oveja

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La oveja más común en Palestina difiere de la de los países nórdicos por sus orejas colgantes y su cola ancha y gruesa, y porque pesa de 5 a 7 kg y llega hasta los 9 kg o más. Las hembras no tienen cuernos. La cola gruesa (heb. zalyâh) es considerada un bocado especial por los árabes. Las leyes de los sacrificios especificaban que debía ser quemada (Lv. 3:9; 7:3; 8:25; 9:19). La lana es generalmente blanca (Sal. 147:16; Is. 1:18; Dn. 7:9), pero la de algunas ovejas es negra o pardo oscura (Gn. 30:32, 33), y se usaba para hacer ropa (Job 31:19, 20). Tanto los carneros como las ovejas eran animales de sacrificio (Ex. 29:3; Lv. 4:32; 5:6; 8:18; etc.). El tiempo de la esquila se consideraba de alegre fiesta (véase Ga. 38:12; 1 S. 25:4-8). Las ovejas eran tenidas por animales tímidos, tontos, indefensos, pacientes en el sufrimiento (Sal. 119:176; Is. 53:6, 7; Jer. 11:19; Mt. 9:36). El pueblo de Dios es con frecuencia comparado con las ovejas (Sal. 78:52; 95:7; Mt. 10:6, 16; Jn. 10:1-6; 1 P. 2:25; etc.). Véanse Cordero/a; Ganado (II). En la Biblia vemos como los grandes héroes de la fe fueron pastores. Tenemos el ejemplo de Abraham, cuando por un conflicto de intereses debido al pastoreo le pidió a Lot que se separara (Génesis 13:7). Después vemos como Moisés, cuando huyo de Egipto, se dedico por muchos años al pastoreo de ovejas de Jetro, su suegro (Éxodo 3:1). De igual forma lo hizo David cuando era pequeño, pues pastoreo las ovejas de su

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Page 1: oveja

La oveja más común en Palestina difiere de la de los países nórdicos por sus orejas colgantes y su cola ancha y gruesa, y porque pesa de 5 a 7 kg y llega hasta los 9 kg o más. Las hembras no tienen cuernos. La cola gruesa (heb. zalyâh) es considerada un bocado especial por los árabes. Las leyes de los sacrificios especificaban que debía ser quemada (Lv. 3:9; 7:3; 8:25; 9:19). La lana es generalmente blanca (Sal. 147:16; Is. 1:18; Dn. 7:9), pero la de algunas ovejas es negra o pardo oscura (Gn. 30:32, 33), y se usaba para hacer ropa (Job 31:19, 20). Tanto los carneros como las ovejas eran animales de sacrificio (Ex. 29:3; Lv. 4:32; 5:6; 8:18; etc.). El tiempo de la esquila se consideraba de alegre fiesta (véase Ga. 38:12; 1 S. 25:4-8). Las ovejas eran tenidas por animales tímidos, tontos, indefensos, pacientes en el sufrimiento (Sal. 119:176; Is. 53:6, 7; Jer. 11:19; Mt. 9:36). El pueblo de Dios es con frecuencia comparado con las ovejas (Sal. 78:52; 95:7; Mt. 10:6, 16; Jn. 10:1-6; 1 P. 2:25; etc.). Véanse Cordero/a; Ganado (II). En la Biblia vemos como los grandes héroes de la fe fueron pastores. Tenemos el ejemplo de Abraham, cuando por un conflicto de intereses debido al pastoreo le pidió a Lot que se separara (Génesis 13:7). Después vemos como Moisés, cuando huyo de Egipto, se dedico por muchos años al pastoreo de ovejas de Jetro, su suegro (Éxodo 3:1). De igual forma lo hizo David cuando era pequeño, pues pastoreo las ovejas de su padre (1 Samuel 16:11). En el caso de Moisés, el ser pastor le ayudo a aprender la paciencia, y en el caso de David, aprendió a adorar a Dios y a defender el rebaño practicando la puntería con su onda. El pastor es aquel que vive entregado a un rebaño que está vinculado a sí mismo o a su familia. Las ovejas no pueden vivir encerradas en un corral, como los cerdos. Para ser saludables y evitar que se atrofien sus músculos, las ovejas deben vivir sueltas, y aprender a moverse sin restricciones pero bajo cuidado, porque son animales muy indefensos. Por otro lado necesitan alimentarse con pastos verdes, por lo que en terreno áridos, como los de Palestina, se requiere que el pastor las lleve de un sitio para otro en busca de pastos y agua fresca. El trabajo del pastor es de 24 horas, porque además de buscar pastos y agua, debe protegerlas de los animales carnívoros y salvaje que abundan en estos lugares, como son el lobo, el león, el oso y los coyores, dependiendo del lugar en donde radique el pastor. Es ahí de donde Jesús afirma: “Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas” Juan 10:11.