid., 82.

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234 LA ACCIÓN DEL EspíRITU SANTO EN LA HISTORIA EL MOVIMIENTO MONÁSTICO 235

Pacomio (ca. 292-346)

O~ro gran representante del anacoretismo egipcio fuePacomio. Con él comenzó un nuevo estilo de vida ascéticaHabía sido solda do y después anacoreta, hasta que se transfor­mó en el creador del cenobitismo. Cuando en anacorerisrnoegipcio estaba en pleno proceso de desarrollo, Pacomic dioforma en el sur de Egipto al cenobitismo o vida monásticapro piamente dicha. Lavida cenobítica consiste sustancialmen­te en una forma de vida común, bajo un superio r así designado.La vida cenobítica se extendió rápidamente por tod o Egipto,como más conform e con el ideal de perfección evangélica.Cada monje vivía por separado en su choza, pero todos dentrod~ una mls~a área y llevando vida de comunidad, bajo unamisma autoridad. Com o indica Burgess:

Los padres del desierto ejercieron una autoridad carisma­rica tanto sobre los monjes como las mon jas que los se­gufan, así como sobre la gente cristiana que no habíatom~do los votos. Es interesante notar que, mientras losmonjes copros te nían reglas formales, ellos descansabanmenos en ellas que la mayoría de ot ros ascetas tanto enOriente como en Occidente. En lugar de esto, había unaconfianza fuerte en la palabra y dirección carismática de unanciano que era considerado por su discípulo obedientec~mo un pneumatoforos-i.e. una persona llena del Espí­ntu Santo . En el proceso, los desiertos de Egipto se tra ns­formaron en centros de entrenamiento del Espíritu (muydiferentes de los medios académicos de la escuela carequé­ti.ca de Alejandría) en los que el novicio apr endía por elejemplo de su maestro a discernir entre el mal y lospensamientos justos que brotaban de dentro de la mentehumana . t t

11. Burgess, Eastem Christian Traditions, 138-139. Sobre la autoridadca ri smá~ic a d~ los padres del desierto, véase, Fram;ois Neyr, .A Formof Charismanc Aurboriry-, Eastem Churches Review 6:1, Spring 1974,

Hay varias biografías de Pacomio, en las que se mencionandiversos milagros y acciones sobrenaturales obradas por elEspíritu Santo a través de él. En una de ellas, leemos que Dios,en lugar de llena r la tierra con tri steza. escogió más bien llenarlacon un Espíritu embriagador, que especialmente bendijo aaquellos que siguieron la vida monásrica, como Pacornio. ü Aligual que Antoni o, el padre del monasticisrno cenobítico egip­cio también sufrió en varias ocasiones d ramá ticos ataquesdemoníacos, de los que salió airoso.U En otros casos, Pacomiosanó a much os enfermos, como una mujer con flujo de sangre.y una niña afligida poseída por demonios.t't Además, el monjerecibió en muchas ocasiones visiones en relación con here jíasy otras situaciones. atribuidas a la revelación del Espíritu .U

Estos mismos padres del desierto enseñaron y entrenaronen los do nes del Espíritu a sus discípulos. a parti r de su propioejemplo y práctica. De allí que. asociadas a las vidas de losgrandes padres. hab ía una serie interminable de histor ias deseñales. prodigios. milagros y maravillas, como también testi­mo nios de los múltiples dones car ismáticos que estos ejercían.Es asf como. en el caso de Pacomio, se cuenta de este monjedel desierro en Egipto, muerto a media dos del cuarto siglo.hablaba la lengua de los ángeles, y en cierta ocasión, hablógriego y latín en el Espíriru, si bien jamás había tenido oporru­nidad de aprender estos idiomas. Una variante del relato diceque despué s de tres horas de oración ferviente pudo hablar enlatín con un visitante occidenra l.te

No es extraño que multitudes hayan salido al desierto paraconocer a estos hombres y mujeres de Dios. Los info rmes

52·65; y jean-Claude Guy, -Educanonal Innovation in the DesertFathers-, Eastern Churches Review 6 :1, Spnng 1974, 44·51.

12. v éase, Ap óstolos N.Athanassakis, trad., The Life of Pat:. homiusScbolarsPress, Misscula, Montana, 1975, 5.

u . Vida de Pacomio, 18,20, 52.H. lbid., 41, 44.15. lbid., 102, 48.16. Williams y Waldvogd, . A Hisrory of Speaking inTongues-, 69.

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236 LA ACCIÓN DEL EsrfRlTU SANTO EN lA HISTORIA EL MO VIMIENTO MONÁSTICO 237

hablan de miles de monjes y monjas en desierto egipcio. Paramedi ados del siglo V, se calculaba que la mitad de la poblaciónadu lta de Egipto (excluyendo Alejandría) estaba involucradaen la vida anacorética, y en algunas partes del país había villasen las que no había adultos qu e no esruviesen bajo los votosmonásticos.17 Estas personas desarrollaron una forma de reli­giosidad popular asociada al anaco rerismo, qu e esperaba lomilagroso com o normal. ..Estas expecta tivas incluían exorcis­mos, la con cesión de fertilidad a mujeres esté riles, la restau ra­ción de objetos perd idos o robados, la aparición de un santodado o de la Virgen María, y especialmente, la sani dad de losenfermos tan to en la mente como en el cuerpo..) S De estemod o, el ejercicio de los car ismas y las o peraciones sobrenatu­ra les del Espíritu, no fueron extrañas para los cr istianos quevieron en la vida apartada en el desierto, el ideal de sucompromiso con Cristo .

Macario (ca. 300-ea. 390)

Macario fue un destacado mo nje del desierto egipcio, defines del siglo IV. A los treinta años comenzó su vida anacoretay vivió durante sesenta años como ermi taño . Mu y pron to fueseguido por un grupo de discípu los, que admiraban su sabidu­ría, d iscernimiento espiritual y ejemplo de vida. Se dice qu e seocupaba intensame nte de la oración y que había entrado en unestado de éxtasis conti nuo . Para cuando llegó a los cuarentaaños, Macari o era con ocido por ejercer los dones de sanidades,liberación de demonios y profecra. te Paladio y Casiano cuen­tan que Macario de Egipto resucitó un hombre mu erto, con elpropósito de con vencer a los herejes que no creían en laresurrección de los muenos.ze Los informes hablan tam bién de

17. Stephen Gaselee, The Copts. The Royal Central Asian Sociery, n.f.Londres, 35.

18. Burgess, Bastem Christian Traditions, 138.19. Paladio, Historialausíaca, 17,2, 5.20. Juan Casiano, Colaciol/es, 15.3; Paladio, Historia lausíaca, 17.11.

que en cierta ocasión el monje egipcio fue transportado física­mente por Dios del desierto al río Nilo.

La Apopbtbegmata Patrum (los dichos de los padres)mencionan con frecuencia el co nflicto de M acar io con losdemo nios. A través de las pruebas espirituales, el santo probóser invulnerable a las fuerzas del mal en razón de su profundahumildad y dependencia del Espíritu. Los demonios huían deél debido a su fe en Dio s.zt Precisamen te, por habe r ejercidolos do nes del Espíri tu, Macario fue co nsiderado co mo dignodel sacerdocio.t z Fue un predicador famoso, que dejó unabuena cantidad de homilías, diálogos, dichos, y cartas. Estosescritos, según indica Burgess: ..Comparten la expectativadia ria de lo mila groso, una dependencia de los don es de graciadivinos para vencer a las fuerzas demon íacas, una conscienciaprofunda de los efectos del pecado, y, com o resultado, una vidade o ración y un estilo de vida ascético que va en procura de unideal de perfección extremadamente alto ...2J

Macar io insiste en que a través de la oració n, el alma sellena de un éxtasis indecible al poder ver co n los o jos humanosla luz que está en Dios. Él habla del Espíritu co mo la antorc~adivina en el corazón , sin cuya operación no se puede descubrirla image n real. El Espíritu es una luz inefable, y la luz delEspí ritu es la vida del alma.24 La mente del cristiano estásiempre encend ida con una llama celestial debido a la luz delEspíritu que mora en él.25 Por eso, todo co nocimiento verda­de ro es revelado po r el Espír itu , qu e deja impresiones secrerase indecibles en la mente humana . Y quienes de veras songuiados po r el Espíritu no pueden aprender de ningú n otro ,

21. Véase,BenedictaWard, trad., '111eSayingsoftlleDesert Fathm, Mowbray,Londres y Oxford, 1975, 130.

22. Paladio, Historia lausiaca, 17.2.13. Burguess, Eastem Christian Tradition, 144 . . .24. Macario de Egipto, Homilía 1.7. Véase, ArrhurJ.Mason, Fifty Sp,,!tual

Hcmilies af Sto Macan'us the Egiptian SPCK, Londres; Macmillan,Nueva York, 1921).

25. Macano de Egipto, HomiUa 5.11.

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238 LA ACCiÓN DEL EsplRlTU SANTO EN lA HISTORIA EL MOVlMIFNfO MONÁSn CO 239

sino qu e en su mente ellos pasan, po r la o peración del Espír irua otra era, la del Reino celesrial .ze '

. En Macario, el Espíritu Santo es el traje de bodas que serecibe cuando elcreyente buscala unión con Dios. Quienesestánvestidos con el Espíritudivino son hijos de luzy son transforma.dos en <Cr istos y Dioses... La riqueza qu e viene de Dios es laoperaci ón del Espíritu)1 Pero la acción del Espíritu no solotiene que ver con provisión , sino también con la conscienciadel p~oceso divino en uno mismo. Es a través del espe jo delEspíritu que las bendiciones inefables de Dios se pueden ver)8El don del Espíriru está más allá de toda medida, co mo untesoro real, y esta abunda ncia hace que Macari o aliente a susseguidores a «vestirse con la pú rpura del Esp íriru..)9

. El Espí ritu sala y leud a el alma humana con el pode r deDIOS'.30 Él es qui en provee nut rimiento al alma a partir de unaamplia gama de comida y bebida espiritual, ya que el almahu man a puede recibir su alime nto de! mundo o del Espíritu.arCuando e! Espíriru nos llena, qu edamos verd aderam ente satis­fechos, y ser em briagados con el Espfriru es una embr iaguezinefable.az

Macar¡o enseña abundantemente acerca de los dones delEspfriru. Según él, el Esp íritu da dones y gracias a algu nos sinnecesidad de que se retiren del mundo, mientras que otrosdebe n espera r hasta más adelanre.as Los dones del Espíritu(edenes rea les-) son dados a todo el que los pida.34 No debenser buscados como fines en sí mismos, sino que más bien ellos

26. Ibid., 15.2; 49.1.27. lbid., 18.6.28. lbid., 5.5.29. Ibid., 50.4.30. lbid., 1.5; 14.3-4.31. lbid., I.t )· 11; 31.5 .32. Véase, Granville Penn, ed., lmtitutes af Christum Perteaion, John

Mur ray, Londres, 18 16, 145.JJ. Macario de Egipto, Hom íua 29.1-2.H. Ibid., 4.6; 39.1.

son dispensados por Cristo a todos aquellos que buscan unavida en ÉI.3S Cada persona está adorna da de manera singular ,y cada una retiene su propia natu raleza y personalida d. si bienestá llena con el mismo Espíritu.36 Cada uno es cada uno, peroel Espíritu obra en todos y cada uno de manera singular. Losdones espirituales son da dos de modo que el creye nte puedatener pode r.s" Con este poder, el creyente lleno del Espíritupuede «volar por sobre toda maldad".38

Arnmo nas (fines s. IV)

A fines del siglo IV adquirió reno mbre otro mo nje deldesierto, conocido por e! nombre de Ammonas. Sabemos mu ypoco sob re él. Aparentemente pasó unos catorce años en eldesie rto egipcio , bajo la tu tela de Antonio . Luego pasó a d irigirun monasterio y qui zás fue incluso ordenado obi spo. Se leatribuyen unas trece cartas , en las que expresa la absolutanecesida d de la llenura del Espíriru para hacer frente al pecadoy a los demonios. El creyente debe pedir a Dios, con todo sucorazó n, que llene su vida con e! Espfr iru Santo, el mismoEspfriru qu e obró en los grandes profetas del Antiguo Testa ­mento. Cuando esto ocu rre, los misterios del cielo son revela­dos al creyente tan pronto como el Espíritu es recib ido . No haypalabras que puedan describir estas ma ravillas y la intensidadde esta ex periencia. El creye nte es liberado de todo temor y esinunda do por el gozo celestial. Es como si la persona ya hu biesesido transportada al Reino de los cielos mientras que todavíaestá en el cue rpo. El creyente llen o de! Espíritu, ya no necesitaorar por sl mismo, sino que pued e ded icar todo su tiempo alamor. el servicio y la intercesió n por otros .39

3S. lbid., 45.7.36. lbid., 32.3.37. lbid., 27.17.38. lbid., 44 .6.39. Arnmonas, Carta 8. v éase, DerwasJ.Chitry, ed, The!.etten ofAmmemas,'

SuaessorofSaintAntony Sisrers of rhe Love of God Press,Oxford, 1979.

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240 LA ACCiÓN DEL EsP!RITU SANTO EN LA HISTORIA EL MOVIMIENTO MONÁSTICO 241

Según Ammo nas, el Espíritu Santo imparte gozo y dul­zura a medida que los fieles purifican sus corazones. Cuandolos creyentes persisten en este proceso de puri ficación y debúsqueda del ros tro de Dios con lágrimas y ayuno, negándo ­se a sí mismos, reciben un gozo mayor que antes, y sonestablecidos aun más flrmemenre .w Es, precisamente, alpasar y vencer a las pruebas y tentaciones, que el creyenteadquiere el don espiritua l de discernimiento. Este discerni ­mien to no tiene tanto que ver con los ma los espíritus comocon el propósito de conocer y entender la voluntad de Dios,en oposición a la voluntad propia y el engaño satánico.4 1

Am monas menciona varios dones espirituales, entre ellos,asombro, llanto, fortaleza y la capacidad de llevar fruto. Dehecho, el fin de todos los dones espirituales es poder prestarun servicio más efectivo, ya que los individuos «reciben donesy ayudan a los hombres».42

El monasticismo oriental

Si bien el ideal monástico nació en Egipto, muy pronto sedifundió por todo el mundo cristiano durante 1el siglo IV. Detodas partes iban personas devotas a Egipto para conocer a lospadres del desierto y recibir sus enseñanzas. De este modo, lavida y práctica cristianas cépt icas tuvieron una influencianotable. Las hagiografías de Pablo, Antonio, Pacomio y otroscomenzaron a recorr er el mundo cristiano, con sus relatos deportentos y maravillas obrados por estos hombres bajo el poderdel Espíritu. Así, pues, en Oriente comenzaron a aparecermonjes que imitaban el ideal de vida solitaria de los egipcios,incluso con alguna exageración . A conti nuación, considerare­mos algunos ejemplos.

. 0. Arnmonas, Carta 9.u Arnmonas, Carta 11.• 2. Arnmonas, Carla 6.

