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El telón de fondo de este artículo es la actuación de las instituciones públicas y de las organiza- ciones populares independientes alrededor del tema de la vivienda y de sus efectos en el ámbito urbano del Distrito Federal. En su parte central se aborda el aporte habitacional y urbano que rea- lizan los avecindados del centro de la ciudad y un grupo de solicitantes de crédito para vivienda en la delegación Iztapalapa. Los avecindados rehabilitan viejos inmuebles y contribuyen a regene- rar el centro histórico de la ciudad de México. Los solicitantes producen vivienda nueva, inter- vienen en la expansión ordenada de la periferia urbana y la dotan de infraestructura y equipa- miento urbano. Ambos actores operan como promotores importantes del reciente proceso de crecimiento habitacional y urbano de la ciudad. P ALABRAS CLAVES: producción habitacional, desarrollo urbano, organizaciones urbano-populares, avecindados del centro de la ciudad, solicitantes de crédito para vivienda This paper analyses the performance of public institutions and independent grass roots organi- zations in the area of housing development in Mexico City. At its core,this study deals with the contributions to the housing and urban environment made by the inhabitants of Mexico City’s his- toric downtown and by a group of housing credit applicants in the borough of Iztapalapa.The neighbors restore old buildings and contribute to the renewal of the city's historic downtown.The credit applicants create new housing and help to achieve an orderly growth of the urban periphe- ry by providing infrastructure and equipment. Both groups are playing central roles in Mexico City’s housing and urban process. KEY WORDS: housing production, urban development, urban grass roots organizations, inhabi- tants of Mexico City’s centre, housing credit applicants Organizaciones urbano-populares, producción habitacional y desarrollo urbano en la ciudad de México, 1980-2002* Juan Manuel Ramírez Sáiz JUAN MANUEL RAMÍREZ SÁIZ: Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente, Guadalajara, México. [email protected] Desacatos, núm. 19, septiembre-diciembre 2005, pp. 113-136. Recepción: 1 de octubre de 2004 / Aceptación: 31 de enero de 2005 * Este trabajo es uno de los resultados derivados del proyecto “Latin American Urbanization in the Late Twentieth Century: A Comparative Study”, dirigido por Alejandro Portes y Bryan Roberts. La parte correspondiente a México fue coordinada por Marina Ariza del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México. Asumo la responsabilidad de lo que aquí afirmo. p. 111: Pobladores originarios de San Juan Viejo, que quedó sepultado bajo la lava del volcán Paricutín. Foto: José Carlo González / La Jornada. p. 112: Terremoto de 1985, ciudad de México. Foto: Fabrizio León / La Jornada.

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El telón de fondo de este artículo es la actuación de las instituciones públicas y de las organiza-ciones populares independientes alrededor del tema de la vivienda y de sus efectos en el ámbitourbano del Distrito Federal. En su parte central se aborda el aporte habitacional y urbano que rea-lizan los avecindados del centro de la ciudad y un grupo de solicitantes de crédito para viviendaen la delegación Iztapalapa. Los avecindados rehabilitan viejos inmuebles y contribuyen a regene-rar el centro histórico de la ciudad de México. Los solicitantes producen vivienda nueva, inter-vienen en la expansión ordenada de la periferia urbana y la dotan de infraestructura y equipa-miento urbano. Ambos actores operan como promotores importantes del reciente proceso decrecimiento habitacional y urbano de la ciudad.

PALABRAS CLAVES: producción habitacional, desarrollo urbano, organizaciones urbano-populares,avecindados del centro de la ciudad, solicitantes de crédito para vivienda

This paper analyses the performance of public institutions and independent grass roots organi-zations in the area of housing development in Mexico City. At its core, this study deals with thecontributions to the housing and urban environment made by the inhabitants of Mexico City’s his-toric downtown and by a group of housing credit applicants in the borough of Iztapalapa.Theneighbors restore old buildings and contribute to the renewal of the city's historic downtown.Thecredit applicants create new housing and help to achieve an orderly growth of the urban periphe-ry by providing infrastructure and equipment. Both groups are playing central roles in MexicoCity’s housing and urban process.

KEY WORDS: housing production, urban development, urban grass roots organizations, inhabi-tants of Mexico City’s centre, housing credit applicants

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Organizaciones urbano-populares,producción habitacional y desarrollo

urbano en la ciudad de México,1980-2002*

Juan Manuel Ramírez Sáiz

JUAN MANUEL RAMÍREZ SÁIZ: Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente, Guadalajara, México. [email protected]

Desacatos, núm. 19, septiembre-diciembre 2005, pp. 113-136.

Recepción: 1 de octubre de 2004 / Aceptación: 31 de enero de 2005

* Este trabajo es uno de los resultados derivados del proyecto “Latin American Urbanization in the Late Twentieth Century: A ComparativeStudy”, dirigido por Alejandro Portes y Bryan Roberts. La parte correspondiente a México fue coordinada por Marina Ariza del Instituto deInvestigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México. Asumo la responsabilidad de lo que aquí afirmo.p.11

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INTRODUCCIÓN

L a relación existente entre urbanización y secto-res populares se vincula en México con la actua-ción de grupos que convierten al suelo urbano,

la vivienda, la infraestructura y los servicios básicos enobjetos directos de demanda y de lucha sociales. Todavíase encuentra pendiente la justa valoración de los resulta-dos urbanos que la acción de los grupos vinculados alPartido Revolucionario Institucional (PRI) ha tenido enel desarrollo de las ciudades mexicanas. En este artículoabordo el caso de las organizaciones urbanas populares(OUPs) independientes en la ciudad de México. Éstas noconstituyen una realidad sociopolítica homogénea sinoque cuentan con diferentes grados de integración, movi-lización y propuestas. Su independencia se basa en laautonomía orgánica, ideológica y operativa respecto delgobierno y de los partidos políticos. Con frecuencia seanaliza su capacidad reivindicativa y su dimensión polí-

tica. Sin descartar ambos aspectos, en este artículo con-sidero las consecuencias físico-espaciales de su actuacióny, más específicamente, cuáles son sus efectos habita-cionales y urbanos. En el balance al respecto existen dosposiciones básicas y encontradas: una los juzga comocausantes directos y principales de la anarquía urbana; laotra ve en ellos las únicas respuestas generadas a las ne-cesidades habitacionales de las mayorías urbanas. En rea-lidad, su impacto urbano es diferencial, depende de quétipo de organización se trate: inquilinos, colonos, solici-tantes de crédito para vivienda, damnificados de desastresurbanos o grupos de mujeres. En este trabajo analizo suincidencia físico-espacial diferencial en la ciudad deMéxico a dos niveles. Por una parte, considero las dis-tintas formas aludidas de organización y de lucha popu-lares en cuanto recursos organizativos que operan comoagentes urbanos, y valoro, de manera conjunta, sus efec-tos tanto habitacionales como urbanos; por la otra, con-sidero dos estudios de caso: los avecindados del centro y

Inundación en Chalco, estado de México, junio de 2000.

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los solicitantes de vivienda en la periferia. Se trata de dostipos de organizaciones distintas tanto numéricamentecomo en capacidad reivindicativa y política, y cuyo im-pacto sobre la ciudad posee dimensiones diferentes. Es-tas dos experiencias permiten someter a comprobaciónu objeción las tendencias detectadas en la primera parte.

El periodo de estudio considerado es de 1980 a 2002.Dentro de este lapso, desde finales de la década de 1970hasta mediados de la de 1980 emergieron las formas másestructuradas de organización urbano-popular inde-pendientes y éstas desplegaron sus formas de acción pa-radigmáticas. Pero al final del periodo se evidenciarontambién las limitaciones internas de que dichas organi-zaciones adolecen y los obstáculos externos a los que seenfrentan. Los juicios que realizo en la primera parte,acerca del aporte habitacional y urbano de los grupospopulares en la ciudad de México, se basan en experien-cias que he considerado en otros trabajos (Ramírez Sáiz,1986, 1990 y 1993). El análisis sobre los dos estudios decasos se apoya en visitas de campo, entrevistas a infor-mantes calificados y análisis documental.

En términos teóricos, el estudio de la acción colectivaen el que se inscribe el de las OUPs cuenta con un corpusimportante (Ramírez Sáiz, 1996). Para el tema acotado,las teorías con mayor valor explicativo son la moviliza-ción de recursos y el accionalismo. La primera resalta quela apertura o cerrazón del sistema político hacia las orga-nizaciones sociales, la presencia o ausencia de aliados ode grupos de apoyo, la posición de las élites ante la movi-lización social y la capacidad del gobierno para procesarlas demandas constituyen una “estructura de oportunida-des” y factores decisivos en la evolución de la acción co-lectiva. En otros términos, las condiciones objetivas delcontexto social y político facilitan o limitan sus márgenesde acción. En esta teoría los factores “facilitantes” cons-tituyen la “estructura de oportunidades” (Tarrow, 1988;McCarthy y Zald, 1987). En el caso de las demandas ha-bitacionales y urbanas de las OUPs, esta estructura vienedada principalmente por la disponibilidad o ausencia de:

a) instituciones habitacionales y urbanas;b) políticas públicas en ambos terrenos, y c) recursos públicos asignados a la vivienda popular.

Por ello es necesario abordar la forma en que estos tresfactores operaron en relación con sus demandas.

Además de la estructura de oportunidades aludida,para el accionalismo los factores determinantes de la ac-ción colectiva son las identidades creadas entre sus miem-bros, los esquemas de movilización utilizados y los pro-yectos formulados (Melucci, 1999). La identidad es lacapacidad de los actores de reconocerse y ser reconoci-dos como parte de una misma unidad social. Es tantouna identidad para sí mismo como para los otros. Cons-tituye la definición que hace el actor de sí mismo (es de-cir, de un “nosotros”) y en nombre de la cual actúa. Losesquemas de movilización son las estrategias y tácticasque utiliza, el repertorio de acciones que lleva a cabo. Elproyecto es el modelo alternativo de relaciones y de so-ciedad que el actor propone. A partir de estos elementospueden explicitarse las distintas identidades de las OUPs,las prácticas a las que recurren en materia habitacional yurbana, y sus planteamientos formulados en torno alproyecto de vivienda y de ciudad deseable.

LAS INSTITUCIONES PÚBLICAS VIVIENDISTAS Y LAS OUPs

En este inciso planteo el contexto de las instituciones asícomo de las políticas y de los recursos financieros pú-blicos directamente relacionados con la vivienda popu-lar. Con base en el modelo de desarrollo urbano asumi-do por el gobierno mexicano, de manera explícita o defacto, sus medidas habitacionales pueden ser calificadascomo permisivas o basadas en el “laissez-faire” y en regu-ladoras. En términos temporales, las primeras estuvie-ron vigentes desde la década de 1930 hasta mediados dela de 1980; y las segundas posteriormente a este periodoy hasta la fecha. El primer modelo fue iniciado por Lá-zaro Cárdenas en el Distrito Federal (D. F.) (Perló, 1979)y se generalizó a partir de la década de 1950. Sus rasgoscentrales fueron la inexistencia de reservas territorialespara construir fraccionamientos habitacionales popula-res; la permisividad a las invasiones de terrenos; la au-sencia de asistencia técnica para la edificación individualde las viviendas; la dotación precaria de servicios que se

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realizaba con bastante posterioridad a la ocupación de latierra; la falta de previsión acerca de los costos que, parael presupuesto público, implicaban las operaciones an-teriores; el modelo de desarrollo urbano extensivo y es-casamente planificado; y la selección corporativa de losgrupos beneficiados, la cual era decidida unilateralmen-te por el gobierno.

