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De cine, Más causas de divorcio, hackers famosos

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El rodaje más largo de la historia… ¡aún no ha terminado, y empezó en 1974! Se trata de una “videografía” de Mata-Hari dirigida por David Carradine. El motivo de que lleve 35 años filmándola es porque ha querido que el filme represente la vida completa de Mata-Hari, por lo cual ha contemplado para dicho papel a una sola actriz, en este caso su hija. El motivo de em-pezar a rodar en 1974, cuando Calista Carradine, sólo tenía 3 añitos fue porque habría que esperar a que creciera.

Cine con olores. En 1959 se estrenó en Los Ángeles “Scent Mistery”, un filme de intriga en el que la clave del misterio estaba en la colonia del asesino. Por esto se utilizó una nueva tecnología durante su proyección: el Arorama, que consistía en una máquina que rociaba toda la sala con unos polvillos que simulaban los olores de la película. El problema fue que a mitad de la película eran tantos los polvillos que había en el aire que al final uno no sabía qué escena de la película estaba oliendo.

Pérdidas: El record de pérdidas de una película lo tiene “La isla de las cabezas cortadas” (EE. UU., 1995), protagonizada por Geena Davis y dirigida por su marido Renny Harlin. De los 100 millones de dólares que costó, recuperó sólo 12.

Malas palabras: La película con más malas palabras en la historia del cine es Caracortada (Scarface, EE. UU., 1983), protagonizada por Al Pacino. Tiene una palabrota cada 29 se-gundos, en total, 206 palabras altisonantes.

Escena mal hecha. El récord de repeticiones de una escena lo ostentan: Marilyn Monroe, con 59 veces en la secuencia en la que pregunta en “Con faldas y a lo loco” (EE. UU., 1959): “¿dónde está el bourbon?”, porque no la decía correctamente o se le olvidaba; Sterling Hayden, en “Teléfono rojo: volamos hacia Moscú” (Gran Bretaña, 1964), donde hubo que repetir una escena 48 veces porque Hayden no acertaba a decir su guión.

Besos: El beso más largo filmado en la historia del cine fue entre Jane Giman y Regis Tommey en la película “You are in the Army now” (EE. UU., 1941), y duró 3 minutos 5 segundos. El primer beso fue el que se dieron May Irwin y John Rice en “The Widow Jones” (EE. UU., 1896).

El primer beso con lengua se vio en “Esplendor en la hierba” (EE. UU., 1961), entre Warren Beatty y Natalie Wood.Sólo dos actrices principales de Hollywood jamás besaron en pantalla: Mae West y Anna May Wong. Hubo otro beso más largo que el mencionado; fue de 6 minutos. Lo protagoniza-ron en 2005 Gregory Smith y Stephanie Sherrin en la película “Kids in America”.

Michael Calce. Comenzó su “maliciosa carrera” hackeando los sitios web comerciales más grandes del mundo. El día de San Va-lentín del año 2000, con apenas 15 años de edad, lanzó un ataque que afectó a eBay, Amazon y Yahoo!, tras lo cual fue condenado a uso limitado de Internet. ¿Cómo lo descubrieron? Él mismo se vanaglorió de su hazaña en algunos chats. Actualmente trabaja en una empresa de seguridad informática.

Robert Tappan Morris. En noviembre de 1988, Robert Tappan Morris, también apodado RTM, creó un virus informático que in-fectó a cerca de 6 mil grandes máquinas UNIX®, haciéndolas tan lentas que quedaron inutilizables, lo que causó millonarias pérdi-das. El virus realizaba dos tareas: enviarse a otras máquinas y du-plicarse en la máquina infectada. Si el gusano hubiera funcionado en otros sistemas además de UNIX®, por ejemplo, sobre máqui-nas Sun Microsystems, Sun 3 y VAX, los resultados hubieran sido

de dimensiones “apocalípticas”, según expertos. Este hacker fue el primero en ser procesado por la Ley de Fraude Computacional en Estados Unidos. Un disco duro que contiene el código de su virus se exhibe en el Museo de la Ciencia de Boston. Actualmente Robert es profesor asociado del Instituto Tecnológico de Massa-chussets (MIT).

Masters of Deception. Era un grupo de hackers de elite de Nue-va York que se dedicaba a vulnerar los sistemas de teléfono de Estados Unidos. ¿Sus “méritos”? En los 80 se dieron un festín atacando los sistemas telefónicos del país, el mayor golpe fue entrar al sistema de la compañía AT&T. Fueron procesados en 1992 y varios terminaron presos. David L. Smith. Autor del famoso virus Melissa, que se propagó con éxito por correo electrónico en 1999. Fue condenado a prisión por causar daños por más de 80 millones de dólares.

Sven Jaschan. Cierra la lista el creador del virus Sasser, quien fue detenido en mayo de 2004 tras una denuncia de sus vecinos que perseguían la recompensa incitada por la empresa Microsoft, ya que el virus afectaba directamente la estabilidad de Windows 2000, 2003 Server y Windows XP.

Una mujer saudita pidió el divorcio después de que su marido in-tentara quitarle el velo para verle la cara después de varios años de matrimonio, preguntándose qué pinta tendría su esposa. La mujer pertenece a una minoría que oculta su cara no sólo ante otros hombres sino ante su propio marido e hijos.

Después de la custodia de los hijos, la gran lucha que se desata en un hogar es por el control de la televisión. Una sentencia de divorcio del Reino Unido describe una de estos conflictos de baja intensidad: “El marido tomaba el control remoto de la TV, cam-biando indefinidamente de canal sin parar en ninguno de los que pedía la demandante”.

El periodista David Icke, famoso en los círculos conspiranoicos por denunciar la presencia extraterrestres entre la elite mundial, recibió una demanda de divorcio de su esposa, Pamela Leigh Ri-chards, en la que ésta sospechaba que su marido era en realidad “un reptil extraterrestre”.

Para aquellos apostadores “valientes”, de los que uno se encuen-tra en los círculos de apuestas serias (caballos, gallos, póker, etc.), la verdadera hombría es jugarse todo: la casa (o casas), las vacas, los carros y la mujer, claro. Eso es lo que hizo el ruso Andrei Karpov en una partida de póker en la que apostó, y perdió, a su mujer, Tatiana. Para el desconcierto de Karpov, la mujer so-licitó el divorcio y se fue con el ganador de la partida. Al parecer resultó más valiente que el marido.

Por último, el caso de un hombre chino quien, después de diez años de casado, descubrió que su mujer era seis años mayor de lo que creía. Cuando se casaron, la mujer le dijo tener 24 años, cuando en realidad tenía 30. Para él seis años son seis años.