Elraín de Siria (306-373)

Nació no antes de! año 306, y su fallecimiento suele fijarseen el año 373. Su patr ia fue Nisibis, en Mesoporamia. Suspadres eran cristianos y fue discípulo de Jacobo Afraares,obispo de aquella ciudad, quien le llevó al Concilio de Nicea(325). Afraares lo nombró maestro de su escuela episcopal enNisibis. En e! año 363 , la ciudad cayó bajo el dominio persa yla escuela fue suprimida y Efrafn emigró a Edesa, centroespiritual y religioso de toda la región. Basilio lo ordenódiácono; se duda si llegó a la dignidad sacerdotal. Se cree confundamento que vivió de ordinario, como ermitaño, en unmonte próximo a la ciudad, donde recogió alumnos y discípu­los, y de donde bajaban con frecuencia a predicar a sus mora­dores. AIIfcompuso la mayoría de sus libros, escritosen idiomasirfaco, y que le granjearon gran fama y lo constituyen en elmás grand e de los escritores en lengua sirfaca. Teodoreto lollama ..el Arpa del Espfritu lO •

43

Efrafn fue un prolífico escritor de comenta rios bíblicos,homilías (incluyendo obras conrroversiales), e himnos u odas.Especialmente, se destacó en la poesía, a la que recurrió comomedio de enseñanza, exhortación y adoración. De allí que, aligual que ot ros escrito res orientales, le p~este ~u~ha atenc!óna la obra del Espíritu Santo. Para él, la Vida Cristiana consisteen permitir al Espíritu Santo efectuar nuestra entrada en e!tiempo sagrado (Le. el tiempo de la celebración litúrgica,especialmente de la eucaristía) en c~ulquier momento de. lavida. El Espíritu es también quien quita las escamas de los OJosde modo que el cristiano pueda reconocer el mundo comotransfigurado y el Reino de Dios como existiendo dentro suyo.En esta mezcla de lo terrenal con lo celestial, de lo temporalcon lo no temporal, de lo conocido con lo desconocido, la obradel Espíritu Santo es central."

. 1. Teodcreto, Carta 145; d . Carta 151.••. Burgess, Eastem Christian Tradítions, 178.

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242 LA ACCIÓN DEL EsrtRITIJ SANTO EN LA HISTORIA EL MOVIMIENTO MONÁSTICO 243

La acción del Espíritu se hace evidente a lo largo de todoel plan de salvación, y se extiende en el tiempo lineal ordi nariodesde el co mienzo de la creación hasta el clímax de las edadesy el juicio final. Efra ín ve la operación poderosa del Espíritucreado r cuando se mov ía sobre la faz de las agu as para crear almundo. tanto como cuando se mueve en las aguas del bautismopara crear nuevas personas. En el acto de bautismo, la personaque ha nacido de nuevo se trans for ma en un hijo de Dios, conla posibilidad de llegar a ser una criatura divina. Por la accióndel Espíritu Santo, la criatura caída es transformada y llevadade nuevo a su prístino estado paradisfaco.w

Al bautismo le sigue la unción con aceite, por la que elEspfriru impri me sus marcas sobre sus seguidores. Como unan illo de sello cuya impresión queda sobre la cera, así el selloescond ido del Espíritu es impreso por el aceire sob re loscuer pos de aq uellos que son ungidos en el baunsmo.se Loscue rpos son ungidos con ó leo para el perdón de sus pecados.De esre modo, e! aceite acompaña al cristia no baur izado en sunecesidad, qu ien sale de las agua s del bau tismo vestido con laarmadura de! Espíritu Santo, brillando a la semejanza de losángeles.e? Es así como se recibe el don del Espí riru. ~or eso,..aquellos cuyos cuerpos ha n sentido la humedad del agua,deb en senti r en sus almas el don del Espíriru ... pu diéndo [sus]almas sentir inte riormente el derramamiento del Espí riru sobreellas...48 El nuevo bautizado se viste el vestido o ropaje delEspíritu, como 10 hicieron los apóstol es desnudos, porque enel nuevo paraíso de la iglesia ninguno de los santos estádesnudo-e

O tra imagen del Espíriru característica en Efraín es la delfuego . En Efrafn, como en muchos otros escritores o rienta les,

~ 5 . Véase, j ean Daniélou, Frcm Shadows ro Reality, The Newman Press,wesnninster, MD, 1960, 23·30.

~ 6. Efrafn de Siria, Himnos sobre la virginidad, 7.6.~ 7. Efrafn de Siria, Himnos sobre la epj(ml(a , 3.1·3.~ 8 . Efrafn de Siria, Homiíta sobrenuestro Señor, 53.~ 9. Efrafn de Siria, Himnos sobre el parafso , 6.9.

el fuego del Espíritu es impa rt ido a los participa ntes en laeucaristía a fin de sanríflcarlos.se Su calor di vino provee devestido a los que de otro modo andarían desnudos. Este calo rdel Espí ritu tiene una virtud vivificadora. Efraín de Siria habladel calor div ino del Espíriru que de rrite todo )0 que estáco ngelado, que brando la capa de hielo del pecado, madurandotodas las cosas, y trayendo la primavera a la iglesia. Los labiosqu e están cerrados se abren y son capaces de hablar sin t~mor

..como pájaros en las altu ras.., con lenguas de fuego enviadaspor el Esplritu.J !

En los escritos de Efra ln, la actividad del Espíritu Santono está limitad a a los misterios sacramental es. En la lectura ycomprensión de las Sagradas Escri tu ras, el Espí ritu. está activoinspirando al creyente pa ra entende r el texto . Para ilustrar estepunto, él co mparte varias exper iencias per sonales, qu e leocurrieron mient ras estaba leyendo la Biblia. En cierta ocas ión,mientras estaba med itando en los primeros versículos delGé nesis, fue lleno por e! Espíritu con tal gozo, q.ue se sintióco mo elevado y transportado desde ..el seno dellibro al senomismo del para íso...52 De igual modo, Efraín se refiere a lasvisiones pr oféticas, tanto de los profetas del Antiguo Testa­mento como los del Nuevo. En la iglesia primit iva, al igual queco n los profetas, el Espíritu Santo reveló el plan divino y habl?a través de la boca de los fieles.53 Los apósto les fue ro n arqur­tecros del Espí ritu, porque después de Pentecostés se d edicarona restaurar la fe que estaba siendo sacudida . Estos ho mbres ymujeres fueron bauti zados en el Espíritu y nut.ridos con lamedicina de la vida.H Además, recibieron los van os dones delEsp íritu.U De este modo, mediante la ..imposición de manos..,

50. Efraín de Siria, Himnos sobre fa fe, 10.8-13.51. lbid., 10.7·17.52. Efraín de Siria, Himnos sobreel para(so, 5.3.53. Efraín de Siria, Himnos sobre la fe, 60.5·6.H. Efraín de Siria, Himnos de Nisjbis, 46.8.55. Efraín de Siria, Comentario sobre el Diatessaron, 3. 1.5, 11. 1.

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244 LAACCIÓN DEL ESrlRITIJ SANTO EN LA HISTORIA EL MOVIMIENTO ~IONÁSTICO 245

el sacerdoc io de Cristo fue delegado de los apóstoles a losobispos.56

Efraín mismo había ejercido ciertos don es de maneraspoco co munes. Se dice que hab ía recibido del Espíritu el donde lágrimas, con tal abundancia que para él era tan naturalllorar como para ot ros lo es respi rar.J? Efraín habla de don esespeciales en otras personas, incluso se refiere a un monje queera co noci do por haber can tado los salmos del Espíritu,s ' Sinembargo, esros dones no debían ser buscados , ya que buscarlospod ía disminuir la bend ición de Dios. Los don es del Espír ituson como miembros que ayudan a la Iglesia acrece r1 y no sonpara el beneficio o jactancia de un lndivíduo.rs

Finalmente, para Efraín, el Espíritu ha venido a morar enel templo, o sea, en la Iglesia. Pero también mo ra en los cuerposvivientes individuales, y esta morada del Espíri tu es el pod erde la resurrección, poder que se experimenta tanto aquí comoen el más allá .6o

. Basilio Magno (331-379) 1Onundo de Cesárea, en Capadocia, fue obispo de esa

ciudad del 370 al 379 . Fue un gran guía de la Iglesia, y elfundador del monasticisrno en la Iglesia Ori ental, con sus votosde obediencia, casti dad y pobreza. Tuvo opo rtu nidad de visitarlos centros monásticos de Palestina, Siria y Egipto, do ndeaprend ió mucho de lo que más ta rde aplicó en el Ponto . Basilioes recordado po r establecer una regla monástica, que todavíahoy es seguida po r los monjes en la cristiandad ori ental.Esencialmente fue un asceta y un teólogo, seguidor de Atanasia .

56. Efraín de Siria, Himnos de Nisibis, 17.2-6.57. Gregoric de Nisa, Contra Esconro.sa. Henry Burgess, Seíeaed Metrical Hymns and Homil ies o( Ephraem

Syrus, Roben B. Blackadcr, Londres, 1853,44 .S!J. Efraín de Siria, In Paulum , 3.60. Efraín de Siria, Himnos de Nisibis, 49.9, 50.7.

Estud ió en Capadocia, Co nstantinopla y pasó un tiempo enAtenas. Su estilo tenía influencias de Platón y Hom ero. Co no­ció personalmente al famoso o rado r Libanio. Fue un granobispo, de pro fund a co nciencia social cr istiana y defensor delos más hum ildes.

De todos los padres de la iglesia antigua probablementeninguno mostró más interés en las cosas del Espíritu queBasilio . Tamo es así, que se le dio el títu lo de ..Doctor delEspíritu Santo... Su obra Sobre el Espíritu Santo muy posible­mente es la más grande sob re el tema que se haya producidoen toda la historia del cristianismo. Basilio vivió en la mismaregión de Asia Menor que Grego rio Taumaturgo. Él ad mirabaal Taumaturgo como un pneumatoforos, un receptáculo activo ,un portador y d istr ibuidor del Espíritu. Sus conclusiones sobrela acción del Espíritu Santo reflejan el grado profundo de lainfluencia del obrado r de maravillas sobre su propia vida yminisre rio .

En la historia del cristianismo, se reconoce a Basilio co moel ho mbre que proveyó a la cristiandad oriental co n la descrip­ción más articulada y pod erosa de la persona y oficios de laTercera Persona de la T rinidad . Burgess dice que ..La compren­sión de Basilio sob re el alcance toral de la obra del EspírituSanto en la vida del creyente es quizás la más excepcional enel mundo anríguoce t

El Espíri tu es e! creador de la Iglesia, que, a su vez, cum plesu misión a través de! Espíriru en la santificación de la creación.En la Iglesia hay una sinfon ía o armonía que está conducidapor el Espíritu, qu ien vence la división, contrad icción y corrup­ción.62 La Iglesia es e! Cuerpo de Cristo y la co munión delEspí ritu, una hermandad y co munidad de amor gobernada einspirada po r el Espíritu Santo. El Espír itu es el alma q ue moraen la Iglesia, así como Cristo es su cabeza.O La Iglesia es la

61. Burgess, Anc íent Christian Traditicn , 139.62. Basilio, Sobre el Esplritu Santo, 16.38.63. Basilio, Carta 90, 1; Homil ía sobre los Salmos, 48.1.

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68. lbid., 44.4 , 6.69. Basilio, Esbozo previo de la vida ascética, 3.

La predicación cristiana no es un a tarea que pueda hacersepor iniciativa propia ni tampoco puede ser impuesta. La pro ­clamación del evangelio es un carisma del Espíritu San to, unministe rio sagrado que debe ser ejercido en la comunidadcristiana para el beneficio de otros . Aquellos a quienes se lesconfía el carisma de la palabra y de la enseñanza en la Iglesiadeben tomar sus voces prestadas del Espíritu de modo que élpue da escrib ir palabras de vida ete rna en los corazo nes de loscreyentes. De esre modo, uno de los carismas que Basilioalentaba más era el de una predicación de poder, si bientambién enfatizaba el don de enseñanza. Quienes tienen el donde enseñanza, dice él, son estimulados por la gracia d ivina. Suspalabras son como flechas afiladas po r el pod er del Espíritu .68

Basilio tendía a depender mucho del liderazgo de aquellosque tenían y ejercían los dones espirituales. Para él, la autor idady el minister io en la Iglesia estaban más allá de la po sición oexperiencia que se ten ía. y dependían totalmente en los donesespirituales con que se contaba. Como obispo, prefer ía darresponsabilidades de liderazgo a monjes menores o hermanoslaicos, pero qu e estuv iesen dotados espiritualmente. Él espera­ba que aque llos que ejercían el liderazgo y tenían responsabi­lidades en la Iglesia fuesen personas de alto nivel espiritual, quetuviesen don es de discernimiento de espíritu s y pudiesen sanara los enfermos. También debían ser capaces de predecir elfuturo (i.e., tener dones proféticos: Hechos 11.27·28; 20 .22;21.1 0.11 ).

Según Basilio, los carismas son dones del Espíritu Santo,dados y aceptados para el beneficio de otros.es De este mod o,los carismas no son fines en sí mismos sino instrumentos devirtud. Su prop ósito , pues, es elservicio al prójimo. Estos donesno consisten solo de pro fecía y sanidades, sino también detodos los bienes y servicios terrenales. Junto con los don esespirituales, que producen unid ad en el Cuerpo de Cristo, la

1.J1. ACCIÓN DEL Es pfRlru SANTO EN LA HISTORIA

asamblea de todos aquellos a quienes el Espíritu Santo llamade (Odas las naciones del mundo con su kerygma de salvacióna rravés de los profetas, los apóstoles, y to dos aquellos engeneracion es posterio res que han recibido los dones de lapalabra y la enseñanza.e- Así, pues, uno de los conceptossingulares de Basilio en cuanto a la Iglesia es que esta es uncuer po carismático, en el que cada persona ejerce dones únicosy part iculares, sin los cuales la comunidad como un todo seveda empobrecida. Basilio veía a la Iglesia como un cuerpo demiembros individ uales, cada uno con un don particular dadopor el Espíritu :

Dado que los dones del Espíritu son diferentes, y uno nopuede recibir todos [los dones] ni tod os [recibir) los mismosdones. Cada uno debe permanecer con sobriedad ygratituden el don que le fue dado, y todos deben armonizarse unoscon otros en el amor de Cristo, como miembros en uncuerpo. De modo que aquel que es inferior en dones nodebe desesperarse en comparación con aquel que sobresale,ni tampoco debe el más grande despreciar al meno r. Porqu equienes están divididos y en discordia con los demás me­recen perecer.s!

De este modo, la edificación o la vida y crecimiento de laIglesia depend en de que haya la coo peración mutua de susmiembros en el ejercicio y participación de los don es que cadaind ividuo ha recibido.ee La Iglesia crece y se expande en lamedida en que el Paracleto opera en ella a través de la insrru­men tal idad de creye ntes dorados con los dones de palabra yenseñanza.e?