En lo que respecta al tema habitacional, a punto deconcluir su administración José López Portillo instauróuna política y una institución habitacionales novedosaspara el acceso de los trabajadores informales a la vivienda.Ésta estuvo acorde con el impulso que ese presidente dioa la planeación en general y a la urbana en particular. Lainstitución fue el Fondo Nacional de la Habitación Popu-lar (Fonahpo), creado en abril de 1981. Sus aportacionesprincipales fueron constituir reservas territoriales parafraccionamientos populares, planificar su desarrollo, fi-nanciar la adquisición y la urbanización del terreno, esta-blecer el modelo de la vivienda progresiva (es decir, quepuede crecer), ofrecer la opción de edificar las viviendas através de constructoras profesionales o de autoconstruir-las colectivamente, instalar servicios urbanos fundamen-tales desde el inicio del asentamiento, aportar recursospara la asesoría (administrativa, legal, financiera y técni-ca) a los solicitantes y otorgar crédito colectivo (es decir,no individual) para demandantes cuyos ingresos fueraninferiores a 2. 5 veces el salario mínimo vigente.

Como se advierte fácilmente, esta propuesta se encuen-tra en las antípodas del modelo habitacional anterior. Porello,Fonahpo se conformó como una institución que aten-día demandas habitacionales colectivas (es decir, que res-pondía al carácter grupal de las OUPs) y en una de laspocas salidas institucionales al alcance de los trabajadoresinformales para obtener vivienda. Durante los primerossiete años del funcionamiento de Fonahpo (1981-1987)un elemento político adicional fue su modus operandi.No aplicó criterios corporativos y aceptó y dio curso fa-vorable a las solicitudes de los grupos sociales indepen-dientes, entre ellos, de las OUPs. Esto permitió atenderlas demandas habitacionales y urbanas planteadas porellas, especialmente las de las organizaciones más con-solidadas. Este cambio central en la política urbana paralos asentamientos populares se debió a cuatro razones:

a) la pérdida de convocatoria y de respuesta, así como eldeterioro acelerado del sector popular del PRI, la Con-federación Nacional de Organizaciones Populares(CNOP, después llamada Une), que era la responsablede integrar a los pobres de la ciudad al sistema, en unasociedad cada vez más urbana y que concentraba lamayor parte de su población en las grandes ciudades;

b) la inviabilidad económica y planificatoria del viejo mo-delo de urbanismo populista ante el crecimiento expo-nencial de los asentamientos populares en las ciudades;

c) el crecimiento significativo de las OUPs independien-tes, así como el incremento de su capacidad de protes-ta y de movilización; y

d) el incremento de los recursos públicos destinables a lavivienda popular.

En términos políticos, este nuevo enfoque tenía un do-ble objetivo: responder más racional y eficientemente alas demandas de las OUPs y regular-controlar su fuerzasocial y política. Pero, ante los resultados negativos devarias elecciones estatales y municipales, a los pocos añosde su constitución (1988) el gobierno decidió modificarla forma de actuación del Fonahpo. Eliminó el créditofinanciero para la adquisición de la tierra y progresiva-mente fue introduciendo criterios corporativos para laasignación de los créditos. Además, siguiendo los linea-mientos sobre descentralización, establecidos por los or-ganismos económicos multilaterales (Banco Mundial[BM] y Fondo Monetario Internacional [FMI]), parte delas funciones operativas de las instituciones nacionalesde vivienda fueron transferidas a los poderes locales. Secrearon así los institutos de vivienda municipales. Comosucede también en muchos proyectos de descentra-lización, estos nuevos institutos disponían de escasos re-cursos para hacer efectivas sus funciones habitacionales.Esto repercutió de manera negativa en la dinámica de lasOUPs. Significó la reducción del crédito institucional paraadquirir vivienda acorde con su forma de actuar colecti-va. Por ello, afectó su evolución posterior. En este contex-to, en el D. F., se crearon varios organismos para la vivien-da de 1989 a 1998 (Fideicomiso Casa Propia [Ficapro],Fideicomiso de Vivienda, Desarrollo Social y Urbano [Fi-videsu], Instituto de la Vivienda del D. F. [Invi]).

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Actualmente se mantienen las instituciones públicasde vivienda de carácter federal creadas a mediados de ladécada de 1970 (Instituto del Fondo Nacional de la Vi-vienda para los Trabajadores [Infonavit], Fondo de laVivienda del ISSSTE [Fovissste], Fondo de Vivienda Mi-litar del Ejército [Fovimi], etc.). Durante el periodo quecubre este estudio se han registrado ajustes en dichas or-ganizaciones, pero siguen operando con base en un mo-delo corporatista estratificado de bienestar social, queno atiende a la población abierta. Es decir, únicamenteotorga crédito habitacional para diferentes estratos de tra-bajadores formales y su cobertura es limitada. Por ejem-plo, Infonavit satisface 8.8% de la demanda potencial.Por ello, refiriéndose a estos organismos y a las políticasgubernamentales de suelo y vivienda, dos expertos con-cluyen que “tienen una penetración y un significado muylimitado o casi nulo en los asentamientos populares dela zona metropolitana de la ciudad de México” (Duhauy Schteingart, 1997: 116, 125 y 126).

Las políticas económicas neoliberales, aplicadas por elgobierno mexicano desde mediados de la década de 1980,están reduciendo la estabilidad laboral y el salario direc-to e indirecto del trabajador urbano. En consecuencia, elsub-empleo y el desempleo aumentan, lo que impideel acceso a las prestaciones sociales. La economía infor-mal se incrementa. Además, los aumentos registrados enel precio del suelo y de los materiales requeridos para laconstrucción habitacional afectan la operación de lasagencias públicas habitacionales. Esto limita la viabili-dad de las luchas reivindicativas de las OUPs. Por otraparte, se registra un vaciamiento de las políticas sociales.Las de carácter compensatorio (propuestas junto con ocomo parte de las medidas de ajuste) se centraron en losllamados “fondos nacionales de solidaridad”, de los queson expresión los programas Pronasol y Progresa, y ac-tualmente el programa de Oportunidades. De 1988 a lafecha, una parte significativa de la política social mexica-na se viene canalizando a través de estos programas. Porello, es necesario considerar la forma en que dan cabidaa las demandas habitacionales de las OUPs y la posiciónque éstas asumieron ante ellos.

El Programa Nacional de Solidaridad (Pronasol, 1988-1994) y la política urbana desplegada por él en los asenta-

mientos populares nacieron, en buena parte, para legiti-mar el gobierno de Carlos Salinas, surgido de un procesoelectoral fuertemente impugnado y muy probablementefraudulento. El programa se basó en un doble principio:a) la formulación de propuestas, por parte de los grupossolicitantes de sus recursos, acerca de sus necesidades eintereses, y b) en el uso colectivo de los presupuestosfinancieros asignados. Éstos se destinaban a una ampliagama de objetivos, pero no específicamente a los habi-tacionales. Sin embargo, canalizó recursos para la in-troducción de servicios urbanos básicos (agua, drenaje,electrificación, escuelas, clínicas, mercados, etc.) para tra-bajadores informales de las colonias populares.

La puesta en operación de este programa se basó en laconstitución de grupos y, bajo este supuesto, en el rele-gamiento de los individuos considerados de manera ais-lada en cuanto potenciales receptores de los beneficios deeste programa. Por ello, la intermediación social esta-ba presente en él. En esa medida, correspondía a la lógi-ca colectiva de actuación de las OUPs, pero privilegiabala constitución de grupos ad hoc, relegando las organi-zaciones populares previamente existentes. Alimentó asíun corporativismo refuncionalizado, debido a que se ba-saba en el surgimiento de nuevos líderes, no de los previa-mente existentes, que estaban vinculados a las viejas or-ganizaciones del PRI.

En el caso de las OUPs, la oferta de estos apoyos fi-nancieros y la creación de los grupos ad hoc dio origen aun intenso debate y a una fuerte división al interior delmovimiento. Algunos grupos se inclinaban por haceruso de estos nuevos recursos, porque no eran propiedaddel PRI-gobierno sino que provenían de la tributaciónsocial. La mayoría se pronunció por rechazarlos porque,en su opinión, implicaba “hacerle el juego” al gobierno yponer en riesgo el mantenimiento de la autonomía or-ganizacional. Pero independientemente de estas diferen-cias internas y del reducido número de OUPs que solici-taron los recursos del Pronasol, únicamente un muy bajoporcentaje de ellos fueron beneficiados. Estos gruposeran aquellos que, por el tamaño de su base social, la con-solidación de sus estructuras y el nivel de politización,representaban fuerzas sociales que no podían ser ignora-das o cuyo desconocimiento podía derivar en conflictos

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locales. El resto fue relegado, es decir, no pudo utilizaresos fondos financieros. En esa misma medida, para lamayoría de las OUPs, Pronasol no significó, de facto, unasalida institucional a sus necesidades y demandas habi-tacionales y urbanas.

El Programa de Educación, Salud y Alimentación (Pro-gresa, 1994-2000) se llevó a cabo durante la administra-ción de Ernesto Zedillo. A diferencia del Pronasol, operóa través de la exclusión práctica de la dimensión comu-nitaria; es decir, no tuvo en cuenta a los grupos consti-tuidos y contempló únicamente, como beneficiarios, a losindividuos. Además se “ruralizó”, es decir, no dispuso demedidas para atender la pobreza urbana y las demandaspopulares de suelo, vivienda y servicios urbanos. Es poresto que dicho programa ignoró doblemente a las OUPs,que se encuentran constituidas por organizaciones y queno son rurales sino urbanas.

Inicialmente los programas Contigo y Oportunidadesde la administración panista de Vicente Fox (2000-2006)retomaron los rasgos fundamentales del Progresa de Ze-dillo. Corregían parcialmente su sesgo ruralizante, peroen parte mantenían su lógica individualizadora. A partirde su versión corregida de 2002, se introdujo la intenciónprogramática de atender la pobreza urbana, principal-mente la existente en las ciudades medias y, en menor me-dida, en las áreas metropolitanas. Por otra parte, se hacreado el programa Habitat para el mejoramiento dela vivienda (no para la construcción de vivienda nueva),en particular de sus techos, pisos y letrinas. No existenestudios que precisen sus resultados para las OUPs ni lamedida en que beneficia a sus integrantes.

El origen de los recursos financieros de las institucio-nes de vivienda es diverso. En el caso de Fonahpo se com-binan los fiscales con los provenientes de préstamos deorganismos internacionales (BM, etc.). Los recursos espe-ciales provinieron de los excedentes del petróleo con JoséLópez Portillo; de créditos internacionales y de donacio-nes de fundaciones altruistas con Miguel de la Madrid,para reconstruir o reponer las viviendas afectadas porlos sismos de 1985; y de la venta de empresas paraesta-tales con Carlos Salinas. Los del Instituto de la Viviendadel D. F. (Invi) y de los institutos locales de vivienda sonprincipalmente fiscales. Los de las instituciones públicas

de vivienda de carácter federal se basan en las aportacio-nes patronales.

A partir de 1997, la alternancia en el gobierno de laciudad de México implicó para las OUPs un elementoadicional en la estructura de oportunidades. Abrió nue-vos mecanismos para la gestión de sus demandas habi-tacionales y estableció nuevas políticas urbanas que mo-dificaron los términos de su relación con el gobierno dela ciudad y de sus delegaciones.

Como sostienen Duhau y Schteingart, la capacidad deatención del conjunto de las instituciones públicas a lademanda popular de vivienda nueva es reducida (Du-hau y Schteingart, 1997). Este juicio es aplicable tambiéna Pronasol y a Habitat. En el caso de Progresa, su inciden-cia habitacional en la ciudad de México fue nula. Pero esobligado reconocer que, manteniendo su independen-cia, las OUPs obtuvieron los mayores logros cuando elsistema político dispuso de políticas habitacionales y derecursos financieros para los sectores populares urbanos.En el periodo de estudio, las instituciones, las políticas ylos sistemas de financiamiento para la vivienda populardirectamente vinculados con las reivindicaciones de lasOUPs del D. F. son Fonahpo e Invi, como paso a explici-tarlo en los dos incisos siguientes.

LAS OUPs EN LA CIUDAD DE MÉXICO: LOSDIFERENTES ACTORES Y SUS RESPECTIVOSEFECTOS URBANOS

De acuerdo con los supuestos de la teoría accionalista, losfactores determinantes de las OUPs son las identidadescreadas entre sus miembros, los esquemas de moviliza-ción utilizados y los proyectos habitacionales y urbanosformulados. En la ciudad de México, estos tres elemen-tos asumen modalidades distintas, dependiendo del tipode OUP implicado: de colonos, inquilinos, solicitantes decrédito, damnificados o mujeres. Sin explicitar su evolu-ción respectiva en este inciso, las considero en conjunto,caracterizando su impacto habitacional y urbano; y, enel siguiente, analizo únicamente dos casos de solicitantesde crédito. Vistos globalmente, entre sus integrantes pre-dominan los trabajadores eventuales, los desempleados

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temporales y los vendedores ambulantes sobre los asala-riados permanentes, los trabajadores independientes noasalariados, los artesanos y los pequeños comerciantes.Su nivel educativo o de escolarización tiende a crecer, enparticular entre los solicitantes de crédito para vivienda.Su nivel de estructuración interna es desigual. En algu-nos casos es mínimo y se crea únicamente en función deobtener reivindicaciones inmediatas. En otros, da lugara organizaciones estables bastante formalizadas, con de-finición clara de niveles y funciones así como de asigna-ción de responsabilidades a través de comisiones. A di-ferencia de las organizaciones corporativizadas del PRI,en éstas los riesgos solían ser el espontaneismo, el asam-bleismo y el ultraizquierdismo. Actualmente en las orga-nizaciones de este tipo de la ciudad de México está cre-ciendo el pragmatismo y la vinculación cuasi-orgánicacon el Partido de la Revolución Democrático (PRD). Suestructura descentralizada no impide que junto con lasprácticas democráticas coexistan tendencias a los lide-razgos semicaudillescos o semicaciquiles.

En el conjunto de las OUPs, las de colonos fueron lasmás consolidadas desde finales de la década de 1970 has-ta mediados de la de 1980. Aunque en sus posiciones po-líticas hubo diferencias no menores, eran combativas, ra-dicalizadas, antigobiernistas y antipartidarias. En la ciudadde México destacaron, entre estos grupos, la Unión deColonos de San Miguel Teotongo en Iztapalapa, la Uniónde Colonos Democráticos de S. M. Amantla en Azcapo-tzalco y la Unión de Colonos Santo Domingo en Coyoa-cán. Estas OUPs invadieron terrenos públicos (ejidales ycomunales) o privados y, en menor medida, los compra-ron colectivamente. Asimismo, realizaron numerosas ma-nifestaciones públicas para presionar a las autoridades lo-cales a fin de que fueran atendidas favorablemente susnecesidades y demandas. Estas prácticas provocaron elrecelo y la desconfianza sociales hacia ellos. Incidieronnegativamente en la urbanización por medio de la in-vasión colectiva o la compra irregular de terrenos queno contaban con los servicios urbanos básicos (agua, luzy drenaje).

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Obtenido el predio, la edificación de la vivienda se rea-lizaba mediante la autoconstrucción, fuera ésta familiaro colectiva, espontánea o planificada, con asesoría técni-ca o sin ella. La autoconstrucción fue el procedimientopor medio del cual se edificó la mayor parte de las vivien-das populares de la ciudad de México. Desde finales dela década de 1980, en las colonias populares construidasbajo este esquema y ante los aumentos del precio del sue-lo, se está incrementando el procedimiento de que los hi-jos construyan uno o varios cuartos en el predio de lospadres y al lado de sus casas. De este modo no aumentala creación de nuevas viviendas y crece la densidad demo-gráfica. Otra tendencia creciente es la renta de cuartospor parte de los propios sectores populares que se con-vierten en arrendadores ante terceros que se encuentranen condiciones más desfavorables (Coulomb, 1992).

En las colonias irregulares, la dotación de la infraes-tructura, redes y equipamientos urbanos se llevaba a ca-bo en lapsos dilatados que podían oscilar entre cinco yquince años. Mientras éstos transcurrían, las organizacio-nes operaban fundamentalmente como gestores de suintroducción. Lo anterior significa que, desde el puntode vista urbano, la actuación de las organizaciones de co-lonos tenía un impacto ambivalente. Por una parte, inci-día en la expansión irregular y no planificada de la ciudad.Se basaba en un proyecto popular sobre periferia urbana,que conllevaba un alto costo financiero para la economíade la ciudad. Por otra, contribuía a la autoconstrucción deviviendas, es decir, al incremento significativo del stockhabitacional. Finalmente, al gestionar la introducción deservicios, de ser inicialmente invasores de terrenos, se con-vertían en urbanizadores. Actualmente, el modus operan-di de los colonos y su proyecto habitacional y urbanohan dejando de ser viables. La causa de ello es que han de-saparecido varias de las condiciones que lo posibilitaban:tolerancia gubernamental a la invasión de terrenos; polí-ticas urbanas no reguladoras de la expansión de la ciu-dad; prácticas represivas del poder hacia las OUPs; y lí-deres sociales sobrepolitizados. Por ello, la fuerza social ypolítica de los colonos ha decaído en relación a la de lossolicitantes, inquilinos y damnificados.

En México existen experiencias significativas de luchainquilinaria previas al periodo de estudio pero durante

él, en 1982, varias organizaciones de inquilinos del centrodel D. F. impulsaron demandas contra el desalojo de lasviviendas que rentaban, contra las alzas excesivas delas rentas, para impedir el cambio de uso del suelo (de ha-bitacional a comercial) y para exigir, a sus dueños y algobierno de la ciudad, la regeneración de las viviendas(Saucedo, 1986). Su intervención fue decisiva para lacreación de dos de las OUPs más importantes e innova-doras en el periodo inmediatamente posterior a los sis-mos de 1985: la Coordinadora Única de Damnificados(CUD) y la Asamblea de los Barrios. Sus principales pro-puestas fueron: una ley sobre arrendamiento justa y equi-tativa; expropiación de predios baldíos; defensa de los ba-rrios tradicionales de la ciudad; obtención de créditospara edificar viviendas en los predios expropiados; de-mocracia en los barrios y respeto a la voluntad popular.Sumados a las demandas inquilinarias previas, estos ele-mentos eran decisivos para definir y aplicar un proyectopopular para el centro de la ciudad. Lo anterior indicaque una parte de estas OUPs transitó de la identidad y delas demandas inquilinarias a las de damnificados y pos-teriormente la mayoría de ellas a la de solicitantes de cré-dito. Asimismo, operaron como fuerzas sociales signifi-cativas en el periodo. La incidencia urbana específica delas organizaciones inquilinarias no parece ser directa nisignificativa, dado que no amplía el stock habitacional.Pero presionan para que los propietarios se responsabi-licen del mantenimiento de las viviendas o lo realizanellos mismos a cuenta de las rentas. Igualmente, deman-dan la introducción de servicios urbanos al interior delas viviendas para que no sólo existan como servicios co-lectivos o comunales, principalmente el agua potable yel drenaje. Es decir, constituyen factores importantes en elmantenimiento de la función habitacional del centro dela ciudad y en su regeneración.

En el periodo estudiado, la entrada en funciones deFonahpo y de los institutos locales de vivienda, así comola situación social y política excepcional de los sismos y ladisponibilidad de recursos financieros especiales parala reconstrucción habitacional, crearon posibilidades pa-ra que surgieran los grupos de solicitantes de crédito. És-tos se constituyen en brigadas que operan durante variosaños (normalmente hasta que esté construido el fraccio-

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namiento popular) a través de pequeñas células disper-sas en el ámbito de la ciudad. En el D. F. destacan la Uniónde Solicitantes y Colonos de Vivienda-Pueblo Unido (Us-covi), la Cooperativa Ce Cualli Otli y la Unión de Colonos,Inquilinos y Solicitantes de Vivienda-Libertad (UCISV-Libertad). Actualmente conforman uno de los pocosgrupos activos dentro de las OUPs (Moctezuma, 1999:210-258). Su acción tiene varias implicaciones urbanaspositivas acordes con las políticas de Fonahpo, que son:

a) la adquisición legal y la incorporación de suelo ur-bano a un uso habitacional sin propiciar un mercadoirregular de la tierra;

b) la creación de fraccionamientos dotados de los servi-cios y del equipamiento urbano básicos;

c) el crecimiento ordenado y planificado de la ciudad;d) la cobertura de los costos del cambio de uso del suelo

(de rural o no urbanizado a urbano) sin que incida enla economía de la ciudad ni en el presupuesto público.

Se trata de un modelo urbano opuesto al de los colonos.Los siniestros urbanos (naturales o industriales) son

más devastadores en los asentamientos populares. En lamayoría de ellos surgen organizaciones de damnificadospara reconstruir las viviendas destruidas o dañadas. Enlos sismos de 1985 se crearon importantes OUPs de estetipo, especialmente en el centro del D. F. Además de laCUD y la Asamblea de los Barrios, destacaron la Uniónde Vecinos y Damnificados 19 de septiembre y la Unión deVecinos de la Colonia Doctores, ambas ubicadas en la De-legación Cuauhtémoc, y la Unión de Inquilinos y Dam-nificados del Centro, en la delegación Venustiano Carran-za. Su emergencia fue significativa para la reactivaciónde las OUPs desde mediados de la década de 1980 hastaprincipios de la de 1990. Y por ser los desastres urbanosfenómenos coyunturales, se desactivaron después. Ellasutilizaron formas novedosas de acción y demostraron ca-pacidad de movilización, de propuesta y de negociación.