6... lbid. Véase, W.K.L. Clarke, The Aseetic Works of Sto Basií, SPCK,Londre s, 1925, 127.128.

65. Basilio, Los mora/es, 60.1.66. Basilio, Reglas tratadas exten samente, 7.2.67. Basilio, Hom jlla sobre los Salmos, 48.1.

El MOVIMIENTO MONÁSnCO 247

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248 LAACCIÓN DEL ESP!RlTIJ SANTO EN LA HISTORIA EL MOVIMIENTO MONÁSTICO 249

koinonia de las posesione s materiales contribuye a la edifica­ción de la comunión cristiana.Zü

Las comunidades mo násticas fundadas y organizadas porBasilio se caracteriza ro n por ser profundamente carismát icas.Paul J. Fedwick concluye que «Un estudio más profundo [delo rdenamien to carismát ico de las comunidades basilianas) casiseguramente mostrará que la estructu ra ministerial de sushermandades fue más bien suelta , flexible y abierta, permi tien­do considerablemente más libertad para las manifestacionescarismáticas que las que uno estaría listo o dispuesto a admi­tir» ,71 Fedwick muestra que en la enseñanza de Basilio, elEspfritu está activo en cada etapa del crecimiento del alma, yasea en su pu rificación, iluminación o perfección . Y esto esespecialmente cierto en relación con la comunidad monásticaideal.

Pero Basilio no limita la obra del Espíritu al contex tomonástico. Todos los creye ntes son recipientes del don delamor, que es el más sublime de tod os los dones del Espíritu , yla síntesis de todas las obligaciones del ser humano hacia Diosy sus prójimos. Por eso, elaspecto más impresio nante de la vidae influencia carismát ica de Basilio fue su singular co mbina­ción del mi nisterio de pred icació n y enseñanza co n la acciónsocia l cristiana. El monje capadociano creó un a comunidad ,llamada "Pueblo Nuevo», y más ta rd e co nocida como Basi­Iead, para llenar las necesidad es socia les de miles de perso­nas, entre ellas viudas, huérfanos, leprosos, pobres e inclusoviajeros.R En este proceso, Basilio guió a ot ros al rol depneumatoforos: aquel los guia dos por el Espíritu para dar desí mismos en lugar de buscar lo suyo propio. Y él mismo,primero como mon je y más ta rde como obis po, fue el mejor

70. Basilio, Homi/fa sobre íos Salmos, 11.5.71. Paul J. Fedwick, The Church and the Charisma 01 Leadership in Basif

01 Caesarea, Pontifical Institute oí Medieaeval Studies, Toronto,1979, 39.

72. Gregario de Nacianzo, Panegtríco sobre san Basilio.

ejemplo del pneumatoforos, expresando como pocos antes deél o después de él, la ext raordinaria riqueza de la vida en elEspíritu. Su confianza en la vitalidad de la provisión divina esinquebrantable, tal como puede verse en las palabras fina les desu tratado sobre el Espíritu Santo:

Mi tarea ahora está hecha. Si encueraras que he habladosatisfacto riamente, hagamos que esto sea el final de nuestradiscusión de estas cuestiones. Si piensas que algún puntorequiere mayor elucidación, ora para que no dudes enproseguir la investigación con toda diligencia, y en agregartu propia información levantando cualquier pregun ta nocontroversial. Ya sea por medio mío o a través de otros, elSeñor concederá una explicación plena sobre cuestionesque todavía necesitan ser clarificadas, conforme al conoci ­miento suplido a aquellos que son dignos por el EspírituSanto. Amén.73

Epifanio de Salamina (315-403)

En el año 335 fundó un monaster io en Eleurer ópolis, cercade Gaza (judea), su ciudad natal. De allí, después de treintaaños (367) pasó a Constancia (Salamina) en Chi pre, dondesirvió como obispo. Fue muy amigo de Jerón imo, y lo acom­pañó cuando este fue a Roma, en el año 381, a visitar al obispoDámaso. Epifanio adquirió una gran reputación por sus cono­cimientos y santidad. Se le debe a Epifanio la conservación delCredo de Constantinop la (381), en el que se señala que «elEspíritu Santo no es distinto del Padre ni del Hijo respecto ala substancia».74

Se lo conoce a Epifanio como uno de los caza herejes másceloso de los tiempos antiguos. Sus obras contra las herejías y

7J. Basilio, Sobre el Espfritu Santo, 30.79.74. Epifanio, Ancoratus, 73.

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250 LA ACCiÓN DEL EsPÍRITU SANTO EN LA HISTORIA EL MOVIMIENTO MON ÁSTICO 251

en favor de la ortodoxia suman cerca de ochenta, ent re ellas elAncoratus. Sin embargo, de todas ellas, la mejor conocida esPanarion, generalmente citada de manera abreviada comoHaer. , que conserva muchos extractos de obras que ya noexiste n. Entre estos fragmentos, Epifanio presenta el registrode algunas declaraciones de Montano y sus seguidores. Entreellas, según Epifanio, Montano afirmó : «He aquí el ho mbre escomo una lira, y yo vuelo sobre ella como un plectro. Elhombre duerme, y yo permanezco despierto . He aquí es elSeñor que sacude los corazones de los hombres, y les dacorazones a los hombres..) 5 En otro pasaje, pone en boca deMonta no las siguientes palabras: «Yo soy el Seño r Dios Todo­poderoso, morando en el ho mbre. No es un ángel ni unembajador, sino yo, Dios el Padre, que vengo»}6

Es muy probable que Epifan io esté co rrectamente regis­trando palabras de profecía dadas por Montano, pero que sinente nde r adecuadame nte el ejercicio de este don carismáti co.tomara estas expresiones como indicativas de la falsedad deMontano y su ar roga ncia espiritual. En el mismo sentido citaa la profetiza Maximilia, cuan do dice: «No me oigáis a mí, sinooíd a Cnsro-."" Nuevamente Maximilia apa rece diciendo :..Después de mí ya no habrá más profetizas, sino la consuma­cíón»."! Y también: «El Señor me envió a ser la líder delpartido, informante, intérp rete de esta tarea, profesión. ypacto. cons treñida, sea que él quiera o no, a aprende r delconocimiento de Dios».79

Epifanio registra fragmentos similares tomados, según él,de labios de la ot ra profetiza de Montano. Priscila: «Cristo vinoa mi en la semejanza de una mujer. vest ido con un ropajebrillante, y él plantó sabiduría en mí y reveló que este lugar

7S. Epifanio, Pananon, 48.4.76. íb íd.; 48 .11.rr: tbid., 48.2.78. Ibid.79. Ibid., 48.12-13.

[Pepuza] es santo, y que aquí desciende Jerusalén desde loscielos-ceo

Epifanio señala, en oposición a los excesos del montanis­mo, que los verdade ros profetas pro fetizaron sin perder surazó n.ét Él también informa que Mo ntano pretend ía haberrecibido una revelación más plena del Espíritu Santo queaquella que poseía la Iglesia. Po r otro lado. parece que susdiscípulos reclamaban poco menos que la obligación de ejercerlos don es del Espíritu Santo. «Tenéis la obligación de acoge rlos carismas». decían ellos. según Epifanio .az En el año 375 ,Epifanio reaccio na a esta demand a, señalando: «Tenemos eldeber de aceptar también los car ismas... Pero añade: "La santaIglesia de Dios los acoge igualmente. pero (en ella) se trata decarismas verdade ros, autenti ficados po r el Espíritu para ella;que le vienen de los profetas, de los apóstoles y del Señormismo».83De este modo, parece claro que Epifanio no descartalos carismas ni su ejercicio en sus días. sino los excesos mo n­tan istas en relación con los mismos.

El monasticisrno occident al

Los pr imeros con atos de monasticismo en Occidente tie­nen que ver con ciertas for mas de ascetismo de origen remoto .Pero el antecedente más importante para este movimiento enesta parte del mundo fue la obra y el ejemplo de Atanasia deAlejandría. En el año 340 llegó a Roma acom pañado de dosmonjes, Isidoro y Amm ón, que causaron gran admiración. La.Vida de San Antonio. escrita por el mismo Atanasia , ejerció unpoderoso influjo y deshizo algunos prejuicios que ex istían en

80. Ibid., 49 .1.8 1. íbid., 48.2. Citado también en Pierre C. de Labriolle, ed., Les sources

del'histoire du montanisme, Librairic de l'Universir é, Friburgo, 1913,117.

82. Epifanío, Pananon, 48.t . Véase, Labriolle, La crise montaniste, 136.83. Epifanío, Panarion, 48.1. Véase Labriolle, Les sourccs de í'histoire du

montanisme , 115, n. 88.

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252 LA ACCiÓN DEL EspíRITU SANTO EN LA HISTORIA EL MOVIMIENTO MONÁSTICO 253

Occidente contra los monjes or ientales. Asf fue que, prontocomenzaron a prolifera r los monasterios por todas partes. Enel norte de Italia, Ambrosio y Eusebio de Vercelli fundaron susmonaster ios. En Roma, Jerónimo hizo lo propio, después dehaber hecho var ios años de vida ermitaña en la Tebaida, dondeconoció el anacoretismo y el cenobismo. Estando en Roma,llamado por el obispo Dámaso (383-385), contribuyó a difundirelamor a la vida monástica. De sus cartas ydemásescritossesacóun conjunto de normas, que se conocen como Regla de Sanje rónimo, si bien él no escribió una regla propiamente dicha.

En África, Agustín de Hipona fomentó de muy diversasmaneras la vida mo nástica. Compuso una Regla (Regula adservasDei), la cual completada con la Carta 21 1, dirigida a unamonja, co nstituyen la RegladeSan Agustín. En Francia, Martínde Tours fue el pion ero de la vida monástica, al funda rmo nasterios en Tours y Poitiers. A su muerte en 397 existíanen Francia más de dos mil monjes. En e! sur de Francia(Marsella), Casia no fundó en 410 e! monasterio de San Víctor.Sus Instituciones y sus Colaciones son un buen co njunto deno rmas sobre la vida monástica. San Cesáreo de Arlés, mo njeprimeramente en e! monasterio de Lerins, fundado po r Hono­rato (405), compuso dos Reglas, para monjes y monjas, y unaRecapitulación, donde expone la organización de la vida mo­nástica de su t iempo. En España, e! Co ncilio de Zaragoza (380)ya habla de monjes en esa región. El ascetismo era co nocidodesde mucho antes. El Sínodo de Elvira, de princip ios de! sigloIV, habla en sus cánones 4 y 13 de vírgenes co nsagradas a Dios.

A! igual que ocurrió en Oriente, es en e! monasticismooccidental donde con más frecuencia se encuentran los testi­monios de las o peraciones sobrenatu rales de! Espíritu Santo.Vamos a considerar dos casos sumamente interesantes, ambosubicados en la Galia cristiana (Francia).

M artín de Tours (¿ ·397)

Mar tín era hijo de padres paganos. A! igual que su pad re,sirvió co mo oficial del ejército, hasta que, siendo catecúmeno

to davía y encont rándose en e! norte de Galia, vivió una expe­riencia singular. Ha bía compartido su capa con un mendigo enun frío día de invierno , y esa noche, en un sueño, vio al Señorcon la mitad de su capa que había regalado, y que le decía quehabía sido él e! mendigo a quien de este modo Martín habíabendec ido . Después de baut izado y de abandonar e! ejército,se unió a Hilario de Poitiers (ca. 300 -367), famoso cam peónde la ortodoxi a nicena. Después de intentar ganar a sus padresa la fe cristiana, se hizo ermitaño. Otros se reun ieron con él yse formó un grupo, que vino a ser el comienzo de una comu­nidad mo nástica. De este modo, y con e! tiempo, llegó a ser elprincipa l dirigente de! mo nasticismo en Galia.

Los ciudadanos de Tours querían que fuese su obispo y 10constriñeron a que aceptase esa responsabilidad. Así lo hizo,mientras co nt inuaba viviendo como un ermitaño y realizandonumerosos milagros. Su fama creció muy pronto y mu chos losiguiero n en su vida monástica. Gracias a sus esfue rzos evan­gelizadores s~ convirtió la mayor parre del distrito rural cerca­no a Tou rs. El guió a sus frailes a la predicación, a la destruc­ción de los templos paganos, y a la administración del bauti smoa miles.

Conocemos de Martín a través de una hagiografía escrirapor Sulp icio Severo, vida de San Martín, que fuera una de lasprimeras obras en su género . Severo, su biógrafo, nació de unafamilia aristocrática en Aquitania hacia el 360, y fue bautizadoquizá hacia e! 389 para consagrarse finalmente a la vidamonástica y al estudio. Conoció person almente a Marrín deTours, quien fue su consejero. Su biografía de Martín fueescrira en vida aún del mismo y fue publicada hacia e! año 400.En e!la, Sulpicio destaca el ascetismo, espiritua lidad y santidadde Ma rtín, al tiempo que subraya el carác ter sor prendente desus milagros. Con un fuerte tinte apo logético y propagandfsri­co, la obra de Sulpicio debe ser considerada con cautela ya qu eal igual qu e cualquie r hagiografía tiende a la exageración.

Luego de narrar la infancia de Martín y los primeros añosde ministeri o, Sulpicio muestra al obispo de Tours cumpliendosu vocación de monje y taum atu rgo . Re!ata su ministerio de

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254 Lo. ACCIÓN DEL ESpíRITU SANTO EN lA HISTO RIA E L MOVIMIENTO MONÁSTICO 255

evangelización rural, sostenido por sus don es de sanidades,echando fuera a los demonios de las vidas de muchas personas,y llevan do a cabo una guerra espiritua l inrensa.e' Laco nclusióndel libro de Severo presenta a Martín como maestro espiritual,asceta y sanro.as De este modo, la suya fue la vida y laespiritua lidad militante de un soldado convertido en mon je yobispo .

La profusión de elemen tos milagrosos en el relato deSeve ro ha gene rado no poc as pol émicas y crít icas en algunosestudiosos . Se lo acusa de imposto r y exagerado en atribu ira Mart ín hechos sobre natu ra les qu e no existiero n. Otros hanind icado qu e Severo es co herente con el género de literatu raque pr oduce, y qu e escri be co n la libertad t ípica de lahagio gra fía de la época, mezclando verda d y ficció n, segúnla inspi ració n, a la vez mística y popular , de su imagi na­ción. 86

El lecto r debe esta r ad vertid o que cuando tratamos co nlos testimon ios de la acción del Espíritu Santo en el monast i­cisma, esta mo s básicamente utilizando como fuentes de infor­mació n material hagiográfico. Este tipo de literatura general­mente apela a lo fantasioso e imaginario para elevar la figuradel santo o san ta de que trata. Todo esto supone un problemade cred ibilida d y objetividad del testim onio en conside ración.No obstante, muchos de los milagros, señales, prodigios ymaravillas que se mencio nan guardan relación con los milagrosque se registran en el Nu evo Testamento. Este puede ser unbuen criterio para despojar a las hagiografías del componentefantasioso y desentrañar la riqueza del testimonio cierto de la

84. SulpicicSevero, Vida de San Martfn, 5·7.85. lbid.; 8 .86. Entre los críticos, véase, E. Charles Babut, Saint Martin de Tours, París,

1912). Entre los defensores de Severo, véase, C. ju llian, "Remarquescritiques sur lessourcesde laViede saint Milrtin , sur la vieer les oeuvresde saint Martin-, RelluedesEtudesAnciennes 24 (1922); YH. Delehaye,-Sainr Marrin er Sulpice Severe-, Anaiecta Boliandiana 38, 1920,5-136.

o peración poderosa del Espíritu a través de los creyentes.Como señala Burgess:

Los cristianos del siglo cuarto leían y se maravillaban de lasaccio nes de los santos y santas, acciones que estaban muchomás allá de las qu e se esperaban de los creyentes com unes.El poder detrás de tajes maravillas era atr ibu ido al Espír ituSanto, cuyos dones extraordinarios estaban reservado s paraunas pocas personas especiales. Desde el siglo IV en ade­lant e, este nú mero selecto vino de entre el episcopado y losascetas destacados. Los monjes aho ra estaban camina ndoen los zapatos de los mártires - y, de igual modo, elloshabían heredado el manto del Esprrnu.ü?