El aporte urbano de estas organizaciones adopta dosmodalidades básicas:

a) lograr de las autoridades urbanas la aprobación de unplan parcial de regeneración de la zona afectada por

el desastre. Dos aspectos centrales del mismo son la re-construcción in situ de las viviendas destruidas y ladotación del equipamiento urbano básico afectado;

b) adquirir un predio urbano en otra parte de la ciudad(normalmente en su periferia) para la creación de unfraccionamientos de interés social, en el que se repon-gan las viviendas destruidas para el conjunto de losdamnificados o (dependiendo de su cantidad) de sub-grupos de ellos.

En estos dos casos, la aportación urbana es indudable ba-jo la forma de reconstrucción habitacional, de regene-ración urbana y de crecimiento ordenado y planificadode la ciudad.

Las mujeres significan alrededor de las dos terceras par-tes de los participantes activos de las OUPs e integran loscontingentes más numerosos en las movilizaciones efec-tuadas. Igualmente lo son en las comisiones operativasde carácter temporal que se crean para solucionar dife-rentes problemas de las colonias y vecindades, así comoen la realización de faenas o trabajos colectivos.A pesar deello, hasta mediados de la década de 1980 no contabancon agrupaciones específicas en las OUPs y eran reducidoslos cargos de dirección que desempeñaban. Posterior-mente ambas circunstancias se lograron; pero, al inser-tarse crecientemente las mujeres en la economía (formale informal), está disminuyendo su intervención organi-zada en las OUPs. Por ser las mujeres integrantes de cadauna de las OUPs, en el aporte urbano de cada una de és-tas debe ser reconocido y enfatizado el de ellas. Además,en los diferentes proyectos habitacionales populares sueleser relevante su intervención para obtener guarderías,tiendas-cooperativas populares, centros de salud y coci-nas o comedores comunitarios. Por otra parte, existenexperiencias de proyectos habitacionales populares pro-movidos y creados por medio de la intervención mayo-ritaria de mujeres. Es es el caso de la Cooperativa CeCualli Otli que en 1984 desarrolló en Iztapalapa un frac-cionamiento popular de 250 viviendas. La dirección deesta cooperativa está detentada por mujeres y mantienesu autonomía respecto de los partidos.

Considerado en conjunto, el impacto urbano produ-cido por los cinco tipos de OUPs en la ciudad de México

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se despliega tanto en la periferia como en el centro, en laproducción de vivienda y en la urbanización popular.Visto diacrónicamente, estas organizaciones contribuye-ron a la ampliación de la periferia durante el periodo deconsolidación de los colonos; e incidieron en la consoli-dación del centro en la fase de reactivación de los inqui-linos así como en la de emergencia de los damnificadosy de los solicitantes. Sumadas estas distintas aportaciones,cabe sostener que estos grupos han operado como in-dudables actores en el reciente proceso de desarrollo dela ciudad de México. Al final del periodo analizado, loscinco grupos pierden consistencia orgánica y capacidadreivindicativa. Su influencia habitacional y urbana estádisminuyendo por las razones contextuales ya aludidas.

LOS AVECINDADOS DEL CENTRO Y LOSSOLICITANTES DE VIVIENDA EN LA PERIFERIA DEL D. F.

El inciso anterior ha permitido detectar que en la ciudadde México las OUPs tienen efectos habitacionales y urba-nos diferenciales. En ese contexto, analizo ahora dos ex-periencias habitacionales distintas. Una es representati-va de las vecindades habitadas por los sectores popularesde la delegación Cuauhtémoc en el centro de la ciudad.La otra, Cananea, gira en torno a un fraccionamientopopular periférico puesto en marcha por la Unión deColonos, Inquilinos y Solicitantes de Vivienda-Libertad(UCIVS-Libertad), una fuerte organización que ha actua-do en la delegación Iztapalapa desde mediados de la dé-cada de 1980 a la fecha.

Los grupos de avecindados del centro: 1985-2002

De acuerdo con la tipología de los grupos integrantes delas OUPs, los habitantes de las vecindades centrales com-binan rasgos de los inquilinos y de los solicitantes devivienda. Su impacto urbano es menos visible y notorioque el de los grupos restantes, pero constituyen uno delos pocos factores que inciden en la rehabilitación habi-tacional del centro de la ciudad. Por ello es importante

considerar el tipo de acciones que llevan a cabo para re-cuperar la función de la vivienda en la estructuración delcentro histórico. Estas acciones se efectúan en el marco dela política urbana específica establecida para esta zonade la ciudad por el actual gobierno perredista. Sus com-ponentes son: Bando Informativo núm. 2 y Programade Predios de Alto Riesgo. El primero restringe la cons-trucción de vivienda en la periferia de la ciudad y laimpulsa en las delegaciones centrales. El segundo es unprograma emergente para los predios amenazados de de-rrumbe en el centro del D. F. El organismo público des-centralizado del gobierno de la ciudad que diseña las po-líticas y programas de vivienda popular y aporta losrecursos financieros es el Instituto de Vivienda del Dis-trito Federal (Invi) creado en septiembre de 1998.

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Inundación por lluvia en casas-habitación de la delegación Tláhuac,ciudad de México, agosto de 2000.

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Las situaciones analizadas

De las trece vecindades visitadas durante el trabajo decampo, dos fueron reconstruidas en 1985 y se encuentranen buenas condiciones de mantenimiento habitacional.Tres están gravemente deterioradas y amenazan conderrumbarse. De las ocho restantes, todas habían recibidocrédito del Invi. En tres de ellas, el crédito se encuentraen proceso de aplicación. Una recibió crédito de rehabi-litación habitacional, no de construcción. En dos vecin-dades se había realizado recientemente la construcción delas viviendas.

Para el estudio de estas OUPs no considero la trayec-toria por la que transitó una de ellas, en particular, sinoque reconstruí el proceso común por el que pasa la ma-yoría de estos grupos. Esta reconstrucción se efectuó através de visitas de campo y entrevistando, en un extre-mo, a habitantes de vecindades que estaban desalojandosus viviendas y, en el opuesto, a residentes de otras vecin-dades, ya reconstruidas y habitadas, tanto en 1987 comoen 2002. El proceso que media entre ambos momentosfue reelaborado a través de informantes (que fueron so-licitantes de vivienda en los sismos de 1985 o lo son ac-tualmente) y también de asesores de grupos de solicitan-tes. Es decir, ambos tipos de informantes conocen, porexperiencia propia o por práctica laboral, las situacionespor las que pasan los avecindados. El procedimiento uti-lizado permitió recuperar el modus operandi del actorimplicado. Los datos generales sobre la delegación Cuauh-témoc, su población y las vecindades fueron incorpora-dos de estudios específicos sobre la zona.

El espacio de la acción social

Entre los edificios comerciales y administrativos del cen-tro de la ciudad se encuentran numerosas vecindades oviviendas populares. La antigüedad de las construccio-nes varía así como las condiciones físicas o estructuralesy de habitabilidad. En el centro, 33% de las viviendas tie-ne un sólo cuarto; el resto, de dos a cinco. En el primercaso, las diferentes funciones habitacionales (asearse, co-cinar, comer, convivir y descansar) se llevan a cabo en un

solo espacio o “cuarto redondo”. De las viviendas, 13%no dispone en su interior de agua entubada. La mayoríade ellas no cuenta con baño ni regadera integrados a ca-da vivienda, sino que estos servicios son comunes o co-lectivos. Se encuentra en mal estado 28%. Esto equivalea 9 000 viviendas. Las características más comunes de lasviviendas son: deterioro, hundimientos, humedades, in-vasión, en proceso jurídico y con amenazas de desalojo,con rentas congeladas y catalogadas por el Instituto Na-cional de Antropología e Historia (INAH) y el InstitutoNacional de Bellas Artes (INBA) como edificios con valorhistórico y, por ello, prácticamente intocables, aunque seencuentren en alto riesgo. En casos extremos, los inmue-bles catalogados sólo conservan la fachada a punto dederrumbarse y el resto está abandonado por sus condi-ciones de inhabitabilidad. Un inmueble colapsado en suestructura debe ser demolido, pero en los edificios cata-logados y que pueden ser rehabilitados es necesario quese recupere, al menos, la fachada y la primera crujía (Go-bierno del D. F., 2000: 9).

Alrededor de 40% de los habitantes del centro no espropietario sino inquilino. Hasta 1993 arrendaban susviviendas bajo el régimen de rentas congeladas. La leyinquilinaria se reformó en ese año, pero las OUPs impli-cadas realizaron fuertes movilizaciones en su contra, porlo cual Carlos Salinas optó por que no se aplicara duran-te los cinco siguientes. Al terminar este periodo, la Asam-blea de Representantes del D. F. la puso en vigor, lo cualprovocó que muchos inquilinos tuvieran que desalojar lasviviendas por no poder pagar el aumento de las rentas.

En el caso de vecindades de las cuales no existe un due-ño cierto jurídicamente (es decir, que se encuentran in-testadas, o su propiedad está en litigio) es frecuente quelos habitantes sean posesionarios, es decir, que se hayanapropiado de una parte de la vecindad (normalmente deun cuarto) sin que exista una relación de inquilinato ode arrendamiento. En este caso, la única documentacióncomprobatoria de su permanencia en la vecindad sonlos recibos de pago del consumo de energía eléctrica,agua potable o gas doméstico.

En la delegación Cuauhtémoc, de las seis zonas en lasque operativamente se divide el centro, la “centro norte”es aquella donde existe el mayor número de inmuebles

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clasificados y de alto riesgo. Constituye un común deno-minador a esas zonas la necesidad del rescate y la reha-bilitación de muchas de sus viviendas.

Los integrantes de los grupos

En un alto porcentaje, los actuales miembros adultos deestos grupos han nacido en esas vecindades. Poseen unacultura urbana, acostumbrada a la competencia y a ladureza en las relaciones sociales e incluso a la agresivi-dad de la vida en la ciudad. En la visita realizada a las ve-cindades pude comprobar las tensiones e incluso la rude-za del trato existente entre los vecinos y las dificultadesque surgen para que puedan establecer acuerdos. Algu-nos de ellos no aceptan las reglas o normas, asumidascomunitariamente, respecto al uso de los espacios comu-nes. La tolerancia es escasa, así como la solidaridad. Enel caso de una vecindad visitada, dos de los vecinos re-chazaron repetidamente los acuerdos realizados por lamayoría para su reubicación temporal fuera de ella. Es-to es especialmente notorio entre los habitantes de las ve-cindades ocupadas por vendedores ambulantes. Comocomprobé en la llamada “Las once mil Vírgenes”, la lu-cha cotidiana que sus habitantes llevan a cabo con distin-tos actores los ha fogueado y son muy combativos. Estosotros actores son los proveedores (o comerciantes al ma-yoreo) de los productos que venden los ambulantes, loscomerciantes establecidos en las tiendas del centro de laciudad (que exigen que les impongan impuestos a losvendedores ambulantes), la autoridad y la policía dele-gacionales (que pretenden regular su actividad), los par-tidos políticos (que los quieren convertir en bases so-ciales) y otros vendedores (que les disputan los espacioscallejeros para la venta de productos).

El número de familias residentes en una vecindad esvariable; oscila entre 20 y 30. Parte de ellas son familiasextensas. Cuando el tamaño del predio y el proyecto devivienda nueva permiten construir más viviendas que elnúmero de familias preexistentes, se habla de un rema-nente o sobrante de viviendas. Entonces se suele otorgaratención prioritaria o preferente a las familias que con-viven con los padres, como parte de una familia extensa.

En estos casos, se las considera familias “desdobladas”.Si, efectuada esta operación, aún quedan viviendas re-manentes, la organización sociopolítica (que respalda yasesora a los grupos de solicitantes de vivienda) suele re-currir a la lista de espera, integrada con otros solicitan-tes, que ha sido constituida previamente, y los incluye eneste tipo de proyectos de vivienda nueva. La estrategia dela lista de espera es usual para utilizar las viviendas queresultan sobrantes en los diferentes predios rehabilita-dos del centro de la ciudad.

El crédito y sus condiciones

La vivienda constituye un bien duradero cuya adquisi-ción y pago de contado es imposible para los sectorespopulares. Éstos acusan fuertes dificultades incluso paratener acceso al crédito y ahorrar el 30% de engancherequerido (Cenvi, 1998: 5). El crédito público para vivien-da popular es su única posibilidad para adquirir una.Este crédito se aplica en los tres ámbitos de la ciudad (cen-trales, intermedios y periféricos) a través de dos progra-mas básicos en los que caben varias modalidades. Losprogramas crediticios del Invi actualmente vigentes enel D. F. son para vivienda en conjunto y vivienda en lotefamiliar. El primero tiene cuatro modalidades: a) vivien-da nueva terminada; b) adquisición y rehabilitación devivienda en inmuebles catalogados y no catalogados;c) vivienda progresiva horizontal o vertical, y d) adqui-sición de vivienda a terceros. El programa de viviendaen lote familiar tiene como objetivo “atender problemasde hacinamiento, desdoblamiento familiar, vivienda pre-caria o provisional, fomentando el arraigo familiar ybarrial […]; busca también contribuir a los procesos deconsolidación y/o mejoramiento de las colonias y ba-rrios populares de la ciudad” (Gobierno del D.F., 2002,art. 3.2.2.).

El crédito para vivienda popular se obtiene por mediode la solicitud individual u organizada de los solicitantes(organizaciones sociales legalmente constituidas) ante elInvi. Para la vivienda en conjunto, los ingresos que debencomprobar los solicitantes son hasta 4.7 veces el salariomínimo (VSMM) individualmente o 7 VSMM en forma

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familiar. En los créditos para vivienda en lote familiar, elingreso comprobable oscila, dependiendo de su modali-dad, entre 3 y 8 VSMM. La cantidad mensual a pagar esde 15% de los ingresos individuales o 20% del ingresofamiliar mensual. El plazo máximo de recuperación delcrédito es de 30 años.

Es significativa la elevación de los costos de los pro-yectos habitacionales y, paralelamente, la de los ingresoscomprobables que se exige a los solicitantes de los crédi-tos públicos para vivienda. Si se comparan las condicio-nes de crédito establecidas por Fonahpo de 1981 a 1989con las que aplica el Invi, se detecta que el ingreso reque-rido en el primer caso era menor de 2.5 VSMM. El Invi loelevó significativamente. Sus condiciones de crédito seendurecieron, en el periodo estudiado, como resultadotanto de las crisis y devaluaciones económicas que expe-rimentó México como del aumento del precio de la vi-vienda y sus insumos.

La diferencia en los ingresos requeridos por Fonahpoy el Invi es notable porque el producto obtenido, graciasal crédito del Invi, es una vivienda de alrededor de 50 m2

que no puede crecer (como sucede con la financiada porFonahpo, que puede alcanzar hasta 90 m2); es decir, eltamaño de la del Invi es prácticamente inmodificable. Enotros términos, el tamaño inicial es semejante en ambas,pero el ingreso requerido es notablemente mayor en el se-gundo (de 2 a casi 4 veces más). Esta diferencia crece sise considera que el empleo (fuente principal de ingresopara el solicitante) no ha aumentado proporcionalmen-te en el periodo.

En los grupos de solicitantes, la lucha por la viviendase concreta y materializa en la relación con el Invi, comootorgante del crédito, y en su obtención. El Invi definelos requisitos para otorgarlo. Los solicitantes, como posi-bles acreditados, se concentran en su cumplimiento. De2001 a 2002 el número de viviendas construidas y decréditos otorgados por el Invi en la delegación Cuauhté-moc fue mayor en términos absolutos y comparado conel de otras delegaciones centrales por lo que se refiere ala vivienda en conjunto (5 966), pero no en la viviendaen lote familiar (159) (Invi, 2003). Ello evidencia la ma-yor dificultad para que las familias cuenten con lote pro-pio en esa delegación.

Los grupos constituidos

En las vecindades centrales predominan los grupos desolicitantes integrados por habitantes de la propia vecin-dad sobre los constituidos ad hoc para obtener créditodel Invi. En el primer caso, existe conocimiento mutuoy vínculos sociales (no necesariamente solidarios) entresus miembros. Los segundos son grupos preferentemen-te funcionales.

De acuerdo con los datos de los dos programas habi-tacionales del Invi, los créditos otorgados por esta insti-tución en la delegación Cuauhtémoc para vivienda enconjunto fueron: a) en el año 2001, para 1 064 viviendasen 38 predios con 28 viviendas en promedio; y b) en elaño 2002, para 4 902 viviendas en 144 predios con 34 vi-viendas en promedio. En ambos casos, el número de pre-dios es equivalente al número de grupos beneficiados, esdecir, en total 182. En esta misma delegación, los datossobre créditos otorgados para viviendas en lote familiarson muy inferiores: ninguno en 2001 y sólo 159 en 2002(Invi, 2003).

Desde del punto de vista sociopolítico, la importanciade los datos anteriores estriba en que en la vivienda enlote familiar no existen condiciones objetivas para cons-tituir un grupo, porque se trata predominantemente deuna familia extensa que se desdobla. Por el contrario, en lavivienda en conjunto, la solicitud formal del crédito lesobliga a incorporar su dinámica colectiva anterior o a ge-nerar una nueva para tramitar el crédito. Ésta pasa nece-sariamente por el registro del grupo como asociacióncivil y, en consecuencia, por operar como un colectivo.

Es muy probable que los 182 grupos que obtuvieroncrédito en la delegación Cuauhtémoc entre 2001 y 2002se constituyeron formalmente como tales con varios añosde anterioridad porque se trata de créditos ya otorgados(no necesariamente de viviendas ya construidas y habi-tadas) y su tramitación requiere normalmente de uno atres años. Asimismo, entre la fecha de otorgamiento delcrédito y la entrega de las viviendas pueden transcurrir va-rios años (también entre uno y tres años en promedio).

Desde el punto de vista sociopolítico, para los avecin-dados del centro no ocupa un lugar importante la di-mensión orgánica y política. Desarrollan escasamente una

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nueva identidad y cohesión, las cuales son factores cen-trales en la articulación de cualquier grupalidad. Son gru-pos vecinales “naturales” o funcionales antes que orga-nizaciones sociopolíticas. La obtención del crédito y dela rehabilitación de las viejas vecindades, a pesar de queconstituye una de las bases de su convivencia futura, ge-nera en ellos una relación pragmática: la necesaria paraobtener vivienda nueva. Por otra parte, no suelen esta-blecerse vínculos entre los distintos grupos y no estándando lugar a organizaciones más amplias.

De la vieja a la nueva vecindad

Para sus habitantes, el paso de la vieja vecindad a la re-construida es complejo y dilatado. Un momento decisi-vo es el establecimiento y la formalización de un convenio

entre ellos y el Invi. Los solicitantes quedan registradosen un padrón o listado oficial de residentes y se les entre-ga una cédula o boleta en la que consta el tiempo de per-manencia en la vieja vivienda y el acuerdo formalizadode entregarles la nueva.

Antes de abandonar las viejas vecindades, el Invi trans-porta y almacena su mobiliario y enseres domésticos enbodegas rentadas por él. Después, los solicitantes se reu-bican temporalmente en viviendas provisionales. En con-tadas ocasiones, el Invi aporta estas viviendas. Lo usuales que, durante el tiempo que media entre la reubica-ción temporal y el regreso a las nuevas viviendas, los ha-bitantes se instalen en casas de parientes, en un cuartode hotel, en un departamento rentado o en un campa-mento (formado por tiendas de campaña) e instalado en-frente de o cercano a la vieja vecindad. A pesar de loscontratiempos que causa la última opción, los solicitan-

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Traslado en lancha a la inundada unidad habitacional Ejército de Oriente II, ciudad de México, junio de 2000.

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tes la prefieren, para seguir de cerca el proceso de la cons-trucción y tener la garantía de que se instalarán en lasnuevas viviendas cuando estén terminadas. El lapso queva de la demolición de las viviendas precarias a la termi-nación de la construcción de la vivienda nueva dura enpromedio de uno a tres años. Cuando abandonan lasviejas vecindades, es común entre los desalojados la in-certidumbre e incluso el miedo, porque sienten que nocuentan con garantías suficientes de que obtendrán la vi-vienda nueva.

Las vecindades y los problemas urbanos del centro

A pesar de las ventajas comparativas que puede significardisponer de vivienda en el centro de la ciudad, existentambién fuertes inconvenientes. En una consulta públi-ca sobre necesidades urbanas, realizada como parte de unejercicio de “planeación participativa” por la delegaciónCuauhtémoc, los vecinos consideraron como priorita-rios los siguientes problemas:

a) la inseguridad pública propiciada por la vigilancia po-liciaca insuficiente, especialmente durante la noche, eincrementada por la falta de alumbrado público;

b) la carencia de inmuebles para depositar la basura y sudeficiente recolección;

c) el tráfico y consumo de drogas por parte de las ban-das juveniles incluso dentro de las vecindades;

d) el ambulantaje que dificulta la circulación vial en elcentro y deja basura en las calles;

e) la venta de mercancía robada.

Por su parte, los entrevistados en el trabajo de campoagregaron otros:

f) la carencia de espacios recreativos y deportivos;g) la lentitud del tráfico, ocasionada por los camiones de

carga que transitan por el centro;h) la persistencia y aumento de la contaminación am-

biental;i) los conflictos de convivencia entre vecinos.

Para los jóvenes del centro, en particular, éste no es un es-pacio gratificante. Muchos de ellos no estudian. Algunostrabajan como vendedores ambulantes o se vuelven delin-cuentes. Pero, aun en el caso de que finalicen una carreraprofesional, no cuentan con oportunidades ni garantíasde conseguir empleo remunerado. Desde principios de2003, el gobierno central del D. F. (no los delegaciona-les) inició varios programas dirigidos a ellos: becas, cur-sos de capacitación y una campaña preventiva: Progra-ma Jóvenes en Riesgo (entrevistas a Irma Bautista, MaryVélez y Norma Díaz).

Retomando los elementos centrales de estas OUPs, susrasgos definitorios son:

a) grupalidad de escala reducida: alrededor de 20 familias;b) residencia en espacios altamente urbanizados y con

gran valor histórico;c) dependencia del asesor o agente externo;d) débil capacidad autogestiva;e) escasa politización;f) aislamiento o falta de vínculos con otros grupos urba-

no-populares,g) débil impacto en la creación de estructuras orgánicas

populares de carácter regional o nacional.