Juan Casiano (365-435)

Nació en la Escitia, pero algunos escritores piensan queera de origen provenzal (Francia) . Desde mu y pequeño, sede dicó a la vida religiosa, y para ello viajó a Tierra Santa.Recibió su educación juvenil en Belén y luego residió du ranteunos diez años entre los monjes de Egipto y de Ni rria. Haciael año 40 0 fue ordenad o diácono en Co nstantinopl a por elpatriarca Ju an Crisóstomo, a quien defendió ante al papaInocencia 1, cua ndo cayó en desgracia y fue desterrado de susede . Más ta rde fue a Roma, dond e recibió la ord enaciónsacerdo tal. No es seguro que haya regresado a Constantinopla,pero se sabe co n certeza que en el año 4 10 fijó su resid enciaen Marsella (Francia), donde fundó dos monasterios, uno paravarones (el famoso monasterio de San Víctor) y otro paramujeres.

Su pensamiento teológ ico era ortodoxo, si bien en mater iade la gracia sostenfa una postu ra semi-pelagiana. A ped ido dequien más tarde llegó a ser el papa León I, escrib ió un tratadotitul ado Siete libros sobre la encarnación del Señor contra

87. Burgess, Anáent Christian Traditions, 123.

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256 LA ACCiÓN DEL ESpfRlTIJ SANTO EN LA HISTORlA EL MOVIMIENTO MON ÁSTICO 257

Nestorio (430). Sin embargo , su co nt ribución mayor tiene quever co n el surgimiento del monacato occidental. Casiano fueuna suerte de misionero del cenobismo egipcioen Galia. Sibienno fue él qui en introdujo el mo nasticismo en Europa, sí fue éluno de los más entusiastas prop agandistas del mismo en el su rde la Ga lia. Co n sus escritos austeros contribuyó al fomentode las prácticas ascéticas y a la instrucci ón y edificación de losmonjes. Sus dos obras principales son: Sobre las institucionesde los cenobios y sobre Jos remedios de los echo vicios prínci­paJes (co noc ida co mo Instituciones), y Colaciones de los gran.desPadres (conocida co mo Colaciones, es decir, conferencias).

La que más nos interesa es la segunda, ya que en susColaciones, Casiano refiere las conversaciones que él y suamigo Germán tuvi eron con los monjes de Egipto . Adem ás,esta ob ra está dedicada especialmente al fomento de la vidainte rior y espiritual de los mon jes. Por su tema, su estilo sencilloy popular, este libro tuvo mucha aceptación y a lo largo de rodala Edad Media fue muy estimado como manual para la vidaespiritual en los círculos cenobíticos.

Casiano nos dejó un testimonio interesante de lo quepuede ser la práctica de la oración en lenguas, bajo la inspi ra­ción del Espíritu San to. La oración es uno de los elementosesencia les de la vida monástica. Laoración constante es fun da ­mental pa ra llegar a la perfecci ón . Pero hay varios niveles deoración. La o ració n perfecta solo se alcanza gradualmente y através de varias etapas. La última etapa es solo pa ra aquellosque han desarr aigado de su alma todo lo que es dañino , y que,en consecuencia, pueden entregarse de lleno a la o ración defuego qu e trasciende a toda expresión y com prensión hurna­na.as Esto es lo que Casiano denomina como "oración perfec­ta», Este tipo de o ración se caracteriza por la presencia de unallama incomprensible y con sumidora, que atraviesa todos losniveles y formas de la oración, y ofrece «a Dios las o racionesindecibles de la fuerza más pura, que el Espíritu mismo ...

88. Juan Casiano, Colaciones, 9,15 .

[pronuncia) con gemidos que no pueden ser pronunciados ...o [que puedan ser] recordad os por la mente [con posteriori­dad] ...89 Q uien vive esto es tambi én inundado po r un gozo yarrobamiento indecibles.

Incluso, llega un mo mento en el que, cuando una person acontempla a Dios en una o ración perfecta e incorrupt ible, nose pueden pronunciar palabras. Pero la mente está encendidaco n una agudeza de espír itu incalcu lable, que resulta en eléxtasis del co razón.w Esta exper iencia de oración sublime yextá tica es el resultado de la acción secreta del Espíritu Santo.Casia no la propon e como la meta que debe ser buscada porcada uno de sus monjes. Así, pues, describe la oración per fectaen estas palabras:

Yo siento que por la visitación del Espíritu Santo he obre­nido propósito de alma, firmeza de pensamiento, agudezade corazón, junto con un gozo inefable y la traslación demi mente ; y en la exuberancia de los sentimientos espiri­ruales he percibido, por una iluminación repentina delSeñor, una abundante revelación de ideas de las mássantas , que anteriormente estaban totalme nte escondidaspara mí.91

Cualquier cristiano que haya experimentado la unci ón ollenura del Espíritu, con sus manifestaciones características,puede senti rse identificado co n el tipo de experiencia queCasiano describe.

El Espíritu Santo es también qu ien permite al creyentepasar de un co noci miento meramente práctico y natur al a unco nocimiento espiritual y sobrenatura l. En eldecir de Casiano,esto es ascender a los «secretos de los mister ios invisibles» , 92

8!J. [bid.!JO. íbid.; 10.1.!JI. [bid. 10.10.sz. lbid., 14.1.

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258 LA ACCiÓN DEL EspfRITU SANTO EN u.. HISTORIA ELMOVlMIENTO MONÁSTICO 259

Este conocimie nto tiene que ver con la comprensión de lossignificados más secretos de las Escrituras, pero también de larealidad. El creyente lleno del Espíritu puede, de este modo,«contemplar con el ojo puro del alma los misterios profundosy escondidos ; porque esto no se puede obtener por el apren­dizaje humano, ni alguna condi ción del mundo, sino solo porla pureza del alma, por medio de la iluminación del EspírituSanro..93

Tal parece como que Casiano está refiriéndose aquí al doncarismát ico de palabra de ciencia o conocimiento. Sea comofuere, élcom para este conocimiento espiritua l con el aceite quefue de rramado sobre la cabeza de Aaeón y qu e descendió sobresu barba y llegó hasta elborde de sus vestiduras (Salmos 133.2).Este conocimiento espiritua l es «más dulce que la miel y queel panal. Salmos 19.10b).9<4 Otra vez, cualquier hermano enCristo que haya recibido del Espíritu el don de palabra deciencia, puede hacer propias las expresiones de Casiano.

Al igual que el após tol Pablo, Juan Casiano relaciona lapresencia del Espíritu Santo en la vida del creyente con eldesarrollo de ciertos dones espirituales y con las varias mani ­festaciones del fruto del Espíritu . Casiano divide los dones entres grupos o sistemas. Están aque llos dones que son impartidospor el Espíritu para sanidad (sanidad de los enfermos, resuci­tación de muertos, limpieza de leprosos, expulsión de demo­nios). Están aquellos otros que son para la edificación de laIglesia (sabiduría, conocimiento, fe, erc.). Y están también losdones falsos, inventados por los demonios engañadores.ss

De entre todos los dones, probablemente el más apreciadopor Casiano sea el de discern imiento de espíritus. Consistentecon los escritos de los padres del desierto, Casiano tambiénconsidera a este don como una rare za y algo especial. Según él,el d iscern imiento de espfritus es la recompensa más grande de

93. Ibid ., 14.9.94. Ibid., 14.14.95. Ibid., 15.1.

la gracia divina. Este don debe ser uti lizado para discern it losespíritus que se manifiestan en el monje mismo, así como paraidentificar a los espíritus inmundos que operan en los ende mo­níados.ss

Según Casiano, el ejercicio de los dones espiritua les carac­terizó el ministerio de los profe tas y apóstoles. Todos ellosrecibieron de Dios alguna porción de su Espít itu. Pero todosellos no llegaron a la estatura de Cristo, quien es en sí mismotoda la plenitud de la Deidad.s" No obstante, cualquier creyen­te que busque la perfección puede recibir estos do nes. Sinembargo, nadie debe ser admitido a la vida monástica en basea su ejercicio de algún don espiritual, po rque los verdaderosdones espirituales son actos de la gracia de Dios y son dadospara ayudar a los individuos en sus actividades específicas enla vida. De este modo, los dones son entendidos por Casianocomo herramientas con las cuales servimos al Señor, y no comoelementos sobre los cuales podemos gloriarnos .s!

Todos los creyentes debemos ser templos de Dios, en losque el Espíritu de Dios puede morar y funcionar.ss Ningúnmiembro de la Iglesia puede pretender tener todos los donesni ejercer los ministerios de otros miembros, porque todostenemos diferentes dones (l Corintios 12.28).100 Además,todos los dones espir ituales son dados por un tiempo, y luegopasarán, es decir, no son permanentes. Lo único que permane­cerá es el arnor.tet Y sin el amor, incluso los dones másexcelen res (como podría ser el martirio) desaparecerán. Asíque, lo máximo de la perfección no está en los do nes espiri­tua les o en la ejecución de milagros, sino en la pureza del amor,que es eterno. 102 Por eso, la excelencia de los dones no

96. Véase, Ibid., 2 Y7. 12.n Juan Casiano, Siete libros contra Nestorio, 5.14.98. Juan Casiano, Colaciones, 15.2.99. Juan Casiano, Instituciones, 9.3.

100. Juan Casiano, Calad anes, 14.5.101. Ibid., 1.11.102. Ibid., 11.12; 15.1-2.

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260 LA ACCIÓN DEL Es pfRITU SANTO EN LA HISTORIA

consiste en milagros, sino en humildad. Es mejor expulsar a lospecados propios, que a los demoni os ajenos. tú! Es más, Casia­no llega a sugerir que si bien muchos de los monjes teníanabunda ncia de dones espiritua les, debían abstenerse de usarlos ,a menos que una necesidad ext rema o inevitab le los llevara ahacerlo.104

A pesar de estas advertencias prácticas, es evidente queCasiano presenta suficientes ejemplos de la vigencia y opera­ción de los dones espirituales en sus días. En sus escritos hayabundantes referencias a monjes conocidos por sus hechosportentosos y sobrenaturales. Casiano cuenta de Macario deEgipto , que resucitó a un muerto; o de un abad llamadoAbraham que curó los pechos de una mujer de modo que pudoamamantar a su infante, y que también sanó a un hombreparalítico durante muchos eñes.res

IOJ. lbid., 15.7-8.104. lbid., 15.2.105. lbid., 15. 3-5.

H CRISTI~NISMO DH SIGLO V

m. a hemos considerado los efectos de la conversiónI de Constantino, la alianza con el Imperio Roma­no, y la creciente instituc ionalización de la iglesiaen Occidente sobre el ejercicio de loscarismas de!

Espíritu y la valoración de sus manifestaciones sobrenaturalesen la iglesia. Estos factores continuaron teniendo sus conse­cuencias a lo largo del siglo V. Sin embargo, desde un puntode vista político, lascrisis más graves de Occidente durante estesiglo fueron la debacle del Imperio Romano, la profundizaciónde las invasiones bárbaras, y la separación entre e! este y eloeste. En Oriente, los emperadores bizantinos, si bien tambiénpadecieron las invasiones y tuvieron que mantener una políticadefensiva cont ínua cont ra los bárbaros, lograron manten er suautoridad gracias a no tener fractu ras internas. Pero en el oestelas cosas fuero n diferentes. En el primer cuarto del siglo, losvisigodos se establecieron en el sur de Celia, y en e! segundolos vándalos asolaron e! norte de África, mientras los hunos

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262 LA ACCiÓN DEL ESpíRITU SANTO EN LA HISTORIA EL CRISTIANiSMO DE SIGLO V 263

penetraban en Galia e Italia. La defensa contra estos adversa­rios fue asumida por genera les bárbaros al servicio de Roma.Estos generales fueron desplazando a los emperador es, hastaque por fin terminaron con el Imperio y crearon sus propi osreinos germá nicos.

En este siglo tan conv ulsionado, la Iglesia fue un reflejode esta situac ión política. de modo que fue inevitable laseparación entre la iglesia oriental y la occidenta l. entre Romay Constantinopla, arguyendo cuestiones teológicas. Los deba­tes teológicos crearo n una enorme ansiedad colectiva y aromi­zaron las fuerzas para el testimonio cristiano. Lo políti co y loteológico estuvo íntimamente ligado , con lo cual las centro­versias adquirieron un grado de virulencia y violencia inusita­do. El imperio de la carne se fue imponiendo al dominio delEspíti tu. Las grandes masas de converti dos nominales queingresaron a la Iglesia, no ten ían una verdadera y auténticaexperiencia de conversión, que les permit iese conocer la reali­dad de la presencia del Espíritu en la vida, y mucho menos,experimentar su poder y manifestaciones.

No obstante, a pesar de la turbulencia, confusión. ansie­dad, y conflictos de este siglo, el Espíritu Santo no se quedóinactivo o ino perante en medio de su pueblo. De ello dantestimonio numerosos siervos del Señor, tanto de Orientecomo de Occidente, algunos de los cuales consideraremos enlas páginas que siguen.

Cris tiandad oriental

La cristiandad or ienral durante el siglo V se vio afectadanotoriamente por las decisiones y secuelas de dos importantesconcilios ecumé nicos: el de Éfeso (431) Y el de Calcedonia(451 ). Estos cónclaves pusieron fin respectivamente a las con­troversias nestoriana y monofisita, pero el resultado prácticofue el desmembramiento de la Iglesia y la división entr e el estey el oeste. Hacia Oriente, en las provincias persas de Nisibis ySeleucia se impuso el nestorianismo, mientras que en las deSiria y Osroene predominó el monofisismo. Lamayor par te de

los testimonios escritos de esta cristiandad oriental están enlengua sirfaca y son de teología nestoriana.