El principal efecto físico de la acción de los grupos de so-licitantes del centro de la ciudad es la rehabilitación habi-tacional de los viejos inmuebles. Su incidencia sobre la es-tructuración y funcionamiento de esta parte de la ciudady en la solución de sus problemas urbanos es limitada. Sereduce a plantearlos a los miembros de los comités veci-nales, los cuales, a su vez, los transmiten directamente omediante oficios a los funcionarios delegacionales res-ponsables de su atención. Es decir, que la acción urbanade estos grupos es escasa sobre la estructuración y funcio-namiento del centro de la ciudad y la resolución de susproblemas. Bajo este aspecto, son más actores habitacio-nales que urbanos. Sin embargo, es destacable que, entre2001 y 2002, en la delegación Cuauhtémoc, 182 grupos desolicitantes hayan logrado créditos en otros tantos pre-dios para construir 5 966 viviendas. Si se relacionan conlas 9 000 que se encuentran en mal estado en el centro dela ciudad, el efecto habitacional y urbano no es menor.

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UCIVS-LIBERTAD Y LOS SOLICITANTES DE VIVIENDA PERIFÉRICOS: 1984-2002

Esta organización constituye un caso paradigmático deautogestión habitacional y urbana popular. Elaboró ypuso en práctica un proyecto integral que dio origen auno de los fraccionamientos populares más grande y em-blemático de las OUPs, con 1 086 viviendas y todos losservicios urbanos. Introdujo prácticas innovadoras ur-banas, ecológicas y productivas. Demostró capacidadimportante de movilización y de ahorro colectivo (Moc-tezuma, 1999). Se conformó a finales de 1984, es decir,antes de los sismos en el D. F., que impulsaron un mo-mento excepcional en la combatividad de los damnifica-dos y en la solidaridad social. Pero en su trayectoria re-ciente acusa el deterioro de sus componentes centrales yno se avizora para ella una perspectiva favorable.

Origen y etapas básicas

UCIVS-Libertad, que puso en marcha el proyecto habita-cional llamado Cananea, se constituyó en 1984. Es unade las cuatro organizaciones que se asientan en el prediollamado El Molino (Mirando desde la UPREZ, 1995 y en-trevista a Alejandro Suárez). La UCIVS-Libertad es unode los grupos integrantes de la Organización de IzquierdaRevolucionaria-Línea de Masas (OIR-LM) surgida en1982 y que, a su vez, forma parte de la Unión PopularRevolucionara Emiliano Zapata (UPREZ) que se creó en1987. Ésta tiene bases sociales en las 16 delegaciones delD. F., en 12 municipios del Estado de México, en cuatromunicipios de Oaxaca y en cinco municipios de Tlaxca-la (Mirando desde la UPREZ, 1995). Ambas organizacio-nes contaron con fuerte influencia al interior de la Coor-dinadora Nacional del Movimiento Urbano Popular(Conamup), un frente amplio de OUPs que operó en ladécada de 1980. Ello indica que UCIVS-Libertad se inspi-ra y está respaldada por la estructura, proyecto e ideolo-gía de dos organizaciones sociopolíticas mayores.

Entre agosto de 1983 y marzo de 1984, antes de suconstitución formal, UCIVS-Libertad se dedicó a pla-near, promover y diseñar la estructuración de su orga-

nización. Se integró con siete grupos o bases que se ubi-caban en diferentes ámbitos y delegaciones de la ciudad.Cada base contaba con un coordinador y cuatro o cincobrigadas de 25 familias en cada una. La UCIVS llegó aaglutinar entre 3 000 y 5 000 solicitantes. Éstos se dedi-caban a actividades económicas variadas: empleados,obreros, artesanos y comerciantes ambulantes. De losjefes de familia, 78.1% era asalariado y 21.9% era traba-jador eventual (Moctezuma, 1999: 204). Vivían en casasde alquiler o en calidad de arrimados en distintos ám-bitos de la ciudad (entrevistas a Alejandro Suárez y aMariano Salazar).

La evolución de la organización pasó por tres etapasbásicas. Durante la primera (1984-1986), UCIVS-Libertadvivió una vida organizativa muy intensa. Realizó nume-rosas asambleas, casi semanales. Las comisiones operati-vas llevaron a cabo un fuerte trabajo integrativo. Com-binaron la realización de trámites y negociaciones antelas autoridades de Fonahpo y del Departamento del Dis-trito Federal (DDF) con la de mítines y hasta tomas deoficinas públicas. Fue la fase más activa de la organiza-ción. En ella participaron muy intensamente los diri-gentes y activistas que contaban con más formación. Losprincipales eran profesores universitarios y miembrosde la organización política OIR-LM. Muchas de las asam-bleas semanales se hicieron en el terreno adquirido a Fo-nahpo, cuando éste se encontraba todavía baldío. Iban aél los fines de semana. Hacían en él “días de campo” ymítines. Por la noche, se organizaban guardias para evi-tar su posible invasión. Las brigadas participaban en la au-toconstrucción de las viviendas. En 15 meses, entre 1985y 1986, se construyeron las primeras 452. De agosto de1985 a diciembre de 1987, la UCIVS-Libertad formulónumerosas invitaciones, a través de reuniones y volan-tes, a los habitantes de distintos ámbitos de la ciudad y,en particular, a los residentes en colonias vecinas a El Mo-lino para que integraran nuevos grupos de solicitantes yobtuvieran vivienda en la parte restante del predio noconstruida. Se sumaron 530 nuevos miembros a la or-ganización, de los cuales 387 obtuvieron vivienda. Suconstrucción se realizó en seis meses, entre 1987 y 1988.En abril de 1988, la organización captó 300 nuevos miem-bros. En cinco meses, entre 1989 y 1990, se construyeron

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246 viviendas. El total de viviendas construidas fue de1 086. El fuerte aprendizaje organizativo y operativo ob-tenido en la primera etapa permitió acortar el tiempo deconstrucción en la segunda y en la tercera. Pero el gradode cooperación social acusó una tendencia inversa, yaque, al iniciarse la segunda etapa, dejaban de participarlos que lo habían hecho en la primera; y lo propio su-cedió con los de la segunda al iniciarse la tercera.

El terreno y el proyecto habitacional y urbano

El predio adquirido está ubicado en la periferia sur-oriental del D. F., en la delegación Iztapalapa. Formabaparte de la reserva territorial de que disponía Fonahpo.En 1980 estaba fuera de la ciudad. Las redes de agua po-table y drenaje se encontraban alejadas del predio. Era elterreno de una vieja hacienda dedicada a la producciónlechera. Medía 52 hectáreas, de las cuales se utilizaron 21.4para el proyecto de Cananea. En los programas urbanosdel gobierno del D. F., la introducción de servicios ur-banos a esta zona estaba prevista hasta el año 2000. Paraser incorporada al desarrollo urbano de la ciudad se ob-tuvo la licencia del uso habitacional del suelo, pero no lade factibilidad o dotación de servicios, entre ellos, el dre-naje. Por ello se planteó instalar un drenaje alternativoque no necesitara conectarse a la red general.

La estructura urbana de ese fraccionamiento no co-rresponde a la usual de un asentamiento popular es-pontáneo. Su zonificación se basó en un plan maestrode urbanización. Este fue concebido a través del diseñoparticipativo, es decir, fue el resultado de la interacciónentre el urbanista, el arquitecto y la organización. El di-seño urbano combinó la vialidad vehicular (periférica ycentral) con la peatonal. Restringió el acceso y paso deautomóviles al interior de cada manzana (porque “somospobres y nunca vamos a tener automóviles”). Se planeóla ubicación de las áreas verdes y del equipamiento ur-bano (instalaciones deportivas, comercios, escuelas, etc.)(entrevistas a Alejandro Suárez y Mariano Salazar). Elfraccionamiento se estructuró en torno a pequeñas man-zanas de viviendas, circundadas de vialidades peatonalesy áreas verdes. Cada cuatro manzanas se agrupan en tor-

no a un espacio comunitario o plaza que propicia la co-municación y la convivencia entre vecinos.

El proyecto habitacional original se basaba en vivien-das separadas entre sí. La gran devaluación de 1985 incre-mentó los precios del suelo y de los materiales de cons-trucción y obligó a cambiar el proyecto inicial por otrocon viviendas en condominio horizontal que compartenlos muros intermedios. Los patios traseros de las vivien-das se comunican entre sí para favorecer la convivenciavecinal, pero pronto prevaleció el sentido de la propie-dad privada y se construyeron bardas entre ellos. El áreadel terreno o lote individual es de 84 m2. La obra cons-truida es un “pie de casa”, en obra negra, de 45 m2 enplanta baja, con posible crecimiento futuro, en un segun-do nivel, sumando 90 m2. La casa se entrega en “obranegra”, es decir, sin puertas, ventanas ni muebles de ba-ño, de cocina ni instalación eléctrica. Se utilizaron algu-nos elementos prefabricados, por ejemplo, placas paralos techos. En la edificación de las primeras viviendas seaplicó como único procedimiento, durante un mes, laautoconstrucción. Ante sus problemáticos resultados porla baja calificación laboral como albañiles de los integran-tes de la organización, se recurrió posteriormente a laautoconstrucción dirigida que combinó la participaciónde un maestro albañil, trabajadores calificados y miem-bros de la organización como ayudantes.

La asesoría técnica

Por primera vez en la historia de las OUPs, UCIVS-Li-bertad convocó a dos concursos de asesoría para el pro-yecto y realizó un convenio de servicios profesionales.Los honorarios se financiaron con la parte de crédito deFonahpo destinado a gastos de administración. Para losaspectos urbanos y arquitectónicos se seleccionó al Cen-tro de la Vivienda y Estudios Urbanos (Cenvi). Incluyó eldiseño urbano y habitacional, la dirección de la obra, laadaptación del pequeño “casco” de la hacienda como cen-tro cultural, así como el diseño del mercado y de la igle-sia. La asesoría se brindó desde fines de 1985 hasta 1991.

Otra asesoría fue la dedicada al drenaje alternativo. Fueaportada por el Grupo de Tecnología Alternativa (GTA),

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que diseñó el Sistema de Reciclamiento de DesechosOrgánicos (Sirdo). Por fallas técnicas nunca funcionó.Obligó a construir letrinas antihigiénicas provisionalesen cada vivienda y manzana. Finalmente tuvo que insta-larse el sistema tradicional de drenaje. Significó unaexperiencia negativa, un experimento fallido y costoso, yprovocó desgaste en la comunidad (entrevista a Alejan-dro Suárez).

Las condiciones para el acceso al crédito

Estas condiciones fueron de dos tipos: las establecidas porFonahpo y las definidas por UCISV-Libertad. Las de Fo-nahpo, inicialmente (1985) fueron: 10% de enganche,9% de interés anual y 21% de afectación al salario por elpago mensual del crédito, así como un plazo máximo deamortización de veinte años (Cenvi, s.f.: 86 ). En 1989 semantuvo el mismo enganche (10%), pero se incremen-tó a 20% el interés anual y a 25% la afectación del sa-lario; además, el plazo de amortización se redujo a ochoaños (Cenvi, 1990: 169). El crédito otorgado por Fonah-po permitió la compra y urbanización del predio, la edi-ficación de un pie de casa para cada socio, el pago de losestudios y proyectos (urbano y arquitectónico) y de lastareas administrativas y de gestión.