Hacia fines del siglo V, el emperador bizantino cerró laescuela teológica de Edesa, que era tenida por centro nestoria­no . La escuela se instaló enton ces en el territorio persa deNisibis. De este modo, a partir del sínodo de Ctesifo nre (año486), el nestorianismo pasó a ser la for ma de cristianismooficial de los cristianos que vivían dentro del Imperio Persa.Estos cristianos querían romper tod o tipo de relación con elImperio Romano, y especialmente librarse de la acusación deque eran espías al servicio del emperad or de Co nstantinopla.Separados de Occidene, los nestorianos persas fuero n grandesmisioneros y llevaron el evangelio tan lejos como Chang-an,en la China.

En todo este proceso es posible detectar testimonios de laacción del Espíritu Santo. Sorprende que, a pesar de las perse­cuclones.Ias contro versias teológicas, la división entre Orientey Occidente, y la turbulencia política de estos años, creyentese iglesias consideraban corno poderosa y dinámica la operaci óndel Espíritu en med io de ellos.

Na rsés (413-ca. 503)

Como se indicó, el centro del desarrollo del nestorianismoen Oriente, hacia mediados del siglo V, fue la escuela nestoria ­na de Nisibis, ciudad dentro del Imperio Persa. AlUenco ntra­ron refugio y oportunidad de mini sterio muchos seguido resdel nestorianismo que tuvieron que dejar Edesa y otras ciuda ­des o rientales en razón de las persecucion es, tanto de parte dela Iglesia como del Estado. Entre estos fugitivos se encontrabaNarsés, qu ien llegó a dirigir la escuela de Nisibis po r cerca decincuenta años. Sus adversarios lo llamaban ..el leproso.., perolos nestorianos lo recordaban como ..doctor admirable.., ..arpadel Espfritu Santo.., ..lengua de Oriente.., etc. Probablemente,fue el pensador más pro fundo y original de la gran Iglesia deleste o iglesia asiria, más conocida como iglesia nestori ana. Fueun escritor bastante fecundo, destacándose por sus homilías,

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una liturgia, una exposic ión de los sacramentos del bautismoy de la eucaristfa y un tratado Sobre la corrupci ón de Jascostumbres.1

Al igual que otros escritores de su tiempo, tanto o rientalescomo occidentales, Nars és asocia la unción del Espíritu Santoal sacramento del bautismo. Y ligado a este rito cristianofundamental, destaca la virtud reveladora del Espíritu. En subautismo, el Espíritu reveló a Jesús; y Ju an el Bautista, llamadopor el Espíritu a proclamar la venida del reino, lo vio venir yanheló encontrarsecon aquel a quien los profetas y reyes habíanestado buscando.t Fueall í, en su bautismo, que elhombreJesúsrecibió al Espíritu bajo la figura de una paloma y fue ungido<;00 un poder oculto, de modo que por el poder del EspírituEl pudiese echar fuera demonios y sana r a los enfermos. ElEspíritu lo ungió no co n el aceite de la ley mosaica, sino conuno superio r a todos los demás) De este modo. jesús fuearmado con el Espíritu para redimir a su raza del mal al cubrirlacon el ropaje del bautismo y al darle una corona totalmentetr enzada con los sellos del Espíritu.éAsí, pues., a través del dondel Espíritu, j esús completó y per feccion ó aquello que eradeficiente en la humanidad, al pe rmit ir a otro s miembros desu ral a humana compartir en la riqueza del Espíritu.5

El Espíritu Santo se mani festó también poderosamente enla exper ienc ia de la muerte y resurrección de jesús. Pero fueen Pentecostés que el tesoro del Espíritu fue en tregado en lasmanos de un nuevo sacerdocio , para que este lo dispense a

l. Sobre Nars és, véase, R. Hugh Co nnoJly, ed., The Liturgical Homi/ies01Narsai, en Studies and Tea s 8 Universiry Press, Cambridge, 1909 ; yespecialmente, Fredenck G. McLeod , ed. , Narsaí's Metrical Homilieson the Nativity, Epiphany, Passíon, Resu"ection and Asu mion, enPatrolog{aOrienta/is 40:1, Brepo ls, Turnh out, Bélgica 1979. En amboscasos, los números indican los números de página en estas ob ras.

2. McLeod , ed., Nanai's Metrical Homilies, 79, 85.3. Ibid., 89, 91, 99.4. uu; 67, 91, 95, 97, 137, 163.S. Ibid., 97.

otros. De este modo, mediante la imp osición de manos, elsacerdo te recibe el poder del Espíritu , de suerte ta l qu e escapacitado para llevar a cabo los misterios d ivinos. El ropajedel Espír itu adorna su alma y ahora tiene al Espír itu en lapuntade su lengu a.e

La llenura o unción del Espíritu es descrita en términosque resultan bastante familiares en nue stros días. Narsés serefiere en varias partes a esta experiencia, gene ralmente aso­ciada con la celebración de la eucaristía o el baut ismo, y la llamala ..droga del Espfritu -. En el culto eucarístico, el sacerdoteinvita al Espíritu a descender sobre la congregación reunida. afin de que por su don ella pueda ser digna de recibir el Cuerpoy la Sangre. El Espíritu hace que el poder de su de idad moreen el pan y el vino, completando el misterio de la resurreccióndel Señor de entre los muertos. La presencia del Espíritu esesencial para la celebración de la eucaristía.?

Algo similar ocurre con el sacramento del bautismo. Eneste rito. el bautizado muere simbólicamente al pasar por latumba del agua, y es levantado en representación de la resu­rrección que tendrá lugar al final de los riernpos.t Narsaitambién compara la pileta bautismal a un horno en el que elEspíritu hornea la débil arcilla humana.s Med iante este calo rdel Espíritu la escoria de cuerpo y alma del creyente es limpia­da, y el bautizado sale del agua no como arcilla sino refundidocomo oro espiritual, con la matriz de los seres celestiales.10 Eneste proceso, el sacerdote es como un pintor del Espíritu. sinmanos.U y la ..droga del Espíriru.. (la unción) está en el aguacom o en un horno, para purificar la imagen humana de todaImpureza.ta De este modo, el sacerd ocio fue establecido por

6. Co nnolly, ed., Homilies of Narsai, 40.1. lhid., 20-23.8. íbíd., 5 1-52.9. Mcl.eod, ed., Narsai's Metrica/ Homi/ íes, 87.

\0. Connally, ed., Homifies ol Narsaí, 32, 49.11 . lbid., 34.12. ¡bid., 43, 48-49, 64.

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Dios para sanar la iniquidad y para proveer de sanidad tambiénal cuerpo. El sacerdo te sella (unge) también a sus ovejas en elnombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, a quienes losnuevos bautizados ahora pertenecen, y con estos nombres ellosson marcados .U

Pero la unción del Espí ritu Santo no se agoca con el actodel bauti smo. Por el co nt rario, después del bau tismo, el Espí­ritu toca a aquellos que tienen enfermedad en sus alma s einiquidad en sus pensamientos para que corran al sacerdoteco ntinuamente a fin de recibir esta ..droga del Espfriru...14 Deeste modo, a través de la unción, el sacerdo te ayuda a los bebésespiri tuales a crecer co n el alimento del Espíritu (la co mida delpan y el vino de la eucaristía) . A lo largo de tod os los escritosde Na rsés hay exhortaciones que alientan a los creyentes aprocurar las riquezas del Espíritu, la promesa del rey que nopuede ser quebrantada : - Iv enidl ¡Esforcémonos para recibi rgratis la riqueza del Espíriru!» 15

Filoxeno de Mabbug (ca. 440-523)

Sus padres se habían con vertido al cristianismo siendo éltodavía un niño. Fue educado en la escuela persa de Edesa,Desdejoven se vio involucrado en las controversias teológicas en opo­sici6n al nestorianismo. DejóEdesa y fue a Antioquía, de dondefue ex pulsado por monofisita, hasta que llegó a ser obispo deMabbug o Hier6po lis (eciudad santas]. Tuvo mucho éxi to enla evangelización de su ciudad, si bien estuvo envuelto encontrove rsias de manera continuada con las autoridades civilesy militares del lugar. En su adultez, Filoxeno desarroll ó uncarácter más con ciliatorio y pacífico. Parece que ejerció algunainflu encia en el cierre de la escuela de Edesa en 489, mientrasmantenía una firme postura en contra de las conclusiones del

13. Ibid., 35, 44.14. Ibid., 73.IS. McLeod , ed., Narsaj's Metri,al Hom ilies, 103.

Concilio de Calcedonia (451) . En el año 519, cuando subi6 altrono imperial j usrino y este respaldó la postu ra o rto doxa,Filo xeno fue capturado y deportado a Tracia, dond e murió demuerte violenta por ahogamiento .

Conocemos a Filoxeno como un celoso representante ydefensor de una teología monofisita en oposición al credocalced6 nico. Algunos de sus escritos han llegad o a nue strosdías, especialmente ochenta obras do gmáticas, exegéticas, as­c éricasy homiléticas. Hizo también una versión del NuevoTe stamento, revisada más tarde po r Tomás de Heraclea, ade-

I más de cartas y ot ros escritos menores. Lamentab lemente,muchos de sus escritos todavía no han sido trad ucidos, o nohan sido publicados.

Según él, el Espíritu Santo está ocupado en una obracreadora constante a través de la fe, que hace que lo imposiblese torne real. La fe es la fuerza a través de la cual se hacen losmilagros y ocurren otros eventos sobrenaturales. Santos siervosy siervas de Dios obran maravillas por la fe, hablando enno mbre de Dios, haciendo caer fuego del cielo, levantando alos muertos, y hablando a los muertos co mo si víviesen. te

La obra del Espírit u en el creyente co mienza con elbautismo en agua . Es a través del bau tismo que el creyente seune a Cristo y al Espíritu, nace de nuevo al mundo del Espíritu ,y es introducido a la vida en el Espüiru.t ? Es allí que el nuevobautizado recibe directamente de Cristo el don del Espíritu, al..vestirse del Espíritu•. Esto ocurre de suerte ta l que, «en vezde agua vemos el bau tismo del Espíritu, y en vez de aceite, elpod er de Cristo•. u Ahora, si bien es en el mom ento delbautismo que el Espíritu es dado al creyente, es solo con laexperiencia personal de Pentecostés (llenura del Espí ritu) que

16. Filoxeno de Mabbug, Segunda homilla sobre la fe. v éase, EoA. WallisBudge, The DiscoursesofPhifoxetlus.Bishop ofMabbogh. AD4S5·5 19,Asher and Co., Londres, 1894, 34-42.

17. Filoxeno de Mabbug, Novena hornilla sobre la pobreza.11. Filoxeno de Mabbug, Tercer horniUa sobre la fe.

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el recepto r acep ta consciente mente el don y comienza másplename nte a beneficiarse de Él. En este momento, el Espír ituunge a los fieles con el óleo de gozo en una medida que estámás allá de aquellos que todavía no han experimentado Pen­tecost és.t? Incluso, Filoxeno observa que a veces pasan muchosaños desde el tiemp o del bautismo en agua hasta que un oexperimenta la experiencia de la llenura del Espíritu (Pente­costés), esdecir, «cuando una persona es renacida por su propialibre voluntad de un estilo de vida corporal a uno espiritual, yella misma se tra nsform a en un seno que da a luz a unarendición cornpleraczo

Co mo sacerdote del Espíritu, Jesús después que fue glori­ficado, envió al mismo Espír itu que obró a través de Él, a morarcon sus seguidores. Y al darles los dones del Espíritu, loscapacitó para que pudiesen hacer milagros y así, transformarseellos tamb ién en sacerdotes, introduciendo a ot ro s en una vidaen el Esprríru.n Este don del Espíritu permanece con el creyentey es retenido solo por la fe y no por las buenas obras. No obstante,si bien elEspíritu no deja al creyente, sus dones no operarán hastaque «la voluntad muestre su fruto-caz Esto está directamenterelacionado con el proceso de santificación, que también es obradel Espíritu, y que se conoce como la vida en el Espíritu.

A medida que la fe aumenta, así crece el creyente en elreino espiritual. Todo lo que el cristiano necesita aprender, elEspíritu de Dios se lo ense ña; cosas tales como el significadode los nombres y palabras de Dios. La luz espiritual brillará demanera gloriosa, revelando las cosas de Dios y fo rtaleciendo lafe)3 De este modo, la presencia del Espíritu en la vida del

19. Filoxeno de Mabbug, De U /lO et sancta Tnnitate íncorporato et passeo,9.15 t . Véase, Maurice Briere y Francois Graffin, eds., Phiíoxeni Mab­bugensin De uno et sancta Trinitateincorporato et passeo, en PatrologiaGriental ís 40:2, Brepols, Turnhout, Bélgica, t 979-198 1, 263.

20. Filoxeno de Mabbug, Novena homiíia sobre fa pobreza.21. Filoxeno de Mabbug, De UII O et sam ta Trinítate, 10.88-89.22. Filoxeno de Mabbug, Novena hornilla sobre la pobreza .23. Piloxcno de Mabbug, Segunda homilla sobre la fe.

creyente es compa rada con la luz en el ojo, que hace posible lavisión. Sin el Espíritu, una persona es como un hombre ciegoque no puede ver a su alrededor, aun cuando está en lapresencia de objetos visibles y tiene ojos.

El Espíritu es también quien pro vee de las fuerzas y lavoluntad para pro ducir la espiritualización del cuerpo, es decir,el control del cuerpo por el alma.24 Es a través de la un ión conel Espíritu Santo que se pued e poner fin a la lujuria de la carne,de modo de dar lugar a la «lujur ia del alma», que es ese impulsoque nos mueve hacia Dios.

Monjes de Egipto

Es imposible hacer mención de la enorme cant idad depadres del desierto egipcio que han dejado testimonios de laacción del Espíritu Santo. En muchos casos. sus escritos todavíaestán en forma manu scrita o no han sido tradu cidos a unalengua moderna. Mucho s otros recién han llegado a conocerseen Occidente en las últimas décadas, y todavía se están inves­tigando críticamente. Suponemos qu e buena parte de la igno­rancia del testimonio monástico egipcio se debe al rechazo delque han sido objeto en Occidente desde tiempos antiguos, enrazón de qu e representa un cristianismo no católico, o conde­nado como hereje po r el cristianismo tr oncal. No obstante, esposib le mencionar a alguno s pocos ejemplos, a modo deilustración, que dan cuenta de la obra del Espíritu en sus días.

Uno de estos padre s del desierto egipcio más destacadosfue Shenoure de Atripe (¿334- ca. 451), conside rado como elmás grande de los autores de la literatura saídica (una lenguacoprej.zs De él tenemos algunas homilías y una biografíadetallada escr ita po r su discípulo y sucesor como abad en el

24. Filoxeno de Mabbug, D écimoprimera homi/fa sobre la abstinencia.25. Theodor Mommsen, The Prootnces 01 the Raman Empire (rom Caesar

to Diccletian, 2 vols. Charles Scribner's Sons, Nueva York, 1906,2:265.

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Monasterio Blanco de Panopolis, Besa. Desde pequeño secaracterizó po r su piedad, al punto que, a la muerte de su padre,se hizo mo nje. Su talento como organizad or y administr adorle dieron un lugar destacado en la comunidad monástica. Perosu liderazgo se extendió más allá de las pa redes del monasterio ,ya que sus reglas y su sabiduría carismática fue seguida pormuchos que no estaban ligados al cenobitismo. Un hombre decarácter fuerte, supo manejar con mano firme su comunidadde monjes. Participó del Concilio de Éfeso (431), y no esprobab le que haya estado en el de Calcedonia (451) .

A pesar de que qu edan pocos escritos suyos , Shenoute fueun escritor prolífico, especialmente de cartas espirituales sobreuna vari edad de tema s. Su testimo nio sobre la acción delEspíritu está desparramado en sus escritos . Al leer este material,queda la impresión que no le inreresaba mucho el debateteol ógico, tan calien te en sus días. En consecuencia, la mayorparte de sus referencias al Espíritu Santo se dan en el contex tode su propia lucha constante contra el pecado y las fuerzas delmal. Par a él hay un conflicto permanente entre las fue rzas delmal y las fue rzas del bien por el alma humana.ze El deseo de lacarne está en conflicro con el del Espíritu y el del Espíritucontra el d e la came.at Precisament e, es necesa rio conquista ral pecado, porqu e el Espíritu Santo no va a habita r en un almaque está contro lada por un espíritu inm undo .

Para poder vence r el pecad o, el creyente necesita de laasistencia del Espíritu Santo. Por eso, todos los que aman aDios invocan al Espír itu, y este responde rra nsfo rmándose enuna fuerza vivificadora para aq uellos que lo lnvocan.za Cuandoel corazón es purificado y el Espíritu divino entra en él, entoncesesa persona ya no está controlada por la vieja natura leza

26. E. Amélineau, ed., Oeuvres Schenoudi, 2 vols., Ernesr Leroux, Pans,1907-1911, 2:509.

27. K.H. Kuhn, ed., Pseudo-Shenoute on Christian Behaviour, en CorpusScriptorum Christianorum Orientalium 207, Copnc 30, Secrérariat duCorpuSCO, Lovaina, 1960), 17.5-6.

28. AméJineau, ed., Oeewes Schenoudi, 2:499.

pecaminosa, sino más bien po r el Espíritu de Dios que moraen ella (Romanos 8.9 ). 29 La persona es sellada por el Espírituy pu ede ser llena del Espíritu. Pero esto requiere de vigilanciaco nstante. Para ello, Shenoute seña la con frecuencia al ejem plode los profetas y los apóstoles, cuyas vidas dep endieron yfuero n llenas con el Espíritu Sanro.sc De este modo, el creye ntelleno del Espíritu puede recib ir también los frutos del Espíritu .

Para Shenoure, el papel del Espíritu Santo no está limitad oa ayuda r al creyente a evita r el pecado y triunfar so bre él, sinorambién a proveer sanidad para el alma herida por los demo­nios . En uno de sus esc ritos, el padre del desierto señala :

El Espíritu de Dios nos invita siempre a través de su santoprofeta [jeremías]: ..Sube a GaJaad, y toma bálsamo, virgenhija de Egipto». Así que, para los cristianos que somosllamados con el llamamiento santo, escorrecto que sigamosla proclamación del Espíritu Santo, y subamos a Galaad yrecibamos el bálsamo sobre nuestras heridas dolorosas conlas que los espíritus malos nos han lastim ado.Jt

Otro de los padres del desierto digno de mención es Besa(m. ca. 465), de quien casi no tenemos información. Lo quesabemos de él nos viene a tr avés de la biografía que él escribióde su maestro y abad, el famoso She noute de Atrip e, y de suspropias cartas y sermo nes. Como abad del Monasterio Blanco,tenía bajo su supervis ió n a más de 2.200 monjes y unas 1.800mo njas. Su rema favorito era la lucha contra el pecad o. Lapresencia del mal es ev ide ncia de que el espíritu del diablo estápresente en el mundo. Lasatanología y la demonología ocupanun lugar muy importante en la rel igión de Besa. El diablo, qu eenvidia a los miembros de la co munidad religiosa, procuraendurecer el co razón de los monjes, para destru ir en ellos la

29. lbid., 2:273-275.30. Ibid., 1:101, 336, 348·349; 2:140.31. Kuhn, ed ., Pseudo-Shenoute on Christian Behaviour, 1.11·16 .

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buena dirección y prop ósito por el cual han avanzado en laobediencia a Dios. Por eso, qu ienes le dan lugar al d iablosiempre resisten también al Espíritu Santo .R Y el Espíritu deCristo no puede vivir allí don de hay indignida d y dondehabitan los espíritus inmundos. Por eso, el Señor no habita ráen los corazones enrenebrecidos por los demo nios. El Señor .Jesús no le permitirá a su Espíritu Santo habita r en tal oscuri ­dad. Deigual modo, esimposible que el espíritu de losprofetasy los apóstoles venga a los débiles y desobedientes, en quie neslos demon ios se multiplican y triunfan . El Espíritu solo puedemorar en aqu ellos que son «hijos de paz» (Lucas 10.5-6).33

Sin embargo, si una persona avanza hacia Dios y le sirvecon todo su corazón, entonces se le dará el gran poder de Diosy esta persona experimentará el amo r de Cristo y el amor delEspíritu Santo , e incluso orará en el Espíritu.J4 Allí dondereside el Espíritu Santo hay Iiberrad de toda acción diabólica.J5De este modo, parece claro que para Besa la morada delEspíritu en una persona depende de la dignidad del recipiente .Esto contrasta con las enseñanzas del apóstol Pablo e inclusode Filoxeno de Mabbug, quienes enseñaron que la permanen­cia del espíritu no depende de la dignidad o del mérito huma­nos.

Finalmente, la biografía que Besa escribió sobre su ante­cesor Shenoure contiene un considerable número de relatos demilagros. Parece evidente , a la luz de su testimonio, que ciertoscarismas o pode res milagrosos todavía estaban vigentes enaquellos días, especialmente en relación con el estilo de vidaascético. No obstante, como indica Burgess, "es imposible decir

32. joh annes Leipoldt y W.E. Crum, eds., Sinuthii archimlmd,jtae vita elopera omnia, en Corpus Scnptonon Cbristianorum Orientalium, 41·42, Cc ptic 1-2, Imprimerie Or ientaliste, L. Durbecq, Lovaina, 1951 ,4 1:47,63·65.

33. lbid., 4 1: 114-116.34. Ibid.,4 1:1, 5 .35. Ibid ., 4 1:3 1.

si Besa o sus monjes se atribuían alguno de los dones que ellosviero n operar en Shenourecee

Cristiandad occidenta l

En Occidente , a lo largo del siglo V, la cristiandad vatoma ndo la forma del modelo de la organización política,administrativa y económica del Imperio Romano en decaden­cia. Poco a poco, el obispo se va transformando en el jefesupremo de la comunidad cristiana en una ciudad. A su vez,las iglesias de cada ciudad se integran a una provincia eclesiás­tica, trazada según la división política de las provincias delImperio. El obispo de la capital provincial, la metrópoli,adquiere una autoridad jerárqu ica superior, y puede inclusoconvocar a sínodos provi nciales. Es así como en estos años seafirma el prestigio y autoridad de ciertas sedes episcopales,incluso por encina de los metropolitanos . Estos eclesiásticosson los que están establecidos en las ciudades principales delImperio y que están ligadas con los orígenes del cristianismo:Roma, Alejandría, Antioquía, y también Cartago. Los obisposde estas ciudades ejercen su influencia más allá del territoriode su provincia, y convocan concilios, confirman obispos, ydefinen la docrrina.

Para el siglo V, el obispo de Roma representaba en elOccidente latino un papel semejante al que el obispo deAlejandría tenía en Egipto y en Libia. Pero su prestigio y pod erse iban incrementando a medida que el Imperio Romano sevenía abajo. Es decir, la Iglesia de Roma fue ocupando laposición de pod er y de contro l social que había tenido elImper io. Los argumentos en favor de la primad a del obispo deRoma se perfeccionan para este siglo. Co n León I el Grande(390-461) tales pretensiones se consolidan. Basándose en Ma­teo 16.18-19 para desarr ollar una teo logía de su pr imado,León se atr ibuía el derecho y el deber de dirigir el conjunto de

36. Burgess, Eastern Christian Tradítions, 161.

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la iglesia, como sucesor de Pedro. Los demásobispossolo podían..participar de su solicitud pastoral, pero no de la 'pleniru~ de supoder». Para León, el obispo de Roma era un obispo universal,un obispo de obispos, la fuente de la autoridad episcopal.

En un contexto así, tan saturado de pretensiones de: poderhumano, es fácil suponer una disminución del poder divino.Hay una relación directa entre el proceso de institucionaliza­ción de la Iglesia y la acumulación de poder humano en lasmanos de sus obispos, y la disminución de las evidencias de lasmanifestaciones del poder del Esplriru Santo y sus carismas.Esto puede verse al considerar al más grande y destacado delos padres latinos de este períod o: Agustín de Hipona.

Agustín de Hipona (354-430)

Nació en Tagaste, en la provincia africana de Nurnidia, ymurió en Hipona poco antes de que esta ciudad fuese incen­diada por los vándalos, que hab ían invadido África. Luego deuna infancia, adolescencia y juventud traspasadas por todas lastentaciones del mundo y del intelecto , se destacó como profe­sor de retórica en Roma y de elocuencia en M ilán. Había sidoeducado como cristiano, pero se había hecho maniqueo. EnMilán se sintió atra ído por las enseñanzas y predicación deAmbrosio, y de nuevo fue introduciéndose en la fe cristiana.Regresó a Tagasre y se hizo ermitaño. Más tarde (396) fuedes ignado ob ispo de Hipona. Argumentó contra e! maniqueís­mo, el donatismo y e! pelagianismo. Contribuyó en gra nmanera a la exposición de la doctrina cristiana .

Agustín puede ser con siderado el primer filósofo delcristianismo. Una de sus obras más famosas son las Confesio­nes, de gran valor literario y humano. En esta pieza inmortal,el autor, al mismo tiempo que traza su biografía, presenta unsólido conocimiento de Dios. Se deben a él también muchosotros escritos de gran valor . Ningún padre de la iglesia latinaha dejado una obra escrita tan amplia, minuciosa y de mayo rdinamismo espiritual y religioso. En verdad, Agustín escribiómás de lo que una person a puede leer en toda su vida.

El obispo de Hipon a es la cumbre de la era patrística. Enél se combinaron de manera maravillosa lo mejor de la espiri­tualidad y la reflexión teológica oriental con lo más eficientedel pragmatismo romano. Abrevando de la teología nicena,Agustín le dio forma definitiva a la teología occidental. Adiferencia de la iglesia o rienta l, que sostiene que e! EspírituSanto procede del Padr e a través del Hijo, Agustín fijó laposición de la iglesia occidental que afirma la doble proceden­cia del Espíritu (de! Padre y del Hijo). El Espíritu Santo es Dios,y es el don del Padre y el Hijo a la Iglesia. La neumatologfaagustina ha sido sumamente influyente en e! desarrollo de laneumatología protestante. Sin embargo, Agustín está muy lejosde ser un «carismático ...

La neumarología agustina expresa e! genio de este grandoctor de la Iglesia, que combina e! calor místico y la profun­didad intelectu al de O riente con el pragmatismo de la mentelatina. A su vez, Agustín se fundamenta sélidamenre en latradición del pasado, pero su síntesis teológica tien e unaext raord inaria vitalidad espiritual no solo para su presente sinopara todos los tiempos. Para él, e! Espíritu Santo es tanto Dioscomo e! Don de Dios, tanto del Padre como del Hijo, a lalglesiaa" Él es consubstancial y coeterno con e! Padre y con e!Hijo, por lo tanto, Él es e! Espíritu del Padre y del Hijo, y enconsecuencia, pro cede de ambos. En la Trinidad, el Espírituopera a semejanza de la facultad de la voluntad humana, esdecir, es Dios en acción. Agustín apela a diversas metáforaspara describir la acción del Espíritu : lo compara con el fuego;lo llama la corriente de! río que alegra la Ciudad de Dios; lodescribe como la Espada del Señor, el Creado r, el Pan, elPasto r. el Espíri tu lncambiable, e! Energizado r y e! Ma estro.Además, el don del Espíritu es pura gracia.

El Espíritu Santo, según Agustín, solo opera en la Iglesia,po rque fuera de la Iglesia no hay Espíritu Santo. El Espíritu serecibe solo en la Iglesia, y esto media nte la imposición de

37. Agustín, Sermón 21.18; véase también, Agustín, Enchiridion , 21.117.

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276 U ACCiÓN DEL EspfRITU SANTO EN LA HISTORIA EL CRISTIANISMO DE SIGLO V 277

manos.J8 Es Él qu ien obra la justificación del creyente porgracia mediante la fe, y quien lo nutre, llena de amor y delconocimiento de Dios. A su vez, es también el Espíritu qu ienasiste a los santos en la oració n, cuando estos no sabe n cómoo rar (Romanos 8.26), y quien hace de ellos verdade ros inter­cesores. Además, el Espíritu Santo es quien introduce a loscreyentes en las cosas secretas de Dios.

Según Agustín, en las primeras comunidades cristianashab ía señales adecuadas a aqu ellos tiempos fundacionales delcr istianismo . Pero estas señales disminuyeron o desap arecieroncon el tiempo. El descenso del Espfritu en Pentecostés estuvosignado por las lenguas de muchas naciones. El fenómeno delas lenguas en Pentecostés (Hechos 2.4, 8-11) fue un símbolode que la predicación del evangelio llevada al Espí ritu Santopor todo el mundo. Para Agustín ya era un hecho co mprobadoen sus días que la Iglesia, en virtud de sus congregacionesesparcidas por todo el orbe, hab laba los idiomas qu e hab íanestado representados por los individuos qu e estuvieron presen ·tes en aq uel día único. Así que, para él, aquellas lenguasco nsistie ro n en idiomas de varias naciones, que más tarde nofuer on necesarios como prueba de la presencia sobrenaturaldel Espíritu, porque la Iglesia ahora estaba en todo el mundo,predicando el evangel io en todos los idio mas. De este modo,las lenguas de Pen tecostés fuer on reemplazadas con posterio­ridad como una prueba de la presencia del Espíritu, por elvínculo de la paz. Señala Agustín :

Con miras a esta comu nión, aquellos a quienes Él vinoprimero hablaron con las lenguas de todas las naciones. Enrazón de qu~ por las lenguas la comunión de la humanidadestá más estrechamen te unida, era necesario que esta co­mun ión de los hijos de Dios y miembros de Cristo, quedebla existir entre todas las naciones, fuese representadapor las lenguas de todas las naciones ; para que así como en

38. Agustín, Sobre el bautismo contra los donatistas, 3.16.21.

aquel tiempo él (el creyente] fue conocido como alguienque había recibido el Espíritu Santo, porque hablaba conlas lenguas de todas las naciones, así también ahora él [elcreyente) puede reconocer que ha recibido el EspírituSanto, porque Él es tenido como el vínculo de la paz de laIglesia, que está esparcida por todas las naciones. De dondeel apóstol dice: ..Solícitos en guard ar la unidad del Espírituen el vínculo de la paz~ .39

Una y otra vez, Agustín niega la continuidad del do n delenguas en la Iglesia. Los siguientes son algunos ejemplos :

En los primeros tiempos, «el Espíritu Santo cayó sobre losque creyeron , y hablaron con lenguas.., que no habíanaprendido, ..según el Espíritu les daba que hablasen». Estasfuero n señales adaptadas a ese momento. Porque era nece­sario que hubiese esa demostración del Espíritu Santo entodas las lenguas, para mostrar que el evangelio de Dios ibaa esparcirse a través de todas las lenguas por sobre toda latierra. Esto fue hecho como una demostración, y luegopasó. En la imposición de manos, aho ra, para que laspersonas puedan recibir al Espíritu Santo, (esperamos queellas hablen en lenguas?