Los requisitos definidos internamente por UCISV-Li-bertad para la incorporación del solicitante como miem-bro con derecho al crédito eran:

a) pertenecer a la organización y participar en alguna desus comisiones;

b) aportar tiempo de trabajo, como mano de obra, enuna faena o tarea colectivas (8 horas por semana; 600en total por familia) o, en su lugar, pagar una cuota decooperación financiera. Los trabajos solían ser: rea-lizar guardias para cuidar el terreno, abrir zanjas,acarrear mezcla de construcción, hacer rellenos y co-lados, etc.;

c) asistir a asambleas y movilizaciones;d) contar con capacidad de ahorro demostrada;e) integrar el expediente personal para el crédito;f) participar en el sorteo de las viviendas.

En la primera etapa de la construcción de Cananea, elperfil de los solicitantes era revisado cuidadosamente,sobre todo en los aspectos asociativos e ideológicos. Enlas ocasiones posteriores, la necesidad de completar elnúmero de ellos, exigido por Fonahpo, motivó que losrequisitos fueran menos exigentes. Se optó incluso poraceptar a “quien llegara” (varias entrevistas). De esta ma-nera, ingresaron algunos individuos oportunistas, aso-ciales y hasta delincuentes. Un proyecto integral UCISV-Libertad pretendió iniciar y materializar un proyecto nosólo habitacional, sino también urbano (equipamientoy servicios básicos); no únicamente coyuntural, sino delargo plazo; no solamente reivindicativo, sino alternati-vo e integral. Sus componentes fundamentales son lossiguientes:

– Ecológico: Esta OUP ha reiterado los principios ecológi-cos en que se basó su proyecto urbano. Objetivamentey, sobre todo, comparado con otras colonias popula-res, el porcentaje de áreas verdes en el predio es signi-ficativo. Inicialmente, los principios ambientalistas dela organización eran muy básicos. A medida que avan-zaba el proyecto urbano, los racionalizó y argumentópara enfrentar tres problemas: la construcción de uneje vial en el predio, el taller de reciclado de plástico yel drenaje alternativo (Sirdo).

El primero originó la defensa de un llamado “cintu-rón verde”. En realidad, de acuerdo con el plan urbanode la zona, se trataba de un área de reserva dentro delterreno que debía quedar libre para garantizar unavialidad general para la ciudad (el actual Eje vial 10).Cuando el DDF intentó hacerla efectiva, la organiza-ción la presentó como cinturón verde y logró hacerlapasar como tal.Es decir, la defensa ecológica de este “cin-turón verde fue una maniobra” (entrevista a AlejandroSuárez). Una vez “liberado” este espacio, UCISV-Li-bertad construyó en él un mercado y áreas deportivasy reservó el resto como áreas verdes.

Por su parte, el taller de reciclaje de plástico se plan-teó inicialmente como proyecto ecológico. Operabacon promotores ambientales que separaban y recogíanel plástico en su casa, en la manzana y en la colonia,pero objetivamente no tiene una dimensión ecológica

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sino la de un proyecto productivo. Finalmente, el Sirdo,como drenaje alternativo, fue no tanto una decisiónecológica sino una salida práctica para superar la limi-tación planificatoria que existía sobre el predio (véaselíneas arriba “El terreno y el proyecto constructivo”).Estos tres componentes demuestran que el ecologis-mo de esta OUP era “instrumental”. Lo utilizó para apo-yar otros proyectos del propio fraccionamiento.

– Educativo: UCISV-Libertad logró que se dotara a la uni-dad habitacional de un jardín de niños o kinder, unCentro de Desarrollo Infantil (Cendi), una primariaabierta para niños, primaria y secundaria abiertas paraadultos y un centro del Colegio Nacional de EducaciónProfesional Técnica (Conalep). Hay también una escue-la de educación media superior o preparatoria. Cuentacon una biblioteca pública en la que se fomenta la lec-tura y se imparten también cursos de alfabetización. Sepretendía que estas instalaciones y sus actividades fue-ran autofinanciables. En realidad, desde hace variosaños reciben subsidio de la delegación Iztapalapa.

– Cultural: Llama la atención que, en contextos urbanosempobrecidos, se promueva el interés por la cultura ypor la difusión del arte. La primera es concebida comoelemento central de identidad colectiva. En UCISV-Li-bertad gira en torno al cultivo de la memoria y delsaber comunitarios, la celebración del aniversario de lacolonia y la conmemoración de acciones colectivas re-levantes. Intenta generar y consolidar una cultura po-pular que revitalice la convivencia, las costumbres y lastradiciones comunitarias. La difusión del arte se con-creta en la impartición de clases de guitarra y de ajedrez,en la realización de talleres de teatro, de exposicionesfotográficas y de conciertos. Actualmente este proyectose encuentra estancado. En el diseño de la colonia es-taba prevista la construcción de un local comunitariopara usos múltiples (asambleas, clases, asesorías, etc.),pero en su lugar se prefirió rehabilitar y adaptar el “cas-co” de la antigua hacienda que estaba dentro del predioy que es la sede de las actividades culturales aludidas.

– De salud: Cananea cuenta con un consultorio de aten-ción médica y un centro de medicina alternativa en elque se da atención médica y se realizan talleres, perodicha atención no es ya suficiente. UCISV-Libertad ha

demandado repetidamente que se instale un centro mé-dico u hospital y está ya programada su construcción.Ha realizado campañas para prevención del sida y deadicciones.

– Económico-productivo: Se trata de miniempresas co-lectivas planeadas para generar ganancias y empleo.Actualmente se encuentran en operación el taller dereciclado de plásticos, la tabiquera y un taller de costu-ra que se ha convertido en maquilador de ropa. Esta-ban previstos otros talleres: de carpintería y de herrería,que no llegaron a operar. Debido a que actualmente laimportación de la materia prima es más barata, el ta-ller de reciclado de plástico ya no es rentable. En lapuesta en operación de estos talleres se privilegió elefecto social y no tanto la eficiencia y la rentabilidad.Se relegó la dimensión técnica y financiera, es decir, lageneración de ganancia. Por ello no funcionan comoempresas y se han convertido en fuentes precarias deautoempleo para un muy reducido número de resi-dentes (entrevista a Chantal Crespi).

La tabiquera, en particular, es un taller o miniempre-sa destinada a la producción del tabique o block necesa-rio para la construcción de las viviendas. Fue financiadapor la agencia holandesa NOVIB que aportó recursospara la construcción del local, la infraestructura, la ma-quinaria y un camión de volteo para transportar elmaterial. Abasteció más de 90% de los tabiques y losprefabricados de techos utilizados en la colonia (entre-vista a Alejandro Suárez). Desde el punto de vista fi-nanciero, operó aceptablemente durante la primera ysegunda etapas del proyecto. Después ya no lo fue, apesar de que los estudios de mercado le auguraban unfuturo excelente, porque en esta zona de la ciudad sedaba un proceso fuerte de autoconstrucción habita-cional y no había ninguna otra tabiquera instalada.Quebró dos veces. Sus gastos eran mayores que otrassimilares y pagaba a sus empleados salarios más altos.No era sustentable financieramente. Además, hubo ne-gligencia y mala administración en su manejo. A la fe-cha se encuentra funcionando con problemas finan-cieros (entrevista a Chantal Crespi).

– Abasto-consumo: En el diseño de la colonia se previe-ron espacios para instalar un local comercial en el cen-

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tro de cada una de sus secciones. La compra de pro-ductos o artículos de primera necesidad se realiza enuna tienda cooperativa y en un mercado instaladosdentro de la colonia. El mercado se inició en 1985 co-mo pequeño tianguis. Posteriormente se amplió a 153locales y obtuvo los permisos correspondientes. Inicial-mente, varios miembros de la organización eran pro-pietarios de los puestos del mercado. Después cedie-ron de 60 a 70% de los derechos a comerciantes ajenosa la organización. Actualmente hay división interna en-tre los comerciantes y existen dos mesas directivas delmercado. La colonia cuenta también con una cocina-comedor comunitaria y una cafetería en el casco de “lahacienda”. La cocina ya no interesa como proyectocomunitario ni opera como tal; constituye un negocioparticular. Inicialmente el Sistema Nacional para el De-sarrollo Integral de la Familia (DIF) aportó instrumen-tal para equipar la cocina y ayuda financiera para lacompra de víveres (leche, carne, verduras y frutas).

– Recreativo-deportivo: En la colonia hay un centro de-portivo con dos canchas de futbol, una de futbol rápi-do y cuatro de basquetbol. Esta dotación, privilegiadaen el conjunto de las colonias populares, motiva entresus habitantes este juicio: “Tenemos un deportivo quees un orgullo” (entrevista a Yolanda Brito).

– Financiero: Su objetivo principal era impulsar la capa-cidad de ahorro interno en la organización para cubrirel enganche del crédito de la vivienda y los gastos oca-sionados por la gestión de trámites. Para lograrlo, losahorros se depositaban en una cuenta mancomunada,controlada a través de tres firmas. UCISV-Libertad seenorgullece de haber logrado la gestión transparen-te de los recursos financieros de la organización. Pare-ce haberlo sido en buena parte (entrevista a ChantalCrespi).

– De gestión administrativa y jurídica: Consistió en tra-mitar la documentación necesaria para obtener el cré-dito financiero y el registro de la figura asociativa con-veniente: cooperativa o asociación civil.

– Servicios religiosos o de culto: Se centró en la construc-ción de una iglesia dentro de la colonia.

Efectos urbanos

Las diez dimensiones del proyecto de la UCISV-Libertaddemuestran la complejidad y el carácter innovador deesta organización. Por lo que se refiere a las instalacionesexistentes en la colonia, su situación es privilegiada res-pecto a la mayoría de los asentamientos populares. Al-gunas de las dimensiones e instalaciones aludidas pue-den ser hoy planteadas y promovidas por otras OUPs. En1985 no era así. En buena medida, UCISV-Libertad fuepionera en este terreno.

Como lo demuestran los logros obtenidos en relacióncon los objetivos planteados en su proyecto integral, elimpacto habitacional y urbano de Cananea es signifi-cativo. Ambos se han dado en la periferia de la ciudady han impulsado la producción de viviendas y la urba-nización de espacios baldíos. Esta organización logró latransformación del predio El Molino, en el que ahora seubica el fraccionamiento Cananea, de rural y dedicado aactividades agropecuarias, a urbano y dotado de infraes-

3 Terremoto de 1985, ciudad de México.

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tructura (hidráulica, eléctrica y vial) y de servicios yequipamientos urbanos (de salud, educación, recreación,comercio y cultura). Su proyecto integral contribuyó sig-nificativamente a la expansión planificada y ordenada deuna parte de la ciudad y al mejoramiento urbano de lazona. Incluso, el predio de El Molino fue declarado en1994 Zona Especial de Desarrollo Controlado (Zedec); esdecir, quedó sometido a una regulación y reglamentaciónurbanas específicas. Esta normatividad fue establecidano a propuesta de las autoridades del DDF, sino a inicia-tiva de Cananea. La medida tenía como fin preservar lazona verde existente en el predio como espacio para equi-pamiento urbano y protegerla legalmente de la invasiónde pobladores (entrevista a Alejandro Suárez). A través deeste procedimiento, los integrantes de Cananea intervi-nieron directamente en la planeación y gestión de esa par-te de la ciudad. Es decir, no sólo participaron en el diseñoy construcción de viviendas y del fraccionamiento, si-no en la consolidación y orientación urbanas de la zona.