O cuando impusimos las manos sobre estos infantes,(esperó ver cada uno de ustedessi ellos hablabancon lenguas?y cuando vio que ellos no hablaban con lenguas, éesrcvoalguno de ustedes tan extraviado como para decir: Estos nohan recibido el Espíritu Santo? ... Si, entonces, el testimoniode la presencia del Espíritu Santo ahora no es dado a travésde estos milagros, (por medio de qué es dado? ¿Por medio dequé uno llega a saber que alguien ha recibido el EspírituSanto? Que tal persona le pregunte a su propio corazón. Si élama a su hermano, el Espíritu de Dios mora en él.40

39. Agustín, Sermón 21.28.40. Agustín, Lz epfstoJa de San Juan, hornilla 6.10.

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278 LA ACCIÓN DEL ESP!RITU SANTO EN Ur.. HISTORIA EL CRISTIANISMO DE SIGLO V 279

Respondiendo a los argumentos de Periliano, Agustínseñala:

Bien sabes por otra parte, y tú mismo lo recuerdas, que lavenida del Espíritu San to tuvo tal eficacia que hizo hablaren todas las lenguas a cuantos en tonces llenó. ¿Qué signi­ficaba aquel milagro prodigioso ? ¿Por qué al presente se dael Espíritu Santo de ta l suerte que nad ie que lo recibe puedehablar en toda s las lengu as, sino porque un milagro tangrande anu nciaba que todas las nacione s habían de creer yasí el evangelio había de hacerse presente en todas laslenguasi'ü

De este modo , para Agustín, las lenguas de Pentecostésfueron un antic ipo profético de la universalidad del evangelioy de su alcanceecuménico. Para él, la llegada del Espíritu Santoen Pentecostés con lenguas significó «que el evangelio había deestar en todas las naciones y que el Cue rpo de C risto había deresonar en todas las lenguas por todo el orbe de la tierrac-u

Así, pues, en el caso de las lenguas, como de otras mani­festaciones de la acció n sobrenatura l del Espíriru, Agustínsostiene una interpretación bastante cesacionista. H ay abun­dan cia de afirmaciones suyas en el sentido de qu e las lenguasterminaron como práctica cari smática en la experiencia de laIglesia . Entre muchos otro s pasajes, leemos el siguie nte, en elque discute la llen ura del Espíri tu asociada a la práctica delbautismo en agua, y las lenguas:

¿Qué, pues, quiere decir eso, hermanos? Porque el que sebautiza ahora en Cristo y cree en Cristo, pero no habla enlas lenguas de todas las naciones, (se debe creer que no harecibido el Espíritu Santo? Lejos de nuestro corazón tanpérfida tentación. Ciertos estamos que todo hombre recibe

41. Agustín, Réplica a las cartas de Petiliano, 2.32.74.42. íbid.

el Espíritu Santo, y recibirá tanto más cuanto mayor sea elvaso de la fe que lleve a la fuente. Pues, si ahora se recibetambién el Espíritu Santo, preguntará alguien: ¿Por qué nohabla nadie las lenguas de todas las naciones? Porque laIglesia misma habla ya las lenguas de todas las naciones. Alprincipio solo existía la Iglesia en una nación, y en ellahablaba las lenguas de todas. Señal era esto de 10que habíade acontecer: que, esparcida la Iglesia por las naciones,llegaría a hablar las lenguas de todas ellas.O

En general, Agustín no esperaba ninguna manifestaciónsobrenarural o ex traordinaria del Espír iru en sus días, o almenos, no la consideraba ta n nec esaria como fue al principiodel testimonio cr istiano en el mundo. La vida en el Espíritu yaestaba bien regulada por los ritos de la iglesia instituc iona l. Enrespuesta a los donat istas, dice Agustín :

Porque el Espíritu Santo no es dado solo mediante laimposición de manos en medio del testimonio de milagrossensibles y temporales, como fue dado en días anteriorespara ser las credenciales de una fe rudimentaria, y para laextensión de los primeros comienzos de la Iglesia. Porque,équién espera en estos días que aquellos sobre quienes seimponen las manos para que reciban el Espíritu Santoinmediatamente van a comenzar a hablar con lenguas?44

Las palabras de Agustín parecen dichas por algún cristiano«cesacionista» o «dis pensacionalista» de ho y. Con él, pues, sepued e marca r un ca mbio, ya que a par tir de comienzos del sigloquinto hay poca evidencia de glosolalia o de cualquier otro donextático del Espíritu. El concepto agustino del carácter simbo­lico de las lenguas fue confirmado y ampliado por el papa Leónel Grande (440A61) . La mayor pa rte de las evide ncias que

43. Agustín, Tratado sobre el Evangelio de San Juan, 32.7 .44. Agustín, Sobre el bautismo contra los donat istas, 3. 16.

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280 LA ACCIÓN DEL EsplRlTU SANTO EN LA HISTORIAEl CRISTIANISMO DE SIGLO V 28 1

encontramos duran te la Edad Media se refieren a xenolalia, esdecir, la capacidad de hablar idiomas desconocidos, dada porel Espíritu Santo .

N o obstante, Agustín admite ciertas operaciones sobrena­turales del Espíritu , y en particular, de los dones espiritua les.En general, para él, los dones del Espíritu son como estrellas,a las que se permite mirar a los creyentes inmaduros, hasta quesean capaces de mirar directo al Sol (a Cristo), para seriluminados por Él y comer carne sólida.45 A pesar de sucesacionismo, Agustín parece hacer mención del don de dis­cernimiento de espíritus, cuando dice: ..Por lo tanto por estoentended el espír itu que es de Dios. Dad a los vasos de barrouna tapa, sornetedlos a prueba, si quizás se quiebran y dan unsonido incierto: ved si suenan nítidos y claros, ved si hay amorallf.46

Si bien Agustín niega vigencia de las lenguas en sus días,sí admite la realidad de numerosos milagros contemporáneos.

También al presente se hacen milagros en su nombre, ya seapor medio de sus sacramentos, ya por las oraciones o memo­rias de sus santos; aunque no son tan claros ni ilustres yfamosos ni se divulguen con tanta gloria como aquellos;porque el Canon de la Sagrada Escritura, el cual convino quese promulgase, hace que se lean aquellos por todo el mundoy que queden fijos en la memoria de todo el pueblo; peroestos, donde quiera que sucedan, apenas se saben en toda laciudad o por alguno de los que están en el lugar, porque lamayor parte aun allí lo saben poqufsimos, ignorándolos Josdemás, principalmente si es grande la ciudad-O

Es inte resante que Agustín no cuestiona la autenticidad delos milagros de sus días ni su naturaleza en relación con los

45. Agustín, Confesiones, 12.18.23.46. Agustín, La epístola de San Juan, homilía 6.13.47. Agustín, Ul ciudadde Dios, 22.8.2.

milagros bíblicos. La diferencia está en el alcance de un testi­monio y el del otro, y, en consecuencia, en la autoridad de cadauno. Esto es impor tante, pues el propio obispo de Hiponapresenta un argumento anticesacionisra valioso: la ignoranciade lo milagroso no es argu mento suficiente para negar surealidad y actualidad. Que yo ignor e las evidencias de laope ración sobrenatural del Espír itu Santo no significa que elEspíritu Santo no actúe sobrenaturalmente.

Algunos párrafos más adelante, Agustín repite la mismaidea :

Asf, pues, también aho ra se hacen muchos milagros, obrá n­dolos el mismo Dios por medio de quien quiere y comoquiere, el que hizo igualmente aquellos que leemos, aunqueestos no son tan notor ios como los otros, y para que no seolviden , se suelen reno var con la frecuente lección de ellos,como preser vativo de la memoria. Porqu e aun donde sepone exacta diligencia, como la que se ha empezado aponer aquí ent re nosotros de que se reciten al pueblo losmemoriales o relaciones instr umenta les de los que recibenlos oficios divinos. fe s que se hallan presentes lo oyen solouna vez, y los más no se hallan presentes, de manera queni los que lo presenciaron, pasados algunos días se acuer­dan de lo que oyeron, y apenas se halla uno que quieracontar lo que oyó al que sabe que estuvo ausente.es

De manera detallada, Agustín relata ciertas maravillas queocurrieron en su pro pia iglesia en Hip ona, que se asemejanmucho con los «dones de sanidades por el mismo Espíritu», alos que hace referencia el apósto l Pablo en 1 Corint ios 12.9.Incluso, hay una referencia en la que aparentemente toda sucongregación, llena de entusiasmo por un gran milagro queocur rió, estalló en gritos que, como el propio Agustín loscalifica, eran insoportables: «Gritaban en alabanza a Dios no

48. Ibid., 22.8.22 .

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282 LA ACO ÓN DEL Es plRITU SANTO EN U. HISTORIA EL CRISTIANISMO DE SIGLO V 283

palabras, sino voces sin semido,..49 Agustín, por cierto, nodesaprobó esta expresión de alabanza y gozo tan singular. Porel con trario, esperó a que lacongregación se sosegase y guar­dase silencio, antes de leer la Biblia y predicar el sermón deldía,

Entre los dones del Espíritu, Agustín parece hacer referen­cia a un don de revelación, cuando refiere la manera en que elobispo de Milán, Ambrosio, supo de la ubicación de loscadáveres de dos mártires (Gervasio y Potasio)...Estos cuerpos,que estaban enterrados y eran casi desconocidos, fueron des­cubiertos en sueños al obispo Ambrosio ...5o Un caso similar esel de Inocencia, una dama de Cartago, a la que más adelanteharemos referencia en relación con un milagro de sanidad, yel de un médico de la misma ciudad.ü Un extranjero quepadecía de gota, «tuvo una revelación que le mostró el remedioque debía aplicar cuando sintiese el dolor. Aplicaba ese reme­dio, y el dolor se calmaba al instante~.s2

La guerra espiritual y la liberación no son desconocidaspara el obispo de Hipona, quien cuenta de un vecino de suciudad, Hesperio, que tenía una quinta fuera de la ciudad.«Habiendo visto que en su casa los espíritus malignos atormen­taban a sus siervos y a sus animales, rogó a nuestros sacerdotes,en ausencia mía, que se dirigiera allí alguno de ellos paraahuyentarl os con sus oraciones. Fue uno, ofreció allí el sacri­ficio del Cuerpo de Cristo [la eucaristía] con las más fervientesoraciones para que cesara la vejación. Y al instante cesó por lamisericord ia de Dios~.53 Más adelante haremos referencia alcaso de un adolescente que, «estando a mediodía y en plenoverano bañando su cabello en el río, fue poseído por undemonio». Según Agustín:

49. lbid.50. lbid., 22.8.2.51. lbid., 22.8.3-4.52. lbid., 22.8.14.53. Ibid., 22.8.6.

Estaba alH tendido, próximo a la muerte o muy semejantea un muerto. La señora del lugar, al caer de la tarde, entró,como de costumbre, con sus criadas y algunas religiosas acantar los himnos vespertinos y a hacer sus oraciones.Entonan los himnos y sigue el canto. El demonio, romoherido por esa voz y no pudiendo o no atreviéndose amover el altar, lo asía con una conmoción terrible, comosi estuviera atado o clavado a él. Luego, rogando congrandes lamentos que le perdonasen, confesaba dónde,cuándo y cómo había entrado en el adolescente. Por fin,prometiendo que saldría de allí, nombraba cada uno de losmiembros y amenazaba que al salir los cortaría. Yentre esaspalabras salió del joven.54

El testimonio de Agustín en cuanto a casos de liberaciónes valioso e interesante: ..Yo conozco una señorita de Hiponaque, habiéndose frotado con el aceite en que el sacerdote queoraba por ella había mezclado sus lágrimas, fue al instantelibrada del diablo. Sé, además, que lo mismo acaeció a unmuchacho la primera vez que un obispo, sin haberlo visto, orópor él...55

Por cierto que en los casos de milagros, sanidades yliberaciones que refiere Agustín se mezclan algunas prácticasno evangélicas (veneración de reliquias, culto a los mártires,sacramenralismc , erc.). No obstante, es de notar que, en casitodos los casos, el obispo de Hipona destaca el lugar de laoración a Dios como el factor al que responde la acciónsobrenatural y milagrosa del Señor. En todos estos casos querefiere Agustín, es evidente que él no tiene dudas que se tratóde acciones sobrenaturales de origen divino. De hecho, él lasrelata como testimonios probados por él y hechos públicos enla comunidad como acciones milagrosas obradas por Dios.

54. [bid., 22.8.7.ss. [bid., 22.8.8.

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284 LA ACaÓN DEL Es plRlTIJ SANTO EN LA HISTORIA EL CRISTIANISMO DE SIGLO V 285

El argumento de que estos testimonios de Agustín carecende valo r como prueba de la acción pod ero sa de Dios a travésde su Espíritu en sus días, en razón de que parecen teñidos desuperstición y son más bien expresión de una mentalidadpre-cienrífica, es insostenible. Con el mismo criterio habríaquedescalificar a Agustín en su teología, a pesar de que se loconsidera el fundador de la teología cristiana occidental. Ade­más, el teólogo no rafricano en estos pasajes no está argumen­tando a favor de los milagros, sino a favor de la resurrecciónde Cris to. Precisamente, porque Él es un Dios vivo es que porsu Espíritu Santo puede hacer estascosasmaravillosasen mediode su pueb lo. Como Agustín mismo señala: ..Estos milagros ,éde qué otra fe dan auténtico testimonio sino de esta en que sepredica que Cristo resucitó en carne, y que sub ió a los cieloscon su propia carne?.56

Por otro lado, Agustín no niega la posibilidad de laso peraciones sobrenaturales del Espíritu Santo. De hecho , paraél la continuidad y universalidad de la iglesia cristiana es en símismo un verdadero milagro . A qui enes negaban los milagros,él les respon de: ..Este so lo grande milagro nos basta; que todoel mundo haya creído sin milagros» ,S7 Es así que Agustín llegaa admi tir algunos milagros que ocurrieron en sus días, eincluso, como ind iqué, en su propia iglesia en Hipona.