Balance y perspectivas

A pesar de ser UCISV-Libertad una OUP paradigmática yhaber alcanzado la mayoría de sus objetivos, desde fina-les de la década de 1990 se encuentra en una etapa de re-flujo y deterioro progresivo de sus elementos compo-nentes. Esta fase es previsible en la evolución de todoproceso autogestivo. Incluso en la etapa de consolidacióndel asentamiento, el proceso socio-organizativo se en-frenta al riesgo de su propio futuro (Coulomb y SánchezM., 1992: 191). Tres razones distintas de ello son: el lo-gro de las metas establecidas redujo significativamentela razón de ser de la organización; el proceso de parti-dización en el que está inmersa con el PRD la afectó or-gánicamente; y la conversión de la mayor parte de suslíderes en funcionarios públicos o en representantes po-pulares la privó de dirigentes propios. La decisión de par-ticipar en los procesos electorales y, sobre todo, la articu-lación cuasi-orgánica con los partidos tuvieron efectosdisgregantes. Afectaron la vida interna del grupo porqueimplicaron el relegamiento de los intereses comunitariospor los partidistas. Ambas decisiones agudizan la sepa-

ración entre las corrientes que existen al interior de laorganización y que se vinculan con alguna de las seisfracciones del PRD. Al respecto, una entrevistada llega aafirmar: “Los partidos —el PRD— ya le dieron en la to-rre a todo [el proyecto de la organización]” (entrevista aYolanda Brito).

No es realista esperar en el corto plazo una recompo-sición de esta OUP, pero varios de los entrevistados apun-taron algunas posibles pistas de solución. Por haberse al-canzado los objetivos iniciales, se propone impulsar otrosproyectos nuevos, por ejemplo, la lucha contra la insegu-ridad pública y la delincuencia. Ambas problemáticas es-tán operando como factores socialmente desactivadoresde la organización. Las campañas realizadas para redu-cirlas (lograr la recuperación comunitaria de los jardinesvecinales semiabandonados e instalar rejas en la periferiadel fraccionamiento para evitar que penetre gente aso-cial del exterior) demuestran que existe voluntad para en-frentar la situación. Pero la magnitud y complejidad delproblema rebasa las capacidades de la organización (en-trevistas a Chantal Crespi y M. del Carmen Hernández).

Otra propuesta consiste en replantear la estructura ini-cial y diseñar nuevas formas organizativas. Las antiguassiguen basándose en el viejo proyecto habitacional, ya al-canzado, y no enfrentan la actual fragmentación internani la falta de incorporación de otros actores, como los jó-venes. El avance del pragmatismo y de la privatización dela gestión colectiva parece que sólo puede reducirse res-catando los valores comunitarios y solidarios que dieronorigen y sentido al grupo y que fueron centrales en losmejores momento de su evolución.

IN-CONCLUSIÓN: LAS TENDENCIAS EN CURSO

Los ejes articuladores de este trabajo han sido la estruc-tura de oportunidades de la acción colectiva, los factoresdinamizadores de ella y los efectos habitacionales y ur-banos de las OUPs. Para los actores populares del D. F.analizados, el primer factor sigue siendo establecido fun-damentalmente por las instituciones viviendistas exis-tentes, las políticas habitacionales aplicadas, los recursos

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financieros públicos disponibles y la nueva instituciona-lidad político-administrativa introducida por los gobier-nos perredistas de la ciudad.

En las instituciones públicas implicadas se combinó laexistencia y actuación, en los asentamientos populares dela ciudad de México, de una política de carácter federalcon otra local, es decir, Fonahpo e Invi. A diferencia de loque ocurre en las ciudades grandes y medianas del país, enlas que las políticas urbanas impulsan, de facto, la expan-sión de la periferia, actualmente en el D. F. intentan can-celarla y, en contrapartida, revitalizar el centro. Los nuevosprogramas de vivienda popular contaron inicialmente conrecursos financieros especiales. Hoy se basan principal-mente en los de origen fiscal. Para las OUPs de solicitantesde crédito en el centro de la ciudad, la nueva instituciona-lidad político-administrativa perredista ha creado opcio-nes para revitalizar las vecindades, pero ha endurecidolas condiciones para el acceso al crédito habitacional.

Como factor dinamizador de la acción colectiva, laidentidad de las OUPs, en tanto que elemento determi-nante de su existencia, ha sufrido transformaciones. Superfil como colonos fue inicialmente el predominante yse está desdibujando ahora. Se encuentran en claro reflu-jo y declive, pues éstos han perdido presencia y capaci-dad de movilización en la ciudad de México. Los gruposinquilinarios se mantienen pero tienden a convertirse ensolicitantes de crédito público; los segundos son actual-mente los grupos activos al interior de las OUPs y repre-sentan una de las pocas opciones de integración popu-lar en la ciudad. Los avecindados del centro combinanrasgos de los inquilinos con los de solicitantes de vivien-da; son grupos vecinales “naturales” o funcionales antesque organizaciones sociopolíticas. Tras haber obtenidoimportantes logros habitacionales después de los sismosde 1985, la situación de los damnificados suele ser tem-poral. Son combativos pero de duración escasa. Entrelas mujeres de origen popular se incrementa progresiva-mente la condición de trabajadora (formal o informal);paralelamente, está disminuyendo no tanto su presenciagenérica sino su peso orgánico en las OUPs, así como elde las instancias integradoras de que disponían.

Después de contar las OUPs de la ciudad de Méxicocon estructuras territoriales (por ejemplo, las coordina-

ciones delegacionales, zonales y regionales de la Coor-dinadora Nacional del Movimiento Urbano Popular[Conamup] en el valle de México), hoy en día éstas sehan desarticulado. Al final del periodo analizado, los dis-tintos grupos pierden capacidad reivindicativa, inclusolos más exitosos, como la UCISV-Libertad que está pa-gando su innegable éxito habitacional y urbano con eldebilitamiento organizacional. En el campo de la movili-zación social, el pragmatismo y la partidización están ga-nando terreno a las posiciones inicialmente combativasy solidarias.

El impacto urbano producido por las OUPs incide enla periferia y en el centro de la ciudad, en la producciónhabitacional y en la urbanización popular. Desglosandoestos efectos urbanos por actores, durante su periodo deauge, los colonos contribuyeron a la ampliación no pla-nificada de la periferia, a la autoconstrucción de un im-portante stock habitacional y a la lenta dotación de ser-vicios urbanos básicos en los asentamientos populares.Pero su modelo habitacional y urbano ya no es viable.

En la fase de reactivación de los inquilinos, de emer-gencia de los damnificados y de ampliación de los solici-tantes, los tres grupos incidieron en la producción devivienda nueva y en la consolidación de los espacios in-termedios y del centro de la ciudad de México. El princi-pal efecto físico-espacial de la acción de los avecindadosdel centro histórico es la rehabilitación de viejos inmue-bles y, en esa medida, en la regeneración de la ciudad;pero son actores más habitacionales que urbanos. Es sig-nificativo el número de créditos obtenidos por ellos enrelación con el de las viviendas deterioradas del centrode la ciudad.

En el conjunto de las OUPs, la acción de Cananea essignificativa tanto desde el punto de vista habitacional co-mo urbano, al contribuir a la expansión ordenada en es-pacios que carecían por completo de infraestructura y deservicios urbanos. Es indudablemente el actor urbano máscomplejo y diversificado. Demuestra que la acción de lasOUPs no se reduce a la reivindicación habitacional y deservicios básicos. Puede también operar como factor or-denador y planificador de zonas específicas de la ciudad.

Finalmente, al formular un juicio global sobre la ac-ción habitacional y urbana de las OUPs, cabe sostener

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que, no obstante las oscilaciones registradas en ellas, hanoperado como promotores importantes del reciente pro-ceso de urbanización de la ciudad de México. Vistas enperspectiva, han sido significativas para la producción devivienda y para la dotación de servicios urbanos a favorde los sectores populares. Su proyecto inicial (espontá-neo, irregular y no planificado) acerca de la periferia ur-bana se ha transformado en otro que, vía los créditos pú-blicos de vivienda, recupera la función habitacional delcentro de la ciudad y opera como elemento ordenadordel desarrollo de zonas periféricas.

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AnexoEl trabajo de campo realizado: visitas y entrevistas a) Delegación Cuauhtémoc, D. F.: Visita a trece vecindades:Marina Ariza, Miguel Ramírez Braulio y Juan Manuel Ra-mírez Sáiz visitamos cinco vecindades tanto viejas comoreconstruidas. Posteriormente, Miguel Ramírez Braulio vi-sitó siete vecindades que habían recibido crédito del Invi.

Entrevistas: siete. De los entrevistados: dos (Irma Bautista yMary Vélez) eran residentes de dos vecindades reconstrui-das; uno (Humberto Urquiza) representante de una vecindadpendiente de reconstrucción. Otros tres entrevistados (noresidentes en las vecindades visitadas) fueron: Norma Díaz,coordinadora del comité vecinal Centro; Lety Díaz, coordi-nadora de la Asociación de Amigos y Vecinos del Centro; Glo-ria Rocha, uno de los miembros fundadores de Asambleade los Barrios; y Roberto Garcés, coordinador del grupoCentro de Estudios de Prospectiva y Desarrollo Social (Ce-prodes). Las entrevistas a I. Bautista, M. Vélez, H. Urquiza yG. Rocha fueron dirigidas por J. M. Ramírez Sáiz con la par-ticipación de M. Ariza y M. Ramírez Braulio; las restantesfueron llevadas a cabo por M. Ariza y M. Ramírez Braulio.

b) Fraccionamiento “Cananea” de la UCISV-Libertad, en elpredio El Molino, Delegación Iztapalapa, D. F.: Visitas: Ma-rina Ariza y Miguel Ramírez Braulio realizaron diez visitas.Juan Manuel Ramírez Sáiz efectuó una a todo el fracciona-miento y sus instalaciones. Entrevistas: quince, realizadaspor Marina Ariza y Miguel Ramírez Braulio. Los entrevis-tados fueron: Victor Guzmán, encargado del taller de reci-claje de plástico; Jorge Suárez, encargado de la biblioteca;Aurelio Monjarrez, secretario de la mesa del mercado; cin-co jóvenes de entre 15 y 23 años; Yolanda Brito, de UCISV-Libertad y del PRD; Alicia Torres, promotora de la iglesia deEl Molino y de grupos de solicitantes; María del CarmenHernández Carpio, encargada de la cocina popular y delconsultorio de medicina alternativa; Sergio Pacheco, de laCoordinadora Única de Trabajadores Tlanezicalli; arq. Ale-jandro Suárez, asesor, de Cenvi; Chantal Crespi, adminis-tradora de la tabiquera y actual subdelegada de DesarrolloComunitario de la delegación Iztapalapa; Mariano Salazar,líder histórico de UCISV-Libertad y de Cananea.

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