En respaldo de su argumen tación sobre la realidad de laresurrección de los muertos, Agustín discute la cuestión de losmilagros (pasados, presentes y futuros), en el último libro deLa ciudad deDios. Sus opositores levantaban la cuestión de po rqué los milagros de que habla la Biblia no se producían en susd ías. La respuesta de Agustín es: «Pod rfa decir que fueronnecesarios antes de que el mundo creyera, para qu e creyera elmundo. Hoy el que pida toda vía milagros para creer se con­vierte él en un gran milagro, pues no cree creyendo ya todo elmundo. Más hablar así parece hacer dudar de la realidad de

56. ¡bid., 22.9.57. ¡bid., 22.5.

los milagro s de entonces•. Según Agustín, los milagros bfblicoscumplieron un fin misiológico. • Las cosas increíbles que serealizaban, y que tod os veían, han persuadido de una cosaincreíble que nadie veía», Es por eso que, según él, «no se puedenegar que se obraron much os milagros para afirmar este grandey saludable milagro: que Cristo resucitó y subió al cielo con sucarne•. Es por eso que tales prodigios «est án consignados enlas veraclsimas Letras, que recogen la realidad del milagro y laverdad que intimaban. Los milagros se han mani festado paradar fe, y la fe que han dado los manifestó con mayor claridad.Se leen a los pueblos para que los crean , pero no se les leyeransi no los creyeran ya. ) S

Luego de esta afirmación de la verac idad y propósito delos milagros bíblicos, Agustín declara algo interesante, comoya citamos: ..También ahora se hacen milagros en su nombre,sea por sus sacramentos, sea po r las oraciones o las reliquiasde los santos; pero no se extiende su fama y su gloria como lade aquellos•. La diferencia está en que los milagros bíblicos sonbien conocidos a través del testimonio escriturario, que lospregona por todas partes. Por el contrario, los milagros queocurren en sus días, -no son conocidos más que en los lugaresen que se realizan, y apenas los conoce la ciudad entera. Confrecuencia en las ciudades, sobre todo si son gra ndes, losconocen unos pocos y los demás los ignoran. Añadid que losfieles que los cuentan a los fieles de otras regiones no llevanavalada su autoridad por un reconocimiento que no deja lugara duda•.59

No obstante, la cantidad de hechos milagrosos de los queAgustín puede dar testimonio fehaciente es aso mbrosa. Si bienhace referencia a muchos casos, el obispo de Hipona se veobligado por co rtesía a excusarse de no poder mencionar atodos. • ¿Qué haré? La promesa de dar fin a esta obra me urgey no me permite citar aquí todos los milagros que conozco. No

58. íbid.• 12.8.1.5'. lbid.

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dudo que muchos de los nuestros, cuando lean esto, se quejará nde que he pasado por alto muchos milagros que conocen co moyo. Desde ahora les pido que me excusen... Tomé esta decisión[de relatar solo algunos de los milagros ocurridos] al ver quetambién en nuestros días son corr ientes milagros semejantes alos ant iguos y que no deben pasar lnadvertídos- iev

Agustín refiere uno tras otro varios casos de milagros, delos cuales él mismo fue testigo . Algunos tienen que ver con laresucitación de muertos. ..Un día unos bueyes desmandados,que llevaban un carro, atrop ellaron con la rueda a un niñopequeñito que jugaba en la era y le mataron. Su madre,tomán do lo en brazos, lo colocó en la misma memoria [lasreliqu ias de San Esteban], y el chico no solo recobró la vida,sino que apareció completamente ileso».61Ligada a las mismasreliquias de San Esteban está la resucitación de un sacerdoteespañol. Este homb re, fue «presa de una enfermedad que ledejó tan abatido que ya le habían atado los pulmones», pero«resucitó con la gracia del dicho mártir». Ocurrió que «llevaronla túnica del sacerdote para tocar la reliquia, la pusiero n sobreel cuerpo del yacente y al instante volvió a la vida».62 Algosimilar pasó con una religiosa muy enferma, cuyo vestido fuellevado a la misma memoria, o sea, el lugar donde se rendíaculto al santo. Pero la mujer murió antes de llegar el vestidopuesto en contacto con las reliquias. «No obstante, sus padrescubrieron el cadáver con ese vestido , y recobró el espíritu, yquedó curadas.e!

La mayor parte de los hechos sobrenaturales a los queAgustín hace referencia tienen que ver con milagros de sanidad-.Su propio testimonio parece indicar la práctica de los dones desanidades mencionados por el apóstol Pablo en 1 Co rintios12.9 . En un caso, él d ice: «El milagro se obró en M ilán, estando

yo allf. Un ciego recobró la vista. Y este llegó a conocimientode muchos».64 Otro caso interesante es el de un tal Inocencia,de Cartago, que por mucho tiempo había sufrido aparentemen­te de hemorroid es ulcerosa, a pesar de varias ope raciones.Finalmente, cuando todo estaba listo para una últ ima opera­ción , Agustín y otros se pusieron a clamar en oración junto conel enfermo . Al ot ro día, cuando el médico que lo iba a operarsaca las vendas y descubre la herida, «busca y rebusca la fístulaque había de sajar; ausculta, toca, usa todos los medios a sualcance, y por fin halló una cicatriz muy cerrada... Agustín, quefue testigo ocular de todo esto, señala: «Mis palabras son feblespara expresar la alegría, la alabanza y la acción de gracias quebro tó de la boca de todos, entre gozosas lágrimas, al Diosmisericordio so y omnipotente... Y concluye: «La escena sepresta más para una meditación que para un discurso».65

Agustín da crédito a otro milagro de sanidad. «En Carragomismo, Inocencia, mujer muy piadosa y distinguida dama dela ciud ad, tenía en el pecho un cáncer, enfermedad, según laciencia médica, incurable». La mujer se encomendó a Dios enoración.•Próx ima ya la Pascua, fue advertida en sueños que laprim era mujer que topase en la parte que mira al bautisterio lehiciese la señal de la cruz sobre el miembro dolorido. H ízolo,y al instante recobró la salud». También en Cartago ocurrió unmilagro en relación con un médico, conocido de Agustín, quepadecía de fuertes do lores en los pies y de podagra (gota en elpie). Según este hombre, estas dole~cias se debían a demoni?sque lo afligían para que no obedeciese el mandato del bautis­mo. Pero él, no obstante, ..se bautizó, a despecho de ellos, y enel acto del bautismo quedó libre no solo de sus extraordinariosdolores, sino también de la podagra, sin que en adelante sehaya resenti do, a pesar de que ha vivido largos años ».66 Uncaso similar de curación en ocasión del bautismo fue el de un

60 . lbid.; 22.8.20.6 1. lbid., 22.8.15.62. lbid., 22.8.12.63. lbid., 22.8.16; otros casos similares en 22.8.17, 18, 19.

~. lbid., 22.8.2.6S, lbid., 22.8.3.66. lbid., 22.8 .4. •

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288 LA ACCIÓN DEL EspfRlTU SANTO EN LA H1STORlA El CRISTIANISMO DE SIGLO V 289

antiguo acto r escénico de Curube (hoy Kurbah , en el no rte deÁfrica). «Co n el bautismo [él] fue curado de una parálisis y deuna hernia. Y salió de la fuerte de la regeneración libre de ambasmolestias, como si no hub iera tenido ningún mal en el cuer­po».67 Agustfn cuenta de otro paralíti co, un joven campesino,que pidió a sus padres que lo llevaran a un lugar de oración .

«Una vez allí, oró, y al momento se alejó de allí por suspropios pies, perfectamente curadocss

Un joven adolescente fue liberado de un dem onio por elcanto piadoso de un grupo de mujeres (ver más arriba), perocasi pierde un ojo. «Al ver esto los circunstantes (pues habíanacudido otros al oír las voces y se habían postrado también enoración por él), aunque gozosos por ver al joven en su sanojuicio, se dolía n por la pérdida del ojo y se decían que erapreciso buscar al médico. En esto, el marido de su hermana,que lo había llevado allí, dijo: Poderoso es Dios, que ahuyentóal demonio por las oraciones de los santos, para devolverle lavista. Luego colocó como pudo el ojo en su sitio y 10 ató conel pañuelo. Así lo mantuvo durante siete días. Al cabo de elloslo halló perfectamente curado». Agustín agrega: «En el mismolugar fueron curados otros, cuya enumeración sería larga».69Agustín asocia muchos milagros de sanidad a las reliquias delos mártires, particularmente, como vimos, las reliquias de SanEsteban. Una mujer ciega, un obispo que padecía de una fístula,un sacerdo te que sufría del mal de piedra, un hombre llamadoMarcial que estaba a punto de mor ir, dos gotosos, y otrosfueron curados por la supuesta intercesión de Esteban.Z''

Más allá de los detalles folklóricos y de religiosidad pop u­lar de cada caso particular, es interesante notar que los milagro seran muy frecuentes en los días de Agustín. Era costumbreestablecida poner por escrito el testimonio de cada hecho

67. Ibid., 22.8.5.68. Ibid., 22.8.6.69. Ibid., 22.8 .7.70. Ibid., 22.8.10-14.

milagroso, una vez que este había sido probado conv eniente­mente por las autoridades religiosas, a fin de que el mismofuese leído al pueblo,"! Por otr o lado, el obispo de Hi pona noduda en afirmar : «Se realizan, pues, aún hoy muchos milagros,y los realiza el mismo Dios que hizo los que leemos y por laspersonas que quiere y como quiere».72

Quizás conviene aquí transcribir el testimonio completode unos milagros que el prop io Agustín refiere con granemoción, y que suenan no solo como casos de sanidad físicasino también de sanidad interior y liberación:

Diez hermanos (siete varones y tres hembras), oriundos deCes área de Capadocia y de con dición no humilde, habien­do sido recientemente maldecidos por su madre por unainjuria que le habían hecho después de la muerte del padre,fuero n castigados con una pena consistente en un horr ibletemblor de miembros. No pudiendo soportar las miradasde sus paisanos, se fuero n cada uno por su sitio, en vaga­bundeo por casi todo el Imperio Romano. Dos de ellosllegaron a nuest ra ciudad, un hermano y una hermana,Pablo y Paladia, conocidos ya en otros muchos lugares porla publicidad de su miseria. Llegaro n unos quin ce días antesde la Pascua. Visitaba n a diario la iglesia y en ella lamemoria del gloriosísimo San Esteban , rogand o a Dios quese apiadara y les devolviese la salud. Allí y dondequiera queiban se atraían las miradas del pueblo. Los que los habíanvisto en otra parte y conocían la causa de su temblor locontaban a los demás a su modo. Llegó la Pascua, y eldom ingo por la mañana, cuando ya un gran gentío llenabala iglesia, el joven, asido a las verjas del lugar santo dondeestaban las reliquias del mártir, orando , cayó de golpe yquedó tendido como si durmiera . Más no temblaba, comosolía hacer durante el sueño. El accidente infundía a unos

71. Ibid., 22.8.21.72. ¡bid.

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dolor y a otros temor. Unos querían levantarlo, pero otrosse lo prohibían, diciendo que era mejor esperar el desenla ­ce. y he aquí que el joven se levantó sin temblor, porquehabía curado y estaba perfecta mente, mirand o a los curio­sos. ¿Qu ién no alabó a Dios entonces! Una oleada de voces,clamores y enhorabuenas llenó las naves de la iglesia.Corren hacia mí, que estaba ya dispu esto para sali r. Veníanunos tras ot ros, contando el último lo mismo que habíacontado el primero. Yo, albo roza do y da ndo int eriormentegracias a Dios, vi llegar entre la multitud al agraciado. Sepostró a mis pies, y yo le abracé y le levanté. Nos dir igimosal pueblo. Estaba la iglesia de bote en bote. Resonaban lasvoces de júbilo y solamente se oían de aquí y de allá estaspalabras : ..iGracias a Dios! iBendito sea Dios!.. Saludé alpueblo y se oyó un nuevo clamor aún más ferviente. Porfin, ya en silencio, se leyeron las lecciones de la divinaEscritura. Al llegar al pasaje de mi sermón dirigí unaspalabras según el tiempo y (a grandeza de aquella alegría,pues preferí que gustasen la elocuencia de Dios en una obratan grandiosa a que escuchasen mis palabras.73

Tres días más tarde, la hermana del que había sido curadorecibió sanidad. Nuevamente la congregación estalló en gozo.«Alababan a Dios porque aún no habían orado por ella y yahabía oído sus plegarias. Gritaban en alabanza a Dios nopalabras, sino voces sin sentido, tan fuertes, que apenas nues­tros oídos podían aguantarlas. ¿Qué había en los corazones deeste pueblo tan jubiloso sino la fe de Cristo, por la que SanEsteban había derramado su sangre?..74

Por eso, Agustín concluye:

Sea que Dios obre esos milagros según el modo maravillosoque tiene el eterno de obrar en los efectos temporales, seaque los obr e por sus ministros; y, en este último caso, sea

73. [bid., 28.8.22.74. lbid.

que emple e en unos como min istros a los espíritus de losmártires, como a hombres aún con cuerpos, o en todos alos ángeles, a quienes manda invisible, inmutable e incor­poralmeme, interponiendo los márt ires sola mente sus pre­ces, no su operació n; sea que los obre de cualquiera otramanera incomprensible para los mortales, lo cierto es quesiempre dan testimoni o de la fe que predica la resurreccióneterna de la cam e.t s

La pregunta que surge, entonces, es: épor qué en lacristiandad occidental parece como que «cesó" el ejercicio delos carismas hacia el año 400? Se pueden sintetizar variasrazones. (1) Los dones sobrenaturales se refugiaron en losmonasterios, cuando la iglesiaen general comenzó a criticarlos.(2) Hubo un intento de «institucionalizar.. al Espíritu Santo enla vida de la iglesia. (3) Existía el sent ir de que las cuestionesmás controversiales debían quedar en manos de los sacerdotes.(4) El ingreso de miembros «convert idos a medias.., después dela «conversión» del emperador Constantino, hizo respetable alcristianismo, pero le quitó fuerza espiritual. (5) El controlclerical de los carismas se transformó en una salvaguardacontra el fanatismo entusiasta, pero anu ló al creyente común.(6) Sacerdotes y obispos querían regular la acción del Espíritupara guiarla a los canales sacramentales. (7) La decadenciamoral y espiritual de la iglesia se incrementó, ya que estuvomás interesada en el poder mundano que en el poder divino,con lo cual se neutralizó la obra del Espíritu Sama.

Así y todo, como hemos visto, el Espíritu no se quedóquieto ni dejó de actua r poderosamente en medio de su puebloa lo largo de los primeros quinientos años de testimoniocristiano en el mundo . La razón de esta operación sobrenaturaly maravillosa es muy simple: Jesucristo nos dio el EspírituSanto para cumplir su propósito redentor en la vida de todosaquellos que confiesan su nombre. Y El «es el mismo ayer, yhoy, y por los siglos» (Hebreos 13.8).

75. lbid., 22.9.

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